Henri Corbin Averroes & El Averroísmo

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Henri Corbin: Averroes & el averroísmo Historia de la filosofía islámica, ed. Trotta, pp. 221-229 VOLVER 1. Pronunciar el nombre de Averroes es evocar una vigorosa personalidad y un filósofo auténtico, del que todos en Occidente han oído hablar, en una u otra medida. Pero es lamentable que la óptica occidental se haya mostrado aquí tan carente de perspectiva. Como ya hemos deplorado, se ha repetido una y mil veces que Averroes era el más grande, el más insigne representante de lo que se ha llamado “filosofía árabe”, y que con él esa filosofía había alcanzado su punto culminante y su final. Se perdía así de vista lo que sucedía en Oriente, donde precisamente la obra de Averroes había pasado poco menos que inadvertida. Ni Nasîr Tûsî, ni Mîr Dâmâd, ni Mollâ Sadrâ, ni Hâdî Sabzavârî, podían haber sospechado el papel y la significación que nuestros manuales atribuyen a la polémica entre Averroes y Ghazâlî. De habérseles podido transmitir, la noticia habría provocado el mismo asombro que suscita hoy en día entre sus sucesores. Abû’l-Walîd Mohammad ibn Ahmad ibn Mohammad ibn Roshd (Aven Roshd, convertido en Averroes por los latinos) nació en Córdoba el año 520/1126. Su abuelo y su padre habían sido célebres juristas, investidos de la dignidad de juez supremo (qâdî al-qodât), y personajes políticos influyentes. Naturalmente, el joven Averroes recibió una formación completa: teología y derecho (fiqh), poesía, medicina, matemáticas, astronomía y filosofía. En el año 548/1153 visita Marruecos y, posteriormente, en el 565/1169-1170, lo volvemos a encontrar desempeñando la función de qâdi en Sevilla. Termina ese mismo año el Comentario sobre el Tratado de los animales y el Comentario medio sobre la Física; éste fue para él un período de intensa productividad. En 570/1174, termina sus Comentarios medios sobre la Retórica y la Metafísica y cae gravemente enfermo. Una vez curado, vuelve a emprender los viajes a que su función le obliga. En 574/1178 está en Marruecos, donde fecha el tratado traducido más tarde al latín con el título De substantia orbis, y en 578/1182 el soberano almohade Abû Ya'qûb Yûsof (a quien había sido presentado por Ibn Tofayl) le nombra su médico y le confiere posteriormente la dignidad de qâdi de Córdoba. Averroes gozaría del mismo favor con el sucesor del soberano, Abû Yûsof Ya'qûb al-Mansur. Pero ya en aquella época, aunque observaba rigurosamente todas las prescripciones de la sharíat, sus opiniones filosóficas despertaban las sospechas de los doctores de la Ley. Parece que, al avanzar en edad, Averroes se retiró de los asuntos públicos para dedicarse íntegramente a sus trabajos filosóficos. Sin embargo, sus enemigos consiguieron que al-Mansûr, que le había entonces colmado de honores con motivo de su traslado a Córdoba en 1195, se indispusiera contra él. Fue enviado en régimen de residencia vigilada a Lucena, cerca de Córdoba, donde debió sufrir las afrentas, las sátiras y los ataques de los “ortodoxos”, tanto de los teólogos como del vulgo. Si es cierto que al-Mansûr le llamó a Marruecos, no fue para devolverle su confianza, pues el filósofo murió más o menos en estado de reclusión, sin haber vuelto a ver Andalucía, el 9 de Safar del año 595, 10 de diciembre de 1198, a la edad de setenta y dos años. Sus restos mortales fueron trasladados a Córdoba. Ibn 'Arabî, que muy joven había conocido a Averroes, asistió a los funerales, ceremonia de la que nos ha dejado un patético relato. Page 1 of 7 Henry Corbin: Averroes y el averroísmo 27/08/2011 http://homepage.mac.com/eeskenazi/corbin7.html

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Islamología

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  • Henri Corbin: Averroes & el averrosmo

    Historia de la filosofa islmica, ed. Trotta, pp. 221-229

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    1. Pronunciar el nombre de Averroes es evocar una vigorosa personalidad y un filsofo autntico, del que todos en Occidente han odo hablar, en una u otra medida. Pero es lamentable que la ptica occidental se haya mostrado aqu tan carente de perspectiva. Como ya hemos deplorado, se ha repetido una y mil veces que Averroes era el ms grande, el ms insigne representante de lo que se ha llamado filosofa rabe, y que con l esa filosofa haba alcanzado su punto culminante y su final. Se perda as de vista lo que suceda en Oriente, donde precisamente la obra de Averroes haba pasado poco menos que inadvertida. Ni Nasr Ts, ni Mr Dmd, ni Moll Sadr, ni Hd Sabzavr, podan haber sospechado el papel y la significacin que nuestros manuales atribuyen a la polmica entre Averroes y Ghazl. De habrseles podido transmitir, la noticia habra provocado el mismo asombro que suscita hoy en da entre sus sucesores. Abl-Wald Mohammad ibn Ahmad ibn Mohammad ibn Roshd (Aven Roshd, convertido en Averroes por los latinos) naci en Crdoba el ao 520/1126. Su abuelo y su padre haban sido clebres juristas, investidos de la dignidad de juez supremo (qd al-qodt), y personajes polticos influyentes. Naturalmente, el joven Averroes recibi una formacin completa: teologa y derecho (fiqh), poesa, medicina, matemticas, astronoma y filosofa. En el ao 548/1153 visita Marruecos y, posteriormente, en el 565/1169-1170, lo volvemos a encontrar desempeando la funcin de qdi en Sevilla. Termina ese mismo ao el Comentario sobre el Tratado de los animales y el Comentario medio sobre la Fsica; ste fue para l un perodo de intensa productividad. En 570/1174, termina sus Comentarios medios sobre la Retrica y la Metafsica y cae gravemente enfermo. Una vez curado, vuelve a emprender los viajes a que su funcin le obliga. En 574/1178 est en Marruecos, donde fecha el tratado traducido ms tarde al latn con el ttulo De substantia orbis, y en 578/1182 el soberano almohade Ab Ya'qb Ysof (a quien haba sido presentado por Ibn Tofayl) le nombra su mdico y le confiere posteriormente la dignidad de qdi de Crdoba. Averroes gozara del mismo favor con el sucesor del soberano, Ab Ysof Ya'qb al-Mansur. Pero ya en aquella poca, aunque observaba rigurosamente todas las prescripciones de la sharat, sus opiniones filosficas despertaban las sospechas de los doctores de la Ley. Parece que, al avanzar en edad, Averroes se retir de los asuntos pblicos para dedicarse ntegramente a sus trabajos filosficos. Sin embargo, sus enemigos consiguieron que al-Mansr, que le haba entonces colmado de honores con motivo de su traslado a Crdoba en 1195, se indispusiera contra l. Fue enviado en rgimen de residencia vigilada a Lucena, cerca de Crdoba, donde debi sufrir las afrentas, las stiras y los ataques de los ortodoxos, tanto de los telogos como del vulgo. Si es cierto que al-Mansr le llam a Marruecos, no fue para devolverle su confianza, pues el filsofo muri ms o menos en estado de reclusin, sin haber vuelto a ver Andaluca, el 9 de Safar del ao 595, 10 de diciembre de 1198, a la edad de setenta y dos aos. Sus restos mortales fueron trasladados a Crdoba. Ibn 'Arab, que muy joven haba conocido a Averroes, asisti a los funerales, ceremonia de la que nos ha dejado un pattico relato.

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  • 2. La obra de Averroes es considerable y no podemos entrar aqu a considerarla de forma detallada. Escribi comentarios sobre la mayor parte de las obras de Aristteles, siendo el objetivo de su vida de filsofo la restauracin del pensamiento aristotlico en lo que l pensaba era su autenticidad. De algunos tratados hay incluso tres series de comentarios: gran comentario, comentario medio y parfrasis. De ah la expresin de Dante: Averrois che il gran commento feo. A veces la exposicin es ms libre, y Averroes habla en su propio nombre, como en su Eptome de la metafsica. Aparte de sus comentarios, escribi tambin toda una serie de obras de particular importancia. Antes de nada, debemos citar el Tahfot al-Tahfot, monumental rplica a las crticas con que Ghazl crea demoler la filosofa; ya hemos indicado anteriormente (V, 7) los motivos que nos llevan a inclinarnos por el ttulo de Autodestruccin de la autodestruccin (la traduccin latina de Kalo Kalonymos lo titula Destructio Destructionis). La obra es ahora perfectamente accesible incluso a los filsofos no orientalistas, gracias a la traduccin de M. Simon van den Berg, enriquecida con notas que aclaran de forma detallada las referencias, implicaciones y alusiones. Averroes sigue paso a paso el texto de Ghazl y lo va refutando poco a poco, a veces con maligno placer, refirindose a otras obras de Ghazl y ponindolo en flagrante contradiccin con l mismo. Hace falta mucho optimismo para sacar de este libro la impresin de que, habida cuenta de las posiciones asumidas respectivamente por filsofos y telogos ante los mismos problemas, Averroes y Ghazl estn ms separados por la forma de expresar su pensamiento que por su contenido. Aparte de esta obra, solamente podemos hacer alusin aqu a las disertaciones de fsica reunidas (en las ediciones latinas) con el ttulo de Sermo de substantia orbis (cf. supra), a dos tratados sobre el problema, clave para nuestros filsofos, de la conjuncin de la Inteligencia agente separada (es decir, inmaterial) con el intelecto humano, y a otros tres tratados relativos a la concordancia entre religin y filosofa. Hay que sealar, de acuerdo con la opinin de S. Munk, que si un buen nmero de obras de Averroes han llegado hasta nosotros, se lo debemos a los filsofos judos. Las copias rabes fueron siempre muy escasas, pues el encarnizamiento con que los almohades hostigaron a la filosofa y a los filsofos impidi su multiplicacin y difusin. Por el contrario, fueron recogidas por los sabios rabinos de la Espaa cristiana y de Provenza, que las tradujeron al hebreo e incluso hicieron transcripciones del original rabe en caracteres hebreos. En cuanto al averrosmo latino, sus orgenes se remontan a las traducciones latinas de los comentarios de Averroes sobre Aristteles establecidas por Michel Scot, probablemente durante su estancia en Palermo (1228-1235), en calidad de astrlogo de la corte del emperador Federico II Hohenstaufen. 3. Recordadas estas indicaciones sumarias, digamos a continuacin que tener que tratar de Averroes en unas pocas lneas resulta tanto ms difcil cuanto que, al parecer, la preocupacin dominante de los historiadores ha sido con frecuencia demostrar que el filsofo de Crdoba estaba de su lado en el gran debate sobre las relaciones entre filosofa y religin. Renan hizo de l un libre pensador avant la lettre; por reaccin, trabajos ms o menos recientes nos lo muestran como un apologista del Qorn, incluso como un telogo, a menudo sin tomarse la molestia de dar ninguna explicacin sobre el significado preciso de dicho trmino. Ahora bien, nunca se insistir suficiente en que ciertos problemas que han absorbido a la cristiandad (planteados a raz de las traducciones de los textos rabes al latn), no tienen forzosamente la misma forma ni un equivalente exacto en el Islam. Es necesario precisar, ante todo, qu trmino rabe se traduce, por ejemplo, en el caso que nos ocupa, por telogo, sin olvidar nunca que la situacin del filsofo-telogo en el Islam se sita en un marco de facilidades y dificultades muy diferentes de las que pueda encontrar su homlogo en el Cristianismo. De hecho, el propsito de Averroes est determinado por un riguroso discernimiento de los

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  • espritus. Basta referirse al comienzo del presente estudio para constatar que Averroes no es el primero en afirmar en el mundo islmico que el texto del Libro divino revelado por el Profeta contiene una letra exotrica (zhir) y uno o varios sentidos esotricos (btin). Como todos los esoteristas, Averroes tiene la firme certidumbre de que se provocaran enormes catstrofes psicolgicas y sociales si se desvelara intempestivamente a los ignorantes y a los dbiles el sentido esotrico de las prescripciones y las enseanzas de la religin. No obstante esta reserva, Averroes es consciente de que se trata siempre de una misma verdad que se presenta en planos de interpretacin y comprensin diferentes. Es, en consecuencia, abusivo atribuir al propio Averroes la idea de que pudiera haber ah dos verdades contradictorias; la famosa doctrina de la doble verdad fue de hecho una creacin del averrosmo poltico latino. Para confundir esta doctrina con el esoterismo de Averroes, es necesario ignorar completamente el sentido de esa operacin mental llamada ta'wl, es decir, de la exgesis espiritual que desde el primer momento hemos sealado aqu como una de las fuentes de la meditacin filosfica en el Islam (1, l). Verdad esotrica y verdad exotrica no son de ningn modo dos verdades contradictorias. Dicho de forma ms precisa, no es posible estudiar y valorar el ta'wil practicado por Averroes, sin conocer cmo fue desarrollado por otros autores, por Avicena o Sohravard, por ejemplo, por el sufismo y el shismo y, muy particularmente, por el ismailismo. Hay algo en comn de una y otra parte, ciertamente, pero tambin diferencias fundamentales en la prctica del ta'wl, las mismas que motivan que la situacin del filsofo Averroes y del averrosmo en Occidente no sea la misma que la del esoterismo en el Islam oriental. 4. Una comparacin tcnica y detallada est todava por hacer. Ese estudio comparativo debera explicar no slo los motivos sino tambin las consecuencias de un aspecto esencial de la cosmologa de Averroes: la desaparicin de la misma de la segunda jerarqua de la angelologa aviceniana, la de los Angeli o Animae caelestes. En efecto el mundo de las Animae caelestes, el Malakut, era, como seala insistentemente toda la tradicin del Ishrq, el mundo de las imgenes autnomas percibidas de manera especfica por la Imaginacin Activa. Es el mundo por el que son autentificadas las visiones e los profetas y de los msticos, as como el significado de la Resurreccin y la pluralidad de sentidos de la Revelacin que simbolizan entre s. Qu ocurrir, tras la desaparicin de ese mundo intermedio, con el nuevo nacimiento del alma, acontecimiento vinculado, especialmente en la gnosis ismail, a la progresin del alma en la noche de los smbolos? Quiz degenerar el ta'wl, convirtindose en una simple tcnica? En todo caso, no conviene preguntarse por el racionalismo de Averroes, presuponiendo en l unos elementos que fueron especficos de los conflictos internos del pensamiento cristiano. Es importante referir la cuestin al nico contexto que le confiere su sentido verdadero. Puesto que su propsito es restaurar una cosmologa que se enmarque en el puro espritu de Aristteles, Averroes reprocha a Avicena su esquema tridico que interpone el Anima caelestis entre la pura Inteligencia separada y el orbe celeste. El motor de cada orbe es una virtud, una energa finita, que adquiere una potencia infinita por el deseo que le mueve hacia un ser que no es ni un cuerpo ni una potencia subsistente en un cuerpo, sino una Inteligencia separada (inmaterial), la cual activa ese deseo como su causa final. Es por homonimia, pura metfora, segn Averroes, que puede darse el nombre de alma a esa energa motriz, a ese deseo que es un acto de inteleccin pura. El fundamento de esta crtica se encuentra, pues, en una actitud radicalmente contraria al emanatismo aviceniano, a la idea de una procesin sucesiva de las Inteligencias a partir del Uno. Pues hay todava algo que emparenta la idea de emanacin con la de creacin. Ahora bien, la idea de creacin es ininteligible para un peripattico de estricta observancia; para l no hay causa creadora.

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  • 5. Si existe una jerarqua en la cosmologa, es porque el motor de cada orbe no solamente desea la Inteligencia particular de su Cielo, sino tambin la Inteligencia suprema. sta puede entonces ser considerada su causa, pero no en tanto que causa emanadora, sino en el sentido de que lo que es comprendido (lo que es objeto de inteleccin) es causa de lo que lo comprende, es decir, como causa final. Lo mismo que toda substancia inteligente e inteligible puede ser, en este sentido, causa de varios seres, puesto que cada uno de estos seres la comprende a su manera, as tambin puede serio el Primun movens, puesto que de Cielo en Cielo el motor de cada orbe lo comprende de forma diferente, es decir, a su manera propia. As pues, no hay ni creacin ni procesin sucesiva; hay simultaneidad en un comienzo eterno. A partir de ah, el principio riguroso Ex Uno non fit nisi Unum, que rige el esquema neoplatnico de Avicena, queda, pues, sobrepasado y, resultando superfluo, es finalmente abolido (por otra parte, se haba tambaleado ya con la metafsica de la luz de Sohravard, y con la obra de Nasr Ts que lo haba utilizado en el mismo sentido). Consecuentemente, Averroes rechaza la idea aviceniana de la Inteligencia agente como Dator formarum. Para Averroes, las formas no son realidades ideales extrnsecas a su materia. No es el agente quien las inserta ah; la materia tiene en s misma en potencia sus innumerables formas, que le son inherentes (posicin sta contraria a la de Sohravard). 6. Ahora bien, una vez abolida la nocin de Anima caelestis, qu ser del principio que constitua el fundamento de la antropologa aviceniana: la homologa entre Anima caelestis y anima humana? y qu ocurrir con las homologas entre la relacin del alma humana con la Inteligencia anglica activa y de cada Anima caelestis con la Inteligencia hacia la cual la mueve su deseo? Cmo sera posible ahora el viaje mstico hacia el Oriente en compaa de Hayy ibn Yaqzn? Tambin aqu es preciso remontarse hasta las opciones fundamentales. Averroes mantiene, de acuerdo con Alejandro de Afrodisia, la idea de una Inteligencia separada, pero, contrariamente a l, rechaza la idea de que la inteligencia humana en potencia sea una simple disposicin ligada a la constitucin orgnica. En razn de esta diferencia, averrosmo y alejandrinismo van a dividir a los espritus de Occidente, como si el primero representara una idea religiosa y el segundo la incredulidad. Por la primera de las dos tesis, Averroes se ver abrumado por las injurias (l, el peripattico!) que le dirigen los antiplatnicos del Renacimiento (Giorgio Valla, Pomponazzi). Pero, a fin de cuentas, no prolongaban stos el rechazo de Duns Scoto, negando la idea de que la Inteligencia agente fuera una substancia separada, divina e inmortal, que pudiera unirse a nosotros por la Imaginacin, y de una manera general el rechazo al avicenismo latino y a su idea de la Inteligencia agente? Por otra parte, esa Inteligencia humana en potencia, cuya independencia respecto a la constitucin orgnica es afirmada por Averroes contra Alejandro de Afrodisia, no es sin embargo la del individuo personal. A ste, en tanto que tal, no le queda ms que una disposicin para recibir los inteligibles, y sta disposicin desaparecer con la existencia del cuerpo. Mientras que Moll Sadr Shrz, por ejemplo, aviceniano ishrq, demuestra todava con fuerza que el principio de individuacin est en la forma, para Averroes el principio de individuacin es la materia. Desde entonces lo individual se identifica con lo corruptible, y la inmortalidad no puede ser ms que genrica. Todo lo que puede decirse es que hay eternidad en el individuo, pero lo que en l hay de eternizable pertenece por completo a la sola Inteligencia agente, no al individuo. Es conocida la atencin que por parte de los gnsticos y msticos del Islam mereci el versculo qornico 7/139, en el que Moiss pide a Al-lh que se le muestre y ste te responde: No me vers; mira, en cambio, la montaa. Si contina firme en su sitio, entonces, me vers. Pero cuando Al-lh se manifest sobre la montaa, la redujo a polvo, y Moiss cay desvanecido.

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  • Nada ms significativo que el ta'wl averrosta de este versculo, tal como lo explica Moiss de Narbona (al comentar la versin hebraica del tratado sobre la posibilidad de unin con la Inteligencia agente). El intelecto hlico del hombre , no tiene, ab initio, la posibilidad de percibir la Inteligencia agente. Debe transformarse en intelecto en acto; solamente entonces me vers. Pero en esta unin, no es, en ltima instancia, ms que la Inteligencia agente la que se percibe a s misma particularizndose momentneamente en un alma humana, como la luz se particulariza en un cuerpo. Esta unin marca la disolucin del intelecto pasivo (como la montaa de Moiss); no es la prenda y la garanta de la sobreexistencia individual. Esto nos sita muy lejos del avicenismo, donde la garanta inalienable de la individualidad espiritual radica precisamente en esa conciencia de s que ella consigue alcanzar mediante su unin con la Inteligencia agente. Transicin 1. Mientras que el avicenismo, en Occidente por un corto espacio de tiempo, en Irn hasta nuestros das, tenda a fructificar en va mstica, el averrosmo latino terminaba convirtindose en el averrosmo poltico de Jean de Jandun y de Marsilio de Padua (siglo XIV). Desde este punto de vista, los nombres de Avicena y Averroes podran ser considerados como los smbolos de los respectivos destinos espirituales que aguardaban a Oriente y a Occidente, sin que esta divergencia sea exclusivamente imputable al averrosmo. Se ha visto como Abl-Barakt Baghdd llevaba a sus ltimas consecuencias la gnoseologa aviceniana, al reconocer para cada individuo, o al menos para los individuos que componen una misma familia espiritual, una Inteligencia agente especfica, que es de hecho una entidad espiritual separada. Las soluciones ofrecidas al problema de la Inteligencia agente, como ya hemos dicho, son altamente significativas. Cuando santo Toms de Aquino, por ejemplo, asigna a cada individuo un intelecto agente, pero sin que ese intelecto sea una entidad espiritual separada, desde ese mismo instante se encuentra rota la relacin inmediata del individuo con el mundo divino, tal como la haba establecido la doctrina aviceniana de la Inteligencia agente, identificando a sta con el Espritu Santo o ngel de la Revelacin. Una vez rota esa relacin que, sin mediador terrestre, estableca la autonoma de la individualidad espiritual, la autoridad de la Iglesia substituye a la norma personal de Hayy ibri Yaqzn. Mientras que la norma religiosa como iniciacin esencialmente individual significaba libertad, es en adelante contra ella, en tanto que norma socializada, contra la que se dirigirn las insurrecciones del espritu y del alma. Ocurrir que esta norma, desde el momento en que se socializa, deja de ser religiosa, pasa del monotesmo al monismo, de la idea de encarnacin divina a la de encarnacin social. Es preciso estar atento a las diferencias, sobre todo en lo que atae a este punto. Si conviene insistir en el hecho de que la religin islmica est desprovista de los rganos de un magisterio dogmtico, es porque no puede legar ni la idea ni la realidad que esa idea refleja a la sociedad laicizada que toma su relevo, como ocurre all donde, para una ortodoxia laicizada, el desviacionismo substituye a la hereja. En el cristianismo, fue la filosofa la que asumi la lucha contra el magisterio, el cual quizs haba preparado ya las armas que se volveran contra l. Por el contrario, no es nada semejante a un averrosmo poltico lo que poda conducir a los espirituales del Islam a liberarse de una ortodoxia opresiva, el literalismo legalista de la shar'at, sino la va del ta'wl, cuyas implicaciones en el esoterismo islmico en general ser necesario analizar para situar los elementos anlogos que puedan encontrarse en Occidente. 2. Se ha afirmado que todo Averroes estaba implcitamente contenido en sus palabras: Oh, hombres! No digo que esa ciencia que vosotros llamis ciencia divina sea falsa; pero digo que yo, particularmente, soy sabio de ciencia humana. Y se ha dicho tambin que la humanidad

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  • nueva que floreci en el Renacimiento sali de ah (Quadri). Quiz. En tal caso, sera tambin igualmente verdadero afirmar que algo termin con Averroes, algo que no poda ya vivir en el Islam, pero que deba orientar al pensamiento europeo, a saber, ese averrosmo latino que recapitula todo lo que se design antao con el nombre de arabismo (trmino que ha adquirido en nuestros das una significacin muy distinta). Por el contrario, si la trayectoria del peripatetismo averrosta haba terminado en el Islam occidental, la meditacin filosfica tena todava un largo camino por delante en Oriente, especialmente en Irn. All mismo, si lo que el esfuerzo especulativo ha perseguido hasta nuestros das, la hikmat il-lhya (philosophia divina), debera recibir ms bien, por la etimologa y el concepto, el nombre de teosofa, es precisamente porque no se conoci la laicizacin metafsica que entrara la separacin de la teologa como tal y la filosofa como tal. En Occidente, esta separacin fue llevada a cabo por la propia Escolstica. Por otra parte, como se ha podido constatar a lo largo de estas pginas, la concepcin fundamental que prevalece entre nuestros filsofos, es menos una concepcin tica derivada de una norma social, que la idea de una perfeccin espiritual; sta no puede ser alcanzada por el ser humano siguiendo el sentido horizontal de la dimensin poltica y social, sino que deber seguir para ello el sentido vertical que le vincula a las jerarquas transcendentes, garanta suprema de su destino personal. Por este motivo, el rgimen del solitario inspirado a Ibn Bjja por Frb, queda muy lejos del averrosmo poltico latino. 3. La primera parte de esta obra, al detenerse en la muerte de Averroes, no se ajusta a las divisiones cronolgicas generalmente adoptadas por la historia de la filosofa occidental, en la que el siglo xv es considerado como un punto de giro decisivo. Pero la periodizacin familiar a Occidente no es extrapolable a la cronologa de la era islmica. La situacin, tal como lo dejamos al final del siglo VI/XII, est marcada en el Islam occidental por la muerte de Averroes (595/1198), y, en el oriental, por la de Sohravard (587/1191). Pero ya en ese momento Ibn 'Arab ha entrado en escena y la influencia de su obra colosal ser decisiva. Por eso la ltima dcada del siglo XII de nuestra era nos muestra la aparicin de una lnea divisoria, a uno y otro lado de la cual se desarrollarn en el Occidente cristiano, el alejandrinismo y el averrosmo poltico; en el Oriente islmico, especialmente en Irn, encontramos la teosofa de la luz de Sohravard, cuya influencia, conjugndose con la de Ibn 'Arab se perpeta hasta nuestros das. Nada hay ah que pueda recordar al tomismo o a algo semejante, independientemente de que se valore el pensamiento tomista de forma positiva o negativa. En la medida en que pueda ser acertado tipificar la oposicin entre Ghazl y Averroes como oposicin entre la filosofa del corazn y la pura filosofa especulativa (sin olvidar nunca que el equivalente de la palabra rabe 'aql no es ratio, sino intellectus, Nos), la oposicin, en cualquier caso, slo poda ser superada por algo que no renunciara ni a la filosofa ni a la experiencia espiritual del sufismo. Tal fue en su esencia, como ya hemos visto, la doctrina de Sohravard. No decimos que l pretendiera superar el conflicto Ghazl - Avicena, Ghazli - Averroes. Slo a los ojos de un occidental puede ese conflicto parecer tan decisivo como la disyuntiva Kant -Aristteles; Sohravard, como el resto de pensadores iranios, se sita ms all de ese conflicto. Y ya antes ponamos de relieve el hecho notable de cmo al conjugar los nombres de Platn y Zaratustra, se adelantaba en tres siglos al proyecto del gran filsofo bizantino Gemistos Plethon. 4. Se ha hecho alusin ms arriba a la presencia de lbn 'Arab en el traslado de los restos mortales de Averroes a Crdoba. El recuerdo que lbn 'Arab conserv de ese hecho es conmovedor. A un lado de la montura se haba cargado el atad; al otro, los libros de Averroes. Un paquete de libros sirviendo de contrapeso a un cadver! Para comprender el sentido de la vida especulativa y cientfica del Oriente islmico tradicional, hay que tener presente esta imagen, a la manera de un smbolo invertido de su bsqueda y sus planteamientos: una ciencia

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  • divina triunfando sobre la muerte. Es deplorable que la filosofa islmica haya estado durante tanto tiempo ausente de nuestras historias generales de la filosofa, o por lo menos que se le haya considerado con frecuencia desde la perspectiva de lo que fue conocido por nuestros escolsticos latinos. Como hemos anunciado al comienzo, nos queda, para terminar el presente estudio, considerar dos perodos: uno nos llevar, a travs de la metafsica del sufismo, desde Ibn 'Arab hasta el Renacimiento safvida en Irn; el otro, desde ah hasta nuestros das. Deberemos plantearnos entonces la pregunta: cul es el porvenir de la metafsica tradicional en el mundo islmico? Y, en consecuencia, cul es su sentido para el mundo en general? El tipo de filosofa proftica cuyas lneas generales hemos trazado al principio, nos permite intuir el sentido que cabe atribuir al hecho de que sea en el Islam shita, y no en otra parte, donde se ha producido el gran movimiento intelectual que se ha prolongado en Irn desde el perodo safvida. Interrogarse sobre su futuro es, en principio, interrogarse a ttulo de testigo. Pero nuestras historias de filosofa apenas han tomado en cuenta, hasta la fecha, el testimonio de ese posible testigo, que podra mostrarnos por qu lo que se anunciaba en Occidente desde el siglo XII, no se ha producido all, cuando tambin el Islam es como nosotros nos honramos de ser hijo de la Biblia y de la sabidura griega. Una ciencia capaz de la conquista ilimitada del mundo exterior, pero que exige a cambio la crisis espantosa de toda filosofa, la desaparicin de la persona y la aceptacin de la nada, pesar ms, ante ese testigo, que un paquete de libros que sirven de contrapeso a un cadver?

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