Present tense 1: hablar Hoy hablan estas personas por teléfono. ¿Con quién hablan?
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El burlador de Sevilla y convi a o e pie raHablan ene a as siguientes personas
ISABELA, duquesa
DON JUAN TENORIO, hijo
EL REY DE NÁPOLES
DON GONZALO DE ULLOA, Comendador de
Calatrava
BELISA,pescadora
DON PEDRO TENORIO, embajador de España en la DON JUAN TENORIO, el Viejo , padre de donJuan
Corte del Rey de Nápoles, tío de don Juan EL MARQUÉS DE LA MOTA
EL DUQUE OCTAVIO
RIPIO, su criado
TISBEA,pescadora
CATALINÓN, lacayo de Don Juan
CORIDÓN,pescador
ANFRISO,pescador
EL REY DE CASTILLA, Alfonso XI
DOÑA ANA DE ULLOA, hija de don Gonzalo
BATRICIO,pastor
AMINTA,pastora
GASENO, pastor viejo, padre de Aminta
BELISA,pastora
FABIO, criado de Isabela
JORNADA PRIMERA
ISABELA.
D.JUAN.
5 ISABELA.
D.JUAN.
10 ISABELA.
D.JUAN.
ISABELA.
D.JUAN.
15 ISABELA.
[Sala En El Palacio Del Rey De Nápoles]
[Es De Noche, No Hay Luz]
Salen Don Juan Tenorio, Embozado, Y Isabela, Duquesa.
Duque Octavio, por aquí
podrás salir más seguro.
Duquesa, de nuevo os juro
de cumplir el dulce sí.
¿Mis glorias serán verdades,
promesas y ofrecimientos,
regalos y cumplimientos,
voluntades y amistades?
Sí, mi bien.
Quiero sacar una luz.
Pues ¿para qué?
Para que al alma dé fe
del bien que llego a gozar.
Mataréte la luz yo.
iAh, cielo! ¿Quién eres, hombre?
D. JUAN.
ISABELA.
• D.JUAN.
ISABELA.
D. JUAN.
ISABELA.
¿Quién soy? Un hombre sin nombre.
¿Que no eres el duque?
No.
iAh, de palacio!
Detente. 20
Dame, duquesa, la mano.
No me detengas, villano.
iAh, del rey! Soldados, gente!
sale EL REY DE NÁPOLES con una vela.
REY. ¿Qué es esto? 25
• ISABELA. GEI rey! iAy, triste!)
REY. ¿Quién eres?
. D.JUAN. ¿Quién ha de ser?
UNIDAD 4: EL ARTE NUEVO DE HACER TEATRO • 159
30 REY.
ISABELA.
Un hombre y una mujer.
(Esto en prudencia consiste.)I D. JUAN.
iAh, de mi guarda! Prended
a este hombre.
(Cúbrese eirostro). iAy,perdid0 honor! ID.
D. JUAN.
PEDRO.
Sale D. PEDRO TENORIO, embajador de España, y
35
D. PEDRO.
REY.
40
45
D. PEDRO.
D. JUAN.
50
D. PEDRO.
D. JUAN.
55 D. PEDRO.
D. JUAN.
D. PEDRO.
60
GUARDA.
iEn tu cuarto, gran señor,
voces! ¿Quién la causa fue?
Don Pedro Tenorio, a vos
esta prisión os encargo. Si ando
corto, andad vos largo;
mirad quién son estos dos.
Y con secreto ha de ser,
que algún mal suceso creo,
porque si yo aquí lo veo,
no me queda más que ver.
Vase EL REY
Prendedle.
¿Quién ha de osar?
Bien puedo perder la vida,
mas ha de ir tan bien vendida
que a alguno le ha de pesar.
iMatadle!
¿Quién os engaña?
Ved que caballero soy.
Rabiando de enojo estoy.
El embajador de España
llegue; que sólo ha de ser
él quien me rinda.
(A la GUARDA). Apartad.
A ese cuarto os retirad
todos con esa mujer.—
Vanse la GUARDAy1SABELA.
: D. PEDRO.
D. JUAN.
D. PEDRO.
D.JUAN.
D. PEDRO.
Ya estamos solos los dos•muestra aquf tu esfuerzo y bríoAunque tengo esfuerzo, tfono lo tengo para vos.
65
il)i quién eres!
Ya lo digo:
tu sobrino.
Se desemboza.
70
(iAy, corazón,
que temo alguna traición!)
¿Qué es lo que has hecho, enemigo?
¿Cómo estás de aquesta suerte?
Dime presto lo que ha sido.
il)esobediente, atrevido! 75
Estoy por darte la muerte.
Acaba.
Tío y señor,
mozo soy y mozo fuiste;80
y pues que de amor supiste,
tenga disculpa mi amor.
Y pues a decir me obligas
la verdad, oye y diréla:
yo engañé y gocé a Isabela85
la duquesa.
No prosigas;
tente. ¿Cómo la engañaste?
Habla quedo, y cierra el labio.
Fingí ser el duque Octavio. 90
No digas más; calla, baste.
(Perdido soy si el rey sabe
este caso. ¿Qué he de hacer?
Industria me ha de valer
en un negocio tan grave.) 95
Di, vil, ¿no bastó emprender
con ira y con fuerza extraña
tan gran traición en España
con otra noble mujer,
sino en Nápoles también
en el palacio real,
D. JUAN.
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D. PEDRO.
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D. JUAN.
D. PEDRO.
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D. JUAN.
D. PEDRO.
D.JUAN.
D. PEDRO.
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D.JUAN.
D. PEDRO.
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y
con mujer tan principal?
iCastíguete el cielo, amén!
Tu padre desde Castilla
a Nápoles te envió,
y en sus márgenes te dio
tierra la espumosa orilla
del mar de Italia, atendiendo
que el haberte recibido
pagaras agradecido,
estás su honor ofendiendo.
y en tan principal mujer!
Pero en aquesta ocasión
nos daña la dilación;
mira qué quieres hacer.
No quiero daros disculpa;
que la habré de dar siniestra.
Mi sangre es, señor, la vuestra;
sacadla, y pague la culpa.
A esos pies estoy rendido,
y ésta es mi espada, señor.
Álzate y muestra valor, que esa
humildad me ha vencido.
¿Atreveráste a bajar
por ese balcón?
Sí atrevo,
que alas en tu favor llevo.
Pues yo te quiero ayudar.
Vete a Sicilia o Milán,
donde vivas encubierto.
Luego me iré.
¿Cierto?
Cierto.
Mis cartas te avisarán
en qué para este suceso
triste que causado has.
(Para mí alegre, dirás.)
Que tuve culpa confieso,
Esa mocedad te engaña.
Baja, pues, ese balcón.
D.JUAN.
D. PEDRO.
REY
D. PEDRO.
REY.
D. PEDRO.
: REY.
(Con tan justa pretensión
gozoso me parto a España.)
Vase D. JUAN y entra el REY.
Ejecutando, señor,
lo que mandó vuestra alteza,
el hombre...
¿Murió?
Escapóse
de las cuchillas soberbias.
¿De qué forma?
Desta forma:
Aun no lo mandaste apenas
cuando, sin dar más disculpa,
la espada en la mano
aprieta, revuelve la capa al
brazo, y con gallarda presteza,
ofendiendo a los soldados
y buscando su defensa,
viendo vecina la muerte,
por el balcón de la huerta
se arroja desesperado.
Siguióle con diligencia
tu gente; cuando salieron
por esa vecina puerta,
le hallaron agonizando
como enroscada culebra.
Levantóse, y al decir
los soldados, «iMuera, muera!,»
bañado con sangre el rostro,
con tan heroica presteza
se fue, que quedé confuso.
La mujer, que es Isabela,
—que para admirarte nombro-
retirada en esa pieza,
dice que es el duque Octavio
que con engaño y cautela
la gozó.
¿Qué dices?
UNIDAD 4: EL ARTE NUEVO DE HACER TEATRO
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• 161
haced que al duque le prendan.D. PEDRO. Digo
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CRIADO.
REY.
190
D. PEDRO.
lo que ella propia confiesa.
(iAh, pobre honor! Si eres alma
del hombre, ¿por qué te dejan
en la mujer inconstante,
si es la misma ligereza?)
iH01a!
Sale un CRIADO.
iGran señor!
Traed
delante de mi presencia
esa mujer.
Ya la guardia
viene, gran señor, con ella.
ISABELA.
D. PEDRO.
ISABELA.
que quiero hacer que le cumplala palabra a la promesa.
Gran señor, volvedme el rostroOfensa a mi espalda hechaes justicia y es razón
castigalla a espaldas vueltas.Vamos, duquesa
Vase EL REY.
(Mi culpa
no hay disculpa que la venza;mas no será el yerro tanto siel duque Octavio lo enmienda.)
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Trae LA GUARDA a ISABELA.
[SALA DE CASA DEL DUQUE OCTAVIO EN
ISABELA.
195 REY.
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ISABELA.
REY
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ISABELA
REY
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(¿Con qué ojos veré al rey?)-
Idos, y guardad la puerta
de esa cuadra. Di, mujer,
¿qué rigor, qué airada estrella
te incitó, que en mi palacio,
con hermosura y soberbia,
profanases sus umbrales?
Señor...
Calla, que la lengua
no podrá dorar el yerro que has
cometido en mi ofensa.
¿Aquél era el duque Octavio?
Señor...
(iNo importan fuerzas,
guardas, criados, murallas,
fortalecidas almenas,
para amor, que la de un niño
hasta los muros penetra!)
Don Pedro Tenorio, al punto
a esa mujer llevad presa
a una torre, y con secreto
NÁPOLES]
Salen EL DUQUE y RIPIO, su criado.
RIPIO.
OCTAVIO.
RIPIO.
¿Tan de mañana, señor,
te levantas?
No hay sosiego
que pueda apagar el fuego que
enciende en mi alma Amor.
Porque, como al fin es niño,
no apetece cama blanda
entre regalada holanda,
cubierta de blanco armiño.
Acuéstase, no sosiega,
siempre quiere madrugar
por levantarse a jugar;
que, al fin, como niño, juega.
Pensamientos de Isabela
me tienen, amigo, en calma;
que como vive en el alma,
anda el cuerpo siempre en vela,
guardando ausente y
presente el castillo del honor.
Perdóname, que tu amor
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162 • CAPITULO 2: SIGLOS XVI-XVII (RENACIMIENTO Y BARROCO)
OCTAVIO.
RIPIO.
255OCTAVIO.
RIPIO.
OCTAVIO.
260 RIPIO.
OCTAVIO.
RIPIO.
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275 OCTAVIO.
RIPIO.
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es amor impertinente.
Qué dices, necio?
Esto digo:
impertinencia es amar
como amas. ¿Vas a escuchar?
iSí, prosigue!
Ya prosigo.
Quiérete Isabela a ti?
¿Eso, necio, has de dudar?
No, mas quiero preguntar.
¿Y tú, no la quieres?
Sí.
Pues ¿no seré majadero,
y de solar conocido,
si pierdo yo mi sentido
por quien me quiere y la quiero?
Si ella a ti no te quisiera,
fuera bien el porfialla,
regalalla y adoralla,
y aguardar que se rindiera;
mas si los dos os queréis
con una misma igualdad,
dime, ¿hay más dificultad
de que luego os desposéis?
Eso fuera, necio, a ser
de lacayo o lavandera
la boda.
Pues, ¿es quienquiera
una lavandriz mujer,
lavando y fregatrizando,
defendiendo y ofendiendo,
los paños suyos tendiendo,
regalando y remendando?
Dando dije, porque al dar
no hay cosa que se le iguale;
y si no, a Isabela dale,
a ver si sabe tomar.
sale UN CRIADO.
: CRIADO. El embajador de España
en este punto se apea
en el zaguán, y desea,
con ira y fiereza extraña
hablarte. Y si no entendí
yo mal, entiendo es prisión.
OCTAVIO. ¿Prisión? Pues, ¿por qué ocasión?
Decid que entre.
sale DON PEDRO TENORIO, con guardas.
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D. PEDRO.
• OCTAVIO.
: D. PEDRO.
: OCTAVIO.
. D. PEDRO.
OCTAVIO.
. D. PEDRO.
: OCTAVIO.
D. PEDRO.
Quien así
con tanto descuido duerme,
limpia tiene la conciencia.
Cuando viene Vuexcelencia
a honrarme y favorecerme,
no es justo que duerma yo;
velaré toda mi vida.
¿A qué y por qué es la venida?
Porque aquí el rey me envió.
Si el rey mi señor se acuerda
de mí en aquesta ocasión,
será justicia y razón
que por él la vida pierda.
Decidme, señor, ¿qué dicha
o qué estrella me ha guiado, que
de mí el rey se ha acordado?
Fue, duque, vuestra desdicha.
Embajador del rey soy;
de él os traigo una embajada.
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Marqués, no me inquieta nada. Decid,
que aguardando estoy.
A prenderos me ha enviado
el rey; no os alborotéis. 320
iVos por el rey me prendéis!
Pues, ¿en qué he sido culpado?
Mejor lo sabéis que yo.
Mas, por si acaso me engaño,
escuchad el desengaño, 325
y a lo que el rey me envió.
UNIDAD 4: EL ARTE NUEVO DE HACER TEATRO • 163
Mas si fue su amor cautelaCuando los negros gigantes,
plegando funestos toldos,
ya del crepúsculo huyen,
330 con otros,tropezando unos
estando yo con su alteza
tratando ciertos negocios
—porque antípodas del sol
son siempre los poderosos-,335 voces de mujer oímos,
cuyos ecos, medio roncos
por los artesones sacros,
nos repitieron «;socorro!»
A las voces y al ruido340 acudió, duque, el rey propio.
Halló a Isabela en los brazos
de algún hombre poderoso;
mas quien al cielo se atreve,
sin duda es gigante o monstruo.345 Mandó el rey que los prendiera.
Quedé con el hombre solo;
llegué y quise desarmalle;
pero pienso que el Demonio
en él tomó forma humana,350 envuelto en humo ypues que,
polvo, se arrojó por los balcones,
entre los pies de esos olmos
que coronan del palacio
los chapiteles hermosos.
355 Hice prender la duquesa,
y en la presencia de todos
dice que es el duque Octavio
el que con mano de esposo
la gozó.
360 OCTAVIO. ¿Qué dices?
D. PEDRO. Digo
lo que al mundo es ya notorio
y que tan claro se sabe:
que a Isabela por mil modos...
365 OCTAVIO. Dejadme, no me digáis
tan gran traición de Isabela.
164 • CAPITULO 2: SIGLOS XVI-XVII (RENACIMIENTO Y BARROCO)
D. PEDRO.
OCTAVIO.
mal hacéis si lo calláis.Proseguid, que me matáisdulcemente en mi porfía,que es vuestra lengua
sangríay la muerte no se siente,que morir 'tan dulcementelisonja a mi mal sería,
¿Será verdad que Isabelaalma, se olvidó de mí
para darme muerte? Sí;que el bien suena y el mal vuela.Ya el pecho nada recela
juzgando si son antojos;
que, por darme más enojos,al entendimiento entró
y por la oreja escuchó
lo que acreditan los ojos.
Señor marqués, ¿es posibleque Isabela me ha engañado,
y que mi amor ha burlado?
iParece cosa imposible!
iOh, mujer! iLey tan terrible
de honor, a quien me provoco
a emprender! Mas ya no tocoen tu honor esta cautela.
¿Anoche con Isabela
hombre en palacio? !Estoy loco!Como es verdad que en los
vientos hay aves, en el mar peces,
que participan a veces
de todos cuatro elementos;
como en la gloria hay contentos,
lealtad en el buen amigo,
traición en el enemigo,
en la noche oscuridad,
y en el día claridad,
así es verdad lo que digo.
Marqués, yo os quiero creer,
ya no hay cosa que me espante;
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que la mujer más constante
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D. PEDRO.
OCTAVIO.
D. PEDRO.
415 OCTAVIO.
D. PEDRO.es, en efecto, mujer.
No me queda más que ver,OCTAVIO.
pues es patente mi agravio.
Pues que sois prudente y sabio,elegid el mejor medio.
Ausentarme es mi remedio.
Pues sea presto, duque Octavio.
Embarcarme quiero a España, ydarle a mis males fin.
Por la puerta del jardín,
duque, esta prisión se engaña.
iAh, veleta! iDébil caña!
A más furor me provoco,
y extrañas provincias toco,
huyendo de esta cautela.
iPatria, adiós! iCon Isabela
hombre en palacio! iEstoy loco!
Vanse.
sugerencias para el análisis y la discusión de la Jornada Primera Versos 1-426¿Por qué decimos que esta obra empieza in medias res?
2. Observa que la escena empieza de noche en la oscuridad y que don Juan está embozado, conla cara cubierta. ¿Qué importancia puede tener?
3. Interpreta las palabras de don Juan: "Soy un hombre sin nombre" (v. 16).4. ¿por qué se encuentra don Juan, un noble español, en Nápoles? Mira los versos 98-109.5. Nombra todas las mentiras que han tenido lugar. ¿Es don Juan el único que miente?6. Observa y analiza el tratamiento que recibe Isabela después del engaño de don Juan. ¿Qué
solución encuentra Isabela a su deshonra?
7. Comenta las acciones de don Pedro en estas escenas, con don Juan, con el Rey, con Octavio.¿Cuál es su solución a la "crisis"? ¿Por qué usa hipérboles en los versos 153-179, 325-361 ?
8. ¿Está Octavio enamorado de Isabela? ¿Cuál es su explicación de lo que pasó? Compara y con-trasta sus palabras antes y después de la visita de don Pedro.
9. En pocas páginas hemos observado varias huidas. Búscalas y coméntalas.
IO. ¿Qué retrato de la nobleza nos hace Tirso?
11. ¿Qué rasgos del carácter de don Juan revelan sus palabras en las primeras páginas?
[PLAYA DE TARRAGONA]
Sale TISBEA,pescadora, con una caña de pescar en :
la mano.
TISBEA. Yo, de cuantas el mar
430 pies de jazmín y rosa
en sus riberas besa
con fugitivas olas,
aquí donde el sol pisa
soñolientas las ondas,
alegrando zafiros
las que espantaba sombras.
Por la menuda arena,
—unas veces aljófar
y átomos otras veces
del sol que así le adora—
oyendo de las aves
las quejas amorosas,
420
425
435
UNIDAD 4: EL ARTE NUEVO DE HACER TEATRO • 165