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EDITA:

Ibercaja© Caja de Ahorros y Monte de Piedad

de Zaragoza, Aragón y Rioja

DIRECCIÓN DE LA REVISTA:

Francisco Bono Ríos Jefe del Gabinete de Estudiosde la Dirección General de Ibercaja

SERVICIO DE ESTUDIOS:

Plaza de Basilio Paraíso, 250008 ZaragozaTeléfono 976 76 79 51Fax 976 76 80 21Internet: http://www.economia-aragonesa.comCorreo electrónico: [email protected]

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Departamento de Diseño y Autoediciónde TIPOLINEA, S.A.

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Este boletín ha sido confeccionadoen Garamond estrechada al 95 %, cuerpo 10 sobre 13

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TIPOLINEA, S.A.

I.S.S.N.:

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DEPÓSITO LEGAL:

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Las opiniones expresadas por los colaboradores de la revista no tienen porqué coincidir necesariamente con los criterios de los editores. Los únicosresponsables son sus propios autores, que no siempre reflejan los criteriosde las instituciones a las que pertenecen.

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Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Cifras de la economía aragonesa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Indicadores económicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Series estadísticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Instantánea económica: nueva metodología de elaboración del IPC . . . . . . . . .

Información del entorno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Coyuntura internacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Estadísticas por comunidades. Ranking de entidades financieras . . . . . . . . . . .

Estudios monográficos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• El equilibrio presupuestario y las Leyes de Estabilidad,

por Ricardo Martínez Rico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• El reto de medir las discrepancias regionales,

por José Aranda Aznar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• De la Operación Integrada de Desarrollo al Examen territorial

de la OCDE-Teruel: una región rural. Diagnósticos, estrategias y objetivos,

por Luis Antonio Sáez Pérez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Punto de mira de la economía aragonesa, por José M. Royo . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Solapas de la cubierta

Estadistas y empresas de Aragón, por Eloy Fernández Clemente

• Ibercaja

• Joaquín Costa

Separador: Pierda el miedo a la Banca Electrónica

ECONOMÍA [3] ARAGONESA

ABRIL 2001

Sumario

Por José Villaverde Castro*

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ECONOMÍA [4] ARAGONESA

ABRIL 2001

Como viene siendo habitual, el ejemplar decimocuarto de Economía Aragonesa se ini-cia repasando en las primeras páginas las cifras de la economía regional y nacional. Dadoque es la primera ocasión en la que disponemos de datos completos del año 2000 yteniendo en cuenta que los datos añadidos de 2001 no son todavía significativos, el análisisde esta sección –así como las cifras– se concreta exclusivamente al pasado ejercicio eco-nómico dejando para sucesivos números el estudio del presente año.

La sección de Instantánea Económica se dedica en esta ocasión a explicar la nuevametodología de elaboración del IPC, tema que consideramos de interés para los lectoresdada la relevancia y utilización de este indicador.

En el apartado de Información del entorno, además de nuestra habitual Coyunturainternacional publicamos unas estadísticas de las distribución de recursos ajenos y créditospor comunidades, junto a los rankigs por los mismos conceptos, de las cajas de ahorros ylos principales bancos.

Nuestra sección de Estudios monográficos cuenta en esta ocasión con la colaboraciónde tres aragoneses de origen o adopción: en primer lugar de Ricardo Martínez Rico, técnicocomercial y economista del Estado, que realiza un interesante artículo sobre el equilibriopresupuestario y las Leyes de Estabilidad diseñadas para conseguirlo. En segundo lugar JoséAranda Aznar, vocal asesor del Instituto Nacional de Estadística, reflexiona sobre las carac-terísticas que deben reunir los datos estadísticos para que realmente sirvan para medir lasdiferencias regionales y por consiguiente el reparto de recursos. Por último Luis AntonioSáez, de la Universidad de Zaragoza, nos brinda un análisis sobre la situación de la provin-cia de Teruel y su desarrollo.

El periodista invitado en la sección Punto de mira es en esta ocasión José María Royo,que hace el habitual repaso de las principales noticias acaecidas en estos últimos meses.Eloy Fernández Clemente nos ilustra sobre Joaquín Costa e Ibercaja con motivo del 125aniversario de su fundación, y para terminar el separador incluye unos conceptos básicossobre el uso de la Banca Electrónica.

Un buen año para Aragón

Como se indica en la sección de Cifras de la economía aragonesa y tras el estudio delos resultados sectoriales en el año 2000, el Departamento de Economía del Gobierno deAragón estima que la economía aragonesa registró un crecimiento (VAB) del 4,6 %, cincodécimas por encima de la media nacional.

Este hecho debe ser subrayado con intensidad ya que supone consolidar la tendencia delaño anterior al mismo tiempo que apunta a una posible ruptura del tradicional menor cre-cimiento económico respecto a España que se produjo en la década de los noventa.

Editorial

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ECONOMÍA [5] ARAGONESA

ABRIL 2001

[EDITORIAL]

A destacar el notable dinamismo del sector secundario aragonés, el excelente clima inver-sor más intenso que en el conjunto del Estado, la mejora del nivel exportador y la notablecreación de empleo, como los factores más favorables de la actual situación económica.

En el lado opuesto de la balanza: el menor dinamismo del sector servicios en compara-ción a España, la acentuada desaceleración del consumo privado, la excesiva precariedad enel mercado laboral y el mal comportamiento de los precios a pesar de la existencia deuna menor inflación respecto a España, constituyen los elementos generadores de ciertainquietud.

El crecimiento equilibrado y las Leyes de Estabilidad Presupuestaria

Ricardo Martínez Rico, técnico comercial-economista del Estado y director general delGabinete del Ministro de Hacienda, abre la sección de Estudios monográficos con un ela-borado trabajo sobre el crecimiento de la economía española en los últimos años y la impor-tancia del equilibrio presupuestario y la apuesta por el abandono del tradicional déficitpúblico para continuar en la senda del crecimiento sostenido y la convergencia real con lospaíses de la Unión Europea.

Comienza su trabajo haciendo un recorrido sobre los satisfactorios resultados de la eco-nomía española en los años 1996-2000 que han permitido un crecimiento económico y unacreación de empleo en tasas superiores a la media de la Unión Europea, que «ha producidoun proceso de intensa internacionalización y modernización de la economía y de las empre-sas españolas».

Analiza más tarde las principales características de la actual situación económica y laintroduccíón del nuevo escenario para el 2001 con la total eliminación del déficit presu-puestario y su justificación económica.

Por último aborda los proyectos de Ley General de Estabilidad Presupuestaria y de LeyOrgánica complementaria a la anterior que «constituyen el instrumento normativo que va apermitir el desarrollo de la actividad del sector público en un marco de estabilidad presu-puestaria», aplicable a cualquier nivel de Gobierno, tanto central como autonómico.

El autor aboga por la generalización de una cultura de la estabilidad, que ya ha arraigadoen nuestro país y postula que a través de la reducción del gasto público se reduce el pesodel Estado en la economía, favoreciendo la iniciativa privada y confiriendo a ésta el papelde motor del crecimiento.

Sobre cómo medir las diferencias regionales

El segundo trabajo de la presente edición aborda la cuestión de la fiabilidad y objetividadde los datos estadísticos. José Aranda Aznar, economista y estadístico, vocal asesor delInstituto Nacional de Estadística, después de reflexionar sobre las dificultades que plantea

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ECONOMÍA [6] ARAGONESA

ABRIL 2001

[SERVICIO DE ESTUDIOS DE IBERCAJA]

la información estadística, tanto en la obtención de muestras representativas como en laextracción de conclusiones, se detiene sobre las características que deben tener los datosestadísticos para que «sean aceptados por todos como buenos» y sirvan de medida cohe-rente y solidaria para el reparto de fondos que palie las diferencias regionales.

El autor incluye entre los diversos ejemplos territoriales datos de la Comunidad de Ara-gón, especialmente los relativos a población y ocupación, obteniendo interesantes conclu-siones acerca de la emigración de nuestros conciudadanos, tanto a nivel global como de seg-mentos educacionales.

Remitimos al lector a una lectura detenida de este artículo por ser altamente sugerente.

Teruel existe

Haciendo extensivo el conocido «slogan» al nivel de estudiosos e intelectuales, Luis Anto-nio Sáez, profesor de la Facultad de Económicas de la Universidad de Zaragoza, realiza undetenido análisis sobre dos estudios monográficos que sobre Teruel y su problemática se hanpublicado en dos momentos distintos: uno en los años ochenta, Estudio preparatorio parala Operación Integrada de Desarrollo, auspiciado por la Diputación General de Aragón, y elrecientemente presentado Examen territorial de la OCDE-Teruel: una región rural.

Partiendo de la situación económica, estructural y demográfica de Teruel en los añosochenta, va realizando un estudio comparado de los diagnósticos y/o propuestas del primerestudio, la situación actual y la óptica de la OCDE, concluyendo que su estructura produc-tiva ha ido adaptándose de manera paulatina y eficaz a los cambios competitivos, aunque sudéficit en infraestructuras económicas y sociales y telecomunicaciones son una importanterémora para su crecimiento y desarrollo.

Manifiesta, sin embargo, que los dos estudios coinciden en que el problema demográficoes el más grave y el de mayor relevancia; la situación ha empeorado en términos absolutosen los últimos años complicando su desarrollo futuro, pues las limitaciones de los ciudada-nos a nivel social, cultural, etc., hace que aun teniendo oportunidades de negocio o profe-sionales eviten seguir residiendo allí.

Punto de mira

El periodista invitado en esta ocasión es José María Royo, redactor de Economía de TVEen Aragón, que como en ocasiones anteriores va repasando las principales noticias apareci-das en los medios de comunicación y que han ocupado la atención de los aragoneses desdenuestro último número.

Va comentando las principales hechos que ahora mismo inquietan en nuestra Comuni-dad. Después de hacerse eco de la manifestación en Madrid el pasado mes de marzo comorespuesta al PHN, analiza la actual situación Opel reflexionando sobre los riesgos que ace-chan a la mayor empresa de Aragón.

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Las arcas autonómicas y el futuro de nuestros presupuestos son objeto de su acertadocomentario, junto a otros temas, como el de las «vacas locas» y la grave repercusión que esteasunto está teniendo en nuestra economía ganadera.

Estadistas y empresas de Aragón

Eloy Fernández Clemente nos acerca en esta ocasión a la personalidad de JoaquínCosta, gran político, jurista, economista e historiador aragonés, cuyos escritos sobre el desa-rrollo de la política agraria y las obras hidráulicas en Aragón crearon toda una escuela. En laotra solapa nos acerca a Ibercaja con motivo del 125 aniversario de su fundación, empresanacida en y para Aragón y que el devenir de los tiempos y la evolución del negocio la ha lle-vado a una progresiva proyección nacional.

Que no le asuste la Banca Electrónica

El separador está dedicado a aclarar algunos aspectos sobre los servicios financieros a dis-tancia, que pretenden hacer más inteligible esa nueva forma de operar con nuestras cuen-tas y con la que a diario nos abruman los medios de comunicación.

Servicio de Estudios de Ibercaja

ECONOMÍA [7] ARAGONESA

ABRIL 2001

[EDITORIAL]

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Cifras de la economía aragonesa• Indicadores económicos

• Series estadísticas

• Instantánea económica

Por José Villaverde Castro*Universidad de Cantabria

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Indicadores económicos

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ECONOMÍA [10] ARAGONESA

ABRIL 2001

[SERVICIO DE ESTUDIOS DE IBERCAJA]

* Variación interanual descontando el efecto del cambio de seccionado de 1999.

INDICADORES DE LA ECONOMÍA ARAGONESA

% Var. interanual

Actividad Fuente Unidad Fecha Dato Aragón España

Energía facturada . . . . . . . . . . . . . . . ERZ MWH En.-Dic. 00 5.335.846 8,2–Usos domésticos . . . . . . . . . . . . . ERZ MWH En.-Dic. 00 1.580.422 5,8–Alumbrado público . . . . . . . . . . . ERZ MWH En.-Dic. 00 90.679 1,1–Usos industriales . . . . . . . . . . . . . ERZ MWH En.-Dic. 00 3.664.745 9,5

Tráfico aéreo de pasajeros . . . . . . . . Aerop. Zarag. Personas En.-Dic. 00 244.130 0,4 9,7Tráfico aéreo de mercancías . . . . . . . Aerop. Zarag. TN En.-Dic. 00 3.546 –7,7 4,1Consumo de cemento . . . . . . . . . . . . OFICEMEN TM En.-Dic. 00 1.148.973 19,8 11,0Licitación oficial . . . . . . . . . . . . . . . . CEAC Mill. de ptas. En.-Dic. 00 174.738 –7,1 13,9Viviendas iniciadas . . . . . . . . . . . . . . M.° Fomento Viviendas En.-Jul. 00 6.502 –15,1 10,5Viviendas terminadas . . . . . . . . . . . . M.° Fomento Viviendas En.-Jul. 00 3.971 55,5 19,2Número viajeros en hoteles pernoc. EOH Personas En.-Dic. 00 3.685.823 3,7 –0,9

–Españoles . . . . . . . . . . . . . . . . . . EOH Personas En.-Dic. 00 3.202.408 2,4 2,8–Extranjeros . . . . . . . . . . . . . . . . . EOH Personas En.-Dic. 00 483.415 13,2 –2,9

Utilz. capacidad industrial . . . . . . . . ECI Porcentaje Media 00 77,4 % 2,7 1,1Índice de producción industrial . . . . INE Índice En.-Dic. 00 118,5 5,3 4,0Mercado de trabajoPoblación activa* . . . . . . . . . . . . . . . . INE Personas IV Trim. 00 495.500 1,9 1,3Población ocupada* . . . . . . . . . . . . . INE Personas IV Trim. 00 459.700 2,9 3,5Población parada* . . . . . . . . . . . . . . . INE Personas IV Trim. 00 35.800 –9,3 –10,5Tasa de paro encuestado* . . . . . . . . . INE Porcentaje IV Trim. 00 7,2 % - –11,1 –11,6Paro registrado . . . . . . . . . . . . . . . . . INEM Personas Diciembre 34.009 –9,1 –3,6Tasa de paro registrado . . . . . . . . . . . INEM Porcentaje Diciembre 7,0 % –11,1 –11,2Contratación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . INEM Número En.-Dic. 00 392.841 9,6 4,5Consumo e inversiónMatriculaciones ordinarias . . . . . . . . Tráfico Turismos En.-Dic. 00 33.970 –6,3 –2,5Importación bienes consumo . . . . . . Aduanas Mill. de ptas. En.-Dic. 00 285.172 1,3 12,0Importación bienes capital . . . . . . . . Aduanas Mill. de ptas. En.-Dic. 00 198.349 4,9 14,5Matriculación vehículos industriales Tráfico Vehículos En.-Dic. 00 8.857 –8,8 –3,7Sector exteriorImportaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . Aduanas Mill. de ptas. En.-Dic. 00 835.354 3,6 22,3Exportaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . Aduanas Mill. de ptas. En.-Dic. 00 832.288 3,9 19,1PreciosIPC . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . INE Porcentaje En.-Dic. 00 3,7 % 3,7 4,0Ganancia media/trabajador/mes . . . . INE Pesetas Media 00 230.325 2,6 2,3Precio m2 vivienda nueva . . . . . . . . . TINSA Pesetas/m2 III Trim. 00 168.600 19,8 14,0Sector financieroEfectos comerciales impagados . . . . INE Mill. de ptas. En.-Dic. 00 31.936 –4,9 3,1Depósitos sector privado . . . . . . . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 15.223 9,4 12,7

–Banca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 3.831 3,3 12,8–Cajas de Ahorros . . . . . . . . . . . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 9.664 11,2 12,5–Cooperativas de Crédito . . . . . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 1.727 13,6 13,6

Créditos sector privado . . . . . . . . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 13.525 19,0 17,5–Banca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 4.949 18,5 15,1–Cajas de Ahorros . . . . . . . . . . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 7.185 19,7 20,5–Cooperativas de Crédito . . . . . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 1.391 17,3 18,0

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ECONOMÍA [11] ARAGONESA

ABRIL 2001

[INDICADORES ECONÓMICOS]

INDICADORES ECONÓMICOS PROVINCIALES

Dato % Variación interanual

Actividad Fuente Unidad Fecha Zaragoza Huesca Teruel Zaragoza Huesca Teruel

Energía facturada . . . . . . . . . ERZ MWH En.-Dic. 00 3.815.097 835.953 684.796 6,7 6,8 19,6–Usos domésticos . . . . . . . ERZ MWH En.-Dic. 00 1.210.962 174.667 194.793 5,0 4,8 11,6–Alumbrado público . . . . . ERZ MWH En.-Dic. 00 57.921 16.963 15.795 –1,3 7,6 3,8–Usos industriales . . . . . . . ERZ MWH En.-Dic. 00 2.546.214 644.323 474.208 9,6 11,9 26,4

Consumo de cemento . . . . . OFICEMEN Tm En.-Dic. 00 720.223 295.517 133.233 30,6 8,0 –0,6Licitación oficial . . . . . . . . . . SEOPAN Mill. de ptas. En.-Dic. 00 83.788 58.150 6.362 –33,1 15,9 –50,1Viviendas visadas . . . . . . . . . CEAC Número En.-Dic. 00 11.811 3.176 975 6,2 2,3 43,0Núm. viajeros hoteles pernoc. EOH Personas En.-Dic. 00 1.807.462 1.346.089 532.273 10,7 –8,2 17,3

–Españoles . . . . . . . . . . . . EOH Personas En.-Dic. 00 1.533.873 1.176.784 491.752 8,9 –8,9 15,4–Extranjeros . . . . . . . . . . . EOH Personas En.-Dic. 00 273.589 169.305 40.521 22,5 –2,2 32,9

Mercado de trabajoPoblación activa* . . . . . . . . . INE Personas IV Trim. 00 358.300 85.300 51.800 0,0 7,7 7,5Población ocupada* . . . . . . . INE Personas IV Trim. 00 331.100 79.800 48.700 0,4 9,6 10,7Población parada* . . . . . . . . . INE Personas IV Trim. 00 27.200 5.500 3.100 –5,2 –14,1 –26,2Tasa de paro encuestado* . . . INE Porcentaje IV Trim. 00 7,6 % 6,4 % 6,1 % –5,0 –21,0 –29,1Paro registrado . . . . . . . . . . . INEM Personas Diciembre 26.129 4.399 3.481 –8,5 –11,8 –11,3Tasa de paro registrado . . . . . INEM Porcentaje Diciembre 7,2 % 5,1 % 6,6 % –10,0 –16,4 –17,5Contratación . . . . . . . . . . . . . INEM Número En.-Dic. 00 316.161 52.971 23.709 11,5 3,3 1,4

DemandaMatriculaciones ordinarias . . Tráfico Turismos En.-Dic. 00 24.968 6.042 2.960 –7,1 –4,3 –3,2

Sector exteriorImportaciones . . . . . . . . . . . Aduanas Mill. de ptas. En.-Dic. 00 761.469 52.655 21.230 5,2 17,0 7,2Exportaciones . . . . . . . . . . . . Aduanas Mill. de ptas. En.-Dic. 00 723.558 93.307 15.424 2,2 23,6 24,1

PreciosIPC . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . INE Porcentaje En.-Dic. 00 3,8 % 3,4 % 3,3 % 3,8 3,4 3,3Precio m2 vivienda nueva . . . TINSA Pesetas/m2 III Trim. 00 185.800 139.500 107.400 22,0 14,0 14,0

Sector financieroEfec. comer. impagados . . . . INE Mill. de ptas. En.-Dic. 00 27.384 3.201 1.351 –4,6 –3,7 –12,1Depósitos sector privado . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 11.264 2.322 1.636 9,0 14,1 5,3

–Banca . . . . . . . . . . . . . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 2.867 612 352 3,1 5,0 2,9–Cajas de Ahorros . . . . . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 7.366 1.243 1.055 10,9 20,4 3,8–Cooperativas de Crédito . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 1.031 467 229 13,9 11,2 17,4

Créditos sector privado . . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 10.398 2.097 1.029 18,9 15,8 26,6–Banca . . . . . . . . . . . . . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 3.957 652 340 16,5 14,6 60,4–Cajas de Ahorros . . . . . . . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 5.567 1.123 495 21,3 14,8 13,3–Cooperativas de Crédito . B. de España Mill. de euros IV Trim. 00 874 322 194 15,3 22,0 18,3

* La variación interanual mostrada está afectada por los efectos de actualización del seccionado realizada en 1999.

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ECONOMÍA [12] ARAGONESA

ABRIL 2001

La economía aragonesa creció por encima de la media nacional en el año 2000

La economía internacional

A lo largo del año 2000 la economía mundial ha disfrutado de un ritmo de crecimientosensiblemente superior al esperado a pesar de las dosis de incertidumbre derivadas de lainestabilidad del mercado del crudo.

Con una tasa de crecimiento mundial en torno al 4,7 %, la más alta desde los años sesenta,la valoración que cabe establecer es, obviamente, muy positiva. La práctica totalidad de laszonas económicas han contribuido a este período expansivo, si bien hay que señalar enlugar destacado que la economía estadounidense se ha configurado, como a lo largo de ladécada, en la auténtica protagonista.

Así lo entiende también el Fondo Monetario Internacional, que en su último informeseñala que la buena marcha de la economía mundial se cimenta en la fortaleza de EstadosUnidos y en la robusta expansión europea.

La economía estadounidense creció a un ritmo del 4,8 % en el primer trimestre y del 5,8 %en el siguiente, aunque después de la época estival se apreciaron signos evidentes de ralen-tización. Menor incremento del consumo privado y testimonial aumento de la producciónindustrial conforme avanzaba el año eran indicadores evidentes de una desaceleración de sutrayectoria vigorosa.

Este hecho, absolutamente predecible ya que la economía del país norteamericano nopodía continuar creciendo indefinidamente por encima de su potencial, no supone unmotivo de excesiva preocupación en el concierto económico internacional por la raciona-lidad de su origen.

Por su parte Japón ha mejorado su proceso de recuperación aunque todavía precisa deun empuje más decidido de su consumo privado e inversión para lograr tasas de creci-miento más relevantes y sólidas. Para la consecución de tal fin es preciso que las autorida-des niponas prosigan con las reformas estructurales que mejoren las expectativas de losagentes económicos.

Las economías del sudeste asiático también aquilataron su proceso de recuperación, enesta ocasión bajo el paraguas de la pujante economía china.

En Iberoamérica las políticas de estabilización y el marco de reformas estructuralesque han llevado a cabo la práctica totalidad de los países han proporcionado un escenariodinámico que se refleja en una tasa de crecimiento conjunta que superó el 4 %.

Los países de la Europa del Este también se han apuntado a este ciclo expansivo regis-trándose tasas de crecimiento cercanas al 5 %, fundamentalmente por el aprovechamiento

Comentario

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ECONOMÍA [13] ARAGONESA

ABRIL 2001

[INDICADORES ECONÓMICOS]

de una inversión extranjera directa que le permite renovar su tejido productivo e incre-mentar su capacidad exportadora.

Europa, por su parte, prolonga su ciclo expansivo. Con una tasa de crecimiento en tornoal 3,5 %, tanto para la Unión Europea en su conjunto como para la zona euro, este grupo depaíses continúa presentando buenas credenciales.

En los países de la Unión Económica y Monetaria el PIB creció en torno al 3,5 %, lo cuales muestra irrefutable de la trayectoria vigorosa de la actividad, aunque el último semestrelas tasas de crecimiento se moderaron considerablemente.

Desde la vertiente de la demanda, el vigor del consumo privado y el fuerte ritmo de cre-cimiento en formación bruta de capital fijo acompañado de un notable dinamismo expor-tador explican la positiva evolución. Desde la vertiente de la oferta, el protagonismo debeatribuirse esencialmente a la pujanza del sector industrial.

Este nivel de actividad ha supuesto un impulso en la creación de empleo y en conse-cuencia un descenso de la tasa de paro, hecho que debe ser destacado ya que no debemosolvidar que el desempleo continúa siendo el principal problema socioeconómico deEuropa. De este modo la tasa de paro ha descendido de un 10,3 % del primer trimestre de1999 a un 9,6 % a la altura del cuarto trimestre de 2000.

A pesar de este buen escenario el euro ha proseguido, pese a distintas operaciones derescate, su proceso de depreciación, llegando a perder un 28 % de su valor desde su crea-ción en enero de 1999.

Y es que, sin lugar a dudas, este hecho y el incremento del barril de petróleo han sidolas cuestiones estrella en el último año del milenio. Los precios del crudo se instalaroncómodamente por encima de los 30 dólares, llegando puntualmente a alcanzar los35 dólares por barril, cuando a principios de 1999 su precio se situaba en torno a los 10dólares.

La mayor dependencia de los países europeos de una fuente energética como el petróleoha repercutido implacablemente en los precios europeos, obligando al Banco Central Euro-peo a un endurecimiento de la política monetaria a través de las consabidas subidas de lostipos de interés.

En consecuencia excelente nivel de actividad, incremento del diferencial de crecimientoentre la UEM y Estados Unidos, aumento de los precios del petróleo con su consiguienterepercusión en los precios y excesiva depreciación del euro, son los aspectos más destaca-dos del año 2000.

La economía nacional

El escenario internacional de desaceleración una vez concluida la época estival se hareflejado en la economía española. Según datos de la Contabilidad Nacional Trimestralcorrespondiente al cuarto trimestre de 2000, la tasa de crecimiento fue del 3,8 %, tres déci-mas por debajo al registro de los tres meses precedentes y cuatro décimas si tomamos comoreferencia el primer semestre del año. Con este resultado el Instituto Nacional de Estadís-

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tica estima que el ejercicio de 2000 se cerró con un 4,1 %, lo que significa que por cuartoaño consecutivo la economía española crece por encima del 4 %.

El menor vigor que presenta el PIB a medida que avanza el año responde al menor dina-mismo de la demanda interna. Sin embargo el freno de esta variable se ha compensado conla consolidada recuperación de un sector exterior que realizó una positiva aportación al cre-cimiento. En consecuencia podemos afirmar que a medida que avanza el año se produce uncambio en el papel protagonista de nuestro crecimiento.

La demanda

Según la Contabilidad Nacional Trimestral del cuarto trimestre de 2000, la demandainterna registró un crecimiento interanual del 3,3 %, cinco décimas por debajo del trimestreanterior. La desaceleración de esta magnitud viene explicada por la pérdida de dinamismodel consumo privado y de la formación bruta de capital fijo.

El consumo de los hogares, tal y como apuntábamos con anterioridad, ha moderadosu ritmo de crecimiento. Si a comienzos de 2000 la tasa de crecimiento superaba el 5 %, enel último trimestre del año el registro no llega al 3 %, exactamente un 2,8 %.

Menor creación de empleo, aumento del pago por intereses en los préstamos hipoteca-rios y disminución del efecto riqueza como consecuencia de la evolución del mercado bur-sátil, se configuran como los tres ejes explicativos fundamentales del descenso del consumofamiliar español.

Todos estos factores han incidido decisivamente en la existencia de unas expectativasmenos optimistas de los consumidores que se han manifestado principalmente en el gastoen bienes duraderos.

Esta circunstancia es claramente observable en los indicadores contenidos en nuestrocuadro de coyuntura, entre los que destaca la matriculación de vehículos, con un decreci-miento del 2,5 % en el año 2000. En la misma dirección apunta la evolución de la demandade crédito, la cual ha tendido a mayores cotas de moderación a medida que avanzaba el año.

Por su parte el consumo público creció un 2,9 %, lo que significa un aumento ligera-mente superior respecto a los trimestres precedentes, confirmándose de esta manera el per-fil ascendente del que ha hecho gala a lo largo de 2000.

El comportamiento irregular que mantuvo la formación bruta de capital fijo a lo largodel año cesó en el último trimestre de 2000 al confirmarse definitivamente una tasa de cre-cimiento netamente desacelerada.

La inversión de bienes de equipo creció sólo un 1,4 % en el cuarto trimestre de 2000cuando en el trimestre anterior se estimó un aumento del 3,5 %. Construcción tampoco hasido ajena a esta tendencia aunque su caída es más moderada, pasando de un 6,4 % en el ter-cer trimestre a un 6,0 % en el último.

En el primer caso los factores explicativos de la menor pujanza deben atribuirse, casiexclusivamente, a un menor dinamismo de la producción industrial, mientras que en el casode la construcción las obras de infraestructuras sustentan el crecimiento alcanzado ya quela vivienda ha abandonado su papel de locomotora del sector.

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[INDICADORES ECONÓMICOS]

En consecuencia y aunando los resultados de ambas variables, la formación bruta de capi-tal fijo se ha incrementado en un 4,4 %, casi un punto porcentual menos que en el trimes-tre anterior. Mayor contundencia, del perfil descendente de esta magnitud, refleja el dato enmedia anual, ya que pasa de un crecimiento del 8,9 % en 1999 a un crecimiento del 5,9 %en el año 2000.

Tras la evolución de las diferentes variables que componen la demanda interna el cre-cimiento para el cuarto trimestre de 2000 se estima en el 3,3 % cuando el último registroofrecido por la Contabilidad Nacional Trimestral fue del 3,8 %.

En términos de media anual la demanda interna creció un 4,2 % en el año 2000, dato cier-tamente notable pero claramente inferior al 5,5 % registrado el año anterior.

El sector exterior ha compensado parcialmente el menor crecimiento de la demandainterna. En los dos últimos trimestres del año su aportación al crecimiento económico havuelto a ser positiva (0,3 puntos en el tercero y 0,5 % en el cuarto), situación que no se pro-ducía desde el año 1997.

Esta situación es debida al dinamismo de las exportaciones, si bien la tendencia desace-larada de las importaciones, al amparo de un menor consumo interno, ha sido un factor adi-cional clave. En el cuarto trimestre del año las exportaciones han registrado un incrementodel 10,4 % mientras que las importaciones aumentaron un 8,2 %.

El aumento del ritmo exportador es debido al comercio de servicios ya que la expor-tación de bienes ha registrado una ligera contracción, esencialmente en los bienes deconsumo e intermedios. Por su parte la ralentización en el ritmo de crecimiento de lasimportaciones radica en el apartado de bienes por la trayectoria alcista de los precios inter-nacionales y por la mayor moderación del consumo interno.

En consecuencia si el crecimiento del PIB en el primero y segundo trimestres de 2000se situó en el 4,2 % y en el tercero la tasa se estimó en el 4,1 %, en el último tercio del añoel aumento registrado es del 3,8 %, lo cual permite cerrar el último año del milenio con unatasa de crecimiento superior al 4 %. Dato ciertamente notable que adquiere mayor dimen-sión si lo comparamos con el registrado en la Unión Económica y Monetaria, que se estimaalrededor del 3,5 %. De esta manera nuestro proceso de convergencia real con Europa con-tinúa intensificándose.

En este sentido y a pesar de que el ciclo económico mundial está desacelerándose, es deesperar que a lo largo del año 2001 España pueda seguir manteniendo el diferencial de cre-cimiento, aunque evidentemente registrando tasas de crecimiento más moderadas.

La oferta

Desde el lado de la oferta el sector agrario ha presentado en el año 2000 un moderadocrecimiento aunque el comportamiento de las dos principales ramas, agricultura y ganade-ría, ha sido claramente contrapuesto. Así mientras la primera ha alcanzado elevadas cotas deproducción, especialmente en determinados cultivos de temporada como el cereal o loscítricos, la segunda se ha resentido como consecuencia de la conocida crisis del vacuno.

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El sector industrial reduce su tono expansivo según avanzaba el año como consecuen-cia de una mayor moderación de la demanda nacional como internacional. Si nos atenemosa las cifras facilitadas por la Contabilidad Nacional Trimestral el sector creció un 3,9 % en elaño 2000, siete décimas por debajo del ejercicio precedente.

El Índice de Producción Industrial presenta, en el último tramo del año, una intensifi-cación de su perfil cíclico descendente. Si en los dos primeros trimestres del año el cre-cimiento superó el 5 % y en el tercero el 4 %, en el último la tasa apenas supera el 2 % unavez corregidas las diferencias de calendario laboral. Asimismo el Indicador de Clima Indus-trial y el grado de utilización de la capacidad productiva ratificaban con rotundidad esteperfil.

Por el contrario la ocupación en el sector ofrecía señales más positivas ya que en elcuarto trimestre del año se registraba un aumento interanual del 4,13 %. Porcentaje ésteligeramente superior al registrado en los tres trimestres precedentes.

La construcción mantiene un elevado ritmo de expansión si bien ha relajadosu tono pujante. Con una tasa de crecimiento del 6 % en el cuarto trimestre la evolucióndel sector sigue siendo muy positiva entre otras cuestiones porque la caída en lademanda de la vivienda como consecuencia de los altos precios, los elevados tiposde interés y el menor optimismo de las familias sobre la situación económica, ha tenidosu sustitución en el segmento de obra civil. El buen ritmo de las obras de infraestructurade carreteras, ferrocarril y regadíos ha permitido mantener un crecimiento elevado en eltrimestre de referencia y en el conjunto del año año 2000 ya que se ha estimado una tasadel 6,3 %.

El dinamismo del sector se refleja en el empleo. En el último tercio del año la ocupaciónha crecido un 5,8 %, dato algo inferior al existente en los tres primeros trimestres del añopero ciertamente relevante.

Servicios continuó mostrando un crecimiento estable pero confirmó por cuarto tri-mestre consecutivo su tendencia de desaceleración. Si a comienzos de año la tasa de cre-cimiento se estimaba en el 3,8 %, trimestre tras trimestre, la pérdida de una décima hasituado el crecimiento a finales de 2000 en un 3,5 %. En términos de media anual el cre-cimiento es del 3,6 %.

En coherencia con la evolución del consumo de los hogares y de las expectativas menospositivas del sector empresarial los servicios orientados a la venta registraron una ligera pér-dida de pulso a medida que avanzaba el año. Por el contrario los servicios no destinados ala venta mantuvieron un crecimiento sostenido a lo largo de todo el ejercicio, en torno al2,5 % de media anual.

El comportamiento globalmente sólido de los servicios ha tenido su reflejo en la pobla-ción ocupada del sector, la cual registra un crecimiento interanual del 4,4 % en el cuarto tri-mestre del año.

En consecuencia asistimos a un escenario heterogéneo en la medida en que todos lossectores productivos tienden a moderar su nivel de actividad, aunque éste continúa siendociertamente importante.

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[INDICADORES ECONÓMICOS]

Empleo y estabilidad

La existencia de un crecimiento económico por encima del 4 % ha permitido que conti-núe en España la creación de puestos de trabajo de forma notable y en consecuencia que eldesempleo descendiera.

En el cuarto trimestre de 2000 el número de ocupados en España, según la EPA, se situóen 14.610.800 personas, un 3,5 % con respecto al mismo período del año anterior. Por suparte el número de parados era de 2.301.800 personas y la tasa de paro se situaba en el13,6 % de la población activa, la más baja de los últimos años.

En términos anuales la economía española creó más de 656.300 empleos en el año 2000,lo que supone un crecimiento medio del 4,7 % según la Encuesta de Población Activa. Noobstante debemos recordar que el cambio de la base censal provoca un sesgo al alza queimpide comparaciones homogéneas. La corrección de este problema mediante las adecua-das técnicas estadísticas situaría el crecimiento final en un 4,2 %, que se convertiría en un3,3 % en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo.

La contratación, por su parte, ha continuado pujante. A lo largo del año 2000 se reali-zaron casi 14 millones de contratos, si bien sólo 1,2 millones fueron indefinidos, es decir,un 8,7 % del total. En consecuencia un año más deberemos afirmar que España continúasiendo el país con mayor precariedad laboral de la Unión Europea.

La elevada temporalidad, unida al mal comportamiento de los precios son los aspectosmás negativos, a nuestro juicio, del cuadro macroeconómico del año 2000. El IPC del mesde diciembre aumentó un 0,3 % situando la inflación interanual en el 4 %, los resultados másnegativos desde 1995. De esta forma el año se cierra de forma muy negativa ya que endiciembre de 1999 la tasa se situó en el 2,9 % y las previsiones oficiales preveían recondu-cirla hasta el 2 % en el 2000.

Buena parte de la desviación comentada anteriormente tiene su origen en el encareci-miento de los productos petrolíferos, si bien esta circunstancia no explica en su totalidadlos elevados precios ya que la inflación subyacente inició una progresiva aceleración hastaalcanzar el 3 % en diciembre. Esta situación es debida al mal comportamiento de los preciosde los servicios y de los bienes industriales no energéticos.

Como aspecto positivo hay que señalar que en el último mes del año se produce unpunto de inflexión dentro de la tendencia alcista de los precios después de que en noviem-bre la inflación se situó en el 4,1 %. En este sentido la mayoría de los analistas económicospronostican que a lo largo del año 2001 la inflación se moderará hasta situarse en un baremopróximo a las previsiones gubernamentales, si bien para ello es preciso, en nuestra opinión,que el Gobierno desarrolle una auténtica política antinflacionista, ausente hasta la fecha.

A modo de resumen cabe afirmar que globalmente el 2000 ha sido un buen ejercicio,siendo previsible que en el año 2001 la economía española se mueva dentro de las pautasexhibidas en la segunda mitad del año, es decir, tendencia a moderar el nivel de actividaddentro de un marco de firmeza.

En este sentido se espera que en el presente año la economía crecerá por encima del3 %, tasa elevada pero claramente inferior a los registros de los últimos cuatro años.

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La economía regional

El año 2000 ha sido muy positivo para la economía aragonesa, creciendo por encima dela media nacional y europea, tal y como señalan las estimaciones internas del Departamentode Economía, Hacienda y Empleo del Gobierno de Aragón, que recientemente han sidopublicadas y que utilizaremos como base para realizar nuestro habitual comentario coyun-tural dado que al cierre de la revista no se disponen tadavía de otras estimaciones habitua-les como Funcas, etc.

En este sentido recordamos a nuestros lectores que las estimaciones a las que hacemosreferencia están disponibles en nuestra sección de series estadísticas.

La demanda

Desde el lado de la demanda el consumo final de los hogares en Aragón habría tenido,a lo largo del año, un comportamiento más moderado que el registrado en el conjuntonacional, al margen de compartir un acentuado perfil de desaceleración. Según las estima-ciones del Departamento de Economía del Gobierno de Aragón esta variable registraría unatasa de crecimiento del 3,6 % para el año 2000 en su conjunto, cuatro décimas por debajode la media nacional.

Determinados indicadores sensibles a esta magnitud, como la matriculación de turismos,ratificarían lo ya comentado puesto que en Aragón asistimos a tasas decrecientes más inten-sas que las registradas en España.

En cualquier caso y al margen de la evolución de la matriculación de turismos que es unbien con unas características peculiares, no debemos olvidar que un crecimiento del con-sumo privado por encima del 3,5 % refleja una situación ciertamente dinámica. Así lo mues-tran el resto de indicadores. La importación de bienes de consumo en el año 2000 aumentóun 12 %, la morosidad desciende un 5 %, mientras que la demanda de crédito en el cuartotrimestre aumentó un 19 % respecto al mismo período del año anterior.

Por lo que hace referencia al consumo de las administraciones públicas, el Depar-tamento de Economía del Gobierno de Aragón no realiza estimaciones aunque cabe intuirun comportamiento muy similar al mostrado a nivel nacional.

La formación bruta de capital fijo habría sido más intensa en nuestra ComunidadAutónoma, tanto en la vertiente de bienes de equipo como de construcción. En el primercaso se estima un crecimiento medio para el año 2000 del 5,9 % en Aragón frente al 5,4 %de España, si bien lo más relevante de esta magnitud es su acentuada desaceleración a lolargo del año, tanto a nivel nacional como regional.

Si en el primer trimestre del año la inversión en bienes de equipo crecía un 8,8 % en Ara-gón y un 8,3 % en España, en el último tercio del año las tasas caían hasta el 3,5 % y el 2,5 %respectivamente.

Determinados indicadores apuntan esta tendencia. Las importaciones de bienes de capi-tal, consustanciales con la inversión, han registrado un crecimiento interanual del 5 % parael conjunto del año cuando en determinados momentos del año la tasa de variación pre-

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[INDICADORES ECONÓMICOS]

sentaba dos dígitos. Igual evolución presenta la matriculación de vehículos industriales, yaque durante los primeros meses del año se mantuvo en tasas positivas para cerrar el ejerci-cio con un decrecimiento global respecto al año anterior.

Escenario diferente encontramos en construcción ya que si bien no ha escapado a unpaulatino escenario de mayor moderación ha mantenido un tono ciertamente más estable.En Aragón la formación bruta de capital fijo comenzó el año con tasas de variación del 8,9 %en el primer trimestre para finalizar con un 7,4 % en el último. En España la transición es deun 6,5 % a un 6,0 %.

En términos de media anual la inversión en construcción creció un 8,4 % en Aragónfrente al 6,4 % nacional, es decir, dos puntos porcentuales que demuestran el mayor dina-mismo existente en nuestra Comunidad Autónoma.

Importantes indicadores indirectos, como el consumo de cemento, explicaría parcial-mente esta diferencia porcentual ya que esta variable creció casi un 20 % en Aragón frentea un 11 % de España.

En consecuencia la inversión en Aragón habría sido claramente más dinámica que en elconjunto del Estado y ello es un elemento fundamental para explicar la existencia de unademanda interna aragonesa más elevada respecto a su homóloga española.

Por lo que hace referencia a la demanda externa la negativa tendencia de 1999 se hafrenado en la medida en que las exportaciones han registrado un crecimiento positivo. Sinembargo, por primera vez en nuestra reciente historia económica, el saldo de la balanzacomercial ha sido ligeramente negativo.

En el conjunto del año 2000 las exportaciones crecieron a una tasa del 3,9 % en términosde variación interanual acumulada frente al decrecimiento del año anterior. A pesar de labuena noticia que este dato constituye tenemos que reflejar que su crecimiento es inferioral registrado en España.

Por su parte las importaciones aumentaron a un ritmo inferior al de las exportaciones,exactamente tres décimas. Ello supone una tasa de variación, en millones de pesetascorrientes (que es como realizamos el cómputo), claramente inferior a la registrada a nivelnacional.

En resumidas cuentas, desde el lado de la demanda todo indica la existencia de una evo-lución de la economía aragonesa muy pujante, superior a la trayectoria dibujada por la eco-nomía nacional.

La oferta

Desde el lado de la oferta el sector agrario aragonés no ha sido ajeno a los problemasexistentes en la vertiente ganadera y más concretamente en el vacuno. Sin embargo la valo-ración que cabe establecerse es positiva ya que en la vertiente agrícola hemos asistido a unbuen año, con excelentes resultados en los cultivos de temporada, al mismo tiempo que endeterminadas subramas ganaderas como el porcino los resultados también deben calificarsede satisfactorios.

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Con estos condicionantes la estimación realizada por el Departamento de Agricultura delGobierno de Aragón cifra el crecimiento (VAB) del sector primario en nuestra Comunidaden un 3 % para el conjunto del año. Porcentaje, por otra parte, ligeramente superior a lamedia nacional.

A pesar del buen resultado en términos de producción el empleo continúa descendiendoen el sector. Así en el cuarto trimestre de 2000 el empleo cayó un 2,1 % en términos inter-anuales.

El sector industrial continúa mostrando solidez aunque no es ajeno a la corriente dedesaceleración que existe a nivel nacional. El Índice de Producción Industrial muestra uncrecimiento interanual, para el conjunto del año, del 5,3 % frente al 4,0 % de España, almismo tiempo que aumenta el grado de utilización de la capacidad productiva con mayorintensidad, un 2,7 % frente a un 1,1 %.

Otro dato evidente de los síntomas inequívocos del mayor dinamismo del sector indus-trial aragonés lo encontramos en la evolución de la ocupación. En el cuarto trimestre delaño el número de ocupados se incrementó un 11,2 % en términos interanuales, más de sietedécimas por encima del registro nacional.

Según las estimaciones del Departamento de Economía del Gobierno de Aragón el sectorindustrial habría crecido un 6,5 % frente al 5,1 % de España.

En construcción todo indica que el sector alcanzó en el año 2000 su máximo cíclico.Las estimaciones señalan una tasa de crecimiento del 8,2 % frente al 6,4 % nacional. Estacifra, que lo dice todo, muestra la intensa fase expansiva vivida por el sector aunque lasexpectativas son menos optimistas que a comienzos de año, fundamentalmente por ellógico agotamiento del subsector de la vivienda.

Los excelentes datos de consumo de cemento o de las viviendas terminadas durante elaño 2000, ya comentados en nuestro análisis desde la óptica de la demanda, se ven reforza-dos por la evolución en el terreno del empleo, donde asistimos a un crecimiento interanualdel 21,8 % en el cuarto trimestre del año. En este período el número de personas emplea-das en el sector se situaba en 46.000 personas, nueva cifra récord de la década.

Por último el sector servicios no ha mostrado el mismo dinamismo que el sector secun-dario de nuestra economía. A pesar de ello ha mantenido un tono estable aunque con ten-dencia a la baja a medida que finalizaban los distintos trimestres del año. De este modo sien los tres primeros meses el aumento se estimó en el 3,8 %, en el último tercio la tasa sesituó en el 3,2 %. Para el conjunto del año el crecimiento estimado es del 3,5 %, una décimapor debajo de la media nacional.

La mayor moderación del consumo privado en Aragón respecto a España es un elementoclave para explicar nuestro menor crecimiento. Así la mejoría relativa experimentada en losservicios no destinados a la venta no ha sido suficiente para compensar la mayor modera-ción registrada en los servicios destinados a la venta.

En consonancia con esta evolución la ocupación en el sector servicios ha tenido un com-portamiento oscilante a lo largo del año, mostrando su peor registro en el cuarto trimestredel año, momento en el cual la población ocupada desciende un 2,5 % respecto al mismoperíodo del año anterior.

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[INDICADORES ECONÓMICOS]

Los datos aportados en nuestro análisis sectorial demuestran que el sector secundario yprimario de nuestra economía presenta un mayor nivel de actividad que en España mientrasque en servicios la situación sería la contraria.

Con estos resultados sectoriales el Departamento de Economía del Gobierno de Aragónestima que la economía aragonesa registró un crecimiento (VAB) del 4,6 %, cinco décimas porencima de la media nacional. Este hecho debe ser subrayado con intensidad ya que suponeconsolidar la tendencia del año anterior al mismo tiempo que rompe con el tradicional menorcrecimiento económico respecto a España que se produjo en la década de los noventa.

Empleo y estabilidad

El elevado nivel de actividad ha repercutido positivamente en nuestro mercado laboral.Según la Encuesta de Población Activa la ocupación creció, en términos de media anual,un 4,5 % en el año 2000. Este porcentaje, dos décimas por debajo de la registrada en el con-junto del Estado, da muestras del elevado grado de creación de empleo registrado en Ara-gón, si bien la cifra como tal debe ser relativizada ya que el cambio de seccionado de la EPA,realizado en 1999, impide comparaciones homogéneas.

En cualquier caso y al margen de esta circunstancia, que evidentemente dificulta el aná-lisis, sí podemos apuntar, como aspectos destacables, que el empleo aumentó en todas lasprovincias y que se alcanzó en términos de media anual la cifra récord de ocupados de nues-tra reciente historia económica: 460.000 personas.

En cuanto al desempleo, el número de personas en esta situación, en el año 2000, fuede 35.900 en términos de media: 7.700 parados menos que en 1999. Tras este registro latasa de paro media queda establecida en el 7,2 % frente al 14,1 % de España.

Adicionalmente continúa la existencia de una tasa de paro masculino por debajo del 5 %,lo que significa que continuamos en una situación de pleno empleo para las personas deeste sexo.

La contratación experimentó un fuerte crecimiento. En el año 2000 se registraron enAragón 392.841 contratos, un 9,6 % más que el año anterior, si bien el aspecto más negativovuelve a estar en el elevado volumen de contratos temporales con relación a los indefinidos.Sólo 9 de cada 10 contratos fueron fijos.

En cuanto a los precios, con una tasa interanual del 3,7 % en diciembre, no cabe esta-blecer una valoración positiva, aunque cabe destacar que la inflación en Aragón se hasituado tres décimas por debajo de la estimada para el conjunto del Estado. Los motivos deeste crecimiento no difieren sustancialmente de los expuestos en nuestro comentario sobrela evolución de la economía nacional.

A pesar de que los precios crecieron menos en Aragón que en España ello no ha impe-dido que los salarios en Aragón crecieran por encima de la media nacional. Debemos teneren cuenta que en 1999 los salarios de los trabajadores aragoneses aumentaron sólo un 0,8 %cuando en España el incremento salarial fue del 2,5 %. Este porcentaje, claramente pordebajo de la inflación de ese año, indujo una importante pérdida de poder adquisitivo que

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indefectiblemente ha sido trasladada al año 2000. Estos condicionantes explican parcial-mente que los salarios de los trabajadores aragoneses crecieran, en términos de media anual,un 2,6 % cuando en España el aumento ha sido el 2,3 %.

Como expresamos en el anterior número, a pesar del negativo comportamiento de losprecios y de la mayor moderación de determinadas variables macroeconómicas como con-secuencia de un entorno económico menos optimista, consideramos que el escenariomacroeconómico aragonés en el 2000 se ha caracterizado por una magnífica estabilidad ydinamismo, que ha conducido a que la economía aragonesa crezca medio punto por encimade la media nacional y más de un punto porcentual respecto a la UEM, lo cual permite avan-zar firmemente en nuestro proceso de convergencia real con Europa.

A modo de resumen, como siempre hacemos llegados a este punto: notable dinamismodel sector secundario aragonés, excelente clima inversor más intenso que en el conjunto delEstado, mejora del nivel exportador y notable creación de empleo, aparecen como los fac-tores más favorables de la actual situación económica, sin olvidar, como ya hemos señaladorecientemente, la existencia de una tasa de crecimiento económico muy importante y supe-rior a la media nacional y europea.

En el lado opuesto de la balanza: menor dinamismo del sector servicios en comparacióna España, acentuada desaceleración del consumo privado, excesiva precariedad en el mer-cado laboral y mal comportamiento de los precios a pesar de la existencia de una menorinflación respecto a España, constituyen los elementos generadores de cierta inquietud.

Servicio de Estudios de Ibercaja

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Series estadísticas

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% CRECIMIENTO ANUAL DE LA PRODUCCIÓN A PRECIOS CONSTANTES–VALOR AÑADIDO BRUTO AL COSTE DE FACTORES–

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

AragónAgricultura . . . . . . . . . . . . . –1,05 –3,88 12,92 2,48 2,03 –1,98Industria . . . . . . . . . . . . . . . 6,79 4,01 1,01 5,67 6,32 3,28Construcción . . . . . . . . . . . –1,40 6,49 –3,85 2,55 5,06 12,46Servicios . . . . . . . . . . . . . . . 1,93 3,04 2,30 3,20 4,20 4,13Total . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2,99 3,11 2,14 3,90 4,79 3,93

EspañaAgricultura . . . . . . . . . . . . . –3,44 –8,12 17,99 5,44 3,21 0,13Industria . . . . . . . . . . . . . . . 3,30 4,63 0,85 5,12 5,54 3,68Construcción . . . . . . . . . . . 0,62 5,03 –0,74 3,06 7,04 10,27Servicios . . . . . . . . . . . . . . . 2,18 3,01 2,46 3,47 4,10 4,16Total . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1,99 2,89 2,65 3,99 4,62 4,24

FUENTE: Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas (FUNCAS).

% CRECIMIENTO ANUAL DE LA PRODUCCIÓN A PRECIOS CONSTANTES–VALOR AÑADIDO BRUTO A PRECIOS DE MERCADO–

1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993

AragónAgricultura . . . . . . . . . . . . 4,6 10,9 –6,3 –17,3 26,5 –5,9 –7,3Industria . . . . . . . . . . . . . . 1,7 5,3 4,2 4,7 –1,4 –1,3 –5,0Construcción . . . . . . . . . . 6,5 31,2 1,1 8,2 8,0 –7,4 –3,0Servicios . . . . . . . . . . . . . . 6,8 7,9 7,1 2,6 1,1 1,2 1,9Total . . . . . . . . . . . . . . . . . 4,8 8,5 4,5 2,2 2,4 –0,2 –1,6

EspañaAgricultura . . . . . . . . . . . . 11,6 3,3 –6,6 3,1 –0,3 –2,2 1,3Industria . . . . . . . . . . . . . . 4,7 4,5 3,6 2,0 1,4 –0,6 –3,3Construcción . . . . . . . . . . 8,3 10,1 13,5 10,2 3,2 –4,6 –5,5Servicios . . . . . . . . . . . . . . 5,1 5,0 5,6 4,1 2,4 1,3 1,6Total . . . . . . . . . . . . . . . . . 5,3 5,0 4,6 3,8 2,2 0,6 –0,9

FUENTE: INE. Serie revisada por Gervasio Cordero y Ángeles Gayoso.

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ECONOMÍA [25] ARAGONESA

ABRIL 2001

[SERIES ESTADÍSTICAS]

VALOR AÑADIDO BRUTO AL COSTE DE LOS FACTORES. AÑO 1999Millones de pesetas de dicho año

Aragón España

Valor Estructura % Valor Estructura %

Agricultura . . . . . . . . . . . 172.694 5,74 4.319.007 4,63Industria . . . . . . . . . . . . . 859.897 28,56 19.645.406 21,05Construcción . . . . . . . . . . 221.132 7,34 7.844.449 8,41Servicios . . . . . . . . . . . . . 1.757.101 58,36 61.518.759 65,92

Total . . . . . . . . . . . . . . . . 3.010.824 100,00 93.327.621 100,00

FUENTE: Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas (FUNCAS).

RENTA FAMILIAR BRUTA DISPONIBLE (RFBD) 1995-2000Millones de pesetas (serie actualizada)

Aragón España

1995 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.733.753 55.539.6851996 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.816.463 58.429.7091997 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.916.208 61.455.4331998 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.062.996 65.908.9041999 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.203.020 70.881.8322000 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

FUENTE: Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas (FUNCAS).

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ECONOMÍA [26] ARAGONESA

ABRIL 2001

[SERVICIO DE ESTUDIOS DE IBERCAJA]

POBLACIÓN DE DERECHO

Zaragoza Huesca Teruel Aragón España

Año % Var. % Var. % Var. % Var. % Var.

1970 . . . . . . . . . . . . . . . . . 760.186 222.238 170.284 1.152.708 33.823.918 11,40Censo 1981 . . . . . . . . . . . 838.588 10,34 214.907 –3,33 153.457 –9,88 1.196.952 3,83 37.682.355 4,891989 . . . . . . . . . . . . . . . . . 836.902 –0,25 210.747 –1,90 148.805 –3,03 1.196.454 –0,04 39.541.782 0,831990 . . . . . . . . . . . . . . . . . 842.427 0,32 210.719 –0,01 148.198 –0,40 1.201.344 0,40 39.887.140 –2,54Censo 1991 . . . . . . . . . . . 837.327 –0,69 207.810 –1,38 143.060 –3,46 1.188.817 –1,04 38.872.268 3,49Padrón 1996 . . . . . . . . . . . 842.419 0,61 206.916 –0,43 138.211 –3,39 1.187.546 –0,11 39.669.394 2,05Revisión Padrón 1998 . . . 841.438 0,12 204.956 –0,95 136.840 –0,99 1.183.234 –0,36 39.852.651 0,46

FUENTE: INE.

EVOLUCIÓN DEL PARO ESTIMADO *

Aragón España

N.° (en miles) Tasa de paro (%) N.° (en miles) Tasa de paro (%)

1990 . . . . . . . . . . . . . . . 43,8 9,56 2.441,2 16,30

1991 . . . . . . . . . . . . . . . 47,0 13,76 2.456,3 16,30

1992 . . . . . . . . . . . . . . . 56,2 12,10 2.788,6 18,40

1993 . . . . . . . . . . . . . . . 77,9 16,63 3.481,3 22,72

1994 . . . . . . . . . . . . . . . 86,1 18,12 3.738,2 24,17

1995 . . . . . . . . . . . . . . . 78,7 16,70 3.583,5 22,94

1996 . . . . . . . . . . . . . . . 72,3 15,13 3.540,1 22,21

1997 . . . . . . . . . . . . . . . 68,2 14,02 3.356,4 20,82

1998 . . . . . . . . . . . . . . . 55,5 11,38 3.060,3 18,82

1999 . . . . . . . . . . . . . . . 43,6 9,01 2.605,5 15,87

2000 . . . . . . . . . . . . . . . 35,9 7,24 2.370,4 14,08

1 T 2000 . . . . . . . . . . . . 37,7 7,68 2.510,1 15,012 T 2000 . . . . . . . . . . . . 34,9 7,09 2.345,5 13,973 T 2000 . . . . . . . . . . . . 35,0 6,95 2.324,2 13,724 T 2000 . . . . . . . . . . . . 35,8 7,22 2.301,8 13,61

* El valor anual corresponde con la media del año.FUENTE: INE.

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ECONOMÍA [27] ARAGONESA

ABRIL 2001

[SERIES ESTADÍSTICAS]

EVOLUCIÓN DE LA OCUPACIÓN

Aragón España

N.° Var. interanual N.° Var. interanual(en miles) (%) (en miles) (%)

1990 . . . . . . . . . . . . . . . 418,4 4,23 12.578,8 2,61

1991 . . . . . . . . . . . . . . . 412,2 –1,47 12.609,4 0,24

1992 . . . . . . . . . . . . . . . 407,8 –1,07 12.351,2 –2,05

1993 . . . . . . . . . . . . . . . 390,2 –4,33 11.837,5 –4,16

1994 . . . . . . . . . . . . . . . 389,1 –0,28 11.742,7 –0,80

1995 . . . . . . . . . . . . . . . 396,0 1,78 12.041,6 2,54

1996 . . . . . . . . . . . . . . . 405,6 2,43 12.396,1 2,94

1997 . . . . . . . . . . . . . . . 418,4 3,16 12.764,6 2,97

1998 . . . . . . . . . . . . . . . 432,3 3,32 13.204,9 3,50

1999 . . . . . . . . . . . . . . . 440,3 1,85 13.817,4 4,64

2000 * . . . . . . . . . . . . . . 460,0 4,47 14.473,7 4,75

1 T 2000 . . . . . . . . . . . . 453,4 5,34 14.213,0 5,25–Agricultura . . . . . . . 32,1 –16,07 1.008,0 –3,27–Industria . . . . . . . . . 120,3 12,54 2.822,2 2,72–Construcción . . . . . 40,7 24,30 1.541,8 11,99–Servicios . . . . . . . . . 260,4 3,12 8.841,1 6,04

2 T 2000 . . . . . . . . . . . . 457,7 4,95 14.449,5 4,91–Agricultura . . . . . . . 34,3 –4,64 992,3 –2,73–Industria . . . . . . . . . 124,6 13,56 2.867,9 3,27–Construcción . . . . . 42,0 23,35 1.578,5 9,78–Servicios . . . . . . . . . 256,8 0,18 9.010,8 5,54

3 T 2000 . . . . . . . . . . . . 469,0 4,51 14.621,6 4,24–Agricultura . . . . . . . 35,5 2,19 967,0 –2,69–Industria . . . . . . . . . 128,3 14,30 2.899,5 3,47–Construcción . . . . . 45,7 21,99 1.618,8 7,72–Servicios . . . . . . . . . 259,6 –1,69 9.136,4 4,69

4 T 2000 . . . . . . . . . . . . . 459,7 2,87 14.610,8 3,50

–Agricultura . . . . . . . . 33,3 –2,12 988,6 -1,75

–Industria . . . . . . . . . . 124,7 11,24 2.926,3 4,13

–Construcción . . . . . . 46,0 20,82 1.628,2 5,81

–Servicios . . . . . . . . . . 255,7 –2,52 9.067,7 4,39

FUENTE: INE.* El valor anual corresponde con la media del año.

** Variaciones interanuales sin descontar el efecto del cambio de seccionado de 1999.

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ECONOMÍA [28] ARAGONESA

ABRIL 2001

[SERVICIO DE ESTUDIOS DE IBERCAJA]

EVOLUCIÓN DE LA BALANZA COMERCIAL EN ARAGÓN(Cifras en millones de pesetas)

Exportación Importación Saldo T. cobertura %

1991 . . . . . . . . . . . . . . 334.812 211.996 122.816 157,93

1992 . . . . . . . . . . . . . . 356.348 276.540 79.808 128,86

1993 . . . . . . . . . . . . . . 428.990 363.412 65.578 118,05

1994 . . . . . . . . . . . . . . 589.249 486.415 102.834 121,14

1995 . . . . . . . . . . . . . . 701.818 559.589 142.229 125,42

1996 . . . . . . . . . . . . . . 726.823 583.645 143.178 124,53

1997 . . . . . . . . . . . . . . 810.917 660.636 150.281 122,75

1998 . . . . . . . . . . . . . . 829.401 707.537 121.864 117,22

1999 . . . . . . . . . . . . . . 795.588 788.878 6.710 100,85

2000–Enero . . . . . . . . . . 63.536 60.949 2.587 104,24–Febrero . . . . . . . . . 70.679 67.441 3.238 104,80–Marzo . . . . . . . . . . 80.394 72.061 8.333 111,56–Abril . . . . . . . . . . . 65.126 75.302 –10.176 86,49–Mayo . . . . . . . . . . . 87.298 82.803 4.495 105,43–Junio . . . . . . . . . . . 82.765 80.341 2.424 103,02–Julio . . . . . . . . . . . 69.117 50.245 18.872 137,56–Agosto . . . . . . . . . 34.275 58.335 –24.060 58,76–Septiembre . . . . . . 54.747 66.746 –11.999 82,02–Octubre . . . . . . . . 70.841 79.925 –9.084 88,63–Noviembre . . . . . . 82.353 73.851 8.502 111,51–Diciembre . . . . . . 71.157 67.355 3.802 105,64–En.-Dic. . . . . . . . . . 832.288 835.354 –3.066 99,63

FUENTE: Elaboración propia e ICEX.

EVOLUCIÓN DE LA CONTRATACIÓN EN ARAGÓN Y ESPAÑA

Aragón España

Total Indefinidos % Temporales % Total Indefinidos % Temporales %

1995 . . . . . . . . . . . 193.215 10.856 5,62 182.359 94,38 7.330.094 367.047 5,01 6.963.047 94,991996 . . . . . . . . . . . 221.807 9.845 4,44 211.962 95,56 8.627.547 354.372 4,11 8.273.175 95,891997 . . . . . . . . . . . 270.656 22.142 8,18 248.514 91,82 10.093.565 707.481 7,01 9.386.084 92,991998 . . . . . . . . . . . 313.369 27.248 8,70 286.121 91,30 11.591.202 970.964 8,38 10.620.317 91,621999 . . . . . . . . . . . 358.302 34.067 9,51 324.235 90,49 13.235.237 1.218.264 9,20 12.017.063 90,802000 . . . . . . . . . . . 392.841 34.069 8,67 358.772 91,33 13.828.919 1.208.414 8,74 12.620.505 91,26

FUENTE: INEM.Nota: Incluye conversión de contratos temporales en indefinidos.

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ECONOMÍA [29] ARAGONESA

ABRIL 2001

[SERIES ESTADÍSTICAS]

EVOLUCIÓN DEL ÍNDICE DE PRECIOS AL CONSUMOEl dato anual corresponde al mes de diciembre de dicho año. 1992 = 100

Aragón España

Var. interanual Var. interanualÍndice (%) Índice (%)

1978 . . . . . . . . . . . . . . 30,1 29,31979 . . . . . . . . . . . . . . 35,2 14,6 33,9 15,61980 . . . . . . . . . . . . . . 38,9 10,9 39,0 15,21981 . . . . . . . . . . . . . . 45,1 12,4 44,6 14,41982 . . . . . . . . . . . . . . 50,8 11,1 50,9 14,01983 . . . . . . . . . . . . . . 56,5 10,2 57,1 12,21984 . . . . . . . . . . . . . . 61,6 8,2 62,3 9,01985 . . . . . . . . . . . . . . 67,7 9,0 67,4 8,21986 . . . . . . . . . . . . . . 72,8 7,0 72,9 8,31987 . . . . . . . . . . . . . . 76,1 4,3 76,3 4,61988 . . . . . . . . . . . . . . 80,6 5,6 80,7 5,81989 . . . . . . . . . . . . . . 85,6 5,9 86,3 6,91990 . . . . . . . . . . . . . . 91,6 6,6 92,0 6,61991 . . . . . . . . . . . . . . 97,2 5,8 97,0 5,51992 . . . . . . . . . . . . . . 102,1 4,8 102,2 5,41993 . . . . . . . . . . . . . . 106,5 4,2 107,3 5,01994 . . . . . . . . . . . . . . 111,7 4,1 111,9 4,31995 . . . . . . . . . . . . . . 115,4 3,7 116,7 4,31996 . . . . . . . . . . . . . . 120,0 3,8 120,5 3,31997 . . . . . . . . . . . . . . 121,8 1,5 122,9 2,01998 . . . . . . . . . . . . . . 123,2 1,2 124,7 1,41999 Enero . . . . . . . . . 123,6 1,3 125,1 1,5

Febrero . . . . . . . . . . 123,3 1,7 125,2 1,8Marzo . . . . . . . . . . . 124,0 2,4 125,7 2,2Abril . . . . . . . . . . . . 124,4 2,6 126,2 2,4Mayo . . . . . . . . . . . . 124,3 2,3 126,2 2,2Junio . . . . . . . . . . . . 124,4 2,4 126,2 2,2Julio . . . . . . . . . . . . . 125,1 2,3 126,8 2,2Agosto . . . . . . . . . . . 125,6 2,2 127,3 2,4Septiembre . . . . . . . 126,2 2,6 127,6 2,5Octubre . . . . . . . . . . 126,3 2,7 127,5 2,5Noviembre . . . . . . . 126,5 2,9 127,7 2,7Diciembre . . . . . . . . 127,1 3,2 128,3 2,9

2000 Enero . . . . . . . . . 127,2 2,9 128,7 2,9Febrero . . . . . . . . . . 126,9 2,7 128,9 3,0Marzo . . . . . . . . . . . 127,3 2,7 129,4 2,9Abril . . . . . . . . . . . . 127,7 2,6 129,9 3,0Mayo . . . . . . . . . . . . 128,0 2,9 130,2 3,1Junio . . . . . . . . . . . . 128,4 3,2 130,6 3,4Julio . . . . . . . . . . . . . 129,5 3,5 131,3 3,6Agosto . . . . . . . . . . . 130,4 3,8 131,9 3,6Septiembre . . . . . . . 130,8 3,7 132,2 3,7Octubre . . . . . . . . . . 131,1 3,8 132,6 4,0Noviembre . . . . . . . 131,3 3,8 132,9 4,1Diciembre . . . . . . . . 131,8 3,7 133,4 4,0

FUENTE: INE.

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ECONOMÍA [30] ARAGONESA

ABRIL 2001

[SERVICIO DE ESTUDIOS DE IBERCAJA]

POSICIÓN RELATIVA DE ARAGÓN CON RESPECTO A ESPAÑA

1995 1996 1997 1998 1999 2000

Participación en la población nacional . . . . . . . . . . . . 3,00 2,99 2,98 2,96 2,95Participación en el empleo nacional . . . . . . . . . . . . . . 3,29 3,27 3,28 3,27 3,19Participación en el PIB nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . 3,24 3,22 3,22 3,24 3,22Participación en la renta nacional bruta . . . . . . . . . . . 3,34 3,33 3,33 3,35 3,34Participación en la renta familiar disp. . . . . . . . . . . . . 3,12 3,11 3,12 3,13 3,11PIB por habitante (MN = 100) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107,69 107,71 108,14 109,27 109,14Renta Familiar Bruta Disponible (MN = 100) . . . . . . . 103,91 103,95 104,76 105,71 105,29Renta Regional Bruta por habitante (MN = 100) . . . . . 111,12 111,28 111,96 113,21 113,12

FUENTE: FUNCAS, EPA e INE.* Serie actualizada con los últimos datos publicados por FUNCAS.

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ECONOMÍA [31] ARAGONESA

ABRIL 2001

[SERIES ESTADÍSTICAS]

CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA ARAGONESA EN EL AÑO 2000

1 trim. 2 trim. 3 trim. 4 trim. 2000

DEMANDAConsumo privado . . . . . . . . . . . . . . . . . . Aragón 4,9 4,3 3,3 2,1 3,6

España 5,0 4,5 3,7 2,8 4,0FBCF Bienes de equipo . . . . . . . . . . . . . . Aragón 8,8 7,1 4,2 3,5 5,9

España 8,3 6,6 4,0 2,5 5,4FBCF Construcción . . . . . . . . . . . . . . . . . Aragón 8,9 8,7 8,4 7,4 8,4

España 6,5 6,6 6,4 6,0 6,4

OFERTAVAB Agricultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Aragón s.d. s.d. s.d. s.d. 3,0

España –0,6 1,6 0,3 3,9 1,5VAB Industria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Aragón 6,9 6,8 6,4 5,9 6,5

España 4,8 5,3 5,3 4,9 5,1VAB Construcción . . . . . . . . . . . . . . . . . . Aragón 8,8 8,5 8,2 7,2 8,2

España 6,5 6,6 6,3 6,0 6,4VAB Servicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Aragón 3,8 3,6 3,4 3,2 3,5

España 3,8 3,7 3,6 3,5 3,6

VABVAB Total . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Aragón 5,0 4,8 4,5 4,2 4,6

España 4,2 4,2 4,1 3,8 4,1UEM 3,5 3,7 3,4 3,4 3,5

FUENTE: Estimaciones internas del Departamento de Economía, Hacienda y Empleo del Gobierno de Aragón.1 El crecimiento de 2000 es la media ponderada de los cuatro trimestres.2 El VAB agrario corresponde a las estimaciones realizadas por la Consejería de Agricultura del Gobierno de Aragón.

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Instantánea económica

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El Instituto Nacional de Estadística ha introducido importantes modificaciones en el sis-tema de cálculo del Índice de Precios al Consumo (IPC). Este cambio será el séptimo que seproduce a lo largo de la historia de este índice. La última revisión se realizó en 1992 deacuerdo con la Encuesta de Presupuestos Familiares de 1990-1991.

A diferencia de anteriores cambios el actual proceso ha sido diseñado en dos fases. Unaprimera que culminó con la publicación del IPC de enero de 2001, y una posterior que sedesarrollará a lo largo de los dos próximos años y que culminará, en su aspecto más desta-cado, con la confección de una nueva cesta de la compra.

Los cambios más importantes llevados a cabo en la primera fase han sido los siguientes:

• Clasificación funcional de los artículos

Se han establecido doce grandes grupos en lugar de ocho. Los aspectos más significati-vos de esta modificación son la individualización en grupos separados de las bebidasalcohólicas y el tabaco, las comunicaciones, la enseñanza y los hoteles, cafés y restau-rantes, que antes se incluían en grupos más grandes.

• Actualización de ponderaciones

Las ponderaciones se actualizarán con los datos provinientes de la Encuesta Continua dePresupuestos Familiares. En esta primera fase se actualizarán únicamente las pondera-ciones para los grandes grupos a escala nacional.

• Artículos de recogida centralizada

Hasta la fecha la ponderación se basaba en el número de unidades. A partir de ahora seponderará por gasto cuando la información disponible lo permita.

Adicionalmente podemos señalar que el nuevo IPC será más flexible y dinámico ya quese podrán actualizar las ponderaciones en períodos cortos de tiempo. Se realizará una revi-sión anual de las mismas y se llevará a cabo un completo cambio de base cada cinco años.

Asimismo otro de los cambios relevantes introducidos ha sido la inclusión de preciosrebajados, que no se tenían en cuenta antes. Para la adecuada eficacia de este cambio se per-feccionarán los métodos de ajuste de calidad y de validación de datos.

En definitiva las distintas modificaciones llevadas a cabo por el Instituto Nacional de Esta-dística tiene por objetivo que el nuevo IPC refleje de manera más real el gasto de las fami-lias españolas, en una sociedad que ha cambiado sus hábitos de consumo en la últimadécada conforme aumentaba su nivel de renta y surgían en el mercado nuevos productos.

ECONOMÍA [33] ARAGONESA

ABRIL 2001

Nueva metodología de elaboración del IPC

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ECONOMÍA [34] ARAGONESA

ABRIL 2001

[SERVICIO DE ESTUDIOS DE IBERCAJA]

CAMBIO DE SISTEMA DEL IPC

Pond. Pond.Grupos IPC-92 Grupos nuevo IPC antigua nueva

1. Alimentación . . 1. Alimentos y bebidas no alcoh. . . 267,77 215,052. Bebidas alcohólicas y tabaco . . . 25,83 32,18

2. Vestido . . . . . . . 3. Vestido y calzado . . . . . . . . . . . 114,79 100,383. Vivienda . . . . . . 4. Vivienda . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102,8 114,614. Menaje . . . . . . . 5. Menaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64,33 63,575. Medicina . . . . . 6. Medicina . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24,74 28,726. Transporte . . . . 7. Transporte . . . . . . . . . . . . . . . . 135,78 157,33

8. Comunicaciones . . . . . . . . . . . . 14,43 25,377. Cultura . . . . . . . 9. Ocio y cultura . . . . . . . . . . . . . . 67,91 65,24

10. Enseñanza . . . . . . . . . . . . . . . . . 12,92 16,888. Otros . . . . . . . . 11. Hoteles, cafés y restaurantes . . . 109,57 113,26

12. Otros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59,12 67,40

Total . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.000,00 1.000,00

FUENTE: Instituto Nacional de Estadística.

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Información del entornoPor José Villaverde Castro*Universidad de Cantabria

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ECONOMÍA [36] ARAGONESA

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• Aunque según los últimos datos, todavía no consolidados, la situación ha podido cam-biar sustancialmente, a la altura del tercer trimestre del año 2000 Estados Unidos con-tinuaba liderando el crecimiento económico mundial con una tasa superior al 5 % y conun aumento de la producción industrial próxima al 6 %.

• En el extremo opuesto encontramos a Japón, país que no levanta cabeza a pesar delpositivo comportamiento de su producción industrial. El crecimiento no supera el 1 %al mismo tiempo que continúa el comportamiento deflacionista de los precios. Esteescenario, unido a la inestabilidad política y financiera, está provocando un paulatinoaumento del desempleo. A finales de año la tasa de paro se situaba próxima al 5 %, algodesconocido en su reciente historia económica.

• La práctica totalidad de los países europeos muestran un cuadro positivo de creci-miento económico con tasas superiores al 3 %, salvo Italia. También es positiva la evo-lución de la producción industrial, si bien aquí la situación es más heterogénea ya quemientras Alemania registraba tasas del 5,6 % a finales año, países como España o ReinoUnido mostraban variaciones inferiores al 2 %.

• En el Reino Unido, además de la tendencia decreciente de la producción industrial, lamala noticia viene de la mano de los precios ya que en diciembre la inflación interanualse situó en el 3,2 %, la más alta de los países punteros de la UEM después de España.Por el contrario la tasa de paro continúa ofreciendo excelentes registros.

• En Alemania la evolución de la producción industrial y de la tasa de crecimiento sugie-ren la existencia de un momento económico ciertamente favorable aunque con ten-dencia a la baja. Positivo escenario existe también en la economía gala, aunque la ten-dencia de las principales variables macroeconómicas nos indican que en el segundosemestre los resultados son más moderados que los registrados durante la primeramitad del año. Por su parte Italia continúa reflejando el peor cuadro macroeconómicode los países que contemplamos en nuestro análisis, si bien su tendencia ha sido muy

Coyuntura internacional

Información elaborada por el Servicio de Estudios de Ibercaja

COYUNTURA INTERNACIONAL

Estados ReinoFecha UEM Alemania España Unidos Francia Italia Japón Unido

PIB . . . . . . . 3 Trim. 00 . . . 3,3 3,4 4,1 5,2 3,0 2,6 0,5 3,0Prod. Ind. . . 3 Trim. 00 . . . 5,7 5,6 1,7 5,9 3,3 3,1 5,5 1,2Precios . . . . Diciembre . . . 2,6 2,2 4,0 3,4 1,6 2,7 –0,3 3,2Tasa paro . . Diciembre . . . 8,7 9,2 13,6 4,0 9,2 10,0 4,8 3,6

FUENTE: INE, BCE, EUROSTAT, OCDE.

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ECONOMÍA [37] ARAGONESA

ABRIL 2001

[COYUNTURA INTERNACIONAL]

positiva según avanzaba el año, tal y como muestra la evolución de la producciónindustrial y del PIB.

• A pesar del repunte generalizado de precios en todos los países continúa la existenciade una mayor inflación en aquellos que presentan mayores tasas de crecimiento. Nosreferimos, concretamente, a Estados Unidos y España.

• Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña continúan registrando las tasas de paro másbajas. En los tres casos por debajo del 5 %. Ello permite hablar de una situación depleno empleo en estos países, aunque como ya hemos apuntado anteriormente la pro-gresión al alza de Japón suscita cierta preocupación.

• Estados Unidos aparece un trimestre más como el país con mejor cuadro macroeco-nómico, si bien todos los analistas apuntan que la fase alcista de su ciclo económico hatocado techo y que el país entra en un período de severa moderación. Este hecho reper-cutirá, como ya era perceptible a finales del año 2000, en la evolución de los distintospaíses europeos debido a la fuerte capacidad de arrastre de la economía norteamericana.

Atendiendo más concretamente al comportamiento de España respecto a la UEM pode-mos destacar lo siguiente:

CUADRO COYUNTURAL DE ESPAÑA Y LA U.E.M.(Tasas de variación interanuales)

Hace un año

Fecha España UEM España UEM

PIB . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 Trim. 00 3,8 3,0 4,2 3,3Consumo privado . . . . . . . . . . . 4 Trim. 00 2,8 2,1 5,1 2,7Consumo público . . . . . . . . . . . 4 Trim. 00 2,9 1,6 2,5 1,6FBCF . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 Trim. 00 4,4 4,0 7,7 5,5Demanda interna . . . . . . . . . . . . 4 Trim. 00 3,2 2,5 5,3 2,9Exportaciones . . . . . . . . . . . . . . 4 Trim. 00 10,4 11,6 9,1 10,0Importaciones . . . . . . . . . . . . . . 4 Trim. 00 8,2 10,7 13,0 9,1

Ind. prod. industrial . . . . . . . . . Diciembre 1,7 7,8 5,4 5,3Precios de consumo . . . . . . . . . Diciembre 4,0 2,6 2,8 1,7Empleo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 Trim. 00 4,1 2,0 5,2 1,7Tasa de paro . . . . . . . . . . . . . . . 4 Trim. 00 13,7 8,8 15,1 9,6

FUENTE: INE, UEM, BCE, EUROSTAT.* Precios constantes de 1995 para el PIB y componentes de la demanda.

• España mantiene, a pesar de la desaceleración registrada a medida que avanzaba el añoen todos los países europeos, un importante diferencial positivo de crecimiento respectoa la Unión Económica y Monetaria (UEM). A la altura del cuarto trimestre de 2000 estediferencial era de ocho décimas, distancia muy similar a la existente un año antes.

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ECONOMÍA [38] ARAGONESA

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[SERVICIO DE ESTUDIOS DE IBERCAJA]

• El diferencial de la tasa de crecimiento se basa en el comportamiento más dinámico denuestra demanda interna y en la recuperación de un sector exterior que ha compen-sado la creciente moderación que mostraban, con el transcurrir de los meses, los com-ponentes más importantes de la demanda interna. Así consumo privado y formaciónbruta de capital fijo continúan mostrando valores más elevados que los registrados enlos países de la UEM, aunque se observa una tendencia de seria desaceleración en elúltimo año.

• Desde la óptica de la oferta podemos destacar que España ha perdido su diferencialpositivo de crecimiento en producción industrial como consecuencia de una trayecto-ria más intensa en el conjunto de la UEM. A finales de año el Índice de ProducciónIndustrial mostraba un crecimiento del 1,7 % en España frente al 7,8 % en la UEM. Larazón de este diferencial radica parcialmente en el fuerte ritmo de crecimiento regis-trado en nuestro país el año anterior.

• El mayor crecimiento de la economía española va acompañado de una tasa de creaciónde empleo superior al de la UEM, más de dos puntos porcentuales, aunque tambiénacompañado, en el plano negativo, de unos precios más elevados. Si en 1999 el dife-rencial de inflación se situó en poco más de un punto porcentual, en el año 2000 eldiferencial se acerca al punto y medio, lo que supone un grave daño a la competitivi-dad de nuestra economía, que debe ser corregido urgentemente mediante la aplicaciónde una efectiva política antinflacionista.

• Nuevamente uno de los aspectos más positivos del cuadro macroeconómico expuestolo encontramos en la evolución de la tasa de paro. Mientras en Europa la tasa ha des-cendido menos de un punto porcentual en un año, en nuestro país la caída es de 1,4puntos en el último tercio del año, lo cual supone, un vez más, una de las mejores noti-cias económicas del momento.

• En consecuencia mejor comportamiento de nuestra demanda interna y mercado labo-ral y peor evolución de la producción industrial y de los precios en comparación a laUEM definen la situación económica comparada a finales del año 2000.

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ECONOMÍA [39] ARAGONESA

ABRIL 2001

Estadísticas por comunidades.Ranking de entidades financieras

Documentación elaborada por el Instituto de Estudios Económicos

Por considerarlo de interés para nuestros lectores transcribimos a continuación un con-junto de tablas que recogen datos relativos a las cifra de acreedores, créditos y oficinas porcomunidades y los rankings de las cajas de ahorros y de los principales bancos de nuestrosistema bancario, cuyas fuentes son las publicaciones de CECA.

ACREEDORES, CRÉDITOS Y OFICINAS (diciembre 2000) (saldos en miles de euros)

ACREEDORES CRÉDITOS OFICINAS *

Cajas Total Cajas Total Cajas Total Comunidades de ahorros Bancos Cooperativas sistema de ahorros Bancos Cooperativas sistema de ahorros Bancos Cooperativas sistema

Andalucía . . . . . . . . . . 28.407.060 17.691.133 6.778.364 52.876.557 29.889.280 30.946.733 6.410.234 67.246.247 2.772 1.919 882 5.573

Aragón . . . . . . . . . . . . 9.879.771 4.033.894 1.803.306 15.716.971 7.597.019 5.620.522 1.426.336 14.643.877 766 482 406 1.654

Asturias . . . . . . . . . . . 4.665.475 5.490.709 916.335 11.072.519 3.931.284 5.779.847 733.209 10.444.340 236 562 88 886

Baleares . . . . . . . . . . . 6.146.688 4.157.277 106.027 10.409.992 6.257.781 7.084.154 109.561 13.451.496 481 539 20 1.040

Canarias . . . . . . . . . . . 5.999.957 6.916.504 705.788 13.622.249 6.253.834 10.825.343 685.482 17.764.659 426 510 95 1.031

Cantabria . . . . . . . . . . 2.943.858 2.427.885 30.882 5.402.625 2.608.285 3.086.582 56.413 5.751.280 215 265 7 487

Castilla y León . . . . . . 9.159.413 10.328.356 2.002.267 31.490.036 12.943.185 10.292.374 1.647.258 24.882.817 1.405 1.156 372 2.933

Castilla-La Mancha . . . 9.428.678 4.763.588 2.671.892 16.864.158 7.446.498 5.031.893 1.884.457 14.362.848 843 565 413 1.821

Cataluña . . . . . . . . . . . 62.456.424 26.434.536 1.071.438 89.962.398 55.516.964 50.942.306 839.204 107.298.474 4.588 2.498 99 7.185

Ceuta . . . . . . . . . . . . . 237.882 215.450 23.154 476.486 180.252 218.870 10.438 409.560 10 13 1 24

Extremadura . . . . . . . 4.591.449 3.541.849 509.019 8.642.317 3.621.949 3.721.312 422.182 7.765.443 556 480 108 1.144

Galicia . . . . . . . . . . . . 13.179.559 12.067.525 146.054 25.393.138 9.570.589 12.335.590 85.614 21.991.793 1.073 1.401 34 2.508

Madrid . . . . . . . . . . . . 37.993.051 86.322.545 552.391 124.867.987 44.122.270 91.911.776 513.008 136.547.054 2.180 2.522 34 4.736

Melilla . . . . . . . . . . . . 187.914 231.331 12.592 431.837 133.613 215.113 20.550 369.276 4 7 1 12

Murcia . . . . . . . . . . . . 6.453.845 2.697.993 1.076.824 10.228.662 6.238.056 5.457.836 873.173 12.569.065 497 357 205 1.059

Navarra . . . . . . . . . . . 5.173.591 2.285.163 1.879.115 9.337.869 3.618.322 2.424.510 1.870.349 7.913.181 293 268 160 721

País Vasco . . . . . . . . . 19.825.245 13.546.918 5.549.130 38.921.293 13.755.088 17.538.812 3.962.678 35.256.578 655 810 249 1.714

La Rioja . . . . . . . . . . . 158.907 1.233.883 215.769 3.608.559 2.012.023 1.642.755 203.181 3.857.959 255 140 30 425

C. Valenciana . . . . . . . 20.023.828 14.565.919 5.632.143 40.221.890 24.233.077 23.847.727 4.732.340 52.813.144 1.771 1.686 643 4.100

Sin clasificar . . . . . . . . 10.073 89.140 0 99.213 87.890 20.213 0 108.103 0 0 0 0

TOTAL . . . . . . . . . . . . 258.922.668 219.041.598 31.682.490 509.646.756 240.017.259 288.944.268 26.485.667 555.447.194 19.026 16.180 3.847 39.053

* El número de oficinas corresponde al trimestre anterior.FUENTE: CECA.

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ECONOMÍA [40] ARAGONESA

ABRIL 2001

[INSTITUTO DE ESTUDIOS ECONÓMICOS]

RANKING DE ENTIDADES FINANCIERAS: RECURSOS AJENOS Y CRÉDITOS(datos a 31 de diciembre de 2000)

CAJAS DE AHORROS

Créditossobre clientes Acreedores

Cajas de Ahorros . . . . . . . . . . . . . . . . 40.235.987 Cajas de Ahorros . . . . . . . . . . . . . 50.790.005

1 La Caixa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7.199.949 1 La Caixa . . . . . . . . . . . . . . . . . 9.135.0092 C. Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.981.042 2 C. Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . 7.068.8653 C. Cataluña . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.276.395 3 C. Cataluña . . . . . . . . . . . . . . . 2.901.9124 Bancaja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.147.537 4 Bancaja . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.315.8555 CAM . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.022.398 5 CAM . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.142.3436 Ibercaja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.478.053 6 Ibercaja . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.826.1347 Caixa Galicia . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.307.184 7 Caixa Galicia . . . . . . . . . . . . . . 1.762.7678 Unicaja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.238.335 8 BBK . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.716.8679 BBK . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.088.115 9 Unicaja . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.640.091

10 C. España . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 976.839 10 C. España . . . . . . . . . . . . . . . . 1.394.50311 CajaSur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 841.895 11 Caja Duero . . . . . . . . . . . . . . . 1.223.11712 KUTXA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 807.668 12 KUTXA . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.165.30613 El Monte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 787.766 13 CAIXANOVA . . . . . . . . . . . . . . 1.075.24814 CAIXANOVA . . . . . . . . . . . . . . . . . 787.624 14 Castilla-La Mancha . . . . . . . . . . 956.05115 Caja Duero . . . . . . . . . . . . . . . . . . 740.224 15 CajaSur . . . . . . . . . . . . . . . . . . 912.07216 C. Penedès . . . . . . . . . . . . . . . . . . 715.035 16 C. Navarra . . . . . . . . . . . . . . . . 841.90217 Castilla-La Mancha . . . . . . . . . . . . . 676.599 17 C. Penedès . . . . . . . . . . . . . . . 836.55518 C. Navarra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 668.661 18 El Monte . . . . . . . . . . . . . . . . . 826.27519 C. Granada . . . . . . . . . . . . . . . . . . 649.897 19 C. Murcia . . . . . . . . . . . . . . . . 800.76520 C. Murcia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 622.752 20 C. Granada . . . . . . . . . . . . . . . 773.51321 C. San Fernando-Jerez . . . . . . . . . . 569.226 21 C. Asturias . . . . . . . . . . . . . . . . 756.63322 C. Asturias . . . . . . . . . . . . . . . . . . 526.704 22 C. San Fernando-Jerez . . . . . . . 617.91223 C. Baleares . . . . . . . . . . . . . . . . . . 492.561 23 Municipal Burgos . . . . . . . . . . 565.23124 CAI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 478.491 24 C. Baleares . . . . . . . . . . . . . . . 561.38525 C. Sabadell . . . . . . . . . . . . . . . . . . 456.653 25 Vital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 534.88626 General Tenerife . . . . . . . . . . . . . . 408.342 26 General Tenerife . . . . . . . . . . . 519.19227 Municipal Burgos . . . . . . . . . . . . . 371.792 27 CAI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 513.54428 Vital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 370.498 28 C. Sabadell . . . . . . . . . . . . . . . 506.35929 Ins. Las Palmas . . . . . . . . . . . . . . . 340.799 29 C. Tarragona . . . . . . . . . . . . . . 450.50530 C. Tarragona . . . . . . . . . . . . . . . . . 339.47 30 C. Cantabria . . . . . . . . . . . . . . 437.31331 C. Cantabria . . . . . . . . . . . . . . . . . 337.316 31 C. Terrassa . . . . . . . . . . . . . . . . 420.38132 C. Terrassa . . . . . . . . . . . . . . . . . . 317.650 32 C. Extremadura . . . . . . . . . . . . 411.20133 C. Extremadura . . . . . . . . . . . . . . . 282.453 33 Ins. Las Palmas . . . . . . . . . . . . 407.32434 C. Layetana . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262.953 34 C. Girona . . . . . . . . . . . . . . . . . 382.213

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ECONOMÍA [41] ARAGONESA

ABRIL 2001

[ESTADÍSTICAS POR COMUNIDADES. RANKING DE ENTIDADES FINANCIERAS]

BANCOS

Créditossobre clientes Acreedores

Bancos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49.771.473 Bancos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57.635.820

1 BBVA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15.290.196 1 BBVA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18.278.9172 BSCH . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12.363.901 2 BSCH . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15.687.1653 Banesto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.377.285 3 Banesto . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.023.3634 B. Popular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.346.087 4 B. Popular . . . . . . . . . . . . . . . . 2.532.2135 Bankinter . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.309.126 5 Bankinter . . . . . . . . . . . . . . . . 2.202.9656 B. Sabadell . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.487.540 6 B. Sabadell . . . . . . . . . . . . . . . . 1.961.2687 B. Crédito Local . . . . . . . . . . . . . . 1.386.520 7 B. Pastor . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.012.5938 Deutsche Bank . . . . . . . . . . . . . . . 1.041.300 8 B. Atlántico . . . . . . . . . . . . . . . 926.7149 B. Pastor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 858.548 9 B. Crédito Local . . . . . . . . . . . . 761.667

10 B. Atlántico . . . . . . . . . . . . . . . . . . 708.881 10 Deutsche Bank . . . . . . . . . . . . 734.27411 B. Valencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . 535.228 11 B. Zaragozano . . . . . . . . . . . . . 593.31712 B. Zaragozano . . . . . . . . . . . . . . . . 517.848 12 Banesto B. de Emisiones . . . . . 532.43513 B. Andalucía . . . . . . . . . . . . . . . . . 505.703 13 B. Guipuzcoano . . . . . . . . . . . . 515.74114 Barclays Bank . . . . . . . . . . . . . . . . 477.092 14 Barclays Bank . . . . . . . . . . . . . 488.71315 B. Herrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 444.019 15 B. Valencia . . . . . . . . . . . . . . . 486.73816 Citibank . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 418.224 16 B. Urquijo . . . . . . . . . . . . . . . . 458.38317 B. March . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 390.994 17 B. Herrero . . . . . . . . . . . . . . . . 455.586

Créditossobre clientes Acreedores

35 C. Girona . . . . . . . . . . . . . . . . . 241.493 35 C. Layetana . . . . . . . . . . . . . . . 320.56636 C. Segovia . . . . . . . . . . . . . . . . 211.685 36 C.C.O. Burgos . . . . . . . . . . . . . 289.77737 C. Badajoz . . . . . . . . . . . . . . . . 190.024 37 C. Manresa . . . . . . . . . . . . . . . 269.54038 C. Manresa . . . . . . . . . . . . . . . 188.761 38 C. Badajoz . . . . . . . . . . . . . . . . 262.01939 C. Ávila . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181.912 39 C. Segovia . . . . . . . . . . . . . . . . 259.97340 C. Rioja . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176.420 40 C. Ávila . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231.71941 C.C.O. Burgos . . . . . . . . . . . . . 153.477 41 CECA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214.39242 C. Manlleu . . . . . . . . . . . . . . . . 105.931 42 C. Rioja . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180.62743 C. Guadalajara . . . . . . . . . . . . . 69.048 43 C. Manlleu . . . . . . . . . . . . . . . . 138.68044 C. Ontinyent . . . . . . . . . . . . . . 61.413 44 C. Guadalajara . . . . . . . . . . . . . 84.22745 C. Jaén . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33.604 45 C. Ontinyent . . . . . . . . . . . . . . 57.37746 C. Carlet . . . . . . . . . . . . . . . . . 20.789 46 C. Jaén . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37.18047 C. Pollensa . . . . . . . . . . . . . . . 18.896 47 C. Pollensa . . . . . . . . . . . . . . . 23.85748 CECA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13.650 48 C. Carlet . . . . . . . . . . . . . . . . . 20.844

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ECONOMÍA [42] ARAGONESA

ABRIL 2001

[INSTITUTO DE ESTUDIOS ECONÓMICOS]

Créditossobre clientes Acreedores

18 B. Urquijo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 383.237 18 B. Andalucía . . . . . . . . . . . . . . 412.00819 B. Guipuzcoano . . . . . . . . . . . . . . 336.547 19 B. March . . . . . . . . . . . . . . . . . 403.49120 B. Castilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282.197 20 BSN Banif . . . . . . . . . . . . . . . . 336.92021 B. Mapfre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259.692 21 BBV B. de Financiación . . . . . . 314.15122 B. Galicia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255.723 22 B. Castilla . . . . . . . . . . . . . . . . 271.55423 B. Finanzia . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221.088 23 B. Mapfre . . . . . . . . . . . . . . . . 261.41424 Solbank . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219.687 24 B. Galicia . . . . . . . . . . . . . . . . . 228.27725 B. Vasconia . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195.753 25 SCH Investment . . . . . . . . . . . . 216.50426 B. Chase Manhattan Cmb . . . . . . . 194.172 26 Solbank . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206.67027 B. Popular Hipotecario . . . . . . . . . 168.746 27 HBF B. Financiero . . . . . . . . . . 192.43128 HBF B. Financiero . . . . . . . . . . . . . 155.925 28 B. Depositario BBV . . . . . . . . . 187.05829 B. Vitoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154.940 29 B. Gallego . . . . . . . . . . . . . . . . 183.75530 B. Espirito Santo . . . . . . . . . . . . . . 148.850 30 BBVA Privanza . . . . . . . . . . . . . 170.24231 B. Murcia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146.395 31 Bankpyme . . . . . . . . . . . . . . . . 168.04032 B. Simeón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141.188 32 Citibank . . . . . . . . . . . . . . . . . 167.66733 B. Fimestic . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129.562 33 Patagon Internet Bank . . . . . . . 166.10834 Citibank, N.A. . . . . . . . . . . . . . . . . 128.686 34 B. Vitoria . . . . . . . . . . . . . . . . . 159.95235 S.C.H. Investment . . . . . . . . . . . . . 125.669 35 B. Simeón . . . . . . . . . . . . . . . . 159.38336 B. Gallego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123.169 36 B. Vasconia . . . . . . . . . . . . . . . 148.00537 B. Crédito Balear . . . . . . . . . . . . . . 111.590 37 B. Espirito Santo . . . . . . . . . . . 147.39838 B. Tokyo-Mitsubishi . . . . . . . . . . . . 96.802 38 Bancoval . . . . . . . . . . . . . . . . . 128.05439 Deutsche Bank Credit . . . . . . . . . . 89.737 39 B. Cooperativo Español . . . . . . 116.03640 BNP . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87.207 40 B. Crédito Balear . . . . . . . . . . . 109.96941 BSN Banif . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85.214 41 BNP . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108.41342 General Electric C.B. . . . . . . . . . . . 82.303 42 B. Murcia . . . . . . . . . . . . . . . . . 89.74043 B. Asturias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80.501 43 B. Finanzas e Inversiones . . . . . 87.53344 Bankoa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74.161 44 B. Asturias . . . . . . . . . . . . . . . . 81.34845 B. Luso Español . . . . . . . . . . . . . . . 64.742 45 B. Luso Español . . . . . . . . . . . . 78.24246 Bankpyme . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62.116 46 B. Extremadura . . . . . . . . . . . . 69.62347 BBVA Privanza . . . . . . . . . . . . . . . . 61.744 47 Bankoa . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65.93948 B. Chase Manhattan S.E. . . . . . . . . 58.780 48 B. Chase Manhattan Cmb . . . . . 54.89049 B. Extremadura . . . . . . . . . . . . . . . 56.314 49 Sabadell Multibanca . . . . . . . . . 48.27050 B. América . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47.020 50 B. Pueyo . . . . . . . . . . . . . . . . . 42.32351 B. Cooperativo Español . . . . . . . . . 43.162 51 B. Depósitos . . . . . . . . . . . . . . 40.64252 B. Industrial Of Japan . . . . . . . . . . 38.565 52 Citibank, N.A. . . . . . . . . . . . . . 30.84853 B. Halifax . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35.236 53 B. Inversión . . . . . . . . . . . . . . . 28.91754 Bancofar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33.598 54 Banca de Negocios . . . . . . . . . 26.69555 B. Pueyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29.525 55 Uno-E Bank . . . . . . . . . . . . . . . 25.64556 B. Finanzas e Inversiones . . . . . . . 29.165 56 B. Etcheverría . . . . . . . . . . . . . 25.62057 B. Europa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21.593 57 B. Desarrollo Español . . . . . . . 24.047

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ECONOMÍA [43] ARAGONESA

ABRIL 2001

[ESTADÍSTICAS POR COMUNIDADES. RANKING DE ENTIDADES FINANCIERAS]

Créditossobre clientes Acreedores

58 B. Morgan Guaranty . . . . . . . . . . . 21.009 58 Bancofar . . . . . . . . . . . . . . . . . 22.43659 Arab Bank . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20.798 59 B. Chase Manhattan S.E. . . . . . 21.76260 B. Inversión . . . . . . . . . . . . . . . . . 18.453 60 B. Alcalá . . . . . . . . . . . . . . . . . 17.05561 Banca de Negocios . . . . . . . . . . . . 17.796 61 Eurobank del Mediterráneo . . . 13.13062 B. Árabe Español . . . . . . . . . . . . . . 15.648 62 Credit Suisse . . . . . . . . . . . . . . 12.42963 Patagon Internet Bank . . . . . . . . . . 15.107 63 B. América . . . . . . . . . . . . . . . 10.43864 B. Etcheverría . . . . . . . . . . . . . . . . 14.235 64 Arab Bank . . . . . . . . . . . . . . . . 10.31365 B. Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14.037 65 B. Tokyo-Mitsubishi . . . . . . . . . 9.89866 Bancoval . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13.191 66 B. Altae . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9.78067 Eurobank del Mediterráneo . . . . . . 12.989 67 CDC Urquijo, S.A. . . . . . . . . . . 9.07668 Bancopopular-E . . . . . . . . . . . . . . . 12.434 68 UBS España, S.A. . . . . . . . . . . . 8.85069 B. Esfinge . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9.760 69 B. Halifax . . . . . . . . . . . . . . . . 8.58570 B. Europeo Finanzas . . . . . . . . . . . 9.617 70 B. Industrial Bilbao . . . . . . . . . 7.61271 B. Nación Argentina . . . . . . . . . . . 8.293 71 B. Morgan Guaranty . . . . . . . . . 5.33072 Credit Suisse . . . . . . . . . . . . . . . . . 7.889 72 B. Esfinge . . . . . . . . . . . . . . . . 4.66673 B. Depositario BBV . . . . . . . . . . . . 5.880 73 B. Árabe Español . . . . . . . . . . . 4.57274 B. Desarrollo Español . . . . . . . . . . 5.785 74 B. Europeo Finanzas . . . . . . . . 4.22275 Sabadell Multibanca . . . . . . . . . . . 4.203 75 B. Privat . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.02476 Probanca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.068 76 General Electric C.B. . . . . . . . . 3.50977 UBS España S.A. . . . . . . . . . . . . . . 3.962 77 B. Condal . . . . . . . . . . . . . . . . 2.24778 B. Privat . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.473 78 B. Finanzia . . . . . . . . . . . . . . . . 1.92679 B. Marocaine . . . . . . . . . . . . . . . . . 3.430 79 B. Marocaine . . . . . . . . . . . . . . 1.79280 B. Estado Sao Paulo . . . . . . . . . . . . 1.842 80 B. Nación Argentina . . . . . . . . 1.73081 B. Depósitos . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.832 81 B. Brasil . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.58482 B. Altae . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.731 82 Deutsche Bank Credit . . . . . . . 1.31883 B. Condal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.592 83 B. Popular Hipotecario . . . . . . 50284 CDC Urquijo, S.A. . . . . . . . . . . . . . 1.318 84 B. Estado Sao Paulo . . . . . . . . . 48785 B. Alcalá . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 982 85 B. Industrial Of Japan . . . . . . . 44086 Bankers Trust . . . . . . . . . . . . . . . . 796 86 Probanca . . . . . . . . . . . . . . . . . 13087 B. Albacete . . . . . . . . . . . . . . . . . . 344 87 Bancopopular-E . . . . . . . . . . . . 8688 Uno-E Bank . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69 88 B. Occidental . . . . . . . . . . . . . 1089 Activobank, S.A. . . . . . . . . . . . . . . 0 89 Bankers Trust . . . . . . . . . . . . . 490 Promobanc . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 90 Promobanc . . . . . . . . . . . . . . . 291 BBV B. de Financiación . . . . . . . . . 0 91 B. Fimestic . . . . . . . . . . . . . . . 092 B. Occidental . . . . . . . . . . . . . . . . 0 92 B. Europa . . . . . . . . . . . . . . . . 093 B. Industrial Bilbao . . . . . . . . . . . . 0 93 B. Albacete . . . . . . . . . . . . . . . 094 B. Alicantino Comercio . . . . . . . . . 0 94 Activobank, S.A. . . . . . . . . . . . 095 B. Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 95 B. Alicantino Comercio . . . . . . 096 Banesto B. de Emisiones . . . . . . . . 0 96 B. Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . 0

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Estudios monográficosPor José Villaverde Castro*Universidad de Cantabria

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1. Introducción

En el período 1996-2000 la economía española ha conseguido unos resultados muysatisfactorios en términos de crecimiento económico y creación de empleo, con tasas deincremento del Producto Interior Bruto cercanas al 4 %. Se trata, por tanto, de un creci-miento económico superior al de la media de la Unión Europea en más de un punto por-centual en promedio, a lo que se ha sumado también una generación de empleo muchomás intensa que la registrada en dicha área. Asimismo se ha producido en estos años unproceso de intensa internacionalización y modernización de la economía y de las empre-sas españolas.

Estos buenos resultados de nuestra economía de los últimos años hay que entenderloscomo la consecuencia de una decidida política económica que apuesta por la reducción deldéficit público, la liberalización económica y el protagonismo del sector privado y de lasempresas como motores del crecimiento y de la creación de empleo. La estabilidad presu-puestaria y las reformas estructurales se convierten, por tanto, en los principales instru-mentos para continuar avanzando con rapidez en la senda de convergencia real con los paí-ses centrales de la Unión Económica y Monetaria y aumentar así el nivel de vida y bienestar

ECONOMÍA [45] ARAGONESA

ABRIL 2001

El equilibrio presupuestarioy las Leyes de Estabilidad

Por Ricardo Martínez RicoTécnico Comercial y Economista del EstadoDirector General del Gabinete del Ministro de Hacienda

Resumen

En este trabajo se analiza la contribución de la política de consolidaciónfiscal al patrón de crecimiento equilibrado que caracteriza a la economíaespañola en los últimos años. Esta política culmina con el objetivo de equi-librio presupuestario para 2001 y, para que el equilibrio o superávit pre-supuestario sean el escenario de largo plazo de la economía española, seinstitucionaliza con los proyectos de Leyes de Estabilidad Presupuestariacuyo contenido se analiza. También se completa la exposición con losargumentos teóricos que respaldan los procesos de consolidación fiscal yla aprobación de reglas fiscales para lograrla.

Palabras clave: crecimiento equilibrado, consolidación fiscal, equilibriopresupuestario, estabilidad, confianza, reglas fiscales, leyes de estabilidad,superávit.

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ECONOMÍA [46] ARAGONESA

ABRIL 2001

[RICARDO MARTÍNEZ RICO]

de la sociedad española, prolongando la senda de expansión y creación de empleo iniciadaa mediados de la pasada década.

En el ámbito presupuestario en el período 1996-2000 el déficit se redujo desde el 6,6 %hasta situarse en el 0,3 % del PIB. Además se ha reducido en 5 décimas el objetivo de défi-cit público para el 2000, previsto inicialmente en el 0,8 % del PIB y terminando, como cono-cimos a finales de febrero, en el citado 0,3 % del Producto Interior Bruto. Ello ha permitidoa su vez adelantar en un año el objetivo del equilibrio presupuestario previsto para este año2001. De esta forma se ha creado un nuevo escenario de equilibrio presupuestario que con-ducirá a una continua mejora de las finanzas públicas más allá de lo previsto en los progre-sivos Programas de Estabilidad presentados por el Gobierno de España en los distintos ejer-cicios.

Este compromiso de estabilidad presupuestaria es compatible con un fuerte incrementode la inversión pública en infraestructuras así como con la priorización de la inversión enI + D + i, en educación, en sanidad y en gastos sociales que permiten así incrementar el capi-tal humano y elevan, junto a las políticas de liberalización y reforma de los mercados de bie-nes, servicios y de trabajo, la capacidad de crecimiento potencial de la economía española.Esta nueva política de disciplina del gasto público mejora la confianza de los ciudadanos,estimula la iniciativa económica y contribuye al crecimiento y a la creación de empleo; seconvierte entonces en un círculo virtuoso incrementando, además, los ingresos que elEstado necesita para atender las necesidades del gasto social, la inversión y los serviciospúblicos.

Por ello con el fin de asegurar en los años venideros la disciplina necesaria para evitar eldéficit y reducir la deuda de las administraciones públicas el Gobierno ha impulsado los pro-yectos de Leyes de Estabilidad Presupuestaria, en donde el déficit público, que hasta ahorahabía sido lo habitual, solamente podrá aceptarse como situación excepcional, transitoria yrápidamente reversible. En efecto, con las Leyes de Estabilidad Presupuestaria el debate deldéficit queda superado por una nueva situación en la que la práctica habitual debe ser la delsuperávit; el debate de política económica se traslada de este modo al ámbito de cómo dis-tribuir este superávit, situación ésta en la que se encuentran los países más desarrollados dela OCDE.

A lo largo del presente trabajo pretendemos repasar las características fundamentales dela economía española de estos últimos años, explicando el papel que la política de consoli-dación fiscal ha jugado en la explicación de la misma. Precisamente y de modo coherentecon esta política, se ha planteado el objetivo para el año 2001 del equilibrio presupuestarioy de cara a una consolidación de este equilibrio se presentan para su tramitación parla-mentaria los proyectos de Leyes de Estabilidad Presupuestaria, una Ley orgánica y otra ordi-naria, cuestión ésta que se aborda en la parte central de este artículo. Nos detendremos tam-bién en la justificación económica de los procesos de consolidación fiscal y en losargumentos institucionales que apoyan la aprobación de normas legales precisamente paraconsolidar las situaciones de equilibrio o superávit presupuestario, para concluir con unareflexión general sobre las decisiones de política económica en un contexto de superávit.

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2. Las principales características de la actual situación económica

En el año 2000 la economía española ha tenido unos resultados muy satisfactorios. Segúnvemos en el cuadro 1 el PIB ha crecido en torno al 4 %, prolongándose, por tanto, por cuartoaño consecutivo un alto ritmo de actividad. El empleo ha seguido aumentando a un ritmopoderoso de modo que se han creado 480.000 nuevos puestos de trabajo (puestos de tra-bajo equivalentes a tiempo completo en términos de Contabilidad Nacional), situándosecon este resultado el crecimiento medio del empleo en los últimos cuatro años en el 3,5 %,el doble que la media de la Unión Europea. De este modo al finalizar el año 2000 y según laEncuesta de Población Activa, la tasa de desempleo se situaba en el 13,6 % según vemos enel cuadro 2.

Desde el punto de vista del sector exterior el crecimiento ha sido también más equili-brado, con una aportación negativa en el año 2000 de 0,1 puntos y unas exportaciones cre-ciendo prácticamente al 11 % en el mismo año. El fuerte impulso de la demanda interna,aunque más moderado que en los años precedentes, y sobre todo la brusca elevación de losprecios del petróleo y la devaluación del euro, han afectado a los precios, pero al remitir sus

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[EL EQUILIBRIO PRESUPUESTARIO Y LAS LEYES DE ESTABILIDAD]

Cuadro 1CUADRO MACROECONÓMICO

Tasas anuales 1997 1998 1999 2000 2001 p

PIB . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3,9 4,3 4,0 4,1 3,6Consumo final . . . . . . . . . . 3,0 4,3 4,3 3,7 2,9Inversión . . . . . . . . . . . . . . 5,0 9,7 8,9 5,9 7,0

Demanda interna . . . . . . . . . . 3,4 5,6 5,5 4,2 3,9Exportaciones . . . . . . . . . . . 15,3 8,3 6,6 10,8 8,8Importaciones . . . . . . . . . . 13,3 13,4 11,9 10,4 9,5

Aportación exterior . . . . . . . . 0,5 –1,3 –1,5 –0,1 –0,4Deflactor del PIB . . . . . . . . 2,2 2,3 2,9 3,5 2,3Déficit público . . . . . . . . . . –3,2 –2,6 –1,2 –0,3 0,0

Cuadro 2EVOLUCIÓN DEL EMPLEO

(datos a fin de período) (aumento en miles)

1996 1997 1998 1999 2000

Afiliados a la S.S. . . . . . . . . . . . 241 495 787 762 658Empleo EPA . . . . . . . . . . . . . . 401 371 428 699 569

Tasa de paro EPA . . . . . . . . . . . 21,8 20,3 18,2 15,4 13,6

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efectos en estos meses es de esperar que sea posible una progresiva desaceleración del com-ponente inflacionista hasta situarse en los entornos de estabilidad de precios previstos porel Banco Central Europeo.

En esta evolución económica han jugado un papel clave las políticas de consolidaciónfiscal y de liberalización y flexibilización de la economía; de hecho las políticas de laHacienda Pública comprometidas con la disciplina fiscal han jugado un destacado pro-tagonismo en el control de los desequilibrios básicos de nuestra economía. Así el déficitdel conjunto de las administraciones públicas en el año 2000 se ha situado en el 0,3 %del Producto Interior Bruto en lugar del 0,8 inicialmente previsto, y ello ha permitidoaprobar para el año 2001 los primeros presupuestos sin déficit de la Democracia espa-ñola. Debemos recordar que finalizado el año 1995 el déficit público alcanzaba el 6,6 %del Producto Interior Bruto y parecía imposible que España pudiera cumplir a tiempocon el criterio fiscal de Maastricht, además de con el resto de criterios, para acceder atiempo al euro. Sin embargo las políticas puestas en práctica han permitido mejorar losobjetivos inicialmente previstos en los sucesivos Programas de Estabilidad, superandoincluso a los grandes países de la zona del euro en el ritmo de consolidación de las cuen-tas públicas.

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[RICARDO MARTÍNEZ RICO]

Gráfico 1CRECIMIENTO DEL PIB EN ESPAÑA Y EN LA UE

1997-III0,0

1998-I II III IV 1999-I II III IV 2000-I II III IV

1,0

2,0

3,0

4,0

5,0

6,0

ALEMANIA FRANCIA ESTADOS UNIDOS UE-11 ESPAÑA

IV

FUENTE: OCDE.

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En los últimos cuatro años la economía española ha registrado un crecimiento superioral de la media de la Unión Europea en más de un punto porcentual en promedio, a lo quese ha sumado una generación de empleo mucho más intensa que la registrada en dicha área.Asimismo se ha llevado a cabo un proceso de intensa internacionalización y modernizaciónde nuestra economía.

Además, como puede verse en el gráfico 1, la política económica aplicada ha permitidosuavizar la evolución de nuestra economía incluso en aquellos trimestres de 1998 y 1999 endonde la crisis asiática primero y latinoamericana después, hacían tambalearse las estima-ciones de crecimiento económico de los principales países desarrollados.

En 1996 la consecución de la estabilidad era uno de los principales retos económicos. Lasprevisiones de los organismos internacionales ponían en duda que España lograra dichaestabilidad y que pudiera formar parte del euro desde el primer momento. Sin embargoEspaña lleva cuatro años de crecimiento económico estable y muy equilibrado, aumentosdel PIB real del 4 % se trasladan casi en su totalidad a creación de empleo y este crecimiento,superior a la media europea y mostrando un ciclo más suave, es compatible con una evolu-ción de los precios contenida. Las medidas tomadas entonces con el fin de reducir la infla-ción, la prima de riesgo y los tipos de interés, permitieron que en España se produjese elcírculo virtuoso de la estabilidad que permite transmitir confianza a los agentes económicosy mejorar así sus expectativas.

Tal y como se recoge en el Programa de Estabilidad del Reino de España para los años2000-2004, aprobado a comienzos de este año por la Unión Europea, para conseguir el obje-tivo económico de continuar avanzando en la convergencia real con los países centrales dela UEM, se propone el desarrollo de las políticas económicas seguidas hasta ahora: una polí-tica fiscal centrada en la consolidación de las finanzas públicas y una continuada y ambiciosapolítica de reformas estructurales.

En el caso de la política fiscal la total eliminación del déficit público en 2001 introduceun nuevo escenario en el que el equilibrio presupuestario será una característica perma-nente de las finanzas públicas en España y contribuirá a la estabilización de la economía.

Una vez eliminado el déficit y asumida por la sociedad española la importancia de man-tener las cuentas públicas equilibradas, el énfasis en el diseño de la política fiscal se trasladaa la creación de márgenes de maniobra para cumplir en todo momento los compromisosasumidos en virtud del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, a la mejora de la calidad de lascuentas públicas y a garantizar la sostenibilidad futura de los sistemas de protección social.

Con ello se continúa avanzando en la línea de los compromisos adquiridos en el Pacto deEstabilidad y Crecimiento; la consecución de una posición financiera equilibrada que per-mita hacer frente a eventuales cambios de la coyuntura económica sin incurrir en déficitexcesivos. Al mismo tiempo se logra crear el margen de maniobra necesario para acometeruna reforma de la imposición directa que reduzca la carga fiscal con el fin de fomentar laequidad tributaria, favorecer las decisiones de ahorro e inversión y facilitar el aumento dela oferta de trabajo.

Dado que todas las previsiones macroeconómicas apuntan para los próximos años a unasuave desaceleración de la tasa de crecimiento de nuestra economía, pasando del actual

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[EL EQUILIBRIO PRESUPUESTARIO Y LAS LEYES DE ESTABILIDAD]

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4,1 % a un 3,6 % en el año 2001 y situándose en promedio en el entorno del 3,2 % anual parael período 2002-2004, se propone la plena consolidación presupuestaria registrándoseincluso superávit a partir del 2002. Asimismo se avanzará significativamente en la reduccióndel peso de la deuda pública en términos del PIB, alcanzando niveles inferiores al 60 % a par-tir del ejercicio de 2001.

Para ilustrar el cambio que se ha producido en el patrón de crecimiento podemos utili-zar tres gráficos (gráficos 2, 3 y 4) muy significativos que comprenden datos desde 1985hasta la actualidad y que comparan la evolución del déficit público con otros indicadoreseconómicos, concretamente con el crecimiento del PIB, el crecimiento del empleo y la evo-lución de la inflación. La interpretación conjunta de estos gráficos permite observar tres eta-pas diferenciadas. Entre 1985 y 1990 se produce un crecimiento explosivo que da lugar ainflaciones muy por encima del PIB real que acaban estrangulando el crecimiento: a pesardel crecimiento el déficit público no se reduce, llegando a superar el 6 % del PIB en 1993 y1995 y produciendo una contracción económica muy intensa unida a una fuerte destruc-ción de empleo. Sin embargo cuando se aborda la reducción del déficit público de formadecidida aparece el nuevo patrón de crecimiento estable y equilibrado con una intensa crea-ción de empleo (gráfico 3).

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[RICARDO MARTÍNEZ RICO]

Gráfico 2DÉFICIT PÚBLICO Y CRECIMIENTO EN ESPAÑA

DÉFICIT (% PIB) PIB

1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

8

6

7

5

4

3

2

1

0

–1

–2

FUENTE: OCDE, INE.

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De hecho la situación actual de equilibrio presupuestario permite por una parte sostenerun crecimiento más equilibrado y a su vez disponer de un margen mayor en caso de unamoderación en las tasas del crecimiento económico.

Ya por último podemos resumir, por tanto, las características fundamentales de la eco-nomía española del siguiente modo :

a) Crecimiento de la economía real por encima del incremento de los precios de modoque sus efectos beneficiosos son mucho más apreciables. Ello ha permitido unaintensa rebaja de los costes empresariales fundamentales, mejorar la planificación denuevas inversiones y elaborar incluso unos presupuestos públicos más contenidos entodas aquellas partidas indiciadas con la inflación y con la seguridad de su cum-plimiento.

b) La mayor parte del crecimiento económico se ha trasladado a la creación de empleo.Es la primera vez en la historia económica de España en la que un crecimiento eco-nómico del 4 % permite que el empleo se incremente a una tasa cercana. Y es preci-samente el sector privado y sobre todo la pequeña y mediana empresa la que contri-buye en mayor medida a la creación de estos nuevos puestos de trabajo.

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[EL EQUILIBRIO PRESUPUESTARIO Y LAS LEYES DE ESTABILIDAD]

Gráfico 3DÉFICIT PÚBLICO Y EMPLEO EN ESPAÑA

DÉFICIT (% PIB) EMPLEO (EPA)

1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

8

6

4

2

0

–2

–4

–6

FUENTE: OCDE, INE.

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c) Mejora en la financiación de la economía. La reducción de los tipos de interés y lasreformas introducidas en los mercados financieros han facilitado considerablementelas posibilidades de financiación, tanto para las empresas como para las familias y lasadministraciones públicas. Con tipos de interés como los actuales se sanean las cuen-tas de resultados de las empresas y de las administraciones, se hacen atractivas nuevasoperaciones de inversión y disminuyen los costes de oportunidad de nuevos proyec-tos empresariales. Al mismo tiempo y debido también a la política de privatizaciones, los mercados finan-cieros han ganado en profundidad y podemos disponer así de un mecanismo muchomás ágil de traslación del ahorro hacia la inversión productiva. De hecho este nuevo entorno financiero convierte a nuestro país en un exportadorde capitales, sobre todo a Iberoamérica. En el 2000 la inversión directa en el exteriorha ascendido a 9,5 billones de pesetas, un 71 % más que en 1999. Esta inversiónsupone el 9,4 % del Producto Interior Bruto. En 1999 España se convirtió en elsegundo gran inversor en Iberoamérica después de Estados Unidos, superandoincluso al Reino Unido, que aparece en tercer lugar.

d) Transformación de las relaciones económicas de España con el resto del mundo. Laeconomía española crece sistemáticamente por encima de la media europea e incre-

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Gráfico 4CRECIMIENTO E INFLACIÓN EN ESPAÑA

PIB IPC

1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

10

8

4

2

0

–2

6

FUENTE: OCDE, INE.

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menta su grado de apertura intensificando sus relaciones con el exterior a una velo-cidad superior a la del resto de países de la Unión Europea. Ello introduce a nuestraeconomía en el proceso de globalización e internacionalización con una posiciónsemejante a la del resto de países desarrollados por lo que al comercio exterior einversiones se refiere. La suma de exportaciones e importaciones sobre el ProductoInterior Bruto supone ya el 60 %, un grado de apertura superior al de países como Ale-mania, Francia o Estados Unidos.

3. El equilibrio presupuestario en el 2001: su justificación económica

La reducción del déficit público en España durante estos últimos años ha sido intensa yconstante. En cinco años se ha pasado de un déficit del 6,6 % del PIB al 0,3 % el pasado año.Se trata de uno de los procesos de consolidación fiscal más drástico llevado a cabo en elseno de la Unión Europea. Así la brecha que separaba a nuestra economía hasta el año 1995de los principales países de la Unión no solamente se ha cerrado sino que desde 1997 laestricta ejecución del Presupuesto ha permitido acabar el año con un déficit real inferior alprevisto e inferior también a la media de nuestros principales socios europeos (sin tener encuenta el efecto transitorio producido en los presupuestos del año 2000 de determinadospaíses europeos al contabilizar como ingresos las subastas de licencias de UMTs).

La reducción del déficit se ha producido principalmente por la vía de la contención delgasto, que en los Presupuestos de 2001 continúa creciendo por debajo del PIB, al igual queen los cinco años anteriores.

De entre las principales características del proceso de consolidación fiscal, tal y como serecoge en el Programa de Estabilidad del Reino de España, destacan adicionalmente lassiguientes :

a) El gasto público tuvo un crecimiento moderado, con lo que su participación en el PIBse redujo en 1,4 puntos, del 42,1 % al 40,7 %, entre 1998 y 2000. En este proceso deconsolidación fiscal el gasto corriente ha soportado la mayor parte del ajuste, desta-cando la continuidad en los esfuerzos de contención del gasto de consumo final delas administraciones públicas. Simultáneamente se mantuvieron elevados niveles degasto en inversión, lo que refleja el compromiso del Gobierno de convergencia realcon los países centrales de la UEM, que requiere aumentar las dotaciones de capitalfísico, humano y tecnológico.

b) Los ingresos públicos se mantuvieron en el entorno del 40 % del PIB, en un marco dereforma del IRPF. Diversos factores explican la mayor parte del crecimiento de losingresos públicos: por una parte las reformas tributarias, que han eliminado distor-siones, lo que ha tenido efectos favorables por el lado de la oferta de la economía; porotra la buena coyuntura económica, que ha aumentado la actividad y la creación deempleo, y por último los esfuerzos para mejorar la gestión de la recaudación, que hanhecho aflorar más ingresos.

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La evidencia empírica muestra que los procesos de consolidación presupuestaria que tie-nen un mayor efecto de estímulo sobre la actividad privada y que tienen mejores garantíasde perdurar en el tiempo, son aquellos que operan sobre el gasto reduciéndolo y no sobrelos ingresos tributarios. Es de esta forma como los agentes económicos anticipan un menorendeudamiento público y una menor carga tributaria en el futuro, lo que supone un incen-tivo para la oferta de trabajo y la actividad inversora.

Así la moderna teoría económica critica la tradicional consideración del déficit públicocomo un instrumento de política económica de demanda con efectos expansivos. Existenlíneas argumentales diferentes aunque en muchos casos complementarias y que es necesa-rio recordar en una coyuntura económica como la actual, que nos conduce tanto por com-promisos internacionales como por razones de coherencia económica interna hacia unaHacienda del equilibrio presupuestario.

Estas líneas son las siguientes:

1. El grado de apertura de las economías condiciona la efectividad de las políticas fisca-les expansivas por varios motivos:a) por la existencia de externalidades y efectos desbordamiento que limitan la auto-

nomía en la gestión de la política económica a la vez que reducen su efectividad.Un aumento del déficit público puede producir una elevación de la demandainterna de un país cuya conversión en producción interna va a depender de la pro-pensión a importar del mismo. Cabe la posibilidad, en países con fuerte propen-sión marginal a importar, que el efecto expansivo del déficit se filtre al exterior víaun aumento de las importaciones, por lo que no tenga efectos sobre los niveles deproducción y empleo internos. Es decir, el país con déficit paga el coste mientrasque los que se benefician son los países con los que comercia.

b) Adicionalmente este comportamiento puede degradar la situación de la balanza depagos.

2. En un mundo en que los agentes aprenden de la experiencia y forman sus expectati-vas de forma racional sobre el comportamiento futuro del sector público, surge el pro-blema de la inconsistencia temporal y la inefectividad de las políticas económicas decarácter discrecional que desaconsejan su utilización:a) En un marco intertemporal en el que los individuos toman sus decisiones de con-

sumo en función de su renta permanente y no de la renta del período, los agentesracionales interpretan que el aumento de su renta, consecuencia de la política dedéficit público, es transitorio y por lo tanto no alteran sus decisiones de consumo.Un presupuesto deficitario no sería entonces más expansivo que uno equilibrado.

b) Además los agentes racionales compensarían el mayor desahorro público con unmayor ahorro privado, anticipando el aumento de impuestos futuros para pagar losintereses de la deuda pública. El mayor ahorro privado detraería recursos del flujocircular de la renta.

3. El déficit puede originar un efecto expulsión de la inversión privada (crowding outfinanciero) por la elevación de los tipos de interés.

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Con una política monetaria restrictiva con el fin de preservar la estabilidad de preciosun aumento de la deuda pública obligará al Sector Público a elevar los tipos de inte-rés para competir con la financiación privada en relación con los recursos financierosdisponibles en la economía. La elevación de los tipos de interés que provoca unaaumento de la rentabilidad relativa de las inversiones financieras y una disminuciónde las inversiones reales inducirá una reducción de la demanda agregada de inversióncuestionando los posibles efectos expansivos del déficit público.

4. El papel de la política fiscal en una Unión Monetaria.En una Unión Monetaria, en ausencia del tipo de cambio y de la política monetariacomo instrumentos de estabilización macroeconómica, la política fiscal adquiere unaprimordial relevancia ya que se convierte en el instrumento de que disponen losgobiernos para compensar las posibles discrepancias cíclicas que puedan surgir o los«shocks asimétricos de demanda».En tales circunstancias la tentación de utilizar la política presupuestaria con fines esta-bilizadores es elevada así como las ineficiencias que los déficit públicos generados enun país pueden provocar al resto de los países de la Unión. Por un lado la mayor inte-gración aumentará el impacto sobre el sistema financiero de la posible quiebra de unEstado miembro con importantes volúmenes de deuda y déficit. Por otro lado un paíscon un elevado déficit crea externalidades negativas al resto de los países vía elaumento que se produce en los tipos de interés consecuencia del mayor recurso almercado de capitales. Además los países menos disciplinados intentarán presionar alBCE para que lleve a cabo una política monetaria más laxa complicando la consecu-ción del objetivo de estabilidad de precios.En definitiva la interdependencia que se deriva de la UEM hace necesario algún tipo decoordinación de las políticas fiscales, idea que se ha plasmado en las Reglas Fiscales con-tenidas en el Tratado de la Unión Europea y en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.El objetivo de la política fiscal no debe ser entonces la estabilización de la demandasino el establecimiento de un programa claro y creíble de actuación orientado a laminimización de las distorsiones creadas por la intervención pública e incrementandoel potencial de crecimiento y creación de empleo de la economía. A corto plazo suuso debe estar reglado y limitado al juego de los estabilizadores automáticos.La política fiscal debe estar orientada entonces a la mejora de las condiciones deoferta a medio y largo plazo y ser creíble y previsible. Dado que la excesiva presiónfiscal supone un lastre importante para el crecimiento, una de las medidas más apro-piadas para incrementar el potencial de crecimiento y el empleo es la reducción deimpuestos dirigida a incrementar los incentivos al ahorro, a la inversión y al trabajo.Hoy está ampliamente reconocido que las rebajas impositivas no son instrumentospuramente de demanda sino que tienen mayor potencia desde el lado de la oferta. Dehecho el efecto final presupuestario puede ser un incremento de la recaudación, porlo que juzgar automáticamente una rebaja de impuestos como una política fiscalexpansiva pueda resultar erróneo.

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Estos argumentos teóricos están avalados por la experiencia observada en los añosochenta en algunos países, Irlanda, Dinamarca, Suecia, en los que la aplicación de pro-gramas estrictos de consolidación fiscal ha tenido efectos expansivos sobre el creci-miento económico. Esta evidencia empírica pone de manifiesto que es posible la co-existencia de un robusto crecimiento económico durante períodos de consolidaciónfiscal. Los mecanismos que permiten explicar este hecho son los menores costes delcrédito, los efectos riqueza favorables al consumo y la generación de expectativas dereducción de impuestos futuros y de una mayor estabilidad, que podrían compensarel efecto contractivo inicial del ajuste presupuestario.

4. Las Leyes de Estabilidad Presupuestaria

A) Institucionalización del equilibrio presupuestario

El creciente interés por las reglas de política fiscal como alternativa a la política fiscal dis-crecional es atribuible en parte al deterioro de la ejecución fiscal, la llamada desviación deldéficit, experimentada durante más de dos décadas en la mayoría de los países.

La racionalidad económica tradicional de las reglas de política fiscal es la estabilidadmacroeconómica. A menudo la falta de la adecuada disciplina fiscal ha reducido el papelcontracíclico de la política fiscal hasta el punto de hacerla procíclica.

La gran ventaja de las políticas fiscales basadas en las reglas frente a la política discrecio-nal es la consistencia temporal. Una regla fiscal puede ser útil para asegurar la credibilidadde la política del Gobierno en el tiempo. Este enfoque es crucial en países con un historialde elevados déficit públicos a los que siguen fuertes ajustes impuestos por el mercado segui-dos de nuevo por incumplimientos de objetivos fiscales. Para recuperar la confianza de losmercados financieros, consumidores y empresas, los gobiernos deben comprometerse alímites permanentes en sus déficit y deuda.

De acuerdo con la teoría del ciclo político, estas situaciones se producen porque losgobiernos elegidos democráticamente tienen una tendencia intrínseca para crear déficit ypor tanto redistribuir la renta desde las generaciones futuras a las actuales generaciones devotantes. Esto se une a la ilusión fiscal de los votantes, que sobrestiman los beneficios delgasto público y subestiman los costes de la tributación. Dada la sensibilidad de los políticosa las presiones electorales la mayoría de los gobiernos son incapaces de corregir esa ten-dencia sin una restricción de política fiscal de rango superior.

A comienzos de la década de los noventa se ha abierto una línea de investigación acercade las relaciones que pueden guardar los procedimientos presupuestarios nacionales conlos déficit y la deuda públicos. Los estudios empíricos muestran que los procedimientos pre-supuestarios existentes permiten la falta de disciplina presupuestaria, es decir, que los altosdéficit públicos se producen por el mal funcionamiento de las instituciones existentes.

Diversos autores señalan que un diseño apropiado del proceso presupuestario permitecontrarrestar la estructura de intereses individuales de los ministerios sectoriales y miem-bros del Parlamento, que son los que están dando lugar a excesos de gastos y el consiguiente

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aumento del déficit. En la medida en que el diseño presupuestario (normativa, procesos,interacción entre actores presupuestarios y sistemas de votación en el Parlamento) pro-mueva el interés colectivo de las decisiones presupuestarias en términos de eficiencia yorientación a largo plazo se conseguirá un gasto público y un déficit más limitado.

Las limitaciones a largo plazo del proceso presupuestario (plan financiero plurianual)facilitan una mejor conexión entre los costes presentes y futuros de las decisiones que setoman en un ejercicio presupuestario reduciendo así el sesgo presupuestario.

Podemos llegar entonces a concluir que unas instituciones presupuestarias apropiada-mente diseñadas ayudan a mantener la consistencia entre gastos e ingresos por largos perío-dos de tiempo, evitando que los países tengan que llevar a cabo ajustes penosos de su situa-ción fiscal.

Las reformas institucionales pueden ser de varios tipos. Una de las reformas de los pro-cesos presupuestarios que más suelen recomendarse es la introducción de regulaciones quelimiten la discreción del Gobierno en la gestión del déficit y particularmente la introducciónde una ley de presupuestos equilibrados.

Otro cambio institucional consiste en dar fuertes prerrogativas al primer ministro (o alministro de Hacienda o Economía), que es más sensible al tamaño global del presupuesto ya su financiación y menos sensible a las presiones procedentes de intereses específicos.

También se recomienda introducir cambios en la legislación que regula directamente laelaboración del presupuesto, por ejemplo modificar el proceso de aprobación legislativa delpresupuesto. Los procedimientos que imponen en primer lugar una votación sobre eltamaño del gasto total y después un debate sobre los capítulos específicos más apropiadospara limitar los gastos evitan el probable resultado de reconciliar las necesidades de gastoen conflicto mediante un incremento de los déficit.

En España la decidida acción en el terreno fiscal ha conseguido rescatar la credibilidadde la Institución presupuestaria, creando un ambiente de fiabilidad que facilita la toma dedecisiones por parte de los agentes económicos y sociales.

El modo de continuar con el crecimiento duradero es instalarse en ese equilibrio presu-puestario, que el equilibrio presupuestario sea la premisa de toda la política económica.Para ello es conveniente garantizar por Ley la estabilidad presupuestaria, pues como la evi-dencia empírica comentada ha puesto de manifiesto la consolidación presupuestaria no seconsigue sólo con la voluntad política de llevarla a cabo si no se dispone de una cultura,unas normas y unas instituciones adecuadas.

España es uno de los países que han optado decididamente por esta vía y con este obje-tivo se ha elaborado la Ley General de Estabilidad Presupuestaria que, junto con el Proyectode Ley Orgánica complementaria de la anterior, constituye el instrumento normativo que vaa permitir el desarrollo de la actividad del sector público en un marco de estabilidad presu-puestaria. De esta manera se hará efectivo el cumplimiento de los objetivos de política fis-cal que con un carácter permanente desean alcanzarse y se creará credibilidad como factoresencial en la disciplina presupuestaria.

En un país tan descentralizado como es España esto es aplicable a cualquier nivel degobierno, por eso es necesario que la norma discipline a todas las administraciones. En caso

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contrario cada gobierno individualmente podría comportarse como «free rider» o viajero sinbillete, pues su pequeño déficit podría ser compensado con los superávit de los otrosgobiernos, pero si todos actúan igual se desencadena una dinámica de irresponsabilidadfinanciera que acaba perjudicando a todos.

Si como hemos visto, dentro de las economías nacionales, los desequilibrios macroeco-nómicos dan lugar a incertidumbres que cercenan la confianza de los agentes económicosy dificultan su iniciativa, tanto más ocurrirá en una economía inmersa en un proceso de inte-gración. Además el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, acordado en el Consejo de Amster-dam en junio de 1997, limita la utilización del déficit público como instrumento de políticaeconómica en la Unión Económica y Monetaria. Los estados miembros de la Unión se com-prometen a perseguir el objetivo a medio plazo de situaciones presupuestarias próximas alequilibrio o en superávit, de forma que cuando los estabilizadores automáticos actúen eldéficit se mantenga siempre por debajo del 3 por 100. Las recomendaciones del ConsejoEuropeo de Santa María de Feira en junio de 2000 van aún más lejos, instan a los estadosmiembros a continuar el saneamiento de las cuentas públicas más allá del nivel mínimo paracumplir los requisitos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y de esta forma generar unmargen de maniobra adicional para la estabilización cíclica, para protegerse de una evolu-ción presupuestaria imprevista, acelerar la reducción de la deuda y prepararse para los desa-fíos presupuestarios del futuro.

Las decisiones en el ámbito fiscal estarán determinadas por el nuevo marco de estabili-dad que introducirán las Leyes de Estabilidad Presupuestaria. Las Leyes de Estabilidad Pre-supuestaria son las normas que nos van a ayudar a mantener el equilibrio de las finanzaspúblicas en el futuro.

Con las Leyes de Estabilidad Presupuestaria se cierra la posibilidad de recurrir al déficitcomo vía de financiación del gasto y de este modo se elimina este importante factor de res-tricción en las condiciones de financiación de la economía, que también es un factor deincertidumbre para la estabilidad del sistema financiero y el control de precios.

B) Justificación jurídica

La Ley General de Estabilidad Presupuestaria y la Ley Orgánica complementaria de la LeyGeneral van a determinar el marco jurídico-económico básico de la política presupuestariadel sector público e introducen un cambio profundo en las reglas de juego de la política pre-supuestaria española.

Desde el punto de vista de su justificación jurídica las Leyes de Estabilidad Presupuesta-ria responden al mandato constitucional que en el artículo 40 obliga a todos los poderespúblicos a promover las condiciones favorables para el progreso social y económico y parauna distribución de la renta regional y personal más equitativa, «en el marco de una políticade estabilidad económica… orientada el pleno empleo».

Refuerzan y dan credibilidad adicional a los principios de disciplina presupuestaria asu-midos por España al integrarse en la Unión Económica y Monetaria Europea y expresadosen el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, en el que nos hemos comprometido a limitar el

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déficit y la deuda junto a los demás países de la zona euro. España va a ser la primera naciónde la zona euro que refuerce el compromiso europeo con una norma propia.

En efecto, conforme al artículo 149 de la Constitución también es obligación del Estadoasegurar el cumplimiento de los objetivos convenidos en el Pacto de Estabilidad. La Ley deEstabilidad Presupuestaria expresa el compromiso de las administraciones con la estabilidadpresupuestaria y la disciplina de gasto y una amplísima jurisprudencia del Tribunal Consti-tucional reconoce al Estado la competencia para adoptar medidas encaminadas a garantizarlos objetivos legales de política económica.

Para conciliar esta exigencia de aplicación general del principio de estabilidad presu-puestaria con las competencias de las comunidades autónomas (CCAA) en materia presu-puestaria ha sido necesario, de acuerdo con el Dictamen del Consejo de Estado, completarla Ley General Ordinaria de Estabilidad Presupuestaria con otra Ley Orgánica, que contieneel nuevo sistema de cooperación financiera entre el Estado y las CCAA. En este sentido laLey Orgánica complementaria a la Ley de Estabilidad contiene las modificaciones normati-vas precisas de la Ley 8/1980 de Financiación de las CCAA, que hacen posible la efectivaaplicación de los objetivos de esta Ley, con estricta adecuación a la reserva de Ley Orgánicacontenida en el texto constitucional.

Ambas leyes son instrumentos al servicio de los mismos objetivos de política económicay se deben interpretar y aplicar de forma unitaria.

El esfuerzo tiene que realizarse simultáneamente por el conjunto de las administracionespúblicas. Por ello las Leyes de Estabilidad van a suponer la creación de instituciones concompetencias de estabilidad y control presupuestario para hacer compatibles las decisionesde los entes subcentrales con los compromisos globales contraídos en el ámbito de la UniónEconómica y Monetaria.

Se compaginan así las necesidades derivadas de la política económica general en sus dis-tintas vertientes con el respeto a la autonomía financiera de las comunidades autónomas. Serefuerzan los principios y normas rectoras que reclama la modernización de la HaciendaPública española, adaptándola, por una parte, al intenso proceso de descentralización queha tenido lugar en los últimos años, y por otra, a la provisión de bienes y prestación de ser-vicios públicos más eficientes y próximos al ciudadano.

C) Descripción

Las Leyes de Estabilidad Presupuestaria potencian eficazmente el control democrático delos centros públicos puesto que son las Cortes las que determinan los objetivos de equili-brio o superávit y las que van a marcar al Gobierno la orientación presupuestaria.

Y ya, por lo que a la descripción del contenido se refiere, estas leyes obligan a las admi-nistraciones públicas a elaborar y ejecutar sus presupuestos en el marco de equilibrio finan-ciero. Obligan a:

a) La Administración General del Estado, sus organismos autónomos y demás entespúblicos que dependan de ella.

b) Las entidades del sistema de la Seguridad Social.

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c) Las comunidades autónomas y los entes y organismos públicos que dependan de ellas.d) Las corporaciones locales y los entes y establecimientos públicos dependientes.e) Todas las demás entidades públicas empresariales, sociedades mercantiles y demás

entes de Derecho Público dependientes de las administraciones.

En efecto, las Leyes de Estabilidad Presupuestaria vinculan a todo el sector público puesde no ser así, dado nuestro elevado rango de descentralización política y administrativa, elincumplimiento de la estabilidad presupuestaria por cualquiera de las administraciones opor varias de ellas perjudicaría a toda la economía con las secuelas de su déficit, pondría enpeligro los esfuerzos de consolidación realizados por los demás y dañaría el crecimiento yla creación de empleo.

Las Leyes definen el objetivo de estabilidad de modo diverso, en función de que se tratede las administraciones públicas o del resto de los sujetos comprendidos en su ámbitode aplicación. Para las administraciones la estabilidad presupuestaria implica la obliga-ción de elaborar presupuestos en equilibrio o con superávit, mientras que para el restode los agentes económicos la aplicación del principio de estabilidad implica una gestiónorientada al saneamiento y a la mejora de sus resultados (reducción o desaparición delas pérdidas).

Las Leyes no desconocen la posibilidad de un eventual cambio de la situación eco-nómica o circunstancias adversas que impidan en uno o varios ejercicios presupuestariosla consecución del objetivo de equilibrio o superávit. Pero el objetivo será la elaboraciónde presupuestos en equilibrio o superávit aunque se admita que, excepcionalmente, pue-dan formularse presupuestos con déficit. En este caso el compromiso de estabilidad vienedeterminado por la obligación de presentar un plan para el retorno a medio plazo a la situa-ción de equilibrio.

Con esta norma el principio de estabilidad se convierte en un eje fundamental de nues-tro ordenamiento jurídico. A partir de ahora las administraciones públicas tendrán el res-paldo democrático y legal para que en sus presupuestos la norma sea el equilibrio o el supe-rávit y en cambio el déficit sea la excepción.

Al servicio de la estabilidad presupuestaria la Ley define tres principios adicionales básicos:

1. El principio de plurianualidad, que refuerza la previsión presupuestaria y normaliza elprocedimiento de todas las administraciones públicas con los Programas de Estabili-dad y Crecimiento.

2. El principio de transparencia, que garantiza la verificación contable del cumplimientode la estabilidad presupuestaria, muy necesario para dar confianza a los mercados.

3. El principio de eficiencia en la asignación y uso de los recursos públicos, por el queademás de orientar las diversas políticas de gasto por sus propios criterios de eficien-cia y calidad ha de tenerse en cuenta la eficiencia general de la economía, que sederiva del cumplimiento estricto de la estabilidad presupuestaria.

Es razonable que estas Leyes impongan a todos por igual los principios ya mencionadosde equilibrio presupuestario, plurianualidad, transparencia y eficacia, pues no hay ninguna

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razón por la que los ciudadanos estén dispuestos a ser más complacientes con unas admi-nistraciones que con otras. Estos principios permitirán avanzar más deprisa por el caminode la responsabilidad.

La Ley General de Estabilidad refuerza la intervención parlamentaria en la elaboración delos presupuestos. El procedimiento de elaboración presupuestaria se iniciará en el primercuatrimestre de cada año con un acuerdo del Consejo de Ministros, elevado a propuestaconjunta de los ministerios de Economía y de Hacienda, en el que se fijará el objetivo deestabilidad presupuestaria referido a los tres ejercicios siguientes. Este acuerdo, que se remi-tirá a las Cortes Generales para su debate y aprobación, irá acompañado del cuadro macro-económico de horizonte plurianual contenido en el Programa de Estabilidad y Crecimiento.Unos y otros serán vinculantes para la elaboración de los presupuestos de todas las admi-nistraciones y organismos del sector público.

Esta Ley potencia eficazmente el control democrático de las cuentas públicas, sobre todocon la anticipación de los objetivos de equilibrio o superávit por resolución parlamentaria.Gracias a este control democrático la gestión de las cuentas públicas será más transparentey tendremos un valioso punto de referencia para valorar mejor los costes y los beneficios delas diferentes propuestas políticas.

A partir de este punto el procedimiento será distinto para la Administración General delEstado, las comunidades autónomas y las corporaciones locales.

En el caso de la Administración General del Estado el Ministerio de Hacienda confeccio-nará unos escenarios de previsión plurianual referidos a ingresos y gastos que detallaránpara cada año los importes de los compromisos de gasto contenidos en cada política pre-supuestaria.

En el mismo acuerdo del Consejo de Ministros en que se determine el objetivo de esta-bilidad para el conjunto del sector público se fijará el límite máximo anual de gasto quehabrá de respetarse en la elaboración y ejecución de los Presupuestos Generales del Estado.

La Ley va más allá e incorpora normas que disciplinan la ejecución presupuestaria. Laprincipal de estas normas se refiere al establecimiento de un fondo de contingencia de eje-cución presupuestaria, con un importe del 2 por 100 del límite de gasto fijado anualmentepara el Estado.

De esta manera a partir de la entrada en vigor de esta Ley los créditos extraordinarios,suplementos, ampliaciones e incorporaciones de crédito, se financiarán exclusivamentemediante recurso al fondo o mediante bajas en otros créditos. La aplicación de la dotaciónincluida en el fondo requerirá decisión del Consejo de Ministros a propuesta del ministro deHacienda.

A esta restricción formal se añade una no menos relevante restricción material: el fondose destinará a atender necesidades de carácter no discrecional y no previstas en el presu-puesto inicialmente aprobado que pudieran presentarse durante el ejercicio (por ejemplonecesidades derivadas de sentencias judiciales firmes).

Las previsiones de la Ley respecto de la ejecución de los Presupuestos Generales delEstado se cierran con la previsión del procedimiento a seguir en caso de déficit o de equili-brio o superávit. En el caso de déficit y al igual que sucede en el caso de que los Presu-

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puestos hubieran sido formulados en déficit desde un principio, deberá formularse un plana medio plazo para la corrección de los desequilibrios. En el caso de superávit y ésta será lagran novedad para la economía española, el anteproyecto determina que cuando éste seproduzca en la Administración General del Estado servirá para la reducción del endeuda-miento. En el caso de superávit del Sistema General de la Seguridad Social se aplicará deforma prioritaria al Fondo de Reserva con la finalidad de atender a las necesidades futurasdel Sistema.

Por otra parte la Ley Orgánica, que contiene el nuevo sistema de cooperación financieraentre el Estado y las comunidades autónomas al servicio de la estabilidad, establece que paralas comunidades la obligación se limita al cumplimiento del objetivo pero no a la forma dealcanzarlo. No se establece un límite de gasto sino que serán ellas mismas las que deberánestablecer las normas para cumplir el objetivo de estabilidad fijado por el Gobierno ysancionado por las Cortes, decidirán si ejercen sus potestades normativas para incrementarsus ingresos, pudiendo continuar realizando los gastos con el volumen que estimen impres-cindible.

En general las normas que aseguran la consecución del objetivo de estabilidad presu-puestaria por parte de las comunidades autonómas permiten compatibilizar el deber delEstado de garantizar el equilibrio económico interno y externo con el ámbito de autonomíafinanciera que nuestro ordenamiento jurídico les atribuye (especialmente el artículo 156 dela Constitución), para lo cual serán ellas las que puedan adoptar las medidas legislativas yadministrativas que sean necesarias para garantizar el cumplimiento del objetivo de estabi-lidad presupuestaria.

El Consejo de Política Fiscal y Financiera está llamado a desempeñar un papel clave en lacoordinación de la política presupuestaria del Estado y de las comunidades autónomas.Actuará como órgano de enlace entre el Estado y las comunidades autónomas al objeto deincorporar la garantía del objetivo de estabilidad presupuestaria como una de las materiaspropias de la competencia del Consejo. El Consejo concretará el objetivo de estabilidadcorrespondiente a cada Comunidad Autónoma y adquiere para este Proyecto de Ley nuevase importantes atribuciones de supervisión multilateral en la coordinación de las políticaspresupuestarias, en el estudio y la valoración del coste de los servicios y la distribución delos fondos, en las políticas de endeudamiento y de inversiones y en general en la coordina-ción entre la Hacienda del Estado y de las comunidades autónomas.

En el supuesto de que las comunidades autónomas incumplan el objetivo fijado deberánpresentar un plan de corrección. Si no presentan el plan o no lo cumplen se tendrá encuenta para la autorización del endeudamiento de las comunidades autónomas y los entesy sociedades de ellas dependientes. Para completar el sistema de control en este ámbito secrea una Central de Información sobre operaciones de crédito y deuda de toda índole reali-zadas por las comunidades autónomas.

La autorización del Estado a las comunidades autónomas para realizar operaciones decrédito o emisión de deuda estará supeditada al cumplimiento del principio de estabilidadpresupuestaria, bien entendido que a través de esta potestad que se reserva el Estado sepuede garantizar adecuadamente la efectividad del cumplimiento del objetivo de esta Ley.

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En cuanto a las corporaciones locales, el sistema establecido por la Ley General sigue decerca el modelo de las comunidades autónomas, con la diferencia de que el órgano deenlace será la Comisión Nacional de Administración Local y que en este supuesto el margende actuación de las entidades locales resulta más constreñido por las decisiones del legisla-dor estatal.

En este ámbito las novedades del texto legal son más limitadas por cuanto el principio deequilibrio presupuestario, el de limitación del endeudamiento y la práctica generalidad delos mecanismos de control, supervisión y suministro de información contenidos en la Leyya se encontraban reflejados en las distintas normas que integran el régimen local.

Las entidades locales deberán adecuar sus presupuestos al objetivo de estabilidad presu-puestaria que les sea fijado por el Gobierno para cada ejercicio. La fijación del objetivo deestabilidad para las entidades locales requerirá informe previo de la Comisión Nacional deAdministración Local. El control del cumplimiento del objetivo y el seguimiento del planeconómico financiero para la corrección del desequilibrio que, en su caso, hayan de pre-sentar las entidades locales que incumplan las condiciones de estabilidad establecidas,corresponderán al Ministerio de Hacienda, sin perjuicio de las competencias que en mate-ria de régimen local tengan atribuidas las comunidades autónomas. El cumplimiento delobjetivo de estabilidad será condición previa para la autorización de operaciones de créditoo emisiones de deuda

Por último se establece un sistema de corresponsabilidad de todas las administracionespúblicas respecto de las responsabilidades que fuesen exigidas al Estado por la Unión Euro-pea como consecuencia del incumplimiento de las obligaciones derivadas del Pacto de Esta-bilidad y Crecimiento. Se exigiría a cada Administración la asunción de la parte de respon-sabilidad proporcional a su grado de incumplimiento de las obligaciones previstas en la Ley.De este modo las sanciones europeas, en caso de ser aplicadas, se aplicarán a las adminis-traciones causantes en última instancia del posible déficit general. Todas las administracio-nes han participado en la fundación del euro y ahora todas deben compartir también loscompromisos derivados del Pacto de Estabilidad.

5. Conclusión

Estas leyes nos van a ayudar a mantener y superar el equilibrio presupuestario del con-junto de las administraciones públicas alcanzado en el año 2001. Gracias a ello es más fac-tible afrontar con seguridad las reformas financieras y fiscales adicionales que necesita nues-tra economía. La cultura de estabilidad queda plenamente arraigada en la economía y en lasociedad española. Los tradicionales déficit públicos crecientes darán paso al equilibrio y alsuperávit presupuestario. Llegaremos de este modo a una situación similar a la alcanzadapor el Presupuesto Federal de los Estados Unidos en 1998, en donde por primera vez entreinta años alcanza el superávit presupuestario. En este contexto el planteamiento de lapolítica económica es el mismo y es el que se ha desarrollado en los países más avanzados:cómo utilizar adecuadamente el superávit presupuestario. En todos los casos la respuesta es

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la misma. El superávit actual es la gran oportunidad para la sostenibilidad de un modelo decrecimiento estable y generador de empleo y permitirá la consolidación definitiva y en ellargo plazo de las cuentas públicas.

El superávit presupuestario genera un margen de maniobra adicional para la estabiliza-ción cíclica, para protegerse de una evolución presupuestaria imprevista, acelerando ladevolución de la deuda y preparando así al sector público para los desafíos presupuestariosdel futuro, entre ellos los derivados del envejecimiento de la población. Nuestra propiaexperiencia de estos últimos años demuestra que el proceso de consolidación fiscal no esincompatible con las reformas fiscales, antes al contrario, una vez alcanzada la disciplina delgasto es posible desarrollar programas de reducción de impuestos. La disciplina en el gastogenera confianza en la política fiscal, mejora las expectativas y por tanto la inversión y elcrecimiento del empleo. En tales condiciones pueden bajar los impuestos porque la reduc-ción de las tarifas impositivas se compensa con el aumento de las bases tributarias, de modoque aunque los contribuyentes paguen menos impuestos se mantiene o incluso eleva larecaudación y las administraciones públicas pueden así hacer frente a gastos sociales einversión, contribuyendo a la reducción del déficit y al saneamiento de la Seguridad Social.

En este contexto se plantea la distribución del superávit, en el caso del Estado para lareducción del endeudamiento y por lo tanto la inmediata reducción de los costes financie-ros de la deuda generada en etapas de menor crecimiento económico, y en el caso de laSeguridad Social el superávit se destina de forma prioritaria a la creación de un fondo dereserva con la finalidad de atender a las necesidades futuras del sistema.

El poder destinar el superávit a la reducción de la deuda pública es el modo de seguir ali-mentando la política económica de estabilidad; la reducción de la deuda no sólo permitedesde una perspectiva contable la reducción del gasto, en especial el gasto financiero y lasustitución, por tanto, de estos gastos financieros por las prioridades de gasto, por ejemplolos gastos de inversión, gastos sociales, gastos en educación, etc., sino que la reducción delgasto permite a su vez reducir el peso del Estado en la economía favoreciendo la iniciativaprivada y actuando ésta, por tanto, como motor del crecimiento.

Ricardo Martínez Rico, casado y con dos hijas, estudió en el Colegio Alemán de Valencia y es licen-ciado en Ciencias Empresariales por la Universidad de Zaragoza con premio extraordinario. TécnicoComercial y Economista del Estado, ha ampliado sus estudios en la London School of Economics, Ken-nedy School of Government de la Universidad de Harvard y Warthon School.

En la actualidad ocupa el puesto de director general del Gabinete del ministro de Hacienda.

Ha participado desde su constitución en el Consejo de Administración de la Sociedad Aguas de laCuenca del Ebro (ACESA) y en la actualidad es consejero de la Sociedad Estatal de ParticipacionesIndustriales (SEPI) e IZAR.

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1. Introducción

Aunque una de las principales ventajas de la información estadística debería ser la deintroducir elementos objetivos y por tanto atemperadores de pasiones, en el debate de pro-blemas de toda índole no siempre resulta fácil conseguir que dicha ventaja se plasme en larealidad.

En general para que los datos estadísticos sirvan para que distintos grupos sociales, habi-tualmente antagónicos, se pongan de acuerdo al menos en el diagnóstico de un problemadeterminado, se requiere algo tan esencial como que dichos datos sean aceptados portodos como buenos, cuestión que la experiencia cotidiana nos dice que es difícil que ocu-rra, como puede apreciarse en las dudas que se suscitan, por poner ejemplos llamativos, enel índice de precios de consumo a la hora de negociar subidas salariales, donde los sindica-tos suelen apreciar subestimaciones, al contrario que los empresarios o los gobiernos; en laaprobación de cifras oficiales de población, donde no es raro que cierto número de ayun-tamientos expresen sus quejas por el modo en el que se les resta parte de su poblaciónresidente y con ello de su presupuesto municipal, y en otros innumerables casos, sobre todo

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El reto de medirlas discrepancias regionales

Por José Aranda AznarVocal Asesor del Instituto Nacional de Estadística

Resumen

Tras una reflexión sobre las dificultades de la información estadística paracumplir su misión de introducir elementos objetivos en el debate político,se repasan las características que han de tener los datos, las limitacionesde las medidas que actualmente se utilizan para el reparto de fondos nacio-nales y comunitarios y la experiencia de los indicadores sociales comointento de conseguir un marco integrado de medición de las diferenciasregionales; concluyendo que es preciso introducir nuevas variables, porejemplo sobre recursos naturales, biológicos y culturales disponibles, asícomo sobre el grado de utilización de dichos recursos, para poder apre-ciar el potencial de desarrollo regional.

Palabras clave: credibilidad de la información, cohesión y solidari-dad interregional, dato estadístico, referencia temporal, homogeneidad,población, emigración por niveles de estudio, indicador social, recursos,acumulación y desacumulación, análisis factorial, indicadores sintéticos.

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en aquellas materias que, como en los ejemplos citados, acarrean consecuencias de tipoeconómico.

Las dudas sobre la fidelidad con que las cifras estadísticas cuantifican cualquier problemase pueden suscitar por aspectos metodológicos, considerando que la medida estadística encuestión no refleja con exactitud la dimensión del problema, por sospechas de falta de pre-cisión en la medida, motivadas por negativas de ciudadanos a colaborar, recelos a deter-minados tipos de respuesta, errores muestrales, etc., e incluso por acusaciones de mani-pulación en la obtención y tratamiento de los datos.

Estas dudas, que a veces surgen paradójicamente de los propios gobiernos sobre sus pro-pias cifras oficiales (recuérdense las críticas a las abultadas cifras del desempleo en las quehan incurrido distintos gobiernos de diferente signo), además de impedir que en el debatede cualquier problema se pueda disponer de elementos objetivos imprescindibles para, almenos, estar de acuerdo sobre la dimensión y características de dicho problema, tiene otroefecto perverso que suele pasar desapercibido, o al menos así lo parece, a los interlocuto-res políticos o económicos y que no es otro que el de producir un deterioro de esas esta-dísticas cuya validez es puesta en cuestión sistemáticamente.

En efecto, los informantes que han de cumplimentar los cuestionarios estadísticos, vistala escasa credibilidad que algunos asignan precisamente a aquella información que se lessolicita, no estarán en la mejor actitud para aceptar una colaboración, que siempre exigetiempo y trabajo, y caso de aceptarla tampoco se verán motivados a respuestas veraces yexactas. En este sentido y para evitar que en la tarea estadística se produzca un deteriororeal donde antes sólo había una injustificada sospecha, más valdría que los críticos de lasmedidas estadísticas anticiparan sus exigencias de exactitud y calidad a las fases de Pro-yecto, cuestión por otro lado facilísima a través del propio Sistema estadístico nacional,donde existen mecanismos, como el Consejo Superior de Estadística, en el que están repre-sentadas las distintas administraciones públicas, el mundo académico e investigador y lasfuerzas sociales.

En el caso de datos de contenido regional, a todos los problema citados se suman los decarácter afectivo, con los que, sobre todo algunas fuerzas de tipo nacionalista, juegan parasembrar algo que parece reportar grandes beneficios políticos como es el agravio compara-tivo. El peligro de esta actitud es grande por cuanto los mensajes de agravio prenden entrela población de un territorio concreto con mucha fuerza por razones de tipo sociológico ocultural, que serían dignas de analizar para el caso español en un momento histórico tandelicado como el que se está viviendo.

Pero, bajo un punto de vista científico resulta que las lecturas meramente afectivas sonlamentables para quienes intentamos sustentar nuestras opiniones con datos objetivos ydesgraciadamente, ante la enorme incidencia que alcanzan los argumentos demagógicos,llegamos a ser conscientes de la escasa utilidad de nuestros esfuerzos para evitar la exten-sión de los tópicos más extravagantes.

Quizá lo que hace más penosa la tarea del investigador social es la sensación de impo-tencia que invade al no poder transmitir las conclusiones con la misma eficacia, al menos,con la que se divulgan los mensajes simples del victimismo regionalista. Esta imposibilidad

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resulta dura de asumir, sobre todo porque es evidente que si se consiguiera hacer llegar alos ciudadanos, a quienes algunos pretenden enfrentar, un mensaje más complejo y pró-ximo a la realidad no sólo se evitarían choques entre esos ciudadanos sino que se produci-ría entre ellos una extraordinaria corriente de solidaridad.

Son muchos los tópicos, tan injustos como falsos, que campan por su libre albedrío y queno resistirían el más mínimo análisis caso de que existieran medios eficaces de hacer llegardichos análisis a la opinión pública. Que a Aragón le sobra agua y adopta la egoísta posiciónde no quererla ceder, que los ciudadanos catalanes son los que soportan mayor carga fiscaly los que menos reciben del Estado, que Madrid se queda con los cuadros (en referencia alGuernika de Picasso) cuando fue el País Vasco el que recibió las bombas franquistas, cons-tituyen ejemplos vigentes de cómo se puede trastocar una realidad que se pondría en evi-dencia con sólo contar tierras de secano, comparar los balances fiscales de las autonomíaso evaluar las bombas arrojadas sobre distintos territorios.

Pero no por la dificultad que encierra la tarea de divulgar, con tanta elocuencia como seaposible, el contenido de los trabajos de investigación hay que desistir de hacerlo. Procu-rando no alargarme más de lo estrictamente necesario me voy a permitir contar una expe-riencia personal en esta materia de intentar divulgar un trabajo estadístico que tenía el inte-rés de profundizar en la problemática del principal problema de la sociedad española, queen este momento y según ponen de relieve los estudios de opinión, es la situación por laque pasa el País Vasco, que podría desencadenar un enfrentamiento civil.

Hace aproximadamente un año tuve la muy satisfactoria experiencia de escuchar, en laapertura de la campaña para las Elecciones Generales del 12 de marzo de 2000, cómo ellehendakari Ibarretxe decía en Vitoria: «Llevo cuarenta y un años viviendo en Llodio. Nacíy he compartido mi vida con vascos como yo que se apellidan Ibarretxe, Sánchez, Gonzá-lez, Urriarte y Amorrortu. Con ellos me he criado, con ellos he ido a estudiar, he aprendidoy me he formado. Entre nosotros nos hemos casado, hemos formado familia y cada día deDifuntos seguimos visitando a nuestros muertos en los mismos cementerios».

Semejante discurso afectivo tenía para mí un significado especial porque, en línea con lamateria que nos ocupa, suponía que el nacionalismo vasco, en la figura de su máximo repre-sentante, rectificaba su mensaje tradicional del enfrentamiento entre «nosotros y ellos», asu-miendo una realidad demográfica que yo recientemente había puesto de relieve en elartículo La mezcla demográfica del pueblo vasco, aparecido en el número 87 de «Clavesde Razón Práctica», que extractaba lo más esencial del trabajo completo que, bajo el títuloLa mezcla del pueblo vasco, se publicó en el número 1 de «Empiria», revista de metodolo-gía de ciencias sociales de la Facultad de Políticas y Sociología de la UNED.

Quizá sea pretencioso por mi parte suponer siquiera que Ibarretxe se llegase a molestaren leer alguno de estos trabajos, pero sí que es muy probable que conociese las referenciasde los mismos que aparecieron en la prensa diaria, en editoriales y artículos de distintosperiódicos, así como en algunas columnas firmadas por personalidades como Javier Pradera(El País, 18 de octubre de 1998), Patxo Unzueta (El País, 30 de agosto de 1998), FernandoSavater (El Correo, agosto de 1998), Emilio Lamo de Espinosa (El País, 1 de marzo de 1999)o Aleix Vidal Cuadras (La Razón, 28 de mayo de 1999).

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Pensar que un trabajo estadístico, por el mero hecho de aportar datos novedosos a deba-tes reiterativos y estériles, podía ser capaz de atemperar posiciones en una situación tan pre-ocupante como la del País Vasco resultaba de lo más alentador. Bien es cierto que la con-tundencia de los datos era extraordinaria. El cruce de los mil cien apellidos vascos delNomenclátor de la Academia de la Lengua Vasca con el censo electoral de toda España,permitió evaluar que fuera del País Vasco residen 3,5 millones de personas con algún ape-llido vasco y que por tanto están ligadas a dicho territorio, no sólo por lazos afectivos sinotambién familiares. El Censo de 1991 y la Encuesta Sociodemográfica de ese mismo año per-mitieron demostrar que la cuarta parte de los matrimonios de residentes en el País Vascoestán compuestos por una persona allí nacida y otra nacida fuera y que un total de 650.000residentes en territorio vasco, de sus dos millones de pobladores, han nacido de madrescuyo origen está en otras tierras de España, lo que abunda en la idea, en este caso sobre losque viven en territorio vasco, de los vínculos afectivos y familiares existentes con el restodel país.

Pero como el tiempo se ha ocupado de demostrar, la lectura afectiva, de corte puramentedemográfico, que hizo Ibarretxe no sólo no se ha generalizado sino que ha invertido susargumentos, con declaraciones de Arzalluz echando las culpas de que no se pudiera ganarun hipotético referéndum sobre independencia por culpa de los inmigrantes, fomentandola creación de un documento de identidad vasco y consiguiendo, seguramente a través delmiedo, que muchos ciudadanos estén cambiando, al amparo de una reciente Ley de Regis-tro Civil poco meditada en su gestión, sus nombres y el orden de sus apellidos, con lo cualen pocas generaciones nadie podrá hacer un estudio como el que yo realicé y caso de quelo haga se demostrará que el escaso 20 por 100 de personas que tenían sus dos apellidosvascos en 1998, únicos que en buena ley pudieron calificarse como vascos de pura cepa,habrá pasado a convertirse en abrumadora mayoría.

De este modo las declaraciones con carga ideológica han prevalecido sobre argumentosobjetivos tan poderosos como los esgrimidos en el trabajo sobre la mezcla del pueblo vascoy, visto con perspectiva, desde la preocupación por el enorme peligro que se cierne no sólosobre la sociedad vasca sino sobre toda España, resulta lamentable que ante tan palpableprueba de mezcla y con ella de entrañables lazos afectivos y familiares, la imagen que hayaquedado en los ciudadanos se parezca a la del artículo que, en una reacción visceral a mitrabajo, apareció en el periódico «Deia» el 8 de julio de 1998, en el que se me acusaba de«tratar de demostrar que de cada cinco vascos, cuatro al menos tienen un apellido no eus-kaldun» y tras enmascarar de ese modo mis conclusiones, sin aportar una sola cifra más, seseguía en una interminable loa de los apellidos vascos con argumentos de corte nacionalistacomo el que sigue: «Lector: el apellido euskérico que llevas debe ser para ti legítimo timbrede orgullo. Porque, ¿sabes bien lo que significa ostentar un apellido forjado en la multi-secular lengua del pueblo euzko? Vamos a decírtelo. Tu apellido, cualquiera que sea, si esvasco, está tomado de una casa solar. Es decir, que no se lo debes a nadie, absolutamente anadie, sino a la casa que fundaron hace siglos tus antecesores. No nace de la concesión deun rey a un señor feudal, no es donación arbitraria de poder terreno alguno, lo que te haríadeudor de él para con gentes extrañas. Eso equivaldría a reconocer que esas gentes extra-

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ñas tenían sobre tus antecesores un poder tan omnímodo que hasta podrían dictaminarcómo habían de llamarse los hombres durante infinidad de generaciones».

Este esfuerzo, hasta cierto punto fallido, por explicar la realidad demográfica vasca quea priori se presumía que podría serenar conductas y en cualquier caso enterrar tan peli-grosos mensajes como los de Sabino Arana (quien anatemizaba a sus paisanos diciéndolesque pecaban contra Dios y contra la patria mezclando su sangre con la peor de todas las san-gres: la española), aunque sea un ejemplo un tanto excepcional por su materia puede valercomo inicio del esfuerzo que hay que realizar en materia de información regional.

Para poner de relieve las dificultades con que tropieza la información estadística en suobjetivo de explicar nítidamente las discrepancias regionales se hace en el presente trabajoun repaso de las características que han de cumplir los indicadores regionales para serexpresivos de la realidad, se profundiza en los datos de población y en las posibilidades deanálisis que brindan, para lo cual se presenta una aplicación original de EPA para Aragón yse concluye con una breve referencia a la experiencia de los indicadores sociales, que nosólo tratan de contemplar un fenómeno concreto, abarcable mentalmente con facilidad ycontrastable hasta cierto punto con la propia experiencia, sino que, por la vía de agrupardistintas variables, intentan expresar la complejidad de una realidad donde unas y otrasvariables se influyen e interrelacionan.

2. Las implicaciones económicas de algunas estadísticas regionales

Tanto la legislación de la Unión Europea como la española dejan múltiples constancias dela importancia que se asigna al equilibrio entre regiones para que exista la necesaria cohe-sión social.

Por parte de la Unión Europea las últimas disposiciones generales sobre Fondos Estruc-turales (Reglamento1260/1999, de 21 de junio de 1999) definen como objetivos de los Fon-dos Estructurales, del Fondo de Cohesión, de la sección de Garantía del FEOGA, del BancoEuropeo de Inversiones y de los demás instrumentos financieros: 1) promover el desarrolloy el ajuste estructural de las regiones menos desarrolladas; 2) apoyar la reconversión eco-nómica y social de las zonas con deficiencias estructurales, y 3) apoyar la adaptación ymodernización de las políticas y sistemas de educación, formación y empleo. Todo elloencaminado a promover un desarrollo armonioso, equilibrado y sostenible de las activida-des económicas, el empleo y los recursos humanos y la protección y mejora del medioambiente, así como a eliminar las desigualdades y a fomentar la igualdad entre hombres ymujeres.

Para tener derecho al disfrute del objetivo 1, el artículo 3 del citado Reglamento estableceque la región correspondiente no alcance el 75 por 100 de la media del producto interiorbruto per cápita comunitario. La asignación de fondos del objetivo 2, que sólo puede tenercomo beneficiaria a una región que no haya sido seleccionada por el objetivo 1 (artículo 4-10del Reglamento), se centra en medidas más variadas que el citado indicador macroeco-nómico y por ello su asignación no es automática sino que requiere la propuesta de los esta-

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dos miembros, que han de apoyarse en «estadísticas u otros datos, del nivel geográfico másconveniente, que sean necesarios para que (la Comisión) evalúe esas propuestas» (artículo4-3b del Reglamento). Como se trata de incluir «zonas que estén experimentando transfor-maciones socioeconómicas en los sectores de la industria y los servicios, las zonas ruralesen declive, las zonas urbanas en situación difícil y las zonas dependientes de la pesca quese encuentren en crisis» (artículo 4-1 del Reglamento), los indicadores que se mencionan enel propio Reglamento como descriptivos de esas situaciones son, por ejemplo: tasas mediasde desempleo superiores a la media comunitaria, descenso del empleo industrial, densida-des de población inferiores a 100 habitantes por kilómetro cuadrado, porcentajes deempleos agrícolas sobre el empleo total igual o superior al doble de la media comunitaria,tasas de desempleo de larga duración superior a la media comunitaria, nivel de pobreza ele-vada, condiciones precarias de vivienda, situación medioambiental especialmente deterio-rada, elevada tasa de delincuencia, bajo nivel de educación de la población, etcétera.

Los objetivos de la política nacional en cuanto a la solidaridad entre regiones se basanen principios muy similares a los referidos para la Unión Europea. En la Ley Orgánica deFinanciación de las Comunidades Autónomas (Ley 8/1980, de 22 de septiembre) se deter-mina que «el sistema de ingresos de las Comunidades Autónomas deberá establecerse deforma que no pueda implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales» (artículo2-a) y asigna al Estado «adoptar las medidas oportunas tendentes a conseguir la estabilidadeconómica interna y externa, así como el desarrollo armónico entre las diversas partes delterritorio español» (artículo 2-b).

También para el cumplimiento de dichos objetivos la legislación asigna una importanciatrascendental a determinados indicadores estadísticos. Así según el artículo 4-1 de la Ley29/1990, de 26 de diciembre, del Fondo de Compensación Interterritorial, el 87,5 % de losfondos se distribuirán entre las comunidades autónomas de forma directamente proporcio-nal a la población relativa (cociente entre su población de derecho y la del conjunto decomunidades autónomas); el 1,6 % de forma directamente proporcional al saldo migratorio(media del saldo migratorio interno de cada Comunidad más la media de la emigración exte-rior correspondiente a los últimos diez años); el 1 % de forma directamente proporcional alparo (cociente entre el número de parados y el número de activos de cada Comunidad, pon-derado por la relación existente entre el número de activos de cada Comunidad y el númerototal de activos de todas las comunidades beneficiarias del Fondo); el 3 % de forma directa-mente proporcional a la superficie de cada territorio; el 6,9 % a la dispersión de la poblaciónen el territorio (número de entidades singulares por kilómetro cuadrado de cada Comuni-dad, ponderado por la relación existente entre la superficie de cada Comunidad y la super-ficie de total del conjunto de comunidades beneficiarias). Una vez efectuado el reparto elresultado obtenido se corrige por la inversa de la renta por habitante de cada territorio yatendiendo a razones de insularidad.

Tanto las medidas que dan origen al reparto de fondos europeos como nacionales seelaboran por las oficinas centrales de Estadística. En concreto la citada Ley 29/1990, en suartículo 5, establece de modo taxativo que «el Instituto Nacional de Estadística elaborará ypublicará los datos precisos que han de servir para determinar la participación final que

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corresponda a cada Comunidad Autónoma en el Fondo de Compensación Interterritorial,citando explícitamente el Valor Añadido Bruto al coste de los factores, la población, elnúmero de parados y de activos, etcétera, con la sola y lógica excepción de los datos desuperficie, para los que la Ley prevé utilizar las cifras publicadas por el Instituto GeográficoNacional».

3. Una reflexión sobre los datos estadísticos que se manejan para el reparto de fondos

A pesar de su, seguramente, carácter anecdótico, algunos comportamientos fraudulentoshan puesto una nota disonante en esa altruista estrategia de solidaridad que consagra lalegislación comunitaria. El terreno donde se han centrado los mayores escándalos corres-ponde al de los Fondos Europeos de Orientación y Garantía Agrícola, en el que se han suce-dido fraudes en las plantaciones de girasol, que algunos agricultores cobraron sin sembraro cuyas cosechas quemaban por serles más productiva esa acción que recoger la cosecha,en la plantación y elaboración industrial del lino, y en el momento en el que escribo estetrabajo, a la espera de su confirmación, en los fondos para financiar el gasoil para uso de laagricultura, establecidos como medida coyuntural para aliviar a los agricultores de las últi-mas subidas que ha registrado el precio del combustible.

En estos casos tan llamativos, que han llenado muchas páginas de prensa y que, como enel caso del lino, todavía tienen procesos judiciales abiertos, está por estudiar el papel jugadopor la información estadística. A nivel intuitivo podría decirse que ha jugado de dos formascontrapuestas. Por un lado el retraso en las publicaciones de datos sobre superficies culti-vadas, volúmenes de cosechas recogidas, personal y maquinaria, etc., ha podido facilitar larealización de acciones fraudulentas. Por otro lado precisamente los datos estadísticos hanfacilitado el que en un momento, lógicamente posterior, se pudiera demostrar la existenciade fraude. Un buen ejemplo lo constituye el lino, donde el contraste de cifras ha permitidodeducir inconsistencias entre el total de materia prima recogida y los totales de tejido ela-borado, que para colmo mostraba una eficiencia extraordinaria, y por supuesto imposiblede su proceso productivo, al haber elaborado el tejido que se decía haber producido, enmuchos casos quemado casualmente de modo fortuito, con tan escaso número de trabaja-dores y de máquinas, así como con una cantidad de energía consumida tan escasa que, enocasiones no superaba el consumo de una vivienda familiar con escaso nivel de equi-pamiento.

Pero sin recurrir a casos tan anecdóticos como los señalados para obtener fraudulenta-mente fondos de garantía, cabe hacer algunas observaciones sobre la grave responsabilidadque, por supuesto con toda lógica, se ha cargado sobre la información estadística en la polí-tica de asignación de fondos regionales.

Existen algunos principios básicos para que unos datos que han de servir de base en unreparto reflejen escrupulosamente las diferencias que a nivel político se ha considerado quedeben ser corregidas o al menos han de aliviarse en aras a la cohesión social.

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a) Existencia de los datos

El primero de estos principios, de carácter por otro lado evidente, es que los datos exis-tan para todas las unidades territoriales cuyas diferencias se pretende medir. Si retrocede-mos a los indicadores mencionados en el Reglamento Comunitario que he citado alcomienzo de este epígrafe, observaremos que de algunas materias no existe información, oal menos no existe información con los niveles de detalle territorial estrictamente necesa-rios, como es el caso de Comunidad Autónoma, y no digamos los que serían convenientescomo provincia e incluso comarca.

La medición de situaciones medioambientales especialmente deterioradas, que exigeanálisis de calidad del aire, el agua, los alimentos, el uso de los residuos peligrosos,etcétera, es una materia que está comenzando a introducirse en los planes estadísticosde los países desarrollados y sobre la que existen, para colmo, resistencias por parte dealgunas naciones, como es el caso de Estados Unidos por la negativa de Bush a cumplirlos acuerdos de Kioto sobre las reducciones de monóxido de carbono, que puedenincluso acabar dañando los citados planes estadísticos no sólo de Estados Unidos sino delos propios países de la Unión Europea, a los que se les puede restar la importante finan-ciación que requieren.

Las condiciones precarias de las viviendas, niveles de pobreza elevados y otros de losindicadores que figuran en el Reglamento, tampoco son datos que existan con los nivelesde desagregación territorial que se requieren para su aplicación práctica.

b) Idéntica referencia temporal

Aun en el caso de que existieran todos los datos requeridos para una ecuánime distribu-ción de fondos territoriales, para que su aplicación pueda llevarse a cabo se requiere tam-bién que la referencia temporal de los mismos sea idéntica.

Éste es un problema importante puesto que muchas de las informaciones se basan endatos de carácter muestral que difícilmente llegan a alcanzar el grado de desagregación terri-torial que exige la distribución de fondos. En efecto, dejando de lado la realización de cen-sos, que sólo se justifican por su elevado coste en períodos largos que suelen ser decenales,las muestras con que se suele trabajar no permiten facilitar estimaciones rigurosas nisiquiera al nivel máximo de comunidades autónomas. Sólo algunos estudios, como laEncuesta de Población Activa, por su potente muestra que en España supera las 60.000viviendas, puede llegar a ser representativa a niveles regionales.

Se da la paradoja de que incluso en estudios impulsados por la Unión Europea, como esel caso del Panel de Hogares, los tamaños de muestra recomendados son claramente insu-ficientes para medir niveles regionales cuando precisamente uno de los objetivos priorita-rios de dicho estudio es apreciar si, a través del esfuerzo comunitario por ayudar a las regio-nes más desfavorecidas, los niveles de vida en cada una de ellas se van aproximando a lapar que se reduce el número de familias consideradas pobres, tema al que en dicho estudiose da una importancia especial.

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Problemas como el mencionado se intentan soslayar a nivel metodológico planteando lainvestigación como un panel, esto es, siguiendo a las mismas familias a lo largo del tiempo.Este sistema consigue indudablemente que las variaciones temporales no presenten los sal-tos que se producirían si se trabajara con muestras independientes y cubre el objetivo deapreciar cómo evolucionan las variables objeto de estudio a través de un estimador del cam-bio bastante preciso, pero tiene el inconveniente de no reflejar unas estimaciones del totalque serían necesarias para observar las diferencias de nivel, no ya de evolución o cambio,entre territorios.

Sabidos los problemas de disponer de datos con idéntica referencia temporal para todosaquellos espacios geográficos que entran en el juego de la distribución de fondos, tanto lalegislación europea como la Ley de Financiación española permiten la utilización de datosque se aproximen a la referencia temporal deseada y en muchos casos alivian los desfasestemporales mediante medias de los últimos años, como en el caso de cifras de paro, que ade-más tienen la ventaja de reducir los efectos de la estacionalidad que pueden sufrir algunasvariables.

c) Homogeneidad de los datos manejados

Como es obvio, junto con la necesidad de que los datos reflejen la realidad que miden enun mismo momento del tiempo, sobre todo si esa realidad es muy sensible a variacionescoyunturales, otro requisito imprescindible para poder comparar unas regiones con otras esque dichos datos expresen exactamente la misma realidad, o sea, que su contenido seahomogéneo.

Esta condición, aparentemente sencilla de cumplir, no siempre está garantizada. Algunosejemplos pueden ilustrar las dificultades de conseguir esa exquisita homogeneidad que seríadeseable.

La medición de la población total, dato primordial por la importancia que, como eslógico, se da al número de seres humanos que hayan de beneficiarse de la ayuda en cadaterritorio, no siempre resulta todo lo homogénea que sería de desear. Por un lado las ven-tajas fiscales o de otra índole que puede ofrecer una región en relación con otras puede lle-var a un número significativo de personas a empadronarse en un lugar distinto a donde resi-den habitualmente. Más importante que estos grupos, en términos cuantitativos, son losinmigrantes irregulares, en muchas ocasiones sin empadronar y por tanto sin contar en lapoblación de derecho que se computa a efectos de reparto de fondos. Además de estos pro-blemas en algunas zonas turísticas, sobre todo islas y el Levante español, se está produ-ciendo un fenómeno nuevo, con una extraordinaria potencialidad de crecimiento futuro,que consiste en la residencia de ciudadanos europeos que no figuran como residentes enlos municipios donde, de hecho, habitan la práctica totalidad del año. Esta situación toda-vía no ha encontrado una solución legal satisfactoria y sólo se ha llegado a soluciones par-ciales, como la alcanzada recientemente por un acuerdo entre Francia, Reino Unido, Italiay España para aquellos de sus ciudadanos que estén trabajando o cursando estudios regla-dos en uno de dichos países.

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Estos tres casos muestran cómo algo tan aparentemente sencillo de contar como es elcaso de la mera residencia de seres humanos en un determinado territorio en la práctica nolo es tanto. De paso pone en evidencia, lo que a efectos de este artículo es más importante,el desajuste entre aquello que se quiere medir y lo que se mide efectivamente, lo que pro-voca en este caso de la población que determinadas zonas hayan de prestar servicios de todaíndole a muchas más personas que aquellas para las que gozan de financiación, lo que seagrava por el hecho de que precisamente se suele tratar de personas que se encuentran ensituaciones especiales, como son los inmigrantes ilegales, que carecen de medios de sub-sistencia, o poblaciones de europeos jubilados, que por su edad requieren de importantesinfraestructuras de tipo sanitario.

Aunque a riesgo de desconocer la evolución que va a seguir el problema de la que se hadenominado «ecotasa» de Baleares (riesgo que aumenta por el lógico período de edición deuna revista científica y de tan cuidado formato como «Economía Aragonesa»), me atreveríaa indicar que detrás de ese gravamen se esconden problemas de financiación no resueltospor el modo como se computa la población a efectos de reparto de fondos, porque hayzonas, y Baleares constituye un magnífico ejemplo, donde sus cifras de población de dere-cho, la que sirve de base para la asignación de fondos, se ve aumentada de modo extraordi-nario durante determinadas épocas del año a causa de un turismo que, al menos con los cri-terios actuales de reparto, no es objeto de consideración.

Además de la población el otro ejemplo que voy a poner sobre los problemas de homo-geneidad de la información es el de la medición del paro, variable que a efectos nacionalesy europeos tiene una gran importancia para la distribución de fondos regionales.

Aunque las cifras de paro que se computan son las de Encuestas de Fuerza de Trabajo,mucho más homogéneas que las de los Registros que cada uno de los países miembros dela Unión Europea tiene de sus personas en situación de desempleo, no todos los paísescomunitarios tienen la misma definición de paro en dichas encuestas. Incluso existen ele-mentos de orden sociológico, como los que incorpora la encuesta española sobre razonespor las que no se aceptaría el trabajo del que se carece (caso de que exigiese desplazamientodel lugar de residencia, de que el trabajo ofertado tuviera menor cualificación o retribuciónque las estimadas como necesarias por el desempleado, etcétera), que ponen en cuestiónuno de los elementos esenciales para definir a una persona como parada y que no es otracosa que la disponibilidad para trabajar.

Pero sin entrar en tan difíciles terrenos del campo sociológico, yendo sólo a las caracte-rísticas objetivas que sirven para clasificar a una persona como parada, la necesidad dehomogeneizar la definición ha llevado a elaborar el Reglamento 1897/2000 de la Comisión,de 7 de septiembre de 2000, por el que se establecen disposiciones de aplicación del Regla-mento número 577/ 98 del Consejo «relativo a la organización de una encuesta muestralsobre la población activa en la Comunidad por lo que respecta a la definición operativa deldesempleo».

Para la EPA española además de los métodos de búsqueda de empleo que se fijan comoobligatorios en este Reglamento se venían considerando métodos activos los siguientes:estar inscrito en la oficina de empleo pública, esperar la llamada de una oficina de empleo

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(menos de un mes desde el contacto), preparación de oposiciones y esperar los resultadosde una oposición. La diferencia más significativa es la búsqueda de empleo a través de lasoficinas públicas de colocación y a partir del año 2002 se considerarán parados los inscritosen dichas oficinas sólo si han tenido contacto con ellas en las cuatro últimas semanas y lafinalidad del contacto ha sido encontrar empleo y no un simple trámite administrativo.

Esta disciplina de homogeneización a la que se van a someter todos los países europeospuede tener costes en términos de esa credibilidad de que deben gozar los indicadores,aspecto importante sobre el que me extendí en la introducción. En efecto, los cambiosmetodológicos a que he hecho referencia, en el caso de España, van a dar lugar a una dis-minución de las cifras de paro que se derivan de nuestra Encuesta de Población Activa ymuy posiblemente, aunque celebraría equivocarme, ello puede dar lugar a que se elevenvoces acusadoras sobre manipulación de cifras, intento de disimulo de la realidad laboral,etcétera.

4. La población como variable estratégica

No cabe duda de que la observación del comportamiento de la población de cualquierterritorio constituye un excelente indicador de su desarrollo pasado y presente así como delas expectativas que ofrece hacia el futuro. La desigualdad entre regiones propicia los movi-mientos interiores de población, al igual que la que existe entre países genera movimientosmigratorios internacionales. La demografía española es un claro testigo de ello. Durante elsiglo que acaba de concluir cerca de la mitad de la población española había efectuadomovimientos migratorios dentro del territorio nacional (Encuesta Sociodemográfica INE1991) y varios millones de españoles habían tenido que emigrar fuera de España por efectode la guerra civil y a causa del plan de estabilización de los años sesenta. El fin de siglo con-templa una España diferente que comienza a recibir fuertes contingentes de inmigrantes,sobre todo de América y del norte de África.

Pero la emigración, además de un hecho generalmente doloroso cuando se lleva a cabopor razones de extrema necesidad, constituye una pérdida notable para aquellos territoriosque ven marchar a sus gentes. Según se comprobó por la Encuesta Sociodemográfica, el86,2 por 100 de los emigrantes dentro del territorio nacional habían efectuado su primercambio de residencia con edades inferiores a los treinta años. Esto quiere decir que perso-nas que habían nacido, se habían criado y educado, en mayor o menor grado, en un terri-torio que no les podía ofrecer las condiciones de vida que estimaban oportunas, se habíanvisto obligadas a acudir a otro territorio, que de este modo había visto rejuvenecer su pobla-ción y pasaba a contar con una fuerza de trabajo para cuya crianza y formación no habíanecesitado inversión alguna.

Las afirmaciones anteriores se ratifican sin más que comprobar que en comunidades deelevado nivel de renta (Baleares, Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana, continúan resi-diendo alrededor o más del 90 % de quienes allí nacieron, mientras que en otras regiones,como es el caso de Castilla-La Mancha y Extremadura, sólo residen el 56 % de los allí naci-

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dos. El caso de Aragón, donde reside el 77 % de los nacidos, es muy similar en orden de mag-nitud al de Andalucía, Castilla y León y La Rioja.

Computando tanto las entradas de población como las salidas hay algunas comunidadesque han visto incrementarse su población de un modo extraordinario. Madrid y Cataluña,por ejemplo, tienen alrededor de 1,7 millones de personas más que si en ellas residieransolamente los allí nacidos; otras, por el contrario, han perdido mucha población en térmi-nos netos, como Andalucía, que tiene 1,7 millones menos personas que las allí nacidas, resi-dentes en otros lugares del territorio nacional; las dos Castillas, que han perdido alrededorde 900.000 personas, y Extremadura, 600.000 personas. Aragón por su parte, por efecto deldoble juego de la emigración y la inmigración, ha perdido casi 100.000 personas, de modoque tiene un 7,2 % menos que si exclusivamente residieran en dicha Comunidad quienes allíhan nacido.

Cifras de este tipo han sido profusamente manejadas, sobre todo por la disposición de lainformación que se derivaba de la combinación del Censo de Población de 1991, foto está-tica de toda la población residente, y de la Encuesta Sociodemográfica que se realizó comocomplemento del Censo y que proporcionaba, con una potentísima muestra de 160.000entrevistas, una fiel imagen del proceso dinámico que había llevado a la estructura censal(dado que se trató de un estudio biográfico de las personas desde su nacimiento en cuatrocampos de conocimiento: procesos de formación y disolución familiar, migraciones, educa-ción y trabajo).

Pero el interés de considerar la característica del lugar de nacimiento de las personascombinada con la del lugar de residencia no radica sólo en que permite apreciar las ganan-cias o pérdidas relativas de población sino en que permite profundizar en la tipología delos que se fueron de cada territorio y en la de quienes llegaron. Ya hemos comentado lajuventud en el momento de realizar el primer movimiento migratorio; pues bien, si con-templamos la población atendiendo a otras variables diferentes de la edad confirmaremoslo que ya se sabía intuitivamente, que las regiones menos desarrolladas expulsaron per-sonas con muy bajos niveles de estudios, que en muchas ocasiones habían trabajado parala agricultura como asalariados o empresarios individuales. Por el contrario las regionescon mayores niveles de renta, donde sus residentes tienen escasos problemas de empleo,ven salir de su territorio a personas con altos niveles de estudios que ocupan categoríasaltas de profesionales liberales o cuadros superiores. En el trabajo citado sobre «la mezcladel pueblo vasco» deduje, a partir de datos de la Encuesta de Población Activa delsegundo trimestre de 1997, que mientras al País Vasco sólo el 9 % de quienes llegan tie-nen estudios superiores, es un 30,6 % de quienes allí nacieron y se van a otro territorio losque gozan de la misma titulación. Esta circunstancia, que se da también en otros de losdenominados territorios históricos, como es el caso de Cataluña, se presta a interpreta-ciones políticas de mucho interés, como el nivel de influencia que dichas comunidadesacaban teniendo en otras a través de la salida de autóctonos de elevada cualificación,quienes, por otra parte, aspiran a superar el techo profesional que se les ofrece en losterritorios donde han nacido.

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5. Una explotación de EPA para Aragón

Los comentarios realizados hasta el momento sobre saldos migratorios de Aragón sonsobradamente conocidos por los lectores de «Economía Aragonesa» (en el número 12, porejemplo, tuve ocasión de leer el excelente artículo de José Bada titulado Despoblación ydesarraigo en Aragón). Por ello y con objeto de aportar alguna información novedosa quepudiera ser del interés de los lectores, solicité una explotación a medida de la Encuesta dePoblación Activa sobre nacidos en Aragón que residen dentro y fuera de su territorio enfunción de las dos características personales que suelen tener más capacidad explicativa: elnivel de estudios y la categoría socioeconómica.

No cabe duda de que, frente a la exhaustividad de un Censo y la potencia de unaencuesta como la Sociodemográfica, muchas encuestas pueden adolecer de problemas degraves errores de muestreo derivados de su escaso tamaño muestral. La EPA, con sus más de60.000 viviendas entrevistadas, lo que equivale a recoger información de unas 150.000 per-sonas de dieciséis años y más (unidad de análisis de dicha encuesta), es un instrumentopoderoso, pero la prueba a que se somete la encuesta es fuerte si, como ha sido el caso, seanalizan provincias, algunas de tan poca población como Huesca y Teruel, y si no conten-tos con utilizar las distribuciones marginales, esto es, del total de la población nacida encada provincia, se desglosan estas poblaciones en función del lugar donde residen y de sunivel de estudios o su categoría socioeconómica.

En principio y como cabía esperar, la estimación del total de personas de dieciséis añoso más nacidas en Aragón que residen fuera, 237.600 personas, parece ser una buena esti-mación puesto que supone el 22,4 % del total de nacidos en Aragón de esas edades, queasciende a 1.058.900 personas. Ese porcentaje resulta muy ajustado con las cifras censalesque hemos comentado con anterioridad.

El número de nacidos en Aragón que han emigrado fuera de la Comunidad es muy des-igual en las distintas provincias. Hay 101.300 nacidos en Zaragoza que residen fuera de Ara-gón, lo que supone el 15,9 %; 54.300 nacidos en Huesca que también residen fuera de Ara-gón, el 26,5 % de los nacidos en dicha provincia, y nada menos que 82.100 nacidos enTeruel que abandonaron Aragón, lo que supone el 38,1% de quienes nacieron en dicha pro-vincia y continúan residiendo en España pero fuera de su Comunidad.

De cualquier modo y a pesar de que estas estimaciones resultaban muy satisfactorias, elanálisis de las tablas por categorías socioeconómicas me hizo renunciar a considerarlas por-que, para dar representatividad a la muestra, dada la escasa proporción de determinadascategorías en Huesca y Teruel se hacía preciso agrupar categorías hasta un nivel que lashacía ser escasamente significativas para un análisis de tipo social (por ejemplo se hacíanecesario unir todas las categorías agrarias, juntar los cuadros superiores con todo tipo deempresarios, etc.), por lo que he limitado el análisis al nivel de estudios, variable que pre-senta una distribución mucho más normalizada.

También en este caso, con objeto de dar mayor representatividad a las cifras, he agrupadoalgunos niveles de estudios de los que habitualmente forman las cabeceras de las tablas ofi-

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ciales de la Encuesta de Población Activa. Además de los totales en los cuadros 1, 2 y 3 sefacilitan las distribuciones porcentuales horizontales y verticales.

De la lectura de los porcentajes horizontales deducimos que algo más de un tercio de losnacidos en Zaragoza tienen estudios primarios, siguiéndole en importancia el 18,4 % quealcanzaron la enseñanza secundaria y el 10,7 con estudios de bachillerato o equivalentes.Sin estudios o analfabetos hay un 10 % de población y con estudios universitarios de primerciclo un 7,6 % y de segundo ciclo un 6,9 %. Pues bien, la consecuencia más relevante que sepuede extraer es que los valores extremos educativos son los que han determinado enmayor grado la emigración, lógicamente por motivos dispares. De este modo de cada 100nacidos en Zaragoza residentes fuera de Aragón hay un 13 % que no cursaron estudios, un8,1 % con estudios universitarios de primer ciclo y un 14,2 % con estudios universitarios desegundo y tercer ciclos. Un número signifcativo de personas de estos últimos grupos resi-den en Huesca y en Teruel, donde los allí nacidos, como puede verse en sus correspon-dientes tablas, han alcanzado estudios superiores en mucho menor grado que los nacidosen Zaragoza.

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Cuadro 1DISTRIBUCIÓN DE LOS NACIDOS EN ZARAGOZA

POR NIVELES DE ESTUDIOS Y LUGAR DE RESIDENCIA(población de 16 años y más)

Sin estudios y Secundaria Técnicos Técnicos prof. E. Univ. E. Univ. TOTAL analfabetos Primarios obligatoria prof. medios Bachiller sup + otros 1er ciclo 2.º y 3er ciclos

Residentes en Zaragoza . . 522,1 49,6 179,7 97,3 36,1 56,4 36,4 38,8 28,0Residentes en Huesca . . . 11,1 0,7 3,3 2,0 1,0 1,5 0,1 1,2 1,2Residentes en Teruel . . . . 4,2 0,3 0,9 0,9 0,4 0,5 0,3 0,6 0,3Residentes fuera de Aragón 101,3 13,2 30,7 17,6 4,0 9,7 3,4 8,2 14,4

TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . 638,7 63,8 214,6 117,8 41,5 68,1 40,2 48,8 43,9

Residentes en Zaragoza . . 100,0 9,5 34,4 18,6 6,9 10,8 7,0 7,4 5,4Residentes en Huesca . . . 100,0 6,4 30,0 18,2 9,1 13,6 0,9 10,9 10,9Residentes en Teruel . . . . 100,0 7,2 21,4 21,4 9,5 11,9 7,2 14,3 7,1Residentes fuera de Aragón 100,0 13,0 30,3 17,4 3,9 9,6 3,3 8,1 14,2

TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . 100,0 10,0 33,6 18,4 6,6 10,7 6,3 7,6 6,9

Residentes en Zaragoza . . 81,7 77,7 83,7 82,6 87,0 82,8 90,5 79,5 63,8Residentes en Huesca . . . 1,7 1,1 1,5 1,7 2,4 2,2 0,2 2,5 2,7Residentes en Teruel . . . . 0,7 0,5 0,5 0,9 1,0 0,8 0,8 1,2 0,7Residentes fuera de Aragón 15,9 20,7 14,3 14,9 9,6 14,2 8,5 16,8 32,8

TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

FUENTE: Explotación a medida de la Encuesta de Población Activa (4.º trimestre de 2000).

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También las distribuciones porcentuales horizontales permiten apreciar que en Huescael porcentaje de personas sin estudios nacidas en la provincia y que siguen residiendo en lamisma es 4 puntos porcentuales más bajo que la media de ese grupo y tres veces inferior alde los que abandonaron Aragón. Algo parecido ocurre con los naturales de Teruel que nocursaron estudios, aunque en menor proporción puesto que el 14,9 % de su actual pobla-ción con ese nivel de educativo sólo, por decirlo de alguna manera, se ve duplicado en elcaso de los que residen fuera de Aragón.

Los porcentajes verticales, como medida del destino que, en cuanto a su actual resi-dencia, han tenido los grupos sociales de distintos niveles de estudios, resultan altamenteclarificadores. Del total de nacidos en Zaragoza que no cursaron estudios una quintaparte, el 20,7 %, residen fuera de Aragón. Pero donde se nota de modo más escandalosola necesidad de que estas personas con tan escasa formación hubieran de abandonar sutierra es en Teruel, donde el 55,6 % de sus naturales analfabetos o sin estudios residenfuera de Aragón, y en Huesca, donde ocurre lo propio con el 53,4 % de sus naturales sinestudios.

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Cuadro 2DISTRIBUCIÓN DE LOS NACIDOS EN HUESCA

POR NIVELES DE ESTUDIOS Y LUGAR DE RESIDENCIA(población de 16 años y más)

Sin estudios y Secundaria Técnicos Técnicos prof. E. Univ. E. Univ. TOTAL analfabetos Primarios obligatoria prof. medios Bachiller sup + otros 1er ciclo 2.º y 3er ciclos

Residentes en Huesca . . . 130,8 9,4 53,8 27,8 5,8 13,8 4,6 10,1 5,4Residentes en Teruel . . . . 0,3 – 9,2 – – – 0,1 – –Residentes en Zaragoza . . 19,3 1,5 7,7 3,6 0,9 2,2 0,5 1,5 1,4Residentes fuera de Aragón 54,3 12,5 19,2 8,4 1,5 3,9 1,4 1,9 5,5

TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . 204,6 23,4 80,9 39,8 8,2 19,9 6,6 13,5 12,3

Residentes en Huesca . . . 100,0 7,2 41,2 21,3 4,4 10,6 3,5 7,7 4,1Residentes en Teruel . . . . 100,0 – 66,7 – -- – 33,3 – –Residentes en Zaragoza . . 100,0 7,8 40,0 18,6 4,7 11,4 2,6 7,8 7,2Residentes fuera de Aragón 100,0 23,0 35,3 15,5 2,8 7,2 2,6 3,5 10,1

TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . 100,0 11,4 39,5 19,5 4,0 9,7 3,2 6,6 6,0

Residentes en Huesca . . . 63,9 40,2 66,5 69,8 70,7 69,3 69,7 74,8 43,9Residentes en Teruel . . . . 0,8 – 0,2 – – – 1,5 – –Residentes en Zaragoza . . 9,4 6,4 9,5 9,1 11,0 11,1 7,6 11,1 11,4Residentes fuera de Aragón 26,5 53,4 23,7 21,1 18,3 19,6 21,2 14,1 44,7

TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

FUENTE: Explotación a medida de la Encuesta de Población Activa (4.º trimestre de 2000).

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Como no se trata de hacer una lectura exhaustiva de los cuadros que se facilitan voy ahacer mención a los titulados superiores. Casi un tercio de los nacidos en Zaragoza que alcan-zaron estudios universitarios de segundo y tercer ciclos, concretamente el 32,8 %, residenfuera de Aragón, un 2,7 % en Huesca, un 0,7% en Teruel y el resto, un 63,8 %, permanecenen su provincia de origen. Como venimos insistiendo, por motivos diferentes de los que obli-garon a emigrar a las personas humildes sin estudios, existe una gran movilidad de la pobla-ción con titulación superior que sería digna de análisis más detallados sobre las oportunida-des que ofrece el mercado de trabajo. Si la pérdida que tiene Zaragoza de sus tituladossuperiores es alta, la que sufren Huesca y Teruel, con un 44,7 % y un 51,4 % del total de susnaturales con estudios superiores residiendo fuera de Aragón, puede calificarse de auténticadescapitalización. En ambos casos alrededor del 11 % de esos titulados superiores de segundoy tercer ciclos residen en Zaragoza, lo que muestra una gran permeabilidad entre las tres pro-vincias en cuanto a la movilidad de estas personas con altos niveles de estudios.

Este breve ejercicio de explotación de la EPA aporta algunas líneas de análisis en las quese podrá profundizar cuando se disponga de los datos del próximo Censo de Población de

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Cuadro 3DISTRIBUCIÓN DE LOS NACIDOS EN TERUEL

POR NIVELES DE ESTUDIOS Y LUGAR DE RESIDENCIA(población de 16 años y más)

Sin estudios y Secundaria Técnicos Técnicos prof. E. Univ. E. Univ. TOTAL analfabetos Primarios obligatoria prof. medios Bachiller sup + otros 1er ciclo 2.º y 3er ciclos

Residentes en Teruel . . . . 95,8 14,3 38,8 20,2 3,7 7,7 4,2 4,4 2,6Residentes en Huesca . . . 1,9 0,3 1,0 0,4 0,1 – 0,1 – 0,1Residentes en Zaragoza . . 35,8 5,5 20,0 3,6 0,3 1,4 0,5 3,7 0,8Residentes fuera de Aragón 82,1 25,2 27,2 10,6 2,7 6,0 1,3 5,4 3,7

TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . 215,6 45,3 87,0 34,8 6,8 15,1 6,1 13,5 7,2

Residentes en Teruel . . . . 100,0 14,9 40,5 21,1 3,9 8,0 4,4 4,5 2,7Residentes en Huesca . . . 100,0 15,0 50,0 20,0 5,0 – 5,0 – 5,0Residentes en Zaragoza . . 100,0 15,4 55,9 10,1 0,8 3,9 1,4 10,3 2,2Residentes fuera de Aragón 100,0 30,7 33,1 12,9 3,3 7,3 1,6 6,6 4,5

TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . 100,0 21,0 40,3 16,1 3,2 7,0 2,8 6,3 3,3

Residentes en Teruel . . . . 44,4 31,6 44,5 58,0 54,4 51,0 68,8 32,6 36,1Residentes en Huesca . . . 0,9 0,7 1,1 1,2 1,5 – 1,6 – 1,4Residentes en Zaragoza . . 16,6 12,1 23,0 10,3 4,4 9,3 8,2 27,4 11,4Residentes fuera de Aragón 38,1 55,6 31,2 30,5 39,7 39,7 21,3 40,0 51,4

TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

FUENTE: Explotación a medida de la Encuesta de Población Activa (4.º trimestre de 2000).

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2001. Mientras tanto permiten deducir que las variables que se utilizan para medir las des-igualdades regionales pueden ser matizadas de un modo importante, porque si bien los sal-dos migratorios negativos, la escasa densidad de población, el porcentaje de personas mayo-res de sesenta y cuatro años, etcétera, son indicadores que miden bien la desigualdad, laspérdidas que implica la emigración pueden ser muy superiores si se aprecia la tipología depersonas que se marchan, jóvenes que además van a tener sus hijos fuera del territorio yque, como hemos apreciado en este ejercicio, muchas veces tienen una elevada cualifica-ción que acabarán desarrollando en otros territorios.

6. La experiencia de los indicadores sociales para el análisis regional

Hasta el momento hemos tratado de datos concretos que nos permitían medir algún fenó-meno significativo de las discrepancias regionales. En algunas ocasiones datos absolutos,como el número de personas; en otras datos de tipo relativo, como tasas de parados o dis-tribuciones porcentuales de la población atendiendo a variables como sus niveles de estu-dios; por último datos agregados, como es el caso del valor añadido, donde, basados en launidad monetaria que permite sumar informaciones de diferentes fuentes, se obtiene unaidea de la totalidad de lo producido en los distintos territorios.

Pero incluso estas medidas macroeconómicas agregadas, con ser altamente explicativas,resultan incompletas para explicar el problema de las discrepancias regionales en toda sudimensión. En efecto, la contemplación unidimensional de cualquier problema propor-ciona, como no podía por ser menos, una visión parcial de la realidad que en ocasionespuede tener algún interés pero que la mayor parte de las veces puede distorsionar la inter-pretación de la realidad. Algo así quise expresar en el artículo Se hacen presas y pantanos,publicado en «Cinco Días» el 23 de septiembre de 2000, cuando comenzaba a conocerse ladimensión que iba a alcanzar el trasvase del Ebro y me pareció conveniente relacionar elagua con los movimientos de población, el abandono de los pueblos y el envejecimiento,todo ello con objeto de divulgar que, en contra de las acusaciones que empezaban a proli-ferar, se estaba creando un falso problema de solidaridad.

En efecto, cualquiera que se limite a ver una sola de las facetas de un problema adquiriráuna imagen distorsionada y parcial. Ni siquiera algunas medidas sintéticas del desarrolloregional que resumen un gran volumen de información, como puede ser el caso citado delValor Añadido Bruto por Habitante, consiguen expresar todas las dimensiones del problema.Una medida tan aceptada como el VAB, en esencia, no refleja más que el flujo generado porel proceso productivo y por tanto puede ocultar la situación de los recursos disponiblesantes y después del citado proceso, lo que equivale a desconocer algo tan esencial como eldenominado «potencial de desarrollo regional», que va a condicionar totalmente las posibi-lidades de mejora en el futuro. Esta óptica mueve a complementar los indicadores de carác-ter cíclico como el citado del VAB acompañado de un conjunto de indicadores que expre-sen la dotación de todo tipo de recursos regionales.

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El segundo aspecto que es preciso considerar es que el análisis de una región no puededesvincularse del análisis del resto de regiones con las que se integra, en nuestro caso restode España e incluso Unión Europea, puesto que la distribución de los recursos a que hemoshecho referencia es el resultado de actividades económicas que pueden generar muy dife-rentes consecuencias en las distintas regiones que podrán verse favorecidas o perjudicadas,lo que en el artículo citado sobre el trasvase del Ebro, y con el lenguaje propio de un artículoperiodístico, vine a calificar como zonas de interés nacional, en este caso el Levante espa-ñol donde se pretende llevar el agua, que pueden llegar a generar «zonas de desinterés»,léase entre otras Aragón.

Como señalábamos en el primer número de Indicadores Sociales (INE, 1991), citandoa Orio Giarini, «el concepto de recursos abarca no sólo los bienes que tienen valor en elmercado (léase aquellos que se agregan en el concepto de valor añadido), sino todos losactivos de orden natural, biológico o cultural que constituyen la verdadera riqueza deuna nación, región o territorio. La distribución observada de los recursos no es estáticasino dinámica pues, entre otros, está sujeta a los efectos de la actividad económicapública y privada, lo cual produce siempre acumulación y desacumulación de recursos:si hay acumulación en una parte, es de temer que se produzca desacumulación en otra;si unos reciben beneficios, otros previsiblemente cargarán con los costes reales o efec-tos externos».

Existe un tercer aspecto muy importante que consiste en intentar conseguir que el sis-tema de medida, cualquiera que sea, goce de una aceptación general por parte de esas fuer-zas que inicialmente tienen posiciones de partida enfrentadas en función de los interesesque representan y, lo que quizá sea más difícil todavía, remedando intencionadamente ellenguaje circense, procurar que dicho sistema pueda llegar a ser fácilmente comprendidopor el gran público, lo que en definitiva sería una garantía de que, aun en el caso de quealguna de esas fuerzas antagónicas intentaran falsear la realidad, la divulgación generalizadade los análisis regionales conseguiría contrarrestar el efecto que dichos falseamientos pudie-sen tener entre la opinión pública.

Evidentemente los objetivos señalados no son fáciles de alcanzar y en buena me-dida pueden llegar a ser contradictorios. Conseguir una descripción compleja exige,como no podía ser de otro modo, el uso de un ingente volumen de información difí-cilmente abarcable y en el caso de sintetizar ese volumen de información en indicado-res de mayor complejidad que las habituales medidas económicas, ya muy acuñadas, derenta, valor añadido, etcétera, se llega a niveles de abstracción que son inalcanzablespor parte del gran público o de líderes de opinión, quienes, en contra de lo que tienenpor costumbre, no podrían hacer una lectura corriente de un valor que es síntesis deindicadores múltiples y no la cuantificación de un fenómeno concreto y observable de larealidad.

Para que pueda apreciarse la complejidad de este objetivo podemos repasar con breve-dad la problemática que rodea la elaboración de un marco de indicadores sociales.

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7. El problema de seleccionar indicadores regionales significativos

Algunos de los datos que hemos repasado anteriormente en el epígrafe 2, que dan lugara repartos regionales de fondos comunitarios o nacionales, podrían considerarse auténticosindicadores sociales, tal es el caso del número de personas desempleadas de larga duración,porcentaje de familias pobres, etcétera; sin embargo otros de los datos revisados, como lapoblación total de derecho, difícilmente podrían ser considerados como tales. No quiereesto decir que un dato estadístico, en su valor absoluto, sin tratamiento alguno que lo for-malice, no pueda cumplir con el fin descriptivo que se asigna a un indicador, pero para quecualquier dato estadístico se considere en la categoría de indicador social, al menos comose entendió por el grupo de trabajo que definió el sistema en 1983 Living Conditions inOCDE Countries: A Compendium of Social Indicators, ha de tratarse de una «variable mani-fiesta, observable o empírica, de la que es posible inferir otra variable, teórica, subyacentey no inmediatamente observable, representada por aquélla».

Para que pudiera entenderse tan compleja definición, en la primera publicación del INEsobre indicadores sociales de 1991 explicamos que «la variable teórica puede ser un con-cepto más o menos impreciso, como el de bienestar, o también una de las dimensiones oparcelas conceptuales que hipotéticamente constituyen la definición por enumeración delconcepto general». Las parcelas bajo las que cabía contemplar el bienestar, según el pro-grama de la OCDE, eran: salud, educación y aprendizaje, empleo y calidad de la vida de tra-bajo, tiempo y ocio, disposición de bienes y servicios, medio ambiente físico, medioambiente social y seguridad personal.

Una vez construido un conjunto de indicadores suficientemente expresivo de la medidade las desigualdades regionales en los aspectos a que nos venimos refiriendo de dotación derecursos, su proceso de acumulación o desacumulación y sobre el grado de bienestar de lapoblación, surge el reto de reunir todo ese extraordinario volumen de información en unamedida sintética que pueda expresar, inequívocamente, la posición de cada región en rela-ción con las otras regiones.

Esta elaboración de un indicador sintético exige la realización de análisis previos en losque se utilizan técnicas de análisis factorial. Los análisis previos permiten eliminar variablesque serían perturbadoras a la hora de comparar territorios. Un caso de esta perturbaciónson aquellos indicadores que presentan distribuciones degeneradas que no permiten unatransformación matemática, por ejemplo de tipo logarítmico, capaz de corregir esa dege-neración (ejemplo: viajeros aéreos, transporte de mercancías marítimo, etcétera, que enalgunas regiones presentan cero como valor). Otro caso de perturbación lo ofrecen indica-dores que presentan el problema de que su distribución porcentual sume 100 por tratarsede indicadores complementarios de un mismo fenómeno (ejemplo: el valor añadido de laindustria, que siempre ha de sumar 100 con el de la agricultura y los servicios, lo que exigeeliminar uno de ellos para evitar el denominado problema de la multicolinealidad). Tam-bién, en la fase previa, se eliminan algunos indicadores de significación imprecisa (ejemplo:los accidentes de trabajo, perturbadores por su alta correlación positiva con el grado de

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desarrollo), por su carácter redundante (como es el caso del índice de dependencia y delíndice de juventud), o por su misma abundancia, que les daría un peso excesivo en el con-junto (como ocurre con los indicadores de salud, que abundan más que los indicadores deotros campos de preocupación y que en algunas ocasiones tienen carácter redundante).

Si a pesar de toda esta depuración de indicadores todavía se cuenta con un número exce-sivo de ellos, mediante nuevas aplicaciones de técnicas factoriales se seleccionan aquellosque explican la casi totalidad de la varianza de la distribución. De este modo, por ejemplo,en el trabajo citado de 1991, de un total de 134 indicadores analizados se llegaron a selec-cionar 14 indicadores de Dotación global de recursos, 14 indicadores de Acumulación derecursos, 15 indicadores de Nivel medio de vida y 36 indicadores de Desarrollo, algunos deellos reiterados por cuanto resultaban explicativos de varios de estos indicadores agregados.

Seguidamente se relacionan los indicadores que resultaron seleccionados por el proce-dimiento mencionado.

Indicadores de Dotación de recursos

1. Dotación de recursos humanos2. Aprovechamiento de recursos humanos3. Recursos naturales factor «norte»4. Recursos naturales factor «litoral»5. Recursos naturales factor «centro»6. Actividad hospitalaria7. Puestos escolares no universitarios8. Espectadores de cine9. Licencias comerciales

10. Entidades bancarias11. Kilómetro de carretera12. Consumo total de energía eléctrica13. Número de teléfonos14. Viviendas en edificios con alcantarillado

Indicadores de Acumulación de recursos

1. Crecimiento poblacional2. Nacidos fuera de su provincia de residencia3. Tasa de escolaridad en preescolar4. Tasa de escolaridad en BUP y COU5. Tasa de escolaridad en FP6. Precipitación media anual7. VAB por habitante8. VAB por ocupado9. Indicador de centralidad

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10. VAB de agricultura11. VAB de ramas de servicios12. Consumo total de energía eléctrica13. Ingreso de los hogares por persona14. Consumo energía eléctrica usos industriales

Indicadores de Nivel de vida

1. Tasas de suicidio2. Morbilidad hospitalaria factor «forma»3. Mortalidad evitable por prevención primaria4. Nivel de deficiencias de las personas adultas5. Tasa de mortalidad perinatal6. Tasa de escolaridad preescolar7. Personas con estudios8. Contraste entre estudios primarios y resto9. Ingreso de los hogares por persona

10. Gasto de los hogares por persona11. Porcentaje de gastos de alimentación12. Equipamiento de los hogares13. Viviendas sin instalaciones mínimas14. Agua y calefacción centrales15. Tasa global de paro

Indicadores de Desarrollo

1. Densidad de población2. Indice de juventud3. Actividad masculina y en edades jóvenes4. Recursos naturales factor «norte»5. Recursos naturales factor «litoral»6. Recursos naturales factor «centro»7. Indicador de centralidad8. Consumo total de electricidad9. Kilómetros de carretera

10. Licencias comerciales11. Número de teléfonos12. Actividad hospitalaria13. Puestos escolares no universitarios14. Espectadores de cine15. Viviendas en edificios con alcantarillado16. Crecimiento poblacional

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[EL RETO DE MEDIR LAS DISCREPANCIAS REGIONALES]

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17. Nacidos fuera de su provincia de residencia18. VAB por habitante19. Consumo energía eléctrica usos industriales20. VAB agricultura21. VAB rama servicios22. Tasa de mortalidad perinatal23. Morbilidad hospitalaria 24. Tasa de suicidios25. Nivel de deficiencias personas adultas26. Personas sin estudios o analfabetos27. Personas con estudios medios o superiores28. Tasa de escolaridad BUP y COU29. Tasa de escolaridad FP30. Ingreso de los hogares por persona31. Gasto de los hogares por persona32. Porcentaje de gastos de alimentación33. Equipamiento de los hogares34. Viviendas sin instalaciones mínimas35. Agua y calefacción centrales36. Tasa global de paro

La agregación de estos indicadores dio origen a los valores que se reproducen a conti-nuación, con expresión del valor provincial máximo y mínimo y con el número de ordenque corresponde a las tres provincias aragonesas y al conjunto de la Comunidad.

Índice de Dotación global de recursos

1. Barcelona . . . . . . 1,91610. Zaragoza . . . . . . . 0,89214. Huesca . . . . . . . . 0,69533. Teruel . . . . . . . . . –0,44250. Badajoz . . . . . . . . –1,938

Aragón ocupa el lugar 7 entre las 17 comunidades.

Índice de Acumulación de recursos

1. Álava . . . . . . . . . . 2,4138. Huesca . . . . . . . . 0,783

12. Zaragoza . . . . . . . 0,78321. Teruel . . . . . . . . . 0,28450. Badajoz . . . . . . . . –1,527

Aragón ocupa el lugar 6 entre las 17 comunidades.

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[JOSÉ ARANDA AZNAR]

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Índice de Nivel medio de vida

1. Madrid . . . . . . . . . 2,3457. Zaragoza . . . . . . . 1,379

11. Huesca . . . . . . . . 0,79934. Teruel . . . . . . . . . 0,60450. Zamora . . . . . . . . –1,785

Aragón ocupa el lugar 6 entre las 17 comunidades.

Índice de Desarrollo

1. Madrid . . . . . . . . . 2,019 8. Zaragoza . . . . . . . 1,128

14. Huesca . . . . . . . . 0,66328. Teruel . . . . . . . . . –0,38150. Badajoz . . . . . . . . –1,651

Aragón ocupa el lugar 6 entre las 17 comunidades.

Según estas ordenaciones de los índices, donde Aragón ocupa el lugar 6, excepto en dota-ción global de recursos, donde ocupa el lugar 7, se aprecia que los indicadores funcionande modo parecido a algunos valores como el Producto Interior Bruto por habitante referidoa 1999, donde Aragón ocupa el lugar 7 entre todas las comunidades autónomas.

Sin embargo la casi nula variación del número de orden que ocupa Aragón en los distin-tos indicadores quizá sea una muestra de que, a pesar de haber sido formulados como com-binación de variables, dichos indicadores no acaban de expresar bien las diferencias encuanto a recursos, aprovechamiento, acumulación, etcétera. El repaso de los indicadoressociales contenidos en los distintos índices puede mostrar algunas de las carencias infor-mativas a que hemos hecho referencia, como factores medioambientales, recursos de aguay su aprovechamiento, superficies de regadío (los ítems considerados sólo diferenciansuperficies cultivadas sin especificar si es secano o regadío), etcétera.

En este sentido el ejercicio realizado tomando como base la explotación de EPA para Ara-gón pone de relieve la existencia de unos recursos humanos (sin duda los titulados supe-riores constituyen un innegable potencial) que pierde la Comunidad, igual que puede estarocurriendo con los recursos hidrológicos, cuestiones que se pondrían de manifiesto si fue-sen recogidos tanto en los correspondientes indicadores de recursos como en los de utili-zación de los mismos.

De cualquier modo este intento de alcanzar indicadores agregados, como dijimos, patro-cinado por la OCDE, hasta el momento sólo parece tener un carácter experimental y pruebade ello es que ni siquiera se mencionan como indicativos a la hora de determinar alguno delos repartos de fondos comunitarios.

Sin embargo el esfuerzo teórico y de aplicación que se ha venido realizando en cuanto aconstituir un marco global de indicadores sociales no habrá sido estéril porque es evidente

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[EL RETO DE MEDIR LAS DISCREPANCIAS REGIONALES]

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la necesidad de esas interpretaciones globales. Precisamente contrastando los valores de losíndices con la realidad y viendo en qué modo consiguen describirla y siendo capaces de pro-mover nuevas investigaciones que permitan incorporar variables como las citadas anterior-mente, hasta ahora no disponibles, es como se podrá ir avanzando en este difícil, pero nece-sario, terreno de conseguir interpretaciones globales de la realidad regional.

José Aranda Aznar es licenciado en Ciencias Económicas y Estadístico Facultativo. Ocupó elcargo de subdirector general de Estadísticas e Investigaciones Sociales desde abril 1983 a julio1989, fecha en la que fue nombrado director general de Estadísticas de Población. En septiembre1997 pasó a desempeñar el puesto de vocal asesor del INE. Ha desarrollado una importante tareade divulgación estadística con más de un centenar de artículos publicados en periódicos y revistasde interés general, así como una veintena de trabajos en revistas científicas. Actualmente es cola-borador habitual del periódico «Cinco Días». Además de su tarea profesional desarrolla una intensaactividad literaria, habiendo publicado hasta el momento numerosos cuentos y artículos, así comonueve libros de narrativa.

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1. Introducción

Recientemente se ha dado a conocer el Examen territorial de la OCDE-Teruel: unaregión rural 1, interesante trabajo que contribuye al análisis de la situación de este territo-rio pero además, en correspondencia con los fines de la institución que lo ha elaborado, aldebate sobre las políticas pertinentes para su desarrollo. Normalmente esta vertiente apli-cada de la economía suele eludirse en la literatura académica más al uso, en la que se abordade manera apresurada y generalista en las últimas líneas de los artículos, como si se tratarade un tema menor frente al discurso teórico más analítico contenido en el núcleo. Se pierdeasí una gran parte del valor añadido de la investigación de la disciplina, que es la aptitudreformista derivable de sus enunciados. Afortunadamente con este estudio de la OCDE seincide en ella y permite enriquecer la reflexión sobre el futuro de Teruel.

No obstante este trabajo no ha sido el único realizado sobre este territorio con esa inten-ción. A finales de los ochenta el equipo ECAS, Técnicos Asociados, dirigido por el recono-cido economista José Antonio Báguena, llevó a cabo el Estudio preparatorio de la Opera-ción Integrada de Desarrollo de la provincia de Teruel en la Comunidad Autónoma de

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* Deseo agradecer los co-mentarios de Vicente Pini-lla y Julio López Laborda.Evidentemente los erroresy omisiones son conse-cuencia exclusiva de unomismo.1 En adelante Examen.

De la Operación Integrada de Desarrollo al Examen territorial de la OCDE-Teruel: una región rural.Diagnósticos, estrategias y objetivos *

Por Luis Antonio Sáez PérezDepartamento de Estructura e Historia Económica y Economía Pública de la Universidad de Zaragoza

Resumen

Recientemente ha sido presentado el Examen territorial de la OCDE-Teruel: una región rural que junto al Estudio preparatorio para la Ope-ración Integrada de Desarrollo, elaborada a finales de los ochenta, cons-tituyen los principales hitos de la literatura sobre políticas económicasdirigidas al fomento de esta compleja provincia. En el presente artículo sepretende apreciar la evolución en los diagnósticos, en los métodos de aná-lisis y en los objetivos perseguidos que suscitan la lectura comparada deambos informes y la paradójica situación de Teruel.

Palabras clave: Teruel, políticas de desarrollo territorial, economíaespacial.

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2 En adelante OID.3 Los cuadros 1 al 4 delAnexo de este artículo in-forman de la evolución deTeruel durante la segundamitad del siglo XX (se utili-za la base de datos del Ser-vicio de Estudios de laFundación BBVA). Los in-dicadores provinciales tra-zan una tendencia establehacia la convergencia entérminos per cápita derenta sobre la media espa-ñola partiendo de un nivelrelativamente bajo (un26 % inferior en 1955). Es-te logro se alcanza a cam-bio de un ajuste importan-te en su estructura secto-rial y de una pérdida depoblación muy elevada,principalmente por unafuerte emigración hastalos ochenta y posterior-mente por la debilidad desus tasas de natalidad enuna población muy enve-jecida.

En las estadísticas que pre-sentamos se distinguentres subperíodos. El de in-tenso crecimiento o «desa-rrollismo» para el conjun-to de España, de 1955 a1975, durante el que Te-ruel tiene unas gananciasrelativas sobre el prome-dio nacional de renta percápita persistentes pero,y a pesar de su caída de-mográfica, menores a lasdel período siguiente, de«crisis económica». En és-te segundo intervalo, de1975 a 1985, en cambio,sube varios puestos en elranking provincial mer-ced a un sector carbonífe-ro en alza complementadocon la implantación de laTérmica de Andorra. Tam-bién contrasta el ritmo de

[LUIS ANTONIO SÁEZ PÉREZ]

Aragón 2 como consecuencia del Convenio entre el Ministerio de Economía y Hacienda y laDiputación General de Aragón, con el apoyo de la Comisión de las Comunidades Europeas.Un resumen de aquel informe fue editado como número extraordinario 8-9 de las «CartillasTurolenses» sobre El futuro de Teruel. Propuestas de desarrollo para la provincia deTeruel por el Instituto de Estudios Turolenses. Durante un tiempo fue un elemento de refe-rencia en la discusión política y social y todavía conserva una importante capacidad expli-cativa de la economía turolense.

El tiempo que ha pasado entre uno y otro análisis ofrece cierta distancia desde la que plan-tear una serie de consideraciones. La sociedad turolense ha evolucionado y por tanto puedeser interesante comparar los respectivos diagnósticos para apreciar en qué grado las oportu-nidades se aprovechan y las amenazas persisten. Por otro lado los métodos de análisis desen-vueltos en cada estudio son peculiares y conviene interpretar su especifidad. En ello influyenlas aportaciones de las teorías en torno al desarrollo regional así como las coordenadas insti-tucionales desde las que se argumentan y el contexto político general que acompaña. Porúltimo, dada la vocación aplicada de ambos trabajos, tan escasa, su lectura conjunta contri-buye a que la discusión en torno a la política económica relativa a Teruel, sobre los objetivosa perseguir y la perspectiva desde la que proponer las medidas sea más consistente y plural.Estos tres puntos –contraste de los diagnósticos, valoración de los enfoques, debate sobrecómo plantear los objetivos– junto a una breve reflexión final, estructurarán los epígrafes dela exposición que sigue, basada en la revisión de los dos estudios aludidos.

2. Cambios y persistencias en los diagnósticos

La secular decadencia de Teruel tiene un carácter estructural y cualitativo 3. Lo primerosupone que, aunque transcurre algo más de una década entre ambos trabajos, no sea fácilcalibrar en su integridad el giro que tal vez estén experimentando sus fundamentos. Losegundo induce a una interpretación abierta e integral del territorio y de su ciudadanía, quesosiegue el acalorado debate acerca de cuál es su nivel de desarrollo con datos y con infor-maciones cualitativas no siempre fáciles de disponer y de interpretar.

En todo caso se pueden observar ciertos matices en la trayectoria de sus deterioradasconstantes –medio geográfico y ubicación periférica, especialización sectorial, demografía,ordenación territorial–, a partir de los cuales contextualizar los dos trabajos en considera-ción y evaluar algunas de las expectativas entonces esperadas y ahora confirmadas, pen-dientes o rebatidas. Intentaremos a lo largo de este epígrafe informar de la evolución de lossíntomas aludidos.

Evidentemente las dificultades que se derivan de su medio físico –orografía, clima, recur-sos hídricos– y de su ubicación siguen siendo las mismas que durante décadas han restrin-gido su potencial de desarrollo. Poco puede innovarse sobre su descripción y ambos estu-dios reconocen su grave influencia en la base de partida de sus análisis sobre la provinciade Teruel. La cuestión a considerar es si dichas restricciones geográficas se han atenuadoporque ha habido una reacción política durante el período.

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crecimiento más lento delas dos décadas primerascon el más rápido de la úl-tima etapa, la de integra-ción en Europa y puestaen marcha del EstadoAutonómico, que coinci-de con el que media entrela OID y el Examen, de1987 a la actualidad (1997es el último año con dis-ponibilidad de datos agre-gados y 1995 con cifrassectoriales diferenciadas).En los últimos años Teruelha sido la primera provin-cia entre las que no sonObjetivo 1 de los FondosEstructurales Europeos entasas de crecimiento.

Para profundizar en esteanálisis del proceso deconvergencia en renta in-corporando el papel delajuste sectorial y de la de-mografía puede consultar-se García Graciano, B. yRaymond (1999), si biense plantea desde el ámbitoautonómico y no se des-ciende al estudio provin-cial. El caso de Teruel, des-de una aproximación másdescriptiva aunque coinci-dente en las tesis sobre suconvergencia, puede se-guirse en Sáez (2001).4 Sobre las dotaciones decapital público en Aragónvéase Salas y Sanaú (1999).5 Una de las excepcionessería la N-420, que une Te-ruel con Alcañiz, que sí hasido mejorada en este pe-ríodo. Los escasos kilóme-tros de autovía reciente-mente construidos, queaún no han entrado enuso, son sólo una pequeñaparte de la llamada «Auto-vía Mudéjar», quedandopendientes los de mayordificultad y coste.

[DE LA OPERACIÓN INTEGRADA DE DESARROLLO AL EXAMEN TERRITORIAL DE LA OCDE-TERUEL…]

En ese sentido cabe señalar que la provisión de infraestructuras, que es una vía trascen-dental para subsanar algunas de las limitaciones al desarrollo que impone el medio natural,ha sido más bien parca, con actuaciones puntuales sin una estrategia explícita o, mejor,coherente, detrás. Porque aunque es cierto que ha habido distintos planes de carreteras,nacionales y regionales, que incluían la provincia dentro de sus ejes, apenas han sido eje-cutados, inconsistencia que también ha sido reiterada con la red ferroviaria, cada vez másdeteriorada, o con las obras hidráulicas.

El rigor presupuestario ha sido la regla aludida por todos los niveles de la AdministraciónPública hasta fecha reciente para lentificar al máximo las prometidas inversiones. Durantela primera mitad de los años noventa España permaneció varios ejercicios dentro de unafase cíclica depresiva que, como suele ser habitual, conllevó una disminución de la inver-sión pública, partida más flexible a la baja que los gastos corrientes. Las exigencias finan-cieras del Tratado de Maastricht prolongaron ese ajuste fiscal durante algunos de los añosde recuperación posteriores. En paralelo la escasa capacidad financiera del Gobierno auto-nómico fue recortada como consecuencia de una miope política de endeudamiento acu-mulada en varias legislaturas que no redundó en una capitalización del territorio. Por últimola influencia política, explicación determinante de la geografía presupuestaria en muchomayor grado que los criterios teóricos eternamente discutidos de dotación igualadoraversus necesidad efectiva de infraestructuras 4, es mínima en un distrito electoral tan débilen su censo y con una configuración de partidos en la que los políticos elegidos enseguidaprescinden de su linaje provincial.

De manera que todavía siguen en estado embrionario la práctica totalidad de los proyec-tos que se prometían a finales de los ochenta como realidades inminentes y que para la OIDeran un elemento clave dentro de las estrategias generales a seguir para regenerar Teruel.Las omisiones han sido reiteradas año tras año en la red de carreteras 5, en la de ferrocarril,así como en las mejoras hidráulicas para riego, consumo urbano y depuración de aguas. Lasinfraestructuras energéticas han experimentado un cierto impulso en los últimos años, deri-vado de la financiación específica que deriva del llamado «Plan de la Minería» y gracias a lacual se está llevando a cabo la conexión de los principales núcleos de la provincia con lared de gas nacional.

En el Examen de la OCDE no se presta excesiva importancia a estas carencias en capitalsocial pero sí se renueva la consideración del espacio y de la accesibilidad, principalmentecomo consecuencia del cambio tecnológico difundido de forma tan intensa durante los últi-mos años. La OID, en cambio, las omitía en la medida que no se percibía todavía el alcancede las innovaciones en las telecomunicaciones. Los análisis generados al hilo de la «nuevaeconomía» y de la «sociedad de la información» reformulan el concepto de distancia y situa-ción, de forma que lugares periféricos, como son la mayoría de los núcleos rurales de la pro-vincia turolense, tienen la oportunidad de aminorar una de sus principales desventajas, elaislacionismo social y económico. Sin idealizar su papel en la competitividad y el bienestarde los territorios, positivo aunque desigual según actividades y tipologías de empresas, enningún caso cabe dudar de su relevancia. La dotación de este tipo de infraestructuras, ape-nas cuantificadas en el Examen de la OCDE, todavía está pendiente de completarse, espe-

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cialmente en las áreas más remotas, dados los problemas sobre la titularidad de las redes, lasincertidumbres en torno a la comercialización de las «nuevas generaciones» tecnológicas yla ausencia de un umbral de población y de empresas suficiente. De forma que para supe-rar la brecha existente en este ámbito es preciso el fomento desde todos los niveles degobierno de medidas tendentes a la implantación de las mismas y a la promoción de su uso,para lo cual la formación de los ciudadanos en idiomas y en informática habría de llevarsea cabo de una manera complementaria.

A finales de los ochenta la economía turolense presentaba una especialización en la agri-cultura y en el binomio minería-energía, sectores que ya se encontraban entonces en retro-ceso y que, como se vaticinaba en la OID, se han visto sometidos durante la última décadaa una importante reconversión 6.

La minería subterránea, poco competitiva dentro del sector y menos aún frente a otrasfuentes energéticas –gas natural, petróleo–, desapareció entre finales de los ochenta y prin-cipios de los noventa de una comarca que, paradójicamente, ha tomado como denomina-ción en la nueva delimitación comarcal la de Cuencas Mineras. Los municipios del área deinfluencia de Utrillas disminuyeron su población entre 1988 y 1994 (cuadro 6) como con-secuencia de la emigración desencadenada por esa crisis (cuadro 7), ya que su pirámidedemográfica era una de las menos envejecidas de la provincia 7. Ese grave éxodo pudo seramortiguado posteriormente gracias a la implantación de Casting Ros, principal y casi exclu-sivo, ejemplo de reindustrialización exitosa originada en los incentivos de localizaciónindustrial 8.

Queda pendiente el reajuste en la otra cuenca en la que radican importantes yacimientosde lignito, en torno a Andorra, Ariño y Alloza, donde el predominio de las explotaciones acielo abierto todavía ha permitido un desempeño competitivo de la actividad. No obstantela reestructuración del régimen de ayudas para el conjunto del sector en Europa está dandolugar a una acelerada reducción de empleo, por encima de la que convendría a las propiasempresas. Las iniciativas que configuran el Plan 1998-2005 de la Minería del Carbón y Desa-rrollo Alternativo de las Comarcas Mineras –mejora de las infraestructuras, cualificación delos trabajadores y captación de inversiones empresariales– están siendo promovidas conuna gran lentitud, por lo que se están generando incertidumbres sectoriales y sociales. Antelo cual la cuantiosa apuesta inversora de ENDESA, privatizada durante esta década, por reno-var y mantener competitiva su central térmica de Andorra permite un cierto margen demaniobra para esta área, reducida en extensión pero muy relevante en términos económi-cos y demográficos dentro del conjunto provincial.

En el caso de la agricultura su ajuste estructural acontece de forma paulatina, con la dis-minución de los factores trabajo y capital aplicados, a través de la jubilación sin continua-ción en la explotación familiar que permite el redimensionamiento de la unidad productiva.El número de personas ocupadas en la agricultura ha descendido 9 y es de esperar que con-tinúe durante los próximos años habida cuenta del envejecimiento de los todavía activos. Elgiro en la política agraria ocasionado por el nuevo marco financiero que implica la Agenda2000 no ha supuesto un cambio relevante en el mapa de cultivos aunque sí han influido lasreorientaciones hacia criterios menos productivistas y más respetuosos con el medio

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6 En el cuadro 5 del Ane-xo se ofrece la EstructuraProductiva Sectorial de laProvincia para 1987 y1995, éste último año delque se dispone informa-ción desagregada. El des-censo de empleo en am-bos sectores es elevado ysi dispusiéramos de las ci-fras para los últimos añosse haría explícita todavíamás su importante magni-tud.

7 La evolución demográfi-ca de la provincia de Te-ruel es analizada dentrode la del conjunto de Ara-gón en Ayuda, Pinilla ySáez (2000).

8 Otro ejemplo positivo,aunque acontecido unosaños antes en otro ámbitogeográfico y sectorial, esel de PYRSA, la empresaimplantada en Monreal delCampo con motivo delcierre de los yacimientosde hierro de Ojos Negros.Tras un comienzo plagadode incertidumbres recien-temente ha anunciado queva a ampliar su produc-ción y puestos de trabajo.Para interpretar el papelde los incentivos regiona-les en la reindustrializa-ción del área de influenciade Utrillas y Montalbánpuede consultarse Mené.

9 Según la Encuesta dePoblación Activa, el nú-mero de personas ocupa-das en este sector era, portérmino medio durante elprimer semestre de 2000,de 7.150, es decir, el 14 %de la población activa. Lamitad en cifras absolutas yrelativas que en 1987.

[LUIS ANTONIO SÁEZ PÉREZ]

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ambiente. El mantenimiento de los espacios naturales y ciertas prácticas conservacionistasgeneran rentas que complementan las estrictamente agrarias, de forma que los agricultoresempiezan a interiorizar dichas restricciones (u oportunidades) como una variable más desus decisiones individuales y colectivas. En todo caso el cambio principal de estos últimosaños se manifiesta en la mentalidad empresarial que han de ir adoptando los agricultorescomo gestores de unas empresas complejas que, aunque de dimensión reducida, englobandistintas líneas productivas con muchas interdependencias hacia otras actividades.

Es gracias a ese talante más innovador como algunas actividades agrarias han escapado aldeclive general. El mejor ejemplo sería el del subsector del porcino con la Denominaciónde Origen Jamón de Teruel. Durante los noventa ha consolidado sus expectativas generandoimportantes efectos arrastre hacia atrás, hacia la ganadería y la industria de los piensos, yhacia delante, desde una importante industria cárnica hasta proyectos de comercializacióny distribución. Bien es cierto que en la actualidad todavía quedan retos pendientes, princi-palmente en la exportación y en la venta a través de grandes superficies. Lo que puede inter-pretarse como que queda un amplio margen de desarrollo para una actividad con impor-tante arraigo territorial.

El reverso lo muestra la actividad aceitera. Durante los noventa no se ha modernizadosuficientemente el olivar turolense ni en sus plantaciones ni en su comercialización, y sóloparcialmente en lo relativo a su molturación y embotellado. Los retrasos en hacer efectivala Denominación de Origen han ralentizado el surgimiento de acuerdos cooperativos en unsector muy atomizado y sin empresas líderes que sirvieran de referencia. Sólo a finales de ladécada y con un sobreesfuerzo institucional a cargo del IAF, empieza a afrontarse el reto desu distribución y comercialización, etapa determinante sin la cual no puede evaluarse elgrado de éxito de esta iniciativa. En todo caso se percibe que este sector no ha efectuadoun cambio hacia una mentalidad más mercantil y competitiva que, en cambio, sí ha acon-tecido en el de la industria vinculada al porcino. Ambos eran presentados en la OID comoejes sobre los que desplegar una agroindustria vinculada al territorio; el tiempo enseña laevolución dispar de los dos subsectores y las experiencias sobre las que reflexionar.

La OID identificaba además un conjunto de complejos productivos relevantes, bien pordisponer en cantidad y calidad suficiente de algunos de los factores más específicos para suproducción, bien por detentar alguna especialización previa en alguna fase de su funciónproductiva, sobre los que desplegar un conjunto de programas operativos como parte de laestrategia sectorial de desarrollo. Éstos eran los de la madera, las arcillas y otros mineralesindustriales, los transformados metálicos y el turismo, respecto de los cuales comentamosmuy brevemente su trayectoria seguida desde 1987.

El aprovechamiento de la masa forestal maderable no ha experimentado grandes cambiossi bien se ha avanzado en la consideración de su dimensión ecológica, con una valoraciónexplícita de sus efectos sobre el turismo y la agricultura de montaña. En la industria que latransforma habríamos de distinguir la rama dedicada a la obtención del aglomerado, que síha consolidado sus fortalezas, en particular en el núcleo de Cella, con la ampliación de lasdos factorías allí existentes y su encaje en grandes entramados corporativos, mientras que lamayoría de las serrerías y factorías dedicadas a una primera transformación, importantes en

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[DE LA OPERACIÓN INTEGRADA DE DESARROLLO AL EXAMEN TERRITORIAL DE LA OCDE-TERUEL…]

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algunas poblaciones de las serranías, siguen con unos procesos técnicos y organizativosmuy tradicionales. La industria del mueble tiene una importancia menor y se encuentra muydispersa, sin una vinculación directa con las explotaciones forestales autóctonas. Las regu-laciones sobre los bosques, tendentes a su conservación y mejora, sí han sido relevantes,aumentando los espacios naturales protegidos. En cambio los distintos subsectores indus-triales de la madera ha seguido su propio curso, sin influencias originadas en la planifica-ción estratégica de las administraciones, que apenas los ha tenido en cuenta como actividadespecífica.

En la provincia de Teruel son abundantes los yacimientos de arcillas de buena calidad quecolorean su paisaje, pero son utilizados, en su mayor parte, en la industria cerámica de Cas-tellón. El importante «distrito industrial» surgido en torno al área de Villarreal y Onda, conunas economías de aglomeración 10 muy trabadas, reduce el atractivo de localizar nuevasplantas en las inmediaciones de las minas turolenses. Además los incentivos regionalesvigentes para Teruel son inferiores a los de la citada provincia 11, por lo que el ahorro en cos-tes de transporte, aun siendo muy importante, no compensa todas estas ventajas sectorialese institucionales. De forma puntual se han ido abriendo algunas empresas en el Bajo Aragón,Andorra y Teruel ciudad durante los últimos años, pero sin configurar entre ellas una mallaindustrial densa y generadora de sinergias con capacidad para aprovechar las posibilidadesque ofrece este recurso local.

El desarrollo del sector de transformados metálicos se hacía depender en la OID de la lle-gada de inversiones externas que coadyuvaran a la modernización de un sector con unabase amplia de talleres poco competitivos y volcados sobre la demanda interna. Aunquesólo se ha implantado Casting Ros en la etapa considerada, las sucesivas ampliaciones deRonal Ibérica y la consolidación de PYRSA caracterizan a la provincia de Teruel como unlugar susceptible de atraer empresas del metal de tamaño medio. El factor trabajo es unavariable que influye en favor de esa localización industrial 12 gracias a sus menores costessalariales y su escasa conflictividad. Aunque la disponibilidad de mano de obra cualificadapara estas actividades es poco elástica en la mayor parte de la provincia debido a sus carac-terísticas demográficas, existen dos ofertas potenciales con las que superar esa rigidez: una,compuesta por trabajadores muy capacitados expulsados del sector del carbón, y otra másabundante por todo el territorio, de menor experiencia pero con posibilidades de incorpo-rarse al desempeño laboral una vez formadas, que sería el de las mujeres desempleadas einactivas. Por otro lado la relativa proximidad hacia las principales factorías automovilísticasespañolas –las de Zaragoza y Valencia en un radio muy corto y no excesivo en el caso deBarcelona, Pamplona y Madrid–, bastante inmediata al puerto de Sagunto, son argumentosadicionales a su favor. Estos razonamientos serían válidos también para cualquier otra ini-ciativa empresarial industrial de tamaño medio 13, si bien estas ventajas relativas se corres-ponden con un paradigma industrial maduro y en las pautas de las empresas innovadorasson consideradas menos decisivas. En consecuencia, a la vista de lo sucedido durante estosúltimos años y porque plantearse esta opción exógena puede tener más de apuesta que desolución efectiva, sólo habría de considerarse como elemento contributivo, en modo algunocomo eje central.

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10 Con este término se alu-de a las interdependenciasentre las funciones de pro-ducción de las unidadesempresariales, derivadasde la concentración espa-cial y del crecimiento ur-bano. Se distinguen tres ti-pos dentro de ellas.

Las economías de escala,que son consecuencia deque las empresas operanen condiciones de costesdecrecientes y por tanto amayor tamaño mayor efi-ciencia.

Las economías de locali-zación, que son ajenas a laempresa pero favorecen alsector. Se denominan tam-bién clusters y tienen quever con la concentraciónde servicios e infraestruc-turas especializados quebeneficia al conjunto deindustrias del ramo en esaárea.

Las economías de urbani-zación, que son externasal sector pero beneficianal conjunto de empresasdel entorno como conse-cuencia del aumento deltamaño de los mercadosde proveedores, clientes ylaboral, así como del flujode conocimientos que tie-ne lugar en las concentra-ciones urbanas.11 El mapa de ayudaspúblicas a la inversiónaprobado por la ComisiónEuropea a propuesta delGobierno español, dentrode los criterios generalesdeterminados por la Di-rectriz sobre las ayudasde Estado de finalidad re-gional, vigente para el pe-ríodo 2000-2006, señalaque la «subvención netaequivalente» puede alcan-zar en la provincia de Cas-

[LUIS ANTONIO SÁEZ PÉREZ]

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El turismo, en cambio, es una actividad que permite aglutinar de manera más comple-mentaria iniciativas locales y foráneas, independientemente de su escala. El importante cre-cimiento de la oferta de hospedaje durante esta última década ha tenido como agente prin-cipal al empresariado local, aunque ciertas iniciativas llegadas de fuera han tenido unainfluencia muy grande al mostrar nichos de mercado rentables para los establecimientospequeños –Torre del Compte ha generado un efecto imitación de gran alcance–, y en el casode las grandes cadenas hoteleras –grupos Gargallo, HUSA– han difundido formas de gestiónmás eficientes.

La estrategia pretendida en la OID y en otros documentos utilizados en la reflexión polí-tica de aquel momento 14 incidía en el «turismo difuso», en el que las personas desplazadaslo hacen por sí solas, atraídas por los valores monumentales, paisajísticos y culturales denumerosos enclaves de la provincia. El objetivo concreto que se enunciaba era el de aumen-tar la infraestructura turística, entendida como una mayor variedad y cantidad de plazas dealojamiento. Esta meta, como tal, se puede considerar razonablemente alcanzada en lamedida que ha aumentado el número de hoteles, absorbiendo con creces la caída de las pla-zas ofrecidas por los hostales. Más robusto ha sido aún el auge de las viviendas de turismorural, que están permitiendo la diversificación de la explotación agraria y la incorporaciónde la mujer al mundo laboral con un importante grado de iniciativa emprendedora.

Sin embargo se trata de un logro todavía incompleto que no debe mover a la compla-cencia sino al estímulo. En primer término porque obtener unas tasas de crecimiento ele-vadas resulta, en los momentos iniciales, bastante accesible en la medida que el punto departida era muy bajo hace diez años. Por otro lado queda un amplio conjunto de cuestionespendientes: la elevada estacionalidad y la corta duración de las estancias; la escasa orienta-ción e información sobre los lugares menos populares, mientras que algunos de los más cita-dos se encuentran congestionados durante bastantes fechas; la falta de una variada oferta deocio y cultura que sea un elemento adicional de permanencia; la debilidad comercial de estetipo de turismo, inexistente como oferta específica diferenciada en las agencias de viaje ydesvinculada de los focos de atracción de la costa más inmediatos desde los cuales se podríaacceder.

Aunque las distintas administraciones públicas con competencias en el sector –regional,provincial, local e incluso comarcales como mancomunidades y grupos de acción local delos programas Leader, han volcado grandes esfuerzos y recursos en la promoción turística,durante los primeros años noventa todavía adolecían de descoordinación y omisión de losaspectos relativos a la gestión y al marketing. Progresivamente se fueron incorporando éstosy otros aspectos cualitativos de la oferta, con actuaciones dirigidas especialmente a la for-mación de los trabajadores y empresarios del sector, a la mejora de los recursos turísticos ya la difusión de sus amenidades creando «marcas» turísticas.

En todo caso la elasticidad creciente del consumo turístico y el elevado grado de com-petencia en su oferta exigen una estrategia activa y flexible de forma permanente por partede todos los agentes involucrados, públicos y privados. De ahí que el Examen de la OCDEplantee todavía en la actualidad como una de las acciones prioritarias el «Diseño de unmodelo de Agencia para el Desarrollo del Turismo Sostenible», con gran detalle en sus aspec-

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tellón hasta el 35 % dela inversión empresarial,mientras que en Teruel eltecho es del 30 %. 12 Dinámica que se ha se-guido desde finales de losaños setenta en la mayoríade los países occidentales,que ha acentuado la espe-cialización en el sectorservicios en el mundo ur-bano y ha expulsado la in-dustria hacia el medio ru-ral. El menor coste de cier-tos bienes en el mundorural y en las pequeñasciudades –vivienda, trans-porte, ocio– da lugar aque en términos de «uni-dades de poder adquisiti-vo» un salario nominalinferior al de las grandesciudades pueda transfor-marse en un salario efecti-vo superior.13 De hecho en Alcañiz seha ubicado recientementeuna empresa de tamañomedio –ACE– que perte-nece al sector industrialdel material eléctrico,muy vinculada a la indus-tria del automóvil, aprove-chando algunas de las ven-tajas relativas citadas. Co-mo efecto dinamizador deesttas inversiones exóge-nas industriales en laszonas rurales cabe señalarel que un porcentaje ele-vado de sus trabajadoressean mujeres, circunstan-cia que también se dio enla última ampliación deCasting Ros.14 La importancia de lasexpectativas que desperta-ba este sector ya a finalesde los años ochenta puedeapreciarse en el númerode páginas dedicadas en elcitado número extraordi-nario de las «Cartillas Tu-

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tos organizativos. La estrategia basada en la sostenibilidad es la idónea para aprovechar sugran potencial sin hipotecarlo.

Del chequeo a las estructuras productivas turolenses aludidas en los diagnósticos de losdos estudios y a las estadísticas más generales (cuadros 1 y 2 del Anexo) un analista conven-cional señalaría que la evolución acontecida es aceptable. Desde 1987 Teruel estrecha supequeña diferencia hasta igualar en renta relativa a la española, y a pesar de estar especiali-zada en dos sectores en declive –minería y agricultura extensiva– asciende ligeramente en elranking provincial. Su trayectoria es similar a la del resto de provincias aragonesas, consoli-dadas como una región competitiva desde la segunda mitad de los ochenta. Incluso se podríaargumentar que, a pesar de que la intervención pública ha sido reducida y queden por eje-cutar importantes infraestructuras económicas y sociales con las que superar las limitacionesgeográficas, los agentes económicos de la provincia han respondido eficazmente.

Pero este juicio optimista se efectúa conforme a unos parámetros que contienen un sesgoderivado del individualismo metodológico típico de la economía, siempre pertinente peroinsuficiente en este análisis territorial. Una reflexión mínimamente rigurosa ha de pregun-tar hasta qué punto esa situación, conllevable hasta ahora, puede perdurar y en qué gradoqueda incompleta si omite la componente colectiva que relativiza esos indicadores, que essu población (cuadros 3 y 4 del Anexo).

Porque la provisión de ciertos servicios privados y públicos, esenciales para el desarro-llo, exige un umbral mínimo de aglomeración de empresas y de personas para que surjanunas externalidades positivas entre oferta y demanda así como dentro de ellas mismas,trama que en la mayor parte del territorio provincial no existe o es muy débil. Las variablescualitativas de las cuales es depositaria la población –el capital social y el capital humano–y que hoy son parte central de los discursos teóricos sobre el desarrollo, también exigenuna cuantía mínima de personas. En consecuencia incluso el crecimiento meramente eco-nómico, el que distorsiona la percepción de su efectivo bienestar, se encuentra amenazadoa medio plazo con una población cada vez más escasa en un territorio semi-vacío. Por elloy al igual que efectúan los dos trabajos que referenciamos, completamos el diagnóstico deesta última década con las variables demográficas más cualitativas.

En los dos estudios citados el problema demográfico se manifiesta como el más grave dela sociedad turolense y se reconoce que rebasa cualquier perspectiva sectorial para deman-dar un tratamiento integral. Se caracteriza por una población escasa, decreciente, enveje-cida, distribuida desigualmente. Además su capacidad de regeneración demográfica a partirde los actualmente residentes es muy reducida. A pesar de presentar en los últimos años unatasa global de fecundidad levemente superior a la de los promedios regionales y nacionales,en la medida que el número de mujeres en edad fértil es bastante reducido, la tasa bruta denatalidad resultante de conjugar ambas es muy baja. Por otro lado aunque el saldo negativode los flujos migratorios ha ido disminuyendo hasta tender en algunas zonas casi al equili-brio, de forma más significativa en las zonas montañosas más afectadas tradicionalmente(cuadro 7), su carácter agregado encubre la distinta aptitud formativa y reproductiva de losque se van, en gran medida jóvenes cualificados y en una importante proporción mujeres,y de quienes retornan, antiguos emigrantes jubilados e inmigrantes procedentes del extran-

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rolenses», donde ademásdel apartado de la OIDdedicado al sector se pu-blicaban un Plan de desa-rrollo turístico de la pro-vincia de Teruel, elabora-do por Consultur, S.A,. yun estudio sobre Los re-cursos museísticos, cuyoautor era Jaime VicenteRedón, director del MuseoProvincial de Teruel, en elque el inventario de la redde museos se enfocaba ha-cia su utilización como unrecurso turístico funda-mental.

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jero con una gran movilidad. Esas peculiaridades, sumadas a unas tendencias generales debaja fecundidad 15 muy acusadas durante los noventa y poca movilidad residencial hacia laszonas de desempleo bajo, dan lugar a que las previsiones efectuadas en la OID hayan que-dado desfasadas y cortas 16.

De modo que la situación demográfica ha empeorado en términos absolutos durante losúltimos años aunque la tendencia al estancamiento del conjunto de España, con un creci-miento vegetativo casi nulo, haya suavizado en términos relativos ese declive. Desde unaperspectiva intra-provincial también ha contribuido a esa mejor apariencia el que aquellosayuntamientos de tamaño más reducido, cuyo reiterado deterioro censo tras censo presa-giaba un abandono inmediato por parte de sus últimos vecinos, estén manifestando unaresistencia estadística a la baja en sus últimos empadronamientos, si bien parece ser más for-mal que real.

Como vemos lo demográfico enseguida añade en Teruel su dimensión territorial des-equilibrada y enrevesa aún más la meta de su desarrollo económico y social. La mayor partede los servicios públicos implican unos costes fijos indivisibles que pueden ser excesivospara áreas poco pobladas y con municipios muy pequeños, que a su vez pueden encon-trarse bastante alejados de los lugares donde sí existen dichos equipamientos 17. En lamedida que algunas de esas funciones van adheridas al ejercicio efectivo de derechos huma-nos básicos –educación, salud, seguridad, movilidad–, la diseminación de la poblaciónpuede originar graves carencias y unos gastos desorbitados. Es lo que la OID enunciabacomo la «disfuncionalidad del sistema de asentamientos poblacionales» y el Examen de laOCDE reproduce en su capítulo dedicado a la geografía y población.

Este problema se ha agravado conforme el deterioro demográfico erosionaba sin parar elpapel de cabeceras de comarca que algunos pequeños núcleos habían desempeñado secu-larmente en las zonas montañosas y esteparias. Ante esta desestructuración durante losnoventa fueron fraguándose numerosos acuerdos cooperativos entre todos los ayuntamien-tos, amparados por la Diputación, para la provisión de una serie de servicios –recogida debasuras, asistencia social, deportes, sanidad–, lo que facilitó su gestión y mejoró su calidad.Continuando en esa línea de aproximación del Estado del Bienestar a la ciudadanía rural enestos momentos se están constituyendo las Comarcas, interesante proyecto político impul-sado con gran fuerza por el actual Gobierno aragonés. La fórmula empleada, combinar ladescentralización de ciertas funciones desde las instancias autonómicas y provinciales juntocon la centralización de algunos servicios municipales más complejos, puede permitir unaordenación territorial adaptada a la idiosincrasia del territorio turolense. Su culminacióndepende de que sus cauces decisionales sean ágiles para cimentar una identidad comarcaly de que su capacidad financiera sea robusta para resolver los problemas de la microeco-nomía local cotidiana.

A la vista del historial de los puntos destacados en los diagnósticos de la OID y del Exa-men y observables en su evolución más reciente, cabe reiterar la continuidad del diagnós-tico inicial: Teruel experimenta unos graves problemas que se perciben especialmente, ycasi exclusivamente, en una dimensión colectiva y cualitativa. Así las variables económicasconvencionales se han desenvuelto bastante bien dentro de las tendencias generales y los

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15 Que en los países delsur de Europa ha sido másacentuada conforme ma-yores eran las dificultadesen el empleo, los elevadosprecios de la vivienda ylos altos costes financie-ros, que afectan a las pare-jas más jóvenes especial-mente.16 Cuadro 8 del Anexo.17 En Salas y López Labor-da (2000) se lleva a caboun análisis teórico de esteproblema.

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sectores locales expuestos a unos mayores retos en su capacidad competitiva han reaccio-nado aceptablemente –turismo, porcino, agricultura extensiva, industrias del metal, ener-gético– o existe todavía un cierto margen para que alcancen el éxito pendiente –olivo yotras producciones agrarias de calidad, como el melocotón de Calanda, la patata del Jiloca,la manzana reineta de Gea; la transformación de las arcillas; la industria de la madera y la sil-vicultura–. Al margen de esta tónica queda un sector decisivo en la provincia y esencial enla comarca de Andorra como es la minería del carbón, con numerosas incertidumbres yescasas alternativas. Por lo que a la vista del dinamismo de ciertas actividades y de los poten-ciales por culminar tal vez sean las distintas administraciones, en sus objetivos por proveeraquellos bienes públicos que contribuyen a la competitividad territorial y al bienestar social–infraestructuras principalmente–, quienes menos han contribuido en el período último.

Estas condiciones planteadas hasta ahora desde la vertiente de la oferta influyen y soninfluidas por las de la demanda, es decir, lo económico por lo social, y es aquí donde se per-cibe el círculo degenerativo en el que se encierran las potencialidades de gran parte deTeruel. Las limitaciones para ser ciudadano de una manera plena en un entorno rural, enparticular en los aspectos comunitarios –relaciones afectivas y sociales, acceso a servicios–,desencadena el que la población, aun teniendo oportunidades profesionales y de negocio,evite residir allí. Son bastantes las empresas enclavadas en pequeños pueblos que siendomuy competitivas no pueden aumentar su escala o garantizar la subsistencia más allá de lajubilación del emprendedor inicial porque son muy pocos los que desean permanecer endichos lugares. Esos costes subjetivos, en ocasiones reales y en otras imaginados por unamentalidad que ensalza lo urbano, han sido acumulados por generaciones a las que se les hatransmitido el prejuicio de que rural equivale a subdesarrollo y baja calidad de vida –«pue-blerinismo»–, llegando a ser asumidos incluso por bastantes de los propios oriundos, quehan debilitado sus vínculos culturales, sociales y afectivos iniciales. Es en este ámbito máshondo, en el que los diagnósticos no suelen reparar tanto y que tiene una raíz metodoló-gica, donde, en mi opinión, deberían abundar los nuevos análisis y reflexionar con rigor unaampliación de los enfoques sobre las políticas a seguir. Por ello es interesante atender quépropuestas han sido planteadas en los dos trabajos y el porqué de los giros que cabe apre-ciar en ellas, cuestión que se intenta abordar en el siguiente epígrafe.

3. Las medidas propuestas

Las diferencias en los análisis no tienen como única causa los cambios efectivos en la rea-lidad objeto de estudio. Pueden ser tanto o más determinantes la evolución de la mentalidadde los investigadores que la abordan e incluso el clima social envolvente que se hace eco desus conclusiones. De hecho las tres suceden en nuestro caso y merecen ser tenidas encuenta. En este apartado, complementario del anterior, se intentará apreciar en qué medidala forma de aproximarse a Teruel como problema moldea el contenido de las propuestas.

En primer término las instituciones en cuyo seno se han elaborado estos dos análisis y lasmetas a las que han ido referidas son distintas y eso influye en cómo se estructuran sus estra-

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tegias de desarrollo. La OID tenía una aptitud reformista inmediata. Fue propulsada desde laDiputación General de Aragón, en especial por el entonces consejero de Economía yHacienda, el profesor Biescas Ferrer, contando con la colaboración, para sufragar su elabo-ración, de la Dirección General de Planificación del Ministerio de Economía y de la propiaComisión Europea. Como su título íntegro indica se trataba de un «Estudio Preparatorio dela Operación Integrada de Desarrollo» que debía servir para promover una actuación comu-nitaria con financiación principal de los fondos estructurales sobre un territorio que pade-ciera un menor desarrollo y estuviera expuesto a efectos contradictorios como consecuen-cia de la integración europea, acción entonces bastante innovadora dentro de la política decohesión practicada hasta el momento 18. De manera que las medidas sugeridas al hilo delminucioso diagnóstico de ECAS fueron explicadas también de forma precisa, incluyendo unmarco financiero basado en el Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) y en el FondoEuropeo de Desarrollo Regional (FEDER). A pesar de lo cual las inmediatas reformas regla-mentarias de la política regional comunitaria, derivadas del Acta Única Europa y de la pro-pia ampliación hacia Portugal y España, impedirían que dicho proyecto llegara a culminarcomo acción política efectiva y quedara para siempre como un importantísimo pero meroestudio analítico, en un plan interrumpido en su última fase de gestación institucional.

La OCDE, en cambio, es un organización que tiene un carácter meramente consultivo,sin capacidad ejecutiva ni financiera. Su autoridad deriva del rigor adquirido por sus analis-tas en el estudio de las economías occidentales en todas sus componentes y sus valoracio-nes suponen un juicio a la conducta de los gobiernos desde la ortodoxia económica vigenteen cada momento. Sin embargo sus prescripciones nunca se concretan en programas pre-supuestarios y en artículos legislativos, por lo que la retórica habitual de sus informes se ase-meja a la de la crítica especializada, que aparenta poder resolver cualquier trama en sus gran-des trazos aunque nunca reformule con el suficiente detalle el guión íntegro de las medidasque lo permitirían. Estilo que se atenúa en el Examen sobre Teruel, en el que las medidaspropuestas tienen un carácter microeconómico y sí se encuentran muy detalladas en lasecuencia táctica a seguir, aunque finalmente se desentiendan de los cauces normativos yfinancieros específicos por los que han de discurrir y que son una parte decisiva en el desen-lace de cualquier estrategia de desarrollo.

Otro amplio bloque de influencias en la forma como afrontar y resolver los problemas dedesarrollo regional, apreciable en el contraste entre la OID y el Examen, tiene que ver conel distinto papel que se asigna hoy en día al Estado, así como también, en el caso concretode España y todavía más de Teruel, con el descenso del sentimiento europeísta una vez que,tras más de quince años de integración, la imagen redentora de la administración comuni-taria se ha desvanecido.

En la mayoría de los países occidentales la gestión pública inició un giro hacia posicionesmenos intervencionistas durante la segunda mitad de los ochenta, recayendo la carga de laprueba en los gobiernos, en lugar de en el mercado, a la hora de definir las respectivas com-petencias, contrario al sesgo que durante casi cuarenta años había prescrito el keynesia-nismo. Ese cambio que lideraban Estados Unidos y Gran Bretaña fue más pausado y másecléctico en la Europa continental, con algunas rémoras adicionales en nuestro país. Así la

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18 Estas medidas concretasy con un enfoque integra-do del territorio, procu-rando una coordinaciónde los instrumentos finan-cieros estructurales y unaprogramación única ágil,se plantearon con anterio-ridad para ciertas regionesde Grecia, Italia y Franciaen 1985 ante los efectosde la incorporación dePortugal y España. Eranlos Programas IntegradosMediterráneos a los quesucedieron las OID.

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tardía democratización de España implicaba iniciar ciertas políticas, algunas socialmentemuy anheladas, a contrapié del generalizado repliegue. Otras reacciones eran propiciadaspor un mayor corporativismo y una situación oligopolista de algunos mercados. En ese con-texto el Estado Autonómico se encontraba todavía en 1987 en su fase inicial de consolida-ción y la incorporación a la Comunidad Europea acababa de llevarse a cabo. Es lógico, portanto, que en la OID todavía las administraciones públicas sean el referente principal delproceso regenerativo de Teruel, a través del gasto público vía incentivos a la localización yvía inversión pública en infraestructuras, así como a través de la regulación con una plani-ficación indicativa de los sectores más dinámicos.

Durante los noventa la perspectiva económica liberal en torno al mercado es adoptadacomo posición central por los principales partidos políticos de todos los países europeos,bien sean conservadores, bien socialdemócratas, bien en la oposición, bien en el Gobierno.Es lógico que una institución como la OCDE, que actúa como proveedora de ideas a losgobiernos –un reconocido think tank– y por tanto antecede con su proselitismo intelectuallos giros de éstos, promueva con mayor convicción aún las soluciones desde el sector pri-vado, con una aportación muy reducida de lo público. Así la estrategia de desarrollo conte-nida en el Examen se basa en el dinamismo de dos sectores motrices –agroalimentación yturismo–, respecto de los que las políticas son meramente complementarias de iniciativasoriginadas en los propios empresarios, relativas a mejoras en su organización y gestión, ensu acceso a los mercados y en la innovación. El Estado queda en un segundo plano, redu-cido al ámbito de las reglas de juego básicas –denominaciones de origen, regulaciones– y aeliminar los costes de transacción e incertidumbres –fomento de redes cooperativas, agen-cias de desarrollo descentralizadas, facilitar la investigación–. En varios apartados del Exa-men de la OCDE se utilizan los conceptos manejados en la literatura de los «fallos del nomercado» 19, de forma explícita con relación a estos dos ejes sectoriales de su estrategia: delsector agrario señala que se ha de «independizar del sector público» 20 y en cuanto al turismosostenible se critica el «inadecuado contexto de gobierno» 21. Bien es cierto que en otraspáginas se reconoce que Teruel no subsistiría en una situación de «laissez-faire, laissez-pas-ser», pero en sus propuestas no se hace mención de la función asignativa de los gobiernos,ni con relación a las infraestructuras ni con relación a los equipamientos, aspectos de sufi-ciente entidad omitidos.

Por último las ideas y modelos que inspiran cada trabajo también inducen a interpreta-ciones dispares. En la OID subyace una visión sectorial de la economía que atiende a las ven-tajas relativas y potenciales de cada actividad y en la que los gobiernos detentan una parterelevante de la iniciativa en fomentarlos. Las posibilidades de crecimiento dependen princi-palmente de factores endógenos pero se confía en que la inversión externa contribuya a dina-mizarlos. El activismo gubernamental para discriminar positivamente la «industria naciente»en dichos sectores queda justificado en su capacidad de arrastre, conforme a una orientaciónkeynesiana de efectos multiplicativos y vínculos intersectoriales hacia atrás y hacia delante.

En cambio el Examen de la OCDE lleva a cabo una interpretación más horizontal, aun-que se concrete la estrategia en dos actividades, en la que se resalta la decisividad de losconocimientos en los factores productivos locales, los tradicionales ahorro y trabajo, rede-

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19 Wolf (1993)20 Examen, página 127.21 Examen, página 222.

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nominados en la literatura como capital social y capital humano. El Estado puede contribuira mejorar su dotación a través de políticas coadyuvantes como la educación, la formacióncontinua y la coordinación institucional, pero la capacidad emprendedora e innovadora delos líderes empresariales y sociales locales es necesaria, insustituible y habitualmenteinversa a su intervención paternalista. La esperanza en atraer inversiones externas no secontempla y más que de sectores se habla de estrategias empresariales. Es, por tanto, unaaproximación muy microecónomica fundada en el potencial de desarrollo local, que tieneen cuenta algunos aspectos institucionales que pueden contribuir a transformar ciertasáreas en entornos innovadores.

Por tanto la coincidencia en la mayor parte de los argumentos relativos a la situación deTeruel, recordados en el epígrafe previo, se transforma en pluralidad cuando pasamos acomparar las estrategias a seguir. Discrepancias que obedecen más a las formas intelectua-les y a los prejuicios ideológicos de cada contexto social e institucional que a la evoluciónde la problemática de fondo. De hecho bastantes de las propuestas admiten análisis com-plementarios que, simplemente por su elaboración ulterior, podrían haberse incorporado,actualizándolas, en el último de los llevados a cabo.

En todo caso los dos estudios comparten una visión funcional del desarrollo económico,en la cual el territorio tiene un carácter instrumental y los conceptos e ideas básicos pro-vienen de la macro y microeconomía más convencional. Sólo el Examen de la OCDE incor-pora algunos aspectos de la economía institucional, ya reconocidos en la corriente central.En cambio el carácter cualitativo de la problemática turolense, es mi opinión, hubiera reque-rido una apertura académica mayor, pluridisciplinar y más innovadora, que a finales de losnoventa empieza a ser encontrada en la literatura sobre desarrollo regional y en las agendaspolíticas de otros países.

Entrar en este otro apartado metodológico tiene que ver más con el de qué objetivos seproponen para la sociedad turolense que con los de con qué herramientas concretas se eje-cuta el análisis o cuáles contextos intelectuales y políticos acompañan. Sería convenientepasar a explicitar qué metas son las que los políticos y los académicos pretenden paraTeruel, porque aunque muy pocas veces se presentan como elementos susceptibles de dis-cusión sí que cabe y es pertinente suscitarla. Es lo que se pretende empezar a plantear enel siguiente epígrafe.

4. Los objetivos

La economía, en tanto disciplina, suele argumentar únicamente los objetivos de crecimientoy de equidad, éste en tanto cohesión, respecto de las áreas geográficas inferiores a las delos estados. La estabilidad, tercero de los fines distinguidos en los manuales, tiene una dimen-sión agregada que desborda la de los espacios económicos abiertos y de tamaño relativamentereducido, como las regiones y provincias, más aún en estos momentos de centralización supra-nacional de las políticas coyunturales que los persiguen, aunque sea cierto que las unidadessubestatales también influyen en los equilibrios internos y externos macroeconómicos.

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En todo caso las líneas predominantes en la Economía Pública nos dicen que a mayoreficiencia y equidad, mayor bienestar de la población. Surgen, por tanto, entre estos dosobjetivos un elevado número de interdependencias, algunas en términos complementariosy otras de manera conflictiva. La más reiterada entre ellas es la concerniente al dilema otrade-off entre eficiencia y equidad: una redistribución muy intensa por parte de los gobier-nos puede desincentivar la motivación de los agentes por ser más competitivos dado quesiempre tendrán un nivel de vida garantizado. De alguna forma a escala colectiva este temase plantea también entre territorios –ciudades, regiones y países– cuando se discuten los sig-nos y los importes de los flujos fiscales y se inventarian las dotaciones de capital público.

En los dos estudios que venimos comparando se coincide en promover un mayor creci-miento económico de Teruel basado en la competitividad creciente de su tejido productivo.Ambos tienen como premisa que los seculares problemas de Teruel serían resueltos si larenta per cápita de sus habitantes fuera más elevada. Predomina, en consecuencia, la efi-ciencia como objetivo. Las diferencias surgen en torno a cómo se resuelven sus interferen-cias con la equidad y la cohesión, si con un enfoque complementario o resaltando sus diver-gencias.

En la OID para aprovechar el potencial de desarrollo turolense se apelaba explícitamentea la provisión de bienes públicos como infraestructuras y al equipamiento en servicios socia-les con cargo a los Fondos Estructurales Europeos y al Fondo de Compensación Interterri-torial. Este trato asimétrico se justifica como una excepción temporal para aproximarse a laeficiencia –en términos similares a los argumentos de la «industria naciente»– pero tambiénpretende acogerse a la solidaridad europea que inspira las políticas de cohesión territorial 22,y a la autonómica, reconocida como uno de los principios fundamentales del nuevo Estadodescentralizado emergente en la Constitución de 1978 23. Hay, por tanto, en la ponderaciónde los fines una cierta complementariedad entre la igualdad y el crecimiento a la hora decimentar las políticas y las estrategias. Estamos todavía a finales de los años ochenta y la polí-tica regional mantiene un talante compensatorio a través del activismo fiscal y de una regu-lación discriminante.

En el Examen de la OCDE se pretende la eficiciencia de forma más nítida y no se apelatan apenas a las políticas presupuestarias que, inevitablemente, repercuten en la equidad.Predominan soluciones de tipo organizativo apoyadas en regulaciones con desembolsos degasto público muy puntuales, sin programaciones financieras concretas. Las actuacionesplanteadas que suponen algún tipo de redistribución son cribadas según su interferencia enlos incentivos al trabajo, a la inversión y a la innovación. Coinciden sus planteamientos demanera plena con la nueva política regional concentrada en la competitividad y deja en unplano secundario las ideas concernientes a la solidaridad interterritorial.

En mi opinión esta primacía de la eficiencia por parte de ambos trabajos es muy perti-nente, tanto en su itinerario más keynesiano, y más equilibrado con la cohesión, como enel más neoclásico que, respectivamente, diseñan la OID y el Examen. Pero es una visiónincompleta en la medida que lo contemplan casi en exclusiva desde la perspectiva de laoferta. Las dos se concentran en cómo mejorar la estructura productiva turolense y apenasconceden importancia a la vertiente de la demanda; algo la OID, muy poco el Examen. Sin

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22 Artículos 130 A y 130 Cdel Tratado de la UniónEuropea.23 Artículo 138 de la Cons-titución Española.

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embargo el papel de los residentes como desencadenantes del desarrollo a partir de lainducción de los procesos inversores es un argumento básico en gran parte de los modelosclásicos del crecimiento regional 24 y es una realidad constatada en estudios en los que lalocalización empresarial queda explicada básicamente por la residencia y otras valoracionespersonales del emprendedor que se la plantea 25.

En ese sentido sería oportuno detenerse a reflexionar más sobre aquellos aspectos quetienen que ver con el hecho de que, aun existiendo oportunidades de empleo y de negocioen bastantes áreas de la provincia, las personas prefieran desarrollar su proyecto vital enzonas urbanas, en muchos casos externas a las de la provincia. Ante esta desarticulación delmundo rural turolense, depositario de un capital cultural, medioambiental y afectivo de pro-fundo valor, la economía por sí sola tiene poco que ofrecer (o tal vez mucho pero insufi-ciente). Son restricciones vinculadas con la vivienda, el acceso a los servicios básicos –edu-cación, sanidad, asistencia social, ocio y cultura–, la incorporación de la mujer al mundolaboral, la autoestima y la propia identidad local, las que mediatizan el desempeño de laciudadanía en las pequeñas poblaciones. Son medidas y estrategias que, además de lo eco-nómico, han de añadir la dimensión sociológica, legal, sanitaria, educativa, urbanística,medioambiental, antropológica de la vida rural.

Es decir, un enfoque territorial integral que tenga un trasfondo humanista y se argumentecon una racionalidad social pluridisciplinar. En este giro intelectual y político las propiaspreferencias de los turolenses han de hacerse explícitas y convertirse en punto de partidapara que complementen, y si fuera preciso corrigieran, las de los expertos 26. Porque no seríade extrañar que algunas de las metas fijadas por quienes planifican y estudiamos la provin-cia de Teruel sean sentidas en mucha menor intensidad por los propios interesados.

5. Breve conclusión

La situación de Teruel durante la última década sigue manteniendo unos indicadoresaceptables según los diagnósticos más convencionales pero ha visto reducir, y cada vezqueda menos, el margen para su regeneración social. Su estructura productiva ha ido adap-tándose de manera paulatina y eficaz a los cambios que determinan la competitividad, aun-que los déficit en infraestructuras económicas, sociales y de telecomunicaciones no permi-ten aliviar sus dificultades geográficas y son una rémora importante a su crecimiento y a sureequilibrio territorial.

Las estrategias planteadas por la OID y el Examen presentan mayores divergencias. Lasdos destacan para Teruel sus potenciales locales de desarrollo como las bazas más firmespara mejorar su competitividad. Sin embargo durante los años noventa se evidencia deforma más radical el cambio de paradigma productivo en las empresas según el cual, aun-que son relevantes los aspectos sectoriales, lo son todavía más los aspectos organizativos ycualitativos de la competitividad, vinculados al capital social, al capital humano y a la con-solidación de redes sociales y productivas. Durante esta década también la intervenciónpública ha evolucionado y ha disminuido su protagonismo, en parte como consecuencia de

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24 Entre otros Myrdal,Hirschmann, Boudeville.25 Aurioles y Pajuelo(1988), Illouz-Winicki(1998).26 ¿Cuántas encuestas sehan hecho para conocercuáles son los problemasde los ciudadanos residen-tes en pequeñas poblacio-nes? ¿Cuántos en nuestrosanálisis nos hemos pre-guntado si la emigraciónde los todavía residentesha de ser dificultada o so-bornada, si la conserva-ción de ciertas actividadestradicionales es deseadapor los propios interesa-dos, o si la vinculación delos inmigrantes no nacio-nales a un entorno ruralperiférico es librementeacogida?

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los cambios en los discursos teóricos y políticos vigentes, en parte porque los horizontesmás factibles acerca de las políticas de cohesión estatales y comunitarias 27 no inducen a con-siderar que los desatinos cometidos con esta provincia vayan a corregirse. Como se hacomentado los contextos institucionales en que se elaboran los trabajos también explicanel método específico con el que se afrontan los asuntos y moldean las interpretaciones.

A pesar de lo mucho aportado en sus análisis, diagnósticos y propuestas, la OID y el Exa-men omiten entre sus objetivos las dimensiones no económicas y la perspectiva de los resi-dentes, más subjetivas pero imprescindibles. Tal vez sea el ámbito en el que menos se hadiscutido y menos se ha investigado con relación a Teruel, y seguramente superar ese des-potismo intelectual y político sea uno de los prejuicios que antes hemos de afrontar quie-nes nos dedicamos a estudiar y planificar su futuro.

Bibliografía

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ECONOMÍA [104] ARAGONESA

ABRIL 2001

27 En el caso de la UniónEuropea, la Agenda 2000,la Adhesión inmediata delos Países de Europa Cen-tral; en el caso de España,la negociación de la finan-ciación autonómica parael próximo quinquenio.

[LUIS ANTONIO SÁEZ PÉREZ]

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Anexos

ECONOMÍA [105] ARAGONESA

ABRIL 2001

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ECONOMÍA [106] ARAGONESA

ABRIL 2001

[LUIS ANTONIO SÁEZ PÉREZ]

CuadRENTA BRUTA PER CÁPITA, SERIE PROVINCIAL DESDE 1955 A 1997, TOMA

Provincias 1955 1957 1959 1961 1963 1965 1967 1969 1971 1973 1975

Álava . . . . . . . . . . . 139,4 136,1 137,3 142,5 150,3 159,6 154,2 157,5 149,4 145,8 145,8

Albacete . . . . . . . . 61,6 65,1 64,0 65,0 68,2 65,2 64,6 65,0 67,2 66,3 67,2

Alicante . . . . . . . . . 101,4 98,0 98,9 100,4 100,9 100,3 99,7 98,4 96,7 96,7 95,6

Almería . . . . . . . . . 53,6 54,8 57,3 56,7 56,7 55,3 58,0 59,3 63,8 68,7 71,5

Asturias . . . . . . . . . 109,7 110,1 107,8 105,8 103,6 101,7 103,0 103,2 99,6 98,3 99,4

Ávila . . . . . . . . . . . 58,2 61,6 60,1 58,8 60,9 58,5 57,0 61,2 60,0 61,2 64,5

Badajoz . . . . . . . . . 57,1 62,2 61,7 58,7 55,4 55,1 54,6 54,4 56,1 58,4 56,9

Baleares . . . . . . . . . 125,0 124,4 130,0 130,0 130,6 131,4 136,0 139,1 141,6 138,5 134,0

Barcelona . . . . . . . 179,5 168,5 164,8 164,5 158,2 153,3 147,9 141,4 137,2 132,3 129,1

Burgos . . . . . . . . . . 90,4 91,6 89,6 87,6 92,3 93,8 93,8 95,3 93,8 93,7 96,8

Cáceres . . . . . . . . . 53,8 55,4 55,6 54,3 54,0 53,4 55,6 56,1 57,0 58,8 59,4

Cádiz . . . . . . . . . . . 74,1 71,5 72,3 72,1 71,4 71,2 73,7 77,3 79,0 76,4 75,7

Cantabria . . . . . . . 115,6 116,3 118,8 117,6 116,1 113,4 112,6 110,7 109,2 103,2 102,3

Castellón . . . . . . . . 107,4 111,3 114,4 108,9 105,1 99,6 99,7 97,9 99,4 100,4 101,9

Ciudad Real . . . . . . 66,8 65,4 63,8 65,9 67,9 68,3 66,5 69,8 68,1 73,9 75,5

Córdoba . . . . . . . . 72,4 69,6 70,8 66,8 65,8 67,6 66,5 66,6 68,5 67,0 65,8

Coruña, La . . . . . . 73,9 73,6 73,9 73,2 73,5 71,9 74,5 76,2 79,5 80,0 81,5

Cuenca . . . . . . . . . 63,8 70,8 69,7 66,0 66,0 63,9 65,3 63,0 64,5 73,1 76,3

Girona . . . . . . . . . . 130,8 127,4 131,2 138,9 140,9 136,4 132,1 133,4 131,0 127,7 129,3

Granada . . . . . . . . 53,7 52,8 53,0 54,4 55,2 54,7 56,4 57,7 58,8 59,3 58,2

Guadalajara . . . . . . 73,7 80,8 80,7 75,2 77,7 78,2 83,0 90,4 95,0 101,0 98,7

Guipúzcoa . . . . . . . 172,5 164,6 158,2 155,3 156,6 159,3 151,1 148,6 143,8 140,6 138,8

Huelva . . . . . . . . . . 78,2 75,7 72,6 68,7 69,2 68,2 68,4 73,5 82,4 88,6 94,0

Huesca . . . . . . . . . 96,1 102,4 106,5 108,6 110,3 105,1 103,9 106,1 110,1 105,0 115,2

Jaén . . . . . . . . . . . . 54,4 55,0 59,6 58,1 57,6 57,8 58,8 59,2 58,8 59,8 59,5

León . . . . . . . . . . . 83,2 84,8 81,7 80,6 81,6 81,2 81,1 77,4 77,6 75,3 75,2

Lleida . . . . . . . . . . 88,7 97,0 100,3 111,3 116,4 111,1 106,4 113,7 113,2 113,3 110,5

Lugo . . . . . . . . . . . 62,9 67,2 67,9 64,7 65,1 64,3 67,0 65,7 63,7 63,4 62,9

Madrid . . . . . . . . . 156,0 153,0 149,2 148,2 144,6 148,2 142,3 136,5 132,2 133,1 133,8

Málaga . . . . . . . . . . 64,9 66,0 67,5 70,0 72,0 75,7 78,0 78,5 81,5 81,3 78,9

Murcia . . . . . . . . . . 69,0 69,6 70,8 74,9 77,0 77,4 79,6 81,7 83,4 83,9 83,1

Navarra . . . . . . . . . 114,6 114,2 116,2 116,4 120,9 116,8 117,4 114,2 114,3 113,9 113,8

Orense . . . . . . . . . 56,6 56,4 56,3 56,6 56,6 56,1 54,3 57,3 57,6 60,3 59,2

Palencia . . . . . . . . . 90,3 86,4 86,0 84,6 86,9 87,6 84,5 86,8 85,1 83,5 87,0

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ECONOMÍA [107] ARAGONESA

ABRIL 2001

[DE LA OPERACIÓN INTEGRADA DE DESARROLLO AL EXAMEN TERRITORIAL DE LA OCDE-TERUEL…]

ro 11NDO COMO ÍNDICE IGUAL A 100 LA MEDIA ESPAÑOLA EN CADA PERÍODO

1977 1979 1981 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1994 1995 1996 1997

142,0 138,4 136,7 136,4 137,1 133,7 131,5 132,4 129,8 130,5 131,7 133,6 131,3

70,9 71,8 70,3 70,0 71,1 69,2 70,8 71,1 70,9 70,2 68,7 70,2 69,1

96,1 97,8 100,9 102,9 101,1 99,5 98,7 96,7 93,9 92,6 91,5 90,6 89,7

79,7 76,4 74,0 74,7 73,5 74,4 73,6 74,0 71,2 72,2 72,3 73,1 71,8

95,6 95,2 96,7 95,3 95,6 93,8 90,2 87,2 86,3 87,7 87,8 86,2 85,9

64,8 67,6 69,5 72,9 76,0 75,0 76,0 77,7 80,1 79,5 79,5 81,1 81,0

57,3 58,1 59,2 59,4 59,2 59,5 60,5 62,8 64,6 64,8 64,1 66,0 66,7

133,7 137,4 140,8 147,9 156,7 159,4 156,0 154,2 154,6 159,1 158,9 157,2 157,9

126,2 124,5 125,4 124,9 124,0 124,1 123,8 124,5 122,8 123,4 124,7 124,2 125,1

101,0 98,7 95,3 98,1 99,3 100,3 99,4 99,6 102,3 102,6 103,4 104,7 104,1

61,7 65,2 65,6 66,4 67,3 75,3 77,3 77,3 80,0 80,8 80,7 83,7 84,1

78,7 77,7 77,3 76,1 73,7 71,9 70,3 68,6 70,3 70,3 70,7 71,1 71,1

103,0 103,4 103,8 101,2 99,9 97,4 95,9 93,2 93,1 93,3 93,3 92,1 92,3

104,1 105,0 102,9 103,3 103,4 103,7 107,7 106,1 106,5 110,7 111,7 111,6 111,5

76,2 74,5 73,4 74,2 73,5 73,8 74,3 76,6 78,4 78,3 77,4 79,4 78,6

68,5 70,0 68,4 67,0 68,5 65,6 65,4 67,6 68,5 69,1 68,6 72,0 72,2

84,9 86,5 87,8 88,7 87,6 86,7 86,8 86,1 87,5 87,4 87,4 87,0 87,3

77,6 76,6 67,7 68,4 69,0 67,4 69,7 70,8 73,0 73,0 72,7 76,8 76,8

131,9 132,2 132,4 137,4 136,7 140,1 139,3 139,5 139,1 138,1 137,1 136,1 135,7

60,4 60,8 59,8 60,0 60,4 59,7 60,7 61,9 63,1 63,5 63,8 64,4 64,1

103,4 103,0 98,8 97,6 102,2 102,0 115,5 113,5 111,6 111,4 110,9 110,4 108,7

131,4 122,1 114,3 112,8 111,0 109,2 106,8 105,4 103,9 105,8 106,8 106,4 105,5

91,4 85,8 81,9 78,3 75,5 75,4 74,2 72,2 74,1 75,7 79,3 80,1 80,1

113,8 117,0 107,2 104,0 103,0 101,2 99,7 98,5 99,0 100,0 98,8 99,6 100,0

61,1 62,6 64,9 66,6 67,1 61,5 64,4 67,5 64,9 66,1 63,7 66,4 66,6

76,5 80,3 81,3 82,0 81,5 81,9 81,0 80,8 82,5 80,7 80,3 81,0 80,7

107,9 108,1 104,6 108,7 108,3 107,8 108,5 110,0 111,4 111,9 111,2 112,3 111,8

67,3 71,0 69,3 71,7 70,5 66,4 67,8 71,6 71,9 74,8 74,6 74,7 74,7

129,8 129,6 130,5 128,2 129,4 129,3 127,7 127,6 130,2 128,2 127,7 127,3 127,5

79,9 81,1 81,8 83,0 82,8 83,1 82,8 81,9 80,6 80,0 79,8 80,0 79,7

83,6 85,2 82,1 82,4 83,3 83,9 84,2 82,9 83,3 82,9 81,9 81,4 81,0

113,4 111,6 109,5 111,8 115,3 114,4 115,7 117,3 114,6 115,3 117,0 117,5 117,8

59,2 61,4 59,5 63,0 64,0 67,5 71,7 74,7 75,8 76,9 77,1 76,8 77,0

95,0 99,1 98,7 100,7 97,3 94,5 90,1 91,2 95,6 92,9 93,0 95,0 94,6

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ECONOMÍA [108] ARAGONESA

ABRIL 2001

[LUIS ANTONIO SÁEZ PÉREZ]

Cuadro 1RENTA BRUTA PER CÁPITA, SERIE PROVINCIAL DESDE 1955 A 1997, TOMA

Provincias 1955 1957 1959 1961 1963 1965 1967 1969 1971 1973 1975

Palmas, Las . . . . . . 77,1 79,3 79,3 78,1 77,3 78,4 84,0 87,8 92,3 90,9 84,6

Pontevedra . . . . . . 78,4 80,0 79,7 78,4 79,0 79,6 82,6 80,6 84,1 83,8 84,9

Rioja, La . . . . . . . . 108,7 111,6 112,9 113,7 115,8 114,6 112,7 110,0 108,3 106,5 104,4

Salamanca . . . . . . . 79,1 80,2 81,2 81,5 81,4 78,2 77,5 78,3 78,1 75,5 75,9

S. Cruz de Tenerife . 67,3 78,5 75,4 72,7 73,9 74,8 77,1 76,7 82,4 81,8 78,0

Segovia . . . . . . . . . 93,0 93,8 88,7 83,6 82,3 79,0 81,0 84,1 85,3 85,9 87,3

Sevilla . . . . . . . . . . 86,6 83,6 80,9 80,9 80,0 79,7 82,3 80,9 82,7 82,1 80,0

Soria . . . . . . . . . . . 78,1 81,0 75,5 74,2 75,9 77,0 76,8 81,5 80,2 80,5 81,1

Tarragona . . . . . . . 116,1 119,6 123,6 124,6 120,8 118,2 119,3 120,7 116,6 117,2 127,3

Teruel . . . . . . . . . . 74,0 77,5 74,5 72,3 75,6 74,1 76,6 83,2 77,7 79,1 82,7

Toledo . . . . . . . . . . 66,7 70,3 69,9 67,3 67,5 65,2 68,0 74,7 78,6 83,7 83,2

Valencia . . . . . . . . 118,1 120,9 123,7 119,1 113,7 109,2 106,1 104,2 103,7 103,6 102,1

Valladolid . . . . . . . 100,6 97,4 94,4 93,2 99,4 101,7 102,0 105,9 105,8 107,4 107,2

Vizcaya . . . . . . . . . 188,3 178,6 170,9 166,9 164,0 157,2 147,6 141,5 131,4 127,7 126,6

Zamora . . . . . . . . . 71,9 71,2 70,0 69,6 72,1 73,4 70,0 67,5 66,7 66,7 65,8

Zaragoza . . . . . . . . 107,4 109,5 109,9 111,9 114,1 111,7 108,5 106,4 101,8 102,2 100,6

Ceuta . . . . . . . . . . 53,6 53,2 51,7 53,9 54,3 57,0 62,8 64,3 65,7 67,8 70,4

Melilla . . . . . . . . . . 51,7 49,7 47,7 48,2 46,8 49,4 55,0 57,4 59,4 64,1 66,6

FUENTE: Fundación BBVA (1999).

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ECONOMÍA [109] ARAGONESA

ABRIL 2001

[DE LA OPERACIÓN INTEGRADA DE DESARROLLO AL EXAMEN TERRITORIAL DE LA OCDE-TERUEL…]

(continuación)NDO COMO ÍNDICE IGUAL A 100 LA MEDIA ESPAÑOLA EN CADA PERÍODO

1977 1979 1981 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1994 1995 1996 1997

86,5 94,8 97,8 97,3 97,2 97,8 100,8 95,6 97,4 98,7 98,4 97,9 97,1

86,6 88,1 87,2 85,6 85,9 86,5 88,2 88,5 88,1 88,6 87,1 86,2 85,8

106,1 110,4 110,2 112,2 111,0 109,4 110,5 112,6 113,7 113,2 111,7 111,7 111,3

77,8 78,6 77,2 77,1 77,5 79,0 81,3 84,7 89,5 88,9 89,0 89,9 90,3

80,6 89,4 91,7 92,5 92,5 96,3 95,1 94,0 94,9 97,5 97,5 97,6 97,5

87,8 86,6 83,9 85,4 85,5 85,3 84,4 87,3 90,3 89,3 88,7 89,9 88,9

80,4 79,1 76,7 74,5 72,9 72,0 72,6 74,7 73,7 72,5 72,6 73,4 72,1

81,1 78,6 77,0 81,8 83,0 82,5 83,1 82,6 92,0 88,7 87,7 89,5 96,2

124,9 123,5 126,4 130,2 125,7 125,8 125,9 123,5 119,2 120,3 119,3 117,6 116,8

88,0 88,0 88,3 91,4 90,1 94,0 99,3 99,7 97,7 99,3 98,2 99,3 100,8

83,7 83,3 81,8 81,8 80,2 80,2 83,2 83,5 82,9 82,2 82,0 82,8 81,7

103,6 103,4 103,7 103,9 103,4 106,0 107,4 107,4 105,1 103,9 103,9 103,1 103,3

107,2 104,0 104,5 100,4 100,4 101,9 100,4 99,7 100,1 98,8 99,6 100,2 99,9

116,8 106,2 106,8 106,4 109,4 109,4 109,1 109,1 108,3 109,8 112,3 111,4 114,2

67,6 68,5 64,7 67,4 69,2 69,8 71,1 70,2 74,5 73,5 72,4 74,2 73,9

102,6 103,5 107,3 109,8 109,7 110,7 111,5 111,8 110,5 110,4 110,7 110,4 110,8

72,6 75,2 76,8 80,2 78,7 76,9 75,1 80,3 84,7 82,9 81,9 81,0 80,2

71,4 74,6 78,1 81,8 80,8 76,8 75,4 74,2 77,3 75,5 74,1 72,8 71,7

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ECONOMÍA [110] ARAGONESA

ABRIL 2001

[LUIS ANTONIO SÁEZ PÉREZ]

Cuadro 2VARIACIONES PORCENTUALES EN LA RENTA PER CÁPITA PARA CADA PROVINCIA

RESPECTO DEL PROMEDIO NACIONAL PARA EL CONJUNTO DEL PERÍODO 1955-1997Y LOS SUBPERÍODOS SIGUIENTES

1997- 1955- 1975- 1987-Provincias 1955 Provincias 1975 Provincias 1987 Provincias 1997

Guadalajara . . . . . . . 35,1 Guadalajara . . . . . . . 25,0 Baleares . . . . . . . . . 25,4 Soria . . . . . . . . . . . . 13,7

Baleares . . . . . . . . . 32,8 Lleida . . . . . . . . . . . 21,8 S. Cruz de Tenerife . 18,4 Salamanca . . . . . . . . 11,3

Cáceres . . . . . . . . . 30,3 Huesca . . . . . . . . . . 19,1 Cáceres . . . . . . . . . 16,0 Orense . . . . . . . . . . 9,5

S. Cruz de Tenerife . 30,2 Almería . . . . . . . . . . 17,9 Las Palmas . . . . . . . 13,2 Cuenca . . . . . . . . . . 9,4

Teruel . . . . . . . . . . 26,7 Ceuta . . . . . . . . . . . 16,7 Teruel . . . . . . . . . . 11,3 Cáceres . . . . . . . . . 8,7

Ceuta . . . . . . . . . . . 26,6 Toledo . . . . . . . . . . 16,5 Girona . . . . . . . . . . 10,8 Lugo . . . . . . . . . . . . 8,3

Lleida . . . . . . . . . . . 23,1 Huelva . . . . . . . . . . 15,8 Ávila . . . . . . . . . . . . 10,4 Castellón . . . . . . . . 7,8

Ávila . . . . . . . . . . . . 22,7 Melilla . . . . . . . . . . 14,9 Melilla . . . . . . . . . . 10,2 Badajoz . . . . . . . . . . 7,2

Orense . . . . . . . . . . 20,3 Murcia . . . . . . . . . . 14,1 Zaragoza . . . . . . . . . 10,1 Teruel . . . . . . . . . . 6,8

Las Palmas . . . . . . . 20,1 Málaga . . . . . . . . . . 14,0 Orense . . . . . . . . . . 8,3 Guadalajara . . . . . . . 6,7

Melilla . . . . . . . . . . 20,0 Cuenca . . . . . . . . . . 12,6 Palencia . . . . . . . . . 7,5 Córdoba . . . . . . . . . 6,6

Almería . . . . . . . . . . 18,3 Tarragona . . . . . . . . 11,1 León . . . . . . . . . . . . 6,7 Ávila . . . . . . . . . . . . 6,0

Soria . . . . . . . . . . . . 18,1 S.C. Tenerife . . . . . . 10,7 Ceuta . . . . . . . . . . . 6,6 Jaén . . . . . . . . . . . . 5,1

Toledo . . . . . . . . . . 15,0 Baleares . . . . . . . . . 8,9 La Coruña . . . . . . . . 5,3 Vizcaya . . . . . . . . . . 4,8

Málaga . . . . . . . . . . 14,8 Ciudad Real . . . . . . 8,7 La Rioja . . . . . . . . . 5,0 Ciudad Real . . . . . . 4,8

Burgos . . . . . . . . . . 13,7 Teruel . . . . . . . . . . 8,7 Málaga . . . . . . . . . . 4,2 Huelva . . . . . . . . . . 4,8

La Coruña . . . . . . . . 13,3 Las Palmas . . . . . . . 7,6 Zamora . . . . . . . . . . 4,0 Granada . . . . . . . . . 4,4

Cuenca . . . . . . . . . . 13,0 La Coruña . . . . . . . . 7,5 Alicante . . . . . . . . . 3,9 Zamora . . . . . . . . . . 4,1

Jaén . . . . . . . . . . . . 12,2 Valladolid . . . . . . . . 6,6 Valencia . . . . . . . . . 3,9 Lleida . . . . . . . . . . . 4,1

Murcia . . . . . . . . . . 12,0 Pontevedra . . . . . . . 6,5 Lugo . . . . . . . . . . . . 3,5 Burgos . . . . . . . . . . 3,8

Lugo . . . . . . . . . . . . 11,8 Burgos . . . . . . . . . . 6,4 Burgos . . . . . . . . . . 3,5 Segovia . . . . . . . . . . 3,6

Ciudad Real . . . . . . 11,8 Ávila . . . . . . . . . . . . 6,3 Guadalajara . . . . . . . 3,3 Navarra . . . . . . . . . . 3,4

Salamanca . . . . . . . . 11,2 Álava . . . . . . . . . . . 6,3 Salamanca . . . . . . . . 3,1 Ceuta . . . . . . . . . . . 3,3

Granada . . . . . . . . . 10,4 Albacete . . . . . . . . . 5,7 Almería . . . . . . . . . . 2,9 La Rioja . . . . . . . . . 1,9

Badajoz . . . . . . . . . . 9,6 Cáceres . . . . . . . . . 5,6 Badajoz . . . . . . . . . . 2,6 Toledo . . . . . . . . . . 1,4

Albacete . . . . . . . . . 7,5 Jaén . . . . . . . . . . . . 5,1 Jaén . . . . . . . . . . . . 2,1 S. Cruz de Tenerife . 1,2

Pontevedra . . . . . . . 7,4 Granada . . . . . . . . . 4,5 Albacete . . . . . . . . . 1,9 Barcelona . . . . . . . . 1,0

Girona . . . . . . . . . . 4,9 Soria . . . . . . . . . . . . 3,0 Castellón . . . . . . . . 1,8 La Coruña . . . . . . . . 0,5

Palencia . . . . . . . . . 4,2 Orense . . . . . . . . . . 2,6 Pontevedra . . . . . . . 1,6 Zaragoza . . . . . . . . . 0,1

Castellón . . . . . . . . 4,1 Cádiz . . . . . . . . . . . 1,6 Granada . . . . . . . . . 1,5 Sevilla . . . . . . . . . . . 0,1

Huesca . . . . . . . . . . 3,9 Lugo . . . . . . . . . . . . 0,0 Soria . . . . . . . . . . . . 1,5 Palencia . . . . . . . . . 0,1

Zaragoza . . . . . . . . . 3,5 Badajoz . . . . . . . . . . –0,2 Murcia . . . . . . . . . . 0,8 Albacete . . . . . . . . . –0,1

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ECONOMÍA [111] ARAGONESA

ABRIL 2001

[DE LA OPERACIÓN INTEGRADA DE DESARROLLO AL EXAMEN TERRITORIAL DE LA OCDE-TERUEL…]

Cuadro 2 (continuación)VARIACIONES PORCENTUALES EN LA RENTA PER CÁPITA PARA CADA PROVINCIA

RESPECTO DEL PROMEDIO NACIONAL PARA EL CONJUNTO DEL PERÍODO 1955-1997Y LOS SUBPERÍODOS SIGUIENTES

1997- 1955- 1975- 1987-Provincias 1955 Provincias 1975 Provincias 1987 Provincias 1997

Navarra . . . . . . . . . . 3,2 Navarra . . . . . . . . . . –0,8 Navarra . . . . . . . . . . 0,6 Las Palmas . . . . . . . –0,7

La Rioja . . . . . . . . . 2,6 Girona . . . . . . . . . . –1,5 Córdoba . . . . . . . . . –0,2 Pontevedra . . . . . . . –0,7

Zamora . . . . . . . . . . 2,0 Salamanca . . . . . . . . –3,2 Tarragona . . . . . . . . –1,4 Cádiz . . . . . . . . . . . –0,8

Huelva . . . . . . . . . . 1,9 Palencia . . . . . . . . . –3,4 Ciudad Real . . . . . . –1,7 León . . . . . . . . . . . . –1,2

Tarragona . . . . . . . . 0,6 La Rioja . . . . . . . . . –4,3 Segovia . . . . . . . . . . –2,1 Huesca . . . . . . . . . . –1,2

Córdoba . . . . . . . . . –0,2 Castellón . . . . . . . . –5,5 Lleida . . . . . . . . . . . –2,7 Baleares . . . . . . . . . –1,5

Valladolid . . . . . . . . –0,7 Segovia . . . . . . . . . . –5,6 Toledo . . . . . . . . . . –2,9 Madrid . . . . . . . . . . –1,9

León . . . . . . . . . . . . –2,5 Alicante . . . . . . . . . –5,8 Cádiz . . . . . . . . . . . –3,8 Valladolid . . . . . . . . –2,0

Cádiz . . . . . . . . . . . –3,0 Zamora . . . . . . . . . . –6,1 Madrid . . . . . . . . . . –4,4 Álava . . . . . . . . . . . –2,4

Segovia . . . . . . . . . . –4,1 Sevilla . . . . . . . . . . . –6,6 Cantabria . . . . . . . .- –4,9 Almería . . . . . . . . . . –2,5

Álava . . . . . . . . . . . –8,1 Córdoba . . . . . . . . . –6,6 Barcelona . . . . . . . . –5,0 Valencia . . . . . . . . . –2,7

Alicante . . . . . . . . . –11,7 Zaragoza . . . . . . . . . –6,8 Valladolid . . . . . . . . –5,3 Murcia . . . . . . . . . . –2,9

Sevilla . . . . . . . . . . . –14,5 León . . . . . . . . . . . . –8,0 Asturias . . . . . . . . . –5,7 Málaga . . . . . . . . . . –3,4

Valencia . . . . . . . . . –14,8 Asturias . . . . . . . . . –10,3 Sevilla . . . . . . . . . . . –8,0 Guipúzcoa . . . . . . . –3,7

Cantabria . . . . . . . . –23,3 Cantabria . . . . . . . . –13,3 Cuenca . . . . . . . . . . –9,0 Girona . . . . . . . . . . –4,4

Asturias . . . . . . . . . –23,8 Valencia . . . . . . . . . –16,1 Álava . . . . . . . . . . . –12,0 Melilla . . . . . . . . . . –5,0

Madrid . . . . . . . . . . –28,5 Madrid . . . . . . . . . . –22,3 Huesca . . . . . . . . . . –14,0 Cantabria . . . . . . . . –5,2

Barcelona . . . . . . . . –54,4 Guipúzcoa . . . . . . . –33,7 Vizcaya . . . . . . . . . . –17,1 Asturias . . . . . . . . . –7,8

Guipúzcoa . . . . . . . –67,0 Barcelona . . . . . . . . –50,3 Huelva . . . . . . . . . . –18,6 Tarragona . . . . . . . . –9,1

Vizcaya . . . . . . . . . . –74,1 Vizcaya . . . . . . . . . . –61,8 Guipúzcoa . . . . . . . –29,6 Alicante . . . . . . . . . –9,8

Etapa de desarrollo, con importantes cambios en la estructura productiva y movimientos migratorios, 1955-1975.Etapa de crisis económica, con reconversiones sectoriales y sin apenas movimientos migratorios, 1975-1987.Etapa de recuperación e integración europea, con importantes políticas de cohesión territorial nacionales y comunitarias, 1987-1997 (período entre

la OID y el Examen).FUENTE: Fundación BBVA (1999).

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ECONOMÍA [112] ARAGONESA

ABRIL 2001

[LUIS ANTONIO SÁEZ PÉREZ]

CuadEVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN RESIDENTE EN

Provincias 1955 1957 1959 1961 1963 1965 1967 1969 1971 1973 1975

Álava . . . . . . . . . . . . . . 127.201 131.440 135.555 140.448 148.361 160.304 174.231 188.675 202.924 216.646 230.670

Albacete . . . . . . . . . . . . 385.720 380.563 375.563 371.210 365.641 359.456 353.689 346.738 339.407 335.231 331.421

Alicante . . . . . . . . . . . . 669.029 684.812 701.139 725.230 763.223 804.108 847.918 890.827 932.670 979.537 1.029.727

Almería . . . . . . . . . . . . 359.471 360.201 361.021 364.205 370.320 373.319 375.978 378.219 379.468 380.979 385.597

Asturias . . . . . . . . . . . . 933.779 954.293 975.492 994.706 1.007.034 1.020.660 1.035.365 1.046.416 1.055.158 1.071.116 1.088.345

Ávila . . . . . . . . . . . . . . . 245.633 243.137 240.731 238.211 235.521 231.082 225.524 217.948 209.215 200.703 193.740

Badajoz . . . . . . . . . . . . 825.367 829.221 833.290 829.939 808.565 779.958 753.014 724.329 695.084 671.294 652.041

Baleares . . . . . . . . . . . . 432.185 436.512 440.993 449.364 462.185 480.934 500.878 519.731 538.190 561.384 586.128

Barcelona . . . . . . . . . . . 2.506.420 2.637.495 2.776.100 2.917.715 3.075.614 3.282.428 3.511.205 3.742.112 3.953.320 4.123.511 4.305.065

Burgos . . . . . . . . . . . . . 390.249 387.062 383.986 380.695 379.036 375.963 371.740 366.213 359.548 354.109 349.075

Cáceres . . . . . . . . . . . . 547.814 546.961 546.242 543.790 532.127 515.033 498.927 481.542 463.215 447.140 432.028

Cádiz . . . . . . . . . . . . . . 752.577 776.580 800.699 815.639 827.304 842.177 858.066 871.033 882.687 901.868 922.329

Cantabria . . . . . . . . . . . 417.591 423.122 428.830 434.278 440.360 448.638 457.470 464.756 470.422 477.345 484.825

Castellón . . . . . . . . . . . 331.891 334.778 338.350 344.732 352.538 361.939 371.911 380.754 388.155 396.014 404.411

Ciudad Real . . . . . . . . . 575.468 578.949 582.591 579.837 568.274 553.907 540.374 525.235 509.084 495.979 483.671

Córdoba . . . . . . . . . . . . 790.524 793.954 797.597 795.211 783.507 770.606 758.575 743.982 728.713 720.641 713.326

Coruña, La . . . . . . . . . . 973.292 980.652 988.308 996.592 1.013.609 1.033.997 1.036.216 1.034.621 1.031.814 1.039.560 1.048.351

Cuenca . . . . . . . . . . . . . 326.938 322.935 319.061 315.040 308.663 291.549 277.256 262.692 248.461 236.944 226.168

Girona . . . . . . . . . . . . . 338.455 343.339 348.378 355.249 365.320 377.981 391.424 403.850 414.515 424.548 435.231

Granada . . . . . . . . . . . . 778.028 775.434 773.033 770.122 768.028 761.375 756.631 749.151 740.536 738.350 736.862

Guadalajara . . . . . . . . . 194.449 190.547 186.769 182.740 177.779 170.616 163.269 155.666 148.641 144.484 140.576

Guipúzcoa . . . . . . . . . . 418.461 439.625 461.974 483.427 507.257 537.486 570.011 602.283 630.161 648.855 668.737

Huelva . . . . . . . . . . . . . 382.640 389.117 395.801 401.468 403.566 404.239 405.267 404.804 402.675 401.037 399.773

Huesca . . . . . . . . . . . . . 235.380 234.877 234.434 233.051 230.505 228.544 226.802 224.242 220.617 216.688 213.027

Jaén . . . . . . . . . . . . . . . 753.531 747.783 742.259 736.570 725.218 710.820 697.306 681.539 665.370 656.162 647.694

León . . . . . . . . . . . . . . . 563.218 571.303 579.649 584.917 582.936 578.513 574.624 568.663 559.008 545.879 533.562

Lleida . . . . . . . . . . . . . . 328.900 330.896 332.986 334.990 337.093 340.340 343.913 346.244 346.651 345.869 345.410

Lugo . . . . . . . . . . . . . . . 496.241 490.448 484.836 478.911 472.955 459.919 447.631 434.067 421.096 414.602 408.592

Madrid . . . . . . . . . . . . . 2.210.435 2.348.555 2.495.903 2.661.504 2.837.865 3.012.915 3.276.838 3.550.768 3.807.192 4.009.312 4.226.215

Málaga . . . . . . . . . . . . . 762.464 767.604 772.966 783.273 797.744 813.711 830.718 844.959 858.149 879.373 901.968

Murcia . . . . . . . . . . . . . 777.301 786.201 795.402 803.119 808.880 816.445 824.795 830.348 838.083 852.486 869.220

Navarra . . . . . . . . . . . . 392.022 395.917 400.254 408.289 420.318 432.958 446.366 458.493 467.786 473.999 480.751

Orense . . . . . . . . . . . . . 461.150 457.931 454.848 455.082 461.000 463.159 458.833 449.373 439.805 435.422 431.488

Palencia . . . . . . . . . . . . 233.059 232.830 232.656 230.734 227.516 220.664 214.210 207.180 199.666 192.971 186.671

Page 113: Ibercaja © Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza ...

ECONOMÍA [113] ARAGONESA

ABRIL 2001

[DE LA OPERACIÓN INTEGRADA DE DESARROLLO AL EXAMEN TERRITORIAL DE LA OCDE-TERUEL…]

ro 31N CADA PROVINCIA, DESDE 1955 HASTA 1997

1977 1979 1981 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1994 1995 1996 1997

243.589 251.510 258.438 264.697 268.458 271.716 273.396 275.428 278.195 279.539 280.851 282.131 283.387

329.862 332.009 335.971 342.046 344.483 345.301 344.990 346.709 351.930 354.499 357.038 359.550 362.050

1.081.880 1.119.571 1.156.500 1.190.558 1.219.207 1.247.973 1.279.207 1.309.354 1.338.730 1.353.396 1.368.044 1.382.673 1.397.246

393.542 404.637 415.092 424.452 434.129 443.458 452.315 462.351 478.515 486.711 494.983 503.329 511.750

1.106.243 1.119.494 1.127.643 1.131.916 1.128.011 1.121.655 1.111.850 1.103.098 1.097.338 1.094.257 1.091.040 1.087.688 1.084.178

190.490 187.749 185.888 183.221 181.949 180.429 178.146 175.569 173.054 171.778 170.487 169.180 167.859

643.640 643.914 646.409 652.359 657.233 660.344 658.164 656.487 656.973 657.085 657.114 657.059 656.903

611.901 635.815 655.384 664.865 669.248 680.034 698.587 718.557 735.953 744.664 753.379 762.090 770.812

4.488.504 4.575.343 4.619.717 4.653.068 4.662.807 4.671.709 4.686.450 4.693.353 4.668.708 4.655.522 4.641.762 4.627.438 4.612.499

346.585 350.594 357.570 361.657 362.272 361.628 358.760 355.676 353.527 352.391 351.210 349.987 348.719

424.283 422.884 422.967 423.771 424.016 423.169 418.858 415.182 414.654 414.309 413.911 413.457 412.950

946.598 969.146 992.827 1.021.051 1.044.280 1.061.531 1.075.772 1.089.580 1.096.810 1.100.226 1.103.507 1.106.655 1.109.711

493.775 503.921 514.612 522.383 526.672 529.385 531.113 531.940 530.344 529.443 528.475 527.440 526.318

413.843 423.811 432.294 438.424 441.702 444.471 447.932 451.287 453.766 454.918 456.016 457.055 458.038

475.839 475.903 477.920 479.833 481.561 481.708 479.956 479.796 479.576 479.374 479.105 478.777 478.377

710.060 714.789 724.591 736.865 746.971 753.219 757.298 761.490 761.842 761.873 761.797 761.626 761.370

1.061.602 1.078.726 1.093.634 1.102.902 1.105.722 1.106.252 1.105.917 1.107.409 1.109.176 1.109.841 1.110.361 1.110.736 1.110.916

218.674 217.144 216.659 216.154 215.230 212.835 209.345 206.762 204.761 203.729 202.675 201.600 200.507

446.734 457.898 468.424 477.702 484.744 494.412 505.659 515.422 521.926 525.110 528.241 531.322 534.328

741.056 751.575 761.174 773.181 782.135 788.832 793.813 798.549 802.879 804.898 806.810 808.626 810.373

138.742 140.204 142.489 145.708 147.032 147.313 146.903 147.598 151.598 153.608 155.622 157.644 159.670

689.720 703.655 699.066 699.347 698.265 695.192 687.664 682.377 680.167 678.932 677.608 676.200 674.693

402.245 412.890 421.987 427.074 432.624 438.075 443.159 448.072 451.052 452.455 453.805 455.102 456.360

210.779 210.152 213.530 214.750 213.432 212.167 210.833 209.566 208.572 208.038 207.477 206.887 206.282

640.922 637.259 640.612 646.301 649.278 648.359 645.199 643.908 646.156 647.154 648.074 648.905 649.661

527.015 527.794 530.758 532.144 534.805 535.626 533.327 529.918 524.885 522.279 519.625 516.912 514.160

347.040 350.092 353.298 356.110 357.096 356.878 356.776 356.736 356.801 356.768 356.681 356.553 356.363

404.704 405.046 405.607 405.097 402.603 397.692 392.135 386.791 380.075 376.689 373.280 369.859 366.413

4.446.565 4.588.437 4.700.295 4.785.849 4.843.259 4.899.955 4.954.889 4.995.593 5.009.194 5.015.017 5.020.197 5.024.719 5.028.555

925.155 955.833 1.003.238 1.051.970 1.082.230 1.113.049 1.145.433 1.176.542 1.206.736 1.221.879 1.237.055 1.252.252 1.267.452

890.213 915.648 951.145 985.420 1.006.458 1.024.298 1.041.405 1.058.017 1.074.629 1.082.820 1.090.929 1.098.958 1.106.923

488.699 497.946 508.706 516.210 519.866 521.252 522.511 523.899 522.786 522.129 521.407 520.616 519.767

429.365 428.829 425.576 415.383 401.616 385.684 369.057 356.147 352.478 350.589 348.663 346.704 344.718

182.339 180.111 182.659 186.072 188.723 190.065 188.841 186.774 184.276 183.005 181.718 180.414 179.094

Page 114: Ibercaja © Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza ...

ECONOMÍA [114] ARAGONESA

ABRIL 2001

[LUIS ANTONIO SÁEZ PÉREZ]

Cuadro 3EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN RESIDENTE E

Provincias 1955 1957 1959 1961 1963 1965 1967 1969 1971 1973 1975

Palmas, Las . . . . . . . . . . 409.373 425.302 441.954 460.775 479.549 498.041 517.694 536.057 559.774 590.350 626.637

Pontevedra . . . . . . . . . . 676.519 678.348 685.083 701.943 725.313 744.640 760.277 773.386 786.053 807.998 831.354

Rioja, La . . . . . . . . . . . . 230.174 230.219 230.322 230.709 231.649 232.853 234.268 235.469 236.379 237.376 239.152

Salamanca . . . . . . . . . . 409.779 408.591 407.507 406.709 405.970 399.625 393.717 386.470 377.070 366.181 355.947

Santa Cruz de Tenerife . 457.274 472.372 487.817 507.244 526.861 535396 553.041 575.631 596.969 620.220 647.861

Segovia . . . . . . . . . . . . . 199.095 197.958 196.876 195.097 190.725 182.956 175.660 168.032 160.713 155.721 151.025

Sevilla . . . . . . . . . . . . . . 1.160.008 1.187.381 1.215.698 1.242.877 1.264.552 1.285.678 1.308.288 1.326.401 1.338.521 1.350.188 1.363.236

Soria . . . . . . . . . . . . . . . 154.901 152.108 149.401 146.493 142.575 135.637 129.148 122.516 115.989 110.624 105.604

Tarragona . . . . . . . . . . . 359.994 361.223 362.548 366.863 379.127 393.533 408.841 423.181 436.902 453.680 471.549

Teruel . . . . . . . . . . . . . 226.745 222.627 218.640 214.394 209.733 199.854 190.607 181.119 171.767 164.117 156.952

Toledo . . . . . . . . . . . . . 525.650 524.562 523.598 523.097 517.443 507.442 498.066 487.064 475.958 470.372 465.281

Valencia . . . . . . . . . . . . 1.386.263 1.402.903 1.420.089 1.449.831 1.512.063 1.579.626 1.651.633 1.720.574 1.782.436 1.840.697 1.902.655

Valladolid . . . . . . . . . . . 355.135 358.267 361.517 369.075 377.672 387.481 397.892 407.073 415.920 429.017 442.942

Vizcaya . . . . . . . . . . . . . 647.110 684.714 724.679 765.685 813.622 870.536 932.238 994.644 1.050.505 1.090.840 1.133.780

Zamora . . . . . . . . . . . . . 309.636 306.732 303.933 300.659 295.136 285.401 276.228 266.364 255.583 244.905 234.901

Zaragoza . . . . . . . . . . . . 638.268 645.392 652.758 658.422 667.291 691.450 717.108 740.981 759.727 771.360 783.909

Ceuta . . . . . . . . . . . . . . 65.572 66.469 66.612 65.156 64.144 63.765 63.342 62.906 62.369 61.423 60.440

Melilla . . . . . . . . . . . . . 74.509 74.135 73.816 71.866 69.286 66.951 64.653 62.413 59.962 56.873 53.884

Total . . . . . . . . . . . . . . . 29.195.627 ######## ######## ######## ######## ######## ######## ######## ######## ######## ########

FUENTE: Fundación BBVA (1999).

Page 115: Ibercaja © Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza ...

ECONOMÍA [115] ARAGONESA

ABRIL 2001

[DE LA OPERACIÓN INTEGRADA DE DESARROLLO AL EXAMEN TERRITORIAL DE LA OCDE-TERUEL…]

(continuación)N CADA PROVINCIA, DESDE 1955 HASTA 1997

1977 1979 1981 1983 1985 1987 1989 1991 1993 1994 1995 1996 1997

661.895 688.927 709.132 724.933 736.037 748.873 766.743 778.816 801.636 813.141 824.697 836.310 847.964

854.199 871.090 884.664 895.430 901.099 902.850 903.271 905.857 910.139 912.109 913.961 915.698 917.314

241.887 246.659 253.268 259.114 261.895 263.619 264.888 265.832 265.600 265.429 265.226 264.990 264.718

350.742 354.335 361.926 367.334 367.907 366.906 363.955 360.611 357.634 356.084 354.494 352.865 351.201

676.886 674.233 668.756 678.009 691.417 705.368 723.637 735.102 750.714 758.497 766.262 774.003 781.697

148.190 148.689 149.698 150.346 150.308 150.168 149.403 148.509 148.281 148.137 147.972 147.788 147.591

1.384.029 1.427.849 1.479.371 1.524.170 1.556.866 1.585.836 1.612.193 1.639.286 1.667.153 1.680.929 1.694.600 1.708.156 1.721.561

101.793 101.160 100.704 100.372 99.434 98.347 96.809 95.254 94.298 93.806 93.305 92.793 92.273

490.382 503.847 514.443 523.194 529.843 535.684 542.031 548.807 559.653 565.047 570.417 575.762 581.087

152.576 152.734 153.442 152.756 151.203 149.142 146.872 144.571 141.977 140.673 139.360 138.039 136.710

464.038 469.400 476.561 482.301 486.739 489.977 491.515 495.493 504.084 508.340 512.565 516.754 520.913

1.968.927 2.024.248 2.064.514 2.095.520 2.111.008 2.119.000 2.128.290 2.139.957 2.154.606 2.161.547 2.168.222 2.174.634 2.180.852

458.008 472.124 483.015 490.208 495.030 498.008 498.659 498.261 495.165 493.527 491.829 490.074 488.249

1.179.215 1.216.677 1.203.473 1.196.087 1.193.662 1.187.969 1.174.726 1.164.206 1.154.733 1.149.798 1.144.732 1.139.543 1.134.270

227.617 226.082 226.003 226.927 224.825 222.311 218.841 215.125 212.035 210.465 208.879 207.276 205.658

800.339 816.649 829.108 838.259 841.875 843.577 844.368 844.969 844.345 843.870 843.281 842.586 841.800

60.288 61.894 64.742 65.751 66.203 67.076 67.754 68.281 68.527 68.638 68.743 68.833 68.920

51.842 51.903 52.698 54.638 55.373 56.186 56.739 57.284 58.251 58.731 59.203 59.675 60.142

######## ######## ######## ######## ######## ######## ######## ######## ######## ######## ######## 39.695.923 39.771.322

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ECONOMÍA [116] ARAGONESA

ABRIL 2001

[LUIS ANTONIO SÁEZ PÉREZ]

Cuadro 4ORDENACIÓN DE LAS PROVINCIAS SEGÚN SU TASA DE VARIACIÓN PORCENTUAL

EN POBLACIÓN RESIDENTE PARA EL CONJUNTO DE PERÍODO 1955-1997 Y PARA LOS SUBPERÍODOS SIGUIENTES

Variación Variación Variación Variaciónabsoluta Tasa absoluta Tasa absoluta Tasa absoluta Tasa

Provincias 1955-1997 Provincias 1955-1975 Provincias 1987-1975 Provincias 1997-1987

Madrid . . . . . . . . . 2.818.120 127,5 Madrid . . . . . . . . . 2.015.780 91,2 Málaga . . . . . . . . . 211.081 23,40 Almería . . . . . . . . 68.292 15,40Álava . . . . . . . . . . 156.186 122,8 Álava . . . . . . . . . . 103.469 81,3 Alicante . . . . . . . . 218.246 21,19 Málaga . . . . . . . . . 154.403 13,87Alicante . . . . . . . . 728.217 108,8 Vizcaya . . . . . . . . 486.670 75,2 Las Palmas . . . . . . 122.236 19,51 Baleares . . . . . . . . 90.778 13,35Las Palmas . . . . . . 438.591 107,1 Barcelona . . . . . . . 1.798.645 71,8 Murcia . . . . . . . . . 155.078 17,84 Las Palmas . . . . . . 99.091 13,23Barcelona . . . . . . . 2.106.079 84,03 Guipúzcoa . . . . . . 250.276 59,8 Álava . . . . . . . . . . 41.046 17,79 Alicante . . . . . . . . 149.273 11,96Baleares . . . . . . . . 338.627 78,35 Alicante . . . . . . . . 360.698 53,9 Sevilla . . . . . . . . . 222.600 16,33 S. Cruz de Tenerife 76.329 10,82Vizcaya . . . . . . . . 487.160 75,28 Las Palmas . . . . . . 217.264 53,1 Baleares . . . . . . . . 93.906 16,02 Sevilla . . . . . . . . . 135.725 8,56S. Cruz de Tenerife 331.684 73,71 S. Cruz de Tenerife 197.848 44,0 Madrid . . . . . . . . . 673.740 15,94 Tarragona . . . . . . . 45.403 8,48Málaga . . . . . . . . . 504.988 66,23 Valencia . . . . . . . . 516.392 37,3 Cádiz . . . . . . . . . . 139.202 15,09 Guadalajara . . . . . 123.57 8,39Tarragona . . . . . . . 221.093 61,42 Baleares . . . . . . . . 153.943 35,6 Almería . . . . . . . . 57.861 15,01 Girona . . . . . . . . . 39.916 8,07Guipúzcoa . . . . . . 256.232 61,23 Tarragona . . . . . . . 111.555 31,0 Tarragona . . . . . . . 64.135 13,60 Murcia . . . . . . . . . 82.625 8,07Girona . . . . . . . . . 195.873 57,87 Girona . . . . . . . . . 96.776 28,6 Girona . . . . . . . . . 59.181 13,60 Melilla . . . . . . . . . 3.956 7,04Valencia . . . . . . . . 794.589 57,32 Valladolid . . . . . . . 87.807 24,7 Valladolid . . . . . . . 55.066 12,43 Toledo . . . . . . . . . 30.936 6,31Sevilla . . . . . . . . . 561.553 48,41 Pontevedra . . . . . . 154.835 22,9 Valencia . . . . . . . . 216.345 11,37 Albacete . . . . . . . 16.749 4,85Cádiz . . . . . . . . . . 357.134 47,45 Zaragoza . . . . . . . 145.641 22,8 Ceuta . . . . . . . . . . 6.636 10,98 Cádiz . . . . . . . . . . 48.180 4,54Murcia . . . . . . . . . 329.622 42,41 Navarra . . . . . . . . 88.729 22,6 La Rioja . . . . . . . . 24.467 10,23 Álava . . . . . . . . . . 11.671 4,30Almería . . . . . . . . 152.279 42,36 Cádiz . . . . . . . . . . 169.752 22,6 Castellón . . . . . . . 40.060 9,91 Huelva . . . . . . . . . 18.285 4,17Castellón . . . . . . . 126.147 38,01 Castellón . . . . . . . 72.520 21,9 Huelva . . . . . . . . . 38.302 9,58 Castellón . . . . . . . 13.567 3,05Valladolid . . . . . . . 133.114 37,48 España . . . . . . . . 6.324.177 21,7 España . . . . . . . . 3.316.759 9,34 Valencia . . . . . . . . 61.852 2,92España . . . . . . . . 10.575.695 36,22 Málaga . . . . . . . . . 139.504 18,3 Cantabria . . . . . . . 44.560 9,19 Ceuta . . . . . . . . . . 1.844 2,75Pontevedra . . . . . . 240.795 35,59 Sevilla . . . . . . . . . 203.228 17,5 S. Cruz de Tenerife 57.507 8,88 Granada . . . . . . . . 21.541 2,73Navarra . . . . . . . . 127.745 32,59 Asturias . . . . . . . . 154.566 16,6 Pontevedra . . . . . . 71.496 8,60 Madrid . . . . . . . . . 128.600 2,62Zaragoza . . . . . . . 203.532 31,89 Cantabria . . . . . . . 67.234 16,1 Barcelona . . . . . . . 366.644 8,52 España . . . . . . . . 934.759 2,41Cantabria . . . . . . . 108.727 26,04 Murcia . . . . . . . . . 91.919 11,8 Navarra . . . . . . . . 40.501 8,42 Pontevedra . . . . . . 14.464 1,60Huelva . . . . . . . . . 73.720 19,27 La Coruña . . . . . . 75.059 7,71 Zaragoza . . . . . . . 59.668 7,61 Córdoba . . . . . . . . 8.151 1,08Asturias . . . . . . . . 150.399 16,11 Almería . . . . . . . . 26.126 7,27 Granada . . . . . . . . 51.970 7,05 La Coruña . . . . . . 4.664 0,42La Rioja . . . . . . . . 34.544 15,01 Lleida . . . . . . . . . . 16.510 5,02 Córdoba . . . . . . . . 39.893 5,59 La Rioja . . . . . . . . 1.099 0,42La Coruña . . . . . . 137.624 14,14 Huelva . . . . . . . . . 17.133 4,48 La Coruña . . . . . . 57.901 5,52 Jaén . . . . . . . . . . . 1.302 0,20Lleida . . . . . . . . . . 27.463 8,35 La Rioja . . . . . . . . 8.978 3,9 Toledo . . . . . . . . . 24.696 5,31 Lleida . . . . . . . . . . –515 –0,14Ceuta . . . . . . . . . . 3.348 5,106 León . . . . . . . . . . –29.656 –5,27 Guadalajara . . . . . 6.737 4,79 Zaragoza . . . . . . . –1.777 –0,21Granada . . . . . . . . 32.345 4,157 Granada . . . . . . . . –41.166 –5,29 Vizcaya . . . . . . . . 54.189 4,78 Navarra . . . . . . . . –1.485 –0,28Toledo . . . . . . . . . –4.737 –0,9 Orense . . . . . . . . . –29.662 –6,43 Melilla . . . . . . . . . 2.302 4,27 Badajoz . . . . . . . . –3.441 –0,52

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ECONOMÍA [117] ARAGONESA

ABRIL 2001

[DE LA OPERACIÓN INTEGRADA DE DESARROLLO AL EXAMEN TERRITORIAL DE LA OCDE-TERUEL…]

Cuadro 4 (continuación)ORDENACIÓN DE LAS PROVINCIAS SEGÚN SU TASA DE VARIACIÓN PORCENTUAL

EN POBLACIÓN RESIDENTE PARA EL CONJUNTO DE PERÍODO 1955-1997 Y PARA LOS SUBPERÍODOS SIGUIENTES

Variación Variación Variación Variaciónabsoluta Tasa absoluta Tasa absoluta Tasa absoluta Tasa

Provincias 1955-1997 Provincias 1955-1975 Provincias 1987-1975 Provincias 1997-19877

Córdoba . . . . . . . . –29.154 –3,69 Ceuta . . . . . . . . . . –5.132 –7,83 Albacete . . . . . . . 13.880 4,19 Cantabria . . . . . . . –3.067 –0,58

Albacete . . . . . . . –23.670 –6,14 Huesca . . . . . . . . . –22.353 –9,5 Guipúzcoa . . . . . . 26.455 3,96 Ciudad Real . . . . . –3.331 –0,69

León . . . . . . . . . . –49.058 –8,71 Córdoba . . . . . . . . –77.198 –9,77 Burgos . . . . . . . . . 12.553 3,60 Barcelona . . . . . . . –59.210 –1,27

Burgos . . . . . . . . . –-41.530 –10,6 Burgos . . . . . . . . . –41.174 –10,6 Lleida . . . . . . . . . . 11.468 3,32 Segovia . . . . . . . . –2.577 –1,72

Huesca . . . . . . . . . –29.098 –12,4 Toledo . . . . . . . . . –60.369 –11,5 Salamanca . . . . . . 10.959 3,08 Valladolid . . . . . . . –9.759 –1,96

Jaén . . . . . . . . . . . –103870 –13,8 Salamanca . . . . . . –53.832 –13,1 Asturias . . . . . . . . 33.310 3,06 Cáceres . . . . . . . . –10.219 –2,41

Salamanca . . . . . . –58.578 –14,3 Jaén . . . . . . . . . . . –105.837 –14,0 Palencia . . . . . . . . 3.394 1,82 Huesca . . . . . . . . . –5.885 –2,77

Ciudad Real . . . . . –97.091 –16,9 Albacete . . . . . . . –54.299 –14,1 Badajoz . . . . . . . . 8.303 1,27 Guipúzcoa . . . . . . –20.499 –2,95

Guadalajara . . . . . –34.779 –17,9 Ciudad Real . . . . . –91.797 –16,0 León . . . . . . . . . . 2.064 0,39 Asturias . . . . . . . . –37.477 –3,34

Melilla . . . . . . . . . –14.367 –19,3 Lugo . . . . . . . . . . –87.649 –17,7 Jaén . . . . . . . . . . . 665 0,10 Burgos . . . . . . . . . –12.909 –3,57

Badajoz . . . . . . . . –168.464 –20,4 Palencia . . . . . . . . –46.388 –19,9 Huesca . . . . . . . . . –860 –0,40 León . . . . . . . . . . –21.466 –4,01

Palencia . . . . . . . . –53.965 –23,2 Badajoz . . . . . . . . –173.326 –21,0 Ciudad Real . . . . . –1.963 –0,41 Salamanca . . . . . . –15.705 –4,28

Cáceres . . . . . . . . –134.864 –24,6 Ávila . . . . . . . . . . –51.893 –21,1 Segovia . . . . . . . . –857 –0,57 Vizcaya . . . . . . . . –53.699 –4,52

Orense . . . . . . . . . –116.432 –25,2 Cáceres . . . . . . . . –115.786 –21,1 Cáceres . . . . . . . . –8.859 –2,05 Palencia . . . . . . . . –10.971 –5,77

Segovia . . . . . . . . –51.504 –25,9 Zamora . . . . . . . . –74.735 –24,1 Lugo . . . . . . . . . . –10.900 –2,67 Cuenca . . . . . . . . –12.328 –5,79

Lugo . . . . . . . . . . –129.828 –26,2 Segovia . . . . . . . . –48.070 –24,1 Teruel . . . . . . . . . –7.810 –4,98 Soria . . . . . . . . . . –6.074 –6,18

Ávila . . . . . . . . . . –77.774 –31,7 Melilla . . . . . . . . . –20.625 –27,7 Zamora . . . . . . . . –12.590 –5,36 Ávila . . . . . . . . . . –12.570 –6,97

Zamora . . . . . . . . –103.978 –33,6 Guadalajara . . . . . –53.873 –27,7 Cuenca . . . . . . . . –13.333 –5,90 Zamora . . . . . . . . –16.653 –7,49

Cuenca . . . . . . . . –126.431 –38,7 Teruel . . . . . . . . . –69.793 –30,8 Ávila . . . . . . . . . . –13.311 –6,87 Lugo . . . . . . . . . . –31.279 –7,87

Teruel . . . . . . . . . –90.035 –39,7 Cuenca . . . . . . . . –100.770 –30,8 Soria . . . . . . . . . . –7.257 –6,87 Teruel . . . . . . . . . –12.432 –8,34Soria . . . . . . . . . . –62.628 –40,4 Soria . . . . . . . . . . –49.297 –31,8 Orense . . . . . . . . . –45.804 –10,62 Orense . . . . . . . . . –40.966 –10,62

Etapa de desarrollo, con importantes movimientos migratorios desde las provincias predominantemente agrarias hacia las especializadas en el sector industrial, 1955-1975.Etapa de crisis económica, se detienen los flujos de la etapa anterior e incluso surgen algunos retornos de emigrantes nacionales e internacionales, 1975-1987.Etapa de recuperación e integración europea, baja tasa de natalidad y escasas migraciones excepto hacia las provincias con sector servicios dinámico, 1987-1997 (período entre

la OID y el Examen).FUENTE: Fundación BBVA (1999).

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ECONOMÍA [118] ARAGONESA

ABRIL 2001

[LUIS ANTONIO SÁEZ PÉREZ]

Cuadro 5ESTRUCTURA PRODUCTIVA DE LA PROVINCIA DE TERUEL EN 1987 Y EN 1995

(último año disponible)

1987 1995

VAB cf VAB cfSectores Empleos % (mill. ptas.) % Empleos % (mill. ptas.) %

1 Agricultura y silvicultura . . . . . . . . . 14.835 29,8 14.777 10,8 10.128 20,61 29.376 11,582 Pesca marítima . . . . . . . . . . . . . . . .3 Productos energéticos y agua . . . . . 4.625 9,3 41.670 30,4 3.342 6,8 51.393 20,264 Minerales y metales . . . . . . . . . . . . 146 0,3 390 0,3 10 0,02 65 0,035 Minerales y prod. no metálicos . . . . 1.062 2,1 2.450 1,8 1.218 2,48 8.134 3,216 Productos químicos . . . . . . . . . . . . 102 0,2 318 0,2 205 0,42 1091 0,437 Productos metálicos y maquinaria . . 766 1,5 1.684 1,2 1.058 2,15 5.126 2,028 Material de transporte . . . . . . . . . . . 448 0,91 1.984 0,789 P. alimenticios, bebidas y tabaco . . . 1.712 3,4 4.153 3,0 1.791 3,64 10.068 3,97

10 Textiles, cuero y calzado . . . . . . . . . 1.768 3,5 2.879 2,1 1.484 3,02 3.967 1,5611 Papel, arts. de papel e impresión . . 89 0,2 327 0,2 115 0,23 571 0,2312 Madera, corcho y muebles . . . . . . . 1.211 2,4 2.274 1,7 1.137 2,31 2970 1,1713 Caucho, plástico y otras man. . . . . . 241 0,5 642 0,5 136 0,28 472 0,1914 Construcción e Ingeniería . . . . . . . . 4.525 9,1 10.542 7,7 4.863 9,9 21.103 8,3215 Recuperación y reparaciones . . . . . 678 1,4 2.427 1,8 819 1,67 4.118 1,6216 Servicios comerciales . . . . . . . . . . . 3.933 7,9 8.598 6,3 4.112 8,37 18.556 7,3217 Hostelería y restaurantes . . . . . . . . . 1.813 3,6 3.925 2,9 2.464 5,01 11.878 4,6818 Transporte y comunicaciones . . . . . 2.150 4,3 6.744 4,9 2.141 4,36 10.787 4,2519 Crédito y seguros . . . . . . . . . . . . . . 1.012 2,0 7.556 5,5 759 1,54 9.864 3,8920 Alquiler inmuebles . . . . . . . . . . . . . 10 0,02 5.661 4,1 5 0,01 11.469 4,5221 Enseñanza y Sanidad (privada) . . . . 643 1,3 1.784 1,3 965 1,96 4.171 1,6422 Otros servicios para la venta . . . . . . 1.195 2,4 3.422 2,5 1.600 3,26 8.235 3,2523 Servicio doméstico . . . . . . . . . . . . . 701 1,4 454 0,3 1.298 2,64 1.452 0,5724 Servicios públicos . . . . . . . . . . . . . . 6.633 13,3 14.181 10,4 9.046 18,41 36.809 14,51

Suma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49.850 100,0 136.858 100,0 49.144 100,0 253.659 100,00

FUENTE: Fundación BBVA (2000).

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ABRIL 2001

[DE LA OPERACIÓN INTEGRADA DE DESARROLLO AL EXAMEN TERRITORIAL DE LA OCDE-TERUEL…]

Cuadro 6EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN RESIDENTE ENTRE 1988 Y 1994

EN LAS COMARCAS DE LA PROVINCIA Y TASAS DE VARIACIÓN PORCENTUAL

Variación 1988 1994 absoluta Variación (%)

Total Aragón . . . . . . . . . . . . . . . 1.193.778 1.204.185 10.407 0,87

Total Teruel (provincia) . . . . . . 149.579 143.198 –6.381 –4,27

Bajo Martín . . . . . . . . . . . . . . . . 8.985 8.303 –682 –7,59Calamocha . . . . . . . . . . . . . . . . 16.829 15.150 –1.679 –9,98Cuencas Mineras . . . . . . . . . . . 13.462 11.580 –1.882 –13,98Andorra . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12.152 11.627 –525 –4,32Bajo Aragón . . . . . . . . . . . . . . . 30.311 29.842 –469 –1,55Teruel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43.444 44.024 580 1,34Maestrazgo . . . . . . . . . . . . . . . . 2.904 2.662 –242 –8,33Albarracín . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.163 4.763 –400 –7,75Gúdar-Javalambre . . . . . . . . . . . 8.623 7.972 –651 –7,55Matarraña . . . . . . . . . . . . . . . . . 7.706 7.275 –431 –5,59

FUENTE: Instituto Aragonés de Estadística.

Cuadro 7TASAS MIGRATORIAS, DE CRECIMIENTO VEGETATIVO, BRUTAS DE NATALIDAD

Y DE MORTALIDAD PARA LAS COMARCAS DE TERUEL

T. T. T. bruta T. bruta migratoria crecim. veg. natalidad mortalidad

Total Aragón . . . . . . . . . . . . . . . 0,69 –1,46 8,32 9,78

Bajo Martín . . . . . . . . . . . . . . . . –1,69 –6,99 6,92 13,92Calamocha . . . . . . . . . . . . . . . . –6,65 –6,59 6,10 12,70Cuencas Mineras . . . . . . . . . . . –17,87 –0,94 8,32 9,25Andorra . . . . . . . . . . . . . . . . . . –9,98 2,39 10,13 7,74Bajo Aragón . . . . . . . . . . . . . . . –0,57 –2,58 8,66 11,25Teruel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0,23 –0,67 9,71 10,38Maestrazgo . . . . . . . . . . . . . . . . –6,26 –4,26 7,49 11,76Albarracín . . . . . . . . . . . . . . . . . –1,44 –7,11 6,88 13,99Gúdar-Javalambre . . . . . . . . . . . –0,41 –6,58 7,28 13,86Matarraña . . . . . . . . . . . . . . . . . –0,84 –7,11 6,79 13,90

FUENTE: Instituto Aragonés de Estadística.

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ECONOMÍA [120] ARAGONESA

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[LUIS ANTONIO SÁEZ PÉREZ]

Cuadro 8POBLACIÓN PROYECTADA Y EFECTIVA

1986 1991 1996 2001 2006

Población prevista . . . . . . . . . . . . . . . . . 149.400 147.900 146.700 145.300 143.700

Población efectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . 149.400 143.680 138.211 136.849(1999)

FUENTES: OID (proyecciones); Censo del INE para 1991 y Padrones municipales para los restantes años.

Luis Antonio Sáez Pérez es profesor titular de Economía Aplicada en la Facultad de Ciencias Eco-nómicas y Empresariales de la Universidad de Zaragoza. Sus líneas de investigación discurren sobretemas de economía institucional y de economía territorial. Desde 1992 es secretario de la sección deEconomía del Instituto de Estudios Turolenses.

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Punto de mirade la economía aragonesaPor José M. RoyoRedactor de Economía de TVE en Aragón

A la vejez, viruelas. Lleva uno tantos años abominando de esas frases que los políticos enejercicio emplean con suma profusión –frases parecidas a ésta: «debemos ser conscientes deque éste es un momento histórico para nuestra Comunidad»–, que lo único que pude hacerfue quedarme estupefacto cuando una buena mañana de lunes, recién dadas las siete, conla cara cubierta de espuma y esgrimiendo la maquinilla de afeitar en la diestra, me sorprendíhablando con el espejo y diciéndole al azogue con toda la naturalidad del mundo: «para míque estamos en un momento histórico».

Era lunes, era el 12 de marzo y en el cuarto de baño seguían brotando desde la radio lasvoces de una manifestación que ha dejado boquiabiertos a medio Madrid, y eso que losmadrileños están curtidos en las mil batallas reivindicativas que llegan al centro desde cual-quier esquina del país. He visto las imágenes en la televisión –hagamos piadosa abstracciónde los comentarios– y aún me faltaba escuchar los testimonios, entre asombrados y entu-siasmados, de los que estuvieron allí. Hasta Madrid llegó la riada, como antes había llegadohasta Barcelona y como, antes aún, inundó Zaragoza. Pero es que, además, cualquiera queacuda a desayunar a la cafetería de su barrio y preste atención a las conversaciones, o escu-che los programas radiofónicos en los que participa la audiencia, terminará pensando queincluso esa marea de gente en la calle no es más que la visualización –forzosamente redu-cida– de una masiva y formidable toma de posición por parte de esta Comunidad, una tomade posición tan fuerte y tan mayoritariamente compartida que parece difícil que se hayapodido alcanzar en el seno de una sociedad compleja y desarrollada como lo es la sociedadaragonesa de este principio de siglo. De manera que, aunque uno haya visto ya muchascosas y más tienda a sopesar argumentos favorables y desfavorables que a secundar en lacalle pareados de combate, resulta casi imposible sustraerse a la sensación de que toda esagente está gritando algo muy profundo, algo que se resume con toda brillantez en las dospalabras que centran las manifestaciones: Agua y Futuro. Acaso se luche más por esteúltimo que por la primera.

Porque no puede ser, aunque el coro de opinantes y el solista Jaume Matas así lo procla-men al unísono, que esta reacción de la sociedad aragonesa no sea más que la expresióncazurra de un egoísmo primario, azuzado desde los despachos del Pignatelli, o el productode una desinformación masiva. No puede ser que agricultores y urbanícolas, empresarios ysindicatos, rojos de toda la vida y conservadores de comunión diaria, viejos y jóvenes, ale-vines de ejecutivo con móvil de enésima generación y punkis con el cuerpo atravesado dearetes, se hayan vuelto de repente idiotas y coincidentes. No puede ser que la capacidad demanipulación de un Gobierno regional hostil al de Madrid dé para tanto, y menos en estabendita tierra donde el poder político no ha gozado nunca de especial predicamento entreel personal, que más bien propende a hacer de su capa un sayo. No puede ser que una socie-

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dad moderna como lo es la sociedad aragonesa se comporte de una forma tan abrumadora-mente mayoritaria por motivos tan simples como los que se le adjudican. Así que conven-drá reflexionar un poco más, dejando a un lado las demagogias arrojadizas y yendo inclusomás allá de las razones técnicas y jurídicas que unos y otros puedan esgrimir con toda legi-timidad en torno al Plan Hidrológico Nacional. Bueno será intentar comprender por qué undebate político ha calado tan hondamente en una sociedad que no se distingue precisa-mente por su afición a los debates políticos.

Lo primero que se me ocurre señalar aquí es que la polémica acerca del Plan Hidrológicoha venido a producirse en un momento crucial para el futuro del desarrollo aragonés, comosi el proyectado trasvase de aguas al Levante español hubiera sido la gota –una fabulosa gotade más de mil hectómetros cúbicos anuales– que viniera a colmar el vaso de las carenciasreclamadas una vez y otra durante décadas, una y otra vez prometidas y nunca convertidasen realidad. A finales de 2000 la Confederación Regional de Empresarios Aragoneses hizobalance del año que terminaba y puso el dedo en una llaga sangrante que la bonanza eco-nómica de los últimos tiempos tal vez haya venido anestesiando. El año resultó bastantesatisfactorio en sus cifras, venía a decir la CREA y esa afirmación resultaba poco discutiblecon una simple ojeada a los datos de crecimiento de los diversos sectores, a las cifras deempleo y, en general, a cualquiera de los indicadores que habitualmente sirven para reco-nocer un buen o un mal año. Lo que significa que los agentes económicos aragoneses hicie-ron sus deberes incluso con brillantez pero...

Pero, advertían los empresarios –y aquí se empiezan a encender las alarmas–, las posibi-lidades de crecimiento de Aragón empiezan a agotarse si sólo quedan pendientes de su pro-pia capacidad de seguir creciendo. Una advertencia extraordinariamente relevante que ibadirigida, sobre todo, a los poderes públicos: la única manera de avanzar en el desarrollo deesta Comunidad requiere acciones que sólo desde las administraciones del Estado puedenabordarse. Es decir, que a pesar de que los últimos ejercicios económicos puedan inducir ala satisfacción Aragón sigue siendo un territorio desequilibrado, pobre en infraestructuras,raquítico y envejecido en su población, factores que limitan drásticamente el futuro y quesólo pueden corregirse con inversiones públicas y decisiones políticas desde las institucio-nes aragonesas y/o españolas. Inversiones en comunicaciones que reduzcan la ventaja deotras comunidades, acciones sobre demografía e inmigración..., medidas, en definitiva, quepongan las bases imprescindibles para que la iniciativa empresarial y la capacidad de crearriqueza que tienen los aragoneses puedan ejercerse en un medio menos desfavorable aldesarrollo. De lo contrario el futuro lo pintan en tonos oscuros.

Pero además hay que insistir en que este diagnóstico de los empresarios, que pone elacento en la urgencia de estas acciones, es un diagnóstico que viene siendo enunciadodesde hace tiempo por muchos otros, hasta tal punto que casi podríamos hablar de una evi-dencia que comparte toda la sociedad. Por unas causas u otras los asuntos que ahora mismoestán de actualidad en torno a la economía aragonesa resultan francamente viejos y al menosentre nosotros escasamente polémicos, aunque dé la impresión de que más allá de las fron-teras de esta Comunidad cuesta trabajo comprender lo evidente. Ni lo que significa de ame-naza el trasvase del Ebro, ni las necesidades en infraestructuras, ni la trascendencia de una

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comunicación ferroviaria con Francia a través del Pirineo Central, ni la deprimente situaciónde Teruel, ni la importancia de frenar la despoblación de la mayor parte del territorio, ni...,ni el noventa por ciento –o más– de los asuntos que ocupan desde hace décadas las prime-ras páginas de los periódicos aragoneses y los noticiarios de las radios y las televisiones. Nin-guno de ellos es verdaderamente objeto de controversia entre los aragoneses porque aquíno está en cuestión uno u otro modelo de sociedad o de relaciones económicas sino losrecursos básicos que afectan por igual a todos, sin distinción de credos ideológicos. ¿Acasono nos hemos parado a pensar en lo fácilmente que derechas e izquierdas intercambian pos-turas acerca de un mismo tema, en función de su situación en el poder o en la oposición,aquí o en Madrid? ¿Nos hemos preguntado si, además del oportunismo político que nuncafalta, existe alguna razón de fondo que permita esos saltos mortales sin grave deterioro parasus protagonistas? La única razón que se me ocurre es que en el fondo, más allá de las posi-ciones que se adoptan coyunturalmente, todos están mucho más de acuerdo de lo queparece.

Es en ese sentido en el que cabe entender la contundente respuesta que Aragón en su con-junto ha dado al Plan Hidrológico Nacional. Ésta es una sociedad bien integrada, donde losproblemas de convivencia –interna y con otras comunidades– no parecen relevantes y dondelas diferencias sociales, que existen, entran dentro de los márgenes razonables. Además es, ylo ha demostrado con claridad durante los últimos años, una sociedad dinámica que sabeadaptarse a las nuevas tecnologías y buscar mercados en el exterior, pero arrastra gravísimosdéficit estructurales cuya solución, sin sombra alguna de victimismo, cabe reclamar ya sinmás dilaciones si no queremos verlos irremediablemente agudizados en el futuro.

Aragón, por decirlo de otra manera, se enfrenta a una situación en muchos sentidos para-dójica y esas paradojas están condicionando muy gravemente su realidad y sus proyectoseconómicos: dispone de unos niveles de renta muy estimables –y de una población escasa–que le cierran el paso a fondos de los que disfrutan otras comunidades mucho más próspe-ras y mucho más pobladas; hace convivir la modernidad de ciudades como Zaragoza con elatraso secular y deplorable de muchos pueblos, incluso no tan lejanos de la gran urbe; man-tiene unos niveles de conflictividad bajos que probablemente permiten que la vista de lospoderes públicos se desvíe hacia territorios cuyo tratamiento exige mayores atenciones. Endefinitiva, que Aragón se encuentra humana y económicamente dispuesta para el despeguehacia el siglo XXI pero el lastre de muchos años de abandono hace temer, y temer muy seria-mente, que ese despegue pueda abortar.

Todas esas contradicciones y todas esas cuentas pendientes venían aflorando con muchaclaridad en los últimos años, desde el toque de atención que supuso la aparición de la pla-taforma «Teruel Existe» hasta las mil y una iniciativas para evitar la depauperación del aero-puerto de Zaragoza o para que las obras hidráulicas comprometidas sean algo más que pala-bras, desde las concentraciones por la reapertura del Canfranc hasta las quejas deempresarios –con nombres y apellidos– que llevan años desgañitándose para que la carre-tera de Castellón deje de ser un anacronismo en la quinta ciudad española... con magrosresultados, que todo hay que decirlo. Y en éstas se descolgó el Gobierno con su proyectode Plan Hidrológico Nacional.

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No seré yo quien venga a discutir ahora que el agua –y más concretamente el agua delEbro– ocupa un lugar central en el imaginario colectivo de esta tierra, ni que los debateshidráulicos remueven emociones muy profundas en el corazón de muchísimos aragoneses.Lo que quiero decir es que todo eso, por sí solo, no explica el sentimiento airado con el quela sociedad aragonesa ha recibido este proyecto, casi como si hubiera recibido un bofetón,y la respuesta –seguramente inesperada por su magnitud– que ha dado. A mi juicio lo quese encuentra en el fondo de esta radical oposición puede resumirse con un: «hasta aquí po-díamos llegar». En una palabra, que en la protesta aragonesa contra el proyectado trasvasepuede haber un trasfondo más o menos primario, pero lo que resulta indiscutible es quegoza de argumentos muy difíciles de rebatir, que es legítimo y sensato reclamar con todovigor un trato más equitativo para una región que ha visto cómo sus vecinas recibían todolo que a ella se le negaba y teme ahora que si un recurso tan básico como el agua tambiénse compromete en favor de terceros la hipoteca resulte demasiado elevada, imposible depagar a medio y largo plazo para esta tierra.

Añádase a todo ello una buena ración de torpeza, que sólo puede explicarse por el enci-clopédico desconocimiento de la realidad aragonesa que han demostrado más de uno y másde dos, o por una cerrazón mental que debiera haberles vetado el acceso a ciertas respon-sabilidades. Desde las masculinas gónadas del ministro Cañete y sus paseos militares a lossarcasmos de ciertos tertulianos que cobran sus insultos a precio de oro, desde el deslizpoco democrático de un ministro que se permite el lujo de rechazar al presidente aragonéscomo interlocutor cualificado en representación de Aragón, hasta el inefable presidentemurciano. Punto y aparte para las declaraciones de este caballero que llegó a decir, cargadode razones, que su Comunidad necesita el agua porque tiene población, riqueza, comuni-caciones, un territorio equilibradamente ordenado..., vamos, todo menos el agua. Olvidó elexcelentísimo presidente que todo eso que a él le sobra es precisamente lo que le falta aAragón y que no parece argumento de peso exhibir sus formidables recursos –incluida laafición incurable a conducir un Mercedes que al parecer padecen muchos de sus paisanos–para exigir que el ansiado recurso le llegue desde una Comunidad que carece de todos ellosy sólo de agua puede presumir. Por fortuna es muy probable que no todos sus paisanos com-partan esas insolentes afirmaciones de nuevo rico.

Pero no considero que sea oportuno detenerse mucho tiempo en estas actitudes que, siacaso, lo único que han hecho ha sido exacerbar el sentimiento de agravio. Vuelvo, pues, alo que considero el eje central del problema: ¿podríamos imaginar una reacción tan fulmi-nante como la que ha tenido la sociedad aragonesa si esta misma sociedad hubiera vistosatisfechas hace tiempo sus legítimas y razonables demandas? No creo pecar de arriesgadosi digo que, de haber sido así, a estas alturas estaríamos discutiendo muchos puntos discu-tibles del Plan, si es preciso o no llegar a detraer 1.050 hectómetros cúbicos, si el impactomedioambiental es mayor o menor, si caben soluciones técnicas mejores y más acordes conlas directivas europeas, etcétera, etcétera. Y en esa discusión surgirían las diferencias, quetambién existen, entre los distintos sectores sociales que componen la Comunidad arago-nesa o, dicho de otro modo, habría sido imposible hallar el caldo de cultivo necesario paraque manifestaciones como las que hemos vivido lleguen a producirse.

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Pero no ha sido así. Por el contrario desde el Gobierno de la nación han venido a ofre-cer como moneda de cambio las obras hidráulicas que nunca se realizaron y siempre seaseguró que se harían y, con medias palabras, se ha insinuado que los responsables polí-ticos aragoneses harían bien en negociar otras contrapartidas que, casualmente, figuranen el amplio catálogo de demandas históricamente insatisfechas de esta Comunidad.O, dicho de otro modo, que todo aquello que Aragón objetivamente necesita y que lossucesivos regímenes y gobiernos no han sabido, podido o querido convertir en realidad,se convierte ahora en objeto de negociación para que sus habitantes acepten con resig-nación el trasvase de esas aguas. Difícilmente pueden calificarse estos trueques con tér-minos que no sean oprobiosos tanto para quien los propone como para quien recibe lasproposiciones.

Dicho lo cual, en fin, urge empezar a pensar en lo que viene después y después es ahoramismo. Éstos son los datos del problema y compete a todos los que tienen algo que deciren este asunto intentar gestionarlos de la mejor manera posible. Es necesario resolver losdificilísimos problemas hídricos de Levante y es necesario hacerlo de manera que el gruesode la carga no descanse sobre los hombros de uno de los territorios más abandonados deEspaña. ¿Va a dar marcha atrás el Gobierno en la decisión de ir adelante con su Plan Hidro-lógico? A estas alturas parece casi imposible. ¿Va a aceptar Aragón en silencio que una mayo-ría parlamentaria santifique el trasvase y lo imponga con los argumentos que sugirió elministro de Agricultura? Tampoco parece probable. ¿Cabe alguna solución intermedia? Puesa mi entender y por difícil que parezca, eso es precisamente lo deseable aunque, una vezmás, lo bueno sea enemigo de lo mejor.

Ignoro, naturalmente, si más allá de las enconadas declaraciones públicas existen yacontactos en esta dirección. Ignoro si los dirigentes políticos de aquí y de allí están dis-puestos a analizar todas las posibilidades que aún existen para dar una salida positiva a lacuestión, pero pienso que unos y otros harían bien en escuchar lo que verdaderamentesubyace bajo la voz inequívoca de ese millón y pico de españoles que viven en Aragón.Todos saldríamos ganando si por una vez se impone la razón y la equidad a las posicionesde fuerza. Es la voz de los empresarios y la de los sindicatos, la de los agricultores y la delos ecologistas, la de los técnicos y la de los ciudadanos de a pie, la que hay que escuchar.Y aunque la receta no sea demasiado original e incluso la palabra esté un poco atravesadapor el uso que a veces se hace de ella, es menester volver a dialogar entre todos. Ponersobre la mesa todo, no sólo el agua y las obras hidráulicas sino todas las necesidades deAragón y arriesgarse a trazar un futuro para una Comunidad que hoy, por desgracia, no lotiene claro. ¿Que es difícil? Desde luego, pero nadie ha dicho que sean fáciles las decisio-nes verdaderamente importantes.

Si ocurre así y quieran los dioses que así sea, habrá que dar por buena esta crisisdel agua. Si no ocurre, mala cosa. A la vejez, viruelas: me parece que esta vez sí queestamos ante un momento histórico para Aragón, y ustedes perdonen si me puse tras-cendente.

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Opel: convenio y ajustes

Y ya que hablamos de momentos históricos apunten otro: desde 1984 no había cerradoOpel-España un ejercicio con pérdidas y lo hizo en 2000, con más de 12.000 millones depesetas en números rojos según las cifras hechas públicas por la empresa. Y el panoramageneral que presenta la multinacional aún es menos halagüeño: su presidente en Alemania,Robert Hendry, presentaba su dimisión a la pocas semanas de comenzar el nuevo siglo, y elmáximo jefe de General Motors, Richard Wagoner, anunciaba desde Detroit que los vientosestán cambiando para la industria del automóvil y que su empresa necesita abordar un drás-tico plan de reajuste para frenar la caída de beneficios: un plan que incluye una reducciónde costes que habrá de cifrarse en el diez por ciento para todo hijo de vecino. Pero en mediode este panorama más bien sombrío la situación de la factoría de Figueruelas no es de laspeores, incluso a pesar de estas malas cifras, que venían anunciándose desde hace algúntiempo. En realidad hay motivos para pensar que Opel-España, cuya solvencia y vitalidadempresarial es un modelo para sus compañeras europeas, sepa remontar la situación y dehecho ha puesto ya algunas bases para conseguirlo y anda ahora poniendo otras.

Entre las causas que explican esos doce mil millones de pérdidas se citan las importantesinversiones realizadas para la fabricación del Corsa de tercera generación, la feroz compe-tencia en la gama de automóviles a la que pertenece el modelo de Figueruelas y la consi-guiente reducción de los márgenes, o la caída de ventas en el sector, común en todo nues-tro entorno económico. Si esas son las razones de los malos resultados, y no hay por quédudarlo, cabe afrontar con cierto optimismo la situación y más si tenemos en cuenta la pru-dencia con la que se está abordando la crisis y la demostrada capacidad de la empresa pararenovarse. En ese sentido hay que saludar también el hecho de que los planes que sus direc-tivos estudian para ajustarse el cinturón y rebajar ese diez por ciento en los costes que seles exige no parecen pasar inicialmente por la reducción de empleo, una medida que siem-pre resulta particularmente dolorosa.

Además existe otro elemento que en este momento gravita sobre el futuro de Opel-España: la inmediata decisión sobre qué planta será la agraciada con la fabricación de unnuevo modelo –el proyecto Monocab– que empezará a producirse a partir de 2003. En elcaso de que la factoría zaragozana sea la elegida ello supondría una inversión cercana a los80.000 millones en los próximos años y la posibilidad de complementar la oferta de mode-los, que incluiría el nuevo Corsa, cuya acogida ha sido desde el principio francamente posi-tiva y este monovolumen, un tipo de automóvil que está conociendo cifras de ventas muyfavorables en los últimos años.

Subrayemos aquí la advertencia que, desde el momento en que se supo que Opel-Españapodría fabricar este nuevo modelo, lanzó su presidente, Juan José Sanz, cuando señalabaque en estas circunstancias la habitual competencia con las empresas rivales se convierteen una fortísima competencia interna entre las factorías europeas que aspiran a ser elegi-das y que, en el proceso de esa elección, resultará clave el papel que puedan y sepandesempeñar las instituciones públicas, tanto regionales como nacionales. Sanz se lamen-taba al afirmar que la compañía se siente discriminada porque es el único fabricante en

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España que no goza de subvención alguna y, claro está, las ayudas públicas pueden inclinardecisivamente la balanza. Puesta así la pelota en manos de los poderes políticos, las pri-meras noticias hablan de receptividad por parte de las administraciones. Sin muchos deta-lles parece ser que el Ministerio que dirige Anna Birulés estudia subvenciones que cubri-rían una décima parte de la inversión y que la Diputación General de Aragón podría aportartambién su grano de arena. En todo caso las decisiones deberán ser rápidas porque la elec-ción está al caer.

El otro elemento que Opel-España señala como fundamental para superar la crisis sellama flexibilidad. Una flexibilidad que permita ajustar la producción a la demanda del mer-cado y evite las regulaciones de empleo en los malos momentos al tiempo que permitaaumentar la producción cuando la demanda crece. Y como el que es inflexible es el calen-dario resulta que asoma ya la fecha en la que debe firmarse el nuevo convenio colectivo. Elmomento aconseja proveerse de una buena lupa para observar lo que vaya dando de sí estanegociación porque sobre ella se van a proyectar las sombras y las luces de la situación y,qué duda cabe, de sus resultados dependerá una buena parte de las decisiones que se adop-ten después.

De momento los sindicatos han avanzado que no entienden este convenio como un con-venio de crisis y que por lo tanto mantienen sus planteamientos iniciales en las materiasbásicas: retribuciones –dos puntos por encima de las previsiones de inflación– y vigencia–dos años–, frente a la oferta empresarial de crecimiento salarial idéntico al IPC y cuatroaños. Añádase a ello las medidas de flexibilización –turnos de producción en fines desemana a partir de 2002, bolsa de horas de hasta ocho jornadas y horas extra a pactar– quelos sindicatos no ven, en principio, con buenos ojos. No es inusual esta diferencia de posi-ciones al comienzo de la negociación y la experiencia que se deriva de anteriores convenios–y no sólo convenios– indica que la práctica sindical de Opel contiene elementos de res-ponsabilidad y capacidad de diálogo que le otorgan un amplio margen de confianza. En todocaso y aunque no hace falta decírselo ni a la Dirección ni a los sindicatos, subrayemos unavez más que el momento es delicado y exige de todos un esfuerzo para conseguir que alfinal de la negociación Opel pueda mirar el futuro con más tranquilidad. Y, como es biensabido, si OPEL mira el futuro con optimismo Aragón respira siempre un poco mejor.

Mirando a las arcas autonómicas

No es necesario escrutar las vísceras de un ave ni consultar con vidente alguno para adi-vinar que en los próximos meses vamos a tener sobre el tapete un asunto de particular tras-cendencia para unos cuantos años: se trata, nada más y nada menos, de encontrar un nuevomodelo de financiación autonómica que sustituya al deficientísimo modelo actual. Meconsta que entre las numerosas ocupaciones y preocupaciones que tiene en su agenda elconsejero Bandrés el tema se encuentra marcado con muchas cruces rojas.

Y no es para menos. A lo largo de esta legislatura debe estar prácticamente concluido eltraspaso de las competencias pendientes y sobre las arcas propias va a recaer el coste de

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instrumentos tan valiosos desde el punto de vista social y tan caros desde el punto de vistaeconómico como la Sanidad y, si de la correcta valoración financiera de estas transferen-cias depende buena parte de su posterior funcionamiento, no basta con poner todos loshuevos en la cesta de esa negociación. Es preciso avanzar también en un nuevo modeloque dé satisfacción a las evidentes carencias de financiación que, en términos generales,sufre esta Comunidad. Y mucho más si, como todo indica, se avecinan tiempos de disci-plina presupuestaria, de contención del déficit y limitada capacidad de endeudamiento,objetivos en general muy deseables aunque otra cosa sean los plazos para alcanzarlos y laflexibilidad o inflexibilidad con la que se persigan, que más cerca estamos de esta últimaque de la primera.

De cara a ese debate sobre financiación autonómica, como en el viejo chiste, hay dosnoticias: una buena y una mala. La buena es que existe unanimidad en el criterio de que elmodelo actual no sirve debidamente para nadie y en consecuencia se hace preciso modifi-carlo en profundidad. La mala es que algunos de los planteamientos de otras comunidadescon más peso específico en los organismos donde han de adoptarse las decisiones no coin-ciden demasiado con las necesidades concretas de Aragón.

No hay que detenerse mucho en criticar el modelo vigente, un fracaso que respondió ensu momento a circunstancias políticas muy concretas y a un cálculo que luego se demostróerrado por parte de los nacionalistas catalanes. Existe un cierto y razonable consenso acercade incrementar la participación de las comunidades en el IRPF y en la creación de lo quelos expertos denominan gráficamente una «cesta de impuestos» cedidos, pero la forma en laque hayan de concretarse estas propuestas –o, hablando en plata, la tajada real que cada unologre sacar– está lejos de alcanzar ese mismo grado de acuerdo y las discrepancias siguenreflejando el mal característico que ha aquejado a los sucesivos modelos financieros ensa-yados hasta hoy: los diferentes intereses entre comunidades con una población elevada ycomunidades, entre las que se encuentra Aragón casi de manera paradigmática, en las queun territorio de grandes dimensiones alberga a una población escasa y tendente a decrecer.

No hace falta insistir en los argumentos que habitualmente se plantean desde aquí, favo-rables a un modelo que no tenga en cuenta de forma tan decisiva la variable de población ala hora de hacer el reparto y de valorar las necesidades financieras de una Comunidad, nihasta qué punto es injusto para las menos pobladas hacer abstracción del tamaño de su terri-torio, que encarece brutalmente el coste de los servicios por persona, pero es de temer queestos razonamientos choquen una vez más con los intereses –lógicos también y en buenamedida legítimos– de quienes tienen que proporcionar esos mismos servicios a un númeromás elevado de ciudadanos, lo que también eleva la factura total. De modo que los des-acuerdos entre unas comunidades y otras parecen más que previsibles y conviene ir prepa-rándose para cuando se acerquen los momentos decisivos.

Para cuando esos momentos lleguen bueno sería que Aragón hubiera alcanzado ya elmayor acuerdo posible entre las diferentes fuerzas parlamentarias para que quienes han denegociar en nombre de su Gobierno cuenten con un amplio respaldo, más necesario quenunca para una Comunidad que no figura en los primeros puestos del ranking económico

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y político y que, para colmo, tiene abiertos graves contenciosos con el Gobierno central, loque añade dificultades muy serias de comunicación. Y, visto al menos desde el exterior delos partidos, no parece que existan diferencias insalvables entre unos y otros para llegar aun punto común en esta materia a tenor de lo que todos tienen declarado y figura en lashemerotecas, de manera que habrá que pedir una vez más que a ser posible se aparquenotras diferencias para buscar mejor el acuerdo. En esta ocasión, como en tantas otras, de laeficaz acción de los representantes políticos van a depender asuntos tan importantes comolos medios necesarios para el desarrollo de Aragón en los próximos años, para el creci-miento de su economía y, en definitiva, el bienestar futuro de sus ciudadanos. Merece lapena, creo yo, y aún así no será fácil.

Nota. El ejecutivo aragonés insiste en la posibilidad que otorga a Aragón el artículo 48 desu Estatuto de Autonomía para negociar bilateralmente ciertos aspectos financieros. No setrata de reclamar un modelo específico pero sí de tratar cara a cara las posibles compensa-ciones por haber sido excluidos del Fondo de Compensación Interterritorial y del Obje-tivo 1 de los Fondos Europeos. Pero dos no negocian si uno no quiere... y ojalá me equivo-que pero me temo que, efectivamente, uno no quiere.

De AVA y otros quebraderos de cabeza

Es bien sabido: la lentitud de la Justicia no significa que no vaya hacia adelante. Algunosaños después de los sucesos, cuando la atención de los que buscan mejores rendimientospara sus ahorros está más pendiente de los índices bursátiles que no cesan en su caída, laAudiencia Nacional hace saber que unos cuantos de los responsables de la agencia AVA–¿recuerdan aquellos días, con decenas de pequeños ahorradores lamentando en la calle lavolatilización de su dinero y reclamando justicia para los causantes del desaguisado?– van aser procesados como presuntos autores de varios delitos, entre los que figura la estafa, y ala cabeza de ellos aquel Enrique Coronado a quien le llegó tanta y tan lamentable fama derepente. Con todas las presunciones de inocencia que sean menester hay que saludar conalegría la noticia y esperar que los tribunales dejen por fin las cosas en su sitio y a ser posi-ble que los damnificados vean satisfechas en alguna medida sus pretensiones.

Pero, miren por dónde, esta noticia que nos refresca a todos la memoria viene a produ-cirse en un momento en el que muchos pequeños ahorradores andan tirándose de los pelos,endeudados hasta las cejas y maldiciendo la hora en que alguien les convenció de quepodían enriquecerse con la misma facilidad con la que uno se toma un café... y éstos no tie-nen siquiera un AVA ni un Coronado a los que pedir cuentas. Mala suerte, simplemente malasuerte.

¿Mala suerte o algo más? En el momento en que escribo este artículo las pérdidas en elúltimo año se calculan en cerca de 16 billones de pesetas. Hace un par de días un atribu-lado oyente dejaba su caso en el correo electrónico de una emisora de radio: «hace algunosmeses, mi cuñado me convenció para que invirtiera en bolsa porque a él le iba muy bien.Invertí cinco millones que tenía ahorrados, y dos meses después tenía otros cinco. Volví a

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invertir esos diez, y otros diez más que pedí a crédito, y ahora me encuentro con apenas dosmillones y medio y una deuda de diez». Más claro, agua. En el fondo, malas voluntadesaparte, hay muchos más puntos comunes de lo que parece entre las víctimas de AVA y lasmucho más numerosas víctimas de la situación en las bolsas mundiales. Muchos puntoscomunes y al menos un par de conclusiones que sacar de ambos casos.

En primer lugar, que no conviene ir al casino sin conocer a fondo las claves del juego opor lo menos ir bien acompañado por alguien que las conozca: en caso contrario los avata-res de la ruleta o los pillos que nunca faltan nos pueden desplumar. Así pues, convendríamás confiar nuestros ahorros a profesionales acreditados y avalados por entidades solventesantes que depositarlos en manos de cualquier cuñado, por bien que le haya ido en la par-tida, o en las de quienes prometen el oro y el moro sin otro respaldo que sus palabras. Eso,y que la codicia no acostumbra a ser buena consejera o por lo menos nunca mejor conse-jera que el sentido común y el asesor profesional.

En segundo lugar, que las bajas rentabilidades de los depósitos tradicionales han puestodesde hace algún tiempo al ahorrador en un dilema: o acepta un rendimiento muy bajo parasu dinero o lo arriesga, de manera que todo invita a asumir riesgos con mucha más natura-lidad que antaño. Y resulta difícil, sobre todo en momentos en los que la euforia de los mer-cados llega a aturdir al más ponderado, situar el margen de riesgo exacto que a cada quienle conviene o puede asumir sin daño grave para su patrimonio. Añádasele a esto lo que medice un buen amigo psiquiatra: que igual que no es lo mismo pagar en un gran almacén conbilletes contantes y sonantes o hacerlo con tarjeta de crédito, tampoco lo es solicitar uncrédito cuando hay que mirar a la cara al director de la sucursal bancaria que hacerlo a tra-vés del ordenador. Y muchos ciudadanos, a falta de ahorros bastantes, han acudido a los cré-ditos bancarios para seguir invirtiendo en un juego virtual que pudo llenarles los bolsillospero les ha dejado cargados con una deuda tan real, tan poco virtual, como lo fueron lasdeudas toda la vida.

Malos tiempos para los ganaderos

Después del círculo virtuoso en el que parecíamos movernos desde hace algunos añoslas predicciones de los meteorólogos de la Economía hablan ya de inestabilidad en la atmós-fera. No hay acuerdo sobre si las nubes que asoman anuncian la borrasca de la recesión y elcambio de ciclo o sólo son tormentas pasajeras que afectan a ciertas variables como la infla-ción o el ahorro sin remojar el crecimiento y, por lo tanto, sin riesgo de pulmonía, todo lomás un resfriado que puede curarse con remedios simples. Pero al sector de la ganadería,tan importante para muchos aragoneses, le han caído encima dos chaparrones que lo handejado postrado y que si las decisiones que han de tomarse –aquí y en Bruselas– continúansiendo tan tímidas y erráticas como lo han sido hasta la fecha puede tenerlo convalecientedurante una larga temporada.

Dos chaparrones llamados vacas locas y fiebre aftosa que han amargado el trimestre ala ganadería aragonesa, que representa nada menos que el 55 por 100 del producto final

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[JOSÉ M. ROYO]

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agrario en esta Comunidad, aunque ninguna de las dos epizootias hayan causado víctimasaún en Aragón. Sin embargo la contracción de la demanda de carne es un hecho que pri-mero afectó al vacuno y empieza ya a trasladarse al resto de la ganadería, que espera res-puestas más satisfactorias en forma de ayudas. El poco espacio que queda hace imposibleentrar más a fondo en el tema. Dejémoslo, pues, apuntado porque las cifras económicas deeste 2001, sobre todo en el sector ganadero y alimentario, vendrán marcadas por estos dosmales que vinieron de las Islas Británicas.

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