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IHS son las tres primeras letras del nombre «Jesús» en el idioma griego. San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, las eligió en 1534 como anagrama de la nueva orden religiosa y sello de su Superior General.
PUBLICADO POR LA OFICINA DE DESARROLLO - PROCURA COMPAÑÍA DE JESÚS, PROVINCIA DEL PERÚ.
Consejo Editorial:Carlos Cardó Franco SJRómulo Franco Temple SJJosé Ramón González Écija SJJosé Francisco Navarro SJJerónimo Olleros Rodríguez - Arias SJLuis Peirano FalconíJavier Quirós Piñeyro SJCésar Torres Acuña SJXavier Urios Huigens
Edición General: José Manuel Balta Velarde
Diseño y diagramación:Elena Marticorena San José
Corrección de estilo:Zoraida Portillo Martínez
Pre-prensa e impresión:GMC Digital
Agradecemos a Daniel Giannoni Succar por haber colaborado con algunas de las fotografíasque aparecen en esta obra y muy especialmente a Kurth Mendoza Gutierrez, anterior responsabledel Área de Comunicaciones de la Oficina de Desarrollo - Procura.
Portada: “La Coronación de la Virgen”, obra de Bernado Bitti SJ.
Portal web: www.jesuitasperu.org © Compañía de Jesús - Provincia del Perú Lima, Perú, febrero de 2010.
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº: 2005-6784
DEL PERÚ
ANUARIO 2010
JESUITAS
Compañía de Jesús - Provincia del Perú
IV Centenario del Noviciado de San Antonio Abad
Retablo y capilla de San Francisco Javier
Iglesias de Juli: patrimonio artístico
La universidad en la postmodernidad
Colegios Jesuitas
Colegio Fe y Alegría en el Chad
P. Kevin Gallagher SJ (1929-2007)
Incidencia política: Todas las voces
Amazónicos e indígenas amazónicos
Con cariño: carta a mis exalumnos Awajum y Wampis
Misionero en retaguardia
ARTE
El refugio de los sabios
Medio siglo de presencia jesuita en Tacna y Moquegua
Pastoral juvenil y vocacional en el Perú
7 Palabras para Tito Otero
Sixto Coronel SJ
Francisco de la Aldea SJ
Juan Bytton SJ
José Enrique Rodríguez SJ
Miguel Cruzado SJ
Fernando Roca SJ
Juan Cuquerella SJ
Amancio Arnaiz SJ
Vicente Santuc SJ
Juan Carlos Pallardel SJ
Lissy Canal
Jeffrey Klaiber SJ
José Enrique Rodríguez SJ
Armando Nieto SJ
Virginia Battisti
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FE
JUSTICIA
EDUCACIÓN
ÍNDICE
PRESENTACIÓN
Los Anuarios de la Compañía de Jesús expresan siempre la amplitud y diversidad de la misión jesuita en el Perú. Los artículos e imágenes de los Anuarios muestran también los diversos rostros de quienes tenemos esta misión. Sin embargo, estos distintos trabajos, en lugares tan distantes, en los que participan tantas y tan diversas gentes, están unidos por un mismo espíritu, una sola búsqueda, un único deseo: seguir a Cristo cargado con su cruz, servirle en fidelidad a la Iglesia y siempre en diálogo con otros. En cada una de las reflexiones, imágenes o testimonios de este Anuario se expresa de un modo u otro nuestro deseo de servir a Jesucristo, Principio y Fundamento de nuestras vidas.
He querido empezar señalando aquello que nos unifica, sostiene y da sentido a nuestra misión, para inmediatamente agradecer la riqueza y belleza de la diversidad que nos constituye. Precisamente porque el centro de nuestra unión es tan fuerte (la vida de Jesucristo y nuestro deseo de servirle), en nosotros que la diversidad se hace fortaleza y no debilidad, podemos tender puentes entre mundos sociales y culturales diversos, y aun nosotros mismos podemos estar tan unidos siendo tan diferentes y laborando en campos tan diversos.
En las obras pastorales, educativas y sociales que vertebran la misión de los jesuitas del Perú participan profesionales de la educación y los estudiantes que son el sentido de nuestros centros; participan también académicos e investigadores en distintas áreas del saber así como agentes pastorales, educadores populares y promotores sociales. Hay también muchos otros que laboran en el mantenimiento, gestión y dirección de estas obras. Están también quienes contribuyen al sostenimiento financiero de esta misión tan amplia, y quienes nos apoyan con su consejo. Son parte de esta gran familia los miles de padres de familia y exalumnos de nuestros centros, así como los feligreses de nuestras parroquias y templos. Estamos también los jesuitas, mis hermanos jesuitas, que nos sentimos orgullosos y agradecidos a Dios por este inmenso colectivo, variado y activo, que junto con nosotros se siente convocado a la misión de Cristo en esta parte del mundo.
Este Anuario, además de expresar la diversidad de personas, expresa también la complejidad y amplitud de la misión que nos une. En este Anuario encontrarán artículos desde lugares tan diversos como Lima, Tacna o Amazonas. Reconocerán textos e imágenes sobre mundos sociales y culturales diferentes y a veces muy distantes entre sí. El Señor tiene un mensaje de amor y justicia para todos y desea que seamos capaces de tender puentes de confianza y unidad entre las personas. La unidad en la diversidad es un signo de nuestra vida, y la capacidad de tender puentes entre unos y otros es un signo de nuestra misión.
Ojalá consigamos transmitir en las páginas de este Anuario, junto con la belleza y multiplicidad de lo que somos y hacemos, también aquello común que nos moviliza y nos sostiene: el rostro amoroso de Jesucristo que nos quiere vivos, alegres y unidos. Que sean cada vez más visibles nuestros esfuerzos por tender puentes entre peruanos y nos encontremos todos cruzando de un lado a otro de los ríos a veces tan profundos que nos distancian. Espero que quienes participan de una u otra manera en este desafío nos reconozcamos parte de una misma misión; y que desde funciones y lugares diversos no dejemos de agradecer de corazón esta Gracia divina que nos regala vínculos de unidad tan sólidos.
MIGUEL CRUZADO SILVERI SJPadre Provincial
FeLo s j e s u i t a s deb en manifestar, especialmente en el mundo actual de ruido y estímulos incesantes, un fuerte sentido de lo sagrado.
Nuestro profundo amor a Dios y nuestra pasión por su mundo deberían hacernos arder, como un fuego que enciende otros fuegos.
Congregación General 35, Decreto 2, Número 10.Ig
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Anuario 20108 9
EL REFUGIO DELOS SABIOS
en actividad apostólica. Al mismo tiempo, por ser
un lugar céntrico y de fácil acceso para las visitas
de otros jesuitas y familiares. Para ser posible este
proyecto, el P. Provincial nombró una comisión
formada por Juan Julio Wicht SJ, Alfredo del Risco
SJ, el Hno. Diego Díaz SJ y mi persona.
Si bien el proyecto estuvo pensado para prestar
servicios de salud tanto para los jesuitas que
comienzan la vida religiosa como para los que están
retirados o jubilados, debemos precisar que desde
un inicio la prioridad fue la atención a nuestros
ancianos. Ellos nos animan mediante el ejemplo de
su filial y confiada entrega a Dios en su enfermedad
o en la disminución de sus fuerzas (Cf. NC 244,1).
Poco a poco, su cobertura se fue ampliando hacia
los que la necesitan pasajeramente, como a los que
están imposibilitados ya del trabajo apostólico. En
una primera etapa (aproximadamente 12 años) la
enfermería tenía 14 habitaciones. Al no contar con
FE - Jesuitas del Perú
Sixto Coronel SJPrefecto de Salud de la Provincia del Perú
Benjamín Fernández-Dávila SJ.
Iñaki Elorza SJ.
P ara San Ignacio, conservar el cuerpo de
la Compañía era uno de sus mayores
deseos; de ahí que en el cuidado a
nuestros enfermos no debemos escatimar
medios. De otro lado, nuestras Constituciones y
Normas Complementarias nos invitan a cuidar
con evangélica solicitud a nuestros ancianos, que
esperan de nosotros cariño y acogida, y quienes
continúan siendo fecundos.
Fieles a ese espíritu, hace 20 años (en 1990) fue
creada la Enfermería Jesuita del Perú, siendo
Provincial el P. Adolfo Franco SJ, aunque la idea
se había gestado con el anterior provincial. Los
consultores del P. Provincial acordaron que la
Enfermería estuviera ubicada en la Comunidad de
Nuestra Señora de Fátima, para que los enfermos
se sintieran acompañados por sus compañeros
más espacio y en vista de que el número de jesuitas
mayores se iba incrementando, se decidió hacer
una ampliación. Desde el año 2002, tiene nueve
cuartos más. En estos 20 años he tenido la suerte de
compartir el trabajo con Alfredo Del Risco SJ, quien
dedicó siete años de su vida a ser el Prefecto de Salud.
Fue él quien impulsó y dinamizó la construcción de
la Enfermería y el cuidado de la salud de muchos
jesuitas.
Aunque no tenemos áreas médicas propiamente
dichas, contamos con algunos servicios prácticos
para brindar una buena atención, como una sala
de procedimientos médicos (o tópico), una sala
dental, un botiquín (que en realidad es una
pequeña farmacia), un comedor, una lavandería,
una sala de descanso-entretenimiento y una sala
de estar de enfermeros.
Existe un equipo de salud responsable de su
funcionamiento, conformado por 3 licenciados
en enfermería y 5 auxiliares, un encargado de
limpieza y una persona a cargo de la lavandería.
Colaboran con nosotros un dentista, una técnica en
rehabilitación física, un patólogo clínico, un médico
clínico y una voluntaria que desde hace 12 años
llega puntualmente dos veces por semana a leerles
a nuestros hermanos y atender en la cena.
Como cualquier comunidad religiosa, tenemos un
horario establecido para algunas prácticas diarias.
En primer lugar, el aseo. Luego, nadie se queda en
cama, todos van a misa a las 7:30 am. Después del
desayuno, pasamos al acompañamiento en sus
limitaciones y dependencias.
Por la tarde, después de la siesta, se tiene una
oración comunitaria y el rezo del rosario como
fortalecimiento de los Ejercicios Espirituales en la
vida diaria (espiritualidad ignaciana) para que el
sufrimiento y el miedo a la muerte de uno mismo y
de los demás se acepte con paz espiritual: “cuando
yo soy débil, entonces soy fuerte” (2Cor.12, 9). En las
horas libres algunos tienen actividades propias y a
otros procuramos intensificarles la comunicación
para ayudarlos con sus problemas personales.Disfrutando de un buen cuidado.
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Anuario 201010 11
La labor del Prefecto de Salud
Diariamente se me presentan retos o desafíos. No
es nada fácil atender a personas enfermas. Ellos
necesitan de mucha cercanía, tiempo, dedicación.
Asistir a los compañeros jesuitas en la última etapa
de su vida me llena el espíritu; pero también tengo
sentimientos encontrados porque aunque es una
ganancia para Dios Padre, es una pérdida para la
Compañía. La vida me ha dado muchos regalos.
Uno de ellos es poder acompañar en su dolor a
tantos compañeros Jesuitas que han pasado por
la enfermería. Tengo grandes recuerdos de los que
partieron de este mundo. Mucho que agradecer a los
que aún me apoyan para poder seguir cumpliendo
esta misión.
Dios siga concediéndome la alegría de
acompañarlos, cuidarlos y servirlos para hacer
realidad aquello de ser servidores de la misión y en
todo amar y servir hasta que las fuerzas nos ayuden.
El que recobren la salud o al menos tengan calidad
de vida en su ancianidad o enfermedad son desafíos
permanentes que deben ser trabajados día a día.
FE - Jesuitas del Perú
Celebración de la Eucaristía en la Capilla de la Enfermería de Fátima.
Foto: Deyvi Astudillo SJ
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Anuario 201012 13
MEDIO SIGLO DE PRESENCIA JESUITAEN TACNA Y MOQUEGUA
obra pastoral. Rápidamente se unieron a ellos varios
hermanos peruanos como Mons. Luis Bambarén SJ,
el P. Romeo Luna Victoria SJ, el P. Pedro Barreto SJ
y otros. Posteriormente, llegarían también algunos
jesuitas españoles como el P. José María Cánovas
SJ, Jorge Beneyto SJ y Mons. Santiago García de la
Rasilla SJ, entre otros.
Todos ellos realizaron una intensa labor que se
sistematiza mejor si se la divide en las tres áreas
de misión de la Provincia Jesuita en el Perú: obra
pastoral (para ayudar a ser mejores cristianos), obras
educativas (para formar mejores alumnos) y obras
sociales (para conseguir una mejor sociedad).
Obra Pastoral
Veinte años después, la obra pastoral se hallaba
extendida más allá de Tacna. Fue así como en 1980
se fundó el Centro Pastoral San Pedro Pescador
en la ciudad de Ilo (Moquegua), para la formación
de laicos y líderes juveniles, promoción social con
niños y adolescentes, espiritualidad a través de
talleres de oración, Ejercicios Espirituales y apoyo a
las capillas con un grupo de misión laical. Tiempo
después, esta primera semilla se convirtió en lo
que conocemos ahora como el Centro Loyola Ilo.
Asimismo, en Tacna estamos comenzando a forjar
una réplica de este modelo institucional pastoral de
la Compañía de Jesús.1 Los Primeros 25 Años, p. 1.
William Cetnar SJ y Fred Green SJ en el Colegio Cristo Rey.
Q ué difícil resulta reseñar en pocas
palabras, la obra desarrollada por los
jesuitas y sus amigos colaboradores
(religiosas y laicos) en Tacna y Moquegua durante
los últimos cincuenta años. Los recuerdos se nos
agolpan en la mente.
Todo comenzó el 17 de noviembre de 1959, cuando
a bordo de un avión DC-4 (cuatrimotor de hélice)
de la compañía Faucett, arribaron a Tacna los dos
primeros jesuitas, norteamericanos de la Provincia
de Chicago: Ernesto McClear SJ y Fred Green SJ de
37 años, natural de Hawai, quien se había ordenado
de sacerdote el año anterior.1 Monseñor Alfonso
Zaplana Belliza, obispo de Tacna y Moquegua, les
propuso encargarse de la Vicaría (San Pedro Apóstol,
la parroquia más antigua de Tacna). Comenzaba así la
Francisco de la Aldea SJSuperior de la Comunidad de Tacna y Director del Colegio Cristo Rey
No hace mucho estuve cerca de una comunidad
de sacerdotes jesuitas y conviviendo con ellos
entendí varios de los motivos por los cuales
esta Orden es una de las más sólidas de la
cristiandad. Pasé unos días en un convento,
bastante aislado del mundo externo, y lo que
más me impresionó fue observar cómo en el
jardín central del gran espacio principal del
local, se ha construido un pabellón especial
donde viven los ancianos.
Estos viejos sacerdotes ya jubilados, lejos de
ser tratados como trastos inútiles, conforman
la fuente más importante de sabiduría y el
foco central de la atención del resto de la
comunidad.
Jesuitas al fin, estos hombres saben que el
caudal más valioso de una institución es el
que se acumula en los individuos de mayor
trayectoria, aquellos que han visto y han
vivido más tiempo la evolución de una
institución, en medio de una sociedad que
nunca cesó de cambiar.
Los cimientos viejos, si son sólidos, no podrán
jamás ser reemplazados por artificios
recién inventados.
Rafo León.1
FE - Jesuitas del Perú
Antonio Briones SJ revisando sus apuntes personales.
1 Fragmento recogido de la sección Abra Palabra de la Revista Somos No. 904 del 3 de abril de 2004.
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Anuario 201014 15
FE - Jesuitas del Perú
Obra Educativa
En lo que respecta a la formación de nuevos y
mejores alumnos, gracias al P. Fred Green SJ, casi de
inmediato, usando algunos salones de la Parroquia,
la Compañía de Jesús fundó el Colegio Cristo Rey
para varones. Tres años más tarde, en 1965, este
centro educativo jesuita ya contaba con un local
particular donde impartir adecuadamente la
enseñanza. La obra educativa se convierte en una
característica del trabajo de la Compañía en esta
región, y es así como se fundan otros colegios como
el de Fe y Alegría 40 en 1989. Actualmente es dirigido
por las Hermanas de San José de Carondelet. El P.
Fred Green, incansable en su labor de formador de
nuevas generaciones, en 1992 funda el Colegio
Hermano Pedro Sáiz SJ con los jóvenes del Centro Cristo Rey del niño y adolescente.
Miguel Pro, que continúa funcionando hasta la
fecha, mientras que el Colegio Fe y Alegría 52 se
crea en el año 2000 en la Pampa Inalámbrica de la
ciudad de Ilo (Moquegua).
Obra social
Jesús no sólo predicaba sino que atendía a los
enfermos y necesitados de aquella sociedad
controlada por los romanos. Fiel a ese ejemplo, la
Compañía ayuda a la formación y compromiso de
laicos que transformen esta sociedad para que sea
más justa, fraterna y solidaria. En 1976 se crea el
Centro de educación, organización y promoción
del desarrollo (CEOP-Ilo), que funciona hasta hoy
ofreciendo promoción de autoempleo a través
de microcréditos, promoción de liderazgos en
organizaciones, educación ciudadana en colegios,
participación en procesos de planificación y
concertación para el desarrollo. En 1986, por
iniciativa de un voluntario norteamericano
fundamos el Centro Cristo Rey del niño y
adolescente (CCRNA). Su misión: dignificar a los
niños en riesgo promoviendo su desarrollo integral
mediante formación no escolarizada, alimentación,
salud, albergue temporal, formación religiosa,
talleres y actividades recreativas. Algunos años
después la semilla sembrada en la sociedad dio
sus frutos cuando algunos laicos vinculados a la
Compañía de Jesús (la mayor parte ex alumnos
del Colegio Cristo Rey) constituyeron Unidos para
Servir (UNISER). Esta obra social, fundada en 1997,
desarrolla servicios de asesoría legal, de salud a
niños, jóvenes y la comunidad. La institución está
guiada por el espíritu y la mística de San Ignacio de
Loyola ya que trabaja por la justicia con una opción
preferencial por los pobres.
Al escribir esta apretada síntesis de lo que la
Compañía de Jesús ha logrado construir en medio
siglo de labor en Tacna y Moquegua, no queda sino
pedir que el Señor siga inspirando a más personas
a proseguir en la obra empeñada para la Mayor
Gloria de Dios.
Parroquia San Pedro Apóstol.
P. Roberto Dolan SJ celebrando la Eucaristía.
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PASTORAL JUVENIL Y VOCACIONALEN EL PERÚ:ACOMPAÑAR Y TRANSMITIR
Juan Bytton SJPastoral Juvenil y Vocacional
“Señor, dónde voy; siguiéndote, mi Señor, yo no me podré perder” 1
Experiencia de labor social.
FE - Jesuitas del Perú
1 San Ignacio de Loyola. Diario Espiritual 114.2 Cerezo José Joaquín y Pedro José Gómez Serrano. Jóvenes e Iglesia. Madrid: PPC. 2006.
La Pastoral Juvenil y Vocacional de la Provincia Peruana está en proceso de
maduración. Han sido muchos los años y los compañeros que han entregado su
vida a esta labor, y han sido generosos al estructurar lo que hoy se va realizando.
Sin embargo, este recorrido de lo que ha sido la misión juvenil y vocacional en
este tiempo, no lo podemos limitar a enumerar un conjunto de acciones sin
señalar el espíritu que se encuentra detrás de cada una de ellas.
La Pastoral Juvenil y Vocacional busca definir su rasgo más esencial en relación
a Jesús, como no podía ser de otra manera: “Los jesuitas saben quienes
son mirándolo a Él”, ha señalado la Congregación General 35. Y desde esta
identificación plantea los horizontes y criterios que marcan las líneas de acción
de su actuar con los jóvenes.
De norte a sur, de este a oeste, el modo de proceder de la “familia ignaciana”
nos ayuda a clarificar los retos que plantea el mundo de hoy:2 en una sociedad
“poscristiana“, apostar por una nueva mística; en una sociedad del bienestar,
favorecer experiencias de confrontación y de respuesta; en una sociedad ansiosa
de felicidad, ofrecer un camino de plenitud; en una sociedad plural, presentar
una identidad válida y actual.
Foto: Juan Bytton SJ
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Anuario 201018 19
Foto del Encuentro Juvenil Ignaciano 2009.
Pastoral Juvenil en los Andes.
3 Memorial del IV Encuentro Juvenil Ignaciano – COLOQUIO 2009.4 Animamos a visitar, entre otros, los siguientes websites: www.sjoven.com / www.esejotas.com.5 Pedro Arrupe. En sus bodas de oro como jesuita. 15 de enero de 1977.6 Carta sobre la promoción de vocaciones. Setiembre de 1997.
Como Pastoral Juvenil caminamos hacia el
reforzamiento de dos aspectos clave: Acompañar
a los jóvenes en su crecimiento integral cristiano
y transmitir, en ese acompañamiento, nuestra
propia identidad. En este tiempo de reorganización
y planificación nos hemos concentrado en la
elaboración del Plan de Pastoral Juvenil. Como
Pastoral Vocacional buscamos adaptarnos a la
percepción del joven de hoy: lleno de esperanzas,
abierto a la novedad y en contacto con muchos, y
que sin embargo en el compromiso permanente
y en la institución eclesial, ve una serie de rasgos
que no comprende o que incluso le pueden
generar rechazo.
Una misión de frontera: acompañar a los jóvenes
Se han celebrado tres reuniones a nivel nacional de
agentes de pastoral y hemos dividido nuestra misión
en tres ejes: Servicio, Comunidad y Formación. Estos
ejes resultan del análisis de los horizontes, criterios
y líneas de acción del plan pastoral.
Expresión de la sintonía en la misión con jóvenes han
sido los Encuentros juveniles ignacianos (Coloquios),
que han reunido a jóvenes de diferentes lugares del
Perú. Estos encuentros han ayudado a integrar no
solamente a los jóvenes, sino también a las personas,
instituciones y obras que trabajan con ellos a la luz
de la espiritualidad ignaciana. Esperamos canalizar
a través del liderazgo y protagonismo de los
propios jóvenes las múltiples iniciativas recogidas a
lo largo de este tiempo. Por ello, han nacido y se han
reforzado los Consejos Juveniles Ignacianos locales,
cuyo objetivo es fomentar la identificación con
Cristo a la luz de la espiritualidad de San Ignacio,
en el ámbito de la iglesia local y colaborando en un
trabajo conjunto y coordinado. Asimismo, estamos
en la ruta de poder integrar estos Consejos en
una Red Juvenil Nacional (SJOVEN), que tenga
como objetivo preparar y motivar los Encuentros
Juveniles Ignacianos sucesivos.
Finalmente, queremos responder al pedido que los
propios jóvenes señalaron en el IV Coloquio realizado
en Lima en octubre de 2009: “a los jesuitas… (les
pedimos) que nos sigan acompañando en nuestra
formación para ser y vivir el fuego que hemos
recibido de Dios, el fuego que desde hoy queremos
trasmitir al mundo entero”. 3
En ese sentido, debemos apoyar los programas de
formación espiritual y de acción social en colegios,
instituciones sociales y parroquias, para ayudar a
crecer en la fe, en la oración, en la práctica de los
sacramentos y en el compromiso con los demás.
Un medio estratégico para lograr este objetivo es el
uso de los medios de comunicación, principalmente
Internet, y la accesibilidad juvenil a este medio de
interacción social.4
A los ojos de la fe, todo momento de crisis es un reto
para actualizar el mensaje imperecedero y salvador
de Jesús. Recordemos al P. Peter Hans Kolvenbach:
“una pastoral juvenil renovada y bien planificada
es el mejor contexto para suscitar y descubrir
vocaciones”. 6 La disminución de vocaciones por
la que pasa la Iglesia, nos impulsa a una confianza
absoluta en el Señor y a buscar su voluntad. Este es
el rasgo más importante de la personalidad de San
“¿Adónde va la Compañía?... A donde Dios la lleve” 5
Foto: Felipe Guzmán SJ
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FE - Jesuitas del Perú
Anuario 201020 21
FE - Jesuitas del Perú
7 Congregación General 35, Decreto 2, Número 7.8 Las son vitales para la Compañía de hoy y de siempre, pues del número de las vocaciones y de su calidad depende en gran parte la supervivencia de la Compañía y la calidad del servicio que puede rendir a la Iglesia”. P. Pedro Arrupe, SJ. Carta sobre promoción de vocaciones, 1973.9 Alburquerque Antonio, SJ. En el corazón de la Reforma. “Recuerdos espirituales” del Beato Pedro Fabro, S.J. Santander: Sal Terrae, Mensajero. 2000.
Experiencia Juvenil verano 2010.
Ignacio y de los sucesivos Padres generales, como
puede verse en la alocución del P. Pedro Arrupe,
citada como subtítulo de este párrafo.
Estamos encaminados hacia ese objetivo. La
Pastoral Vocacional va encontrando su respaldo en
la interacción entre jesuitas y jóvenes, que buscan
una mayor familiaridad en el compartir unas mismas
metas y caminar juntos hacia ellas.
Asimismo, el acompañamiento vocacional
encuentra su plataforma en las obras e instituciones
que cuentan con presencia juvenil. Las Semanas
Ignacianas, vividas en todas las obras de la Compañía
de Jesús en el Perú, han sido un espacio privilegiado
para dar a conocer la labor de los jesuitas como
servidores de la misión de Cristo. Esta actividad
permite presentar la vida del compañero de Jesús
como un camino válido, actual y necesario para la
Iglesia y el mundo de hoy.
Recorrer con los niños, jóvenes y adultos la vida
de San Ignacio y la misión de la Compañía lleva a
reflexionar sobre la forma cómo Ignacio invitaba a
los suyos a unirse al proyecto de Dios. Vale recordar
aquí una anécdota de la Semana Ignaciana de un
colegio del sur del Perú.
Ante la pregunta hecha a niños de cuarto de
primaria: ¿por qué San Ignacio se hizo jesuita?, uno
de ellos respondió resueltamente: “Porque leyó
la vida de Jesús y se hizo su amigo para siempre”.
Se demuestra así que las palabras concisas suelen
ser más certeras. En una respuesta tan sencilla se
sintetiza el sentido de una vocación.
También vamos concretando el deseo de hacer
del acompañamiento una misión vital a través
del Manual de Pastoral Vocacional y la Misa por la
Vocaciones a la Compañía de Jesús, distribuidos
recientemente. Estos documentos recogen las
experiencia de muchos hombres y mujeres que han
despertado, motivado y acompañado las vocaciones.
Una experiencia que brota de una actitud de vida
en servicio y pasión por lo que somos y hacemos en
nombre de Jesús y por cumplir la voluntad de Dios
que se nos ha expresado a través de su llamada.
“El Señor se aparece cuando menos lo esperamos”7
Todo lo reseñado aquí responde al imperativo del
Señor de “ir por todo el mundo” a anunciar la Buena
Noticia (Mt 28, 16-20). Este mandato que inspiró
a San Ignacio, San Francisco Javier, el Beato Pedro
Fabro y tantos jesuitas desde la fundación de la
Compañía de Jesús es el impulso y fervor que debe
llenar toda misión asignada a un jesuita hoy.
Ir por todo el mundo es ir más allá de las fronteras,
más allá de lo conocido o establecido, más allá de
las propias seguridades y convicciones. Ir por todo
el mundo significa contagiarse del fuego de Jesús.
Creemos que, naturalmente, otros se irán uniendo
a esta aventura. No se trata de cuánto sepamos,
hagamos o digamos, sino cuánto inspiremos para
dar sentido y valor a la propia vida, desde nuestro
ser consagrado a Dios. A ejemplo de los discípulos
que dejaron sus barcas, muchos jóvenes dejarán lo
que les pueda dar felicidad, por un camino que les
dará felicidad a ellos y a muchos más. Ir por todo
el mundo, ir acompañados y acompañando. Allí
donde lleguemos, el Señor nos estará esperando
para lanzarnos a una nueva misión. Estamos
convencidos de que la misión de Jesús tiene todavía
mucho que decir al mundo. Por ello, asumimos la
Promoción Vocacional como tarea principal de
nuestra comunidad y de nuestra misión. Sabemos
que de nuestra oración y empeño depende el
futuro de la misión de Jesús y de su Compañía, y
sabemos también que la vocación es un regalo de
Dios para el mundo. 8 Si el compromiso es grande,
grande será también la recompensa del “dueño de
las mies” (Lucas 10, 2).
Esperamos que muchos jóvenes lleguen a decir
un día lo que dijo el beato Pedro Fabro cuando
conoció y siguió a San Ignacio: “Llegamos
finalmente a formar una sola persona por el
deseo, la voluntad y la firme decisión de escoger
la vía por donde hoy caminamos”. 9
Jóvenes ayudando a la sociedad.
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Anuario 201022 23
Dar un hervor a la menudencia del pavo y cortarla
en pequeños trozos. Preparar un picadillo a partes
iguales con almendras dulces peladas y picadas,
cebollas y picatostes sin endulzar y las hilachas de
pavo. En una cacerola puesta al fuego, rehogar con
manteca un ajo y perejil picado, algo de orégano y
hierbabuena. Verter el caldo y cuando empieza a
hervir, agregar el picadillo. Déjese cocinar un cuarto
de hora. Al poner en la sopera, añadir algunas
aceitunas y huevo duro picado.
BARATILLO
En el baratillo hay un padre limeño que subido en un
cajón de madera a modo de tarima, cada domingo
enseña la doctrina a la sombra de una cruz que son
dos leños. No es solamente predicador.
Con el fraile agustino Bartolomé Vadillo y el jesuita
Juan Perlin han comprado un terreno en la barranca
del río para recoger a los negros esclavos viejos y
enfermos que solo esperan la muerte a las orillas
del río. La capital del Virreinato del Perú cuenta con
cuarenta mil esclavos.
Durante la semana, el padre Castillo recorre
chacras, galpones y a veces emprende el camino
de Huaycoloro y Huachipa, porque sabe que en
las tierras del tesorero Juan Rodríguez Pedreros se
esconden los cimarrones, necesitados de su ayuda
para reintegrarse y librarse del castigo. Este padre
es quien inició la devoción al Señor de la Agonía
con oraciones, meditación y música durante tres
horas el Viernes Santo.
UNIVERSITARIO
Después de 9 años, Universitario de Deportes
obtuvo su título nacional número 25 tras vencer en
el estadio Monumental por 1 a 0 al Alianza Lima.
El partido de ida lo ganó en el estadio Alejandro
Villanueva (conocido como “Matute” por el barrio
donde se ubica) por similar score. El único gol del
encuentro lo marcó de penal el volante Nolberto
Solano a los 10 minutos del inicio del partido.
7 PALABRAS PARATITO OTERO
NIEVERIA
Desde el nevado Quelcaya, en las alturas de
Jicamarca, en los Andes limeños, los porteadores
bajan arriando las recuas de llamas. Van cargadas
de espuertas con paja que sirve de aislante para
preservar la nieve que se utilizará en los refrescos
de verano.
Unos se dirigen a Pachacámac siguiendo el camino
de adobones que va desde Cajamarquilla, por
Huachipa, Puruchuco y Manchay. Los otros bajan
por Huaycoloro hasta el curso del río que calma la
sed de la ciudad del “dios hablador”.
Hoy, después que el templo del Soberano del Mundo
y el oráculo han sido quemados por Hernando
Pizarro, son recuas de mulas las que siguen el
camino de la Nievería; se dirige hacia el baratillo
abajo el puente, sobre el río de la ciudad del dios
que ha sido enmudecido. A los conquistadores les
place sobremanera beber aloja fría en verano.
SOPA TEÓLOGA
Ha pasado la Navidad. El pavo ha recibido justas
honras fúnebres. Pero no puede ser olvidado. El
esqueleto se pone a cocinar en una olla de agua,
con una cebolla y zanahorias. Listo el caldo, raspar
los huesos deshilachando la carne que sobró de la
cena, guardada al fresco.
Fotografía de P. Salvador “Tito” Otero SJ. Transmisión del sermón de las Siete Palabras.
FE - Jesuitas del Perú
E l padre Salvador "Tito" Otero
Roldán SJ (Callao, 4 de Enero 1917),
chalaco, peruanista, criollo, hincha
de Universitario de deportes, humorista,
gran cocinero, aficionado a la pesca con
cordel, inmejorable y fiel amigo, predicador
y comunicador nato, pasó haciendo el bien
sencillamente, callando demasiado. El Señor
le dio el premio a su fidelidad en Lima, el 15 de
Abril del 2002. Tito fue popular por su sermón de
las 7 palabras, transmitidas por radio y televisión.
Es por ello que deseo expresar, siguiendo la misma
estructura, los aspectos más importantes de su vida.
José Enrique Rodríguez SJPárroco de la iglesia de San Pedro
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Anuario 201024 25
DEVOCIÓN
El hijo de un dirigido espiritual del padre Castillo,
el jesuita limeño Alonso Messia Bedoya, maestro
en Artes por el Máximo de San Pablo y doctor en
teología por San Marcos, rector del Colegio del
Príncipe en la Reducción de Indios del Cercado,
Calificador del Tribunal del Santo Oficio, Prepósito de
la casa Profesa de Nuestra Señora de Desamparados
en Lima, fundador del Monasterio de Santa Rosa de
Lima en 1708 y superior de la Provincia del Perú de
1711 a 1714, sistematizó y propagó el Sermón de
las Siete Palabras con el opúsculo “La Devoción de
las tres horas de la agonía de Cristo Nuestro Señor
y método con que se practicaba en el Colegio
Máximo de San Pablo de la Compañía de Jesús de
Lima y en toda la provincia del Perú". De Lima, a
todo el mundo.
MEDIOS
Las distracciones en tiempos coloniales estaban
vinculadas con lo religioso. Procesiones, sermones
y solemnidades eran continua ocasión de
entretenimiento citadino por el gentío, colorido,
música, hábitos, cohetes, uniformes. Más difícil
resultaba preparar una corrida de toros o asistir al
corral de comedias, lo que se reservaba para otras
ocasiones festivas. La modernidad dio al traste con
los actos públicos religiosos, que fueron relegados
a iglesias y conventos.
La radio fue inventada por Guillermo Marconi a
fines del siglo XIX. En 1920 se consolidaron las
primeras radioemisoras. En 1929, Pío XI encargó a
Marconi la construcción de una estación de radio
en el Vaticano. Esta fue inaugurada en 1931 y dos
años después comenzó a transmitir en onda corta.
Fue encargada a la Compañía de Jesús. Las primeras
radios del Perú son de la segunda década del siglo
pasado. Los jesuitas llegaron tarde a la utilización de
este medio de comunicación; tampoco insistieron.
El padre Gonzalo Alcocer fundó Radio Luz y su
programa religioso “El Banco de Dios” era la estrella.
En 1964 el Premio Ondas de Radio Barcelona,
categoría Internacional, al mejor programa religioso,
se daba a “Banco de Dios de Radio Luz - Lima (Perú)".
El director de la radio era entonces el jesuita limeño
Salvador Tito Otero, que había adquirido experiencia
como Co-Director de la sección latinoamericana de
Radio Vaticana.
MADRE
Querido Tito: Te escuché muchas veces por radio
y por televisión. Fui testigo de los largos días
dedicados íntegramente a preparar el libreto del
Sermón de las Siete Palabras. Nada quedaba a la
inspiración del momento. Con la perspectiva que
dan los años, puedo afirmar que contigo terminó
una forma de predicación. Cada vez que he pensado
en la tercera palabra de Cristo en la Cruz, la memoria
me ha llevado a ti. Lo que más grabado tengo es la
fuerza, profundidad y ternura del hijo que habla de
la madre. ¿Hablabas de María, la madre de Jesús y de
la Iglesia? ¿Hablabas de Juan el querido discípulo?
¿O hablabas, Tito, de ti mismo? Me lo preguntaba
cuando te veía corriendo las cuentas de ese rosario
blanco, el que tu madre tuvo entre sus manos
hasta el final.
Ahora se bien que hablabas de Jesús; del sembrador
que echaba la semilla a veces al surco, muchas más al
boleo; del varón misericordioso que supo perdonar
(porque no sabían lo que hacían); del que se quedó
solo y dio su vida en integridad a cambio de nada.
Pero que el Padre lo hizo Señor y Cristo.
RECUERDODE MI TÍO TITO
"Hace algunos años mi tío Tito, durante un
sermón de las Siete Palabras de Jesús en la
cruz, él meditaba por qué Nuestro Señor abría
dicho: tengo sed.
Lo evidente hubiera sido pensar, decía él,
que efectivamente tenía sed, pero viniendo
de Jesús, que durante toda su vida dio y
sacó lo mejor de los demás, inclusive con
su último aliento de vida, logró sacar una
muestra de caridad al soldado romano que
lo estaba crucificando".
Tito Otero LinaresDirector Presidente de la Asociación de exalumnos
del Colegio de la Inmaculada (Lima - Perú).
Con los alumnos del Colegio de la Inmaculada.
Fotografía de los Jesuitas en 1941, Tacna.
FE - Jesuitas del Perú
P. “Tito” Otero junto con sus hermanos jesuitas.
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Justicia
Durante los últimos años, el fructífero compromiso de la Compañía en el diálogo con pueblos pertenecientes a diferentes tradiciones culturales y religiosas, ha enriquecido nuestro servicio a la fe y la promoción de la justicia y nos han confirmado que fe y justicia no pueden ser para nosotros un simple ministerio entre otros, sino el factor integrador de todos nuestros ministerios y de nuestra vida como individuos, como comunidades, como fraternidad extendida por todo el mundo.
Congregación General 35, Decreto 3 Número 4.
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Anuario 201028 29
INCIDENCIA POLÍTICA:TODAS LAS VOCES
L a complejidad de los problemas que encaramos y la riqueza de las oportunidades que se nos ofrecen piden que nos comprometamos en tender puentes
entre ricos y pobres, estableciendo vínculos en el terreno de la incidencia política para la colaboración entre aquellos que detentan el poder político y aquellos que encuentran dificultad en hacer oír sus voces.1
De esta manera, la Congregación General 35, el órgano de gobierno
más importante de la Compañía de Jesús, llamó a los jesuitas
a comprometernos explícitamente en la incidencia política o
“advocacy”, como instrumento de ayuda a las personas desde el
servicio de la fe y la promoción de la justicia. La incidencia política
es una de las múltiples maneras de participar en la esfera de lo
político. Se refiere a un proceso y conjunto de actividades dirigidas
a influir en las decisiones y estructuras de poder.
La vocación de tender puentes entre ricos y pobres, entre los
poderosos y los sin poder, entre la vida de las personas y las
estructuras de las que forman parte, no es nueva en la Compañía de
Jesús. Los jesuitas sabemos que las situaciones no evangélicas (que
por encargo de la Iglesia estamos llamados a buscar transformar) se
sostienen muchas veces en políticas, leyes, instituciones y prácticas
que limitan las opciones de las personas.
Por ello, desde su fundación, la Compañía de Jesús
ha buscado conciliar el acompañamiento cercano
de las personas y comunidades con la incidencia
en las instancias que pueden generar cambios
positivos en la sociedad. Es siempre útil precisar el
sentido de lo “político” al que nos referimos.
La política tiene que ver con el ejercicio del poder
por medio de un partido y un programa, y en ese
sentido, no es el lugar de nuestro compromiso.
Pero, como afirma el P. Kolvenbach: “la política
es también espacio de deliberación de la vida
pública y búsqueda de relaciones armoniosas y de
soluciones a los conflictos en las sociedades. Que el
hombre quiera o no estos hechos y gestos tienen
una dimensión sociopolítica. En este sentido Ignacio
era, como cada persona humana, un ser político y
esto en grado eminente”. 2
La espiritualidad misma de San Ignacio, de la que
somos herederos los jesuitas y otros muchos en la
Iglesia, es la base de la naturalidad con la que los
primeros jesuitas se referían a los asuntos públicos
y participaban en esferas de deliberación política.
Un primer rasgo de la espiritualidad ignaciana, que
cimenta nuestra apertura a lo público y político, es
que lo que pase en el mundo siempre tiene que ver
con nuestra fe.
San Ignacio y los primeros jesuitas buscaron influir
activamente también en los engranajes de la política
y la economía de su tiempo. En la correspondencia
ignaciana hay una masiva presencia de destinatarios
vinculados al mundo del gobierno y la política: reyes,
príncipes, embajadores, funcionarios de gobierno.
Después de los temas pedagógicos y universitarios,
el rubro más frecuente en las cartas escritas por San
Los ríos son uno de los bienes más preciados de la población indígena.
Los Aguarunas buscan ser escuchados.
2 P. Kolvenbach, “Mística y política de Ignacio de Loyola” En: Selección de Escritos 2001-2007. Madrid, 2007. p. 513.
JUSTICIA - Jesuitas del Perú
Miguel Cruzado SJPadre Provincial
1 Congregación General 35, Decreto 3, Número 28.
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Anuario 201030 31
Ignacio como General de la Compañía es el referido
a temas o problemas relativos a autoridades civiles
o eclesiásticas.3
San Francisco Javier, el misionero del oriente, supo
gestionar en Kagoshima, Japón, que las autoridades
permitieran la presencia de predicadores cristianos,
y consiguió sin ninguna guerra de conquista que el
daimio Takahisa, señor de la región, permitiera a sus
súbditos optar por la fe cristiana si así lo deseaban.
Los jesuitas del Perú también supieron combinar la
cercanía a poblaciones indígenas y criollas (a través
de colegios y reducciones) con viajes frecuentes
a la Metrópoli española buscando protección o
reconocimiento para las poblaciones locales.
Antonio Ruiz de Montoya no solo comparte su
vida con los guaraníes y publica una gramática,
diccionario y catecismo en su idioma, sino que
además gestiona ante el Consejo Real de Castilla
importantes beneficios para ellos, como la licencia
del uso de armas de fuego para su autodefensa.
La llamada de la Congregación General 35 por la
incidencia política como instrumento relevante para
el servicio de la fe y la promoción de la justicia no es
pues una opción que responda a un análisis de la
eficacia de la acción para las condiciones actuales,
sino que es un modo de proceder típicamente
jesuítico, que ha buscado siempre tender puentes
entre quienes deciden y quienes no tienen los
instrumentos para ser escuchados. El deseo de
tender puentes de diálogo y reconciliación entre
mundos diversos ha sido desde el principio, y sigue
siendo hoy, un signo distintivo de la misión jesuita.
La incidencia política es también una práctica
apostólica relevante por sus posibilidades de
universalidad en tanto puede contribuir a generar
estructuras (normas, instituciones, destino
de recursos) capaces de contribuir al bien de
muchas más personas y por mayor tiempo. La
mayor universalidad es uno de los criterios más
importantes para el discernimiento apostólico de
acuerdo a las Constituciones de la Compañía de
Jesús. Además, la incidencia política ignaciana es
constructiva, promueve el diálogo y la reflexión, es
transparente y sus propuestas no expresan una sola
visión de las cosas sino que buscan tomar en cuenta
las distintas voces relevantes para cada tema. En
ese sentido, la incidencia política promovida por la
Compañía de Jesús se caracteriza también por un
estilo propio. Expresamos las opciones de la Iglesia,
escuchando a otros y buscando poner de relieve la
voz de quienes no tienen presencia suficiente en los
espacios de decisión política.
Todos anhelamos un Perú más unido.
En un país tan diverso como el Perú, necesitamos crear puentes para comunicarnos.
JUSTICIA - Jesuitas del Perú
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3 Dominique Bertrand, La política de San Ignacio de Loyola: el análisis social. Edit. Sal Terrae 2003, Bilbao. p. 99.
Anuario 201032 33
En este momento se están multiplicando las
iniciativas internacionales que buscan fortalecer
la capacidad de la Compañía para la incidencia
política aprovechando “su extraordinario potencial
que representa el carácter de cuerpo internacional
y multicultural”. 4
Se ha conformado una Red de Incidencia Ignaciana
(Ignatian Advocacy Network – IAN) a nivel global,
organizada a través de redes temáticas prioritarias:
(1) Migraciones, (2) Paz y Derechos Humanos, (3)
Educación, (4) Ayuda al Desarrollo, (5) Modelos de
Desarrollo Alternativos, (6) Gestión de Recursos
Naturales, (7) Ecología y (8) Fundamentalismo
Religioso. En base a estos temas, la Compañía de
Jesús buscará incidir en los espacios de poder
global tratando que las opciones evangélicas sean
tomadas en cuenta. Los jesuitas del Perú, asimismo,
estamos realizando esfuerzos por incidir en la
educación nacional.
Al mismo tiempo que fortalecemos la calidad de
la educación que ofrecemos a través de nuestros
colegios, que desarrollamos la Red de Fe y Alegría,
que integramos nuestros múltiples proyectos de
Educación Popular para adultos y apostamos por
una sólida formación en el magisterio nacional
desde la Facultad de Pedagogía de la Universidad
Antonio Ruiz de Montoya (UARM), también
buscamos aportar e incidir en la formulación de las
políticas nacionales de educación.
En esa línea, la UARM acaba de crear un Instituto de
Investigación e Incidencia en Políticas Educativas, y
el Consorcio Ignaciano de Educación (CONSIGNA)
organiza desde hace años eventos de encuentro
entre académicos, empresarios y educadores en
torno a cuestiones y problemas de la educación
peruana. Este es solo uno de los temas de incidencia
política ignaciana en el Perú, probablemente la
mayor vértebra de nuestras instituciones, pero
también buscamos incidir en otros, como las
políticas de atención a la infancia o la administración
de justicia para jóvenes en situación de riesgo.
La incidencia política, como instrumento de diálogo
transparente, puede no solo ser útil para aportar en
la generación de políticas públicas más inclusivas y
sostenibles, sino también, y sobre todo, para tender
puentes de diálogo entre los espacios de poder y
quienes no participan de ellos, y contribuir a superar
las fracturas históricas que generan desconfianza
entre quienes pueden decidir y quienes están lejos
de los centros de decisión.
En ese sentido, la incidencia política puede ser un
instrumento útil para que las voces de unos y otros
participen del espacio público y podamos avanzar
hacia una sociedad más integrada y un modo de
ejercer lo político más inclusivo, respetuoso de las
voces discrepantes, lo que la hará más ética, justa y,
por tanto, más cristiana.
Las erradas decisiones políticas afectan más a los necesitados.4 Congregación General 35, Decreto 3, Número 43.
JUSTICIA - Jesuitas del Perú
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Anuario 201034 35
AMAZONÍA
AMAZÓNICOS E INDÍGENAS AMAZÓNICOS
L a Compañía de Jesús trabaja en la Amazonía en el Vicariato de San Francisco Javier, que comprende las
provincias de Jaén y San Ignacio en la región Cajamarca y en las provincias de Condorcanqui y Bagua (sólo en el distrito de Imaza) en la región Amazonas. Todos esos territorios, excepto el de la provincia de Jaén, tienen presencia indígena amazónica (nativa) a través de las etnias aguaruna y huambisa, pertenecientes al grupo etnolingüístico jíbaro, conformado por las etnias shuar, achuar, aguaruna, huambisa y shiwiar. Antropológicamente, los huambisas son parte de la etnia shuar (wampis shuar) aunque en el Perú (en donde viven) se les considera como una etnia particular.
En los últimos meses el tema amazónico ha cobrado
mucha fuerza en la opinión pública peruana. Ya
no eran solamente las noticias sobre petróleo,
minería, deforestación o narcotraficantes en la
selva. Después de los lamentables hechos de Bagua
hemos comenzado a hablar e informarnos con más
detenimiento no sólo sobre la región, sino también
sobre sus habitantes. El tema se ha ido haciendo
más complejo.
De manera general, podemos agrupar en dos
posturas este tipo de información. Una primera,
en la que cierto sector de la prensa suele estar
bastante desinformado, dando muchas veces
datos inexactos y sobretodo sensacionalistas.
Aparecen también “falsos especialistas” amazónicos
(quizás algunos de ellos con la mejor intención
pero con poco o escaso conocimiento del tema)
ofreciendo información sesgada y alarmista como
el caso del número de indígenas fallecidos en los
enfrentamientos, o con lecturas antropológico-
culturales de los grupos en cuestión, que en vez
de ayudar a comprender mejor los contextos,
desinforman, crean confusión y aumentan la brecha
de las relaciones entre los distintos grupos humanos
de nuestro país.
Estas posturas nos muestran cómo las ideologías
de “diferente laya” suelen ser más fuertes que
la búsqueda del bien común. Hay otra postura
más interesante, no sólo por su búsqueda de
seriedad en lo que se comunica sino por el interés
y preocupación constante de fortalecer lo que nos
une para debilitar lo que nos separa. El testimonio
y las entrevistas del Sr. Santiago Manuin, líder
indígena amazónico, son una muestra evidente de
este tipo de posicionamiento.
No se niegan los hechos contradictorios y
equívocos, pero se fortalecen y plantean pistas
de salida a partir de elementos y datos veraces
que ayuden a comprender y a encontrar una
solución a situaciones ancestralmente complejas
JUSTICIA - Jesuitas del Perú
Fernando Roca SJAntropólogo Social – Etnobiólogo / Profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú
Foto: Archivo SJ
Anuario 201036 37
y entrampadas, muchas veces injustas y dolorosas.
El deseo de la búsqueda del bien común se
impone sobre ideologías reduccionistas, a veces
enmascaradas bajo la apariencia de bien pero
persiguiendo en realidad otros fines. En todo este
contexto ¿qué elementos podemos aportar que
ayuden a una mejor comprensión de nuestro
mundo amazónico?
No una sino muchas amazonías
Cuando hablamos de la Amazonía se vuelve un lugar
común pensar en el río Amazonas, sus tributarios,
sus selvas tupidas, extensas y planas. Sin embargo,
esas características responden sólo a uno de los
tantos ecosistemas que el río Amazonas forma en
nuestro continente ayudado por las cordilleras que
lo delimitan: la de los Andes y el macizo guayano-
brasilero. Otros “tipos” de ecosistemas amazónicos
los tenemos en las sabanas o llanos colombo-
venezolanos, inmensas planicies cubiertas de
hierbas y pastos tupidos, con manchas de bosque
tropical o también bosques de galería a lo largo de
los ríos que recorren este vasto y particular territorio.
Encontramos también los bosques de neblina en las
alturas cordilleranas de la cuenca amazónica, por lo
general en las zonas andinas, con una vegetación y
una fauna altamente diversificada y un alto régimen
de lluvias. El Santuario Nacional de Machu Picchu es
un buen ejemplo.
La selva amazónica llega también a la orilla del mar
en donde tenemos tanto manglares como playas
llenas de palmeras que miran al Océano Atlántico,
las costas del estado de Pará en Brasil son el caso
más representativo. La cuenca del Amazonas nos
sorprende además con regiones de bosque seco
tropical amazónico y su paisaje parecido al de la
costa norte piurana, tumbesina o lambayecana
(ajenas a la Amazonía hasta cierto punto).
Bagua, en la región Amazonas, o algunas áreas al sur
de Tarapoto (como las partes bajas del feraz valle
del Biavo en la región San Martín) son muestras de
ello. Están también esos territorios de las lagunas
cordilleranas en el norte del país, las huaringas,
territorios envueltos por el conocimiento ancestral
de los chamanes andinos, regiones de altura,
frías y a la vez en zona tropical, son conocidos
como los páramos, en donde nacen algunos de
los ríos amazónicos que discurren hacia el mar.
Estos páramos son unas “punas tropicales” con
una vegetación particular que al estar muy cerca
de la línea ecuatorial poseen altas temperaturas Deberíamos acercarnos a los indígenas amazónicos.
JUSTICIA - Jesuitas del Perú
Las comunidades nativas cuidan mucho a la madre naturaleza.
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durante el día y muy bajas durante la noche. Los
encontramos desde Venezuela hasta el norte
del Perú, en las regiones de Piura y Cajamarca.
Constatamos entonces la enorme diversidad de los
ecosistemas amazónicos. Todos tienen en común
que las aguas que los recorren, de una u otra
manera, van a dar al gran río Amazonas.
No uno sino muchos pueblos amazónicos
Como consecuencia de la diversidad ecosistémica
amazónica, sus habitantes y las maneras que
han desarrollado para adaptarse al territorio son
tan variadas como los diferentes tipos de “selva”
que habitan. Podemos distinguir entre ellos dos
grandes grupos: los pueblos indígenas amazónicos,
habitantes ancestrales de este continente, y
aquellos que llegaron con la colonización europea,
incluyendo aquí a los que ingresan posteriormente
a la amazonía junto con la creación de las nacientes
repúblicas sudamericanas y las sucesivas olas
migratorias, hecho que continúa hasta nuestros días.
En lo que a los pueblos indígenas amazónicos
respecta, se hace necesario aportar algunos
elementos que nos permitan tratar de comprender
lo que supone escuchar, conocer al otro, con
respeto mutuo y, a su vez, sentando las bases para
establecer canales de diálogo. En primer lugar
tenemos la complejidad y diferencias existentes
entre los mismos pueblos indígenas amazónicos.
Podemos establecer una línea divisoria, en el
caso peruano, entre aquellos que moran en el
piedemonte andino amazónico (aquí lo llamamos
selva alta, territorio con bosques de neblina,
pajonales y zonas de selva tropical en transición
hacia la selva baja) y los de la planicie amazónica
(selva baja). Los primeros, históricamente, han sido
“pueblos bisagra” entre los habitantes del Ande
(quechuas y aymaras) y los de la planicie amazónica.
Un segundo elemento es el grado de contacto que
establecieron con la sociedad europea en la época
colonial y el que poseen actualmente con el resto
de la sociedad peruana.
1 INEI, Censo Nacional 2007, XI de Población y VI de Vivienda. Resultados de Población y Vivienda en Comunidades Indígenas. INEI, Lima 2009.
La amazonía sigue mirando al mundo con inocencia.
Aquí la agricultura es distinta que en el resto del Perú.
Evidentemente, un tercer elemento será el grupo
etnolingüístico al que pertenecen y el número
de miembros que poseen. Para nuestro país se
consideran 12 familias lingüísticas con 42 grupos
étnicos y una población indígena amazónica (nativos)
de 332,975 habitantes.1
En cuarto lugar podemos establecer el área del
territorio que ocupan y el grado de interacción que
éste tiene con otras entidades o grupos humanos del
estado peruano (carreteras, concesiones mineras,
madereras o petrolíferas, existencia de centros
poblados no indígenas en el área o cerca de ella,
presencia de colonos en los territorios que fueron
sus tierras ancestrales o en sus tierras tituladas).
Finalmente, y no por ello menos importante, hay
pueblos indígenas amazónicos que culturalmente
suelen ser más pacíficos y otros tienen a la guerra
como una característica que los identifica.
Esto evidentemente se aplica no sólo a los pueblos
amazónicos, sino a todas las sociedades humanas,
pero es bueno tenerlo presente para entendernos
y entender mejor al otro. Son estos algunos de los
elementos que conviene tener en cuenta y que
podrán ayudarnos a comprender la complejidad de
nuestro país, de los que lo habitamos y de nuestra
rica e intricada geografía.
JUSTICIA - Jesuitas del Perú
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Cada comunidad tiene sus tradiciones.
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CON CARIÑO: CARTA A MIS EXALUMNOSAWAJUM Y WAMPIS1
H ace ya más de seis meses de las muertes de
Bagua y Kusu. Seis meses de esa mañana
triste en que se me encogió el corazón
porque decían que Santiago Manuin, mi amigo,
padre de varios de mis alumnos, compañero y guía
en mis cursos en las comunidades, había muerto a
balazos en el desalojo de la carretera. Seis meses de
saber que muchos de ustedes estaban gravemente
heridos, algunos de sus amigos muertos. Seis meses
de la angustia de estar lejos en esos momentos
tan violentos que estaban viviendo. Seis meses de
querer saber, de sentir en carne propia agresiones,
incomprensiones; seis meses de no saber lo que
pasó, cómo fue; seis meses de escuchar infinitas
voces de uno y otro lado…
Pero hoy les quiero confesar que mi pequeña alegría
como maestro, dentro de toda esta tristeza, ha sido
verles hablando con el estado, con la sociedad, con
el resto del Perú con capacidad de organización, con
voz, sustentando sus puntos de vista, definiéndose
con propia identidad, defendiendo y exigiendo sus
derechos. Me acordaba de las clases de historia
y cómo les animaba a conocer lo que pasaba en
el mundo, relacionándolo con lo que pasaba en
su pueblo, escudriñar lo que contaban los viejos,
qué hicieron ellos bien, en qué les parecía que se
equivocaron, por qué. La importancia de saberlo
decir, incluso en castellano, porque sino no les
entenderían los otros como yo, que son muchos en
nuestro país.
Sin embargo, también veíamos lo difícil que han
sido las relaciones con los otros. Los viejos les
contaban que siempre vinieron a sacar cosas sin
pedir permiso y siempre terminaron enredados
en guerras y matanzas. Primero el Inca Atahualpa
y luego los conquistadores que querían oro, luego
caucho, pieles, madera, hace poco nomás petróleo
cuando hicieron el oleoducto... Los escuchaba
JUSTICIA - Jesuitas del Perú
Aprendiendo unos de otros.
Juan Cuquerella SJ Director General de Fe y Alegría
Foto: Archivo SJ
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1 En español: Aguarunas y Huambisas.
Anuario 201042 43
a ustedes por televisión, por comunicados, por
radio. Y me alegraba. No necesitaban que nadie
hablase por ustedes, afirmando y defendiendo la
constitucionalidad o anticonstitucionalidad de los
decretos leyes y me acordaba cuando analizábamos
lo que nos unía a los peruanos, el resumen de
nuestra identidad como ciudadanos.
Tan bien lo hacían que muchos creían que no lo
pensaban ustedes, que eran otras gentes que los
manipulaban haciéndoles decir lo que no entendían
ni convenía. Ellos no saben que gran número de
ustedes ha estudiado la Primaria y muchos también
Secundaria, con sacrificio y dedicación. He tenido
el privilegio de acompañarlos durante 14 años en
la aventura de crecer, de formarse como personas
y por eso sé que los años de escuela no fueron
vanos, que su esfuerzo por aprender y que la poca
o mucha habilidad mía y de mis predecesores y
continuadores está dando fruto. Esta es mi profunda
fe y mi profunda alegría en estos días de tristeza.
Tristeza, porque no sólo ustedes sino nuestro país y
todos los que lo habitamos tenemos una asignatura
pendiente. De hecho, todos los hombres y mujeres
del mundo la tenemos. A veces, esa carencia asoma
su feo rostro y aparece la violencia y la muerte. No
nos escuchamos. No nos decimos la verdad, no nos
respetamos. Nos odiamos. Y entonces nos herimos,
nos matamos. En nuestras clases veíamos lo
absurdo, lo irracional de la violencia y cómo nunca
nos solucionó nada. Nos olvidamos de conversar,
de escuchar, de pensar bien y el resultado es el
mismo: muerte, tristeza, odio y más violencia. Lo
de Bagua, si es que ha terminado, ha terminado
igual. Una vez más hemos caído en la trampa del
matar y recuperar. En el Colegio queríamos que no
fuese así, analizábamos los conflictos dentro de
la comunidad, los solucionábamos en asamblea,
convenciendo, acordando nuestras normas de
convivencia. Claro que allí era relativamente fácil
porque estábamos acompañados por los profesores,
todos queríamos aprender y los problemas eran
entre nosotros y pequeños. Sé que apostar por
la paz en un contexto de violencia, cuando les
ningunean, cuando se olvidan de ustedes y no les
tienen en cuenta para decisiones que cambiarán
sus vidas y las de sus hijos, es ciertamente más
difícil. Ojalá que los descubrimientos que juntos
hicimos sobre sí mismos y su cultura, sobre el Perú
que queremos les sirvan para tomar decisiones que
como personas y como pueblo les hagan avanzar y
colaborar al crecimiento y desarrollo sostenible de
nuestro país.
Para ello cuentan con los valores, criterios e
ideales que fuimos descubriendo y desarrollando
juntos en aquellos años de su infancia y juventud.
La autoestima, el respeto al otro, la justicia, la
solidaridad, la generosidad, la verdad, la fidelidad,
la capacidad de organización, el tesón, la valentía,
fueron y son las guías propias, los tesoros que los
hacen crecer y les ayudarán a tomar decisiones
correctas en medio de sus propias debilidades
personales y culturales, que también aprendieron
a reconocer y dominar: el egoísmo, la envidia, la
venganza, la violencia, el engaño, la mezquindad, la
cobardía. Siempre pensábamos que la educación
sería de calidad si era una educación para la vida.
No la vida en abstracto, sino la de cada uno de
ustedes, como pueblo y como parte integrante de
este país y de este mundo cada vez más pequeño
en su globalidad y más rico en su diversidad. La
escuela se acabó. El aprender no, porque uno de los
aprendizajes mejores que tuvimos fue aprender a
aprender.
Permitan a este, su viejo profesor, acompañarles
en esta clase que la vida nos da. Lo primero es
comprender que el Perú está pasando de ser un país
multicultural a ser y vivirse como país intercultural.
Desde hace años que oficialmente ya era así, las
leyes lo afirmaban y el Perú firmaba y promovía
ante los organismos internacionales los derechos
de los Pueblos Originarios y su respeto. Pero
estamos pasando de la teoría a la agridulce realidad
de muchas culturas y pueblos diferentes. No somos
invitados de nadie que nos soporta, realmente
somos de la familia, mejor dicho: somos la familia
peruana. Existimos como diferentes, opinamos,
parece que aún no nos escuchamos, pero nos
vamos haciendo oír desde distintos puntos de vista,
historias y culturas. Ustedes existen, se expresan,
quieren e intervienen en la vida pública nacional.
Gracias por este regalo. Creo que los largos años
de colegio, incluso con sus horas a veces tediosas,
tienen algo que ver. Sin duda la educación, cuando
es de calidad, transforma la realidad porque
empodera a las personas. La fe de ustedes, ex
alumnos, y la nuestra de profesores, en la educación,
sale fortificada. Por eso nos suena tan raro, no sólo a
ustedes sino a todos, escuchar hablar de categorías
de ciudadanos, de minorías que no tienen derecho
porque no son productivas por su pobreza o su
ignorancia y tantas otras cosas que lo único que
pretenden es negar la realidad enriquecedora y
novedosa de su presencia entre nosotros.
Creo que esto manifiesta el miedo que todos
tenemos al cambio, a tener que confrontarnos con
Un equipo que juega unido a pesar de la lluvia y la adversidad.
JUSTICIA - Jesuitas del Perú
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los que no piensan ni ven las cosas como nosotros.
Los peruanos de siempre y sobre todo, los que
han asumido la misión de velar por los destinos y
el desarrollo de la nación desde la Independencia
hasta ahora, tenemos miedo, porque cuando ya
estábamos encontrando las respuestas para nuestro
futuro, llegan ustedes y otros pueblos de los que
en la práctica nos habíamos olvidado y con sus
historias, vidas, intereses y forma de ver las cosas,
nos cambian las preguntas.
Porque para esos peruanos, la selva, científicamente
el bosque subtropical húmedo como les gusta
llamarle, siempre ha sido el almacén de riquezas
y mercancías, difíciles y caras de extraer, pero
siempre fabulosas. La pregunta era cómo extraer
esos recursos para que incrementasen el producto
bruto interno; es decir, la riqueza de los peruanos. La
respuesta ha ido evolucionando y modernizándose.
El último esquema eran las concesiones mineras,
petroleras, madereras y gasíferas.
Y llegan ustedes diciendo que el bosque no es
sólo su despensa, sino que además es su hogar,
su mercado, su botica, su templo y... su territorio.
Que quieren intervenir en la planificación y en las
decisiones de su futuro y exigen no sólo que se les
incluya en el desarrollo nacional, cosa que no sería
tan cuestionadora pues se trataría de cuánto les
toca en el reparto o cuánto quieren por dejar salir
la riqueza que está en su subsuelo o en sus tierras
no agrícolas. Sería cuestión de regatear precios,
de ponernos de acuerdo en cuánto van a recibir
de canon y encontrar los representantes legales
JUSTICIA - Jesuitas del Perú
Una vida nueva en busca de felicidad.
de las comunidades para negociar un "gana-gana"
entre ambas partes. Difícil pero posible. Estaríamos
hablando el mismo idioma y la lógica del mercado
se impondría antes o después. Pero lo que ustedes
están planteando como pueblo constitutivo de este
Perú realmente intercultural es que el modelo de
desarrollo tiene que ser deconstruido y reconstruido
teniendo en cuenta su forma de ver las cosas, sus
derechos y su diversidad. Estamos tan satisfechos
en nuestra forma de ver y hacer las cosas que no
Una identidad que involucra la naturaleza.
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: Arc
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: Arc
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estamos dispuestos a consultarles sobre lo que
es bueno o malo para el país, y mucho menos a
tenerlo en cuenta. Discúlpennos. El miedo es un
mal consejero que no nos deja pensar. Hágannos
cambiar. Sáquennos de la visión exclusivamente
mercantilista que tenemos de la tierra porque
sino la vamos a destruir y eso no sólo es malo para
ustedes sino para todos. En esto y otras muchas
cosas, ustedes con su cultura y su historia no sólo
nos pueden sino que nos deben aportar.
Permítanme volver al tiempo de las aulas, esta
es la tarea que les dejo para mañana. Como toda
tarea, no la harán conmigo sino solos o en grupos.
Como toda tarea, puede parecer difícil pero si se
aplican a ella con la integralidad de lo que son, lo
que saben y aprendieron, y si no se dejan llevar por
el espejismo de los falsos atajos de la imposición
y la violencia, sin duda la harán como para ser
calificados con un 20.
Un abrazo y buena trocha.
Su antiguo profesor
Juan Cuquerella SJ
El padre Juan Cuquerella ha sido por más de 10
años profesor en Colegio de Fe y Alegría “Valentín
Salegui” Yamakai-éntsa, en la selva del Perú. Su
experiencia como docente y jesuita le permite
tener una visión particular de la realidad de las
comunidades nativas de la zona.
Anuario 201046 47
PRIMITIVO DE MIGUEL SJMISIONERO DE RETAGUARDIA
E n esta edición del anuario de los Jesuitas del Perú, hemos querido reconocer la labor del hermano Primitivo Miguel
SJ, quien envió desde España cerca de 500 contenedores de donaciones para ayudar a los más necesitados pobladores de nuestro país. Creemos que es una labor que debe ser recordada.
Era el verano de 1973 cuando el H. Primitivo de
Miguel llegaba a Villagarcía de Campos, un pueblo
de la provincia de Valladolid con mucha raigambre
Jesuítica, por haber estado allí ubicado el Colegio -
Noviciado de la antigua provincia de Castilla en los
siglos XVI y XVII.
Como dato curioso, en este pueblo tenía su casa
señorial Don Luis Quijada, General y Mayordomo
del Emperador Carlos V. Este caballero y su esposa,
Doña Magdalena de Ulloa, educaron hasta los 12
años a Don Juan de Austria, hermano de padre del
que fuera luego el Rey Felipe II. Este matrimonio, que
no tuvo descendencia, fue el fundador del antiguo
Colegio, del que salieron eminentes jesuitas, en
virtud y ciencia, muchos de ellos misioneros y
algunos mártires también. Por ejemplo, el 18 de abril
JUSTICIA - Jesuitas del Perú
Fotografía del Hermano Primitivo de Miguel SJ.
de este año será beatificado el P. Bernardo de Hoyos,
iniciador del apostolado de la Devoción al Sagrado
Corazón de Jesús, y morador de aquel colegio.
Después de 200 años de ausencia, deseando
conservar el espíritu del antiguo noviciado,
volvieron los jesuitas al pueblo y construyeron un
nuevo edificio que fue inaugurado el 28 de octubre
de 1959. A ese edificio, convertido actualmente en
Casa de Ejercicios y Enfermería de la Provincia, fue al
que se incardinó el Hermano Miguel hace 37 años.
Llegó para sustituir al H. José Luis Ruiz que había
partido a Roma para dirigir la enfermería de las
casas de jesuitas de aquella ciudad.
El H. Primitivo, o “Primi” para los amigos, desde
su arribo a Villagarcía comenzó a atender
principalmente a los mayores de la institución.
Uno de los trabajos o terapia ocupacional que
había comenzado el H. Ruiz era la selección de
medicinas que regalaban algunos médicos amigos
para repartir entre los Conventos de Clausura que
entonces no tenían seguridad social. También se
enviaban algunos paquetes por correo a jesuitas
que estaban en el extranjero. El H. Primitivo,
no solo siguió con esta labor sino que la fue
acrecentando considerablemente, dando al trabajo
un espíritu eminentemente misionero. Luego se
fundó el Centro de Medicamentos para el Tercer
Mundo (CEMED) y el trabajo fue en aumento. Así,
a los pequeños paquetes se sumaron otros más
grandes que se enviaban por avión o barco. A
estos se añadieron poco después los contenedores,
que en camiones iban hasta los puertos para ser
embarcados a diversas naciones. Muchos fueron los
que salieron de Villagarcía. Ya no solo eran medicinas
lo que se mandaba, sino también ropa, material
escolar, alimentos no perecederos, maquinaria para
escuelas profesionales y mobiliario para hospitales,
colegios, etc.
Diez años después de su llegada a Villagarcía, en
una relación se informaba que se habían enviado
paquetes a Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Chile,
El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú,
República Dominicana, Uruguay, Venezuela, Alto Volta,
Etiopía, Marruecos, Zambia, India, Formosa y Polonia.
Todo ello fue posible gracias a la colaboración de
personas caritativas que recogían ropa y medicinas
y las remitían a los jesuitas. Luego se procedía a la
selección con la ayuda de los de la comunidad y
algunos empleados. Posteriormente aumentaron
los envíos con la ayuda de diversas oficinas de
La alegría de los niños es la mejor recompensa.
Amancio Arnaiz SJBiblioteca y Archivo de la Provincia de Castilla
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Cáritas y de la Organización No Gubernamental de
Anesvad de Bilbao. Muchos fueron los contenedores
que salieron de Villagarcía rumbo a lugares
necesitados de diversas naciones. Desde hace unos
pocos años, al exigir, algunos gobiernos, impuestos
a los envíos, se dejaron de mandar, reiniciándose el
envío de algunos paquetes, como en los comienzos,
especialmente a los misioneros necesitados.
El H. Primitivo de Miguel nació el 11 de noviembre
de 1941, en la bella ciudad de Burgos, que recibe la
luz espiritual a través de las torres de su hermosa
y gótica catedral, a la que el río Arlanzón besa sus
pies, a su paso por el casco urbano, entre paseos
y arboledas, que dan colorido, sombra y frescor
en el verano a los viandantes. Cerca de la catedral,
en la Calle Concepción, estaba el Colegio de los
Hermanos Maristas. En él aprendió el crío "Primi" sus
primeras letras, junto con alguno de sus hermanos.
También pasando el río, y en frente de la catedral,
se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la
Merced. En esta iglesia, dirigida por los jesuitas, fue
monaguillo Primitivo de Miguel.
Al contactar con los jesuitas, comenzó a sentir la
vocación de imitarles. Vocación que puso en práctica
al comenzar el noviciado en Orduña (Vizcaya) y que
continuó en Villagarcía al iniciar la andadura el nuevo
edificio. Hechos los votos religiosos, fue a Raymat
(Lérida) para hacer los estudios del Juniorado. A
estos estudios culturales y religiosos, siguieron, en
Madrid, los de Enfermería, consiguiendo el título
civil de Enfermero. Título que comenzó a poner en
práctica en Comillas, al cuidado de los seminaristas y
JUSTICIA - Jesuitas del Perú
la Comunidad, para de allí ir destinado a Villagarcía,
como queda referido. El H. Primitivo de Miguel sufrió
hace unos pocos años una operación de cadera, que
tuvo que repetir en otras dos o tres ocasiones. Ello le
hace andar con bastón, pero no le impide dirigir la
enfermería, atender a los mayores, y seguir siendo
un "misionero de retaguardia", enviando medicinas,
escribiendo cartas a misioneros y, especialmente
ofreciendo oraciones, con los enfermos de la casa,
por las intenciones de la Compañía de Jesús y la
Iglesia, teniendo siempre presente a los más pobres
y necesitados. En premio de su buen hacer y buen
juicio, el año pasado el P. Provincial lo escogió como
uno de sus asesores y consultores.
Bien merece este hombre, religioso jesuita, pequeño
de estatura, pero muy grande de corazón, cualquier
elogio por su vida y su trabajo a favor de los demás
y también de la nación y jesuitas del Perú, y más
en este año jubilar, ya que el pasado 14 de octubre
cumplió 50 años de vida religiosa.
La ayuda recibida siembra esperanza.
Foto: Archivo SJ
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Educación
Hemos de discernir con mucho cuidado cómo los jesuitas llevamos adelante nuestra labor educativa y nuestro trabajo pastoral, especialmente con los jóvenes, en esta cambiante cultura posmoderna.
Tenemos que caminar con la juventud, aprendiendo de su generosidad y de su compasión y ayudándoles a crecer desde la fragilidad y la fragmentación hacia una integración gozosa de sus vidas en Dios y con los demás.
Congregación General 35, Decreto 3, Número 23.
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Anuario 201052 53
LA UNIVERSIDADEN LA POSMODERNIDAD
C on Castoriadis1 me inclino a asumir que la
modernidad estuvo estribada por dos ejes:
por un lado, la confianza en la capacidad
ilimitada de la razón para conocer y dominar el
mundo de la naturaleza, y por otro lado, la voluntad
de autonomía social y personal, con lo que ella
connota de capacidad de auto-limitarse. Esos dos
ejes estaban puestos al servicio del progreso, que
debía garantizar la felicidad para todos los seres
humanos. Las universidades modernas instituyeron
un sistema educativo con miras a servir al progreso,
apoyando tanto el nacimiento de los Estados
nacionales como el surgimiento de las sociedades
industriales nacionales.
Para servir esas dos lógicas de la modernidad,
las universidades elaboraron modelos de
conocimiento, acordes a los sub-sistemas de
acción racional que servían y lanzaron al consumo
general "conocimientos y productos" que llevaron
a la sociedad a una carrera indefinida hacia metas
siempre nuevas, prescindiendo de si pueden
“tener o no” alguna finalidad humanizadora. Los
especialistas que nos gobiernan “sin sentido de la
integralidad de lo humano”, son productos de esa
formación universitaria.
El reto actual
Dicho esto, el problema que se plantea ahora es
¿qué significaciones sociales instituidas o a instituir
puede o debe servir la universidad del siglo XXI?
Podemos pensar que dichas significaciones no son
tan evidentes hoy en día puesto que, en buena
medida, esta “posmodernidad”, parece haberse
limitado a poner “notas críticas” a pie de página
de la modernidad, dejándonos un cementerio de
ídolos: el Estado Nación, la racionalidad, los grandes
relatos, el progreso, Dios, el Ser, las leyes universales
y necesarias de la naturaleza, la educación,
la universidad, etc. Todo está erosionado,
cuestionado, y no se impone un horizonte ni una
orientación. Las universidades sienten hoy en día
la necesidad de redefinir programas, contenidos y
metodologías de las ofertas académicas. Si bien eso es
necesario, no basta.
Tenemos que reconocer, además, el fenómeno de
masificación de la universidad que le da un sentido
nuevo al poner en cuestión su rol de formar las
élites nacionales; el fenómeno de las universidades
empresas y el de las docencias no presenciales.
Todo eso es nuevo y nos obliga a reconsideraciones.
Pero asumir en verdad esas reconsideraciones nos
lleva a preguntarnos: ¿Para qué tipo de sociedad,
la universidad en el Siglo XXI?. De no hacernos esa
pregunta podemos correr el peligro de simplemente
hacer arreglos limitados, cosméticos, a la vida
interna institucional. Esta pregunta nos hace entrar
en una gran perplejidad, la perplejidad del mundo
actual. Creo que el reto que tenemos en mano, como
lo ha dicho, a su manera, la Congregación General
35 de los jesuitas, es el siguiente: Tenemos que ver
en función de qué tipo de convivencia humana y
de relación con la naturaleza queremos formar a
nuestros estudiantes.
Convivencia humana y relación con la naturaleza,
fueron los dos tópicos que la modernidad había
revisado y que la universidad moderna había
asumido. Eso mismo tenemos que revisar. Igual
que muchas personas actualmente, asumo que
estamos como asignados a la creación de un mundo
nuevo, y que nuestro reto es la institucionalización
de nuevas significaciones imaginarias. Nos toca
Vicente Santuc SJPresidente de la Comisión Organizadora de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya
1 Filósofo y psicoanalista, pensador social, economista. Su pensamiento ha sido uno de los aportes más importantes a la elucidación ilimitada sobre el ser humano y la sociedad, en la última parte del siglo XX.
EDUCACIÓN - Jesuitas del Perú
Espacio de intereacción de historia y modernidad.
Discernir juntos sobre la realidad y el futuro de la sociedad.
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hacerlo ciertamente al nivel de los dos tópicos
antes mencionados, pero añadiendo otro tópico
que la modernidad dejó de lado y que hoy en
día se nos impone: la relación con la divinidad, lo
sagrado o la pregunta por el sentido. Siendo así, nos
encontramos asignados, entonces, a querer algo “de
y con” nosotros, seres humanos con la naturaleza y
también a decir algo sobre la dimensión inasible
de lo divino. La novedad que vivimos ahora está en
que somos más concientes; sabemos que somos
una humanidad, repartida en culturas y religiones
diferentes, y, por otro lado, sabemos que estamos en
un solo planeta, compartido por todos los humanos.
Las dimensiones del reto de la creación que nos toca
están así señaladas. Se trata de nuestras relaciones
con la naturaleza, con la humanidad como totalidad
y con una dimensión que la modernidad dejó de
lado al reducir todo “a lo humano y la naturaleza”,
olvidándose de la divinidad y lo sagrado como
“dimensión de lo que hay”. Naturaleza, Humanidad
y Divinidad / Sagrado son tres dimensiones que
se co-pertenecen y a las cuales co-pertenecemos
todos. ¿Qué podemos decir al respecto?
Sabemos que los marcos heredados de la
modernidad no nos van servir. Ni el Estado Nación, ni
la sociedad industrial. Tampoco la autonomización,
ni la voluntad de dominio racional ilimitado. No
nos va a servir tampoco la “privatización” moderna
del ser humano reducido a sus pequeños intereses
y la perspectiva de las religiones “excluyentes y
misioneras”, puesto que ahora, en los diálogos
interreligiosos, se asume que la experiencia de
Dios es posible en todas las religiones, que nadie
tiene que cambiar de religión sino profundizar
en la suya.Sabemos, por ejemplo que no hay que
esperar salvación ni de Dios ni de ningún héroe;
que ya no funcionan los grandes relatos modernos
de salvación, sustitutos de Dios para orientarnos, ni tampoco nos
orientan, aunque los saludemos, los valores morales venidos de la
tradición o de la revelación. Pero nos cuesta salir de la heteronomía.
Su último avatar han sido las leyes del mercado. Sin embargo, quizás
por primera vez, la humanidad en su conjunto toma una conciencia
confusa, pero real, de que tiene que abocarse a un proyecto de
autonomía verdadera, de institución de reglas de convivencia y de
autolimitación de la violencia, sin poder acudir a ningún garante
externo.
Tenemos que considerar eso porque el mundo tal como va no es
sostenible humana ni ecológicamente. Hemos llegado al momento
en que la necesidad habita nuestra libertad: tenemos que crear un
mundo nuevo para que siga el mundo, el hecho de la vida. “Hecho
y deber” se juntan para nosotros: tenemos que hacer ser una nueva
forma de habitar y respetar el planeta, de convivir y de abrirnos a lo
divino sin arrogancia ni exclusiones.
Si, por lo tanto, estamos llevados a pensar en la institución de
un nuevo tipo de sociedad, entonces tenemos que pensar en la
institución de un nuevo tipo de individuo que sepa ser atento a los
demás, a la naturaleza y a la pregunta por el sentido, por Dios. Un
nuevo individuo que ponga en su corazón el cuidado, el compartir,
el uso medido y limitado de la vida recibida, al nivel de las relaciones
con los demás y la naturaleza. ¿Por qué eso? Simplemente por amor
a la vida, para que siga el hecho de la vida que quiere seguir siendo
vida para los que vengan después de nosotros: responsabilidad
por el porvenir.
Por eso nos toca “pensar en y querer” una sociedad que sepa asentar
las condiciones de posibilidad de la autonomía social y personal.
Nos toca darnos las herramientas de organización, de reflexividad
y deliberación que eso requiere en diferentes niveles, a fin de
asentar dinámicas de autogobierno que puedan servir, realmente,
EDUCACIÓN - Jesuitas del Perú
La información es más accesible.
El diálogo es una herramienta fundamental. Orientar siempre a los jóvenes.
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la voluntad de libertad, igualdad y justicia, ideales
que recibimos de la modernidad. Dichos ideales
“podemos y debemos” hacerlos nuestros como
humanidad planetaria, “a pesar de y con” nuestras
diferencias sociales, culturales y religiosas, por la
simple razón de que todos “co-pertenecemos” a la
tierra y a la humanidad.
Tales son, los espacios de la investigación y la
formación que nos toca llevar adelante. Si queremos
apuntar a esa perspectiva de sociedad tenemos
que profundizarla en la investigación y preparar al
individuo capaz de asumir y hacer suyo ese proyecto
que desborda los marcos heredados de la Nación,
etc. Nos toca preparar a jóvenes para que estén en
condiciones de desenvolverse en el marco de la
sociedad mundial y con otro tipo de racionalidad.
Todo va a depender de la confianza, del deseo y de
la capacidad que tengan ellos de cambiar nuestra
existencia social, de aceptar que los humanos somos
responsables, y únicos responsables, de nuestro
destino y de asumir esa responsabilidad. Para ello
tenemos que preparar a los jóvenes.
Si estamos de acuerdo, tanto sobre el análisis crítico
del momento como sobre la necesidad de abrir la
perspectiva de una sociedad mundial ecológica,
atenta a la pregunta del sentido, creo que se hará más
natural para nosotros pensar en términos holísticos,
en procesos y dinámicas; o sea pensar en formación
integral, no sólo competencias y potencialidades
en vistas a una sociedad en donde el trabajo
pueda volver a ser espacio de realización, sino
también libertad, sentimiento de responsabilidad,
participación, interés social y ecológico, y en fin
diálogo intercultural e interreligioso. Es dentro de
ese horizonte que puede cobrar su sentido el reto
del Gran Proyecto Educativo que hemos asumido.
EDUCACIÓN - Jesuitas del Perú
La universidad jesuita tiene un compromiso claro. Alumnos formados integralmente.
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E n el Perú existen cuatro colegios privados jesuitas: La Inmaculada (Lima), San José (Arequipa), San
Ignacio (Piura) y Cristo Rey (Tacna) que agrupan en su conjunto a 5,278 alumnos pertenecientes
prácticamente a todas las clases sociales, y a 331 profesores. Los cuatro comparten el compromiso
de reflejar en su estilo educativo la impronta ignaciana. En 2005, los cuatro conformaron la Asociación de
Colegios Jesuitas del Perú (ACSIP), como parte del Consorcio Ignaciano de Educación en el Perú (CONSIGNA),
creado el año anterior, y entre cuyos objetivos está el de impulsar la articulación entre las obras educativas
potenciando sus complementariedades.
Una de las acciones identificadas por los directores de los cuatro colegios fue la necesidad de desarrollar
una propuesta educativa común y, para ese cometido acordaron realizar una alianza estratégica con
la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), con quien se comparte la inspiración ignaciana, para
encargarle la asesoría y acompañamiento al proceso de construcción del currículo común. En este proceso
la universidad debía ir capitalizando esta experiencia para generar un instituto de investigación y servicios
educativos. Inspirado en los principios ignacianos, el currículo común ha sido elaborado durante tres años
como parte de un proceso de construcción colectiva en el que participaron directores, coordinadores
pedagógicos y docentes de los cuatro colegios que componen la Asociación, procurando recuperar las
reflexiones, buenas prácticas y saberes de sus comunidades docentes, acumuladas en sus largos años de
experiencia para caracterizar el perfil deseable del alumno ignaciano.
La intención de contar con un Currículo Común responde también a la necesidad de actualizar el proyecto
educativo de los colegios frente a las nuevas demandas del contexto nacional y los desafíos de la sociedad del
conocimiento, reafirmando la apuesta por la construcción de una sociedad democrática, justa y equitativa,
orientándonos hacia el logro de un trabajo en red que propicie una visión más amplia de la comunidad de
aprendizaje, que facilite la movilidad de docentes y alumnos de los diferentes colegios y asegure equidad en
la calidad educativa que imparten. En función de este desafío se constituyeron las Comisiones de Currículo
en cada colegio, conformadas por docentes y directivos encargados de liderar la construcción curricular,
pero con la tarea de elaborarlo conjuntamente con todos los docentes, fomentando la participación, la
investigación, la reflexión de las prácticas pedagógicas y de gestión institucional, la innovación de proyectos
pilotos y la sistematización. Esta dinámica ha permitido que el profesor se convierta en investigador de su
propia experiencia de enseñanza. Cambiar la práctica, diseñar el currículum y perfeccionar la práctica del
COLEGIOS JESUITASPROPUESTA EDUCATIVA COMÚN
Lissy CanalDocente Investigadora de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya
Foto: Colegio de la Inmaculada
EDUCACIÓN - Jesuitas del Perú
Anuario 201060 61
profesorado son tres aspectos inseparables, pero
con un matiz nuevo: no es el perfeccionamiento del
profesorado la condición para desarrollar el nuevo
currículum y mejorar la enseñanza, sino que sin un
currículum apropiado que permita y estimule el
ejercicio experimental de la práctica pedagógica
no puede haber desarrollo y perfeccionamiento del
profesor, si es algo más que un perfeccionamiento
de nuevas ideas.
Como resultado, el currículo común tiene
elementos que definen con especificidad las
intenciones educativas de los colegios de ACSIP
y las características del perfil básico del alumno
ignaciano en cada etapa del proceso escolar. Estos
elementos son comunes a los cuatro colegios y
constituyen el punto de partida para la construcción
del currículo diversificado que elaborará cada
institución educativa, en consonancia con sus
particularidades. La propuesta común se organiza
en cuatro categorías que siguen una lógica
deductiva, de lo general a lo particular, de lo
propositivo al comportamiento. Estas categorías
son las dimensiones, rasgos o desempeños
deseables, indicadores y contenidos. Desde la visión
ignaciana, llamamos dimensiones al conjunto de
potencialidades fundamentales de la persona
con las cuales se articula su desarrollo integral y
armónico. La educación ignaciana entiende a la
persona como una unidad, en la que se integran
diversas facetas de su modo de ser, pensar y actuar.
Las dimensiones, consensuadas a través del proceso
de construcción colectiva del currículo común,
son la dimensión afectiva, cognitiva, comunicativa,
corporal, espiritual, estética, ética y social.
Contando con estas cuatro categorías, cada colegio
ha elaborado indicadores de logro para cada edad
y/o grado de estudios, que le permitirán planificar y
hacer el seguimiento y la evaluación de sus procesos
educativos en vistas a la consecución de los
perfiles planteados. Posteriormente, cada colegio
implementará el currículo común, integrando
estas categorías a su programación y se planteará
las decisiones y transformaciones necesarias para
ejecutarlo. Es decir, cada colegio desarrollará su
Propuesta Curricular de Centro Educativo (PCC),
siempre orientada a las finalidades comunes y al
enfoque sociocultural e ignaciano del currículo.
A partir de esta alianza, la Universidad Antonio
Ruiz de Montoya se propone a sí misma un
compromiso más explícito con los procesos
sociales y educativos del país.
Así, considera necesario articular la actividad
de investigación con la ejecución de iniciativas
innovadoras como la de ACSIP (que desarrollan
capacidades) y con espacios de articulación y
divulgación que permitan que los hallazgos que
provienen de la investigación, la innovación y la
sistematización se constituyan en un bien colectivo
EDUCACIÓN - Jesuitas del Perú
Adaptar los cursos a la edad de los alumnos.
y un aporte útil a la educación de nuestro país. La
experiencia adquirida durante el acompañamiento
de la construcción del currículo de ACSIP está
siendo capitalizada por el Instituto de Investigación
y Políticas Educativas en vistas al logro de una mayor
incidencia en pro de la mejora educativa en el Perú.
Es una notable sinergia generada en el seno de la
red de CONSIGNA.
La formación será homogénea.Orientar y aconsejar a los niños y jóvenes.
Incentivar la investigación y la creatividad.
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Anuario 201062 63
L a República de Chad es un país del África
central, sin salida al mar. En su territorio
viven más de 200 etnias, sus idiomas
oficiales son el árabe y francés, pero se hablan más
de cien lenguas locales. Las religiones con más
fieles son el islam y el cristianismo. Los educadores
enfrentan retos considerables debido a que la
población es muy dispersa y a la renuencia de los
padres a enviar a sus hijos a la escuela. Aunque la
asistencia es obligatoria, sólo el 68% de los niños
asisten a la escuela primaria y más de la mitad de la
población es analfabeta.
En esa dura realidad, a finales de 2007, Fe y Alegría
del Chad inició sus labores. “Foi et Joie – Tchad” es el
nombre con el que se le bautizó. Es una institución
que se apoya en una tradición de la que debemos
retomar dos notas: una mirada diferente y una
profunda actitud de servicio a y en la Iglesia. Es la
continuidad del trabajo realizado por los jesuitas
desde la creación de la misión en 1945,1 compartido
con religiosos, religiosas, sacerdotes diocesanos
y laicos que ha tratado de andar con el pueblo
chadiano, y brindar una respuesta de servicio
conjunto para construir una sociedad más justa. En
esta tradición nos insertamos nosotros y, más aún,
de ella nace y en ella encuentra sus raíces para crecer.
Aventurarse en la implantación de Fe y Alegría
en Chad, es la respuesta apasionada de un grupo
de hombres y mujeres, cristianos y musulmanes,
religiosos y laicos que, oyendo las necesidades de
este pueblo, han sido capaces de ver su riqueza,
la belleza de sus colores, de oír maravillados sus
sonidos, de sentarse a conversar y hacerse amigos,
de apoyarlos cuando el hambre, la indiferencia y la
guerra azotan, de llorar juntos a los que parten, y
ponerse de pie para continuar andando.
El P. General, Adolfo Nicolás SJ, en su carta al XXXI
Congreso de Fe y Alegría, habla del “desafío que
significa entrar al África por la puerta del Chad”.
Sabemos bien que una puerta nos permite cruzar
de un lugar a otro, o seguir avanzando. Esta puerta,
en particular, tiene ante sí el reto de inculturar la
experiencia latinoamericana y, en este camino,
colaborar en la construcción de una propuesta de
desarrollo y transformación.
Puede, sin embargo, resultar atrevido hablar de
inculturación y desarrollo acerca de una obra que
lleva pocos meses andando; ambas dimensiones
se presentan más bien como desafíos a afrontar,
una dinámica a incorporar en el trabajo y,
principalmente, una actitud de espíritu a cultivar,
COLEGIO FE Y ALEGRÍA EN EL CHAD:SE ABRE LA PUERTA
Juan Carlos Pallardel SJ Estudiante de teología en Inglaterra
EDUCACIÓN - Jesuitas del Perú
1 El P. Belinay como capellán voluntario de la armada francesa en el Chad en 1934, es el primer jesuita en recorrer el territorio y su trabajo conducirá a la creación de la misión en 1945.
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Anuario 201064 65
a encarnar en el día a día. Tener al Chad como
puerta también significa insertarse en un contexto
que a primera vista presenta una realidad difícil:
violencia urbana, extrema pobreza, vulnerabilidad,
corrupción, falta de técnicos y tecnología, guerras
(interna y las consecuencias de desplazados y
refugiados de los conflictos en Sudán y la República
Centro Africana) y hasta quizá falta de voluntad
para superar todos estos problemas. El riesgo es
quedarnos en el diagnóstico, dejar que sea no sólo
una constatación de datos, sino el prisma con el
que vemos la realidad y, más aún, que lleguemos
a confundirlo con ella. Es cierto que ante este
panorama el horizonte se ensombrece, en el
vocabulario de análisis de proyectos la viabilidad
es poca o casi nula; más aún si agregamos datos
de la zona, el Guéra,2 de mayoría musulmana. De
inmediato surgen las preguntas obvias: ¿es viable?,
¿tiene futuro?, ¿vale la pena invertir dinero y
consagrar personas en una tarea como ésta? Contar
hoy con un equipo de animación, 17 escuelas
rurales y estrechos vínculos con el estado chadiano
y la sociedad local, muestran que, para los jesuitas
de África del Oeste,3 la respuesta ha sido ¡sí!
Dar una respuesta afirmativa exige ver esa realidad
de otra manera, aprender a ver el mundo con otros
ojos para hacernos capaces de descubrir la vida
entera en su riqueza, su diversidad, sus capacidades.
Desde esta perspectiva, la multiplicidad de lenguas,
el contexto multicultural y plurireligioso, sin dejar
de ser un desafío, se vuelve una oportunidad
para crear desde y con toda la riqueza de
nuestra humanidad.
Una pequeña gran Iglesia
El segundo elemento, actitud de servicio a y en la
Iglesia, nos vuelve a llevar al seno de la Iglesia de
Mongo 4 donde está comenzando el proyecto “Una
Iglesia de Frontera”, como la define Mons. Coudray
SJ, su actual Vicario; fronteras culturales, religiosas,
geográficas, climáticas… una pequeña Iglesia
consagrada al testimonio, al encuentro, al diálogo
y al servicio. Esas son las notas que Fe y Alegría del
Chad recoge y trata de plasmar en un proyecto
pedagógico, en una manera de proceder. Desde
esta imagen de Iglesia, la dimensión pastoral (el
saber acompañar) tiene especial profundidad para
un equipo formado por cristianos y musulmanes.
Una mirada diferente y una Iglesia encarnada en su
contexto dan solidez a la fragilidad, en parte real y
en parte aparente, de este proyecto.
El rasgo de Fe y Alegría Internacional, estar en
movimiento, no solo es asumido, sino resaltado en el
Chad. Es un movimiento que significa salir de nuestra
manera cotidiana de proceder para aventurarnos a
crear una nueva manera de actuar, de responder
a los desafíos de la realidad. En este movimiento,
padres de familia, alumnos, profesores, animadores,
autoridades educativas y jesuitas buscamos
construir juntos un modelo educativo basado en la
participación, en la calidad, en la planificación, que
ayude a diseñar una escuela adaptada a la realidad
de la comunidad local y los desafíos del país. Una
mirada nueva, una Iglesia encarnada de testimonio
y servicio, capaz de ponerse en movimiento y de
trabajar unos con otros, solo será posible y podrá
mantenerse si Fe y Alegría del Chad conserva su
rasgo central: la capacidad de ayudar a unos y otros
a descubrirse como personas. La escuela es uno
de los componentes más importantes en nuestro
proceso de humanización y hacia él apunta el
proyecto educativo, porque no olvidamos que “en
aquello que hacemos en el mundo tiene que haber
siempre una transparencia de Dios". 5
En casi dos años de trabajo, aún se está lejos de
aquello a lo que el Padre General nos invita; por
ahora la puerta se ha abierto y se van trazando las
principales líneas de acción para asumir los desafíos.
Pero, en medio de la fragilidad, de las limitaciones y
del contexto, acogemos las palabras del P. General
al dirigirse al congreso de Fe y Alegría: “Como una
prioridad especialmente querida para la Compañía
les ruego seguir poniendo el mejor empeño en
la presencia de Fe y Alegría en África, para que
crezca realmente inculturada, como propuesta
al desarrollo y transformación del continente
africano". Y, en palabras de la Congregación
General 35 de los jesuitas, “encontrar la vida divina
en las profundidades de la realidad (y) adentrarnos
con Cristo, que ofrece el agua viva, en las zonas del
mundo áridas y sin vida... es descubrir las huellas de
Dios en todas partes". 6
EDUCACIÓN - Jesuitas del Perú
La clave es trabajar juntos por la educación.
Enseñar a los miembros de la comunidad.
2 Jurisdicción administrativa del estado chadiano, ubicada en la parte central del país. Sus características geográficas son las propias de la región Sahelo-saharina, con temperaturas que oscilan entre 12º y 55º C.3 El Chad junto a otros 13 países del oeste y centro constituyen la provincia jesuita de África del oeste (PAO).4 Recientemente creada como Vicariato Apostólico después de siete años como Prefectura Apostólica. Mongo es la capital de la región Guéra, tiene 30,000 habitantes y dista 400 Km. de N’Djamena, la capital nacional.
5 Congregación General 35, Decreto 2, Número 10.6 Congregación General 35, Decreto 2, Número 8.
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Anuario 201066 67
P. KEVIN GALLAGHER SJ (1929-2007)AL MAESTRO CON CARIÑO
E l Padre Kevin Gallagher SJ nació en
Cincinnati, Ohio, Estados Unidos, pero vivió
casi toda su vida de sacerdote en el Perú.
Entró en la Compañía de Jesús en 1951 y después
de hacer la tercera probación (última etapa de
formación para un jesuita), llegó al Perú en 1963.
Comenzó trabajando en Arequipa, primero en el
Colegio San José, y luego, desde la residencia de
la Compañía, como superior de los jesuitas en la
región del sur.
En 1973 hizo un gran cambio en su vida: se trasladó
a Lima para trabajar en la red nacional de los
colegios de Fe y Alegría. Asumió la dirección de la
formación de los maestros, un servicio para el cual
él se sentía especialmente llamado y desde el cual
organizó cursos de capacitación para los docentes
que provenían de todas partes del país. Por eso
llegó a conocer a fondo la educación popular, sino
también, la realidad social del Perú. En 1995, aceptó
la misión y el reto de ser el Rector del Colegio de la
Inmaculada en la capital.
Se dedicó de lleno a enfrentar los problemas que le
correspondían como rector de uno de los colegios
de más prestigio en el país: estuvo en contacto
permanente con los profesores y padres de familia,
viendo la problemática de la educación desde esta
nueva perspectiva. Después de una gran labor en
ese cargo, en la última etapa de su vida, el Padre
Kevin volvió a Arequipa para vivir en el Noviciado
de la Compañía, como consejero del maestro de
novicios y hombre de enlace con los exalumnos
del Colegio San José de esa ciudad. Los distintos
puestos que ocupó no nos dicen mucho sobre
el hombre que los ejerció. Pero lo cierto es que
él dejó un sello especial en cada uno de ellos. El
Padre Kevin fue un hombre de alma sencilla que se
distinguía en su trato con los demás por su carácter
bondadoso, suave y sensible. Era sumamente
prudente y no tomaba decisiones sino después de
haber escuchado a todos. Por ello, tenía grandes
dotes como conciliador. Él inspiraba confianza en
los demás y esto, a su vez, fomentaba un ambiente
de paz y tranquilidad.
Entre sus compañeros jesuitas circulaba un
chisme, naturalmente exagerado y hecho con
cariño: a diferencia de todos los demás jesuitas
en el mundo, con pocas excepciones, a Kevin le
gustaban las reuniones, y cuanto más hubiesen,
mejor. En realidad, él gobernaba y asesoraba
escuchando, mediante el diálogo, y eso, a la
postre, engendraba consenso. El Padre Kevin
también fue un hombre tremendamente culto.
Pero no siguió el camino académico de otros
jesuitas destinados a la educación superior, porque
creía que podía usar mejor sus carismas personales
a nivel de la enseñanza primaria y secundaria. Por
cierto, tenía mucho interés en todos los grandes
temas políticos, económicos y sociales del mundo
y del Perú; y estaba convencido de que los grandes
cambios en nuestro país vendrían desde abajo, y
concretamente, desde los colegios. Por tanto, para
él era importante trabajar con los que estaban
llamados a educar a la juventud, sean profesores,
padres de familia o jesuitas jóvenes.
El Padre Kevin se enfermó en el Perú y su gran deseo
fue volver para morir en nuestra tierra, sin embargo
aquel anhelo no se pudo cumplir. Pero eso no es
importante ya que dejó este mundo amando y
rezando por el país que lo había acogido, y al que
había dedicado toda su vida. Fue un alma que
pasó varios años entre nosotros sembrando fe,
esperanza y confianza.
Jeff Klaiber SJProfesor de Historia en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya y en la Pontificia Universidad Católica del Perú
EDUCACIÓN - Jesuitas del Perú
Los más importantes eran los niños.
Kevin Gallagher SJ en uno de sus viajes por el Perú.
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Arte
Este lenguaje no es una concesión a la posmodernidad que nos envuelve, sino el necesario retorno a nuestras fuentes, al lenguaje propio de los Ejercicios Espirituales, donde los sentidos, la imaginación, la afectividad y el cuerpo están implicados en la experiencia espiritual como camino imprescindible para el encuentro con Dios y para la transformación del ejercitante.
Congregación General 35, Introducción al Decreto 2, Número 2.
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Anuario 201070 71
IV CENTENARIO DEL NOVICIADODE SAN ANTONIO ABAD
R egía la Provincia del Perú el padre Esteban
Páez cuando se inició la construcción
del Noviciado de la Compañía (1605). En
realidad se trataba del tercer local destinado a casa
de probación, pues los dos primeros resultaron
pequeños, dado el número creciente de vocaciones
que iban surgiendo en nuestro país.
Los jesuitas adquirieron un extenso terreno, situado
a sólo cuatro cuadras de distancia del Colegio
Máximo de San Pablo (donde estudiaban la Filosofía
y la Teología). El acaudalado comerciante español
Antonio Correa Ureña, natural de Valdemoro
en el arzobispado de Toledo, proporcionó
generosamente los fondos para la edificación del
Noviciado. Los planos arquitectónicos dejan ver la
amplitud de los espacios previstos para la iglesia,
la capilla de los novicios, habitaciones, refectorio,
huertas y corredores. El Noviciado llevaría el nombre
de San Antonio Abad, en memoria del fundador. El
magnánimo auspiciador de la obra se quedó a vivir
en una de las habitaciones cercanas a la iglesia.
Posteriormente falleció en 1623, ya septuagenario,
y sus restos están sepultados en el templo, el cual es
hoy Panteón Nacional de los Próceres, en la esquina
del Parque Universitario y el jirón Azángaro, en el
Cercado de Lima.
Dentro del mismo Noviciado se construyó una
capilla extraordinaria de una deslumbrante riqueza
decorativa en honor de Nuestra Señora de Loreto,
advocación muy apreciada por los primeros
jesuitas. El estreno oficial del Noviciado tuvo
lugar el 18 de abril de 1610. Por cerca de 150 años
vivieron allí sus primeras experiencias de religiosos
numerosas generaciones de jesuitas. Sin embargo,
el violento terremoto del 28 de octubre de 1746
tuvo efectos devastadores en Lima y el Callao. Las
tareas de reconstrucción fueron largas y costosas.
La reinauguración de la iglesia del Noviciado se
realizó el 17 de enero de 1765, festividad de San
Antonio Abad.
En la madrugada del 9 de septiembre de
1767 sucedió un acontecimiento sorpresivo,
desconcertante e inexplicado. El virrey Amat, por
órdenes venidas de España del propio monarca
Carlos III, hizo cumplir con sigilo y celeridad el
extrañamiento de los jesuitas y la ocupación de
sus casas y propiedades. La fuerza pública allanó
simultáneamente las cinco casas de la Compañía
en Lima (San Pablo, Noviciado, Desamparados,
colegio San Martín y El Cercado). Fue así como los
cincuenta religiosos del Noviciado fueron llevados
detenidos a San Pedro, en espera de los navíos
que debían partir desde el puerto del Callao con
destino al exilio (sin saber bien a qué sitios irían a
parar). En 1770, el Virrey dictó una ordenanza por
la que se erigía el Colegio o Convictorio de San
Carlos, refundición del colegio de San Martín y el
Armando Nieto SJPresidente de la Academia Nacional de Historia
ARTE - Jesuitas del Perú
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Anuario 201072 73
de San Felipe. El local elegido sería obviamente
el antiguo Noviciado de San Antonio Abad. En el
minucioso inventario confiscatorio efectuado por
las autoridades virreinales quedan registrados no
sólo los libros de la valiosa biblioteca del Noviciado,
los objetos litúrgicos y las herramientas de la
maestranza sino también los árboles frutales de
las huertas. Allí figuraban centenares de viñedos,
naranjos, limoneros, chirimoyos, guayabos,
lúcumos, granados, higueras, paltos, jazmines,
suches, ciruelos, manzanos, melocotoneros, sauces,
olivos, entre otros.
Los claustros del expropiado local albergaron
a los centenares de jóvenes carolinos y a sus
maestros. De éstos mencionaremos sólo a Toribio
Rodríguez de Mendoza, a finales del siglo XVIII, y a
Bartolomé Herrera, a mediados del XIX, prestigiosos
educadores. El área del Convictorio se vio recortada
hacia el año 1857, al autorizar el Gobierno la
urbanización de los terrenos de las huertas del
antiguo Noviciado. Se abrieron los actuales
jirones Cotabambas e Inambari. Las guías de Lima
antigua consignan los viejos nombres de las calles
recorridas por alumnos y profesores de aquella
época: Noviciado, Campanario, Chacarilla y San
Carlos. A corta distancia se hallaban dos portadas
de la muralla que circundaba la Ciudad de los Reyes
y miraban al sur: Juan Simón y Matamandinga.
En el año 1862 la Universidad Mayor de San
Marcos, que venía funcionando en la plazuela
de la Inquisición, se vio urgida de buscar locales
adecuados para las Facultades de Jurisprudencia,
Letras y Ciencias Naturales. Finalmente, se dispuso
el traslado de la Universidad a los antiguos claustros
jesuitas en tiempos del presidente Manuel Pardo
(1872-1876) y así se extinguió el Colegio de San
Carlos y los profesores del Convictorio pasaron a ser
docentes de la Universidad.
Con la construcción de la Ciudad Universitaria en la
avenida Venezuela, la cuatricentenaria Casona del
Parque Universitario (acertadamente renovada con
la ayuda de la Agencia Española de Cooperación
Internacional) ha venido a ser el Centro Cultural
de la Universidad Decana de América. La iglesia
barroca del Noviciado, llamada a partir de 1770
iglesia de San Carlos, fue convertida en diciembre
de 1924 en Panteón Nacional de los Próceres al
cumplirse el centenario de la batalla de Ayacucho. Allí
reposan los restos de los heroicos combatientes de la
gesta emancipadora.
Vista externa del antiguo noviciado.
ARTE - Jesuitas del Perú
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Capilla Nuestra Señora de Loreto (actual Salón de Grados) - Foto: Daniel Giannoni
Anuario 201074 75
RETABLO Y CAPILLA DE SAN FRANCISCO JAVIEREL ARTE DEL ENTABLAMIENTO
L os retablos aparecen como el desarrollo en
volumen y arte de los dípticos y trípticos
que portaban los capellanes militares para
celebrar la Eucaristía a manera de altar portátil.
Durante la Edad Media y el Renacimiento, de
manera especial en la península ibérica, se divulgó
esta forma devocional.
La cumbre del retablo hispano llega en el siglo XVI
con Alonso Berruguete después de su contacto con el
arte italiano del renacimiento, con el franco hispano
Juan de Juni (Joigny), síntesis de lo italiano, francés
e hispano y con el monumental valenciano, Damián
Forment. En el siglo XVII los exponentes son Gregorio
Fernández, creador de la imaginería castellana, así
como Juan Martínez Montañés que funda la escuela
de Sevilla y Alonso Cano, la de Granada.1
Las capillas españolas, ya desde el siglo XV habían
asumido llevar retablos inscritos en el muro
testero; en ellos se combinaba en nichos, paneles y
hornacinas, tanto esculturas como pinturas.
Esta concepción y estilo, según Luis Enrique
Tord,2 fueron trasladados a América con
gran éxito como vehículo en la tarea de
evangelización, especialmente en los Andes. A
decir de Bernales Ballesteros, el retablo es una
manifestación escultórica y, por tanto la escultura
en Hispanoamérica fue un medio cualificado
en la evangelización, tanto por comunicar
didácticamente pasajes de los Evangelios o de las
vidas de los santos representadas en las diferentes
obras, como por sus valores plásticos, que debían
suscitar la piedad en los fieles.3
El retablo se convirtió así en el soporte sobre el que
se desarrollaron las más elaboradas manifestaciones
de la imaginería americana, llevándolo a formas
de expresión sublimes y exquisitas. Si bien los
españoles trasladaron a este continente estilos,
modelos, elementos y técnicas, la destreza de los
artífices mestizos y criollos aportó una verdadera
cuota de imaginación. Esta sinergia se puso de
manifiesto en el excepcional trabajo de púlpitos,
sillerías corales, cajonerías y, sobre todo, retablos,
producción destinada a la Iglesia.
Al admirar hoy el resultado final, se puede
apreciar la habilidad del pueblo para decorar con
José Enrique Rodríguez SJPárroco de la iglesia de San Pedro
1 NAVARRO, José Gabriel. La escultura en Ecuador durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Madrid: Real Academia de Bellas Artes deSan Fernando, 1929, p.75.2 TORD, Luis E. Historia de las artes plásticas del Perú, en Historia del Perú, 3a. ed., t. IX, Lima: De. Juan Mejía Baca, 1981, p.290.3 BERNALES BALLESTEROS, Jorge. La escultura en Lima, siglos XVI-XVIII. La Escultura en el Perú. Banco de Crédito.
ARTE - Jesuitas del Perú
Foto: Elena Marticorena
Anuario 201076 77
magnificencia estos espacios de veneración y
culto, a la vez expresión escultórica y composición
arquitectónica4 ubicada detrás del altar.
Colegio Mayor de San Pablo
En 1568 la Compañía de Jesús llegó al Perú y adquirió
los doce solares que formaban la manzana donde
se construyó el Colegio de San Pablo con sus obras
anexas, incluida la iglesia. Los altares y retablos de
la iglesia fueron construidos entre 1660 y 1685.
El padre Rubén Vargas Ugarte, a quien se debe la
preservación de gran parte de su actual patrimonio,
hace referencia a la Carta Anual de 1648, donde el
superior de los jesuitas del Perú informa al padre
General que se había instalado completamente un
retablo de San Francisco Javier en la iglesia.
Debe tratarse de un retablo anterior al que existe
actualmente, pues quien introdujo la columna
salomónica o torsa en la ciudad de Lima fue el
entablador Vasco Diego de Aguirre y éste llegó de
España recién el año 1675. Ciertamente en 1685 el
retablo se había terminado de dorar. Así tenemos
una década fundamental en la que se dio la
irrupción del barroco en Lima.5 Para entonces, todo
el interior de la iglesia de San Pedro había logrado
una perfecta armonía estilística, incluyendo la
capilla mayor, de la que no quedan más vestigios
que los balcones y los arcos trilobulares.
Era opinión del padre San Cristóbal 6 que el retablo
de San Francisco Javier, así como el de San Francisco
de Borja y el de la Encarnación, por su diseño más
armonioso en su diseño y elaboración compleja, se
ensamblaron después del primer tercio del siglo
XVIII, aunque antes del terremoto de 1746. Por las
diferencias entre ellos no podrían ser obras del
mismo autor. En efecto, el retablo de San Francisco
Javier ha recibido una elaboración decorativa más
desbordante y refinada que todos los otros retablos
de San Pedro; pero en cuanto a la distribución
estructural del diseño, ostenta un esquematismo
más adecuado a los retablos de finales del siglo
XVII que a sus contemporáneos. El retablo de San
Francisco Javier, no sufrió daños de consideración por el paso del tiempo ni los temblores. Desde que
la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri se
hizo cargo de la administración de la iglesia y la
residencia de la Compañía de Jesús, 7 se produjeron
innovaciones neoclásicas. A pesar de que San Pedro
fue la menos perjudicada, es lamentable la pérdida
del valioso retablo mayor y su reemplazo por el
actual, obra del presbítero Matías Maestro.
En el retablo de Javier sólo se puede percibir
cambios posteriores en algunos elementos, como
los frontoncillos que sirvieron de remates a los
lienzos de las calles laterales del tercer cuerpo,
hoy desaparecidas.8 Consideramos que para
entender nuestro retablo de San Francisco Javier
hay que percibir la unidad compositiva temática.
ARTE - Jesuitas del Perú
El entallador posiblemente pretendió desarrollar el
tema de Francisco Javier peregrino de los mares. Para
esto se valió de dos niveles dinámicos. El primero es
la marcada y solemne horizontalidad terrena que se
hace obvia en los dos primeros cuerpos, acentuada
por la anchura de las plataformas de cornisa
superpuestas a las ocho columnas estructurales. Las
dos hornacinas de la entrecalle central se recluyen
dentro de la altura de cada cuerpo, y sólo son los
arcos abiertos de cornisa los que elevan la entrecalle
del centro.
El segundo nivel dinámico es la verticalidad
ascensional o espiritual. Los arcos verticales
derivados de la cornisa en los tres estratos
superpuestos, además de ser continuos, carecen del
4 ESTABRIDIS, Ricardo. La escultura en Trujillo. La Escultura en el Perú. Lima, Banco de Crédito del Perú. Colección Arte y Tesoros del Perú, 1991, p. 138. 5 WUFFARDEN, Luis E. Retablos e imágenes en San Pedro de Lima. En: “... redescubramos Lima. Iglesia de San Pedro”, Lima, Fondo Pro Recuperación del Patrimonio Cultural de la Nación del Banco de Crédito del Perú, 1996, p. 46”.6 WETHEY, H. F. Colonial architecture and sculpture in Peru. Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts, 1949, p. 223.
7 WUFFARDEN, Luis Eduardo. “Las Artes”, en Historia General del Perú. Edit. Brasa. Tomo V, Lima, 1994, p. 570. 8 Apreciaciones informales en conversaciones de Mons. Antonio San Cristóbal Sebastián con el historiador Fernando López Sánchez, actual Director del Museo religioso de la Catedral de Lima.
San Francisco Javier en su lecho de muerte frente a la isla de Shangchuan.
Detalle de uno de los ángeles restaurados.
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Anuario 201078 79
ángulo recto vertical intermedio al comienzo de su
curvatura, lo que marca una secuencia ascensional.
Las columnas, revestidas en el fuste de azucenas
(implícita referencia temprana a Javier), brotan en
rosas y racimos de uva en medio de profuso follaje
acentuando la torsión. El conjunto de columnas
salomónicas empuja la mirada del observador hacia
un tercer cuerpo que, debido a la altura escalonada
de sus tres componentes, rompe la regularidad
compositiva de los dos estratos inferiores para
estallar en la gloria del Francisco Javier, peregrino
de los mares, en un carro de concha tirado por dos
hipocampos embridados, rodeado de ángeles. Al
contemplar el conjunto del retablo, los planos de
ubicación de las columnas, los motivos marítimos
y el conjunto de lienzos de pequeño formato de los
laterales de la capilla, le es posible al observador
descubrir la fuerza del movimiento de las olas, e
imaginar los mares que recorrió el santo patrón
de los misioneros, desde Roma, hasta morir en la
isla de Shangchuan, a tan solo 14 kilómetros de
las anheladas costas del gran imperio chino. En
la parte superior de la capilla se mantienen dos
cuadros de Juan de Valdés Leal, de la serie de la
vida de San Ignacio, similares a los que pintara
para el patio de la Casa Profesa de Sevilla, teniendo
como modelo la colección de dibujos del flamenco
Pedro Pablo Rubens y los grabados del francés Juan
Bautista Barbé. Uno es la despedida de San Ignacio
a San Francisco Javier y el otro tiene como tema
las deliberaciones de París. Estos cuadros han sido
restaurados con anterioridad.
El retablo, hecho de pino y cedro, ha sido intervenido
en un paciente trabajo profesional de dos años, de
acuerdo a los principios de respeto a la originalidad
de la obra, documentación y registro. De la misma
manera se ha procedido respecto a los 14 lienzos de
las dos arquerías, y los 15 lienzos del retablo, entre
pequeño y mediano formato. Las imágenes de bulto
han sido trabajadas básicamente a nivel limpieza.
Por la reintegración final del oro en láminas ha sido
devuelto al conjunto de la capilla lo que pudo ser su
inicial esplendor.
El retablo contiene hermosas representaciones.
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Foto: Elena Marticorena
ARTE - Jesuitas del Perú
Anuario 201080 81
LAS IGLESIAS DE JULI Y LA REVALUACIÓNDEL PATRIMONIO ARTÍSTICO
E s estremecedor visitar Juli por primera
vez. Llegar hasta este pueblo no es fácil.
Más de una hora por la carretera Puno
- Desaguadero y ni un hotel o restaurante para
atender al turista. Pero, solamente la vista de la Plaza
de Armas recompensa el viaje. Mirando al frente la
imponente basílica de San Pedro, se logra vislumbrar
el azul del Titicaca, así como la puna infinita e intuir
en el aire más de 500 años de historia.
Para los estudiosos de la historia jesuita, y de la
evangelización en general, las iglesias de Juli son
fundamentales. A través de ellas se puede entender
la profunda compenetración cultural que se instauró
en el pueblo.
Como centro misionero jesuita, solo aquí se
encuentra de manera tan viva esta utilización del
arte como herramienta evangelizadora. Gracias a
la experiencia misionera asiática, los jesuitas sabían
que a través de una libre visión de la expresión
cultural, la evangelización podía ser llevada de
una forma inclusiva para el indígena. El arte se
volvió entonces un espacio compartido, una de
las herramientas para transmitir la religión, no
sólo a través de la enculturación sino permitiendo
a los nativos su propia búsqueda personal. Los
finos tallados de las fachadas, donde emerge
iconográficamente el universo figurativo indígena,
son la mejor muestra de esta fusión intercultural, de
esta nueva forma de concebir la doctrina religiosa.
Juli fue una de las siete cabeceras del reino Lupaca.
Después de la conquista, estas tierras fueron
declaradas propiedad de la Corona española y se
encargó la evangelización de ellas a la orden de
Santo Domingo, que levantó tres templos: San
Pedro Mártir, San Juan de Letrán y la Asunción.
Años después, cuando los jesuitas arribaron a Juli
ante la expulsión de los dominicos, los modificaron
parcialmente y además construyeron la iglesia de
Santa Cruz de Jerusalén.
La catedral, San Pedro Mártir, domina la Plaza de
Armas desde un terraplén. Su interior oscuro está
decorado con cuadros de la escuela cuzqueña.
Los marcos en pan de oro encierran pinturas
lamentablemente ennegrecidas y dañadas por la
humedad y el descuido. De la iglesia de San Juan de
Letrán llaman la atención los muros rojos y el portal
lateral donde plantas, pájaros, uvas y ángeles se
entrecruzan en volutas armoniosas, obra de jesuitas
y artistas indígenas entallada en 1662.
Esta iglesia y la de la Asunción han sido
transformadas en museos por el Instituto Nacional
de Cultura. La nave, pintada de blanco, está
decorada con cuadros del pintor mestizo Tomás
Lara. También resalta el “Bautizo de Jesús”, obra del
artista jesuita Bernardo Bitti. En las capillas mayores
se encuentran dos retablos. Uno, que los dominicos
Virginia BattistiAntropóloga
ARTE - Jesuitas del Perú
Retablo principal de la iglesia de San Pedro Mártir - Foto: Daniel Giannoni
Anuario 201082 83
dedicaron a la Virgen de los Dolores, se encuentra
en malas condiciones; todas sus estatuas han sido
despojadas de vestidos, pelucas y ornamentos. El
otro está adornado al centro por una Deposición
de Bitti, entallada en madera y pintada con colores
vivos y dramáticos. El retablo del presbiterio,
cubierto de hojas de plata y de oro, está decorado
con dos grupos escultóricos que representan a San
Francisco Javier y San Ignacio de Loyola.
Desde San Juan de Letrán se llega a Nuestra
Señora de la Asunción subiendo una empinada
cuesta. Los muros de las capillas fueron pintados
al fresco por artistas indígenas. En medio de
árboles, plantas, flores y animales típicos de la
iconografía andina se encuentran escenas de la
vida de Jesús y de San Ignacio de Loyola. Colgando
a medio aire, en un presbiterio impactantemente
vacío, resalta un retablo hermoso del Bitti, “La
Asunción de la Virgen María”. La última iglesia,
Santa Cruz, fue construida por los jesuitas entre
1581 y 1607, y consagrada a la pasión de Cristo.
La fachada, construida en 1753, está enteramente
cubierta de bajorrelieves, obra de indios canteros.
A los lados del portal hay tres columnas en estilo
salomónico collarino, con entallados de uvas y
plantas. Por encima de éstas, a los lados de una
hornacina vacía, resaltan dos soldados romanos
rodeados de los símbolos de la pasión (tres clavos,
la esponja del vinagre, el cáliz de la hiel, las tenazas,
un martillo y la escalera de la deposición). El ático
está adornado con un sol, en el medio se encuentra
el monograma IHS, parcialmente cubierto por el
musgo que creció entre las piedras. El estado del
campanario de estilo morisco es gravísimo y solo
una estructura de madera evita su derrumbe. Por
las precarias condiciones de la iglesia, el ingreso
está prohibido al público. Gracias a un trabajador
del INC, en el año 2007 pude visitarla. La vista del
interior era asombrosa y penosa a la vez. Convertida
en vivienda de palomas y murciélagos, el piso
estaba cubierto por una espesa capa de guano. La
bóveda derrumbada muestra el cielo azul andino, y
en lo poco que queda del techo se repite una y otra
vez el monograma jesuita. Se puede imaginar, por
los detalles que se salvaron, con cuánta devoción
fue levantada la iglesia. Residuos de pintura en las
paredes hacen suponer que también Santa Cruz
estuvo decorada con frescos. Encima del portal
lateral, un entallado de admirable factura representa
una granadilla, símbolo de la pasión de Cristo. Las
puertas del bautisterio y de la sacristía presentan
las mismas decoraciones de uvas y plantas que la
fachada. Los dos techos abovedados están a punto
de derrumbarse.
Varios proyectos de revaluación se han llevado
a cabo en Juli. Con el Plan Copesco1 en 1972,
en un viejo camal reorganizado como taller se
restauraron los cuadros de San Juan y de La
Asunción. Asimismo, se construyó una fábrica de
tejas para reparar los techos de iglesias y casas
coloniales. También se contrataron especialistas y
se empezó la construcción de un hotel a la orilla
del Titicaca para incrementar el turismo. En Santa
Cruz fueron solidificados los contrafuertes externos
y se propuso bajar el campanario para volverlo a
construir. Cuando en 1989 la región Puno se unió a
Moquegua y Tacna, el plan Copesco abandonó Juli
y las obras quedaron estancadas. En 2004, gracias
ARTE - Jesuitas del Perú
Mural de la iglesia Santa María de la Asunción.
Tímpano de la iglesia de San Juan de Letrán.
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1 Cooperación Perú-Unesco.
Anuario 201084 85
a la intervención del INC, se inició otro plan de
restauración en Puno. Los trabajos se focalizaron
nuevamente en las iglesias de San Juan y de La
Asunción excluyéndose a la Iglesia de Santa Cruz.
Averiguando el por qué, un funcionario público de la
zona me indicó que también se había aprobado un
llamado “Plan Santa Cruz”, y la región presupuestó S/.
28,000 nuevos soles (US$ 7,235 aproximadamente)
para restaurar el campanario. El proyecto, sin
embargo, nunca vio la luz. Entre las acciones de la
nueva administración municipal se encuentra la
puesta en valor de Santa Cruz, programada para
2010. Además del descuido arquitectónico, hay
otro tema que afecta al patrimonio artístico de Juli:
el tráfico ilícito de obras de arte.
Entre 1995 y 1996 fueron robadas de la Iglesia de San
Juan dos pinturas de Bernardo Bitti SJ, conocidas
como las “Santa Bárbaras” 2, sustituidas con otras
falsas. Nunca se encontraron los cuadros de Bitti.
Como si el robo de estas obras no fuera suficiente,
diversos objetos artísticos propiedad de las iglesias,
también han desaparecido. El padre Rubén Vargas
Ugarte3 describe seis cuadros que representan la
vida de San Ignacio de Loyola, pertenecientes a la
Iglesia de Santa Cruz.
De estos cuadros posiblemente solo uno se
encuentra todavía en Juli, abandonado en el piso de
la iglesia de La Asunción. La tela, en forma de media
luna, ya perdió el marco y la pintura se desvaneció
en múltiples puntos. La figura de San Ignacio
arrodillado es la única que se preservó. Vargas Ugarte
y Cuentas Zavala4 mencionan también una Cruz
de bronce, con un relicario de plata sobredorada
en el centro donde se guardaba un fragmento de
Lignum Crucis. Este objeto pertenecía a la Iglesia
de Santa Cruz y fue después trasladado a San Pedro
Mártir. Por lo que pudimos averiguar, estos objetos
no se encuentran más en Juli y nadie supo darnos
razón al respecto. Lamentablemente, el caso de Juli
no es aislado.
El tráfico ilícito de obras de arte y el escaso
cuidado del patrimonio artístico y cultural son
problemas reales que el Perú tiene que enfrentar.
Muy a menudo la clase política no percibe como
necesario el cuidado del patrimonio local, ni
tiene en cuenta el valor espiritual y cultural de
las obras de arte, que conllevan en sí la historia y
la identidad misma de cada pueblo. Esta falta de
conciencia no permite comprender el patrimonio
como herramienta de desarrollo de los pueblos,
asociado a cuidadosas políticas locales y proyectos
de turismo responsable.
La única solución para revertir este proceso sería
responsabilizar a los gobiernos locales por el
patrimonio de cada lugar y sensibilizar a la opinión
pública sobre la importancia del patrimonio nacional
y la necesidad trascendental de su preservación.
ARTE - Jesuitas del Perú
2 “Las Santas Bárbara”, pintadas entre 1585 y 1595. 3 Rubén Vargas Ugarte “Los jesuitas del Perú y el arte” Taller Iberia, Lima 1963. 4 A. Cuentas Zavala “Juli, cuatrocientos años” Ed. Los Andes, Puno 1968.
Iglesia de la Asunción.
Casa Cuentas Zavala, plaza de Armas de Juli.
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Este anuario se terminó de imprimir en Febrero de 2010, en los talleres gráficos de GMC Digital con un
tiraje de 1,500 ejemplares.
Iglesia de la Compañía de Jesús (Arequipa) - Foto: Daniel Giannoni