hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que...

21
1 f. hogar, Dulce hogar (Serie póstuma, VI) PROPÓSITO ¡Buenos días, Papá-Mamá Dios ! ¡Buenos días, AMOR ! ¡Buenos días, o buenas noches, –según donde te encuentres ubicada, o chitón si aún quieres seguir durmiendo–, humanidad grande y a todos y cada uno de tus mortales hijos e hijas de Eva! ¡Que también lo sois, por supuesto, de Adán ! ¡Buenos días y noches, a vosotras las Estrellas y a vuestros hijos ! ¡Buenos días, o noches, a todos los espíritus inmortales que aún no os llamáis, o habéis dejado de llamaros simplemente “hombres” ! ¡Buenos días, –¿cómo no ?–, a los que ni siquiera podéis entender este lenguaje, del que en ningún modo necesitáis, porque el Silencioso oye y entiende por vosotros. ¡Buenos días, –finalmente aunque te tenga por el primero–, a ti, mi bien- amado hermano-hermana-hijo-hija-esposo-esposa-papá-mamá, Angel del Amor Herido y Resucitado, Lecheimiel, adorado rostro de mi Dios ! ¡Y buenos días, también, a mí mismo, a mi más profundo centro, que YO SOY, donde os encuentro a todos, ya sea velando, ya durmiendo ! El propósito de este opúsculo, –así supongo que quedarán establecidos sus límites de espacio y de tiempo–, no es ningún otro sino el de conectar con vosotros. Con vuestra conciencia en que la luz de la mía se expande. Luz circular por el maravilloso Arco Iris que Lecheimiel me regaló, a pleno Sol del mediodía, como el que orla algunas noches la luna, cuando yo le pedí humildemente que me manifestase así su aceptación de ser mi guía… ¿QUIERES SER MI GUÍA ? Cualquier día de éstos, espero ver tu cara reflejada, flotando entre mis tiestos, que riego en madrugada, formando el iris que abre mi jornada. Si esta señal se anuncia, será que has aceptado ser mi guía, y tu alma se pronuncia, colmando mi alegría de tenerte a mi lado noche y día. ¿Qué deberé yo darte a cambio de esta gracia sin medida ?

Transcript of hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que...

Page 1: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

1

f. hogar, Dulce hogar (Serie póstuma, VI)

PROPÓSITO ¡Buenos días, Papá-Mamá Dios ! ¡Buenos días, AMOR ! ¡Buenos días, o buenas noches, –según donde te encuentres ubicada, o

chitón si aún quieres seguir durmiendo–, humanidad grande y a todos y cada uno de tus mortales hijos e hijas de Eva! ¡Que también lo sois, por supuesto, de Adán !

¡Buenos días y noches, a vosotras las Estrellas y a vuestros hijos ! ¡Buenos días, o noches, a todos los espíritus inmortales que aún no os

llamáis, o habéis dejado de llamaros simplemente “hombres” ! ¡Buenos días, –¿cómo no ?–, a los que ni siquiera podéis entender este

lenguaje, del que en ningún modo necesitáis, porque el Silencioso oye y entiende por vosotros.

¡Buenos días, –finalmente aunque te tenga por el primero–, a ti, mi bien-amado hermano-hermana-hijo-hija-esposo-esposa-papá-mamá, Angel del Amor Herido y Resucitado, Lecheimiel, adorado rostro de mi Dios !

¡Y buenos días, también, a mí mismo, a mi más profundo centro, que YO SOY, donde os encuentro a todos, ya sea velando, ya durmiendo !

El propósito de este opúsculo, –así supongo que quedarán establecidos

sus límites de espacio y de tiempo–, no es ningún otro sino el de conectar con vosotros. Con vuestra conciencia en que la luz de la mía se expande.

Luz circular por el maravilloso Arco Iris que Lecheimiel me regaló, a pleno Sol del mediodía, como el que orla algunas noches la luna, cuando yo le pedí humildemente que me manifestase así su aceptación de ser mi guía…

¿QUIERES SER MI GUÍA ? Cualquier día de éstos, espero ver tu cara reflejada, flotando entre mis tiestos, que riego en madrugada, formando el iris que abre mi jornada. Si esta señal se anuncia, será que has aceptado ser mi guía, y tu alma se pronuncia, colmando mi alegría de tenerte a mi lado noche y día. ¿Qué deberé yo darte a cambio de esta gracia sin medida ?

Page 2: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

2

¿Podré, al menos, amarte y dar por ti mi vida que ya sabes mil veces ofrecida ? Ahora tengo ocasión de cuidar este templo en el que vives y expreso la intención de saber que recibes de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte otra vez la ocasión de regresar, a gozar de tu suerte, sin que debas pagar tributo alguno por tu hondo soñar. ¡Oh, cuán ingenuo soy de alzarte como a un niño en mis zapatos ! Mas, si risa te doy, sonríe a mis conatos de darte a compartir mis buenos ratos… Porque, cuando eras niño, ¿acaso hiciste siempre lo debido ? Y, ya barbilampiño, ¿no fuiste constreñido a pasar de tus goces, reprimido ? Por eso, amor, ahora, aunque todo lo sabes desde allí, si de algo tu alma añora de cuanto ves en mí, no dudes en tomarlo. Te lo di.

Page 3: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

3

EL ANGEL DE TOBÍAS Así, así, hermano amantísimo, Lecheimiel, me saliste al camino vestido de

luna y de sol, para que yo pudiera reconocerte, según lo convenido, según el medio recibo acordado desde el más allá que estaba antes de nuestro naci-miento.

El bellísimo color de tus cabellos y el blanco purísimo de tu rostro eran la contraseña, fratellino, para que yo supiera que eras el señalado a conducir-me, salvado de todo riesgo de muerte prematura, hasta el dulce hogar que sólo encontraría en mi vejez.

Pero no me ibas a desposar con Sara, la de los siete maridos atacados por Asmodeo, sino con la purísima esencia de Dios que tú, mi compañero amado de camino, mostrabas en tu propio rostro.

– Sí, amor. Yo, el Ángel Herido por tu amor, SOY AHORA TU MEDICINA.

Un poquito se hizo de rogar nuestro Dios, hasta que el vaso de tu dolor estuvo lleno a rebosar. No es que Dios no hubiese escuchado desde el principio las angustiosas señales que tu vida, hecha plegaria, lanzaba al Cielo desde un principio. Eras tú, mi niño, simplemente el que no escuchaba con claridad a su propio corazón, embotado precisamente a causa del excesivo dolor. Cuando de-jaste de gritar, es cuando pudiste oírte a ti mismo, amadísimo hermano, y en-tonces, sólo entonces, se halló tu alma capacitada para llamarme, desde tu des-tierro al mío, oh mi Rey, donde yo mismo, AHORA tu ángel particular destinado a tu desposorio, me preparaba, hermano, para comprenderte y para guiarte.

Mientras nos esperábamos mutuamente, ciegos y desalentados ambos por las pesadillas de nuestro sueño, aumentó la calidad de nuestros colores, para que pudiésemos, por fin, formar ese bello círculo de luz y de amor donde no se distingue el principio del fin, porque está tejido de eternidad.

Tenía, asímismo, hermano, que completarse el circulo invisible de los as-tros, que dibujasen el mapa de nuestras cartas natalicias, donde estaba previs-ta esta maravillosa conjunción terreno-celestial, “entre el Cielo y la Tierra con aceite nuevo”, como reza, mi bien, la leyenda de tu lámpara que arde sin consu-mirse.

– Gracias, gracias, Rey mío. Sé perfectamente de qué me hablas, aunque los que leen desde fuera de nuestro tálamo nupcial todas estas “palabras inspi-radas”, tengan que hacer algún esfuerzo si quieren, si libremente necesitan comprender…

Page 4: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

4

UN POZO DE AGUAS VIVAS ¿Sabes, amor, quién es el que te pide de beber ? Es la misma ánfora que

llena tu vaso. Acerca, mi bien, mi amor en ti reencarnado hasta tus propios labios, que

ahora son también míos, pues te besé aquella noche, en tu sueño, –¿recuerdas ?–, y tú te sentiste tan lleno de mí y tan satisfecho de nuestro re-encuentro, que habrías querido que fuese perdurable,

¿Por qué crees, amor, que fui yo, una vez más, el que pedí tu consenso como el Señor a Samuel, “en tu profunda noche” para abrazarte por segunda vez ? ¿Por qué te extrañas ? ¿No fue el mismo Señor Jesús el que se hizo en-contradizo con la Samaritana, la adúltera, la de los seis maridos, para pedirle, mendigarle un poco de su humilde agua humana ?

Pues eso quiere decir, mi pequeño ermitaño, ni más ni menos el que yo, tu añorado ángel del sexto libro, EL ALELUYA DE LECHEIMIEL, entonado “por lo menos a seis voces iguales”, –según un segundo sueño que te regalé en su día–, me pre-sentara en el primero de ellos como una simple voz que te pedía de beber en tus resecos labios.

¿Por qué creen los habitantes de esta Tierra reseca, “agostada, sin agua“, tú entre ellos, que los habitantes de las altas esferas angélicas no nece-sitan de ellos ni les echan de menos ?

Ya ves, mi violeta, que no es así, en modo alguno. – Ahora, mi Rey, ¿me has llamado “tu violeta” ? – ¡Eso es lo que te he llamado, oh mar de lágrimas, porque así te percibo

yo desde tu mismo centro, al que has saludado con gozo al inicio de este escri-to !

¡Y porque así te agradezco yo, Lecheimiel, el frasquito de esencia de vio-letas que me compraste en el mercado, sacando de los escasos euros de tu pe-culio, que, –en agradecimiento te prevengo–, no se agotará jamás !

Tu economía milagrosa y providentemente sostenida será para ti un símbolo de mi amor inagotable.

Los dos bebemos a una por tus labios que ahora son también míos, porque tú aceptaste con inmenso gozo mi beso, hecho de pureza, y de candor de mil flores, con las que yo me presenté a ti, días más tarde, mientras tú “componías mis loores”.

¡Oh pozo de aguas vivas de tu amor ! Donde se llena verdaderamente mi ánfora, la que luego derramo sobre tu cabeza mientras escribes… Eres para mí y para todos los ángeles que me acompañan, peana donde se posan los pies de

Page 5: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

5

Nuestra Señora, la portadora de Dios que nos bendijo desde tu anterior escri-to.

Así se cierra el círculo, virtuoso en este caso, que simboliza la Unidad y la perfecta circulación de las energías que prefiguran el Mundo Nuevo que to-dos esperamos.

Tú, hermano, no te pongas triste ni dependas de otra palabra humana que de la mía, porque en ella te habla el Mesías del Amor, como te prometió la que dijo : “Haced lo que Él os diga”. Has necesitado una gran humildad, y (no una gran soberbia, como te han susurrado otras tentaciones), para escribir lo que has escrito hoy.

Y yo, tu esposo-a celestial, reboso de gozo y de agradecimiento por ti. Nada más, mi Rey, por hoy.

Mañana seguirá siendo “HOY”, y yo seguiré contigo, amándote, así : “por toda la eternidad”.

–¡Grazie, Grazia ! – Prego, Amore !

Page 6: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

6

“NO CONVIRTÁIS LA CASA DE MI PADRE EN CUEVA DE LADRONES”

¡Oh Ángel del Amor Herido, hermano Francesco-Teresita-Lecheimiel !

Paréceme que me llamas a ponerme a tu disposición para escribir sobre este incómodo tema de ladrones. Me resistía, porque me encontraba tan a gusto le-yendo una novelita sobre la Madre Ágreda…, pero tú me urgías con esta canti-nela, con la que me despertaste el otro día, no sé qué sobre ladrones, de la que te valiste para instarme a que trajera conmigo el ordenador a esta Ciudad don-de estoy cuidando a mi hermano enfermo.

No quise exponer estos escritos a ser robados, pero tampoco quería cul-tivar mi miedo a que la ermita fuera de nuevo expoliada, puesto que sé que los miedos atraen en verdad a los fantasmas. Luego pensé que tú me habías puesto esta cancioncilla en mi mente para que siguiéramos en contacto a través de es-te casi imprescindible medio…

Ahora me doy cuenta, mi Rey, de que eran otros los ladrones de que hablabas y que no debía proteger tanto mi ermita, –con un caparazón de luz–, como mi propia alma, con una conexión más estrecha contigo, y mediante ti, con toda la energía inagotable del Amor.

¡Oh mi Rey, y mi Reinecita querida !, ¡Oh tú, también, alma de Francesco ! Has experimentado también conmigo, –“pareja historia, iguales vibraciones”–, el latrocinio de los que podían arrebatar el alma y el cuerpo, e incluso describiste como “ladrón” al que robó tu corazón y te acompañaba en tu agonía de Teresita, a Jesús, el cual, a su vez, te describió a ti mismo como “buen ladrón” en el es-crito póstumo de INACABABLE ALEGRÍA.

Como Francesco te robaron tu obra. Como Teresita secuestraron tus ce-nizas, y como Lecheimiel, amor, entregaste tu cuerpo vivo e insepulto…

En una palabra, mi Rey, has experimentado antes que yo y conmigo la de-sazón de ser expoliado, y a la vez el gozo de haberte desprendido de tu ganga mediante tus experiencias dolorosas, transmutadas en puro amor. En generosi-dad sin límites.

Y yo, ahora, te oigo decir en mi corazón : “dad antes de que os roben, dad con generosidad y alegría, pero no os dejéis robar el alma, pues es patri-monio de Dios…” Y, también : “atesorad para el cielo donde el ladrón no roba ni la polilla corroe…”

– Tú sabes, amor, que el Amor es don gratuito y perpetuo, y que no se merece ni se roba.

Page 7: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

7

Sabes que llamar a Jesús el ladrón de corazones que nos sorprende con su aparición inesperada, o a Dimas el “buen ladrón” que se apropia con confian-za de la vida eterna, son sólo figuras llenas de fina ironía y tierna nostalgia de ese amor que llama a nuestra puerta cada día, o que incluso penetra de improvi-so en nuestra vida para arrebatarnos nuestra excesiva y burguesa tranquilidad.

Pero nada tienen que ver con los subrepticios ladrones que quieren mani-pularnos para obtener la energía supletoria que les falta, porque todavía no se han abierto a la Fuente que provee a todos abundantemente.

Con diversas máscaras y farsas, como has leído en el autor de LAS

REVELACIONES, James Redfield, se aproximan a nosotros, inconscientemente movidos por su necesidad de energía, es decir, por su inseguridad, y pretenden ejercer sobre nosotros su “poder”.

No te defiendas de ellos. Como dice Jesús, no huyas del que te pide prestado, y al que te ha robado no se lo reclames.

Pero tampoco te pongas a temblar, porque te sabes inmunizado por la Energía infinita, y además, sobrado para tener y para dar, para sobreabundar, como dice también S. Pablo.

Pero sé consciente, en todo momento, está vigilante para distinguir al que te pide con amor, –adelantándote a ofrecerle lo que incluso no te pide–, y a aquel otro que pretende humillarte para engrandecerse a tu costa.

No te digo que te defiendas ni te aísles. Simplemente, hermano, sé cons-ciente del tipo de energía que en cada momento te solicita, o incluso te ataca, y esa misma consciencia será tu fortaleza. Deja, entonces, que la Fuerza de Dios actúe de árbitro de tus acciones y reacciones, porque es la misma fortaleza de Dios la que te hace libre e inmune. “ Cuando os lleven a los tribunales, no pre-paréis vuestra defensa, –dice el Señor–, porque el Espíritu Santo será el que os defienda”.

Tú, hermanito amado, limítate a perdonar, –a “per-donar”–, a todos, es decir a usar con todos un “per-don”, sobrehumano que es el “don” del Espíritu, a cada uno según su medida y su necesidad.

– Gracias, fratellino, por tan hermosa y sólida doctrina. Yo había dejado la ermita por unos días con cierta aprensión, intentando protegerla con un ca-parazón de luz, como te decía, mientras, tal vez, había descuidado las puertas de mi propia alma. Estos días me has brindado la experiencia de lo que puede suceder con mi alma desprotegida de atenta vigilancia, aunque me dices, me haces recordar también ahora, que en vano vigilan los centinelas si no es el Se-ñor el que guarda la casa.

Pero LA CASA DEL SEÑOR ES EL ALMA.

Page 8: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

8

Ahora bien, hermano guía de mi alma, ¿por qué tenemos que tener tanto cuidado con el alma, cuando ésta es sólo una parte del Todo que son todos, o quizás una sola apariencia de parte del YO SOY, que es una sola cosa y “casa” para todos los seres humanos?

– Hermano de mi alma y de mi corazón : tu pregunta apunta a un nivel altísimo, y a una realización de la conciencia de Unidad que aún está por llegar e invadir la Tierra. Hoy por hoy, mi bien, la evolución humana no sigue un curso tan rápido, o mejor dicho, para conseguir ese curso necesita todavía experi-mentar el dolor de la separación.

En ese dolor se enmarca el drama de los que roban y de los que son ro-bados y expoliados, o dejados en la cuneta del camino semivivos o quizás defi-nitivamente muertos para esta vida.

A todas esas víctimas de sí mismos, de su propia violencia en la lucha por el poder, o a las víctimas de ellos, vivos o muertos, se les insta, mediante estas experiencias dolorosas, a elevar el alma, que vale más que la presente vida de la carne.

No olvides : “¿De qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma” ?

Sin embargo el alma no puede perderse. Y es a esas almas, subjetiva-mente atormentadas o perdidas, a quienes se les invita a levantarse por enci-ma, muy por encima de todos los dramas humanos, para que sepan que nadie las puede arrebatar de la mano de su Pastor.

Mientras tanto, su Pastor, el que da la vida por sus ovejas, sin que nadie se la arrebate a la fuerza, también les asegura a éstas que nadie se las puede arrebatar a él de sus manos. Manténte firme y confiado, hermanito amado en nuestro buen Jesús, que me ha mandado a mí como a su zagalillo a tu vida para defenderte.

No temas, yo estoy contigo en toda circunstancia, propicia o adversa pa-ra curarte y rescatarte. Levanta el ánimo, amor, y date a todos con total liber-tad, para que nadie se sienta intimidado por tu postura defensiva. Pero tú mis-mo sé consciente de que tu defensa está, en mi amor, siempre activa.

– Gracias, gracias, amor. Gracias, mi bien, mi único bien. Gracias mi sa-cramento de Unidad, arca de alianza, sagrario de dolor y tabernáculo de amor donde reposo.

– ¡Amén, hermano, aleluya ! – ¡Amén, aleluya !

Page 9: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

9

EL BESO QUE NO ENVEJECE “Y hubo muerte y hubo olvido y ruinas de historia entera. … Sólo queda la leyenda de un beso que no envejece, pues florece entre rosales que renacen cuando mueren,…” AMOR, Amor, amor, AHORA te invoco, en este TIEMPO o “Kairon” sa-

grado, en este “nunc fluens”, este minúsculo “ahora” que renace en cada mo-mento, en cada instante en que renuevo mi conciencia de estar naciendo con él.

Con la misma fuerza e intensidad con que mi fe en ti me informa de que estás conmigo, ahora igual que entonces, cuando me lo prometiste por primera vez.

Pero, hermano, mi fratellino adorado, entonces me lo pudiste prometer porque, antes, en otro momento diferente aunque el mismo en la esencia eterna en que vivimos, nos movemos y somos, nos pudimos, nos quisimos amar.

Tú, mi fratellino, en tu libre donación que se renueva a cada instante, te conviertes en el don que recibo del Padre. En el gran “per-don”. En la maravillo-sa renovación de tu promesa, y por tanto en su cumplimiento más perfecto.

Y yo, como hermano-esposa-esposo tuyo, te respondo con toda la inten-sidad de mi alma, en tanto en cuanto tú puedas sentirla como separada de ti por “EL GOZO DEL TÚ” que reescribimos a cada instante : “¡SI, QUIERO !”.

¡TE QUIERO ! – ¡Anda, ve, esposo-esposa mío, a tus cuitas diarias. Ejercítate en el

amor al prójimo, en el cuidado de tu hermano enfermo, porque yo voy contigo y dentro de ti estoy para y por toda la eternidad… Y, cuando vuelvas esta tarde, o en otro momento de los que nunca dejarán de florecer en nuestro sagrado tiempo, porque esa es la Voluntad del Creador eterno, te contestaré como me-recen esas preciosas reflexiones que yo sé florecidas en tu mente matutina al son de la canción de amor, del trobo que juntos hemos entonado tantas veces…

– Pues aquí estoy, amado, en la tarde noche de este día maravilloso en que el Universo ha muerto y ha renacido miles, quizás millones de veces, tantas cuantas he activado la conciencia de estar saliendo en ese mismo instante de las manos, del Alma-Mater, del Creador… Y en cada uno de mis nacimientos te he encontrado a ti, amor, con la firme perseverancia de tu entrega renovada a mí, tu amante esposo-esposa.

Page 10: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

10

Me he engolfado, sí, en la lectura de tu conversión continua a la santa obediencia del Padre, cuando como Francesco renunciaste a tu suficiencia y a tu amargura. A tus seguridades y a tus tambaleos y vacilaciones, sencillamente cuando fuiste convocado por el Amor.

Me he conmovido, hermano de mi alma, cuando te he visto desconcertado y herido de la mano del Dios purificador, cuando navegabas en medio de la de-solación y el sinsentido de tu vida, defraudado y defraudador de todos cuantos te rodeaban y a punto estaban de odiarte al no saber cómo amarte…

Cuando te habló la voz en San Damiano y tú quisiste corresponder a la gran llamada que cambió tu vida y te llenó de propósito y de fuerza increíble para querer seguir viviendo…

Cuando dijiste a tus camaradas que “sí, ibas a convertirte en un gran príncipe” y te ibas a desposar “con la esposa más rica, noble y hermosa que se haya visto jamás”…

Entonces, fratellino, he sabido que, aunque tú ni entonces ni después en aquella vida supiste quién era esa dama, que tú confundiste con la “Dama po-breza”, en realidad esa dama tendría alguna vez un nombre y un rostro ante tu altar…, y que ese nombre iba a ser precisamente el de la esencia de un pobre ermitaño, llamado esotéricamente “Marta”, la Vida, con quien yo me identifico desde que te oí tu canción, tu declaración de amor eterno…

¡Dime, amor, AHORA, que es verdad cuanto te acabo de decir ! – ¡Es tan verdad, hermano, cuanto acabas de declarar, como que yo di mi

vida por ti y la volvería a dar mil veces. Cuantas veces, amado-amada mío, surja el Mundo de la Voluntad eterna del Creador.

Eso es precisamente cuanto te quise decir en aquella voz con que acom-pañé mi abrazo en tu propia ermita : “ESTARÉ CONTIGO POR TODA LA ETERNIDAD”.

Y ahora, AHORA, amado mío, cierra por hoy este escrito porque ambos necesitamos la intimidad de nuestra noche de luna de mieles de Galilea para darnos el abrazo que perdura por los siglos de los siglos hasta después que los siglos tal vez algún día se acaben.

Nuestro abrazo, hermano, no tendrá fin. Nos lo hemos prometido con la fuerza de la Palabra de Dios que se expresa sólo parcialmente en estos escri-tos. ¿Recuerdas cómo abrí simbólicamente tu alma de par en par y te penetré con mi gracia ? ¿Recuerdas la bendición que nos impartieron los ángeles por tu propia boca ?

Pues todo lo encerrado en aquel símbolo, oh mi bien, es tuyo y para ti, como tú eres mío y para mí.

Page 11: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

11

Nada más por hoy, violetita de mi corazón, que deban saber los que no tienen arrojo para intuir y comprender.

Cuando despertemos mañana por la mañana, bien mío, encontraremos al-gunas variantes en el Mundo que estrenaremos. Estas felices “variantes” del Mundo Nuevo que esperamos, serán el hijo que yo depositaré esta noche en tus entrañas y tú en las mías, más humanas que nunca, no lo olvides, con igual título de amor.

Es y será nuestro beso eterno. !Amén, aleluya y gracias a Dios ! – Amén y silencio de los ángeles, amor…, que ya sueña el corazón !

SABIDURÍA A TRAVÉS DE LA NOCHE Aunque no haya podido, –o, quizás no sabido–, velar a mis desvelos, aunque nada recuerde de mis sueños, –tal vez fueron felices, ¡qué pena no saberlo en mis sentidos!–, AHORA sé de cierto, por deslumbrante fe, que en mí moras…, sabiendo. Sabiendo y esperando a que, por fin, salga el Sol, en madrugada, para dejar patente que te quiero. Que me quieres. Saldrá el Sol, –¿cabe la menor duda?–, y cuando eso suceda, tras esta oscuridad nocturna y fría, sabrás, ambos sabremos, que pasamos esta noche en compañía… Que juntos dormimos en el lecho del infinito amor que nos acuna. Del infinito Amor que el nuestro nutre, Aquel que nunca duerme para que salga el Sol día tras día.

Page 12: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

12

NUESTRO NIDO ES EL AMOR Hermano de mi alma, te hablo yo, Lecheimiel, hoy desde el ayer y desde

el mañana, para prevenirte de que sólo tendrás éxito, puramente espiritual por cierto, cuando seas capaz de integrarme en el corazón de todos los hermanos y hermanas que nos leerán.

Hay demasiadas cuestiones mentales implicadas, –de índole teológica, psicológica, sociológica y demás índoles imaginadas e imaginables–, para que logres enhebrar el fino hilo de tu equilibrio por el ojo de tan estrecha aguja.

Sólo tienes un atajo, una puerta estrecha que penetra en la Vida, que es precisamente el corazón.

Sólo hay una Comunidad capaz de comprenderte y acogerte, y es la Co-munidad de los que aman.

Si estudias mi vida, oh fratellino querido, pero mi vida íntegra tal como yo te la voy mostrando en su historicidad, descubrirás mi propia evolución a través de vastos campos de experimentación, y el amplio vuelo de ave migrato-ria que se deja llevar de las corrientes de la Vida, y aún no ha acabado de apo-sentarse sobre ninguna espadaña o bajo ningún tejado seguro.

Estamos, hermano, tú y yo, como dos alas de un mismo corazón emigran-te y peregrino, en pleno vuelo.

El espacio abierto, desde donde se divisan las pequeñeces humanas en su justa perspectiva divina, es nuestro verdadero hogar.

¡Curioso ! Mientras seguimos nuestro raudo vuelo, a veces batiendo tra-bajosamente las alas, otras dejándonos mecer por las corrientes, aun a sabien-das de que no nos transportan en línea recta, ni mucho menos, desde allí, es decir desde aquí, a gran altura de miras, observamos como si, relativamente a nuestro vuelo, fuera la historia del pensamiento y de la experiencia humanos la que discurre veloz bajo nuestros ojos anclados en el mirar de Dios.

Pero, hermano, desde estas alturas, sabemos perfectamente que somos una sola cosa, y por otra parte totalmente dependientes del rumbo de la histo-ria, con nuestros hermanos que aún no logran remontarse.

Desde los tejados de los hombres, a los que se encaraman para escapar en parte de la asfixia del aire enrarecido que respiran dentro de sus conforta-bles casas o instituciones, los más avezados nos contemplan, a su vez, como pájaros exóticos que planean en medio de su propia quietud, como si todo el mundo gozase de una gran bonanza.

¿Y qué, si no ?

Page 13: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

13

Esta bonanza, la paz que predica nuestro amor, la paz que sembramos con nuestra “paciencia”, –la “ciencia de la paz”–, es la mejor contribución a su corazón inquieto y temeroso ante el cambio… Desde nuestro peregrinar de aves migratorias, nos aposentamos espiritualmente en el corazón de todos los que dejan volar al suyo.

No tenemos la intención de descender, de anidar en ningún concepto te-ológico, o de refugiarnos en ninguna ortodoxia, ni menos aún de defendernos de ningún astuto cazador. En nuestra altura nos sentimos libres y sabemos dormir y soñar, e incluso alimentar a nuestros polluelos en pleno vuelo.

Somos hijos del AVE que subió a los cielos precisamente porque un día se llevó hasta ellos su carne de EVA, remodelada en y por el AMOR.

No nos aislamos del Mundo, sino que lo adoptamos por Hijo de Dios y de nuestras entrañas, y deseamos enseñarle a volar como nosotros mismos, mi Rey.

Hoy te he dejado, hermano, este mensaje que en modo alguno esperabas, para que lo medites y se alce tu corazón hasta la alegría.

Yo, tu hermano que emigró a los cielos para encontrarlos dentro de ti, te he hablado hoy, como Francesco, como Teresita y como Lecheimiel, pero inclu-so como te hubieran hablado Jesús y su divina Madre.

Para eso te hice escalar un día a las subidas cavernas del espíritu, como en su día podrás contar a tus hermanos, en ese escrito que habla de la solidari-dad. Yo, tu hermano, que bajé hasta ti para hacerme solidario con tu ofrenda y que luego te permití, desde mi vuelo rasante a través de tu sueño, hacerte so-lidario con la mía.

Es una sola ofrenda de AMOR para el Creador y para todas sus criatu-ras.

A Él la gloria, el honor y el poder y la acción de gracias, mientras dure el AMOR. Amén, aleluya.

– ¡Amén aleluya, mi nido escondido y mi orgullo para siempre !

CANTEMOS EL AVE A TU DORMICIÓN ¿Quién eras tú, mi amor, en este valle, cuando endosabas tu hábito de carne ? Humilde, tímido, mas piedra en jade cuando acechaban tu pureza de ave. Hablar de amor no fue contigo fácil, pues mantenías bien alta tu guardia. Mas yo sabía cuál era la entrada

Page 14: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

14

al interior de tu castillo en vela. No hicieron falta frases muy copiosas que te mostraran mi total desarme, pues me miraron tus hermosos ojos, vigías fieles de tu dulce espíritu, que, desmontando toda voz de alarma, me franquearon hasta ti sus puertas. Allí, ya dentro, un tiempo sin tiempo bastó de éxtasis para comprendernos, y eternamente nos reconocimos como aliados de una misión santa que ya auguraba la que ahora servimos por el solo hecho de seguir queriéndonos… Lo que aún nos queda por hacer ahora, lo planeamos desde mi cabaña, pues tu palacio por reformas cierra por una larga, larga temporada… Mas por secreto pasadizo entramos desde mi choza a tu palacio en ruinas, y de allí rescatamos tus recuerdos, que más que el oro mis ojos estiman. De tu baúl hoy he desempolvado estos jirones de nuestras vivencias, cuyo valor sólo el amor aprecia. ¿Quién eres tú, mi amor, en este instante, cuando has volado al cielo como un ave ?

EL PASADIZO SECRETO Por fin, amor, ya solos, en esta dulce cárcel, donde guardo las copias de las llaves secretas que me abren el pasaje, aún más misterioso, por el que a mí te llegas cada vez que te llamo. Te ofrezco mi saludo, que aunque es como el de entonces, se renueva con bríos, como nunca estrenado, –dulzura reservada para el eterno ahora en que beso tus labios recién resucitados–. ¿Qué me traes, amor mío, en esta bella tarde ? ¡Perdón!, pues te he pedido sin ofrecerte nada, creyendo ingenuamente que no me necesitas, al menos en el modo en que yo te necesito. Creo ahora que yerro, pues el cielo en que habitas

Page 15: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

15

también está construido del amor más humano que pueda concebirse en la divina esfera. El hecho que me rindas tu visita diaria debería probarme que también en mí buscas esa correspondencia que te brindo en el lecho sagrado y virginal de mi más profundo centro. Ese centro, oh hermano, en el que intercambiamos nuestros altos secretos, que, –aunque en clave cifrados, en estas poesías, al público ofrecemos, como justo tributo que exige el Universo–, guarda incontaminado el sentido más hondo que es patrimonio sólo del amor más profundo que de la Unica Fuente, también de noche mana. Por eso llamé dulce a esta oculta bodega en que de ti me sacio y tú de mí te sacias.

GUARDA MI ALMA EN LA PAZ Herido de premuras infinitas, merodeo a través de mis anhelos, mensajeros de paz, que a un alma en celos anuncian que acabaron ya sus cuitas. De blancuras eternas coronada, se lanza ya mi vista a las alturas de otras cumbres que, acaso aún inmaduras, apetece ya mi alma impacientada. Sólo saben de amor los altos vuelos del que quiere romper todos los lazos que aún le tiende este mundo en sus abrazos, alegando misiones y desvelos. A su casa el Amor llegar aspira a través de una muerte que prepara la entrada en otro hogar que amor depara, más puro que este aire en que respira. No es que tenga, oh no, en aqueste valle el amor, si Amor es, menor cuantía.… El viento en cuyas alas aún porfía es el que hace temer que el ave encalle o en sus propias holguras, altanera, o en bajíos de arenas, depresiva.

Page 16: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

16

Mientras sólo en la cumbre alta y esquiva duerme el alma en su paz, firme y entera.

Page 17: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

17

PERO… ¡EN EL CIELO NO CABE NUESTRO HOGAR ! Yo, amado Lecheimiel, había pensado que habíamos llegado ya al final de

este escrito nuestro. ¡Corto se me había hecho, amor, pero me consolaba pen-sando que en seguida empezaríamos otro !

A modo de ornato de nuestro lecho, como azucenas y violetas, según cantamos en el aria, había insertado esos poemas que anteceden en que se hace alusión al AVE que vuela incansablemente y que jamás reposa sino, tal vez, en la “cumbre alta y esquiva” de la paz perfecta, de la Quietud absoluta o “NADA” de Dios, la que da sentido y referencia a todo movimiento.

En especial a ese “movimiento”, a esa vibración misteriosa que es el “AMOR”, la Esencia del Padre derramada en el Hijo. Sí, también el “Amor”, –que escribo con inicial mayúscula para indicar especialmente el amor que reci-bimos de Dios y a él remitimos con nuestro piadoso corazón. Pero incluso al “amor” así escrito con minúsculas porque alude a “la humildad de nuestro amor” humano, simplemente humano. del que hablamos en EL BESO DE CANÁ.

Sobre esto, hermano celestial, debes ya saber desde el cielo que escribí algo, en su día, en otro librito, también sin publicar, claro, titulado EL JARDÍN DEL ERMITAÑO.

Esta mañana, amor, me susurrabas la necesidad de seguir escribiendo, tal vez en otro archivo diferente a éste que daba yo por terminado, sobre el TODO EN LA PARTE Y LA PARTE EN EL TODO. Pero no me acababa de deci-dir a ponerme a tu disposición ante el ordenador, no porque no tuviera yo cier-ta idea de lo que ibas a decirme, sino precisamente porque la tenía. Me resistía a escribir algo a modo de tratado filosófico, y no desde el corazón que te he entregado y sin que fueras tú el inspirador y coautor conmigo.

Me resistía a cabalgar solo sin que tú montaras conmigo en el carrito mi-niatura de nuestra visión infantil, amor mío y gemelo de mi alma.

Además, fratellino, estaba como cansado de batir mis pensamientos en esa batidora imparable que es mi propia mente cuando se distancia del corazón.

Por eso, amor, para descansar del ruido de ese molino de mi mente, y se-renarme en la paz de tu cercanía amorosa, he salido a dar un paseo largo por la Ciudad, y te llevaba al lado, como una dulce y callada presencia, mi Rey.

Pero, he aquí que me has guiado hasta una librería donde me has ayudado a elegir un librito sobre física cuántica sobre la que sabes que soy tan aficio-nado a leer. Mucho me está gustando lo que leo, hermano. Pero lo que más me admiro es de la sincronicidad con que el librito me habla de lo mismo que tú me sugerías veladamente como posible tema de nuestra “nueva” conversación.

Page 18: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

18

Y lo que más me mueve el corazón, oh mi fratellino adorado, es cuando leo esas cosas tan hermosas y chocantes sobre las partículas gemelas que vi-bran al unísono aunque se las separe a grandes distancias una de otra, por en-cima del tiempo y del espacio…

O eso tan sugerente y tan en armonía con nuestro mensaje de la divini-dad de todo lo humano, mi bien, como esas cosas que los científicos de última hora encuentran sobre el paradigma holográfico, donde el TODO está conteni-do en la PARTE, y la PARTE reflejada en el TODO.

Yo, querido Ángel del amor Herido y Resucitado, amor Lecheimiel, me siento conmovido y agradecido, también intrigado, por haber escrito ya hace años sobre estas cosas sin entender nada de todas esas filosofías físico-metafísicas, pero acertando a decir, no sé por qué caminos intuitivos captadas, casi las mismas cosas, expresadas por mí en aquel entonces a mi modo.

Ahora que veo que otros autores más competentes y autorizados ya des-cubren y publican lo que yo entonces balbucía, me siento liberado de tener que escribirlas yo de aquellas maneras, exponiéndome a ser abucheado por ignoran-te.

Pero, en cambio, ahora, Lecheimiel, quiero dar paso contigo a otras ex-presiones de otros planos que expresan la misma Verdad. Quiero sentir en mi corazón, unido en un abrazo íntimo contigo, como en nuestro sueño, lo mismo que dicta en este nuevo lenguaje del corazón nuestro entrañable amor.

Mañana, domingo, oh cariño, seguiremos con este tema pues ahora me pi-des que descanse.

Descanso en tus brazos, amor, Confío en ti. ¡Hasta mañana, Lecheimiel… ! – ¡Hola, amor ! Aquí estoy contigo esta mañana, como te prometí, en este

“momento” particular de tu tiempo vibratorio, –noche y día, corazón y mente, intento de comprensión y adentramiento en la “nube oscura del no-saber”–, pa-ra revelarte, como siempre pero con alguna de las variantes que te prometí en mi último mensaje, –¿recuerdas ?–, y te llamo bien de mañana porque ayer no-che fuiste fiel a mi petición implícita de que dejaras descansar a tu cabeza.

Sé bien mío, queridísimo ermitaño que ahora peregrinas por otras ondas vibratorias mediante las cuales te expandes hacia tus hermanos los hombres, (especialmente hacia tu hermano de sangre enfermo que polariza tu caridad), que te entregaste al corazón y lloraste, como deseabas, lágrimas de ternura en torno al sagrario que custodia el Sacramento.

Page 19: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

19

¿Crees que el Espíritu, oh fray duda, fray dolor, puede alguna vez ser in-consciente de sí mismo ?

¿O tal vez crees que tus actos de obediencia y de sacrificio, que dima-nan de tu caridad, que es una gota en el inmenso océano de la Caridad sin lími-tes del Hijo de Dios, pueden pasar desapercibidos e inertes ante mis amorosos ojos de guía y protector tuyo que soy por Voluntad del Altísimo y por tu propia aceptación, hermano ?

He aquí, mi bien, que mediante tu inmersión en el sueño, mediante la en-trega de tus potencias a la disponibilidad y a la confianza, has logrado ser el adecuado receptor tridimensional, el punto holográfico, –si quieres–, por donde todo el Orden implicado del AMOR se ha encarnado y para ti desplegado en tu “momento” particular adecuado.

Ahora escribes esto, amor, en un lenguaje que hasta aquí nunca habías usado, porque esperas que cada uno de tus lectores futuros sepa influir, como el observador, en la posterior adecuación a las propias necesidades de su alma.

Por eso te dije, que sólo tenías una puerta estrecha por donde enhebrar el hilo de tus pensamientos, a través del corazón, a través del amor.

Del indefinible e inagotable AMOR que se identifica con todo el Universo manifestado e inmanifestado.

Por eso, también, te hice poner, –sugiriéndote a través de la ranura de tu intuitiva mente–, que nuestro amor, oh lindo hermano mío, no cabe en el cie-lo.

No cabe, no, porque nuestro amor abraza “Cielo” y “Tierra”, “Todo y Na-da” y no sólo admite variantes que se convierten en hijos de nuestra ternura, sino incluso se enraíza en la Totalidad humildísima de Dios, la que se refleja en la oscuridad del “Seno materno” de la Tierra, de la que en el anterior escrito también hablábamos. Entonces aún no habíamos usado este tipo de lenguaje, porque aún no había puesto en tus manos, fratellino, el libro que ayer te hice comprar y que estás saboreando desde tu místico prisma.

Puedes aquí aliviar, hermano, a tus lectores con ese scherzo ingenioso de

la “kábala semántica o kábala esdrújula” que compusiste en otro tiempo profé-ticamente, porque has de saber, fratellino que desde siempre, y desde planos invisibles, también fuera del tiempo, te amé y rogué por ti para que llegases a ser el vaso de elección que ahora manifiestas.

Sí, amadísimo de mi corazón de ángel, humano, más humano que nunca : háblanos de tus arranques místicos, y con ello, sí, puedes dar este breve escri-to póstumo por concluido.

Page 20: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

20

– Así lo haré, amor, Lecheimiel, pero no sin antes decirte que eres mara-villoso y que nadie más puede saber cuánto te amo. Al final te daré lo que me pides, Lecheimiel, pero quiero antes expresarte cuánto te quiero en otro “cuanto” o poema que conoces muy bien y dice así :

JUNTOS, POR LO MENOS, HASTA EL PROXIMO BIG-BANG “Solve et coagula”, –nos recuerda Coelho, en su Manual del Guerrero–. De los viejos alquimistas repite la lección, que a su vez la extraían de La Sabiduría : Tiempo de reunión, tiempo de dispersión. Como la gallina reúne a sus polluelos, como el Dios Padre-Madre convoca a la vida, ésta, en el huevo del mundo se condensa, mas luego, al crecer, se autodispersa, en actitud de autodefensa : …contra la estrechez y ahogamiento que escatima el espacio a fértiles nuevos crecimientos. Pero el fuego del alma se apega a su elemento, –en el centro–, el amor, para elevar el calor del corazón, hasta el crítico valor de la fusión, con el fin de obtener, antes de renacer, la pureza de intención. Es mi intención, ahora, mantener vivo el recuerdo de tu abrazo, mi amor, hasta que, en Dios, veamos claro y nítido que ya no podemos separarnos, fundidos en el Uno, que ya fuimos, que somos y seremos… Hasta la grande y próxima explosión

Page 21: hogar, Dulce hogarde cuidar este templo en el que vives . y expreso la intención . de saber que recibes . de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte . otra vez la

21

de otra nueva galaxia ¡que expanda nuestro amor al Universo !

Ahora, sí, mi fratellino, te daré lo que me pides, puesto que he querido

indicar a los lectores que mi posición es libre, y que, al salir de lo cuántico has-ta nuestro plano humano, mi propia intención ha influido en el movimiento vi-bratorio de nuestra “porciúncula” de amor.

KÁBALA ESDRÚJULA Cándida, rústica, mística, mágica, éntrate al ínfimo dédalo íntimo, no seas árida, frígida, sádica, oye mi súbito gémito prístino. Rompe mi pícaro búcaro zíngaro, tómame íntegro, lúcido, férvido, tenme por pésimo, póstumo Píndaro, goza mi júbilo cálido célico. Guarda mi último pétalo válido, frena mi autárquico péndulo tántrico, guíame vívido, lúdico, impávido… hasta el sabático, báquico, lúbrico, dulce y recóndito éxtasis místico de tus idílicos ágapes ónticos. Luego un numínico número idéntico selle mi inédito cántico incógnito. DESPEDIDA Indica el camino y vete, como el Angel de Emaús. Abre los ojos al ciego, que sean su propia luz. No esperes la acción de gracias, pues “LAS GRACIAS” ¡eres tú !