GUÍA DE LECTURA DEL DECAMERON DE BOCCACCIO
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GUÍA DE LECTURA DEL DECAMERON DE BOCCACCIO
(cuarta jornada)
1. Boccaccio y su época.
2. El decameron
3. Temas
4. Personajes
5. Forma expresiva
6. Trascendencia y repercusión de la obra
1. Boccaccio y su época.
Boccaccio fue considerado uno de los grandes autores de todos los tiempos.
Durante la Edad Media, la fama de Giovanni Boccaccio fue la de un serio y sereno moralista que bien merecía por su
temperamento el título de “Juan de la tranquilidad” que le había dado su amigo Petrarca. En unos versos “hechos en
alabanza de Juan Boccaccio” , el poeta francés Laurens de Premierfait decía:
Son sus libros recta imagen de virtud,
a ésta llevan y del mal desvían:
un tal autor en el Cielo tiene un puesto.
Tras la publicación del Decamerón, esta imagen hoy casi ha desaparecido para dar paso a la idea de un escritor osado
y algo trasgresor.
Poeta y humanista italiano, hijo de un comerciante florentino, recibió una esmerada educación. Creció en Florencia
bajo la educación de Mazzuoli Da Strada, quién le inculcó la pasión por Dante. Este había sido un filólogo preocupado
por la recuperación de lo antiguo. Boccaccio tenía el mismo amor por la antigüedad. Se considera, junto a Dante y
Petrarca (instauró el italiano como lengua literaria) padre de la literatura italiana. Fue amigo de Petrarca y estudioso de
la obra de Dante, aunque está a distancia de ambos: Boccaccio creará un nuevo arte narrativo adecuado a una nueva
sociedad que disfruta con los placeres de la vida.
Vivió en Nápoles, dónde tuvo acceso a la corte. Allí se enamoró de una joven, la Fiammetta de uno de sus relatos, que
finalmente terminó rechazándolo. Este contacto con la burguesía influyó en el escritor que adquirió una sólida
formación literaria, aunque su pedagogía es autodidacta, con un especial interés en la literatura y una lectura más
frívola y menos didáctica. Su obra más importante fue el Decamerón. Boccaccio abandona los ideales medievales que
habían imperado en los siglos XIIX y XIV y sienta las bases tanto del humanismo como del renacimiento. Boccaccio es
considerado padre de la novela moderna, al desarrollar el cuento medieval y infundiéndole una base psicológica de la
que carecía. En esta época renacentista se presenta al ser humano con sus defectos y virtudes, así como con sus
penas y alegrías.
Los años finales de Boccacio, en los que se dedicó a la meditación religiosa, tuvieron la alegría de su nombramiento en
1373 como lector oficial de Dante. Su lectura interrumpida por una enfermedad, que le llevó a la muerte.
Nos encontramos en el siglo XIV en Italia, en pleno apogeo renacentista, época en la que se hace evidente el
antropocentrismo vitalista de la sociedad cortesana. La peste negra, el mosaico de ciudades-estados, las rivalidades
entre señores feudales, las cruzadas, la naciente burguesía urbana y los atisbos de humanismo y renacimiento son los
hilos que tejen el contexto que envuelven a Giovanni Bocaccio y a su obra cumbre, El Decamerón. Hacía 1348 (sigl
o XIV). La peste negra asola Europa y acaba prácticamente con un territorio de la población. La corporalidad, lo físico y
la belleza del cuerpo humano tan exaltado en la antigüedad y tan sacrosanto en la Edad Media, son aplastadas ante
los cadáveres de la devastación. En este desolador contexto, el escritor italiano encuentra la espiración a su obra.
La obra de Boccaccio tiene lugar en el contexto de las tensiones sociales crecientes en decimocuarto-siglo en Italia.
Donde la burguesía en la economía urbana presentaba la élite aristocrática con una situación confusa en que una
nueva clase mercantil surgía para desafiar el statu quo. La fricción entre estas dos clases del comandante, el patriciate
y la nova de la gente, estaba a la raíz de muchos de los conflictos políticos, religiosos, y sociales del día.
Esto es visible en la obra de Bocaccio desde la perspectiva que el tiene hacia las diferencias sociales, muchas veces
criticándolas desde la inoperancia que tenía para juntar a dos posibles amantes cuando estos pertenecían a clases
sociales diferentes. Ejemplo claro es la historia donde una mujer que vivía con su padre al no conocer marido busco la
compañía de uno de sus súbditos causando la muerte de este y suicidándose luego.
Las clases altas allí vivían gran parte de su tiempo como caballeros y damiselas ente la vista de todos, con palabras
galantes y genialidades, resaltaban quienes fueran más prudentes en la calma e ingeniosos cuando esto fuere
necesario.
Además
vale resaltar que el autor era un hombre de grandes conocimientos, lo que le llevo a pertenecer quizá a la élite de los
burgueses.
A la imaginación medieval, los eventos sobrenaturales eran fascinantes y a menudo fenómenos aterradores que o
podrían inspirarse por el testamento de Dios (un milagro) o por los medios artificiales (la magia). Santo Tomas creyó
que los poderes intelectuales que llamaron las ocurrencias mágicas no eran necesariamente malos, pero cualquier
esfuerzo por frustrar el testamento de Dios era, por la definición, malo (el Summa contra gentiles CIV-CVII). los eventos
Mágicos, si de acuerdo con la Providencia Divina, era por consiguiente totalmente legítimo. En el nivel de cultural
popular, la magia estaba en un área misteriosa de actividad natural y sobrenatural que no sólo comprendió la actividad
paranormal sino también las supersticiones comunes y las preguntas más fundamentales de fe. Lo que es más, la
tradición del romance italiana incluyó una abundancia de motivos que dependían en los artículos mágicos como los
anillos y los talismanes.
Boccaccio era íntimamente conocedor de estas tradiciones populares y literarias (así como los motivos mágicos se
presentan en los trabajos de autores clásicos) y los utilizó constantemente en su obra.
2. El decameron
La obra más importante de Bocaccio es El Decamerón (1348-1353). Está formada por una colección de cien relatos
ingeniosos, algunos de ellos novelas cortas, que giran alrededor de tres temas: el
r, la inteligencia humana y la fortuna.
Para engarzar estas cien historias, Giovanni Boccaccio estableció un marco de referencia narrativo. La obra comienza
con una descripción de los efectos devastadores de la peste bubónica (la epidemia que golpeó Florencia en 1348), lo
que da motivo para el inicio de su relato.
Un grupo de amigos, afortunados y discretos, siete mujeres y tres hombres, se refugian en una villa de las afueras de
Florencia para escapar de un brote de la peste negra. Para pasar el tiempo, cada uno cuenta una historia por cada una
de las diez noches que pasan en la villa. De ahí el nombre del libro, que en griego significa: δέκα déka 'diez' y ἡμέραι
hēmérai 'días'. Cada uno de los relatos termina con una canzona, una canción para bailar entonada por uno de los
narradores. Además, cada uno de los diez personajes se nombra jefe del grupo por cada uno de los diez días
alternadamente. Este liderato se extiende a dictar el contenido de las historias para ese día, de modo que haya una
organización temática de los cuentos (aunque la adherencia a este concepto no es muy estricta). Al terminar el cuento
número cien los amigos vuelven a sus casas.
Boccaccio se apoya en diferentes fuentes literarias, las cuales muchas veces invierte o parodia. Estas son, entre otras:
las colecciones de exempla medievales, los fabliaux, la novela griega, el roman francés, los autores clásicos,
especialmente Apuleyo, los autores medievales, sus contemporáneos italianos, las crónicas de su
ciudad (F. Villani), la tradición folclórica, las creencias populares.
A través del acto humano de la palabra se ha cumplido un proceso de regeneración en los jóvenes, paradigmas quizá
de todo el género humano que debía regenerarse en ese momento tan especial de la historia que les tocaba vivir. En
consonancia con la progresión ascendente que se opera en el grupo, los cuentos siguen también una dirección
ascendente, del vicio a la virtud: desde la acumulación de todos los vicios posibles en Ciappelletto (I, 1) a la virtud casi
sobrehumana de Griselda (X, 10).
La distancia que se crea entre la cuentística anterior (Apuleyo, Las mil y una noches, el Sendebar, el Conde Lucanor) y
el Decamerón resulta pues, por tantos motivos, abismal.
El Decamerón describe detalladamente los efectos físicos, psicológicos y sociales que la peste bubónica ejerció en esa
parte de Europa. Los argumentos básicos de las historias no son generalmente invención de Boccaccio; de hecho, se
basan en fuentes italianas más antiguas, o en algunas ocasiones en fuentes francesas o latinas. Cabe mencionar que
algunas de las historias que contiene el Decamerón aparecen más adelante en los Cuentos de Canterbury de Chaucer.
Sin embargo, no es probable que Chaucer estuviera familiarizado con el Decamerón. Probablemente se sirvió de
fuentes españolas y latinas, utilizadas antes por Boccaccio.
Los personajes de Boccaccio son seres comunes, defectuosos y desprovistos de cualquier valor noble, caballeresco o
cortés;
por el contrario, destacan los ladrones, embusteros y adúlteros, y se enaltece su astucia, que les permite salir airosos
de las situaciones descritas, a diferencia de la antigua concepción medieval, donde el protagonista o héroe de la
historia poseía facultades inherentes a su ser, como la belleza o la fuerza, y asociadas siempre a la nobleza y la
divinidad. Finalmente, el fuerte sentido anticlerical de las historias de Boccaccio hace pensar en las épocas que
vendrán más adelante, donde los ideales feudales y cristianos serán atacados por las nuevas concepciones que sitúan
al hombre como centro del mundo.
En esta obra, y en especial en la IV jornada, aparecen diversos tipos de personajes de forma cortesana, social
estamentada, vasallaje, oficios diversos…
A diferencia de la concepción medieval donde el protagonista de la historia poseía facultades como la belleza y la
fuerza, en esta obra los personajes se caracterizan por la astucia.
Se puede considerar esta obra como un adelanto de la literatura de la época, pues la caracterización del Decameron
es un anticipo de la concepción profana del hombre a la que dio lugar el renacimiento. Se define esta obra como un
texto antropocéntrico y humanista, ya que se ocupa sólo de temas humanos, sin mencionar aspectos religiosos y
teológicos. Es notable por la riqueza y variedad de los cuentos, que alternan entre la solemnidad y el humor.
De tal modo, mientras la peste asolaba provocando catástrofes alrededor, en este jardín flore
ce todo un mundo de historias vitales y de recargada sensualidad. En la obra de Bocaccio, observamos desfilar, por
ejemplo, a un marido algo enfermizo que con dificultades puede pasar la noche de bodas; su mujer se ha de considerar
premiada cuando un pirata de exaltada virilidad la rapta. Massetto es un hombre joven y vigoroso que cuida el jardín de
un convento; allí, con gran alegría de las monjas y de las abadesas, no fecunda solamente la tierra. Todas las historias
eróticas de Bocaccio se corresponden con la imagen medieval de la mujer, proclive a caer en las tentaciones de la
carne. La iglesia católica, a través de la Inquisición, terminó prohibiendo este libro, a pesar de esta inclusión en la
nómina de lecturas no autorizadas , la de Bocaccio se convirtió en una de las lecturas preferidas por los clérigos.
Destaca la brillantez de su escritura y el análisis de los personajes. En esta obra Bocaccio reunió material de diversas
fuentes: clásicos griegos y latinos, relatos populares, la vida italiana de la época…
3. Temas
Los temas son casi siempre profanos, a tono con la mentalidad burguesa que empezaba a fraguarse en Florencia: la
inteligencia humana, la fortuna y el amor. Van desde «historias de mala suerte que inesperadamente cambian hacia
felicidad» (el día dos, bajo el liderazgo de Filomena) hasta historias considerablemente más interesantes de «mujeres
que juegan engaños con sus maridos» (día siete, bajo el mandato de Dioneo). Cada día también incluye una breve
introd
ucción y una conclusión, que describen otras actividades diarias del grupo, además del relato de historias. Estos
interludios del cuento incluyen con frecuencia las transcripciones de canciones populares italianas en verso.
Por otra parte, las circunstancias descritas en el Decamerón son susceptibles de una interpretación alegórica influida
por la numerología medieval. Por ejemplo, se cree que las siete jóvenes mujeres representan las cuatro Virtudes
cardinales y las tres Virtudes teológicas (Prudencia, Justicia, Templanza, y Fortaleza; Fe, Esperanza, y Caridad), y se
supone que los tres hombres representan la división tripartita griega tradicional del alma (Razón, Apetito Irascible, y
Apetito Concupiscible). El mismo Boccaccio indica que los nombres que dio a estos diez personajes son de hecho
seudónimos «elegidos apropiadamente de acuerdo a las cualidades de cada uno». Los nombres italianos de las siete
mujeres, en el mismo orden significativo según el texto original son: Pampinea, Fiammetta, Filomena, Emilia, Laureta,
Neifile, y Elissa. Los nombres de los varones son: Panfilo, Filostrato, y Dioneo.
La maestría que Boccaccio demuestra en esta obra no radica tanto en la originalidad de los temas (que toma de los
fabliaux franceses, de las colecciones árabes o de otras fuentes tradicionales) como en la moderna estructura con que
los presenta y en el estilo. Él trasladó al italiano la cadencia de los mejores prosistas latinos (periodos amplios, rítmicos,
bien trabados, sin renun
ciar en los diálogos al habla coloquial y espontánea.
El Decamerón rompió con la tradición literaria y, por primera vez en la Edad Media, Bocaccio presentó al hombre como
artifice de su destino, más que como un ser a merced de la gracia divina.
4. Personajes
Los personajes del Decamerón “liberan al arte de su servidumbre teológica y lo convierten en fin de sí mismo”, al punto
que pasan de “un ser a merced de la gracia divina” para llegar a una posición un tanto semejante. Es Masetto de
Lamporecchio, quien (al final del primer cuento de la tercera jornada), se pone en esta posición:
“Así, pues, Masetto, viejo, padre y rico, sin tener el trabajo de alimentar a sus hijos ni pagar sus gastos, por su astucia
habiendo sabido bien proveer a su juventud, al lugar de donde había salido con una segur al hombro, volvió, afirmando
que así trataba Cristo a quien le ponía los cuernos sobre la guirnalda.”
Si consideramos la idea del personaje como “realidad sometida a códigos artísticos” podremos vislumbrar lo que esta
nueva corriente estética aportaría en la construcción del personaje en cuanto a tal (y ya no, como arquetipo).
La estética renacentista, permite a Boccaccio la construcción de personajes formalmente “redondos” (abundantes en
rasgos y muy elaborados), aunque todavía no sean “dinámicos” (que experimentan cambios en sus rasgos), ni
“independientes” (respecto de la trama narrativa)[9].
Así, pues, Boccaccio, ocupa casi tanto o más espacio en el texto para la descripción de
los rasgos y del interior de los personajes que para las acciones:
* Ciappelletto es el “más malo entre los nacidos”, y no basta con decir esto, sino que es necesario describir todos los
pecados cometidos en su vida (canto 1 jornada 1).
* Abraham-Giovanni nos cuenta todo su razonamiento previo a la decisión de bautizarse cristiano, y en eso casi
exclusivamente radica la anécdota (canto 2 jornada 1).
* Masetto de Lamporecchio no habla (se hace pasar por mudo), pero oye y razona, y se nos hace saber todos sus
pensamientos (canto 1 jornada 3).
* Ghismunda dialoga con su padre, en un diálogo que lo único que hace es retardar su muerte, y que como verdadera
función, nos informa de quién es ella y cómo ve al mundo (canto 1 jornada 4).
* El trovador Minuccio (canto 7 jornada 10), compone una canción para contarle al rey Pedro de Aragón quién es Lisa
Puccini y por qué está enferma, de modo que queda informado el lector por varias fuentes y desde varios puntos de
vista lo que sucede.
Por último, analizando la fuente de información que tenemos de los personajes, y en el caso concreto de los
personajes-narradores del Decamerón, nos encontramos ante la “presentación de un personaje puesta en boca de otro
personaje. En este caso la información se ve condicionada por el ‘campo visual’ del personaje narrador” (G.
Domínguez, p. 90), que al ser omnisciente y no estar implicado en la historia (extradiegético), hace que el volumen de
información sea ilimitado (puede entrar
a detallar el interior de cada personaje).
Personajes –narradores:
* Pampinea
* Filomena
* Laurita
* Emilia
* Elisa
* Neifile
* Fiammetta
* Pánfilo
* Dioneo
* Filostrato
5. Forma expresiva
Podríamos decir que el Decamerón hizo de Boccaccio el padre de la novela moderna. A las narraciones ingenuas y sin
forma literaria definida, Boccaccio les proporcionó una estructura artística, acción viva y dramática y las introdujo en la
literatura. Este refinado narrador desarrolló el tradicional cuento medieval infundiéndole una verosimilitud y cohesión
psicológicas de las que carecía hasta ese momento. Fue además el creador de la prosa de su país; el toscano llegó a
convertirse en una lengua capaz de expresar cualquier idea y cualquier ambiente: la situación trágica y la sátira más
mordaz.
En cuanto a la estructura de este libro, hay tres niveles superpuestos en cuyo centro están situados los cuentos; el
primer nivel es el «marco» del autor, donde éste cuenta a sus lectoras que unos narradores les contaron a unos
receptores (segundo nivel: «marco» de los narradores) que un personaje le dijo a otro… (nivel de los cuentos, donde a
veces el sistema de inclusión se puede ampliar).
Este sistema del marco de los narradores, con un espacio, un tiempo, unos personajes y cierta trama argumental,
permite al autor crear un sistema explicativo de síntesis y valoraciones sobre lo que va a exponer. Desde luego, no son
cuentos sencillos de técnica lineal,
sino que son relatos elaborados, que basan su comicidad o su tono dramático en cuidadas formas expresivas.
La base lingüística del autor es el florentino ilustre pero, dado que en el Decameron hay diez narradores, se dan
diferentes niveles en función de quién tenga la palabra. Hay, por lo tanto, un plurilingüismo muy grande. Había sido
Dante, con su Divina Commedia, quien había redactado en el dialecto toscano a modo de ensalzar y realzar el valor de
la lengua regional. Le siguió Petrarca, cuyo Canzoniere también estaba escrito en vulgar aunque su vulgar no es como
el de Dante, rico y plurilingüista, sino que está privado de cualquier regionalismo. Por su parte, Boccaccio da forma a la
prosa italiana, derivándola del latín y trasladándola a la lengua vulgar, al florentino literario de los siglos XIII y XIV.
El lenguaje es elevado, culto, y sigue la retórica latina.
El excepcional mérito narrativo de esta obra reposa sobre un arte trabajado y sabio en el cual la prosa, el bien decir,
alcanza unos valores buscados y operantes.
La frase de Boccaccio, sintaxis convertida en belleza, se abre y se cierra en una curva perfectamente medida, en la
que los incisos van cabalmente colocados, las palabras dispuestas de acuerdo con una calculada armonía de acentos,
el hipérbaton llega hasta donde permite la flexibilidad de Ia lengua moderna y los verbos suelen llenarse de eficiencia al
ocupar el último lugar. Da la impresión de que son imprescindibles todas las voces que forman la oración
, aunque sean meros adornos retóricos no necesarios para la expresión de la idea. A base de la más bella y culta
retórica Boccaccio es capaz de escribir vulgaridades y lugares comunes cuya vaciedad queda disimulada por el estilo y
cuya lectura agrada. Este tipo de período amplio y majestuoso es la gran creación de la prosa de Boccaccio.
En el Decamerón, libro de alegría y destinado a provocar la risa, lo único serio es precisamente el estilo, trabajado con
un cuidado sumo y surgido de una mente ordenada y equilibrada, sensible a la belleza verbal y a la musicalidad de la
frase. Este estilo ciceroniano, que simultáneamente Petrarca empleaba en sus obras en latín, parece a primera vista el
vehículo menos indicado para la expresión de cuentos livianos. Pero en esto está, cabalmente, el mérito de Boccaccio,
en haber dignificado una vil y vulgar materia con el más afiligranado y sutil estilo de prosa. El período boccaccesco
será durante cerca de dos siglos un ejemplo de prosa que tal vez causará más estragos que beneficios, pues no todos
los prosistas tendrán la mesura del autor del Decamerón, que sabe hasta qué punto puede llegar en el retorcimiento de
la frase sin que se malogre la elegancia y que, con buen sentido del equilibrio en una obra tan extensa, sabe prescindir
de la dicción culta y periódica en algunos de sus cuentos, escritos en una prosa más natural y menos alambicada.
6. Trascendencia y repercusión de la obra
La importancia del Decamerón estriba en gran parte, pues
, en su muy cuidada y elegante prosa, que estableció un modelo a imitar para los futuros escritores del Renacimiento,
pero también en haber constituido el molde genérico de la futura novela cortesana, no sólo en Italia a través de los
llamados novellieri (Franco Sachetti, Mateo Bandello, Gerardi Cinthio, etc.), sino en toda Europa (El Patrañuelo de Juan
de Timoneda, las Novelas Ejemplares de Cervantes, etc.). Incluso la leyenda de Los amantes de Teruel está inspirada
en el cuento VIII de la cuarta jornada.
Las escenas del Decamerón fueron temas populares para los pintores renacentistas, como Tiziano. En 1970, Pier
Paolo Pasolini realizó un filme basado en algunas de las historias del libro.
Se puede considerar la obra de Boccaccio como un adelanto considerable dentro la literatura de su época, pues las
características del Decamerón anticipan la concepción profana del hombre a que llegó el Renacimiento. La ausencia de
rasgos fantásticos o míticos, así como la burla hecha a los ideales medievales, son, entre otros, los rasgos que definen
al Decamerón como un texto profundamente antropocéntrico y humanista.
El Decamerón influyo en el escritor inglés Chaucer, quien escribió Canterburry Tales, quién adapto mucho por su forma
de escribir y presentar personajes de la vida real. Por otro lado incremento la escritura ascética de su época, quienes
reaccionaron inmediatamente al Decamerón.
La influencia del Decamerón es notable, no solo en la Literatura Universal, sino también en
s artes como la pintura.
El primer cuadro es de Winterhalter, conocido pintor alemán del s. XIX. Alcanzó la fama gracias a sus retratos de la
corte. Su obra es apreciada por su sutil intimismo y la perfección en la vestimenta de los protagonistas de sus pinturas.
El segundo lienzo es de Waterhouse, artista inglés de finales del siglo XIX que retrató numerosas obras literarias
siempre con un estilo suave, misterioso y romántico.
ARGUMENTO DE LA CUARTA JORNADA
En la cuarta jornada "bajo el reinado de Filostrato, se discurre sobre aquellos cuyo amor tuvo un fin infeliz". Boccaccio
inserta en la introducción una defensa personal de las acusaciones que le han hecho. Para demostrar el atractivo de la
mujer y la fuerza natural del instinto, cuenta una historia. Cierto individuo queda viudo después de años de feliz
matrimonio, decide consagrarse a Dios y retirarse para hacer vida eremítica, llevando consigo al hijito de dos años.
Cuando a la edad de dieciocho años el hijo deja por primera vez la soledad de la ermita y va con el viejo padre a
comprar cosas en Florencia, se turba al ver unas jóvenes.
A los que le hacen notar que las mujeres le atraen demasiado, Boccaccio responde que no le preocupan tales
acusaciones, ya que provienen de personas que no experimentan la natural inclinación al amor. A quienes le recuerdan
que no está bien que un viejo corteje a las jóvenes, responde que los hombres aún en la ancianidad sienten los
impulsos amorosos. A los que le aconsejan que se
ique a la poesía en lugar de la prosa de novelas licenciosas, contesta que, entre otras cosas, las Musas algunas veces
vienen en su ayuda, mientras compone novelas. A los que le invitan a trabajar para ganarse el pan, responde que aún
no se ha visto obligado a pedir limosna y que, si se encontrase en dificultades, sabría comportarse con dignidad y
valentía. A quienes niegan que el mundo sea tan corrompido como lo representa, declara que permanecerá en su
convicción hasta que le demuestren lo contrario.
Todos los relatos de este día son moralmente rechazables por los argumentos y escabrosas descripciones.
Se narra entre otros asuntos, el de Tancredo que envía a su hija el corazón de su amante; Alberto que para conquistar
a una mujer finge ser el ángel Gabriel y es desenmascarado; Isabel que pone en un vaso de ungüento la cabeza del
amante asesinado por sus hermanos y muere de dolor cuando ellos le quitan el vaso; el cruel Guillermo que le da a la
mujer, que lo ignora, el corazón de su valiente amante, Guillermo Guardostagno, matado por él.
Éstos son las relatos en su orden:
"Tancredo, príncipe de Salerno, mata al amante de su hija", contado por Fiammetta.
"Fray Alberto engaña a una mujer y termina en la cárcel", contado por Papinea.
"Tres jóvenes aman a tres hermanas y terminan miserablemente", contado por Laurita.
"Gerbino combate contra una nave del rey de Túnez", contado por Elisa.
"Isabel muere de dolor por haber perdido a su amante", contado por Filomena.
"And
reola ama a Gabriel", contado por Pánfilo.
"Simona ama a Pasquino", contado por Emilia.
"Jerónimo ama a Salvestra", contado por Neifile.
"Guillermo Rosillón mata a Guillermo Guardostagno", contado por Filostrato.
"La mujer de un médico", contado por Dioneo.
La Cuarta Jornada es la de los “amores infelices”, en la que por momentos se entabla la relación burlador-burlado:
* Ghismunda y Guiscardo (en el cuento 1), engañan por algún tiempo a Tancredo, ocultándole su relación.
* Isabetta y Lorenzo (en el cuento 5), también hacen lo mismo, hasta que los hermanos varones de ella se dan cuenta.
* La historia de Girólamo y Salvestra (cuento 8), no resiste la burla, es puramente provenzal y reproduce la estructura
del amor cortés (amor utópico que nunca se realiza). Como lo hará Lisa Puccini, en ese amor cortés “invertido”, en el
cuento 7 de la décima jornada.
Novela primera
Tancredo, príncipe de Salerno, mata al amante de su hija y le envía a ésta el corazón en una copa de oro; ella,
echando sobre él agua envenenada, se la bebe y muere.
Novela segunda
Fray Alberto convence a una señora de que el ángel Gabriel está enamorado de ella y después, escapado de su casa
por miedo a los parientes de ella, se refugia en casa de un pobre hombre, que al día siguiente lo lleva a la Plaza como
si fuera un salvaje; allí lo reconocen sus frailes y se lo llevan preso.
Novela tercera
Tres jóvenes aman a tres hermanas y con ellas huyen a Creta; la mayor mata por celos a su am
ante; la segunda, entregándose al duque de Creta, salva de la muerte a la primera, pero su amante la mata y con la
primera huye; son acusados el tercer amante y la tercera hermana, que, presos, confiesan; y temerosos de morir,
corrompen a la guardia con dinero y huyen, pobres, a Rodas, donde mueren en la pobreza.
Novela cuarta
Gerbino, contra la palabra dada por su abuelo, el rey Guillermo, ataca una nave del rey de Túnez para raptar a una hija
de éste; los que en ella iban matan a la doncella y él los mata, por lo que es condenado a que le corten la cabeza.
Novela quinta
Los hermanos de Lisabetta matan al amante de ésta, que se le aparece en sueños le muestra dónde está enterrado;
ella desentierra en secreto la cabeza y la mete en un tiesto de albahaca; como llora sobre él todos los días durante
mucho tiempo, sus hermanos se lo quitan y ella muere de dolor poco después.
Novela sexta
Andreuola ama Gabriotto; le cuenta un sueño que ha tenido y él a ella otro; se muere de repente en sus brazos y
mientras ella, con una sirvienta, lo llevan a su casa, las prende la guardia y ella cuenta lo ocurrido. El podestá la quiere
forzar, ella no lo sufre; enterado su padre y hallándola inocente, la hace liberar y ella se niega a vivir en el mundo y se
mete monja.
Novela séptima
Simona ama a Pasquino; están juntos en un huerto, Pasquino se restriega los dientes con una hoja de salvia y muere;
prenden a Simona y ésta, queriendo mostrar al juez cómo murió Pasquino, mu
ere también al restregarse una de aquellas hojas contra los dientes.
Novela octava
Girolamo ama a Salvestra; marcha a París, forzado por los ruegos de su madre y a su vuelta la encuentra casada;
entra a escondidas en su casa y muere a su lado y, llevado a una iglesia, muere Salvestra al lado de él.
Novela novena
Micer Guillermo de Rosellón da a comer a su mujer el corazón de micer Guillermo de Cabestaing, muerto por él y
amado por ella; cuando ella lo sabe luego, se arroja desde una alta ventana y muere, siendo enterrada con su amante.
Novela décima
La mujer de un médico cree muerto a su amante, narcotizado, y lo mete en un arcón, que dos usureros se llevan a su
casa con él dentro; al despertarse, lo prenden por ladrón; la criada de la dama cuenta a la Señoría que lo metió ella en
el arcón robado por los usureros, con lo que él se salva de la horca y los prestamistas son condenados a una multa por
haber hurtado el arcón.
PROPUESTAS PARA EL COMENTARIO DE LA CUARTA JORNADA
[Introducción]
1. ¿A quién pertenece la voz narrativa de esta «[Introducción] a la cuarta jornada»? ¿Quiénes son, en consecuencia,
esas «Carísimas señoras» (p. 158) a las que hace referencia al comienzo de la misma?
2. ¿Qué quiere decirnos con la expresión «las presentes novelitas […] están escritas por mí en florentino vulgar y en
prosa» (p. 158)?
3. El propio autor cuenta en estas páginas una historia similar a las que narran los jóvenes florentinos en cada una de
las jor
nadas del Decamerón. ¿Qué función desempeña? ¿Qué diferencias existen entre esta novela y las del resto de los
narradores?
4. Al final de la introducción se menciona a Guido Cavalcanti, a Dante Alighieri, a Cino de Pistoia y, en nota a pie de
página, a Petrarca. ¿Quiénes son? ¿A qué se dedicaban? ¿Por qué los nombra Boccaccio? ¿Por qué son recordados
hoy en día?
Novela segunda
1. De acuerdo con las afirmaciones de Pampínea en las primeras líneas de esta historia, ¿es su narración distinta de
las del resto de la jornada? ¿Por qué?
2. Comenta el siguiente fragmento que explica la razón por la que Pampínea quiere contar esta historia: «para
demostrar cuánta y cuál sea la hipocresía de los religiosos, los cuales con las ropas largas y amplias y con los rostros
artificialmente pálidos y con las voces humildes y mansas para pedir a otros, y altanerísimos y ásperos al reprender a
los otros sus mismos vicios y en mostrarles que ellos por coger y los demás por darles a ellos consiguen la salvación»
(p. 167).
3. ¿Encaja la protagonista de esta historia en las categorías de personajes femeninos que habíamos visto hasta ahora?
Novela novena
1. Reflexiona acerca de los protagonistas de esta novela. ¿Quiénes son los malos y quiénes los buenos? ¿Actúan
correctamente? ¿Por qué? Escribe una redacción de entre diez y quince líneas en la que contestes a estas preguntas y
des tu opinión sobre el tipo de personajes que Boccaccio presenta en esta narración