Hubeñak. Cap XVII

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Entretanto, y bajo el yugo mogol, se fueron constituyendo los primeros in- dicios del principado de Moscu (Moskva), surgido de una donaci6n que hicie- ra el prfncipe Alejandro (Aleksandr Nevski) a su hijo Daniel (Daniyl) Alejan- drinovich, hacia el 1263. A la muerte de Daniel Ie sucedi6 "un cierto Iuri Dolgoruki Uorge brazo largo), que contrajo matrimonio con la hermana del khan reinante y volvi6 a Moscu con un certificado tartaro que Ie nombraba Gran Prfncipe de todas las tierras del RUS" 19 .Este mismo luri coloc6 una empa- lizada (kreml) junto al arroyo Neglina en los bordes del rfo Moskva, estable- ciendo asf el kremlin 0 centro de sus posesiones. Pero el hombre que realmente organizo el principado de Moscu fue Ivan I kalita (monedero). Bajo su gobierno, "gradualmente la altura del Kremlin, per- diendo su bosque de pinos, se l1enaba de palacios, salones de recepcion e igle- sias. Ivan Kalita ya habfa tratado de convertirlo en una metropoli, construyendo la nueva Ouspensky Sobor ---<:onvertida en catedral de Rusia-. Lo cierto es que otros metropolitanos se trasladaron permanentemente a Moscu, la imagen religiosa de Vladimir fue Ilevada alii y can el1a se paso eI metropolitano. Ser- gio, un santo, comenzo a construirun monasterio en el bosque, a cuarenta mil1as al nordeste de la ciudad; Ivan Kalita Ie hizo un donativo con dinero y rapida- mente paso al servicio de MoscLl, se alzaron gruesos muros de ladril10 y piedra y las nuevas torres de defensa del monasterio de Troitsko-Sergeivsky. Asf, a mediados del siglo XIV, Moscu se habfa convertido, tambien, en una especie de centro religioso" 20 . Lamb, H. o/'. 'iL, p. 74. Idem, p. 77. CAPITULO XVII LA CONSOLIDACION DE LA CRISTIANDAD Las nuevas 6rdenes monasticas y la rejonna gregoriana: Cluny La situadon en el seno de la Iglesia habfa empeorado nuevamente y una vez mas se anquilosaron las instituciones renacidas en tiempos carolingios par el surgimiento de las ordenes monasticas. La rdorma ottoniana habfa reverdeci- do en parte a la Iglesia pero a costa de haberla entregado en manos del clero nobiliario germane 0 dejado en manos de las familias aristocraticas romanas que se disputaban el poder en la ciudad, y consecuentemente en la propia Igle- sia, que querfan dominar. Este perfodo ha merecido el apodo de la edad de hierro. EI mismo abadAndres de Vallombrosa describfa al clero en estos temlinos: "el ministerio eclesiastico estaba extraviado por tantos errores que apenas se hallaba un sacerdote en su iglesia; corriendo los eclesiasticos por aquellos alrededores con gaviJanes y perros, perdfan su tiempo en Ja caza; otros eran usureros; todos pasaban escandalosamente su vida en union con las prostitutas; todos estaban gangrenados de simonfa hasta tal extremo que ninguna categorfa, ningUn puesto, desde el mas fnfimo hasta el mas elevado podfa ser obtenido si no se compraba :\

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Entretanto, y bajo el yugo mogol, se fueron constituyendo los primeros in-dicios del principado de Moscu (Moskva), surgido de una donaci6n que hicie-ra el prfncipe Alejandro (Aleksandr Nevski) a su hijo Daniel (Daniyl) Alejan-drinovich, hacia el 1263. A la muerte de Daniel Ie sucedi6 "un cierto IuriDolgoruki Uorge brazo largo), que contrajo matrimonio con la hermana delkhan reinante y volvi6 a Moscu con un certificado tartaro que Ie nombrabaGran Prfncipe de todas las tierras del RUS"19.Este mismo luri coloc6 una empa-lizada (kreml) junto al arroyo Neglina en los bordes del rfo Moskva, estable-ciendo asf el kremlin 0 centro de sus posesiones.

Pero el hombre que realmente organizo el principado de Moscu fue Ivan Ikalita (monedero). Bajo su gobierno, "gradualmente la altura del Kremlin, per-diendo su bosque de pinos, se l1enaba de palacios, salones de recepcion e igle-sias. Ivan Kalita ya habfa tratado de convertirlo en una metropoli, construyendola nueva Ouspensky Sobor ---<:onvertida en catedral de Rusia-. Lo cierto esque otros metropolitanos se trasladaron permanentemente a Moscu, la imagenreligiosa de Vladimir fue Ilevada alii y can el1a se paso eI metropolitano. Ser-gio, un santo, comenzo a construirun monasterio en el bosque, a cuarenta mil1asal nordeste de la ciudad; Ivan Kalita Ie hizo un donativo con dinero y rapida-mente paso al servicio de MoscLl, se alzaron gruesos muros de ladril10 y piedray las nuevas torres de defensa del monasterio de Troitsko-Sergeivsky. Asf, amediados del siglo XIV, Moscu se habfa convertido, tambien, en una especiede centro religioso"20.

Lamb, H. o/'. 'iL, p. 74.

Idem, p. 77.

CAPITULO XVIILA CONSOLIDACION DE LA CRISTIANDAD

Las nuevas 6rdenes monasticasy la rejonna gregoriana: Cluny

La situadon en el seno de la Iglesia habfa empeorado nuevamente y una vezmas se anquilosaron las instituciones renacidas en tiempos carolingios par elsurgimiento de las ordenes monasticas. La rdorma ottoniana habfa reverdeci-do en parte a la Iglesia pero a costa de haberla entregado en manos del cleronobiliario germane 0 dejado en manos de las familias aristocraticas romanasque se disputaban el poder en la ciudad, y consecuentemente en la propia Igle-sia, que querfan dominar. Este perfodo ha merecido el apodo de la edad de hierro.

EI mismo abadAndres de Vallombrosa describfa al clero en estos temlinos: "elministerio eclesiastico estaba extraviado por tantos errores que apenas se hallabaun sacerdote en su iglesia; corriendo los eclesiasticos por aquellos alrededorescon gaviJanes y perros, perdfan su tiempo en Ja caza; otros eran usureros; todospasaban escandalosamente su vida en union con las prostitutas; todos estabangangrenados de simonfa hasta tal extremo que ninguna categorfa, ningUn puesto,desde el mas fnfimo hasta el mas elevado podfa ser obtenido si no se compraba :\

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:lelmismo modo que se compra el ganado. Los pastores a quienes hubiera corres-Jondido poner remedio a esta corrupcion, eran hambrientos lobos"l.

Las diferentes facciones combatian por el dominio de la ciudad de Roma ylos Crescenzi y los condes de Tusculum imponfan su bando y sus representan-tes aun en el mismo Pontificado. En estas circunstancias surgiola orden de Cluny(Cluniacum); cuyo monasterio parece haber sido fundado, al sur de Dijon, enla Borgona, a principios del siglo X y tuvo un importante desarrollo con unaserie de abades que Ie aseguraron una continuidad de mas de doscientos anos:Odon, Maieul, Hugo el grande y Pedro el venerable.

Aunque cada convento -que segufa las reglas de San Benito- tenfa suindependencia y su estatuto propio, los abades eran designados por el supe-rior de Cluny y existia una relacion -que podrfamos denominar feudal-entre la casa madre y los demas monasterios. Su epoca mas brillante sueleubicarse durante el gobierno del abad Hugo (Hugues), hacia el 1050, cuan-do los sesenta monjes se convirtieron en mas de trescientos y la iglesia y elconvento fueron los edificios mas importantes de Europa, obras maestras dela arquitectura romanica.

En el plano espirituallos monjes cluniacenses sobresalieron por la magni-ficencia de su vida lirurgica. Su difusion fue muy rapida y efectiva. Hacia el ano1000 "en todos los paises de la Europa occidentallos monjes negros, no cono-cidos aun como benedictinos, aparecfan establecidos como terratenientes, admi-nistradores, obispos, escritores y artistas. Un mapa monastico de esta epocamostraria una prolongada Ifnea de iglesias c1uniacenses a 10 largo de las rutasde peregrinacion del norte de Espana y sus afluentes a traves de Francia desdeParfs, Dijon y Tolosa. Francia estaba cubierta por dependencias de Cluny. EnFlandes, los Pafses Bajos y el Rhin habfa abadfas reformadas por Gorze y Ver-dun en Gante, Lieja, Stavelot y Metz. En Suiza y en el sur de Alemania las fun-daciones de Columbano y Bonifacio eran venerables bastiones de la vida ec1e-siastica mientras que en Italia existfan casas cluniacenses recien reformadas 0a punt~ de ;erlo, como Farfa, y las antiguas abadfas de Monte Cassino, Subiacoy La Cava. Durante el siglo y medio que va del nombramiento de Odilio (1094)

ala muerte de Pedro el venerable (1156), abades de Cluny, se produce la cul-minacion del movimientos de los monjes negros ... y la mitad de las grandessedes europeas y las legaciones papales estaban ocupadas por monjes negros ycomo agentes de la reforma gregoriana imprimfan por 10 menos parte de suvida a toda la Iglesia"".

Monjes de Cluny fueron los personajes mas importantes que ascendieron acargos directivos en el gobierno de la Iglesia en el siglo XI y dirigieron unaserie de modificaciones en la disciplina del clero que hoy se conocen comordorma gregoriana. Tambien imprimieron una concepcion centralista y teo-cratica del Papado.

Los c1uniacenses sostenfan fundamentalmente: "en el dominio de la piedad,el ascetismoj en el dominio polftico, la libertad completa de la Iglesia, la ruptu-ra de los lazos que Ie unen a la sociedad civil"3.

EI mas importante de ellos fue indiscutiblemente Hildebrando, quien ocupoel pontificado como Gregorio VII y dio el nombre a la reforma. Con el debe-mas citar entre 10s mas distinguidos a Humberto de Moyenmoutier, cardenalde la Silva Candida y al abad de Fonte Avellana Pedro Damiano (Petrus Da-miani). El primero habfa adquirido renombre por su obra Contra simonfacos(apendice doc. 89) donde no solamente ratificaba la tradicional invalidez delas consagraciones simonfacas, sino tambien la invalidaci6n de las entregas te- .rritoriales que Ie fueron aparejadas. Pedro Damiano, en cambio,sobresalio enla cOJ·riente mfstica de la epoca, siendo autor de una reforma eremftica.

La teorfa polftica dominante en la primera parte de la lIamada Edad Mediafue el agustinismo polftico, basado en una deformacion de las teorias del obispoAgustin de Hipona en su Ciudad de Dios, caracterizada por una tendencia aintegrar eI orden material, cuya consecuencia, en sus discfpulos, fue la absor-cion del orden natural par elsobrenatural. Ello condujo a que "durante Ja pri-

Knowles, D, El mOllacato cristia1lo, Madrid, Guadarrama, 1969, pp. 58·60.Pirenne, H. Historia de Europa desde 1'15 iltvasiolles al siglo XVI, Mexico, F.C.E., 1942, p. 124,,:

Ot. Uorca-Carda Villoslada y Montalban. Historia de laIglrsia Cat6lica, Madrid, B.A.C.,1964, t, II, p. 299.

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mera parte de la Edad Media y hasta la aparicion del tomismo, existio unainevitable confusion entre 105 ordenes espiritual y temporal, que condujo aconflictos y a tragicos malentendidos. La Iucha entre el Papado yellmperiono fue una lucha entre la Iglesia y eI Estado secular tal como 10 concebimoshoy, sino un conflicto entre dos formas paralelas del mismo ideal: el de unImperio teocr<ltico y el de una Iglesia teocratica, cada uno de 105 cuales esta-ba inspirado porIa misma vision de una sociedad cristiana omnicomprensiva:la Ciudad de Dios sobre la tierra"4.

La situacion existente en el seno de la Iglesia, con motivo de la feudaliza-:ion, habfa derivado en que 105 obispos eran verdaderos senores del Imperio,~specialmente en Germania y la designacion de estos, que debfa hacerse pOl'~leccion del clero y pueblo, habfa pasado a convertirse en un privilegio real. Esnteresante hacer notal' que en Francia este sistema feudal habfa concluido yiel rey dependfan unicamente unas veinte de las ochenta diocesis, estando:nfeudadas las restantes en eclesiasticos que a la vez administraban bienes yierras, ejecutaban la justicia y rendfan el vasallaje militar a su respectivo senor.

EI casamiento de 105 clerigos -tan comun en la epoca- aumentaba, pOl')tra parte, ]a posibilidad de perpetuar]a potestad diocesana en ]05 hijos, contrao cuallucharfan con renovados brfos 105 reformadores cluniacenses. Los reyes(ermanos facilitaron la concesion de feudos a 105 obispos como una manera delsegurar un mayor control sobre los mismos y centralizar aun mas el poder quean dificultoso Ies resultaba. En Germania, a partir de Otto I, eI monarca debio:obijarse en el alto clero para contener eI poder secesionista de la nobleza, yelnismo Enrique II afirmaba: "era necesario que las iglesias poseyeran much osdenes, pues a quien mucho se da, tam bien se Ie puede tomar mucho".

Todas estas ideas se venfan publicando, desde hacfa tiempo, entre los in-electuaIes de ambos bandos. Ya en eI 867 escribfa eI arzobispo Hincmar: "eltapa no puede ser a un tiempo obispo y rey, debe gobernar la Iglesia, que esuya, no el estado, que no Ie pertenece. Si quiere la paz que no sostenga he-ejfas y no insinue que se puede ganar eI cielo sino recibiendb al rey dado pOl'I sobre la tierra ... Los reyes de Francia no son lugartenientes de los obispos,ino los sefiores de la tierra". Y Pedro Damiano, atacando a los simonfacos,enalaba: "no saben mas que adular al prfncipe estudiando sus inclinaciones,

obedeciendo a su mas mfnima sefial; aplaudiendo cada palabra que cae de suboca, procurando agradarle en todo. (Noes comprar a bien caro precio lasdignidades condenarse a tan Iarga servidumbre, a hacer el parasito y el bufonpara lIegar a ser obispo?".

Hacia el siglo X -y especial mente mediante la reform a ottoniana en Ger-mania-Ios obispos adquirieron gran importancia como fl1ncionarios publicosy la administracion centra], en muchos casos, estuvo en manos de un obispo,con el tftulo de canciller. Los eclesiasticos, en general, formaban parte de laestructura del regimen sefiorial y asf obtuvieron con el tiempo, mas en atenciona 10 escasamente deslindado de las funciones, no solo el gobierno eclesiasticode una abadfa, sino tambien los derechos de sefiorlo 0 gobierno laico. Aun mas,las invasiones sarracenas, normandas y hungaras los obligaron, en mas de unaocasion, a empui'iar las armas y hacerse cargo de los ejercitos.

Todo ello condujo, pOl' una parte, a una disfuncionalidad de los eclesiasti-cos, y pOl' otra, a una enfeudacion de sus bienes a laicos, que jamas se preocu-paron pOl' los intereses religiosos y que generalmente dejaban estas funcionesen algdn capellan, sin autoridad sobre las mismas.

Los monjes cluniacenses fueron 105 encargados de atacar este problema y suexplosion mas irritativa ha pasado a la historia con eI nombre de querella de lasinvestiduras.

Ya en eI 1050, eI papa Nicolas II (Nicolaus), influido pOl' las ideas reformistascluniacenses, acabo con la tutela imperial sobre eI Papado, estableciendo eI con-clave cardenalicio para la eleccion del Pontrfice. Esta labor fue continuada, en eI1179, pOl'Alejandro III (Nacido Rolando Bandinelli y coronado como Alexan-der) cuando exigio dos tercios de votos para la eleccion y Gregorio X, en ell271,soluciono definitivamente la interferencia imperial 0 mundana, al disponer queeI conclave se efectuase en lugar cerrado y que el enclaustramiento -bajo penade excomunion- perdurase hasta efectuarse la eleccion (apendice doc. 96).

EI reformismo lIego a su punto culminante en elI073, cuando a la muerte deAlejandro II fue elegido para reempIazarlo el monje Hildebrando (Hildebran-dus); este adopto el nombre de Gregorio VII. Su primera medida fue convocarun concilio en Roma para ell 074, donde se dispuso que todos los obispos simo- ,-:'

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nfacos quedaban automaticamente privados de ejercer sus derechos eelesias-ticos. Estas decretales fueron enviadas de inmediato a todas las sedes eele-siasticas para su aplicacion y, como es logico, provocaron; primero, gran in-quietud y, luego, la reaccion en Germania donde la polftica ottoniana habfaIlevado la simonfa a su maxima expresion. Ya Nicolas II la habfa invalidadooficia]mente, pero nadie antes de Gregorio VII se habfa atrevido a decretar lacesantfa de los obispos incursos en tal falta (apendice doc. 90).

En Germania ]os legados quisieron convocar un concilio para asegurarse elacatamiento, pero los obispos locales alegaron que solo el Papa podfa presidir-10. Ante la demora, Gregorio VII escribio personalmente a los obispos genna·nos amenazandolos con nuevas medidas. Asustado, eI titular de Maguncia ymetropolitano de Germania convoco un concilio en Erfurt, donde se ordenoque los prelados simonfacos renunciasen a sus cargos. Ello motivo violentasreacciones y la asamblea se disolvio sin adoptar decisiones firmes.

EI joven rey germano Enrique IV resolvio participar del enfrentamiento paradefender a sus vasallos y de paso fortalecer su posicion. En un sfnodo reunidoen Worms, en eI 1076, con asistencia del propio monarca, se dispuso exigir ladeposicion del Papa, alegando irregularidades en su eleccion. Este principiofue un celebre, pero peligroso, antecedente.

Ante los enviados germanos y despues de un atentado contra su vida, Gre-gorio VII reunio un nuevo concilio en Roma y, tras jurar haber subido a la sillaapostolica en contra de su voluntad, excomulgo (apendice doc. 92 y 93) a losobispos simonfacos yal propio rey germano. A su vez, promulgo un documen-to (Dictatus Papae) (apendice doc. 91) en el que reiteraba 10s derechos ponti·ficios frente al emperador. La nobleza germana via en este hecho la oportuni-dad para evitar, una vez mas, un excesivo crecimiento del poder real y al serprivado el emperador del vfnculo vasallatico por la excomunion, comenzaron3 buscarle un sucesor.

Ante esta circunstancia, Enrique IV no vacilo en dirigirse COnsu familia y en·opa de penitente a Canossa (Canusiae), para implorar e·1perdon del pontffice.Jese a haberJo obtenido y haber firmado una serie de juramentos, a su regreso1Germania, eI rey reiniciolas acciones contra eI pontffice y la condesa MatildeMathilda) de la Toscana5, que habfa donado sus posesiones a la Santa Sede.

Frente a esta nueva situacion, los nobles germanos eligieron como monarca cRodolfo de Suabia (Rodulfo de Rheinfelden), mientras Enrique IV reunfa ursfnodo en Brixen, donde tras excomulgar a Gregorio VII hacfa elegir un nuevcpapa en Guilberto (Wibertus) Coreggio, obispo de Ravena, conocido comoClemente III (Clemens), inaugurando otro antecedente muy uti]izado en el restodel Medioevo. Como dice eI autor de los anales de Augsburgo, "todo fue dobleen eI imperio aleman: dos papas, dos obispos, dos reyes, dos duques".

EI paso siguiente de Enrique IV fue dirigirse con sus tropas a Roma parahacerse coronar emperador -camino seguido por todos los monarcas germa-nos-; en Milan recibiola corona de manos de Clemente III mientras GregorioVII se refugiaba en eI castillo de San-Angelo (Sancti Angeli) para esperar eIauxilio del jde normando Robert Guiscard (Robertus Guiscardus).

Gregorio VII murio en Salerno exelamando aquellas celebres frases: "Heamado la justicia y he aborrecido la iniquidad; esta es la razon porque muerodesterrado". Los prelados reunidos en Roma e1igieron para sucederlo al monjeeluniacense frances Eudes de Chatillon que tomo el nombre de Urbano II(Urbanus).

De Gregorio VII se expresa que "acaso nadie tuvo un concepto mas claroque el de 10 que debfa ser la Europa cristiana, y acaso nadie colaboro mas efi·cazmente en la realizacion de aquel catolico ideal, alma de la Edad Media"6.

La polftica del nuevo papa, Urbano II, se dirigio a limitar la popularidad deEnrique IV, acrecentada tras la muerte de su competidor Rodolfo a manos deGodofredo de Bouillon7 en Eister. Para ello caso a la condesa Matilde con Welfo,hijo del duque de Baviera, oponiendo de este modo al emperador unfuertebloque integrado por el norte italico y eI sur germano. Con ello dio origen a losintereses gilelfos (de welf = lobo) en la polftica italica.

Enrique IV, en sus ultimos aiios de vida, debio soportar las rebeliones desus propios hijos; primero Conrado y luego Enrique V, coronado como susucesor en vida de su padre, quien murio cuando se dirigfa Contra su subleva-do hijo.

Llorca y atras. op. cit., t. ", p. 336.AI manda de Ja primera cruzada que recanquist6 Jerusalen.

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EI pontificado de Urbano II se distinguio por la gran preeminencia que ad-uirieron los monjes cluniacenses y tambien por la predica de la primera cruza-a para reconquistar el Santo Sepulcro.

La tarea mas importante de Enrique Vesta relacionada con la conclusion deI querella de las investiduras. Los delegados del emperador y el Papa se re-nieron en J 122 en Worms y firmaron a nombre de sus seilores un acuerdo queonstaba de dos partes individuales, donde cada uno hacfa cesion de parte delS derechos al otro (apendice doc. 94). EI monarca cedfa las insignias episco-ales (per m'l11ulun1 et baculum) y eI Papa conferfa a este la investidura feudal. La:sis empleada habfa sido elaborada en Francia por Ivo de Chartres, discfpuloe Lanfranco y maestro en derecho canonico.

AI ailO siguiente murio Enrique V sin dejar descendencia y pOl'obra del obispodalberto de Maguncia fue elegido para sucederlo Lotario de Suplimburg, duquee Sajonia, contra las reclamaciones de Federico de Stauffen, duque de Suabia.otario deja eI ducado de Sajonia en manos de su yerno Enrique e1lobo (Hein-ch wolf), duque de Baviera, que asf se convirtio en el senor mas poderoso de,ermania. La oposicion Cueacaudillada pOl' Federico (Fridericus, luego Frie-rich) de Staufer8, dueilo del castillo de Waibligen, origen del terminG gibeli-). De este modo nacieron las des facciones que conmovieron a la Cristiandadlrante los siglos siguientes.

A manera de conclusion de las querellas y la reform a gregoriana sintetizaen un autor que "Ia Iglesia queriendo librar al clero de la influencia laica, 10Imetio a ella mas que nunca"9 y analizando los hechos otro historiador senalaIe "eI resultado de la lucha de las investiduras fue un cambio revolucionarioI la estructura polftica de Europa ... EI resultado fue activar las nuevas monar-Ifas, hacerlas conscientes de su independencia, pero sobre todo, cambiar eIluilibrio de poder en Europa. Mientras en los siglos X y XI eI gran bloquelperial centro-europeo, que se habfa recuperado muy pronto de la anarqufa·1sigle IX, dominaba la escena, en el siglo XII, pOl' el contrario, Europa se,nvierte 'en un coro numeroso de personalidades relativar:nente Iibres"'lo.

Originariamente Hohen-staufer, 0 sea, los grandes Staufer, castellanizado Staufen.Pirenne, H. op. eit., p. 138.Barraclough, G. La I)istoria des de el11lll11do aell/al, Madrid, Revista de Occidente, 1959, pp.106-107.

Conrado III -sucesor de Lotario- murio en el I J 52 angustiado porIamuerte de su progenitor Enrique, y en su Jecho de muerte desheredo a su otrohijo en beneficio de su sobrino y duque de Suabia: Federico Staufer, de quienafirma un autor que "consiguio reavivar las ideas supranacionales y cristianas deCarlomagno, a qui en el canonizo, mezcladas con las teorfas po]fticas y legalesde la Roma imperial, alas cuales se cuidaron de adaptar alas necesidades de lossoberanos de la Edad Media los juristas de Bolonia"ll.

EI enfrentamiento con la Sede Romana fue un conflicto tfpico entre cano-nistas, planteado en terminos estrictamente jurfdicos. POl' el lado papal so-bresalio el cancilJer Rolando Bandinelli de Siena -futuro papa Alejandro 1lI-que habfa sido docente en Bolonia, mientras que POl' eI imperial, eI arzobispode Colonia, Rainaldo Dassel, tam bien era un experto en cuestiones legales.La cuestion se suscito por una intencionada mala traduccion pOl' parte de Rei-naldo Dassel de un documento papal en eI que eI termino generico beneficiafue traducido en estricto sentido feudal, convirtiendo asf al emperador ensubdito del Pontffice. Este hecho provoco la inmediata reaccion de las auto-ridades imperiales, en la dieta de Besancon, donde fuera presentada la tra-duccion adulterada.

Las pretensiones imperiales de Federico I, apodado en Italia barbarossa-comunes a los Staufer-, 10 Ilevaron a intervenir en las cuestiones de lapenfnsula italica, agravadas con la eleccion de Alejandro III.

Federico I reunio una dieta en Roncaglia (Roncaliae), en J 158, Y en pre-sencia de destacados legistas de Bolonia como Martino Gosia, Jacobo y Hugode Porta Ravegnana, hizo fijar sobre la base justiniana el principio: "10 que pla-ce al soberano tiene vigor de ley", senalando el camino hacia un absolutismoque, pOl' obra de la Iglesia, no llego a concretarse en el Medioevo.

Como consecuencia de la dieta de Roncaglia fue enviado un representanteimperial-el podesta- a cada una de las ciudades de la penfnsula italica parasu gobierno. La mayor reaccion tuvo lugar en Milan, cuyos habitantes rechaza-ron a pedradas a los delegados reales y se prepararon para la defensa de su li-

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)ertad. Despues de un angustioso asedio, Milan fue arrasada por 105germanosy 105 conquistadores iniciaron su demolicion, mientras Federico I entraba en~oma y se hacfa coronar emperador por el antipapa Pascual III (Paschalis), por§lmismo designado. En Roma gobernaba el tribuno Arnaldo de Brescia (Arnal-ius Brixiensis).

En cuanto ala situacion en la penfnsula italica en general, Federico no apre-:iaba claramente que ademas del papa, la llanura lombarda se habfa cubierto:on gran cantidad de pequeiias ciudades, muy celosas de su Iibertad, y que,:;-obernadas por la burguesfa, no permitirfan ser sojuzgadas facilmente. Estas:iudades, con el ejemplo de Milan, resolvieron annarse contra el emperadorJue querfa imponer sus podestas y el 4 de junio de 1176 las tropas italicas de-rotaron totalmente a Federico I en el campo de Legnano, donde el propio~mperador salvo su vida escondiendose entre 105cadaveres.

Allf practicamente se destruyo la teorfa imperial resucitada por Reinaldo)assel y que expresaba respecto del emperador: "toda la humanidad esta a susirdenes, aun cuando fuera de aquellos que son sus reinos de Alemania, Italia y~orgoiia, sobre 105 que ejerce directamente su autoridad, el poder esta con-iado a reyes que son indicados como reguli provinciarum (reyes de provincia)lara explicitar su range inferior. Y como eI emperador solemnemente consa-~rado por su alto oficio esta unido al Seil0r, tendra autoridad sobre toda la Igle-ia en perfecta concordia y armonfa con e1 poder carisma:tico del pontffice.I.nalogamente, ]05 reyes locales pod fan ejercer su autoridad en el ambito de lasglesias de sus pafses"12.

Para asegurarse el futuro y, especial mente, definir la polrtica italica del Im-'erio, Federico caso a su hijo Enrique con la treintaiiera princesa Constanza deicilia, hija de Roger II; marcando una nftida Ifnea polftica que ellmperio asu-lira en ocasion del nacimiento del hijo de este matrimonio: Federico II. "Aste primer paso siguieron otros: en tres generaciones, 105emperadores habiane convertirse de alemanes en italianos y trasladar su capital de Goslar a Paler-10, mientras que Alemania se convertfa en una confedel'acion de feudos casildependientes."13

En cuanto a Germania, Federico I se despreocupo de ella y casi la dejo enmanes de la nueva nobleza militar, como Enrique Wolf, preocupada por ex-pandirse sobre las tierras balticas y eslavas.

Manselli, R. Federico I, Bs. As" CEAL- Los hombres de la historia, 1970, p. 128.Lopez, R. ElllacjJJJjellto de Europa, Barcelona, Labor, 1965, pp. 240·241.

EI comienzo de esta nueva modalidad monastica se remonta hacia principiosdel siglo XI cuando el canciller de la escuela de Reims, Bruno (Brunon) de Colo-nia, resolvio abandonar su carrera y reiniciar la vida eremitica, dando origen a 105cartujos 0 la Cartuja (Carthusia 0 Chartreuse). Muchos de ellos fueron 105pos-teriores iniciadores de la orden cisterciense (cisterciensium monachorum).

De estes primeros cartujos se retiro un grupo, deseoso de una observanciamas estricta y severa; estos, abandonando a sus compaiieros, se reunieron en eldesierto de Citeaux (Cistercium), en la diocesis de Chalon. Narra su propiocronista: "allf llegaron los hombres de Dios, persuadidos de que aquel era e1lugar que durante tanto tiempo habfan deseado, y que ahora les parecfa eI masconveniente a causa de su inaccesibilidad y de que no resultaba atrayente paranadie, excepto ellos mismos. Allf cortaron arboles y comenzaron a edificar elmonasterio. Porque esos hombres mientras estaban en Molesmes (Molismo)(sede de 105 cartujos) habian hablado muchas veces entre 51con amargura ypesar, par medio de la gracia de Dios, de sus transgresiones a la regIa de SanBenito. Decfan que ellos y otros monjes habfan prometido en solemne profe-sion observar esta regIa, y que de hecho no la habfan observado y que por tantohabfan cometido con conocimiento el pecado de perjurio y asf, como ha sidorelatado, por autoridad dellegado de la Sede Apostolica, habfan ido a aquellasoledad para poder observar la regIa y sus votos".

Su primer reordenamiento reglamentario se debio a Stephen Harding y secaracteriz6 especialmente por 105capitulos 0 reuniones periodicas de 105aba-des de todos 105conventos; circunstancia que pennitia una centralizacion con-veniente. Pero el personaje mas destacado fue indudablemente Bernardo (Ber-hardum), quien, a 105pocos aiios de ingresar a la orden, fundola casa de C1araval(C1arae-valJis) y fue bien lIamado por un autor el arbitro de Europa en el sigloXI; convirtiendo a Citeaux (luego C1airvaux) en el centro espiritual de Europa.Se 105conocio como 105 monjes blancos, para diferenciarlos de 105 "negros"c1uniancenses.

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mas de cinco sigIos, pOl' prelados tan importantes como Gregorio I y GregorioVII (apendice doc. 95). El mismo Bernardo de Claraval habfa sefialado el papelque los monjes consideraban correspondfa cumplir al papa, cuando en su DeConsideratione expresaba: "El Papa debe ser e! azote de los tiranos, el padre de losreyes, el dispensador de leyes y canones, Ia luz del mundo, el Vicario de Cristo,el Cristo del Senor y, POI'ultimo, el Dios de Faraon. Entended bien 10 que digo.Cuando el poder y la maldad se alfan, debemos esperar de vosotros algo mashumano. Ejerzamos la continencia sobre aquellos que obran mal. Dejemos queaque! que no teme hombre ni espada tema el aliento de vuestra ira. Que pienseque el que incurre en vuestra colera no incurre en la colera de un hombre sinode Dios"'? '

Inocencio centralizo la Curia romana en su maxima expresion, exigiendoque todos los obispos Ie prestasen juramento, reselvandose la aprobacion detodas las nuevas ordenes monasticas y enviando legados suyos a toda la Cris-tiandad. Esta polftica obtuvo su base racional en eI derecho romano funda-mento del derecho canonico, que en torno de Craciano fue publicado e'n Romaen 1150. De este modo, "Ia Iglesia estaba ya constituida como una sociedadinternacional organica, completa, con un gobierno centralizado, un codigo deleyes escritas y un sistema desarrollado de jurisdiccion apelada, asf como asam-bleas Jegislativa y representativa"18.

Porotra parte, el principio basico de la cosmovision medieval fue la creen-cia en Dios como creador deluniverso; un Dios fuera del mundo, no en el mundo;que 10 dirige con su Providencia. Con esta concepcion se rompfa pOI'completola idea de las religiones clasicas, que de una u otra manera identificaban al sersupremo con eI mundo 0 a este como emanacion de aque!. "POI'10que se refierealas instituciones de la vida en comlin, es decir, al Estado y a la sociedad, haydos grandes ideas que la dominan: 1a Iglesia y el Imperio, encarnados respecti-vamente en eI Papa y el Emperador. Tambien estas instituciones se apoyan ensupuestos supramundanos, es decir, en la gracia e institucion divinas y configu-ran a partir de ellos la vida en el mundo. EI Papa cine la triple corona y tiene lasIlaves de Pedro en su mano; eJ Emperador viste el manto azul tachonado de

Ala muerte de Federico I, ahogado cuando se encaminaba a la reconquistalei Santo Sepulcro, Ie sucedio su hijo segundo Enrique VI, quien no logro con-fertir ellmperio en hereditario y murio en 1197, despues de haber coronado au hijo Federico, de tan solo tres anos, como rey de 105 romanos yencomenda-10 su educacion al pontffice romano. Segun un destacado medievalista genna-10, esta muerte "fue para e! imperio aleman la mas grave catastrofe de su histo-'ia medieval"14.

Este papa fue Inocencio III (Nacido Lotario de Segni y coronado Innocen-ius), que habfa sido educado en la mentalidadjurfdica de BoJonia y en las cos-umbres cluniacenses que 10 condujeron a centralizar aun mas la Iglesia, sin pOI'~1I0descuidar la reform a de las costumbres.

Para llevarla a cabo reunio un concilio en Letran, en el 1215, donde se apro-)aron Jas reglas de la orden de la fraternidad de la penitencia 0 frailes menoresOrdinis Fratrum minores comunmente conocidos como franciscanos) queundara Francisco de Asfs (Francesco d'Assisi)'5; asimismo asistio el canonigole Osma Domingo de Cuzman (Dominicus Oxomensis), fundador de la 01'-

len de 105 predicadores (Ordinis Fratrum Praedicatoris comunmente conoci-los como dominicos) para "combatir la herejfa y organizar eI estudio de las>randes cuestiones filosoficas y teologicas en las Universidades europeas"16.'gualmente se observo un resurgimiento mfstico cuando el cruzado BertoldoPertolfus) de Calabria fundo la Orden del Carmelo (Ordinis Fratrum B. M.\1ariae de Monte Carmelo).

EI pontffice Inocencio III fue el maximo exponente de la posicion teocraticaleI obispo romano, iniciada pOI'Leon Iy continuada pausadamente, a traves de

4 Hampe. La Alln EdadA1edin occidel1t<11,en Goetz, W. Historl<1111Iiversnl, Madrid, Espasa Calpe,J 950, t. III, p. 603.

AI nacer fue bautizado como Giovanni. Tambien conocido como Franciscus Assisien-sis fue canonizado --considerado formalmente santo- pOI' el papa Gregorio IX en1228. Entre sus escritos sobresale el poema Hermnno sol, hermnnn IlIna y su controvertidotestamento. Vease apendice doc. J 23 y 124.

6 Fue solemnemente canonizado pOI'el papa Gregorio IX mediante la bula Fons Sapien-tiae en 1234.

San Bernardo. IV-7.

Dawson, Ch. op. cit., p. 108.

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estrellas, que simboliza la boveda celeste y lleva el globo imperial, simbolo dela tierra. Con relacion alas garantfas trascendentales enunciadas, estas institu-ciones de la vida en comun son tambien completa y minuciosamente organiza-das, de arriba abajo y de abajo arriba, en 10que a sfmbolos, cargos y funciones,situaciones y acontecimientos vitales se refiere."19

La Dieta Imperial, reunida en Coblenza, por influencia de Inocencio Ill,proclamo a Federico II como emperador de Occidente, siendo coronado en!Vlaguncia. Pera el nuevo emperador, despues de haberse quitado la tutela ecle-siastica de su minorfa de edad, comenzo a lIevar a cabo su propia polltica, quecoincidfa poco con la Curia Papal. Sus incursiones en la penfnsula italica hicie-ran resurgir una vez mas la Liga Lombarda, celosa defensora de 105privilegiosmunicipales y Milan fue nuevamente la cabecera del partido gLielfo, contra lastendencias gibelinas de Pisa y Pavia. Federico 1Irecurrio de similar modo quesu abuelo a la po!ftica de enviar podestas como gobernantes alas rebel des ciu-dades italicas para administrarlas.

En cuanto a estos partidos, los gibelinos (ghibellinus) crefan que no se po-drfa conservar la libertad ciudadana sin depender de un poder superior-en sucaso, el emperador-, mientras querfan la unidad aun en perjuicio de su liber-tad. Entretanto, en la penfnsula, "desde eI siglo XI, la clase mercantil e indus-trial que comienza a considerarse, se apravecha del conflicto entre el Papa y elemperador, para sublevarse contra Jos obispos y arrebatarles la administracionde sus ciudades. Los primeros municipios italianos, fueron jurados por 105pa-tarius (la canalla), en medio de 105desordenes de la guerra de las investidurasy de la exaltacion mfstica"20.

Este regimen de ciudades se trasformo en Senorfas (Signorias), coincidentecon el incremento de las milicias mercenarias y la transformaci6n de las mismasen Compagnie di ventura al mando de condottieri. Su origen parece surgir de105ciudadanos inmigrados para combatir a los gibelinos que se quedaron dis-puestos a combatir al mejor postor. Esta "aparicion de los condottieri es lacontraparte de la dominacion polftica de 105hombres de negocios en Floren-cia, como en todas las ciudades de Italia"21.

Pero la tarea mas importante de Federico II fue lIevada a cabo en su rein<Sicilia (Siciliae); allf eI emperador "se distinguio por 10 atrevido de sus icpollticas y por el entusiasmo con que acogio el ambiente oriental, desde el haa 105banos. Imito a 105califas en su polftica de centralizaci6n yen sus pract:economicas y fiscales, y se dejo captar por 105efluvios de la cultura islamHablaba varios idiomas y merecio de Dante la calificaci6n de iniciador d,poesfa italiana. Fundo la Universidad de Napoles y protegi6 las escuelasf\1essina y Palermo, cuyos medicos arabes y judfos dieron un fuerte impulsesta ciencia en el siglo XIII. Su gran obsesion consisti6 en difundir por el (cidente la filosoffa arabe, y al servicio de esta idea, Federico" contribuyo crevelacion de Aristoteles, que provocarfa una gran transformacion en la es<lastica"22. Ademas, Federico consolido jurfdicamente el reino mediante la pimulgacion de los Assises de Capua y Messina, obteniendo una mayor centlizacion monarquica. En esta tarea cumpli6 importante papel su canciller Pidelia Vigne, graduado en Bolonia.

Respecto de Germania, el emperador se desentendio de ella, limitandos(conceder a 105grandes sei10res, de derecho, las prerrogativas que ya tenfan 1

hecho; convirtiendolos asf en senores de sus tierras. "En 10 sucesivo, Alemanno es mas que una federacion de soberanos particulares, que eI emperador abadona a sf misma"2l.

Guardini, R. Elfin de 10s tiempos modmlOs, Bs. As., Sur, 1958, pp. 36-37.

Pirenne, H. op. cit., p. 224.

Renouard, Y. His/orid de Flamlcil1, Bs. As., EUDEBA, 1968, p. 73.RegIa,). Historia de la fJad 1\-le,I;I1, Barcelona, I\~olltaner y Simon, 1969, pp. 195-196. ,•.Pirenne, H. op. 6t., p. 236.