Impacto ambiental de la minería informal y promoción de la … · mercado especulativo, sino...

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1 Angélica Viña Albarracín Impacto ambiental de la minería informal y promoción de la minería sostenible como herramienta de desarrollo Fotos: Maria Isabel Escobar: Consultora componentes social minería & petróleos. GSR S.A.S. Bogotá. 1. INTRODUCCION La minería como actividad de subsistencia de las poblaciones del mundo, existe desde las épocas mas remotas, cuando los primeros pobladores del mundo desarrollado y los aborígenes del denominado nuevo mundo, introdujeron los metales fuese como herramientas o como armas para la guerra, siendo así, que la misma ha estado ligada al desarrollo de la humanidad desde sus mismos orígenes, al punto por ejemplo que la producción minera en América, antecede la llegada de los europeos al continente (véase por ejemplo: Fittkau et al., 1969 1 . y Gross, 1973 2 ) Al respecto, se reconoce hoy, que los aborígenes que habitaban los territorios del continente americano, aprovecharon desde por lo menos 1.000 años A.C. las minas de sal, oro y plata de veta y carbón de sus territorios, conforme lo atestiguan múltiples exploraciones arqueológicas adelantadas en todo el continente (principalmente en Centro y Suramérica), existiendo certidumbre acerca de que se hubiese promovido entre los diferentes grupos y naciones indígenas, el comercio de minerales como el oro y otros metales, mas no así del carbón, sobre el cual no obstante se tiene registrado su uso en algunos asentamientos humanos precolombinos, sea como combustible en cocinas o en hornos de alfareros y posiblemente en las actividades propias de la fundición del oro y plata, misma de la cual las culturas aborígenes de Suramérica llegaron a ser muy diestras (Botiva, et al. 1989 3 ). 1 Fittkau, E. J., J. Illies, H. Klinge, G. H. Schwabe & H. Sioli (ed.). 1969. Biogeography and Ecology in South America. Vol. 1. Dr. W. Junk N. V. Publishers. The Hague. 2 Gross, D. R. (editor). 1973. Peoples and Cultures of Native South America. Doubleday Natural History Press. Garden City, New York. 3 Botiva Contreras, A., G. Cadavid, L Herrera, A. M. Groot de Mahecha, S. Mora (editores). 1989. Colombia Prehispánica. Regiones Arqueológicas. Colcultura, Instituto Colombiano de Antropología. Bogotá.

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Angélica Viña Albarracín

Impacto ambiental de la minería informal y promoción de la minería sostenible como herramienta de desarrollo

Fotos: Maria Isabel Escobar: Consultora componentes social minería & petróleos. GSR S.A.S. Bogotá. 1. INTRODUCCION La minería como actividad de subsistencia de las poblaciones del mundo, existe desde las épocas mas remotas, cuando los primeros pobladores del mundo desarrollado y los aborígenes del denominado nuevo mundo, introdujeron los metales fuese como herramientas o como armas para la guerra, siendo así, que la misma ha estado ligada al desarrollo de la humanidad desde sus mismos orígenes, al punto por ejemplo que la producción minera en América, antecede la llegada de los europeos al continente (véase por ejemplo: Fittkau et al., 19691 . y Gross, 19732) Al respecto, se reconoce hoy, que los aborígenes que habitaban los territorios del continente americano, aprovecharon desde por lo menos 1.000 años A.C. las minas de sal, oro y plata de veta y carbón de sus territorios, conforme lo atestiguan múltiples exploraciones arqueológicas adelantadas en todo el continente (principalmente en Centro y Suramérica), existiendo certidumbre acerca de que se hubiese promovido entre los diferentes grupos y naciones indígenas, el comercio de minerales como el oro y otros metales, mas no así del carbón, sobre el cual no obstante se tiene registrado su uso en algunos asentamientos humanos precolombinos, sea como combustible en cocinas o en hornos de alfareros y posiblemente en las actividades propias de la fundición del oro y plata, misma de la cual las culturas aborígenes de Suramérica llegaron a ser muy diestras (Botiva, et al. 19893).

1 Fittkau, E. J., J. Illies, H. Klinge, G. H. Schwabe & H. Sioli (ed.). 1969. Biogeography and Ecology in South America.

Vol. 1. Dr. W. Junk N. V. Publishers. The Hague. 2 Gross, D. R. (editor). 1973. Peoples and Cultures of Native South America. Doubleday Natural History Press. Garden

City, New York. 3 Botiva Contreras, A., G. Cadavid, L Herrera, A. M. Groot de Mahecha, S. Mora (editores). 1989. Colombia

Prehispánica. Regiones Arqueológicas. Colcultura, Instituto Colombiano de Antropología. Bogotá.

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No obstante lo anotado y aun reconociendo que la minería es por si misma una actividad inherente a la cultura, la economía, la productividad y el desarrollo de los pueblos desde sus orígenes, debido precisamente a que desde varios siglos atrás y hasta nuestros días la misma ha sido determinante (para bien o para mal) del devenir de las naciones a nivel global, no obstante reconocerse que ante las actividades mineras y en general ante las actividades antrópicas es inevitable que ocurra algún nivel de daño y deterioro ambiental y eventualmente social. Sin embargo, el aspecto crítico para la sociedad, no es el de prevenir la contaminación y la degradación ambiental en todo su conjunto, sino determinar el nivel óptimo de control de la contaminación y el daño, mediante el adecuado balance entre los beneficios propios de las actividades que contaminan y deterioran y sus costos asociados para la sociedad y obviamente el medio ambiente4. En consecuencia con lo anotado, para el caso de la minería y sus consecuencias económicas, sociales, ambientales y de seguridad pública, resulta esencial atender los aspectos inherentes a la misma y en particular a la minería ilegal, por reconocer que la misma representa no solo una gran perdida para los intereses públicos, sino que es responsable de importante niveles de degradación ambiental, además de ser patrón de pobreza, miseria y necesariamente conflictos sociales e inclusive armados en varios de los países que la detentan, siendo el propósito del presente documento, el de introducir al los delegados en los aspectos esenciales que deben ser considerados por los países a nivel de sus políticas públicas, para atender y manejar la minería ilegal y sus efectos sociales, ambientales y económicos, precisamente por reconocer que la misma es causa de diversos conflictos, que no solo empobrecen a la sociedad sino que le minan su sostenibilidad y en consecuencia con ello, su desarrollo. 2. Que se reconoce como Minería ilegal? Sobre la minería, antes de introducir los conceptos relacionados con minería ilegal, mismos que se entienden a partir de reconocer las bases económicas de la actividad, vale destacar que en conjunto, representa hoy en día uno de los negocios mas lucrativos del planeta, siendo así que a 2006, las utilidades netas registradas por las operaciones mineras en el mundo, superó los 910 billones de dólares, cifra no solo alta sino necesariamente muy significativa económicamente hablando, conforme se registra en la siguiente figura:

4 Warhurst, Alyson (ed.) 1998, Mining and the environment- Case studies from the Americas. IDRC, Montreal. 279p.

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La misma, además de anotar la cifra económica, ilustra la distribución de las ganancias por tipo de mineral, donde el carbón se consolida como el material minero con mayor demanda, sin que otros minerales sean despreciables en su aporte a los ingresos registrados, incluidos los diamantes, que si bien registran cifras dentro del contexto minero muy pequeñas, resultan de gran magnitud en relación con el valor del PIB de los países que los producen. De igual forma, aunado al excelente negocio que representa la minería a nivel global, donde la hegemonía, se reconoce recae en empresas trasnacionales originadas en los países desarrollados, con ocasión del mejoramiento del nivel de vida de los llamados países con economías emergentes y necesariamente el mejoramiento del nivel medio de vida de los habitantes a nivel global, no obstante las grandes inequidades existentes entre regiones y países, la demanda por minerales viene en un aumento sostenido durante la última década, conforme se registra en la figura 2 siguiente:

El resultado de esta demanda, la cual se relaciona con mayores precios de los productos mineros y necesariamente un aumento en las tasas de explotación y por ende de agotamiento de las reservas probadas de minerales, incorpora no solo escenarios de

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mercado especulativo, sino necesariamente un mercado negro de los minerales en el mundo, lo cual conlleva no solo al mayor deterioro de las áreas mineras, sino necesariamente al impulso de situaciones de ilegalidad en los países conocidos como productores de minerales, fenómeno que no obstante los controles impuestos por varios países, redundan en situaciones sociales complejas, que en varios casos representan verdaderas tragedias humanitarias, no solo por las condiciones en que se desarrollan las comunidades dedicadas a explotar los minerales, sino por la complejidad para impulsar su control y adecuado manejo dentro de claros principios de sostenibilidad, equidad y respeto por la vida y la calidad del medio ambiente que la sustenta. Al respecto de lo anotado, uno de los principales criterios empleados para definir la minería Ilegal a nivel del sistema de Naciones Unidas, es que halla ausencia de derechos sobre las tierras mineras o ausencia de derechos de acceso a una licencia minera o la falta de un permiso para explorar, explotar o transportar los minerales, o cualquier otro documento que legitime el desarrollo minero en un sitio o región a nivel de un país particular, siendo importante reconocer que dado que la minería puede ser superficial o subterránea, los derechos mineros deben especificar esta condición, en especial si se reconoce que las legislaciones correspondientes varían entre un país y otro en lo que al acceso y los derechos sobre los recursos del sub suelo se refieren, como corresponde para el caso a los recursos mineros. Si se reconoce por la mayoría de los países, que los recursos mineros son propiedad de los Estados, la pregunta que surge cuando los ciudadanos y en general las personas del común extraen minerales tanto artesanal como informalmente (y en ocasiones cubriendo bastas zonas de una región), es ¿hasta donde dichas actividades, que se reconoce registran dominio del estado y por lo tanto dominio público, son ilegales? Dentro del contexto anotado y conforme lo plantean por ejemplo organizaciones como la CEPAL a través de varios textos publicados sobre las materias5, el que se desarrollen actividades mineras en tierras públicas, resulta ilegal en la medida en que no se cuente con un permiso, licencia o concesión para ello, siendo importante destacar conforme lo ya planteado, que en la mayoría de los países del mundo, los recursos del subsuelo son de los Estados, de forma tal que los derechos de los particulares sobre las tierras, son por lo general, tan solo superficiarios, no comprometiendo esta condición al subsuelo, que le corresponde plenamente al estado siendo su dominio público. En consecuencia, claro debe ser el hecho de que la exploración y explotación o extracción de los recursos mineros de un país, en la medida en que así lo señalen las leyes correspondientes, pueden ser objeto de aprovechamiento y beneficio tan solo por quienes detenten los permisos o autorizaciones correspondientes, siendo necesario considerar al resto de los actores que ejerzan la minería sin el cumplimiento de los requisitos mínimos establecidos por los países, esencialmente como ilegales. En consecuencia con lo anotado, la inquietud derivada de lo planteado, lleva a preguntarse

5 Polo-Robbiliard, Cesar. 2006. Los ejes centrales para el desarrollo de una minería sostenible. CEPAL-División de

Recursos Naturales e Infraestructura. Santiago de Chile, 60p.

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si ¿la denominada minería artesanal y aquella minería que en algunos países se conoce como de menor escala, puede, dadas las condiciones en que se ejerce y desarrolla, considerarse como minería ilegal? o necesariamente ¿reviste escenarios de formalidad?. Si se acepta que diversos países permiten y aprueban la explotación minera artesanal e inclusive, en algunos casos la identifican las legislaciones correspondientes como de menor escala o de subsistencia, no seria entonces aceptable considerar que estas formas de minería sean definitivamente ilegales, no obstante reconocer que en varios países se pretende dar esta consideración. Así por ejemplo, algunos Gobiernos de África y en general varios de América Latina, definen en sus legislaciones mineras la minería artesanal, como aquella que se ejecuta por comunidades, grupos familiares e inclusive minorías étnicas, en zonas mineras dedicadas donde inclusive se registra para el caso de las últimas propiedad colectiva, empleando para los fines de la extracción de los minerales, las herramientas más simples y desarrollando tales actividades a un nivel de subsistencia. Sin embargo, a pesar de establecerse bases de legalidad sobre operaciones mineras artesanales y aquellas de pequeña escala (cuando se reconocen como de subsistencia) en varias de las legislaciones mineras desarrolladas por los países que la ejercen en el mundo, claro es que la mayoría de las operaciones ilegales que se conoce o se reporta existen hoy en día, se caracterizan por corresponder a operaciones de pequeña escala, al punto que con contadas excepciones, por lo general las actividades mineras reportadas como ilegales por los países que detentan un registro formal de las mismas, no representan operaciones de gran escala. De hecho, que cuando se reportan por las autoridades competentes operaciones grandes mineras con condición de ilegalidad, se reconoce que estas se dan más como resultado de desarrollos mineros extendidos por fuera de los límites originalmente autorizados a las empresas por las entidades competentes, o se corresponden con operaciones iniciadas en zonas nunca declaradas o documentadas como aptas o compatibles con los desarrollos mineros, lo cual no es menos grave que las demás situaciones de ilegalidad, siendo estas situaciones, no obstante su condición de ilegalidad, mas fácilmente detectables y controlables que las acciones ilegales derivadas de operaciones mineras de pequeña escala o consideradas como minería tradicional. No obstante lo anotado, cabe preguntars ¿que tan grande se reconoce es hoy en día el fenómeno de minería ilegal en el mundo y que tan significativo es el mismo en términos de deterioro ambiental, social y estructural para los países? Al ese respecto y de acuerdo con los registros e información minera aportada por varios países que sustentan su economía en la producción de minerales a gran escala, las actividades de minería ilegal se desarrollan por lo general en áreas con recursos mineros probados pero dispersos, en operaciones muy pequeñas, que por lo general son de difícil identificación o localización, al igual que en sitios de minas abandonadas, que no obstante dan cuenta de la existencia de recursos minerales explotables, siendo así que las características mas comunes en el desarrollo de las actividades mineras ejercidas ilegalmente, son una baja productividad y una limitada producción, aunada a la ausencia de estándares de calidad (ambiental, de salud y seguridad industrial y laborales) y pobreza técnica en la aplicación de los métodos de explotación, aprovechamiento y transformación de los minerales, dando esto como consecuencia una pauperización del pequeño minero y

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sus familias, un extendido deterioro ambiental del entorno e inclusive contaminación de los suelos y las aguas y necesariamente disminución de la expectativa de vida de las poblaciones aledañas a las minas. No obstante lo anotado, vale llamar la atención sobre el hecho de en función del tamaño de un país y la frecuencia con que se presente, el fenómeno de la minería ilegal puede llegar a tornar los tradicionales resultados de productividad y oferta minera derivada de esta micro producción minera, en una producción visible a nivel del país donde se ejerce e inclusive una región del mundo, siendo así por ejemplo, que los especialistas del mundo del carbón estiman que hoy en día, sólo a nivel de la India, se alcanza una producción de carbón ilegal de entre 70 y 80 millones de toneladas anuales, adicionales a los registros de producción de carbón legal de India, los cuales son muy significativos si se comparan con la producción derivada de explotaciones ilegales registradas en el conjunto de los demás países carboneros del mundo, que conforme lo sugiere la Agencia Internacional de energía, alcanza una producción cercana a las 350 millones de toneladas de carbón al año, mismas que obviamente no son registradas como oficialmente producidas y comercializadas, ni menos aún agregadas al balance de emisiones derivadas de la quema del carbón en el planeta.6 Aparte de lo señalado y como otro ejemplo de la magnitud de los problemas derivados de la minería ilegal en el mundo y conforme lo reporta el “Diamond Development Initiative”, mas de un millón de artesanos buscadores y explotadores de diamantes en África (diamantes de sangre) y sus familias, quienes aún viven y trabajan en condiciones de pobreza absoluta, ejercen hoy en día la minería ilegal, siempre por fuera de las corrientes formales de la economía, sobreviviendo en condiciones extremas y con dificultades para superar y recobrarse de las revanchas de las guerras a las que han estado sometidos sus países por décadas7. De hecho y como consecuencia de lo anotado, se reconoce que en estos, hoy en día hay muchas mas personas involucradas en la explotación informal de diamantes, que las que trabajan con los productores formalmente autorizados y reconocidos para explotar diamantes en países como Suráfrica, creando esto un caos en los mercados y necesariamente un fenómeno de especulación por los promotores, reducidores y traficantes de diamantes, que infortunadamente, se reconoce apoyan a los grupos en conflicto involucrados, dadas las grandes ganancias que esto les representa. Así, dada su forma de extracción, corrientes de comercialización y su ilegalidad en toda la cadena de producción, se estima que no menos del 20% de la producción de diamantes del mundo, reconocida como los diamantes de sangre, se considera provienen de actividades mineras ilegales, producto precisamente de reconocerse que se explotan por mano de obra forzada a ello, de manera que por lo general, dicha productividad se comercializa ilegalmente a través del bajo mundo de los países desarrollados.

6 Kuntala Lahiri-Dutt, 2007. Illegal Coal Mining in Eastern India: Rethinking Legitimacy and Limits of

Justice. Economic & Political Weekly Special Article. December 8, 2007 7 http://www.ddiglobal.org/. (Diamond Development Initiative web page).

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Así mismo y conforme la posición de las Naciones Unidas, expresada para el caso de los diamantes de sangre a través del sistema denominado Proceso Kimberly, surgido por mandato del Consejo de Seguridad entre 1998 y 2000, a raíz del reconocimiento global acerca de la necesidad de prevenir los conflictos derivados del ingreso de diamantes ilegales a la cadena legítima de suministro de estos, precisamente para evitar que los recursos provenientes del tráfico ilegal de Diamantes en el mundo se emplearan para mantener los conflictos bélicos en varios de los países productores, queda hoy en día claro para quienes ejercen la explotación, que aun estas operaciones tuviesen la anuencia y permiso de los gobiernos donde se desarrolla tal actividad, el hecho de que se trabaje sin estándares y se explote a la mano de obra artesanal en su producción, no pagando salarios justos, cubriendo la seguridad social necesaria y no aplicando estándares técnicos, sociales, ambientales y otros adecuados para el caso, hace que dicha minería sea considerada como ilegal. En función de los aspectos anotados, cómo identificar conforme las guías y normas internacionales sobre las materias, si una operación minera es legal o ilegal? ‐ Lo primero, consiste en constituir por los gobiernos, un sistema minero adecuado a

cada circunstancia, con reglas claras, cumplibles y verificables por una institucionalidad sólida, adecuadamente organizada, con recursos y personal idóneo, capaz de organizar los catastros mineros correspondientes a partir de su adecuado diseño y estructuración, impulsando la minería dentro de claros parámetros de justicia, equidad y respeto por las normas.

‐ El segundo aspecto consiste en contar a nivel de las instituciones públicas responsables de la administración de los recursos mineros, con sistemas de información confiables, soportados en imágenes satelitales y fotografías aéreas actualizadas, que puedan ser empleadas como mecanismos de monitoreo de los ambientes naturales tradicionalmente intervenidos, revisando el deterioro extensivo de la vegetación natural en las zonas de actividad minera, detectando el desarrollo y/o la existencia de vías no registradas y estableciendo la presencia o el drenaje de masas de agua con evidencias de color diferente a las escorrentías tradicionales (por ej por drenajes ácidos) entre otros aspectos.

‐ En el caso de minas de operación subterránea, la característica mas obvia a identificar

es la presencia de deformaciones no tradicionales en el suelo, mismas que se general se detectan por expertos, al revisar el material fotográfico tanto satelital como aéreo de las zonas de interés minero sobre el que se conozca hayan existido operaciones en el pasado o sobre las que los estudios geológicos previos registraran condiciones diferentes a las observadas por los expertos.

Aparte de lo señalado, vale destacar para el caso de los procesos de control previo y fiscalización minera, que los costos asociados son muy altos, al punto que hoy en día muchos países difícilmente han podido implementar medidas eficaces conducentes a controlar la minería ilegal, además de lograr un compromiso efectivo por parte de las autoridades locales para el control de las operaciones mineras en sus territorios, al

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reconocer que las mismas, son corresponsables de la eficacia en el control de las actividades de orden ilícito y necesariamente de aportar las oportunidades requeridas para que las operaciones mineras ilegales se transformen en una minería social, comprometida con el desarrollo regional y necesariamente con la integridad de los trabajadores, las operaciones y en general el medio ambiente asociado. 3. Bases para la formalización de las operaciones mineras en los países en vías de

desarrollo. No obstante reconocer que a nivel de los países en desarrollo, los esfuerzos son aun incipientes, la tarea de formalización de las actividades mineras de menor escala y necesariamente artesanales, a la par con perseguir la minería ilegal, particularmente como resultado del apogeo de los grandes proyectos mineros a la fecha registrados, se inicia desde principios de la década de los 90 con la promulgación de los códigos mineros en varios países, aunado a la incorporación de la dimensión ambiental en los procesos pertinentes, en especial cuando se incluyó en las legislaciones de varios países, la obligación de adelantar las Evaluaciones de Impacto Ambiental como instrumentos de planificación de los mismos, a las cuales no obstante se les atribuyen aún hoy en día, debilidades significativas como son8: - Carencia de un sistema de catastro de tierras a nivel regional en los países mineros,

que evite la superposición de intereses y necesariamente potencie desde la ilegalidad, el desarrollo de procesos mineros en territorios no aptos para esto, aún al amparo de licencias mineras que en su origen desconocen las restricciones de uso y limitaciones a la propiedad de la tierra previamente impuestas por otras autoridades.

- Carencia de procedimientos objetivos y precisos para el trámite de las licencias y

permisos ambientales y baja calidad y consecuente poca utilidad de muchos de los estudios de impacto ambiental que se presentan para promover y sustentar los procesos de planificación ambiental de los proyectos, obras o actividades propios de la minería

- Deficiente participación pública y de la sociedad civil en las instancias de

planificación y de toma de decisiones del estado, como también en la adjudicación de derechos a los actores mineros que pretenden ejercer sus actividades conforme las normas vigentes, y..

- Ausencia de una regulación efectiva, objetiva y cumplible para el sector, lo cual

facilita que independientemente de las regulaciones emitidas por el nivel central (que por cierto son muy escasas y poco consecuentes con el contexto regional y local y sus posibilidades reales), algunas Autoridades Regionales expidan y apliquen normas que amparadas en el supuesto rigor subsidiario, no solo son incumplibles por los actores productivos, sino necesariamente inducen conductas inadecuadas que terminan por generar gran discrecionalidad en la actuación de los funcionarios a cargo, y

8 Viña-Vizcaíno, G., 2010. Minería Sostenible ¿Paradigma o caja de pandora?. Revista Latinoamérica Sostenible. Ed.

02, Septiembre-Noviembre. Bogotá D.C., pp.102-103 & 112-114.

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necesariamente riesgos de transparencia y corrupción en la gestión pertinente a los actores mineros y las empresas que estos representan.

A las anteriores restricciones citadas, cabría agregar algunas limitantes para evaluar los impactos ambientales y sociales derivados de las actividades mineras (principalmente en el caso de operaciones mineras de pequeña y mediana envergadura) y realizar en consecuencia una gestión minero-ambiental idónea en los países en desarrollo como son: - Carencia sistemática de información básica sobre diversas estructuras y procesos

ecológicos pertinentes al medio natural donde se asignan las zonas con potencial desarrollo minero (concesiones), lo que dificulta la conceptualización y el diseño de planteamientos de gestión ambiental preventiva verificables in situ, que siendo soportadas en una línea base ambiental consecuente y realista, promueva una mejor trazabilidad y efectivo control y seguimiento de los proyectos mineros que se registren, aprueben y finalmente se desarrollen.

- Ausencia de estándares de calidad ambiental atinentes a las condiciones naturales de

cada región receptora de proyectos mineros y de procedimientos de evaluación que permitan intuir las posibles consecuencias ambientales derivadas de los cambios complejos a ser gestados por la concurrencia de factores naturales e inducidos; v. gr., alteraciones significativas de hábitats sensibles (bosques naturales, páramos, humedales, sabanas inundables, manglares, etc.), cambios en la composición y diversidad de biomas estratégicos, o incremento en la demanda de agua de fuentes naturales y limitación en su uso para otras actividades prioritarias, entre otros aspectos.

- Falta de criterios a nivel de los gestores ambientales de los proyectos y en general de

los miembros de las autoridades ambientales acerca de la definición de los impactos derivados de la minería, que en términos efectivos los reducen a propiedades o atributos de las actividades y procesos planificados de un proyecto (conceptualizados de forma general en instrumentos de comando y control no probados en terreo), pero que excluyen tácitamente las consecuencias sobre el conjunto de un territorio, conforme sucede hoy cuando no se consideran los llamados impactos acumulativos, mismos que tienen por lo general consecuencias sensibles mas allá de los procesos propios de la minería y los contextos geográficos en dónde estos ocurren.

- Rezago de las autoridades ambientales y las propiamente mineras en la

sistematización de los catastros mineros y de las experiencias surtidas, que permitan mejorar los procedimientos de gestión en el ciclo de evaluación ambiental de los proyectos mineros, tanto por tipo de mineral a ser extraído como por región, mediante la aplicación de instrumentos de planificación claves como las Evaluaciones Ambientales Estratégicas (EAE) Sectoriales y Regionales, que además de prospectar las restricciones ambientales frente a los desarrollos mineros, potencian la optimización de los instrumentos de gestión tradicionales, haciéndolos más adecuados a los objetivos propios de la gestión sostenible que de manera general demanda el desarrollo de la minería.

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Lo anterior exigiría por las autoridades mineras y ambientales competentes, del diseño de términos de referencia realistas, la racionalización, ajuste y adecuación (territorial y por tipo de mineral a extraer, por magnitud y potenciales impactos), de los procedimientos de evaluación ambiental inherentes, adopción de medidas preventivas aplicables y viables en los diferentes niveles de intervención minera y desarrollo de programas de control, monitoreo y seguimiento ambiental de las regiones materia de desarrollo minero, entre otros aspectos claves, los cuales deben surgir más como un conjunto de iniciativas consensuadas entre los diversos sectores y actores en un mismo territorio, que como resultado de la gestión interna de los actores privados que desarrollan la actividad o de las autoridades que los regulan. 4. Consideraciones ambientales de la pequeña y mediana minería El área de las cuencas mineras del mundo (principalmente carbón, polimetales, calizas y arcillas) y el tamaño de las reservas probables y probadas de minerales a nivel global, aun reconociendo la gran producción registrada hoy en día, misma que es consecuente con la demanda y consumo de los mismos que se reconoce como creciente, son indicativos de la magnitud y extensión de las áreas susceptibles de ser afectadas a futuro por los procesos de minería, conforme se deduce de la figura 3 siguiente:

Figura 3. Magnitud de la oferta por tipo de minerales a nivel global

Fuente: Global Mining Geography- Metal shares of total value. En: http/:vi.unctad.org/.../Day1_Ostensson_overview.ppt

De hecho, el tamaño de las reservas mineras probadas o probables, junto con las tasas de producción anual registradas a la fecha, representan la oportunidad de estimar la duración prevista de las acciones mineras potencialmente perturbadoras y del consumo de otros recursos asociados a la producción minera a nivel global, siendo claro, que aun a pesar de que los países estableciesen medidas extremas para controlar las explotaciones mineras o inclusive las prohibiesen, las mismas se mantendrían abiertas a largo plazo, dada la gran

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demanda del planeta por los minerales y la dificultad de los países para controlarlas efectivamente. De igual forma y dentro del contexto anotado, la proporción de mineral útil vs. los residuos de estériles derivados de esta y la profundidad media de los mantos de minerales, podrían ser un claro insumo para establecer la cantidad de materiales que deben ser removidos y almacenados temporalmente por causa de las futuras explotaciones mineras, siendo así que el manejo tradicional de la minería, de no ser adecuadamente planificado y controlado, terminará por ocupar áreas cuya extensión adicional a la de los yacimientos propiamente mineros, resulta ser función de la cantidad de estériles, cuya magnitud dependerá de la planeación y fases de exploración minera, constituyéndose en consecuencia en un pasivo ambiental, que admite un manejo integral de largo plazo por los actores mineros responsables de las explotaciones en curso, a la vez que evitando que los costos de transacción asociados, que difícilmente pueden ser hoy internalizados dentro de los costos de la producción minera tradicional, sean asumidos a futuro por el conjunto de las sociedades donde se desarrolle la mineria. Infortunadamente, las tecnología mineras hoy en día disponibles, están asociadas a la eficiencia para remover materiales del piso y techo de la formación minera y en este sentido, la minería mecanizada moderna produce más estériles por unidad de mineral que la manual tradicional. De esa forma, tanto el drenaje de los fosos y tajos mineros, como la escorrentía y percolación de los almacenamientos de estériles y de mineral (principalmente de carbón y polimetales) aportan iones ácidos y hierro soluble a las corrientes de agua y al manto freático, en proporción directa al contenido de Azufre disponible en los complejos objeto de explotación, con lo cual se generan riesgos de acidificación de las tierras aledañas a la explotación minera y como consecuencia de esto, se activan procesos de desertificación que no son fácilmente reversibles y obviamente afectan de forma sensible el equilibrio del planeta. Aparte de lo señalado y en cuanto a los efectos ambientales de la minería a largo plazo, se reconoce hoy en día que la edad de la explotación de un yacimiento está asociada a la persistencia de los efectos acumulativos (v. gr., pérdida de suelo, fragmentación de áreas naturales, cambios de uso del suelo, acumulación de contaminantes tóxicos y ácidos en suelos, agua y organismos vía cadenas tróficas) y al historial de las perturbaciones recurrentes, tanto de aquellas ocasionadas por la minería, como de aquellas debidas a otros usos concurrentes de recursos (extracción, procesamiento y utilización de otros minerales -hierro, níquel, cal, arcilla, etc.- extracción forestal, agricultura, ganadería, etc.). Por otra parte la edad de la explotación determina si ésta fue objeto de análisis ambiental previo, si antecede la legislación ambiental o por el contrario, la explotación data de tiempos anteriores al desarrollo minero. Dentro del contexto anotado y conforme lo sugieren varios autores, la tecnología minera, conjuntamente con la producción anual y el número de empleos directos generados por mina o por operador minero, puede ser un reflejo de la capacidad gerencial de las explotaciones. Así, la situación puntual de los deterioros ambientales derivados de la minería, se darán en proporción directa a la producción, e inversa al nivel tecnológico de las operaciones, donde el segundo aspecto no comprende tan sólo la maquinaria y las

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herramientas utilizadas, sino la planeación de las explotaciones, la administración financiera, de personal, el uso de crédito, etc., siendo importante destacar cómo a la gran mayoría de los operadores de la pequeña y mediana minería en los países en vía de desarrollo, difícilmente se les puede calificar como empresarios y menos aún, considerar que registran capacidad para impulsar sus operaciones siguiendo todos los criterios técnicos, financieros y administrativos necesarios para potenciar las actividades a su cargo, de una forma social y ambientalmente sostenible.9 Si se integra el conjunto de actividades reseñado, podría afirmarse entonces que las economías de las zonas mineras de la mayoría de los países en vías de desarrollo, particularmente de Asia, Africa y Latinoamérica, son familiares y de subsistencia, de forma tal que la contribución de la actividad minera al PIB de los países y las regiones donde la misma se desarrolla, no debe ser diferente o tal es vez ligeramente mayor que la media mundial, alcanzando conforme lo registró en su momento Caballero-Argáez para Colombia (2000)10, casi un 2%. Así las cosas, el deterioro ambiental registrado hoy en día en las áreas mineras, incluidas las consecuencias directas, indirectas y acumulativas citadas, es causado por el conjunto de actividades económicas simpátricas (coexistentes en un área) y no puede atribuirse exclusivamente a la minería per sé, por lo que podría afirmarse hipotéticamente que el deterioro ambiental en áreas de pequeña y mediana minería es causado por las actividades primarias en proporción directa a su contribución al PIB local que se registre y varía con las fluctuaciones de dicha contribución al desarrollo tanto local como regional y de el país que la detenta, siendo necesario en consecuencia, cuando se prospectan decisiones encaminadas a impulsar la pequeña y mediana minería como medidas de desarrollo económico, además de internalizar los costos derivados de los efectos ambientales más destacados, poder valorar de forma efectiva los retornos asociados a estos, precisamente para evitar que en la balanza comercial minera, se registren distorsiones que en el largo plazo conduzcan a una perdida general no solo de los recursos naturales tanto no renovables como renovables asociados, sino necesariamente de las posibilidades de los herederos de dichas explotaciones mineras, de crecer y desarrollarse. No obstante lo anotado y aun reconociendo que producto de los desastres del pasado, las teorías tradicionales del desarrollo económico suelen ofrecer una perspectiva altamente crítica acerca de la actividad minera, claro resulta a la luz de las circunstancias planteadas, que esta percepción negativa sobre la minería, que registra en la última década el surgimiento de un paradigma alternativo en algunas partes del mundo, derivado de la experiencia de países que como Canadá, Australia e inclusive Chile y Brasil en América Latina, quienes producto de los esfuerzos adelantados sobre las materias, han logrado un sólido desarrollo de su minería, a la par de alcanzar niveles de desarrollo económico adecuados y estables, lo cual sugiere que el impacto final de la minería en el crecimiento económico, social y ambiental, depende además de los intrínsecos a la actividad minera, de otros aspectos propios del país que se esté evaluando, como pueden ser por ejemplo la

9Auty, Richard. 2000. “How Natural Resources Affect Economic Development”, Development Economics

Review Vol 18 Pag 347-364.10Caballero-Argáez ,Carlos. E., Ministro de Minas y Energía. 2000. Memorias al Congreso Nacional, 1999-

2000. Ministerio de Minas y Energía. Bogotá.

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calidad de sus instituciones, la idoneidad de sus políticas macroeconómicas y la claridad, trazabilidad y viabilidad de las políticas ambientales y sociales que adopte frente a la necesidad de promover aspectos como una verdadera inclusión social en las actividades mineras, aunado a la formación del capital humano, el desarrollo tecnológico y necesariamente la gestión ambiental adaptada, donde prime el respeto por el cumplimiento de normas vigentes y el reconocimiento de los principios del desarrollo sostenible en todo el ciclo minero. Si bien varias de las mejores operaciones mineras modernas representan un gran avance con respecto a las prácticas del pasado, y se reconoce que la mayor parte de las empresas mineras oficialmente registradas y con operaciones en varios países están comprometidas a realizar un avance sostenido en su rendimiento ambiental, valido es reconocer que las prácticas del pasado, que en muchas ocasiones fueron demasiado negativas, a nivel de la minería ilegal, y en algunos casos de la minería formal aún se mantiene. Incluso las mejores operaciones modernas puede tener impactos ambientales indeseables, y las buenas prácticas tienen aun un largo camino antes de expandirse a toda la industria. El reto a seguir, consiste en fortalecer, regular, verificar y mejorar el rendimiento de las operaciones mineras, buscando garantizar con esto que los recursos naturales vitales potencialmente afectables por las actividades mineras, cual es el caso del agua, sean conservados, a la vez que los ecosistemas sensibles registrados en las zonas mineras sean en lo posible consolidados y que la riqueza mineral contribuya a dar como dividendo la continuidad ambiental que demandan las regiones del mundo. De igual forma, el desafío consiste en definir hacia dónde pueden destinarse por los países productores, tanto en el corto como en el largo plazo, los recursos y excedentes derivados de las operaciones mineras viabilizadas, para estar seguros como sociedad de acoger en torno a las oportunidades relacionadas, la mejor opción con vista a satisfacer tanto los objetivos como las necesidades del conjuntos de la sociedad en el futuro. Fuentes de información complementaria a consultar: http://www.mbendi.com/indy/ming/p0005.htm#10 - World Mining Overview, 2008. htto://vi.unctad.org/.../Presentations/Day1_Ostensson_overview.ppt -Mineral and metals production: an overview by Olle Östensson, Caromb. Consulting Outline of presentation about: What are minerals? Why is mining important? http://minerals.usgs.gov/minerals/pubs/mcs/ - Mineral Commodity Summaries (1997-2010), United States Geologycal Survey. http://minerals.cr.usgs.gov/projects/industrial_minerals/products.html - Sustainable Development of Industrial Minerals (2011), United States Geologycal Survey. http://mining.about.com/od/OperationsManagement/Operations-And-Management.htm - Mining operations & Management. General Information web page (About.com).

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http://www.iied.org/sustainable-markets/key-issues/business-and-sustainable-development/mining-minerals-and-sustainable-development - The Mining, Minerals and Sustainable Development Project (MMSD) web page. 2000.