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HO ORIO DELGADOLA PERSONA Y EL PERSONAJE *

(1892 - 1969)

unque el conocimiento genuinamenteantropologico del ser del hombre haavanzado de manera significativa, laesencia de la condicion humana estalejos de ser a1canzada. uevos enfo-

ques, basados en los progresos de la ciencia y dela epistemologia, que han influido principalmen-te en el metodo, evidencian renovados desafios yacentuan mas las sombras que las luces para unaaprehension total del hombre en su naturaleza.

Para indagar sobre los motivos y las razonespor las que Honorio Delgado trazo un proyectovital de excelencia personal y logro realizarlo,conviene analizar por separado a la persona y alpersonaje, y despues considerarlos en conjunto,con las interacciones de la una con el otro. Comopersona, sobre la base del reconocimiento de unapropia disposicion biologica con varios y dife-renciados talentos, construyo una imagen idealde realizacion personal a la que cifio invariable-mente su vida, en un ejemplo de ejercicio tenazy exitoso de voluntad. La realizacion personalcomo una formacion para la excelencia le signi-fico desde luego mucho esfuerzo: "El acceso escon ascesis. Una ascesis, eso si, mundana''.'

El logrado troquelado de su persona permi-tio la incorporacion temprana de Honorio Del-gado a la elite intelectual peruana y al complejomundo de la psiquiatria en los mas desarrolladosambientes europeos. El dominio de las lenguas,especialmente el aleman, en una epoca en quela psiquiatria estaba escrita mayormente en eseidioma, le franqueo el conocimiento y la relacionpersonal con maestros famosos y de adelantadosde la modem a psiquiatria.

Hablando de Nicolai Hartmann y el mundode los valores, Honorio Delgado da la clave de simismo: "En definitiva, la dignidad suprema delhombre, ser autonomo frente al mundo real de lassituaciones y frente al mundo ideal de los valores,estriba en fundir ambos en actos de creacion per-sonal. El hombre es la (mica criatura que goza delmaravilloso privilegio, casi divino, de ser autorde su porte con la encarnacion del espiritu''.'

Honorio Delgado representa la figura del me-dico humanista y renacentista que va mas alla desu profesion para abarcar amplias parcelas delconocimiento. Clinico sagaz, psicopatologo pro-fundo, terapeuta enterado de todo 10 nuevo, queaplicaba en nuestro medio con rigor critico, fuela expresion de 10 que puede desear un espiritu deeleccion, en constante hervor creativo. Filosofo yescritor, esteta y linguista, naturalista y ecologoera, en los diversos escenarios que la vida le ofre-ciera, la misma persona y el mismo pensador queconcebia y practicaba su profesion conforme conlos elevados valores de la etica.

En acatamiento del texto hipocratico "Sobrela Decencia", Don Honorio era de aquellos "re-concentrados, sencillos, agudos en las controver-sias, oportunos en las respuestas, tenaces frente alas objeciones, bienintencionados y afables conlos que son afines, bien dispuestos para todos,silenciosos en los tumultos, resueltos y decidi-dos ante los silencios ... expresando en palabraseficaces todo 10 que este probado, utilizando unabuena diccion, haciendolo con gracia, apoyadosen el prestigio que todo esto da, teniendo comometa la verdad sobre 10 que ha sido demostrado".'

* Publicado en el Suplemento Dominical de "El Comercio", Lima,27 de septiembre de 1992.

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Transpuesta la barrera que 10 defendia de aque-110sque medraban a su alrededor por ventajismo,aparecia la persona real, sencilla, afable y cordial,siempre dispuesta al servicio. Felix Marti-Ibafiez,en paginas de admirable concisi6n, ha reafirmadola imposibilidad de ser un gran medica "si se care-ce de grandeza en el diario vivir como humano. Elsefiorio y dignidad espirituales en la vida privada11evanconsigo, a menudo, la maestria y pericia enel arte medico"."

Honorio De1gado tuvo siempre, como figura pa-radigmatica, como ejemplo emblematico, el Ariel,de Jose Enrique Rod6. Record6 ante colegas orien-tales, la vez primera que visit6 ese pais, su deuda"muyantigua" con la cultura uruguaya. "Jose En-rique Rod6, un verdadero maestro de idealismo,ha formado nuestro espiritu en un criterio de ele-vaci6n, de orientaci6n hacia los mas altos valores yde estima de todo 10 que signifique la alta cultura,comenzando por la de la Grecia antigua, a la quetanto amara".

Su identidad de psiquiatra, perfilada desde muytemprano en la vida, corri6 pareja con el troque1a-do de su personalidad. Autodidacta por antonoma-sia, fue a la vez objeto y sujeto de su aprendizaje.Casi al mismo tiempo fue persona y personaje.Su identidad hubo de emerger y diferenciarse delmundo gris de la rutina y la mediocridad, con lahipertrofia de algunas de sus caracteristicas prin-cipales, para poder constituirse en paradigma ysimbolo (C. Castilla del Pino,'). Relevante en lamedicina y adelantado de una psiquiatria modema,reconocido precozmente en dimensi6n nacional eintemacional, "la personajeidad" de Honorio Del-gado esa "hiperidentidad que categoriza al perso-naje", no tuvo necesidad de "ser otro" sino la deser 'el mismo".'

_ias que alirnentada por una necesidad de re-imiento personal, Don Honorio fue cons-

ciente de la necesidad de forjar una "aristocraciadel espiritu", con figuras intelectuales de autenticovalor para contribuir a la formaci6n de las j6ve-nes generaciones. En los pocos meses en que fueMinistro de Educaci6n, limitado para realizar unareforma de aliento, dej6 hue11a de su paso conacertadas medidas de corto plazo. Desaparecido sumaestro Hermilio Valdizan, no acept6 la direcci6ndel entonces unico hospital mental pero fue jefede servicio durante mas de cuarenta afios, Distan-te de la figuraci6n, solo accedi6 al Decanato de laFacultad de Medicina cuando los momentos difi-ciles demandaban la presencia de un maestro desu calidad. Y acept6 la rectoria en la UniversidadPeruana Cayetano Heredia cuando era necesariauna figura como la suya, de renombre, capaz deaglutinar y de catalizar esfuerzos para crear unainstituci6n con exce1entes programas pero con po-cos recursos materiales.

Mantuvo cierto aire formalmente conservador,una elegancia con nota finamente arcaizante. Asi fueinclusive en sus tiempos de estudiante y en su juven-tud, aunque la Lima de entonces favoreciera esteporte distinguido. CarIos Bustamante Ruiz 10 re-cuerda en su primera clase de Biologia en la Facul-tad de Ciencias de San Marcos: "Con andar pausa-do, en actitud casi hieratica, ascendi6 al pequefioestrado. La instantanea, grabada en el recuerdo,10 presenta como de estatura mas que promedio,vistiendo elegante temo marr6n oscuro, saco cru-zado, sombrero hongo de fieltro con filete, guantesde gamuza de color claro, escarpines a tono conlos guantes y bast6n de gancho para colgar al bra-zoo Sombrero, guantes y bast6n fueron colocadossobre la mesa. Luego extrajo del bolsillo interiordel saco una doblada hoja de pape111ena de anota-ciones, la extendi6 sobre la mesa de cuyo rebordese cogi6 con ambas manos y mirando el techo unosratos y el fondo del aula los mas, nos hab16 duran-te cincuenta minutos del amanecer de la cultura

• " 5gnega ....

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REFERENCIAS

3. HIPOCRATES:"Sobre la decencia", en Tra-tados Hipocraticos.Y. 1, Editorial Gredos,Madrid, 1983.

Mas interesado por el ser que pOT

vio con holgura sin precaver 10 anos ;- --taciones de la enfermedad. Pudo "h~,~~-~

tuna cuando le consultaban inclusiveatraidos por su nombradia y por er e ctor,en el area sudamericana, de 10 nuev - traramien-tos psiquiatricos, desde el p icoaruilisis hasta lapsicofarmacologia, Cuando la Revista de Neuro-Psiquiatria pasaba por dificultades econ6micas,inc6modo por tener que solicitar las ayudas nece-sarias, solo en una ocasi6n se lament6 de no ha-berse preocupado de disponer de una reserva porel mismo generada.

Algunos conservan el recuerdo del personaje,la nota anecd6tica de su estilo y manera de ser,su rigor en la forma y en el fondo, sin guardar lamisma memoria de la persona. Esa escisi6n ali-

1. C. CASTILLADELPINO (comp.): Teoria delpersonaje. Alianza Editorial, Madrid.1989.

2. H. DELGADO:Nicolai Hartmann y el rei-no del espiritu, Imprenta Lumen, Lima,1956.

ment6 por afios la imagen de un Honorio Delgadonimbado de leyenda, distante, soberbio, elitista yconservador a ultranza, casi el perfil de un griegoclasico nacido fuera de epoca, El "efecto de halo"aliment6 por afios esa imagen, de la que fue alejan-dose en los ultimos tiempos. Con precisi6n sefialaWagner de Reyna que "los afios 10 abrieron al hu-mor y a la eutrapelia", 10 aligeraron de indumentay de las etiquetas formales. El personaje cedi6 a10 autentico, a la persona, con los rasgos de exce-lencia manifestados hasta la vispera de su muerte.Una vida personal austera y eficaz refiej6 a un serde excepci6n, y Honorio Delgado 10 era. Desapa-recido fisicamente, se diluye el personaje y pervi-ve la persona, inscrita de manera definitiva en losanales de la medicina y la cultura peruanas. Fue,para decirlo en sus propias palabras, de aqueUosmaestros, que "despues de muertos son capaces decomunicamos vida". 6

4. F. MARTI-IBAJ'lEz: "Los libros en la vida delmedico", en Surco. Ensayos sabre literatura,historia de la medicina, arte y psicologia.Aguilar Ediciones, Madrid, 1960.

5. C. BUSTAMANTERUIZ:"Imagen primera y pos-trera de cuatro medicos humanistas", Revistade Neuro-Psiquiatria, 46: 28-34, 1986.

6. H. DELGADO:Lectura y cultura, Imprenta Lu-men, Lima, 1957.

JAVIER MARIATEGUIProfesor Emerito de la UPCH

ACTA HEREDIANA, Segunda Epoca, Vo!. 13, Abri11992-Marzo 1993; pp.9-11

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