HISTORIA ELEXPOLIODEUNMITO · historia de los huesos del Cid está llena de interrogantes, aunque...

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domingo DB 24 DOMINGO 23 DE JUNIO DE 2013 Diario de Burgos LA DELIRANTE HISTORIA DE LOS HUESOS DEL CID R. PÉREZ BARREDO | BURGOS [email protected] L os mitos trascienden en el tiempo y en el espacio, derri- ban fronteras y se proyectan al mundo. A menudo, con una fama universal alentada por leyendas, sus vestigios son codiciados, tanto como el metal más valioso. Así su- cedió con los restos de Rodrigo Dí- az de Vivar, El Cid Campeador. Puede que no haya en la historia unos huesos más viajeros que los del héroe castellano por antono- masia. Viajeros y dispersos: la últi- ma investigación sobre la osamen- ta expoliada del Cid sitúa restos del que en buena hora nació en cuatro países diferentes de Euro- pa. Sus autoras, Ana Fernández y Leyre Barriocanal, madre e hija, acaban de publicar el que posible- mente sea el libro más completo y mejor documentado sobre esta ro- cambolesca historia: Los huesos del Cid y Jimena. Expolios y destie- rros, que ha sido editado por la Di- putación. Sus autoras recogen una anéc- dota reveladora de la fama del Campeador. En 1812, en plena campaña de Napoleón en Rusia, donde el emperador sería derrota- do por el invierno, el general ruso vencedor de la batalla de Krasnoi se quedó como botín el equipaje de uno de los mandos franceses. Aunque había pieles y joyas, lo que más llamó la atención del alto ofi- cial, llamado Karl Fedorovich Löwenstern, fue un acta «sobre el cráneo del Cid con los dibujos de la tumba y de los huesos que se ha- bían encontrado en España. Co- mo era una pieza muy curiosa, la conservé y más tarde se la di al chambelán barón de Budberg, que la guardó en su biblioteca de Widdrich», escribe el general ruso en una de las cartas que han en- contrado estas sabuesas y que constituye uno de los muchísimos hallazgos y novedades que recoge su obra. Un libro que empezó como un trabajo académico de Leyre y que picó también la curiosidad de Ana. Tanto que ambas se zambulleron en una investigación histórica de- tallada y sorprendente. «Es curio- so cómo la mayoría de los expolia- dores, todos franceses, hablan en sus memorias de su experiencia en España. Y al Cid le dedican bas- tantes recuerdos», explica Ana. La historia de los huesos del Cid está llena de interrogantes, aunque es- tas investigadoras hayan respon- dido a unos cuantos. Como por ejemplo, que el 16 de diciembre de 1808 «se encuentran alrededor de la tumba del Cid y de Jimena en San Pedro de Cardeña al menos siete u ocho personas que posible- mente se llevaron lo que quisie- ron», señala Leyre. Uno de aque- llos carroñeros, según esta investi- gación, fue el intendente Denniée, que según Leyre y Ana se llevó los cráneos del matrimonio. Así que cuando un año des- pués el general Thiébault decide honrar al Cid erigiéndole un mau- soleo en el Espolón para congra- ciarse con los burgaleses, es más que probable que los restos que se trasladaron no fuesen los origina- les. O al menos no todos. Las au- toras de Los huesos del Cid y Jime- na. Expolios y destierros siguieron la pista de Denniée y han sabido que éste regaló los cráneos en 1813 al ministro de la Guerra, el duque de Feltre. Cráneos que está en pa- radero desconocido. «Por más que lo hemos intentado no hemos po- dido descubrir su paradero», ex- plican las burgalesas, aunque sos- pechan que podrían hallarse en HISTORIA EL EXPOLIO DE UN MITO Ana Fernández y Leyre Barriocanal, madre e hija, recogen en un libro la más exhaustiva investigación sobre los restos ‘viajeros’ del Campeador y Jimena

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domingo DB24 DOMINGO 23 DE JUNIO DE 2013Diario de Burgos

LA DELIRANTE HISTORIA DELOS HUESOS DEL CID

R. PÉREZ BARREDO | [email protected]

Los mitos trascienden en eltiempo y en el espacio, derri-

ban fronteras y se proyectan almundo. A menudo, con una famauniversal alentada por leyendas,sus vestigios son codiciados, tantocomo el metal más valioso. Así su-cedió con los restos de Rodrigo Dí-az de Vivar, El Cid Campeador.Puede que no haya en la historiaunos huesos más viajeros que losdel héroe castellano por antono-masia. Viajeros y dispersos: la últi-ma investigación sobre la osamen-

ta expoliada del Cid sitúa restosdel que en buena hora nació encuatro países diferentes de Euro-pa. Sus autoras, Ana Fernández yLeyre Barriocanal, madre e hija,acaban de publicar el que posible-mente sea el libro más completo ymejor documentado sobre esta ro-cambolesca historia: Los huesosdel Cid y Jimena. Expolios y destie-rros, que ha sido editado por la Di-putación.

Sus autoras recogen una anéc-dota reveladora de la fama delCampeador. En 1812, en plenacampaña de Napoleón en Rusia,donde el emperador sería derrota-

do por el invierno, el general rusovencedor de la batalla de Krasnoise quedó como botín el equipajede uno de los mandos franceses.Aunque había pieles y joyas, lo quemás llamó la atención del alto ofi-cial, llamado Karl FedorovichLöwenstern, fue un acta «sobre elcráneo del Cid con los dibujos dela tumba y de los huesos que se ha-bían encontrado en España. Co-mo era una pieza muy curiosa, laconservé y más tarde se la di alchambelán barón de Budberg, quela guardó en su biblioteca deWiddrich», escribe el general rusoen una de las cartas que han en-

contrado estas sabuesas y queconstituye uno de los muchísimoshallazgos y novedades que recogesu obra.

Un libro que empezó como untrabajo académico de Leyre y quepicó también la curiosidad de Ana.Tanto que ambas se zambulleronen una investigación histórica de-tallada y sorprendente. «Es curio-so cómo la mayoría de los expolia-dores, todos franceses, hablan ensus memorias de su experienciaen España. Y al Cid le dedican bas-tantes recuerdos», explica Ana. Lahistoria de los huesos del Cid estállena de interrogantes, aunque es-

tas investigadoras hayan respon-dido a unos cuantos. Como porejemplo, que el 16 de diciembrede 1808 «se encuentran alrededorde la tumba del Cid y de Jimena enSan Pedro de Cardeña al menossiete u ocho personas que posible-mente se llevaron lo que quisie-ron», señala Leyre. Uno de aque-llos carroñeros, según esta investi-gación, fue el intendente Denniée,que según Leyre y Ana se llevó loscráneos del matrimonio.

Así que cuando un año des-pués el general Thiébault decidehonrar al Cid erigiéndole un mau-soleo en el Espolón para congra-ciarse con los burgaleses, es másque probable que los restos que setrasladaron no fuesen los origina-les. O al menos no todos. Las au-toras de Los huesos del Cid y Jime-na. Expolios y destierros siguieronla pista de Denniée y han sabidoque éste regaló los cráneos en 1813al ministro de la Guerra, el duquede Feltre. Cráneos que está en pa-radero desconocido. «Por más quelo hemos intentado no hemos po-dido descubrir su paradero», ex-plican las burgalesas, aunque sos-pechan que podrían hallarse en

HISTORIA EL EXPOLIO DE UN MITO

Ana Fernández y Leyre Barriocanal, madre e hija, recogen en un libro la másexhaustiva investigación sobre los restos ‘viajeros’ del Campeador y Jimena