Immanuel Kant

Belleza Libre y Belleza Adherente

Para Kant existen dos tipos de belleza la libre y la adherente la primera no presupone concepto alguno de lo que el objeto debe ser por ejemplo Kant la asimila con las flores que son naturales y libres lo que una flor deba ser difícilmente alguien lo puede saber ya que no la conoce a fondo y solo por el simple gusto.

La base de este juicio, no hay ni perfección de ninguna especie, ni finalidad interna a que se refiera la reunión de lo diverso como los pájaros y multitud de peces son bellezas en si porque no pertenecen a ningún objeto determinado por conceptos en consideración de su fin. En el juicio de una belleza libre es de gusto puro no existe concepto alguno de un fin para el cual el objeto deba servir o representar.

La belleza adherente hombre mujer o niño, la belleza de un caballo, de un edificio presupone un concepto de un fin que determina lo que deba ser la cosa. La satisfacción en lo diverso de una cosa en relación con el fin interno que determina su posibilidad siendo esta una satisfacción fundada en un concepto que esta unida con la representación mediante la cual el objeto es dado no mediante la cual es pensado.

Ciertamente, mediante ese enlace de la satisfacción estética con la intelectual gana el juicio de gusto, en que es fijado y en consideración de algunos objetos determinados conforme a un fin puede prescribírsele reglas. Y uniéndolo con la razón viene a servir de instrumento para el propósito.

Un juicio de gusto en lo que se refiere a un objeto de fin interno determinado, seria puro en cuanto el que juzga no tuviera concepto alguno de ese fin o hiciera en su juicio abstracción de él. Así pues uno se juzga por los sentidos y el otro por el pensamiento pudiéndolos discernir uno de otro ya que uno es un gusto puro y el otro aplicado.

Federico Schiller

El Estado Estético del Hombre

La belleza conduce al hombre que solo por los sentidos vive al ejercicio de la forma y del pensamiento; la belleza devuelve al hombre sumido en la tarea espiritual, al trato con la materia y el mundo sensible.

Entre materia y forma o entre pasión y acción tiene que haber un estado intermedio en el cual la belleza nos coloca en ese intermedio. Las experiencias demuestran que el concepto de belleza no es nada mas absurdo y contradictorio pues la distancia que separa la materia de la forma, la pasión de la acción, el sentir del pensar es infinito y nada puede llenarla.

La belleza enlaza dos estados que son opuestos y que nunca pueden unificarse, mas como los dos estados permanecen opuestos no existe otro modo de enlazarlos y solo queda suprimirlos.

Los filósofos que toman que toman por guía solamente el intelecto no logran jamás un concepto de la belleza porque en la totalidad no ven nunca sino las partes; el espíritu y la materia aun en su mas perfecta unidad permanecen para ellos siempre separados. Los primeros temen negar la belleza dinámicamente, es decir como fuerza eficiente, si se separan lo que en el sentimiento va unido ; los segundos temen negarla lógicamente, es decir, como concepto, si reúnen lo que en el entendimiento va separado.

Los primeros temen robarle libertad a la belleza si la dividen con exceso, lo segundos temen destruir la precisión de su concepto por una unificación aventurada. No es capricho si no máxima necesidad interior, que con igual justicia exigen a la belleza, no consiste en la exclusión de ciertas realidades, sino en la inclusión de todas y que no es limitación si no infinitud.

La naturaleza y los sentidos siempre unifican, el intelecto separa, pero la razón vuelve a unificar por eso el hombre que no ha comenzado a filosofar esta mas cerca de la verdad que el filósofo que a un no a terminado de investigar, considerando como falso todo filosofema cuyos resultados contradigan la sensación común.

Ningún efecto estético no puede nunca salir de la dependencia de las fuerzas ya que la excelencia de las obras no se podrá medir por su mayor o menor aproximación a ese ideal de la pureza estética.

Por grande que sea la libertad alcanzada siempre terminara la contemplación estética en una determinada actitud y en una dirección característica ahora bien cuanto mas contemplada sea la actitud y menos limitada la dirección recibida este se vuelve mas noble y mas excelente el producto.

En una obra de arte verdaderamente bella el contenido no es nada, la forma lo es todo, pues la forma es lo único que actúa sobre el hombre entero y el contenido actúa sobre algunas potencias. El contenido por muy sublime que sea y amplio que sea este opera siempre sobre el espíritu limitándolo, solo de la forma se podrá esperar una libertad estética. El verdadero secreto de la maestría consiste en esto que la forma aniquile a la materia. Cuanto mas imponente, absorbente, seductiva sea por si misma la materia cuanto mas espontanea se ofrezca, tanto mas noble será el triunfo del arte que se impone a la materia y se afirma el imperio sobre el contemplador.

Las artes de pasión como verbigracia, la tragedia no constituyen una excepción de la regla. Primero por que no son artes por completo libres se encuentran en un fin particular, patéticas quedando en un arte bello.

Carlos Marx

Los Sentidos Estéticos

Los sentidos se han convertido directamente en su práctica teóricos. Se comportan hacia la cosa por la cosa misma, pero la cosa misma es un comportamiento humano objetivo hacia si mismo y hacia el hombre y viceversa (solo puedo comportarme en la practica, humanamente ante la cosa siempre y cuando esta a su vez, se comporte humanamente ante el hombre). Así mismo los sentidos y el goce de los otros hombres se han convertido en mi propia apropiación.

El hombre solamente no se pierde en su objeto cuando este se convierte para el en objeto humano o en un hombre objetivado. Y esto solo es posible al convertirse ante el objeto social y verse el mismo en ente social del mismo modo que la sociedad cobra esencia para el en este objeto. Es decir todos los objetos pasan a ser para el, la objetividad de si mismo, como los objetos que confirman y realizan su individualidad, es decir que el mismo pasa a ser objeto.

El sentido solo puede ser para mi como sea para si mi fuerza esencial en cuanto a capacidad subjetiva ya que el sentido de un objeto para mi llega hasta donde llega mi sentido, por eso los sentidos del hombre social son otro s que los que del hombre no social.

La esencia humana es la que determina la riqueza de los sentidos subjetivos del hombre; el oído musical, el ojo capaz de captar la belleza de la forma en una palabra; es así como se desarrollan y en parte nacen los sentidos capaces de goces humanos, los sentidos que actúan como formas esenciales humanas.

Es la naturaleza humanizada la que da vida a los cinco sentidos y también a los sentidos espirituales, a los sentidos prácticos. Para el hombre hambriento no existe la forma humana de la comida, si no su forma abstracta de alimento, igual el hombre angustiado y en la penuria no tiene el menor sentido para el mas bello de los espectáculos; por lo tanto es necesaria la objetivación tanto en el aspecto teórico como en el practico, lo mismo para convertir en humano el sentido del hombre como para crear el sentido humano a toda la riqueza de la esencia humana y natural.