Gramsci hoy. Materiales, extra nº 2, febrero 1978

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    250 - ptes.I

    f s t e n u m e r o c o n t i e n e :", .,

    f R A N C I S C O f E R N A N D I l B U E Y ; A n t o n i o G r a m s c f y l o s o r i g e n e s d e lf a s c i s m o i t a l i a n o .J O A Q U l M l U I I A ; H e g e m o n f a y e s t a d o e n e l p e r i o d o d e e n t r e g u e r r a sE I p e n s a m i e n t o ' p o l i t i c o d e G r a m s c i.H A r A H A H G U l l O l ; G r a m s c i s o h r e D a n t e .A N T O N I D O M I N E C " ; D e l a v i g e n c i a d e G r a m s c i ; e s b o z o p a r au n a c o n t r o v e r s i a .M A S S I M O 1 . S A I V A D O R I ; G r a m s c i y e l P . C . I . ; d o s c o n c e p c f o n e sd e 1 3 h e g e m o n i a .V A U N T I N O G E R R A T A N A ; 1 a n u e v a e s t r a t e g i a q u e s e a b r e p a s o e nI n s Q U A D E R N I .l E O N A R D O P A G G I ; O e s p u e s d e l a d e r r o ta d e l a r e v o lu c i d ne n o c c id e n t e .B A G I O O f G I O V A N N I ; G r a m s c i y T o g l i a t l i : n o v e d a d y c o n t i n u i d a d .

    Crftica de la cultura Extraordinario n 2

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    puhilcacicn birne stralhile hlr lk behingo argitarazioa

    Mar ina Btu

    Ra fael Argullo l, Ma rt a-J os e Aubel , Migue l Cende l, Joan Claver a ,Antoni Domenech, Paco Fernandez Buey, Ramon Garraboll .Jacobo Mufioz, Manuel Sacri stan [Cata lunya)Xesus Alonso Montero, Abel Caballero (Galicia]Ernesto Garcia, Gustau Munoz [Pais Valencia)J avi er Pere z Royo [Sev il la )Col ec tivo Ant on io Gramsci [G ranada)Jose Rodriguez, Javier Corcuera, Manolo Gomez Portilla(Euskadi) , 'Ju lian Ar iz a, Ca rl os Blanco AgUinaga , Ange,l a Fernandez, .Dani el Lacalle , J ose M,' Ripalda, Fanny Rub io, Al fr edo Taja ro ,J uan Tria s Ve ja rano (Madr id ]Oscar Lopes (Portugal ]

    LUci o Col le tt i, Va lent ino Ger ra tana, Wol fgang Fri lz Haug ,Dav id Mac lel lan, Adam Schaf f. Go ran The rbo rn

    Materiales, S. A. de Estudios y PubHcaciones

    Esciplon 21, atlco, Tel.: 21261 80; Barcelona- [23)

    Graficas Di arnante, Zamora 83 . Barcelona (18)

    B. 2091 1977

    200 - ptas,

    EspaliaEurop~America

    1.000.- ptas1,300,- ptas2,000.- ptas.

    publicaclri birnestralpuhllcackin bimestral

    Nota introductoriaAntonio Gramsci y los origenes del [ascismo ital iano ,

    por Francisco Fernandez Buey .Hegemonia y Est ado en el periodo de entreguerras. Elpensamiento politico de Gramsci, por JoaquimLleixaDe la vigencia de Gramsci: esbozo para la controver sta,

    por Antoni Domenech.Gramsci sobre Dante, por Rafael ArgullolGramsci y el PCl: dos concepciones de la hegemonia,

    por Massimo L. Salvadori ,La nueva estrategia que se abre paso en los Ouaderni,P9r Valentino GerratanaDespues de la derrota de la revolucion en occidente,

    por Leonardo PaggiGramsci y Togliatti: novedad y continuidad, por Biagio

    de Giovanni

    BIBLIOGRAFiAGuia para la lectu ra de Gramsc i, por Francisco Fernan-

    dez Buey

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    Nota introductoriaEI cuarenta aniversario de la muerte de Antonio Gramsci hacoincidido con un notable aumento del interes por la obra delrevolucionario sardo en toda Europa. Adernas de los varioshornenajes, celebraciones y seminaries teoricos que han tenidolugar en Francia, en Inglaterra, en Espana y, desde luego, enItalia , se han publicado, sobre todo en su pais de origen, algu-nos textos que arrojan nueva luz para el conocimiento de suvida y de su obra. Se trata de publicaciones en las que se reco-gen los recuerdos de hoy viejos mi1itantes vinculados en unmomento u otro al propio Grams ci, de resultados de investi-gaciones historiograficas en las que se aportan nuevos datospara la aclaracion de algunos puntos todavia discutidos de subiografia, y tambien de reflexiones documentadas sobre la sus-tancia de la estrategia esbozada entre 1930 y 1936 por el enton-ces dirigente del partido comunista de Italia preso del fascis-rno mussoliniano. No nos detendremos en ellas, puesto que aalgunas de esas aportaciones recientes se hace referencia en lanota bibliografica que cierra este mismo volumen,Tal vez valga la pena, en cambio, sefialar aqui que la difusi6nde la edici6n crftica de los Quaderni del carcere, preparada porGerratana y publicada a finales de 1975, ha sido sin duda unfactor Impor tante que, si bien (como es natural, dado el apa-. rato cientffico-filologico de esta edici6n) no explica por si soloese considerable aumento del interes par Gramsci en Europa,ha contribuido de manera efectiva a una rnejor comprensi6n dela fragrnentaria producci6n gramsciana. Junto a este, es posi-ble apuntar adernas otros factores explicativos, mas generales,del hecho de que Gramsci se haya convertido en el te6rico yrevolucionario marxista probablemente mas estudiado y leidoen los ultimos tiempos, .En primer lugar, 13.expectacion que en los medios marxistasy revolucionarios en general despierta actualmente la politica

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    del partido comunista italiano, del partido de Grarnsci comosuele decirse. Expectacion justificada casl uminimemente (aunen los casos en que se discute de forma. global esa politica 0aspectos determinados de ella) no solo por el hecho. de queeste es el partido comunista europeo can mayor rea~ldad so-cial detras y con mayor incidencia cultural en la sociedad enque se mueve, sino tarnbien por la combinacion de inteligen-cia tactica y agudeza teorico-critica que tradicionalmente seexpresa en sus filas.Otro motivo es que fuera de Italia y despues de la crisis te6ricay politica abierta sobre todo a partir de.1968 en ~l.movimientocomunista se tiende a ver en elpensarniento poli tico de Gram-sci la unica versi6n del leninismo que resiste en la actualidad;que resiste precisarnente por el hecho de que Grams,:i fue ~node los escasos comunistas que ya a finales de los anos veintesupo plantearse 1acuestion central del movimiento obrero enlos paises capitalistas de la Europa occidental: las razones ~esu derrota en 1919-1923y las posibilidades de una estrategiade recambio de largo alcance para un periodo de consolidaciondel capitalismo imperialista.

    dos estudiosos de la obra de Gramsci a convertir esta en uncuerpo de doctrina, en un nuevo rotulo que sustituya a otrosmas deteriorados (vease al respecto el trabajo de Gerratanaaqui traducido) esta discurriendo el debate durante los ultimosmeses. Un debate que, como se ve, privilegia el aspecto masdirectamente poli tico del pensamiento de Gramsci, que poneel acento en sus consideraciones sobre el estado y la concep-cion de la hegemonia, y que arranca casi siempre de una preo-cupacion solo parcialrnente ajena al conocimiento de la obradel propio Gramsci: la continuidad 0 no respecto de Grarnscide una politica que hoy se expresa en la formula de hegemo-nia en el pluralismo.En ese contexto seguramente conviene explicar el titulo deeste volumen, Gramsci hoy" significa para nosotros la lecturay el estudio de la obra de Gramsci, como un clasico que es delpensamiento politico revolucionario, en su entomo historico.Con la idea, eso si, de que de ese estudio, sin beaterfa ni ins-trumentalizacion, es posible extraer algunas lecciones que pue-den ayudarnos de manera positiva en la lucha entre las clasesactualmen teo

    Par ult imo, seguramente ha influido tambien e1que en esa cri-sis abierta se haya puesto de manifiesto la insuficiencia de lasprincipales reflexiones te6ricas de los an?s sesenta sobre lareorientacion del marxismo y del cornumsmo. Lo cual llevaa ver en Gramsci una formulacion de la relacion entre poli ticay teoria profundamente antidogmatica y por 10 general perdidaen otros desarrollos mas recientes.

    * .. .

    Claro esta que la urgencia con que se acude a Gramsci enbusca de respuestas para problemas politicos y politico-cultu-rales de hoy tiene a veces como consecuencia una lectura ins-trumental 0 e1renacimiento de la hagiografia sobre su obra,particularmente fuera de Italia. En este sentido n~ Ialtan,entre las mas recientes publicaciones sabre Gramsci, las dequienes creyendo estar hablando de Gramsci hablan en reali-dad sobre 1apolitica actual del PCI, ni tampoco aquellas otrasque olvidan que nuestra crisis de hoy no es la misma que vivioGramsci a principios de los afios treinta. Brota de ahi ungramscismo" de orientaciones contrapuestas pero que coin-cide en Ia intencion instrumentalizadora: en unos casos esegramscismo" sirve como cobertura para deshacerse global-mente de aquel otro ismo que se supone en crisis, el Ieni-nismo: y en otros casos, descubriendo a veces tardiamenteque Gramsci es tambien un leninista, se exige presuntuosamen-te delJ'CI que rompa can el conjunto de su tradicion de lacual Gramsci es parte esencial.

    Dicho eso, y ya en referencia al presente volumen, hay queafiadir un par de cosas mas. Una, que lamentamos el retrasocon que finalmente es publicado. Nuestra intencion inicial erahaberlo hecho durante el afio 1977.No ha sido posible. Y dos,que lamentamos igualmente no haber podido incluir todos lostextos en un principio anunciados, y especialmente el de Ma-nuel Sacristan. Este, junto con otros art tculos de Paolo Spria-no (eGrarnsci en la carcel y el part ido s) y de Valentino Gerra-tana (

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    y J. Lleixa son ree1aboraciones ~n mayor 0 menor medida-de sus intervenciones en varies seminaries u homenajes dedi-cados a Gramsci y que tuvieron 1ugar durante e1 pasado afioen Barcelona y Zaragoza. A los organizadores de los rnismos,y sefialadamente a los estudiantes de la Facultad de Geografiae Historia de la Universidad de Barcelona, nuestro. agradeci-miento.

    MATERIALES /X Antonio Gramsci y los oriqenesdel fascismo itclionoFRANCISCO FERK4.NDEZ RUEY

    Si se tiene en cuenta que los historiadores de forrnacion mar-xista siguen discutiendo todavia hoy acerca de la naturalezadel fascismo italiano, de sus orfgenes y de sus cornponentesde clase Ino hay por que extrafiarse de que la gran mayoriade los dirigentes proletarios de los afios veinte, memento en elcual surge y se impone el fascismo en Italia, se sintieran bas-tante perplejos ante aquel nuevo fenorneno social y experimen-tar an considerables dificultades para proporcionar una carac-terizaci6n adecuada de la situacion que estaban viviendo, Estafase de perplejidad de la vanguar dia del movirniento obreroante la aparicion del fenorneno Iascista cornprende los mesesque van desde la conclusion de la primera guerra mundial has-ta octubre de 1922, aunque es jus to afiadir que en esa ultimafecha -cuando tiene lugar 1a Marcha sobre Roma- no eranya tan excepcionales los cornunistas y socialistas que en Italiay fuera de Italia habian comprendido por 10 menos los rasgosgenerales de la coyuntura polit ico-social as! como el sentidocentral del Iascismo Italiano en el nuevo estado.Aqui se trata, pues, de dar a conocer las opiniones de AntonioGramsci sobre el fascismo desde que este ernpieza a actuarcomo movimiento hasta la Marcha sobre Rorna, la cual ratifi-co la derrota de las organizaciones poli ticas y sindicales de laclase obrera al t iempo que posibilitaba la torna del poder porBenito Mussolini y la formaciori de su primer gobierno. La ex-posicion de las opinicnes de Gramsci al respecto y su contras-tacion con las incidencias de la lucha entre las clases socialesitalianas durante aquellos meses tiene ante todo un intereshistorico. Pues el Gramsci de 1921-1922suele ser el menos cono-1. Un testimonjo bastante reciente sabre algunos aspectos de esta discusionpuede verse en Ia conversacion mantenida por Michael A. Ledeen con Renzode Felice y publicada por la edi tor ia l Laterza (Bari , 1975) con el t itulo deIntervista sal. [ascismo.

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    cido y, cuando cs conocido, el mas criticado. Pero, dadas lasfrecuentes comparaciones que hoy se hacen entre la sitnacionitaliana actual y la crisis del estado liberal desencadenador adel movimiento fascista de los primeros alios veinte, ' la consi-deracion historica, par limitada que sea en este caso, puedeser tarnbien un factor no despreciable para ayudar a cornpren-der algunas de las contradictorias manifestaciones poli tico-sociales nuevas que nos afectan de rnanera mas directa e in-mediata.

    procedencia diversa de los iniciadores del movimiento: sindi-calistas y pseudorrevolucionarios que un dia tuvieron comometa la anarquia y que en los fragores de la guerra Imperia-lista acabaron identificando su objetivo etereo can la grandezade la nacion italiana, can el nacionalismo; ex-socialtstas queempezaron criticanda el reformismo de las organizacionesobreras y acabaron vendiendose al gran capital; legionariosque apr endieron a afirmar su prepotencia en los cuerpos mili-tares especializados en el asalto y que no pudieron soportarluego la marginacian social; intelectuales y artistas que, cons-cientes de la crisis de la civilizacinn burp-uesa vieron en elprimer fascismo la continuacion de su obra de destruccioncultural de los valores establecidos: y tambien, desde luego,jovenes herederos de la burguesia terrateniente en quienesla defensa del interes de clase se unio al deseo de emular lasgestas militares de sus antepasados .. En total, no obstante,unos centenares en toda Italia. Por ella, par su cornposicion ypor su mirnero, es natural que en ese primer momenta el fas-cismo fuera tan aficionado a la glorificacion idealista e indis-criminada de la voluntad.

    Hay un hecho que par encirna de cualquier otra consideracionexplica las perplejidades, las dudas, las vacilaciones de los dirigentes poli ticos y sindicales de la clase obrera de la epoca conrespecto al fascismo. Ese hecho -conviene subrayarlo desdeel principio- es el fulgurante ascenso de 10 que primero seriamovimiento y luego partido fascista: a finales de 1919 el fas-cismo era un fen6meno social casi marginal en la vida italia-na, una organizacion tan minoritaria que no contaba con masde cinco mil votos en la ciudad que fue su cuna, Milan: tresalIOSdespues, sin embargo, estaba en el poder, Pese a ella, esdecir, pese a la enorme rapidez de ese desarrollo, tampoco elcrecimiento del fascismo fue lineal; coriocio sus altibajos, suscrisis, sus contradicciones internas y precis amente la existen-cia de estas hicieron nacer en sectores importantes de las cla-ses trabajadcras la Ilusion de que se trataba en realidad deun fenorneno efirnero, llarnado a desaparecer con la mismavelocidad can que habia surgido. En ese desarrollo es posibledistinguir tres momentos.

    El segundo momento se inicia en el invierno de 1920 y llegahasta noviembre de 1921.Fue ese un ana crft ico y contradic-torio en la historia del fascismo, un ana que habria de resul-tar decisivo para su futuro, un ana que estuvo marcado par laprimera derrota importante del proletariado industrial des-pues de su gesta en la ocupaci6n de las fabricas durante elotofio de 1920. Y no solo par esa derrota sino tambien par laernergencia y el predominio del fascismo rural particularmenteen Bolonia, por el enfr entamjentn entre los dirigentes parla-mentarios del fascismo y los representantes en el movimientode la reacci6n agraria as! como par la decisiva colaboracioncan elIas de las autoridades del estado. El objetivo centraldel escuadrismo fascista durante esos meses fue minar, a tra-ves del terror, las bases principales que, en largos afios delucha y de actividad parlamentaria, el movimiento obrero delas ciuda~es y ~e l.aszonas rurales habra conseguido implantaren la sO~l.edaditaliana, Apesar de los enfrentamientos, a pesarde la cr~sls que en un determinado momento estuvo a punta deconverhr~e en ruptura entre el escuadrismo y el Iascismo par-larnentario, el movimiento siguio crecierido durante esos me-ses. Y no solo par la colaboractor, gubernamental directa aindirecta sino adernas par el progresivo decantamiento hacia elfascismo de sectores importantes de la industria pesada y de laalta finanza.

    El primero se extiende desde la primavera de 1919 hasta octu-bre de 1920. Es la epoca del fascismo minoritario, arnbiguo,ambivalente tanto por la retorica que de un modo conscienteutilizan sus dirigentes como por los elementos sociales que 10cornporien: la epoca en que sufre un primer reves electoral im-portante, se present a a S 1 mismo como un movimiento contrala corriente dominante y trata de amalgamar en su seno laprimaria, elemental y basica vocacion antiobrera, antisocialis-ta, COnlas hue cas y dernagogicas exclamaciones insultantescontra Ia moriarquia, contra el capitalisrno , contra la Iglesiacat6lica en general y contra el papado en particular. Esa amal-gama, con sus aspectos contradictories, expresa muy bien la2. EI renacirniento del fascismo en Europa can Iormas mas 0 men os expre-5aS 0 encubierta s vi ene si endo observado desde dist intos angulos al menos .a parti r de finales de los afios sesenta . EI t ema ha salt ado, sin embargo, a laprensa de gran di fusion durante el ultimo afio en relaci6n can cl informede la Cornisicn Tri la teral sabre la "ingobernabilidad de las democracias".la decadencia del partamenta ri smo en la mayor pa rt e de los pafses capit a-Iistas avanzados, la involucion antidemocratica de la Republ ica Federal Alemana 0 la orrentacion abiertamente ant icornunista de algunos sectores delmovimien to estudian til y juvenil I taliano. Por 10que hace a Ital ia Ia ccmpara-cion de la si tuacion actua l con la crisi s de principios de los a fios veinte se hacorrver tido ya en un lugar comun (y no solo pa ra la di recci rin del pel) duran-te los ultiznos mcses.8

    El tercer momenta se inaugura can el conzreso fascist a quetuvo lugar en Roma durante la segunda semana de noviembrede 1921 y concluye el 28 de octubre de 1922 can la Marchasabre Roma. La prirnera fecha senala el final de las principales

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    divergencias entre el fascismo de Mussolini, el fascisrno par-lamentario como se le llam6 entonces, y el fascisrno de losescuadristas de predominio agrario, el fascismo nacionalcomo quisieron bautizarle sus principales dirigentes. En elcongreso de Roma el prograrna antiobrero del fascismo se cla-rifica, el movimiento se convierte en partido centralizado, re-pudia los regionalisrnos, torna nota de su crecimiento nurne-rico y constata que el factor central de su fuerza es la vio-lencia de las escuadras. Desde entonces la evoluci6n de la situa-cion economico-social; can Ia quiebra de algunas entidadesbancarias importantes, las dificultades de la gran industriasiderurgica y el notable crecimiento de la tasa de parades, pa-rece -pese a una vacilante recuperacion econornica global quese iniciaba en 1922- acelerar la urgencia de un desenlacepara el cual el poder paralelo que era ya el Fascismo en esosmeses contaba con las mejores arrnas. Aprovechando la miopiade los sindicatos obreros rnayoritarios Con respecto a la pro-blematica de los parades, el fascismo lograba crear una inci-piente base sindical reforzada mediante la violencia en las zo-nas ocupadas- por sus escuadras. Y as! en el verano de 1922multiplica las violencias, las ocupaciones de ciudades y pueblosponiendo a prueba la preparacion de sus milicias y actuandoya en algunos casos como un cuerpo de ejercito , Finalmente, aprincipios de septiemb re, con ocasion de la huelga general deresistencia que convocan los sindicatos obreros, el fascisrnorornpfa las ultimas defensas obreras aurnentando la ya notabledesmoralizaci6n existente en las filas proletarias.'

    Lo que corresponde ahora es de ibi~l fenomeno fascista en cada u;~~ rr como coneebia Gramscimtentai- dar al final un . , . e1e:os tres momentos paraJUICI0 cone USIVOde conjun to,1. El fascismo como consecuenci.a de & z d .mal del estado capitalista,egen:eriact6n nOor-

    De esta sumaria enumeraci6n de los mementos del desarrollodel fascismo hasta la toma del poder se desprende una primeraaproximacion al problema de 1a composici6n social del movi-miento y de la funcionalidad clasista de la actividad politicadel mismo. Podria decirse, pues, que el fascismo de Ia pri-mera hora se nutrio principalmente de militantes procedentesde la pequefia burguesia urbana con las oscilaciones ideologi-cas propias de las capas medias de las ciudades; que luego,en el segundo momento, se afiade a esta ot ra componente, Iareaccion agraria representada por la burguesia rural; y quepor ultimo, en el tercer memento, las dos categorias anterio-res se integran con sectores importantes de [a gran industriaponiendose progresivarnente al servicio de los intereses glo-bales del gran capital. '

    Para entender bien desvida por Antonio Gra:n;s~Oal~~~~tuar, Ia es~asa atenci6n presta-bre de 1920 c . meno fasclsta antes de noviem.onVlene no perder de vista 10 di hel primer momento del desarrollo IC ? ~ntes sobrees necesario anadir ademas u ~ ese. ,movllIuento, Peroto general del ' C na consi eracion sobre el contex,.. , pars, orno otras naciones dEL I'VIVlodurante todo el a - 1919 . e, uropa, ta iade las luchas entre las ~t ~ni progreslVa agudizaci6nconflictos obreros cuyo o~:e:. SOCIaeSiEl porcentaje de los!a resistencia ante'la carest{: l~~ l:ra,~ aurento de, ~a1arios.jornada de trabajo supero Ii VI a y a reduccion de laarios anteriores, A I~ ofensiv::P l~smen~e ,todas las cifras detria se fue anadiendo 1 '1" ;:ra ajadores de la indus-campo orientada h ' a mOVIlZ,aclOnde los jomaleros del~~~l:~~~:e~~r~::~!i;~~:i~!~C;~~d~~s~~~a~::;;a:~~~;~~o~guiente' la cifra d . di d YIsiguio aumentando en e1 si-Trabaj~ dio un sa1~~~e~': oSten ,a Confederaci6n General deldie d 1 por aneta pasando de los 320000 .lea os antes de la guerra mundial al rn] .' SID-perar los dos tnillones a finales de 1920~16n de 1919 y a su-Este aumento de la rnilf t . blucha de clases tuvo tamlb~,ncla 0 rera Y.la exasperaci6n de 1alen su repercustc IitieI partido sociaIista conf' ind on po I ica mterna enizquierda que, entre otra~g~:~s o~~f~a, orientaci6n hacia Iaadhesion formal del tid la uyo notab1emente en laeste modo el ala der:C~a d~: a. I~terna.ciol~al Comunista. Depor eI gru 0 I .' ocia isrno Ita iano, representada

    dp par amcntano y los dirigentes sindic 1 '

    acosa a una y otra vez desde la bas a es, :e VIOde las principales ciudades indust .e{ por los cuadros rrnsrnosse sintio inmediatamente t Id ria eSluna parte de los cualesviques rusos L . a .ral a por e elemplo de los bolche-. a propla onentaci6n reform' t b ' .de 1a direcci6n sindical contrib 6 d IS a Y urocraticaen aquel momento de c 1" ulY e rnanera no clespreciab1e,r SIS, a auge que precis toposici6n a la burocracia sind' 1 f amen e comoddesde~.9_~~_ckJ212,.Jg!U~g~~:jOsu~:0~b.cr~~:~~so eelnecc~uorin,e nOVlemDre de - fi -- ...." ... . ' ".' 1 nes. , ese ana con lTmaron por"r"u ' 1sion de Ia esperanza en '. 0 emas, a exten-dad; el partido socialist:~btt:~sf~r~~~:6F 8~~~1 de la socie-man datos de diputados I C' " ,: votos y 156mas fuerte de los partiden .at I,amaradclonvlruendose asi en elos 1 a ianos e rnomen to,

    3. ,Los datos p~[ 'a ese resumen han s ido tornados de Angelo Tasca, E! nacimwnfO del iascisma, t rad. cas te llana. Barcelona . Arie l. 1969: EllZO Santarelli,Storia del [ascismo, I, Editori Riuniri, Rcma, 19T! (2. ' ed.); y M.VV., Fas-cismo e antiiascismo, Feltrinelli, Milan, 1963 (2.. ' ed.),4 -. Tal es el esquema que sigue, por ejemplo, Lelio Basso, "Le origini delIascisrno" en Fascismo e aniiiascismo, ed, cit., pp. 942. Se puede contrastar ,s in embargo, con Rcuzo de Felice, Intervist a sul [ascismo, ed. cit ., pp. 30 ysigulentes, quien afiade matices de intercs sobre la orien taci6n de las capasmedias en esa epoca.

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    En ese contexte de constante crecimiento de las organizacionesobreras en las cuales estaba muy presente el ejemplo de larevolucion rosa de 1917 se comprende que la primera reunionfascista del 23 de marzo de ese rnismo afio pasara casi desaper-cibida, La atencion de los trabajadores estaba centrada enton-ces, por 10 que hace a la situacion internacional, en el llama-miento para la fundaci6n de la III Internacional 0 en el desa-rrollo de los acontecimientos revolucionarios en Alemania y,en el ambito interior, en la lucha de los obreros metalurgicos,los cuales consegulan precisamente en ese roes la implantacionde Ia jornada laboral de ocho horas. Por eso cuando el 15 deabril se produjo el asalto faseista a la redaccion milanesa delAvantif, 6rgano del partido socialista, Ia posicion mayoritariade los agredidos fue afrontar con calma la provocacion, exigirde los tribunales el castigo de los culpables y abrir una sus-cripei6n popular para reparar los dafios causados por la bar-barie. El argumento que entonces se dio para explicar la acti-tud del partido fue este: No quemar el manana precipitan-dose en la respuesta puntual de provocaciones minoritarias.Gramsci, quien desde el mes de mayo fonnaba parte de la co-mision ejecutiva de la seccion torinesa del PSI, cornpartio esepunto de vista y 10 defendi6 en polernica con el meridionalistaGaetano Salvemini, uno de los intelectuales que mas habianinfluido en su formaci6n durante los afios anteriores.

    ~;~ :sa~tod a\ Aval1t~ Y la falta de reacci6n de los socialistast di ur a 01 os suenos de nuestro profesor: si uno de los conen ientes os bolch' (1 -~ . -. .:-::::-.:\"-.~.-. '~,_ eVlques como e gusta decir entre su -,. .timas)" es ~d~~~a:o debiI y ~,L.!ro prevalece, el Mhier s irm-echara en 13ra~osae'MUs""'I'-' G -~.~."",,_ .."..~,.--:-_~5I-'-'J no sea-~--~~'='""--"'" - ..=-..,....~~- aetario Salvemini se quedaraesocup,ado,,, ~na ironia antiabstraccionista, como se ve ueresultana traglCa. Y que Grarnsci remacha afirmando q~eqno;e ~rata de ~n,acaricatura sino de una fotografia de las especu-aciones pohtIcas salveminianas.5

    En efecto, Inmediatamente despues del incendio por un grupofascista de la sede del Aval1ti! Salvemini habta escri to en su pe-ri6dico un articulo llamando la aLenci6n sobre el peligro Ias-cista para el futuro y considerando como una derrota el hechede que los socialistas se hubieran Iimitado a levantar acta delasalto sin lanzarse a un rapi do contrataque, Grarnsci le con-testo en L'Ordine Nuovo con una diatriba en la que, recogien-do sustancialmente la argumentacion del part ido socialista,domina el tono del disdpulo que aprovecha la oportunidadpara romper abiertamente con la adrniracion de antaiio por elmaestro: alquimia profesoral, jacobinismo de profesor,abstraccionismo son algunos de los epitetos que ernplea pararidiculizar la posicion de Salvemini. En su opinion, este sobre-valoraba la importancia del fascismo, no tenia en cuenta lafuerza efectiva del partido socialista y exageraba la valoracionpesimista de la situaci6n con la inconfesada intenei6n de man-tener la actitud de arbitro intelectual a que su propia organi-zacion aspiraba, Frente a las lamentaciones salverninianasGrarnsci considera entonces que ig~neral que hasta entonces habia conocido la comarca de T t -rm,Yd9-uelr;pr~senta el nivel mas alto de intervend6n polit i-eosin ica e os consejos de fabrica, La evoluci6n de estaS. En "Salveminiana" '0 di N1972, pp. 257-259. ' r me uava (1919-1920), Torino. Einaudi Editore6. Pa ra 105 detalles de la' ocuoacto d F', 'tuvo Ingar a mediados de septiem\r: iume fo r DAnnunzio (ocupacion .quedentes vanes. durante un a fio ) veas e A~geel91T y que se ~rolongo, con inci-p, 51 y 55. 0 asca, obra citada, capitulo IV,

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    huelga que, pese a la gran extension que alcanzo e.n.~urin, nopudo generalizarse al resto del pais per la oposicion a ~llade los dirigentes sindicales, propicio la ruptura en el partidosocialista. Para Grarnsci fue ademas un importante elementode clarificacion politica: de un lado, frente al reformismo par-lamentario y sindicalista; de otro, frente al sindicalismo pseu-dcrrevolucionario y el anarquismo intelectual.

    productividad, 0 bien una tremenda reaccion de la clase pro-pietaria y de la casta de gobierno. Ninguna violencia dejarade aplicarse para someter al proletariado industrial y agricolaa un trabajo de siervos; se intentara destruir inexorablementelos organismos de lucha polttica de la elase obrera (PartidaSocialista) e incorporar los organismos de resistencia econorni-ca (los sindicatos y las cooperativas) a1 sistema de engranajesdel Estado burgues."Pues tarnbien de esto ultimo hubo abundates muestras en

    aquella coyuntura. As1, por ejemplo, el propio Benito M~sso-lini, el animador de los Fascios, escribia el 6 de abnl de1920: "Yo tambien estoy contra la hora legal. .. Yo estoy enfavor del individuo y contra el estado. Abajo el estado en todassus formas y sea cual sea su encarnacion : el estado de ayer,de hoy y de manana, el estado bur~.es y el so~iali.st.a.A ?OSO-tros, que somos los ultimos sobrevivientes del individualismo,s610 nos queda en el oscuro presente y para el tenebroso ma-nana la religion absurda, pero siempre consoladora de la anar-quia. Poco antes el mismo Benito Mussolini habra e~viado untelegrarna de felicitacion a Enrico Malatesta con motivo del re-greso de este a Italia,"Ese demogogico lenguaje can el que f~scismo cele~)fa l~ cere-monia de la confusion vistrendo la practica reaccionaria conlas galas verbales de la acracia es para el Gramsci de enton~escosa ya conocida y en gran modo superada, puesto qu~ ta~bH~nel, algunos afio s antes, se dejo ofuscar por el revolucionarismoverbal de aquel rnismo Mussolini que en 1914 pasaba por serel ala izquier da del part ido socialista. Par eso mas que el ve.r-balisrrio fascista le preocupa la fria reflexion de un ernpresanocomo Olivetti sobre el poder que pretenden representar en lafabrica los consejos y sobre la decision del patronato de impe-dir rapidamente la consolldacicn de un doble po~er en las. ern-presas. No es casual que la primera prognosis gramscianasobre la importancia de la reaccion en Italia este separada solopor una semana de la publicacion en .L'Ordine Nuovoo. de ;;einforme de Olivetti sobre los consejos, La caracterizaciongramsciana de la situacion en mayo de 1920, muchas vecescitada por su importancia, dice asi: 2. Los dos fascism os.

    Grarnsci considera en este momento [a reaccion como un feno-rneno global, consecuencia de la degradacion del estado bur-gues posterior a la guerra imperialista y, por tanto, el riesgoprincipal de involucion reacionaria 10 ve en las orientacionesdel patronato y del vertice mismo del aparato estatal mas queen el movimiento encabezado por Benito Mussolini, As! 10con-firma, entre otras cosas, un art iculo de julio de 1919 en el que,despues de la invasion fascista de la sede del Avanti! en Rorna,Gramsci polemiza can el editorialista del diario La Stam pa.A este, que habia acufiado el termino de "rriaximalfascismopara calificar a los enernigos (extrernistas socialistas y fascis-tas) del estado, Gramsci le contesta que la pequefia burguesiademocrittica y liberal no sabe justificar de otro modo los feno-menos que la atormentan sino viendo una accion coincidentede ambos extremes politicos preparada de antemano. No setrata -escribe en ese artfculo->- de una simple conjura, sinodel hecho de que toda la maquina estatal burguesa esta afec-tada par la carcomafataI, de manera que 10 que se esta vi-viendo es una degeneracion del estado que los comunistas verileomo un [enamenn normal del sistema capitalista; el cual de-~encadena fuerzas que ya no puede dominar con su legalidad ..Y de esta aplicacion al caso italiano del analisis hecho porMarx del fenorneno bonapartista concluye que se est a ante algaprevisto por el rnarxismo y cuya solucion radica en el derro-camiento del poder capitalists y en la instauracion del Cornu-nisrno,

    La fase actual de la lucha de cIases en Italia es la fase queprecede a la coriquista del poder politico por el proletariado re-volucionario, mediante el paso a nuevas modos de produc-cion y de distribucion que permitan una recuperaci6n de la

    Este concepto de la reaccion como una consecuencia directadel agonizar del estado capitalista encontraria especificacionesposteriores en los articulos escritos par Grarnsci para el Avan-til durante los ultirnos meses de 1920, esto es, en una situa-cion mucho mas desfavorable ya para el movimiento obrero,pues la ruptura del PSI se presentaba COmo inevitable des-pues de la polemica que en el seno del part ido se produjo acer-

    7. El articulo de Mussolini esta citado en Nino Valeri, "La marcia :r nRoma", Eascismo e antiiascisma, ed. c it ., p: 109. Algunos .1ll;e~esdespu~s,reflejando el crecimiento de la oteada reacc~onana, Mussol ipi IDtr?duclna,como sue le se r habi tua l en esas ct rcunst anci as, la re fe rcnci a a Nietzsche ;"EI mundo se desplaza haci a la de re~. sob~e todo en. e ! sentido del angso-cialismo... La masa es materta, no espirttu ..Nietzsche exigia que se concedieraa la s masas todo e l bi enest ar ma te ri al posible pa ra que no turbar~ C?,Il sustumultos las manifes taciones mas altas y t ranscendentss del esplriru . 8 . Vease "Para una reI lo"acion del part ido socialista" traducclon eastel lanaen7 A 2nroiogia (preparada por M. Sacristan}, Madrid, S{g!o XXI. 1974 (2.' ed.)p. .9. "La 'congiura"' . en L'Ordine Nuevo (1919.1920), ed. cit., pig. 346.

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    ca de las causas y las responsabilidades del fracaso de la ocu-pacion de las fabricas. Tal inevitabilidad estaba adernas deter-rninaba por la insistencia de los organos dirigentes de laIII Internacional en el sentido de que los comunistas debiansepararse de los elementos refcrrnis tas para as! favorecerla resclucion revoluctonaria de 1a crisis. Por esc, tanto en losmeses inmediatamente anteriores al congreso de Livorno (erie-ro de 1921) como en los siguientes, las consideraciones de.Gramsci sobre el fascismo van siempre unidas a la reflexicnsobre la decadencia del socialismo y la necesaria implantaciondel partido cornunista.

    Un rasgo caractertstico este que, al pasar tambien al part idosocialista por el predorninio en el de elementos pequefio bur-gueses, acabo determinando igualmente la misma falta de ci-visrno y de lealtad entre los socialistas, en este case, con res-pecto al estado alternative que se trataba de construir, con res-pecto al estado obrero." La aventura nacionalista de GabrieleD'Annunzio en Fiume (ael etemo pulular de los D'Annunzio)seria la prueba ultima de esa falta de civisrno que se mani-fiesta en la teatralidad de la pequefia burguesia que corrompey arruina las principales instituciones estatales.

    En general esas consideraciones tuvieron una doble vertiente.En primer lugar se subraya que la guerra imperial ista ha teni-do como resultado en Italia una deterioracion de las condi-ciones econornicas dando lugar a ilusiones nacionalistas y desi-lusiones oportunistas, las cuales impedian ver a sectores im-portantes de la burguesfa y de la pequefia burguesta otrasalida que no fuera una urgente transfusion de sangre parasalvar al viejo regimen. Puesto que, en opinion de Gramsci,

    jlel capitalismo no podia dorninar ya las propias fuerzas produc-tivas que genera ni hacer trabajar a los obreros con los me-dios ordinaries, estaba obligado a precoriizar la uti lizacionde medics extraordinarios, violentos, para garantizar su su-pervivencia.

    Asi, pues, por 10 que hace a su composicion social y a su orien-taci6n ideologica, el fascismo como rnovimiento empieza sien-do para Gramsci una manifestacion, una representacion de lapequefia burguesia urbana. Pero pronto, a1 hilo de los aeon-tecimientos principales de la vida politico-social de esos meses,va introduciendo matices varios en esa caracterizaci6n general.Por ejernplo , a finales de enero de 1920, comentando las expe-diciones fascistas en varias ciudades italianas y ante la even-tualidad de que un ataque sernejante se produzca tambien enTurin, Gramsci pone especial enfasis en senalar, de una parte,la superior preparacion tactica de la clase obrera torinesa(~";~~ _~~ _ ~ ~~~ -"-~ : _ ~ c _ ~ "~~; __~-' "l

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    Porque creemos sano que los obreros esten informados delas varias fonnas que viene a-suITirencI6-eTIDovlIllleri'tCJolf-tico incluso en las fracciones de la burguesta mas distantes denosotros, y porque es indispensable que los trabajadores sehabituen a considerar con sentido realista y con perfecto co-nocimiento de causa el sistema de fuerzas que constituye elfrente de los adversaries."

    nacion italiana. Esta ausencia de cohesion moral y de disci-plina organica hace que el movimiento fascista solo pueda serconsiderado parcialmente como fenomeno de clase y que, portanto, tenga que ser explicado en referenda al bajo nivel decivi lizaciori que la nacion. ital iana habia logrado alcanzar enestos sesenta arios de administraci6n unitaria,

    Esa elemental necesidad cognoscitiva de distinguir las motiva-ciones y orientaciones en el frente adversario, de no meter en~~c,:Q_.a.b.w:gueses .. . l , , " ' ! . , ~ _ _ y _le.&.!~arios com~ SI setratara de ~ hloque

    uunicoe inescindib'te, tenia entonces (ytime-Stempre~omo~rnettJdtrh:;jfY,i'i6n-d~~ser practica: la urgen-

    cia politica de restar fuerzas al enemigo en un momento enel que los fascios actuantes en Italia se aproximaban ya almillar. Pero 10cierto es que en los decisivos meses que se acer-caban Grarnsci no siguio siempre el sano metodo de la dist in-ci6n. Al contrario, la lectura de los art iculos escritos por el enL'Ordine Nuovo entre maTZOde 1921 y febrero de 1922 llevamas bien a la conclusi6n de que, con oscilaciones varias, 10pre-dominante es 1a tendencia a borrar las diferencias y a genera-lizar en exceso tanto en 10 que hace al campo de las fuerzasproletarias como en 10 referente al frente de los adversarios.

    iDesde este punto de vista, pues, fascismo es el nombre que11toma en Italia la descornposicion de la sociedad que acornpa-fia inevitablemente a la descomposicion del estado; fascisrnoes la ideologia barbara y antisocial de algunos estratos delpueblo Italiano no modtficados todavia por una tradicion

    1 nueva .. . por la convivencia en un estado bien orden ado y bien, administrado." La prcd ica de la violencia y la practica de larnisma por el escuadrismo obliga, en opinion de Gramsci, aidentificar fascismo con delincuencia y a pensar que la unicaconclusion 16gica de las expectativas del sector mas bajode la burguesia italiana es el intento de tomar el poder me-diante un golpe de estado."De todas formas Gramsci no confundio nunca la explicad6nde ese particular modo de delincuencia politica, que, comohecho motivado porhabitos tradicionales, arraigaba en ciertosestratos de Ia poblaci6n italiana, con la funcionalidad clasistade la violencia de los fascios de la epoca. Al contrario: la in-disciplina, la falta de organiddad intern a del Iascisrno, la de-Irncuencia, la ausencia de lealtad y de civisrno son factores queoperan en contra de la posibilidad de creacion de un nuevoorden y que, por eso mismo, no son independientes de la ten-dencia polftica represent ada por la clase dominante ni de losintereses que esta ultima. trata de imponer. Pues una cosa(J ) son las fuerzas elementales en las cuales el fascismo encuen-tra su bas~ de maniobra y otra el sentido Ultimo del proyecto

    f1)politico que se va imponiendo en el movimiento fascista en'_. 1921 y 1922. Teniendo en cuenta esa distincion -que a vecesno se hace- se comprende perfectarnente que Gramsci puedadar al mismo tiempo dos caracterizaciones del fascismo enapariencia antinomicas : la del fascismo como hecho de cos-tumbre 0 como delincuencia y la del fascismo como expre-si6n organica de la clase propietaria, como hijo espiritual deGiovanni Giolitti.17

    En esas oscilaciones no faltan, sin embargo, algunos esbozosde merito que podrian haber posibilitado no solo un maspreciso conocimiento de las orientaciones del enernigo sino.tambien la fundamentacion de una politica cornunista menosdependiente, por su fijacion polemica, de las iniciativas delpartido socialista. De esos esbozos se pueden sefialar aqui dos:,la profundizacion del analisis de la particularidad del fascis-I mo italiano como l!E_hl'

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    coactivamente contra 1a clase obrera dejando hacer al misrnotiempo a las escuadras fascistas: la cruz es en este caso el apa"rata punitivo, paralelo al oficial, que se nutre de 1a delincuen-cia y que sustituye al poder del estado oficial all! donde ladescomposicion y la ineficacia de este no le perrniten actuar,En 1920y parte de 19211a relacion entre esos dos aparatos noestaba desprovista de tensiones; pero ya en julio en 1921 po-dia Gramsci hacer esta prevision:

    crisis del fascismo no es una CrISIScoyuntural en julio/agostode 1921 sino la manifestaci6n de un vicio de origen, una crisisde siernpre. El fascismo, por tanto, esta abocado a la division\ definitlva : de un lado la pequefia burguesia urbana, cuyaI representacion politica ostentaria Musso~ini " 1 cuyo ~royecto\no podia ser sino !a creaci?n de u~~'p~!_~Id~_E!.t~X.Il!~d!_o.~ntre}socialistas y populares; de orrotaaOe1 fascisrno de r a Eiirgue-s~-"CUyocentro era la region de Bol~nia y que" hbre\ ya de las debilidades ideologicas ~e l~ pequena ?Urguesia ur-bana, se convertiria en una orgal1lZaClOnhomogenea cuyo ob-jetivo es el golpe de estado en colabcracion con una parte delaparato estatal."Esta version de los dos fasclsmos con su conclusion, segun lacual Mussolini y el sector del movimiento per el encabezado n~contaban nada en la situacion italiana, la mantuvo GramSCIdesde agosto de 1921hasta noviernbre de ese rnismo afio, est?es, hasta los dias en que el congreso fascist~ de RO,ma,al U111-ficar las dos tendencias antes dichas, refuto materialmente la

    7' prognosis del director de L'Ordine Nuovo (y de tantos otroscomunistas, socialistas y liberales de la epoca). Pero m;ty p.ro-bablemente la erronea conclusion de Gramsci sobre la inevita-ble division en 1a filas del fascisrno no hay que achacarlatanto a una vision demasiado rigida de la contraposicion deintereses entre pequefia burguesia urbana y burguesia ruralIcomo a una infravaloracion de la capacidad de rnaniobra del

    ~jpropio Benito Mussolini. Pues, en efecto, el desprecio de.Gram-sci por Mussolini es algo muy patente ~n todos los escnto~ ,deesos meses: en junio habla del blanquismo formal del epilep-tico Mussolini" cuyo subversivismo es rnera Iachada oportu-nista; a principles de agosto afirma que el fascismo q~e,cuen-ta no es el de Mussolini; a mediados de ese mes ratifies sudesprecio por aquellos elementos que, como M,ussolini, so,?-siempre inciertos y osciiantes: una sema_na mas tarde escr:-be que Mussolini tiene un concepto e~Ulv.ocado .de la .reah-dad capitalista porque cree que el capitalismo sigue siendoel de antes de la guerra-v."

    {(Un simple calculo de utilidad induce a prever que la clasedorninante, al llegar a un cierto punto, querra amalgamar tam-bien oficialrnente estos dos aparatos y que romp era las resis-tencias opuestas por la tradicion de la base estatal medianteun golpe de fuerza dirigido contra los organismos centrales degobierno. Entonces tendrernos un 'golpe de estado' segun elesquema que las ideologias democraticas sobre el estado hanconstruido .. , La parte mas reaccionaria y sin prejuicios de laclase dorninante irnporidra S11 dicta dura sangrienta, desarticu-lara las organizaciones obreras, pondra todos los poderes enmanos de la casta mili tar. . ."- ,8EI otro punta notable en la caracterizacion gramsciana delfascismo durante esos meses es 1ainterpretacion sociologica delos dos fascisrnos. En julio de 1921socialistas y fascistas man-tuvieron conversaciones para Ilegar a un pacto de pacifica-cion que permitiera restablecer el orden en Italia; esas COn-versaciones se prolongarcn y finalmente, en agosto, se llegoa concluir un acuerdo rapidamente roto por las agresiones delas escuadras que no se scrnetian a Ia autoridad de BenitoMussolini . La division del fascismo en dos se hizo entoncespatente, Grarnsci, que habfa sefialado ya antes las razones defondo de las numerosas muestras de indisciplina en las masFascistas, trata en esa coyuntura de dar una interpretacion masgeneral de las diferencias; vuelve scbre la corta historia delmovimiento, establece una hipotesis globalizadora acerca delas diferencias existentes en el rnovirniento fascista y adelantauna prevision sobre el futuro de los acontecimientos en Italia.La historia es simple; es el relate de las dificultades con quedesde 1919 topo el intento de amalgamar intereses inmediatosy contrapuestos de fracciones de clase distintas, Mientras que1a pequefia burguesta urbana --argumenta Gramsci- aspirabasimplernente a neutralizar la ofensiva proletaria y a ocupar sulugar en el Parlamento, la burguesia agraria no podia conten-tarse con esa neutralizacion puesto que aspiraba a mantenerla opresion sobre los trabajadores agrfcolas y consideraba alParlarnento como un residuo contraproducente, inservible paraconservar las relaciones de propiedad. Desde esa perspectiva la

    3. Para salir de la crisis.En general tanto la caracterizacion por Gramsci del periodoposterior a la ocupacion de las fabricas, como su punto de19 Esa idea se desa rro lla en "La cri si s de l fa scismo" (9 de agosto) , "Contr)oilterrore" (19 de agosto) Y'. sobre todo, ep. "I due fascismi" (25 de agosto ;art iculos rccogidos en SOClahsmo e [ascismo, . ," '20. cr. los articulos citados en. la nota !,Dtenor s aden:as Tra . ;ea~ae arbitrio " , en Sociali smo e [asci smo, ed. ci i., pp. 300-301. La Conc~~lDn eCramsci , en ese ult imo art iculo , e s que los e rrores en I", va luracion de I!,realidad capi talista "condenan al I ider fascls~a [a Mussolim] a La f~POS~liIidad de cntra r de un modo activo el}I a realidad de las luchas -pob!Jcas ememento, que son re fle]o de la reahdad de Las luchas economicas .18. En "Colpo di state" (L'Ordine Nuovo del 27 de jul io de 1921),articulorecogido en Sociali smo e [asci smo, ed . cit., pp. 257-259.

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    vista acerca de la forma en que la crisis del estado podia sersuperada favorablemente para las clases trabajadoras, estuvomediatizada primero por la polemica dentro del partido socia-list contra el ala reformista del mismo y luego por la discusi6nde las opciones socialistas desde el punto de vista de la III In-ternacionaI y del Partido Cornunista de Iralia, La politica deeste ultimo, dirigida durante la fase que aquf nos ocupa porAmadeo Bordiga, ha sido calificada con razon de sectaria}};!y de ese sectarismo de grupo que acaba de nacer tampoco seIibrri Antonio Grams ci, particularmente en los meses transcu-]rridos desde noviembre de 1921 hasta su salida de Italia para]~oscu en mayo de 1922. 'Precisamente en el momento en que la unificacion de los dosfascismos y las sucesivas crisis de gobierno que se produjerondesde febrero hacian prever un recrudecimiento del peligrode golpe de estado reaccionario, Grarnsci acentua el toneagresivo de su cri tica no solo al ala derecha del Part ido Socia-lista sino tambien a la corriente dirigida por Serratti eel cualse definia a sl mismo como cornunista, partidario de la IC, yque no mucho despues ingresaria en el PC de Italia) , El propioGramsci al pasar mas tarde revista a su,actuacion de entoncesreconoci6 autocrit ic~mente que a parti r de ,la, derrota d,eJaocupacion--cre.as.fabricas~eutrO ~en una espedeae'e'sta'd~ de~dque acentuaba su dependencia del rnecanicisrnode Bordiga. Ese estado podrfa describirse asf : saber que elpeligro del fascismo s610 podia conjugarse con la fuerza de laclase obrera y ser consciente al mismo tiempo de que la claseobrera no tenia ya la fuerza suficiente para ello. Por eso enalgun momento de aquellos meses al tomar nota de la deso-rientacion de las masas obreras, de la cual culpa a la conductaequivoca y oportunista del socialismo serratiano, no puede con-tener tampoco ella decepcion y habla de Ia amargura quecrece en nosotros y de estos ultirnos tiempos que s610tienenpara los obreros ensefianzas dolorosas,"Su posicion poli tica, pues, en ese tercer momento del ascensodel fascismo arranca de una estimacion de los hechos en la quetampoco faltan rasgos de lucidez, Grarnsci supo captar, entreotras cosas, que la nocion misma de 'revoluci6n' habia cambia-do para las masas trabajadoras ialianas con el surgimientodel fascismo; y a la pregunta lque significa hoy lnoviembrede 1921J la revoluci6n para el obrero Italiano? supo contestarponiendo de relieve la crudeza de los tiempos que corrfan: .La revolucion ha tornado un significado preciso y determina-do. No se trata de superar el capitalismo genericamente [ . .. J21 . Cf., por ejemplo, el articulo titulado "1 colpevoli" (12 de agosto de 1921)en Socialisma e [ascismo, pp. 279-2!l2. '22

    Se trata de hacer un calculo matematico :puesto qu,: van:?Shacia la ruina completa, puesto que vamos haeia una sltu~clOnen la que el stock de bienes"_~~!~E!;;t~~~,."e~i~ten,te,_elb~lll,~~oasegura yaTa"'vill~:mE~r~!~~9J?l~st.0n: se_trata de detener elproceso aea.estruccidn del regm1:en car:!~altsta, se t:ata d.esus-tituir el estado burgues no por una sociedad cornunista ill tam-poco por un estado que pueda llamarse propiarnente obrero,sino por un estado burgues . .. sin 1 a burguesia, esto es, por unestado parecido en todo al actual y que ~ediferencia del actualsolo por el hecho de que el poder no esta en manos d~ los bur-gueses sino de una vanguardia proletaria, de un partido prole-tario que ejerce el poder en benefici~ ~e la clase obrera paraimpedir la muerte de los obren;)s acribillados hoy. ~or los gol-pes de la desocupacion, del fascisrno, de la corrupclOr:',La cues-ti6n estd asi de crudamente planteada; no hay eleccion, no se

    1 . Z2puede hacer 0 que se qusere,Eso esta dicho contra el anarquismo intelectual, contra laafirmacion verbal de la libertad, y para favorecer el ar:na-mento ideo16gico, moral y ffsico de la clase obrera ",Pero t~men-do razon contra el anarquismo intelectual y temen~c: igual-mente razon contra la alternativa reformista de part~ClpaclOnsocialista en un gobierno fuerte cuyo principal ObjetlV~ seriarestablecer el orden, G:am~ci ~ F J pU~i; l,;9~r el trpo de.' 1" Unos~e tesctividad neces rIa ara sa lr_ e ,a . Crl~S. nos m shabia propiciado la extension de formaci??es pa:a la autode-fensa de los trabajadores contra la agresion fascista. la orga-nizacion de los arditi del popolo, unica inic.iativa, en la qUEllego a cuajar en la Italia ,de es.a = = la resistencia p~pu~aIcontra la involucion reaccionaria, SID embargo, las vacllac~o.nes del Partido Socialista,el pacta de pacificaci6n entre fascis-tas y socialistas y el dogmatismo de la direccion del P~ .de Italia propiciaron el debilitamiento y luego la ~e~apanCl6n deaquellas formaciones, debilitamiento y desapa:lclon aceptadaspor el propio Gramsci de forma un tanto fatahsta.En esas condiciones la intervenci6n polit ica de Gramsci despues de noviernbre de 1921 se limite a ca~ga~ so~:e los hombros socialistas la responsabil idad por la liquidacion de la experiencia de los ardi ti del popolo, a argu~entar (con bast~te plausibilidad, ciertamente) COntra la tesis del ala. ~ere~~,del PS segun la cual un gobiern? ~erte con la. participactoide socialistas y populares lograna aislar al fascismo, a e~caIbar en la crisis del socialismo Italiano sin tomar nota al IDlS:n1tiempo del paralelo y progresivo debilitamiento del partid-22 En "11 congresso anarchico" (4 de noviembre de ~921), recogido en SacI 'liimo e [ascismo, ea. cit., pp. 384 -38.6 . Ese articulo t!ene un l'ateres ;;:oml, Imentario porque prueba Ia continuidad del penSaIDlento, de ramsci S? tIel anarquismo la constancia de su idea de que cornumstas K anarqtns ason ambos "llhertarios". y la repeticion de su desprecio pOdr e '!dafCJ.}llSInintelectual, por lo s "dcgrna ti cos que han hecho de la Iiberta un 1 00

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    \\comunista y a redoblar las acusaciones contra Serratti poril , f 'sus vacilaciones a la hora de romper con los re ormistas. Surepetida pregunta a los diriger;te~ sindicales de.la CGL sobre Ique estaban haciendo en la practica para organizar la d~fe~sa jde los trabajadores contra el fascismo 2J expresa un recocimien- ~ Z "to de la insuficiencia de las fuerzas propias y va seguida, ade-]mas, de la acusacion a aquellos por malversaci6n de fondos lobreros. Finalrnente, la polemica antisocialista concluye en laconsideracion de la socialdernocracia como el enernigo prin-cipaL En este sentido, el 5 de febrero de 1922escribe Gramsci:La lucha contra Ia socialdemocracia, la lucha contra el partidosocialista traidor, se identifica con la lucha por la liberaci6ndel proletariado de Italia de toda esclavitud, Y veinte elias des-pues, en una situaci6n en la cual a la crisis economica y delestado se ha afiadido la crisis coyuntural del gobierno ({(Unacrisi nella crisi) ratifica : Ningun gcbierno podra vivir conestabilidad sin la colaboracion socialista. Por eso el gobiernosocialdemocrata que se delinea en el horizcnte de la vida ita-liana, lejos de ser el 'gobierno mejor ', sera el peor que el prole-tariado puede esperarv,"

    miIl6n (esto es, habia perdido un mill6n de afiliados en unafio). El fascisrno en crecimiento empezaba a ser, pues, porentonces algo mas que un partido minoritario,

    4. Algunas conclusiones.Durante algun tiempo los bi6grafos de Gramsci han dedica-do una atencion comparativamente escasa a sus art iculcs de1921-1922,"15 bien fuera porque la orientaci6n apologetica difi-cultaba el enfrentarse con un periodo particularrnente oscuro ,bien porque se consider6 preferible iusistir sobre otros aspec-tos mas productivos de la obra de Grarnsci plasrnada en losescritos de 1919-1920 0 en los Ouaderni del carcere. Como entantas otras cuestiones relacionadas con el pensamiento deGramsci, corresponde a Togliatti el merito de haher llamado laatencicn sobre las deficiencias y los errores de la poli tica queGramsci comparti6 con Bordiga en aquel periodo. Esa refle-xion critica de Togliatti fue primero alusiva, en 1936-37,y luegomucho mas explicit a cuando se ocupo de historiar la evoluciondel grupo dirigente del PCI; su conclusion -con diferenciasque son casi siernpre de matiz- ha sido recogida posterior-mente por investigadores de formacion diversa y desde pre-supuestos poli ticos varios. En esquema puede decirse que el ,juicio generalmente compartido sobre la actividad de Gramsci Idurante aquellos afios es negative.

    Durante el II Congreso del PC de Italia, reunido a finales demarzo, Grarnsci no hizo tampoco ninguna aportacion particu-lar que se diferenciara sustancialmente del mecanicismo de las ITesis de Roma propuestas por Ia direccion bordiguiana del Ipartido y alli aprobadas. En ellas se restringia la estrategia de ifrente unico, avanzada por la Internacional Comunista, exclu-sivamente al ambito sindical y se cerraba, por tanto, las puer-tas a una eficaz alternativa antifascista. Algunos afios mas tar-de Gramsci someteria a una dura crrt ica aquellas Tesis, Peropara comprender 10 que esa orientacion tendente al aislarnien-to consciente del Partido Comunista significaba en la prima-vera italiana de 1922 hay que recordar que por esas fechas losFascios organizados rebasaban ya los dos mill ares y el numerode afiliados con que contaba el fascisrno superaba los 350.000,mientras que los efectivos socialistas no Uegaban ya a 100.000,los cornunistas se mantenian alrededor de los 30.000y el nume-ro de sindicados en la CGL habia descendido por debajo del

    Diferentes son, en carnbio, las conclusiories de unos y otrossobre los factores que condicionaron en mayor grado la iner-cia y el relative sectarismo del Grarnsci de esa epcca. Peroes posible enumerar aqui algunos de esos facto res : 1.0 EI hechode que, contra ciertas previsicnes optimistas, el partido cornu-nista salido de Livorno fuera una fracci6n rninoritaria excesi-vamente orientada hacia la izquierda, 2." Los virajes bruscosde los 6rganos dirigentes de la Internacional Cornunista, quie-nes pasaron de un desbor dante optimismo sobre la actualidadde la revoluci6n en la Europa occidental de 1919-1920a un mo-derado realismo, en 1921-1922, expresado en la estrategia decoincidir con los part idos socialistas -con los cuales se habtaroto un afio antes- en un frente unido contra la reaccion.3."La intransigencia de la direcciori bordiguiana del PC de Ita-ria que no acept6 estas tiltimas orientaciones por considerar,entre otras casas, que no era deseable unir inmediatamente 10que se habia roto solo uno s meses antes. 4. El aislamiento y ladispersion fisica y poli tica del grupo originario de L'OrdineNuovo (Gramsci, Togliatti, Terracini, Tasca), 10 cual habria irn-pedido una reflexi6n colectiva sobre las primeras derrotas

    23 Esa pregunta es otra const ant e de los articulos de Gramsci en esa fa se.C t por ejernplo : "Alcune domande ai capi sindacali" (12 de noviernbre).24."As! en "La sostanza de lla crisi" (5 de febrero de 19"2?\ en "I llusioni so-cialdernocratiche" (9 de tebrero) y. en "Una "xisi ne lla crisi" (24 de f,,;brero),La iden~~~oJm.j9 !ile~c a no 7~ en Grarnscitan obsesi 0 en otros comun tarnhien aparece ensus escritos de esos meses, En este sentido, . se a Mussolini, .alsindicalista D'Aragona y a Serratti, escribta el 22de junio de 1921: : 'Son todosuna gran familia. Tanto e l uno como los o tros representan una mrsma impo-tencia": y e l 2Sde sept iembre de ese mismo afio ai iade : "1 fasclsrno se apro-' lima nuevarnente a l soc ia li smo : la pequefia burguesia t ra ta de romper losvfnculos con la gran propiedad de Ia t ie rra e intenta tener un programa poli-tico que curiosamente acaba pareciendose aI de Turati y D'Aragona". Grarnscies hija de $.u~ ni siquiera faltan en sus artfculos de entonce~l'lI~Tresq1:lellabrian de re sult ar tragica s. Como esta : "Serratti ha hecheenannemente mas dafic al movimiento socialista italiano de 10 que hubieranpodido hacer diez Mussolinis", (En "Ragionamento molto simplice", L'OrdneNuovo del 22 de sept iembre de 1921. )25. Es slgni fi cat ivo cl 'que en la par ta nta s ra zones exce lente biagrafia deFiori Vi ta di Antonio Grarnsc i, Bari , La te rza, 1966 ) 5610 se dediquen a e st eperiodo cuatro pliginas.

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    obreras en Italia. 5. El estado de animo pesimista que seextendi6 entre amplios sectores de las clases trabajadoras ita-lianas despues de la ocupaci6n de las fabricas. razon~s que explican el error consistente en infravalorar lacapacI~a~ que, un movimiento Como el dirigido por Benito

    ~~ssoimi POdl~ tener a la hora de restablecer la productivi .a . yal.de dominar las fuerzas productivas generadas por elcapIt ismo,La influencia de esos factores es constatable, desde luego, enGramsci 10mismo que en otros dirigentes del comunismo ita-liano de la epoca, Y explican, junto a la miopia y a la utopiareformista de la socialdemocracia, la mas bien escasa resis-tencia opuesta al ascenso del fascismo, De manera que, en estesentido, hay que cornpartir el juicio, formulado por AngeloTasca, de que "no es el fascismo el que ha vencido ala revolu-ci6n sino la inconsistencia de la revolud6n la que provoca laexpansi6n del fascismo. Pues, en efecto, la inconsciente amal-gama de la demagogia maximalista, que se limitaba a asustarcon palabras rirnbombantes a la clase en el poder, y de lapolit ica reformista de colaboracton de clases, que al perderel objetivo de la revoluci6n s610 tenia como norte las conce-siones a aquella misma clase, acabaron colaborando en indicaral enemigo el mornento propicio para liquidar las organizacio-nes del movimiento obrero. Cuando la burguesia descubre quedebajo de las frases no hay solidez revolucionaria ni programa,y que debajo del movimiento quepierde su meta s610hay debi-lidad, convierte la contraofensiva economica en ofensiva po lf-tica directa, para 10 cual cuenta con dos aparatos, el Iegal y elilegal, que juntos resultarian en aquella oportunidad inven-cibles.

    Grarnsci fue a partir de 1924 el primer crttico de sf mismo alpo~er como tarea poli tica centralIa necesidad de estudiar lasocI:d.~d cap~ta.lista italiana, de superar la ignorancia de latr~dl:lOn socialista, Y con ello inauguraba Uno de los meritospnncIpal~s. del PCl; el haber sabido ser el mas conscientemen-te autocritico de to~os los partidos comunistas respecto delos error~s de sectansmo de sus dirigentes (incluido Gram i)en el penodo de 1921-1922. SCI

    Gramsci intuyo esa situaci6n. La intuy6 incluso mejor queotros comunistas y gracias a ello pudo llegar luego mas lejostambien que los dernas en su reconslderacion de los proble-mas de la revoluci6n en occidente, Pero en su caso particularprobablemente influyeron tarnbien otros factores que le ofus-caron la mirada. Podrian sefialarse al menos dos que son com-plementarios. El primer lugar el poso vitalista de su formaci6nde aiios antericres que en ciertos mementos actu6 como unaremora para la estimacion adecuada de las realidades nuevas.As i se explica, por ejernplo, su apasionada defensa del futuris-mo -que fue uno de los componentes del primer fascismo-como visi6n marxista de la revolucion cultural, de la luchacontra la vieja civilizacion, todavia en 1921; esto es, de un mo-vimiento al que afios mas tarde el mismo [uzgarfa como pro-pio de la pequefia burguesia.Y en segundo lugar, su esquematica concepci6n productivistade los cambios ocurridos en la economia capitalists con el im-perialismo y la guerra mundial, cambios que par 10 generalquedan reducidos en los articulcs de Gramsci durante esos aliosa observar la susti tucion del viejo capitan de empresa par lasmas sutiles maniobras del ernpresario vinculado a las finanzas,Esa debilidad en el analisis economico fue quizas Una de las

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    Hegemonia y Estadoen el perfodo de entreguerras.

    EIpensamiento politico de GramsciJOAQUIM LLEIXA

    Dos meses despues de la primera insurreccion espartaquistade enero de 1919 en Berlin, la izquierda cornunista proclamofinalmente en Moscti la fundacion de la III Internacional. Enlos documentos y manifiestos allf aprobados resonaba, porprimera vez, un llamamiento a Ia realizacion de la revolucion.mundial. La madurez objetiva de la estructura burguesa delmundo define Ia [ase imperialista y, con ella, se abre una epocaen Ia que el paso a una estructura y un orden social nuevosdeviene actual, De ahi que el proletariado deba erigirse en suje-to polit ico nuevo y autonomo y, por consiguiente, la cuestiondel poder poli tico y del Estado cobre el mayor relieve. Asi, laactualidad de fa revolucion propugnada por Lenin no brotatanto, ni principalmente, de los horrores y Ia destru.cci6n de laprimera guerra mundial como del analisis del Irnperialismo entanto que nueva fase, la [ase superior, del desarrollo capita-lista . Esta nueva perspectiva de revolucion mundial, junto aIa victoria de los revolucionarios rusos, impone a las vanguar-dias polfticas e intelectuales de Europa aquel problema de laconquista y ejercicio del poder que ninguna de ellas habia em-plaza do min abiertamente en el centro de su lucha contra lasfracciones de derecha de sus respectivos partidos. Gramsci par-ticipara de Ileno en el curso de Ia nueva perspectiva. Y en elseno de ella reelaborara su pensamiento.'

    La actualidad de la revolucionL Un memento significative de aquella reelaboracion surgecuando Ia estructura social y politica nacional pasa a ser consi-derada como mera variante de una unica estructura capitalistafundamentalmente identica, Ello hace posible la superaci6n deL Vease Leonardo Paggi, Gramsci e i l moderno principe, vol. I , Riuni ti ,1 < ; 1 7 0 , pp. 26 9 y ss.

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    aquel juicio, en cierto modo comun a la cultura italiana mar-xista y no marxista, acerca de Italia como pais atrasado, des-t inado a recorrer todavia por un largo periodo el camino abier-to 'por las grandes naciones europeas. La experiencia rusapermite relacionar la nocion de atraso con el concepto de revo-lucian, abriendo la perspectiva de un carnbio social y politicoque transforme el pais en un centro de irradiaci6n de nuevasexperiencias sociales, Es mas, la progresiva insercion de lasituaci6n nacional en la crisis mas general del capitalismomuestra que Italia forma parte ya del imperialismo como sis-tema mundial; ello induce a revisar el analisis de las condicio-nes objetivas de la revolucion, que ahora hallara su fundamen-to especifico en la teorfa del desarrollo desigual del capitalis-mo. Desde esta apreciacion, se entienden ciertos paralelisrnos:la Rusia de 1917 presentaba la imagen de una rapida descom-posicion de un Estado burgues, y Gramsci se esforzara en labusqueda de aspectos correlativos en Italia, mediante el estu-dio, que ya le es familiar, de la debilidad del Estado unitarioItaliano surgido del Risorgimento.

    narle e dar loro Una forma politica che contenga in se la virtudi svilupparsi normalmente, d: integrarsi continuamente finoa diventare l'ossatura della Stato socialista nel quale si incar-nera la dittatura del proletariato? Come saldare ilpresenteall'avvenire, soddisfacendo Ie urgenti necessita del presente eutilmente lavorando per creare e "anticipare" l'avvenire ?.4Asipues, el consejo es en primer lugar un nuevo instrumento deorganizacion de masas en las condiciones de la inrnediata post-guerra. A titulo de ejemplo revelador, soIamente la C. G. de L.pasa en esa epoca de 244.095 a 2.200.100 afiliados," En estasituacion, el consejo representa ante todo la tentat iva de crearun medio apto para una accion de masas que desborda el aso-ciacionismo tradicional.Su principal caracteristica no es tanto la mayor garantia departicipacion que ofrece a las masas trabajadoras como lapeculiar relacion con el proceso productivo, en una nueva situa-ci6n en que la aparicion del capital financiero provoca, insisteGramsci, la escision entre produccion y beneficio, la cual gene-ra la posibilidad de que la fabrica se configure como ambitode una posible acci6n poli tica de la clase obrera.Cuando en el verano de 1919 comienza a introducir en el movi-

    miento socialista de Turin la nueva ternatica del consejo defabrica, ha elaborado una nueva conclusion sobre el problemadel poder: L'essenziale fatto della rivoIuzione russa e l'instau-razione di un tipo nuovo di Stato: 1 0 Stato dei consigli. Ad essodeve rivolgersi la criticastorica. Tutto il resto e contingen-za... } > . z En realidad, el marxismo de la II Internacional habraeludido el concepto teorico y poli tico de Estado. Con el leni-nismo, por el cori trario, el generico radicalisrno basado en lacontraposicion entre explotados y explotadores, que situa larevoluci6n en una perspectiva eterea, resulta desplazado y lacuestion del poder y del Estado dan contenido el proceso.Togliatti subrayo la presencia de este aspecto nuclear en lainvestigacion y en la acci6n poli tica de Gramsci, quien segui-ria asi las trazas del pensaroiento leniniano. La problematicaconfigurada por la forma y los modos en que la clase obrera,en la nueva epoca abierta por el imperialismo, podia construirun nuevo Estado, esto es, constituirse concretamente como lafuerza capaz de agregar y dirigir la sociedad, diventare Stato,seria, al decir de Togliatti, cornun a Lenin y Grarnsci.'

    El consejo, efectivamente, anticipa el futuro, ei nuevo Esta-do, pero no desde un punto de vista juridico. La nueva relacionentre economia y politica es la unica premisa realist a de undesarrollo del poder de la clase obrera, el cual no puede sergarantizado ni por el partido ni por el sind icato en tanto queorganismos de tipo voluntario, basados esencialmente en 1aconsciencia de sus miembros," La aparicion de este nuevo orga-nisrno revela el inicio de un proceso politico que abre un nuevoterreno de confrontaci6n en el que el problema del poder seballa objetivamente cuestionado. De este modo, Gramsci de-fiende el consejo como verdadera expresion estatal del proleta-riado y ve en ella garantia de ruptura revolucionaria. Lacreacion del Estado de los consejos queda subordinada enton-ces a la creciente profundizaci6n de una conyuntura de dua-lismo de poder.

    2. La participaci6n de Gramsci en elcomplejo de ideas y con-vicciones de la izquierda comunista europea en la inmediatapostguerra, y singularmente la perspectiva de la fundaci6n deun Estado obrero nacional, provoca tambien Ia reelaboraci6nde su patrimonio de conocimientos y posiciones acerca de lareciente historia de Italia, En efecto, en 1919-1920 propugnadesde L'Ordine Nuovo una alianza entre obreros y campesinosque ya no puede considerarse inspirada en la tradici6n meri-

    Esa problematica, que late en toda la obra gramsciana inclui-dos los Quaderni del careere, aparece ya plenamente en el ar-ticulo Democrazia operaia, con el que se abre en L'Ordine Nuo"vo la discusion sobre los consejos : Corne dorninare le im-mense forze sociali che la guerra ha scatenato? Come discipli-

    4. A. Grarnsci, Democrazia operaia. En L'Ordinl! Nuevo, 1919-1920, otr . c it .p. 10,s, Citado por L. Paggl, op. cit., p. 257.6. L. Paggi , op, cit., p, 259 Y ss.2 . A. Gramsci, Leninismo e marxi'smo di Rodolfo Mondo/fo. En L'OrdineNuovo, 1919-1920, Einaudi, 5. ' ed., 1972, p, 374.3. P. Togliatti , Il leninismo net penstero e nell'azlone di A. Gramsci y Gram-sci e 11 leninismo. En Studt gramsciani, Riuniti, 19511.

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    dionalista italiana. Esa alianza hay que refer irla al concepto dedictadura del proletariado -hasta entonces de signiflcacionprepolitica para el-, que se especifica ahora en un examen delas fuerzas sociales que pueden sustentar una nueva forma depoder.Apoyandose en analisis efectuados pre7edentement~ y en .losresultados del pensamiento meridionahsta, Grarnsci examinade nuevo el predorninio de la burguesia industrial del nortede Italia en eI proceso de unificacion del Estado Italiano y lasituaci6n de profundo atraso impuesto por aquella al campo,dominado aim pOTuna propiedad de tipo feudal. El ver daderotalon de Aquiles del Estado liberal y la raiz de sus meto dosautoritarios de gobierno radicaban, tras ese exarnen, en la insu-ficiente polit ica agraria de la burguesia industrial i taliana.Ciertarnente, el problema meridional, de acuerdo con la tesisde Gaetano Salvernini -el ultimo gran representante del meri-dianalismo- era un problema de propiedad de la tierra. Peroen el Gramsci de 1919-1920, la solucion no se agota en la divi-sion dellatifundio sino que se inscribe de hecho en el cuadromas general de la reconstrucci6n del aparato productivo delpais bajo la direcci6n de una nueva clase. Solamente el Estadoobrero puede ya garantizar la solucion del problema campe-sino. Por consiguiente, 1a cuestion meridional deviene unaforma particular de la estrategia obrera para la conquista delpoder. Tarnbien aqui es visible la influencia del bolchevismo,El Lenin diriaente obrero en la revoluci6n democratica rusahabia puesto ~n el centro de su analisis, y elaborado por pri-mera vez, la idea de hegernonia del proletariado, la cual enterrninos hist6ricos significaba lograr la alianza del campesi-nado pobre. En la practica de la revolucion, el proletariadoguia a sus aliados.

    Gramsci resultaria sorpreridido .por la precocidad con que semanifesto la reaccion Italiana, En la alternativa entre revolu-cion y reaccion que habfa planteado en los primeros mesesde 1920 se patentizaba su consciencia de la dramaticidad dela lucha por el poder, pero en absoluto la prevision de los aeon-tecimientos politicos de tan solo seis meses mas tarde, cuandola ocupacion de las fabric as aceleraria de forma extraordinariaun enfrentamiento, probablemente inevitable, para el que elmovimiento revolucionario no estaba aun maduro. La crisisde orientacion politica que cristalizara en este momenta nodebe ser fundarnentalmente referida al ordinovisrno en cuan-to tal sino a la per spectiva de revoluci6n mundial que subya-ce en el,

    Las [ormas de aproximacion a la revolucion proletaria en Oc-cidente

    1. La Internacional Comunista naci6 en 1919can la esperanzade la victoria de la revolucion socialista en una serie de paisesen los alios sucesivos, Esta esperanza presuponia un rapido findel reforrnismo en el movimiento obrero, Sin embargo, laCarta abierta 9 del partido aleman en enero de 1921 ernpezoa tornar en cuenta el reflujo de la oleada revolucionaria, larelativa vitali dad del capitalismo y delreformismo. El III Con-greso de la I.e. significaria un incipiente y sumamente dificul-toso viraje en cuanto dio paso a una nueva linea politic a, quedenominada poco despues de Frente Unico, se proponia en pri-mer lugar el logro de la direccion de la mayorfa de la claseobrera. Esta nueva politica, que implicaba cierta unidad deaccion con las organizaciones reforrnistas, tuvo su conclusion16gica y necesaria en 1922y 1923 en la tactica de gobierno obre-ro y campesino, la cual no correspondia a una nueva Iase rea]de la lucha por el poder, ya que la soluciori revolucionariadel problema del Estado no podia darse sino bajo la formade dictadura del proletariado, Con estas nuevas propuestasse prosegufa la busqueda de formas nuevas de acceso a larevolucion socialista, busqueda a 1a que Lenin incitaba ya enabril de 1920 en El izquierdismo, eniermedad infantil del co-munisrno, Antes incluso, en marzo de 1918, en el Infome sobrela guerra y sobre la paz, Lenin habia advertido que cornenzarsin ninguna preparacion la revolucion en un pais en el que elcapitalismo se ha desarrollado y en el que hasta el ultimociudadano ha adquirido una cultura y un rnetodo dernocraticode organizacion, seria un desacierto, es absurdo }};"...la revo-luci6n no llegara tan pronto como esperabamos ; ... .la re-voluci6n socialista en los paises avanzados no puede ernpezartan facilmente como en Rusia ... ,10Es el mismo Lenin que

    En los afios sucesivos, el analisis gramsciano de la cuesti6nmeridional se enriquecera notablernente, pero conservara losresultados adquiridos en 19191920. Seis afios mas tarde enAlcuni temi de lla qui st ione meridionale , Gramsci atribuir a alos comunistas turineses de L'Ordine Nuovo el meri to de habersuper ado la forma indistinta e ,dntelectualista 1de abordaresa problernatica. Leonardo Paggi concluye B que el conceptode alianza de clase, con toda probabilidad sugerido por 1aexperiencia sovietica y en todo caso ajeno a la tradici6n socia-Iista italiana, juega un papel nuclear en dicha superaci6n.

    9. Carta de 7 de enero de 1921 del organisrno directive de la K.P.D. a losrestantes partidos y s indicatos obreros alemanes, ins tando a la accion comunnor las reiviridicaciones econornicas yyoliticas de los trabajadores.10. V. Lenin, Obras Escogidas, t, V, Ed. Cartago, Buenos Aires. 1965,p. 71.7_ A. Grarnsci, Alcuni temi del la quisr ion.e meridionale . En La CDstruzionedel partido comunisia, 1923-1926,Einaudi, 3." ed., 1971.p. 139.8. L. Paggi. op. cit . ]J. 298.

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    en 1922, desde la tribuna del IV Congreso de la I.e., insta aestudiar, "y adernas empezando desde el principio, a asimi-lar el contenido universal de la revolucion rusa y profuridizarel conocirniento de las dist intas realidades nacionales, puesdo mas impo rtante del pertodo que comienza es el estudio."Gramsci, dirigente de la I.C., dedicara su esfuerzo entre 1923y 1926a la introducci6n y desarrollo de la nueva politica cornu-nista en Italia y a dar nuevos pasos en el reconocirniento delterreno nacional Italiano."

    direccion de la misma a la propia burguesia liberal. Pero nos6lo en la revoluciori dernocratico-burguesa se plante a la hege-monia del proletariado. Asf, en 1915-1916 Lenin propugna lafusion de la lucha de liberacion nacional con la perspectivasocialista en las condiciones del imperialismo. Y en sus Tesisde abril. de 1917, defiende el paso a la dictadura del pro leta-dado para hacer posible la hegernonia de este en la configu-racion de fuerzas posterior a febrero." En todos los casos, lahegernonfa del proletariado, su capacidad dirigente, se plasma,desde el punto de vista polit ico, en la realizaci6n de determi-nadas alianzas. La propia dictadura del proletariado es la di-reccion de un determinado tipo de alianzas. Para Lenin, el pro-letariado que se ha organizado estatalmente es dirigente res-pecto de sus aliados y dominanie respecto de las fuerzas poli-ticas y sociales adversas. Gramsci manifiesta siempre el mayorinteres en subrayar el caracter medular del concepto de hege-menta en el pensamiento y en la acci6n leninianos, precisamen-te para vincularse con esta tradici6n. A este respecto, en 1926escribe : I cornunisti torinesi si erano posti concretamente laquistione dell'egemonia del proletariato, cioe della base socia-Ie della dittadura proletaria e dello Stato operaio. Y afiade,recogiendo en forma articulada la concepcion leri iniana: IIproletariate puo diventare classe dirigente e dominante nellamisura in cui riesce a creare un sistema di alleanze di classiche gli permetta de mobilitare contro u capitalismo e 10Statoborghese la maggioranza della popolazione lavoratrice, cia chesignifica, en Italia, nei reali rapporti di classe esistenti in Ita-lia, nella misura in cui riesce a ottenere ilconsenso delle larzhemasse contadinev." ~

    Pocos meses despues de que Zinoviev presentara la poli ticade gobierno obrero y campesino," Gramsci escribia en la cartade septiernbre de 1923,con motivo de la fundaci6n de L'Unitd : . .. nosotros debemos dar importancia especialmente a la cues-ti6n meridional, esto es, a la cuesti6n en la que el problemade la relaci6n entre obreros y campesinos se plantea no s610como un problema de relaciones de clase, sino tambien yespecialmente como un problema terri torial, 0 sea, como unode los aspectos de la cuesti6n nacional .14 La fecundidad deesta concrecion nacional de la tactica de frente unico sed. nota-ble, hasta el punto que Hajek afirmara 15 que la concepciongramsciana del gobierno obrero y campesino -en la que sefundamentara la consigna de "Republica federal de obreros ycampesinos e->- fue la aportacion mas relevante en la discusionque precedio el V Congreso de la I.C. A decir verdad, el Cornin-tern prest6 una atenci6n preferente a la unidad de acci6n de laclase obrera, y mostro tan s610 un interes relativo por el pro-blema de los aliados de esta. Sin duda, ella reflejaba las con-cepciones de la epoca acerca de las formas y el ritmo de larcvolucion. Todo 10 cual viene a subrayar la originalidad delimpulso que mueve a Gramsci, impulso que probablementehunde sus rakes en la reciente historia i taliana y en el procesode fascistizaci6n de esta sociedad.

    A esta altura del discurso, Gramsci enuncia un criterio meto-dologico que, en su opinion, es fundamental. Se trata de pasarde la tactica de frente unico en el plano general e internacionala la consideraci6n de los problemas especfficos de la vidanacional. Y ello porque la relaci6n debe establecerse con fuer-zas populares historicarnente deterrninadas. Dicho sea breve-mente, este cri terio revela desde esta optica la linea de masaimplfcita en la teoria de la hegernonia, puesto que la identi-ficaci6n de la especificidad y el analisis concreto han de hacer. posible la elaboracion de objetivos polit icos intermedios, larelacion efectiva con las masas y su movilizacion." Por eso, nosera justo en Italia -como no 10 es en ningun pais capitalis-ta- plantear la cuesti6n campesina en general. Debe partirse,por el contrario, de sus formas hist6ricamente configuradas,a saber: la cuesti6n meridional y, puesto que la Iglesia cato-

    2. Lenin pudo elaborar el concepto de hegemonfa en cuantohabia sabido formular un juicio hist6rico concreto acerca dela burguesia en Ia forrnacion econornico-social rusa y acercadel modo en que aquella clase habia ido forman dose. De todoello resultaba una burguesia inconsecuentemente democraticay pactista, y por eso el proletariado debia participar del modomas energico y resuelto posible en la revoluci6n democratico-burguesa, con el fin precisamente de disputar, aun cuando sudesarrollo social como proletariado fuese todavia escaso, la

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    11. V. Lenin, Perspectivas de la revo/ucion mundEai a los cinco ailos de larevoiuc ion rUS

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    lica tiene una singular influencia en la mayorfa del campesi-nado, la cuesti6n vaticana. Por consiguiente, para conquistarla mayoria del campesinado, sera precise comprender susexigencias de clase, incorporarlas al programa revolucionariode transicion, y asumirlas en la lucha reivindicativa cotidiana:en otro plano, sera preciso preveer un equilibrio entre elEstado socialista y el Vaticano.

    En una conocida carta 2h al C.C. del P.C. (bolchevique), Gramsciadvierte sobre los peligros que conlleva la agudizaci6n de lasdiferencias entre la mayorfa y la oposici6n en el seno de ladireccion del partido, organizando su razonarniento con refe-rencia al principio y la practice de la hegemonfa del proleta-riado que resultaban, aunque de modo dist intc, cuestiona-dos por unos y otros, en una fase en que la clase polftica-mente dominante no era aun economicarnente dominante.

    se hallo situado durante estos arios entre quienes -pesimis-mo de la inteligencias-c- eran especialrnente sensibles ala espe-cificidad de la revoluci6n socialista en Europa y a las vicisitu-des de su avance. Ya en julio de 1920, tras el fracaso de larevolucion hungara, habia advertido que ... despues de larusa, todas las demas revoluciones en dos etapas han fraca-sado ... .23 En febrero de 1924, empefiado en la reconstruccioridel partido, subrayaba que en Europa occidental, a diferenciade 10 sucedido en Rusia, la accion de las masas es mas lentay mas prudente como consecuencia de las superestructuraspolit icas creadas por el mayor desarrollo del capitalismo, elcual ha originado, adernas, Ia aristocracia obrera con sus ane-xes de burocracia sindical y de grupos socialdemocratas."Yen agosto de 1926,en una forrnulacion que, ahora si , va masalla del discurso de Lenin y de las argumeritaciones usuales enlos medios de la I.C., afirrna : "en los paises capitalistas avan-zados la c1asedominante posee toda una serie de reservas poli-t icas y organizativas que no poseia en Rusia. Esto quiere decirque ni siquiera las crisis econ6micas mas graves tienen inme-diatas repercusiones en el campo politico. La politica siempreesta retrasada y rnuy retrasada respecto del momenta econo-mico .. . , ,~ de modo que, en la crisis, el aparato estatal resistey Icgra organizar fuerzas de apoyo imprevistas.Tampoco en la URSS la revolucion avanza satisfactoriarnente.

    En la concepcion de Ia hegernonfa, en Lenin y en Gramsci,ocupa un lugar esencial el partido revolucionario. Quisieraahora destacar solamente un aspecto del mismo. En el informeal C.C. de mayo de 192519 se pregunta Gramsci : "... que acci6npolitica real debe realizar el partido ... para determinar la coali-cion de todas las fuerzas anticapitalistas guiadas por el pro-letariado en ua situacion dada a fin de derrocar el capitalis-mo... , En el periodo ordinovista, y hasta 1923, eI partidorepresento ciertarnente la voluntad de creaci6n de un nuevoEstado. Pero esta era una afirrnacion de principio. Hacia faltala tactica." La formulaci6n de la pregunta en el mencionadoinforrne rnuestra, por el contrario, hasta que punto Ia tacticaesta ya en el centro de la preocupacion de Grarnsci, que enesc momento esta dirigiendo efectivamente el P.C. de Italia,En este orden, y desde la crisis ocasionada por el asesinato deMatteotti, Gramsci madura una concepcion de la iniciativa po-litica del partido revolucionario que halla su raiz en la expe-riencia Ieninista. La iniciativa politica, acci6n politica real queincide en el centro de gravedad de una correlacion de fuerzaspolrticas dada, tiene corno referencia particular la efectiva si-tuacion de las masas y hace.posible la linea de masa del par-tido."3. En la Europa de esos afios -excepci6n hecha de Italia-,Ia relacion de fuerzas en el seno del movimiento obrero eve-lucionaba de modo favorable al reforrnismo. Sin embargo,hasta la prirnavera de 1925la I.C. no reconoci6 la estabiliza-cion relativa, estabilizaciori con caracter transitorio, del ca-pitalismo. Y, como concluye Humbert-Droz, ... per anni leanalisi dell'Internazionale e le sue tesi avrebbero parlato della"vacillante stabilita del capitalismo" continuando a sperare inuna nueva fase di lotta del movimento operaio simile a quelladegli anni 1917-1920".1< Las limitaciones de la politica de frenteunico guardaban relacion, obviarnente, con esa dificultad paravalorar de modo justo la situacion. Gramsci, por el contrario,

    En los Quademi del carceTe -al igual que en Lenin y en elGramsci de esos afios de aceion poli tica- la problernatica dela hegemonia seguira abarcando tanto al proletariado que aunno ha tornado el poder y ejerce la funcion dirigente respectode sus aliados, como al proletariado ya organizado en Estado,La profundizacion de dicha problernatica, en Oriente y Occi-dente, constituira elprincipal hilo conductor que anuda el poliofacetico discurso de los Ouaderni.

    23. A. Gramsci, Due rivoiuzioni. En L'Ordine Nuevo, 19191920, op, c iL, p, 139.24. A. Gramsci , Carta a Togliat ti , 'I 'err acini y Ott'05 (9c21924). En Aniologiade Gramsci, a cargo de Manuel Sacristan, Sigle XXI, 1970, p, 146.25. Citado por E. Ragionier i, Actunli dad del pensami ent o yoWi co de Gramsci ,seleccion de articulos POt' Francisco Fernandez Buey, E. Grijalbo, 1977,p. 207.., 26.~.,.A.".Gramsci, Carta, al C.C.. del P.C. (bolchevique) de Ia Union Sovletica~926), en Antologla, op, cit., pp. 200-207.

    19. Citado por M. Hajek, _op. cit., pp. 134-135.20. L. Paggi, op. cit., D. 3T1.21. Franco Calamandrei, L'iniziativa politica del partito rivolutlonario daLen in a Gram.s ci e TOlfl ia tt i, en Critica Marxista, num. 4-5, 1961, 11. 67-103.Tambien, Emilio Sereni, Blocco storico e ini ziat iva pol it ica nel l'elaboraz ionegramsciana e nella politica del P.C.!., en Critica Marxista, Quademi n." 5,cinquantesimo del P.C.I.22. J. Humbert-Droz, 11 contrasto tra l'Lniernarlonale e it P.C.!., 19221928,Feltrinelli, 1969,p. 25.36

  • 5/15/2018 Gramsci hoy. Materiales, extra n 2, febrero 1978

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    ( 'Una nueva restauracion? reflexion polftica, COmohace a menudo, ejemplificando la histo-ricarnente J2~fue un proceso de este tipo, El .pequefio Estadonortefio del Piernonte hizo las veces de una clase dirigente enel proceso de creaci6n del moderno Estado nacional i taliano,puesto que los grupos locales de la hipotetica clase dirigenteV,aspiraron tan s610a dominar, a hacer valer de forma inmedia- 'tta sus intereses, Asi, la hegernonia de estos grupos alcanzo alconjunto de la propia clase social,pero no se extendi6 a otrasfuerzas sociales (carnpesinado fundamentalmente). De ahi laimposibilidad de potenciar el movimiento, de radicalizarlo se-gun el modelo jacobino. Ahora bien, en el seno de la propiaburguesfa, los moderados JJ sf ejercieron su capacidad diri-genie -de orden politico, intelectual y moral- respecto delPartido de Accicn," que encierto modo representaba 1 a ten-dencia jacobina, Y esta hegemonia de los moderados se mani-festaba en el transjormismo. esto es, en la gradual absorci6nmediante rnetodos diversos, en el Parlamento y en la vida so-cia l, de los elementos activos de los grupos aliados e inclusode los enemigos (que resultaron as! decapitados por largotiempo) en el seno de la clase dirigente de Ia vida estatal ita-liana desde 1848. Ese analisis del Risorgimento explica, en opi-nion de Gramsci, la ausencia de una ver dadera iniciativa popu-lar en la reciente histo ria italiana. Explica tambien las res-tauraciones alentadas por la clase dominante, que constituyenuna reacion frente al sovversivismo esporidico y desorga-nizado de las masas populares, que recoge en cierto modo par-te de las exigencias de estas, En suma, rivoiuzione-restaurazio-ne, 0 revoluciories pasivas. En realidad, el Risorgimento fueuna modalidad de un fen6meno mas