GUIA DEL BOTANICO DE CORDOBA

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UNA GUIA DEL JARDIN BOTANICO DE CORDOBA

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Los Jardines del Jardín

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Índice

Presentación - pág. 2 Cómo utilizar esta Guía - pág. 3

Los itinerarios en el plano - págs. 5-6 Itinerarios - pág. 7

Itinerario 1. - pág. 8 Un jardín junto al río Itinerario 2. - pág. 18 La vuelta al mundo desde la huerta Itinerario 3. - pág. 26 Especies en peligro Itinerario 4. - pág. 34 Entre fósiles vivientes Itinerario 5. - pág. 42 Nuestro bosque: el monte mediterráneo Itinerario 6. - pág. 50 Brazos, troncos y otras extremidades

Glosario - pág. 58

Bibliografía - pág. 60

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Los Jardines del Jardín

PRESENTACIÓN

El Instituto Municipal de Gestión Medioambiental de Córdoba (IMGEMA) es un servicio municipal gestio-nado por el Excmo. Ayuntamiento de Córdoba que se conforma como un gran área de la naturaleza en la que se atienden de forma específi ca aquellas tareas encaminadas a proporcionar medios para la educación, la conservación, la investigación y el ocio, relacionados con los recursos naturales y el desarrollo sostenible como principales argumentos.

Formando parte de los equipamientos del IMGEMA se encuentra el Jardín Botánico de Córdoba, de ex-traordinaria importancia en su contribución al incremento del patrimonio cultural de la ciudad en el que se desarrollan acciones específi cas sobre el mundo vegetal.

En sus 6,5 hectáreas de recinto ajardinado se desarrollan funciones sociales, didácticas y científi cas que las llevamos a cabo mediante visitas, programas educativos, actos culturales, conciertos, exposiciones, confe-rencias, congresos y proyectos de investigación.

La guía que tienes en tus manos es un instrumento de apoyo al Programa de Acción Educativa que venimos realizando con los centros educativos, y está especialmente dirigida a las profesoras y los profesores que acompañan a su alumnado a las diferentes visitas que se pueden realizar en el Jardín Botánico.

Para ello se han diseñado seis itinerarios fundamen-tales desde los que el docente podrá conseguir que sus alumnas y alumnos sepan reconocer la natura-leza vegetal y su enorme importancia de una forma sencilla, agradable, didáctica, amena y rigurosa.

Desde el IMGEMA estamos agradecidos por la colaboración recibida de la Fundación Cajasur, y nos queda la confi anza de que este Guía será de gran utilidad para el profesorado y el alumnado y que abrirá las puertas de futuras colaboraciones entre ambas entidades.

Vista aérea del Jardín Botánico2

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Los Jardines del Jardín

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CÓMO UTILIZAR ESTA GUÍA

* Qué es

Un material sencillo para que cualquier docente de primaria o secun-daria que quiera visitar el Jardín con su grupo encuentre un apoyo didáctico fácil, para relacionarlo con asignaturas o temas trabajados en el aula y adaptarlo a su alumnado.

* Para qué

La diversidad del Reino Vegetal, su aportación a la cultura de una sociedad y a la calidad de vida en el pla-neta, son apreciaciones que un jardín botánico transmite a quien lo visita, este objetivo visto desde enfoques muy diferentes se convierte en el principal argumento de esta Guía.

* Por qué

Las implicaciones culturales del manejo de las plantas a lo largo de la historia de la especie humana así como su conservación en aras de un desarrollo sostenible, son temas muy amplios e interrelacionados. En estos recorridos se abordan de forma sencilla para, poco a poco, ser conscientes de esos conocimientos, valores y actitudes, y completarlos en futuras visitas o actividades relacionadas.

* Para quién

Estas páginas van destinadas al profesorado que quiera acercar a sus alumnas y alumnos a cualquiera de las interpretaciones ambientales de estos seis “jardines”. El Jardín Botánico es un centro estratégico para la educación ambiental en sí mismo, pero también se ha visto enriquecido por el Guadalquivir y varios de sus ingenios hidráulicos. La ubicación frente al Zoo y el Centro de Educación Ambiental, así como su cercanía a la Ciudad de l@s Niñ@s, potencian su atractivo.

Visita de escolares

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Los Jardines del Jardín

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* Cómo Sobre el plano seis itinerarios responden al título principal y recogen diferentes elementos y funciones de estas instalaciones. Son tantos los temas y tratamientos posibles que media docena parece buen número para empezar. El lenguaje es llano y los conceptos técnicos se han coloreado para disponer de un glosario de apoyo. Las plantas están señalizadas con un cartel que recoge su nombre común, nombre científi co, la familia a la que pertenecen y su lugar de origen. El nombre científi co está en latín y consta de dos palabras, es un lenguaje universal reconocible por toda la comunidad científi ca y cualquier persona afi cionada.

Para el uso de la Guía, conviene matizar que este espacio está vivo, puede ocurrir que al buscar el nombre de alguna planta en su cartel, el propio crecimiento de ésta lo oculte.

* El antes

El profesorado interesado debe seleccionar el itinerario más apropiado. Cada trazado está redactado de forma precisa, pero hay que tener en cuenta cultivos que varían a lo largo del año, a lo que se suma el pro-pio acondicionamiento de las instalaciones, con pequeños cambios que constantemente están mejorándolas. Por ello conviene animarse y realizar una visita previa. En ella se decidirán las actividades más adecuadas de entre las que se proponen al fi nal de cada itinerario y que pueden descargarse del CD adjunto.

* El después

Tras el recorrido hay que evaluar qué nos ha parecido. Para ello puede servir el modelo que se adjunta en el CD, que en los recorridos más cortos podrá realizarse al fi nal de la visita, en el propio Jardín Botánico. Quedan zonas sin recorrer y temas por conocer, para seguir avanzando hay que volver al Jardín, cualquier excusa es buena: un concierto en su anfi teatro o en alguna de sus plazas, la participación en talleres arte-sanales con plantas, cursos sobre las aves de este espacio, exposiciones de pintura, congresos sobre técnicas de conservación, conferencias y debates sobre problemática ambiental... Ojalá que estas seis invitaciones despierten la curiosidad para seguir indagando entre árboles, fl ores, paneles explicativos, juegos interacti-vos y, por supuesto, preguntando a la monitora o al monitor que les acompañe en otra visita.

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Itinerario 1

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Un jardín junto al río

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Objetivos

* Conocer cómo se organiza el espacio del Jardín

* Aprender para qué sirve un jardín botánico

* Relacionar diferentes lugares en torno al río

* Afi anzar conceptos clave asociados a cada parte del Jardín

Introducción

El Jardín Botánico de Córdoba fue creado por el Ayuntamiento de Córdoba en 1987 como un espacio destinado a la investigación del mundo vegetal para lo que contó con la participación de la Universidad de Córdoba, vinculada al proyecto desde entonces. Hoy día sus instalaciones recogen un museo de pa-leobotánica, invernaderos de exposición, un museo de etnobotánica, salas de exposiciones, un auditorio, un anfi teatro y otros equipamientos que lo han con-vertido en un espacio idóneo para la visita, el apren-dizaje, el ocio y la participación en actividades.

Al Jardín se acude para conocer la naturaleza desde el propio medio ambiente urbano, en un entorno pri-vilegiado, junto al Guadalquivir y el casco histórico de una ciudad Patrimonio de la Humanidad.

No es casual la ubicación de nuestra ciudad junto al río, como tampoco el establecimiento de una sociedad prerromana, muy cerca de aquí, en el entorno del Teatro de la Axerquía y la Ciudad de

Mercado de las fl ores en el Jardín9

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Itinerario 1

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l@s Niñ@s. El río servía de abastecimiento y vía de comunicación e intercambio, hoy el Guadalquivir se revaloriza con la recuperación progresiva de sus molinos: el de Martos, el de la Alegría y el de San Antonio se han convertido en centros de interés educativo y ambiental, y su gestión, junto con la del Jardín Botánico, depende del IMGEMA (Instituto Municipal de Gestión Medioambiental), entidad que ha promovido la edición de esta Guía. El enclave del Jardín es interesante también por su cercanía al patrimonio histórico artístico: Calaho-rra, Puente Romano, Puerta del Puente, Alcázar de los Reyes Cristianos y Mezquita Catedral. Desde el Puente Romano al de San Rafael se extienden Los Sotos de la Albolafi a, Monumento Natural en el que la población local y visitante disfruta de un exquisito paisaje cargado de valores ambientales. Esta interesante oferta se ve enriquecida con el patrimonio natural y cultural que alberga el Jardín Botánico de Córdoba.

Un jardín junto al río

El acceso principal lleva a la Plaza central, dedica-da al cordobés Andrés Palacios; un panel a la dere-cha de los invernaderos explica por qué se decidió homenajearlo. Este primer paseo nos familiariza con el Jardín, de un lado a otro descubriremos las zonas y equipamientos que lo componen, así como su función principal.

Desde la Plaza de Andrés Palacios hay muchas

opciones, se proponen tres: visitar los Invernaderos Centrales dedicados a helechos, endemismos y fl ora canaria, atravesar la Escuela Botánica (Colec-ción Sistemática) para llegar al Museo de Etnobo-tánica, o buscar el Arboretum, que cierra el Jardín por el Norte, pasando por el Jardín Tacto Olfativo y la Escuela Agrícola. Visitarlas todas implica, lógica-mente, un primer contacto en el que ubicaremos las distintas zonas del Jardín.

Invernaderos centrales

Los invernaderos nos transportan a ambientes típi-cos de los bosques y formaciones vegetales canarias, desde los bosques de laurisilva hasta las zonas secas

Helecho nido

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Un jardín junto al río

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costeras del tabaibal-cardonal, haciendo un recorri-do por la distinta vegetación defi nida con la altitud.

En el invernadero central está representado el monteverde canario, la laurisilva y el fayal brezal. Estas formaciones, verdaderas reliquias vivientes de los bosques que cubrían gran parte del Medite-rráneo durante el Terciario, deben su existencia a un fenómeno climatológico conocido como “mar de nubes”, formado por el empu-je y la ascensión de los vientos Alisios en las laderas Norte y Nordeste de las islas. Destacan cuatro tipos de especies: viñatigo, loro, tilo y barbu-sano. La laurisilva madura, se mues-tra con el suelo lleno de musgos y helechos, cual si de un bosque encantado se tratara.

Muchas plantas sobrevivieron en las islas durante millones de años y otras se adaptaron a las características de estos

territorios. El recorrido muestra una selección de la fl ora que vive a distinta altitud. En el traslado de un módulo a otro se aprecia la diferencia de temperatura y humedad, sobre todo con el exterior. En el invernadero de la derecha, vemos el tabaibal-cardonal formado por plantas como los bejeques, las tabaibas, los verodes y los cardones que se han adaptado a las condiciones de baja humedad y altas temperaturas de las áreas costeras de las islas.

El invernadero de la izquierda se centra en he-lechos y endemismos cuyo ambiente natural

también está caracterizado. Descubrire-mos plantas singulares como algunos

ejemplares del helecho “cuerno de arce” y de Ruizia cordata, árbol procedente de la Isla Reunión, prácticamente extinguido en su área de origen.

Colección Sistemática y Museo de Etnobotánica

La Escuela Botánica queda a la derecha de los invernaderos

centrales, en ella se encuentra la Colección Sistemática, una selección

de especies autóctonas ibéricas agrupadas y ordenadas según su parentes-

co. Las especies similares entre sí pertenecen a un mismo género, a la vez que géneros parecidos forman parte de la misma familia… así se clasifi can los seres vivos mediante un sistema internacional.

Museo de Etnobotánica

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Itinerario 1

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contenido sufi ciente como para preparar una visita expresa al mismo.

La puerta de atrás da paso a un estanque penta-gonal, aguas que representan el océano que nos separaba del “nuevo continente”. Detrás de él los tres invernaderos americanos muestran su riqueza botánica. Se propone empezar por el pabellón de la izquierda cuyo ambiente seco es propio de plantas xerofíticas (adaptadas a la falta de agua), como ágaves y cactus; el pabellón cálido continúa con plantas de interés alimenticio, textil y medicinal, entre otros. Para fi nalizar, el pabellón templado húmedo, con plantas del bosque subtropical y tro-pical americano. Conviene dejar bien cerradas las puertas de estos recintos durante nuestra visita.

En la Plaza de Arib Ben-Said podemos visitar el Módulo de Interpretación del Banco de Germo-plasma Vegetal Andaluz, es único en Andalucía y cumple un papel fundamental en la conservación de las especies vegetales. La utilidad de las semillas, su dispersión en el tiempo y el espacio, qué conser-

Los setos vegetales que separan parcelas y cami-nos en el Jardín son muy diferentes unos de otros, podemos identifi car algunas de las plantas que los forman. El seto de naranjo amargo que separa el Jardín de la orilla fl uvial, sirve de balcón que depara alguna sorpresa, como la vecina Isla de las Esculturas. ¿Sabes en qué dirección corre el río? Averigua con ello en qué orilla estás.

Al fi nal de la Colección Sistemática está la Plaza de Arib Ben-Said, científi co e historiador cordobés del s. X, entre sus proezas destaca el Primer Calen-dario Agrícola escrito en la Península Ibérica. Unas piedras de molino sirven de homenaje a un conocido cultivo, acércate y descubre qué se molía con ellas.

En esta plaza, el Museo de Etnobotánica muestra con recursos muy variados la gran dependencia que tenemos de las plantas. Una serie de salas exponen aspectos tan interesantes como el origen de la agricultura, el patrimonio asociado al saber popular sobre las plantas, el origen de algunas y los intercambios entre continentes, sobre todo hace especial hincapié en la diversidad que supuso el des-cubrimiento de América. Sus instalaciones tienen Hoja fl otando en uno de los estanques del Jardín

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Un jardín junto al río

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var y cómo... son temas tratados en este Módulo. A determinadas horas, un cristal deja ver las condiciones de conservación del Banco de Germo-plasma, en la planta baja.

Camino de vuelta hacia el otro extremo del Jardín, las fuentes y acequias recuerdan el diseño árabe, el agua, elemento fundamental para la vida, sirve a la vez para decorar este espacio.

Jardín Tacto Olfativo, Escuela Agrícola y Arboretum

A la izquierda de la Plaza de Andrés Palacios y en la primera incursión a la izquierda, el Jardín Tacto Olfativo muestra una selección de plantas, mu-chas de ellas señalizadas en braille. Este rincón facilita la identifi cación de distintas especies mediante otros sentidos como el tacto y el olfato.

Frente a este recinto y al otro lado del camino central, un panel señaliza la Escuela Agrícola, que incluye un espacio dedicado a los cultivos tradi-cionales de la huerta junto con otros cultivos útiles para alimentación, fi bra, aceites, perfumería, medicina...

Parterre con pensamientos

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Itinerario 1

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Utilizado como molino harinero en la Edad Media, el Molino de la Alegría fue el primer molino restau-rado en la ciudad para fi nes culturales. Consta de tres plantas, la primera de ellas contiene restos de su antigua labor de molienda y del batán que fun-cionaría más tarde, pero esta parte no está abierta al público. En la pérgola que hay frente al Museo varios paneles explicativos recogen el antiguo fun-cionamiento de este molino.

Las dos plantas superiores constituyen el Museo de Paleobotánica, que expone una selección de los 150.000 ejemplares donados a la ciudad por Rober-to Wagner. Esta muestra recoge la evolución de la fl ora terrestre a lo largo de la vida del planeta, con ella descubriremos los cambios que han acontecido, de las plantas más primitivas a las más evolucio-nadas, las relaciones de unos seres vivos con otros, la importancia del clima en la formación y conser-vación de estas claves del pasado, y cuestiones tan relevantes como, por ejemplo, su importancia como recursos, caso del carbón y el ámbar.

Un tranquilo paseo por el Arboretum muestra la amplitud del Jardín Botánico, con representación de árboles muy diversos, colecciones de pinos, cipreses, abetos.... Muchos de ellos son conocidos por algo singular, como su particular distribución en el caso del pinsapo, o constituir la dieta básica de algún animal como sucede con el bambú.

Finaliza así esta primera toma de contacto para ubicar las principales zonas de un Jardín que, aún con espacio limitado… tiene sitio para todo.

A lo largo del año las parcelas dedicadas a produc-ciones anuales cambian siguiendo las rotaciones de cultivo, mientras que otras muestran variedades de cultivos perennes como el olivo y la vid.

El acceso a espectáculos es ahora la referencia, frente a esta entrada la Sala de Madera, a la iz-quierda se localiza la Rosaleda y un poco más adelante el Arboretum, en cuyo borde derecho enormes fósiles vegetales forman el “Bosque de Piedra”, antesala del Museo de Paleobotánica. Un anfi teatro cargado de programación a lo largo del año cierra este sector.

Información en un panel

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Un jardín junto al río

Molino de la Alegría, Museo de Paleobotánica 15

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Itinerario 1

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El entorno del Jardín

El Jardín Botánico se ubica en la orilla derecha del río Guadalquivir, junto al Puente de San Rafael, una de las entradas principales a la ciudad. Desde este lugar, según la estación, se observan aves como cor-moranes o garzas, en invierno, o garcillas y ánades reales a lo largo de todo el año.

Paralelo al Jardín, junto al río, un camino lleva hasta el antiguo molino harinero de Casillas que a fi nales del s. XIX se transformó en la primera cen-tral hidroeléctrica que abasteció de luz a la ciudad.

Aguas arriba del Jardín varios molinos refl ejan la importancia económica que el río tuvo antaño. Frente al Molino de la Alegría se sitúan el de San Rafael y el del Hierro, que en su origen molían el grano para posteriormente fabricar papel y generar electricidad. En Los Sotos de la Albolafi a hay otros cuatro molinos alineados: Molino de la Albolafi a (cuya noria está en el escudo de la ciudad), Pápalo Tierno o de Téllez, Enmedio y San Antonio.

Aguas arriba del Puente de Mirafl ores, el Molino de Martos, de origen árabe, llegó a tener doce piedras para moler el cereal, junto a él se encontraba una de las entradas a la ciudad, la puerta de Martos. Al-berga el Museo del Agua, que puede visitarse con la misma entrada del Jardín Botánico. En la planta de acceso una proyección introduce al visitante en la importancia del agua, sobre todo vinculada a estos ingenios hidráulicos. Además, una maqueta ayuda a situar los molinos del ámbito urbano, mientras que unos paneles explican el funcionamiento del molino y los ofi cios a él asociados.

Martinete

Pareja de ánades reales

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Un jardín junto al río

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La restauración de este molino ha diseñado un privilegiado mirador de este entorno, que sirve tam-bién como improvisado observatorio de la avifauna cercana. La planta baja expone las distintas piezas y mecanismos necesarios para sus funciones origina-les y las ampliaciones de este edifi cio, que poste-riormente acogió un batán en el que se preparaban los paños de lana. Actualmente las personas más mayores recuerdan la “playa” de Martos y el uso del molino como vestuario para los bañistas.

La relación de la ciudad con el río ha variado con el tiempo, hoy pretendemos disfrutarlo sin suponerle un perjuicio. También se ha avanzado en la concien-cia del uso que hacemos del agua: en casa, en la in-dustria, la agricultura, los parques y en todo tipo de instalaciones. Curso abajo, el Guadalquivir recibe el agua depurada del consumo doméstico, función que realiza la EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) La Golondrina, cuyas instalaciones se pueden visitar de forma gratuita.

Propuesta de Actividades

1.1. En una fotografía de satélite ubicamos distintos elementos del Jardín Botánico y su entorno.1.2. Utilizamos un mapa mudo para refl ejar el itine-rario realizado y algunas zonas concretas.1.3. En el entorno del Museo de Paleobotánica hay sauce, olmo, eucalipto, higuera, álamo blanco y chopo u álamo negro. Con fi chas mostraremos una selección de diferentes tipos de hojas.1.4. Hay plantas con nombres muy curiosos, vamos a hacer un listado de ellas.

1.5. Un jardín para todos los gustos, fi cha que recoge la variedad y riqueza de este espacio.

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Itinerario 2

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La vuelta al mundo desde la huerta

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Objetivos

* Conocer algunas plantas básicas en la alimenta- ción humana

* Descubrir diferentes cultivos en la huerta

* Apreciar la estacionalidad de algunos cultivos

* Descubrir variedades de una misma planta

Introducción

Vamos a ver algunas de las especies vegetales más destacadas en la alimentación humana desde épocas ancestrales. Este itinerario también servirá para conocer los orígenes geográfi cos de determinadas plantas comestibles y saber que en el planeta se establecen muchas relaciones. Entre los árboles, destacan algunos frutales como los naranjos, pero otros cultivos han sido fundamentales en nuestra historia, caso de la vid y los cereales. Estos últimos constituyen la base de la alimentación humana des-de la aparición de la agricultura y han estado muy relacionados con el desarrollo de ciertas civiliza-ciones. Cada continente se identifi ca con su cereal preferido: el arroz en Oriente, el centeno y la avena en Europa, el maíz en América y el sorgo en África. ¿Cuál es el tuyo? Un paseo por la huerta descubre diferentes pro-ductos según la época del año. En época romana la agricultura era una práctica prestigiosa, protegida y potenciada por el senado, los intelectuales y los es-

19Cereales madurando

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Itinerario 2

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critores, quienes escribieron numerosos libros sobre las técnicas del barbecho, los injertos, la rotación de los cultivos, el abonado…

Fíjate cómo son las plantas de los productos que consumes, sus hojas, sus fl ores, cómo se disponen en las parcelas de cultivo, compara unos cultivos con otros… sobre todo abre los ojos y descubre cosas nuevas.

En la zona hortícola aparecen algunos elementos utilizados en diferentes momentos de los cultivos, por ejemplo los encañados que sujetan algunos cultivos, el riego por goteo…

La vuelta al Mundo desde la

Huerta

Desde la entrada principal, por la vía principal iz-quierda, nos dirigimos hasta la entrada de espectá-culos. A partir de ahí, el primer camino a la derecha nos conduce por el mundo hortícola.

Huertos de temporada. Huerto, huerta, solería… hay muchas formas de llamar a un terreno tan relacionado con nuestra dieta diaria, imprescindible en guisos, ensaladas, postres… Comemos a diario, pero no siempre conocemos la planta de la que procede un fruto, su origen, crecimiento… Tomates, judías y patatas (de origen americano), la remola-cha (de origen mediterráneo), las habas (de Oriente próximo), las cebollas y los ajos (de Asia central), serán algunos de los cultivos que se pueden obser-var, según la época.

Olivo en fl or20

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La vuelta al mundo desde la huerta

21Alcachofas

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Itinerario 2

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No siempre se siembra el mismo cultivo en la misma parcela, pues se tienen en cuenta los requerimientos de las plantas para que el suelo no se vea esquilmado en un determinado nutriente. El Jardín cuenta con huerta de primavera-verano: toma-tes, pimientos, guindillas, berenjenas, ju-días verdes, calabaza, calabacín, pepinos, cebolla, guisantes, ajos, cebollino… Y una huerta de otoño-invierno, más autónoma en cuanto a sus cuidados, llena de acelgas, espinacas, coles, colifl ores, col de Bruselas, lechugas, rábanos, zanahorias…

Hay cultivos que están en ambas, de ciclo corto que se adapta a diferentes estaciones como las lechugas, las zanahorias o los rábanos. Las patatas en nuestra zona se siembran en agosto o en enero, dando lugar a patatas de invierno o patatas de verano. A veces se utilizan variedades decorativas para plantarlas en los bordes de las parcelas.

Orégano

Berenjena

Tomate

Fresas

Col decorativa

Ajos

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La vuelta al mundo desde la huerta

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Algunos retazos de la huerta se emplean para culti-var en ellos plantas aromáticas y/o medicinales, así en verano es fácil encontrar orégano, hierba de San Juan, hierbabuena…

Además de los productos hortícolas, un buen vino y un buen pan completan la mesa.

La vid. Es una de las primeras plantas cultivadas, desde que el cristianismo simbolizó con el vino la sangre de Cristo, el cultivo de la vid experimentó un gran auge que ha durado hasta nuestros días. La mayor parte de la producción de uva se destina a la elaboración de los distintos tipos de vino (blanco, rosado y tinto) y otras bebidas (mosto, mistelas, moscatel).

Griegos y romanos cultivaban la vid y ambas civili-zaciones desarrollaron en gran medida la viticultu-ra. Los últimos extendieron el cultivo de vides por todo su territorio. A mediados del s. XIX la explotación de la vid en Europa sufrió un gran golpe tras la contaminación por un insecto americano llamado fi loxera. Es un insecto de la familia de los pulgones que ataca las raíces de la planta y produce su muerte, apenas afecta a las vides originarias de América, pero produce grandes daños en las especies europeas. En 30 años se propagó la plaga por todos los viñedos y estuvieron a punto de desaparecer, lo que obligó a adoptar las vides americanas resistentes a la plaga para utilizarlas como portainjerto o para hibridar con las especies europeas.

Prensa de uva

Hoy en día la vid se cultiva en las regiones cálidas de todo el mundo y parece ser que el cambio climá-tico está variando la ubicación de los viñedos. Es complicado reconocer las innumerables variedades de uvas, pues aunque presentan diferencias en for-ma, tamaño, tonalidad de los frutos, productividad... estas cuestiones no son fáciles de percibir en un espacio reducido, pero si la visita coincide con que los racimos están bien desarrollados sí se aprecian mejor algunas de estas diferencias. Algunas de las variedades presentes son: Ruby cabernet, Chardon-nay, Moscatel, Graciano, Garnacha, Tempranillo, Pedro Ximénez, Malvasía, Monastrell...

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Itinerario 2

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Los cereales. Muchos de ellos procedentes de Oriente Próximo (trigos y cebadas), son fundamentales en la dieta del ser humano y en algunas zonas del planeta son esenciales para la supervivencia. Son semillas de plantas que pertenecen a la familia de las gramíneas.Tienen un alto valor nutricio-nal conteniendo valiosas pro-teínas, carbohidratos, vitaminas B y E, y minerales como el hierro y el fósforo. Algunos de estos elementos están únicamente en la cáscara del grano por lo que desaparecen cuando el cereal se pela.

El contenido en grasas es muy bajo y están desprovistos de coleste-rol. Son muy importantes en la alimentación porque aportan una buena cantidad de la fi bra necesaria en una dieta equili-brada. Algunos cereales como el trigo, la cebada, el centeno y la avena, contienen la proteína llamada gluten que es fundamental a la hora de hacer leudar el pan. Sin el gluten necesario, el pan no “crecería”. Sin embar-go, las personas que tienen intolerancia al gluten o enfermedad celíaca deben evitar cualquier alimento que lo contenga. Afortunadamente hay otros cerea-les como el arroz o el maíz, que no lo contienen y pueden formar parte de su dieta.

Si el cereal está maduro en tu visita, intenta identi-fi car alguno de los cereales que comes a diario.

Los trigos, la cebada, el centeno y la avena son cereales que se siembran en invierno y se recolectan en verano. El maíz y el sor-go, en cambio, son cereales de primavera-verano, que se siembran en primavera y se cosechan al fi nal del verano.

Pasado el panel de la huerta hay que girar

por el primer camino a la izquierda, atrave-sar la vía central y volver a tomar la primera

desviación a la izquierda.

Los árboles frutales. La mayor parte de estos ár-boles proviene del continente asiático y su cultivo

se extendió desde la baja Edad Media hasta el Renacimiento, cuando se introdujo desde

China el naranjo dulce, principal frutal de este grupo. Entre la gran variedad de cítricos llama la atención el Cidro con un enorme fruto. En la España musulmana se consumieron sus frutos confi tados, las

cidras, con azúcar, y el néctar resultante de la destilación de sus fl ores se utilizaba para

aliñar aceitunas de mesa.

Citrus es el género más conocido, es el nombre que en latín se le daba al limón. Una característica de este género es la presencia en todos los órganos de la planta, y en especial en la corteza de sus frutos, de un aceite esencial que le da su olor característi-co, muy apreciado en perfumería. Como curiosidad, comentar que con el naranjo amargo se elaboran

Trigo blando

Pomelo

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La vuelta al mundo desde la huerta

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mermeladas y antaño se fabricaba pólvora con su cáscara.

Además de los anteriores, el itinerario nos muestra naranjo enano, lima, pomelo, limonero, mandarino, naranjo amargo y algún cítrico ornamental como el Cytrus myrtifolia.

Atravesamos la pérgola emparrada para continuar haciendo un bucle y pasar de nuevo por ella. De esta forma veremos frutales más y menos conocidos, aunque de todos conocemos sus frutos: granada, manzana, avellana, membrillo, caqui, pistacho y níspero.

¿Te has fi jado que algunas variedades de manzano tienen sus ramas acopladas a una estructura de cables y palos? Este “entutorado” se utiliza para facilitar la recogida y otros trabajos en muchas plantaciones.

Todos estos frutales dan paso a varias parcelas de olivar.

El olivo. Los vestigios de huesos de aceituna encontrados en distintos yacimientos, demuestran su presen-cia en época prehistórica, en la península ibérica. Sin embargo, su cultivo y su uso se debe a los pri-meros asentamientos griegos en la misma. Serían los romanos los que impulsaron realmen-te el cultivo del aceite de

“Hispania” y transportaron cantidades ingentes de aceite desde Andalucía hasta Roma. Tal magnitud tuvo el transporte de este apreciado líquido que en Roma se formó una colina artifi cial, el conocido como “Monte Testaccio”, con los fragmentos de las ánforas aceiteras desechadas. La exportación desde cada región se hacía en un modelo particular de án-fora, que además de su procedencia llevaba inscrito el peso del envase y el peso neto.

Fíjate en el nombre de las variedades: picual, arberquina, gordal... hacen alusión a la zona de origen o producción y a la forma de su hoja o fruto. Si es época de fruto, observa las aceitunas del olivo picudo ¿está bien puesto este apelativo?.

Propuesta de Actividades

2.1. Chequeo de los productos de la huerta con una fi cha de control.2.2. ¿Qué parte de la planta nos comemos? (hojas, fl ores, tubérculos, frutos…).2.3. Observamos los insectos y su relación con las

plantas.2.4. Aventuras de una planta en el Arboretum. Juego de simulación.2.5. Indagamos sobre dife-rente fauna asociada a las

plantas.2.6. Nos fi jamos en las variedades

de olivo presentes en el Jardín.2.7. Visita al Museo de Etnobotánica.

fl ores, tubérculos, frutos…).fl ores, tubérculos, frutos…).2.3. Observamos los insectos y su relación con las 2.3. Observamos los insectos y su relación con las

plantas.plantas.

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Itinerario 3

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Especies en peligro

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Objetivos

* Descubrir el Jardín como equipamiento de con- servación de la naturaleza

* Reconocer diferentes especies endémicas de nuestro patrimonio natural

* Conocer algunas de las principales amenazas de las plantas

Introducción

Este itinerario aborda algunos problemas y ame-nazas de las plantas que las llevan a formar parte de las “listas rojas” (inventarios del estado de conservación de las especies). Para ello se utilizan ejemplos de especies de distribución reducida de la fl ora canaria, algunos endemismos propios de los entornos costeros mediterráneos y algunas especies con necesidades muy específi cas, como los helechos.

La tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Carta del Jefe Indio Seattle, 1855.

La conservación de la naturaleza y el aprovecha-miento de los bosques están muy relacionados. Sus consecuencias para el propio medio natural y para las poblaciones que lo utilizan pueden ser muy diferentes, según se explote el bosque. Actualmen-

te existen sistemas de certifi cación forestal que garantizan que dicho aprovechamiento se basa en el respeto al medio ambiente y a los derechos de los pueblos que habitan esas masas forestales. Distintos sellos reconocen esta certifi cación, búscalos a partir de ahora al comprar un mueble o útil de madera, así ayudarás en la conservación de los bosques.

Especies en peligro

El recorrido tiene lugar en los invernaderos cen-trales, pero accediendo a ellos por la entrada lateral derecha. Para ello, desde la Plaza de Andrés Palacios nos dirigimos por la vía central derecha, y a la izquierda, por la señalización de la Colección Sistemática, vamos directamente al fondo, como buscando el río. Al entrar se percibe el ambiente seco propio de algunas zonas de las Islas Canarias y descubrimos un conjunto de plantas adaptadas a estas condiciones, que poseen unas formas muy dife-rentes a las habituales de nuestros bosques, son las crasuláceas y las plantas suculentas. Han experi-mentado una serie de adaptaciones que les permi-ten aprovechar la escasa agua de la que disponen; las hay de muchos tipos, pero todas han aprobado con nota en la difícil tarea de la supervivencia en condiciones adversas.

Destacan los Bejeques, nombre popular con el que se conocen a distintas especies de un género de origen africano que se ha adaptado muy bien a los distintos ambientes en las Islas Canarias, dando lugar a 33 especies, de las que 32 son endémicas.

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Itinerario 3

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Con hojas dispuestas en roseta y fl ores de color amarillo, rosa o blanco, estos endemismos canarios viven normalmente en las grietas de las rocas aun-que también aparecen en suelos más ricos de zonas bajas y forestales.

Busca una enorme planta llamada Verode, ¿a que por su aspecto nadie diría que pertenece a la fami-

lia de las margaritas?

En el invernadero sobresalen varios ejem-plares de una especie canaria destacada,

el Drago, verdadero símbolo para estas islas y quizá el mayor tesoro de la

fl ora española. Cuenta una le-yenda que los dragones se

transformaban en dragos

antes

de morir. La denominada “sangre de drago”, su lin-fa roja, se convirtió en un líquido muy

preciado ya por los romanos, que la utilizaban para todo, desde

colorante a poción para curar dolencias y enfermedades. Durante mucho tiempo en

Europa se utilizó este versátil líquido, llegando incluso a bar-

nizar con él los metales y evitar así que se oxidasen. Hoy encontramos en las

droguerías muchos productos que sustituyen a esta sangre de drago, además, la necesidad de conser-var a estas plantas hace que los ejemplares que de forma natural existen en las islas estén protegidos.

28

Drago

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Especies en peligro

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Antes de cambiar de ambiente en el siguiente invernadero, podemos observar una planta conocida como incienso (Artemisia canariensis), aunque nada tiene que ver con las resinas aromáticas que se queman en algunos ritos religiosos.

Un panel te informa sobre una de las formaciones típicas de

estos ambientes secos, las Tabaibas y los Cardones. En el invernadero puedes reconocer diferentes estra-

tegias que se han producido en estas plantas, desde recu-

brirse de cera para no perder el agua, disminuir el tamaño de sus

hojas o convertirlas en espinas. Busca algún ejem-plar de cardón y de cardoncillo.

En este sector externo se recoge una representa-ción muy curiosa de crasuláceas o plantas crasas, algunas tan raras que... ¡parecen piedras!

Tras las puertas que separan los invernaderos, seguimos en las Islas Canarias, pero ahora en otro de los ecosistemas propios de ellas, la Laurisilva o selva de laureles, bosque subtropical formado por especies arbóreas de la familia del laurel. Reconoceremos así al laurel, máximo exponente de este bosque, además de otros árboles muy parecidos que nos difi cultarán su identifi cación. Todos ellos han adquirido las mismas características (hojas en forma de lanza y duras, tronco liso...) ya que se

Detalle de loro o laurel

Cardón

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Itinerario 3

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encuentran sometidos a las mismas condiciones, que además son constantes a lo largo del tiempo (mucha humedad y un clima suave sin heladas).

Los problemas de esta vegetación que estás cono-ciendo derivan de su reducida distribución geográ-fi ca, pues sólo está presente en las islas Azores, Madeira y Canarias, así como en algunos valles estrechos del Parque Natural de los Alcornocales,

en Cádiz, conocidos como “canutos”. Es, por tanto, endémica de estas zonas. La pérdida de ejempla-res en estos lugares tiene una impor-tancia enorme pues desaparecen a su vez de todo el planeta.

Vamos a buscar también otras especies parecidas a las presentes en la Península como el Tilo canario o el Madroño canario.

Merece destacarse un árbol de nombre curioso, el Barbusa-no, muy interesante

por su rápido crecimiento y el verdor de su copa. Su madera es oscura y de bella coloración rojiza, lo que le hace ser muy apreciada en ebanistería.

Bajo estos árboles y arbustos, un tapiz vegetal a base de un helecho bastante conocido en nuestras casas, el culantrillo de pozo y un geranio silvestre menos conocido y con un nombre singular, “Pata de gallo”, al observarlo entenderás el apodo rápida-mente.

En el último invernadero, un panel sobre endemis-mos defi ne este espacio. En el pasillo de entrada descubrimos algunos endemismos costeros del me-diterráneo como el Hinojo marino o la Adormidera marina, junto a ellos el Eryngium marítimus, un endemismo que además es una planta halófi la.Aunque las costas representan una parte muy pe-queña de nuestro territorio, albergan un porcentaje importante de especies de fl ora que además sólo es-tán presentes en ese tipo de ambientes. Por ello es

Barbusano

Romero

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Especies en peligro

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muy importante la conservación de estos espacios costeros. En la superfi cie rocosa hay un romero (Rosmarinus tomentosum) muy diferente al que conocemos (Rosmarinus offi cinalis), fíjate bien en sus diferencias.

En este escenario destaca un arbolillo también endémico, Ruizia cordata en el que llama la atención la diferencia tan marcada entre sus ho-jas jóvenes (arriba en la foto) y adultas (abajo).

Por último, una muestra de algunos helechos llamati-vos completa este itinera-rio sobre las especies vege-tales con más difi cultades. Observa las formas tan variadas de estas primiti-vas plantas, su crecimiento y las estructuras reproduc-

toras que poseen bajo sus hojas, los soros, en los que se localizan las esporas.

Sin fi jarte en sus nombres, ¿cuántos helechos eres capaz de diferenciar? ¡Algunos parecen la piel de una serpiente!

Además de todos los que tienen “apariencia de he-lecho” hay uno que por su forma no lo parece tanto,

Soros en el envés de estas hojas

Helecho Cuerno de AlceHojas de Ruizia Cordata

Haz de las hojas de un helecho

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Itinerario 3

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esta especie de “plumeros” son “cola de caballo”, si ya los helechos son plantas muy antiguas en la evolución, éste todavía lo es más.

Junto a esta variedad de helechos podemos disfru-tar también de una planta aromática, una especie de lavanda que te dejará su característico olor en las manos al tocar cuidadosamente sus hojas. Extrema la precaución de no causarle ningún daño al hacer esto.

Los factores actuales que ponen en peligro la super-vivencia de las especies amenazadas de extinción son, sin establecer prioridades, los siguientes:

* Los incendios forestales.

* El desarrollo urbanístico y el turismo en zonas importantes para la fl ora (costa, montaña, espacios naturales).

* La construcción de grandes obras públicas (pre-sas, vías férreas, autopistas…).

* El pastoreo excesivo de las zonas de montaña.

* La recolección de especies raras.

¿Eras consciente de todos ellos?

Una forma de conservar estos endemismos y forma-ciones, así como otros seres vivos a ellos asociados, es declarar protegidos a los espacios que los al-bergan, prueba de ello es que en las Islas Canarias existen muchos parques nacionales.

Para evitar la desaparición de especies, además de combatir e impedir los factores citados anterior-mente, existen instituciones y organismos que velan por la conservación.

El Jardín Botánico de Córdoba es uno de ellos, a través de su investigación y trabajo en el Banco de Germoplasma Vegetal Andaluz (BGVA), cuyo Mó-dulo de Interpretación puedes visitar en la Plaza de Arib Ben-Said, junto al Museo de Etnobotánica.

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Distintos tipos de semillas

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Especies en peligro

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Módulo de Interpretación del Banco de Germoplasma

Imitando a la Naturaleza, guardamos semillas para el futuro con el fi n de evitar la desaparición de la fl ora. Gracias a este trabajo, muchas especies se conservan durante largos periodos de tiempo para que puedan germinar más tarde. Las condiciones de temperatura varían según sean semillas pertene-cientes a la colección de intercambio (-5º C) o de la reserva integral (-20º C). Las semillas se consiguen de expediciones y a través de intercambios con otros bancos de germoplasma, de esta forma se asegura el patrimonio vegetal.

Esta labor es fundamental en el caso de que alguna planta presente problemas en el medio natural y se encuentre en grave peligro de desaparición. En estas situaciones se recurre a los Bancos de Germo-plasma, que pueden facilitar ejemplares que ayuden a estas especies a no extinguirse. En el Jardín Bo-tánico de Córdoba existen más de 5.800 muestras de semillas de distintas plantas que mantienen su capacidad de germinar, para ser utilizadas en estos casos extremos.

El Módulo de Interpretación del BGVA, junto al Museo de Etnobotánica, da a conocer algunas de las técnicas aplicadas a la conservación de especies vegetales:

* Colecciones de campo: son colecciones de plantas que se conservan en cultivo, de forma permanente si son perennes, o por sucesivas siembras, generación tras generación, si son anuales.

* Bancos de germoplasma: en recipientes de volu-men muy limitado se conservan semillas, esporas, polen, bulbos, esquejes, estaquillas, yemas y cual-quier órgano o tejido de la planta capaz de repro-ducirse. Se encuentran en condiciones ambientales especiales y controladas, que aseguran su conser-vación durante períodos de tiempo más o menos prolongados. Normalmente se trata de bancos de semillas.

* Bancos de tejidos: son también bancos de germo-plasma, pero utilizan técnicas de cultivo in vitro para conservar aquellas especies que presentan problemas de propagación muy especiales.

Propuesta de Actividades

3.1. Nos fi jamos en las características típicas de la laurisilva.3.2. Vamos a comparar tres tipos de helechos.3.3. Visita al Módulo de Interpretación del BGVA.

Módulo exterior de los invernaderos

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Itinerario 4

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Entre fósiles vivientes

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Objetivos

* Diferenciar entre plantas menos y más evolucio- nadas (gimnospermas y angiospermas)

* Descubrir algunas especies consideradas “fósiles vivientes”

* Identifi car árboles representativos de la Penín- sula ibérica y descubrir sus usos

* Observar la diversidad de formas, tamaños y colores del Arboretum

Introducción

Este paseo por el Arboretum descubre algunas especies emblemáticas de nuestro planeta, como los cedros, las encinas y el tejo. Antaño formaban importantes arboledas, pero actualmente se han reducido mucho, sobre todo por la presión humana, llegando a desaparecer en algunos casos. Excepcio-nalmente también ha ocurrido lo contrario: algunos de estos árboles o formaciones boscosas han perma-necido indiferentes al paso del tiempo. Así han lle-gado hasta nuestros días, con más o menos difi culta-des, y hoy disfrutamos de especies que compartieron el espacio con los impresionantes dinosaurios.

También el recorrido recoge la evolución de las plantas, tanto aquellas con estructuras simples para garantizar su reproducción como las más evolucio-nadas. Diferentes formas y estructuras característi-cas aparecerán ante nuestros ojos, desde las propias

de las coníferas a otras como las de las palmáceas o los árboles con fl ores evolucionadas. Descubri-remos árboles populares, como la higuera o el madroño, y otros menos conocidos como el árbol de la bella sombra o la casuarina. Todos son interesan-tes y placenteros para su observación, mirándolos, tocando los que podamos… en defi nitiva, fi jándonos en ellos. La curiosidad es muy importante si se quiere disfrutar del Jardín.

Este itinerario permite reconocer árboles típicos de nuestro entorno pero también disfrutar de otros de países lejanos que a veces aparecen como orna-mentales en nuestras calles y jardines. Un “Bosque de Piedra” y algún fósil viviente pondrán el broche fi nal a esta propuesta.

Entre fósiles vivientes

El Arboretum se encuentra a la izquierda de la entrada de espectáculos, ocupa el extremo izquier-do del Jardín. A través de sinuosos caminos empe-drados se contempla una gran variedad de árboles autóctonos y alóctonos junto a otros muy viejos desde el punto de vista de la evolución.

Al inicio se encuentra uno de los protagonistas, Cycas revoluta, cuya existencia se remonta a unos 200 millones de años. Su aspecto es parecido al de una palmera pequeña. Actualmente vive de forma natural en los trópicos aunque es fácil encontrarla en parques y jardines como planta ornamental. Su crecimiento es muy lento, sólo un centímetro cada año.

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Itinerario 4

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Su principal utilidad es la extracción de la almáciga, una resina aromáti-

ca usada para elaborar barnices, cementos dentarios, e incluso goma de mascar para fortalecer las encías y perfumar el aliento. Del segundo co-

nocemos sobre todo su utilidad

en la formación de setos vegetales.

En el medio natural, estos arbustos, al igual que otros muchos, se convierten en la despensa de multitud de pajarillos que toman energía en nuestro monte mediterráneo para continuar su migración o

viaje a otros lugares muy lejanos, en los que existen condiciones climáticas más

apetecibles que en sus zonas de ori-gen. Si miras hacia arriba, descu-brirás en el Jardín, y sobre todo en el Arboretum, que se han colocado algunas cajas nido para ayudar a que aniden determinados pajarillos.

Un poco de atención y silencio en la época de reproducción nos permitirá

ver la entrada o salida de alguno de los progenitores en estos nidos artifi ciales.

Pronto aparece otra de las reliquias de nuestra fo-resta, el pinsapo, de distribución muy restringida. En la Península, sólo lo encontramos en Cádiz, en el

Continuamos con un magnífi co ejemplar de higuera. Una peculiaridad de esta planta es su capacidad para crecer en lugares donde el sustrato es mí-nimo o prácticamente inexistente. Por eso, no es difícil encontrarlas entre los sillares de edifi cios de-rruidos (a veces en grietas de los viejos molinos del río) e incluso en algunas murallas de nuestra ciudad. Llama la atención de la higuera su frondosidad a base de enormes hojas. El dicho “de higos a brevas” hace referencia a los frutos que da el árbol en distintos momentos del año.

Tomamos la segunda entrada a la izquierda, frente a la pérgola del Museo de Paleobotánica, y nos adentramos en un espacio que acoge distintos robles (género Quercus); aquí podremos observar algunas de las especies más características del monte mediterrá-neo. Hay especies caducas y perennes, pero todas producen bellotas. A ver si reconoces algunos árboles y arbustos de nuestro bosque.

Giramos el primer camino a la izquierda y seguimos a la derecha en dirección a la valla del recinto. El recorrido continúa con una selec-ción de arbustos mediterráneos como el lentisco y el boj, el primero es pariente del pistacho y tiene muchas utilidades: sus hojas y tallos se usan en me-dicina natural por sus propiedades astringentes.

Cycas revoluta

Lentisco

Bellotas

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Entre fósiles vivientes

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Parque Natural de los Alcornocales y en Málaga, en el Parque Natural de la Sierra de las Nieves y en el Paraje Natural de los Reales de Sierra Bermeja.

El pinsapo fue descrito para la ciencia por el botá-nico suizo Edmund Boissier, en su obra “Voyage bo-tanique dans le Midi de l´Espagne” (Viaje botánico por el Sur de España), 1838. Es una de las especies de abeto más resistentes a la sequía estival.

Continuando el sendero, el panel “Gimnospermas” indica que nos acercamos a un grupo de plan-tas primitivas caracterizadas por sus estructuras reproductivas, llamadas conos o piñas. Destacan los diferentes abetos, piceas y pinos (lee el panel y aprende más sobre este tipo de plantas).

Merece la pena destacar de este grupo de vegetales los ejemplares de cedro. Este árbol es el símbolo del Líbano, apareciendo incluso en su bandera. Se caracteriza por su silueta piramidal, forma que se debe a que sus ramas crecen horizontalmente. Muy longevo, se conocen ejemplares en este país con una edad de 1500 a 2000 años. Posee una madera muy duradera que desprende un agradable aroma, de ella se extrae una esencia empleada en perfumería y de propiedades antisépticas. De las cuatro espe-cies que existen en el planeta, podemos observar aquí dos: el cedro del Himalaya y el cedro del Atlas.

Tras este panel se toma el primer camino que baja a la derecha. Encontramos la casuarina, un árbol de aspecto similar a un pino, por lo que se le conoce

Pinsapo

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Itinerario 4

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comúnmente como “pino australiano”. Sus rami-tas verdes, huecas y articuladas se asemejan a las acículas (hojas en forma de aguja) de los pinos, pero realmente sus hojas son difíciles de diferenciar a simple vista.

En la bajada, siguiendo con el itinerario propuesto, descubrimos a la derecha algunos árboles aprecia-dos por su madera y frutos: el aliso, el carpe y el avellano.

Aliso: su madera es muy apreciada en ebanistería. Es fácil de trabajar y resistente al contacto con el agua, por lo que muchos de los pilares de las casas venecianas son de ella. Forma bosques galería en las orillas de los ríos, ayudando así a la conservación de los márgenes y favoreciendo la vida subacuática con su sombra. Tienen hojas redondeadas y “piñitas” en pequeños racimos. Sus hojas frescas calman los pies doloridos.

Carpe: su madera, blanca y densa, se utiliza para distintos fi nes, desde la pasta de papel, ebanistería, tacos de billar...

Avellano: arbusto muy apreciado por sus frutos y por la fl exibilidad de su madera que se usa para la elaboración de cestos, toneles, marquetería... Es especialmente apreciado por los roedores que aprovechan su fruto generalmente antes de que al-cance su madurez. Turquía es actualmente el mayor productor de este fruto.

A nuestra izquierda queda un magnífi co ejemplar de Ombú o árbol de la bella sombra, especie dioica

Arriba, comparación de acículas; abajo, aliso

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Entre fósiles vivientes

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caracterizada por su raíz fuertemente engrosada en la base y con muchas ramifi caciones a ras del suelo. Sus frutos son tóxicos y tanto ellos como las raíces se usan para la extracción de tintes.

Recorremos el camino que rodea al ombú y que se dirige hacia arriba, en dirección a la valla del Jar-dín, para llegar a un árbol mítico, el tejo.

Es uno de los árboles que más ha infl uido en gran parte de la historia de Occidente. Uno de los instru-mentos de madera más antiguos que se conocen es un hacha de tejo a la que le calculan unos 50.000 años de antigüedad. Los mejores arcos eran los de madera de tejo. Cuenta la leyenda que el arco de Robin Hood era de este material.

Maduran en otoño y cada seis o siete años el árbol tiene una pro-ducción abundante de frutos. Su madera rojiza es de una dureza extraordinaria, comparable a la del boj, esto unido a su resistencia al frotamiento hace que fuera muy utilizada para la cons-trucción de los ejes de los carros en el pasado.

Además, el tejo fue un árbol sagrado para los celtas. Los druidas con sus ramas hacían bastones “mágicos” y con palillos de tejo adivinaban el futuro. La llegada del cristianismo no cam-bió esta aurea mágica del tejo.

Arriba, ombú; abajo, ginkgo

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Itinerario 4

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pequeño o humilde matorral y los tallos tiernos se comercia-lizan en conserva. Sus hojas se han utilizado para trabajos artesanales, como la realiza-ción de escobas o sombreros. En el Jardín encontramos uno de sus parientes, el palmito elevado. A la izquierda del camino, el bambú ocupa unos metros. Existen muchas especies de colores y tamaños muy diferentes, desde el verde y dorado, al azul e incluso el negro. Algunos son capa-ces de crecer hasta 30 cm en un día y alcanzar los 40 metros de altura, otros sin embargo no superan los 15 cm. Entre sus utilidades está la construcción de agujas para acupuntura y para la elaboración de instrumentos musicales.

A continuación, hay que seguir por el camino prin-cipal paralelo al río. El Arboretum representa una selección de árboles que nos ofrecen sus hojas y fru-tos: el tilo, de cuyas fl ores se obtiene una infusión de usos medicinales; el castaño y el nogal, cuyos frutos secos son muy apreciados; la morera, cuyas hojas sirven para alimentar a los gusanos de seda y sus frutos para hacer mermeladas; y el madroño, cuyo fruto se utiliza para preparar confi turas, mer-meladas y fabricar licores.

Los cristianos, a menudo construyeron sus iglesias y cementerios al lado de tejos que ya habían sido sagrados para los celtas.

Una parada ante el panel “Araar” nos descubre a este árbol de ambientes casi desérticos que pre-senta pequeñas poblaciones en Cartagena, Melilla,

Almería y recientemen-te una descubierta en Málaga. Debió de estar más extendido durante periodos climáticos más cálidos del pasado, sin embargo ahora está clasifi cado como una

reliquia botánica.

Busca en esta zona un tronco de un árbol cortado

y averigua aproximadamente cuántos años puede tener. La

línea clara corresponde al cre-cimiento en primavera-verano

y la oscura al crecimiento en otoño-invierno. Cuando las con-

diciones climáticas son buenas las bandas son más anchas y vicever-

sa, si el año es seco produce una banda estrecha.

Desde este punto emprendemos el camino de regreso hacia abajo, descubriendo distinto tipo de “palmáceas”. De entre todas ellas, el palmito es la única palmera nativa de nuestra geografía. Su nombre científi co Chamaerops humilis signifi ca

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Entre fósiles vivientes

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Baja a la glorieta balconada para descubrir las dife-rencias entre dos árboles característicos del bosque de ribera: el chopo o álamo negro y el álamo blanco. El haz y el envés de sus hojas se diferencian bien, pues en el caso del chopo tienen el mismo color verde y en el álamo blanco es verde por el haz y blanquecina por el envés.

Dejamos el Bosque de Piedra a la izquierda, com-puesto por enormes ejemplares de troncos y otras estructuras fosilizadas, y unos metros a la derecha descu-brimos al fósil viviente por excelencia: el Ginkgo. Sin parientes vivos, es el único de este grupo. Originario de China, habitaba en la Tierra desde hace más de 150 millones de años. Puede llegar a vivir un milenio y desde hace siglos se ha utili-zado por sus acciones terapéuticas, sobre todo por la medicina tradicional china; precisamente las hojas del árbol se usan actualmente en la medicina natural moderna. Después de la bomba atómica de Hiroshima, fue uno de los pocos árboles que quedó en pie en las cercanías del epicentro, por lo que se lo conoce como portador de esperanza. En nuestra ciudad lo encontramos en muchos parques.

Propuesta de Actividades

4.1. Recolección de hojas, fl ores y frutos del suelo para observar su diversidad. Fichas de trabajo.

4.2. Rally fotográfi co para plasmar la biodiversidad y especies más características. 4.3. Dibujamos y comparamos una planta primitiva (gimnosperma) y una evolucionada (angiosperma). 4.4. Un cuaderno de dibujo sobre las hojas. 4.5. Juego de búsqueda de especies vegetales. 4.6. La piel de los árboles también los diferencia, hacemos un cuaderno de calcos de troncos.4.7. El juego del pañuelo vegetal (variante del tradicional juego del pañuelo). 4.8. Pide ayuda, vamos a medir un árbol.

4.9. Nos fi jamos en los cedros. 4.10. Ficha Visita al Museo de Paleobotánica.

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Itinerario 5

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Nuestro Bosque: el monte mediterráneo

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Objetivos

* Descubrir mediante los sentidos la diversidad de las plantas

* Identifi car las adaptaciones de algunas plantas al lugar en que viven

* Reconocer algunas de las especies arbóreas y arbustivas del monte mediterráneo

Introducción

El monte mediterráneo es un entorno con unas condiciones climatológicas muy concretas, veranos secos y calurosos y con escasas precipitaciones, que condicionan el desarrollo de los seres vivos que lo habitan.

Muchas de las características de la vegetación mediterránea están ligadas al hecho de difi cultar que algunas de sus partes vegetales (tallos, ho-jas, frutos…) sean comidas por los animales que pueblan el entorno. Así, muchas de ellas producen una serie de aceites esenciales que proporcionan un desagradable gusto a los animales que las ingieren, es el caso de las plantas aromáticas, como el rome-ro, la jara o el tomillo; otras prefi eren generar hojas con pinchos poco apetecibles (hojas bajas de las encinas y las coscojas). Se establecen así una serie de relaciones entre distintas especies de seres vivos que conocemos como relaciones interespecífi cas, de gran importancia en todo tipo de ecosistemas. Pero no todas estas interacciones entre las especies son

siempre negativas, existen otras, como el caso de la polinización que se lleva a cabo entre diferentes insectos y las fl ores de árboles y arbustos, que son positivas para ambas partes, incluso para el ser hu-mano, pues de este modo puede disfrutar de la miel elaborada por las abejas con el néctar que recogen en este proceso.

A través de la visita a dos espacios bien diferencia-dos del Jardín Botánico: el Jardín Tacto Olfativo y la Escuela Botánica, se podrán observar las plantas más importantes del monte mediterráneo y apre-ciar algunas de sus características, descubriendo diferentes adaptaciones que las especies de este ecosistema han ingeniado para sobrevivir. No dudes en tocar las especies vegetales que aparecen en el Jardín Tacto Olfativo, y acercarte luego los dedos a la nariz, es increíble que con el olor tan agradable que desprenden algunas de ellas puedan resultar de un gusto tan desagradable para algunos animales.

Nuestro bosque:

el monte mediterráneo

Se inicia el recorrido en el Jardín Tacto Olfativo, justo en la entrada a la Plaza de Andrés Palacios, a la izquierda. Este pequeño jardín nos ayuda a reconocer algunas de las plantas y arbustos más característicos del monte mediterráneo, muchos de ellos de gran utilidad para la especie humana. Las reconoceremos por su olor, por su tacto y por su aspecto. Las personas invidentes cuentan con cartelitos en braille.

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Itinerario 5

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Aquí se encuentran plantas muy conocidas, espe-cialmente a nivel gastronómico, como la menta, el tomillo, la hierbabuena o el laurel, que podremos reconocer fácilmente con un poco de olfato. ¡Qué fácil sería esto para Jean Baptiste Grenouille, pro-tagonista de El perfume!

Al tomillo andaluz se le atribuyen propiedades medicinales y es muy conocido por emplearse en el aliño de las aceitunas. También se utiliza en perfu-mería, destilando su esencia.

Descubrimos dos tipos de olivillas. Teucrium fru-ticans es de color verde pálido por el haz y blan-quecino por el envés, toca su tallo y aprecia que es cuadrado. Cneorum tricoccum vive en zonas cerca-nas a la costa en la región mediterránea occidental europea y se encuentra en peligro de extinción. Responden al mismo nombre común pero cuando las conozcas verás que no se parecen mucho.

El regaliz procede de la Europa mediterránea y de Asia Menor y se encuentra cultivado en muchos lugares, habiéndose naturalizado en muchos de ellos, sobre todo en lugares húmedos, lechos de ríos secos, barrancos... Se usa bastante en confi tería, postres, tartas y bebidas, como la cerveza irlandesa (Irish Guinness) y un licor italiano llamado Sambu-ca; también se hacen caramelos y comprimidos, de venta en farmacias y puestos de golosinas, por su característico y agradable sabor y por sus propieda-des para eliminar el mal aliento.

Una planta curiosa es el rusco, cuyos tallos modifi -

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Nuestro Bosque: el monte mediterráneo

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cados parecen hojas. En el centro de estas falsas hojas se origina la fl or y poste-riormente el fruto rojo que llama poderosamente la atención.

Aparece también el boj, un arbusto perenne y de larga vida aunque de crecimiento muy lento, unos pocos centímetros en todo un año. Posee una madera muy dura y homogénea de un color amarillo limón que se utiliza para el grabado, la escultura y la taracea o marquetería, es tan densa que no fl ota en el agua.

El acanto es una planta que ha sido adaptada desde la antigüedad a la región mediterránea para el cultivo en jardines, por lo que es frecuente obser-varla en España creciendo silvestre espontánea-mente. Una antigua leyenda cuenta que Calímaco, al ver un ejemplar de esta planta enroscada en una canastilla ofrendada junto a la tumba de su esposa, tuvo la inspiración de crear la típica ornamentación de los capiteles corintios basados en la hoja de esta planta.

El itinerario continúa en la Colección Sistemática, señalizada desde la plaza principal. Recoge una selección de especies autóctonas españolas, muchas de ellas características del monte mediterráneo, de zonas de ribera e incluso de otras más áridas. Las plantas aparecen agrupadas en las parcelas por su parentesco. Antes de continuar conviene aclarar una

cuestión que suele ser confundida. Los conceptos “fl ora” y “vegetación” no

son sinónimos, la primera alude a las especies por separado, mien-tras que con la segunda nos referimos a especies que en su entorno natural aparecen unas y otras juntas, conformando masas que se caracterizan porque en ellas están presen-

tes una serie de especies.

Nos acercamos a la vía principal, a la derecha está la ruda y a la izquier-

da dos parcelas con arces.Rusco

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Itinerario 5Ruda. Toda la planta despide un desagradable olor, lo que la hace inconfundible. No debe tocarse, pues provoca reacciones térmicas y de fotosensibilización en muchas personas. Originaria de Asia Menor, su cultivo se extendió rápidamente por todo el Me-diterráneo ya que su característico olor hizo que nuestros antepasados se fi jaran en ella y en sus posi-bles usos terapéuticos. Sus virtudes derivan princi-palmente de la acción de la rutina, que es capaz de aumentar la resistencia de los capilares sanguíneos, evitando su rotura y las consiguientes hemorragias que podrían aparecer. También es una planta muy rica en vitamina C.

En la colección de arces destacan el Arce de Montpellier, el Arce granatense o el Arce cam-pestre, de una gran belleza en otoño, con hojas que pueden ir desde el rojo pastel, carmín, rosa, hasta el amarillo. Este último, más raro en Andalucía, posee una madera usada en carpintería y ebanistería y sus

hojas han servido de pienso para el ganado. Tiene propiedades medicinales como astringente, se apro-vecha para elaborar productos cosméticos.

Seguimos el itinerario y sobre un tapiz de hiedra encontramos lentisco, cornicabra y zumaque; en la parcela contigua podemos ver el azufaifo.

Azufaifo. Originario de Asia, actualmente se encuentra en toda la cuenca medi-terránea. En la Península aparece prin-cipalmente en Andalucía y en la costa levantina, probablemente fue introducido como frutal desde la dominación árabe. Tiene unas raíces profundas y poderosas y es muy sensible al frío. Su copa propor-ciona una excelente protección y cobijo para otras especies, como la curruca cabecinegra y el alcaudón común que anidan en él. También sirve de alimento a las orugas de pequeñas mariposas.

Lentisco o charneca. Arbusto perennifolio propio del matorral mediterráneo y pariente próximo del pistacho. Ligado al encinar y asociado a mirtos, coscojas, palmitos, aladiernos... Es un arbusto de gran importancia para la fauna mediterránea pues da cobijo a gran número de animales.

Hoja de arce

Alcaudón común

Currucacabecinegra

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Nuestro Bosque: el monte mediterráneo

Alcaudón común

Cornicabra. De ella llaman la atención sus agallas (ver en Quercus), en forma de cuerno de cabra.

Zumaque. Usado desde la antigüedad como condi-mento y por producir una sustancia utilizada para curtir las pieles. Las hojas que se utilizaban se co-sechaban en verano, cuando empezaban a enrojecer. Hoy en día, el zumaque se utiliza principalmente en las tenerías para producir artículos de alta calidad.

Llegamos a la zona de jarales, donde podemos diferenciar algunas especies: jaguarzo, jara estepa y jara blanca. ¿Sabrías buscar sus diferencias? Si están en fl or, fíjate en su color y tamaño, si ves los frutos observa cuantas divisiones poseen, toca sus hojas... éstas pistas te ayudarán a diferenciarlas.

Pepinillo del diablo. Es una planta muy llamativa por sus frutos, pequeños pepinos que cuando están maduros explotan para liberar las semillas. Crece en bordes de carretera, campos de cultivo, escom-breras y en general en suelos con alto contenido en nitratos (nitrófi los).

Taraje. Se trata de un arbusto muy diferente a otros del bosque de ribera, sus hojas son muy pequeñas y escamosas y en algunos ríos y arroyos constituye toda la vegetación en forma de tarajales. Es muy importante la fi jación de los taludes que esta planta hace con sus profundas raíces.

Al fi nal de este espacio, cerca de la plaza del Museo de Etnobotánica, está la familia de los Quercus.

1. zumaque; 2. pepinillo del diablo; 3. jara blanca; 4. jara pringosa; 5. taraje

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Itinerario 5

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Son árboles caracterizados por su fruto, la bellota, su crecimiento es lento y su madera muy apreciada.

Las “agallas” son típicas de este género, consisten en una bola con forma de nuez y a veces con una corona de espinas que se originan como consecuencia de la picadura de una avispa de pequeño tamaño. Con esta picadura, la avispa deposita un huevo que provoca que la planta ge-nere una especie de tejido tumoral, la agalla, esponjoso en su interior, y que dará cobijo y alimen-to a la larva durante su desarrollo. Cuando muda a adulta, la avispilla taladra un pequeño orifi cio redondo por donde sale al exterior, de manera que ninguno de los dos se ve perjudicado.

En la foto s muestran dos tipos de agallas, en unas se observa el orifi cio de salida del insecto adulto.

Buscamos ahora algunos ejemplares: Quercus ilex (encina), Q. suber (alcornoque), Q. coccifera (coscoja), característicos del ecosistema medite-rráneo, y Q. robur (roble), distribuido por el norte de la Península.

A continuación, a la izquierda se aprecian algunos ejemplares de los árboles más antiguos, como el pino, la sabina y el tejo. A la derecha de esta par-cela hay una representación de almeces y laureles.

Almez. Este árbol proporciona buena sombra a la Colección Sistemática. Característico por sus frutos redondos a modo de cerezas, verdes inicialmente y

negros en su madurez. Su madera fl exi-ble, blanca y ligera se utiliza para la

realización de mangos de herramien-tas, bastones, remos, toneles... Los romanos nobles lo apreciaban para decorar sus jardines. Es un árbol con propiedades medicinales tanto por sus hojas como por sus frutos.

También es planta tintórea (se usa la raíz). En Andalucía fi gura como

“vulnerable” en el catálogo de especies amenazadas.

Laurel. Árbol de lento crecimiento que presenta planta macho y hembra, aunque no son raros los ejemplares hermafroditas. Crece en barrancos som-bríos y húmedos de clima suave. Sus hojas se usan durante la cocción de los alimentos para darle su característico sabor. También en la antigüedad con las hojas del laurel se elaboraban coronas triunfa-les que usaban generales y emperadores griegos y romanos, que han llegado hasta nuestros días como símbolo de la victoria.

Iniciamos el regreso por el camino principal de la Colección Sistemática para fi jarnos, a ambos lados, en varias especies.

Agallas

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Nuestro Bosque: el monte mediterráneo

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Mirto. El nombre de este arbusto proviene del griego “myrtos” que signifi ca perfume, pues se trata de una planta de agradable olor. “Myrtus” era el nombre que le daban los romanos. El otro nombre, “arrayán”, por el que también se le conoce, provie-ne del árabe ar-Rayhan o Rihan (el “aromático”). Toda la planta es muy olorosa y aromática, lo cual podemos comprobar si cogemos una hoja y la frota-mos entre nuestros dedos. Su madera es apreciada en ebanistería.

Piruétano. Este “peral silvestre” es un arbolillo caducifolio de tamaño medio. Forma parte del monte mediterráneo junto con pinos, alcornoques, acebuches y otros. En verano da pequeños frutos con forma de pera, no comestibles.

Zarza. Los ricos frutos de este arbusto proporcio-nan una interesante fuente de alimento a muchos pájaros. La densidad que alcanza y sus pinchos constituye una barrera impenetrable para la fauna de mayor tamaño, sobre todo en bosques de ribera.

Propuesta de Actividades

5.1. Rememoramos la gastronomía en el Jardín Tacto Olfativo.5.2. Distintos sentidos nos ayudan a descubrir algu-nas especies en el Jardín Tacto Olfativo.5.3. Los insectos y las plantas.5.4. ¿Quién vuela por aquí?5.5. Nombre propio para formaciones de árboles.5.6. Tipos de semillas, nos fi jamos en su diversidad.

Alcaparro. Posee fl ores muy vistosas, grandes, de color blanco rosado con largos estambres. Los capullos (alcaparras) y los frutos (alcaparrones) se recolectan para consumo humano, habitualmente conservados en salmuera. En el medio natural se encuentra en taludes, sobre murallas, torres y acantilados marinos. Puedes observarlos en algunos muros de la ciudad crecien-do de forma natural.

Madroño. Se desarrolla por todo el Mediterráneo; en la Península Ibérica crece especialmente en todo el litoral mediterrá-neo y también en el interior en las regio-nes de clima suave. Su fl oración se produce en otoño o principios del invierno a la vez que maduran los frutos del año anterior, pu-diéndose ver al mismo tiempo las fl ores y los frutos. Éstos son de un color rojo anaranjado con su superfi cie erizada de pequeños picos.

Tiene sabor agradable cuando está bien maduro y contienen una cierta cantidad de alcohol, que pro-duce dolor de cabeza si se consumen demasiados.

Flor del alcaparro

Madroños

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Itinerario 6

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Brazos, troncos y otras extremidades

Objetivos

* Identifi car algunas adaptaciones de las plantas

* Aprender determinadas utilidades de algunas plantas

* Descubrir formas llamativas del mundo vegetal

Introducción

El continente americano posee una gran extensión, ocupando los dos hemisferios del globo y por tanto con una gran variedad de ambientes. Esto hace que podamos descubrir allí muchas variedades de plantas. A través de la visita a los invernaderos americanos se observarán diferentes formas y adap-taciones de las plantas a los lugares donde habitan. Desde las zonas más áridas, donde las plantas han tenido que ingeniárselas para obtener agua, hasta las selvas tropicales en las que el enorme desarro-llo de la vegetación impide ver el cielo azul, por lo que allí, las plantas se han adaptado para intentar captar la mayor cantidad de luz y rayos solares. Algunas desarrollan enormes hojas, otras trepan por los troncos ayudadas por distintas estructuras para poder sujetarse, o bien nacen directamente en las ramas más altas de los árboles…

Estos invernaderos nos descubren desde pequeñas plantas y arbustos hasta grandes árboles y palmeras, además pueden observarse desde una perspectiva distinta, casi a vuelo de pájaro en el invernadero central, lo que ofrece una vista peculiar de la selva tropical. Como se ha comentado, las plantas tienen

que abrirse camino hacia la luz, desde las alturas te darás cuenta cómo lo consiguen algunas de ellas.

Así mismo, en este recorrido, se observarán también algunas de las plantas más emblemáticas origina-rias de este continente y que han pasado a formar parte de nuestra vida cotidiana: la patata, el aloe, el tabaco o las orquídeas.

Brazos, troncos y otras

extremidades

Detrás del Museo de Etnobotánica, frente a los invernaderos americanos, se inicia el itinerario por el de la izquierda.

Tronco de palmera con espinas 51

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Itinerario 6

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Brazos, troncos y otras extremidades

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Aquí observaremos las formas caprichosas de distintas plantas “suculentas”, aquellas capaces de resistir periodos de sequía al acumular agua en sus hojas, tallos y raíces. Son muchas las plantas que han adoptado estas características, destacando entre todas ellas los cactus y los ágaves.

Género Ágave. Plantas suculentas características por su forma con una roseta basal. Las hay de multi-tud de tamaños y formas pero todas ellas se carac-terizan por fl orecer una sola vez, produciendo un largo tallo en el centro de la roseta con fl ores en su extremo. Tras la aparición de esta larga varilla con fl ores, la roseta fl orecida se seca, pero se mantienen los rebrotes laterales de raíz que reinician el ciclo. Proceden del Sur de Norteamérica, Centroamérica, Norte de Sudamérica e Islas Occidentales (Caribe). Tienen gran importancia económica en Méjico, pues de su savia se obtiene la sustancia necesaria para producir tequila. Así mismo muchas especies de ága-ve se utilizan en la obtención de fi bras textiles para la realización de sacos o cuerdas. Muy probable-mente estas plantas llegaron desde el Nuevo Mundo hasta nuestro continente a través de los explorado-res portugueses y españoles. Su eje fl oral seco se utiliza para la elaboración de timbales.

Otras de las plantas más emblemáticas de este gru-po son los cactus, caracterizados por poseer tejidos carnosos recubiertos de espinas. Estas espinas no son otra cosa que hojas transformadas que cumplen la misión de reducir la zona de transpiración y pro-teger al vegetal de los animales o ayudar a soportar mejor la exposición prolongada a los rayos solares.

Los primeros cactus que llegaron a Europa lo hicieron unos años después del descubrimiento en 1492. Los colonizadores españoles sintieron una enorme curiosidad por ese tipo de plantas tan extrañas. Acabaron en manos de jardines privados de la realeza o en mansiones de ricas personalida-des, que llegaban a pagar su peso en oro. En este pabellón se encuentran desde cactus que miden tan

Ágaves

Flores de Cactus

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Itinerario 6

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sólo un centímetro hasta los que pueden alcanzan los 18 metros de altura. Fíjate en ellos, algunos nos recuerdan a culebras que serpentean por el suelo y otros a grandes candelabros.

La yuca es una planta curiosa por su forma de po-linización ya que establece una relación con varias especies de mariposas que son las responsables de que este fenómeno se lleve a cabo. A cambio de transportar el polen de unas fl ores a otras, estas polillas colocan sus huevos en la fl or de modo que al

salir la larva, ésta disponga de semillas de las cua-les alimentarse. La oruga nunca se come todas las semillas, así asegura la supervivencia de la planta para próximas generaciones de mariposas. Es im-portante resaltar que muchas especies de yuca son comestibles, como la Yucca elephantipes, de la que se comen fl ores y frutos. Fíjate en la base del tallo ¿a qué crees que se debe el nombre de la especie?

Continuamos con el siguiente invernadero de zona cálida. Destaca la modifi cación de estas plantas con

Espinas de Cactus

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Brazos, troncos y otras extremidades

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hojas de gran tamaño adaptadas a los ambientes cálidos y húme-dos donde viven. En contra-posición al invernadero anterior, aquí las plantas no tienen problemas con el agua y la pérdida por evapotranspiración es insignifi cante ya que viven en ambientes en general muy húmedos.

A la derecha, el cafeto queda cubierto por las impresionantes hojas del banano, en este lugar te invitamos a mirar arriba para disfrutar del enorme tamaño de algunas hojas. A la izquierda de la entrada está el Achiote (Bixa orellana), una planta con varias propiedades para el ser humano. Por un lado, sus semillas producen un colorante natural roji-zo amarillento, conocido como annato (colorante alimenticio E-160). Se usa en la coloración de quesos, arroz, mantequi-lla, margarina... Algunos pueblos de Centro y Su-ramérica lo utilizan como pintura corporal y facial para sus rituales religiosos.

Vemos también la Costilla de Adán, planta con hojas muy lla-

mativas que recuerdan un esquele-to de costillas de un ser humano. No

sólo tiene raíces bajo tierra sino también sobre la superfi cie (raíces adventicias) para captar la humedad ambiental. Se la considera

una planta trepadora ya que en su región de origen, y creciendo de forma

natural, esas raíces pueden llegar a colgar varios metros. Produce

unos frutos comestibles con un sabor dulce similar al del plátano que se utilizan para elaborar refrescos en algu-nos lugares de Sudamérica.

Abajo, detrás de la escale-ra, se localiza la planta del

tabaco y otras de su familia, caracterizadas por sus fl ores

tubulares, algunas de gran tama-ño y muy vistosas.

Hojas de Costilla de Adán

Frutos deCostilla de Adán

Platanera en fl or

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Itinerario 6

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Desde el mirador se puede con-templar esta pequeña selva desde las alturas, en la barandilla descu-brimos una planta curiosa que ha desarrollado unas estructuras de-nominadas “zarcillos” que le sirven para poder sujetarse a otras ramas o, en este caso concreto, a la propia barandilla. Estas estructuras apare-cen en plantas tan conocidas como la vid y permiten a la planta que las posee trepar sujetándose al mismo tiempo. Se asemejan a un pequeño muelle. ¿Habías visto zarcillos de este tipo alguna vez?

Otras estructuras interesantes que llaman la atención son las espinas, que no sólo están presentes en las rosas sino que incluso pueden aparecer sobre los troncos de los árboles, como ejemplo vemos en el itinerario el “Kapok o Ceiba” de tronco verde (por poseer clorofi la) y fuertes espinas. A este árbol se le conoce como “árbol de la lana”, que se obtiene de las fi bras de sus frutos y es producida como mínimo hasta sus cincuenta años. Sus aprovechamientos son múltiples, pues además de la lana se utiliza su madera, el aceite de sus semillas, hojas y fl ores como forraje…

En el siguiente invernadero disfrutamos de unas plantas muy llamativas, que atraen poderosamente la atención del ser humano y de algunos insectos, se

trata de las orquídeas. Estas plantas de atractivas fl ores crecen en diversos lugares, desde las zonas húmedas como bordes de ríos, a grandes altitudes en las montañas, sobre las ramas de árboles, en las selvas tropicales... En general, los ambientes desérticos les son muy desfavorables. Si buscas en este invernadero podrás encontrar algunas especies. Fíjate bien en la estructura de las fl ores, en general de gran complejidad. La fl or de la orquídea es un elemento de gran importancia ya que es fundamen-tal para la polinización y al mismo tiempo es muy útil para que las personas expertas puedan diferen-ciar las especies. Poseen fl ores que nos recuerdan

Zarcillos de enredadera

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Brazos, troncos y otras extremidades

Orquídea

a larvas de crustáceos, pequeños hombrecillos, insectos… Otra de las estructuras características de estas plantas son las raíces aéreas que presen-tan muchas de ellas.

Pero no creas que estas plantas las encontramos sólo en las selvas tropicales del continente ame-ricano, también están en nuestros montes, aunque sus formas son menos llamativas. Descúbrelas en las zonas más húmedas en las próximas excur-siones que realices al campo, especialmente en primavera. Por último hay que reparar en unas plantas muy curiosas, las epífi tas, es decir, aquellas que viven sobre otras plantas.

Propuesta de Actividades

6.1. Ficha dibujo de adaptaciones.6.2. ¿De qué son los setos del Jardín?.6.3. Ficha “el ágave y sus utilidades”.

Tronco de Kapok57

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Glosario

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Alóctono: vegetal o animal que se encuentra en un lugar distinto al de su origen.Angiosperma: grupo de plantas que poseen una cubierta protectora (llamada fruto) que protege la semilla.Astringente: que produce sequedad de los tejidos.Autóctono: originario del mismo lugar donde vive.

Barbecho: técnica agrícola por la cual la tierra de un cultivo, se deja descansar sin ser cultivada duran-te un periodo de tiempo con el fi n de que recupere y almacene minerales y otras sustancias necesarias para el buen crecimiento de las plantas.Banco de germoplasma: lugar donde se conservan durante largos periodos de tiempo semillas, bulbos, esporas, polen, esquejes, yemas y cualquier órgano o tejido de la planta capaz de reproducirse.

Calímaco: fue un escultor, orfebre y pintor activo en Atenas de alrededor del 432 al 408 adC. Algunos autores le atribuyen la invención del capitel corin-tio a partir de unas hojas de acanto que crecían rodeando la vasija que guardaba las cenizas de su difunta esposa.Celtas: pueblos que hablan o hablaron lenguas cel-tas, que antiguamente se extendían por gran parte de Europa, desde la actual Turquía hasta Portugal.Conífera: grupo de plantas gimnospermas de hojas perennes, aciculares o en forma de escamas y fruto en forma cónica, como los pinos, cipreses y sabinas.

Cultivo in vitro: cultivo de plantas, semillas, órga-nos, tejidos y células de plantas superiores, realiza-do en un medio nutritivo, en condiciones estériles.Crasuláceas: es una familia de plantas caracteriza-das por almacenar agua en sus hojas o tallos.

Dioico: aquel organismo en el que las células repro-ductoras masculinas y femeninas están en individuos distintos de la misma especie.Druida: sacerdote de la religión celta.

Ebanistería: ofi cio artesano especializado de la carpintería.Endemismo: es un ser vivo exclusivo de un lugar, área o región geográfi ca, y que no se encuentra de forma natural en ninguna otra parte del mun-do. Cuando se dice que una especie es endémica de cierta región, quiere decir que sólo es posible encontrarla en ese lugar, de forma natural. Hay diferentes escalas: un organismo puede ser endé-mico de un río, de un lago, de una isla, de un país, o incluso de un continente. Especie: grupo de organismos con características similares que es capaz de reproducirse y de tener descendencia fértil.

Familia: es una unidad superior al género para la clasifi cación de los seres vivos. Una familia es un grupo de seres vivos que reúne a varios géneros emparentados.Foresta: bosque, monte, selva.

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Glosario

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Polinización: proceso de paso del polen desde los estambres o estructuras masculinas de la fl or, al pistilo, que es la estructura femenina, de la misma fl or o de otra distinta.

Salmuera: es agua con una alta concentración de sal disuelta.

Terapéutico: conjunto de tratamientos médicos cuya fi nalidad es la curación o el alivio de enferme-dades.Tenería: fábrica donde se curten y trabajan las pieles.

Variedad: cada uno de los grupos en que se dividen algunas especies y que se distinguen entre sí por ciertos caracteres que se perpetúan por la herencia. Viticultura: se refi ere al cultivo de la vid o parra.

Género: es una unidad para la clasifi cación de los seres vivos y superior a la especie. Un género es un grupo de seres vivos que reúne a varias especies emparentadas.Gimnospermas: aquellas plantas con las semillas al descubierto, sin presentar fl ores verdaderas, y con los órganos reproductores dispuestos en conos o estróbilos. Gluten: una proteína que se encuentra en las semillas de muchos cereales. Es responsable de la elasticidad de la masa de harina cuando se hace el pan.

Halófi la: la vegetación halófi la es aquella capaz de soportar altas concentraciones de sal en el suelo.Hibridar: consiste en cruzar con éxito dos especies diferentes. El resultado se llama híbrido y puede ser fértil o no.

Injerto: modo de propagación de los vegetales en los que un fragmento de una planta se une sobre otra que está en crecimiento, de modo que las dos pueden crecer. Sólo es posible entre especies com-patibles.

Leudar: dejar que la levadura haga efecto, mejor a temperaturas elevadas de unos 25ºC, de modo que la masa crezca.

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BibliografíaÁrboles, Bosques de Vida. Guía Didáctica y Fichero de Actividades. Consejería de Medio Ambiente. 2006.

Árboles y arbustos de la Península Ibérica e Islas Baleares. Ediciones Jaguar. 1998.

Árboles y arbustos de la Península Ibérica e Islas Baleares. Ediciones Mundi-Prensa. Tomo 1 y 2. Gines A. López González. 2001.

Cuadernos del Arboreto Luis Ceballos. Nº 2. El mon-te Abantos y los trabajos forestales.Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Comuni-dad de Madrid. 2005.

Espacios para la conservación de la biodiversidad.Red de Jardines Botánicos. Consejería de Medio Am-biente. 2001.

Itinerario Didáctico en Cabo de Gata. Instituto de Es-tudios Almerienses de la Diputación de Almería. 1990.

Manual para la identifi cación y Reproducción de Semillas de especies vegetales autóctonas de Anda-lucía. Tomo I. Consejería de Medio Ambiente. 2001.

Plantas útiles para el hombre. Historia natural y cul-tural de las plantas comestibles. Argania editio. 2005. Luis Gutiérrez-Pagès.

Unidad Didáctica “Tú la llevas”. Red de Jardines Botánicos. Consejería de Medio Ambiente. 2003.

Flor de una de las enredaderas del Jardín

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