7/24/2019 Homila Diego de Jesus-niegate a Ti Mismo en La Oracin

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Con atraso, va una desgarbada reconstruccin de la homila

del domingo pasado.

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UNA BUENA NO!C!A" #$A NO O%A &! $O'

Benedicto inauguraba su magisterio ponti(cio con a)uel

c*lebre comp+s inicial de la eus Caritas Est" no se comiena

a ser cristiano por una decisin *tica o por una gran idea, sino

por el encuentro con una ersona. /o cual, re0ormulado, cabe

e1presar as" la base del cristianismo 2comieno como

principio m+s )ue como inicio3 no es ni la moral ni ladogm+tica, sino la vida espiritual, la vida de oracin, la vida

de relacin con 4esucristo.

$ as como esto se da en el 0undamento de nuestra 5e, lo est+

ciertamente tambi*n en los basamentos de cada evangelio.

Como solemos decir con 0recuencia" aun)ue ha6an algunos

evangelios espec(camente abocados a la oracin, en lashonduras de cada percopa est+ palpitando una Noticia Buena

acerca de la plegaria.

En el 7acro e1to )ue nos ata8e ho6 2&t 9:!, ; 6 )uien se busca a s mismo, se e1trava. ero

tendemos de inmediato a hacer lecturas moraliantes al

respecto. B+sicamente" a hacer de este te1to la ense8ana

emblem+tica contra el egosmo. anto moralismos de corte

horiontalista como esos otros, de corte vertical, todos

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comparten la astringente tara de entender el Evangelio como

un ?&anual de instrucciones@, un instructivo comportamental,

6 no lo )ue en verdad es" un acceso directo a las abisales

Entra8as de ios, dentro de las cuales vivir, moverse, e1istir.

!mporta 6 de un modo en0+tico importar+ a)u, en esta Casa

de Oracin entender )ue el 7e8or est+ hablando de la

plegaria, de cmo rear. Al menos tambi*n est+ hablando de

esto.

$ nos o0rece una de las claves m+s determinantes de la

oracin, uno de los secretos cruciales para cultivar una

plegaria aut*ntica, genuina, pro0unda" negarse a s mismo.

u* signi(car+ ?negarse@ en la oracin, ?perderse@ en la

oracinD

Nada tiene )ue ver con los es0ueros asc*ticos por denegarse

gustos, abstenerse de cosas, impugnarse

autocomplacencias es una apuesta de orden m+s hondo,

casi cabra decir" de orden ontolgico.

Amainar el 6o.

esinFamar el 6o.

evaluar el 6o.

Esa pesada 6 grosera masa amor0a )ue cual grillos 6 bola de

hierro nos mantiene presos de nosotros mismos,

impidi*ndonos el vuelo de la plegaria hacia el divino G.

7lo )uien logra deshacerse de su 6o, 6 lo abandona como

una cris+lida deHa la mortaHa de seda de su capullo, remontar+

el vuelo de la oracin. 7lo )uien desarma la 0ortalea del 6o,

accede el precioso G del 7e8or.

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Negarse en la plegaria es una consigna bien concreta" implica

)uitar el 0oco de nosotros mismos para ponerlo en ios. $

aun)ue esto pueda parecer a primera vista una perogrullada,

est+ casi en las antpodas de lo )ue solemos entender por

plegaria. ues creemos )ue la esencia de la oracin es E/IO&B%E tratando con ios sus cuitas, conFictos, problemas,

in)uietudes, etc. Cuando lo medular de la oracin es el

protagonismo del 7e8or abord+ndonos a nosotros,

habl+ndonos, mir+ndonos, ret+ndonos, interpel+ndonos,

cuid+ndonos, levant+ndonos 6 de modo eminente"

revel+ndonos su propio &isterio, su Amor in(nito.

$ esto constitu6e un cambio de paradigma" el suHeto de la

oracin 6a no es uno mismo sino ios. $ el obHeto de la

oracin 6a no es mi 5e, mi piedad, mi relacin con ios, sino

ios mismo.

7e trata de deHar el modo ?6o emitiendo se8al al Cielo@ 6

pasarse al modo ?ios tratando Consigo mismo ante m 6

conmigo sobre 7@.

El problema m+s grande )ue se da en la oracin es *ste. Nos

hacemos sombra a nosotros mismos, como cuando una

l+mpara est+ mal ubicada 6 no logra alumbrarnos el papel,

impedida por nuestra propia mano. Como un urdo intentando

escribir con 0uente as somos nosotros hincados en un

reclinatorio a los pies de un 7agrario, o sentados en nuestros

cuartos, ante la Biblia abierta.

$ ante este drama, la Buena Noticia de ho6" ni*gate, pulveria

tu 6o al bravo rugir de un lmpido #No' Un rotundo #no' )ue

descuaHe de ra tu 0rondoso suHeto 6 te libere de ti mismo.

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%ompe, ha a8icos esos malditos 6 as(1iantes espeHos )ue te

reFeHan a ti mismo. O meHor aGn" lmpialos 6 los trans0ormar+s

de espeHos en vidrios, en traslGcidas ventanas por las cuales

ver a ios.

No es una consigna moral. Es un secreto oracional, una clave

maestra de la plegaria. Un cambio de paradigma, un giro

copernicano del mundo de la oracin. eHa 6a de una ve esa

retorcida, a0ectada, amanerada consigna, ante la Biblia

abierta, de preguntarte llev+ndote la mano abierta al pecho,

hundi*ndolo levemente en *l" )u* &E dice el te1toD Cmo

aplico el te1to en &! vidaD u* hago $O ante este evangelioDeHa 6a todo eso, 6 permite m+s bien )ue el e1to se diga a 7

mismo> se diga, se atraiga a 7, te cautive, te imante, te rapte,

te seduca 6 te deHes seducir. $ no hagas m+s como la

serpiente, )ue ingeniosamente sabe hacer ?odos sordos a la

:o del encantador@, como dice el 7almo, para as poder

seguir siendo ella misma, due8a de sus retorcimientos 6 de su

pono8a.

$ as, algGn da aun)ue m+s no 0uera el postrer da

podamos entonar con san ablo ese #EureJa' )ue en de(nitiva

es la versin apasionada, sorprendida, entusiasta de este

mismo evangelio, en la carne del Apstol" #6a no vivo 6o> es

Cristo )ue vive en m'

Algo as como la buena noticia )ue puede recibir un en0ermo,

tras padecer crnicamente una in0eccin brutal )ue lo est+

devorando 6 llevando a la muerte. $ )ue el m*dico unaluminosa ma8ana le pudiera avisar" #6a no tiene (ebre' #El

mal ha retrocedido' odamos as nosotros, alguna aurora, a

los pies de un 7agrario, ante las Escrituras abiertas, recibir 6

constatar esta gloriosa noticia" #6a no oro 6o, 6a no ora mi 6o'

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#El mal ha mermado, ha desaparecido' #$a no ha6 espeHo> ha6

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