h de La Picanteria

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Historia de la Picantería Arequipeña [1] HISTORIA DE LA PICANTERÍA AREQUIPEÑA

Transcript of h de La Picanteria

Historia de la Picantería Arequipeña

[2]

Libro

Hecho

Por

Katherine Apaza Cáceres

Karen Díaz Salazar

Arequipa, 2009

Historia de la Picantería Arequipeña

[3]

INDICE

Introducción

Dedicatoria

Capítulo 1: Las Chicherías → El origen de las

picanterías

Capítulo 2: Historia de las picanterías

Capítulo 3: Picantes y más…

Capítulo 4: Entre artífices y herederos

Capítulo 5: De lo antaño a lo moderno

Tour Gastronómico en Arequipa: ´´Sabores

del Misti´´

Guía de picanterías y restaurantes de

Arequipa

Bibliografía

Glosario

Historia de la Picantería Arequipeña

[4]

INTRODUCCIÓN

La ciudad de Arequipa, cuenta con el

emblemático volcán Misti y el Cañón del

Colca, como sus mayores atractivos;

pero también es una región que tiene

una cocina variada en la que destacan el

rocoto relleno, los adobos y sus

tradicionales dulces.

En Arequipa, la comida tiene una sazón

diferente y única en el Perú. El rocoto

relleno -plato emblemático de la cocina

de la Ciudad Blanca- la increíble

variedad de chupes o el adobo

dominical, son un conjunto de sabores

de raíces mestizas, que encajan

perfectamente con la naturaleza de la

tierra del Misti.

Historia de la Picantería Arequipeña

[5]

El rito culinario mistiano empieza con los

generosos vasos de chicha de jora,

seguidos de una ocopa, una zarza de

machas o un solterito de queso (llamado

así por carecer de carne). Como segundo

plato, el locro de papa y carne guisada,

el fabuloso rocoto relleno o un

contundente adobo picante de carne de

cerdo precisan de una buena copa de

anisado para enderezar el cuerpo.

Cuando se prueba el chupe de

camarones, lo general es hacerlo en un

ambiente de campiña, de preferencia al

aire libre, en una amplia mesa de

madera bajo el Misti.

Y el lugar perfecto para degustar tan ricos

potajes, son las picanterías.

Las picanterías son establecimientos,

pequeños restaurantes, instituciones

Historia de la Picantería Arequipeña

[6]

sociales vivas de la ciudad, donde se

reproducen costumbres tradicionales,

lugares de encuentro donde se

confunden las clases sociales, con una

rutina y horarios establecidos.

En las picanterías todo está minuciosa y

estratégicamente planificado y también

perfectamente asumido como norma de

parte de los comensales. Además de ello,

por el número excesivo de comidas son el

sitio ideal para renovar fuerzas y

extenderse en una tertulia entre los

visitantes. Sus mesas y los espacios han

sido acondicionados para ello. Tienen ritos

y formalidades que se reproducen cada

tarde desde hace 500 años.

Como bien lo afirma Isabel Álvarez,

investigadora de la culinaria del Perú, la

picantería es el «útero grande donde

Historia de la Picantería Arequipeña

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recalan los arequipeños, donde se

degusta los picantes, el yaraví y la chicha

de guiñapo»; por su parte, el peruanista

Uriel García sostuvo que las Picanterías

son las «cavernas de la nacionalidad»

(1929).

Las "picanterías" arequipeñas, situadas

generalmente en los distritos de

Sachaca, Tiabaya, Yanahuara y Cerro

Colorado, son auténticos templos del

sabor, que conservan la añeja tradición

culinaria de la Ciudad Blanca.

La picantería ha resistido más de cinco

siglos, se ha enfrentado a la veleidad de

las modas culinarias, a los guisos

europerizados y también a los encantos

de cada tiempo, pero ha resistido

conservando la sazón y los aspectos

Historia de la Picantería Arequipeña

[8]

sociales que la rodean; a pesar de ello, en

los últimos 50 años ha experimentado

fuertes cambios.

En la picantería no existe el concepto de

entrada, plato de fondo o extra, refresco

y postre. La tarde picanteril consiste en

el saludo fraterno a la matrona de la

picantería, el brindis, las bromas, los

juegos, los picantes y cantar yaravíes.

Los picantes –principal potaje preparado

en las picanterías- son un conjunto

variado de platillos, caracterizados

porque los guisos, zarzas y frituras se

preparan armoniosamente con el picor

del rocoto.

Historia de la Picantería Arequipeña

[9]

Cada platillo guarda armonía entre el

picante (rocoto) con alguna carne o

verduras.

Los picantes tienen una presentación

estética, color, forma y principalmente

son nutritivos. Deben estar libres de

condimentos sintéticos o industriales. En

la degustación deben conservar el sabor

tradicional, el aroma a leña y los

ingredientes exactos de la tradición. No

se conciben picantes sin chicha, ni

picantes sin la vieja bebida prehispánica.

Hablar de la picantería arequipeña, es

hablar de una parte importante de la

historia de esta ciudad, ya que aquí se

forja la personalidad de Arequipa; en la

picantería de antaño se crean las

revoluciones, que dieron ese carácter

Historia de la Picantería Arequipeña

[10]

aguerrido, guerrero y de lucha, que

hicieron de la Ciudad Blanca el

legendario León del Sur.

Mediante este libro, haremos un viaje a

través de las picanterías, para conocer

cada aspecto de este particular e

interesante lugar, como lo es la

Picantería Arequipeña.

Historia de la Picantería Arequipeña

[11]

Al loncco y al cala,

arequipeños chicheros,

que fraternizaban por igual

en las picanterías, donde se

daba a lugar las amenas tertulias

Historia de la Picantería Arequipeña

[12]

Capítulo 1

Las

Chicherías: El

origen de las

Picanterías

Historia de la Picantería Arequipeña

[13]

LAS CHICHERIAS: EL ORIGEN DE LAS

PICANTERÍAS

Los arequipeños por tradición somos

chicheros, es un rasgo de nuestra

identidad mestiza. La chicha fue

degustada desde tiempos prehispánicos,

fue una bebida popular de los

pobladores de esta región.

Según el historiador, Eusebio Paz

Soldán, las chicherías fueron anteriores

a las picanterías, es en las chicherías

donde aparecen los primeros platos de

la cocina arequipeña mestiza y donde el

ingrediente principal era el ají, la cebolla

y otras verduras del campo

acompañadas por carne.

Historia de la Picantería Arequipeña

[14]

El reino de la Chicha

¿Cuándo, dónde y cómo nacieron las

picanterías en Arequipa? ¿En torno a qué

y a quiénes se desarrollaron? Todos los

indicios y testimonios apuntan sin

vacilación al preparado de la bebida

ancestral por excelencia: La chicha de

Jora. En el principio fueron, pues, las

chicherías. Como ya los indicamos, su

partida de nacimiento está sentada en el

Título X de las “Ordenanzas generales

para la vida común en los pueblos de

Indios” que el virrey Francisco de Toledo

promulgó durante su visita a Arequipa,

el 6 de noviembre de 1575. La

normativa es precisa aunque algo

complicado y seguramente fue

incumplida en varios puntos, pero de ella

provienen sin duda las chicherías de

Historia de la Picantería Arequipeña

[15]

Arequipa y de todos los pueblos y

ciudades que en ese entonces era el

muy extendido Virreinato del Perú. La

norma toledana abre las puertas a la

picantería al afirmar que “… el principal

daño (de la chicha) es beberla en

ayunas”, de allí que proponga también

“armar allí todos los hornos que para

todo el pueblo son menester”.

Las primeras chicherías, esas casas “con

llave y buena guarda” para reunir la

chicha y venderla o distribuirla, debieron

establecerse en las rancherías y en las

reducciones o pueblos de indios que

rodeaban la ciudad. No tardarían los

españoles pobres y los nuevos mestizas

en acudir a ellas para abrevar la sed don

un bebe de chicha y procurarse, a

manera de complemento o tentempié, el

Historia de la Picantería Arequipeña

[16]

citado escribano o algún mote o platillo

elemental, que aun ahora se sirve en las

picanterías como prólogo o introducción.

Ya dijimos también que Travada

contabiliza a mediados del s. XVIII “unas

tres mil chicherías”. En 1839, el militar

uruguayo Juan Espinoso, que formó

parte de la expedición libertadora de San

Martin y participó en la batalla de

Ayacucho, observa por su parte: “los

habitantes (de Arequipa) se ocupan del

comercio, artes y agricultura como en

todas partes; siendo solo de notar que

no hay haraganes sin oficio como en

otros países (…) y así como hay

hilanderas y costureras en otras partes,

aquí hay chicherías, que hacen la jora o

chicha de maíz, la que venden siempre

con un agregado de ají y unas papas, o

pedacitos de carne, pescado u otra cosa,

Historia de la Picantería Arequipeña

[17]

que a esto llaman causa y es el

excitante para beber”1. Middendorf

constatará pocas décadas mas tarde:

“dispersas por todas las calles de la

ciudad, hay gran cantidad de pequeñas y

paupérrimas tenduchas y las que mas

abundan son aquellas en las que se

expende la chicha, las llamadas

chicherías, que son oscuras y sucias

pocilgas; sin muebles, pero llenas de

enromes vasijas de barro que contienen

la turbia bebida que se consume en

vasos del tamaño de pequeños baldes.

Generalmente se sirven en estos sitios

también platos picantes condimentados

con ají, a fin de acrecentar la sed de los

parroquianos. La mas concurridas son

las llamadas picanterías de la calle que

baja al puente”.2

Historia de la Picantería Arequipeña

[18]

La chicha de jora o de guiñapo de

Arequipa, nutria y, además, protegía la

salud de la población por ser hervida.3

Como observo el propio Middendorf:

“a pesar que hay personas que ponderan

este clima, tienen que admitir que el

agua potable es dañina, especialmente

para los recién llegados. Contiene tantas

sales que si toman el agua sin hervir les

producen siempre chicha y casi siempre

agua fresca.”4 A inicios de 1871, en el

viaje inaugural del ferrocarril Mollendo-

Arequipa, se produce este significativo

encuentro. En el primer coche del

flamante convoy, símbolo del progreso y

la modernidad, iban el presidente Balta y

su comitiva. A la altura de Congata,”… el

tren presidencial se detuvo para

aguardar a los demás trenes y en el

Historia de la Picantería Arequipeña

[19]

momento fue materialmente acometido

por la gente del vecindario. Una

indiezuela subió al balcón del carro con

un enorme vaso de chicha, sujeto en

ambas manos – chicha de Arequipa cuya

bondad es proverbial - para que su

excelencia la probase.”

Es lo mejor que tenemos los

pobres, dijo.

Su excelencia bebió y el pueblo

demostró su agradecimiento con un

prolongado ¡VIVA!5

Según detalla Carpio Muñoz, a la chicha

de ahora “para apurar la fermentación y

darle un sabor dulcete” se le suele

agregar un poco de azúcar rubia,

aunque antes “algunas picanteras

echaban pepas de molle peladas a la

Historia de la Picantería Arequipeña

[20]

chicha” (resabio prehispánico para

endulzar o elevar en algo su bajo

contenido alcohólico). La chicha, va

siendo adjetivada según el caso: si le

falta fermentar es chicha verde; si

abunda en concho, chicha gruesa; si

embriaga, chicha fuerte y chicha vinagre

o picada (o chichagre, según algunos) si

resulta muy ácida.

Los vasos chicheros, que como ya fue

dicho, evocan al quero incaico, se

subdividen en:

Caporal, ya en desuso con

capacidad para litro y medio.

Cogollo, cerca de un litro.

Bebe o Doctorcito, medio litro.

Historia de la Picantería Arequipeña

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Cargado también de nostalgia, Carpio

Muñoz, en las postrimerías del siglo XX,

recuerda: “en Arequipa se bebía mucha

chicha hasta hace medio siglo, ¡tanta!,

que los habitantes de la campiña muy

pocas veces o nunca tomaban agua y los

patrones o dueños de sembríos tenían la

obligación de repartir chicha a sus

peones durante las faenas agrícolas. Los

habitantes del campo sienten que la

chicha les da mas “juerza” (…) En la

ciudad, aunque no tanto como en el

campo, también se tomaba bastante

chicha, ¡tanta! Que es conocido el “

cuento” aquel que los arequipeños de

antaño tenían un brazo mas largo que el

otro porque de “ccoros” (niños) todos los

días era mandados a comprar chicha y la

traían en jarras, cantarillas o tachos

Historia de la Picantería Arequipeña

[22]

cargados con una mano y con el brazo

estirado.” 6

Como vemos, la chicha ha sido la bebida

por antonomasia en la historia secular

de Arequipa y llega, aunque menguada,

a las sedientas gargantas del presente.

El mismo Carpio Muñoz recuerda una

estrofilla que antiguamente se entonaba

en las despedidas a quienes dejaban el

terruño:” Los arequipeños / comienzan a

salir; / se acuerdan de la chicha / se

vuelven a venir.”7 En su apogeo, cuando

todavía no tenía la competencia

industrial de cervezas y gaseosas, Percy

Gibson escribió este soneto, también en

clave lonca:

Historia de la Picantería Arequipeña

[23]

Cerro Colorado

Mistiana media luz de los ocasos,

Junto a la choza el saucedal susurra,

La mesa chicheril, enormes vasos

Y en torno peonada indobaturra.

Palurdo arriero con herrados pasos

Va a descargar su recua, y con cazurra

Faz de huaripampero y cielos rasos

Acercase a jugar “carga la burra”

Baraja el herrador mano de comba,

El ccapero y su bombo entra de ccapo

Y con el bajamar llega la bomba.

Empendona el dintel un rojo trapo

Y la chichera entre fogón y chomba

Dormita en los costales de guiñapo.8

Historia de la Picantería Arequipeña

[24]

La chomba de chicha es el ancla de la

picantería. No hay picantería sin chicha,

ni hubo picanterías sin chicherías

previas.

La característica más importante de las

picanterías arequipeñas desde mediados

del siglo XIX, es que los roles se

invierten: la chicha deja de ser la

protagonista a la que escoltan algunos

platillos, para convertirse en la

acompañante de un desfile gastronómico

de primer orden. Abre la marcha el

jayari, suerte de refrigerio para los

trabajadores del campo – alguna sarza9

con un vaso de chicha - que se

consume a media mañana. A partir de

las doce (hasta hace medio siglo, a

partir de las once) se sirve el almuerzo

(escribano o mote de piqueo, chupe, un

Historia de la Picantería Arequipeña

[25]

segundo liviano y un bebe de chicha),

aunque hay también especialidades de la

casa y algunos extras (rocoto relleno,

diversas sarzas, lechones, costillares y

otros.) a gusto del cliente.

La chicha: Bebida Mágica de los Apus

Hablar de la chicha es recordar al Perú,

de la magia de nuestro pueblo, de su

sabor, de las fiestas, de la religión, de

rituales, de ceremonias, de tradición, es

hablar del pueblo rural, de los indios, es

hablar de la tierra, del maíz, de los

orígenes, de los estados sentimentales

del hombre, la alegría y la

melancolía, de los dioses y los sueños,

es hablar de temas importantes.

La chicha habita en el centro de la

cosmovisión andina, a través del tiempo

Historia de la Picantería Arequipeña

[26]

y en todas las regiones, el hombre

peruano, de una u otra manera, ha

necesitado comunicarse con los dioses

para tomar decisiones sobre su vida,

cuerpo y alma. Para esta importante

tarea usa la fe, la meditación, diversas

ceremonias, algunos alucinógenos y

mucha chicha, que hacen posible el

sagrado encuentro.

Según algunos cronistas, esta bebida

ancestral data del tiempo en que

gobernaba el inca Tupac Yupanqui. De

acuerdo, con la leyenda, el hijo del inca

Pachacutec, al momento que ejercía el

cargo de soberano del imperio, ocurrió

un fenómeno natural, el cual destruyo la

colca en donde se almacenaban el maíz

y entre esas variedades de maíz había el

maíz negro o guiñapo. La población al

Historia de la Picantería Arequipeña

[27]

verlo desperdigado en el suelo, lo

recogieron y para que no se desperdicie,

pensaron en preparar una bebida y fue

así que nació la ´´chicha de jora´´ o la

´´chicha de guiñapo´´.

A pesar del paso del tiempo, la chicha ha

permanecido hasta los tiempos actuales,

aun cuando en la época de la colonia se

tenía al vino como la bebida de élite;

pero el pueblo bebía chicha que en

aquellos tiempos tenía un sabor amargo,

ya que no tenía nada de azúcar. Es ya

en el siglo XVI que el virrey Toledo

publica un edicto que regia la venta de

chicha, como se menciono

anteriormente.

En el antiguo Perú, todas las naciones

que habitaban nuestro extenso territorio

obtenían bebidas alcohólicas a partir del

Historia de la Picantería Arequipeña

[28]

maíz y otros cereales. El proceso

primitivo, consistía en la trituración del

grano usando la boca y mezclándola con

la saliva, así se obtenía una pasta que

era reunida en vasijas de barro, las que

posteriormente eran dejadas para que

fermentaran y produjeran este

"exquisito" licor, La Chicha, la bebida de

los Apus. Posteriormente y de acuerdo al

natural desarrollo tecnológico se hace

hervir el maíz por largas horas y se la

añaden diversos ingredientes, que varían

en cada región.

Historia de la Picantería Arequipeña

[29]

Receta de la Chicha Arequipeña

* Ingredientes:

5 litros de agua

2 tazas de jora negra

Clavos de olor

Pimienta chapa al gusto

1 chanchaca

* Preparación: poner a remojar la jora

en un recipiente con agua durante 24

horas. Al cabo de ese tiempo, escurrirla,

triturarla ligeramente y ponerla a hervir

en una olla con 4 litros de agua, la

pimienta de chapa y los clavos de olor,

hasta que el líquido se reduzca a la

mitad. Aumentar 1 litro más de agua

Historia de la Picantería Arequipeña

[30]

hirviendo y dejar que hierva a fuego

lento durante 1 hora más.

Colar a través de un paño limpio,

agregar la chancaca trozada y poner a

fermentar por 2 semanas en una olla de

barro, removiendo de vez en cuando.

Tapar con un paño de modo que le entre

el aire pero no los mosquitos.

Historia de la Picantería Arequipeña

[31]

Capítulo 2:

Historia de

Las

Picanterías

Historia de la Picantería Arequipeña

[32]

Las Picanterías como Templos del Sabor

Las picanterías de Arequipa constituyen

lugares donde aún subsisten

costumbres, tradicionales, son

instituciones sociales vivas de la ciudad

donde asiste gente de las distintas

clases sociales desde hace muchos años

y en donde se reproducen costumbres

tradicionales, donde se confunden las

clases sociales, con una rutina y horarios

establecidos.

En las picanterías todo esta minuciosa y

estratégicamente planificado y todo

perfectamente asumido como norma por

parte de los asiduos comensales.

Además, es el sitio perfecto para

recuperar fuerzas ya que aquí podemos

encontrar variedad de platos. Tienen

ritos y formalidades que se reproducen

Historia de la Picantería Arequipeña

[33]

desde hace 500 años como lo afirma

Isabel Álvarez, investigadora de la

culinaria del Perú, la picantería es el

¨útero de grande donde recalan los

arequipeños, donde se degustan los

picantes, el yaraví y la chicha de

guiñapo (2002:39); por su parte, el

peruanista Uriel García sostuvo que las

picanterías son las ¨cavernas de la

nacionalidad¨ (1929)

En sus inicios lo primero que se podía

observar al ingresar en las picanterías

eran las moscas, característica particular

de este lugar de reunión de

parroquianos para empezar la amena

tertulia de la tarde. Y no solo se veían

moscas, también había perros bravos y

falderos, las gallinas corriendo de un

lado a otro, los conejos y patos

Historia de la Picantería Arequipeña

[34]

temerosos, preocupados porque en

cualquier momento ellos serian los

próximos en estar en los platos de los

asiduos comensales.

El termino picantería tiene origen en el

platillo principal que se sirve en dicho

locales; el picante. Comúnmente, se

trata de un guiso de verduras o carnes,

preparadas con un aderezo a base de

ajíes, que se acompaña con arroz,

Seguían la tradición, los picantes se

servían a partir de las tres de la tarde.

Antes de eso, las picanterías solían

ofrecer un menú diario compuesto por

una pequeña entrada, un chupe y un

plato de fondo.

Hoy en día, tanto chicherías como

picanterías constituyen importantes

Historia de la Picantería Arequipeña

[35]

centros culinarios donde se preparan

platillos sabrosos y económicos. En

Arequipa se puede hallar esta clase de

establecimiento en todos los barrios de

la ciudad. Muchos son frecuentados no

solo por las clases populares sino

también por miembros de otros sectores

de la sociedad.

Las Picanterías: La comida arequipeña

nació en las chicherías, pilar

fundamental de lo que años más tarde

serían las picanterías. Como es de

suponerse, eran lugares donde se

tomaba chicha de maíz cultivado en

Characato y Sabandía. El clérigo Ventura

Travada y Córdoba informó, allá por

1752, que en la ciudad existían más de

tres mil chicherías.

Historia de la Picantería Arequipeña

[36]

Alonso Ruiz Rosas cree que una

ordenanza publicada por el virrey

Francisco Toledo en 1575, durante una

visita a Arequipa, impulsó la gesta de las

picanterías. La ordenanza señalaba que

el principal daño de la chicha era beberla

en ayunas. “Armar allí

todos los hornos que

para todo el pueblo

son menester”.

Estas picanterías

tenían su tradicional

ramada, con bancas y

mesas largas, mientras que los

interiores eran de sillar con techos de

paja donde funcionaba la cocina y el

comedor. Allí se servían platillos de

nombres impensados y de cándidos

sabores. El Tunante, una publicación de

Historia de la Picantería Arequipeña

[37]

principios del siglo XX, informaba que

formaban parte del menú de aquellos

años, la ocopa de camarones con loritos,

picante de soldados muertos con habas,

cebiche de bofes, bogas emponchadas

con cachichuños, caparinas con llatan,

ají de disparates o conversación de

mujeres, pepián de conejos, timpusca de

cecina, entre otros.

Las picanterías arequipeñas conocieron

su apogeo entre mediados del siglo XIX

y mediados del siglo XX. Su mayor

merito es haber consolidado y puesto al

alcance de todo el abanico social la

tradición gastronómica local y haber

sabido conservarla, satisfaciendo la

solicitud de los arequipeños de entonces

y de ahora, presentes o ausentes pero

en esporádico retorno, para con sus

Historia de la Picantería Arequipeña

[38]

raíces alimenticias. Tan importante es

para los pobladores de Arequipa ir a las

picanterías que hasta cuentan con un

vocabulario preciso en torno a ellas: se

va a picantear, se viene de una

picanteada, se come picantes (nombre

puntual de algunos platos y genérico de

sus preparados vespertinos), se habla

con la picantera que los elabora y se es,

en suma, genuino picantero.

A la tradición culinaria que se forjó en

las picanterías, agrega Alonso Ruiz

Rosas, se debe agregar el aporte de la

cocina en los monasterios y en las casas.

El resultado es lo que hoy reverbera en

los restaurantes y picanterías de antaño,

donde las ollas bullen con las sopas y

chupes, mientras se abre el apetito con

Historia de la Picantería Arequipeña

[39]

un solterito, un escribano o un celador

de camarones, y claro, harta chicha.

Los viejos arequipeños añoran la hora de

los picantes, a punto de tres de la tarde,

cuando escribanos y doctores

abandonaban sus labores cotidianas

para enrumbar hacia la mesa común de

la picantería prometedora de capitososo

platos, de colorados rocotos y sápida

chicha refrescante del agudo picor de las

viandas.

Y las señoras de la casa, que por pudor

social no se atrevían a frecuentar la

picantería, mandaban al "corito" o

sirviente con su jarra y sus platos para

mercar los picantes y la jora. Mientras

que el resto de la sociedad, de

señorones a peones pasando por

chacareros, letrados, comerciantes,

Historia de la Picantería Arequipeña

[40]

profesionales, empleados, artesanos,

amas de casa, proletarios y por supuesto

artistas y bohemios adjuntos, las

frecuentaban y frecuentan, junto a una

clientela que incluye ahora un creciente

número de nuevos migrantes, visitantes

y turistas interesados en apreciar sus

valores.

Eran tiempos en que la picantería se

aposentaba muy cerca, a pocos metros

del Palacio del Obispo, en la Calle Santa

Martha. O en la calle de Ejercicios, cerca

de la Plaza de Armas o en Guañamarca y

Ayacucho, Jerusalen y San Lázaro, por

no hablar de la Antiquilla.

Tenían entonces los nombres más

curiosos: El Pato, Los siete Palitos, La

Pelea del León con el Tigre, el Combate

Historia de la Picantería Arequipeña

[41]

de Angamos, el Sebastopol, el

Campamento de la Reina, la Calienes, el

Cerrito de San Vicente, el Gramadal, etc.

En la ¨Sebastopol¨ era la picantería que

según la novela de María Nieves y

Bustamante, los defensores de la ciudad

alistan planes en una picantería del

nombre belicoso: La Sebastopol, ubicada

en el callejón Ripacha, en el barrio de

San Lázaro. “sus picantes no tenían

competencia en otra parte y su chicha

carecía de rival” escribe la romántica

autora. Y agrega “(…) en las paredes de

su corredor toscamente pintados se

veían algunos cuadros alusivos a la

célebre acción.”

En cada una de ellas oficiaba en la

cocina la dueña de la picantería, una

"misia", rolliza, con el cabello sujetado

en trenzas o coronando imponentemente

Historia de la Picantería Arequipeña

[42]

la testa en un brioso moño. Un delantal

sujeto en la cintura hacia resaltar la

prominencia ventral y bajaba hasta

media pantorrilla, en torno de las anchas

y cuneantes caderas y por debajo del

opulento pecho flanqueado por robustos

brazos remangados hasta el codo. Jovial,

hacendosa, con el rostro sudoroso y

rosagante, la dueña era el primer

personaje de la picantería, revolviéndose

afanosa en la cocina, donde en grandes

fogones hervían los picantes un poco

más lejos, las obesas chombas

grasientas y cubiertas con una costra de

mugre, atesoraban las delicias de la

chicha cubierta de nata oscura y

burbujeante.

Personaje no menos importante en la

picantería era el "brazo", el marido de la

Historia de la Picantería Arequipeña

[43]

dueña, zángano bebedor y aparente

mantenedor del respeto de la casa.

Se trasladaba de mesa en mesa,

recibiendo los convites de los

comensales, repartía las buenas tardes a

granel y desde temprano iba aceptando

los homenajes de vasos de chicha y

copas de "resacao", que bebía muy

seriote y, tras el "gracias compadre",

limpiábase los labios con el dorso de la

diestra y seguía hasta que las sombras

de la noche llegaban con ella la modorra

de la chicha, el canto monótono del

yaraví y el desfile de hombres y mujeres

hacia el corral, para "desaguar", cual se

decía en la jerga de chichería.

No menos importantes eran las

"hacedoras" ayudantes de la picantera,

que pelaban papas en temprana hora,

Historia de la Picantería Arequipeña

[44]

lavaban la carne y las verduras en la

acequia vecina y apretaban afanosas las

"seisunas", lienzos pringosos a manera

de coladores de la chicha, en los que

quedaba el "anchi" es decir la jora

hervida e inútil.

En las picanterías no faltan los

parroquianos jugando el famoso

´´briscan´´ con los naipes y

escuchando los compases de las música

arequipeña como el Yaraví o a los

Davalos; otro juego que amenizaba las

tardes de los comensales en las

picanterías era el sapo, con fichas de

cobre pesado.

Las picanterías de hoy se asocian con el

recuerdo de los Escribanos del Estado,

personajes quienes se encargaban de

dilingenciar los procesos judiciales, que

Historia de la Picantería Arequipeña

[45]

al termino de sus labores cotidianas,

enrumbaban hacia las picanterías, donde

gracias a ellos se hizo muy popular el

´´escribano´´, elaborado con papas

sancochadas, tomate y rocoto.

En 1928, entrando ya en la intimidad de

las expansiones del característico “cholo

arequipeño”, Ántero Peralta señalaba:

“Si queremos de Arequipa una

particularidad tenemos que buscarla

junto al cogollo. Es en la picantería

donde se sorprende calentita el alma de

Arequipa. Es una picantería donde se

bebe del mismo vaso y se come del

mismo plato. El picante y la chicha son

la raja-raja y los quesos liga-liga, los

rocotos, los camarones, las cabezas

asadas y los calduy-rabo, servidos por

Mesiá Pelleja, representan el menú de

Historia de la Picantería Arequipeña

[46]

los menús. Allá el rebalso de

espontaneidad gastronómica y

sentimental. En la picantería todo se

hace con confianza, sin políticas. Al

cholo no le cuadran las posturas

ajustadas: debe estar todo desenvuelto

como sus entusiasmos. Todo como él,

efusivo, natural, desligado de todo

refinamiento. Allá los doctores y las

comadres. Allá las buenas mozas y los

calzón sin forro y chirote sin esperanza.

Allá el pobre y el rico. El placer mayor

del cholo es hacer de la chichería el

teatro de sus diversiones. Comer,

cantar, bailar, amar, inspirados por la

chicha y el resacado, en resumen. ”

Tenía la picantería su ritual, cuando

entraba la partida de hambrientos y

sedientos comensales, salía la dueña e

Historia de la Picantería Arequipeña

[47]

invitaba un "bebe" del "cogollo" es decir,

un vaso de chicha más pequeño que los

usuales, cogido de la flor del cocimiento,

fresca para los paladares y prometedora

de las delicias culinarias y bebedizas; y

aposentados en torno de la mesa

cubierta con hule o con mantel de muy

dudosa limpieza, se esperaba el servicio,

se pedía por "vasos", es decir que a cada

vaso de chicha acompañaban cuatro

platos pequeños con cuatro guisos

diferentes. Y si eran cinco los

comensales, floreaban en la mesa cinco

vasos y veinte platitos, que presto

desaparecían devorados entre bebes y

bebes, largos y prolongados sorbos de

chicha.

Casi todos los picanteros eran diestros

en el consumo de rocotos; partidos en

tajadas condimentaban los sabrosos

Historia de la Picantería Arequipeña

[48]

picantes, haciendo resoplar a sus

consumidores, que recurrían a la chicha

para aplacar el ardor enervante, que les

obligaba a respirar aire mitigador del

picante, que a veces era tanto que hacía

derramar lágrimas y producía copioso

sudor.

A punto de seis de la tarde, cuando las

sombras invadían la picantería y los

perros deambulaban por debajo de las

mesas en busca de los restos de comida,

se encendían las lámparas o brillaban

tenues las bombillas de luz amarillenta.

Entonces salían a relucir las botellas de

"resecao" o anisado, junto a una copita

con la que por turno bebían todos. Eran

el "bajamar" para "asentar la chicha" y

para que el adobo o el chanco al horno

no hicieran daño. Medio aplastados en

Historia de la Picantería Arequipeña

[49]

las bancas por la copioso comida y la

abotagante chicha, el licor que ingerían

llamaba a la dulzura del reposo, aparecía

la viguela encintada que alguien siempre

sabía tocar.

Así era la picantería, donde los

"querqueres" atrasados inventaron el

"escribano" para saciar sus ansias de

picantes, cuando ya nada quedaba en

las ollas de barro cubiertas de hollín

grasoso, adherido a perpetuidad al barro

de la vasija. Aparecían entonces sobre la

mesa las papas sancochadas,

abundantes rotocos y tomas que,

picados en revueltos con aceite y

vinagre, formaban una ensalada sápida

y picante, que llamaba a la chicha, en

cantidad. Y ni qué decir de las galanuras

que surgían entre varones y damas.

Historia de la Picantería Arequipeña

[50]

Aquellos cogían de sus platos los

mejores bocados, les adornaban con

todos sus condimentos y, gentiles y

finos, daban el bocado por propia mano

a los tiernos labios femeninos, que los

recibían agradecidos por tanta

caballerosidad y delicadeza.

Y también surgían los retos varoniles:

Hasta los portales compadre! E invitador

e invitante debían beber y beber del

enorme vaso hasta el límite indicado.

Picantes, chicha, música, placeres de

vida aldeana y sencilla, a lo más

salpimentado con algún pellizco a las

carnes túrgidas de las "hacedoras" o un

chicoleo a la dueña buenamoza, eran los

componentes de esta institución

arequipeña, que además, desempeñaba

Historia de la Picantería Arequipeña

[51]

la alta función social de alimentar a la

gente humilde.

En las mañanas, la dueña preparaba el

almuerzo para trabajadores y

campesinos que acudían a la picantería.

Un "chuppe" que colmaba el plato y era

un cúmulo de papas y carne, o un

"viernes" con un camarón que

desbordaba el plato, eran suficientes

para dejar ahito a cualquiera; a lo cual

se agregaba el vaso de chicha

reparador. Cuando había algún dinerillo

demás, se pedía, el "fino", consistente

en un salpicón o un picante servido en

pequeño plato.

Decenas de gentes humiles desfilaban

entonces por la picantería para el yantar

diario, dejando a cambio 20 ó 30

centavos.

Historia de la Picantería Arequipeña

[52]

Hasta que vino el progreso que ahuyentó

a la picantería y la arrojó hacia las

aldeas del campo, donde aún se resisten

algunas, luciendo su colorado pendón

flameante en un palo que sale oblicuo de

las puertas destartaladas, como un

reclamo para los buscadores de picantes

y para quienes se lanzas en la búsqueda

de conejos "chactados" de un timpo de

rabo, de una matasquita o de un "loro"

verdoso yacente al lado del "llatan" que

incitará a beber.

Así era la picantería de Arequipa, olorosa

a picantes, a jora, a perros y chicos sin

calzón. Con alguna oleografía o toscos

frescos obra de algún pintor que los

cobró en comida, con paredes y techos a

las que humo y hollín volvieron plomizos

y veteados, con su piso de tierra

Historia de la Picantería Arequipeña

[53]

apisonada y su corral interior, donde

algún chancho en ceba osaba el concho

de la chicha mezclado con el "anchi", al

pie de un sillar o de una piedra labrados

en su centro, a manera de cazo,

mientras decenas de gallinas escarbaban

el suelo al paso de pequeños conejos

huidizos. Había mugre y risa, eructos

satisfechos y chicoleos bastos, sana

filosofía de rocotos y "bebes" y hasta en

algunas las gentes de la gleba ocultaron

el rumor de las voces conspirativas de

los líderes de las revoluciones.

Historia de la Picantería Arequipeña

[54]

Tardes de Picantería

Víctor Andrés Belaunde del siglo XX,

escribe:

Había chicherías y picanterías en todos

lo barrios de la ciudad y principalmente

en las aldeas de la campiña. Eran

centros de conversación y de buen

yantar; se realizaban en ellas meriendas

y comilonas con platos criollos

preparados con ají o con el elemento

decorativo y más exultante del rocoto, el

cardenal de los excitantes. La bebida

popular era la chicha de jora, que hoy

comienza a ser desplazada por la

cerveza. La sociabilidad en las comidas

se manifiesta por el cambio de bocados

con que se obligaban recíprocamente los

amigos y compadres o las libaciones en

un solo vaso gigante y, continuamente

Historia de la Picantería Arequipeña

[55]

renovado, inagotable. Es cierto que los

locales eran a veces estrechos, oscuros

y sin ventilación; mesas blancas,

primitivas y banquetas rústicas, siendo

raras las sillas. Tenían algunas

picanterías, pintorescas enramadas y

glorietas en los pequeños jardines o

huertas y en ellas podían realizarse los

bailes criollos o los indígenas, alternando

los yaravíes con los huaynitos. Muchas

chicherías eran frecuentadas no solo por

el pueblo; pequeños propietarios,

empleados y profesionales eran

parroquianos de las mas reputadas, para

gustar del ambiente campechano, los

platos criollos y dar pábulo a su afición a

la chicha y luego, en la ocasión

oportuna, el eficaz bajamar del pisco,

que era para nosotros el esplendido

aguardiente de cabeza traído de Majes o

Historia de la Picantería Arequipeña

[56]

de Vítor o elaborado en la misma

Arequipa.

En las excursiones al campo, a pie o

caballo, eran las picanterías el único

recurso para tomar una refección o

hacer una pascana.

Las había en mi época famosísimas

como las del Alto del Rio Paucarpata o

algunas de Tiabaya. Estas chicherías

eran en cierto modo centros

democráticos pues se juntaban en ellas

modestos aldeanos con visitantes que

venían de Arequipa, jinetes en bien

aderezadas caballerías. La chichería fue

la expresión de la sociabilidad popular en

Arequipa. Tuvo influencia decisiva en los

amoríos y aun en la política. Esperamos

de algún historiador vernáculo una

Historia de la Picantería Arequipeña

[57]

reconstrucción detallada y artística de

esta institución arequipeña.”10

En ensayista cusqueño Uriel García cuya

definición de las picanterías como

“cavernas de nacionalidad” ha pasado a

ser un lugar común cuando se trata de

ellas, valora la trascendencia del

mestizaje en Arequipa y ahonda en la

importancia formativa que tienen estas

cavernas para la conciencia popular:

“cuando graves doctores, coloniales y

republicanos, rumiaban la escolástica

alimentada por universidades pontificias,

sin mas preocupación que la de cobrar la

renta o el dividendo, el pueblo de

analfabetos instituía la picantería,

superando la tradición incaica, y

dotándola de aquellos elementos

igualmente populares del espíritu

Historia de la Picantería Arequipeña

[58]

español. Abrevadero y centro social del

pueblo, prolongación del hogar familiar,

que condensa las alegrías y las penas

del campesino como del artesano, del

obrero proletario de todos los tiempos.

Con más eficacia que la escolástica

universitaria, la picantería forja al pueblo

y le infunde vigor nacional. Es el estrado

para su poesía y para la expresión de su

pensamiento, hasta para la ciencia

práctica del curandero y del agricultor,

del artesano y del alarife. En sus

entrañas se fortaleció siempre la

protesta del pueblo expoliado. De aquel,

que en 1780 se levanto contra el

corregidor, poco antes de Túpac Amaru.

De aquel, que siguió a Pumacahua y a

Melgar, en 1814; del mismo, leal a todos

los caudillos, por más que el “ídolo”

Vivanco, despechado por la derrota, lo

Historia de la Picantería Arequipeña

[59]

haya despreciado alguna vez al

exclamar: “cada muerto es un chichero

menos”.

La picantería expele al hombre del

pueblo como esas “paccarinas” del mito

aborigen, al hacedor de la historia. Bajos

sus enramadas de retamas y arrayanes,

cerca al rescoldo donde madura el

“bebe”, ya de la “Pelleja” o de la

“Revuelta”, y se cuece el sancochado y

el locro, platos exquisitos de la culinaria

popular, la “comadre” arequipeña,

campesina de espíritu cordial, recibe en

el regazo hospitalario de su comedero al

trabajador que llega a abrevarse y le

ofrece el primer vaso del “cogollo” o

sustancia aceitoso de la chicha, junto

con la broma que al punto le espeta, al

verlo limpio y endomingado:

Historia de la Picantería Arequipeña

[60]

- ¿Mato cuche tu mama?

- No, hació sebo, ques lo mesmo.

(no salió manteca del cochino sino

sebo. No hubo más suerte). –

traigo mocontullo para misquirichir

la comida.

Y al parroquiano, atosigado de chicha,

que sale tambaleándose, le dirá:

- Ois agárrate de la pared, no te

vayas a cayer.

Con una soltura y despreocupación,

como si hablara la lengua más castiza y

fluida. Alii, en la picantería, la

esclarecida lengua de Cervantes se

envilece, como la simiente que antes de

dar fruto, se pudre, para salir luego, al

intercambio humano, remozado y

pintoresco en palabras nuevas. (…) De

Historia de la Picantería Arequipeña

[61]

sus fecundas entrañas populares,

además, salió el arriero o trotamundos

arequipeño, para quien todos los

caminos de América le eran conocidos

(…) Su yaraví conmovía ladeas y

caminos y su singular fabla mestiza se

incrustaba en el lenguaje popular de

todas las comarcas. Y como hombre

trashumante, tenía el espíritu más libre

y dócil para asimilar otras costumbres.

Nuevas costumbres, que al volver el

arriero a la peña entrañable de la

picantería de su barrio nativo,

renovaban la atmosfera rutinaria del

ambiente social.

Desde luego, también allí prolífico el

santón intolerante de las cofradías

religiosas, el prosélito de fanáticos y de

políticos reaccionarios (…) Hoy, aquellas

Historia de la Picantería Arequipeña

[62]

“institución” tradicionalmente popular y

democrática, precursora de los

modernos restaurantes de asistencia

social, se modifica (…) Va dejando de ser

la cocina al estilo indígena, con su

“caporal” o vaso colectivo, que entre los

incas se llamaba el “quero” y su

comedor único: con su guitarra para el

uso común, sus retamas y sus

arrayanes, su ramada con vista al Misti.

El piano mecánico y el receptor de radio,

reemplazan a las tiernas guitarras. El

contador y el higienista municipal, la

regulan y airean; la trasforman. Es el

comedor de las clases asalariadas y

medias”.11

Mario Polar a fines de los años de 1960

(“Arequipa está viviendo una etapa de

transformación con todos los problemas

Historia de la Picantería Arequipeña

[63]

que ello comporta. Las chicherías están

perdiendo sus rojo pendones para

transformarse en “restaurantes” y la

chicha de jora, que tenia la ternura de la

leche, como decía Federico More, está

siendo derrotada abrumadoramente por

la cerveza”), las picanterías continuaran

siendo en Arequipa la mejor opción para

tener un almuerzo barato y de calidad y

para una degustación vespertina de las

especialidades locales. Conviene

recordar, sin embargo, que por sus

características, ni se estilaba ni se

recomienda consumirlas de noche, de

modo que el territorio urbano de la cena

(o comida) quedara liberado a otras

ofertas, desde parrilladas a lo gaucho o

pollos a la brasa hasta opciones

cosmopolitas con sabor local más

interesantes, además de los

Historia de la Picantería Arequipeña

[64]

tradicionales puestos para noctámbulos

de anticucho, chinchulis y caparinas con

llatan.

¿Cuántas picanterías hay en Arequipa a

inicios del siglo XXI, cuánto se han

transformado y cuánto conservan de sus

antiguas y celebradas costumbres?

Hernán Cornejo Velásquez, en una

investigación cuyo desarrollo

aguardamos, registra a la fecha

“ochenta y dos picanterías de las cuales

sesenta y siete mantienen el tipo

tradicional” (construcción de sillar,

ramada o mirador si es el caso, uno o

dos ambientes para los comensales y

otro para la cocina, aunque esta pueda

contener el comedor, con bancas y

mesas larga, tradicionalmente de

madera de sauce). Las otras quince

Historia de la Picantería Arequipeña

[65]

corresponden a un modelo moderno de

restaurantes campestres con capacidad

para escoger, llegado el caso, a cientos

de comensales al mismo tiempo. Se

trata de construcciones de ladrillo y

cemento, generalmente con sillar

enchapado, áreas verdes que evocan la

campiña perdida, mesas con sillas para

cuatro o seis personas, cocinas

industriales (de gas en vez de la leña,

aunque suelan conservar ciertos

preparados) y un menú donde se

privilegian los “platos a la carta” aunque

se mantiene la secuencia tradicional del

almuerzo, los picantes y el bebe de

chicha.

Hernán Cornejo analiza también el

impacto que tuvo en las picanterías la

novelera aparición de radiolas y rocolas

Historia de la Picantería Arequipeña

[66]

en la década de 1960, reemplazadas

luego por unos equipos de música cuya

estridencia conviene modular. Por

fortuna, el repertorio tradicional

arequipeño de valses, pampeñas y

yaravíes se conserva, en especial en la

voz bien aprovechada por la industria

discográfica de los inolvidables

Hermanos Davalos, aunque casi no ha

sido renovado y los grupos folclóricos

que abundan prefieran interpretar otras

melodías andinas o criollas de consumo

mas estándar para el turismo. En su

“libreta de campo”, Cornejo describe una

tarde de picanterías en La Lucila de

Sachaca a inicios del nuevo milenio que

parece tributaria del testimonio de

Aurelio Miró Quesada. A partir de las

tres la liturgia se repite: saludos, brindis,

bromas, briscan, picantes, libaciones,

Historia de la Picantería Arequipeña

[67]

yaraví. El estudioso se retira a “altas

horas”: 10:30 p.m. antes de irse registra

una confesión de Lucila Salas viuda de

Ballón, la nonagenaria Doña Lucila,

actual decana de las picanteras

arequipeñas: “” mi muerte es cuestión

de tiempo, y conmigo se irán muchas

recetas y platos. Todo está dicho, me

llevare esta quepiñada de secretos, bien

comiu, bien mamu. Achachau.”12

La extinción natural de la última

generación de picanterías arequipeñas

tradicionales, aquellas que entre la

tercera y cuarta década del siglo pasado

aprendieron de sus madres y abuelas los

saberes más importantes de la

gastronomía local, coincide felizmente

con un periodo de exaltación y

revaloración de la cocina peruana y las

Historia de la Picantería Arequipeña

[68]

expresiones regionales que permite

augurar, con las tendencias y variantes

advertidas, su supervivencias y

continuidad. Ejemplo del

aprovechamiento de tan valiosa herencia

son algunas de las nuevas figuras de la

gastronomía local: Nelly Postigo, hija de

Celmira Cerpa, del Sol de Mayo, a cargo

de una floreciente empresa de catering

con preparados tradicionales e

innovaciones; la familia Carpio, de la

Fiera, que lleva ahora las riendas de

multitudinarias picanterías “de nuevo

tipo” o Saida Salas, hija de la fundadora

de la picantería La Cau Cau II, en

Yanahuara, preocupándose

especialmente por mantener el

inconfundible sabor de antaño. Solo falta

librar una batalla promocional para que

la chicha de guiñapo recupere el lugar

Historia de la Picantería Arequipeña

[69]

protagónico que le corresponde en la

mesa picantera, ese referente ya clásico

del buen comer en Arequipa, llamando

también a perpetuar sus mejores

tradiciones.

Las picanterías arequipeñas, aquellas

instituciones sociales vivas de la ciudad

donde se reproducen las costumbres

tradicionales y en las que se confunden

las clases sociales con una rutina y

horarios establecidos (Cornejo

2005:178). En principio el espacio

picanteril sirvió de punto de confluencia

entre los diversos estratos, ya que si

bien la dosificación del poder estuvo

administrada por los abogados, jueces y

escribanos, por su parte las picanterías

arequipeñas servían como campo de

preparación para las grandes

Historia de la Picantería Arequipeña

[70]

conflagraciones sociales de la república.

Esta posición ha sido ratificada por

diversos intelectuales, quienes han

manifestado que las picanterías

arequipeñas tuvieron decisiva influencia

en la política y en la expresión de la

sociabilidad popular (Belaunde 1967:

399; Sánchez 1973: 399); por ello no se

aviene en exagerado calificarlas

simbólicamente como el útero grande

donde siempre recalan los arequipeños y

en el que se goza de un ambiente

espontáneo y cálido, aligerado por la

liberalidad en la venta de la chicha de

guiñapo5, el aroma delicioso de los

picantes y el plañidero yaraví (Llosa

1992: 36).

Antiguamente el matiz comunitario de

las picanterías propiciaba un punto de

encuentro entre las familias

Historia de la Picantería Arequipeña

[71]

arequipeñas, la gente se reunía a

discutir diversos temas, pero a la vez a

establecer en igualdad de condiciones

fuertes lazos de cohesión familiar y

camaradería. La mesa picanteril estaba

marcada por sus propias reglas, ya que

respondía a una racionalidad alimentada

por criterios gastronómicos, sociales y

filosóficos, rigurosamente pensados y

aceptados por sus comensales; además

obedecía a un modelo de mesa servida

compuesto por: el brindis, la charla

amena, los juegos, el acto de comer

picantes, las bromas, los recuerdos y el

yaraví (Cornejo 2005: 180-185). Una

representación grafica del ánimo festivo

con que los arequipeños asumieron su

identidad a través de la comida, queda

patente en la no escasa cantidad de

canciones y poemas dedicados a la

Historia de la Picantería Arequipeña

[72]

culinaria popular, un ejemplo de lo

anterior es la popular melodía del grupo

Los Errantes titulada Noches Mistianas

que simplifica el devenir de una jornada

picanteril:

Chaque de tripas en el Sol de Mayo

los costillares en los Tres Sillares

en Arancota rocoto relleno

rachi de panza donde la Josefa

y después de eso su bebe de chicha

siempre tomado hasta los portales

para bajarlo su resaca un nájar

hasta que lleguen las noches mistianas.

Historia de la Picantería Arequipeña

[73]

La picantería ha resistido más de 5

siglos, se ha enfrentado a la veleidad de

las modas culinarias, a los guisos

europeos y también a los encantos de

cada tiempo, pero ha resistido

conservando la sazón y los aspectos

sociales que la rodean; a pesar de ello,

en los últimos 50 años han sufrido

cambios.

Historia de la Picantería Arequipeña

[75]

PICANTES Y MÁS…

La cocina arequipeña es una de las más

variadas y sabrosas del Perú. Tiene

platos típicas en cuyo rehogado

interviene necesariamente el ají molido,

lo que le confiere un sabor especialísimo

y un picante que invita a beber la

chicha, un conocimiento de jora de

escasa fermentación.

Como ya se dijo anteriormente el

nombre picantería se deriva del nombre

del plato principal que se sirve en dicho

establecimiento como lo es: el picante.

Este plato consiste en un guiso de

verduras o carnes, el guiso está hecho a

bases de diferentes ajíes, acompañado

de una buena porción de arroz blanco.

Este plato era servido a partir de las 3

de la tarde. Antes de servir los picantes,

Historia de la Picantería Arequipeña

[76]

había un menú diario que constaba de

una pequeña entrada, chupe y un plato

de fondo.

Aparte del picante –principal plato de las

picanterías- se destacan los chupes de

diversas clases, que corresponden a

cada día de la semana. El orden de los

chupes se respeta a lo largo de la

semana:

Lunes: Chaque (chupe con tripas de

carne de res, chicharrón, rocoto,

verduras y tostado) .Tradicionalmente

con un salpicón de segundo

Martes: Chairo (caldo blanco donde

abundan las verduras que quedaron del

chaque, la diferencia son las papas

picadas en cuadraditos y el trigo

cocido).

Historia de la Picantería Arequipeña

[77]

Miércoles: Pebre (carne de ave, frijoles y

chuño)

Jueves: Timpusca (con peras de

Tiabaya, incluye cecina y coles)

Viernes: Chupe de camarones sopa de

camarones con leche, huevos y orégano.

Sábado: Rache de panza de cordero

Domingo: Caldo de lomos.

Entre los platos de fondo, tenemos: el

rocoto relleno (rocoto desvenado relleno

de carne picada con queso, leche y

papas). El locro, Soltero de Queso

(ensalada de queso fresco, habas,

cebolla, aceitunas y rocoto). El adobo

(consumido los días domingo), Ocopa

Arequipeña (papas cocidas, bañadas con

salsa de queso fresco, habas, cebolla,

Historia de la Picantería Arequipeña

[78]

aceitunas y rocoto). El ají de camarones

y lacayote, la malaya dorada, el cabrito

al horno y el cuy chactao.

Por último, a partir de las cuatro de la

tarde, se sirven los picantes, en la forma

tradicional de los dobles (cuatro o cinco

platos pequeños sucesivos con los

diversos preparados, más un vaso de

chicha) o como el americano (un plato

único atiborrado).

A principios del siglo XX EL Tunante

ofrecía esta relación de picantes locales

en una publicación capitalina: “Ocopa de

camarones con loritos. Picante de

soldados muertos con habas. Cebiche de

bofes. Bogas emponchadas con

cachichuños. Caparinas con llatan. Aji de

disparates o conversación de mujeres.

Historia de la Picantería Arequipeña

[79]

Pepián de conejos. Tamal en fuente.

Chancho asado. Timpusca de cecina”

Y QUE PICANTE LE TOCA HOY?

LUNES: Matasca de carne, sarza de

patas, loros con ocopa, cau cau y pastel

de papa.

MARTES: Guisado de pata de cordero,

sarza de charqui con llatan (picante).

MIÉRCOLES: Meñadito de libro (panza

de cordero), estofado de carne, sarza de

machas o criadilla y porotos.

JUEVES: Ají de choca (gallina seca),

guiso de panza de cordero, estofado de

carne, torreja de zanahoria y sarza de

machas.

Historia de la Picantería Arequipeña

[80]

VIERNES: Ají de calabaza, estofado de

carne, ocopa de charqui, sarza de

patitas cordero.

SÁBADO Extras: Rocoto relleno,

chicharrón, otros

DOMINGO Extras: Arroz con pato,

estofado de pavo, pepián de conejo,

otros.

LOS DÍAS DE FIESTA: Se acostumbra

comer el "Picante Especial" constituido

por: tamal en achira, acompañado de

estofado de conejo, cubierto de camarón

y arroz.

Hasta hace algunas décadas, la

composición de los picantes tenía

también días precisos; ahora van en

desorden pero incluyen por lo general

Historia de la Picantería Arequipeña

[81]

algún guiso de carne (estofado,

matasca, locro, etc.); una sarza o

soltero; algún pastel, un ají (de

lacayote, habas, etc.), torrejitas o

preparados especiales de camarón, u

otros, siempre acompañados de llatan y

chicha, a la que en muchos casos se

sumaran después, en peligrosa

alternancia, las botellas de cerveza y las

copitas del digestivo (o bajativo) anís.13

Un plato muy popular en las picanterías

era el ´´Escribano´´, el nombre de este

plato (entrada) hacía referencia a los

escribanos del Estado, personajes que se

encargaban de diligenciar los procesos

Historia de la Picantería Arequipeña

[82]

judiciales, que al finalizar sus labores se

dirigían a las picanterías para degustar

los deliciosos potajes del

establecimiento.

Otro de los emblemas gastronómicos de

Arequipa es el Rocoto Relleno.

*El Rocoto: es nativo de los Andes, se

cree que su origen se encuentra en el

territorio entre el Perú y Bolivia, y se

remonta a 6, 000 a.C., por lo que es la

planta más antigua de América.

Rocoto Relleno

Es uno de los platos típicos de la región

de Arequipa, sur del Perú. Es

Historia de la Picantería Arequipeña

[83]

conveniente remojar el rocoto en agua

hirviendo con sal cerca de tres veces

antes de llenar. Hacer bromas con el

explosivo prurito de este plato que está

relacionado con el volcán Misti, que se

encuentra al pie de la ciudad. Arequipa

es generalmente conocida por su

propensión a la rebeldía (“no en vano se

nace al pie de un volcán", dice el

refrán).

El rocoto relleno es un plato peruano de

origen arequipeño elaborado a base de

rocoto, que es un fruto muy picante,

similar al ají, pero de forma redondeada

y de tamaño similar al de una manzana

(hay algunas especies más pequeñas), y

que posee un sabor más dulzón, que es

muy apreciado principalmente en la

región Arequipa pero también extendido

Historia de la Picantería Arequipeña

[84]

en el resto de este país. Es uno de los

platos más destacados de la

gastronomía del Perú, siendo incluso el

rocoto exportado a otros países.

*Características: Se trata de un plato

picante en el que el rocoto se rellena a

base de carne molida, papas

sancochadas, queso fresco, todo ello

aderezado con comino y perejil picado.

El plato se pone al horno y se sirve

caliente.

Historia de la Picantería Arequipeña

[85]

Hay una leyenda sobre el rocoto.

LA OSCURA HISTORIA DE UN ARDIENTE

SABOR PERUANO

El hombre que creó el Rocoto Relleno y

cocinó para el Diablo.

Es el cuento de Carlos Herrera que sirve

de soporte para iniciar la misteriosa

historia de este clásico plato de nuestra

gastronomía, que señala como

responsable de su creación a Manuel

Masías, un legendario cocinero

arequipeño (1728 - 1805) que ingresó al

mundo culinario guisando en París, Lima

y Arequipa.

Historia de la Picantería Arequipeña

[86]

El relato afirma que Masías tuvo que

bajar hasta el infierno para recuperar el

alma de su hija Delphine, quien había

muerto muy joven y a quien Lucifer

tenía presa.

El cambalache con el ángel caído radicó

en la realización de una gran cena que

debía llenarle la panza hasta la saciedad

total.

Pues, según la leyenda, así fue; el chef

Masías preparó un espectacular

banquete con variados ingredientes

(entre ellos el rocoto) y consiguió liberar

a su hija con el valor agregado de

convertir al diablo en un ser angelical

nuevamente.

Curiosa leyenda para tan variopinto

platillo nacional que pica y gusta en

nuestras mesas.

Historia de la Picantería Arequipeña

[87]

Pero, independientemente de la ficción a

la que se expone al rocoto o ruqutu (en

quechua), la historia de su origen

también cuenta que convivió con las

poblaciones rurales de siglos pasados.

Este plato se ofrecía en picanterías y se

servía junto a un vaso de chicha de jora.

Pero, con el pasar de los años todo

cambió, los criollos y la burguesía -que

surgió en la zona urbana de Arequipa

producto del comercio de lana y las

minas de Potosí-, tomó posesión de este

popular plato y tras un largo proceso de

hibridación y desterritorialización, fue

presentado a la comunidad nacional

como expresión culinaria de Arequipa

blanca o criolla.

Historia de la Picantería Arequipeña

[88]

Al respecto, el investigador Goyo Torres

afirma: El Rocoto Relleno es la muestra

de nuestra compleja identidad. En este

canto trágico y picante a la astucia

humana se concentran desencuentros y

contrastes, antagonismos y

desigualdades, lo serrano y lo costeño,

lo selvático y lo europeo, lo asiático y lo

latinoamericano. En suma, hibridez y

heterogeneidad.

Por otro lado, existe el convencimiento

popular de que el Capsicum pubescens -

nombre con el que los científicos suelen

llamar al rocoto-, es un potente anti-

cancerígeno que al ser consumido evita

la propagación de células malignas que a

través del fenómeno conocido como

metástasis se reproducen en otras

partes del cuerpo.

Historia de la Picantería Arequipeña

[89]

El rocoto es un pimiento oriundo de los

andes, se cree que su origen se

encuentra en territorios entre Perú y

Bolivia y data del año 6,000 AC,

convirtiéndola en la planta más antigua

de América.

En conclusión, entre fábulas y

atribuciones milagrosas, El Rocoto

Relleno está en nuestro menú diario

invitándonos a una calurosa convivencia

sin acta de nacimiento.

El postre por excelencia es el queso

helado arequipeño (helado a base de

leche, canela, coco y especies) o

también la mazamorra morada. Otros

postres que gozan de gran estimación

son los buñuelos (de harina, huevos y

Historia de la Picantería Arequipeña

[90]

leche bañados en miel de chancaca), los

chocolates y los toffees.

Para beber, una buena cerveza local, las

bebidas gaseosas regionales (como la

Kola Escocesa) o la chicha de jora (de

maíz). Como digestivos: el té piteado (té

con anís) o el anís Nájar.

El presidente de la Asociación

Gastronómica de Arequipa (AGAR),

Alfonso Eguiluz Alegre, dice que hoy en

día los platillos más pedidos son el

rocoto relleno y el chupe de camarones.

El adobo es un plato de consumo

popular en los amaneceres dominicales.

Eguiluz advierte sin embargo que hace

falta moderar los tonos picantes y la

abundancia de condimentos en la

Historia de la Picantería Arequipeña

[91]

comida mistiana, para que tenga más

aceptación en los turistas extranjeros.

Si la mujer para llegar al corazón del

hombre, conquista primero su

estómago, también es válida la frase

que señala: para conocer la idiosincrasia

de un pueblo basta con observar su

mesa.

Historia de la Picantería Arequipeña

[93]

PICANTERIA LA LUCILA

La señora Lucila Salas indica que: ´´la

comida arequipeña nunca pasara de

moda, es la mejor a nivel nacional, así

sea comercializada aun en lugares

tradicionales o en los más modernos

restaurantes, el cuy chactado, el locro

de pecho entre otros platos, seguirán

siendo pedidos´´. Doña Lucila Salas

Valencia Vda. de Ballón es propietaria de

la picantería ´´La Lucila´´, ella nació el

23 de octubre de 1917 en el tradicional

distrito de Sachaca, se casó con Don

Historia de la Picantería Arequipeña

[94]

Julio Ballón Valdivia, un chacarero

arequipeño, vecino del pueblo de

Tiabaya.

Es hija de don Isidoro Salas Villanueva y

Andrea Valencia Neyra y tuvo un

hermano llamado Julio Salas Valencia.

Desde muy niña mostró su talento para

la cocina, cada vez que preparaba un

platillo, todos se deleitaban con su

sazón. Cuando creció y se convirtió en

madre de cinco hijas a quienes llamó

Gladys, Lourdes, Noemí, Nelly y Ruth, su

entrega por la culinaria arequipeña

creció, ella deseaba con toda el alma,

que las niñas de sus ojos, sean

profesionales y ese sueño lo cumplió.

Gracias a su buena mano y

extraordinaria sazón logró sacar

Historia de la Picantería Arequipeña

[95]

adelante a su familia, con dedicación,

entrega y sacrificio

Luego de varios años, La Lucila

incursiono en el campo de las picanterías

en el años de 1945, en aquella época no

habían grandes locales; en las fiestas

tradicionales como el día de ¨Todos los

santos¨ o el día de ¨Los Muertos y de

los Vivos¨ y por supuesto en el

Aniversario de Arequipa, las mujeres

cocinaban los ricos potajes para el

pueblo, los cuales los vendían a bajo

costo, se instalaban toldos en los

alrededores del cementerio y en una

cancha de Tingo, hasta donde los

comensales llegaban para degustar los

platillos.

Ya por 1950, La Lucila habilitó un

espacio en su casa e instaló su

Historia de la Picantería Arequipeña

[96]

picantería, ubicado en aquella época en

el Morro de Arica en el distrito de

Sachaca. Los vecinos del lugar, fueron

sus primeros clientes, quienes no podían

resistirse a degustar los picantes de

Doña Lucila, hechos en base al ají

colorado, que después de ser

degustados se finalizaba con su chicha

de jora para apagar el fuego del ají.

Otros platos que preparaba Doña Lucila,

era el Civinchi de Camarón, Carne a la

Brasa, Cuy Chactado y los famosos

americanos, que fueron los platos de

bandera de la picantería, todos estos

platillos eran hechos en cocinas a leña.

La sazón de Doña Lucila era tan bueno,

que no se dejaba de comentar sobre lo

rico que se comía en ese local.

Historia de la Picantería Arequipeña

[97]

Uno de los primeros comensales en

llegar a esta picantería de Sachaca, fue

el doctor Lozada, quien era dueño de

Boticas Lozada, él visitó el local junto a

su familia y todos quedaron

maravillados, fue así que recomendaron

la picantería con sus amistades, quienes

también quedaron fascinados por los

deliciosos potajes que probaron. Y por

eso es que el doctor Lozada se gano el

apodo de ¨El Cristóbal Colon de los

picantes¨, pues descubrió el rincón de la

deliciosa comida arequipeña y la difundió

por toda Arequipa.

Después de unos años, el local se hizo

chico, Doña Lucila y su esposo, juntaron

un poco de dinero y lo invirtieron en la

compra de una casa, ubicada en la Calle

Grau N°147, es entonces que desde

Historia de la Picantería Arequipeña

[98]

1960 la picantería La Lucila se estableció

en este lugar. La casa y la cocina eran

de adobe, tenía un granero en donde

guardaba los granos, maíz morado y

maíz blanco para preparar la riquísima

chica de jora, también contaba con un

gran almacén para la leña, allí se podían

ver los palos cortados y agrupados en

filas, la cocina que aún conserva su

estructura era de abobe, con tragaluces

que se hicieron con ollas y alambres y

por donde filtran los rayos de luz que

pasan a juntarse con el humo y forman

deslumbrantes rayos blancos. HaSta

aquí llegaron personajes de la sociedad

arequipeña de aquella época como,

Manuel Muñoz Najar, Teodoro Paredes,

José Vals, Núñez Borja, Julio Núñez,

Vidaurrazaga, Cano, Gaitán Somocursio

entre otros que acompañados de sus

Historia de la Picantería Arequipeña

[99]

picantes o americanos y de su

entrañable anisado pasaron las tertulias

más inolvidables.

Cabe mencionar que varios historiadores

han dado cuenta que en las mesas de

las picanterías se tomaron varias

decisiones políticas y se decidían los

candidatos para alcaldes, es por esto

que se dice que en las picanterías se

formo la personalidad de Arequipa, el

legendario León del Sur.

Varios jóvenes hicieron de ¨La Lucila¨ su

lugar preferido de reunión, es así que los

Salinas, Ponce, Bustamante, Briceño,

Delgado y Escudero, crearon los “Lunes

de Picantería” y durante más de medio

siglo no fallaron a su tradición, a pesar

de haberse casado y de tener hijos, ellos

Historia de la Picantería Arequipeña

[100]

y sus familias asistían religiosamente a

engreír a su paladar.

Allí surgió el famoso prende y apaga,

que consiste en tomar una copita de

anís, que “prende” y posteriormente un

gran sorbo de chicha de jora para

“apagar”.

Numerosos poetas y músicos llegaron

cual bohemios hasta este local, tenemos

a los Dávalos, que en está picantería

empezaron a rasgar sus guitarras;

Teodoro, y Alejandro Núñez Ureta,

Nicanor Abarca, “El Chanicillo”,

Gutiérrez, Isaac Tapia, “Los Cucos”, “El

l Gardel”, “El Chistoso”, Lino Herrera,

Juan Manuel Guillen entre otros.

Ellos formaban un gran coro y

entonaban los famosos “yaravíes”

acompañados de sus guitarras, algunos

Historia de la Picantería Arequipeña

[101]

usaban dos cucharas para dar el tono de

las castañuelas y así pasaban la tarde

entre chombas, ollas y tinajas, bajo el

calor de la Cconcha (trozos de madera

que queda en la cocina tras cocinar con

leña).

Ya han pasado más de 70 de años desde

que La Lucila empezó a atender a sus

clientes, siendo hoy los triples, dobles y

chicharrones los más solicitados, pero no

se quedan atrás el cuy chactado, hecho

como solo Doña Lucila sabe hacerlo para

que se le puede identificar como el ¨

Cuy Chactado de la Lucila¨, el chupe de

camarones, zarza de patitas, criadillas,

charqui y otras forman parte de la

cartilla diaria.

¨La Lucila¨ ha recibido numerosas

personalidades, no solo personajes

Historia de la Picantería Arequipeña

[102]

nacionales, sino también internacionales,

uno de ellos fue Don Francisco, quien

llego a visitar a Doña Lucila, su reportaje

causo revolución en todo el mundo,

varios compatriotas que radican fuera

del país la llamaron para saludarla,

incluso algunos comensales le llevaron el

video de la entrevista. ¨La Lucila¨ ha

visto en sus mesas a presidentes, como

el ex presidente Fernando Belaunde

Terry, el cual quedó maravillado con el

Cuy Chactado. Otro presidente que piso

¨La Lucila¨ fue Alejandro Toledo y su

esposa a quien le cantó guitarra en

mano “Amor Amor”, se quedaron

encantados tras probar los afrodisíacos

Celadores de Camarón, el Costillar a la

Piedra con llatan picante (ají en base a

huacatay y ajo arequipeño molido al

compás del batán. Diferentes Ministros,

Historia de la Picantería Arequipeña

[103]

Congresistas, periodistas, turistas

nacionales y extranjeros siguen llegando

y halagando la buena sazón.

Esta picantería a recibido distintas

condecoraciones por parte de de varios

municipios y tambien recibió la medalla

de Oro de la ciudad, asi como la

condecoración Madre Arequipeña 2006.

En Lima, la reconocen como la matrona

de la Cocina Arequipeña y recibió el

reconocimiento de la Municipalidad de

Lima, entregándosele la Llave de la

Ciudad.

Gastón Acurio, famoso chef peruano

visito este rincón arequipeño, aquí

degustó la Ocopa preparada en batan,

también probo platillos en base a

camarones. Doña Lucila fue invitada por

Gastón Acurio para participar en la

Historia de la Picantería Arequipeña

[104]

presentación del libro ¨Larousse de la

Gastronomía¨, en el marco del

aniversario de supermercados ¨Wong¨,

dicha presentación se llevo a cabo en

Lima, en la Huaca Pucllana.

PICANTERIA LA NUEVA PALOMINO

Esta picantería se ubica en el distrito de

Yanahuara, ofrece lo mejor de la comida

arequipeña, mantiene las recetas

ancestrales así como la esencia de cada

plato. Son 3 generaciones de mujeres

Historia de la Picantería Arequipeña

[105]

arequipeñas que han venido preparando

los deliciosos potajes arequipeños.

Cuentan con su local propio, el cual está

ubicado en la calle Misti, en el tradicional

distrito de Yanahuara. Es un ambiente

arequipeño, agradable y simpático. Es

amenizado por música arequipeña y

algunas veces se presentan grupos en

vivo. Entre su variedad de platos resalta

como su plato bandera el Lechón

Arequipeño, en base a la rica carne de

cerdo, también prepara el chupe de

camarones, el rocoto relleno –como

platos principales- su rica chicha y el

infaltable queso helado.

Historia de la Picantería Arequipeña

[106]

EL SOMBRERO AREQUIPEÑO

Es una picantería moderna, de 4.5

hectáreas, de material noble. Alberga un

promedio de 1 700 personas. Su horario

de atención el día domingo es de 11

a.m. a 6 p.m.

LA CAPITANA

Esta picantería está ubicada en calle los

Arces N. 209, en el distrito de Cayma.

Historia de la Picantería Arequipeña

[107]

Se inicio en el año de 1899 y ya va por

la tercera generación.

PICANTERIA LA SEBASTOPOL

Picantería ubicada en el tradicional

barrio de San Lázaro, fue una chichería

donde los conjurados del movimiento

rebelde de 1858 se reunieron para

tramar sus acciones. La escritora

arequipeña, María Nieves y Bustamente,

dio cuenta de ello en su novela ¨Jorge el

Hijo del Pueblo¨, de esta forma también

se demuestra el objetivo político que

cumplían las chichería

Historia de la Picantería Arequipeña

[109]

Medina. Don Benigno consideraba a la

picantería como la verdadera

¨universidad del pueblo¨. Allí se refiere,

que muchas veces se encontraba con el

rector de la Universidad Nacional de San

Agustín, con el prefecto del

departamento o con el alcalde de la

ciudad. Cuenta su hijo, que solían visitar

la picantería ¨La Pascal¨, ubicada en

Alata.

PICANTERIA LA MUNDIAL

Está ubicada en la calle El Filtro en el

Cercado de la ciudad.

Historia de la Picantería Arequipeña

[110]

PICANTERIA LA CAU CAU

Nos cuenta la señora Velmy Villanueva

Salas que el negocio lo empezó su

abuela la señora Lucia Rojas, el negocio

no era estable, porque de Sachaca se

cambiaba a Pampa de Camarones. La

madre de Doña Velmy, la señora Laura

Salas Rojas, la acompañó hasta que se

casó, luego Doña Lucía falleció y la

picantería cerró.

Entonces, Doña Laura retomo el negocio

cuando su hija Velmy tenía 12 años,

alquiló una casa donde había funcionado

otra picantería, a espaldas de la Iglesia

Historia de la Picantería Arequipeña

[111]

de Sachaca. Nunca le puso nombre. Allí

estuvieron de 1967 a 1970, luego

pasaron a la calle Independencia y la

llamaron ¨Buenavista¨, porque se podía

ver varios distritos de la ciudad. Le

cambiaron el nombre cuando se fueron

al local actual, la picantería se hizo más

famosa por el cau cau que preparaban,

llevaba huevera hervida, ocopa de

tolinas y sus loritos.

Todo lo que preparaban era cocido nada

frito. Otros de los platos que preparaban

era la sarza de Tolinas, sopa de Tolinas,

sarza de charqui y sarza de ispis.

Aún conservan el estilo de lo antaño,

tienen las mesas largas pero ya no las

bancas, pero esto no significa que uno

no se puede sentar en la mesa de un

desconocido.

Historia de la Picantería Arequipeña

[112]

Capítulo 5:

De lo antaño

a lo

moderno

Historia de la Picantería Arequipeña

[113]

DE LO ANTAÑO A LO MODERNO

La picantería arequipeña ha sufrido

cambios debido al paso del tiempo, y

llegado hasta el día de hoy como la

conocemos, a continuación analizaremos

1. Cambios en el establecimiento: de la

ramada a los modernos locales

La picantería tradicional es la de la

ramada, es aquella que ha transcendido

durante todo este tiempo. Dicha

picantería solo contaban con 3

ambientes: uno para la cocina y los

otros salones era para los comensales.

El material del cual estaba hecha la

picantería era el sillar, con techo de paja

y palos. Hay diferentes variaciones de la

picantería desde que hizo su primera

aparición. Tenemos un 1° modelo de

Historia de la Picantería Arequipeña

[114]

picantería, solo contaba con un

ambiente, el cual funcionaba de cocina-

comedor. Esta estructura está

compuesta por varios sillares, encima de

estos sillares se apoyan las varillas de

palo y paja que cumplen la función de

techo. En la parte exterior, se

encuentran las mesas con una vista

espectacular de la campiña, ya que las

picanterías eran construidas cerca de las

acequias y carreteras. Los muebles de

este tipo de picantería era una gran

mesa de madera con bancas largas

alrededor de esta.

El siguiente modelo de picantería es el

de la picantería tradicional, que se

caracteriza por usar el sillar como

material de construcción y cuenta solo

con 2 ambientes que tienen techo de

Historia de la Picantería Arequipeña

[115]

paja y sus patios son grandes. Este es el

modelo que ha transcendido a lo largo

del tiempo y es el lugar perfecto para

degustar los platos arequipeños, y

también es lugar para las amenas

tertulias durante la tarde. La cocina era

acogedora, con fogones que usaban

leña, en especial el eucalipto y la yareta,

ya que eran un buen combustible; allí se

colocaban las ollas o las pailas de barro

para empezar a preparar los exquisitos

potajes.

Y por ultimo tenemos el modelo de

picantería moderna, la cual está

construida de material noble, de gran

extensión, hechas para una gran

cantidad de comensales. Este tipo de

picantería ha dispuesto es su interior

mesas y sillas para 4 a 6 personas. Este

Historia de la Picantería Arequipeña

[116]

tipo de establecimiento cuenta con

cocinas modernas, bien equipadas, que

definitivamente cambian el sabor de la

comida.

Como hemos visto la picantería ha

variado a través del paso del tiempo,

pero aún así, en Arequipa se mantiene el

modelo original, se han registrado 82

picanterías, de las cuales 67 mantienen

el tipo tradicional; en cambio las

modernas picanterías construidas con

ladrillo y cemento, tienen diferentes

formas de construcción alejadas de los

comensales, las mesas privadas y

espacios exclusivos, a pesar de estar en

el mismo ambiente. Este modelo de

picantería asegura los individualismos y

la cohesión de grupos y familias. En

cambio, las picanterías más tradicionales

Historia de la Picantería Arequipeña

[117]

aun conservan el calor de hogar, la

fraternidad y los conceptos de mesa

servida, ritos de brindis y escuchar

yaravíes, así lo afirma Hernán Cornejo

Velásquez, en la revista antropológica

¨La picantería arequipeña: cambios y

continuidad culinaria¨.

2. Cambios en la mesa servida y el

menú: de los picantes dobles a los

platos a la carta

La mesa picanteril tiene sus reglas, es

decir que tienen sus razones de ser

como a las razones sociales, nutritivas y

artísticas. En la picantería es muy

importante el hecho de la mesa servida,

es como ya se dijo, un rito, se hace un

brindis, luego se tiene una charla amena

ya sea con la familia o con los amigos,

seguidamente viene la hora de los

Historia de la Picantería Arequipeña

[118]

juegos, y por fin llega la hora de los

picantes, para luego finalizar con bromas

y escuchar los yaravíes.

En la picantería, no se tiene la idea de lo

que es una entrada, o plato de fondo, el

extra o el postre. La tarde picanterial

consiste en el saludo fraterno con la

matrona de la picantería y con los

demás comensales. Los picantes son un

grupo de potajes, caracterizados por las

zarsas, guiso y frituras, que son

preparados con el picor del rocoto. Cada

uno de las preparaciones guarda

armonía entre el rocoto y las carnes o

verduras que lleve el platillo. Los

picantes tienen una presentación

estética, color, forma y su característica

principal es que son nutritivos. Eran

preparados sin condimentos industriales.

Historia de la Picantería Arequipeña

[119]

Cuando deguste el picante debe sentir

ese sabor tradicional, el aroma a leña y

los ingredientes exactos, tal y como

dicta la receta de las matronas

arequipeñas.

Hernán Cornejo, nos cuenta una de sus

experiencias en la picantería La Lucila.

A partir de la 3 de la tarde comienzan a

llegar los comensales, que son los

clientes fieles de la <<mamita>>.

<<Comadre buenas>> tardes-dice-

cuando llega un comensal, todos se

acercan y le dan la mano, les sonríe y

les ofrece un vaso de chicha o

<<bebe>> (pequeño). Luego les invita

a sentarse, mientras esperan, el

ayudante se apresura a llevar un platillo

de mote, habas sancochadas y una

cantarilla de chicha con un vaso grande

Historia de la Picantería Arequipeña

[120]

para el brindis. Al mayor de los

comensales se le sirve el vaso lleno de

chicha. Cruzan las siguientes

palabras:<<Quítele usted el veneno Don

Venancio>> y este responde:<<

gracias, hasta los portales>>, lo que

significa beber hasta la mitad del vaso.

El otro acompañante responde: <<lo

pago y lo comprometo>>. También de

manera burlona otro acompañante

bromea: <<cuidado con el tonccori, no

vaya que se llene el buche>>. En todo

este juego de palabras se inicia la cordial

tarde disfrute y luego vendrá la

degustación de los picantes.

Después de los brindis con la ancestral

chicha, vienen los saludos con los

comensales de otras mesas, llamándose

por sus apodos y nombres. La regla es

Historia de la Picantería Arequipeña

[121]

respetar la edad. Luego se inician las

partidas del briscan, la tarde ingresa a

su mejor momento, llegan los picantes,

desfilan los platillos con pequeñas

porciones de zarza de criadillas, locro,

estofado, ahogado de camarones,

matasca, ocopa, rocoto relleno, etc.

Después de cada picor se bebe chicha

para apagar el fuego del rocoto. Se ha

saboreado cada platillo con risas y

anécdotas, además cuidando la digestión

con el clásico <<bajamar>>, tomando

una copita de anisa´o y sorbo de chicha.

Los sabores nuevamente han sido

registrados en la memoria culinaria.

Luego de los picantes se iniciara el

antiguo prende y apaga, que consiste en

beber una copita de anisa´o y luego de

saborear el picor, inmediatamente se

Historia de la Picantería Arequipeña

[122]

bebe un sorbo de chicha. Los

comensales conversan, ríen.

Al caer la noche las luces se encienden y

también los corazones. La chicha y el

anisa´o hacen sus efectos, los recuerdos

o las penas y las alegrías se apoderan de

uno de ellos. La guitarra colgada en esas

oscuras parades va afinando. De repente

las recias manos de un agricultor

arrancan un acorde yaraví. Entonces

estallan en lamento, la queja, el amor, el

amor, las penas. De otro lado de la

mesa uno se ofrece a cantar, y con el

guitarrista, inmediatamente, con solo

mirarse se ponen de acuerdo como si el

lamento y el dolor los uniera, todos en

silencio escuchan a los bardos.

La matrona suspende sus actividades

para escuchar y aplaudir a los músicos.

Historia de la Picantería Arequipeña

[123]

Como tributo a los cultores del yaraví

invita una cantarilla de chicha. Después

del yaraví, se alegra con una pampeña u

huayno festivo, e incluso unas parejas se

lanzan al ruedo para festejar la tarde.

Todo es fraterno, voluntario,

espontaneo, sin libretos. Algunos diran

que este conjunto de voces y lamentos

esta en el espíritu de Mariano Melgar,

gran vate iniciador del romanticismo

latinoamericano. En cada una de las

miradas y aplausos sienten la presencia

del poeta romántico amante de Silvia y

la patria iluminando sus corazones. Cada

cantante o intérprete siempre trata de

incluir en su repertorio algún tema de

Mariano Melgar para garantizar la

solemnidad del salón. Así la tarde

picanteril termina con cantos y

lamentos, los silencios y brindis y la

Historia de la Picantería Arequipeña

[124]

despedida se dan poco a poco, hasta

dejar nuevamente la picantería solo con

el ruido de las ollas y sus ayudantes.

Son las 10.15 de la noche, me retiro de

La Lucila.

En las picanterías no se concibe una

tarde sin el brindis, los picantes, la

tertulia y el yaraví. Hoy en día, los

mismos ayudantes, afirman que los

turistas y extranjeros solo piden lo que

van a comer, ni te miran, comen, piden

la cuenta y se van. Este hecho, preocupa

a los protagonistas de la picantería,

porque ya no se tiene ese calor humano,

ahora todo es mecánico.

Historia de la Picantería Arequipeña

[125]

3. Cambios en la cocina y menaje: <<de

la leña al gas>>

La parte más importante de la picantería

es la cocina, porque es aquí donde se

preparan los platos picanteros. Las

matronas que siguen fieles a las formas

tradicionales, afirman que la cocina de

fogón y leña (eucalipto) y ollas de barro

le dan un sabor único a los alimentos y a

la chicha. Ellas sostienen que: los

compadres sabe cuando un picante está

hecha a la leña o a kerosene o a gas. No

se les puede engañar, sino ellos

reclaman. La leña es determinante para

seguir con la tradición, pero ahora se

enfrentan con los altos precios de los

insumos. Hay picanterías, que han

optado por preparar los alimentos en

Historia de la Picantería Arequipeña

[126]

cocinas a gas y utilizan ollas de

aluminio.

Si bien es cierto, que gracias a la leña

aún se puede conservar la tradición de

los platillos arequipeños, también es

cierto que se atenta contra el medio

ambiente al extraerla, pero si se hace un

uso sostenible de ella se puede

preservar y así la tradición no se perderá

y tampoco se atentara en contra de la

naturaleza.

Además, si se sigue utilizando la leña,

también se conservaran las técnicas

apropiadas de cocción, cálculo y

conservación de las temperaturas. La

matrona maneja con mucha habilidad las

técnicas del calor, sabe con precisión la

cantidad de grados con que se debe

cocer cada alimento, distingue los tipos

Historia de la Picantería Arequipeña

[127]

de leña y escoge el eucalipto arde más y

provoca menor combustión. También

opta por la yareta, porque genera

abundante calor y lo conserva.

Claro, que también se debe valorar a las

picanteras que han decidido usar la

cocina a gas en vez de la cocina a leña,

o usar las ollas de aluminio en vez de las

ollas de barro, o el hecho que ya dejaron

de lado el batan para darle paso a la

licuadora. Esto demuestra que la mujer

arequipeña tiene una gran habilidad de

adaptarse a los cambios y aprende sobre

el uso de nuevas tecnologías, pero

siempre guardara el sazón y la tradición.

Historia de la Picantería Arequipeña

[128]

4. La música que acompañaba a los

picantes: <<del yaraví al karaoke>>

Uno de los cambios que cambio el

panorama en las picanterías por las años

60 años, fue la incorporación de la

radiola o la rocola. Y según cuenta, el

héroe civil de la revolución del 50, Don

Arnoldo Guillén, la rocola invadió la

privacidad de los arequipeños

tradicionales, llegaron los boleros,

baladas, baladas, el rock & roll, fue una

locura. Para escuchar música de la

rocola era necesario insertar una

moneda para poder escuchar su disco

preferido. Esta incorporación de

maquinas electrónicas que tocaban

música extranjera, cambio totalmente

los cánones de la picantería tradicional.

Al poco tiempo, las picanterías ubicadas

Historia de la Picantería Arequipeña

[129]

en Yanahuara, Miraflores, el Cercado ya

contaban con una radiola. Se podría

decir que la rocola daba cierto prestigio

a la picantería, los clientes acudían ya no

solo por degusta los picantes sino

también para escuchar su disco favorito.

Pero la moda de la radiola solo duro

pocos años. Las picanterías de ccalas

que tenían rocolas fueron cerrando poco

a poco, mientras otras no se

preocuparon por reparar ni actualizar las

rocolas, pues, las agujas y los discos

eran muy costosos. La rocola, solo tuvo

una presencia una efímera, pero nos

hizo recordar que en las picanterías de

Arequipa se canta yaravíes y pampeñas.

Actualmente, muchas de las picanterías

cuentan con equipos de música, y esto

se debe a que dichos equipos de música

Historia de la Picantería Arequipeña

[130]

son baratos porque son de contrabando,

los traen de Tacna y Juliaca. Y otra

razón es por el éxito alcanzado del dúo

Los Dávalos, que interpretan música

arequipeña. Desde entonces son los

éxitos de artistas arequipeños que

acompañan la tarde picantera, para no

solo deleitar a nuestro paladar sino

también a nuestro oído.

Aunque también los espacios en la

picantería han sido interrumpidos por el

Karaoke, que tiene música foránea en su

repertorio, lo cual hace que los

arequipeños sientan nuevamente

invadida su privacidad.

Historia de la Picantería Arequipeña

[131]

5. Los ritos del brindis: <<del prende y

apaga al cóctel>>

Tres formas habían en las picanterías. La

primera es el brindis de ¨bebe chicha¨,

que ofrecia inicialmente la matrona a los

comensales. El segundo brindis es

¨Hasta los portales¨, mientras esperan

los picantes. El tercero es el brindis

sensitivo del ¨Prende y apaga¨, que es

de sobremesa. Las formas de brindis

están siendo reemplazadas por el coctel,

la cerveza y la gaseosa. El primer brindis

que se indico, celebra el encuentro entre

la picantera y el visitante. Es el gesto de

amabilidad de parte de la picantera con

sus comensales, este gesto es

espontaneo. Es como un agradecimiento

por la visita, es el reconocimiento de

viejos y nuevos amigos y familiares. Es

Historia de la Picantería Arequipeña

[132]

un tributo a la amistad, demuestra

fraternidad entre la picantera y el

visitante, es como introducir al visitante

en el útero culinario de Arequipa.

El segundo brindis, consiste en beber de

una vaso grande de chicha hasta la

mitad con los miembros del grupo

mientras se espera por los picantes.

Dicen: ¨salú pué compadrito-claro salú-

venga pa ´cá este cogollo, que ahurita

me voy hasta los portales-no se vaya

compadrito¨¨Oh! Con este cogollo yo

también me voy hasta los Portales. Este

brindis evoca la historia y la arquitectura

arequipeña. Para los arequipeños, los

arcos de la Plaza de Armas significa su

dignidad, heroísmo, orgullo regionalista,

revolución. Los portales en la revolución

del 50 fueron el refugio, escudo y

Historia de la Picantería Arequipeña

[133]

resistencia de las fuerza vivas del

pueblo. También tiene un significado

estético, es decir en la construcción

arquitectónica de sillar y su decoración.

El tercer brindis, consiste en tomar una

copita de anisa´o, con chicha, después

de comer los picantes. Este brindis es un

goce sensitivo, una forma de dialogo de

sensaciones opuestas de caliente-frío, un

juego catártico donde el paladar y la

memoria culinaria reciben sensaciones

indescriptibles. El arequipeño se siente

orgulloso de esta forma de brindis

porque agudiza sus sensaciones. Luego

de varios ¨Prende y apaga¨ los efectos

del anís y la chicha lo conducen al

éxtasis y luego a la melancolía. Pero

estos brindis, se están perdiendo debido

al consumo de diversos licores, la

Historia de la Picantería Arequipeña

[134]

cerveza y la gaseosa. Cada vez que se

hacen estos tres brindis se evoca y se

continua con la tradicional picantería.

La picantería arequipeña ha resistido al

embate del tiempo, a pesar de las

innovaciones y cambios, ha salido

siempre airosa, conservando siempre el

sabor ancestral. No olvidemos por todo

lo que tuvo que pasar, como el hecho de

dejar los caminos en las afueras de la

ciudad para ingresar en ella vistoriosa,

tampoco se puede olvidar la batalla que

lucho contra la cerveza arequipeña, la

cual duro muchos años, para al final, la

cerveza, ser aceptada en la mesa de los

comensales. Otro cambio que tuvo que

soportar, claro que no por mucho tiempo

fue la rocola, aunque esto tuvo algo

bueno, hizo recordar a los arequipeños

Historia de la Picantería Arequipeña

[135]

que nosotros escuchamos yaravíes y

pampeñas.

Ahora el flujo de turistas a las

picanterías, ha hecho que se produzcan

cambios en el establecimiento, como la

ubicación, los cambios en el menú, los

sistemas de pago e incluso la formas de

publicidad. En esto cambios se puede

ver que la picantería ha entrado en el

mundo globalizado en el que vivimos,

pero esperemos que la fuerza del llatan

y el rocoto inspire y vislumbre un futuro

prometedor para la picantería

arequipeña.

Historia de la Picantería Arequipeña

[136]

Tour

Gastronómico

en Arequipa:

´Sabores del

Misti´

Historia de la Picantería Arequipeña

[137]

Aquí les ofrecemos un tour para que

usted puede conocer los

Tour gastronómico en Arequipa:

¨Sabores del Misti¨

Aquí les ofrecemos un tour para que

usted pueda conocer no solo las

picanterías arequipeñas sino también los

lugares turísticos que posee la Ciudad

Blanca.

Itinerario

*Plaza de armas:

Punto de inicio del tour. El guía hará una

breve introducción sobre Arequipa. Aquí

podremos apreciar los portales, la fuente

con el Tuturutu y en el lado norte de la

plaza observaremos la Catedral de

Historia de la Picantería Arequipeña

[138]

Arequipa. Luego partiremos hacia el

Mirador de Yanahuara.

*Plaza y Mirador de Yanahuara:

Barrio tradicional y elegante, ubicado a 2

km. de distancia del centro de la ciudad

y a 8 minutos aprox. en auto. De bellas

calles, angostas y añejas, en la parte

más alta está su plaza principal donde se

ubica su famosa iglesia (1750) San Juan

de Yanahuara; tiene una sola nave, de

fachada barroca y sobria interior. Al

costado se encuentra el concurrido

mirador que fue construido en el siglo

XIX, adornado con arquerías de sillar

Historia de la Picantería Arequipeña

[140]

*Mirador de Sachaca: El mirador de

construcción moderna, data del año

1990, desde aquí se observa

impresionantemente toda la ciudad,

junto a los tres volcanes y una

extraordinaria campiña, espléndido y

bello paisaje de Tiabaya. También se

puede observar el distrito de Hunter, la

fábrica de leche Gloria. Un lugar perfecto

para apreciar la evolución de los

materiales usados para la construcción

de casas en Arequipa, el primero de

adobe, luego el sillar y finalmente el

concreto. De donde se ve una gran

mansión de estilo típicamente

arequipeña “El Palacio de Goyeneche”,

así como el centro de la

ciudad y la campiña

arequipeña

Historia de la Picantería Arequipeña

[141]

*Picantería La Lucila: Es una picantería

tradicional arequipeña, la propietaria es

la señora Lucila Salas Valencia Vda. de

Ballón, ella incursionó en el negocio en

el año de 1945. Aquí usted podrá

disfrutar de los mejores platillos que se

preparan en esta picantería.

*Arancota: Esta es una zona donde hay

muchas chicharronerías, haremos una

parada para degustar los chicharrones

en ¨La Cecilia¨.

Historia de la Picantería Arequipeña

[142]

*Plaza de armas: fin del tour.

Duración: 3.00 horas

Salida: todos los días a las 12 p.m. de la

plaza de armas.

Historia de la Picantería Arequipeña

[143]

Guía de

picanterías y

restaurantes

de Arequipa

Historia de la Picantería Arequipeña

[144]

Es un domingo o cualquier día de la

semana y tenemos ganas de comer un

rico plato típico de nuestra Arequipa

junto con toda la familia y nos

preguntamos ¿Dónde? ¿Nos saldrá caro?

¿Es un lugar para la familia? Bueno aquí

les ofrecemos una guía de picanterías

tradicionales de Arequipa donde usted

puede ir a degustar de la gastronomía

arequipeña a precios cómodos.

PICANTERIAS TRADICIONALES DE

AREQUIPA

Betina

Plaza de armas 114 Characato

Doña Lucía

Calle Quisco s/n Yarabamba

Doña Rita

Frente AL Molino de Sabandía

Historia de la Picantería Arequipeña

[145]

Doña Tila

Calle America 111, Yarabamba

El Mollecito

Mariscal Catilla 104, Mollebaya

El Paraguay

Pasaje José Olaya s/n Yumina

El Triunfo

Av. Arequipa 224, Tiabaya

El Yaraví

Calle Grnade 100 Señor de la Caña

La Capitana

Calle Los Arces 208, Cayma

La Cau Cau II

Tronchadero 404- Yanahuara

Historia de la Picantería Arequipeña

[146]

La Clarita

Plaza de Armas 118, Characato

La Chocita

Calle America 107, Yarabamba

La Lucila

Calle Grau 147, Sachaca

La Mundial

Calle Lucas Poblete s/n

La Nueva Palomino

Pasaje L. Prado 122, Yanahuara

La Palomino

Calle Misti 400, Yanahuara

La Tia Mery

Av Arequipa 112, Characato

Historia de la Picantería Arequipeña

[147]

La Tia Mery II

Plaza de Characto 500

La Tradición de Yumina

Fundo Principal s/n Quequeña

Las Chombitas

Plaza de Paucarpata 400

Los Geranios

Av. Arequipa 239, Tiabaya

Y si usted desea visitar establecimientos

más modernos pero que también sirven

platos típicos de Arequipa puede visitar:

RESTAURANTES DE COMIDA

AREQUIPEÑA TRADICIONAL

Arequipa de antaño

Av. Arancota 136-B, Sachaca

Historia de la Picantería Arequipeña

[148]

Arequipa a lo antaño

Av. Bolívar 213, Mariano Melgar

Ari Quepay

Jerusalén 502

Cantarilla y Campiña

Av. Fernandini 143, Sachaca

Costumbres

Tronchandero 212, Yanahuara

El mirador de Chilina

Av. Arequipa C-4, Cayma

El Montonero

Alameda Pardo 123

El Sombrero Arrequipeño

Av. Salavarry 480, Socabaya

Historia de la Picantería Arequipeña

[149]

Gusto Criollo

Prol. Av. Ejercito 600 Cerro

Colorado

La Fonda del Sol

Av. Aviación 602-B Cerro Colorado

Las Tapas

Calle Tahuaycani Lote 4

Las Tres Chombitas

Urb. Primavera B-3 J.L Bustamante

y Rivero.

Los Guisos Arequipeños

Av. Pizarro 111 Lambramani

Los Herrajes

Ugarte 100, Yanahuara

Historia de la Picantería Arequipeña

[150]

Mi Ranchito

P. Tasahuayo 18 Paucarpata

Restaurante Paisajista

Av. Paisajista A-7 Socabaya

Sabor de Quequeña

Av. Heroes de Quequeña s/n

Quequeña

Sambambaias

Luna Pizarro 304 Vallecito

Sol de Mayo

Jerusalén 207, Yanahuara

Sulu

Av. Progreso 202-A Huaranguillo

Tradición Arequipeña

Av. Dolores 111

Historia de la Picantería Arequipeña

[151]

OTROS RESTURANTES EN AREQUIPA

Locales donde se expende el plato

dominguero como lo es el ¨Adobo¨.

Adobería Doña Lucrecia

Calle Misti 320, Yanahuara

Adobería La Calderón

Av. Unión 115, Miraflores

Casa del Cacique Alpaca

Plaza de Cayma 100, Cayma

Súper Adobo Arequipeño

Ugarte 214, Yanahuara

Así mismo usted puede visitar las

chicharronerias como:

Chicharronería Chepita

Av. Arancota s/n, Sachaca

Historia de la Picantería Arequipeña

[152]

Chicharronería Mi Tierra

Av Arancota 112, Sachaca

Chicharronería Zarelita

Av. Arancota 117, Sachaca

Chicharronería Nancy

Av. Arancota s/n, Sachaca

Don Pepe

Av. Arancota 144, Sachaca

La Cecilia

Av. Arancota s/n, Tiabaya

Quequita

Av. Arancota B-12, Sachaca

Historia de la Picantería Arequipeña

[153]

Bibliografía

Álvarez, Isabel (2002): ¨El sabor

de la identidad¨.

Carpio Muñoz, Juan Guillermo

(1997): ¨Arequipa, sus fiestas y

comida típica¨.

Chávez, Blanca; ´´Entre hornos y

rocotos´´.

Cornejo, Hernán; ¨La picantería

arequipeña: cambios y continuidad

culinaria¨.

Quiroz Paz Soldán, Eusebio

(1991): ¨Visión histórica de

Arequipa¨.

Ruiz Rosas, Alonso; ´´La Cocina

Mestiza Arequipeña´´.

Historia de la Picantería Arequipeña

[154]

Vargas, Raúl; ´´Arequipa, picantes

y picanterías´´.

<<La resistencia del Yaraví>>, en

suplemento dominical ¨Primera

Plana¨, del diario El Pueblo.

Informatología

http://www.arequipalinda.com/

http://www.picanterialalucila.com/

http://www.mariorommelarce.com

http://miaqp.com/

Historia de la Picantería Arequipeña

[155]

Glosario

A

*Aderezo: rehogado de pasta de ají,

cocido o sofrito con ajos y cebollas.

*Ají: fruto picante base de la cocina

peruana.

*Alalau: interjección de frío.

*Americano: plato vespertino de la

picantería que reúne preparados.

*Ancana: del quechua anc´ac. Tostadora

de barro cocida, de forma ovoide y con

boca lateral elíptica.

*Anisado: licor de anis o resacao. Se usa

como digestivo y en La repostería.

*Arequipe: dulce de leche de la Arequipa

virreinal, cuya fama llego a Colombia y a

Historia de la Picantería Arequipeña

[156]

México, donde se le conoce como

arequipe.

*Atatau: interjección de asco.

B

*Batán: piedra plana en la que se

muelen ají, granos y otros.

*Bebe: el más pequeño de los vasos de

chicha de aproximadamente medio litro.

*Briscan: antiguo juego de naipes de la

baraja española que acompañaba las

tardes de picantería.

*Buñuelo: masa de harina frita en

aceite, en forma de aro y bañado con

miel de caña.

Historia de la Picantería Arequipeña

[157]

C

*Cabeza ´e cuche: Sarza con lonja y

partes blandas de la cabeza del

Cachichuño: papa pelada. Preparada al

vapor en base de esta papa.cerdo.

*Cala: persona de la ciudad, adinerada.

Señorito de la ciudad

*Cantarilla: vasija globo-octogonal de

hojalata que sirve para llevar chicha o

leche.

*Capor: vaho picante que emana del

rocoto y otros frutos al momento de ser

partidos.

*Caporal: vaso grande de chicha, cuya

forma evoca el quero inca

*Cau- Cau: huevera de la lisa voladora y

otros peces.

Historia de la Picantería Arequipeña

[158]

*Cconcha: trozos de madera que queda

en la cocina tras cocinar con leña.

*Chacarero: agricultor, perteneciente o

relativo a la chacra.

*Chaque: chupe picantero de lunes. A

base de carne, papas y chuños

machacados y tripas.

*Chaquena: canto rodado del tamaño

de la mano, utilizado para machacar

alimentos o aplastar frituras.

*Chicha: bebida ancestral andina, de

bajo contenido alcohólico hecha a partir

de la fermentación del maíz o quinua.

*Chiuchi: asistente menor, aprendiz,

mandadero.

*Chomba: vasija abultada de arcilla

cocida, con la base y el cuello abultado.

Historia de la Picantería Arequipeña

[159]

Usar para elaborar y almacenar la

chicha.

*Chupe: tipo de potaje tradicional

andino, con papas, aji y otros

ingredientes.

*Cogollo: lo mejor de la chicha. Vaso

mediano de chicha.

*Concho: sedimento.

D

*Diana: bebida caliente preparada con

leche, almendras y otros ingredientes.

*Disparate: picadillo de verduras.

E

*Escribano: plato picantero con papas,

rocoto y tomate.

Historia de la Picantería Arequipeña

[160]

G

*Guiñapo: tipo de maíz negro

germinado y molido con el que se

elabora la chicha de guiñapo de

Arequipa.

H

*Hacedora: asistente de la picantera que

recibia como pago comida.

L

*Lagua: chupe de chuño negro molido

con otros ingredientes.

*Loncco: campesino tosco, hombre

recio.

*Llatan: salsa picante utilizada como

acompañamiento de numerosos platos

locales.

Historia de la Picantería Arequipeña

[161]

M

*Martajar: adelgazar las carnes a

golpes.

*Mote: maíz o habas desgranadas y

cocidas.

O

*Ocopa: salsa principal de la cocina

local, a base de aji mirasol molido y

otros ingredientes

P

*Panca: hojas que envuelven el maíz, se

usa para envolver las humitas.

*Papa: tubérculo andino fundamental

para en la dieta de los humanos.

*Pepian: tipo de guiso espesado a base

de maíz molido.

Historia de la Picantería Arequipeña

[162]

*Picanteria: establecimiento popular y

emblemático de Arequipa, donde se

preparan y se sirve picantes y chicha de

guiñapo.

*Picante: plato con aderezo de aji,

potaje vespertino de las picanterías.

*Pisco: aguardiente de uva tradicional

de Pisco, Ica. Se produce también en

Arequipa.

Q

*Queñua: árbol altodino, muy apreciado

por su leña.

*Quesohelado: postre tradicional con

leche helada y otros ingredientes.

*Quinua: Chenopodium quinos. Planta

andina, con granos muy nutritivos y

Historia de la Picantería Arequipeña

[163]

hojas comestibles, frecuente en la mesa

local.

*Tertulias: conjunto de personas que se

reúnen en algún lugar para conversar o

recrearse.

R

*Rachi: sopa a base de res o cordero.

*Recova: mercado.

*Resacado: anisado o aguardiente.

*Rocoto: Capsicum pubesbescens. Tipo

de aji redondo, pulposa picante y

aromático, muy empleado en la cocina

local.

S

*Salero: papa pequeña.

Historia de la Picantería Arequipeña

[164]

*Salerillo: papa aun más pequeña.

*Sancochado: cocinado, cocido, puchero

*Sarza: guarnición de cebolla, tomate,

aceite, sal y pimienta.

*Senca: morro, nariz y hocico, en

especial de los vacunos.

*Soltero: ensalada tradicional con

queso, cebolla habas verdes, choclo,

rocoto, aceitunas negras, tomate y

perejil.

T

*Tacta: pancillo achatado de harina de

quinua o afrecho.

*Tacho: vasija achatada de barro cocido,

cuello angosto y asa.

Historia de la Picantería Arequipeña

[165]

*Timpo: caldo sustancioso a base de

rabos, chuños y otros ingredientes.

*Timpusca: chupe estival con peras,

cochayuyo y otros ingredientes.

*Tonccori: garganta

*Tostado: mote de granos de maíz

tostado en la ancana.

U

*Usma: mosto de chicha de guiñapo.

V

*Volador: pastel de dos masas unidas

con manjar.

Y

*Yaraví: canción mestiza en forma de

lamento que se entona al final de una

Historia de la Picantería Arequipeña

[166]

tertulia picantera; el yaraví melgariano,

el que fue escrito por Mariano Melgar.

*Yareta: es un arbusto que crece en los

cerros y cerca del volcán Misti.

Glosario del mundo de la chicha

A

*AFRECHO. Salvado, Cáscara del grano.

*AJJA. Chicha.

*APUS. Dioses.

B

*BANDERA BLANCA. Señal que en el

establecimiento se ofrece chicha, si tiene

en la punta una hoja de lechuga y un ají

amarillo, también se ofrece “piqueo”

Historia de la Picantería Arequipeña

[167]

criollo, uno de los platos preferidos es la

causa.

*BANDERA ROJA. Señal que en el

establecimiento podemos encontrar

piqueo, chicha y la música más

apreciada del lugar: tonderos, marinera,

valses.

*BEBE DEL COGOLLO. Expresión

arequipeña, es decir un vaso de chicha

más pequeño que los usuales, con la

mejor chicha.

*BEBES. Vaso de vidrio grande, parecido

a los Keros o Queros, originarios de las

picanterías arequipeñas.

*BORRA. Sedimento en el proceso de

fabricación de la chicha.

Historia de la Picantería Arequipeña

[168]

C

*CACHANGAS. En Piura, panes exóticos

y deliciosos que acompañan

perfectamente a la chicha, se preparan

con harina a la que se le agrega

chicharrón de cerdo molido y la masa no

se fríe sino que directamente se

hornera.

*CACHINA. Zumo de uva Semi

fermentada. Una especie de chicha de

uva.

*CANTARO. Vasija grande de barro,

ancha barriga y estrecha de pie y cuello,

generalmente con dos asas.

*CANTAROS DE SIMBALA. Tradicionales

envases de chicha piurana.

Historia de la Picantería Arequipeña

[169]

*CAPORAL. Vaso grande de vidrio

utilizado principalmente para beber

chicha, tiene la forma del tradicional

kero incaico.

*CASCARA DEL MAIZ. Cutícula delgada y

fibrosa que protege al grano, comprende

el pericarpio y cofia.

*CATACAOS. Provincia piurana, la tierra

de la chicha por excelencia.

*CEBADA. Planta de tipo herbáceo, con

tallo fistuloso, hojas anchas y lanceadas

y flores agrupadas en espiguillas.

*CHAMAN. Brujo, Adivinador,

Curandero, Hechicero.

*CHAMINKO. Maíz amarillo utilizado para

producir chicha.

Historia de la Picantería Arequipeña

[170]

*CHANCACA. Azúcar mascabado, sin

refinar.

*CHAPO DE AGUAJE. Bebida originaria

de la Amazonía peruana, El aguaje

maduro se disuelve en agua con azúcar

y se sirve helado.

*CHAPO. En el Perú, plátano del llamado

maduro, hervido y del que luego se hace

una masa a la que se añade leche y

azúcar.

*CHAPURRADO. Bebida americana

compuesta de ciruelas cocidas con agua,

azúcar y clavo.

*CHICAL. En la Argentina, provincia de

Jujuy, bebida de harina de maíz, azúcar

tostada y agua caliente o leche.

Historia de la Picantería Arequipeña

[171]

*CHICHA BLANCA. Es la chicha que no

contiene mezclas, ni azúcar, tampoco

chancaca, ni frutas, es la más nutritiva,

es también conocida como “mellisera”

por que se afirma en el norte del Perú,

que las mujeres que la beben están

predispuestas a tener hijos mellizos.

*CHICHA DE JORA. Bebida alcohólica

obtenida por la fermentación de la

materia azucarada contenida en un tipo

de maíz malteado.

*CHICHA DE LOS GENTILES. Tipo de

chicha, chicha conservada en botijas de

barro y herméticamente cerradas.

*CHICHA ENTERRADA. Chicha añejada

de color oscuro y sabor diferente, con

mas cuerpo y sin las burbujas

características. A través del tiempo y en

Historia de la Picantería Arequipeña

[172]

todas las regiones, el hombre, de una u

otra manera, ha necesitado comunicarse

con los dioses para tomar decisiones

sobre su cuerpo y su alma. El uso de la

fe, la meditación, diversas ceremonias,

algunas con alucinógenos, otras con

alcohol y también utilizando otros

medios, han permitido el sagrado

encuentro.

*CHICHA NUQUEADA. El proceso

primitivo para preparar chicha, consistía

en la trituración del grano usando la

boca y mezclándola con la saliva, se

obtenía una pasta que era reunida en

vasijas de barro, las que posteriormente

eran dejadas para que fermentaran.

Durante la colonia, la preparación en el

alto Perú, se realizaba en la cocina

donde se juntaba toda la familia y cada

Historia de la Picantería Arequipeña

[173]

uno de los integrantes masticaba el maíz

un tiempo y lo escupía en una vasija,

luego ese jugo fermentado daría origen

a la chicha. A la chicha obtenida por este

procedimiento se le llama chicha

nuqueada,

*CHICHA. Caribismo, voz Taina, bebida

fermentada generalmente de maíz

tostado, chancaca y otros ingredientes

según cada zona.

*CHICHERA. Mujer especialista en la

producción o venta de la chicha.

*CHICHERIA. Establecimiento, Tienda,

restaurante, especializado en chicha, se

anuncia mediante una bandera blanca

en la puerta. Fonda rustica. El club del

pueblo.

Historia de la Picantería Arequipeña

[174]

*CHIFON. Jerga con la que se denomina

la chicha en el Cusco.

*CHIRIHUACOS. Cantaros pequeños

para chicha.

*CHOMBA. Vasija de barro, grande y

panzuda donde se cuece la chicha.

*CLARO. Destilado, chicha de gran

calidad, se obtiene de la parte superior

de los cantaros de fermentación.

*CLAVO DE OLOR. Pistilo de la flor del

clavero, un árbol de la familia de las

mirtáceas, dulce, picante y de aroma

característico. Se utiliza en la cocina,

repostería y algunas bebidas. Originario

de Zanzíbar.

Historia de la Picantería Arequipeña

[175]

*COJUDITO. Envase para beber chicha.

Poto de chicha más pequeño.

*CONCHO. Borra.

D

*DESGRANADO. Operación que consiste

en la separación mecánica de los granos

de maíz de sus mazorcas, antiguamente

se utilizaba el método del garrote o

apaleo consiste en hacer montones y

luego apalearlos para separar los

granos, lamentablemente produce un

elevado porcentaje de perdidas, del

orden del 20 por ciento.

*DESTILADO. Es la chicha de más alta

calidad, se obtiene de la parte superior

de los envases de fermentación, es

liviana y transparente.

Historia de la Picantería Arequipeña

[176]

E

*EMBOZALADA. Tipo de chicha.

*ENCHICHAYADA. Tipo de chicha.

*ENDOSPERMA DEL MAÍZ. Parte

feculosa y glutinosa que rodea al

germen, menos pr su cara ventral,

haciéndose visible a través del

pericarpio.

*ENTREVERADA. Es la mezcla de la

chicha pura con el claro.

F

*FERMENTACIÓN. Proceso químico,

degradación anaeróbica de los

compuestos orgánicos realizada por las

enzimas de ciertos microorganismos

llamados fermentos.

Historia de la Picantería Arequipeña

[177]

*FRESCALONA. Tipo de chicha.

*FRUTILLADA. Chicha del Cusco,

preparada con chicha de maíz, fresas,

aguardiente, harina de trigo y

hierbaluisa.

G

*GERMEN DEL MAIZ. Situado en la parte

mas baja del grano es el asiento de la

futura planta y es muy grande en este

cereal.

H

*HANCHI. Vocablo arequipeño, Sutuchi,

Bagazo resultante de la segunda

filtración.

*HASTA LOS PORTALES. Expresión

arequipeña de brindis con chicha, quiere

Historia de la Picantería Arequipeña

[178]

decir hasta el fondo, donde se vean

transparentes los “portales” de los

bebes.

*HUACO LOCO. Ceramio pre-colombino

cuyo pico se prolonga en su parte

inferior de modo que cualquier líquido se

escurra, pero utilizado en la forma

correcta se constituye en un eficiente

condensador en el proceso de destilación

de la chicha. Al parecer se trataría del

primer destilador de la historia.

*HUARAPO. Zumo de caña fermentada.

I

*ISANGA. Canasta alta y delgada,

rellena de paja, que se coloca sobre la

Chomba y se vierte el Upi, que filtra a

través de la paja mientras el bagazo de

la Jora queda encima de ellas.

Historia de la Picantería Arequipeña

[179]

J

*JORA. Maíz germinado y preparado

especialmente para hacer chicha.

Existen varias calidades y tipos de jora,

especialmente: jora blanca, jora roja y

jora negra. Jora es el producto de la

germinación controlada de los granos

para limitar el desarrollo del tallito y la

radicula, el objetivo del malteo de un

cereal es obtener una buena cantidad de

enzimas con menor cantidad de materia

orgánica consumida. Las variedades mas

utilizadas para la obtención de Jora es el

maíz amarillo y maíz alazán.

K

*KAMBUCHI. Cántaro de cerámica

utilizada para fermentar chicha en

Paraguay.

Historia de la Picantería Arequipeña

[180]

*KAÑIWA. Cereal originario de los

Andes, con el que se prepara una

excelente chicha.

*KAUY. Chicha de mandioca. Los

aborígenes del alto Perú la preparaban

con maíz y mandioca. Las doncellas de

la tribu (o las casadas, en abstinencia

sexual durante unos días) masticaban

trozos de mandioca, que iban echando

en un recipiente con agua y luego

hervían en grandes vasijas de barro, se

agregaba un poco de maíz masticado. El

líquido se colocaba en un Kambuchí

(cántaro), enterrado hasta la mitad, y se

dejaba allí, hasta completar la

fermentación.

*KUTAKH. Moledor de granos

germinados de maíz en batan.

Historia de la Picantería Arequipeña

[181]

L

*LEVADURA. Hongo del grupo levaduras.

Se emplea para la fermentación en la

fabricación de pan, vino y cerveza.

M

*MAIZ. Planta americana de la familia de

los gramináceos, especie Zea Hays

Linneo. El maíz es un cereal de grano

grande y esta formado por los siguientes

elementos principales, Cáscara,

Endospermo y Albumen y Germen.

*MASATO. En el oriente del Perú, bebida

alcohólica hecha de yuca fermentada.

*MASCABADA. Azúcar de caña de

segunda producción, azúcar morena,

cuyo color varia desde el amarillo claro

al pardo oscuro, según la cantidad de

Historia de la Picantería Arequipeña

[182]

mezcla que queda adherida a los

cristales.

*MELLISERA. Tipo de chicha. Chicha blanca.

P

*PEÑA. Lugar de reunión, donde se

“pica” y toma chicha, generalmente

acompañados con música criolla.

*POTOS. Calabazas vacías y pulidas

utilizadas como envases para beber

chicha. Generalmente los “Potos”

circulan de mano en mano, costumbre

tradicional de amistad e igualdad.

Q

*QUERO. Kero. En idioma quechua a la

madera y, por extensión, al vaso de

Historia de la Picantería Arequipeña

[183]

madera, aunque este termino también

es aplicado a los vasos de cerámica.

R

*RAKI. Cantarillo de barro.

*REMOJO DEL MAIZ. Es la operación que

tiene por objeto suministrar al grano,

por absorción, la humedad indispensable

para que comience el proceso del

malteo. La actividad biológica se inicia

desde el instante que el grano es

introducido en el agua. El remojo se

realiza generalmente en pozos rústicos

de piedra y arena, con ligera pendiente y

con un agujero para desaguar él liquido.

El tiempo de remojo dura entre 12 a 14

horas, dependiendo de la calidad del

grano y la temperatura.

Historia de la Picantería Arequipeña

[184]

S

*SAMBIOS. Sobrenombre o apodo con el

que designan en Piura a los “blanquitos”

o ricos aficionados a la chicha.

*SELECCIÓN Y LIMPIEZA DEL MAIZ.

Consiste en una operación con el

propósito de eliminar de granos

dañados, semillas y cuerpos extraños.

*SEQUE. Liquido resultante de la

segunda filtración o tamizado, en el

proceso de producción de la chicha.

*SIETE SEMILLAS. Chicha preparada

con: trigo, cebada, arroz, maíz, molle,

quinua y kiwicha.

*SIMBALA. Pueblo alfarero de Piura,

cerca de Catacaos

Historia de la Picantería Arequipeña

[185]

*SUTUCHI. Bagazo resultante de la

segunda filtración o tamizado en el

proceso de producción de la chicha.

T

*TEJAS. Juego tradicional de las

chicherías, existe varias versiones,

generalmente sobre el suelo de tierra se

debe aproximar la teja a una señal.

U

*UPI. Liquido resultado del primer

hervor en el proceso de producción de la

chicha.

*URPO. Recipiente donde se coloca la

chicha para su proceso de maceración.

Historia de la Picantería Arequipeña

[186]

W

*WIÑAPU. Jora. Maíz germinado.

*WINKU. Cucharón para la chicha hecho

de calabaza.

Y

*YONQUE. Licor de melaza de caña de

azúcar, sin refinar.