Historia y Leyenda de Mariano Melgar - Don Aurelio Miroquesada Sosa

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HISTORIA Y LEYENDA DE MARIANO MELGAR, 1790-1815Mir Quesada Sosa, Aurelio

TABLA DE CONTENIDO En Arequipa, eterna primavera .. Aos de infancia y juventud Mariano Melgar estudiante en el Seminario Mariano Melgar maestro Poseer, si dable es, todas las ciencias La tertulia literaria de Arequipa Melgar y "Silvia" La ilusin de las Cortes de Cdiz El viaje a Lima Melgar y la Revolucin de 1814 Mariano Melgar y el "Yarav" Imagen final Apndice

I En Arequipa, eterna primavera

"En Arequipa, eterna primavera", deca la frase elogiosa de Cervantes al referirse en el Canto de Calope de su primera obra, la novela pastoril La Galatea, a un poeta nacido en Espaa, pero avecindado en tierra arequipea: Diego Martnez de Ribera1 . Y los

encomios con relacin al clima que hasta l haban llegado en el ltimo cuarto del siglo XVI, y que l atribua al "divino ingenio" del poeta, se multiplicaron en labios y en escritos de funcionarios, de cronistas, de literatos y de hombres de ciencia. Arequipa fue una de las ciudades del Virreinato del Per que recibi ms intensos loores no slo de quienes la vieron, sino de quienes, sin conocerla, la requebraron simplemente de odas. Quienes empezaron las alabanzas parecen haber sido Pedro de Cieza de Len y Agustn de Zrate. El primero, en su Chronica del Per, de 1553, afirma de Arequipa que "es tan bueno el asiento y temple desta ciudad, que se alaba por la ms sana del Per y ms apacible para vivir" (siempre que no la alteraran, desde luego, las sacudidas de los terremotos)2 . El segundo, dos aos despus, dice en su Historia del descubrimiento y conquista del Per que la Villa Hermosa de Arequipa es un pueblo "muy sano y abundante de todo gnero de comida"3 . En el siglo siguiente, el carmelita Vsquez de Espinosa, quien vio la ciudad recuperada de los tremendos movimientos ssmicos de 1600 y 1604, la llamaba no slo "rica, frtil, regalada y amena", sino "un pedazo de paraso terrenal"4 . El Judo Portugus, que Lohmann ha identificado como Pedro de Len Portocarrero, explicaba por esos mismos aos, con cierta malvola irona, que el paraso arequipeo estaba lleno de religiosos de las cuatro rdenes y teatinos y monjas, "que siempre stos buscan las buenas tierras"5 . El barroco Calancha, en su Cornica moralizada del Orden de San Agustn, corroboraba por su parte que la campia de Arequipa es "agradable por lo amena y deleitosa por lo florida"6 . En el siglo XVIII, Jorge Juan y Antonio de Ulloa repetan en su notable Viage a la Amrica Meridional que el temple de la ciudad es "de los ms lisonjeros que se puede apetecer para la vida"7. El doctor don Ventura Travada y Crdova, con encendido orgullo local, llegaba a ms: llam a su libro sobre la ciudad, hiperblicamente, El suelo de Arequipa convertido en Cielo8 . Y as siguieron creciendo la fama y el galardn de la ciudad, que con su clima sano en un valle no vasto, pero frtil, centro indicado de aclimatacin ante las bravas escalas de los Andes, se extenda entre la sierra alta y el mar, con un ro propicio, un cielo sutil y transparente y el imponente marco de tres montes nevados. Por cierto que de los tres montes que hicieron decir a Chocano en nuestros das que eran "como los camellos de los tres reyes magos" junto a una ciudad de Nacimiento el principal es el del centro, cnico, noble y armonioso. Entre la mole extendida del Chachani y la crestera nevada del Pichu-Pichu, el apagado volcn central tard mucho tiempo en encontrar un nombre propio: se le llamaba simplemente "volcn de Arequipa". Precisamente el doctor Travada haca notar que aun cuando "que la peruana gentilidad fue tan prolija en poner nombres a los innumerables montes..., a ste slo lo dejaron sin l". "Cuatro son los volcanes que tiene Arequipa en sus inmediatos contornos confirma en otro prrafo: el de Ambato, el de Ubinas, el de Huaina Putina y el annimo, en cuyas faldas est fundada la ciudad." Por eso se considera autorizado para llamarlo como le pareciera: " unas veces le llamar Olimpo, con ms razn que el Thesaliano por su altura; otras, Vesubio, por sus gneas erupciones, y otras, Etna, por esconder entre sus nieves sus ardores". Pero, alejado de la mitologa y de los afamados volcanes europeos, el nombre que al cabo tom el monte tutelar de Arequipa fue el sencillo, significativo y por antonomasia mestizo de Misti9 .

Fundada a su vera el 15 de agosto de 1540 la Villa Hermosa de Arequipa, por el Muy Magnfico Seor Garci Manuel de Carvajal, que cumpli encargo del Conquistador Francisco Pizarro, la ciudad fue creciendo y extendindose durante los aos coloniales. Su centro principal estaba a poca distancia del ro Chili, y su forma, bastante elipsoidal, se alargaba y perda principalmente en dos extremos: uno que ascenda por el camino de los Andes y otro que cruzando el robusto puente de piedra que a poco de la fundacin se construy para reemplazar el cado puente incaico se extenda al Oeste. Entre esos lmites, y particularmente en el cuadriculado tablero de ajedrez de las "islas" centrales, se levantaron iglesias y conventos, edificios austeros y casonas suntuosas, en que se reuna, bajo los techos abovedados y entre las retorcidas ornamentaciones de la piedra "sillar" que se multiplicaron en el siglo XVIII, la ms numerosa poblacin espaola en toda la extensin del Virreinato. El censo mandado levantar por el Virrey Francisco Gil de Taboada y Lemos, que se acompa a su Relacin de 1796, daba para el Cercado de Arequipa un total de 37,241 habitantes, que se descompona as: 22,207 espaoles, 5,929 indios, 4,908 mestizos, 2,487 "castas" libres y 1,225 esclavos negros10 ; o sea un 60 por 100 de poblacin espaola, peninsular o criolla americana. "Hay tres especies de edificios precisaba el doctor Travada al promediar el siglo XVIII: casas pajizas, de teja y de cal y canto. De las pajizas hay muy pocas y estn por lo general en los extremos de la ciudad: las de teja componen la mayor parte; las de cal y canto compondrn un tercio de lo edificado"11 . Al avanzar el siglo fueron stas las casas ms numerosas y no slo ms galanas, con ornamentaciones en la piedra volcnica, dcil y blanda, del "sillar", inscripciones religiosas en las portadas, muros anchos y altos y techos de bveda. "Los edificios son hermosos deca en su informadsimo Diccionario el coronel Antonio de Alcedo, fabricados de piedra, con cubiertas de bveda, sin viviendas altas por el recelo de los terremotos"12 . "Son pocos los altos iba a aadir algo despus el arcediano Francisco Javier de Echeverra por el temor de su ruina con los terremotos"13 . Y el muy notable sacristn mayor Antonio Pereyra y Ruiz, en 1816, aclarara: "Las casas son de cal y piedra labrada, con bveda de cantera o de ladrillo, todas bajas por la causa de los movimientos de tierra, y aunque algunas tienen sus altos no habitan en ellos"14 . Pero aunque las casas llegaran a tener fachadas ostentosas, su inters singular no estaba en el boato, sino en la manera, al mismo tiempo lgica y artstica, como respondan a las necesidades y a las realidades del lugar: gran luminosidad, riesgo de terremotos, piedra volcnica al alcance, sentido hogareo y patriarcal. No haba en Arequipa una aristocracia liviana e indolente, sino un conjunto de familias, con un concepto austero y sencillo de la vida, hacienda exigua y firmeza cristiana. Su economa tena fuertes races rurales; y si la tierra era prvida y feraz, la corta extensin del valle y la subdivisin de la propiedad obligaban a trabajar intensamente. Los principales productos eran el trigo y el maz (uno importado y otro autctono), pero los rendimientos se incrementaban adems por la obligada rotacin de cultivos. En la Memoria del intendente de Arequipa Antonio Alvarez y Jimnez (1786-1792), que efectu una visita pormenorizada a la regin, aparece la capital de la Intendencia como compuesta por diez pueblos y tres valles. "Los primeros explica, cercanos a la ciudad, cuyas campias pueden numerarse por las ms fecundas del Reyno, pues en todas las estaciones del ao dan diferentes cosechas sin que sus tierras queden en barbecho, porque apenas se levantan frutos cuando reciben otros, y as existe una continuada primavera en sus terrenos, admirando ver unos frutos maduros, otros en flor y otros en brote al mismo tiempo"15 . En cambio, la ganadera era muy escasa; y la mayor parte de los animales tenan que llevarse de fuera, y aun hacerlos pastar en las lomas de la costa.

Al lado de la agricultura, la otra base econmica de Arequipa la constituan la industria y el comercio, si no verdaderamente intensos, por lo menos asentados en la realidad y afortunadamente diversificados. De especial importancia era lo relacionado con el transporte, que alcanzaba una proporcin muy alta, con un crecido nmero de arrieros que facilitaban la entrada y salida de mercaderas y servan como un medio de comunicacin irremplazable. De la sierra o la costa, de las tierras lejanas o los valles fecundos o vecinos, por el camino "a la mar" o el "del volcn", llegaban barras de plata, telas, libros, vinos, alimentos, que entre la algaraba de las recuas y el animado pregn de los arrieros daban a la ciudad un vistoso carcter de centro de relacin y de intercambio de mercaderas y de ideas. Entre la industria textil, de lienzos de algodn, bayetas, paos y frazadas, y la curtiembre de pieles, que provea de vaquetas, cordobanes, gamuzas, pergaminos, la actividad comercial era abundante. Haba numerosos zapateros, "oficiales de albailera, carpinteros, escultores, alfareros, herreros, sastres, sombrereros, tintoreros, doradores, pintores al temple" y hasta oficiales de relojera16. El ms antiguo mapa que se conoce de Arequipa, mandado levantar por el intendente Alvarez y Jimnez y realizado en 1794 por el secretario de la Intendencia, contador real de Diezmos, topgrafo y matemtico Francisco Vlez y Rodrguez, a imitacin de los "planos escenogrficos" del impresionante Viage a la Amrica Meridional, de Jorge Juan y Antonio de Ulloa, da clarsima idea de lo que era la ciudad en esos aos17. Sus calles bien trazadas; su planta "admirable como dice la anotacin al margen por estar en un llano que solo permite el descenso necesario para que las aguas de las lluvias, y las hermosas azequias que corren por todas sus calles, caigan con un curso regular a la parte del Norte por donde la baa el Ro"; su puente de seis arcos de piedra labrada; sus templos, conventos y huertas (particularmente la de Santa Teresa), con todo detalle marcados en el plano; y su cerco de montes y campos de cultivo, ponan con razn a la ciudad "entre las mayores que pueblan los bastos Paises del Per". El alcalde y los regidores quedaron tan contentos, que en sesin del 2 de abril de 1794 acordaron poner el plano en marco y bajo vidrio, agradecerlo a Francisco Vlez y que "a mas de la referida gratitud se le brindase la escasa satisfaccion de un vestido rico a satisfaccion suya". Mes y medio despus, el 17 de mayo, se cumpli lo acordado y se dio libranza por 113 pesos y 2 reales para pagar el vestido y el marco18. Con ese minucioso "Plan Scenogrfico" y el que ha dejado Antonio Pereyra y Ruiz en su Noticia de 1816, se pueden reconstruir exactamente los pequeos avances de Arequipa en ese paso del siglo XVIII al XIX, del Virreinato a los albores de la Independencia, o sea durante la vida de Mariano Melgar19. El mismo Pereyra y Ruiz, por lo dems, tuvo el acierto de aadir a su Noticia de la muy noble y muy leal ciudad de Arequipa un segundo cuaderno con una coloreada "Coleccin de Figuras que demuestran los usos y costumbres de Arequipa, varios muebles de casas y alajas de Yglesias", que contribuyen a reconstruir la vida de la ciudad en esa poca. Se ve as a religiosos, soldados, indios, colegiales, mujeres con traje de casa y de paseo, el gobernador intendente con su casaca de pao azul y galn de oro, eclesisticos que, contrariando las prohibiciones del obispo, dejaban el hbito en las tardes y salan a pie o a caballo, con capa negra o azul con vueltas de terciopelo morado, medias de seda, zapatos con hebillas de oro, sombrero redondo y un pauelo blanco al cuello. En el interior de las casas, las salas abovedadas estaban enlucidas con estuco o pintadas, con "pocas o ninguna lmina", y slo en el testero una imagen con marco de plata, como de plata eran tambin los sahumadores con que se agasajaba al visitante o los utensilios para beber el mate. "El cortinaje de todas las piezas es de oln. El suelo es de ladrillo y lo cubren con una buena Alfombra texida en el pas"20.

Entre las calles de ms movimiento en la ciudad todas con sus acequias en el centro haba una conocida como "calle de Puno", que se extenda hacia el Oriente ms all de la iglesia de Santa Teresa y por la que entraban y salan quienes llegaban de la parte ms alta de la sierra o partan hacia ella. Decir "de Puno" era mencionar al mismo tiempo no slo la poblada regin del lago Titicaca, sino minas y ciudades del Alto Per, las pampas centrales y el noroeste del Virreinato de La Plata o Buenos Aires (establecido en 1776), y las propias provincias del Cuzco, que tenan su mayor comunicacin con Arequipa por el camino de Puno y de Vilque. Por eso, la transitada calle arequipea mostraba el enjambre bullicioso de llamas cargadas de mineral, mulas aderezadas que anunciaban su ingreso con el tintineo de sus campanillas, e indios de uno y de otro sexo que acostumbraban en las noches cantar sus idilios o sus cuitas con el acompaamiento, triste y profundo, de las "quenas". En una de esas casas, de amplio portn, salas abovedadas como todas y acogedores patios interiores, que haba al extremo de la calle, viva al finalizar el siglo XVIII don Juan de Dios Melgar, ciudadano de situacin econmica modesta y ya madura edad, hijo legtimo de Pedro de Melgar y de su esposa Josefa Sanabria. Aunque sus padres haban contrado matrimonio el 7 de mayo de 1736 (casados por don Cristbal de Rivera y Tapia, teniente de cura rector de la iglesia catedral), parece haber habido entre ellos, antes que el enlace religioso, una vinculacin amorosa impaciente, que puede haber transmitido su fuego, andando el tiempo, a quien iba a ser su descendiente. Al menos, as se puede conjeturar por la partida en que el doctor Rivera asienta haber desposado "a Pedro de Melgar, natural de esta ciudad, de padres no conocidos, con Josefa de Sanabria, asimismo natural de esta ciudad, hija legtima de Francisco de Sanabria y de Doa Antonia Laguna, habiendo ledo las amonestaciones dispuestas por el Santo Concilio de Trento en los das festivos: la primera el domingo seis de mayo (vspera del matrimonio), y las dos dispensadas por el Seor Provisor, por legtimas causas"21 . Juan de Dios Melgar y Sanabria, por su parte, lleg a casar dos veces. La primera, el 22 de marzo de 1766, con Mara Domnguez y Perero; en quien, segn las investigaciones minuciosas del doctor Santiago Martnez, tuvo ocho hijos: Mara Josefa (nacida, tambin apresuradamente, en junio de 1766), Antonia, Petronila, Josef Rudecindo, Manuela, otra Mara Josefa (si es que no se trata de un error), Silvestre y Paulo22 . Viudo, volvi a casar el 3 de diciembre de 1786, y esta vez con Andrea Valdivieso, natural de Arequipa, como todos los mencionados, hija legtima de Manuel Valdivieso y de Josefa Gallegos y treinta y cinco aos menor que don Juan de Dios23. Por cierto que, repitiendo la historia familiar, tambin en este enlace se suprimieron las proclamas. As lo hizo constar el licenciado Matas Banda, teniente de cura rector de la catedral, quien expres que la dispensa haba sido autorizada por el gobernador eclesistico doctor Pedro de Santa Mara, "por justas causas"24. Del matrimonio de Juan de Dios Melgar con Andrea Valdivieso nacieron once hijos entre 1787 y 1808: Mara Eustaquia, Narciso, Mariano (el poeta), Jos Toribio, Mara Josefa (quien con el transcurso de los aos contrajo matrimonio con Romualdo Corrales y Salazar), Juan de Dios, Jos Mariano, Ins (quien fue ms tarde esposa de Antonio Moscoso), Jos Fabio, Juliana (que cas con el doctor Po Valdivia) y Fermn25 . Varios de ellos murieron jvenes, como por desgracia era habitual entonces. Por eso en 1827, cuando Juan de Dios Melgar y Valdivieso, basado en el herosmo de Mariano, solicit la ayuda del Estado para sus hermanos Jos Fabio y Juliana, slo menciona adems de ellos como vivos a Mara Josefa y a Ins, o sea, nombra en total cinco de los once26 .

A pesar de la sonoridad de la vida y de la obra del tercero de los hijos, que llev el nombre de Mariano Lorenzo, la fecha de su nacimiento qued durante mucho tiempo, si no en el olvido, en el error. En 1891 se lleg hasta el extremo de celebrar con solemnes ceremonias el supuesto centenario de su nacimiento, y se coloc en su casa natal, entre entonados discursos y entre flores, una placa de bronce con una leyenda equivocada. "En esta casa deca la inscripcin que se mantuvo con su inexactitud aos tras aos naci el eminente poeta y mrtir de la patria Mariano Melgar, el 8 de setiembre de 1791." El error provena de una repetida tradicin, confirmada a travs de recuerdos familiares por nadie menos que un hermano del poeta, el doctor Jos Fabio Melgar27. Ante la cercana de la fecha que se consider era la del centenario, uno de los ms entusiastas promotores de la celebracin, el escritor Gerardo Holgun, pregunt a uno de los sobrinos de Melgar , el doctor Jos Moscoso y Melgar, cul era el da exacto del nacimiento del poeta, a lo que el interpelado respondi: "Es indudable que don Mariano Melgar naci el 8 de setiembre de 1791"28. La tradicin qued as, en apariencia, comprobada, sin que la bsqueda en los viejos registros parroquiales hubiera permitido una refrendacin indispensable. Se padeca en realidad un segundo error, porque lo infructuoso de la investigacin se deba a que se buscaba la partida del nacimiento de Melgar en la parroquia de Santa Marta, como la iglesia ms cercana a la casa familiar, sin tener en cuenta que durante los das virreinales sta era parroquia de "naturales", o de indios. Enderezada la investigacin, el estudioso doctor Alberto Balln Landa encontr en uno de los libros de la parroquia del Sagrario (lugar de bautizo de "espaoles", peninsulares o criollos) el asiento buscado. Con fecha anterior en algo ms de un ao a la hasta all supuesta, el texto completo de la partida es el siguiente: "Ao del Seor de mil setecientos noventa, en doce de agosto. Yo el Licenciado don Mathias Banda, Teniente de cura Rector de esta Santa Iglesia Catedral de Arequipa, bautic, puse leo y crisma a una criatura, a quien puse por nombre Mariano Lorenzo, hijo legtimo de don Juan de Dios Melgar y de doa Andrea Baldivieso. Fueron sus padrinos don Juan Antonio Velarde y Neira y doa Mara Ampuero, a quienes advert la obligacin y parentesco espiritual, y lo firm ut supra. Mathias Banda"29. Qued as fijado exactamente el da seguro del bautismo, pero se desconoce todava la fecha precisa del nacimiento del poeta. El doctor F. Javier Delgado, en un informe emitido en setiembre de 1910, despus de descubierta la partida y en su carcter de secretario del Concejo Provincial de Arequipa, se decidi por el 10 de agosto, da de San Lorenzo. "El (nombre) de Mariano deca uno de los prrafos de su informe lo recibi sin duda por ser de costumbre tambin que lleven este nombre los nios que nacen en el novenario, quincena o mes dedicados al culto de la Santsima Virgen en sus diversas advocaciones, estando consagrada la primera quincena de agosto a la de la Asuncin, bajo la cual fue proclamada patrona de Arequipa"30 . Se podra pensar tambin en el 8 de agosto, da de San Mariano, pero ms verosmil es indudablemente el da 10, no slo por la mayor cercana a la fecha del bautismo, sino porque uno de los hermanos de Melgar, nacido en julio de 1797, fue bautizado como Jos Mariano, lo que podra indicar una inclinacin familiar ms general, en tanto que el nombre de Lorenzo slo se explica por el da del Santo. Hubo sangre indgena en las venas de Mariano Melgar? Hay quienes basados en la emocin nativa que fluye reiteradamente de sus versos, y acentuando la fuerza que

posee como representante heroico de la lucha poltica por la emancipacin americana, lo han erigido como el smbolo de un reflorecimiento de los pueblos autctonos. Pero, fuera de lo que puede haber en ello de interesada afirmacin o de simples excesos de retrica, lo que se diga en este sentido slo puede moverse en el terreno dbil y peligroso de las conjeturas. Su sangre oficialmente era la blanca o espaola; as aparecen sus padres en los censos y as lo demuestra en forma clara el hecho de haberse efectuado su bautizo en la parroquia del Sagrario. Pero no puede descartarse por completo la posibilidad de que en el curso de los aos y de las generaciones, o por el incierto camino de los desconocidos padres de Pedro Melgar, en su indudable tronco hispnico se hubiera anudado alguna rama de cercana o lejana savia indgena. En todo caso, Melgar ha de haber percibido y asimilado desde nio los constantes efluvios que hasta su casa de la calle de Puno llevaban los muchos transentes de la raza forjada entre los Andes. Avanzando hacia el centro de la ciudad, o detenindose en propicio reposo en la misma casa familiar, los indios que iban y venan han podido comunicarle sutilmente su vieja vena ntima, su soterrado dolor y su ternura. Un documento de los das de la Emancipacin hallado por el doctor Francisco Mostajo experto y meritsimo investigador de todo lo relacionado con Melgar presenta al padre del poeta, el ya anciano y descaecido don Juan de Dios, contribuyendo con aportes de pan para los gastos de la lucha. Quiere esto decir que tena una panadera?, se pregunta31 . Y la hiptesis surge cuando se imagina una tahona en la casa modesta, con indios venidos por los Andes, que trabajaban en la diaria faena y que en las horas de la noche amenizaban su descanso con canciones, lamentos de "yaraves" y gemidos de "quena", que el nio iba guardando con afecto en su odo. Notas

1MigueldeCervantes, LaGalatea (Madrid1585).ElCantodeCalopesehallaenelLibroVI.La referenciaaMartnezdeRibera,enlasoctavas66y67. 2PedrodeCiezadeLen, PartePrimera.DelaChronicadelPeru (Sevilla1553),cap.LXXVI. 3AgustndeZrate, HistoriadeldescubrimientoyconquistadelPer (Anvers1555),LibroI,cap. VII.4 Antonio Vsquez de Espinosa, Compendio y descripcin de las Indias Occidentales (ed. Smithsonian Institution, Washington 1948), Libro IV, cap. LI, prrafos 1.389-1.390. 5 Discriion general del Reyno del pir (ed. Boleslao Lewin, Rosario, 1958), pgina 165. Guillermo Lohmann Villena "Una incgnita despejada: la identidad del judo portugus, autor de la Discricion general del Per", en Revista Histrica, tomo XXX (Lima 1967), pgs. 26-93. 6 Antonio de la Calancha, Cornica moralizada del Orden de San Agustn en el Per, tomo I (Barcelona 1638). 7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa, Relacin histrica del Viage a la Amrica Meridional, tomo III (Madrid 1748), Libro I, cap. XII, pg. 181. 8 Ventura Travada y Crdova, El suelo de Arequipa convertido en Cielo, publicado por primera vez en Manuel de Odriozola,Documentos Literarios del Per, tomo X (Lima 1877). Vladimiro Bermejo, en la reedicin hecha en Arequipa en 1958, en el Primer Festival del Libro Arequipeo, hizo notar que aun cuando la obra de Travada estaba fechada en 1752 ha de haber sido escrita en 1743, pues fue en este ao cuando se estren el Monasterio de Santa Rosa de Arequipa, que fue la ocasin para escribirla. 9 La referencia ms antigua parece ser la de Francisco de Suero y Francisco Vlez, de 12 de octubre de 1787, en la Anadiplosis a la descripcin topogrfica de el volcn de Arequipa nombrado Miste por los naturales, incluida por el intendente Alvarez y Jimnez y publicada en Memorias para la historia de Arequipa (ed. Vctor M. Barriga, Arequipa 1941), t. I, pg. 17. El arcediano Francisco Javier de Echeverra, en sus Memorias de la Santa Iglesia de Arequipa, de 1804 (ed. Vladimiro Bermejo, en Prosistas e historiadores,Primer Festival del Libro Arequipeo,

Arequipa 1958, pg. 5), habla tambin del alto monte "nombrado en la gentilidad Misti". Sin embargo, la clebre Flora Tristn, en sus Prgrinations dune Paria (Pars 1838, t. I, cap. VIII), habla de "el volcn (no se designa por otro nombre)...". 10 En Memorias de los Virreyes que han gobernado el Per, tomo VI (Lima, 1859), apndice, pgs. 6-7. Eusebio Quiroz Paz Soldn, en Aspectos sociales de Arequipa en el siglo XVIII (en Quinto Congreso Internacional de Historia de Amrica, tomo III, Lima 1972, pgs. 249-270), da cifras ligeramente diferentes de la revista que por orden del virrey realiz don Joaqun Bonet, contador de Resultas del Tribunal Mayor de Cuentas, en 1795. (AGI, Indiferente General, Leg. 1525).

11Travada,loc.cit.,pg.85. 12AntoniodeAlcedo, DiccionariogeogrficohistricodelasIndiasOccidentalesoAmrica, tomo I(Madrid1786),pg.148. 13FranciscoJavierdeEcheverra, MemoriasdelaSantaIglesiadeArequipa, ed.cit.pg.13. 14AntonioPereyrayRuiz, NoticiadelamuynobleymuylealciudaddeArequipa, ms.f.4v.; reproducidoensumayorparteporAlejandroLostaunauen Fnix, nm.4(Lima1946),pg.818. 15 Memoria delgobernadorintendentedonAntonioAlvarezyJimnez,en Memoriasparala historiadeArequipa, cit.,tomoI,pg.58.16 Juan Domingo Zamcola y Juregui, Apuntes para la historia de Arequipa (ed. Primer Festival del Libro Arequipeo, Arequipa 1958, pg. 30). 17 El hermoso "Plan Scenogrfico", con la anotacin "fecit Velez", se encuentra en el British Museum de Londres, Additional 15,740, junto con un "Mapa del Obispado de Arequipa dividido en todos sus Partidos, por su Governador Intendente D. Antonio Alvarez y Ximnez. Ao 1787". Vlez Rodrguez acompa en su visita al intendente Alvarez y Jimnez, quien lo elogi a menudo. Vid. Vctor M. Barriga, Mapa topogrfico de Arequipa y sus provincias, en El Deber, Arequipa, 9 de noviembre de 1937. 18 Vctor M. Barriga, Memorias para la historia de Arequipa, tomo III (Arequipa 1948), pgs. 354 y 357. 19 Guillermo Zegarra Meneses, en Arequipa, en el paso de la Colonia a la Repblica (2da. Edicin, Arequipa 1973, nota en la pg.19), dice que: "Es muy sensible que se haya perdido el (plano) levantado en 1794 por el contador de Diezmos y Secretario de la Intendencia Dn. Francisco Vlez Rodrguez, que comprenda la ciudad y sus contornos, y el cual, al ser presentado al Cabildo, caus grata impresin". Es muy satisfactorio que ese plano, que se crea perdido, se conserve en el British Museum, autenticado sin duda alguna: "fecit Velez". Por otra parte, antes de conocerse los planos de Vlez y de Pereyra, el que se daba por ms antiguo era el "plano (propiamente croquis) del Cura D. Diego Rodrguez, que es el ms antiguo que ha llegado a nuestras manos y que suponemos que corresponde al ao de 1835". (Alberto de Ribero, Arequipa en su IV centenario, Arequipa 1940, pg. 132.) 20 Pereyra y Ruiz, Noticia..., cit., anotacin de la lmina 30. 21 Rmulo Cneo Vidal, "Trece documentos inditos relativos al poeta arequipeo Mariano Melgar y a Silvia", en Boletn Bibliogrfico de la Universidad Mayor de San Marcos, nm. 15 (Lima, diciembre 1924). 22 Santiago Martnez, Genealoga del poeta Mariano Melgar y Valdivieso, en Pedro Jos Rada y Gamio, Mariano Melgar y apuntes para la historia de Arequipa (Lima 1950), pg. 116. 23 Guillermo Zegarra Meneses, Arequipa en el paso de la Colonia a la Repblica, cit., pgs. 16-17, reproduce un interesante censo de la parroquia de Santa Marta, en el que aparecen Juan de Dios Melgar, espaol americano, de ochenta y dos aos de edad, y Andrea Valdivieso, su mujer, de cuarenta y siete aos. El censo no tiene fecha; pero, a juzgar por las edades de los hijos, se puede suponer que es de 1813. 24 Rmulo Cneo Vidal, loc. cit. 25 Santiago Martnez, Genealoga, cit., pgs. 117-118. 26 Alberto Tauro, "Los hermanos de Mariano Melgar", en Mar del Sur, nmero 29 (Lima, setiembre-octubre 1953), pgs. 61-64.

27 "Noticias biogrficas de Don Mariano Melgar", sin firma, en Poesas de Don Mariano Melgar (Lima-Nancy 1878), pg. 46. 28 Gerardo Holgun, "Apuntes para la biografa de Mariano Melgar", en La Bolsa (Arequipa, 7 y 9 de setiembre de 1891); reproducidos en Album del centenario de Melgar (Arequipa 1891), pgs. 103-133. 29 Alberto Balln Landa, Algunas rectificaciones histricas, tesis para el Bachillerato en Letras (Arequipa 1909). La partida de bautismo de Melgar, del Libro XLVI, f. 75, del Registro de Bautismos de la parroquia del Sagrario, as como las de Ignacio Alvarez Thomas, Francisco Javier de Luna Pizarro y Mariano Eduardo de Rivero, tambin encontradas por Balln Landa, fueron publicadas despus en Arequipa y han sido reproducidas muchas veces. 30 El informe del doctor Francisco Javier Delgado ha sido reproducido por Pedro Jos Rada y Gamio en Mariano Melgar y apuntes para la historia de Arequipa, cit., pgs. 289-296. 31 Dato proporcionado por el propio doctor Mostajo.

II AOS DE INFANCIA Y JUVENTUD

Son pocos los datos precisos que se tienen de los primeros aos de Mariano Melgar. Hijo como se ve de familia modesta, retoo que no era el primognito ni iba tampoco a ser el ltimo de la nutrida prole que, en sus dos matrimonios, hizo venir al mundo y vea crecer don Juan de Dios, es natural pensar que su vida infantil se desarroll sencillamente, sin relieve especial y sin circunstancias que no fueran comunes. Paseos por el campo, nacimiento de hermanos, asistencia frecuente a las iglesias y las procesiones, primeras enseanzas en la escuela severa e irremplazable del hogar, sus das se han de haber deslizado entonces como los de casi todos los nios de iguales condiciones de Arequipa. Aunque su resonancia posterior ha contribuido sin duda a la leyenda, hay motivos para pensar que su precocidad era evidente. Su hermano Jos Fabio cuenta que a los tres aos ya saba leer y que antes de los ocho aos manejaba el latn de Cicern y de Virgilio "y se haba erigido en profesor gratuito de sus condiscpulos"1 . Y aunque haya que suponer en estos datos una exageracin familiar muy disculpable, el testimonio mismo de lo que fueron luego su obra y su vida induce a pensar que esos encarecimientos han de haber tenido una base efectiva. Se dice que su padre tena una chacra en Paucarpata (la que, segn Gerardo Holgun, fue vendida despus a don Miguel Pareja)2 , que no slo produca una renta regular, sino permita a los nios el placer renovado de los paseos por el campo. Con los estribos de sus andeneras y en el lozano verdor de la campia, Paucarpata es uno de los lugares ms atrayentes de los que circundan a Arequipa. El intendente Alvarez y Jimnez, tantas veces citado, que en su detallado recorrido por la regin la visit en el mes de junio de 1788, la describe con su ancha plaza, su Sala Capitular con portaleras de adobe en el frente, su desmedrada iglesia de cal y canto en lo alto de un suave promontorio y sus cultivos de trigo, maz, papas y alfalfa. Los cultivadores eran indistintamente hombres y mujeres. Pero estas ltimas, adems de sus faenas tempranas en las chacras, dedicaban parte de sus horas al tejido de "llicllas" o manteletas, medias y calcetas de algodn y de lana3 .

Como el terreno alternaba quiebras y collados, haba en realidad slo muy pocas calles, y stas en las cercanas de la plaza. Los espaoles o criollos, que eran los propietarios de casi todas las tierras de cultivo, no vivan por eso all, sino estaban avecindados en Arequipa, y slo acudan con sus familias cuando las necesidades de los sembros o las cosechas los llevaban a ello. La poblacin campesina era fundamentalmente de raza indgena; haba un Cabildo de Naturales y un cacique al lado del alcalde de espaoles; pero el mestizaje de sangre y de cultura era ya tan crecido que, fuera de los recin llegados de la sierra, eran muy pocos los que no hablaban sino el idioma quechua o el aimara. Segn el padrn exhibido por el prroco, tena ste en su doctrina 430 feligreses de todas las edades, en 102 casas y familias, repartidos en las chacras y los pagos a que llegaba su jurisdiccin. Chacras y pagos en que, adems de trigales, maizales y alfalfares, se lucan las ramas de los sauces, rboles muy queridos porque contribuan "a los cercos de las haciendas, al adorno del campo, a la fbrica de las chozas y, los ms corpulentos y gruesos, a la fbrica de muebles que sirven al uso comn". En ese ambiente eglgico han de haber transcurrido muchas de las plcidas horas de la infancia de Mariano Melgar. Tal vez se dirigira all cuando se celebraban con procesiones y con msicas las distintas fiestas de la iglesia: el primer viernes de Cuaresma, el Corpus Christi, el apstol Santiago, la patrona Santa Ana o la conmemoracin religiosa y agraria al mismo tiempo de San Isidro Labrador. En una de las fbulas que iba a escribir andando el tiempo puede pensarse que recuerda algunos de esos das, al referirse a los "lindos pajaritos":

jilgueros,gallos,garzas,grullas,gansos; enotradivisintrigoygarbanzos, maz,arroz,cebada...4 comoenlatraduccinqueibaaefectuardeOvidioseunenalascitasclsicasciertasescenasque parecenvividas: Tmismopuedesencercadoshuertos ponerlegumbresyordenarlasplantas; tmismopuedesatussementeras tornarlosclarosarroyuelosdeagua...5El paisaje latino se siente imprevistamente cruzado en esos versos por el rstico efluvio del aire sutil de Paucarpata. A esos mismos aos, o a algn tiempo despus, puede adscribirse la ancdota muchas veces repetida del reclamo que hizo Melgar a su madre a favor de unos indios, cuando ella les pidi rebaja en unas compras. Consultado por Gerardo Holgun, el sobrino del poeta Jos Moscoso Melgar contest por escrito: "Con referencia al punto relativo a los indgenas, las palabras que escuch siempre de boca de mi finada madre y que Melgar dirigi en cierta ocasin a la que fue de ambos eran stas: Seora, nunca pida usted rebaja cuando compra algo a estos infelices, porque todo lo que tenemos y hasta el suelo que pisamos es de ellos6 . La ancdota es en el fondo verosmil, pero hay que tener en cuenta que la informacin del sobrino es de 1891, casi ochenta aos despus de la muerte de Melgar, cuando el orgullo familiar y la emocin patritica idealizaban ya muchos viejos recuerdos. En cambio, la que pareca inverosmil o exagerada hasta el extremo, pero se ha comprobado que era exacta, es otra noticia dada por el hermano de Melgar Jos Fabio: que antes de los ocho aos, "sin solicitud de sus padres, le confiri el ilustrado y muy digno obispo seor Chves7 de la Rosa la prima tonsura y le visti el hbito clerical"8 .

En 1938, en su coleccin de biografas de Arequipeos ilustres, el cannigo doctor Santiago Martnez avanz ms y dio la fecha: "el 2 de marzo de 1798, el referido Seor Obispo le impuso el hbito talar y le confiri la tonsura clerical"9 . El dato era tan extrao aun dentro de los usos poco precisos de la poca, que se consider que era imposible y que perteneca tambin a la leyenda. Resulta, sin embargo, que la desconfianza era excesiva. Mariano Melgar recibi la tonsura efectivamente antes de cumplir los ocho aos, aunque no fue "sin solicitud de sus padres", sino pedida por su padre mismo, don Juan de Dios Melgar. Y aun cuando le fuera conferida por el obispo Chaves de la Rosa, la vinculacin con este prelado no fue de cordialidad, como se ha sostenido erradamente, sino, por lo contrario, de habitual malquerencia y de litigio. La nueva luz proviene de un abultado expediente que abarca de 1796 a 1813 o sea, entre los seis y los veintitrs aos de Mariano Melgar10. Se trata de un litigio sobre una capellana eclesistica y colectiva de 4.000 pesos de principal y 200 de renta anual, establecida en una via del pago de Guarango en el valle de Majes. La capellana haba sido fundada por el licenciado Fernando Beamud, cura rector que fue de la Iglesia de Arequipa, con la obligacin de que se oficiaran cincuenta misas rezadas en cada ao. El establecimiento inicial parece que se debi al capitn Gonzalo Ramrez, en 1667. En todo caso, en la infancia de Melgar la duea de la hacienda de Guarango era Melchora de Salazar y Pino, vecina de Arequipa, y el ltimo beneficiario haba sido el doctor Francisco de Matienzo Bravo del Rivero, dos veces gobernador eclesistico de la dicesis de Arequipa, a quien el 8 de mayo de 1762 se le haba dado colacin y cannica institucin de la capellana. Cuando el doctor Matienzo quien despus de su estancia en Arequipa haba pasado a ser por largos aos inquisidor del Tribunal del Santo Oficio de Lima fue nombrado obispo de Huamanga, la capellana qued vacante; y don Juan de Dios Melgar, ya padre de varios hijos y con problemas econmicos, la solicit para su hijo Mariano, que acababa de cumplir los seis aos. El den y el cabildo de la iglesia catedral de Arequipa accedieron a la solicitud. Usando las facultades de patronos, el 8 de noviembre de 1796 nombraron y eligieron "por Capelln propietario de la referida Capellana eclesistica a Dn. Mariano Melgar, menor de edad, hijo legtimo de Dn. Juan de Dios Melgar y de Da. Andrea de Valdivieso, para que la gose todos los das de su vida; y en el entretanto que personalmente la sirva y cumpla y sus cargos y obligaciones que le son anexas, como el mandar decir las sinquenta Misas de su fundacion, delegue algun Eclesiastico Sacerdote para que cumpla con sus deveres". Sin prdida de tiempo, dos das despus don Juan de Dios, como "Padre Legmo. y Administrador legal de la persona y bienes de Dn. Mariano Melgar mi hijo legtimo", pidi al provisor y vicario general que notificara el nombramiento a la poseedora de la via de Guarango, doa Melchora Salazar, para que reconociera al nuevo capelln y "desde el da del Nombramiento se le acuda con la respectiba renta". Dos aos ms tarde cuando efectivamente el menor Mariano Melgar iba a cumplir ocho aos, como deca la que pareca dudosa informacin don Juan de Dios solicit que se confiriera a su hijo "la prima Clerical tonsura en las prximas Temporas", para lo que present el ttulo de capelln y las partidas respectivas. El obispo recibi la solicitud y accedi a conferirla en la tarde del mismo da, "sin examen ni egercicios, por su edad". As qued constancia; y el secretario del obispo, Juan de la Cruz

Errazquin, asent: "Se le confiri la tonsura en 2 de Marzo de 1798 en el Oratorio del Palacio Episcopal de la Pursima"11. Ya tonsurado, al infantil capelln se le hizo pedir la colacin cannica de la capellana, para lo que extendi el siguiente documento, que es el primer escrito en que aparecen la letra y la firma de Melgar: "Sr. Provr. y Vicar. Gral. Dn. Mariano Melgar, Clerigo Tonsurado Domiciliario de este Obpdo. Como mas haya lugar en dro. paresco ante VS. y Digo: Que soy Capellan declarado de una Capellania Eclesca. y Colativa de Quatro mil ps. de pral. y dos sientos de renta qe. se halla situada en una Hazda. del Valle de los Majes Pago de Guarng. qe. posee Da. Melchora Salazar, La qual pr. Nombramiento del Ve. Dean y Cavd. de esta Sta. Ygla. Cathl. qual Patron de ella, la obtengo con declarasn. ordinaria desde el ao passado de setecientos nobenta y seis. Y como al preste. me hallo con aptitud pa. qe. se me confiera la Colas. Canonica, en virtud de hallarme tonsurado: suplico a VS. Se sirva mandar se me confiera en cumplida forma: Por tanto "A VS. Pido y supc. qe. en atencn. a lo expuesto se sirva de conferirme la Colasn. Canonica qe. imploro en justa, y juro todo lo necesario.& "Mariano Melgar" (Otra letra y tinta) ": Areqa. Abril 14 de 1798" El provisor y vicario general del Obispado por el obispo Chaves de la Rosa, que era el doctor Juan Jos Manrique, atendi la solicitud el mismo da. Y Mariano Melgar, de siete aos y ocho meses de edad, se "hinc de rodillas a los pies de S. Sa. hiso la profesin de la fe y tomo dha. colasin pr. impocision de un bonete qe. le puso sobre la cabeza". Firmaron el acta el doctor Manrique y los testigos Clemente Gordillo, Mariano Ardiles y Pedro Manrique; y como estaba enfermo el notario mayor, lo autoriz a su nombre el notario suplente, Francisco Jara Rendn. La satisfaccin por la capellana dur poco. Don Juan de Dios Melgar crey seguramente que con la renta haba resuelto, ya que no el problema econmico, al menos la educacin y los estudios del pequeo Mariano. Pero unos meses despus, el 9 de octubre, el fiscal general defensor de Legados y Obras Pas, doctor Prez Muchotrigo no se puede saber si por rutina o con otra intencin plante una objecin procesal: que en el expediente echaba de menos el instituto de la fundacin. Don Juan de Dios entonces se puso a buscar el documento en todas las escribanas de Arequipa. Como el esfuerzo fue en vano, intent formar una especie de ttulos supletorios. El dao, sin embargo, estaba hecho. El obispo Chaves de la Rosa dispuso que entre tanto se asegurara haber cumplido con las misas y cargas de la capellana y que doa Melchora Salazar, la poseedora de la hacienda, entregara lo que se devengara, no a ningn capelln, sino "en la Arca de tres llaves del Juzgado". El asunto se complic inmediatamente. Al parecer como un ataque combinado contra Melgar, el capitn de Milicias Disciplinadas de Arequipa, Agustn Velarde, se present el 6 de diciembre con una denuncia inesperada: que la capellana del doctor Matienzo no haba vacado, porque mucho antes de su ascenso a la dicesis de Huamanga haba hecho cesin de ella. En efecto, el 14 de noviembre de 1778 el doctor Francisco

Matienzo, a la sazn en Lima como inquisidor, haba cedido la capellana a su primo don Tadeo de Bravo y Zavala, hijo del casi omnipotente oidor decano de la capital del Virreinato don Pedro Bravo del Rivero y Correa y de doa Petronila Ana de Zavala y Vsquez de Velasco, y sobrino de quien haba sido obispo de Arequipa Juan Bravo del Rivero. Sin un mayor anlisis, el obispo Chaves de la Rosa que ahora podemos suponer que se hallaba en el juego acogi la protesta y pidi la restitucin. El 5 de marzo de 1799 el fiscal Manuel Jos Fernndez de Crdova ampar el pedido del obispo; y de acuerdo con el fiscal, el 13 de septiembre el Tribunal Eclesistico presidido por el doctor Manrique declar enfticamente "no haver lugar a la posesin y colasion de la cap(ellan)a que se le dio a D. Mariano Melgar con perjuicio de D. Tadeo Bravo y Zavala". El golpe era muy fuerte y las ilusiones de don Juan de Dios se venan a tierra. La capellana, en que haba cifrado esperanzas, slo la haba posedo su hijo unos meses. Reaccionando con vehemencia, el 20 de setiembre, "como Padre Legmo de Don Mariano Melgar, nio menor tonsurado", apel y pidi los autos. Unos das despus, el 5 de octubre, precis con ms fuerza que don Tadeo Bravo no poda ejercer el cargo porque era "Gefe militar empleado y residente en el Reyno de Espaa", y por lo tanto no eclesistico y ausente12. Adems, acudi "por va de fuerza" a Lima; pero la Real Audiencia tal vez por el recuerdo del viejo oidor decano, o por la influencia ms directa del nuevo oidor don Diego Miguel Bravo y Zavala, hermano de don Tadeo desech su reclamo el 7 de marzo de 1801. Desde entonces hay un largo parntesis en el litigio, que parece indicar que don Juan de Dios se haba resignado al fracaso. Pero su tenacidad lo revivi aos despus, en tono ya no quejoso sino beligerante y atrevido y al parecer sin importarle que su hijo no tuviera inters en el asunto. El ya anciano padre de Mariano Melgar crey que poda aprovechar que en 1804 el obispo Chaves de la Rosa se haba ausentado de Arequipa y renunciado el cargo, y que se haba designado nuevo obispo al doctor Luis Gonzaga de la Encina y Perla, natural de Las Palmas de Gran Canaria, quien por los problemas polticos de Espaa no pudo viajar al Per y hacer su ingreso en Arequipa sino en 1810. El nuevo prelado, que tena prestigio de hombre enrgico y que a su dignidad eclesistica una el prestigio de su grado acadmico de doctor en Osuna, poda servir para enmendar las disposiciones de su antecesor.

Notas1 "Noticias biogrficas", en Poesas de don Mariano Melgar, cit., pg. 47. 2 Gerardo Holgun, "Apuntes para la biografa de Mariano Melgar", cit., en Album del centenario de Melgar, pg. 117. 3 Antonio Alvarez y Jimnez "Paucarpata, Relacin legalizada de la Visita", en Memorias para la historia de Arequipa, cit., pgs. 203-218. 4 Fbula Las Abejas, publicada por primera vez en El Republicano, nm. 83 (Arequipa, 30 de junio de 1827). 5 Arte de Olvidar o Remedio de Amor, de P. Ovidio Nasn, traducido por Mariano Melgar; primera edicin, Arequipa 1833, versos 283-286. 6 En Album del centenario de Melgar, cit., pg. 133.

7 Nota de esta Edic.: En el libro de Santiago Martnez, La dicesis de Arequipa y sus Obispos (Arequipa, 1933) se escribe indistintamente "Chvez de la Rosa" "Chavez de la Rosa" y "Chaves de la Rosa". Para esta edicin se ha preferido adoptar la siguiente forma: Chaves de la Rosa, como aparece en el libro de Juan Domingo Zamcola, Apuntes para la historia de Arequipa(Arequipa 1888). 8 "Noticias biogrficas", en Poesas de Don Mariano Melgar, cit., pg. 47. 9 Santiago Martnez, Arequipeos ilustres, Arequipa 1938, pg. 70. 10 Biblioteca Nacional de Lima, Manuscritos, signatura C. 4290. Di cuenta de l por primera vez en El Comercio, Lima, 5 de febrero de 1961, suplemento dominical; reproducido en El Pueblo, Arequipa,11 de febrero de 1961. 11 Documento en el Archivo Arzobispal de Arequipa: "1798. Dn. Mariano Melgar y Valdivieso. Tonsura. N. 47". 12 Efectivamente, Tadeo Bravo del Rivero y Zavala se haba avecindado en Espaa. Vese su breve biografa en Manuel de Mendiburu, Diccionario histrico-biogrfico del Per, tomo II, Lima 1876, pgs. 79-80.

III MARIANO MELGAR ESTUDIANTE EN EL SEMINARIO

Entre tanto, despus de las primeras enseanzas recibidas en el hogar, Mariano Melgar haba comenzado sus estudios formales. En la Arequipa de entonces haba para la primera etapa de los estudios siete escuelas gratuitas: una Escuela Real de Latinidad para nios, una Escuela Real de primeras letras para nios, una Escuela de primeras letras para nios fundada por el obispo Antonio de Len a fines del siglo XVII, una Escuela de nias fomentada por el Ayuntamiento, otra igualmente para nias en el convento de Santa Catalina y otras dos escuelas para nios en los conventos de San Francisco y la Merced, donde se lean cursos de Latinidad y Filosofa para la juventud religiosa y seglar1 . Fue el de San Francisco el primer colegio pblico al que asisti Mariano Melgar, no slo por el prestigio que tena sino posiblemente por la circunstancia material de que la Iglesia y el convento quedaban slo a unas tres calles y en la misma recta de su casa. No se conoce exactamente cundo empez a estudiar all. Slo se sabe que en 1807, terminado ese aprendizaje y cuando ya haba cumplido diecisiete aos de edad, hizo su ingreso en el ms alto centro de estudios de Arequipa: el Seminario Conciliar de San Jernimo2 . El dato concreto de ese ingreso est consignado en el acta de examen que se conserva en el respectivo Libro de estudios del Seminario arequipeo3 y que a la letra dice as: "Examen privado de Filosofa de Don Mariano Melgar mantesta. "En el Colegio S(eminari)o de S. Geronimo de esta ciudad, a 19 dias del mes de septiembre de 1807 aos, D. Mariano Melgar, mantesta, se present ante m el Vicerector Lic. D. Eusebio Nieto, pa. ser examinado de toda la Filosofa qe. curs en el Convento de Ntro. P.S. Francisco de esta ciudad, haviendo obtenido de antemano licencia del Sor. Rector pa. dho. efecto, y haviendosele examinado al citado D. Mariano merecio la aprobacion pr. haver contestado sobre las materias qe. se le tocaron: en virtud de esta examen fue admitido a cursar la Teologia en calidad de manteista pagante. Y pa. qe. conste y obre los efectos qe. convengan se pone esta partida, fha. ut supra.

"Lic. Eusebio Nieto" El Seminario Conciliar de Arequipa, fundado en el primer cuarto del siglo XVII por el obispo Pedro de Perea y reformado vigorosamente al terminar la centuria siguiente, en 1791, por el obispo Chaves de la Rosa, constitua evidentemente uno de los centros de estudios no slo religiosos sino de cultura general que haba alcanzado prestigio ms notorio en el Virreinato del Per. Era en verdad como una etapa casi obligatoria en la carrera de formacin humanista y catlica de las poblaciones del sur del Virreinato. Al Seminario acudan, adems de los mozos de Arequipa, los procedentes de Tacna y de Puno, de Arica y de Moquegua, que o bien all concluan sus estudios o quedaban aptos para continuar luego en las Universidades de Lima o el Cuzco materias de Derecho o Teologa. Aunque su importancia intelectual databa de su misma fundacin, el Seminario de San Jernimo alcanz su mayor renombre con las referidas reformas introducidas por el obispo Pedro Jos Chaves de la Rosa Galvn y Amado, titular de la dicesis de Arequipa de 1786 a 1804, y cuya labor en tal sentido se ha podido equiparar a la reorganizacin de vasto alcance efectuada en el Convictorio de San Carlos de Lima por Toribio Rodrguez de Mendoza4 . El ilustre y enrgico prelado (nacido en Chiclana, Espaa, pero vinculado profundamente a la historia cultural americana) impuls una renovacin trascendental en los temas de estudio, en el personal y en los sistemas. Con arraigado sentido religioso, pero con el espritu ampliamente abierto a los nuevos conceptos de acrecentado objetivismo que se extendan por el mundo, el Seminario de Arequipa alcanz gracias a l un carcter de centro de experimentacin, de lugar donde al lado de las especulaciones metafsicas haba inters por la ciencia natural, preocupacin por los problemas sociales y econmicos, atencin hacia los hechos reales y concretos. Y aunque es verdad que la reforma del Seminario de San Jernimo fue ms de carcter tico y cientfico que de despertar de problemas polticos, es tambin cierto que la aireacin intelectual que la nueva actitud representaba tuvo que producir una posicin de crtica frente a las realidades circundantes y la formacin de un equipo parejo que se sinti pronto ya maduro para pasar del campo terico a las realizaciones de orden prctico. Equiparable tambin en esto a Rodrguez de Mendoza, monseor Chaves de la Rosa demostr una intensa capacidad proselitista; y discpulos suyos fueron hombres ilustres que iban a tener especial figuracin en los primeros aos republicanos del Per: Francisco Javier de Luna Pizarro, Mariano Jos de Arce, Benito Laso, Jos Mara Corbacho, Francisco de Paula Gonzlez Vigil, Andrs Martnez, Manuel Cuadros. En cambio, Mariano Melgar no lo alcanz directamente. Ingresado en el Seminario en 1807, haca ya tres aos que el obispo haba salido de la ciudad para presentar la renuncia de su cargo y que haba quedado como vicario general del Obispado el doctor Juan Jos Manrique, precisamente rector de San Jernimo en el momento de la iniciacin de los estudios de Melgar5. Al cabo de un largo interinato, fue slo en julio de 1810 cuando hizo su entrada en Arequipa su sucesor, el obispo Luis Gonzaga de la Encina Daz y Perla, despus que en noviembre del ao anterior haba tomado posesin de la dicesis a su nombre el den don Saturnino Garca de Arzuri6. Se desvanece por lo tanto la leyenda de haber ingresado Melgar al Seminario por el favor y con el apoyo de monseor Chaves de la Rosa. Lo que encontr sin duda all fue la huella profunda de su recuerdo como obispo y como reorganizador de los estudios; que se conservaba adems particularmente en esos aos por la circunstancia de que, aunque renunciante, el prelado sigui viviendo en Lima hasta embarcarse para Espaa

en 1809. Pero lo cierto es que el encuentro directo y personal no se produjo; y por eso, en el primer examen pblico de Melgar, el 23 de diciembre de 1807, quien presidi la prueba fue el doctor Manrique, como gobernador del Obispado. As aparece en el acta que se conserva en el Libro de estudios del Seminario de Arequipa: "Examen de Religin, curso 7. En la ciudad de Arequipa, en veintitres das del mes Dcbe. del presente ao de mil ochocientos siete, el L.D. Diego Villavaso y Huerta, Abogado de las Rs. Audic. del Reino y catedrtico de Sagrada Theologa present a los semina-ristas Dn. Matheo de Coso y Urbican, Dn Anselmo Reyes, D. Jos Leandro Casapa, D. Jos Manl. Paredes, D. Pedro Antonio Salamanca D. Toribio Linares, D. Narsiso Velasques, y a los escolares D. Eusebio Bengoa, D. Fermn Pando, D. Manuel Leiva, D. Luis Leiva, D. Ildefonso Menendes y D. Mariano Melgar, todos los quales fueron examinados pr. el Sor. Govor. del Obispado, Maestros del Seminario y otros Doctores, obteniendo gral. aprobacin, en el tratado de Religion, pr. haver desempeado cumplidamente: lo que firmo para qe. asi conste y obre los efectos qe. combengan, a 24 das del mes de Dice de 1807. "Franc. Xvr. de Luna Pizarro. "Manuel Villavaso y Huerta, Pro-Srio." En 1808 Mariano Melgar fue aprobado en otros dos exmenes. El primero, el 16 de julio, vers sobre las materias: "De Deo uno et atributis, visione Scientia, voluntate, predestinatione, de reproba-tione", a lo que se uni el tratado "De Trinitate", o sea la primera parte de los temas de la fundamental Summa Theologicade Santo Toms de Aquino; y tanto l como sus condiscpulos se desempearon "con lucimiento", sosteniendo "todas las proposiciones del curso Lugdunense a presencia del Sr. Provisor Doctor Don Mariano Barrios, del Vicerector cura de Torata Doctor Francisco Javier Luna Pizarro y de los catedrticos del Seminario". El segundo examen se realiz al finalizar el ao, el 19 de diciembre, y las preguntas versaron sobre la segunda y la tercera parte de la Summa, los tratados "De Deo creatore" y "Verbo Incarnato", tambin segn el curso lugdunense El licenciado Diego Villavaso continu como su maestro el ao siguiente. Era rector del Seminario el doctor Juan Jos Manrique, quien segua encargado del Obispado, y ante l fue Melgar examinado de las materias "De Gratia Christi" y "Justificatione" (es decir, la cuarta parte de la Summa segn el mismo curso), el 13 de junio de 1809. Cuatro meses despus, el 30 de octubre, se present Melgar junto con otro mantesta, Ildefonso Menndez, para ser ambos aprobados en examen privado, y no en la acostumbrada funcin pblica, sobre la siguiente materia de la Summa: "De Sacramentis in genere" y especialmente de Bautismo y Confirmacin. El ao de 1810 tuvo singular trascendencia para Mariano Melgar que entonces llegaba a los veinte aos en su carrera en el Seminario de San Jernimo. Mantesta pagante, o sea alumno externo, desde su ingreso en 1807, alcanz a obtener la beca de Colegial de gracia, que lo vinculaba definitivamente con la casa de estudios, al mismo tiempo que como comienzo de su ascenso de alumno a profesor se le encarg en forma interina la enseanza del curso de Latinidad y Retrica. La disposicin del den Garca de Arzuri (gobernador entonces de la dicesis en nombre del nuevo obispo Encina y

Perla), refrendada por el prosecretario del Seminario Francisco de Paula Gonzlez Vigil expresa as: "Dn. Mariano Melgar, Colegl. de Gracia. "El Sr. Dr. D. Saturnino Garca de Arzuri, governador de esta Dicesi exa. mand qe. Dn. Mariano Melgar sirviese interinamente en la clase de Gramtica de este Real Seminario y juntamente se le diese la Beca como efectivamente se le dio pr. el S. ViceRector el da 11 de marzo del presente ao, visto el decreto del S. Governador del dia diez del mismo mes y ao, y pa. qe. conste y obre los efectos que convengan est firmado, ut supra. "Eusebio Nieto. "Franc. de Paula Gonz. Vigil. P. secretario del RI. Semin." Una certificacin de estudios del 16 de mayo confirma que Mariano Melgar tena la ctedra de Latinidad y Retrica que se le haba encargado interinamente7 . Desde aquella fecha, la vida de Melgar tuvo por otros aos su marco permanente en el local del Seminario, que funcionaba en la calle de San Francisco8 . Segn las Constituciones aprobadas el 1 de julio de 1807, expedidas a solicitud y segn el texto del obispo Chaves de la Rosa pero llegadas a Arequipa cuando haca tres aos que el prelado haba renunciado9 , no slo eran severas las condiciones exigidas a catedrticos y alumnos y lo referente al gobierno espiritual, sino muy minucioso lo relativo a vestidos, horarios, salidas, colaciones. La ropa de los seminaristas, por ejemplo, tena que reducirse a lo siguiente: bonete negro, chupa y calzn del mismo color o azul obscuro, sobretodo azul con mangas y sombrero negro para las salidas al campo, zapatos gruesos con botones o cinta ordinaria, medias que no fueran de seda (las de seda estaban prohibidas aun para los pagantes); y como vestido de ceremonia loba de pao u otro gnero azul y beca roja con un escudo, en el que se llevaba bordada o de plata al martillo la imagen de Nuestra Seora de la Asuncin 10 . El menaje no lo constituan sino "mesa, estante pequeo y asiento, caxa o petaca, dos toallas, y cubiertos con dos platillos y dos servilletas, con los otros utensilios de necesidad moderados". Para dormir: "cuxa o catre, colchn, sbanas y sobrecama de lana"11 . El horario de las labores era el siguiente: primera campanada a las cinco y media de la maana en el invierno y a las cinco en cualquier otro tiempo; segunda campanada a las seis, cuando ya todos deban estar lavados y peinados; Santa Misa; retiro a las habitaciones para repasar las lecciones del da; nueva campanada a las nueve para entrar en las aulas, donde ya esperara el catedrtico, quien deba rezar una antfona, arrodillado como los alumnos, ante la imagen de la Virgen; clase de nueve a diez, estudio de diez a once en las habitaciones; descanso hasta el momento del almuerzo, que se serva a las once y media; reposo de una a dos; estudio de dos a tres; clase de tres a cuatro; recreo; toque del Angelus; rosario; estudio hasta las ocho y media en las habitaciones "con las puertas abiertas, como deben estar siempre"; cena; oracin en la capilla, y a las nueve y media toque de silencio y "al punto apagar las luces"12 . En cuanto a la alimentacin, las Constituciones entraban en detalles expresivos de las costumbres de Arequipa. "El desayuno ordinario ser una xcara de chocolate con pan francs; en los das festivos y de asueto ser alguna vianda caliente de carne o

pescado, u otro guiso del pas, conformndose con el estilo y gusto de los naturales". "Al medioda, sopa de arroz o fideos..., puchero con vaca, cordero, tocino y garbanzos, y otro plato de miniestra y postre; y en los das festivos verduras, que son costosas en el pas, y mejor postre". "Para merendar, se les dar fruta del tiempo sazonada y de buena calidad en cantidad prudente". "La cena ser ensalada, un guiso y postre". "En los das de comida de Viernes se darn cuatro platos". "Los das clsicos (o sea el de San Jernimo, el cumpleaos de los Reyes, la consagracin de los prelados, el Santo del Rector y del Vice-Rector, segn el Ttulo 6., artculo 1), se aadir un extraordinario de arroz con leche u otro manjar delicado" y a los superiores vino, "cuyo uso se permite a stos y se prohibe en cualquier da a los colegiales"13 . Los cursos que propuso el obispo Chaves de la Rosa fueron Gramtica Latina, Castellana, Griega, Hebrea y Arbiga (slo nociones de estas ltimas14 , Filosofa, que comprenda Lgica y Etica basadas en Heinecio y Metafsica del abate Para; Fsica (sobre la base del Diccionario de Fsica de Brison y las difundidas versiones de Newton por el padre Isidoro Celis, del convento limeo de la Caridad de Agonizantes); elementos de Matemticas (con los Principios del clculo y de la geometra, o curso completo de Matemticas elementales, del abate Para du Faujas); Astronoma; Sagrada Escritura; Teologa, en sus diversas ramas; Historia Eclesistica; Ritos y Cmputos; Derecho Cannico; y adems Derecho Natural, de Gentes y Civil, cuyo proyectado estudio se suprimi por la Real Cdula de 180715 . Para los estudios de Retrica se recomendaban traducciones de Ovidio, Virgilio y Catulo, poesas y epstolas de Horacio, oraciones de Cicern, Salustio y Tito Livio, el De ars dicendi de Francisco Snchez de las Brozas. Para la lectura en el refectorio al medioda se recomendaba el Antiguo y el Nuevo Testamento, la Historia Eclesistica, la Historia general de Espaa y las Historias del Per y de Mxico del Inca Garcilaso de la Vega y de Antonio Sols; y para la noche, el Catecismo Romano o el de Puget16 . La amplitud y la seriedad de los estudios correspondan en el campo intelectual a la inflexibilidad de la doctrina y a la severidad de las costumbres en lo que se refera a la formacin moral y espiritual. Los catedrticos deban ser "para sus discpulos un dechado de modestia, urbanidad y compostura"17 ; y deban atenerse permanentemente a los rigores del plantel. Para ello se les induca, adems de los actos externos, a reflexionar sobre s mismos y escuchar la voz de su conciencia. Una interesante hoja suelta manuscrita, que guarda en Arequipa Eduardo Ugarte y Ugarte, parece contener un revelador acto de contricin de un seminarista de aquella poca. Todos los prrafos comienzan con una "A" que, por el texto que le sigue, puede interpretarse como "Acsome". Se declaran pecados, olvidos, jactancias, imprudencias; hasta un acto carnal, "con el agravante de haberse excedido ese da en la bebida". Parece as el esquema de la confesin de un seminarista, fechada al margen: "Dom. 13 de 7e", que puede ser el domingo 13 de septiembre de 180818 . De Mariano Melgar o de algn otro seminarista de su edad, la inesperada confesin pone un calor de realidad y hasta un temblor de arcilla humana en la aparente rigidez de los alumnos del Seminario de Arequipa.

Notas1 Hiplito Unanue, Gua poltica, administrativa y militar del Virreynato del Per para el ao de 1793 (Lima), pg. 268.

2 El primero en dar a conocer las certificaciones de los estudios de Melgar en el Seminario fue Salvador Cornejo en su tesis universitaria de 1915. Ver "Mariano Melgar, su vida escolar", en Prosistas e historiadores, Primer Festival del Libro Arequipeo, cit., pgs. 149-158. La mayor parte de las partidas, y algunas de ellas literalmente, las reproduje del Libro de Estudios del Seminario, en "Mariano Melgar, estudiante y maestro", en Mar del Sur, nm. 13 (Lima, setiembre-octubre 1950, pgs. 1-17). Poco despus se publicaron textualmente tambin en la obra pstuma de Pedro Jos Rada y Gamio, Mariano Melgar y apuntes para la historia de Arequipa (Lima 1950), pgs. 238-248. 3 Seminario Mayor Metropolitano de San Jernimo, Arequipa. Libro general: 1. Constitucin del Sr. Pedro Jos Chaves de la Rosa; 2. Matrculas y Exmenes de alumnos; 3. Oficios aprobando las cuentas, etc.; 4. Lista de Rectores y Profesores 1791-1865. 4 Vanse, en sus partes pertinentes, el libro clsico de Benjamn Vicua Mackenna, La Revolucin de la Independencia del Per(Lima 1860); el artculo de Manuel de Mendiburu en el Diccionario histrico-biogrfico del Per, t. II (Lima 1876); el folleto de Mariano Ambrosio Cateriano. Sr. Dr. Don Pedro Jos Chaves de la Rosa (Arequipa 1888); el estudio de Jorge Guillermo Legua El Precursor, sobre Toribio Rodrguez de Mendoza (Lima 1922); la recopilacin de estudios sobre Chaves de la Rosa en elBoletn del Museo Bolivariano, nm. 15 (Lima, abrilmayo 1930), que incluye el elogio pronunciado por Andrs Martnez en la Academia Lauretana en 1822; y Santiago Martnez, La dicesis de Arequipa y sus Obispos (Arequipa 1933). 5 Santiago Martnez, La dicesis de Arequipa y sus Obispos, cit., pg. 221. 6 Para la actuacin del Obispo Encina y Perla vase: Enrique Carrin Ordez, "Pereira y el Per", en Boletn del Instituto Riva-Agero, nm., 8 (Lima 1969-1971), pgs. 21-76, -vase tambin Santiago Martnez, La dicesis de Arequipa y sus Obispos, cit., y las cartas de monseor Encina y Perla citadas por Rubn Vargas Ugarte en Manuscritos peruanos del Archivo de Indias (Lima 1938), pg. 315. 7 Rada y Gamio, Mariano Melgar y apuntes para la historia de Arequipa, citado, pg. 241. 8 Sobre la adquisicin de las casas de Miguel Garcs por el obispo Pedro de Perea, para instalar el Seminario en 1622, vase Juan Domingo Zamcola, Apuntes para la historia de Arequipa (Arequipa 1888). El doctor Santiago Martnez, en La dicesis de Arequipa y sus Obispos, cit., pg. 62, dice "Miguel Garcia". 9 Constituciones del Seminario de Arequipa, remitidas al rey con carta de 30 de agosto de 1802 y firmadas por "Pedro Josef, Obispo de Arequipa" el 30 de enero de ese ao; en Real Academia de la Historia, Madrid, Coleccin Mata Linares-70, fs. 193-210. Las Constituciones aprobadas y en muy poco enmendadas por el monarca se publicaron en: Reales cdulas en favor del Seminario Consiliar de San Geronimo de Arequipa, y aprobacion de los Reglamentos de Visita, Ereccion, Constituciones, y mtodo de estudios (Lima 1808); las Constituciones, en pgs. 27-188. 10 Lmina 10 de la citada Coleccin de Figuras que demuestran usos y costumbres de Arequipa, varios muebles de casa y alaxas de Iglesia, &, tomo 2. de Antonio Pereyra y Ruiz, Noticia de la muy noble y muy leal ciudad de Arequipa. La lmina presenta a un colegial de San Jernimo y tiene la siguiente leyenda: "Colegial. El Manto es de pao azul, la Beca de grana, y en ella bordada, de plata al martillo la imagen de la Asuncion. El Bonete de pao." 11 Constituciones del Seminario de Arequipa, presentadas por Chaves de la Rosa, cit. Parte II, Ttulo II, "Del vestido interior y exterior de los seminaristas", artculo 2. 12 Ibid. Parte II, Ttulo IV, "De Distribuciones", arts. 2 al 23. 13 Ibid. Parte II, Ttulo VIII, "Del Refectorio y cocina". 14 Segn Antonio Pereyra y Ruiz, en su Noticia..., el sucesor de Chaves de la Rosa, doctor Encina y Perla, dispuso que se estableciera una catdra de Quechua para los colegiales que hubieran de seguir la carrera eclesistica; pero fue slo por corto tiempo, porque, sin fondos de la mitra ni otros, "dur poco esta enseanza en el que se ofreci para ella" (Noticia, cit., f. 38 v.). 15 Mariano Ambrosio Cateriano, Recuerdos del Ilmo. Sr. Dr. Don Pedro Jos Chaves de la Rosa, cit. 16 Constituciones del Seminario de Arequipa, cit. Parte II, Ttulo IV, art. 10. 17 Ibid. Parte I, Ttulo V, art. 3.

18 Nota de A. M. Q. S. en Mariano Melgar. Poesas completas, ed. Academia Peruana de la Lengua (Lima 1971), pgs. 280-281.

IV MARIANO MELGAR MAESTRO

En julio de 1810, despus de nueve meses de su partida del puerto de Cdiz, hizo su ingreso en Arequipa el sucesor de Chaves de la Rosa, el ya mencionado obispo Luis Gonzaga de la Encina y Perla. Al parecer el den Garca de Arzuri, que haba encargado poco antes a Melgar aun cuando fuera interinamente la ctedra de Latinidad y Retrica en el Seminario, lo escogi para que en nombre de la institucin pronunciara la oracin de saludo al nuevo prelado. Segn la tradicin, recogida por algunos bigrafos, Melgar pronunci su discurso en latn1 ; y aunque no haya constancia documental a este respecto la informacin es verosmil y puede explicar la simpata que le demostr despus el nuevo obispo. El 9 y el 16 de agosto vuelve a aparecer Melgar como catedrtico, en las certificaciones de estudios de dos alumnos, pero ya no en el curso de Latinidad y Retrica sino en el de Fsica y Matemticas, posiblemente encargado tambin a l en forma interina2 . Y si estas designaciones revelan el buen concepto que de los mritos de Melgar y su capacidad docente se tena, de las esperanzas en l cifradas como sacerdote, con el estmulo notorio de su padre don Juan de Dios, da prueba la informacin de haber recibido las rdenes menores por ese mismo tiempo. Efectivamente, Melgar prepar su expediente de admisin; y el 21 de septiembre de 1810, el obispo Encina y Perla, que acababa de hacerse cargo de su dicesis, le confiri las rdenes menores3 . An ms: el nuevo prelado seguramente por las muy favorables opiniones que recibi de Garca de Arzuri durante su visita a la casa de estudios, ms que por el presunto discurso en latn lo design para regentar, en forma estable, el nuevo curso que se abri entonces. Era el curso 11. de Filosofa, al que Melgar iba a dedicar sus afanes durante todo el tiempo que continu en el Seminario. El curso se inici el 21 de enero de 1811, como consta del acta respectiva: "Apertura del curso 11. "El da 21 del mes de enero de mil ochocientos once Dn. Mariano Melgar dio principio al curso de Filosofa (pr. eleccin verbal del I. S. Obispo), al que entraron los Colegiales qe. dieron el examen de Gramtica y el mantesta, a qe. se agregaron previo el examen de Latinidad los seculares Andrs Fuente, Bartolom Betanzos, Blas Chaves, Bernave Zegarra, Casimiro Montes de Oca, Celedonio Barra, Jos Manl. Chaves, Jos Manl. Gala, Juan de Dios Melgar, Juan Jos Somocursio, Juan Manl. Sumarn, Lucas Bega, Jos Riveros, Jos Gomes, Manl. Arenas, Manl. Balcarcel, Jos Ballibian, Manl. Muoz, Manl. Rsas, Manl. Tinajas, Jos Loaysa, Jacinto Salasar, Mariano Delgado, Mariano Laso, Martn Cano, Pedro Cano, Migl. Carpio, Pedro Bedrigal, Sebastin Llosa, Nasario bustamante, Tadeo Llosa, y pa. qe. obre los efectos qe. convengan est firmada ut supra. "Lic. Eusebio Nieto. "Franc. de Paula Vigil. P. Srio. del Rl. Semin."4 .

Melgar dirigi a ese equipo de discpulos (entre los que se contaban, como se ve, su hermano Juan de Dios, seis aos menor que l, y su sobrino Miguel del Carpio y Melgar, hijo de su hermana paterna Manuela) a travs de cerca de tres aos de disquisiciones y de estudios. Cada curso comprenda entonces, no la enseanza estricta de una materia especial o determinada, sino la preparacin de un grupo constante de discpulos para conducirlos, bajo las indicaciones y con el apoyo de un maestro, por los diversos campos que comprenda genricamente el curso; en este caso la Filosofa. No haba as profesores particulares para cada seccin especfica del curso, sino un maestro encargado, por un perodo de tiempo, de la educacin y la enseanza completas de todo el grupo que se le encomendaba. Como el licenciado Diego Villavaso lo tuvo por alumno de Teologa de 1807 a 1809, as a Melgar le correspondi dirigir el curso 11. de Filosofa de 1811 a 1813. Y a las interpretaciones escolsticas y a la consideracin de los altos problemas metafsicos le toc unir en ese curso como consecuencia, sobre todo, de la reforma introducida de los finales del siglo anterior al nuevo siglo el estudio de ciencias experimentales: Fsica y Aritmtica, Algebra y Geometra, Trigonometra y Secciones cnicas, incorporadas a la Filosofa como ciencia esta ltima totalizadora y especulativa por antonomasia5 . Por entonces tambin e inesperadamente, al cabo de diez aos de un aparente olvido de la capellana en el pago de Guarango, el padre de Melgar, don Juan de Dios, crey llegada la oportunidad de revivir el litigio. El 14 de febrero de 1811 se dirigi en ese sentido al provisor y vicario general del Obispado. En acuerdo, o hasta posiblemente en desacuerdo, con su hijo (cuya firma, significativamente, no vuelve a aparecer en el proceso), se present "como Padre Legtimo de D. Mariano Melgar, Clerigo de menores ordenes, y Catedratico de Filosofia en este Real Seminario"6 . No eran slo un legtimo orgullo paternal y un explicable inters econmico los que animaban a don Juan de Dios. Desde las primeras lneas se ve que adopta un tono beligerante y agresivo. Denuncia que se haba resuelto anteriormente contra su hijo violentando el derecho, por "mero capricho", con grave dao y por presiones de los poderosos. "Quando a mi hijo se le dio el nombramiento del V(enerabl)e Dean y Cavildo expresa viva en la inteligencia de que el Capellan havia sido el Illmo. Seor D. Francisco Matienzo. A este Seor, hecho ya Obispo, le escribi el Cabildo sobre esta misma Capellana recordndole no poda ya obtenerla, y la respuesta fue consentir en que se nombrase otra persona por el Cavildo". La capellana inicial, adems, en realidad se haba perdido. Desde haca un siglo, cuando el fundador licenciado Beamud se fue a Espaa el patronato haba correspondido por prescripcin al cabildo eclesistico de Arequipa, que haba venido ejerciendo, ao tras ao, ese derecho. No tena por lo tanto nada que hacer el obispo; ni menos haba podido el doctor Matienzo, por s y ante s, ceder el beneficio ni a su primo ni a nadie. Lo que ocurra era, sencillamente, un detestable abuso de influencias. Tadeo Bravo del Rivero, el nuevo e injustificado beneficiario, no slo era hijo del oidor don Pedro Bravo del Rivero y hermano del oidor Diego Miguel, sino procurador de Lima en la Corte de Espaa, pariente de los condes de Montesclaros de Zapn y de los marqueses de Fuente-Hermosa, San Lorenzo de Valleumbroso y Rocafuerte y por eso segn don Juan de Dios lo haba favorecido la Audiencia limea. A todos constaba, sin embargo, que "el cavallero D. Tadeo jams ha seguido por la Iglesia; que se fue a los Reynos de Espaa a pretensiones de Empleos Seculares". Y algo mucho ms grave: "que en Madrid ha hecho ostentacin de sujetarse a empleos y servicios de un Rey intruso (Jos Bonaparte); que por estos hechos tan pblicos y notorios, la Nacin lo ha declarado revelde y ha mandado embargar sus bienes"; (acusacin externamente exacta, de la que iba a ser vindicado ms tarde en 1816, por el Rey Fernando VII)7 .

Recurri adems don Juan de Dios a una acusacin inesperada. Contrariando la creencia habitual, que se ha hecho leyenda en ms de un siglo, por la que el obispo Chaves de la Rosa aparece casi como descubridor y benefactor de Mariano Melgar, su padre Juan de Dios denunci al prelado chiclanense como el oculto motor de toda la intriga. "El Fiscal de este Juzgado escribi en su recurso, q fue D. Bartolom Prez Muchotrigo, fue el que sali pidiendo los Autos, y ms la fundacin de esta Capellana, pero el resorte que todo lo movi fue el Illmo. Seor Obispo D. Pedro Jos Chaves de la Rosa, por los sentimientos publicos q. tubo conmigo". "Solo el respeto del Illmo. Seor Chaves aadi, agitado de sus sentimientos para conmigo, propendi al despojo del dr. que a mi hijo le asista". Por eso se anul la concesin de la capellana al joven Mariano; por eso se dej de or al den y al cabildo eclesistico; y por su "poderoso respeto" se favoreci a quien, como don Tadeo, "ni tena nombramiento del Cabildo, ni era capaz de obtenerlo, por haber seguido tantos aos atrs la Carrera secular con empleos pblicos en Madrid". La respuesta del capitn Agustn Velarde, que segua de apoderado de don Tadeo, no tard en producirse. El 4 de marzo protest por la "insolente pluma" de don Juan de Dios Melgar; pidi que se testaran las frases ofensivas, que tuvo buen cuidado en subrayar; y, ofendiendo a su vez, dijo que la "precipitacin y ligereza" del belicoso Melgar quedaban "bastantemente castigada(s) con el desprecio pblico". En cuanto a su representado, Tadeo Bravo, afirm que este siempre haba sido leal al Rey Fernando VII; pero, si ocupado Madrid por los franceses, "oprimido del modo ms fuerte e irresistible, se ve precisado a ceder, y obtener empleos del Rey intruso", estas acciones "hechas en tales circunstancias merecen culpa? Merecen el odio de la Nacin? Est en su mano el no hacerlas?". Y con malvola intencin, que resulta un testimonio importantsimo para adivinar las ideas patriticas que animaban a los Melgar, comprensiblemente estimuladas por los acontecimientos de 1810 en el Ro de la Plata, el capitn Velarde agreg: "Yo supongo a Melgar (don Juan de Dios) adicto como debe estar a las miras del Per y distante de las ideas de Buenos Aires. Si la casualidad de las armas hiciera que esta Ciudad se ocupara, y se violentaran y oprimieran sus vecinos, vindose l obligado a admitir empleos: No disimulara al menos sus sentimientos? Quando estuviese en estado de vindicarse, no alegara la fuerza como su ms poderosa excepcin?". El escrito autorizado por el "Dr. Quiros" termin con el pedido de que se escarmentara a Melgar y no se le admitiera ms recursos si es que no venan en buena forma autorizados por letrado de estudio abierto y conocido. Don Juan de Dios Melgar no vacil. El 22 de noviembre de 1811 present un nuevo escrito, autorizado esta vez por el letrado "Dr. Pacheco", pero del mismo fuerte tono. Se quiere que "con el miedo cierre la boca" exclam, mas en vano. Monseor Chaves de la Rosa y su dignidad sern venerables, pero "ningn sbdito deca enrgicamente es obligado a acatar los vicios y mal humor del Prelado". Haba esperado hasta entonces, por un largo perodo de diez aos agregaba, "hasta el tiempo en que mis quejas fundadas no se mirasen como delitos de lesa magestad para oprimir un sentimiento". Nadie puede quitar sin injusticia un derecho concedido en justicia por el den y el cabildo. Y menos si don Tadeo nunca haba pensado en ordenarse, en tanto que Mariano Melgar, "mi hijo, est in via pa. ello". La rotundidad del alegato y la vehemente defensa del padre, del mismo modo que el aprovechamiento de la oportunidad porque monseor Chaves de la Rosa con su viaje haba desaparecido de la escena peruana, al parecer hicieron su efecto. El 21 de marzo

de 1812 el fiscal general del Obispado de Arequipa, doctor Agustn Calatayud, critic que las partes se hubieran perdido en ataques personales y propuso un problema de jurisdiccin no aclarado hasta entonces: a quin corresponda en realidad el patronato, y por lo tanto la adjudicacin de la capellana: al obispo, o al den y el cabildo? El 9 de setiembre, como envalentonado por la pregunta, don Teodoro Pastor, a nombre del cabildo, se dirigi al provisor y vicario general del Obispado y con nutridos documentos que databan desde 1762 sostuvo que el cabildo eclesistico era el patrono y que por lo tanto "est enteramente en su dr. a presentar Capellanes para esta Capellana". La cesin del doctor Matienzo a su primo Tadeo Bravo del Rivero era nula: "el nombrar Capellanes es acto peculiar del Patrn y no del Capelln". Lo ms que poda entenderse, en todo caso, era que hubo cesin de rditos por los das de su vida; pero como el obispo Matienzo haba muerto, el nombramiento de su sucesor, "sugeto apto", quedaba firme y subsistente. "D. Mariano Melgar conclua es el nombrado por el Cavildo, mi parte, y que tiene la colacin legtimamente dada, y con esto lo he dicho todo"8 El capitn Agustn Velarde no supo ya qu responder. El 4 de diciembre pidi los autos, pero fue slo el 12 de junio del ao siguiente cuando present un nuevo escrito, por lo dems bastante dbil. Tres das despus, el 15 de junio de 1813, pasaron los autos a la parte contraria, con una anotacin que pareca que diera por resuelto a favor de Melgar el asunto de la jurisdiccin: "traslado al Capelln nombrado por el Ve. Dean y Cabildo". Los autos, sin embargo, no fueron precisamente al capelln, sino a quien en nombre suyo haba peleado en tantos aos. El ltimo provedo, con el que se cort bruscamente el complicado y nutrido expediente, deca as: que pasen a "D. Juan de Dios Melgar, como pad. del caplln. d. Mariano Melgar". En efecto, el joven Mariano, que era aparentemente el protagonista del enredo y en cuyo nombre se hicieron todas las denuncias, se haba mantenido expresivamente apartado del litigio. Desde su escrito de 1798, cuando tena menos de ocho aos de edad, no vuelve a encontrarse su firma en el proceso, que parece haber sido slo un desahogo de amor propio y una batalla personal de su padre. Iniciador del curso undcimo de Filosofa en el Seminario, el Libro de Estudios de la casa lo muestra ntegramente dedicado a su labor. As, el 2 de julio de 1811, en la maana y en la tarde, present a sus alumnos, becarios y mantestas respectivamente, a un examen pblico de Lgica, en el que obtuvo medalla de plata el colegial Anselmo Quiroz. El 26 de octubre los volvi a presentar, con feliz xito (todos "merecieron ser aprobados por haberse desempeado con lucimiento"), a examen pblico de Metafsica, en el que Anselmo Quiroz volvi a ocupar el primer puesto, seguido por Andrs Martnez y Pedro Jos Gamio9. El ao de 1812 continu el curso undcimo, aunque dejaron de seguirlo algunos de los 31 alumnos iniciales y empez a no figurar en las actas el nombre del hermano de Melgar, Juan de Dios. Comenzaron a anotarse tambin, junto a los que obtuvieron la "A" de aprobados, los de la "R" y la "M", de reprobados y medianos. El 2 de mayo de ese ao el examen correspondi a Filosofa Moral o Etica; a lo que siguieron preguntas sobre otras materias, que casi todos absolvieron "con desembarazo", pero hubo cinco que no supieron contestar. Por circunstancias especiales, ese mismo da Melgar present al colegial porcionista Toms Nieto para que fuera examinado sobre Historia de la Filosofa y materias de Lgica. Cuatro meses despus, el 11 de setiembre, fue el examen de Aritmtica y Algebra, en el que hubo cinco reprobados, en tanto que el colegial Juan Bautista Villalobos "obtuvo un elogio grande por haber resuelto problemas que no se presentaron en tabla"10 .

El 17 de agosto del mismo ao de 1812 se expidi el certificado de estudios y conducta del que iba a ser ilustre Francisco de Paula Gonzlez Vigil, "natural de la villa de Tacna", en el que apareci Mariano Melgar como catedrtico de Filosofa y Matemticas11 . Era el ttulo completo del curso que, como se ha visto, comprenda no slo temas especulativos, sino materias de rigor cientfico preciso. Segn las actas que se guardaban en el Seminario de Arequipa, con ese carcter volvi a presentar Melgar a sus discpulos en 1813: el 30 de enero para su aprobacin en Geometra, Trigonometra y Secciones cnicas; y luego, el 29 de abril, a examen de Fsica general (a lo que deba seguir la Fsica particular), que fue la ltima prueba a que alcanz a presentar a sus alumnos12 . El acta respectiva revela los alejamientos producidos entre quienes haban iniciado el curso 11 de Filosofa con Mariano Melgar: "En el Colegio Seminario de S. Gernimo de esta Ciudad, D. Mariano Melgar, Catedrtico de Filosofa y Matemticas, present ( p. orden verbal del seor Obispo) ante el seor Provisor y Vicario Jos Cceres, Rector de dicho Colegio, para ser examinados de Fsica General, a los siguientes alumnos: Pedro Jos Gamio, Andrs Martnez, Jos Mara Ballivn, Jos Joaqun Zeballos, Anselmo Quiros, Celedonio Barra, y D. Toms Nieto, y a los mantestas D. Manuel Tinajas, Tadeo Chvez, Bartolom Betanzos, Blas Chvez, Miguel Carpio, Jos Manuel Gala, Manuel Muoz, Manuel Arenas, Andrs Fuente y Jos Manuel Chvez. Todos los cuales, habiendo sido preguntados sobre dicha materia por los examinadores, merecieron ser aprobados, excepto de los colegiales Jos Joaqun Zeballos, y de los mantestas Andrs Fuentes, que fueron reprobados, y de dichos mantestas D. Blas Chvez y D. Manuel Muoz, que lo hicieron medianamente, y para que conste y obre los efectos que convenga lo firm a 29 de abril de 1813, da en que se verific el referido examen. "Dr. Mariano Martnez."

Notas1 Alberto Balln Landa, Estudios de sociologa arequipea, en Prosistas e historiadores, Primer Festival del Libro Arequipeo, cit., pg. 117. 2 Pedro Jos Rada y Gamio, Mariano Melgar y apuntes para la historia de Arequipa, cit., pgs. 241-242. 3 Santiago Martnez, Arequipeos ilustres, cit., pg. 71. 4 Seminario de Arequipa, Libro de Estudios, cit., f. 136. 5 Fernando Romero, Rodrguez de Mendoza, hombre de lucha (Lima 1974), pgs. 273-274. 6 Biblioteca Nacional de Lima, Manuscritos, C. 4290. Aurelio Mir Quesada S., Un litigio desconocido de Mariano Melgar, cit. 7 Manuel de Mendiburu, Diccionario histrico-biogrfico del Per, tomo II (Lima 1876), pgs. 79-80. 8 Biblioteca Nacional de Lima, Ms. C. 4290, cit.

9 Seminario, de Arequipa, Libro de Estudios, fs. 139 y 144; actas transcritas por Pedro Jos Rada y Gamio, en Mariano Melgar y apunte para la historia de Arequipa, cit., pgs. 243-244. 10 Ibid., fs. 144 y 148. 11 Ibid., f. 147. 12 Ibid., fs. 153 y 154; reproducidas por Rada y Gamio, loc. cit., pgs. 247-248.

V "POSEER, SI DABLE ES, TODAS LAS CIENCIAS"

La variedad de las materias de las ctedras que se encargaron a Melgar no solamente era una muestra de su capacidad intelectual, sino de la amplitud y seriedad de los estudios que desde la reforma del obispo Chaves de la Rosa, se llevaban a cabo en el Seminario de Arequipa. Es cierto, sin embargo, que muchos de los cursos eran inevitablemente elementales, que para pasar de una materia a otra los estudiantes no tenan sino un corto perodo de tres meses; que el estudio incipiente de las ciencias no tena un carcter autnomo, sino era como un desprendimiento de las doctrinas filosficas. Entre las Ciencias de la Naturaleza y la Ontologa de la Naturaleza, entre la observacin de los fenmenos y la especulacin sobre sus causas, no haba fronteras bien trazadas. El curso mencionado del padre Isidoro Celis, basado en Franois Jacquier, que al parecer fue el que introdujo los principios newtonianos en los centros de estudios del Virreinato del Per y que fue utilizado por Mariano Melgar en Arequipa, parta de la exposicin de las reglas filosficas para llegar despus a las experimentaciones objetivas. La Filosofa se divida en cuatro ramas cuyo estudio se desenvolva gradualmente: Lgica, Metafsica, Etica y Fsica. Esta ltima se divida, a su vez, en dos partes: la Fsica General y la Particular. La primera estudiaba las propiedades universales de los cuerpos, su extensin, la impenetrabilidad, la divisibilidad, la Esttica y la Mecnica. La segunda examinaba las propiedades particulares de los cuerpos, su fluidez, su equilibrio; el tratado del aire y el sonido; lo perteneciente a la luz y los colores; y luego la Cosmografa, la Astronoma y lo tocante a la esfera celeste1 . Una importante referencia de lo que se entenda entonces por Filosofa y Matemticas y la resonancia de los Philosophiae Naturalis Principis Mathematica, de Newton, se encuentra en la descripcin de un acto pblico realizado unos aos antes en la Universidad de San Marcos de Lima2 . De la Historia de la Filosofa, la Lgica, la Etica (Dogmtica, Caracterstica y Parentica), la Ontologa, la Psicologa, la Teologa Natural, se pasa al campo de la Fsica, que se "arma de los principios del Clculo y la Geometra". Al Clculo se le divide en cuatro partes: Aritmtica, Algebra, Analoga y Anlisis. A la geometra se la divide en tres partes: Longimetra, Planimetra y Estereometra. De all se contina a la Fsica General y la Particular. Todo termina con la Cosmografa, donde se siguen los conceptos de Newton sobre posiciones de la esfera, movimiento de los planetas, gravitacin universal, flujo y reflujo de la mar, y en la segunda parte de la Cosmografa, nociones esenciales de Geografa Histrica, Astronmica y Fsica.

Es de suponer que, dada la vastedad de los estudios, la formacin elemental de los alumnos y los pocos aos de aprendizaje y luego de enseanza de Melgar (cuando asumi el curso 11 de Filosofa slo tena veinte aos de edad), en el Seminario de Arequipa slo se poda aspirar entonces a una exposicin muy general en el campo cientfico. Los libros de texto o de consulta eran, por otra parte, muy escasos en toda la extensin del Virreynato. En las Constituciones del Seminario de San Jernimo se haba dispuesto que siempre hubiera una pieza destinada a librera, armada de los estantes necesarios y con los libros colocados segn el orden del catlogo3 ; pero ese catlogo, inevitablemente, no poda ser muy copioso. El propio obispo Chaves de la Rosa haba dado una prueba material de su inters por aumentarlo cuando a los cuatro aos de llegar a Arequipa, al otorgar su testamento el 24 de noviembre de 1792, dispuso que sus libros fueran dejados al Seminario4 . El ofrecimiento lo cumpli, y cuando renunci la mitra y sali de Arequipa su coleccin particular enriqueci los estantes, no muy nutridos, de la biblioteca5 . Las Constituciones indicaban tambin que "para que la Librera se mantenga con cuidado, limpieza y el orden y disposicin que dexamos notado, queremos que de los Seminaristas Pasantes de Filosofa se elija por el Rector y Catedrticos el que sea ms a propsito para el empleo de Bibliotecario". Y nadie mejor para ello que Melgar, quien fue elegido para el cargo a fines de 1811, con lo que no slo cuid los libros, sino los tuvo ms al alcance para su propia preparacin intelectual. Cuando se retir del Seminario, se pudo aadir por eso en su constancia de servicios "qe. ha servido de Bibliotecario mas de ao y medio, en cuyo tpo. ha hecho un Indice nuevo y encargado libros qe. no constaban en el inventario"6 . La leyenda de Melgar, basada en la realidad, pero idealizada por la resonancia de su vida y su obra, se ha extendido tambin en este aspecto. El mismo, en una declaracin autobiogrfica, ha dicho expresamente: Desde que mi razn tuvo ejercicio procuraba adquirir sabidura; ...................................................... Poseer, si dable es, todas las ciencias fue toda mi ambicin y mi codicia7 . Y ese deseo se hizo realidad. Su hermano y alumno Juan de Dios, por ejemplo, al presentar la primera edicin de la Carta a Silvia, habl de "un compendio geogrfico en verso y un nuevo mtodo para estudios"8 escrito por Mariano, que no se han encontrado nunca. Otro de sus hermanos, Jos Fabio, en las Noticias biogrficas que escribi para la edicin oficial de las Poesas, a los cincuenta aos del fusilamiento de Melgar, elogi "su ardor por abrazar todos los ramos del saber", y aadi a sus estudios de Filosofa, Matemticas, Ciencias Eclesisticas, Teologa, Derecho, Historia, Idiomas, Bellas Letras y aun Artes Mecnicas la siguiente informacin sobre las artes:

"Dibuj y pint sin maestros, porque no los haba, y porque l saba tomar las lecciones de la naturaleza. No le fue extraa la escultura ni nada de lo que atrae y encanta la imaginacin. En arquitectura hizo algunos bellos ensayos. En msica deba quedar estril en teora, porque no naci en tierra italiana. Pero enseaba las reglas del arte y gustaba y haca gustar de algn pobre concierto, de los que en su tiempo era dado gozar en Arequipa"9 . Es muy difcil distinguir ahora lo que hay de idealizada tradicin familiar y lo que hay de realidad en este campo. Jos Gregorio Paz Soldn, en los Anales universitarios del Per, agreg que Melgar haba escrito "un compendio en latn de la Historia de la Filosofa" y que el ya aludido compendio geogrfico era "en verso castellano un compendio de Geografa de Arequipa"10 . El mismo Jos Fabio Melgar precisa que cuando falt el arquitecto del templo de San Camilo, Melgar tom bajo su proteccin al oficial de albailera Lorenzo Domnguez, le traz lneas, le dibuj adornos y bajo su direccin se levant la cpula11 . Pero no hay ninguna prueba documental que lo confirme. Otra de esas informaciones, por su parte, aade que Melgar fue el primero en aprender y luego ensear taquigrafa en Arequipa, y que fue en esos caracteres como escribi su Carta a Silvia12 , posiblemente para mantenerla en discreta reserva. Aunque esto ltimo par