Grupos Comunitarios Oracion Servicio

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GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACIQN y SERVICIO P. Ricardo, MPD EDITORIAL DE LA PALABRA DE DIOS R.EItNÁ./'f PABLO FANUIILE JtrfltÚlJcair ú 'Juow Jtiru

Transcript of Grupos Comunitarios Oracion Servicio

  • GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACIQN y SERVICIO

    P. Ricardo, MPD

    EDITORIAL DE LA PALABRA DE DIOS

    R.EItN./'f PABLO FANUIILE JtrfltlJcair 'Juow Jtiru

  • IGRUPOS COMUNITARIOS DE ORACIN Y SERVICIO

    Padn::.> Ricardo Grupos comunitarios d\.'" or;H.,I{H1 \' !>('!"VH'JO ed Buenos Aires-

    De la Palabr'" Dios. 200K 192 p.; 21xl& cm

    ISBN 978-9&O947,'-40

  • .GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACiN Y SERVICIO

    Espritu Santo "Amigo"

    4

    Espritu Santo, Amigo nuestro. Amigo Santo que nos llevas a la santidad: profundiza nuestra interioridad para que experimentemos el amor Dios en nuestro corazn.

    Concdenos someter nuestra Naturaleza al Seoro de y al orden de su caridad. y realizar siempre con alegria la lIoluntad santa y santificadora del Padre.

    Dejindenos de la astucia dd con tu discernimiento y sabidun'a y danos anunciar la sallladn de la Vida Nueva con los de tu poder carismtico.

    Hacenos testigos de Jess confines de la tierra

    y de nuestra pida, para que un -impulsados eternamente por Vos yen unidad de todo rI Pueblo de Diospodamos cantar las alabanzas sin de nuestro Padre y Dios en su HUo Jesucristo, con Maria y todos los santos. Amn

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  • GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACIN Y SERVICIO

    CONTEN1DO

    PRLOGO de la Segunda Edicin .................. . . . . . . . . .. 11

    PRESENTACiN........................................... 13

    INTRODUCCiN........................................... 17

    PARTE 1

    Captulo 1. El Proceso comunitario de la oracin

    espontnea ............................. 23

    La oracin como proceso ................................ 23

    El comienzo pastoral del proceso ......................... 25

    Primera Etapa: La espontaneidad de la oracin ............... 26

    l. La libertad del espritu ..................................... , . 29

    2. Los racimos de oracin....................................... 32

    :l. Crecer es entregarse......................................... 34

    4. La oracIn de alabanza....................................... 36

    Segunda Etapa: Las bendiciones fraternas ....................... 37

    1. La oracin comunitaria y personal. ............................ 41

    2. El testimonio de vida........................................ 44

    :3. Signos prccarismticos ....................................... 46

    Tercera Etapa: La experiencia carismtica de la oracin ........ 46

    1. El carisma del amor......................................... 49

    2. El pastoreo de la vida nueva ................................... 51

    :l. La etapa del xodo en los grupos comunitarios de oracin y servicio .. 52

    4. El camino de las espiritualidades............................... 52

    7 G

  • GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACIN Y SERVICIO

    Captulo 2: La Dimensin Carismtica en el contexto

    eclesial ................................. 55

    1. La doble dimensin de la Iglesia ........................ 55

    2. El contenido de la experiencia de Pentecosts en el libro de los

    Hechos de los Apstoles.................................. 57

    1. El llamado universal a la santidad............................. 59

    2. La dimensin ierrQuico oastoral de la '_'v"'~' ................. .

    3. Experiencia de los "carismas 4. Experiencia eclesial del carisma comunitario. . . . . . . . . . . . . . . .. .. 62

    5. El espritu de la misin..................................... .

    3. La actualizacin de la experiencia carismtica en la Iglesia catlica. 66

    * La tradicin del proceso de oracin................................... 69

    Testimonio: "La Pascua del Seor en mi corazn" ......................... 72

    4. Contexto eclesial de los dones y carismas................. 74

    1. Los dones y carismas de vida interior y santificacin.............. 74

    2. Los dones y carismas pastorales.. . . . . . . . . . . .. .............. 75

    3. Los dones y carismas pentecostales. . . . . . . . . . . .. . ............. 77

    5. Algunos carismas pentecostales .......................... 78

    como don de oracin. , .. ................ . ........ 82

    .

    " El don de

    ..................................... .......... 87El don de

    Captulo 3: El Contexto Discipular de la Iglesia ......... 9:~

    1. El proceso actual de las naciones, la globalizacin de la

    cultura y la fe............... , .. , .. , .... , .... , ......... , 93

    2. Dos modos de proponer vivir la fe.. . . . . . . . ... . ........ ,. 96

    3. Las reas pastorales del evangelio............ , .......... 100

    a. El rea dlscioular .......................................... 100

    (ministerial) y ................... 101b. El rea

    c. El re de la participacin popular o general ................... .1 02

    4. Algunas caractersticas de la Nueva Evangelizacin y de su

    implementacin pastoral. ...... , .......... , ........... , . 105

    Testimonio: "Construir una parroquia misionera" ..................... 107

    8

    CONTENIDO

    PARTE JI EXPERIENCIA ECLESIAL DEL CARISMA COMUNITARIO

    1. La dimensin comunitaria de la fe .................. 115

    Testimonio I ......... , . . . . . . . . . . . .. . ................................. 120

    Testimonio 11 ........ ,. . .... ,........ ... . .. , ................. 123

    H. Algunas modalidades de los grupos comunitarios .... 127

    Captulo 1. El Grupo de oracin espontnea abierta al

    Espritu Santo ......................... 131

    1. Estructura de la reuni6n del grupo...................... 131

    2. Los retiros.......................................... 134

    3. La formacin en el grupo.............................. 134

    4. La escuela pastoral. .................................. 135

    5. Testimonios .......................... , ............. 137

    "Jess, :;racas por todo." ............................. , ............ 137

    "Un IUlll'S por la rniulana." ............ , ........... , . , .. . ........... 138

    Captulo 2. El Grupo de Evangelio ................... 141

    l. Qu son y cmo surgieron los Grupos de evangelio? ...... 141

    2. A qu tienden los Grupos de evangelio? ................. 142

    :3. Cmo se forma? ................................... '. 143

    4. Cmo funciona? .................................... 144

    5. Cmo se desarrolla? , . . . . .. . ........................ 148

    6. Qu necesitan los Grupos de Evangelio para su desarrollo? . 1

    7. Testimonio: te anims?". .. . . . .. ... . .... ,., ... .. ] 52

    Captulo 3. El Grupo de Encuentro en la Palabra

    (Oracin Bblica) ........................ 155

    1. Qu es un Grupo de Encuentro en la Palabra? , ........... 155

    2. Qu es el Encuentro en la Palabra? ..................... 156

    :t Cmo se hace un Encuentro en la Palabra? ...... , .. , .... 157

    4. Los discursos de Jess en el Grupo de Encuentro en la Palabra.. 162

    a, Oraciln por versculos.. . . . . . . . . . .. ... . .............. 163

    h. Visualizarlos como cnsellanza... , . .. .. . ... " ...... 164

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  • PRLOGO de la Segunda Edicin

    GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACIN Y SERVICIO

    5. La contemplacin imaginativa como oracin personal. ..... . 6. Itinerario del camino del discpulo....................... 166

    7. Itinerario del camino eclesial y discipular de los Hechos..... 170 8. Testimonio pastoral. .................................. ]73

    Captulo 4. El Grupo de oracin Mariana .............. 175

    1. Qu es un Grupo de oracin mariana? ................. .

    2. El tiempo mariano en la Iglesia......................... 175

    3. El tiempo mariano en el Movimiento.. . . . . . . . .. . ........ 177

    la reunin............................... 177

    a travs de Mara........................... 179

    de los siete das .................... ]79

    5. 6. 7. Testimonio: "De la mano de mara". . . . . . . . . . . . . . . . .. . ........... 1R2

    EPLOGO .......................................................187

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    A 10 aos de la primera edicin, presentamos esta segunda publicacin de "Grupos comunitarios de oracin y servicio tl En ella se ofrece eclesialmente y como experiencia pastoral, el carisma del Movimiento de la Palabra de Dios en la constitucin de diversos tlcenculos de oracin tl

    como experiencia comunitaria de la fe cristiana. Los grupos comunitarios de oracin y servicio pueden ser considerados como comunidades discipulares de base eclesial.

    Durante todo este tiempo ha corrido, en la Iglesia, el agua de la nueva evangelizacin. Un signo de ello, entre otras cosas, lo podemos encontrar en:

    y La Carta Apostlica de Juan Pablo 11: "Al comienzo del nuevo milenio" (NMI).

    tl y La primera encclica del nuevo Papa Benedicto XVI: "Dios es amor . y El segundo Encuentro mundial de los Movimiento y Nuevas Comu

    nidades con Benedicto XVI (Pentecosts del 2006). ,. El documento del Episcopado Latinoamericano y Caribe de Apareci

    da (Mayo, 2007). r El nuevo Snodo sobre la Palabra de Dios convocado por el Papa pa

    ra octubre del presente ao 2008. .,. La continuacin del dilogo ecumnico e interreligioso.

    Todo el proceso evangelizador de estos aos se ha llevado a cabo en el contexto de una globalizacin que se desarrolla bajo los signos de un creciente laicismo, a veces, fuertemente antieclesial y anticreyente.

    En este tiempo, el Movimiento de la Palabra de Dios -con su propuesta oracional, comunitaria y evangelizadora- se ha extendido por nuevos pases, ha acrecentado el servicio eclesial de preparacin de jvenes

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  • GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACIN Y SERVICIO

    al sacramento de la confirmacin en 47 parroquias, el desarrollo vigoroso de dos parroquias con sentido discipular y comunitario, el establecimiento de Fraternidades Sacerdotales del clero diocesano, una Convivencia de seis das sobre las realidades temporales para profesionales en orden al horizonte de una civilizacin digna de la persona humana y de su trascendencia eterna, una Escuela discipular de novios, etcera.

    La presente edicin, revisada, responde al pedido reiterado de su reimpresin. Dios sea glorificado en su Hijo Jesucristo presente en la vida de la Iglesia!

    P. Ricardo

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    PRESENTAC1N

    El ltimo milenio ha terminado con un siglo que ha sido definido como el siglo del atesmo y del desconocimiento de Dios o neopaganismo. Un siglo tambin que puede ser definido como de fuerte renovacin de la Iglesia en su santidad y misin.

    En este contexto nace, en 1974, El Movimiento de la Palabra de Dios. Hoy recoge una experiencia eclesial de 25 aos. Ella nos ayuda a reflexionar sobre la renovacin de la Iglesia y una nueva evangelizacin para el nuevo milenio que se inicia con el ao jubilar.

    El Movimiento quiere presentar su carisma de oracin, comunidad y misin en lo que puede tener de valor general para la Iglesia. Este Movimiento desarrollado inicialmente en la Argentina, en la actualidad (1999) est constituido por la participacin semanal de 3900 personas en el pas. Los mismos estn agrupados en 300 grupos comunitarios de oracin y servicio en distintos momentos de vida. Estos grupos estn distribuidos en diferentes ramas y realidades: sacerdotes y laicos consagrados, consagradas laicas, matrimonios dedicados a Dios, familias, jvenes y nios (960 nios de sus comunidades).

    Al mismo tiempo y desde el impulso de la vida comunitaria y/o familiar se aporta a la sociedad un estilo de trabajo basado en una cultura de valores, de servicio y solidaridad. El Movimiento como obras particulares, administra una parroquia, tres colegios, dos casas de encuentro y oracin y una editorial. En estos momentos desde Argentina hace su expansin en dos pases de Latinoamrica: Ecuador y Paraguay. Presente en 25 dicesis del pas, colabora especialmente en 22 parroquias en la preparacin de los jvenes para el sacramento de la confirmacin, mediante una metodologa catequstica de interioridad e integracin eclesial comunitaria.

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  • IGRUPOS COMUNITARIOS DE ORACiN Y SERVICIO

    Nuestra realidad surge de una accin de renovacin eclesial creada por el Espritu Santo, en un mayor compromiso de los laicos, especialmente de los jvenes, en la Iglesia.

    El Espritu Santo, que ha guiado e inspirado en la Iglesia el Concilio Vaticano 11, es tambin, l mismo, quien abre diferentes caminos de realizacin eclesial de las propuestas conciliares.

    El Decreto sobre el Apostolado de los Laicos, en su exhortacin final dice:

    HEI santo Concilio ruega, por tonto, encarecidamente en el Seor, a todos los laicos que respondan de grado, con generosidad y corazn dispuesto a la voz de Cristo, que en esta hora los invita con mayor insistencia, y a los impulsos del Espritu Santo. Sientan los jvenes que esta llamada va dirigida a ellos de manera especialsima; recbanla con entusiasmo y magnanimidad. Es el propio Seor el que invita de nuevo a todos los laicos, por meda de este santo Concilio, a que se le unan cada da ms ntimamente y a que, sintiendo como propias sus cosas (Cf. Fil 2,5) se asocien a su misin salvadora. Es el propio Cristo el que de nuevo los envio a todas las ciudades y lugares adonde l ha de ir (Cf. Le. 10,7); para que, con las diversas formas y maneras del nico apostolado de la Iglesia, que debern adaptarse constantemente a las nuevas necesidades de los tiempos, ,se le ofrezcan como cooperadores, abundando sinceramente en la obra del Seor y sabiendo que su trabajo no es vano delante de l (Cf. 1 Coro 75,58)" (ib. N 33).

    De esta exhortacin podemos rescatar nuevas situaciones de conciencia laical en la Iglesia a partir del Concilio:

    ~ Los laicos han tenido un corazn ms dispuesto a la voz de Cristo en su responsabilidad eclesial.

    );- Muchos jvenes han sentido que este llamado se hizo de una manera especial a ellos y lo han recibido con entusiasmo y magnanimidad. Esa es tambin nuestra experiencia como Movimiento nacido desde los jvenes adolescentes y como opcin preferencial del Espritu por ellos (Cf. Puebla 1186-1187).

    );- Muchos laicos se han unido estrechamente a Jess como Seor de sus vidas, y se asociaron a su misin salvadora, especialmente en el mbito de las ciudades. De este modo se han hecho ms estrechos colaboradores de la Iglesia en el apostolado a travs de diversas for

    14

    PRESFNrAClN

    mas asociativas (vg. Cantantes catlicos que evangelizan a travs de la msica).

    :, As se han ofrecido como cooperadores aptos a las nuevas necesidades de los tiempos y han constatado que su trabajo no es vano lante del Seor. La exhortacin apostlica "Los Fieles Cristianos Laicos" recomienda

    a los mismos, realizar el sentido comunitario de la fe, cuando dice: "Slo dentro de la Iglesia como misterio de comunin se revela la

    'identidad' de los fieles laicos, su original dignidad. y slo dentro de esta dignidad se puede definir su vocacin y misin en la Iglesia y en el mundo" (CHL W 8, ltimo prrafo).

    Anticipndose al encuentro y al discurso de Juan Pablo 11 a los Movimientos en Pentecosts de 1998, dice este documento:

    "La comunin eclesial, ya presente y operante en la accin personal de cada uno, encuentra una manifestacin especfica en el actuar asociado de los fieles laicos ... En estos ltimos aos, el fenmeno asociativo se ha caracterizado por una particular variedad y vivacidad.. y se han visto nacer y dividirse mltiples formas agregativas: asociaciones, grupos, comunidades, movimientos. Podemos hablar de una nueva poca asociativa de los fieles laicos ... tanta es la riqueza y versatilidad de los recursos con que el Espritu Santo alimenta el tejido eclesial; y tanta es la capacidad de iniciativa y la generosidad de nuestro laicado" (CHL n 29).1

    Por otra parte, y hablando de la evangelizacin, dice el documento sinodal en su nmero 34:

    "Esta nueva evangelizacin est destinada a la formacin de comunidades eclesales maduras, en las cuales la fe consigue liberar y realizar todo su original significado de adhesin a la persona de Cristo y a su Evangelio, de encuentro y comunin sacramental con l, de existencia vivida en fa caridad y en ef servicio ':

    r 1 El subrayado es nuestro.

    15

  • .GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACIN Y SERVICIO

    Esta reavivacin conciliar de la Iglesia y esta mayor participacin del laicado est motivada, desde el Espritu, por la conciencia de la necesidad de una nueva evangelizacin en el mundo: "hacer a la Iglesia del siglo xx cada vez ms apta para anunciar el Evangelio en la humanidad del siglo XX' deca el documento sinodal de Pablo VI "Anunciando el Evangelio". Y agregaba la necesidad de "crear tiempos nuevos de evangelizacin en una Iglesia todava ms arraigada en la fuerza y el poder perennes Pentecosts" (EN N

    Este nuevo anuncio del Evangelio, bajo la uncin del Espritu Santo, surge de la conciencia renovada de anunciar a todos los hombres el evangelio y no reducir la vida de la fe a un cumplimiento religioso. "Este reino y esta salvacin pueden ser recibidos por todo hombre como grada y misericordia; pero a la vez, cada uno debe conquistarlo con la fuerza (Cf. Mt. 11f 72; Le. 16, 16), con la fatiga y el sufrimiento, con una vida conforme al evangelio, con la renuncia y la cruz, con el espritu de las bienaventuranzas. Pero ante todo, cada uno lo consigue mediante un total cambio interior que el evangelio designa con el nombre de metanoia, una conversin radical, una transformacin profunda de la mente y el corazn (Cf. Mt. 4,77)" (EN 1O).

    Frente a la cultura secularista de nuestros das, no hay que hacer una dicotoma entre defenderse o conquistar. La mejor defensa de la fe es el anuncio explcito y testimonial del Evangelio y su conquista misionera. "En occidente, las estadsticas hablan de una reduccin del nmero de creyentes; vivimos una apostasa de la Aunque en minora, la prioridad para nosotras es la del anuncio" (dilogo del Cardo Ratzinger en el Seminario sobre los Movimientos del Encuentro de .1999). Hemos de aprender a Este es el Bautismo de Jess en el Jordn. Jess es la gida por el Espritu y ella ha de iniciar el la Tierra.

    El autor Diciembre 1999

    16

    ,

    lNTRODUCC10N

    En esta Nueva Evangelizacin, el testimonio es de una importancia primordial. liLa Buena Nueva debe ser proclamada, en primer lugar, mediante el testimonio" (EN W21). Podramos decir que el testimonio es el principal argumento de nuestra fe y ms para el hombre de nuestra poca.

    "El hombre contemporneo - dice Juan Pablo II en la Redemptoris Missio -cree ms a los testigos que a los maestros; cree ms en la experiencia que en la doctrina; en fa vida y los hechos ms que en las teoras. El testimonio de vida cristiano es la primera e insustituible formo de la misin" (RM W 42, p. 1).

    El argumento testimonial invita a los hombres a vivir la fe como adhesin de corazn a Jess y su evangelio (Cf. EN W 23). De este modo, la fe se presenta como una opcin personal por Jess y su evangelio, ms que como una forma cultural del sentimiento o necesidad religiosa del hombre.

    Por este motivo, en la Iglesia postconciliar especialmente, se ha reconocido "un puesto a ministerios sin orden sagrado, pero aptos para asegurar un servicio especial a la Iglesia': "Tales ministerios, nuevos en apariencia, pero muy vinculados a experiencias vivdas por la Iglesia a lo largo su existencia - catequistas, animadores de la oracin y del canto, cristianos consagrados 01 servicio de lo Palabra de Dios a a la asistencia de Jos hermanos necesitados, jefes de pequeas comunidades, responsables de Movimientos apostlicos y otros responsabfes-- son precisos para la implantacin, fa vida y el crecimiento de la Iglesia y para su capacidad de rradiarse en tomo a eJJa y hacia los que estn lejos" (EN N 73, Cf. RM N 74).2

    I 2 El subrayado es nuestro. 17

  • 'GRUPOS COMUNITARIOS DF ORACION y SERVICIO

    En nuestros das hay una urgencia no slo de salvacin del hombre y su civilizacin sino tambin, una urgencia de humanizacin. Existen signos serios del proceso de descomposicin humana, moral, social y espiritual de la civilizacin actual. La generalizacin de la corrupcin es un signo de la decadencia humana en esta poca. La Iglesia en Puebla lee as este proceso de deshumanizacin:

    "El materialismo individualista, valor supremo muchos hombres contemporneos, que atenta contra la comunin y la participacin impidiendo la solidaridad; y el materialismo colectivista que subordina la persona al Estado. El consumismo, con su ambicin descontrolada de "tener ms'; va ahogando al hombre moderno en un inmanentismo que lo cierra a las virtudes evanglicas del desprendimiento Y de la austeridad, paralzndolo para la comunicacin solidaria y la participacin fraterno. El deterioro de los valores familiares bsicos desintegra la comunin familiar eliminando la participacin corresponsable de todos sus miembros y convirtindolos en fcil presa del divorco y del abandono familiar. En algunos grupos culturales, la mujer se encuentra en inferioridad de condiciones. El deterioro de' la honradez pblica y privado; los frustraciones, el hedonismo que impulsa a los vicios como el juego, la droga, el afcoholsmo, el desenfreno sexual. Los rasgos culturales que hemos presentado se ven influidos fuertemente por los medios de comunicacin social. Los grupos de poder poltico, ideolgico y econmico penetrqn o travs de ellos sutilmente el ambiente y el modo de vida de nuestro pueblo. Hay una manipulacn de la informacin por parte de los distintos poderes y grupos. Esto se realiza de manera particular por la publcidad que introduce falsas expectativas, crea necesidades ficticias y muchas veces contradicen los valores fundamentales de nuestra cultura latinoamercana y del Evangelio. El uso indebido de la libertad en estos medios lleva a invadir el campo de la prvacidad de las personas generalmente indefensas. Penetra tambin todos los mbitos de la vida humana (hogar, centros de trabajo, lugares de esparcimiento, calle, permanentemente). Los medios de comunicacn,

    18

    INTROD CCIN

    por otra parte, llevan a un cambio cultura! que genera un nuevo lenguaje (ef. EN 42) (DP 54-58 Y 61).

    En el momento actual, podemos mencionar, tambin, el creciente desempleo causado por una economa neoliberal de "capitalismo salvaje" en las palabras de Juan Pablo 11. Esta economa ha llevado tambin a una nueva forma de trabajo que bajo el modelo de "flexibilidad laboral" des-

    al trabajo de su carcter de vocacin del hombre en su vinculacin con la civilizacin. Al mismo tiempo se constituye en una nueva forma de esclavitud que agobia al hombre por el excesivo nmero de horas de trabajo, el subempleo, la falta de tiempo y tranquilidad para la vida familiar, social, religiosa, etctera. "A/legtimo proceso de globa/izacin humana se lo utiliza a favor de una economa explotadora de/ hombre y sin sentido de trascendencia y sofidaridad".3

    Mucho ayudara a la respuesta que la Iglesia puede dar a la sociedad, la renovacin del propio proceso pastoral realizado con los laicos. Un proceso que ayude a evolucionar a los jvenes hacia adultos humana y eclesialmente maduros; un proceso que lleve a los grupos eclesiales a desarrollarse como comunidades eclesiales de base; un proceso que prepare al cristiano a evangelizar, culturizar y civilizar.

    Desde nuestra perspectiva como movimiento eclesial, queremos ofrecer hoy especialmente nuestra experiencia de constitucin de grupos comunitarios de oracin y servicio. Esta experiencia, hecha escuela pastoral en el Movimiento ha dado una gran simiente de grupos comunitarios de oracin y servicio, como base de la comunidad eclesial al servicio de la Iglesia diocesana y de las formas asociativas laicales. En nuestra experiencia la raz es la oracin espontnea, abierta al Espritu Santo y, junto a ella, un proceso comunitario de evangelizacin.

    Desde los comienzos, Pascua de 1974, sentimos que el Espritu Santo nos revelaba pastoralmente, el camino de los grupos de oracin. Todo ese ao, junto con una religiosa y compartiendo con el grupo, observamos y tuvimos la gracia de descubrir cmo era el camino de oracin comunitaria: sus distintos momentos interiores, los elementos de enseanza que

    3 P. Ricardo, "El nuevo nombre de la esclavitud", en Revista Cristo Vive, iAle/uia! W 114, set 1988, p.17, Editorial de la Palabra de Dios. Buenos Aires.

    19

  • 'GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACiN Y SERVICIO

    haba que dar, las gracias de proceso que se reciban, etctera. Esta gracia del proceso comunitario de oracin fund la experiencia bsica del Movimiento para orar y siempre cremos que era una gracia que perteneca a la Iglesia y haba que ponerla a disposicin de ella, como lo hacemos ahora.

    Dicho proceso de los grupos de 1974 fue confirmado por el camino que hicieron al ao siguiente, otros grupos nuevos. la gracia del Seor fue repitiendo lo mismo que habamos observado el ao anterior. Esto nos confirm que el Espritu nos revelaba, pastoralmente, un camino de oracin e interioridad comunitaria.

    El proceso de oracin comunitaria ha decantado en los 300 grupos y comunidades actuales de jvenes, familias, consagrados y sacerdotes. La misin, en numerosas acciones eclesiales (vgr. misiones rurales, visita permanente a hospitales, etctera) y el servicio, en la administracin de colegios, parroquias, casas de encuentro y oracin, editorial, servicio parroquial de confirmacin, etctera.

    PARTE 1

    EspiR1TU y PROCESO DE LOS GRUPOS COMUN1TAR10S

    20 21

  • .GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACiN Y SERVICIO I'ARH. I CAPTULO 1

    - 22

    ,

    CAP1TULO 1

    El Proceso comunitario de la oracin espontnea

    La oracin como proceso

    La tradicin catlica, mstica y contemplativa ha logrado, a travs del tiempo, describir el proceso de la oracin personal que lleva a la unin mstica con Dios. As se habla del momento vocal de la oracin (oracin vocal), el momento meditativo de la oracin (oracin mental), el momento del desarrollo afectivo de la oracin (oracin afectiva), el momento de la simplificacin del encuentro con Dios (oracin simple) y todo el proceso infuso de la oracin (la noche de los sentidos, la noche del espritu, la unin mstica con Dios).

    Tambin se habla de la va purgativa, la va iluminativa y la va unitiva. Es decir, se caracteriza el hecho del encuentro, purificacin, maduracin y plenitud con Dios como un proceso. Un proceso es un camino que hay que recorrer por etapas que caracterizan diferentes momentos y que llevan finalmente a la santidad de la persona en el encuentro con Dios.

    El tiempo actual de la Iglesia se ha caracterizado por un redescue intensificacin de la oracin, no solo personal, sino especial

    mente comunitaria. As ha dado lugar a lo que es el movimiento carismtico y sus grupos de oracin, a otros cenculos de oracin y de oracin

    etctera.

    23

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  • 'GRUPOS COMUNI"IARIOS DI'" ORACIN Y SERVICIO

    Es importante sealar que en este caso tambin se puede describir la oracin comunitaria como un proceso o camino a recorrer. Sobre este tema, que queremos presentar como experiencia del Movimiento de la Palabra de Dios, volveremos un poco ms adelante.

    En el aspecto comunitario como desarrollo del Pueblo de Dios, ya el Antiguo Testamento nos seala etapas de un proceso histrico que se hacen arquetpicas de la experiencia religiosa comunitaria. As el Pueblo de Israel en su camino de ser liberado de la esclavitud de Egipto, que representa el mundo viejo y su pecado, recorre un proceso de tres etapas para alcanzar la tierra prometida.

    La primera etapa es la del xodo, donde el pueblo es llamado a dejar la esclavitud, ponerse en marcha bajo la gua de Dios, en una experiencia de encuentro con l a travs de la eleccin de Moiss como pastor de ese pueblo.

    Esta etapa que tiene la alegra y la admiracin del Dios liberador y todopoderoso culmina con el paso del Mar Rojo y es continuada por una segunda etapa, la Travesa hacia la tierra prometida. La Travesa es un proceso de purificacin del Pueblo de Dios, de su pecado y cultura anterior, de seguir teniendo la experiencia asistencial de Dios en las necesidades y dificultades del camino; de revisar y renunciar a toda forma de idolatra para hacer un pacto de vida, amor y fidelidad con Dios (es el pacto de la An-

    Alanza expresado en los mandamientos de la Ley). En el desierto, Dios le da la gracia de descubrir que no slo le regala la libertad sino que el pueblo tiene que asumirla, renunciando a sus defectos y pecados para realizar en ella un camino de respuesta a Dios y a su santidad. All, el Pueblo es organizado por tribus, para poder desarrollar en la tierra prometida, una civilizacin de justicia y solidaridad querida por Oros.

    Este proceso termina en una tercera etapa que es la Tierra prom: tida. Es la etapa de conquistar esa tierra ofrecida por Dios y desarrollar en ella una civilzacin del Pueblo de Dios.

    Podremos ver que este itinerario del xodo Travesa - Tierra prometida, es arquetpico y representativo tambin del proceso personal y comunitario de un hombre que se convierte a la fe cristiana y que desarrolla su vida y su anhelo de santidad en una comunidad eclesial de base. Este es el sentido personal y comunitario del proceso de los grupos comunitarios de oracin y servicio que presentamos.

    24

    PARTE

    El comienzo pastoral del proceso El comienzo pastoral del proceso tiene un umbral previo que es la

    constitucin estable de un grupo. En un comienzo, y como consecuencia del modo informal y sin mucho compromiso estable al que estn acostumbrados, especialmente los jvenes, tambin la constitucin del grupo requiere un proceso. Un proceso de invitar a una reunin grupal evangeliza dora para ir recibiendo una experiencia comunitaria de fe. Lo ideal de esta estabilidad es una reunin semanal, pero la invitacin inicial, puede establecerse en una reunin mensual o quincenal hasta que la misma experiencia vaya conquistando, en la mayor parte de los integrantes de participacin ms estable, el deseo de una periodicidad semanal. La posibilidad de esta constitucin grupal depende tambin, de la capacidad de convocar de un sacerdote, una religiosa o un laico coordinador de ese grupo.

    Este grupo, en proceso de estabilidad, se desarrolla mediante una experiencia de compartir la vida a travs de la fe. Ayuda usar textos evanglicos que permitan iluminar sencillamente diferentes aspectos de la vida y compartirla. Esto va haciendo que los participantes se conozcan mutuamente, vayan perdiendo temores y gustando la riqueza del compartir. Un fruto de esto ser el sentirse progresivamente integrado como grupo y deseosos de profundizar y desarrollar la experiencia.

    As se va tambin estableciendo la doble dimensin de un grupo eclesial de fe. La dimensin pastoral, presente en el asesor y en el coordinador del grupo, que van dando elementos de evangelizacin y de desarrollo grupal, y la dimensin fraterna del grupo, en la experiencia de la intervinculacin y la interioridad.

    Este proceso de la constitucin estable del grupo puede demorarse o no, dependiendo esto de la respuesta de los participantes. Para ser mantenida esta experiencia hasta lograr el objetivo inicial buscado, es necesario que los integrantes vayan experimentando la utilidad de este compartir la vivencia personal de la fe iluminada por la Palabra de Dios y la integracin eclesial. El coordinador del grupo debe estar atento a que este momento, sea un proceso transitorio para lograr un grupo estable de periodicidad semanal, lo cual le permitir iniciar un proceso propiamente pastoral y comunitario de la fe.

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  • GRUPOS COMUNITARIOS DE OI(ACIN y SERVICIO

    Hay que evitar la confusin de llamar "cerrado" a un grupo que busca una estabilidad en la participacin de sus reuniones. Porque esta palabra encierra la imagen de un grupo enquistado en s mismo y no abierto, en la formacin y en la accin de la edesialidad propia de la parroquia y de la dicesis. Llamar cerrado a un grupo estable es un "prejuicio" de quienes se conforman con tener un grupo inestable en la participacin grupal, al que slo puede interesarle algn grado de encuentro y cuando ms, de formacin y accin apostlica.

    Qu nmero de gente en su participacin estable es necesario tener para cerrar un grupo? Esto depende del objetivo que se tenga. Hablando propiamente de un grupo y no de una asamblea, pareciera que lo ms conveniente es alrededor de unas 25 personas como mximo o unas 10 personas como mnimo. Si el grupito es de menos de siete personas hay que hablar ms de una fraternidad que de un grupo.

    El proceso de Iniciacin a la rIr

  • .GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACiN Y SERVICIO

    Qu pasa en nuestra cultura pastoral convencional? El creyente convencional, al no tener una experiencia viva de Dios

    expresada y recibida en la oracin, no tiene capacidad testimonial en su presencia en el medio ambiente. Su presencia religiosa es, cuanto ms, formal a travs del cumplimiento de obligaciones religiosas. l, ms que sentirse Iglesia, piedra celular del Cuerpo de Jess, es alguien que va a la Iglesia. Y la Iglesia est en el templo, fuera de l. Va a practicar y a recibir los sacramentos ms que a trabajar su vida en una conversin y a comprometerla en una comunidad donde se desarrolla un proceso evangelizador de la vida y de la interioridad.

    En este sentido y como caracterizacin de la fe convencional es bueno sealar la diferencia que hay entre rezar y orar. El creyente convencional normalmente sabe rezar pero no orar. Rezar es expresarse, en el vnculo con Dios, a travs de oraciones hechas y conocidas. Estas oraciones como el Padre Nuestro y el Ave Mara tienen mucho contenido de fe, pero normalmente cuando se las reza y no se las ora, terminan no expresando el sentido y contenido de vida de esas oraciones. Es por eso que, en la costumbre convencional, muchas veces se reza mecnicamente sin expresin del sentido de la oracin.

    El orante convencional siente que se distrae habitualmente en su rezo y que a la larga, a pesar suyo, la oracin es aburrida. Por qu?, porque le falta la vida. Es una oracin ms de la mente o la memoria que del corazn.

    Orar significa expresar la vida de la propia fe y conversin en el vnculo con Dios. Esta experiencia de comunicarse con Dios a travs de la vida personal y comunitaria lleva a que tambin las oraciones tradicionales se sientan vivificadas en su expresin.

    As una oracin comunitaria es un espacio de realimentacin de la vida, de la fe y una animacin del deseo de dar testimonio de Jess y de su evangelio. As tambin un rosario vivificado en la oracin, no resulta un espacio aburrido, sino un encuentro nuevo con Dios a travs de Mara.

    Es decir que la oracin nos lleva a establecer y trabajar un vnculo vivo y real con Dios. Lo cual va a exigir paralelamente una tarea de formacin evangelizadora.

    La formacin evangelizadora es aquella formacin que no mira en primera instancia a que el creyente conozca toda la doctrina cristiana si

    28

    PARTE 1 CAPTULO 1

    no a que convierta su vida y tenga los fundamentos evanglicos y antropolgicos de esa evangelizacin y cambio de vida. Esto requiere, entre otras cosas, evangelizar la imagen natural de Dios con que llegan las personas a un grupo comunitario.

    1. La libertad de espritu Las condiciones bsicas y elementales de la expresin y comunica

    cin las podramos expresar as: la libertad de espritu en la mente, el corazn y el cuerpo. Esto como base comunicativa para poder tener una expresin personal en la oracin.

    Cmo se accede a la libertad de espritu que est ausente en el hombre natural aunque sea muy libre en otras reas de su personalidad? Cmo se accede a la libertad de espritu en cristianos convencionales o nominales que estn acostumbrados slo a rezar, a comunicarse con Dios slo por medio de oraciones hechas ms que de la propia vida y del mbito slo de la oracin personal y no comunitaria?

    En nuestra experiencia, a la libertad de espritu se accede a travs de la libertad de la mente, el corazn y el cuerpo. Esto para que el grupo pueda encontrarse en forma comunitaria, vivamente con Dios.

    El descubrimiento ya de este primer momento del proceso de oracin, para muchos participantes es darse cuenta de que hasta el presente, han vivido con una imagen lejana de Dios, formal, rutinaria y hasta "muerta".

    El Seor llama al grupo ahora, a encontrarse vivamente con l para ser transformados en ese encuentro. "Donde estn reunidos dos o tres en mi nombre all estoy yo en medio de ellos" enseaba Jess (Mt.l8,20). Este "en mi nombre" significa las condiciones que tiene que tener un grupo para que Dios se manifieste en l. No es una reunin meramente formal ni tampoco de una espontaneidad dispersa, natural y superficial.

    El Dios que nos libera del pecado y de nosotros mismos nos llama a vivir en libertad y a expresarla en la oracin por la espontaneidad y la libertad de expresin.

    Esta es una libertad de acuerdo a la verdad del evangelio (Cf. GaI.2,S). Es la libertad del espritu que nos ha dado Cristo para que nos

    29

    ,

  • ____

    .GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACiN Y SERVICIO

    mantengamos firmes como hijos de Dios y miembros de su pueblo y no caer de nuevo bajo el yugo de las diferentes esclavitudes: el pecado, el libertinaje, el naturalismo de la vida con los matices del consumismo, la comodidad y superfluidad, etctera (Cf. Ga1.5, 1).

    El ejercicio de esta libertad es una respuesta al llamado del evangelio: "ustedes hermanos han sido llamados para vivir en libertad, pero procuren que esta libertad no sea un pretexto para satisfacer los deseos carnales: hganse ms bien servidores los unos de los otros por medio del amor' (GaI.5,13).

    En este sentido la experiencia comunitaria de fe, en el proceso de oracin y su discernimiento, nos lleva a la conciencia y a la constatacin de que "el mismo Espritu se une a nuestro espritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios" (Rom. 8,16).

    El proceso de oracin comunitaria nos va enseando a "dejarnos conducir por el Espritu de Dios para no ser arrastrados por los deseos de la carne" (GaI.5, 16) y as poder vivir dentro y fuera del grupo como hijos de Dios y ser expresin, aunque limitada, de su caridad.

    Es parte de la experiencia del grupo saber que "si vivimos animados por el Espritu, debemos tambin dejarnos conducir por l. No busquemos la vanagloria provocndonos los unos a los otros y envidindonos mutuamente" (GaI.5,25-26).

    Los miembros de un grupo comunitario no pueden estar pasivamente quietos frente al Dios vivo que nos revela su presencia. Hay que abrirle las puertas como a un amigo en presencia de otros amigos que van siendo los hermanos del grupo. Abrirle las puertas de la espontaneidad para que grupalmente pueda decrsele al Seor, .con libertad de espritu, lo que su rja del interior.

    En primer lugar, la libertad del espritu en nuestros pensamientos para no tener que "armar" las frases pensando antes lo que se va a decir despus. Esta falta de espontaneidad en los pensamientos muchas veces es la bsqueda de una seguridad en no decir algo inapropiado o no quedar mal ante los dems. Generalmente es la falta del ejercicio de la libertad en el vnculo con Dios en presencia de otras personas.

    La bsqueda de esta espontaneidad de espritu est refrendada por el hecho de que normalmente las personas, cuando se encuentran con otros semejantes, no estn pensando antes cmo decir las cosas. La

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    PARTE 1 CAPTULO 1

    experiencia de esta espontaneidad es lo habitual en el dilogo de las familias sea para dilogos pacficos o agresivos. Este aspecto propio de la espontaneidad natural puede iluminar la posibilidad de la espontaneidad espiritual en la oracin comunitaria.

    En segundo lugar, la libertad de espritu en nuestros sentimientos para que no tengamos miedo o vergenza de expresarlos y poder decir, por ejemplo, "Dios mo, te quiero", en presencia de otros hermanos. Esta espontaneidad de sentimientos en lo natural est hoy avalada por la cultura postmoderna, especialmente en los encuentros multitudinarios preferentemente de jvenes, convocados por los grupos y cantantes populares, como tambin por la cultura televisiva y hoy ya, la cultura universal, de Internet.

    En nuestra cultura religiosa en cambio, la espontaneidad ha quedado reducida generalmente, a expresar el sentido de las oraciones ya hechas o formales. Esto se manifiesta en las liturgias eucarsticas que muchas veces no son una expresin viva y festiva del misterio que se expresa porque se guarda la vivencia de los sentimientos.

    La falta de la educacin y formacin de la interioridad comunitaria lleva a que, a veces, "queriendo hacer una liturgia festiva" se haga ms bien, "una liturgia ruidosa" de poca interioridad. Esto termina desacreditando la vivacidad de la expresin en la celebracin litrgica. Cuando la liturgia expresa la interioridad de una comunidad, el mismo ambiente litrgico -lo hemos comprobado ms de una vez- es un argumento de evangelizacin para los que suelen participar rutinaria mente.

    En tercer lugar, la libertad de espritu en los gestos de la persona, para que el cuerpo en sus gestos, acompae al corazn y al alma en el encuentro comunitario con Dios. Como lo dira San Pablo "Por lo tanto, quiero que los hombres oren constantemente, levantando las manos al cielo con recta intencin, sin arrebatos ni discusiones" (1 Tim.2,8). Poder tener la libertad, en el caso de una reunin particular, de sentarse, pararse, arrodillarse, postrarse, levantar las manos y los brazos segn el momento de la oracin que se viva, sin esperar que eso sea una indicacin del coordinador de la oracin. Esto est avalado en nuestro tiempo porque tambin hoy en el proceso educativo de los nios y jvenes se ensea a expresar la vida a travs de la espontaneidad del cuerpo y los sentimientos, en la educacin de la expresin corporal.

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  • IGRUPOS COMUNITARIOS DE ORi\CN y SERVICIO

    Tambin esto mira a lo que es la expresin habitual de la vida entre la gente. En el encuentro con otros, segn el tipo de vnculo que haya, nos expresamos con el cuerpo, en un apretn de manos, en un abrazo, en un beso, en una palmada en la espalda, una sonrisa o un gesto agrio, etctera. Esta vivacidad de la expresin no debe estar ausente en el creyente respecto de su vnculo con Dios. La vivacidad de la expresin de la fe es fundamental y caracterstica de los testigos y sus testimonios.

    Para los que reciben el testimonio, tal expresin se transforma en un argumento de credibilidad para el propio corazn (Cf. 2 Sam. 6,5; Hch. 16,25).

    2. los racimos de oracin Paralelamente a lograr la libertad de espritu ya comentada, se

    busca tambin la construccin de una unidad en la oracin. Si a un grupo espontneo de personas le proponemos orar expresando las propias necesidades, el primer resultado ser una oracin dispersa. Es decir, en la expresin de la oracin irn surgiendo en forma mezclada peticiones, agradecimientos, el pedir perdn, etctera. Esto hace que la oracin no tenga unidad ni pueda ser profundizada. Por eso, es necesario ensear al grupo a darle unidad comunitaria a la oracin. Es lo que llamamos formar racimos de oracin.

    La unidad comunitaria de la oracin no es una suma de oraciones personales, es un entretejido de ellas. Esto no resulta simplemente de agrupar intervenciones personales una despus de otra, sino de que cada intervencin guarde unidad con las anteriores y que cada oracin personal sea apoyada por el resto del grupo.

    Los racimos de oracin se constituyen cuando el grupo guarda un mismo tipo de oracin. Por ejemplo, si en el grupo comienza habiendo peticiones, que todo el grupo participe con peticiones hasta que esto se sienta agotado, de alguna manera, en la oracin del grupo. Esto sera un racimo de peticiones, lo cual permite profundizar y llegar a intenciones ms profundas que las que salen en un comienzo obedeciendo a las primeras necesidades de cada uno. Del mismo modo, se podr constituir racimos de accin de gracias, de reconciliacin, de ofrecimientos, de alabanzas, etctera.

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    PARTE 1 CAPTULO 1

    As el grupo se va educando en guardar la unidad de la oracin y se va sensibilizando en percibir cundo un movimiento de oracin est acabado y espontneamente comienza otro.

    Esta oracin adquiere un sentido tambin comunitario cuando la expresin oracional de alguien es apoyada espontneamente por los dems. Por ejemplo, si alguien hizo una peticin -el grupo, diversamentepodr apoyarlo diciendo "amn", "yo tambin te lo pido Seor", "te lo pedimos", "escchanos", "escucha a nuestro hermano", etctera. Esta diversidad en la expresin del apoyo ayuda a que la oracin no se formalice y mantenga la vivacidad del sentir personal. ,

    Estos racimos de oracin le darn al grupo la experiencia de una mayor profundidad en la comunicacin personal y comunitaria en el vnculo con Dios. Es una constatacin de cmo uno va progresivamente profundizando el dilogo con Dios, y que el encuentro con l requiere el tiempo propio del desarrollo de un dilogo y no es algo inmediato, mecnico o rutinario.

    En estos racimos de oracin hay tres ncleos que son de destacar: el perdn, la entrega y la alabanza. En la liturgia eucarstica, la Iglesia nos propone, para escuchar la Palabra de Dios y participar de la Eucarista, comenzar por un acto penitencial. Primero nos reconocemos pecadores y nos reconciliamos con Dios y luego, escuchamos su Palabra y nos alimentamos con el Pan de vida. Esta necesidad de reconciliarnos comunitariamente con Dios, no en el sentido de la confesin de los pecados graves, sino especialmente de las actitudes y disposiciones en donde falta el amor, es propio del corazn convertido. Por eso, muchas veces se da y es de mucha ayuda en el grupo, un ncleo de reconciliacin. Pedirle perdn a Dios de nuestro egosmo, impaciencia, falta de mansedumbre, etctera, y as renovar nuestro vnculo de alianza con Dios para encontrarnos con l de modo ms purificado.

    Esta necesidad de responderle a la fidelidad de Dios puede generar un ncleo de oracin de entrega u ofrecimiento. la oracin de entrega es fundamental para salir de nosotros mismos y seguir trabajando la conversin del corazn al amor de Dios. La entrega nos permite renunciar a todo lo que nos ata y nos obstaculiza el que Dios pueda disponer de nosotros y transformar nuestro vnculo con l. Esta oracin de entrega le va dando al grupo la conciencia de vivir entregados totalmente a

    11

  • t ICiRUPOS COMUNITARIOS U 1-, ORACIN y SERVICIO ;i; Dios, confiando en l. De tal manera que esta entrega llegar desde el I;;:i:: ofrecimiento de nuestras cosas hasta la entrega de nuestros vnculos y

    hasta de nosotros mismos. As Dios ser todo en todos (Cf. 1 Cor. 15,28). De este modo, se puede tambin descubrir la riqueza y el encan

    to de la alabanza a Dios. Reconciliados con l, despojados de nosotros ~ mismos y entregados al amor de Dios somos libres para la alabanza.

    Una de las gracias especiales del proceso de la oracin comunitaria es el descubrimiento de la oracin de alabanza. Ella ensancha yeleva el corazn en un vnculo gratuito con el Dios que est por encima de toda criatura y situacin. Muchas veces la alabanza se expresa especialmente a travs de cantos, que teniendo una expresin sencilla, permite ir haciendo variantes de esa expresin sobre la misma meloda.

    En la evolucin de la oracin comunitaria y con el tiempo, comenzarn tambin racimos en torno a una misma expresin de vida. Por ejemplo, "porque es necesario que Jess crezca y yo disminuya, haznos crecer en la humildad"; "porque es necesario que Jess crezca y yo disminuya, haznos crecer en la servicialidad mutua"; "porque es necesario que Jess crezca y yo disminuya, haznos reconocer nuestros propios errores"; etctera.

    Estas cosas van surgiendo espontneamente en el grupo como proceso madurativo de un.a interioridad personal y comunitaria.

    El grupo va tomando conciencia de estas cosas por medio de dos instancias. Primero, porque el coordinador o animador le dar conocimiento por medio de una charlita, por ejemplo sobre los racimos de oracin. Segundo, porque siempre al finalizar la oracin conviene hacer un comentario y discernimiento de la misma y en este caso se podr tomar conciencia de qu racimos surgieron, qu le signific como experiencia al grupo, cmo se guard o no la unidad y profundidad de los distintos racimos, etctera.

    3. Crecer es entregarse La experiencia del Dios vivo en la comunidad nos abre el corazn,

    nos hace sentir la plenitud de la libertad en la entrega, la alegra de la alabanza y nos mantiene en continuo xodo de nosotros mismos.

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    PARTE 1 CAPTULO 1

    En el camino interior que hace la comunidad, se descubre que en el amor se crece por medio de la entrega. Estamos llamados a no vivir ya para nosotros mismos sino para aquel que muri y resucit por nosotros. "Tonto en lo vida como en lo muerte, pertenecemos 01 Seor. Porque Cristo muri y volvi o lo vida para ser Seor de los vivos y de los muertos" (Rom. 14,8-9). De este modo, somos llamados a vivir en su mandamiento del amor mutuo conforme a la enseanza de Juan.

    "Les doy un mandamiento nuevo: mense los unos o los otros. As como yo los he amado, mense tambin ustedes los unos o los otros. En esto todos reconocern que ustedes son mis discpulos: en el amor que se tengan los unos o los otros" (Jn. 13,34-35).

    Estamos acostumbrados a vivir desde nosotros mismos y muchas veces para nosotros mismos. Tendemos ms a la posesividad que a la donacin. En la oracin, el Espritu Santo nos mover a revisar de qu tiene que ser liberado cada vez nuestro ser, de qu atadura de cosas, afectos, intereses, miedos, problemas, etctera.

    El Padre Dios nos ensea que lo entrego es el signo del amor, cuando nos dice, "am tonto Dios 01 mundo que le entreg o su Hijo" (Jn 3,16). Gradualmente, el Espritu ir madurando comunitariamente la conciencia de que la vida se nos ha dado gratuitamente y estamos llamados a darla del mismo modo. En esto consiste el verdadero amor: la participacin en el amor de Dios.

    El grupo ir tomando conciencia de la obsolutez de Dios y de la necesidad de estar disponibles a l. Dios es "nunca bastante" deca San Francisco. A Dios no se le entrega nada hasta que se le entrega todo. La entrega hace de Dios mi Dios: "Seor mo y Dios mo" pudo decir el apstol Toms cuando le entreg a Jess resucitado su desconfianza e incredulidad.

    Para el acompaamiento personal de los participantes en el grupo hay que tener presente que la entrega pasa por diversas etapas.4

    Este proceso de crecimiento y maduracin de espritu a travs de la entrega ir hacindole reconocer al orante, el Seoro de Jess sobre su vida. De este modo despertar en l, el deseo de vivir el Evangelio como discpulo suyo.

    4 P. Ricardo Mrtensen, La entrega del Amor, Cap.IV, Editorial de la Palabra de Dios, Buenos Aires, 1998, 2 Ed, p. 20.

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  • .GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACIN Y SERVICIO

    Al mismo tiempo, en el orante, tambin se ir desarrollando la accionar del Espritu Santo en los procesos interiores del

    cambio de vida o conversin y de crecimiento en la comunin con Das.

    4. La oracin de alabanza El hecho de que el grupo descubra y llegue habitualmente a la ora

    cin de alabanza es un signo de su crecimiento interior. La alabanza surge del hecho de que el corazn purificado puede expresar sentimientos ms profundos y sublimes en relacin a Dios. Esta oracin le da conciencia al grupo de cmo el hombre ha sido creado para alabar a Dios. La alabanza es una necesidad del corazn amante y agradecido ante la grandeza de Das. Se alaba a Dios porque es Dios y la persona as se siente ubicada ante l como su criatura cuyo corazn admira la grandeza de Dios y de su amor.

    Hay un encanto producido en la persona que alaba a Dios. Sea por las expresiones habladas o por los cantos de oracin, el grupo puede experimentar el encanto de permanecer alabando a Dios largo rato.

    La alabanza es una oracin de libertad, de amor y de victoria desde la situacin de vida del grupo. El Espritu Santo va tomando los corazones y los mueve a alabar a Dios, no tanto por el xito o por las situaciones favorables sino por el gusto de encontrar a Dios en la alabanza. Es una oracin a la fidelidad de Dios. El orante puede decir con Mara: "M alma alaba al Seor y mi espritu se alegra en Dios mi salvador" 1,46).

    El evangelio nos muestra como el mismo Jess alababa al Padre: momento Jess se estremeci de gozo, movido

    por el Espritu Santo, y dijo: te alabo, Padre Seor del cielo y de

    la tierra, por haber ocultado estos cosos a los sabios y o los pru

    dentes y haberlos revelado o los pequeos. S, Padre, porque as

    lo has querido" (Le. 10,21).

    Algunas veces, el Espritu Santo, que ha llenado los corazones de alabanza, puede llevar tambin a momentos de adoracin comunitaria que se caracterizan por el silencio. Entonces, la oracin desemboca espontneamente en un silencio "lIeno de Dios" que pone al grupo en actitud interior de adoracin.

    - 36

    PARTE 1 CAPTULO

    Otras veces, la alabanza puede hacerse tan intensa, que los orantes sean movidos a alabarlo simultneamente, sin necesidad de escucharse unos a otros. Este modo de oracin se produce porque el Espritu Santo desborda los corazones y la persona ya no tiene necesidad de escuchar a los dems para encontrarse con Dios en un orden de entendimiento. Esta oracin, que no suele ser demasiado prolongada, guarda una unidad de Espritu y corazn en todo el grupo, tomado por el gozo del encuentro con Dios como Padre y Seor. Dios tiene odos para todos y no necesita escuchar a cada uno por vez sino que recibe la alabanza simultneamente de todo el grupo promovida por el mismo

    La alabanza es un modo de reconocer la providencia de Dios en toda nuestra vida, an a travs de las dificultades y

    No se alaba a Dios por lo que se siente sino por lo que se cree. La alabanza es una expresin de fe que no depende del sentir, an cuando ste puede facilitar la expresin ms viva de la oracin. Pero el alabar a Dios, a pesar del propio sentir, es un modo de purificar el amor del corazn que no ama por lo que siente sino por lo que quiere.

    Deca Juan Pablo 11: "Desde la alabanza se mueve toda respuesta autntica de fe a la revelacin de Dios en Cristo". Y aada: "Nuestras comunidades cristianas tienen que llegar a ser autnticas 'escuelas de oracin', donde el encuentro con Cristo no se exprese solamente en peticin de ayuda, sino tambin en accin de gracias, alabanza, adoracin, contemplacin, escucha y viveza de afecto hasta el arrebato del corazn. Una oracin intensa, pues, que sin embargo no aparta del compromiso en la

    abriendo el corazn al amor de Dios, lo abre tambin al amor de y nos hace capaces de construir la historia segn el desig

    1 4 Y 33 prr. 3).

    Segunda Etapa: Las bendiciones fraternas

    Una vez que el grupo tenga experiencia de la alabanza simultnea conviene que el coordinador d una charla sobre las bendiciones fraternas. I)e otro modo, ellas pueden carecer de la debida profundidad que requieren. Pastoralmente, las bendiciones fraternas indican un segundo momento del proceso de la iniciacin del grupo a la oracin comunitaria.

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  • GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACIN Y Sf.I~Vlrl()

    El hecho de orar juntos desde un corazn abierto -experiencia de ser Iglesia- da al grupo tambin, y como gracia de Dios, un creciente sentimiento de fraternidad entre los miembros. liNo solamente sabemos que somos hermanos sino que nos sentimos hermanos y nos tratamos como tales", deca un joven.

    El Espritu Santo! que derrama el amor de Dios en nuestros corazones (Cf. Rom. 5,5), desarrolla la gracia de relacionarnos con el otro desde la interioridad. El Espritu Santo, que nos eleva en la alabanza, nos

    en las vinculaciones. Las bendiciones fraternas son un modo de el amor.

    Es posible que a esta altura de varios meses de camino del grupo, ms de una vez se haya dado una experiencia de aproximacin a las bendiciones fraternas. Es decir, no solamente de orar por la necesidad de un hermano o para agradecer por sino tambin de acercarse a l para orar.

    Entonces, qu es una bendicin fraterna? Es un modo de orar que tiene dos aspectos: uno externo de expre

    sin corporal y otro interno, de orar cordialmente por un hermano, bendicindolo.

    Bendecir es lo ,contraria de maldecir, de desear el mal. Es delante de Dios, hablar bien del hermano, intercediendo por l. Es desear y pedirle a Dios ucosas buenasu para el hermano: "te bendigo Seor en este hermano y te pido por su necesidad. Bendcelo con tu amor para que se sienta acompaado y protegido por vos", etctera.

    Un efecto de esta oracin! procurado por el Espritu Santo, es ir desarmando las "maldiciones", las races del maltrato 'que nuestro corazn guarda habitualmente para el trato con el prjimo. Este mal-decir del prjimo, es como una costumbre en nuestra inclinacin al mal y se hace presente especialmente en la crtica, la murmuracin y el echarle la culpa al otro.

    De este modo, el Espritu va acostumbrando al orante a los celos, la rivalidad y el amor

    nos ensea a bendecir, a rectificar nuestra za y a reconCiliarnos, por el amor, con Dios y con el prjimo. Esto que sabemos por la enseanza de la Inloc;", n:>tllY:>lrr,,>ntp nI), rpqlta difcil vi

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    PARTE I CAPiTULO

    virlo. Y sin embargo, la oracin comunitaria viva nos va dando la experiencia de que la gracia endereza nuestra naturaleza y nuestro corazn.

    As no resulta utpico en la Palabra: 'flmen con sinceridad. Tengan horror al mal y pasin por el bien.

    mense cordialmente con amor fraterno, estimando a los otros como ms dignos. Con solicitud incansable y fervor de espritu, sirvan al Seor. Algrense en la esperanza, sean pacientes en la tribulacin y perseverantes en la oracin. como propias las necesidades de los santos y practiquen generosamente la hospitalidad. Bendigan a los que los persiguen, bendigan y no maldigan nunca. Algrense con los que estn alegres, y lloren con los que lloran. Vivan en armqna unos con otros, no quieran a la altura los ms humildes. No presuman de sabios. No a nadie mal por mal. Procuren hacer el bien delante de todos los hombres. En cuanto dependa de ustedes, traten de vivir en paz con todos. Queridos mos, no hagan justicia por sus propias manos, antes bien, den lugar a la ira de Dios. Porque est escrito: Yo castigar. Yo dar la retribucin, dice el Seor. Y en otra parte est escrito: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Haciendo esto, amontonars carbones encendidos sobre su cabeza. No te vencer por el mal. Por el contrario, vence al mal, haciendo el bien" (Rom. 12,9-21).

    El aspecto externo de la bendicin fraterna se realiza acercndose di hermano para orar junto a l. La bendicin fraterna supone que el grupo, durante la reunin, ha profundizado su encuentro con el Seor. No

    (~S una oracin para comenzar la reunin. A esta modalidad de acercarse lino o varios hermanos para orar junto a otro hermano es lo que llamamos bendicin fraterna.

    Ha de obedecer a un movimiento del Espritu y de la caridad que invita a orar por el otro o junto al otro. Muchas veces esta oracin va .lcompaada de un fsico: apoyar la mano en el hombro o en la cabeza del hermano, etctera, el gesto de la imposicin de las manos en la cabeza era un comn en la Iglesia primitiva y no siempre tena un

    sacramental como en el rito de la ordenacin sacerdotal por paren la oracin comunitaria, es un simple gesto de ben

    fraterna. As bendeca Jess a los nios (Cf. Mt. 19,13-15) o la cocristiana desDeda a los misioneros (Cf. Hch. 13,3).

    39

    -'Y"Y'TTT'II,II.

  • I IGRUPOS COMlINITAlllOS DE ORAC0l y SERVICIO

    Tambin es un modo de pedir por la salud de un enfermo (Cf. Mt. 9,18; Hch. 9,17). El significado del gesto se expresa en las palabras que lo acompaan.

    El aspecto interno es la misma oracin que se hace como intercesin, accin de gracias, acompaamiento al hermano, etctera.

    Tambin en la gracia de la bendicin fraterna se da un crecimiento. En un primer momento, la bendicin fraterna puede expresar el buen deseo y voluntad de un hermano para con otro en lo que pide o intercede por l. En un segundo momento, la bendicin se har desde una actitud ms receptiva por parte del que bendice. Este tratar de percibir en su propio interior qu es lo que recibe del Espritu para orar por el hermano. No es tanto lo que yo quiero pedir como bien para el hermano sino ver que quiere, el Espritu de Dios, para l. En esta actitud de oracin ms receptiva, el orante aprende a percibir y recibir interiormente lo que el Espritu quiere en la oracin. El desarrollo de esta actitud interior prepara para una experiencia carismtica espontnea.

    As la persona, por la gracia de Dios, va afinando el discernimiento interior y su docilidad al Espritu, aprendiendo a distinguir los movimientos de la gracia y de los impulsos de la naturaleza. Un fruto prctico de esto, por ejemplo, es aprender a dejarse conducir por el Espritu para bendecir y no ir al hermano que ms se quiere o por el que se sienten ganas personales de bendecir.

    El que es bendecido no debe permanecer ajeno a lo que se ora por l sino ha de responder a la bendicin con una actitud de recepcin de la misma. Esto se puede expresar con una actitud" silenciosa interior o con asentimientos vocales como por ejemplo "amn", "s Seor', etctefa.

    En un momento determinado, en el grupo pueden haber varias oraciones fraternas simultneas. Adems de la bendicin de un hermano a otro, el Espritu Santo puede inspirar, a todo el grupo, a orar por una persona en especial. Es una bendicin de todo el grupo a un hermano, es una bendicin gru:.al.

    De este modo, estas bendiciones de oracin constituyen una gracia de interioridad en las relaciones fraternas y en los vnculos del Cuer

    40

    PARTE 1 CAPiTULO

    po de Jess que es la Iglesia. La bendicin fraterna lleva a profundizar la relacin de amor con el hermano desde la presencia de Dios en cada uno de nosotros y prepara para una oracin de alianza en el futuro. De tal modo que el amor mutuo signifique, como Jess lo quera, que l ha venido al mundo y est entre nosotros expresando a la Iglesia como Comunidad de Dios.

    1. La oracin comunitaria y personal La Iglesia tiene una enorme experiencia de oracin personal con

    Dios que siempre ha inculcado a sus fieles. En tiempos anteriores al Concilio Vaticano 11, los creyentes eran estimulados a desarrollar la oracin personal.

    En esta poca de secularismo y descristianizacin, en general, la mayora de los creyentes ha perdido esta tradicin. Muchos bautizados no slo no oran sino que ni sienten necesidad, ni sabran como hacerlo.

    En la historia de nuestro movimiento, para muchos orantes actuales, la experiencia de oracin comunitaria ha precedido al desarrollo de la oracin personal. Es decir, muchos de los que han llegado a los grupos comunitarios sin una experiencia previa de oracin, se han encontrado primero con el aprendizaje de la oracin comunitaria y la experiencia de un Dios vivo a travs de ella.

    En segundo lugar, esta experiencia, junto al conocimiento de la Palabra de Dios y una vida de gracia sacramental, ha despertado la necesidad de la oracin personal. Esta adems debe ser promovida desde la formacin que, el coordinador del grupo, va trasmitiendo en sus charlas.

    El desarrollo de la oracin personal que vamos a comentar tiene un fruto: aprender a orar desde la vida. Un encuentro personal con Dios ns favorecido cuando, en ese encuentro, uno involucra la propia vida. Esto no es lo que ocurre cuando se toma por oracin personal la repeticin de oraciones tradicionales que suelen rezarse mecnicamente. La experiencia de la persona, actualmente, en su vinculacin interpersonal, es tlue el caudal de la propia vida tiene gran lugar en la comunicacin con t1 otro. La experiencia de oracin comunitaria lleva a hacer posible que usta vivacidad concreta de la propia vida, se incorpore al trato con Dios.

    41

  • .GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACIN Y SERVICIO

    La oracin personal, al ser privada, puede tener diversos momentos: unos expresivos y otros silenciosos o contemplativos. Es decir, que en este caso, ella permite desarrollar la experiencia de una vinculacin ms personal y viva con Dios. Y por eso mismo, se profundiza la conciencia de su necesidad.

    En la oracin personal, uno tiene un espacio interior distinto del de la oracin comunitaria. Es el momento de acudir, desde la propia reali

    a Dios y descubrirlo como Fuente de Puede ser importante, tambin, como parte de la

    un espacio de oracin de intercesin. La oracin de intercesin es una oracin evangelizadora y misionera. Ella se hace cargo de las necesidades que hoy tiene el mundo y la propia sociedad; incorpora la intercesin por la Iglesia, en la que el orante se siente parte activa, como tambin, las necesidades de la propia comunidad, familia y de si mismo.

    Esta oracin personal, tambin ayudar a desarrollar un vnculo con cada una de las personas de la Comunidad Trinitaria de Dios

    segn la gracia recibida por cada uno. Catlicamente es propio tambin desarrollar, como discpulo de Jess, un vnculo con Mara a la que Jess ha revelado como Madre del Pueblo de Dios.

    El encuentro con el Hijo de Dios hecho hombre, es particularmente rico a causa de su Evangelio. El apstol San Juan nos narra como cambi la vida de los que fueron los primeros discpulos de Jess, cuando l los llam a un encuentro personal (Cf. Jn.1,35-40). La Palabra de Dios nos permite esta posibilidad de encontrarnos a travs de ella con Jess, conocer ms su corazn humano y divino y profundizar, como Juan, en un con

    Hay tres efectos o resultados, tanto en la oracin Dersonal como en la comunitaria, que queremos remarcar inicialmente.

    El primero es la evangelizacin de la imagen de Dios. Quien comienza a orar, tiene una imagen interna de Dios segn la experiencia de su vida. Generalmente, la imagen que vive el orante, puede no concor

    con la revelacin que Dios hace de s mismo. las "caricaturas de Dios" por

    una imagen ms autntica del Dios vivo y verdadero. Parte de esta evan

    42

    grupo.5 se promueve desde formativas coordi-

    Un segundo fruto es la purificacin que el orante va experimentando de la propia naturaleza humana en el vnculo con Dios y con el prjimo. As por ejemplo, el orante aprender a expresarse ms desde lo que siente que desde lo que piensa para que la oracin no sea una teora y el encuentro con Dios no sea un encuentro terico o de ideas que no lIega a ser un encuentro de vida. Tambin aprender a no depender de los sentimientos, exclusivamente, para vincularse con Dios. La falta de un sentir interior es muchas veces parte del proceso por el que el

    a la persona de los intereses ocultos en los propios afectos. Ms de una vez, se puede alabar a Dios y estar en comunin con l por la fe y confianza en l y por lo que se lo quiere a pesar de la sequedad interior de sentimientos. Es decir, la oracin llevada como camino, conduce a una maduracin humana y espiritual.

    Un tercer fruto ser que la experiencia de oracin hecha encuentro vivo con Dios, busca transformarse en un encuentro y trato fraterno con el prjimo. Un corazn que permanece en estado de alabanza o encuentro con Dios, lleva a la persona a vincularse con el otro desde una dimensin interior distinta a la natural. As se expresa la fraternidad que supone desarrollar, a imagen de Jess, un vnculo de filiacin con Dios. Si estamos acostumbrados a buscar ser conducidos por el Espritu de Dios, tambin escucharemos su voz.

    "y ustedes no han recibido un espritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios 'Abba', es decir, 'Padre'. El mismo Espritu se une a nuestro espfrtu para dar testimonia que somos hijos de Das" (Rom. 8, 15-16).

    La oracin comunitaria se complementa con la Por tanto tendremos que darle en algunos das, un tiempo al Seor para presentarle nuestras cosas, mantener el ofrecimiento de nuestra vida, alabarlo y adorarlo, etctera. Es decir, en la oracin debemos cultivar un vinculo con Dios.

    este tema en P. Ricardo Mrtensen, El Rostro real de Dios, de Dios. Buenos Aires, 1999.4 Ed.

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  • .GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACIN Y SERVICIO

    Normalmente suele ocurrir que si no fijamos un tiempo determinado de oracin quedamos atrapados por el ritmo de la vida y la oracin no se concreta. Es ms, establecido un tiempo de encuentro personal con Dios ser necesario defenderlo de las mltiples actividades que a veces surgen y transforman en teora, el sabor del encuentro personal con Dios.

    En nuestra experiencia se ha dado, que cuando toda la familia partIcIpa de la vida comunitaria, los orantes pueden tener dispuesto un tiempo personal en la propia casa, que es respetado y defendido por los integrantes de la familia. Ellos aprenden a tener tambin, como un bien de familia, la oracin de cada uno de sus miembros.

    En la oracin personal, entonces, Dios tambin construye a la familia y a la comunidad ya que siempre somos miembros los unos de los otros y la interioridad de cada uno construye la interioridad comunitaria.

    La oracin despierta tambin en los orantes, motivados por la Palabra de Dios, el deseo de una coherencia de vida. Es necesario ser los mismos al orar que al vivir. La vida hace autntica nuestra oracin si somos coherentes. Coherentes en el trato fraterno, en la vida familiar, en el estudio y el trabajo, etctera. Coherentes en la vida que siempre es vida de fe y de cristiano en -el mundo. Esto permite evitar las dicotomas de la vida humana y espiritual entre el domingo y la semana, etctera. El hombre es una unidad y si se convierte a Dios, se convierte con toda su vida.

    2. El testimonio de vida Seguir a Jess nos ubica de una manera parti.cular en el mundo y

    en la sociedad. Por un lado, debemos estar comprometidos en la historia con el desarrollo de la sociedad y del mundo segn el plan de Dios, dando testimonio de nuestro estilo de vida evanglico y cristiano en el mundo. Por otro lado, no podemos participar de lo que sea generacin de pecado en la sociedad.

    Podramos decir que la oracin grupal transforma espontneamente la fe en testimonio. Cuando alguien se va llenando del Espritu Santo en el proceso de oracin, no puede dejar de comunicar a los dems la experiencia que vive en el encuentro con el Dios vivo y verdadero. As el creyente se transforma en testigo y como deca Pablo VI: "El hombre con

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    PARTE 1 CAPTULO 1

    temporneo escucha ms a gusto a los que dan testimonio que a los que ensean, o si escuchan a los que ensean es porque dan testimonio" (EN 41).

    El creyente convencional cuando quiere dar testimonio de su fe suele usar argumentos racionales o intelectuales si conoce bien la doctrina; o argumentos formales, que no mueven a interesarse por la fe al interlocutor. En la experiencia de oracin comunitaria, habitualmente, el argumento de mayor fuerza es lo que el encuentro vivo y comunitario con Dios significa en la vida del creyente. El testimonio es un argumento que habla de un hecho: de lo que Dios representa en la vida, del cambio que ha obrado en el creyente, y habla a la vida y al corazn del otro. De tal manera que el testimonio es un argumento de vida para la vida, un testimonio de la vida nueva para la vida del otro. Es decir, el testigo utiliza ms un testimonio de vida que de razn y si utiliza un argumento de razn es para la vida (Cf. Disc. 11, W7 ltimo prrafo).6

    Un fruto misional del testimonio es que muchos interloctores se terminan interesando por las actitudes de vida y la experiencia del creyente. Este testimonio es la mejor comunicacin de la fe y hace que los grupos y comunidades aumenten y crezcan an en medio de la incredulidad del medio ambiente. Esto hace descubrir que hay gente del medio ambiente que lo que est rechazando en su indiferencia o incredulidad, es una imagen dormida de Dios. Pero ellos pueden despertar o resucitar ante el testimonio de un Dios que es vivo y acta en la vida de las personas (Cf. EN 21).

    En un retiro del tiempo pascual de 1999, un centro pastoral del movimiento incorpor setenta personas distribuidas en tres grupos (de adultos, universitarios y adolescentes). Fueron invitados por el testimonio y fueron convencidos de la necesidad comunitaria por la misma experiencia comunitaria del retiro. Como Iglesia experimentamos que Dios obra hoy igual que en los comienzos, "y cada da el Seor aumentaba la comunidad con aquellos que deban salvarse" (Hch. 2,47).

    Este testimonio de vida ser el que, en el futuro de un cristiano ya maduro en su fe, podr acrecentar la presencia social de Cristo a travs de su participacin comunitaria y social.

    6 Llamamos Discurso I al pronunciado por Juan Pablo 11 a los participantes del Congreso Mundial de los Movimientos eclesiales que antecedi al encuentro de Pentecosts. Llamamos Discurso 11, al tenido en Pentecosts.

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  • IGRUPOS COMUNITARIOS DE ORACiN Y ,EI{VICIO

    l. Signos precarismticos La etapa de las bendiciones fraternas, acompaada del pastoreo

    personal. va madurando a la comunidad y a cada uno de sus integrantes en diversos aspectos: la evangelizacin de la vida, el proceso de oracin y la familiaridad con el Espritu Santo para ser dcil a l, el vnculo interpersonal, la conciencia comunitaria y pastoral, la integracin de la madurez afectiva y humana en el proceso de la gracia y la espiritualidad, el espritu y la disposicin a la servicialidad y la misin, etctera.

    La familiaridad con el Espritu Santo tiene como horizonte, participar de la experiencia inicial y pentecostal de la Iglesia en su nacimiento. La proximidad de esta experiencia carismtica en el grupo suele manifestarse por algunos signos fsicos, emocionales y espirituales que nosotros llamamos signos precarismticos. Estos suelen ser, a nivel espiritual y como fruto de la oracin: estados interiores de profunda paz y alegra; a nivel emocional y cordial: estados de quebrantamiento interior que pueden expresarse tambin en las lgrimas; como signos fsicos: manos gadas", manos que se ponen muy fras o muy calientes, sensacin de fuego en el corazn o en el pecho, dificultad de pronunciar "normalmente" palabras en algn momento de la oracin, etctera.

    Estos signos indican al coordinador del grupo, la conveniencia de dar una informacin y explicar el sentido y el valor de la experiencia carismtica para el cristiano, como ocurra en los primeros tiempos de la Iglesia (Cf. Hch. 2, 1-4; Hech. 10,44-48).

    Tercera etapa: La experiencia carismtica de la oracin

    De este modo y desde un camino integral de maduracin humana y espiritual, personal y comunitaria, de interioridad y exterioridad en la convivencia y el servicio, llegamos al tercer momento o etapa de la iniciacin en la oracin. Ella est constituida por la experiencia carismtica recibida en un contexto integral de crecimiento y maduracin.

    La gracia del proceso de oracin en los aos iniciales de 1974-75 (Cf. pg. 5) termin en los grupos con una experiencia carismtica espontnea. Por eso, entre nosotros -a diferencia del Movimiento Carism

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  • .GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACIN Y SERVICIO

    mas animados por Espritu -concluye San Pablo- dejmonos conducir, tambin por r (GaI.5,25). Un signo de la presencia del Espritu es su actividad carismtica.

    Desde los comienzos de la Iglesia, el Espritu Santo se manifiesta derramando dones y carismas en las comunidades que reciben el Anun

    de la Palabra y el pastoreo apostlico. Es interesante leer con atencin el suceso de Hechos 10,44-48. "El nos revela, que la 'accin del Espritu Santo' llega an a aquellos que no conocen a Jesucristo pues, 'el Seor quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad (7 Tim. 2,4)''' (DP 208).

    El Concilio Vaticano 11 ha reflejado la conciencia que la Iglesia actual tiene de la accin carismtica del Espritu Santo y de su valor para la vida y para la evangelizacin. "Estos carismas - dice el documento en referencia alCor. 12- tanto los extraordinarios como los ms sencillos y comunes, por el hecho de que son muy conforme y tiles a las necesida

    de la Iglesia, hay que recibirlos con agradecimiento y consuelo" (LG 12, prr. 2).

    A su vez, el documento de Puebla nos dice que "los carismas nunca han estado ausentes en la Iglesia. Pablo VI ha expresado su complacencia por la renovacip espiritual que aparece en los lugares y medios ms diversos y que conduce a la oracin gozosa, a la ntima unin con Dios, a la fidelidad al Seor y a una profunda comunin de las almas. As lo han dicho tambin varias conferencias episcopales" (DP 207).

    La experiencia carismtica en la Iglesia es actual porque es actual la accin evangelizadora del Espritu Santo. A la luz de la Palabra, el grupo que ora, debe estar abierto, sin ansiedad, a que el"Espritu Santo pueda obrar en nuestro interior como l quiera. San Pablo habla de los carismas en diversas partes de sus cartas. Podemos ver, por ejemplo: 1 Cor. 1 1 l.

    La escritura menciona muchos y variados carismas. Podemos nombrar algunos: experiencia del derramamiento del Espritu, fe y docilidad, discernimiento, capacidad de anunciar evangelizadoramente la Palabra, conduccin pastoral, enseanza, exhortacin y consejo, profeca, sanidad fsica e interior, cnticos inspirados, orar en lenguas y su interpretacin, visiones y revelaciones, etctera.

    48

    PARTE I

    A modo de experiencia podemos recoger el testimonio de una carta enviada por un matrimonio joven de una ciudad del interior de nuestro pas, al regreso de su servicio en el trabajo pastoral.

    "Sofa y yo estamos en el servicio pastoral del Centro en grupos diferentes. Un sbado, cuando regresbamos del servicio a casa, comenzamos a compartir cmo se haba dado la gracia del Seor en los hermanos. Los dos grupos haban tenido un encuentro muy especial que dej a nuestro corazn lleno de gozo.

    Esto nos llev primero a alabar al Seor, cantando una cancin en la que fuimos introduciendo variantes segn el Espritu nos inspiraba. El clima de oracin que se cre en casa nos impuls a orar durante tres horas. En el desarrollo de la oracin, Sofa recibi la efusin del Espritu con el don de lenguas y profeca.

    Nuestro sentir interior el experimentar que sin Dios nuestra vida no tiene sentido y el anhelo de ofrecerle nuestro amor conyugal slo a l. Tambin la necesidad de expresar nuestra disponibilidad para lo que el Seor quiera, en el compromiso y en el servicio a los hermanos. Algo que nos qued e/aro al final de la oracin era que haba mayor alegra en el dar que en el recibir.

    Si bien esta fue una fuerte experiencia, no fue la nica, ya que el Seor sigue insistiendo en nuestro interior en el llamado a ofrecerle enteramente la vida. Te pedimos nos tengas presentes en tu oracin dado que no siempre se hace fcil dar pasos para concretar esta vocacin."

    1. El carisma del amor Respecto de los carismas, ya sabemos cual es la enseanza de San

    Pablo. En primer lugar, ningn carisma es dado para un engrandecimiento personal sino para el bien comn: "En cada uno, el Espritu se manifiesto para el bien comn" (1 Cor.12, 7). Porque el amor est suponiendo la comunitariedad, de ella surge y a ella se dirige.

    Para que mejor entendamos esto, San Pablo nos da la imagen del werpo en el cual, cada miembro est en funcin del todo y el todo le da orden y sentido final a cada miembro. As nos dice el apstol,

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  • IGllUI'OS COMtlNITA({!O:" lJF ORACIN Y SLRVICIO

    "Ustedes son el Cuerpo de Cristo, y cada uno en particular, miembros de ese Cuerpo. En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Das, en primer lugar, como apstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Despus vienen los que han bdo el don de hacer milagros, el don de curar, el don de socorrer a los necesitados, don de gobernar y el don de lenguas. Acaso todos son apstoles? iTodos profetas? iTodos doctores? iTodos hacen milagros? iTodos tienen el don curar? iTodos tienen el don de lenguas o el don de interpretarlas?" (1 Cor.12,27-30).

    Aqu no se detiene la enseanza del apstol. En segundo lugar, Pablo destaca que el amor es el que est por encima de todo carisma. "El amor no pasar ams. Las profecas acabarn, don de lenguas terminar, la ciencia desaparecer .../I (1 Cor. 13,8).

    El orante debe aspirar a vivir el carisma del amor. Todos los dems deben ser una expresin de l. Por eso, el grupo de oracin, como camino pentecostal, debe seguir creciendo en el corazn comunitario en su vinculacin con Dios. La oracin es la fuente de la que sale el amor, y conforma el corazn de la comunidad.

    Este amor se manifiesta en una vida de aliama filial con Dios Padre expresada y reflejada en la vida de la fraternidad. Porque en la expresin de San Juan:

    "Queridos mos, ammonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor" (11n.4,7-8). El amor es signo de la vida nueva recibida del misterio pascual de por eso, "nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la Vida, en que amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte" (11n.3,14).

    Esta vida de Alianza fraterna y comunitaria tiene el peso de haber sido sealada por Jess como el distintivo de su discipulado, cuando les

    a sus apstoles: "Les doy un mandamiento nuevo: mense los unos a los otros. As como yo los he amado. En esto todos reconocern que ustedes son mis discpulos: en amor que se tengan los unos a los otros" (1n.13, 34-35).

    Esto implicar al orante y miembro de una comunidad, en primer el trabajo prioritario de la caridad en la vida. Porque "el amor es

    ''>0

    PARTE I

    paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio inters, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta" (1 Cor. 13, 4-7).

    En segundo lugar y como parte de un corazn comunitario, los integrantes del grupo estarn atentos, no solamente al discernimiento de la oracin y de la vida personal, sino tambin, al discernimiento comunitario.

    La vida de la caridad llevar al anhelo querido por Jess, de permanecer en su amor (Cf. Jn. 15(9). Este amor no slo se hace presente en el corazn sino tambin en los vnculos de fraternidad. El Espritu, finalmente, puede bendecir esta disposicin de vida con una oracin donde muchas veces el orante siente presente a Dios en el corazn de su prjimo, en una oracin que puede ser de alianza e intercesin.

    2. El pastoreo de la vida nueva La vida y el crecimiento del grupo es acompaada por los coordi

    nadores del mismo, que van pastoreando la vida nueva del convertido. Esta tarea de acompaamiento ayuda mucho al proceso personal de cada miembro, como tambin al proceso de todo el grupo. Puede tomarse como una accin de Jess, buen Pastor, en la comunidad.

    El coordinador ayudar a que en el proceso de oracin se vaya integrando, segn la gracia que cada uno va recibiendo, la vida concreta de todos los das y en vinculacin, tambin, con la gracia sacramental de la Iglesia. El orante ir tomando conciencia de sus lmites, de sus defectos y de lo que debe trabajar en su modalidad personal, como tambin que ,Ispectos de su naturaleza humana debe madurar. Porque la gracia supone la naturaleza y es necesario integrar el aspecto humano a la accin de 1,1 gracia para no caer en un espiritualismo desencarnado. De este acompaamiento, a su vez, el orante ir aprendiendo el discernimiento

    (accin de la gracia, de la naturaleza y de la tentacin) desde las siIlIaciones de su propia vida.

    Esta tarea de acompaar la vida nueva de los orantes que realiza 1'1 coordinador es el desarrollo de una gracia bautismal: el pastoreo co

    de los fieles. Ella est orientada a que el laico Dueda colaborar con 51

  • IGRUPOS COMUNITARIOS DE ORACION y SERVICIO

    los sacerdotes mediante la formacin y desarrollo de pequeas comunidades que aparezcan como las clulas de la vida nueva de la Iglesia en el medio ambiente.

    As, a la evangelizacin, en su aspecto de amor personal y comunitario con Dios, se la descubre como un proceso de toda la vida.

    3. la etapa del xodo en los grupos comunitarios de oracin y servicio El orante sali de la penumbra de su vida iluminado por la Palabra

    de Dios y entr en la luz del evangelio. Sali de su desvinculacin con Dios, entr en el descubrimiento de un Dios vivo y verdadero y anud con l, un vnculo de compromiso y amor. Dej de estar centrado en s mismo y puso por centro de su vida a Jess, animado por el Espritu Santo. La experiencia inicial de oracin ha sido salir del Egipto de una concepcin alejada de Dios o rutinaria de la fe, para dirigirse a la tierra prometida de la santidad del Pueblo de Dios y de una nueva civilizacin.

    Esto supone que las etapas posteriores del grupo comunitario sern los de la travesa y la conquista de la tierra prometida, a travs de un proceso de conduccin pastoral en el desarrollo de las realidades de vida, familia y sociedad, de los integrantes de cada comunidad.

    En referencia a los arquetipos trascendentes tomados de la historia del pueblo de Israel, podemos decir que esta etapa de la iniciacin descripta constituye el xodo en el camino de la oracin comunitaria (Cf. pg. 6).

    Este camino de desarrollo integral en lo humano y espiritual, comunitario y social dura alrededor de diez aos en el Movimiento de la Palabra de Dios. Despus de este proceso queda cGnstituida, definitivamente, una "comunidad de vida". Estas comunidades son de diversos signos: familiares, consagradas, sacerdotales, con sus formaciones especficas.

    4. El camino de las espiritualidades En la historia de la Iglesia, el Espritu Santo ha derramado el caris

    ma de mltiples espiritualidades: franciscana, benedictina, carmelitana, ignaciana, salesiana, etctera. La espiritualidad es un camino de vida interior, marcado por un carisma en orden a la santidad.

    52

    PARTE CAPiTULO J

    Podemos decir que en el proceso de nuestros grupos, la Palabra de Dios aparece tambin primariamente, como una espiritualidad ms que como un estudio bblico. Es decir, el Espritu nos muestra a la Palabra como un camino interior, comunitario y eclesial de santificacin.

    En nuestra Iglesia catlica, la Palabra de Dios siempre ha tenido un gran lugar como estudio acadmico para la reflexin de la teologa y de la misma Escritura.

    Ahora, desde los tiempos del Movimiento Bblico y del Concilio Vaticano 11, la Palabra de Dios ha llegado "popularmente" a los laicos para iluminar y convertir la vida ms que como estudio. Esto permite tener la presencia de Jess vivo en su Palabra para encaminar y purificar la propia vida, anunciarla y testimoniarla a los dems, ensearla en forma catequtica, convocar a vivir comunitariamente la vida eclesial, etctera.

    Este es, tambin, el camino del discipulado en el Evangelio. El discpulo aprende a vivir la Palabra de Dios como el camino de la verdad y la vida y, de este modo, manifestar la presencia del Pueblo de Dios en medio del mundo por medio del amor.

    Este camino bblico y evanglico de espiritualidad puede asumir,

  • 'GRUPOS COMUNITARIOS DE ORACiN Y SERVirlO

    54

    PARTE 1 CAPTULO 2

    ,

    CAP1TULO 2

    La Dimensin Carismtica en el contexto eclesial

    1. La doble dimensin de la Iglesia Pentecosts de 1998 marc un hito en la presencia de los Movi

    mientos en la Iglesia. Ms de 300.000 personas, deca L'Obsservatore Roma