Guion teatral la educación adventista en el perú

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LA EDUCACIÓN ADVENTISTA DEL ALTIPLANO PARA EL PERÚ (Prof. R. Fraín Puma Huanca) FRUSTRANDO ESCUELAS SECRETAS En el campo un grupo de indígenas entre hombre y mujeres se encuentran trabajando la tierra y en el momento de descanso: Indígena dama: Que cansancio, hay, hasta cuando estaremos trabajando para esos mistis apestosos. Maestro Rufino Catacora: Jilatanaka, Kullakanaca, así tendrá que ser mientras nosotros mismos no hagamos algo para parar esto Indígena Varón: Yo creo que mientras no sepamos leer ni escribir seremos siempre indios explotados y maltratados injustamente por los gamonales. Maestro Rufino Catacora: Yo tengo pensau algo que cambiará nuestra condición Indígena varón: Kunaraki, Kunaraki. Maestro Rufino Catacora: vamos a aprender a leer y a escribir yo les voy a enseñar. Indígena Varón: Tú debes estar loco, si eso hacemos los gamonales nos van a matar, y además como y donde lo vamos a hacer si los gamonales están al tanto de todo. Maestro Rufino Catacora: Hermanito, de alguna manera tenemos que hacerlo, buscaremos la manera y en cuanto al lugar nos reuniremos en las cuevas que están cerca al pueblo ahí aprenderemos a leer y a escribir. Indígena Dama: Me parece muy bien, y para que no se enteren los mistis nosotros tenemos que tener mucho cuidado todos tenemos que comprometernos a cumplir con los acuerdos. Maestro Rufino Catacora: Jilatanaka, kullakanaka, entonces ¿están de acuerdo emprender esta escuela? Indígenas en grupo: Si, si, Indígena dama: si es posible hoy mismo empecemos, ¡Qué nos impide! Maestro Rufino Catacora: Bien, me alegra que ustedes estén de acuerdo con esta idea, ustedes hermanos avisen a sus familiares, pero con mucho cuidado, que los gamonales mestizos no sepan de estos planes. Si se enteran de lo que estamos haciendo, ahí sí que somos hombres muertos. Así, empiezan a asistir a la cueva, escuela clandestina, ubicada a cierta distancia del pueblo, en este lugar muchos indígenas están aprendiendo a leer y a escribir especialmente a firmar, el maestro Rufino Catacora les explica porqué deben aprender a leer y a escribir: Maestro Rufino Catacora: Jilatanaka, Kullakanaka primero nosotros los achachis debemos aprender a leer y a escribir luego ya aprenderán nuestros chicos, aunque sea en estas cuevas, pero algo aprenderemos para que los gamonales no nos engañen, esos mistis saben que si nosotros aprendemos a leer y a escribir, especialmente a firmar, ellos ya no se abusarán de nosotros ni de nuestros paisanos. Indígena: Papeto, que bien bonito te hablas, pero, leer y escribir, ¿Es delito? Maestro Rufino Catacora: Jilatita, los gamonales así piensan, leer y escribir es delito es un crimen, por eso tenemos que estar escondidos aquí por las cuevas, si

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LA EDUCACIÓN ADVENTISTA DEL ALTIPLANO PARA EL PERÚ

(Prof. R. Fraín Puma Huanca)

FRUSTRANDO ESCUELAS SECRETAS En el campo un grupo de indígenas entre hombre y mujeres se encuentran trabajando la tierra y en el momento de descanso: Indígena dama: Que cansancio, hay, hasta cuando estaremos trabajando para esos mistis apestosos. Maestro Rufino Catacora: Jilatanaka, Kullakanaca, así tendrá que ser mientras nosotros mismos no hagamos algo para parar esto Indígena Varón: Yo creo que mientras no sepamos leer ni escribir seremos siempre indios explotados y maltratados injustamente por los gamonales. Maestro Rufino Catacora: Yo tengo pensau algo que cambiará nuestra condición Indígena varón: Kunaraki, Kunaraki. Maestro Rufino Catacora: vamos a aprender a leer y a escribir yo les voy a enseñar. Indígena Varón: Tú debes estar loco, si eso hacemos los gamonales nos van a matar, y además como y donde lo vamos a hacer si los gamonales están al tanto de todo. Maestro Rufino Catacora: Hermanito, de alguna manera tenemos que hacerlo, buscaremos la manera y en cuanto al lugar nos reuniremos en las cuevas que están cerca al pueblo ahí aprenderemos a leer y a escribir. Indígena Dama: Me parece muy bien, y para que no se enteren los mistis nosotros tenemos que tener mucho cuidado todos tenemos que comprometernos a cumplir con los acuerdos. Maestro Rufino Catacora: Jilatanaka, kullakanaka, entonces ¿están de acuerdo emprender esta escuela? Indígenas en grupo: Si, si, Indígena dama: si es posible hoy mismo empecemos, ¡Qué nos impide! Maestro Rufino Catacora: Bien, me alegra que ustedes estén de acuerdo con esta idea, ustedes hermanos avisen a sus familiares, pero con mucho cuidado, que los gamonales mestizos no sepan de estos planes. Si se enteran de lo que estamos haciendo, ahí sí que somos hombres muertos. Así, empiezan a asistir a la cueva, escuela clandestina, ubicada a cierta distancia del pueblo, en este lugar muchos indígenas están aprendiendo a leer y a escribir especialmente a firmar, el maestro Rufino Catacora les explica porqué deben aprender a leer y a escribir: Maestro Rufino Catacora: Jilatanaka, Kullakanaka primero nosotros los achachis debemos aprender a leer y a escribir luego ya aprenderán nuestros chicos, aunque sea en estas cuevas, pero algo aprenderemos para que los gamonales no nos engañen, esos mistis saben que si nosotros aprendemos a leer y a escribir, especialmente a firmar, ellos ya no se abusarán de nosotros ni de nuestros paisanos. Indígena: Papeto, que bien bonito te hablas, pero, leer y escribir, ¿Es delito? Maestro Rufino Catacora: Jilatita, los gamonales así piensan, leer y escribir es delito es un crimen, por eso tenemos que estar escondidos aquí por las cuevas, si

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se enteran que estamos aquí, segurito que nos maltratan hasta pueden matarnos, por eso no deben decir nada. Bueno ya váyanse pueden sospechar en el pueblo. De esa manera los indígenas asisten a la escuela secreta instituida en una cueva pero después de funcionar buen tiempo en forma clandestina, los gamonales se enteran de este “delito” entonces son apresados, el maestro Rufino es flagelado cruelmente. Gamonal 1: Camina indio desgraciado, (Le manda varios puntapiés en el estómago), así que enseñando a leer y escribir ¿No? Toma para que aprendas (Le manda un latigazo en la espalda que lo hace retorcer en el piso. Mientras tanto otro gamonal, arrea a los otros indígenas como si fueran bestias de carga, los azota con una reata hasta verlos retorcerse en el suelo) Gamonal 2: Y ustedes perros miserables si continúan insistiendo en aprender a leer y a escribir, pues les cortaremos la lengua y les daremos a nuestros perros, deben entender que ustedes los indios están aquí para servirnos. (Mientras los indios tirados en el suelo se quejan del dolor, sin poder hacer nada) Tales eran los abusos que cometían los gamonales y hacendados en contra de los indígenas del altiplano puneño. Cierto día, mientras los gamonales castigaban cruelmente a los pobres indígenas, pasaba por ahí el amauta Manuel Alqa Cruz, hasta entonces solo era un mero espectador de las injusticias cometidas a sus paisanos indígenas. Hasta que tuvo que vivir en carne propia el trato cruel e inhumano. Gamonal 1: Ese desgracio también dicen que estaba con estos gusanos, ¡agárrenlo y azótenlo! pa` que aprenda quien manada aquí. Manuel Alqa Cruz: Que les pasa a ustedes yo nunca estuve con estos indios, nunca los he visto, es más ni siquiera sé porque los están castigando tan cruelmente, algún delito habrán cometido. Gamonal 2: Bueno si tú no tienes nada que ver en esto pues entonces lárgate, pero ya sabes que si te unes a ellos puede costarte la vida (De un empujón lo tira al suelo y lo escupe, con mucho esfuerzo logra huir) Esposa de Manuel: Cómo pudiste expresarte así de nuestros paisanos, es más tú deberías defenderlos. Al sentir los golpes en su cuerpo, renace en la mente de este amauta la idea de luchar contra todo tipo de abusos brutales, Manuel se vuelve soñador y visionario, opta por cambiarse los apellidos y será en adelante Manuel Zúñiga Camacho. Manuel Z. Camacho: (se pasea impaciente por el escenario, mira al cielo se sienta, de pronto se pone de pie nuevamente da algunos pasos con las manos hacia atrás y dice) no puedo seguir permitiendo que estos mistis gamonales cometan más abusos contra mis paisanos. Yo, hombre letrado debo ayudar a mis coterráneos, a mis paisanos, sé que ellos también pueden aprender a leer y a escribir, para ello, ya sé, voy a fundar una escuela, “jachá escuela”, ahh y será en Utawilaya ahí será la primera escuela, y desde ahí también divulgaremos el mensaje evangélico. Esposa de Manuel: Hay Manuelito cada día me sorprendes, a ti que no te gustaba juntarte con los indígenas, ahora dices que vas a fundar una escuela y vas a luchar

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contra los gamonales. Realmente tengo mucho miedo porque esos gamonales son capaces de cualquier cosa cantal de que los indios no sepan leer ni escribir. Manuel Z. Camacho: No te preocupes, esposa mía, recuerda que tenemos a Dios de nuestro lado y con Él no nos pasará nada, amor mío vamos a la casa a planear mejor esto. Esposa de Manuel: Si papito, vámonos antes que alguien nos escuche. Cuando están de retorno a casa: Indio ayudante de Manuel: (aparece desesperado, el aire le falta, y jadeante) Papeto Manuel, que bien que me cruzo con usted, esos mistis gamonales sihan entrau a mi casa, diciendo que yo estoy conspirando contra los gamonales, papeto eso es mentira yo noy hecho nada, pobres mis hijitos, mi warmi, nos han tratau peor que asnos, nos han azotau duro papeto.. Manuel Z. Camacho: y donde están ahora esos mal nacidos. Indio ayudante de Manuel: ya si han escapau llevándose nuestras gallinitas, nuestros cuycitos, (el indio se pone a llorar) ayúdanos Manuelito, ya no se qué hacer. (El indio se postra de rodillas ante Manuel) Esposa de Manuel: Y tus hijitos, tu esposa donde están, Indio ayudante de Manuel: hay están en la casa llorando y con mucho miedo. Manuel Z. Camacho: Isidro, esto pronto se acabará, esos gamonales criminales, pronto verán a los indígenas libres de todo maltrato, Isidro, vamos a fundar una escuela y tú me vas a ayudar. Indio ayudante de Manuel: Papeto ¿Yo, y si nuevamente me atrapan y me matan como perro, así como nos han amenazau aurititta nomas? Manuel Z. Camacho: no pasará eso, y si nos atrapan pues nos haremos fuertes. Indio ayudante de Manuel: está bien, hoy mesmo hablemos de eso, sarañani luku a tu casa. Manuel Z. Camacho: vamos pues. Esposa de Manuel: Ustedes vayan yendo, yo voy a ver cómo están tus hijitos y tu esposa, ya les alcanzo.

De esta forma Manuel Z. Camacho forma la primera escuela libre y revolucionaria de alfabetización de adultos y niños en Utawilaya – Platería. Obviamente esta obra civilizadora despertó el odio implacable de los gamonales, transcurre un año y Manuel Z. Camacho se paseaba elegantemente vestido por la plaza de Ácora, los gamonales mestizos al verlo: Gamonal 1: Mira ese Manuel, después de fundar una escuela, ahora quiere dar lecciones de cómo deben vestirse esos indios mal nacidos. Gamonal 2: Vamos a enseñarle como debe vestirse un indio. Gamonal 1: Así que ahora quieres vestirte como nosotros, o quieres que tus indios apestosos se vistan como estas vestido tú. Manuel Z. Camacho: La ropa no nos hace a los hombres, simplemente quiero vestirme así, y si mis hermanos indígenas quieren vestirse así no veo cual es el problema o es delito vestirse así. Indio ayudante de Manuel: Además nos cuesta nuestra platita. Gamonal 2: Tú sabes que es un delito, (le da un empujón) Gamonal 1: Es más, debes saber que es un crimen, indio apestoso y mal nacido. Manuel Z. Camacho: Pero no… (No le permiten terminar de hablar cuando uno de los gamonales le manda un punta pie en la pierna derecha y Manuel cae tirado en el suelo y ahí es maltratado cruelmente) Indio ayudante de Manuel: (al ver que maltratan a su maestro, se escabulle y desde lejos observa cómo maltratan a Manuel)

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Gamonal 2: (Lanzándole otra patada en el estómago) así que tu intensión ya no es que tu raza maldita aprenda a leer y escribir solamente, sino que ahora quieres que anden vestidos como tú, ¡Que ridiculez quieres enseñarle a tus paisanos! Gamonal 1: Hasta cuando no van a entender que aquí mandamos nosotros y que ustedes nacieron para servirnos (mientras tanto le quitan su saco y corbata es más, de puro jalones le sacan su camisa y es depositado en un arroyo y pisoteado), Gamonal 2: Bueno, redentor de los indios esperamos que hayas aprendido la lección, porque sino la próxima no dudaremos en asesinarte, perro miserable (le dan las últimas patadas, se acomodan sus vestido y se van) Indio ayudante de Manuel: Papeto, papeto ¿Estás bien? Manuel Z. Camacho: (se reincorpora lentamente, coge su ropa toda sucia, y con lágrimas en los ojos) ¡Por qué Dios mío porque!, (con las manos hacia el cielo) ¡Qué mal te hemos hecho nosotros los indios!, ¡Por qué no tienes compasión de nosotros!, hasta cuando Dios mío esta injustica, esta crueldad. (Manuel, se pone de pie, se muerde los labios en señal de amargura e ira de a poquito va empuñando sus manos se llena de coraje) yo no me daré por vencido tan fácilmente, esos mistis salidos del mismo infierno sabrán quien es Manuel Z, Camacho, aunque me corten en pedazos, aunque tenga que ofrendar mi vida, yo seguiré con este cometido y les demostraré a esos gamonales y mestizos abusadores que los indígenas también somos seres humanos, ahora mismo regreso a Platería y reuniré a todo el pueblo y les enseñaré a ser libres.(Coge su ropa tirada en el suelo y sale con la frente en alta) Indio ayudante de Manuel: qué bonito te has hablau Manuelito nunca nos rendiremos ante esos gamonales. De esta manera una vez más el maestro Manuel Z. Camacho vive en carne propia la crueldad de los gamonales mestizos, En adelante las injustas y crueldades planificadas contra este noble amauta serán más crueles aún. Hasta que cierto día recibe noticias de la llegada de otro adalid y caudillo era nada menos que el misionero norteamericano Fernando Stahl y su esposa Ana Stahl. En primer lugar se entrevista con el amauta Manuel Z. Camacho. Manuel Z. Camacho se encuentra sentado, preocupado y pensativo Fernando Stahl: Amigo Manuel que le pasa porque estas tan preocupado. Manuel Z. Camacho: (Sorprendido) bienvenido hermano Stahl a esta tierra dodo la justicia no existe, donde los indígenas somos tratados peor que bestias de carga y donde solo hay derechos para los gamonales. Fernando Stahl: No te preocupes amigo, juntos lucharemos por la liberación espiritual y social de nuestros hermanos indígenas, es mas ahora mismo planificaremos lo que vamos a hacer y para eso haber donde esta mi esposa Anita, Anita ven (Entre Ana Stahl) mi amor que te parece si hoy mismo planificamos lo que vamos a hacer. Ana Stahl: Yo empezaré mí trabajo con las mujeres las reuniré a todas y les enseñare todo relacionado al aseo personal, la limpieza del hogar, también les enseñaré a preparar sus alimentos, Fomentaré el amor al trabajo en los huertos escolares y talleres artesanales. Manuel Z. Camacho: Estupendo, al fin nuestras mujeres se sentirán valiosas, al fin le darán importancia a sus vidas porque hasta ahora solamente deseaban la muerte…