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¿HITLER EJERCIÓ LIDERAZGO? 5/1/2013 Ensayo sobre la ética en el ejercicio de liderazgo, Héctor E. Lira

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  • HITLER EJERCI

    LIDERAZGO?

    5/1/2013 Ensayo sobre la tica en el ejercicio de liderazgo, Hctor E. Lira

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    Recuerdo haberme enfrentado muchas veces al dilema, acadmico y valrico, de analizar y comprender de manera ms profunda el supuesto liderazgo de Adolf Hitler, bajo la lgica de entender cmo se gesta un proceso de tal tipo, y qu resguardos puede tomar un sujeto cualquiera que, cegado quizs por su propio entendimiento y concepcin de lo que significa el bien comn, puede llegar a cometer errores que impliquen un gran costo para la sociedad. El solo hecho de intentar responder qu diferencia realmente a Hitler de un personaje como Mahatma Gandhi es en s mismo un enorme desafo. Ambos encabezaron movimientos sociales que tuvieron muchas bajas humanas en el proceso, donde muchas personas sufrieron y murieron por una visin que era compartida. Adicionalmente, los dos tenan un propsito claro de lo que queran y de lo que entendan por progreso, ambos lograron ganar influencia y legitimidad para con los suyos, y ambos fueron vistos como parte del problema y la solucin, entre otras cosas ms. Si existe alguna diferencia entre ambos, no es menor la importancia de su comprensin ms acabada, y en efecto,

    merece un anlisis exhaustivo al respecto. En lo que concierne a este anlisis, el examinar el contexto histrico en el cual se desenvolvi Adolf Hitler es sumamente relevante al momento de entablar distinciones desde una perspectiva ms objetiva y pura.

    DIAGNSTICO DEL CONTEXTO HISTRICO

    Tras declararse el fin oficial de la Primera Guerra Mundial el 28 de junio de 1919, Alemania qued derrotada poltica, econmica y moralmente. Esto deriv en un frustrado intento por implementar una democracia liberal (Repblica de Weimar) que reemplazara las anteriores monarquas. Las razones del fracaso pueden encontrarse en gran medida en la dificultad que tenan los grupos tradicionalistas, herederos de la aristocracia prusiana, para validar y adaptarse a la nueva situacin poltica. En palabras de Jeffrey C. Alexander (1990) como no podan aceptar la legtima autoridad del establishment legal modernista, el sistema de control social no tena modo de adjudicar, o aun reprimir, los conflictos cada vez ms agresivos de la sociedad alemana. De este modo, esto sent una base para que emergiera

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    un conflicto a nivel de paradigmas respecto de cmo se iba a construir la narrativa e identidad de la Alemania post Primera Guerra Mundial.

    Adicionalmente, al empezar el siglo aparecieron los principios de una ideologa que aos ms tarde se cristaliz en el nacionalsocialismo1, doctrina conocida tambin con el nombre de nazismo. Sus principios, reforzados por la teora de la superioridad de la raza aria, se caracterizaban por el antisemitismo y su apologa de la violencia y el autoritarismo. Partidario de estas teoras, surgi desde el anonimato un personaje singular, Adolf Hitler, un aspirante a artista austriaco que decidi unirse al Partido Obrero Alemn tras concluir la Primera Guerra Mundial. En 1920, este partido fundado en Mnich adopt el nombre de Partido Nacionalsocialista Alemn del Trabajo y, al ao siguiente, Hitler se convirti en su lder, potenciando hbilmente el elemento del racismo para formar la mezcla explosiva y paranoica que calara hondo en toda la nacin alemana.

    Ciertamente, Adolf Hitler en su libro Mein kampf2 (2002) describe el programa del movimiento, y como bien se puede apreciar en el siguiente extracto, a nivel conceptual comenzaba a elaborar su visin sobre el humanismo, el pacifismo, la superioridad de la raza aria y el antisemitismo:

    Lo que nadie podr dudar es que la Tierra estar expuesta a las ms duras luchas por la existencia de la Humanidad. Al final, vence siempre el instinto de conservacin. Bajo la presin de ste, desaparece lo que llamamos espritu humanitario como expresin de una mezcla de locura, cobarda y pretendida sabidura. Si la Humanidad se hizo grande en la lucha eterna, en la paz eterna desaparecer. Para nosotros, los alemanes, el signo de la colonizacin interna es funesto, pues inmediatamente refuerza la opinin de

    1 Movimiento poltico y social del Tercer Reich alemn, de carcter

    pangermanista, fascista y antisemita. 2 El primer volumen de Mi lucha, de 400 pginas, fue publicado en el

    otoo de 1925. La impresin de este libro es considerada, por las leyes de varios pases, un crimen federal, al que pueden aplicarse penas que van desde el pago de una pequea multa hasta varios meses de crcel, a diferencia de otros libros con ideologas extremistas.

    haber encontrado un medio que, de acuerdo con el espritu pacifista, permite situarnos en una vida de entorpecimiento, en un ganar la existencia () En tanto y en cuanto el alemn medio se haya convencido de poder garantizarse por ese medio la vida y el futuro, cualquier intento de una interpretacin activa, y por tanto fructfera de las necesidades vitales de Alemania, estar condenada al fracaso (...) Teniendo presente esas consecuencias, se debe convenir que no es por azar que, en primer lugar, son siempre los judos los que procuran y saben inocular en el espritu del pueblo ideas tan mortalmente peligrosas. (p. 84).

    Y fue sobre esa visin que, con insospechada rapidez, este movimiento comenz a crecer y a ganar adeptos, debido en gran medida a la inteligente utilizacin propagandista del sueo de una patria recuperada, libre de las enormes limitaciones impuestas por el Tratado de Versalles de la Primera Guerra Mundial3, como tambin por el temor al comunismo y las tensiones sociales originadas por la depresin econmica y el desempleo.

    Gracias a una propaganda atractiva y hbil, Hitler asumi el poder legalmente al ser nombrado canciller del III Reich, comenzando entonces la dictadura del partido. En ese entonces, las masas eran cautivadas por los espectaculares desfiles militares, perfectamente organizados; por los sugestivos ritos de las asambleas del partido y por efectivos lemas acerca de la grandeza del pas, montaje que busca neutralizar la verdadera realidad de Alemania en esa poca que era la de una sociedad alicada y castigada por la comunidad internacional.

    En ese sentido, el nazismo ocult su naturaleza antidemocrtica tras una confusa filosofa en la que se mezclaban las evocaciones a la tradicin romntica de una Alemania "brbara" y

    3 De las muchas disposiciones del tratado, una de las ms importantes y

    controvertidas estipulaba que Alemania y sus aliados aceptasen toda la responsabilidad moral y material de haber causado la guerra y, bajo los trminos de los ensayos 231-248,1 deberan desarmarse, realizar importantes concesiones territoriales a los vencedores y pagar exorbitantes indemnizaciones econmicas a los Estados victoriosos.

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    vital, el culto y la exaltacin de la fuerza, el desprecio por los ideales democrticos - vistos como seal evidente de debilidad y de escasa virilidad-, la exaltacin racista de un pueblo alemn destinado a destruir y a sustituir a las otras razas inferiores y decadentes, y otros temas polticos ms concretos como la polmica en torno al Tratado de Versalles, la creciente militarizacin de la economa y de toda la vida nacional mediante la introduccin en todos los niveles del Fhrerprinzip4, y la necesidad de una inmensa expansin industrial como nica solucin ante la crisis econmica.

    Sin embargo, un anlisis ms sociolgico de la Alemania pre-nazi da cuenta de un fraccionamiento nacional mucho ms delicado y sigiloso que lo mencionado hasta el momento. Alexander (1990) lo deja muy claro en su libro donde realiza un diagnstico bastante ms sistmico del problema identificando certeramente las distintas facciones que se encontraban en conflicto. En sus palabras:

    (Talcott Parsons5) cree que en Alemania se desarroll una versin ms extrema de lo que ocurri en todo Occidente: la sociedad qued dividida en un sector moderno que estaba profundamente involucrado en estructuras recientes, impersonales y racionalizadas, y un sector tradicional que se opona a ellas. Los grupos tradicionalistas experimentaban gran angustia por la disolucin de las viejas pautas, y enfatizaban el fin de la certidumbre religiosa, la destruccin de la simplicidad rural y la prdida de la estabilidad econmica. El sector modernista experimentaba angustia a causa de su

    4 Fhrerprinzip es un trmino alemn traducible como principio de

    autoridad. Se refiere a un sistema jerrquico de lderes (similar al sistema militar) que tienen una absoluta responsabilidad en el rea de su competencia y que deben responder slo a una autoridad superior pretendiendo obediencia absoluta de sus subalternos. El Fhrerprinzip fue un concepto poltico y propagandstico en el Nacionalsocialismo alemn. 5 Talcott Parsons, a quien hace referencia Alexander (1990), fue un

    socilogo estadounidense y uno de los grandes representantes del funcionalismo estructuralista, cuya contribucin ms notable fue la difusin del concepto de "accin social". Para l, el funcionalismo estructural supone que las sociedades tienden a la autorregulacin, as tambin como a la interrelacin constante de todos sus elementos (valores, metas, funciones, etc.).

    posicin vulnerable en el filo cortante de la racionalizacin (...) Un grupo nuevo como la clase obrera industrial alemana entenda que an no haba recibido su parte; un grupo ms viejo como los pequeos granjeros entenda, por el contrario, que estaba perdiendo prestigio y seguridad econmica en comparacin con el grupo obrero (...) Los miembros de la clase industrial, por otra parte, experimentaban un aumento del control sobre las disponibilidades pero se sentan privados de un acceso igualitario a los smbolos del prestigio. Ningn grupo de la sociedad alemana estaba satisfecho con su suerte. Estas tensiones inusitadamente grandes entre los sectores modernizadores y tradicionales facilitaron la creacin de chivos expiatorios. Cada grupo estaba frustrado, y cada cual externalizaba su frustracin como agresin contra los que defina como criminales. Para la izquierda modernizante obreros, intelectuales, cientficos, comunistas los chivos expiatorios eran los grupos de la vieja Alemania, la aristocracia, la clase media baja, los lderes religiosos, y segmentos de la nueva clase alta que se haba aliado con ellos. Para la derecha tradicionalista, los chivos expiatorios eran los socialistas, los intelectuales, los cientficos y los judos. Estaba montado el escenario para una batalla a muerte. (p. 45).

    Sin embargo, dada la barbaridad que implic el hecho que Hitler ejerciera el poder, con un saldo de cerca de 6 millones de muertos en los campos de concentracin, y los cerca de 60 millones de personas fallecidas por efecto de la Segunda Guerra Mundial6, muchos frecuentemente utilizan su imagen como uno de los casos ms clarificadores de un fuerte liderazgo, personificando en l todo el fenmeno social que se despleg en esa poca. Reflexionando sobre este ltimo punto, al considerar las condiciones histricas previas al trmino de la Segunda Guerra Mundial, y debido a

    6 Por supuesto que de ningn modo se responsabiliza de manera nica

    y exclusiva a Hitler o la Alemania Nazi de estas cifras, hacerlo sera una fuerte evasin.

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    que en esa poca no exista un nivel de conciencia y sensibilidad tan desarrollado como el actual respecto de la importancia de los Derechos Humanos, Hitler ha sido personificado como el mal moderno, una suerte de Nern contemporneo que al estar ms prximo a nuestra poca adquiere una mayor magnitud de malignidad.

    EL CONCEPTO DE PROGRESO EN EL LIDERAZGO

    En lo que respecta, lo que este ensayo busca es analizar el ejercicio de liderazgo de Adolf Hitler, tanto desde la perspectiva de la efectividad como en trminos de la tica, para luego evaluar si realmente ejerci liderazgo desde la perspectiva del framework del liderazgo adaptativo desarrollado por Ronald A. Heifetz y Marty Linsky en la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard, y ver lo socialmente til que puede ser el comprender el liderazgo como un acto tico. Esto, exige revisar la definicin que cotidianamente utilizamos de liderazgo, como tambin el dilucidar qu se encuentra detrs del anhelo de un grupo de personas cuando piden ms liderazgo de parte de una persona o autoridad.

    Para efectos de este anlisis, existe un desafo que es quizs an mayor. El desprenderse de la carga arquetpica que posee la imagen de Hitler en la historia de la humanidad no es sencillo, y el caricaturizarlo y deshumanizarlo es una forma fcil de evadir un fenmeno que es mucho ms frecuente y complejo de lo que pensamos. Asimismo, la tendencia humana a personificar los conflictos disminuye la capacidad de realizar un examen realista de un problema socialmente complejo. Por lo mismo, la necesidad de desarrollar una mirada objetiva y sistmica al respecto se hace imprescindible para poder tener mayor profundidad y realismo.

    En esta lnea, en este ensayo en particular el anlisis se desarrollar desde la particular mirada del Liderazgo Adaptativo. La razn detrs de la eleccin de este marco conceptual radica en que el autor entiende el liderazgo como un ejercicio y no como una condicin o influencia propia de una persona, ni tampoco como la actitud que se asume frente a una situacin determinada. Por consiguiente, es importante advertir que es exclusivamente bajo los supuestos de la mirada

    anteriormente mencionada que podemos sostener la pregunta de si Hitler efectivamente ejerci liderazgo o no. En ese sentido, existen distintas formas de interpretar y evaluar el liderazgo de este personaje, aspecto que es analizado por Heifetz en su libro (1997):

    Si el liderazgo se define exclusivamente por la influencia, Hitler puede considerarse un lder autntico y exitoso: moviliz a todo un pas para que siguieran su visin. Fue capaz de convencer a millones de personas para que organizaran sus vidas en torno a sus ideas. Incluso aadiendo el criterio de que las metas tienen que satisfacer las necesidades de los seguidores, adems de las del lder, podramos decir que Hitler lider. Sus muchos seguidores de Alemania compartan sus metas () Lleg a su posicin, en parte, expresando las penurias y esperanza de muchas personas. Adems, segn las normas de la efectividad organizacional, Hitler ejerci un liderazgo formidable. En cientos de casos especficos de toma de decisiones, Hitler logr desarrollar la efectividad de las organizaciones alemanas. Estableci el objetivo de restaurar la economa de su pas, y consigui hacerlo dentro de un lapsus de tiempo. (p. 52).

    Ante esto, no es propsito de este ensayo el dogmatizar la discusin, y por ende, no se pretende el afirmar o negar el nivel de asertividad de otras concepciones de liderazgo, sino que se busca hacer uso de las herramientas que el framework del Liderazgo Adaptativo otorga para poder responder a esta controversial interrogante. Desde esta perspectiva, es necesario clarificar que la palabra "liderazgo" contiene en s misma una carga valrica, en cuanto que comnmente se le asocian ciertos valores y caractersticas personales tales como la influencia, la movilizacin, el glamur, etc., y para Heifetz en particular, el concepto de progreso. Por lo mismo, existe una resistencia natural en las personas cuando se les pide cuestionar lo que entienden por ser un lder, en cuanto que al desafiar el concepto de liderazgo, a su vez se desafa la imagen que poseen de s mismos y que han construido a lo largo de su historia.

    Dicho esto, la definicin que ha desarrollado Heifetz y sus colaboradores (1997,

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    2003 y 2012) a lo largo de su extensa bibliografa para definir el concepto de liderazgo se podra enunciar como el 1) proceso de desafiar a un grupo para que revise y adapte sus valores, normas, creencias y comportamientos, 2) realizando en ellas un trabajo adaptativo que desarrolle nuevas capacidades que les posibiliten el progreso.

    En efecto, en la primera parte de esta definicin se hace referencia a que el liderazgo no es una condicin dada y permanente en el tiempo, sino ms bien una actividad. Esto implica que la efectividad no pasa por el lder al cual comnmente sealamos cuando hay problemas, sino ms bien que a la eficacia del proceso de intervencin desde un rol cualquiera. Del mismo modo, en ninguna parte se hace mencin a la palabra legitimidad o autoridad, recursos que si bien pueden cooperar o limitar el ejercicio del liderazgo no son imprescindibles. En ese sentido, es suficiente imaginar a Mahatma Gandhi cuando recin comenzaba a intervenir en India sin poseer ninguna legitimidad o autoridad, y que consciente de las limitaciones que implicaba el ostentar un cargo, durante toda su vida jams busc ejercer ningn tipo de autoridad formal, pese a que sus seguidores le llamaban Bpu, que en idioma guyarat significa padre.

    Del mismo modo, es posible notar cmo en el primer enunciado de la definicin se expresa abiertamente algo que a priori podra parecer un tanto paradojal. Se hace mencin a un proceso de desafiar a un grupo para que revise y adapte sus valores, normas, creencias y comportamiento Por qu una definicin de liderazgo invita a poner a las personas en un estado de incomodidad si eso implica arriesgar la popularidad e influencia que se posee? La respuesta es ms emprica que conceptual. Por un lado, existe cierta concepcin de propsito que es inherente al enunciado, en cuanto que hay un para qu en la asuncin de dicho riesgo, pero tambin hay un supuesto implcito contenido en esta definicin que se deriva de la biologa evolutiva: para prosperar se deben experimentar ciertos aprendizajes complejos que son obtenidos cuando se pierde algo que se valora. Como claramente expone el autor Ronald A. Heifetz (2012):

    Las nuevas adaptaciones desplazan, vuelven a regular y reorganizar parte del ADN antiguo. Por analoga, el liderazgo para superar desafos adaptativos genera prdidas. El aprendizaje suele ser doloroso. Que una persona sea capaz de innovar puede hacer que otra persona se sienta incompetente, traicionada o insignificante. No hay muchas personas a las que les guste que las reorganicen. Por lo tanto, el liderazgo requiere de la capacidad diagnstica de identificar estas prdidas y las pautas de respuesta defensiva predecibles tanto a nivel individual como a nivel sistmico. (p. 39).

    En ese sentido, es importante retomar la pregunta que se esboza en el prrafo anterior desafiarlos para qu? Si bien a todos nos puede hacer sentido el hecho de que el aprendizaje muchas veces puede ser doloroso, la pregunta es por qu una persona debera perder o renunciar a algo para poder aprender. En este aspecto, entramos a analizar la segunda parte del enunciado: realizando en ellas un trabajo adaptativo que desarrolle nuevas capacidades que les posibiliten el progreso. El concepto de trabajo adaptativo deriva de la antropologa y psicologa, en palabras del propio Heiftez (2012):

    Durante casi cuatro millones de aos, nuestros primeros antepasados vivieron en pequeas tribus que cazaban y recolectaban alimentos. Progresivamente, fueron sofisticando el diseo de las herramientas y de las tcnicas de caza y de transporte. Su capacidad fsica fue aumentando a medida que desarrollaban sistemas, mediante el cambio evolutivo, para ampliar su mbito de actuacin. Gracias a lo que antroplogos y psiclogos han identificado como la capacidad de aprender de nuestros mayores, los primeros seres humanos empezaron a formar culturas con normas que se sostenan por s mismas y que requeran una mnima intervencin de las autoridades para su cumplimiento. Las normas culturales otorgaron a los seres humanos una capacidad de adaptacin y de

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    expansin extraordinarias cuando, hace relativamente poco, unos doce mil aos aproximadamente, aprendieron a domesticar animales y a cultivar plantas; la nueva capacidad de almacenar alimentos permiti, y exigi, asentamientos ms permanentes. Ahora, grandes grupos vivan juntos, lo que trajo una nueva necesidad: gobernar organizaciones y comunidades amplias () El proceso de adaptacin de nuestros primeros antepasados a las nuevas posibilidades y desafos continu durante el curso de la historia escrita, con el crecimiento y la variacin en el alcance, la estructura, el gobierno, la estrategia y la coordinacin de la empresa poltica y comercial. La manera de entender la gestin de estos procesos ha seguido una evolucin similar, hasta llegar a nuestros tiempos y a lo que llamamos liderazgo adaptativo. (p. 36).

    Por tanto, cuando hacemos mencin a un proceso de adaptacin hacemos referencia a la evolucin que deben experimentar las formas de interaccin y los niveles de conciencia en un grupo determinado para generar nuevas posibilidades frente a distintos e inciertos desafos. Del mismo modo, la nocin de progreso que est comprendida en la segunda parte de la definicin sostiene una estrecha relacin con la biologa evolutiva, en cuanto se relaciona con cunta capacidad posee un sistema para poder experimentar cambios sin perder lo que ms valoran como conjunto. De ah que, Heifetz (2012) define el progreso como el desarrollo de una capacidad nueva que permite que el sistema social crezca en entornos nuevos y hostiles mediante un proceso de aprendizaje social y poltico que conduce a la mejora de la situacin del grupo, la comunidad, la organizacin, el pas o el mundo. (p. 372). Sin embargo, este ltimo aspecto es particularmente complejo en cuanto que al hablar de una mejora en la condicin del grupo se deja espacio para entrar en el terreno tico de qu se entiende por esa mejora, quin o quines definen esa mejora, y finalmente, cul concepcin de mejora prevalece cuando compiten mltiples interpretaciones al respecto.

    En concordancia, si recogemos las distintas definiciones e interrogantes que han emergido a lo largo de este ensayo, ciertamente podramos construir preguntas que permitieran estructurar un examen ms profundo del proceso de movilizacin de Hitler. En ese sentido, entre las mltiples preguntas que pueden surgir respecto de la figura del Tercer Reich, es pertinente el esforzarse por elaborar interrogantes que tengan un enfoque prctico que facilite el contraste con los hechos histricos de los cuales se tiene conocimiento.

    CUESTIONAMIENTOS AL LIDERAZGO DE HITLER

    Para empezar, cabe preguntarse cunto desafi Hitler al pueblo Alemn respecto de los valores, normas, creencias y comportamientos que los haban llevado a estar en las condiciones que se encontraban. Si bien Hitler moviliz efectivamente a todo un pas hacia su visin personal de lo que l consideraba que era necesario para que el pueblo alemn saliera adelante, debemos recordar que el liderazgo no se define nicamente por el nivel de influencia que se tiene sobre los seguidores, ni tampoco por los atributos personales que posee el lder. En efecto, si suponemos que el liderazgo no slo debe satisfacer las necesidades de los seguidores sino tambin elevarlos y lograr en ellos una profunda reflexin y anlisis del problema, entonces Hitler no ejerci liderazgo alguno, sino que ms bien impuso a veces a travs de la seduccin de sus discursos y otras mediante la violencia- una visin que no se hizo cargo de los conflictos de valores que existan entre las distintas facciones que estaban involucradas en el desafo de reconstruir la moral, la economa y la configuracin poltica de un pueblo fuertemente castigado por la comunidad internacional en el Tratado de Versalles de 1919. No obstante, el sometimiento del pueblo alemn durante a Alemania Nazi es un fenmeno mucho ms complejo. Aunque superficialmente parezca un pensamiento antagnico, un segundo anlisis ms profundo apunta a que Hitler tambin fue manipulado por el sistema social para evadir los cambios que el entorno le impona al pueblo Alemn. En este aspecto, hay distintas concepciones historiogrficas que han examinado el efecto Hitler en Alemania, y existe una fuerte dicotoma en los anlisis que se realizan respecto de su responsabilidad histrica en la sociedad nazi.

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    Por un lado, estn los anlisis de los historiadores intencionalistas (o tambin Hitlercntricos), que adjudican toda la responsabilidad a Hitler, responsabilizndolo como el gran arquitecto del genocidio y Segunda Guerra Mundial. Y, de manera contraria, existen tambin las interpretaciones de autores ms estructuralistas (o funcionalistas), que no focalizan el estudio nicamente en las intenciones y los actos del Fhrer, sino que consideran la presin de las circunstancias histricas en el momento de creacin y funcionamiento del rgimen nazi como uno de los factores decisivos al momento de evitar el anlisis, por parte del pueblo Alemn, respecto de cul era el trabajo adaptativo que realmente deban realizar para superar los problemas que enfrentaban como pas.

    En segundo lugar, es importante el considerar cunta capacidad adaptativa y aprendizaje logr instalar Hitler en el pueblo Alemn para hacer frente a los distintos desafos que deban enfrentar. En esa lnea, segn el criterio del trabajo adaptativo tampoco ejerci liderazgo: Hitler moviliz espectacularmente a la sociedad, tanto en trminos sociales como econmicos, pero en direccin de evitar la realidad. Asimismo, evoc visiones romnticas de Alemania, y a su vez, victimiz al pueblo alemn como recurso para convencerlo. En efecto, Hitler no solo err en el diagnstico de los males de la condicin de Alemania sino que tambin fortaleci la dependencia de los sistemas jerrquicos al momento de tomar decisiones, lo que se tradujo en un sistema de gobierno dictatorial, que no permita mecanismos democrticos que incorporaran a los distintos sectores de la sociedad y mediantes los cuales los alemanes pudieran hacerse cargo de los problemas que los aquejaban. En efecto, toda esa distorsin de la realidad qued claramente reflejada en las diversas formas de propaganda que el rgimen nazista desarroll. Los soldados, pese a que estaban perdiendo desde hace tiempo, se convencan de que la nica solucin al problema de Alemania era la que promova el rgimen Nazi, y no solo ellos, sino tambin las personas comunes y corrientes que de manera voluntaria denunciaban a las autoridades cada vez que descubran un judo. Gonzalo Vega (2005, abril 23) lo ejemplifica

    claramente en una columna que escribe en El Mercurio cuando clarifica que a pesar de los intensos bombardeos aliados y de las ciudades convertidas en ruinas, la propaganda invit al pueblo alemn a no cejar, a no perder el espritu e, incluso, a reforzar la confianza en Hitler. Para esto, "invent" armas secretas y fortalezas impenetrables para que la gente, aun con una bayoneta entre pecho y espalda, siguiera creyendo en la esvstica.

    Finalmente, cabe el cuestionarse dos aspectos fundamentales respecto de la forma en que el Tercer Reich moviliz a la sociedad alemana de la poca: Quin defini el progreso en torno al cual el pueblo Alemn se encamin? Y Cunta revisin y adecuacin de esa concepcin de progreso lograba sostener la sociedad Nazi? Hitler inspir a las personas con el bien comn de Alemania pero ste era el de una sociedad fragmentada y excluyente, cuya nica forma de sobrevivir era eliminando otros valores y formas de pensar. Del mismo modo, jams dej el espacio para que la sociedad construyera por s misma una visin esperanzadora del futuro, ni mucho menos instal mecanismos de revisin del estado de bienestar que anhelaban. Esto, deja entrever una premisa fundamental; el progreso debe ser definido por todo el sistema, por muy complejo que esto pueda resultar en la prctica. Cuando una faccin progresa a costa de eliminar los intereses y anhelos de otros, ya sea socavndolos moralmente o eliminndolos, sin incluirlos en lo que entienden como el bien comn, entonces no se est ejerciendo liderazgo.

    EL LIDERAZGO ADAPTATIVO EN LA PRCTICA

    Puesto que, detrs de todo el anlisis desarrollado a lo largo de este ensayo, las aplicaciones prcticas que se pueden extraer de las preguntas ticas asociadas al ejercicio del liderazgo apuntan directamente al nivel de aprendizaje y capacidad adaptativa que un lder genera en un grupo. Qu sugiere lo anterior si lo aplicamos al liderazgo adaptativo?

    i. La importancia de contrastar, desafiar y revisar supuestos desde mltiples focos. El no hacerlo limita la capacidad de cuestionar la visin personal que se posee ante un problema determinado. Esto implica que

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    nunca se cuestiona si se est realizando el trabajo adaptativo correcto para solucionar el problema. Para llevar a cabo un trabajo adaptativo la visin debe seguir el contorno de la realidad, y no slo ser atractiva y despertar pasiones. Es importante determinar bien cul es la situacin actual y ser precisos en identificar cmo el desafo adaptativo divide el sistema en distintas facciones que luego se manifiestan de distintas formas cuando se desarrolla el trabajo adaptativo.

    ii. La importancia de estar constantemente adquiriendo perspectiva (Figura N1) subindose al balcn-, dado que es este ejercicio una de las garantas de que el proceso adaptativo y las intervenciones que durante ste se efecten tengan un propsito alineado con lo que el sistema necesita o anhela7. No es suficiente realizar un nico diagnstico en todo el proceso, sacar una foto de lo que ocurre es esttico y no incorpora los cambios que ocurren tras cada intervencin. Por lo mismo, es necesario lograr generar la capacidad de lograr el doble ejercicio de mientras se interviene estar consciente en tiempo real de lo que generan los estmulos que aplico sobre el grupo.

    FIGURA N1 (HEIFETZ, 2012)

    iii. Permitir desafiar la visin y definicin del problema que existe, de este modo se ganar mayor perspectiva. En efecto, Hitler

    7 A veces el sistema no ha determinado nada. Simplemente tiene un

    anhelo, un esbozo, una opinin o un sueo. A veces el camino se va haciendo al andar.

    nunca permiti este ejercicio, suprimiendo las competencias ideolgicas y polticas alternativas en su pas. Esto no implica que quien est movilizando al grupo no tenga una visin de futuro; es necesario que posea un propsito y conviccin. No obstante, tiene que tener la suficiente apertura y humildad de comprender que el bien comn trasciende su rol y propsito personal. Quiz lo ms complejo de este aspecto es determinar cundo el propsito personal de quien est movilizando al grupo es trascendido por el del sistema social, la respuesta es simple, pero el proceso es complejo; cuando haya compartido y socializado un diagnstico realista, y a su vez, haya inyectado la suficiente capacidad y madurez en el sistema como para que ellos mismos puedan construir la imagen de lo que entienden como un futuro esperanzador. Una visin de futuro que nunca es desafiada por sus seguidores es un sntoma de que vamos en el rumbo equivocado porque no incorporamos las expectativas de los otros durante el proceso. En general, cuando las personas piden liderazgo lo que realmente estn diciendo es que anhelan progreso y un estado de bienestar mayor, mas no alguien que les imponga una visin que los lleve a destruir los fundamentos de su tica y moral.

    iv. El aspecto de lo que cada uno ve est fuertemente determinado por los valores que cada uno posee. Eliminar todas aquellas facciones y personas que no estn dentro de nuestro campo de valores -como en este caso eran los judos, comunistas, entre otros- es errar en el trabajo adaptativo dado que no se clarifican los valores de los dems. En particular, una forma de explicar esto usando una de las propiedades de los sistemas complejos que recogen Herrscher y Gharajedaghi (2003) llamada propiedad emergente. Este concepto sostiene que es a travs de la interaccin de todos los componentes de un sistema que surgen ciertos atributos o propiedades que seran imposibles de

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    generarse o reconocerse en la singularidad de una parte en particular. Es decir, las propiedades del todo no son reductibles a las caractersticas de las partes. Un ejemplo simple de esto es el fenmeno de la humedad. Como bien pueden concebir, tanto el hidrgeno como el oxgeno carecen de humedad, dicha propiedad solo emerge cuando estos dos elementos se combinan y generan un atributo nuevo que solo es propio de la interaccin entre las partes. Este mismo caso se puede replicar en trminos de las interacciones en los sistemas sociales, la manifestacin del proceso adaptativo, y por consiguiente el desarrollo de esta capacidad, solo emerge tal como la humedad- cuando todas las facciones comienzan a interactuar entre ellas, y por tanto es a travs de la orquestacin de ese conflicto de valores lo que llamamos trabajo adaptativo- que se genera esa capacidad. La capacidad adaptativa es una propiedad emergente. Sin embargo, el proceso es complejo, recuerden que la explosin termonuclear que destruy Hiroshima no es ms que una reaccin en cadena producto de la fusin de dos istopos del hidrgeno, y ya sabemos las consecuencias nefastas que ocurrieron de esto. No obstante, la reaccin atmica tambin es un signo de progreso fabuloso en cuanto a la generacin de nuevas energas alternativas y sustentables. El efecto que se puede producir en los sistemas sociales dependiendo de cmo es llevado el proceso no es menor; podemos generar una gran bomba atmica que termina por violentar a las personas, o bien una nueva fuente de energa para seguir subsistiendo como grupo. De similar modo, desde una visin ms ecosistmica, los sistemas naturales y sociales con mayor capacidad y xito de adaptacin son aquellos que poseen y valoran la diversidad porque les permite sobrevivir e innovar en ambientes hostiles y cambiantes: el pool de ADN natural y cultural es ms amplio para poder desarrollar las capacidades nuevas que el

    sistema necesita. Es decir, la heterogeneidad produce resilience8 a partir de las interacciones que se producen en un contexto de diversidad, y un sistema social que aniquila su pluralidad (como lo fue en el caso de la sociedad nazi) atenta contra su propia sobrevivencia en el largo plazo, biolgicamente y culturalmente hablando.

    Con todo, podramos fcilmente descansar en el caso extremo y casi caricaturesco de la figura de Hitler. Despus de todo, es un caso que se podra tildar de atpico y de ocurrencia poco probable. No obstante, este anlisis puede ser llevado a un terreno mucho ms cercano y prctico. El cuestionamiento surge cuando nos ponemos en el escenario de que nosotros mismos, sin dolo alguno, lleguemos al extremo de cometer errores similares a los que cometi Hitler, quiz en una escala proporcionalmente menor. Ya sea en nuestros grupos de trabajo, organizaciones, aulas o familias, la tentacin de cegarse por las convicciones y creencias personales es bastante grande. Y por lo mismo, el espritu de este ensayo busca entregar reflexiones que puedan ser tiles al momento de enfrentarse a un grupo que anhela liderazgo y exige soluciones a problemas que no sabemos abordar. Los puntos ciegos que se tienen cuando conducimos un grupo a travs de la incertidumbre son variados, y en esos casos la importancia de lo tico y moral adquiere mayor importancia y protagonismo.

    EL LIDERAZGO MORAL

    Para Marshall Ganz - desde la perspectiva de la narrativa pblica- el liderazgo se vuelve moral cuando tres dimensiones interdependientes entre s interactan de tal modo que motivan, infunden y energizan (2008) el ejercicio de liderazgo. La primera dimensin que propone tiene relacin con la conciencia de s mismo - la historia del yo- de quien ejerce liderazgo, entendida como quin soy yo en trmino de mis capacidades y libertades para poder ejercer liderazgo. En segundo lugar, considera la conciencia del otro la historia del nosotros como otra de las dimensiones

    8 Capacidad que desarrollan aquellos sistemas que, a pesar de experimentar situaciones de alto riesgo, superan la adversidad y sobreviven.

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    fundamentales al momento de inspirar a un grupo a movilizarse, poniendo especial nfasis en la necesidad de respeto del espacio de los otros para que puedan construir y anhelar un estado deseado propio, y no impuesto por m. Y finalmente, el ltimo de los pilares es la conciencia de nuestras limitaciones en relacin a la incertidumbre la historia del ahora- , es decir, el llamado a la accin ante un dilema donde no sabemos cul es el camino que debemos tomar, pero que de todos modos debemos decidirnos por uno, en cuanto que el no movilizarse representa una profunda amenaza para la subsistencia del grupo. En ese sentido, si desarrollamos cada una de estas dimensiones podramos llegar a los siguientes constructos:

    1. Cun libre9soy para ejercer liderazgo? El primer paso de esta profunda reflexin es aceptar, conscientemente, la responsabilidad que implica el comprometer y motivar a otros a perseguir un propsito en un contexto de incertidumbre. Preguntas como quin o qu me autoriza a desafiar los supuestos de un grupo determinado de personas, con los cuales han operado durante mucho tiempo y que les han sido tiles para sobrevivir? O Es suficiente con mi sentido de propsito para movilizar este grupo? Pueden ser pautas tiles para clarificar qu es importante para m cuando estoy enfrente de un desafo determinado. El ser consciente de mi historia personal, de mi self10, de las voces internas que me aconsejan dentro de mi cabeza, claramente tiene un efecto y dimensin moral cuando ejerzo liderazgo. En ese sentido, es fundamental

    9 Cuando hablamos de libertad se hace referencia a la libertad

    positiva propuesta por el filsofo Isaiah Berlin en 1958. Se entiende por libertad positiva la capacidad de cualquier individuo de ser dueo de su voluntad, y de controlar y determinar sus propias acciones, y su destino. Es la nocin de libertad como auto-realizacin. Se complementa con el concepto de libertad negativa, que considera que un individuo es libre en la medida en que nada o nadie restringe su accin, sea cual sea el carcter de esa accin. Mientras la libertad negativa de un individuo se refiere a que "le permiten" ejercer su voluntad, pues nadie se lo impide, la libertad positiva se refiere a que "puede" ejercerla, al contar con el necesario entendimiento de s mismo, y la capacidad personal para ejercerla. 10

    S mismo. En su acepcin de substantivo, designa de manera muy general lo que define a la persona en su individualidad. El self o la identidad no es una cosa fija e inmutable, dado que no puede separarse de la sociedad y de las circunstancias en la que est definida, porque estas son las condiciones que hacen posible su definicin y uso social.

    tomar consciencia respecto de por qu considero algunas cosas ms importantes que otras, cules son los orgenes de los valores que me conducen a tomar ciertas decisiones por sobre otras y, sobretodo, cmo expreso mi self y propsito en las acciones que estoy realizando.

    2. Cun capaz y libre es el grupo de anhelar o construir el estado deseado que buscan alcanzar? Cuando me hago la pegunta respecto de mi grado de libertad para ejercer liderazgo, y descubro que mis valores e identidad estn fuertemente condicionados por las personas con las que he interactuado a lo largo de mi pasado y mi historia personal, de manera evidente surge la importancia de la relacin con el otro la interdependencia- a lo largo del ejercicio del liderazgo. Preguntas como cunto espacio dejo en las dinmicas que experimenta el grupo para que ellos por s mismos definan un estado deseado?, Cul es mi rol, y el alcance de este, en un sistema donde se requiere interdependencia para la solucin del problema? O Cunto respeto por el otro hay en las dinmicas que utilizamos para definir nuestra concepcin de progreso? Son interrogantes que permiten tener ms claro el efecto que producen los otros en m y yo en ellos. En efecto, si hablamos de comenzar a considerar al otro de manera ms iterativa, entonces se torna fundamental el modelar un valor muy conectado con esto: el respeto. En ese sentido, el respeto por el otro lo entendemos como un esfuerzo consciente y constante de aceptar lo que no entendemos de l. La esencia de ver al otro queda fielmente impregnada en una frase de Humberto Maturana (1994) cuando sostiene que "sin aceptacin y respeto por s mismo uno no puede aceptar y respetar al otro, y sin aceptar al otro como un legtimo otro en la convivencia, no hay fenmeno social". Anlogamente, si entendemos la idea del fenmeno social de Maturana como una forma de propiedad emergente, entonces basado en el anlisis previo realizado en este ensayo podemos

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    deducir que el respeto, tal cual como lo entendemos, es un elemento fundamental para el progreso y prosperidad de los sistemas sociales: sin respeto no se pueden contener los conflictos entre las distintas facciones, y por consiguiente, el sistema se vuelve incapaz de dialogar y construir la imagen de estado deseado que anhelan alcanzar. Mientras menos respeto exista en una sociedad, mayor probabilidad de que el conflicto social implique una prdida de la democracia para esa nacin.

    3. Cun capaz es el grupo de mantener la esperanza sin perder de vista sus limitaciones debido y pese a la incertidumbre? El cuestionarnos respecto de cmo

    experimentamos la incertidumbre nos sita directamente en las acciones que realizamos cada da a lo largo de un proceso adaptativo. Del mismo modo, el no perder la esperanza y tener la suficiente resiliencia para afrontar los problemas complejos hablan de un sentido de propsito y capacidad de aprendizaje del sistema social, que a su vez permite la movilizacin y sustentabilidad del proceso de transformacin que requiere experimentar un grupo para poder progresar y prosperar a largo plazo. Cada decisin que un grupo toma al enfrentarse a un dilema refuerza o restringe la libertad y capacidad de las personas para innovar en la solucin de problemas complejos. En ese sentido, preguntas como Cunta capacidad adaptativa se ha instalado en el sistema para que ellos mismos, a travs de los recursos que poseen o que puedan desarrollar, se logren aproximar al futuro que anhelan? O Qu nuevas maneras de pensar y de actuar est dispuesto a adoptar el grupo en nombre de sus creencias ms profundas? Nos ayudan a dilucidar qu limitaciones poseemos en trminos ecosistmicos al enfrentar un desafo ante el cual no conocemos la solucin. Por lo mismo, es fundamental comprender que es debido a la incertidumbre que nos volvemos incompetentes, dado que necesitamos aprender nuevas soluciones y formas de abordar desafos, y dicho proceso es tan complejo que muchas veces caemos en la tentacin de evadir el trabajo que implica el hacerse cargo de nuestras limitaciones. Y del mismo modo, que es a pesar de la incertidumbre que se

    construye la imagen de un futuro esperanzador para el grupo.

    REFLEXIONES FINALES

    Finalmente, quizs si hay algo que es tan importante como el ejercicio del liderazgo es el ejercicio de la humildad. Pero no en su acepcin de sumisin o bajeza, sino ms bien como la virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento. Ante esto, conceptos como libertad, capacidad, progreso y esperanza sugieren una revisin profunda respecto de cmo nos hemos relacionado a lo largo de nuestra vida con estas ideas. Hay algo que claramente se deja entrever detrs de todo este anlisis, y es que el llamado a ser un lder tiene implicancias ticas y morales asociadas. Y en ese sentido, la necesidad de mirar hacia adentro y mirar hacia afuera se vuelve fundamental si pretendemos prosperar en un entorno altamente cambiante. El hacer (y hacernos) las preguntas correctas nos puede ayudar, tanto a nosotros como al grupo, a no caer en los errores clsicos de todo proceso de movilizacin, los cuales en su peor versin han tomado formas de dictaduras, genocidios y guerras.

    En esa misma lnea, tan fundamental como los cuestionamientos ticos inherentes a la decisin, consciente o inconsciente, de movilizar un grupo a travs de un proceso de cambio, surge tambin la interrogante respecto de qu es lo que se pierde cuando un grupo no se moviliza y qu oportunidades son desperdiciadas cuando se ven paralizados por temor a salir de una zona de confort. En ese sentido, si bien a lo largo de todo el anlisis se ha puesto un mayor nfasis en la complejidad tica asociada a la accin ejercida por una persona al enfrentarse a un desafo, es tambin igual de importante determinar el costo social que implica la inaccin por parte de ellos. Si Nelson Mandela hubiese decidido no actuar, debido al pnico de ser el responsable tico y moral de un grupo determinado, entonces el apartheid se habra intensificado an ms dificultando el dilogo futuro para la abolicin de la segregacin racial de Sudfrica.

    La revisin profunda e individual de las acciones e inacciones que cometemos

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    cotidianamente es la nica garanta de obrar en conciencia del bien comn de un grupo. Quizs, si Hitler hubiese comprendido parte de los conceptos que se han desarrollado habra existido una posibilidad, por muy nfima que fuera, de que millones de personas se hubiesen salvado y otras miles de atrocidades jams se hubiesen cometido.

    Por consiguiente, si tal posibilidad existe, por muy insignificante que esta sea, entonces vale la pena analizar la tica del liderazgo. Nunca se sabe cundo puede aparecer un nuevo pequeo gran dictador en nuestras aulas, organizaciones y sociedades, o inclusive, frente al espejo que saludamos cada maana.

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