HISTORIA DE LA FILOSOFÍA - SELECTIVIDAD

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Libro que contiene los apuntes de todos los autores de la Selectividad 11 de la Región de Murcia de la asignatura de Filosofía. NOTA*: FALTA WITTGENSTEIN.

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HISTORIA DE LA

FILOSOFÍA

P.A.U PLATÓN

SAN AGUSTÍN

DESCARTES

KANT

NIETZSCHE

WITTGENSTEIN

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2 AITOR GARCÉS MANZANERA ©

FILOSOFÍA GRIEGA Y MEDIEVAL

1. PLATÓN

NOCIONES Los prisioneros y las sombras

Los prisioneros son unos hombres que están encadenados dentro de una cueva

desde su nacimiento. Para Platón, estos prisioneros representan a aquellos que

viven en un ámbito de lo real, ínfimo, inferior, falso e ignorante. Aunque se

podría decir irreal, ya que Platón considera la parte superior de la Caverna, es

decir el exterior, lo real. En este exterior el sol ilumina al contrario que en la

Caverna, dónde la luz de un pequeño fuego es la que da la iluminación a dicho

lugar y a sus objetos. Los prisioneros creen que la realidad son las sombras que

ven, y los ecos que escuchan. Desde un punto de vista platónico, consideramos

a estos prisioneros, que identifican lo real con el mundo físico y sensible, aquel

de lo opinable y dinámico, como hombres ignorantes. Por ello, están faltos de

paideia o educación para que se les haga conocer las ideas o formas, que no

son sino la esencia de cada uno de los objetos sensibles. Cuando empiezan el

proceso educativo, comienzan a poseer realmente la verdad, y no la que ellos

creían antes, una vez alcanzada la idea mayor de Bien (concebida en el mundo

inteligible, es decir, el mundo exterior de la caverna, como el Sol). En el mito,

podemos ver que el mundo interno de la caverna está dividido en dos niveles:

el primero es el más irreal e ínfimo, el de las sombras que los prisioneros ven y

que se tratan de copias defectuosas e imperfectas de los objetos que se

mueven encima de la mampara, con la luz del fuego detrás. Los objetos que se

mueven encima son, de cierta manera, más reales que las sombras, porque son

causas de las mismas. A pesar de ello, las sombras por un lado representan los

objetos de arte y las imágenes reflectadas, y por otro lado, los objetos naturales

y artificiales de dicho mundo. En conclusión de todo esto, podemos decir que el

prisionero simboliza el alma, como esencia del ser humano, que debe liberarse

de todo lo sensible para alcanzar con éxito la idea suprema de Bien y superar el

proceso educativo.

El ascenso al mundo de arriba y el sol.

A través del mito de la caverna, Platón nos representa la subida del prisionero

como áspera, escarpada y difícil, con una posterior adaptación a la luz del Sol

exterior (Idea de Bien), lo que representa la dificultad que supone el proceso

educativo. Para ascender al mundo de arriba, la dialéctica y el amor son

necesarios, las matemáticas son necesarias por que son un arranque para el

alma del mundo del devenir y la introducen en la contemplación de objetos

inteligibles. En el mito esto aparece representado en la subida para poder pasar

al mundo de las ideas. Cuando el alma contempla la hermosura de este mundo

recuerda la verdad y toma alas, y quiere volar y contemplar las ideas. La belleza

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es lo primero que atrae para este contemple, después se ve que ella es igual en

todos los cuerpos y se comienza a amar a la belleza corpórea. Encima de ella se

descubre la belleza del Alma, más arriba aún la belleza de las leyes y después la

belleza de las ciencias (armonía musical y matemáticas) y por encima de todo,

lo que la belleza es en sí, eterna perfecta y siempre igual a sí misma, fuente de

cualquier otra belleza. Si la educación no ha creado equilibrio entre las distintas

partes del alma, el apetito no está sometido a la razón, por consiguiente, el

individuo es esclavo del placer y del dolor, y por lo tanto no puede dedicarse a

la disciplina intelectual que se requiere para ser un filósofo. El amor que siente

el filósofo por la verdad es absoluto, ya que la plenitud del filósofo reside en

realidades intelectuales, no en la riqueza material, que es transitoria.

El sol que domina el mundo exterior, el mundo inteligible es entendido como el

punto culminante del proceso educativo, que desde clave platónica,

entendemos como la idea de Bien. La función de éste en el mundo inteligible

respecto al alma y las ideas es similar al comportamiento del Sol, respecto de la

percepción visible y las cosas sensibles. La idea del Bien es la causa de todo lo

recto y bello que hay en las cosas; En el mundo visible es la causa de la luz y del

sol, y en la inteligible es la productora de verdad y conocimiento. Igual que los

ojos necesitan la luz del Sol para ver, el alma necesita la idea del Bien para

aprehender los objetos del mundo inteligible. Para Platón, las ideas están

jerarquizadas, el primer lugar es para la idea de Bien, luego las ideas de los

objetos éticos, después los matemáticas y finalmente las ideas de las cosas.

Mediante la dialéctica se puede ascender hasta el principio de todo, en esta

ascensión no se recurre a nada que no sea las ideas tomadas en sí mismas, así,

de Idea en Idea, se alcanza la idea final, la Idea de bien, la cual es la idea

suprema fundamento de la inteligibilidad y el ser del Mundo de las Ideas.

El retorno a la caverna y las tinieblas.

En el mito de Platón, se sucede que el prisionero que se ha escapado y ha

podido salir al exterior, y ha conocido la idea suprema del Bien y sus

antecedentes, simbolizando al filósofo, vuelve a bajar a la caverna para poder

ayudar a los hombres a salir del sueño en el que se han sumergido y aportar

verdad y sentido a la vida. El prisionero que ha salido no echará de menos su

vida anterior ni los honores que la caverna le otorgaba. Al bajar abajo para

realizar su cometido, los ojos se le llenarían de tinieblas y tardaría en

acostumbrarse, sería objeto de regocijo, pues pensarían que tiene los ojos

estropeados del exterior y los prisioneros que todavía están encadenados

pensarían pues que no merecería la pena el subir y salir afuera, por lo tanto

harían lo posible por no subir y lo matarían si los intentara liberar o hacerles

subir. Esto es en parte una alegoría de lo que le acaeció a Sócrates, maestro de

Platón y que éste quiere representar con el mito.

Aunque el filósofo (entendido como el prisionero que ha conocido la idea de

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Bien) quiere ayudar a sus compatriotas, no es extraño que se muestre torpe al

discutir en los tribunales o en otro lugar, sobre la apariencia de lo justo, cuando

él conoce la Justicia en sí.

Las tinieblas representan una existencia en la que sólo se concede valor a lo

que se encuentra en el mundo sensible, opinable y dinámico. Platón señala que

el paso de las tinieblas a la luz y de la luz a las tinieblas, requiere siempre de un

proceso de acostumbramiento, con ello, Platón nos quiere hacer ver que el

proceso educativo requiere esfuerzo y constancia, y que comunicar lo ya

aprendido, una vez que se tiene, no es fácil. En el ámbito social y político, las

tinieblas son una representación de la manipulación de la opinión pública,

basada en la persuasión mediante lo aparente y no lo real, que es más difícil de

comprender. En los tribunales atenienses podían participar de 200 a 6000

personas, en la democracia, el instrumento de gobierno, todos son iguales y se

elimina el poder de los que tienen más conocimientos. Platón dice que el

Estado perfecto sólo puede ser constituido por el sabio, es decir, el que tiene

más conocimientos, y que este sólo puede formarse en el Estado perfecto. Hay

que contar con que aparezca un rey-filósofo para poder llevar a cabo este

proyecto.

TEMAS

La teoría de las Ideas. La teoría de las ideas representa el núcleo de la filosofía platónica, y no se encuentra formulada como tal en sus obras, sino que aparece tratada desde diferentes aspectos en varias obras de su madurez. Con ésta teoría, Platón tiene tres intenciones; Intención ética, en la que Platón quiere fundar la virtud en el saber, y por ello para ser justo es necesario conocer qué es la justicia, Platón reclama con ello la existencia de una Idea eterna e inmutable de justicia o cualquier otra virtud. Intención política, por la que los gobernantes deber ser filósofos guiados por los ideales trascendentes y absolutos y por último, una intención científica, en la que se admite que el conocimiento sensible es relativo pero no es la única forma de conocer. Es entonces cuando introduce las Ideas, como forma de conocimiento propia de la razón. El verdadero conocimiento tiene que versar sobre el ser, no en el devenir, y no puede estar sometido a error, ya que debe ser infalible. La ciencia solo puede versar sobre objetos estables y permanentes, así pues, el conocimiento sensible no puede ser el verdadero conocimiento ya que no cumple ninguna de esas características. Platón distingue dos modos de ver la realidad, la inteligible, que es eterna, ingenerada e indestructible, y por lo tanto inmaterial, ajena al cambio y que constituye modelo de la otra realidad, la sensible, constituida por lo que llamamos cosas, y que tiene las características de ser corruptible, sometida al cambio, a la generación y a la corrupción, y que no es más que una copia de la realidad inteligible. La teoría implica una duplicación ontológica.

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La primera forma de realidad, formada por Ideas, sería la representación del verdadero Ser, mientras que de la segunda forma de realidad, las realidades materiales o cosas nunca podría decirse de ellas que verdaderamente son. El mundo sensible no puede ser reducido a una mera ilusión. Sólo la Idea es susceptible de un verdadero conocimiento, mientras que la realidad sensible, las cosas, son sólo susceptibles de opinión. Platón explica el conocimiento por la reminiscencia, según él, Conocer es recordar. La percepción de las cosas no nos permite captar las ideas, que sólo pueden ser conocidas por contemplación directa en el mundo inteligible. El alma humana ha morado en este mundo, y allí las ha contemplado, pero las ha olvidad. Recuperar este conocimiento es un largo proceso que empieza con las matemáticas y culmina con la dialéctica. Para Platón, las Ideas son únicas, eternas e inmutables, y, al igual que el ser de Parménides, no pueden ser objeto de conocimiento sensible, sino solamente cognoscibles por la razón. No siendo objeto de la sensibilidad, no pueden ser materiales. Platón explica la relación entre las Ideas y las cosas como imitación o como participación. La semejanza mutua que existe entre los objetos es el resultado de la imitación de un modelo que permanece él mismo inmutable. Si en lugar de imitación hablamos de participación, tendría que haber tantas Ideas como cosas, lo que contradice la idea de no multiplicidad de Ideas; Si las cosas participaran solo de una parte de la Idea, se contradeciría el principio de indivisibilidad de las Ideas. Las Ideas, según Platón, están jerarquizadas. El primer rango es la Idea de Bien (llamada Uno por Parménides, Belleza en el “Banquete” o el Ser por los sofistas), representa el máximo grado de la realidad, siendo la causa de todo lo que existe. Después vendrían los objetos éticos y estéticos, seguida de las Ideas de los objetos matemáticas y finalmente las Ideas de las cosas. Finalmente, Platón intenta establecer también una cierta comunicación entre las Ideas y terminó por identificar las Ideas con los números, algo de lo que tenemos constancia por Aristóteles.

La educación platónica.

El proyecto educativo de Platón es contemporáneo de otro del gran educador

griego Isócrates y del de los sofistas, mientras que Isócrates se acerca más a

éstos últimos, Platón propone una “paideia” que busca la verdad y es ajena a

lo útil.

La educación tiene en platón dos fines que están unidos indudablemente:

educar al individuo y educar a la sociedad. El principal objetivo de esta

educación es enseñar al individuo a ser un buen ciudadano, persona y que

pueda gestionar un buen Estado. Para todo eso es imprescindible el seguir

como guía su concepción de lo real, es decir, su teoría de las ideas. Por eso,

aquel que conozca el BIEN y la justicia, actuará bien y justamente, y la

sociedad que se ajuste también funcionará bien. Educarse no es sino

progresar en el conocimiento de las ideas o superar la tiranía que impone el

reino de lo sensible y físico. Hay que reconocer, dice Platón, que no todos los

individuos pueden alcanzar lo eidético y que por eso recomienda a aquellos

que no puedan hacerlo que se dediquen al trabajo manual y a la práctica de la

virtud, de la moderación o templanza en cuanto a los goces físicos.

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Entregando la tarea de la defensa del Estado a los más valerosos y la del

gobierno a los más cultos (sabios). Platón no es tendiente a la Democracia, ya

que opina que solo gobernaran los mejores por selección, y estos serán los

guías del Estado. El hombre será estatal desde el nacimiento hasta los 20 años,

y a partir de ese momento se hará una selección de los que sobresalgan, y se

les educará más específicamente en matemáticas y filosofía hasta llegados los

30 años. A partir de ahí será cuando se haga una selección y al cabo de los 5

años, los elegidos podrán participar o, si se da el caso, gobernar en los asuntos

públicos durante 15 años. A los 50 años se retirarán de la vida activa y

funcionarán como asesores. Es algo relevante hablar de las ciudades del alma

y cuerpo en la paideia platónica. Platón nos aconseja la educación física,

dándole mucha importancia, ya que sirve para fortalecer y disciplinar a la

cárcel del alma y sobre todo para dominar al “corcel negro” (el Auriga de

Platón). Nos sugiere también que hay que cultivar la música para crear sentido

de la armonía y la proporción, y hay que censurar la literatura para que no

introduzcan historias poco ejemplares. El alma, de esta manera, se encargará

de cultivar el terreno de la dialéctica para ascender y captar las ideas (tanto

por dianoia como por noesis). También, es de destacar que Platón no es

sexista en su paideia, y prohíbe la propiedad privada a la clase militar y de los

gobernantes. Además de eso, Platón fue en cierto modo, uno de los primeros

pensadores en regímenes totalitarios, según Popper.

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CONTEXTUALIZACIÓN PLATÓN Dado que el fragmento peretenece al libro VII de La República, hablaré de dicha obra escrita por Platón y probablemente la que más trascendencia ha tenido y es una especie de síntesis en la que basta su filosofía. Trata principalmente el tema de la naturaleza de la justicia, del que dimana hacia el tema de qué sería la mejor filosofía y organización del Estado para que éste fuera inmejorable, el tipo de Estado social ideal. La obra pertenece a su periodo de Madurez en el que Platón ya está en posesión de sus propios planteamientos y desarrolla la famosa teoría de las ideas, su epistemolofía y organización del Estado y dialéctica. Con anterioridad a este periodo tenemos el periodo socrático, en el que refleja el pensamiento y personalidad de Sócrates, escribe obras como Critón, Apología de Sócrates, Cármides. El siguiente periodo es de transición, y va madurando su propio pensamiento, refleja el pensamiento pesimista sobre el hombre y nos habla de belleza. Tenemos como obras importantes a Gorgias, Menón o Eutidemo. En su periodo de vejez, después del periodo de Madurez, corrige algunas de sus teorías y como obras importantes tenemos a Sofista, Político o Leyes y Epinomis. Con respecto a la vida de Platón, nació en el s.V a.C, y su vida estuvo marcada por su relación con Sócrates, su maestro. La muerte de éste a manos de la democracia influye decisivamente en su rechazo de ella. Para evitar ser perseguido por las autoridades por la razón de ser discípulo de Sócrates, viaja por numerosos lugares como Egipto, también Sicilia e intenta cambiar el sistema político de Dionisio I y, más tarde, de Dionisio II, sus últimas obras fueron muy pesimistas. Compartió con los pitagóricos las matemáticas por el simple hecho de ser perfectas. Recibió influencias de Parménides, con quien comparte la metafísica, el ser y las Ideas. La filosofía de Platón se centra en la correcta educación de manera que se alcanzara la justicia. Como influencia posterior para los filósofos, con Aristóteles, quién postula los inicios de la ciencia y la lógica, su filosofía fue estudiada por Plotino en la escuela neoplatónica. Kant tomó como inspiración a Platón en sus Ideas para sus “ideas puras de la razón”. En el S. XIX Nietzsche, fue crítico de Platón que critica su dualismo. También destaca la huella platónica en Husserl y Scheler, en su fenomenología, quienes piensan en ciudades universales, inmutables y eternas que recuerdan a las Ideas.

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2. SAN AGUSTÍN

NOCIONES

Escepticismo académico y certeza de la propia existencia. El fundador de la escuela escéptica fue Pirrón de Elis. El escepticismo viene de la palabra griega Sképtikós, que significa los que miran o examinan. El escepticismo académico tiene dos partes, la primera es teórica, que no es sino una teoría del conocimiento en la que no hay ningún saber seguro y luego hay otra práctica, que es una actitud que consiste en no apegarse a ninguna opinión, suspender el juicio y conseguir la ataraxia o serenidad. El lema del movimiento escéptico es “Nada es Más”, que está basado en que después de intentar conseguir un criterio para saber la verdad, ningún argumento resulta claramente definitivo, así pues es más acertado suspender el juicio de ello y, de esta manera, uno se libera de la inquietud para alcanzar la serenidad. El filósofo dogmático piensa que ya ha encontrado la verdad, mientras que el escéptico busca la verdad y afirma que es imposible encontrar una verdad que sea definitiva. Todas nuestras percepciones tienen un valor relativo, sólo nos dan a conocer como aparecen las cosas en nuestros sentidos. Todas nuestras opiniones se fundan en la tradición y son convencionales, no hay ninguna razón para decir que una aserción es más verdadera que su contraria. En su obra Contra Académicos, San Agustín critica a los escépticos académicos, seguidores de Platón, ya que éstos afirmaban la existencia de la verdad, pero la imposibilidad de conocerla, como ya hemos expuesto antes. El argumento fundamental que expresa San Agustín acerca del conocimiento de la verdad es que ha de ser buscado por su contribución a la felicidad, pues sólo el sabio puede ser feliz, y la felicidad consiste en la posesión amorosa de la verdad única – Dios-. Pero sin duda, para buscar a este conocimiento de verdad, San Agustín defiende que ha de buscarse no por los sentidos, sino reflexionando, hacia el interior de uno mismo, la autoconciencia, como la evidencia intuitiva que fundamenta la verdad. Para dar sentido a esto se puede explicar de la siguiente manera: quien duda de la verdad, está cierto de que duda, esto es, de que vive y piensa; tiene, por consiguiente, en la misma duda una certeza que le sustrae la duda y le lleva a la verdad. Esta movilidad del pensamiento por la cual el mismo acto de la duda se toma como fundamento de una certeza, significa que el alma puede elevarse por encima de sí misma hacia la verdad. Para San Agustín de Hipona “Si me equivoco, existo”, lo cual anticipa en cierto modo el planteamiento de Descartes – Pienso, luego existo-. Sin embargo, para Agustín la búsqueda de la verdad no se detiene aquí, ya que él busca la verdad necesaria, inmutable y eterna, que no puede ser facilitada por los objetos sensibles. Busca la verdad, que es Dios, por lo que hay que seguir buscando en el alma. Así pues, la búsqueda va desde lo exterior – las cosas materiales – hacia el interior – el alma -. Como esas verdades que se buscan no pueden proceder del alma, porque son mudables, sólo pueden

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explicarse por una iluminación divina –San Agustín rechazó la reminiscencia platónica y la transmigración del alma-.

El amor a la existencia y el amor al conocimiento. El amor a la existencia, según san Agustín, está basado en el rehuir de la no existencia. Con esto entendemos que ningún hombre quiere morir: hasta el más miserable elegiría vivir eternamente en su miseria a morir prematuramente. En esto incluimos tanto a animales como a las plantas, así como minerales y seres inertes. Cuando hablamos del amor al conocimiento, hemos de decir que cualquiera prefiere estar con mente sana que a la locura, este amor por el conocimiento solo es poseído por el hombre, porque, aunque los animales pueden tener un conocimiento sensible más desarrollado que el del humano, éste es el único capaz del conocimiento racional. Así pues, basándonos en la teoría de la iluminación, el amor del hombre al conocimiento es claramente superior a cualquier otro porque el conocimiento es algo que supera a cualquier otra actividad. Según San Agustín, Dios crea el mundo sin utilizar nada preexistente y lo hace por amor, para que las criaturas puedan ver el bien que Él posee, haciéndolas, pues, partícipes de sus propias perfecciones. Para san Agustín, el mal surge porque el hombre está vuelto a la materia y es entendido como la negación del amor a Dios. Con respecto al mal físico – enfermedades, dolores anímicos y la muerte- son la consecuencia del pecado original, es decir, una consecuencia del mal moral. En la historia de la salvación, sin embargo, todo tiene un significado positivo. La ética antigua tiene su base en la idea de la felicidad. Agustín conoce lo variado que puede ser el sentimiento de felicidad, pero sabe también que el alma humana tiene su lugar natural. Para san Agustín, el alma gravita hacia el Uno, hacia la verdad y el bien, es decir, hacia Dios. Si el amor del hombre es lo bastante profundo, hallará el verdadero camino. La posibilidad de buscar a Dios y de amarle está en la misma naturaleza del hombre, ya que si fuésemos animales amaríamos la vida carnal y los objetos sensibles. Al ser hombres, creados a imagen de nuestro creador, que es la verdadera Eternidad y verdad, el eterno y verdadero amor, tenemos la posibilidad de volver a Él en donde nuestro ser no volverá a morir y nuestro saber no tendrá más errores. Esta posibilidad de volver está inscrita en la triple forma de la naturaleza humana “Yo soy, yo conozco y yo quiero” En estas tres cosas hay una vida inseparable, única y única en esencia. La distinción es inseparable, y, sin embargo, existe. El objetivo principal de Dios al crear al hombre es que este sea, pero puede apartarse de ello y comenzar a pecar. La constitución del hombre como Imagen de Dios le da la posibilidad de llegar a Dios, pero no se lo garantiza. El hombre es en primer lugar, un hombre viejo, el exterior y carnal, nace, crece y envejece y muerte. Ahora bien, puede ser también un hombre nuevo, dado que se le da la posibilidad de renacer espiritualmente y alcanzar la eternidad.

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TEMAS

El hombre como imagen de Dios San Agustín abandona la idea pitagórica de que el cuerpo es la prisión del alma, pues la encarnación del Verbo obligó a los cristianos a ensalzar el cuerpo humano. San Agustín considera al hombre como la unidad del cuerpo y alma, fiel a la tradición bíblica. Pero cuando aborda dicha cuestión desde un punto de vista filosófico, adopta el dualismo platónico, en que dice que el hombre es un alma racional que se sirve de cuerpo mortal y terreno. Respecto al origen del alma, rechaza la doctrina platónica de la preexistencia del alma y la reencarnación. En ese sentido, defiende Agustín de Hipona la idea de que el alma es creada por Dios pero, para mantener la idea de que el pecado original afecta a todos los seres humanos, la crea a partir del alma de Adán. Por tanto, todos los seres humanos vienen marcados por la imperfección moral que representa el pecado original. Esto es lo que se conoce como el traducianismo de Tertuliano. La psicología de Agustín destaca el papel de la memoria en la vida anterior, el análisis de esta facultad se encuentra al final del libro de Las Confesiones. Entonces, gracias a la memoria, el hombre consigue hacerse presente de su propia intimidad y construir, a través del tiempo, su identidad personal. La memoria posibilita la vida anterior y abre el camino de la introspección y de la búsqueda interior, pero el abismo del espíritu es demasiado profundo para ser sondeado totalmente. Los temas fundamentales para S. Agustín son el alma y Dios, pero plantear el problema del hombre significa el problema de Dios, el hombre no se encuentra plenamente si no está con Dios. El Alma humana es imagen de la Trinidad –Padre, hijo y espíritu santo-. Podemos relacionar esta imagen de Trinidad, con cada una de las tres facultades del alma humana. Así, estas son la memoria, inteligencia y la voluntad, juntas y cada una por separado, constituyen la vida, la mente y la substancia del alma. El alma nos permite concebir vagamente la trinidad Divina. El padre se conoce a sí mismo y genera un verbum (El hijo), la relación entre amos es el amor del Padre al Hijo (El Espiritu Santo). Por la memoria, imita el alma la unidad y la eternidad que es denominada Padre, por el conocimiento imita el alma la sabiduría, denominación apropiada del Hijo, y por el amor imita el alma la felicidad, denominada apropiadamente Espíritu Santo. En la Trinidad, todos y cada uno de sus elementos son iguales, es decir, no existe diferencia jerárquica ni funcional. Entre Dios, que es y conoce todo a la vez, y lo sensible que pasa sin consistencia alguna, está el alma, que retiene el pasado, de este modo surge el tiempo. La identidad del alma consigo misma es la memoria, imagen de la unidad y eternidad de Dios. El conocimiento del hombre y de Dios se ilumina recíprocamente, y realizan a la perfección el proyecto de filosofar agustiniano: conocer a Dios y a la propia alma, a Dios a través del alma, y al alma, a través de Dios.

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Sabiduría e Iluminación. La filosofía de Agustín de Hipona es una continua búsqueda hacia lo más interior de sí mismo y hacia lo más elevado de la realidad. Al proceder así, responde a sus propios impulsos y preocupaciones y coincide con la dirección del pensamiento neoplatónico. Su doctrina será una síntesis del cristianismo y el neoplatonismo. El pensamiento que busca la verdad tiene que comenzar por la evidencia de sí mismo. Es así como se puede superar la duda de los escépticos de la Academia nueva. En la autoconciencia se encuentra un punto de partida irrebatible: San Agustín dice Si me engaño, existo. Sin embargo, la búsqueda de la verdad no ha de detenerse en esta primera certeza, Agustín busca la verdad necesaria, inmutable y eterna, la cual no puede ser facilitada por los objetos sensibles, que siempre están cambiando. También el alma es contingente y mudable, por tanto, sólo Dios es la verdad, para encontrarlo hay que buscar en el interior del alma. Así pues, la búsqueda va de lo exterior de las cosas a lo interior – alma- esto se conoce con el nombre de interiorización, y en ella se realiza el descubrimiento de verdades, reglas o razones eternas que nos permiten juzgar sobre todas las cosas sensibles. Sin embargo, esas verdades no pueden proceder del alma – que es mudable – sólo pueden explicarse por una iluminación divina – hay que recordar que Agustín reachaza la reminiscencia platónica y la transmigración del alma – de este modo, la búsqueda en lo interior culmina en un movimiento hacia lo superior, del alma hacia Dios, no es fácil comprender como concibe Agustín esa iluminación divina en el alma. Se inspira, sin duda en Platón, en las imágenes neoplatónicas de la luz y en la afirmación del Evangelio de San Juan: “El verbo es la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo”. La luz divina es excesiva para el entendimiento humano; El dios presente en el alma es incomprensible e inefable- esto lo podemos ver reflejado en la famosa cita de San Agustín “Si comprehendis non Deus est”- lo cual no quiere decir que no podamos saber nada de Él, al menos de un modo negativo: si las criaturas son mudables, Dios debe ser inmutable. El concepto Alma designa el principio animador del cuerpo, los animales tienen alma. El pensamiento (mens) es la parte superior del alma racional o humana y se compone de ratio e intellectus. Por el intellectus el pensamiento recibe la verdad que la luz divina le descubre al hombre. En el alma, además de memoria, percepción y apetito existe el espíritu, la inteligencia y la voluntad. La razón superior o intellectus es la facultad suprema del conocimiento del hombre, le proporciona la sabiduría o conocimiento filosófico, considera a las ideas eternas e inmutables en sí mismas, las descubre en el alma pero proceden de Dios. Las ideas eternas son formas principales o razones permanentes de las cosas y se hallan en la Inteligencia Divina. La razón inferior o ratio ocupa un lugar intermedio entre las sensación y el intellectus, sirve para las necesidades prácticas de la vida, juzga sobre el conocimiento sensorial, sobre lo sensible y temporal. El alma utiliza los órganos de los sentidos como instrumentos suyos, así, la sensación que ocasionan los objetos es el primer grado de luz del espíritu, pero solo produce opinión y ata a lo sensible e imperfecto. Los sentidos no captan la unidad. Agustín da primacía al amor y a la voluntad junto al conocimiento. El amor culmina el movimiento del alma iniciado en el conocimiento. El amor es una fuerza ascendente que lleva al alma a su lugar natural, Dios. La felicidad se halla únicamente en Dios. Conocer

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es amar y amar es conocer. El amor, para San Agustín, es un fallo de la mente y también un amor a lo inferior y un olvido de lo espiritual. La razón es alterada por el poder de la voluntad. La fuente de todo error está en el pecado original, en la condición pecadora del hombre. Las causas son el orgullo intelectual, la concupiscencia y el egoísmo, siendo el primero el más difícil de erradicar. No existe una distinción entre razón y fe, la fe es la guía más segura, pero la fe no esta en conflicto con la razón, no es irracional. Así pues, el hombre tiene que buscar la inteligencia de la fé. El conocimiento se fundamenta de arriba abajo, siendo Dios el fundamento de toda la verdad. La razón en solitario desemboca en lo absurdo y en el escepticismo. La fe libera a la razón de su soberbia, entonces la razón se abandona a la gracia y se entrega al amor, que es el acto del hombre en plenitud. Los argumentos escépticos sólo son válidos para los que se fundan en la verdad en el conocimiento sensible. Para San Agustín la verdad pertenece al ámbito inteligible y supone la purificación de la mente y de la voluntad, para eliminar el apego al mundo y al cuerpo. Esta concepción se encuentra también en el platonismo.

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CONTEXTUALIZACIÓN SAN AGUSTÍN Dado que el fragmento pertenece a “La Ciudad de Dios”, obra de Platón, hablaré de dicha obra, que fue escrita en el periodo de su estancia en Hipona, dónde escribió la misma y estuvo 13 años escribiéndola (413-426). Está compuesta por 22 libros, divididos en 2 bloques de diez libros que hacen un balance de la historia de la humanidad, y hablan de Platón y Plotino, así como un desarrollo de la relación entre las dos ciudades (Celestial y la Pagana). San Agustín trata en ella temas de diversa índole como son la naturaleza de Dios, la sustancialidad del bien y el mal, el pecado y la culpa, el tiempo y espacio así como una gran cantidad de temas más. Desde el principio, Agustín trata la religión de la antigüedad como supersticiosa, refutando que adore a los dioses por el motivo de las ventajas que reportan y por otro lado contradice a los que por esa vía buscan la felicidad eterna. Precedente al periodo en Hipona, encontramos su estancia en Milán, donde escribió su Contra Académicos. Anteriormente, tenemos su periodo en Roma, con “De libero arbitrio” y finalmente, el periodo en África, dónde pasa su etapa juvenil y escribe “De pulchro etapto”. Con respecto a la vida de San Agustín, nació en Tagaste en el 354, su madre era cristiana y fue una gran influencia en su vida. Después de leer el Hortensio, de Cicerón se despertó en el la vocación filosófica, fue maniqueo, pero decepcionado marchó a Roma, y luego a Milán donde escuchó los sermones de San Ambrosio quien le hizo cambiar de opinión sobre la iglesia y recibió una cátedra. Vuelve a África y es ordenado obispo, comenzando a desarmar religiones paganas. Los últimos años de su vida estuvieron turbados por la guerra y murió en el 430. Su pensamiento pervivirá activamente hasta el siglo XIII d.C, cuando aparece el Tomismo. Las figuras más destacables en el pensamiento de San Agustín fueron S. Anselmo, San Buenaventura y Dums Scoto, así como San Pablo en la Biblia. Su filosofía influyó en el Jansemismo francés y de ahí derivará en Pascal y en Descartes, también servirá de inspiración a la mística europea cristiana y del interiorismo luterano. Su pensamiento inspirará también la política de Carlo Magno, que se basa en la subordinación al poder de la Iglesia, es decir, al teocentrismo propio del Medioevo, por esta razón, la Iglesia reconoce a San Agustín como uno de los pilares de la misma.

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FILOSOFÍA MODERNA

DESCARTES

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CONTEXTUALIZACIÓN DESCARTES.

Dado que el fragmento pertenece a la IV parte del Discurso del Método, pasare a hablar de

dicha obra. Es considerada como la obra fundamental de la filosofía de Occidente con

implicaciones en el desarrollo de la filosofía y de la ciencia. Consta de seis partes, en la

segunda se dan a conocer las reglas del método. Fue escrita por René Descartes y publicada de

forma anónima en 1637 en Leiden (Holanda). En realidad era un prólogo a otros ensayos que

estaban agrupados bajo el título de ensayos filosóficos. El nombre fue dado por Descartes con

una finalidad precisa, la cual no era enseñar, sino hablar de tal manera que Descartes pudiese

alejarse de cualquier problema a surgir. En el mismo se da a conocer el método para llegar al

conocimiento verdadero y encontrar la verdad, a través de cuatro reglas consistentes en 1)

admitir como cierto lo evidente a mi mente; 2) dividir cada una de las dificultades en todas las

partes posibles; 3) ordenar los pensamientos de lo más simple a lo más complejo; 4) Enumerar

y repasar para estar seguro de no haber omitido nada. Con respecto a la vida de Descartes,

nació en 1596 en la Haye en Touraine. En su infancia asistió al colegio jesuita de La Flèche,

donde se le dio a conocer muy bien el agustinismo y el platonismo. Estudió matemáticas y

quedo sorprendido de ellas. En su juventud estudió Derecho y Medicina pero deja los estudios

y se alista en el Ejército para viajar. El 10 de Noviembre de 1619 tiene tres sueños que le

empujaron a la búsqueda de la verdad. Aplica el método matemático a todo. Realiza el

peregrinaje al Santuario de la Virgen del Loreto. En 1628 marcha a Holanda buscando

tranquilidad para dedicarse por completo al estudio, allí lleva una vida honesta y tranquila,

cambiando constantemente de residencia. En septiembre de 1648 se traslada a Suecia, al

servicio de la reina. En 1650, muere por pulmonía. En 1663 todas sus obras fueron condenadas

al índice, de las mismas las mas significativas son: Reglas para la dirección del espíritu (1629);

Discurso del método (1637); Meditaciones Metafísicas (1647) y Tratado de las pasiones del

alma (1650). En Descartes podemos ver una clara influencia platónica en el hecho de

reconocer únicamente como conocimiento verdadero el que procede de la razón y por estar

compuesto por ideas. Aparecen en Descartes también influencias de San Agustín. También

tuvo influencia en él con Fco Suárez la filosofía escolástica, Isaac Beeckman, así como los

escritos clásicos que estudió en La Flèche. Las filosofía cartesiana tiene otros continuadores de

la mano de los pensadores racionalistas continentales hasta mediados del siglo XVIII como

Malebranche, Spinoza y Leibniz (monista y pluralista). El empirismo inglés del siglo XVII con

Locke, Berkeley y Hume, que recogen algunas ideas cartesianas, como la idea de que el

conocimiento humano no recae directamente sobre la realidad. No obstante, el empirismo

rechaza que sea la razón la fuente del conocimiento y niega la existencia de ideas innatas. Por

su parte, Kant, filósofo ilustrado alemán del siglo XVIII, realizará una síntesis entre el

racionalismo y el empirismo. Está de acuerdo con el empirismo en que la experiencia sensible

es el límite último del conocimiento. Con el racionalismo, por el contrario, defenderá que en el

entendimiento existen conceptos a priori que no se derivan de la experiencia pero que se

aplican al conocimiento de la misma.

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KANT

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CONTEXTUALIZACIÓN KANT.

Dado que el fragmento pertenece a la “Crítica de la razón pura”, pasaré a hablar de dicha obra.

Se trata de una obra trascendental de gnoseología, donde Kant desmonta una metafísica (la

racionalista) para establecer la suya. Se escribieron dos prefacios de la misma, destinados a

introducir al lector en su filosofía. El primero en 1781 y el segundo en 1787. Tras estos

prefacios y una introducción, tiene cuatro partes: estética trascendental, donde muestra la

ciencifidad de las matemáticas y expone cómo funciona el conocimiento sensible; la analítica

trascendental donde demuestra que la metafísica no es una ciencia y expone cómo funciona la

razón. Y la última parte es la metodología, donde expone cuál es su método de filosofar. La

obra pertenece al periodo crítico del autor, y anterior a éste encontramos el periodo pre-

crítico, llamado así por ser un filósofo racionalista, que cuando lee a Hume abandona sus

principios y comienza el periodo ya mencionado, dentro de éste pre-crítico tenemos una obra

importante “Historia de la Naturaleza y teoría del cielo”, y en el periodo post-crítico –llamado

así por estar las obras fundamentales ya realizadas- (1790-91), una obra a destacar es “La

religión dentro de los límites de la mera razón” (1793). En cuanto a la vida de Kant, era de

orígenes modestos y educado en el pietismo, nació en Königsberg en 1724. Recibió una

educación fundamentalmente clásica y severa, y en filosofía fue discípulo de Albert Schulz, una

gran figura del racionalismo. Ingresó en 1740 en la Universidad de Königsberg como estudiante

de Teología, y fue alumno de Martin Knutzen, quién lo introdujo en la filosofía racionalista y le

generó interés por las ciencias naturales en general. Fue nombrado profesor ordinario de

lógica y metafísica y más tarde obtuvo una cátedra tras la cual deja de publicar y se dedica 11

años a la redacción de su obra fundamental, después de que el contacto con el empirismo

escéptico de Hume le permitiera, según sus propias palabras, despertar del sueño dogmático.

Finalmente, morirá el 12 de febrero de 1804 en su ciudad natal, en un momento en que su

pensamiento filosófico ya que había extendido por círculos amplios. En cuanto a las influencias

que Kant recibió en su filosofía, podemos destacar la ya mencionada de Hume, que le produjo

el despertar de ese sueño dogmático. Recogerá además influencias del espíritu ilustrado de la

época, con Locke (empirismo) y Rousseau (amor a la democracia y su optimismo

antropológico). Kant tenía un gran entusiasmo por la revolución francesa y de EE.UU. Así como

las influencias de Platón por la semejanza de sus ideas con las ideas puras. En sus etapas

tempranas tuvo influencias del racionalista Wolff. Newton influyó también de manera decisiva

en él, ya que su teoría física le llevo a considerar la existencia de un conocimiento sintético a

priori, así como a su visión mecanicista del mundo. Concluiremos con las influencias ejercidas

en Kant en la Historia de la Filosofía, las cuales son enormes. En primer lugar, será el maestro

para la escuela neokantiana del siglo XIX. Su filosofía será tanto continuada como para ser

respondida críticamente. Por un lado, en su filosofía y en especial en el problema del nóumeno

al que darán nuevas soluciones, se interesarán todos los idealistas posteriores, sobresaliendo

Hegel, Fichte y Schelling. Es también de directa raíz kantiana la idea de una razón práctica y de

los sujetos como un fin en sí mismos que llevará a Marx a realizar su crítica del capitalismo. Por

otra parte, el tema del nóumeno como lo incognoscible dará lugar a una lectura irracionalista

por parte de Schopenhauer, quien a su vez influirá en Nietzsche. Igualmente, la crítica de Kant

será recogida y ampliada por los neopositivistas del siglo XX.

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FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA

NIETZSCHE

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CONTEXTUALIZACIÓN NIETZSCHE

Dado que el fragmento pertenece a “El Crepúsculo de los ídolos” (1888), pasaré a hablar de

dicha obra. En esta obra, Nietzsche ataca a toda la religión, escritores, incluidos los románticos,

los músicos, las doctrinas político-sociales, liberalismo, socialismo y anarquismo, y muy

especialmente crítica e insulta a casi todos los filósofos. De ellos apenas salva a Heráclito de

Éfeso, Maquiavelo y Hegel. La obra está dividida en 12 partes, entre otras, destacamos: El

problema de Sócrates, ya que lo considera como la manifestación de la decadencia en Grecia;

La razón en la filosofía, parte a la que pertenece el fragmento en que se realiza una crítica al

predominio dado por la tradición filosófica a la razón; Como el mundo verdadero acabó

convirtiéndose en una fábula, en la decadencia de occidente; Los mejoradores de la

humanidad. Nietzsche declara en el prólogo que su intención principal es “auscultar a los

ídolos” con el martillo para que dejen oír su sonido a hueco, declararles la guerra por su

falsedad. Con Ídolos Nietzsche se refiere a todos los ideales eternos de la tradición cultural de

Occidente que se configura en Grecia sobre todo a partir de Sócrates. La obra pertenece a su

periodo crítico, en el que desarrolla sus temas más importantes – Así habló Zaratustra-.

Anterior a esto tenemos el segundo periodo, o el periodo cientifista e ilustrado, influido por el

positivismo inglés y la ilustración francesa. Rompe con Wagner y abandona a Schopenhauer.

Destacan sus obras Aurora (1881). Y por último, su primer periodo o periodo romántico,

caracterizado por sus obras filológicas y de inspiración romántica. La metáfora dominante es la

contraposición de Dioniso y Apolo. Pertenecen a este periodo obras como “El Nacimiento de la

tragedia en el espíritu de la música (1872)”. En lo que respecta a la vida de Nietzsche, está

totalmente vinculada con su proyecto filosófico. Nietzsche nació en 1844 en Röcken- Sajonia

prusiana- en el seno de una familia protestante. Su padre era pastor luterano y preceptor

privado. Nietzsche estudió en el conocido Instituto Pforta, donde recibió una formación

literaria – con especial estudio de los clásicos griegos y romanos- poética y musical. Se graduó

en 1864 y comenzó los estudios de teología en la Universidad de Bonn, pero los abandonó

para dedicarse a la filología clásica, en la Universidad de Leipzig. En 1865, leyó a Schopenhauer

quien influyó mucho en él, y a Lange – filósofo materialista-. Recibió la propuesta de ser

Catedrático de Filología en la Universidad de Basilea. Cargo que aceptó, y desde 1869 pasó

escribiendo toda su vida hasta 1889, cuando sufrió un colapso mental, del que nunca se

recuperaría. Murió en 1900, en Weimar (Turingia). La filosofía de Nietzsche está caracterizada

por una exaltación de la vida, por un vitalismo que se basa en la figura del superhombre y de la

voluntad de poder, de ser más, de superarse. Nietzsche quiere derrocar a la cultura occidental

notablemente influida por los filósofos dogmáticos e instalar una sociedad diferente y

asemejada a la presocrática antes de la aparición de Sócrates. Con respecto a la influencia

ejercida en Nietzsche, éste recibió influencias de Schopenhauer (voluntad de vivir), Wagner y

Lange, más tarde recibió influjo del positivismo inglés. Con respecto a la trascendencia,

Nietzsche no fue recibido con buen ánimo al principio, pero más tarde, Heidegger dio clases

durante 10 años sobre su pensamiento, lo que contribuyó a su consideración posterior como

un gran filósofo. Ha influido en el existencialismo, el postestructuralismo, y en la

posmodernidad en todas sus variantes y pensadores – pensamiento débil, Vottimo, Rorty.-

Destacamos a los Neonitzscheanos, como Sabater y Trías. A Thomas Mann, Ramiro de Maeztu

y Mª Zambrano también recibieron influjo de Nietazsche. Así como destacar a los filósofos de

la sospecha que no responde a un modelo de progreso, como Freud, así como Marx.