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LUCIANO DE CRESCENZO

I. SCRATESII. LOS SOCRTICOS MENORESIII. SCISCIIV. PLATNV. ALFONSO CAROTENUTOVI. ARISTTELESVII. SALVATORE PALUMBOVIII. EPICURO

IX. LOS ESTOICOSX. LOS ESCPTICOSXI. EL MAESTRO RICCARDO COLELLAXII. LOS NEOPLATNICOSXIII. RENATO CACCIOPPOLI



LUCIANO DE CRESCENZO

HISTORIA DE LAFiLOSOFA GRIEGA (DeScrates en adelante)

He preguntado a Apolo: Qu debo hacer?

Apolo ha respondido: Re y haz muchedumbre grues

culta. En el momento no entend, despus resolv

anagrama, y ha resultado: Historia de la filoso

griega. Delfos, 11 de septiembre de 1986



I. SCRATES

Cmo es posible no enamorarse de Scrates? Era buenoespritu, tenaz, inteligente, irnico, tolerante y al mismo tieminflexible. De cuando en cuando nacen en la Tierra hombres deenvergadura, hombres sin los cuales todos nosotros seramos

poco diferentes: pienso en Jess, en Gandhi, en Buda, en Lao Ten San Francisco. Hay una cosa, sin embargo, que distingu

Scrates de todos los otros: su normalidad como hombre. efecto, mientras en el caso de los grandes que acabo de nombexiste siempre la sospecha de que una pizca de exaltaccontribuy a configurar un carcter tan excepcional, en lo referea Scrates no hay dudas: el filsofo ateniense era una pers

extremadamente sencilla, un hombre que no lanzaba programasredencin y que no pretenda arrastrar tras s turbas de seguidoPor slo decir una cosa, hasta tena la costumbre, del todo insen el crculo de los profetas, de asistir a los banquetes, de bebesi se presentaba la ocasin, de hacer el amor con una hetera.

Al no haber escrito nunca nada, Scrates ha sido siempreproblema para los historiadores de la filosofa. Quin eraverdad? Cules eran sus ideas? Las nicas fuentes directas

poseemos son los testimonios de Jenofonte, los de Platn y algucomentarios por haber odo decir de Aristteles; pero el caso

que el retrato que nos ha dejado Jenofonte resulta completamedistinto del de Platn, y donde hay coincidencia entre las



versiones, el hecho se debe a que el primero ha copiadosegundo; por otra parte, en lo tocante a Aristteles exifundadas dudas sobre su objetividad.

Jenofonte, sea dicho entre nosotros, no era un guilainteligencia filosfica: a lo sumo podemos definirlo como un gen

de buena planta y un buen escritor de memorias. De adolescehaba tomado parte en la dolce vita de Atenas: banque

palestras, competencias atlticas, etctera, hasta que un buen dencuentra con Scrates en un callejn estrecho. El filsofo lo mfijamente a los ojos, le impide el paso poniendo su bastn en me

y dice:Sabes dnde venden pescado?S, en el mercado.Y sabes dnde se hacen virtuosos los hombres?No.

Entonces sgueme.Y as fue como Jenofonte, ms por darse aires con sus amique por amor de la sabidura, empez a seguir a Scrates en

paseos; pero despus de un par de aos, exhausto tal vez poexceso de discusiones, parte en calidad de voluntario a la prim

guerra que consigue encontrar. Frecuenta las cortes de CiroJoven, de Agesilao, rey de los espartanos, y muchos otros lugadonde su maestro jams habra llegado a poner el pie. Transcutoda su vida entre batallas y escaramuzas, sirviendo casi siemprejrcitos extranjeros. Cuando habla de Scrates, lo hace comfuese un defensor designado de oficio: procura rehabilitarmemoria despus del proceso y nos lo presenta como un hom



integrrimo, santurrn y obsecuente para con las autoridades. Sretrato de Jenofonte es algo convencional, el de Platn (gecreador por excelencia) peca por el exceso opuesto: en o

palabras, leyendo los dilogos nos preguntamos si el hplatnico expresa las ideas de Scrates o las de su autor. En

estado de cosas, lo nico que puedo hacer es contar todo lo quy dejar que el lector se forme su propia opinin.

Fsicamente, Scrates se pareca a Michel Simon, el afrancs de la dcada de los 50, y se mova como Charles Laughen el film Testigo de cargo. Naci en 469 en el demos de Alope

un suburbio a media hora de camino de Atenas, en las faldasLicabeto. Para los apasionados por la astrologia diremos que detratarse de un Capricornio, ya que haba nacido en los primdas del ao. La suya era una familia de burguesa me

perteneciente a la clase de los zeugitas (la tercera y ltima, en or

de importancia, entre las clases de Atenas que contaban para algSu padre, Sofronisco, era un escultor, o quiz slo un chapuceroperiferia, y su madre, Fenarete, una comadrona. De su infanciasabemos prcticamente nada, y, para ser sinceros, nos cuesta

poco imaginarlo como un nio: de todos modos, siendo de fam

ms o menos acomodada, pensamos que sigui los estudregulares como todos los muchachos de Atenas, que a dieciocho aos hizo el servicio militar y que a los veinte lleg ahoplita despus de haber conseguido una armadura adecuada.

En su juventud ayud, con toda seguridad, a su papescultor, en su taller, hasta que un buen da Critn, enamoradola gracia de su alma, se lo llev para iniciarlo en el amo



conocimiento. Digenes Laercio, en sus Vidas de los filsocuenta que Scrates tuvo como maestros a Anaxgoras, DamArquelao y que fue tambin amante de este ltimo, o, para ser mexactos, su ermenos (en aquellos tiempos, cuando haba relacin amorosa entre dos hombres, se llamaba erasts al ama

de ms edad y erme nos al ms joven). Pero sobre este asude los amores homosexuales de los filsofos griegos, antes dms all y considerar a Scrates un gay, abramos un parntesaclaremos nuestras ideas de una vez por todas. La homosexualien aquellos tiempos era cosa normalsima y no por casualidad

pasado a la historia como amor griego. Incluso ha habido qucomo Plutarco, la ha definido pederastia pedaggica. cualquier caso, no era motivo de escndalo: cuando Hiern, tirde Siracusa, se enamora del jovencito Dailoco, comenta el hediciendo sencillamente: Es natural que me guste lo que es bel

que lo bello resultara ser un muchachito, un hombre o una mujerapenas un detalle de poca importancia. Los verdaderos problempara los homosexuales comenzaron con el cristianismo: la numoral concibi el sexo slo como medio de procreacinconsider pecaminoso cualquier otro tipo de relacin sexual, d

que se derivaron las persecuciones y los prejuicios tan difundan hoy.En aos posteriores Scrates tuvo otros amores de este t

entre los cuales es clebre el que sinti por l AlcibadContrariamente a lo que afirme Aristipo (El Aristipo de quienhabla no es el discpulo de Scrates, fundador de la EscuelaCirene, sino un pseudo-Aristipo annimo del siglo III a.C.), e


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cuarto libro sobre la lujuria de los antiguos no fue Scrates quse enamor de su discpulo, sino ste de l, como resulta clarosiguiente extraordinario fragmento del Banquete en el que el joAlcibades, algo achispado por el vino, confiesa su desesperamor por Scrates:

...cuando lo escucho, el corazn me late mucho ms qulos coribantes!

Y ms adelante:Me encontraba, amigos, a solas con l y pensaba que pro

me hara uno de esos discursos que por lo general hace un ama

al objeto de su amor cuando se encuentran solos, y por este mome senta lleno de jbilo. Pero sin embargo el tiempo pasaba yocurra nunca nada: conversaba conmigo como siempre y, habie

pasado el da juntos, me dejaba plantado y se iba. Entonceinvit a hacer gimnasia, esperando que al menos all po

conseguir que ocurriera algo. Y bien, haca todos los ejercicconmigo, y a menudo tambin la lucha, sin que hubiese npresente, pero qu debo decir? No suceda nada. Viendo queeste modo no lo consegua, me pareci necesario agredir a hombre con violencia y no desistir hasta no aclarar el asunto. Y

una noche lo invit a cenar, exactamente como hacen los amanque tienden una trampa al amado. Pero tampoco de esta foobtuve nada. Sin embargo, con el tiempo, paulatinamente, se d

persuadir. Cuando por fin vino a casa, quiso irse inmediatamedespus de haber cenado, y yo, sintindome un poco avergonzalo dej partir. Pero la noche siguiente prepar otra trampadespus de haber cenado, me qued hablando con l hasta entr



la noche. Cuando hizo ademn de marcharse, lo convenc para se quedara con el pretexto de que era demasiado taDescansaba en un lecho junto al mo. En la habitacin no dornadie, estbamos solos...

Scrates se cas con Jantipa cuando tena casi cincu

aos, quiz ms por tener un hijo que una esposa. Hasta amomento se haba mantenido siempre apartado del matrimonio yque le peda consejo sobre si deba casarse o no, le responinvariablemente: Haz como te plazca; de todos modos, en amcasos te arrepentirs. Jantipa, mujer de carcter fuerte, ha pas

a la historia como el estereotipo de la esposa pelma y posesivaembargo, no es de excluir que el propio Scrates le deba algotrminos de popularidad. Hasta la Revista de los Nios ddcada del 30 le dedicaba cada semana una tira que comenzsiempre con la misma cuarteta:

Todos saben que Jantipaloca iba por las tripas.tripa almuerzo, tripa cena,Dios a Scrates que pena!

Sobre la relacin entre Scrates y Jantipa siempre secargado la mano. Con toda probabilidad, su vida conyugal deser mucho ms normal que lo que se piensa: ella era un ama de ccomo tantas, dotada de sentido prctico, cargada de problemconcretos, con uno (o tres) hijos que criar y con un marido qaparte de una pequea renta que le dejara su madre, no llevaba


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casa ni un duro. l, un buen hombre, rico en irona, que la querla soportaba con resignacin. Lo que ms enfureca a Jantipa erhecho de que su marido no le diriga casi nunca la palabra: eradicharachero con los amigos por las calles de Atenas cotaciturno en casa. Digenes Laercio cuenta que una vez, dura

una discusin, Jantipa perdi hasta tal punto los estribos quearroj un cubo lleno de agua, ante lo cual Scrates dijo por tcomentario: Saba que el trueno de Jantipa se transformara ao despus en lluvia. Pero cmo puedes soportarla?

pregunt un da Alcibades. Y l contest: A veces, vivir con u

mujer de su tipo puede ser til como domar un caballo furidespus uno se encuentra ms preparado para afrontar a semejantes en el agor." Y adems, qu quieres que te diga, ya he acostumbrado: es como sentir el ruido incesante de cabrestante.

Aristteles nos informa de que Scrates tena tambin segunda mujer, una tal Mirto, hija nada menos que de Arstidejusto. Segn Plutarco, el filsofo se cas dos veces slo bondad de alma, ya que la famosa Mirto, aun siendo pariprxima de Arstides, haba acabado en la ms negra de

miserias. Otros sostienen, en cambio, que era slo una concubque se haba llevado a casa una noche en que haba bebido. todas formas, mujer o amante, Mirto le regal dos hijos, Sofrony Menexeno, que, junto con Lmprocles, el primognito, hijoJantipa, hicieron ascender a tres la descendencia del filsofoasunto no nos debe asombrar tanto dado que el gobiernoAtenas, para aumentar el nmero de los verdaderos atenien



animaba a los ciudadanos a tener ms hijos con mujeres distintasSobre el tringulo Scrates-Jantipa-Mirto existe un diver

fragmento, tomado de una obra de Brunetto Latini. De precuerdo que el autor de quien se habla es aquel famoso Brunetto que Dante Alighieri coloca en el Infierno en el recinto

los sodomitas. La cita no tiene fundamento histrico alguno, pnos hace comprender cmo se vea en la Edad Media la relacentr Scrates y Jantipa.

Scrates fue un grandsimo filsofo en aquel tiempo. Y fuehombre muy feo de ver, ya que era sumamente pequeo, con

rostro peludo, las narices amplias, la cabeza calva y excavapeludo el citello y los hombros, las piernas delgadas y torcidastena dos mujeres a un tiempo, que peleaban y gritaban mumenudo porque el marido mostraba hoy ms amor a una y mams a la otra. Y l, cuando las encontraba chillando, las azuz

para hacer que se tiraran del pelo y se burlaba as de ellas, vieque se disputaban por un hombre tan sucio. De modo que un mientras se burlaba as de ellas que se arrancaban los cabellosdos de comn acuerdo dejaron de pelearse, se le echaron encilo tendieron en el suelo y lo pelaron, de modo que de los po

pelos que tena no le qued uno solo en la cabeza.A propsito de guerras, Scrates fue un buen soldado, man, digamos mejor un buen marine, en 432 lo embarcan junto otros dos mil atenienses y lo envan a combatir a Potidea,

pequea ciudad en el norte de Grecia que se ha rebelado contrpoder omnmodo de Atenas. Nos encontramos en plena guerraPeloponeso: los atenienses, temiendo que la revuelta pu



extenderse a toda la Tracia, se ven obligados a enviar al lugar expedicin punitiva. Es en esta ocasin cuando Scrates se gan

primera medalla al valor, salvando la vida al joven Alcibades: loherido en el campo de batalla, lo carga sobre sus hombros y

pone a salvo entre una selva de enemigos. Pero no es tanto

coraje del filsofo lo que nos sorprende, como su total indiferena las incomodidades de la guerra: oigamos al respecto lo que cuenta el mismo Alcibades en el Banquete.

Estuvimos juntos en el campamento de Potidea y tenamorancho en comn. Para empezar, no slo era superior a m en

fatigas militares, sino tambin a los otros. Cuando tenamos soportar el hambre, como a menudo sucede en la guerra, tonosotros no valamos absolutamente nada en comparacin conEn los convites, en cambio, slo l se diverta al mximo. No que lo quisiera, pero cuando se lo forzaba a beber era capaz

derrotar a todos sin emborracharse ni una sola vez. En cuantsoportar el invierno, que en el norte es tremendo, haca realmemilagros. Un da haba un hielo de espanto: todos se habguarecido en los refugios y los que salan al aire libre tenan

precaucin de envolverse en una increble cantidad de ropas y

cubrirse los pies con fieltros y pieles; pues bien, l sali a camcon su viejo abrigo de siempre y, descalzo, camin sobre el hcomo si no fuera nada, hasta el punto que algunos solda

pensaron que quera mortificarlos. Otra vez, completamabsorto en alguna idea, se qued de pie en medio del campamehasta el alba, para meditar; y como no consegua llegar a conclusin, sigui pensando, siempre inmvil en el mismo s



tambin durante el da. Cuando lleg el medioda, algunos hombadvirtiendo esta actitud extraa, comenzaron a decirse unos a ot"Scrates est empalado desde el alba en un pensamiento." Por unos jonios, al caer la noche, ya que aquella vez era verallevaron fuera sus yacijas y se pusieron a descansar al aire libre p

controlar si se quedaba all plantado toda la noche. Y all se quhasta que vio amanecer de nuevo.

Este relato de Alcibades nos hace pensar que Scrates capaz de caer en estado catalptico, como ocurre a alguchamanes en la India. Lo cierto es que el hombre era absolutam

indiferente a las comodidades de la vida moderna. Su vestimehabitual, hiciera calor o fro, se compona de una especie de brtnica llamada chitn o, como mucho, de un trbon, un mantotela que tena por costumbre llevar directamente sobre la pacomodndolo en pliegues sobre el hombro derecho (epdexi).

sandalias o camisetas de lana, ni hablar. Por lo que se refiere aartculos de lujo, no haba nada que consiguiese interesarlo. Unse detuvo ante una tienda de Atenas, y, mirando la mercanexpuesta, exclam asombrado: Mira cuntas cosas necesitanatenienses para mantenerse vivos!

Ocho aos despus del asedio de Potidea, lo encontramcombatiendo contra los beocios. La batalla se muestra prodesfavorable a los atenienses: despus del primer encuentrotropas de Atenas son desbaratadas y puestas en fuga. TambScrates y Alcibades se ven forzados a retirarse.

Yo estaba entre los caballeros y l entre los hoplitas cuenta Alcibades, y aqu admir a Scrates ms que en Potid



pareca caminar, mirando orgullosamente a izquierda y derecRetroceda fijando con calma la vista en amigos y enemigomostrando a todos que, si alguien osaba tocarlo, se defenddenodadamente.

A los cuarenta y siete aos lo llaman nuevamente a las arm

participa en la campaa de Anfpolis: tambin en esta ocacumple con su deber de soldado. Resulta extrao cmo un homque llena todos los requisitos para ser considerado como unviolento, un Gandhi del siglo V, una vez que se encuentra encampo de batalla se revela ptimo combatiente. El caso es

Scrates, frente a su patria y a las autoridades constituidas, ha ssiempre, simultneamente, un revolucionario y una persona observa las leyes. He aqu dos episodios que nos hacomprender cules eran sus convicciones morales.

Un da, Critias, convertido en jefe del gobierno de los Tre

Tiranos, ordena a Scrates y a otros cuatro atenienses prenderSalamina al demcrata Leonte y llevarlo a Atenas, para condenluego a muerte. Por toda respuesta el filsofo se vuelve a su ccomo si no le hubiesen dicho nada, aun a sabiendas de que falta de obediencia habra podido costarle la vida. Suerte par

que, entretanto, Critias muere. Es l mismo quien nos cuentepisodio en la Apologa: Y yo entonces hice ver a los atenienque nada me importaba la muerte, mientras que mucho importaba no cometer injusticia o impiedad contra Leonte.

Otra vez es sorteado como juez y participa en el consejolos Prtanos. Aquel da deben ser juzgados diez estrategas porhaber salvado la vida a algunos marineros atenienses cados al



durante la batalla de las Arginusas. Es claramente un casojusticia sumaria, al no ser posible determinar qu comandante sehecho culpable de omisin de socorro y cul no. El pueblo deseuna condena indiscriminada. Scrates, en cambio, se oponafronta con serenidad las amenazas de los parientes de

nufragos.Por desgracia para Scrates, no hubo serenidad de ju

cuando le toc a l sentarse en el banco de los imputados: acusde impiedad (Acto sacrlego, vilipendio de la religin del Estapor el joven Meleto, fue condenado por sus conciudadano

beber la cicuta. Historia en verdad extraa esta de la impiedmientras en la vida cotidiana los atenienses se mostraban mtolerantes en cuestin de religin, en algunos casos particul

bastaba con expresar la mnima duda sobre la existencia dedioses para encontrarse en dificultades. La verdad es que

Atenas nadie prestaba atencin a la religiosidad de los dems, pcualquier excusa era buena para aniquilar a un adversario poltica uno como Scrates, que con su dialctica inexorable amenazda tras da al poder constituido. Entre los filsofos acusadosimpiedad recordemos a Anaxgoras, Pro tgoras, Digenes

Apolonia y Digoras: todos, excepcin hecha de Scratessalvaron dndose a la fuga. En este momento, sin embargo, en de contar el proceso tal como nos lo han transmitido PlatJenofonte, procuremos revivirlo en directo y pongmonos elugar de dos de los quinientos jueces: un tal Eutmaco y un ciCalin.

Calin, hijo de Filnides, tambin t entre los belicis



Por lo que veo, prefieres juzgar a tu viejo maestro a disfrutarcalor de tu lecho y de la dulce Talesia.

No creo, Eutmaco, ser el nico que esta maana ha vistalba. An el Sol no haba aparecido sobre los montes del Himetla ciudad era ya un hervidero de atenienses sedientos de justi

Piensa que donde yo vivo, en Escam bnida, eran tantos ciudadanos que se encaminaban al agor para asistir al procesoScrates, que ni siquiera se consegua caminar por las calles.visto a muchos comerciantes confiar sus tiendas a los esclavos mfieles y muchos amides (la vasija que es necesario tener en

habitacin) vaciados en la oscuridad desde los pisos superioentre las protestas de los que pasaban. En resumen, haba extraa excitacin en el aire, como si todos fueran a las oscofo(Fiestas en honor de Dionisos. Comenzaban con un cortejonios y nias [no hurfanos] que llevaban ramas de vid cargada

uva, y terminaban con una borrachera general al grito de eleleiu), y no a un proceso.Estamos en febrero del ao 399 antes de Cristo; es an no

cerrada; miles de atenienses se dirigen al agor. Cada ciudadanhace preceder por un esclavo con una antorcha encendida.

aquella poca haca falta poco para obstruir una calle de AtePlutarco narra que las calles eran tan estrechas que, para evcolisiones, cada vez que se sala de casa, se tena la obligacingolpear la puerta para advertir a los transentes.

A medida que pasa el tiempo aumenta la cola de aspirantes a jueces ante las urnas de los sorteos. Los escla

pblicos, que cumplen funciones de guardia urbana, para imped



la multitud de curiosos invadir las zonas reservadas a los elegidtienen extendida ante los accesos la cuerda bermeja, una sroja con pintura an fresca que, manchando al ciudadano, lo ha

privado por un ao del misths ecclesiastics, o sea los derecde asamblea.

La justicia, en los tiempos de Pericles, estaba organizadasiguiente modo: los arcontes, al principio de cada ao, sorteaseis mil atenienses de edad superior a treinta aos y constituaHeliea, es decir el depsito del que, cada vez, habran extradoquinientos jueces de cada proceso. El segundo sorteo, el definit

tena lugar durante la maana misma de la causa, para evitar queimputados pudieran corromper a los jueces. Para efectuar sorteos diarios a la entrada de los tribunales haban sido dispueunas urnas de mrmol, llamadas cleroterion, con hendiduhorizontales, dentro de las cuales cada candidato introducira

tablilla de bronce con sus datos. Estas tablillas eran, de hecverdaderos documentos de identidad: llevaban grabado el nomel patronmico y el demos de proveniencia. Por ejemplo: Calhijo de Filnides, del demos Escambnida Z. Esta ltima lserva para indicar que Calin perteneca a la sexta seccin d

tribu. Una vez introducida la tablilla, un mecanismo interno hrodar, a travs de una serie de conductos, un dado blanco o unegro: segn el dado que sala del cleroterion, el ciudadano admitido o no en el jurado. Por su actuacin, los jueces recibuna ficha de presencia: tres bolos al da, ms o menos el sese

por ciento de la paga de un obrero.El ao pasado dice Eutmaco el Destino me favor



cuatro veces: tres como juez popular y una como juez del Freen un proceso que tuvo lugar en primavera cerca del Fal(Antiguo puerto de Atenas, antes del arcontado de Temstocles)

El Freatt era un tribunal especial que se reuna slo si preciso juzgar a un ateniense ya condenado al exilio. El imputa

no pudiendo contaminar con su cuerpo el suelo de su patria, se vobligado a defenderse desde un barco, a unos metros de la comientras sus jueces se ubicaban en la playa.

Juzgamos a Aurloco, el hijo de Damn explica Eutm. Como yo era amigo del padre, habra hecho lo imposible

salvarle la vida; pero las pruebas en contra eran tales y tantas me vi forzado a pronunciarme por la condena a muerte.

Tambin por Scrates temo que no se pueda hacer nsuspira, sinceramente compungido, Calin. Son demasialos que se sienten estpidos ante l, y nadie es ms vengativo

quien se da cuenta de que es inferior.Si lo condenan a muerte, de nadie tendr que quejarse que de s mismo: Scrates es el individuo ms presuntuoso quenacido en el mundo!

Pero si declara a todos que no sabe nada excl

Calin, que es un ignorante!Y eso es precisamente el colmo de la presuncin!rebate Eutmaco. Es como si dijera a todos los hombres: soy un ignorante, pero t que no sabes que lo eres, eres an mignorante que yo! Pues bien, es natural que si te empeasinsultar a tu prjimo, antes o despus alguno reaccione y te lo h

pagar. E incluso ms. Sabes qu te digo?



Que es de veras extrao que el viejo haya llegado a seteaos sin haber sido exiliado ni una sola vez por ostracismoostracismo era un extrao procedimiento muy en boga en aquetiempos, una especie de eleccin al revs. Cuando un ateniensconvenca de que un conciudadano poda daar de algn modo

polis, slo tena que ir hasta el agor y escribir el nombre deenemigo en una piedra de cermica (stracon) dispuesta paracaso. Apenas la persona sealada totalizaba seis mil denunctena diez das de tiempo para saludar amigos y parientes, despde lo cual era obligado a tomar el camino del exilio. La cond

poda durar de cinco a diez aos, segn el nmero de los haban firmado. La ciudadana no tena que presentar ning

justificacin. Esta prctica haba sido querida por Clstenesverdadero fundador de Atenas, como expediente contra el mitola personalidad. Plutarco la define como una moder

satisfaccin, generada por la envidia. Si hoy estuviera en vivaya uno a saber cuntos polticos, cuntos personajes detelevisin y cuntos campeones deportivos tendran expatriarse! No es aqu el lugar ni el momento de hacer nomb

pero cada lector es libre de redactar su lista personal

indeseables.Se presenta Scrates. Tiene un aspecto sereno: lleva puestacostumbrado trbon y camina apoyndose en un bastn de robl

Ah est ese viejo irreductible exclama Calin. Smiras, parece que, ms que a un proceso por impiedad, se diriun banquete: sonre, se detiene a hablar con los amigos y saludtodos los que ve!



Es el mismo pesado de siempre! protesta Eutmams rabioso que nunca. Entre otras cosas, no se da cuentaque el pueblo lo considera culpable y quisiera verlo asustadsuplicante.

Entretanto, Scrates ha subido al tribunal: se ha puesto

izquierda del arconte-rey y espera con paciencia a que el cancdeclare abierto el proceso.

Heliastas proclama el canciller del tribunal, los diohan elegido vuestros nombres de la urna para que podis absoo condenar a Scrates, hijo de Sofronisco, de la acusacin

impiedad hecha contra l por Meleto, hijo de Meleto.En los tribunales de Atenas no exista la figura del fiscal

estado. La acusacin poda ser llevada a cabo por un ciudadcualquiera que lo haca por su cuenta y riesgo: si el culparesultaba condenado, se llevaba la dcima parte de su patrimo

si en cambio era absuelto, pagaba una multa de mil dracmas.acusador era multado con mil dracmas slo en caso de queobtuviera al menos la quinta parte de los votos a favor deacusacin) Tampoco existan los abogados defensores. imputados, cultos o analfabetos lo mismo daba, deb

defenderse solos y, cuando no se sentan en condiciones hacerlo, tenan la posibilidad, antes del proceso, de convocar aloggrafo, es decir, un letrado de confianza capaz de escribirtexto de defensa que se aprenda de memoria. Excepcionloggrafos fueron Antifonte, Prdico, Demstenes y Lisias.

Tiene la palabra Meleto, hijo de Meleto anunciacanciller, indicando a un joven de pelo rizado y rebuscado en



forma de vestir.Meleto sube a la pequea tribuna reservada a la acusacin

rostro es altanero y doloroso, como es lcito esperar de un potrgico. Quiere dar la impresin de que

no le agrada tener que ensaarse con un viejo como Scra

Jueces de Atenas! comienza a decir el joven, haciegirar lentamente sus ojos para cubrir todo el arco de los jueces tiene frente a s. Yo, Meleto, hijo de Meleto, acuso a Scrade corromper a los jvenes, de no reconocer a los dioses quciudad reconoce, de creer en los dimones y de practicar cu

religiosos extraos a nosotros.Un largo murmullo sale de la multitud: el ataque es sec

preciso. Meleto calla unos instantes para subrayar mejorgravedad de lo que acaba de decir. Despus vuelve a harecalcando cada palabra:

Yo, Meleto, hijo de Meleto, acuso a Scrates inmiscuirse en cosas que no le ataen; de investigar sobre lo hay bajo tierra y lo que hay sobre el cielo y de discurrir con todacerca de todo, intentando siempre hacer aparecer como mejorazn peor. Por estos delitos solicito a los atenienses que se

enve a muerte!En esta ltima frase todos se vuelven hacia Scrates pobservar sus reacciones. El filsofo tiene en el rostro una exprede asombro: ms que un acusado, parece un espectador. Eutmgolpea con el codo a Calin y comenta la situacin, diciendo:

Temo que Scrates no se d cuenta del lo en que semetido. Meleto tiene razn: todos saben que Scrates no ha cre



nunca en los dioses. Se dice que un da dijo: Son las nubes, yZeus, quienes provocan la lluvia; de otro modo, si slo dependde Zeus, veramos llover tambin cuando el cielo est sereno.

A decir verdad objeta Calin, es Aristfanes qu

hace decir estas cosas a Scrates y no Scrates quien las dice.Entretanto, el proceso prosigue su curso y, despus

Meleto, suben a la tribuna otros dos acusadores: Anito y Licn.Me ha contado Apolodoro dice Calin que ayer

la noche Scrates se neg a que Lisias lo ayude.

Le haba escrito un discurso de defensa?S, y parece que se trataba de un discurso extraordinarioLo creo: el hijo de Cfalo es el mejor de todos en Aten

Y cmo es que se neg?No slo se neg, sino que hasta reproch a Lisias

ofrecerse a ayudarlo. Le ha dicho: T con tus triquiuelas verbquerras engaar a los jueces por mi bien. Y cmo pienconseguir lo que es bueno para m, si al mismo tiempo urdes tramcontra las Leyes?

El presuntuoso de siempre!Anito y Licn han acabado en estos momentos

intervencin. El canciller da vuelta a la clepsidra de agua controla el tiempo de las arengas y proclama:

Y ahora tiene la palabra Scrates, hijo de Sofronisco!Scrates echa una mirada en torno, como si quisiera tom

su tiempo, se rasca el cuello, mira al arconte-rey e inmediatame

despus se vuelve a los jueces.



No s qu impresin habis experimentado vosotatenienses, al or las razones de mis acusadores. Lo cierto es quesido tal y tan grande la persuasin de stos que, si no se tratasemi persona, tambin yo creera en sus palabras. El caso es estos ciudadanos no han dicho absolutamente nada que tenga

ver con la verdad. Y ahora me perdonaris si no os hago discurso adornado con bellas frases. Hablar como eacostumbrado a hacerlo, sin ceremonias, pero en compensa

procurar decir siempre lo justo, y vosotros debis fijaros sloesto: si lo que estoy por decir es justo o no!

Hete aqu que ya comienza con sus discursos tortuoexclama Eutmaco, dando seales de impaciencia. Por Zqu antiptico me resulta!

Clmate, Eutmaco! le solicita Calin. Y djame oQuiero contaros dice Scrates un extrao episo

que le ocurri a Querefonte, un queridsimo amigo mo desdjuventud. Un da se march a Belfos y os hacer al orculo extraa pregunta: Hay alguien en el mundo ms sabio Scrates? Y sabis qu respondi Apolo Pi tio? No nadie en el mundo ms sabio que Scrates. Imaginaos mi sorp

cuando Querefonte me relat la respuesta: qu habr quedecir el dios? Yo s que no s ni poco ni mucho, y desdemomento que el dios no puede mentir, me pregunto: qu haescondido bajo el enigma? De ello puede dar testimonio el hermde Querefonte, ya que l ya no se encuentra entre los vivos.

Me gustara saber qu tiene que ver toda esta historiaQuerefonte con la acusacin de impiedadl estalla Eutmaco



hay algo que no soporto en Scrates es justamente ese modo sde tomar las cosas tan de lejos: slo por eso lo condenarmuerte!

Y para comprender el mensaje del dios contScrates con la mayor calma me puse en accin y fui a ver a

de esos que tienen fama de ser sabios. No os dir el nomatenienses: basta con saber que era uno de nuestros polticos

bien, este buen hombre me pareci, s, que tena aire de sabio, pque, en realidad, no lo era en absoluto. Entonces procur hacrentender y l, por esta causa, me cobr odio. Inmediatam

despus fui a ver a algunos poetas: cog sus poesas, o al menosque me parecan mejores, y les pregunt qu queran deCiudadanos..., me da vergenza deciros la verdad... Quien prazonaba, sobre una composicin potica cualquiera,

justamente su autor! Despus de los polticos y los poetas me d

a los artesanos y... a que no adivinis qu descubr? Que elconscientes de ejercer bien su profesin, pensaban que eran sabtambin en otras cosas, incluso ms importantes y difciles. A altura comprend lo que haba querido decir el orculo: Scres el ms sabio de los hombres porque es el nico que sabe que

sabe. Entretanto, sin embargo, me haba atrado el odio depoetas, de los polticos y de los artesanos; y no es casualidad hoy me vea acusado en el tribunal por Meleto que es un poeta, Anito que es un poltico y artesano, y por Licn que es un orado

Lo que has dicho, Scrates, son slo insinuacionesrebate Meleto. Defindete ms bien de la acusacin corromper a los jvenes.



Y cmo piensas, Meleto, que puedo corromper a jvenes?

Dicindoles que el Sol es una piedra y que la Luna hecha de tierra responde Meleto.

Creo que me has confundido con otro: los jvenes pue

leer todo eso cuando lo deseen, comprndose por una dracmalibros de Anaxgoras de Clazomene en cada esquina del agor.

T no crees en los dioses! grita Meleto, ponindosepie y amenazndolo con el dedo ndice. T crees slo enDimonesl

Y quines seran stos? pregunta Scrates sin perdecompostura. Hijos malvados de los dioses? As pues, afirmque no creo en los dioses, sino slo en la existencia de los hijolos dioses. Es como decir que creo en los hijos de los cabal

pero no en los caballos.

Una carcajada del pblico cubre durante unos instantes la de Scrates. El filsofo espera que el auditorio preste de nuatencin, luego de lo cual se vuelve al segundo acusador.

Y t, Anito, que solicitas mi muerte, por qu no has traaqu, ante los jueces, a todos esos jvenes a los que yo ha

llevado a la perdicin? Para salirte al paso, yo mismo habra podindicrtelos. Hoy muchos de ellos se han hecho viejos y podtestimoniar contra m, confirmando que los he corrompido. Hall, mirndonos: aqul es Critn, con su hijo Critbulo, y luego Lisanias de Sfecto, con su hijo Esquines, y tambin AntifonteCefisia, Nicostrato, Paralio, Adimanto con su hermano Platnveo tambin a Ayantadoro con su hermano Apolodoro. Tal v



Anito, podra apaciguarte si prometiera marchar al exilio yhacerme ver ms por aqu. Pero creme: obedecera slo phacerte un favor, dado que en verdad estoy convencido de que daara mucho a los atenienses. En cambio, no dejar estimularos, de persuadiros, de reprocharos uno por uno, de

daros tregua todo el da, donde sea que os hallis, como un tbque pica los flancos de una yegua de buena raza que quiere dorm

porque eso es lo que me pide el dios Apolo. Ciudadanos, la yede la que estoy hablando es Atenas, y si me condenis a muerteencontraris tan fcilmente otro tbano que pueda mante

despierta vuestra conciencia. Ahora, basta: las razones que podeciros ya las he dicho. En este momento debera hacer entraramigos, los parientes y mis hijos ms pequeos para invocar vue

piedad, segn es costumbre de muchos. Yo tambin tengo famtengo tres hijos, pero no os los muestro porque est en juego

reputacin y la vuestra. El juez no debe indultar a quienconmueve, sino que debe slo hacer caso a las Leyes.Cae la ltima gota de agua de la clepsidra. Scrates

terminado su discurso y retrocede para ir a sentarse en un escde madera colocado a sus espaldas. Sus amigos ms queridos,

un tmido aplauso, intentan provocar el acuerdo del pblico, pertentativa cae en medio del desinters general. Dan comienzovotaciones.

No tengo ninguna duda: es culpable! sentencia Eutmponindose de pie. Y aunque no lo fuese, lo condenigualmente. Sus discursos, su continuo poner en duda convicciones de los dems, no es til a la polis. Scrates difu



inseguridad: es un derrotista. Cuanto antes muera, mejor ptodos!

Yo en tu lugar no estara tan seguro rebate Calin ardor. Una ciudad que se respete debe tener siempre alguien la vigile, y Scrates es el nico en condiciones de hacerlo

imparcial, no es un poltico, y sobre todo es pobre. Aunque fuculpable, no ha obrado con toda seguridad para favorecerse.

Y t, Calin, piensas que la pobreza es un buen ejempara los jvenes? Quieres que nuestros hijos crezcan comoRecorriendo de arriba abajo el agor preguntndose continuam

unos a otros: Qu es el bien? Qu es el mal? Qu es lo juQu es lo injusto?

Eutmaco, sin esperar la respuesta, se levanta de golpe y el psphos en la mano, el guijarro negro para la condena a muese encamina hacia las urnas. Mientras pasa entre los esca

procura influir tambin en los otros jueces.Basta de Scrates! Saqumoslo de en medio de unapor todas! Sostiene ser un tbano que pica a Atenas. Muy bientomo la palabra: qu caballo no intenta liberarse de sus tbanqu caballo no lo aplastara, si tuviese manos?

Calin an vacila: interroga a sus vecinos para comprencal es la opinin de la mayora. Al parecer, el jurado se ha dividen dos partidos casi iguales: los que odian a Scrates y los sostienen que es el mejor hombre del mundo. Cada uno, mienespera su turno ante las urnas, defiende la propia tesis. Entretalos que ya han votado se acomodan como pueden en los esca

para tomar un bocado. Abren el cesto de las viandas y extraen



l sardinas, aceitunas y galletas de maza. (Harina de cebaAntifonte, despus de haber pedido permiso al presidente deOnce, (Colegio de Magistrados, a cuyo cargo estaban

prisiones) lleva a Scrates una bandeja con higos y nueces. procesos en Atenas duraban todo el da y los jueces ten

prohibido alejarse del tribunal. Al atardecer, de una manera u otenan que emitir un veredicto: no exista la figura jurdica acusado en espera de sentencia.

Pero he aqu que finalmente se escrutan las urnas.Ciudadanos de Atenas! proclama con solemnidad

canciller. sta es la sentencia emitida por los Heliastas: voblancos, 220; votos negros, 280. Scrates, hijo de Sofroniscocondenado a muerte!

Un oh de turbacin se eleva de entre el pueblo apidetrs de las barandillas. Critn oculta el rostro entre las manos

canciller, despus de una breve pausa, retoma la palabra:Y ahora, segn la ley de Atenas, pedimos al condenque proponga l mismo una pena alternativa.

Scrates vuelve a ponerse de pie, mira alrededor y abrebrazos en seal de desconsuelo.

Una pena alternativa? Y qu he hecho para merecer pena? Durante toda la vida he descuidado mis intereses personami familia y mi casa. Nunca he aspirado a mandos militares nhonores pblicos. No he participado en conjuras ni en otras formde sedicin. Qu penas corresponden a quien ha hecho esto?quisiera equivocarme, pero creo tener derecho slo a un premiode ser alojado y mantenido en el Pritaneo (Edificio sagrado do



se mantena, a costas del Estado, a los ciudadanos que habconquistado el laurel olmpico) a expensas del Estado.

Un coro de protestas cubre estas ltimas palabras. La absusolicitud del filsofo, para muchos jueces, suena como tomadura de pelo o una verdadera provocacin. Scrates mism

da cuenta de que ha exagerado. Vuelve a tomar la palabrprocura apaciguar al auditorio:

De acuerdo, de acuerdo, mis queridos conciudadanos:hago cargo de que me habis entendido mal. Algunos han tommi sentido de la justicia por un acto de arrogancia. Pero decid

con franqueza: qu podra haber propuesto como pena? crcel? El exilio? Una multa en dinero? Y qu multa po

pagar yo, que nunca he enseado por dinero? Como mucho, esten condiciones de ofrecer una mina de plata.

La protesta se hace ms rabiosa. Una mina de plata es p

ms que nada como alternativa a una sentencia de muerte. Parcomo si Scrates estuviera haciendo lo imposible por condenado.

Est bien suspira Scrates, sealando a Critn y aotros discpulos. Aqu estn mis amigos que insisten para que

multe a m mismo por treinta minas. Ellos mismos, segn pareceofrecen como garantes.Comienza as la segunda votacin: condena a muerte o m

por treinta minas. Lamentablemente, la primera pena propupor el filsofo (la de ser alojado y mantenido en el Pritaneexpensas del estado) ha irritado de tal modo a los jueces, muchos de los que en un primer momento se haban puesto d



parte, ahora se le ponen en contra. Esta vez los guijarros de la unegra son mucho ms numerosos: 360 contra 140.

Ciudadanos atenienses concluye ya Scrates, teque hayis asumido una gran responsabilidad ante la polis. viejo: bastaba con esperar y la muerte habra llegado por s mis

de modo natural. Actuando as no tenis ni siquiera la seguridadhaberme castigado. Sabis por ventura qu es morir? Cseguridad, una de estas dos cosas: o un caer en la nadatransmigrar a otra parte. En la primera hiptesis, creedme, la mu

podra ser una gran ventaja: no ms dolores, no ms sufrimien

en el segundo caso, en cambio, tendra la suerte de encontracon muchsimos personajes excepcionales. Cunto pagara cuno de vosotros por hablar cara a cara con Orfeo, con Museo, Homero o con Hesodo? O con Palamedes y con Ayax Telamn, que murieron ambos por haber sido tratados de man

injusta? (Palamedes fue acusado de hurto y lapidado, por culpaaquel hijo de buena madre de Ulises que haba escondido entienda el oro de Pramo. Ayax, hijo de Telamn, se suicid haber sido privado injustamente de las armas de Aquiles), Perollegado la hora de partir: yo a morir y vosotros a vivir. Quin

nosotros ha tenido mejor destino es oscuro para todos, fuera dedioses.Por qu fue condenado a muerte Scrates? A 2.400 aos

distancia todava hay quien se hace esta pregunta. Los hombpara vivir, tienen necesidad de certezas, y cuando stas no exishay siempre alguien que se las inventa por el bien comIdelogos, profetas, astrlogos, unos de buena fe, otros slo



inters, sacan a la luz continuamente verdades con que aliviarangustias de la sociedad. Si entonces llega un hombre a sosteque no hay nadie que verdaderamente sepa algo, entonces hombre se convierte sbitamente en el enemigo pblico nmero de los polticos y de los sacerdotes. Ese hombre debe morir!

Platn ha dedicado al proceso y muerte de Scrates cudilogos:

el Eutifrn, donde vemos al filsofo, an en liberdirigirse al tribunal para conocer las acusaciones de que lo ha heobjeto Meleto;

la Apologa, con la descripcin del proceso;el Critn, con la visita en la crcel de su amigo ms querel Fedn, con los ltimos instantes de su vida y su discu

sobre la inmortalidad del alma.Son obras que los editores publican una y otra vez sin ce

incluso reunindolas en un solo volumen, y nosotros aconsejamsu lectura a todos los que quieran conocer ms a fondo el cary las ideas del gran filsofo.

Scrates no fue ajusticiado inmediatamente despus proceso. Justamente en esos das haba partido la embajad

Dlos, y la tradicin quera que durante el viaje de la Nave Sagrse prohibieran las ejecuciones capitales. (Cuando Teseo pahacia Creta con las siete parejas de vrgenes y nios para ofreceMinotauro, los atenienses hicieron una promesa: si las vctimasalvaban, enviaran a Delos, cada ao, una embajada en honordios Apolo y en Atenas, durante todo el viaje de la nave, nasera ejecutado por orden del Estado) Despus de unos veinte



lo encontramos an en la crcel con su paisano y coetneo CritEs el alba: Scrates duerme an y Critn se sienta a su lado

silencio. En un momento dado el filsofo se despierta de golpe; vsu amigo y le pregunta:

Qu haces aqu, Critn, a esta hora? No es demasi

pronto para las visitas?S, es temprano: es apenas el alba.Y cmo has hecho para entrar?He dado una propina al servidor de los Once.Y ests aqu hace mucho?

As es.Y por qu no me has despertado en seguida?Porque dormas tan tranquilo, que me daba lst

despertarte responde Critn. Me pregunto cmo pueencontrar tanta serenidad en medio de semejante desventura!

Extrao sera lo contrario, Critn responde Scrsonriendo. Piensa qu ridculo sera si, a mi edad, sintamargura por tener que morir.

Critn, en el dilogo que lleva su nombre, se compaproximadamente como el doctor Watson con Sherlock Holme

maestro habla y l lo interrumpe slo para decir Dices la verdScrates, o Eso es, Scrates. En compensacin, el filsofo timucho ms tacto que su colega ingls: no humilla jams a su amcon un despiadado Elemental, Critn!. Al final advertimos qudilogo no es sino un monlogo de Scrates.

Por qu has venido tan temprano, mi buen Critn?Estoy aqu, Scrates, para traerte una noticia dolorosa



responde Critn con tono desesperado. Algunos amigos me contado que la Nave de Dlos acaba de doblar el cabo SunHoy, o como mximo maana, tendra que llegar a Atenas.

Y qu tiene de extrao? Antes o despus tena que llereplica Scrates. Quiere decir que as les ha parecido bie

los dioses.No hables de este modo: djate convencer y salva tu v

Ya me he puesto de acuerdo con los carceleros: ni siquiera piden mucho dinero para dejarte huir. Y, de todos modos, se hofrecido a financiar tu fuga tambin Simias de Tebas, Cebe

muchos otros. Por favor, que el da de maana nadie pueda deCritn, por no gastar su dinero, no ayud a Scrates a huir.

Estoy listo para emprender la fuga: pero primero quisque decidiramos juntos si es justo que intente salir de la ccontra la voluntad de los atenienses. Pues si es justo, lo haremo

si es injusto, nos abstendremos de hacerlo.Dices bien, Scrates.No crees, Critn, que en la vida no debemos com

injusticia por ninguna razn?Por ninguna.

Ni siquiera si antes se ha cometido injusticia?Ni siquiera en este caso.Y supongamos que justamente en el momento en

estuviera por escapar, nos salieran al encuentro las Leyes y preguntaran: Dinos, Scrates, qu intentas hacer? No medacaso destruirnos, a nosotras, que somos las Leyes, y con nosoa toda la ciudad? En tal caso, qu podramos responder a est



otras palabras semejantes? Responderamos tal vez que antesla fuga nos fue infligida una condena injusta?

Claro, responderamos eso.Y si las Leyes me dijeran: Entrate, Scrates, de que

necesario obedecer a todas las sentencias, sean stas justa

injustas, ya que toda la existencia del hombre est regulada porLeyes. No fuimos acaso nosotras quienes te dimos la vida? Yha sido gracias a nosotras que tu padre se cas con tu madre engendr? Y no fuimos tambin nosotras quienes te enseamorespetar a la patria y a no retroceder ante el enemigo? Si

fueran las preguntas, qu podramos responder: que dicenverdad o que son falsas?

Que dicen la verdad.Y pese a eso, t querras que yo, despus de habe

disfrazado de modo grotesco con un gabn, tal vez con vestido

mujer, me escapara de Atenas, para ir a Tesalia, donde hombres estn habituados a vivir en medio del desorden ydesenfreno, y todo para prolongar unos ai tos una vida quetoca a su fin. Y qu razonamientos podra yo hacer an sobrvirtud y la justicia despus de haber quebrantado las Leyes?

Ninguno, a decir verdad.Como ves, mi buen amigo, no me es en absoluto poshuir; pero si ests convencido de poder persuadirme an, habla escuchar con la mayor atencin.

Oh, Scrates, no tengo nada que decir!Entonces, resgnate, Critn, ya que ste es el sendero po

que nos conducen los dioses.



El da siguiente es el de la ejecucin. Los amigos se dan ante la puerta de la crcel y esperan con impaciencia qu

presidente de los Once los haga entrar. Estn casi todos: elApolodoro, el omnipresente Critn con su hijo Critbulo, el joFedn, Antstenes el cnico, Hermgenes el pobre,(Hermgenes

conocido como el pobre, porque, adems de serlo, era tambihermano de Calias, el hombre ms rico de Atenas) EpgenMenexeno, Ctesipo y Esquines, el hijo del vendedor de salchicAlgunos han venido de lejos, como los tebanos Simias y Cebecomo Terpsin y Euclides, que son de Megara. Entre los discpu

ms conocidos faltan Aristipo, Cleombrotes y sobre todo Plaquien, al parecer, justo ese da tena fiebre.

Cuando los discpulos entran en la celda, encuentranmaestro en compaa de Jantipa y de su hijo pequeo. Al ver arecin llegados la mujer se pone a gritar desesperadamente.

Oh, Scrates, sta es la ltima vez en que tus amigohablarn y t a ellos!Ante lo cual el filsofo se dirige a Critn, dicindole:

Que alguien la acompae a casa, por favor.Pero mueres inocente! protesta Jantipa, mientras s

llevan a rastras de la celda.Y qu queras? responde Scrates, que murculpable?

Entretanto, uno de los carceleros se ha ocupado de sacacadena que rodea el tobillo del prisionero.

Qu cosa extraa son el placer y el dolor! Scrates, masajendose el tobillo dolorido. Parece que cada



siga siempre a su contrario y que ambos no quieran encontrnunca en la misma persona. Mientras antes, bajo el peso decadena, en mi pierna slo haba dolor, ya siento, despus dellegar el placer. Si Esopo hubiera reflexionado sobre esta relacentre dolor y placer, seguramente habra escrito una bella fbul

respecto.Despus, la conversacin recae en el tema de la muerte y

ms all. Scrates hace alusin a algo que podra parecersInfierno y al Paraso.

Pienso que a los muertos les est reservado un futuro

dice textualmente el maestro, y que este futuro es mejor parabuenos que para los malos.

Comienza as la discusin sobre la inmortalidad del almatebano Simias, asemejando el cuerpo a un instrumento musical alma a la armona que nace de dicho instrumento, sostiene que

vez rota la lira (el cuerpo) muere con ella tambin la armonadecir el alma). Cebes no est de acuerdo y formula la hiptesila reencarnacin.

El alma es como un hombre que en la vida ha usmuchos abrigos. Todos los abrigos, o sea todas

reencarnaciones, sern menos longevos que su propietario, excepcin del ltimo, que vivir ms que ste.En otras palabras, segn Cebes, cuando uno muere, po

tener la desgracia de haber llegado al ltimo turno y de concluieste modo su vida. Scrates es de parecer contrario, y sostientesis de la inmortalidad del alma. Todos se acaloran hasta tal puque Critn se ve obligado a intervenir para reconvenir al maestro



El carcelero, Scrates, te recomienda hablar lo meposible. Afirma que, si te acaloras demasiado, el veneno no hmucho efecto en tu cuerpo y se ver forzado a hacerte bebe

pocin dos o acaso hasta tres veces.Entonces dile que prepare dos o tres pociones, pero ah

por favor, que nos deje hablar.Tras lo cual se vuelve a los discpulos y vuelve a discutir so

el alma.Slo los malvados pueden desear que despus de la mu

no haya nada, y es lgico que piensen as, porque es lo que

interesa. Yo, en cambio, estoy seguro de que vagarn angustiapor el Trtaro y que slo quien ha transcurrido la vida de mhonesto y con templanza ser admitido a ver la Verdadera Tierr

Qu quieres decir, Scrates, con la expresin VerdadTierra? pregunta Simias, un tanto perplejo.

Estoy persuadido responde Scrates de que la Ties esfrica. No tiene necesidad de apoyo para permanecer doest, porque, encontrndose en el centro del Universo, no tendnde caer. Adems, estoy convencido de que es mucho ms vde lo que parece y que nosotros, conociendo (De la extremi

oriental del Mar Negro al estrcho de Gibraltar) slo la parte quedel Fasis a las columnas de Hrcules, somos como hormigaranas que viven alrededor de un pequeo estanque. Los hombestn convencidos de que habitan la parte ms elevada de la Tie

pero en cambio se encuentran en una cavidad de la misma, mismo modo que quien, viviendo en un abismo marino, confundsuperficie del mar por la cpula celeste. Se dice que la Verdad



Tierra tiene el aspecto de una bola de cuero formada por dunidades (Dodecaedro constituido por doce pentgon

prcticamente una esfera. Tal como la describe Scrates, esta bdeba ser semejante a nuestras pelotas de ftbol) y queiridiscente y taraceada con diversos colores. En algunas partes ti

el esplendor del oro y en otras es ms blanca que la nieve, en uterceras es argntea o prpura. Sus mismas cavidades, vistas deel exterior, por estar llenas de agua o de aire, brillan en iridiscente variedad de colores. Del mismo modo tambin rboles, las frutas, las flores, las rocas y las montaas de

Verdadera Tierra son tan pulidos y transparentes que, comparacin con ellos, resultan opacas esas pequeas piedras aqu tienen tanto valor. En aquel lugar, hombres felices habitanlas riberas del aire as como nosotros, aqu abajo, vivimos enriberas del mar.

Quin dice esto? pregunta con sensatez Simias.Scrates ignora la interrupcin y prosigue:Inversamente, en la profundidad de la Tierra est ese g

abismo que Homero y muchos otros poetas han denominTrtaro. Aqu confluyen todos los ros y de aqu vuelven a f

todos ellos. De stos hay que recordar cuatro: el ro Ocano, corre alrededor de la Tierra; el Aqueronte, que gira en sentcontrario y termina en una laguna llamada Aquerusada;Piriflegetonte que, siendo de fuego, en cuanto encuentra una salirrumpe de la Tierra en forma de lava; y por ltimo, el cuarto roCocito, que, girando en espirales, se hunde en las visceras dTierra y se arroja, a su vez, en el Trtaro. Aqu, en la lag



Aquerusada, son llevadas las almas de los que se han manchcon graves culpas. Algunas de ellas, por haber actuado enmomento de clera, despus de un perodo ms o menos la

podrn volver a la superficie; otras, en cambio, por la gravedadsus crmenes se encuentran condenadas por toda la eternidad. E

es pues la suerte que corresponde a las almas de los vivos: desdichados en el Trtaro y los puros en la Verdadera Tierra. aqu por qu conviene adquirir en la vida virtud y sabidura cofilosofa; pues bello es el premio y grande la esperanza.

Crees de veras lo que has dicho, Scrates? vuelve

carga Simias.Tal vez no es propio de un hombre sensato creer en e

pero en compensacin procura un gran bienestar interior...Precisamente en este momento aparece un esclavo en

umbral: tiene en sus manos un recipiente de mrmol con la ci

por moler.El destino me llama dice Scrates ponindose en pie.Tienes alguna orden que darnos? murmura Cri

intentando ocultar su desesperacin. Cmo quieres quesepulten?

Como mejor os parezca, siempre que consigis atrapay no me escape de vuestras manos responde riendo ScratesPero, a fin de cuentas, mi buen Critn, cmo puedo convencde que Scrates soy slo yo, el que ahora est conversacontigo, y no ese que dentro de poco vers convertido en caden este camastro?

El tiempo apremia. Se hace entrar para los ltimos saludo



Jantipa, Mirto y los tres nios. Scrates los abraza afectuosamy despus los invita a salir. Apolodoro no consigue ya retener lgrimas. Entra de nuevo el enviado de los Once.

Oh, Scrates dice el carcelero, ciertamente no tenquejas de ti, como me ha ocurrido con otros que, antes de mo

han injuriado a Atenas y me han maldecido con toda su alDurante tu reclusin he tenido posibilidad de conocerte y pumuy bien decir que eres la persona ms buena y ms bondadosatodas las que han pasado por este lugar.

Apenas pronunciadas estas palabras, el mozo de los O

estalla en llanto y sale de la celda. Scrates se encuentra aincmodo: ya no sabe qu decir; despus, para romper el climaconmocin que se ha creado, se dirige a Critn y lo invita a haga entrar al esclavo con la cicuta.

Por qu tanta prisa, querido amigo? El sol todava no

ha puesto protesta Critn. S de condenados que esperado el ltimo rayo para beber el veneno y de otros que se decidido a dar el paso extremo slo despus de haber comhasta saciarse y haber hecho el amor con una mujer elegida parocasin.

Es natural que nos comportemos as, cuando consideramventajoso retardar el momento de la muerte rebate ScratesPero es natural que yo haga exactamente lo contrario, ya manifestando un excesivo apego a la vida, resultara patticdesmentira en un solo instante todo lo que siempre he predicado

Entra el hombre con la taza de veneno.Buen hombre dice Scrates, t que entiendes de e



cosas, qu hay que hacer en tales circunstancias?Nada ms que beber y caminar arriba y abajo po

habitacin responde el esclavo. Despus, cuando empiecesentir que las piernas te flaquean, tindete en el camastro y vque la pcima acta por s sola.

Crees que con una bebida de tal clase se pueda hacebrindis a algn dios? pregunta Scrates.

De eso nosotros no nos ocupamos: nos limitamos a moledosis suficiente.

Diciendo esto, el esclavo entrega el veneno a Scrates, qu

sin vacilacin alguna, lo apura de un trago. Un gesto imprevidefinitivo, que sobrecoge a todos los presentes, incluso a los hasta ese momento haban conseguido contener las lgrimCritn, desesperado, se levanta y sale de la celda. Apolodoro, ya de antes tena las mejillas surcadas por el llanto, se pon

sollozar desesperadamente. Fedn llora con el rostro entre manos.El pobre Scrates no sabe qu hacer: va de uno a o

intentando ofrecer algn consuelo a todos. Corre tras Critn yhace volver a la celda, acaricia los cabellos de Apolodoro, abraz

Fedn y enjuga las lgrimas de Esquines.Pero... qu es esto? Qu os pasa? protesta Scraentre un gesto de consuelo y el siguiente. He hecho salir a Jan

precisamente para evitar este tipo de escenas que me disgusjams me habra imaginado que os ibais a comportar peor. valientes y conservad la serenidad, amigos, como conviene afilsofos y a los hombres justos.



Ante estas palabras, los discpulos se sienten aavergonzados de haberse dejado llevar por sus emocioneScrates aprovecha para pasear arriba y abajo por la celda, cole haba aconsejado el esclavo. Despus de unos minutos, sintielas piernas cada vez ms pesadas, se tiende en el camastro y esp

con calma el fin. El esclavo le aprieta con fuerza una pierna ypregunta si advierte la presin de la mano. Scrates responde no: el veneno est haciendo su efecto. En estos momentos, tambel vientre ha perdido toda sensibilidad.

Recuerda, Critn, que debemos un gallo a Esculapio

susurra Scrates. Devulveselo de mi parte, no te olvides.Lo har lo tranquiliza Critn. Deseas algo m

Tienes algo ms que decirme?Pero Scrates ya no responde.Das despus, los atenienses se arrepienten de ha

condenado a Scrates: cierran en seal de duelo los gimnasios,teatros y las palestras, destierran a Anito y Licn y condenamuerte a Meleto.

La vida de Scrates fue absolutamente coherente conpensamiento. De hecho, no hizo ms que buscar la verdad en c

persona con la que logr entrar en contacto: rastre a los hombcomo un perro de caza, los detuvo en las esquinas de las calles,atorment a preguntas y los oblig a mirar en su interior, en lo m

profundo de su espritu. Con todo el respeto por la estatura mdel filsofo, estoy convencido de que muchos en Atenas debenhaberlo evitado como la peste. Apenas su figura regordeta apare

bajo la Puerta Sagrada, deba de producirse un desbande gene



al grito de: Oilloco, oilloco, fuitavenne!(La expresin nogriega, sino napolitana, y significa Ah est ah est, huid!

Platn, en el Laques, relata que todo aquel a quien Scrse aproximaba y comenzaba a hablar con l, cualquiera fuestema de la conversacin, no poda ya marchar sin antes haber d

cuenta de s y Digenes Laercio agrega que muchas veces interlocutores, para poder librarse de l, la emprendan a golpe

puo y le arrancaban los cabellos.Con toda probabilidad, de joven haba empezado tambin

estudiar la naturaleza y las estrellas, tal como acostumbraban h

todos aquellos que se ocupaban de filosofa; luego, un buen advirti que la fsica no le importaba en absoluto y concenentonces toda su atencin en el problema del conocimiento y dtica. A quien le propona un viaje con fines instructivos, o tal incluso una excursin al campo, le responda con una son

Pero qu pueden ensearme a m los rboles y el campo, cuala ciudad pone a mi disposicin todos los hombres que quiertodos ellos tan instructivos?

Para sintetizar al mximo el pensamiento de Scratespresentamos a continuacin tres temas socrticos: la mayutica

universal y el dimon*(En el original italiano dmone. He prefetrasliterar el griego dimon en vez de traducir por demonio, pevitar confusiones al lector sobre las divinidades griegas y socrticas en particular)

La mayutica. Cuando Scrates dice s que no s, no nila existencia de la verdad (como haban hecho los sofistas), que invita a su bsqueda. Es como si dijera: Guagli,**(expre



amistosa napolitana, ms o menos equivalente a muchachchavales) la verdad existe, aunque yo no la conozco; pero, cono puedo creer que uno que la ha conocido no la tomeconsideracin, pienso que es indispensable alcanzar "conocimiento". Slo as, en efecto, podremos saber con seguri

de qu parte est el Bien.Procuremos ahora describir la mente humana como se la d

de haber imaginado Scrates: en el medio, un enorme montnmaleza y debajo de l, bien escondida, la verdad, es decir la jvaloracin de los comportamientos, el sentido de las cosas. Q

hacer, se pregunta Scrates, para llegar al conocimiento? Atodo, liberarse de la maleza y despus extraer la verdad. Par

primera fase, que podramos llamar operacin limpieza o pdestruens para los amantes del latn, Scrates se vale de la iroLa palabra viene del griego y quiere decir interrogar disimulan

(de eromai, interrogar y eironuomai, disimular). Nadie supermaestra de Scrates en este arte. Manifestando la ms absoignorancia y candidez, finge siempre querer aprender deinterlocutor: le solicita continuas precisiones y por fin lo pone frea sus propias contradicciones. La maleza de la que hablbam

antes es, efectivamente, el conjunto de los prejuicios, de los faideales y de las supersticiones que ocupan nuestra mente. Una liberado el campo de estas escorias, es preciso sacar a la luverdadero conocimiento, y es aqu donde interviene la mayuticsea el arte de hacer parir a las mentes. Scrates, en el Teetacordndose de su madre, nos da una descripcin: Mi trabajo

partero se asemeja en todo al de las comadronas, slo que e



actan sobre las mujeres y yo sobre los hombres, ellas sobrecuerpos y yo sobre las almas. Scrates no se presenta codepositario de una verdad suya; a lo sumo ayuda a los otro

buscarla en s mismos, ya que dice l soy estril de sabiduy por eso el dios (Apolo) me oblig a ejercer de part

prohibindome al mismo tiempo engendrar.Resulta claro, que, para ejercer la mayutica, Scr

necesita el dilogo, es decir improvisar su discurso segn estmulos que le ofrece su interlocutor. Ningn escrito, dice

podra tener una eficacia comparable, incluso porque no sabie

nada, qu habra podido escribir? Scrates, por otra padesconfiaba profundamente de la escritura, como resulta defbula que Platn le hace narrar en el Fedro.

Haba una vez un dios egipcio que se llamaba Theuth. Fuinventor de los nmeros, de la geometra, de la astronoma,

juego de los dados y de la escritura. Un da, Theuth se preseante Thamus, el rey del Alto Egipto, y le mostr todos sus invenCuando llegaron al alfabeto, Theuth dijo: "Esta ciencia ser medicina milagrosa para la sabidura y para la memoria de sbditos." Y el rey respondi: "Oh ingenioso Theuth, tu alfab

producir exactamente lo contrario de lo que me dices. egipcios, en efecto, confindose de la sabidura escrita, yaejercitarn su memoria y evocarn las cosas a su mente, nodesde el interior de s mismos, como deberan, sino desdexterior, a travs de signos extraos."

Fedro, cuando se da cuenta de que Scrates se ha inventla fbula de cabo a rabo, protesta vivamente y el filsofo



responde: A vosotros, los jvenes, lo nico que os importasaber si he relatado una ancdota verdadera o falsa y no tomiconsideracin el hecho de que contenga la verdad que buscamLuego de lo cual aade: La escritura es semejante a la pinturacomo las figuras pintadas no hablan cuando las interrogas,

mismo modo las palabras escritas no saben responder sino siemdel mismo modo, el elegido por el autor cuando ha escrito el libr

Siempre he sospechado que Scrates, como Jess por parte, no saba leer ni escribir. El hecho de que Digenes Laediga que escribi una fbula del tipo de las de Esopo no signi

absolutamente nada: podra haberla dictado a un escriba. A quobjeta que un hombre inteligente como Scrates no poda no haaprendido a escribir, le respondo que an hoy hay millones

personas inteligentsimas que no han aprendido todava a usacomputadora, pese a que no se requiere ms de una semana p

ponerse al corriente del proceso de textos. La verdad es que aquellos tiempos eran muy pocos los que saban leer y escrPlutarco cuenta que un ateniense, siendo analfabeto, para grabanombre de Arstides en los straka, se dirigi precisamente a lla pregunta de Arstides sobre si conoca al hombre al que qu

mandar al exilio, el ciudadano respondi que no lo conoca, pque ya estaba harto de or decir a todos que era un hombre juante lo cual Arstides escribi su nombre en las listas y no agrnada ms.

Lo universal. En los dilogos platnicos, Scrates acostumsolicitar a sus interlocutores la definicin de un valor moral, y regla general ellos responden citando un ejemplo particular. A



esto, Scrates se muestra insatisfecho e insiste para obtener definicin ms universal.

[4]

scrates: Sabras decirme, Menn, qu es la Virtud?

MenN: Hace falta muy poco para decirlo! La Virtud hombre reside en ser capaz de desarrollar bien una activi

poltica, en ayudar a ios amigos y en hacer dao a los enemigosVirtud de la mujer consiste, en cambio, en saber administrar la cy ser fiel al marido. Despus est la Virtud del nio, la del ancia

la...scrates: Mira qu suerte esta maana! Buscaba yo

Virtud sola y me he encontrado con un enjambre... A propsitoenjambre, Menn, a tu parecer, existen muchos tipos de abejas

MENN: Muchos, ciertamente, y cada tipo difiere del

en tamao, belleza y color.scrates: Y entre todas estas diferencias hay algo que te hdecir: Oh, ah hay una abeja!?

menn: S, el hecho de que, en cuanto abeja, no es mdistinta de las otras abejas. (Hasta aqu el Menn, El seguejemplo, el de la bondad lo ha agregado el autor para ilustrar mel concepto de universal).

scrates: As pues, eres capaz de reconocer una abprescindiendo del tipo al que pertenece. Y si te preguntara qula Bondad?

menn: Te respondera que significa ayudar al prjimo y

dinero a un amigo que no lo tiene.



S CRATES: Mientras que si ayudas a uno que no es amtuyo no es un acto de bondad.

MenN: No, seor; incluso si ayudo a uno que no esamigo, se trata de una buena accin.

SCRATES: Y si al dar dinero a un amigo supieras que

valdr de l para cometer una mala accin, sera an una buaccin, la tuya?

MENN: No, en ese caso, ciertamente no.SCRATES: Recapitulemos entonces: dar dinero a un am

podra ser y no ser una buena accin, mientras podra ser

buena accin dar dinero a uno que no es un amigo.En este punto, Menn se da por vencido y Scrates

apisonadora, prosigue impertrrito demostrndole que todas buenas acciones posibles e imaginables tienen algo en comn y slo este algo en comn, esta esencia, es la Bondad. Se llega

al concepto de universal que preludia el mundo de las ideasPlatn. Nos queda la duda de que Scrates no haya dicho nadatodo esto, y que haya sido Platn quien se sirvi de l pintroducir la ms conocida de sus teoras.

El dimon. Un da, ocurri un hecho muy extrao: ramo

grupo de amigos y regresbamos a Atenas despus de hacomido en casa de Andcides. Con nosotros estaban Scratesflautista Carilo, el adivino Eutifrn, Cebes y algunos jveatenienses. El humor de la tropa era alegre, como sucede a mencuando uno ha dejado de beber hace slo unos instantes: los m

jvenes cantaban en coro y Scrates se burlaba de Eutifrn porartes adivinatorias. Y he aqu que de repente vemos a nue



maestro detenerse, permanecer un momento absorto y despcambiar de camino: en vez de seguir por la calle de los Hermoglicomo habra debido hacer para llegar al agor, dobl por la cde los Carroceros. A quien le pregunt el porqu de tal decisinrespondi que as se lo haba aconsejado el di mon.

jvenes rieron ante esta salida y siguieron por la calle de Hermoglifos, junto con el flautista Carilo, mientras que nosotrosmayores, por no dejarlo solo, seguimos a Scrates por la callelos Carroceros. Los que continuaron por el camino ms codespus de un centenar de metros se encontraron a bocajarro

una piara de cerdas que vena en sentido contrario. La piara eranumerosa y compacta que muchos de ellos se vieron forzadovolver sobre sus pasos. El flautista Carilo, que se obstin en camen pasar por all, lleg al agor con las piernas y los vestidos tosucios de barro.

Esta historia se encuentra en un escrito de Plutarco que lljustamente el ttulo de El dimon de Scrates. El personaje qurelata es el adivino Teocrito.

Cul era, segn vosotros, la verdadera naturaleza dimon de Scrates? responde uno de los presentes. Uno

Megara me ha referido que se trataba de un simple estornusegn Scrates senta que un estornudo provena de la derechde la izquierda, de adelante o de atrs, tomaba una u otra decisPor lo que hace a los estornudos mismos, todo dependa de cule venan las ganas, si en movimiento o en estado de reposo: e

primer caso se detena, y en el segundo prosegua en lo que estpor hacer. Esto es lo que me han explicado, aunque, en verdad



creo en absoluto que un hombre como Scrates pueda habdejado guiar por semejantes tonteras.

Aparte de las habladuras que narra Plutarco, el misScrates, durante el proceso, declara poseer un Dimon queaconsejaba en los momentos difciles.

...es como una voz que tengo en mi interior desde nique, cada vez que se deja or, lo hace siempre para disuadirmehacer algo, nunca para hacerme actuar. En particular, desaconseja que me ocupe de poltica.

Las interpretaciones del Dimon son innumerables: pasan

espritu gua al ngel de la guarda, a la conciencia crtica, al sesentido, a la intuicin, etctera. Mi opinin es que se trata de

broma de Scrates, que ste haba querido reservar para no vobligado a tener que explicar cada una de sus decisiones.



II. LOS SOCRTICOSMENORES

Los siete discpulos ms representativos que Scrates tfueron: Antstenes, Aristipo, Euclides, Fedn, Platn, EsquineJenofonte. De ellos, los cuatro primeros se establecieron pocuenta y abrieron una escuela de filosofa: Antstenes fundescuela cnica, Aristipo, la cirenaica, Euclides, la de Megara

Fedn, la de Elis. En los manuales se los recuerda como socrticos menores, probablemente para no ofender a Pla(fundador de la Academia), a quien corresponde el ttulo socrtico mayor.

El encuentro de Scrates con cada uno de ellos forma

parte de la leyenda. Ya hemos hablado de cmo se encontr Jenofonte en un callejn de Atenas. Por lo que se refierAntstenes, el desdichado habitaba en el Pireo y cada da se vobligado a recorrer diecisis kilmetros entre ida y vuelta p

poder escuchar al maestro. Para Euclides el problema era ms s

an: siendo de Megara, no se le permita entrar en el territorioAtenas en virtud de una antigua ley que prevea incluso la condenmuerte para los transgresores. El, sin embargo, no haca cascada noche atravesaba la frontera disfrazado de mujer. Con Plalas cosas fueron de este modo: un da, Scrates, durante una sieso que acunaba sobre sus rodillas a un pequeo cisne qdespus de haber desarrollado alas, haba volado por la venta



inmediatamente despus se present Platn a su puerta dicindEse cisne soy yo. Esquines, ante la invitacin de Scrates pque formara parte de sus discpulos, respondi: Soy pobre:

puedo darte a m mismo. Y l replic: Y te parece pocFedn de Elis, hecho esclavo por los atenienses cuando era an

nio, fue obligado a prostituirse en una casa de tolerancia: Scry Critn, impresionados por su sabidura, lo rescataron ydevolvieron la libertad.

Pese a la enseanza moral del gran filsofo, sus sdiscpulos se odiaron cordialmente unos a otros, y cada uno

ellos se present a su pblico como el nico y verdadero intrpdel pensamiento socrtico.

Los cnicos

En la historia del vestido aparece, de cuando en cuandolook del harapiento, y siempre notamos que al descuido dvestimenta se une una precisa eleccin de vida. Por citar nombah estn los cnicos griegos, los bohmiens de todas las pocasexistencialistas franceses, la beat generation, los hippies y,

ltimos pero no los peores, los actuales punkies. Modas culturaparte, un ejemplo clsico nos lo ha ofrecido siempre el barbinstruido, el clochard, el que prefiere dormir al aire libre, tal

bajo un puente del Sena, antes que rebajarse a compromisos comundo del trabajo. Y bien, sin querer meter a todos los gatos en

mismo saco (y confundir a los cnicos con los punkies) no pumenos que notarse que en todos estos movimientos hay siem



una irreprimible necesidad de Libertad. Y es precisamente stclave de lectura para aproximarse al pensamiento de los cnicos.

La Libertad, para los cnicos, entendida como Bien Supredel Alma, se puede alcanzar slo a travs de la autosuficienciacnico verdadero no ser nunca esclavo de sus necesidades fsic

emotivas, no sentir nunca temor ante el hambre, el fro ysoledad, y no tendr jams deseos de sexo, de dinero, de podde gloria. Si os parece un loco, es slo porque ha elegidomodelo de vida totalmente opuesto al adoptado por la mayoUna vez hecho el descubrimiento de que los mximos valores d

existencia son los del alma (de la psyche), el cnico ejerce crtica destructiva en el terreno de los valores tradicionales. Esextremista del pensamiento socrtico: reduce el ser a pconvivencia con uno mismo y rechaza el aparecer comoinsoportable aadido.

Antstenes, Digenes, Crates, Metrocles e Hiparquia fuelos exponentes ms famosos de esta escuela.

Antstenes, hijo de Antstenes, apodado Verdadero Per(Aplokon), naci en Atenas en el ao 446 antes de Cri

Habiendo tenido como pap a un ateniense y como mam a esclava, no poda ser considerado ciudadano a todos los efec

parece, no obstante, que el hecho no lo perturbaba en absoluque, al contrario, le causaba placer. Se interes por la filosofrecuentando primero a los sofistas (Gorgias), luego a Scrate

finalmente a un grupo de amigos que pensaban exactamente col y con quienes fund la escuela cnica. Al parecer, el nombre



y q pla escuela deriva del lugar donde tenan por costumbre conversaCinosarges (.Kunsarghes: perro gil), un Instituto para estudiaextranjeros situado inmediatamente a la salida de Atenas, en orillas del Iliso. Otras cuentan, en cambio, que se le llam cn

por haber vivido toda su vida como un perro vagabundo (kSegn Diocles de Magnesia fue el primero en aumentarsemanto, es decir, en hacerlo lo suficientemente grande como p

poder dormir en su interior (de hecho, el primer hombre dhistoria en usar un saco de dormir).

Jenofonte nos lo presenta as en el Banquete:

A mi parecer dice Antstenes, la riqueza no es un bmaterial que se pueda conservar en casa como si fuera un objsino una disposicin del Alma; de otro modo, no se explicara qu algunos, aun poseyendo muchos bienes, siguen viviendomedio de riesgos y fatigas con el nico objetivo de acumular m

dinero. Ni podra entenderse el comportamiento de ciertos tiraque sienten tantos deseos de poder y tesoros al punto de comdelitos cada vez ms horrendos. Los tales se parecen a persoque, pese a comer sin cesar, no muestran jams signos de saciedYo, en cambio, aunque pobre en apariencia, tengo tantas de dic

posesiones que hasta me cuesta encontrarlas: duermo, combebo donde ms me place, y tengo la impresin de que todmundo me pertenece. Para que los alimentos se vuelvan mdeseables, exploto mi propio apetito: me abstengo de codurante un tiempo, y, despus de un solo da de ayuno, cualqalimento que me llevo a la boca me parece de grandsima calidCuando mi cuerpo siente necesidad de amor, me uno con



mujer fea, y as ella, como ninguno la desea, me acoge grandsima alegra. En resumen, lo importante, amigos mos, essentir necesidad de nada.

De lo que l mismo dice se comprende que, a hurtadideba de tener una cierta vulnerabilidad en lo tocante a las muje

Una vez, efectivamente, se le escap la siguiente frase: Ahpudiese tener entre mis manos a Afrodita! La fulminara! Odichos clebres suyos fueron: Preferira enloquecer a sentir plac

y Ningn hombre que ame el dinero puede ser bueno."Admiraba a Scrates por su impasibilidad, aunque

maestro a menudo se burlaba de l de muy buena gana. Un da, ejemplo, vindolo sucio de la cabeza a los pies y con el madesgarrado, le dijo: A travs de estos agujeros, Antstenes, toda tu ambicin.

Con el correr de la edad se hizo cada vez ms sensibl

dolor fsico, ms de lo lcito a alguien como l. A los ochenta yaos, atormentado por una grave enfermedad, se lamentabacesar. Un da fue a visitarlo Digenes, su discpulo predilecto. que sigue es, ms o menos, lo que se dijeron:

Necesitas a un amigo? pregunt Digenes al entrar e

casa.Oh, Digenes, bienvenido! exclam Antstenes con sufriente. Quin podr liberarme de mis sufrimientos?

sta respondi tranquilamente Digenes, indicndole espada.

Eh! precis Antstenes, levantndose de repente. dicho de mis sufrimientos, no de la vida!



Digenes de Snope naci en el ao 404 antes de Cristo

padre, Icesio, tena una agencia de cambio en pleno centro dcomarca, pero un buen da, a fuerza de trabajar con mone

pens fabricarse unas cuantas para uso personal. El fils

Eublides afirma que el falsificador del dinero fue el proDigenes; lo cierto es que padre e hijo fueron condenados ambel primero a prisin perpetua y el segundo al exilio. Durant

proceso, Digenes se defendi echando la culpa a Apolo. efecto, el Orculo de Delfos, al parecer, le haba dicho: Vuelv

tu casa y da nuevas instituciones a tu tierra, y l, enincertidumbre, haba empezado proponiendo nuevas monedas.pena que se le infligi, en cualquier caso, no debe de habmortificado mucho, de ser cierto que coment de esta manersentencia: Si los de Snope me han condenado al exilio, yo

condeno a quedarse en su patria!Al llegar a Atenas conoci a Antstenes y en menos de mehora se adhiri a la escuela cnica. En un primer momento, el vfilsofo se sinti muy orgulloso de la fuerza de sus palabras; mtarde, cuando se dio cuenta de que el nuevo alumno estdecidido a seguirlo incluso al fin del mundo, lo amenaz con

bastn para que se fuese; sin embargo, Digenes, sin arredrarselo ms mnimo, adelant an ms la cabeza y dijo: Puegolpearme si lo deseas, Antstenes, pero entrate de que encontrars nunca una madera lo bastante dura como pobligarme a que me aleje!

Digenes de Snope es una verdadera mina de ancdotas.



l se sabe que viva en un tonel y que se paseaba con una linteencendida, incluso de d

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