Habilidades sociales

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HABILIDADES SOCIALES Existen investigaciones que relacionan los problemas en el desarrollo de las habilidades sociales durante la infancia y los desajustes que se dan durante la edad adultos, estos problemas de desajustes van desde l proceso académico hasta las alteraciones psiquiátricos, alcoholismo, depresión y conductas delictivas, los niños que presentan un mal comportamiento social tienden a presentar otros problema como dificultades en el aprendizaje y deficiencias en el desarrollo cognitivo y emocional, problemas delictivos en la infancia y adolescencia. Los niños que presentan problemas en sus ajuste social corresponde a un grupo con necesidades especiales a las clases regulares, para ello los educadores deberían estar preparados para manejar a este tipo de niños en el aula de clases y no excluirlos; sin embrago no siempre se cuenta con información, capacitación adecuada, ni han tenido acceso a técnicas de manejo ni a material educativo que les ayude a enfrentar a este tipo de problemas. Competencia se refiere a un conjunto de habilidades que el niño pone en juego al enfrentarse a situaciones interpersonales, en tanto que las habilidades sociales se refiere a las habilidades específicas que requiere una persona en una tarea determinada. La competencia social distingue 2 grupos de niños que presentan problemas en su agente social; los niños inhibidos, tímidos o aislados y los niños impulsivos, agresivos o sociales; los primeros son los menos detectados por sus profesores, son niños excesivamente controlados En su conducta y en su expresión de sentimiento, no defienden sus derechos, se conforman fácilmente a los deseos de los demás, son pasivos, lentos en sus reacciones, tienden a ser ignorados por sus pares, son menos rechazados por sus compañeros; los segundos son poco cooperativos, desobedientes, agresivos, destructivos, son impopulares por sus pares a la vez que reciben frecuentes muestras de rechazo. Cuando se estudia la competencia social de los niños es importante considerar los ambientes naturales en que se desarrolla la competencia, los contextos más relevantes en el desarrollo social de un niño son el hogar, la escuela y el grupo de pares. En el hogar porque es el primer contexto social del niño, en el cual aprende los primero comportamientos interpersonales, ya que la familia es la mejor agencia de socialización en nuestra sociedad. Los distintos tipos de crianza se debe a la diversidad de familias, como las familias coercitivas, son las que ejercen control por la fuerza y con amenaza de castigos físicos sobre sus miembros, en este tipo de familia se encuentra la gran mayoría de niños cuyos comportamientos son agresivos; las familias hostiles tienen niños aislados de la sociedad, dependientes y poco hábiles; las familias funcionales o saludables sus miembros tienden a tener contacto entre ellos, sus interacciones son afectuosas y abiertas. La escuela es el segundo contexto socializado, ya que cumple con dos tareas: la educación y la formación, mediante la escuela el niño se socializa con los profesores y con otros niños mayores y más pequeños que él. El profesor ejerce su gran poder e influencia en la vida del niño, le sirve como modelo de conductas sociales, moldea el comportamiento del niño a través de los procesos de refuerzo. Las características personales del profesor influyen en el comportamiento de los niños, los profesores hostiles y dominantes afectan negativamente la adaptación social de los estudiantes conductas cooperativas y socialmente adaptadas; el autoestima es otro factor que afecta la relación profesor – alumno; las metodologías educativas influyen en le comportamiento de los niños; las reprimendas en voz alta y en voz baja que el profesor hace en la sala de clase, la mayoría de profesores tienden a dar reprimendas en voz alta, que los profesores reprendan a sus alumnos los hagan en voz baja de tal modo que sólo fuese escuchada por el alumno reprendido. La ubicación geográfica de la escuela (rural, urbana, lejos o cerca de centros poblados), la ubicación de la sala de clase y el arreglo de los 1

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HABILIDADES SOCIALES

Existen investigaciones que relacionan los problemas en el desarrollo de las habilidades sociales durante la infancia y los desajustes que se dan durante la edad adultos, estos problemas de desajustes van desde l proceso académico hasta las alteraciones psiquiátricos, alcoholismo, depresión y conductas delictivas, los niños que presentan un mal comportamiento social tienden a presentar otros problema como dificultades en el aprendizaje y deficiencias en el desarrollo cognitivo y emocional, problemas delictivos en la infancia y adolescencia.

Los niños que presentan problemas en sus ajuste social corresponde a un grupo con necesidades especiales a las clases regulares, para ello los educadores deberían estar preparados para manejar a este tipo de niños en el aula de clases y no excluirlos; sin embrago no siempre se cuenta con información, capacitación adecuada, ni han tenido acceso a técnicas de manejo ni a material educativo que les ayude a enfrentar a este tipo de problemas.

Competencia se refiere a un conjunto de habilidades que el niño pone en juego al enfrentarse a situaciones interpersonales, en tanto que las habilidades sociales se refiere a las habilidades específicas que requiere una persona en una tarea determinada.

La competencia social distingue 2 grupos de niños que presentan problemas en su agente social; los niños inhibidos, tímidos o aislados y los niños impulsivos, agresivos o sociales; los primeros son los menos detectados por sus profesores, son niños excesivamente controlados En su conducta y en su expresión de sentimiento, no defienden sus derechos, se conforman fácilmente a los deseos de los demás, son pasivos, lentos en sus reacciones, tienden a ser ignorados por sus pares, son menos rechazados por sus compañeros; los segundos son poco cooperativos, desobedientes, agresivos, destructivos, son impopulares por sus pares a la vez que reciben frecuentes muestras de rechazo.

Cuando se estudia la competencia social de los niños es importante considerar los ambientes naturales en que se desarrolla la competencia, los contextos más relevantes en el desarrollo social de un niño son el hogar, la escuela y el grupo de pares. En el hogar porque es el primer contexto social del niño, en el cual aprende los primero comportamientos interpersonales, ya que la familia es la mejor agencia de socialización en nuestra sociedad.

Los distintos tipos de crianza se debe a la diversidad de familias, como las familias coercitivas, son las que ejercen control por la fuerza y con amenaza de castigos físicos sobre sus miembros, en este tipo de familia se encuentra la gran mayoría de niños cuyos comportamientos son agresivos; las familias hostiles tienen niños aislados de la sociedad, dependientes y poco hábiles; las familias funcionales o saludables sus miembros tienden a tener contacto entre ellos, sus interacciones son afectuosas y abiertas.

La escuela es el segundo contexto socializado, ya que cumple con dos tareas: la educación y la formación, mediante la escuela el niño se socializa con los profesores y con otros niños mayores y más pequeños que él. El profesor ejerce su gran poder e influencia en la vida del niño, le sirve como modelo de conductas sociales, moldea el comportamiento del niño a través de los procesos de refuerzo.

Las características personales del profesor influyen en el comportamiento de los niños, los profesores hostiles y dominantes afectan negativamente la adaptación social de los estudiantes conductas cooperativas y socialmente adaptadas; el autoestima es otro factor que afecta la relación profesor – alumno; las metodologías educativas influyen en le comportamiento de los niños; las reprimendas en voz alta y en voz baja que el profesor hace en la sala de clase, la mayoría de profesores tienden a dar reprimendas en voz alta, que los profesores reprendan a sus alumnos los hagan en voz baja de tal modo que sólo fuese escuchada por el alumno reprendido. La ubicación geográfica de la escuela (rural, urbana, lejos o cerca de centros poblados), la ubicación de la sala de clase y el arreglo de los pupitres pueden dar origen a distintas formas de interacción profesor – alumno. El tamaño de las escuelas influencia en el desarrollo social de los niños, en la escuela pequeñas, los niños participan en muchas actividades que en aquellas que asisten a escuelas grandes.

El grupo de pares es el tercer contexto socializador, la interacción con sus iguales afecta el desarrollo de la conducta social, proporcionándole al niño muchas oportunidades de aprender normas sociales, ya que le da al niño la oportunidad de autoconocerse y de entrenar las habilidades sociales. El grupo de pares juegan un rol importante en el desarrollo de yo – social, tanto para los niños populares o no populares, le ayuda a desarrollar su propia identidad e individualidad y a ensayar patrones nuevos de comportamiento.

La televisión es un poderoso agente de socialización, tienen influencia negativa en los niños, pero también tiene beneficios porque socializa al niño positivamente y esta es la que puede ser usada como una herramienta negativa

COMENTARIO ACERCA DE LAS DIMENSIONES EN EL ANÁLISIS DE LAS HHSS Y DE LOS PRINCIPALE FACTORES PSICOLÓGICOS RELACIONADSCON LAS HHSS

En las competencias sociales en los niños, es importante considerar los diferentes ambientes naturales donde se desarrollan esta competencia, es decir el lugar donde es criado, educado, ya que estos son los contextos más relevantes para el desarrollo social.

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El hogar es el primer lugar donde el niño desarrolla su personalidad, donde aprende a sus primeros comportamientos, es en la familia donde se socializan con los hermanos, padres, ya que ellos constituyen modelos significativos para el niño, no se limita sólo a entregarles modelos de comportamiento, sino que moldea su comportamiento, a través de diversas prácticas de disciplina, también existen diferentes formas de familias: la que ejerce el control por la fuerza y con amenazas de castigo físico sobre sus miembros de las cuales los niños que tienden al aislamiento social, son dependientes, poco hábiles, las familias saludables, los miembros tienden a favorecer el contacto con ellos. La escuela también es un medio socializador para los niños, mediante esta el niño va interrelacionarse con los adultos y con niños mayores y más pequeños que él, el profesor es quien ejerce un gran poder e influencia en la vida del niño, le sirve como modelo de conductas y a la vez moldea su comportamiento. Los profesores hostiles y dominantes afectan negativamente la adaptación social de los estudiantes en el aula de clase, los profesores cálidos y afectuosos y flexibles promuevan en sus alumnos conductas cooperativas y socialmente adaptadas, mucho influye el tamaño de la escuela en el desarrollo social de los niños, en escuelas pequeñas los niños participan en muchas actividades, que aquellos que asisten a escuelas grandes, en los colegios grandes las clase tiene mayor número de niños y los profesores tienden a ser más formales, controladores y estrictos que aquellos que se desempeñan en colegios pequeños.

La televisiones un agente de socialización que tienen influencia negativa e influencia positiva este puede ser utilizada como herramienta educativa, ya que algunos programas transmiten valores y conductas prosociales.

El género es importante cuando se analiza la conducta social, ya que las niñas tienen una adquisición del lenguaje más temprana, aprende a leer y a escribir antes que los hombres. Los niños rechazados por el grupo de pares presentan una alta frecuencia de conductas agresiva, en cambio las niñas rechazadas presentan ansiedad, timidez, pasividad.

El atractivo físico también es considerado como una variable importante en la interacción social. Los niños populares son considerados más atractivos por sus pares.

La inteligencia es importante en el desarrollo de las habilidades sociales como la sensibilidad hacia los problemas humanos, la capacidad para conceptualizar medios en la solución de problemas interpersonales. Hay 2 tipos de estilo cognitivo: estilo impulsivo y estilo reflexivo. Los niños que tienen un estilo cognitivo impulsivo, presentan tiempos de reacción muy rápidos, no siguen bien las instrucciones, porque no se tomen el tiempo necesario para procesar la información correctamente, mientras que los niños reflexivos, consideran todos los detalles posibles antes de responder, tienen buena capacidad para organizarse, no logran cumplir con lo que planifican.

Los factores afectivos son otras de las dimensiones importantes, ya que en ella se encuéntrale autoestima que es un sentido de correspondencia, confianza, identidad; el individuo con alta autoestima no demuestra un alto grado de aceptación de si mismo y de los demás, reconoce sus propias fortalezas y habilidades; los individuos con baja autoestima se siente incapaz de realizar algo.

RESUMEN DE LOS CONTENIDOS DE LAS PAGINAS (pp, 20 – 35)

Los seres vivos nacen competencial genético y biológico de amplias posibilidades de desarrollo. Durante toda la vida el hombre vive un proceso continuo de desarrollo y aprendizaje. El medio ambiente del hombre es básicamente su medio social. El hombre es un ser social por naturaleza. Resulta entonces fundamental al desarrollo de las habilidades que permitan relaciones interpersonales satisfactorias y efectivas.

El comportamiento social constituye un aprendizaje cada vez más complejos que incluyen aspectos cognitivos, afectivos, sociales y morales, a través de un proceso de maduración y aprendizaje con el medio social. El aprendizaje social sostiene que el funcionamiento psicológico y el desarrollo social responde a la interacción de múltiples factores ambientales, individuales y de conducta de la persona. El comportamiento interpersonal se aprende por asociación y por aprendizaje instrumental, siendo el refuerzo social uno de los reforzadores más poderosos para la adquisición y mantención de la conducta interpersonal. El aprendizaje por observación requiere d procesos tales como: percepción, atención y memoria.

Uno de los medios más afectivos de aprendizaje es la conducta social. La enculturalización de la inteligencia personal toma formas muy variadas e individuales, por lo cual se hace difícil compararlas. Por tanto la inteligencia social no es únicamente cognitiva.

Para un adecuado desarrollo social que permita relaciones interpersonales satisfactorias efectivas se requieren habilidades cognitivas y destrezas conductuales.

La herencia es un factor etiológico en las diferencias individuales de la timidez. La herencia padre – hijo puede estar mediada por factores genéticos o ambientales.

La interacción ambiente - genotipo sugiere la posibilidad de que factores ambientales afectan a los niños, como función de su predisposición genética. La familia es el primer grupo social, donde se producen los primeros intercambios de conducta social y afectiva y creencias, tiene una influencia, muy decisiva en el comportamiento social. Los modelos de las habilidades sociales presentan algunas características comunes, siendo sus diferencias el mayor o menor énfasis en determinadas variables. El modelo de aprendizaje social – cognitivo, ha demostrado como la conducta social esta medida por diversos factores cognitivos, como expectativas,

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atribuciones, creencias, mecanismos de procedimientos de la información, métodos de resolución de problemas. No basta conocer las conductas, sino que es necesario poder implementarlas, por eso es importante ciertos factores comunicacionales y su relación con valores, mitos y normas culturales que determinan que la persona lleva a cabo o no una determinada conducta.

Los comportamientos interpersonales que se refieren a la capacidad social de expresar lo que se piensa, siente y las creencias. Para ellos se requieren buenas estrategias comunicacionales y habilidades sociales específicas.

La conducta asertiva se refiere a aquellos comportamientos interpersonales cuya ejecución implica un cierto riesgo social. Más aún, la falta de asertividad, a costa de que la persona no logre sus objetivos sociales. De acuerdo a las capacidades genéticas y las experiencias de aprendizaje que se da en el contexto social, la persona desarrolla habilidades sociales que implica fundamentalmente dos procesos esenciales: una es la percepción social, que le permite percibir, descifrar, discriminar, codificar, simbolizar comportamientos tanto intrapersonales como interpersonales y otro el aprendizaje de una metodología de resolución de citaciones sociales aplicando ciertas destrezas socio cognitivas conductuales. Estos dos procesos son fundamentales en las habilidades sociales y permiten el adecuado ajuste social de la persona de acuerdo a la edad, rol y contexto social.

La persona tiene las habilidades necesarias en su repertorio, pero que están inhibidas o distorsionadas por ansiedad condicionada a las situaciones sociales.

La comprensión de las habilidades sociales y de las conductas asertivas requiere de una explicación de multicausalidad donde se integren factores cognitivos, motores y autonómicos. Esto nos permite abordar e integrar lo que la gente piensa, siente y hace. Es indispensable conocer las normas de conducta social, dentro de una cultura o grupo erario, antes de iniciar un tratamiento en habilidades sociales.

COMENTARIO ACERCA DE CONSECUENCIAS DE DEFICIT INTERPERSONAL

Las habilidades sociales es un factor determinante de vida de las personas, la falta de destrezas sociales repercute de diferentes maneras en la persona, algunas veces presenta un rendimiento académico inferior a las personas con habilidades sociales, a un largo plazo, las consecuencias pueden se psicológicamente graves inhibición social, aislamiento, ansiedad, inseguridad, baja autoestima. Existe relación entre conducta social y salud mental, ya que los niños han tenido un pobre desarrollo en habilidades sociales y diversos disturbios psicopatológicos en la adultez entre ellos destacan la ansiedad social, timidez, depresión, problemas de agresividad, conducta delictiva, neurosis histérica, drogadicción y alcoholismo.

La ansiedad socia es el miedo o temor que surge en más situaciones de interacción, es uno de los factores más importantes en los déficits sociales. Los primeros miedos surgen durante el primer año de vida, ya que tienen a lo desconocido generalmente a los adultos.

La timidez también es un disturbio patológico que se produce por déficits de habilidades sociales. La timidez es una experiencia se caracteriza por nerviosismo en los encuentros interpersonales, el tímido es el modelo de la persona vulnerable en cuanto a la necesidad exagerada de aprobación, aceptación, ellos evitan encuentros sociales, participan poco, son juzgados como menos amistosos, tienen baja autoestima, soledad crónica, problemas sexuales, todo esto conlleva en algunos casos a consecuencias sociales como alcoholismo y drogadicción, de esta manera aminoran la angustia ocial o el disconfort interperonal.

La depresión y la adicción son otros problemas psicológicos, la primera aumenta a medida que los niños van creciendo y es más frecuente en adolescente y mujeres, la segunda es por el consumo de sustancias en adolescente y jóvenes también es por falta de habilidades sociales, déficit de asertividad y timidez, para la prevenirlo es importante la adquisición de destrezas educativas y terapéuticas de desarrollo de habilidades sociales.

 

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PROTOCOLO SOCIAL PARA NIÑOS

Cuando hablamos de  buena educación y buenos modales, sobre todo a la hora de la comida, comprende no solo enseñarle a los niños la forma adecuada de comer,  utilizar los cubiertos, poner la mesa o saber como deben comportarse, sino que también se debe hacer hincapié en la actitud correcta hacia el resto de las personas sentadas a la mesa porque, nos guste o no, los modales son el parámetro más importante de valoración social. 

 Integrar a nuestros hijos al almuerzo o cena familiar es toda una experiencia. A partir de los tres años ya  se puede ir enseñando a un niño a comportarse en la mesa, a los 11 ó 12 años deben saber hacerlo correctamente y llevarlo a cabo. Pero si desde el principio sentamos a los niños en su silla de comer a nuestro lado, será infinitamente más fácil que incorporen estos conocimientos por imitación, ya que una de las formas más fáciles de enseñar a nuestros hijos es mediante el ejemplo.

 Es cierto que  no ayuda mucho el hecho de que los niños almuercen en el colegio, sin embargo, en un comienzo, los fines de semana son una ocasión propicia no sólo para transmitir buenos modales, si no que además nos facilita la comunicación y entrega de valores familiares al fortalecer el diálogo y fomentar una rutina de familia.

 Una vez tomada la decisión de incluir a nuestros hijos en el desarrollo de estas  habilidades sociales es preciso tener en cuenta algunos consejos:

  Predique con el ejemplo

Este es el método  de enseñanza más efectivo. Nuestros hijos son el fiel reflejo de las costumbres de nuestra casa. Enséñenles que no se empieza a comer hasta que todas las personas de la mesa están servidas y no lo empieza a hacer el  papá o la mamá o alguno de los mayores. Y muy importante: tal como ustedes lo hacen, enséñenle a sus hijos a pedir las cosas por favor y a  no olvidar dar las gracias.

  Refuerzo positivo

Alaben el buen comportamiento: observen y hagan notar, lo más casual posible, cada vez que su hijo incorpore  y aplique las normas correctas. Muy importante: debemos ser muy comprensivos con ellos, sobre todo en las primeras fases de su aprendizaje.  

En el desayuno

Si su hijo acostumbra a desayunar cereales en la cocina, que esto no sea pretexto para olvidar todo lo aprendido. Un individual, una vaso de leche, servilleta respectiva  y , muy importante, haga que la nana se integre también a esta cruzada por la buena educación de sus hijos.

  Hacer que la hora de la comida sea agradable

Creen un ambiente ameno y apaguen el televisor. Si les gusta, pongan música suave de fondo y dejen para otra ocasión conversaciones negativas por ejemplo las notas o problemas en el trabajo. Sin embargo, esta es una instancia ideal para interiorizarse de cómo le va a su hijo en las otras actividades dentro o fuera del colegio e inquietudes que ustedes tienen como familia.

  Al hablar por teléfono

Haga que los niños practiquen  el uso del teléfono,  marcar correctamente y cómo preguntar por alguien: “hola /buenos días / buenas tardes, podría hablar con ..... También es importante enseñarles a contestar :  “hola /buenos días / buenas tardes, un momento por favor”  o si es alguien que conocen : “hola, cómo está “.

  Cuando invitan son o invitados

Típico que la primera pregunta que uno les hace  a los hijos al ir a buscarlos es ¿te portaste bien?.  Es importante que además de aplicar lo que les hemos enseñado,  los niños aprendan a agradecer la visita: “hasta luego, gracias por invitarme” o “gracias por venir, lo pasamos muy bien”.

  En una conversación

No hay razón para no enseñarle a los niños cuál es la forma correcta de llevar una conversación y expresar respetuosamente sus opiniones. Practique con temas cotidianos, qué piensan de esto o lo otro, intente hacer que su hijo practique la empatía, esa es una buena forma de hacer de su hijo un futuro adulto tolerante.

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 S.O.S.

 LEA ESTOS 10 PUNTOS Y COMÉNTELOS CON SUS HIJOS ANTES DE SALIR A COMER A UN RESTAURANTE  O A LA CASA DE OTRA PERSONA (dirigido a los niños)

1. Usa tenedor para comer. El cuchillo no se lleva a la boca, no se hacen bolitas con las migas de pan. 2. Mastica con la boca cerrada. (A nadie le interesa ver ni oír lo que sucede DENTRO de tu boca. Esto

incluye no hablar mientras tienes la boca con comida). 3. Come lento, con calma, pon atención a lo que se conversa en la mesa, disfruta de este momento. 4.  No llenes tu boca de comida, se ve feo y te puedes atorar. 5.  Si alguna comida no te gusta, no hagas comentarios groseros.  Tienes dos      opciones: o lo comes sin

aspavientos o  te excusas con la dueña de casa ( o con quien fuiste al restaurante). Los niños tienen  la libertad de rechazar algo, sin que los adultos se ofendan. Después de todo, esta una ocasión para pasarlo bien, no un campo de batalla. No te olvides, siempre amablemente.

6. Ya sea en el restaurante o en otra casa, siempre agradece cada vez que te sirvan algo, esto demuestra educación.

7. Si la comida no es del tipo buffet (autoservicio) siempre espera a que todos  estén servidos  antes de comenzar a comer.

8. Preocúpate que la comida en tu plato no se desparrame, usa un trozo de pan para ayudarte. 9. No trates de alcanzar algo estirándote, es mejor pedirlo a quién está a tu lado en la mesa. 10. ¡Muy importante! Limpia tu boca con la servilleta antes y después de beber, no queremos dejar

“evidencias” en la copa.

¿Te portaste bien hoy?

En familiaEl SaludoCómo comportarse estando de visitaEn el colegioEn la casaCon tus amigosEn la mesaEn Misa

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Independencia y habilidades sociales  

 

      Poder hacer las cosas por sí mismos, llevarse bien con los demás, y poder estar lejos de las personas a quienes conocen, son algo básico para estar listos para empezar la escuela. Si sus niños todavía no pueden hacer éstas cosas, los padres, y quienes los cuidan, son las mejores personas para ayudarles a aprenderlas.

Sí ellos no han pasado mucho tiempo todavía con otros niños y adultos, lejos de sus padres y las personas a quienes están acostumbrados, arregle que su niño juegue con otros niños en otro sitio que no sea su casa, con la supervisión de otro adulto. Ayude que su niño se acostumbre a que Ud. no esté ahí un poco más de tiempo cada vez.

 Algunas cosas importantes que Ud. puede ayudarles a aprender son:

Ponerse y quitarse su propia ropa,

Ir solos al baño (y recordar bajar el agua y lavarse las manos cada vez)

Lavar y secar sus manos y cara,

Peinarse, y cepillarse los dientes

Prepararse un bocadillo por sí solos, y guardar su cosas.

 Una de las cosas más importantes que deben recordar los padres es tratar de no hacer cosas por sus niños que ellos puedan hacer, o podrían aprender a hacer, por sí mismos.

Muchos de nosotros pensamos que ser un buen padre es hacer todo por nuestros niños, pero depende de qué tipo de cosas hacemos. No es bueno evitar que los niños aprendan cómo hacer cosas por sí mismos.

Ser un buen padre es ayudar a sus niños a crecer fuertes y a enseñarles a hacer lo más que puedan por sí mismos.

A los niños les encanta sentir que pueden hacer cosas por sí solos. Les hace sentirse importantes y grandes.

 ASÍ QUE, ENSEÑE A SUS NIÑOS A HACER ALGUNAS COSAS SIN SU AYUDA.

Por supuesto, a veces toma más tiempo así. Pero al final, vale la pena, pues su niño ha aprendio algo.

Cuando sus niños le pidan que haga algo que ellos necesitan poder hacer por sí solos...

Pídales que lo empiecen a hacer solos.

Dígales que cuando no puedan continuar, Ud. estará allí para ayudarles.

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La importancia de desarrollar habilidades sociales.

Sumario: Para construir relaciones humanas gratificantes, es vital que los niños con necesidades especiales tengan la oportunidad de practicar las habilidades sociales consideradas apropiadas dentro de la sociedad.

Reflexionemos sobre nuestro propio aprendizaje de las reglas de comportamiento aceptables por la sociedad.

Cuando niños cometíamos errores. Los adultos nos corregían y algunas veces nos castigaban. Otras veces nuestros amigos se enojaban por lo que hacíamos o decíamos, hasta que gradualmente aprendimos.

Desafortunadamente, con frecuencia los niños con necesidades especiales carecen de este entrenamiento vivencial. Su aislamiento social resulta perjudicial ya que ¿cómo puede haber un entrenamiento en las destrezas sociales cuando hay muy poca socialización?

La adquisición de estas habilidades no ocurre de un día para otro. Se desarrolla a través de años de observación, práctica y retroalimentación constructiva.

Entre los aspectos importantes que pueden resultar difíciles de adquirir para las personas con necesidades especiales: la toma de turnos dentro de una conversación...

Mantener contacto visual Mantener la atención Reparar malos entendidos Encontrar temas de interés mutuo Distinguir sugerencias o alusiones sociales tanto verbales como no verbales.

Sin embargo, estas destrezas no son imposibles de adquirir y pueden trabajarse a diario.

En el hogar... Este entrenamiento puede darse en el hogar donde los padres juegan un papel muy importante en el proceso. Por eje., cuando se anticipen visitas, no se debe mantener al niño apartado. Al contrario, encargue al niño cumplir alguna función, por ejemplo, saludar a las personas en la puerta, recibirles los abrigos, mostrarles sus asientos u ofrecerles algo de comer.

Puede ser útil seleccionar un solo aspecto y practicarlo con el niño con anterioridad (por eje. Cómo y cuándo dar la mano). Recuerde que estas interacciones tempranas proveen los cimientos para interacciones en el futuro.

A medida que los niños crecen, ellos interactúan más y más en situaciones que los padres no pueden supervisar. Inspirados en lo que han aprendido y ensayado en el hogar, los niños hacen amigos con su grupo y pronto aprenden más a socializar, refinando sus habilidades sociales a medida que crecen y maduran.

Se hace importante desarrollar estas amistades no solamente porque la interacción social constituye una necesidad humana básica sino también porque los amigos tienen funciones centrales para los niños las cuales no pueden ser sustituidas por sus padres y juegan un papel crucial en moldear las habilidades sociales del niño y su sentido de identidad.

Como se señaló, lo primero es sentar las bases para socializar en el hogar desde temprana edad, incluyendo, por eje., hacer énfasis en el buen cuidado e higiene personal del niño.

Instrucción directa y explícita... Otra manera de ayudar a su hijo es discutiendo y explorando con él lo que se necesita para tener buenas amistades, cómo se forman y se mantienen y algunas razones de por qué a veces las amistades se pueden acabar.

Debemos hacerles conciencia a los niños y jóvenes con discapacidades que a veces ellos tienen que iniciar estas amistades, aunque al principio pueda resultarles difícil.

Usted puede modelarle al niño algunos comportamientos sociales importantes y luego ensayarlos con él y otros miembros de la familia. Ejemplo: conversaciones telefónicas; cómo preguntarle a otra persona acerca de sus intereses; cómo describir sus propios intereses; cómo invitar a un amigo a la casa o como compartir una actividad con un amigo. Entre otras cosas, Ud. Puede ayudar a su hijo a:

Desarrollar aficiones o buscar intereses específicos. Los hobbies o pasatiempos no son solamente gratificantes de por si, sino que compartidos reúnen a las personas y ofrecen oportunidades para desarrollar amistades.

Sumarse a actividades recreacionales dentro de la comunidad (scouts, clubes...) Esto provee escapes saludables de energía, construcción de autoestima a través de la competencia y la oportunidad de interactuar con jóvenes de su misma edad.

Participar en actividades extracurriculares del colegio donde pueda reunirse con niños que tienen intereses similares.

Ubicar un empleo o trabajo voluntario dentro de la comunidad (por eje. después del colegio o en los fines de semana) para aumentar las oportunidades de socializar y elevar su autoestima.

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Cuidado con la sobreprotección... Trate de no sobreproteger a su hijo. Aún cuando es natural querer protegerlo del fracaso, de que hieran sus sentimientos, del rechazo, Ud. debe darle la oportunidad de crecer socialmente.

Esté dispuesto a hablar con él de sus temores, dudas, sentimientos y de los problemas sociales que pueda tener.

Cuando trate de hacer una amistad y no le funcione, anímelo para ensayar de nuevo.

Fuente: NICHCY News Digest, Vol 1. No. 3. 1992. Publicado en Paso a Paso. Vol 4 No 4 (Julio/Agosto 1994)

La promoción de las habilidades sociales: un reto de la escuela actual

Ana Mª Carrasco González Alicia Muñoz Silva

Departamento de Psicología. Facultad de CC. De la Educación (Universidad de Huelva)

  Introducción 

Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que las habilidades sociales son básicas para llevar una

vida feliz y plena. Basta con considerar el hecho de que los seres humanos vamos ganando competencias

gracias a nuestra participación en las interacciones sociales. Sin embargo, su desarrollo no es potenciado de

modo acorde a dicha relevancia. Centrándonos en el contexto escolar, señala Ovejero (1998) que ha sido

recientemente cuando la legislación educativa ha señalado la importancia de la competencia social de los

alumnos y la necesidad de su promoción en todas las etapas educativas. En concreto, esto queda recogido en

la LOGSE (1990), aunque matiza este autor que la vigente ley educativa no se refiere a las habilidades sociales

como área específica de aprendizaje, sino que éstas aparecen diseminadas en el resto de las áreas, siendo

además su redacción tan general que no facilita la planificación de la enseñanza de las habilidades sociales en

la escuela.

En términos generales, puede decirse que hasta hace poco tiempo la escuela se había ocupado casi

exclusivamente de las habilidades académicas, dejando de lado otras facetas del desarrollo de los alumnos y

alumnas. Sin embargo, cada vez se hace más patente la necesidad de estimular no sólo el desarrollo cognitivo,

sino también las dimensiones personales, emocionales y sociales de los seres humanos. A esta reivindicación

ha contribuido sin duda la consideración de la inteligencia como un constructo multidimensional, con

componentes emocionales y sociales que influyen en el rendimiento académico, profesional y social. Todo ello

se refleja en el auge de este campo de estudio en la literatura científica. 

Habilidades Sociales: definición y características 

Se podría decir que todos sabemos lo que significa el término “habilidades sociales”. Sin embargo, en la

comunidad científica aún no existe un acuerdo universalmente aceptado en lo que se refiere a la definición de

este concepto. De hecho, existe una amplia literatura sobre el tema de las habilidades sociales que trata de

definir y describir los términos y las diversas acepciones que se han venido empleando para referirse a ellas. 

La definición más integradora es la recogida por Gil (1993), que las define como conductas aprendidas

(y por tanto, pueden ser enseñadas), que se manifiestan en situaciones interpersonales, socialmente aceptadas

(lo que implica tener en cuenta normas sociales y normas legales del contexto sociocultural en el que tienen

lugar, así como criterios morales), y orientadas a la obtención de reforzamientos ambientales o autorrefuerzos.

Como características más relevantes de las habilidades sociales destacamos las siguientes (Gil, León y

Jarana, 1995; Vallés y Vallés, 1996):  

1. Las habilidades sociales son conductas manifiestas, observables, que se muestran en situaciones de

interacción social. Tales capacidades pueden enseñarse y/o mejorarse a través del aprendizaje

reforzado socialmente, ya sea de carácter incidental o como consecuencia de un entrenamiento

específico. 

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2. Las habilidades sociales están orientadas a la obtención de determinados objetivos o refuerzos. El

tipo de reforzamiento puede ser:  

a. Reforzamiento ambiental: incluye la consecución de objetivos de carácter material y/o de

carácter social, como obtener reconocimiento público, aumentar el número de amigos, etc. 

b. Autorrefuerzo: ser socialmente competente proporciona gratificaciones personales al sentirse

capaz de desarrollar determinadas habilidades de manera eficaz en las situaciones de

interacción, lo que conlleva pensamientos positivos que aumentan la autoestima. 

3. Las habilidades sociales son respuestas específicas a situaciones específicas. Para que una

conducta sea socialmente eficaz deben tenerse en cuenta las variables que intervienen en cada

situación en la que se exhibe la destreza social. Macía, Méndez y Olivares (1993) señalan los

siguientes determinantes situacionales:  

a. Las áreas o contextos sociales en los que habitualmente se desenvuelve el sujeto: familiar o escolar. 

b. Las personas con las que se relaciona el sujeto y sus características: sexo, edad, familiaridad, etc. 

La adecuación de las habilidades sociales depende de las demandas de la propia situación

interactiva. Así, por ejemplo, un contenido conversacional diferirá según la edad, intereses, grado de

intimidad del interlocutor, etc. Por tanto, los sujetos han de adaptar su comportamiento en función de

sus objetivos y de las exigencias de la situación, lo que requiere poseer y utilizar un repertorio

conductual variado, y evitar el empleo de patrones de comportamiento rígidos o estilos uniformes.

También se deben tener en cuenta los factores de índole cultural. Las habilidades sociales

están sujetas a las normas que regulan la convivencia humana y supeditadas, a su vez, a las

exigencias y criterios morales propios del contexto sociocultural en el que se ponen de manifiesto. Cada

grupo cultural enseña a sus miembros las formas de comportamiento más idóneas a las diferentes

situaciones sociales. Esta diversidad de normas y valores, tan presentes en la sociedad multicultural en

la cual vivimos, no debería ser olvidada por los educadores. 

4. Las habilidades sociales están constituidas por diversos componentes, que se encuadran de manera

integrada en tres sistemas de respuesta: 

a..Componentes conductuales: conductas concretas que implican, a su vez, elementos no verbales,

paralingüísticos y verbales. 

b. Componentes cognitivos: percepción, atribución o interpretación del significado de las distintas situaciones de

interacción social.  

c. Componentes fisiológicos: elementos afectivos y emotivos y sus correlatos psicofisiológicos (ansiedad, ritmo

cardiaco, etc.). 

La exhibición de una habilidad social determinada exige la combinación adecuada de estos tres componentes.

 

Las habilidades sociales en la infancia y la adolescencia en el contexto escolar 

Como se ha comentado anteriormente, es de suma importancia estar en posesión de unas adecuadas

habilidades sociales. Las repercusiones de la falta de competencia social en niños y adolescentes son

numerosas y complejas, aunque pueden resumirse en las siguientes (López, 1999; Ovejero, 1998): 

Las dificultades emocionales, sociales y de conducta derivadas de la falta de habilidades sociales están en

ocasiones en la base de las dificultades de aprendizaje de los alumnos. En otros casos, son dichas dificultades

de aprendizaje las que parecen originar los problemas de competencia social, por ejemplo, conflictos con el

profesor, compañeros o padres. 

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Page 10: Habilidades sociales

Las dificultades ligadas a la falta de competencia social afectan al bienestar emocional y social de los alumnos,

bienestar que la escuela debe promover como un bien en sí mismo. La escuela debe educar a los alumnos,

pero la educación que debe proporcionar la escuela no se agota en proporcionar a los niños y adolescentes

conocimientos y habilidades que los capaciten profesionalmente. Quizás sea un tópico, pero no por ello

debemos olvidarlo, que la escuela debe educar para la vida, y para llevar una existencia feliz es necesario tener

una visión positiva de uno mismo y de los demás, relacionarse adecuadamente con los que le rodean y tener

amigos, entre otras capacidades vinculadas directamente a las habilidades sociales.

En el contexto escolar, las manifestaciones infantiles y adolescentes de la falta de competencia social pueden

ser muy variadas: ansiedad, tristeza, retraimiento social, problemas de concentración o desinterés académico

que conduce incluso al absentismo escolar, dificultades en la relación con los compañeros o el profesor que se

materializan en conductas disruptivas en el aula o incluso en agresiones al profesor y los compañeros, entre

otras conductas antisociales. Nos interesa destacar que aunque sean las manifestaciones conductuales más

llamativas -conductas disruptivas, agresiones, etc.-las que con más frecuencia han reclamado la atención de los

educadores, no podemos olvidarnos de aquellos alumnos con fenómenos conductuales más situados en la

esfera del temor y la inhibición, ya que la escuela debe dar respuesta a todas las manifestaciones de los déficits

en habilidades sociales, y no sólo a aquéllas que causan dificultades en la convivencia escolar y en el clima de

la clase. 

Es competencia y obligación de la escuela promover las habilidades sociales de los alumnos. Además, la

escuela es el lugar más adecuado para llevar a cabo programas de enseñanza de habilidades sociales

(Jiménez, 1994; Ovejero, 1998). Para Ovejero (1998) son varias las razones de tal idoneidad: 

1. El entrenamiento en habilidades sociales es más eficaz cuando se realiza en grupo, dado que los otros niños

son una importante fuente de aprendizaje, ya sea a través de procesos de imitación o de aprendizaje social, y

proporcionan oportunidades únicas para el ejercicio de estas conductas. 

2. Los compañeros son una importante fuente de apoyo emocional para estos aprendizajes. 

Hemos señalado anteriormente como la LOGSE (1990) se hace eco de la importancia de las habilidades

sociales en todas las etapas educativas. Sin embargo, como advierten Vallés y Vallés (1996), la atención

prestada a la promoción de tales habilidades no es equivalente en las distintas etapas educativas. Así, a medida

que se asciende en los años escolares, el currículum social va disminuyendo, siendo ya en la ESO muy

reducido. De ello se podría deducir que en la pubertad y adolescencia no sería tan preciso fomentar las

habilidades sociales en los alumnos, quizás porque éstos ya contarían con un bagaje educativo que les habría

dotado de una competencia social suficiente para enfrentarse a las distintas situaciones sociales. Pero ni

podemos suponer que todos los alumnos posean ya estas habilidades, ni tampoco podemos obviar que la

pubertad y adolescencia traen consigo nuevos problemas cuya resolución puede requerir la adquisición de

nuevas competencias: reformulación de la identidad personal, relaciones de pareja, elección del futuro

profesional, etc. Así, por ejemplo, los programas destinados a la prevención de embarazos no deseados, han

destacado que además del conocimiento del fenómeno sexual y de la disponibilidad de anticonceptivos, las

habilidades sociales juegan un importante papel para operativizar su uso (Cáceres, 1994). Por todas estas

razones, creemos que la implementación de estos programas es tan necesaria en los últimos tramos

educativos como en las primeras etapas de la escolaridad.

El entrenamiento en habilidades sociales también desempeña un papel sumamente importante en la educación

de los niños y adolescentes con minusvalías físicas y/o psíquicas o de aquéllos que se encuentran en situación

de riesgo social, ya que son los más proclives a tener problemas de integración y/o rechazo en el ámbito

escolar (Ovejero,1998). En este sentido es interesante destacar la creciente atención prestada al desarrollo de

habilidades sociales para niños y adolescentes en situaciones de riesgo social (Kazdin, 1993), o afectados por

diversas deficiencias: visuales (Medina, León y Gil, 2000; Pelechano, Ibáñez, García, García de la Banda y

Fumero, 1993; Verdugo y Caballo, 1994) o mentales (Verdugo, 1990), entre otras. Aunque creemos del todo

necesario dotar a estos alumnos de las habilidades sociales necesarias para afrontar las dificultades de

integración a las que pueden verse enfrentados, no podemos dejar de advertir que hablamos de situaciones

creadas, en la mayor parte de los casos, no por la minusvalía o deprivación sociocultural en sí mismas, sino por

su repercusión social, es decir, por el rechazo solapado o abierto de los compañeros a los alumnos que se

encuentran en estas circunstancias. Por ello, los programas de entrenamiento en habilidades sociales

focalizados únicamente en estos niños y adolescentes tendrán, a nuestro juicio, un alcance limitado,

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Page 11: Habilidades sociales

si no son complementados o mejor aún, integrados en el seno de programas más amplios destinados a la

promoción de tales habilidades en la totalidad de los alumnos del aula, que presten una atención especial a la

cooperación y la conducta prosocial.  

Por último, debemos destacar el importante papel que padres y profesores juegan en el éxito de los

programas de entrenamiento en habilidades sociales dirigidos a niños y adolescentes. Por un lado, la familia

ejerce una importante influencia en la vida de los hijos, siendo los padres agentes educativos y socializadores

de singular relevancia. Por ello, se explica que los niños que crecen en contextos familiares que fomentan la

competencia social, se encuentren más preparados para afrontar los retos de adaptación social planteados en

otros contextos como la escuela. En esta línea son ya varios los programas que extienden a los padres el

entrenamiento en habilidades sociales (Kazdin, 1993; Olivares, Martínez y Lozano, 1997). Por otro lado, los

profesores son modelos para los alumnos, lo que implica que los programas sean más eficaces si no son

presentados de modo puntual, sino integrados en el contexto más amplio de la dinámica global de un aula en la

que el profesor sea capaz de manejar eficazmente el grupo clase, siendo además una figura empática que

mantiene relaciones interpersonales positivas con sus alumnos (Ovejero, 1998).

 

Evaluación de las Habilidades Sociales 

La evaluación de las habilidades sociales debe estar orientada a identificar los problemas o dificultades

existentes para, posteriormente, planificar los programas de entrenamiento y valorar los efectos del aprendizaje

obtenido. Deben evaluarse todos los componentes de las habilidades sociales, es decir, los motores o

conductuales, los cognitivos y los fisiológicos o afectivos. En la fase de detección de las dificultades se

pretenden los siguientes objetivos (Greshman, 1988, cit. en Vallés y Vallés, 1996):  

1) Determinar qué habilidades no están presentes en el repertorio conductual del niño o adolescente.

2) Determinar qué habilidades, aún existiendo en el repertorio comportamental, son deficitarias en su ejecución

debido a la falta de motivación para exhibirlas en determinadas situaciones o a la falta de oportunidades para

practica

3) Identificar cuáles son las habilidades sociales que sí se poseen de manera eficaz y pueden ser útiles para el

reforzamiento de otras conductas interpersonales menos hábiles. 

La evaluación de las habilidades sociales está siendo en la actualidad una de las áreas más fecundas y

vigorosas en el contexto de la evaluación conductual. Sin embargo, dicha evaluación presenta problemas

metodológicos inherentes a su conceptualización, que como ya hemos apuntado, se realiza desde una gran

diversidad de enfoques. Según Monjas (1994), los principales problemas de la evaluación son:

1.Falta de acuerdo en la comunidad científica acerca de la conceptualización de las habilidades sociales.

2. La naturaleza compleja de la conducta interpersonal.

3. Muchos de los instrumentos de evaluación existentes en la actualidad carecen de la fiabilidad y validez

necesarias.

4. La evaluación de los componentes cognitivos y afectivos es escasa, mientra que se han desarrollado

profusamente instrumentos de evaluación del sistema de respuesta conductual.

5. Los instrumentos de evaluación empleados proceden de la evaluación de adultos, siendo escasos los

dirigidos específicamente a la población infantil o adolescente.

En la evaluación de las habilidades sociales no existe ningún procedimiento o técnica por sí mismas que sean

capaces de ofrecer una cobertura metodológica suficiente; es necesario disponer de una amplia flexibilidad en

la utilización de las mismas para adecuarse a la población a la que vaya dirigida la evaluación. 

Las técnicas más empleadas en la evaluación de las habilidades sociales en poblaciones infantiles y

adolescentes son las siguientes (Dumas, Martínez, Lafreniere y Dolz, 1998; González, 1998; Inderbitzen, 1994;

Inderbitzen and Foster, 1992; Muñoz y García, 1996; Saunders and Green, 1993; Vallés y Vallés, 1996) :

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Page 12: Habilidades sociales

observación natural o directa, cuestionarios o entrevistas al sujeto y los miembros de su entorno más inmediato

(familiares, amigos, profesores, compañeros), medidas sociométricas, role-playing, videoanálisis, autorregistro

y autoobservación.  

Monjas (1994) señala distintos factores condicionantes del uso de uno u otro procedimiento evaluador:  

a. La disponibilidad de recursos materiales y personales (padres, profesores, educadores, etc.).

b. Número de sujetos a evaluar: evaluación de un solo sujeto o evaluación grupal.

c. Características del sujeto: edad, nivel de comprensión oral, habilidad lectora, etc.

d. El tipo de comportamiento a evaluar. 

El entrenamiento en habilidades sociales 

Concepto y características 

El entrenamiento en habilidades sociales (EHS) consiste en un conjunto de técnicas cuya aplicación se orienta

a la adquisición de aquellas habilidades que permitan a los sujetos mantener interacciones sociales

satisfactorias en su ámbito real de actuación (Vallejo y Ruíz, 1993). A través del EHS, el sujeto puede aprender

habilidades que no posee en su repertorio o también, modificar las conductas de relación interpersonal que sí

posee pero que son inadecuadas. 

Entre las ventajas que presenta el EHS, frente a otros tipos de abordajes, destacan las siguientes (Gil, León y

Jarana, 1995): 

1. Procedimiento con una estructura clara y unos pasos perfectamente delimitados.

2. Flexibilidad: los entrenamientos pueden ser adaptados fácilmente a las necesidades específicas de las

personas y/o situaciones.

3. La duración del proceso es breve y permite obtener resultados casi desde el principio. 

Entre las características de los EHS podemos subrayar las siguientes (Gil, León y Jarana, 1995):  

1. Reproducen las experiencias de aprendizaje de situaciones reales, pero de forma intensiva y controlada.

2. Independientemente de la etiología de la conducta problema, se centran en el desarrollo de habilidades y

conductas alternativas, ampliando el repertorio conductual del sujeto.

3. Los EHS son concebidos como procedimientos psicoeducativos de formación, más que como técnicas

terapéuticas, cuyo principal objetivo consiste en facilitar el aprendizaje de nuevas habilidades, así como el

sobreaprendizaje de las existentes.

4. Participación activa de los sujetos, que implica, por su parte, una decidida intención de cambio y de

compromiso, la comprensión y aceptación del procedimiento y la participación en el mismo a lo largo de todas

las fases y en todas las tareas encomendadas.

5. Énfasis en aspectos positivos. 

Técnicas del entrenamiento en habilidades sociales 

Las diversas técnicas que constituyen el EHS deben aplicarse en el orden que se describe a continuación

(Caballo, 1993; Gil, León y Jarana, 1995; Michelson, Sugai, Wood, y Kazdin, 1987): 

1) Instrucciones

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Page 13: Habilidades sociales

Son explicaciones claras y concisas, centradas en la conducta que va a ser objeto de entrenamiento en cada

sesión. De cara a una mayor eficacia deben incluir:  

a. Información específica sobre los comportamientos adecuados.

b. Razones que justifiquen la importancia de dichas conductas, así como de la necesidad de ejecutarlas. En

este sentido, es importante implicar al propio sujeto en este proceso, de forma que sea él mismo quien sugiera

ejemplos o dé razones que justifiquen el nuevo comportamiento.

c. Para facilitar su comprensión y recuerdo, deben incluir información breve, en frases cortas, con un lenguaje

inteligible (evitando tecnicismos innecesarios) en el que se empleen categorías explicativas explícitas, claras y

usuales, y se repitan los conceptos fundamentales. 

2) Modelado 

Consiste en la exhibición, por parte de un “modelo”, de los patrones adecuados de aquellos comportamientos

que son objeto de entrenamiento. Sus objetivos se centran en : 

a. Proporcionar a los sujetos la oportunidad de observar formas posibles de desarrollar las conductas que

posteriormente deberán ensayar.

b. Facilitar el aprendizaje de conductas nuevas, así como la inhibición y/o desinhibición de conductas existentes

en el repertorio conductual del sujeto.  

3) Ensayo conductual 

Consiste en la práctica por parte de los sujetos de los comportamientos objetivo, previamente observados en los

“modelos”. Esta práctica se repite tantas veces como sea necesario hasta que los sujetos alcancen el nivel de

ejecución adecuado. Consta de tres modalidades:  

a. Ensayo real: el sujeto tiene la oportunidad de practicar las conductas objetivo con otro/s interlocutor/es en

una situación social, ya sea real o simulada.

b. Ensayo encubierto: el sujeto debe imaginarse ejecutando las conductas, bien en un contexto de

entrenamiento o prueba, bien en un contexto de la vida real.

c. Ensayo mixto: se emplean las modalidades anteriores de una forma combinada. 

4) Retroalimentación 

En esta fase se proporciona información correcta y útil al sujeto acerca de la actuación que ha tenido en el

ensayo conductual. Su objetivo es moldear las conductas del sujeto, de forma que vaya consiguiendo

progresivamente un nivel de ejecución lo más idóneo posible. En definitiva, se pretende que el sujeto sepa qué

conductas ha ejecutado correctamente y cuáles debe mejorar. Debe efectuarse de forma inmediata a la

realización de los ensayos.

La retroalimentación puede ser proporcionada por miembros expertos del equipo de entrenamiento, por los

compañeros y, también, por el propio sujeto. Es fundamental que éste analice su actuación, con el fin de que

desarrolle una capacidad de auto-observación y de auto-valoración del impacto de su comportamiento sobre sí

mismo y sobre el entorno social. 

5) Refuerzo 

Esta técnica consiste en proporcionar a los sujetos la motivación necesaria para que afronten las mejoras que

van obteniendo y continúen de forma eficaz los entrenamientos. Resulta crucial para moldear las conductas y

asegurar el mantenimiento de las mismas. 

El refuerzo puede ser verbal (expresado en forma de alabanzas, reconocimiento de méritos o aprobación de la

conducta del sujeto) o material (suele ser más utilizado con niños con necesidades educativas especiales).

Asimismo, puede ser proporcionado por miembros expertos del equipo de entrenamiento, por otros compañeros

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Page 14: Habilidades sociales

del grupo y por el propio sujeto. En este último caso, el sujeto ha de saber valorar su comportamiento y

proporcionarse el refuerzo adecuado, sin infra ni sobreestimar sus logros.  

6) Estrategias de generalización 

Se refieren a la manifestación de los comportamientos en condiciones distintas a las del aprendizaje o

entrenamiento inicial. Sus objetivos se concretan en los siguientes:  

a. Mantenimiento: manifestación del comportamiento en momentos posteriores.

b. Transferencia: manifestación del comportamiento en contextos diferentes a aquel en que se aprendió. 

Una de las principales estrategias de generalización centradas en el ambiente real son las “tareas para casa”,

que consisten en tareas precisas, similares a las entrenadas, y que se programan para que el sujeto las ejecute

en condiciones de la vida real. 

En la tabla 1 se exponen, de manera esquemática, las técnicas comentadas y sus respectivos objetivos.

Tabla 1. Técnicas empleadas en los Entrenamientos en Habilidades Sociales   Técnicas   Objetivos  

Instrucciones

  Modelado

  Ensayo conductual

  Retroalimentación y refuerzo

 

Estrategias de generalización

 

Informar sobre las conductas adecuadas

  Hacer demostraciones de las conductas adecuadas

  Práctica de las conductas

  Moldeamiento y mantenimiento de las conductas exhibidas por el sujeto

  Facilitar la generalización de las conductas aprendidas

La escuela se presenta como el lugar más adecuado para llevar a cabo programas de enseñanza de las

habilidades sociales. Sin embargo, tal y como podemos deducir de lo expuesto, la tarea de fomentar la

competencia social en la infancia y la adolescencia no es un proceso fácil y simple. Todo lo contrario, es una

labor que exige una sólida formación en este campo, así como la implicación de aquellos profesionales -entre

los que se encuentran los psicopedagogos-que deben ponerla en práctica. Pese a estas dificultades, pensamos

que la meta bien vale el esfuerzo que invirtamos en alcanzarla y que la promoción de las habilidades sociales

se presenta como uno de los más importantes retos de la escuela actual.

  Referencias bibliográficas 

Caballo,V.E. (1993): Manual de evaluación y entrenamiento de las habilidades sociales. Madrid: Siglo XIX. 

Cáceres Carrasco, J. (1994) . Prevención de embarazos no deseados en la adolescencia: Papel de las habilidades sociales. Infancia y sociedad: revista de estudios, 24, 99-117. 

Dumas, J.E.; Martínez,, A.; Lafreniere, P.J. y Dolz, L. (1998). La versión española del cuestionario “Evaluación de la conducta y la competencia social” para preescolares. Psicológica, 19 (2), 107-121. 

Gil, F. (1993): Entrenamiento en habilidades sociales. En M.A. Vallejo y Mª Ruiz. (Eds.). Manual práctico de modificación de conducta. Madrid: Fundación Universidad Empresa. 

Gil, F.; León, J.M. y Jarana, L. (Coord.) (1995): Habilidades Sociales y Salud. Madrid: Pirámide. 

González, P. (1998). Las medidas sociométricas como indicadores de la competencia social en la infancia. Psicologemas, 12, 93-122. 

Jiménez, M. (1994).Competencia social: Intervención preventiva en la escuela. Infancia y sociedad: Revista de estudios, 24, 21-48.

Kazdin, A.E. (1993).Tratamientos conductuales y cognitivos de la conducta antisocial en niños: Avances en la investigacion. Psicología conductual, 1(1), 111-144. 

López, F. (1999). Problemas afectivos y de conducta en el aula. En A. Marchesi, C. Coll y J. Palacios (Comps.), Desarrollo psicológico y educación, 3. Trastornos del desarrollo y necesidades educativas especiales (pp. 161-182). Madrid: Alianza.  

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Page 15: Habilidades sociales

Macía, D., Méndez, F.X. y Olivares, J. (1993). Técnicas de intervención y tratamiento psicológico. Valencia: Promolibro. 

Michelson, L.; Sugai, D.P.; Wood, R.P.; Kazdin, A.E. (1987). Las habilidades sociales en la infancia: evaluación y tratamiento. Barcelona: Martínez Roca. 

Monjas, I. (1994): Evaluación de la Competencia Social y las Habilidades Sociales en la Edad Escolar. En Verdugo, M.A., (dir.). Evaluación Curricular. Una guía para la intervención psicopedagógica (423-497). Madrid: Siglo XXI. 

Muñoz, A.M. y García, J. (1996). La observación naturalista de la interacción en el aula como medida de la competencia social infantil. Psicológica, 17 (2), 367-385.  

Olivares, J., Martínez, M., Lozano, M.(1997). Estudio de los efectos de aplicación de un programa de entrenamiento en habilidades sociales dirigido a madres e hijos. Psicología conductual, 5 (2), 277-293. 

Ovejero, A. (1998). Las habilidades sociales y su entrenamiento en el ámbito escolar. En F. Gil y J.M. León (Eds.), Habilidades sociales. Teoría, Investigación e Intervención. Madrid: Síntesis. 

Vallés, A. y Vallés C. (1996). Las habilidades sociales en la escuela: una propuesta curricular. Madrid: EOS. 

Enseñando la comprensión de habilidades para hacer amistades

Traducción realizado por: Rosa Alguacil García

 Uno de los criterios diagnósticos centrales para el Trastorno del Espectro Autista es el fracaso para desarrollar relaciones con iguales y los especialistas examinan cómo el niño conceptualiza y demuestra sus habilidades para hacer amigos. En los niños "normales" el concepto de la amistad cambia con el tiempo y es notorio que los niños con autismo y síndrome de Asperger tienen a menudo una definición inmadura y poco usual de la amistad. La literatura de investigación sobre el concepto de la amistad indica que hay cuatro niveles entre la primera infancia y la adolescencia. Los cuatro niveles, resumidos, son:

Nivel 1: Aproximadamente de 3 a 6 años

El niño reconoce que los juegos y las actividades no pueden ocurrir a menos que se tenga en cuenta el intercambio de turnos (que haya un elemento de intercambio) pero hay una conceptualización simple y egocéntrica de la amistad en términos de definir a un amigo como alguien que te da cosas o alguien con quien jugar. La amistad se basa en la proximidad y en los atributos físicos y cuando se les pregunta ¿por qué _____ es tú amigo? la respuesta típica es "es mi vecino".

Nivel 2: Aproximadamente de 6 a 9 años

Hay una mejora en la comprensión de los conceptos de reciprocidad e intereses comunes, mas que en el concepto de "ayuda". Las simpatías y aversiones hacia otra persona es más probable que se consideren basándose en cuánto encaja cada amigo con los propios intereses, como por ejemplo en si les gusta el mismo tipo de juegos. También aparece la novedad de ser consciente de los motivos, pensamientos y sentimientos de los otros. Cuando se pregunta ¿por qué _____ es tú amigo? la respuesta típica es "me deja jugar a los que quiero", "porque viene a mis fiestas y yo voy a las suyas", "es simpática conmigo"..

Nivel 3: Aproximadamente de 9 a 13 años

El niño es más consciente de las opiniones que otras personas tienen sobre él y de cómo sus palabras y acciones afectan a los sentimientos de los otros. Son más cuidadosos con lo que hacen y dicen, ya que pueden hacer daño a los demás. La amistad ya se puede basar en compartir experiencias e intereses comunes y el ayudarse se convierte en algo más valioso que simplemente el jugar juntos. Se hacen más selectivos al escoger a los amigos, hay una división del genero (masculino/femenino) y la relación se hace más duradera. Hay un incremento en el valor de las cualidades personales, como la confianza, la lealtad y la capacidad de mantener promesas. Cuando se les pregunta ¿por qué _____ es tú amigo? la respuesta típica es "me defiende (saca la cara por mi) y me ayuda con los deberes de matemáticas", "le gusta hacer lo mismo que a mi" o "puedo hablar con ellos y me escuchan".

Nivel 4: De adolescente a adulto

Hay una aceptación del grupo, que se vuelve más importante que las opiniones de los padres, hay una profunda y amplia "revelación" de uno mismo, un deseo de ser comprendido por los amigos y un reconocimiento de que hay diferentes tipos de amistad (desde los "conocidos" a los amigos íntimos con interdependencia autónoma). Cuando se les preguntó ¿por qué _____ es tú amigo? la respuesta típica fue "porque pensamos lo mismo sobre las cosas".

Cuando se les pregunta a los niños con Trastorno del Espectro Autista ¿qué hace un buen amigo?, la experiencia clínica sugiere que una respuesta común es casi exclusivamente una lista de las cosas que un amigo no debe hacer, por ejemplo, intimidarte o burlarse de ti, lo cual indica que el niño ha experimentado un

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nivel desproporcionado de experiencias negativas en sus relaciones de grupo. Sabe lo que un amigo no debe hacer, pero tiene poca idea de lo que un amigo debe hacer.

 Juego Social con amigos

El juego social de niños con Trastorno del Espectro Autista es a menudo mas inmaduro que el de sus iguales e incluye características poco usuales tales como tener menos motivación para buscar amigos, cualidades autocráticas, y ser menos capaz de demostrar la amplia gama de comportamientos que todos utilizamos con nuestras habilidades para hacer amistad. La escuela tradicional presta poca atención al desarrollo de estas habilidades para hacer amistades, ya que esta destreza es el fundamento de una habilidad que está altamente valorada por los adultos en su vida profesional y laboral, como por ejemplo tener habilidades para trabajar en equipo, para manejar situaciones conflictivas y para tener relaciones personales exitosas. Un estudio reciente examinó la calidad de vida percibida de adultos con autismo de alto funcionamiento y Síndrome de Asperger y solo una variable, horas pasadas con los amigos, fue capaz de predecir significativamente la puntuación en alguno de las cualidades sobre la calidad de vida. Estos adultos valoraron y desearon la amistad más que cualquier otra cosa en su vida, aunque pocos tuvieron la habilidad para mantener a los "conocidos", manteniendo sólo a los "amigos". Si cuando éramos niños no nos enseñaron directamente habilidades para la amistad de forma explícita.. ¿cómo podemos empezar a enseñar a alguien que carece de esa habilidad intuitiva que nosotros damos por sentada?

El punto de partida es una valoración de las habilidades que el niño demuestra para hacer amistad y de las habilidades de las que claramente carece. Hemos estandarizado tests para medir habilidades cognitivas, lingüísticas y motrices, pero en este momento no tenemos estandarizados instrumentos de valoración de las habilidades para hacer amistad que puedan ser aplicados a niños con Trastorno del Espectro Autista. Sin embargo, una revisión de la literatura de investigación sobre la gama de los comportamientos sociales utilizadas como un índice de habilidades para la amistad en niños "normales", puede servirnos como lista básica para la verificación de las habilidades para la amistad en niños con Síndrome de Asperger. La clave de los comportamientos sociales se puede examinar como sigue:

Habilidades de Entrada: Cómo el niño se une a un grupo de niños y la bienvenida que dispensa a los niños que quieren ser incluidos en sus actividades.

Ayuda: Reconocer cuándo y cómo prestar ayuda, así como buscar la ayuda de los demás.

Elogios: Saber hacer cumplidos en los momentos oportunos y saber cómo responder al elogio de un amigo.

Critica: Saber cuándo la crítica es apropiada o inapropiada, cuándo se ha de criticar y tener habilidad para aceptar y tolerar la crítica.

Aceptar Sugerencias: Incorporar las ideas de los demás en la actividad.

Reciprocidad y Compartir: Un equitativo reparto de la conversación, la dirección y los recursos.

Resolución de Conflictos: Manejarse con criterio en el desacuerdo y reconocer las opiniones de los demás. Saber no responder con agresividad o mecanismos inmaduros.

Observación y Control: Observar con regularidad a la otra persona para controlar su contribución a la actividad y el lenguaje corporal. Su propio lenguaje corporal indica el interés hacia la otra persona.

Empatía: Reconocer cuando los comentarios son apropiados o qué acciones se necesitan para responder a la otra persona y a los sentimientos positivos o negativos de los demás.

Evitar y Terminar: El comportamiento y los comentarios apropiados para mantener o finalizar la interacción.

El siguiente paso será usar estrategias cognitivas y comportamentales para mantener y mejorar las habilidades para la amistad. Si las habilidades mencionadas aparecen, entonces es esencial que tal conducta sea reconocida y recompensada. Los autores añadirían que ese elogio debería ser también dirigido al otro niño, ya que ellos necesitan ánimos para mantener esta amistad, especialmente con niños que no suelen estar entre los más populares de la clase o del vecindario. También es esencial que el juego social del niño sea observado por el adulto para identificar cuándo las señales específicas de habilidades para hacer amistad aparecen, pero el niño no las ha reconocido o no está seguro de cómo responder. Se centra la atención del niño en una señal u oportunidad específica y se le dan instrucciones verbales con respecto a lo qué hay que hacer. Esta es una aplicación de las técnicas tradicionales del análisis de conducta: prestando ayuda, modelando y recompensando. Los niños con Trastorno del Espectro Autista son peculiares, ya que se les puede enseñar qué hacer en una situación dada, pero ellos no pueden comprender por qué la acción o el comentario son apropiados. Necesitan aprender la teoría tan bien como la práctica. Los programas convencionales para fomentar habilidades de hacer amistades con niños "normales" hacen presumir que no podrían aplicarse a niños con Trastorno del Espectro Autista que tengan problemas significativos con las habilidades de la Teoría

de la Mente, Capacidad de Relatar (describir experiencias), Coherencia Central y Función Ejecutiva. Sin embargo, las Historias Sociales se pueden utilizar para ayudar al niño a adquirir los mecanismos cognitivos

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necesarios. El siguiente es un ejemplo de una historia social para un niño de primer grado que necesita aprender el concepto de Ayuda en la amistad. Está diseñada para comprender qué es la "ayuda":

 

 Los niños a veces me ayudan

A veces los niños me ayudan. Lo hacen para ser amables.

Ayer, fallé tres problemas de matemáticas. Amy me rodeó con el brazo y dijo "Ok Juanita". Intentaba ayudarme a sentirme mejor.

El primer día de colegio, Billy me mostró mi pupitre. Eso sirvió de ayuda.

Los niños me han ayudado de otras formas. Aquí está mi lista:

Intentaré decir "Gracias" cuando los niños me ayuden

Como puedo ayudar a los niños de mi clase

Me llamo Juanita. A veces los niños me ayudan. Servir de ayuda es algo muy amable y amistoso. A muchos niños les gusta que les ayuden. Yo puedo aprender a ayudar a otros niños.

A veces, los niños piden ayuda. Alguien puede preguntar "¿Sabes qué día es hoy?" o "¿En qué página estamos?" o quizás alguna otra cosa.

Contestar a la pregunta sirve de ayuda. Si yo sé la respuesta, puedo contestar a su pregunta. Si no sé la respuesta, puedo intentar ayudar al niño a que encuentre la respuesta.

A veces, un niño se mueve y mira alrededor, o debajo de su pupitre, o dentro del pupitre o alrededor del pupitre. Puede que busque algo. Yo puedo ayudarle, puedo decir "¿Puedo ayudarte a encontrar algo?".

Hay otras formas en las que puedo ayudar. Esta es mi lista de maneras en las que puedo ayudar a otros niños.

A los niños les gusta que les ayuden.

Otras técnicas que se pueden utilizar para alentar habilidades para la amistad es utilizar un diario de amistad, personas similares y grupos de apoyo. Para los niños más pequeños, se puede utilizar un diario de amistad para apuntar las ocasiones en las que el niño demostró habilidades amistosas y en las que otros niños fueron particularmente amigables con el niño. Es interesante que uno de los criterios que los niños "normales" utilizan para definir lo que hace un buen amigo es que tenga intereses similares. Sin embargo, los intereses especiales de un niño con Trastorno del Espectro Autista pueden no resultar muy populares o interesantes para sus iguales. Una opción es identificar a otro niño que tenga el mismo interés y presentar a los dos niños. Un ejemplo es un niño con Síndrome de Asperger que tiene un interés especial por las hormigas, una afición muy solitaria, pues ninguno de sus conocidos en la escuela comparte su entusiasmo y sus conocimientos por este asunto. Sin embargo, casualmente, otro chico de la zona que también tiene el síndrome, también estaba interesado en las hormigas. Cuando los presentaron surgió una amistad genuina con expediciones conjuntas para observar y coleccionar hormigas y para compartir información y recursos sobre estos insectos. Fue notable que la habilidad amistosa con otros niños aparecía vacilante e ingenua, y que cuando los dos se conocieron, sus habilidades amistosas naturales fueron mucho más fluidas y espontáneas. Esta técnica se puede facilitar en grupos locales de apoyo para padres, teniendo un registro de los niños y sus aficiones, registros de compañeros de juegos, clubes de intereses especiales y charlas en Internet. Una extensión del emparejamiento con personas similares es el desarrollo de grupos locales de apoyo dirigidos por adolescentes y adultos con el Síndrome de Asperger. Estos grupos celebran reuniones con regularidad y excursiones a destinos que pueden no tener interés o valor para grupos corrientes, tales como museos y servicios de transportes públicos. Estos grupos dan una vida social fuera de la escuela y la oportunidad de conocer a alguien que comparte las mismas experiencias y valores, la base de muchas amistades adultas.

 Uno de los resultados que se desprende de los talleres para adolescentes y adultos con Trastorno del Espectro Autista es reconocer cuándo alguien parece ser amistoso pero que en realidad puede que se esté aprovechando de su ingenuidad social y cómo identificar y responder a los diferentes tipos de personalidad. Puede que se necesite instrucción para identificar motivos ocultos, buscar una segunda opinión y cómo manejarse en situaciones potenciales de abuso. También puede ser necesario enseñar las estrategias para el mantenimiento de una amistad, sobrellevar la pena cuando termina una amistad y desistir cuando una amistad no es correspondida. Los autores también señalan que los niños con Síndrome de Asperger parecen tener un déficit en la habilidad de percibir y describir las características de la personalidad de los demás y de ellos mismos. Cuando se les pregunta "¿Qué tipo de persona es.........?" sus respuestas son predominantemente

descriptivas de las características físicas, como la estatura, o lo que una persona hace, por ejemplo: "es profesor". Lo que se echa en falta es un léxico amplio para describir los distintos tipos de carácter. Cuando se

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nombran las características personales, una respuesta muy común es "amable y agradable", y palabras sinónimas que expresan esta misma característica. Los niños parecen considerar una única dimensión para aproximarse a las características personales de los demás. Otros niños pueden "leer" rápidamente el carácter de una persona y adaptar su comportamiento de acuerdo a él. Saben qué niños evitar y son más competentes en escoger a quien se complementa con su propia personalidad. Para enseñar tales habilidades en jóvenes con Síndrome de Asperger los autores son partidarios de utilizar las populares historias de Mr. Men, de Roger Hargreaves. Describen una gama de tipos de personalidad, como D. Gruñón, D. Fisgón y la pequeña Dª Charlatana. Otra actividad es alentar al niño a escoger el animal que represente la personalidad de alguien. Los chicos mayores pueden usar adaptaciones de estudios de literatura para identificar las indicaciones del tipo de personalidad y cómo responder a ese tipo de gente. Es importante ayudar al niño a comprender su personalidad y a reconocer el tipo de persona con los que ellos probablemente se llevaran bien y a saber de quién deben de hacerse amigo.

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