Gonzales, Carlos (Realidad Virtual y Su Impacto en La Ciudadanía)

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Realidad virtual y su impacto en la ciudadana postmoderna

Carlos Ricardo Gonzales Garca

Universidad Nacional Mayor de San Marcos

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Resumen El presente trabajo precisa el problema que entraa la tecnologa digital con lo que podemos denominar ciudadana poltica, sobre todo en su sentido democrtico. Dado que esta forma de organizacin social, en su connotacin moral tradicional, toma en cuenta la libertad y la responsabilidad de los sujetos, se empezar por delimitar lo que se entiende por sociedad digital as como la consecuencia que genera este mysterium tremendum de la informacin con respecto a la realidad. De esta forma, entenderemos que el contexto creado por las nuevas tecnologas de la informacin ms que tomar en cuenta una percepcin apocalptica en la llamada sociedad postmoderna, representa toda una posibilidad como garanta de reconocimiento y progreso de la humanidad.

Palabras clave

Tecnologa digital, sociedad digital, sociedad postmoderna

I. La sociedad digital

Lo digital es un proceso que convierte cualquier informacin (imgenes, sonidos, o cualquier expresin grfica) en un cdigo de nmeros o dgitos expresado en forma binaria, utilizando unos y ceros (Moratalla, 2007, pg. 328). Esta definicin nos deja clara una cosa: a comparacin de la tecnologa analgica, la cual supone la utilizacin de sistemas fsicos (vibraciones, por ejemplo) que reproducen o simulan el contenido de la transmisin (una cinta de grabadora o micrfono en su forma original), los sistemas digitales como el Internet representan el paso ms importante en la abstraccin de la experiencia y la independencia con respecto a la materia.

Este tratamiento del mundo en cuanto a su digitalizacin tiene, como apunta Moratalla (2007, pgs. 329-330) una serie de consecuencias para la experiencia y la sabidura, por cuanto privilegia el poder de la informacin:

La informacin pasa a ser un bien abundante; nunca antes tuvimos tantas posibilidades para acceder a la informacin y disponer de semejante volumen de datos. Adems, los accesos a la informacin dominan todos nuestros espacios vitales () La informacin puede transmitirse velozmente. () La tecnologa digital es una tecnologa del ahora. Gracias a las nuevas tecnologas podemos estar donde no estamos.() Las tecnologas digitales son tecnologas del aqu. () Merced a las nuevas tecnologas podemos ser tambin nosotros creadores y emisores de informacin. () Por su propia constitucin y desarrollo tiende a extenderse a todo el planeta. La informacin circula sin conocer fronteras polticas o culturales.

Para Moratalla la importancia que tiene el dar sentido a estos datos que hacen referencia a lo que nos pasa o a lo que nos sucede nos permitira seguir manteniendo otras formas de expresin (ms all de los bits o estructuras digitales), ms complejas, ms autnticas, ms humanas. Sin embargo, bajo la cultura del nuevo capitalismo, del pensamiento nico, el mercado nico y la aldea global, donde predominan condiciones sociales de inestabilidad y fragmentacin, el contenido de la vida consistira ineludiblemente en manejar relaciones de corto plazo, reciclarse en trminos ms breves y desprenderse del pasado, lo cual llevara a abrazar el valor de lo efmero. (Quiroz, 2007, pg. 235).

En este proceso, los medios que cuentan con posibilidades interactivas que no tienen sus pares analgicos como los tradicionales (prensa, radio, televisin o cine), influyen ms en los modelos de desarrollo y, por lo tanto, en las culturas locales, regionales o nacionales e inclusive de aquellas orgnicamente tnicas al presentar y promover valores ligados a un modo de crecimiento econmico individualista y de libre intercambio.

En contraste con estas visiones que Umberto Eco tomara como apocalpticas, se encuentra apreciaciones como de Manuel Castells, quien examina el efecto de la tecnologa y considera que hoy tenemos una sociedad red, es decir, de la informacin articulada por redes interconectadas. Sin duda, se trata de un pensamiento creativo para entender a las nuevas tecnologas como parte de un nuevo entorno social, como lo sustenta Trejo (2011, pg. 105):

A diferencia de numerosos apologistas de las nuevas tecnologas que las han querido ver como panaceas capaces por s solas de liberar a la humanidad de sus viejas privaciones, Castells admite, sin catastrofismos pero tambin sin espejismos, que la economa de mercado y la desigualdad, lejos de desaparecer, se robustecen con la expansin de esos recursos comunicacionales.

Es en la sociedad red donde el poder se redefine pero no desaparece, tal como ha sucedido en el pasado, cuando el paso de la comunicacin oral a la comunicacin escrita dio inicio a un proceso civilizatorio de la humanidad, y con ello a la invencin del individuo, que pas (a travs de la democratizacin, de la posesin, control, manipulacin de las ideas) a ser el elemento constitutivo y el verdadero protagonista de la vida social de los estados-nacin. Ahora, con las nuevas tecnologas digitales, el homo videns tiene la posibilidad de construir nuevas relaciones con lo visible, con la imagen, anticipar lo real-fsico, reproducirlo, manipularlo mediante simulacin interactiva para imprimir un nuevo rgimen de discursividad, saber, aprendizaje de lo poltico (Petit, 2009, pg. 155-6).

Es cierto, las nuevas tecnologas definen nuestra poca y las personas, pero siguiendo esta lnea, tambin afectan el concepto de la personalidad en esta de por si sociedad compleja. Como seala Gergen (1993, pg. 26) esto produce que las personas existen en un estado proteico, de construccin y reconstruccin permanente. De esta forma, el yo, segn Vird (2009, pg. 143) se vuelve relacional: el comportamiento de las personas se modifica en funcin de la relacin que se establece con el otro que se tiene delante.

II. Realidad virtual

Asimismo, al ser la digitalizacin el fundamento de lo que realidad artificial o virtual, el cual lleva a que nuestra sociedad (la profundamente vivida, en cantidad y velocidad, sociedad de la informacin) sea tambin considerada una sociedad digital, estamos ante una tecnologa dramtica, pues altera nuestro sentido de la realidad que encontramos diariamente.

Es el mundo de las formas o ideas ms real que el mundo de la materia? La respuesta de Platn que las formas o ideas existen perfectamente en su propio reino as como imperfectamente en este- recibe un nuevo cambio con la llegada de la realidad virtual. Al visitar un mundo ideal, estamos viendo lo que es ms o menos real que el mundo ordinario que vemos todos los das? Somos prisioneros de nuestra vista ordinaria, capaces de escapar de sus confines por tener acceso a mundos generados por computadoras? O, es la realidad virtual simplemente una droga peligrosa, que nos divierte pero que nos aleja de la verdadera realidad. (Buss, 2011, pg. 62)

Si el mundo que se nos presenta cada da es construido por nuestras mentes como sugera hasta hace muy poco la mecnica cuntica, cul es la diferencia entre la realidad de todos los das y la realidad virtual? Si creemos que en cierto sentido todo est construido, pensaremos como Ernst Cassirer, citado por Antiseri y Dahrendorf (1998, pg. 13), que el hombre se ha rodeado de formas lingsticas, de imgenes artsticas, de smbolos mticos y de ritos religiosos de tal forma que no puede ver y conocer nada si no es a travs de esta mediacin artificial.

Que estamos en la postmodernidad, cultura de la informacin o mejor an, sociedad de la informacin (Osorio, 2001, pg. 17), donde como forma de sensibilidad cultural de nuevos tiempos (Mndez, 2008, pg. 104) va en cuanto a rasgo de indeterminacin contra la totalizacin, la teleologa y la utopa, quiz nos sirva para reconocer que, despus de todo, no hay nada ms prctico, verdadero y real que las ideas cuyas perspectivas subjetivas son igualmente infinitas que la de aquellos objetos del espacio que buscan reproducir con dificultad las computadoras. El problema terico quedara entonces redefinido si en vez de discutir en torno a lo verdadero como mundo de la materia y centrarlo en las ideas, nos preocupramos, entonces, por pensar si existe un criterio de demarcacin capaz de separar las ideas o teoras racionales de las irracionales.

Si aceptamos que existe un hiperunario o mundo de las ideas creado por el hombre, como ya lo evidenci el filsofo estoico Epictecto de Frigia, cuando afirmaba que los hombres no viven entre los hombres y cosas, sino entre los fantasmas que los hombres se hacen de las cosas, y de s mismos (Antiseri y Dahrendorf, 1998, pg. 13) creeremos entonces que la llamada realidad virtual incrementan excesivamente las posibilidades que tienen las ideas religiosas, los sistemas de normas morales y jurdicos, los mitos y las teoras cientficas, pero tambin las simplifica al no mostrar la complejidad del llamado mundo 3 de Karl Popper, es decir, el de la informacin limitado al mbito de la cultura (Mostern, 1993, pgs. 160-61), distinto tanto del mundo fsico como del mental.

Nosotros leemos e interactuamos virtualmente (en simulacin) en el mundo basndonos en estas ideas. Lo virtual, al satisfacerse con imgenes, solo sera realidad en la pantalla. Esto nos lleva a pensar que hablaramos de una potencia que sigue estando en potencia, y por ese motivo no sera realidad.

Pese a lo que muchos piensan, el mundo virtual no significa para Mostern (1993, pg. 95) el menoscabo o la destruccin de la cultura actual. La informacin almacenada en el cerebro, puede recuperarse inmediatamente y al antojo de uno, mientras la que obtiene de un soporte externo que est a su disposicin, es decir, su cultura virtual se integra a la informacin cerebral.

Desde este punto, no ira el problema. La verdadera revolucin copernicana que implica ms bien la realidad virtual, que constantemente reordena el lugar y tiempo que ocupamos e impacta en las formas de comportamiento, organizacin, interaccin y copresencia, consiste ms bien en reconocer la extensa posibilidad que tiene esta en satisfacer nuestros deseos y necesidades, as como ampliar nuestra cultura. De esta manera, no solo tendramos en cuenta la idea apocalptica que piensa que la tecnologa digital nos aleja de la experiencia y la empobrece puesto que transforma o pretende reflejar la riqueza de la humanidad en expresiones binarias, matemticas, digitales.

III. Tecnologa digital y ciudadana

A todo lo que llevo dicho, retomaremos lo que entraa la realidad virtual con respecto al concepto que hemos presentado de ciudadana, problema que, por lo general, no es percatado por el ser humano comn y corriente.

Hay mil y un asuntos por evaluar. Si consideramos que la ciudadana exige, como lo desea Savater (2007, pg. 10-3), un espacio pblico de muchas y constantes preocupaciones y debates, asimismo una cuestin que tome en cuenta lo que tenemos en comn con los dems, no lo que nos distingue de otros, y tambin actividad poltica en la toma de decisiones, la digitalizacin de la cultura, de la experiencia contribuye en afirmar ms el rol del ciudadano en la poltica o, bien, lo hace un idiota que alienta el reclamo de beneficios, protecciones de parte del Estado y tambin espectculo y diversin?

Estamos evidenciando un deslizamiento hacia formas de comportamiento individualistas, la incertidumbre frente a lo social y la indiferencia hacia lo pblico poltico, pero paradjicamente tambin vemos una sociedad civil autocomplaciente en sus rituales colectivos.: una comunidad llena de flojeras en la que el individuo se funde para permitir que sea lo grupal, y por lo tanto lo fcil, lo que nos acompae. (Vergara, 2002, pg. 16).

No obstante, este discurso que forma parte de estas tensiones, no siempre manifiestas y asumidas, forma, por el otro, parte de un credo reaccionario y reduccionista que proyecta un tipo de mundo en el que solo se podra pensar: autista.

La realidad virtual en vez de acabar con las formas de vincularnos con el mundo y con los otros, implica posibilidades: transformaciones, vanguardias, reestructuraciones y nuevas creaciones a travs de cosas que existen pero que ocupan un lugar conceptual que no es lo mismo que decir irreal, inexistente o insignificante (Vird, 2009, pg. 178).

Esta idea es fundamental para considerar los espacios virtuales como lugares alternativos de conocimiento y vnculo con otras personas en la bsqueda de informacin, entretenimiento y experiencias diversas. Blogger, Youtube, Wikipedia, Facebook y Twitter, entre otras comunidades virtuales, constituyen websites que permiten la participacin colectiva de sus usuarios, sin negar el impacto individualizado que pueda generar en la psicologa del prosumidor, entendido este, como usuario y elaborador de contenidos creativos. Es decir, la tecnologa digital, quermoslo o no, es parte de nuestra (ciber)vida al punto que es difcil no tomarlas en cuenta en la rutina y exigencias diarias.

Tenemos, ms que en cualquier otra poca, la capacidad de elegir nuestro propio rumbo en cuanto a bsquedas, archivamiento, relaciones, navegacin, opinin, juegos, etc. Con ella compartimos, discutimos y proyectamos nuestra propia individualidad y expectativas normativas de reconocimiento, proceso que comprende, segn Honneth, citado por Giusti (2011, pg. 39), tres grandes tipos de relaciones sociales: relaciones interpersonales de amor o amistad, relaciones jurdicas dentro de la sociedad y las relaciones valorativas propias de una determina cultura.

En cada uno de estos tipos de relaciones, la tecnologa digital es un campo de posibilidades para establecer un vnculo con los otros que idealmente, aunque plagado de anonimatos y fantasas, se expresa en un reconocimiento triunfante de la unidad en la diversidad o, cuando este no es ideal, en el desconocimiento de la diferencia y en la fragmentacin de la unidad. Las relaciones genuinas no dependen de las partes patentes o latentes de la realidad como tal, sino de lo que queramos significar con ellas a travs de nuestro propio sistema de creencias o ideologa.

Referencias bibliogrficas

Antiseri, D., & Dahrendorf, R. (1998). El hilo de la razn. Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica.

Buss, H. (2010). Races de la sabidura. Un tapiz de tradiciones filosficas. Mxico D.F.: Cencage Learning.

Gergen, K. (1993). El yo saturado. Buenos Aires: Editorial Paids.

Giusti, M. (2011, noviembre-diciembre). Violencia social y ciudadana. En Quehacer, 34-45.

Mndez, A. (2008). Perspectivas sobre comunicacin y sociedad. Valencia: PUV.

Moratalla, T.D. (2007). Mundos virtuales y responsabilidad: nuevas y antiguas posibilidades de la filosofa. En C. Moreno, R. Lorenzo y A. M. de Mingo (Eds.), Filosofa y realidad virtual (pp. 325-336). Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza.

Mostern, J. (1993). Filosofa de la cultura. Madrid: Alianza Universidad.

Osorio, H. (2001). Formacin de recursos humanos para el manejo de la nueva economa digital. Comunif, 1, 17-42

Quiroz, M.T. (2007). Internet: juego de identidades y nuevos espacios de comunicacin de los jvenes. En S. Lpez, G. Portocarrero, R. Silva Santisteban, J.C. Ubilluz y V. Vich (Eds.), Industrias culturales. Mquina de deseos en el mundo contemporneo (pp. 235-248). Lima: Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales en el Per

Petit, C. (2009). La Escuela como espacio pblico privilegiado: apropiacin crtica de ofertas mediticas y de procesos a desarrollar con TICs. En C. Petit (Coord.), Medios y tecnologas de la informacin y la comunicacin (pp. 155-170). Crdoba: Editorial Brujas.

Savater, F. (2007). Diccionario del ciudadano sin miedo a saber. Barcelona: Ariel.

Trejo, R. (2011). El tronco, el rbol, la enramada. La investigacin de los medios de comunicacin y las ciencias sociales. En E. Snchez (Coord.), Qu pasa con el estudio de los medios. Dilogo con las Ciencias Sociales en Iberoamrica (pp. 105-107). Zamora: Comunicacin Social.

Vergara, A. (2002, noviembre-diciembre). Espejismos y realidad. En Quehacer, 14-18.

Vird, E. (2009). Cine violento: algunas reflexiones sobre sus espectadores. En C. Petit (Coord.), Medios y tecnologas de la informacin y la comunicacin (pp. 137-148). Crdoba: Editorial Brujas.

Vird, E. (2009). La construccin de subjetividad mediada por las nuevas tecnologas. En C. Petit (Coord.), Medios y tecnologas de la informacin y la comunicacin (pp. 177-180). Crdoba: Editorial Brujas La realidad virtual, tan ligada en el pasado a la capacidad potica y a la sabidura hecha de perspectivas (Conill, 2007, pg. 83), se la vincula ms con la tecnologa de vanguardia. A travs de un sistema que consta de un visiocasco y un mando con botones, ambos conectados a un computador, el individuo que se conecta a estos aparatos recibe imgenes, sonidos, etc., que proyecta la computadora segn los inputs del mando y el casco. (M. Ruiz, 2007, p. 239). Hablamos de un ciberespacio como espacio artificial creado mediante estas tecnologas.

Cf. M. Bunge, Diccionario de filosofa, 2007, pg. 134

Mostern deja en claro que los textos de Popper sobre el mundo 3 considerara, por otra parte, la informacin genticamente transmitida como parte del mundo 3. Cf. K. Popper, Objective Knowledege, 1979, pg. 162.

Idiota, segn lo entendan los antiguos griegos, era el individuo que no participaba en poltica.

La sociedad de los hobbies y los lobbies, segn Castoriadis.