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1 IGLESIA DE SANTA CATALINA DE SEVILLA Gretel 2º B Profesor: Luis Arciniega

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IGLESIA DE SANTA CATALINA

DE SEVILLA

Gretel

2º B

Profesor: Luis Arciniega

 

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SUMARIO

1. ESTADO DE LA CUESTIÓN. 3 2. EL TEMPLO MUDÉJAR. 5 3. LA RENOVACIÓN BARROCA. LA CAPILLA

SACRAMENTAL. 7

4. LAS TRANSFORMACIONES DE FINALES DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL SIGLO XX.

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5. ÚLTIMAS REFORMAS. EL MONUMENTO AL COMENZAR EL SIGLO XXI.

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6. CONCLUSIÓN. 12 7. BIBLIOGRAFÍA. 15 8. PÁGINAS ELECTRÓNICAS. 15 9. PÁGINAS ELECTRÓNICAS DE DOCUMENTOS

GRÁFICOS 15

10. REFERENCIAS LEGALES. ESTUDIOS, CONVENIOS Y CONTRATOS

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11. DOCUMENTOS GRÁFICOS 17

 

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1. ESTADO DE LA CUESTIÓN

Situada junto a unas de las pocas vías que cruzan el extenso casco antiguo de la ciudad, cercana a una plaza donde cambian de sentido numerosos autobuses, rodeada de bares de copas y tapas se encuentra situada la iglesia de Santa Catalina de Alejandría, ante la indiferencia de los viandantes y el desconocimiento de los numerosos turistas que visitan apresurados los monumentos más conocidos de Sevilla.

Las últimas décadas el edificio presentaba un aspecto lamentable. Parecía que los muros podían ceder en cualquier momento, los desconchados y humedades afeaban la fachada. Un monumento en ruinas.

Pero la historia de este monumento es la historia del arte sevillano. Situado al final del cardus decumanus romano, junto a la puerta de salida, ha sido templo pagano, iglesia visigoda, mezquita reconvertida más tarde en templo cristiano. Sólo después del terrible terremoto del 24 de agosto de 1356 comenzó a construirse sobre sus restos el edificio que hoy contemplamos, el templo mudéjar.

En el primer tercio del siglo XVIII Leonardo de Figueroa construyó la Capilla Sacramental, adosada a la primitiva iglesia. El más grande de los artífices del barroco sevillano dejó en esta última obra toda su sabiduría constructiva y su larga experiencia en la estética barroca. Si tuviéramos que emplear dos adjetivos para definir la arquitectura hispalense, no solo por los monumentos sino también por el sentir de la población estos serían mudéjar y barroco.

Habría que esperar a finales del siglo XIX para observar nuevos cambios. El párroco realiza obras de restauración en la torre que, a pesar de eliminar parte de los bellos ornamentos almohades, consigue librar a la iglesia de la piqueta. Esta restauración y una nueva valoración de la arquitectura mudéjar logra que el 5 de septiembre de 1912 sea declarada Monumento Nacional, lo que no consigue es que desaparezcan las amenazas de demolición debido al mal estado del edificio.

En 1919 se inician las obras de consolidación y restauración de elementos decorativos propios de la arquitectura islámica. Se estudia derruir el pórtico por el mal estado que presentaba pero finalmente no se llevó a cabo.

En época más actual encontramos la restauración de la Capilla Sacramental, obra barroca de Leonardo de Figueroa en 1997. Finalmente el 26 de febrero de 2004 se inicia la definitiva restauración integral de todo el edificio. Con la ayuda del Ministerio de Educación, Deporte y Cultura se

 

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realiza un profundo estudio que da lugar a la elaboración de un proyecto y el apuntalamiento de las naves.

El 11 de diciembre de 2008 un acuerdo de colaboración entre la gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la Archidiócesis de Sevilla para la restauración de la iglesia, comenzando las obras de la primera fase el 5 de octubre de 2009.

El 31 de octubre, tras exhaustivos estudios sobre posibles movimientos del edificio, afortunadamente descartados, la Archidiócesis de Sevilla presenta la segunda fase de la restauración. En ella se contempla la eliminación de humedades y añadidos y la recuperación de la luz natural a través de óculos. El 26 de diciembre de 2014 el Consistorio se compromete a financiar el 50% de las obras.

Las nuevas elecciones municipales de 24 de mayo de 2015 cambia el equipo de gobierno del Ayuntamiento, que se cuestiona el dinero público para fines religiosos. Debido a las protestas vecinales por la implicación de la compañía de aguas de Sevilla, EMASESA, en el proyecto, el nuevo equipo decide trasladar esta ayuda al Consorcio de Turismo, y a cambio de esta financiación sufragada por todos los sevillanos éstos podrán tener acceso libre al templo durante un tiempo acordado con la Archidiócesis.

Es muy escasa la bibliografía existente de este pequeño templo, que contrasta con la muy numerosa de los grandes monumentos sevillanos, a excepción de la obra de Juan Carlos Hernández Nuñez... (et al.), Capilla Sacramental de la Iglesia de Santa Catalina, Sevilla. Editorial Fundación Argentaria. Madrid, 1997.

Hay que recurrir a historias de la ciudad o de sus iglesias con un fin más divulgador y turístico, a los trabajos sobre arte barroco (para la Capilla Sacramental) o a los tratados sobre arte mudéjar (para el núcleo fundacional).

Entre las publicaciones sobre la ciudad o sus iglesias tenemos una tan temprana como la de Amador de los Ríos, Rodrigo. Sevilla pintoresca. Desconocida. 1844. A ella hay que sumar la de Gestoso y Pérez, José. Sevilla monumental y artística. Hispalis. 1889. Mucho más reciente es la obra de Roldán Salgueiro, Manuel Jesús. Iglesias de Sevilla. Editorial Almuzara. Sevilla, 2010.

Entre las que estudian el arte barroco tenemos la obra de Bonet Correa, Antonio. Andalucía barroca : arquitectura y urbanismo. Polígrafa. 1984 y la de Torres Balbás, Leopoldo. El arte barroco en Sevilla. Sociedad Central de Arquitectos. 1920. Sobre el arquitecto autor de la Sacramental, Rivas

 

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Carmona, Jesús. Leonardo de Figueroa : una nueva visión de un viejo maestro. Edita Diputación Provincial de Sevilla.1994.

Referentes al arte mudéjar de esta ciudad Angulo Íñiques, D. Arquitectura Mudéjar Sevillana delos siglos XIII, XIV y XV Discurso original del año académico de1932-33. Reeditado en Sevilla en 1983. Borrás Gualis, G.M. El Islam. De Córdoba al Mudéjar.Ed. Sílex, 1990. Collantes de Terán, A. Sevilla en la Edad Media. La ciudad y sus hombres. Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla, 1984. Fraga González, Mª C. La Arquitectura mudéjar en la Baja Andalucía. Santa Cruz de Tenerife. 1977.

Mención aparte merecen los estudios muy puntuales llevados a término por el Departamento de Arte de la Universidad de Sevilla y por el profesor Gómez Ramos, Rafael: Fragmentos de una mezquita sevillana : la aljama de Ibn Adabbas. Universidad de Sevilla. Departamento de Historia del Arte. 1994. pp.11-23 y La portada de la iglesia de Santa Lucía en Sevilla : iconografía y cronología. Departamento de Historia del Arte de la Universidad. 1990.

Por último los documentos legales correspondientes a las restauraciones actuales, como la declaración de Monumento Nacional o los acuerdos entre la Archidiócesis de Sevilla, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de la ciudad, publicadas en internet.

2. EL TEMPLO MUDÉJAR

La pugna con el Islam no impidió que los reinos cristianos valoraran los logros de su arte constructivo. Es el propio rey de Castilla Pedro I quien encarga a alarifes toledanos y sevillanos y a los procedentes del vasallo Reino nazarí de Granada la construcción de su palacio, el Alcázar de Sevilla. Es un arte cortesano, imitado de los lujosos palacios de los monarcas musulmanes.

A su lado surge, mucho más modestos, en los templos rurales o en los barrios de las ciudades, un mudéjar popular, asociado al muy cristiano arte gótico, donde trabajan los albañiles islámicos, que sobreviven en las ciudades conquistadas. Los materiales empleados son los que se encuentran cerca de las construcciones. En Córdoba, cercana a Sierra Morena, se utiliza la piedra. En Sevilla, situada en zona llana y carente de canteras, se emplea el ladrillo, lo que sintoniza con el gusto almohade tan presente en el alminar de la mezquita principal, ya cristianizada, que después sería conocida como Giralda. Surge así el gótico mudéjar.

Conquistada por Fernando III la gran capital andaluza, la población musulmana es expulsada, dando lugar a un masivo cambio de pobladores.

 

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En un primer momento se cristianizan las mezquitas convirtiéndolas en iglesias, para atender las actividades litúrgicas de los nuevos pobladores. Pero el 24 de agosto de 1356 un intenso terremoto destruyó la mayor parte de las veinticuatro parroquias de la ciudad, la mayor parte viejas mezquitas bautizadas.

Siguiendo al profesor Borrás Gualis son la especialización artesanal y el empleo de materiales de la zona, en este caso el ladrillo, lo que supone el éxito de este tipo de construcción: "Por lo que se refiere al sistema de trabajo mudéjar se puede afirmar con base documental que no existe diferencia salarial entre la mano de obra mudéjar y la cristiana…entre las ventajas de trabajo mudéjar hay que cita una fuerte especialización que le sitúa en condición de afrontar una dura competitividad. A ello se añade la utilización de unos materiales más acordes con los condicionamientos geográficos”.1 Pero, ¿cómo olvidar la desolada situación de una ciudad arruinada, que contaba con mano de obra especializada y sojuzgada, convertida al cristianismo para no ser expulsada y cuyo barrio en Sevilla estaba entre las iglesias de Santa Catalina y la de San Pedro, es decir, junto al templo que nos ocupa?

Surgen una serie de iglesias realizadas por artesanos mudéjares, que además conocían los sistemas constructivos de las mezquitas derruidas sobre las cuales tienen que edificar de nuevo. San Marcos, Santa Marina, San Román, San Esteban, San Isidoro…Es la ruta del mudéjar de la ciudad. Construidas en la misma época y por los mismos autores, repiten el mismo patrón.

De esta forma Santa Catalina presenta planta rectangular y alargada con sus cuatro fachadas vistas. Cuenta con tres naves, siendo la central más alta y ancha que las laterales sobresaliendo el ábside del cuerpo central profundo y alargado y de planta poligonal. Las naves se cubren con cubierta de armadura mudéjar y la cabecera con bóveda de crucería con nervadura de ladrillos.

Su estructura está constituida por gruesos muros de ladrillo que cierran su perímetro y que forman sus pilares que soportan altos y esbeltos arcos apuntados, del gusto gótico. Observamos detalles de arte mudéjar, heredero en Sevilla del almohade, en un ábside lateral y en la torre, que presenta un aspecto muy similar al original.

                                                            1 BORRÁS GUALIS, G.M.  El Islam. De Córdoba al Mudéjar. Ed. Sílex, 1990, p.202. 

 

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3. LA RENOVACIÓN BARROCA. LA CAPILLA SACRAMENTAL.

Las hermandades sevillanas participan activamente de la vida de la ciudad desde la Baja Edad Media. Sus orígenes son diversos: hermandades gremiales, de “sangre” para cumplir penitencias, de caridad como el socorro a los presos, o de gloria, como el caso que nos ocupa. Además de la razón expresa por la que fueron fundadas, las hermandades actúan como centro de la vida social y religiosa, ofreciendo a sus miembros apoyo en caso de necesidad. Muchas de ellas tras el Concilio de Trento se convirtieron en cofradías, sacando a sus titulares a la calle. La escuela de escultura barroca de Sevilla contribuyó en gran medida al esplendor de esta celebración, que hoy mismo puede contemplarse en la primera luna llena de primavera.

El origen de la Hermandad Sacramental de Santa Catalina puede fijarse en la segunda mitad del siglo XVI, compartiendo templo con la Hermandad del Rosario. Durante el siglo XVII la Hermandad del Rosario se extingue, ocupándose la Sacramental de Santa Catalina de sus bienes y culto, pero vuelve a fundarse en 1710, teniendo como primer objetivo la construcción de una capilla propia que la independizara de la Sacramental. Una cuantiosa donación permite la compra de terrenos junto a la iglesia mudéjar. Pero una nueva crisis de la Hermandad del Rosario lleva a la Hermandad Sacramental a disponer del generoso testamento, construyendo una nueva capilla en provecho propio. Siglos más tarde, en el año 1964 la Hermandad Sacramental se fusionará con la de la Exaltación, procesionando en la tarde del Jueves Santo hasta hoy.

Quizás hoy no apreciemos la importancia que estas instituciones tuvieron en su época. Dentro de ellas sin duda habían motivos religiosos, pero sin duda también se controlaban medios económicos y tendencias en el municipio, habida cuenta de la inexistencia de partidos políticos. Incluso hoy en día su influencia en la vida ciudadana no es desdeñable.

En 1721 la Hermandad Sacramental de Santa Catalina solicita el concurso de Leonardo de Figueroa, el gran maestro valenciano, que estaba finalizando su carrera. No todo lo realizado es suyo, puesto que las obras se prolongan hasta 1736, años después de fallecer.

En el reducido espacio del que disponía el maestro de Utiel pudo resolverla con una nave prismática, con bóveda de medio cañón. En lugar de ello construye un complejo esquema longitudinal, con tramos que alternativamente se estrechan o se ensanchan, jugando con la iluminación y creando unos efectos de perspectiva en una soberbia planta combinada.

Debido a la disposición del terreno y a la comunicación con la parroquia la zona más amplia, cuadrada, es el vestíbulo, que comunica la capilla con

 

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el presbiterio de la iglesia a través de un amplio arco de medio punto dispuesto en el lateral. Los alzados de este tramo se articulan con pilastras adaptadas a los chaflanes de las esquinas. Cubriéndola una bóveda vaída con linterna circular reclama al visitante tanto como el retablo del fondo.

Pero no es solo su concepción, sino su rica decoración lo que la convierte en una maravillosa gruta artificial. La capilla aparece recubierta de yeserías policromas y maderas doradas alternando con pinturas que se adapta a una trama de círculos, óvalos y triángulos resaltados por moldurajes, cuyo principal responsable es Pedro Duque. Pero las cornisas y moldurajes, la bóveda vaída y su linterna nos señalan que ya Figueroa había dispuesto el despliegue ornamental que aquel ejecutó.

El exterior de la capilla mantiene unos sencillos muros resaltados por una excepcional linterna que cubre la bóveda vaída del primer tramo. Son muy llamativos los juegos estructurales del tambor donde las pilastras se adelantan mientras que las ventanas quedan rehundidas, dando lugar a juegos de masas tan del gusto barroco. Los adornos de los cajeados fustes de las pilastras con sus labrados capiteles y de las enjutas de los arcos de las ventanas colaboran con el vigoroso contraste de masas añadiendo efectos lumínicos.

Sobre este cuerpo y rodeado de pináculos que continúan las pilastras se encuentre un remate bulboso de dinámicos perfiles con fajas duplicadas que acentúan su barroquismo. Entre estas fajas se aplican cerámicas azul cobalto, tan utilizadas por el autor.

El gusto decorativo de nuestro autor también se encuentra en las ventanas exteriores, sobre todo la abierta en el muro trasero. De típico recuadro plano con orejetas se elevan sobre las superiores unos fragmentos de frontones curvos con aletones, en forma de “s”. Las cerámicas que recubren los listones del marco de la ventana tienen motivos marianos, y aluden a la Inmaculada Concepción, dogma al que se adscribió la ciudad de Sevilla siglos antes de que los Papas lo promulgaran.

Fallecido el gran arquitecto de Utiel, continúa su labor el albañil Juan Serrano y los canteros Fernando Jordán, quien soló el pavimento, y Miguel Quintana, que realizó el zócalo de jaspes rojos y negros.

 

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4. LAS TRANSFORMACIONES DE FINALES DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

Conservamos grabados del siglo XIX donde el presbiterio está oculto por las casas circundantes.

En el año 1881 el párroco realiza la primera restauración en la torre. El erudito José Gestoso afirmaría: "los que tuvimos la suerte de haber conocido este monumento antes de estas obras y después el pesar de contemplarlo despojado de ciertos ornatos, tan bellos como característicos de la arquitectura almohade, no podemos menos que lamentar una y cien veces la pérdida de aquellos que tan notablemente lo avaloraban á los ojos de arqueólogos y artistas".2

Era un momento que la ciudad redescubría los valores estéticos del arte mudéjar. Los Duques de Montpensier realizaban obras de restauración en el Alcázar, su residencia, lo que provocó la intervención en otros edificios mudéjares como las iglesias de San Marcos, San Andrés y San Lorenzo entre otras, siguiendo las recomendaciones de la Comisión Provincial de Monumentos, presidida por el mismo José Gestoso.

Se inicia una pugna entre los que quieren mantener el patrimonio artístico y estético de la ciudad y los que quieren “modernizar” la ciudad, es decir, especular con su suelo. La presencia de la iglesia junto a una concurrida vía no ayuda a su conservación. Pero el primer grupo consigue que el 5 de septiembre de 1912 sea declarada Monumento Nacional, lo que hizo público el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas artes en la Gaceta de Madrid el domingo 8 de septiembre: “Vista la propuesta hecha por la Real Academia de San Fernando a instancia de la Comisión provincial de Monumentos de Sevilla para que se declaren Monumentos Nacionales la iglesia de Santa Catalina y la Capilla de San José de dicha ciudad…S.M. el Rey (q.D.g.) ha tenido a bien disponer que sean monumentos nacionales la iglesia y la capilla expresadas, las cuales quedarán bajo la inspección de la Comisión provincial de Monumentos de Sevilla y la tutela del Estado.”3

Las Reales Órdenes protegen los edificios, pero no los conservan. El estado de la iglesia era muy malo. El arzobispado de Sevilla realiza una primera intervención en los arcos, la cubierta y el interior de los muros a cargo del maestro albañil Enrique Pérez.

Unos años después será el arquitecto sevillano Francisco Javier Luque el encargado de la restauración del templo. El reconocimiento previo

                                                            2 GESTOSO y PÉREZ, José. Sevilla monumental y artística, volumen I. Hispalis. Sevilla, 1889.  3 Gaceta de Madrid. Número 252, p.585. Parte Oficial. Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Reales Órdenes. 

 

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descubre arquillos ciegos tan del gusto almohade así como otros restos de arquitectura islámica y mudéjar en la fachada y la torre.

En el proyecto primero se planifica una primera fase de consolidación. En ella se elimina la arqueta de agua adosada a la fachada exterior, la escalera de su interior y la sala capitular responsable del hundimiento de parte de la cimentación y de lienzos de la pared. También se contemplaba la demolición del pórtico y del imafronte del templo, pero a pesar del visto bueno de la Comisión Central de Monumentos de Madrid no se llevó a cabo.

En segundo lugar se procede a devolver a la torre su apariencia original, dañada tras la restauración del año 1881.

En 1926 el arquitecto Juan Talavera redacta su proyecto de restauración. Una vez derribadas las casas que aún quedaban en torno al edificio, contempla el derribo del pórtico, pero sustituye el derribo de la fachada mudéjar por la construcción de un nártex, lo que permitiría conservar el primitivo arco de acceso al templo y los arcos ciegos que adornan el imafronte.

Además se solicitaba de la Comisión Central de Monumentos permiso para colocar en el nuevo nártex la portada de la iglesia de Santa Lucía, que había pasado a manos privadas tras ser clausurada por la Junta Revolucionaria de 1868. Considera el arquitecto que la nueva portada no desentonaba con el resto del templo, habida cuenta que en los alrededores no son raros los templos mudéjares con portada gótica, y, curiosamente, razones de conservación para la misma portada trasladada, pues su primitiva iglesia era ahora un almacén.

La Comisión resolvió favorablemente el proyecto, y en 1930 la iglesia de Santa Catalina lucía su nueva portada y acababa con los cambios estructurales iniciados en la segunda mitad del siglo XIV.

5. ÚLTIMAS REFORMAS. EL MONUMENTO AL COMENZAR EL SIGLO XXI

En el año 1985, además de Monumento Nacional la iglesia fue declarada Bien de Interés Público por el Ministerio de Educación, aunque posteriormente su administración ha sido trasladada a la Junta de Andalucía. Reproducimos el artículo 16.1 de la ley de Patrimonio Histórico Español por su relevancia: “La incoación de expediente de declaración de interés cultural respecto de un bien inmueble determinará la suspensión de las correspondientes licencias municipales de parcelación, edificación o demolición en las zonas afectadas, así como de los efectos de las ya

 

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otorgadas. Las obras que por razón de fuerza mayor hubieran de realizarse con carácter inaplazable en tales zonas precisarán, en todo caso, autorización de los Organismos competentes para la ejecución de esta Ley.”4 La ley por tanto protege de forma rotunda el patrimonio declarado como B.I.C.

En 1997 una colaboración entre empresa privada, Fundación Argentaria, e instituciones públicas, Conserjería de Cultura de la Junta de Andalucía, permite restaurar la Capilla barroca de la Sacramental. Esta intervención será dirigida por el catedrático de Historia del Arte Alfredo José Morales Martínez y los arquitectos Ramón Romero Dorda y Carmen Ortiz González para los elementos constructivos y Juan Aguilar Gutiérrez para la restauración de bienes muebles.

Se trata de una reforma bien dirigida y ejecutada. Pero en lugar de acometer las reformas de la iglesia mudéjar, el templo incomprensiblemente se cierra al culto en junio de 2004, lo que origina una fuerte destrucción que lo aboca a una situación ruinosa.

El 26 de febrero de 2004 el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte otorga una ayudad de 200.000 euros a la Archidiócesis de Sevilla para estudios de diagnosis, catas y financiación de las obras contempladas en el Plan Director de la Iglesia de Santa Catalina. Además de los estudios pertinentes apenas se establecen unas medidas de seguridad y conservación.

Habría que esperar hasta el 11 de diciembre de 2008 para llegar al convenio de colaboración entre la gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la Archidiócesis de Sevilla para la restauración de las cubiertas y la financiación de proyectos para la restauración integral del templo. Esta convenio de colaboración reconoce que “la Archidiócesis de Sevilla es responsable de la adecuada conservación de su Patrimonio Histórico, por lo que desarrollará aquellas líneas de gestión que estime oportunas para la consecución de estos fines…es voluntad de la Consejería de Cultura seguir colaborando con el Arzobispado de Sevilla en la conservación, rehabilitación y puesta en valor del Patrimonio Histórico de la Archidiócesis… en el que asimismo está interesado el Ayuntamiento de Sevilla a través de la Gerencia de Urbanismo.”5

                                                            4 LEY 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (BOE de 29 de junio de 1985).TÍTULO II “De los bienes inmuebles”. Art.16.1. 5 Convenio de colaboración entre la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la Archidiócesis de Sevilla para la restauración de las cubiertas y financiación de proyectos de restauración integral de la Iglesia de Santa Catalina de Sevilla con fecha 11 de diciembre de 2008. 

 

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El 3 de diciembre se terminan las obras en las cubiertas, y el 16 del mismo mes se entrega el proyecto de la primera fase de restauración integral del templo. En diciembre de 2012 se encarga a la empresa Geocisa un estudio sobre posibles movimientos del templo, que incluye una prospección de georadar de multifrecuencia con el objeto de elaborar un mapa de alta resolución del subsuelo del edificio. El informe final de 16 de mayo de 2013 niega posibles movimientos en su estructura.

Con fecha 9 de enero la Archidiócesis solicita de la Gerencia de Urbanismo licencia de obras para la primera fase de restauración de la iglesia de Santa Catalina de Sevilla, una vez aprobado el proyecto firmado por Francisco Jurado. En el exterior del templo busca la consolidación y recuperación de los elementos esenciales del templo que pudieran estar deteriorados o anulados, consiguiendo una imagen coherente e integrada de todas las intervenciones a lo largo de su historia. En el interior se realizarán trabajos arqueológicos encaminados a descubrir trazas antiguas y la fisionomía sobre la que se asienta la iglesia. La Archidiócesis convoca a diez empresas para elegir al encargada de llevar a cabo la intervención, siendo elegida la empresa Constructora San José S.A.

El 31 de octubre de 2014 la Archidiócesis de Sevilla presenta ante la Gerencia Municipal de Urbanismo el proyecto de la segunda fase de la restauración integral del templo, redactado también por el arquitecto Francisco Jurado Jiménez. El proyecto de la segunda fase incluye la finalización de los trabajos en el interior del templo, como eliminación de humedades, consolidación de estructuras arqueológicas, eliminación de elementos que desvirtúan la lectura correcta del edificio y la recuperación de la luz natural a través de óculos. La duración aproximada de las obras es de doce meses. El 26 de diciembre el Ayuntamiento se compromete a financiar el 50% de las obras.

El 22 de mayo se firma el contrato entre el Arzobispado y la Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla, S.A. en el que se afirma: “Que EMASESA en el marco de su estrategia de Responsabilidad Social corporativa, contribuye al fomento del I+D+I, la cultura, el deporte, el medio y las personas, mediante la colaboración en proyectos que buscan la mejora de nuestra sociedad y de su Patrimonio Histórico, Artístico, Monumental y Cultural, por lo que está interesada en colaborar en estas labores de restauración que está llevando a cabo la Archidiócesis de Sevilla en el Templo de Santa Catalina”.6 Es decir, la empresa de participación mayoritaria del municipio reconoce que esta contribución se enmarca dentro de su estrategia de Responsabilidad Social,

                                                            6 Contrato de patrocinio entre el Arzobispado de la Archidiócesis de Sevilla y la Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla, S.A. (EMASESA), con fecha de 22 de mayo de 2015 

 

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a cambio de publicitarse en las vallas protectoras de las obras y en las publicaciones del Arzobispado.

El 29 de septiembre de 2015 el Arzobispado da por finalizada esta segunda fase, donde se descubre que la torre cuenta en su parte baja con apariencia de minarete, lo que confirmaría la existencia de una mezquita. Pero además se ha descubierto una iglesia fechándose a finales del siglo XIII y principios del XIV. Así, las actuaciones arqueológicas, iniciadas en julio de 2014, sacaron a la luz el cambio "drástico" de configuración de la iglesia, que posiblemente tenía tres naves, siendo más estrecha la central. Aunque no anula la tesis general de mezquitas cristianizadas como primeros templos de la urbe sevillana tras la conquista, sí que sitúa el terremoto de mediados del XIV sobre una nueva iglesia, y no la mezquita primigenia.

El 24 de mayo se celebran elecciones municipales en España, y en Sevilla el nuevo Consistorio comienza a plantearse los convenios de colaboración con la Iglesia. No es ajeno a este nuevo planteamiento las protestas de la asociación vecinal del casco norte “La Revuelta”, que lleva ante los tribunales el contrato de patrocinio de EMASESA, ya que, según ellos, desvía recursos del objeto social de la empresa.

El 25 de septiembre el pleno del Ayuntamiento acuerda participar con 300.000 euros en la tercera fase de restauración del templo. Esta participación se realizará a través de la Gerencia de Urbanismo, anulando el patrocinio de EMASESA, con lo que atiende a las protestas vecinales. A cambio de esta aportación de una institución pública mantenida por personas de muy distintas creencias el Arzobispado se compromete a mantenerla abierta para disfrute de los ciudadanos que han contribuido a realzar el edificio.

Los trabajos de esta tercera fase se centran en el interior del templo, comprendiendo actuaciones en solería, paramentos verticales, instalaciones y mobiliario. Hoy en día la iglesia luce su hermosa y polifacética arquitectura para disfrute de curiosos, turistas y amantes del arte. Pero sus puertas permanecen cerradas. Esperemos ver pronto restaurados sus sobrios y originales arcos góticos de ladrillo y la maravilla de las paredes barrocas que cobran vida en sus entrantes y salientes, obra maestra de Leonardo de Figueroa.

 

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6. CONCLUSIÓN

Este edificio siempre ha estado unido estrechamente con la historia de la ciudad, sobre todo con su barrio, el casco norte. Fueron vecinos suyos, los del barrio de la morería, los que lo construyeron con materiales y obra de mano baratos en un tiempo de dificultad para la ciudad, asolada tras el terremoto.

Cuando el gusto del barroco se adueñó de la ciudad, su arquitecto más representativo realizó la pequeña obra maestra de la Sacramental, donde disputaron las hermandades, que tantas páginas podrían llenar en una historia de Sevilla.

A principios del siglo XX unos estudiosos sevillanos lograron que fuera reconocida como Monumento Nacional. Sin esa declaración probablemente hubiera sido derruida por la picota. También fue pionera en la declaración de Bien de Interés Cultural.

A principios de siglo XXI se plantea si un edificio confesional debe recibir aportaciones públicas de una sociedad plural. El nuevo Ayuntamiento ha planteado bien la cuestión. Las instituciones deben salvar el patrimonio de la ciudad, pero su disfrute también debe estar abierto a todas las personas que, a través de sus impuestos, han contribuido a restaurar un edificio tan bello como cargado de historia.

 

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BIBLIOGRAFÍA

ROLDÁN SALGUEIRO, Manuel Jesús. Iglesias de Sevilla. Sevilla: Editorial Almuzara, 2010.

HERNÁNDEZ NUÑEZ, Juan Carlos et al. Capilla Sacramental de la Iglesia de Santa Catalina de Sevilla. Madrid: Editorial Fundación Argentaria, 1997

RIVAS CARMONA, Jesús: Leonardo de Figueroa: una nueva visión de un viejo maestro. Sevilla: Excelentísima Diputación Provincial de Sevilla, 1994

GESTOSO Y PÉREZ, José. Sevilla monumental y artística. Sevilla: Hispalis, 1889. BORRÁS GUALES, G.M. El Islam. De Córdoba al Mudéjar. Madrid: Ed. Sílex, 1990.

PÁGINAS ELECTRÓNICAS

http://historiadelartevirgendelujan.blogspot.com.es/2013/02/arte-mudejar.html

http://www.laexaltacion.org/

http://www.artesacro.org/conocersevilla/hermandades/sacramentales/santacatalina/index.html

http://agorarestauraciones.com/index3b.htm#colecciones

http://www.xn--agora-conservacin-vyb.es/00_publicaciones.htm

http://sevilla.abc.es/sevilla/20150926/sevi‐sevilla‐espadas‐santa‐catalina‐201509252220.html 

http://www.eldiario.es/andalucia/sevilla/iglesia-PP-patrocino-publicos-registro_0_411559406.html http://www.bibliotecavirtualdeandalucia.es/catalogo/consulta/resultados_navegacion.cmd?busq_autoridadesbib=BAA20070032657 http://www.europapress.es/andalucia/cultura-00621/noticia-cultura-finaliza-segunda-fase-trabajos-iglesia-santa-catalina-20150929165927.html https://archive.org/details/sevillamonument00prgoog

PÁGINAS ELECTRÓNICAS DE DOCUMENTOS GRÁFICOS http://enciclopedia.us.es/index.php/Iglesia_de_Santa_Catalina_(Sevilla) https://commons.wikimedia.org/wiki/File:RI-510000104_Iglesia_Santa_Catalina-Sevilla_02.jpg http://sevilla.abc.es/sevilla/20130201/sevi-santa-catalina-iglesia-201302011558.html http://afelio.info/4.html

 

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REFERENCIAS LEGALES. ESTUDIOS, CONVENIOS Y CONTRATOS. Gaceta de Madrid. Número 252, p.585. Parte Oficial. Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Reales Órdenes. Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (BOE de 29 de junio de 1985). Convenio de colaboración entre la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y la Archidiócesis de Sevilla para la restauración de las cubiertas y financiación de proyectos de restauración integral de la Iglesia de Santa Catalina de Sevilla con fecha 11 de diciembre de 2008. Protocolo de colaboración entre Archidiócesis y Ayuntamiento de Sevilla, firmado en el interior del templo, por el que el Consistorio se compromete a financiar el 50% de las obras. 26 de diciembre de 2014. Contrato de patrocinio entre el Arzobispado de la Archidiócesis de Sevilla y la Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla, S.A. (EMASESA), con fecha de 22 de mayo de 2015. Landero, Luis de. Informe relativo al que ha presentado el arquitecto F. Javier de Luque, acerca del templo de Santa Catalina de Sevilla. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. 1923. pp.124-129. Landero, Luis de. Informe acera del proyecto de reparación de la iglesia de Santa Catalina de Sevilla. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. 1926. pp.77-79. proyecto de la segunda fase de la restauración integral del templo, redactado por el arquitecto Francisco Jurado Jiménez.

 

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DOCUMENTOS GRÁFICOS

Torremudéjar. http://enciclopedia.us.es/index.php/Iglesia_de_Santa_Catalina_(Sevilla)

Muro mudéjar a los pies del templo. http://enciclopedia.us.es/index.php/Iglesia_de_Santa_Catalina_(Sevilla)

 

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Portada de Santa Lucía.

https://commons.wikimedia.org/wiki/File:RI-510000104_Iglesia_Santa_Catalina-Sevilla_02.jpg

Arco mudéjar en el atrio de entrada.

http://sevilla.abc.es/sevilla/20130201/sevi-santa-catalina-iglesia-201302011558.html

 

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Capilla Sacramental. Interior.

http://afelio.info/4.html