Globalización y teoría de los movimientos sociales...

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1 Globalización y teoría de los movimientos sociales: Apuntes metodológicos para comprender el nuevo ciclo de movilización. Por Alejandro Medici (U.N.L.P) . Abstract: En el presente trabajo partiendo de una definición preliminar de los denominados movimientos antiglobalización a problematizar (1) , analizamos las potencialidades explicativas y los límites de los referentes teóricos acerca de los movimientos sociales, específicamente el “consenso teórico” de los 90 (Estructura de Oportunidades Políticas (EOP) -Marcos de encuadramiento cultural) (2) y la teoría de los Nuevos Movimientos Sociales (NMS) (3) a la hora de comprender los procesos de surgimiento de movimientos y redes sociales transnacionales . Analizamos las definiciones dadas por los propios intelectuales ligados a este ciclo de movilización y proponemos una clasificación de sus principales tendencias. (4) Finalmente, esbozamos unas indicaciones metodológicas que van más allá del instrumental teórico mencionado para comprender el actual ciclo de movilización social vinculado a la globalización (5). Doctor en Derechos Humanos y Desarrollo y Especialista en Investigación Social Participativa. Universidad Pablo de Olavide. Sevilla. Master en Teorías Críticas del Derecho y la Democracia en Iberoamérica. Universidad Internacional de Andalucía. Profesor Adjunto de Derecho Político. Universidad Nacional de La Plata.

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Globalización y teoría de los movimientos sociales: Apuntesmetodológicos para comprender el nuevo ciclo de movilización.

Por Alejandro Medici (U.N.L.P) .

Abstract:

En el presente trabajo partiendo de una definición preliminar de los denominadosmovimientos antiglobalización a problematizar (1) , analizamos las

potencialidades explicativas y los límites de los referentes teóricos acerca de losmovimientos sociales, específicamente el “consenso teórico” de los 90

(Estructura de Oportunidades Políticas (EOP) -Marcos de encuadramientocultural) (2) y la teoría de los Nuevos Movimientos Sociales (NMS) (3) a la hora de

comprender los procesos de surgimiento de movimientos y redes socialestransnacionales .

Analizamos las definiciones dadas por los propios intelectuales ligados a esteciclo de movilización y proponemos una clasificación de sus principales

tendencias. (4) Finalmente, esbozamos unas indicaciones metodológicas que vanmás allá del instrumental teórico mencionado para comprender el actual ciclo de

movilización social vinculado a la globalización (5).

Doctor en Derechos Humanos y Desarrollo y Especialista en Investigación Social Participativa. Universidad Pablo de Olavide. Sevilla.

Master en Teorías Críticas del Derecho y la Democracia en Iberoamérica. Universidad Internacional de Andalucía.

Profesor Adjunto de Derecho Político. Universidad Nacional de La Plata.

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Globalización y teoría de los movimientos sociales. Apuntes metodológicos paracomprender el actual ciclo de movilización social.

1. La teoría de los movimientos sociales como caja de herramientas.En este trabajo, intentaremos hacer una aproximación a los llamados movimientosantiglobalización, echando mano de distintas vertientes de la teoría de los movimientos socialesy de las herramientas de comprensión que ella pueda proveernos para el análisis.

Estas teorías suponen enfoques diversos para iluminar a los movimientos sociales, pero de lasmismas escogemos, (de forma no exhaustiva ni intensiva), un conjunto que creemos, utilizadocon las precauciones, matices y críticas que en cada caso estableceremos, pueden servir comoherramientas para aproximarnos, en los capítulos siguientes, a las principales características delos movimientos críticos de la globalización, sus prácticas, y las alternativas que impulsan,partiendo de una noción básica previa que trataremos de ir complejizando.

En esa tarea, intentaremos recurrir a ejemplos tomados del campo de la “antiglobalización”,para ir ubicando este fenómeno en el ancho escenario de la teoría de los movimientos sociales.

Dicho escenario, ha tenido como protagonistas principales en las dos últimas décadas a los“nuevos” movimientos. Pero, pese a la relativa novedad que en una mirada superficial despiertala cuestión de estos “nuevos movimientos sociales”, la teoría social, en tanto que teoríaproducida en y frente a un contexto social, siempre ha intentado comprender y explicar esosmomentos en que “con la disolución de los vínculos sociales y las identidades tradicionalesquedan libres fuerzas que pueden ponerse en movimiento”.1 En realidad, la problematizaciónde los movimientos sociales ha estado en la base del desarrollo de las ciencias sociales y susperíodos de movilización, productividad y expansión en el siglo XIX (1830-1840), (1880-1890)han provocado ciclos de atención y diferenciación de disciplinas: economía, sociología,psicología de masas.

Con el desarrollo de las luchas de clases del período de entre guerras, el surgimiento delbolchevismo y el nazifascismo, los movimientos sociales fueron analizados desde el punto devista de las teorías conductistas y el estructural funcionalismo, como formas de masificación yconducta colectiva irracional que entrañaban un peligro para la democracia liberal.

En los años 60, el movimiento de los derechos civiles, el pacifismo en contra de la guerra deVietnam y los movimientos estudiantiles en Estados Unidos y Europa, desmintieron a las teoríasdel fin de las ideologías (Bell, Lipset), y desde entonces, los llamados “nuevos” movimientossociales han provocado una nueva oleada de reflexión en la teoría social.

Por lo tanto, vistas las cosas en una perspectiva de largo plazo, no sólo cabe resaltar que losmovimientos sociales han sido generadores de cambio social, sino también determinantes deldesarrollo de la teoría social, y en no menor medida factores de innovación cultural. Si biensometidos a fluctuaciones y ciclos en la movilización, constituyen un fenómeno normal y noexcepcional, en las sociedades modernas.

1Riechmann, Jorge y Fernández Buey, Francisco. Redes que dan libertad. Introducción a los nuevos movimientos

sociales. Paidós.1995. pg.12.

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Actualmente, pareciera que estamos ante la emergencia de un nuevo ciclo de movilización,protagonizado por un campo de articulación de movimientos sociales críticos a los que erróneao apresuradamente se ha calificado como “antiglobalización”. De modo que este campo demovimientos “antiglobalización”, está generando un nuevo ciclo de atención teórica sobre el queestamos dando los primeros pasos. Por eso pensamos que vale la pena empezar a pensar enqué medida los desarrollos teóricos de los que disponemos pueden darnos indicios básicos enese trabajo, así como qué aspectos ya no se adecuan a la realidad de la globalización y losantagonismos sociales que ella genera, o sobre los cuales actúa.

Una definición más extensa, y que contiene claramente elementos de diferenciación de losmovimientos en relación a otras fuerzas sociales de las que constituyen sólo un tipo, es la de lacientista social brasileña María Da Gloria Gohn: “Movimientos sociales son accionessociopolíticas construidas por actores sociales pertenecientes a diferentes clases y categoríassociales, articuladas en ciertos escenarios de la coyuntura socioeconómica y política de unpaís, creando un campo político de fuerza social en la sociedad civil. Las acciones seestructuran a partir de repertorios creados sobre temas y problemas en conflictos, litigios, ydisputas vivenciadas por el grupo en la sociedad. Las acciones desarrollan un proceso social ypolítico- cultural que crea una identidad colectiva para el movimiento, a partir de los intereses encomún. Esta identidad es amalgamada por la fuerza del principio de solidaridad y construida apartir de la base referencial de valores culturales y políticos compartidos por el grupo, enespacios colectivos no institucionalizados”2 .

Los movimientos generan una serie de innovaciones observables en los períodos de media ylarga duración en las esferas pública (estatal y no estatal) y privada; participan directa oindirectamente de la lucha política de un país, y contribuyen para el desarrollo y latransformación de la sociedad civil y política.

Los movimientos participan, por lo tanto, del cambio socio-histórico y el carácter de lastransformaciones generadas podrá ser tanto progresista como conservador o reaccionario,dependiendo de las fuerzas sociopolíticas a las que están articulados y de los proyectospolíticos que construyen con sus acciones. Ellos tienen como base de sustentación entidades yorganizaciones de la sociedad civil y política, con agendas de actuación construidas en torno ademandas socioeconómicas o político culturales que abarcan las problemáticas conflictivas dela sociedad en la que actúan.

Este concepto, bastante minucioso y extenso, nos permite, como dijimos, diferenciar a losmovimientos sociales de otras fuerzas sociales, empezando por los grupos de interés. Interesescomunes de un grupo son un componente necesario pero no suficiente para caracterizar unmovimiento social. Los movimientos son colectivos sociales y tienen o construyen unaidentidad en común, sea por la afirmación de la diferencia (ser negro, ser mujer, ser indígena oser homosexual, por ejemplo), o por medio de la afirmación de carencias (no tener techo, tierra,trabajo, etc.). Todas estas características califican a los miembros de un grupo y les danobjetivos comunes para la acción. Hay una realidad en común, anterior a la aglutinación de susintereses. Las innovaciones culturales, económicas que vienen a generar parten de unsubstrato común que poseen.

Otra diferenciación importante es la que hay que hacer entre los movimientos sociales y lasinstituciones y organizaciones sociales. En tanto los movimientos se expresan en función de

2Gohn, María Da Gloria. Teorias dos movimentos sociais. Paradigmas clássicos e contemporáneos. Eds. Loyola.

1997. pgs. 251/252.

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unos procesos de identificación desde aspiraciones, necesidades, valores, que son conflictivosfrente a la autoridad, ellos siempre exceden las formas convencionales o institucionalizadas dela acción colectiva. Los teóricos de la estructura de oportunidades política (EOP) como Tilly oTarrow sugieren que los movimientos “modernos” serían la contraparte no institucionalizada delos partidos, asociaciones, etc., habiendo surgido en el siglo XIX con la ampliación del campopropio de la política que supuso la consolidación del estado nacional. Ello no significa que unmovimiento social no tenga organizaciones, de hecho, existe una estrecha asociación entre losmovimientos y las ONG. Pero, los movimientos van más allá de su condensación enorganizaciones. Cuando un movimiento se institucionaliza totalmente, se reduce aorganizaciones y/o instituciones y sus formas de acción colectiva se hacen convencionales,deja de ser un movimiento social, deja de existir en cuanto tal y pasa a ser otro tipo de fuerzasocial. Por lo tanto, puede haber ONG que formen parte o no de un movimiento, y movimientosque incluyan en sus redes ONG, o no.

Por eso, es necesario tener en cuenta que si bien un movimiento social puede tener tantoorganizaciones como prácticas convencionales, debe, al mismo tiempo, trascenderlasexpresando un malestar cultural y social, una corriente de opinión crítica y contestataria frente aun conflicto social abierto, y utilizar formas de acción colectiva disruptivas. Generalmente, losmovimientos sociales expresan, por un lado, un compromiso entre la espontaneidad, laparticipación horizontal y la formación de organizaciones, y por otro, una división del trabajoimplícita o inconsciente para los miembros del movimiento entre la acción colectiva disruptiva yla convencional, pero que están orientadas ambas al conflicto social, cultural y/o político quemarca la identidad del movimiento. En la forma de resolver esa tensión entre espontaneidad yorganización, y entre trasgresión y normalidad, radica su capacidad de innovación social ycultural.

Una tercera diferenciación debe ser hecha entre modos de acción colectiva y el movimientosocial propiamente dicho. Una protesta, rebelión, manifestación, etc., pueden o no serestrategias de un movimiento social, pero no se confunden con éste.3

Estos actores sociales expresan necesidades y aspiraciones valoradas que se producen nosolamente en las relaciones sociales de producción, sino en tramas de relaciones yantagonismos sociales tan múltiples y complejos como las sociedades mismas que lasalbergan. Al mismo tiempo, la experiencia grupal de compartir luchas en función de valoressociales comunes a partir de la injusticia4, es un factor fundamental para los procesos deidentificación de los movimientos sociales.

Esta perspectiva es importante porque subraya algunas características del concepto que nosinteresa destacar: En primer lugar, movimiento social se refiere a la acción de las personas enla historia. Esta acción envuelve un hacer –por medio de un conjunto de procedimientos- y unpensar –por medio de un conjunto de ideas que motivan y dan fundamento a la acción-. Setrata, por lo tanto de una praxis.5 En el curso de la misma, los movimientos por una parteenmarcan culturalmente sus prácticas sociales, es decir, su identidad, reivindicaciones yaspiraciones y sus estrategias, en la cultura que les sirve de contexto, negociando susubjetividad social entre identificación y diferencia. Por otra parte, en ocasiones actúan a lamanera de una horma, mostrando las radicales insuficiencias del marco cultural dominante.6

3Gohn, María Da Gloria. Ibid. pgs. 245/247.

4Ver Barrington Moore. La injusticia: bases sociales de la obediencia y la rebelión. UNAM. 1996.

5Gohn, María Da Gloria. Op.cit. pg. 247.

6Zubero, Imanol. Movimientos sociales y alternativas de sociedad. HOAC.1996.pg.156.

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Respecto a los nuevos movimientos sociales (NMS), se trata de una perspectiva originada en lateoría social europea que, pese a sus matices y diferencias, acentúa los factores de ideario yproyecto de los movimientos sociales como sujetos o actores históricos, relacionando su origencon la transformación de las sociedades industriales avanzadas. Se subrayan las diferenciasentre estos nuevos movimientos sociales y los “viejos” e “institucionalizados”de la clase obrera,en lo que hace a la distinta composición social de sus activistas, y las diversas líneas deconflicto social en las que se enmarcan.7

Esta distinción entre “nuevos” y “viejos” ha generado muchas discusiones y críticas, así porejemplo, André Gunder Frank y Marta Fuentes sostienen la inversión de la relación entre ambostipos de movimientos: “Los “nuevos” movimientos sociales no son nuevos, así tengan ciertascaracterísticas que sí lo son, y los movimientos sociales “clásicos” de la clase trabajadora ysindicales, surgieron principalmente en el último siglo, y con el paso del tiempo parecen ser másun fenómeno transitorio relacionado con el desarrollo del capitalismo industrial. Por otra parte,los movimientos campesinos, de comunidades locales, étnicos/nacionalistas, religiosos y hastade mujeres han existido por siglos y hasta milenios en varias partes del mundo. Peroactualmente muchos de estos movimientos son comúnmente denominados nuevos”.8

La teoría de los NMS, se refiere a aquellos movimientos que surgen en las sociedadesoccidentales industrializadas después de la segunda guerra mundial, principalmente a partir delos años 60. Dichos movimientos constituyen un tipo o “familia de movimiento social”, esto es,“una configuración de movimientos histórica y de base nacional que, a pesar de que exhibendiferentes objetivos, áreas de conflicto y preferencias estratégicas, comparten una cosmovisión,muestran similitudes organizativas y ocasionalmente, unen sus fuerzas en campañas conjuntas.La principal virtualidad de la noción de familia de movimiento social es que subraya lacoexistencia en una sociedad dada de varios grupos de movimientos”.9

Sin pretender hacer una enumeración exhaustiva, podemos mencionar diversas familias demovimientos sociales, por ejemplo, los movimientos de tipo religioso, los movimientosnacionalistas de base étnica, movimientos nacionalistas de base cultural, los movimientos declase (obreros o campesinos), los movimientos que se construyen sobre la base de la categoríadel “pueblo” o de lo “popular” y algunos mencionan los antimovimientos sociales(antiecologistas, contrarios al aborto, xenófobos, etc.). Pero, los movimientos en realidadsiempre son impuros en relación a esta clasificación abstracta, y el hecho de que predominenalgunas o alguna característica en los procesos de identificación, depende del contexto históricosocial y de las relaciones del movimiento con las otras fuerzas sociales, las instituciones, lacultura, etc.

Tener en cuenta todo esto es importante porque el llamado “movimiento antiglobalización”,constituye una vasta red de movimientos sociales, que, si bien en los países industrializados sesolapa con muchos de los NMS, al mismo tiempo se nutre de un sindicalismo crítico provenientede América del Norte y del Sur, de Europa, África y el SE asiático, y por movimientoscampesinos del N y del S.

Por lo tanto, una noción de movimiento social que nos sirva de punto de partida para abarcar uncaso de esta extensión y complejidad, debe al mismo tiempo ser más amplio que el de NMS, otambién que el de movimientos populares. Pero al mismo tiempo, debemos tomar nota que los

7Riechmann, Jorge y Fernández Buey, Francisco. Op.cit. pg.26.

8Gunder Frank, Andre y Fuentes, Marta. Nueve tesis acerca de los movimientos sociales. En David y Goliat. Revista

de CLACSO nº 53. Ago/set 1988. pg.44.9

Casquette, Jesús. Política, cultura y movimientos sociales. Bakeaz. 1998. pg.100.

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movimientos y grupos que confluyen en este “movimiento de movimientos”, se identificanexplícitamente a partir de su oposición frente al proceso y efectos de la globalización, a la quecalifican ideológicamente como neoliberal, socialmente como representativa de las elites y lascorporaciones multinacionales, políticamente como autoritaria, económicamente comocapitalista, culturalmente como unitaria (el pensamiento único) y homogeneizadora. Debemosentonces, recurrir a las explicaciones teóricas acerca del talante crítico de los nuevosmovimientos sociales para ver qué nos pueden decir a la hora de comprender la globalizaciónde la crítica y la oposición.

Por todo esto, y a los efectos de desarrollar un concepto que sea operativo para comprender lacomplejidad de los movimientos críticos de la globalización recurriremos en forma selectiva alas herramientas conceptuales de diversos marcos teóricos:

- La teoría de los movimientos antisistémicos, desarrollada por los autores que se inscriben enal análisis de los sistemas mundiales, nos provee del contexto general: el sistema mundial, susdinámicas y condicionantes en las que se puede trazar la emergencia de los actualesmovimientos antiglobalización, rastrear sus antecedentes históricos y sus rupturas ycontinuidades en relación con las anteriores formas de movimientos antisistémicos. Al mismotiempo, ese contexto nos provee del marco necesario, fuera del que no pueden entenderse lasrelaciones del movimiento crítico frente a las instituciones globales y ponderarse sus marcos deinterpretación y estructura de oportunidades políticas.

- El consenso teórico de los 90 acerca de los movimientos sociales, para replantear, a la luz delos procesos de la mundialización, las ideas de enmarcamiento cultural y estructura deoportunidades políticas.

- La teoría de los NMS porque ella nos permite comprender los procesos de crítica social ycultural que se han venido desarrollando en las últimas décadas y de las que se nutren muchasde las redes sociales de los movimientos antiglobalización, especialmente en los países del Nindustrializado, así como de sus prácticas y formas de acción.

- La teoría de los movimientos sociales en América Latina, por dos causas: la primera es que lacomplejidad de las formaciones sociales latinoamericanas presenta una variedad de familias demovimientos sociales, donde aparecen tanto movimientos que podrían incluirse dentro de los“nuevos” movimientos sociales, como movimientos sociales más “tradicionales”, adjetivadoscomo populares, campesinos, indígenas y obreros, muchos de los cuales, además, ligan susluchas locales y nacionales a las redes de los movimientos de resistencia a la globalización.Esta complejidad latinoamericana nutre, entonces, a los movimientos “antiglobalización” yalgunas de las reflexiones hechas desde la región para comprender movimientos que no sonfácilmente encasillables en “viejos” o “nuevos”, más la experiencia de los últimos años dearticulación de distintos sectores sociales contra las políticas de ajuste estructural puedendarnos claves muy importantes para analizar a los movimientos críticos de la globalización. Lasegunda causa pasa simplemente por nuestra mayor familiaridad con el contexto y susexplicaciones teóricas en lo que hace a los movimientos.

Si bien no dedicaremos un apartado especial en este caso, cabe señalar que muchas de lasteorías latinoamericanas toman elementos del resto de las mencionadas aquí, enriqueciéndolasy complejizándolas en función de los diversos contextos y familias de movimientos quecaracterizan la región, así, por ejemplo, la emergencia de movimientos sociales en el período delas transiciones democráticas fue analizada por la teoría de los NMS en lo que hace a lacapacidad de innovación cultural de estos nuevos actores en relación con la cultura política,

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adaptando las matrices teóricas de Touraine, o Melucci10. Otros autores han preferido desdeperspectivas diversas mantener la relación entre movimientos sociales y las categorías políticasarticuladas en torno al pueblo y lo popular11. André Gunder Frank y Marta Fuentes, desde unavisión histórico estructural de largo plazo, enraizada en la teoría latinoamericana de ladependencia, se aproximan mucho a los teóricos del world-system12. Scherer-Warren, estádesarrollando desde los 90 el análisis de redes sociales en la sociedad civil brasileña, losmovimientos sociales y las ONG13. Cabe destacar que en la actualidad diversas corrientesteóricas están buscando construir un paradigma sobre movimientos sociales y subjetividaddesde la región14.

- Finalmente, resulta muy importante, comprender la espacialidad de las prácticas de estemovimiento emergente como una coordinación de movimientos sociales diversos en forma dered. Por lo que el análisis de redes nos da pistas para entender cómo se articulan las luchaslocales, territoriales, nacionales, con campañas, acciones, centros de estudio e información dealcance transnacional. Al mismo tiempo, los movimientos sociales al participar en estas redesestán desarrollando unas formas de imaginarios geopolíticos que vinculan sus luchas y temaslocales con los condicionantes y efectos de la globalización. Analizar la teoría de las redessociales es importante porque nos hallamos ante una metáfora que sirve tanto para describir la“sociedad global”, como también a los movimientos sociales, por lo que será necesariodeterminar en qué sentidos y con qué alcances dicha imagen es aplicable a uno y a otros. Porotro lado, este tipo de análisis nos interesa porque supone un enfoque relacional de losmovimientos sociales.

10Ver Scherer-Warren, Ilse y Kritchke, Paulo. (Orgs.) ¿Uma revoluçao no cotidiano? Os novos movimentos sociais

na América do Sul. En: Viola, Eduardo, Scherer Warren, Ilse y Krischke, Paulo. Crise política, movimientos sociais ecidadania. Ed. UFSC. 1989. Jelin, Elizabeth.(comp..) Los nuevos movimientos sociales Mujeres, Rock nacional,Derechos Humanos. Obreros, Barrios. CEAL.1989. Calderón, Fernando. Movimientos sociales y política. La décadade los ochenta en América Latina. Siglo XXI. UNAM. 1996. Faletto, Enzo. Propuestas para el cambio. Movimientossociales en la democracia. En Revista Nueva Sociedad 91. Septiembre-octubre de 1987. pg.141 y ss.11

Ver por ejemplo, Camacho, Rafael y Menjívar, Daniel. (coord..) Los movimientos populares en América Latina.Siglo XXI. UNU. 1989. Múnera, Ruiz, Leopoldo. Rupturas y continuidades. Poder y movimiento popular en Colombia.1968-1988. IEPRI-CEREC. UNC.1998.12

Ver Gunder, Frank, André y Fuentes, Marta. Nueve tesis acerca de los movimientos sociales. En David y Goliath.Revista del CLACSO, nº. 53. Agosto-set. 1988. pg.44 y ss. Amin, Samir , Arrighi, Giovanni, Gunder Frank, André,Fuentes, Marta y Wallerstein, Immanuel. Transforming the revolution. Social Movements and the World-System.Monthly Review Press. 1990.

13Ver Scherer-Warren, Ilse. Redes de movimentos sociais. Loyola. 1996.

14Ver, (a título ejemplificativo y no exhaustivo), desde la teoría social, Gohn, María Da Gloria. Teoria dos movimentos

sociais. Paradigmas clássicos e contemporáneos. (Especialmente cap. 7: Una proposta teórica-metodologica para aanalise dos movimentos sociais na America Latina). Loyola. 1997. Calderón, Fernando. Los movimientos sociales enAmérica Latina. Entre la modernización y la construcción de identidad. En: Quesada, Fernando (Ed.) EnciclopediaIberoamericana de Filosofía. Vol. 13: Filosofía política 1. Ideas políticas y movimientos sociales. Trotta. 1997. León,Emma y Zemelman, Hugo. (Coords.) Subjetividad: umbrales del pensamiento social. Anthropos. UNAM. 1997. Desdela perspectiva de la Filosofía de la Liberación ver Dussel, Enrique. Hacia una filosofía política crítica. Descleé deBrouwer. 2001. Moreira Da Silva Filho, Jose Carlos. Filosofia Jurídica Da Alteridade. Por uma aproximacao entre opluralismo jurídico e a filosofia da libertaçao latinoamericana. Juruá Editora. 1998. Cap. 2. pg.111 y ss. Hinkelammert,Franz. La vuelta del sujeto humano reprimido frente a la estrategia de la globalización. Gutierrez, Germán.Globalización y liberación de los derechos humanos. Una reflexión desde América Latina. Ambos en: Herrera Flores,Joaquín (Ed.) El vuelo de Anteo. Op.cit. pgs.173 y ss. , 203 y ss. respectivamente. Por otra parte, también es muyimportante el trabajo desarrollado últimamente desde el Observatorio Social de América Latina (OSAL) en el seno deCLACSO. Además de los números de la Revista del OSAL, ( ver www.osal.clacso.org) ver Seoane,José (Comp.)Movimientos Sociales y Conflicto en América Latina. CLACSO. 2003.

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Luego de inventariar estas herramientas teóricas, intentaremos esbozar una definiciónpreliminar, para, después de sopesar lo que las mismas pueden aportarnos a la hora decomprender los llamados movimientos antiglobalización, tratar al final del capítulo deaproximarnos a una caracterización más profunda y compleja de los mismos. Para ello,partimos de la convergencia teórica que durante la década de los 90 se produjo entre analistaseuropeos y norteamericanos de los movimientos sociales, en el sentido de que su estudio,independientemente de que se acentúe más uno u otro rasgo según la perspectiva, debe tomaren consideración tanto los procesos de identificación y de construcción de marcos deencuadramiento cultural de sus reivindicaciones, como las estrategias de movilización derecursos y la estructura de oportunidades políticas en la que surgen y se desenvuelven15.

De esta forma, siguiendo una distinción de Alberto Melucci, podemos decir que mientras lateorías de los procesos de enmarcamiento cultural, de los procesos deidentificación/diferenciación y de la construcción de subjetividad nos sirven para comprender elqué de los movimientos sociales, la teoría de la estructura de oportunidad política el cuándo desu emergencia, desarrollo y crisis o transformación, y el cómo de sus prácticas. Estosdesarrollos deben completarse con el carácter crítico que los emparenta con los NMS, y esmás, con los movimientos antisistémicos, ya que toman como objetivo a la globalización comoun proceso y una lógica hacia la que dirigen sus desafíos y alternativas.

Una definición preliminar del movimiento de movimientos que estudiamos constataría, entonces,su carácter antisistémico, articulado en su oposición a la globalización del capital, que integrauna red de movimientos pertenecientes a distintas “familias” (NMS, campesinos, obreros,indígenas), provenientes de conflictos en el centro, la periferia, y la semiperiferia del sistemamundial, así como a grupos fluidos de activistas, ONG e intelectuales críticos, que, tomadosrelacionalmente construyen explícita o implícitamente, consciente o inconscientemente, unadivisión del trabajo y que se caracterizan por un amplio repertorio de acciones tanto“disruptivas” como “convencionales”.

De todos modos, la teoría no alcanza a explicar ni a comprender los fenómenos sociales entoda su complejidad y, mucho menos, salvo de forma ideológica, a encontrar su pureza oesencia. En ese sentido es siempre reductora, al mismo tiempo que pretenciosa. Los tipos demovimientos sociales, las caracterizaciones y definiciones de los mismos están influenciadaspor su praxis, y por la lectura que de ella hacemos. Por eso en nuestro caso sólo son utilizadoscomo herramientas para acercarnos a su impureza, historicidad y contexto relacional. No nosanima, por lo tanto, la búsqueda de “El Sujeto de la Historia”, sino comprender procesos deconstrucción de subjetividades plurales a partir de lenguajes nómades de afirmación deespacios de dignidad humana.

Desde este objetivo genérico, intentaremos a través de la revisión crítica de estos paradigmasteóricos de los movimientos sociales aplicados a los “antiglobalización”, introducir unacaracterización alternativa, más allá de esta definición preliminar de los mismos, en términosmaterialistas. Esta caracterización surge más que de los procesos de enmarcamiento de cadauna de los movimientos y redes sociales que integran el campo de la llamada anti-globalización,de un exceso de sentido que surge de sus prácticas. Es a través de una interpretaciónreconstructiva de la praxis de este campo de movimientos, que podemos precisar también sucarácter antisistémico o post capitalista en los siguientes sentidos:

15Ver Mc Adam, Dough, Mc Carthy, John D., Zald, Mayer N. (eds.) Movimientos sociales: perspectivas comparadas.

Oportunidades políticas, estructuras de movilización y marcos interpretativos culturales. Istmo.1999.

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1. A través de la actividad de subjetividades antagonistas que buscan, frente a la fractura delhacer social que supone la subsunción total de la vida en la relación social del capital, recuperarla pluralidad de formas del hacer común.2. De la articulación de las redes y movimientos sociales que expresan esas subjetividadesantagonistas en lo que llamamos el campo ético- político de los movimientos antiglobalización.

2. Globalización y expansión de la EOP y de los procesos de enmarcamiento.Movimientos Sociales Transnacionales.

En los términos del “consenso teórico de los 90 en la teoría de los movimientos sociales”, elnuevo contexto relacional de la globalización, define una EOP y un proceso de construcción ydifusión de marcos de injusticia expandidos, es decir, la globalización de los movimientossociales críticos.

La EOP es definida por Sydney Tarrow como “las dimensiones consistentes, no necesariamentecoherentes, formales o nacionales, del entorno político, que fomentan o desincentivan la accióncolectiva de la gente”16 Desde esta perspectiva, los movimientos sociales se organizan,desarrollan y eventualmente, ven satisfechas sus demandas en función de la EOP que losrodea. Ésta influye en la decisión de un colectivo o grupo social para movilizarse, en la elecciónde la estrategia, la forma organizativa adoptada, la escala de movilización y el impacto de losmovimientos en sus contextos sociopolíticos. A este respecto, es muy importante el grado deapertura del sistema político17.

El grado de apertura del sistema político depende de varios factores de la estructurainstitucional, como son: el grado de centralización: a mayor descentralización de un estado,mayor número de puntos de acceso disponibles para que los movimientos sociales puedanhacer valer sus reivindicaciones en la esfera decisoria de la política y mayor permeabilidad a lasdemandas de la sociedad civil.

El grado de coherencia de la administración pública: A mayor coordinación y profesionalizaciónde la administración pública, más limitado será el acceso formal para los movimientos sociales alas instancias decisorias de la política.

El grado de concentración del poder institucional y el grado de democratización: a mayorrepresentatividad y control de la gente sobre las instancias decisorias, más acceso y másreceptividad a las demandas de la sociedad.

Estas dimensiones, más estructurales o estables, varían en el mediano- largo plazo y por lotanto, en principio aparecen como fijos en el corto plazo. Pero también existe un conjunto devariables más permeables al cambio: el incremento del acceso al sistema político, las divisionesy cambios en las alianzas entre las elites, la disponibilidad de aliados influyentes, lamanifestación de ejes de conflicto18.

Estas categorías, sobre todo en la visión de Tarrow, se presentan como un desarrollo teórico dealcance intermedio que nos brinda instrumentos para comprender “porqué la gente presta su

16Tarrow, Sydney. El poder en movimiento. Op.cit. pg.49.

17Casquette, Jesús. Op.cit. pg.84.

18Tarrow, Sydney. El poder en movimiento. Op. cit. pgs- 163/165. Casquette, Jesús. Ibid. pg. 85.

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apoyo a los movimientos en ciertos períodos de la historia y no en otros” y “cómo se transformaen acción la estructura social subyacente y el potencial de movilización”, es decir, el cuándo dela formación de los movimientos sociales, su trayectoria vital de desarrollo, suinstitucionalización y los ciclos de protesta19.

Estas variables han sido pensadas, en principio, para analizar el grado de apertura de lossistemas políticos estatales. Sin embargo, la investigación en materia de movimientos socialeses crecientemente consciente de que la división entre política comparada y relacionesinternacionales es cada vez más anacrónica. Los procesos de la globalización producen unaextensión de la capacidad y el ámbito de movilización. Por lo tanto, estas categorías puedenaplicarse a las relaciones sociales más allá del estado20.

Los procesos nacionales están sobredeterminados por la globalización, de forma que pese a laremanente importancia del estado nacional, el contexto global tiene consecuenciassignificativas para la movilización en contextos nacionales. Donatella Della Porta y Hans PeterKriesi21 nos ofrecen un modelo simple para entender las relaciones en las que se sitúan losmovimientos sociales. Así, tendríamos relaciones transnacionales entre movimientos sociales,vínculos transnacionales entre gobiernos, y finalmente, relaciones entre movimientos socialestransnacionales y gobiernos de distintos países, a las que se sumarían las que mantienen losmovimientos sociales y el gobierno de un mismo país. Este proceso va asociado a ladensificación de las relaciones interestatales e interempresariales, y las relacionestransversales entre actores gubernamentales y no gubernamentales, que fue reflejado en laliteratura especializada a través de la idea de la “sociedad civil global”22.

Con las instituciones interestatales como la ONU, la UE, el FMI, BM, OMC, se agrega un nivelsupranacional que abre nuevas posibilidades para las acciones de los Movimientos Sociales. Elproceso de construcción y funcionamiento de estas instituciones, en la medida en que se vantornando más poderosas y cumplen más funciones de “gobernanza” y condicionamiento enrelación con los estados nacionales, se hace más problemática. Este proceso es contestado portendencias nacionalistas o estatistas que reaccionan frente al progresivo recorte de su poder,pero también por movimientos críticos que cuestionan su déficit democrático y lasconsecuencias sociales, ambientales y culturales de sus políticas.

Para esta tendencia teórica el resultado institucional de este proceso no es claro. Nonecesariamente significaría el fin del estado nacional, sino la construcción de una nueva formade “gobernanza multilateral” que incluye estructuras funcionales y configuraciones espacialesvariables, pero que al mismo tiempo no carece de una lógica de dominación. Para losmovimientos sociales en general, ese resultado puede significar estructuras de oportunidadaltamente variables según los casos.

Por un lado, la falta de democracia y dificultad de acceso, protege a las institucionessupraestatales de la protesta, como ya vimos, la EOP es menos favorable cuando lasinstituciones son poco accesibles, influenciables o controlables para la gente común. Más aún,en un sistema multilateral que se desarrolla en múltiples direcciones y con distintos niveles develocidad, competencia y eficacia, en principio la responsabilidad es difícil de localizar eidentificar. Además, las decisiones provenientes de la negociación intergubernamental en estas

19Tarrow, Sydney. Op.cit. pg. 151/152.

20Della Porta, Donatella, Kriesi, Hans Peter, y Rutch, Peter. Social movements in a globalizing world. Mc Millan

Press- St.Martin Press. 1999. pg.4.21

Della Porta, Donatella, Kriesi, Hans Peter y Rutch, Dieter. Ibid. pg. 5.22

Ver Arato, Andrew y Cohen, Jean. Civil society and political theory. MIT Press. 1994.

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instituciones son implementadas de forma descentralizada y específica en cada estado y lasprotestas en principio se dirigen al gobierno del mismo. Tal vez por eso, los ciudadanos y lamovilización social tardaron en identificar a estos “Leviatanes” como el blanco de su crítica eimpugnación23.

Sin embargo, la EOP global muestra ser una combinación explosiva de, por un lado,permeabilidad de algunas instituciones y una retórica de la “sociedad civil global”, y por el otro,exhibe la concentración y la efectividad del poder en instituciones cada vez más visibles comoresponsables de decisiones que afectan la vida cotidiana de millones de personas,estructuradas de forma no democrática (esto es funcionales a la jerarquía del sistemainterestatal) y carentes de responsabilidad frente a una hipotética “ciudadanía de la sociedadcivil mundial”.

Sydney Tarrow, estudiando un número de casos históricos en el plano nacional, sostiene quelos sistemas semi abiertos constituyen un incentivo para la protesta y acción directa de losmovimientos sociales24. Esta constatación puede ser válida también en el plano de la EOPmundial.

Los movimientos sociales orientan su acción cada vez más, hacia una escala global. Por globalentendemos aquí, objetivos que, pudiendo tener o no al estado como blanco de la acción, vanmás allá de los marcos nacionales. Es decir, acciones colectivas que aún dándose en un paístienen significación de conjunto. Redes de relación y coordinación que atraviesan los territoriosnacionales, y la creciente dirección explícita de las contestaciones, críticas, protestas yalternativas hacia destinatarios que se encuentran en el orden social entendido globalmente, enlas instituciones supra o interestatales25.

El grado y la modalidad de esta acción global, es diverso según el movimiento. Según HéctorLeón Moncayo, “...es la naturaleza de sus objetivos la que escapa a una negociación nacional.Por ejemplo, el movimiento de derechos humanos. Es cierto que pugna por ejercitar su defensaen su país pero, frecuentemente, dado que el responsable de la violación es el propio estado,no tiene más alternativa que dirigirse a la llamada comunidad internacional”26. Además de lasorganizaciones nacionales que recurren a la arena internacional para presionar a sus estadosvioladores de derechos humanos, existen organizaciones como Amnesty International, HumanRights Watch, Juristas sin Fronteras, etc., que actúan como verdaderos observatorios de controly denuncia de la vigencia de los derechos humanos en el mundo. “Ello sucede también con lasreivindicaciones étnicas, aunque aquí convendría diferenciar entre el movimiento representadopor ONG y los propios pueblos, quedando la duda de si éstos son los que se internacionalizan oglobalizan. En otros casos es la definición de los objetivos, como en los ecologistas, o en elfeminismo (o movimiento de género), que es con mucho el movimiento de mayor dinámica yalcance en los últimos tiempos. La lucha contra la sociedad patriarcal se da claramente en unplano sociocultural aunque recientemente, por la vía de su definición como derechos humanos,se orienta a reclamar la responsabilidad de los estados, enfatizando en el carácter tendenciosode la ubicación de la problemática en el ámbito privado”27.

23Della Porta, Donatella, Kriesi, Hans Peter y Rutch, Peter. Ibid. pg. 14.

24Tarrow, Sydney. El poder en movimiento. Op. cit. pg.157.

25León Moncayo, Héctor. Los movimientos sociales entre la condicionalidad y la globalización. En Revista Nueva

Sociedad 148. www.nuevasoc. org. ve/n148/26

León Moncayo, Héctor. Ibid.27

León Moncayo, Héctor. Ibid.

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Se están produciendo dos tendencias estrechamente relacionadas en este proceso deglobalización de los movimientos sociales críticos. Por un lado, cada vez más movimientos,cuyas organizaciones y redes de activistas estaban especializados en la acción en un campoespecífico (derechos humanos, medio ambiente, género, paz), van articulando campañas querelacionan esos problemas con agentes supra o no estatales, y con los aspectos éticos de lasactividades económicas en el contexto de la globalización. Esta forma de actuación ycomprensión del mundo, que es más conocida en los movimientos ecologistas, se estáextendiendo a otros movimientos. Ejemplos de esto, han sido las campañas de lasorganizaciones de derechos humanos contra la política de empresas multinacionales al hacernegocios y sacar ventajas en sus tratos con gobiernos violadores de derechos humanos, comoen el paradigmático caso Shell-Nigeria, o en el caso del feminismo, la red de organizacionesque han protagonizado la Marcha Mundial de las Mujeres, denunciando las relaciones entrepatriarcado y capitalismo neoliberal como sistemas de opresión que se refuerzan mutuamente.

Por otro lado, muchos de estos movimientos son cada vez más conscientes de que es la propiatrama jerárquica del sistema mundial y sus relaciones económicas y políticas, así como suestructura institucional, la que está sobredeterminando las situaciones locales de violaciones dederechos humanos, degradación del medio ambiente, etc., y por lo tanto van dirigiendo susacciones hacia ese terreno. Surgen redes sociales y organizaciones que cada vez más tienencomo objetivo crítico el control de las causas, consecuencias, y aspectos éticos de laglobalización.

Desde finales de los años 80 las estrategias se vienen orientando en un sentido global y hacialos organismos supra o interestatales. A esta tendencia no es ajeno el intento por revalorizar elespacio de la ONU, que comienza como consecuencia lógica del final de la guerra fría. Aquípodemos visualizar las contradicciones de la trama jerárquica del sistema mundial: por unaparte se han logrado un número de pactos, convenciones y declaraciones casi sin precedentesen el pasado. Por ejemplo, a los Pactos de Derechos Civiles y Políticos y de DerechosEconómicos, Sociales y Culturales, cuya entrada en vigor data de 1976, se han sumado en esteperíodo postguerra fría, el Convenio sobre Pueblos Indígenas (1989), la Convención sobre losDerechos del Niño (1990), la Declaración sobre Medio Ambiente de Río (1992), la Convenciónsobre Biodiversidad (1992) y la Convención de Roma sobre Tribunal Penal Internacional (1998),entre otros muchos.

Al mismo tiempo, desde la década del 90 existe una apertura hacia la participación de las ONGen diferentes instancias y conferencias mundiales y la práctica habitual de realizar conferenciasparalelas no-gubernamentales que expresan los puntos de vista de la “sociedad civil mundial”.Sin embargo, a medida que fue transcurriendo la década aparecieron, en los movimientossociales, crecientes dudas sobre la funcionalidad y eficacia de esta participación.

Los necesarios balances que se realizaron a propósito del 50 aniversario de la DeclaraciónUniversal de Derechos Humanos en 1998 pusieron en blanco sobre negro la relación entreglobalización económica y retroceso de los derechos sociales y ambientales. Más allá de laredefinición y creciente conciencia internacional sobre los delitos contra la humanidad generadapor el caso Pinochet y de la aprobación del mencionado Tratado de Roma del 98, y a partir delpostulado de la Conferencia de Viena de las Naciones Unidas del 93 acerca de la universalidad,unidad e inescindibilidad de todos los derechos humanos, se empieza a poner cada vez másénfasis en los derechos económicos, sociales y culturales.

Incluso una organización como Amnistía Internacional, que tradicionalmente se había centradoen la defensa de los llamados derechos de primera generación, como la libertad de conciencia,

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va optando cada vez más por poner el acento en la defensa de aquellos derechos postergadospor las desigualdades agravadas por la globalización, especialmente ante las migracionesinternacionales28.

La escasa eficacia de todas estas convenciones, pactos, etc., que “no alcanzan a ser un ordennormativo en la medida en que carecen de fuerza vinculante y dista mucho de tener lascaracterísticas de exigibilidad y justiciabilidad a escala mundial en caso de violaciones. Suorigen, por lo demás, de ninguna manera es global dado que sus artífices siguen siendo losEstados. En cambio, existe otro orden mundial, el de las instituciones “económicas”, quereproduce las asimetrías y la ausencia de democracia y que tiene una enorme capacidadcoercitiva...El entrecomillado de “económicas” es bien importante pues, aunque no parezca, lostemas tocados en tal institucionalidad tienen severas implicaciones sobre lo social (y laboral), locultural, lo político y lo medioambiental, entre otros. Es pues una construcción que no sólocontradice sino que excluye y borra el orden declarativo y programático mencionado antes”29 .

Esta contradicción entre la retórica de legitimación y los objetivos proclamados en materia dederechos humanos, protección del medio ambiente, desarrollo sustentable, etc., y el crecientepoder y opacidad de las instituciones económicas y financieras internacionales, genera unasituación inestable de semi -apertura. Así, se busca implementar mecanismos de cooptación deONGs que simbolicen la “sociedad civil global” y jueguen al nuevo multilateralismo no vinculantepara los poderes económico-financieros. (corporaciones multinacionales-institucionesinternacionales-ONGs dóciles)30.

Todo esto provoca un creciente rechazo en los movimientos sociales críticos. Estosmovimientos advierten que lo ganado en el terreno de los foros internacionales o lasconstituciones nacionales es constantemente negado por los imperativos del orden económico,y por lo tanto tienden a articularse en torno de estrategias que apunten a quebrar lainstitucionalidad de este último. Podríamos enunciar este proceso de la siguiente formaparadójica: la globalización capitalista neoliberal está generando una EOP expandida paralos movimientos sociales críticos de esa misma globalización.

Al mismo tiempo, este nuevo terreno de actuación de los movimientos sociales es, por un lado,incompleto en muchos aspectos, dada la falta de una estructura democrática a nivel global,pero por otro lado, involucra también escenarios regionales y subnacionales, y las sinergias,oportunidades y desafíos que ello supone para las redes y campañas transnacionales de losmovimientos.

Las formas de identidad y actuación de estos movimientos trascienden los marcos nacionalesdadas la naturaleza y definición de sus objetivos. Su crecimiento puede considerarse como unefecto cultural global que ha aproximado no solamente las naciones sino los dos campos enque principalmente se divide el mundo posterior a la guerra fría: el Norte y el Sur. Pero entoncesaquí llega el momento de analizar cuáles son los procesos de identificación y de

28Pastor, Jaime. Los movimientos antiglobalización neoliberal. Ponencia presentada al VII Congreso Español de

Sociología. Salamanca. Septiembre.2001. mimeo. Disponible en www.nodo50.org.29

León Moncayo, Héctor. Ibid.30

Como sucede con el denominado “compacto global” impulsado por el actual Secretario Gral. de las NacionesUnidas, el Foro de Davos, y algunas ONG dóciles. Este ejemplo del “nuevo multilateralismo” que incorpora a lasorganizaciones de la “sociedad civil global”, en realidad, sirve para relegitimar a las corporaciones multinacionalespermitiéndoles exhibir “buenas prácticas” y códigos de conducta que no tienen ninguna fuerza jurídicamentevinculante, mientras que a las Naciones Unidas y a las ONG les permite conseguir fondos para mantenerrespectivamente sus burocracias y proyectos. Ver www.globalcompact.org

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enmarcamiento cultural que están detrás de ese conjunto de procesos que hemos denominadoglobalización de los movimientos sociales.

Como sostienen Mc Adam, Mc Carthy y Zald, “la combinación de las oportunidades políticas yestructuras de movilización dota a los grupos de un cierto potencial para la acción. Sinembargo, la unión de estos dos elementos resulta insuficiente para explicar el fenómeno de laacción colectiva. Existe un elemento mediador entre oportunidad, organización y acción, asaber, los significados compartidos y conceptos por medio de los cuales la gente tiende a definirsu situación. Resulta imprescindible que las personas, como mínimo, se sientan agraviadas poruna situación determinada y crean que la acción colectiva puede contribuir a solucionar esasituación. Faltando alguna de esas dos percepciones resulta altamente improbable que la gentese movilice aunque cuente con la oportunidad de hacerlo”31.

Los procesos de enmarcamiento cultural de sus aspiraciones y necesidades, objetivos y endefinitiva, de sus ideas sobre el cambio social y cómo producirlo, han permitido tender unpuente entre las teorías de, por ejemplo, Touraine, Melucci, Hall, Laclau y Mouffe y losinvestigadores norteamericanos de este tema, quienes han reconocido la insuficiencia de lasteorías de la acción racional, las estructuras de movilización, y la propia EOP, las que quedantruncas al no hacer alusión al problema de construcción de identidades sobre el trasfondo deunas relaciones históricas y culturales dadas.

En este proceso de construcción de identidad, los movimientos sociales usan materialesdisponibles en su contexto sociocultural, narraciones imaginarias o históricas, hechos históricosemblemáticos, valores, etc., enmarcándolos de forma particular de cara al conflicto social quelos envuelve. ¿Cómo hace la gente que está sujeta a constreñimientos estructurales para llegara definir estos constreñimientos? ¿Cómo ven y hablan de estos problemas comunes, y cómoeventualmente concluyen que pueden hacer algo a través de la acción colectiva acerca de eseproblema?

Esta producción de significados que ha sido denominada “construcción de marcos deidentificación cultural”, o “alineamiento de marcos”32, brinda indicios importantes acerca de lasposibilidades y los límites de los movimientos sociales para modificar las relaciones de fuerzas ylas inercias culturales a favor de sus aspiraciones y proyectos, generar innovación, articularseen redes sociales de luchas análogas o equivalentes, en fin, aportar a procesos sociales deapertura y consolidación de espacios de lucha por la dignidad humana.

Los movimientos están limitados por no poder plantear ideas que sean totalmente ajenas,extrañas o nuevas para potenciales participantes, por ello, necesitan tomar sus referencias ysímbolos de las objetivaciones y discursos que están disponibles en su contexto cultural33.Deben hablar desde discursos qua ya existen, pero al mismo tiempo, su eficacia en algunamedida depende de que sean capaces de resignificarlos, desplazarlos y articularlos con temasnuevos. Es decir, su éxito depende de su capacidad para reinterpretar y hacer que esainterpretación sea socialmente compartida.

31Mc Adam, Dough, Mc Carthy, John D., Zald, Mayer N. Movimientos sociales: perspectivas comparadas. Op.cit.

pg.26/27.32

Ver Melucci, Alberto. L´invenzione del presente. Movimenti sociali nelle società complesse. Il Mulino. 1991; Laraña,Enrique y Gusfield, Joseph (Eds.). Los nuevos movimientos sociales. De la ideología a la identidad. CIS. 1994.;Ibarra, Pedro y Tejerina, Benjamín. Los movimientos sociales. Transformaciones políticas y cambio cultural. Trotta.1998.; Laraña, Enrique. La construcción de los movimientos sociales. Alianza. 1999.33

Garner, Roberta. Contemporary movements and ideologies. Mc Graw-Hill.1996.pg. 56.

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.En ese trabajo van tejiendo una identidad narrativa en relación a los relatos históricos eimaginarios, a los mitos sociales, activando nuevas zonas de la memoria histórica compartida, ala interpretación de hechos históricos importantes en la producción social de la identidadcolectiva y de los movimientos.

Otro aspecto importante, vinculado tanto a los procesos de enmarcamiento como a la EOP, loconstituyen los procesos de difusión transnacional de ideas y formas de protesta que surgencon la globalización y que son centrales para entender los movimientos críticos de la misma.

Como sostiene Chase-Dunn, la globalización cultural ha sido una tendencia de muy largo plazodesde que, con la emergencia de las religiones mundiales, cualquier persona,independientemente de su etnia o parentesco, puede transformarse en un miembro de lacomunidad moral abrazando la fe en el Dios “universal”. Pero la cosmografía moral y políticasiempre comprendía un campo menor que las dimensiones reales de las redes objetivas decomercio y política en las que la gente se relacionaba.

Lo que ha sucedido al final del siglo XX es una cuasi convergencia entre el espacio de lacosmografía subjetiva y las redes objetivas de producción e intercambio del sistema-mundo.Las principales causas son la finitud de la extensión del planeta Tierra y la tendenciadecreciente de los costos de transporte y comunicación. Según este autor, “la realidademergente es una en que la conciencia alcanza (o va más allá) de las reales redes sistémicasde interacción, haciendo posible para el futuro un nivel de orden normativo que no ha existidodesde que las sociedades humanas eran muy pequeñas e igualitarias”34 .

Los autores que estudian el sistema-mundo, constatan que con la etapa informática global deacumulación de capital en el sistema mundial, las redes de información y comunicación queconstituyen el soporte técnico de la segmentación y flexibilización de la producción, se hallan enexpansión constante y son de una gran complejidad. Por una parte, su objetivo esencial es quela información fluya al centro y las órdenes lleguen al exterior, permitiendo de esta forma lacentralización expansiva del capital productivo y del capital financiero, con sus respectivasconsecuencias: la exponencial división técnica del trabajo y las crecientes redes que vinculan alos mercados financieros y a deudores y acreedores 35.

Pero al mismo tiempo, esas mismas tecnologías que hacen posible la globalización, tambiéntienen el potencial para permitir a aquellos que no se benefician del libre reinado del capitalorganizar nuevas formas de resistencia, o revitalizar las viejas 36.

“Como Marx y Engels observaron en el Manifiesto: “..esa unión, que a los habitantes de losburgos de la Edad Media, con sus miserables calzadas les llevó siglos alcanzar, los proletariosmodernos, gracias al ferrocarril, la consiguen en unos cuantos años”. La metáfora del ferrocarrilparece sostener aquí más peso del que puede soportar. Pero su significado es evidente paracomprender que Marx y Engels conciben la lucha de clases como un proceso de formación declase: los medios que la burguesía despliega para definir e integrar procesos de trabajodiscretos (las divisiones tanto técnicas como sociales) también ponen en relación a lostrabajadores cuyas actividades son objeto de interrelación”37.

34Chase-Dunn, Christopher. Globalization: a word systems perspective. En: Journal of World Systems Research. V.2.

Primavera 1999. pg.200.35

Arrighi, Hopkins, Wallerstein. Op.cit. pg. 64.36

Chase-Dunn, Christopher. Op.cit. pg. 200.37

Arrighi, Giovanni, Hopkins, Terence, Wallerstein, Immanuel. Movimientos Anti-sistémicos. Akal. 2001. pg. 64.

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Por su parte, desde la teoría de los NMS, Alberto Melucci plantea ideas similares: “En unsistema mundial globalizado, la sociedad ha devenido un todo, una sociedad planetaria. Lasvarias formas asumidas por el poder y el conflicto social afectan este espacio planetario en sutotalidad, aunque en formas diferentes en diferentes partes del mundo...Hoy, es este espacioplanetario el que enmarca toda discusión sobre la acción colectiva y los movimientossociales”38.

Esta perspectiva también es compartida por la teoría más “ortodoxa” de los movimientossociales, por medio del análisis de lo que denominan “mecanismos de difusión transnacional detemas, marcos y repertorios de acción”. Así, la difusión aparece como uno de los mecanismosde entrelazamiento de las formas y las motivaciones de la movilización en las distintas nacionesen un mundo globalizado. Desde esta perspectiva se enfatiza un punto: las campañas demovilización no son independientes unas de otras, sino que forman parte de una red derelaciones espacio-temporales que en el contexto de la globalización, trascienden las fronterasestatales39.

Los canales de difusión pueden ser directos, es decir, establecidos por medio de vínculos derelación formales o informales, o indirectos, transmisión de información por medios decomunicación, en condiciones de similitud de entornos culturales, sociales o de problemas aenfrentar por parte de los movimientos sociales. La globalización ha incrementado la densidadde ambos tipos de canales. A través de la comunicación de ideas y gentes sobre grandesdistancias en un mundo globalizado, favorece vínculos entre grupos y personas. Laintensificación transnacional del debate público y la correspondiente expansión de las redes decomunicación e información constituyen la precondición fundamental para la expansión decampañas de protesta transfronterizas. Los intelectuales juegan una parte importante en esteproceso.

Existen distintos modelos para explicar los procesos de difusión en cuanto a sus condiciones,tipos de actores e ideas que se difunden: los modelos jerárquicos establecen que las formas deorganización y movilización más importantes, por lo tanto de movimientos sociales másimportantes, son tomadas como grupo de referencia por los movimientos sociales menosimportantes. Es evidente que este modelo de difusión, proveniente de la sociología empírica, essumamente débil y cuestionable. ¿Cuál es el criterio para discernir un movimiento social“importante”?, ¿el número de gente que moviliza?, ¿su capacidad de influencia? Lo queimporta, más allá de la “modularidad” de las formas de acción social disponibles, es elsignificado concreto que estas formas asumen en el contexto histórico y espacial.

Los modelos de proximidad, ponen énfasis en factores como la proximidad espacial y lassimilitudes culturales (por ejemplo, la comprensión cultural de pertenecer a una categoríacomún), en la medida en que facilitan la emergencia de vínculos. En los movimientos socialeslos activistas no tienen que “inventar la rueda” en lo que hace a las formas de protesta en cadalugar y en cada conflicto. Pueden encontrar inspiración en las ideas y prácticas de otrosactivistas. Ejemplos de difusión transnacional de temas, marcos y formas de acción se registrandesde hace décadas: Della Porta y Kriesi mencionan los vínculos de los grupos de izquierdalibertaria entre Alemania e Italia, los intercambios estudiantiles entre estudiantes alemanes ynorteamericanos en la década de los 60 que difundieron temas, marcos y formas de acción enel activismo universitario de esos años, la reacción internacional frente a eventos como las

38Melucci, Alberto. Third world or planetary conflicts? En: Alvarez, Sonia E., Dagnino, Evangelina, y Escobar, Arturo.

(Eds.) Culture of politics. Politic of cultures. Re-visioning latin American social movements. Op.cit. pg.423.39

Della Porta, Donatella, Kriesi, Hans Peter y Rucht, Dieter. Op. cit. pg. .6.

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guerras de Vietnam, Afganistán (se refieren a la invasión soviética), del Golfo Pérsico, eldespliegue de misiles nucleares de la OTAN en Europa Occidental, la catástrofe de Chernobyl,etc.40.

Pero los ejemplos citados ya son viejos: en la actualidad este tipo de procesos de difusión seproduce a través de las campañas y redes de relación temáticas e intelectuales que teje comomodalidad de acción permanente, casi diríamos como signo de identidad distintivo, elmovimiento de crítica y resistencia frente a la globalización neoliberal, que en realidad, se estáforjando y coordinando a través de este tipo de procesos, como ejemplo podemos mencionarlas campañas contra el NAFTA, Maastricht, AMI, la OMC, la deuda externa, por la Tasa Tobin,la guerra de Irak, el ALCA, etc.

En el transcurso de este proceso la frecuencia y la densidad de la trama de intercambiosdirectos e indirectos se ha intensificado a través de los encuentros internacionales, lacoordinación de eventos en varios países, los documentos y manifiestos que circulan por elmundo en varios idiomas como soporte de cohesión ideológica, la institucionalización de foros ycentros de estudio permanentes, etc., modalidades que, como veremos, están presentes en lasredes relacionales del movimiento denominado antiglobalización.

Como resultado de todo esto, los repertorios de protesta se difunden entre movimientossociales de diversos países. Sin embargo, las características nacionales limitan la capacidadpara importar la protesta. En este sentido, resulta muy importante la disponibilidad o existenciade redes o estructuras de movilización en el país o lugar de la protesta. Son importantestambién las diferencias culturales, es decir, la existencia o no de “resonancia de marcos”, laEOP nacional y el grado de inserción internacional del estado. Mientras las condiciones internaspueden distorsionar o limitar las condiciones de difusión de la movilización, la globalizacióntiende a incrementar las oportunidades. Sin embargo, aún en el caso de las acciones deprotesta frente a instituciones transnacionales, coordinadas por una red de movimientostambién transnacionales, la EOP, el contexto cultural y con ello la resonancia de marcos siguesiendo muy importante para la viabilidad de este tipo de acciones. Es decir, que existancondiciones sociales de recepción y un contexto pragmático que permitan la reenunciaciónactiva de los marcos críticos de la globalización.

Un ejemplo de interacción entre la EOP y difusión de marcos expandidos, propios de laglobalización y una EOP nacional cerrada, lo constituye la Ronda de la OMC realizada enQatar, país organizado políticamente en forma de monarquía hereditaria, con un sistemapolítico cerrado, y un contexto cultural reacio y lejano para los mal llamados antiglobalización,permitiendo un marco físico de aislamiento para la burocracia de dicha institución. A diferenciade las reuniones de Seattle, en 1999, y de la recientemente realizada en Cancún, en Doha laagenda liberalizadora de la OMC pudo avanzar sin presencias perturbadoras.

Como ya había sucedido en Praga y Génova, las elites representadas en estas instituciones(que paradójicamente constituyen la vanguardia mundial de la occidentalización a través de las“ventajas” globales del libre comercio), confirman las sospechas y crecientes cuestionamientosacerca de su legitimidad, buscando contextos donde al menos temporalmente, se suspendanlas formas de relación política pública, visible, responsable, libre en expresión y acción propiasde “Occidente”. En esa ocasión, habían dado un paso más para evitar la molesta presenciafísica de los militantes de los movimientos sociales, huyendo hacia unas coordenadas políticasque, al menos en teoría, deberían repugnar a su ideología liberal. De todas formas, les ha sido

40Della Porta, Donatella, Kriesi, Hans Peter y Rucht, Dieter. Ibid. pg.8.

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imposible traducir esa impunidad contextual al espacio más amplio de las redes de informacióny comunicación que escrutaron los resultados de las negociaciones alimentando a las redes delos críticos de esta institución.

Según Snow y Benford 41, los procesos de difusión son muchas veces analizados de formamecánica de acuerdo a modelos comunicacionales que abstraen el papel del emisor oexportador y del importador o receptor de marcos, temas y repertorios de acción, cuando enrealidad los procesos de difusión suponen actividad, tanto en la enunciación como en larecepción (que es reenunciación, resignificación). Supone selección activa y creativa de partede los adoptantes de nuevas ideas, marcos o formas de acción colectiva, así como promociónactiva de los transmisores o creadores de las mismas.

La difusión es una construcción simbólica. Los procesos de enmarcamiento activo estántrabajando durante todo el proceso de difusión transnacional: rituales, prácticas, símbolos,tácticas, son modificados y recreados para contextualizarlos en el nuevo entorno. Losmovimientos sociales, por medio de estos procesos tejidos en sus redes relacionales provocanuna fertilización cruzada de sus prácticas e ideologías. Por eso, más que repetir los análisis quedan por sentada la identidad u homophilia básica de los movimientos relacionados, se trata deindagar en la perspectiva de estos autores, los procesos de construcción social deidentificación, que suponen los procesos de enmarcamiento activo realizados por los agentes.

Sin embargo, hasta ahora, el énfasis en los canales o la similitud de los contextosinstitucionales o de las estructuras organizacionales, han restado atención a los procesos deconstrucción de identidad y de subjetivación. De ahí que, según estos autores, es necesarioestudiar casos donde las condiciones de compatibilidad o similitud no estén dadas como puntode partida evidente o sean problemáticas.

Los procesos de difusión entre movimientos sociales son complejos, especialmente entrecontextos socioculturales diferentes. Se producen cambios en el objeto de difusión que esestratégicamente modificado o adaptado a la cultura receptora en el caso de préstamosinterculturales. En todo caso, los militantes de los movimientos están activamentecomprometidos en un “constructivismo social” como agentes enmarcadores que les permitelograr la necesaria “resonancia” de sus ideas, protestas y alternativas en la contigüidad ysolidaridad de los lugares en los que actúan y desde los que tejen su red relacional 42.

Esta perspectiva es fundamental para comprender las formas de acción e identificación que sedifunden a través de la red de movimientos críticos de la globalización actual, toda vez que sucomún oposición a la misma es un eje sobredeterminante de distintas situaciones y contextos,desde las que las distintas “familias de movimientos” se articulan y actúan conjuntamente.Como veremos, en este análisis serán relevantes:

- Las formas adversativas de definir la globalización y de definirse frente a ella, las alternativasque imaginan para construir el mundo postglobalización neoliberal.

- Cómo estos factores inciden en la articulación de su identidad y “familias de movimientos” departida.

41Snow, David y Benford, Robert. A. Alternative types of cross-national difussion in the social movements arena. En:

Della Porta, Kriesi, y Rutch. Op.cit. pgs. 23/25.42

Snow, David y Benford, Robert. Op.cit. pg. 38.

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- Si, y cómo esas mismas identidades de partida se modifican y fecundan mutuamente en elproceso.

Como resultado de este proceso de globalización de la EOP y los procesos de enmarcamiento,parece haber surgido en las últimas dos décadas, aunque por supuesto con antecedentesmucho más remotos, una nueva familia de movimientos sociales, esta vez definida por su arenade actuación y no por su identidad, en la que podemos ubicar a los llamados “antiglobalización”,se trata de los movimientos sociales transnacionales. Esta nueva forma de conceptualizaciónde los mismos, que desplaza su comprensión al escenario global, se fundamenta de acuerdocon Robin Cohen43, que sintetiza algunos de los tópicos discutidos hasta aquí, en las siguientesrazones:

- Durante los 80 muchos seguidores de los movimientos sociales occidentales comenzaron adarse cuenta que sus preocupaciones y las alternativas por las que habían luchado en elcontexto de sus propias sociedades, de hecho se encontraban atadas a problemas yestructuras globales. Esta “planetización” abarcó muchas agendas para el cambio vinculadasentre sí. Por ejemplo, desde esos años aquellos involucrados en movimientos pacifistas deEuropa y Norteamérica empezaron a darse cuenta que asegurar la paz implicaba mucho másque ejercer presión sobre cada gobierno para erradicar las armas nucleares o reducir elpresupuesto militar. Era necesario también un ataque a las raíces del sistema de los estadosnación competitivos, obsesionados por preservar su soberanía territorial.

- Muchas cuestiones enfrentadas por los movimientos sociales transnacionales soninherentemente de carácter transfronterizo, esto es evidente en el terreno ambiental, donde losestados actuando en solitario no pueden proteger a sus ciudadanos del deterioro ambiental. Asípor ejemplo, el calentamiento global, el adelgazamiento de la capa de ozono, la lluvia ácida.

- La globalización económica, las redes de comunicación globales, la mayor interacción ysolapamiento entre culturas ha llevado a la gente a querer organizarse sobre basestransnacionales y para ello utilizar herramientas tecnológicas, principalmente internet, etc.

- Al ser transnacionales las actividades de las grandes empresas, el único camino paraenfrentarlas es trascender y/o aumentar las estructuras de poder estatales. Por ejemplo, laempresa Shell sufrió el boicot directo de los consumidores europeos en los casos de laplataforma petrolera Brentspar y de sus actividades en los territorios Ogoni en Nigeria, pese a lainacción de los estados involucrados (Nigeria, Inglaterra, Holanda).

- Los pueblos que viven en estados periféricos y frecuentemente autoritarios, comenzaron aarticularse con redes de movimientos sociales transnacionales para ampliar la escala de suscausas y darlas a conocer internacionalmente como forma de presión a sus gobiernos.

3. La teoría de los Nuevos Movimientos Sociales.

43Cohen, Robin. Transnational social movements: an assesment. Documento presentado en el Transnational

Communities Seminar realizado en la Escuela de Geografía de la Universidad de Oxford, junio de 1998, mimeo.Disponible en www.transcomm.ox.ac.uk/work-%20papers/cohen.pdf.

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La teorización de los nuevos movimientos sociales (NMS), originaria de Europa Occidentalresulta importante porque en las regiones del norte los movimientos llamados anti-globalizaciónse nutren de redes de activistas de estos movimientos, y sus redes se solapan con las deaquellos. Así, muchas de las características señaladas por esta “familia” de teorías sirven paraanalizar aspectos de los movimientos críticos de la globalización, como sus bajos niveles deestructuración jerárquica, sus altos niveles de participación, su carácter culturalmenteinnovador, su carácter crítico del sistema, la originalidad y simbolismo de sus formas de acción,etc.

Los NMS se desarrollan a partir de fines de la década del 60 en todas las sociedadesindustriales avanzadas. (movimientos feministas, ecologistas, pacifistas, etc.). Lo que estosmovimientos tienen en común es lo mismo que los diferencia de otros fenómenos sociales.Según Riechmann y Fernández Buey, se trata de movimientos por la supervivencia y laemancipación, sus objetivos podrían sintetizarse en la orientación hacia “una humanidad libre yjusta sobre una tierra habitable”, consigna vaga, pero suficiente para deslindar, según estosautores, nuevos y viejos movimientos sociales.

Se caracterizan también por sus luchas contra la tecnocratización, profesionalización ymonetarización de la sociedad. En ese sentido, se trataría de movimientos de contestaciónsocial contra la burocratización y la mercantilización de la existencia.

A diferencia de las formas de movilización históricas de la clase trabajadora, centradas en laproducción social, los NMS se centrarían en los problemas de reproducción, dado que en ladenominada “sociedad del riesgo”, ésta se ha vuelto problemática.44 Pero pese a suespecificidad, y relativamente bajo nivel de articulación política, existe un proyecto implícito opotencial que afecta también al ámbito de la producción de forma radical, y que se define almismo tiempo como negación o protesta de los rasgos perversos de las sociedades industrialesavanzadas y positivamente como alternativa: nuevas formas de vivir, trabajar y relacionarse, deproducción, convivencia y consumo.

Estos movimientos son alternativos o antisistémicos porque plantean su lucha frente o enrelación con elementos fundamentales de la estructura social actual. Alberto Melucci45 nosofrece una caracterización que recoge las dimensiones esenciales de un movimiento socialalternativo:

- Se trata de una forma de acción colectiva que implica la existencia de solidaridad entre suscomponentes, esto es, de un reconocimiento mutuo entre los actores en cuanto que se sientenparte de una unidad social.

- Están implicados en un conflicto y, de esta manera, se encuentran en oposición a unadversario con el cual antagonizan por el control o el sentido de recursos a los que ambosasignan valor. Pero, si el conflicto no sobrepasa los límites del sistema de referencia nosencontramos frente a la competencia de intereses al interior de un cierto orden normativo.

- Por eso, sus objetivos, y el conflicto mismo en el que están envueltos, rompen los límites decompatibilidad de un sistema, presionando sobre sus límites de tolerancia y empujando alsistema más allá del nivel de cambios que podría aceptar sin alterar su estructura.

44Riechmann, Jorge y Fernández Buey, Francisco. Ibid. pg.59.

45Melucci, Alberto. L´invenzione del presente. Op.cit. pgs.20/23.

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Por otra parte, esta perspectiva enfatiza también su capacidad de innovación cultural, en esesentido, los movimientos sociales deben entenderse como una trama más o menosestructurada de redes y organizaciones que se encuentran inmersas en persistentessubculturas activistas, capaces de mantener vivas y recrear las tradiciones emancipatoriasnecesarias para mantener y revitalizar el activismo, a pesar de los períodos de inactividad que amenudo sufren.

Estas subculturas emancipatorias funcionan como auténticas cajas de herramientas, comoreservas de elementos culturales a los que las sucesivas generaciones de activistas puedenrecurrir para poner en marcha sus movimientos en cada momento histórico. De lo contrario, sise reduce los movimientos sociales a sus acciones políticas, se cae en una “miopía de lovisible,..ignorando en cambio la producción de códigos culturales que constituye la principalactividad de las redes sumergidas de movimiento, además que la condición para la acciónvisible”.46

Respecto a esta capacidad de innovación cultural, Zubero comenta que “La mayoría de losanalistas prescinden de tomar en consideración esta perspectiva subterránea, la única que nospermite descubrir el hilo “roji-verdi-lila” que relaciona entre sí iniciativas y movilizacionesprocedentes de estructuras organizativas diversas. Asímismo, sólo desde esta perspectivapodemos superar las visiones coyunturales e inmediatistas de la movilización social, incapacesde percibir otra cosa que los “picos” de movilización, que los momentos de explosiónmovilizadora, sin caer en la cuenta de que tales momentos de acción son el resultadoobjetivado de toda una auténtica fábrica de relaciones y significados, de un proceso interactivoque es la base de la acción visible”.47

Tienen un carácter ejemplar y expresivo, propio de todos los movimientos sociales en sus fasesiniciales de construcción y afirmación simbólica de su identidad, pero que en el caso de los“nuevos”, generalmente constituye un rasgo permanente y no una etapa de su desarrollo.

Pierre Bourdieu48 , en una de sus últimas contribuciones, escrita al calor de los movimientoseuropeos contra la globalización neoliberal, avanzaba un paso más en el puente que estamostendiendo entre la teorización de los NMS y de los emergentes movimientos, mal llamadosantiglobalización. El sociólogo francés caracterizaba a estos movimientos a partir de su“parecido de familia”, que estaría dado por los siguientes rasgos:

- Nacen frecuentemente del rechazo de las formas tradicionales de acción política, y enparticular de la que perpetúan los partidos de tipo soviético. Son propensos a excluir toda clasede monopolización por minorías y a favorecer la participación directa de todos los interesados.“Cercanos en esto a la tradición libertaria, están vinculados a formas de organización inspiradasen la autogestión caracterizada por la agilidad de la organización, lo que permite a los agentesla reapropiación de su papel de sujetos activos”.49

- Inventan o reinventan formas de acción originales tanto en sus fines como en sus medios, conun fuerte contenido simbólico y dramatúrgico que, buscando captar la atención pública, es

46Melucci, Alberto. Ibid. pg.11.

47Zubero, Imanol. Movimientos sociales para el siglo XXI. Disponible en :

www.interbook.net/personal/hugozarate/foro3.html.48

Bourdieu, Pierre. Contra la política de la despolitización. En Revista Ecología Política. Cuadernos de DebateInternacional, nº.21. 2001. pgs. 20 y ss.49

Bourdieu, Pierre. Ibid. pg. 21.

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solamente un complemento del trabajo cotidiano emprendido desde hace muchos años almargen de los movimientos “tradicionales”. –partidos y sindicatos-.

- Rechazan las políticas neoliberales destinadas a imponer las voluntades de los grandesinversores institucionales y de las multinacionales.

-Son internacionales o internacionalistas. Característica que ejemplifica Bourdieu con elmovimiento de los parados, de alcance europeo, o con la organización Vía Campesina quereúne, junto a la francesa Confederation Paysanne de José Bové, a otros muchos movimientoscampesinos del Sur. Todos estos movimientos “a la vez particularistas e internacionalistas; nodefienden la Europa insular, aislada, sino a través de un cierto tipo de gestión social de laeconomía, que evidentemente se tiene que hacer en conjunción con otros países”50.

-La última característica común sería la solidaridad, como principio tácito de sus luchas, y seesfuerzan por realizarla, tanto por los objetivos de su acción, al “ocuparse de todos los “sin”,como por las formas de organización que adoptan”51.

En realidad, sobre la matriz europea occidental que le traza la tradición de la teoría de losNMS, Bourdieu está introduciendo elementos que caracterizan a los movimientos de resistenciay crítica a la globalización que parecen reactivar de forma renovada, paradójicamente, viejassubculturas activistas. El otro elemento, íntimamente conectado con el anterior, consiste en loque Bourdieu llama un nuevo internacionalismo, que sin embargo, no se presenta en abstracto,sino que pretende ser cimentado en economías locales justas, sustentables y diversas.

Podemos decir entonces que el vaticinio de León Moncayo, se ha cumplido: “Inevitablementeaparecerán cruces e intersecciones entre los ámbitos de los nuevos movimientos y lascategorías de clase. No es posible seguir ignorándolas toda vez que se descubre cómo lo queestá en juego es el proceso mismo de acumulación y existe un orden de dominación en lasrelaciones sociales que se manifiesta en grupos opuestos.¿Cómo habrán de expresarseentonces las clases sociales explotadas, para las cuales tampoco son ajenas las otrasdominaciones, exclusiones u opresiones? Ya no como viejos movimientos. Sin dudaaprovecharán de lo enseñado por los nuevos movimientos sociales…”52.

Estamos ante un conjunto de movimientos sociales antisistémicos de nuevo tipo, que reúnencaracterísticas de los viejos movimientos antisistémicos y también de los NMS, al integrar en sured relacional esas “familias”, pero que al mismo tiempo, es más que la simple yuxtaposición deesos dos tipos sumados. El rechazo de la globalización, sea que se la califique como neoliberal,corporativa o capitalista está actuando como marco maestro adversativo que sobredeterminalas luchas particulares de los movimientos, que ahora aparecen entrelazadas.53.

50Bourdieu, Pierre. Ibid. pg. 21.

51Bourdieu, Pierre. Ibid. pg. 22.

52León Moncayo, Héctor. Los movimientos sociales: entre la condicionalidad y la globalización. Op.cit.

53Sobredeterminación en el sentido de Laclau y Mouffe, “sobredeterminación”, no significa un mero esquema físico

de acción-reacción de la superestructura sobre la infraestructura, sino que está asociada a la noción de “campo” ode conjunto borroso, diseminación y diferenciación de sentido, etc. y que, creemos, en su versión “radicalizada” porestos autores, nos da pautas para seguir las trazas gruesas de la fecundación mutua, la “trasglosia” , o los espaciosde convergencia entre las luchas por la apertura de espacios de dignidad humana que llevan adelante losmovimientos sociales que confluyen en la red “antiglobalización”, y que, más allá de sus conflictos y espacio-tiemposo lugares específicos, articulan vectores contrahegemónicos dirigidos hacia la globalización. Con este alcancedecimos que sus luchas están sobredeterminadas, y por tanto, relacionadas, por la globalización y la forma deenmarcamiento, que practican desde sus injusticias los movimientos “antiglobalización”. Laclau, Ernesto y Mouffe,Chantal. Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia. Siglo XXI. Pgs. 112/113.

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4. Otro mundo (mejor) es posible: las tendencias en los movimientos críticos de laglobalización.

El llamado movimiento de resistencia a la globalización, consiste en realidad en un movimientode movimientos, o mejor, en un campo de movimiento, conformado por una variada gama degrupos, ONG, centros de estudios, espacios de convergencia, tendencias ideológicas eintelectuales, de variadas latitudes de la geografía mundial.

Como lo define Susan George, “Este movimiento es internacional, y tiene bases amplias. Lasdiferentes coaliciones nacionales que construyeron los movimientos ciudadanos son detrabajadores y sindicatos, pequeños granjeros y sus organizaciones, consumidores,ambientalistas, estudiantes, mujeres, los desempleados, pueblos indígenas, creyentesreligiosos. Hay algunos científicos, técnicos y otros trabajadores intelectuales también, pero nolos suficientes. Esta gente tiene orígenes y pasados ampliamente diversos, han iniciado esteviaje desde lugares muy diferentes, y muchos de ellos ni siquiera se conocían hace cinco años”.54

Para Naomi Klein, se trata de “Un sistema de información, de protesta y de planificación, e sumayor parte subterráneo pero ya lleno de actividades e ideas, que se extiende por encima delas fronteras y que ya abarca varias generaciones”.55

De acuerdo con Jaime Pastor, se trata de un nuevo tipo de movimientos “Su definiciónperiodística como movimientos “antiglobalización”, aunque simplificadora y rechazada pormuchos de los sectores que forman parte de los mismos, sirve en todo caso para entender queresponden a una serie de cambios en el escenario internacional que se han dado en llamarglobalización. No obstante, se correspondería más con su realidad caracterizarlos comomovimientos que se oponen al actual proceso de globalización bajo hegemonía neoliberal yque, aun dentro de su enorme diversidad, rechazan sus consecuencias sociales, ecológicas ypolíticas”, agrega que forman “una amplia coalición de fuerzas transversal y transgeneracionalcon expectativas razonables de tejer unos lazos sólidos…”. 56

Según Oriol Barranco y Robert González, “se trata de un movimiento compuesto por unconjunto de movimientos de resistencias (también en plural) muy amplio (ecologista, feminista,anticapitalista...) con orientaciones ideológicas plurales y tipos de organizaciones diversas, através de las cuales se han movilizado diferentes sectores sociales. Es un movimiento que seha ido articulando a través de coaliciones heterogéneas: por una parte, se producen coalicionesde coaliciones, valga el ejemplo de la Marcha Mundial de las Mujeres que, además de ser unacomponente del movimiento antiglobalización, a su vez forma una red internacional demovimientos de mujeres. Por otra, convergen diferentes movimientos y multitud de campañasque se han conectando mediante el trabajo conjunto”.57

Siguiendo a Arturo Escobar, se puede decir que hay algún grado de consenso acerca de cómooperan los movimientos “antiglobalización”: a) actúan en varias escalas (de lo local a lo global),

54George, Susan. Corporate globalization. En: Bircham, Emma and Charlton, John. (Eds.) Anticapitalism. A guide to

the movement. Op.cit. pgs. 21/22.55

Klein, Naomi. No-logo. El poder de las marcas. Paidós. 2001.56

Pastor, Jaime. Los movimientos antiglobalización neoliberal. Séptimo Congreso Español de Sociología. Op.cit.57

Barranco. Oriol y González, Robert. Los movimientos contra la globalización neoliberal. Una perspectiva militante.En: Riera Montesinos, Miguel. (Ed.) La batalla de Génova. El Viejo Topo. 2001.

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b) no tienen una estructura centralizada, un centro de comando, o incluso un conjunto dedemandas compartidas aun cuando en alguna medida puede decirse que tienen un “enemigocomún”: la globalización neoliberal, c) en consecuencia, son tremendamente pluralistas, lo quees visto por algunos como una fortaleza, y como una debilidad por otros, d) La metáfora másapta para describirlos es la de las redes58.

Estos movimientos surgieron como grupos sociales de resistencia, pero actualmente generanpropuestas y alternativas que van perfilando los contornos difusos de unas ideas de justiciaglobal, entendiendo por tal la articulación de tres dimensiones de la acción colectiva: launiversalización de los derechos sociales, una justicia expansiva e integral (ecojusticiaeconómica), que incorpore dimensiones ecológicas, económicas, de género, migratorias,comerciales, de derechos humanos, etc., y finalmente, un proceso de internacionalizacióninterdependiente que debe ser orientado a erradicar la pobreza en el mundo, por medio denuevas políticas internacionales de solidaridad59.

Subyacente a todas las definiciones anteriores, y subtendiendo las líneas de conflicto socialdesde la que surgen los movimientos antiglobalización neoliberal, no puede soslayarse lareconfiguración de la acumulación de capital a escala mundial y su capilarización a más y másaspectos de la vida, generando un proceso de subsunción total de la sociedad en la relacióncapitalista, que se concreta en diversos contextos y situaciones de antagonismo y emergenciade subjetividades.

Las propias redes tecnológicas que orientan los flujos de producción y circulación de bienes,información, y valorización mundial, en tanto funcionan como aparatos de captura de lossaberes sociales acumulados mundial e intergeneracionalmente, han sido transformadostambién en un campo de disputa que permite articular las luchas localizadas y las redes deinvestigación-acción temáticas en campañas y espacios de convergencia (contracumbres,movilizaciones, foros sociales) de los movimientos antiglobalización, transformando a estos enun nuevo actor de la política mundial, especialmente relevante en regiones como América delNorte, SE asiático, Europa y América Latina.

Lo que aglutina a grupos y movimientos tan diversos es su oposición a la globalizaciónneoliberal, a la que George define como una constelación de poder formada por las“corporaciones transnacionales” industriales y financieras, las instituciones formales (FMI, BM,OMC) e informales (foros, como el de Davos, y organizaciones transnacionales de lobby,cabildeo, como el Diálogo Empresario Transatlántico, etc.). Como veremos, más adelante, elénfasis en el antagonismo con diferentes actores de esa constelación, puede ser uno de loscriterios de diferenciación de las tendencias al interior del movimiento, que acentúan suoposición a las “transnacionales”, o bien a las instituciones como el FMI, BM, OMC, etc. o bienal carácter capitalista de la globalización.

Pero sea cual sea su forma de autoexpresión ideológica cultural, como hemos dicho el análisisresultante de la materialidad de sus prácticas los ubica en la búsqueda potente de la actividadcomún autónoma (lo que venimos denominando el materialismo del hacer común, de la vidaactiva), y por lo tanto, en una tendencia antagonista con la relación social del capitalmundializada.

58Escobar, Arturo. Notes on networks and Anti-Globalization Social Movements. Op.cit. pg.1

Disponible en www.unc.edu/depts/anthro/faculty/fac-pages/escobarpaper.html59 Diaz Salazar, Rafael. Op.cit. pgs. 15/16.

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En este contexto es importante, intentar definir criterios de distinción entre las diversas variantesde discurso y prácticas críticas frente a la globalización que emergen en las tendencias delmovimiento. En 1974, Barnett y Müller propusieron tres posibles discursos críticos de laglobalización, y basados en críticas ya por entonces existentes: los tres ejes eran la crítica de lainviabilidad del crecimiento ilimitado de las economías centrales, la crítica del consumismo delas sociedades desarrolladas, y la crítica de la jerarquía que imponen los poderestransnacionales emergentes.60 Como veremos, estos discursos siguen, en diversas formas,estando presentes en las críticas del actual movimiento.

Para Ramón Fernández Durán, existen dos tendencias predominantes al interior del movimientode resistencia y crítica a la globalización capitalista, una de carácter más reformista y con latendencia a promover, a partir de campañas específicas un sistema económico más justo,participativo, transparente, equitativo y sostenible, al mismo tiempo que un reforzamiento de lasfunciones regulatorias de los estados de carácter democrático. Esta tendencia abarcaría a lasorganizaciones y movimientos como ATTAC, Amigos de la Tierra, Jubilee Plus, el Club deAcreedores de la Deuda Ecológica, Le Monde Diplomatique, etc., que se han nucleado en tornoal Foro Social Mundial de Porto Alegre. La otra tendencia sería de un carácter más marcada yexplícitamente anticapitalista y crítica del desarrollo económico, y se articularía en torno dePeoples Global Action (PGA).61

Amory Starr, por su parte, realiza una clasificación tripartita: movimientos de impugnación yreforma, globalización desde abajo, y relocalización62. Problematizando esta perspectiva,intentaremos esbozar un marco que nos permita delimitar las principales prácticas yarticulaciones discursivas antagónicas de la globalización capitalista, no solamente desdeaquello a lo que se oponen, sino también, y principalmente, desde cómo imaginan laconstrucción de un mundo que vaya más allá de la globalización “neoliberal corporativa”.63

En ese sentido, el enfoque actualmente más usual es el de la “globalización desde abajo”,globalization from below, formulado originariamente por Richard Falk64 en 1993, y desdeentonces popularizado para calificar a la emergencia cada vez más frecuente y articulada demovimientos críticos frente a la globalización “desde arriba”.

Falk define la “globalización desde abajo”, como la crítica y resistencia, tanto local, desde lasorganizaciones de base, fundada en la concreción y especificidad de tiempo y lugar, comotransnacional, involucrando la conexión del conocimiento y la acción política en centenares deiniciativas civiles65 .

60Ver Barnett, Richard and Müller, Ronald. E. Global reach. The power of the multinationals corporations. Simon and

Schuster. 1974 y Mishan, E.J. Los costes del desarrollo económico. Oikos-Tau. 1970.

61Aunque reconoce que “las fronteras entre todos estos planteamientos no son precisas y continuamente se están

redibujando. De hecho,...empiezan a existir voces en su seno que abogan por profundizar en la crisis de legitimidadde todo el sistema, y preconizan la necesidad de desmantelar el FMI, BM, OMC, así como las empresastransnacionales para caminar hacia un mundo distinto”.Fernández Durán, Ramón. Capitalismo global, resistenciassociales y estrategias del poder. En: Fernández Durán, Etxezarreta, Miren, Saez, Manolo. Globalización capitalista.Luchas y resistencias. Virus. 2001. pg. 202.62

Starr, Amory. Naming the enemy. Op.cit. pg. XI.63

Starr, Amory. Ibid. pg 40.64

Falk, Richard. The making of global citizenship. En: Brecher, Jeremy, Brown Childs, John, and Cuttler, Jill. (Eds.)Global visions: beyond the new world order. South End Press. 1993.65

Falk, Richard. Resisting globalization from above through globalization from below. En: Gills, Barry K. (Ed.)Globalization and the politics of resistance. Mc-Millan- St. Martin Press. 2000. pg.49.

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Se trata de un “nuevo internacionalismo” que articula en un amplio marco de “desposesión” (devoz ciudadana, medios de vida, opciones) múltiples sitios de opresión, enlazando movimientosecologistas, socialistas, sindicales, el zapatismo, etc. Este tipo de movimientos buscantrasformar en un sentido democrático las instancias de gobierno en distintos niveles.

Junto a esta visión, existen en los equívocamente llamados movimientos antiglobalización, otrasdos formas de marcos críticos:

Uno de ellos estaría dado por los movimientos de “impugnación y reforma”, que tratan deconstreñir el poder de las corporaciones a través de las instituciones democráticas y la accióndirecta, la recuperación de espacios públicos no mercantilizados, etc.

Los movimientos pacifistas y de derechos humanos desde hace tiempo vienen criticando lasconductas de las corporaciones multinacionales. A ellos se han sumado movimientos contrariosal ajuste estructural y que reivindican la reforma agraria, y algunos que se definen a sí mismosdesde el control, la oposición y denuncia explícita de las prácticas de las multinacionales.

Muchos de estos movimientos buscan aumentar la capacidad de control, la transparencia y laresponsabilidad de las instituciones interestatales y estatales.

El tercer modo es el de aquellos movimientos que buscan “relocalizar”, “desglobalizar”, e inclusola “desconexión” de la economía globalizada, reconstruyendo y renovando comunidades deescala más pequeña, más sustentable, y más humana, en las que las corporacionesmultinacionales gigantes y las instituciones económico-financieras internacionales no tenganinjerencia alguna. Estos movimientos son fuerzas sociales con base territorial, que estántratando de redefinir, y renovar sus comunidades como estrategia de supervivencia y resistenciafrente a una globalización percibida como altamente agresiva y destructora de sus formas devida.

Como estamos en presencia de un movimiento de movimientos, es decir, de una compleja redde movimientos sociales y organizaciones, es necesario tener en cuenta también que cada unode los sub-tipos o tendencias está formado por una pluralidad de grupos, así, por ejemplo, ensu estudio, Starr integra las tres clases de “movimientos anticorporativos”, de la siguiente forma:

Movimientos anti–corporativos según Amory Starr.66

Impugnación y reforma Globalización desde abajo Desconexión/relocalización

Contra el ajuste estructural.Paz y derechos humanos.Reapropiación de espacios públicos ycomunitarios.Explícitamente anti -corporativos.

Ecologistas.Sindicatos.Socialismos.Explícitamente críticos de laglobalización.Zapatismo.

Anarquismo.Desarrollo sustentable.Soberanía.Nacionalismos religiosos.

Por nuestra parte, compartiendo este criterio clasificatorio en general, sin embargo, nosdiferenciaremos en lo siguiente:

66Tomado de Starr, Amory. Op.cit. pg. 149.

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En primer lugar, Starr incluye movimientos, como los ecologistas, pacifistas y de derechoshumanos, (al mismo tiempo que omite las diferentes variantes del movimiento feminista), queorientados a temas específicos diversos de la globalización en sí misma, muchas vecesconcurren con los movimientos propiamente críticos de la globalización en campañaspuntuales, al mismo tiempo que sus redes de activistas se solapan.

Nos circunscribiremos a los movimientos explícitamente críticos de la globalización, sea que lacrítica se centre principalmente en alguno o algunos de sus aspectos, por ejemplo, laglobalización de los mercados financieros y sus efectos, la deuda externa de los países del sur,las instituciones (FMI; BM, OMC, G8), a partir de su carácter neoliberal, jerárquico, autoritario,las “corporaciones transnacionales” y sus prácticas sociales y ambientales, o bien que seanmás generales o sistémicas, atacando su carácter capitalista, su inviabilidad civilizatoria, suescala gigantesca por inhumana, etc.

Como veremos, las cuestiones relativas a la paz, la crítica del desarrollismo y el consumismo, elmulticulturalismo y el feminismo no sólo no desaparecen, sino que fluyen constantemente enmuchos de estos movimientos críticos como discursos y prácticas transversales y radicales queconforman implícitamente, lo que nosotros llamamos una cultura alternativa de los derechoshumanos.

En segundo lugar, Starr ubica a los movimientos de reapropiación del espacio público ycomunitario (categoría que abarca para la autora estadounidense a movimientos tan diferentescomo los agrupados en Vía Campesina, por ejemplo, Confederation Paysanne, o el MSTbrasileño, junto a movimientos urbanos como Reclaim the streets, o los Urban Squatters(Okupas). Pero, para nosotros, estamos en presencia de movimientos diversos y que debenser ubicados además en tipos diferentes del de “reforma e impugnación”, como hace Starr.

Creemos que, los movimientos vinculados a la tierra que propugnan, como el MST, la reformaagraria o como Confederation Paysanne, la defensa de los cultivos orgánicos y la pequeñaproducción frente a las multinacionales de la agroindustria y el libre comercio, constituyenmovimientos comunitaristas, de relocalización, territoriales, vinculados a las culturas locales,sus ritmos, su forma de conocimiento y relación con la naturaleza que entienden la tierra comomedio de vida y espacio que no debe ser mercantilizado. Por eso los ubicaremos en el tercertipo como movimientos de relocalización.

Los movimientos urbanos como Reclaim the Streets, críticos de la comodificación de losespacios públicos urbanos y portadores de prácticas culturales alternativas, contrarias a lacivilización capitalista en la forma en que ésta se manifiesta en el trabajo, el ocio, el tiempo y laespacialidad de las ciudades, que crecientemente pierden su carácter común y su viabilidad,sumidas en el privatismo, la degradación ambiental y el consumismo, deben ser incluidos en latendencia “globalización desde abajo”, dado que esta crítica está directamente dirigida al estilode vida que impone la globalización capitalista en la “ciudad global”.

En consecuencia, y siempre teniendo en cuenta que los límites y diferencias entre los diversosmovimientos no son claros, que toda clasificación constituye una simplificación, en últimainstancia, una violencia a la complejidad e impureza de la realidad, y que los tres tipos estánatravesados por redes y articulaciones, nos animamos a plantear el siguiente esquema de losmovimientos críticos de la globalización para esbozar sus principales articulaciones sobre labase de cómo imaginan un mundo alternativo al de la globalización neoliberal.

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Movimientos antagonistas explícitamente críticos de la globalización

Contestación y reforma. Globalización desde abajo. Relocalización/desconexión.

-Movimientos “anti–corporativos”: decrítica y control de lasmultinacionales.

-Movimientos contra el ajusteestructural: de crítica y reforma de lasinstituciones económico financierasglobales.

-Sindicalismo crítico de la glob.neoliberal.-Movimientos contra lamercantilización de los espaciospúblicos urbanos y de la cultura.-Movimientos explícitamente críticosde la globalización capitalista.-Zapatismo.

-Ecodesarrollo alternativo.

-Pequeña producción campesina yreforma agraria.

-Anarquismo.

4. Conclusiones: esbozo de líneas metodológicas para comprender el ciclo demovilización crítico de la globalización.

Luego de realizar este recorrido, estamos en condiciones de volver a problematizar la nociónpreliminar que habíamos esbozado. Habíamos dicho que se trata de un movimiento de carácterantisistémico, articulado en su oposición a la actual globalización, que integra una red demovimientos pertenecientes a distintas “familias” (NMS, campesinos, obreros, indígenas),provenientes de conflictos en el centro, la periferia, y la semiperiferia del sistema mundial, ygrupos fluidos de activistas, ONG e intelectuales críticos, que tomados relacionalmente,construyen explícita o implícitamente, consciente o inconscientemente, una división del trabajo,y que se caracterizan por un amplio repertorio de acciones tanto “disruptivas” como“convencionales”. Hasta aquí, lo que podemos sacar en limpio de la teoría de los movimientossociales, sin embargo, como dijimos más arriba, una comprensión materialista y crítica del ciclode movilización que estamos describiendo

Quisiéramos complejizar esta definición preliminar en los siguientes aspectos:

- Nos habíamos referido a los “antiglobalización” como a un movimiento de movimientos,jugando deliberadamente con una cierta ambigüedad. En realidad, después de revisar la “cajade herramientas”, tal vez sea mejor hablar de la “antiglobalización” como un campo demovimiento social67 que articula diversos movimientos sociales, organizaciones, redestransnacionales, centros de estudio crítico, etc. El campo de los movimientos antiglobalizaciónes el espacio de discursos y prácticas de geometría variable, de crítica, contestación,resistencia y alternativas frente a la globalización neoliberal.

Muchos de los movimientos sociales actuales pueden ser vistos tanto en oposición directa a laglobalización, como implicados en luchas que tienen que ver, en una forma u otra, con losantagonismos sociales creados por la globalización. Podemos hablar de un campo ético-político“antiglobalización”, que podría incluir tanto a aquellos movimientos explícitamente autodefinidosde forma crítica o contestataria frente a actores, instituciones o a la globalización misma, comoa aquellas luchas localizadas que, de una manera u otra, enfrentan aspectos de la globalizacióny el capitalismo neoliberal. Ya no hay grupos subalternos estrictamente localizados, todos sonafectados por la totalidad. Esto también significa que no hay, no puede haber, dada lo absolutodel espacio global, que es tomado también como escenario discursivo de disputa por los

67Conf. Alvarez, Sonia E., Dagnino, Evelina, y Escobar, Artuto. Cultures of politics. Politics of cultures. Re-visioning

Latin American Social Movements. West view Press. 1998.

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movimientos, una posición de exterioridad total. Existen eso sí, “líneas de fuga”, desplazamientode límites móviles, prácticas que producen efectos de desterritorialización y reterritorialización.

-Habíamos resaltado su carácter antisistémico68, esta noción nos ha permitido situar la praxisdel campo de los movimientos antiglobalización en las tendencias de largo plazo del sistemamundial capitalista. Ahora intentaremos expresar más claramente el concepto mismo de loantisistémico en estos movimientos.

Lo que en el sentido común se ilustra a través de una serie de metáforas de la sociedad global,significa que ya el mundo ha sido enlazado por las redes de producción, circulación,información y entretenimiento. Esas metáforas suponen que el espacio de la globalización es,entonces, un espacio absoluto que ya no tiene un “afuera”.

En su tendencia expansiva, el capitalismo global ha agotado la posibilidad de resolver la tensiónentre relanzamiento de la acumulación y realización del capital a través de la incorporación asus relaciones sociales de arenas exteriores, por lo que solamente puede apelar a laintensificación y profundización de esas mismas relaciones sociales, con las consiguientesmercantilización y burocratización (ahora predominantemente privada), de todos los aspectosde la vida. La subsunción total de la vida a las necesidades de acumulación y realización delcapital lleva consigo vías compulsivas de deglución por la modernización occidental de ladiversidad de formas de vida y relación entre los seres humanos y entre éstos y la naturaleza.Vías que además, son portadoras de una tendencia entrópica cada vez más evidente.

Cuando todos los aspectos de la vida, y todas las virtualidades de la capacidad genérica de losseres humanos de crear, comunicar, producir, cooperar, desear devienen productoras de valor,lo que se explota no es solamente el trabajo asalariado sino la actividad humana misma.

Justamente por eso, esto no significa que todos los antagonismos que confluyen en el campode los movimientos antiglobalización se definan en el terreno de las relaciones de produccióndel capitalismo global, ni que todos los movimientos se definan como anticapitalistas ycaractericen su práctica como lucha de clases. Lo que sostenemos es que, la llamadaglobalización, es un nombre confuso para designar el aparato de captura de la relación socialmundializada del capital, que sobredetermina múltiples espacios de relaciones sociales e incidedirecta o indirectamente en una gran diversidad de conflictos sociales que afectan cada vezmás aspectos de la vida cotidiana de más personas. Al reducir y empobrecer las opcionesculturales, económicas y políticas y al mismo tiempo pretender legitimar su hegemonía entérminos demoliberales, engendra necesidades radicales y radicaliza necesidades yaexistentes, que no pueden resolverse en el actual orden global.

Las nuevas subjetividades emergentes que se articulan virtual o actualmente en el campo delos llamados “movimientos antiglobalización”, expresan unas prácticas de reapropiación de laactividad común, del flujo social del hacer. Desde lo movimientos campesinos que luchan por latierra, o que resisten a la apropiación privada de su conocimiento local, desarrollado durantegeneraciones de interacción creativa y no deprededadora con la naturaleza, frente a laspretensiones de las grandes empresas transnacionales de la industria agrobiotecnológica,pasando por los sectores populares de habitantes urbanos, pobres, precarios y desempleadosque resisten la privatización de servicios públicos esenciales, hasta los movimientos que luchanpor el libre acceso y uso común de las redes informáticas, o la no mercantilización de los

68Conf. Arrighi, G., Hopkins, T., Wallerstein, I. Movimientos antisistémicos. Op.cit.

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espacios culturales, el punto de conexión consiste en que resisten y plantean alternativas frentea la apropiación privada de lo socialmente construido desde la actividad común.

Todos los movimientos que confluyen en este campo crítico definen a la globalización comogestionada por y en nombre de los intereses y privilegios de grupos minoritarios. La describencomo un gigantesco transformador mundial que privatiza y apropia toda la riqueza y elconocimiento socialmente generados, al mismo tiempo que socializa y externaliza las pérdidas ylos riesgos.

Estos antagonismos, además, definen explícitamente a la globalización como su campo delucha, por lo tanto, no son, ni pretenden ser un “otro” absoluto, sino que son conscientes deestar “en” el mundo. Se caracterizan por su conciencia de estar en tramas de relacionessociales conflictivas, en situaciones concretas que se relacionan con la gestión autoritaria einjusta del mundo, sea que la califiquen como capitalista, neoliberal, etc.,

En ese sentido, las fracturas sociales, culturales y ecológicas y los antagonismos que en ellasse generan, ya no pueden ser exteriores a “entidades” como el capitalismo neoliberalglobalizado o a Occidente en su faz expansiva como modernización o civilización compulsiva.Estos antagonismos sociales están sobredeterminados por la globalización hegemónica.

En consecuencia, y más allá de los imaginarios e ideologías sociales plurales (que, siguiendo elconsenso teórico de los 90 sobre los movimientos sociales hemos llamado marcos deencuadramiento cultural), que se expresan en sus múltiples tendencias (marxismos,anarquismos, cristianismos y otras religiones diversas, ecologismos, feminismos, etc.), sonmovimientos que deben ser caracterizados por sus prácticas, a la manera en que Deleuzedecía que “somos el conjunto de nuestras prácticas”.

Son movimientos materialistas. Sus prácticas nos remiten a un materialismo no teórico, sinopráctico, que genera siempre el exceso de la recuperación del hacer común frente a lasfracturas y separaciones de la relación social del capital mundializado. Y por lo tanto, sontambién, en su aspecto práxico, movimientos en contra del capital, son “no capitalistas”,´“postcapitalistas” o “anticapitalistas”, y eso nuevamente más allá de cuál sea el“enmarcamiento cultural” en tradiciones, ideologías, religiones y otras formas de narracióncultural.

-Habíamos mencionado, en nuestra definición preliminar, que el campo de la“antiglobalización”, articula una red de movimientos, organizaciones, grupos de activistas, etc.,que implícitamente mantienen una división del trabajo. En realidad, al recurrir a este tipo deanálisis, lo que queremos es desarrollar conceptos útiles para aproximarnos a un conjunto deprácticas relacionales complejas que se dan en dicho campo, que incluyen, pero van muchomás allá de, por ejemplo, cómo los zapatistas y otros movimientos críticos de la globalizaciónutilizan internet para difundir sus proclamas y coordinar acciones. Se trata de comprender unatrama de relaciones que supera la dicotomía entre flujos y redes y territorios y lugares, que esmultiescalar (relaciona lo local con lo global, lo regional, etc.), y que especialmente hay quecomprender en términos políticos, como composición de la potencia de las múltiplessituaciones que enreda.

Es una práctica que relaciona, generando un campo de práctica y discurso críticos, distintosprocesos de enmarcamiento de antagonismos sociales sobredeterminados por los procesos dela globalización, y en ese sentido, genera un campo de equivalencias entre luchas democráticasque se refuerzan y reconocen mutuamente en su oposición a esos procesos.

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Esa trama relacional tiene espacios de confluencia muy variados, desde el arraigo y lacontinuidad de las luchas localizadas pero que adquieren sentido global, hasta las protestasmasivas, los foros alternativos y los centros de estudio y generación de conocimiento crítico.Existe una división del trabajo implícita, pero al menos hasta ahora, no jerárquica, que reduce elespacio de tensión entre los momentos de la praxis. A la manera del rizoma, esta trama secaracteriza por su descentramiento en el sentido de ser policéntrica, su horizontalidad en elsentido de no tener dirección ni coordinación jerárquica, y la variabilidad de la extensión de sucampo.

Habiendo complejizado la noción de los movimientos sociales que estamos analizando,estamos ahora en condiciones de enunciar una definición preliminar de los mismos, quedebería darnos indicaciones metodológicas para ser profundizada desde el análisis de losprincipales ejes discursivos, de sus prácticas, y de las alternativas que proponen frente a laglobalización:

Los movimientos “antiglobalización” son aquellos que confluyen en un campo ético-político decarácter antisistémico, que: a) articula movimientos sociales pertenecientes a distintas “familias”provenientes de antagonismos que se dispersan por todas las latitudes del sistema mundial, asícomo a grupos de activistas, ONG, centros de estudio e intelectuales críticos; b) la clave deconexión de las diversas luchas que se articulan pasa por prácticas de resistencia y alternativasfrente a la apropiación privada de la actividad común y de la capacidad genérica misma (decrear, desear, producir, comunicar, cooperar), en ese sentido práctico, decimos que sonmaterialistas y anticapitalistas o al menos, no capitalistas, postcapitalistas; c) Los antagonismossociales en los que surgen los movimientos sociales que se articulan en el campo, parten sinembargo, de una multiplicidad de situaciones concretas y diferentes, entendidas como puntosconflictivos de condensación de las relaciones sociales. En ellas, las prácticas son expresivasde necesidades radicalizadas y potentes, ya que más allá de pobrezas, carencias, ovictimizaciones expresan, aunque sea como mera resistencia, la apertura y el exceso deposibilidades que sólo se logra actuando en común; d) Se constituye como una trama relacionaldinámica, horizontal y descentrada, caracterizada por una división no jerárquica del trabajo,explícita o implícita, que acorta el espacio entre los momentos teórico y práctico de la praxis.