GomezM - Sociedad Desierto Literatura

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Sociedad y desierto Literatura en la frontera norte Sergio Gómez Montero 1hllversidad Pedagógica Nacional

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Gómez Montero, Sergio. Sociedad y desierto: literatura en la frontera norte. México, DF: UPN, 1993.

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Sociedad y desiertoLiteratura en la frontera norte

Sergio Gómez Montero

1hllversidad Pedagógica Nacional

Índice

Prese ntación 7

Lenguaje y frontera 9

Trad ició n narrativa en la fron tera norte 19

Pro legómenos para constru ir un marco de referencia 29

De la ficció n a la realidad 38

Litera tura y descentralización en Baja Ca lifornia 47

Narra tiva joven de Baja California 53

Fron tera. vangua rd ia y literatura 58

Feminidad: desgarrad ura y ot redad 61

El mito como sus tra to de las literaturas regionales 73

Palabra y lecto-escritu ra en la fron tera norte 83

Fron tera: es pacio, tiempo y post modernidad 91

Presen tación

Los ensayos q ue forman este volu men d an fe de un trabajorea lizado dura n te diez años, en el afán de co nocer el si gni fi­

cado y las perspectivas d e aquello q ue aquí se denom ina litera­tura de Infron tera norte.

Hay aquí razones d iversas motivadoras del quehacer. Una es,por ejemplo, que mi estancia en Baja Califo rnia me llevó a indagaren tomo a la esc ri tu ra d e es tas regiones, a co nv iv ir co n sus au to resy a compartir experienc ias en el cam po de la promoción de even toseducativos y cultura les y trabajo editorial. Ot ra es la preocupación,que he man tenido desde años a trás, por impu lsa r la construcció n- desde sus inicios y en su lu gar de origen - de la hist oria d e laliteratura na cional. Y finalmente, el aplica r parte de mi s lecturas eindagaciones sobre teoría litera ria a conocer cómo llevarla al es tu­dio de la literatura fronteriza .

La labor ha s ido alentadora, pues ha motiv ad o el est ud io, y sobrelodo me ha llevado a ge nerar es tos trabajos, q ue ha cen plantees nosólo vinculad os a lo regional, sino que incu rsionan sobre proble­ma s gené ricos propios del hech o literario. En su enfoq ue pred omi­na la inten ción d e reconstruir procesos y es tablece r relaciones,antes que la formulación de tesis o id eas acabadas. Pero es ev idente((ue procesos j' relac iones se proponen fundamen talmente comoconjun tos hipotét icos que permitan abri r, una y otra vez, el ca m pode es tudi o involucrado en el quehacer literario de la fro nte ra norte.

Io quisiera termi nar esta nota sin reconocer mi deuda con compa­j\t:' ros q \le menciono a lo largo de estos ens..'lj'os (polkinhom, Trujillo,Di-Bella, Careta,Gómez-Peña, Agu ilary varios otros que hoy escapan.1 mi memoria). Con ellos he tenido oportunidad de platicar y afinarasí mis plantees cen trales sobre L'lSmaterias de es tudio. Huelga decirlill(' la responsa bilidad de los errores y equivocaciones es mía.

t,

Lenguaje y fro n tera

Cooley tenía una hermosa vozcuando hablaba con fervor.O. H . Law rence: Canguro

tutroduccion

1)01" lo co mú n, en aquellos países co mo el nuestro donde e l mes ­tizaje no ha logrado bo rra r ni las manifestaciones étnicas sobre­viv ientes del co loniaje ni impuesto tam poco pat rones com unesp.Ha la nación en su conjunto, existe siempre la inquietud dehorrar las di ferencias culturales:en el caso de lo étnico apelando. 1 la modernidad (imponiendo la civili zación a la barbarie, seargumenta); y en el caso de lo reg ional, trata ndo de reducir lasd iferencias q ue orig ina n la geografía y la sociedad (o raíces cul­turales más profund as) a un modelo denominado cultura na­d o na}, e l cua l, se d ice, es capaz de someter (o al menos de talforma se concibe) a la unidad las d iferencias mencionadas, para.rs¡ enfren ta r, chovinis tamen te, a lo "extranjero".

Fren te a tal tendencia, existe otra (así suce de en el caso delMéxico actual), que ad m ite la ex istencia de culturas diversas y.irgumen ta en favor de su subsistencia; el plur iculturalismo eshoy más que nada un a inquietud que no ha logrado defin ir suspremisas teóricas dado que, por un lado, es aún una ten denciasubordinada en el interior del conjunto ideol ógico dominante;I'0r el ot ro, po rque es una política cultural emergente cuyo ob­¡divo no confeso es apoyar el reciclaje del modelo económicovigente en su afán de supera r al cen tralismo que hoy lo copa ylo limita:el pluriculturalis mo sería, a nivel ideológico, lo corres-

La[rontera norte

-La falta de comunicac ión horizonta l: un front erizo de un es tadole es un desconocido al fronterizo del es tado vecino.

- La.formació n dcmogr.iñca de las ciu dades ("S resultado, primord ial­mente, de masivos rroc(>S()s de migraci ón, fenómeno que avasallaen el ámbito poblacionnl pero que no ha lograd o horra r la singula­ridad que es propia de los ha bitantes origina rios de la región.

Región singu lar (y bas ta revisa r la hi s to ria para tener una ideace rcana d e esa singula ridad ), la frontera norte d e M éxico es hoy,se pued e d eci r que d e n u eva cuenta, una d e las zo nas est rat égi­cas de 1" nación.

Sin nega r las ca ra cterís ticas q ue son p ro p ias a cad a punto dela fronte ra (q ue tenta tiva mente p ued en se r d elim ita d as en t ér­minos d e terri torios es ta ta les), es posible af ir mar q ue tod a lafran ja front er iza norte de México presenta un conjunto de ca­racterfs tica s co munes, en tre las que d estacan las sigu ien tes:

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- La estrecha interdependencia eco nó mica que se da en tre los doslados de la frontera , y que hoy en particular genera fen ómenosde complejidad crec iente (la int erdependencia es de carác ter asi ­

métr ico, lo cual significa que las actividades económicas, políti­cas e ideológicas del lado mexicano se encuentran subordi nadasa las de l país vecino) .

- El im pacto alienante que causan los medios masivos de comuni­cación d e ambos lados de la front era.

- La resistencia que mues tran en part icul ar los jóvenes mexicanos)' d e origen mexicano (pertenecien tes a los sectores popularesd e la población), hacia la hegemon ía de la cultura de consumocapitalista, lo que los ha llevado a reivindicar formas de vidaaparentem ente periclitadas y marginales y a crearse códigos decomunicación es pec íficos.

- Una profund a interrelación en tre las costum bres y modos de vi ­da de la población fronteriza mexicana y la de origen mexicanoy mexica na que radica en los es tados fron terizos de la UniónAmericana .

Culturay lenguaje

El lenguaje es uno de los factores básicos de la identidad de unp ueblo . Los o tros son e l territorio, las costu m bres y creencias yla o rga nización socia l. Es decir, el len guaje es uno d e los elemen­tos q ue a malgam a, a lgo que d a unidad y razón d e ser.

Todo lenguaje infl uye sobre el pensami ent o y co rrela tiva­men te el pen sa mi ento ejerce su in flu encia sobre el len guaje . Dees ta manera se est ablece una v inculación es trec ha, in d isoluble,e ntre a mbas en tid ades. En cierto sentido, e l d esa rr ollo d ei len­guaje se debe concebir en función del grado de desa rrollo alean­zad.o por el pensamiento. Mas como factor d e hornin izaci ón, ellenguaje se d esarrolla cond icionado por las es tructuras socia lespred ominantes en u na determinad a eta p a histórica, y es así queadq uie re ca rac te rís ticas id eológicas q ue lo llevan a cu m plir fun­ciones q ue so b redetc rminan su ta rea es t ric ta men te semiótica .Co n esto se quiere d eci r qu e el leng uaje s irve co mo u n inst ru-

~ X' IH JAD YOFSIF.RTOSERGIO C,óMFZ M ONTERO

pendiente a la d escentralización que hoy se promueve e n formadesesp erada. Mas como pol ítica emergen te, y que se da ademásen el in terior d e una aguda crisis social, el p luriculturalismo esuna opción abie rta, en cuyo proceso de definición pueden in ter­veni r ta m b ién las clases sociales emergen tes o los m arginadosd e la socied ad (la clase obrera, las minorías nacionales y socia ­les).

En tal con texto, ca rente de una polí tica del lenguaje exp resa,el Estado en México al respecto ha tendi d o más hacia la p rimeravariable aqu í mencionada (la d e la " cultu ra nacional") que haciala segund a, d onde se consideraría co mo pr iori ta rio más que uni­ficar el lenguaje e l p reservar las hablas, entendido esto como ela náli sis d e los ci rcuitos d e co m u nicación susten tad os en el len ­guaje, a partir no d e u n proceso d e con fron tació n con una ideale inexis ten te lengua n aciona l, s in o d ánd oles a esas hablas la fa­cilidad de sobrev ivir en la medida en q ue so brevive la real id adque las origina.

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"

Lellgllajey frontera

m ento más d e d ominaci ón en el contexto d e la lucha d e clases;pero también d entro de tal co n tex to puede servir co mo un ins­trumento de liberación.

De es ta manera, todo proceso que b usque preservar a l len­guaje debe tomar en consideración al menos tres factores:

- La cultura y el papel que al interior de ella juega el lenguaje.-la relación entre pensamiento y len guaje, en tendida como cam-

po en el cual és te sufre modificaci ones diversas.- El con texto histórico, entendido como expres ión de las fuerzas

soc iales que al incid ir sobre el lenguaje lo tra nsforman.

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Descontextualizado, el lenguaje sería un cuerpo inerte (una len­gua que tiende hacia lo muer to) cuya función socia l sería n u la .Concebido an tes que n ad a como ins trumen to d e comunicación,para ent ender al len guaje es preciso co no ce r cuáles son los fac­to res que lo d in a m izan; es d ecir, e n q ué co n tex to adqu iere va li­dez y q ué e lemen tos conforman ese con tex to .

Así, s i bien no se p uede negar que una parte impor tante d esu v italidad la encuen tra el len guaje en s í mismo, la verdad esq ue ésa no es la ca u sa básica que lo prese rva y lo m antiene. Deta l forma, n o es su función de cód igo lo q ue le o torga a l lenguajeperma nencia y v ali d ez . Es, más bien, la relación que se es tableceentre el lengu aje, e n su acepc ión d e p roceso d e comun icación, yel en to rno socia l la p auta q u e otorga v igencia y permarrencia :cuando u n lenguaje d eja de ser socia lmen te ú til se co nvie rte enlengua mue rta.

Ahora bien, el peso sustancial de los p rocesos sociales recaehoy en lo económ ico; d e ahí, q ue tod o lenguaje, n a tu ra l oes pecializado, se vea sometido a lo económ ico d e m anerainelud ible . De tal fo rma, en más d e un sen tido se pued e ha ­blar d e que la economía hoy es u n factor d et erminante d e ladinámica lingüística: el lenguaje válido es así aquél que ex p re -

I.ellgltaje y cconomia

-c-La convivencia fronteriza genera u n intercambio lin güíst icoconstante que introduce en el habla co tid iana neo logismos yan­glicismos indiscri m ina damente. Ello res ul ta de las relacioneseconó micas d e interdependencia y del im pac to d e los mediosmasivos de com unicación (en gra n medida d e origen nortea me­ricano).

e-Para los jóvenes, y en genera l para quienes tienen inquietud porescribir, exis ten pocas posibilidades de sa tisfacerla, encamina rlay encontra r med ios afines de exp res ión.

- Todo lo anterior contribuye a que de manera paulatina cie rtosvalores propios de la sociedad nacional y de la cu ltu ra regiona lsu fra n deterioro y derrumbe.

Se. )( 'l En AIJ Y DESIERTOSERGIO GóMFZ M ONTERO

-Existen deficiencias en la im pa rtición de materias vinculadas conla enseñanza de la len gua y la literatura, y son escasas las biblio­tecas }' librerías. La lectura, como ejercicio masivo, consu me, pri­mord ialmen te, li teratura " bara ta": hi sto rie tas, fo tonovelas,periódicos deportivos.

- En 1.1 frontera norte conviven d iferentes " hablas" nacionales,dán dose así, por tanto, la ex is tencia de un .,mercado" lingüí sticode riqueza s ignifica tiva.

-Como parte de los procesos autogenerados d e defensa de la iden­tid ad cu ltura l, exis ten una se rie de mela y paralenguajes (quevan del habla chicana a la jerga "chola"), que se correspondenco n cu lturas de minorías, cuyo impacto es creciente sobre el ha­bla co tid iana.

Si bien los indicadores en el caso d e las e ntid ad es fronte rizasseñalan que la deman da d e educación básica se e ncuen tra cu ­bierta d e ma nera satisfactor ia, y q ue e n los ni veles superioreses tá m u y por encima de la m edia nacional, es pertinente señalarq ue esos in d icadores no ca p tan aspectos relevan tes en lo q ue serefiere a l uso y ma nejo d el len guaje (esos aspectos no son p r iva ­tivos d e la fron te ra, pero aquí cobra n par ticular relevancia). En­t re esos aspectos se mencion an los sig uien tes:

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Tnller, Icngua]c y litcmíu ru

- La existencia de un mercado amplio de hablas generado por losprocesos migratorios .

- El sincretismo que se opera, asimétrica ment e, a nivel de lenguaje,entre regiones colindantes.

- La ex is tencia de hablas paralelas, cod ificad as de manera singu­lar, que se resisten y se oponen al m od elo lingüístico dominante.

Las manifestacion es formales del lenguaje se presentan en tresg rand es cam pos:científico, literario y col oquial.

En el primer caso, la especi ficidad del sis tema semióti co sesusten ta en la rig idez de las relaciones que se es tablec en entresus co m pone n tes (emisor, rece ptor y código), en virtud de queestos d e lx-n cor responder de manera estricta a la función queles toca desemp eñar. El aprendi zaje de este tipo de lenguajesrequiere de enseñanzas me tód icas y específicas .

En el caso del lenguaje literario, se puede establecer que busca

15~ ~ MI HlADYDESIERTO

r-n sus manifes tacio nes diversas la transformación d e la realidadinmed iata, con el objeto bien sea de proporciona r una v isiónparticular de los sucesos, bien para presentar a estos últ imosdr-sprendidos de sus categorías origi nales. Este acto creativo in ­curs iona y experimenta en y con el sistema informativo some­tiéndolo a los designios del sujeto que actúa sobre él. En este" ,1S0 , el lenguaje responde siempre al de sar rollo alcanzado porel individuo que lo utiliza y por lo tanto está cond icionado, pri ­mero, por la posición social e ideológica del sujeto, y segundo,por las fluctuaciones que le impone las condiciones ec onómicas)' políticas en las que se realiza el acto lingüístico.

El lenguaje coloq u ial, de por si vasto y complejo, debe serconcebido en el marco aparent emente estrecho del papel que letoca desempeñar como fuente de irrad iación lingüística . En ellenguaje coloquial se encuentra el acervo más inmediato d e qu ese d ispone para ejercer la comunicación cotidiana. Asimismo,dado lo "desc ubierto" de su posici ón es el primero en rese ntirlas influencias , lo cua l origina, por ejem plo, que sea en él dondeprim ero se capte el impacto que los medios ma sivos de comu­nicación dejan sentir sobre los más diversos sect ores de la po­hlación . Este impacto modifica no sólo al lenguaje sino también1" cond ucta de 10 5 miembros de esos sectores, tratando de sen­sibilizarla pa ra que adopte como suyas necesidades ficticias yforma s de ser y de actuar que lesionan a la naturaleza humana.

A partir de los su puestos mencionados, se cons idera que eltaller literario es una opción válida pa ra que, en particular losjóven es, cana licen cierto tip o de inquietud es por medio de laescritura y consoliden y reafi rmen su identidad cultural , reiv in­d icando aspectos singu lares de e sa cultura (un a cultura que, sesupone, rechaza y enf renta la cu ltu ra d omina nt e capitali sta). Untaller literario, antes que nada, qu e prohije al m ismo tiem po lainquietud por la escritura y sea un cen tro de trabajo artesanalen diferen tes se ntidos. Primero, donde en forma colectiva seaprenda el oficio de escribir (a nivel de lenguaje literario y colo­quial). Este oficio se concibe como el conocimiento del lenguajee ntendido e n su función de instrumen to comunicaciona1. El

SERGIO CóMEZ M Om"ERO

sa mejor Jos intereses que le son propios al hacer económicodominan te .

Lo anterio r, para el caso de la frontera, sería la premisa queexplicaría la existencia, por ejem plo, de un marcado sincretismoentre el español y el inglés (aquí opera, de nueva cuenta, el prin­cipio de asimetría ya mencionado), o bien, por o tro lado, la ex is ­tencia de ciertos metalenguajes, o lenguajes cifrados, quecorresponden a sectores de la població n (los cholos) que se re­sis ten a incorporarse al orden social d ominante.

Es simplificador, se considera aquí, reducir el análisis de laproblemática d el lenguaje en la frontera a instrumentar unmuestreo que re g istre el núme ro de anglicismos que se usan demanera cotidiana . El problema, mu cho más complejo, debe co­menzar a ser analizado a partir del desar rollo que las hablastienen en una regi ón dond e la econo mía ha producido la mani­festación, al me nos, de tres fenómenos lingüísticos de singularimportancia:

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El taller: l/na opció n

Para escapa r a la di námica de la econo mía, el lenguaje, al igualque o tras manifestacion es culturales, no puede esperar que laecono mía en su conjun to cambie (es decir, que cambie el sistemasocial). Más aún, s i corno sucede en la fron tera, es escasa o nu lala preocupación po r mejorar la calidad del lenguaje entendidocomo circuito de comunicación: ni al emisor, ni al código ni alreceptor se le o torgan estímulos para desempeñar mejors u fun­ción.

L1 propuesta que aquí se hace para intent ar ese mejoramientoimplica un trabajo de base que culmina en la creación de uno ovarios centros de especialización lingüística y literaria (centrosde es tud io académicos de len gua y literat ura).

Así, en la base de la pirámide, estarían situados los que aquíse denominan "Talleres de d ifusión del lenguaje" , cuya funciónespecifica estaría centrada en el mejor uso y manejo del lenguaje

miembro del taller, al irse familiarizando con ese ins trumento.debe cons tru ir con él productos diversos (el lenguaje se trans­forma as i de objeto en producto). Segundo, que la experienciade esc ribir permita al usuario del taller abri rse una opción deconocimiento, diversa, de la realidad . Y tercero, consolid ar po resa via el desa rrollo personal del ser humano.

Se habla aqui de u na enseñanza del lenguaje (del lenguajehumano tal y como surge de manera inmediata del entorno so­cial) y de la literatura que ponen al hombre en relación con surealidad co tid iana; es decir una enseñanza que hominiza o tor­gando capacidad al ser humano para perfeccionar los mecanis­mos mediante los cuales se co munica co n otros, consigo mismoy co n lo 11 o tro" en general. Una enseñanza que de manera pri­mordial encuentra en el len guaje escrito su vehículo predilectode exp resión. pero que. apoyada por la lectura. facilita tambiénla co municación oral. Una enseñanza, en fin. qu e, co ntribuyentede los procesos epistemo lógicos , bu sca dotar al hombre de unse ntido crítico y autocrít ico.

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coloq uial, tra tando de que, al fami liarizar al asisten te de las se ­siones de estos talleres con la escritura y con la lectu ra , fortalezcasu conciencia cultural, se capacite en el uso del lenguaje co moins trumen to de co municación y pueda, eventualmente, crearsein terés en segu ir perfeccionándose en el uso y manejo del len­guaje. Estos talleres operarian en aqu ellos centros donde el ma­nejo del lenguaje oral y esc rito es expedito (do nde el alfabetismoes lo común) y donde, por tanto, es posible la elaboración deciertos productos sofisticados (un bo letín, un periódico mural.un di scurso. un volante). Tal es talleres. por tanto, es tarían ubi­cados en centros de desarrollo co mu nitario y escuelas de nivelesmedio y superior.

En el segundo escalón d e la pirámide se ubicarian los "Talle­res de creación literaria", donde, de preferencia, se trabajaría anivel de lenguaje literario (su uso, su manejo, su dinámica crea­tiva) y. además, con base en un impulso de lecturas literariasregidas por un plan. con obje to de que as í. la lectura, retroali­ment e a la escritura para de tal forma ir creando el oficio carac ­ter ístico del esc ribir literario . Se pa rte aqui del supuesto d e quela escritura literaria, se practica en forma espontánea en cua l­quier tipo de sociedad (en cu alquier sector de ella); es más, quees una de sus prácticas cotid ianas.

Las actividades de los dos talleres mencionados se concibencomo un conjunto d e vasos comunicantes d onde del taller dedif usión del lenguaje surgen los miembro s del taller de creaciónliteraria, cuyos miembros, a su vez, regresan al tallerde difusióndcl len guaje pero ahora como coordinadores de ese tall er.

Por último, imp ulsadas asi las ac tiv idades lin güísticas y lite­rarias, serían la base para permitir, al mediano plazo, lograr unaespecialización mayor de la lectura y de la escritura. en térmi nosde que, en el tiempo mencionado, se puedan realizar en BajaCalifo rn ia es tu d ios técnicos especializa dos de lengua y literatu­ra.

Se señala que la labor de los talleres es sólo una de las que serequieren para im pulsar el desarroll o regional de lengua y lite­ra lura. Labor que necesita verse a poyada, en lo básico, por pla-

Sl lClEDAll y lJl~IERTOSFRGIO GóMEZ M ONnRO16

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nes que promuevan la creación de bibliotecas, publicaciones,librerías e intercambios de carácter cul tural.

Una sociedad que es capaz de lee rse y escribirse, es una so­ciedad que se conoce; que conoce sus defectos, sus limitacionesy sus potenc ialidades. Cuando una sociedad no se puede co no­cer (no es capaz de leerse ni de escrib irse) es una sociedad envías de extinción.

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18 SERGIO C.JÓMFZ M ONTERO

Tradición narrativa en la frontera norte:entorno/ trayectoria/ motivaciones

Comportamiento de la tradición

¿Sobre qué contexto genérico se ubica la trad ición narrativa dela frontera norte? ¿De qué tradición hablamos? ¿Si es que acepta­mos su existencia. com óes que esa tradición se hadesarrollado?

De hecho, sólo de manera recien te - yo diria q ue de diez añosa la fecha- las preguntas anteriores se han formulado de ma­nera metód ica;básicamente para tratar de explicarel crecimien­to, se pudiera decir q ue ex p los ivo, de las actividades literariasen esta región. El surgimiento de escritores de la tall a de Camp­bell, Mont emayor, Ramírez Heredia, Gardea, Co ta, Villarreal,Sada (son sólo algu nos de entre una lista que pareciera hacerseinterminable) y la forma en que se da ese surguimiento, seríanla base de una primera m otivación que obliga a ir a la búsquedade las raíces y las causas profundas que han dado origen a unfen ómeno de naturaleza singular y eviden temen te compleja.

También en el terreno de las motivaciones q ue obligan a pen­sar en la tradición literaria - y no só lo en ella- se pud iera ubi­car,hoy en particular, laactualizaci óncrecien te de la frontera nortecomo reg ión estratég ica para México, si tomamos en conside­ración dos situaciones al menos, ubicadas ambas en el terreno delo cu ltu ra l. Po r un lado, la vec inda d q ue se da co n el pa ís en don­de se genera masivamente la apología de la soc iedad de consu­mo, que tanto daño hace a las llamadas cu lturas de a ldea al agrediry romperlas tradiciones y costumbres más arraigadas de esas cu l­tu ras , sin q ue ex is tan ha sta hoy ba rreras posibles de oponer a losmedios co lectivos de información - vehículos predilectos de la

sociedad de consumo para masificarse. Ensegundo lugar, es vá­lido cita r el avance del pluriculturalismo como opción - necesa­ria- para impulsar los procesos de descentralización de lasactividades del país. En la medid a en que las diferentes regionesque compo nen la totalidad nacional definan y consoliden su voca­ción cultural, sus costumbres y trad iciones más arraigada s resur­g irán, para dar así un nuevo sentido de la vida nacional.

En ambas perspectivas, pues , se actualiza la s ituación es tra­tégica de la frontera norte.

Motívación también lo es un proceso q ue, ubicado por igualen el terreno de la cultura, se d istin gue po rsu proyección a largoplazo: la posiblidad de vincular más a llá de las fronteras te rri­toriales los lazos de unión qu e existen, s in duda.. entre los me­xicanos y los méxico-norteamericanos. Partícipes de una mismatradición cultural - que en la literatura chicana encuentra und aro eje mp lo - , el futuro, allí pudiera llegar a concretar, másallá de los límites ter ritoria les, la presencia unida, só lida, únicade un puebl o solo al que la histori a - movida por la prepotenciadel poder y de intervención ex tra nje ra - le ha jugado, en oca­s io nes, pesadas bromas.

Pero si esas son las motivaciones, o tro es el marco dentro delcual la tradición cultural, y en particular la literaria, se han movi­do, y han movido así, por ejemplo, a la na rra tíva. El en to rno geo­g ráfico juega aquí un papel primordi al: el desie rto, la sierra, e lmar, dejan su huella y la anécdota, de ta l forma - p iénsese en lascró nicas de Jordán, en los textos de Gardea, Montemayor y deSada-, se ve alimentada por ese en torno de dureza, de reseque­dad, de aridez, que se revierte luego hacía e l inter ior del ind ivi­duo - ése , qu e piensa engañado que él se hace a sí mismo-e- y lohace un se r hosco, introvertido, tendiendo hacia la reflexión,met aforizando de continuo su vi da diaria. Mas la ciudad - ésa,la vio lenta y s inc rc tiza d a ciuda d de la front era- cobra su cuota,y le in trod uce a los re latos de Ca mpbell, a los cuen tos de Cros­thwaite y Di Bella, a la novela de Rosina Co nde o a la poesía delos mas jóvenes, su esenci a co tid iana: el lenguaje des parpajado,caótico y ca balís tico; la real idad sin maquillajes; la estructura

l listoria y literatura

donde el tiempo - el de los calendarios y re lojes- va y viene,dando siempre así una imagen más o menos fiel de la rea lidad .

Sí, tradición la hay; la cosa es saber en qué co nsis te.

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La historia, en apariencia, se simplifica al hablar de la fro n terano rte. Si esa historia y esa frontera se a na lizan de una manerasu pe rficial. l os paisajes se p res tan para el engaño. los territo ­rios vas tos, por lo común desérticos, sólo registran la presenciade co munidades pequeñas y aisladas . Los cambios se suceden(a lgunos se suceden; hay cosas que permanecen ímpasihles) a lirde un océano a o tro. En las sierras profundas, refu gio nat uralde los indios, la histo ria adquiere a iro ritm o, otra s ig nificac i ón.Las ciudades nacen, relativa menle hace poco, co mo ciudades deservicios. Y no se trata aquí de dar fe de la presencia de unaunidad que de hecho no ex iste -la frontera norte co mo un Io ­do- sino de reconocer, a partir de la singula ridad, aq uello queune ind isolublemente, aqu ello q ue habla de una esencia co mún}' qu e es lo que permit e enfrentar con solida ridad co tid iana e lintercambio de experiencias co n la cu ltura del otro lado de latinca, y que explica también la singu la ridad de la región írcn te

a las cu lturas de Mesoam érica , Qui zá no m ás. Pero tambi én nomen os, y sí muy significa tivo.

Fenómeno; el de la front era norte; de particular im portanciapara el país, é l es, como más de una vez se ha se ñalado, un casosingular, po rno decirúnico:aq u í, en es ta frontera, co mo en nin­guna o tra, son tan ma rcadas las diferencias culturales en tre pa í­ses lim ítrofes. En ese marco, la trad ición litera ria, la narrativainclui da, también ocupa un luga rsingular, pues ella se va a dífe­ren cia r s ustancia lrnen te, desd e pl intos d e vistamuy diversos, de loque han sido las co rrient es hegemóni cas en térm inos de literatu ­ra en el res to del país . Hay una m arcada asimetría entre e l desa­rrollo cu ltural de la frontera norte y el desarrollo cul tural del restodel país. En ese marco se inscribe también la literatura, pues enlos pliegues de la vída cotidianae lla se entrevera con la historia.

St )(·¡EDAD y DESIERTOSERGIO C..áM ":Z M ONlfRO20

1,

De esta manera, un segu imiento histórico de la tradición litera­ria en la frontera norte - incluida la narrativa- debe tomar co­mo punto de arranque los tes timonios, fundamentalmenteora les de los pueblos indios de esas regiones. Es d ecir, conside­rar, por ejem plo, que al igual q ue en el caso de todos los puebloscazadores y recolect ores, el idioma de estos pueblos ind ios esagrafo. y sólo po r medio del tes timonio p ictórico queda plasma­do, pl ást icamente, su pensamiento profundo. Pero por eUos ha­blan, además de la trad ición oral, sus ritos, sus ceremonias, sustrad iciones, su v ida co tidiana, que pernlanecen en la medida enque siguen vivos esos pueblos. Lo anteriorno implica, ni mu chomenos, que la tradición oral o el testimonio pictórico reflejenmundos sim plificados o pobre za de con tenidos. No, lo que su­cede con esa tradici ón es que no la conocemos aún suficiente­mente, y más grave todav ía es que ella se pierde, en la med idaen que decrece la poblacíón indígena d e la región.

Otra e tapa importante en términos de tradición literaria... loes la época colonial, donde las cró nicas mi sionales dan fe de lasdificu ltades q ue im plicó establecer aquí las estructuras de la Co­lonia y el poco em peño que se puso pa ra co nservar vá lidas y v i­ge n tes las práct icas cu lturales de los p uebl os in di os. Con lostestimonios de los misioneros, la literatura - si es que a esos es­critos se les puede llamar así- adquiere la dimensión de relatosde av en turas, donde el m aniqueísmo sólo permite hablar d e ne­g ro y blanco, sin matices, predominando un se ntido despectivohacia el co mplejo m undo indígena y sobrevalo rando el papelevangelizador de los conquistadores . A su vez, ahí destaca - co­mo reconoce Gabriel Tru jilloen "L, literatura en Baja California:tendencias y propuestas", Trm'csíaNo.4 VA lle, 1986- el profun­d o se n tido político que tuvo la expulsión de los jesuitas de laN ueva España }'que José Mariano de Iturriaga resalta}' preconi­za en su ú , Califomiada. En o tro sentido, en la labor misional en­cuentran ex plicación la vigencia e influencia del cla sicismo enes tas region es , que se ex tienden ha sta muy entrado e l s iglo xx.

Hegemonizado el quehacer escri tu ra l por la igles ia desde elsig lo XVII hasta med iados del XIX, es en los archivos eclesiales- magros, escasos- en d onde la h istoria, la real y la ficticia,pero funda men talmen te la primera, tienen as ien to. Et romallcedel JIIIIO -más que nada tradición ora l- es, dice don Pablo L.Martínez en Historia de laAlta California (Ed itor ial Baja Ca lifor­nia, México, 1975), la " litera tura" q ue más se conoce en la AltaCa lifornia a mediados del XIX. Indagar so bre la tradición litera­ria de esas épocas, en es tas tierras, es fun ción de la microh istoria ,ta rea a laque con pasión y certeza convoca Luis Go nzález. Tareade di mensiones vastas, ella apenas co mienza y cobra impulso .De los resultados que allí se ob tengan, sa bre mos un poco másde la narrativa de aquel entonces.

Por ejemp lo, sólo esa historia rinde tes timonios parciales. enaq uella época, del desmembramien to del territorio nacional. Latradición oral recoge algunos rela tos a l respecto Goaquín Mu­rrieta) , pero ni la literatura nacion al ni la regional d icen muchosobre esos episodios: la vida en la fron tera q ueda inédita parala literatura. Hipoté ticamente se pudi era afirmar que la litera ­tu ra, con el silencio al res pecto, se res iste a ad m iti r el despojo, aco ncebir la d ivisión territorial co mo ruptura cultural, y que porejemplo la literatura ch icana , y la relación q ue hoy en part icu lares tablece la literatura de frontera con ella, es tarían reivind ican ­do esa idea. Co mo una línea que recorre transversa lmente lafro ntera, se pudiera hablar así de la con tinu idad im plícita entradición o ral. co rrido y chica nismo.

A finales de l sig lo XIX se co mienza a cocinar en todo el país larebeldía socia l, aunque también en los principal es centros urba ­nos se extiende como moda una ilustración de marcado acento.rfrancesado . En el primer caso. más cerca ya de l inicio de la Re­volución que de otra cosa, don Heriberto Frías escribe sus obrastestimonia les de significativa importancia - Tonuidtic-«, donde1.1población ind ia, co mo personaje, oc upa un lugar central. Enelsegundo caso, los periódicos de esa época - cursis, me losos. in­trascendentes- ofrece n un panorama de lo limitado de los afa­IW S ilustrados de aquellos tiempo s: va le en término s de

23SCKIEDAD y OESIF.KIUSERGIO C.oÓMEZ M ONTERO

La literatllra:etapas primordiales

22

Espaciosque se abrell

M ás delante, poco a poco, d iferentes escritores locales, en la épo­ca de la reconstrucción post-revolucionaria, va na desarrollaryacon mayor empe ño el ejercicio d e la creación literaria en el cam­po de la narrativa , aunqu e sin desprenderse aún de la pesadarémora que representó, en esa época, lo más co nservador y pococreativo de modernismo y naturalismo. Predomi na lo gris. Casinada se pued e resca tar de entonces . Aquí, de nuevo, a la historiaco mo indagación le queda, por establecer,justamente, la d imen­s ió n de los hechos.

L"co nsol idación d C'1Es tado postrevolucionario se vio acom­pañada por lo que hoy es un cen tra lismo patógeno; centralismoq ue ex plica, en el caso de la literatura, la presencia determinante(pa ra la narrativa, por ejem plo) de Reyes, Torri, Fuentes Mares,Val adés. Ellos, nadie lo duda, son punto de referencia ineludible

narración recordar aquí las cró nicas de José María Barrios de losRíos, anteceden te de lo que luego escríbiría Jordán, por ejem plo.

Con la Revolución, q ue en buena med ida se desarroll a preci ­samente en el norte del país, las regiones fronterizas del nortede México se inco rpora n de lleno, a nivel de anécdota, a la tra­dición narrativa. En el Utisescriollode Vasconcelos, Piedras Ne­gra s aparece ret ra tada de una manera fiel y objetiva. En losdesiertos de Sonora y en las serranías de Chihuahua se desarro­llan parte de las his torias de Marti n Luis Guzmán y Rafael F.Muñoz: ju nto al tráfico de armas, de hombres, de dinero, apa­rece la justa ira, la venganza d e Villa tomando Columbus; luego,las persecusiones inútiles de Pershing y la expedición punitiva.

L,. crónicas de Terrazas, Thord -Gray o Reed, describen, pun­tillosamente, aunque exa ge rando en e l caso de los extranjeros,paisajes, hombres, actos de po r es tas tierras.

Delineada ya, presente al fin, con la novela de la Revoluciónaparece plena la frontera norte en la literatura del país. La na­rrativa aquí. como en muy pocas ocas iones , le da presencia lite­raria a la historia.

25s<' >ClI:DAD VDESII:RTO

para en tender y aquilatar la p resencia del norte en la literaturanacional co ntemporánea.

No es s ino hasta e tapas recientes cuando la literatura avanzay se afirma como un hecho cotid iano en la frontera; y e llo no escasual, sino que se co rresponde con el desa rroll o soc ia l de lasentidades fronterizas, que reclaman el impulso paralelo de lasactividades educativas y culturales y generan la creación de cen­tros de es tud ios universitarios que buscan arraigara los jóvenesen su tierra natal y ampliar así las po sibilidades de ilustraciónacad émica y cu ltu ral .Se puede decir que a partir de ese momen­lo la literatura de la frontera norte -narrativa, poesia, drama­lurgia, indistintamente - se consolida co mo trad ic ión yescritores que forman ya generaciones co mienzan a utilizarco ­mo conjunto anecdótico sus vivencias co tidianas en la tierra d eSil o rige n. Y si bien es cierto que el escritor no siempre se queda,\ radicar en la frontera , sus ob ras sí toman de es tas tierras sin­gulares sus motivos a desarrollar, haci éndose concretos as í, enla narra tiva, y no sólo en ella, d ife rent es elementos cuhurales(Iue dinarnizan la v ida de estas regiones.

Sin perder sus diferencias esenciales, que van lo mi smo de logeográfico a lo é tnico, y de océano a océano, a pesar de la s in­gularidad q ue imprime la horizon talidad - a lentada por la in ­comunicación qu e se da en ese sen tido -« , la fron tera norteex is te, co mo regió n, porque las relaciones sociales de produc­ció n hegemonizan la v ida diaria, y son ellas las que prop ician laexistencia de condiciones comunes para qu e esa vida diaria sedesa rro lle de manera s imiJar 10mismo en ]u árez que en Tijuana,Mexicali Matamoros o Nuevo Laredo. Situación qu e se facilita,s i se piensa que no son muchas las ciudades grandes qu e existenen ambos lados de la linea. Quizá un es tud io es pecífico al res­pecto nos diga que algunas d iferencias se co mienzan a da r- que en el futuro pueden ser muy se ns ibles- s i se piensa que,paulatinamente, Jos procesos productivos de mayor s ignifica­ci ón en la Unión Americana se gen eran hoy en la costa oeste, y'l ile es all í también donde poco a poco se concentran importan­les cen tros culturales y ed ucativos, qu e, de una u o tra manera,

SERGIO CóMñI. MON'TERD24

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dejan se n tir su impacto del lado mexicano. Pero, insisto, eso ten­d ría q ue ser objeto de un es tud io, de un trabajo más especifico.Mas era necesario m encionarlo aqu í. p ara d ar un ejem p lo d e losca mbios es tructura les q ue puede deparar el futuro a esta región.

En lo referente a la d inámica que v italiza hoya la narrativade frontera, hay q ue m encionar, en un recuento rápid o y some­ro , lo siguiente:

- Un lenguaje que acopia d e fu entes varia s para concretarse y q uepor ello mismo se multiplica en jergas diversas.

- L-l exis tencia de corrient es migrat orias q ue genera n una pobla ­ción flo tante amplia y de origen étnico diferencia do, que d ejansen tir, con su simple paso, su influencia.

- El intercambio de vivencias cultu rales, donde algu nos elementosde la cultura de m a S<1 S y de consumo se en tremezclan con lastradiciones cu ltura les -de ra igambre más antigua- de las po­blacio nes fronterizas de ambos lados.

-Hay también en la narra tiva contem porá nea de estas regiones lapresencia álgida, canden te, abiga rrada, co n cupiscen te, arraba­lera, de una vida noctu rn a intensa, cla ndes tina y caótica, puesen las fronteras parecieran relaja rse las normas sociales, paradarle libe rtad al cuerpo q ue, en otras regiones, en o tros ámbitossoc iales, se ve de co n tinuo reprimido, so frenado, res istent e amanifestar co n toda intensidad su presencia.

- Aq uí ta mbién se debe mencio nar -como un elemento particu­la rm ente destacado hoy- el su rg imien to de nuevas ac tividadesproducti vas - la m aquila, la ho rticu ltura int ensiva, la mineríaaltamente tecnificada, un sec to r terciario que vive del tu rism oextranjero -e, que han generado 1.1 existencia de una poblacióndominada por jóvenes y muy jóvenes, que le im ponen un ri tmointenso , frenético, su ritmo, a la vida social cotidiana. Aq uí unhec ho co m ienza a se ntar sus reales, a d ejar sentir el peso quetiene en términos de vida co tid iana: la maquila, de cuya presen­cia at osigante se tiene not icia, principalmente, a través de la eco­nomía y de la sociologla -e-Iéasc el libro de Norma Igles ias: Laflor má::> ll("UII de 11l 11111'1uil" (SFP, M éxico, 1985) donde la s hi storias

1.05 que lIarrall hoy

27

- L"l confo rmada por quienes emigra ron desde jóvenes d el terruño

y só lo regresan a él ocasiona lmen te. Para ellos la tierra natal esuna esencia ajena, ex tra ña, lejana; la que, al final de cuentas,

de vida se co nvierten m ás de una vez en re la tos-, la maquila,insist o, que por ejemplo hoy a nivel de talleres literarios, crecey a limen ta así a la narrativa (ya la poesía y al tea tro )' a la tradi­ción ora l). Sin buscarlo, ella pronto, creo, más de una vez serápunto de referencia de los cuen tos y novelas que se escriban pores tas regiones.

- Aparece también, con su propio peso, la población marginal - llá­mense cho los o punks - , que en lo social reivindican fo rmas d evida y cu ltu ra propias, su slangy sus grafitlis y que, resultado deinvestigaciones o por afinidades, ya ta mbién brotan en la narra­tiva.

- Pero por so bre todas las cosas, en la narrativa co n tem poráne a dela fron tera norte sigu e predominando el paisaje l' tod o lo que élorigina: cu ltu ras del d esierto, del ma r, de la sierra; hay siempreen ellas, cuando hacen su aparición en esc ri tos d iversos, la p re­se ncia de un hombre - que vive obsesionado con la id ea de queél se ha ce a sí m ismo- que lucha de manera incansable parahabita r su agres te entorno na tu ral y para reflex ionar, in tensa­mente sobre"su se r ahí en el mundo" .

Si lo antes expuesto es materia de anécdota, ello no significa queel narra dor de la fro nt era norte sea uno solo, que a veces hablade maq uiladoras, y a veces del desier to y o tras de los cholos , ya si s uces iva m ente. N o, lo q ue sucede es q ue, eq u ita tivamen te- po r lo m enos así lo pi ensa q uien es to escribe-, los narrad oresde la fronte ra, a lgo así como buenas hermana s d e la ca rid a d , sed istr ibuyen e n tre ellos la m at eria, y form an algo parecido a co­frad ías, a la s cuales se integra n seg ú n sus gustos y saberes. De1.1Sco frad ías m ás distinguida s m encio no las s ig u ien tes (y de an­tcmano d igo: v ivan los esquem a tismos):

Se. )( 'IEDA U y D1~IERTOS ERGIOGÓMFZ M Om"ERD26

1,

p uede O no esta r, pUt.....te o no exi stir, PUt"Sl•• nw(~.\nk'l d o la '-."5.

cri tu ra -se piensa-e- na da, o muy poco, tiene que ver co n loco ncre to sen sible, y la materia del relato, para el caso, se puedeubicar en cualquier geografía o espacio soc ial. A es te gru po per­tenecen también aq uellos escritores que llegan de fuera de lafrontera, y en ella comienzan a radicar: para ellos tam poco ellugar tiene que ver con la materia de esc ri tu ra .

- Una segu nd a cofrafía, un poco más poblada, la corn ponen quie­nes bien desde la tierra de origen o bien fuera de ella, han toma­d o como ma teria de sus re latos - como materia básica, cen tral,que no ú nica, la geografía y sus pe rsonajes: el ambiente, el pai­saje, la persona lida d d el individ uo singular, la reflexión profun­d a, a veces la alegoría . Su narrat iva, así , es tá teñida dereminiscencias en donde, con fuerza singu lar, des taca la natu­raleza : se reali za n largas travesías a través del d esierto; el marim pacta al hombre y la sume en la reflexión profunda; el hombreremontado en la s ierra, comulga allí con la naturaleza y con lasp rim eras ese ncias de lo humano: se reencu entra con su pasadoindígena . "Aq uí se escribe a pa rt ir del paisaje", pud iera ser ellema de es tos cofrades .

- Extendida, vasta, poblada, está hoy la tercera hermandad: la delos urbanos, la de aq ue llos que han encontrado en las ciuda deslos motivos de esc ri tu ra . Su es tilo se significa as í por e l marcadosincre tismo que carac teriza a la obra, a la que a traviesa n lo mis­mo lenguajes d iversos, que anécdotas varias (de la ciencia fic­ción al realismo naturalista) o es truc turas lo mismo lineales querecurren tes. Su presencia le ha dado particular vi talidad a la na­rra tiva , y en gene ral a la literat ura, y creo que pronto, sus pro­ductos recibirá n reconocimiento jus to. Los jóve nes que allími litan ni se in mutarán entonces .

El cierre

En el d es ier to, el sol se oc u lta tard e e n el ve rano . En la na rra tivade la frontera norte -que (011 buena medida se d esa rro lla e n eldesierto- el sol apenas co m ienza a despunta r.

Lite ra tu ra de fron tera: prolegómenospara constru ir un marco de referencia

l . Den tro de las ca rgas negati vas que hoy con énfasis particulartlt'ja sen tir e l centra lismo a ultranza q ue ha p redominado e nMéxico desde el siglo pasado, es tán, en el campo de la litera tu ra,1.1 inexistencia d e estudios que ex p liq uen . reflexionen, sobre elhecho literario - sus antecedentes , sus implicaciones , sus pers­pectivas- generado a nivel de región . Por lo común, cuando des­d e el cen tro no se realiza e l estu d io respectivo, és te casi nuncaex is te, o bien n o se considera tra scend ente .

I loy, de ma ne ra paulatina y motivado ello por las ca raclerís­ricas actuales del desarroll o social, se comienzan a llenar loshuecos que el estud io de la literat ura reclama sean llenados ani vel regional , no sólo para sa tisface r afanes pura mente acade­m icista s, s ino m ás que n ada para tener una v isión total y com­pleta de la realidad social.

De nueva cuen ta, se señala que lo a n terior n o ju st ifica d e nin­guna manera las posibles fallas u omisiones que pud iera tenerel trabajo reflexivo referid o a la literatura cua ndo se realiza des­de la periferia; por el contrario, se pued e decir que este al tiempoq ue agota etap as d ebe ser p recisamen te por e llo mucho m ásperspicaz y acabad o que los es tud ios que se realizan desde elcentro del pa ís.! Superar por ejemplo el impresionismo es ca­racterístico al ensayo literario en México o los afanes formal í­za ntes d el neoposi tivismo, se presen ta h oy com o ret o a vencer.En tal sen tido, es necesario reconocer que lo qu e suced e en lafro n te ra norte en el campo de la ~i teratura en m u ch o ayu d a area liza r con rigor metod ológico el aná lisis del hecho literario,pues h oy acá, se genera un conju nto de activid ades sociales, rnu -

chas de ellas referidas a la literatura, que se emparentan de ma­nera estrecha co n las tendencias más relevantes del quehacerliterario a nivel mundial.

Así, si bien es cierto que en la zo na fron teriza mexicana sonescasos los estud ios que se dan en tom o a lo litera rio, en loscent ro s académicos que operan en los estados fronterizos deEstados Unidos con México, tanto dentro como en gran medidaal margen de ellos, se está dando hoy la contraparte de lo quesucede en el lado mexicano: una intensa actividad reflexiva so­bre lo literario, cuyo pivote más destacado es la existencia de loque bien pudiera denominarse literatura chicana.?

Ma s es preciso no caer en lo que yo la trampa de la universa­lización de la literatura de la frontera, como si ella, la literatura,fuera una sola d esde tiempo a lrás. Particu larmente ahora es ne­cesario matizar al respecto y establecer en qu é medida la inter­textualidad, el entramado de di scursos diversos o la intermedia,que so n hoy las caracteristicas relevantes d e la literatura chica­na, operan ya también para el caso de la literatura de fronteraque se esc ribe del lado de México y cómo ello se capta y analizaen los trabajos de carácter teórico .

El objeto de este escrito es precisament e e l estud io de es as di ­ferencias (que involu cran 10 mismo no só lo a la semiótica y a lalingüística, sino que tienen mucho que vercon problemas vincu­lados a la comercializac ión del arte o al im pacto de la tecnologíaen términos de creación artís tica). Esdecir, lo que es te escrito in­tcnta, más bien, es reflexionar en torno a la materia de escrituraliteraria, poniendo énfasis en el cómo esa literaturase alimenta yse construye, y sobre todo en qué marco referencial se está cons­truyendo.Se toma aquí como punto de referencia al ámbito geo­socia l denominado, tentativarnente, fronteranorte de México .

Señalo tambi én que es tas notas tienen un carácter funda­mentalmen te hipotético y que se inscriben en una preocupacióncen tra l: precisar el ser y sentido de la capacidad comunicadoradel hombre, aunque poniendo énfasis, en este caso, en el len­guaje literario, y sobre tod o en analizar cuáles son las fuentesexternas e in te rnas que le dan vida a ese leng uaje.

2. Pa rto fundame ntalmente de un conju nto hipoté tico cuyo ejecentral es la multip licidad de vías que tiene el ho mbre para co­municarse entre sí y para comunicarse con los otros . De estama nera hay dos grandes campos den tro de la comunicación quedeben ser lomados en cuenta. El primero es el campo de lo re­flejo-sensible, en donde el hombre, básicamente a través de lossen tidos, se relaciona consigo mismo y con los ot ros. El otrocam po, es el más complejo y poco estudíado del pensamiento.

o existen líneas de demarcación reales entre lo reflejo-sensibley el pensamiento, sino que ambos son campos que se entrecru­zan de continuo y cas i se pudiera decir que no pueden existir eluno sin el a iro;en ese en trecruzamien to se generan los lenguajesnaturales -que implican lo mismo lo ges tual, que lo plástico olo so no ro- , y allí el lenguaje hablado, y que luego se concreta enescrito -aunque no siempre-, ocupa un lugar primordial.

N o es es te el moment o ni el lugar para profundizar en el porqué el lenguaje hablado se convier te en el hegemónico en térmi­nos de comunicación huma na, mas es necesario contemplarloasí al momento de ir desprendiendo de ese principio un conjun­lo de catego rias conceptuales que nos lleven a ubicar lo que esy cómo funciona el lenguaje literario, y que a su vez es la basede la obrade creación literaria. Es decir, el proceso de definiciónartística en el caso de la literatura se inicia, en su aspecto másgenérico, en la comunicación como actividad semi ológica, secontinúa en el lenguaje humano (lenguaje oral y esc rita) y seespecializa.de cierta manera, por así decirlo, en el lengu aje lite­ra rio,

El lenguaje literario en sí hace suyas las funciones que le sonpropias genéricamente al lenguaje hurnano.é pero a su vez suespecialización se alcanza en t érminos de nominación, cuandoes poesía, descripción cuando es narrativa y reflexión (abstrac­ción) cuando se expresa como ensayo. Ahora bien, tanto la no­minación , como la descripción y la reflexión si bien semantienen constantes en tanto funciones, varían en términos deforma y contenido cuando cambian las condiciones sociales en'I" Cse gene ran.' Así, por ejem plo, no le falta razón a Ari slól eles

31SücIEDADYDFSIEKTOSF..RGIO GóMEZ M ONTERO30

3.Toda literatura puede ser percibida co mo lenguaje, en los tér­minos precisos en que se co ncibe el len guaje de la manera des­crita en el párrafo anterior. Pero a su vez habría qu e entenderallenguaje co mo conjunto de elementos se mio lógicos co mponen­tes de un circu ito de co municación; además, un circuito de co ­mun icación inmerso en un determinado co ntex to social. De ahíentonces qu e el lenguaje así co nce bido, no se reduce a ser unestud io parcial de aspectos fonológicos, morfológicos, sin táctl­cos o se mánticos (en el sentido que es ta palabra tiene de signi­ficado) s ino co mo parte de un proces o en el cual intervienenm uy diferen tes ele men tos endógenos y exógenos a d icho pro­ceso. Aquí, las aportaciones de Sa ussure desd e el punto de vistade la d iacron ía y de la s incronía pe rmiten ir construyendo elm od elo teór ico esbo za do en estos prolegómenos.

Oc es ta manera, la dia cron ía nos permitiría ir situando y re­lacionando los diferentes e leme n tos históricos que confluyen en

en su Poética cuando define la existencia de un lenguaje to tali­zadoren términos creativos, que para nosotros sería el lengu ajelitera rio: pero habría que es tablecer diferencias al momento enque ese lenguaje literario no es uno solo sino el conjunto ya men­cionado. Un conjunto al cu al a cada uno de sus elementos leco rresponden característ icas propias y singulares y además ca­racterísticas que van a variar según se modifiqu e o no el contex­to socia l en que se produce cada uno de los lenguajes literarios .

De esta manera, para entender en cualqu ier etapa histéricade qué lite ra tu ra es tamos hablando, se necesitaría llegar a de­terminar el carácte r genérico d el lengu aje literario específico ­poesía, narrativa, o ensayo- y al mismo tiempo se tendría q~ever en términos sem ént icos f cómo cada uno de esos lenguajesse expresa, lo cual a la vez que nos permite ver su carga conce p­tual, nos permitiría ver también su funció n especifica, en aque­llos terrenos geofísicos o socia les donde se manifiesta laespecificidad; una especificidad que es así resultado no sólo dellen gu aje, sino de las características que él alcanza en un deter­minado momento como resultado de su co rrelación contextual.

~1CJEDAD Y DESIERTO

el presente e inciden en la conformación y definición de ese p re­sen te; en tanto que lo sincrónico (el ahora y el aqui) no s ubicaríaen el terreno de la obra en sí.

Un paso inicial en el aná lisis de lo literario, por ejem p lo parael caso de la frontera norte"sería prec isamente ub icar los ele ­mentos de di acronia y de sincronia que le son propios al hecholiterario, el cual así concebido - no sólo, aunque si funda­mentalmente co mo lenguaje- dejaría ver su interrelación cono tros elementos del entorno social.

,1) Un desarrollo des igual de lo litera rio seg ún las regiones que for­man la zona y que en su conjunto están hom ogenizadas por elsurgimiento y la consolidación de Jos centros urbanos en la eta­pa contemporánea en México. Me refiero explíci tamente a Tijua­na, l\texicali y Ciudad [ u áre z.

1,) Una influencia determinante de dos factores de ca récter contex­tU.11. Uno de ellos es el entorno social, que se caracte riza por lahe terogeneidad de su cons trucción, generada de manera funda­mental par ser la frontera una zona de recepci ón de inmig rantesdonde por tanto se manifiesta un mercado singu lary amplio dehablas y en donde la tensión socia l da origen a formas de vidad .. marcado carácter marginal. Por-otro lado, el entorno geogr á­fico (e l desierto, la aridez, el mar, el río) ejerce también u na in­Iluoncia relevante so bre> la anécdota y la manera de tra tarla .

4. Ater rizando, en el caso de la literatura de la frontera no rte deMéxico, el problema para defin irla en t érm inos estructurales.•ba rca muy diferentes y variados aspectos . Mas vale la penainten tar un se guimiento de ello , co mo lo hace Kristeva'' por(ojemplo, acumulando eclécticamente, aunque de ma nera orgá­nica y organizada, elementos de caráctersimbólico o semántico,p..oro en cuya base se enc uentre siempre e l núcleo dinámico de1.1dialéc tica materialista.

De es ta forma, entre los factores que yo destacaría co mo in­cidc n tes en e l hecho literario en el caso de la frontera norte sel'ncon lrarían los s igu ien tes:

S ERGIO GóMEZ M ONTERO32

entre rigor gramatical y expresividad pura, en tanto que la otraco rriente tiende hoya emparentarse de manera más es trecha conlos ex perimentos intertextuales de las vanguardias literariascontemporá neas.?

5. Acumulando las propuestas hasta aquí vertidas, y sobre todotrata ndo d e darle cierto orden y concierto, me interesa destacarque el es tud io de la literatura de frontera (espec íficamente de lafron tera norte d e México) tiene una importancia significa tiva yq ue su a ná lisis necesariamente d ebe incid ir en territorios diver­sos del conocimiento social. Mas al respecto vale la pena ponerde relieve que el estudio de d icha literatura, más allá de la obraen s í, d ebe poner énfasis en d os cu estiones al m enos, que sonde..de mi punto de vista la base referencial desde la cual se es ­taría n proyectando los elementos de carácter d iacrónico y sin­cr ónico que conforman el h echo literario .

El primero de esos dos aspectos es aque l que se vincula dema nera directa con el reciclaje que en la época contemporáneamanifiestan las cu ltu ra s d e aldea , en tendidas co mo cu ltu ras d eres istenc ia en una época en la cual los medios masi vos de co ­m unicación buscan uniformar las es tructu ras cu ltu ra les d e to­das las naci ones d el mundo. l"

El reciclaje o revitalización de las culturas de aldea visto enl'1interior d e los en torn os naciona les (o formaciones econó m i­ro-soc ia les } alcanza s ingu lar idad creciente a part ir d el o rigenmono o pluricultura l d e las n aciones. En el ca so d e M éxico, lo sdi versos orígenes é tnicos d e la n ación, y en pa rt icular la sup er ­vive ncia d e pueblos indígenas en e l territorio nacional (a u nq u eno sólo d e ello s, p ues lo regional acuna, y hace suyos por tanto,otros factores) hablan de una pluricultur idad de ra íz, que esprt.'d samen te el motor que es ta ría hoy reciclando el su rgim ien too la conso lidación de lo regiona l desde el punto de vista cultural.Insc rita e n ese todo cu ltura l, la literatu ra esta ría en to nces man i­f,'St.indose de acuerdo siempre al ritmo y modo en qu e la culturar-n su conjun to se es ta ría re p rod uciendo o p roduciendo en elinl,', ior de la región, generándose ella, la litera tu ra, en tanto d i-

SE RGIO GÓMr.z M ONTERO

c) Un factor igualmente significativo es el hecho de que a pesar dela distancia, la centralización deja sentir sus efec tos en la zona;en es te caso de manera particularmente maligna, pues ello haim ped ido que las características singulares de las regiones de lazona? tengan un desarrollo autónomo, sino que por el contrarioellas se ven continuamente so me tidas y distorsionadas por lasimposiciones o informaciones equívocas y equivocadas que setratan de imponer vía la centralización.

d ) Un factor que cobra cad a día mayor relevancia es que al mismotiempo que crece como manifestación en el in terior de la litera­tura norteamericana el quehacer que en ese terreno realizan losescri tores chicanos, en esa misma med id a crece la relación quese d a entre los creadores literarios (mex icanos, chicanos y nor­teamericanos) que viven en la fro ntera . Asimismo es necesariotomar en consideración que la litera tura chicana al mismo tiem­po que es una litera tura marginal en Estados Unídosf es unaliteratura cu yo parentesco crece cada d ía de manera más eviden­te y profunda co n las corrien tes vang uardistas de la literaturaco ntem poránea, lo cu al se es tá dejando se ntir con énfas is muymarcado no sólo en el quehacer literari o d e la frontera sino de

hecho en todo el queh acer artíst ico.e) En términos de aspectos formales la literatura de la frontera norte

de México (escri ta por mexican os) s igue fundamentalmente dostendencias: por un lad o, tanto a nivel de poesía como de narra­tiva es lo social lo pred ominante, lo cua l h ace que e~ lenguajetienda a ser por lo común u n lenguaje d irec to, coloquial, verná­cu lo, y generalme n te poco rigu roso en términos gra maticales.La otra tendencia se vincula de manera di rect a con el entornogeográ fico, y hace que particul armente la poesía tienda hacia loconce ptual y por ello se dé preferencia al rigor d e la forma yaparen temente en ella se note hoy un mayor cuidado (preocu­poci ón .11menos}en térmi nos de normati vidad gramat ical. Ma sde manera recien te t.~.IS dos gra ndes tendencias se desvaneceny da n origen .1 d os nu evas formas de ex pres ión más caracterís­ticas. La primera de ellas es 1.1 que Hende a disolver part icu­larrnente en términos de Ionua las di ferencias existentes hoy

~ lCIH ) Af) YDESIERTO 35

ferente en la medida en que diferente es o se manifiesta la cul­tura regional. No es pues un fenómeno gratu ito, sino profund a­mente correlacionado con la d inámica social el que estaríaexplicando hoy el surginúento y consolidación de las literaturasregionales.

El ot ro as pecto hegemónico, en términos de litera tu ra defron tera norte, lo es la relación que se está es tablecie ndo en tér­minos de producción lite ra ria, en tre los crea dores de ambos la­d os de la fro ntera. De hecho, si bien nadie p uede negar que esen la Unión Americana donde con mayor énfasis se manifestala cultura ho mogenizante generada por los med ios masivos, yque po r esa razón ella enfrenta, buscando des truir, a las cultu rasde aldea en cualquiera de sus acepciones, incluyendo a todo loregional, tampoco se puede negar q ue en términos m ucho másprofundos, histórica y culturalmen te la zo na fron te riza actualentre México y Estados Unidos en realidad no existe, o ex isteimpues ta y por ello nunca consolidada. Así , s i fuera ine rcia elcreci miento de lo regional en términos de cu ltu ra de resistencia,en un plazo no muy lejano la cultura que dom inaría, y por tantola litera tu ra. se ría la del pueblo originario de la región, o al me­nos el de aquel pueblo que tiene raíces histór icas más antiguas.Allí, en esa co ncepción, el pa rentesco hoy apa re n temen te ende­ble entre mexicanos y méxico-nor teamericanos tendería a con­solid a rse y posteriormente a am plia rse, gene rándose así en trelas man ifestacione s literarias de ambos sec tores de poblaciónrelaciones cada vez m ás estrechas y por tanto in tercambios for­males y de contenido cada ve z más cont inuos y pro fundos. Aesa di n ámica, en un fut u ro próximo se tendría que so mete r lalitera tura de los angloparlant es, a liá ndose o enfren tándose se­gún sea e l caso a la lite ra tura que va a se r domina n te .

1 Existen evi dencias del paulat ino des plaza mien to del ce n tro hacia lar:-'ri(eria de los es tud ios anal íticos d e litera tu ra: jalapa y Puebla so n u nejem plo. Pero, de u na u o lra manera, existe subordinación aún, la cual seincrementa -as¡ pa rece al menos- en la medida en que pasa el tiempo ysobre todo en la medida en que se qu iere garantizar la d ifusión d e losproductos.

2To má s lharra Frausto yjoseph Sommc rs [cds.] : /i íeraíura chicana: t~xlo.JI cmrlrxlo, Prcn tice-l Iall, EUA.

:\ Ca rl Biihler:: 1"roría drl lrnguaje, Alianza Unive rs ida d, España. 1985,~~7rr·,. I>"~ hecho, en lo sustancial. la es peci ficidad lk nkd d el lenguaje litera -

n o no ha cambiado: lol sigue siendo, en lo básico, poesía, narrativa y en..:;.ayo.1\.1"1Sho y en part icula r las condiciones sociales influ yen y, por un lado, danorigen a g éneros tales como el periodismo. q ue (' O más d e un sentido ro nda.1 lo literario: r-n tanto qu e. por o tro lado, vía la intcrtcxtua lidad , se bo rranJ c hecho !.IS fronteras d e la es pec ificidad t éc n ica d el lenguaje y su rgen asínll.e~os d iscursos productivos d onde o rali d ...d . escritu ra, gesto. imagen.musrca se tornan un $010discu rso.

5M.AK. l lalllday: " Es tru ctu ra y fu nci ón del k-oguajc" en Varios:NlU~­l'o" horizontesdelalingüi...íica, Alian za Ed itorial, E....pana, 1975. pp. 145-173.l .cc r tambi én a Derri d a:" Fo n -c c t stgnification " en l: irriJure t'lla diffáeure,nuSen il. Francia, 1% 7, pp. 9-49.

{, r 1.n b C'nt'nt • la obra d e Kr islcva habla d r-1In ec lec ticismo marrado. el1'11.11S(~ explk-a, ent re otros. en dos escri tos: " 1.1.' tcxte el sa science" en Se­miol iquf, RI'c/rac1u'Spour une sénliln,l1Y~t·. 1)11 S enil, Francia, 1% 9, pp. 7-26,)' " VO!itiq l1c d e Id Iitt érature en Polylogm', DIISenil, Fra ncia. 1977. pp.13-21.

lin mi escrito - Inédi to- " Litera tu ra de I.t fron tera norte: de 1" ficción al.. ~'il li d"I J" abordo la problem..'itica y o frezco ele me ntos p'¡lra su análisis.

Harry Polkinhorn :"Cha inli nk : 100\ '.l N S u thcory o fbord cr llrcra ture",inédi to .

'J 111M. En ese ava nza r hacia la intertextualidad, en lit base del proceso~o e ncue n tran b ilingü ism o y bicu ltu ralism o, y d esde allí se dispara la rea ­lid.rd ..sctua l ( ll1l' a naliza Polkinhom10 •

M.1.. De Fl cu r y S. ltall-Rokeach: "l",'(mí,:,de la a mllm imriáu ,il' ma5a:­1".iJÚs, Mt;x ico,1 9K5, 349 p p.

36 SERGIO C,óMEZ M OmERO SOCIFnAO y OESIERlO

NafAS

37

Vale la pena destacar que, en parte, lo anterior sería la causamás inmediata para explicar por qué se di scute hoy con tantoénfasis sobre la validez o no de los escri tos que tratan de anali zardesde aquí y por actores de aquí, el hecho literario.

Tomando en cuenta lo expresado en los párrafos precedentes,este escrito intenta de manera fundamental es tablecer algunoscrite r ios - en el ámbito de la diacronía básicamente, entendidaella más en su acepción de acercamiento a lo co n textua l, que ensu sentido puramente historiográfico- que nos permi tan tener.ilgunos antecedentes y parámetros para incidir en el es tudiodel hecho litera rio en la frontera, tomando en consideración 50­

hre todo que hoy en México se ha ce cada día más pertinen te elreflexionar de ma nera profunda y rigurosa sobre el ser y sentidode la lite ra tura (en general de la vida soc ial toda).

2. En princip io, habría que comenzar por desfacer un entuerto:e l que existe una literatura - única, universal- de la fronteranorte. Ello no es así, sino que más bien lo que existe son litera­turas varias dinamizadas por acontecimientos diversos y enocasiones contradictorios. Aún el concepto propio de región pa­1'.1 el caso de México es un concepto sob re el cua l se puede po­k-rn iza r, pues de hecho muy poco o cas i nada se ha logradoprecisar al respecto.' De ahí entonces que llegar a delimitar re­gionalmente los fenómenos literarios, para el caso de la fronteranorte, representa dificultades, a menos que se quiera vincular1'1concepto de manera unívoca y d irec ta con el concep to eco nó­mico reg ional que hoy existe de fro ntera, y el cual habl a preci­sa men te de una relación de econo mías, en donde la franjafronteriza de México se somete de manera desigual y desequ i­librad a a la franja fron te riza de Estados Unidos, generándose.rs¡ una relación estrecha y al mismo tiempo una injusta de raíz.2

Ello, como fácilmente se puede comprobar, de ninguna maneraurede en el caso de lo literario, en donde po r el contrario las

n-lociones entre los creadores tienden cada día más hacia el in­n-rrnmbio de experiencias, de modos y de usos de carácter lin­giiislico, borrando así, por medio de prácticas tales , las

Literatura de la fro ntera norte:de la ficción a la realidad

Para Rubéll McdinQ

1. En términos generales, bien se puede decir que en el caso deMéxico la reflexión en torno a los fenómenos literarios es escasa,intermitente y que en más de un sentido peca de falta de rigormetodológico . Si ello sucede a nivel nacional, es ev idente que anivel de región las cosas se presentan más graves, sobre todo enel caso de es tados como el de Baja California, en donde apenasde manera recient e, se hacreado la infraestructura universitariaque permite al acercamie nto académico al estudio de la litera­tura.

Tomando como base lo anterior -y no necesariamente comojustificación- se colige que para incid ir hoy en el análsis de loque sucede en torno a lo que ha sido la literat ura a lo largo dela fro ntera norte del país, o en el caso particu lar de cada una delas ent ídades de esa fro ntera (dígase Baja Ca lifornia), por lo co ­mún se hace necesario partir de ciertas ge neralida des, que parael caso del es tudio de otras literaturas regionales ellas no repre­sentan la menor importancia ni tienen mayor significación.Aunque, claro, esto no olv ida -por el contrario, lo mantienesiem pre presente - el concep to de naci ón y todo lo que él invo­lucra, a la vez que extiende su reflex ión, tratando de indagar,sobre relación y parentesco con la cultura que generan los chi­canos y norteamericanos que viven en la frontera EUA-México .

Una lect u ra pertinente de este texto, sería aquella que d es ­prend e y ubica 1.1 cr ítica al conce pto de nacionalismo en un paíscomo el nuestro .

S< >emn An y DESIERTO 39

distancias territoriales y culturales que exist en (tal p roceso desincretización merece un estudio aparte).

Asimismo el concepto dominante de regi ón en términos deecono mía , no matiza las diferencias que se generan verticalmen­te ni tampoc o las diferencias que le imprime a la zona la exis­tencia de centros urbanos de diferente tamaño y funcionestambién significa tiva mente di ferentes.

Lo anterior - trasladar mecánicamente el concepto vigentede región económica al plano lite rario- no ayuda mucho a in­tentar en tender en términos de zona y de región (si se niega laexistencia, como aquí sucede, de una literatura de frontera únicay universal), la literatura que se genera en las d iferentes en tid a ­des que componen la frontera norte de México. Pongo énfasisaquí en México, al margen de qu e, co mo ya dije, se dé una es­trecha rel ación entre la zona fronteriz.a de nues tro país y la deEstados Unidos, d ado que es mayor mi conocimi ento de que loque sucede de este lado de la linea que de aquél, aunque sinolvidar el proceso d e s incretizaci ón mencionado.

De esta forma, qu izá se pud iera establecer que para estud iaren términos reg ionales la litera tura de la frontera es preciso par­tir del hecho de que ella no ex iste corno un todo , pero s í comomanifestac ión d iversa y d inamizada por factores culturales dena tu raleza varia, que son los qu e en instancia últim a le o to rga nsingu laridad a las d iferent es litera tu ras que se producen a lola rgo de la fro ntera nor te. Lo anter ior llevaría a entender tenta­tivarncnte a la fronte ra como zona - incluyendo además de losseis es tados colindantes con Estados U nidos a Baja Califo rnia5 ur- y como re giones no necesariamente a 10 5 estados, sino aaq ue llos te rritorios que, una vez reali zado un estudio riguroso,se defina n en t érm in os de vocación cu ltural.é in terrelacionado

e llo con lo económ ico .En términos histó ricos, así, ha bría qu e e ntender antes que

nada la trad ició n literari.i qu e e xiste por reg ión, y entenderqu e ella es di ferente para e l caso de cada una de estas reg io ­nes . Q ue s i bie n pued e p.i r tir- de orígenes co m unes, su desa­rro llo fue desigual y (1' 1e e llo d ete rmin ó, al final de cuentas, la

3 . Tomando en cu en ta lo anterior, se pud iera establecer ciertaev ide nci a en el sentido de reconocer el desarro llo d es igual porreg iones en lo que se refiere a la literatura de la zona, lo que sibien se ma nifies ta de m anera más sensible en té rminos cuanti­tativos, tambi én se da en términos cualitativos. Es od ioso esta­blecer com pa raciones, pe ro tiene n s ig nificación cuan d ocont ribuyen a ilustrar una situación dada, como creo sucede hoyen el caso de es te escrito, cuyo tópico ce ntral es el aná lisis día­crónico de lo literario en la frontera .

ros decir, el desarrollo desigua l tiene su origen en el desarrollodesigual alcanzado en la vida social en su conjunto por las dife­u-ntes entidades o regio nes de la zona, lo qu e propició que e n.lIgunas de ell as se conformara primero que e n otras la infraes ­u uctura ed uca tiva y artís tica que perm itió un m ayor o m enordesa rrollo de las ac tividades literarias. Así, es tados corno Chi­hu.i hua o N uevo León tie nen hoy más consolidada su ac tivi dad.uustica, y de ntro de ella lo literario , por laque es relat ivament e

forma de la estructura desde la cual se d ispara hoy el queha­ce r literario.

Ubicado también en el terreno de lo histórico está lo relacio­nad o con la perio dización y, en particular, la m ane ra desigualy com binada con que las d iferentes regiones, y sus formas es­pecíficas de producir, se insertan a la formación económ ico so ­cial que, a partir de mediados del XIX, es la predominante en elpaís.

Por último, y quizá és te sea hoy el factor determinante y he­gemó nico, es tá el hecho de que en tér minos de economia la zonase ha desarrollado de manera muy desigual, predominand o enella, y ejerciendo así infl uencias determinantes, los cen tros ur­banos que, por ejem plo en el caso de Tijuana, tienen una impor­tancia fundamental no só lo a nivel de zona sino también de paisy aú n a nivel internacional. Esdecir, es posible afi rmar que se­gún las caracterís ticas económ icas que tiene e l centro urbano segenera o no una actividad literaria más o menos in tensa en laregión donde se ubica dicho centro.

41So:IEDAD y DESIERTOSF.RGIO GóMEZ M ONll'RO40

desierto cobra un peso específico, así como la existencia o no deinfraestructura ed ucativa y artística. En el segundo nivel. es de­cir el de ciudad, conceptos como el de actividades productivasy culturales se rían factores sobresalien tes a la hora del análisis.y po r último, ya en el más res tringido de ciudad , los co nceptosde habla, funciones y esquemas lingüísticos y organización ar­tística serían determinantes a la hora de incid ir en las definicio­nes. Iden tifica r lo s nive les de zona - s u existencia, sucom porta m ien to -e- en el interior de la región, ayudaría a es ta­blecer preci samente identidades y definiciones entre las litera­turas regionales de la zona .

.1.A la vez que se hace preciso reconocer el desarrollo d esigualpor regiones, también es eviden te q ue en el caso de la literatu rade frontera, sea és ta lo que sea, se registra un desarrollo desigualpo r géneros, lo qu e fundamentalmente es tá cau sado, creo yo,por el desarroll o desigu al de la infraestructura ed uca tiva y ar­tist íca, y que en última instancia se co rresponde de manera es ­trecha con lo que a tal nive l sucede en el ámbito nacional. Esdeci r, en es te como en otros casos existe una centralización ma­nifies ta en el caso de la litera tu ra .v

Así, cuantitativa y cualitativa me nte la poesía alcanza hoy unmilyor desarro llo que cualqui er o tro tipo de gén ero literario .Aunque es preciso recon ocer que particularmen te en el caso de1.1poesía, hay una marcada diferencia en términos de costum­hres y es tilos literarios, pues mientras para algu nos la poesía esprecisa me nte un ejercicio so lips ista del lenguaje, parélotros - yrreo que ésta es la co rriente mayoritaria hoy en Tijua na, Mexi­r .i li y Juárez - la poe sía está m ás v incu lada a la inmediatez de lco n tex to soc ial, del cual se to ma no sólo la materia de escriturasino tamb ién usos y costumbres ling üísticos,

1.1 narra tiva, si bien no muy lejos de la poesía, tiende hoy másqlll.~ nada hacia e l texto corto, hacia el cue nto, lo cual funda­mentalmente es taría habland o de la ex is tencia de escritores j ó­vcnes, cuya experiencia escritural no permile aún, pero no!lil'ga, el abordaje de empresas mayores .

42. ----'= = = """-= = "'"

más sencillo precisar épocas, grupos, generaciones, y ubicartambién con mayor facilidad la ex istencia actu al de una act ivi­dad de difusión literaria mucho má s extend ida y profunda.

Ahora bien, en sentido es tricto, los pol os de desarrollo fron­terizo so n fundamentalmente los cen tros urbanos y no los terri­torios estatales en su conjunto. Por eso, en términos de frontera,habría que pensar más bien en esas urbes y no en las entidadeses tata les.' De tal forma, en la franja fronteriza so n tres funda­mentalmente los centros de difusión literaria:Tijuana, Me xicaliy Ciudad Juárez, qu e se se paran sus tancialmente de Matamo­ros, Piedras Negras y Tecate, y subsumen a su esfera d e influen­cia las act ivida des literarias qu e se generan en la región dondese ubican.

De hec ho, pues, en la ac tiv idad literari a que se gene ra en esoscentros urbanos es posible situar hoy las que serian las caracte ­rísticas básicas o centrales de lo que, si se admite su ex istenciaen los términos aquí planteados, pudiera denominarse literatu­ra de frontera, es tableciendo entidades o d ifere ncias a partir delas iden tidades y diferencias que en conjunto presentan esoscentros urbanos.

De es ta ma nera, e l co ncepto literatura de frontera. en tantozona. nos es taría indicando la ex istencia. mínima. de tres gran­des niv eles det erminan tes a la hora del anális is di acró nico. Elprimero de ellos, el más am plio, es el de entida d o es tado, que dehecho nada dice cuando se trata de iden tificar la ex istenci a deuna literatura de frontera,"y el cual se disolvería y alcanzaría ca­racterísticas nuevas en e l co nce pto de región en los términ osaquídefinidos. El segundo de ellos lo se ria el más lim itado, terri­torial y socialmente. d e cen tro urbano, con las sa lvedades men­cionadas en el párrafo anterior. Y por último, el que yo cons ide romás p rec iso, que es el de disyunción y co njunción que ca rac te ri­za el la ac tividad literaria en cada uno d e esos centros urbanos.

Pero es p reci so reco nocer que" de cada uno de los tres nivelesse disparan ca rac teristicas que va n a incidir de manera determi­nante en la co nformación fin.r l d el co ncepto literatura de fron­tera. Por ejem p lo, e n e l p rimer nive l. e l ento rno geográfico, el

~X'IEDA[l Y DI'5IF lno 43

v

45SOCI EDAD y 1lI:.sIERTo"= =-- - - - - - - - - - --=

60En el terreno de la literatura, como en general en el de lasciencias sociales, los estudios de diacronía no pueden ser vistosy validados sin lo correspondien te en lo sincrónico. In terrelacio­nados se obtiene un produc to más sólido, más cie rto. Falta aquí,pues, esa otra parte; la parte que desn uda, desde su interior, laobra literaria. Otros esfuerzos habrán que desarrollarse al res ­pecto.

5. Po r último, en este intento de es tablecer algunas premisaspara intentar una definición concep tual de la literatura de fron­teraen términos de diacron ía, es preciso tomaren consideraciónun factor más cuyo peso es indudable, particularmente en lae tapa ac tual, y que es aq ué l que permite es tablecer la existenciade creado res literarios cuyo ejercicio se realiza hoy fuera de su

y

tierra na ta l, y que q uizá por ello mismo ha permitido un reco-nocimiento más tangible y am plio de su obra, al margen de queés ta no sea directamente referencial a la realidad contemporá­nea de la fron tera, aunque sin duda la frontera existe de una uo tra manera en lo que ellos han esc rito o escriben . Pienso, en lolejano, en Reyes y To rri; en el pl azo medio en Valadés o FuentesMares; en lo inmedia to en Sada, C ardea, Cam pbell, Hurtado oCo rtés Bargalló.

Frente a lo an terior es tán los escritores y la literaturaque hoyse genera desde aqu í, desde la frontera misma, y que só lo raray ocasionalmente es conocida y justipreciada en el int erior delpaís, pero cuya fuerza tem ática y rigorestilístico, generados am­bos en la tierra natal, comienzan ya a reflejarun quehacer sólidoy bien fundamentad o. Lo regional, así, deja sentir ya su p resen­cia y di sminuye el peso a tosigante del cen tralismo?

De hecho, se pudiera decir q ue son los absurdos fenómenos decentralización - y hay paraleli smo precisamente entrecentralis­mo y nacionalismo- las que hoy impiden no só lo que se conoz­ca poco 1.1 actividad literari.. de la tierra natal, sino que tambiénlimi tan o re tar dan de manera sensible la consolidación de todaslas etapas del proceso de creación literaria, que van desde elmo ment o en q lle se IICIM I.l hoja en blanco, hasta el m ornent o enel cua l se imprime el libro y el lector tiene acceso a él.

SERGIO GóMEZ M Of'tITERO

Por últ imo, el ensayo es un género que se practica escasamen­te pero que, como seña laba al principio de esta nota, su ejercicioy práctica, que lindan aún mucho con el impresionismo, causanhoy polémicas agudas e in tensas que, bien encaminadas, pue­den dar y es tán dando ya fru tos valiosos, al menos en el caso deBaja California.

/

1 El co nju nto d e regtonali zacio nes IltlC existen respecte a México res­penden a motivaciones econ ómicas y dt-jan d e lado factores culturales deca rác ter centra l como, en tre o tros. los sigu ientes: funci ón d e los ecosiste­mas, hi storia de las tensiones y oposicio nes en tre clases sociales, y 10 ¡dC'O­lógico, e ntend id o co mo o posición en tre vida y mu erte. Esos factoresco n formaría n, e n esencia. Ia vocaci ón cu ltural d e las regbones .

2 Esa concepción inmediatista de la frontera ha creado la falsa co ncien­da que considera Rajd California u n territorio perdido pdTa el pa ís. y que,carente de una cul tu ra propia, est á a punto de ser absorbida (o ya lo está],co mo 110,1 colonia más, por EU¡\. Problemas de conce pción histórica es ta­rían al lí Iu ertc rnc n te involucrados, Idl y co rno señala Cold man n en t .JI crea­cián cullural m la sodrdml moderna, Fontamara. Hspa óa, 1980, 170 pp.

3 Al respecto , pi indicador b ásico sería l., influ encia (]11(' ('n t érminos d eed ucaci ón cjcrr-icron d urante la Co lonia los m isione ros es p a ñoles y la ma­ncra e n que ello inc id ió en la co n fo rmación d c Ia es tructu ra educa tiva ya rt fs tk-a d e 1..\s zonas o rcgtoncs d e Ia fro n te ra . De hecho. a ni vel d e h ipó­tes is, se pud ier a manej ar e l criterio, <1 1<1 hora d e definir el co ncep to deregión e n ("1raso de la fro n tera norte. qne ella 1.'S el terri torio q ue, a raíz de1.\ Conquista, onlpdron los es pa no lcs y sobre el cu a l, ad rnin istra tiva rncnte,cjen-ieron influencia . Es ta hipótes is, entre o tras COSo-1 S, permitiría "horrar"en el nivel a nalñicc a la[mnteru qll(~ ho y d iv ide a J os pa íses . pe ro que,hi st óricarru-nte, no ex is ti ó ..m tcs , y po r 1.1010 no ..'xislir í.l e n la hi pó tes is e n1'1 p rimer nivel a n...lü ícc aquí p n >pl lesl n .

4 1"<1 a parición y co nso lidación d e los ce n tros urba nos es lo tJlIl" dial éc­ucamon tc.cstarta influ yen do en 1.1d efinició n actual d e las reg iones, Sllpo­nicndo q lll' d ichos ce ntros urbanos so n hoy el facto r hegem ónic o ta nto entérmi nos J I' economía co mo d e vocaci ón cul tur..tl pilra el caso de la zo na .

5 Dice una hi pó tesis (l' l C reqnh-n - ser estudiada: en tre m ás se acercó 1.1Colo nia cs pa nola a l Trópico d(' C bn'T, d ej óen los territorios conquistad osmonurm-ntos m.is sólidos y perd urables , lJIH' habl..m a 1'1voz d e una ar-ti­v id .rd m ,lSs istc rn.i tk-a 1'0 I,)S u-m-nos de InS(J1 11'h.-lCt~n'S educativo y 1111h1T<11 .

lo Reconozro, sí. lo q ue por cjcrn plo dicen Ducm t y Todorov (f);cciOnJlrif)

'·I/(-;d ll/":llio llJt> tll" á l'llcill" d"I I¡'''XWI;I', Sihlo XXI, M éxico. 1 9&.::;, ~21 pp.) sobn ­1.ls d ifinll t.ldl 'S llllt' implk. l 1.1 dcfin k-ión de g énero , y có mo d io Iirnitanl.,l t lll i l ' rl~ll ldi' ) I ·'l1np.lr. l l i\'( ) in h'rgt' Il('n)s.I\·TO. lo primord ial ." )111sc ri.•S('O••I.IT1·1 "~'gl l i d isml )H ' I I U' ~' m.uufics ta d e 1.1 pe ri feria h.Ki.) el cen tro.

7 r o S('nl id u m.i... r-stricto, l'l rt-gion••lisrno e n t érmi nos de Iiteratura de­h it'r., asu mi rse co mo 1.1 rt"srllt~l. t l' n tt'rgl'nlt' y co ntes ta taria d e las litera­h lr.ISd omin.ld.l" - pt ' rlt no po r ('110 un-nos V,I1i(~IS- fre nte a 1" litc ra tu r••u o m in.lOh ', o S('.I .uJ1 U'Il.t ' Jlu':-.c · h t 'I\I 'r.1 t'n l'I \'S()1J('m" n 'n tr.llis l.. a ch ldl.

46

NOTA.~

SERGIO C..é>MFZ M ONTERO

Literatura y descentralizaciónen Baja California

Asumo, por cuestiones prácticas, la primera persona del singu­lar pe ro tengan ustedes la certeza de que mis palabras so n ava­ladas por un gmpo amplio de trabajadores de la cultura en BajaCalifornia.

En el marco de una reunión de es ta natural eza , parecierase r que el planteo de cualquier tema vinculado a d escentrali­zación es palabra sabida. No se pida, pues origina lidad, sinoentiéndase qu e el énfasis de las propuestas es resultado, enbuena medida, de haber encontrado por lo común respues tasescasas e insuficien tes de apoyo ante nues tras solici tudes rei­(eradas, lo cual ha provocado que los trabajado res de culturaen provincia act uemos independ ientemente. ¿Po r qué? Portina cues tión relativament e se ncilla de entender, y que sirve,p.ua el caso de es ta interv ención, com o marco general de refe­renc ia . Menciono el hecho de que hoy los rec lamos priorita­rios de descen trali zaci ón no son una cuestión aislada en eltodo soci al, s ino que se em paren tan de manera es trecha conot ras manifestaciones soc iales de la v ida cont emporánea delp.lis. Menciono, como sign ifica tivas a l respecto, e l crecie n teprotagon ismo de la sociedad civil y la exis tencia de un climapolítico que concre ta y ha ce operante la pluralidad de puntosl it.' v ista que hoy existen para abordar el análisis de la reali­dad . El Estado omnipo ten te queda at rás en la práctica, parad.rr paso así a los m iembros de una soc iedad civil que piensand iferen te al Leviatán y que por eso también en la práctica yati"'j.ln su impronta. Q uiz...í , en algún m omento fu tu ro, los ca mi ­nos hoy paralelos puedan de nuevo coincid ir, y as í las dista n-

tímulos no son los mismos de que se dispone en el centro delpaís. Entiéndase así la descentralización hoy propugnada, comoun proceso que debe res petar e im pulsa r el trabajo de creaciónque se realiza a nivel regional , y también como un proceso quede manera iguali taria y equilibrada debe poner en comunica­ción y contacto a todos los crea dores del país.

Es así como yo me explico, en términos gen éricos, cómo seinscribe en el presente la actividad que en el te rreno de la lite­ratura llevan a la práctica los escri tores de Baja California.~ás concre to, ~cuál ha sido la experiencia recien te al respecto

y como la conce bimos en perspectiva?l:' aparició n y consolidación de las literatu ras regionales no

ha SIdo un suceso gra tuito o de moda. Es un impulso creativoque ya no se circunscribe a las órbitas del Distrito Federal, Gua­dalajara o Monterrey, sino que abarca todo el territorio nacionaly.se extiende, in~luso, más allá de nuestras fronteras (verbigra-CIa la cultura chicana en Estados Unidos y Canadá). Dentro dee~ta ~xpJosi.ón Ct~~tu ra l circunscrita a la antes denomin ada "pro­v~ncl.a mexicana , la frontera norte se ha singularizado por la vvita lid ad de las manifestaciones artís ticas y cu lturales que enella surge~. Esta vitalidad se debe a una serie de factores que sein ter re lacionan estrechamente: la aparición de instituciones deed ucación superior donde la extensi ón cultural es una de lastareas sustantivas; el s urgimiento de jóvenes generaciones ca­pacitadas en la creación, organización y difusión de la cultura;elc~da d ía mayor sentimiento de identidad reg ional que ha pro­piciado una renovación en el in terés por la his tori a y la culturalocales d esde perspect ivas crit icas y de divulgación del conoci­miento, entre otros.

Lo anterior ha conducido a la multiplicación de publicacio­nes, co loquios, encuent ros, foros, mesas redondas, conferencias,lec turas, talleres de creación literaria, etc. Este incremento nosólo ha sido cuant itativo sino también cua litativo. El público alque van dir~gidas todas estas actividad es ya ex ige mayores ni­velos ~e ca~ldad . es tá mejor informado y puede comparar unaobra literaria local con una nacional y sacar sus propi as conclu-

SF.RGIO G óMEZ M ONTERO

cías existen tes entre Estado y sociedad civil se bo rren y sepuedan impulsar accio nes conjuntas otra vez. Reconozco queen Baja Califo rnia s~ trabaja en ese se ntido.

Pienso, también, en o tra d iferencia. Plantearse hoy el queha­cer para impulsar la descent ra lización, implica reconocer laexis tencia de un país en trans ición que no termina de definirtotalmente su fu turo inmed iato, y en d onde por lo tanto importaparticipar para tratar de influir en el modelo de pais que preva­lecerá en los años próximos . Allí, por ejemplo, al hab lar de des­centralización yo pienso en una nación -el México próximo­multirregional, p luricultural e in terdependien te. Ese, creo, es elproyecto de una sociedad civil que los años últimos no compartelos p untos de vista del Estado y que hoy comienza a tener suproyecto, un proyecto qu e no ha cesado de construirse.

En ese contex to es en donde se ubican los rec lamos de unostrabajadores de la cultura que al irse di stanciando del Estadoplantean hoy los objetivos de su trabajo en torno a tres ejes cen­trales. Uno lo es reivind icar su queh acer corno una tarea social­ment e productiva y necesaria. Dos, hacer uso de todos losespacios públicos posibles para dar a conocer su labor, Tres,expe rimentar de maneracontinuaen lo referente a forma y con­tenido en su obra de creación. As í, si algo explica por ejemploe l su rgimiento de grupos de d anza como Antares en H errnosi ­llo, y la creciente labor literaria a lo largo de toda la fronteranorte del país, es que los creadores involucrados en actividadesartísticas tienen presen te, de ma nera consciente o no, esos tresm otores que d inarniza n su quehacer.

De es ta forma, sería inocente cree r que e l proceso de deseen­t ra liza ci ón en arte y cultura tiene hoy que ver con esa vis ióningenua q ll(" piensa que hay que llevar la "luz" del centro a lape riferi.i , para así "cultiva r" a los que habitan las prov incias .110)' romo nunca eso no o pcr.l en ningún sentido . Si algo co­micn za a caracterizar a la producción de arte y cultura de laperiferia es, adem ás de su singularidad -que emana del con­texto que le da orige n- , el rigory e l oficio co n q ue los creadoresrealizan su t raba jo, a p<"s;\r, l"SO sí. de que los recursos y los es -

Scx:IEOAD y D~IF.RTO 49

51SCKIHM f)V I?CES"'·,,,F.R"-I,,O"--- 2!-

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¿Có mo insertar a ese conju n to d e accio nes e n una propuestaefec tivamen te d escentra lizadora? Tra ta ndo d e ser co ngruen tescon lo aquí ex puesto, poco, pero m ucho a la vez, es lo que bienpudie ra hacerse respecto a la literat ura.

5. No se puede considerar la literatura sin la pa labra d iálogo: parahacer avanzar la creación literaria es necesario compartir puntosde vista, conocer, de viva voz o por medio de la letra impresa,lo que otros escri tores - y en es te caso, so bre todo aquellos quevi ven en la frontera y comparten con uno ciertas circunstanciasvivenciales - es tán realizando en la actualidad. Es necesarioacrecentar la información de que disponemos sobre el desarrolloliterari o de toda la frontera norte y de la literatura vecina: la delos chicanos fro nterizos. Y es to aba rca tanto vincular autorescomo publicaciones, llevar a cabo encuentros y coloquios, dar yrecibir promociones.

l . CTE"ar un efectivo y eficiente sistema de prod ucción ed itori al, queapoye la impresión a nivel regional, pero que sobre tod o pongaénfas is en la di str ibución y circulación de libros y publicaci onespori ódicas, ten iendo como base tar.to la red bibliotecaria comoel acceso d irec to d el cons u midor hacia el producto.

2. Qu e cualqu ier acción programada a nivel central se conce n trepreviamente con el es tado en d onde dicha acción se va a neva ra efecto.

3. Q Ul' los proyectos literarios -c-culturalcs y artísticos en general-e­que tengan que ve r con la reg ión en concreto, se desarrollen allímismo r con personal de la región .

.1.Que el presupuesto fed eral d estinad o para la promoción y difu ­sión d e ar te y cultu ra - en es te caso literat u ra -e- se distri buy amás eq u ita tivamen te en tre todos los es tados de la federaci ón. Esdec ir, que se descentralicen Jos recu rsos económicos v no só lolo prod uctos ya elaborados, J

. Fren te a una realidad ama rga que se ñala u n decrecimien to rea lde recursos pres u pues tales dest inados a ed ucación, incluidoslos de arte r cu ltu ra, que se rev ierta d e inmediat o la ten dencia

1. Continuar y reforzar el desarrollo de la literatura baja california­na al darla a conocer a públicos diversos, mediante un programaen donde tanto las lecturas y las conferencias se adec úen a losmismos, va sea n es tos ma estros, escolares , etc.

2. Mu1tipl ic~r los talleres literari os en todos los niveles escolares:en p rimarias, secu ndarias y preparatorias, para que el hábito dela lectura y las act ividad es creativa s sean pat rimonio com ún detodos los bajacalifomianos y no aparezcan como realizacionesde élite o minoritarias.

3. Buscar otros es pacios además de los ya " pres tigiados", para elfomento d e la literatura: parques públicos, salones sindicales,etc. Es necesario que la literatura se enca mine hacia la com uni­dad y no se muest re como una actividad inaccesible, aburrida,<]u(' no ofrece beneficio p.na qu ien la practica .

4. Desarrolla r la conciencia histórica de los habitantes del es tado,publicando aquellos libros que, a través de la crónica, el relatoo la poes ía, d esde l il época co lonial han retratado la vida co tid ia­na o los ideales de los baj.ica lifornianos de otras épocas.

s iones. Pero, y esto es un punto a favor de la literatura bajacali­forniana reciente, estas actividades han tenido y tienen un pú­blico nacional cada día más interesado por enterarse qué es táoc u rriend o e n términos culturales en la Frontera Norte de Mé­

xico y, específica men te, en Baja California.La literatura de nuestra entidad ha ido adquiriendo, así, una

presencia mayor en los cen tros tradicionales d e la cu ltu ra me­xica na: cada vez son m ás las revistas (El oficio, Hojas, EsquinaBaja, Laranura delojo, e tc.) y los auto res (Rosin a Conde, GabrielTrujillo, Luis Humberto Crosthw a ite, Robert o Castillo) que, sinsalir de la en tidad, han ído ob tenien do la a tención critica nacio­nal que ellos mismos merecen.

En tal sen tid o, ¿cuáles pu eden ser los obje tivos a corlo y me­diano p la zo que una insti tución cu ltu ral a nivel estatal puedeplantearse como p rioritarios para el fomento y d esarrollo d e lasmanifestaciones a rtís ticas y cu lt urales d e la entidad, en es te caso

las literaria s?

so

Quisiera, para terminar, mencionar aquí una ense~~ ~en­

tral de Weber sobre la materia. El problema d e la d ifusi ón ypromoción de la cultura y el ar te tiene que ver, en esca~ med i­da con una visión eficientista, rigurosamente buroc rática, de laad:ninistraci6n de bienes, servicios y personas. Tiene que ver,en esencia, con la pasión po r la creación; co n la imaginaciónpuesta al servicio de la originalidad; con el.reconocimi~nto ple­no de que es una actividad humana esencial el prodUCl~ ~ con­su mir arte. Por allí, creo, debe hoy impulsarse en M éxico ladescent rali zación de la literatura, y en general de ar te y cultura.

52 SERGIO G ÓM FZ MONTERO

y tanto a nivel de federación, como de es tados y municipios sele dé atenció n prioritaria a esos renglones .

Narrativa joven de Baja California:compromiso con la tierra natal

Ln literatllra en Baja California

Toda región tiene sus singularidades, a la vez que puntos encomún con el todo (sea la nación o la aldea global). Baja Califor­nia, para el caso de l pa ís, no es la excepción . Pu ede, sí, que comoregión le sea desconocida a una buena parte de los mexicanos;pero también como regíón, forma pa rte, sin d uda, del todo na­cio nal. Sucede, eso sí también, que al igual que en otros casos ellranscurri r histórico de Baja California no ha sido aún recogidoen obra escri ta, con el detalle y la prolijidad que se requiere: suhistoria eslá reg istrada de manera di spersa y oculta o desapa­recida en los pliegues de la tradición oral. Noticias de ella setienen, por ejemplo, a través de los testimonios misionales: allí,entre otras cosas, existen crónicas del pasado indígena. Luego,,,1testimonio escrito esca sea, y del siglo XIXse d ispone de pocainformación sobre e l desarrollo histórico y su significado.

A fines de ese siglo comienza a destacar Ensenada: la prese n­cia social que alcanza ge nera la aparición de periódicos que,como lodos los de la época, a la vez que incluyen a la noticia, led.10 un lugar de importancia significativa a la creación literaria:El Progresista, que se edita por aqu el entonces en Ensenada,incluye cró nica, narració n breve y poesía, junt o a consejos ma­lrimoniales, anuncios de obras picantes para caballeros o la con­veniencia de que la mu jer practique el ciclísmo. Así, a latradi ci ón oral de los indígenas y a la crónica misional, sigue, casiin transición, el periodismo como vía para expresar - no siem-

1'''' iileralmente- a realidad .

por el contrario, en particular en la época reciente, la narratival"ljacalifom iana encuentra en escritores como Federico Camp­bell o Da niel Sada a ge nte preocupada por hacer de la prosa unaforma de exp resión propia y singular. Tanto Campbell cornoSolda son hoy dos narradores que se distinguen a nivel nacionalpor la singularidad de sus escritos. Una prosa que se ve d ina­mizada, en lo sustancial, por los contextos socia l y geográficoen los que se desarrolla lo anecdótico. Es d ecir, en el caso d e lana rra tiva de es ta región, lo referencial en términos de realidadinmediata adqu iere un peso su stancial en tanto acto de escribir.

La narrativa bajacaliforniana, de tal forma, enc ue ntra en laaridez del medio geográfico u n en torno referenci al que se re­produce en el interior de los indiv iduos, lo que hace de és tosseres ensimismados, preñad os de angustia y de una conflictivaque aflora en la piel de los personajes.

Por otro lado; la anécdota jala hacia el en to rno soc ial y en­cuentra en las ciudades baja calífornianas su centro de ubicación.Un centro de ubicación en el cual Tijuana se convierte en unaciudad transida por el dolor humano (allí, muy a la di stanci a yd ifusa se pudiera hablar de la presen cia no reconocid a d e Re­vue ltas) : por la liberaci ón de los instin tos; por la existenci a d egrupos que se mueven al margen del orden soc ial dominante;por una soc ied ad plural, desde el punto de vista é tnico, que veen Tijua na las puertas del infierno, pero que son también laspuertas de la liberación. Mexicali no, Mexicalies aún una ciu dadtranqui la, ordenada, cuyo paradigm a urbano lo son las ciuda­des del Oeste americano (la dorada Cal ifornia), y al mismo tiem­po es un a ci udad en donde lo mexican o-norteño es lodominante:agrícola por excelencia, allí el venceral desierto creae imp ulsa la imagen del "self made man", el hombre que se hacegracias al trabajo; en cierta med ida, la imagen protestan te d elcapitalismo de qu e habla Weber. Ciudad en d onde los ex tremosclimatológicos generan solidaridad y amistad, la piel de Mexi­cali es suave, es tersa, no tiene aún arrugas. Pero allí, abajito dela piel, la narrativa nos muestra la otra ciudad: ésa qu e su rge delos arra bales, en las noch es cá lidas, en los tugurios, en el acechar

SERGIO G ÓM I-2 M ONTF.RO

El period ismo predomina hasta más allá de los cuaren ta,cuando en particular en Tijuana se comienza a reunir un grupode personas in teresadas, de manera más formal, en el oficio deescribir. A partir d e estas reuniones, en Baja Ca lifornia se co­mienzan a in tegra r grupos y co rrien tes que le van ir dando for­ma al quehacer literario de la región. Tijuana concentra alprincipal grupo de poetas y narrad ores, qu ienes desde allí secom ienzan a diseminar por los otros mun icipios de la entidade impulsan de manera decidida la creació n literaria. Momentossignifica tivos d e la etapa que va d e 1940 a 1960 lo representanlos escrito res que se reunían en el Café Nelson d e Tijuana yaquellos o tros que bajo la conducción de Jesús " El Chino" San­só n Flo res realizaban su trabajo de creación en Mexicali. A partirde entonces, al momento en que co nfluyen factores diversos decarácter socioeconómico - se crea la universidad, se incremen­tan las actividades económicas, crece exp losivamente la pobla­ción y se asienta en las cabeceras municipal es, se intensifican lasrelaciones co n el centro del país- , en Baja California la litera­tura, en su vertiente de literatura de creación, se conso lida y enparticular los jóvenes forman grupos ge neracionales con carac­terísticas propias y singulares.

Características que hablan, por un lado, de un proceso for­mativo que se inicia en la tierra natal, pero conti núa bien sea enel Distrito Federal , Guadalajara o Monterrey. Algunos de esosescritores que em ig ra n ya no regresan a Tijua na. Mexicali o En­senada, sino que op tan por rad icar en los s itios en dond e encon­traron acogida. Pero o tro s sí regresa n e integran hoy el grupom ás s ignificativo de quienes practican la esc ritura como oficioliterario.

NO /liS sobreln narmtnm

Al igu al que en otros casos, en Ba ja California también la poesíale ha tomado cierta d e lan tera a otros géneros literarios como lana rrat iva, el teat ro o el ens.l)'o . Pero ello no significa que, poreje m p lo la na rrativa, se e nc uen tre rezagada ante la poesía . No,

~ .;¡ t( 'lnlAnYOl~IERro 55

Narradores jóvenes

Muchos son hoy los puntos de encuentro de los narradores másjóvenes de Baja California -del año 55 en adelante-« , y que lomismo tiene que ver co n el material anecdótico, qu e co n los en­tornos social y geográfico o con el uso de un lenguaje cas i co­mún. Diferencias las hay también, y van desde la edad hastaeslilos m ás acabados de escritura. Pero todos ellos comparten

I una experiencia, y que es la razón fundamental de haberlos in­tegrado en una ge neración: una pa rte sustancia l de la adquis i­ción del oficio, en el caso de todos, se ha desarrollado en elin terior de los talleres literarios que de tiempo at rás han funcio­nad o en el es tado, promov idos indistintamente por la D irecciónd e Asuntos Culturales o por la Universidad Au tónoma de BajaCalifornia. Existe pues esa experiencia en co mú n.

57

Por ind iv iduos, Óscar Hernández en un prosista comprome­tido de tiempo completo con Mexicali: ella, ciudad de recovecosy sorpresas, alimen ta su escritura.Lo mismo, o algo parecido sepuede d ecir de Gómez Castellanos: hábil, seguro a la hora deescribir. Di Bella, me xicalense también, aparte de un lenguajedenso y complejo, tiende a trabajar con personajes fuera de locomún o en situaciones límite. Tru jillo, médico de profesión,polígrafo hoy de tiempo completo, juega con la memoria; recu­pera el pasado inmediato. Alfredo Gómez escribe poco, dice quele cuesta trabajo hacerlo, pero cuando lo hace lo realiza con sol­tura y logra textos de muy buena calida d . De Tijuana provienendos narradores de significativa importancia: Crosthw aite, ma­duro ya, dueño, s in duda, de recursos varios a la hora de escri­bir, y Zamorano, joven aún, sorpre nde su temática, la manerade plantear los confl ictos y de resolver los. La mu estra, pues, esvar ia, diversa, y ofrece, sobre todo, un panorama amplio y pre­ciso de lo que rea lizan los narradores de la entidad.

Por último, bien vale la pena señalar que en Baja Ca liforniahay aún un número amplio de narradores jóvenes aqu í no in­cluidos. Para ellos, creemos, llegará también pronto la oportu ­nidad de que su obra sea más ampliamente reconocida. No losolvida mos. Damos cons tancia de su presencia.

S<x:IEOAO y DESIERTOSERGIO CóMEZ MONrn<O56

de continuo para esperar la ocasión propicia que le permita alindocumentado brincar la línea y al pollero entregar la mercancíasin mayores contratiempos.

En apariencia, situadas en puntos extremos, la verdad es quelas ciudades bajacalifornianas, como demuestra la narrativa,más tienen de común que de diferencia.

Así, si bien la anécdota ocupa un papel central en el caso dela narrativa, hay en ella hoy un lenguaje que poco a poco secomienza a distinguir:acezante, de frases cortas, atravesado porpalabras duras, poco cuidadoso en términos de prosodia y desin taxis, coloquíal en buena medida, el lenguaje que se corres­ponde en sentido estric to con las inquietudes que manifiesta laanécdota: entre ambos hay comunión de intereses; lo regional,así, implicaría singularidad.

Mas es importan te señalar que mientras Campbell y Sada es­cribe n fuera de la región, alejados de la tierra natal, los narrado-

v res jóvenes de Baja California, ya no sólo no salen fuera delámbito regional, sino que se resisten a abando narlo, pues hanencontrado en él motivaciones más que suficientes para arraigaraquí y desarrollar desde aqu i su vocación.

59SClC;]ED A D y DESI ERTO

varia, pero sólidamente es truc turados por aquellos principiosque le dan presencia y validez a la id entidad como punto deunión indes tru ctible. Una id entid ad cuya raí z m últiple lo es unpasado ind íge na común; una idea de nación sólida mente arrai­gada; y el convenc imiento de que la soberanía del país es ind es­tructible . Esa identidad es lo que une -dentro de lo diverso­a las grandes mayorías nacionales. Esa iden tida d es la q ue bo rralas distancias entre las fron teras norte y su r de México.

Pero soc iedad e identidad nacion ales no nulifican la ex is len­cia de lo ditxrso. Lo diverso persiste, y es, en lerritorio fron lerizo,encuentro y desencuentro co n 10 "o tro", con aq uello que ya noes nación sino vec indad, límite, fron tera precisamente, Allí, larealidad se vuelve cultu ra y es producto de una d inámica sociald iversa a la de sociedad e identidad . De nueva cuenta, el es paciono permite desarroll ar a fondo la tem ática, s ino que lleva sólo a

- decir q ue la cu ltu ra, co mo ex pres ión de una tota lidad socioh is­lórica y geográfica, genera situaciones en las cuales lo regionalse s ing u la riza -por ejemplo, hoy para e l caso de México y susfro n teras se descentraliza-:-, pero ademá s se co nvierte en un ele­mento qu e aglutina lo a pa ren temen te " otro": la relación estre­cha que el idioma establece y los vínculos históricos que siempreexisten entre pueblos limítrofes. Así, parent esco e identidad loshay entre los fronlerizo s del sur y norte del país, pero tambiénentre los fronterizos y sus vecin os .

En un espacio "vacío" no hay poética, no hay literatura (a lamane ra de Bachelard]: só lo estando " lleno" e l es pacio, el len­guaje -la materia prima de lo litera rio -e- co mienza a levantaruna es truc tura literaria, en don de co ntexto y escritura se corres- \ponden y se infl uyen mutuamente. Así, cons truida a partir de "la diversid ad}' de la lejanía (d ive rsa y lejana del "cen tro"), porun lado, y preñada de paren tescos líci tos e ilícitos, la literaturade las fro n teras (de cualquier fro n tera) es siem pre un híbrido quein term iten temen te busca escapar de la madre, del origen: a ve-ces intent ánd olo de manera con scient e: la " bo rderizaci ón" deque hablan Hicks y C ómez-Pe ña, cuyo significado profundo se-ría ser la vanguard ia en donde todas las vanguardias se reúnen;

Frontera, vanguard ia, literatura

Se trata de la tesis según la cual los fenó­menos patológicos son idént icos a los fe­nómenos normal es respectivos, salvopor de terminadas variaciones cu antitati­vas. Al proced er así pensamos estar obe­deciendo a una e xige ncia d elpensa miento filosófico que cons iste envolver a abrir los problemas má s que encerrarlos . oh

G. Canguilhem: Lo normal y lo patológico

Frontcm. Lu gar de encuen lros y de desencuentros: de manifes­tación de tendencias vanguard is tas; terruño en donde lo nacio­nal se exacerba. Allí, verdadero laboratorio de pasiones, laliteratura - su filatería variada- adquiere, para el caso de Mé­xico, una sus tancia cada vez más singular:su afán pa reciera serhoy el regionalizarse, e l hacerse diferente a la del resto del país,pero sin pe rder - todo lo co ntra rio- calidad. Eso es la fronlera .Eso intenta ser hoy su literatura.

Proceso d ifícil de explicar en es te espacio breve, é l co nvocala prese ncia , al men os, de tres conceptos centrales : frontera yliteratura no se explican si prev iamente no se habla de sociedad,identiiuu! y cultum. Porq ue, por un lado, en un país de tantosmatices y colo res, la d iferencia no es accidente, s ino sus tancia:la diferencia es principio y ra z ón de ser de la unid ad . No hayco ntrad icc ión en lo anterior; allí 1... co ng ruencia se alcanza ad ­mitiendo que 1.1soc iedad nacional de este país es diversa, peroama lga ma da, Fue r te, sólida, g racias no sólo a su co mún m emo­ria h ist órica -que p.lfa el C.150 de las frontera s de México eselemento nodal- , s ino a la co munión de intereses de raigambre

o bien de manera inconsciente: lo heterogéneo - en la raíz detod as las fronteras existe siempre migración- genera, por ne­ces idad, nuevas formas de expresión en tod a la actividad co ti­d iana, y a ese proceso pareci eran no poder escapar arte ylitera tu ra .

E tonguardismo - ¿posbnodemidad? - hoy es una tendenciairrefrenable - al menos pareciera se rlo- en la literatura de lasfronteras norte y sur d e México. En el sur, porque, a la mane rade Benjamín, el presente es una continua invocación del pasado,que así, reciclándose de manera incesante, dota a la creaciónliteraria de rasgos que al incorporar lenguaje y contenidos de loantiguo, renueva su forma de expresarse y la ubican en ese sitiou otro" , diferen te, dentro del quehacer literario del res to de lanación: po r ejem plo la selva, nervadura extendida, reclama decon tinuo su presencia en la poesía y narrativa de la frontera sur;también alli el pasado indigena y lo ind igena actu al es una pre­sencia que cubre y cobija, macizarnen te, al quehacer literario dela región.

En el norte, el fenómeno vang uard izante se hace más com ple­jo. Allí, hoy, el espacio " lleno", materiali zado, hace germinar auna literatura 11 o tra", enriquecida, diversificada, construida conmateriales de origen múltiple y va riado, que le es tán dando, aesa li teratura, una faz nueva, diferente : la urbanización acel era­da -resultado de una mi gración explosiva- de algunos cen­tros de población; el desierto, como dominante del ecosistema;el acceso a la producción masi va de la sociedad de cons umonorteamericano (lo mismo en el terre no ed itorial. que en el cineo la T.V.); una vida académica in tensa y só lida, y sobre todo elintercambio creciente de experiencias entre todos los escritoresfronterizos, aunque en particularentre aquellos que utili zan unidi oma com ún, Esos, entre otros, so n factores que hoy han pro­vocado un des pegue explos ivo de la litera tura de la fronteranorte de México, y que lo mismo hablan de auge literario dellado mexicano, que del lado norteam ericano (la literatura chi ­cana y marginal que se produce en los es tados de la fro ntera su rde los Estados Unidos, d es taca ya a nivel nacional ).

60 S ERGIOGóMEZ M ONTI RO

Femini dad: desgarradura y o tredad.La narrativa escrita por mujeres

en la Baja California de hoy

ParaNorma: laotra parte del ser otro

Todo pueblo primitivo tiene el mismoprincipio, según vemos en los viajes . Elhombre caza y combate; la mujer se inge­nia, imagina. crea sueños y dioses. Esvi­dente en su ocasión; tiene dos alasinfinitas, las alas del deseo y de la so ña­dora fantas ía. Para contar mejor el tiem­po, observa al cielo; mas no por eso es támenos ligado a la tierra su corazón. Conlos ojos puestos en las am oro sas flores.flor ella tam bién. hace con las flores co­nocimiento personal y como mujer les pi­de virtud para cu rar a los que ama.Jules Michelet: La bruja

1. Esclavo del tiempo y del espacio, cuando uno acepta partici­par en e~te tipo de coloquios sabe bien, o al menos in tuye, quesu trabajo no irá más allá de la formulación de a lgunas hipótesisresultado de la experiencia, o bien supues tos que algún d ía set~a~ajél rán con mayor rigor. Tiempo y espacio, así, son en prin ­CipIO razones que explican por qué hoy, pa rticu larmcnto en elcaso de esta intervención, la hipótesis es base de los planteos yde un enfoque generalizador y no necesariamen te particu ­larizante .

In ten ta r é aquí, en lo básico, preguntarme lo mism o que lohace Bradu.! Agosín2 o Ferr é-'en qué consiste la singu laridad,hoy. de la narrativa escrita por mujeres (en mi caso por mujeresde la fro~ tera n~rte del país), partiendo del sup uesto de que esasingularid ad exis te . Puede, al igual que le sucede él la s autoras

2. Reconocida en genera l la dificu lta d q ue im plica ca racterizara la litera tu ra es crita por mu jeres a partir de su feminidad? nole queda a uno, en un intento por cons truuir un marco teó ricoreferencial coherente, sino formular, ins isto , hipótes is y supues­tos Clue en la práctica se va lidan o se derr umban . En este sentido,el a n álisis de la literatura esc rita por mujeres tiene dos puntosrefe renciales ine ludibles: la d iv isión natural del trabajo y los di­ferentes grados de especialización alcanzados por el lenguaje.No 1M}' que o lvida r, al respecto, qu e realmente se inv es tiga y seco ncluye 1" )<"0 sobre la singu la ridad del fenómeno tra tado; sin ­gular ida d que cas i s iempre se diluye -y no sin cierta razón- ene l reco noc imiento de la habilidad escritu ral al margen del sexo.

Mas, s in duda, los punt os mencionados - d ivis ión naturaldel trabajo y especia lizaci ón del lenguaje, a los q ue se incorpora

mencionadas , que no llegue en efecto a conclusiones definitivas,y que es más, al igual que ellas, termine afirmando que "...tododebate sobre literatura femenina me parece tocar, en un rnomen­to u o tro, un fondo pantanoso del cual sólo se despega co n laay uda de las muletas id eol ógicas" .4

Pu ede, si; pero puede también que co mo me pasó, la investi­gación bibliográfica - que no fue exhaustiva pero sí am plia ­me conduzca a un punto de interés: no só lo la investigaciónliteraria ha puest o énfasis en el estud io de la mujer escritora, ensus temáticas más relevantes en di ferent es e tapas históricas yd iferentes pa íses, sino que ya se ha planteado el estudio de lasingula ridad regional como factor q ue influye en lo que escribenlas mu jeres: en el libro Womcn and trcs iern amcrican íítcraturcéhay ejem plos patentes de lo an terior referidos a una región es ­pecífica. que en pa rte co rrespo nde a lo aquí tratado. En otroslibros, como WomclI ill lifcralurc: crilicism of the scocntics: unopuede tener una visión nluy aleccionadora sobre las temáticaspredominantes en términos de literatura esc rita po r mujeres. EnMéxico los estudios sobre literatura fem eni na se multiplican . Dehecho, pues, es necesario establece r límites para no perderse enun territorio de ex tensión vastísima .

63SOCIEDAD y DESIERTO

la historicidad- se deben ubicar en sus respectivas dimensio­nes s incrónica y diacrónica, e interrelacionarlos, para a partir deello ir cons tru yendo el andam iaje teórico conceptual q ue pe rmi­ta analizar co n el máXimo rigor posibl e la obra en co ncre to dela mujer escritora. Piénsese así. más a llá de la so breideologiza­ció n q ue menciona Brad u,8que el es tudio d e la mujer como su­je to social atrav iesa, necesariamente: por la s it uació ndiscriminan te en q ue ella se mueve y se ha movido en la his toria .Pero más que verificar la ex is tencia constante y oprobiosa de ladiscriminación, los estu d ios de diacronía a plicad os a la obra li­teraria de escritoras, deben poner énfasi s en la manera en queesa discriminación influye o no en la obra de creación;y no só lo,cla ro, como un obvio contenido anecdótico, s ino más a profun­di dad , Como pudiera ser en términos de selección de la anécdo­ta, tra tamiento de ella y, Jo que a veces se presen ta con másfuerza, uso y manejo del lenguaje.

Sigo aquí, en to nces, el o tro p unto de referencia básico rel a­cionado Con la literatura fem enina: la es pecialización del len­guaje. Parte de una in vestigación más am plia , quisiera decir quelos es tudios q ue real izo a l respecto me han llevado a formula runa hip ótesis de trabajo en donde, a partir de reconocer la ex is ­tencia de códigos s imples de comunicación, y por tanto de len­g uajes básicos (o natu ral es), e l desarrollo social del hombre hacreado códigos com p lejos, y por ende lengua jes complejos o es ­pecializados.? donde se da la ex istencia, entre otros m últipl es,de )eng llajesespecíficanlente literarios, y dentro de ellos de unol-'sp{'cíficamente na r ra tivo.l" Esto, desarrollado co n mayor pre ­cisión y amplitud en otros de mi s escritos, me ha conducido atina indag.lción paralela:dentro de ese leng uaje específicamentenarrativo - o poético o reflexi vo - ¿no hay un campo prop io,s ingular, que co rrespo nda exclusiva mente a la mujer? De ser('110 afirmativo, ¿cuáles serían las características que, a partir del5<" 0 , tendría ese lenguaje, a l margen de ha berse valid ado previao paralelamente com o técnica m ente acabado?

A contestar esa in terrogació n se desti nan las nota s que d esa ­trul lo a continuación .

SERG10 G ÓMEZ M ONn:RO62

3. ¿Cómo se carga de sentido la creación literaria? Más en con­creto: ¿cómo se carga de sentido la narrativa? Dígase, por unlado, que la teo ría aris totélica - la desarrollada en particular enla Poéticnll - es tablece algunos principios hasta hoy no supera­dos - ésa , su precl ara v isión de síntesis entre realidad, memoriay fantas ía, su tratamient o en lo dramático-, en tanto que otrosaún hoy se mantienen insuficientemente estudiados:¿quién, enrealidad, en el terreno de las investigaciones literarias, le ha lle­ga do a fondo al significado profundo de la ca tars is? Junto a esateoría, yo en lo particular pienso en propp,12 en sus análisis an­tropológico-literarios, como base válida - elementos in va lu a ­bles - para descubrir el sen tido profundo de lo narra tivo. Unamezcla de los elemen tos que aportan ambas fuentes, enriquec i­da po r ejem plo con los es tud ios de Luk ács.P algunas cuestionesde Bataille ,14 y, en fin, en general las ens eñanzas de Krísteval ''y Derridal'' permi tirían irse acercando a la formulación de unateoría que a la vez que ubica el sen tido de lo literario en generaly luego de lo narrativo, ayudaría también, u tilizando lo hipoté­tico-deductivo como método, saberde la exis tencia y consiste n­cia de la narrativa escrita por mujeres.

Apelo de nuevo a su benevolencia, para, en síntesis, rnen­clo na r algunos punt os que considero relevantes a la horaecléctica de, a partir de los autores mencionados, concluir so­bre el sentido y contenido de una narrativa escrita por muje­res. Es decir, de una narrativa que históricamente se disparade un estado social de d iscriminación y que a partir d e ellocomienza a construir su di scurso . De es ta manera, en e l inte­rior de la narrativa escrita por mujeres conv iven hoy, ineludi­blement e, algunos principios orig inarios: por un lado, susexua lidad, asumida básicamente com o diferencia, y quehace de la mujer un sujeto o tro frente al hombre, un sujetoo tro qu e, h ist órica y soc ialmente, se ve so metido, violenta ovolu ntariu ment e, a un proceso de di scriminación, lo qu e leim pi d e acceder en igu .lldad de condiciones a la cotidiani­dad. Así. esa co tid i.m id ad negativa para la mujer se harápre se nl e - e n ío rm.i co nscien te o no - en el discurso na-

rrativo, dejándose sentir tanto en la anécd ota como en el len ­guaje .

De es ta manera, la hipótes is aquí establecería que aquello queen la narrativa de los hombres aparece como abierto, en el casode las mujeres se torna mundo cerrado, oscurecido, hermético.Que aquello que en los hombres es mundano, en la mujer setoma divino, que lo sacro en ella es profano para el hombre.Que, en términos de lenguaje, el juego es aún más complejo: queel"se r dellengu aje"! 7no se reducirá a la hora de equipara r na­rrativa de hombre y narrativa de mujer a correlacionar signifi­cante y significado, denotación y connotación, sino a ver , en elinteri or de cada p recepto, qué de él es propio, específica me nte,del suj eto otro , que, además, di acrónicamente es un suje to nosó lo dominado por el hombre, sino, asimismo, ubicado - pu­diera ser, aunque la verd ad casi nunca lo es- en franca desven­taja social. Allí. la literatura iría de la oralidad - tradiciónpopular, qu e en buena medida es hoy fundamentalmente feme­nina- a la elaboració n de d iscursos de complejidad crecien tecomo lo son las novelas de Woolf o Stein; el mundo cerrado,oscurecido, de Josefina Vicens, de Inés Arredondo, GuadalupeDueñas o Amparo Dávila .

La otredad como base y principio de iden tificaci órulf la lite­ratura femenina es di stinta porqu e es otra; porque es otro sujeto,es tructu ralme nte diferente desde el punto de vista socia l e his­tórico, el qu e la esc ribe. As í, si bien válida la afirmación depropp!9 de que en el caso del cue nto, y po r extensión del relatoo de la narración , la ún ica pregunta importante a contestar esaq ue lla que plantea qué hacen los personajes, y no tanto quién ycómo lo hacen, ubica con claridad el problema de la anécdo ta apartir de l reconoci miento de que ese qué permite, si se contes taadecuadamente teniendo como base la ot redad, conocer y d ife­renciar la escritura de la mujer. Hipótesis, sin dud a; hipótesis'Iue aqu í tra tará de validarse a pa rtir del análisis de algunosejemplos concretos de narrativa escrita por mujeres en la BajaCalifornia de hoy.

61 S ERGIO GóMEZ M ONTERO SooEOAO y m:SIERTO 65

-l. Conciencia desgarrada, la ot redad, la femin idad escritural,para el caso de la literatura escri ta en es pañol se concreta hastahoy, mayoritariamente, en la poesía:20 allí, figuras ta les co moSor Juana, Mistra l. Storni, predominan en el panorama. No ol­vido, claro, a Bombal, a Alegría, o a tantas y tantas magníficasnarradoras. Más hacia acá, más en el terruño, en la poesía deConcha Urq u iza la desg arradura alcanza su culminación en elmomento en que la angustia ex istencial conduce a la escritoraal suicid io . Múlt iples vertientes se derraman en esa v ida co m­pl eja; allí apa rece, por eje mplo, e l m ist icismo com o tendenciaq ue expresa, en el fo ndo, enfren tam ien to a l mundo, a la co tid ia­nidad . Etapa que U rquiza v ive, po r diferentes razones, en En­senada. ¿Qué si no desgarradura hay en los poemas de Vargaso de Cas tro, para qui enes la realidad - una ciudad qu e ag redey nulifica- sólo merece la crítica, y es sólo amargura y desen­canto?

Si bien, en efec to, no se puede negar lo q ue Bradu d ice -laideol ogización de la escritura femcnina-«, no es posible tam po­co negar la desgarrad u ra como se llo de agua que predomina entod a la li teratura escrita por mujeres, y que mayo ritariamen te,insisto, se expresa en la poesía . Mas tampoco es válido sim pli­ficar el análisis al correlacio nar, 9'tn matices, feminismo (o tre­d ad, resi st encia, d esgarradura) y lit era tura . Habría, pornecesidad , q ue analizar el q ué de Propp (para e l caso de la na­rrativa), el cómo, el qué sing ularidad alcanza a llí lo litera rio.

La escritura, dice Ong,21 restructura la conciencia. para luego.m ás ad ela n te, hablar también de la relación que se esta blece en­tre mem oria o ral y línea narrativa. Am bas premisas van a serviraquí para ilustrar de qu é manera, en el caso de las mujeres (lu ehoy escriben narrativa en BajaCalifornia, se co ncreta la femi ni ­dad, desd e su raíz trimembre: d ivisión natural del trabajo. h ís­toricidad y espccia liz..ación d el lenguaje.

Así, de hecho se parte de principios reconocidos por co mpa­ñeros d ive rsos:Trujillo,22Rivem ar,2J Bolívar:2-1 literatura en for­mación. ).1 ba jacaliforuian. i ac tua l es aún, en buena medi da,campo minado para las m uje res: pocas son. relativam ente, las

que escribe n; menos aún las que han llegado a publicar. Pero, almargen de esa que se pud iera considerar "situación natura)".vald ría la pena acercarse -formulando alg unas hipó tesis - alpanorama que prese nta en la actualidad la narrativa escrit a pormujeres en la Baja California de hoy.

Inicio por la oralidad . En e lla, la narrativa se co nvierte bási­camente en permanencia de la memoria;en obstinació n por con­serv ar lo que, aparentemente, está fuera de orden. Ella es, laoralidad. en la narrativa, más que nada d isru pc i ón, en la medidaen qu e, co mo lo afirma Carr,25es una extensión de los rasgosprimarios de una estructura de eve ntos, bie n sean es trictamentehi stóricos (verídicos] o lite rarios (ficción). La o ra lidad perm ite,pues, enco ntrar uno de los hilos básicos de la narrativ a co ntem­po ránea es crita por mu jeres en Baja California: allí. indisti nta­mente, se ubica lo m ismo la tradición oral de los pueblos indios

. de la región, que la narración de hechos del pasado que pervivenen las co munidades rurales (5..1n Vicente es un ejem plo patentede ello), a la vez q ue exp lica la fuerza q ue adquieren las hi s toriasde vida recop iladas por orma Iglesias (La flo r mtÍs bella de lamaquila), Yolanda Sánchez Ogaz (sus trabajos de recop ilaciónrea liza d os en el Valle de Mexicali ) o de No rma Carvajal (contrabajos en co m unidades ind ígenas y en el Vall e de San Quin­tín). Pero ese tes timon io se d esdobla y apa rece embarnecido porlo lite ra rio, en Jos relatos de Virg inia Go nzález Coron a (coa uto rade Fucm del nmtll lJlcn). que a veces utiliza e l ro mance trad icio nal(Delgadína], o bien, en textos m ás recien tes. a lo político comocoloq uio, co mo gozo verba l, co mo imagen irón ica de una rcali ­dad que se derrumba porque está irremisiblemente corrompi­da: de ello, la oralidad co mo disrupci ón, da testimon io, en lamed ida en que allí la realidad co nserv a - e viden lementt."ma­q uillados - los rasgos prima rios de la realidad .

O tros eje m plos en la m isma línea lo so n Martha Rod arte (Lagran familia ) y Rosario Gorosave. En la primera de ella s la lite­ratura recupera la oralidad caracte rística de las regiones centra­les del país, y po r e so, quizá . S11es critura pud iera no cuaja r, se rel intento de un proyecto imposible . C orosave no; co n el la lo

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66 SERGIO C,óMEZ M ONJ'ERO S(Xll:UAI>y DE...l f "R'-'ro"- _ 67

oral tiene una presencia más diluida, pero, en buena parte desus textos, eso, lo oral, sirve para recuperar la realidad más in­mediata e igualmente co tidiana; en ocas iones, porque así lo re­clama la anécdota, el di álogo se da en inglés o en una mezcla,caracteristica para es tas regiones, de inglés y españoL Los textosde Go rosave (p ublicados todos ellos en revistas y suplemen tos)rec laman la publicación de un libro.

Pienso, por último, en que esa misma tendencia se da desdetiempo atrás en algu nas esc ritoras chicanas, como Yolanda Lue­ca, que logran verdade ros aciertos .

Pero, co mo diría el buen amigo Guillermo Gó mez Peña, lalin ea es quebrada y no admite, como nada admi te, fron terasrigidas. Así, la ora lidad, cuya caracteristic~cen t~al aparte ~e l~

recuperación de la memoria es su tendencia hacia la co tidian i­dad, se emparenta - choca y saca chispas- co n la escritura co­mo restructuradora de la co nciencia, línea que atraviesa unabue na parte de las escritoras bajacalifomianas de hoy. Esa res ­tructuración de la conciencia es, más qu e nad a, co nciencia de sí;es decir, concie ncia de enfrentamiento co n la rea lid ad, porquela realidad agrede y degrada y uno -lIlla - no pued e quedarseimpasible frente a esa situación. Alli sí la feminidad, adem~s d edesgarradura y o tredad, es resistencia, que a ratos se convier teen reclamo y d enuncia, en digámoslo con palabras de RosinaConde, men tada de madre contra el mundo, porque el mundoes así y no merece o tra cosa . Mas esa restructuración de la con­ciencia no es un proceso tan simple ni tan sencillo: en los textosde Laura Villadazveyt ia y en los pocos de Ana Ma.'ía Fernández(deudoras a morir de las lecciones de rebeldía de Osear Hemán­d ez) la conciencia hace burla de la conciencia, negándose a ~a~osl

dudando de su ser en si en otros: allí (en [ugamo« a sobreoiri r yA mores últimos), bien sea el Mex icali de las chulis y go rdis o elretrato de la adolescente reprimida, fantasiosa, en vías de con­ver tirse en poeta, desga rran al ser de la mujer y al ser de la es ­critora y ubican a la segunda en momentos de duda, dedefinición. Allí la concie ncia, restructurándose, no logra, técni­camente, ser plenamente literaria.

Ta mpoco lo logra en los textos de Eliza beth Cazess ús, JulietaGonzá lez lrigoyen y Maria Era ña, para quienes la restructura­ci ón de la concienc ia (Desdeel díacomúll y Cróllica de la soledad yotrospaisajes) se basa, en lo fundamental, en Tijuana como ciu­dad, como presencia, como motivadora de la escritu ra; de unaescritura que qu izá, técnicamente, dé más de sí, s i se entiendecomo compromiso, como oficio, como rigor y di sciplina. Lacon­ciencia es no sólo del seren sí, sino de la escritura como ejercicioexi stencial , como razón de serque no admite desv íos (o no mu­chos al menos).

Termino es te recuento - breve l paisajista, somero, que ofrecehipó tesi s más que explicacio nes- reconociendo a tres narrado­ras sólidas ya, reali zadas sin d uda, conscien tes d e su oficio y po rello , quizá, conscientes de que su escritura transita por los .terre­nos de la res tructu raci ón de la conciencia . De ellas en particu larRosina Conde requiere un estud io mucho más a fondo, muchomás detenido y concreto. Lupi ta Rivernar, por el contra rio , esuna escritora en formación - pero consolidada en ese aparen­temen te contradictorio proceso- I que l creo, no deca erá en elfuturo. Escritora en formación lo es también Dolores Zamorano- hoy en Puebla - , cu ya fuerza escritural es so rprendente. Hay,en efecto, en es tas tres narradoras co incidencias. Parten, porejemplo, de un p unto en común: Tijuana, la d olorosa, la cruel,la inhumana, pero también la que se vive todos los días. Suspersonajes, femeninos los más des tacados, a pesar de qu~ seresisten a la brutalidad de la vida diaria, terminan sucurnbie n­do, porque aquí nos tocó vivi r y qué le vamos a hacer, ¿no?Anécdota, lengu aje, estructura de los rela tos que de ellas conoz­co concre tan, antes que nad a, conflictos, realidades que cuestio­nan, con el puro señalamiento, a lo coti d iano, al ind ividuo y ala sociedad. Elementos entrelazados - anécdo ta, lenguaje, es­tructura- dicen, con esta s escritoras, que la singularidad existe,en la medida en que ninguna red ucción ana lítica logra -quizáni tiene po r qué buscarlo- borra r en sus textos la presencia delo femeni no:condición de se r, de existir, de transcurrir del mun­do, y claro, también de su escritura.

68 SERGIO C ÓMEZ MONTEROS<x' ll DADy Dr:SIERTO 69

Escritoras, las tres mencionadas, donde anécdota y lenguajedan la razón a Ong cuando dice:26 " Al almace nar el sa ber fuerade la mente, la escritura, y aún más la impres ión, degradan lasfiguras de sabiduria de los ancianos, repetidores del pasado, enprovecho de los descubridores más jóvenes de algo nuevo" .Restructurar la conciencia, ¿tarea d e las jóvenes escritora s deBaja California?

5. Disperso que es uno. Confuso a veces. Termino aqui y digo,co n Kristeva.V " Por lejos que me remon te en el recuerdo de mi samores, me es difícil hablar de ellos . Esta exaltación más allá dele rotismo es d ich a exorbita nte tanto como p u ro sufrimien to: launa y el o tro hacen que las palabras cobren pasión. Im posible,inadecuado, enseguida alusivo cuando q ue rríam os q ue fuesem uy directo, el lenguaje amoroso es u n v uelo d e m e tá foras: eslit eratura " . Y nadie m ejor q ue la m ujer, añadiría yo, para con­cretarlo .

71

NOTAS

& X::JEDAD y 1>ESIERro

1 F. Hra d u : SfriasIJOrlicu lart's:rscriJora, KF... Mé xico , 1987. 135 pp.2 M. Agosin: Siíencio e imaginación, Ka tún, México. 19M , 10..1 pp.3 R. Ferré: Siíío a E~. Joaquín Mortiz, M éxico, 1980. l(H pp ." Hradu, op.cit., p. 9.511.W.Sta nffery S.}.Roso wski: J.\vnrrnW~:rnr AmericanLltemture,loe

WhiL<¡lon Publishl ng Company, B JA, 1982.. 3.:\1 p p.b C. Fairbank..s Myers: Womrn in liíereture: critícism of tlll' serentiee. loe

Scatcc tow Press. ru... 1976, 2,';6 pp.7Cito, de nu evo, a Bradu;"...hablar de literatura femenina im plica Ira­

baja r en un campo si mbólico que no conserva s ino lejanos nexos co n lareali dad socia l de la ema nci pac ió n femenina" (op. cít, p. 9). Más a fondo,vinculado a una visió n genérica d e la literatura en es panol esc rí ta por mu­jeres, n..'l h Mi1Ier señala argu men tos di gn os d e ser tomados en cuenta ensu introd ucci ón al libro Womm in 11isllUnic í i tenuure. ícons and Tuíírn Idols(lfn ivl'T"ily oí C aliforn ia Prcss. roA,1983, pp. 1-2.1:)).

8 Bradu. ibid.. 9 Desa rro llo so meramente m is tes is en "Variacio nes sobre lenguajey litera tu ra", en Los caminos reníurosos, UA OC. M éxico, 1987. pp. 21-27.A pa rti r d e CSí' y d e o tros escritos. he con tinuado in vest iga nd o al fL"S­

pe<:to .10 lbid . En pa rtk-ular, leer los escritos sobre teo ría d el len guaje d e Ben-

jamin.1) Aristó teles : Elurír poi tico. Espasa Calpe, Méx ico, 1981 , 144 r p.12V. PTOpp: Morfología lid cuento, Fu ndame n tos, Espa ña, 1970, 420 p p.13G. Lukács: El almay las¡ármas y Teoría de la nmvla, G rijalho, E.<;pa ña,

1970,420 pp.14 C . nataiJIc: " Fragmentos inéd itos", en El culpable, Taurus, Espa ña,

1974 , pp. 197-2().t.. NOPUNO res is ti rl a tentación de cita r este párra fo -c-es­pero ()U C ilumin..dor. "1:1se r a rde de se r en ser a través d e la noche y ardetanto m ás cuando el amor ha sabid o d erriba r los muros earr clarios queencie rran a ca da pe rsona: pe TO q ué puede ha ber de mityor que la brecha atra vés de la cual dos SC'TCS se TL'ConOCl'n el uno al otro, esca pa ndo a 1<1vu lgarid ad y la irrelevancia que in troduce lo infin ito" (p. 198).

. Cito de Kristeva un libro quc cons idero clave par.l entender el pro­ble ma d e la feminid ad: 11isloril15deamor.Siglo XXI, México, 1987, 340 pp.De ella, además, habría q ue IN.."T su s textos so bre teo ría literaria.

l b Para el caso d e es te ensayo có nsu llé, en part icula r, " Frcud e l la scened e l' écrit ure", en l: icrituTI" elladiffi.;rrnce", Editions d u Senil, Fra ncia. 1%7,pp. 29:\-340.

17 M. Foucanl t: lASpallfl'ras y las cosas, Siglo XX!. M éxico , 196R, pr. -19-52.

SFRGIO ("~ÓMFZ M ONlF..RO70

18Cito lR'S lib ros básicos parn entra t le al problem a de la otredad en lostérminos aqu í pla nt eados: T. Todorov: lA conquista de Am érica, Sigl o XXI,

México, 1987, 277 pp"(La dedicat oria "a la mem oria de una mujer mayad evorad a po r los perros" , dice mucho sobre la pert inencia d e este libro.);Varios: T"fm"1l ctiíica del 5ujeto,Siglo XXI, México, 198..1, 321 pp., YH. Dah rner,Libidoy socíed..d. Siglo XXI. México. 1983.321 pp.

19 Propp, op_rito. p_ 32_20 Miller, or-cít.21 W. J. Ong:Onllidddy~rilu r&l, FCF.. México, 1987, 190 pp.22 G. Tmjillo: " Mujer. Htcra tu ra y frontera", en [l oficio No. 3 OAC, Mé­

xico. n. e 1986. pp_50-57_23G. Rivcrnar; " El d es pu nte: m u jeres e n la li tera tura d e Tjjuana", iné­

di to (fotoco pia) .2-l M.D. Bolívar; "El fenómeno de la tra nscuhurac ión (' O la literatura más

recien te d e Baja Ca lifornia on e", r-n Memo ria d el IXColoqn¡o d e análisisde la literatura regional, UNISON, México , 1988, pp. 34-43.

25D. Carr; " La narrativa )' el mund o real: un argu mento en favor d e laco ntinu id ..rd" , en 11i:-tor ia:-, No. 14, ISAI I, México, 1986, pp. 15-27.

26 Ong, <Ip. cit., p. 47.17 Kristcva, op. cií .• p. 1.

72 SERGIOC~Mf2 M ONTERO

El mito como sustrato y conformaciónde las literaturas regionales

...aún no he llegado a conocerme a mím ism o . (...) m e parece absurdo que mien­tras sigo ignorándom e a mí mismo, pue­da ocuparme d e cosas extrañas.P la tó n: Fedro

1. Logenérico

Como resultado de las tensiones sociales que ha generado ladenominada crisis en el país, un territorio que no ha escapadoa los efectos de esa situación lo es el que bien se pudiera deno­minar el de las relaciones culturales de la nación. concep to quein tenta ser más genérico, pero al mismo tiem po más preciso q uelo denominado o tras veces, por lo comú n. cultura nacional, aveces también identidad nacional. No es ahora el momento ade­cuado para profundizar - y polemizar. claro- en estas cuestio­nes, sino só lo dejar es tablecida la existencia de relacionescu lturalescentrífugas y cen trípeta s entreel cen tro y las regionesde un determinado pais o nación. cuyo objeto central es cohe­sionarlo como un todo coherente y homogéneo.

Histór icamen te, en ese cam po -el do las relaciones cul tu ra­Jes-, del sig lo XIX para acá (po r una razón obvia: la conforma­ción y consolidación de l Estado-nación) ha pred ominad o enMéxico una tendencia: la centrali zación excesiva, cuya ra íz eco- rI"

nómiga hegemoniza y se corresponde a la vez con otras expre­siones en los campos de Jo polí tico (el presidencialismo fuerte,au torita rio en ocasiones) y Jo ideológico (la im posición de lopatrio como esencia de lo ruacional ). Ese centrali smo. hoy en cri-

-

2. La interrcíncíon entre mitoy liIernl/lrn

De tiempo atrás, más de un autor ha trabajado la idea de reco­nocer la interrelación entre mito y literatura, a partir de darle al

sis, encue ntra en el reconocimiento de la pluriculturidad unarespuesta tibia, o al menos una respuesta que apenas se define,se esboza, se traza, se proyecta, y qu e es, en más de una ocasión,una respuesta de las clases emergen tes a la clase dominante .Contribuir en esa ta rea - defini r y precisar la pluriculturidadde México-, es lo que intenta este escrito, indagando en tomoa la literatura. All í, el em pe ño se centra en ubicar a la obra lite­raria de creación en su mundo más profundo, m ás esencial ­que a veces la obra de creación no cons idera, pues escapa a suconciencia: no es su conciencia- oAllí. pues, la teoría ha d eve­nid o previamente de la práctica y po r ello la teoría es, sin con­trad icción, praxis.

Inscrita en el terreno de las relaciones cul turales, la literatura,co mo todo aque llo qu e integra esas relacion es -lengu aje, terri­torio, mitos y costumbres, organización soc ial para el trabajo-,busca hoy también descentralizarse para encontrar así su raízregional -algo que n unca ha desaparecido to talmente- y des­de all í contribuir en la co nformación de la pluriculturidad, en­tendida és ta, en sentido est ricto, como nueva forma de asumirlas relaciones culturales , en donde lo do minante estaría dadopor el interés de const ruir un país m ás real que el ac tua l, m ásjusto en lo político y económico, más apegado a la vocación cul­tura l de la nación, a partir de reconocer su pluralidad cultural.

Así, lo que en es tas notas se intenta es esbozar tan só lo algu­nas ideas que ay uden, contribuyan a precisar - a través de lapolémica, del d iálogo- el qué entender por litera tura regional;cómo se integra; cuáles so n algunos de s us elemen tos centrales .Paralelamente, algo se dírá de o tros problemas: la comunica­ción, el lenguaje, los géneros literarios.

Esbozos, trazos, sugerencias, acercamientos apenas; hipóte­sis, claro, mucho de lo que aquí se dice.

75SociEDAD y Dl~IER10

primero el papel de sustrato de la segunda. Asimismo, una va ­riable de esa concepción es la que concibe a la literatura comola rep ro d ucción de lo mitológico en la época actual. En uno co­m o en otro caso, los argumentos que se esgrimen para funda­mentar las propuestas tienen una validez evidente y que dehecho son la base que aquí se utiliza para am plia r a lguna s ideasal respecto, lo cual no es gratuito si se recuerda - como diceG reim as - que "...la teoría semántica se plantea (...) el problemageneral de la legibilidnd d e los textos y trata de es tablecer uninven tario de los p rocedimientos de su descripción" (su brayadode G reimas).

Así, se reconoce en príncipio: a) a l m ito co mo ba se d e la lite­ra tura, y b) a la literatura como reproductora y ac tualizadoradel m ito. Pero habría que matizar un poco al respecto, sobretodo a partir de que mito y literatura existen, cada uno por su

. cuen ta , en las sociedades actuales, y de que, de hecho, el m itoalime nta indi stin tamente a la literatura segú n se tratede un mitoantiguo o de un mito reciente. Es necesario matizar al respectopo rq ue, por un lado, la pluralidad cultural está d ada - a partirde reconocer la existencia de un material mitológico- por lapresencia, en un territorio común, de mitos antigu os diversos;en tanto que la región existe a partir de que el mito an tiguo sesig ue reproduciendo y es la base de la susten tació n - no la úni­ca- de nuevos mitos, pero cuya raíz más clara es el mito anti­guo, originario.

La ex is tencia y rep roducción de lo mitológico - tanto de loantiguo co mo de lo nuevo - es tán determinadas por lo socialen s u conjunto, pudiéndose es tablece r co mo hipótesis de trabajoel que, en la época contemporánea, una soc iedad es más resis­tente a la dominación - aunque eso le cues te su marginamientocasi absolu to- en la m edida en q ue la base de susten tación desu discurso mito lógico más apegado está a los mitos antiguos.

L1. literatu ra, al menos por dos vías, se relaciona de maneraes trecha con el "lito . Primero, en la medida en que ella tomaco mo material anecd ótico al mito antiguo o al renovado.Segun­do, en la med ida en que ella -sus titución de rea lid ades- se

SERGIO C,óMEZ MomF.RO74

3. La singularidad de milo y regiólI

Es corre lat ivo al surgi miento de los Estados-nació n, el surg i­miento y cons olidación de los esquemas centralizadores, losque, co rno se dec ía, a partir de lo económico subo rdinan al co n­junto de activida des sociales, no só lo concentrando a éstas en el..centro" físico -geográfi co del territorio, sino implantando mo­delos de rep roducción cultural que, paulatina pe ro firmemente,disuelven en su interior todas las prácticas cu ltu rales que no seso meten a esos modelos de rcprod ucción.

En tal sen tido, el caso de México es singular, pues él, de evi­den te raíz cultural plural -cuya base ha sído la existencia depueblos indios aborígenes a lo largo y ancho de todo su territo­rio-, ha tenido que irse adecuando, en tanto pueblo uno, a un

convierte de hecho en un mito más o en una manera de asumirmíticamente a la realidad . Por eso, s i se quiere co nocer de quéliteratura hablamos se hace necesario precisar qué papel juegaen ella el mito. Asimismo, no hay que olv idar, ins isto , que ni enla época contem poránea, ni nunca antes, el mito anula a la lite­ratura , ni ésta a aquél. Coexisten. Seretroalimentan . N o se anu­lan.

El mito, en resumen, d iria Eliade, " ...cuenta una historia sa ­grada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiem poprimordial, el tiempo fabuloso de los comienzos." Tal defini ciónantropo lógico-histórica -incom pleta, es cier to - sirve de basepa ra diferencia r a la literatura, la que si bien mítica en se ntidoes tric to, su " rniticidad" se di ferencia a pa rti r del lenguaje, quedeja d e estar al servicio de una historia sagrada y se identifica,rle ser preci so, con la co tidia nidad más común;au nque, dándolea esa co tidianidad un sentido otro, o sea creando una segundarealidad . Asimismo, en es te proceso d iferenciador no hay queolvidar que el mito atraviesa de principio a fin a todo ejerciciocom unicador del espí ri tu (o de lo reflejo sensible), asi vaya delgesto al movimiento, del sonido rítmico al sonido articulado. Elm ito, en ú ltima instancia. es más genérico que la literatura.

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proceso de mestizaje (sincre tización) muy com plejo, pe ro cu yoeje lo ha sido hasta hoy un intento -a veces consciente, a vecesno- de etnocidio marcado. A partir de la Conquista, el mesti ­zaje en México ha sido un proceso signado por la violencia, end onde la re prod ucción cultural ha impuesto d iferen tes varian­tes de modelos de cultura dominante para negar y hacer desa­parecer a las cu lturas dominadas, que casi s iempre lo han sidolas cul turas indígenas.

As í, una variante de ese proceso, es preci sament e la que segenera en el siglo XIX, cuando al irse construyendo el Estado-na­ción, y con objeto de mat iza r as í la hegemonía de lo d ominante,se da prio ridad, en términos de raíces culturales, '1. las manifes­taciones que se identifican con los p ueblos indios de la MesaCentral, y a eso se some te, o se busca someter al men os, las ma­nifestaciones cu ltura les de los pueblos indios en la región ári ­doam eri can a del territori o naci onal. En ese proceso, lomitológico -diferenciado a nivel de región- se subsume a unmolde único : los mi tos, tradiciones y leyendas de los pu eblosmesoamericanos.

Si bien , toda mitología es tá com puesta de elementos pocos ycas i siem pre iguales [jung: El hombrey Sl/S símbolos), la ve rdades qu e el contexto im prime diferencias profundas a la maneraen qu e cada pueblo asume mi ticamente su realidad. Así, enprincipio toda región - ecosistema, si se qui ere- influye demanera determinante para generar, y caracterizar por tanto, almito . Diferencias profundas hay entre la manera en que los ki­liwas co ncibe n la creación de l mundo, respecto a como la co n­ciben Jos mayas o los az tecas . Diferencias menos profundas hayentre los d iscursos mitológicos que se desprenden de las pintu­ras rupestres de la Pen insula de Baja Californ ia y los que se d es­prenden de las pin turas rupestres de L, Pintad a en Sonora.

No es este el momen to que permi te desglosa r a detalle - yotampoco soy el más indicado para hacerl o- el contenido d is­cursivo mencionado, va lga tan sólo decir que del desierto, delmar, del río, de la mon taña áridoarnericana se desprende unamit ologia profunda diferente a la que se genera en Mesoam érica

SociEDAD y OESIERTOSERGIO C.oMEZ M ONTERO76

Así, no se p uede traslada r tan autom áticamente, como lo h aceGreimas (en pa rticu lar en su Scm ántica estructuraloen "Elemen­tos para una teoría d e la interpretación d el rela to mítico", cuyasposicion es se matizan luego en DII sens], el esquema analít icod e mito a literatu ra , sin antes no tener cla ro, al menos, la exis­tencia de ca mpos em paren ta dos pero diversos como lo seríanla semiología (o tra tado del signo), se mi ótica (o análisis del sig­nificado) y la lingii istica (campo específico del lengu aje), y si ala vez no se entiende que lo m ás u niversal que inscri be a lo lite­ra rio es lo comunica tivo en su acepción teleológica de relaciónsujeto-objeto (en donde la imagen kantiana de Adorno proyectasu sombra de una manera abrumad ora). Va lga . en resumen d eeste p árrafo, la afi rmación d e que lo litera rio en tanto esencia-que hace posible diferencia rlo e in terrelaci onarlo con lo míti­co - es tá aún en proceso de discusión, como lo reconoce Todo­rov en sus I1Il'esfigllá lJ ll rs srmá" tims l los continuadores d e laglo semática o Derrida en su Gramatoíogia (por mencionar a al­g unos), y cuyo es tudio no se disuelve ni se agota ni en los terre­n os d e la comunicaci ón, ni d e la semi ótica, ni d e la se mio logíani ta mpoco d e la lingüís tica . Q ui zá en una ecléctica conjunciónde conocim ien tos, la li tera tura pueda a pa rtir d e a llí es tu d iarsecon nlayor rigor y comenza rse a d escu b rir, en tonces sí, su sin­gu laridad regional.

Pe ro, rec u perando en part icu lar la inte rrelación sea a su vezheurísti ca a la hora de es tudia r el sen tid o o ca rga regional de laliteratu ra, se p ued e d ecir que ésta adquiere por d os v ías S11 ca rgaregio nal : a ) en la med id a en que mantiene vi gen te la presenciadel mito antiguo; b) en la medid" en que reproduce y difundee l m ito n uevo (que es, sincrética men te, ru p tura y con tinu idad aun tiempo).

¿Cómo e ntonces -ya n o e n la frontera, sino en la región á ri­doarnerica na d el territorio naciona l- se manifies ta .. en concre ­tOI la lite ratura regional ? En el p rimer caso -vigencia del mitoa n tiguo-, un elemento di ferenciad or q ue d es taca sobre todoslos dem ás, es la m an ifestación co ntin ua y ac tual de la tradiciónoral, q ue' d esd e tiempo a trás at ra viesa la litera tura de la reg ión

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o en la región d el trópico húmedo del pais. Puede que en térmi­nos de funciones, esas mi tologías se ident ifiqu en . No sucede lomismo e n términos de contenidos ni d e elementos para concre ­tarse. Menciono, rápido, algunas diferencias. En las mitologíasd e la región áridoamericana, los monumentos son escasos, looral predomina sobre lo esc rito y la iconografía es profunda­mente simpática; se cons truye una herbolari a y una al imenta­ción que responden al med io (lo crudo predomina sobre lococido, po r ejemp lo) y su to temismo se cent ra, obvio, so bre lafunción mágica del medio na tural en que se v ive. Cazadores yrecolectores b ásicamente, es tos pueblos ind ios a partir de e lloco ns truyen sus for m as de vid a, que no son ni más ni menosprimitivas que las de ot ros pueblos indios para quienes la agri­c ult u ra fue d et erminante para su scden ta rizacíón y ello base deconstrucción d e otro discu rso mítico .

Es ev iden te, que m ientra s el medio no ca mb ie -es d ecir locarac terís tico d e la geografía a ridoamericana-e-, sobre los prin­cipios antes mencionados se seguirá dando, por un lado, la con­tinuidad d e lo mi tol ógico e n es ta región; a la vez que, por otrolado, e llo seguir ágenerando la ruptura ancest ral q ue se da entren orte, cen tro y su r d el país.

Aq u í, el paso sig u ien te es ver cómo esa di fe renciación m ito ­lóg ica se expresa o n o en el d iscu rso litera rio.

4. Ln literatura regional:el casode lafro ntera norte

Seña lo. de n u evo , que d ada la natu raleza d e este escrito, lasideas ape nas se esboza n, s in llegar a su to ta l d esarrollo . Q ueva lga así la excusa.

De esta manera, y tra tand o d e seg u ir el h ilo de lo has ta aquípla n teado, es eviden te que reconocida 1.1 singu la rid ad d e In re­gión, y por ta n to la sing ularid ad d el m ito, es v álid o e xte nd er esas ing u laridad n 1.1 li teratura a partir -de reconocer ta mbién paren ­tesco, pero asim ismo dife rencia, e ntre mito y litera tura . Aqu í e lproblema es tá en ver los lim ites -c-concord aucia y diferencias­en tre mito y literatu ra.

SociEDAD y DESIERTO 79

5. Lo filial

No q uisiera co ncluir este escrito, s in dejar de insi stir en que ladescentrali zaci ón literaria ('5 no sólo un proceso físico, en dond e

desde la época prehispánica, hasta pasar por la época de loscorridos o la presencia de una poes ía y una narrativa coloquialcuyo objetivo cen tra l es, en buena medida, la r.ecupe.ración.delhabla, ritmo, sono ridad, acentuación como redimensionarnien­to de la oralidad, y, por otra ve rtiente, la recuperación de lacotidiani dad pasada y futu ra . En esta línea - aunq ue no só lo enella - se da la identificación más só lida y más eviden te entreliteratura chicana y literatura mexicana.

La o tra vía , un poco más di fusa, tiene mucho que ver con lainterlextualidad, y por lo tanto co n la recuperación de lo icónicocomo pa rte centra l del discurso literario . All í, lo q ue se asumees la mezcla ineludible q ue se da en toda fron tera; lo que a lacorta o a la larga va co ns truyendo un discurso aparentementen uevo - res u ltado del choque y de la mezcla de cul turas - , quemuchas veces no termina siendo sino la reedición del discursomás antiguo: es decir del mito primero y orig inal. Esen las ciu­dades en donde se construye hoy co n más fue rza este d iscu rso,narrativo a veces, poético otras. LA línea quebrada - una rev istachica no-mexicana- es un ejemplo, entre va rios, de es ta tenden­cia.

La región, así, m uestra lo ficticio de la frontera - d e la fron­tera norte de México - yaque lo áridoamericano también se daen pleno territorio norteamericano, y ex plica, t~mbié~, e~.~nt~r­

cambio de experiencias, modos y uso s de car ácter Iing üís ticoque se da en tre los creadores de litera tura a ambos lados de lafrontera .

y así, hay o tros varios elementos que un análisis se má nticomás riguroso puede develar y que marcan con preci sión las car­gas regionales del d iscurso literario, }r c ómo muchas de esascilrgas tienen que ver con lo mítico. Lo men ciono, tan sólo, co mouna tarea a realizar.

81SociEDAD y m '5 IERTO

e l cen tro"manda" a la perifería algunos de los bienes allá con­centrados. No, el p roceso es aquí mucho m ás co mplejo, pues seinscri be en el territorio denominado de la p lu rícu ltu r idad, endonde la cuestión cen tra l es hacer ver que la cent ra lización pro­d ujo un modelo de re laciones cu lturales, cuya d omi na nte hasido, d urante un buen tiempo, aniq uila r la capacidad de la re­gión para producir sus propios bíenes cu ltu ra les (nada ha ím­portado, hasta hoy, q ue ello haya implicado para el caso deáridoamérica, la ex tinción cas i tota l de sus puebl os in d ios, o elm enosprecio hoy, de las cultu ras marg ina les urbanas). Por eso,el p roceso para rever tir la tendencia im plica no só lo logra r quedel cen tro se envíen a la perifería p roductos cultu ra les, sino que,pa rtiendo del supuesto de que la perífería tiene capacidad parap roducir su cultura pro pia, q uebrar el modelo d ominant e, cen­tralis ta, que hegemoniza las relaciones culturales en Méxicodesde m ediados del siglo XIX. Quizá si ello se alca nza, se logreya, así, ro mper esa concepción red uccionísta q ue habla de q uela frontera norte de México no es mexicana porque no baila eljarabe, no come enchi ladas ni rind e culto a los aztecas ni a lav irgen de G uadalu pe (¿sa be algu ien acaso, en el cen tro del país,lo que significa el 4 de oc tu bre, d ía de San Francisco, en es taregión?).

SERGIO C,óMEZ M ONTERO80

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BlBl.IOGRAl'iA

SERGIO C~tEf. M ONTERO

Palabra y lecto-escritu ra en la frontera norte

1. En el terreno de la morfolog ia de la lengua oral - aquél en elcual esta última alcanza con tenido o significación- la palabraocu pa, de lo simple a lo complejo, el lugar superior, luego de losmorfemas, los morfonernas y los lexemas (algunos lingüistas, afin de simplificar, d etienen la cadena morfológica con los lexe­mas precisamente, iden tificando a és tos con las palabras).

Sin en trar a la d iscusión hoy vigent e de la carga posit ivis tade lo morfológico, va le admitir q ue a llí, la cons ideración a tóm i­ca de los elemen tos de la lengua -ésta concebida así como u nsis tem a o rgánico, un sistema de formas-, en donde se pa rte delprincipio de q ue los mensajes forman un continuo fó nico sinm ás pa usa s prop iamen te que las necesa rias pa ra tornar a lien to,la palabra ocupa un luga r central, pues de hecho en ella, bien sepuede decir, e l sis tema de eslabo nes - o de á tom os- allí con­cluye, a llí se cierra.

Tomando como base lo anterior es d ifícil establecer una defi­nición universa lmente vá lida de pa labra, más aún si esa defini ­ció n se inscri be en el terreno d e la sem á n tica o de laepistemología, ya q ue resulta totalment e insuficiente habla r deq ue la palabra es el nom bre con q ue se designa n las cosas o bien.son un signo lingüístico que expresa una idea. Igualmente son in­suficien tes definicion es como " un sin tagma aut ónomo formadode monemas no separables" (Martinet),o " todo segmento de unaoració n, limitado por p lin tos sucesivos en los q ue no es posibleefectuar una pausa" (Hockett)'- De hecho, pues, hasta hoy todoslos esfuerzos po r dar al término palnl'ra una validez objetiva ind is­cutihle fracasan an te toda es ta falta dc adectlacióncornp rob<ld a.

Pero la p ráctic a - pa rticu la rmen te en térm inos de gramá tica

terminad o de la franja fronteriza México-Estad os Unidos (en es­te caso el mu nicipio de Mexicali y el condado de Valle Imperial).Esdec ir, las ideas que aquí se quisieran co nvertiren el corto pla­zo en un proyecto de investigación sólidamente fundamentado.

3. De esta ma nera, una de las motivaciones eje de es tas inquie­tudes gira en tom o al campo abier tos que hoy ex iste en el terrenode la ense ñanza de la lecto-escritura y el cómo desd e alli es po­sible indagar sobre cuestiones de naluraleza múltiple que reper­cuten, entre o tros, en terrenos que son propios de la teoría delco nocimien to, de la naturaleza y función de la comunicación yde la propia lecto-escritura, y, tam bién, de la naturaleza y fun­ción de la escue la como centro reproductor del conoci miento?

Una segunda motivación tiene que ver con la especificidadde la zona (ejemplo de una región) en la cua l se tiene que traba­jar: la frontera MéxiCO-EVA, cuyas pa rticularidad es son mú lti­ples, y que además ofrecen características singulares paraaborda r la materia de investigaci ón: en es te caso, admitiendoco mo supuesto que la m igración sigue siendo la base y el motordel poblamiento de la zona, se crea aquí un mercado de ha blasfde gran riqueza, que al flu ir no logra conforma r un modelo úni­co y dominante de habla y escritura; pero sí existe un paradigma- la lengua nacional - que rechaza en todas sus variantes a losdialectos y a las escrituras que se mani fiestan en la región.

Co mo supuesto también se maneja el hecho de l trasvasa­miento de culturas ." donde la balan za - por razones sociales dena turaleza múltiple- se inclina cada vez más hacia el pred omi­nio de lo hispano (es más, de lo mexicano) impactando ya en elpresente, es decir en lo inmedia to, a lo educa tivo, que por ejem­plo, en la medida en que crece la pob lación de origen hispanoen Estados Unidos, en frenta co tidianamente problem as de na­tu raleza muy diversa y compleja10

Motivación que cierra es te capítulo - pero que no es la últimamencionable como parte de la problemáti ca esbozada- está elhecho de que son pocas, porno dec ir inexistent es , las investi ga­ciones emprendidas para analizar a fondo las implicaciones de

85SocIEDAI>YIJ1SIERTOSERGIO O :'>M EZ M ONTERO

2. Plantearse la investigación en México - en particular en elcampo de las ciencias sociales- lleva hoy, quizá de nuevo, apreguntarse se riamente sobre dos cues tiones en apa riencia s im­ples y sencillas. Una, lo es llegar a definir el problema con aque­lla sencillez de la que hablaba Platón.5 Es decir, saber si enrealidad mi problema de investigación es tal, y si es, asimismo,per tinen te y trascen dente. La otra -para mí la más compleja- ,el pod er ofrecer una respuesta válida y crea tiva, que se apa rtede los cam inos trillados, al margen de su valid ez moral (es toúltimo - la validez moral- es u n problema ético y no episte­mológ ico en sentido es tricto).

L'1s anteriores pre mi sas - aparentemen te senc illas- se hanconvertido en el motor de este es bozo que no es sino la base des­de la cual -en un futuro inmediato, que tendría tras de sí años deestudio y experiencia- se piensa construirun pro tocolo de inves­tigación sobre la enseñan?....1 de la lecto-escritura en un punt o de-

escolar, es decir a nivel didáctico- ha simplificado las cosasestab leciendo que la palabra es simplemen te una forma, unaentidad moldeada de manera definida, capaz de recibir tanto otan poco del contenido conceptua l del pensamien to cua nto per­mita el genio de una lengua (Sapir).3¿Todo y nada a la vez?

Dado lo anterio r, la ling üís tica ha preferido quedarse a nivelde lexemas, y dejar le la bro nca de la palabra a los retóricos, paraque éstos elaboren sus lecciones a partir de ello. Lecciones deuna brillantez apabullante, como las d e Ermilo Abreu Córnez"quien d ice que la palabra, identi ficado una vez su origen, es labase de la prosa y lo que permite que ésta pueda in terpretar loinefable, salta r la barrera de la razón y llegar a l mila gro de laexpres ión. Más adelan te, Abreu reclam a la mater ialid ad de lapalabra y d ice que sobre ella se finca, realmente, la lengua lite­raria y el habla cotidiana.

Partiendo de esa materialidad de la palabra es que, aquí, sepropone como la base orgánica de una investigación sobre lec­te -escr itura en la fron tera norte de México en los términos qu ese describen a continuaci ón.

las situaciones invol ucradas en la materia de lo que sería la in­vestigación planteada. De hecho, el estudio de la cues tión haslahoy ha repo rtado que las investigaciones al respecto se encuen­tran bas tante sesgadas de lo qu e sería, en este caso, la mat eriade trabajo.U

4. En el terreno del por qué investigar lo que se plantea, más alláde lo puramente mol ivacional (y que para mi tendría que ve rcon las cuestiones tácticas), existe otro núcleo si se quiere máscomplejo o más elaborado de ideas (Zemmelman12 hablaría delos niveles de la rea lidad no cotid iana; Derrida13 del segundonivel del discurso - donde la opacida d de la realidad es la rea­lidad en sí- , o Ado rnol! de la invalidez de la inmanencia purade la co nciencia), que daría sus tento a la praxis teórica que bus­caría concre tares ta investigación, y que son cuestiones que hoyse d iscu ten arduamente en particular en e l terreno de la lingüís­tica y de la semiolog ía, y por el o lro en el terren o de la psícope­dagogía (sin que, en esencia, esas ideas se inscriban de maneraúnica y total en cada uno de esos terrenos).

En o tras palabras, la investigación busca ría indagaren tomoa la pertinencia de si, en térm inos de formación del individuo, elap rend izaje (o la ense ñan za-ap rend izaje) escolar no ha puestodesde tiempo at rás demasiad o énfas is en la lecto-esc rilura y enla raci onalización, en detrimen to de procesos más globales e in­tegrados de desarro llo de las capacidades y habilid ades huma­nas" (po r qué, por ejemplo, la sensibilizaci ón corporal de hechose olvid a y limita así la maduración del infante, es decir lim itasus capaci dades co mu nica tivas co n los otros, co nsigo mismo ycon la naturaleza).

O tro terreno en donde se buscaría incidir es en el altamentepolémico del qué enseña r en términos de lecto-escrilura: ¿losmod elos que devien en de d ialecto y escritura domina n les (la" lengua" saussu reana, en es te caso lengua "nacional"), o bien,como proponen los imp ulso res de las experiencias de educa­ción popular.!" el " habla" del entorno, que quiere decir la delba rrio, del sector o de I.1 clase social a la que perten ece el alumno

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5. No qu isiera, en esta ocasión, hablar muy larga mente del cómollevara la práctica la investigación proyectada, sino decir, esencial­mente, que una vez definido y delimitado el problema, dada lanaturaleza de éste se propone que él involucre la par ticipación dediversos es pecialistas, con objeto de mantener desd e el inicio unavisión multid iscipl inaría, y que se garantice - con base en méto-

de escuela? Este, co n m ucho, es un tema que cala a fondo en lareg ión, pues dada precisamente la existencia de un mercad o dehablas d e una riqueza tan amplia, la invest igación incidiría, ne­cesariame nte, en cues tiones que implican enfrentamiento entrelengua nacional versus hab la reg ional; modo ru ral con tra modourbano de hablar y esc ribir, o bien es tra tificación social de lec­tura y escritura .

Aquí mismo, bastan te vinculado co n lo anterior, es tá el hec hode qué tecnologías de lec tura y escritura enseñar:¿genérica, co ­tidiana; o una es pecífica, que le permita al que aprende entraren relación con campos específicos del conocimien to (cienciasaplicadas, a rte, lenguajes simulados)?17

Po r último, una preocupación más en este sentido gira entorno a otra cuestión polémica propia de la escue la primaria delMéxico ac tu a l: la validez y pertinencia de los métodos utilizadospara enseñar la led o-escritura, en donde e l decreto que trató deimpo ne r al métod o global como el "oficial" para llevar a la prác­tica dicha enseñanza, se aplica só lo parcialmente, y, de hecho,cualquier investigación empírica demostraría que él se encuen­tra en desventaja frente a lo silábico y lo onomatopéyico. Eso,por un lado. Por el otro, el métod o global tendria que respondera cuestionamientas que cada vez cobran más forma, y que tie­nen qu e ver con el hecho de que frente a tina creciente iconiza ­ción de los procesos sociales de comunica ción, el método globalno sería lo más adecuado para frenar ese proceso que lleva cadavez más a los indiv iduos humanos a olvida rprec isamente a lec­tura y escritu ra .lB ¿Có mo, en fin, recuperarel interés del indiv i­d uo p or esas p rácticas, cada vez más relega d as por lacomu nicación de masas, en particular por la telev is ión?

S<_· _)C_Jf!'~!!.XQ!:s"·I,,,I;~Kl.,O:- ---,=-SERGIO(;6 ,,1'7. Mo >tlF.RO86

dos y técnicas utilizadas- la pertinencia y validez de las informa­ciones qu e darían origen a reflexiones, análisis y conclusiones.

6. De las razones que han origina do el porqué lleva r a la prácticaes ta investigación - comenza ndo desde la elaboración de unprotocolo- menciono, en conc re to, d os solicitudes pl anteadasa quien es to escribe y a las que eventualmente se pudiera d arrespuesta aplica ndo los resultados de la inves tigación, una vezque és ta se concluya.

En un caso, exis te la p reocupación de las auto ridades ed uca ­tivas del es tado de Baja Ca lifornia po r fortalecer aquellos pro­cesos que induzcan a los escola res (en genera l a todos, pero enparticu lar a los de p rimaria) a aumen ta r su interés por la p rác­tica de la lectura y de la esc ritu ra, para así fortalecer su forma­ción integral.

En otro caso, la preocu pación tien e que ve r con lo expresadopor los responsables de d iferentes d ist ritos escolares es tad uni­denses de la zo na fronteriza con México (o en aquellos en d ondeexiste un alto porcentaje d e población hispana), en el sen tido dedarle mayor efectiv idad a la ed ucac ión bilingüe, en particu laren lo que se refiere a los p rogra mas de la enseñanza de la lecto­esc rit u ra en la escuela e lemen ta l.

En ambos casos, los resultados de la investigación satisface­rían expectativas como las vinculadas a la pertinen cia y validezde objetivos y contenidos de planes y programas de enseñanza;di señ o del perfil -destrezas y habilid ades- del alumno pa rase r capaz de as imilar contenidos y obje tivos ; va lidez de textos,mater iales d idácticos y metodologías de enseñanza; precisa r elperfil del docente, y de cons iderarse convenien te su entrena­miento para manejar nuev as p ropues tas.' ? Lo anterior inscritoen dos círcu los concéntricos perfec tamente defin idos: el contex­to escuela (de qué esc uela es tamos hablando) y el contexto co­munidad (a qué agrupamiento soci al nos refer im os y cuál es elmomento histórico en que ope r.1ese agru pamiento).

Espero q ue pronto, a partir de este esbozo, pueda llegar acons trui r el pro tocolo de inves tigación de referencia.

1 jes ús-A ntonio Co Uado: Fundamentos de lingüísticat n geniral. C redos.E.'p-'''' ''' 1978, p. 212.

2 lllid.3 l/'id., pp. 2B ..214.-4 Erm ilo Abren Cómez: Arli y misterio dt' lar~ caslt'lIana, Oasis. Mé­

xico . 1969. p. 21.5 En t'l C.orgials o en el Carmides se menciona varias vec es la irn por­

tanela ele la pregunda - que sea clara, senci lla, bie n formulada-e-co moh.1SC del m étod o que. o rigina do b ásicame-nte co n Sócra tes , d a su sten toal pens amiento d el filósofo f;ril'go. PI.lIÓn: Oiálog&.oi. UNAM. México 1922.431 pp.

b Ernilia Ferreiro : 1M IJijm;. drl unalfalbeti!f.l1ltJ. Siglo XXI. México 1989. p p.9-15.

7 11ay• •11 res pec to, u na a m plísima bibl iografía , qu e se ría oc ioso citaraqn i. Valga mejor afirmar qm~ ('S necesa rio continuar el d ebate sobre eltema: ¿ l"S hoy la escuela el mejor medio pa ra tra nsmit ir el co noc im ien to;d t' ' )t1é> escm-la estarnos hablando?

ti F. Ro......i l .an dl : El II'nS'lJljt' romo tralllt'jo .1/ n mw mercedo, Mon te Ávil"Ed itores. Ve nezuela 1970. JOO pp.

9 Remito a m i cns. ,yo " Chica n ismo: esbozos p¡.tr., formular u na teo ría".ts 'forio,No. 6. l\'h~x ico. B. C. 1988. p p. 61 ..(~ .

OSe o frece u n pa no rólma m11Yco m ple to d e problemas y perspectivasen los tra bajos d e v..u-íos au tores conte nidos en el libro Oporllmidlldr:, edu­catit-as .1/ dr im't'~ tigllcián el1 111 [nmírtu, Inst itu to d <' Estudios Fron ter izosSD5U-IVC. Ca lcx ico, 1985, 173 pp.

11 El "a t:llogo publicado po r la SI:I'e n México en 19M re por ta sólo in­vcs tigacioru-s que toman e n cuen ta a 1.1n 'gi bn co mo un caso m ás. N ingu nad e 1.150 invest igacion es a ll¡ reportadas til' n e que ver, e n a pa riencia , con lalcc to-cscr ttu ra e n es ta ..ona. Un prim e r ra st reo b ibliogr áflro rea li...id o enb ibliot ecas especial iza das, t"lm ptx·o report'l ('Stllll io s sign ifka tivos pilr.t elcaso d e FUA. Só lo ta ngen cia lmcnte el terna se abord óen ('1informe de J. A.Busta ma nte: 115(1 dl'iidi.l"'ll t'!f.l'dllI1l l' idmtit/lrd mlcitlnlll, CEFNOMEX.Tijua­na, 1982. 262 pp. [mimeo] .

12 11. Zt'm mt'lma n: Conocimienín y ~Jljl'ltl:' ~)('jll lj·:'. Col mcx, México.1987. 226 pp.

13J. Derrida: 1u estructura, 1'1 ~iX 'J() y el j,¡rxo t'n rl ¡ li!iC" r~) deíu .. tírn ciushumunu«, Ana&rama. España, 1972. 75 pp_

u T. \V. Adorno: ~)llrl' lal metucriíitu dela íeoríu del cenocimiemo, MonteÁvila, Venezuela, 1970. 289 pp.

15Ros....i 1..m di : 0 1'. cit.; E. T . I la11: lu dimcn-í ún oculta, Sígfo XXI. M óxk-o

89SocIFDAIJ y 1Jl5 1ERlU

Norxs

SERGIO GóMEZ M ONltRO88

90

1983. 267 p p.; F. Davis: /.acomuninuíón noretíaí,Alianza Editori••l, España,1982, 2'i5 pp.

16 Labora to rio Educa tivo: " Lenguaje y cultura popular" en Cuvdernosd(' Ü IUOlcilÍu. No. 47, V(' nczuela .19n .

17 E. Fcrroiro: Op. CiJ., p. 143.1REncl fondo, lo qu c se di scute es có mo frena r 10"> (.'('('" t05 dcscd uca tivos

y d escscola ri zad ores de los medios colec tivos; e fec tos (lile, h.1SIa hoy. nohan pod ido se r d esvanecidos por l.• enseñanza y pe rti nencia d e la lecto­escritu ra Lt l y como ella se asume actualmente.

19 1" . ¡,.' . I L . • li dn-nso iI'1l1l, ISI(·dmt·nl e, en e trabajo \'<1 lOSO esarrollado po r Ma r-ga rua Córm-z Palac io, q tle no ha encontrado condiciones propicias pilTiIco nc retarse (SI1S p ro pues tas han s ido pu blirndas. x-n volú menes d iversos,por la SI]Jc n México]: o bien, lo qm-se d tscu tc cn J., obra ya ci tada de Fmi liaFcrrciro.

Frontera : es pacio, tiempo y postmodernidad

Para Edmu ndo Va/adés, con profundo respe­toy carirl0

Me hubiera gustado d arm e cuen ta deque en el mom ento de pon erme a hablarya me precedía una voz sin nomb re des­de hacía mu cho tiempo: me habría basta­do entonces con encade nar, proseguir lafrase, introducirme sin ser advertido ensus interst icios como si ella me hubierahecho señas quedá ndose. un mom ento,interrumpida. No habría por tanto inicio;yen lugar de ser aquel de quien procedeel di scu rso, yo sería más bien u na peque­ña laguna en el azar de su d esa rrollo, elpunto de su desaparic ión posible.Michel Fou caul t: El orden del discu rso

1. En el terreno siem pre ard uo y difícil de las definici ones entom o al es tud io del objeto literari o, las cosas parecieran compli­ca rse un poco más cu ando se hace referen cia a lo nu evo, a aque­llo que surge o ha surgido recie ntem ente. Tal parece se r el casohoy de lo que se conoce, o comienza a conocerse, como litera turade frontera. Allí , hoy, la polémica tiende a ser cada vez más u natarea desgastante, en donde el obje to central de la misma seríala descalificación del otro, po r el puro y sim ple hecho de ser el"otro" .

Tra tando de sa lva r los escollos de la d iscusión biza ntina o delseñalamiento personalizado, lo qu e aquí se in tentará es conti­nuar manifes tando una preocupación que des de tiem po atrásconsideramos vá lida: en q ué condiciones sociohistóricas se ge­nera hoy la producción literaria de la frontera norte de Méxicoy cuáles so n las ca racterísticas primordiales de los productosgenerados.

En esta ocasi ón, la idea central giraría en tomo a reflexionarsobre las co nce pciones que en términos de marco conceptual seha elaborado para ubicar allí, histó rica mente, por un lado la re ­gió n en sí y por el otro, d e manera más específica, la literatura.

2. En tal sen tido, en principio, se consid era necesario hablar so­meramente sobre dos conceptos eje - en tanto le im ponen a laregi ón di ferencias sus tanciales respecto a o tras regi ones - vin­culados con la cuestión frontera (superfluo aclarar que aquí seha bla de frontera norte del país). Uno, espacio. Dos, tiempo. Así,el espacio se desdoble, y por un lado tiene que ver con geografíay por el o tro con la historia.

De tal fo rma, en términos de geografía a la frontera norte deMéxico hay qu e identificarla cada vez más co mo un ecosis temasustan tivamente di ferent e a los o tros d os ecosis temas qu e do­minan en el país. La región desértica de aridoaméri ca - dondese ubica la frontera - es radicalmente otra res pec to a las mesetascentrales del país y al trópico húmedo que p redomina en el su­reste.

De allí parte una siguien te premisa que pone énfasis en quelos pue blos qu e se asientan en un determinado ecosis tema ge­neran po r necesidad cu lturas aco rdes a las caracterís ticas de eseentorno ambiental, y desde alli se manifiestan corno culturasd iferentes.r N o es gratuito, pues, hab lar de desierto, si esto define la con­

I crec í ón de la di ferencia: se habl a, as í, de d iferente na turaleza yI .

'( , por lo tanto de puebl os d iferentes con culturas diferenciadas.

)

L1. fronter~, por tanto, e: ese~cialmente di feren te a otras regio-nes del pals. Y ello, en SI, es d iferente sobre tod o si se le analiza

. horizontalmente: en tér minos de pa isaje, po r ejem plo, el es te essustancialmente d iferente al oeste, ent re o tras cosas porqu eaqué l está más cerca del Trópico de Cáncer.

Asimismo la frontera, his tóricam ente hablando, cobra singu­lar im portancia no sólo po r el principio de alteridad q ue es pro­pio y común de todo límite -Emily H ícks.! al ha bla r deborderizaci ón, resalta la importancia de la alteridad - , s ino que

para el caso de la frontera norte del país esa singularid ad seincrementa pu es ello es un límite siempre en pe ligro, o s i sequiere es un límite en tensión continua en donde la presenciaavasallante de los Estados Unidos es para México una es padade Darnocles desde tiempo atrás.

Esaalteridad en tensión es la característica que también des­de tiempo atrás obliga a que a la región se le considere comozona es tratég ica para la naci6n: aqu í, en donde co mienza la di ­ferencia . se conv ierte en priori tario el man tener vigen te esa di ­ferencia - y a contrapa rte la unidad nacional- , y po r ello y paraello aquí se dan una serie de acciones diversas encaminadas amantener viva la alteridad, incluyendo, cla ro, las cu estiones dedifusión de un arte denominado nacíonal .I Se dice, así, que envi rtud del espacio geográfico que ocu pa, la frontera es un espa­cio estratégico tanto para México co mo para Estados U nidos.

El co ncep to de tiempo, aquí, tiene que ver co n la manera enque Attali vincula tiempo e histor ia, haciendo ver, entre o trascosas, có mo cambia un mi smo es pacio físico no sólo en relaciónco n las transformaciones materiales qu e sufre, s ino en fun cióntambién, di gam os, de las tareas sociales que en él, en ese espaciofís ico, se desempeñan.

De es ta manera, más allá de las transformacion es básicas se ­ña ladas por Attal i - el tiempo de los Dioses, el tiempo de losagrado, el tiempo de los cuerpos, tiem po rural y tiempo urba­no, y el tiem po cro nometrado- , el tiempo es importan te parael caso de la fro ntera, para establecer a partir de él, mínimo, dosprincipios . Uno, la alterida d qu e aquí se co nc reta establece unadiferencia: el tiempo de los cambios sociales que se registranaquí (en es te caso, mi afirmación se restringe a la frontera Mé­xico) es diferen te al tiempo de los cambios q ue se registran eno tras partes del país: es aquí, en los tiempos d iferentes qu e uti­liza n los cam bios para darse, en donde hoy, en los hechos, lad escentralización es manifies ta, incon tenible. Dos, la alteridada la vez qu e es t á marcada por la borderizaci ón, está ma rcadatambién, en térmi nos de tiempo, por una dinámica sing ular:eltiempo presente "corre" más rápido que el pasado" y ello va a

93SCx..1F:I)AO y DI31ERlUSERGIO GóMEZ M ONTERO92

A pesa r d e lo anterior, reconozco que hasta hoy tal co ncep­ción es la que ejerce mayor peso y más ex tendida se encuentracomo forma de explicación de los fenómenos culturales que segeneran en la región.

La segunda concepción a la que voy a hacer referencia es qui­zá menos orgánica y sistematizada que la anterior, pero ella tie­ne importancia porque recupera un elemento altamente valiosoen tér m inos de aná lisis de lo social. y que de hecho hasta rec ien­temen te ha bia sido pasado por a lto . De es ta forma, dicha co n­cepción] al reconocer a la alteridad pone énfas is en dos manerasd iferentes de concebir al mundo a partir del lado de la fronteraen que uno se ubique. Así, la idea weberiana del espírit u pro­testan te -prag matismo - que caracteriza al capitalismo, sedesvanece a l enfrentarse a otra visión del mundo - que dominadel lado mexicano- definitivam ente fund ada en va lores diver­sos, que por tanto da origen a formas de actuar, de ser, de con­cebir a la vida de otra manera radicalmente diferent e. As í,afirman los sostenedores de es ta teoría, que el fronterizo - unser que v ive indistintamente en dos mun dos sociales - es uno(pragmático, m a neta rizado, consumista, absorbido po r e l nme­ricall ll'ay oJliJe) cuando ha bita y vive en Estados Unid os y o trom uy d iferent e (bohem io, irónico, desmadroso, inrnedia tis ta, es­pon táneo) cuando vive y habita en México . El primero fu nda­mentalmente anglo o so metido al p ragmatismo cap ita lista . Elsegundo, precisamente, más hech o alas modos de v ida que ca­racterizan, según los autores, a los mexica nos.f All í, la fronteradivide tangencial men te y conforma así dos m undos p rofu nda­ment e diferenciados el uno del otro. Diferentes, nu nca inferioresel uno o el otro .

Un análisis de ten ido de es ta concepción señalaría qu izá larigid ez de la propuesta, en donde al desvanecerse e l ecotono seanula la porosidad de la frontera y la ma rcad a simbiosis que, enla realidad , aq u í se da: relación des igual y desequilibrada la q ueen todos sentidos y en todos los terrenos se manifiesta; perore lación al fin, y por tanto interpretación, in te rca m bio e influen­cia mutua. ¿O se dice, por ejemplo, que lo hispano invade ya

...

SERGIO C:~~fEZ M ON"rERO

influ ir d et errninan tem ente en la manera en que hoy se concibea la frontera co mo espacio sociohistárico en donde se generauna literatura específica.

3. Mas es en el interior de los conce p tos eje líempo y espaciodonde se ubican y se desenvuelven las concepciones primordia­les q ue hablan de la fro n tera como espacio soc iohistórico endonde se genera a su vez una literatura es pecífica.

En esta ocas ión, menciono tres ejemplos para mí paradigmá­ticos y me detengo en particu lar en uno de ellos (aclaro , desd eaquí , que esas tres concepciones, que pueden ser primordi ales,no agotan el abanico existente a l respecto}."

Al princip io, hablaría de una concepció n altament e sincreti­zada aunque no por ello necesariamente ecléctica que pone én­fasis en e l impacto e influencia de las culturas prehispánicasmesoamericanas como base de conformació n de la cultura es­pecífica q ue se genera en la frontera. La alte ridad se concibe as í,básicamente, como una res istencia en donde para so brevivir alo anglo, el "o tro" - el habitante d e frontera: mexicano o de o r í­gen mexicano - acced e a y utiliza "su" cultura, que no es, enesencia, sino la cultura de los pueblos indígenas precolombinosmesoamericanos. Una cultura, claro, reciclada, pero que no haperd ido su raíz.

Como el es pacio no permite ex tenderse mucho en esta expo ­sición, diré que la concepció n mencionada encuentra en el librode Oc tav io Paz El laberinto de la soledad" una expresió n acaba da,sis tem ática, sóli da, pero que no logra -al menos desde mi pun­to de v ista- superar tres limita ntes. Una, olv ida e l incorporarala cultura de frontera los rasgos y elementos soc ioculturales quegene ra el espacio geográíi co específico . Dos, es una concepciónest ática, pues en ella. e l tiempo, la dialéctica, se encuentran des ­van ecid os y no parecieran cumplir ninguna función.Tres, olvi­da la plu ricu ltu ridad , y Sil concepci ón de la frontera se convierteasí en una conce pció n c tnocen tr ista que, insisto, no o torga nin­gún peso a las cultura s generadas en el ámbito geográfico espe­cííico dc lafrontera.

SocTE I>A() y lJl:5lERTO 95

silenciosamente el terri torio anglo, en particular aquí, en la fro n­tera?

En una tercera concepción de frontera me quiero detener, porser ella, creo, la más actual, cargada de implicaciones y sugeren­cias.

4. La lectura de la reali dad contemporánea exije hoy un esfuerzoadic ional para decodifica r los mensajes que ella conforma coti­dianamente. Hay que dar una serie de pasos para acercarse a loconcreto a través de la abstracción. Deja r de lado paradigmasríg idos y ortodoxos, para co menzar a trabajar con nuevas pro­p ues tas teóricas obsesionadas no po r hacer luz y pontificar (asise construyen los dogmas) sino, esencialmente, lanzar propues­tas que permítan ampliar el campo de trabajo vinculado con laabstracci ón, En el fondo de la concepción más reciente sobre lafro ntera? son va rias las preocupaciones que subyace n en susplantea s. Una de las menos explicitas es precisamente la men­cionada: se aporta no para dogmatiza r sino para ofrecer nu evoselementos para la d iscusión . Precisamente por ello su propuestaco nvoca al análisis y a la reflexión.

De esta manera, destaco que a pesar de no hacerlo ex plícito,la prop uesta de Gómez-Peñ a, Hicks y Polkinhorn se ubica en elter reno de la post modernidad, como trat aré de mostrar en laparte conclusiva de este escrito . De momento, di gamos q ue esen cuatro eleme ntos -desde mi punto de vista- en d onde po­nen énfasis nuestros au tores, para así da rle concreción a su pro­

puesta.Un o, el concepto eje es la borderización (o fronteri zación) e,:,

donde el límite no marca diferencias, s ino que crea un espacioextendido que rebasa el limi te y crea su propia, caracterí stica zo­na de influ encia.Tomo prestado aquí de la ecología un co ncep topara referirme a esa zona: el ecotono;' ? implica que al tocarsedos sistemas se crea entre ellos una zona de influencia en donde,ordenadament e. se intercambian informaciones. si ncretis moque o rigi na así una zo na diferente a las q ue originaron el ecoto ­no. La fron tera de qu e aquí hablamos. es una zona de ec otono

96 SERGIO GóMFZ M ONTERO SocIEDAD y DESIERTO

que se extiende hacia el norte de Estados Unidos (¿Los Ángelesno es acaso frontera?) y hacia el sur en el caso de México (LaPaz,así, sería también frontera). Esto nos lleva a calificar esta zona deecotono co mo una zona sagrada'! que genera su propia vida di­ferencia da de la cotidiana. Tal sacral ización justifica la acción ysingulariza , así, al obje to artístico producido en tal zona.

Aquí, tanto yo como los autores mencionados nos referimosbásicamente a la literatura, y por eso en ello ponemos énfasis.Es d ecir, quizá no sea válido extender esta propuesta para abor­dar ya no se diga otros campos del quehacer humano [la econo­mía, la política), sino que es difícil también aplicarla a airasprácticas artisticas. Por eso, el segundo elemento que manejaes ta propuesta tiene que ver co n la intertextualidad como ba sede expresión de su discurso: poesía visual; iconización del ob­jeto literario (bien sea libro o revista); mezcla y sincretizaci ón devideo, gesto, texto y música; recuperación de la literatura oral,entre otros rasgos, es larían concretando la intertexlualidad deque habla esta propuesta.

U n siguiente elemento es el vanguard ismo: resistencia y re­chazo a lo lrad icional y planteo continuo de opciones que bu s­can renovar la producción de objetos arlísticos . Así, lo nuevo, lodi ferente, se establece como parad igma y como necesidad . Loque sucede es que no siempre lo producido en la frontera formaparte de la vangu ardia, aunque tal haya sido la intención delautor. O tros autores, sin proponérselo, encuentran ubicados susprod uctos en dich a vanguardia. Quizá porque la vanguardi a ensí es contradicción12 y por 10 tan to es difícil, casi im posible, d e­finirla, limitarla , po ne rle etiquetas .

Por ú ltimo, en es ta s.n tesis apretada, el bili ngüismo-bicultu­ralismof-'es otro elemento eje de importancia significativa. Ha yque concebirlo no só lo como una mezcla simple de hablas ycomportam ien tos, sino como el surg im iento de actitudes y 11..1­bias nuev as generadas porel ecotono y su carác ter sacra lizn dor,cuya esencia, insisto, es un intercambio complejo de cu lturasqu e estarían generando una cultura nueva: la cultura de fren te­ra, caracterizada por la intertextualidad, el vanguard ismo y l••

sincretización. De hecho, hay una interrelaci6n y retroalimenta­ción es trecho s entre los elementos que in tegran a la propuesta.

5. Fin de sigl o. Fin de milenio. Incremento, ¿na tu ral?, de refle­xiones alrededor del quehacer humano. Allí, en ese entorno, seubican, en parte, las propuestas referidas a la postmoderni­dad.l! Más a fondo, ha y quienes creemo s que la postmoderni­dad no es sino manifestaci6n de una sociedad que se vuelvecada vez más compleja en su accionar cotidiano, y que ello hallevado al pensamiento, a la reflexi ón, a renovarse de continuo;a pasar, como la realidad toda, de una crisis a otra .

Recuperando aquí las categorías tiempo y espacio utilizadasen la primera parte de es te escrito, bien se pued e decir que lafrontera concebida como una zona sacralizada orig ina, por tan­to, su vida propia y singular;es decir, crea su es pacio y su tiem­po p ro pios, a lo s que aquí carac te rizare mos co m oaparentemente postmodernos,15 en una síntes is de conceptos ysupuestos que algún d ía quisiéra mos ampliar.

De es ta manera, tiempo y espacio fronterizos y postmod er­nos cobran dos dimensiones. Una de carácter teórico y otra decarácter material.

Por o tro lado - en la parte teórica-la modernidad (fines delsiglo XIX hasta fines del xx, década de los oche ntas) generó fu­turismo, es tructuralismo y negatividad ilustrada. Ello condujoa la post mod ernidad, cuyo di scurso teórico tiene que ver, enesencia , con postestructuralismo (de Fou cault, a Derrida, a Lyo­tard), agnosticismo anarquizante nietszcheano (de Man y Viri ­lo) y crisis del marxismo académico (la lucid ez en crisis deHabermas). En la cuestión material, en la mod ernidad cobraronauge la urbanización macrocefálica, el consumi smo, la globali­zaci ón de la vida diari a y la tecnologización d e la producción.Hoy la postmoderni dad señala la cri sis del Estado-naci ón (y delEstado mismo); tenden cias que dan prioridad a la vida natural,a la artesanía y al res urgimiento del tru eque co mo opción dein tercambio (teñido todo ello de un intenso matiz neoconserva­dor).

Ubi cado en los extremos - mod ern idad y postmod ernidadcomo sistemas límite-, el eco tono fronterizo (reitero su sacra­lización) da origen a una vida otra, di ferenciada, inclinarla, sí,hacia la post modernidad pero recip ien daria aún de rasgos mo­dernistas. Por eso, aquí el discu rso d e la modernidad suena gas­ta do, insuficiente para acudir a la comprensión de la realidadcontemporánea. Mas tampoco la postmodernidad - evanes­cent e, fugaz- pareciera cu mpli r con el objetivo de ayudar a lacomprensi6n plena de la vida cotid iana de la región. ¿Será queella no es explicable, comprens ible, y de allí su postmoderni­dad ?

La pregunta - como aquí ha tratado de reseñarse- se estácontestando desde tiempo atrás.

99sooroxo y OF.SIERTOSERGIO GóMF.Z MONTERO98

1Emily l l ícks : "Deterritorializa tion and borderwrintig" en Varios:Me­moria dl'l Primer Encuenlro dI' Escritores lh las Üllifomias OAC-BC. México.1987, pp. 80-89.

2 La profunda contradicció n que se genera entre el carácter es tratégicode la región y las tendencias centralistas ha sta hoy predominantes. es unacu es ti ón sobre la cual apenas se comienza a re flexio nar, pero cuya impor­tancia aumentarolidianamente. Son escasos los es tu d ios especíñcos de talproblemáti ca y po r 10común ponen énfasis en cuestiones vinculadas a laeconomía y muy poco a la cultura. Esetema Jo abordo con m ás dcten imicn­lo en mi escrito " Pa ra con..stru ir las culturas regi onales" en Cultura norte,No. 9, I'CF. México, 1989, pp. 27-29.

3 J. Al\.lli : I/islorias del tíempe, FCF. Méx ico, 1985, 'lB7 pp.4 Esto tiene que ver con algo que señala Lévi-Stra uss en varias de sus

obras: las pri meras sociedades humana s. en términos de cambio. se vendominadas po r la s incronía; las actuales por la d iacronía, y ello hace queen las pri meras los ca mbios sea n menos sensibles, en tanto que en las se­gundas sucedan acelerada men te. .....mien lras que las sociedades lla madasprimitivas se bañan en un fluido h istórico al cual se es fue rzan por perma­necer impermeables. nuest ras soc iedades int cricrizan, va lga la expresión.la historia para convertirla en el motor de Sil desarrollo" : C. Lévi-Stra uss:Artt'.IPnguajt, etnologia.Siglo XXI, México. 1971. p. 34.

5 Mencion o aqu í, tan sól o, nombres : Tino Vi11anueva, Rodolfo Acuna,Tomá s Ybarra-Frausto, Da vid Macicl, y en particu lar el trabajo de ManuelValcnzuela sobre su bcnl turas fro nterizas .

6 O . Paz : El Iuberíníc de la soledad. FCE" México, 19(>4. 176 pp. Ver, enparticul ar , " El pachuco y otro s extremos". pp. 9-24; en ese ensayo. apareceya expresa, aunque no totalmente desarrollad a, la di cotomía pragmalis­mo¡ id ('al i.d~d, qu e se rá ~t~mada~por Careta N(~ñez.y_Aguil~r. .

Ver básicame nte el librito de Fcmando García Núfiezy Ricardo Agu ..la r Mclan tzo n: í s froníera:letra y risa, UAq, México, 1988. 48 pp.

8 " 1.0 mexican o incluirla u na visión de la vida arra igada .en el pasadomás que en el futuro , cimentada en la fru ici ón y no en lo u tilita rio, o rien­tada ha cia los ideales del cat ol icismo medieval y no hacia las d udas orig i­nadas por la R('form.,". lbid., p. 4.

9 A(llIí Iundamcntalmcntc me baso en tres textos:G .Gómez-Peña:"Do­cu mentado/ Ind ocumentado" , en Memoriasdel f.ncuf7J írode LiteraturadelasFronteras, JCBC, México, 1989, pp. :187-397 . E. J licks: op. cií., Y 1/. PoJkin­horn , "Ala mbrada : hacia una teoría de Id C'SOitUTa fro nteriza", en Vari os:LA linea: ~nsayO$ ~obu IiIrratura fronteri:a Mhico-Nort~americana,

UAIlC/SDSU, México, 1988, pp. 29-36.

IO"U 1 Ira . . • d •n C("() ono es una 0 51('100 en tre os o mas comunida des d iversasromo, po r ejemplo. entre bosque y pradera o entre una co munida d marinade fond o blando y a ira de fondo d uro. Es una zo na de unión o cin turón detensión qu e podrá tener acaso una extens ión lineal cons idera ble, pero esmás angosta, en tod o caso, que la áreas de las comunidades adyacentesmism as. l.a comunidad eco tonal suele contener muchos de los organismosde rada u na d e las co m u nid ades que se e ntrecortan y, ad emás, organismosque so n ca rac terísticos del ecot ono y que a men udo están co nfinados enél. Con frecuencia , tant o el número de es pecies romo la densid ad d e po­blación de algu na de ellas son mayores en el cco tono CJue en las romuni­dades que lo bordea n. La tend encia hacia una diversidad y una densidada u men tadas en las u niones de co m u nid ades se d es igna co mo el 'ftelo delbord,.'" [subrayado en el origina l): E. P. Odum: Ecologia. ln teramerica na,México. 1984 , p. 174. Vale la pE'na señalar qu e. en la actualidad , ~f~cto dd

llOrdr se" conoce cada vez más romo efecto defrontera.11 1.0 sa grado seria. en sentido laxo. 10 no rotid iano, cu ya textu ra alterna

o cuya función extra ña generarla 11n producto.un terri to rio. u na zona pro­hibida o lim itada (má gica en sentido es tricto], ritual. ceremonial, distinta.No soy e1primero que ma ne ja es ta idea; en mayo de 1989. el antro pó logorncxjca no-nortea mcricano David Ca rrasco planteó tal id ea. ('TI su d iserta­ción romo ponente principa l de la Co nferencia " Faldar fronterizo: unavisi ón pano r ámi ca" .

12En un am plio arco de posibilidades, que corren lo m ism o de Benjamína Adorno. de Sollcrs a Maia kovsky, de Sanguinelli a Paz. yo me quedo,pa ra el ( .;\!'O de es te escrito, con estas palab ras de Tinia nov referidas a lavan guard ia: "La noción funda mental de la evolución literaria.Ta de sueti­tuti ón de sist ema s, y el probl ema de Jas trad iciones deben de se r reco ns i­derad os desde o tros puntos de vista " (subrayado del au tor], en Varios :romrali~moY¡'cmguardia, Co mu nicación, España, 1970, p. 113. De hech o, enel fondo de tod o vang uar di sm o subyace la " sus ti tuc ión" romo mot or-quedin11miza ~1 fenóm eno, y en eso es en lo que aqu ¡ se po ne énfas is.

Habría que extend er ya ahora - sohre tod o en el in terior de la pos­tmod r-rnidad-c- el bílingfi ísmo- blcu huralismo a un territorio cada vez máscom plejo pero cada vez más rea l en términos de zo na fro nteriza (en es pe­cíñco de 1., zo na fron teriza de que hablamos): un po lilingiiismo impresi o­nan te, CJue de ma ne ra acelerada f'sW produciendo una polilingua roneleme ntos provenientes del ingl és.español y variantes d iversas dí' lenguasorientales (además. en el in terio r de cada lengua habría que mencio nar laexistencia y ma n ifes taci ón de va ria ntes di alectales ]. Si bien ha sta hoy elbarrio marra front eras, no pa reciera ser remoto el 'l Ile un d ía es.as fronterasdesaparecieran 10 m ismo en l.os Ángeles y San Diego, qu e en Tijua na yMc xk-ali .

14Cito. en tre una b ibliografía que se ex tiende cada vez m.ls, los lib ros

100

NafAS

SERGIOCóMEZ MONITRO 5cx:1FDAD YOESIERTO 101

q ue considero más rel eva nt es : V. Burgin: Ore end o/ arllheory. Huma nitiesPress Intcrna tional, ~-UA, 1986, 221 pp.; Ch . Newma n: 11Jt post-modern aura,Northwes tcrn Un ívcraíty Press , EVA, 1985, 203 pp.; P. Portoghesi: Posímo­dem, Rizz oli, EVA, 1988, 300 pp.; Iltn, Read" No. 34, july/ a ug 1989, EVA;B. Wallis (N.): Art sftermodernism:rethinking representatíon, The Ncw Mu­se um of Contcmpora ry Art, EUA. 1984, 461 pp.

15 La frontera, romo ecotono, seria una isla en el interior del pos tmo­dcmismo: és te, hoy. daría origen precisam ente a los cco tonos. A su vez.no hay (JuC' olv idar que en buena medida. en tanto vinculad a a la co tid ia­n id ad hcgc rnon iza n te. Ia postmodcrnidad no es rom p im ien to sino coe u­nufdad, y por ta nt o, co nlleva so metim ien to y/o rec iclamien to de la moda .

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102 SERGIO GóMEZ MomeRO

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACI ONAL

RectoraMa gdalena Gómez Rivera

Secretario Académ icoSergio Solfa Santacruz

Secretorio Adm inistrativoCarlos Hernández Rodrígu ez

Directora de Difusióny Extensión UniversitariaRebeca Reynoso Angula

LOS CUADERNOS DEL ACORDEÓN

Diseño ) ' coordi nación de la colecciónMarcela Ca mpos Aguil ar

Edi ciónMaría Eugenia Hernández y Ángel Miquel

Diseño de portadoRayo de Lourdes Guillén Cas trillo