GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemología en Comunicación

download GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemología en Comunicación

of 208

Transcript of GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemología en Comunicación

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    1/208

    Cuestionessobre epistemologa, teora y metodolo

    EditoresCarlos Giordano, Mara Silvina Souza

    Vernica Vidarte AsoreyCompiladores

    Vernica Vidarte Asorey, Laura Otrocki

    del campo de la comunicaci

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    2/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    3/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    4/208

    CUESTIONES SOBRE EPISTEMOLOGA,

    TEORA Y METODOLOGA DEL CAMPO DE LA COMUNICACIN

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    5/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    6/208

    CUESTIONES SOBRE EPISTEMOLOGA,TEORA Y METODOLOGA DEL CAMPO DE LA COMUNICACIN

    EditoresCarlos Giordano, Mara Silvina Souza, Vernica Vidarte Asorey

    CompiladorasVernica Vidarte Asorey y Laura Otrocki

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    7/208

    Cuestiones sobre epistemologa, teora y metodologa del campo de la comunicacin /Vernica Vidarte Asorey ... [et.al.] ; compilado por Vernica Vidarte Asorey yLaura Otrocki ; edicin a cargo de Carlos Giordano ; Mara Silvina Souza ; Vernica

    Vidarte Azorey. - 1a ed. - La Plata : Universidad Nacional de La Plata. Facultad dePeriodismo y Comunicacin Social , 2011.E-Book.

    ISBN 978-950-34-0790-5

    1. Epistemologa. 2. Comunicacin. 3. Enseanza Superior. I. Vidarte Asorey, VernicaII. Vidarte Asorey, Vernica , comp. III. Otrocki, Laura , comp. IV. Giordano, Carlos, ed. V.Souza, Mara Silvina , ed. VI. Vidarte Asorey, Vernica , ed.

    CDD 121.071 1

    Fecha de catalogacin: 10/11/2011

    Ilustracin de tapa: Fernando PalazzoloArte de tapa y diseo: Jorgelina Arrien

    Derechos ReservadosFacultad de Periodismo y Comunicacin SocialUniversidad Nacional de La Plata

    Queda hecho el depsito que establece la ley 11.723Queda prohibida la reproduccin total o parcial, el almacenamiento, el alquiler, latransmisin o la trasformacin de este libro, en cualquier forma o cualquier medio,sea electrnico o mecnico, mediante fotocopia, digitalizacin u otros mtodos sin elpermiso del editor. Su infraccin est penada por las Leyes 11.723 y 25.446.

    La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina.Noviembre 2011.ISBN 978-950-34-0790-5

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    8/208

    NDICE

    Prlogo

    Por Carlos Giordano

    Introduccin

    Por Vernica Vidarte Asorey

    Captulo INavegar 30 aosPor Vernica Vidarte Asorey

    Captulo II Hacia una epistemologa de la comunicacin social. Una genealoga de la vinculacinentre cultura y comunicacin desde el enfoque dialctico

    Por Vernica Vidarte Asorey Introduccin, claves de lectura

    El conocimiento, la creencia y los criterios de verdad

    Modernidad y Crisis, la mirada histrica

    La crisis, su traduccin epistemolgica: ciencia restringida y ciencia plenaria

    La comunicacin y la construccin de la ciencia plenaria, coordenadas polticas

    Cultura y comunicacin: camino a la construccin del objeto de estudio

    Conclusin o claves de fichaje. La propuesta comunicacin/culturas

    Captulo III Intelectuales, posmodernidad, y Despus? Beatriz Sarlo y Nstor Garca Cancliniante la reconfiguracin culturalPor Vernica Tobea

    Introduccin

    Consideraciones preliminares

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    9/208

    Hiptesis en torno a la posmodernidad. degradacin cultural o hibridacin de

    la cultura?

    Palabras finales

    Captulo IV Escritura, autora e interpretacin cultural en ciencias sociales. A propsito deTraslos hechosde Clifford GeertzPor Ramiro Segura

    Introduccin o acerca de las precauciones

    Tras los hechos

    Conexiones intertextuales

    Captulo V Comunicacin, cultura, estudios culturales La (in)definicin del objeto de estudiode la comunicacin y de su estatuto (in/inter/multi/trans/post) disciplinarioPor Nicols Sarale

    El problema del objeto

    Comunicacin y cultura, el desplazamiento de las fronteras y la disolucin delo poltico

    La transdisciplina como idea dominante en el campo de estudios de la

    comunicacin

    Las crticas

    Captulo VI

    Apuntes de historia del proyecto Hacia una Comunicologa Posible.Por Luis Jess Galindo Cceres

    Una visin de la propuesta. Una exposicin sinttica del campo problemtico y

    sus primeras tramas

    Hacia una Comunicologa posible. Presentacin sinttica de las primeras fases

    del programa de trabajo

    Comunicologa en construccin. Hacia una ciencia general de la comunicacin.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    10/208

    Captulo VII Socioanlisis, accin colectiva e intervencin social estratgica.Por Andrs Eduardo Vizer y Helenice Carvalho

    Poltica y accin colectiva en Amrica LatinaConsideraciones histricas y tericas para el anlisis de los movimientos

    sociales

    Propuesta para una metodologa de anlisis e intervencin estratgica en

    comunidades e instituciones de accin colectiva

    Dispositivo de anlisis: investigacin-accin, diagnstico e intervencin social

    Conclusiones inconclusas

    Captulo VIII Balance crtico y nuevas perspectivas de la investigacin sobre recepcin de medios enCubaPor Mara Margarita Alonso

    Introduccin

    Desarrollo

    Principales tendencias Los aos 90: Nuevas orientaciones Conclusiones

    Captulo IX Algunos problemas del campo comunicacional: revisin de sus posibilidades comociencia

    Por Cristian Bessone Introduccin

    Sentido del debate sobre la cientificidad de la comunicacin Problemas del campo comunicacional Reflexionar sobre las posibilidades cientficas de la comunicacin

    Captulo X

    El signo de la Sociedad de la informacin. De cmo la ciberntica y elestructuralismo reinventaron la comunicacin

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    11/208

    Por Pablo Rodrguez Ciberntica

    La ciberntica y el estructuralismo

    Cognitivismo La nueva comunicacin

    La convergencia Conclusin

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    12/208

    PRLOGO

    ...una historia

    Les cuento una pequea historia... el 27 de julio de 1999, hace ya 4353 das (casi12 aos enteros) con los infaltables mates de por medio- le propuse a Walter Miceliuna idea que haba surgido de un intercambio creativo con Luis Pennisi auxiliardocente en el Taller de Produccin Audiovisual I, marplatense-... organizar una

    publicacin electrnica que nos pusiera en dilogo productivo con las diferentesescrituras que muchos integrantes de la comunidad de la Facultad de Periodismo yComunicacin Social hacamos respecto de nuestras prcticas en investigacin...pronto la idea pas a ser una revista electrnica, de publicacin peridica, deperiodicidad estacional, con objetivos de divulgacin-produccin-discusin-debate-circulacin, que necesitaba un nombre y unas formas...

    No s si por alguna consulta efectiva o por nuestro propio imaginario la cosadiscurri con el lmite de 8 letras... y atendiendo a la centralidad hegemnica delingls como lengua de la red de redes...

    Una tarde entera de intentos, dos termos ms tarde y la certeza de que seramoscriticados por algunos guardianes de la propiedad de las lenguas, fueron suficientespara aquella idea: Cuestin/Question...

    No ms de 8 caracteres... indicaciones precisas pero tambin liberadoras de

    sentido... dilogo con la red de redes... con sus hegemonas formales... intento desntesis entres sus mltiples sonoridades significantes: interrogante, cuestionamiento,asunto, crtica, lo que creamos que simbolizaba el espritu que se ha desarrollado enel campo, o por lo menos lo que debiera hegemonizarlo... adems la ambigedadmanifiesta en el idioma base, acercaba, acertaba, a la zona de atraccin de un campomuy hegemonizado por los centros, investigadores e investigaciones de los pasesnucleares, tanto en los procesos cientficos como en su actitud integral, como unpotente instrumento de vinculacin, de comunicacin (lo que podra constituirse enuna incipiente democratizacin en la circulacin informativa de las actividades y

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    13/208

    corolarios cientficos en comunicacin). Los complementos Periodismo yComunicacin. Estudios, papeles e informes de investigacin fueron las bajadasaclaratorias, las palabras clave que serviran para las bsquedas navegatorias de

    quienes surcaran las redes....

    10 aos despus y treinta nmeros publicados, la historia tom forma y creci enel sentido pensado... hoy Cuestin/Question es una obra que contiene, late y vibra conlos debates del Periodismo y la Comunicacin en particular pero tambin con algunosde las Ciencias Sociales y Humansticas en general.

    ...Toda cifra redonda, 10 y 30 lo son, siempre convoca a los que somos entusiastas

    de balances peridicos de la vida de los procesos... como oportunidades parareencaminarnos, para autoevaluarnos, para mejorarnos, para transformarnos y parafestejar, tambin... que son todas acciones en donde se hace evidencia que la vida noes un camino con un nico sentido prefijado, sino que nos necesita para fluir y crecer.

    Por eso es que hoy estamos aqu, presentando estas excusas para el disfrute.Hemos sintetizado, con las debilidades de toda eleccin pero con la fortaleza vital dela originalidad de cada texto, en 10 ejes la historia conceptual de Cuestin/Question.Como cuestiones sobre, aqu presentamos una serie de escritos acerca de

    ...epistemologa, teora y metodologa del campo de la comunicacin;

    ...medios masivos e industrias culturales;

    ...perfiles y prcticas profesionales del comunicador social;

    ...comunicacin, arte y esttica;

    ...comunicacin y educacin;

    ...jvenes y juventudes;

    ...identidad y memoria;

    ...comunicacin y resistencia;

    ...comunicacin, globalizacin y territorios; y

    ...viejas y nuevas tecnologas.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    14/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    15/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    16/208

    Introduccin

    Los distintos artculos reunidos en este volumen, se pusieron en dilogo a partirdel tpico Epistemologa, Teora y Metodologa en la Comunicacin y las CienciasSociales. As estas voces, estas narrativas, forman un entramado de conceptos yargumentaciones al que subyacen preguntas propias de debates epistemolgicos, ricosy complejos. Preguntas que atraviesan el campo de los estudios de comunicacin ycultura, pero tambin los meta-discursos sobre el estatuto de las Ciencias Sociales, laEpistemologa de las Ciencia, y el histrico y diverso campo de estudios sobre losmodos de conocimiento humano. As, el debate epistemolgico de la comunicacin sealoja en el debate de la epistemologa del conocimiento y lo interpela desde su seno.

    Hasta principios siglo pasado, la humanidad estaba fascinada con lasposibilidades, descripciones y postulados del Mtodo Cientfico. ste se asociabadirectamente al paradigma de la Eficacia o mtodo hipottico deductivo (tambinllamado falsacionismo), enunciado por Popper,1 en el que no se puede determinar la

    verdad de una premisa sino que sometindola a comprobacin emprica se determinasu falsedad o su eficacia; es decir la validez de una premisa hiptesis, creencia, teorao regla- est dada por su eficacia y esta se comprueba slo a partir de someterla algolpe falsador. Pero con el correr del siglo XX y la evidencia de nuevos problemascientficos, sociales, polticos, econmicos y culturales, las restricciones del mtodohipottico-deductivo se volvieron ms evidentes, especialmente en las ciencias sociales.

    Edgar Morin explica estas restricciones: los mtodos y estructuras de nuestro

    conocimiento nos impiden percibir y concebir la complejidad de lo real, es decir,tambin la complejidad de nuestra poca y la complejidad del problema delconocimiento. Morn afirma: A un paradigma de pensamiento, a un modo deconocer la realidad, le corresponde un paradigma tico, un paradigma esttico, unparadigma de la vida, podemos resumir el concepto si decimos que a un paradigmade pensamiento le corresponde un mtodo de conocimiento (Morin, 1997).

    1 Popper, K. Filsofo (Austria 1902- Inglaterra 1994).

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    17/208

    El mtodo de conocer de la ciencia positivista se perfeccion durante laModernidad y tuvo como rasgo distintivo la hiperespecializacin del conocimiento encampos disciplinares reducidos. As (en sintona con la organizacin cultural de la que

    emerge, la Modernidad) lleg a su momento de maduracin plena con laglobalizacin y como en todo proceso dialctico ese momento de auge coincide con lapuesta en evidencia de la crisis. Pensamos a la globalizacin como proceso quepodramos identificar con el fin de la Guerra Fra, la crisis del petrleo del 79 o lacada del Muro de Berln en el 89; pero que comprenderemos ms acabadamente sipensamos en ese perodo en el que, sobre todo a partir de la segunda mitad delsiglo XX, se ponen en crisis los criterios de verdad que sostenan la organizacin

    social moderna.Esta crisis de los modos de conocer se encabalga directamente en la crisis propia

    del campo cientfico en torno al debate disciplina-interdisciplina-transdisciplina. Enese marco, Morn postula la necesidad de adoptar el pensamiento complejo pararesolver problemas complejos. Segn este autor, el pensamiento simplificante hagenerado los mayores hallazgos de la historia del progreso cientfico y tecnolgicopero esos avances transformaron el escenario y permitieron la emergencia de males

    que pueden considerarse especficamente modernos- como la contaminacin mundial,la degradacin ecolgica, el aumento de la desigualdad riqueza-pobreza, la amenazatermonuclear, las corrientes migratorias intercontinentales de excluidos, laincapacidad de los poderes polticos locales para gobernar y las crisis de identidadcultural, entre otros.

    Es decir, a mediados del siglo pasado, comienza a haber voces que postulan quelos nuevos problemas de conocimiento entraron en un nivel de complejidad,

    interactividad y globalidad tal que no pueden ser resueltos segn los mtodoshiperespecializados y parcelados de siglos anteriores. Segn esta mirada, ya no son lasdisciplinas las que definen sus objetos, sino que la dinmica social genera nuevasprcticas que pugnan por ser construidas como objetos de conocimiento posibles deser analizados segn la naturaleza de su configuracin social e histrica.

    A mediados de la dcada del 60, como consecuencia de la crisis de la Cienciapositiva y en el marco de las duras crticas al concepto de racionalidad moderna, se

    plantea desde las ciencias sociales un nuevo modo de entender la sociedad a partir desu carcter simblico. As, con el giro lingstico o giro semitico se asume que los

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    18/208

    seres humanos no podemos dejar de conferir sentidos. A partir de ello cambian losmodos de concebir y analizar la escritura y la lectura. En trminos comunicacionalescambian las claves por medio de las que se estudian los textos y mensajes en las

    instancias de produccin y recepcin; deja de pensarse a la primera instancia comoproductiva y a la segunda como reproductiva, y ambas son entendidas comodeterminadas y determinantes del orden simblico social. Esto trae aparejado un giroontolgico que trasforma los procedimientos de las ciencias sociales: la actividad deinterpretar pasa a ser entendida como constitutiva de todo sujeto y a la vezconstituyente del mundo social. De ah el denominado giro hermenutico, en el quelos cientficos sociales reconocen el carcter performativo de la teora: la comprensin

    de un fenmeno -y especialmente su interpretacin y la escritura interpretativa- son,por un lado, un acto productivo, de creatividad, y, por otro, reproductivo e histrico(Barthes, 1976; Geertz, 1989; Guiddens, 1987 y Schuster, 2002).

    Este marco conflictivo es el contexto del proceso de institucionalizacin del campode la Comunicacin en Amrica Latina. As, el debate disciplina / interdisciplina /transdisciplina es desde el principio un eje en disputa, constitutivo y constituyente dela identidad del campo. Todo esto, sumado a la amplia gama de aportes

    epistemolgicos, tericos y metodolgicos de los culturalismos y las teoras crticas(siempre perifricos de las Ciencias Sociales, desde loscultural studies hasta losEstudios de Recepcin, desde los estudios Poscoloniales hasta la investigacin /accin) son motivos de las dificultades que encuentra el campo de la ComunicacinSocial para pensarse a s mismo, y a la vez son huellas ineludibles de unautoconocimiento necesario.

    La comunicacin social tiene la ventaja de definirse, por la naturaleza de su objeto

    de estudio. Es decir, los estudios cientficos sobre comunicacin surgieron a partir dela irrupcin de problemas asociados al auge de la comunicacin mediada. Los medios,su produccin, circulacin y uso siguen siendo problemas gravitantes dentro delcampo de la Comunicacin; sobre esto nos interpela el artculo de Margarita Alonso,publicado en su versin original hace poco ms de una dcada en el primer nmero dela RevistaQuestion.

    Pero los estudios de comunicacin y cultura fueron ampliando su campo, tambin

    por necesidad, a todas las situaciones comunicacionales humanas desde laconversacin o la comunicacin gestual hasta el espacio semitico global y

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    19/208

    globalizado de la cultura. As el campo se vali de prstamos, asociaciones yapropiaciones de otras disciplinas. A la vez, la fuerte impronta histrica de la prcticaen el campo de la Comunicacin, tanto desde las dinmicas productivas de periodistas

    y comunicadores sociales como desde la investigacin para la resolucin de problemasconcretos de la comunicacin y la cultura, en la interaccin con otros camposcientficos, ha servido muchas veces para deslegitimar a la Comunicacin por su faltade tradicin epistemolgica disciplinar.

    As, aunque en la literatura actual sobre comunicacin social se aborda muyescasamente el tpico que convoca estas pginas Epistemologa, Teora yMetodologa en la Comunicacin y las Ciencias Sociales y al interior del campo

    institucionalizado de la Comunicacin intentemos pasar a nuevas preguntas, en loscongresos, jornadas y simposios, en las aulas, el debate puja por reaparecer.Comuniclogos y comunicadores seguimos pensando las respuestas a preguntas a lavez clsicas y urgentes: consolidarnos como ciencia/s y ordenarnos como disciplina, opensarnos como nuevo campo de conocimiento postdisciplinar para discutir desde alllas formas de produccin de conocimiento de lo social?, existe una respuesta posibleo se trata de asumir la contradiccin para poder superarla? Estas son algunas de las

    preguntas ms gruesas, entre muchas otras, a las que nos propone este libro.Los textos reunidos en este volumen nos invitan a pensar nuevas preguntas, a

    participar y actualizar este dilogo desde distintos enfoques y posturas como elconstructivismo, el estructuralismo, el pensamiento sistmico, el socioanlisis, losestudios polticos y culturales de lo popular Pablo E. Rodrguez, Jess GalindoCceres, y Cristian Bessone presentan claves para repensar el espacio conceptual de lacomunicacin ms all de los medios, interrogan desde la Historia de la Ciencia, de

    la/s Ciencia/s de la Comunicacin, y de sus relaciones con otras ciencias sociales yreas de conocimiento como la Lingstica, la Semitica, la Ciberntica, la Kinsica yla Proxmica. Eduardo Vizer y Helenice Carvalho plantean la produccin tericadesde la comunicacin popular, se sitan en la prctica participativa del mediadorcomunicacional para arribar a conceptos y propuestas metodolgicas especficas, yVidarte Asorey presenta la experiencia reflexiva de Las Clases de Anbal Ford en lasCtedras Nacionales de 1973, en la Facultad de Filosofa y Letras de la UBA.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    20/208

    BIBLIOGRAFA

    BARTHES, R. (1976),El grado cero de la escritura. Buenos Aires. Siglo XXI.

    GEERTZ, C. (1989),El Antroplogo como autor. Barcelona. Paids.GIDDENS, A. (1987),Las Nuevas reglas del mtodo sociolgico: crtica positiva delas sociologas interpretativas. Buenos Aires. Amorrortu Editores.MORIN, E. (1997),La ciencia pierde la razn? Revista Universidad del Valle, N 17,agosto.SHUSTER, F. (2002),Filosofa y Mtodos de las Ciencias Sociales. Buenos Aires.Manantial.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    21/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    22/208

    Captulo I

    Navegar 30 aos

    Vernica Vidarte AsoreyUniversidad Nacional de La Plata (Argentina)

    Recientemente se present el ltimo libro de Anbal Ford,30 AOS DESPUS,1973: las clases de Introduccin a la literatura y otros textos de la poca,editado endiciembre de 2004 por Ediciones de Periodismo y Comunicacin bajo la clasificacineditorial Poltica, Comunicacin y Cultura.

    La obra propone desde el ttulo los recorridos clave que desarrolla: la poca, elmetadiscurso intelectual y cultural que el autor nos ofrece para lograr situar el textoen una perspectiva histrica e interpretarlo en diacrona; y la trascripcin de las clasesdadas por Ford en 1973 en el marco de la materia Introduccin a la Literatura de lafacultad de Filosofa y Letras de la UBA.

    Por la huella

    Estos recorridos de lectura se estructuran a travs de cinco captulos, unaPresentacin a cargo de los Coordinadores editoriales, Alfredo Alfonso y FlorenciaSaintout, las Palabras Preliminares constituidas por una entrevista a Anbal Fordrealizada por los Coordinadores citados y una Introduccin denominada por suautora, Graciana Vzquez Villanueva, Ayudamemoria: 30 AOS DESPUS.

    stos ltimos tres fragmentos sumados a los captulos II, De la poca, III,Textos y entrevistas posteriores sobre el Centro Editor y Crisis, IV, Relatos ycrnicas de esos aos y V, Bibliografa dialogan con el captulo I: Las clasespara aportar esa visin histrica, y otorgar herramientas conceptuales para la lectura

    crtica de los Tericos.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    23/208

    As, antes de tomar parte de esas clases, podemos recorrer la huella de lastrayectorias de pensamiento: establecer un panorama terico general de lapoca, conocer la Universidad en la que fueron gestados y acercarnos al lugar

    de los estudiantes que participaron del proceso pedaggico en el que ese conocimientofue producido.

    Ya en estas primeras pginas cabe la acertada metfora del viaje frecuentementealudida por Ford a lo largo vasta de su produccin intelectual.

    Este recorrido, el primero que aflora de la estructura de la obra, contina a partirde las clases con los diversos textos de la poca que el autor cita y analiza en elCaptulo I y textos del mismo Anbal Ford que apoyan o desarrollan cuestiones

    planteadas en el los Tericos, tambin a partir de las entrevistas se retoman losprincipales temas permitindonos actualizar las problemticas y debatir con el autoracerca de ellas.

    Podemos establecer la analoga del viaje, la navegacin en la que se conoce apartir de diversos sentidos, la lectura se vuelve por momentos escucha, conversacin,y hasta imagen del paisaje histrico.

    Si bien la estructura del libro tiene un destino claro: situar las clases en 1973 y

    entenderlas en relacin con su contexto poltico, econmico y social; el dinamismo ylas distintas posibilidades de organizacin del proceso de lectura no nos proponenuna navegacin lineal, digamos cronolgica en el devenir temporal de las pginas,sino una obra abierta.

    30 AOS DEPUS tiene el estilo informal que le da la trascripcin del discursooral y la mixtura de gneros escriturales (ensayo, entrevista, crtica, opinin, etc.), estolo convierte en un libro entretenido y de lectura gil. Debe entenderse el calificativo

    como algo positivo dentro del todo de la bibliografa acadmica que muchas vecesconfunde densidad conceptual con barroquismos discursivos.

    Pero no deja de ser un texto terico y conceptual sobre cmo pensar la literaturaen tanto objeto de la investigacin en ciencias sociales y por eso incita a la lecturacrtica. Todo pensamiento crtico requiere entender la complejidad, es decir, pensarlos discursos en su relacin con el complejo mapa cultural del que son emergentes.Aqu reside el valor fundamental de este primer recorrido de lectura posible, lectura a

    partir del nivel estructural.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    24/208

    Otros mapas, los mismos puertos

    Pero existe, desde un lugar ms propio del anlisis de contenido, otro camino que

    posibilita la obra sobre todo desde la mirada comunicolgica, el de la reactualizacinde la problemtica planteada en Las clases: la literatura y sus vnculos con otrostextos de la historia cultural.

    A lo largo de los Tericos, se asume una postura sociolgica y antropolgica delconcepto de cultura, como espacio de circulacin discursiva atravesado por distintascaractersticas y asimetras sociopolticas, econmicas e histricas. Esto permiteentender a las distintas reflexiones como los primeros interrogantes derivados de la

    insercin de la literatura como objeto de la comunicacin social.Como afirma Vzquez Villanueva (a partir de los dichos de Ford en el Terico 6),

    30 AOS DESPUSexplica un nuevo modo de hacer teora que incluye a laliteratura en la cultura y la poltica. Las clases dictadas en 1973 emergen delcaldo de cultivo generado por ese momento de crisis estructural de las cienciassociales y sus discursos de verdad, consagrado en la dcada del 60. Crisis que setradujo en duda, en revisin, en crtica constructiva, en aluvin de produccin

    intelectual, poltica e ideolgica.Gran parte de esos interrogantes y cuestionamientos no han sido saldados, las

    problemticas que hoy tiene el pensamiento cientfico en este campo seorientan an hoy, en gran medida, a partir de los mapas propuestos por losintelectuales de los 60 y 70.

    En esta direccin sugiero establecer ese posible recorrido alternativo delectura de la obra.

    En el Terico 16, refirindose a la literatura, Ford propone ampliar el campo deestudio, en cierta manera redefinir el objeto (y, a la vez) ampliar el mtodo de trabajo,sea cual fuere el mensaje que analicemos. Ubicados en ese lugar germinal de losobjetos y los modos cientficos de conocer desde el campo de la comunicacin,advertimos que se plantean para la literatura preguntas y debates que an tienenvigencia. Ante todo, la reflexin acerca del vnculo concreto que tiene el texto literariocon otros textos culturales en el marco de la realidad material e histrica.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    25/208

    En este punto, el autor se diferencia del materialismo histrico ortodoxo -que mepermito denominar pregramsciano-, que supone una determinacin directa de laestructura en la superestructura.

    Para el Profesor, no es solo la realidad la que determina el lenguaje sino que seestablece una relacin dialctica: (el lenguaje) es influido en sus formas deorganizacin por los dems sistemas mencionados (econmicos, sociales,polticos, de ideas, de conductas) y a su vez, influye nuestra manera de interpretar larealidad.2 En el mismo sentido, recomienda a sus alumnos estudiantes de historia quetomen en cuenta que trabajar sobre un texto literario (implica entender) no slo lapluralidad significativa de un texto cualquiera sino tambin su incidencia sobre la

    historia (Pg. 137).Pero tambin toma distancia de las teoras que, ya sea por desestimar la pregunta

    acerca del vnculo de la obra con la poltica y la economa o por considerarloimposible de conocer, postulan al texto como estructura formal aislada de la cultura.

    Una cosa es que en cierto momento nosotros debamos atacar una zona culturalcomo un todo orgnico y autnomo, como lo sealamos con respecto a la obraliteraria, y otra cosa es quedarnos ah y no seguir adelante (Pg. 143) dice Anbal

    Ford, y sostiene que Es lcito observar el lenguaje sobre s mismo en la medida enque no es solamente algo vaco que se perfecciona sino que es algo cargadoideolgicamente (Pg. 127).

    Estas reflexiones se relacionan fuertemente con los debates propios del concepto decultura y, en definitiva, con la discusin filosfica y epistemolgica acerca de lasposibilidades cognitivas de la realidad y su devenir histrico.

    En el terico 16, Ford refiere a estas tendencias opuestas para pensar la cultura y

    sus objetos. As al analizar la obra del socilogo Edgard Morn Del anlisis culturala la poltica cultural (1969) seala: Para unos la cultura es una estructura, paraotros un proceso tal cual se vive. En cierta medida, hay una acentuacin de la teora,por un lado, y de la prctica, por el otro () Morn busca unificar este concepto ()conectar la oscuridad existencial con la forma estructurante.

    Por supuesto que hoy, 30 aos despus, los unos y los otros a los que se refiere elautor, aparecen entrecruzados, con nuevos actores, referentes, escuelas e

    2 Ford, A. 30 AOS DESPUS. Tericos 11 y 12: Ediciones de Periodismo y Comunicacin. LaPlata, 2004.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    26/208

    intersecciones metodolgicas y tericas; pero lo cierto es que la pregunta acerca de larelacin texto / realidad cultural sigue vigente, as como la dicotoma a la hora deensayar respuestas.

    Tal vez por la tradicin que tiene la literatura como objeto de otras disciplinas, opor la identidad histrica del campo de la comunicacin -que se mueve entre lotransdisciplinario y lo indisciplinado-3 para abordar otros objetos distintos a losderivados de los medios masivos; pero la literatura analizada especficamente desde lamirada comunicacional no ha sido explorada lo suficiente. Por eso 30 AOSDESPUS evidencia reflexiones no slo actuales sino tambin legtimas para avanzaren un sistema cartogrfico que nos permita descifrar la compleja amalgama planteada

    en la tapa del libro: Poltica, Comunicacin y Cultura.

    3 Aqu cito el trmino utilizado por Inmaccolatta Vasallo de Lpez en su exposicin de cierre delCongreso de la Asociacin Latinoamericana de Investigadores en Comunicacin, ALAIC. La Plata,2004.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    27/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    28/208

    Captulo II

    Hacia una epistemologa de la comunicacin social. Una genealoga de la

    vinculacin entre cultura y comunicacin desde el enfoque dialctico 4

    Vernica Vidarte AsoreyUniversidad Nacional de La Plata (Argentina)

    Introduccin, claves de lectura

    En el trabajo se desarrolla el enfoque dialctico para analizar a los estudios decomunicacin social en el marco de la crisis de la Modernidad y de la cienciapositivista. Luego, se presenta un recorrido por la vinculacin epistemolgica entrecomunicacin y cultura, y se relaciona esta lnea de investigacin con los nuevos

    mtodos del conocimiento en el marco de la transdisciplinariedad, entendiendo estaltima como respuesta emergente de la citada crisis.

    Por ltimo, se intenta situar lo analizado en Amrica Latina a partir dereposicionar al culturalismo latinoamericano como fundante de la nuevaconfiguracin y de la proyeccin futura de la investigacin cientfica en el campo delos estudios de comunicacin.

    El conocimiento, la creencia y los criterios de verdad

    Comencemos por definir el conocimiento desde una perspectiva dialctica. Comolo seala Charles S. Peirce (desde el pragmatismo) el conocimiento es una funcin dela vida. Esa funcin es denominada por Piaget como funcin de autorregulacin. Esdecir, el conocimiento es una funcin que le sirve al viviente para anoticiarse de lo

    4 Publicado en Revista Question N 12 - 2006

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    29/208

    externo y autorregularse para poder continuar su proyecto vital; por esto, a diferenciade lo que muchas veces se cree, el conocimiento no tiene relacin directa con larealidad o la verdad sino con el equilibrio de los sistemas organizados de los vivientes.

    De entre todos los vivientes, los humanos son quienes desarrollan los sistemas deorganizacin ms complejos, ya que a falta de otras aptitudes individuales queregulen su supervivencia, la especie humana posee la capacidad de construir sistemassimblicos en el marco de la socializacin (comunidad organizada) para relacionarsecon el ambiente.

    Entonces estos sistemas son cambiantes en tanto cambian las necesidades deadaptacin. Los cambios en la organizacin, responden al proceso de autorregulacin

    del proyecto vital de la especie humana. Sus movimientos ocurren dialcticamente; esdecir, no se pierde una organizacin sino que el nivel anterior se suprime en suautonoma, pero se conserva como la base de un nivel superior que le permite volver aregularse. Este movimiento desupresin/conservacin/superacin/regulacin se definepor el concepto de recada en la inmediatez,5 que seala que cuando la transicin secumple se produce un borramiento de la gnesis, se olvida el proceso y el resultado seinstala como ingnito o no mediado, se deshistoriza o naturaliza. Pero

    la gnesis siempre pugna por reaparecer y genera otra vez el conflicto, as vuelve aactuar el proceso de autorregulacin, que cuando llega al equilibrio recae nuevamenteen la inmediatez.

    Hacemos esta introduccin para contextualizar el enfoque desde el que seanalizar a la comunicacin social como emergente de la crisis de la modernidad y dela ciencia positivista.

    Modernidad y Crisis, la mirada histrica

    Para no abundar en descripciones que ya han sido bastamente trabajadas,acordemos por medio de este pequeo resumen- las lneas generales de ladialctica histrica que caracterizan a la Modernidad como perodo diferencial de lacultura humana.

    5 Samaja, J. Semitica de la ciencia. Los mtodos; las inferencias y los datos a la luz de lasemitica como lgica ampliada: Texto indito en proceso de elaboracin.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    30/208

    En el mundo premoderno, digamos por poner hitos (siempre algo caprichosospara describir procesos) desde las primeras organizaciones estatales en laMesopotamia (aprox. 3700 AD); el Estado lograba ser quien regulaba el intercambio

    econmico proveniente del excedente generado en principio por la agricultura y laganadera, y luego por el comercio. Es decir, las sociedades asuman (fueran o noprivilegiadas por este tipo de organizacin) a los Estados como entes poseedores delpoder supremo. La organizacin se defina por la estructura estatal tantocuando la legitimidad la daban los griegos embriones democrticos de lasCiudades-Estado, tanto cuando la daba el poder divino por intermedio de susmonrquicos representantes.6

    Pero a partir de la complejizacin del sistema de comercio, el creciente desarrollode los mtodos para producir manufacturas y los consecuentes cambios en la divisintrabajo proceso asociado al siglo XXVIII (aunque su gestacin duraaproximadamente 300 aos) que llamaremos en general revolucin industrial-, esasrelaciones econmicas se vuelven interestatales y la organizacin hasta entoncesautorregulada vuelve a entrar en crisis.

    En el seno de esta crisis emerge la burguesa, clase esencialmente urbana, que

    adquiere el poder suficiente para financiar guerras entre Estados hasta que llega adirigir los aparatos estatales.

    Esta toma del poder no es exclusivamente econmica sino que se lleva adelante apartir de procesos revolucionarios -por ejemplo la Revolucin francesa- que lespermiten generalizar ciertos valores culturales fundantes de la nueva organizacincomo la importancia de la sociedad civil, la necesidad de regular el poder estatal, yluego el capitalismo entendido como sistema econmico que se desprende del Estado

    y se internacionaliza-.A la nueva forma de organizacin que constituy la Modernidad le correspondi

    un nuevo mtodo para fijar creencias asociado a la ciencia, que Juan Samajadenomina de la Eficacia o ciencia restringida; a partir de aqu los criterios de

    6 Insisto aqu en la categora de resumen que tiene este apartado ya que en este punto podraincluirse una disquisicin respecto de la organizacin de Amrica (tanto antes como despus delchoque cultural provocado por la invasin europea). Es decir, se sintetiza el proceso desde lasdeterminaciones hegemnicas, aunque se asume la deuda de una descripcin de los procesossubalternos, entre los que se encuentra el latinoamericano.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    31/208

    validacin de la verdad dejaron de regularse por principios metafsicos y/o deautoridad y comenzaron a legitimarse por medio del mtodo cientfico.

    La crisis, su traduccin epistemolgica: ciencia restringida

    y ciencia plenaria

    El mtodo cientfico de la Eficacia recado en la inmediatez se asocia al mtodohipottico deductivo (tambin llamado falsacionismo) enunciado por Popper,7 en elque no se puede determinar la verdad de una premisa, sino que sometindola a

    comprobacin emprica se determina su falsedad o su eficacia; es decir la validez deuna premisa hiptesis, creencia, teora o regla- est dada por su eficacia y esta secomprueba slo a partir de someterla al golpe falsador.

    Que denominemos a este mtodo como restringido tiene que ver con que si loanalizamos lgicamente, a la luz del enfoque que venimos trabajando en estas lneas,vemos que hay una negacin del proceso dialctico; porque se excluyen de las formasde validacin del conocimiento a otros mtodos que son histricamente constitutivos

    de la praxis social -a travs de la cual se autorregula la organizacin humana- y anhoy tienen vigencia en esa organizacin (como el sentido comn derivado de laexperiencia individual o colectiva, o los principios de autoridad comunitaria, social oreligiosa). Es decir, un mtodo que asuma su constitucin dialctica e histrica nopuede oponerse a sus antecesores sino que debiera retomarlos y superarlos. Larestriccin del mtodo hipottico-deductivo se vuelve ms evidente al tratar deimplementarlo en las ciencias sociales.

    As este mtodo de la ciencia es restringido en tanto, al tener una visin sesgada delos procesos propios de la funcin autorregulativa que constituye el conocimiento (ofijacin de creencias), pone en crisis esa funcin ya que no cumple acabadamente surazn de ser: proporcionar criterios de verdad a travs de los cuales la humanidadpueda generar representaciones y dar explicaciones a sus problemas. Dicho de otramanera, falla como mtodo para determinar lo indeterminado.

    7 Popper, K. Filsofo (Austria 1902- Inglaterra 1994).

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    32/208

    Esta falla o restriccin de la forma todava hegemnica de conocer la sealatambin el socilogo Edgar Morn:8 los mtodos y estructuras de nuestroconocimiento nos impiden percibir y concebir la complejidad de lo real, es decir,

    tambin la complejidad de nuestra poca y la complejidad del problema delconocimiento. Morn afirma: A un paradigma de pensamiento, a un modo deconocer la realidad, le corresponde un paradigma tico, un paradigma esttico, unparadigma de la vida, podemos resumir el concepto si decimos que a un paradigmade pensamiento le corresponde un mtodo para fijar creencias.

    Este mtodo de conocer de la ciencia restringida se perfeccion durante laModernidad y tuvo como rasgo distintivo la hiperespecializacin del conocimiento en

    campos disciplinares reducidos. As (en sintona con la organizacin cultural de la queemerge, la Modernidad) lleg a su momento de maduracin plena con laglobalizacin y como en todo proceso dialctico ese momento de auge coincide con lapuesta en evidencia de la crisis.

    Otra vez tratemos de pensar a la globalizacin como proceso que podramosidentificar con el fin de la Guerra Fra, la crisis del petrleo del 79 o la cada delMuro de Berln en el 89; pero que comprenderemos ms acabadamente si pensamos

    en ese perodo en el que, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX, seponen en crisis los criterios de verdad que sostenan la organizacin social moderna.

    La crisis evidencia que esa organizacin ya no cumple la funcin deautorregulacin de la vida, por lo que estamos presenciando el proceso desupresin/conservacin/superacin/regulacinque dar lugar a un nuevo equilibrioentre la forma de fijar nuestras creencias y los problemas de conocimiento que nospresenta el afuera (lo ambiental, al decir de los genetistas); llamaremos a esta nueva

    forma de fijar creencias ciencia plenaria (Samaja) o transdisciplina (Morn).Esta crisis de los modos de conocer se encabalga directamente en la crisis propia

    del campo cientfico en torno al debate disciplina-interdisciplina-transdisciplina. Sobreesta base, Morn postula la necesidad de adoptar el pensamiento complejo, nomutilante, para resolver problemas complejos.

    Segn este autor, el pensamiento simplificante ha generado los mayoreshallazgos de la historia del progreso cientfico y tecnolgico, pero esos avances

    8 Morn, E. (1997), La ciencia pierde la razn?: Revista Universidad del Valle, N 17, agosto.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    33/208

    transformaron el escenario y permitieron la emergencia de males que puedenconsiderarse especficamente modernos- como la contaminacin mundial, ladegradacin ecolgica, el aumento de la desigualdad riqueza-pobreza, la amenaza

    termonuclear, las corrientes migratorias intercontinentales de excluidos, laincapacidad de los poderes polticos locales para gobernar y las crisis de identidadcultural, entre otros.

    Es decir, estos nuevos problemas de conocimiento (en trminos cientficos) hanentrado en un nivel de complejidad, interactividad y globalidad tal que no pueden serresueltos segn los mtodos hiperespecializados y parcelados de siglos anteriores. Yano son las disciplinas las que definen sus objetos, sino que la dinmica social gener

    nuevas prcticas que pugnan por ser construidas como objetos de conocimientoposibles de ser analizados segn la naturaleza de su configuracin social e histrica.

    La comunicacin y la construccin de la ciencia plenaria,

    coordenadas polticas

    En este marco conflictivo, el campo cientfico que estudia la comunicacin socialtiene caractersticas especiales. De cara a la construccin de teoras y mtodostransdisciplinarios propios de la ciencia plenaria, la comunicacin social tiene laventaja de definirse, por la naturaleza de su objeto de estudio. Es decir, los estudioscientficos de comunicacin surgieron a partir de la irrupcin de problemas asociadosal auge de la comunicacin mediada; aunque luego ampliaron su campo, tambin pornecesidad, a todas las situaciones comunicacionales humanas desde la conversacin ola comunicacin gestual hasta el espacio semitico global y globalizado de la cultura.As debe valerse de prstamos, asociaciones y apropiaciones de otras disciplinas.

    Pero esta ventaja, se volvi desventaja al interior del campo acadmico, ya quepor el mismo motivo est deslegitimada por su falta de tradicinepistemolgica disciplinar -propia de la ciencia restringida an hegemnica dentro delcampo cientfico-.

    Por eso, el pasaje o evolucin (sealado ms arriba) de los estudios decomunicacin no fue gratuito, ni para el campo (que estuvo largas dcadasexcluido de la Academia) ni para sus principales referentes, que sufrieron la

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    34/208

    negacin, indiferencia y relativizacin terica con la consiguiente imposibilidad delegitimar la tradicin propia en esa rea de conocimiento. ste problema se acenta enAmrica Latina.

    La transicin a la transdisciplina, en sintona con la transicin a la cienciaplenaria, no supone el abandono del mtodo anterior sino su conservacin como basede un mtodo superador.

    Pero en esta tensin que genera la crisis hay, y creo que es sincero asumirlo ya quetodos podemos caer en esa tentacin, investigadores que no comprenden lacomplejidad del movimiento supresin/conservacin/superacin/regulaciny seamparan en la transdisciplinariedad como en un permiso para abandonar la

    rigurosidad de la ciencia y confundirla con la argumentacin filosfica. Esto desestimalo avanzado en el campo y lo presenta como deshistorizado: un conjunto deinvestigaciones y teoras inconexas que pueden asociarse a gusto segn sirvan a losintereses de nuevos descubrimientos.

    Esta postura frente a la construccin de nuevos mtodos para validar creencias esigualmente restringida y ms aun peligrosa porque interpela destructivamente la crisisdel campo y contribuye a la deslegitimacin de los estudios de comunicacin social.

    Es por tanto menester postular y asumir que el conocimiento no es una sumatoriade descubrimientos individuales o de grupos de iluminados,9 sino una construccinsocial e histrica; y en estos trminos debemos revisar, rescatar y resignificar el vastolegado de nuestros antecesores, pues no hay construccin sin cimientos.

    En este sentido, este trabajo pretende profundizar algunos aspectos relevantes dela lnea de los estudios comunicacionales que entienden el objeto comunicacinindisociado de la cultura, para reposicionar esta lnea como fundante no slo de la

    actualidad del campo latinoamericano sino tambin de su proyeccin futura.

    9 Souza, M. S. (2004) El problema de investigacin: Apunte de ctedra, Seminario Permanente deTesis, Facultad de Periodismo y Comunicacin Social, UNLP.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    35/208

    Cultura y comunicacin: camino a la construccin del objeto

    de estudio 10

    Existen histricamente varias acepciones de cultura, una de las primerasdefiniciones surgi de la Antropologa clsica, que plantea una concepcin de culturacomo lo opuesto a la naturaleza, todo aquello producido por el hombre, modos devida que instituyen relaciones y diferencian la accin de lo natural de la accinhumana. Otra postura la plantea la Sociologa de la Cultura, que la define como unconjunto de bienes o productos con valor esttico o acadmico. Esta ltima es la quems se asemeja a la visin popular del concepto: la cultura asimilada al conocimiento

    y/o la produccin de los elementos constituyentes de lacultura de lite.La comunicacin retom de maneras desiguales estas dos nociones de cultura en

    diversas teoras como el paradigma de los Efectos, la Teora Hipodrmica y la de Usosy gratificaciones.

    Pero a medida que los estudios de comunicacin se fueron complejizando ycomprendiendo a su vez que la linealidad del esquema informtico de Shanon emisor-mensaje-receptor no bastaba para dar respuesta a los fenmenos analizados, comenz

    a atenderse el papel de lo contextual para tratar de comprender cmo se complejizanlos efectos. Este es el enfoque de la Mass Comunication Research. Pero no podemosdecir hasta este punto que la cultura constituyera el objeto de estudio de lainvestigacin en comunicacin.

    Seguir, en este punto, el desarrollo que hace Mara Cristina Mata en sus clasestericas11 sobre la lnea de investigacin que constituy en nuestro campo de estudiola vinculacin entre comunicacin y cultura. As, al hacer un sinttico repaso de las

    10 Si bien se reconoce que la primera aparicin de la lnea Comunicacin/Cultura, en esos trminosde enunciacin, surge de la publicacin de la revista Comunicacin y Cultura (1973-1985). En estetrabajo me refiero a Comunicacin/Cultura como la vinculacin epistemolgica de estas dosnociones y utilizo la barra (/) entre ambas para dar cuenta de que esa vinculacin es dialctica y nouna sumatoria de conjuntos diferenciales; siguiendo lo sealado por Schmukler en el nmero 4 de lamisma revista.11 Mata, M. C. Ctedra de Comunicacin, Modelos y Paradigmas, Maestra en Planificacin y (8)Gramsci, A. Italia 1841 - 1917. Pensador, poltico de extraccin marxista, se centr en el estudio dela cultura. El autor parte de un escenario histrico particular, en Italia estaban dadas las que, para elmarxismo ortodoxo, eran las condiciones objetivas propicias para la revolucin y la posteriorinstalacin de la dictadura del proletariado. Pero en vez de eso, emerge desde las clases popularesel fascismo y se alza con el poder. A partir de all, Gramsci se replantea la importancia decisiva de lacultura, ms all de la estructura material y revisa el carcter superestructural de sta y su relacincon la propiedad de los medios de produccin. En Cuadernos de la crcel. ( Edicin crtica delInstituto

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    36/208

    teoras de la comunicacin y sus puntos de encuentro con la cultura,el primer momento en que surge la cultura como objeto de anlisis es con losEstudios Culturales ingleses, corriente crtica de extraccin marxista que nace en la

    dcada del 60.Los Estudios Culturales ingleses pusieron el nfasis en lo poltico la intencin era

    desentraar los procesos de construccin de la hegemona- y entendieron a la culturadel momento como el modo de vivir dentro de la sociedad industrial que englobatodos los sentidos de esta experiencia social. Partan de que la concepcin yconstruccin de los sentidos sociales, est ligada a la estructura social y slo puede serexplicada en funcin de ella y de su historia.

    As, desde el inicio de esta corriente se estudi a la cultura como un objetocomplejo, que era necesario analizar fuera de los primeros principios de verdad quemarcan las tradiciones disciplinares.

    Cuando se habla de estudios culturales, surge necesariamente la referencia a laproduccin de Escuela de Birmingham. Sus exponentes pioneros ms destacadosfueron Richard Hoggart, William Thomson y Raymond Williams. A diferencia de latendencia funcionalista dominante en la poca, estos intelectuales incorporan la clave

    antropolgica para pensar la cultura y la comunicacin.Tambin aflor en esta escuela una segunda generacin de pensadores -lanew

    left-ms cercana al posmarxismo europeo de Antonio Gramsci12 y los intelectuales dela Escuela de Francfort, Louis Althusser, Theodor W. Adorno y Herbert Marcuse.Entre los representantes de este grupo podemos citar como significativos Stuart Hall,Perry Anderson y Rafael Samuel, continan con los estudios comunicacionales bajo laperspectiva crtica, incluso hacia la generacin anterior de birminghianos. Y an hoy

    siguen siendo investigadores clave para la construccin de conocimiento cientfico entorno a la cultura.

    De hecho, algunas definiciones de Williams sobre cultura fueron retomadas(aunque no siempre citadas) por distintos tericos de la comunicacin. Repasemosesas nociones fundamentales: Williams13 define la cultura como las prcticas y modos

    12 Gramsci . A cargo de Valentino Gerratana, 6 Tomos. Ediciones Era / Universidad Autnoma dePuebla, Mxico DF, 1999) a partir de la divisin clasista de la sociedad y la cuestin de lasrelaciones de poder, destaca la importancia de nociones como ideologa hegemona,contrahegemona en la configuracin cultural y la dinmica histrica de sta.13 Williams, R. (1958) Cultura y Sociedad : Nueva Visin. Buenos Aires, 2001.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    37/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    38/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    39/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    40/208

    BIBLIOGRAFA

    FUENZALIDA FERNANDEZ, V (2000),La televisin pblica en Amrica Latina.

    Fondo de Cultura Econmica. Buenos Aires.GARCA CANCLINI, N. (1984),Cultura y sociedad: una introduccin. Cursos yConferencias, Facultad de Filosofa y Letras, Universidad Nacional de Buenos Aires.Buenos Aires.GONZALES J. (1994),Estudios sobre culturas contemporneas. Universidad Colima,Colima.MARTIN BARBERO, J. (1987),De los medios a las mediaciones. Gustavo Gili,

    Barcelona, 1991.MATA, M. C. (2000),La radio: una relacin comunicacional . Rev. Dilogos de laComunicacin, N 35. Buenos Aires.MORIN, E. (1997),La ciencia pierde la razn?. Revista Universidad del Valle, N17, agosto.OROZCO GOMEZ, G. (1991),Recepcin Televisiva. Universidad Iberoamericana.Mxico.PASQUALI, A. (1963/70),Comunicacin y cultura de masas. Monte vila, Caracas.SOUZA, M. S. (2004),El problema de investigacin. Apunte de ctedra, SeminarioPermanente de Tesis, Facultad de Periodismo y Comunicacin Social, UNLP.WILLIAMS, R. (1958),Cultura y Sociedad . Nueva Visin. Buenos Aires, 2001.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    41/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    42/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    43/208

    produce en clave nacional ni est centrada en la identidad, sino que se concentra enensayar consideraciones en torno a la cultura latinoamericana. Otra diferencia con losensayistas de la etapa anterior es que aquellos escriban de intelectual a intelectual

    mientras que los autores de los libros que aqu analizaremos le hablan a losintelectuales pero tambin a los cientistas sociales, no slo porque la autonomizaciny la consolidacin de estas ciencias las vuelve ineludibles sino porque ellos mismos seformaron en esos espacios y encuentran all la fuente de sus argumentos o la expresinde sus anttesis. La eleccin del ensayo tiene que ver con cmo buscan posicionarseestos pensadores. Ellos no buscan presentarse como expertos pero tampoco sepresentan como simples cientistas sociales en tanto apuntan a trascender la mirada

    propiamente acadmica colocndose como intelectuales, como aquellos pensadores dela cultura que estn por encima de las miradas especficas, que se posan en lo micro ylo macrosocial. Este fuerte centramiento en la figura del intelectual y en la utilizacindel ensayo como medio de expresin obedece a la resistencia con la que estas figurasenfrentan las transformaciones del contexto sociocultural en el que se enmarca sutarea. Frente a un campo cultural que est en permanente movimiento yreconfiguracin estos intelectuales eligen posicionarse desde el lugar tradicional de

    intelectual aunque, como veremos, las opiniones que desde all se exponen no seesgrimen en ambos casos en pos de la conservacin de una posicin ganada.

    En las pginas que siguen se enfrentarn los argumentos y las principales tesisdefendidas en los dos textos citados, y se intentar establecer qu lugar del intelectualreivindican Sarlo y Garca Canclini sobre la base del posicionamiento que adoptanante la cuestin.

    Consideraciones preliminares

    La manera en que escribe su ensayo Beatriz Sarlo (1994), en principio, puedeconfundir porque construye el fenmeno posmoderno desde dos tipos deacercamientos: uno, el que aparece al inicio, se aproxima utilizando una miradacercana a la que utiliza la antropologa, se expresa en primera persona y describe y

    explica la economa cultural de la posmodernidad desde un lugar externoproduciendo un efecto de neutralidad; el otro, que aparece fundamentalmente en los

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    44/208

    ltimos tres captulos, muestra un registro ms personal y autoreferido, adopta untono ms prescriptivo y normativo y pone en escena una intelectual que se posicionadefinitivamente como legisladora y se separa de la mirada ms cercana a la intrprete

    adoptada al principio. La confusin que la lectura de este texto puede suscitar se veanimada por la estrategia argumentativa que su autora emplea al inicio. Estaestrategia consiste en pintar su fresco de la posmodernidad al estilo de losantroplogos cuando se sumergen en culturas extraas y apuestan a la empata paracomprender aquello que les es ajeno, al mismo tiempo que presenta losposicionamientos ms tpicos de los intelectuales ante los mismos fenmenos que elladescribe. Un abordaje distante tanto de la posmodernidad, como de las posturas que

    sta despierta en los intelectuales, hace suponer que lo que se tiene para decir essuperador de aquellas posturas que se citan. La autora manifiesta no comulgar conninguna de las reacciones ms comunes ante la mutacin cultural, ni con la reaccinneoliberal ni con la neopopulista. Esto es, ni con aquellos que renuncian a buscar loscaminos para democratizar y expandir los frutos de la cultura elevada con elconvencimiento de que ser la mano invisible del mercado quien cumplir con lademocratizacin de la cultura de elite, ni con quienes sobrevalan las capacidades del

    pblico para resignificar y aprovechar la pobre oferta simblica que les propone lacultura de masas. Sarlo tambin se distancia de la visin del problema que se revelams apocalptica en tanto no logra descentrarse del valor superior asignado a lacultura erudita, y rechaza los cambios introducidos por la revolucin cultural en tantono estn timoneados por el paradigma letrado. A los ojos de la autora esta actitud seresume en elclichtodo tiempo pasado fue mejor y se limita al lamento ante loscambios sufridos. Esta ltima explicitacin habilita a esperar de parte de la autora

    una mirada superadora o cuanto menos distinta ante la organizacin audiovisual de lacultura que las que ella enuncia. No obstante, y a pesar de manifestar su insatisfaccincon esta solucin, la propuesta ofrecida es muy cercana a la que promueven los aqullamados apocalpticos y que en trminos de la autora son losviejos legitimistas.A lolargo de este trabajo intentaremos demostrar que los supuestos que guan susvaloraciones y sus preceptos se identifican completamente con la mirada elitista quedice rechazar.

    Por su parte, Nstor Garca Canclini (1989) recurre a una intervencin menosautoreferencial y ms cercana al estilo de enunciacin acadmica. Aqu hay una

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    45/208

    explicitacin mucho mayor de las citas y las referencias textuales que se retoman ocon las que se discuten. El discurso es muy recursivo y est organizado a modo decapas: en cada captulo incorpora nuevas dimensiones al anlisis y de ese modo va

    completando el rompecabezas que representa la comprensin del fenmenoposmoderno. En su libro tambin alude a las distintas respuestas que despierta lamutacin cultural en el mundo intelectual pero aborda esta cuestin desde un lugarms descriptivo que normativo, aunque, sin arrojar a la incorreccin poltica losposicionamientos que desdea, tambin manifiesta el tipo de reaccin intelectual conla que se siente comprometido. Este texto ofrece la cristalizacin de una propuesta, deun programa, de una suerte de receta para la construccin y el abordaje de los

    problemas que genera la reconfiguracin cultural, que surge de la reflexin que elautor produce en torno al fenmeno de la posmodernidad.

    Hiptesis en torno a la posmodernidad: degradacin cultural

    o hibridacin de la cultura? 16

    En principio hay que decir que para Sarlo eldescentramiento cultural 17 al queasiste nuestra poca es sinnimo de decadencia, de una perjudicial subversinjerrquica de los formatos culturales para el semblante de nuestra cultura. Lahegemona de la imagen, propia de nuestro tiempo, representa desde su perspectivauna amenaza para el desarrollo intelectual del pblico. Desde esta ptica, lasexperiencias e intercambios que surgen de la relacin con las nuevas tecnologas de lainformacin, con Internet, la televisin y/o la literatura masiva, no conducen a unincremento del conocimiento y el saber ni a una capitalizacin de cultura. Dichosartefactos culturales antes de ser valorados como medios que nos ponen en contactocon mundos desconocidos, capaces de articular elementos y materialidades

    16 Cabe aclarar que el fenmeno posmoderno ha introducido cambios en todas las esferas de lavida, pero en este trabajo slo nos referiremos a l en su dimensin cultural y teniendoprincipalmente en cuenta los aspectos de l que sobresalen ms en los planteos que aqu seanalizan.17 Retomamos esta expresin de Jess Martn Barbero (2002) con la que intenta dar cuenta deldesplazamiento del libro del lugar central que sola ocupar en la cultura y de su reemplazo por laimagen visual.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    46/208

    heterogneas (imagen, sonoridad, textualidad) que abren nuevas posibilidades deaprehender y experimentar y de conjugar los sentidos y el intelecto, o comoportadores de una nueva episteme,son juzgados comoobstculo epistemolgico

    (Martn Barbero, 2002). Desde esta mirada el conocimiento slo puede sertransmitido por la palabra escrita porque slo all descansa algn saber.

    Sarlo explica por la decadencia cultural el lugar subalterno que ocupan losproductos pertenecientes a la cultura letrada o la alta cultura en la escena culturalactual, arrastrando en su desgracia a la escuela que, moldeada a partir de los valoresde la ilustracin y afiliada y consustanciada con la matriz humanista surgida de latradicin francesa, no encuentra asidero en una sociedad fagocitada por la fascinacin

    que generan los medios.Esta creencia en la fascinacin o el deslumbramiento que despiertan los

    distintos productos y artefactos que componen el men de la industria cultural ha sidodesmentida e impugnada por otros crticos culturales que se preguntanqu fascinacin puede producir por ejemplo en los jvenes, un medio como latelevisin, que constituye el medio ambiente natural de esta generacin (MartnBarbero,op. cit.).

    Jess Martn Barbero (1987) impugn hace tiempo la lectura determinista de losmedios y acentu la importancia de la pertenencia cultural como mediacin clave parala recepcin/interpretacin del mundo y consecuentemente contribuy a potenciar unanueva manera de mirar a los medios y con ello, una estrategia para mantener ligado elestudio de la comunicacin en su interseccin con la cultura. En su libroDe losmedios a las mediaciones,el autor rescata la importancia del estudio de la cultura, lahistoria de la configuracin de los estados nacionales, las identidades, la cultura

    popular y la cultura de masas, por que constituyen todas aquellas mediaciones queasisten en el proceso de cristalizacin de sentidos. El caso de Menocchio que nosacerca Carlo Guinzburg (1981) es un ejemplo bien ilustrativo de las afirmaciones deMartn Barbero.

    En la misma direccin van los trabajos de muchos de los tericos que se ocuparonde observar lo que ocurre en la recepcin, que lejos de afirmar la alienacin y lapasividad del pblico, destacan sus habilidades para subvertir lo que los bienes

    simblicos de la industria cultural mandan, al mismo tiempo que subrayan lacapacidad que demuestra el pblico para utilizar de forma desviada los productos que

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    47/208

    provienen de la economa cultural (De Certeau, 1996). Roger Chartier (1999) abonaestas ideas pero las formula de otro modo. l piensa los textos como contingenciamaterial en tanto su unin con el lector ser la que active sus sentidos. Para este autor

    los lectores de un texto son creadores porque se inventan nuevas representaciones apartir de l. Desde su perspectiva los productos culturales en su encuentro con ellector producen cultura porque provocan prcticas culturales. Garca Canclini, por suparte, destaca el carcter asimtrico que tiene la recepcin respecto de la produccinde cualquier texto (ya se escrito, visual, u otro), pero esto no conlleva necesariamenteun control desde la instancia de produccin de los sentidos que se adjudicaran a lostextos al producirse su lectura. Para l vale la pena estudiar cmo los receptores

    elaboran su relacin asimtrica con la visualidad hegemnica bajo la sospecha deque hay all una apropiacin heterodoxa de los textos (Garca Canclini,dem: 136).

    El registro elitista desde el que Beatriz Sarlo procesa la reorganizacin cultural sevuelve evidente al intentar despejar su lugar de enunciacin. El lugar de enunciacindesde el que se profiere la sentencia de la degradacin cultural habla ms de s mismoque de aquello en lo que se posa la mirada. En este caso el territorio desde el que sedisparan diagnsticos, sentencias, exhortaciones, se corresponde con el de la alta

    cultura. La cultura legada por la ilustracin y la tradicin humanista es la principalmatriz desde la que se juzga la reconfiguracin del universo simblico que se estdando en las sociedades posmodernas. Desde all, la materialidad de los nuevosartefactos culturales, en tanto no se apoyan exclusivamente en la palabra escrita o nose ajustan a las reglas de legitimacin que reinan en el campo acadmico o a lasdisciplinas artsticas tradicionales, carecen de legitimidad y de valor cultural y seexpulsan al desprestigiado lugar del mercado o la no cultura. Eldominocentrismo18

    que gua estas intervenciones se presenta sin velos, los artefactos y productosculturales que no provienen de la cultura erudita son juzgados como chatarra.

    Para algunos autores esta postura es tpica de una generacin que creci en ununiverso regido por la lgica del libro y que tramita la brecha tecnolgica que creceentre ellos y las nuevas generaciones desde la crtica impugnadora de lo nuevo; actituddefensiva de un orden que, por la incapacidad de entender la reconfiguracin cultural

    18 Entendemos con Grignon y Passeron (1991) al dominocentrismo como el estudio o la indagacinde fenmenos culturales o sustratos culturales centrados en la cultura dominante o consagradacomo legtima y juzgados a partir de all.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    48/208

    y el nuevo orden simblico que se articula con ella, objeta desde el argumento del caosy el deterioro cultural una batera de artefactos culturales que se miran conextraamiento (Martn Barbero, 2002). Mirada que muchas veces es acompaada de

    reflexiones ms profundas en tanto condensan diatribas dirigidas hacia el firmamentoideolgico en el que se cree se sostiene esta nueva economa cultural. En este sentido,la incapacidad de las generaciones que se criaron en lo que McLuhan bautiz como laGalaxia Gutenberg para adaptarse a las nuevas tecnologas de informacin ycomunicacin, as como sus dificultades para incorporarlas como herramientas para elconocimiento, explica, segn subrayan algunos tericos, su apelacin aargumentos gerontocrticos(Dussel y Caruso, 1998: 48) ya que all se condensa una crtica a los

    cambios de valores que evidencia unnarcisismo generacional(Puiggrs, 1993, citadoen Dussel y Caruso, 1998), una compulsin tribal y narcisista de poner extremonfasis en la agencia del logos (la palabra) y aniquilar como rival lo imaginario (Stafford, citado por Guasch, 2005:63).

    Este narcisismo generacionalse cristaliza en el modo particular con que Sarloasume su rol intelectual. Para esclarecer esta cuestin es necesario hacer referencia aun artculo titulado Retomar el debate que Sarlo (2001) escribe polemizando con

    otros intelectuales, que la tildan de nostlgica en virtud de sus posturas crticasintransigentes e irreconciliables con la condicin cultural contempornea. Este textoes complementario y coincidente al libro de la autora hasta aqu analizado, peroresulta interesante aadirlo como parte de nuestro corpus ya que es mucho msexplcito y contiene algunas afirmaciones con las que me gustara discutir. All Sarlodeclara suscribir al rol legislador tpico de los intelectuales de la modernidad, confiliaciones ideolgicas y valores bien definidos y slidos, tal como los describe

    Bauman (1997). Tambin en ese artculo ataca el concepto de intelectual intrpreteque acua el mismo autor para dar cuenta del tipo de intervencin intelectual quepropicia la condicin posmoderna. El rol del intelectual en la posmodernidad deacuerdo con lo que surge del trabajo de Bauman tal como lo entiende Sarlo puedesimplificarse as: Desde una perspectiva posmoderna, lo que pueden hacer hoy losintelectuales es convertirse en intrpretes, es decir escuchar la multiplicidad de vocesde la sociedad y tejer la red de interseccin de estos discursos: intelectuales carteros.

    Aqu estriba la principal confusin que arrastra Sarlo respecto de lo que es el

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    49/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    50/208

    como operadores simblicos para con este elemento conocer de qu modo, apuntandoa qu sitios, se puede transformar o encarar lo que no nos conforma.

    Sarlo dice que el libro de Bauman tiene dos conclusiones: las del estilo moderno

    y las del estilo posmoderno, lo que la lleva a sospechar que en realidad el autorsuscribe al primer estilo y no al segundo. El error est en suponer que la intencin deBauman es contrastar en trminos valorativos dos modos distintos de asumir laprctica intelectual para luego determinar a cul de las dos suscribir. En cambio, elesfuerzo de Bauman se orienta a mostrar cmo las exigencias de la poca y lascondiciones del contexto moldean los atributos del intelectual, los mviles para suaccin y el horizonte con el que se trabaja. En tal sentido, en la modernidad, el

    intelectual representa una pieza clave en el engranaje de dispositivos a los que apelabael poder estatal para gobernar y regular a una sociedad de hombres libres que debaenmarcarse en cierto orden y sujetarse a ciertos lmites, a partir de la extradicin delos valores propios del orden feudal que se regulaba por relaciones locales ypatriarcales. En la posmodernidad los rasgos caractersticos que asumen losintelectuales se alejan del mandato legislador, de acuerdo con como lo denomina elautor, y se alinean mayoritariamente con la intencin interpretativa, esto es, asumen

    un rol que puede vincularse ms al perfil del analista, del observador cultural, eletngrafo, aunque como bien afirma Bauman, y esto parece ser lo que confunde aSarlo, conviven con este tipo de intervenciones otras todava regidas por el estiloanterior, el moderno, en tanto an se confiesan comprometidas con ese proyectoutpico. Su crtica se basa en la ausencia de compromiso poltico que tendra a susojos el intelectual intrprete.

    El apego de Sarlo al proyecto moderno la lleva a producir una operacin similar a

    la que Garca Canclini identifica en Habermas y que tiene que ver con encumbrar unideal de la modernidad desprovisto de sus aspectos ms autoritarios, antilibertarios ynihilistas. Resulta muy operativa la definicin de la modernidad como un proyectoemancipador, expansivo, renovador y democratizador que ofrece Garca Canclini, yaque esta diferenciacin de los distintos ideales que este movimiento persigue permiteidentificar ms fcilmente las contradicciones que arraigan en su interior y losdivorcios que se producen entre los distintos proyectos a medida que se avanza en la

    secularizacin. Estas contradicciones que permite vislumbrar la definicin canclianason precisamente las que escamotea Sarlo al identificar modernidad con una visin

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    51/208

    libertaria de la escuela, con una mirada purificada de la Ilustracin y con unaconcepcin emancipadora del paradigma pedaggico. Al igual que Habermas, Sarlo serehsa a abandonar el compromiso intelectual con una sociedad ms democrtica e

    igualitaria en la que el arte pueda ser disfrutado por todos por igual, en la que noexistan propuestas simblicas con distintas valencias en funcin de los pblicos a losque van dirigidas sino una cultura culta que, gracias a la accin pedaggica de lamodernidad, consiga ser deleite esttico para la mayora. Y desde esta perspectiva, esla frmula moderna, principalmente a travs del dispositivo escolar, la nica eficazpara concretar este ideal.

    Ante esta vocacin pedaggica que caracteriza a los defensores del proyecto

    moderno, Garca Canclini formula una pregunta que en principio suena polticamenteincorrecta pero que, al ponerla en relacin con todo aquello que la modernidadcensur y anul para instalarse, cobra un valor nuevo. El interrogante que abre esteautor es si es deseable que todos asistan a las exposiciones de arte; se preguntapara qu sirve una poltica que trata de abolir la heterogeneidad cultural (GarcaCanclini, 1989: 146). Lo que lleva a cuestionarse la utilidad de polticas culturales queapunten a integrar a las masas a la cultura elevada es la preocupacin, al igual que en

    Sarlo, por el carcter democrtico de estas intervenciones. Si para Sarlo este tipo depolticas representan los medios a partir de los cuales hacer efectiva lademocratizacin de la alta cultura, para Garca Canclini arbitrajes de este tipoconstituyen mecanismos autoritarios porque llevan a suprimir la diferencia y aimponer un sustrato cultural arbitrario y extrao a las identificaciones de susprincipales destinatarios. Por eso, dice Garca Canclini, este pblico no vuelve a losmuseos ni encuentra en los bienes que la elite eleva a la cima del ordenamiento

    simblico un valor supremo o digno de su admiracin. Desde esta perspectiva elcostado ms antidemocrtico de la modernidad est en su vocacin expansiva de unacultura que siempre se concibe en singular y que no encierra la heterogeneidad y lasensibilidad que caracteriza al conjunto de la sociedad. La cultura que lamodernidad intenta democratizar no es plural y es por eso que sus buenasintenciones no le alcanzan para evitar caer en un gesto de dominacin. Porque ladivulgacin masiva del arte selecto, al mismo tiempo que una accin socializadora,

    es un procedimiento para afianzar la distincin de quienes lo conocen () Losmecanismos de reforzamiento de la distincin suelen ser recursos para reproducir la

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    52/208

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    53/208

    culturales. Esta visin tiene la ventaja de advertir las distintas expresiones del poderque cristalizan en los bienes y expresiones culturales, y en las dinmicas y usossociales de los signos a partir de los cuales se construye la identidad. Desde esta

    perspectiva las intenciones del mercado, de los artistas y de los pblicos compiten porinstituir sentidos en armona con sus propios intereses y si bien ninguno lo logracompletamente, los sentidos de ninguno de ellos resultan impotentes.

    En cambio, el poder del mercado se sobredimensiona y se vuelve unvoco envisiones como las de Beatriz Sarlo, para quien la lgica del mercado ha corrodo ycontaminado por completo la lgica esttica y con ella la independencia del artista; yel vaco simblico en el que ha cado la escuela ha socavado la sensibilidad esttica del

    pblico. Esta mirada la lleva a identificar a la industria cultural como una aliadamalfica de los poderes capitalistas y de este modo slo puede ver en sus bienessimblicos productos concebidos para engrosar los bolsillos de los magnates de laproduccin cultural y beberse las neuronas de sus pblicos. Una visin maniquea delos medios y una concepcin libertaria de la escuela se conjugan: los primerosembotan y estupidizan el pensamiento, mientras que la segunda confiere instrumentospara activar el intelecto. Este silogismo sobre el que trabaja Sarlo cercenaa priori la

    pregunta por el porqu del nuevo paisaje cultural, no pondera las ventajas ydesventajas de la densidad que adquiere la cultura a partir de la reconfiguracinsimblica a la que contribuyen los bienes que provienen de la industria cultural, nohipotetiza sobre los potenciales frutos que resultaran de la fusin o interaccin entreestas lgicas culturales, en definitiva, no concede estatus de cultura a lo que circula enlos productos que rechaza.

    Lo que interesa destacar aqu es cmo, a pesar de esta conciencia del lugar

    marginal que tienen en la vida de las gentes y en sus experiencias las expresionesculturales producidas al calor de la influencia letrada, no aparece la articulacin conalguna reflexin de ndole epocal o con una pregunta ms profunda en relacin conun cambio en lasestructuras de sentimiento (Williams, 1980) imperantes. Es en estesentido que entendemos que prima la mirada legisladora: la autora se muestra incapazde asir la atmsfera cultural y de aportar consideraciones de los fenmenos que tienepor objeto que se ahorren las prescripciones y las descripciones pivoteadas por los

    valores de la cultura erudita, ubicndolos en un plano ms amplio, ms explicativo,que se proponga desandar los caminos que condujeron a esa reconfiguracin cultural.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    54/208

    Una hiptesis del porqu de esta mirada centrada en el valor de la cultura letradasurge al analizar los resortes que parecen existir detrs del posicionamiento de laautora de Escenas de la vida posmodernaa la luz de la teora de los campos de Pierre

    Bourdieu (2005).19

    Si enmarcamos dentro de la lgica del campo cultural la eleccinde descalificar y recusar valor esttico a todos los productos y artefactos que seproducen al calor de la industria cultural, y al mismo tiempo relacionamos esto con lahistoria de este campo, con su configuracin hasta el arribo de las mutaciones de lasque venimos hablando y con las propiedades de posicin que sus agentes detentan all,la postura de Sarlo se vuelve muy elocuente. Su estrategia tiene que ver con lanecesidad de reproducir el lugar hegemnico que hasta entonces detent la cultura

    ilustrada con la que se identifica y con el peso que figuras como la suya tienen alinterior del campo, para lo cual no encuentra otra alternativa que estigmatizar comono-cultura a aquello que amenaza su propia posicin. En virtud de lastransformaciones que introducen los procesos tecnolgicos, econmicos y simblicosdentro del campo cultural, elstatu quo hasta entonces all reinante se ve, cuantomenos, inevitablemente desafiado y discutido. De esa discusin participan no solo losintelectuales tildados de neopopulistas de mercado, neoliberales convencidos o viejos

    legitimistas, sino tambin los artistas, los artesanos, los cientistas sociales, losperiodistas, los creadores de los productos de la industria cultural y por supuesto, ellamisma, entre otros. Todas estas figuras representan agentes dentro del campo y atravs de sus intervenciones y sus creaciones buscan, de acuerdo con la posicindominante, dominada o deoutsider que ocupen, reproducir, impugnar, replantear odesafiar el sistema de valores y de jerarquas que ste constituye. La revolucincultural que introducen los fenmenos y las prcticas vinculadas a la globalizacin,

    como la televisin o Internet, ponen en entredicho el lugar hegemnico que ciertasfiguras vinculadas a la alta cultura solan ocupar al interior del campo; lo mismoproduce la injerencia que ha cobrado la lgica del mercado dentro del campo. Elpoder, el peso especfico del capital simblico que poseen intelectuales del linaje deSarlo, depende de la posicin que ocupan al interior del campo. Su autoridad se ve

    19 Como se ver en el anlisis que se presenta a continuacin se parte de una concepcin delcampo cultural que integra en su interior al campo intelectual. Si bien para Bourdieu cada campo esautnomo de los dems porque cada uno reproduce lgicas y reglas de juegos que le sonespecficas, para el caso latinoamericano esta independencia de los campos entre s no es tan clarapor lo que proponemos un uso flexible y amplio del concepto de campo cultural.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    55/208

    socavada si sus propiedades de posicin -que no se reducen a sus caractersticasintrnsecas sino al modo en que participa del campo cultural- se resienten ante lacompetencia que le presentan una serie de figuras, artefactos y productos que median

    la relacin de las personas con el mundo y entre s, y que adquieren una centralidadindita en la dinmica de la vida cotidiana. Esta mutacin cultural no deja demasiadoscaminos: conduce a la ira y la descalificacin de los nuevos centros de legitimacin (elpblico, el mercado) en que basan su poder los nuevos creadores, los intelectualescelebratorios, los intelectuales electrnicos, etc.; o bien impele a los intelectualesde viejo cuo a abandonar el cmodo lugar de la legitimidad heredada del pasadopara comenzar a asumir un papel menos confortable aunque ms prolfico para la

    comprensin de la nuevas coordenadas culturales que estructuran y median lasrelaciones humanas y con el medio social.

    Por supuesto que Sarlo discute fuertemente con esta matriz interpretativa porque asus ojos reduce la toma de partido esttica, el posicionamiento poltico y el peso de laideologa, a una lucha por el prestigio o la legitimidad. Desde su perspectiva estadefinicin institucional de lo que es la cultura que propone la lgica de los campos esinsuficiente en tanto no pondera para su anlisis las caractersticas intrnsecas de cada

    uno de los agentes, esto es, sus propiedades inherentes y el modo en que stascontribuyen a configurar de un modo u otro al campo. Oponer la cultura culta a lacultura de masas, el arte a las artesanas, la cultura escrita a la cultura popular, elpensamiento crtico al pensamiento experto, no es, desde el prisma que proponeutilizar Sarlo para zanjar la cuestin, una simple estrategia para conservar un prestigioya ganado o conseguir la legitimidad deseada. El planteo es que el mantenimiento delas dicotomas y de distinciones al interior del men que propone la economa cultural

    tiene resortes polticos, estticos e ideolgicos y no meramente utilitarios comopropone el razonamiento sociolgico. El pluralismo y la neutralidad valorativa nosignifican lo mismo en la esfera del arte que en la perspectiva desde la que se juzganlas diferencias entre los pueblos, alerta Sarlo (pp. 170-171). Pero a estareivindicacin Bourdieu respondera que es gracias a la autonoma relativa del campocultural que esa postura puede ser defendida, es decir, que es gracias a laemancipacin de la religin y de la poltica que la produccin cultural ha conquistado

    a partir de su entrada en el mercado, el hecho de quetodos los posicionamientosestticos, polticos e ideolgicos ingresen a competir por su lugar en el campo. Esto

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    56/208

    significa que ya no es exclusivamente un monarca o un miembro de la cspideeclesistica interesado en figurar en la historia de las bellas artes quien decide sobrelas expresiones artsticas que representan a la humanidad, sino que es el mercado, esto

    es, el pblico, el nico que incide sobre la consagracin de los artistas y sus obras.Esto implica comprender que las diferenciaciones en las valencias estticas siguenpresentes, pero que es el mercado el que consolida la posicin que a cada una le tocaocupar al interior del campo cultural y no el capricho poltico, la voluntad religiosa oel buen juicio de los representantes del saber erudito. Esto no significa que la lgica delos campos culturales se restrinja a cumplir con los mandatos del mercado o delpblico pero s se subordina a ellos con lazos inditos (Garca Canclini,op. cit.:

    60); el xito de los artistas no depende exclusivamente del capital simblicoacumulado y el prestigio capitalizado sino que tambin responde a la produccinartstica realizada con arreglo a las exigencias del mercado y la industria cultural (p.62). Qu hubiera sido de la msica de Beethoven o de Mozart si hubiesen vivido enla poca de la industria cultural? Nada, se responde Garca Canclini, a menos que suproduccin musical se hubiera ajustado a las leyes del mercado.

    Si para Garca Canclini el desacato a las leyes globales del capitalismo por parte

    de un artista puede significar su fracaso, para Sarlo la valoracin de este hecho esdistinta ya que pone el acento en el valor esttico de las obras y no en su xito ofracaso. Para ella es la aceptacin de la lgica del mercado, que no se basa en lacalidad sino en la cantidad, lo que determina la devaluacin del trabajo del artista,que no es lo mismo, y esto lo tiene bien claro la autora, que su fracaso ante el pblico.Por eso su indignacin ante la masificacin de experiencias estticas consagradas porsu valor cultural. Sarlo repudia que los criterios para la divulgacin del arte o la

    cultura de elite sean los que impone el mercado en vez de los que establecen las leyesdel campo cultural. Las consideraciones que despierta en esta autora la realizacin deun concierto al aire libre de Pavarotti (p. 196) muestran a las claras cul es el objetode su irritacin: no es particularmente que a la lgica del mercado suele no importarlela democratizacin de la alta cultura, sino que sea justamente ella la que defina, envirtud de criterios cuantitativos, aquello que se divulga y lo que no de las expresionesartsticas consagradas. El problema parece ser entonces noqu es aquello a lo que se

    debe dar difusin por su valor esttico sinoquin tiene la autoridad para decidir sobresu divulgacin.

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    57/208

    Palabras finales

    Para cerrar este trabajo me gustara reflexionar sobre los supuestos que a mis ojos

    sostienen los posicionamientos adoptados por Sarlo y Garca Canclini y que tornanms claro el deber ser del intelectual con el que cada uno se identifica.

    El punto al que me quiero referir es el de la cultura popular. En el texto de Sarlola cultura popular se piensa en singular y por oposicin a la cultura legtima. Se tratade un acervo simblico que se juzga como sentido comn y apego a los valorestradicionales, y se define de forma negativa, por la carencia de todo aquello que ofrecela cultura oficial. El pensamiento dicotmico es muy marcado en esta autora y la

    influencia de los medios masivos de comunicacin y de los productos de la industriacultural a los que son expuestos estos sectores no es interpretada como unaposibilidad de hibridacin o de capitalizacin de nuevos mundos por parte de estosgrupos, sino como una experiencia que refuerza la chatura de su cultura y sus rasgosms reaccionarios e indeseables. Desde esta mirada slo la cultura letrada y oficial, laque provee la escuela, puede otorgar a las clases populares elementos productivos queles permitan liberarse de los prejuicios a los que sus creencias y costumbres los atan.

    La hibridacin no parece ser para esta intelectual un mecanismo que practiquen lasclases populares, tampoco constituye una operacin que considere deseable ya que supreocupacin est puesta en la transmisin de un conjunto de valores basados en laalfabetizacin y el paradigma pedaggico. Para decirlo en trminos de Piglia, desde laptica de Sarlo la miseria es antes que nada miseria simblica, lo popular se expresacomo pobreza simblica antes que econmica.

    En las antpodas de esta concepcin de lo popular se encuentra Garca Canclini,

    ofreciendo un pensamiento que renuncia a la lgica dicotmica para adoptar una msdinmica. En este caso, entonces, la cultura popular se escribe en plural y no sepresenta en oposicin a la cultura letrada u oficial, sino que se concibe como unconglomerado cultural y simblico en el que conviven elementos, representaciones,prcticas, usos y costumbres que se nutren de distintas fuentes: los bienes de laindustria cultural y de la cultura de masas, el arbitrario cultural que confiere laescuela, las herencias de la tradicin, las costumbres de la vida rural o del mundourbano, los legados polticos, etc. Los movimientos se producen en ambas direccionesy esto vuelve las fronteras ms difusas e imprecisas. Las culturas ya no son

  • 8/10/2019 GIORDANO Et Al - Cuestiones Sobre Epistemologa en Comunicacin

    58/208

    exclusivamente populares, masivas o letradas, son hbridas, porque sus formantesprovienen de distintas zonas de la cultura. Desde la ptica de Garca Canclini el