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INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACION DOCENTE N 808

PEDRO Y MARIA CURIE

RESEA DEL LIBRO: HISTORIA DE LA PATAGONIA De SUSANA BANDIERI

rea: Ciencias Sociales Profesor a cargo: Icasate, Susana Zdravcoff, Patricia Alumno: Soluaga, Laura 11 Primaria

Trelew 2010

Historia de la Patagonia. Bandieri, Susana. 1 ed. Buenos Aires. Sudamericana 2005. 448 p. (Historia Argentina)

Historia de la Patagonia es una obra de la investigadora y doctora en Historia Susana Bandieri, quin cont con la colaboracin de un grupo de expertos cuya caracterstica principal es el de haber nacido en la regin sobre la cual han construido un cmulo de conocimientos a lo largo del tiempo. Son pocas las obras literarias que plasmen con fundamentos veraces y lgicos la integracin del espacio patagnico al territorio nacional. Es as que en esta creacin se incorporan nuevos datos y producciones ms recientes que sirven para analizar ese proceso paulatino y complejo que fue el poblamiento patagnico y su posterior incorporacin administrativa al Estado-nacin, abarca tambin una mirada amplia en cuanto al concepto de frontera que se conoce en la actualidad con respecto al verdadero significado de la misma en aquellos aos. La obra es amplia e incorpora datos que remiten al poblamiento inicial de la Patagonia, aqu se presentar una resea desde el captulo II hasta el IX. Segn las palabras de Bandieri derrumbar fronteras y destruir mitos sobre la Patagonia es entonces parte sustancial de su objetivo. En el captulo 2, la autora refiere a los descubrimientos arqueolgicos que dan cuenta de asentamientos de grupos de distintas etnias y origen racial, que se presume provenan de Asia en tiempos en que los continentes estaban comunicados por el estrecho de Bering. Aunque hay diferencias entre los expertos en cuanto a la antigedad y procedencia del poblamiento en el rea, las evidencias tanto arqueolgicas, genticas, biolgicas, etc. demuestran fehacientemente que la colonizacin dio comienzo a fines del Pleistoceno, cuando los hielos comenzaron a retirarse y el clima permiti la instalacin humana en la zona ms austral de Amrica. Comienza aqu la ruptura de la visin de un espacio desierto, se rompe con el fundamento de una Patagonia totalmente deshabitada y que slo conoci la huella del hombre a la llegada de los europeos. Los descubrimientos cientficos permiten reconocer la existencia de un paulatino poblamiento en el rea, hecho caracterizado por ser un proceso complejo, de larga construccin. Distintos hallazgos en ambos lados de la Cordillera utensillos, herramientas, elementos para la cacera, restos fsiles hallados en distintos puntos de la zona, pinturas rupestres en los refugios, etc.-

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manifiestan las relaciones tempranas que se suscitaron entre los distintos grupos tnicos y que se fueron reforzando con el tiempo, hecho sustanciado a partir del avance tecnolgico de estos grupos que les permitieron ahondar cada vez ms en todo el territorio hasta lograr alcanzar el extremo ms austral de la Patagonia. Los datos aportados por expertos en la materia dan cuenta del espacio cordillerano, no como un obstculo o impedimento para estos grupos primitivos, sino como un accidente geogrfico que ha sido accesible al paso de los mismos. La Cordillera por lo tanto no marcaba una divisin hacia uno u otro lado de la misma, era utilizada como ruta de acceso hacia dichos espacios, facilitando el intercambio cultural y el trueque entre los distintos grupos tnicos. La diversidad geogrfica que ofreca el espacio patagnico, determin los rasgos que caracterizaron a dichos grupos, sea en su estructura social, alimentacin, sustento, etc. y sea que se asentaran cerca de la costa, en la zona mediterrnea o al otro lado de la Cordillera. Permitiendo por lo tanto diferenciar entre los diversos hallazgos arqueolgicos dichas caractersticas que cuentan la vida de esa sociedad. En el captulo 3, la autora refiere a un recorte temporal en tiempos de la Colonia, siendo la regin ms austral de las Amricas posesin de la Corona espaola, que se interes en la tarea de reconocer la costa atlntica y territorio adentro para lograr un relevamiento de la poblacin y de las caractersticas geogrficas del mismo. Dichas expediciones y reconocimientos fueron marcados por los avances tecnolgicos que posibilitaron la llegada del europeo a estas tierras, siendo la Patagonia objeto de varios intentos de exploracin e instalacin de distintos puntos que permitieran confeccionar una ruta martima ptima a los servicios de la corona. La llegada de los europeos a Amrica, y los primeros contactos con los aborgenes, marcaron el comienzo de una nueva era a nivel internacional, proceso favorecido por la 2 revolucin industrial que permiti la carrera expansionista de las grandes potencias en busca de nuevas tierras que legitimaran su liderazgo. Con Inglaterra a la cabeza en cuanto a supremaca tecnolgica, poltica y econmica; y debido a los conflictos internacionales que obligaban a buscar nuevas rutas de acceso comercial, se inicia dicha incursin que encuentra su punto culmine en el descubrimiento de Amrica y posterior colonizacin. Esta etapa estuvo marcada por la llegada sistemtica de diferentes nacionalidades que buscaban hacerse del territorio tan dbilmente protegido por la Corona espaola. Esta a su vez, tom conciencia de las incursiones extranjeras y orden mayor control y expediciones para proteger los recursos que la zona austral

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provea, tanto los puntos estratgicos de aprovisionamiento para las embarcaciones como la reserva de lobos y focas que tanto codiciaban otros pases. Si bien los intentos de colonizar la costa atlntica fueron fallidos, debido a las inclemencias del tiempo como a la falta de recursos naturales que permitieran la subsistencia en los distintos emplazamientos que se intentaron sostener; esto no quit el inters de la Corona por aqul territorio que prometa riquezas inimaginables. La llegada de los europeos marc un cambio profundo en la sociedad indgena, debiendo reestructurar y reorientar su economa con base ahora en el ganado, primero ayudando a sustentar los primeros puntos de asentamiento estratgicos de la corona y luego en total dependencia econmica de ella. Esto se debe a los intercambios entre ambas culturas que si bien eran desfavorables para los aborgenes en cuanto a rditos de ganancias, sirvieron para intensificar la dependencia de los mismos, esto gracias a la necesidad de los productos de ultramar que la sociedad blanca comerciaba sumado a los vicios, que gener un intercambio comercial desigual. Tambin Bandieri trae a colacin la cuestin de la frontera, donde la percepcin de la misma es diferente tanto en el siglo XVIII como en el XIX, el primero est marcado por dos mundos totalmente enfrentados y de culturas diferentes, en tanto la frontera se delimita por la visin del otro que representaba el desierto y la barbarie contra la civilizacin donde esta ltima deber imponerse para preservarse. En el siglo XIX, segn la autora, la misma se asocia a la frontera interna que tiene que ver con los lmites territoriales administrativos que marc el Estado-nacin. Comienza aqu la ruptura con esta concepcin de frontera, donde ese espacio funcion de manera autnoma a todo el territorio, tanto en tiempos de la colonia (y en tiempos pre-coloniales inclusive) como en las primeras dcadas del Estado-nacin. Los aborgenes controlaban el acceso de las rutas comerciales a travs de la cordillera andina y guardaban celosamente este conocimiento. La Cordillera no era considerada como lmite que separa dos mundos, ni que impide el acceso a uno u otro lado de Los Andes. Surge el concepto de espacio fronterizo marcado por una singular dinmica social y econmica que dista mucho de dividir la regin, sino ms bien vale decir que all se amplan las relaciones comerciales, intertribiales y culturales. Muere aqu la nocin de una frontera yerma, carente de vida, y nace la concepcin de un espacio fronterizo donde pervive el intercambio con la sociedad hispano-criolla, y distintos momentos marcados por relaciones conflictivas entre parcialidades que luchan por el control de las rutas de acceso comercial, sumados a momentos de paz donde el crecimiento e integracin comercial continuaba su curso.

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En el captulo 4, se habla sobre el paso del dominio colonial espaol al modelo republicano de las fuerzas independentistas de Chile y de Argentina, al comienzo de la construccin del estado-nacin. En los ltimos tiempos de la colonia, la poltica negociadora con los aborgenes era en plan estratgico completamente defensivo, si bien desde Chile se sigui incursionando en los alrededores de la Araucana con expediciones esclavistas que sustentaran las explotaciones mineras con mano de obra considerada de descarte, esto no quit que desde el nuevo gobierno independentista se organizaran distintas estrategias destinadas a crear alianzas con grupos aborgenes que de este modo se consolidaban como parcialidades lderes, en tanto aquellas que quedaban fuera del tratado eran atacadas por las milicias y exterminadas, o sus integrantes utilizados como esclavos en las minas de sal. Esta poltica de alianzas entre aborgenes y criollos gener un debilitamiento que ms tarde les costara un alto precio a los primeros. Cuando cae el gobierno directorial y se imponen las autonomas provinciales, el rea de la Patagonia pasa a depender de Buenos Aires. En las primeras dcadas este territorio fue casi ignorado por la clase dirigente del pas, permitiendo as el libre acceso de los aborgenes a distintos puntos del territorio, tanto como aliados que defendan de parcialidades enemigas a los distintos asentamientos (conocidos luego como indios amigos), como comerciantes de ganado que era transportado de uno a otro lado de la Cordillera o bien que serva para comerciar con asentamientos donde la llegada del mismo desde Buenos Aires era casi inexistente. Un ejemplo es el caso del Fuerte de Patagones que en sus inicios los pobladores vivan en condiciones precarias y las remesas que deban llegar desde le gobierno central se espaciaban por largos perodos, entonces se adquira ganado a los aborgenes, que a su vez lo tomaban de las estancias cuando salan en malones para tales fines. Desde el gobierno central se promovi el reconocimiento de la Patagonia con la finalidad de obtener datos precisos que permitieran desplazar al indio del territorio nacional. Muchos fueron los intentos colonizadores, algunos fracasaron otros tuvieron xito, pero todo el proceso estuvo marcado por el inters econmico que suscitaba la regin y las posibilidades de explotarla en un futuro que ahora se vea cada vez ms cercano para beneficio de la repblica. En el captulo 5, la autora hace referencia al cientificismo del siglo XIX, donde la premisa era explorar para conocer y conocer para dominar. Se retoma la cuestin de Inglaterra como 1 potencia mundial y las distintas campaas de reconocimiento al sur patagnico que encontraron en un momento de debilitamiento militar y estratgico la

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zona de Malvinas, hecho que le permiti apropiarse de ella y explotarla como propia hasta el da de hoy. Ms all de esta apropiacin, el intercambio comercial y las relaciones con la zona ms austral de la Patagonia no se vio afectado. Tanto es as que el comercio de ganado y abastecimiento de mercadera de ultramar perdur y traspas ambos lados de la Cordillera. La ausencia del gobierno nacional permiti esta relacin comercial en crecimiento que luego se fortalece con las inversiones que sus pobladores realizaron al adquirir tierras patagnicas. Distintos pases se sintieron atrados por la costa atlntica y el interior patagnico, se generaron un sin nmero de expediciones que enriquecieron la cartografa existente, junto con datos geogrficos y antropolgicos del territorio. El gobierno sustent empresas expedicionistas tanto extranjeras como nacionales para obtener un relevamiento de la Patagonia y actuar en consecuencia preparando su incorporacin al sistema productivo nacional. En tanto que la sociedad aborigen se torna un obstculo para la tarea de consolidacin de la soberana del Estado-nacin que desea aumentar sus derechos de jurisdiccin. Tanto la sociedad criolla como la aborigen, constituyen dos formas sociales de produccin que se tornan competitivas y de coexistencia imposible de sostener y que de hecho no favorecen los intereses de la nacin. El captulo 6, La expansin de las fronteras, trae a colacin los sucesos que motivaron la necesidad de incorporar la Patagonia al territorio nacional. La ampliacin de las fronteras productivas debido a la expansin ganadera que gener la incorporacin del Estado argentino al comercio internacional, la demanda de materia prima y alimentos originaron la necesidad de ampliar los terrenos de produccin para abastecer dicho mercado, avanza el capitalismo, crece la ganadera y cae la hacienda cimarrona aborigen que incurre en malones para sostener su economa ganadera, esto atenta contra el crecimiento estatal. Se generan por lo tanto distintas polticas que legitiman la necesidad de superar la barbarie y asegurar la civilizacin y el progreso" en nombre de la nacin, pero es en realidad la clase dominante que se ve afectada por las incursiones de los indgenas. Las acciones a seguir implementaron diversas campaas que marginaban a la sociedad aborigen hacia otros territorios, acorralndolos hasta exterminar parcialidades consideras rebeldes, se rompieron los tratados con el indio amigo, que poco a poco fue sometido, quedando en el olvido las alianzas donde los aborgenes jugaron un papel importante a la hora de izar la bandera nacional en territorio patagnico en tiempos que la presencia estatal en la misma era casi nula.

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Al momento de incorporarse la Patagonia al Estado-nacin, no slo signific la cuasi extincin de los aborgenes y su cultura debido a la accin evangelizadora en primera instancia en tiempos de la colonia y a la accin civilizadora en tiempos de la repblica sino que se pusieron en marcha distintos instrumentos del aparato estatal, entre ellos las inversiones extranjeras primeramente en expediciones que permitieron llevar a cabo la dominacin efectiva de una raza considerada inferior, luego en el tendido ferroviario e inversiones varias, la participacin del ejrcito y su presencia sistemtica que permiti la cada de una nacin, las distintas obras literarias que justificaron la cuestin del indio como problema y en consecuencia el accionar civilizador, adems de predicar las ventajas que las tierras patagnicas acarrearan al Estado al ser poblada, la educacin laica obligatoria y gratuita con la premisa homogenizadora que bajo una nacin cobijara una cultura y un orden social que legitimara el ya establecido y sustentara en el poder a la clase dominante, se desplegaron distintas leyes que avalaban la necesidad de poblar la Patagonia en tanto se invitaba al extranjero a invertir en el territorio con la condicin de colonizar; hecho que muy pocos hicieron puesto que este accionar sirvi para especular con la adquisicin de tierra que luego daran sus frutos cuando el ferrocarril se instalara. Ante el avance estatal, la sociedad aborigen intent distintas estrategias para lograr la convivencia con la sociedad blanca, algunos sirvieron como aliados estratgicos pero ms tarde esta situacin no se les reconoci, aunque a algunos se les perdon la vida, debido a que los grupos provenan de distintos orgenes tnicos que en sus momentos fueron creando entre ellos lazos de parentesco, matrimonios y polticos para sostener los cacicatos; ante esta situacin una manera de debilitar a los aborgenes fue tambin el de dividir las familias, los hombres y nios fueron ocupados como mano de obra en distintas provincias del interior, a las mujeres se las reciba como empleadas domsticas y a los ancianos se los dejaba a cargo de la sociedad salesiana que no contaba con recursos para sostenerlos, igualmente a otros grupos les asign algunas parcelas de tierra cuasi yerma, no apta para la economa ganadera a la que se dedicaban los aborgenes. En el captulo 7, la autora hace referencia a la organizacin polticoadministrativa de los territorios nacionales. Ante el sometimiento de la sociedad indgena, se ponen en marcha distintos mecanismos que legitimaron este accionar y que anteriormente se mencionaron, los nuevos territorios demandan una organizacin apropiada, se ordenaron as unidades administrativas pequeas, se promulgaron leyes que crearon los territorios nacionales, se establecen as lmites, superficies, forma de

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gobierno y administracin otorgando al poder central el control de las mismas. En contrapartida, este tiene una presencia casi nula en el territorio. Es as como la Patagonia comienza a funcionar sin control administrativo de la nacin, a su vez que desde all se implementaron las polticas de poblamiento invitando a colonizar el territorio, hecho que no sucedi, salvo en algunos puntos estratgicos donde el espacio permiti sostener una economa adecuada. Los salesianos cumplen un rol fundamental en este proceso, ya que pasan a casi reemplazar la presencia del Estado incorporando al territorio escuelas salesianas, universidades, instalacin de telgrafos y telfonos, construccin de caminos, instalacin de salas mdicas y distintos medios para satisfacer mnimamente las demandas de la poblacin. Si bien el gobierno tena un discurso anticlerical, se vali de igual manera de la Iglesia para controlar a la poblacin a travs de la moral, pas a ser entonces la Iglesia otro instrumento para lograr el orden social. Desde el gobierno central se busc transformar la sociedad local para lograr una organizacin administrativa acorde al modelo estatal y lograr por lo tanto el disciplinamiento de la poblacin. Los escasos centros urbanos de la Patagonia dieron origen a la inversin y creacin de rutas que poco a poco permitieron la comunicacin entre s y con Buenos Aires, terminando as paulatinamente con la dinmica comercial que exista en la cordillera y que poco a poco se reorient hacia en Atlntico, bsicamente por la apertura de nuevos caminos que condujeron a nuevos puertos entre los que destaca el de Comodoro Rivadavia que sufre un drstico crecimiento poblacional y econmico al hallarse en la zona petrleo. Mientras tanto la presencia del gobierno central descansaba en el juez de paz que era elegido por el gobierno nacional, y estaba a cargo de todos los estamentos que implicaran la presencia estatal, tarea que llevaba a cabo sin control gubernamental dando lugar a garantizar la posibilidad de acumulacin de bienes en beneficio de los distintos sectores dominantes. La poblacin era mayoritariamente extranjera y (integrada en gran parte por chilenos), con poco poder de demanda, se refleja as la realidad de una poblacin de distintos orgenes donde ms alejado del poder central se hallaba el territorio, ms fructfera poda ser el entramado de relaciones que consolidaban a distintos sectores con peso poltico y econmico en el mbito local y regional. Esto se refleja por ejemplo en la cuasi ausencia del Estado en la administracin poltica y judicial incluyendo el sistema carcelario, que gener que los terratenientes del lugar aprovisionaran y sustentaran dichas administraciones ante la escasez de remesas que enviaba el gobierno. Grupos dominantes cubran las

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necesidades gubernamentales y los pagos de sueldos de quienes llevaban la tarea adelante y as se entramaban complejas redes de intereses que sostenan a los terratenientes locales. En el captulo 8 se hace referencia a los distintos grupos colonizadores en la Patagonia. El oro gener nuevos ncleos poblados en torno a su explotacin en la zona ms austral de la Patagonia1, donde el gobierno cedi tierras para su extraccin y diversas inversiones sustentaron dicha empresa que no rindi frutos ya que la presencia de oro no era abundante y la extraccin era costosa por lo tanto los inversionistas no recuperaron su dinero. Tambin se concentr poblacin en las reas andinas y en los oasis de riego donde el AVRN2 tuvo una marcada metropolizacin debido a las condiciones naturales que favorecieron su economa. En tanto la propaganda exagerada del territorio aledao al ro Chubut sumado con los relevamientos obtenidos de distintas expediciones, generaron la llegada de colonos galeses al sector que hoy se conoce como VIRCH3, una colonia que ostentaba un gobierno propio aunque sujeta a la soberana argentina. Estos colonos establecieron estrechas relaciones con los aborgenes del lugar, permitiendo la subsistencia de los mismos ante las inclemencias naturales a las que se vieron sometidos. Igualmente no termin aqu su empresa colonizadora, sistemticamente recorrieron el territorio patagnico en busca de lugares que permitieran nuevos asentamientos, dando origen a otras comunidades galesas. Tambin se destaca en este captulo, que la colonizacin no provino slo del lado atlntico sino que tambin se hizo efectiva desde Chile, desde donde distintos grupos ingresaban por Neuqun. Por la tanto cabe destacar que la inmigracin extranjera tuvo un notable peso en la construccin poblacional patagnica, hecho que se promovi desde el gobierno central pero al cual el mismo no se adscribi, ejemplo de ello es la falta de promocin del tendido ferroviario que slo se implement el justo y necesario para el transporte comercial que demandaba Buenos Aires. En tanto se concluye que el espacio argentino-chileno presentaba un mundo de relaciones dinmicas y complejas que demuestra que el proceso de poblamiento no proviene nicamente desde el Atlntico sosteniendo as los espacios fronterizos como espacios sociales y dinmicos de interrelaciones que traspasan a uno y otro lado del mismo continente.

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Tierra del Fuego por un lado y Punta Arenas ya consolidada como centro comercial por otro Alto Valle de Ro Negro 3 Valle Inferior del Ro Chubut

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Para finalizar, en el captulo 9 la autora trata el tema de la distribucin de la tierra pblica. En este caso, el gobierno facilit un conjunto de disposiciones que facilitaran la tarea de repartir las tierras para ser pobladas, mediante donacin, ventas o arrendamientos regidos por normas previamente reglamentadas que estipulaban ciertas condiciones que no fueron tomadas en cuenta. El discurso oficial se contradeca con la realidad, donde se sostena que las nuevas fronteras se deban asegurar con radicacin de poblacin, la realidad era que la clase dirigente se vio en la necesidad de ampliar las reas productivas debido a la expansin de la ganadera extensiva considerando necesario atraer capital del exterior promoviendo una serie de leyes que sustentaran la reparticin de tierras. En definitiva, el objetivo era incrementar el patrimonio beneficindose con dicha reparticin en tanto lograba satisfacer la demanda internacional. La especulacin e inversin motivaron el inters de acceder a las tierras patagnicas avaladas por distintas leyes. Si bien las condiciones para adquirir tierras a un precio extremadamente bajo eran las de colonizar, en su mayora stas no se cumplieron. Las tierras adquiridas quedaron sin poblar ni producir, a la espera de cambios que generaran grandes rditos para la inversin favorecindose la concentracin y acumulacin de las mismas en manos de la clase dominante y relegando a un ltimo plano la fomentacin de la ocupacin de la Patagonia. Nuevas leyes determinaron que los terratenientes vendieran los terrenos ahora ya revalorizados por su posible aprovechamiento productivo, como por la llegada del ferrocarril o la construccin de obras de riego; as se ingres a los primeros aos del siglo XX con una sistemtica conformacin de grandes empresas ganaderas donde el factor poblacional fue el ganado y no personas. Al asumir el radicalismo, se demandaron investigaciones para descubrir las irregularidades del proceso de distribucin de las tierras patagnicas, en tanto los gobiernos peronistas pusieron en vigencia diversas medidas para convertir la tierra en un bien de trabajo, aunque ya todas estaban en manos de grandes empresas extranjeras. En teora, las tierras se entregaron a particulares con objeto de poblarlas; en la prctica, las concesiones para colonizar se transformaron a corto plazo en propiedades particulares, donde de hecho la colonizacin como tal nunca se dio ni se puso en marcha una efectiva explotacin econmica por parte de sus dueos.4

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Historia de la Patagonia. Bandieri, Susana. 1 ed. Buenos Aires. Sudamericana 2005. pg. 238

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Que conceptos sobre Patagonia se han incorporado a partir de la lectura del texto? Cules son las representaciones que usted tenia sobre Patagonia y que han cambiado a partir de la lectura del texto? Adjunte los mapas realizados a partir de la lectura del libro. ( captulos 2 al 9)

Conceptos incorporados a partir de la lectura de Historia de la Patagonia. Primeramente, tratando de dar un orden a esta respuesta se incorpora un nuevo

concepto en cuanto a la conformacin del Estado e incorporacin del territorio patagnico al mismo. En tanto que deja de ser una creencia de que todo el proceso constaba de albergar el bien comn y del pueblo. Se entiende que esta conformacin territorial tuvo pura y exclusivas razones econmicas que slo redituaran beneficios a una elite que supo hacerse de la dirigencia estatal y valerse de los recursos que la misma les provea para lograr sus objetivos. Bajo el discurso progresista y civilizador impuso su orden social arrasando con la cultura de los pueblos originarios, se vali de distintas estrategias para lograr el objetivo y supo cubrirlas con el manto legal que corresponda a tal accin. En cuanto a la adquisicin de tierras que tuvo lugar en la Patagonia, se rompe con la creencia de que toda accin pobladora provino nicamente desde el Atlntico, adjudicndosele tal hecho slo a la colonia galesa. Se comprende que fue ms amplia e importante la llegada del extranjero que supo sacar provecho a una tierra abandonada desde el Estado. Si bien el juego de especulaciones estuvo a la orden del da en cuanto se logr una acumulacin excesiva de tierras por parte de un grupo dominante cuyo inters no era poblar sino obtener ganancias, que esper la valorizacin de las mismas y en cuanto las leyes atentaron contra dicha adquisicin 5, supieron jugar sus cartas y vender la Patagonia a grandes empresas extranjeras; quienes realmente pusieron a producir la tierra y slo la poblaron de ganado ms no de personas. Se rompe con el mito del desierto, primeramente entendido como un espacio yermo, sin recursos y en segundo lugar comprendiendo el trasfondo de dicha palabra. Qu signific realmente en ese recorte temporal la campaa del desierto; siempre5

Ley de Doblamiento N 2875 tambin llamada ley de liquidacin. Historia de la Patagonia. Bandieri, Susana. 1 ed. Buenos Aires. Sudamericana 2005. pg. 227-228

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relacionado a las condiciones naturales del mismo ms no se vislumbraba el doble discurso que dicha frase implicaba. Justificar la apropiacin de tierras que se crean deshabitadas, desiertas por no considerar a la sociedad indgena como una civilizacin. Envolver bajo la mirada progresista un accionar que extermin diversas culturas considerando que atentaban contra la civilizacin; y en el trasfondo slo fue motivo de apropiacin de recursos que valieran a una elite dominante para satisfacer las demandas que el mercado internacional requera y engrosar su capital a costa y en nombre de una nacin. Tambin cae el concepto de frontera que implicaba un espacio geogrfico y una divisin administrativa necesaria para marcar los lmites entre dos naciones en proceso de construccin. Se entiende hoy aquel concepto como el de un espacio donde pervivieron desde tiempos remotos distintas culturas, no signific la divisin administrativa el cese de dichas relaciones. Si bien el espacio cordillerano permiti la convivencia entre dos naciones, muy fuerte fue la presencia chilena a este lado de Los Andes, donde el ir y venir permitieron varios asentamientos que poblaron ambos lados de la cordillera y que continuaron sus comunicaciones hasta muy avanzado el siglo XX. La dinmica del espacio fronterizo estuvo marcado por rutas comerciales muy transitadas, donde la sociedad indgena e hispano-criolla llevaron a cabo diversos intercambios, donde las relaciones intertribiales luchaban por obtener el control de dichas rutas y en consecuencia la frontera tambin estuvo marcada por momentos de conflictos y tensiones que no coartaron la compleja dinmica de dicho espacio fronterizo. Se entiende que las riquezas y recursos existentes en la Patagonia han sido y son objeto de muchas especulaciones aprovechadas por intereses y capitales extranjeros, cedidas en su momento por el propio Estado, quien estuvo dirigido por un grupo dominante que supo extender un entramado de relaciones nacionales e internacionales para asentar su hegemona y legitimarse como tal. Fuera de consideracin en este proceso quedaba una clase marginal que nada tuvo que ver con el mismo, slo aprovechable como mano de obra en tanto que una diversidad de cultura fue exterminada en pro de rditos econmicos que ondearon la bandera de la patria.

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