Hermandad del Cautivo

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Rosa Durán Vega Hermandad Cautivo Sanlúcar de Barrameda

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Rosa Durán Vega

Hermandad Cautivo

Sanlúcar de Barrameda

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Iconografía:

El paso de Nuestro Padre Jesús Cautivo fue estrenado en su totalidad en la Semana Santa del año 2000. Obra del sevillano Antonio Ibáñez Vallés está hecho en madera tallada y dorada después en los talleres Manuel Calvo Carmona. El paso de Nuestro Padre Jesús Cautivo fue estrenado en su totalidad en la Semana Santa del año 2000. Obra del sevillano Antonio Ibáñez Vallés está hecho en madera tallada y dorada después en los talleres Manuel Calvo Carmona. Las cuatro esquinas del paso portan a los cuatro evangelistas, San Lucas, San Marcos, San

Mateo y San Juan. Así mismo, las cartelas de la canastilla muestran la iconografía de las otras tres hermandades de la Feligresía a la que pertenece la hermandad, además de la Sentencia en el frontal, estas

hermandades son: La de Nuestro Padre Jesús de las Misericordias y Nuestra Señora de los

Dolores, en la trasera. La hermandad de Nuestro Padre Jesús del Consuelo y Mª Stma. del Mayor Dolor. La hermandad de Mª Stma. de las Angustias, en los laterales de la canastilla. Así mismo, las cartelas de los respiraderos llevan en el frontal el escudo de la Hermandad. En la trasera la simbología de una Estrella con la S y el clavo (Cristo y Virgen). En los laterales, el escudo Carmelitano (por pertenecer a la parroquia de Ntra. Sra. del Carmen) y el escudo de la Santa Caridad (sede de la Hermandad desde su fundación). Actualmente posee el faldón frontal bordado, con diseño de fray Ricardo de Córdoba, terminado en 2012. El Señor porta potencias de oro de ley obra de Joaquín Ossorio, donadas por un grupo de hermanos y devotos.

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Nuestro Padre Jesús Cautivo es obra del imaginero sevillano Antonio Eslava Rubio, que lo talló en 1949. Es una talla que medía 1,65 y que tras varias restauraciones, la última la llevó a cabo D. Juan Manuel Miñarro, pasó a medir 1,81 cm. Es una imagen para vestir de madera de ciprés de una recia y majestuosa belleza varonil. Camina solemnemente erguido, en actitud mayestática a pesar del humillante momento de la Pasión que representa. El realismo y los moldes barrocos de su porte son patentes. A resaltar el mirar contraído de sus ojos, impregnados de solemnidad y misterio, así como la expresividad de sus manos atadas. El Señor es una imagen muy venerada por el pueblo sanluqueño. Cada Jueves Santo, son miles las personas que forman una penitencia tras su caminar lento y señorial por las calles de Sanlúcar de Barrameda. Opinión personal: La foto de la portada no es actual ya que como he dicho bien antes, el faldón frontal lo tiene dorado. He puesto la foto antigua ya que esa vestimenta hace que el Cristo a la vez que se va moviendo el paso, la túnica se va moviendo de tal forma que parece que la figura va andando.

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Correspondencia con el evangelio: Se refiere al evangelio según San Juan 18, 1-16: Pilato mandó entonces azotar a Jesús. Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto rojo, y acercándose, le decían: «¡Salud, rey de los judíos!», y lo abofeteaban. Pilato volvió a salir y les dijo: «Miren, lo traigo afuera para que sepan que no encuentro en él ningún motivo de condena». Jesús salió, llevando la corona de espinas y el manto rojo. Pilato les dijo: «¡Aquí tienen al hombre!». Cuando los sumos sacerdotes y los guardias lo vieron, gritaron: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «Tómenlo ustedes y crucifíquenlo. Yo no encuentro en él ningún motivo para condenarlo». Los judíos respondieron: «Nosotros tenemos una Ley, y según esa Ley debe morir porque él pretende ser Hijo de Dios». Al oír estas palabras, Pilato se alarmó más todavía. Volvió a entrar en el pretorio y preguntó a Jesús: «¿De dónde eres tú?». Pero Jesús no lo respondió nada. Pilato le dijo: «¿No quieres hablarme? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y también para crucificarte?». Jesús le respondió: «Tú no tendrías sobre mí ninguna autoridad, si no la hubieras recibido de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti ha cometido un pecado más grave». Desde ese momento, Pilato trataba de ponerlo en libertad. Pero los judíos gritaban: «Si lo sueltas, no eres amigo del César, porque el que se hace rey se opone al César». Al oír esto, Pilato sacó afuera a Jesús y lo hizo sentar sobre un estrado, en el lugar llamado «el Empedrado», en hebreo, «Gábata». Era el día de la Preparación de la Pascua, alrededor del mediodía. Pilato dijo a los judíos: «Aquí tienen a su rey». Ellos vociferaban: «¡Que muera! ¡Que muera! ¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «¿Voy a crucificar a su rey?». Los sumos sacerdotes respondieron: «No tenemos otro rey que el César». Entonces Pilato se lo entregó para que lo

crucifiquen, y ellos se lo llevaron.

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Historia de la Hermandad: En resumen podemos decir que La hermandad fue fundada por cuatro personas que trabajaban de cartero en 1948. La primera salida por las calles la hace en 1949 con un paso y no es hasta 1950 cuando salen a la calle ya los dos pasos. Hasta 1963 no procesiona el Jueves Santo, antes lo hacía los martes. En 1973 se restaura el Cristo por el Imaginero Antonio Eslava, y en 1983 la Hermandad se hace Franciscana de Los Capuchinos. La candelería de la virgen fue realizada por Villarreal, un orfebre de los más reconocidos de su profesión. Aun así la historia completa es la siguiente: La fundación tiene lugar el 1 de abril de 1948, bajo los auspicios espirituales de la Orden Capuchina, y fundamentalmente, del entonces Padre Guardián del Convento de Sanlúcar, Fray Gonzalo de Córdoba, Correspondiente de la Real Academia Española. Sus orígenes pueden hallarse en la devoción que un grupo de sanluqueños, encabezados por Don Antonio Palacios Cea, profesaban a una imagen de Jesús Cautivo, pintada sobre lienzo de pequeñas dimensiones, que se veneraba en la Iglesia de la Santísima Trinidad, que en aquellos años albergaba a la Hermandad de los Dolores, varias veces centenaria, y a la de la Entrada en Jerusalén, creada a mediados de la década en la que se origina la de Jesús Cautivo. Estos impulsos fundacionales encuentran eco en el gremio de Correos, al cual pertenecía Don Antonio Palacios, vinculándose pronto a la misma la casi total de los auxiliares de clasificación y reparto de esta empresa estatal, por lo que la Hermandad fue pronto conocida como “la de los carteros” Fray Gonzalo de Córdoba llevó a cabo una ingente labor espiritual entre los primeros devotos de esta pintura de Jesús Cautivo existente en la Iglesia de la Trinidad, en unos años en los que, por toda España, se extendió de manera extraordinaria la devoción a Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli (El Cautivo) venerado en la Iglesia del Convento de Capuchinos de Madrid, famoso por su antigua vinculación a la Orden Trinitaria redentora de cautivos, y cuya imagen era tenida por milagrosa tras los sucesos ocurridos no sólo durante la época original de la primitiva imagen, en la que fue conocido como Cautivo y Rescatado, sino fundamentalmente, como consecuencia de la plenitud religiosa surgida tras la guerra civil española 1936-1939, años en los que la imagen del Cautivo de Madrid volvió a ser el “Cautivo y Rescatado” tras ser llevado al extranjero por el Gobierno de la República y devuelto a los PP. Capuchinos tras la finalización de la guerra, lo que incrementó de forma notable la devoción a esta imagen, no solo en Madrid, sino también, hacia todas las imágenes que de similares características existían o fueron surgiendo en toda España. El primer núcleo fundacional sanluqueño encontró importantes trabas a su idea fundacional, que trataron de ser resueltas por los sabios consejos de Fray Gonzalo. Entre ellos, el más original fue ofrecer la Mayordomía a Don Manuel Franco Ceballos, el popular “Cardeño”, novillero sanluqueño de extraordinaria popularidad en aquellos años, muy religioso y ferviente católico. Sin embargo, el principal escollo económico era el de labrar las Imágenes Titulares y comenzar el Culto a las mismas, lo que no se consigue hasta incorporar a la Hermandad al auténtico mecenas de la primera época, Don Adrián Estrada Gutiérrez, cuya vinculación a la Hermandad es fundamental, al tiempo que interesante. Adrián Estrada padecía del mal de quistes hidatídicos, relativamente frecuente en aquella época, por lo que su mermada salud le originaban frecuentes intervenciones quirúrgicas. En esta tesitura se hallaban, de una parte la Hermandad, falta de liquidez, y de otra parte, Adrián Estrada, carente de salud. Precisamente tras una nueva y delicada intervención quirúrgica en Sevilla, en el Hospital de la Cruz Roja, practicada por el afamado cirujano Don Antonio Cortés Lladó, nuestro hombre se dirigía a diario durante su convalecencia a la Iglesia Parroquial de San Ildefonso, donde recibe culto la imagen del Cautivo más devocional de toda Sevilla, al cual

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suplicaba por su curación. En esa tesitura, y habiendo contactado ya con él el grupo fundacional sanluqueño, Adrián Estrada ofreció al Cautivo de San Ildefonso la promesa de hacer frente a las necesidades de la naciente Cofradía sanluqueña, anticipando el importe de las Imágenes Titulares y de los primeros gastos de la misma. En efecto, recuperado y de regreso a Sanlúcar ingresa como hermano de la Hermandad y de su peculio particular, abona al escultor carmonense Don Antonio Eslava Rubio (cuyo taller se ubicaba entonces en la Plaza de Mengíbar, barreduela de la calle Feria de Sevilla, muy cerca de San Juan de la Palma), la suma de seis mil pesetas, cifra en la que según documento otorgado con fecha 24 de diciembre de 1948, el imaginero se comprometía a la ejecución de ambas esculturas, siendo por cuenta de la Hermandad la madera a emplear. La imagen del Señor está realizada en madera de ciprés, aportada de un árbol de grandes proporciones cedido a tal fin por la hermana Dª Regla Gallego. La imagen de la Virgen fue tallada en pino de Flandes, también aportado por la Hermandad. Hay que hacer constar que el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Emmo. y Rvdmo. Sr. Don Pedro Segura y Sáenz, con fecha 3 de febrero de 1949, autoriza a la Hermandad la celebración de Cultos Cuaresmales y procesión de Semana Santa aunque no tuviera aprobadas sus Reglas, extraño caso dada la ortodoxia absoluta que exigía el Prelado hispalense. No obstante, antes de la bendición de la imagen del Señor hubo que vencer nuevos obstáculos, ya que la obra de Antonio Eslava no obtuvo el beneplácito de la Comisión de Arte Sacro de la Archidiócesis, la cual interpretaba que la Imagen ofrecía un aspecto excesivamente hierático, poco acorde con el momento de la Pasión en que Jesucristo, en presencia de Pilato, afirma ante éste que es Rey de los judíos, en actitud mansa y sumisa tras ser azotado y coronado de espinas. Las trabas a la aprobación de la Imagen partían del Presidente de la Comisión de Arte Sacro, posteriormente Rector de la Universidad y Alcalde de Sevilla, Don José Hernández Díaz. Sin embargo, los buenos oficios del canónigo hispalense y posterior Vicario General de la Archidiócesis, Don Tomás Castrillo Aguado, a la sazón vinculado a Fray Gonzalo de Córdoba y a los Capuchinos de Sanlúcar, así como la importante intervención del cofrade sevillano Don José Rivera Lobato, Mayordomo y posteriormente Hermano Mayor de la Cofradía de San Roque (a quien le unían vínculos afectivos con Don José Hernández Díaz), por medio de cuya intercesión se logró apear al Presidente y a la Comisión Diocesana de Arte Sacro de su propósito inicial de no dar el visto bueno a la bendición de la Imagen. Por fin, con toda pompa y solemnidad, la Imagen de Jesús Cautivo fue bendecida el 3 de febrero de 1949 por el Arcipreste de Sanlúcar, Don Miguel Meniz Vázquez. Ya en estas fechas, Don Antonio Palacios Cea había sustituido al frente de la Hermandad al popular “Cardeño”, quien por sus numerosos compromisos taurinos, no podía hacer frente al día a día de la naciente Corporación. Antonio Palacios Cea logra que la Unión de Hermandades de Sanlúcar admita en su seno a la del Cautivo, con fecha 11 de febrero de 1949, pese a no tener aprobados sus Estatutos. Muy pocas semanas después, y tras su decisiva intervención en la ejecución de la Imagen del Señor, es designado Mayordomo Don Adrián Estrada Gutiérrez, con fecha 21 de marzo de 1949, en cuyo cargo se mantendría por espacio de dos décadas. Tres días más tarde, el Cautivo sale por vez primera a la calle en Via Crucis público, como desagravio por la persecución a la Iglesia católica húngara y a su Cardenal Primado, Monseñor Mindzenski. En los mismos días se bendice el altar-retablo que, en madera de caoba, ha realizado para el Señor el ebanista sanluqueño Don Manuel Romero Rodríguez, y que es el mismo que vemos en la actualidad. Martes Santo de dicho año 1949 sale en Procesión penitencial la Hermandad, llevando en un solo paso a Jesús Cautivo, con todos los elementos del mismo prestados por otras Hermandades, y con las túnicas de los nazarenos, en número de ochenta y cuatro, cedidas por la Hermandad de la Humildad y Paciencia de Cádiz. Llamó poderosamente la atención el silencio, el orden, el recogimiento de la nueva Cofradía, a cuyo paso se apagaba el alumbrado público de las calles por donde transitaba, siendo iluminado su silencioso caminar tan sólo por las luces de los cirios de los nazarenos y de los candelabros del paso.

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Pocos meses después, el Cardenal Segura, con fecha 19 de septiembre de 1949, aprobó las primeras Reglas de la Hermandad, por un periodo de cinco años y con el carácter “ad-experimentum”. Mientras tanto, Antonio Eslava gubiaba la imagen de la Virgen de la Estrella, la cual fue entregada en enero de 1950 y solemnemente bendecida el 21 de febrero de dicho año. Dos semanas más tarde, las dos Imágenes Titulares fueron trasladadas a la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, para celebrarse en ella los Cultos Cuaresmales, siendo la única vez en que así se ha realizado. El Martes Santo de 1950 tiene lugar la segunda Estación Penitencial de la Hermandad, en esta ocasión ya con sus dos pasos, si bien el de la Virgen de la Estrella no llevaba palio, y siendo todos los enseres del mismo prestados por otras Hermandades, fundamentalmente por la Humildad y Paciencia y el Santo Entierro. Pero el auge de esta Hermandad se vería realmente a partir del 28 de agosto de 1951, fecha en la que acuerdan acometer la ejecución de un nuevo paso de Cristo, que fuese “digno Trono de tan augusto Señor” y que tendría que estar “a la altura de los mejores de esta ciudad”, tal como reza el acuerdo de su Junta de Gobierno. En un primer momento se encargaron los trabajos al tallista sanluqueño D. José Ochoa, cuyos respiraderos llegó a concluir, en un taller instalado ex profeso en el domicilio particular del Mayordomo, Don Adrián Estrada. No obstante, el carácter un tanto bohemio de este artífice local, movieron a la Junta a contratar la ejecución del resto de los trabajos de talla y de dorado del paso completo al taller de los acreditados Sres. González y Ortiz, sito en la calle Hombre de Piedra, collación de San Lorenzo, en Sevilla. El paso salió con los respiraderos en talla en 1952, el dorado de los mismos en 1953, y candelabros y talla de canastilla en dicho año 53. El Martes Santo del año siguiente tiene lugar el dorado del canasto y los candelabros, y ya con posterioridad, se pintan al óleo las cartelas que figuraban en este canasto. Posee actualmente este paso la Hermandad del Redil Eucarístico de la Divina Pastora, de Córdoba. La ejecución del paso no estuvo exenta de controversias, ya que por algún impago puntual, el taller de González y Ortiz puso pleito a la Hermandad por incumplimiento de contrato, lo que produjo gran consternación en la Cofradía. El afamado bufete sevillano de D. Bernardo José Botello fue el encargado de llevar a la Hermandad a los Tribunales, aunque en última instancia, una sonada intervención de los cofrades Sres. Vega García y Espinar Rodríguez posibilitó una solución amistosa del contencioso y una reanudación de los trabajos por parte del taller de González y Ortiz. Mientras tanto, en febrero de 1952 fueron compuestas las “Coplas” para los Cultos Cuaresmales, en honor de Jesús Cautivo y de la Virgen de la Estrella, con música de D. Fernando Espinar y letra del Capuchino Fray Esteban de Puente Genil, las cuales se han cantado prácticamente desde entonces todos los años en dichos Cultos. Estos Cultos consistían los primeros años en Quinario al Señor y a la Virgen que comenzaba el domingo anterior al Primer Viernes de Marzo, Fiesta Principal de la Hermandad, en la que tenía lugar la Función Principal. No obstante, pocos años después quedó reducido a un Tríduo Solemne con su Función Principal, hasta que ya en 1985 se volvió a la fórmula del Solemne Quinario en la tercera semana de febrero, dejando el Primer Viernes de Marzo como Fiesta del Señor con Solemne Besapié y celebración de la Eucaristía. Hay que hacer constar que en estos años 50 los Cultos del Señor son brillantísimos, por cuanto la vinculación fundacional con la Orden Capuchina se pone de manifiesto con la presencia e intervención del Coristado del Convento Local de dicha Orden, y la Predicación Sagrada de los más notables sacerdotes de esta Religión. El Martes Santo de 1954 el Señor luce sobre sus sienes las primeras potencias que en propiedad, adquiere la Hermandad, siendo sus autores los talleres Orrico, de Valencia. Sin otras novedades se llega al Martes Santo de 1958, en que por vez primera salió a la calle la Virgen de la Estrella bajo palio, con varales lisos realizados en talleres Bonacho, de Valencia, siendo el dosel y las bambalinas de terciopelo azul, liso, así como el manto de la Señora, de igual color y tejido. Ocho años estuvo, pues, la Virgen de la Estrella, saliendo en paso sin palio y con los enseres prestados. En 1960 la Señora estrena su primera Corona, realizada en metal

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dorado, ejecutada en Talleres Alsina de Madrid, llevando por primera vez toca de sobremanto de encaje de oro. Un año después se produciría el primer gran estreno de este paso, cual eran los respiraderos en alpaca plateada, cincelados por el orfebre D. Manuel García Alonso, los cuales ha sacado la Virgen hasta 2008. Llegado el año 62, por fin la Virgen de la Estrella puede contar con candelería propia, realizada por los talleres Angulo, de Lucena. En 1963, el Martes Santo llovió torrencialmente, por lo que la Hermandad acordó en Cabildo suspender su salida y pasarla al Jueves Santo. La Unión de Hermandades puso algunas trabas a este cambio de día de salida, pero la Hermandad mostró los Estatutos aprobados por el Cardenal Segura en 1949, en los que se establecía como día de salida precisamente el Jueves Santo, por lo que desde dicho año de 1963, la Cofradía comenzó a salir en este Día del Amor Fraterno. Coincidiendo en el tiempo con este traslado al Jueves Santo, la Hermandad comienza a enriquecer el paso de las Virgen de la Estrella, y de este modo, ejecuta el juego de jarras, en talleres Maganto de Madrid (1964), un Rosario de Oro para ser llevado en sus manos por la Dolorosa(1964), el juego de varales de palio cincelados por Manuel García Alonso (1966) que con diversas modificaciones, persisten en la actualidad, los cordones de oro fino del palio (1966), el bordado en oro fino de estrellas en el techo de palio y bambalinas (1967), y la Gloria del techo de palio, representando una copia de la Inmaculada de Murillo, realizada por el copista del Museo del Prado, Sr. Lozano Sánchez (1967); seguirían la crestería del palio, cincelada por el mismo orfebre citado (1967), una saya de tisú de oro (1968) y los candelabros de cola, de Orfebrería Villarreal (1969), adquiridos a la Hermandad de la Vera Cruz de Alcalá del Río. También es destacable la adquisición del altar-retablo de la Virgen, adquirido a la Sra. Viuda de Míler, que fue colocado junto al altar del Señor, y que es el mismo que actualmente se conserva (1966) Por otra parte, es interesante dejar constancia de que en marzo de 1966 se inician los contactos con la Hermandad de la Estrella, de Sevilla, a través de los cofrades Ramón Jiménez Tenor (Sevilla) y Manuel Vega García (Sanlúcar), que culminan en una convivencia celebrada en agosto de 1967 en la visita a la Casa Hermandad de la de Sevilla, en la cual se entregan cuatro fotografías de nuestros Titulares, que se colocaron en los salones de dicha Casa Hermandad. Posteriormente, se reanudaron las visitas recíprocas, yendo anualmente la Hermandad de Sanlúcar a visitar a la sevillana y colocar ramos de flores ante sus Titulares, y devolviendo el gesto la Hermandad sevillana acudiendo a una masiva convivencia que tuvo lugar en nuestra ciudad el 8 de diciembre de 1972, así como posteriormente, dedicando a la Cofradía de Sanlúcar uno de los días del Quinario sevillano de 1973, celebrado todavía en la Parroquia de San Jacinto. Mientras tanto, habían dimitido de su Junta varios de sus principales valedores (octubre de 1967), y poco después, cesó en su cargo de Mayordomo D. Adrián Estrada Gutiérrez, tras lo cual gobernó la Hermandad una Junta Provisional presidida como Mayordomo por Don Manuel Mateo Letrán. El 12 de abril de 1970 se solventó la anómala situación con la celebración de Cabildo General y elección de nueva Junta de Gobierno, presidida por el citado Sr. Mateo Letrán. El primer acuerdo adoptado fue la redacción de nuevas Reglas, pues por un incomprensible olvido, la Hermandad seguía regida por los Estatutos aprobados ad-experimentum por un periodo de cinco años en 1949, por lo cual puede considerarse que desde 1954 la Hermandad no estaba plenamente legalizada. El 28 de agosto de 1971 son aprobadas estas nuevas Reglas, que entre otras cuestiones, abordaba la creación de la Bolsa de Caridad, el reconocimiento del Hermano Mayor como máximo cargo en el seno de la Junta de Gobierno, y la creación de una Junta Consultiva y Asesora, como estrategia para la recuperación de los cofrades veteranos que habían ido desvinculándose entre 1967 y 1969. Cabe destacar que entre las actuaciones más destacadas de la Bolsa de Caridad, dirigida por el Diputado de Formación y Caridad, se encontraban las visitas periódicas al Asilo de las Hermanitas de los Pobres y al Colegio de las Hermanas de la Cruz, siendo memorables las vivencias del Día de Reyes Magos en este Centro, con la entrega

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de regalos a todas las niñas allí acogidas. De este periodo datan también las convivencias de Hermandades con sus homólogas sanluqueñas, la visita a la Hermandad tras la celebración del Pregón de la Semana Santa, siendo recibidos de hermanos algunos de los Pregoneros con este motivo, el auge de la Bolsa de Caridad, el exorno del paso de palio con el juego completo de velas rizadas (1972) y el primer Besamanos de la Virgen de la Estrella, (celebrado el 31 de marzo de 1973). Entretanto, y según lo establecido en sus nuevas Reglas, había tenido lugar nuevo Cabildo de Elecciones, siendo elegido Hermano Mayor Don Manuel Mateo Letrán (8 de julio de 1972). A partir de 1973 empieza a celebrarse la Misa preparatoria de la Estación de Penitencia, que en sus primeros años tenía lugar ante los pasos procesionales en la noche del Lunes Santo, siendo posteriormente trasladada al Sábado de Pasión, y actualmente al Viernes de Dolores. Precisamente en este año 1973 se establece el paso de la Cofradía por la Plaza del Cabildo al regreso al templo, lo que en años posteriores se haría en sentido inverso a la salida de la Hermandad. Hay que destacar que precisamente al llegar a la Plaza del Cabildo este año 1973, el cofrade Jesús Jiménez León se apercibió de que el Cristo se movía en exceso sobre las andas. Realizada una inspección de urgencia sobre la peana y el anclaje al paso, se comprobó que los pernos estaban correctos, viéndose con gran desazón que se trataba de los pies del Señor que se habían soltado parcialmente de la peana. Afortunadamente, el recorrido estaba finalizando, y con gran cuidado por parte de los costaleros, se pudo reintegrar el paso a la Iglesia sin mayores incidencias. Nada más desmontarse los pasos, fue requerida la presencia de D. Antonio Eslava Rubio a fin de comprobar la gravedad de los daños, estimando el imaginero autor de la talla que había sido un auténtico milagro que el Cristo no hubiese caído al suelo, ya que las espigas de madera de sujeción de los pies a la peana estaban todas rotas, excepto una. Trasladado el Señor al estudio del escultor, sito en la calle Lepanto de San Juan de Aznalfarache, se restauró la Imagen, colocándole en los pies nuevas espigas y realizando nueva peana. Costó esta restauración cuarenta mil pesetas, es decir, trece veces más de lo que había costado la ejecución de la imagen en 1949. Este año 1973 finalizó para la Corporación el 30 de diciembre, con la asistencia de la Hermandad, expresamente invitada, a la Consagración Episcopal de Don Rafael Bellido Caro como Obispo Auxiliar de Sevilla, acto que tuvo lugar en la Parroquia de Santa María de Arcos de la Frontera, bajo la Presidencia del Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Emmo. Sr. Don Vicente Enrique y Tarancón, del Nuncio de S.S. en España y de muchos otros Prelados españoles. Hay que registrar en estos años la entrada de numerosos hermanos de edad juvenil, que a partir de 1976 van a constituir un numerosísimo Grupo Joven, los cuales participan activamente en la vida de la Hermandad, siendo curioso el hecho de que a partir de dicho año, son los jóvenes los que efectúan la mudá y la desarmá de los pasos desde la Iglesia de San Jorge hasta la de los Desamparados y viceversa, ya que durante muchos años, la actual capilla del Rocío fue almacén donde la Hermandad del Cautivo guardaba sus pasos y algunos otros enseres. Esto da pie a pensar que estos jóvenes hermanos fueron el embrión de las posteriores cuadrillas de hermanos costaleros. En el año 1974 se conmemora el XXV aniversario fundacional de la Hermandad (obsérvese que ello se efectúa con un año de retraso), y con tal motivo, el Primer Viernes de Marzo tras cerrarse el habitual Besapié del Señor, saca su Sagrada Imagen sobre unas andas en Via Crucis que recorre la Feligresís del Carmen, siendo acompañado por una gran multitud. Se celebra también una convivencia de hermanos, con la presencia de Monseñor Bellido Caro, obispo auxiliar de Sevilla con residencia en Jerez. Así mismo, y en este años de sus Bodas de Plata, se incorpora la capa a la vestimenta de los nazarenos que acompañan a la Santísima Virgen. En enero de 1977 tiene lugar Cabildo de Elecciones, siendo elegido Hermano Mayor Don Miguel Angel Zambruno Cerdán. La Junta de Gobierno era una mezcla de juventud y veteranía, con predominio de aquella y con un gran protagonismo del Grupo Joven. El sector más tradicional de la Hermandad no se sentía bien acogido en el seno de la Hermandad, y ésta

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queda fragmentada en dos sectores, lo que acarrea que tras la Semana Santa, el Hermano Mayor dimita de su cargo en Cabildo General del mes de mayo. El experimento había durado cuatro meses y no funcionó, tal vez por ser prematuro para implantarse en nuestras Hermandades sanluqueñas. En junio de 1977 es designado sustituto Don Jesús Jiménez León, el cual pasa a ser Hermano Mayor efectivo. En este periodo, se estrena un nuevo palio para la Virgen de la Estrella, con bambalinas de encaje de oro, siendo el techo de palio cuajado de estrellas de oro fino. No obstante, este palio no gustó desde su estreno, y pronto se empezaría a considerar su sustitución. También en estos años se confeccionó un nuevo manto de salida para la Virgen, realizado con telas morunas o marroquíes adquiridas en Ceuta, que proporcionaban al paso una visión realmente desafortunada. Igual sucedía con una saya confeccionada de similar tejido. En estos años, el autor de las Imágenes Titulares, Don Antonio Eslava, deja de desplazarse a Sanlúcar como vestidor de la Virgen, dada su avanzada edad, vinculandose a la Hermandad para realizar tales funciones Don Fernando Morillo Lasso, a la sazón vestidor de la Virgen de la Esperanza de Triana, y que durante más de quince años llevó a cabo esta tarea con su arte primoroso. En 1980 se adquiere la finca sobre la que posteriormente se labraría la Casa de Hermandad, aunque se tardaron muchos años en comenzar las obras, dada la importancia del desembolso efectuado en la adquisición de esta finca, situada en pleno centro urbano de la ciudad. Hasta 1994 no se terminarían las obras de esta Casa Hermandad. Es en 1983 cuando un grupo de hermanos no pertenecientes a la Junta de Gobierno dona a la Santísima Virgen su actual corona de salida, realizada por el orfebre Jesús Domínguez Vázquez siguiendo el modelo de la que luce la Virgen de los Dolores, de la Hermandad de las Penas de San Vicente de Sevilla, aunque con la ráfaga de estrellas, la Paloma que representa al Espíritu Santo sobrevolando sobre el canasto y la aplicación sobre éste de un medallón con la Virgen de la Caridad en plata en su color. Costó 248.000 pesetas, se ejecutó por su autor en el tiempo record de dos meses, y fue entregada a la Junta de Gobierno en el Tríduo de agosto de dicho año 83. En 1984 se concede a la Cofradía Carta de Hermandad por parte de la Orden Capuchina, según documento expedido por el Ministro Provincial de los Capuchinos de la Bética, Fray Fernando Linares, el cual hace mención al origen de la Hermandad y a su calidad “de facto” de hermanos cordígeros de los miembros de esta Corporación. A la sazón era ya Hermano Mayor Don Adrián Estrada Alcón, hijo del que ya hemos descrito como mecenas de los primeros tiempos y Mayordomo durante veinte años. En esta época hay que destacar que se vincula a la Hermandad el sacerdote Capuchino Fray Ricardo de Córdoba, que durante muchos años predicó el Tríduo de agosto a la Virgen de la Estrella y que se convertiría con los años en asesor artístico de la Hermandad. En las reglas redactadas en 1986, se recoge el carácter franciscano de la Hermandad, y se agrega como titular a San Francisco de Asís, en cuya Fiesta se suma a la Solemne Función que se celebra cada año en el Convento de Capuchinos de nuestra ciudad. En esta época se producen los estrenos de diversas insignias, como el Guión Juvenil y el Guión franciscano, con bordados en sedas de colores y oro fino y tisú de oro, realizados por las monjas franciscanas Clarisas de Regina, así como la bandera morada y la bandera blanca. También se procede a dorar las cuatro esquinas de los respiraderos del paso del Señor. En 1988 es elegido nuevo Hermano Mayor Don José Luis Bianchi Fernández, empezando la Hermandad una nueva era de esplendor pues la Casa Hermandad es frecuentada por gran número de hermanos y se instituyen los llamados “Viernes del Cautivo”, oración comunitaria ante los Sagrados Titulares seguida de convivencia en la Casa Hermandad. En el verano de este mismo año, Fray Ricardo de Córdoba presenta el proyecto de nuevo palio de la Virgen, procediéndose el día 30 de abril de 1989 a la firma del contrato para su ejecución con el bordador cordobés Francisco Pérez Artés, suscribiendo este contrato por la Hermandad Don José Luis Bianchi, Don Antonio Palacios Cea y Don Miguel Angel Zambruno. Previamente, el día 18 de octubre de 1988, fue trasladada a Sevilla la imagen de la Virgen de la Estrella, al taller del imaginero Don Francisco Berlanga de Ávila, para proceder a su

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restauración pretendiéndose que la misma consistiera en la limpieza general de rostro, cuello y manos, que habían adquirido una tonalidad grisácea a causa del humo de los centenares de lamparillas y velas que ardían cada semana ante el altar de las Imágenes de la Hermandad. Pero una vez producida dicha limpieza, se estimó necesario otra actuación, consistente en suavizar la expresión de las mejillas, rediseñar las cejas y la comisura de los labios y hacer nueva encarnadura, quedando la Virgen con su aspecto actual. Estuvo la Virgen en Sevilla por espacio de un mes y medio, haciendo el seguimiento de esta restauración una comisión compuesta por Don Antonio Palacios Cea, Don José Luis Bianchi Fernández, Don Manuel Vega García y Don Miguel Ángel Zambruno Cerdán. Ya por este tiempo era vestidora de la Virgen Doña Encarna Castaño, que posteriormente dio paso a Don Fernando Barea, hasta llegar al actual vestidor, Don Antonio Bejarano, que cumple su cometido con gran acierto y a general satisfacción de los hermanos. En la Semana Santa de 1990 se estrenó la bambalina delantera del nuevo palio, causando gran sensación entre hermanos y cofrades en general, dada la belleza y profusión de sus bordados. En posteriores años se seguiría con la bambalina trasera, las laterales y sobre todo, con el magnífico techo de palio, bordado íntegramente en oro fino, y en cuyo Gloria se nos presenta a la Inmaculada Concepción, en figura tallada y policromada por el imaginero Rafael del Río, orlada con ráfaga en plata de ley de Jesús Domínguez. Este grandioso baldaquino estaría finalizado en la Semana Santa de 1995. Por su parte, y en lo referente a trabajos de orfebrería, en los años 80 y 90 del pasado siglo tiene lugar el enriquecimiento de la Cruz de Guía y el estreno de dos faroles de acompañamiento, donación del Canónigo sevillano Don Antonio Gutiérrez Rodríguez (+), realizados en Orfebrería Hijos de Juan Fernández, de Sevilla. Se estrenan también las nuevas jarras para el paso de la Virgen, en número de 16, obra primorosamente cincelada por Jesús Domínguez Vázquez, de Sevilla, y tras el estreno de una nueva parihuela de este paso, de mayores dimensiones que la anterior, se procede a realizar nuevas esquinas de los respiraderos, así como maniguetas para los mismos, en el taller de Manuel de los Ríos Navarro, de Sevilla. En este mismo taller se realizaría también la peana de la Virgen y la actual candelería, estrenada en 1991. En lo que se refiere a las insignias, se enriquece el Senatus con nuevos bordados (Clarisas de Regina) y asta del mismo (Juan Fernández, Sevilla), se realizan nuevas astas para las distintas insignias, en Orfebrería San Francisco, y se ejecuta un nuevo Estandarte Corporativo, con diseño de Fray Ricardo de Córdoba, bordados de José Luis Bianchi y asta de Jesús Domínguez. También se lleva a cabo el Libro de Reglas (Orfebrería San Francisco) y nuevos juegos de varas, en madera de caoba con remate, galleta y regatón cincelados en los tramos del Cristo, y en alpaca cincelada en los tramos de la Virgen, siendo todas las orfebrerías del sanluqueño taller de San Francisco. 1990 es el año del primer traslado transitorio de sede, a la Iglesia de la Trinidad, para realizar obras en el templo de los Desamparados, aunque para la siguiente Semana Santa se estaba de regreso en Los Desamparados. En este año se realiza la túnica del Señor, con bordados de aplicación, diseñada por Fray Ricardo de Córdoba y bordada en la ciudad califal por Francisco Pérez Artés. Un año después, un grupo de hermanos donan a la Hermandad una túnica lisa, de merino morado, sin cola, que se encargaría de realizar el afamado modisto sevillano José Pérez-Cerezal, autor de la casi totalidad de las túnicas de lana de los Cristos de la Semana Santa de Sevilla, la cual fue estrenada en 1992. En este año es reelegido como Hermano Mayor Don José Luis Bianchi, comenzando una ingente tarea de enriquecimiento patrimonial, consolidación de la Casa Hermandad y profundización en la vida de Hermandad. En este último aspecto, hay que destacar que los llamados “Viernes del Cautivo” pasan a tener como complemento de la oración comunitaria y la convivencia de hermanos una conferencia o acto formativo, siendo muy numerosos los oradores que ocupan la mesa de conferencias de la Casa Hermandad. Hay que destacar también que en el Tríduo Glorioso a la Virgen de agosto de 1992 es nombrada Camarera

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Perpetua de la Virgen de la Estrella Doña Eloisa Alcón Torres (+), cargo que ha ejercido con dedicación y desprendimiento desde la llegada de la Virgen a Sanlúcar hasta su fallecimiento, producido en el pasado año 2010, por lo que ha permanecido sesenta años realizando su hermosa función. En cuanto a la Casa Hermandad, se realiza una profunda reestructuración de la misma, dotándola de una nueva planta, en la que se sitúan las oficinas y zonas de ocio, así como instalando vitrinas de exposición permanente de enseres en la primera planta, quedando realmente espléndida y a la altura de las mejores que puedan admirarse en cualquier ciudad. El patrimonio se va enriqueciendo progresivamente, con los siguientes enseres, entre otros: nuevas albas y dalmáticas para los acólitos, ropones, medallones (Joaquín Osorio, 2002) y pértigas para los pertigueros, nuevos juegos de ciriales, incensarios y navetas (Orfebrería San Francisco), Relicario para la delantera del paso de palio, representando el abrazo de San Francisco al Crucificado, realizado en plata de ley por Orfebrería San Francisco (1994), llamador del paso de palio de Manuel de los Ríos (1994) y en cuanto a bordados, nueva toca para la Virgen, con diseño de Fray Ricardo de Córdoba y bordados de oro fino de José Luis Bianchi, y numerosas sayas para la Virgen de la Estrella, bordadas en oro por José Luis Bianchi, destacando las realizadas sobre terciopelo granate, azul y morado, respectivamente, así como otra de tisú de plata con bordados de oro, del mismo autor. En 1996 el Cabildo de elecciones designa nuevo Hermano Mayor a Don Rafael Ibáñez López, cuya Junta de Gobierno acuerda la realización de un nuevo paso de Cristo, que empieza a ejecutarse en este mismo año y que estaría finalizado en 2001. La carpintería del paso es de Hermanos Caballero, la talla de Antonio Ibáñez, y el dorado, de Manuel Calvo, todos ellos de Sevilla. Es de estilo barroco, con perfiles y bombo en el canasto, iluminado por seis candelabros de guardabrisas y fanales o guardabrisones en los entrantes del canasto. Es enriquecido este paso con las imágenes de los cuatro evangelistas en las esquinas, así como con cartelas que llevan miniaturas de los Misterios de las otras Cofradías de la Parroquia del Carmen, así como con los escudos de las Órdenes vinculadas a la Hermandad, el del Carmen y el de la Santa Caridad, además del de la propia Corporación. Todas estas miniaturas talladas, encarnadas, policromadas y estofadas por el imaginero Rafael del Río Barbero, de Sevilla. Mide la parihuela 4,08 x 2,07 x 1,62. El siguiente logro son las potencias en oro de ley para la imagen del Señor, realizadas por Joaquin Osorio, de Sevilla, y para las cuales la Comisión creada al efecto llevó varios años recogiendo oro y realizando rifas para tal fin. Del mismo orfebre es el relicario en plata de ley (2002) que se nos muestra sobre el frontal del canasto del paso de Cristo, con una reliquia de San Francisco de Asís. De esta época es también la corona de camarín de plata de ley para la Virgen, obra también de Joaquín Osorio. Como consecuencia del nuevo paso del Señor, de mayores dimensiones que el anterior, resultaba evidente que su Sagrada Imagen resultaba de escasa estatura para ser contemplada a tal altura, por lo cual, se procede a la restauración del Cristo, que es realizada en el año 2000 por el profesor Juan Manuel Miñarro, en su taller de la calle Viriato nº 6 de Sevilla, pasando la imagen a tener una altura de 1,82 metros. La bendición de la Imagen tras su reforma se produce en la Parroquia del Carmen, siendo trasladada posteriormente sobre andas a la Iglesia de los Desamparados. En el mismo año 2000, y al celebrarse el 50º aniversario de la primera salida de la Virgen de la Estrella, es sacada la misma de forma extraordinaria en su paso de palio, con fecha 9 de diciembre, haciendo estación en la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad, y pasando, a su regreso, por los Jardines del Palacio Municipal, viviéndose una jornada de imborrable recuerdo. En el año 2001, el Hermano Mayor, Don Rafael Ibáñez, renuncia a su cargo, que es ocupado por Don Manuel Vega García, a la sazón Teniente de Hermano Mayor. En octubre de 2002 se celebra Cabildo de Elecciones, pasando al cargo de Hermano Mayor Don Pedro de los Santos Gordillo, el cual permanecerá en su cargo hasta noviembre de 2010, en cuya fecha ocupa su

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cargo el actual Hermano Mayor, Don Jesús Esteban Vega López. Las últimos acontecimientos de la Hermandad han sido la obtención de indulgencias especiales a la misma por la Santa Sede, el nuevo traslado a la Iglesia de la Trinidad en 2006 para la restauración integral de la Iglesia de los Desamparados, aunque en Semana Santa volvía a su templo para efectuar su Estación de Penitencia, y la ejecución de los nuevos respiraderos del paso de Virgen, obra fantástica realizada en plata de ley en los talleres sevillanos de Don Ramón León Peñuelas, que ha cincelado esta obra maestra de orfebrería de las Hermandades sanluqueñas. También en este período se modificó el acompañamiento musical, no sin controversia, en el sentido de incorporar Banda de Cornetas y Tambores tras el paso del Señor, que durante muchos años había ido en silencio, aunque en sus orígenes llevó tras de sí a la Banda de trompetas y tambores de los Flechas Navales, de nuestra ciudad. En un principio fue la Banda “Nuestra Señora del Rosario”, de Cádiz, la que llevó a cabo el acompañamiento musical, y desde 2010 lo hace la Banda “Nuestra Señora del Prado”, de Ciudad Real. Tras la Virgen de la Estrella, y desde la reorganización de la misma en 1981, figura la Banda de Música local “Julián Cerdán”, excepto en los años en que ésta ha decidido no actuar en Semana Santa por razones profesionales de la misma. No es escaso el patrimonio musical de la Hermandad, ya que a las citadas Coplas para Cultos internos de Fernando Espinar y Fray Esteban de Puente Genil, hay que añadir varias composiciones dedicadas a las Imágenes de nuestra Hermandad, y que suenan tras el paso de palio cada Jueves Santo. Cuenta la Hermandad en la actualidad con 1.100 hermanos, aproximadamente, de los que unos 425 efectúan su Estación de Penitencia en la tarde-noche del Jueves Santo. La Hermandad realizó salida Extraordinaria con la Imagen de Jesús Cautivo para su participación en el Santo Entierro Magno el día 23 de abril de 2011 llevándose a cabo con un cortejo compuesto por Cruz, diez parejas de nazarenos con cirios, Estandarte Corporativo, Presidencia y cuerpo de acólitos, llevando como acompañamiento musical la Agrupación Musical de la Sagrada Resurrección de nuestra ciudad. Sanlúcar de Barrameda, 16 de Enero de 2012.

Interpretación social: Desde mi punto de vista, este paso refleja que aunque seamos humillados y se metan con nosotros o nos tomen por locos, tienes que poner la otra mejilla, no contraatacar, la sangre no se paga con sangre, sino esta vida sería un caos. Hay que ser sencillos, y no cambiar de ideas porque otra persona te lo diga, tienes que ser tu mismo aunque esto te haga sufrir ya que no hay cosa más triste que estar siempre pendiente y molesto por que digan los demás de ti, no debes cambiar y recordar siempre que es mejor seguir adelante y sobre todo ser humilde.