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MA DK ID 15 DE ENERO -DI 1934 - trab Piadosisima Madre de la Merced, rogad por nosotros. 1300 días de indulgencia cada vez.)

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MA DK ID15 DE ENERO

-DI 1934 - trab

Piadosisima Madre de la Merced, rogad por nosotros.

1300 días de indulgencia cada vez.)

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15 DE ENERO DE 1934 -<> NUM. 1

S IT M A I% 10

Dos DOCUMENTOS INÉDITOS DE SAN PEDRO, por Fr. Guillermo Vázquez.—ESCENAS DE

BELÉN, por D. Eladio Alonso, Presbítero. —AÑo SANTO: LAS CINCO BEATIFICACIONES DE

1933, por Fr. J. C.—LA ORDEN TERCERA DE LA MERCED: LOS NOVICIOS, SU INSTITUCIÓN, porFr. Juan G. Castro.—EL SAGRADO VIÁTICO, por Fr. Ricardo Delgado.—EL ILUSTRÍSIMO

P. JUAN ZENGOTITA BENGOA, OBISPO DE PUERTO RICO, por Fr. Guillermo Vázquez.—PÁGINA MISIONAL: NOTICIAS DEL PIAUHY. — EL TUCUMÁN: NUEVA FUNDACIÓN. — RADIOGRA-

MAS, por Liján.—NOTICIAS.—NECROLOGÍA.—DE ADMINISTRACIÓN. •

nn••••nnn••n•

DOS DOCUMENTOS INeDE SAN PEDRO NÖL

Produce siempre emoción el hallaz-go de nuevos documentos en quefigura algún personaje de remotasedades, sobre todo cuando el perso-naje es un Santo que dejó profundahuella en el mundo y halló nuevosmedios de servir a Dios y hacer bienal prójimo.

Revolviendo los pergaminos de laMerced acumulados en el ArchivoHistórico Nacional, tuve la suerte dehallar entre los procedentes del con-vento de Palma de Mallorca dos do-cumentos de Nuestro Santo Padrecorrespondientes a los años 1237 y1245, relativos a la fundación deaquella importante casa, una de lasprimeras de la Orden.

Dicen así las principales cláusulas

del primero, fiellatín:

«Sea a todosTomás de Cuadres yno forzados sino espon ente,por nosotros y por todos los nues-tros presentes y futuros, vendemos enfranco alodio a vos Fray Pedro No-lasco, mayoral de todas las casas dela limosna de los cautivos, y a FrayJuan de Laers lugarteniente vuestroen Mallorca, y a todos los frailes dela misma casa, presentes y futuros,para siempre, unos corrales que ba-bemos y tenemos en la ciudad deMallorca en franco alodio (1) y quelindan de un lado con propiedad de

(1) En dominio libre o perfecto.

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Conventt i. 1 4-c 4 pretiosZora. anriquitatis irion•!nr.a. conservat; ac Pt rund tra (-lit 40Vd.d cluctus, et

autbontico Scri2to intrirtte,,obcctuo vcrieratur.

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Otro d ocumento inéditoComo los anteriores yguardado con ellos con-tiene un privilegio del reydon Jaime en 11 de enerode 1250, a Fray Guillén deBas , segundo general dela Orden, a la que otorgam uchos favores y tomabaj o su protección su re-sidencia o conventillo(habitaclum 5/ve conven-ticlum), expresión que pa-rece i ntencionada y bas-tante expresiva.

Con haber conocidoti empos mejores, eran tam-bién modestísimas lasfun daciones de Santa Te-resa, a pesar de los gran-des elogios que les tributa.La casa de Soria, que fué,según ella, la más esplén-dida de cuantas fundó,subsiste todavía y la ocu-Pa hoy casi entera el ca-Pellán del convento. Nues-tro Fray Pedro Carrillod ecía por entonces que lasO bras de las casas sehacían muchas veces matando afrailes de hambre. ¡Y eran los días

Narciso de Tortosa y con posesiónvuestra, y por los otros tres ladoscon vías públicas... Fue otorgadoeste documento en la ciudad de Ma-llorca el día.., de los idus de abril,año del Señor, mil doscientos treintay siete...»

Con esta adquisición se redondeabael solar de nuestra casa de Palma,fundada a raíz de la conquista, quefué el último día del año 1228, y quedesde ahora tendría fachada a tresnuevas calles. Parece evidente queen la fecha del otorgamiento estabapresente allí San Pedro Nolasco,aunque no estampará su firma en elpergamino, cosa entonces frecuente.

Superior de la casa era Fray Juande Laers, que figura ya allí cuatroaños antes y'continuel aún por largotiempo. Es uno de nuestros primerosreligiosos y de los mas importantes,verdadero fundador del convento dePalma al frente del cual aparece to-davía en 1251, según documento deTortosa ya publicado por mí. Eralego entonces, y no hay motivo paracreer que cambiara de estado mástarde.

El segundo pergamino es de 1245y en él figura también Fray Juan deLaers, en ausencia de Fray PedroNolasco, a quien representaba el co-mendador de Palma:

«Sea a todos manifiesto como yoBuenmancebo de Montagut por mí ypor todos los míos con ánimo gra-tuito y voluntad espontánea doy yconcedo al Señor Dios y a la limos-na de los cautivos y a los frailes dela misma limosna, tanto presentescomo futuros, en poder de vos Fray

Juan de Leers, lugarteniente de FrayPedro Nolasco en la casa de la mis-ma limosna establecida en la ciudadde Mallorca, un cierto huerto, dondefueron tres casas de los sarracenos,y que perteneció en otro tiempo aMartín de Cervera; el cual huerto túel dicho Fray Juan y Pedro de Aleo-ver, albaceas del dicho Martín deCervera me vendisteis a mí por es-critura. Y linda el dicho huerto portres lados con calles y por el cuartolado con huerto de... (roto). Fecha enMallorca en las calendas de abril,ario del Señor 1245» (1).

Este pergamino es original tambiény por él consta que en 1. 0 de abril de1245 era todavía comendador de Pal-ma Fray Juan de Lz..iers o Leers (queen la distinción de a y e nunca estu-vieron fuertes los catalanes) y quevivía y gobernaba la Orden San Pe-dro Nolasco. El terreno ahora cedidoa Fray Juan parece se destinaba a lalimosna de los cautivos y no al ser-vicio particular de la Orden, como elprimero.

Algunos se figuran que en los si-glos pasados todo era fácil y hacede-ro y que los conventos surgían detierra como por ensalmo. Los docu-mentos de San Pedro Nolasco de-muestran que todas sus fundacionesfueron laboriosas y humildes y que lalimosna de los cautivos se reuníatambién con grandes sacrificios delos redentores y del pueblo cristiano,que vivía generalmente en gran po-breza.

(1) A. H. N. de Madrid: Baleares, Mercedariosde Palma, leg. 54.

Nuestro Padre San Pedro Nolasco,

los más felices de la Historia:de:España!

FR. GUILLERMO VÁZQUEZ

El Papa con nosotros

Tened por cierto que el Padre Común (el Papa), se halla presente de pen-8amiento y corazón entre vosotros, todo el tiempo que esta prueba durare,Participando de vuestros trabajos, cuitas y dolores, dispuesto a advertiros,e exbortaros, a consolaros.

E. CARD. PACELLI

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Escenas de 113e1ft LL

Y recostóle en un pese-bre, porque no hubo paraellos lugar en el mesón,

(S. Lucas, c. 2.°, v. 7.0)

La tranquila aldea de Belén se vemomentáneamente invadida por israe-litas que de diversos puntos de Pales-tina han venido para inscribirse en elCenso, conforme al edicto del empera-dor romano. Sus calles angostas, habi-tualmente desiertas, reciben la anima-ción y algazara de las caravanas foras-teras. Los recién llegados muéstransealegres y divertidos. Aunque el Motivode su viaje, prueba inequívoca de lasumisión de su pueblo a un poder ex-tranjero, fuera causa de humillación ytristeza, sonríe en ellos la esperanzacierta en un libertador inmediato.

Con el mismo objeto de empadro-narse en Belén acaba de llegar un ma-trimonio procedente de Nazaret. Hom-bre y mujer vienen fatigados de unlargo caminar por senderos duros, tor-tuosos, ascendentes. Su presencia enla aldea provoca la curiosidad de losdem o s forasteros que pronto tratan deacercarse a los nuevos viajeros y aunse atreven a dirigirles algunas pregun-tas con esa confianza que da la confra-ternidad de ciudadanos de un mismopaís, de una misma patria. El es unhombre ya maduro, no viejo, de trazascorrectas y patriarcales. Ella, una mu-jer esbelta, recatada, sencilla, con lamirada fija en algo abstracto que ape-nas le permite prestar atención a loscontornos. Cabalgando ha llegado, yahora se apea de su cabalgadura, esti-ra y asea un poco sus vestidos, mien-tras su marido se sacude como puedeel polvo del calzado. Y cumplido este

aseo rudimental, siguen avanzando porlas callejuelas del pueblo en busca dealbergue y descanso. Por informes di-versos acaban de saber que, pese a lahospitalidad proverbial de los palesti-nenses, no podrán alojarse en ningunacasa particular: todas están llenas deforasteros que llegaron antes. Pero...en el pueblo hay un Khan. No tiene elKhan ni siquiera la categoría de unamodesta posada, ausentes de él las con-diciones más elementales de comodi-dad y acogimiento; mas, no habiendootro sitio, y dispuestos como están aenfrentarse con las circunstancias máshostiles, hacia el Khan se dirigen losnuevos viajeros. Tiembla la mano delatribulado esposo al llamar a la puertade este inhospital mesón, temiendo,más que por sí mismo, por su adorableesposa, no encontrar tampoco aquí unlugar para recogerse. La mesonera,una mujer que, bajo las toscas manerasy su descuidado atavío, esconde acasoun buen coraz ,5n, acude solícita a lallamada; y, después de haber escucha-do la súplica sencilla, escueta, humildede los esposos, se dispone a darles laobligada respuesta: (El mesón está re-pleto. Es imposible. Lo siento. No cabeni una persona más».

¡Ah!, señora dueña del Khan, no des •pache usted a estos viajeros tan deprisa. Medite un poco. Reflexione antesde despedirles, antes de que se vayan.Yo no les conozco; no sé quiénes sonni me consta otro detalle sobre sus per-sonas sino que han venido desde Naza-ret para empadronarse, como los de-más viajeros, en esta localidad, de don-de son oriundos. Verdad es que estodice muy poco; pero no importa, seño-

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ra. Reflexione. No se precipite.¿Acasousted no sabe lo que nadie ignora...?Es posible que no hayan llegado a sus

Oídos noticias que son del dominio pú-blico? En la calle, en las Sinagogas, enlas domésticas tertulias invernales, enlas cocinas, en todas partes, no se hablade otra cosa. El júbilo ha vuelto al co-razón del pueblo, porque las semanasde Daniel dicen todos que han termi-nado ya. Y aquel «mañana» profético,cargado de tan felices augurios y pro-metedoras esperanzas, pero que pare-cía no tener poniente ni fin, ha desem-bocado en este dichoso momento ac-tual. Cualquier día, cualquiera hora,alumbrará al Deseado de Israel. Seño-ra, todos los momentos son ahora emo-cionantes. Y la prudencia aconseja es-tar atentos y no poner dificultades alas veredas que el Señor haya podidoelegir. Si el Khan está lleno, será ne-cesario estrecharse; será necesario queotros huéspedes lo desalojen; será ne-cesario, en último extremo, que ustedmisma ceda su lugar. Advierta que esBelén, precisamente Belén, donde elMesías ha de tener su cuna. Lo dijoM iqueas que jamás supo engañar. ¡Ah!,Si Yo fuera de este pueblo dichoso, es-piaría los días y las noches, observaríala s personas y los acontecimientos,todo aquelJo que me infundiese unasospecha, que permitiese una conjetu-ra para que, a la llegada del Príncipe,tuviera éste, abierto por mi mano, uncamino de rosas. Y usted ni se fija si-quiera en esta joven doncella y esposa.

ve usted algo excepcional en todasu persona? Admirable su recato y hu-mildad, la pureza que brilla en su sem-blante, lo divino inconfundible que setransparenta a través de este belloconjunto humano. Mírela de hito enhito. ¡Parece la misma virgen-madreque vaticinó Isaías! Yo nada sé, nada

afirmo ni aseguro. Pero todas estascircunstancias, señora dueña del Khan,llenan mi alma de felices presentimien-tos. Reflexione, señora, reflexione, an-tes de despedir a estos galileos.

* * *Poco tiempo había transcurrido. Pas-

torcitos de los alrededores de Belén,avisados por ángeles, acuden alboroza-dos a contemplar el magno aconteci-miento. Y la noticia se difunde a todaspartes. En una gruta ha nacido un niño.Por cuna, un pesebre. Los espíritus an-gélicos se han puesto en conmoción degozo en torno al Recién-Nacido. Unhalo de celestiales resplandores le cir-cundan. José y María le cuidan, le ado-ran y le besan. Y de todas partes llegagente ansiosa de ver y contemplar alDivino Infante.

En las primeras horas de la nochede uno de estos días venturosos, por lasenda de la gruta plateada de luna,caminaba una mujer, llevando unastórtolas y otros presentes para los viajeros galileos. Era la dueña del Khan.No era esta la primera vez que se diri-gía hacia la gruta de sus amores con-tenta, pero al mismo tiempo llorosa,apesadumbrada, dolida su alma porun mal momento de irreflexión.

* * *Ya dijo el Profeta : Desolada está

toda la tierra porque no hay nadie quereflexione en su corazón. Muchas ve-ces, en el curso de nuestra vida cris-tiana, llama a nuestras puertas convoces inauditas, con gemidos inenarra-bles la gracia divina. He aquí que es-toy a la puerta de tu corazón y llamo,dice el Señor (1). Su voz reviste diver-sas formas y variados sonidos. Unalectura espiritual que nos parece adus-ta, un vivo ejemplo de nuestros pró-

(1) Apocalipsis, 3-20.

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limos, un grave peligro a tiempo ad-vertido, un castigo, una contrariedad,una de , gracia son a veces los divinosacentos de esa voz. ¡Y no reflexiona-mos! ¡Y no abrirnos! Es quizá quenuestro corazón se halla conventido enun Khan lleno de huéspedes innobles.En él los malos afectos, las pasionesdesordenadas, la caravana de los viciosy bastardos sentimientos. Reflexionad,señores dueños del Khan. Será necesa-

rio desalojar todo eso para que sepa-mos reconocer la voz divina de la gra-cia, y no tengamos que lamenurrnosdespués con el cristianísimo poeta:

Qué tengo yo que mi amistad procuras?¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,que a ini puerta, cubierto de rocío,pasas las noches del invierno a obscuras?

Oh cuánto fueron mis entrañas duras,pues no te abrí

ELADIO ALONSO

EL Cristianismo, a lo largo de la Historia, ha su-

frido dos pruebas.- la prueba de la persecución y la

prueba del triunfo. De la primera salió brillant/simamente: vivió en las Catacumbas, tuvo mártires,

reafirmó su fe, purificó el ambiente y se impuso en

la misma corona del imperio romano. De la segun-

da, acaso no ha salido con tanta gloria. Cuando

Constantino puso la Cruz en el Capitolio, declaró

el cristianismo religión oficial; los cristianos, no

por virtud de la doctrina, que siempre fué excelsa,

sino por su desidia, tuvieron sus coqueteos con el

triunfo y con el plácido bienestar del vencedor; no

supieron aprovecharse de la doctrina del Salvador

como cuando encerrados en las Catacumbas bebie-

ron todo el cáliz de amargura de la persecución.

NICOLÁS BERDIAEFF

Las cinco beatificaciones del año 1933

Se celebraron las funciones deestas beatificaciones en la BasílicaVaticana: el 30 de abril, la de la Bea-ta María de Santa Eufrasia Pelletier;el 7 de mayo, la de la Beata VicentaGerosa; el 14, la de la Beata GemmaGalgani; el 21, la del Beato José Ma-ría Pignatelli, y el 28, la de la BeataCatalina Laboure, a la que asistieronmil Hermanas de la Caridad y cuatromil trescientas Hijas de María con unarep resentación también numerosa yl ucida de PP. Paules.

La Beata María de Santa EufrasiaPelletier, fundadora de las Herma-

nas del Buen Pastor

1796-1868

Fortaleza y buena graciasu vestido.

Reirá hasta el día postrero.Su boca abrió en sabidu-

ría, y la ley de piedad en sulengua.

(Prov. XXVI, 2526).

Fechas de su vida.—Nació en Fran-cia en la parroquia de San Filibertode Noirmontier el 31 de julio de 1796.A causa de la revolución francesatuvo que ser bautizada en casa. Se lePusieron los nombres de Rosa Virgi -ni a, que a! entrar en religión cambióPor el de María de Santa Eufrasia. See ducó en Tours. Apenas cumplidoslos diecisiete años, muerta su amadí-

sima madre, entró en la Orden deNuestra Señora de la Caridad, funda-da por San Juan Eudes. Destinada ala fundación de la Casa de Angershjzo de ella el año de 1831 el princi-pio del Instituto de las Hermanas delBuen Pastor, que cuenta hoy con másde trescientas casas, en las que tra-bajan en los ministerios de este Ins-tituto más de nueve mil religiosas. Alos setenta y dos años murió llenade merecimientos el 24 de abril de1868.

Semblanza.—Temperamento ar-diente, corazón compasivo, fiel imita-dora de los óptimos ejemplos de suspadres. Imperturbable en sus desig-nios, prudente y suave en los modos,fuerte en las dificultades sin inclinarseni a la derecha de la temeridad y per-tinencia, ni a la izquierda del miedo ycobardía. ¡Cuántas luchas sostuvo,cuántas contradicciones sufrió, cuán-tas escaseces pasó, cuántos sinsabores gustó, hasta conformarse con Je-sucristo Pastor de las almas, durantetreinta años, en la fundación, exten-sión y perfeccionamiento de su Insti-tuto!

Fidelísima imitadora del Buen Pas-tor, Jesucristo, se consagró con susreligiosas a la preservación de lasjóvenes en peligro, a la reducción delas mujeres descarriadas, a la educa-

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ción cristiana de las reducidas, sal-vando así innumerables almas.

Los milagros con que Dios acreditóla santidad de ésta su sierva, quedanreseñados en el número de noviembrede LA MERCED.

La Beata Vicenta Gerosa, cofunda-dora de la Congregación de lasHermanas de la Caridad de la

Niña María

1784-1847

No ;ne he preciado de saberentre vosotros otra cosa, sinoa Jesucristo, y Este crucifi-cado.

(I Cor. II, 2).

Fechas de su vida.— «Esta flor no-bilísima) de la bella Italia, nació el 29de octubre de 1784 en el pueblecito deLuere, diócesis de Brescia.

En el bautismo le pusieron los nom-bres de María Catalina Francisca,que en la religión cambió por el deVicenta. Sus padres, de honradas ypiadosas costumbres, fueron curti-dores.

Desde los veintiocho años, libre yade cuidados familiares, 1814, unidapor santo convenio con la Beata Bar-tolomea Capitanio, se consagró a laeducación de las niñas y al cuidadode los enfermos.

Muerta su hermana, fundó con laBeata Bartolomea el Instituto de lasHermanas de la Caridad, llamadasdespués de la Niña María. En no-viembre de 1832, a los cuarenta yocho años de edad, hizo los votos decastidad, pobreza, obediencia y cari-dad para con los prójimos. Muerta la

Beata Bartolomea a los ocho mesesde la profesión, tuvo que hacerse car-go del naciente Instituto, que a sumuerte constaba de cuarenta casas.Falleció el 28 de junio de 1847.

Semblanza.—Casi analfabeta, perodotada de gran talento y de ingeniovivo, de juicio certero, de destrezapara los negocios, fue primero la ha-cendosa administradora de la hacien-da paterna, y después, la providen-cial promovedora de su Instituto.Rechazó las bodas propuestas porsus padres, que en las clases modes-tas, como sabemos, es una soluciónpara el porvenir. Inmaculadamentepura, encantadoratnente sencilla, aus-terísima penitente, aun bajo la patriapotestad, empezó a socorrer a los po-bres, visitar a los enfermos, educar alas niñas y a las jóvenes y entretener-las los días de fiesta para apartarlasde espectáculos y compañías peligro-sas, preludiando así lo que había deser su vocación y de su Instituto.

En unión con la Beata Bartolomea,fundó en 1814 una asociación de ni-ñas, a quienes reunía para los ejerci-cios de piedad en una capilla por ellarestaurada, levantó un hospital en supueblo natal, dotólo de lo necesario yabriölo para los enfermos pobres elario 1826.

Dió perpetuidad y fecundidad a suobra, que se extendió por toda la tie-rra, fundando el Instituto con su pro-fesión religiosa.

La nota característica de esta santafue la humildad y el amor a Jesúscrucificado. Se holgó de ser desco-nocida y tenida en nada. No sufría

que la llamasen Superiora, siéndoloy tan excelente; quiso se la designasecon el nombre de la antigua. Toda suciencia y todos sus afectos los cifróen el Crucifijo. Acostumbraba a decir:El que no conoce el Crucifijo, nadasabe; el que lo conoce, todo lo sabe.

Los milagros de su beatificación losreferimos en el número de noviembrede LA MERCED.

Beato José María Pignatelli

1737-1811

La Sabiduría condujo aljusto, fugitivo de la ira fra-terna, por senderos seguros ymostróle el reino de Dios;didle la ciencia de los santos,honróle en sus trabajos.

(Sabiduría, X, 10).

Fechas de su vida.—Nació el 1737en Zaragoza de nobilísima y cristia-nísima familia. Muerta su madre cuan-do no tenía aún cinco años, fue lleva-do a Nápoles, donde vivía una her-mana suya, que le educó cristiana-mente. A los doce volvió a EspañaPor pedirlo el cuidado de su salud.Tomó la sotana de la Compañía enTarragona a los quince años, profesóa los diecisiete; estudió HumanidadesY Filosofía en Manresa y Calatayud,respectivamente; la Teología en Za-ragoza, donde cantó misa el día deSan Juan Evangelista, 27 de diciem-bre del 1762. A pesar de la poca saludque siempre tuvo, además de la clased e Gramática que le confiaron, sed edicó con todo ardor a los ministe-rios sacerdotales.

Rehusando el privilegio ofrecido, alser disuelta en España la Compañía

de jesús por Carlos III, el año 1767,marchó al destierro con sus hermanosreligiosos, siendo su providencia enla trabajosa navegación, en la inciertaperegrinación por Italia hasta que lo-gró reunirlos, deshechos por los su-frimientos y diezmados por la muerte,en Ferrara.

Suprimida la Compañía de Jesúspor Clemente XIV y reducido al esta-do de sacerdote secular y privado delejercicio del ministerio sacerdotal, dióinsignes ejemplos de virtud en Bolo-nia, donde se consagró por entero alestudio, reunió libros interesantísi-mos y frecuentó el público y celebérri-mo Ateneo de aquella ciudad. Supoconsolar a sus hermanos en tan duraprueba y sostener su esperanza, y¡cosa admirable! conciliar un rendi-miento devotísimo a la Santa Sedecon un amor ferientísimo a la Com-pañía, de la que vino a ser el segundoPadre, restaurándola «según su prís-tina y genuina traza».

Murió de hemotisis el 15 de noviem-bre de 1811, en Roma, dejando res-taurada su querida Compañía.

Semblanza.—Un gran jesuíta. Fuer-te en la persecución, que fue el am-biente de casi toda su vida; hijo obe-dientísimo de la Santa Sede hasta elheroísmo; consolador generosísimoy filial de Pío VI en su viaje al destie-rro; hijo fidelísimo de la Compañía,de la cual fue el «trigo mortificado porla persecución y multiplicado en larestauración»; trabajador infatigable,y que tendió a su santificación pormedio de honras y deshonras, deinfamias y de buena fama.

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Los milagros con que Dios le hon-ró y que jurídicamente fueron apro-bados para su beatificación, quedanmencionados en LA MERCED de no-vietnbre.

Beata Gemma Galgani

1878-1903

Lejos de mi gloriarme, sinoes en la cruz de Nuestro Se-ñor Jesucristo; por el cual elinundo está para mi crucifica-do, y yo lo estoy para el mundo.

(Ad Gal. VI, 14).

Fechas de su vida.—Nació el 12 demarzo de 1878. Tuvo la suerte de teneruna madre piadosísima. Reveses defortuna redujeron a la miseria a susbuenos padres, que murieron prema-turamente. Hasta los quince años seeducó con las religiosas de SantaZita. Fué la primera de las alumnasen aplicación y conducta. El premioque pedía a su profesora por su com-portamiento era que le hablase, por lomenos durante una hora, de la Pasióndel Señor, en cuya conversación ladiscípula y la maestra se deshacíanen lágrimas. El cuidado de su saludla obligó a dejar el colegio, y en Casa

fué la educadora de sus hermanos.La enfermedad y los sufrimientos

de espíritu, fueron su hijuela durantela vida. Dejó la casa de su tía, en quese le proponía, seguramente cornoprovidencia de su vida, el estado delmatrimonio, y corno hija fue recibidapor la piadosa familia Giannini. Nopudo realizar sus deseos de ser reli-giosa pasionista, pero tuvo en gradoheroico el espíritu de su fundador San

Pablo de la Cruz, siendo una imagenviva su espíritu y su cuerpo por lacompasión de Jesucristo paciente.Sabido es de nuestros lectores cómoen esta Virgencita de Luca se re-produjeron los sufrimientos de la Pa-sión.

La Santa Sede, prudentemente cau-telosa, hizo caso omiso de estos ad-mirables fenómenos y se ciñó en estacausa, corno en las demás, a la solacalificación de heroicas las virtudesde esta Sierva de Dios y a la aproba-ción de los milagros con que Dios lahonró, que quedan reseñados en LA

MERCED de noviembre pasado.Más por incendios del amor divino

que por la violencia de la enfermedad,murió esta felicísima criatura el 11 deabril de 1903, Sábado de Gloria.

Semblanza.--Su corta vida, deveinticinco años, fué la de un lirioblanquísimo, por su pureza émula delos ángeles; la de una rosa, por susmuchos sufrimientos de cuerpo y deespíritu, y sobre todo por la repro-ducción de la Pasión de Cristo; la deuna rosa fragante, por el buen olor deCristo que dió a sus prójimos; la deun holocausto perenne, consumidopor el fuego del amor de Dios. Notuvo ni el esplendor ni el estruendode obras gloriosas; oculta, como elcorazón en el pecho, contribuyó efi-cazmente a la edificación del Cuerpomístico de Nuestro Señor Jesucristo.Puede decirse de ella lo que SantaTeresita dijo de sí: que su vocaciónfué el amor, y que por lo mismo per-tenece como miembro al Corazón dela Santa Iglesia.

Beata Catalina- Labouré, Hermanade la Caridad

1806-1876Vuestra vida está escondi-

da con Cristo en Dios.(Col. III, 3).

Fechas de su vida.—Nació en Fain-les Moutiers (Francia). Perdió a sumadre a los nueve años.

Siendo casi una niña estuvo al fren-te de su familia, no perdonándosem olestias y ocupándose en trabajosmuy duros.

No logró, hasta los veinticincoaños, permiso de su padre para entraren el Instituto de las 11 1-1. de la Caridad.

En el noviciado, año 1830, fué hon-rada con las apariciones de la Santí-sima Virgen, julio, y después, sobretodo, el 27 de noviembre, que la man-dó hiciese acuñar una medalla, la quetodos conocemos con el sobrenom-bre de Milagrosa.

« ¡Admirable es la propagación deesta medalla! Por ella obró Dios des-de entonces innumerables prodigios,y continúa obrándolos», dice Pío XI.

Por medio de su confesor cumplió ele ncargo de la Virgen María, y aunquese decía que la agraciada con lasapariciones era una Hermana de laCaridad, mantuvo en secreto estefavor durante su vida, unos cuarentaY seis años.

Murió en París el 31 de diciembrede 1876, en la casa donde pasó casitoda su vida sirviendo a los pobresancianos.

Semblanza.—Dios fué el blanco detodos sus pensamientos, afectos yobras. Devoción ardentísima a Nues-tro Señor Jesucristo y a la Eucaristía,amor filial a la Santísima Virgen. Ca-ridad tiernísima para con los ancia-nos, a cuyo cuidado le destinó la obe-diencia, paciencia inquebrantable, ad -mirable igualdad de ánimo, pobrezahasta el extremo de que, al ocurrir sumuerte, las Hermanas no encontraroncosa personal que repartirse comorecuerdo. Pero sobre todo su vida,oculta bajo el celemín de una humil-dad profundísima, no sólo ignoradadel mundo, como tantas personas re-ligiosas, sino hasta inadvertida a susmismas Hermanas, porque toda «suhermosura ' era interior; hasta des-pués de su muerte no se supo quehabía sido ella la de las admirablesapariciones de la Santísima Virgen ydel encargo de acuñar la Medalla Mi-lagrosa, que fué uno de los estímulosmás poderosos de devoción a la In-maculada Concepción, para cuya de-finición dogmática fué como la pre-paración, como Lourdes fue la apo-teosis, -

De las muchas gracias concedidaspor Dios Nuestro Señor, por interce-sión de esta Sierva suya, quedan re-latados en esta revista los dos estu-pendos milagros de instantánea yperfecta curación de peritonitis puru-lenta y de mal de Pott cervical.

FR. J. C.

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eee LA ORDEN TERCERA SECULARDE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED

ee(e4— 13 —

IIISus miembros: los Novicios; su

institución

El aspirante se hace novicio por latoma de hábito. De esto sólo hablare-mos en este artículo.

Toma del hábito terciario. Bendicen-lo y dánlo válidamente: en toda laIglesia los Padres Maestro General yProcurador General; en los términosde su jurisdicción los Provinciales, yen sus casas e iglesias los Padres Co-mendadores.

Cualquier sacerdote: en toda la Igle-sia, con delegación del P. Maestro Ge-neral o del Procurador General, condelegación de los Provinciales en losterritorios de sus Provincias, con de-legación de los Comendadores en lasiglesias de sus conventos «en casos par-ticulares y con causa razonable» (Ar-tículo 3.° de las Constituciones de laTercera Orden).

Con la vestición del hábito dada poralguno de los dichos queda el que losrecibe incorporado a la Tercera Orden,y sin otro requisito «puede gozar susderechos, privilegios, indulgencias yotras gracias espirituales» (Art. 6.° delas mencionadas Constituciones).

Pero para ser incorporado a un soda-licio, centro o hermandad, como la delFerrol, Madrid, Ponce, etc., y disfru-tar de los derechos, indulgencias ybienes peculiares, se necesita, ademásde la vestición del hábito, el consenti-miento del Consejo del respectivo Cen-tro, sodalicio o hermandad (Art. 10),

la inscripción del nombre en el libro dela hermandad y el cumplimiento delas prescripciones de los estatutos (Ar-tículo 6.°).

Según esta distinción de adscripcióna la Tercera Orden en general e incor-poración a un centro o hermandad de-terminados, me parece que para pasarde un centro de la Tercera Orden aotro de la misma, por ejemplo del deFerrol al de Madrid, no se necesitanotros requisitos que el consentimientodel Consejo del centro que admite y lainscripción del pretendiente en el librorespectivo, previo, naturalmente, elcertificado por quien pueda darlo, deque recibieron el hábito e hicieron laprofesión de terciario.

El Moderador o Director de un Cen-tro, por el mero hecho de serlo legíti-mamente con el debido nombramiento,puede bendecir y dar el hábito a loscandidatos de su centro y subdelegarpara lo mismo con las limitaciones quelos Comendadores en sus casas (Ar-tículo 3.°).

Debe preceder a la toma de hábitode Terciario—la . naturaleza del actolo exige—una instrucción, por lo me-nos elemental y sumaria, de lo que esla Tercera Orden y del espíritu pecu-liar que informa la nuestra; que es sa-ber lo que pretenden ser al vestir elhábito. Por eso se exigen para terciariono sólo los arios de la. discreción, sinocatorce arios, edad de mayor discre-ción y madurez, y plena responsabi-lidad canónica (Art. 4.°, d).

Convenientísimo y provechosísimosería, además, que a la entrada en laOrden Tercera precediesen unos díasde ejercicios espirituales, especialmen-te dirigidos a este fin de abrazar conel mayor conocimiento y fervor estecomo cierto género y modo de vidareligiosa.

Los sodalicios, o centros de la Terce-ra Orden para las vesticiánes de hábitoY profesiones debieran tener señaladodentro del ario el tiempo más a propó-sito por desocupado y recogido. Conesto se simplificaría, unificaría e inten-sificaría la labor de formación espiri-tual de los Maestros de Novicios si hande serlo más que de nombre. No selibrarían, con todo, de prestar aten-

deioötliad

particular y hasta personal a losnovicios menos capaces y a los mejor

No es tiempo bueno, por cierto, elde la novena de Nuestra SantísimaMadre, cuanto más solemne más oca-sionada a distracciones y cuya predi-cación no suele ser la mejor, ni siquie-ra buena, para disponer a los aspiran-tes para el hábito, y a los noviciosPara la profesión.

Mejor es, en los paises donde cae enen invierno, la fiesta de nuestro SantoPadre; porque en este tiempo está entoda su actividad la vida de piedad, ymuy fácil y provechosamente puedeorientarse la predicación de la novenaO triduo a este objeto.

Magnifica ocasión y buena coyuntu-ra es la de ejercicios o aun misiones, alos cuales pueden añadirse, o en loscuales pueden intercalarse instruccio-nes propias para los que hayan de to-n-lar el hábito o hacer la profesión.

Pero lo mejor y más oportuno seríanejercicios especiales para eso; y estodeben procurar los centros bien orga-nizados. Es eficaz ese medio para ele-var el grado de vida espiritual delcentro, y puede ser y lo será en casospara algunos, principio de una vidasanta.

Las otras maneras de dar hábitos yrecibir profesiones no dejan huellaperceptible en la vida espiritual de loscandidatos, lo cual es frustrar el fin dela Tercera Orden y aun el de una sim-ple cofradía.

En la toma de hábito, que es la queahora nos ocupa, hay la parte esencial,bendición e imposición del escapulario,y la parte puramente ritual.

Esta es también muy importante,porque con sus ceremonias, palabras yoraciones ilustran el entendimiento yencienden el afecto. Esta parte la tie-nen los sacramentos y disponen alalma para mejor recibirlos. No son sa-cramentos la vestición y profesión delhábito, pero están dispuestos a modode sacramentos.

Llama San Agustín manjar delicadoa los ritos y ceremonias que entoncesprecedían al bautismo, como exorcis-mos, oraciones, cánticos espirituales,insuflaciones, cilicio, inclinaciones, et-cétera. De piedra ha de ser quien nose sienta conmovido con la ceremoniadel bautismo de personas adultas.

Un buen Director dispondrá cuida-dosamente la parte ritual de la toma dehábito como el buen predicador pre-para diligentemente y caldea en laoración lo que ha de predicar.

Es la misma la fórmula de entregade hábito, se canta también el Veni

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A. Y danos tu saludir. Señor, escucha nuestra oración

A. Y nuestro clamor llegue hasta TíY. El Señor sea con vosotrosA. Y con tu espíritu

OREMOS

Señor Jesucristo, que te has dignadovestirte de nuestra mortalidad, pedimosa la abundancia de tu inmensa lar

-gueza que te dignes bendecir este hábitoque los Santos Padres mandaron llevarcomo profesión y señal de inocencia ysantidad, de modo que el que lo use,merezca vestirse de Ti, que vives y rei-nas por los siglos de los siglos. Amén.

La oración, como todo lo demás, sedirá en el género y número que con-venga, según lo pida la diversidad delos casos.

Inmediatamente impone uno a unolos escapularios, diciendo al mismotiempo: Yo con la autoridad de nuestroSeñor Jesucristo, y con la autoridad de

los Apóstoles • Pedro y Pablo, y con laque me encomendó la Orden, te doy elhábito de los Novicios de nuestra Ter-cera Orden. A. Amén.

Concluidas las imposiciones, entonael Veni C'reator Spiritus, cuya primeraestrofa cantan de rodillas, y concluida,se levantan y en procesión marchanlos hermanos terceros según la menorantigüedad en la Orden y se dirigen alaltar de la Tercera Orden, precedidosde la Cruz, y presididos por el cele-brante que llevara a su derecha a losnovicios. Llegados al altar se arrodi-llan todos, haciéndolo el celebrante enla grada y los novicios detrás de él, y

concluido el canto del himno, continúael celebrante:

y. Envía tu espíritu y todo será

creado

I.v.

r.

OREMOS

Oh Dios, que con la ilustración delEspíritu Santo habeis enseñado a losfieles, concédenos conocer en el mismoEspíritu lo recto y gozar siempre de suconsolación.

Alarga, Señor, la diestra de tu ce-lestial auxilio a tu siervo que renun-cia al mundo, para que te busque contodo corazón y alcance lo que digna-mente te pide. Por Cristo nuestro Se-

ñor. 13r. Amén.

OREMOS

Atiende, Señor, a nuestras súplicasy a este tu siervo a piel?, en tu nombreimpusimos el hábito de los Novicios denuestra Tercera Orden, bendícelo de

suerte que por tu largueza merezca vivirdevotamente en la Iglesia y alcanzar la

vida eterna. g. Amén.

Rocía con agua bendita al novicio,diciendo: Me lavarás, Señor, con hiso-po y seré limpio; me lavarás y quedarémás blanco que la nieve.

Luego le da la 'bendición, diciendo:Por la intercesión piísima de la Bea-tísima Virgen María, Madre de la Mi-sericordia y de la Merced y Redentorade los Cautivos, baje sobre tí copiosabendición del cielo, de modo que seas

Y cambiarás la faz de la tierra

Salva, Señor, a tu siervoOh Dios mío, pues espera en TíEl Señor sea con vosotrosY con tu espíritu

Creator Spiritus con los versículos yoraciones que le siguen, en la vesticiónde un novicio para la Primera Orden yOrden Tercera.

No hay para el que entra en la Ter-cera Orden las preguntas y respuestasque para el que entra en la Primera,ni le dice el celebrante: «DesnúdeteDios del hombre viejo con todos susresabios», ni al imponerle el escapula-rio le dice tampoco: «Vístate Dios delhombre nuevo que ha sido creado se-gún Dios en justicia, santidad y ver-dad», ni, concluida la ceremonia, enserial de amor se le admite al abrazode hermano.

En cambio a la vestición del hábitoprecede en la del hermano tercero labendición del hábito que no tiene eldel que entra religioso, y al fin se leda al novicio terciario una ternísimabendición.

Como se ve, falta en la vestición delterciario la parte ceremonial, tan ins-tructiva y emocionante, y con la pre-tensión de que otro la mejore, si sabe,doy con la traducción de todas lasoraciones, ésta que es la misma de losnovicios religiosos, excluyendo lo quesólo tendría lugar si se diese el hábitoentero, como se daba a ciertas perso-nas en otros tiempos, y aun puede lle-gar a darse si mejoran las circunstan-cias de la vida pública.

Vestición del hábito de novicio terce-ro de la Merced. Reunidos todos losHermanos terceros en la sala o lugardestinado para sus capítulos (1), y si

(1) Las Constituciones de Raimundo Al-bert prescribían que el hábito se diese en elcapítulo y de allí se fuese en procesión can-

no la tienen, en la iglesia ante el altarde la Tercera Orden, el Maestro y la.Maestra presentan en medio del capi-tulo a los candidatos y candidatas delhábito. Pregúntales el que ha de dar-les el hábito, Superior Mayor, Comen-dador o Moderador: g Qué pedís? Contes-tan los candidatos: La misericordiade Dios y la compañia de vuestra Ter-cera Orden

Los manda sentar y brevemente lesexpone la naturaleza de la TerceraOrden y las disposiciones requeridaspara abrazarla válidamente y con pro-vecho.

De nuevo les pregunta: ¡Perseverai.s.en vuestros deseos? A lo que contestan:Quiero abrazar el servicio de Dios y serconstituido hijo de la Santísima Virgen

María.Al acabar estas palabras se pone en

pie el celebrante con todos los herma-nos, y se arrodillan donde están loscandidatos.

El celebrante dice en latín: Et Señorque empezó lo perfeccione. Y sin más,poniéndose el roquete y la estola, pro-cede a la bendición de- los escapula-

rios, contestando toda la Hermandad,.diciendo:

y. Nuestra ayuda en el nombre del

Señor

I. Que hizo el cielo y la tierra

31". Muéstranos, Señor, tu misericor-dia

tando el Veni Creator Spiritus a la iglesia,donde se concluía la ceremonia. El Cere-monial del Rvdmo. P. Valenzuela supone quepuede darse el hábito en la sala capitular, yorganizarse o no la procesión a la iglesia,.págs. 700 y 701.

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bendito desde ahora y por siempre conla bendición de Dios Todopoderoso, Pa-dre e Hijo e y Espíritu Santo. Amén.

Concluído todo esto, pueden abrazarlas nuevas novicias a las hermanas ter-ceras y los novicios a los hermanos enseñal de amor y unión fraternal, ydarse todos mutuamente la enhora-buena.

Allí, mismo, y tal vez mejor en lasala capitular, y en su defecto en lasacristía, se inscribirán en el libro dela Tercera Orden los nombres y apelli-dos de los nuevos novicios. Será el me-dio de evitar omisiones que, como que-da dicho, privan de los beneficios pe-culiares de los centros a que se incor-poran.

FR. JUAN G. CASTRO

Una ecuación sublime

Al afirmar que el amor es el esposode la muerte, necesariamente se nospresenta esta sublime ecuación: «Sóloaquellos que saben amar, saben morir;Sólo aquellos que saben morir, sabenamar». Porque sólo el amor tiene derecho a pedir o a ofrecer el saci ificio dela vida.

Repasad, si queréis, las páginas dela historia de todos aquellos que hanmuerto por el amor, y encontraréis unosolo que ha escalado las altas cumbresde lo soberanamente sublime, el nonPlus ultra del amor, y cuya muerte haSido la más heroicamente bella, la máshermosamente grandiosa; ¡Miradle,está en la cima del Calvario! Dramadivino en que Dios es la víctima que seinmola por el hombre culpable, y enque el hombre es el victimario del D:osque lo salva amando y muriendo. ¡Mis-terio de amor y de muerte!

El Apóstol San Juan, experto cono-cedor del amor, nos d la razón de estocuando exclama: «Ya tenemos la medi-da del amor de Dios, porque Ció suVida por nosotros» (1). Este mismoevangelista había un día oído de losdivinos labios del Salvador formularesta ley del amor: «Nadie tiene másgrande amor que el que sacrifica suvida por los que ama» (2).

Y para que la humanidad tuviese unconocimiento claro de esta ley y com-Prendiese siempre que la muerte deCristo no era más que un acto de amor,sellando con su sangre los desposorios

del amor y de la muerte, Jesús ha re-petido muchas veces »que nadie le qui-taba la vida, que El espontáneamentela daba; que tenía libertad para darlay poder para volver a tenerla» (1), paraque así supiesen los hombres que simoría era por amor.

De aquí que, celebrados en el Calva-rio estos desposorios del amor y de lamuerte, todas las grandes almas hanido a los sacratísimos pies del Crucifijoa beber la embriaguez del amor y ¡ay!que también allí tienen que beber laembriaguez de la muerte. Y entoncessucede que cuanto más han amado,más han deseado la muerte. Toda lavida de estas almas no es más que unarmonioso cántico, triste, si queréis,pero dulce, tierno, pleno de jubilosaalegría, cuyas últimas palabras, cuyosúltimos balbuceos es una urgente lla-mada a la muerte: Vozi cito, DomineJesu, veni (2).

;1\lo empiezas a comprender, amadolector, cómo el sacramento del amores el sacramento Ce la muerte? Losmártires comulgaban antes de morir,a fin de divinizar la muerte por elamor, como si el martirio no fuese másque la comunión en la muerte.

La Eucaristía es Pan de vida porquees Pan de la muerte

El ambiente que -envuelve a Jesús enla noche última de su vida, es un am-biente de muerte; pero sobreponiéndo-se a la profunda turbación que se habíaapoderado de su espíritu, toma en sus

El Sagrado Viático

(1) S. Juan, III, 16. (1) S. Juan, X, 8.(2) S. Juan, XV, 13. (2) Apoc. XXII, O.

COMENTARIO al articulo 3 de la Constitución:«El Estado español no tiene religión oficial»

Si para cualquier pueblo es, sobre impia, absurda la

pretensión de querer excluir de la vida pública a Dios

Creador y próvido Gobernador de la misma sociedad,

de un modo particular repugna tal exclusión de

Dios y de la iglesia de la vida de la Nación Es-

pañola, en la cual la Iglesia tuvo siempre y me-

recidamente la parte más importante y más

benéficamente activa en las leyes, en las escue-

las y en todas las instituciones privadas y

públicas.

(Pío XI, en la Encíclica a los Españoles

de 3 de junio de 1933.)

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manos lo que va a constituir el Sacra-mento de la vida y de la muerte, ybrota de sus divinas manos el Sacra-mento del amor de los amores de unDios.

El único pensamiento que dominabaen Jesús en la última Cena que celebracon sus amados discípulos, es el pensa-miento del amor y de la muerte. «Condeseo vehemente — dijo el celestialMaestro con la mirada puesta en elCordero pascual—he deseado comercon vosotros esta Pascua antes de pa-decer». Sin duda, al decir Cristo «estaPascua», se referiría a su divina perso-na, manifestando así su amoroso de-signio de ponerse ya «como muerto enel «Pan vivo» que iba a convertirse ensus manos.

Interpretando Bossuet estas palabrasdel Salvador del mundo, escribe: «Yohe comido con vosotros otras Pascuas,y otras antes que con vosotros lo hicie-ra. Pero esta es mi Pascua. Yo soy elCordero de Dios que mañana seré yamuerto. Anticipándome a la muertereal, porque dentro de dos horas el tor-bellino de las humanas pasiones ya mehabrá arrebatado el sosiego de vuestracompañía, yo muero ya ahora en re-presentación de la muerte de mañana,poniendo sobre esta mesa mi Cuerpo,místicamente separado de mi sangre.Queda cumplido el deseo de que meabrasaba de que comieräis conmigo miPascua. Sólo me resta dar en los tor-mentos de la Cruz esta vida que os doyahora en el deliquio de mi amor, «Ycomo si quisiera Jesús juntar en unalas dos ofrendas, la de la Cena y la delCalvario, le dice al discípulo traidor:«Lo que has de hacer, hazlo pronto» (1).

Todo el misterio de la vida natural

(1) S. Juan, 13, 27.

se encierra en la muerte de Jesús, diceel doctor Gomá, como todos los tesorosde la muerte de Jesús se encierran enla Eucaristía. La Eucaristía es sacra-mento de vida, porque es un misterioconmemorativo de la muerte de Jesu-cristo.

¡Oh, Sacramento de la vida y de lamuerte!—prosigue el doctor Gomá—.De la vida, porque en realidad la dáis:de la muerte, porque sois de ella la re-presentación perpetua, y del fondo mis-terioso de la muerte derivais la co-rriente de la vida divina que por elmundo difundís.

Lo que necesita el moribundo

Todas las «cosas» del fin de la vidason siempre sombrías, tristes y aterra-doras; las postreras escenas de la últi-ma enfermedad, a pesar de los dulcesconsuelos de la fe, están envueltas enun manto de melancolía, de honda in-quietud y de angustias desgarradoras;sin embargo, en medio de las tinieblasde la aproximación de la muerte, apa-rece un rayo de luz y de esperanza, unjirón del cielo y la dulce promesa de losinefables goces y esplendores eternos.Veamos la aparición del amor en lamuerte, a Jesús, la Comunión del queva a morir.

Está ya purificado por el poder de laabsolución sacramental; se han disipa-do ya las vanidades del mundo que tan-to lo fascinaron y que tantas veces loapartaron de Dios. ¡Qué falta, pues, aese cristiano que va a morir? ¿Qué lef -lta? ¡Ah! Le faltan alas para volar,por estar rotas las ligaduras que loretienen. Le falta amor, puesto quemuere. Le falta el dulcísimo ósculoEucarístico, le falta Dios, le falta cele-brar los divinos desposorios del amory de la muerte, el Sagrado Viático; loque necesita el que va a morir son

aquellas delicias de las almas santas,aquellos goces que presentía VíctorHugo, cuando asaltándole el pensa-miento de la muerte, escribía: «¡Oh!que vayan entonces a buscar al jovenvicario o al viejo cura, que estará enel rincón de su chimenea rezando subreviario, y que le digan: Hay un hom-bre que va a morir, y es preciso quevayáis a consolarle... Que le acompa-ñen entonces a mí, que me metan entresus brazos, a sus rodillas. Llorará él,l loraremos ambos, y él será elocuenteY Yo recibiré consuelo; y mi corazónse vaciará en el suyo, y él recibirá mialma y yo recibiré a su Dios».

¡Ah! ¡Qué dulce debe de ser para elque va a morir recibir la visita perso-nal de Dios en aquellos momentos enque la ciencia, los t-n,is exquisitos cui-dados, los más caros afectos de losseres queridos y amados, son impoten-tes para darle la salud y prolongar lavida! ¡Qué fortaleza tan recia, qué va-lor tan inmenso recibirá el moribundoal alimentarse con el «Pan vivo bajadodel cielo» en medio de la lucha tre-menda de un cuerpo vivo y de un almainmortal que forcejean para separarse!¡Qué consoladora esperanza recibirá elenfermo próximo a partir para la eter-nidad al recibir a Jesucristo en la Hos-tia de Salud en los precisos momentosen que el enigma de la vida futura vaa descifrarse para siempre!

¡Oh amor infinito de mi Dios, no meabandones en esos angustiosos momen-tos, haz que reciba tu visita personal ysea para mí «prenda de la gloria fu-tura»!

El sacerdote viene

¡Oh, qué grande y soberanamentebello se nos presenta el sacerdote lle-vando en sus manos el Sagrado Viá.-

tico al enfermo, para darle fortalezaen la suma debilidad; consuelo en eldesamparo, y la esperanza, cuandonada hay que esperar en el mundo!¡Cuán inmensa es la misericordia deJesucristo que va en busca del que vaa morir, para darle la vida, la verda-dera vida eterna! ¡Cuánto amor! Elpincel de Perret ha inmortalizado enel arte la conducci n del Sagrado Viá-tico, cuando pinta en el lienzo al sacer-dote en medio de la nieve, azotado porlos ventisqueros, sin otra compañíaque un sencillo y rústico aldeano, tiri-tando de frío, que apenas puede soste-ner el farol donde arden dos agónicasluces; el de Saint Germier, en donde elMinistro del Señor lleva la Hostia deSalud a un moribundo en medio de undeshecho temporal, rompiendo por en-tre huracanados vientos y desafiandola lluvia y el rayo que cruza siniestropor el espacio; el de Juan Martínez,existente en el Museo Municipal deSan Sebastián, que titula el Viático abordo, donde el transatlántico es en-vuelto en montañas de espuma, que latempestad levanta, donde las olas jue-gan con él, y como queriendo devorar-lo, y allí está el sacerdote ostentandoen sus manos a Aquel que un día calmólos vientos agitados del Mar de Tibe-rfades y hoy va a llevar la paz, la tran-quilidad y la dulce calma a un corazónque va a dejar de latir dentro de bre-ves momentos y a calmar las inquietu-des, las zozobras y las tempestades deuna conciencia ansiosa de arribar a laseternas playas de la gloria; el de Daniel Urrabieta Vierge, en que el sacer-dote atraviesa floridos campos y escalauna alta montaña, donde en una chozaque en ella se esconde está un mori-bundo a quien Jesús, pleno de amor ymisericordia, va a su encuentro a darleel ósculo eucarístico.

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Dulce encuentro. —Jesús y el mori-bundo.

Ved al sacerdote en pie al lado dellecho del moribundo. Escuchad las fe-cundas palabras que van a salir de suslabios y que caerán sobre el cristianoenfermo como un rocío celestial. «Jesu-cristo, vuestro salvador, hermano mío,viene a visitaros en vuestra enferme-dad: se baja hasta veniros a bu-car enesta cama de dolor, a fin de consolarosen vuestras penas. Si estáis bien dis-puesto, seréis incorporado con Él.Y estando El con vos, ¿quién será con-tra vos?» ¡Ah! ¡Cómo sentirá el espíritudel enfermo dilatarse sus senos y au-mentar su fortaleza con tan consolado-ras palabras en la tremenda lucha consu cuerpo y con las cosas de acá abajode la tierra! ¡Dios mío, dirá con él, Túeres mi refugio, mi auxilio y ayuda,mi sostén y fortaleza, ya no tengo quetemer ningún mal, porque Tú estás ami lado y dentro de breves momentosvoy a incorporarme contigo. El sacer-dote prosigue: «Ya podréis decir con elprofeta : Oid, Señor, aun cuando yoviese reunido y armado contra mí todocuanto el mundo tiene de halagüeño, ytodo cuanto el infierno de terrible, micorazón no será vencido, po que vosestáis conmigo. Yo no os pido, ni pedi-ré en toda mi vida, otra cosa que el queme concedáis habitar con VO3 en vues-tra santa Casa por toda una eterni-dad» (1).

El moribundo ya nada tiene que te-mer: está dispuesto a sostener la últi-ma y decisiva batalla y a triunfar dela muerte para hallar la vida.

Ahora, considerad la grandiosidadde este solemne momento. El sacerdo-te, teniendo levantada en su mano de-

(1) Parvus Codex.

recha la Hostia Santa, le dice al enfer-mo: «He aquí a vuestro Dios, tan altoy poderoso como está en los cielos. ¿Locreéis vos así?» — «Si creo», contesta elenfermo. Cree en la presencia real deJesucristo, Rey, Señor, principio y finde todas las cosas. Cree que es el Diosvivo que viene a robustecerle la vidadel alma, precisamente cuando le ame-naza la muerte. En los momentos queva a abandonar los más caros afectos,que forman parte de nuestra naturale-za, viene Jesús en la Hostia Santa allenar los senos del alma del enfermode delicias insospechadas; es el Vitavitarum, la Vida de las vidas, queviene a transfundir en nosotros su vidadivina y a decirnos que tras la muerteestá la vida eterna.

«¿Creéis, continúa el sacerdote, queesto que ahora tengo en mis manos esel verdadero Cuerpo de Nuestro SeñorJesucristo?» — Sí creo», responde elpaciente. «Esta carne es la carne deuna víctima, es la carne que muere,la carne entregada y enclavada en laCruz. Esta sangre no es la sangre quelleva en sí misma el dulce ardor de laamistad y los efluvios de un ardor co-mún, propio de un corazón embriagadode juventud y de vida; es la sangre deun mártir de amor, es la sangre denuestro padre, de nuestro hermano, denuestro amigo que muere, la sangredel Cordero que se sacrifica». «¿Creéis,vuelve a preguntar el sacerdote, queeste Dios es vida para los que digna-mente le reciben?» —«Sí creo», contes-ta el enfermo profundamente emocio-nado. ¡Oh! Este Pan es el Pan de losque mueren, puesto que es el Pan de lavida. El que quiera vivir eternamentedebe comerlo. Jesús hizo de su triunfosobre la muerte un Pan, que llamó«Pan de vida » ; hizo de la dulce alegríade su triunfo el vino que hace gerrni-

har la vida de sus elegidos: dadles,Pues, dadles ese Pan y ese vino a losque van a morir. «Su muerte será unaresurrección etern a y una inmortalvictoria».

« ¿Creéis en Jesús, sigue el sacerdote,Rijo único de Dios, que nació y pade-ció? ¿Creéis en la Iglesia Católica y que-réis vivir y morir en su fe? ¿Creéis enla vida eterna?» —«Sí creo», dice el en-fermo. Y después de una dulcísimaevocación de la l¡ncarnación, Reden-ción, Resurrección, de la vida futura,el sacerdote lleva a los agonizantes la-bios del paciente el Crucifijo en dondei mprime un ardoroso beso cl .-2 amor,diciendo: «Adorárr oste Cr sto, y bendeeimoste, que por tu santa Cruz redi-miste al mundo: Señor, redimid mialma». Entonces el sacerdote dice so-l emnemente: «Hermano, hermana, re-

cibid el Viático del Cuerpo de NuestroSeñor Jesucristo que guarde vuestraalma para la vida eterna: Así sea.»

¡Oh! ¡Qué felicidad tan grande, quédelicia mayor puede sentir el hombrede fe que morir abrazado con su Diospara gustar de los eternos goces! ElSagrado Viático es un abrazo delicio-sísimo del hombre que muere con elDios que vive. ¡Oh, tú, moribundo! Lacarne de Nuestro Señor Jesucristo, conla que acabas de alimentarte, es unacarne resucitada, y esta carne resuci-tada no muere ya más! Cuando los se-res queridos regresen del cementeriode dejarte debajo de la fría losa delsepulcro, y digan que acaban de ente-rrar a un muerto, ¡se engañan!

P. DELGADO CAPEÄNS, O. M.

Poyo, enero de 1934.

Situación de los Religiosos en España

A las Congregaciones Religiosas se las trata con esta

ley nefasta de un modo inhumano... $e las sujeta a tantos

y tales inventarios, registros e inspecciones, que revisten

formas molestas y opresivas de fiscalización y hasta, des-

pués de haberlas privado del derecho de enseñanza, y de

ejercitar toda clase de actividad con que puedan honesta-

mente sustentarse, se las somete a leyes tributarias, en la

seguridad de que no podrán soportar el pago de los impuestos: nueva manera solapada de hacerles imposible la

existencia.

pío XI

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Nació el P. Zengotita en Bérriz(Vizcaya), el 13 de septiembre de 1731,de padres muy honrados y cristianos.A los diecisiete años tomó el hábito dela Merced ene! convento de Burceña,adonde le siguieron luego sus dos her-manos Domingo y Pedro, que desempeñaron altos cargos en la Orden yfueron Maestros en Teología.

Dos de sus hermanas fueron tam-bién mercedarias y gobernaron losconventos de Bérriz y Guernica. Enel siglo quedaron otros siete herma-nos y hermanas de los que existe nu-merosa y cristiana descendencia y enella se conserva vivo el recuerdo delObispo.

Una vez profeso Fr. Juan, en sep-fiembre de 1749, fué enviado a estu-diar Filosofía en Toledo y Teologíaen Alcalá. Ya sacerdote obtuvo cáte-dras en la Orden y enseñó en Logro-ño, Alcalá y Segovia. Dedicóse tam-bién a la predicación y en 1766 impri-mió en Madrid un panegírico de SanIgnacio.

En 1773 pasó a México como secre-tario del Visitador P. Estanislao Fale-ro, encargado de reducir los conven-tos y ponerlos en buena observanciacomo se había hecho en España (1).El éxito coronó sus esfuerzos y las

(1) Pérez: Religiosos de la Merced que pasarona, América... 378.

autoridades no tuvieron más que elo-gios para los visitadores.

El P. Zengotita hizo después solola visita en las Antillas. que el Reyle encomendó en sustitución del PadreCuadrado. Quedan muchas cartas delos prelados que demuestran el agra-do con que recibieron al nuevo visita-dor y el acierto de éste en Cuba ySanto Domingo (1).

No olvidó tampoco el P. Zengotitasu convento de Burceña al que entre-gó de los ahorros de sus viajes ypredicación ocho mil pesos, con lasdebidas licencias (2).

Vuelto a España, la Orden le hizosu cronista y definidor general porCastilla. En 1794 vacó la silla dePuerto Rico por renuncia de donFrancisco de la Cuerda y en su lugarfué nombrado el P. Zengotita. Con-sagróle en Madrid el 8 de noviembreel Arzobispo de Toledo, CardenalLorenzana, y ocho días más tardeemprendió el viaje a su sede.

Probablemente pasó por Bérriz,donde, a juzgar por los muebles típi-cos que en él figuran, debió hacerseel retrato que conserva la familia yestá fechado en 1795.

El 23 de febrero del año siguiente

(1) Bibl. NI.: Ms. 2.706-7.(2) Documentos de Burceña en las Mercedarias

de Marquina.

salió de Ferrol en la urca «Santa Rita»Y el 30 de marzo arribó felizmente aPuerto Rico (1). A pesar de las moles-tias del viaje y de sus sesenta y cincoaños, el 23 de mayo co-menzó la visita por elPartido de Toa Baja.Una indisposición leObligó a regresar a lacapital, donde le espe-raban inmensos traba-jos.

El 8 de octubre de1796, en virtud del tral ado de San Ildefonso,España declaró la gue-rra a la Gran Bretaña yPoco después el almi-rante Harvey se apode-raba de nuestra isla del a Trinidad. Animadocon este triunfo se dis -Puso a atacar a PuertoPico. No había allí di-nero ni casi guarnición,Pero el Obispo supliótodas estas faltas.

Entregó los fondosde la Iglesia e inicióuna suscripción condiez mil reales. Cre-ciendo los apuros en-tregó toda su plata sinreservarse ni el pecto-ral, animando a todosl os habitantes a hacer lo mismo.

En la primera quincena de abril de1797 se tuvo noticia de que el enemigoSe acercaba con 65 buques y 15.000

(1) Pérez: Obispos de la Merced en América...P4g. 522.

25 --

hombres de dotación, a los que elgobernador sólo podía oponer 500soldados veteranos y hasta 1.300 allstados atropelladamente e incluidos los

El Ilrno. P. Juan Zengotita y Bengoa.

(Cuadro que conserva la familia en Bérriz.)

seminaristas y ordenados de meno-res, a los que dió para ello licencia elObispo.H a

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Y echó anclas el día 17 en la

los Cangrejos, a dos leguasde la capital, logrando hacer el des-embarco, aunque con graves pérdi-

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— 24 — — 25 —

das. Comenzó luego a cavar trinche-ras, a pesar del fuego mortífero denuestra artillería. El Obispo dió sa-bias órdenes para alentar a la pobla-ción, recorriendo él mismo los luga-res de más peligro y asegurando asus fieles que no los abandonaríahasta la muerte. Las granadas esta-llaron varias veces a sus pies sinhacerle daño, según él mismo informóa Carlos IV (1).

En los cinco primeros días los si-tiadores no hicieron más que perdergente, pero el 25 lograron adelantarhasta el punto llamado Miraflores; losnuestros consiguieron retirar la pól-vora y demás pertrechos que allítenían merced al apoyo de unas bate-rías flotantes.

Desde Miraflores el enemigo abrióterrible fuego de artillería sobre laplaza, que fue contestado valiente-mente por los sitiados. Tres días ytres noches duró el bombardeo, alcabo de los cuales Harvey, conven-cido de la inutilidad de sus esfuerzos,optó por retirar de Miraflores la arti-llería y todas sus fuerzas.

Seguía entre tanto bombardeandolos castillos de San Jerónimo y SanAntonio con objeto de facilitar el pasoal puente y penetrar en la ciudad, perotodo fué en vano.

Ya los sitiadores comenzaban a des-mayar cuando el 3 de mayo fueronatacados a retaguardia por 1.000 hom-bres reclutados en la isla (que perma-necía libre) y que aparecieron porMartín Peña, batiéndose con un es-

(1) Pérez: ob. cit. 526.

fuerzo y bizarría que no podía espe-rarse de su deficiente instrucción.

Harvey levantó precipitadamente elsitio, abandonando víveres, municio-nes y pertrechos. Notada la retiradacargaron sobre él los nuestros, oca-sionándole muchas bajas

Los sitiados cantaron un solemneTe Deum y alabaron el patriotismodel Obispo.

Al cabo de veinte meses el enemigoquiso probar fortuna nuevamente, dis-poniendo otro desembarco en Agua-dilla el 26 de diciembre de 1798. Laguarnición era escasísima, mandadapor el brigadier don Benito Pérez,mas por fortuna estaba allí de visitael Obispo, que enardeció con su pa-labra a la población toda.

Armáronse los vecinos; el Obisporecorría los puntos de más peligrocuidando a los heridos y animando alos sanos. Por su orden el cura deAguadilla acudió con 260 hombres yel de la Aguada envió con otro pelo-tón a su coadjutor don Gregorio Or-tiz. Pocas horas después el enemigotuvo que volverse por donde habíavenido. Esta defensa paralizó lasfuerzas de los ingleses contra las demás colonias americanas en aquellatemporada.

El brigadier Pérez hace honrosamención del Obispo en el parte deaquella acción. En cambio el Gober-nador de la Isla, don Ramón de Cas-tro, lo hizo sufrir bastante con susmelindres y puntillos.

Las cartas del P. Zengotita mues-tran que ni esto, ni los demás traba-jos habían disminuido sus energíaspara el bien espiritual y temporal de

la Isla, de cuyo estado hace una des-cripción muy curiosa (I).

Mejoró las iglesias parroquiales,que eran sólo 38, procurando levan-tar otras filiales, ya que el Real Pa-tronato no permitía aumentar las pa-rroquias. Organizó el hospital de Ca-ridad en San Juan y levantó otro enSan Germán.

Había sólo 89 presbíteros secularesY 36 religiosos para una población de1 41.000 almas. Hoy pasan de millón ym edio los habitantes. Las comunida-des de dominicos y franciscanos da-ban enseñanza de Gramática y Moral,Pero el Obispo solicitó se trasladaraallí la Universidad que había en laisla de Santo Domingo, abandonadaPor España, y el establecimiento deu n seminario conciliar. El por suParte procuró fundar escuelas primarias, aunque el resultado no corres-Pondió a sus esfuerzos.

Escribió también al rey pidiendo laabolición de las trabas impuestas alco mercio, causa verdadera del atrasod e la agricultura, que ya entonces sereducía al cultivo del café y de lacaña de azúcar.

Tenía de I os portorriqueños unaidea muy favorable, pues escribía en1 799: «Generalmente los naturales deesta isla son todos muy leales y muyfieles vasallos de vuestra Majestad,como lo han acreditado en muchasocasiones; son así mismo muy aman-te s de su patria, y capaces de sacrifi-car todos sus bienes y exponer sus

(1) Pérez: Ob. cit. 528-550.

vidas por su defensa, de que han da-do buena prueba en la gloriosa victo-ria que acaban de conseguir en elsitio puesto a su capital por la naciónbritánica; y son últimamente inclina-dos a la guerra, a la navegación y atoda empresa atrevida, que requieremucho espíritu, intrepidez y valen-tía» (1).

Ocupado en sus apostólicos afanesle sorprendió la muerte en 1. 0 de no-viembre de 1802, a los setenta y unaños de edad; mandóse enterrar en lacapilla de San Pedro Nolasco, que élmismo había edificado en la Catedral,muy mejorada también por sus des-velos.

Hanse publicado varias biografíassuyas y el Ayuntamiento de Bérriztiene inscrito en su fachada el nombrede este su hijo ilustre.

Su hermano el maestro Fr. Domin-go, fué Comendador de Madrid de 1795a 1801 y contribuyó con grandes su-mas de plata a la guerra con la Repú-blica francesa en 1796; falleció en Ma-drid en octubre de 1804. El otro Maes-tro, Fr. Pedro Zengotita, murió tam-bién en Madrid en agosto de 1827 (2).

Viven actualmente en buena vejeznietos de los hermanos seglares delObispo, que conservan fresca su me-moria y son una prueba de cuánto con-tribuye la religión cristiana a la saludde los pueblos.

FR. GUILLERMO VÁZQUEZ

(1) Pérez: Ob. cit. 544.(2) Boletín de la Orden, de 1931, págs. 524-5

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Sao Raymundo Nonnato, 22 de no-viembre de 1933.

R. P. Director de LA MERCED.

Madrid.

Mi muy recordado y querido Padre:Hace ya días que vengo con deseos deescribirle, pero por falta material detiempo, a causa del aumento de ocu-paciones y clases, no he podido. Vayanhoy estas líneas, que quiero sirvanante todo de felicitación a V. P. y losdemás elegidos en el último Capítulo,deseándoles acierto y éxito en su co-metido, y que les sirva para su propiasantificación y bien de la Provincia.

Nosotros seguimos bien, gracias aDios, y lo mismo los otros Padres delas otras parroquias. El P. Jerónimohace un mes que está haciendo la Visi-ta Pastoral por el Sr. Obispo de Barra,y pienso que volverá por la Purísima:Está a más de noventa leguas de aquí,en las márgenes del río «San Francis-co», pues aquella diócesis está forma-da de feligresías que están a derecha eizquierda de este río-coloso.

Le decía en mi anterior que en sep-tiembre tendría lugar en Bahía el «Pri-mer Congreso Eucarístico NacionalBrasileiro». Efectivamente, se celebródel 3 al 10 con extraordinaria solemni-dad, constituyendo un acontecimientode una importancia grande en el ordenreligioso y, seguramente, influirá tam-bién en otros órdenes. Todo allí fuégrande y solemne; la recepción del

Eminentísimo Sr. Cardenal, D. Sebas-tián Lerne, Legado de Su Santidad; ladel Excmo. Sr. Nuncio, D. Luis Maz-zela, Arzobispo de Cesárea de Maurita-nia; la procesión del Santísimo aquellanoche desde la isla «ITAPARICA»hasta la Catedral, donde quedó el Señorexpuesto hasta la hora de la Bendiciónsolemne del día 10, en la Plaza de laConcepción da Pria; la inauguraciónsolemne del Congreso en el Campo daGrava, o Stadium, lugar de deportes,y las memorables sesiones públicas yprivadas que tanto interés despertaronen el público y, por fin, los solemnespontificales del día 4 y del 10, ésteúltimo celebrado en la Iglesia Abacialdel Monasterio de San Benito, por cau-sa de la lluvia que se presentó aqueldía.

Es poco menos que imposible querertrasladar al papel todas las impresio-nes recibidas en aquéllos. El entusias-mo de la multitud que todos los días porla noche se reunía en dicho Stadium oCampo da Grava, era delirante al escu-char a los grandilocuentes oradores,llegados de los diferentes puntos delBrasil y escogidos en las distintas Ar-chidiócesis del país, pues cada díaestaba el Congreso bajo los auspiciosde alguna de las diecisiete Metrópoliseclesiásticas que hoy tenemos. A másde los Excmos. Sres. Arzobispos y sa-cerdotes que hablaban todas las no-ches, se revelaron oradores seglares deverdadero mérito, que mostraron queno es vana la esperanza de los Obispos

en un futuro consolador para este gran-de país.

Las comuniones que se administra-ron en el Campo Grande, plaza deenormes proporciones, donde todos losdías a las siete celebraban a la vezcuatro Obispos, fueron numerosísimas;Ya se contaban más de 21.000 el día 9,en que yo tuve la felicidad de celebraruna de ellas, a la vez que el Sr. Obispode Terezina, de este Estado del Piauhy;del Sr. Obispo de Grajahú, en J'arando,Y el secretario general del Congreso,Mons. Adalberto de Assis CurvAllo.Como era sábado, la Comunión eraPara las Congregaciones Marianas eRijas de María, se distribuyeron mu-chas sagradas Formas, calculo que nomenos de mil, según declararon losayudantes de las Misas.

Las Horas Santas, que tenían lugartodos los días a las cinco de la tarde,estuvieron devotísimas y concurridísi-mas. Todos los días predicaba un ora-dor notable, y el viernes, 8, reservadaal Clero, y que dirigió con grande un-ción el Excmo. Sr. Obispo de Guaxupé(Minas Geraes), estuvo admirable. Aella asistieron, a más de los fieles quellenaban la iglesia, y muchos Obisposy sacerdotes, el Sr. Nuncio y el señorArzobispo-Primado de Bahía, D. Au-gusto Alvaro de Silva.

A más del Emmo. Sr. Cardenal Le-gado, Nuncio de Su Santidad y Arzo-bispo Diocesano, tomamos parte en elCongreso 43 Obispos, muchísimos sa-cerdotes, peregrinos venidos de dife-rente puntos del Brasil, representacio-nes oficiales de muchos Estados; y fuémás significativo aún y más solemneel acto por haber tornado parte activa

en dicho Congreso, asistiendo perso-nalmente a todos sus actos, el mismo,Interventor Federal, Excmo. Sr. Ju-racy Magalhaes, su Cuarto civil y mi-litar, que comulgaron todos el jueves,.día 7, con gran edificación, y por ha-ber estado representado también dos.ministros del Gobierno en nombre deéste.

Pero lo más solemne y que merecepárrafo aparte, fué la procesión finaldel día 10, solemnisima, devota y con-currida, que duró desde las tres de latarde hasta las ocho de la noche, pre-senciada por toda la ciudad de Bahía,calculándose el número de personasque en ella tomaron parte en 300.000,y que fue,' una magnífica manifestaciónde fe, una verdadera apoteosis final,que dejará recuerdo imperecedero en.todos los que tuvimos la dicha de asis-tir y tomar parte en ella. ¡Bendito seael Señor que allí recibió, en ininte-rrumpidas manifestaciones de estusias-mo y de devoción franca y sincera,.los homenajes que aquí en la tierra.podemos darle los hombres, y todo elafecto del corazón de un pueblo, for-mado a la sombra de la Cruz, y educa-do en el amor a la Eucaristía, que.Fray Enrique de Coimbra trajo a esta.tierra el día 10 de mayo de 1500 con la,Misa solemne que celebró, en presen-cia del conquistador Pedro Alvarez,Cabral y de otros ilustres portugueses,al desembarcar en Porto-Seguro, tierrade Santa Cruz.

Muchas veces en aquellos días elevé.mis pobres súplicas al Señor en favorde esa Patria querida, donde el Señorha sido tan ultrajado, y en favor detantos hermanos católicos que - sufren

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despuéS de dormir en el mismo Cara-col en nuestra casa, salimos al día si-guiente por la tarde, llegando a aquell ugar mucho antes de la puesta del sol.Pudimos presenciar el magnífico es-pectáculo de dicha sierra, formada, alParecer, por una gran correra petrifi-cada, que aparece desde la parte másalta de acá como un inmenso teatro,Pues cierra por el Norte y por el Sur,O freciéndose a la vista el valle exten-sfsimo, cerrado a su vez por otra sierraaltísima, que oculta otra aldea de laParroquia de San Raymundo, paradonde iba también en visita el PadreJerónimo, que se nos unió en Jurema,antes de Caracol, el día anterior, y quese llama las Guaribas, límite ya con laParroquia de Buen Jesús. .

El paso por las famosas «confusio-nes» es sumamente difícil, e íbamosPara ver sobre el terreno lo que pode-mos hacer. Pasan a toda hora los ani-males cargados y la gente, aunque conMucho trabajo, y es posible que sinauxilio de ingenieros, que cobraríanmucho, se pueda trazar una carreteraPor la misma piedra, por otra partemuy blanda, como de composiciónarenosa. Será cuestión de tiempo y de

paciencia, si nos ayudan con algúnrecurso. Pasamos la noche en la aldea.de Sobrado, que está ya en caída dela misma Sierra, al otro lado, en lacasa de nuestro conocido Sr. Manuel,uno de los más cristianos que tiene laparroquia, como toda su familia, visi-tada todos los arios por el Párroco enla desobriga. Hay mucho interés porparte del mismo comercio de San Ray-.mundo por construir la estrada encuestión, y confío que vamos a salvar.las CONFUSSIONES, si Dios quiere, ylas autoridades nos ayudan.

Nada más por hoy porque el correova a salir. Ténganos presentes en susoraciones, pues al ver cómo van mu-riendo los conocidos (acabo de leer enLA MERCED de septiembre la muertedel P. Ferrer, Francisco), podernos sertambién llamados por el Señor, cuando.menos pensemos. Que entre tanto po-damos hacer algo útil por estos lugares..

Recuerdos y saludos a todos los d e.casa y amigos y mande a su afectísimas. y h. que le abraza y bendice,

FR. INOCENCIO, OBISPO-

PRELADO DEL BUEN JESÚS

DE GURGUEIA

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la más odiosa de las tiranías, y también caso de formar en ella más número de,en favor de los desgraciados, que son hombres que de ordinario, prueba dela causa de tales desmanes, inspira- la devoción que se tiene a la Santa dedos por las sectas! las Misiones.

Se me olvidaba decir que el Centrode las Conferencias de San Vicente de

Estábamos de regreso en ésta el Pa- Paulo, establecidas en julio el día 19,.dre Angel, que me acompañaba, y yo, fiesta del mismo Santo, y en conmemo-el día 20 de septiembre; aún asistimos ración del Centenario de la fundacióna, la terminación de Novena de Nues- de las mismas en París por el gran•ra Santísima Madre, que como el pon- Ozanän, están dando excelentes resul-tifical del 24 y la procesión de la tarde, tados, que tengo que agradecer al Se-estuvieron bien concurridos, lo mismo ñor primero, que es quien inspiró estaque la traída y vuelta de la Santa Ima- obra benéfica, y a los señores de aquí,.gen a su Capilla de la «Aldea», que se prestaron apenas les manifesté

El día 30, a fin de bautizar y confir- el objeto de las mismas. Debo hacermar a algunos niños de varias familias constar que tiene parte en esta misma.que viven detrás de la sierra, llamada obra, y no pequeña, nuestro común« CURUMATA», que forma el límite amigo el Sr. Carabia, de esa capital,Norte de esta parroquia, y Prelacía pues su interesante libro «Primer Ceri -por esta parte, con San Juan del Piau- tenario de la Sociedad de San Vicenteby, y diócesis de Terezina, fuí con el de Paúl o Breve compendio histórico»,Padre Angel a Varcea Grande, seis publicado con tanta oportunidad yleguas de aquí, poco más de una hora acierto este mismo ario, inc sirvió mu-en auto, y allí celebramos al día si- cho para poder establecer con más fun-guiente, confesando buen número de damento lo que hace tiempo venía me-personas, y dejando ya arreglados a ditando a fin de atender a las millti-los niños que no habían podido ser ples necesidades y situación critica detraídos, cuando la desobriga este ario, tanto pobre, especialmente en estosRegresamos el día 1.° de octubre, por años de crisis aguda.la tarde, con el Sr. Prefecto, que nos Quiero terminar esta comunicaciónhabía acompañado. con otra cosa, que es mi obsesión cons-

La novena de Santa Teresita del tante desde que llegué a esta Prelacía.Niño Jesús, terminó el día 8 con un Es el asunto de la terminación de la'Triduo solemne, en que pude exponer estrada a BuenJesús. Ya creo le dije.en los tres días las tres principales en otra de mis anteriores que se habíavixtudes: Humildad, pureza y santo terminado el trozo de aquí a Caracol,abandono en las manos de Dios, de la 92 kilómetros; pues bien, el día 12 del

7Santita, y que forman en ella y en pasado fui con el P. Angel, que guíatodas las almas santas, la INFANCIA el auto,. y el Sr. Prefecto, a ver la sie-ESPIRITUAL. La procesión fué mag- rra llamada « CONFUSSOES», que estánífica y muy concurrida, dándose el más allá de Caracol, cinco leguas, y

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Nueva fundación del Convento de laMerced, erección de la parroquia deSan Pedro Nolasco y entrega de la

misma a la Orden

«En la ciudad de San Miguel de Tu--cumán, a diez y nueve días de agosto-de mil novecientos treinta y tres, a las16 horas, con asistencia del Excelentí-simo y Rvdmo. Sr. Obispo de Tucu-mán y dcl M. R. P. Provincial; delR. P. Comendador de la Merced deSantiago del Estero, Fr. Horacio B.Moyano; del R. P. Fr. Alfredo López'Caballero, delegado del R. P. ViceProvincial de la Vice Provincia Mer-

.cedaria de «Nuestra Señora de SantaMaría de Buenos Aires», Fr. José H.Márquez; de los RR. PP. MercedariosFr. Eudoxio de J. Palacio, Fr Guiller-mo A. Simbrón, Fr. Juan V. de la: Vega y Fr. Pedro P. Escalante; del.Vicario General del Obispado„Vonse-:ñor Abraham Aráoz; de Delegados delas comunidades religiosas de Fran-ciscanos, Dominicanos, Lourdistals,Salesianos y Redentoristas; de miem-bros del clero secular y de numerosopueblo, previa lectura de los documen-tos de la- Santa Sede Apostólica, delExcmo. y Rvdmo. Padre Maestro Ge-neral de la Merced y del Excmo. y Re-verendísimo Obispo de Tucumán, que-dan testimonios necesarios para efec-tuar la fundación de un convento dela Merced en la ciudad de Tucumán,el M. R. P. Provincial bendice el local-del nuevo convento, según el Ritual dela Merced, y el Excmo. y Rvdmo. Se.ñor Obispo Monseñor Barrere bendice-el templo anexo. Acto continuo, el MuyR. P. Provincial Fr. Vicente Fernán-dez declara canónicamente erigido el

IVIA

nuevo convento de la Merced de Tucu-mán, bajo la advocación y titulo delglorioso fundador de la Orden Merce-daria San Pedro Nolasco, y nombraprimer Superior y Comendador delnzismo, con todos los derechos y privi-legios que le acuerdan los cánones ynuestras sagradas Constituciones, alR. P. Fr. Eudoxio de J. Palacio, aquien rinden obediencia públicamentelos conventuales del nuevo conventoRR. PP. Simbrón, De la Vega y Es-calante.

En seguida, su E. Rma. MonseñorBarrere manda leer el acto de la erec-ción canónica de la nueva parroquiade «San Pedro Nolasco» que, con lasdebidas licencias de la Santa Sede ydel Rmo. General de la Merced, confíay entrega a la Orden Mercedaria, «adnutum Sanctae Sedis pleno jure». Actocontinuo, su E. Rma. hace leer el nom-bramiento de párroco de la nueva pa-rroquia de «San Pedro Nolasco» con-ferido al R. P. Fr. Eudoxio de JesúsPalacio, propuesto con anterioridadpor el M. R. P. Provincial Fernández,y lo pone en posesión de su nuevo oficiode Párroco.

Su E. Rma, pronuncia en seguidauna importante y apropiada alocu-ción, y le sigue en el uso de la palabrael nuevo párroco R. P. Fr. Eudoxio deJ. Palacio, pronunciando un elocuen-te y oportuno discurso. Todo terminócon el Te Deum en acción de gracias.Fr. Vicente Fernández, Provincial.—Fr. Eudoxio de J. Palacio, Comenda-dor.-- Fr. Guillermo A. Simbrön.- FrayJuan V. de la Vega. —Fr. .Pedro Pas-cual Escalante.,

(Acta de la nueva fundación).

Circular del Excmo. Sr. Obispo Dio-cesano de Tucumán, Mons. Doctor

Agustín Barrere

Al Clero Secular y Regular, Cornuni-dades religiosas y fieles, con motivodel regreso a la Diócesis de los Reve-

rendos PP. Mercedarios.Hoy háse colmado un ardiente anhe-

lo de nuestro corazón de Pastor: latoma de posesión por los RR. PP. Mer-cedarios de la nueva parroquia de SanPedro Nolasco que, por auto de 17 deJulio ppdo., hemos erigido en el extre-mo sud, Departamento de la Capital.

Tiempo ha que lo anhelábamos, enmérito de las necesidades espiritualesde la numerosa población diseminadaen aquel extenso territorio y tan ale-j ada de la sede provisoria de la parro-quia del Sagrado Corazón, a cuya ju-risdicción pertenecía.

Suplicábamos encarecidamente alSeñor de la mies, removiera los obs-táculos y allanara las dificultades, paraque pronto vinieran los operarios quehabían solicitado el favor y aceptadola responsabilidad de fecundar, con sucelo apostólico, aquel campo privadocasi por completo durante largos afros,de todo cultivo espiritual.

Gracias sean dadas a su infinita mi-sericordia. De hoy en adelante deja deser una dolorosa realidad para sus mo-radores la lamentación del Profeta:« Pedían pan los hijos y no había quiense lo repartiera» (Thren. IV-4).

Previa la profesicn de fe y prestadoel juramento antimodernista, ante Nos,'en el oratorio de la casa episcopal, elR. P. Fr. Eudoxio de Jesús Palacio,Superior de la Comunidad, ha asumidola cura de almas de aquella dilatadafeligresía, después de leerse en la Ca-Pilla provisoria de Villa Alem, el autode erección de la parroquia de San Pe-

dro Nolasco y el decreto que le reco-noce a él corno primer Vicario parro-quial y a sus tres compañeros comoCooperadores, con todos los derechos yobligaciones que los Sagrados Cánonesles confieren y reconocen.

Hemos querido, Nos mismos, ponerleen posesión del nuevo Curato y subra-yar con breves palabras la importanciadel hecho y las esperanzas que él Noshace abrigar para la renovación espi-ritual y moral de aque1la porción denuestra grey.

Los RR. PP. Mercedarios regresan,con nuestra aprobaci.,` n, a la provinciade Tucumán, donde, en unión con loshijos de San Ignacio de Loyola, deSanto Domingo de Guzmán y del Pa-triarca de Asís, trabajaron con tantocelo, durante más de dos siglos, fecun-dando este campo del Padre de fami-lias, en que, a su llegada, sólo crecíanabrojos y espinas de la más crasa ido-latría.

Regresan a ella a los cien arios dehaberse visto obligados, por la escasezcreciente de personal, a abandonar suconvento e iglesia, sita en aquel enton-ces sobre la calle Rivadavia, donde seveneraba la imagen de su excelsa Patrona, Nuestra Señora de las Mercedes,la hoy Virgen Generala, prez de estepueblo y de la nación entera.

Basta la mención escueta de estoshechos históricos para justificar la im-portancia del acontecimiento y la emo-ción con que Pastor, Clero, Comuni-dades religiosas y fieles de esta Dióce-sis han de celebrarlo.

Hecho muy auspicioso en el ordenespiritual es la fundación de una nuevaparroquia. ¿No es ésta fuente exube-rante de vida para las almas, que surgeen un lugar desprovisto de los mediosnecesarios para procurarla, conservar-la y fomentarla? Allí se enseña y pre-

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dica la doctrina revelada por nuestrodivino Salvador, «sin cuya fe es impo-sible agradar a Dios y salvarse». Allíse celebra en forma permanente el San-to Sacrificio de la Misa, manantial in-agotable de los tesoros de la Reden-ción; allí se conserva la santa reserva,día y noche; se distribuye la comunióna cuantos se acercan a la SagradaMesa; allí se administran los demás sa-cramentos a quienes los solicitan; allíse adora a la Santísima Trinidad, prin-cipio y fin de nuestra existencia; a Jesu-cristo, Hijo único del Padre, autor denuestro rescate; allí se honra a su Ma-dre y nuestra, María Santísima, y losdemás santos; allí se promueven lasobras y asociaciones que la Santa Igle-sia manda o bendice para el acrecenta-miento de la vida cristiana; allí, ahora,como en su centro obligado, nace, crecey da muchos frutos la Accinó Católica,instituida por S. S. Pío XI, nuestro glo-rioso y amado Pontífice, como la maseficaz colaboración del clero parro-quial.

Si tal es la importancia de la parro-quia; si tan copiosos son los beneficiosque trae, doquiera ella se erija, ¡cuán-tos mayores no serán aquélla y éstosen nuestro país donde, a veces las ur-banas, pero casi siempre las rurales sonvastas como diócesis del viejo mundo,y a cargo de un sacerdote!

La nueva parroquia de San PedroNolasco no desmerece en nada de lasdemás de nuestra Diócesis en cuanto alas necesidades espirituales que vienea remediar ni a los bienes que a sushabitantes ha de proporcionar. Antesbien, nace pletórica de * promesas quepronto serán realidades para éstos; porel número de sacerdotes • que juntosasumen, ante la Iglesia y ante Dios, laresponsabilidad de transformar espiri-tualmente aquellos barrios y por la

cohesión y empuje que da a su celo laobediencia religiosa.

Pero Nos place subrayar brevementeel significado especial del aconteci-miento que para vosotros comentamos,amados hijos en el Señor: el regreso,después de un siglo de ausencia, deestos beneméritos religiosos a una tie-rra que sus hermanos evangelizaronde consuno con otros muchos a quienesel amor de tantas almas que redimirde la esclavitud del demonio trajo aeste continente con Colón y después deel.

Lo sabéis: entre las Ordenes que en-viaron misioneros para predicar la fe alos indígenas americanos, la de Nues-tra Señora de la Merced tenía señaladosu puesto en primera fila. ¿No fué ellainstituida a principios del siglo XIII porSan Pedro Nolasco, por inspiración dela misma Reina del Cielo, con el fin es-pecial de rescatar a los cristianos, pri-sioneros y esclavos de los moros, liber-tándolos del más duro de los cautive•nos, y más aún preservándolos de caeren el peor de los males: la apostasíaque tantas víctimas hacía entre aque-llos desgraciados?

Habían transcurrido más de dos si-glos de empeñosa labor en tan santocomo urgente ministerio, cuando el ge-nio y tenacidad de Colón abrieron alcelo misional de las Ordenes religiosasun nuevo y dilatado campo: el inmensoContinente Americano.

En él había un sinnúmero de almas,hechura de Dios ellas también, y coniguales derechos que todas a gozar delos beneficios de la Redención. Sumi-das en la noche de todos los errores, norendían culto sino a falsas divinidades.Ni siquiera un altar había, como otroraen Atenas, en honor del Dios descono-cido. El demonio reinaba sólo aquí ynadie ponía en tela de juicio su sobera-

rda. Su vastísimo e ignorado imperio,rodeado de mares inmensos, parecía acubierto de todo asalto de parte de suenemigo mortal: la civilización cris-tiana.

Una vez más fallaron sus cálculos.El 12 de octubre de 1492, al pisar ColónY sus compañeros tierra americana yPlantar en ella la primera cruz, ini-ciaban la guerra sin cuartel que trassiglos de lucha tenaz derribó su impe-rio.

Hoy en día, con pocas excepciones,Cristo reina en toda su extensión. Mu-chos son los operarios que han contri-buido al triunfo con su labor y a vecescon su sangre. Los RR. PP. Merceda-rios sentaron plaza entre los más ar-dientes y anotaron en su haber la re-dención espiritual de legiones de al-Lil as, presa hasta entonces del mástiránico de los amos: Satanás.

Lo pregonan no sólo los Anales de laOrden, sino la historia verídica de lacivilización americana. El principalCampo de su apostolado fué el antiguoi mperio de los Incas y lo que fue elVirreynato del Perú. Baste recordarlas hazañas de Fray Diego de TorresY de sus compañeros de labor compen-diadas por él en el Memorial que pre-sentó a Felipe II. Ellas se cifran enmás de 80.000 bautismos de indios; másde 30.000 casamientos y unas 200 igle-sia s edificadas, amén de los pueblosq ue fundara; lo que mucho facilitabala evangelización de sus moradores.Todo ello en un cuarto de siglo.

En aquellos arios que son los de ladoble fundación de esta ciudad de SanMiguel de Tucumán, iniciaban sushermanos aquí y en el territorio quees hoy la provincia del mismo nombre,Un ministerio igualmente fecundo. De-bia durar dos centurias y media.

De él queremos anotar solamente la

valiosa contribución aportada al fo-mento de la vida cristiana de sus habi-tantes por dos devociones fundamenta-les: a la pasión y muerte de nuestroDivino Redentor en la venerada efigiedel Señor de la Salud y a la SantísimaVirgen, en la de Nuestra Señora de laMerced, más cara aún a este pueblo,desde la batalla del Campo de las Ca-rreras, y a la que el inmortal Belgranoproclamó Generala del Ejército Argen-tino, en reconocimiento por su seña-lada intervención en aquel triunfo.

Ambas pasaron de la antigua iglesiade los PP. Mercedarios a la actual,cuya construcción habían iniciado. Sonellas las joyas de mayor precio para lapiedad fucurnana que, en 1912, solicitóde la Santa Sede y consiguió, por inter-medio del primer Obispo de la Diócesisy del Gobierno civil, la solemne coro-nación de la segunda.

Hace un siglo más o menos, un con-junto de circunstancias obligó a los Pa-dres a reducir once Conventos que, aprincipios del siglo pasado, tenían enlo que es hoy la República Argentina,y redujo a unos treinta religiosos losdoscientos que en ellos moraban.

Una de las víctimas fué el de Tucu-mán. Extinguióse hacia el ario 1834. Elúltimo fraile, R. P. Juan Felipe Reto,«santo varón», que pasó los últimosarios de su vida en el seno de su fami-lia natural, murió el 23 de agosto de1845 y fué sepultado en la Iglesia deSan Francisco.

Llevaba en su tumba un largo pasadode glor 7 a conquistada por su familiareligiosa en las lides del Señor; tam-bién muchas esperanzas tronchadas enflor para el arraigo y fomento de la vidacristiana entre los hijos de esta pro-vincia y de tantos forasteros extranje-ros a quienes atrae la fertilidad de susuelo y la belleza de sus montañas.

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INJUSTICIA CON EL CLERO

El Clero ha sido ya privado de sus asignaciones con un acto

totalmente contrario a la índole generosa del caballeresco pueblo

español, y con el cual se viola un compromiso adquirido con pacto

concordatorio, y se vulnera aún la más estricta justicia, porque el

Estado que habla fijado las asignaciones, no lo había hecho por

concesión gratuita, sino a titulo de indemnización por bienes usurpa-

dos a la Iglesia.

o o o o oO . 0 . 0 go ocg 0. 0 0S 20.° . 0 0 S.° 0 0 2.° .0

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— 34 -- RADIOGRAMAS

Toca ahora a sus hermanos en reli-gión, cuya nostalgia conociamos ycuyas ardientes aspiraciones nos apre-suramos a colmar, franqueándolesmuy de corazón las puertas de nuestraDiócesis, apenas hechos cargo de ella;tócales, decimos, recoger de entradaaquellas esperanzas y convertirlasprontamente bajo la bandera de su bea-tísimo Padre, San Pedro Nolasco, ensantas realidades para gloria de Dios,honra de la Santísima Virgen de laMerced y salvación de las almas en elnuevo campo de apostolado que aca-bamos de confiar a su celo.

En vuestro nombre, sacerdotes delclero secular y regular, comunidades

religiosas y fieles, y en el nuestro,damos a los RR. PP. Mercedarios lamás cordial bienvenida a su regreso aTucumán, tras una ausencia centena-ria, y hacemos fervientes votos por eléxito de su nueva misión; la prontainiciación de las obras de su nuevoConvento y de su futura Iglesia y lafeliz terminación de ambos.

Dada en Tucumán, a días 19 de agos-to del ario del Señor 1933, XIX Cente-nario de la Redención.

t AGUSTINObispo de Tucumán.

«Revista Mercedaria», Córdoba-Ar-gentina. Núm. 57-1933.

USTA curttosA.—En la iglesia dondeOí la misa del gallo, después de can-tada ésta, el celebrante dijo rezadas lasdos restantes; en cambio mi hermanafué a otra iglesia donde hubo una solamisa, la cantada, y no dieron comu-nión, con lo que vino no poco contra-riada. ¿A qué es debido este distintoProceder?

Por derecho canónico sólo se per-mite la celebración de una sola misaen la media noche de Navidad, y noen todas las iglesias, sino sólo en lasconventuales y parroquiales. (Canon821, § 2).

Para celebrar las dos restantes, comodice sucedió en la iglesia a donde us-ted fué, hace falta indulto apostólico.(Ibid.)

En los oratorios de las casas religio-sas de piedad o beneficencia, dondeh ay habitualmente reservado, o enSUS iglesias, según recta interpretación,cerradas las puertas, aunque se admi-tan a determinadas personas extrañas,Pueden decirse las tres' misas y darsela comunión. (Canon citado, § 3).

La expresión del permiso 'de dar lacomunión en este último caso indujo—Y no sin fundamento, porque antes elPrivilegio o derecho de decir misa aInedia noche no incluía el de distribuiren ella la comunión—a muchos a creerque no podía darse la comunión en lasmisas celebradas a puertas abiertas.lioy, después de la sentencia benignade la Comisión de interpretación delCódice, puede tenerse por principioque, permitida la misa, se permitetambién la distribución de la comu-nión a los que asistan a ella, lo cualestá muy conforme con los Cáno-nes846, § 1, y 867, § 4.

Según esto, la iglesia en la que ustedasistió a la misa del gallo y dijeron lastres, tendría privilegio apostólico parael1o, y la iglesia en la que la oyó suhermana, no tendría dicho privilegio,o Si lo tenía, el sacerdote no quiso

usar de él, o no podría por tener com-prometida la hora para las otras dos.Si no dió la comunión sería, o porquenadie se acercó o por estrecha inter-pretación del derecho -u olvido de lamencionada resolución de la Comisióndel Códice..• ¿Cuándo unas aguas son milagrosas?

Aunque parezca paradójico: cuandono tengan nada de milagrosas, es de-cir, no tienen ninguna cualidad pro-porcionada a los efutos que producen;por lo cual hay que admitir la inter-vención extraordinaria de Dios en lascuraciones de las tales aguas.

Así se llama milagrosa el agua deLourdes, porque siendo una agua unpoco mejor o un poco peor que otraagua cualquiera, la Virgen María hacepor ella lo que el agua no puede hacerde ninguna manera.

¿Cuál es el mejor tiempo para co-mulgar, antes o después, o en la misa?

El tiempo más oportuno es en lamisa, después del sacerdote. «Desea elSanto Sínodo que los que asisten a lamisa comulguen en ella, no sólo espi-ritual, sino también sacramentalmentepara conseguir frutos más copiososde este santísimo sacrificio». (ConcilioTridentino, sesión XXII, cap. VI). Asíse hace en las casas de formación deesta provincia.

Y debiera comulgarse con partículasconsagradas en la misma misa paraser partícipes del mismo sacrificio, por-que sin duda que cada misa es un sa-crificio, cuya parte integrante, por lomenos, es la comunión. Así tengo en-tendido lo hacen aquí una Comunidadde monjas, en cuya misa conventual seconsagran cada día las partículas paralas que cada día y en la misa comul-gan. Pertenecen a una Orden eminen-temente litúrgica. 'Todavía en Catedra-les y Colegiatas se consagran en cadamisa partículas para los que en ellaexpresaron deseos de comulgar.

UJÁN

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r -NOTICIAS K- 37 —

FERROL

El dia 23, sábado, se tuvo en nuestraiglesia una solemne Misa cantada en ac-ción de gracias a Nuestra Santísima Ma-dre, por no haber tenido que lamentardesgracia alguna personal en el recienteatentado de que nuestra Comunidad fuévíctima durante la pasada huelga. Comul-garon todos los niños de nuestro colegio ynumerosos terciarios.

Tenemos también que hacer constarnuestro profundo agradecimiento a laspersonas que, sin distinción de clases,acudieron a nuestra Residencia minutosdespués de la terrible explosión a ofrecér-senos y a protestar indignados del bárba-ro atentado de que fuimos objeto.

—Muy solemne resultó la novena a laInmaculada Concepción.

Todos los días predicó en ella un Padrede esta Comunidad.

—Con gran concurrencia de público seinauguró el primer domingo del mes unciclo de conferencias populares sobre Re-ligión, que continuarán durante todo elcurso del ario 1933-34 una o dos veces porsemana. Están a cargo del R. P. FerminAlvaro, O. M.

—El dia de Nochebuena, a las cuatrode la tarde, se celebró en el salón de actosde nuestro Colegio, el reparto de premiosa las alumnas de las Escuelas Dominica-les. Versos y música, villancicos al NiñoJesús, cantos regionales con vistosos tra-jes, diálogos, monólogos, palabras finalesdel director; aplausos, y por fin, repartode un cartucho repleto de golosinas. Elescenario, muy bien adornado. Nuestroparabién a la señorita Presidenta y alas directoras y catequistas de las escue-las.

—También tuvieron sus premios losgolfillos de nuestra Catequesis. (No se ad-miten en ella sino los niños mas abando-nados). Según nos informan, se preparauna gran fiesta para ellos el dia de Nues-tro Santo Padre.

—Continúa con gran solemnidad el oc-tavario del Niño Jesús. Todos los días hayuna breve instrucción al pueblo.

PERU

Capítulo Provincial. —En el celebradoen Lima, desde el día 1 al 15 del pasadomes de julio, fueron elegidos: Provincial,el M. R. P. Armando Bonifaz; Definido-res, los RR. PP. Costa Cavero, AlbertoEscaler y Pedro Cárdenas. Comendado-res: de Lima, R. P. Francisco Málaga; delCuzco, R. P. Fermín Luna; de Huacho,R. P. Zacarías l'adán. Maestro de novi-cios: de Lima, R. P. Alberto Escaler; delCuzco, R. P. Angel Tronco; Maestro decoristas, R. P. Antenor Huambo; de pos-tulantes, R. P. Ramón Amado. Diputadoal Capitulo General, R. P. Feliciano Ar-teaga; Secretario Provincial, R. P. Ante-nor Huambo.

R. P. Juan Costa y Cavero. —Leemosen el diario «La Crónica», de Lima, delsábado 30 de septiembre del presente año,en la sesión de la Cámara, lo siguiente:

«En seguida se procedió a la elección deObispo para la -Diócesis de Puno, con elsiguiente resultado: votaron 87 represen-tantes; mayoría absoluta, 44 votos.

Dr. Juan Costa y Cavero, 32 votos.Dr. Salvador Herrera, 51 idem.Dr. Augusto Gálvez, 1 ídem.Viciados, 3.Se proclamó al elegido para el Obispado

de Puno, Monseñor Salvador Herrera.»

El P. Costa es actualmente Superior delConvento Mercedario de Lima.

MELIPILLA

-En la Casa de Noviciado de la provinciaMercedaria, ubicada en este departamen-to, el 12 del presente emitieron la profe-sión de votos simples los siguientes reli-giosos de coro: Fray Mariano de Jesús Pe-fia y Lillo Varas, Fray Bartolomé SegundoGonzález Perialoza, Fray José MercedesBeltrán Belträn y Fray Miguel Luis Ra-mírez Urbano.

A todos ellos les deseamos abundantesgracias celestiales.

PUERTO RICO

El Congreso Eucarístico de Ponce.(Especial para LA MERCED).—La isla bellade Puerto Rico siempre católica, nominal-mente siempre católica; pero en arios pa-sados muy pobre en verdadero espíritucristiano.

Se ha notado un saludable resurgimien-to, y se debe, nadie lo duda, el tal resur-gimiento a los «Jueves Eucarísticos»; por-que solamente los «Jueves» con su internavitalidad pueden producir hechos tan cul-minantes de vida católica.

Inicialmente se contó con 12.000 jue-vistas, pertenecientes a los 60 Centros quehay en la isla de Borinquen. Con 12.000amantes de la Eucaristía ya se podia ce-lebrar un Congreso. Fueron mas grandeslas aspiraciones, y el éxito obtenido lasPropasó.

La organización del Congreso, hechaPor nuestro Padre J. R. Orjales, secreta-rio general del mismo, fué formidable, yse puede afirmar sin titubeos que el Con-greso Eucarístico de Ponce marcará laPauta a seguir en otros de la misma ín-dole.

El Excmo. Obispo Willinger puso al ser-vicio del Congreso su amor, entendimien-to y voluntad, secundado por los Reve-

rendos Padres Noell y Aguilera, Vicariogeneral de la Diócesis y Canciller, respec-tivamente.

Durante el mes de septiembre se cele-braron meetings de afirmación católicaen pro del Congreso en todas las parro-quias, desfilando por la tribuna prestigio-sos caballeros de toda la Isla.

En el mes de octubre, convenciones enMayagüez, Utuado, Coamo y Guayama,en las que se trataron todos los temas deactual importancia para la vida católicaen Puerto Rico.

Los días 26, 27 y 28 convenciones enPonce.

El dia 29, fiesta de Cristo Rey, clausuraapoteósica del Congreso.

Las comuniones en este día hay quecontarlas por millares. En todas las parro-quias de la diócesis, misas de comunióngeneral. En la Catedral, en Ponce, enuna sola misa comulgaron 2.000 hombres.

A las diez, misa pontifical, celebradapor el Excmo Obispo, a la que asisten15.000 fieles.

Por la tarde Ponce estaba invadido deperegrinos. A . las tres y media, el Exce-lentísimo Byrne, Obispo de San Juan, De-legado Pontificio ad casum, abre la sesiónclausural ante 50.000 congresistas.

El Sr. Martínez Alvarez, abogado, pro-nuncia un profundo, brillante y elocuen-te discurso en nombre de Puerto Rico.

Y después el desfile, el ingente desfilesegún este orden:

1.° Abre marcha una sección de poli-cía montada.

2.° Entrada de Jesús en Jerusalén(grupo a pie).

3.° Niños.4.° Niñas.5.° Banda del Asilo de Huérfanos de

Ponce.6.° Carroza de la Primera Comunión.7. 0 Parroquias de Anjuntas, Aguada,

Aguadilla, Aibonito, Añasco, Arroyo, Ba-

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Sra. D.. Vicenta Zorrilla.

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rranquitas, Cal» Rojo, Camilo, Guánica,Ensenada, Guayama y Guayanilla.

8.° Carroza con el Sacrificio de Abra--ham.. 9.° Parroquias de Jayuya, Juana Diaz,Lajae, Marica°, Las Marias, Mayagüez,-Maunabo, Moca, Rincón, Patillas, Peñue-las, Sábana :Grande.

10. Banda de la Correccional de Ma-yagüez.

11. • Parroquias de San Germán, Sali-nas, San Sebastián, Santa Isabel, Utuado,

Yauco, San Juan y demás pile-iblos de la diócesis del , Norte.

12. Grupo a pie con el Arca de laAlianza, etc.

13. Parroquias de Ponce, Playa, SantaTeresita, Milagrosa, Merced y Catedral..

14. Banda municipal de Mayag,iiez.15. Hermanos de San Juan Evange-

lista (Cheos).16.: Carroza con el «Buen Pastor»..17. Hermanos del Sa,ntisimo.

, 18. Banda de la Beneficencia de SanJuan. . .

19. Caballeros católicos de la Isla.20. Carroza de San Tarsicio (primer

mártir de la Eucaristía)..21. Caballeros católicos de Ponce.22. Banda de la Guardia ,Nacional.23. Holy:Name,,Caballeros de Colón y

Adoración Nocturna.24. Carroza con la Cena.25. Clero:.26. Cruz de la Catedral y acólitos.27. Carroza con el: Santísimo.28. Banda municipal de Ponce..El Congreso, Eucarístico fué un éxito

rotundo. Muchas fueron las personas quecooperaron directamente; pero repetimosque sin el Excmo. Obispo Willinger, sinlos «Jueves Eucarísticos» y sin la formida-ble organización del P. Orjales, no se hu-.biera celebrado un Cengreso en Ponce.

J. GONZÁLEZ

DE SARRIA

Diciembre.— «¡Pobrifíos!» As i excla-maría «na nosa fala» un benemérito reli-gioso nuestro si viera a estos jóvenes entrelas heladas y las nieves con que el cieloregaló en abundancia durante casi todoslos días del mes que hoy acaba, a los ha-bitantes de Sarria. Los postulantes se de-fendieron bien, gastando a los zapatos dospares de medias suelas; no asi a, los no-vicios, a quienes la gravedad del hábitoimpide puedan moverse con la ligerezaque desearan en estos casos. Puede serque en Verín - donde a estas fechas espe-raban encontrarse—fuere ' más llevaderoel rigor del invierno, sin que •yo quieraafirmar con esto que las tierras orensanaspequen de calientes.

Las fiestas clásicas y más alegres delario son las «Navidades». Los del mundofruecanla por las de Carnaval, donde sólologran un goce ficticio y engañador, comoficticia y engañadora es la Máscara enque durante esos días se encubren. ¡Estasalegrías que vienen , y se marchan tanpronto dejando una huella de... carne,mejor fuera nunca llegaran!

Para los niños estas fiestas decembrinastienen un atractivo particular, porque lamayor parte de los actos que se celebrangiran en torno del Niño-Dios hecho hom-bre. , La Misa del Gallo, el establo de Be-lén, los villancicos, la entrada de arionuevo, etc., todo es propio para sostenere impresionar vivamente el espíritu de lospequeños. Hasta hoy nos han entretenidodia si y día no, con representaciones escé-nicas de escaso valor literario, en su ma-yor parte. Para el dia 4 de enero figuraen el programa el «Molino de Guadalaja-ra», Zorrilla; mañana los novicios repre-sentarán el «Colmenero Divino», hermosoauto sacramental de nuestro hermano dehábito el 'inmortal Tirso-de Molina. Asípasamos las Navidades alegrándonos en elSeñor los religiosos de este Convento deSarria.

FR. J. M. VALLEJO

Mercedario

31-XII-33.

El día 12 de noviembre falleció, enMadrid, D. a Vicenta Zorrilla Hernan-do, celadora activísima de nuestra Ve-

nerable Orden Tercera. Fué una deesas almas que Dios escoge para suapostolado de acción. Infatigable yCelosa de la gloria del Altísimo, dedi-caba casi todo el día y aun parte dela noche a ejercicios de piedad visitan-do, con frecuencia, los enfermos yasociados.

Desde los primeros días de nuestroestablecimiento en la iglesia de la Bue-na Dicha, fué constante en esta labor.De Nuestra Santísima Madre habrárecibido el premio de su sincero amorInercedario.

Acompañamos en su dolor a D. a.Ju-

lia, su hermana, con quien compartióla tarea de apostolado y rogamos unaoración a nuestros lectores.-

— Cristianamente, como había vivi-do, falleció en Madrid, el • día 21 denoviembre, D. Luis Asín Palacios. Conla virtud y el trabajo supo formar inhogar modelo. Vivía de lleno para lossuyos. Muchas fueron sus virtudes yprincipalmente la caridad. El «dad yse os dará,» del Evangelio tuvo en élaplicación perfecta.

Fué fervorosísimo terciario de nues-tra Venerable Orden Tercera y Caba-llero del Pilar. Huelga decir cuán de-voto era de la Santísima Virgen. •

Murió con la tranquilidad de 1-Osjustos, después de haber recibido, confervor, los Santos Sacramentos.

A su viuda D. Petra Vidaurreta ehijos, nuestro sentido pésame y a nues-

D. Luis Asir' Palacios.

NECROLOGIA

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-- 40 --

tros lectores una oración por su des-canso eterno.

—En Bérriz (Vizcaya), el señor donAndrés Alberdi, falleció cristianamen-te. A nuestro buen amigo D. FelipeAlberdi, nuestra condolencia.

—En Bérriz (Vizcaya), el 25 de di-ciembre, a las tres de la tarde, el Señorllamó para Sí a la M. PresentaciónAreitio, religiosa de Coro, edad sesen-ta años y treinta y ocho de religión.Fué una de las tres religiosas que elaño 1925 como Maestra de Noviciasvino a reforzar el convento de MadresMercedarias >de San Fernando de Ma-drid donde dejó sentir la influencia desus virtudes en la edificación de la Co-munidad y en la formación de las no-vicias. A la Comunidad de Bérriz nues-tro pésame y también enhorabuena,porque, rectamente pensando, tienenuna intercesora más en el cielo.

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