Habrá futuro con calidad de vida

¿Habrá futurocon calidad de vida?

Carlos Padilla Massieu

Padilla Massieu, Carlos¿Habrá futuro con calidad de vida?México, Silla vacía Editorial

Primera edición, julio mmxvii

Colección Desarrollo Humano

isbn electrónico: 978-607-97365-8-3

1. Ciencias sociales 2. Interacción social

Patricia Morales Cervantes Sr. TarántulaCaptura Corrección de estilo

Cristina Barragán Hernández Leo MendozaMaquetación Diseño de forro

Las características gráficas y tipográficas de la presente ediciónson propiedad de Silla vacía Editorial

Licencia Creative Commons

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Copyright mmxvii

© Carlos Padilla Massieu

© Silla vacía Editorial (diseño) www.sillavaciaeditorial.com

© Rafael Flores (pintura de portada y acuarela de contraportada)

© Carlos Padilla Massieu, Jean Beaufort y Florian Kurtz (fotografías de interiores)

Vivir en libertad

Sueño y trato de vivir en el país con el nombre Tierra que no esté di-vidido política y económicamente, en donde se hable un solo idioma para entendernos mejor. Que tenga una religión sin creencias dog-máticas ni imposiciones. Castigos, premios ni templos, pues para eso tenemos el campo, la mejor obra de Dios.

Que este mundo tenga una sola bandera, la cual puede ser un arco íris envolviendo el planeta Tierra. Por supuesto sin partidos po-líticos, líderes, redentores, reyes y dictadores.

Con ciudadanos que estén conscientes que son los responsables de sus acciones, que no esperen que los eduquen y que no necesiten ser gobernados sino que se ordenen en armonía con el medio que los rodea, que sepan por qué y para qué existen.

Esto es una reflexión de un ciudadano de la Tierra que quiere mucho a la Naturaleza y a todos los que la respetan, se preocupan y se ocupan en preservarla, que es la obra de Dios, que está consciente que no es posible cambiar a la sociedad a menos que cada uno cambie radicalmente.


Glosario

DiosIndefinible, pero por intuición natural le reconocemos como Ser Supremo en su obra maravillosa, la naturaleza productora de vida.

Ser humanoProducto de la evolución de la naturaleza que está consciente de su propia existencia. Dotado con la energía mental y física suficiente para mantenerse con vida, a través de la satisfacción de sus necesidades naturales como el sen-tir hambre, dolor, disgusto o amor. Al tratar de resolver su existencia con su trabajo puede sentir placer, felicidad o frustración y cuando se equivoca (o abusa de algo) tiene la capacidad de reconsiderar las cosas.

Bio-energíaTodo tipo de material orgánico (animal o vegetal) que almacena energía, misma que puede ser transformada en otro tipo de energía.

EnergíaCapacidad para funcionar o trabajar produciendo movimiento o efectuando cambios.

Energía metabólicaCapacidad física o psíquica de los organismos para producir movimientos o efectuar cambios.

Energía no renovableEs la energía almacenada de los recursos naturales de magnitud limitada.

Energía renovableLa energía contenida en el Universo en cantidad prácticamente ilimitada en las fuentes como el viento, el sol, el agua, la biomasa, el magnetismo y la energía metabólica.

Contenido

Introducción....................................................................13

Capítulo 1Desarrollo urbano sustentable...............................................17

Capítulo 2Energía metabólica: energía renovable por excelencia...................45

Capítulo 3Basura: problemas y soluciones..............................................63

Capítulo 4El bosque es un negocio, pero no para irresponsables..................101

Capítulo 5Drogadicción: el combate está perdido...................................115

Capítulo 6No cuenten con mi voto....................................................121

Capítulo 7¿Independencia?...............................................................133

Capítulo 8Economía natural............................................................141

Capítulo 9Privatización petrolera, ¿eficiencia o falso nacionalismo?.............155

Capítulo 10Hacia un buen desarrollo industrial y comercial........................165

Capítulo 11Educación no formal.........................................................173

Capítulo 12“Si votas por mí...”...........................................................183

Capítulo 13El engaño de las religiones..................................................195

Capítulo 14El futuro del Valle de México...............................................201

Capítulo 15Voluntad para el cambio.....................................................215

Bibliografía.....................................................................223

ÍndiCe de FotoGraFÍas e imáGenes1

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Brote de supervivenciaJean Beauforthttp://www.publ icdomainpictures.net/view-image.php?ima-

ge=164926&picture=&jazyk=ES

División del área de la República Mexicana

Energía metabólica

Tiradero de basura

Otoño en AlemaniaFlorian Kurzhttps://pixabay.com/es/bosque-paisaje-el-oto%C3%B1o-%C3%A1rbo-les-2033331/

Maltinehttp://cocaine.org/maltinecocawine.jpg

Basura políticahttp://mxcity.mx/wp-content/uploads/2014/10/basura-politica.jpg

Frontera México-Tijuanahttps://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/4a/Mexico-US_border_at_Tijuana.jpg

j Las fotografías e imágenes que no tienen crédito o enlace pertenecen al autor.

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Mercado en Valenciahttps://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/c8/Verduler%-C3%ADa_en_el_Mercado_Central_de_Valencia.jpg

Casa en el medio rural

Explotación geotérmica

Robonautashttps://pixabay.com/p-600979/?no_redirect

Normalistas

Educación: consecuencias y efectos

Curitiba

Peregrinación

Embotellamiento

Depredación del Valle de México

Densidad poblacional

Área verde y generación de basura

Isla Victoria: Canadá

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Introducción

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Los motivos para escribir este libro se basan en mis estudios para bus-car alternativas de cómo mejorar nuestro medio ambiente; hace tiempo realicé una edición de autor que recapitula mis inquietudes y mis apor-tes en varios temas, la cual se tituló ¿Habrá futuro con calidad de vida así como vamos? Definitivamente así como vamos ¡no! ¿Por qué? Sustentado en di-cho libro, a la sazón de los años me he permitido realizar algunos ajustes y por ende tengo el gusto de presentarles esta nueva edición.

Después de 30 años de haber trabajado mucho con otras personas muy valiosas y apoyándome en libros escritos por gente muy capaz, me di cuenta que nos fue imposible conseguir calidad de vida no solamente en México, sino en todo el mundo. Esto es porque los seres humanos (no todos, pero podemos decir que la mayoría) actúan sin razonar so-bre el por qué y para qué viven, por lo tanto, ignoran que pueden vivir mejor. La pregunta medular es ¿a qué se debe? A que otros inducen conocimientos y creencias falsas para conseguir división entre nosotros y así controlarnos para su beneficio personal.

Me pregunto por qué si nacemos con una mente pura y sana, sin pre-juicios, sin conocimientos, sin complejos y sin creencias, después de un tiempo empezamos a odiarnos y a pelear entre nosotros. Y si los seres humanos seguimos así por supuesto no habrá bienestar entre nosotros ni en el planeta. ¿Cuál es la causa? Que desde pequeños nos inculcan el patriotismo, ideologías, religiones y “verdades” para controlarnos, jus-tificando que son necesarias, quitándonos así la responsabilidad de que somos nosotros quienes con esfuerzo y preparación podemos conseguir una vida mejor y así gozar conviviendo en un planeta maravilloso.

Capítulo 1

Desarrollo urbano sustentable

Cuando el ser humano va perdiendo en sus desarrollos urbanos el contacto con la Naturaleza, sale de la grieta del asfalto una flor que le dice: “acuérda-te, hermano, volver a mí porque sin mí no puedes vivir”.

Este estudio no está dirigido a ustedes, personas que actualmente fungen como gobernantes, quienes haciendo de lado todo escrúpulo, esquivan la conciencia del daño que están sembrando para el futuro; tampoco está dirigido a ustedes, personas gobernadas, que se limitan a guardar silencio ante el caos que se tiene enfrente, sin percatarse de que tienen otras alternativas para una existencia más digna y decorosa. Está dedicado a ti que piensas y razonas. Que en tu calidad de gober-nante o de gobernado te detienes a meditar y que desees contribuir al bien común mediante tu esfuerzo, tu valor y tu trabajo honrado. A ti, ciudadano, que anhelas un bienestar presente y que también luchas con el objetivo de sentar las bases para un futuro mejor. A ti, que te preparas para dar realce a tu vida y a la Naturaleza favorecedora de la existencia humana.

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Los principales motivos que me han inducido a realizar el presente es-tudio son los trastornos causados por una construcción desordenada e inconsciente de las ciudades: la saturación, la alta contaminación am-biental, la pérdida de tiempo del hombre, la caótica estructura arqui-tectónica y los problemas que se derivan de esta última.

En este ensayo analizo la forma como debe construirse dentro de un auténtico desarrollo urbano, ya que éste constituye la base de todas las medidas técnicas, administrativas, económicas, educacionales, viales... estas medidas operarán adecuadamente o inadecuadamente, según el de-sarrollo urbano que se les presente. Y si estas disposiciones de construc-ción no guardan el debido orden ecológico, las materias que dependen de ella no podrán desarrollarse correctamente. En pocas palabras, no habrá desarrollo sustentable y, lo que es más, no habrá calidad de vida.

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Un poCo de historia

El ser humano es sociable por naturaleza, requiere de la sociedad para vivir, razón por la cual se concentra junto con otros congéneres en los llamados “desarrollos urbanos”. Este es un hecho indudable que ha exis-tido desde siempre, existe actualmente y que así continuará.

Las ciudades de pasadas épocas, incluso aquellas de hace 100 años, no lidiaban con los problemas que ahora nos aquejan, aunque también se concentraban como en el presente, sin guardar orden alguno ni estar sometidas a determinadas restricciones. A pesar de su concentración desordenada, no rompían un orden ecológico como lo hacemos ahora, esto no se debía a que fueran ciudades pequeñas en tamaño, ya que nuestra actual provincia (a pesar de estar constituida por ciudades chi-cas) ya muestra los mismos síntomas de malestares de contaminación, saturación de las vías de tránsito, problemas con el drenaje, falta de ser-vicios, problemas con la basura, enfermedades y, por último, la falta de productividad debido a la pérdida de tiempo y las alteraciones anímicas. Males que se agravan día a día, tal como sucede en las grandes metró-polis. Pensemos en ciudades que están brotando a imagen y semejan-za de la Ciudad de México, tales como: Toluca, Morelia, Cuernavaca, Querétaro, Guadalajara, San Luis Potosí, Acapulco, Puebla, Monterrey y tantas otras del estilo, ¿a qué se debe esto?

La razón es que antiguamente (quizá sin plena conciencia de ello) se construían casas e industrias en forma horizontal, con una proporción mayor en áreas verdes a los metros cuadrados de construcción. Dije “sin plena conciencia de ello” porque esto se debía a que no contaban con la mo-derna tecnología en materiales, alimentación, comunicación, transpor-te, construcción, energía, etc.

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Si ponemos un poco de atención en la estructura de las ciudades de antaño, quizá podamos recordar cómo vivían nuestros abuelos. Las ca-sas, aunque parecían construcciones grandes, con enormes portones y amplias ventanas con balcones a la calle, tenían un máximo de dos pisos de altura. Obviamente no tenían material estructural y se desconocía la cimentación con concreto armado y equipo para pilotear. No existía el acero de alta resistencia ni la soldadura, solamente las cúpulas de las iglesias destacaban por su altura.

Esa gente carecía de conocimientos relativos al comportamiento de las corrientes de aire y la energía fósil, desconocían la calefacción, un equipo de aire acondicionado. La única medida que se adoptaba era dejar patios abiertos entre las habitaciones con orientación solar. Como no se tenían tuberías de acero, válvulas, bombas ni motores, general-mente se encontraba un pozo de agua en el patio trasero o un aljibe. Y los baños, al carecer de drenaje, tenían colocados en dichos patios fosas sépticas, por lo tanto no contaminaban sus ríos. Se desconocían las tiendas de autoservicio, los refrigeradores, hornos de microondas, empaques plásticos y los alimentos enlatados. En la propia casa tenían hortaliza, gallinero, corralitos, árboles frutales y sus pudrideros para hacer abono orgánico. No existían los automóviles ni los camiones. Se transportaban caminando, o bien, en carretas que se desplazaban por angostas calles, las cuales muchas veces carecían de banquetas.

Con todo esto no quiero decir que sea necesario volver a los buenos tiempos de antes, pues tenían sus grandes carencias e inconvenientes, como tampoco sugiero que se evite o se detenga la buena tecnología. Entiéndase como buena tecnología todo aquello que al transformar el producto en algo útil no provoca contaminación en su proceso, ni si-quiera con su desperdicio, y que cuando el producto ya no sirva, puede resolverse el problema del desperdicio: reciclándolo.

El hombre no puede ni debe atenerse a transformar las materias sin antes preguntarse ¿qué está pasando con la materia prima que adquie-re?, ¿qué pasó con su producto a la hora de venderlo? La responsabi-

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¿Habrá futuro con calidad de vida?

lidad no termina en la transformación de algo si no hemos tomado en cuenta la resolución a estas interrogantes; además, la buena tecnología es conveniente, proporciona mayor bienestar a un mayor número de gente, produce fuentes de trabajo y dignifica al ser humano pero, como en todo, es necesario tener control pues así como el descubrimiento del petróleo (y su extracción) nos ha acarreado comodidad, calefac-ción, energéticos, envases, telas, medicinas y un sin fin de derivados, también, al no controlar su uso, estamos contaminando y usándolo para fines destructivos.

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Una solUCión senCilla

Propongo una solución sencilla pero efectiva, la cual consiste en la regla-mentación de la construcción de acuerdo a un nuevo criterio: la cons-trucción en un desarrollo urbano debe realizarse respetando un área verde proporcional a los metros cuadrados de construcción. Esta medi-da beneficiará enormemente a nuestro medio natural, que es lo mejor y más excelso que poseemos, pues de la Naturaleza procedemos y sin ella no existiría la vida.

Hemos caído en la falacia de pensar que las áreas verdes, los parques de recreo y diversión, pueden y deben ubicarse a distancia de las zonas donde habitan las personas, donde trabajan, se desenvuelven, donde respiran. Y nos preguntamos, ¿en dónde es más necesaria el área verde, a cinco kilómetros o más de las fuentes de trabajo y zonas habitaciona-les o en las mismas áreas donde se ubican esas fuentes y zonas en que pasamos la mayor parte de nuestras vidas?

Me parece que con lo expuesto hasta el momento se vislumbra una solución obvia y sencilla, la cual consiste en un crecimiento urbano que obligue a dejar en el lugar un mínimo de área verde proporcional a los metros cuadrados del área construida. Si por operación o conveniencia arquitectónica se desarrollaran edificios de más de 2.50 m de altura, tendría que dejarse un tanto o más de área verde por cada planta.

Por área construida entenderemos todo aquello que impide la repro-ducción vegetal y la filtración de agua en el subsuelo al aire libre. Con esto debe quedar establecido que todas aquellas áreas tales como es-tacionamientos, accesos, patios de almacenamiento, banquetas, calles, etc., son parte de lo que llamamos área construida.

¿Por qué insisto en la importancia del área verde? Porque en ella es donde se da la filtración y almacenaje de agua en el subsuelo, porque

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produce la purificación del ambiente, porque de esta manera existen posibilidades de cultivo de alimento y, además, porque es generadora de vida al mantener las buenas condiciones de nuestro hábitat. Todo esto propicia un bienestar sobre el ánimo y hace que el ser humano pue-da vivir con cierta autosuficiencia, ello al combinar su esfuerzo físico y mental (energía metabólica) con un área verde, logrando así reempla-zar (en gran parte) a la tecnología contaminante. Al propiciar el contac-to directo con la Naturaleza se está incitando a la creatividad innata en el ser humano; además, estimula y fortalece el carácter en los infantes y los invita a amar los fenómenos naturales.

Al proponer esta medida de solución, es decir, que se deje obliga-toriamente un área verde proporcional al área construida, se pretende acabar con una de las causas, quizá la más importante, que provoca el desorden y la contaminación.

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¿Cómo loGrarlo?

La pregunta es inminente, ¿cómo lograrlo? Es necesario que desaparez-ca el permiso o licencia de construcción que otorgan los municipios. Me parece importante aclarar que no debemos confundir el “permiso” o la “licencia de construcción” con la obligación de registrar lo construido pues en un lugar establecido por la comunidad o municipio como zona urbana, donde se debe cumplir con un estudio de impacto ambiental, y en una urbanización que haya dejado por cada metro cuadrado de viali-dad un tanto igual de área verde comunitaria en el lugar urbanizado, el registro obligatorio es válido y necesario puesto que consiste en informar a las autoridades de las construcciones existentes para que éstas puedan administrar y organizar de la mejor forma. Entendemos como autoridad a toda persona de principios que por sus conocimientos y ejemplo de-muestre estar realizando un bien a través de un servicio a la ciudadanía.

Hay que recordar algo que es sumamente importante: lo que ha sus-citado el desorden en la construcción es el permiso de construcción que permite que las personas, dentro y fuera del Estado, se corrompan para que se autorice, por encima y a pesar de todo, una construcción incorrecta que afectará de alguna forma a la comunidad. Con el permiso en la mano, quedan amparados los constructores ante futuras autoridades, las cuales se ven imposibilitadas para poner el orden por los permisos y licencias otorgadas por los gobiernos anteriores.

Deseo hacer énfasis en que el único responsable de la construcción debe ser quien la habita o la usa, él es único que tiene la obligación, por su propio bien y el de sus familiares o trabajadores, de asesorarse con perso-nas capaces con el fin de cerciorarse que su construcción esté realizada co-rrectamente. ¿Acaso se debe dar permiso para hacer lo correcto? ¿Cómo se podrían llevar a la práctica estas nuevas disposiciones a la construcción?

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Haciendo responsable al propietario y constructor de lo que se construya sea de acuerdo a las normas y manuales de la construcción, y ésta se debe-ría hacer respetando un porcentaje mínimo de área verde, de acuerdo con los metros cuadrados de la obra construida para establecer claramente que toda construcción que invada el área verde será recuperada en área verde por el Estado y el gasto que esto ocasione será con cargo al propie-tario del inmueble. Ésta, considero, sería la única ley válida: dejemos de lado tantos reglamentos y controles inútiles para el desarrollo urbano.

¿Cómo se llevaría a cabo la supervisión del cumplimiento de la nue-va reglamentación de la construcción? Podría realizarse mediante fotos aéreas (o satelitales) en las cuales se detectan fácilmente las anomalías y se comparan al instante las modificaciones. Otro control eficaz lo cons-tituiría el derecho de queja de los vecinos, que son realmente los afecta-dos, pues se les quita el único regulador que tiene la Naturaleza que es el espacio libre de toda construcción. Con estos medios evitamos gastos de administración al gobierno, a la vez que disminuye la posibilidad de corrupción y, lo que es más importante, deja en libertad a sus habitantes para que construyan según sus necesidades.

Al mencionar el hecho de que se pueda construir con libertad dentro de un desarrollo urbano organizado (sea casa habitación, oficinas, co-mercio, industria, etc.), hablo solamente del aspecto construcción con área verde para que se obligue a no saturar y a la vez eliminar la contaminación que provoca la concentración desmedida con una alta densidad de po-blación por km2. Si por alguna causa la construcción industrial o de tipo similar es contaminante, ese es un aspecto independiente y diferente al problema del desarrollo urbano, por lo tanto, debería ser controlado por las autoridades capacitadas en la materia para que éstas prohíban su funcionamiento hasta que se compruebe que no causan contaminación.

Debemos recordar que las industrias no trabajan solas, requieren gente para funcionar, por esta razón es que no se concibe que a pesar de las téc-nicas actuales aún se permitan industrias contaminantes que tienen (pro-porcionalmente) más personas trabajando en un área que gente en una zona

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habitacional. Es un hecho innegable que el hombre vive más en su lugar de trabajo que en su casa; también es necesario decir que el 70% de la industria (sin ningún equipo anticontaminante) puede funcionar perfec-tamente sin contaminar, que el 20% puede funcionar con equipos senci-llos, el 8% puede hacerlo con equipos más complicados y que el 2% se podría catalogar entre industrias de alto riesgo (no por contaminación sino por su riesgo de accidentes), y que por lo mismo deberán tener un porcentaje mayor de área verde, considerando el alcance del posible daño.

Con lo mencionado en el párrafo anterior nos percatamos que la in-dustria sí puede estar colocada en cualquier parte mientras conserve su área verde respectiva. Es completamente errónea y fatal la tendencia ac-tual de concentrar zona industrial, zonas comerciales, centrales de abas-tos e inclusive ciudades escolares. Es errónea porque además del des-plazamiento masivo de gente con su consecuente pérdida de tiempo, de energéticos y la saturación de las vías de tránsito, provoca un mal mucho mayor en el caso de contaminación o cuando se presentase un fenómeno catastrófico de tipo natural. En un sitio donde se conglomeran muchas industrias, escuelas, comercios y, en las que insisto, hay más gente en las horas activas que en las mismas zonas habitacionales: los problemas, daños y perjuicios que se susciten serán de magnitud mayor, ello en circunstancias de contaminación o desastres.

Existe un mal entendido generalizado que me veo obligado a esclarecer: la planeación perfecta de un desarrollo urbano es imposible, no puede llevarse a cabo de ninguna manera. Entendamos que con el transcurso del tiempo, una vez efectuada la infraestructura necesaria, cambiará el uso del mismo suelo. Mientras que al construir, observando el sistema de crecimiento horizontal con su respectiva área verde, aun cuando cambiara el destino del uso del suelo, no estaríamos afectando la vida del ser humano puesto que se conserva el equilibrio entre la Naturaleza y la tecnología.

Las necesidades son cambiantes, la vida es dinámica y sus reque-rimientos fluctúan según el individuo, la tecnología, la economía, los fenómenos naturales y tantos otros factores que hacen que sea prácti-

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camente desechada la posibilidad de una planeación urbana que pueda prevenir todo lo que se necesita en un futuro no muy lejano. En el caso supuesto que pudiera darse, de querer imponer una planeación rígida, ésta atentaría contra la libertad del individuo de escoger dónde habitar, su derecho a escoger dónde desarrollar una fuente de trabajo según sus condiciones específicas: salud, capacidad, conocimiento, insumos, fuen-tes de materia prima, mano de obra, nueva tecnología e incluso de posi-bles o pasados fenómenos naturales.

Por otra parte, si el Estado se abstiene de otorgar permiso o licencia de construcción, ya no tendría que ser juez y parte. Podría tener la autoridad para mantener y supervisar el orden de la construcción y vigilar que éste no rompa el orden natural, que es más vital y lo que ahora nos preocupa. El día en que el Estado recuperara de un individuo un área que sobrepase el porcentaje permitido, les aseguro que ya no quedaría ni siquiera el de-seo de construir mal, movidos por un deseo insano de enriquecimiento y aparente bienestar; este último, el bienestar, sería relativo puesto que se revierte en un malestar para la sociedad y para el futuro del mismo sujeto.

Ya no es posible vivir con la falta de una autoridad consciente y ho-nesta. No debemos permitir que se otorguen permisos para todo o que se autoricen construcciones nocivas e incorrectas mediante una re-compensa (“mordida”) como muestra de la corrupción creciente tanto del gobierno como de los gobernados, la cual provoca el deterioro del bienestar general del pueblo... que somos todos.

Si ponemos atención un poco en nuestro alrededor, en la zona en que habitamos, podemos darnos cuenta fácilmente de la forma en que se han ocasionado los problemas: una casa, con la misma calle, mismo drenaje, mismo terreno, que se convierte en un taller o en comercio, industria, edificio, escuela, oficina de gobierno... sin contar con esta-cionamiento ni tener áreas verdes, calles y banquetas donde se permite el pequeño comercio y las cuales estaban destinadas para el tránsito de gente y vehículos... todo esto ha provocado una concentración desor-denada y una contaminación sin límite.

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área y reCUrsos de méxiCo

Al proponer esta iniciativa muchos pensarán que construyendo en la forma sugerida proporcional en área verde, acabaremos por ocupar hasta el último metro cuadrado del territorio en muy poco tiempo, pero si hacemos cálculos veremos que la República Mexicana tiene un poco más de 2 millones de km2 de superficie; está comprobado que una familia urbana promedio (cinco personas) necesita mínimo 500 metros cuadrados para vivir correctamente, más o menos distribuidos en la siguiente forma:

• 100 m2 de construcción habitacional. • 40 m2 de construcción en microindustria. • 60 m2 de banquetas, terrazas, accesorios en el área verde.• 300 m2 de área verde.

Para estos 500 m2 se necesitan otros 500 m2 de servicios con la mis-ma proporción de área verde para el desarrollo urbano: hospitales, dependencias de gobierno, parques, comercios, talleres, industrias y calles para una vialidad correcta. Esto en total demanda un área de mil metros cuadrados. Si en un km2 tenemos un millón de m2 y éstos los divi-dimos entre mil, nos daría lugar para mil casas que al multiplicarlas por cinco personas integrantes de cada familia, tendríamos la cantidad de 5 mil personas por km2.

En la República Mexicana, aproximadamente, tenemos recursos en condiciones de clima y agua suficientes para sembrar una quinta parte del territorio, habitar una décima parte y dejar para recursos renova-bles otra quinta parte (bosques, selvas, etc.)... pero actualmente no es utilizada la mitad de nuestro territorio. Con esto deducimos que la

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parte habitable son 100 mil km2 que al multiplicarlos por 5 mil perso-nas por km2 nos da un total de 500 millones de habitantes: un 14% de la población de la Tierra.

Está comprobado que en un área de 300 m2 se puede: cultivar hor-talizas, criar animales pequeños y tener árboles frutales suficientes para completar el gasto familiar. Si a esto le agregamos la utilidad que nos produce el mar en área de alimentos, nos damos cuenta que nuestro hogar terrestre, nuestro planeta verde y azul, puede darnos una vida sana y sustentable.

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la Gran oportUnidad

En el siguiente cuadro se muestra que todavía contamos con muchas alternativas para tener una vida digna y de calidad en el futuro, siempre y cuando se hagan las acciones recomendadas, ya que no será posible evitar el colapso debido al poder de los intereses creados.

Observemos bien el cuadro, que está a una escala real y muestra mil 740 kilómetros de largo por mil 150 kilómetros de ancho, si lo multiplicamos nos da los 2,001,000 km2 que tiene aproximadamente el área de la República Mexicana. Si dividimos en 10 partes iguales veremos que cinco partes son recursos naturales muy valiosos por su diversidad, que traen indirectamente otro tipo de riqueza pero que actualmente no hacen posible la vida del ser humano, sin embargo, queda la otra mitad de nuestro territorio, que tiene dos partes de re-cursos naturales para cuidarlos y explotarlos correctamente, pues son vitales para darnos agua y aire limpio.

Otras dos partes son cultivables, donde tenemos clima y agua en condiciones favorables. Son más que suficientes para darle de comer a 150 millones de personas. Queda una parte de esas diez: vemos que está dividida en 126 cuadritos, ¿sabes que en el cuadrito rojo (que es el 0.1% del área total) habita la cuarta parte de todos los habitantes de la República Mexicana? ¡Esto es el Valle de México!

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El cuadrito rojo y los otros dos cuadros azules (que representan el 0.3% del área de la República Mexicana) son el espacio donde habita el 75% de la población y el resto está en pequeñas áreas que, si las su-mamos, son los otros dos cuadritos amarillos. Con este razonamiento y su explicación gráfica concluimos que es posible en los otros 121 cuadros restantes se pueden hacer nuevas ciudades a futuro, ecoló-gicas y productivas, con una relación de ¡2000 m2 por persona!, lo que es más que suficiente para vivir dignamente. A esto tenemos que agregarle 10 mil km de costa, de los cuales la mitad son habitables y actualmente sólo se habita el 2%.

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las CiUdades mal ConstrUidas

Se suscitará la interrogante lógica, ¿qué vamos a hacer con las ciudades que están mal construidas y desordenadas? Pienso que lo mejor sería parar su desarrollo, declarar saturadas las que rebasen 200 mil personas o más de población. Es mucho menos costoso edificar ciudades nuevas basadas con el sistema propuesto, que tratar de agrandar lo malhecho. Si a una ciudad con un crecimiento exagerado y equivocado se le de-tiene su desarrollo, si se le proporciona únicamente el mantenimiento necesario para su ordenamiento, sobrarían recursos económicos de lo recaudado para edificar las infraestructuras de las ciudades del futuro dentro de un desarrollo urbano ideal, creando fuentes de trabajo más productivas y cumpliendo con nuestra obligación moral para darnos la oportunidad de vivir en forma más digna.

No está de más hacer referencia a que este sistema reduce la especu-lación de la tierra porque el precio del terreno bajaría en proporción al poder adquisitivo, ello con valor real en los costos de la infraestructura desarrollada debido a que las partes interesadas en el desarrollo urbano ya no tendrían el poder para decidir en dónde y cómo concentrar de-terminado tipo de construcción.

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CiUdades del FUtUro

Al hablar de ciudades del futuro la mayoría de la gente piensa en ras-cacielos, grandes avenidas para vehículos de alta velocidad que apenas rozan el pavimento; imaginan grandes concentraciones comerciales, escolares, múltiples pasos a desnivel, estacionamientos cubiertos, me-tros, trenes elevados monumentales y una total automatización. Lo más probable es que ni siquiera nos hemos detenido a pensar en que para todo esto también se requerirán grandísimas concentraciones indus-triales demandando cada vez más energía y desperdiciando cada vez más recursos naturales.

Paradójicamente, una ciudad verdaderamente civilizada, humaniza-da, en el futuro se vislumbraría en forma más realista como pequeñas agrupaciones de casas-hogar con sus respectivas áreas verdes donde el ser humano pueda crecer con la sensación de autosuficiencia porque, el contar con área libre puede resolver sus problemas de drenaje, agua y energéticos, puede aplicar la tecnología en beneficio y no en perjuicio de su salud: no tendrá que depender de termoeléctricas, termonuclea-res ni de plantas tratadoras de agua. Podrá resolver en gran medida su necesidad de alimentación con el cultivo de plantas, cría de animales e incluso de peces; podrá poseer un pequeño taller donde recrear sus ta-lentos no usados ahora por la falta de tiempo. En esta ciudad del futuro el hombre tendría todo tan cerca que le bastarían sus piernas o si acaso una bicicleta para transportarse en un 80% de su vida activa y dejar el automóvil o el camión para casos más necesarios.

Al ordenarse en esta forma sólo se necesitan pequeñas industrias para producir lo indispensable puesto que nuestras necesidades prima-rias estarían resueltas en gran parte con total autonomía y autosuficien-cia. Por supuesto, no habría necesidad de desplazarse y perder tanto

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tiempo y energía en las grandes avenidas para cubrir enormes distancias a las fuentes de trabajo.

Viviendo de esta manera solamente se requerirían pequeños lugares familiares de enseñanza donde aprender únicamente lo básico, puesto que la educación puede logarse de una mejor forma: en casa. Evitaría-mos así la escolarización institucionalizada donde conducen a la gente a crearse necesidades que en realidad son provocadas por los desarrollos equivocados nacidos de la misma problemática de la concentración. Por otro lado, se lograría un círculo cerrado de convivencia con la Naturaleza. Convertiríamos nuestros desechos orgánicos para retornarlos a nuestra tierra en forma de composta (fertilizante obtenido de la descomposición controlada de la materia orgánica), sin tener necesidad de llegar al uso de fertilizantes químicos; utilizaríamos nuestros desperdicios para su reci-claje hasta llegar a desaparecer la basura; se reducirían las enfermedades puesto que en gran parte provienen de la contaminación y de las compli-caciones por exceso de industrias en la misma fabricación de técnicas para resolver estos problemas... En fin, ya no tendríamos necesidad de crear tanta tecnología para resolver tantos problemas ocasionados por la satu-ración de las grandes ciudades.

Estoy seguro que eliminaríamos muchas leyes, disposiciones y con-troles innecesarios: hombres que controlan, hombres que hacen de la misma problemática que ha propiciado la concentración desmedida y desordenada. Así, ordenados, es muy probable que volvamos a encon-trar la unificación familiar que actualmente se ha perdido en forma lamentable. Los hijos aprenderían en casa o en las pequeñas industrias, con la experiencia y la práctica del trabajo en familia. Volveríamos a ser libres de nuestro desarrollo personal, dueños de nuestro tiempo, libres de la tecnología contaminante que nos está llevando a la auto-destrucción. Ya no seríamos más esclavos de hombres improductivos, los cuales crecen en número cada vez mayor. Estos individuos sola-mente están complicando más las cosas para justificar su “sabiduría” en lugar de usar conocimientos para simplificar las cosas. Con la actitud

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que sostienen solamente han logrado ensanchar más la brecha entre las diferentes clases sociales.

El hombre que por gusto o vocación quisiera ser médico, debería aprender en pequeños hospitales, empezando como ayudante y después con la práctica y el estudio, llegar a ser un profesionista. El arquitecto debería aprender construyendo como ayudante, después como oficial y finalmente ganar su reconocimiento de arquitecto. Por supuesto que el estudio de la teoría es importante, tanto como la práctica, pero en esta época contemporánea tecnificada podemos encontrar la teoría en buenos libros, en computadoras, en televisiones que captan hasta ondas interna-cionales, en video digital, etc. Se puede aprender en casa, en bibliotecas, en las mismas experiencias. Así como mencioné el caso del médico y del arquitecto, podrían incluirse el ingeniero industrial en las empresas, al contador en las oficinas, etc.

El funcionario público de vocación debería empezar como ayudante en una dependencia e ir ascendiendo gracias a méritos y estudios hasta llegar a ocupar puestos de secretarios y gobernantes. Esto es tan dife-rente a nuestra triste realidad en que se llegan a ocupar puestos por parentela o por poder de tantos líderes y partidos políticos. Como con-secuencia tenemos una serie de hombres incapacitados o improductivos que solamente explotan a los que realmente trabajan con su mente y con su esfuerzo físico para sostenerlos.

Por último, deseo formular una pregunta, ¿quién está más desarro-llado, un país que tiene que inventar y fabricar grandes tecnologías de-mandando cada vez más energía para resolver grandes problemas o el país que no tiene necesidad de crearlas porque no tiene esos problemas? Les ruego que se detengan a meditar un poco en este hecho tan común en nuestros días: ustedes, lógicamente, se opondrían a que construye-ran una gasolinera enfrente de su hogar. Es sucia, contaminante, satura-ría sus vías de tránsito, causaría malos olores... y lo mismo con casi cualquier otro tipo de industria, ¿no es así? Por lo tanto, las autoridades

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envían a las empresas a otras zonas, ¿acaso esas zonas no tienen habitan-tes que son tan humanos como nosotros?

Pero si la industria que propone establecerse no contamina y cuenta con áreas verdes, bellas y frescas, y donde es posible que ustedes o sus hijos trabajen ahí mismo, cruzando la calle, ¿se opondrían de igual ma-nera? El verdadero desarrollo de un pueblo no está en su tecnología, industrialización o en sus conocimientos: está en un verdadero cambio de actitudes y conductas con su medio, al cual, lo crea la Naturaleza.

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Casa eColóGiCa

Recomendaciones básicas para que una casa pueda ser ecológica, enten-diendo lo ecológico como toda acción o producto que demanda menos energía y que proteja el medio ambiente.

1. La relación del área construida no debe rebasar el 20% del área verde, en un terreno como mínimo de 500 m2 (el porcentaje de área verde puede ser mayor, nunca menor, todo depende de la posición del área en el planeta y sus recursos naturales).

2. La construcción debe tener una orientación solar según la posi-ción en el planeta y sus recursos naturales.

3. Los materiales de la construcción deben ser por lo menos en un 75% de la región, siempre y cuando sean más baratos y adecuados que los foráneos para ahorrar energía (por región entendemos el lugar más cerca al área por construir).

4. Las fuentes energéticas deben ser, de preferencia, renovables y de la región.

5. La construcción deberá tener captación de agua de lluvia y un tra-tamiento biológico (digestor o fosa séptica) del agua negra y gris con su debida reutilización en el lugar mediante filtros naturales.

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6. La construcción no debe estar pegada a los límites de la propie-dad. Como mínimo debe hacer una separación de 3 m por cada 5 m de altura; 6 m al frente y 6 m en la parte trasera.

7. Los límites de los terrenos no deben de ser bardeados, pueden marcarse las colindancias con vegetación con una altura máxima de 90 cm.

8. Lo construido debe tener un lugar adecuado para colocar los des-perdicios limpios y área para hacer composta de la materia orgánica.

9. Deberá contar con un mínimo del 20% del área verde destinada a cultivos orgánicos.

10. Deberá contar con área destinada a un taller doméstico.

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FraCCionamiento eColóGiCo

Un fraccionamiento podrá ser ecológico si se reglamenta y regula en su interior las construcciones con las recomendaciones anteriores (se reco-mienda que no pase de 50 construcciones para una mejor convivencia). Deberá tener una vialidad en su interior de un solo sentido: de 3 m de ancho adosada con 3 m de cada lado para andadores y servicios. Contará con área comunitaria donde tenga salón de reuniones, tienda comunita-ria y un centro de acopio para desperdicios inorgánicos limpios.

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peqUeñas ComUnidades

En las pequeñas comunidades existentes es factible aplicar un cambio para lograr tener un modelo de desarrollo ecológico mediante un nue-vo ordenamiento a lo ya existente, consistiendo en una orientación a sus habitantes para aplicar las ecotecnias que sean adecuadas, depen-diendo de cada casa habitación y buscando la armonía con lo nuevo por construir (que se entiende que cumple con los principios ecológicos ya mencionados). Es menester señalar que estas recomendaciones, por sí solas, no hacen un verdadero desarrollo sustentable si las personas no tienen una actitud y conducta correcta con el medio ambiente que habitan.

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FUndamentos del por qUé

los mUniCipios y el estado

deben tener Una seCretarÍa

de proteCCión al ambiente

1. Siempre el cuidado al medio ambiente ha sido prioritario para lograr calidad de vida y garantizar a los pobladores un territorio renovable. No puede ser que en algunos municipios y estados la Dirección de Ecología esté supeditada a una secretaría o insti-tuto que tiene, entre otros objetivos: el desarrollo urbano, los servicios públicos y obras públicas, etc. Debe ser al revés: todas las secretarías que afectan directa o indirectamente al ambiente deberían estar sujetas a una secretaría que cuide el ambiente, que supervise que se cumplan las normas y los reglamentos para con-servar al territorio. Es un tema transversal que debe considerarse y prevenirse.

2. No puede haber un cuidado al medio ambiente si se triplican ac-ciones entre la Federación, el Estado y el municipio. El Estado está para que los municipios cumplan con el buen desarrollo y re-solver los conflictos entre éstos. La Federación está para supervi-sar el cumplimiento y comportamiento de los Estados y resolver los conflictos que tengan entre los mismos.

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3. Con esto se lograría simplificar y eficientizar el cuidado al medio ambiente gracias a que la derrama económica que se gasta la Fe-deración y el Estado debería ser otorgada al municipio para que no se justifique con la falta de recursos económicos y recursos humanos preparados.

Muchas veces los presidentes municipales justifican tener un desa-rrollo del municipio inadecuado por no tener la responsabilidad del cuidado de su territorio pues hay cosas que le pertenecen malamente al Estado y otras a la Federación pero si fuera al revés se podría super-visar de una forma más sencilla y con menos gastos el cuidado al medio ambiente.

* * *

La solución propuesta en este estudio para resolver el problema del de-sarrollo urbano sería casi imposible si el gobierno no cambia radicalmen-te su política de administración de impuestos. Éste centraliza y controla la economía de los Estados y ellos a su vez controlan la economía de los municipios: el procedimiento debería ser totalmente contrario. El im-puesto que proviene del esfuerzo del hombre a través de su trabajo debe repartirse y administrarse por las personas que habitan el munici-pio donde está realizándose el esfuerzo y no fuera de éste, porque al no satisfacer las necesidades de los lugares e individuos donde realmente se desarrolló tal esfuerzo y se transformó posteriormente en impuestos, se está provocando la desconfianza y el abandono del lugar ya que el be-neficio fue recibido por otros hombres que no hicieron el trabajo para ganarse el servicio, esto ha redundado en la concentración poblacional donde hay derrama de intereses creados.

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Es necesario que se le recompense al pueblo lo que sus habitantes han ganado puesto que lo merecen, solamente así se logrará que reali-cen con ánimo sus esfuerzos con objeto de obtener mejores servicios. Estamos conscientes de que el impuesto es necesario para sostener un gobierno honrado y edificar infraestructuras que cada uno en lo particular no podría llevar a cabo, pero es incorrecto el que no quede recompensado en el mismo lugar donde se originó. Lamentablemente es un hecho que existen los intereses creados como una nube de ba-rreras que obstaculizan el mejoramiento y el desarrollo del individuo.

Si ustedes recuerdan dije “casi imposible” y no “imposible”, porque en nuestras manos está la solución... Cambia tú, tú que no esperas que la autoridad venga a resolver tus problemas algún día. Cambia tú por-que las alternativas para una vida más decorosa y digna son tuyas y con tu ejemplo y tu estudio en el trabajo y la perseverancia contagiarás a los demás, empezando por tu familia y siguiendo por tu comunidad.

* * *

Estas mujeres construyeron de principio a fin su casa, la que está atrás, con sus propias manos, por ello las muestran con orgullo.

Capítulo 2

Energía metabólica:energía renovable por excelencia

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Para realmente ser solidarios con nuestro planeta y dado que todas las actividades humanas que de un modo u otro afectan la biósfera, tene-mos que comprender qué es la energía, para qué sirve y, sobre todo, cómo usarla adecuadamente, sabiendo de antemano cuándo la desper-diciamos. El uso erróneo y abusivo de la energía es la principal causa del gran deterioro ambiental que padece el planeta.

Las personas que están en el negocio de la venta de la energía, ya sea privada o de gobierno, nos hacen creer que necesitamos más energía, lo hacen porque es un gran negocio. Si a estas empresas se les quitara el sub-sidio y las hicieran responsables del costo ambiental, en restaurar el daño que hacen en la conversión de energía no renovable, saldrían perdiendo. A quienes transforman la energía como negocio no les importa el daño ni los efectos nocivos que generan.

Los seres humanos no podemos vivir sin energía, desde el princi-pio de nuestra evolución hemos consumido energía renovable y hemos dejado, consciente o inconscientemente, que se renueve. Hasta el año 1800 (aproximadamente) se usaba la energía renovable en un 90% y un 10% era no renovable; de 1800 a la fecha se consume exponencialmen-te per cápita más energía no renovable, a tal grado que hemos invertido las cifras sin lograr mejorar nuestra calidad de vida.

Se cree que con más energía no renovable se logrará más calidad de vida pero ha sido todo lo contrario; de hecho, siempre ha sobrado energía pero se han dedicado (como ahora) a hacer estupideces que no eran (ni son) útiles; ejemplos de ello son: pirámides, castillos, gue-rras, armas, mezquitas, catedrales, conventos, palacios, ciudades mal urbanizadas, recreaciones idiotas como coliseos, estadios, etc., que no solamente demandan energía en hacerlo sino, al usarlo y cuidarlo, de-mandan más energía.

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La calidad de vida se logra con un cambio de hábitos en una actitud y conducta en armonía con la Naturaleza, con tecnología apropiada, higiene y estudios adecuados para prevenir errores y abusos. Con estas actitudes se optimiza la energía renovable que es más que suficiente para la vida del ser humano. Y dentro de las renovables hay una energía suma-mente eficiente pero muy menospreciada: la energía metabólica. Desgra-ciadamente, en nuestras sociedades de consumo la utilizamos cada vez menos, pues nos parece indigno trabajar con nuestra fuerza muscular.

Existe cada vez más la tendencia a trabajar con la mente y no con el cuerpo. No vemos mal hacer ejercicio para gastar energía y evitar que el cuerpo se deforme o atrofie, pero sí vemos mal hacer trabajos productivos con nuestra energía metabólica como construir, reparar o limpiar nuestras casas. De hecho, en la mentalidad dominante el usar la energía metabólica es sinónimo de pobreza pero desde mi punto de vista: el estado de riqueza o pobreza de naciones o personas es, en su mayor parte, mental (una racionalización más) ya que se es pobre o rico ante quién o ante qué. De muy poco sirve lamentarse de la contami-nación o deterioro del planeta si no actuamos para restaurar su salud o por lo menos tratamos de cambiar nuestra forma de consumo de ener-gía. Ello implica también, por supuesto, no avergonzarnos de utilizar nuestra propia energía metabólica en actividades productivas.

En los foros, conferencias y exposiciones que tratan lo concerniente a la energía, el de la energía metabólica es casi un tema olvidado o, de pla-no, excluido. De ahí mi interés por analizarla, dándole al trabajo físico la importancia que realmente tiene, y también la que se le debería recono-cer, siempre en armonía con el trabajo intelectual y como una forma muy eficiente y significativa de disminuir el deterioro ambiental y el social.

No es mi intención tratar aquí los aspectos técnicos de la energía pues ya existen muchos y muy buenos estudios sobre el tema, sino ana-lizar el costo ambiental de utilizar inadecuadamente la energía y las consecuencias de seguir transformándola de manera tan ineficiente y dañina. En este estudio doy por hecho que quienes propugnamos por

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la energía renovable la entendemos como una energía limpia y como la única que debería usar el ser humano, en tanto que estamos conscientes de que las demás formas, producidas a partir de fuentes no renovables, están contaminando y destruyendo la biósfera de nuestro planeta, di-recta o indirectamente. Para que la transformación de la energía pueda beneficiar a las sociedades sin dañar al entorno natural es preciso hacer ciertos cambios en nuestra forma de vida, ya que la energía renovable no puede satisfacer la demanda derrochadora y consumista de energía de nuestras actuales sociedades, al menos de las que se precian de “de-sarrolladas” y que las demás aspiran a emular.

Deseo aclarar que la demanda de energía no se debe estrictamente a los poco más de 7 mil millones de humanos que, como tales, habitamos la Tierra, sino al productivismo económico que cada vez exige más pro-ductos innecesarios (o necesarios) sólo para mantener la actividad econó-mica artificial actual. Este círculo vicioso demanda cada vez más energía, depreda los recursos naturales y contamina cada vez más nuestro planeta.

La contaminación y deterioro ambiental son, de hecho, la respuesta de la propia Naturaleza ante los abusos de los actos humanos. Si no re-capacitamos a tiempo, el deterioro ambiental será irreversible y ya no habrá una vida sana para nuestros descendientes. Está comprobado que la gravedad de la contaminación y deterioro ambiental no es exponen-cial al grado de “desarrollo” o “progreso” supuestamente humano, pero hemos confundido esos conceptos (desarrollo y progreso) con poder adquisitivo, alta tecnología e industrialización.

¿Cómo decir que un país es desarrollado si no sabe (y no le interesa saber) qué está pasando a causa de su “progreso”? O bien, ¿qué decir de un país que sí sabe el deterioro que causa al medio ambiente y no le importa ser una nación deshonesta o éticamente irresponsable con su futuro y con el del planeta entero? Por lo anterior, es fácil concluir que no hay un solo país auténtica y plenamente desarrollado, porque el verdadero desarrollo de una nación no sólo debe estar basado en su tecnología, ni siquiera en sus conocimientos, debe estar basado en una

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actitud ética y en una conducta responsable con el medio que nos sos-tiene: con la Naturaleza.

¿Cómo es posible hablar de países desarrollados si deben inventar barcos especializados para tirar residuos tóxicos o radioactivos al mar, o incineradores flotantes en aguas no territoriales para destruir des-perdicios peligrosos, con sistemas que demandan cada vez más energía, por no querer tenerlo en tierra debido al riesgo y la contaminación que causa en su territorio?

¿Cómo es posible hablar de países desarrollados si, por su ansia de ser poderosos, con su fabricación de armas (que al hacerlas, usarlas o destruirlas son inhumanas y contaminantes), demuestran una total de-bilidad y falta de respeto hacia los seres humanos y hacia la Naturaleza?

¿A cuánta gente se involucra en guerras para asesinar legalmente y para el bien de quién? Lo que se gasta en armamento es, junto a lo que genera el transporte automotor y las industrias consumistas, lo que más demanda energía, energía que podríamos aprovechar en restaurar el medio ambiente de nuestro planeta para el bien común.

¿Cómo es posible hablar de países desarrollados si para mantener una productividad económica tienen que inventar cosas cuya vida útil es muy corta (productos desechables o no retornables) para luego, con más energía, tratar de ocultarlas en entierros, barrancas, mares, lagos y ríos, provocando con esta acción envenenar nuestro aire, tierra y agua?

¿Cómo es posible hablar de países desarrollados que por su actitud y conducta demandan cada vez más energía sin hacerle entender a la gen-te común y corriente que toda transferencia, conversión o intercambio de energía no renovable tiene un costo y un deterioro ambiental?

¿Por qué nos comportamos así, desechando tanto? La verdadera cau-sa es la ley del menor esfuerzo que todos buscamos y que sólo se justifica-ría si fuera para que nuestro cuerpo descansara después de un trabajo honesto en el que utilizamos nuestra energía metabólica; pero estamos abusando porque ahora hacemos todo lo posible para pensar cómo no usar el cuerpo. Este círculo vicioso de una eficiencia aparente se basa en

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el máximo control con el menor esfuerzo físico y el mayor consumo energético para tener aparentemente más y más pero, ¿a qué costo?

A diario corroboramos la ignorancia y escasa ética de los gobernan-tes (quienes aprovechan la falta de sentido común y educación de su pueblo, a través de una sofisticada publicidad), los cuales, en lugar de llegar a sus puestos con vocación de servir y de mostrar cómo corregir sus mutuas conductas erróneas para disuadir el consumismo irrespon-sable de energía y otros recursos, al tiempo que den alternativas, llegan y se aprovechan de su poder político.

Los gobernantes deberían interactuar con los gobernados para que sus programas de trabajo, mutuamente acordados, reflejen las nuevas necesidades de evaluación en términos de energía. Deben ayudar a que el pueblo aprenda lo que ellos van aprendiendo en la práctica, a fin de que las costumbres equivocadas que ellos han adquirido durante varias generaciones en un período de abundancia de energía sean corregidas de acuerdo con esta nueva realidad. Esta es la oportunidad para los nue-vos políticos de ayudar a los que tienen dificultad en aprenderlo, pero también es una oportunidad para los elegidos por la voluntad popular, de aprender junto con los votantes y así fortalecer su posición.

Los miembros de los gobiernos que decretan absurdos costos ener-géticos en nombre de la protección del ambiente (tales como torres de enfriamiento, control de emisión en los coches de las regiones rurales y tratamiento terciario en las aguas residuales) deben adquirir una mejor visión de las relaciones simbióticas entre la humanidad y la Naturaleza. Algunos mecanismos no son necesarios debido a que el calor y los resi-duos son admitidos como un recurso por la biósfera, siempre que no se encuentren demasiados concentrados; el problema básico es el de en-contrarse con densidades muy altas. Se deben ajustar los criterios para la supervivencia en un mundo en donde la economía compite por la ener-gía: se deberá planear la reducción de las densidades de actividad urbana.

¿Dónde está la ética de los gobernados, para educarse por sí mismos y no esperar a ser educados, para alcanzar una vida con calidad y dig-

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nidad? El ciudadano debe preguntarse qué gobierno puede hacer más efectivas sus promesas en términos de energía y ello debe incluir sus costes energéticos. Los ciudadanos no deben seguir aceptando sólo el dinero como criterio de valor, no deben dejar los problemas energé-ticos únicamente en manos de los especialistas, que no se preocupan de cuáles son los efectos de la energía sobre la economía y el ambiente como un todo.

Los ciudadanos que piensan que la energía es simplemente una co-modidad, distinta de la materia, la información, el arte y el espíritu humano, deben aprender que todo tiene (y representa) un compo-nente energético. Aquello más intangible, en ocasiones, es lo que más cuesta energéticamente y cuanto más intangible es un valor, mayor es el valor energético que se pierde cuando se deteriora o malgasta. Aquellos que piensan que los determinantes energéticos son una vaga teoría no probada, deberían ahondar más, aprender y observar.

Cada día podemos leer en los periódicos sobre los efectos de los cambios climáticos y observar cómo se manifiestan las predicciones me-teorológicas de mediano plazo. Los países que se creen “desarrollados” quieren vivir mejor controlando a otros países, por supuesto, al ser los humanos cada vez más controladores tendremos que aceptar cada vez más industrialización, más urbanización y, como consecuencia, más con-taminación, pérdida de recursos naturales y deterioro ambiental, lo cual da por resultado más pérdida de otros recursos naturales como la salud y la calidad de vida.

¿Cómo salir de esta espiral sin fin que nos está llevando hacia una destrucción total? Pues es muy sencillo: sentirnos otra vez personas creadas por Dios en un mundo natural y asumir que cualquier descono-cimiento o contradicción entre Dios, las personas y la Naturaleza trae-rá consecuencias terribles. No se crea que éste es necesariamente un planteamiento de alguna religión: no. Diríamos que aquí estamos en-tendiendo a Dios como la armonía o el orden del Universo, que sólo tal orden natural y armónico pudiera haber realizado la creación de todo

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lo que conocemos. No podemos dejar de pensar que la Naturaleza, el medio ambiente y nuestro propio cuerpo tienen una razón de existir.

¿Y cuál es ese fin del Creador al habernos hecho un cuerpo natural en el mundo viviente dentro de un universo vivo? Estamos aquí para gozar con la Naturaleza dejando el mundo mejor que lo encontramos, cuando por equivocación o abuso lo deterioramos. Con ello podremos sentirnos necesarios, útiles, y en ese sentir ser felices porque continua-mos nuestra vida y la de nuestros descendientes.

¿Cómo se logra esto? Si comprendemos que estamos hechos de men-te, cuerpo y espíritu vamos a trabajar en armonía y no como en estos tiempos que solamente queremos usar la energía de nuestra mente y no la del cuerpo. Porque el humano cree perder dignidad al usar su cuer-po en el trabajo productivo para que no se le deforme o anquilose su cuerpo, mismo que casi no ha evolucionado en 50 mil años; debe usarlo ejercitándose como recreación o pagar las consecuencias, cosa que no es mala si a la sociedad entera se le mejorara su calidad de vida, pero ha resultado todo lo contrario.

Desde la escuela nos dicen: “Si no estudias te vas a convertir en un barrendero, un albañil o un campesino”, es decir, en un noble trabaja-dor con su cuerpo. Están consciente e inconscientemente denigrando la esencia del ser humano en relación con el trabajo, ¿dónde está la inteligencia y la ética de los académicos, investigadores, intelectuales y “educadores” de no hacer las cosas sencillas y prácticas para poder te-ner más tiempo en producir o restaurar y menos tiempo en pretender controlar, destruyendo la Naturaleza? Así, el estudiante objetivo puede que adopte un punto de vista más crítico y se cuestione la educación recibida en cuanto a los derechos del individuo preguntándose si usa la energía de alguna actividad de forma racional, es decir, si su energía empleada es efectiva.

El profesor responsable debe dar a las leyes energéticas una impor-tancia primordial a todos los niveles de la enseñanza: las leyes energé-ticas son los principios rectores materiales del mundo. En cada campo,

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en cada actividad y en cada lección, la efectividad energética debería ser tenida en cuenta. El estudio de la energía no debe dejarse sólo para cursos especializados de física y química, sino que debería impregnar toda la educación desde el jardín de infancia hasta la escuela superior. Son necesarios cursos específicos en energía impartidos en todos los niveles. Los académicos universitarios deben preguntarse si sus planes de estudio contienen aquellos procesos reales de adecuación con la naturaleza o si, por el contrario, simplemente mantienen el statu quo.

En el futuro, los recursos existentes para mantener la enseñanza serán escasos dado que deberemos ser capaces de ser más eficientes utilizan-do menos información innecesaria: ahora es el momento de hacer una elección drástica. El administrador debe decidir aquello que es esen-cial y cómo puede retenerse a menos costo en términos energéticos.

No dudo que la mayoría de los humanos, al usar su mente para con-trolar y no su cuerpo en armonía con su mente para producir, ten-gan dignidad, pero si todos fuésemos controladores ¿quién restaurará y quién producirá? En el mundo ya se rompió el equilibrio entre el que produce con el que controla, cada vez hay más personas queriendo con-trolar y cada vez menos queriendo producir. Esto es muy grave porque para que sobrevivan 7 mil millones de seres, donde todos quieren con-trolar, es necesario hacer cada vez más industrias para producir lo que nosotros ya justamente no queremos hacer: usar nuestra fuerza física en el trabajo.

Este caso no se acelera porque es lógico y deseable: que la sirvienta al ver la manera en que su patrona vive, quiera ser patrona, y si no lo logra le dirá a su hija: “Estudia para que no seas como yo”. Por supuesto, el obrero y el campesino harán lo mismo: mandarán a sus hijos a la escuela a prepararlos “para que no sean como ellos” y ¿qué estudiarían esos jó-venes?, cualquier cosa menos para sirvientes, campesinos u obreros. Van a estudiar carreras controladoras y no realmente productivas. Por esto vemos el abandono del campo: la mitad de la tierra cultivable está aban-donada y la otra mitad sobre explotada (mecánica y bioquímicamente).

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A pesar de las escuelas que se han introducido en el campo, no han servido mucho para subir la calidad de vida, sino llevar conocimientos que no necesitan a través de profesores que no son del campo o que, siéndolo, reniegan de ello. Los conocimientos que tenía el campesino, heredados de sus padres y abuelos, ya no se les heredarán a sus hijos porque creen en lo que las escuelas les están dando o, peor, porque creen que no sirven para el mundo “moderno”.

¿Vale la pena que evaluemos de qué sirve tanto conocimiento ad-quirido si no mejoran realmente la calidad de vida? Estamos haciendo cada vez más profesionales, especialistas, “sabios” (aunque sabios apa-rentemente porque son memorizadores) que justifican con sus conoci-mientos adquiridos y que suelen no ser prácticos: su direccionalidad es consumir más en lugar de producir. Y todo porque no hemos querido entender que si tenemos una energía metabólica (la única que en última instancia no contamina), es para usarla en el trabajo y sentirnos felices, “realizados”, en armonía con la naturaleza y con nosotros mismos al sabernos útiles y capaces “porque servimos”.

Esta motivación nefasta de ser cada vez más controladores es una de las principales razones por las cuales la gente se vuelve urbana. Pero hay que saber que la mayoría de humanos en la gran ciudad no produce riqueza sino trabaja para controlar, consumir o intercambiar servicios y si sobrevivimos así se entiende que es de lo ahorrado (o lo acumulado por la Naturaleza y nuestros antepasados).

¿Qué es lo ahorrado? Nuestros recursos naturales que desaparecen en el consumo innecesario y en el deterioro del ambiente; consumo de productos y materiales que ni siquiera hemos aprendido a reutilizar y reciclar. Sólo en México se pierden 500 mil toneladas diarias de recur-sos que jamás vuelven a la tierra y eso representa el 1% de lo que pierde el planeta (por cada kilo que hagamos de basura la industria transfor-madora produce otro y la industria extractiva produce otro más, para transformar tres kilos de producto y luego basura se queman dos kilos de energía fósil). Al vivir una productividad sólo económica y no una

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natural o humana, ya no podemos, ni queremos, ni tenemos el tiempo de renovarla para reconstruirla o, al menos, conservarla.

¿Qué es productividad económica y productividad natural o humana? Con un ejemplo sencillo trataré de explicarlo: si un hombre vive de cortar un árbol, tiene la obligación de sembrar y cuidar dos y así no se acabaría este recurso renovable que es el bosque, pudiendo vivir correctamente toda su vida, pero si ese hombre piensa que “Si en el tiempo de sembrar y cui-dar dos, puedo cortar dos más, entonces vendo tres y gano más”, ya no le importa el futuro de la humanidad sino sólo su presente; de hecho, este hombre ahora tiene que controlar al que produce; ahora pactamos en las grandes ciudades lo que no es pactable (como salarios y costos en los pro-ductos con leyes y más leyes) sin tomar en cuenta los costos ambientales.

Los economistas deben aprender cómo funcionan las fuentes de energía, ellos llaman a estas fuentes “externas” y a menudo no son cons-cientes de que sus flujos controlan la economía, por lo que no pueden ser ignoradas. Ellos han recomendado estimular el crecimiento por me-dio del dinero, sin embargo, esto sólo funciona cuando hay gran canti-dad de recursos energéticos sin utilizar.

La producción disminuye al igual que la energía disponible, por lo que el hacer circular el dinero tendrá muy poco efecto: los economistas deben aprender que las leyes energéticas son lo primero. Aquellos que sostienen que el aumentar los precios acabará con cualquier escasez en el suministro, deben aprender que cuando el costo del procesado de los recursos energéticos aumenta, un gran porcentaje del esfuerzo eco-nómico total debe ser utilizado en este proceso. Como resultado hay menos energía disponible para otros usos y hay un descenso general de todo lo que podemos hacer. Cuando el costo de encontrar y procesar nuevas fuentes de energía aumenta, el nivel de vida y la energía utili-zada en beneficio de cada persona disminuyen; en última instancia, los precios están determinados por la energía.

Los directores de empresas y de la banca deben reconocer que el ca-pitalismo a gran escala, en el que el dinero siempre es capaz de generar

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más dinero, sólo existe cuando la energía está en expansión y desapare-ce cuando se llega a un estado de equilibrio. El capitalismo continuará temporalmente en unos pocos países, pero no en aquellos en los que disminuyen las fuentes de energía. Préstamos, bancos, stock, hipotecas, etc., todo ello disminuirá. Mucha gente que está involucrada en estas actividades deberá cambiarlas por otras: la identificación del capitalis-mo con la cultura occidental disminuirá.

Este razonamiento nos hace entender que debemos cumplir con nuestras obligaciones de recuperar y conservar nuestros recursos na-turales aunque tengamos menos cosas materiales. Debemos regresar a lo que abandonamos, el campo, la Naturaleza y la convivencia con ésta, ello si queremos desindustrializarnos para poder usar otra vez nuestra energía metabólica en armonía con nuestra mente y así transformar los recursos naturales en algo útil para el hombre y, en suma, ser genera-dores de energía.

Si los humanos activos (de 15 a 60 años de edad) usaran su cuerpo solamente tres horas al día (en armonía con su mente) para trasformar y renovar un recurso natural en algo útil para la sociedad, podríamos reducir hasta un 80% la industria, la cual hoy trabaja para resolver problemas de concentraciones humanas con pérdidas de áreas verdes, recursos, especies y vida. ¿Dónde está la ética de los planeadores urba-nos al construir obra civil sin áreas verdes o crecer a costa de destruir la Naturaleza? El promotor urbanístico debe ver que el actual valor de la tierra (en términos de explotación urbana y proximidad de atraccio-nes turísticas) dará paso a una revalorización de las tierras rurales. El valor de las tierras usadas en agricultura basada en la energía solar, en bosques y en turismo de baja energía: aumentará. Las tierras se nece-sitarán para usos de trabajo intensivo.

El mayor problema urbano será planificar el mejor uso de los edifi-cios existentes en el centro de las ciudades para situar en ellos una pe-queña cantidad de negocios sin una renovación urbana energéticamente costosa. Las ciudades deberán ser reestructuradas en pequeños centros,

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con el centro de las ciudades de nuevo albergando gente pero con una densidad menor.

Los arquitectos que se consideren artistas deben dejar de realizar fan-tasías que no se ajustan para nada a las funciones energéticas. Los planes para un mejor uso de los edificios antiguos se convertirán en los más im-portantes: la reparación sustituirá al mero reemplazamiento. La planifica-ción de edificios con paisajes tendrá que usar bastante espacio natural de modo que el reemplazamiento de partes no ha de suponer la renovación de distritos enteros. La zonificación debe descartarse, por lo que en un estado estable, la diversidad puede reemplazar a la homogeneidad de los distritos de “crecimiento y muerte”. El aire acondicionado generalmente será descartado.

Los miembros de los sindicatos perderán su capacidad de aumentar indefinidamente los sueldos cuando lo que se requerirá será recortar las percepciones arbitrarias de cada uno, incluidas, por supuesto, las ga-nancias del capital. Les queda a los sindicatos un gran papel en ayudar a los individuos a adaptarse al nuevo sistema. El desempleado necesitará ayuda y asistencia para obtener un nuevo trabajo. En aquellos trabajos de baja energía, tal como la agricultura, habrá menos necesidad de ma-quinaria y por tanto mayor necesidad de mano de obra.

Puede pensarse que estoy en una posición anti-industrial o anti-tec-nológica pero no es así: la industria con buena tecnología puede subir la calidad de vida humana, entendiendo como buena tecnología todo aque-llo que transforma las materias primas en algo útil sin provocar conta-minación con su desperdicio y cuando el producto ya no sirve se pueda disponer de él mediante el reciclaje. El industrial no puede limitarse únicamente a fabricar o transformar sin hacerse estas preguntas:

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1. ¿Qué pasa con la materia prima que compro? ¿De dónde viene? ¿Qué sucede cuando se obtiene? ¿Se está renovando?

2. ¿Qué pasa durante el proceso de transformación? ¿Qué desperdi-cios produce, hacia dónde van, qué problemas ocasionan?

3. ¿Qué pasa con mi producto a la hora de venderlo? ¿Resolví un problema? ¿Proporcioné un beneficio? Cuando ya no sirve, ¿se puede reparar o reciclar? Si no se puede reciclar, ¿en qué lo puedo transformar?

4. Mi trabajador, al transformar el producto, ¿mejora su poder ad-quisitivo tanto o más que la sociedad controladora demandante de su energía metabólica transformadora de recursos?

La ética de los industriales no termina en la transformación del pro-ducto si no toman en cuenta las respuestas a estas interrogantes. ¿Acaso no es más desarrollado un país que vive en armonía con su medio am-biente que un país que debe industrializarse para resolver problemas de su abuso humano?

Mahatma Gandhi dejó el traje inglés para trabajar con su cuerpo y dar ejemplo, pero no pudo prescindir de los lentes. Los lentes, como muchas otras cosas inventadas o investigadas por el ser humano, han elevado la calidad de vida, pero el exceso o abuso de industrias genera-doras por la ley del menor esfuerzo hoy nos está asfixiando.

En pequeña escala, la industria, sustituida mucha de ella por la acti-vidad del ser humano y la Naturaleza con su capacidad de restauración, resolvería el daño industrial. Es como la droga, en poca dosis puede ser una medicina pero, en exceso, hace estúpida a la gente, la hace depen-diente, la degrada y destruye. Los ingenieros deben utilizar sus técnicas para medir y evaluar los sistemas energéticos a mayor escala, conside-rando la relación hombre-Naturaleza e incluyendo en sus cálculos a la

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economía humana. Los ingenieros deberían darse cuenta que la mayor parte de los avances tecnológicos llevados a cabo durante el siglo pasa-do llevan consigo la utilización de formas ocultas, indirectas y adicio-nales de energía.

Dado que tales formas de energía disminuyen, algunos avances tec-nológicos desaparecerán. Aquello que suponía una ventaja se vuelve ruinoso y debe ser descartado, la eficiencia debe calcularse como la re-lación entre la energía que sale y todas las energías que han entrado, incluyendo los valores energéticos finales de los bienes y de los servi-cios comprados. Los ingenieros deben reconocer que la energía tiene diferentes calidades. Diferentes clases de energía deben convertirse a una base común, con factores de calidad que indiquen su valor real en el mantenimiento de la economía y de la naturaleza. Para realizar este cambio de actitud tenemos que hacer pequeños y muchos desarro-llos urbanos con áreas verdes para demandar menos industrias y me-nos energía no renovable, sustituyéndola por energía renovable. Habrá mucha gente que por los intereses creados no logre vivir en nuevos tipos de desarrollo pero sí puede preparar a sus hijos para ello, con el ejemplo: la gente rica que todavía tiene dinero sobrante para empezar nuevas industrias debe mostrar el camino.

Deberían dejar de apoyar el mero crecimiento, dejar de servir al pla-cer individual y darse cuenta de que su dinero es muy, muy temporal. Deberían utilizarlo para planificar un estado de equilibrio: en un siste-ma en el que la energía disminuye, el dinero no produce dinero, sólo inflaciona. El rico debería prepararse a cerrar la brecha con la clase me-dia, los pobres y los campesinos. Los agricultores deben reconocer que la energía subsidiada disponible para la agricultura está disminuyendo, retrocediendo hasta dos siglos.

Se necesitará más tierra, más trabajo y más gente deberá volver a las granjas en lugar de ir a las ciudades: la “agricultura-negocio” será reemplazada por la “agricultura-humanidad”. El uso de los controles naturales de los ecosistemas, tales como el control de los insectos por

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pájaros, aumentará; la rotación de los cultivos y los abonos orgánicos reemplazará a la utilización de sustancias químicas y maquinaria. El desempleo en las empresas de lujo y de crecimiento hará que la gente vuelva a la agricultura, por ende, es necesaria una buena planificación para esta transición.

Los productos agrícolas se deberán vender en un área pequeña. Ha-brá menos intercambio internacional, menos transporte innecesario y una especialización regional con una mayor diversidad a pequeña es-cala, en lugar de diversidad a mayor escala. Los agentes de extensión local, que han olvidado cómo se cultiva sin venenos pesticidas, deberán ir a la escuela tan pronto como las escuelas de agricultura pongan en sus planes de estudio cursos de agricultura de baja energía.

Para realizar esto es necesario cambiar nuestro sistema de enseñanza, que hasta la fecha tiene gran culpa, ya que está “educando” a los hom-bres para vivir en ciudades y no en el campo, obligándolos a una mejor productividad económica y no humana; los enseñan a amar más la obra humana que la de la creación, pues se gana más con las carreras contro-ladoras que con las productoras: prefieren más salones que áreas verdes, invernaderos, talleres de arte y oficios. Para lograr los cambios a esta escala se requerirá el esfuerzo de un gran número de personas, mientras tanto, nuestra tarea inmediata es hacer todo lo que esté en nuestras ma-nos para poner fin a la “cultura actual”, si se le puede llamar así, la cual es una destructora de la vida.

¿Quién va a hacer todos estos cambios? Si ello requiere autoridad pero no en la que están pensando sino autoridad gobierno. Los gobiernos en el mundo, por lo general, han demostrado ser incapaces para lograrlo pues los intereses económicos no lo permiten. Todos esperamos la norma o el reglamento cuando sabemos que contaminamos y ¿acaso la norma y el reglamento no se deforman por los intereses económicos?

No, querido amigo, la autoridad eres tú y sólo tú podrás hacer el cambio, no conformándote sino estudiando qué pasa con lo que haces. La auto-ridad está en ti, con tu ejemplo, con tu esfuerzo, empezando a trabajar

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en ser sirviente para ti y luego para los demás y no como en estos días donde todo deseamos controlar para tener sirvientes, hasta el deporte y la religión. No te debes preocupar tanto por si a este mundo se lo están acabando con la contaminación, pérdida de recursos naturales e indus-trialización: preocúpate por lo que puedas hacer en el presente, aquí y ahora, pues el presente es lo que vives y en él, con tu actitud, puedes ser el pro-tagonista de una destrucción total o de una prolongación de la vida. Tú puedes decidir si habrá o no futuro pues así como tienes la capacidad de destruir la tienes para construir, embellecer, proteger e incluso renovar los recursos vivos de la Tierra... tienes la capacidad de amar.

A través de nuestra forma de vida cotidiana debemos tomar la deter-minación de si vamos a dejar un planeta devastado a nuestros descen-dientes o uno que sea un hogar digno para toda criatura viviente. No nos equivoquemos: si continuamos con nuestra forma de vida actual, ésta tendrá consecuencias terribles para toda la naturaleza, incluyendo a nuestros descendientes.

El tiempo presente, las pocas décadas en que nos ha tocado en suerte vivir, es el tiempo más crucial para la vida de toda la historia del plane-ta. La suerte o el destino de todas las formas de vida están en nuestras manos, de hecho hemos de decidir si habrá o no futuro, al menos, uno que valga la pena vivir. Ésta debe ser la consideración que dé contenido a nuestro punto de vista y que sirva de base para determinar nuestras acciones. “Cambia tú y cambiará el mundo”, no esperes que el mundo cambie para que tú lo hagas porque será demasiado tarde. Ojalá, esti-mado lector, elijas cambiar por convencimiento y no por padecimiento.

Capítulo 3

Basura: problemas y soluciones

Rico no es quien posee más cosas, sino el que sabe vivir con lo indispensable, conviviendo con la Naturaleza y logrando su libertad, dejando la esclavitud al dinero (que vuelve insaciable al ser humano), provocando la contamina-ción en su estado de ánimo y en su cuerpo.

Este ensayo está dedicado a los que recogen basura, pues con su trascendental contribución (lo que otros no hacen) dan parcial-mente solución al complejo problema de la basura. Al entregar a estos servidores públicos los residuos limpios y separados hacemos de su trabajo una labor más digna, con mejores perspectivas en materia de salud y sanidad, al tiempo que evitamos la contamina-ción de la cual somos víctimas todos los ciudadanos.

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Debido al enorme placer que experimento al admirar a la Naturaleza y al convivir con ella, fue que me percaté de la creciente cantidad de basura que nos amenaza. Hace aproximadamente 20 años me confor-maba con ser una de las abundantes personas que se quejan, criticaba a la gente por sus acciones y al gobierno por no poner un remedio a la situación. Lo fui hasta que me atreví a plantearme esta pregunta, “¿Por qué no procuro ser parte de la solución?”; es así como me aboqué a analizar esta problemática, tanto en mi país como en otros.

¿Qué pasa con la basura?, ¿qué solución se le da? Después de ocho años de investigación me di cuenta que las soluciones que se están apli-can no son las adecuadas pues se limitan a pasar el problema de un lado a otro, por desgracia, esto es cada vez más grave y sucede a mayor esca-la. Hemos llegado a tal grado que ya existen barcos especializados para arrojar basura al mar sin que ningún gobierno lo controle; por ello, en mi opinión, la única solución para el problema de la generación de ba-sura es la prevención, es decir, la solución es no generar basura.

Antes de compartir con otros mis conclusiones, decidí comprobar por mí mismo, en la práctica, que una familia puede evitar hacer ba-sura. Escogí, obviamente, mi hogar como centro de experimentación de estas ideas, y me complace decir que llevamos 30 años sin generar basura. De nuestra casa salen residuos limpios, útiles para que otros se beneficien, hoy sabemos que con ello contribuimos a mejorar la higiene del hogar y ayudamos gratamente a preservar un ambiente sin contaminación.

Es una tristeza que las instituciones responsables de cuidar el ambien-te, como la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (se-marnat), el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (inecc), la Secretaría de Salud (ss) y la Secretaría del Trabajo y Prevención Social

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(stps), no le hayan dado la importancia que tiene para la sociedad el resolver los problemas que causa la generación, transportación y confi-namiento de la basura.

En la nueva consulta para actualizar la Ley General del Equilibrio Eco-lógico y Producción al Ambiente, ni siquiera tomaron en cuenta las ini-ciativas que se recomendaron, sin embargo, las personas, que son las que producen la basura y padecen por ella, no pueden estar pasivas esperando cuándo se decidirá a actuar la autoridad: debemos recapacitar que somos quienes nos tenemos que educar para evitar los problemas; en atención a lo anterior, me di a la tarea de elaborar el manual que comparto en líneas subsecuentes, esperando que nos ayude a tener la calidad de vida que ne-cesitamos y merecemos.

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problemas

¿Por qué la generación de basura es un problema para la sociedad?

1. Porque perdemos recursos naturales. Hay que tomar en cuenta que todo producto, envase o empaque que se pueda llegar a convertir en basura, es un recurso que jamás volveremos a tener en la Tierra. México pierde 500 mil toneladas diarias de recursos naturales.

2. La transformación de recurso a producto y después a basura: demanda y consume mucha energía. Las personas creen que la energía es gratis pero tiene un costo de esfuerzo humano para transformar un re-curso en energía y un costo de esfuerzo para restaurar el daño que ocasionó dicha transformación: hasta la fecha no se restaura ni toma en cuenta el costo ambiental. Está comprobado que trans-formamos más energía de la que realmente necesitamos: para vi-vir con calidad será mayor el grado de contaminación.

3. Demanda industrialización. No hay en el mundo industria que, direc-ta o indirectamente, no contamine. Se cree que un país industriali-zado es un país desarrollado, sin embargo, el verdadero desarrollo de un pueblo no está en el grado de industrialización que tenga sino en las actitudes o conductas (cultura) que le permitan tener rela-ciones duraderas con su entorno, lo cual pueden lograr todos los pueblos, es cuestión de voluntad. Por ejemplo, ¿el país que tiene más camiones recolectores de basura (porque su gente hace basu-ra) es más desarrollado que el país que no necesita fabricarlos ni inventarlos porque su pueblo aprendió a no hacer basura, a consu-mir lo adecuado o a reutilizar las cosas o reciclarlas?

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4. Provoca enfermedades muy graves.

5. Afecta la economía de una nación. No puede haber una nación desa-rrollada con una sociedad de desperdicio de recursos humanos, financieros y naturales.

6. Afecta la imagen de un país y de sus gobernados. Se piensa (y con ra-zón) en un pueblo mal educado o subdesarrollado.

7. Ahuyenta el turismo.

8. Atenta contra la naturaleza y la vida misma. Permite que otras per-sonas y las generaciones futuras lo hagan: en México existen más de 50 mil tiraderos de basura visibles en calles, terrenos baldíos o carreteras.

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la prodUCCión de basUra

En nuestro país una familia urbana, en promedio compuesta por cin-co personas, produce un metro cúbico de basura mensualmente pero sabemos que una familia que compra lo adecuado para vivir produce menos basura. Es tan grande la producción de basura de la Cuenca de México (mal llamada “Valle”), que aproximadamente se generan 3 mi-llones de m3 al mes; en la República Mexicana se producen 10 millones de m3 y en el mundo mil millones de m3.

Para mostrar esta idea en forma más gráfica y concreta, diremos que sólo el Estadio Azteca desplaza un millón de m3 de basura, esto quie-re decir que solamente en la zona conurbada de la Ciudad de México tendríamos que excavar tres cráteres de la capacidad del Estadio Azteca cada mes para poder enterrar la cantidad de basura que producimos. No existen ni habrán los suficientes recursos económicos y humanos para efectuar esto y, si los hubiera, serían un gran desperdicio económico y humano; por otra parte, y como veremos más adelante, los entierros no dan resultado, no sirven. Por eso es que existen tantos “tiraderos” a cie-lo abierto: ya sea en calles, terrenos baldíos, alcantarillados, barrancas, cañadas, ríos, lagos, mares, parques recreativos, parques naturales, etc.

Lo cierto es que estamos acabando con los recursos, los únicos dis-ponibles, y también es un hecho que vivimos inadecuadamente, sopor-tando la contaminación originada por la basura y con esto aceleramos el proceso de autodestrucción dado que: el ser humano ha producido más basura de 1960 hasta la fecha que en todos los años anteriores de su historia de vida.

La producción de basura no es proporcional a la cantidad de seres humanos en la Tierra, la basura es consecuencia de un desarrollo equi-vocado, basado en una productividad de tipo económico y no humano

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que fomenta la acumulación de cosas materiales y el realizar menos es-fuerzo físico (siguiendo la ley del menor esfuerzo), con ello se desapro-vecha la energía metabólica que forma parte de nuestro estado natural y, al no utilizar esta energía para realizar nuestras labores, nos hacemos cada vez más dependientes de la materia y la tecnología automatizada, a la vez que perdemos nuestra calidad de vida, nuestro bienestar y los recursos naturales.

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¿por qUé Generamos basUra?

Si la basura ya existiera en sí misma como cosa de nada, es decir como cosa natural, no le quedaría al ser humano más remedio que padecer por la contaminación, pero lo verdadero y triste es que el mismo ser humano es quien la produce debido a su ignorancia, a sus malos hábitos, por flojera e irresponsabilidad.

• Ignorancia: como seres humanos generamos basura porque no es-tamos conscientes de que muchas de nuestras acciones contami-nan, producen enfermedades y la pérdida de recursos naturales. Quizá la persona sepa muchas cosas y de muy diversa índole pero no se puede llamar “educado” a aquel que por ignorancia produce un mal a sí mismo, a la Naturaleza y a la sociedad.

• Malos hábitos: durante años nos han resuelto el problema de la basura, haciéndonos el servicio de recogerla (incluso en nuestro propio domicilio) y, mientras sigan recogiéndola, lo más proba-ble es que sigamos generándola.

• Flojera: al creer que es más fácil y cómodo deshacerse de un re-siduo lo más rápidamente posible (por eso colocamos todo lo que ya no nos sirve en un solo depósito), aparentemente cree-mos que dejamos de hacer un gran esfuerzo pero es necesario que pensemos que todo lo que haga otro ser humano por lo que nosotros dejamos de hacer, a la larga, nos repercute en mayor trabajo y en problemas, como lo vivimos con la basura.

• Irresponsabilidad: se mantienen sistemas equivocados en el ma-nejo de la basura, ello para beneficio de unos cuantos y para el perjuicio de la mayoría. Estas personas irresponsables saben que la basura causa problemas pero no le dan ninguna importancia al daño que provocan al ser humano o al ambiente.

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pepena, inCineraCión y entierro

El propio ser humano, sin recapacitar en las causas de la producción de basura, se ha concretado en investigar por qué contamina, por qué enferma, por qué causa hedor y asco. A partir de estas perspectivas ha ideado sistemas para tratar de desaparecer la basura; en otras palabras, se ha enfocado en atacar los efectos y no las causas. Las soluciones se dan a partir de las causas pues, de lo contrario, las acciones son simples remedios; a continuación veremos tres métodos para tratar de solucio-nar el problema con la generación de basura: pepena, incineración y entierro.

• Pepena: decimos “pepena de basura” porque la clasificación ma-nual o automatizada no ha dado resultados. Se requiere de gran-des equipos, lo cual hace no redituable la selección y no ha hecho posible la clasificación absoluta; sin embargo, sí ha ocasionado problemas de contaminación por la fabricación y operación de los equipos de separación a la hora del procesamiento. Se inventan sistemas de selección únicamente para venderse a los gobiernos, lo cual ocasiona enormes intereses sobre los mismos, a sabiendas que en un período prolongado la comunidad no se beneficia con el producto, el cual es altamente sofisticado y caro. La pregunta es clave, ¿es válido que un ser humano separe la basura de otro porque no existen políticas para imponer a la sociedad de consu-mo la obligación de no generar basura?

• Incineración: mucha gente cree que la basura se quema, mientras que la realidad es que para ello se deben utilizar grandes canti-dades de combustible para fundirla y solamente se lograría alta

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riqueza de combustible si la basura fuera separada (clasificada), pero si los residuos se separan ya no tiene objeto quemarlos puesto que los residuos clasificados tienen un valor en sí pues al volver-los a utilizar (o reciclar) ahorran más energía; en algunos países se ha querido sacar combustible, energía y corriente eléctrica, a partir de la basura, pero son tales los problemas que ello genera que no se han obtenido resultados benéficos y redituables, razón por la que los incineradores de basura se están desechando (o se tratan de vender a los países en vías de desarrollo). Única-mente se recomendaría utilizarlos para los desechos sanitarios en pequeña escala: para ellos no se requieren grandes equipos. El control sanitario es autoquemable, inclusive podría rescatar o generar energía.

• Entierro: el entierro o relleno sanitario no es adecuado, no existe sanidad en ningún entierro o relleno sanitario, lo único que se ha logrado con ello es hacer grandes excavaciones para depositar la basura colocándole tierra encima o aprovechar los huecos y oquedades naturales depositando luego tierra encima de la basu-ra; sin embargo, este método (usado en los países de gran con-sumo, a los que se les llama tecnológicamente desarrollados), no ha dado buenos resultados. Se debe considerar que todo esto requiere cada vez más áreas para nuevos entierros, puesto que en donde hubo un entierro ya no puede efectuarse otro.

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la prevenCión es la solUCión

Aparentemente nos encontramos ante una encrucijada pero si acepta-mos que la basura no tiene solución deducimos que lo único que está en nuestras manos es no producirla. Si nos remitimos a un dicciona-rio, el término basura es: “polvo de la calle o estiércol de establo”. Naturalmente que este concepto hoy en día es obsoleto. Empecemos entonces a definir qué es la basura. Basura es: dos o más residuos que revueltos entre sí provocan contaminación, enfermedades y pérdida de recursos naturales. Esto quiere decir que si los residuos no están revueltos entre sí pueden no ocasionar contaminación, enfermeda-des, hedor o asco y por lo tanto no constituyen basura, entonces ¡la so-lución es más sencilla de lo que pensábamos! Sólo debemos controlar nuestros residuos y no mezclarlos para no generar basura.

La contaminación no viene por los residuos cuando éstos están sepa-rados, limpios y son fáciles de manejar; veamos un ejemplo: un plástico en casa, en el bosque, en la carretera o en la oficina no enferma ni con-tamina, tal vez contaminó, tal vez contaminó y enfermó el proceso de manufacturarlo desde la extracción del petróleo, la refinería, su trans-formación, etc.; lo que afecta, enferma y contamina es la pérdida del control de los residuos cuando se disponen aleatoriamente (sin ningún tipo de control) y cuando los colocamos y mezclamos en un solo sitio. Esto propicia que otras personas aprovechen la circunstancia para colo-car otros residuos, llegando a provocar reacciones tóxicas y venenosas, pues al haber materia orgánica se produce la muerte de los organismos vivos y se empieza a crear contaminación, enfermedad, hedor y asco.

Si la basura se compone de varios residuos, y como residuos no fueron basura, hemos de colocarlos separadamente con objeto de po-der controlarlos y evitar el problema. Por ejemplo: una persona que

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hace jugo de naranja no siente asco al tocar la cáscara del crítico mien-tras hace el jugo, sin embargo, después de media hora de colocar esa cáscara en un bote de basura junto con una caja de galletas vacía, un bote de cerveza, una lata de sardinas y otros residuos, seguramente no se atreverá a meter la mano para sacar la cáscara... y eso que faltan 10 horas para que sea visible su descomposición. Con esto compro-bamos que cuando manejamos los residuos separados y limpios pode-mos controlarlos.

La basura en todo el mundo se compone de los siguientes residuos: papel y cartón, plásticos, metales, materia orgánica, control sanitario, vidrio y varios. Manejar cada uno de estos residuos por separado y or-denarlos limpios, ya sean en una caja, cajón o cajonera de aproximada-mente 30 cm x 40 cm de altura, no representa más esfuerzo en tiempo ni movimientos y, en cambio, produce un enorme beneficio.

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beneFiCios de los residUos

separados y limpios

• Papel y cartón. Por cada tonelada de papel o cartón que una fábrica produce, ello a partir del reciclaje y no de la nitrocelulosa, propicia que no se corten 15 árboles y consume menos energía (hasta un 60% menos), además de ahorrar un 70% de agua en su proceso y también contamina un 60% menos.

• Plástico. El plástico que se consume en una casa es reciclable hasta en un 94% y proporciona los mismos beneficios que el papel y el car-tón; de reciclarse, en su fabricación se ahorra energía en un 60%, también se ahorra agua y no se contamina en la misma proporción que cuando se produce el plástico a partir del petróleo. Debemos recordar que el petróleo es un recurso no renovable.

• Metales. Al reciclarlos, con los mismos beneficios que el papel, car-tón y los plásticos, ahorramos combustible, energía, hasta un 70%. Reducimos la contaminación que de otra forma se inicia desde el procesamiento en la mina, la molienda y el alto horno con sus con-secuentes problemas de transformación.

• Materia orgánica. Al depositarla en un bote o caja podemos hacer composta en casa y también a nivel industrial (alimenticia, restau-rantera, en hoteles, hospitales, etc.). Es el único restaurador de suelo que tenemos: sustituye los abonos químicos que degradan y contaminan nuestros suelos, haciendo que éstos se agoten más al no devolverle a la tierra lo que nos da.

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• Vidrio. Hacer vidrio a partir del mismo vidrio ahorra el proceso desde el mineral, transporte y esfuerzo humano, logrando un aho-rro del 61% de energía.

• Varios. Son los productos de poca producción en casa pero que tam-poco son basura. Éstos no producen contaminación si los sabemos controlar. ¿Qué queremos decir con “varios”? Madera, cuero, hule, trapos, textiles, etc. Separándolos, y en coordinación con los fabri-cantes, cabría la posibilidad de transformarlos otra vez sin ocasio-nar problemas de contaminación. En México no existe una buena norma que impida hacer productos no retornables o desechables, al menos en ella se debería imponer que sean reciclados.

• Sanitario. Es una toalla sanitaria, algodón con sangre, algo que pue-da ser infeccioso o peligroso (medicinas caducas, etc.) así como lo que no se puede reutilizar o reciclar. Esto es lo único que debe ir a un relleno sanitario o bien a un incinerador que cumpla las normas de no contaminación.

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reComendaCiones básiCas

a las aUtoridades mUniCipales

para resolver el problema

de la basUra

Después de haber expuesto los diversos problemas que causa la basura y haber demostrado someramente que los remedios que se han preten-dido dar no son los adecuados, llegamos a la conclusión de que la solu-ción es el no generar basura, circunstancia que hemos experimentado y demostrado con varias familias. Para lograr estos mismos resultados a mayor escala es preciso empezar a tomar ciertas acciones y medidas.

1. Empezar inmediatamente un programa educativo, valiéndonos de los medios tradicionales, utilizar los medios de comunicación ma-siva (televisión, radio y prensa), a través de las escuelas, con el fin de realizar una campaña que fomente la toma de conciencia en la ciudadanía sobre los problemas que la basura causa y la manera de no producirla. Al mismo tiempo de iniciar el problema educativo es preciso establecer un reglamento de aseo público, marcando la obligatoriedad de no generar basura. (En páginas posteriores ane-xo una propuesta de reglamento básico para los municipios.) Pre-venir a la ciudadanía de que ya no se va a recoger basura, sino sola-mente tres tipos de residuos separados: materia orgánica (cuando ésta no se pueda compostear en casa), lo sanitario y lo inorgánico limpio y seco (papel y cartón, plástico, metal, vidrio y varios, los cuales deberán estar separados).

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2. Después de seis meses de iniciación del programa educativo, co-menzar a cobrar por el servicio de recolección de acuerdo al vo-lumen hecho, tal como se cobra el agua (por volumen), la energía eléctrica (consumo), etc. Con esto se reducirán en un 80% los gas-tos de recolección y sus entierros. La materia orgánica se llevará a los sistemas adecuados para compostearse y el control sanitario se canalizará para su incineración o confinamiento en un auténtico relleno sanitario que cumpla las normas ya que es un yerro de la autoridad que a la fecha no los haya en México.

3. El resto de los residuos compuestos de plástico, metal, papel, car-tón, vidrio y varios serán dejados a la responsabilidad de los reco-lectores, comerciantes y productores para que les den la solución, formando empresas particulares o en centros de recepción con políticas específicas de pagos, cobros, ventas y compras, según su criterio particular. Para acelerar el proceso es recomendable dar facilidades con incentivos fiscales a empresas receptoras e indus-triales recicladoras de estos residuos.

4. Facultar y dotar de autoridad a toda persona que tenga la respon-sabilidad a su cargo del bienestar de la sociedad, ello para sancio-nar al que se sorprenda tirando basura con multa y trabajo social de tres días recogiendo basura de los irresponsables que no se pudieron sorprender.

5. No colocar botes de basura en vías públicas, parques y centros recreativos ya que con esto invitamos a hacer más basura. La per-sona que va por una vía pública o se divierte en un centro recrea-cional está dotada físicamente para seguir caminando y transpor-tar sus residuos o desperdicios a casa o empresa para separarlos. No se concibe que una persona que ya demostró poder caminar o llevar en un vehículo un recipiente, canasta o bolsa se le facilita

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depositar en botes de basura, fomentando la desidia, la flojera y la irresponsabilidad. Solamente se deberán colocar botes para los residuos sanitarios en los baños públicos y otros en los comer-cios para depositar los desperdicios de sus productos reciclables que venden, para responsabilizarlos de llevarlos a los centros de acopio.

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reComendaCiones a los indUstriales

Es preciso que entiendan que gran parte del problema de la contami-nación es provocada por nosotros como consecuencia del uso de tecno-logías inadecuadas. Entendemos como tecnología adecuada todo aquello que al transformar un producto en algo útil no provoca contaminación en su proceso ni contaminación en su residuo y que, cuando el pro-ducto ya no sirva, pueda resolverse el problema del residuo mediante el reciclaje. El industrial no puede limitarse únicamente a fabricar o transformar sin hacerse las siguientes preguntas:

• ¿Qué pasa con la materia prima que compro? ¿De dónde viene? ¿Qué sucede cuando se obtiene? ¿Qué pasará si se agota?

• ¿Qué pasa con el producto a la hora de ser transformado? ¿Qué residuos produce? ¿A dónde van esos residuos? ¿Qué problemas ocasionan?

• ¿Qué pasa con mi producto a la hora de venderlo? ¿Resolví el problema? ¿Proporcioné un servicio?

• Cuando ya no sirve, ¿se puede reciclar? Y si no puede reciclarse, ¿cómo y en qué lo puedo transformar?

La responsabilidad de cualquier industrial no termina en la transfor-mación del producto.

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reComendaCiones al ConsUmidor

Primeramente debemos aceptar que todos somos consumidores de todos pero ello no impide que debamos plantearnos las siguientes preguntas:

• ¿De dónde vienen las cosas y qué beneficios nos proporcionan?

• ¿Puedo cambiar hábitos de consumo para no consumir lo que no tiene solución en el reuso y reciclaje?

• ¿Es posible sustituirlas o hacerlas?

• ¿Qué sucede cuando las desperdicias?

• ¿Qué produce cuando ya no sirve?

• ¿Cuánto esfuerzo le dedico al comprarlo, al consumirlo y al des-perdiciarlo?

Quizá en lugar de trabajar para comprarlo valdría la pena trabajar para hacerlo. El ser humano no se ha detenido a meditar sobre esto. No ha cuantificado lo que hacen otras personas por lo que él (o ella) no hace y cree que está resolviendo su problema de trabajo físico. Demos un ejemplo: la mayoría de la gente cree que en el momento en que les recogen la basura ya resolvieron el problema de no hacer un esfuerzo para no generarla, pero seguramente no han analizado ni cuantificado el costo que hace su gobierno, junto con otras personas, para resolver los problemas que causa la basura.

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Los gobiernos no generan riqueza: administran la riqueza. Administran la riqueza que es producto del esfuerzo de los ciudadanos: los ciudadanos pagan con esfuerzo sus impuestos al Estado, por lo tanto, ese trabajo que no realizó el ser humano va a pagarlo por otro lado, con igual o ma-yor esfuerzo: vía impuestos. Al consumir el producto de otras personas debemos ser responsables de lo que éstas hacen: si no resuelven el pro-blema de la contaminación, nosotros debemos hacerlo. Deberíamos ser más autosuficientes para tener el control de nuestros actos, poniendo un poco más de esfuerzo físico para logar nuestro bienestar.

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reComendaCiones a los Gobernantes

Ha sido un gravísimo error de los gobernantes en el mundo, y más en nuestro país, el haberse responsabilizado de recoger, transportar y con-finar la basura, sufragando el costo de este servicio con los impuestos municipales que paga el ciudadano. Esta acción inconsciente o cons-ciente, pues ven en ella un interés político y económico en el servicio, ha traído como consecuencia una sociedad que favorece el consumismo incontrolado y exagerado.

El gobierno actual debería retomar el papel de rector para que deje de ser juez y parte, ¿acaso has visto alguna vez que se juzgue a un presi-dente municipal por permitir tirar la basura que genera el ciudadano en barrancas, ríos y carreteras? O bien, ¿por no hacer los entierros correc-tos o por permitir que la gente pepene en lugares insalubres (donde los líderes abusan de ellos), en lugar de que mejoraran sus condiciones de trabajo apoyándolos con el cambio de leyes (lo que provocaría un com-portamiento diferente de la sociedad), a fin de que se formaran centros de acopio de residuos limpios y separados?

Los gobernantes deben tener la voluntad política suficiente para erradicar los intereses creados que por falta de autoridad e ignorancia heredaron los gobernantes anteriores. Quienes deben resolver el pro-blema que causa la basura deben ser quienes la generan y éstos son: el fabricante, el comerciante y el consumidor. En una interacción entre ellos deberían crear empresas responsables para recoger lo que ya no sirva de lo que fabrican, venden y consumen, al costo que sea necesario.

Creen que si realmente se cobrara el costo de un buen transporte, con personal bien pagado y si se dispusieran los residuos en un entierro que cumpla con las normas establecidas para no perjudicar el ambiente, ¿la sociedad estaría en condiciones de pagarlo? ¡Por supuesto que no! La

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misma sociedad se integraría para poner centros de acopio de residuos limpios y separados, al igual que cambiaría hábitos de consumo porque es más barato y menos trabajo salvar que perder el recurso natural en un basurero.

Si una persona es consciente del problema y se prepara para tener hábitos adecuados en su consumo, reduciendo la generación de basura en un 90%, ¿por qué debe pagar igual que los demás (vía impuestos) por un servicio inadecuado y con la consecuencia de la pérdida de re-cursos naturales que va en detrimento de la calidad de vida y la econo-mía de un país?

Mientras a la sociedad actual se le mantenga ignorante del problema y se le quite la responsabilidad de resolver ella misma los problemas, con un paternalismo mal entendido, los que tratamos de mostrar con la palabra y el ejemplo la no generación de basura haremos muy poco. Esto no quiere decir que perdamos las esperanzas ni tampoco quiere decir que ese pequeño esfuerzo no sea importante. El ciudadano debe comprender que no puede esperar a que venga una autoridad a decirle o a obligarle lo que él debe hacer.

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reFlexiones en torno

al problema de la basUra

Entre los años 1990 a 1992 fueron realizados cuatro foros en la Repú-blica Mexicana para consensar los puntos básicos que debería tener un acuerdo nacional para gestar un reglamento en torno al debido trato de la basura; dichos foros fueron realizados por organismos no guber-namentales y personas conscientes al cuidado de nuestro ambiente. En estos foros identificamos que nuestros modelos de desarrollo han pro-ducido más basura en los últimos años que en toda la historia de la huma-nidad pues vivimos en la cultura de usar y tirar, todo es desechable, por ello no tomamos en cuenta la bomba de tiempo que estamos creando.

Miles de familias viven confinadas en tiraderos generando su ingreso al pepenar nuestros desperdicios para rescatar y comercializar lo re-ciclable. Con este método se pierde el 70% de los desperdicios y se afecta la salud de estas personas. Los desperdicios revueltos (basura), cuya composición ha cambiado radicalmente en las últimas décadas, han afectado la salud humana y el ambiente en forma de contaminación, desequilibrio ecológico y pérdida de recursos naturales

Tenemos que reconocer, tanto autoridad como ciudadanos, la ne-cesidad de promover y apoyar un cambio radical en los procesos de fabricación, comercialización y consumo. Desperdiciamos y tiramos excesivamente una gran cantidad de productos y desperdicios en for-ma de basura, suponiendo que el problema se controla mediante su recolección, aparentemente en forma gratuita, cuando en realidad la pagamos a través de nuestros impuestos.

La función de la autoridad debe ser preventiva para rectificar esta conducta inadecuada: educando, ordenando y obligando a la ciudada-

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nía a disminuir y eliminar la generación de los desperdicios revueltos (basura), cuyo aprovechamiento actual es escaso: la Naturaleza es vida en equilibrio, un tiradero de basura es la negación y aberración a la vida y la Naturaleza.

La única solución a este desastre social, económico y ambiental es no producir basura pero ¿cómo? Simplemente no revolver nuestros des-perdicios aprovechando los mismos espacios y esfuerzos donde se ponía la basura en recipientes separados tales como: papel y cartón, plástico, vidrio, metales, materia orgánica, control sanitario y varios.

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reGlamento básiCo

para el tratamiento

de la basUra

en los mUniCipios

En líneas subsecuentes presentamos una propuesta básica de un regla-mento que bien se podría implementar en los municipios para ir en detrimento de las múltiples problemáticas que se suscitan a raíz de la generación indiscriminada de basura por parte de los ciudadanos.

Capítulo iDisposiciones generales

Artículo 1°Las disposiciones que contiene este Reglamento son de orden público y de Observancia general y regirán en el Municipio de...

Artículo 2°La aplicación del presente Ordenamiento compete: i.- Al ayuntamiento;ii.- Al Presidente municipal; y iii.- A los servicios públicos, a quienes se delegue dicha función de conformidad con la Ley Orgánica Municipal.

Artículo 3°Las autoridades y la población de este Municipio son responsables de la limpieza conforme a las normas que establezca este Reglamento.

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Capítulo ii

Definiciones

Artículo 4°Para los efectos de este Reglamento se establecen las siguientes definiciones: i.- Residuo.- Todo desecho orgánico e inorgánico que resulte de las di-versas actividades domésticas, comerciales, industriales o recreativas. ii.- Residuo reciclable.- Todo desperdicio que por razones económicas y para no presentar un riesgo a la salud, es susceptible de ser utilizado con o sin transformación física de sus características. iii.- Residuo sanitario.- Todo desecho que ponga en riesgo la salud hu-mana o el equilibrio del medio ambiente. iv.- Basura.- Mezcla de residuos domésticos, comerciales e industria-les, realizada por el ser humano por que no permite su posterior uti-lización, provocando daños irreversibles al medio ambiente así como a la salud de la población. v.- Composta.- Es el abono natural que se obtiene el proceso de trans-formación de los desperdicios orgánicos bajo condiciones controladas. vi.- Reutilización.- Usar múltiples en ocasiones un bien. vii.- Centro de acopio.- Lugar donde se almacenan los residuos limpios y separados en plástico, metal, vidrio, cartón, papel, textiles, etc., para que las industrias lo aprovechen como producto o materia prima en un nuevo ciclo. viii.- Relleno sanitario.- Lugar donde se entierran los residuos sanitarios y residuos que no pueden ser reciclables y que representan un alto riesgo, éstos deben ser compactados a un tamaño mínimo y luego ser cubiertos con tierra según las normas de la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Medio Ambiente. ix.- Almacenamiento.- Es la acción de retener temporalmente los resi-duos en tanto se procesan para su aprovechamiento y se entregan al servicio de recolección o se dispone de ellos. x.- Biodegradables.- Cualidad que tiene toda materia de este tipo orgá-nico para ser metabolizada por medios biológicos. xi.- Confinamiento controlado.- Obra de ingeniería para la disposición final o el almacenamiento de residuos sólidos.

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xii.- Contenedor.- Recipiente metálico o de cualquier otro material apropiado según los requerimientos para el almacenamiento de residuos.

Capítulo iii

Competencia y atribuciones

Artículo 5°Corresponde al Ayuntamiento, a través del Departamento de Limpia, vigilar la adecuada recolección, transporte y disposición final de los residuos.

Para el cumplimiento de la obligación prevista en el párrafo ante-rior, los particulares podrán recibir la autorización para encargarse de las tareas de la adecuada recolección, transporte y disposición final de los residuos en los términos que establezca este Reglamento, y otras disposiciones legales aplicables a la propia autorización.

Artículo 6°Corresponde a los habitantes de la población del Municipio: separar los residuos generados por su actividad y pagar por los servicios ade-cuados de transporte y confinamiento por volumen producido. Los residuos serán separados de acuerdo a su naturaleza y origen en: Or-gánicos, Inorgánicos limpios y Separados sanitarios.

Artículo 7°El Ayuntamiento instruirá a la población sobre la necesidad y bene-ficios de separar los residuos, instrumentará para ello un programa de información que permita a la población en general, la clasificación de los residuos.

Artículo 8°Estará a cargo del Ayuntamiento la recolección de los residuos en for-ma separada, cuando no sea posible en la población en general organi-zarse para ese fin, cobrando por el servicio de transporte, composteo y entierro sanitario.

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Artículo 9°El Ayuntamiento promoverá y dará facilidades en la instalación de centros de acopio de residuos inorgánicos y centros de composteo para desperdicios orgánicos.

Capítulo iv

Prohibiciones

Artículo 10°Queda prohibidoi.- Depositar basura o residuos en terrenos baldíos, sistemas de drenaje y alcantarillado, cuerpos receptores, corrientes de agua, ríos, canales, manantiales, fuentes públicas, acueductos y similares, carreteras, ca-lles, parques y en cualquier lugar no permitido por el Ayuntamiento. ii.- Realizar necesidades fisiológicas en la vía pública, áreas verdes, lotes baldíos, barrancas y vías de comunicación.iii.- Extraer de los contenedores instalados en la vía pública los resi-duos ahí depositados, vaciarlos o dañarlos de cualquier forma. iv.- Realizar actos que atenten contra el buen estado de aseo de las fachadas y banquetes de las casas, comercios y edificios. v.- En general cualquier acto que atente contra el aseo y la higiene de la vía pública y de nuestro entorno ecológico. vi.- Colocar la propaganda comercial o política en lugares públicos. vii.- Extraer y clasificar cualquier residuo de un relleno sanitario. viii.- Realizar labores de pepena fuera y dentro del relleno sanitario.

Capítulo vObligaciones

Artículo 11°Los propietarios de terrenos o lotes baldíos, cuando adviertan que sus propiedades están utilizándose para arrojar o depositar basura o residuos, deberán dar aviso a la autoridad municipal competente a fin de que se realice la investigación que finque la responsabilidad correspondiente.

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Artículo 12°El transporte de residuos o de cualquier otro material deberá hacerse con las protecciones debidas para evitar ensuciar calles, avenidas, ban-quetas, caminos y carreteras.

Artículo 13°El Ayuntamiento difundirá el presente Reglamento y realizará cam-pañas tendientes a conseguir la cooperación de la población y de las distintas organizaciones sociales del Municipio para la consecuencia del objeto de este Ordenamiento.

Artículo 14°El Municipio o el concesionario del servicio de limpia se obliga a dis-poner del equipo necesario suficiente para que la comunidad y sus múltiples visitantes depositen en camiones recolectores o contenedo-res los residuos tal como lo indica este Reglamento.

Artículo 15°Los habitantes del Municipio están obligados a cooperar para que las calles, banquetas, plazas, jardines y demás sitios públicos se conserven en buenas condiciones de aseo y salud pública. Los propietarios de negocios, locatarios arrendatarios de los mercados y comercios tie-nen la obligación de mantener aseada la calle y banqueta frente a sus establecimientos, tener limpia la fachada y colocar recipientes para los desperdicios, responsabilizándose de su contenido.

Artículo 16°Los tianguistas, al término de sus labores, dejarán la vía pública o lu-gar donde se establecerán en absoluto estado de limpieza debiendo asear los sitios ocupados y las áreas de influencia a través de sus pro-pios medios según lo dispuesto en este Reglamento.

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Capítulo vi

Manejo, depósito, transporte y disposición final de los desperdicios

Artículo 17°Las acciones de limpia que normará este Reglamento son: i.- La limpieza de calles, calzadas, parques y plazas públicas.ii.- La recolección de residuos provenientes de las vías y sitios públicos de la casa-habitación y de los edificios en general. iii.- La transformación, entierro o cremación de cadáveres de animales encontrados en las vías públicas. iv.- La transportación de los residuos recolectados a los sitios que sean señalados para dicho efecto. v.- El uso de relleno sanitario. vi.- El aprovechamiento racional de los residuos municipales. vii.- El fomento de la cooperación ciudadana para la limpieza.

Artículo 18°El municipio establecerá los rellenos sanitarios que estarán debida-mente operados cumpliendo con las normas en materia de salud y de protección al medio ambiente de acuerdo a la Ley General del Equilibrio Ecológico.

Artículo 19°Todo el transporte vehicular que sea utilizado para recolección, limpia y aseo público llevará anotado en forma visible el número económico de la unidad y el número telefónico de la oficina para quejas corres-pondientes.

Artículo 20°El departamento de Limpia dará a conocer la dirección de los centros de acopio, los horarios, rutas y formas de recolección domiciliaria de los desperdicios.

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Capítulo vii

Sanciones

Artículo 21°Las faltas cometidas por los servicios públicos ligados a las actividades de este Reglamento serán sancionadas de acuerdo a la Ley de Respon-sabilidades de dichos servidores.

Artículo 22°Las sanciones que se apliquen por violaciones y omisiones a este Re-glamento consistirán en:i.- Restauración del daño causado.ii.- Multa de uno a 100 salarios mínimos vigentes en el Municipio aplicadas progresivamente, observándose en todo caso lo dispuesto en el artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. iii.- Multa y, como recurso extraordinario, el arresto hasta por 72 horas.iv.- Suspensión temporal de la obra o actividad no autorizada. v.- Cancelación o revocación del permiso, licencia o concesión. vi.- Clausura temporal.vii.- Clausura definitiva.

Artículo 23°Las infracciones serán calificadas por el Presidente Municipal, por el Síndico o por la persona que el Presidente designe para tal fin.

Artículo 24°Para la aplicación de estas sanciones se tomarán en cuenta:i.- Gravedad de la falta u omisión. ii.- Las circunstancias en que ocurrió dicha falta u omisión.

Artículo 25°Las sanciones a que se refiere este Capítulo podrán ser impugnadas por la parte interesada mediante los recursos y términos que establece la Ley Orgánica Municipal, la sola interposición de recursos suspen-derá la ejecución de la sanción hasta en tanto se resuelva aquél.

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Artículo 26°Las multas se harán efectivas conforme al procedimiento administra-tivo de ejecución de los Reglamentos previamente establecidos para este fin.

Artículo 27°Se reconoce la denuncia pública como el medio para que los habitan-tes hagan del conocimiento del Ayuntamiento a aquellas personas que no acaten o violen este reglamento.

Capítulo viii

Transitorios

PrimeroEste Reglamento estará en vigor al día siguiente de su publicación en los estrados de la Presidencia Municipal.

SegundoEl presente Reglamento deja sin efecto todas aquellas disposiciones o acuerdos que se le contrapongan.

TerceroSe abroga el Reglamento para el servicio de Limpia del Municipio de _____________________ contenido en decreto número ___.

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reComendaCiones de las polÍtiCas

y aCCiones qUe se deben

tomar para redUCir

la Cantidad de residUos sólidos

1. Que la semarnat, mediante la Procuraduría de Protección al Me-dio Ambiente, aplique la Ley General del Equilibrio Ecológico y más sobre residuos sólidos, ya que hasta la fecha ha sido irres-ponsable desde que existe la ley al cuidado de nuestro ambiente, con sus respectivos cambios de instituciones y leyes (1971, 1988, 1994 y 1996), siendo su obligación aplicarla correctamente. Los delegados de las semarnat en los estados justifican no aplicar la ley argumentando que la solución la debe dar el municipio y, en efecto, así debería ser pero cuando éstos no cumplen y afectan al medio ambiente (ríos, atmósfera, mantos friáticos y suelo, que son federales), les corresponde a la semarnat y a la Procuradu-ría prevenir y sancionar. Los presidentes municipales justifican no cumplir porque no tienen recursos económicos y, en efecto, en una economía injustamente centralista, en donde la Federación maneja los impuestos de los municipios en un 90%, nunca les alcanza pero el daño existe. Aquí falta una declaratoria a nivel nacional de la semarnat donde quien contamine deba pagar con multa y restauración del daño. Y si el generar basura y tirarla sin cumplir una norma contamina, se deduce que queda la obligación de las personas para no producirla y quien quiera seguir haciendo basura tendrá que pagar por lo menos el transporte en un camión adecuado, con un salario digno a los recolectores, agregando lo

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que cueste el servicio de confinar en un relleno sanitario según la norma por el volumen producido. Con esto ya no se puede justificar que los municipios no tengan el dinero suficiente para otorgar el servicio correcto, ya sea por el municipio o por una empresa privada.

2. Descentralizar el cuidado del medio ambiente a los municipios, responsabilizándolos: primero ayudándolos y cuando éstos no cumplan, penalizándolos (todo bajo supervisión de la semarnat). La institución para hacerlos ya existe, se llama Procuraduría Fede-ral de Protección al Ambiente. Los estados ya tienen instituciones al cuidado del medio ambiente, ya sea como secretaría, dirección o instituto. A su vez, éstos cuentan con consejos estatales de eco-logía que la mayoría de los gobernadores y secretarios no han to-mado en cuenta. Los municipios también cuentan con regidores, directores y consejos de ecología; sin embargo, al haber tantos cuidadores y pocos responsables, todos justifican no poder aplicar la ley. Eluden su responsabilidad porque políticamente no les conviene. Esto ocasiona, aparte de una duplicidad de funciones, más gastos innecesarios, haciendo todo más complejo. Falta claridad sobre quién debe responsabilizarse de qué. Según mi punto de vista, debe ser el municipio el responsable del cuidado de su región, con una supervisión y ayuda de la Federación y del Estado, que puede ser económica o técnica (en el caso de que no estén capacitados) y, a su vez, una supervisión auténtica a los estados por parte de la semarnat.

3. Corregir la Ley del Equilibrio Ecológico. En los diferentes foros que ha habido para los cambios de ley adonde nos han invitado, no han tomado en cuenta los muchos cambios que hemos sugeri-do. No incorporan la palabra “basura” y tampoco plantean el con-cepto como una acción inconsciente e irresponsable de devolver

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residuos, ocasionando con ésta una pérdida de recursos y en su degradación incontrolada un efecto contaminante. No existe la prohibición de revolver residuos.

4. Aun haciendo lo recomendado en los tres puntos anteriores, no resolveríamos el problema como realmente se necesita, nos fal-taría responsabilizar a los fabricantes de sus productos, empaques y envases de su retornabilidad en los mismos medios que los comercia-lizaron, en caso de no acopiarse por no ser reutilizables o reciclables en la zona en donde se vendieron. Ya no podemos permitir que estos productos se sigan fabricando y tirando indiscriminadamente por toda la República Mexicana. Debe haber una política auténtica de prohibir lo desechable o lo no retornable, excluyendo únicamen-te lo sanitario y eliminar de los productos, envases y empaques, la leyenda impresa “desechable, no retornable, deposítelo en la basura”, por “retornable o reciclable, llévalo a tu centro de acopio más cercano y en caso de que no existiera en la zona, devuélvelo al productor en los mismos medios que los comercializaste, por favor no hagas basura”.

5. No se han tomado en cuenta las recomendaciones que nos da Pro-grama 21 y Acuerdos de Río de Janeiro (1992), en donde varias naciones, incluida la nuestra, firmaron un compromiso para llevar a cabo estrategias que permitan a la humanidad acceder a grados de bienestar y de justicia en armonía con la Naturaleza. Es ne-cesario que al adquirir un compromiso tan importante, nuestras autoridades lo lleven a cabo y si no pueden que nos digan con fundamento por qué no aplican las recomendaciones acordadas.

6. La Ley General del Equilibrio Ecológico promueve en su Artícu-lo 39 la incorporación de contenidos ecológicos en los diversos ciclos educativos, especialmente a nivel básico. Las secretarías de

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Educación Federal y Estatal no le han dado la importancia que merece y no tan sólo han desobedecido este mandado de la ley sino que no han sido congruentes en sus pocos sistemas de ense-ñanza ambiental. Es de suma importancia que la semarnat ponga más atención a este mandato exigiéndole a los secretarios de edu-cación la enseñanza y la congruencia en sus sistemas de educación ambiental. Antes podían justificar que no había libros de estudios con fundamentos del daño que estamos haciendo, ahora lo que sobra son estudios; antes también podían justificar que faltaban enseñanzas y alternativas para evitar el daño, ahora lo que sobra son libros que dan alternativas.

¿No será que falta voluntad política para aplicar la ley como debe ser? Tú tienes derecho de vivir dignamente, empieza hoy mismo a trabajar para mantener limpia y decorosa tu comunidad en colaboración con tus ve-cinos y gente de los comercios cercanos: organiza la disposición de cen-tros de acopio y recolección de residuos.

Inicia tú la acción. Encabeza un equipo que establezca programas sa-nitarios, promueve un cambio de actitud en el manejo de la basura, inculca buenos hábitos en tu familia, de tu familia hacia la colonia, de ésta hacia la comunidad y de la comunidad a la ciudad. Cambiemos la indiferencia por la acción.

Capítulo 4

El bosque es un negocio,pero no para irresponsables

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De 1960 a la fecha, Michoacán ha perdido el 60% de sus bosques y, a su vez, la República Mexicana el 50% de éstos y el 80% de las selvas húmedas. Esto es preocupante por el impacto ecológico que conlleva y también como signo de la falta de un gobierno responsable y hones-to en el país, así como ausencia de instituciones que cumplan con su responsabilidad. El problema de los bosques en la entidad tiene como trasfondo una maraña institucional donde todos se lavan las manos es-grimiendo la falta de competencia en el asunto y donde el ciudadano ha tenido responsabilidad, es decir, falta de ella ante el cuidado del medio ambiente.

Resulta obvio (pero necesario) decir que el bosque tiene muchas funciones para nosotros: purificar la atmósfera, evitar la erosión, dar-nos químicos, energía, medicinas y, además, mantener a la flora y fauna en equilibrio; pero tampoco podemos decir que todo el territorio es-tatal deba dedicarse a uso forestal porque necesitamos espacio donde sembrar para comer.

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sin bosqUe no hay aGUa

Es necesario cuidar nuestros bosques y asegurarnos que sean un recur-so renovable pues a la fecha podemos comprobar hasta qué punto los hemos agotado. En la época de Luis Echeverría Álvarez al frente de la Presidencia de la República, se creó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), el cual fotografió a colores todo el país en los años 60 y nos ofrece el comparativo al respecto: cualquiera puede conseguir una fotografía por satélite y ver cómo han disminuido los bosques. No se requieren tantos estudios ni tantos “sabios”, basta con transitar por las viejas carreteras, por ejemplo la de Mil Cumbres, en Michoacán, para verificar el avance de la tala ilegal en reservas naturales como Ce-rro Garnica. Esto ocurre ante la falta de gobierno eficaz. Entonces, a la espera de que nuestro sistema cambie y cumpla con la ética debida para detener esta situación, propongo que el bosque se convierta en negocio, a la manera del cultivo del agave mexicano y teniendo como marco un esquema institucional sencillo y práctico que reconozca las actividades relacionadas con la madera y las regule.

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neGoCios Forestales

Digo que al bosque hay que verlo como un negocio porque esto implica que sea sustentable, ya que sin materia prima el negocio no funciona. Como sabemos, éste es el intercambio de esfuerzos entre los seres hu-manos para cumplir con sus necesidades diversas (las cuales, por cierto, provoca el mismo ser humano por su cultura, y ya sea que abuse o se equivoque, tiene que dar una solución a ellas), y es una práctica legal, pues tanto debe ser negocio el ejercicio del médico que te cura, como de quién te da de comer. Ahora bien, esto debe implicar un intercambio justo porque de lo contrario es explotación.

En lo personal pienso que toda la vida no es más que un intercambio de esfuerzos por las mismas necesidades que provocamos y que sería mejor que estas necesidades fueran a favor del medio ambiente y no para sobrevivir como hombre urbano, ya que éste, aunque viva digna-mente, no produce riqueza sino solamente la agota y consume.

En ese sentido, y en términos del bosque, persiste una descompensa-ción porque quien nos da de comer no está recuperando el recurso sino al contrario: el hombre urbano que no genera riqueza inventó el dine-ro para intercambiar un esfuerzo y se industrializó, inventó la máquina para cortar y deforestar más rápido pero no se ha ocupado de salvar el inventario, que en este caso es la naturaleza, y cada vez hay más hombres que hacen lo mismo. Es preocupante que quienes vivimos ahora no nos demos cuenta que estamos agotando nuestro inventario, ¿renuevan lo que cortan, sabiendo que el bosque es un recurso renovable?

El aprovechamiento del bosque michoacano, en este caso particular, debería darse como sucede con el agave, donde los productores se ha-cen cargo de que su materia prima sea sustentable y así nos dejaríamos de tanta burocracia y leyes absurdas que existen sobre la defensa del

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bosque y que no han dado resultado. Prueba de lo anterior es que en este momento tenemos más de 13 instituciones a nivel federal, estatal y municipal en Michoacán y el problema persiste, se agudiza: si cual-quiera de éstas actuara correctamente podríamos resolver el asunto del bosque pero ninguna lo hace porque todas pretextan que el asunto no está en su competencia.

A nivel nacional contamos con la acción de: sagarpa, semarnat, co-nanp, conafor, pgr, sedena; en el estado con: sedru, pgje, compesca, la política forestal, suma y cofom, además de las procuradurías para la pro-tección de recursos ambientales a nivel estatal y federal y de las direc-ciones de Ecología y Desarrollo Rural que tienen los ayuntamientos… por lo tanto, esta multiplicidad de entidades administrativas, más que resolver, complica las cosas y dificulta la solución.

Debería existir una sola institución que cuide el medio ambiente con base en las mismas leyes y normas para aplicar en el resguardo del bosque: ésta es el Municipio. Esto ya se había hecho antes del ejido (tristemente, el ejido atentó contra el bosque), cuando se explotaban los recursos forestales mediante una concesión municipal que se retira-ba si la compañía en cuestión no cumplía con lo estipulado; para ello, ésta tenía viveros, maquinaria, hacía caminos y corta-fuegos de forma que nunca se acababa el recurso; además, había un gobierno rector, del cual carecemos ahora.

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anteCedentes

El decreto del 18 de diciembre de 1882, dictado por el gobernador Prudenciano Dorantes, facultaba al municipio como el verdadero cui-dador del bosque en términos muy amplios, que iban desde la creación de catastros sobre la extensión y ubicación de los bosques y del res-pectivo registro de los dedicados a la explotación forestal en todas sus ramas, hasta la expedición de reglamento y propuestas para el cobro de impuestos que eran presentados ante el Congreso del Estado.

Según este documento, los ayuntamientos estaban obligados a em-prender acciones necesarias para asegurar la renovación de los bosques y podían otorgar exenciones fiscales a los particulares para impulsarlas, incluso los propios trabajadores municipales podían ser sancionados si resultaban “responsable(s) de los daños que se hagan al bien público” (Art. 11) por su falta de intervención a tiempo. Además, otorgaban las concesiones sobre la producción forestal a las empresas y particulares de su demarcación. El decreto advertía a estos últimos que de no cum-plir los términos de la concesión, por ejemplo, “plantar anualmente en proporción a los (árboles) que destruyen” (Art. 20), serían sancionados con montos económicos e incluso ser llevados a la cárcel.

Con base en lo anterior pienso que el cuidado del bosque debería convertirse en un proceso sencillo y para ello es necesario que inter-venga la Cámara de Diputados local y se elimine a las instituciones que no cumplen con su labor; de igual manera, se debería responsabilizar a los municipios mediante la modificación y reforma de las propias leyes que existen, ya que éstas son perfectibles y, al tiempo, responsabilizar a los productores para que hagan un negocio sustentable.

Hoy es incorrecto e inmoral que a quienes transforman la madera nunca se les exija sembrar árboles; ante tal hecho, las campañas de re-

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forestación que emprende el gobierno resultan “llamaradas de petate” políticas pues éste hace la labor que les corresponde a quienes defores-tan y no siembran y, por tanto, las campañas nunca funcionan porque además siembran en lugares incorrectos árboles que no son propios del sitio y, por último, no se designa a alguien para que los cuide y dé seguimiento al proceso. En cambio, es lógico que quien vive de la ma-dera cuide su tierra para seguir con su negocio, por esto mencionaba el cultivo del agave pues, ¿quién ha visto que el gobierno siembre, cuide la tierra y surta de abono a los tequileros? Y con todo, hay sobreproduc-ción de agave, como habría de bosques si se siguiera un proceso similar.

Si se simplificara, quienes viven de la madera tendrían un produc-to renovable, eterno y sustentable; para ello, deberíamos partir de nuevas reglas y los productores estarían obligados a sacar la madera y transformarla de los mismos árboles que siembren.

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tipos de bosqUe y CompetenCia

Podríamos definir que sólo existen dos tipos de bosque: los que se en-cuentran en las Reservas Naturales Protegidas y los que pueden ser aprovechados. De los primeros se haría cargo el gobierno, con límites bien definidos y no como en este momento, cuando nos sobran áreas abandonadas que no se respetan y que tampoco se defienden porque el pueblo no lo hace, ignorante de que éstas le pertenecen indirectamente, como un patrimonio. Por otra parte estarían los bosques comerciales, donde el que quiera madera y celulosa debe sembrar árboles y si no sabe cómo hacerlo, entonces el gobierno tendrá que decirle cómo, ya que ese es su papel: ser rector de la sociedad. Con este esquema el problema se volvería sencillo de resolver, porque así todos podríamos sembrar.

No obstante, para llegar a lo anterior se requiere tiempo. Entonces, y para no seguir sobreexplotando nuestros bosques, los productores michoacanos pueden importar madera; es decir, mientras crecen los ár-boles y seguir con la producción se puede traer materia prima de otros países como Chile para resolver la cuestión; es triste, porque México no puede ya certificar su madera al no poder garantizar que lo que se corta está en renovación continua, y ahora vivimos con madera prove-niente de Chile, que produce con árboles que se llevaron de México.

El asunto, insisto, es volver el proceso sencillo. Otra cosa que pue-de apoyar a la reforestación en el Estado es premiar a los dueños de áreas verdes y no cobrarles impuestos; también se diría que todo aquel que tenga tierra para sembrar, está obligado a dejar 30% de bosque que el dueño podrá cultivar y vender; de esta manera no habría necesidad de contratar inspectores y supervisores y de hacer tantas guías para el transporte de la madera, porque habría certeza de que no se trata de producto de la tala clandestina.

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el Gobierno

En síntesis, lo que falta es un gobierno ordenador, no uno que pretenda sembrar árboles ni cuidar la tierra (para eso está quien la explota), sino un gobierno que aplique normas y leyes y que también las cumpla. El problema de la tala clandestina en el país y en el Estado es la falta de gobierno: es inconcebible que las autoridades le digan al ciudadano que no pueden cumplir con su responsabilidad porque los talamontes no les dejan, eso es inmoral: no hay talamontes que corten madera en lugares privados y en reservas naturales.

No podemos olvidar que también hay un comprador de esa madera ilegal y que a éste tampoco se le dice nada. Como muestra: las com-pañías que venden madera como celulosa, en Zitácuaro y en Morelia, ¿por qué la madera llega en la noche a Crisoba? Ya hemos visto esto y al enterar al municipio de Morelia se ha escuchado que el problema no es de su competencia, que “quien lo cuida es la Federación”. Lo que hay es irresponsabilidad, corrupción y complicaciones gratuitas.

De tal suerte que mientras el Estado no sea rector y quienes nos go-biernan sigan siendo elegidos políticamente y no por sus conocimientos para ordenar, en el país no se resolverá nada. Esto puede llevar un pro-ceso largo y lento pero, en tanto, el ciudadano debe responsabilizarse por lo que le toca.

El problema del deterioro ambiental es ético, moral. Claro, debemos vivir con lo que ya está, con el sistema y la forma en que llegaron los gobernantes y debemos darles la oportunidad de hacer un cambio, con propuestas como ésta, pero se requiere más porque no nos podemos confiar. Es necesario llegar al momento en que podamos demandar a un gobernante por no cumplir con su responsabilidad: está instaurado en la Constitución.

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Cómo es posible (quizá se deba a nuestro grado de decadencia) que le debamos decir al gobierno cómo hacer las cosas cuando debería ser a la inversa: el gobierno tendría que decirnos cómo organizarnos. Por eso en el tema del bosque insisto en la necesidad de desaparecer a las institucio-nes y en que las autoridades reconozcan estas actividades y las ordenen, así no se echarían la culpa unos a otros.

Este problema se repite en México en otros contextos, como la im-partición de justicia, donde tenemos a 20 instituciones y todas se lavan las manos; en la construcción de carreteras, en la recaudación fiscal y en otros donde persiste el centralismo y el acaparamiento del Estado. Todo esto se tiene que componer, pero mientras ocurre debemos decirle a quien directa o indirectamente se aprovecha del bosque, que quienes contaminamos somos nosotros mismos y que no podemos esperar a que venga una autoridad para resolver la cuestión.

En primer lugar, la autoridad es nuestra y cuando tenemos un buen comportamiento nos convertimos en autoridad. Los ciudadanos no po-demos reclamar si antes no cambiamos nosotros mismos y también es necesario mencionar que un pueblo educado no necesita de un gobierno, sino a un administrador honrado del esfuerzo del hombre. Pero nuestro gobierno se ha convertido en hacedor de irresponsables con su pater-nalismo: no hace irresponsables en el manejo de la basura (se encarga de pasar por ella y de llevarla a un sitio que no es siquiera un relleno sanitario), en la construcción de nuestra casa, en el cuidado del entorno. No es para tanto, toda administración repercute en el dar y en quitar: la administración se pierde al dar y nace la corrupción, porque el gobierno está compuesto de seres humanos, no de dioses.

Es mejor que se le quite ese poder al gobierno y se le dé el poder de rec-tor, que es el que le corresponde. Esto no tiene nada que ver con el gober-nar a un pueblo. Los seres humanos tendrían que decir: “Si yo quiero vivir libremente junto a otros seres humanos, necesito normas para mantenerme en armonía y éstas deberán ser en mi beneficio para que pueda cumplirlas”. En ese sentido, lo mejor sería que el gobierno nos hiciera responsables.

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¿de verdad no podemos reForestar?

Suiza es un ejemplo de que la reforestación es posible. Allá no se refores-ta como en México, con campañas publicitarias y todo un circo, sino que su gobierno se encarga de certificar a las compañías profesionales que se dedican a sembrar y a cuidar árboles; estas compañías son sufragadas por el ciudadano pues, en tanto hombre urbano, no tiene el tiempo ni los co-nocimientos para hacer esta labor. De esta manera, el ciudadano paga un certificado de reforestación avalado por el gobierno, que es además muy fácil de adquirir, para contratar a esa compañía que cuida los bosques. Debo decir que cuando fui a Suiza y estuve en el banco, la cajera me ofreció tres árboles en venta y yo compré 10 para que los cuidaran allá.

En México, ¿cuánta gente que no puede dedicarle tiempo al cuidado de un árbol sí puede pagar por una reforestación? Me pregunto, ¿los extranjeros son más inteligentes que los mexicanos en este contexto? No, pero tienen orden, cosa que no tenemos en el país. ¿Por qué allá sí se puede y aquí no? Insisto, porque no hay orden ni responsabilidad, porque todos se lavan las manos.

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el entierro verde

Una de las prácticas que puede ayudar a recuperar los bosques es el entierro verde. Éste significa que se deposita el cuerpo en la tierra, se cubre con tierra y, por amor a ese ser querido, se adapta un árbol. Esta degradación natural de nuestro cuerpo representa el alimento nutritivo para un árbol de 40 metros de altura durante 100 años. Así, el hombre no muere sino que cambia de vida, si lo vemos filosóficamente. En ese sentido, ¿quién no haría un entierro verde si con ello se defiende la obra de Dios y se dejan bosques para los vivos? Esta práctica se hizo ya mucho antes pues sólo a los “emperadores” o “reyes” les construían su monumento y la mayoría del pueblo enterraba así a sus muertos.

Actualmente, conozco sólo un pueblo, debe haber más, que conser-va esta práctica de enterrar a los muertos en sus jardines: los Polinesios de Tahití. Alemania, Dinamarca y eu ya empezaron a hacerlo, entonces, me pregunto, ¿por qué no lo hacemos nosotros? En otros lugares han descubierto que es un error sepultar o incinerar a los muertos, que es además un negocio de vivos porque se gasta mucha más energía y no se aprovecha esa maravilla que es nuestra descomposición natural en la tierra. Cualquier suelo totalmente infértil se puede convertir en abono con nuestro propio cuerpo; de tal manera, cada vez que se muera una persona podría nacer un árbol.

Capítulo 5

Drogadicción:el combate está perdido

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Mientras los recursos humanos y financieros se dediquen a castigar penalizando legalmente al que siembra, transporta y vende droga, así como al que voluntariamente la quiere consumir: el problema y el daño serán cada vez más graves; mientras los recursos humanos no se dedi-quen a prevenir, combatiendo las causas y no los efectos, todo control será inútil. Y si no es así, contestémonos a esta pregunta, ¿por qué aho-ra, que hay más leyes, más universidades, más conocimientos y menos analfabetas, hay más violencia? No hay más violencia porque seamos más seres humanos en el planeta, sino porque ahora hay cada vez más gente saturando las ciudades, dedicándose a controlar y consumir y me-nos gente dedicada a producir. Si el que produce no ve el beneficio de su esfuerzo (o se decepciona o no trabaja, o se prepara para ser con-trolador y vividor del que sí produce) agrava más la situación hasta que reviente la sociedad, pues al no reconocer y tratar de remediar esto hemos llegado a la crisis que estamos viviendo.

No conozco hasta ahora una persona que, drogada o con dependen-cia a alguna droga, sea honrada y trabaje en algo útil para él y su familia, ni que dedique el tiempo para convivir con ellos. Lo que conozco son drogadictos que no son útiles a sí mismos ni a su familia, que se drogan a lo estúpido y no disfrutan la maravilla de convivir con la naturaleza. Si la droga, cuando no se usa en exceso, fuera mala: la naturaleza no la tendría, es el exceso lo que hace daño. La droga consumida en dosis aprobadas por el médico es un remedio: los excesos son fatales.

La droga natural, usada adecuadamente, es una valiosa medicina para la humanidad: la historia lo ha demostrado. Hasta hace poco tiempo todas las razas la cultivaban y consumían libremente para fines curativos o rituales y, cuando incurrían en exceso, las consecuencias los hacían rectificar las dosis y la dejaban de usar incorrectamente.

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Pregunto a las autoridades: abogados, legisladores, funcionarios, padres de familia, ¿qué quieren, que se penalice y que otros cuiden lo que ellos debieran por lo menos evitar con el buen ejemplo?, ¿por qué algunas “autoridades” se drogan y son delincuentes?, ¿por qué con la bandera del bien hacen daño? Se hace más daño en reprimir que dejar en libertad al que cultiva, transporta y se droga. Porque, insisto, no es delito. Delito sería que quisieran matar, violar, secuestrar o robar porque todo lo que hace daño en contra de la voluntad de alguien es delito. Pero díganme en dónde está el delito del que quiere consumir droga en exceso por no tener valores y no sentirse realizado, íntegro: por no ser útil a la sociedad ocasiona que otro la siembre y transporte. Cuando se penaliza esto y no se va a las causas originales se encarece por prohibirlo y por efecto se vuelve un negocio muy redituable, lo-grando que mucha gente sin valores se dedique a hacer adicta a otra gente sin valores. El uso de unas drogas (que también hacen mucho daño cuando se consumen en exceso, como el tabaco, alcohol, café) y tantas hierbas y plantas maravillosas: en un consumo correcto son medicinales y beneficiosas para la sociedad.

Si los recursos humanos y financieros, que se gastan inútilmente en reprimir el uso de drogas se dedicaran a crear fuentes de trabajo sufi-cientes con salarios bien remunerados que brinden calidad de vida para ganar tiempo y convivir con la familia, no tendríamos tantos problemas de violencia como los que padecemos actualmente.

¿Cuántos recursos humanos y financieros (que salen del esfuerzo y del trabajo del pueblo) se destinan a sostener un gobierno cada vez más obeso, inútil y controlador mas no productivo? ¿Por qué no se castiga al que hace (o manda hacer y usa) armas para matar gente inocente? Ahí están los ejércitos en el mundo, los científicos y tecnólogos que legal-mente inventan y fabrican las armas cada vez más poderosas para ellos y otros países. ¿Por qué no se castiga a líderes que acarrean, para su be-neficio personal, a gente ignorante? ¿Por qué no se castiga a diputados que usan la tribuna para disputarse el poder para beneficio propio y el

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de sus partidos, nunca para el pueblo, cuando deberían hacer política vigilando que los otros dos poderes cumplan las leyes?

La sociedad ahorraría 60 mil millones de pesos (que es lo que se gastan entre el ine y los partidos políticos cada seis años). Hay sistemas para elegir sin trampas y sin recursos humanos y financieros al mejor ser humano como rector de una sociedad. México tiene ciudadanos honestos, trabajadores y eficientes que no son elegidos por no convenir a los sistemas electorales con sus intereses totalmente equivocados y a veces corruptos.

Todo trabajo que no produzca riqueza con calidad de vida a la socie-dad será inútil. Cuando hablo de producir riqueza me refiero a traba-jar física e intelectualmente para transformar, restaurar y conservar un recurso natural para convivir con la sociedad; también un productor de riqueza es aquel que con su buen ejemplo ayuda directa o indirecta-mente en el bienestar de la sociedad.

Volviendo al tema central, estimo altamente recomendable dejar de castigar y así los daños serán menores. Si el papel del Estado es ser rector de la sociedad, tendría que analizar cómo lograr que se haga el menor daño a la sociedad y que los que legislan, que son parte de un gobierno con el pueblo, no piensen en legislar lo que no es legislable. La problemática, por no ir a la causa, es penalizar legalmente lo que por conciencia y padecimiento tenemos que cambiar pues el castigo está en el sufrimiento que causa el consumo excesivo de las drogas y ¿quién paga la rehabilitación?

Ojalá y esto se realice porque la realidad es que al hacerlo tan redi-tuable, por penalizarlo, ya hay mucha gente de bajos recursos que llega a las drogas baratas que causan más daño como los solventes e inha-lables, al igual que el uso indiscriminado de medicina de la industria farmacéutica para drogarse, tema del cual se habla muy poco.

Cannabis (marihuana), coca y amapola son algunas plantas de la natu-raleza que, al consumirlas, usarlas y transformarlas correctamente son beneficiosas para la sociedad: hay libros que nos indican los beneficios.

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en el consumo correcto y nos indican el daño cuando exageramos el consumo:

- Plantas silvestres y comestibles, Roy Genders.- Herbolaria Mexicana. Enciclopedia Medicinal, Edgar Torres Corsi. - Las drogas y sus efectos, Pablo Isaías Cruz M. - Drogas y libertad, Antonio Escohotado. - Libros de los venenos, Antonio Escohotado. - Cómo cura el Cannabis (marihuana), Elisabeth Riera.

Todo lo que basta en la vida de un ser humano es, en palabras de T. S. Eliot: “Hacer lo que es útil, decir lo que justo y contemplar lo be-llo es bastante para una vida de hombre”.

Capítulo 6

No cuenten con mi voto

Dedicado a:

Precandidatos y candidatos a: Presidente de la República, gobernado-res, senadores, diputados federales, diputados locales y presidentes municipales.

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no CUenten Con mi voto

...si ustedes y sus partidos siguen gastando los recursos del pueblo y contaminando el medio ambiente con sus campañas políticas. Ustedes, señores, no son dueños de los árboles, montes, piedras, puentes, bar-das, postes, monumentos ni de los centros históricos; tampoco tienen derecho a agredir a la población con la enorme contaminación visual y acústica que suelen generar con sus campañas. El medio ambiente nos pertenece a todos y todos debemos cuidarlo.

Sin duda alguna, hacen falta actitudes más cívicas, respetuosas y un poco más de imaginación para manifestar sus ideologías a través de medios más dignos de los que se han usado hasta ahora. Las campañas y la propaganda política usuales, además de ensuciar nuestro hábitat, desperdician escanda-losas cantidades de recursos naturales, humanos y financieros que le per-tenecen al pueblo y a la Naturaleza. Estos recursos deberían emplearse en aumentar y mejorar la calidad de vida de la población; en cambio, la propa-ganda actual muy pronto se convierte en basura (o lo es desde que se crea).

Señores candidatos, México necesita ciudadanos cuyo comporta-miento intachable nos anime a participar activamente en la edificación de un país mejor y más justo para todos. Ya basta de que se apoye a líderes sin escrúpulos que acarrean gente invadiendo calles, plazas y jardines, en manifestaciones muchas veces ficticias, repartiéndose los espacios públicos que son para uso y disfrute de todos. Si realmente desean mi voto: dejen de usar el medio ambiente y los impuestos de los ciudada-nos en tan onerosas campañas, en gran parte inútiles y contaminantes.

Los ciudadanos necesitamos que los candidatos nos digan quiénes son, qué han hecho por su país, qué problemas heredarán, cómo (ambos) los podemos resolver, qué leyes debemos cambiar y aplicar para tener cali-dad de vida. ¡Eso es todo!

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propUesta a la reForma

polÍtiCo eleCtoral

Cuando la economía de un país, producto del esfuerzo de sus hombres, se administra solamente para beneficio y sostén de sus gobernantes, líderes y funcionarios: siempre faltará la equidad y el bienestar de la sociedad. ¿No será ésta la causa de nuestra pobreza? (Y algo más preo-cupante que la pobreza material es la pérdida de recursos renovables y no renovables.) ¿Nuestra pobreza material será porque cada vez tenemos más gente queriendo controlar y menos gente queriendo producir?

Para lograr una economía sana en el país debemos ahorrar activida-des que reclaman tiempos, espacios, recursos financieros y humanos con: estrategias, métodos y sistemas más sencillos en la forma de ac-tuar, participar y votar en campañas electorales que hagan imposible la corrupción y la derrama de dinero inútil que ha traído incertidumbre y, como consecuencia, violencia. Partiendo de estos razonamientos bá-sicos hay cambios que debemos hacer:

1. Retirar toda la participación humana y económica de gobierno a los partidos políticos pues debemos recordar que lo dado por el gobierno antes lo debió tomar del esfuerzo del pueblo, vía im-puestos, y no es justo que las personas participen con aportacio-nes en mantener ideologías y comportamientos en los que no es-tán de acuerdo. Son las personas quienes, con libertad y criterio, pueden apoyar directamente las creencias y actuaciones de otros que puedan traer mayor bienestar para la sociedad del país.

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2. Dar oportunidad por igual a todos los partidos políticos y sus candidatos restringiendo la cantidad de propaganda. Esto es nece-sario y justo por lo siguiente: se puede dar el caso que una fuer-za o poder económico quiera tener el poder de gobernar y para lograrlo meta más recursos que otros con base en marchas, ma-nifestaciones y propaganda masiva que deforma al pueblo: hasta la fecha es lo que se ha dado en nuestro país y en muchos países como el nuestro que todavía no logran una democracia. Por su-puesto, esta consideración conlleva prohibir toda campaña pu-blicitaria que use recurso público como hasta ahora ha sucedido en: puentes, bardas, árboles, postes, edificios, centros históricos, parques, montañas, carreteras, etc. En donde pintan y colocan pa-peles y plásticos indiscriminadamente pero, si se les diese la misma oportunidad, la contienda sería más justa y por supuesto ahorraría muchísimos recursos humanos y financieros que le pertenecen al pueblo. ¿Con qué autoridad moral pueden reprender a una per-sona que pinta un graffiti si los partidos políticos y sus candidatos, con el dinero de los ciudadanos, pintan y ensucian con pancartas todo el país?

3. Ha sido un error de las asociaciones, sindicatos, cámaras y parti-dos políticos el creer que el voto debe ser secreto pues, de hecho no lo es, puesto que todos manifestamos en quién creemos, ello a través de: discusiones, defensas, apoyos, calcomanías, escudos, propaganda, participación directa o indirecta en manifestaciones públicas y privadas, escritos, revistas o diálogos de entrevistas por televisión y radio... lo cual es un derecho, el expresarnos libre-mente mientras no afectemos a terceros. Aseveramos que ha sido un error, o tal vez un abuso intencionado, el apoyar el voto secre-to porque es precisamente lo que complica las cosas pues deman-da cada vez más infraestructura para la comprobación del voto, imposible de hacerse por cómputo, ya que la boleta no tiene iden-

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tificación y de esto ha salido la duda, la incertidumbre del pueblo y más con todas las leyes que nos podríamos ahorrar. Esta gran falla se presta a que, al no poderlo comprobar por falta de identifi-cación, pueda hacerse trampa o que otras personas que realmente perdieron blofeen que ganaron e impongan presión con acciones incorrectas y puestos en el gobierno que no les corresponde ni están capacitados para administrar con honradez a su país.

Hay quien o hay quienes siguen aferrados a que el voto sea se-creto porque dan argumentos de democracia y justicia pues al no poder ser identificada la creencia de las personas ya no se les pue-de reprimir por otras que no fueron favorecidas por su voto, lo cual, es absurdo, pura hipocresía: nadie puede gobernar a un pue-blo indefinido u opaco, solamente se puede gobernar donde hay transparencia, libertad y respeto a las creencias y manifestaciones claras y transparentes. Si un gobernante, sindicato, líder, empre-sario o empresa castiga mis creencias, entonces ¿en qué país vivo que no puedo manifestar con respeto mi verdad para el bien de los demás? Si esta injusticia se da, simplemente renuncio con li-bertad a ese sindicato, país o empresa, porque primero son mis principios, dignidad, mi capacidad de dar y recibir, y después es la sociedad que no quiere cambiar, que quiere vivir del cuento, de la política, que no quiere trabajar y con su trabajo digno y ejemplar hacer verdadera política. Cuando el voto es identificado se sim-plifica y por efecto no hay posibilidad de trampa y menos del ine.

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método para llevar a Cabo

Una bUena eleCCión

En todos los municipios hay un Registro Civil y si no lo hay debería haberlo, es ahí donde se aprovecha y se utiliza la infraestructura para dar y recibir tres tarjetas iguales de votación a la persona interesada en votar por el bien de la sociedad (hay que buscar calidad y no cantidad). Estas tarjetas tendrán un espacio para un número de identificación, que sería la cédula que todos traemos desde cuando nacemos, para su orde-namiento y cómputo; otro espacio para el nombre de presidente, go-bernador, senador, diputado, etc., que están enlistados al reverso de la tarjeta, sin poner partidos ni escudos ni nada que pueda llevar a defor-mar al votante. Es necesario que el pueblo aprenda a votar por personas capaces que pueden estar en cualquier partido o inclusive no pertene-cer a ningún partido. Lo que cuenta son las personas, no los partidos.

¿Por qué tres boletas iguales? Porque una sería mandada al Registro Nacional de Electores, supervisada por gobernación; otra se le man-daría al partido o candidato y otra debería conservarla el votante para tener el recurso para (cualquier momento) poder comprobar su con-tabilidad en el registro. En un cuarto de 20 m x 20 m x 3 m de altura, caben por orden todas las boletas del país en gavetas de mil: cada gaveta tiene una carátula donde está registrada la contabilidad para poderla identificar en caso de duda personal o de los partidos.

Con esto evitamos tantas leyes y supervisiones inútiles, gastos inne-cesarios como los 60 mil millones de pesos del ine, las 120 mil casillas del país más miles de hombres que están directa o indirectamente per-diendo el tiempo: cuando las cosas se hagan sencillas, por gente senci-lla, entonces tendremos una gran nación.

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Una propUesta mejor

En todas las colonias de los pueblos y de las ciudades siempre ha habi-do, hay y habrá gente capaz, con voluntad de participar con propuestas y acciones en la comunidad. Son estas personas las que deberían ser elegidas por los colonos para ser jefes de colonia. Estas personas, reco-nocidas por su comunidad, elegirían a su mejor representante delega-cional y a su vez éste a su presidente municipal y él a su gobernador: los gobernadores elegirían al presidente de la República. En cada etapa de elección, los electores también eligen a 10 personas que fungen como parlamentarios de su elegido. Éstas tendrían una duración de sus fun-cionarios de cinco años que pasarían a ser consejeros honorarios, ello en caso de no ser reelegidos.

Los secretarios, subsecretarios, directores y empleados del gobierno deberían estar por los conocimientos que tengan de su área y no por su conveniencia política. Solamente serán removidos por incapacidad, renuncia o malos manejos. Los sustitutos serán por escalafón, después de una valorización entre ellos. La sociedad que necesita ser goberna-da por un sistema centralista, política y económicamente, nunca tiene buenos resultados.

Un pueblo educado no necesita que se le gobierne, necesita que se le administre con honradez, su esfuerzo para el bien suyo y de los demás. Sé que muchos pensarán que no votar es ser mal ciudadano, pero quiero decirles a éstos, y sobre todo a los que hacen las leyes, que un buen ciudadano es el que está consciente de que es incorrecto votar por un sistema caduco y corrupto. Un buen ciudadano es el que cumple con las leyes, es el que no genera basura y busca la manera para salvar los recursos naturales. Es el que trabaja en algo útil y paga impuestos justos para sostener un gobierno para administrarnos co-

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rrectamente. Un buen ciudadano es el que a través de un buen ejemplo educa a sus hijos y no está esperando que un sistema caduco y corrupto como el que tenemos los “eduque”. Un buen ciudadano es un buen esposo y esposa que tolera los defectos de su pareja y admira sus cua-lidades. Un buen ciudadano es el que no vota por candidatos que usan el dinero del pueblo y el tiempo de su puesto como funcionario para protagonizar haciéndole creer a su pueblo que él debe ser elegido. Un buen ciudadano es el que vota por un candidato que le dice a su pueblo: “Soy igual que tú, no soy superior, si me eliges administraré tu esfuerzo con honradez y si no hay esfuerzo no tienes por qué pedir y reclamar calidad de vida”.

Te has preguntado, pueblo, por qué otros países tienen más calidad de vida que nosotros. ¿Será porque son más inteligentes? No, el grado de inteligencia de la gente es igual en todas las naciones. ¿Será porque tie-nen una posición en el planeta mejor que la nuestra? No, la posición de México es privilegiada ante los demás países. ¿Será porque tienen más energía? No, la mejor es la renovable que se deriva del sol y México lo tiene en abundancia.

La razón por la que tienen más calidad de vida es porque tienen or-den. El orden provoca eficiencia y la eficiencia riqueza. El desorden que prevalece en nuestro país provoca ineficiencia y la ineficiencia pobreza y pérdida de recursos naturales. Lo que se necesita en este país es orden. Lo que más educa a un pueblo es la aplicación de una norma, reglamento y leyes consensadas con el pueblo: el pueblo las cumple porque ve beneficios.

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ContaminaCión mental

Inspirado en un ensayo de Simone Weil1 hago mías las ideas de esta extraordinaria luchadora social que incita a los lectores a reflexionar sobre una nueva noción o categoría filosófica: la contaminación men-tal. La verdadera lucha política y social sólo tiene sentido si mantiene absoluta libertad de pensamiento, sólo así se impide que las diversas corrientes políticas, de cualquier tinte, acaben confundiendo y mani-pulando a sus seguidores.

Hay dos condiciones para que se pueda cristalizar la voluntad de una sociedad: la primera es que cuando tome conciencia de sus anhelos y lo exprese, no haya espacio para la pasión que da lugar al fanatismo, la irracionalidad y la violencia pues, bien lo dice Simone Weil: “La pasión colectiva es un impulso al crimen y la mentira”.2

j Y la segunda condición

1 Simone Weil nació en Francia, en 1909; estudió filosofía y dio clases hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Desde muy joven participó activamente en la vida política francesa y luchó sin pertenecer a una formación partidaria establecida. Su partido fue el de los miserables, los débiles y los oprimidos, al punto que dejó la ac-tividad didáctica y entró a una fábrica donde trabajó como obrera y vivió en las mis-mas condiciones de los obreros franceses, hasta que una grave enfermedad la obligó a renunciar. Al estallar la Guerra Civil española se unió a los republicanos y combatió con ellos hasta que sufrió un accidente. Al recuperarse, en 1940, se incorporó a las labores agrícolas y, por las noches, escribió estudios filosóficos sobre la condición humana, donde sostuvo que la filosofía había que hacerla y vivirla primero, antes de plasmarla en un texto. El hambre y el agotamiento dieron cuenta de ella y murió en 1943, antes de cumplir los 34 años de edad. Simone Weil compartió la pobreza de los campesinos y la explotación de los obreros, vivió el dolor del desarraigo y el horror de la guerra pero su grandeza espiritual fue mayor que sus desgracias y ello le permitió aportar valiosos elementos al pensamiento filosófico contemporáneo. j N. del E. El texto de Weil citado por el autor es el ensayo “Apuntes sobre la supresión general de los partidos políticos”, fechado entre diciembre de 1942 y abril de 1943,

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es que el pueblo pueda expresar sus problemas como sociedad, sin que sea indispensable el delegar su poder como grupo en líderes o repre-sentantes ya que, como dice la autora que inspira este apartado, que los partidos políticos son: “máquinas de fabrican de pasión colectiva”.

Cuando un partido político quiere hacernos creer que es la encar-nación de todo lo bueno, lo que en realidad busca es generar la pasión colectiva que reemplace el buen juicio, el análisis y la reflexión de la gente. Es muy difícil examinar los problemas complejos de la vida pú-blica, como lo es el discernir sobre la verdad, la justicia, el bien público, etc., y, al mismo tiempo, destinar esfuerzos a fortalecer la imagen del representante o líder político.

“La influencia de los partidos ha contaminado toda la vida mental de nuestra época”, afirma Simone Weil y concluye que la institución de los partidos políticos parece constituir más un mal que un bien para la socie-dad. Los efectos de los principios en que se sustentan y de las prácticas que ponen en juego los partidos han mostrado ser muy negativos para la colectividad. En cada vez más lugares se está constituyendo la tendencia de “tomar partido” (que no es otra cosa que tomar posición a favor o en contra), por la obligación y el derecho de pensar, analizar y reflexio-nar lo que será mejor guía que nos conduzca a actuar. Así que, cuidado amables lectores, con ser víctimas de la peligrosa contaminación mental.

La verdadera riqueza de un país no está en su tecnología, no está en sus recursos naturales, ni siquiera en los muchos conocimientos que tenga su gente: está en la actitud y conducta que tenga con la Naturaleza y el prójimo, está en respetar a ambos, que es la obra de Dios.

el cual fue publicado en 1957 por editorial Gallimard (Ècrits de Londres et demières lettres / Escritos de Londres y otras cartas). Una de las versiones en español corresponde a la traducción de Hero Suárez y se encuentra disponible en http://reportesp.mx/apuntes-sobre-la-supresion-general-de-los-partidos-politicos-simone-weil; de dicha versión fueron tomadas las tres citas textuales del presente apartado.

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Ojalá que los “elegidos” para gobernar, ya sea para presidentes de la República, gobernadores o presidentes municipales no repitan la histo-ria poniendo como funcionarios a los mismos políticos que los llevaron al poder. Esta mala disposición ha sido nefasta para el país puesto que llegan políticos sin la capacidad de conocer los problemas y dar solucio-nes. En los municipios siempre ha habido gente capaz que con su buen ejemplo y conocimiento puede desempeñar un puesto para ayudar al Ejecutivo en el buen desarrollo del municipio.

A veces se da que del buen desempeño de los funcionarios anteriores de cualquier bandera política han demostrado que son los que deben continuar por la experiencia en el municipio, ello ante la figura de los nuevos elegidos. Es un absurdo que no se respete la labor de estos fun-cionarios para que continúen y mejoren las cosas. El costo para el país de un equipo sin experiencia y deshonestidad para cambiar las cosas se repite cada tres y seis años. La pregunta es, ¿por qué si han desem-peñado un buen trabajo no continúan con sus puestos? Espero que los nuevos “elegidos” tomen en cuenta este escrito.

Capítulo 7

¿Independencia?

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¿Por qué celebramos la independencia? Ésta existe para nosotros como un concepto condicionando por la escolarización oficial, relacionado con la figura del poder y del gobierno; sin embargo, la independencia no existe en el orden natural y, a decir verdad, tenemos poco para cele-brar porque conceptos como éste, o como nación, han sido inventados para defender la propiedad de un territorio y por largo tiempo han dividido a los hombres.

Entre seres humanos no debe haber división pues ésta surge debido al interés del poder político y económico. Esto siempre ha sucedido y nos hemos condicionado a que no puede ser de otra forma. Pero, ¿por qué debemos festejar la independencia si el ser humano no puede ser independiente y tampoco el conjunto de seres humanos? La Natura-leza no puso al petróleo ni otros recursos en un solo lugar, sino que los repartió y todos tenemos derecho a su explotación correcta para compartirlos con otros seres humanos, que a su vez tienen otro tipo de riqueza. En ese sentido, el concepto de frontera dificulta el intercambio.

Con esto no omito la necesidad de normas internacionales para, en este caso, hacer un intercambio correcto y no contaminar el te-rritorio, porque la contaminación que hay en un lugar, o una nación, repercute en otra pero si a estas normas las define un control mera-mente económico se propicia la mala gestión del esfuerzo del hombre y dificulta la eficiencia del intercambio natural de esfuerzos. Muchos creen que si no existieran fronteras nos iríamos en desbordada a otro país pero eso es ridículo. Veamos los estados de México: cada uno tiene diferentes recursos naturales y aunque no hay fronteras entre ellos, eso no implica que su población se traslade en masa pues cada quien, con su capacidad mental y física, se acostumbra a vivir en un lugar y a explotarlo correctamente.

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Cuando hay frontera existe explotación y control del ser humano, entonces, ¿por qué debemos amar la independencia si ni la nación ni el ser humano tienen tal condición? Dependemos de otros territorios, así como ellos dependen de lo que, gracias a nuestra diversidad y nuestro cli-ma, podemos compartir con ellos. Parece injusto que con tantas necesi-dades que tiene el país se realicen gastos estúpidos para sostener los con-ceptos de “patria” y “nación”, por ejemplo, con festejos como “el bicen-tenario” (2010) y justificar así el papel del gobierno al frente del pueblo.

Desde los primeros años de escuela nos enseñan los conceptos: pa-tria, nación, independencia... y en otros países otros gobernantes hacen lo mismo porque les conviene para justificar su posición, nos dicen: “El pueblo necesita un gobernante”. Eso está mal, el pueblo cree que una persona con la misma capacidad intelectual que el resto puede dirigir su destino pero es imposible que alguien tenga el poder y la capacidad de decidir lo que 3 mil o 100 millones de seres desean. La historia nos muestra a los reyes rodeados de soldados para defender o ampliar sus propiedades al tiempo que otros hacían lo mismo, así dividieron con fronteras y crearon las naciones.

Hemos peleado por defender esas fronteras desde hace mucho y, aquí mismo, desde antes de la llegada de los españoles, el poder de los aztecas dominaba y dividía un territorio. ¿A qué quiero llegar con esto? A que nos siguen dividiendo. No es que niegue la necesidad de un go-bierno pero sí deberíamos hablar sobre cuál es su papel en la sociedad actual. Si necesitamos ser gobernados, porque necesitamos un orden para vivir libremente en sociedad sin menoscabo del otro, debe haber normas de convivencia.

La necesidad de estas normas y su aplicación le da su papel al go-bernante, pero sólo eso. ¿Cómo lo hace? Quitándonos dinero con los impuestos para “darnos salud”, ¿a quién se le ocurre que la asistencia en salud o la educación son una obligación oficial? Creo que el 90% de las familias mexicanas tendrían la capacidad para educarse y vivir saluda-blemente sin que hubieran de hacerlo a través de un gobierno.

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Aunque se diga que la educación es gratis eso es falso porque nos quitan dinero a través de los impuestos para “educarnos”, pero en rea-lidad nos escolarizan y ahí es cuando nos introducen los conceptos de patria, nación y soberanía... Cada país hace lo mismo, por eso siem-pre habrá fronteras, división y armamento. Entonces, ¿qué festejamos? Deberíamos estar orgullosos si aquí hubiese gente correcta y educada, pero la mayoría no lo es.

Considero que existiría motivo de festejo en un territorio que tenga educación pero nuestro país está falto de ella. Si no hubiera fronteras habría un gobierno universal que gobernaría de lo pequeño a lo gran-de, como dice E. F. Schumacher en su libro Lo pequeño es hermoso, pero deben existir normas. El gobernante debe ser universal porque de lo contrario va a afectarnos en su búsqueda de dominio, como lo hacen ahora mismo.

En el orden natural no existe la frontera, los animales cruzan terri-torios libremente. Nosotros tenemos capacidades distintas pero, ¿por qué odiar a los estadounidenses porque existió Bush, a los alemanes porque existió Hitler o a los rusos porque existieron Lenin y Stalin?, cuando también ha existido gente muy valiosa en sus países quienes, a través de sus obras y su bien al ser humano, generan aportes universa-les, lo cual ha ocurrido con la filosofía, la ciencia, la tecnología y otras áreas del conocimiento; sin embargo, la división es lo que permea y así, judíos y palestinos siguen lastimándose unos a otros, aun cuando son la misma raza.

Si uno adoptara un niño musulmán, cuyos padres murieron asesi-nados por los judíos, y también a un niño judío que tiene la historia similar, y los educamos con amor y con cariño, sin decirles de dónde provienen, ¿se odiarían cuando sean grandes? Probablemente no. Se odian porque los han condicionado desde pequeños a un determinado concepto de nación. ¿Dónde está la condición humana de seguir ali-mentando esos conceptos, a menudo relacionados con los conceptos religiosos? En cada pueblo, cada cual tiene a sus virgencitas y sus santos,

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muy “festejados” con cohetes, música y bebidas; si estos pueblos gasta-ran eso mismo en reforestar el bosque estaríamos exportando madera; sin embargo pesan más estos conceptos religiosos y, de esa manera, también las religiones se prestan para dividir a los humanos.

¿Qué moral tuvieron Hidalgo y todos los revolucionarios al mandar como carne de cañón a esas turbas de seres humanos a matar a otros iguales a ellos, pues el virrey hacía lo mismo? Si vemos desde esta pers-pectiva no hay ética porque los cambios no se dan por mera violencia, sino con inteligencia y bondad. Pudo haber cambios para tener una sola nación pero ahí estaban otra vez los conceptos de nuestros grandes re-volucionarios, que eran guerrilleros en busca del poder. Por eso hubo una nueva revolución que también festejamos, donde mataron a miles de hombres sin que se haya resuelto el problema.

La conciencia de la universalidad no nos quita nuestros rasgos parti-culares. Lo regional, la cultura, el folclor, florecen como ahora mismo en Michoacán, Colima, Jalisco y otras entidades cuyas expresiones y formas de vida son distintas, ya que esto se da por la condición ambien-tal; es decir, la región gesta su propia cultura. El problema es tratar de imponer esas particularidades a los otros, decir que mi religión o cultu-ra es mejor que la otra: es una posición estúpida.

¿Cuándo pararemos? Cuando el hombre se deslinde de todas esas sandeces y se hermane con los otros, como ciudadanos de la Tierra, en-tonces dejaremos de pelear por mostrar quiénes somos. Por eso digo que requerimos orden, pero uno universal para conservar al planeta y a nosotros mismos pues, de lo contrario, repetiremos la historia debido a los mismos errores del pasado.

Este ideal de bienestar social se alcanzará cuando, con conceptos más elevados, las personas entiendan que son ciudadanas del mundo. No sé cuán-do, pero sé que para llegar al ideal tienes que empezarlo a mencionar. Nos seguiremos amando entre seres humanos pero ya no nos seguirán divi-diendo quienes nos hacen morir por palabras como patria y religión.

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Por ahora los gobernantes nos condicionan y nos dividen. Si fueran honestos, deberían pensar cuál es su verdadero papel y ejercerlo, todos deberíamos pensar en esto y hacer un foro auténtico donde se debata al respecto. Si pudiéramos cambiar nuestros conceptos sobre lo propio y crear otros a largo plazo sobre el planeta Tierra, cambiaríamos total-mente nuestro modelo de desarrollo y nuestra tecnología, haríamos ciudades productivas y ecológicas, pues lo que sobra es territorio. Lo que falta es el conocimiento sobre nuestro papel en el mundo, sobre la forma en que podemos ayudarlo. Son cosas que el hombre debe pre-guntarse pero no desde la escolarización que implanta las ideas por con-veniencia, sino por nuestra disposición ética.

Capítulo 8

Economía natural

Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtener-lo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo. [...] El gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a alguna otra persona. Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien le quita lo que ha logrado con su esfuerzo, mi querido amigo: es el fin de cualquier nación.

adrian rogers

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El pueblo mexicano está en crisis económica, tal como está el mundo entero; esta crisis provoca padecimiento y podremos salir de ella hasta que logremos realizar un cambio de conducta porque, hay que decirlo, tal crisis puede ser superada: es un producto de nuestra forma injusta de convivir como sociedad y de frente al mundo natural que nos rodea. Lo que ocurre es que cada vez hay más controladores y cada vez menos productores de riqueza.

Cuando ocurre una crisis de los controladores de la economía, por ejemplo en la bolsa de valores, ésta perturba al verdadero productor porque en realidad es efecto de la manipulación del valor del dinero y esto da por resultado el padecimiento. Tenemos un verdadero padeci-miento y esto parece absurdo dado que tenemos un país y un mundo rico en recursos naturales, a pesar de que lo hemos depredado.

En la historia de la humanidad, el hombre siempre ha sufrido crisis y se ha recuperado, el problema es que esa recuperación le ha provocado incertidumbre y padecimiento antes de recuperar el equilibrio y esto podría parecer normal pero no lo es. Ocurre cuando el intercambio de esfuerzos entre los seres humanos (hay que recordar que sin esfuerzo no hay vida) es manejado por un controlador y no por la lógica de la economía natural: así se gesta el desequilibrio.

Este controlador puede ser un gobierno, un rey, un dictador, un lí-der, un partido político... en este caso, hablaremos del primero (go-bierno) como un “hacedor de irresponsables” y, por tanto, como un fac-tor de creación de problemas hasta llegar a la crisis. Por ejemplo, si el gobierno (como el mexicano) cobra vía impuestos más de lo necesario al productor por mediar el intercambio de su esfuerzo, simplemente ya no habrá beneficios para éste por lo que tendrá uno de dos caminos: a) Deja de producir y se convierte en un controlador, porque, mala-

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mente, éste vive mejor que el productor; o, b) Deja de pagar impuestos y sobrevive e intercambia “clandestinamente” su esfuerzo con otro ser humano.

En ese contexto el gobierno ya no puede subsistir porque no hay quien lo sostenga; sin embargo, el error de algunos gobernantes es co-brar más impuestos para sostenerse, dificultando la acción de los pro-ductores. Este problema no es solamente de México sino del mundo y se ha presentado a lo largo del tiempo. Antes de seguir deseo explicar que la pobreza es una consecuencia que, como la crisis, también puede ser evitable. Según los economistas (y conste que para mí no lo son, porque sólo estudian el control de la economía, sin considerar sus orí-genes), pobreza es no tener cosas materiales, en comparación con quien las tiene, pero esto no es pobreza. He conocido a gente que gana mucho menos viviendo mejor en el campo, en función de su buena educación y su sentido de protección de la Naturaleza, aún sin saber leer y escribir.

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La pobreza no debe ser comparativa en cuanto a quién tiene y quién no, física y materialmente hablando; la verdadera pobreza está en lo mental y en la posibilidad de vivir dignamente con los resultados del esfuerzo propio para lograr higiene, alimentación, salud y bienestar de vida. Eso no se logra con dinero. He visto casas pequeñas cuyos habi-tantes viven en armonía con el medio ambiente y otros, en las ciudades, donde viven en la miseria porque se abandonó un campo maravilloso al no saber explotarlo correctamente y al no aceptar cuál es la esencia de la vida: para qué estamos aquí, por qué vivimos. Eso es la verdadera pobreza, no el carecer de cosas materiales.

La pobreza y la crisis pueden evitarse si dejamos de sobreadministrar el esfuerzo del hombre, porque así haremos al pueblo responsable de su salud, educación y bienestar. Tales factores no son algo que pueda dar el gobierno pues, si el individuo las desea, se las tiene que ganar. Recor-demos que todo lo que el gobierno da, se lo ha quitado antes al pueblo.

La lógica actual es quitar a unos para dar a otros, lo cual no tiene buen resultado porque cada vez hay más pediches y quienes producen se retraen. Esta situación ha sido aprovechada por líderes inconsistentes que aprovechan la problemática para exigir al gobierno que, a su vez, exija más a los productores con el fin de sostener a quienes no lo son.

En ese sentido, la pobreza es un fenómeno creado en México y en el mundo; si ésta existe en muchos países, no obstante su riqueza natural, es porque los productores rurales han emigrado por millones a las ciu-dades para cubrir una demanda creciente de industria por parte de los países “desarrollados”, más y más hambrientos de energía para sostener su economía, controladora en el mundo; es decir, así como nuestra eco-nomía nuestro propio comportamiento es falso, porque se basa en el supuesto de que podemos depredar sin consecuencias. De esta suerte, o el hombre vuelve, con los conocimientos que ha olvidado o desdeñado, a recuperar el concepto de una vida armónica con la Naturaleza, que es la única que garantiza su vida, o definitivamente deberá padecer hasta enderezar su camino.

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¿Qué es riqueza? Es un concepto relativo. Pienso que la verdadera riqueza de un país no la constituyen sus recursos sino la forma de apro-vecharlos; es decir, con respeto a la Naturaleza y el prójimo. Si no, ¿por qué hay países con menos recursos que el nuestro con mejor calidad de vida? Por ejemplo, la citada Suiza, ésta no tiene ni el 5% de los recursos naturales que distinguen a México y es abundantemente rica en su acti-tud, respetando su entorno.

El principal creador de la riqueza es, entonces, quien ejerce con ar-monía las capacidades de su intelecto, su espíritu y fuerza física para producir (tan denigrada últimamente, al punto en que las escuelas ame-nazan a los chicos con “volverse trabajador” si no estudian); es necesario el equilibrio porque si sólo usamos el intelecto o el espíritu, forzosa-mente alguien tendrá que mantenerlos y, en contraparte, si sólo usamos la fuerza física, sin el conocimiento, a la larga afectaremos al medio ambiente.

Si todos los seres activos (de entre 15 y 60 años) utilizaran dichos elementos para producir (fuerza física, conocimiento y espíritu) en ar-monía con el entorno natural podríamos eliminar el 80% de la industria en el mundo, la cual (por cierto) requiere de un tipo de energía que está próximo a terminarse, y lo sabemos. El controlador al que aludimos es quien vive del productor de riqueza, controlando y mal pagando con sus prácticas injustas el esfuerzo de los demás.

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la Crisis en méxiCo

El hombre entra en crisis cuando se equivoca o abusa de su entorno; este entorno siempre le hace un llamado de atención, con la crisis y el pa-decimiento, y como el hombre no quiere padecer tendrá que encontrar otra vez su camino. Tal escenario se tiene en México, quizá con mayor intensidad con otras naciones, porque tenemos un problema creciente: la “obesidad” del gobierno. Éste se ha expandido y ha complicado su funcionamiento de tal forma que cada vez aumenta más el porcentaje de impuestos que se cobra al trabajador para sufragar, precisamente, su funcionamiento.

Hoy en día los gobiernos federales, estatales y municipales están lle-nos de gente “sabia” (consejeros, asesores y otros agregados) que di-rige un exceso de secretarías que son repetitivas en sus funciones, lo anterior por no mantener una comunicación entre sí. En su interior encontramos un sin número de vividores, aunque algunos no lo hagan de mala fe, y de su presupuesto se obtiene una gran cantidad de asocia-ciones civiles, institutos, cámaras, partidos políticos, etc., dedicados a ser redentores de la sociedad cuando en realidad sus acciones contri-buyen a obviar la responsabilidad para quien verdaderamente tiene que cultivarse para así lograr una mejor vida.

En ese sentido, el gobierno es un hacedor de irresponsables porque ha hecho al pueblo dependiente. El sistema de subsidios ha resultado, lejos de un beneficio, un veneno para la economía natural en México y en el mundo porque se sostiene por las contribuciones de los produc-tores de riqueza y evita, además, la responsabilidad que tenemos con nosotros mismos y con el medio ambiente.

La crisis se ha presentado en nuestro país porque el gobierno aban-donó el papel que le corresponde: ser un rector de la sociedad y aplicar

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leyes aprobadas con el pueblo, vía sus representantes, para el beneficio colectivo. Esto lo hace con diputados, la mayoría ignorantes de la fun-ción que ejercen y cuya comunicación con el ciudadano es casi nula; por lo tanto, el papel del orden gubernamental debe ser calidad necesaria, simplificando su ejercicio.

Esto anterior no tiene que ver, necesariamente, con política. Sobre cuál es el verdadero papel del gobierno, hay criterios de gente vividora del socialismo, el comunismo o el capitalismo (siempre tirándose la pelota unos a otros) que ven en la crisis del sistema no la causa, sino un problema de ideología. Dicen, por ejemplo: “El partido de la izquierda tiene que volver a gobernar porque el capitalismo provoca la explota-ción de nuestro país”, o al revés: “El socialismo ya no es factible”. Pero la respuesta no está en las ideologías, no está en los “ismos” es una cues-tión de sentido común. Toda persona consciente debe saber que para vivir en sociedad es necesaria la armonía y el respeto hacia la Naturaleza y la comunidad porque no se puede afectar al otro sin afectarse a sí mis-mo y que, justamente, ahí está el papel del gobierno: en aplicar leyes justas para que el pueblo viva en armonía.

Insisto, debe pues, ser administrador y vigilante de que las leyes se cumplan, convertirse en rector, y esto no debe depender del color de su bandera política. Necesitamos a un gobierno que sea árbitro de las reglas que los propios ciudadanos han puesto en juego para vivir armó-nicamente, para que yo no pueda contaminar el drenaje de la casa de mi vecino, para que un municipio no dañe el río que comparte con su vecino, para que el país no sea el tiradero de sus desechos de otro, etc.

El papel del gobierno es ayudar a la sociedad a vivir en equilibrio, no el de convertirse en educador o médico. Es verdad que se necesita la asistencia pública en algunos casos, es entendible que quien no tenga para pagar un hospital, por mala suerte o culpa nuestra, deba tener la posibilidad de curarse en un nosocomio público, en donde contribu-yamos todos. Porque hemos permitido que la burocracia sea el modus operandi de casi todas las instituciones que manejan los gobiernos ac-

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tuales. La prueba es que ahora mismo el Instituto Mexicano del Seguro Social (imss), a quien sostenemos por vía del gravamen, gasta el 80% de su presupuesto en administración y el resto en brindar servicios a la ciudadanía. Todo ello no trae sino una consecuencia: que el sistema de salubridad funcione mediocremente y que el trabajador obvie su res-ponsabilidad de procurarse salud.

Si evitáramos tal sobreadministración, incluso a las empresas, por-que también pagan mucho personal para rendirle cuentas al imss, po-dríamos acceder a mejores servicios y lo que hoy se gasta en burocracia serviría para mejorar la calidad de vida de los mexicanos.

Algo similar ocurre con la educación: el sistema mexicano, que está basado en el Artículo 3° de la Constitución, nos engaña diciendo que el gobierno nos educa (o debería educarnos) a través de una secretaría de Estado, que sólo él tiene la facultad de educarnos, porque ningún sis-tema puede hacerlo. Educar implica un cambio de conducta, de actitud, que parte de la formación libre y esto sólo se da en la familia. Confundi-mos el término enseñanza (antes la secretaría se llamaba “de la enseñan-za”, pero cambió el nombre) con formación o, peor, con información.

Actualmente existe un exceso de información en los planes de es-tudio impuestos por la Secretaría de Educación Pública. Si leemos el mismo Artículo 3° en sus fracciones vi y vii señala que los particulares podrán impartir “educación” en todos los niveles, siempre y cuando res-peten los principios de este artículo y, entonces, el pueblo cree que al mandar a sus hijos a la escuela o a la universidad se van a educar, cuando en realidad los están informando, sólo eso pues las universidades (pú-blicas o privadas) saturan de información y de carreras sus matrículas para justificar que son necesarias.

No es cierto que la educación es gratuita porque la pagamos vía im-puestos y sólo para que la mayoría del tiempo haya paros irresponsables ante la ineficiencia del pretendido rector o rectora, maestros y alumnos pues hay parques, plazas, espacios públicos o bibliotecas donde ejercer la enseñanza sin perder el tiempo.

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Otro ejemplo de la falta de eficiencia del sistema subsidiario es el de la basura. Ésta implica un servicio, es decir, si no separo mis des-perdicios limpios tengo que pagar por kilo producido el servicio de transporte y el funcionamiento de un relleno sanitario que cumpla (en el caso de México) la Norma 083. Si se pagara el costo real del servi-cio, éste empezaría, no por una conciencia ecológica sino por razones de economía natural, a dejar de producir basura: tendríamos centro de acopio y mandaríamos al relleno sanitario lo sanitario y no reciclable que es el 10%, para cumplir con los requerimientos de salud. En cam-bio, el Artículo 115° Constitucional ha señalado que el servicio de re-colección de basura es gratuito y que le corresponde a los municipios, así se hace más basura y se pierden más recursos naturales, haciendo más irresponsable al ciudadano y a los productores.

Lo anterior también ocurre con los recursos naturales: el ciudada-no no valora el agua, porque no paga, en realidad, lo que cuesta ex-traer y transportar el líquido, así que olímpicamente lo desperdicia. Por lo anterior, insisto en que debemos crear un gobierno pequeño, con funciones básicas necesarias, simples y eficientes. Una sociedad podría funcionar con la décima parte del personal que ahora sostiene un gobierno federal, estatal y municipal, siempre obeso.

Debemos responsabilizar al pueblo de muchas de las acciones que el gobierno malamente está realizando, porque podríamos vivir con el 10% de la burocracia que tenemos ahora, si es honesta, efectiva y está bien capacitada. La cuestión de qué hacer con ese 90% de trabajadores gubernamentales que quedarían inactivos con una reforma administra-tiva como la que se propone, lo cual puede resolverse de la siguiente manera: conforme a la ley, se les remunera la liquidación y se les da un año de gracia, con sueldo pagado, capacitándolos para que transiten del grupo de los controladores al de productores.

Es obligación de toda persona ser productiva y generar beneficios como parte de la comunidad. El exceso de personal no hace sino com-plicar los procesos de administración pública; además, después de un

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tiempo, esto provocaría un mejor rendimiento de las finanzas públicas y una baja en las cargas hacendarias para el ciudadano, convertido en un pueblo productivo que puede acceder a un intercambio de esfuerzos libre y justo.

Es obvio que tal acción tendría un alto costo político para muchos de los que se encuentran en el poder, pero debemos hacerlo porque la crisis del sistema nos afecta a todos los mexicanos y al resto del mundo. La sobreadministración (burocracia) del esfuerzo del hombre no genera beneficios para el pueblo.

Hay que decir que aún los países “desarrollados” sobreadministran sus recursos, si bien con fines diferentes. Las potencias gastan sumas bi-llonarias en ejércitos, armamentos y científicos para imponer su poder en el mundo, teniendo una burocracia bélica injusta. Todo esto lo costea el ciudadano para que su nación controle al mundo, pagando a los que sí producen menos de lo correcto pues así es como sostiene su estilo de vida, a costa de los otros. Se trata, entonces, de un tipo de burocracia dedicada al control del ser humano, la cual provoca padecimiento.

Eliminando la sobreadministración, los gobiernos contarían con más recursos económicos, bajarían los impuestos y esto provocaría que el empresario y sus trabajadores obtuvieran beneficios, redundando en la creación de un mayor número de fuentes de trabajo físico e intelectual en equilibrio. Continuar con el sistema actual implica un desgaste eco-nómico y material que no sólo afecta a la sociedad, sino al medio donde se gesta. Hoy demandamos cada vez más energía para solventar una cultura urbana nefasta, para hacer cada vez más esfuerzo y poner más tiempo en tránsitos innecesarios. El hombre urbano no produce rique-za. Una cosa es que intercambiando esfuerzos, información y servicios logre mantener la economía falsa que lo mantenga, pero esto puede sostenerse por siempre. Ha habido imperios que han durado décadas porque han roto el equilibrio.

¿Cómo evitar la sobreadministración del esfuerzo del hombre? Esto depende de la honestidad del administrador, de la ética y la moral de un

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líder, y ese es el problema pues contamos con gobernantes, tiranos, re-yes, líderes y partidos políticos que se han aprovechado de la ignorancia del pueblo para apropiarse de su trabajo y de sus beneficios, aunque al final han caído cuando la crisis los ha rebasado.

El abuso de los controladores podría evitarse si conociéramos qué rige, en realidad, al sistema económico. No es el ser humano quien rige, no obstante que siempre intente controlar, sino los regidores son los tres principios de la economía, que van ligados con los tres principios de la energía (que los gobernadores, legisladores y funcionarios de México deberían conocer):

1. Nada debe ser gratis. Un ejemplo, como muchos que podemos dar: cuando el gobierno dice “libro gratuito” miente porque está manipulando la información para justificar que deba “educar” y gobernar al pueblo, ya que en realidad éste paga dicho libro vía impuestos.

2. Nadie puede vender lo que otro no puede comprar. Tratar de controlar los precios, en ese sentido, es contraproducente. Por ejemplo, cuando el gobierno controla el precio del maíz provoca un desa-basto, del todo evitable si existiese el libre intercambio. Este no permite el abuso pues no se puede aumentar el precio de un pro-ducto si no hay un poder adquisitivo.

3. Cargar el costo ambiental a toda transformación de productos. La trans-formación de la energía o de materia representa siempre un costo ambiental que debe ser sufragado por el o los que lo hacen, ello para evitar el abuso y la mala disposición de los recursos pues, de lo contrario, se daña al entorno y se pone en riesgo la sustentabi-lidad. Si este costo se cargara a la venta del producto, por ejemplo el papel, esto obligaría a los productores a utilizar más racional-mente el bosque y el agua porque la materia prima le sería alta-

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mente costosa. Si cobráramos a la fábrica el costo por la transfor-mación de la celulosa de los árboles que necesita y deba sembrar, siempre habría árboles aunque el papel fuera más caro porque sería necesario renovar los recursos para seguir produciendo. Si le cobráramos a Pemex o a los transformadores de energía lo que cuesta recuperar el daño que provoca la extracción de petróleo, no estaríamos desperdiciando este recurso, sólo usaríamos el au-tomóvil para largas distancias y convertiríamos las ciudades para caminar y el tránsito de autobuses. La carga del costo ambiental implica que nadie puede depredar el ambiente para hacer más dinero.

De practicar estos principios naturales ya habríamos, por necesidad, optado por la energía renovable, que es más barata y menos contami-nante; también cambiaríamos nuestra cultura urbana porque la energía renovable necesita áreas verdes para funcionar, porque el 80% de las veces no puede utilizarse en las ciudades. Para lograr este cambio re-querimos de uno mejor: el cambio de mentalidad. Decíamos al comien-zo que se trata de actitud. Nuestro problema es que el ciudadano no se valora como una persona y esto hace poco digna la forma de vivir para la mayoría del mundo. El problema está en el individuo, en su ignoran-cia, su autodevaluación.

Vayamos a la causa, ahí encontraremos cuál es nuestro sentido de vida y dejaremos atrás a tanto controlador del esfuerzo del hombre. Hay que recordar que toda acción en lo social influye en el aspecto económico y que éste afecta tarde o temprano el equilibrio natural de las cosas, provocando crisis que, insisto, son completamente evitables. Si esto no es posible, si no nos hacemos responsables, el hombre tendrá que seguir padeciendo, se repetirá la historia. Si vemos al pasado, éste nos alerta que el problema será cada vez más difícil porque somos cada vez más.

Nuestro problema, entonces, es de actitud y conducta. Si el hombre entra en una relación equilibrada con su medio, con base en el cono-

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cimiento y la búsqueda de bienestar, no habrá límites para el planeta, seremos renovadores, constructores sin importar la cantidad, porque hasta la muerte produce riqueza cuando se le sabe tratar. Este planeta es maravilloso, sólo requiere de nosotros un compromiso ético y moral para vivir en equilibrio.

Capítulo 9

Privatización petrolera,¿eficiencia o falso nacionalismo?

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Para poder discutir o debatir sobre la privatización o no de Pemex, se debe saber:

1. ¿Qué es energía?

2. ¿Cuánto cuesta transformar energía y cuál de las energías en su transformación más conveniente?

3. ¿Para qué queremos esa energía?

4. ¿Podemos vivir con menos energía?

5. ¿Para qué sirve el gobierno y cuál es su función en este tema?

El tema de la privatización del petróleo en nuestro país se ha con-vertido en una especie de arma con la que los representantes de los partidos políticos se atacan entre sí, mas vale la pena exponer algunos aspectos que considero importantes en dicha discusión y que deberían tomarse en cuenta a la hora de decidir.

La sola mención del hecho de permitir inversión extranjera en la industria petrolera mexicana ha provocado la alarma de ciertos secto-res, que en defensa de un malentendido nacionalismo, o bien llevados por intereses de tipo económico, se pronuncian en contra del hecho sin considerar puntos fundamentales, como el mal manejo que ha hecho el gobierno mexicano de sus industrias, el costo ambiental que éstas han provocado y la sustentación de monopolios que atenta contra las leyes naturales de la economía.

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Pensar en la privatización del petróleo como un mero asunto de go-bierno es, creo, un error, porque la historia de nuestro país demuestra que las empresas del gobierno han sido ineficientes y altamente con-taminantes. Un ejemplo claro es Petróleos Mexicanos (pemex), al que nunca se le han cobrado los costos ambientales que ha causado; además, persiste un error en torno a esto, me refiero a la postura del gobierno al decir que nadie puede transformar energía y venderla, excepto él mismo; es decir, que crea un monopolio que en principio de cuentas resulta ineficiente dado que no se puede ser juez y parte porque, entre otras cosas, esto da paso a la corrupción y, por si fuera poco, el hecho va contra las leyes naturales.

Antes de proseguir referiré, a propósito de estas mismas leyes, que aun cuando nosotros no la inventamos, los seres humanos no podemos vivir sin energía, pero para transformar los recursos en energía se re-quiere de más energía y este proceso implica acción humana, infraes-tructura y un intercambio, ya sea de productos o esfuerzo entre seres humanos.

Hasta cierto punto, esta situación prevaleció en buena forma hasta 1800, cuando sólo se usaba el 10% de energía no renovable y un 90% de energía renovable; sin embargo, en su ambición el hombre creó una cultura urbana y perdió su relación con el medio ambiente. En su bús-queda de lo “más por lo menos” comenzó a controlar los recursos na-turales con más energía y vio en el petróleo, el gas, el carbón y otros elementos fósiles, un medio idóneo para lograrlo.

Cuando esto comenzó (en el marco de la Revolución Industrial) el gobierno no le cobraba a las empresas el costo ambiental, esto significa que si alguien transforma un recurso natural (agua, viento, etc.) tiene que pagar por la extracción de ese elemento y/o bien por el daño que cause la transformación del mismo. Antes de la expropiación petrolera, los países y México no hablaban de ecología, porque la Na-turaleza tenía una mayor capacidad restauradora, lo cual se ha perdido y por eso es necesario considerar qué es lo más adecuado para decidir

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sobre el manejo de dichos recursos. Cuando el gobierno “nacionalizó” el petróleo en 1938, en realidad hizo una estatización y un monopolio. ¿Por qué entonces a casi 80 años de distancia se sigue hablando que el petróleo es de los mexicanos? Éste, como otros recursos naturales, es de los humanos, de quien sea capaz de extraerlo y transformarlo cum-pliendo con las leyes internacionales y locales para no contaminar.

En realidad, estamos obviando las cosas al respecto. Se defiende este recurso como un emblema nacional pero el gobierno ha hecho mal manejo del mismo porque, como sostengo, no puede ser juez y parte, y tampoco debería sostener un monopolio. Por lo anterior, considero que la privatización de pemex implica, en este momento, hacer competitiva a esta industria, que se le pueda organizar de forma distinta, como a cualquiera que transforme libremente la energía en nuestro país, y en-tonces se le podrán cobrar los costos por el daño ambiental.

Antes requeriremos para ello a un verdadero gobierno, uno que sea rector y no productor. Pienso que el gobierno puede privatizar la in-dustria petrolera con los empresarios mexicanos o con los extranjeros, porque tanto derecho tiene un nacional como un extranjero de trans-formar la energía, siempre que cumpla con las leyes pertinentes, en tanto que es un ser humano y, como tal, está obligado a intercambiar productos, experiencias y tecnologías con sus semejantes. Hasta ahora no existe el país que no necesite de otro, así como no hay ser humano que no requiera de su igual.

En ese sentido considero necesario despojarnos de los conceptos pa-tria o nación cuando hablamos de privatización del petróleo en Méxi-co, pues éstos son obsoletos porque nos dividen como seres humanos. Quienes defienden esta postura olvidan que en la conformación del mundo humano, según reglas políticas y económicas, se construyeron fronteras para proteger las propiedades de su poder de cualquier ré-gimen (ya sea Monarquía, República) que a su vez defendía sus bienes bajo este mismo concepto divisorio (de esta forma se conformó Euro-pa, América y en sí, todo).

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La idea de frontera no puede defenderse en tanto que todos somos seres humanos y somos iguales, no deberían existir esos límites. Lo que sí debe existir es el gobierno con principios de orden humano por re-giones, porque el hombre necesita ordenamiento para vivir en armonía y en sociedad. En este caso hablamos del papel del gobierno para evitar que un ser humano contamine a otro por aprovechar más recursos na-turales o por sacar más con menos en la transformación del producto.

Esto es, el gobierno entendido como una ordenanza que trabaja con el pue-blo, redacta leyes consensadas y las aplica para vivir en orden; el pueblo, en tanto, cumpliría estas leyes si encuentra beneficio en respetarlas. Le-jos de esta posibilidad, en México prevalece una figura de un gobierno paternalista y cuando se habla de privatización se hace conforme a inte-reses creados; en los foros de los partidos políticos mayoritarios (pan, pri, prd, que además no sirven para nada en el sistema político mexica-no), se dice que el petróleo es de la nación pero nunca ha sido de esta forma porque el petróleo es del ser humano y, en todo caso, sus dueños serían los funcionarios y los líderes sindicales de pemex, así como ocurre con el recurso que maneja la Comisión Federal de Electricidad porque éstos, coludidos entre sí, son quienes se benefician de su explotación: al pueblo jamás le ha beneficiado tener una de las energías más caras.

El dueño del petróleo debería ser quien con esfuerzo y tecnología no contaminante pueda venderlo al costo que las leyes naturales de la economía lo obliguen. Digo que el gobierno ha jugado un mal papel respecto con la explotación del petróleo pues hoy, tras varias décadas de labor, existe incluso el riesgo de ni siquiera poder detener a pemex por la contaminación que produce, ya que al hacerlo se pararía a todo el país porque no hay otra opción: ni siquiera a los petroleros mexicanos se les permite transformar esa fuente de energía y venderla, aunque podrían hacerlo mejor: de ahí que piense que ese monopolio es injusto y que ha resultado contraproducente.

Por otra parte se encuentra el discutir este problema desde las pre-tendidas fuentes ideológicas respecto a si el capitalismo resolverá los

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problemas o será el comunismo, el socialismo... lo cual es una opción, muy banal, por cierto. Estas discusiones están de más, lo que se requie-re es de un gobernante que ordene leyes consensadas con su pueblo, independientemente de la ideología que diga tener.

En términos de la energía, y como quizá en muchos otros, el gobierno no puede ser juez y parte, a fin de que por su explotación se paguen, en efecto, impuestos que luego se ejercerían (si esto fuera ético y moral) en la supervisión del pueblo en materia de justicia, educación, o bien, infraestructura específica. En resumen: tratar de controlar las leyes natu-rales de la energía, así como de la economía, es ir contracorriente.

Para hablar de la privatización de pemex también hay que considerar que las empresas que ha creado el gobierno mexicano han resultado ser las más contaminantes y las más ineficientes. Ejemplos sobran: Ferroca-rriles Nacionales de México llegó a tener 5 mil carros tirados sin repa-rar y sin permitir su arreglo, además de 500 locomotoras abandonadas, entre otras cosas; eso sí: se las alquilaban a las empresas norteamerica-nas por medio de grandes concesiones. Otro ejemplo, como muchos podemos dar, es la recolección de basura en la Ciudad de México (y en el país en general), que ahora está a cargo de la autoridad, pero a ésta la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente no la sanciona y no le puede decir que tiene que aplicar la Norma 083, aunque tenga tiraderos de basura, porque implicaría un ataque político.

En ambos casos, si esto fuera de carácter privado, el gobierno podría encargarse de que las empresas en cuestión cumplieran con las normas respectivas, incluso, podrían éstas (en el caso de la basura) no cobrar los servicios a los ciudadanos si se hace una separación adecuada porque entonces podrían venderse los renovables, a la vez que se protegerían los recursos naturales. Así, el gobierno quedaría como rector y podría decir, por ejemplo: “Te quito la concesión porque no cumples con las normas establecidas”.

En otro sentido, también podría citar el caso de conasupo pues en su comienzo era en verdad una mala tienda, llena de cosas de pésima calidad

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y ahora la han suplido las tiendas de autoservicio, que ofrecen mejores productos y tienen buenas condiciones de higiene y estacionamientos, precisamente porque se han vuelto privadas y el gobierno las obliga, por ley, a cumplir con ciertas normas. Con ello se han evitado los monopolios y la gente puede elegir libremente entre una opción u otra en este sentido.

Así como el mito nacionalista se aparece con la mención del petróleo, también lo hace cuando se dice que las tiendas y empresas extranjeras dañan a México, porque no es cierto: sus empleados son mexicanos y el 80% de sus productos son hechos en el país; además, en materia ener-gética esto facilita al consumidor la compra porque en cuestión de poco tiempo puede obtener cosas diversas en un solo espacio. Entonces, no es que estas empresas sean malas, lo serían si fueran un monopolio del gobierno; puedo decir incluso que los pequeños negocios nunca se han perdido porque la finalidad última en todo esto es tener mejor calidad de vida como ciudadanos.

¿Por qué se van los mexicanos a Estados Unidos, ese país que tanto critican? Pues bien, porque su sistema es más eficiente que el nuestro y ellos no quieren que nosotros tengamos su sistema porque entonces ya no nos podrían explotar. ¿Por qué el mexicano gana más en ese país si nosotros tenemos más recursos? Tenemos 10 mil kilómetros de costa, diferentes clases de clima, más energía solar, pero ¿por qué hay pobre-za? Porque el paternalismo que ha sostenido el gobierno mexicano, de quitarle a uno para darle a otro, no funciona pues no se puede controlar, así como no se puede controlar el tráfico de drogas. Tratar de hacerlo, en materia económica, significa depender más del control y tener a me-nos gente produciendo: no se puede hacer más riqueza del control de la riqueza, dado que se burocratiza y se obvian responsabilidades.

Decir que el gobierno puede sostener a la ciudadanía implica un po-pulismo prácticamente perverso, porque hacer esto posible significa que, por ejemplo, se le quiten recursos a la gente que produce para dárselo a los “pobres” y en este quitar y dar se pierde el “dar por admi-nistración de lo productivo” y, además, nace la corrupción.

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En el caso de pemex esta corrupción es visible, ¿dónde están los funcio-narios que hacen las concesiones de la venta del petróleo al extranjero? ¿Dónde están las concesiones que hace la compañía, con comisiones, de la compra de gas y petróleo refinado, ambos extranjeros, para México? Es sabido que los funcionarios y líderes de Petróleos Mexicanos usan prestanombres para algunos negocios y que van a bancos extranjeros a depositar dinero mal habido por la venta de estas concesiones. Pero si pemex fuese privado, la empresa no podría hacer esto porque sería un suicidio, no podría robarse a sí misma; tampoco se elegiría a su director políticamente para manejar intereses de energía, en colusión con los extranjeros, como ocurre, y se evitaría el monopolio porque la explota-ción del recurso también estaría abierta a petroleros de cualquier país, siempre y cuando cumplieran las leyes establecidas: esto sería privatizar el servicio, no monopolizarlo.

Si la empresa que transforma petróleo en energía, con el costo que ello implica, estuviera obligada a cumplir mediante la rectoría del gobier-no con las normas internacionales sobre protección al medio ambiente, o bien, caso contrario, perder su concesión para la explotación del recurso, no habría pasado lo de pemex, que nunca ha pagado estos costos no obs-tante que siempre ha acabado con los yacimientos sin reparar los daños: ahí están Minatitlán y Coatzacoalcos, Veracruz, y las refinerías de Tula y Salamanca, etc., para comprobarlo. Esto ha ocurrido porque, como de-cíamos, el gobierno no puede ocupar ambas caras de la moneda ya que sus acciones quedarían impunes.

¿Por qué se le permitió contratar los dos últimos reactores nucleares para el país, que por cierto nadie quería por contaminantes, para for-mar la termonuclear en Laguna Verde, si era peligroso? ¿Sabían ustedes que los desechos radioactivos de la planta se están quedando ahí mismo? No hay depósito en el mundo para tratar la radiactividad, que tardará mil años en degradarse. Solucionar estas cosas es la responsabilidad de nuestro gobierno, pero si éste es el mismo que contamina, ¿quién va a ser su rector?

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Si se estudia la historia de la humanidad se podrá ver que los pro-blemas ambientales, así como las crisis económicas, son producto del abuso y el intento de control sobre las leyes naturales, porque se piensa que pueden ser controlables para ganar más aunque sufra el pueblo, pero así se han destruido los imperios.

Por último, quiero hablar de nuestra necesidad de la energía. Recor-demos que en este caso los seres humanos podemos vivir con menos energía de la que utilizamos ahora. Los gobiernos y las empresas pri-vadas, las nacionales y las extranjeras en el país, siempre nos dicen que necesitamos más energía puesto que a ellos les resulta un gran negocio. En realidad, aunque nos es necesario, no lo es en las dimensiones en que se maneja dada la cultura urbana.

Cuando las sociedades eran rurales no necesitaban lo que ahora se procura, entonces, si nuestras sociedades encontraran un punto medio entre lo urbano y lo rural, no habría tanta demanda de energía. Lo ante-rior en tanto que la primera energía (no contaminante) es la que la Na-turaleza nos dio, la propia, la que al no usarse, se deforma. Si entre los 15 y 60 años (que es el período activo) del ser humano, éste usara tres horas al día esta energía en armonía con la Naturaleza, desaparecería el 80 % de la industria en el mundo. Esto, claro, no se hace, pero se omi-te con ello un previsible choque en el futuro, cuando por necesidad el hombre quiera utilizar de nuevo su fuerza física y no pueda hacerlo. No tendremos recursos naturales y el problema será bastante serio porque nuestra cultura demanda cada vez más energía fósil aun cuando es finita y representa altos costos económicos y ambientales.

Capítulo 10

Hacia un buen desarrolloindustrial y comercial

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Para el desarrollo industrial y comercial en una entidad municipal es necesario analizar lo siguiente: 1) Si hay necesidades; 2) Qué tipo de industria y comercio se requiere; 3) En qué lugar; y, 4) Quién la debe hacer.

¿Hay necesidades?

Parecerá obvio hacerse esta pregunta pero partiendo del principio don-de nuestra comunidad es una parte de una población y ésta a su vez representa una parte de nuestro país y éste es parte del mundo y que todos necesitamos vivir (y vivir bien), tenemos que fijarnos si contamos con tierra para la agricultura, minas, agua, clima, energéticos, gente y ésta con qué condiciones de vida y cultura cuenta. Porque sería innece-sario industrializar sin antes conocer nuestras necesidades y así poder transformar primero los recursos con que se cuenta.

Hay que recordar que así como deseamos vender nuestros productos internamente y luego en el exterior, es necesario comprender que las demás entidades del país y del extranjero tienen la misma necesidad y que sólo relacionándolas con un intercambio justo y equilibrado se podría industrializar y comercializar de una manera más justa y dura-dera la economía de una entidad y del país. En resumen, proponemos a las autoridades correspondientes un inventario de nuestra entidad para detectar las necesidades antes mencionadas.

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¿Qué tipo de industria y comercio se requiere?

Conociendo los recursos naturales podemos determinar qué tipo de industria se puede desarrollar sin dejar de conocer primero lo que ya existe en la entidad y fuera de ella. Debemos tomar en cuenta la crisis que vivimos y que hay muchas industrias ya existentes que tienen una capacidad y equipo instalado desaprovechado, el cual en estos momen-tos podría cambiar de giro para fabricar productos que demandan las necesidades existentes. Proponemos a las autoridades correspondientes que conozcan y den a conocer lo que ya existe.

¿En qué lugar?

Partiendo de que ya conocemos las necesidades, las industrias ya exis-tentes y el tipo de industria a desarrollar, el lugar ideal es donde sus insumos estén lo más cerca posible para evitar costos por fletes, toman-do en cuenta que no se debe afectar a la población por contaminación. La tendencia que debemos evitar es la concentración de industrias que se colocan en poblaciones saturadas por ser fácil de comercializar los productos, sin tomar en cuenta que se perjudica seriamente a los mu-nicipios en la provincia porque no se desarrolla, aparte de agravar más los problemas por concentración en las urbes saturadas y contamina-das, incapaces de dar servicios de agua o vías de comunicación, con terrenos con valores muy altos por especulación. Proponemos que las autoridades del gobierno definan, con un estricto control, los lugares permitidos para desarrollarse y, más importante aún, los lugares que no se pueden desarrollar pues debemos recordar un principio: la gente se concentra donde haya oportunidad de desarrollarse.

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¿Quién lo debe hacer?

Indudablemente lo debe hacer toda persona o personas y compañías responsables, no importando su nacionalidad, siempre y cuando tengan los conocimientos básicos según la especialidad de la industria y comer-cios que deseen invertir para el desarrollo del municipio y asimismo de la región. No basta que existan y que deseen invertir, sino hace falta algo más importante: confianza, seguridad, garantías y facilidades con base en los siguientes razonamientos.

En los principios de la humanidad los hombres, mientras estaban solos, trabajaban únicamente para comer, pero como fueron pasando los años tuvieron que aprender (para sobrevivir) a trabajar en el cultivo de la tierra, en el vestido, en la construcción de casas, etc. Con esto se dieron cuenta que debían organizarse puesto que empezaron a re-producirse con más rapidez y es así cuando nace la necesidad de tener una dirección que tenga mando y autoridad con conocimientos, que en otras palabras se llama gobierno.

Entonces escogen al más capacitado, inteligente y justo para que los gobierne pues mientras no haya cambio en ellos sobrevivirán para toda la vida. Pero ¿qué pasa si alguna de estas partes falla? Si es el pueblo y tiene un buen gobernante se corrige, pero si es el gobierno y éste no quiere reconocer su incapacidad para gobernar, para que el pueblo no lo quite debe recurrir a hacerse poderoso y se mete a producir y a controlar lo que le corresponde al pueblo, para no ser controlado por éste, que es el único que tiene el derecho y el deber de elegir su dirección.

No obstante, si el gobierno produce y al mismo tiempo dirige, ¿quién va a tener la autoridad de mandarlo, dirigirlo y juzgarlo? Y como no hay quien ¡él no puede ser juez y parte! Por ello empieza a nacer la corrupción, la falta de productividad y la falta de responsabilidad. Para demostrar estos razonamientos vamos a recordar qué tenemos, qué ha pasado y qué está pasando.

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• ¿Qué tenemos? Un país de 2 millones de km2 que tiene buen clima, que tiene muchos días soleados, 10 mil km de costa, rica en peces y bellos paisajes, que tiene todos los minerales para ser autosufi-ciente, que tiene tierra en abundancia con relación a su población para alimentarla, que tiene energía suficiente para cubrir las ne-cesidades de la tecnología actual del país... pero una cosa es tener y otra es aprovechar para el beneficio del hombre y de los recursos naturales con la mejor calidad y al menor costo posible.

• ¿Qué ha pasado? Mientras el gobierno no intervino en la parte pro-ductiva, exportábamos nuestros productos y con esto importá-bamos libremente tecnología y maquinaria necesaria para seguir produciendo. Porque se debe tener en cuenta que los demás pue-blos necesitan hacer otras cosas que a nosotros nos sirven, puesto que no tienen lo que nosotros tenemos y hacerlo de esta forma no es ser subdesarrollado como tanto se dice, sino aceptar la rea-lidad, porque tan humanos son ellos como nosotros.

• ¿Qué está pasando? El gobierno, por su falta de capacidad y para mantenerse en el poder, ha intervenido poco a poco en la parte productora:

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a) Expropiando y haciendo empresas

En el cultivo de la tierra con el ejido y comercializando sus productos y controlando sus precios de venta. (En la actualidad importamos ali-mentos y miles de mexicanos, necesarios para producir, se deben ir a trabajar a países con otro sistema de trabajar la tierra para poder subsistir.)

En la industria azucarera con la expropiación de los ingenios. En el pe-tróleo con la expropiación y haciendo industrias petroquímicas. (En la actualidad importamos petroquímicos y dinero para seguir exportan-do petróleo con pérdidas.) En la energía eléctrica con la expropiación: tenemos servicio deficiente, malo y caro. Y así podríamos mencionar cientos de industrias paraestatales de la Federación, de los estados y de los municipios como producción del cine, en la televisión, en el transporte urbano, en el transporte aéreo, productoras de leche, etc. Pero eso no es todo, si le agregamos que todas estas empresas están subsidiadas por el gobierno: con el dinero de las personas.

b) Haciendo no rentables a las empresas privadas

Exigiendo el pago de impuestos a diestra y siniestra:-Traslado de dominio.-Impuesto predial.-Impuesto al valor agregado.-Impuesto sobre productos del trabajo.-Impuesto sobre erogaciones al Estado.-Impuesto de tenencia de automóviles-Impuesto al ingreso global de las sociedades mercantiles.-Impuesto sobre honorarios por actividades profesionales.-Impuesto al consumo de agua.-Impuesto por servicio de teléfono.

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-Impuesto al consumo de gasolina y energía eléctrica.-Obliga estar afiliado al imss. -Obliga a pagar cuotas por autopista.-Pago por derechos.-Inspección de equipo mecánico.-Derechos por inspección de recipientes.-Licencia de funcionamiento al Estado.-Licencia de funcionamiento municipal.-Aportaciones al Infonavit. -Cobro por cooperación, repavimentación o construcción de calles. -Y como si esto fuera poco, con el salario que ganan en las empresas de-

ben pagar impuestos en el lugar donde viven y en lo que compran.

¿Qué pasará cuando el gobierno sea ambas partes? No le quedará sino un solo camino para no desintegrarse, quitándole la libertad a la gente. En resumen, enfatizamos que el Estado debe ser rector y no con-trolador y productor. Proponemos frenar el hacer y participar en empresas industriales, agrícolas y comerciales. Que los impuestos que se generen en los municipios se reintegren en servicios y en obras de infraestructura en el mismo lugar del municipio.

Para deshacernos de tanto burócrata improductivo debemos simpli-ficar la forma de pagar impuestos y de aplicar las leyes, hacerlas senci-llas para un pueblo sencillo y no para abogados y funcionarios vividores, que nacen de la complicación de tratar de entender nuestras leyes. Para poder realizar esto es necesario liquidarlos justamente conforme a la ley, para que de hoy en adelante pasen a la parte productiva y no con-troladora. Con el mismo dinero que nos cuesta mantenerlos, a los tres años, en lugar de subir impuestos éstos pueden disminuir puesto que ya no mantendríamos a tanta gente improductiva.

Capítulo 11

Educación no formal

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Entendemos la educación no formal como la enseñanza que hemos ad-quirido o impartido libremente a través de la conducta de la sociedad. Ojalá toda la enseñanza fuera libre, que de hecho lo es, pero casi todas las personas ignoran que pueden enseñar y aprender libremente y esto se debe a que el sistema de enseñanza autoritaria del Estado se ha arro-gado a sí mismo como el único “educador” dictando normas de cómo, qué, para qué y cuándo enseñar.

La mayoría de los seres humanos (desde que hacen) pueden ser di-recta o indirectamente buenos maestros o alumnos hasta que mueren, y aún muertos pueden perdurar sus enseñanzas y su ejemplo. Las ex-periencias generadas por esta práctica donde hemos tenido que plan-tear libremente el problema ambiental y enseñar posibles soluciones, nos proporcionaron una prueba de cargo contra la escuela tradicional y contra el sistema entero al que sirve; esta práctica verdadera de enseñar libremente se enlaza con las corrientes auténticamente renovadoras de la pedagogía.

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edUCaCión no Formal

Se dice mucho, y se dice bien, “es cosa de educación” cuando se ve un comportamiento adecuado o inadecuado; por ejemplo: cuando vemos tirar una lata por la ventana de un automóvil, insultar a una persona, escupir en alguna parte, gritar en un auditorio, maltratar un árbol… Ejemplos podemos dar muchos pero todas estas acciones (por lo gene-ral) hacen daño a alguien, a algo o a todos.

Cuando asistimos a un congreso o foro sobre algún tema no solamen-te ambiental sino de otros tópicos, se concluye diciendo (y es correcto) que es “cosa de educación” y la mayoría concluye que se debe educar. Se dice también, o se cree por el pueblo (entendiendo pueblo como fun-cionarios, gobernantes y gobernados), que “hay que educar a la gente”, que los padres educan, que educa la escuela, la universidad, la academia, las iglesias; que nuestro gobierno “nos educa”, pero si los funcionarios o profesores no están educados, ¿cómo pretendemos que nos eduquen?

Se confunden sistemas de enseñanza: instrucción con educación. Te-nemos que reconocer que ahora somos mal educados, no sólo con nues-tro ambiente sino con el prójimo, lo que puede ser todavía más grave. En pocas palabras, estamos en una crisis de conciencia a pesar de que hay menos analfabetas y más escuelas, más universidades, libros, congresos, fotos, leyes y normas, inclusive sobre educación y educación ambiental.

Pero la mayoría no se ha preguntado ¿qué es educación? Por eso creo que caemos en el error de querer solucionar el problema solamente enseñando. ¿Por qué solamente enseñando no podemos educar? Por-que la verdadera educación tendría que resultar o tener como producto ineludible un comportamiento adecuado que viene dentro del ser de las personas hacia fuera, que se forja con la voluntad después de estar conscientes de que nuestras acciones no son las adecuadas.

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Entonces ¿cómo podemos hacer que realmente se eduque así la gen-te? Podemos hacer que se eduque la gente yendo a la raíz del proble-ma, a la causa de nuestro comportamiento. Hay que recordar que los problemas se resuelven por las causas y no por los efectos y ¿cuál es la verdadera causa de nuestra mala actitud con la vida y nuestro medio ambiente? En general, y para la mayoría, creo que en orden de impor-tancia son la ignorancia, el mal ejemplo, la flojera e irresponsabilidad.

La ignorancia provoca actitudes inadecuadas pues desconocemos que con nuestras acciones podemos hacer daño. Cuando ignoramos el por-qué de nuestras actitudes, cuando no estamos conscientes de nuestra vida y sus efectos en el medio ambiente, cuando desconocemos por qué existimos como seres humanos aquí y en este tiempo en la vida de la Tierra, cuando estamos recibiendo continuamente de la sociedad y los medios de comunicación más señales deformativas que formativas: provocamos malos hábitos y con ello mal ejemplo a los demás, lo cual fo-menta la flojera pues nos han inculcado (consciente e inconscientemen-te) el “hacer más” con menos esfuerzo físico, el controlar más para tener más cosas materiales, el admirar más la obra del hombre que la obra de la Naturaleza, el demandar cada vez más energía y tener más objetos físicos y “bienestar”, desperdiciando cada vez más recursos naturales y generando productos peligrosos.

La mayoría de los seres humanos, no solamente en nuestro país sino en el mundo entero, no actúa de mala fe, aunque otros sí, pero si acepta-mos que hay deterioro ambiental y contaminación entonces ¿por qué no cambiamos? Creemos que no cambiamos porque no nos interesa cam-biar y esto es lo que nos hace irresponsables. Si aceptamos la causa de nuestra mala educación tendríamos que dar las acciones para lograr que las personas se eduquen, es decir, comenzar comprometiéndonos con el cambio de nuestras conductas.

Para la ignorancia no hay más que la instrucción o la enseñanza de la realidad del porqué de nuestras acciones, enseñar las alternativas que tenemos más viables para salir adelante. Pero no basta solamente lo

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que es el primer pilar de la educación, porque quizá hay buena ense-ñanza pero no hay buen ejemplo, y si no se es congruente con lo que se dice no podemos esperar que la persona o nuestro pueblo se edu-que así. Vamos a dar un ejemplo de muchos que puede haber: se puede enseñar que el generar basura contamina, que son recursos naturales que perdemos y que en su degradación no controlada provocamos con-taminación, que los desperdicios no revueltos se pueden reutilizar o reciclar. Pero de nada sirve toda esta enseñanza si quien lo dice genera basura o permite hacerla, como en el caso de nuestras instituciones que “cuidan el medio ambiente” o las escuelas, incluso las universidades o sus directores.

Ojalá que con la enseñanza y el ejemplo fuera suficiente, pero aún no lo es, por consiguiente: se le enseña a una persona o al pueblo cómo no generar basura y se le da el buen ejemplo no generándola pero, por otro lado, el gobierno recoge todo lo que tira de manera “gratuita”, ello en apariencia pues pagamos el servicio vía impuestos. Se permite desechar productos que pueden y deben reutilizarse o reciclarse, se permite hacer productos desechables, se permite hacer productos no retornables y no reciclables, en una palabra, no se le crea la necesidad a la sociedad de que resuelva lo que inventa, comercializa y consume cubriendo el costo real de los servicios y los daños ambientales que esto ocasiona.

Por lo general cuando se dan los tres pilares de la educación: instruc-ción, buen ejemplo y crear necesidades, ya casi no se necesita la autoridad; sin embargo, no podemos prescindir de ella porque ésta se encuentra para los irresponsables que siempre hay y que realmente son los menos en el mundo, pero por ellos se mantienen sistemas equivocados, abusi-vos e incluso corruptos.

¿Por qué habiendo autoridad no hemos logrado educarnos? Porque también las autoridades necesitan educarse si realmente queremos bue-nos resultados, ¿cómo creer que nos van a educar si los gobernantes (en su mayoría) son mal educados y emanaron de nuestra mala educación?

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Tal vez les conviene que seamos mal educados para justificar “gober-narnos mal”, ya que a un pueblo educado casi no se le gobierna, se le administra su esfuerzo con honradez. Solamente cuando se desboca, a una máquina se le pone un “gobernador” (mecanismo regulador) o para controlar a una bestia se le pone un bozal con correa y chicote.

Aunque los buenos resultados sean a más largo plazo, debemos em-pezar por educarnos a nosotros mismos. Libros que nos ayudan y nos dan alternativas sobran y con nuestra buena educación dar el ejemplo crearía necesidades a los demás, empezando por nuestra familia y si se tiene más capacidad con la sociedad y, por qué no, con sus gobernantes representantes y “educadores” puesto que, si bien todos somos respon-sables del ambiente o daño a la Naturaleza, ellos son más responsables del ambiente o daño a la misma, son más responsables quienes más poder e influencia tienen.

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iniCiativa de la ley

para el Cambio al artÍCUlo 3°de nUestra ConstitUCión

Toda persona tiene el derecho a enseñar y aprender libremente y a co-brar o pagar lo que crea conveniente por la enseñanza o aprendizaje adquirido. Es responsabilidad del ciudadano educarse libremente para el bien de su familia y de su país, de cumplir las leyes y del gobernante aplicarlas. Razonamientos que dan fundamentos para la iniciativa de ley:

• Es innato en el ser humano aprender y enseñar para sobrevivir.

• Cualquier cobro innecesario o abusivo, ya sea legal o no, reper-cute en pobreza en la sociedad. El decir que la “educación” es un servicio gratuito ha sido un engaño a la sociedad pues la pagamos vía impuestos, quitándole la responsabilidad a la propia sociedad de aprender y enseñar libremente, imponiéndole un “conoci-miento” obligatorio. Por cada peso que se cobra para la “ense-ñanza”, 80 centavos se pierden en administración burocratizada con un alto grado de deficiencia y nulo control de corrupción sindical.

• No todo lo que se legaliza es justo.

• Lo verdaderamente justo jamás podrá ser legislado.

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• Si las leyes de los estados y municipios se basan y están sujetas a una “ley superior” y ésta es errónea, no podrá nunca haber una reforma de ley estatal adecuada: el Artículo 3° de nuestra Cons-titución es erróneo, le quita a la sociedad la libertad (que es lo más sagrado que tiene) de enseñar y aprender libremente, de hecho, es anticonstitucional.

• Nadie puede vender (una enseñanza, un trabajo físico o intelec-tual, una cosa, etc.) lo que otro no pueda comprar: cualquier control será inútil.

• Nadie tiene la verdad absoluta, será verdad mientras que otros con fundamentos comprueben lo contrario.

• La “verdad” impuesta no sirve.

• El ser humano, cuando no cambia por razonamiento, cambia por padecimiento.

• Cuando el ser humano en lo individual, o con la sociedad, se equivoca (pues es válido equivocarse) o abusa de sus actos y no se da cuenta que perjudica, o se da cuenta y no le interesa cambiar, aun así, siempre cambia para bien, por las mismas leyes naturales que lo crearon o lo sostienen, o bien, lo destruyen.

Causas Acciones

Mal educado

Ignorancia Enseñanza

Bien educado

Malos hábitos Buen ejemplo

Flojera Crear necesidades

Irresponsabilidad Autoridad

Consecuencias Efectos

Contaminación Limpieza

Padecimiento Salud

Pérdida de recursos naturales

Ahorro de recursos naturales

Afecta la economía familiar y de la nación

Fuentes de trabajo

Subdesarrollado Desarrollado

Curitiba, Brasil, es la ciudad del mundo con más metros cuadrados de área verde por habitante.

Capítulo 12

“Si votas por mí...”

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propUesta CiUdadana

para Un nUevo Gobierno

Pueblo, te han engañado y pareciera que te gusta ser engañado, que te gusta hacerte creer que debes ser gobernado pero ¿crees que yo o al-guien más tenga la capacidad para gobernarte? No hay ser humano que pueda gobernar a un pueblo que no quiere cambiar, que no quiere edu-carse; sin embargo, crees que alguien te va a sacar adelante sin esfuerzo.

Pienso distinto y por ello, te advierto, es posible que no votes por mí, pero si lo haces debes saber que no te prometo resolver tu situación ni cambiar tu vida. Sólo te prometo realizar, siempre mediante leyes con-sensuadas, los siguientes cambios:

• Primero le quitaremos el poder a mi figura como presidente de la República, porque no es correcto que un solo ser humano, igual a ti, tenga tanta responsabilidad en las manos, ¿acaso el presidente no es el que ejecuta mediante funcionarios honestos el mandato del pueblo?

• También vamos a quitarle el presupuesto a los partidos políticos, pues ¿qué no hace falta dinero en este país? Estamos en contra del uso indebido de recursos naturales, humanos y financieros para el mantenimiento de la política, que genera contaminación mental, ambiental, visual, acústica y merma la riqueza de la na-ción. Si les quitamos ese presupuesto lograríamos que aparezcan políticas conscientes que con su trabajo con el pueblo hagan polí-tica ejemplar. Sabemos que es válido hacer política, que es válido reunir gente con un motivo o un ideal, pero no lo es si se hace con el dinero del pueblo.

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• Vamos a prohibir (insisto, con leyes consensuadas) que se pida un préstamo financiero al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial o cualquier otro organismo, porque sabemos que lo co-brarían abusivamente. En México hay recursos materiales y dine-ro con suficiencia, lo que no hay es una administración correcta y esfuerzo del pueblo en bien del conjunto social.

• Vamos a disminuir los impuestos reduciendo y simplificando el aparato burocrático, haciéndolo responsable y eficiente de su tra-bajo, para que los que trabajan tengan beneficios de su esfuerzo.

• Prohibiremos que las ciudades saturadas de población puedan cre-cer sin cinturones verdes. No es correcto que los centros urbanos, que demandan tanta energía, se sostengan a costa del sector rural mediante una industrialización a la que se considera erróneamen-te símbolo de progreso y desarrollo. En México sobran áreas ver-des, por eso es increíble que el 70% de la población viva arriba de los 600 metros del nivel del mar, hacinada en el 2% del territorio (que es de más de 2 millones de km2), cuando tenemos 10 mil km de costa con un clima adecuado.

• Tomaremos medidas concretas para que no se siga concentrando a los individuos en los núcleos urbanos, para detener esa urbani-zación irracional que trae efectos nocivos en el medio ambiente y en la propia vida de las personas, porque les quitamos su cualidad de trabajar física, intelectual y espiritualmente con la Naturaleza. Entonces, si votaras por mí, en adelante el desarrollo de este país se dará en el marco de un crecimiento urbano donde las áreas ver-des sean proporcionales a los metros cuadrados de construcción.

• Mediante leyes consensuadas, ciudadano, no permitiremos que se siga produciendo basura y tomaremos medidas para que seas responsable de lo que revuelves, de lo que tiras sin ser reciclable o incluso lo sanitario. Te haremos saber que generar basura tiene un costo y que si tú lo haces tendrás que pagar directamente por el volumen producido. No es correcto que las leyes municipales

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dictaminen que el servicio de limpia sea gratuito, pues tiene un alto costo y por eso nunca alcanza el presupuesto para resolver lo que produce un ciudadano que el mismo sistema ayuda a ser irresponsable.

• Tampoco continuaremos con la actual política de combate a las drogas, pues representa un gran costo de recursos humanos y fi-nancieros sin atender a las causas del problema. Prohibiremos la penalización de un consumo que, por conciencia y conocimiento de causa, debe cambiar el ciudadano. Esto es que si te quieres dro-gar, podrás hacerlo, pero a sabiendas que como gobierno no po-demos estar salvándote y cuidándote, porque además le estás con-sumiendo a otro que se vuelve irresponsable al venderte droga.

• Convertiremos el Ejército Mexicano en un ejército verde, prime-ro reduciendo su tamaño y mejorando su sueldo, pero será verde porque no creo en armarlo para una guerra que como país nunca vamos a tener y, en caso de tenerla, que nunca vamos a ganar por-que nadie ha ganado la guerra. Decir lo contrario es un pretexto para hacer armas de alto poder para “controlar” al mundo, con lo cual siempre se repite la historia; en cambio, nuestro ejército se dedicará a cuidar las áreas verdes necesarias y las reservas naturales protegidas (que por cierto no están definidas en nuestros territo-rio y por ello haremos algo al respecto, porque son imprescindi-bles para purificar la atmósfera, recargar los acuíferos y mantener el equilibrio entre las construcciones del hombre y la Naturaleza). Este ejército se encargará de definir tales áreas y estará preparado para cuidarlas.

• Dictaremos nuevas leyes sobre la transformación de la energía: todo el que quiera transformar energía en México podrá hacerlo pero tendrá que pagar el costo ambiental por ello porque la ener-gía no es gratis.

• En ese sentido, no permitiremos que Petróleos Mexicanos (pe-mex) siga contaminando el medio ambiente sin responsabilidad al-

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guna, como lo hacen quienes depredan los bosques para producir madera y celulosa. El petróleo es un recurso finito que debemos cuidar. Si el usuario quiere usarlo tendrá que pagar el costo am-biental que conlleva su transformación; igual para el que transfor-ma el árbol en madera (o celulosa) y energía: tendrá que sembrar y cuidar lo que corta.

• Promoveré el uso de la energía renovable que, es cierto, implicará un cambio de crecimiento urbano y de sistema para el país, pero es necesario porque no podemos sostener ya la demanda ener-gética de las sociedades contemporáneas y menos aún la de una economía artificial. Nuestro desarrollo futuro estará basado en una nueva educación que encauce a una actitud ética, eficiente y responsable del individuo y la sociedad para con el entorno, pon-derando la productividad natural sobre la económica.

• Antes debo hacerte saber, pueblo, que la energía renovable no funciona eficientemente en las ciudades porque requiere de áreas verdes, de sol, aire y viento, elementos que ya no abundan en éstas porque además el hombre urbano demanda grandes cantidades de energía. Por ello también reconoceremos el esfuerzo del hombre rural quien con sus conocimientos y esfuerzos produce energía, empezando por la energía metabólica que crea en armonía con la Naturaleza y sus formas de producir: dejaremos de controlar los precios de sus productos.

• Otra cosa importante que haremos será reconocer la propiedad privada, algo que en los hechos no existe en el país. Llevamos más de 100 años con la Secretaría de la Reforma Agraria para que se regule el régimen de propiedad sin lograrlo, pero ahora, con la nueva tecnología será muy fácil marcar propiedades para que se cuiden. Convertiremos al ejido en una propiedad real para evitar que sus suelos se sigan transformando irresponsablemente.

• No permitiremos invasiones, pues no me explico cómo nuestros gobiernos han permitido este atropello (habiendo dueños del eji-

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do la tierra comunitaria o la propiedad privada), permitiendo la regularización del mismo. Si la autoridad nos dice que hay inva-siones es porque no ha cumplido con su responsabilidad. Con mi administración no habrá invasiones y podrás construir en un lugar determinado pero de acuerdo con las reglas de urbanización, con espacios bien definidos y con áreas verdes, es decir, sin una utili-zación ilegal del suelo.

• Si votas por mí en adelante haremos entierros verdes, es decir, que no habrá más camposantos con tumbas de piedra o cemento ni incineraciones que son altamente contaminantes, sino amplios jar-dines donde los deudos depositen a sus muertos aprovechando su degradación natural, fertilizando la tierra para plantar sobre ellos un árbol que no sólo sirva de recuerdo vivo de quien se fue sino que aporte al equilibrio ambiental del que estamos tan necesitados.

• En consenso, buscaremos la promulgación de leyes para el apro-vechamiento sustentable de nuestra costa, tan hermosa y produc-tiva, para que no se desborde en ella la urbanización sin áreas ver-des. No permitiremos que se construyan más hoteles sin criterios sustentables y sin respetar las reservas federales, como se hace actualmente pues los hoteles pagan por un “derecho” de invasión en estas áreas, pago ilegal porque hablamos de espacios que son de todos los mexicanos, de la nación en sí, y esto puede verse en Acapulco que ya está desquiciado, en Ixtapa, Puerto Vallarta y la Riviera Maya. Con ello el gobierno falta a sus propias leyes y otor-ga permisos de concesión de áreas de propiedad nacional.

• Otra cosa que haremos será dejar de ejercer el presupuesto en la conmemoración de la independencia y jamás en festejos cívicos. La independencia mexicana es un concepto al que nos han condi-cionado por vía de la escolarización oficial pero ésta no existe en el orden natural; conceptos como éste (o como nación) se inven-taron para defender, justificar y gobernar un territorio: por largo tiempo han dividido a los hombres y han sustentado el mal uso

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del poder político y económico en cuanto a la explotación y con-trol del ser humano se trata; además, no podemos seguir gastando millones de pesos en festejos sin sentido: si tú quieres presumir, festejar que eres mexicano, primero deberás mostrar educación pues lo que se presume es un cambio de actitud, un cambio de conducta con el prójimo y el ambiente que te da vida.

• Como estoy convencido de que la propiedad de una nación no existe porque todos somos dependientes de intercambio de es-fuerzos y productos entre seres humanos y, por ende, de otras na-ciones, la línea de nuestras fronteras será libre. Las fronteras son perversas porque aprovechan la explotación del ser humano pero con nuestra nueva estructura será bienvenido el que quiera llegar a México, siempre que lo haga respetando normas y leyes, por lo tanto, otros países tendrán que hacer lo mismo y no se va a venir la gente en desbordada. Una cosa es marcar regiones y otra hacer una frontera de prohibición como si fuéramos dueños de la Tierra a costa de guerras y vidas humanas.

• No se darán en México fenómenos como la “boda real”, que es muestra del absurdo de nuestras sociedades actuales, ¿cómo es po-sible que un pueblo que se cree desarrollado gastó millones de dinero en los festejos de un matrimonio entre dos seres humanos? Como si la historia del mundo demostrara que estos “reyes” han heredado la capacidad para gobernar. Que el pueblo crea eso y se desgaste en ello, que los presidentes de otras naciones (en teoría electos democráticamente) den pleitesía a un “soberano”: raya en el ridículo. Hay que recordar que la economía está interconectada, que todo gasto inútil de los gobiernos lo paga el pueblo: nunca es gratis.

• Pueblo, yo no te daré educación como se pretende ahora. No si-gas engañándote con la idea de que el sistema educativo guberna-mental educa, porque en realidad te está escolarizando y, con ello, condiciona a aceptar una realidad injusta. A menudo se confunde

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educación con enseñanza, pero cualquier persona con su buen ejemplo y vocación puede enseñar y educar porque esto último proviene de la familia, a la que estamos destruyendo con nuestra cultura urbana. Los hogares se han convertido en dormitorios, los niños crecen en las guarderías y las madres no participan más de su educación inicial, como antes; las mujeres nunca han dejado de trabajar pero en nuestra absurda cultura urbana las hemos sacado del hogar para que éste se mantenga, demandando transporte, especialización industrialización, burocratización y más. Tendre-mos que cambiar nuestra cultura para comprobar que la mujer, la inteligencia más importante que tenemos, debe estar con los hijos al comienzo de la familia y no fuera de ella, pues la creencia de que el hombre es mejor porque sale de casa es más que equívoca.

• Mi administración permitirá al pueblo que escoja el modelo de su enseñanza, ¿por qué deberíamos decidir qué tienes que aprender, cuándo y cómo? Las nuevas leyes permitirán hacer escuelas sin permiso, con maestros que se valoran como personas y por tal no son acarreados por líderes inconscientes porque lo básico ya lo sabes, creciste en familia. Así, dejaremos de quitarte dinero para hacerte centros de escolarización.

Pueblo, sé que tienes necesidades específicas y que esperas a que yo las cumpla pero debo serte sincero: no te puedo quitar la pobreza porque debes trabajar para ello. Lo único que te puedo ofrecer es un marco de seguridad para que, si trabajas y te educas, veas beneficios por tu esfuerzo: quien te ofrece acabar con tu pobreza quitándoles a unos para dar a otros, te está engañando.

Si quieres prepararte ya sabes cuántos estudios necesitas, te diré que el 80% de las cosas que te enseñan son inútiles y si se aplican es para entorpecer la vida sencilla del pueblo, aunque ahora los muchachos quieran diplomados, maestrías y doctorados, te aconsejaremos “estudia poco y trabaja mucho”, porque ya no quieres trabajar con tu cuerpo,

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sólo con la mente, y por ello te pregunto, ¿cuándo vas a aplicar tanto conocimiento?, ¿cómo vamos a hacer para emplear a tanto “sabio”?

Si votas por mí, no te ofreceré lo que no puedo hacer porque, si te doy algo, tengo antes que quitárselo a otro, es decir, que estaría so-breadministrando tu esfuerzo y quitándote la responsabilidad de salir adelante; pero te daremos garantías de que si te esfuerzas, tu persona, tu trabajo y tu propiedad serán respetados y verás beneficios porque al bajar los impuestos te vamos a hacer responsable en muchas de las cosas que ahora das por sentadas. No seguiré engañándote prometiendo que te voy a dar casa, ahorro (que ya antes te quité), salud y educación pues deberás trabajar para conseguir todo esto por ti mismo.

Debo decirte, pueblo, que la pobreza es en su mayoría un concepto relativo, ¿pobre ante quién y rico ante qué? Si te preparas y trabajas físicamente, en armonía con el intelecto, el conocimiento y el espíritu, siempre tendrás lo necesario porque lo que todavía sobra, a pesar de lo que hemos depredado, son recursos naturales que podemos transfor-mar y renovar, cuyo fruto podemos intercambiar con otros seres huma-nos. La pobreza en una nación existe porque se gasta más de lo que se produce y esto ocurre porque el gobierno sobreadministra y burocra-tiza el esfuerzo común sin transformar esos recursos en productividad. Pero insisto: no es responsabilidad del gobierno sacarte adelante, es tu responsabilidad y yo no te voy a seguir engañando.

Si quieres tener una religión es válido, porque yo no puedo cambiar tus creencias más que con el ejemplo de que a mí me va bien con las mías y aun así no te debo imponer mi pensamiento. Entonces, si si-gues creyendo en inventos del hombre como las vírgenes y santos, en cuyas fiestas te gastas tiempo y más dinero en cohetes y borracheras que lo que inviertes para sembrar y cuidarte y cuidar más la obra de la creación: no esperes que yo te apoye porque en esas peregrinaciones y liturgias sigues siendo un acarreado de líderes que también te engañan.

Hablando de líderes te advierto que no permitiremos más invasión de calles porque te conviertes en delincuente junto con tu líder pues

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las calles se hicieron para transitar y mucha gente sufre y contamina cuando tú paras la circulación. Me dices que eres maestro, un burócrata decente, pero te falta conciencia para entender que te tienes que valo-rar como persona, que con tu preparación puedes salir adelante y que hay mejores vías para manifestar tus ideas.

Si me eliges como ejecutivo de tu mandato, te propongo hacer un foro consensado sobre qué debe hacer o para qué sirve un presiden-te. Éste no sirve, como decía al principio, para gobernar, porque a un pueblo educado no se le gobierna. Sirve, sí, para dotar de un marco de seguridad a los ciudadanos, para evitar que se salgan con la suya los irresponsables de los que siempre hay en las sociedades humanas. Soy el primero en decir que para vivir en armonía con otros seres humanos necesitamos orden, porque tú no puedes contaminar con tu drenaje los jardines ni los ríos, no puedes tirar la basura en lugares inadecuados, no puedes hacer daño a otras personas ni quitarles su patrimonio o actuar contra su voluntad. Por eso tendremos que formar a una policía capaz y con mejores sueldos, con ello será fácil obtener esos recursos porque con este cambio de educación que te ofrezco habrá menos delincuencia y mayor responsabilidad por parte del pueblo.

Entonces, repito, ¿cuál será mi función como gobernante? Pues apli-car las normas y leyes consensadas, así de fácil. ¿Por qué se les exige y se culpa tanto a los presidentes, los gobernadores y los alcaldes? Porque desde la campaña están prometiendo bienestar y esto es algo que no se puede otorgar si el pueblo no cambia antes. Yo solamente aplicaré las normas y leyes que hemos construido. No te puedo seguir engañando, no es posible que un ser humano que se dice líder, rey o presidente te siga mintiendo al prometerte un bienestar que depende de ti mismo. Hay cosas que me pides y que no puedo garantizarte, si antes tú mismo no lo garantizas con un cambio de vida y cultura en armonía con otros seres humanos y con el medio ambiente.

Lo más seguro es que no votes por mí pero, si lo haces, si cambias, tendremos gobiernos cuyos funcionarios sean elegidos no como pago

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por el apoyo en campañas políticas sino por su capacidad, conocimiento de sus áreas y el resultado de su labor. Dictaremos normas para conser-var a los buenos elementos, para asegurar que tendremos buenos admi-nistradores de tu esfuerzo y no políticos que nunca han hecho nada por su pueblo. Lo más seguro es que no votes por mí, pero por lo menos he aprovechado este espacio para decir mi verdad cuestionando incluso si tengo esta verdad o está errada. Por lo pronto puedo decirte que nadie tiene la verdad y que para no repetir la historia del mundo tenemos que cambiar nuestra cultura. Si no lo hacemos nosotros, lo hará la Natura-leza y nos costará gran padecimiento.

Tú, pueblo, debes dejar de ser esclavo de líderes que sólo viven pro-metiéndote cosas. Es grave pero pienso que te falta valorarte. Es verdad que tienes derecho al cambio pero también la responsabilidad sobre él. Vivir en el autoengaño con un gobernante que sólo dice que gobierna mientras lo culpas por no resolver tus problemas: es darle más ele-mentos a los partidos políticos para que abusen de ti. La esencia de mi propuesta es despertarte, pueblo. Sé que te exijo a sabiendas de que antes no has querido esforzarte y que probablemente te irás con quien, ofreciéndote las estrellas, se aproveche de tu ignorancia o tu falta de responsabilidad, pero recuerda que ese tipo de líderes son perversos en este país y el mundo porque ofrecen lo que nunca podrán resolver y que quienes los siguen también son perversos: porque viven en autoengaño.

Capítulo 13

El engaño de las religiones

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La religión no es mala ni es buena, quien engaña realmente es quien imparte su religión a través de imponer su verdad, justificando que es la verdadera guía para llegar a Dios. A Dios no se llega a través de una re-ligión, el creer en algo superior es innato en el ser humano. La creencia de un redentor o de una virgen son inventos de los dirigentes. ¿Cómo es posible creer en Dios a través de una religión donde sus dirigentes ordenan construir templos, catedrales, conventos, mezquitas, sinago-gas, etc., en lugar de restaurar y respetar a la Naturaleza que es la obra de Dios? Aparte, a Dios no se le puede conocer a través de los que se sienten representantes de Dios de una manera directa o indirectamen-te, manipulando con festejos, acarreando gente para sus peregrinacio-nes inútiles, en donde la mayoría pide pero no ofrece tratar de cambiar su comportamiento para vivir mejor.

Si bien cualquier humano tiene la libertad de mencionar lo que cree, cuál es el camino para vivir bien a través de conocimientos con funda-mentos para mejorar nuestra vida. Nos confunden porque la mayoría se dedica a vivir de la creencia de una divinidad que los salvará, ¿salvar de qué o quién? ¿Qué acaso no nos quitan la responsabilidad de deci-dir?, ya que lo únicos responsables de nuestra vida somos nosotros, con nuestros conocimientos y esfuerzos basados en experiencias de otros que con fundamentos y estudios nos demuestran cómo vivir mejor.

Hay personas que cuando expreso lo anterior piensan que soy ateo, por supuesto que no, mientras más alejado estoy de las religiones más cerca me siento de Dios. De mi Dios que puedo recomendar pero no imponer, ese Dios que no puedo definir ni inventar pero sí lo veo en su obra: la Naturaleza, el Universo, flores y frutos, aromas y sabores, en los animales, en los paisajes y en los seres humanos. Esto me anima a se-guir luchando para heredar a nuestros descendientes un mundo mejor.

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Para cerrar este apartado me permito reproducir algunos postula-dos filosóficos de Baruch Spinoza donde, justamente, hace énfasis en el tópico central que acabo de exponer. Cabe destacar algo importante, ¡esto fue escrito hace más de 350 años!

Este es el Dios o NaturalezaBaruch Spinoza3

Dios hubiera dicho:4

j

¡Deja ya de estar rezando y dándote golpes de pecho! Lo que quie-ro que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida. Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.

¡Deja ya de ir a esos tempos lúgubres, obscuros y fríos que tú mis-mo construiste y que dices que son mi casa! Mi casa está en las monta-ñas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti. Deja ya de culparme de tu vida misera-ble; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo. El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.

Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito... ¡No me encontrarás en ningún libro!

3 Baruch de Spinoza, también escrito Baruj de Spinoza (Hebreo), Benedictus de Spi-noza (Latín:) o Bento de Spinoza (Portugués:). Nació en Amsterdam (24 de noviem-bre de 1632) y murió en La Haya (21 de febrero de 1677). Fue un filósofo neerlan-dés de origen sefardí-portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo xvii, junto con el francés René Descartes y el alemán Gottfried Leibniz.j N. del E. El texto citado se encuentra disponible en https://ratsemon.wordpress.com/2011/03/18/este-es-el-dios-o-naturaleza-de-spinoza/

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Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí cómo hacer mi trabajo? Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor. Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice, yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de nece-sidades, de incoherencias, de libre albedrío, ¿cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de Dios loco puede hacer eso?

Olvídate de cualquier tipo de mandamiento, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti. Respecto a tus semejantes y no hagas lo que no quie-ras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas. Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados, ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva registro. Eres absoluta-mente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno. No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo: vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.

Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portas bien o mal, te voy a preguntar, ¿te gustó? ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?

Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuan-do acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.

Deja de alabarme, ¿qué clase de Dios ególatra crees que soy? Me aburre que me alaben, me aburre hasta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relacio-nes, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido? ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.

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Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estas aquí, que és-tas vivo, que este mundo está lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones? No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro: ahí estoy, latiendo en ti.

Capítulo 14

El futuro del Valle de México

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Este estudio sobre el Valle de México lo realicé en 1995 y en él escribí al final: “Estimado amigo lector, si tú quisieras enriquecer con tu crítica constructiva y dando más alternativas, pues no dudo que las haya, escrí-beme por favor a mi correo electrónico: [email protected]”.

Tristemente no obtuve respuesta de las instituciones del Estado de México ni del entonces Distrito Federal (ahora llamado Ciudad de Méxi-co), incluyendo gobernador y regente de la ciudad, de las universidades y del Colegio de México. Instituciones y personas a quienes entregué personalmente mi estudio. Aunque mis recomendaciones no fueron atendidas, vuelvo a sacar esta edición diciéndote, querido lector, que no me equivoqué al decir que para el año 2005 empezaba a colapsarse económica y ecológicamente el Valle de México y que desde el año 2011 ciudades como Morelia, León, Puebla, Guadalajara, Monterrey, Mérida o Ciudad Juárez están creciendo a imagen y semejanza del Valle de México: sin ningún orden ecológico y desgraciadamente ya empe-zaron a colapsarse.

Pero no perdiendo el ánimo de seguir insistiendo vuelvo a sacar esta edición, esperando que ahora sí los ciudadanos y autoridades que nos gobiernan entiendan que las ciudades mal desarrolladas y saturadas no deben seguir su crecimiento descontrolado, ello para dar lugar a hacer las nuevas ciudades del futuro, ecológica y económicamente bien desa-rrolladas, y con esto tener calidad de vida para las futuras generaciones.

Hace siglo y medio el fundador del transformismo, ese genio francés que fue Jean Baptiste Lamarck, cuando el incremento demográfico no se aceleraba aun vertiginosamente, ni el deterioro del ambiente había alcanzado la magnitud de hoy debido a la falta de instrumentos tecnoló-gicos suficientemente eficaces y de un gran número de seres humanos que los operarán, escribía con visión profética, en 1817:

Por su egoísmo demasiado miope para su propio bien. Por su tenden-cia a disponer de todo cuando está a su disposición, en una palabra, por su falta de consideración por el futuro y por los demás hombres, el hombre parece trabajar para el aniquilamiento de sus medios de

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conservación y la destrucción de su propia especie [...] Podemos decir que está destinado a destruirse a sí mismo después de haber hecho inhabitable el globo.

Pero su juiciosa advertencia no fue escuchada y esa lejana predicción de un mundo imposible para habitarlo se ha convertido hoy en una de las mayores preocupaciones que ensombrecen el horizonte. Las pala-bras de Jean Baptiste Lamarck las encontré escritas en el libro La dete-rioración Ambiental, del ing. Enrique Beltrán, en aquel tiempo director del Instituto Mexicano de Recursos Naturales Renovables. Este libro fue una de las mejores aportaciones a la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en Estocolmo, en 1972. En este libro nos indica la importancia del área verde en la ciudad y nos advierte que el Valle de México no puede seguir creciendo sin ella. Es una tristeza que a tan reconocido ingeniero no se le haya hecho caso, como tampoco se le ha hecho caso a tan grandes urbanistas que ha tenido México y que desde los años 60 nos vienen diciendo lo mismo. Ojalá el pueblo y las autoridades no tengan que cambiar por padecimiento: ya es tiempo de cambiar por razonamiento.

El título de este estudio es muy significativo para el objetivo que nos proponemos, sin embargo, creo que muchas personas merecen una explicación, ya que al estar inmersos en la problemática para sobrevivir en la gran ciudad, pueden ver normal este crecimiento inadecuado, sobre todo los jóvenes que han nacido ya con el problema. Para los que nacimos en los años 40, que vivimos un valle diferente al actual, nos basta con aplicar el sentido común para pensar que el futuro del Valle de México va a ser desastroso así como vamos.

¿Cómo vamos realmente? Seguimos con autoridades inconscientes, permitiendo construcciones incorrectas, construyendo en lugares in-convenientes; se sigue aceptando el cambio de uso de suelo; una casa con la misma calle, mismo drenaje y mismo terreno se autoriza conver-tirla en taller, comercio, industria, oficinas, edificio, escuela, clínica,

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sin contar con estacionamiento y área verde. Se sigue permitiendo el pequeño comercio o negocio en calles, banquetas y parques que se hi-cieron para transitar y recrearse.

Una ciudad, el Valle de México, como todo en la vida, tuvo su límite de crecimiento en los años 50. Al seguirla desarrollando inadecuada-mente, la Naturaleza nos alerta con la contaminación cuando abusamos o nos equivocamos con nuestros actos. Sin embargo, la autoridad que tiene la responsabilidad del bien común no lo evita, ya sea por ignoran-cia o por irresponsabilidad. Para mantenerse en el poder se prefiere ha-cer más caso a líderes corruptos que viven de la problemática, que ven oportunidad de un enriquecimiento en el desarrollo inadecuado del Valle de México, sin importarles en absoluto el futuro de la población.

Al decir que la ciudad ha colapsado, también es necesario explicar qué es colapso y por qué consideramos que ésta lo hizo desde el año 2005. Los diccionarios tienen varios significados de la palabra colapso y para este estudio hemos tomado el siguiente: “Todo paro repentino que impide por un tiempo determinado la movilidad”. En el caso referido, el colapso de una ciudad se da si los problemas crecen exponencialmen-te y más rápido que las soluciones, ocasionando un paro repentino que, debido a la inercia que han provocado los intereses creados, impiden la solución en ese momento, ocasionando la pérdida de calidad de vida de sus habitantes, su ecología y su economía, en donde su recuperación viene después de un gran padecimiento.

Dar como fecha el año 2005 es por las gráficas de consumo, tiem-po, energía, recursos y producción de contaminantes, que nos indican cómo van creciendo los problemas y nos reflejan un colapso en esa fecha; por supuesto que puede ser antes o poco después, la exactitud realmente no importa, lo que nos importa es evitar el colapso, dando alternativas: lo que constituye el verdadero objetivo de este estudio.

Las divisiones políticas de los estados nos sirven para resolver proble-mas ambientales, en el medio ambiente no hay fronteras sino regiones, por eso es que hablamos de una ciudad en el Valle de México y no dos.

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historia GráFiCa

del valle de méxiCo

En la página siguiente se muestra el crecimiento del área urbana en el Valle de México y la desaparición del lago que abarcaba desde Mixquic, Chalco y Ayutla (en el sureste), pasando por Xochimilco, Coyoacán, Mixcoac, Chapultepec, Tacuba y Tenayuca (en el poniente), Xalostoc, Ecatepec y que se extendía al norte hasta a la altura de Tepotzotlán y por el oriente hasta Texcoco y Chimalhuacán.

Después de que los españoles “secaron” el lago, la fisonomía de la ciu-dad prácticamente no cambió durante cuatro siglos. A finales del siglo pasado se integraban a la mancha urbana algunos de los pueblos que la rodeaban y aun así, era todavía una ciudad al pie de una boscosa sierra, sobre todo al sur y poniente. Sin embargo, el crecimiento desproporcio-nado se da en un lapso de menos de 50 años, en donde el valle completo se convierte en una masa de cemento y asfalto, devorando además los recursos naturales de una gigantesca región a su alrededor. Las siguien-tes gráficas son muy ilustrativas al respecto; en la primera observamos la depredación del lago a lo largo del tiempo; en la segunda es notorio el aumento poblacional y en la tercera se muestra una tríada de elementos: el aumento en el consumo de energía, el decremento en el uso (eficien-cia) de la energía metabólica y el incremento en la generación de basura.

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Valle de México1. A la llegada de los españoles, principios del siglo xvi.2. Finales del siglo xix.3. Mediados del siglo xx.4. Finales del siglo xx.

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alternativas

para evitar el Colapso

en el valle de méxiCo

1. Decretar saturado el Valle de México. 100 km de diámetro, tomando como centro el monumento de la independencia.

2. No permitir más construcciones nuevas: fraccionamientos, casas, edifi-cios, cambio de uso de suelo, talleres, oficinas, cines, comercios, escuelas, museo, industrias, avenidas, calles, metros, trenes ele-vados, etc.; exceptuando obras de mantenimiento, restauración, ordenamiento y prevención.

3. Promover y facilitar la regionalización del trabajo, servicios y escuela.

4. Trabajar menos en la ciudad y más en el campo. Máximo cuatro días en la ciudad y mínimo tres días en el campo por semana. Mediante la simplificación y eficientización burocrática, gubernamental y empresarial.

5. Cerrar el centro histórico durante el día a los vehículos motorizados de combustión interna. Señalando zonas peatonales y zonas para vehí-culos no contaminantes (vehículos de fuerza humana).

6. Construir suficientes calles y avenidas para vehículos no motorizados. Con sus respectivas zonas peatonales, arbolando el área sobrante.

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7. Hacer del servicio de transporte urbano un solo sistema ordenado. Decre-tando determinadas avenidas exclusivamente para autobuses.

8. Obligar a la ciudadanía a la reducción de la basura. Mediante la re-colección únicamente orgánica y control sanitario, siempre y cuando estén separadas, cobrando el servicio por volumen pro-ducido y así evitar más rellenos sanitarios. La materia orgánica iría al composteo y el control sanitario a entierros adecuados que cumplan las normas; de los demás desperdicios como papel y car-tón, metales, vidrio, plástico y varios, debe responsabilizarse a la ciudadanía (productor, comerciante y consumidor) para que resuelva mediante centros de acopio la entrega de estos desperdi-cios, para su reúso y reciclaje.

9. Recuperar el lago del Valle de México con las aguas pluviales. Que des-graciadamente se pierden con las aguas negras.

10. Recuperar las aguas negras mediante plantas orgánicas.

11. Actualizar el reglamento de Construcción de acuerdo con la Ley General del Equilibrio Ecológico. Sobre todo, aplicarlo.

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¿qUé dirán de nosotros

dentro de dos siGlos?

Imagina a dos personas conversando sentadas en una banca, en un jardín en el siglo xxiii.

–¿Sabías que hace 200 años cubrían el aire y sus alimentos con vene-nos y sus tierras con asfalto y concreto, sin dejar jardines?

–¿Cómo es posible que no supieran que era absurdo?

–Eso es lo extraño. Lo sabían pero aun así lo hacían, y ¿sabías que pagaban a los industriales para que produjeran cantidades enormes de productos desechables, sabiendo que no los volverían a usar y que además le cobraban a la gente para que los tiraran y enterraran enve-nenando el ambiente?

–¿En serio?

–Lo sorprendente es que a quienes se oponían a esas locuras los juz-gaban como unos maniáticos, mientras que los políticos y los indus-triales que se alimentaban de la ignorancia de la gente eran respetados pues representaban, según ellos, la voz de la razón.

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¿qUé hemos heCho mal?

Creo que la sabiduría ancestral y las creencias tradicionales han desapa-recido porque hemos perdido el contacto con la Naturaleza. Los pocos que viven de la tierra suelen alejarse de ella metiéndose en el amasi-jo de hierros, asfalto químico y basura. Hemos ensuciado alegremente nuestro espacio vital, creyendo que por mucho que lo deterioremos, vendría la ciencia con soluciones y todo se arreglaría.

Apenas ahora empezamos a darnos cuenta de nuestro error pero podemos estar seguros que la Naturaleza no soportará que tal estado de cosas siga eternamente. Si queremos un mundo futuro que vuelva a tener aguas cristalinas, aires transparentes, bellos bosques, hermosas aves y muchas flores, en el que no existan las aglomeraciones de gente en ciudades absurdas, los horribles cementerios de automóviles al bor-de de las carreteras, los inmensos tiraderos de basura o los ríos con el hedor a drenaje de agua negra: debemos luchar para conseguirlo, dis-puestos a pagar su precio en una nueva escala de valores, en la que no sea el dinero el principal parámetro.

Isla Victoria, Canadá, el jardín es elaborado y cuidado por personas de 55 años en adelante.

Capítulo 15

Voluntad para el cambio

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Me pregunto por qué a pesar de tantos foros, reuniones, comités, con-sejos, leyes, actualizaciones de leyes, normas, convenios y reglamentos, ¿por qué seguimos contaminando y, con ello, acabando con nuestros re-cursos naturales? Durante los últimos 30 años he asistido a más de 150 reuniones cuyo tema central ha sido el problema ambiental y en ellas he tenido la oportunidad de conocer a un buen número de personas, muchas más capaces que yo en el conocimiento del deterioro ambien-tal. Al mismo tiempo, he constatado cómo llegan a altos cargos públicos relacionados con el cuidado de nuestro ambiente funcionarios, en lugar de servidores, cuya mayor preocupación es la defensa de los intereses económicos propios y ajenos, como la mayoría de los empresarios y líderes, todos coludidos para mantenerse en el poder.

Tras mucha paciencia y persistencia he logrado establecer contacto y, a veces, comunicación (que aunque se parecen no son lo mismo) con gobernantes, secretarios, regentes y presidentes municipales, hasta ter-minar convencido que simplemente ignoran y desprecian las propues-tas, alternativas y técnicas, económicamente viables que otros compa-ñeros y yo les hemos presentado, con las cuales podría aminorarse el impacto del absurdo modelo de desarrollo vigente.

Aquí cabe un ejemplo: en las cámaras legislativas de “nuestros re-presentantes” (así, entre comillas), hemos podido constatar que de 46 diputados de la Comisión de Ecología, 40 de ellos no sabían lo que era esta disciplina científica o, siquiera, el significado del término contami-nación; a esto habría que agregar que en múltiples visitas a senadores y asambleístas de la Ciudad de México observamos la misma actitud de cerrazón e insensibilidad a todo lo que no sean intereses personales, ya sea en términos políticos o económicos.

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En fin, que tras más de 600 pláticas con este pueblo generoso y no-ble, pero ciertamente poco educado y a veces hasta ignorante, he caído en la cuenta que eso es precisamente lo que ha promovido el sistema que actualmente nos mal gobierna. En estas charlas que he impartido, y donde los temas abordados han sido enseñar a no generar basura y cómo desarrollar ciudades sustentables, la mayoría de las autoridades y funcionarios: o se han opuesto francamente o han obstaculizado la puesta en marcha de acciones concretas en áreas del mejoramiento am-biental. En el mejor de los casos, cuando encontramos un funcionario sensible a los problemas ecológicos y abierto a la aplicación de verdade-ras soluciones, al poco tiempo lo vemos irse a otro puesto más impor-tante para su carrera política.

En conferencias presentadas en universidades públicas y privadas, en donde maestros y rectores deberían ser los más comprometidos en el tema ambiental, las más de las veces no los cuento entre la concurren-cia. En congresos y foros los funcionarios únicamente están presentes a la hora de la inauguración o la clausura: parece que estos señores ya todo lo saben y no tienen nada más por aprender pero me pregunto, ¿qué tan cierto es esto?

He visto cómo se imparten cursos y diplomados en ecología, sin que eso modifique en lo más mínimo la conducta y actitud de los recién graduados o titulados. Con la ayuda de profesionales y expertos en la materia he elaborado: libros, folletos, trípticos y videos a los que mu-chas de nuestras autoridades (en especial, la Secretaría de Educación Pública) muy poco han tomado en cuenta.

Desde 1987 un grupo de personas hemos solicitado la “norma de empaques”, tan necesaria en un país como el nuestro en términos de re-cursos que se podrán ahorrar, y lo único que recibimos fue la indolencia e insolencia de la burocracia institucional; ello nos convenció que no-sotros tendríamos que hacer dicha norma y así, en 1994, entregamos el anteproyecto a las autoridades competentes, mismo que hasta la fecha no se ha puesto en práctica y que hoy, al igual que otras regulaciones,

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reglamentos, planes y proyectos, tal vez estén en algún cajón de algún escritorio en alguna oficina pública.

¿Qué ha fallado? Y me respondo y les respondo: la voluntad para el cam-bio. Hay, eso sí, más leyes, más funcionarios (mejor dicho, más burócratas) y más inspectores “encargados” de hacer cumplir las normas ambientales. Hay, eso sí, más foros donde se habla, se discute y “se hace como que se hace algo”, cuando lo único que subyace en todo este montaje es el deseo de seguir generando poder y dinero, ahora a costa del tema ambiental.

Debemos decirlo: no habrá desarrollo sustentable viable en México ni en el resto del mundo si antes no se corrigen conductas y actitudes de todos los que estamos asesinando la vida de nuestro planeta. Hace unos 30 años, cuando empezamos a darnos cuenta de los niveles de de-gradación y deterioro que la industrialización salvaje causaba a nuestro medio ambiente, no se contaba con la evidencia que hoy no sólo abunda sino que sobra. En la actualidad hay verdaderas montañas de investiga-ciones, estudios, publicaciones y técnicas con alternativas relistas para iniciar el camino hacia un desarrollo sustentable. Entendamos de una buena vez que lo que nos hace falta no es más información, lo que nos hace falta es: voluntad para el cambio.

Dirán ustedes, y con razón, ¿quién debe cambiar primero, el padre o el hijo, las autoridades o el pueblo? Soy de la opinión donde el que tiene los recursos y los medios, la responsabilidad y el conocimiento, es el que debe inducir el cambio y dar el ejemplo: cuando desde arriba se dé el cambio tan necesario, las autoridades competentes se encargarán de ha-cer las leyes más comprensibles y las disposiciones más claras, ya que las actuales sólo están al alcance de los expertos en la materia y no de la ma-yoría de la gente. Casi la totalidad de nuestras leyes, o no se conocen o no se comprenden, un buen ejemplo lo tenemos en las leyes para el cuidado ambiental (que vienen desde el año de 1971), mismas que no se aplican, entre otras cosas, por su enorme complejidad: nuestra gente requiere de otro tipo de legislación y eso, seguramente, bien lo saben nuestros ilus-tres representantes políticos.

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Digo esto inspirado en un sueño que tuve y que me voy a permitir contarles pues quizá así pueda transmitirles mejor lo que pienso del actual estado de cosas en México:

Varias personas estaban a la orilla de un río, junto a un bosque; por su indumentaria y su forma de hablar, uno podría darse cuenta que eran de origen urbano. Estaban ahí para identificar el mejor lugar para la construcción tanto de una carretera como de un puente. Mientras esto se decidía, se escuchó el grito de un niño que había caído al agua, a unos 50 metros, lo que motivó la preocupación y la angustia de los ahí reunidos. La situación era complicada pues una corriente se había llevado río adentro al niño que no sabía nadar, hasta atorarlo en un pequeño islote formado por piedras, ramos y raíces. El pequeño, en su desesperación, intentaba treparse a las piedras de las que constan-temente resbalaba. El grupo de personas observaba la situación y dis-cutían sobre la mejor solución. El ingeniero le decía al físico que había que calcular la velocidad de la corriente, el peso del cuerpo del niño sobre las piedras, el efecto de la fricción de un elemento líquido sobre uno sólido. El sacerdote se arrodilló y, tomando un rosario entre sus manos, empezó a rezarle a la Virgen de Guadalupe implorándole un milagro. El asistente que ayudaba al grupo cargando los instrumentos de cálculo, tomó la decisión de echarse al agua puesto que era un buen nadador, pero el abogado lo detuvo advirtiéndole que no podía hacer-lo si antes no contaba con la autorización de los padres del pequeño, amén de recodarle al bien intencionado asistente que no contaba con licencia de salvavidas. Mientras, el ecólogo observaba consternado el daño que este incidente podría causarle al ambiente en ese momento, alterado por la presencia del muchacho atrapado a la mitad del río. En esas estaban los expertos cuando pasó un campesino que, por no saber nadar, optó por meterse al agua abrazado a un tronco que flo-taba en el agua y dirigirlo hacia donde se encontraba el niño, así llegó hasta el pequeño, lo agarró y juntos, asidos al tronco, llegaron sin contratiempo a la orilla. Por cierto, entre el grupo de expertos se ha-llaban el presidente municipal y el secretario de Obras Públicas que ni cuenta se dieron del incidente, pues estaban muy ocupados intentando

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convencer a los ejidatarios del lugar para que les vendieran a precios “razonables” sus tierras y en ellas construir el puente y la carretera. Fin del sueño.

Moraleja: si dejamos de actuar como el grupo de expertos, empan-tanados en una maraña de discursos tan elaborados como estériles, y emulamos la conducta del campesino de darle respuesta sencilla, prác-tica y realista al problema, estaremos más cerca de la solución a los problemas ambientales que hoy nos aquejan.

Para terminar deseo decirles algo más: en todo este tiempo de gran esfuerzo por construir, junto a otros, el camino que nos sirva de puen-te hacia un desarrollo sustentable, las piedras y ramas en el centro del torbellino no han logrado despojarme de la esperanza: será porque en esta travesía he conocido a seres muy valiosos, de quienes he apren-dido, con quienes a veces me he preocupado, otras colaborado, pero siempre comprometido en la edificación de un futuro en el que no tenga que avergonzarme de haber vivido un presente contemplando, cruzado de brazos, la destrucción de nuestra madre Tierra.

Bibliografía

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Me permito hacer recomendaciones de libros que nos enseñan a cuidar y mantener nuestro ambiente para vivir con calidad, mismos que me han sido de ayuda para realizar mis estudios. No necesitas tener muchos libros para salvar al planeta, con estos 11 (bien escogidos) que te reco-miendo, es más que suficiente.

1. Lo pequeño es hermoso, E. F. Schumacher, Ediciones Orbis.2. El Atlas. Guía de la gestión del planeta, Norman Myers (coord.),

Blume.3. Proyecto para un planeta verde, John Seymour y Herbert Girardot,

Blume.4. Manual del arquitecto descalzo, Johan von Lengen, Pax.5. El libro de la casa natural, David Pearson, Integral.6. La vida en el campo, John Seymour, Blume.7. El horticultor autosuficiente, John Seymour, Blume.8. Salvemos la tierra, Jonathon Porrit, Aguilar.9. Nueva conciencia, Varios autores, Integral.10. El laberinto de la ecología, Enrique Beltrán, Imernar.11. Hombre y Naturaleza. Bases energéticas, Howarda T. Odum y Elisa-

beth C. Odum, Omega.

Por supuesto, de nada sirve tenerlos y leerlos si no se practican las recomendaciones que se dan en estos libros.

Estimado amigo lector, si quisieras enriquecer con tu crítica cons-tructiva y dando más alternativas, pues no dudo que las haya mejores, escríbeme por favor a:

[email protected]

Puesto que el objetivo es prevenir trabajando para un mundo mejor. Cualquier reproducción parcial o total de este libro no solo está per-mitida sino que será agradecida.

¿Habrá futuro con calidad de vida?,de Carlos Padilla Massieu,

fue rediseñado para su versión electrónica(en julio del mmxvii)

por el equipo humano de:

www.sillavaciaeditorial.com

Paty Cervantes, Leo Mendoza, Cristina Barragán y Miguel Ángel García se suman al esfuerzo del autor

para gestar la interdependencia...

Habrá futuro con calidad de vida

Environment

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