Independencia y Revoluci - UTE€¦ · Corrientes. Su padre, español y militar, fue trasladado a...

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14 / julio / agosto de 2011

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El proceso independentista latinoameri-cano recorrió las dos primeras décadas del

Siglo XIX y tuvo diferentes resultados.

Las declaraciones de independencia deEspaña y Brasil se dan en un contextoeuropeo de profundos cambios: las concep-ciones políticas dejaban de lado “el derechodivino de los reyes” para transformarse engobiernos representativos; la economía y elsurgimiento del capitalismo, marcaron laemergencia de nuevas clases sociales: el pro-letariado y la burguesía; se comienza a hablarde los derechos y las garantías que el Estadodebe brindar a todos los ciudadanos; además,de las profundas transformaciones en lareligión, que durante muchos años estuvo

marcando el camino político que se debíatomar.

Estas transformaciones influenciaron el pro-ceso de emancipación latinoamericana.Destacamos y homenajeamos que en nuestraregión se realizaron levantamientos rege-neracionistas protagonizados por gran partede los pueblos originarios de América. Entreestas experiencias podemos destacar la deTupac Amaru; el alzamiento de Lautaro, arau-cano; Sebastián Gómez de la Gloria enChiapas; el movimiento Taky Ongoy en Perú;Juan Calchaquí en el noreste el actual territo-rio argentino, entre otras miles silenciadaspor la historia oficial.

La unidad de los gobiernos populares del continente permite soñarcon la posibilidad de constituir la Patria Grande. Nuestra Américacamina un nuevo rumbo. Usted sabe que yo no pertenezco a ningúnpartido; me equivoco, yo soy del Partido Americano.

José de San Martín

Independencia y Revolución

San Martín el Libertador dela Patria Grande

E l 25 de mayo de 1810 en el Río de la Plata, la Revolución derrocóal virreinato dependiente de la Corona española, e instauró una

Junta de Gobierno compuesta por criollos y españoles. Este mismoproceso se llevó a cabo en Nueva Granda, Alto Perú y Nueva España(hoy México). Sin embargo, estas Juntas se declararon fieles aldepuesto rey Fernando VII, este episodio fue denominado por la his-toria oficial como “la máscara de Fernando VII”. Pero la convulsiónpolítica y social era tal que dio lugar a la “Guerra de la Inde penden-cia” que se extendería hasta 1824.

En 1813, en Argentina, se organiza una Asamblea (conocida como laAsamblea del año XIII) donde se excluye la fidelidad a Fernando VIIy se declaran una serie de importantes medidas: la libertad de pren-sa, la libertad de vientres, la extinción del tributo, la mita, y el servi-cio personal de los indios, la supresión de los títulos y signos denobleza. Con estas premisas la Revolución retoma su ritmo, renovan-do su legitimidad.

Pero la cercana restauración del poder monárquico en España, juntoa las conflictivas relaciones con la Banda Oriental, terminaron porparalizar las iniciativas renovadoras de la Asamblea, que no pudodeclarar la independencia ni dictar una constitución. Sin embargo,obró de antecedente para lo que sucedería tres años más tarde.

Con la Revolución, los habitantes del Río de la Plata comenzaron aelegir Juntas gubernativas, diputados constituyentes, gobernadoresy miembros de cabildos. Todo esto implicaba cierta actividad y par-ticipación política, y llevó a que las discusiones y tensiones con lasinstituciones que persistían del virreinato, se acrecentaran.

Los pueblos del interior estaban divididos en dos facciones: losmorenistas, independentistas y revolucionarios y los saavedristas, conpretensiones de conservar el poder del virrey y defender los intere-ses de los comerciantes porteños. A la luz de estas disputas es quenace el Primer Triunvirato constituido por Chiclana, Sarratea y Paso.

En tanto, en la ciudad de Montevideo, las discusiones en contra de laJunta de Buenos Aires comienzan a ser cada vez más hostiles. EnChile el Cabildo se pronuncia contra la autoridad del Virrey. Desde elAlto Perú los realistas avanzan sobre las provincias de Jujuy y Salta,que estaban defendidas por Belgrano, Güemes y el ejército delNorte. Y en el Paraguay se declaran independientes y adoptan unapostura neutral en el conflicto.

En estos años revolucionarios se sucedieron una serie de batallas queconfiguraban las luchas por la emancipación de toda Latinoamérica.Estas luchas tienen como protagonistas a figuras como San Martín,Bolívar, Sucre, Artigas, O’ Higgins, Güemes, y tantos que abogaronpor nuestra Patria Grande (un tiempo antes Morelos y el curaHidalgo en México).

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Recordando los hechos…

En Chile, la revolución deseptiembre de 1810 declaróla independencia, aunqueen los años siguientes seprodujo una reinstauracióndel poder monárquico. Finalmente la independen-cia se declara el 1 de enerode 1818 de la mano deBernardo de O`Higgins.

En la Banda Oriental, la guerra de la indepen-dencia liderada por José Gervasio Artigas tuvodiferentes rumbos. En 1815 las tropas sitiaronMontevideo, pero un año más tarde las tropasportuguesas volvieron a tomar el poder y es ane-xado al Brasil como la provincia Cisplatina. Lasluchas por la independencia continuaron hastaque finalmente, Lavalleja declara la independen-cia el 25 de agosto de 1825.

En Argentina, el 9 de julio de 1816, en la ciudadde San Miguel de Tucumán, un Congreso dediputados de las provincias del noroeste y centro-oeste del país y de la de Buenos Aires, junto conalgunos diputados exiliados del Alto Perú,proclamó la independencia de las “ProvinciasUnidas en Sud América”. La premisa que emban-deraron fue: “recuperar los derechos de quefueron despojados, e investirse del alto carácter deuna nación libre e independiente del rey FernandoVII, sus sucesores y metrópoli”.

América Latina independiente

Si bien libradas las batallas, los procesos independentistas tomarondiferentes rumbos estratégicos, todos confluyeron en el mismo objeti-vo gestado por las revoluciones de la primera década del siglo XIX: lasdeclaraciones de independencia, aunque en diferentes años a lo largodel continente.

En Venezuela, el 5 de julio de1811 el Congreso declaró for-malmente la independencia yse propuso redactar la primeraConstitución, así quedó confor-mada la Primera República deVenezuela.

Sin embargo, la proclamación de las Independencias no eliminó las disputas por lasoberanía, ni determinó la organización de los Estados nacionales que llegan hastamediados del siglo XIX.

La figura de José de San Martín es fundamen-tal en la historia de nuestro país y de toda

Latinoamérica. Su lucha se inscribe en el ideariode los movimientos juntistas de la España de1808 y en la Revolución Francesa. Las campañasmilitares que impulsó buscaban asegurar elespíritu de la Revolución de Mayo y su proyectoes el de la Gran Patria Latinoamericana.

José Francisco, hijo de Don Juan de San Martín yGregoria Matorras, nació el 25 de febrero de1778 en la localidad de Yapeyú, provincia deCorrientes. Su padre, español y militar, fuetrasladado a esa localidad con la misión detomar el cargo de Teniente Gobernador. En1781, tuvieron que partir a Buenos Aires, y en1783 rumbo a Cádiz. José Francisco tenía cincoaños de edad.

Una vez en España, realizó estudios y comenzósu carrera militar en el regimiento de Murcia.Comenzó a desempeñarse militarmente endiferentes campañas defendiendo al Estadoespañol. Combatió en África y en todo el territo-rio de la Península Ibérica contra Francia. SanMartín sería fiel a su nueva patria durante lastres décadas que permaneció en Europa. Allí,pudo tomar contacto con españoles nacidos enlas Américas y discutir sobre el movimiento inde-pendentista que se estaba librando en aquellastierras. Había adquirido una capacidad militaradmirada por muchos revolucionarios.

Movido por las noticias que llegaban desdeBuenos Aires, y la propia situación políticaespañola -el avance de Napoleón sobre todo-San Martín se embarcó en la fragata inglesaGeorge Canning, hacia Buenos Aires. Tenía unobjetivo claro: expandir la Revolución que desde1789 agita a la vieja Europa. Una vez en BuenosAires, se casa con María de los Remedios deEscalada, miembro de una de las familias másdistinguidas del país, y nace su única hijaMercedes Tomasa San Martín. Ese mismo año lefue reconocido el grado de teniente coronel y elTriunvirato le encomendó la creación de unescuadrón: el Regimiento de Granaderos aCaballo, que se ocupó de instruir en las moder-nas técnicas de combate que conocía por suextensa actuación europea contra los ejércitosde Napoleón.

Además, organizó, junto a Alvear, Zapiola,Monteagudo, Pueyrredón, una sociedad secretaque se llamó “Logia Lautaro” en homenaje alcaudillo araucano que luchó por la libertad de supueblo. La logia se proponía lograr la indepen-dencia de América y con ese objetivo instala loscandidatos para el próximo gobierno, elSegundo Triunvirato y la convocatoria a unaAsamblea General en 1813, con representantesde todos los pueblos del interior.

Plan Continental: Liberar la Patria Grande

Desde el triunfo de Suipacha en adelante, lasfuerzas revolucionarias han persistido en

avanzar hacia el Alto Perú por los viejos“caminos del indio”, para tomar Lima, bastióndel poder realista. Estas fuerzas no sólo contro-laban el Alto Perú, sino que amenazaban, desdeallí, a Tucumán y Córdoba, en camino haciaBuenos Aires. En esos meses de estadía enTucumán, San Martín -inspirado por Belgrano yaconsejado por Dorrego-, opta como estrategiapara esa frontera norte, el apoyo a la “guerragaucha”. Comandada por jefes que allí acaudi-llaban a las masas contra del viejo absolutismo:

La Patria Grande: San Martín

Durante toda su vida, San Martín bregópor los Movimientos Emancipatorios de

toda la América del Sur, pero sin lugar adudas el combate de San Lorenzo marcó elinicio de una etapa de avance en la carrerapor la independencia.

Con la derrota de Belgrano en Ayohuma y elreposicionamiento del ejército español, elTriunvirato envía a San Martín a encontrarsecon Manuel Belgrano. Allí se produce eltraspaso de mando del ejército del Norte yun reconocimiento de dos grandes hombresque compartían una idea común, la queimpulsó el movimiento de mayo.

Su lucha….

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Güemes, Juana Azurduy, Manuel Padilla, elindio Vicente Camargo, Miguel Lanza, Zárate,entre otros.

Allí, San Martín concibió la idea, exitosa, decruzar la cordillera y atacar la ciudad de Limapor mar. Para mantener segura la frontera delnorte bastaban las tropas salteñas al mando delgeneral Güemes. Cuando el futuro Libertador seinstalaba en Cuyo, del otro lado de la Cordillerade los Andes, la revolución del "Reino de Chile"estaba en peligro: éste, es invadido por lasfuerzas realistas del Virreinato del Perú, quederrotan a las fuerzas patriotas en la batalla deRancagua. O’ Higgins se exilia en Mendoza.

Una vez obtenido el apoyo político a su proyec-to y designado general en jefe del Ejército delos Andes, San Martín se dispone a realizar lospreparativos de la empresa. Todo estaba listopara cruzar la cordillera con un ejército de 4000hombres con sus caballos, cañones, municionesy víveres para un mes. Divisiones, al mando delgeneral Soler, O´Higgins, Las Heras, Cabot,Freyre entre otros acompañarían la expedición,todos con un objetivo claro: la liberación conti-nental.

Luego de haber liberado Chile en 1817 tras labatalla de Chacabuco, junto a O´Higgins –quiendeclaró la independencia un año después-; el 12de julio de 1821 San Martín entra en Lima y el28, en Asamblea popular, declara: “Desde estemomento el Perú es libre e independiente porvoluntad general del pueblo y por la justicia desu causa…”

De la independencia y los hombres revolucionarios a nuestros días….

Nacimos en un contexto de independenciapolítica que de alguna manera naturaliza losprocesos a través de los cuáles ésta fue lograda.Por ello, tantas veces, observamos como lejanasesas batallas y próceres de mármol de laIndependencia; sucesos que supimos –y nosacostumbraron- a ver como tan lejanos a nues-tras vidas de todos los días.

Sin embargo esa independencia se renueva enla actualidad en el marco de los nuevos escena-

rios geopolíticos. Se plantea desde hace yaalgunos años una visión de la historia sin mayús-culas, y entre esas nuevas miradas estamos apren-diendo que los procesos sociales y políticos estánhechos por hombres y mujeres de carne y hueso,con sus aciertos y errores, con sus titubeos yfirmezas, y por sobre todo, con su pasión profun-da respecto de los destinos colectivos. En estemismo sentido aprendimos que los cambios cul-turales pueden tener sus idas y vueltas, sus con-tradicciones y retrocesos y que las transforma-ciones sociales son lentas, pero que nada más valepara producirlas que el ímpetu de un pueblo conconvicciones y ganas de vivir en una sociedadsoberana, con justicia social, que garantice tantolas libertades individuales como las construccionescolectivas al mismo tiempo que la inclusión social,la igualdad de oportunidades y el respeto por ladiversidad.

Pero así como la historia dejó de escribirse conmayúsculas, la política volvió a constituirsecomo la herramienta fundamental de transfor-mación, capacidad creadora del común porexcelencia. La política dejó de ser atributo de los

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Guayaquil: el gran encuentro...

E l año siguiente, San Martín viaja a Guayaquil a encontrarsecon el libertador del norte: Simón Bolívar. No existe docu-

mentación expresa que nos informe sobre lo conversado enaquel encuentro, pero si evidencia absoluta que aquel encuen-tro se correspondía con el objetivo de unificación y liberaciónde América Latina.

Mientras San Martín iniciaba su viaje al otro lado de lacordillera, los ejércitos de Bolívar, al mando del general Sucrederrotaban definitivamente a los realistas en las batallas deJunín (6 de agosto de 1824) y Ayacucho (9 de diciembre de1824), liberando a todo el continente.

El 10 de febrero de 1824, San Martín se embarca hacia Francia.En 1829 regresa a Buenos Aires pero encuentra un clima hostily permanece en Montevideo. Poco tiempo después regresa aEuropa para no volver nunca más, con la certeza absoluta deque la liberación de la América del Sud, sería posible.

Es por eso que la discusión sobre la independencia de todaAmérica Latina sigue latente en cada uno de nuestros pueblos.

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expertos para volverse útil a los intereses de lasmayorías, nuevamente. En Argentina, fue rele-gitimada gracias a los últimos dos gobiernosnacionales y así recordamos y asumimos que laparticipación no era cosa de profesionales nide próceres inmaculados sino que era la formaen que los pueblos nos construimos a nosotrosmismos.

Nuestra actualidad, nuestros nuevos procesosindependentistas requieren un ejercicio dememoria para repensar esos decisivos avances ylibertades en nuestra historia, pero también exi-gen participación, acción y protagonismo socialy político a los fines de profundizar esa libertadpolítica batallada y ganada por hombres ymujeres de nuestra patria de hace 200 años. Esosnuevos rumbos, iniciados por la región lati-noamericana en general, representan unasegunda instancia independentista, que redun-da entre otras cosas, en: soberanía económica–complementaria a la política- que representepara nuestros países, reducción de la pobreza yla desigualdad económica y social; en respeto

por la diversidad cultural de la región, generan-do una identidad mayor que abarque a múlti-ples identidades particulares; en cada vez may-ores niveles de aprendizaje y articulación condiversas naciones a nivel mundial; en cada vezmayor relevancia y respeto por el planteo delcuidado del medio ambiente; en posiciones másfirmes y colectivas respecto de los derechoshumanos en general y en particular; entre otrosdebates nodales que hoy se están dando en elescenario político latinoamericano y mundial.

Las independencias latinoamericanas se regio-nalizaron hace doscientos años no porque fun-cionara un efecto dominó anacrónico y robóti-co en las sociedades, sino porque los pueblosguardan dentro suyo las ideas comunes de liber-tad, fraternidad, justicia social y comparten unahistoria de opresión común pero también de – ymás allá de las diferencias más pequeñas, y aúndisputas pasadas y presentes ciertas- una her-mandad cultural duradera, emancipadora y li-beradora.

ActividadesInvestigando con fuentes y conociendo los escenarios preindependentistas… Realizar con los alumnos actividades afines al aprendizaje del uso de fuentes históricas yetnohistóricas (bandos, pergaminos, relatos orales anónimos, canciones populares, diplo-mas, pleitos jurídicos, entre otros), a fin de conocer el uso de estas herramientas del relatohistórico, a la vez que generar un panorama del escenario político y social de aquellos años.Se pueden dividir en grupos en donde cada uno de ellos se dedique a la búsqueda de untipo de fuente.

Para analizar en el grupo… Qué elementos centrales surgen de aquellas fuentes en términos de reivindicaciones, dis-putas políticas y relación con otros procesos de América así como de Europa. Asimismo,describir qué grupos sociales se encuentran en uno y otro continente, entre los paísesamericanos y al interior del Virreynato del Río de la Plata. ¿Qué diferencias y similitudesencontramos en cada relación?

Cotejando los procesos socio-políticos actuales, en el marco del proceso histórico…

¿Qué rupturas encontramos entre los procesos independentistas bicentenarios y las dis-putas políticas en pos de la soberanía de los pueblos americanos hoy? ¿y qué con-tinuidades? Esto se puede realizar teniendo en cuenta: actores sociales, transformacionesculturales, avances tecnológicos, tendencias político-económicas, etc. Esto nos permitiráhallar un marco, un contexto socio-histórico desde el cual allanar líneas históricas subte-rráneas, ideas comunes, y novedades en los procesos sociales y políticos. Y para pensar laactualidad… retomar similar análisis en términos de las estructuras actuales: MERCOSUR –UNASUR- ALBA- MERCADO ANDINO, etc.

Recursos para docentesPelículas

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“REVOLUCION… EL CRUCE DE LOSANDES” (Dirección: Leandro Ipiña –Actor protagonista: Rodrigo De laSerna- Cine: Espacio Incaa Km O,Avda. Rivadavia 1635, Ciudad deBuenos Aires).

“SEAMOS LIBRES Y LO DEMÁSNO IMPORTA NADA”Norberto Galasso

“BELGRANO, LA PELÍCULA” (Direc-ción: Sebastián Pivotto – Actor pro-tagonista: Pablo Rago – Ciclos enque se expuso: Cine para todos,Espacio de Memoria y DerechosHumanos y diferentes provinciasargentinas en las que se expuso.Producción: TV Pública, CanalEncuentro, Unidad Bicentenario.Auspiciada por INCAA).

Libros

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Cuando don José San Martín decidió aban-donar España, ostentaba el grado de

Teniente Coronel, y se lo había ganado en elcampo de batalla. África y Europa supieron de sureciedumbre guerrera, al servicio de la coronaespañola, antes de que volviera para ser vence-dor en aquella primera guerra de Liberación delSur de América. Por delante tenía una brillantecarrera militar, que implicaba prestigio, fortunay poder. ¿Qué fue lo que llevó al joven oficial de34 años a abandonar tales posibilidades, paraponerse al frente de un ejército de insurrectosamericanos? Indudablemente, era un hombreinquieto, movido por ideales poderosos, anuda-dos en algún momento al recuerdo de habernacido de este lado del Atlántico, lo que luegomarcó para siempre su destino. Al fin decidióque su ser no era tal, sino vinculado a la multi-tud anónima que poblaba ese mundo en ciernes,poniéndose al frente de la lucha por una identi-dad cultural, que sólo a sangre y fuego seríareconocida. Sin duda, San Martín poseyó lafuerza necesaria para hacer realidad el sueño deuna América nueva, esa Patria de su deseo, quenunca antes había existido. Y tuvo el coraje sufi-ciente para arriesgar su vida, en aras de esautopía.

El General San Martín fue un maestro de la gue-rra. La Liberación de la Argentina, Chile y Perú,no fue sólo la obra de un voluntarista, sino elresultado de la aplicación correcta de las técnicasde combate entonces vigentes, tal como corres-pondía a un eximio estratega. Sin embargo, esimprescindible resaltar sus virtudes morales,además de su condición de combatiente; ahíestán por ejemplo, las Máximas que escribiópara su hija Merceditas. El Libertador supo con-ciliar su condición de militar, con el hecho de serun hombre de ideas; precisamente por esosupeditó las armas a la política, y la política a laética.

La filosofía política del Padre de los argentinos,puede leerse muy claramente en una proclamadirigida a los peruanos, donde expresaba lo si-guiente: “Mis promesas para con los pueblos enque he hecho la guerra, están cumplidas: hacersu independencia y dejar a su voluntad la elec-ción de los gobiernos.” Democrático por na-turaleza, y aunque liberal, el sistema políticoque alentaba -tanto como Belgrano y demáspatriotas, decididos a coronar un rey Inca-, era lamonarquía constitucional.

El General de la Libertad

Por Manuel Barcia

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Privilegió la Patria por encima de toda bandería política.Precisamente por eso, en dos oportunidades desobedeció algobierno de Buenos Aires, el Directorio conducido en aquellosdías por Juan Martín de Pueyrredón. La primera vez, en 1818,para hacer frente a los caudillos de Entre Ríos, FranciscoRamírez, y de Santa Fé, Estanislao López -en contradicción conel poder central-, se le piden tropas al Libertador, quien lo des-oye, poco antes de la victoria de Maipú. La segunda, en 1819,también para sofocar a los caudillos del litoral. En carta escritaa Pueyrredón, se manifiesta su decisión ter-minante:

“... este ejército nunca tuvo por objetola guerra de Santa Fe y sí solo la necesi-dad de abrirnos al Perú.” El Libertadortuvo una sola idea, siempre fue coher-ente consigo mismo: “... “el general SanMartín jamás derramará la sangre de suscompatriotas y sólo desenvainará laespada contra los enemigos de la inde-pendencia de Sud América.”

-puede leerse en sus archivos-. En esamisma línea, debe entenderse la Clásula 3ªde su testamento -a propósito del bloqueofrancés de 1838-:

“El sable que me ha acompañado entoda la guerra de la independencia de laAmérica del Sud, le será entregado algeneral de la República Argentina donJuan Manuel de Rosas, como una pren-da de la satisfacción que como argenti-no he tenido al ver la firmeza con queha sostenido el honor de la Repúblicacontra las injustas pretensiones de losextranjeros que trataban de humillarla.”

La unidad continental, es uno de los máscaros reclamos en la historia de AméricaLatina, tras la balcanización resultante delderrumbe colonial. Precursor en tal sentido, ya desde los alboresmismos de nuestra nacionalidad, el Libertador tuvo una visiónunificadora de América. Tal como se desprende de la lectura desus escritos, cuando pensaba en la Independencia, lo hacía entérminos continentales. Por encima de cualquier fronteramenor, el accionar mancomunado entre las diferentes “patriaschicas” era el único camino para una plena Liberación. Por eso,en consecuencia con este pensamiento, rechazó el localismo yno sólo se negó a participar en los enfrentamientos entre loshermanos sudamericanos, sino que fue el primero en decirnos:“sean unidos”... En una carta dirigida a Tomás Guido, afirmó:

Marcha de San LorenzoCarlos J. Benielli y Cayetano A. Silva

Febo asoma; ya sus rayosiluminan el histórico convento;

tras los muros, sordo ruidooír se deja de corceles y de acero;

son las huestes que preparaSan Martín para luchar en San Lorenzo;el clarín estridente sonóy a la voz del gran jefea la carga ordenó.

Avanza el enemigoa paso redoblado,al viento desplegadosu rojo pabellónal viento desplegadosu rojo pabellón.

Y nuestros granaderos,aliados de la gloria,inscriben en la historiasu página mejor.Inscriben en la historiasu página mejor.

Cabral, soldado heroico,cubriéndose de gloria,cual precio a la victoria,su vida rinde, haciéndose inmortal.

Y allí, salvó su arrojo,la libertad nacientede medio continente.¡Honor, honor al gran Cabral!

Y allí, salvo su arrojo,la libertad nacientede medio continente.¡Honor, honor al gran Cabral!

Marchas.......

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“Usted sabe que yo no pertenezco a ningúnpartido; me equivoco, yo soy del partidoamericano...”

San Martín previó la relación entre independen-cia nacional y unidad continental; todo unmandato de unidad que el Libertador nos trans-mitiera, y que hasta el día de hoy no se realizó.Sin embargo, en la medida en que una misma

forma política -la Democracia- nos reúne, y fun-damentalmente en cuanto soplan vientos deLibertad en vastas regiones de Sudamérica -conla UNaSur en marcha-, el anhelo de integraciónregional que sembraron los padres fundadores,cobra renovada fuerza. Entre el inmenso legadoque nos dejara este General de hombres libres,se destaca por su vigencia, ya como tarea pen-diente que heredamos, el hacer de nuestraAmérica Latina una Patria Grande.

Abrazo de San Martín con O’HiguinsMerceditas

Máximas de San Martín a su hija

La historia oficial ha sido siempre funcional a los interesesde la clase dominante. Es por ello que sus escribas se han

esmerado en enseñarnos un San Martín bien alejado de laRevolución de Mayo –para nosotros democrática y popular-,caracterizada por ellos como separatista y antihispánica.

Aquel héroe de bronce -que a los 34 años de edad, con 27 deellos vividos en España, vuelve a su tierra natal, según la his-toria oficial, “por el llamado de las fuerzas telúricas”, trashaber encabezado batallas del ejército español contra lainvasión napoleónica- es justamente la negación del relatooficial ¿Cómo explican que habiendo luchado encarnizada-mente por España llegue al puerto de Buenos Aires paraproseguir la lucha en una revolución que se supone, justa-mente, antihispánica?

En verdad, San Martín –junto a otros españoles- viaja a estastierras para continuar una pelea que ya no puede librar enEuropa: la lucha por la revolución democrática contra elabsolutismo y la tiranía, protagonizada en España por lasJuntas Populares. Hay una única causa, a un lado y otro delAtlántico. Dirá San Martín: “La revolución de España es de lamisma naturaleza que la nuestra: ambas tienen la libertadpor objeto y la opresión por causa”.1 Solo algunos añosdespués, entre 1815 y 1816, se declarará independentista,cuando -a la caída de Napoleón- Fernando VII retorna altrono español, traicionando la vocación democrática popular,avivando nuevos tiempos déspotas, aquí y allá.

A cargo del Ejército del Norte, San Martín conoce y apoya lalucha de guerrillas de Güemes y cae en la cuenta de la imposi-bilidad de llegar a los realistas por esa ruta. Es entonces cuan-do avizora llegar a Perú vía Chile. Ya como gobernador deCuyo, organiza el Ejército de los Andes con algunos recursosenviados desde Buenos Aires pero, fundamentalmente,mediante una política económica de desarrollo de la

Natalia S. Marques de Oliveira

Sobre actos escolares y otras yerbas

El Generalde la Patria Grande

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economía regional cuyana, fomentando una audaz industriaarmamentística. Así, cruza la cordillera con una expediciónchileno-argentina, bajo la bandera del Ejército de los Andes.

Obtenido el triunfo en Chile, la situación se torna complica-da debido a que Buenos Aires escatima los recursos y le exigea San Martín que regrese, temerosa ante el peligro mon-tonero y artiguista. Con diferentes excusas, el General dilatadurante casi un año la situación. Termina obteniendo losrecursos necesarios del gobierno chileno. Los reclamosprosiguen, pero él los desoye y privilegia la lucha por la li-bertad americana contra el absolutismo. En 1820 el ejércitocomienza el viaje hacia el Perú. Allí, las tropas realistas sonderrotadas y el Cabildo Abierto se expide a favor de declararla independencia peruana. Después del encuentro enGuayaquil, pasa a Bolívar la posta y se retira de las contien-das. Tras una corta estadía en Mendoza y luego en BuenosAires, se embarca en exilio hacia Europa, durante el gobier-no entreguista de Rivadavia, a quien llega a retar a duelo.Años más tarde, mantiene correspondencia con Rosas llegan-do a poner su espada al servicio de éste y de la patria enocasión de la invasión anglo-francesa y lo nombra luegoheredero de su sable, aquel que usara en la lucha emanci-padora.

Luego de San Martín, la historia de estas tierras ha transcur-rido en medio de avanzadas y retrocesos del campo popular:sufrimos derrotas ante las minorías históricas que quisieron–y quieren- un país para pocos, subordinado al imperio, unapatria chica mirando a Europa, con una economía atada alcomercio mundial; ganamos cada vez que el proyecto deemancipación nacional, popular y democrático se puso enmarcha, dignificando al pueblo bajo las banderas de la inde-pendencia económica, la soberanía política y la justicia social.

Corren buenos tiempos, General. Su lucha no ha sido envano: los estados, otrora desunidos, de América del Sur unensus voces y se alzan en grito de libertad contra el imperio.Porque la América emancipada con que San Martín soñó esla Patria Grande que día a día estamos construyendo.

“Porque tenemos historia

es que podemos construir futuro”

1 San Martín, Manifiesto al pueblo peruano,1821, en El santo de la Espada, RicardoRojas, Edit. Losada, 1948, p. 329.

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Estamos acostumbrados a recordar ciertasfechas patrias, como si se tratara de acon-

tecimientos aislados, sin poder ver las arti-culaciones que están a la vista de cualquieraque se disponga a leer la Historia no comoletra muerta, no fragmentariamente, sino enmovimiento; es decir, como el estudio de unencadenamiento de hechos que planteanproblemas a resolver, contradicciones y sínte-sis que tienen como basamento la vida bu-llente en el devenir de las relaciones socialeslo que al mismo tiempo es dar cuenta delpapel que juegan en la puja económica ypolítica las ideas, las que por cierto emanandel seno de la vida material y concreta degrandes masas de individuos.

Por eso, abordar la fecha del 9 de Julio eneste sentido crítico, a partir de una miradacomprometida con la verdad y el BienComún, nos lleva justamente a subvertir unalectura a la que estamos acostumbradosdesde la más tierna infancia, esto es el que-darnos con la foto vacía de la Casa deTucumán, e imaginarnos el Congreso allíreunido como una justa de “campeones” delpatriotismo, o falsamente suponer que en ese

día tan históricamentenacional, se puso en marcha el reloj de laargentinidad.

Entonces, si entendemos la Historia como unencadenamiento de fluctuaciones económi-co-sociales y políticas, llegamos a la siguienteconclusión: la declaración de la Independen-cia es la resultante de todo un proceso históri-co que se había iniciado un tiempo antes, araíz de los sucesos de Mayo lo que remite a lasituación creada en la Península Ibérica comoconsecuencia de la invasión napoleónica, delo que resultara depuesto el rey Fernando VII,que concluyen en la jornada del 25 con elestablecimiento del Primer Gobierno Patrio,el que asume jurando una ambigua fidelidadal rey español, momentáneamente apartadodel poder.

Precisamente en ese momento inaugural, laPrimera Junta estableció en su acta de consti-tución, que perduraría hasta la reunión de unCongreso General en el que estaría represen-tado el interior de las Provincias Unidas delRío de la Plata, para allí determinar la nuevaforma de gobierno. Claro que el camino parallegar hasta ahí no era directo, deberían

9 de Julio

Día de la Independencia

Por Manuel Barcia

atravesarse distintas formaciones políticas,producto de la puja de intereses, lo queremitía a toda una serie de antinomiascruzadas, aunque fundamentalmente la con-frontación era entre los personeros de losintereses económicos sectoriales, y los autén-ticos patriotas, quienes ponían su inteligen-cia y su pasión al servicio de la causa de supaís y su pueblo; se sucederían entonces laJunta Grande, el Primer y el SegundoTriunvirato, y luego finalmente la convocato-ria de éste a la Asamblea del año XIII, hechofundamental que va a marcar un antes y undespués, ya que al autoproclamarse la mismacomo representante de la soberanía de lasProvincias Unidas del Río de la Plata, con ello

se dejaba de lado toda invocación al Reydepuesto, y se empezaba así a poner fin a ladependencia de la corona española. Tambiénhubo por esos días toda una serie de proyec-tos de Constitución que no llegaron atratarse. Además se estableció momentánea-mente una nueva forma de ordenamientogubernamental: el Directorio.

Ya como resultado de la dinámica posterior adicha Asamblea, queda plasmado el EstatutoProvisional de 1815, que en el artículo 30 serefiere a la elaboración de la Constitución,para lo cual se reunirían los representantes enTucumán, para definir la instalación de unCongreso General, que tendría por objetivola Declaración de la Independencia y elestablecimiento de la forma de gobierno.Dicho Congreso de Tucumán declaró al fin laIndependencia el 9 de Julio de 1816. Debidoa las diferencias doctrinarias de los congre-sales, no pudo llegarse a un acuerdo con

respecto a la forma política, y la nación reciénnacida, por el momento seguía sin tener unaConstitución. El mismo se llevó a cabo en lascircunstancias internacionales más adversas,con la Restauración monárquica ya consolida-da, pero el cambio de estructuras, es decir elsalto cualitativo del capitalismo colonial alneocolonial era irreversible, porque laRevolución ya se había puesto en marcha, ynada ni nadie la podía parar.

Desde Mayo entonces estuvo rondando estaidea de Independencia y Constitución en lascabezas más apasionadas -Belgrano, Castelli,Moreno, Monteagudo, French, Berutti,Vieytes y otros-, pero para efectivizar ese

proyecto, la lucha por el poder empezabainevitablemente a perfilarse como una luchaarmada para la cual se debía partir de unaorganización político-militar. El jefe de larebelión, ya tenía nombre y apellido antes desu primera batalla, y como ya sabemos no eraotro que don José de San Martín, quiendesembarcó en Buenos Aires un 9 de marzode 1812, y que ya venía desde Europa comomiembro de una sociedad secreta de caráctermasónico y liberal, que tenía por objetivo tra-bajar por la Emancipación de Sudamérica.Estamos hablando de la Logia Lautaro, esasociedad patriótica de la cual formaba parteSan Martín, la que se planteó desde sus orí-genes la Independencia nacional, tanto comola confección de una Constitución a partir dela cual debería regirse nuestro país. Esta orga-nización política sería el punto de partida delproyecto independentista, el cual era imposi-ble sin un poderoso brazo armado, real artí-fice de la gesta emancipatoria, ya sea en el

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Monteagudo, Vieytes, Castelli, Berutti, French, Belgrano y Moreno

Norte con el general Manuel Belgrano a la cabezade su Ejército, o con las montoneras del generalMartín Miguel de Güemes y su guerra de guerri-llas, que le puso cerrojo a los realistas desbaratan-do una y otra vez sus avances, ya sea en los Andescon la tropa invencible del Libertador.

Pero hablar de San Martín, es hablar de aquellacomunión de hombres libres que hizo posiblenuestra Independencia, porque así como no hayfábricas sin obreros, no hay ejército sin soldados,más o menos anónimos, desinteresados, heroicossin pretenderlo, y enrolados en los estratos máshumildes de la población de aquel entonces:indios, negros, gauchos en general, ese batallónde morenos malvestidos y malcomidos que ya noera el bien atildado Regimiento de Granaderos,sino el pueblo en armas, la América insurrectaponiéndole el pecho a las balas del Imperio y yano más dispuesta a hincarse de rodillas ante laprepotencia de las botas colonialistas.

¿Qué hubiera sido de San Martín, sin el soldadonegro Juan Bautista Cabral? Esos desarrapados sinnombre y sin rostro eran San Martín, y San Martínera todos y cada uno de ellos.

Sabemos perfectamente que sin el trabajo degrandes masas de hombres, la RevoluciónIndustrial no hubiera sido posible. Ni la GloriousRevolution, ni la Revolución Francesa, niNapoleón, ni Carlos IV, ni Fernando VII, ni lospadres fundadores son pensables ni posibles, niexisten en definitiva, si no hay unas fuerzas pro-ductivas, un mercado y una sociedad que lo deter-minen. El proceso independentista enLatinoamérica, debe ser entendido al fin como elproducto del auge de una burguesía imperial, a

nivel planetario -expresada en la política comer-cial británica-, lo que al mismo tiempo venía aimplicar el establecimiento definitivo de los con-tingentes humanos que, como mano de obra pro-letaria “libre” -ya no más esclava, ni colonial-harían posible en ese estadio neocolonial, eldesarrollo del capitalismo a nivel mundial. (Y conello quedarían sentadas las bases para el ingresoen la época del imperialismo, y la futura dialécticaentre éste y las naciones recién configuradasmerced a una revolución esencialmente política.)

La gesta de la Independencia, es un enormeavance en ese sentido. La Independencia políticaconsagrada en 1816, no fue la obra de ningúngrupo de iluminados, sino el efecto de unas deter-minadas circunstancias; a pesar de su alcance for-mal, con ella quedó abierto el camino -en cuantoproceso inconcluso y entonces lanzado al por-venir-, de la Independencia económico-social.

En este objetivo histórico todavía en marcha paranuestro país y para América toda, el papel de lasmasas y en particular de la clase trabajadora,cobra singular relevancia. Esta SegundaIndependencia, conlleva la materialización delsueño de aquellos patriotas fundadores -la orga-nización de “una nueva y gloriosa nación”-, quesólo podrá advenir en una Sudamérica fuerte yunida, la Patria Grande que ya se vislumbraba enel ideal panamericano de los héroes de Mayo, fun-damentalmente expresado en el proyecto quedejaran trunco primero San Martín, y luego SimónBolívar. Este caro anhelo Latinoamericano, sólo sepodrá hacer real y efectivo, si se lo encara comouna auténtica construcción colectiva, en la largamarcha de las masas oprimidas hacia la instau-ración de un Poder Popular.

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Encuentro de San Martín., Belgrano y Güemes

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Actividades sugeridas para el 9 de Julio, Día de la Independencia.

Para trabajar en grupos, o individualmente:Relacionar la nota sobre el 9 de Julio, con los siguientes textos:

1

“Pese a su aparente carácter científico -encierto modo lo fue-, la obra histórica deMitre, en el orden filosófico, pertenece a lallamada escuela individualista. Tendenciaque ya Tucídides había sobrepujado y quehace girar a la historia, en oposición a laescuela colectivista, alrededor del indivi-duo de poderosa personalidad. Es sabida laimplicancia reaccionaria que está en labase política de esta escuela, que en tiem-pos de Mitre había sido puesta de modapor un conservador, Tomás Carlyle, y algomás tarde -y con mejores argumentos- porEmerson. Esta concepción de la historia sepregunta: ¿Quién predomina en el procesohistórico, el individuo o la masa?”

Hernández Arregui, Juan José; La formación de laconciencia nacional -Cáp. III, El nacionalismo dederecha en la Argentina-; Ediciones Continente;págg. 205-206; Buenos Aires, 2004.

Actividades

1

2

“… la Historia Universal, lo realizado por elhombre aquí abajo, es, en el fondo, la his-toria de los grandes hombres que entrenosotros laboraron. Modelaron la vidageneral grandes capitanes, ejemplos vivosy creadores en vasto sentido de cuanto lamasa humana procuró alcanzar o llevar acabo; todo lo que cumplido vemos y atraenuestra atención es el resultado material yexterno, la realización práctica, la formacorpórea, el pensamiento materializadode los grandes hombres. Su historia, paradecirlo claro, es el alma de la historia delmundo entero.”

Carlyle, Thomas; Los héroes; Aguilar S. A. deEdiciones; pág. 31; Ma-drid, 1985.

3

“La concepción materialista de la historia parte de la tesis de que la pro-ducción, y con ella el intercambio de sus productos, es la base de todo or-den social; de que en todas las sociedades que desfilan por la historia, la dis-tribución de los productos, así como la división social en clases o estamen-tos, se rigen por lo que se produce y cómo se produce y por el modo deintercambiar lo producido. Según eso, las causas últimas de todos los cam-bios sociales y de todas las revoluciones políticas no deben buscarse en lasmentes de los hombres ni en la idea cada vez más clara que se forjan de laverdad y la justicia eternas, sino en los cambios operados en el régimen deproducción y de cambio; han de buscarse no en la filosofía, sino en laeconomía de la época de que se trata.”

Engels, Friedrich; Antidühring -Sección tercera. Socialismo, II. Esbozo histórico-; pág. 217;Editorial Cartago; Buenos Aires, 1975.

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Actividades

1

“Y los S.S. habiendo salido al Balcón de estasCasas Capitulares, y oído que el Pueblo ratificópor aclamación el contexto de dicho pedimen-to o representación, después de haberse leídopor mí en altas e inteligibles voces, acordaronque debían mandar, y mandaban se erigieseuna nueva Junta de Gobierno compuesta de losS.S. expresados, en la representación de que seha hecho referencia, y en los mismos términos,que de ella aparece mientras se erige la Juntageneral del Virreinato. Lo II: que los S.S. queforman la precedente corporación comparecensin pérdida de momentos en esta Sala Capitulara prestar el juramento de usar bien y fielmentesus cargos, conservar la integridad de esta partede los dominios de América de nuestro AmadoSoberano el Sr. D. Fernando VII y sus legítimossucesores, y observar puntualmente las L. L. delReyno.”

Fragmento del “Acta Final de la Sesión del 25 de mayo de1810 -Reglamento del 25 de mayo de 1810“

2

“Verificada la reunión de la mayor partede los Diputados de las Provincias libres delRío de la Plata en la capital de BuenosAires, e instalada en el día de hoy laAsamblea general constituyente, ha decre-tado los artículos siguientes:1º Que reside en ella la representación, yejercicio de la soberanía de las ProvinciasUnidas del Río de la Plata, y que sutratamiento sea de Soberano Señor,quedando el de sus individuos en particu-lar con el de vmd. llano…”

Fragmento de “Decretos de la Soberana AsambleaGeneral Constituyente del año XIII -Soberanía-“.

3

“Nos los Representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reuni-dosen Congreso General, invocando el Eterno que preside al universo, en elnombre y por la autoridad de los Pueblos que representamos, protestandoal Cielo, a las naciones y hombres todos del globo, la justicia que regla nues-tros votos: Declaramos solemnemente a la faz de la tierra que, es voluntadunánime e indudable de estas Provincias romper los violentos vínculos quelas ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fuerondespojadas, e investirse del alto carácter de una Nación libre e indepen-diente del Rey Fernando VII sus sucesores y Metrópoli quedan en con-secuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse lasformas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstan-cias…”

Fragmento del “Acta de la Declaración de la Independencia Argentina -9 de Julio de 1816-“.

Leer los siguientes materiales:2

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“Y el Plan de Mariano Moreno? Admirable ya lo hemosdicho por su lucidez política, pero no es el programa de unarevolución democrática ni nada que se le parezca. Su obje-tivo era barrer a la burocracia virreinal y sus aliados -que talera el objetivo de la revolución política-. Pero nada más, yeso no es una revolución democrática. Es verdad queMariano Moreno invitaba al levantamiento de los gauchosorientales contra los restos del poder virreinal, pero tam-bién los españoles llamaban a los indios a levantarse contralos criollos. Es la táctica de provocar levantamientos en laretaguardia del enemigo, y nada más. Decir que esto eraprovocar “la insurrección popular” y que por tanto “el planmorenista respira por todos los poros el espíritu de la su-blevación de las masas contra el orden social existente yabre el cauce de una democracia amplia y efectiva”(Puiggrós, Caudillos, 55 y 57) es jugar con palabras. El le-vantamiento podía ser popular en el sentido de que parti-ciparían las grandes masas, pero no porque condujese alpueblo hasta el gobierno, ni menos aun porque se pro-pusiese la sublevación de las masas contra el orden socialexistente. El orden social era el régimen de los estancieros,de los comerciantes, de un lado, y del otro de los gauchos,peones, artesanos y domésticos. La sublevación contra eseorden social significaba dar las estancias a los gauchos,echar del cabildo a los hacendados y comerciantes y poneren su lugar a los gauchos, y demás trabajadores. Esto y sóloesto podía ser una sublevación social, es decir, un cambio declases. Pero suponer que Mariano Moreno tenía esto envista es entregarse a ese mismo fervor imaginativo quellevó a los intelectuales stalinistas a tomar en serio la justi-cia de los procesos de Moscú. El representante de los hacen-dados planteando una insurrección social de los gauchoscontra los hacendados es como un temporal con sol. Lomismo que la novela sobre “la democracia ancha y efecti-va” que abría el Plan de Moreno. ¿Democracia sustentadaen quién? Los gauchos no eran democráticos sino anarquis-tas, es decir, estaban contra toda forma de gobierno.”

Peña, Milcíades; Antes de Mayo; pag. 103-104; Ediciones Fichas; Buenos Aires, 1973.

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“No fueron ideales de libertad lascausales de la emancipación de Amé-rica. Hasta un liberal argentino, CarlosA. Aldao, antiespañolista, adversariode las masas del interior, no puedemenos de confesar que la indepen-dencia de los Estados Unidos y laRevolución Francesa poco gravitaronen los sucesos del Río de la Plata: ‘Lasperegrinaciones de Miranda por lascortes europeas buscando apoyo paraindependizar a las colonias españolas,ideas acogidas por el ministro británi-co Pitt, no tuvieron eco en el Río de laPlata. Lo prueba la conversación deBelgrano (hombre de letras educadoen Salamanca) con el prisionero ge-neral inglés Crawford, cuando elprimero admitía sin dificultad, que elpaís no estaría maduro para la inde-pendencia antes de un siglo’. Losingleses tenían otro criterio. Una acti-va propaganda, el espionaje y la for-mación de logias fueron parte de suplan desintegrador y de conquista.”

Hérnández Arregui, Juan José; Nacionalismo yLiberación -El siglo XIX, la caída de España y elnacimiento de las falsas nacionalidadesHispanoa-mericanas-; pagg. 79-80; EdicionesContinente; Buenos Aires, 2004.

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Actividades6

-“Se había dado un gran paso. Tras seis años de avances yretrocesos, de mucha lucha y sangre derramada, de fuertesdebates entre decididos e indecisos y muchos cambios en elpanorama internacional, se había declarado la independen-cia. Se había abandonado el ridículo, como decía SanMartín, de tener bandera, moneda, himno y guerrear con-tra España pero seguir, de hecho, reconociéndose depen-dientes. Parecían quedar atrás los retos a Belgrano porenarbolar la bandera y a Castelli por ‘ir demasiado lejos’.Las Provincias eran un territorio políticamente libre, pero laindependencia política no garantizaba la independenciaeconómica. Éramos políticamente independientes ‘deEspaña y de toda dominación extranjera’, pero España noshabía dejado en una situación económica muy débil, y esonos iba a llevar a que cayéramos en los brazos de otraspotencias europeas.”

Pigna, Felipe; Los mitos de la historia argentina -Incas, reyes y traidores:las vicisitudes de la independencia política-; pág 404-405; Grupo Edito-rialNorma; Buenos Aires, 2004.)

Conforme a lo que se desprende de la lectura y articulaciónde estos extractos, ¿por qué decimos Revolución cuandohablamos de los sucesos de Mayo, y de la guerra librada poraquella Primera Independencia?

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¿En qué escenario queda ubicada a partir de ahí,la imprescriptible “lucha de clases”?

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Evita

Una mujer... un pueblo, una hacedora indiscutidade justicia social en nuestro país

“No, no es el azar lo que pone a los hombres y a las mujeresal frente de grandes causas. Por el contrario, parece comoque las grandes causas preparasen el alma de sus hom-bres y de sus mujeres.”

Evita

Eva Duarte de Perón, Evita, nació el 7 de mayo de 1919 en Los Toldos, provinciade Buenos Aires. En 1935, migra a la ciudad de Buenos Aires para sumarse a la

Compañía Argentina de Comedias y desarrollar una carrera como actriz. Sinembargo, el camino iniciado se bifurca y, durante la siguiente década se despliegapara siempre lo que será su protagonismo político y una capacidad conductora quese suma al liderazgo del entonces Secretario de Trabajo, Juan Domingo Perón.

Sus primeros pasos como actriz, sin embargo, la comienzan a destacar como líder,debido a que, a la participación artística se suma un involucramiento en la luchasindical por los derechos de los trabajadores de radio, de los que es portavoz y porlo que se convierte en la Presidenta de la Agrupación Radial Argentina. En el año

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1944, se realiza un festival en beneficio de las vícti-mas del terremoto de San Juan, organizado porRadio Belgrano, y es allí donde las vidas de Perón yEvita se cruzan para siempre, cambiando con ello eldestino de nuestra patria y de los trabajadores. Alcalor de las luchas sociales y políticas que permi-tieron avanzar sobre las reivindicaciones delmovimiento obrero y tantos otros sectores relega-dos como las mujeres y los niños, y convertir a laArgentina en una sociedad más democrática y másjusta.

El movimiento de trabajadores, los llamadosdespectivamente “cabecitas negras” por las clasesdominantes; aquellos sectores popularespertenecientes a las clases subalternas de nuestropaís, cobraron un protagonismo social y políticoque venía gestándose con los movimientos políticos

y sociales de las décadas anteriores, en especial porlas luchas de anarquistas, socialistas y comunistas, ydurante el gobierno del radical Yrigoyen, pero querecién durante los gobiernos peronistas (1946-1955)fueron tomadas y “llevadas como bandera a la vic-toria”. En el primero de estos gobiernos, Evitacumplió un rol fundamental representando ge-nuinamente los sentimientos y deseos más profun-dos de aquellos “descamisados”, y convirtiendo susdemandas en derechos civiles, políticos, sociales que

“Yo no pude acostumbrarme alveneno y nunca, desde los once

años, me pareció natural y lógica la injusticia social.”

Evita en la Fundación Eva Perón

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quedarán para siempre en la memoria de su puebloy que marcarán un punto de inflexión en la legis-lación laboral y las políticas sociales de nuestro país. Renuncia en 1951 a acompañar en la fórmula pre-sidencial a su marido debido al padecimiento deuna grave enfermedad, y el 26 de Julio de 1952Evita pasó para la memoria popular a la inmortali-dad. Sin embargo, hasta sus últimos días, luchóintensamente en pos de hacer de nuestra patriauna sociedad donde reinara la justicia social.

“Si es, como usted dice, la causa del pueblo su propia causa, por muy lejos que haya que ir en el sacrificio no dejaré de estar a su lado, hasta desfallecer.

Él aceptó mi ofrecimiento. Aquel fue "mi día maravilloso".

El renunciamiento de Eva Peróón

22 de agosto de 1951

E l 22 de agosto de 1951, la CGT convoca a unaconcentración en apoyo de la fórmula presi-

dencial Juan Perón-Eva Perón. Nadie sabe si ellíder apoya la candidatura de su esposa. En laavenida 9 de Julio, una muchedumbre escuchalos discursos de Eva y Perón, quienes no mencio-nan el asunto. Sorpresivamente al final del acto elSecretario General de la CGT José Espejo reclamaa Evita un respuesta. El pedido es retomado porla multitud, que entabla con Evita un diálogotenso.

En forma cada vez más perentoria le exige unarespuesta que Evita procura dilatar, finalmente,Eva dice que hará lo que diga el pueblo y paraello pide una semana de plazo para tomar ladecisión. La gente abandona la plaza convencidade su aceptación.

Una semana después en un discurso radial, EvaPerón declina el ofrecimiento. De inmediato, losdirigentes partidarios elogian lo que empieza adenominarse “el renunciamiento”. Las presionesde sectores militares y de los grupos dominantesdefinieron la pulseada política para que la candi-datura de Evita no se produjera. Queda para lahistoria sus palabras: “Renuncio a los honores,pero no a la lucha”

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Y aunque deje en el camino jironesde mi vida, yo sé que ustedes levantarán mi nombre y lo llevaráncomo bandera a la victoria

Evita

El Coronel elogia mi puntualidad.- Es puntual como los alemanes -dice. - O como los ingleses.

El Coronel tiene apellido alemán. Es un hombrecorpulento, canoso, de cara ancha, tostada.

- He leído sus cosas -propone-. Lo felicito.

Mientras sirve dos grandes vasos de whisky, meva informando, casualmente, que tiene veinteaños de servicios de informaciones, que ha estu-diado filosofía y letras, que es un curioso del arte.No subraya nada, simplemente deja establecido elterreno en que podemos operar, una zona vaga-mente común.

Desde el gran ventanal del décimo piso se ve laciudad en el atardecer, las luces pálidas del no.Desde aquí es fácil amar, siquiera momentánea-mente, a Buenos Aires. Pero no es ninguna formaconcebible de amor lo que nos ha reunido.

El Coronel busca unos nombres, unos papelesque acaso yo tenga.

Yo busco una muerta, un lugar en el mapa. Aunno es una búsqueda, es apenas una fantasía: laclase de fantasía perversa que algunos sospechanque podría ocurrírseme.

Algún día (pienso en momentos de ira) iré a bus-carla. Ella no significa nada para mi, y sin embar-go iré tras el misterio de su muerte, detrás de susrestos que se pudren lentamente en algún remo-to cementerio. Si la encuentro, frescas altas olas decólera, miedo y frustrado amor se alzarán,poderosas vengativas olas, y por un momento yano me sentiré solo, ya no me sentiré como unaarrastrada, amarga, olvidada sombra.

El Coronel sabe dónde está. Se mueve con facilidad en el piso de muebles

ampulosos, ornado de marfiles y de bronces, deplatos de Meissen y Canton. Sonrío ante elJongkind falso, el Figari dudoso. Pienso en la cara

que pondría si le dijera quién fabrica los Jongkind,pero en cambio elogio su whisky.

El bebe con vigor, con salud, con entusiasmo,con alegría, con superioridad, con desprecio. Sucara cambia y cambia, mientras sus manos gordashacen girar el vaso lentamente.

- Esos papeles -dice. Lo miro. - Esa mujer, Coronel. Sonríe. - Todo se encadena -filosofa.

A un potiche de porcelana de Viena le falta unaesquirla en la base. Una lámpara de cristal estárajada. El Coronel, con los ojos brumosos y son-riendo, habla de la bomba.

- La pusieron en el palier. Creen que yo tengo laculpa. Si supieran lo que he hecho por ellos, esosroñosos. - ¿Mucho daño? -pregunto. Me importa un carajo. - Bastante. Mi hija. La he puesto en manos de unpsiquiatra. Tiene doce años -dice.

El Coronel bebe, con ira, con tristeza, con miedo,con remordimiento. Entra su mujer, con dos pocillos de café.

- Contale vos, Negra.

Ella se va sin contestar; una mujer alta, orgullosa,con un rictus de neurosis. Su desdén queda flotan-do como una nubecita.

- La pobre quedó muy afectada -explica elCoronel-. Pero a usted no le importa esto. - ¡Cómo no me va a importar!... Oí decir que alcapitán N y al mayor X también les ocurrió algunadesgracia después de aquello.

El Coronel se ríe. efe

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Esa mujerRodolfo WalshLos oficios terrestres. 1966

Para Nivel Medio

- La fantasía popular -dice-. Vea cómo trabaja.Pero en el fondo no inventan nada. No hacen másque repetir.

Enciende un Marlboro, deja el paquete a mialcance sobre la mesa.

- Cuénteme cualquier chiste -dice. Pienso. No seme ocurre. - Cuénteme cualquier chiste político, el quequiera, y yo le demostraré que estaba inventadohace veinte años, cincuenta años, un siglo. Que seusó tras la derrota de Sedán, o a propósito deHindenburg, de Dollfuss, de Badoglio. - ¿Y ésto? - La tumba de Tutankamón -dice el Coronel-. LordCarnavon. Basura.

El Coronel se seca la transpiración con la manogorda y velluda.

- Pero el mayor X tuvo un accidente, mató a sumujer. - ¿Qué más? -dice, haciendo tintinear el hielo en elvaso. - Le pegó un tiro una madrugada. - La confundió con un ladrón -sonríe el Coronel.Esas cosas ocurren. - Pero el capitán N... - Tuvo un choque de automóvil, que lo tienecualquiera, y más él, que no ve un caballo ensilla-do cuando se pone en pedo. - ¿Y usted, Coronel? - Lo mío es distinto -dice-. Me la tienen jurada. Separa, da una vuelca alrededor de la mesa. - Creen que yo tengo la culpa. Esos roñosos nosaben lo que yo hice por ellos. Pero algún día se vaa escribir la historia. A lo mejor la va a escribirusted. - Me gustaría. - Y yo voy a quedar limpio, yo voy a quedar bien.No es que me importe quedar bien con esosroñosos, pero sí ante la historia, ¿comprende? - Ojalá dependa de mí, Coronel. - Anduvieron rondando. Una noche, uno se animó.Dejó la bomba en el palier y salió corriendo.

Mete la mano en una vitrina, saca una figurita deporcelana policromada, una pastora con un cestode flores.

- Mire.

A la pastora le falta un bracito.

-Derby -dice-. Doscientos años.

La pastora se pierde entre sus dedos repentina-mente tiernos. El Coronel tiene una mueca de fie-rro en la cara nocturna, dolorida.

- ¿Por qué creen que usted tiene la culpa? - Porque yo la saqué de donde estaba, eso es cier-to, y la llevé donde está ahora, eso también escierto. Pero ellos no saben lo que querían hacer,esos roñosos no saben nada, y no saben que fui yoquien lo impidió.

El Coronel bebe, con ardor, con orgullo, confiereza, con elocuencia, con método.

- Porque yo he estudiado historia. Puedo ver lascosas con perspectiva histórica. Yo he leído aHegel. - ¿Que querían hacer? - Fondearla en el rió, tirarla de un avión, quemar-la y arrojar los restos por el inodoro, diluirla enácido. ¡Cuánta basura tiene que oír uno! Este paísestá cubierto de basura, uno no sabe de dóndesale tanta basura, pero estamos todos hasta elcogote. - Todos, Coronel. Porque en el fondo estamos deacuerdo, ¿no? Ha llegado la hora de destruir.Habría que romper todo. - Y orinarle encima. - Pero sin remordimientos, Coronel. Enarbolandoalegremente la bomba y la picana. ¡Salud! -digolevantando el vaso.

No contesta. Estamos sentados junto al ventanal.Las luces del puerto brillan: azul mercurio. De aratos se oyen las bocinas de los automóviles, arras-trándose lejanas como las voces de un sueño. ElCoronel es apenas la mancha gris de su cara sobrela mancha blanca de su camisa.

- Esa mujer -le oigo murmurar-. Estaba desnuda enel ataúd y parecía una virgen. La piel se le habíavuelto transparente. Se veían las metástasis delcáncer, como esos dibujitos que uno hace en unaventanilla mojada.

El Coronel bebe. Es duro.

- Desnuda -dice-. Éramos cuatro o cinco y noqueríamos mirarnos. Estaba ese capitán de navío,

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y el gallego que la embalsamó, y no me acuerdoquién más. Y cuando la sacamos del ataúd -elCoronel se pasa la mano por la frente-, cuando lasacamos, ese gallego asqueroso...

Oscurece por grados, como en un teatro. La caradel Coronel es casi invisible. Solo el whisky brillaen su vaso, como un fuego que se apaga despacio.Por la puerta abierta del departamento lleganremotos ruidos. La puerta del ascensor se ha cerra-do en la planta baja, se ha abierto más cerca. Elenorme edificio cuchichea, respira, gorgotea consus cañerías, sus incineradores, sus cocinas, suschicos, sus televisores, sus sirvientas. Y ahora elCoronel se ha parado, empuña una metralleta queno le vi sacar de ninguna parte, y en puntas de piecamina hacia el palier, enciende la luz de golpe,mira el ascético, geométrico, irónico vacío delpalier, del ascensor, de la escalera, donde no hayabsolutamente nadie, y regresa despacio, arras-trando la metralleta.

- Me pareció oír. Esos roñosos no me van a agarrardescuidado, como la vez pasada.

Se sienta, más cerca del ventanal ahora. La metra-lleta ha desaparecido y el Coronel divaga nueva-mente sobre aquella gran escena de su vida.

-... se le tiró encima, ese gallego asqueroso. Estabaenamorado del cadáver, la tocaba, le manoseabalos pezones. Le di una trompada, mire -el Coronelse mira los nudillos-, que lo tiré contra la pared.Está todo podrido, no respetan ni a la muerte. ¿Lemolesta la oscuridad? - No. - Mejor. Desde aquí puedo ver la calle. Y pensar.Pienso siempre. En la oscuridad se piensa mejor.Vuelve a servirse un whisky. - Pero esa mujer estaba desnuda -dice, argumentacontra un invisible contradictor-. Tuve que taparleel monte de Venus, le puse una mortaja y el cin-turón franciscano.

Bruscamente se ríe.

- Tuve que pagar la mortaja de mi bolsillo. Mil cua-trocientos pesos. Eso le demuestra, ¿eh? Eso ledemuestra.

Repite varias veces "Eso le demuestra", como unjuguete mecánico, sin decir qué es lo que eso medemuestra.

- Tuve que buscar ayuda para cambiarla de ataúd.Llamé a unos obreros que había por ahi. Figúresecómo se quedaron. Para ellos era una diosa, qué séyo las cosas que les meten en la cabeza, pobregente. - ¿Pobre gente? - Si, pobre gente. -El Coronel lucha contra unaescurridiza cólera interior.- Yo también soyargentino. - Yo también, Coronel, yo también. Somos todosargentinos. - Ah, bueno -dice. - ¿La vieron así? - Si, ya le dije que esa mujer estaba desnuda. Unadiosa, y desnuda, y muerta. Con toda la muerte alaire, ¿sabe? Con todo, con todo...

La voz del Coronel se pierde en una perspectivasurrealista, esa frasecita cada vez más remotaencuadrada en sus líneas de fuga, y el descenso dela voz manteniendo una divina proporción o qué.Yo también me sirvo un whisky.

- Para mi no es nada -dice el Coronel-. Yo estoyacostumbrado a ver mujeres desnudas. Muchas enmi vida. Y hombres muertos. Muchos en Polonia,el '39. Yo era agregado militar, dese cuenta. Quiero darme cuenta, sumo mujeres desnudasmás hombres muertos, pero el resultado no meda, no me da, no me da... Con un solo movimien-to muscular me pongo sobrio, como un perro quese sacude el agua. - A mí no me podía sorprender. Pero. ellos... - ¿Se impresionaron? - Uno se desmayó. Lo desperté a bofetadas. Ledije: "Maricón, esto es lo que hacés cuando tenésque enterrar a tu reina? Acordate de San Pedro,que se durmió cuando lo mataban a Cristo".Después me agradeció.

Miro la calle. "Coca" dice el letrero, plata sobrerojo. "Cola" dice el letrero, plata sobre rojo. Lapupila inmensa crece, círculo rojo tras concéntricocírculo rojo, invadiendo la noche, la ciudad, elmundo. "Beba."

- Beba -dice el Coronel. Bebo. - ¿Me escucha? - Lo escucho. - Le cortamos un dedo. - ¿Era necesario?

El Coronel es de plata, ahora. Se mira la punta del

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índice, la demarca con la uña del pulgar y la alza.

- Tantito así. Para identificarla. - ¿No sabían quién era?

Se ríe. La mano se vuelve roja. "Beba."

- Sabíamos, si. Las cosas tienen que ser legales. Eraun acto histórico, ¿comprende? - Comprendo. - La impresión digital no agarra si el dedo estámuerto. Hay que hidratarlo. Más tarde se lo pe-gamos. - ¿Y? - Era ella. Esa mujer era ella. - ¿Muy cambiada? - No, no, usted no me entiende. Igualita. Parecíaque iba a hablar, que iba a... Lo del dedo es paraque todo fuera legal. El profesor R. controló todo,hasta le sacó radiografías. - ¿El profesor R.? - Si. Eso no lo podía hacer cualquiera. Hacía faltaalguien con autoridad científica, moral. En algún lugar de la casa suena, remota, entrecor-tada, una campanilla. No veo entrar a la mujer delCoronel, pero de pronto esta ahí, su voz amarga,inconquistable:

- ¿Enciendo? - No. - Teléfono. - Deciles que no estoy. Desaparece. - Es para patearme -explica el Coronel-. Me llamana cualquier hora. A las tres de la madrugada, a lascinco. - Ganas de joder -digo alegremente. - Cambié tres veces el número del teléfono. Perosiempre lo averiguan. - ¿Qué le dicen? - Qué a mi hija le agarre la polio. Que me van acortar los huevos. Basura.

Oigo el hielo en el vaso, como un cencerro lejano.

- Hice una ceremonia, los arengué. Yo respeto lasideas, les dije. Esa mujer hizo mucho por ustedes.Yo la voy enterrar como cristiana. Pero tienen queayudarme.

El Coronel está de pie y bebe con coraje, con exas-peración, con grandes y altas ideas que refluyensobre él como grandes y altas olas contra unpeñasco y lo dejan intocado y seco, recortado y

negro, rojo y plata.

- La sacamos en un furgón, la tuve en Viamonte,después en 25 de Mayo, siempre cuidándola, pro-tegiendola, escondiéndola. Me la querían quitar,hacer algo con ella. La tapé con una lona, estabaen mi despacho, sobre un armario, muy alto.Cuando me preguntaban qué era, les decía queera el transmisor de Córdoba, la Voz de laLibertad.

Ya no sé dónde está el Coronel. El reflejo plateadolo busca, la pupila roja. Tal vez ha salido. Tal vezambula entre los muebles. El edificio huele vaga-mente a sopa en la cocina, colonia en el baño,pañales en la cuna, remedios, cigarrillos, vida,muerte.

- Llueve -dice su voz extraña.

Miro el cielo: el perro Sirio, el cazador Orión.

- Llueve día por medio -dice el Coronel-. Día pormedio llueve en un jardín donde todo se pudre,las rosas, el pino, el cinturón franciscano. Dónde, pienso, dónde. - ¡Está parada! -grita el Coronel-. ¡La enterré para-da, como Facundo, porque era un macho!

Entonces lo veo, en la otra punta de la mesa. Y porun momento, cuando el resplandor cárdeno lobaña, creo que llora, que gruesas lágrimas le res-balan por la cara.

- No me haga caso -dice, se sienta-. Estoy borracho. Y largamente llueve en su memoria. Me paro, letoco el hombro. - ¿Eh? -dice-. ¿Eh? -dice.

Y me mira con desconfianza, como un ebrio quese despierta en un tren desconocido.

- ¿La sacaron del país? - Si. - ¿La sacó usted? - Sí. - ¿Cuántas personas saben? - Dos. - ¿El Viejo sabe? Se ríe. - Cree que sabe. - ¿Dónde? No contesta.- Hay que escribirlo, publicarlo. - Si. Algún día.

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Parece cansado, remoto. - ¡Ahora! -me exaspero-. ¿No le preocupa la histo-ria? ;Yo escribo la historia, y usted queda bien,bien para siempre, Coronel!

La lengua se le pega al paladar, a los dientes.

- Cuando llegue el momento..., usted será elprimero... - No, ya mismo. Piense. Paris Match. Life. Cinco mildólares. Diez mil. Lo que quiera. Se ríe. - ¿Dónde, Coronel, dónde?

Se para despacio, no me conoce. Tal vez va a pre-guntarme quién soy, qué hago ahí. Y mientras salgo derrotado, pensando que tendréque volver, o que no volveré nunca. Mientras midedo índice inicia ya ese infatigable itinerario porlos mapas, uniendo isoyetas, probabilidades, com-plicidades. Mientras sé que ya no me interesa, yque justamente no moveré un dedo, ni siquiera enun mapa, la voz del Coronel me alcanza como unarevelación:

-Es mía -dice simplemente-. Esa mujer es mía.

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Actividades

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Investigar la biografía deRodolfo Walsh.

Relacionar su obra periodística,literaria y su compromiso políticocon el contenido del cuento.

Relacionar y debatir el contenidodel cuento “Esa mujer” con latrascendencia política y social deEva Perón y con la construccióndel “mito”.

Trabajamos con el cuento, �“Esa mujer”� de Rodolfo Walsh

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22 de agosto 1972

Recordamos la masacre deTrelew• Alejandro Ulla (PRT-ERP) • Alfredo Kohon (FAR) • Ana María Villarreal de Santucho (PRT-ERP) • Carlos Alberto del Rey (PRT-ERP) • Carlos Astudillo (FAR) • Clarisa Lea Place (PRT-ERP) • Eduardo Capello (PRT-ERP) • Humberto Suárez (PRT-ERP) • Humberto Toschi (PRT-ERP) • José Ricardo Mena (PRT-ERP) • María Angélica Sabelli (Montoneros) • Mariano Pujadas (Montoneros) • Mario Emilio Delfino (PRT-ERP) • Miguel Ángel Polti (PRT-ERP) • Pedro Bonet (PRT-ERP) • Susana Lesgart (Montoneros)

• Alberto Miguel Camps (FAR -Desaparecido luego en 1977) • María Antonia Berger (FAR -Desaparecida en 1979) • Ricardo René Haidar(Montoneros - Desaparecido en1982)

Sobrevivientes de la masacre

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Actividades sugeridas

Investigar el contexto histórico en sedesarrolló la masacre de Trelew.

Relacionar con la masacre y los fusi-lamientos de José León Suarez.

Trabajar con los medios de comunicación e información (diarios,revistas, noticieros, web, etc): ¿Cuál es la postura en la actualidad delos distintos organismos de DerechosHumanos con relación a este suceso derepresión y asesinato político durantela dictadura de Lanusse?

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E l 15 de agosto de 1972, en la postrimería dela dictadura del General Alejandro Agustín

Lanusse, veinticinco presos políticos pertene-cientes al PRT-ERP (Partido Revolucionario delos Trabajadores- Ejército Revolucionario delPueblo); las FAR (Fuerzas Armadas Revolu-cionarias) y Montoneros, se fugaron del penalde Rawson en la provincia de Chubut. Seis deellos lograron llegar al Chile de SalvadorAllende. Diecinueve no alcanzaron a subir alavión. Se entregaron luego de acordar públi-camente garantías para su integridad física.

El 22 de agosto los diecinueve prisionerosfueron fusilados a mansalva con ráfagas deametralladoras en la base naval Almirante Zar.El parco comunicado oficial del gobierno alrespecto fue brindado a la prensa por el con-tralmirante Hermes Quijada, jefe del EstadoMayor conjunto. La versión oficial del sucesoindicaba que se había producido un nuevointento de fuga, con 16 muertos y tres heridosentre los prisioneros, pero sin bajas en las filasde la Marina.

La misma noche del 22, el gobierno sancionóla ley 19.797 que prohibía toda difusión deinformaciones sobre organizaciones políticomilitares. En los días sucesivos, hubo mani-festaciones populares en las principales ciu-dades de la Argentina en repudio a lamasacre. Como antes había sucedido en lamasacre de José León Suárez, algunos sobre-vivieron para contar la historia, para mante-ner viva la memoria, para no olvidar, ni per-donar.

Actividades

A 38 años de los fusilamientos de la Base Almirante Zar, la Cámarade Casación confirmó que las ejecuciones fueron Delitos de Lesa

Humanidad y por lo tanto Imprescriptibles.

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Actividades

Recursos para docentesLibros

La Pasión según TrelewTomás Eloy Martínez

Publicada por primeravez en 1973, prohibidaa fines de ese año yquemada en una guar-nición militar.

La Patria FusiladaPaco Urondo

Tres fueron los sobre-vivientes que relatan loshechos que vivieronaquella noche. La entre-vista se realizó en la cár-cel de Villa Devoto, el 24de marzo de 1973.

Trelew. La fuga que fue masacreMariana Arruti

Película Documental contadapor los protagonistas. Los mili-tantes que participaron, losfamiliares, la gente del lugar, losguardiacárceles, los abogados.

Junio 1973

Agosto 1973Edición año 2008

Películas

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Las fechas centrales que se recuerdanmantienen entre sí una relación que las

unifica, la mayoría se refieren a los orígenesde la Nación. Esto las distingue de los otroscontenidos de la currícula de cienciassociales -historia-. Por ejemplo: en el 25 deMayo se recuerda el primer gobiernopatrio, y el intento de nación embrionaria,el 20 de junio con la creación de la banderase da cuenta del símbolo que distingue adicha Nación, el 9 de julio se legaliza la exis-tencia de la Nación y deja de ser embriona-ria, el 17 de agosto se recuerda al Libertadorde la Nación, al Padre de la Patria, el 11 deseptiembre con la muerte de Sarmiento, serecuerda a quien sintetiza la idea de organi-zación nacional con “la espada, con lapluma y la palabra”, nótese el orden de laspalabras que “simbolizan” al Estado NaciónModerno recién fundado. Siguiendo estesentido, desde la mirada tradicional, el 12de Octubre con la llegada de los europeosconquistadores, se da comienzo a la llegadade un modelo “civilizatorio” –y genocida-que nos caracterizaría a “futuro” comoNación.

Todas las fechas señalan un punto de inicioen la construcción de la nacionalidad, y dancuenta del origen. Este origen es imposiblede fechar con la supuesta exactitud de unaefeméride, de ahí el “misterio”. Los mitos,son una búsqueda permanente del enigmasobre “el origen”. Solo en el mito puedeexistir una respuesta ilusoria sobre la ubi-cación temporal o territorial del origen. Esteenigma será lo que dinamizará la cultura delos hombres sintetizada en: “¿De dóndevenimos? y ¿Hacia dónde vamos?

En síntesis las efemérides pueden ser consid-eradas como mitos al participar de labúsqueda de nuestro origen como nación,cultura, civilización, colectivo, patria,pueblo, sociedad, etc. Pero ocurre que alrepetirse año tras año y al no conservar unaestructura que incluya simultáneamente, elpasado, el presente y el futuro va perdien-do su poder de respuesta.1 Cuando pierdensentido se hace necesario removerlas comotales (dejan de ser mitos) para buscarnuevas significaciones, que recuperen elpoder explicativo que han perdido.

Esta búsqueda implica mirar a la historiadesde las preguntas y las necesidades quenos formulamos desde nuestra contempo-raneidad, esto es el motor para la búsquedade nuevas respuestas. Lo que sucedió, y loque sucede siempre cobra sentido después,a partir de algo nuevo que resignifica losucedido, lo nuevo de esta forma, logra

Sobre el mitodel origen

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resignificación y asigna nuevos espacioshistóricos. Los acontecimientos y procesosde la historia que se reactualizan con lasefemérides también cobrarán sentido a pos-teriori. Por ejemplo: es necesario encontrarel sentido al 25 de mayo de 1810 desde el

posteriori, que es el presente, consi-derándolo como un proceso históri-

co que contemple los diferentestiempos que participaron y par-

ticipan de él –como proceso-.Creemos que nuestraRevolución de Mayo tuvouna importante resignifi-cación y empoderamientopolítico en los festejos delBicentenario.

Algo más sobre el ritualismo escolar hoy

Todo ritual puede ser pensadocomo “juego”, que se define por

una serie de “reglas”, las que habilitaque se repita varias veces, la diferencia con

el ritual y el juego es que el primero “insti-tuye una unión, promueve la integración, yen eso radica su eficacia.2

El impacto integrador de los actos escolaresradica en el ideal a compartir, en “elencuentro”, así como los valores y tradi-ciones que se “pretenden” comunes. En elpresente nos invade la evidencia de lo “pre-cario” del ritual escolar para integrar estos

valores y tradiciones que, expresados en losmitos del pasado, no son retomados por lasociedad.

Es necesario como docentes investigar losmitos históricos con nuestros alumnos,haciendo lugar a las diferentes miradassobre la historia para convertirlo en repre-sentativo, en la certeza de que no todo estárealizado, asumiendo la continuidad delproceso histórico. Tomando esta con-tinuidad tenemos que preguntarnos, ¿Quétenemos que ver nosotros desde nuestracontemporaneidad con el ideario de Mayo,con la Independencia de nuestro país, y enla construcción actual del Estado? Porsupuesto que tenemos mucho que ver. Enesta afirmación histórica y políticapodremos sumar elementos para unir pasa-do y presente, y darle al ritual del acto algode su posibilidad integradora e identitaria.

El mito y el ritual toman movimiento, unoen el plano de lo ideológico, y otro en laacción, de esta forma la revisión de uno ten-drá impacto sobre el otro. Los cambios en elcontenido de las narraciones e historias sereflejarán en las acciones, es decir en lasescenas y actos que se representen.

Se trata de que el juego, lo lúdico, quetanto valor tiene en los niños y jóvenes,como también en los adultos, no quededesunido, ajeno de eso “tan importante”que se “juega” en el ritual, que es la huellao inscripción en cada historia personal, de

“El héroe verdadero es el héroe colectivo, es el héroe "en grupo", nunca el héroe individual, el héroe solo..."

Héctor G. Oesterheld -autor del Eternauta-

1 Lévi Strauss plantea que cada mitose define por el conjunto de todas suslecturas o versiones, y que seguirásiendo mito mientras se lo percibacomo tal. Su sustancia no se encuen-tra en su estilo o el modo de nar-ración ni en la sintaxis sino en la histo-ria relatada, y que si bien se refiere a

acontecimientos pasados, forma unaestructura permanente que incluyepasado presente y el futuro.Extraído de Lévi-Strauss, La estructurade los mitos, , en Antropología estruc-tural, Buenos Aires, Ed Universitaria,1977.

2 Lévi- Strauss, “La ciencia de lo con-creto”, en El pensamiento salvaje,México, FCE, Breviarios, 1990

3 Zelmanovich Perla y otros,Efemérides, Entre el mito y la historia,Paidos, 2010

los significados y los valores que el mundode los adultos le adjudica al pasado encomún, es decir a lo identitario. “Cuandonos enfrentamos al propósito de abrirdesde la historia el mito encerrado en lasefemérides, haciéndolo desde una perspec-tiva actual y eligiendo un enfoque que per-mita establecer lazos desde el presentehacia el pasado, se impone la tarea de revi-sar los textos que se relatan”.3

Se trata de innovar el contenido a transmi-tir en uno apto para ser recibido por ellos,para lo cual resulta imprescindible que con-voque al interés y se encuentre dentro delas posibilidades de comprensión del niño,del joven.

En este espacio de Efemérides vamos aintentar la construcción de nuevos relatosde la historia, críticos, que se animen desdeel presente a abrir los viejos mitos, a revisarmiradas, a interpelar supuestas verdades.

Sergio Fernández*

* Maestro y profesor de Historia. Actualmente Directorde Escuela en el Área de Primaria, docente en EscuelasMedias, Cens, CFP Nº 14 -UTE-, y en FormaciónDocente.

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Amuchástegui Martha, “Los actos escolares conbandera: genealogía de un ritual”, 2002Dussel Inés y Southwell Myriam, Los ritualesescolares: Pasado y presente de una prácticacolectiva, Revista El monitor de la educación,Nº21, junio 2009Lévi-Strauss, La estructura de los mitos, enAntropología estructural, Buenos Aires, EdUniversitaria, 1977

Lévi- Strauss, “La ciencia de lo concreto”, en Elpensamiento salvaje, México, FCE, Breviarios,1990Loango Ocoró A, La representación de la negri-tud en los actos escolares del 25 de Mayo,REVISTA El Monitor de la educación, Ministeriode EducaciónZelmanovich Perla y otros, Efemérides, Entre elmito y la historia, Paidos, 2010

Bibliografía de consulta

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Coordinación de Efemérides:Angélica Graciano, Rubén Buzzano y Sergio Fernández.Redacción: Patricia Beggeres, Ana Borioli, María Eva Cossi y Sergio Fernández Agradecemos la colaboración en la redacción de:Manuel Barcia y Natalia Marques.Colaboración:Claudia Mario.Diseño gráfico:Nora Raimondo