Hacia Una Recuperacion Del Psicoanalisis en La Psicologia - Avila Espada

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  • Anuario de Psicologia 1998, vol. 29, no 2, 163-206 O 1998, Facultat de Psicologia Universitat de Barcelona

    Hacia una recuperacin del psicoanlisis en la psicologia

    Alej andro vila Universidad de Salamanca

    En 10s umbrales del siglo XXI el lugar del psicoanlisis en la psicologia ha de ser revisado, tras haberse superado suficientemente 10s dogmatismos de es- cuela imperantes en la segunda rnitad del siglo que termina, bien 10s derivados del conductismo skinneriano entendido de forma harto reduccionista por algu- nos de sus discipulos, sorteado oportunistamente desde el radicalisrno cognitivo, pero igualmente potenciados desde el aislacionismo en que el propio psicoanli- sis se ha encerrado con bastante frecuencia. Las dos ltimas dcadas de este si- glo vienen reflejando constantes ecos de una vuelta de la psicologia hacia el psi- coanlisis, en ocasiones para encontrar una justificacin de 10s antecedentes de algunas posiciones defendidas en la psicologia actual, otras veces como fecunda y oculta fuente de hiptesis para las numerosas preguntas que de continuo sur- gen en nuestra problemtica ciencia psicolgica.

    Son muy numerosos 10s espacios de encuentro y dilogo posible entre psi- cologia y psicoanlisis: la psicologia cognitiva y el debate sobre el inconsciente; la motivacin y la personalidad; la biologia evolucionista, la etologia y el desa- rrollo cognitivo y emocional precoz; 10s nexos entre cognicin, emocin y re- presentacin; ms 10s tradicionales campos de la psicologia evolutiva en 10 que ataiie al desarrollo y organizacin de la personalidad a 10 largo de todo el ciclo vital, o el tradicional mbito de estudio psicopatolgico, que desbordando el cl- sico mbito de las neurosis ha ampliado su horizonte propio a 10s trastornos l- mites y a la psicosis.

    La teoria psicoanaltica en la actualidad est confrontada con sus propias necesidades de profunda renovacin y sustitucin de algunos de 10s pilares de su edifici0 terico, operacin harto delicada ya que realizarla desde dentro implica grandes riesgos que nadie se atreve a protagonizar, y que acometida desde fuera es fcilmente considerada un ataque destructiva. La metapsicologia freudiana, la teoria de la libido, las fases del desarrollo psicosexual, por citar algunos de 10s te- mas mis relevantes, requieren profunda revisin, que incorpore tanto las eviden- cias derivadas de la investigacin de mltiples mbitos disciplinares como las nuevas aportaciones que desde dentro del psicoanlisis se vienen haciendo desde

    Correspondencia: Departamento de Personalidaci, Evaluaci6n y Tratamiento Psicol6gicos, Facultad de Psicologa. Av. de la Merced, 109-131.37005 Salamanca.

  • hace dcadas, coexistiendo con la versin oficial de la teora. Basta con revisar las principales producciones ofrecidas desde la teora de las relaciones objetales in- ternalizadas, desde el enfoque intersubjetivo, o a partir de la obra de autores como D.W. Winnicott, O. Kernberg u otros para constatar un fenmeno ms general, que incluye repercusiones que ataen tanto a la teoria como a las derivaciones tc- nicas que inciden en 10s tratamientos basados en el psicoanlisis.

    Mltiples indicios convergen en lsubrayar la actualidad de esta recupera- cin del psicoanlisis para la psicologia. Algunos son puramente formales aunque substantives: La proliferacin de las publicaciones de carcter psicoanaltico, re- cogidas en 10s sistemas de catalogacin documental (v.g. Psychoanalytical Abs- tracts); la aparicin de nuevas revistas dentro de 10s circuitos acadmicos tradi- cionales (v.g. Psychoanalytic Psychology); el crecimiento exponencial de la investigacin psicoanaltica, tanto en la investigacin bsica de procesos bsicos y del desarrollo, sobre el proceso terapkutico, sobre la tcnica teraputica, o en mltiples aplicaciones clnicas o no; un crecimiento que est6 siendo arnparado por un mayor inters institucional dentro del psicoanlisis por la investigacin, plasmado en una nueva estrategia de dotar fondos para apoyar la investigacin en este mbito. Al tiempo el espacio del psicoanlisis en el mbito acadmico uni- versitari~ consolida sus ncleos tradicionales y tiende a expandirse a nuevos centros que se convierten en focos de prestigio. Una tendencia que hereda 10s lo- gros consolidados durante varias dcadas de investigacin en Departamentos Universitarios en Alemania, Suiza, Austria, Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Canad, a 10s que progresivamente se suman muchos otros focos prometedores en todo el mundo.

    Contando con suficientes preguntas que responder, con mentes mis abier- tas a la discusin inter e intradisciplinar, en un horizonte de ensanchamiento de 10s mrgenes del mtodo cientifico, el espacio de encuentro del psicoanlisis con la psicologia vendr confirrnado si no rehuimos la mutua responsabilidad de so- meter a crtica tanto lo que une como separa al psicoanlisis y a la psicologia.

    Barron, J.W., Eagle, M.N. & Wolitzky, D.L. (1992). In~!erface of Psychoanalysis and Psychology. Washington: American Psychological Association.

    Poch, J. y Avila Espada, A. (1998). Investigaci6n en Psicoterapia. La contribucidn psicoanaltica. Barcelona: Paid6s.

    Rodrguez Sutil, C. (1998). El cuerpo y la mente. Una antropologa wittgensteinianu. Madrid: Biblioteca Nueva (Colecci6n Quip).

  • Sobre la amplitud y diversidad de la neuropsicologia actual 165 1

    Sobre la amplitud y diversidad de la neuropsicologa actual ~ Llus Barraquer Bordas Director emrito del Servicio de Neurologia Hospital Universitari de la Santa Creu i Sant Pau

    La neuropsicologia nace en tanto que 10s neurlogos reconocen que se ha- llan en situacin deficiente en el campo de los diseos experimentales destinados al estudio de las capacidades mentales y de sus instrumentaciones mis vecinas -del orden del lenguaje, de la integracin gestual, de las diversas capacidades mnsicas, de las aptitudes visuo-espaciales, del reconocimiento y categorizacin de las percepciones- y, ms directamente, de sus disturbios, y en tanto que 10s psi- I clogos se hacen conscientes, por su parte, de que sus aproximaciones acerca de cules son las lesiones cerebrales y cules son 10s sistemas funcionales afectos en tales disturbios, quedan notoriamente cortas, traduciendo una mayor o menor ig- norancia de las ciencias neurolgicas. La llarnada neurologia de la conducta se superpone, en buena parte -tan slo- con el mbito global de la neuropsicologa clnica. Ya en 1954, R. Mackay dio a conocer su visin personal que titul Toward a Neurology of Behavior, pero fue sobre todo N. Geschwind quien profundiz y difundi esta idea (1962, 1965, etc.); reelaborando y expandiendo 10s puntos de vista de un neo-asociacionismo y, con ello, de 10s sndromes . reverdeciendo las concepciones de la Escuela neuro-psiquitrica germana de 10s ltimos decenios del siglo xa y de principios del xx, asi como 10s de J. Dejerine, en 10 concerniente a las alexias. La inspiracin bsica de la neurologia de la con- ducta es neurolgica (Caine y Joynt, 1986), prestando menos atencin a 10s as- pectos propiamente psicolgicos.

    En el decurso de las dos ltimas dcadas el campo neuropsicolgico se ha visto como por una pertinaz corriente y aun moda apelada acogni- tiva>>: el cognitivismo. Entendido este tmino en un sentido resulta ser claramente reduccionista. Conviene tenerlo en cuenta, ya que hoy en dia el tr- mino -segn comenta B. Lechevalier, 1994- se emplea B tort et B travers. Este mismo autor se expresa de forma matizada cuando reconoce, por una parte, que , aunque advir- tiendo, por otra parte, que la Escuela cognitiva , al igual que hizo -nos importa hacerlo constar- la Escuela conductista rgida, tan en boga en nuestros ambientes hace unos veinticinco aiios. Hay que extraer un beneficio prudente de las -concluye Lechevaber-, sin ir en busca de 10s modelos en 10s ordenadores. El cognitivismo, se ha dicho, puede ofrecer una cierta sintaxis, pero no una semntica. Por su parte, 0. Sabouraud, 1995 -en su magna obra so- bre las afasias, etc.- seala que el cognitivismo es un approche terico que niega

    Correspondencia: Hospital Universitari de la Santa Creu i de Sant Pau. Sant Antoni M. Claret, 167.08025 Barcelona. 1

  • 166 L1. Barraquer

    la especificidad humana, que ignora la disposicin de (o el recurso a) 10s sistemas culturales, reduciendo toda la vida mental al conocimiento, de tal modo que, p. ej., las relaciones interhumanas -afectivas y sociales- son tratadas . Por su parte, el telogo moralista B. H c n g (1994), acota que . Su lnea personal, aade, ehabra sido el fin de la libertad autnticamente humana y creativa>>. Por su parte, el pen- sador argentino Mario Bunge (1994) opina -razonndolo previamente- que . Todo el10 no quisiera ser una crtica sistemtica y fuerte de quienes apliquen con ponderacibn en la prctica ciertos tratamientos ins- pirados en la corriente conductista. En cuanto a la actualidad de la corriente psi- coanaltica podemos remitirnos a la recensin que publicamos en estas mismas pginas de la obra de P. Bofill y L.J. Tizn Qu es el psicoanlisis (1994).

    Una revalorizacin atemperada del pensarniento de W. James sobre las emociones, puede ahora encontrarse en el libro de A. Darnasio El error de Des- cartes (1996), el objetivo central del cua1 es resaltar el papel del cuerpo, del or- ganismo no-enceflico, en la integracin! de las emociones y sentirnientos. , opina este autor. Los sen- timientos de fondo se originm'an en estados corporales tambin . Se subraya de este modo todo 10 que ocurre y se siente

  • Psicologia de la salud: dos preguntas en busca de respuesta 167

    La tarea que concierne ahora a la neuropsicologia clnica es la de extraer el mejor jugo de las diversas lneas de pensamiento y de trabajo a que nos hemos ido refirendo, procurando integrar una serena profundizacin con una aproxima- cin vivificante entre ellas -evitando con el10 una burda - aten- diendo siempre a las realidades que la clnica muestre.

    Psicologa de la salud: dos preguntas en busca de respuesta

    Ramon Bays Universitat Authnoma de Barcelona

    En 10s tres ltimos aiios, en el campo sanitario, han surgido dos problemas de considerable trascendencia cuya solucin, en mi opinin, depende en gran medida de 10s psiclogos, en especial pero no nicamente, de aquellos que tra- bajan en psicologia de la salud.

    Uno de ellos tiene su origen en el descubrimiento y administracin de la denominada terapia combinada antirretrovirica a las personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH); el otro, en 10s datos que nos propor- ciona el denominado Informe SUPPORT, en especial, 10s que se refieren a las con- diciones en que mueren muchas personas aquejadas de enfermedades graves en 10s hospitales norteamericanos y, probablemente, tambin en 10s nuestros.

    Con respecto al primer0 de 10s problemas a 10s que me refiero me gusta- ria destacar dos aspectos:

    1. A pesar de que la terapia combinada antirretrovrica ha supuesto, por pri- mera vez en muchos dos , una esperanza real de mejoria para muchos enfermos de SIDA y personas infectadas con el m; sin embargo, el mundo biomdico empieza a darse cuenta de que, para que la misma sea plenamente eficaz, precisa de una ad- hesin teraputica estricta ya que un curnplirniento en dosis subptimas es sus- ceptible no solo de producir efectos farmacolgicos nulos sino de facilitar la emer- gencia de cepas de virus resistentes que pueden poner en peligro tanto la vida de las personas infectadas como la de aquellas otras a las que puedan transmitir estas cepas de virus a travs de 10s denominados comportamientos de riesgo.

    2. Aunque la importancia de la adhesin teraputica no constituye un fe- nmeno nuevo en el campo de la salud, la experiencia acumulada en 10s trata- mientos de otras enfermedades -tuberculosis, hipertensin, diabetes, asma, etc.- nos indican que, en este caso especial, las condiciones para que pueda darse una buena adhesin -imprescindible, como decimos, para la eficacia de la terapia combinada- son especialmente difciles de cumplir: a ) debe ingerirse diaria- Correspondencia: Unitat de Psicologia Bhsica, Facultat de Psicologia. Apariat postal 29. 08193 Bellaterra (Barcelona).

  • mente un gran nmero de pastillas en pautas complejas; b) su administracin es de duracin indefinida; c) puede dar lugar a la aparicin de efectos secundarios nocivos; y 6) el hecho de que se omitan~ involuntariamente algunas dosis, o de que se tomen voluntariamente, por parte de 10s afectados, unas , no suele conllevar para Cstos una percepcin sintomtica inme- diata de que, en el silencioso combate que se est6 desarrollando entre 10s com- ponentes de su sistema inmunitario y 10s invasores vricos, estn emergiendo cambios, posiblemente irreversibles y altarnente peligrosos, a medio o largo plazo, para su supervivencia.

    No deja de sorprendemos que, a pesar de que la adhesin teraputica ha sido calificada por Friedland, responsable del programa sobre el SIDA de la Uni- versidad de Yale, como , hasta el mo- mento de escribir estas lneas (febrero de 1998) haya sido objeto de escasa aten- cin en 10s congresos internacionales y publicaciones biomdicas especializadas. Por otra parte, es preciso mencionar que 10s instrumentos de evaluacin de la ad- hesin teraputica de 10s que hasta este rnomento disponemos -a) auto-informe; b) contaje de pastillas; c ) marcadores qumicos; y d) frascos con microchip de re- gistro incorporados -suelen proporcionar datos de fiabilidad dudosa.

    Personalmente consideramos que si bien el desarrollo farmacolgico de la lucha contra el SIDA es una tarea esencialmente biomdica, la investigacin de las estrategias para evaluar y mejorar la adhesin teraputica -asi como las in- tervenciones para modificar 10s comportarnientos de riesg* son problemas esencialmente psicolgicos y deberan poseer, en 10s umbrales del ao 2000, un inters prioritario en el mbito de la luclna contra el SIDA. isabremos 10s psic- logos -tanto 10s investigadores como 10s clnicos- estar a la altura de nuestra res- ponsabilidad?

    En cuanto al segundo de 10s problemas al que queremos referirnos - el in- forme SUPPORT- debemos aclarar para 10s que no 10 conocen que se trata de una investigacin de gran envergadura realizada durante varios aos en 10s hospita- les norteamericanos con enfermos aquejdos de enfermedades graves -bastantes de 10s cuales mueren en el hospital- y cuyos resultados son extrapolables a unos 400.000 enfermos hospitalizados que, anualmente, pasan, en este pas, por la misma situacin. De 10s resultados de esta investigacin se deduce la existencia, en 10s hospitales mis modernos del mundo, de un sufrimiento humano, parcial- mente evitable, de considerables proporciones.

    Esta triste realidad debe y puede, en gran medida, ser superada. Y para el10 ser5 preciso, entre otras cuestiones previias: a) proporcionar una definicin ope- rativa de sufrimiento; b) elaborar instrumentos clnicos para su evaluacin; y c ) disponer de modelos y programas multidisciplinarios de intervencin que per- mitan paliar o eliminar dicho sufrimiento.

    La muerte es un acontecimiento natural que nos iguala a todos 10s huma- nos pero el sufrimiento ante la muerte o durante las enfermedades graves, es sub- jetivo, y sus causas y su percepcin son diferentes para cada uno de nosotros. Su anlisis debe ser, por tanto, en nuestra opinin, esencialmente individual y psi- colgico, aunque no por ell0 poseer un menor rigor cientifico.

    Dolor y sufrimiento no son trminos sinnimos. Se puede experimentar do-

  • Una mirada alfuturo 169

    lor sin sufrimiento, dolor como fuente de sufrimiento, y sufrimiento sin dolor. Si- guiendo una lnea iniciada por Cassel, por una parte, y por Lazarus y Folkman, por otra, entendemos que una persona sufre cuando: a) percibe un estado, est- mulacin o situacin como amenazador para su integridad fsica o psicolgica; y b) se siente impotente, sin recursos, para hacer frente a esta problemtica. Cuanto mayor es la importancia que confiere a la amenaza y mayor es la incertidumbre de cmo, cundo y dnde hacerle frente, mayor es el sufrimiento. Cm0 debe- mos evaluar el sufrimiento? ~Cmo podemos eliminar10 o paliarlo?

    Quizs la aplicacin al campo de la salud de una idea que aparece en la obra de Williarn James (1890), nos puede permitir una evaluacin, tica y siste- mtica, del sufrimiento del enfermo a travs del conocimiento de su percepcin subjetiva del paso del tiempo. Tal vez, asimismo, 10s nuevos modelos de inter- vencin que estn surgiendo puedan constituir una esperanza de solucin. Pero el camino s610 est5 en sus comienzos, apenas esbozado.

    iCmo mejorar la adhesin a 10s tratamientos antirretrovirales para con- servar la vida de las personas infectadas por VII-I y enfermos de SIDA? ~Cmo conseguir conocer, evitar o paliar el sufrimiento en 10s enfermos graves o en si- tuacin terminal? Dos interrogantes abiertos, dos retos importantes para 10s psi- clogos de la salud, en 10s albores del siglo XXI.

    Una mirada al futuro

    Helio Carpintero Universidad Cornplutense

    El hombre, dice Julin Man'as, es un ser futurizo. Est abierto, orientado, tendente hacia el pervenir. Precisamente porque queremos ciertos fines, ciertas metas, es por 10 que emprendemos unas u otras acciones.

    Y la ciencia, la psicologa, es un producto humano, y por 10 mismo, tarn- bin orientada hacia la solucin de unas cuestiones hoy an sin resolver, maana tal vez desentraadas y transparentes.

    No es frecuente, con todo, que se nos pida un ejerciqigde imaginacin como el que el editor de este Anuario nos ha demandado, y al que estas lneas tratan de dar respuesta. Demasiado frecuentemente, la investigacin sigue carni- nos trillados. Se aspira a resolver puntos sueltos de 10 que ya est logrado, que se hallan an en una cierta nebulosa, pero cuya clarificacin se espera para ense- guida, para pasado maana. Y es bueno, es urgente, volver 10s ojos a metas ms distantes, para saber qu es 10 que realmente quem'amos conseguir.

    Correspondencla: Departamento de Psicologia Bdsica 11, Procesos Cognihvos, Facultad de Psicologia, Mficio A. 28040 Madnd

  • La psicologia, a mi modo de ver, es la ciencia explicativa, natural, de 10s mecanismos que nuestra corporeidad posee con 10s cuales se lleva a cabo la exis- tencia o vida biogrfica de cada cual. La filosofia del siglo xx ha llegado a ver la realidad humana como una realidad hrnica, en situacin, abierta al mundo, donde yo trato de realizarme y sobrevivir instante tras instante, imaginando mi futuro, interpretndome a mi mismo y a 10s dems como personas. Disponemos para ell0 de funciones varias que llamarmos procesos psicolgicos -la memoria, la imaginacin, el pensar, la razn, el deseo, la ilusin, la esperanza ...-. Y todo ello, siendo como es esencialmente humano, suponemos que es posible gracias al funcionamiento de ciertos elementos de nuestra corporeidad, y va asociado en muchos casos a determinadas estructuras del genoma, y del sistema nervioso, y de las funciones orgnicas, mientras que por otro lado va vinculado a las inte- racciones con 10s otros hombres y con 10s grupos sociales: la educacin, la ad- quisicin de una lengua, el sentido de lla vida, 10s valores que impulsan hacia adelante.. .

    Desde el surgimiento de la psicologia, venimos asistiendo al desarrollo paralelo, raramente coordinado, de las dos grandes lineas de construccin del univers0 mental: la que va ascendiendo desde la biologia y la gentica, hoy ex- traordinariamente reforzada por las tc~~icas recientes de anlisis de funciones neurales y cerebrales, y por el acceso paulatino pero creciente al banco de infor- macin contenido en el genoma, y, de otro lado, a la linea que desciende desde 10s estudios sociales, 10s anlisis polticos, la interaccin social. Con contactos episdicos, a veces mis intensos en el marco del mundo animal, las dos lineas tienen todavia suficiente distancia entre si para poder hablar lenguajes diferen- tes, con conceptos que no se relacionan en ningn sentido, y que parece posible compatibilizar con s610 suponer que son procesos ...

    Pues bien, pienso que la psicologia que se haga el prximo siglo habr de ser, como reitera entre nosotros Jos Luis Pinillos, una psicologia de la com- plejidad.

    Complejidad querra decir aqu, a mi ver, algo como 10 siguiente. Querra decir disponer de cada persona la frmula que enlace determinada corporeidad y psiquismo con determinadas previsiones de accin de futuro dentro de una perfi- lada tipologia de situaciones. ~Cuntas situaciones distintas dicen que integran el enorme tesoro del teatro clsico? ~Cun~tas situaciones-tipo determinan posibles y previsibles reacciones en un cierto tip0 humano? i Y cuntos modos conoce- mos de cambiar una situacin por otra, de modificar la percepcin de la situacin por una persona, y de influir tcnica y deliberadamente en la reconstruccin del sistema personal de afectos y cogniciones con que se enfrenta al mundo?

    Antes y ms bsico an. La psicollogia surgi, desde sus comienzos, como un instrumento de insuperable eficacia al servicio de la educacin. Desde ofre- cer un conocimiento del educando, y de sus motivaciones eficaces, a mostrar las ventajas e inconvenientes de 10s procedimientos de aprendizaje, a potenciar la inteligencia (la inteligencia que se adquiere y que se pierde), la comprensin, la memoria, las posibilidades del pensamiento creativo, el uso diferenciado de la razn.

  • Una mirada al fituro 171

    Empujados por un intelectualismo slidamente establecido en el siglo pa- sado (las ideas rigen el mundo, decia Comte), hemos pasado casi como sobre as- cuas en la educacin de la voluntad. Por de pronto,hemos consentido no hablar de voluntad. (La psicologia del siglo xx habr de ser estudiada un dia desde el punto de vista de 10s tabes que ha aceptado de otras ideologias prximas o le- janas. El temporal destierro de la conciencia no ha sido el nico, aunque haya podido llegar a ser el ms grave y ominoso.) Pero, supuesto que hablemos de vo- luntad, hablaremos de energia, de tesn, de resistencia, de capacidad de autoa- firrnacin, de dominio intra- e interpersonal, y con ello, de comportamientos ab- solutamente similares a 10s agresivos, a 10s autoafirrnativos, sin 10s cuales cada individuo est5 sometido, de entrada, a voluntades y poderes ajenos. La psicolo- gia del siglo XXI habr de ser una psicologia del en 10s viejos sentidos de que 10s filsofos hablaron: libre para ser, y ser uno mismo, y libre de las pre- siones y de las opresiones externas que representan mecanismos de despersona- lizacin y de inautenticidad.

    La psicologia del siglo que viene debiera llegar a ser una verdadera cien- cia ccetolgica>>, como la llamara John Stuart Mill, una verdadera ciencia del comportamiento del individuo en situacin, o, mejor, de la vida de la persona en situacin -en situacin histrico social, claro est.

    La ciencia psicolgica que poseemos va paulatinamente dando razn del psicolgico vital de que disponemos, gracias a la experiencia de la vida y la posesin de un lenguaje, que interpreta el mundo, y que nos habla y nos per- mite hablar de intimidades, duda~, querencias, vacilaciones, saberes, deseos, y mil otros fenmenos ms de que debieran tratar 10s tratados de psicologia.

    Innumerables autores, exquisitos pensadores, dijeron antes de ahora que habia ms psicologia en Shakespeare, o en El Quijote, o en el mundo de Guer- mantes de Marcel Proust, que en 10s libros de introduccin a nuestra ciencia. Pu- diera ser. Pero seda hora de que eso comenzara a cambiar. La psicologia cienti- fica del siglo x x ~ debera llegar a ser capaz de entender, explicar y reanalizar esa otra, la de Shakespeare y Proust, la de Maquiavelo y Bobby Fisher, la de Cien aos de soledad o Corazn tan blanco, cancelando un abismo de separaciones que est ahi, demandando ser solucionado. Conciliar a Proust con el genoma hu- mano, entrenar y ejercitar al hombre para que sea verdaderamente persona, son tareas que ilusionan como metas del saber para un siglo que empieza ya a aso- mar el rostro. Un saber que permitira dar unos pasos positivos y eficaces a la hora de evitar el abandono, la depresin, el fanatismo, la deshumanizacin.

    No todo esta en la mano de la psicologia, bien 10 s. Incluso, llegado el caso, tendr la psicologia que dejar ciertas decisiones en manos de la tica, del consejo moral, de la reflexin y decisin ltimamente personales. Pero la psico- logia del siglo xx puede llegar a ser, y sin duda llegar a ser, la rns potente fuerza humanizadora de que el hombre disponga en ese siglo, como la fsica 10 ha sido en ste, pero con mayor radicalidad. El hombre es un ser maleable. La psicologia llegar a saber casi todo de esa ductilidad humana. Entonces, en el si- glo xxn, habr que conseguir organizar una tica, y una filosofia, que marque su limite a una psicologia, una biologia y una cosmologia que nunca debern dejar de estar al servicio de la persona.

  • Derechos humanos y calidad de vida: jretos para la psicologia del siglo m? Ferran Casas Universitat de Girona

    En 1969, en su famoso discurso presidencial a 10s rniembros de la APA, con el lema La psicologia como forma de promover el bienestar humano, G.A. Miller trat de convencer a sus colegas norteamericanos acerca de su potencial para contribuir al bienestar y la felicidad del individuo. Una gran novedad de la ponencia de Miller fue la invitacin a reflexionar, desde la teoria psicolgica y desde la prctica profesional, acerca de cmo promover cambios positivos, con el fundamental matiz de no sdlo cuando hay problemas de algn tip0 (es decir, no s610 cuando hay el reto de luchar contra algo considerado negativo, limese enfermedad mental, estrs, problema social, disfuncin o de cualquier otra forma).

    Este discurso coincide con un contexto histrico en el que se esta consoli- dando tal tip0 de pensarniento: las ciencias de la salud se plantean promover la salud, y no s610 luchar contra la enfermedad; Inglehart (1990) interpreta cmo la aparicin de una crisis de conciencia social abre las puertas decididamente a un gran movimiento en tomo al desarrollo de 10s valores postmateriales; y, en defi- nitiva, empieza a interesar el estudio cientfic0 de realidades tan tradicional- mente consideradas subjetivas (10 cual piua muchos conllevaba un fuerte carga de ) corno las percepciones, evaluaciones y as- piraciones humanas, individuales y colectivas, ni ms ni menos que como com- ponentes fundarnentales de la calidad de vida (Campbell, Converse y Rodgers, 1976; Casas, 1996).

    Bienestar (psicolgico y social) y calidad de vida son conceptos de moda, a menudo referidos como objetivos incuestionables de todo trabajo profesional y de todo proyecto institucional que tenga una dimensin social. Su uso a veces parece ya ms un eslogan que una referencia a realidad concreta alguna.

    Por contraste, bienestar y calidad de vida pueden ser estudiados tambin como situaciones concretas que se dan 01 no (y en qu medida) en personas, en grupos, en organizaciones, en comunidades y en paises o regiones del planeta. Por macrosociales que sem dichas situaciones, su importante dimensin psico- social parece fuera de toda duda (Blanco, 1985), a pesar de la escasez de publi- caciones e investigaciones al respecto en las lenguas latinas. Y tambin pueden ser estudiados como procesos en aquellas dinmicas psicosociales en que se es- pera o se desea (en el caso de 10s progranas de intervencin social) el decidido aumento de su valor en un contexto dado (Casas, 1996).

    Correspondencia: Institut de recerca sobre qualitat de vida. Universitat de Girona. Pla~a de Sant Domhec, 9.17071 Gi- rona.

    I

  • Derechos humanos y calidad de vida: j retos para la psicologia del siglo m? 173

    Cuando se desarrollan politicas sociales para mejorar la situacin de un conjunt0 de poblacin, podemos profundizar en las preguntas que nos hacemos ante dicha realidad social: ~Cmo funcionari sus programas? ~Avanzan real- mente en la consecucin de sus objetivos? ~Quines quedan fuera de sus logros? En qu casos fracasan nuestros programas de promocin del bienestar? Todas estas preguntas incluyen retos para la psicologa como disciplina y para el cre- ciente nmero de psiclogos que trabajan profesionalmente en este mbito de in- tervencin.

    Paralelamente, y en mbitos bien distintos, despus de preguntamos por 10s efectos negativos de las nuevas tecnologas, nos hemos empezado a interro- gar tambin sobre cmo podran utilizarse positivamente para mejorar nuestras vidas. Tambin aqu tenemos importantes preguntas a formular desde la psicolo- gia ante una realidad social: ~Cmo cambian nuestras vidas las nuevas tecnolo- g i a ~ en relacin a cmo quisieramos cambiarlas? ~Quines quedan excluidos de 10s cambios positivos? ~Cmo podra ser de otra manera?

    Las dos ltimas dcadas hemos ido observando un decidido aumento de la extensin y solidez de 10s estudios sobre bienestar psicolgico, con distintas eti- quetas (bienestar subjetivo, felicidad, satisfaccin vital, etc.) que pueden aludir a diferentes matices del enfoque (Diener, 1984) e incluso a la utilizacin de ins- trumentos psicomtricos distintos. Cada vez mis estudiosos se atreven a afirmar que hemos empezado a comprender mecanismos psicosociales que nos sugieren cm0 mejorar el bienestar colectivo de amplios grupos de seres humanos (Veen- hoven, 1991), como componente de su calidad de vida.

    A las puertas del siglo XXI, y celebrando que nuestra disciplina est avan- zando decididamente por 'el camino del compromiso en la promocin del bie- nestar y la calidad de vida de la poblacin, no quisiera dejar de expresar mi pre- ocupacin porque no vayamos a dejarnos cosas muy cruciales por el camino, cual huida hacia adelante: 10s humanos parece que tendemos a movermos por la ley del pndulo, pasando de un extremo al otro. Me preocupa que bienestar y ca- lidad de vida se conviertan ahora en el estudio exclusivo de 10s procesos hacia las excelencias, que estn en las tiernas hojas verdes primaverales, olvidndonos de 10s troncos.

    A escala mundial, un referente del bienestar social, ampliamente consen- suado, son 10s derechos humanos. No por ser un tema internacionalmente plan- teado es algo abstracto o lejano de nuestra vida personal. Al contrario, pertenece tambin a nuestros entornos prximos y cotidianos, individuales y sociales a la vez. Cuando hablamos de 10s derechos humanos de nios y nias, por ejemplo, no nos referimos s610 al derecho de cada uno individualmente a no ser maltrata- dos sino tambin al derecho a participar activarnente en 10s temas que les afec- tan, como sujetos de derecho y como ciudadanos (Casas, 1998). En este nivel co- tidiano, 10s derechos humanos no son s610 una cuestin de leyes, polticas y grandes estructuras de control. Son tambin y quizs fundamentalmente una cuestin de actitudes, de imgenes sociales compartidas o no, de valores (como la tolerancia o la responsabilidad social), de procesos de socializacin y de ex- pectativa~ y aspiraciones, por citar s610 algunos conceptos profundamente psi- colgicos, a titulo de ejemplo.

  • 174 C. Coll

    En el nivel cotidiano, 10s derechos humanos ocupan un interesante lugar entre 10s problemas sociales y las aspiraciones de bienestar y calidad de v i d a .

    Junto al reto de trabajar por una psicosociologa del bienestar y la calidad de vida, en el que personalmente me siento comprometido, Veo cada vez ms ineludible, de cara a las prximas dcadas, el compromiso de trabajar por una psicosociolgia de la promocin de 10s derechos humanos. Los concibo como dos mbitos de estudio estrechamente articulados entre si, en 10s que las contribu- ciones del profesional de la psicologa (en un marco necesariamente interdisci- plinar en ambos casos) s610 estn en sus inicios, pero que tienen un evidente y profundo potencial terico y de investigacin, adems de serios retos para la prctica profesional, ya incipientemente en desarrollo.

    Blanco, A. (1985). La calidad de vida: supuestos psicosociales. En Morales et al., Psicologia social aplicada. Bilbao: Descle de Brouer.

    Campbell, A., Converse, P.E. & Rodgers, W.L. (1975). The quality of American life: perceptions, evaluations and satisfactions. New York: Russell Sage Foundation.

    Casas, F. (1996). Bienestar social: una introducci6npsicosociol6gica. Barcelona: PPU. Casas, F. (1998). Infancia: perspectivaspsicosociales. Barcelona: Paidbs. Diener, E. (1984). Subjective weii-being. Psychological Bulletin, 95,3,542-575. inglehart, R. (1990). Culture shift. In advanced industrial societies. Princeton: Princeton Univ Press. Veenhoven, R. (1991). Questions on happiness. in F. Strack, M. Argyle & N. Schwarz, Subjective well-being.

    Oxford: Pergamon.

    Nota sobre la pretendida, nunca lograda y cada vez mis lejana unidad de la psicologa como disciplina cientfica

    Csar Coll Universitat de Barcelona

    Con una unanimidad que est muy lejos de ser habitual en psicologia, 10s libros de historia coinciden en situar el surgimiento de la psicologa cientfica en las ltimas dcadas del siglo m. Independientemente del grado de arbitrariedad que comporta siempre la eleccin de unas fechas precisas para situar en el

    Correspondecia: Departament de Psicologia Evolutiva i de l'Educaci6, Facultat de Psicologia. Pg. de la Vaii d'Hebron, 171. 08035 Barcelona. e-mail: [email protected]

  • Nota sobre lapretendida, nunca lograda y cada vez nus lejano unidad de la psicologia ... 175

    tiempo la gestacin y el alumbramiento de 10s grandes acontecimientos cientifi- cos, no hay duda de que en esos aos toma cuerpo y se generaliza la aspiracin de configurar la psicologia como una disciplina desgajada de la filosofia y sus- ceptible de generar, mediante la utilizacin de la metodologia cientifica propia de las ciencias naturales, un conjunt0 unificado de conocimientos superadores de las distintas visiones del psiquismo derivadas de 10s grandes sistemas filod- ficos. No es probable que 10s ltimos aos del siglo xx vayan a figurar en 10s li- bros de historia de la psicologia como el periodo en el que pueda darse por sa- tisfecha esta vieja aspiracin. Ms bien pienso que el panorama de la psicologia en 10s umbrales del siglo xxi sugiere justamente 10 contrario.

    El desarrollo, o mejor, 10s desarrollos de la psicologia cientifica en 10s cien aos transcurridos entre 10s dos finales de siglo han sido ciertamente espec- taculares. El conocimiento, o mejor, 10s conocimientos generados en este lapso de tiempo son ingentes. Pero estos desarrollos y estos conocimientos, lejos de haberse orientado hacia la configuracin de una psicologia cientifica, es decir, hacia la formacin de un mbito disciplinar con una unidad de objeto de estudio, de mtodos de indagacin e investigacin, de teoras explicativas y de procedi- mientos de intervencin, parecen ms bien apuntar hacia la consolidacin de mltiples psicologias, con diversidad de opciones en cuanto a sus respectivos ob- jetos de estudio, mtodos de indagacin e investigacin, teoras explicativas y procedimientos de intervencin.

    Un siglo de psicologia cientifica no ha sido suficiente para superar las ten- siones, las controversias y las alternativas que estaban ya presentes en las dife- rentes concepciones del psiquismo propias de 10s grandes sistemas filosficos. La mayora de ellas -por ejemplo, las que tienen su origen en la difcil articula- cin entre 10 biolgico y 10 psicolgico, 10 individual y 10 social, 10 molar y 10 molecular, 10 objetivo y 10 subjetivo, 10 general o 10 diferencial; o aun, las que surgen como resultado de las controversias sobre las aproximaciones molares o moleculares al estudio del psiquismo, o sobre la importancia del componente propositivo e intencional de la actividad humana- no s610 no han sido superadas, sino que en ocasiones se han reforzado adoptando nuevas formulaciones, pero mantenindose en 10 esencial, en 10s enfoques y teorias dominantes en el pano- rama psicolgico de este final de siglo. A el10 hay que aadir adems que, como resultado de 10s desarrollos experimentados por la psicologia en el transcurs0 de 10s ltimos cien aos, a las tensiones y alternativas tradicionales han venido a su- marse otras que han reforzado las tendencias centrfugas respecto a la ansiada -aunque nunca lograda y yo diria que ni tan siquiera vislumbrada- unidad de la ciencia psicolgica. Algunas de estas nuevas tensiones y alternativas son parti- cularmente relevantes para dar cuenta del proceso de diferenciacin creciente que constituye, a mi juicio, uno de 10s rasgos distintivos de la psicologia en las ltimas dcadas del siglo xx.

    Es el caso, por ejemplo, de las tensiones que surgen como consecuencia de la doble vertiente, bsica y aplicada, de la ciencia psicolgica. El planteamiento epistemolgico tradicional, segn el cual 10s principios o leyes generales del comportarniento humano, una vez identificados y establecidos mediante 10s pro- cedimientos cannicos de la investigacin cientifica, son transferibles a 10s mis

  • 176 C. Coll

    variados y diversos mbitos de aplicacin con las modulaciones que cada caso requiere, hace tiempo que ha entrado en crisis. Las distintas psicologas aplica- das -a la clnica, a la sociedad, a 10s grupas, a las organizaciones, a la educacin, a la comunicacin, a la publicidad, al campo militar, al campo jurdica, a la acti- vidad fsica y deportiva, etc.- han ido gtmerando cada una por su parte, sobre todo a partir de 10s aos cincuenta, conocimientos no s610 tcnicos o tecnolgi- cos en un sentido estricto, sino tambin tericos y conceptuales que, si bien son en parte tributarios de 10s avances de la in~vestigacin bsica de 10s procesos psi- colgicos -es decir, no orientada a un mbito concreto de aplicacin y, por 10 tanto, no vinculada a necesidades ms o menos inmediatas de intervencin y mo- dificacin de la realidad-, no son reductibles a ellos y llegan a ejercer incluso, en no pocas ocasiones, una influencia considerable sobre la orientacin de la inves- tigacin bsica.

    A este cambio epistemolgico de dcance, hay que aadir la exigencia de adoptar una aproximacin interdisciplinar o multidisciplinar que comportan ne- cesariamente las psicologias aplicadas. Abandonada, o al menos fuertemente cuestionada, la jerarquia epistemolgica que reduce las psicologias aplicadas a una traslacin y aplicacin del conocimiento psicolgico a 10s diferentes mbi- tos de la actividad humana, ha sido necesario tomar cada vez ms en considera- cin 10 que hay de especifico y propio en cada uno de estos mbitos de actividad y, en consecuencia, ha sido obligado abrirse a las aportaciones de las otras cien- cias humanas que convergen con la psicologia en el estudio de dichos mbitos de actividad, en el marco de plantearnientos abiertamente multidisciplinares. Es el caso, por mencionar nicamente algunos ejemplos evidentes, de la convergencia de la psicologia de la educacin con otras ciencias de la educacin; de la psico- logia social con la sociologia, la antropologia o la etnografia; de la psicolingis- tica con 10s diferentes campos de la lingstica, el anlisis del discurso o el an- lisis conversacional; de la psicologia jm'dica con 10s diferentes campos de la ciencia jurdica; etc. A 10s efectos del tema que nos ocupa -la unidad de la cien- cia psicolgica- 10 importante es destacar que la adopcin creciente de una pers- pectiva multidisciplinar en las psicologias aplicadas conlleva dificultades igual- mente crecientes para seguir considerado 10s conocimientos generados por las mismas como estrictarnente psicolgicos.

    En la misma direccin apuntan a mi juicio el espectacular proceso de pro- fesionalizacin experimentado por la psicologia sobre todo en la segunda mitad de nuestro siglo -s610 en parte asimilable al desarrollo de las psicologias apli- cadas al que aludia en 10s prrafos anteriores- y la tendencia aparentemente irreversible hacia una especializacin cada vez mayor tanto en el ejercicio de la actividad profesional como en las lineas de investigacin. Los contextos insti- tucionales en 10s que trabajan 10s psiclogos, 10s problemas a 10s que se ven confrontados y tienen que resolver, 10s interlocutores con 10s que se encuentran, 10s saberes que utilizan, 10s procedimientos que aplican, 10s referentes tericos y metodolgicos que les sirven de guia, las exigencias que se ven obligados a cumplir, ... son en la actualidad tan heterogneos entre si que es a menudo real- mente arduo identificar elementos comunes que justifiquen la unidad subya- cente a la que remite la categoria de 10 p.sicolgico.

  • 1 Nota sobre la pretendidu, nunca logradu y cada vez mds lejana unidad de la psicologia ... 177 Tal vez puedan encontrarse elementos comunes entre la actividad de un

    psiclogo que investiga la neuropsicologia del sistema visual en un departa- mento universitario, el que atiende a enfermos terminales de cncer en un hospital, el que asesora a una organizacin sindical en procesos de negocia- cin colectiva, el que trabaja como jefe de personal en una empresa, el que elabora dictmenes judiciales, el que investiga la influencia de las minorias en un instituto de investigacin o el que analiza el impacto de la televisin sobre 10s valores y el comportamiento moral de nios y jvenes. Puede argumen- tarse que, de una u otra manera, en todos estos casos estn en juego com- portamientos y actividades humanas y que el10 constituye precisamente el nexo comn que justifica la unidad subyacente a la que remite la categoria de 10 psicolgico. Es cierto, pero habr que convenir que se trata de un nexo te- nue, excesivamente tenue para la justificacin de la unidad que pretende fun- damentar, y que podrian encontrarse igualmente otros nexos entre estas situa- ciones relativos, por ejemplo, a las categorias de 10 biolgico, de 10 social o de 10 lingistico.

    La consideracin de las diferentes y numerosas alternativas que se han ido generando y desarrollando a 10 largo de este siglo en 10 que concierne a 10s m- todos de indagacin e investigacin en psicologia conduce, a mi juicio, a una va- loracin coincidente con la sealada a propsito de las psicologias aplicadas, la profesionalizacin creciente o la tendencia imparable a la especializacin. Una vez aceptado que el mtodo experimental en sentido estricto, o 10s mtodos ex- perimentales en sentido laxo, no constituyen el nico canon para pronunciarse sobre el carcter cientifico del conocimiento generado por la investigacin psi- colgica, se ha abierto la puerta a una multiplicidad de enfoques y planteamien- tos que han venido a reforzar las fuerzas centrfugas respecto a la unidad de la ciencia psicolgica. En la psicologia actual el debate de fondo ya no es metodo- lgico, o no es s610 metodolgico, sino ms bien epistemolgico. Las altemati- vas ya no se articulan en torno a las tomas de postura sobre la validez cientifica de tal o cual mtodo, sino mis bien en torno a las distintas opciones sobre qu puede y debe ser considerado legtimarnente como conocimiento cientifico en psicologia; o dicho de otra manera, sobre qu tipo de conocimiento es relevante en psicologia.

    Seguimos estando inmersos, en este final de siglo, en un estadio de desa- rrollo preparadigmtico de la psicologia? ~ N o s encontramos ms bien en una fase de desarrollo multiparadigmtico? ~Habr que aceptar que la situacin mul- tiparadigmtica es quizs la situacin propia de la ciencia psicolgica? No son estas, a mi juicio, las preguntas cruciales que surgen del panorama actual de la psicologia. La cuestin no es s610 de coexistencia de enfoques, teorias explicati- vas o paradigmas alternativos o en contraposicin. La cuestin es, a mi juicio, que estamos asistiendo a un proceso de diferenciacin de la psicologia que se ar- ticula en torno a diferentes maneras de entender la categoria de 10 psicolgico, 10 cual comporta lgicamente definir de manera distinta el objeto de estudio, 10s propsitos y finalidades que se persiguen, 10s mtodos que se utilizan, e incluso, como apuntaba antes, 10 que puede y debe ser considerado legitimamente como conocirniento psicol6gico.

  • 178 R. Ferndndez Ballesteros

    Asi pues, la duda razonable que se plantea es si podemos seguir hablando de diferencias paradigmhicas en el seno de la psicologia cientifica o si, mis all de estas diferencias, estamos asistiendo en realidad a una eclosin de la psicolo- gia cientfica en diversos campos o mbitos del saber que incluyen, en mayor o menor medida segn 10s casos, una referencia a la categoria general de 10 psico- lgico. La duda razonable que se plantea es si no estarnos asistiendo, en 10s um- brales del siglo XXI, al final de la ilusin que acompaa a la psicologia cientifica desde el momento mismo de su nacimiento en las ltimas dcadas del siglo XIX: la ilusin de poder dar cuenta de las mltiples y complejas vertientes y dimen- siones del psiquismo humano mediante una sola disciplina, un solo campo de sa- ber construido a partir de 10s supuestos epistemolgicos de las ciencias naturales y utilizando 10s recursos metodolgicos de estas ciencias. En el supuesto de que asi fuera, no estan'amos asistiendo al fin de la psicologia cientifica, pero si de la vocacin unificadora, totalizante y a menudo reduccionista que ha sido uno de sus rasgos caracteristicos a 10 largo de este siglo.

    Retos de la psicologia ante el siglo XXI

    Roco Fernndez Ballesteros Universidad Autnoma de Madrid

    A 10 largo del siglo xx, la evaluacin psicolgica se ha presentado en mu- chos momentos como la cara pblica de la psicologia de forma tal que, con vis- tas a plantear sus retos ante el siglo XXI, parece conveniente examinar algunos (el espacio concedido no da para mucho) importantes claros-oscuros de la eva- luacin psicolgica en la frontera del dos mil.

    Del proceso de evaluacin Si fue cierto que a principios del siglo xx, evaluacin psicolgica era poc0

    mis que la accin de aplicar tests, poc0 a poco, gracias a 10s avances de la psi- cologia cognitiva, de la psicometria (teoria de la toma de decisiones) y de la ib- teligencia artificial, se ha profundizad,~ extraordinariamente en el proceso de toma de decisiones que supone la evaluacin psicolgica hasta el punto de que hoy en dia se pueda hablar de un procc:so normativo y se estn elaborando nor- mas o guias que regulen la actividad cientifica y aplicada que supone la evalua- cin psicolgica. Hay que esperar que, en el siglo xx~, estos avances se consoli- den y expandan y que se pueda examinar tambin su eficiencia a la hora de predecir el comportamiento en situaciones naturales.

    Correspondencia: Departamento de Psicologia Bsica y de la Salud. Facultad de Psicologia, Universidad Aut6noma de Madrid. e-mail: [email protected]

  • Retos de la psicologia ante el siglo XXI 179

    De 10s mtodos en la construccin de tests A 10 largo de este siglo han existido grandes avances en las herramientas

    psicomtricas para la construccin de tests asi como en la formalizacin y es- tandarizacin de tales herramientas. La teoria de respuesta al item ha supuesto un avance importante a la teoria de 10s tests clsica y su generalizacin y reor- ganizacin se est poniendo de relieve en la ltima revisin de la Asociacin Americana de Psicologia de 10s Estndares que ha venido funcionando a 10 largo de este siglo.

    De lasfuentes de error A pesar de la sofisticacin tecnolgica y de su introduccin en evaluacin,

    tambin es cierto que gran parte del trabajo aplicado del psiclogo sigue reali- zndose con base en autoinformes. De todos es sabido que la deseabilidad social y, ms an, la tendencia al falsearniento y la mentira son importantes fuentes de error que siguen siendo algo asi como un mal endmico tanto de la evaluacin como de otras disciplinas psicolgicas y sociales. Procurar elementos correcto- res de tales sesgos es una asignatura pendiente y, ms an, se requiere un examen pormenorizado de 10s procesos psicolgicos que rigen en tales sesgos. Ojal ell0 se investigue y resuelva durante el prximo siglo.

    De la tecnologia aplicada a la evaluacin Los extraordinarios avances de la tecnologia y su aplicacin a la psicolgica

    han beneficiado notablemente a la evaluacin. De un lado, el ordenador y su po- tencial tecnolgico se ha aplicado en la administracin, correccin e interpretacin de tests. Pero eso no es todo, 10s avances de las tcnicas de neuroimagen nos han permitido validar instrumentos de evaluacin cognitiva asi como, mediante stos, investigar ms certeramente procesos neuropsicolgicos. Finalmente, 10s avances en la tecnologia psicofisiolgica y su aplicacin a la evaluacin de ciertas funcio- nes intelectuales nos permitirn, en el futuro, contrastar la evaluacin psicofisiol- gica de ciertas respuestas neuroanatmicas con la ejecucin de 10s tests estndar y, rns an, con las ejecuciones de 10s sujetos en la vida real.

    De las poblaciones dbjetivo Si bien es cierto, que a todo 10 largo de este siglo, la evaluacin psicolgica

    se ha extendido a todos 10s grupos de poblacin humana, seguramente tambin 10 es que la poblacin infantil y juvenil ha recabado un mayor inters por parte de 10s psiclogos. El envejecimiento de la poblacin mundial va a exigir de 10s psiclo- gos -como de otros profesionales- una mayor focalizacin en las poblaciones ma- yores. En relacin con esto, conviene tambin resaltar la irnportancia que en el fu- turo inmediato tiene la consecucin de estudios longitudinales y transeccionales para ilurninar el mbito de la evaluacin de la vejez y el envejecirniento.

    Del estudio sociohistrico del cambio A pesar de que a 10 largo de este siglo ha habido importantes llamadas de

    atenci6n respecto a la importancia de factores socio-histricos en el comporta- miento, poc0 se ha hecho para lograr un verdadero anlisis de las sinergias entre

  • 180 M. Forns

    deterrninados cambios histricos y el comportamiento humano. Existen obser- vatorios sociodemogr~cos, econmicos, educativos pero no existe un eobser- vatorio psicolgico>> que, mediante series de datos comportamentales nos per- mita examinar tanto 10s efectos de circynstancias histricas sobre el comportamiento como de ste sobre aquellas. Esta es una tarea inexcusable para 10s psiclogos del siglo xx~.

    Superando el monlogo colectivo

    Maria Forns Universitat de Barcelona

    Me piden una breve reflexin acerca de 10s principales cometidos de la psicologia en 10s inicios del prximo siglo. En el estado actual del mundo cien- tfic~, presidido por la velocidad en 10s carnbios, la minimizacin de barreras te- rrenales y espaciales, la conquista de la ubicuidad de la informacin, la capaci- dad de manipulacin gentica, etc. y -paralelamente- por la existencia de grandes contrastes culturales y de demasiado profundos desniveles socio-econ- micos, es si ms no atrevido entrar a vallorar cul ser6 el devenir de la reflexin y conquista cientifico-tcnica acerca de la explicacin y comprensin de la con- ducta humana. En estos momentos histricos todo parece posible, incluso plani- ficar la desviacin del curso de un cometa.

    En el panorama diseado, la psicologia ocupa una mnima parte y parece tener dificultades en perfilar las caractersticas del ser y actuar humano. En el ms restringido dominio de la evaluacin psicolgica parece que se ha llegado a cierto consensus de que la conducta humana es compleja y que debe ser eva- luada tomando en consideracin esta complejidad. No obstante, asumir este principio plantea acometer viejos tpicos que 10s evaluadores del futuro debe- rn resolver.

    En primer lugar, una vez ya abandonados 10s planteamientos evaluativos dicotmicos (evaluacin tradicional vs. conductual; explicacin vs. compren- sin; signo vs. muestra, etc.) y adoptada una forma de reflexin que da cabida a concepciones integradoras y pluridimensionales, habr que entrar en la discu- sin de la forma de articulacin de tales dimensiones en un conjunt0 organizado. Por ahora, en la prctica de la evaluacin, se aceptan 10s principios de la com- plejidad y multidimensionalidad, y se integran 10s datos procedentes del anlisis psicolgico (a la vista de mini-modelos de conducta), pero s610 se tienen leves certeros conocimientos acerca de cmo las distintas fuerzas de causalidad in-

    Correspondencia: Departament de Personalitat, Avaluaci6 i Tractament Psicolbgics, Facultat de Psicologia. Pg. de la Vaii d'Hebron, 171.0835 Barcelona.

  • Superando el mondlogo colectivo 181

    fluencian configuran la conducta del sujeto y se est6 falto de instrumentos que puedan aportar infomacin relevante acerca del conjunto. Por ms que se haya procurado controlar el uso de un alto nivel de inferencia en la expficacith de la conducta, la elaboracin del juicio cinico no adolece de tal inferencialidad. Ca- rentes pues de esta visin organizada del total (modelo conceptual completo del funcionamiento humano), 10s anlisis pierden fuerza explicativa sobre el con- junt~ , y son forzosamente parciales e incompletos, aun cuando el soporte con- ceptual y metodolgico (anlisis funcional del caso cinico, metodologia causal, tcnicas de anlisis secuenciales, etc.) va avanzando.

    Muy relacionado con la cuestin precedente es el tema de la seleccin del nivel de anlisis (simplelunidad versus complejo/agregado, organizado o compuesto) que mejor conviene a cada elemento, variable, dimensin, o tota- lidad del anlisis. Queda planteada y an no resuelta la cuestin de en qu me- dida el anlisis de aspectos amicro-conductuales>> es equivalente o desigual al de aspectos y qu cambios se producen al transcurrir de uno a otro nivel. La investigacin acerca de la bsqueda de patrones de con- ducta (basados en metodologia de la observacin, anlisis de series tempora- les, teoria de probabilidad, etc.) podr ayudar a entender la articulacin entre las diversas variables micro o de bajo nivel, y su configuracin en un todo de ms amplio nivel.

    En estos ltimos aos ha sido replanteado el importante tema de la pre- diccin de la conducta dinmica (cambiante) y no lineal. El desarrollo de la metodologia causal, y la de vectores, van a permitir entrar de lleno en el anli- sis de la multicausalidad de la conducta y en el estudio de las conductas no li- neales y no regularmente cclicas. Los principios y el lenguaje de la teoria del caos (bifurcacin, atractores fractales, sensibilidad a condiciones iniciales, auto-organizacin y auto-similaridad, etc.) van a tener que ser incorporados a las formas de anlisis psicolgico. En la teora del caos no s610 es cambiante la variable dependiente (sus dimensiones: magnitud, tasa, etc), sino que tam- bin son dinmicas las supuestas variables causales y sus relaciones; asimismo el tiempo de accin de las variables causales sobre las dependientes modifica la fuerza de las relaciones, las cuales pueden tomar formas no-lineales, etc. Es evidente que con estos requisitos, el planteamiento acerca de la prediccin de conducta va a tener que tomar otros derroteros. Tal como ya han apuntado 10s expertos en este tema, las tcnicas nomotticas y 10s modelos causales univa- riados no son adecuadas para el anlisis de la conducta dinmica; ser6 pues ne- cesari0 hallar un tip0 de tcnicas de anlisis sensibles a 10s cambios y no inva- sivas, que permitan el registro de largos periodos de conducta 10 cual facilitar el estudio de la evolucin de la conducta, aspecto clave para el anlisis y la prediccin de sus irregularidades.

    La exploracin y medida psicolgica contina teniendo, en la actualidad, un excesivo costo temporal. Aspecto que entrar6 en franca disonancia en rela- cin con las tcnicas de anlisis de otros dominios. Apenas se han dado carnbios en 10s instrumentos de medida desde 10s aiios de Binet. Las tcnicas computari- zadas han facilitado, sin duda, algunas de las tareas de aplicacin, correccin y anlisis. Pero esto, aparte de ser insuficiente, no ha supuesto un cambio impor-

  • tante en el sistema de evaluacin. ste es uno de 10s desafios del prximo siglo: haiar una nueva forma de anlisis de la conducta humana que suponga cambios en la forma de recogida de la informacin, registro y anlisis. Hay que disear instrumentos de medida aparentemente simple y de bajo costo (personal y tem- poral) que puedan ser empleados en el contexto donde se desarrolla la conducta a analizar, y cuya tecnologia garantice la objetividad, validez y precisin. El test de papel y lpiz ser6 probablemente el perdedor en este debate, y el actual juego del (interactuando con el nio) puede ser un desdibujado smil del tip0 de algunos futuros tests.

    La investigacin e identificacin de de conducta asi como de factores de y de va a ocupar un importante espacio, si el devenir social contina en la defensa del bienestar y de la prevencin de la sa- lud. Se desarrollaran, sin duda, pruebas bio-fisio-psicolgicas que aportarn ma- yor seguridad acerca de 10s marcadores de determinadas conductas patolgicas y cabe desear el desarrollo de tcnicas que permitan conocer y evaluar 10s facto- res de proteccin capaces de modificar 10s factores de riesgo.

    Otro importante desafio viene dado, y cabe pensar que tomar proporcio- nes sustantivas, por el cambio cultural que acaecer como fruto de la diversidad cultural. No se trata nicamente de un desafio relacionado con la adaptacin-tra- duccin plurilnge de las pruebas al uso, sino de un cambio que afectar6 a al- gunos constructos psicolgicos, por irnperativo cultural, 10 cua1 comportar6 la crisis de algunos modelos especificos de conducta. Otras modificaciones de 10s constructos vendrn de la mano del uso de la actual tecnologia: est cambiando el concepto de espacio (desde Barcelona se puede visitar el Louvre), el de tiempo (este mensaje puede ser transmitido en dcimas de segundo a casi todas partes), se ha iniciado, en la mente de muchos, cierto proceso de identificacin (jconquista o confusin?) entre realidad y virtualidad, cambia la relacin entre esfuerzo humano y efecto, va desdibujndose el concepto de lmites personales, etc. todo el10 va a conllevar nuevos estilos de pensar y de resolver la vida hu- mana, que dejarn obsoletos determinados constructos y en consecuencia deter- rninados instrumentos de medida.

    La exigencia de interdisciplinariedad obligar6 a un cambio en el lenguaje profesional y a una mayor unificacin conceptual.

    Se ha insinuado que la actual coexistencia de escuelas psicolgicas pone de relieve que la psicologia est6 an en la etapa evolutiva del monlogo colec- tivo, y que 10s psiclogos de distintas escuelas dedican mucho tiempo a escuchar a 10s de su propio grupo y bastante poco a escuchar a 10s de otros. El dilogo en comn deber pasar a primer orden, y el deseo de trabajo interdisciplinari0 debe- ra iniciarse desde dentro de la propia psicologia. El debate acerca de 10s para- digmas psicolgicos no puede ser eterno, ni mantenerse continuamente en el te- meno de la multiplicidad de explicaciones ms o menos amplias y ms o menos veraces. El debate y el contraste sustentan el avance de las disciplinas. Espere- mos que 10s aiios venideros permitan el acuerdo cientfic0 en, al menos, parte de 10s presupuestos bsicos de distintos paradigmas.

  • Psicologia como cultura 183

    Psicologia como cultura

    Fernando Gabucio Universitat de Barcelona

    Quizs el cambio de siglo propicie un desarrollo de la psicologia hacia la cultura. Y no me refiero s610 a que se potencie una psicologia cultural. Me refiero a una cultura psicolgica o, mejor dicho, a unos conocimientos psico- lgicos entendidos como cultura. Quizs este siglo xx que se aproxima a su fin haya sido, enftica y devotamente, el de la psicologia como ciencia. Quiz debiera ser asi. Pero mientras la investigacin psicolgica ha corrido en pos de la cientificidad, la ciencia misma ha ido desplegndose, se ha desarrollado y se ha desplazado del lugar slido, inamovible y siempre benigno que se le habia querido atribuir. Ya no puede constituir un norte porque se la encuentra en casi todas las direcciones. Por 10 mismo, las opciones para la psicologia no se limitan ya a : ni ambos trminos son mutuamente ex- cluyentes, ni el primer0 es garantia de xito, ni el segundo ha sido superado por la historia.

    A 10 mejor fraguan las ideas que pretenden reubicar la ciencia dentro de la cultura, en lugar de concebirla como la reina altiva e indiscutible del saber. Es posible que, a medida que crezca el inters por 10s territorios fronterizos del co- nocimiento -que seguramente lo son todos-, y que se desdibujen 10s pulidos l- mites entre las disciplinas -y entre stas y su pblic0 destinatiario-, cobre signi- ficacin 10 transitables que resulten 10s carninos, mis que 10 frreas y ntidas que aparezcan las divisiones. Es posible que nociones como la de complejidad inci- ten a un dilogo permanente entre disciplinas que previamente se han segn criterios meramente jerrquicos. Bien pudiera ocurrir que la estra- tegia de preguntar s610 aquell0 de 10 que ya se conoce la respuesta dejara de ser la nica vlida.

    La psicologia ha sido desde siempre, y cada vez ms, una encrucijada: de corrientes, de temas, de disciplinas, de estilos, de prcticas, de esferas, de aspiraciones. Y las encrucijadas son, como es sabido, lugares de vitalidad cul- tural. Si la ciencia -y la tecnologia- se entienden cada vez mis como cultura -mis all6 de concebirlas como fuente de poder-, y la psicologia reconoce y aprovecha su muy especial lugar de encrucijada de saberes, el futuro debiera resultar alentador.

    Correspondencia: Departament de Psicologia Bhsica. Facultat de Psicologia. Pg. de la Vall d'Hebron, 171. 08035 Bar- celona.

  • 184 J.A. Garcu Madruga

    Perspectivas del enfoque cognitivo en psicologia

    Juan A. Garcia Madruga Universidad Nacional de Educacin a Distancia

    Los dltimos treinta aos coinciden con el establecimiento y consolidacin del enfoque cognitivo como dominante en la psicologia en general y, en particu- lar, en 10s tres campos a 10s que me referir: el desarrollo cognitivo, la compren- sin del discurso y el razonamiento deductivo. La amplitud de este periodo tem- poral proporciona suficiente perspectiva para lograr una visin global de nuestro pasado inmediato, con sus logros y carencias, y a partir de ella sugerir algunas perspectivas futuras.

    En 10s tres campos referidos, la revisin del pasado conduce por razones diversas a una evaluacin matizadamente optimista del trabajo realizado. En el estudio del desarrollo cognitivo hemos perdido las certezas que sobre la ontog- nesis de la inteligencia proporcionaba la teora piagetiana, pero hemos adquirido una gran cantidad de conocimientos nuevos y precisos sobre 10s diversos com- ponentes y fases del desarrollo, en particular sobre la primera infancia. Asi- mismo, se han postulado nuevos mecanismos capaces de explicar 10s procesos de cambio, entre 10s que destacan recientemente 10s modelos conexionistas. El estudio del desarrollo de la mente se ha visto sometido, por tanto, a una progre- siva diferenciacin y complicacin, 10 que lleva implcit0 uno de 10s peligros ms claros: la disolucin del desarrollo cognitivo como un campo de estudio consistente y articulado, en diversos carnpos y enfoques especficos, sin la nece- saria conexin e intercambio entre ellos.

    La trayectoria descrita por el estudio de la comprensin del discurso en es- tos decenios ha sido ms precisa y ascendente. En un campo de estudio prcti- camente inexistente hace tres dcadas, tras un primer periodo centrado en el texto, se han conseguido contribuciones empricas y tericas claramente rele- vantes sobre la interaccin entre el lector, quien debe activar y aplicar diversos conocimientos y estrtegias, y el texto. Los importantes logros terico-empricos recientes, junto con el esclarecimiento de algunos de 10s aspectos evolutivos e instruccionales implicados, perrnite hablar de la cercania de una teora unificada. Sin embargo, tambin debemos destacar que 10s aspectos sociales y pragmticos del discurso siguen resistindose en gran medida a 10s esfuerzos de 10s investi- gadores del enfoque cognitivo.

    En el campo del razonamiento deductivo nuestra evaluacin del estado de la cuestin debe ser tambin positiva. Hace treinta aos la existencia de errores y sesgos en el razonamiento adulto llevaba a preguntarse a Peter Wason (de forma no totalrnente irnica) si no existiria una regresin en el razonamiento humano en edades posteriores a la adolescencia, con la adquisicin del pensamiento formal

    Correspondencia: Departanento de Psicologia Evolutiva y de la Educaci6n. Facultad de Psicologia. Ciudad Universita- ria, s/n. Apamdo 60.148.28071 Madrid.

  • La psicologia del significah 185

    piagetiano. Actualrnente, tenemos un amplio conocimiento sobre 10s procesos concretos y resultados de la resolucin de las tareas deductivas, 10 que nos per- mite ofrecer una visin de la racionabilidad humana mucho ms precisa y menos autocomplaciente. En cuanto a las teoras, tambin el avance es considerable, he- mos pasado de la existencia de un conjunt0 desorganizado de miniteoras para cada tarea, a dos grandes teoras (reglas formales y modelos mentales) que aun- que no estn definidas en forma totalmente precisa y completa, explican un con- junto importante de datos y realizan predicciones comprobables. De nuevo son 10s aspectos socio-pragmticos, junto con 10s contextos cotidianos, las carencias ms relevantes a las que podemos hacer rpida referencia.

    Las breves lneas anteriores nos han llevado a una evaluacin del enfoque cognitivo en psicologia, que nos permite dictaminar sobre sus perspectivas futu- ras. En su haber, adems de 10 ya expuesto, est6 la importantisima contribucin metodolgica que suponen 10s modelos computcionales, algo que permite ver el final del tnel de la confusin conceptual de la psicologia. Las carencias apun- tadas en 10s diversos campos continuarn probablemente en el inmediato futuro ya que est6 por ver si el enfoque cognitivo puede realrnente incorporar no s610 10s aspectos evolutivos, sino tambin 10s sociales y emocionales. En cualquier caso, la productividad del enfoque es tan amplia que, sin resolver estos proble- mas, puede seguir realizando contribuciones, si se quiere esquizofrnicas, pero muy relevantes y aplicables, durante 10s prximos treinta aiios.

    La psicologia del significado

    Juan Carlos Gmez University of St. Andrews. Scotland, UK

    El problema fundamental para la psicologia del nuevo milenio, como par- ticipante de la ciencia cognitiva, no es ni el del lenguaje, ni el de la conciencia, ni el de ninguna de nuestras formas predilectas de cognicin superior: es el pro- blema del significado. El significado trasciende al lenguaje y trasciende a la con- ciencia: es el producto del funcionamiento integrado de sistemas cognitivos (en un amplio sentido) y sistemas emocionales y motivacionales de la mente. El sig- nificado no puede reducirse ni a la semntica ni a la sintaxis de un lenguaje (na- tural o mental), ni siquiera con 10s parches de conveniencia que puedan aiiadr- sele desde las pragmticas. El significado no puede limitarse a las descripciones proposicionales (o de otro tipo) con que articulamos nuestra conciencia de las cosas, incluidas otras personas y nosotros mismos. El significado es precisa- mente aquell0 que se escapa a la formulacin con palabras y la acotacin del

    Correspondencia: School of Psychology. University of St. Andrews, Fife, KY169JU. Scotland, UK. e-rnail: JgSOst-andrews.ac.uk

  • 186 J.C. G6mez

    foc0 interior de una conciencia, aquell0 que se escapa al clculo con las reglas y 10s smbolos de la psicologa cognitiva del procesamiento de informacin.

    Al trmino del milenio muchos han denunciado la incapacidad de la cien- cia cognitiva tradicional, no ya para resolver, sino incluso para captar el pro- blema del significado. Sin embargo, buscan la solucin en el exterior de la mente (el entorno social y cultural, la mente extendida mis all de 10s limites de 10s sis- temas nerviosos individuales), como si la ciencia cognitiva hubiese finalizado la exploracin y catalogacin de la mente individual sin encontrar el significado y, descartado ese territori0 interior, nuesta bsqueda hubiese de continuar por 10s territorios extramentales. Grave error. Las ciencias cognitivas apenas han cap- tado algunas muestras superficiales de la mente, y mucho de 10 que han captado 10 han descrit0 de forma distorsionada, como si se empeasen en hacer encajar una fauna variopinta y contraintuitiva en categoras preconcebidas y estrechas que s610 son aplicables a un limitado nmero de especies mentales, ignorando 10 distintivo y novedoso -10 esencial- de la mayora de 10s animales que pueblan las mentes.

    La bsqueda de una explicacin del significado debe continuar en la mente (ubicada en un cuerpo, un mundo y un rnedio social, pero en ltima instancia in- dividual e interior, incluso en su capacidad de ser moldeada y usar la cultura): una mente que no es s610 smbolos y reglas y representaciones explcitas y netamente articuladas, una mente cuya capacidad de representacin y planificacin des- borda, hoy por hoy, 10s conceptos con que hemos pretendido entenderla. ~ Q u instrumentos debemos usar para continuar la bsqueda? El conocirniento impl- cito, tan invocado en vano y sin que nadie sepa (explcitarnente) 10 que es; el ju- guete inrnenso y que todava nos desborda de las redes neuronales, capaz tal vez de ilustrarnos sobre algunas formas de eso que se nos escapa bajo el nombre de conocimiento implcito; la perspectiva c:volucionista: traicionera para el ingenuo, tan propensa a ser un mero juego de marcianos que siempre se adaptan a 10 que haga falta, pero esencial para entender la formacin de las mentes cuando esta perspectiva se entiende con todas sus sorprendentes consecuencias; la perspectiva comparada, liberada de las formas de antropomorfisme negativo que s610 saben de la mente humana, estrechamemte concebida, como vara de medir diferencias y excavar abismos antropocntricos, y dotada, en cambio, de la habilidad de con- cebir otras mentes, otros productos del acontecer evolutivo; el desarrollo tomado en serio, concebido como ingenioso m.ecanismo evolutivo para construir 10 que no est ni en el germen ni en el entorno; 10s problemas clsicos de la filosofia re- cuperados, reformulados, reconsiderados desde las perspectivas (de variada am- plitud y profundidad de miras) que un siglo de psicologas ha abierto.

    En el problema del significado se entecruzan algunas de las perspectivas ms prometedoras de ese grupo de ciencias a 10s que pertenece la psicologia y que tal vez en este cambio de siglo han empezado a comprender 10 estrecho de la etiqueta para caracterizar sus verdaderos objetivos y reflejar to- dos 10s medios que van a tener que usar para alcanzarlos.

  • La psicologia en la actual aera de la mundializaci6n>>

    La psicologia en la actual

    Rafael Lpez Feal Universitat de Barcelona

    La nueva revolucin que est viviendo la humanidad en 10s albores del nuevo milenio tiene como principal caracterstica el hecho de que sus influencias de todo tip0 se extienden territorialmente, por primera vez, a nivel planetario. Se trata de un proceso, iniciado despus de la I1 Guerra Mundial por el que las eco- nom'as y 10s sistemas de comunicacin y de informacin locales y nacionales se integran progresivamente en marcos supranacionales e internacionales.

    Este proceso de mundializacin, de consecuencias todavia imprevisibles, est6 repercutiendo en todas las dimensiones de la vida humana, tanto a nivel in- dividual como colectivo. El10 est obligando a que en cualquier lugar de la tierra cada individuo, cada comunidad local y cada pas deban labrar su futuro en el marco de este mundo globalizado e incierto en el que estamos inmersos. Al mismo tiempo, cada individuo debe labrar su lugar responsable en la propia cu- munidad local donde vive.

    Esta nueva revolucin, todavia no estabilizada, ha abierto muchos cami- nos potenciales a la humanidad, pero tarnbin est creando numerosos y com- plejos problemas, la mayora de ellos an fuera de control. Entre estos proble- mas se encuentran 10s siguientes:

    a) Los derivados del enfrentamiento entre la ruptura de fronteras de todo tip0 y la necesidad que tienen las personas y 10s colectivos humanos de mante- ner su identidad frente a una globalizacin indiferenciada.

    b) Los derivados del fracaso del modelo comunista de sociedad y, como consecuencia, 10s derivados de la mundializacin del modelo capitalista caracte- rizado por la sustitucin de la economia productiva por la economia financiera deslocalizada, mercantilista e insensible a 10s problemas de la microsociedad que no son detectados por las cifras de la macroeconomia.

    C) Los derivados de la informatizacin, de la robotizacin y de la creacin de redes de comunicacin y de informacin cada vez ms globales en todo tip0 de organizaciones.

    4 Los derivados de la crisis de 10s principios morales tradicionales. Estos principios estaban controlados por marcos locales. Los nuevos principios, que deben basarse en criterios racionales y de justicia social, todavia no estn con- sensuados en el contexto del nuevo marco global.

    e) Los derivados de la crisis del modelo educativo tradicional. Este mo- delo se ha basado casi exclusivamente en la cultura transmitida a travs del libro y de la escuela. En esta era de la mundializacin, el nuevo modelo debe abrirse

    Correspondencia: Departament de Metodologia de les Cibncies del Comportament. Facultat de Psicologia. Pg. de la V A d'Hebron, 171.08035 Barcelona.

  • 188 R. Mpez Feal

    a la cultura proviniente de 10s medios de comunicacin de masas y a la realidad global y local al mismo tiempo.

    Entre las posibles respuestas que se pueden dar a la pregunta para controlar y armonizar 10s efectos negativos producidos por esta nueva revolucin, pueden tenerse en cuenta las siguientes:

    a) Asumir que vivimos en una poca histrica muy delicada, muy turbu- lenta en la que estn cuestionados y en revisin temas relacionados con la vida humana a nivel personal, familiar, educativo, cultural, politico, religioso, profe- sional, laboral y de otros tipos.

    b) Buscar y consensuar opciones solidarias con 10s paises emergentes y en vias de desarrollo y que, al mismo tiempo, tengan en cuenta 10s efectos que sobre amplios sectores sociales de paises de economias avanzadas tiene la liberalizacin del comercio y la competencia de paises emergentes con bajisimos salarios.

    c) Planificar y desarrollar estudios de necesidades productivas, de servi- cios y sociales, actuales y previsibles, que permitan plantear una correcta orga- nizacin de planes de formacin y de ocupacin a nivel local, nacional, suprana- cional e internacional, segn 10s casos.

    En cuanto a las propuestas sobre para ayu- dar a estabilizar esta nueva revolucin en que est inmersa la humanidad, po- dran tenerse en cuenta las siguientes:

    a) En cualquiera de sus reas de actuacin profesional, la psicologia ten- dra que seguir explorando y analizando el pasado personal, pero, al mismo tiempo, debe conectarlo y entretejerlo no s610 con 10 que ocurre en el presente sino tambin con 10 que puede ocurrir en el futuro bajo supuestos de escena- rios alternativos de estabilizacin personal y colectiva de este futuro, todavia incierto.

    b) La psicologia del siglo XXI tiene que abandonar el papel de y tiene que asumir un papel cada vez ms comprometido, ms in- tersubjetivo y mis interdisciplinario, entrando en 10 que 10s psicoanalistas inno- vadores empiezan a denominar .

    c) La nueva psicologia debe adaptarse a la ampliacin de su campo de ac- tuacin en todas sus reas profesionales, en el sentido de que debe tratar a un am- plio y variado abanico de personas pertenecientes a colectivos reivindicativos que reafirman cada vez con mayor fuerza su identidad. El10 obligar6 a una ma- yor formacin humanstica del psiclogo, pero desde el nuevo marco de la era de la mundializacin. Esta formacin hunnan'stica comprende toda una serie de va- lores guiados por el principio de que, potencialmente, en esta nueva era mis all de 10s muchos problemas pendientes, existen, por primera vez en la historia de la humanidad, nuevas opciones de vida a elegir, con todas las luchas individua- les y colectivas que el10 conlleva.

    En definitiva, el gran reto que tiene planteada la psicologia en 10s albores del siglo X X I es el de configurar un modelo holstico de actuacin capaz de asu- mir a la persona como miembro, al mismo tiempo, de diferentes grupos sociales y de tratar de forma dinmica con su pasado, su presente y, tambin, con su fu- turo previsible. Esta opcin representa una revolucin con respecto al esquema tradicional de la psicologia centrada en la actuacin individual.

  • Psicometria

    Jos Muiz Universidad de Oviedo

    Como bien decia Thorndike, para conocer algo a fondo hay que hacerlo tanto a nivel cualitativo como cuantitativo, pues todo 10 que existe, 10 psicol- gico incluido, 10 hace en una cierta medida. Medir 10 psicolgico nunca fue una tarea sencilla ni ajena a 10s debates, al menos medir las variables de mayor inte- rs para nuestra disciplina. La razn de esta dificultad hav aue buscarla en la es- pecial naturaleza de lb psicolgico, esa estrecha banda inieiactiva y mudable en- tre 10 sociocultural y 10 neurobiolgico en la que tiene su asiento la explicacin psicolgica genuina. La medicin &prosa dejo psicolgico hinca sus iaices en 10s trabajos psicofsicos de Fechner sobre las relaciones entre las estirnulaciones fsicas y las sensaciones suscitadas. A partir de ah la tecnologia de la medicin emprica ha ido progresando por dos grandes avenidas: el escalamiento de est- mulos y el escalamiento de sujetos, ligado ste al estudio de las diferencias indi- viduales. La historia de 10s ltimos cien aos de estas dos lneas de trabajo est asociada a nombres tan egregios como 10s de Spearman, Thurstone, Cronbach, Lord ... y, entre nosotros, naturalrnente, Mariano Yela. En esencia, sus esfuerzos se centraron en garantizar que las escalas y 10s tests fuesen fiables y vlidos, es decir, que midiesen con precisin aquell0 para 10 que haban sido construidos. Puede decirse que 10 lograron de forma razonable, la tecnologia desarrollada para la construccin y anlisis de 10s tests permiti un gran refinarniento de es- tos instrumentos con 10s que gran parte de la sociedad identifica a 10s psiclogos. Ahora bien, como cualquier otra tecnologa cientifica, 10s tests son susceptibles de un uso inapropiado cuando caen en manos de profesionales carentes de la de- bida preparacin, y ejemplos no han faltado a 10 largo de la historia de la psico- logia. Pero el10 no debe llevarnos a olvidar, como se hace a veces de forma su- perficial, que 10s tests fueron originariamente diseados para evaluar a las personas segn sus mritos demostrados y no por aspectos tan ajenos a la valia personal como la familia, la cuna, la clase social, la nacionalidad, raza, religin, partido poltico, o el ideario, por citar s610 algunos. La preocupacin por el uso adecuado de 10s tests ha llevado a las sociedades cientficas y profesionales a ela- borar estndares tcnicos y cdigos ticos que sirvan de guia, orientacin y norma para una prctica acorde con 10s avances de la ciencia psicolgica (Mu- iiiz, 1996, 1997).

    Desde un punto de vista tcnico, para 10s aos 50-60 10s tests haban al- canzado un gran desarrollo dentro del marco de la psicometria clsica, quedando 10 esencial sintetizado en textos como 10s de Gulliksen (1950) y Lord y Novick (1968). No quiere el10 decir que todo estuviese cerrado y en perfecta armona,

    Correspondencia: Facultad de Psicologia. Plaza Feijoo, s/n. 33003. Oviedo. e-mail: [email protected]

  • 190 J. Muiz

    pero 10s problemas planteados ya no encontraban una solucin satisfactoris den- tro del marco clsico. Ser dentro del nilevo enfoque psicomtrico de la Teoria de Respuesta a 10s Ztems (que se va imponiendo a partir de 10s aos 60, para do- minar la escena psicomtrica de 10s 80-90), donde encuentren soluciones algu- nos de 10s problemas nuevos planteados y se potencien reas que estaban estan- cadas por falta de una tecnologia adecuada. La teoria de respuesta a 10s items va a dar una solucin bien fundada a probllemas centrales de la medicin psicol- gica y educativa, tales como la necesidad de una invarianza de las mediciones respecto de 10s instrumentos utilizados y la invarianza de las propiedades de 10s instrumentos respecto de 10s objetos medidos, las personas. La teoria clsica se bandeaba en la prctica de forma sensata con estos problemas, pero su marco tecnolgico no permitia una solucin apropiada. Adems de estos dos problemas

    - de carcter fundante, la teoria de respuesta a 10s items dar un fuerte impulso a toda la tecnologia de construccin y anlisis de 10s tests. Asi, por ejemplo, la Funcin de Informacin revoluciona la forma de estudiar la fiabilidad, y las tc- nicas estadsticas para la deteccin del sesgo de las pruebas dan una respuesta a la demanda social, atizada por 10s argunientos de Jensen, de que 10s tests no per- judicasen a determinadas subpoblaciones. Pero seguramente la revolucin ms importante en el mbito de 10s tests sea la producida por la convergencia de 10s modelos de teoria de respuesta a 10s items y la informtica, dando lugar a 10s Tests Adaptativos Computerizados (Renom, 1993). Este tip0 de tests se adaptan a la persona evaluada, pudiendo decirse que tcnicamente la era clsica en la que era necesario utilizar el mismo test con todas las personas para poder comparar- las ha terminado; pues si bien el test utilizado para medir una variable no es el mismo para cada persona, el resultado vendr expresado en la misma mtrica. Las ventajas de ajustar la prueba a las caracteristicas de la persona evaluada son muchas, la fundamental de las cuales es una mayor precisin de las mediciones. Basta echar una ojeada a las actas de 10s congresos especializados para observar que una buena parte de las discusiones psicomtricas actuales gira en torno a 10s no pocos problemas nuevos generados por esta tecnologia, pues, como es habi- tual, la solucin a un problema siempre crea otros nuevos. Con este nuevo enfo- que el nfasis que en la poca clsica se ponia en el test como unidad de anlisis ha pasado a 10s items, y, por ende, de 10s tests a 10s bancos de items. Los tests pa- san a ser subconjuntos de items ensamblados en funcin de la situacin de eva- luacin, aunque su mtrica es comn a, la del banco del cual se extrajeron. Otro de 10s puntos calientes es la efervescente metodologia diseada para evaluar el sesgo de 10s tests, compitiendo tcnicas surgidas dentro del enfoque de la teoria de respuesta a 10s items con las provenientes de otros enfoques distintos. Una li- nea de anlisis y debate que viene de antiguo, sigue viva, y no parece que vaya a detenerla el cambio de siglo, es el enfrentamiento entre 10s partidarios de 10s items con formato de eleccin mltiple y aquellos que abogan por formatos ms constructivistas, del tip0 respuesta breve, ensayo, o ltimamente, portafolios. Ms que el formato en si, todos son licitos, la cuestin es cul de ellos maximiza la fiabilidad y la validez (que no son negociables), y minimiza esfuerzos y eco- nomia; la respuesta dista de ser simple. He subrayado algunos de 10s aspectos ms tecnolgicos que ocupan el candelero psicomtrico, y que todo hace pensar

  • La Psicologia Evolutiva por venir 191

    que seguirn ocupndolo 10s prximos afios, pero cuestiones ms bsicas y teo- rticas tales como la reificacin de 10s rasgos, la transitividad de las mediciones, o su convergencia-divergencia, entre otros, siempre andarn rodando por 10s re- ales de la psicometria, pues son inherentes a la naturaleza de 10 medido, a 10 psi- colgico, no conviene engaarse (Michell, 1997; Muiiiz, 1998).

    Si como parece el mejor predictor del futuro es el pasado, la temtica que tendr ocupados a 10s psicmetras del x x ~ no andar muy alejada de 10s asuntos comentados, aunque el nfasis en unos o en otros 10 irn condicionando las nue- vas tecnologias de las que se disponga, como 10 hacen hoy la informtica y la te- lemtica.

    Gulliksen, H. (1950). Theory of mental tests. New York: Wiley. Lord, F.M. & Movick, M.R. (1968). Statistical theories of mental tests scores. Reading, MA: Addison-Wesley. Micheli, J. (1997). Quantitative science and the definition of measurement in psychology. British Journul of Psy-

    chology, 88,355-383. Muiz, J. (1996) (Coor.). Psicometria. Madrid: Universitas. Muiz, J. (1997). Aspectos ticos y deontol6gicos de la evaluaci6n psicolbgica. En A. Cordero (Coor.), La eva-

    luaci6npsicol6gica en el ario 2000. Madrid: Tea Ediciones. Muiz, J. (1998). La medici6n de 10 psicol6gico. Psichothema, 10, 1-21. Renom, J. (1993). Tests adaptativos computerizados. Barcelona: PPU.

    La Psicologia Evolutiva por venir

    Jess Palacios Universidad de Sevilla

    El siglo x x ~ no ser6 ya , etiqueta que se haba utilizado a propsito del siglo XX. Tarnpoco podr decirse de 61 que ser6 el siglo de la ado- lescencia, o de la adultez o del envejecirniento, porque la Psicologia Evolutiva est6 ya obligada a ser10 del proceso completo de desarrollo humano. Sobre cada uno de 10s grupos de edad mencionados se seguirn acumulando evidencias nue- vas, hacindolo adems desde perspectivas que sin duda sern tambin novedo- sas. Al lado de 10s temas tradicionales de investigacin (sobre el desarrollo de 10s vnculos emocionales, por ejemplo, o sobre el desmollo de la memoria, o del lenguaje, etc.), surgirn otros contenidos derivados de las novedades sociales y culturales. Algunas de esas realidades se otean ya en el horizonte, rnientras que otras estn demasiado lejos como para siquiera atisbarlas. Lo lgico es que con- Correspondencia: Departamento de Psicologa Evolutiva y de la Educaci6n. Facultad de Psicologa. Universidad de Se- villa. 41080 Sevilla.

  • 192 J. Palacios

    tinuemos acumulando conocimientos sobre temas clsicos, que eme jan temas nuevos y que aparezcan perspectivas explicativas que den cuenta de todo ello.

    Pero creo que hay al menos un reto cuya semilla no se encuentra en el pa- sado de la Psicologia Evolutiva del siglo XX, un reto para responder al cual no bastar5 con ms de 10 que ya tenemos, sino que exigir6 nuevas aproximaciones y tal vez una mentalidad algo diferente. Me refiero al reto de hacer la Psicologia Evolutiva an mis til para la gente, para 10s padres, para 10s profesores, para 10s adolescentes, para las personas adultas jr 10s ancianos, asi como para 10s agentes de intervencin social. Hay todavia una gran distancia entre las preguntas que proceden de la realidad cotidiana y las que proceden de la realidad investigada (realidad esta que a veces tiene s610 existencia virtual y que reproduce en 10s ce- nculos de investigacin el cinico axioma de la poltica exterior estadounidense de acuerdo con el cual para resolver un problema prirnero hay que crearlo). Pero para acercar esas dos realidades es necesario que se produzcan cambios en al menos dos direcciones, a mi entender.

    En primer lugar, una mayor sensibilidad de 10s investigadores respecto a las diferencias interindividuales en 10s procesos de desarrollo. La Psicologia Evolutiva del siglo xx ha sido la de 10s procesos normativos de desarrollo, si acaso con algn reconocimiento de la existencia de variaciones de estilo (estilo de apego, estilo de transicin a la parentalidad, estilo de crisis de la mitad de la vida, etc.). Pero a medida que 10s estilos de vida y las realidades sociales se di- versifican (por citar s610 un ejemplo: nuevas realidades en la vida familiar), a medida que el campo de la va ensanchando sus fronteras, las des- cripciones meramente normativas se van quedando ms cortas. Las evidencias sobre diferencias interindividuales que van rns alli de variaciones de estilo es- tn en algunos datos de investigacin y estn, sobre todo, en la gente, en la rea- lidad, en 10s problemas que preocupan a padres, a profesores, a planificadores y proveedores de servicios relacionados con el desarrollo. Dejaremos muchos de esos problemas sin respuesta mientras no estemos mejor pertrechados de cono- cimientos sobre por qu unos somos tan diferentes de otros y cules son las exi- gencias que esas diferencias plantem de cara al asesoramiento familiar, a la in- tervencin educativa, etc.

    En segundo lugar, una mayor inclinacin por parte de 10s investigadores a vincular sus investigaciones a situaciones y problemas de la vida cotidiana, asi como a procesos de intervencin sobre el desarrollo o sobre 10s contextos y agentes de desarrollo. No se trata de contraponer la investigacin bsica con la investigacin aplicada, sino de estimular la realizacin de investigaciones bsi- cas en contextos cotidianos y aplicados, 10 que sin duda reportar6 beneficios mu- tuos, dando lugar a una investigacin bsica ms pertinente (y rns sensible a las diferencias a que se ha hecho referencia en el prrafo anterior), y a unas inter- venciones mejor fundadas. Se ha avanzado mucho ya en esta direccin, pero sin duda sigue habiendo un amplio camino por delante que merecer la pena reco- mer y que nos ensear muchas cosas.

    Dentro de poc0 doblaremos la esquina del siglo. No sabemos del todo 10 que nos va