Hayek y la Filosofía cristiana - Gabriel J. Zanotti

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ENSAYO HAYEK Y LA FILOSOFÍA CRISTIANA Gabriel J. Zanotti En el presente ensayo se procura demostrar que el eje central del pensamiento de Hayek no es contradictorio con la "filosofía cris- tiana fundamental". Previa reconstitución lógica del planteamien- to hayekiano, Gabriel Zanotti señala que su eje central es la "teo- ría del orden espontáneo", la cual se funda, a su vez, tanto en la premisa gnoseológica de que el conocimiento humano es limitado como en la noción de que los individuos poseen capacidades y disposiciones innatas de conducta con las cuales se integran a ese orden espontáneo, que se da en los distintos aspectos del quehacer humano (económico, jurídico, político, etc.), y a partir del cual se va construyendo la institucionalidad. Dicho orden espontáneo —según Hayek— no tiene una finalidad. Las disposiciones innatas en el hombre y, por otra parte, su capa- cidad de conocimiento limitado, sostiene Zanotti, son perfecta- mente explicables en la filosofía realista moderada de Santo To- más. La idea hayekiana de que el orden espontáneo no tiene una finalidad que pueda ser prevista y planificada por una mente hu- mana no es contradictoria con la posibilidad filosófica de que ese orden —espontáneo para el ser humano— provenga de Dios. Es más, Zanotti plantea que el tomismo fundamenta mejor, filosó- ficamente, la teoría del orden espontáneo. GABRIEL J. ZANOTTI. Filósofo. Profesor e investigador en la Escuela Supe- rior de Economía y Administración de Empresas (Eseade) y en la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (Unsta), Argentina. Autor de libros y ensayos; entre ellos cabe mencionar Economía de mercado y doctrina social de la Iglesia Estudios Públicos, 50 (otoño 1993).

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Hayek y la Filosofía cristiana - Gabriel J. Zanotti

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  • ENSAYO

    HAYEK Y LA FILOSOFA CRISTIANA

    Gabriel J. Zanotti

    En el presente ensayo se procura demostrar que el eje central delpensamiento de Hayek no es contradictorio con la "filosofa cris-tiana fundamental". Previa reconstitucin lgica del planteamien-to hayekiano, Gabriel Zanotti seala que su eje central es la "teo-ra del orden espontneo", la cual se funda, a su vez, tanto en lapremisa gnoseolgica de que el conocimiento humano es limitadocomo en la nocin de que los individuos poseen capacidades ydisposiciones innatas de conducta con las cuales se integran a eseorden espontneo, que se da en los distintos aspectos del quehacerhumano (econmico, jurdico, poltico, etc.), y a partir del cualse va construyendo la institucionalidad. Dicho orden espontneosegn Hayek no tiene una finalidad.Las disposiciones innatas en el hombre y, por otra parte, su capa-cidad de conocimiento limitado, sostiene Zanotti, son perfecta-mente explicables en la filosofa realista moderada de Santo To-ms. La idea hayekiana de que el orden espontneo no tiene unafinalidad que pueda ser prevista y planificada por una mente hu-mana no es contradictoria con la posibilidad filosfica de que eseorden espontneo para el ser humano provenga de Dios. Esms, Zanotti plantea que el tomismo fundamenta mejor, filos-ficamente, la teora del orden espontneo.

    GABRIEL J. ZANOTTI. Filsofo. Profesor e investigador en la Escuela Supe-rior de Economa y Administracin de Empresas (Eseade) y en la Universidaddel Norte Santo Toms de Aquino (Unsta), Argentina. Autor de libros y ensayos;entre ellos cabe mencionar Economa de mercado y doctrina social de la Iglesia

    Estudios Pblicos, 50 (otoo 1993).

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    En la parte final Zanotti comenta ciertas concepciones de Hayek ysu posible compatibilidad con aspectos de la doctrina social de laIglesia.

    Introduccin

    1 objetivo central del presente estudio es demostrar que el ejecentral del pensamiento de Friedrich A. von Hayek no es contradictoriocon la "filosofa cristiana fundamental".

    Al mismo tiempo, y como resultado concomitante, haremos unasntesis expositiva del pensamiento de Hayek, la que ser planteada obje-tivamente y en forma independiente del propsito central referido.

    Debemos decir, asimismo, que guiados por la experiencia de otrostrabajos similares especialmente el que hemos realizado acerca de Lud-wig von Mises1 tenemos ya establecidas metodolgicamente ciertaspautas generales para este tipo de trabajo. Ellas son las siguientes: a) laexpresin "eje central" hace referencia a la parte fundante del pensamien-to de un autor, alrededor de la cual se estructuran lgicamente los demstemas. Esa parte fundante es, pues, una premisa de tipo lgico, y no untem histrico del pensamiento de ese autor, lo cual implica que el ejecentral de un pensamiento puede haber estado constituyndose a lo largode toda la historia de los escritos del autor en cuestin y no haber sidonecesariamente explicitado por l en una obra en particular. Es lo mismoque si dijsemos que el eje central de la metafsica de Santo Toms es suteora de la participacin: Santo Toms no tiene ninguna obra titulada "Laparticipacin como eje central de mi pensamiento". Esto debe tenersemuy en cuenta en el caso de Hayek. b) La demostracin de la ausencia decontradiccin se refiere especficamente a ese eje central. Alrededor de lun autor puede haber planteado muchos temas, algunos necesariamentederivados de esa premisa fundante, otros no. Ahora bien, una vez demos-trada la ausencia de contradiccin con ese eje central fundante, los temasderivados de l reciben transitivamente la misma ausencia de contradic-cin. Los otros temas que no derivan necesariamente deben ser analizados

    (Buenos Aires: Ed. Belgrano, 1985); Introduccin a la Escuela Austraca deEconoma (Buenos Aires: Centro de Estudios sobe la Libertad, 1981). Varios desus ensayos han sido publicados en Estudios Pblicos, entre ellos "Persona hu-mana y libertad", N 20 (1985); "Ludwig von Mises y la filosofa cristiana",N 21 (1986); "Modernidad e iluminismo", N 35 (1989).

    1 Vase Gabriel J. Zanotti, "Fundamentos filosficos y epistemolgicos de

    la praxeologa", Libertas 13 (mayo 1990), Eseade, Buenos Aires.

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    en cada caso. c) La expresin "ausencia de contradiccin" implica quedicho eje central no presenta contradiccin lgica con algo, pero ello noimplica que se derive necesariamente de aquello con lo cual no se contra-dice. Esto es importante porque el aporte del autor en cuestin puedetener su nivel de autonoma y originalidad respecto de aquello con lo cualno es contradictorio. Aunque esto suene algo abstracto y tal vez irrelevan-te, es todo lo contrario. Es como decir que ser un buen jinete no es con-tradictorio con pilotar un avin. De ser un buen piloto no se deriva nece-sariamente ser un buen jinete, aunque esto ltimo no sea contradictoriocon lo primero. La demostracin se hace simplemente porque hay perso-nas empeadas en afirmar que no se puede ser un buen piloto y un buenjinete al mismo tiempo. d) La demostracin de la ausencia de contradic-cin sigue este esquema central: en primer lugar tenemos el problema deque la fundamentacin del eje central en s est realizada, por parte delautor en cuestin, con elementos cuya gran parte no es compatible con lafilosofa cristiana fundamental. Entonces distinguimos entre ese eje cen-tral (ncleo) y los otros elementos que lo rodean, la mayora contradicto-rios con la filosofa cristiana fundamental (protoplasma). A partir de all,demostramos que ese eje central en s mismo es fundamentable en laFCF,* y entonces, al mismo tiempo, lo distinguimos y simultneamenteseparamos del protoplasma aludido, rodendolo del protoplasma de laFCF. A la vez, buscamos en el protoplasma elementos tambin no contra-dictorios con la FCF y los incorporamos al nuevo protoplasma. Concluidoeste trabajo de "microciruga filosfica", queda cumplido el objetivo. e)La expresin "filosofa cristiana fundamental" (FCF) alude a una metaf-sica creacionista,2 en la cual se demuestre racionalmente que Dios existe,que El es esencialmente distinto de las criaturas y al mismo tiempo sucausa ltima; que el espritu del hombre subsiste a la muerte; que stetiene libre albedro y que existe un orden moral objetivo. La expresin"cristiana" no implica que las conclusiones referidas necesiten una premi-sa mayor revelada, sino que a) no son contradictorias con el dogma cat-lico; b) pueden haber sido positivamente inspiradas por temas originadosen la revelacin de dicho dogma (por ejemplo, la reflexin sobre cuestio-nes filosficas tales como la distincin entre naturaleza y persona por losdogmas de la Encarnacin y la Trinidad). No hay slo una filosofa cris-

    * FCF: Filosofa cristiana fundamental.2 Vase Francisco Leocata, Del iluminismo a nuestros das (Buenos Aires:

    Ed. Don Bosco, 1979), caps. 1 y 11.

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    tiana fundamental; en la historia de la filosofa se observan varias FCF encompetencia, sin contradiccin con el dogma (agustinismo, tomismo,tomismo suarista, etc.). En nuestro caso, no por fe, sino por razn, consi-deramos la filosofa de Santo Toms como la expresin ms acabada dela FCF, y a ella nos referiremos cuando digamos FCF. Lo cual implicaque no rechazamos otras FCFles que, por alguna razn, nos convenzan.

    Creemos que las aclaraciones metodolgicas aludidas son suficien-tes para aclarar el tipo de trabajo que realizaremos.

    2. Esquema lgico del pensamiento de Hayek

    Habitualmente hay dos modos de exponer el pensamiento de unautor. Uno es el histrico, respetando cierto orden temporal en la ex-posicin de sus obras. El otro es ms bien lgico: se elige el eje centralfundante de su pensamiento y en funcin de l se ordenan los dems.Cada sistema tiene sus ventajas y sus desventajas. Nosotros elegiremos elsegundo mtodo, simplemente porque nos resulta ms sencillo.

    Primero diremos, en forma esquemtica, cmo se ordena lgica-mente el pensamiento de Hayek, y luego especificaremos su contenido.Aclaremos desde ya que, al hacer esto ltimo, la sntesis y el resumensern inevitables. Cada parte de su pensamiento da para mucho, si se lotrata en detalle.

    Hayek parte de una premisa fundante de tipo gnoseolgica, quees la limitacin del conocimiento humano. Esa premisa es el fundamen-to de aquello que es el eje central de su pensamiento, que es su teora delorden espontneo. Esta teora se aplica principalmente a tres reas: a)economa poltica, b) epistemologa, y c) filosofa poltica. (En estos lti-mos temas se sigue, ms o menos, un orden histrico.) En el rea de laeconoma poltica desarrolla su teora del proceso de mercado; la im-posibilidad de clculo econmico en la sociedad socialista; su teora delciclo econmico y sus propuestas tericas y prcticas de tipo monetario.En el rea epistemolgica desarrolla la aplicacin del OE* a las cienciassociales por medio de tres ensayos importantes que ya veremos, con unperodo ms influido por Mises y luego con aportes popperianos, perosiempre bajo el tamiz de su pensamiento original.3 Y en el rea filosfico-

    * OE: Orden espontneo3 Vase Gabriel J. Zanotti, "Caminos Abiertos", obra indita, presentada

    al Departamento de Investigaciones de Eseade, 1990.

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    poltica desarrolla la aplicacin del OE al surgimiento de las institucionespolticas de limitacin al poder, lo cual puede subdividirse en los siguien-tes temas: a) la distincin entre tipos de normas en el sistema poltico y elsurgimiento del common law; b) la evolucin del sistema poltico y lacuestin de las tradiciones culturales en competencia; c) la cuestin de ladivisin de poderes en el sistema institucional de limitacin al poder y lacuestin de la democracia; d) la crtica al racionalismo constructivista.Todos estos temas estn tratados en dos obras sistemticas, que citaremosms adelante.

    Esto implica que el esquema sera el siguiente:

    PREMISA GNOSEOLOGICA (protoplasma)TEORA DEL ORDEN ESPONTANEO (eje Central)

    a) Economa Proceso de mercado.Debate del clculo econmico.Teora del ciclo.Teora monetaria.

    b) Epistemologa. Modelos y hechos en ciencias socialesParticularidades de las ciencias sociales.Prediccin en las ciencias sociales.

    c) Filosofa poltica Distincin nomos/taxis;commom law.

    Evolucin de las ciencias sociales.Divisin de poderes/democracia.Constructivismo (crtica).

    3. Exposicin resumida de los temas enunciados

    La expresin "exposicin resumida" alude a que trataremosde enunciar en cada caso la esencia de la cuestin, tratando de evitaraunque la norma tendr sus excepciones largas citas textuales. Nues-tra interpretacin de Hayek no intenta eludir la lectura indispensable parasu conocimiento, y, adems, esta exposicin es instrumental respecto delobjetivo central de nuestro estudio, en funcin de lo cual menos anintentamos sustituir la lectura de Hayek. Debemos advertir, asimismo,que la demostracin de la ausencia de contradiccin queda para el prxi-mo punto, no para ste.

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    Si vamos a hacer una exposicin lgica, no histrica, del pensa-miento hayekiano, no es extrao que comencemos con su teora del co-nocimiento. Todos los autores tienen un metasistema metafsico y gno-seolgico ontolgicamente previo esto es, condicin necesaria paralo dems, conscientemente o no. En el caso de Hayek, ese sistema esexplcitamente planteado a lo largo de toda su obra. Pero una de lasoportunidades donde ms clara y sintticamente lo plantea es su pequeoy sustancioso artculo "La primaca de lo abstracto",4 donde expone lasrazones ltimas de uno de sus puntos favoritos: la limitacin del conoci-miento humano.

    El ttulo del artculo es explcito respecto de lo que Hayek intentaplantear, y que siempre haba planteado. Se trata de una toma de posicinacerca de la cuestin de los universales y el origen del conocimientohumano. Este ltimo no deriva del encuentro entre una inteligencia des-nuda de esquemas previos y datos concretos y singulares, a partir de loscuales se elabora el dato abstracto. Al contrario, Hayek se ubica en untipo sui generis de conceptualismo neokantiano,5 en el cual: a) lo abstrac-to y lo universal tienen primaca (esto es, es condicin necesaria para)sobre lo particular, y esto, a su vez, porque: b) el ser humano est dotadopreviamente a su encuentro con lo concreto de esquemas clasificato-rios previos, fruto de ciertas pautas o disposiciones previas de accin. Osea que, contrariamente a lo que muchas veces se supone, los esquemasuniversales con los cuales el ser humano aborda el mundo concreto noson fruto de una observacin previa, sino que, al contrario, esos esquemasuniversales son condicin necesaria para que los datos de la observacinconcreta adquieran sentido y relevancia.

    Hayek se sirve principalmente de tres fuentes para fundamentar suposicin. En primer lugar recurre a los datos de la etologa, que nos hablade pautas innatas de accin en los animales. En la evolucin filogenticaque conduce hacia el hombre, estas pautas habran evolucionado haciaciertas capacidades innatas que le permiten desarrollar algunas habilida-des, independientemente de la educacin formal.6 Cita, en segundo lugar,

    4 Friedrich A. von Hayek, "Primaca de lo abstracto", Nuevos Estudios

    (Buenos Aires: Eudeba, 1981), p. 31.5 Sobre el problema de los universales, vase especialmente E. Gilson, La

    filosofa en la Edad Media (Madrid: Gredos, 1976).6 Vase "La primaca de lo abstracto", en op. cit., pp. 34-35. Con "educa-

    cin formal" nos referimos a los procesos de escolaridad en sentido propio. No,necesariamente, a "sector estatal".

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    datos de la lingstica (refirindose a Chomsky), para ejemplificar unade esas habilidades, esto es, el lenguaje. Y, en tercer lugar, se refiere a lateora del conocimiento de Popper, segn la cual las conjeturas universa-les son anteriores a cualquier tipo de observacin inductiva previa. Esasconjeturas son tambin fruto de una "evolucin emergente",7 de la cualhan derivado disposiciones innatas de accin que al ser humano lo pro-veen de conjeturas intelectualmente elaboradas para actuar en un mundocuya esencia queda desconocida.8 Reiteramos que la lectura de ste yotros ensayos de Hayek al respecto9 sugieren una interpretacin neo-kantiana de esta posicin: la primaca de lo abstracto implica en ltimainstancia la primaca de una serie de sui generis categoras a priori (estoes, no las kantianas estrictamente), sobre los datos de un mundo singulary concreto, los que son ordenados por esas categoras. Esto explica per-fectamente el agnosticismo metafsico en el cual se ubica permanente-mente Hayek.

    Nuestro prximo paso ser el siguiente: explicaremos lo que ennuestra opinin es el eje central del pensamiento de Hayek, esto es, suteora del orden espontneo, y luego diremos cul es su relacin con elpunto anterior.

    Ante todo, expliquemos cmo se origina la cuestin del ordenespontneo en el pensamiento de Hayek. En 1920 Ludwig von Miseshaba escrito un artculo en el que sostena que en el sistema socialistaentendido como el sistema de divisin del trabajo en ausencia de pro-piedad privada de los medios de produccin es imposible el clculoeconmico. Este es un tema clsico e importante dentro de la EscuelaAustraca de Economa.10 Expresado de modo muy sinttico, digamos queMises demuestra que un mercado libre cuya condicin jurdica es lapropiedad privada es condicin necesaria para la existencia de precios,los cuales a su vez son condicin necesaria para evaluar el mtodo menos

    Vase Gabriel J. Zanotti, "Popper: Bsqueda con esperanza", obra indi-7ta (1991), parte II, 1.

    8 Ibdem, parte II, 2.9 Vase John Gray, "F. A. Hayek y el renacimiento del liberalismo clsi-

    co", Libertas 1 (octubre 1984).10 La bibliografa al respecto es amplsima, pero sta, junto con una buena

    sistematizacin del problema, puede encontrarse en D. Lavoie, "Crtica de lainterpretacin corriente del debate sobre el clculo econmico socialista", Liber-tas 6 (mayo 1987). Es tambin muy detallado el trabajo de Cecilia Gianella deVsquez Ger, "El clculo econmico: Una visin contempornea", indito, pre-sentado al Departamento de Investigaciones de Eseade, 1992.

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    costoso de produccin y conjeturar las valoraciones futuras de la deman-da. Economistas socialistas tratan de contestar sobre la base del modelode competencia absoluta, en el cual, conocidos los fines y presuponiendoinformacin perfecta, pueden evaluarse, desde un centro planificador, losmedios correspondientes. Hayek desarrolla entonces con ms amplitud loque Mises tambin haba afirmado: la nocin de mercado y competenciaque tanto l como Mises manejaban la cual se traspasa luego a la nuevageneracin de austracos educados por Kirzner11 es distinta. El merca-do no es, afirma Hayek, un modelo mecnico esttico, en equilibrio, consupuestos de conocimiento perfecto. O sea que rechaza el paradigma ha-bitual de la profesin, a saber, los modelos de competencia perfecta, consus variantes. Al contrario, el mercado es un proceso esencialmente din-mico, que est en una situacin de esencial desequilibrio, y en el cual lainformacin y el conocimiento de oferentes y demandantes son esencial-mente limitados e imperfectos. La labor de la ciencia econmica es ex-plicar cmo, a partir de esos supuestos, el mercado tiende a la economi-zacin perfecta de los recursos, asintticamente, sin alcanzarla nunca.Hayek desarrolla este tema en una serie de importantes y ya clsicosartculos: "Economics and Knowledge" (1945); "The Use of Knowledgein Society" (1945); "The Meaning of Competition" (1946); y tambin en"Competition as a Discovery Procedure" (1968),12 adems de desarrollareste tema en dos de sus obras sistemticas: Derecho, legislacin y liber-tad, y en su ltimo libro excelente resumen de todo su pensamientoThe Fatal Conceit: The Errors of Socialism.13 Hayek advierte, ya desde1935, que el mercado es un proceso cuyos agentes obran con conocimien-to limitado y disperso. Pero la interaccin de todos ellos, bajo ciertascondiciones jurdicas, produce un resultado global la tendencia a laeconomizacin de recursos que no hubiera sido posible de ser planeadopor ninguna mente humana sola, pues ninguna puede aisladamente coor-dinar toda la informacin necesaria para producir ese resultado (y tal es

    11 Vanse, al respecto, el comentario y bibliografa presentados por I.

    Sarjanovic, "El mercado como proceso: Dos visiones alternativas", Libertas 11(octubre 1989).

    12 Los tres primeros pueden encontrarse en Friedrich A. von Hayek,

    Individualism and Economic Order (University of Chicago Press, 1948); el lti-mo en Friedrich A. von Hayek, Nuevos Estudios (pp. cit).

    13 Friedrich A. von Hayek, The Fatal Conceit: The Errors of Socialism

    (Routledge and Chicago University Press, 1988); versin en castellano: La fatalarrogancia: Los errores del socialismo (Unin Editorial, Centro de Estudios P-blicos [Santiago de Chile], Eseade [Buenos Aires], 1990).

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    su contestacin a la pretensin de coordinacin central socialista). Esainformacin se coordina en el mercado a travs de los precios, que son ascaracterizados como sintetizadores y coordinadores de informacin dis-persa. La agencia central socialista no puede suplir ese proceso de coordi-nacin: aun en el supuesto de que hubiera logrado estar informada decules fueron las valuaciones de la demanda, no podra saber con certezacules sern. El empresario particular tampoco tiene esa certeza, pero elproceso jurdico de competencia tiende a hacer permanecer en el mercadoa aquellos que mejor conjeturan al respecto.14 Por eso el mercado es un"procedimiento de descubrimiento"; no sobre fines y medios dados, sinosobre fines y medios que deben ser descubiertos. La agencia central so-cialista, al carecer de los precios, frutos del mercado libre, no puederecurrir a las seales de las que se sirve el agente particular en el mercadopara conjeturar sobre las valuaciones de los otros.

    La concepcin del mercado como proceso, en contraposicin a losmodelos de competencia perfecta, ha sido uno de los principales aportesde Hayek a la ciencia econmica, sobre la base de las enseanzas deLudwig von Mises. Pero el lector se preguntar dnde qued la cuestindel orden espontneo. Precisamente en que Hayek va advirtiendo, paulati-namente, que el proceso del mercado es un caso de orden espontneo. Enefecto, su conclusin en economa es que el orden del mercado es aquelen el cual oferentes y demandantes, con un conocimiento limitado, atravs de sintetizadores de informacin dispersa, que son los precios,producen un resultado global, esto es, la economizacin de recursos, talque si tuviera que ser producido deliberada y conscientemente esto es,planificadamente, requerira una mente directriz con un conocimientototal que ninguna de las mentes inmersas en el proceso tiene ni podraposeer. Ahora bien: considerada tal situacin en general, Hayek afirmaque ese orden espontneo es el caso general de los rdenes sociales:15cmo explicar "que la combinacin de conocimientos fragmentados endiferentes mentes produzca resultados espontneos tales que, si tuvieranque ser producidos deliberadamente, requeriran una mente directriz conun conocimiento total, que ninguna de las mentes inmersas en el procesoposee".16 De este modo, Hayek advierte que entre procesos naturales

    14 Vanse I. Sarjanovic, op. cit., y E. T. Thomsen, "Precios e informa-

    cin", Libertas 11.15

    Vase Friedrich A. von Hayek, "Scientism and the Study of Society",The Counter Revolution of Science (Indianapolis: Liberty Press, 1979).

    16 As lo habamos explicado en Gabriel J. Zanotti, "Caminos abiertos"

    op. cit., cap. 2, 1.

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    totalmente independientes del hombre y productos tcnicos totalmentedependientes de un ordenamiento deliberado y consciente los artefac-tos existe una zona intermedia, los "rdenes espontneos", fruto de "laaccin humana pero no del designio humano".17 Tener conciencia de estazona intermedia es indispensable para las ciencias sociales, las que seenfrentan con procesos como el mercado, la moneda, el derecho, las insti-tuciones polticas, que no han surgido de un momento determinado simi-lar a una invencin tcnica, fruto de una sola mente, pero que tampocoson elementos donde el hombre no interviene, tal como la fauna silvestre.Y lo bsico de esos rdenes espontneos es que su resultado final no hasido deliberadamente pensado y planeado por ninguno de sus intervinien-tes, no slo porque no lo necesitan sino porque adems todos ellos operancon un conocimiento limitado tal que les sera imposible planearlo.

    No en vano el mercado aparece como uno de los mejores ejemplosde lo anterior. Supongamos que entramos a un supermercado de NuevaYork a comprar una campera. En ese hecho cotidiano, aparentemente tansimple, se esconde una infinidad de procesos sumamente complejos. De-bemos preguntarnos, a efectos de tomar conciencia de ellos, cuestionesque casi nunca nos planteamos. Primero: tiene alguien el conocimientopara hacer por s mismo una campera? Pensemos en los complejos en-granajes de la cadena de produccin que llevaron a ese producto; en lainfinidad de oferentes y demandantes que se encontraron en ese proce-so, sin conocerse entre s, sin tener conciencia del resultado final: quealguien, en algn momento X entrara al lugar X a comprar una campera.O sea, hay una infinidad de agentes operando bajo una complejsimadivisin del trabajo, todos ellos con un conocimiento muy parcial delproceso global en el cual estn inmersos. Segundo, e ntimamente relacio-nado con lo anterior, habitualmente encontramos una seccin donde hayun determinado nmero de camperas. Por qu no estn los stanos deese supermercado inundados de camperas? Por qu no hay camperas portodos lados, que no se pueden vender, y con las cuales los dueos delsupermercado no saben qu hacer? Y, al revs: por qu no hay unamultitud de gente haciendo cola para comprar una muy pequea cantidadde camperas? Por qu no hay un faltante generalizado de camperas? Y,

    17 Esta es una importante expresin de Adam Ferguson usada con frecuen-

    cia por Hayek. Vase al respecto al artculo de Ezequiel Gallo, "La tradicin delorden social espontneo: Adam Ferguson, David Hume y Adam Smith", en Li-bertas 6, IV, 1987.

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    lo ms importante de todo, no hay una oficina gubernamental en NuevaYork al menos, hasta ahora que se ocupe de la produccin, distribu-cin y venta de camperas. Y tal es precisamente la causa de que noexistan esos problemas: hay un orden espontneo en el mercado cuyacoordinacin de informacin a travs de los precios resuelve lo que milesde agentes burocrticos no podran resolver. Esto que parece hoy, en tr-minos popperianos, corroborado por el fracaso absoluto de las economascentralizadas fue perfectamente visto y previsto por Mises desde 1920 ypor Hayek a partir de los aos treinta.

    Nuestro siguiente paso expositivo es explicar cul es la relacinentre el orden espontneo y las premisas gnoseolgicas anteriormenteexpuestas. La relacin es la siguiente: las disposiciones innatas de con-ducta y habilidades abstractas, previas a lo concreto, son causa de queindividuos con poca instruccin formal, y con conocimiento muy limitadoy disperso del proceso en el que se encuentran, formen parte y participende ese orden espontneo, en el cual se conectan y coordinan una infini-dad de elementos y variables intenciones, planes y valuaciones huma-nas diversas que son inabarcables para quien pretendiera planearlo deli-beradamente.18 Hayek agrega a esto otra premisa de tipo metafsico antesque gnoseolgico: niega finalidad a los rdenes espontneos.19 La catego-ra de finalidad queda reservada en su pensamiento para una decisinracional de un orden deliberado. Esto es coherente con su agnosticismometafsico que le impide afirmar un fin natural, fruto de la racionalidadDivina, a rdenes no planeados deliberadamente por el ser humano. Sobreel tema, como podr imaginar el lector, deberemos hacer importantescomentarios ms adelante.

    Establecidas las lneas generales sobre la cuestin del OE (ordenespontneo) veamos sus aplicaciones particulares a los tres aspectos ante-riormente referidos (economa, epistemologa, filosofa poltica).

    Sobre las aplicaciones a la teora econmica debemos decir, enprimer lugar, que dos de ellas, a saber, la teora del proceso de mercado yel debate del clculo econmico, ya han sido expuestas, porque era impo-sible explicar in abstracto la teora del OE sin referir su origen in concre-to en esas dos cuestiones. En segundo lugar, sobre las dos otras materiaspendientes a saber, la teora monetaria y la teora del ciclo nuestras

    18 Vase Friedrich A. von Hayek, "La primaca de lo abstracto", op. cit.

    19 Vase Friedrich A. von Hayek, "La confusin del lenguaje en el pensa-

    miento poltico", Nuevos Estudios, (op. cit.), p. 65.

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    referencias sern muy sintticas, para no salimos del mbito de nuestraprofesin, y, a la vez, sern referencias cuyo inters central consistir enmostrar su conexin con el OE.

    Como dijimos, no est en nuestro mbito ni en nuestra intencinhacer siquiera una sntesis de los aportes ms especficamente tcnicos deHayek en relacin a estos temas. Remitimos a la bibliografa correspon-diente en cuanto a las fuentes.20 Lo que debemos apuntar es que la teoradel ciclo econmico a veces descrita como teora Mises-Hayek21 es unejemplo claro del tema del orden espontneo. Por obra de una difundida"vulgata" keynesiana, muchos economistas, y a veces el pblico interesa-do en la cuestin, estn convencidos de que crisis como la de los aostreinta en los EE.UU. surgen de un defecto intrnseco al sistema de libremercado, el que las autoridades gubernamentales por medio de oportunaspolticas de expansin y retraccin monetaria en el mercado de capitalesdeberan estar permanentemente corrigiendo. Pero la verdad es estricta-mente la contraria. Las crisis cclicas son el resultado de la intervencingubernamental en el mercado de capitales, a travs de la cual la tasa deinters de mercado es artificialmente rebajada por una expansin de laoferta monetaria por parte del Estado. De ese modo, la tasa de intersaparece en el mercado alejada artificialmente de la tasa de inters origina-ria, que, rpidamente descrita, es aquella que seala la cuanta de ahorroexistente. La tasa de inters de mercado tiene otros elementos, como lainfluencia del poder adquisitivo de la moneda y el factor riesgo. Y uno delos ejemplos del OE en el proceso de mercado es que, mediante su din-mica permanente, la tasa de inters de mercado tiende a acercarse a latasa de inters originaria. Los empresarios pueden equivocarse en cuantoa la estimacin de rentabilidad que hacen de su proyecto de inversin, enla que deben tener en cuenta la tasa de inters de retorno (en breve: laposibilidad de que la rentabilidad de su proyecto cubra el costo de la tasade inters). Pero, precisamente, en situacin de libre entrada al mercado y

    20 Vanse al respecto las siguientes obras de Friedrich A. von Hayek, The

    Pure Theory of Capital (University of Chicago Press, 1941; Midway Reprint,1975); Profits, Interest and Investment [1939] (Clifton: Augustus M. Kelly,Publishers, 1975); La teora monetaria y el ciclo econmico [1932] (Madrid:Espasa-Calpe, 1936); Prices and Production (Augustus M. Kelly, Publishers,1931).

    21 Se puede considerar, en efecto, que hay una "teora unificada" de Mises

    y Hayek al respecto, que es como una sntesis de sus respectivos aportes. Lacontribucin de Mises puede verse perfectamente sistematizada en el captulo 20de su tratado de economa: Human Action.

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    ausencia de protecciones especiales slo tienden a permanecer en el mer-cado aquellos que conjeturan exitosamente sobre la rentabilidad de suproyecto. Esta parte de la explicacin es clave para entender por quprevalece en el mercado libre una tendencia al ajuste entre oferta y de-manda, y no lo contrario. Y, en el caso del mercado de capitales, en tantoste sea libre y no sea perturbado por intervenciones especiales o protec-ciones, el ajuste entre "oferta de bienes futuros" (ahorro) y "demanda debienes futuros" (inversin) se produce por el mismo motivo. Y lo quefunciona all como sintetizador y conector de informacin dispersa es latasa libre de inters de mercado.

    Si las autoridades gubernamentales deciden rebajar (habitualmen-te mediante un aumento de oferta gubernamental de moneda que hace lasveces de aumento de la capacidad crediticia) la tasa de inters, lo queestn haciendo es, en rigor, falsear la informacin que proporciona la tasade inters respecto de la cuanta de ahorro disponible. Engaados por esatasa que refleja una cuanta de ahorro adicional que en realidad no existe,los empresarios encaran proyectos de inversin adicionales a lo que unproceso de mercado hubiera sealado. Una vez que cesa la expansin, latasa de inters sube reflejando la oferta real de ahorros existente. Losproyectos, en ese entorno, comienzan a quebrar. Es el momento de lacrisis.

    Volvemos a reiterar que no pretendemos explicar esta teora endetalle. Nuestro propsito, en cambio, es mostrar de qu modo este aportede Hayek que refuta a Keynes tiene totalmente implcita su tesisglobal del OE. La intervencin del Estado en las tasas de inters cambiael OE del mercado libre por un desorden deliberado, fruto de la accin deaquellos que creen que estn ordenando lo desordenado, y en realidadestn haciendo exactamente lo contrario.

    Las teoras monetarias de Hayek, ntimamente conectadas con loanterior, transcurren por carriles parecidos. La moneda es uno de losejemplos ms claros de OE. Surge, precisamente, no como fruto de unainvencin deliberada, de una sola mente, sino como el resultado de unlargo proceso en el cual oferentes y demandantes van pasando del truequea formas ms elaboradas esto es, indirectas de intercambio, medianteuna mercanca demandada libremente, como medio de intercambio gene-ral, en competencia con otras mercancas. La cuanta de moneda circulan-te, as como su precio su poder adquisitivo, quedan determinados porsu oferta y demanda en un mercado abierto a la competencia de otrasmonedas. Esto ltimo crnicamente impedido por los intervencionistasgubernamentales tpicos del siglo XX es lo que garantiza que no haya

  • 58 ESTUDIOS PBLICOS

    inflacin, pues un mercado libre deja naturalmente de demandar y utili-zar una moneda cuyo precio (poder adquisitivo) comienza a bajar. Peroese OE del mercado es quebrado cuando el Estado intenta monopolizar lamoneda y regular su oferta, sea cual fuere el aspecto cuantitativo de esaregulacin. Para la Escuela Austraca especficamente para Mises yHayek puede, en ese sentido, haber inflacin aunque los precios semantengan estables o bajen, porque en trminos relativos la intervencindel Estado los puede hacer ms altos de lo que hubieran sido en unmercado libre de moneda.

    No casualmente una de las ltimas intervenciones tcnicas deHayek en este punto fue su propuesta sobre desnacionalizacin de lamoneda,22 la que consiste esencialmente en la eliminacin del curso for-zoso. Esta propuesta, que parece una locura a quienes consideran la inter-vencin del Estado en la moneda como algo ms o menos decidido porDios desde toda la eternidad, es sin embargo volver simplemente al OE elaspecto monetario. No habr desorden alguno, porque la demanda delmercado establecer cul es la moneda con mayor poder adquisitivo, deigual modo que en el mercado internacional de divisas, donde afortunada-mente todava no existe una autoridad gubernamental mundial en el temamonetario.

    La conexin de este tema con el anterior es clara. En primer lugar,la expansin de la oferta estatal de moneda en el mercado de capitales esinflacionaria, porque inflacionario es, segn hemos visto, cualquier ex-pansin de moneda por parte del Estado. En segundo lugar, un mercadolibre de monedas es claramente compatible con la no existencia de unbanco central estatal, lo cual es, a la vez, compatible con la no interven-cin del Estado en las tasas de inters. Una baja de las tasas de inters demercado, en tales condiciones, slo puede provenir de un aumento deahorro, para lo cual el mercado libre funciona como condicin. En tercerlugar, la inflacin resultante de la intervencin gubernamental hace subir,a largo plazo, la tasa de inters, lo cual es lo contrario de lo que se quierelograr. Y, en cuarto lugar, el aumento de la ocupacin a la que se quierellegar con la intervencin tampoco se logra, dado que a la desocupacinfriccional, fruto de los proyectos quebrados de inversin, se agrega la"institucional", producto de los salarios mnimos fijados por el Estado.Conclusin general: las crisis cclicas, la inflacin, la desocupacin, son

    22 Vase Friedrich A. von Hayek, La desnacionalizacin de la moneda

    (Buenos Aires: Fund. Bolsa de Comercio de Bs. As., 1980).

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    efectos de las intervenciones gubernamentales, y no del OE del mercadolibre.

    Finalizada esta breve descripcin de los aportes tcnico-econmi-cos de Hayek, pasemos a su epistemologa general.

    En otra oportunidad hemos descrito esta cuestin, relacionndolatambin con la filosofa cristiana.23 El tratamiento ser ahora ms general.

    Los aportes epistemolgicos de Hayek pueden encontrarse antetodo en estos tres importantes ensayos: "Scientism and the Study ofSociety" (1942); "Degrees of Explantion" (1955); y "The Theory ofComplex Phenomena" (1964).24 Aclaremos una vez ms que hemos dicho"ante todo", puesto que no slo estos aportes se encuentran deplegados entoda su obra, sino adems varios de los artculos citados al principio sontambin en s mismos contribuciones epistemolgicas.

    En "Scientism and the Study of Society" Hayek sistematiza cuatrocuestiones. En primer lugar, cules son los "hechos" en ciencias sociales.Destaca al respecto que las ciencias sociales no se manejan con objetosdel mismo tipo fsico que las ciencias naturales, sino con conceptos queemergen de las intenciones de las personas interactuando. Es decir, lo quea la economa interesa sobre la moneda no son las propiedades fsicasdel oro o la plata, sino que constituye un medio de intercambio general.Ahora bien, esa nocin depende del "para qu" utilizan las personas esoselementos en una determinada interaccin; y as con todas las demscuestiones. Esto implica, en segundo lugar, una crtica al colectivismometodolgico, segn el cual las ciencias sociales podran estudiar agre-gados (o conceptos generales) que "no" se reduzcan en su origen a lainteraccin de determinadas personas individuales. Y ello no es as preci-samente, dado el punto anterior. La moneda, por ejemplo, como conceptogeneral, es inexplicable sin referir su origen a una interaccin entre perso-nas. Esto es lo que Hayek defiende como individualismo metodolgico.

    La perspectiva gnoseolgica de Hayek para defender ambas cosas(cules son los "hechos" de las ciencias sociales y el individualismo me-todolgico) es nominalista y neokantiana. Esto es, Hayek relaciona elindividualismo metodolgico con el individualismo ontolgico, segn elcual slo existen individuos, y las esencias universalizadas en nuestra

    23 En Gabriel J. Zanotti, "Caminos Abiertos", op. cit.

    24 El primero en Friedrich A. von Hayek, The Counter Revolution of

    Science, (op. cit.); los dos ltimos en Friedrich A. von Hayek, Studies inPhilosophy, Politics and Economics (University of Chicago Press, 1967).

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    mente no tendran fundamento real. La perspectiva neokantiana acompa-a coherentemente a lo anterior. Los conceptos generales segn los cualesestudiamos esas interacciones individuales no refieren a una esencia real-mente existente, sino que son modelos generales mentalmente previos acualquier observacin (ya hemos visto este punto), lo cual Hayek relacio-na, a su vez, con la limitacin del conocimiento y el OE, tema que sera eltercer punto de este ensayo, y que ya hemos planteado.

    El cuarto punto es uno de los ms importantes de este ensayo.Hayek se ubica en una posicin dualista metodolgica en ciencias socia-les, tambin sobre la base de los puntos anteriores. Para Hayek, siguiendoen esto la tradicin de la Escuela Austraca, las ciencias sociales tienen unobjeto y mtodo distintos a las naturales. No pueden utilizar el mtodoinductivista de estas ltimas. Al contrario, elaboran modelos generales deanlisis de las interacciones sociales, a partir de los cuales se deducendeterminadas consecuencias. Esas consecuencias son poco aptas para pre-decir el resultado preciso de una situacin particular; no podran ser veri-ficadas segn experimentos controlados, pero podran ser desprobadas(falsadas) por la observacin de eventos que seran imposibles segn elmodelo. Con ello Hayek se coloca en una posicin totalmente antipositivaen ciencias sociales. En esto radica una de las consecuencias ms impor-tantes de esta concepcin hayekiana: las ciencias sociales, y por lo tantotambin la economa, no tienen por qu copiar el mtodo de la fsica, olamentarse por no haberlo alcanzado todava, porque sus objetos y mto-dos de estudio son totalmente distintos. Analizaremos ms adelante lasconsecuencias importantes de este punto desde una perspectiva tica yantropolgica. Por ahora, destaquemos que Hayek tiene razn en que lasciencias sociales no usan el mtodo inductivo; lo interesante es quePopper le seala, poco tiempo despus,25 que eso no es as no slo respec-to de las ciencias sociales, sino tambin con toda ciencia. Esto es: segnPopper, ninguna ciencia utiliza el mtodo inductivo y, en ese sentido, elmodelo que Hayek propone para las ciencias sociales es el modelo quedebe usar toda ciencia. Con lo cual, en la perspectiva popperiana, eldualismo metodolgico hayekiano, correcto si lo comparamos con unmonismo metodolgico proveniente de un inductivismo rgido, se trans-forma en un monismo metodolgico amplio, conforme al cual todas lasciencias, aunque con objetos diversos, tienen un mtodo hipottico-de-

    25 En Karl Popper, La miseria del historicismo [1944] (Madrid: Ed.

    Taurus, 1961; Alianza ED., 1973), cap. IV.

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    ductivo segn el cual se propone, previamente a la observacin, una hip-tesis o conjetura o modelo general del cual se desprenden ciertas conse-cuencias, no verificables, sino en todo caso falsables.26

    Hayek acept, aunque con algunas restricciones, estas aclaracio-nes popperianas. Esto es lo que observa en su ensayo de 1955 "Degreesof Explanation". Cabe sealar que tal trabajo se encuentra en el libroStudies in Philosophy Politics and Economics, en cuyo prefacio, de 1966,afirma que Karl Popper a quien dedica el libro le ha enseado quelos cientficos de las ciencias naturales no slo no hacen lo que muchosde ellos dicen, sino que adems instan a los representantes de otras disci-plinas a imitar aquello que en realidad no hacen; pero que l va a seguirinsistiendo en las peculiaridades de las ciencias sociales porque muchosde sus exponentes siguen tratando de imitar lo que errneamente creen esel mtodo de las ciencias naturales.27

    En ese sentido, Hayek hace un reconocimiento general a los apor-tes metodolgicos popperianos, pero advierte que su interpretacin dema-siado literal en las ciencias sociales puede llevar a confusin. No hayque olvidar, dice, en orden a su argumentacin, que muchas veces son lasciencias sociales las que plantean permanentemente nuevas conjeturaspara ser corroboradas; pero hay otras que toman esas conjeturas ya con-firmadas y las aplican para la resolucin de problemas ms particula-res (como la meteorologa, por ejemplo). En ciencias sociales, continaHayek, esto implica que se puede usar una serie de hiptesis, en principiobien corroboradas, y deducir a partir de ellas, no recurriendo permanen-temente a la verificacin emprica, ni de los puntos de partida ni de lasconclusiones. Evidentemente, Hayek piensa en el caso de la economa,donde se parte de principios bsicos de la conducta humana y se infie-ren conclusiones a partir de ellos. Hayek no excluye, sin embargo, algntipo de testeo emprico. Eso queda en principio aclarado en el ensayo"The Theory of Complex Phenomena" (1969) [Studies in PhilosophyPolines and Economics, 1967].

    En nuestra opinin, la parte ms relevante de este ensayo es laexplcita traslacin epistemolgica de la teora del OE, especialmente encuanto a sus posibilidades predictivas, cuestin que se preanunciaba ya en

    26 Vase Gabriel J. Zanotti, "Popper: Bsqueda con esperanza", obra in-

    dita (1991) parte 1, punto 6.27

    Friedrich A. von Hayek, Studies in Philosophy, Polines and Economics,(op. cit.), p. 3.

    hayek

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    "Scientism and the Study of Society" (1942) [The Counter Revolution ofScience, 1979]. Es la cuestin de la "prediccin de modelos con informa-cin incompleta" (pattern predictions). Esto no es nada ms ni nada me-nos que decir que la conjetura general que realizan las ciencias socialesimplica un modelo sobre el OE en cuestin que se est analizando. Lalimitacin del conocimiento del OE no slo queda entonces del lado desus participantes, sino tambin del dentista social que est elaborandoel modelo. El resultado global del OE es la prediccin general previstapor el investigador, quien, por supuesto, no conoce la totalidad de facto-res que entran en juego en un proceso tan complejo, implicado esto,adems, por el indeterminismo intrnseco a la conducta humana, comoagregara Popper, o por su libre albedro, como dira Santo Toms. Peroeso significa que la capacidad predictiva de las ciencias sociales es res-trictiva: son predicciones generales, no particulares y especficas. Y, enprincipio, la nica posibilidad de testeo emprico sera la observacin deacontecimientos que, de acuerdo al resultado general previsto, seran im-posibles. Obviamente, esto no entraa una falsacin segura de la conjetu-ra como tampoco lo hace en ciencias naturales.28 Slo implica la ad-vertencia de que hay algn problema; eso es todo.

    As como la teora del OE tiene una aplicacin en economa, epis-temologa y filosofa poltica, esta teora epistemolgica tiene una aplica-cin reduplicativa, a su vez, en economa y filosofa poltica. La teora delproceso del mercado es en s una pattern prediction, y la teora de la evo-lucin de los sistemas polticos por las tradiciones institucionales en com-petencia es otra pattern prediction.

    Esto ltimo nos sirve como introduccin al tercer aspecto del pensa-miento hayekiano que intentaremos brevemente describir: su filosofa po-ltica.

    Este tercer aspecto se encuentra sistematizado, sobre todo, endos tratados: Los fundamentos de la libertad (1960) y Derecho, legis-lacin y libertad (1974).29 Tambin puede accederse ms resumi-

    28 Es a partir del debate Popper-Lakatos que sabe que as como no hay

    verificaciones con certeza, tampoco hay falsaciones con certeza. Lo que es fal-sado es un conjunto compuesto por las mltiples partes de la conjetura en cues-tin ms la multiplicidad de condiciones iniciales conocidas. La falsacin nopuede establecer qu parte de ese conjunto es el que est fallando.

    29 Vase Friedrich A. von Hayek, The Constitution of Liberty (Londres:

    Routledge and Kegan Paul, University of Chicago Press, 1960); y Friedrich A.von Hayek, Law, Legislation and Liberty (University of Chicago Press, 1973),tomo I; (1976) tomo II; (1979) tomo III. [Traduccin castellana: Los fundamen-

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    damente a sus principales ideas en la segunda parte de Nuevos estu-dios.

    En nuestra opinin, la filosofa poltica de Hayek podra sistemati-zarse en los siguientes puntos: a) el sistema de normas en el orden pol-tico; b) el common law; c) el sentido de la divisin de poderes en el idealde gobierno limitado; d) la crtica al racionalismo constructivista; e) laevolucin del sistema poltico.

    Hayek realiza una distincin de normas en el sistema poltico-institucional sobre la base de su distincin entre el orden espontneo yel deliberado. Del orden espontneo surgen las normas tipo "nomos", ydel orden deliberado, las normas tipo "tesis".

    Las primeras emergen de una evolucin no deliberada, segn lacual el sistema judicial ha ido estableciendo las libertades y garantasindividuales en la resolucin de casos concretos. Estas normas, que es-tructuran el eje central del derecho, son normas "generales de conductajusta", aplicables despus a todos por igual, y son ellas, en s mismas, elfundamento de que el poder del Estado debe ser limitado.

    Las normas tipo "tesis", en cambio, son deliberadas, esto es, pla-neadas para el logro de un fin especfico relacionado con la administra-cin concreta de un poder estatal. Normas tales como el presupuesto deun municipio, el monto y el tipo de impuesto y/o la administracin dealgn bien pblico a su cargo (que Hayek no descarta) constituyen ejem-plos de este tipo.

    Como puede observarse, esta teora poltica de Hayek no es unmodelo abstracto, si por tal entendemos elaborado con independencia deuna situacin histrica concreta y su contexto cultural. Est pensada des-de la base de la evolucin del common law ingls, sistema judicial que,por medio de la resolucin de casos concretos, fue descubriendo las liber-tades individuales desde mucho antes de lo que habitualmente se denomi-na la modernidad.30

    La evolucin de las instituciones polticas que limitan los poderesestatales en funcin de esas libertades est planteada sobre las mismasbases. El establecimiento de un "poder legislativo" no fue, en Inglaterra,el resultado de una concepcin segn la cual el derecho se planifica

    tos de la libertad (Madrid: Unin Ed., 1975); y Derecho, legislacin y libertad(Madrid: Unin Editorial, 1978), tomo I; (1979) tomo II; (1982) tomo III.]

    30 Vase al respecto el artculo de Ricardo Rojas, "El orden jurdico es-

    pontneo", Libertas 13 (mayo 1990).

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    deliberadamente por un poder colegiado, sino un intento terico-prcticopara limitar los poderes del monarca. La divisin de dos Cmaras, la delos Lores y de los Comunes, respondi al mismo espritu. La primera eraun elemento aristocrtico que defenda el derecho, no sancionado por esaCmara, sino ya existente en el common law. La segunda tendra por fun-cin ocuparse de aquellas normas tipo taxis que son precisamente lo queHayek llama "legislacin", a diferencia del derecho. El poder "legisla-tivo", pues, no elabora el derecho; ste se encuentra ya existente en elcommon law. Aunque este espritu degener posteriormente, por influen-cia de la concepcin roussoniana, muestra claramente una nocin dondelas libertades individuales son mximamente autnomas de las voluntadesarbitrarias de los poderes del Estado, ya sea un solo gobernante o unacmara colegiada. Ni uno, ni una minora, ni una mayora, tienen en estaconcepcin poder decisorio alguno sobre el derecho, cuyo eje central sonlas libertades individuales.

    Cuando Hayek habla del aporte norteamericano, esto es, el cons-titucionalismo,31 se observa claramente esta concepcin. La Constitucinfederal norteamericana en cuyas ventajas y desventajas no nos deten-dremos ahora32 no tuvo al principio la necesidad de declarar expre-samente un cuerpo de derechos individuales. El sistema institucionalno los estaba introduciendo en el contexto cultural, sino que ya estabanall. Y era as porque vivan segn el common law que haban llevadodesde su contexto cultural britnico. Los ingleses y norteamericanos noplanearon, y despus intentaron aplicar, un sistema de libertades indivi-duales. Simplemente, un orden espontneo las plasm en su contextocultural, las vivieron y despus reflexionaron sobre ellas. La importanciade la tradicin cultural en el pensamiento hayekiano es sencillamentevital.

    Esta es la razn por la que Hayek critica tan intensamente el cons-tructivismo racionalista en el orden poltico.33 Esta corriente, queHayek identifica con lo que l denomina liberalismo francs o continen-tal, proviene del Iluminismo racionalista dieciochesco aplicado al orden

    31 En Friedrich A. von Hayek, Los fundamentos de la libertad (op. cit.),

    cap. XII.32

    Vase al respecto Alberto Benegas Lynch, "Los papeles antifedera-listas", Libertas 10 (mayo 1989).

    33 Especialmente en Nuevos estudios (op. cit.), segunda parte, y en Studies

    in Philosophy, Politics and Economics (op. cit.), caps. 5 y 6.

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    poltico,34 y da como fruto la concepcin roussoniana del orden poltico ydemocrtico. Segn esta concepcin (independientemente del problemade la exgesis de los textos de Rousseau), la sociedad y su orden seranfruto de un planeamiento deliberado de la inteligencia humana, con inde-pendencia de las tradiciones culturales existentes. Esta concepcin puedeestar mezclada con muchos elementos, de diversos orgenes, tales comouna idea positivista de la ley, o una idea donde la ley es el resultado dela voluntad general, o una nocin donde hay un derecho natural raciona-lsticamente concebido como una deduccin in abstracto e independientede circunstancias histricas, lo cual puede ser concomitante con sistemasde codificacin al estilo francs; tambin puede estar ligada a una nocindonde el "Estado-nacin" unifica culturalmente a las personas por mediode polticas educativas estatales y, adems, cubre a las personas en losaspectos de salud y seguridad social. E, incluso, el racionalismo construc-tivista est ligado, segn Hayek, al origen del socialismo y los diversostotalitarismos. Todos estos elementos, obviamente, no son compatiblescon la tradicin de las libertades individuales tal cual haban sido conce-bidas en la "tradicin del orden social espontneo",35 segn la cual lasinstituciones humanas son fruto como dice reiteradamente Hayek,citando a Ferguson36 de la accin humana pero no del designio hu-mano.

    Observemos lo que hemos dicho recin. Ello introduce a uno de losaspectos ms complejos del pensamiento de Hayek. Las instituciones pro-tectoras de las libertades individuales "tambin" han surgido de la evolu-cin de un orden espontneo. Qu est diciendo Hayek con esto? Quelas instituciones polticas del gobierno limitado surgen necesariamente deuna evolucin social? Que la razn humana nada tiene que hacer encuanto a propuestas institucionales concretas?

    34 Empero, opinamos que tanto Hayek como varios tomistas se equivo-

    can al colocar en R. Descartes el origen de ese racionalismo. El racionalismocartesiano era un sistema "metafsico", actitud que nada tiene que ver con elcientificismo positivista del racionalismo criticado por Hayek. Por otra parte,consideramos falsa la tan extendida opinin de que el sistema de Descartes esidealista, como tambin consideramos falso que su cogito tiene implcito un prin-cipio de inmanencia que despus concluye en Hegel. Pero sobre estas cuestionesno nos podemos extender en este momento y, adems, las tenemos recin en laetapa de su primera investigacin.

    35 Vase el artculo de Ezequiel Gallo, "La tradicin del orden social

    espontneo: Adam Ferguson, David Hume y Adam Smith", Libertas 6, IV, 1987.36

    Ibdem.

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    En nuestra opinin, ninguna de las dos cosas; aunque reconoce-mos que los textos hayekianos al respecto son de hermenutica compleja.Hayek toma una tradicin de pensamiento37 en la cual la naturaleza hu-mana es una mezcla de sentimientos altruistas y egostas razonables. Ha-bitualmente, en la mayor parte de los seres humanos, que no son ni santosni criminales absolutos (el criminal absoluto sera el egosta irracional), lapreocupacin por los dems est balanceada por una preocupacin porel bienestar propio y el de la familia, lo cual lleva a buscar relacionespacficas con el vecino. Esto no es necesariamente as, pero explica elsurgimiento de ciertas instituciones que paulatinamente van definiendolos derechos de cada persona, garantizando as un libre intercambio enpaz, y, al mismo tiempo, ciertas limitaciones a los poderes pblicos enfuncin de esos derechos. Una tradicin cultural con dicha tendencia vamaximizando las posibilidades de libertad individual, que para Hayeksera el valor moral fundante. Ahora bien, esa tradicin cultural se encon-trar en competencia con otras tradiciones que posiblemente fueron por ellado contrario. La paz y mayor productividad de las primeras contrastarncon la violencia y miseria de las segundas. Ese contraste, debido a dichanaturaleza humana, que es mezcla entre altruismo y egosmo razonable,provocar, conjeturalmente, una tendencia a la imitacin del primer tipode tradicin cultural.

    Epistemolgicamente, se observa que hemos descrito un modelogeneral, conjetural en s mismo, del orden espontneo en materia pol-tico-institucional. Hayek no dice, pues, que la evolucin cultural queplantea sea necesaria, sino que establece el resultado conjetural de unacompetencia de tradiciones. A su vez, no es verdad que en este procesola inteligencia humana nada tenga que proponer. Al contrario, este pro-ceso se nutre de las variadas propuestas de reforma institucional que di-versos seres humanos hayan realizado; pero cada una de esas propuestasno es en s misma el sistema social perfecto y definitivo, sino una par-te de esa informacin dispersa que el orden espontneo conduce a unresultado institucional que en su globalidad no podra haber sido disea-do enteramente por ninguna mente aislada de la tradicin cultural encuestin.38

    37 Ibdem. Vase asimismo el artculo de Ezequiel Gallo, "La Ilustracin

    escocesa", Estudios Pblicos 30 (otoo 1988), Santiago de Chile.38

    Vase al respecto E. Zimmermann, "Hayek, la evolucin cultural y suscrticos", Libertas 6 (mayo 1987).

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    4. Anlisis comparativo con la filosofa cristiana fundamental

    No vamos a aclarar nuevamente el significado de "filosofa cris-tiana fundamental" (FCF), ni tampoco el mtodo de anlisis que utiliza-remos a continuacin, pues tales cosas fueron aclaradas al principio. Elanlisis comparativo ser realizado segn el orden de los temas plan-teados.

    En primer lugar, comenzaremos con la fundamentacin filosfi-ca que Hayek da a su posicin sobre el conocimiento limitado, que esesencial para la tesis del OE. Recordemos que Hayek fundamentaba suposicin gnoseolgica en un neokantismo sui generis, segn el cual hayen la persona disposiciones cognoscitivas innatas que le permiten, consi-guientemente, participar de rdenes sumamente complejos sin necesidadde instruccin formal. Eso estaba rodeado tambin por un nominalismoontolgico y gnoseolgico y, adems, la negacin de la causa final paralos OEs (rdenes espontneos).

    Nuestra tesis ser la siguiente: las cuestiones que Hayek explicamediante su teora del conocimiento a saber, la existencia de un OEfundado en el conocimiento limitado de sus participantes, no implicannecesariamente la posicin filosfica que Hayek sostiene. Dicho de otromodo: que el conocimiento humano es limitado premisa bsica para elOE puede ser explicado perfectamente por el realismo moderado deSanto Toms de Aquino.

    Al comparar algunas posiciones popperianas con Santo Toms, ha-bamos hecho un trabajo similar.39 En primer lugar, Santo Toms da granimportancia a la cuestin de los "sentidos internos",40 entre los cuales,en los animales, se destaca mediante un incipiente anlisis "etolgi-co" el papel de la "estimativa", la capacidad interna que permite alanimal la distincin entre lo til y lo intil a efectos de su supervivencia.En el ser humano, el sentido interno ms alto es el cogitativo. La capaci-dad cogitativa sintetiza en una unidad todo el conocimiento sensible, locual permite a la inteligencia tanto la abstraccin de la imagen como elconocimiento indirecto de lo singular material.41 Ahora bien, todas las po-tencias, tanto sensibles como intelectuales, estn unificadas por su origen

    39 Vase Gabriel J. Zanotti, "Popper: Bsqueda con esperanza", indito

    (1991), parte II, 1.40

    Vase Sto. Toms de Aquino, Summa Theologiae, I, Q. 78, a. 3 y 4.41

    Vase C. Fabro, Percepcin y pensamiento (Pamplona: Eunsa, 1979).

    hayek

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    "ontolgico", a saber, lo que en Santo Toms es el principio organizativoltimo del ser humano, que es su forma sustancial racional, de tipo espiri-tual. Esto implica dos cosas: a) las vidas vegetativa, sensitiva y racionalse encuentran unificadas por la forma sustancial: b) la vida racional huma-na integra, por medio de ese principio unificador, a las dems capacida-des,42 y esa unificacin e integracin han "espiritualizado" a capacidadesque en el mundo animal se encontraban no espiritualizadas, esto es, nohumanas, lo cual incluye a las capacidades innatas de la estimativa animal.

    Luego, que los seres humanos cuenten con ciertas disposicionesinnatas que, espiritualizadas, son tiles para su supervivencia, no es nin-gn problema para la filosofa de Toms. El hecho de que digamos"espiritualizadas" nos lleva al tema de la potencia de conocimiento inte-lectual, no sin hacer aclaraciones para evitar confusiones habituales.Como estaba implcito en la explicacin anterior, el "espritu" no es demodo alguno, en Santo Toms, una especie de sustancia angelical pegaday/o metida y/o encerrada en un cuerpo que nada tiene que ver con ella,sino, al contrario, alma y cuerpo conforman en Toms una sola sustancia,donde el alma es el principio organizante y el cuerpo el principio organi-zado.43 Luego, "espritu" hace referencia al principio organizante de unasustancia corprea que tiene una capacidad de conocimiento racional pro-pia que necesariamente deriva de su esencia, y esa racionalidad implicagnoseolgicamente la espiritualidad de esa forma sustancial.

    La potencia de conocimiento intelectual, a su vez, en cuanto poten-cia es innata y en cuanto tal implica el intelectus, esto es, el hbito sobre-natural innato de los primeros principios.44

    Puede hablarse en ese sentido de disposiciones innatas de conoci-miento intelectual, pero no en el sentido de categoras kantianas a priori,sino en cuanto a la disposicin natural para captar limitadamente lo exis-tente y el modo de ser de lo existente, y ambos aspectos de las cosas suexistir y su modo de existir son dados a la inteligencia y no puestos porella. Y eso "dado" a la inteligencia es una implicacin necesaria de unaposicin realista asumida, incluso en trminos popperianos.45

    Esto nos lleva, en tercer lugar, al tema del conocimiento de lasesencias. Hayek y Popper parecen haber absorbido un ambiente cultural

    42 Vase Sto. Toms de Aquino, Summa Theologiae (pp. cit.).

    43 Vase Sto. Toms de Aquino, Summa contra gentiles, libro II. cap. 56.

    44 Vase Sto. Toms de Aquino, Summa Theologiae, I, q. 79.

    45 Vase Gabriel J. Zanotti, "Popper: Bsqueda con esperanza", indito

    (1991), parte II, 4.

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    donde el trmino "esencias" hara referencia a un esencialismo de tipoplatnico que evidentemente coloca al conocimiento humano ms allde sus posibles lmites. Pero el realismo de Santo Toms nada tiene quever con ello. El encuentro de la inteligencia humana con la cosa exis-tente implica a su vez el encuentro con "algo" del modo de ser de esacosa existente, modo de ser que nos permite manejamos en nuestra vi-da cotidiana y distinguir una cosa de otra. No implica de ningn modoun conocimiento total, completo y absoluto de ese modo de ser, y,menos an, un conocimiento cientfico-positivo de la cosa. Como vemos,se trata de un conocimiento "esencialmente limitado de la esencia" delas cosas. Adems, la esencia de la cosa se encuentra realmente existen-te en cada cosa que existe, y en cuanto universal y por ende predicablede varios individuos se encuentra en la mente humana. Por eso el con-cepto universal, aunque como tal es mental, tiene sin embargo un fun-damento en la realidad: el modo de ser realmente existente en la cosaexistente.

    Por lo tanto, las disposiciones innatas de conocimiento limitadoson perfectamente explicables en la filosofa de Santo Toms. Lo "inna-to" no implica en ese contexto, empero, una negacin del encuentro de lainteligencia con algo "dado" a ella misma, y, menos an, un innatismoclsico al estilo racionalista, sino el despliegue de las capacidadescognoscitivas que surgen del conjunto de las potencias humanas de cono-cimiento.

    Luego, tanto el neokantismo gnoseolgico como el nominalismoontolgico y el gnoseolgico que negaran la existencia y conocimientode las esencias quedan descartados como posibilidad nica de funda-mentacin de la limitacin del conocimiento humano.

    A partir de aqu, el orden espontneo puede ser explicado a la luzde lo expuesto, incluyendo la causa final. Esto es, puede ser explicado sincontradiccin con la filosofa realista moderada de Santo Toms.

    (Si bien ya hemos aclarado suficientemente este punto, volvemos areiterar que la expresin "no contradecirse con", que en diferentes tiem-pos y modos verbales usaremos reiteradamente, quiere evitar la confusinde pensar que si el elemento A no se contradice con B, el elemento A estnecesariamente incluido de modo deductivo directo en B. Esto es impor-tante porque nuestro ensayo no aspira a demostrar que un tomista "deba"aceptar el eje central del pensamiento hayekiano, sino que "puede", sincontradiccin, aceptarlo, lo cual implica que puede no aceptarlo por moti-vos intrnsecos y autnomos a ese eje central, pero no porque sea intrnse-camente contradictorio con la filosofa de Santo Toms.)

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    Un orden espontneo implica que personas interactuando entre s,con conocimiento limitado, producen un resultado global tal que no po-dra haber sido planeado deliberadamente por slo una mente humana. Encada caso hay que elaborar una explicacin sobre cmo ese conocimientodisperso produce ese resultado global, ya sea el caso del mercado, ya seael caso jurdico-poltico. Ahora bien, es claro que el mismo planteamientodel asunto puede fundarse en los siguientes supuestos filosficos de tipotomista: a) la limitacin del conocimiento con el que actan las personasen su vida cotidiana; b) la capacidad no especificada en qu grado deaprender de sus errores y corregirlos, derivada del ejercicio no cientficode la capacidad intelectual; c) el libre albedro,46 el cual implica que lasvaloraciones de las personas en el proceso no son ontolgica, gnoseol-gica y epistemolgicamente predecibles con certeza (esto es, una mentehumana no puede predecir con certeza cul ser una determinada valora-cin, porque sta es libre), aunque puedan ser conjeturalmente predeci-bles (esta es otra de las razones bsicas de la limitacin del conocimientode los OEs); d) la causa final, implcita en el resultado global del proceso.

    Hayek, recordemos, negaba que un cosmos u OE tuviera objetivos,porque relaciona a stos con un sujeto individual inteligente que los esta-blece. Como en un OE cada persona se plantea individualmente sus fines,pero no hay quien establezca un objetivo comn a todos, entonces nohabra finalidad intrnseca al proceso. Por otra parte, es obvio que en unesquema neokantiano la causa final no es algo realmente existente, sinoun modelo mental que explica factores de otro modo inexplicables.

    Es coherente afirmar que un orden determinado, si es espontneo,no puede tener un fin previamente asignado si no hay un ser inteligenteque lo plane. En el agnosticismo metafsico de Hayek, ese ser inteligenteno puede afirmarse. Pero, como se podr suponer, en la filosofa de SantoToms eso no presenta ningn inconveniente. El resultado global delorden espontneo no puede ser planificado previamente por ningn serhumano, pero s por Dios. Y dado que nos movemos en un contextocultural en el cual la existencia de Dios parece ser un tema especfica-mente religioso, hay que repetir hasta el cansancio que la existencia deDios es en Santo Toms una cuestin filosfica. Obviamente, muchosestarn en desacuerdo con la demostracin de la existencia de Toms (queno pasa slo por las cinco vas, como a veces se supone),47 pero el plano

    Vase Santo Toms de Aquino, Summa Theologiae, I-II, Q. 10, a. 2.Vase E. Gilson, La filosofa en la Edad Media (op. cit.) y C. Fabro,

    Drama del hombre y misterio de Dios (Madrid: Rialp, 1977).

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    del debate es filosfico. Y, obviamente, Dios puede conocer ilimitada-mente lo que el ser humano no, lo cual no implica que el resultado globaldel OE sea necesario, aunque su "planificador" sea Dios. Dios es tambinel creador de la libertad humana. Y la respeta, ms que nosotros.48 Diosno "predice". Dios conoce, en un eterno presente, lo que cada ser humanolibremente decide.

    Hayek no puede evitar relacionar la nocin de fin en su concepcinde orden, aunque expresamente trate de evitarlo.49 No puede hablarse deOE sin aludir al resultado global de las interacciones sociales, resultadoque precisamente es el no planificable por alguien humano en particular.Y ese resultado es, en la filosofa tomista, la causa final del OE. Causafinal establecida por Dios, no por algn ser humano en particular. Sin lanocin que responde al orden real medio/fin, no hay nocin de or-den. Justamente, el eje central de la quinta va en Santo Toms de Aquinoparte de la constatacin de rdenes naturales cuyos agentes carecen deconocimiento racional. Exactamente lo mismo se aplica a aquellos OEsdonde el conocimiento racional es limitado.

    Ahora bien, hay que distinguir dos rdenes de anlisis. Con loanterior hemos demostrado que las bases filosficas de la teora del OEpueden ser tomistas. No hemos pasado de all, ni pretendemos hacerlo.Ms all de esto, cada caso de OE debe demostrarse con niveles deanlisis ms autnomos de ese nivel. Por ejemplo, debe demostrarse dequ modo, en caso del proceso de mercado, los precios son sintetizadoresde informacin dispersa. Ello implica agregar premisas adicionales y au-tnomas de los principios filosficos aludidos. Esto es: el debate decada OE correr por algunos carriles relativamente autnomos de lafundamentacin filosfica general.

    En ese sentido, los aportes tcnicos de Hayek a la economa, queya hemos descrito, tienen dos niveles de discusin: uno, en qu medidaes verdad que partiendo del error, la incertidumbre y el conocimientodisperso de los agentes en el proceso de mercado, y suponiendo condicio-nes jurdicas de propiedad y libertad de entrada al mercado, la oferta derecursos escasos tiende a acercarse a las necesidades sealadas comoprioritarias por la demanda. Ese es el nivel especficamente econmicodel debate. El otro nivel de discusin es en qu medida la afirmacin de

    48 Vase Sto. Toms de Aquino, Suma contra gentiles (Madrid: BAC,

    1967), libro m, caps. 72 a 75 .49

    Vase Friedrich A. von Hayek, Derecho, legislacin y libertad (op.cit.), tomo I, p. 74.

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    ese OE presenta contradiccin con la filosofa cristiana fundamental. Allnuestra respuesta ha sido: ninguna. Un subnivel de este anlisis es si eltomismo fundamenta mejor, filosficamente, la teora del orden espont-neo. Nuestra respuesta ha sido all afirmativa.

    Todo esto implica que nadie por ser tomista deducir directamentela teora del proceso de mercado como OE, pero alguien s puede sosteneresto ltimo sin contradiccin con el tomismo.

    Lo mismo cabe afirmar de los niveles tcnicos de explicacin de lateora del ciclo y las tesis monetarias, anteriormente descritas. Alguienpuede diferir con ellas en cuanto economista, pero no se puede aludir nin-guna contradiccin con la filosofa cristiana fundamental.

    Dicho lo anterior, estamos en condiciones de profundizar en losanlisis epistemolgicos de Hayek.

    Recordemos que en el primer ensayo citado al respecto ("Scientismand the Study of Society"), Hayek se refera principalmente a cuatroaspectos: los "hechos" en ciencias sociales, el individualismo metodol-gico, el OE y el dualismo metodolgico.

    Sobre cules son los particulares objetos de estudio entre las cien-cias sociales, opinamos que es uno de los casos donde ms claramente seobserva una no contradiccin con la filosofa cristiana, y, al mismo tiem-po, un enriquecimiento de lo que el mismo Hayek quiere decir. Las cien-cias sociales estudian interacciones entre personas caracterizadas por laintencin de los sujetos interactuantes. Pues bien: veamos la multiplici-dad de elementos tomistas que pueden fundamentar y enriquecer estaconcepcin.

    En primer lugar, una interaccin entre personas nos habla de unarelacin real entre dos sustancias racionales. El fundamento de esa rela-cin es cada accin en particular; la relacin real en cuanto tal es unarealidad accidental (en el sentido tomista del trmino) que como tal nosupera la realidad sustancial de las personas que la componen, aunqueen cuanto tal dice ms que una mera suma de trminos. A su vez, cadainteraccin entre personas se define por el fin, lo cual nos da la posi-bilidad de conocer in abstracto "la esencia" de cada relacin. Esaesencia puede ser universalizada en la inteligencia, pero tiene como fun-damento real la esencia objetivamente existente en cada interaccinconcreta.

    Cuando la inteligencia define cada interaccin (por ejemplo, "elprecio es...", "la moneda es...") no est realizando un modelo mentalindependiente de la realidad, sino que, al contrario, est colocando um-versalmente previa abstraccin a un modo de ser que en s mismo

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    existe en cada interaccin concreta, y que ha podido conocer esencial-mente a diferencia de las ciencias naturales porque puede conocerseel fin de cada interaccin. El carcter conjetural del modelo no radica,pues, en este punto, sino en que se le agregan hiptesis auxiliares que yano dependen de un anlisis esencial de la interaccin. Tanto Bostaph50como Uskali Maki51, dos importantes epistemlogos, han investigado esteaspecto en Carl Menger, quien as trataba los objetos de estudio de laeconoma, aunque desde una perspectiva ms aristotlica.

    La refutacin al colectivismo metodolgico puede hacerse clara-mente, desde esta perspectiva, sin recurrir a un fundamento nominalistaontolgico que afirme que slo existen individuos. Al contrario, las esen-cias de las interacciones tienen existencia real, aunque en s no seanindividuales ni universales, y adems, la relacin entre los indivi-duos es un "algo ms" que ellos mismos, aunque accidental y no sustan-cial. Precisamente, el individualismo metodolgico queda implicado apartir de esto: si las ciencias sociales estudian interacciones entre perso-nas (habitualmente llamadas "individuos"), es obvio que no puede hablar-se de cada interaccin sin hacer referencia a las acciones de las personasque generan esas relaciones.

    No reiteraremos el punto siguiente, a saber, la cuestin del OE.Pero s nos referiremos al cuarto punto. Un dualismo metodolgico comoel que Hayek plantea, filosficamente rodeado de un realismo moderado,no presenta contradiccin con la filosofa cristiana. Principalmente, por-que esta posicin hayekiana se opone a una positivizacin de las cienciassociales que olvide al elemento humano presente en las mismas.

    Ya hemos visto que los modelos en ciencias sociales pueden de-finir determinadas interacciones con conocimiento de su esencia. Ese esun aspecto no conjetural (no hipottico). Ahora bien, se agregan a estosmodelos hiptesis auxiliares de tipo conjetural, tales como la "compren-sin" (cmo actuaran determinadas personas ante determinadas circuns-tancias) y el anlisis de la accin racional.52 Ambos aspectos conjeturales

    50 Vase S. Bostaph, "The Intellectual Context of Carl Menger's Research

    Efforts", indito, Dallas University.51

    Uskali Maki, "Carl Menger's Conception of Economics as an ExactScience", trabajo presentado en el symposium "The Methodology of CarlMenger: A Symposium on The Philosophical Foundations of Austrian Econo-mics", en King's College, Londres, 20 de enero de 1990.

    32 Vase Gabriel J. Zanotti, "Popper: Bsqueda con esperanza", indito

    (1991), parte 1. 6.

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    respetan plenamente una antropologa filosfica de origen tomista conafirmacin del libre albedro. Es obvio que la conjetura general sobrecmo se comportarn determinadas personas ante tales circunstancias esde este tipo. El segundo aspecto, tambin, tanto si se trata de un criteriorestringido de racionalidad, como amplio. El primero supone conocimien-to perfecto y eficiencia en la nocin de racionalidad. Siempre que setenga en cuenta que un modelo armado bajo tal supuesto es siempre unparadigma conjetural aproximado (J. Stuart Mill tena ms conciencia deello de lo que habitualmente se supone),53 entonces estamos respetando,epistemolgicamente hablando, la esencia de lo que el ser humano es.Ahora bien, lo interesante es que los modelos de Hayek, desde el princi-pio, utilizaron un criterio amplio de racionalidad, donde la conducta ra-cional incluye el error y la incertidumbre desde el inicio mismo del mode-lo (recordemos que ste era uno de los puntos de partida del OE). Esto noslo es adecuado a la inteligencia limitada y al libre albedro humanos,sino que permite plantear modelos epistemolgicos cuyo nivel de realis-mo esto es, incorporacin de presupuestos reales, aunque abstracta-mente considerados es mayor. Es ms, se puede decir que, por ejemplo,el modelo del proceso de mercado, al incorporar desde el principio elerror y la incertidumbre en su planteo, parte de lo que el mercado es en smismo. La no-contradiccin con un realismo tomista es, en este caso,evidente. Y este es un detalle que no han advertido quienes, con claridad,captan lo inadecuado de un tratamiento positivista de las ciencias socialesy de la economa en particular. Esto es, no advierten que tienen en Hayekun aliado natural, y que sus aportes epistemolgicos al respecto son sepa-rables del contexto filosfico no-tomista con el que los rodeaba.

    Un caso similar presenta la cuestin de la prediccin en las cien-cias sociales, que Hayek soluciona con su tesis de las pattern predictions.Como se recordar, se trata de una prediccin ms cualitativa que cuanti-tativa (pues se trata del resultado global del OE), y eso aleja nuevamentea las ciencias sociales de la pretensin neopositivista de prediccionesmedibles, cuantificables y exactas. El factor humano es, pues, tenido encuenta enfticamente. Pero no por una imposibilidad epistemolgica (estoes, como si se afirmara que la conducta humana individual y social estdeterminada, pero que por la limitacin de nuestro conocimiento es

    53 Vase J. S. Mill, Essays on Some Unsettled Questions of Political

    Economy [1874] (Clifton: Augustus M. Kelly Plublishers, 1974), ensayo V. He-mos comentado esta cuestin en Gabriel J. Zanotti, "Caminos abiertos", op. cit.

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    impredecible, sino por un error e incertidumbre intrnsecos a la conductahumana perfectamente fundamentables en la antropologa tomista.)54

    No nos extendemos ms en este punto para no adentrarnos en cues-tiones ms tcnicas y especficas de la epistemologa que escapan al obje-tivo de este ensayo, esto es, la demostracin de la no-contradiccin. Enese sentido, queremos aclarar que una parte de esta cuestin, a saber, silas ciencias naturales pueden recurrir a la induccin o, al contraro, comodice Popper,55 seguido en cierta medida por Hayek en sus otros ensayos, ala falsacin y corroboracin, es una cuestin ms tcnico-metodolgicaque tiene sus caniles autnomos de discusin. Existe una escuela tomistade filosofa de naturaleza (De Koninck, Simard)56 que ha demostrado laausencia de contradiccin entre una versin inductivista amplia de lasciencias naturales con el tomismo. Nosotros coincidimos con que esaausencia de contradiccin existe, pero adems tenemos razones metodo-lgicas adicionales para preferir la versin popperiana del mtodo hipot-tico-deductivo de las ciencias, tambin con una demostracin de ausenciade contradiccin con la filosofa cristiana. Remitimos a nuestro trabajo yacitado al respecto.57

    Siguiendo el orden establecido, estamos ahora en condiciones deanalizar la ausencia de contradiccin en los aspectos filosfico-polticos.

    En primer lugar, es claro que Hayek liga la nocin de derecho alaspecto normativo de la ley humana derivado del common law. Esto tienedos aspectos muy interesantes no contradictorios con la nocin tomis-ta clsica de ley natural y de derecho natural (esto es, la parte de la leynatural referida a la virtud de la justicia).

    El primero consiste en que aleja la concepcin hayekiana de unanocin ms bien racionalista del derecho natural, como ya habamos vis-to. Esta nocin tratara de deducir in abstracto, a partir de una naturaleza

    54 Hemos desarrollado esta relacin entre la antropologa tomista y la

    cuestin del error y la incertidumbre en la racionalidad humana en nuestra tesis"Fundamentos filosficos y epistemolgicos de la praxeologa", citada en nota 1.

    55 Vase Karl Popper, La lgica de la investigacin cientfica [1934] (Ma-

    drid: Tecnos, 1985).56

    Vase al respecto la obra de E. Simard, Naturaleza y alcance del mto-do cientfico (Madrid: Gredos, 1961). Sobre De Koninck vase la tesis de licen-ciatura de Oscar Beltrn "El conocimiento de la naturaleza en la obra de Ch. deKoninck", presentada a la Universidad Catlica de Argentina en diciembre de1991.

    57 Vase Gabriel J. Zanotti, "Popper: Bsqueda con Esperanza", indito

    (1991).

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    humana abstractamente considerada, el conjunto del derecho. Los siste-mas codificados tienen mucho que ver con esta actitud. Esta nocinracionalista del derecho natural olvida el necesario componente de pru-dencia en la elaboracin del derecho, que en nuestra opinin est presenteen la nocin de ley humana en Santo Toms,58 lo cual es perfectamenteadecuable a una nocin de los derechos individuales donde stos vansurgiendo de sentencias judiciales concretas en un proceso de evolucinhistrica. As, cada derecho individual tendra un aspecto ms abstracto yuniversal, esto es, lo que se puede inferir directamente de lo que es lanaturaleza humana en cuanto tal (que es la parte formal y perfectiva decada persona humana, metafsicamente hablando), y un aspecto ms inconcreto, relacionado necesariamente con un acto de prudencia que encuanto tal tiene presentes ciertas circunstancias particulares de lugar ytiempo; aspecto, este ltimo, necesario para la especificacin final de loslmites de cada derecho individual.

    Como puede observarse, no decimos que de la nocin tomista delderecho se deduce necesariamente el sistema del common law, pero s queste es plenamente no-contradictorio con dicha nocin.

    En segundo lugar, esta nocin del derecho que tiene Hayek losepara totalmente de cualquier concepcin positivista de la ley.59 Si elderecho no es producto de un orden deliberado (no espontneo), entoncesjams podr identificarse exclusivamente con un acto voluntarista, expl-cito y planeado por un legislador.

    Adicionalmente, podramos observar aqu lo que ya hemos sugeri-do anteriormente: la nocin hayekiana del derecho, al ligar el surgimien-to de las libertades individuales a la evolucin espontnea de un sistemajudicial que es temporalmente anterior al protestantismo, es uno de loselementos que quiebran totalmente la intil dialctica entre "cristiandadcatlica y modernidad protestante", tan usada por aquellos que, sin hacerningn tipo de distinciones, ven contradiccin entre "el" liberalismo y elcatolicismo romano.

    Ahora bien, debemos analizar si en la mente de Hayek hay compa-tibilidad entre la nocin tomista de ley natural y su concepcin del de-recho. Por un lado, Hayek parece referirse con elogio a la concepcin

    58 Vanse Sto. Toms de Aquino, Suma Teolgica, I-II, 95, 2, ad 3, y M.

    Villey, El pensamiento ius-filosfico de Aristteles y de Santo Toms (BuenosAires: Ghersi, 1981), p. 127.

    59 Vase Friedrich A. von Hayek, Derecho, legislacin y libertad (pp.

    cit.) tomo II, cap. VII.

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    tomista de ley natural, que influye en la segunda escolstica.60 Pero, porotro lado, hay una parte del segundo tomo de Derecho, legislacin y li-bertad donde explcitamente afirma que su concepcin se aleja tanto deuna visin positivista de ley como de otra en la cual se coloque el origenltimo de la ley en algn legislador suprahumano omnisciente,61 lo cual,en nuestra opinin, es incompatible con la nocin tomista de ley natural,en la que, si bien la naturaleza humana como tal es causa segunda yprxima del derecho natural, Dios, como creador de cada ser humano y sunaturaleza, es causa "primera" y remota del derecho natural. Y volvemosa decir que la nocin de Dios creador es en Santo Toms una nocin"filosfica" (si bien no slo filosfica). No puede, por ende, calificarseesa nocin de derecho natural como exclusivamente religiosa.

    Es obvio, entonces, que el agnosticismo metafsico de Hayek im-plica en este punto una contradiccin entre los fundamentos filosficosltimos del derecho natural en Santo Toms y los fundamentos filosficosltimos que Hayek quiere colocar en el orden espontneo del cual emer-ge el common law: pero nosotros ya hemos explicado que esos fundamen-tos filosficos ltimos hayekianos forman parte de un protoplasma cuyaprescindencia no afecta a lo esencial del eje central de su teora delorden espontneo, cuya posibilidad de fundamentacin ltima en unaconcepcin creacionista cristiana ya hemos visto.

    Sobre la concepcin institucional de Hayek, digamos que ms quenunca debemos tener en cuenta lo que significa "ausencia de contradic-cin", pues es obvio que de una metafsica y gnoseologa creacionista yrealista como la de Toms no puede deducirse directamente ninguna for-ma concreta de gobierno. Empero, es obvio que la nocin de ley moralobjetiva de Toms lo separa ipso facto de cualquier concepcin volunta-rista del poder humano, donde la legislacin no tenga otra limitante que lavoluntad de la mayora (o de quien fuere). De ese modo, la contradiccinmanifiesta entre la concepcin democrtica rousseauniana del poderpoltico y la nocin tomista de ley acerca indirectamente a esta ltima auna concepcin hayekiana, donde el derecho y la justicia son mxima-mente independientes de la arbitrariedad de los poderes gubernativos hu-manos. El trmino "acerca" debe entenderse como "hace ms visible laausencia de contradiccin".

    60 Vase Friedrich A. von Hayek, Nuevos estudios (op. cit.), cap. IX, pun-

    to 2.61

    Vase Friedrich A. von Hayek, Derecho, legislacin y libertad (op.cit.), tomo II, cap. VII, p. 105.

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    Por otro lado, si vamos a cuestiones filosfico-polticas ms con-cretas, debemos observar que, una vez ms, la nocin hayekiana de evo-lucin institucional quiebra la dialctica entre "monarquas absolutas cris-tianas medievales" y "democracias modernas no cristianas o anticristia-nas", si con ello se est haciendo referencia a la evolucin de las ins-tituciones inglesas y norteamericanas. Hayek acertadamente, a nuestrojuicio no tiene una nocin dialctica de la historia, tan cara a ideologascerradas y simplistas. La misma nocin de evolucin del sistemainstitucional implica que cada institucin, teora y/o autor no es juzgadacomo buena o mala en absoluto, como de este lado o del otro, sino encuanto a su acercamiento imperfecto en cuanto tal, y siempre inacaba-do o no a sistemas institucionales respetuosos del derecho. En esesentido, puede decirse que Santo Toms no fue un reformador social niplante sistemas institucionales nuevos en relacin a su poca. Cuandodefenda la monarqua como mejor forma de gobierno, lo haca bajo elsencillo argumento de que eso favorece la unidad de mando62 y evita lasdificultades de lo que hoy llamaramos poder ejecutivo colegiado. Deningn modo pensaba en una especie de dspota, ilustrado o no. Pero enla parte ms evolucionada de su pensamiento poltico, contesta que elmejor gobierno es el mixto,63 que combina la unidad de mando de la mo-narqua con la calidad de mando de la aristocracia y la participacinpopular de la democracia. Y coloca como ejemplo a determinada etapadel gobierno judo, detalle interesante para aquellos que, intensamenteconfundidos, ligan a Santo Toms con el antisemitismo, este ltimo, pordefinicin, esencialmente anticristiano.

    Desde esta perspectiva, querer encontrar en Toms una defensadirecta de la democracia constitucional al estilo anglosajn es una vanatarea, pero tan vana como encontrar una contradiccin con ella. SantoToms no plantea lmites institucionales especficos a los poderes delrey, pero plantea premisas generales que, enunciadas en la teora del go-bierno mixto, "van hacia" una concepcin no-contradictoria con esos l-mites institucionales. Una concepcin liberal clsica de la limitacin delpoder, al estilo ingls o norteamericano, integra los elementos de un go-bierno mixto, especificando concretamente a cada elemento. El logro deeste ideal no fue, obviamente, perfecto, pero s evidentemente mejor que

    62 Vase Sto. Toms de Aquino, Opsculo sobre el gobierno de los prn-

    cipes, traducido por C. I. Gonzlez, s. j. , (Mxico: Ed. Porra, 1975), cap. II.63

    Sto. Toms de Aquino, Suma Teolgica, I - II, Q. 105, a. 1c.

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    la contradiccin manifiesta con Toms de Aquino que implican los sis-temas totalitarios tales como la democracia ilimitada al estilo rousseau-niano, el nazi-fascismo y el comunismo.

    No debe olvidarse, por otra parte, la concepcin de naturaleza hu-mana que hay detrs de esta concepcin evolutiva, proveniente de laescuela escocesa, como habamos visto. El ser humano es, en general,una mixtura entre elementos altruistas y egostas razonables. Estos lti-mos la preocupacin por el bienestar propio y el de la propia familia,sin "molestar al vecino" no son un mal moral, sino slo cuando se losintegra con la voluntaria omisin de la preocupacin por las necesidadesajenas que vayan ms all de la estricta justicia.

    En este sentido, una concepcin institucional como la que Hayekpropone est concebida para seres humanos corrientes. La evolucin delsistema poltico hacia progresos institucionales, en tanto que "progreso"implique un mayor respeto por una justa libertad, est planteada bajo elsupuesto de que los seres humanos no son, en general, ni santos ni crimi-nales absolutos. Ahora bien, lo mismo pensaba Santo Toms sobre la leyhumana, la cual:

    [S]e establece para una multitud de hombres, en la cual la ma-yor parte no son hombres perfectos en la virtud. Y as la ley hu-mana no prohibe todos los vicios, de los que se abstiene unhombre virtuoso; sino slo se prohiben los ms graves, de loscuales es ms posible abstenerse a la mayor parte de los hom-bres, especialmente aquellas cosas que son para el perjuicio delos dems, sin cuya prohibicin la sociedad no se podra conser-var, como son los homicidios, hurtos, y otros vicios semejan-tes.64

    De este modo, el planteamiento de Hayek sobre la evolucin delsistema poltico no presenta, ni poltica ni epistemolgicamente, ningunacontradiccin con la filosofa cristiana fundamental. Su crtica al racio-nalismo constructivista coincide, por otra parte, con la crtica al ilumi-nismo racionalista, comn a todo el pensamiento tomista.65 Ahora bien,como programa de investigacin cuyo ncleo central hemos sintetizadoen el punto anterior, esto es, como un programa que presente a la