Gianni Vattimo - Introduccion a Heidegger

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IN DICE

Prólogo para la edición en castellano,por el prof. Adolfo P. Carpio 7

I S E R Y TIEMPO 1 11 Neokantismo, fenomenología, existencialismo 1 12. El ser del hombre como ser en el mundo 2 33. La mundanidad en el mundo4. La constitución existencial del Dasein 3 25. La situación afectiva y el estar lanzado 3 66. Geworfenheit y caída. Autenticidad e

inautenticidad 4 07. Dasein y temporalidad. El ser para la muerte 4 78. Resultados y perspectivas de la ontología

fundamental 5 5

LA METAFÍSICA COMO HISTORIA DEL. SER 5 9I. ¡,Qué es la metafísica? 5 92. Verdad y no verdad 7 03. Metafísica e historia del ser 7 54. Nietzsche y el fin de la metafísica 7 95. ¿Superación de la metafísica? 8 9

SER, EVENTO, LENGUAJE 9 3I. ¡,clué significa pensar? 9 32. Obras de arte y kertlad I 023. Evento y lenguaje 1 1 04. La hermenéutica como pensamiento' del ser 1 1 5

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Ser y tiempo

I. Neok ntismo, fenomenología, existencialismo

Ser y tiempo, la obra que en 19271 i m p u s o a H e i d e g g e r a l a

atención del mundo filosófico y tambidn de la cultura no esPeciali-zada, lleva como epígrafe un pasaje del Sofista de Matón (24.4a),en el cual se dice que, a pesar de la aparente evidencia del concep-to, el tdrmino "ente" dista mucho de significar algo claro que nonecesite ser indagado; lo mismo que en tos tiempos de Platón, tarn-bidn para nosotros la noción de ser es sólo aparentemente obvia,

1 Sein und Zeit, Halle, 1927: Tdbingen, 19631° , t r a d u c c i ó n i t a l i a n a d o

Pietro Chiodi, Milán, 1953; edición revisada, Tur in, 1969. La traducción deChiodi, publ icada por primera vez en 1953, estaba precedida sóio por unatraducción japonesa (Tokio, 1939-40) y por una traducción española (Méji-co, 1951). En las citas y en la terminología nos remitiremos más bien a la pri-mera edición italiana que a la segunda. Los términos introducidos por Chiodlen la printers edición (por ejemplo, "tonal idad afectiva" que en la nueva edi-ción- apa rece por lo común como "emotividad")* se han hecho ya familiares

en los estudios heideggerianos en lengua italiana y por eso los preferimos alos de la segunda edición. En cambio, l o s números de las páginas citadascorresponderán siempre a Ia edición italiana de 1969.

* El sustantivo abstracto Befindlichkeit deriva del verbo sich befindenque significa "encontrarse" en el sentido de sentirse bien o mal, alegre o tris-te. Irisé Gaos lo tradujo como "encontrarse". Pietro Chiodi tradujo cl conceptoal italiano como "situación afectiva", "emotividad" y "tonal idad afectiva"que es Ja. forma que recoge %/animo. Siguiendo a W. Biemel y otros autores,hemos preferido utilizar aquí "disposicionalidad". [T ].

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por lo cual es necesario reformular el problema del ser. Aun hoy,en la lectura de esta primera obra heideggeriana ("primera" en elsentido de que en ella comienza la elaboración de la perspectivateórica más específica y característica de Heidegger), se tiende a ol-vidar que la cuestión en tomo de la cual gira ei libro es precisamen-te la cuestión de! ser y se prefiere, en cambio, prestar una atencióncasi exclusiva al análisis de la existencia humana desarrollado en laobra. El problema del ser, precisamente a causa de ese carácter ob-vio que también a nosotros nos parece poseer, suena como algo ex-traño o por lo menos "abstracto". En esto, la situación cultural yfilosófica en que Ser y tiempo vio la luz en 1927 no era diferentede la nuestra; y es mis, como se verá, Heidegger considera comoelemento constitutivo del problema mismo del ser precisamenteeste hecho, aparentemente exterior y accidental, de que el proble-ma parezca extraño y remoto o hasta como un no problema.

¿Cómo llega Heidegger a reconocer el carácter central delproblema del ser que en adelante constituye el tema Linico de todosu itinerario filosófico?. L a s p á g i n a s i n i c i a le s d e S er y t i em p o, a de -

más del epígrafe tomado del Sofista, se suministran también otra in-dicación muy importante: la obra está dedicada a Edmund Husserl,a quien Heidegger consideraba como su maestro. El fundador de lafenomenología es sin embargo una figura que sólo relativamentetarde llega a ser un factor determinante en la formación filosóficade illeidegger. Este, en efecto, realiza sus estudios universitarios enFriburgo, en la escuela de Heinrich Rickert, es decir, en uno. de loscentros de aquella filosofía neokantiana que domina la cultura filo-sófica alemana en los comienzos de este siglo. Y el-problema delser, tal como lo habrá de plantear Heidegger en su obra, está desti-nado a parecer extraño y superfluo precisamente a esa mentalidad'filosófica de derivación neokantiana que se mantendrá largo tiem-po en Alemania y que en alguno de sus aspectos pasará también ala fenomenología. Y, sin embargo, precisamente partiendo del neo-kantismo se mueve Heidegger para llegar, a través- d e u n i t i n e r a r i oque conviene reconstruir brevemente aquí, a la Interrogación queguía el planteamiento de Ser y tiempo,

De corte neokantiano, ya en sus restiltados, ya sobre todo enla elección misma de los temas, son las obras de Heidegger publica-das antes de Ser y tiempo, a saber, la tesis de doctorado sobre Lateorla del juicio en el psicologismo (1913), la tesis de docencia pri-vada y libre sobre La doctrina de las categoreas y del significado en12

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Duns Scoto (1916)y la prelusión del mismo año sobre el Conceptode tiempo en la historlografta.2 L a d i s e r t a c i ó n d e d o c t o r ad o v e r sa

sobre un tema corriente en la discusión filosófica de la época: la rei-vindicación de la validez de la "lógica" contra la tendencia "psico-logista" que, remitiéndose a S. Mill, reducía las leyes lógicas a leyespiricas sobre el funcionamiento de la mente humana. Tratase de lala misma polémica que, fuera de la escuela neokantiana, habían man-tenido Husserl' y Frege.4 E s t a b l e c i e nd o u n a c o n t r a po s i c i ó n, q ue

en aquel contexto no tiene gran originalidad, pero que se manifies-ta significativa si se la revé a la luz de los desarrollos posteriores desu pensamiento (rechazo del concepto de ser como simple presen-cia, temporalidad del ser), Heidegger distinguía, por un lado, la es-fera lógica y, por otro, el mundo de los hechos puramente psíqui-cos, funddridose en la consideración de que este último se caracteri-za por la mudanza y por el tiempo, mientras que el mundo lógicose presenta como algo inmutable; es el sujeto quien capta temporal-mente los significados, pero los capta precisamente en cuanto vdli.dos, es decir, no amenazados por el cambio. Al psicologismo, por a-tenerse al aspecto psicológico del fenómeno del conocimiento, se leescapa la verdadera naturaleza de la realidad lógica, no capta ni jus-tifica lo que realmente la constituye comb t4, esto es, la validez

2 Die Lehre vom Urteil im Psychologismus, Leipzig, 1914; Die Kate-gorien-und Bedeutungslehre des Duns Scotus, Tübingen, 1916; "Der Zeltbe-gr i ff in der Geschichtswissenchaft", en Zeitchr ift fi& Philosophie und philo-sophische Kritik, 1916, págs. 173-88.

En este breve examen de los escritos heideggerianos anteriores a Ser ytiempo, especialmente en l o que se refiere a la significación que tienen loscursos universitarios dictados por Heidegger después de 1916, sigo las exce-lentes páginas que dedi6a a la cuestión O. Pdggeler, Der. Denkweg MartinHeideggers, Pfull ingen, 1963, que pudo examinar mucho. material inédito. Encuanto a la situación de Heidegger respecto de Husserl y respecto del climacultural de la primera parte del siglo XX y en los años posteriores a la prime-ra guerra mundial, he tenido en cuenta sobre todo dos escritos de HansGeorg Gadamer: la introducción a la edición Reclam del ensayo de Heideggersobre Der Ursprung des Kunstwerkes, Stuttgart, 1960, y "Die phanúmenolo-gische Bewegung", en Philosophische Rundschau, 1963, págs. 1-45.

3 Por lo menos a partir de las Logische Unterschungen, Halle, 1900-1Veise R. Raggiunti, Introduzione a Husserl, Bari, 1970.

4 Sobre un pr imer enfoque de Frage se puede consultar la antologíade sus escritos ordenada por C. Mangione con prefacio de L. Geymonat.Aritmetica e logica, Tur ín, 1965.

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que, por definición, se sustrae al fluir temporal que caracteriza lavida psíquica.

El discurso sobre la autonomía del mun[do de las significacio-nes está desarrollado en la tesis de docencia p ril v a d a s o b r e S c o t o , e n

la cual sin embargo Heidegger reconoce ya explícitamente que la fi-losofía no puede dejar de plantear el probleMa de la validez de lascategorías, es decir, de la lógica, no sólo desde un punto de vista in-minente, sino tambiéni desde el punto de vista "transeúnte", es de-cir, desde el punto de vista de su valor para el objeto.5 ¿ E n q u éconsiste la validez de las categorías? "Si (esa validez) ha de enten-derse como una clase peculiar de 'ser' y de 'deber' o si no significani una ni otra de estas cosas y se la concibe en cambio sobre la basede grupos de problemas que están en un nivel más profundo en elconcepto de espíritu viviente, y grupos que se vinculan con e! pro-blema del valor...entonces éste no es el lugar de decidirlo"-

De manera que en la conclusión del estudio sobre Scoto seanuncia la problemática de fundar la validez objetiva de las catego-rías en la vida de la conciencia, la cual se caracteriza por la tempo-ralidad y por la historicidad, es decir, precisamente por aquellos ca-racteres en virtud de los cuales el escrito sobre el psicologismo reco-nocía que la esfera lógica era irreductible a la esfera plísuica. "Elespíritu viviente es corno ta l espíritu histórico en e l sentidomis propio del t6rmino„7 (el espaciado es de Heidegger); •

No se trata, evidentemente, de un retorno a l,p s i c o l o g i s m o ; l a

subjetividad que entra aquí en juego no excluye, como subjetividadpuramente empírica, la validez de las categorías; se trata sólo de en-lazar explícitamente los dos aspectos: la historicidad del "espírituviviente” y la validez intemporal de la lógica. Este probreina, queaquí está sólo esbozado y que permanece en pie, ya excluye empe-ro que el discurso pueda mantenerse en un nivel puramente trascen-dental; excluye, pues, la consideración de las categorías como puras"funciones del pensamiento".

"No se puede ver en la justa luz la lógica y sus problemas si elcontexto sobre cuya base la lógica es considerada no se hace5 Véase Die Kategorien- u n d B e d e u t u ng s l e h r e d e s D u ns S c ot u s, op.

cit., pág. 234.

6/bid., pág. 235

7/bid., pág. 238.

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translógico. La filosolYa no puede prescindir, a la larga, de laóptica que le es propia y por lo tanto de la metaft'sica. Para lateoría de la verdad, esto implica la tarea de una definitiva cla-rificación metafisicoteleológica de la conciencia."8Hemos querido presentar algunos pasajes de los más signi-

ficativos del capítulo final de la tesis de docencia privada porqueaunque tan sólo fuere como indicaciones de problemas y de inte-reses, muestran el afloramiento en Heidegger de la temática que lollevará a descubrir su propio camino peculiar de filosofar. La reivin-dicación de la necesidad de ir más allá de la lógica y la negativa aconsiderar las categorías sólo como funciones del pensamiento sonya elementos muy claros de una polémica contra el neokantismoque habrá de acentuarse cada vez más; y la explícita conexión de lametafísica con lo que Heidegger llama una "clarificación metafisi-coteleológica de la conciencia", esto es, d'e' espíritu viviente, aludeya con toda claridad al planteamiento que se hará explícito en Sery tiempo.

De manera que dentro de la terminología y de la problemáti-ca neokantianas maduran en Heidegger problemas y exigencias queen aquel ámbito ya no pueden resolverse. Y son problemas vin-culados, según vimos, con el problema de reconocer la historicidaddel espíritu viviente, esto es, como se diría en la terminología deSer y tiempo la efectividad de la odstencia,,que hace imposible veral sujeto del conocimiento como ese sujeto puro que está supuestoen toda posición de tipo trascendental. Es esta misma temática (dela vida de la conciencia como historicidad) lo que implica tambiénun concepto de temporalidad irreductible al concepto de tierzwoempleado en las ciencias físicas; ésta es la temática que ocupa elcentro de la prelusión sobre el Concepto de tiempo en la historio-gralá,

¿Qué sentido tiene, tocante al madurar de estos problemas, laproximidad de Heidegger con Husserl? Preparado ya desde muchotiempo atrás (como, por lo demás, se puede entender por la mismatemática de los escritos que acabamos de recordar), ese sentido seconcreta en forma definitiva cuando Heidegger, después de la pri-mera guerra mundial, se convierte en asistente de Husserl, quemientras tanto ha sido llamado a Friburgo como profesor. Comide-

8 ib td., pág. 235.

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rando los problemas que, segun vimos, surgen sobre todo en la tesissobre Duns Scoto y considerando que Heidegger se va apartando dela filosofía neokantiana, no tiene sentido pensar que Heidegger seacerca a Husserl principalmente en la medida en que también paraél es central la temática trascendental. Verdad es que en-muchos as-pectos, y sobre todo en el periodo que estarnos considerando (losarios de alrededor de la primera guerra mundial), la fenomenologíahusserliana, con el programa de la reducción trascendental, presen-ta profundas afinidades con el neokantismo.9 P e r o p r e c i s a m e n t e e l

hecho de que Ser y tiempo, que ya no comparte nada con el neo-kantismo, esté dedicado a Husserl, demuestra que Heidegger veíaen Husserl y en la fenomenología, más que una variación y profun-dización del punto de vista trascendental neokantiano, el modo deextender su discurso precisamente en la slirecOón de esas dimensio-nes de historicidad, de efectividad y, podríamos decir, de lo concre-to, a que aludían las páginas fin a l e s s o b r e S c o t o . L a f e n o m e no l o g í a

husserliana, por lo menos en la formulación que se conocía de ellaalrededor de 1920, ¿podía justificar esta "interpretación" que —yasobre la base de Ser y tiempo, ya sobre la base de los escritos ante-riores y también de los temas de los cursos que después de 1916Heidegger dictaba en Friburgo— parece darle Heidegger? Es ciertoque, en los escritos de Husserl publicados hasta entonces, Heideggerpodía ya encontrar una novedad radical respecto del neokantismoy iirecisamente en la dirección de su interés por lo efectivo y loconcreto. Mientras el neokantismo hacía hincapié en la ciencia, ensil carácter constructivo y matemático, como única forma de cono-cimiento válido, para Husserl el acto coposcitivo se resuelve en laAnschauung, la intuición (de las esencias), que no se reduce al co.nocimiento científico sino que es un encontrar las cosas, por así de-cirlo, en carne y hueso. A esta concepción husserfiana de la intui-ción se remitirá la interpretación heideggeriana del concepto de fe-nómeno en Ser KtiemPa, interpretación que ya no entiende esteconcepto, como el neokantismo, en contraposición a la cosa en sí,sino que lo entiende como "manifestación" positiva de la esenciamisma de la cosa. La sustitución de la ciencia (que construye elmundo de la experiencia en rigurosas estructuras matemáticas) por

9 Sobre el sentido y los límites de la influencia del neolcantismo enHusserl, véase H. G. Gadamer, Die phánomenclogische Bewegung, opi cit.,pig. 4 y siguientes; y O. Poggeler, op. cit., pág. 67 y siguientes.

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la Anschattung representa un paso hacia la liberación de los límitesder trascendentalismo neokantiano.1° Pero la fenomenología, en la forma explícita que tiene enaquella época en las obras de Husserl publicadas hasta entonces, sele manifiesta a Heidegger como un movimiento en pleno desarrolloy a este desarrollo contribuye él mismo de manera decisivalt e n v i r -tud de una estrecha colaboración con Husserl, a cuyos manuscritosy apuntes de trabajo tiene acceso; además es probable que lo tuvie-ra al corriente del mismo modo sobre sus propias indagaciones. Demanera que, mientras no tiene sentido preguntarse si Ser y tiempopudo influir en el surgimiento y desarrollo del interés husserlianopor la historicidad y el "mundo de la vida", probablemente sea másjusto reconocer que la interpretación heideggeriana de la fenome-nología revela una vocación y una tendencia de desarrollo que estápresente (como lo muestra el hecho .d e o c u p a r e l fi r i m e r p l a n o e l

tema de la Lebenswelt) en la fenomenología misma, cualesquieraque sean luego los caminos .divergentes que hayan tomado Husserly -He idegge r.12

Esta interpretación heideggeriana de la fenomenología así co-mo el interés por la efectividad que lo aleja del neokantismo no seforjan sólo o principalmente en virtud de una reflexión "interna" oexclusivamente técnica sobre los contenidos y los temas de estosrumbos filosóficos, sino que reflejan una participación más ampliaen los problemas y en las exigencias que (aun fuera de la filosofíaen el sentido técnico y de la filosofía académica) se imponían en lacultura alemana y también europea.. d e l a é p o c a . E n e l d i s c u r s o

pronunciado en el acto de su admisionComo miembro de la Acade-mia de Ciencias de Heildelberg,13 H e i d e g g e r d a a l g u n a s i n d i c a c io -

10 Véase H. G. Gadamer, Die Phdnomenologische Bewegung, op. ci t.,págs. 19-20.

11 Husserl solía decir en los primeros años de la década de 1920: " Lafenomenología somos yo y Heidegger, y nadie m is" ; véase H.Spielgelberg,The Phenomenological Movements, A Historical Introduction, La llave, 19602 volúmenes.

12 Véase H. G. Gadamer, Die phanomenologische Bewegung, op. cit.,pág. 19 y siguientes.

13 "Antr i ttsrede", en Jahresheft der Reidelberger Akademie der Wis-senschaften, 1957-58, págs. 20-1.

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nes esclarecedoras para entender cómo sintió y vivió el clima cultu-ral de los anos inmediatamente anteriores a la primera guerramundial: "No es posible describir adecuadamente lo que aportaronlos vivaces anos que van de 1910 a 1914; a lo sumo se puede tratarde aclararlo mediante una selección de nombres y de acontecimien-tos: la segunda edición de la Voluntad de poderib de Nietzsche, latraducción de las obras de Kierkegaard y de Dostoyesvski, el inci-piente intefes por Hegel y Schelling, las poesías de Rilke y de Traktlas Gesammelte Schriften de Dilthey". Nietzsche llegara' a ser eltema dominante de todo el desarrollo del pensamiento heideggeria-no entre 1935 y 1943; pero Dilthey y Kierkegaard indican dos pre-sencias ya muy vivas en -los anos posteriores a la primera guerramundial que preparan inmediatamente Ser y tiempo.

Dilthey, como se verá, ocupa ,u n p u e s t o d e c i s i v o _ e n S e r y

tiempo, precisamente en el punto- e n q u e l a a n a l í t i c a e x i s t e n c ia l

culmina en el reconocimiento de la temporalidad como sentido on-tológico de la Sorge*, es decir, de todas las estructuras constitutivasdel ser -d e l h om b re . Pa ra el He idegge r de Ser y tiempo, el problema

de las ciencias históricas, al que estaba dedicada la prelusión de1916, asume. ahora su fisonomía mis propia que es,no la de un pro-blema metodológico, sino la de un problema ontológica, El pensa-miento de Dilthey y el del conde Yorck, que en muchos aspectoslo desarrolla y lo clarifica, tienen el sentido de mostrar que fundarverdaderamente la historicidad y la historiografia es p o s ib le—só lo-a

„-la luz de un replanteamiento del problema del ser ;14 e l p r o b l e m a d ela historicidad es, pues, el problema de la "filosofía de la vida"15(con- l o cua l, aun en cuanto a la terminología, se nos remite a la no-

ción de "espíritu viviente" de la tesis sobre Scoto) y su soluciónestá aquí explícitamente vinculada (cuando se remite en nota a lospárrafos 5 y 6) Con el mismo problema fundamental de Ser y tiempo.

Y la vinculación no va eirnn solo sentido; es decir, habiendotropezado en un determinado momento con el problema de la his-toricidad, Heidegger reconoce que también ese problema puede en-contrar solución adecuada sólo desde el punto de vista de una nue-

14 Véase Essere e Tempo, traducción citada, pág. 575.

15 Ibed, pág. 574.* Surge: "cura", "cuidado", en el sentido de "preocupación por algo

o alguien".

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va reformulación ontológica; pero fundamentalmente --y esto ex-plica 'asimismo la excesiva longitud del párrafo dedicado a Diltheyy a Yorck y de las citas en él contenidas—, es precisamente el fenó-meno de la historicidad y de la "vida" lo que impone el replanteodel problema del ser.

Que ésa sea realmente la situación está demostrado no sólopor el carácter central que tiene el tema del tiempo y de la histori-cidad en Ser y tiempo, aunque -a p a r e n t e m e n t e e l t e m a e s e n c o n t ra -

do en el curso de un análisis todavía simplemente "preparatorio",que no se refiere directamente al ser sino sólo a las estructuras deese ente que presenta el problema del ser, esto es, el hombre; al sur-gimiento de esta problemática de la historicidad del espíritu vivien-te en los escritos de 1913-16 corresponde (y haberlo puesto iesPe-cialmente de relieve es el mérito particular de la interpretación dePóggeler) un madurar de la atención por la efectividad y lo t-i 5 n c r eto de la vida en virtud de la reflexión sobre el pensamiento cristia-no', reflexión que ocupa un lugar dominante en la indagación deHeidegger durante los años que siguen a la primera guerra nitindial.Es en esta perspectiva donde el nombre de Kierkegaard adquiere unsentido relevante. En Ser y tiempo se considera a Kierkegaar&co-mo un pensador que "afirmó explícitamente y penetró exactamen-te el problema de la existencia como problema existen cia l.iEn c a m -bio, la problemática existenciaria le es tan ajena que Kierkegaard,en lo tocante a las perspectivas ontológicas, permance completa-mente bajo el dominio de Hegel S, d e l a fi l o s o f í a a n t i g u a v i s t a a t r a -

vés de éste7.16 A p e s a r d e n o h ab e r l og ra do pasa r a la p ro bl em át ic a

itdd., pág. 357. Los adjetivos "existencial" y "existenciario" (exis-tenziell y existenzial)* aluden ala distinción entre el problema de la existen-cia como se plantea en el seno de la existencia misma (son existenciales losproblemas concretos que encontramos y resolvemos día tras día en cualquiernivel y basta, como se verá; la decisión anticipante de la muerte) y el proble-ma de la existencivque se plantea en el nivel reflexivo y que podríamos lla-mar el problema -s o b r e l a e x i s t e nc i a " . " El p r ob l em a dé la e x is t en c ia sólo

puede ponerse en claro en el existir mismo". La comprensión de sf miimóque constituye la guía en este caso, la llamamos existencial_ El problema entorno de ella [ l a existencial se refiere, en cambio, a la discusión de lo queconstituye la existencia. Damos al nombre de existencialidad al conjunto de

* Siguiendo el cr iter io más comiso en castellano, introducido por J.Gros, liemos traducido en esta obra existenziell por "existencial" y existen-zial por "existenciario". Chiodi y Vatti tno los tradujeron al italiano por esis-tentiva y esistenziale, respectivamente. [T ]

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propiamente existenciaria, Kierkegaard es explícitamente invocadoen algunos puntos fundamentales del desarrollo de Ser y tiempo, asaber, en lo que se refiere al concepto de angultia y al concepto detemporalidad» Una posición análoga a la de Kierkegaard es la qu'eiScupa San Agustín; por más que el juicio sobre éste no sea tan ex-plícito como el juicio sobre Kierkegaard, también de él dice Heide-gger que su análisis, permaneció por lo común en un nivel óritico;18y también se remite a san Agustín cuando trata los mismos proble-mas centrales de la angustia y de fundar la temporalidad.

Si se consideran estas "citas" heideggerianas (junto a las cua-les hay que colocar las citas de san Pablo, de Lutero y de Calvino) ala luz del interés que se manifiesta en Heidegger, inmediatamentedespués de la primera guerra mundial, por la problemática religiosa,dichas citas. se convierten en una especie de hilo. c o n d u c t o r •- j u n t ocon las otras ya indicadas relativas primero al neokantismo y luegoa Husserl y a Dilthey— para comprender la formación del horizonteteórico de Ser) tiempo!. En el semestre invernal de 1919-20 Heideg-ger dicta un curso sobre Fundamentos de la mística medieval, alcual siguen, en el semestre invernal de 1920-21, uno de Introduc-ción a la fenomenología de la religión y, en el semestre estival de1921, uno sobre San Agustín y el neoplatonismo:19 P o r l o d e m á s ,estas estructuras; La analítica de la cxistencialidad tiene el carácter, no deuna comprensión existencial, sino el de una comprensión existenciaria"págs. 66-7). La distinción, formalmente clara, se complica empero si se tieneen cuenta que "la analítica existenciaria_ por su parte, tiene en laltima instan-cia rafces existenciales (ibO. pág. 68). Sobre este problema véase L. Parey sonStudi culi' esistenziafismo, Florencia, 1943 (segunda edición 1950), pág. 185y siguientes.

17 Esteres' tempo, traducción citada, págs. 299 y 491- 2.

18 !bid., pág. 298. E l término "antico" constituye con "ontológico"una pareja de conceptos paralela a-l a d e e x i s t e n c i a l -e x i s t e n c i a r i o , a u n c u a n-

do los significados no se superpongan completamente. Ontica es toda consi-deración, teór ica o práctica, del ente que se atiene a los caracteres del entecomo tal, sin poner en tela de juicio su ser; ontológica es en cam bió-la c ' o n s i -deración del ente que apunta al ser del ente. La "descripción del ente intra-mundano" es &idea; la "interpretación del ser de ese ente" es ontológica.Como se verá mis adelante, el conocimiento del ente presupone cierta com-prensión previa del ser del ente: en la base de toda Verdad ontica está la ver-dad ontológica.

19 Una versión completa, revisada y aprobada por el propio Heidegger,

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el carácter central de este interés religioso está reconocido por elpropio Heidegger on una decIliación explícita contenida en una desus obras más recientes."

Ahora bien, p l-e c i s a m e nt e e n e l c u rs o s ob re San A gu st fn y el

neóplatonismo, a juicio de Poggoler, que tuvo a su disposiciónapuntes sobre dicho curso,2' e l t e m a d o m i n a n te e r a p o n er d e m a-

nifiesto la insuficiencia del aparato conceptual neoplatónico paraexpresar apropiadamente los contenidos de 1a temática religiosacristiana tal como la vivía san Agustín. De manera que para sanAgustín vale también aquello que Heidegger dice en Ser y tiempo,de manera más explicita, sobre Kierkegaard; también san Agustínpermaneció en un enfoque puramente existencial de la existenciaporque, así como Kierkegaard no rompió el esquema de la ontoló-gia clásica que encontraba en Hegel, tampoco san Augustin se saliódel esquema metafísico griego_ que él conocía .e n l a f o r m a d e l n e o -platonismo. En ambos casos, la experiencia religiosa cristiana sepresenta más auténticamente fiel a la estructura de la existencia,pero esa fidelidad no se traduce en un verdadero análisis filosóficoa causa de las insuficiencias de los conceptos metafísicos a i o s-c u a -les se recurre.

La reflexión sobre la problemática religiosa, desarrollada so-bre todo a la luz del Nuevo Testamento y de los padres de la Iglesiatiene pues para Heidegger el sentido de poner de manifiesto el con-traste entre el "espíritu viviente" y los esquemas conceptuales que,a través de todas las vicisitudes de la historia de la filosofía, se man-tuvieron de algún modo dominantes en el pensamiento occidental(recuérdese que Kierkegaard, a través de Hegel, se conecta con losgriegos) y son los mismos que aún nos determinan. Como lo vere-mos mejor en el examen particularizado de Ser y tiempo, la insufi-ciencia de este aparato conceptual metafísico, que es sustancial-mente el mismo desde Parménides hasta Flegel y Nietzsche, consisteen el hecho de concebir el ser como Vorhandenheit, como simplepresencia. Es esta concepción del ser lo que hace imposible pensar

de los cursos universitarios c m dict6 fue publicada por W. J. Richardson,Heidegger, Through Phenomenology t o Thought, L a Haya, 1963, pigs.663 7 1 .

20 VhSe Unterwegs zur Sprache,Pfultingen, 1959, pág. 96.

21 Vaso O. Pdggeter, op. cit., Pig. 36 y siguientes y 318.

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adecuadamente el fenómeno de la vida y de la historia. Dicha con-cepción está, también en la base (como supuesto no problematizado)del neokantismo (y de la fenomenología husserliana; pero Heideg-ger lo verá claramente sólo más tarde). Y paralelamente a Ser ytiempo, Heidegger elabora una interpretación de la Critica de la ra-zón pura" que constituye una clara polémica con el neokantismo:mientras para los neokantianos la obra de Kant se resuelve esencial-mente en fundar una teoría del conocimiento y partidularmente delconocimiento científico, Heidegger reivindica el carácter central delproblema de la metafísica en un sentido no muy diferente del queeste término ten ía-e ii l a s p a g i n a s fi n a l es d e l a t e si s s ob re S co to .

En definitiva, pues, el itinerario que conduce a Heidegger aplantear el problema del ser como lo hace en Ser y tiempo se desa-rrolla entre dos polos: por un lado, la cuestión de la "validez,' delconocimiento que Heidegger retoma de la polémica neokantianacontra el psicologismo y que, a través del problema de la, verdad (elproblema de la aplicación de las categorías al objeto, etc.), lo acer-ca a los grandes temas de la tradición metafísica (en los cursos dic-tados después de 1916, Aristóteles ocupa una posición de primerplano) y, por otro lado, o bien la originaria formación religiosa quese manifiesta en un claro interés por el Nuevo Testamento y por lospadres de la iglesia, o bien el problema de la historicidad y en gene-ral de la "vida" que encuentra en la cultura de la época, lo llevan aponer cada vez más radicalmente en tela de juicio las nociones devalidez, de realidad, de ser, nociones heredadas de la metafísica.

La - fenomenología, como hemos visto, representa paraHeidegger, por lo menos al principio, la sínteses de las exigenciastrascendentales del neokantismo y la reivindicación del Leben (lavida), reivindicación que Heidegger encuentra viva eh múltiples as-pectos de la filosofía y de la cultura de principios del siglo XX yde los aftos posteriores a la guerra. La originalidad de su plantea-miento tal vez consista precisamente, como sugiere Gadamer,23 e nel hecho de haber sabido pensar toda la temática "irracionalista"que penetra la cultura de la época desde el punto de vista de la exi-

22 Kant und das Problem der Metaphysik, Bonn, 1929; traduccióti ita-liana de M. E. Reina, 1 9 6 3 .

23 Véase H. G. Gadamer, Introducción a Der Ursprun$, d e s K u n s t w e r k sop. cit.. pig, 105.

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geneia husserliana de una "filosofía como ciencia rigurosa". Cuan-do se habla, en el caso del pensamiento heideggeriano, de "existen-cialismo" (término que él mismo rechaza y que hoy está un pocopasado de moda pero que conserva su legitimidad), hay que adver-tir que la palabra no indica el predominio exclusivo del interés porla existencia del hombre sobre la problemática propiamente me-tafísica; el problema cen t ra l-de H e i d e g g e r e s e l p r o b l e ma d e l s e r.,

Existencialisnio significa, por un lado, que -é s t e p r o b l e m a s e r e p l a n -tea dramáticamente, precisamente debido a la incapacidad de la fi-losofía europea de la época (todavía dominada por la concepciónclásica del ser entendido corno simple presencia) de pensar la histo-ricidad y la vida en su efectividad (por lo cual toda posición que seremiTa al Leben, como en efecto ocurre en la filosofía del siglo XX,se resuelve en formas de "irracionalismo") y significa, por otro la-do, que un replanteamiento del problema del ser puede efectuarsesólo partiendo de un renovado análisis de ese fenómeno que, preci-samente por cuanto no puede pensarse dentro de las categoríasmetafísicas tradicionales, nos obliga a ponerlas en tela de juicio: elfenómeno de la existencia en su efectividad. A pesar del aparente"carácter abstracto" del problema del ser, el camino que recorreHeidegger desde el neokantismo a la fenomenología y al "existen-cialismo" representa un progresivo esfuerzo de concretar, esfuerzoen virtud del cual se manifiestan gn primer plano las dimensiones e-fectivas de ese "sujeto" que en toda perspectiva trascendental essiempre concebido como el sujeto "puro". Pero "el espíritu vivien-te es esencialmente espíritu histórico". En la conexión muy estre-cha que se establece entre los dos problemas (el problema de la

• existencia y el problema del ser), que se implican recíprocamente,y en las consecuencias que de esto se derivan, consiste la originali-dad y la significación especifica del planteo filosófico heideggeria----

no, no sólo frente al neokantismo y a la fenomenología sino tam-bién frente a todo el pensamiento del siglo XX.

2. El ser del hombre corno ser en el mundo

Las dificultades que encuentra la metafísica tradicional, consus prolongaciones también en el pensamiento moderno, para con-

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cebir la historicidad y la vida, se deben, como ya hemos indicado ycomo se aclarará en el examen de Ser y tiempo, al hecho de que elsentido del concepto de ser se identifica siempre con la noción dela presencia, la cual podríamos llamar también, con término quizámas familiar la objetividad:: Es, en un sentido pleno, aquello que"subsiste", aquello que puede encontrarse, aquello que "se da",a q u e llo-q u e e s t á p r es e nt e ; por to demás, no es una casualidad el he-

cho de que el ser supremo de la metafísica, Dios, es también eter-no, es decir, presencia total e indefectible. Ahora bien, como es elser histórico del espíritu lo que nos obliga a reexaminar la nociónde ser, y como dita, aim en un análisis preliminar, se revela domina-da por la idea de la presencia —pensada en relación con una especí-fica determinación temporal—, la reformulación del problema delser se lleva a cabo e i r lWc•ió n c o n e l t i e m p o . Y e s t o s e r e a l iz a , s e-

gun vimos, 1)1111140 de tin,análiSis de ese ente que "presenta" elproblema, no -s ó l o e n e l s e n t id o de q ue por ser i r re d uc t ib l e a los es-

qdérnis.Metaffsicos tradicionales lo plantea, sino también en el sen-tido de que explícitamente, al presentar el problema, se preguntacuál es el sentido del ser, .

Ser y tiempo comienza pues Con un análisis preparatorio delser del hombre" Ese ser debe ser asumido y estudiado en su acep-ción más general y comprensiva para evitar ante todo el riesgo decine subrepticiamente un aspecto .se p r e s e n t e c o m o e s e n c i a l ( p o r

ejemplo, tomar el conocimiento como elemento constitutivo esen-cial del hombre), es decir, teorizando sobre ese aspecto sin haberlo

24 Conviene tener presente desde ahora la estructura general de Ser ytiempo, como la delinea Heidegger en el párrafo 8: la indagación del sentidodel ser no descarta, sino que exige, que se someta al análisis un ente especifi-co (el hombre); este ente es constitutivamente histórico, de manera que laindagación del sentido del ser implica necesariamente también un aspecto" hi s tor i ogr áfic o" . L a o b r a d e be d i v id i r se p il es en dos p ar te s: "Parte primera:

La interpretación del Dasein con referencia a la temporalidad y la explica-ción del tiempo como horizonte trascendental del problema del ser. Parte se-gunda: Líneas fundamentales de una destrucción fenomenológica de la histo-ria de la ontología con la guía de la problemática de la ' temporalidad'. Laprimera parte se subdivide en tres secciones: I ) El análisis fundamental delDasein en su momento preparatorio; 2) Dasein y temporalidad; 3) Tiempo yser", También en la segunda parte debía dividirse en tres secciones dedicadasrespectivamente a Kant, Descartes y Aristóteles (Ser y tiempo, traduccióncitada, pi g, 101) . Tal como fue publicada en 1927 y tal como permaneciódesde entonces, la obra quedó interrumpida en la segunda sección de la pri-mera parte.

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previamente problematizado. Este escrúpulo de inicial "imparcia-lidad" de. la indagación, escrúpulo que hereda de la fenomenología,lleva a Heidegger a comenzar a plantear el problema del ser delhombre partiendo de lo que él llama la "cotidianidad" (Alltdglich-keit) o "término medio" (Durchschnittliehkeit). El análisis del serdel hombre debe dirigirse a su modo de darse tanto más comúncomo más general. El "término medio" no es una estructura que seprivilegie inicialmente en detrimento de otras, ya que indica encambio, y precisamente, el cónj unto —al pincipio confuso e inde-terminado-- de los modos de ser reales o posibles del hombre, co-mo una especie de promedio estadístico de las maneras en que loshombres individuales se determinan en el mundo.

En esta decisión de partir del término medio está ya implí-cita cierta idea del ser del hombre; esa idea no es sin embargo un"supuesto" del que debería liberarse el análisis: el concepto decomprensión que elabora Heidegger justamente en Ser y tiempo re-conoce como esencial a toda comprensión cierta "precompren-sión", cierto horizonte preliminar, abierto y accesible que, antesque limitar la. l i b e r t ad d e l a c o mp r e ns i ó n, la hace p os ib le . Los su-

puestos no han de eliminarse; hay que asumirlos explícitamente yaclarar sus implicaciones. De modo que si la proposición de partirdel término, m e d io n os p a re c e r a zo na b le , d eb er no s también aceptar

el supuesto que ella implica. Ese supuesto consiste en el hecho deque quien parte del término medio lo hace porque reconoce implí-citamente que el ser del hombre está caracterizado por hallarsefrente a un complejo de' po'sibilidades que no todas necesariamen-te se realizan; por eso el problema del análisis, que Heidegger sepropone resolver con el concepto de "término medio", es el proble-ma de no aislar' una de estas posibilidades en desmedro de Otras. Elhombre "esta referido a su ser como a su posibilidad más propia".25Esta idea del hombre como "poder ser", que-esté implícita en lamanera misma en que se presenta el problema del modo de ser delhombre, guiará sustancialmente todo el desarrollo de Ser y tiempo

El poder ser es, en efecto, el sentido mismo del concepto deexistencia. Descubrir que el hombre es ese ente, que es en cuantoestá referido a su propio ser como a su posibilidad propia, a saber,que es sólo en cuanto puede ser, significa descubrir que el caráctermás general y especifico del hombre, su "naturaleza" o "esencia"

25 Essere e tempo, traducción citada, inig• 107.

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es el existir. La "esencia" del hombre es la "existencia". Términoscomo naturaleza y esencia se han escrito entre comillas, y lo mismoexistencia, porque a partir de aquí se revela que el uso de esas no-ciones, que sin embargo son centrales en toda filosofía, esta plaga-do de equívocos que pueden comprometer desde el principio el re-sultado de la indagación. En efecto, si decimos que el hombre estádefinido por su poder ser, es decir, por el hecho de que está referi-do al propio ser corno a la propia posibilidad, ¿qué sentido tienehablar en este caso de esencia y de naturaleza? Tradicionalmente,cuando se habla de la naturaleza de un ente se entiende el conjuntode los caracteres constitutivos que el ente posee y sin los cuales noes aquello que' es. Pero decir que la naturaleza del hombre es poderser equivale a decir que su naturaleza consiste en no tener una na-turaleza o una esencia. Aún más complejo es el uso del término"existencia". Algo existente es generalmente entendido como algo"real", y, según se ha dicho, algo simplemente presente. Pero si elhombre es poder ser, su modo de ser es el de la posibilidad y no elde la realidad; el hombre no es un existente en el sentido de laVorhandenheit.26 •D e c i r q u e e l h o mb r e e x is t e no p ue de pues s ign i-

ficar que.el hombre sea algo "dado", porque lo que el hombre tiene

de especifico y lo que lo distingue de las cosas es justamente el he-cho de estar referido a posibilidades y, por lo tanto, de no existir,corno realidad simplemente presente. El término existencia, en elcaso del hombre, ha de entenderse en el sentido etimológico de ex-sistere, estar afuera, sobrepasar la realidad simplemente presente endirección de la posibilidad. Si entendemos el término existencia eneste sentidO, habrá de reservárselo sólo para el hombre; la existen-cia tal como la entiende la ontología tradicional (que no puedeaplicarse al hombre) es la simple presencia, la Vorhandenheit.

De conformidad con esto, los caracteres que el análisis del serdel hombre pondrá de manifiesto no podrán entenderse como elconjunto de "propiedades" que determinan la realidad del hombre,sino t ilo corno posibles maneras de ser)Si llamamos, con la tradi-ción filosófica, "categorías" a los n i-ó-To s m á s g e n e r a l e s e n q u e s e

determina el ser de las cosas simplemente presentes (esto es,. losmodos muy generales de estructurarse la realidad como Vorhanden-heft), los modos (posibles) de ser del hombre que se pondrán de

26 En cuanto a la noción de Vorhandenheit, se han tenido en cuentasobre todo los párrafos 21 y 69 b de Ser) ' t i e m p o .26

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manifiesto por obra del análisis de la existencia (lo que Heideggerllama "analítica odstenciarie) se llamarán en cambió "existencia-nos" (Existenzia1len).27 La diferencia radical entre el modo de ser del hombre y elmodo de ser de las cosas es sólo el punto dre ' p a r t i d a ; e n c a m b i o , l o s

filósofos siempre se detuvieron aquí y se limitaron a caracterizarnegativamente el ser del hombre respecto, deber _de las cosas (el su-jeto es el no objeto); pero a Heidegger le interesa elaborar una defi-nición positiva de la existencia y desarrolla hasta el final las impli-caciones de estos primeros resultados. En ese desarrollo, la nociónde simple presencia' se revelará no sólo insuficiente para describir elmodo de ser propio del hombre sino también inapropiada para defiLnir el ser de las cosas diferentes del hombre. (, • ,

El primer paso de la analítica existenciaria consiste, pues, endefinir la, esencia .del hombre como existencia, esto es, como poderser. Si proClikkinos avanzar Más allá de este primer "concepto for•mal de existencia", • encontramos en primer lugar la noción de "seren el mundo".28 E l s e r d e l h o mb r e c o ns i st e en e st ar r ef er id o a po-

sibilidades; pero, concretamente este referirse se efectúa no en uncoloylliio,abstrac0' consigo mismo', sino como existir concretainen-te en un mundo de cosas Y de otras personas. El modo de ser medioy cotidiano del hombre, del cual decidimos partir, se presenta antetodoiomo ser en el mundo. El término alemán para designar "exis-tencia" tencia", es Dasein*, literalmente "ser o estar aquí o ahí". Eltérmino expresa bien el hech4 de que la existencia no se define sólocomo rebasamiento que trasciende la realidad dada en dirección dela posibilidad,- -s i k o q u e e s te s o h re p a sa m i en t o es s ie mp re s ob re pa sa -

miento de a/gr. está siempre situado, está aquí Existencia, Dasein,

27 "Puesto que se determinan sobre la base de la existencialidad, damosa los caracteres de ser del Dasein el nombre de existenciarios. Estos son muydiferentes de las categorías, que son determinaciones de ser de los entes noconformes al Dasein" (. c ry t i e m p o , t r a d u c ci ó n c i t a da , p ág . I 0 9) .

28 Ibtd, párrafo 12.* Hemos mantenido en esta obra el término alemán Dasein que el au-

tor ha- traducido al italiano por esser-ei . L a p a l a V r a a l e m a n a y a s e u s a c o m ú n-

mente en castellano en ese contexto y significa, literalmente, 'sor-ahí", co-mo fundamento del hombre; c o m o e l n ú c l e o ú l t i m o d e l s e r d el h o m br e . t in

efecto, el hombre es el "lugar", el "ahí" (Da) donde el ser (Sein) se manifies-ta, puesto que el hombre es comprensión del ser. [T ].

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ser en el mundo, son pues sinónimos. Los tres conceptos indican elhecho de que el hombre esta. " s i t u a d o " d e m a n e r a d i n á m ic a , e s d e-

cir, en el modo del poder ser o también, como dirá Heidegger pocodespués, en Ia forma del "proyecto". De conformidad con el uso delos términos que hace Heidegger en Ser y tiempo, también en nues-tra exposición llamaremos al hombre sencillamente el Dasein enten-diendo este término en el sentido de existencia (trascendencia) si-tuada (en el mundo), sentido que, por lo demás, se irá precisando yprofundizando ulteriormente.

Si el Dasein se define como ser en el mundo, habrá que defi-nir mis precisamente la noción de mundo. Sólo en un segundotiempo, una vez desembarazado el campo de los equívocos que na-cen de una elaboración imprecisa de este concepto, podremos abor-dar una determinación positiva de las estructuras existenciales delDasein.

3. La mundanidad del mundo

Analizando con atención el fenómeno deloliado se decubreque "el 'mundo' no es en modo alguno una determinación del enteopuesto al Dasein, sino que 'por el contrario es un carácter del Daseinmismo",29 e s d e ci r , el mundo es un " ex is te nc ia ri o" ; ¡,QU son, en

e f e—c16 , en la cot idianidad media las cosas que se encuentran en el

mundo'? Antes que ser simples presencias, realidades provistas de—una existencia "objetiva", las cosas son para nosotros instrumentos.La utilizabilidad (Zuhandenheit) de las cosas o en general su signifi-cado en relación con nuestra vida (amenaza, placer, indicio de algo.diferente, etc., en suma, todos los modos en que las insertamos ennuestra existencia y de alguna manera las referimos a nuestros fines)no es algo que se agregue a la "objetividad" de las cosas sino que essu modo.de darse más originario, el modo en que en primer lugar sepresentan en nuestra experiencia. Que las cosas sean ante todo ins-trumentos no quiere decir que l sean todas medios que empleemosefectivamItite, sino que las cosas se presentan a nosotros ante todoprovistas de cierta significación respecto de nuestra vida y de nues-tros fines. Este resultado corresponde a lo que ya hemos descubiertosobre la existencia entendida como carácter esencial del Dasein. Elhombre está en el mundo siempre como ente referido a sus Posibili-

2829 'bid., pig. 135_

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dades propias, es decir, como alguien que proyecta; y encuentra lascosas, en primer lugar, incluyéndolas en un proyecto, es decir, asu-miéndolas, en un sentido amplio, como instrumentos. Instrumentoen este sentido es también la luna, que al iluminar un paisaje nossume en un estado de ánimo melancólico; y en general también lacontemplación "desinteresada" de la naturaleza coloca siempre aésta en un contexto de referencias, por ejemplo, de recuerdos, desentimientos o por lo menos de analogías con el hombre y sus obras.

Todo esto es muy importante, porque, pensándolo a fondo,nos lleva a cuestionar el concepto mismo de-realidad como simplepresencia. La filosofía y la mentalidad común piensan desde siglosque la realidad verdadera de las cosas es la que se aprehende "obje-tivamente" con una mirada desinteresada que es, por excelencia, lamirada de la ciencia y de sus mediciones matemáticas. Pero si,como se vio, el modo de presentarse originario de las cosas en nues-tra experiencia no es aparecer como "objetos" independientes denosotros sino que se nos dan como instrumentos, queda abierto elcamino para reconocer la objetividad .m i s m a d e l a s c o s a s c o m o u n

modo de determinarse particular de la instrumentalidad. La objeti-vidad es algo a lo que se llega (y sobre esto está de acuerdo aún lametodología científica) en virtud de una operación especifica en lacual se "hacen a un lado" los prejuicios, las preferencias, los intere-ses, para ver la cosa tal como es "en , s i ";I P e r o e s t a o p e r a c i ó n e s s i n

embargo, inevitablemente, una operación del hombre, que éste Ile-va a cabo precisamente con miras a ciertos objetivos precisos: laconexión de las ciencias objetivas modernas con la técnica no nece-sita n i- d oc um en ta da . " La simple presencia se revela así como un

modo derivado de la utilizabilidad y de la instrumentalidad que esel verdadero modo de ser de las cosas."

Sobre la base de todo esto se puede entender fácilmente granparte del desarrollo ulterior de la analítica existenciaria. Los pasosdados hasta aquí nos mostraron ya cómo la simple presencia no sólo

30 En la esfera de la escuela fenomenológica este tema ya había sidoelaborado' por Max Scheler, un pensador muy estimado por Heidegger espe-cialmente en Vom Umsturz der Werte, Leipzig,' 1919; véase también DieWissensformen und die Gesellschaft,ibid., 1926.

31 "La utilizabilidad es la determinación ontologicocategorial del entetal como éste es 'en s i " (Ser y tiempo, traducción citada, pág. 145; la bastar-dilla es de Heidegger).

29

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es inadecuada para concebir el ser del hombre, sino que es un modo1 de ser sólo parcial y derivado también de las cosas diferentes delhombre (de los entes intramundanos, como dice Heidegger). Lasimple presencia es un modo en el cual las cosas se manifiestan enrelación con una operación precisa del hombre; y, en general, lascosas no son "en s i", sino que ante todo están en relación con no-sotros corno instrumentos; su ser está radical y constitutivamente,en relación con el ser proyectante del Dasein ;Este es el primer pasopara llevara c a bo u na r e vi s ió n g en er al del concepto de ser.

Las cosas son ante todo instrumentos-, p e r o e l i n s t r u m e n t o

nunca está aislado, siempre es instrumento para algo. lo cual signi-fica que el instrumento, por ser tal, exige que esté dada una totali-dad de instrumentos dentro de la cual él se define: "antes del me-dio individual está ya descubierta una totalidad' de medios"!2 Enestuerspectiva, el mundo no es la suma de las cosas sino que es lacrit lidión para que aparezcan las cosas individuales, para que éstassean. Hay que hacer notar, sin embargo, y evidentemente no en unsentido temporal, que el mundo como totalidad de instrumentosestá, primero que las cosas como i n s t r u m-e i t o s ' i n d i v i d u a l e s , P o r o t r a

parte, la totalidad de los instrumentos se da sólo en cuanto existealguien-que los emplea o puede emplearlos como tales, en cuantoesté el Dasein, para el cual los instrumentos tienen su sentido, su ,utilidad. "Primero" que el mundo, o en la raíz del darte del mundocomo totalidad instrumental, está el Dasein. No hay mundo si no

•,thay Dasein. Es también cierto que a su vez el Dasein no es sino en•'Icuanto ser_en el mundo; pero la mundanidad del mundo se funda

sólo sobre la base del Dasein, y no yiceversa. Por eso, domo se haVisto, el n i t i i-n f o—Jr' u n C a r ác t e r d e lP a se i n m is mo ".

En lo q C i i-T é T r e-f d a ' l as c o sa s , ser r f dT i gn i fic a pues, en pri-

mer lugar estar s implzmenteipresentes., ;s ino q u e s i g n i fi c a p e r t e n e c e r

a esa totalidad instrumental que. es el. m u n d o . E s t e p e r t e n e c e r a l

mundo se puede 'definir ulteriormente sobre la base de un análisis'más preciso del concepto de instrumento. Por cuanto está siempreconstituido en función de otro, el instrumento tiene el carácter dela referencia-, ',E l i r 4 t r un i e n to se r e fie r e no sólo al uso e sp ec ifi co

para-e i c ua l es tá , hecho, sino también, pot ejemplo, se refiere a las

personas que lo u n a l material de que está constituido, etc. Sinembargo, el instrqMénto como tal no está hecho para manifestar

32 lb id., pág. 1/41 .30

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tales referencias; está hecho para un cierto, empleo y no para sumi-nistrar todas estas informaciones varias. Hay sin embargo un tipode entes intramundanos utilizables en los cuales el carácter de lareferencia, precisamente en este sentido "informativo", no es sóloaccidental, sino que es constitutivo: son los signos, Heidegger nohabla aquí (párrafo 17 de Ser)' tiempo) del lenguaje)que trata explí-citamente mis adelante; pero evidentemente no to hace porqueaquí el análisis se dirige a la consideración de la cosalidad de lascosas, como entes intramundanos; en tanto que el lenguaje está másdirectamente vinculado con los existenciarios. Para entender el con-cepto heideggeriano de comprensión como parte constitutiva delser en el mundo ,y para comprender los desarrollos de su filosofíaen los años posteriores a Ser y tiempo, y •e s p e c i a l m e n t e s u s e s c r i -tos más recientes, conviene tener en cuenta que lo que se dice aquísobre el signo es válido tambidn y principalmente en el caso dellenguaje.

'Eh el 'signo, la utilidad coincide con la "capacidad de referen-cia", el signo no tiene otro uso que el de referirse a algo. De mane.-r i—que en el signo se pone de manifiesto de manera particularmente •

clara lo que en general es propio de todas las cosas intramundanas,•es decir, la referencia en eI sentido de la conexión con otra cosa. Encuanto instrumentos, las cosas remiten constitutivamente a.' algoque no son _ellas mismas. Pero en el signo este ccinstitutivo estar enreltiCió-n s e p re se nt a en primer plano, se muestra en la identidad de

utilizabilidad y capacidad de referencia. Por eso, el signo manifiestala eSencia de toda cosa intramundana. Pero hay un segundo sentidomás. profundo en el que el signo revela la mundanidad del mundo yel ser d-e l a s c os as . En efec to, se puede decir que si el mundo es la

totalidad de los instrumentos del hombre, los signos son .un 'pococomo las "instrucciones para usar" dichos instrumentos De hechoaprendemos a usar las cosas no tanto vidndolas usar o usando todoslos instrumentos de que está constituido el miindo' , sino principal-mente a travds de los discursos que nos ponen al corriente sobre eluso de las cosas. Como se aclarará cada vez nuis en el desarrollo dela analítica existencial, nuestro ser en el mundo no es sólo o princi-palmente un estar en medio de una totalidad de instrumentos, sinoque es un estar familiarizados con una totalidad de significados."

33 El nexo esta expl iei to en la pág. 165: la significatividad "constituyela estructura del Inundo".

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La instrumentalidad de las cosas, según Ya dijimos, no es sólo suservir efectivo a fines, sino que, de manera más general, ei su "valer"para fi d-s-e i fi t i l id i n i . s en ti do u otro; Pero estas valencias de las cosas

que nunca se d e s c ub r i e ro n t od as en su uso e fe c ti v o, • so n m an ifi es ta s

a través del lenguaje y en general a través de los signos-. b i s p o n e m o s .-del mundo mararitOos signos y en virtud de-M as . s o m o s e n e l \

liundo. "El signo es un ente &ideo utilizable que, en Ia medida en:que es este medio determinado, hace al mismo tiempo las veces dealgo que manifiesta la- e s t r u c t u r a o n t o l ó gi c a d e l a u t i l i za b i l i da d , de

la totalidad de las referencias y de la mundanidad" (la bastardilla esde Heidegger).3 Así llega a precisarse la noción de set_en el mundo en virtuddel descubrimiento de la instrumentalidad constitutiva de las cosasy del descubrimiento del signo como coincidencia de utilizabilidady capacidad de referencia-, 'Sei e n e l m u n d o s i g n i fi c a rá a h o ra n o t a n-

to tener siempre relación con una totalidad de cosas instrumentos,como tener ya -siempre familiaridad con una totalidad de significa-dos. Esta conexión entre mundamdad y iiittificatiirTdid, prepara ya;según veremos, la a p a r i d i a-d e l l e n g u a j e e n p r i m e r p l a n o a l o l a r go

de la especulación heideggeriana posterior; pero mientras tanto' también es esencial aquí esa conexión para entender la importancia

central de la noción de comprensiothen la descripción de las estruc-,,turas existenciarias del ser en el mundo propio del Dasein.

4. La constitución existencial del DaseinSi el Dasein es ser en el mundo, el resultado del análisis de la

mundanidad deberá reflejarse también en la determinación de lasestructuras existenciarias del Dasein. Esto es lo que Heidegger llamael análisis del "Ser-en como tal" (In-Sein als solches) que apunta ala definición de los "existenciarios". Precisamente desde este puntode vista, la coincidencia de mundo como totalidad de instrumentos

, y mundo como totalidad de significados se revela decisiva. El ods-tenciario (esto es, eI modo de ser del Dasein) que suministra el hiloconductor de esta parte del análisis es, en efecto, la comprensión(Verstehen). El Dasein está en el mundo ante todo y fundamental-mente como comprensión antes que como afectividad (poco des-pués volveremos a este punto). El mundo, según vimos, es una tota-lidad de relaciones y de referencias. Ahora bien:

3 4/bed ., pág. 159.

32

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"la comprensión mantiene las relaciones arriba exami-nadas en un estado de apertura preliminar... Estas rela-ciones están vinculadas entre si en una_ totalidad origi-naria—Ja totalidad de las relaciones de este -s i g n i fi c a res lo que nosotros llamamos con el término significad-

. viciad. El Dasein, en s'u intimidad con la sfgnificatividades la condición Ondea de la posiblidad de descubrir el

: ente que se encuentra en el mundo en el modo de serde la wilizabilidad".35En lo tocante al Dasein, ser en el mundo equivale a tener ori-

ginariamente intimidad. con una totalidad de significados. Como yavimos, el mundo no le es dado primariamente al Dasein como unconjunto de "objetós", con los cuales en un segundo momento sepondría en relación al atribuirle sus significados_ y funciones. Lascosas se le dan ya siempre provistas dé una' función, esto es, de unsignificado; y se -le p u e d e n m a n i fe s t a r c om o c os as ú n ic a me n te en

cuanto se insertan en 'una totalidad de significados de la- cual elDasein ya dispone Con esto se pone de manifiesto la e s t ru c t u ip e -cuharniente "circular" de la comprensión;Nue constituye uno delos núcleos- teóricos -m á s r e l e v a n t es d e -t o d o S er y t i em p o. Si el

mundo,., como vimos, está "primero" que las cosas individuales--porque de otra manera las cosas, que son sólo en cuanto pertene-cen al mundo como totalidad instrumental, no podrían darse comotales—, también está prirnero que todo significado particular' y espe-Mico la totalidad de significados en cple si resuelve el mundo..En otib-s t é rm i no s , p od rí am os decir que el mundo se nos da sólo en

la medida en que ya tenemos siempre (esto es, originariamente, an-tes de toda experiencia particular) cierto "patrimonio de ideas" y,si se quiere, ciertos "prejuicios", los cuales nos guían en el descu-brimiento de las cosas. Ocurre como en la lectura de un libro: to-dos tenemos la experiencia de que un libro nos habla en la medidaen que "buscamos" en él algo; o, como decía Matón, podemos re-conocer lo verdadero cuando lo encontramos, porque 'de algunamanera ya lo conocemos.

Esto no significa que el Dasein disponga desde el comienzode un conocimiento completo y concluso del mundo. No hay queolvidar nunca el vínculo de la noción de signifieado con la de ins-t mentalidad. Los significados de las cosas no son sino sus posibles

35 'bid., *s . 164-5,

33

Page 26: Gianni Vattimo - Introduccion a Heidegger

usos para nuestros fmes.Jrecisamente porque el hombre es consti-tutivamente poder ser 46as las estructuras de su existencia poseeneste carácter de apertura y de posiblidad. El Dasein está en el mun-do en ia forma del proyecto Y hasta la comprensión originaria deque dispone el Dasein es sencillamente un proyecto, con todos lossentidos implícitos en esta palabra y el hecho de que el proyecto esuna especie de "guía", aunque también está sujeto a modificacio-nes y, desarrollos y aunque inicialmente tenga sólo la forma de unesbozo 'que debe ser ulteriormente elaborado. Sustancialmente laidea de proyecto, que define la totalidad del modo de ser delDaseiki t i en e a qu í dos sen ti dos : la comprensión es proyecto por

cuanto es un poseer la totalidad de los signifIcados que constituyenel mundo antes de encontrar las cosas individuales; pero esto ocurresólo porque ei Dasein es constitutivamente poder ser y puede en-contrar las cosas sólo insertándolas en este su poder ser y entendién-dolas, por lo tanto, como posibilidades abiertas.

El Dasein pues, nunca es una tabula rasa sobre la cual van agrabarse las imágenes y los conceptos de las cosas. Pero ni siquierase puede pensar que el Dasein sea un sujeto provisto desde el co-mienzo (por ejemplo, en virtud de herencia biológica o cultural) deciertas "hipótesis" sobre el mundo y sobre las cosas que puede veri-ficar o rechazar al encontrarse directamente con las cosas, comoquerría una teoría del prejuicio de origen iluminista. Esto, en efec-to, supone que sea posible un cotejo entre las cosas "en sí" y nues-tros prejuicios sobre ellas. Pero la idea de que se deben abandonarlos prejuicios para encontrar las cosas como son "en sí" presuponeprecisamente que se vean las cosas como simples presencias, como"objetos". Si, como vimos, las cosas no son ante todo esas simplespresencias, entonces ni siquiera se puede pensar en salir de la com-prensión (o precomprensión) del mundo que originariamente nosconstituye para encontrar directamente las cosas y verificar si lasideas que tenemos de ellas son válidas o no.

La imposiblidad de salir de la precomprensión que tenemosya siempre del mundo y de los significados (una vez eliminado elsupuesto del ser de las cosas entendido como simple presencia) noes ya algo negativo o limitante, sino que constituye nuestra posibili-dad misma de encontrar el mundo. El conocimiento no es un ir delsujeto hacia un "objeto" simplemente presente o, viceversa, la bite-riorización de un objeto (originariamente separado) por parte de unsujeto originariamente vacío. El conocimiento es mis bien la articu-34

Page 27: Gianni Vattimo - Introduccion a Heidegger

lación de una comprensión originaria en la cual las cosas están yadescubiertas. Esta articulación se llama interpretación (Auslegung).No tiene sentido hacer la ,p b s e r v a c i i i i d e q u e d e e s t a m a n er a e l c o-

nocimiento es sólo un movimiento del sujeto en el interior de lapropia "imagen del mundo" 'ya dada; no estamos aquí en el planode una reducción del conocimipnto o de la filosofía a "visión delmundo"," en el sentido subjetivista del término.

El ser en el mundo no tiene nada del "sujeto" de que hablamucha filosofía moderna, porque esta noción presupone precisa-mente que el sujeto es a lg o-q u e s e c o n t r a p o n e a u n " o b j e to " e n -

tendido como simple presencia. El. Dasein no es nunca algo cerradode lo que se deba salir para ir al mundoel Dasein es ya siempre yconstitutivamente relación con el mundo, antes de toda artificiosadistinción entre sujeto y objeto. El conocimiento como interpreta,ción no es ei desarrollo y • a r t i c u l a c ió n d e l a s f a n t as í a s q ue el D as e in

como sujeto individual pueda tener sobre ei• mundo, sino que es laelaboración de la constitutiva y originaria relación con el mundoque lo constituye. La idea del conocimento como articulación deuna prt. c om pr e ns i ón o ri gi na ri a es la doctrina de aquello que Heideg-

ger llama (junto don la tracición de la teoría de la interpretación)el "circulo hermenéutico". Ese circulo puede parecer un círculo vi-cioso sólo desde. el punto de vista de un ideal del conocer que con-ciba el ser como simple presencia.

"Pero si se ve en este drculo un drculo vicioso y se procuraevitarlo o si sencillamente se lo 'siente' como una irremediableimperfección, se entiende molde cabo a rabo la comprensión...el esclarecimiento de las condiciones fundamentales de la posi-bilidad del interpretar mismo, las condiciones de su posibilidad.Lo importante es no salir fuera dercírculo, sino permanecerdentro de 61 de la manera justa. El círculo de la comprensiónno es un simple círculo en el que se mueva cualquier formade conocer, sino que es la expresión de la preestructura(I z a r -stniktur) propia del Dasein mismo" .3736 La afirmación del mismo concepto de Weltanschauung está vincula-

do con el subjetivismo moderno que es sólo un correlativo de la reduccióndel ser a objetividad y a simple presencia. Ve6se el ensayo sobre L 'epoca

dell' immagine del mondo en el vol, Sentieri interrotti (traducción italiana deliolzewege, Frankfurt, 005) , Fiorencia, 1968.

37 Essere e tempo, traducción citada, pág. 250.

35

Page 28: Gianni Vattimo - Introduccion a Heidegger

5. La s ituac ión. a f e c t iv a y e l e s l azoj a n za d d

Sobre la base de ja conexión de mqndanidad.dad-, e l aná li si s del "Ser-en" eotidtice pues al reconocimiento dé Un

primer grupo de existenCialet: l 'a' c o m p r e n s i ó n , l a i n t e r p r e t ac i ó n

(estrechamente ligada a la comprensión en lo tocante a su articula-ción interna), a las que se agrega -e l, d i s c u r s o ( R e d e ) c o m o c o n c r e-

,tatse de la interpretación.3 1 3 P e r o t a n o r i g i n a r ia m e n t e -c o m o l a c or n prensión_ST_ el discurso y d e; a l g u n a m a n e r a h a s t a m A r a d ic a l p or

Cuanto es lo que permite pasar a la noción de estado-de-ye cto* (no- Idon :q u e c on t in ua rá siendo determinante aun en la segunda sec-

ción de Ser y tiempo), es un tercer existenciatio que Heidegger de-signa con el término de Befindlichkeit.3,9 y q u e n o s o t r o s t r a d u c i m o s

al castellano-por 'clisposicionalidad" p e r o que literalmente que.re decir el modo de "encontrarse", de: "sentirse" de esta o aquellamanera, la tonalidad afectiva en la-cual nos encontramos.• ,

El Dasein, en cuanto ser en el mundo, no sólo tiene ya siem-pre cierta comprensión de una totalidad de signifitados, sino quetiene siempre cierta dispnsicionalidad; es decir, las cosas no sóloestán provistas de un significado en un sentido "teórico", sino que'también poseen una valencia emotiva. Si la analítica existenciariaquiere resguardarse del riesgo de privilegiar un aspecto del Daseinen detrimento de otros --y la filosofía por lo coman privilegió el as-pecto teórico o cognoscitivo-- ' debe tener muy en cuenta la'afectividad 41-

Thid, párrafo 34.

88 Ibid., párrafo 29,

4 0. .En la nueva edición de su- traducción italiana, Pietro Chiodi adoptó

la expresión "situación emotiva" (véase pig. 225 y siguientes). Nosotros pre-ferimos la expresión "situación afectiva", que aparecía en la primera edición,por las razones indicadas en la nota 1.

41 Este interés por la esfera afectiva del Dasein explica la estimaciónque Heidegger siempre tuvo por el pensamiento de Max Scheler; véase O.POggeter, op. cit., págs. 16- 7.

* A pesar de que Vattirno ha traducido Geworfenheit al italiano poressere-gettato (literalmente, "estar lanzado o arrojado"), hemos mantenidola traducción de Gans, ya popularizada en nuestro idioma, de "estado-de-yeeto".

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Page 29: Gianni Vattimo - Introduccion a Heidegger

No se trata sólo de reconocer los derechos de la afectividadJunto con los de la comprenSión por una preocupación de fi r unanalisis completo, la elaboración delsOricePtO de disPoSiCionitidadhace dar a Heidegger un piso decisivo en el desarrollo de su discurso. Que el Dasein se 'encuentre siempre y originariarnente, en unʻdisposibionaliúd no es 'rin f e n ó m e n o q u e " a c o mp a ñ e " s e n c i li a n i e ri - \

te la pornprenSión y la interpretación del mundo; la afectividad es')más bien ella misma una especie de •P r e c o r n p r e n s i o n , a u n m á s o r i g i -

naria que la comprensión .m i s m a • V e r d a d e s q u e e n S e r y t i e mp o s e

habla solo de un coorigen de dispoSicionalidad y comprensión Petonuestra hipótesis es legitima si': se piensa, por •un. l a d o , q u e ' p r e c i s a -mente la disposicionalidad 'abre al Dasein en su e s t a d o- d e - y e c t 0 74 2(y ahora se verá la importancia central de esta noción) y, por otrolado, que el encuentro mismo con las cosas en el plano de la sensi-bilidad es posible sólo sobre la base del hecho de que el Dase in.est4siempre originariamente ea una situación afectiva' p o r lo tanto.,--

toda relación específica con las cosas individuales (aun la compren-sion: y su articulación interpretativa) es posible en virtud de la aper-tura al mundo garantizada por la disposicionalidad. "La dLpø.sldnalidad ya ha abierto el Dasein al mundo en su .totalidad, conque hace asz' posible un dirigirse hacia. '4 4 La disposicionalidad, esto es, el modo originario de encon-trarse y de sentirse en el mundo, es una especie de primera "pren-sión" global del mundo que de alguna manera funda la comprensiónmisma:

"En el plano ontológico fundamental debemos confiarel descubrimiento originario del mundo a la 'simple dis-posicionalidad'. La intuición pura, aunque penetrase enlas más intimas estructuras del ser de aquello que estásimplemente presente, no podría nunca descubrir algoamenazador".45

En la parte final de este pasaje es evidente la polémica contra42 kssere e tempo, trad. cit. pág. 232.

43 Véase !bid., pág. 230. La bastardilla es de Heidegger.

44 Ibid., pág. 229.

45 'bid., pág. 230.

37

Page 30: Gianni Vattimo - Introduccion a Heidegger

el trascendentalismo neokantiano y las tendencias trascendentalesde la misma fenomenología', -_ E s a 4 t i f d o n d e s o h a c e e v i d e nt e l a i m-

portancli'del concepto de disposicionalidad en el desarrollo de Sery tiempo; ese concepto coristituyi uneprogreso en el camino de"concretar" el problema a l .s e r , p r e o c u p a c i ó n q u e , c o m o v i n t os ,

guía a Heidegger en los años de su formación filosófica. Si hastaaquí las estructuras del ser en el mundo podrían hacer pensar aúnen una forma de trascendentalismo en el propio Heidegger, ahoraeste- po si bl e equívoco queda disipido. El Dasein no es nunca un

-Sujeto.:puro porque no es nunca un espectador-desinteresado de las

cósas y de l o s s i g ni fi c ad o s; el " pr oy ec to " dentro del cual el mundo

se le aparece al Dasein no es una apertura de la "razón" como. t a l(como el a priori kantiano), sino que es siempre un proyecto "cali-ficado", definido, podríamos decir, "tendencioso". La afectividadrí o—is un accidente que se coloque junto a la ptira visión teórica de

las cosas Cómo un aspecto susceptible' d-e s e r d i s t i n g u i d o y d e l c u a l

se pueda prescindir (en un esfuerzo de conocimiento desinteresado).Ya . .l j i n tʻ o s que el mundo no nos seria accesible si no, tuvieseMos

una precomprensión de gi como totalidad de significados; pero aho-ra esta precomprensión se nos manifiesta constitutivamente vincu-lada con una disposicionalidad determinada. Mientras el análisis semantiene en el nivel de la comprensión y de la interpretación, elDasein puede tbdavia tal vez parecer semejante al sujeto kantiano..Lo que to distingue radicalmente es el no Ser "puro" corno la ra-zón kantiana. Y esta impureza surge de la coniideración de la dis-posicionalidad.

La disposicionalidad revela el hecho de que el proyecto que,coritituye el Dasein es siempre un "proyecto lanzaco”4 6 y e s t opone de manifiesto la finitud del Dasein En efecto, en la dispoii-cionalidad nos encontramos siendo, sin poder dar, radicalmente,razón de ello. El Dasein es fin'it-o!p6r cuanto el proyecto sobre elmundo que constituye su ser no es un supuesto que el pueda "re-solver" y cumplir, como quería Hegel. El mundo se nos aparecesiempre, originariamente, Al la 114 de ,cierta disposición.smotiva:alegría, miedo, desinterés, tedio. Todos los afectos singulares ------posibles sólo como especificacion4s del hecho de que el Dasein nopuede estar en el mundo (y, por lo tanto las cosas no pueden dir-sale) si no es a la luz do una disposicionalidad que, radicalmente, no

46Ibid.. p i n g o 31.

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Page 31: Gianni Vattimo - Introduccion a Heidegger

depende de él.Si la disposicionalidad es un aspecto constitutivo (no sólo

accidental)'de n u e s t ro e s ta r a b ie r to s al m un do , luego viene a consti-

tuir el modo mismo en que se /lbs dan las cosas y, por lo tanto, elmodo en que ellas son; y si, por otro lado, la disposicionalidad esalgo en lo que nos encontramos in poder dar razón de ello, la con-clusión será que la disposicionalidad nos Pone frente al hecho deque nuestro, modo originario de captar y comprender el mundo esalgo ciíyps_ fundamentos se nos •e s c a p a n , s i n s e r , p o r o t r o l a d o , u n a

característica trascendental de una razón "pura", ya que la afectivi-dad es precisamentelo que cada uno de nosotros tiene de más pro-pio, de mis individual y de más cambiante, Es sobre todo este últi-mo aspecto aquel en el que Heidegger insiste al ilustrar el conceptode proyecto lanzado.

" Este carácter del ser del Dasein, de que esté escondido sudónde y su de dónde y de estar en cambio radicalmente abierto encuanto tal, es lo que llamamos el estado-de yecto (Geworfenheit)de este ente en su ahí. La expresión estado-de-yecto viene a signifi-car la efectividad del ser entregado."'"

El Dasein no es el sujeto trascendental; verdad es que, comoaquél', hice posible el mundo en virtud de su apertura; pero este suestar abierto al mundo no es a su vez una "estructura" trascenden-tal y para; es un hecho bien determinado y definido en el caso decada Dasein, hecho que se manifiesta en la afectividad canto aspec-to constitutivo, del. ,proyecto. El Dasein es pues finito, por cuanto(aun siendo el que abre y funda el mundo) es a su vez lanzado a es-ta apertura, la cual no le pertenece ni como algo de que él puedadisponer, ni como una determinación trascendental de todo sujetocomo tal. Esta estructura lanzada del Dasein es lo que Heideggerllama la efectividad (Faktizitdt) de la existencia."' Efectividad yGeworfenheit (estado-de-yecto) son expresiones sinónimas que po-nen de manifiesto el verdadero sentido de esa pre-estructura de laque se hablaba en el pasaje al que nos referimos cuando aludimosal círculo compresión-interpretación, El pre que se revela en estecirculo, el hecho de que el conocimiento no pueda ser otra cosa

47 'bid., pig. 226.

48. lbed., págs, 226-7.

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que la articulación de una precomprension en la que el Dasein ya soencuentra siempre, no es sino la finitud constitutiva del Dasein. Elsujeto puro neokantiano queda sustituidopo r un Dasein concreta-mente definido y, como se Verá, también históricamente situado.

6. Gew. o r fe n he i t y c aí da *. Autent ic idad e inautenticidad

Con el concepto de estado-de-yecto llegamos al núcleo de latemática más propiamente "existencialista" de Heidegger, al puntoque permite (a pesar' de los limites que presenta la definición) con-siderar que su filosofía pertenecefl indiscutiblemente a la "filosofíado la existencia". Su polémica contra el transcendentalismo neo-kantiano tiene un sentido fundamentamente análogo al de la polé-mica de Kierkegaard contra Hegel: trátase siempre de reivindicar lafi n i t . del Dasein contra concepciones que miran al hombre comoun puro ojo vuelto al mundo. También el rechazo heideggeriano delconcepto de simple presencia asume aquí su justa dimensión; eserechazo no va enderezado a reivindicar tina dependencia idealistadel mundo del yo; el ser como objetividad es negado precisamenteporque es correlativo de un yo concebido como puro ojo, como es-pectador de la verdad entendida como dada en la presencia.

Finitud y Geworfenheit significan que el proyecto, que es elDasein, está siempre concretamente definido, como surge del análi-sis de la situación afectiva. Hay un tipo de definición del proyectoque Heidegger tematiza explícitamente y que 'tiene una funciónfundamental en Ser y tiempo (aun cuando en torno de esta cues-tión surgen múltiples problemas que probablemente no puedan serresueltos dentro del ámbito de la obra),49 s e t r a t a d e l a d i s t i n c i ó n

entre existencia auténtica y existencia inauténtico.. Esta distinción,que sólo sobre la base del concepto de finitud al que seha llegadoahora encuentra una primera justificación, aparece 'en Ser' tiempoya en las primeras páginas y a menudo aparece siempre como al ses-go, sin encontrar nunca una definición en términos formalmente

, 49 Como l o vio bien P. Chiodi, L'existencialismo di Heidegger, Tur ín,1955,2 quien funda en estos problemas toda su critica a Heidegger.

* El termino alemán Verfallenheit ha sido traducido por el autor pordeiezione que nosotros hemos traducido por "caída" o "condición-de-yecta":caída del Dasein en el sentido en que se dice, por ejemplo, calda del hombreo ángel caído. [T I.

40

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precisos. En esta distinción se oculta seguramente uno de los nú-cleos de los problemas que quedan pendientes después de Ser ytiempo y que de manera subterránea impulsan el posterior desarro-llo del pensamiento heideggeriano.

Hemos visto que el estado-de-yecto es la efectividad del Da-sein, esto es, el hecho de que el Dasein tiene ya siempre un ciertomodo global de relacionarse con el mundo y comprenderlo, modoglobal qt.le está atestiguado en la disposicionalidad y en la compren-sión. Ahora bien, ¿cómo se entiende concretamente en el Daseineste poseer originario una prension y una comprensión preliminaresy globales del mundoUn..la cotidianidad media a que se atiene laanalítica existenciaria como su punto de partida, la comprensiónpreliminar del mundo que constituye el Dasein se realiza comoparticipación irre llexi.va y a c r i t i c a e n u n c i e r to m u nd o h i s tó r i co -

social, en sus prejuicios, ,en sus propensiones y repudios, en el mo-do "común" de ver y juzgar las cosas y Si nos preguntamos qué sig-nifica en concreto el hecho de que el Dasein tenga ya siempre unacierta comprensión del mundo, hasta emotivamente definida, la pri-mera respuesta que encontramos es la de que, de hecho, el Daseinencuentra el mundo siempre a la luz de ciertas ideas que ha respira-do en el ambiente social en el que se encuentra viviendo. Ya obser-vamos que el hombre no aprende a usar el mundo como, totalidadde instrumentos tratando de emplear todos los instrumentos indivi-duales-; e l h om br e ve cómo los demás usan los instrumentos y., lo

que es aún más importante, oye hablar de ellos. Con la idea demundo como totalidad de instrumentos se vincula pues inmedia-tamente e l hecho de que el Dasein está en el mundo junto conotros, que es e s t a r.-co n " E l D a s e i n e s p r i me r o de t od o y por lo

común el 'inundo' que lo ocupa y preocupa. Esta identificación-contiene en general el cardaer del extravío en la publicidad del 'se'(man)" .5° P r ec i s am e nt e po rque en la man ipu lac ión de las cosas el

l)asein está siempre junto con otros tiene la tendencia a compren-der el mundo según la opinión común, a pensar lo que se piensa, aproyectarse sobre la base del anónimo se de la mentalidad pública.Aun cuando en concreto está contrapuesto a los demás, el Daseinpor lo común permanece dentro de los esquemas del se: "Nos apar-tamos de la 'ran masa' porque se apartan de ella. Encontramos

Essere e tempo, traducción citada, N & 279.

41

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'escandaloso' lo que se encuentra escandaloso" ( l a bastardilla esnuestra). En el mundo del "se" dominan la charla sin fundamento,la curiosidad y el equivoco: el carácter común de -t o d o s e s t o sfenómenos es el hecho de que en_ellos el Dasein tiene la impresiónde "comprenderlo todo sin ninguna aproplaciót preliminar de lacosa" .52 L as o pi ni on es comunes se comparten, no porque las

hayamos verificado, sino tan sólo porque son comunes. En lugar de.,la apropiación originaria de la cosa, se verifica aout la pura amplia-ción y la pura repetición de lo que ya se ha dicho.53 Este hecho de pertenecer .al mundo del "se" no es sólo un 11

.-

mite negativo y no es algo que pueda •u n o i m a g i n a r e v i t a r c o n u n a

-decisión deliberada, "El Dasein puede también no sustraerse nunca

a este estado interpretativo cotidiano en el cual ha crecido. En él,por él, y contra él se realiza toda genuina comprensión".54 P o r e s -tar ante tod6 en estado-de-yecto en el mundo del "se", la'elisten-cia es siempre originariamente inauténtico.. En este sentido, con elestado-de-yecto está vinculado lo que Heidegger llama la conclicidnd e-y ec ta o calda (Verfallenheit) constitutiva del Dasein. Condición

de-yecta '-s l e t r i ff e i q ue " el D as ei n, en primer lugar y dentro de cier-

tos límites, siempre (la bastardilla es nuestra) está entregado a esteestado interpretativo", es decir, a la mentalidad del Se ,gS E n c o n -traposición a esto, ¿qué es la autenticidad? Cuando introduce estostérminos,56 H e i de g g er d ic e que el Dasein puede ser auténtico o

inauténtico, por cuanto siendo él mismo su propia posibilidad,"puede, en su Dasein, o bien 'elegirse', conquistarse, o bien perdersey no conquistarse en modo alguno". Por otra parte* en uno delos pasajes que recordamos poco antes, la inautenticidad parece ca-racterizada esencialmente por la incapacidad de alcanzar una verda-dera apertura en dirección de las cosas, una verdadera comprensión,ya que en vez de encontrar la c6sa misma se mantiene uno en las

42

51 'bid.. págs. 215- 6

52 ;bid., pág. 271.

53 Ibtd., pág. 270.

54 !bid., págs. 271- 2.56 /130., pág. 269.

5 6Th id ., pig, 107.

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opiniones comunes. La autenticidad (Ekentliehkeit) es tomada porHeidegger e n—e r s e n t i do e t i mo l ó gi c o l i te r al en c on ex ió n con el adje-

tivo "propio" (eigen): autdfitiEffies el Dasein que se apropia de sí,es decir, que se proyecta sobre la base de su posibilidad más suya.Este tema, que se desarrollará y tendrá su explicación exacta en lasegunda sección de la obra, se entrecruza ahora con el aspecto cog-noscitivo •-q u e , s e gú n v i mo s , se m an i fi es ta en el primer plano en el

análisis del se: el Dasein inauténtico es incapaz de abrirse verdade-ramente a las cosas; no posee esa "pureza y conformidad con el he-cho" que son propias del discurso y de la comprensión.. ¿Qué ne-xo hay entre el no e legirse-en l a p o s i b i l i d a d p r o p i a , e n t r e e l n o

apropiarse verdaderamente de sf, y la incapacidad de llegar a las co-sas? Y sobre todo, ¿cómo puede configurarse, en la pyspectiva hei-,deggeriana, un "llegar a las cosas"?

Comencemos por este segundo problema. Hemos visto quepara Heidegger el conocimiento no es la relación de un sujeto conun objeto exterior a él; es en cambio la articulación de una com-prensión de que el Dasein siempre dispone y en la cual se encuentrasiempre ya en relación con el mundo. Pero si ello es así, parece difí-cil distinguir entre un conocimiento "verdadero" y un conocimien-to "falso", entre un discurso que descubra las cosas y una puracharla sin fundamento. Ambas cosas son, en efecto, articulacionesde cierta precomprension: también el mundo del se está constitui-do por una precomprensit5n, es un "proyecto" del mundo. En elpasaje e n que habla del círculo comprensión-interpretación,Heidegger dice que:

"en él se oculta una posibilidad positiva del conocermás originario, posibilidad que es captada de maneragenuina sólo si la interpretación comprendió que su ta-realnimera, duradera y última es la de no dejarse impo-ner nunca pre-disponibilidad, pre-videncia y pre-cogni-ción (son los términos constitutivos de la precompren-sión) por la situación o por las opiniones ,comunes, sinoque debe hacerlas surgir de las cosas mismas con lo quequedará garantizada la cientificidad del terna" .58

57 !bid., pág. 270.

58 Ibid., pág. 250.43

Page 36: Gianni Vattimo - Introduccion a Heidegger

Hay pues una precomprensión que no se limita a expresarque la situación histórico-social pertenece al mundo del se; trátesede una precomprensión que surge de alguna manera de ta cosa mis-ma: no evidentemente en el sentido de clue la cosa se dé de algúnmodo como simple presencia, sino en el sentido de que-la compren-.sion que realmente abre al mundo es nuestra relación concreta conla cosa. La charla habla de todo y especialmente de las cosas con lasque no tiene una relación directa; la autenticidad_ es apropiaciónfundamentalmente en este sentido: se apropia de fa cosa al relacio-narse directamente con ella. Todo esto, aunque todavía vago, estásin embargo atestiguado claramente por nuestra experiencia co-mún: hablar con conocimiento de causa sólo se puede cuando se haexperimentado de algún modo directo aquello de que se habla; yeste experimentar nunca se entiende principalmenfe Como encuen-tro de un sujeto con un "objeto", sino que se lo entiende como unarelación más caniPleja, -c o m o l a q u e s e e x p r e sa , p o r e j e mp l o , en la

expresión "hacer una experiencia" o "tener experiencia" (piénseseen el sentido que tiene "hacer experiencias" en la Fenomenologíadel espíritu de Hegel).

El encuentro "directo" con la cosa está" pues vinculado con laapropiación de la cosa como tal; pero como ésta no es nunca simplepresencia sino que es instrumento, apropiarse de la cosa quiere de-cir también, y más radicalmente, incluirla dentro delproyecto pro-pio de existencia. Desde este punto de vista se comprende cómo lainautenticidad del se consiste en el hecho de que el suyo no es nun-ca un verdadero "proyecto"; las cosas de que habla el se no son en-contradas en el ámbito de un proyecto concreto, decidido y'elegidoverdaderamente por alguien; es decir: si las cosas son instrumentosy el instrumento es tal únicamente en el proyecto, el proyecto im-plica empero una elección y una decisión de proyectar; sólo en unproyecto así concretamente querido las cosas son verdaderamentelo que son. El "proyecto" del se nunca es decisión de alguien; es só-lo una especie de fondo de que tiene necesidad la elección del indi-viduo pero sólo como fondo para destacarse de él. En el se lis cosasdesligadas de un verdadero proyecto no se presentan en su verdade-ra naturaleza de posibilidades, sino que se presentan sólo como"objetos"; hasta la concepción del ser de las cosas como simplepresencia se revela así vinculada con la inautenticidad y con la faltade apropiación que caracteriza al se. El encuentro con las cosas, el

44

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conocimiento verdadero, implica en cambio que el Dasein asuma encierto modo responsabilidades: este tema constituirá el centro de lasegunda sección de Ser y tiempo. La expresión a s u m i r. . .r e s p o n s a b i l i -dades no significa aquí que Heidegger privilegie la autenticidad co-mo una condfcion moralmente mejor. Heidegger descarta que ladistinción entre auténtico e inauténtico tenga, por lo menos en laanalítica wdstenciaria, un significado moral.' 9 La analítica existen-ciaría se limita a señalar que las cosas se presentan Verdaderamenteen su naturaleza de posibilidades abiertas sólo en el ámbito de unproyecto decidido; en el mundo del se, las cosas se dan sólo de ma-nera empobrecida y "deyecta", es decir, en un modo que no es di-ferente de aquel modo en que ellas son en la existencia 'auténtica,sino en un modo que es sólo una derivación empobrecida de aquel.Pero al análisis no le interesa establecer cuál modo sea "mejor"; só-lo le interesa establecer cuál es el modo originario del cual depen-de el otro. Y ese modo originario, que hace posible al menos origi-nario, es el proyecto decidido de la existencia auténtica.

Esta es la conclusión de la primera sección de Ser y tiempo."Los resultados del análisis desarrollado hasta aquí son retomadosen la definición de! Dasein como Sorge [cuidado, cura, preocupa-ción], que equivale a lo que indicamos antes con la expresión gene-

59 Véase por ejemplo Essere e tempo, traducción citada, página 107:"La inautenticidad del Dasein no implica empero un ser 'menor' o un grado'inferior' de ser"; y en la página 284: " La existencia auténtica no es algo qtiese desarrolle por encima de la cotidianidad de-yecta; existencialmente ella essólo una versión modificada de és ta._ L a i n t e r p r e t a c i ó n o n t o l o g i c o e xi s t e n c i a -

ria no tiene la pretensión de formular juicios 6nticos sobre la 'corrupción dela naturaleza humana' ; y esto no porque nos falten pruebas, l ino porque suproblemática se plantea mis acá de cualquier juicio sobre la corrupción o nocorrupción de los entes". La alternativa auténtico-inauténtico no ha de con-fundirse con la de existencial y existenciario ni con la de ontico y ontológico(véanse las notas 16 y 18). La autenticidad no es asumir el punto de vista fi-losófico (existenciario); y se puede ser autentico también (y hasta fundamen-talmente sólo así) en el plano existencial y ontle6. Sin embargo, puesto quela problematización filosófica de la existencia es para el hombre que filosofauna probabilidad existencial, se puede plantear el problema de si dicha pro-blematización existenciaria no exige también necesariamente la elección exis-tencial de la autenticidad. Una indicación de esta problemática, no resuelta,se puede ver en la página 68 de la citada traducción: "La analítica existencia-da, por su parte, tiene en Litima inttancia raíces existenciales, esto es onticas".

La dedicada (véase la nota 24) al "analisis fundamental del Daseinen su momento preparatorio".

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rica de "asumir responsabilidades" (en un sentido no moral, comoqueda dicho). la Sorge es "pre-ser-se-ya-en (un mundo en cuantoser cabe lo junto a l (el ente que se encuentra dentro del mun-d b) " .6 1

SO/e es erser del Dasebi ya en su modalidad autentica,ya en la modalidad inauténtica; pero esta última, co—m---o h a r e s u l t a -

do claramente de los varios pasajes de la analítica existencial, no esmis que el modo de ser parcial, derivado y d e- y e r t o d e l a s e s t r u c t u -ras autenticas; por eso el estudio del Dasein en el- m o d o e r q u e s epresenta en la cotidianidad media conduce empero al descubrimien-to de las estructuras auténticas de la existencia..

Hay una razón profunda de que Heidegger pase aquí a la se-gunda sección de la obra, es decir, que pase del análisis preparatorioa un -nivel mis radical: y este paso se produce cuando se llega a lasideas de estado-de-yecto y de "calda". Ya dijimos que el hilo con-ductor de la indagación heideggeriana es concretar aquel yo que eltrascendentalismo concebía siempre corno yo Puro.. Aquí, en cam-bio, se manifestó claramente que el yo p u e d e–re a l i z a r e s a f u n c i ó n

de apertura del mundo (que el trascendentalismo le asigna) predSa-- mente en la medida en que ese ya no es puro, sino que está concre-tamente situado y definido. Sólo a un proyecto definido y "finito"las cosas pueden manifestarse en su verdadera esencia de cosas., A n -tes de llegar a la noción de estado-de-yecto y a la noción de auten-ticidad, "podía parecer que el ser en el mundo era una armadura rí-gida en cuyo interior tuvieran lugar las. r e l a c i o n e s p o s i b l e s d e l

Dasein von su Mundo sin que la 'armadura' misma estuviera impli-cada en su ser"62 ; e s d e c i r , e l D a se i n p a re c ía p od er c am bi a rs e por

el yo trascendental. Pero la idea de Geworfenheit nos mostró que elproyecto mismo está históricamente definido p o r lo tanto, quees "finito". La finitud y el estado-de-yecto no scln sencillamente as-pectos del Dasein que se sitúen junto a los otros aspectos antes des-cubiertos. Sr únicamente en cuanto lanzado el. D a s e i n p u e d e s e rproyecto, ésto quiere decir que la deworfenheit es la raíz misma detodas las estructuras existenciales del Dasein. Habiendo partido dela posición de que el ser del Dasein no se puede pensar en términos _de simple presencia, encontramos aquí la razón y la significaciónúltima de este hecho. El Dasein no es simple presencia porque es

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61 Essere e tempo, traducción citada pig. 301.

62 * . 280.

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proyecto lanzado. En este punto termina el análisis preparatorio yla obra se sitúa en un nivel más radical y originario, en el cual, co-mo es característico del método heideggeriano; los resultados delanálisis anterior "se repiten", es decir son vueltos a encontrar en sufundamento.

7- Dasein y temporalidad. El ser para la muerteEsta ulterior y más originaria operación de fundar los resulta-

dos de la analítica llevará a Heidegger a poner de relieve el carácterconstitutivamente temporal del Dasein y, por lo tanto, lo acercaráposteriormente al objetivo de su indagación que es elaborar la rela-ción ser-tiempo. El primer pasa en esta dirección se da reconocien-do que el carácter _sólo preparatorio y provisional del análisis desa-rrollado hasta aquí se debe a la falta de autenticidad y de totalidad.Verdad es que la orientación del análisis sobre el Dasein en su coti-dia,nidad media quería ser precisamente un modo de garantizar unavisión total (no previamente limitada) del ser del Dasein. Pero estesentido de totalidad, considerado mis a fondo, se revela tambiéninadecuado, por cuanto implícitamente se inspira en una visión delDasein como simple presencia. ,Qué significa, en el caso del Daseinser un todo? Si el Dasein es esencialmente poder ser, nunca podre-mos encontrarlo como un todo. El hecho de partir de la cotidiani-dad media como lugar de "todas" las posibilidades del Dasein admi-te implícitamente estas posiblidades como simples presencias, posi-bilidades que habría que tener en cuenta en su conjunto sin pasarpor alto ninguna. Por otro lado, al partir de la cotidianidad media,nos hemos visto llevados a considerar e] Dasein en su modo de serinauténtico y sólo al final llegamos a una noción de autenticidad.,todavía sin embargo imprecisa y aproximada.

Sigamos, con Heidegger, el hilo conductor de la totalidad:63¿en qué sentido el Dasein (que es siempre poder ser) puede ser un

todo? No se puede pretender experimentar el Dasein como totali-dad en el sentido de la simple presencia porque es constitutivo en 61ser posibilidad abierta. Así y todo, se puede decir que el Dasein noestá siempre en el modo de la posibilidad, pues en efecto muere yllega un momento en que esa estructura de abierto incumplimientono es más tal. La muerte, como hecho biológico, no representa sinembargo el cumplimiento de la totalidad del Dasein: concebirla así

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significaría pensar el Dasein corno simple presencia', el Dasein esta-na- cuMplido- cvando , a todos- sus otros modos de set Mene:ii_iagrt-garse también el estar muerto. El morir empero no es un hecho que.Se agregue :a otros y que tbriiplett la totalidad del Dasein, pilestoque, cuando está muerto, el Dasein, lejos de ser un todo, no es Mis.

Este discurso sin embargo no puede concluir sencillamentenegando que la muerte sea una posibilidad del Dasein (según el razonamientd epicúreo', para el iCtial Cuando estoy vivo mi muerte noesta y cuando sobrevenga im Muerte yo no estaré más; p o r l o c u a len el fondo la muerte no nie , E n qué sentido pues pue-de concebirse la muerte contó una posibilidad: d e l D a s e i n , e s t o e s ,

'no solo cómo un hecho que les ocurre a los demás y:, qup a mi toda-:n'a rió me ha ocurrido? Heidegger insistió repetidas veces, en todala primera sección de Ser y tiempo, en el hecho de que los existen-ciaribS no pueden pensarse bn términos de simple presencia; sino quehay que concebirlos como posibilidades. Tampoco la muerte delDaSein puede pues concebirse sólo como un hecho todavía no pre-sente y que luego estará presente. Es menester ver en qué térmi-nos se la puede pensar como una posiblidad odstenciaria, es decir,como un elemento que entra a constituir, no accidentalmente, elactual ser del Dasein como proyecto.

El primer aspecto de la muerte que se nos impone es su carác-ter insuperable. Mu e rte , a diferencia de las otras posibilidades dela existencia, no sólo es una posibilidad a la cual el Dasein no puedeescapar, sino que, frente a toda otra posiblidad, está, caracterizadapor el hecho de que más allá de ella nada mis le es posible al Daseincomo ser en el mundo. La muerte es la posibilidadde la imposibili-dad de toda otra posibilidad, "la posibilidad de la pura y simpleimposibilidad del Dasein".64 L a m u e r t e e s l a p o s i b l id a d m ás p r o pi a

del Dasein esto se puede ver atestiguado por el hecho de que todosmueren, es decir, que esa posibilidad es coesencial al Dasein; pero laraíz del hecho empírico do que todos mueren es la circunstancia deque la muerte es la posiblidad más propia del Dasein en cuanto loafecta en su mismo ser, en su esencia misma de proyecto, mientrasque cualquier otra posibilidad se sitúa en el interior del proyectomismo como su modo de determinarseS

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64 /bid., pág. 378.

66 "En esta posibilidad se trata, en cl caso del Dasein, pura y simple-

Page 41: Gianni Vattimo - Introduccion a Heidegger

¿Qué significa esta primera delineación ontológica de lamuerte respecto del problema de la totalidad del Dasein? Por un la-do la niueate es la posibilidad más propia y, por lo tanto, mis au-téntica (recuérdese el nexo autentico propio, eigen eigentlich) delDasein; poi otro lado, por cuanto nunca puede ser experimentadocomo "realidad" (por lo menos mi muerte), ella es auténtica posibi-lidad, es decir, posibilidad que continúa siendo permanentementetal, que -n o s e r e al i z a n un ca , por lo menos mientras el Dasein es, La

muerte es pues posibilidad auténtica y auténtica posibilidad: sobreesta base se revela la función que la muerte tiene en constituir elDasein como un todo, en el único sentido en que el Dasein puedeser un todo (el cual es en última instancia el sentido de una totali-dad históricamente coherente y que deviene). La muerte, en efecto,como posibilidad de la imposibilidad de toda posibilidad, lejos decerrar el Dasein, lo abre a sus posibilidades del modo más auténti-co. Pero esto implica que la muerte sea asumida por el Dasein de unmodo auténtico, que sea explícitamente reconocida por él como suposibilidad mis propia. Ese reconocer la muerte como posibilidadauténtica es la anticipacidn de la muerte, que no significa un 1. ' p e n -sar en la muerte", en el sentido de tener presente que deberemosmorir, sino que más bien equivale a la aceptación de todas las otrasposibilidades en su naturaleza de puras posibilidades.

"La liberación anticipante por la propia muerte liberade la dispersión en las posibilidades que. se entrecruzanfortuitamente, de suerte que las posibilidades efectivas,es decir, situadas más acá de aquella posibilidad insupe-rable, puedan ser comprendidas y elegidas auténtica-mente. La anticipación abre a la existencia, como suposibilidad extrema, la renuncia a si' misma y así disuel-ve toda solidificatión en posiciones existenciales alcan-zadas... Puesto que la anticipación de la posibilidad in-superable abre al mismo tiempo a la comprensión de lasposibilidades situadas más acá de ella, ella lleva consigola posibilidad de la anticipación existencial del Daseintotal, esto es, la posibilidad de existir concretamente

mente de su ser en el mundo.. .La muerte es la posibilidad de la pura y sim-ple imposiblidad del Dasein. Así la muerte se revela como la posibilidad máspropia, incondicionada e insuperable" (i1)0., pág. 378)

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Page 42: Gianni Vattimo - Introduccion a Heidegger

como poder-ser-total."6 6La anticipación de la muerte se identifica con el reconocimien-

to de que ninguna de las posibilidades concretas que la vida nospresenta es definitiva. De esa manera, ei Dasein no se petrifica pro.yectindose "definitivamente" sobre la base de una u Otra de estasposibilidades sino que permanece continuamente abierto: sólo estole garantiza el poder desarrollarse más allá de cada una de las posi-bilidades que va realizando.

Ahora resulta claro en qué sentido la muerte desempeña unafunción decisiva en la constitución del Dasein como totalidad au-téntica: al anticiparse en la propia muerte, el Dasein ya no está dis-perso ni fragmentado en las diferentes posibilidades rígidas y aisla-das, sino que las asume como posibilidades propias que incluye enun proceso de desarrollo siempre abierto precisamente por ser siem-pre un proceso para la muerte. La muerte posibilita las posibilida-des, las hace apareCer verdaderamente como tales y así las pone enposesión del Dasein, que no se aferra a ninguna de ellas de maneradefinitiva, sino que las inserta en el contexto siempre abierto delproyecto propio de existencia. A partir de ahora podemos afirmarque sólo al anticipar la muerte propia, que posibilita posibilidades,el Dasein tiene Una historia, es decir, un desenvolvimiento unitariomis allá de la fragmentación y de la dispersión.'

La autenticidad, que la analítica había descubierto, pero dela cual sólo habla esbozado los contornos, adquiere ahora un ulte-rior carácter definido. Hemos visto que uno de los caracteres esen-

Thid., págs. 395 —6.

67 Tal vez sea úti l recordar aquí la_ distinción kietkegaardiana ent3 vidaestética y vida ética; de la vida estética es símbolo la figura de Don Juan, dela vida ática es símbolo el marido: el primero vive en el instante y en la dis-continuidad, el segundo en la continuidad de una historia fundada precisa-mente en una decisión. Sobre esto véase de Kierkegaard, Auf Aut, traducciónitaliana (parcial) de R. Cantord, Milán, 1956; y el Diario del seductor (origi-nariamente contenido en Aut Ala), traducción italiana, de A. Veraldi, Milán,1955. Si la analogía de autenticidad e historicidad hace pensar en Kierke-gaard, igualmente relevante es la analogía entre la función que Heidegger atri-buye aquí a la muerte y la significación que ésta tiene en las páginas de laFenomenología del espír itu de Hegel dedicadas a la dialéctica a m o•e s c l a v o .Para Hegel et precisamente el miedo a la muerte lo que hace reconocer al es-clavo su esencial libertad propia. Vei.se Fenomenología dello spin's°, traduc-ción italiana de E. de Negri, Horencia, 1961, vol. Z, p á g s . 1 6 1 - 2 .50

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dales de la existencia inauténticdes la incapacidad de apropiarse delas cosas en su verdsdera esencia de posibilidades. Ahora, la antici-pación de la muerte, que constituye al Dasein como un todo autén-tico, suministra la fundación radical del hecho de que el Daseinauténtico es tal precisamente y sólo en cuanto se relaciona con elmundo en términos de posibilidades. Y, de manera más general, enel análisis preparatorio de la primera sección de Ser y tiempo, laautenticidad permanecía en suspenso y en cierto modo "abstracta",pues era todavía principalmente la estructura de fondo que la re-flexión existenciaria descubre sólo en la inautenticidad de lo coti-diano. El concepto de anticipación de la muerte pone de manifiestolo que es, precisa y concretamente, la existencia auténtica.

Pero todavía se trata, dice Heidegger, de una delineación dela autenticidad en el nivel puramente existencial; se trata de una es-pecie de hipótesis ontológica en la que todavía no sabemos si la au-tenticidad tiene un correlativo en el nivel ántico y existencial." Ensustancia, ahora que se ha precisado la noción de autenticidad-tota-lidad mediante el concepto de anticipación de la muerte, se trata dever si en el plano existencial, no en el de la reflexión filosófica sinoen la vida concreta, el ser para la muerte se presenta como términoefectivo de una alternativa que el Dasein puede elegir. El problemaes:

- " S e proyecta el Dasein siempre efectivamente en esteser para la muerte o bien, sobre la base de su ser mispropio, pretende al menos un poder-ser auténtico fun-dado en la anticipación?"6 9Como ya ocurrió en el caso del análisis de la inautenticidad y

del estado-de-yecto, también aquí el esfuerzo de concretar, en elplano existencial, los resultados del análisis existencial°, tendrá nosólo el sentido de dar una confirmación de tales resultados sino queademás abrirá el camino de ulteriores y efectivos desarrollos. La -busca de una posibilidad existencial de la anticipación de la muerteconduce a Heidegger a elaborar una compleja doctrina de la deci-sión, que implica el empleo de conceptos objetivamente "enreda-

Essere e tempo, traducción citada, pág. 399. Sobre el significado delos terminos "existenciario" y "¿orifico", veánse las notas 16 y 18,

6 9/b id .,

pág. 199,51

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dos" ,7° c om o los concep tos de conciencia y de culpa, a los cuales

nos referiremos en la medida mínima indispensable para dar una.idea de la problemática final de la segunda sección de Ser y tiempo.

Com9 ya se dijo, el problema consiste en descubrir la posibili-dad existencial de un auténtico ser para la muerte. En la cotidiani-

dad media, inauténtica y de-yecta en que se presenta el Dasein,¿cómo es posible el paso a la existencia auténtica? Huelga advertiraquí, que dada la distinción entre existencial y existenciario no sepuede pensar que ese paso pueda provocarse en virtud de alguna re-ferencia filosófica a la autenticidad_ Hay que ver qué cosa, en laexistencia cotidiana misma, hace posible algo como un "hacerse au-téntico" por parte del Dasein. L a a n t i c i p a c i ó n d e l a m u e r te p o s i b il i -

ta todas las otras posibilidades, pero esto implica una especie demomentánea suspensión de la adhesión a esas posibilidades, suponeen cierto modo salir de la maraña de perentorios intereses con quedichas posibilidades se imponen en su presencia efectiva. El estardisperso en la adhesión a esta o a aquella posibilidad mundanaconstituye precisamente un carácter de la inautenticidad. Anticiparla muerte no quiere decir renunciar a las posibilidades efectivas,quiere decir tomarlas en su verdadera naturaleza de puras posibili-dades, y esto exige una especie de suspensión de la adhesión a losintereses intramundanos en los cuales estamos siempre dispersos,

Ahora bien, eso que en lenguaje coman se llama la "voz de laconciencia" constituye justamente ese fenómeno existencial delcual puede partir e/ "hacerse auténtico del Dasein".71 E s a v o z n odice nada que pueda ser discutido o comunicado y por eso se puedeafirmar que habla como silencio, 72 Esa voz se limita a remitir alDasein a sí mismo, lo cual significa qbe no ordena contenidos pre-cisos (en esto es análoga al imperativo kantiano), sino que sólo pideal Dasein que asuma una posibilidad concreta, no porque an' se ha-ce, sino como posibilidad Propia. Puesto que el Dasein vive siempreante todo en la dispersión y en la inautenticidad, la conciencia ha-bla "negativamente", en el sentido de que es como un hacer presen-te a/ Dasein una culpa en la cual se encuentra desde siempre, En la

7 01 bi 'd ., pág. 401,

ibzd., párrafo 54.

7 2/b id ., pág. 408.

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voz de la conciencia se nos anuncia una culpabilidad origium i.1 delDasein que no es posterior a ningún acto culpable, sino que, antesbien, constituye el fundamento y la base de la posibilidad de cual-quier culpa individual. La culpa que pone de manifiesto la voz de laconciencia, por lo demás, no es sólo la "caída" como tal sino quees In que funda la caída, es el estado-de-yecto. La negatividad a laque siempre alude el concepto de culpa (una culpa se llama tam-bién comúnmente una "falta") es la negatividad que caracteriza alestado-de-yecto y que se manifiesta en el carácter de-yecto de laexistencia cotidiana. En el llamado de la conciencia el ser de-yectode la existencia inauténtica representa la situación negativa y dedispersión en que se encuentra siempre el Dasein y de la cual debesalir reencontrándose a sf mismo. Pero la inautenticidad cotidianaestá fundada en el estado-de-yecto: el estado-de-yecto es algo enque uno se encuentra sin haberlo querido ni elegido; es pues una si-tuación de la que se trata de cobrar conciencia. Heidegger resumetodo este complejo razonamiento diciendo que la nulidad (negativi-dad) del Dasein que la conciencia presenta con la noción de culpa,es el hecho de que el Dasein es el "fundamento de una nulidad"."Como Dasein, éste es ese ente que es en la forma del poder ser, esdecir, que lleva en si su fundamento; pero por otro lado, en cuantolanzado, el Dasein no puede disponer de ese su estado-de-yecto, enel cual ya se encuentra desde siempre.

¿Qué respuesta pide la voz de la conciencia? Como habla enel modo del silencio, escucharla no puede significar tomar nota delo que dice y luego ver cómo se deba proceder. La voz de la con-ciencia sólo se puede escuchar respondiéndole, lo cual significa salirdel anonimato del se para decidirse "por lo propio". La decisiónimplica que las posibilidades entre las cuales está disperso el Daseininauténtico sean elegidas.como propias. Pero elegirlas como propiasquiere decir al mismo tiempo elegirlas como posibilidades verdade-ras y en relación con la posibilidad mis propia, esto es, con lamuerte. La decisión que responde a la voz de la conciencia y quehace auténtico el Dasein no significa sólo asumir responsabilidadesrespecto a esta o aquella posibilidad existencial, sino que es deci-sión anticipante de la muerte.

Con esta noción de decisión anticipante de la muerte se vin-

73 I ba , pfig. 421.

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cula el concepto heideggeriano de temporalidad entendida comosentido del ser del Dasein. En cuanto anticipación de la muerte, ladecisión posibilita autenticamente posibilidades, no se petrifica enninguna realización particular alcanzada: tiene un porvenir, un fu-turo. Por otra parte, la decisión anticipante de la muerte es una sali-da del estado de inautenticidad: pero ese estado es reconocido co-mo tal sólo en la decisión, abriéndose al futuro propio, asume (re-conociéndola por primera vez) su propia culpabilidad, en Ia cual seencuentra ya sumida desde siempre y de la cual debe salir. El serlanzado como ser culpable es el pasado del Dasein. Por cuanto, se-gún vimos, Ia decisión anticipante posibilita como posibilidades ver-daderas las posibilidades efectivas; ella hace ver concretamente talesposibilidades, es más, hace que se presenten al ser.

Para comprender el alcance de esta manera heideggeriam defundar fa temporalidad (con sus tres dimensiones: pasado, presentey futuro) hay que tener en cuenta tres cosas.

a) Ante todo, que ésta quiere ser una verdadera fundación dela temporalidad como tal y no sólo poner de manifiesto un "aspec-to temporal" del Dasein. Si, como sostiene Heidegger, no podemospensar ni el ente en general, ni, sobre todo, el Dasein según el mo-delo de la simple presencia, tampoco el tiempo podrá concebirsecon referencia a ese modelo. El ente intramundano nos ha remitidoal Dasein; resulta claro pues que, no según el modelo del ente, sinosólo en el Dasein podremos encontrar las bases para concebir ade-cuadamente el tiempo que, por lo demás, siempre se sustrajo a!modo de pensar de la metafísica. La metafísica, en efecto, siempresaltó el problema de la relación ser-tiempo al concebir sin más nimás el ser como presencia.

b) Sin embargo, para Heidegger no se trata aquí de fundar lanoción de tiempo en la estructura existenciaria del Dasein; el tiem-po no ha sido "buscado", sino que se ha presentado por sí mismocomo el verdadero sentido del discurso sobre el Dasein desarrolladohasta aquí. Ahora bien, según hemos visto, el ser del Dasein se defi-ne unitariamente como Sorge [cuidado, cura, preocupación]. Elsentido mismo de la Sorge es la temporalidad.

"Sólo en cuanto está determinado por la temporalidad,el Dasein hace posible asimismo ese auténtico poder-ser-un-todo que resultó justamente de la decisión antici-

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pante. La temporalidad se revela como el sentido de laSorge auténtica. "7 4Esto no quiere decir que la temporalidad se funde en la deci-

sión (con lo cual sólo habremos llegado a una explicación del tiem-po sobre la base del hombre), sino que la decisión es posible sólocomo hecho temporal, de suerte que el Dasein está constituido ra-dicalmente por la temporalidad.

e) De lo que se ha dicho resulta la diferencia que hay entre elplanteo heideggeriano y el agustiniano (del tiempo como distensioanimz), planteo retomado repetidas veces y variadamente en la his-toria de la filosofía. Pero Heidegger se distingue de san Agustín porno fundar la temporalidad en las dimensiones de la conciencia.Además, el significado de su discurso abarca no sólo el tiempo o só-lo, el ser del hombre, sino el ser como tal. El análisis preparatoriodesarrollado en la primera sección de Ser y tiempo, en virtud deldescubrimiento de la instrumentalidad y de sus implicaciones, pusode,manifiesto que el ser tiene una peculiar conexión con el Dasein:----las cosas llegan al ser sólo en cuanto se sitúan en el proyecto abier--to del Dasein 6 ste es sólo como Sorge. Decubrir ahora que el sen-tido unitario de las estructuras de la Sorge es la temporalidad abreel camino para la ulterior elaboración de la relación ,entre ser ytiempo (elaboración que, como veremos, no llegó luego a realizarse,por lo menos en esta obra que queda inconclusa).

8. Resultados y perspectivas de la ontología 'fundamental

En el descubrimiento de la temporalidad como sentido unita-rio de la &me está contenido en sustancia el resultado de las inda-gaciones de la segunda sección de Ser y tiempo, sección que.conti-nazi todavía estudiando, además del origen de la visión trivial deltiempo (que lo concibe como una serie de "ahoras"), una aplica-ción del concepto de temporalidad al problema de la historia. tam-bien aquí, por más que Heidegger declara que quiere contribuir a lasolución de las cuestiones planteadas por Dilthey, su problema es,no el de fundar las ciencias históricas o en general el concepto dehistoria, sino (y esto parece atestiguado por el belio de que precisa-

74 II id., pag. 476.

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mente el penúltimo párrafo de la obra, el párrafo 82, está dedicadoa Hegel) discernir (a través del concepto de temporalidad comosentido de la Sorge) las razones por las cuales, sobre todo en la filo-sofía del siglo XIX, el problema del ser se fue vinculando cada vez'mis con el de la historia.

Sin embargo se puede considerar que la trayectoria de Ser ytiempo está conclusa al manifestarse la temporalidad como sentidodel ser del Dasein, lo cual debería permitir el paso a la tercera sec-ción proyectada, la cual debía titularse "Tiempo y ser". Como serecordará. Heidegger había partido de la posición de que la metafí-sica siempre concibió el ser según el modelo de la simple presencia,con lo cual la metafísica mostraba que privilegiaba, sin fundarloexplícitamente, una dimensión del tiempo: el presente. ¿Cuál es e]fundamento de esta conexión originaria del ser Ebrfa tiempo y es-pecialmente con una determinación particular de] tiempo, el pre-sente? La ontología fundamental es justamente esa reflexión filosó-fica que pone en tela de juicio dichos fundamentos no discutidospor la metafísica, reflexión filosófica que por lo tanto trata de en-contrar un auténtico fundamento de la metafísica misma_ Ahorabien, para resolver este problema hay que volver a examinar en pri-mer lugar aquellos aspectos que la metafísica dio por descontados y -que en realidad no lo están; y sobre todo cuestionar el ser del hom-bre que con su carácter de "espíritu viviente" se niega radicalmentea ser concebido sobre la base de los esquemas de la metafísica. Yael primer enfoque del Dasein nos condujo a reconocer explícita-mente la impropiedad de la idea de simple presencia para describirsu modo de ser propio. Y luego descubrimos que el sentido unitariode las estructuras del Dasein es la temporalidad. Como, por otraparte, el ser se nos ha manifestado en una peculiar relación con elser del hombre (ya que es sólo en el proyecto abierto e instituidopor el hombre cuando los entes llegan al ser), nos vernos inducidosa formular la hipótesis de que el carácter temporal del Dasein signi-fica una cierta "temporalidad" del ser mismo, temporalidad quepor ahora no queda mejor definida, Por eso cabe eperar que (poranalogía con los pasos dados hasta ahora), puesto que la teniporali-dad se reveló en la base de las estructuras de la Sorge, también latemporalidad del ser mismo se manifieste corno la "base" rods origi-naria de la temporalidad del Dasein,

Para lanzarse a esta ulterior indagación, sin embargo, es nece-sario plantear todavía dos problemas que están indicados en el pi-56

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rrafo 83, el últ imo de la parte publicada de Ser y tiempo: en primerlugar, si c omo se vio, el ente intramundano no es objetividad nisimple presencia, sino que es utilizabilidad, ¿por qué de hecho, enel pensamiento metafísico, "el ser es 'concebido en primer término'partiendo de la simple presencia? ¿Por qué esta reducción a cosaetermina por tener el predominia?"15 E n s e u g n d o l u g a r , s e t r a t a d e

ver qué es la comprensión del ser y cómo es posible para el Dasein(que se ha estado definiendo en virtud de la noción de Sorge y detemporalidad) dicha comprensión del ser." Que el Dasein dispongaoriginariamente de cierta comprensión del ser está atestiguado porel hecho de que no "obt iene" del ente intramundano la noción deser, ya que ese ente cobra ser en la medida en que entra en el pro-yecto que el Dasein abre y funda, lo cual implica que haya un tras-cender del ente por parte del Dasein, una relación de éste con el serantes y imis fundamentalmente que con el entL Pero, ¿cómo sobrela base de esta trascendencia se puede constituir el discurso filosófi-co que habla del ser'?

Heidegger habrá de decir más tarde que Ser y t iempo quedóinterrumpido por insuficiencia del lenguaje,'" esto es, por la impo-sibilidad de desarrollar la indagación disponiendo sólo del lenguajefilosófico heredado de la t radic ión metafísica (dominada por laidea del ser como presencia). En esta dificultad • •que constituye elnúcleo, aun positivo, de todo el ulterior desarrollo del pensamientoileicleggeriano • los dos problemas indicados en la parte final de Sery ! lempo se revelan radicalmente unidos: la metafísica como heren-cia de un lenguaje y de un conjunto de esquemas mentales aparececorno el principal impedimento para pasar de la comprensión implí-cita del ser (que el Dasein siempre tiene) a una comprensión filosó-fica. Ln estos dos términos de la cuestión s ignificado e historia dela inetaffsica, comprensión del ser y lenguaje apropiado a esa com-prensión s e puede ver indicada en resumen la tarea que los resul-tados de Ser .y t i e m p o p r o po n e n a la p o st e ri o r r e fl ex i ó n. . b ei d e g-

geriana.

75 .11)(d., pigs. 61 9

7 6J bf d. . pig. 613.

77 lieber den Humanismus, Frankfur t, 1949, pigs. 17.

57

Page 50: Gianni Vattimo - Introduccion a Heidegger

I ILa metafísica como historia del ser

I. 1 ,Q ué es la me ta fí si ca?

En los años inmediatamente posteriores a la publicación delas dos primeras secciones de Ser)' tiempo. Heidegger se encuentrafrente a los problemas que, como vimos, señaló en el párrafo finalde aquella obra y que condicionan las posibilidades de desarrollodel discurso comenzado en ella. En Sobre el humanismo, de 1947.Heidegger dirá que Ser y tiempo no pudo llegar al fin del discursoemprendido por insuficiencia del lenguaje, todavía demasiado con-dicionado por la "metafísica"! De cualquier manera que se estimeesta afirmación (formulada veinte años después de Ser y tiempo)es sin embargo claro que desde las primeras páginas de aquella obra,Heidegger muestra que entiende su indagación como problematiza-ción de las bases mismas de la filosofía occidental. Ser y tiempo,como sabemos, parte de la comprobación de que el ser, en la tradi-ción filosófica europea, se concibe según el modelo de la simplepresencia. Pe ro la presencia es sólo una de las dimensiones del tiem-po: se trata entonces de* poner de manifiesto el fundamento de lametafísica (entendida por ahora corno esa doctrina del ser que seencuentra sustancialmente idéntica en el fondo de todo el pensa-miento europeo), analizando la relación ser-tiempo. En verdad, estarelación no es tratada temáticamente en Ser y tiempo porque laobra se interrumpe antes; pero por lo menos se ha llegado al resul-

Ueber den Humanismus op. cit., pág. 17.

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tado de poner de relieve la conexión peculiar que vincula el ser—como aparecer del ente en el mundo— con el Dasein y también elcarácter constitutivamente temporal e histórico del Dasein.

Sin embargo, aun atendiendo a las páginas de Ser y tiemposobre la temporalidad y Ia historicidad del Dasein, el "hecho" delque parte Ser y tiempo (es decir, la tendencia que se afirma en todala tradición filosófica occidental a concebir el ser según el modelode la simple presencia) no es un accidente que se pueda hacer a unlado con un simple paso teórico; en la dificultad de proseguir su in-dagación, Heidegger señala los agobiantes condicionamientos ejer-cidos sobre él por toda una tradición de' pensamiento cristalizadaen el lenguaje filosófico de que dispone. Ya teóricamente (en la ela-boración del concepto de temporalidad e historicidad de Ser ytiempo), ya prácticamente (con la dificultad experimentada al in-tentar problematizar la concepción metafísica del ser como simplepresencia a causa de la insuficiencia del lenguaje), Heidegger se en-cuentra pues ante la necesidad de reflexionar sobre las bases y lasignificación de la metafísica, esto es, de la concepción del ser queél encuentra sustancialmente unitaria y presente en toda la tradi-ción occidental. Su pensamiento se podrá desarrollar sólo en Ia me-dida en que, proyectindose, asuma efectivamente su propio pa-sado, su propia condición histórica, que es la de pertenecer a ciertatradición y a cierto lenguaje conceptual.2 Acerca del empleo del término "metafísica", conviene ade-lantar desde ahora, a los efectos de la claridad, el desarrollo de susignificación en las obras de Heidegger. Ya en Ser;' tiempo (ver so-bre todo los párrafos l y 6, en el último de los cuales se habla ex-plícitamente de la necesidad de una "destrucción de la historia dela ontología", ya que, "a pesar de todo el interés por la 'metafísica'el problema del sentido del ser cayó en el o lvido"3), e l p e n s a m i e n -to que concibe el ser sobre la base de la simple presencia es conside-

2Veise &s'ere e tempo, traducción citada, pág. 77: "La elaboración

del problema del ser [...1 debe asumir la tarea de indagar la propia historia,esto es, de hacerse historiogratia para poder asi, mediante la apropiación po-sitiva del pasado, entrar en plena posesión de las posibilidades problemáticasque te son mis propias, El problema del sentido del ser —de conformidad conel modo que lo caracterlia, es decir, por el hecho de ser la explicación preli-minar del Darein en su temporalidad y en su historicidad— lleva por si mismoa comprenderse historiogrificarnente".

am pág. 78,

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rado un pensamiento "infundado" que olvida el verdadero proble-ma al que debería prestar atención. Sin embargo, el término meta-física, tanto en Ser y tiempo como en los escritos contemporáneosa dicha obra y en los inmediatamente posteriores (por lo menoshasta el escrito sobre la verdad de 1930), continúa aún indicandoen general aquel pensamiento que se plantea el problema del ser

allá (metd) del ente como tal. En este sentido la prelusiónsobre ¿Qué es la metalisica74 afirmará que la metafísica estáconnaturalizada con el mismo Dasein del hombre po r cuanto (co-mo se vio en Ser y tiempo) el conocimiento del ente implica ya unacomprensión preliminar del ser del ente, es decir, el "proyecto"'[proyección] dentro del cual el ente llega al ser apareciendo en lapresencia; esto implica un fundamental trascender del ente por par-te del Dasein, que, comprendiendo al ser, va siempre mds alld delente corno tal.

No obstante, en la historia del pensamiento occidental, estetrascender el ente en la dirección de una conciencia del ser siempseimplicó de hecho un "error", pues siempre estuvo, la tendencia aconcebir el ser sobre la base de la simple presencia. A partir del es-crito Introducción a la metaffsica, de 19356 e l t é r m i n o m e t a f í s i c aasume así en Heidegger una connotación decididamente negativa:metafísica es todo el pensamiento occidental que no supo mante-nerse en el nivel de la trascendencia constitutiva del Dasein al colo-car el ser en el mismo plano que el ente. En otras palabras, el cono-cimiento del ente presupone en el Dasein una constitutiva compren-sión previa del ser (el proyecto) y esto es lo que se entiende portrascendencia del Dasein respecto del ente; esa trascendencia se re-fleja, en el hecho de que, desde los comienzos de la historia del pen-samiento occidental, la filosofía formula el problema del ser delente, es decir, de aquello•que constituye el ente como tal (su "esen-cia"; piénsese en la problemática -a r i s t o t d l i c a d e l a o u s z ' a y a n t e s e n

4 Was i s t Metaphysik?, Bonn, 1929; 4ta. edición con una apostilla,Frankfurt, 1943; 5a, edición con el agregado de una introducción, Frankfurt,1949: traducción italiana de A. Carlini, Florencia 1953.

5 Che coed la metafisica?, trad. cit., pig. 33.

6 Einfithrung in die Metaphysik, Tübingen, 1953. Es el texto de uncurso universitario de 1935, con agregados y retoques posteriores (distintosdel texto original); traducción italiana de G. Masi, Milán, 1968.

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/ -

Parménides y en Platón; precisamente Ser y tiempo lleva como epí-grafe un pasaje de El sofista de Pla tón7); p e r o a l p l a n t e a r s e e s t e

problema el pensamiento tiende inmediatamente a resolverlo deuna manera errada, a concebir el ser sólo como el carácter comúnde todos los entes, como una especie de concepto extremadamentegeneral y abstracto (de ahí luego el desvanecimiento del conceptomismo de ser y, por ejemplo, el vuelco del ser en la nada de la Lógi-ca de Hegel) que se obtiene en virtud de la observación de aquelloque todos los entes tienen de común. Pero los entes son concebi-dos —y ya se vera' por qué— como simples presencias; de maneraque también el ser es concebido en toda la historia de la filosofíaoccidental como simple presencia, es decir, según el modelo delente, el cual a su vez es entendido de una manera, según se vio enSer y tiempo, simplemente "derivada". Vista así, la metafísicacoincide con la comprensión (o no comprensión) del ser que tienela existencia inauténtica; esta conexión de metafísica y existencian'auténtica esta explícitamente indicada en la Introducción a lametalYsica,8 a u n qu e e s ta o br a e xp re sa una tesis ya imp lí ci ta en Ser

y tiempo y en los escritos inmediatamente posteriores;9 e l t é r m i n ometafísica viene a convertirse en sinónimo de olvido del ser,Seinsvergessenheit, un término que en el posterior desarrollo delpensamiento heideggeriano adquiere una posición central.

¿Cómo se articula, mas particularizad amente, esta reflexiónheideggeriana sobre la esencia de la metafísica, que tiende a respon-der a una de las dos preguntas con que terminaba Ser y 3-l e m p o , l apregunta sobre cómo y por qué "el ser es 'concebido en primer

7Platón, Sofista, 244a: "En efecto, es claro que desde hace tiempo

estáis familiarizados con l o que entendéis cuando empleáis l a' expresión'ente'; también nosotros creíamos antes que la comprendíamos, pero ahorahemos caído en la perplejidad".

8 Veáse Introducción a la n2etaftsica, traducción italiana citada, pág.47, donde la metafísica se reiacilma con la existencia inauténtiea con una ex-plícita remisión al párrafo 38 de Ser y tiempo.

9Considérense en &)nd es la metafísica?, por ejemplo, el carácter de

"rareza" de la experiencia de la angustia (págs. 24- 5 de la traducción italia-na), el hecho de que la metafísica antigua ve la nada según el modelo de lapresencia (pág. 29) , la afirmación de que la metafísica " e encuentra en lamáxima proximidad al error" (pág. 33).62

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lugar' partiendo de la simple presencia"?'') E s t e p r o b l e m a d e l a m e -

tafísica y de su historia, que permanece vivo en todo el pensamien-to de Heidegger posterior a Ser y tiempo, caracteriza empero demanera peculiar su indagación en los aproximadamente quince añosque siguen a la publicación de aquella obra y domina y unifica elpensamiento heideggeriano hasta el fin de la segunda guerra mun—dial, el periodo en el cual en el centro de sus intereses está la figurade Nietzsche, considerado como el pensador en quien la metafísicaalcanza su consumación y manifiesta también su esencia del modomás claro. Las primeras obras de Heidegger que siguen a Ser y tiem-po tienen precisamente el sentido de preparar el planteamiento y laelaboración del problema de la metafísica y de su historia medianteuna serie de indagaciones que pueden parecer "apartadas" de la lí-nea principal de Ser y tiempo por cuanto dan la impresión de hacera un lado el problema de la temporalidad." Sin embargo, el desa-rrollo de este pensamiento es bastante lineal, hasta porque, comodice Heidegger en ¿Qué es la metafalea?, la esencia de la metafísicano se puede conocer sino planteando concretamente problemas tí-picos de la metafísica misma y procurando resolverlos» En virtudde esta operación se manifestará la esencia de la metafísica misma ycon ella, inevitablemente, también la cuestión del nexo ser-tempo-ralidad que está en su base, De manera que Heidegger comienza sureflexión sobre la metafísica —que es luego la reflexión tendiente aponer de manifiesto los caracteres de esa comprensión histórica delser en la cual nos encontramos lanzados como herederos de ciertatradición y de cierto lenguaje— elaborando, sobre la base de los re-sultados de Ser y tiempo, algunas cuestiones metafísicas capitales.' 3Esas cuestiones son) el problema del fundamento y el problema li-

10 se r y t iempo , traducción citada, pág. 618.

11 O. Pi3ggeler, Der Denkweg M. Heideggers, pag. 88, ve aquí precisa-mente una interrupción del discurso de Ser y tiempo.

12 ¿Qué es la metafísica?, traducción Italiana citada, págs. 3- 4.

13 Entre estas obras publicads después de Ser y tiempo, ocupa un pues-to importante Kant und das Problem der Metaphysik,. Bonn, 1929 (traduc-ción i tal iana de M. E. Reina, Kant e i i problema della metatisica, Milán,1963), trabajo que fue elaborado juntamente con Ser y tiempo y que desa-rrolla una temática con especial referencia a Kant. Véase en la Bibliografíalas obras dedicadas a la interpretación heideggeriana de Kant.

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gado a él de la "diferencia ontológica",14 e l p r o b l e m a d e l a n a d a , "

el problema de la verdad." Las tres investigaciones constituyen un"ciclo" que se cierra con la conferencia Sobre la esencia de la ver-dad de 1930, la cual contiene la apertura para los escritos posterio-res y hasta se la puede considerar como la primera obra de ese "se-gundo" Heidegger sobre quien la crítica discutió tanto (sobre estovéase la "Historia de la critica" al final de este volumen).

Como lo sugiere el propio Heidegger en las palabras prelimi-nares escritas para la tercera edición de Ira Esencia de/fundamento(1949), este ensayo y Que' es la metafflica? —pero, como veremos,también La esencia de la verdad—, se pueden considerar unitaria-mente como elaboraciones del problema de la negatividad o tam-bién —ya se verá la razón de esta identificación— del problema de lametafísica misma.

El ensayo sobre La esencia del fundamento parte del análisisdel principio de razón suficiente, formulado explícitamente comotal por Leibniz pero que está presente en toda la historia de la me-tafísica como principio de causalidad. De conformidad con eseprincipio, todo lo que existe tiene una causa o fundamento y el co-nocimiento del ente es el conocimiento que lo conoce en su funda-mento (para Aristóteles, por ejemplo, la ciencia es ei saber de lascausas o principios). ¿Por qué el principio de razón suficiente tienevalidez universal, es decir, es válido para todos los entes? Sobre labase de lbs resultados de Ser y tiempo, también la validez de esteprincipio debe hacerse remontar al Dasein: en efecto, no se puedepensar que la validez del principio se funde en algún carácter del serentendido como algo objetivo (esto es, sencillamente presente). Silos entes vienen a! ser sólo en cuanto se sitúan en el mundo comoproyecto abierto e instituido por el Dasein, la validez del principiode razón suficiente deberá también ella ser referida al Dasein queinstituye el mundo en el cual el ente aparece. Ahora bien, el Dasein

14 vom Wesen des Grundes, Halle, 1929, 3a. edición con el agregadode un prefacio, Frankfur t, 1949; traducción italiana de P. Chiodi, L'essenzadel fondamento, M i l in, 1952, reeditada ahora junto con Ser y tiempo, Tur in1969 (a esta edición nos referimos).

15 Es el tema de ¿Qué es la metafísica?

16 "Vom Wesen der Wahreit", Frankfur t, 1943 (es una conferencia de1930; traducción i tal iana de A. Carlini, "Dell'essenza della venta",1952.

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como Sorge, es decir, cómo "pre-ser-se-va-en (un mundo) en cuan-to ser cabe [o junto al (el ente que se encuentra en el mundo)"11es constitutivamente alguien que, en cuanto se proyecta (abre elmundo), asume siempre su propia situación y de tal manera haceque se haga presente el ente que se le presenta: son, c-o i n o s e r e c o r -dará, las tres dimensiones de la temporalidad del Dasein, to quecomo temporalidad constituye el sentido unitario de la Sorge. ElDasein en cuanto proyecto lanzado tiene ya una comprensión delser del ente, comprensión que se articula en un discurso (el discursoes un existenciario) en el cual los entes están concatenados entre si'en la forma de la justificación o fundación.

Pero esto significa que el principio de razón suficiente en ge-neral vale sólo porque está_ el Dasein que, proyectándose y asumien-do la situación, abre el mundo como totalidad de entes, es decir,como un conjunto "sistemático" ligado por una estructura de justi-ficación fundante (recudrdese lo que se dice en Ser y tiempo sobreel mundo como totalidad instrumental y de significados: esa totali-dad puede ser tal sólo en la forma de un sistema de referencias ypor lo 'tanto de justificAciones y de fundaciones). El principio derazón suficiente vale pues porque esta el Dasein como proyecto lan-zado que abre el mundo. El "verdadero" fundamento es entoncesel Dasein mismo por cuanto, primero y mis fundamentalmente queel ente, comprende el ser, es decir, abre un horizonte en el cual sehacen visibles los entes, pero el hottonte trasciende y precede (noevidentemente en un sentido cronológico) a los entes. Toda verdadóntica (todo conocimiento del ente) supone la verdad ontológica(la comprensión del ser, el proyecto como proyección). Pero elDasein como tal no es un "fundamento" en el sentido del principiometafísico de razón suficiente ; en esta esfera, el fundamento o es asu vez fundado o, si es el fundamento Ultimo, es último en cuantose considera justamente como una simple presencia más alld de lacual no se puede ir, presencia que se impone como tal precisamenteporque es, de alguna manera, presencia total (el Dios como actopuro de Aristóteles y de la tradición metafísica es precisamenteacto puro por cuanto es todo en acto, todo "realizado", es una pre-

17 Ser y tiempo, traducción citada pág. 477.

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senda totalmente deplegada como tal)."El Dasein no puede a su vez ser fundado porque es precisa-

mente él quien abre ese horizonte, el mundo en el cual se sitúa todarelación de fundación; por otro lado, no es tampoco fundamentoúltimo en el sentido de ser una simple presencia más allá de la cualno se puede ir y de la cual todo "deriva" o "depende": no es unasimple presencia porque el Dasein no es otra cosa que proyecto; noes algo que "sea" y que luego proyecte el mundo, no es algo queexiste como "base" estable de este proyectar. El Dasein en su tras-cendencia es fundamento, Grund, sólo como A b-g r u n d , c o m o a u -sencia de fundamento, como abismo sin fondo.19 E l f u n d a r p o s i t hve del Dasein que abre ei mundo como conjunto articulado en laforma de la "justificación racional" tiene pues a su vez su raíz enuna "falta de fundamento", en una negatividad que sin embargo semanifiesta tan sólo sobre la base de la idea metafísica de fundamen-to, pero que en verdad abre y hace posible todo acto de fundaciónen el interior del ente. Esto es lo que se propone decir Heideggercuando, en las palabras preliminares escritas en 1949, habla de la"diferencia ontológica" como tema de ese escrito sobre el funda-mento. Diferencia ontológica (otra expresión que en los escritosheideggerianos más recientes tiene una posición central) es aquellapor Ia cual el ser se distingue del ente y lo trasciende,2" p u e s e s l aluz a la cual el ente se hace visible. La negatividad del Abgrund quees el propio Dasein expresa cabalmente la diferencia ontológica, elhecho de que el ser (del cual Dasein debe tener una comprensiónpreliminar para hacer aparecer, es decir, para hacer posible el entecomo tal) no es el ente y respecto de éste no puede sino apareceren la forma de la negación.

La conexión del principio de razón suficiente con el proble-ma de la negatividad y de la nada está, por lo demás, atestiguadapor la formulación misma que el principio tiene en Leibniz: "ratio

18 La conexión entre la teología (en la forma que ésta tiene en la histo-ria del pensamiento occidental) y la metaffsica, como pensamiento ántico yolvido de la diferencia ontológica, está explícitamente tratada en la segundaparte de Identi te und Differenz, Pfullingen, 1957.

19 La esencia del fundamento, traducción italiana citada, pig. 677.

21) Véase Ser y tiempo, traducción citada, pág. 99: "EI ser es el fraseen-dens puro y simple".

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est cur alicuid potius exista quam p e r o en este ensayoHeidegger se limita a señalar el hecho y deja pendiente el problemade ver "por qué con el 'cur' pudo vincularse el 'potius quam' "2 2 Este problema, "¿por qué el ente y no más bien la nada?", esel problema que Heidegger considera constitutivo de la metafísica(la cual se manifiesta siempre como esfuerzo de ir "más allá" delente cuestionando el ser); sobre la base de la solución —o mejor di-cho de la no solución — que da de ese problema, la metafísica sed efin e como tal. El carácter central de este problema consiste en el

hecho de que el "no más bien" expresa la trascendencia del Dasein,el hecho de que se refiera antes que al ente al ser mismo. En efecto,preguntar tan sólo "¿por qué el ente...?" significa permanecer en elinterior del razonar que justifica y funda; pero agregar "¿...y nomis bien la nada?" significa, como se aclarará en la Introducción ala metafisica, plantear el problema general de la totalidad de fun-dantes-fundados, significa trascender el ente y sus nexos de funda-ción internos al tratar el problema del ser como tal. El hecho deque, en La esencia del fundamento, la diferencia ontológica aparez-ca en la forma del no, de la negatividad, indica una peculiar rela-ción entre ser y nada que es la misma expresada por la preguntametafísica fundamental. Plantear la cuestión del ser del ente signifi-ca también plantear la cuestión de la nada, e , inversamente, sóloplanteando realmente la cuestión de la nada se plantea la cuestióndel ser del ente.

El nexo entre problema de la nada y problema del ser se ma-nifiesta explícitamente en ¡Qué es la metaffsica?, la prelusion queHeidegger pronuncia cuando en 1928 lo llaman a Friburgo comosucesor de Husserl. Todas las ciencias, dice Heidegger, se plantean elproblema del conocimiento del ente, del ente y nada más. Pero,¿qué es esta nada? Para poder elaborar este problema debemos versi tenemos alguna experiencia de la nada. Esa experiencia se nos da,no en un nivel de compresión, sino en un nivel emotivo, y es la an-gustia. De la angustia ya se había hablado en Ser y tiempo (párrafo40) y se la había señalado como "disposicionalidad fundamental" y"apertura específica del Dasein". A diferencia del miedo, que essiempre miedo a algo, la angustia se revela como miedo "a la na-

"La razón es aquello por lo cual existe algo en lugar de la nada".

22 La esencia del fundamento, traducción citada, ph. 675.

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da": la persona angustiada no teme a este o a aquel ente, sino quemás bien siente que se hunde en la insignificancia todo su mundo,pero no puede indicar algo preciso que le dd miedo. Reconocer quela angustia es miedo a nada significa empero algo muy diferente dehacerla disipar. El miedo a la nada, que es la angustia, se explica só-lo admitiendo que en ella aquello de que se siente amenazado elDasein no es este o aquel ente en particular, sino que es la existen-cia misma como tal. En cuanto proyecto que abre e instituye elmundo como totalidad de los entes, el Dasein no está "en medio"de los entes como un ente entre los demás; cuando advierte este he-cho —y, como podemos decir ahora, cuando advierte su propia tras-cendencia— se siente en un ambiente extraño, ajeno en el mundo,en el cual no se siente como en su casa porque justamente advierteque no es un ente del mundo como los otros entes. En cuanto mo-do de existir en la trivialidad cotidiana, el Dasein se concibe comoente entre otros entes, y hasta se siente protegido y tranquilizadopor los entes que lo rodean; el simple miedo atestigua esto, ya quetener miedo de algo significa concebirse siempre como "dependien-te" de ese algo de alguna manera. La angustia, como miedo que nose puede explicar de ese modo, como miedo de nada, coloca al Da-sein frente a su propia trascendencia, frente a la existencia como tal(y para entendernos mejor diremos tambidn, frente a su propia"responsabilidad": porque es el Dasein el que abre e instituye elmundo).

La novedad que surge de ¿Que es la metairsica? (y menosexplícitamente de La esencia del fundamento) es la conexión explí-cita del problema de la nada y de la angustia con el problema delser.

[la nada) "no es un objeto ni en general un ente; la na-da no se presenta por si misma ni junto al ente al cualempero incumbe. La nada es la condición que hace po-sible la revelación del ente como tal para el ser existen-ciario del hombre. La nada no sólo representa el con-cepto opuesto al de ente, sino que pertenece originaria-mente a la esencia del ser mismo".23

El tradicional axioma metafísico ex nihil° nihil fir, de la nada

2S IQue es la metafislea?, traducción citada, pág. 24. La bastardilla esde Heidegger.

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no procede nada, debe invertirse ahora: de la nada procede todoente eh cuanto ente.24 A q u í i n i p o r t a s u b r ay a r l a e x p re s i ón en c ua n-

to: que de la nada provenga iodo ente en cuanto ente no quiere de-cir que de la nada provenga la-"realidad" del ente entendida comosimple presencia; ha de entenderse en cambio que el ser del ente escomo un colocarse dentro del mundo, cpmo un aparecer a la luzque el Dasein proyecta en su proyectarse. Contrariamente a la con-cepción del ser como simple presencia, la ckcepción del ser, que seanuncia como implícitamente supuesta en Sei y tiempo ye n e s t o s e s -critos posteriores, es precisamente la concepción del ser como "ltiz"proyectada por el Dasein como proyecto.25 E l h e c h o d e q u eempero el Dasein sea siempre proyecto Lanzado, como hemos visto,descarta que el ser pueda concebirse como su "producto'y que lafilosofía de Heidegger se reduzca a alguna forma de idealismoempírico o trascendental. Estas dos doctrinas suponen siempre,inseparablemente, una concepción del ser como simple presencia yuna concepción del Dasein que olvida el carácter de ser lanzado:ambas lo resuelven todo en la relación sujeto-objeto, en la cual elsujeto o bien funda y produce directamente la realidad (simplepresencia) de las cosas (idealismo empírico: esse est percipz) o bienpor lo menos funda y ordena el mundo como mundo de Ia expe-riencia (trascendentalismo kantiano o neokantiano). En ambos ca-sos, no se pasa más allá del sujeto y m'in' éste, lo mismo que el obje-to, es concebido como presente y se olvida su carácter de "lan-zado".

Ahora bien, el sentido del discurso desarrollado por Hei-degger en estos dos escritos que examinamos (con la elaboracióndel nexo-nada) es precisamente la manifestación del hecho de queen el fondo de la relación 'del Dasein con el ente hay una relaciónmis importante, por ahora todavía oscura, indicada sólo como la"trascendencia" del Dasein, que es relación con la nada en cuantorelación con lo diferente del ente, con lo que no se reduce al ente(la nada como "nada del ente"). Esto es lo que expresa explícita-mente una página de La esencia del fundamento:

Ibld., pág. 31.

25 Durante un seminario privado de Heidelberg, en el verano de 1964,Heidegger habría dicho que el ti tulo de Ser y tiempo estaría mejor formula-do como Sein und Lichtung (Ser e iluminación).

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2. Verdad y no verdad

El ser en el mundo que caracteriza al Dasein, no se resuelvepués en una simple relación ente el Dasein y el ente. Esta tesis queconstituye la base de los dos escritos que ahora examinamos y quese anuncia en la elaboración de los conceptos de negatividad y denada es retomada y explícitamente ilustrada en la conferencia So-bre la esencia de la verdad, que representa un paso decisivo en lamaduración del pensamiento heideggeriano después de Ser y tiem-po. Heidegger parte de la concepción, común en la tradición meta-física, de la verdad como conformidad de la proposición con la co-sa. Para ser verdadera la proposición deber estar de conformidadcon la cosa. Pero (y esto ya está presente en el párrafo 44 de Ser ytiempo) esta conformidad es posible sólo si el propio ente es ya ac-cesible, sólo si estd y a a b i e r t o u n á m b it o d e nt r o del c ua l el D as ei n

puede relacionarse con el ente. (Téngase siempre en cuenta el para-lelo de la luz: se puede ver algo sólo si hay luz.) Sin embargo, es im-portante subrayar que la apertura así presupuesta es un estar abier-to del Dasein al ente. Es decir, Heidegger no rechaza. redondamentela concepción de la verdad como conformidad; antes bien, la asumecomo el modo fenomenológico del darse originario e inmediato dela experiencia de la verdad, modo del cual es necesario partir y queito puede eliminarse considerándolo pura apariencia. Al buscar laverdad, nos esforzamos efectivamente por conformarnos con lacosa, esto es, tomamos la cosa domo norma. Este modo de relacio-narnos con la cosa presupone una apertura más originaria (que he-mos comparado con la luz), sólo que esa apertura es precisamen-te un estar abierto a la cosa como tal. Tratar de estar de confor-midad con la cosa significa tomarla como norma de nuestro juzgary de nuestro decir: el hecho de que haya una nonra a la que debe-

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"El proyecto del mundo hace ciertamente posible— pe-ro aquí no podemos extendernos sobre esta posibili-dad— una comprensión preliminar del ser del ente; peroel proyecto como tal no consiste en una simple relaciónentre el Dasein y el ente."'

26De la esencia del fundamento, traducción citada, pig. 670.

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mas ajustamos (y a la que también podemos, por lo tanto, no ajus-tarnos diciendo lo falso por interés o por insuficiente empeño en laindagación) significa que aquí entra en juego la libertad. Abrirse aJa cosa tratando de adecuarse a ellasomo norma es un acto libre: laesencia de la verdad es la libertad.21 P e r o d e c i r q u e l a e s e n c i a d e l a

verdad es la libertad (como abrirse del Dasein al ente), ¿no signifi-cará reducir la verdad a algo "subjetivo", a un acto arbitrario delhombre? Esto sería cierto si concibiéramos la libertad —según sehace habitualmente— como una propiedad del hombre. Pero esta li-bertad como posibilidad que el hombre tiene de elegir entre los en-tes presupone también ella que los entes sean ya accesibles. De ma-nera que no se puede pensar el hecho de que el ente se haga accesi-ble, la apertura originaria de la que depende la posibilidad de cual-quier elección, como un acto libre del hombre en este sentido. Elabrirse al ente no es algo que el hombre pueda elegir porque consti-tuye el Dasein mismo como tal en cuanto ser en el mundo. Esta li-bertad no es pues una facultad de que disponga el hombre, sino quees mis bien ella la que dispone de él.

"El hombre no 'posee' la libertad como propiedad su-ya, sino que es cierto precisamente lo contrario: la li-bertad, el Dasein ex-sistente y revelante, posee al hom-bre y lo posee tan originariamente que sólo ella permi-te a una humanidad entrar en esa relación con un entecomo tal en su totalidad, en la cual se funda y se trazatoda historia."2 8

En la parte final de este pasaje se ve ya cómo el hecho de quees la libertad la que dispone del Dasein en cuanto lo constituye enuna apertura —en cierta relación originaria con los entes— se con-creta luego en el estar lanzado histórico del hombre. Es decir, el he-cho de que la apertura origOAria.al mundo, la cual hace posible to-da conformidad con el ente (verdad), y de que toda elección prác-tica no depende de una elección del hombre sino que precede alhombre mismo y lo constituye, significa que el Dasein puede entraren relación con los entes en cuanto está ya lanzado en cierta aper-

De la esencia de la verdad, traducción citada, pág. 25.

28 'bid., pág. 33.71

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tura histórica, esto es, en cuanto ya dispone de un conjunto histó-ricamente dado de criterios, de normas, de prejuicios, en virtud delos cuales el ente se le hace accesible. Toda posibilidad nuestra dellegar al ente está condicionada por el hecho de disponer ya de cier-tos instrumentos, de cierta lógica, de cierta moral, etcétera. Auncuando nos ponemos a examinar críticamente los prejuicios here-dados, nos servimos siempre, empero, de ciertos instrumentos con-ceptuales que no son algo "natural", sino que constituyen justa-„mente nuestra apertura histórica.

En definitiva, pues, el hecho de que es la libertad la que dis-pone del hombre, significa que el hombre llega al ente (y también así mismo en cuanto se hace objeto de conocimiento) a una luz en lacual se encuentra ya desde siempre, esto es, en virtud de una pre-comprensión que el hombre no elige, sino que lo constituye encuanto Dasein.”

Ser y tiempo había puesto empero de relieve que la existenciahistórica concreta del hombre es siempre existencia "caída", de-yecta, inauténtica. No se debe pues a la casualidad el hecho de queen el escrito sobre la verdad y precisamente al llegar al concepto dehistoricidad, Heidegger sea llevado a dar otro paso decisivo en la de-terminación de la esencia de la verdad al descubrir el concep-to de no verdad. Si la verdad es libertad, como dejar ser al ente, co-mo abrirse al ente en lo que éste es, esa libertad puede ejercitarsetambién como no dejar ser al ente como tal y enmascararlo y defor-marlo. Esa posibilidad de no dejar manifestar al ente tal corno es noes sin embargo tampoco ella (como en el caso de la verdad) ante to-do o sólo una facultad del hombre. Para que en el interior de laapertura que hace accesible al ente sea posible algo como no dejarmanifestar al ente -tal como es (es decir, el error en sus varias for-mas aun morales) es menester que dicha posibilidad esté inscrita en

29 Véase ¡bid, pa.g. 3 4 . " E l h o m br e e x -s i e te q u ie r e d ec ir a ho ra : la h is to -

ria de las posibilidades esenciales de una humanidad histórica le es aseguradaa ésta por la revelación del ente en su totalidad, de suerte que del modo enque se realiza la esencia originaria de la verdad proceden las simples y capita-les decisiones de la historia"; y en las págs. 31- 38: "Toda actitud del hom-bre histórico, lo advierta él o no, lo comprenda o no, está dominada por esteacuerdo y por medio de este acuerdo se encuentra inmerso en cl seno deiente en la total idad" (él acuerdo del que se habla aquí es la apertura delDasein al ente, apertura en la cual el Dasein se encuentra ya antes de cual-quier decisión).

72

Page 64: Gianni Vattimo - Introduccion a Heidegger

la estructura originaria de la apertura misma; no puede dependersimplemente del hombre.

"Puesto que la libertad ex-sistente corno esencia de laverdad no es una propiedad del hombre sino que elhombre e x- s i r t e s ó l o e n c u an t o e st a l ib er ta d se apropia

de él y lo hace capaz de historia, tampoco la no esen-cia de la verdad puede proceder originariamente,por consiguiente, de la simple incapacidad y negligenciadel hombre. La no verdad debe antes bien derivar de laesencia misma de la verdad"."

¿Cómo puede la no verdad pertenecer a la esencia de la ver-dad? Si concebimos la verdad como apertura originaria y revela-ción, la no verdad se concebirá por consiguiente como oscuridad yocultamiento. Un testimonio del vínculo subyacente entre verdady no verdad es justamente la misma palabra griega a-letheia, queestá constituida por la a privativa indicando así que la manifesta-ción de la verdad como revelación presupone un esconderse, unocultarse originario del cual procede la verdad.3I E n e l a n á l i s i s f e n o -menológico, la originaria conexión de verdad y no verdad se mues-tra en el hecho de que toda verdad que expresamos o conocemos esla manifestación de un ente individual o de un grupo de entes, peronunca la manifestación del ente como tal en su totalidad. Es misaún, los entes individuales y los grupos de entes se nos manifiestanprecisamente en cuanto la totalidad del ente no aparece en primerplano como tal.

"Justamente, mientras el dejar ser deja ser al ente en laparticular relación en que entra con su relacionarse yasí lo revela, justamente, entonces, vela al ente en sutotalidad. El dejar ser es así en si al mismo tiempo unvelar, En la libertad e)dttente del Dasein sobreviene así

30 tbict, pigs. 34-5.

31 Ya en Ser y tiempo la verdad es vista, fenomenológicamente, comoalgo que se conquista por obra de una especie de violencia que arranca al en-te el velo bajo ei cual se presenta en la cotidianidad inauténtica: " l a verdaddebe ser siempre arrancada al ente" (traducción citada, pig. 339).

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el oscurecimiento del ente en su totatidad".32

Este ocultamiento de la totalidad del ente, precisamente encuanto los entes individuales se manifiestan y se revelan, es la noverdad esencialmente conexa con la verdad. El ocultamiento delente en su totalidad no es sólo una "consecuencia" del hecho deque siempre conocemos sólo parcialmente el ente; el ocultamientoes más originario porque, como dijimos, sólo en virtud de di los en-tes singulares pueden manifestarse en primer plano y aparecer ensu verdad. Con esto está vinculada la posibilidad del error, esto es,del disfraz y de la deformación del ente: aun cuando Heidegger noestablece explícitamente este nexo, es legítimo pensar que el errorse deba o bien a "no saberlo todo" (ocultarse del ente en su totali-dad) o bien al imponerse un ente a los demás (los errorres relacio-nados con el interds, por ejemplo). Pero sobre todo con la no ver-dad que pertenece a la esencia misma de la verdad está vinculada laexistencia inauténtica del Dasein, la existencia "caída", de-yecta.

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"El hombre se remite constantemente al ente, pero lasmás de Ia veces en su relación con 61 se limita a este o a-quel ente y a su revelarse sucesivo. El hombre se atienefirmemente a la realidad corriente y susceptible de serdominada, aun cuando se trate de aquello que es loprimero y lo último. Y si bien se hace un deber am-pliar, modificar siempre de nuevo la revelación del entepara apropiarse de ella y asegurársela en los más diver-sos campos de su actividad, toma sin embargo sus direc-tivas para hacerlo del círculo de los fines y de fas nece-sidades corrientes. Instalarse en la vida corriente equi-vale, en sí, a no reconocer el oscurecimiento de lo queestá Oscurecido_ Allí donde la oscuridad del ,ente ensu totalidad es admitida como un límite que sólo a ve-ces se nos anuncia, ese hecho fundamental que es et os-curecimiento ha caído ya en el olvido."33

32 De la esencia de la verdad, traducción citada, pág. 39.

38 'bid., págs. 43-4.

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La condición "caída" de la existencia inauténtica es pues po-sible porque la verdad misma implica en ella la no verdad, como os-curecimiento ligado necesariamente a toda iluminación. Lo que enSer y tiempo permanecía siendo un enigma y la razón de que elDasein esté siempre en primer lugar en la existencia inauténtica, esreferido aquí a la esencia misma de la verdad, es decir, a la estruc-tura misma del ser: en efecto, cuando hablamos del ente en su to-talidad, advierte Heidegger, en realidad pensamos en el ser, por másque desde hace ya mucho tiempo (y ,ésta es la historia misma de lametafísica) estamos habituados a concebirlo sólo con referencia ala totalidad del ente.343. Metafísica e historia del ser

Ahora estamos en posesión de todas las premisas para llegar aa concebir la metafísica como historia del ser. La elaboración delconcepto de negatividad y el reconocimiento del nexo ser-nada lle-varon a Heidegger a poner de manifiesto que el proyecto lanzadoque es el hombre no se resuelve en una relación del Dasein con elente; y en el escrito Sobre la esencia de la verdad quedó en claroque el Dasein puede ser en la verdad o en la no verdad sólo porquela verdad como revelación implica siempre también un ocultamien-to. De tal manera se indagó también otro aspecto más radical de lanegatividad, el aspecto en virtud del cual el Dasein es en primer lu-gar de-yecto: y vino a descubrirse así que la condición caída y elerror se fundan en-la e s e n c i a m i s ma d e l a v e rd a d.

En virtud de esta elaboración doble de la negatividad, se haceposible concebir realmente la esencia de la metafísica, la cual se re-vela como historia del ser. En primer lugar, precisamente el proble-ma de la nada (en el sentido en que se presentó en Qt•di es la meta-l'Atea?) lleva a esclarecer que la metafísica es ese pensamiento que,aun planteándose el problema del ser, lo olvida inmediatamente yse limita a considerar el ente; en segundo lugar, este "error" quepenetra y acompaffa toda la historia ite la metafísica no puede yaconsiderarse (teniendo en cuenta los resultados del escrito sobre laverdad) como consecuencia de un acto del hombre, sino que es unhecho que incumbe de alguna manera al propio ser y, por tanto, es

Viase ibd., pág. 56.

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un "destino" que el hombre no puede dejar de asumir. Estas son laslineas de pensamiento que se desarrollan en la introducción a lametaftsica, del ad° 1935, que se vincula orginleamente con lasobras inmediatamente posteriores a Ser y tiempo.

La Introducción a la metafesica comienza retomando el pro-blema con el que concluía, ¿Qué es la metaffsica? que, habiendoelaborado el concepto de nada y esbozado su relación constitutivacon el ser, no había empero respondido a la pregunta "¿Por qué,en general, el ser antes que la nada?". En realidad, este problemano se resuelve con una respuesta que exprese el porqué buscado yesto se explica teniendo en cuenta lo que dice el escrito sobre elfundamento acerca del hecho de que toda asignación del porqué,toda justificación es siempre interna de un mundo como totali-dad de entes que se justifican entre sf, pero no tiene sentido res-pecto del ente en su totalidad. Preguntar "¿Por qué el ente y nomás bien la nada?" sirve sin embargo, justamente, mediante el"más bien", para no olvidar la trascendencia del Dasein, para pro.blematizar la totalidad del ente como tal. El hecho de que eI pro-blema no haya sido elaborado por la metafísica en su historia (aunreferir los entes a un ente supremo es una manera de mantenerse enel interior del ente; el ente supremo es siempre un ente junto a losotros entes) significa justamente que la metafísica olvidó el "másbien", es decir, olvidó el problema de la nada. La metafísica se con-tentó con eliminar el problema de la nada como si no fuera un pro-blema: si la nada no existe, no se habla de ella, no se puede discutirsobre ella y es mejor atenerse al ser.

Pero en cuanto se lo desliga de la nada, el ser se identifica in-mediatamente con el ente como presencia, como efectividad, comorealidad. Toda fundación metafísica se limita a abusoar un ente so-bre el cual fundar los demás entes, sin darse cuenta de que aun enel caso de este ente primero o Último se replantea completamenteel problema del ser.

Por cuanto no elabora el problema de la nada, la metafísicano elabora pues siquiera, auténtieamente, el problema del ser delcual sin embargo partió. La metafísica tiene el carácter de un olvi-do del ser." Este olvido del ser se manifiesta en el hecho de quepara la metafísica, el ser es una noción obvia que no tiene necesi-

7635 Véase Introducción a la meta fivica, trad. citada, pág. 36.

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dad de ulteriores explicaciones. E s t o equivale a afirmar que el seres una noción extremadamente vaga que queda indeterminada, y eslo que afirma Nietzsche cuando comprueba que la idea de ser ya noes más que "la emanación última de una realidad que se disuel-v e. » El olvido del ser, de conformidad con el resultado a que sellegó en el escrito sobre la verdad, no es algo que se deba a nosotroso a las generaciones que nos precedieron.38 A s í c o m o l a n o v e r d a d

pertenece a la esencia misma de la verdad, así también el olvido delser, que constituye la metafísica, es un hecho que incumbe al sercomo tal, por lo cual se podrá decir, como dice Heidegger explícita-mente en sus estudios sobre Nietzsche (los cuales maduran en losaños inmediatamente posteriores a la Introducción a la metafísica),que la metafísica es "historia del ser" .39 E s t o s i g n i fi c a e n p r i m e r l u -

gar que el ser es para nosotros una noción al mismo tiempo obvia yvaga y que el olvido del ser

"no es algo extraño, frente a lo cual nos encontremos yque nos es dado únicamente verificar en su existencia

como algo accidental. Se trata en cambio de la situa-ción misma en la que nos encontramos. Es un estado denuestra existencia, pero ciertamente no en el sentido deuna propiedad verificable psicológicamente. Por "esta-do" entendemos aquí toda nuestra constitución, el mo-do en que nosotros mismos estamos constituidos en re-lación con el ser.""

Hay que entender estas expresiones en su significación másfuerte: afirmar que la metafísica como olvido del ser determina elmodo en que estamos existencialmente constituidos no quiere decir

36 Véase Ser y tiempo, traducción italiana citada, pág. 53.

- 37 Introducción a la metafísica, trad. cit., pág. 46.

38 Véase ¡bid., pág. 47.

39 "La metafísica como historia del ser" es el ti tulo de un ensayo de1941, publ icado ahora en el segundo volumen del Nietzsche, Pfuilingen,1961, pigs. 399-457,

4() Introducción a la metafísica, traducción citada, pág. 60-

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solamente que la metafísica es algo profundamente enitizado ennosotros, lo cual constituiría aún una perspectiva "psicológica". Enla medida en que no somos otra cosa que la apertura al ser del ente,a rit_ ilta t ísicl_cf_om9 m o d o d e a b r i rs e a l e nt e o l v id a nd p el s er ,e s

ruiDuLmisma,„esencia_s e decir sue es n •s-Jrc destina:" Que la metafísica sea historia del ser se entien e so-bre todo atendiendo al hecho, evidenciado por La esencia del fun-damento, de que el proyecto no se resuelve en la relación entre Da-sein y entes; el modo en que este proyecto se instituye efectiva-mente no es un hecho del ente, ni un acto del Dasein: ese modo de-pende de otra cosa, de aquello que el escrito sobre la verdad llamala esencia de la verdad y que en las obras posteriores a Introduccióna la metaffsica se llamará cada vez más explícitamente el ser. Dichode manera esquemática: nosotros no somos Otra cosa que la apertu-ra en la cual los entes (y nosotros mismos como entes) aparecen; es-ta apertura implica siempre cierto modo de relación con el ser delente y la apertura en que nos encontramos lanzados (y que nosconstituye radicalmente) se caracteriza como un olvido del ser enfavor del ente; ese carácter de la apertura histórica en la que nos ha-llamos no depende de una decisión nuestra o de las generacionesanteriores, porque toda decisión puede darse sólo dentro de una a-pertura ya abierta; ella se remonta pues a algo que no somos noso-tros (ni, con mayor razón, los entes); es la esencia de la verdad o,mis en general, el ser.

La metafísica es pues historia del ser y al mismo tiempo(puesto que ei sentido de la definición es idéntico) nuestra historia:no como obra nuestra, sino como situación que nos consituye. Si setiene presente esto, es fácil ver que las indagaciones (continuamen-te retomadas y Profundizadas por Heidegger) sobre la historia de lametafísica son sencillamente el ulterior y extremo trabajo de con-cretar aquella analítica existencial de Ser y tiempo: lo que sea elDasein no puede pensarse en términos de "propiedades" o de ca-racteres de una esencia hombre que mediante ellos se defina y se déa conocer. Ahora este "programa", enunciado ya en Ser)' tiempo,se realiza del modo más cabal. El Dasein no se define atendiendo a

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41 Véase ibid.,-pigs_ 101 y 206-7. En estos pasajes se habla de 'historialatente", en tanto que el término "destino" aplicado a la historia del ser seliará habitual a partir del escrito sobre el humanismo; pero las bases de estedesarrollo ya están todas presentes en la Introducción a la metafísica.

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propiedades pues no es otra cosa que la apertura histórica que loconstituye. Esa apertura, que no le pertenece pero a la cual perte-nece él mismo, es la historia' del ser. Sobre esta base, volver a conce-bir y reconstruir la historia de la metafísica significa al mismo tiem-po concretar ulteriormente la analítica existencial --libenindola detoda posibilidad de interpretación metafísica que todavía pudierasubsistir sobre la base de Ser y tiempo— y dar un paso adelante enel camino de la indagación del sentido del ser que constituía preci-samente el objetivo al que debía servir la analítica existenciaria.

4. Nietzsche y el fin de la metafísica

En esta perspectiva (en la cual ni la aperura originaria en queel ente se hace accesible, ni la no verdad,- v i n c u l a d a c o n s t i t u t i v a -mente con dicha apertura, dependen del hombre) resulta claro queel reconocimiento de tal olvido como evento que corresponde pri-mordialmente al ser mismo, tampoco podrán considerarse como de-bidos a la decisión de un filósofo o hasta de toda la humanidad enun determinado momento de su historia. El reconocimiento de lametafísica en su naturaleza de olvido del ser es también él un he-chq que pertenece primariamente a la historia del ser, por lo tanto,a la metafísica misma. El descubrimiento de la esencia de la metafflsiCa es posible sólo en cuanto la metaftsica llega a su conclusión,. esmds atin, ese descubrimiento se identifica con el hecho mismo delfin de la metafesica. Podemos llegar a conocer la esencia de la me-tafísica sólo porque esa esencia misma se "manifiesta" y esa mani-festación está relacionada. con el hechode haber llegado a su fin. Niel desarrollo de la metafísica ni el fin dela metafísica dependen denosotros; ni tampoco son hechos de los cuales el hombre sea unsimple espectador y de los cuales debh limitarse a tomar nota. Pen-sar así significaría estimar que la historia del ser es algo que se desa-rrolla "objetivamente" frente a nosotros; e—i r t a m b i o , l a h i s t o r i a d e

la metaftsica es siempre radicalmente también nuestra historia, pre-cisamente porque nuestra relación con el ter nunca puede concebir-se como relación entre un "sujeto" y un "objeto". Es cierto sin em-bargo que (precisamente porque nos encontramos siempre "lanza-dos" en una apertura histórica) tenemos una historia porque el sertiene una historia, y no viceversa, por más que las dos historias nosean separables.

La metafísica se manifiesta en su esencia sólo cuando llega a'19

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su fin, y alcanza su fin precisamente en cuanto se revela en su esen-cia. Esto se entiende fácilmente si se tiene en cuenta que la esenciade la metafísica es el olvido del ser; pero cuando se reconoce esteolvido como tal se encuentra ya uno en condiciones de recordar loque se había olvidado y, por lo tanto, de ir mis allá de la metafísi-ca. Ahora bien, para Heide e r la metafísica llega a su conclusiónen el pensamiento de Nietzsche. Nietzsche es la figura de pensadora la que Heidegger dedicó la más prolongada atención, desde cuan-do, en el párrafo 76 de Ser y tiempo habla recordado la segundaConsideración inactual de Nietzsche como un documento esencialpara esclarecer el concepto de historicidad autdntica.42 E n c a s i t o -dos los escritos posteriores, a partir de la misma Introducción a lametafisica, encontramos referencias más o menos extensas aNietzsche y muchos de esos escritos le están expresamente dedica-dos:" el conjunto más importante de las investigaciones de Nietz-sche, at que remiten los ensayos menores y que consiste fundamen-talmente en una serie de cursos universitarios dictados en Friburgoentre 1936 y 1940, junto con otros escritos y esbozos de menorbulto, está reunido en dos vokunénes del Nietzsche, publicados en1961. Esta obra constituye algo así como una summa de las indaga-ciones de Heidegger no solo sobre Nietzsche sino sobre toda la his-toria de la metafísica, y ocupa una posición significativamente cen-tral en el desarrollo del Heidegger posterior a Ser y tiempo, precisa-mente porque, como dijimos antes, la reflexión sobre la metafísicaconstituye la continuación del esfuerzo por concretar de maneraextrema la analítica existencial, empeño en virtud del cual Heideg-ger se orienta para clarificar el sentido del ser, que era el objetivoal que tendía Ser y tiempo. Sabemos que la tercera sección de laparte I de Ser y tiempo debía llevar el título de "Tiempo y ser".Ahora bien, aun cuando en la reflexión sobre la historia de la meta-física el tiempo parece no figurar como tema, es sin embargo ciertoque, concebida la metafísica como historie del ser, una meditación

42 Véase Ser y tiempo, traducción italiana citada, pigs.43 Véase especialmente Nietzsche Wort " dot t ist tot" , contenido en el

volumen Holzwege, Frankfurt, 1950 (traducción italiana de P. Chiodi Sentie-ri interrotti, Florencia 1968, pigs.191 —246); Wer ist Nietzsches Zarathustra?contenido en el volumen Vortrage und Aufsatze, Pfullingen, 1954; Ileber-windung der Metaphysik, contenido en el mismo volumen; y la primera partede Was heisst Denken?, Tübingen, 1954.

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de esa historia llega a ser, en el sentido mis cabal, también una cla-rificación de la relación ser-tiempo.44 L a m e t a f í s i c a l l e g a a s u a c a -

bamiento con NietzSche45 e n l a m e d i d a e n q u e é s te m i sm o se p re .

santa como el primer nihilista verdadero; y la esencia mis profundade la metaffsica es precisamente el nihilismo: "La esencia del nihi-lismo es la historia en la cual del ser ya no queda más nada",46 yesa historia es justamente la historia_ de la metafísica como "olvidocada vez más petrificado del ser" .47

Como la metafísica es algo que atañe no sólo al pensamientosino también al ser mismo, el "no quedar ya nada" del ser ha detomarse en el sentido más literal: el ser no sólo es olvidado sino queél mismo se oculta o desaparece; el Occidente es la tierra de lametafísica como tierra del ocaso, del crepúsculo del ser.

Nietzsche concibe el ser del ente (esto es, lo que constituye elente como tal) como "voluntad de poderío"; para Heidegger estaexpresión equivale a otra que él prefiere: "voluntad de voluntad".En efecto, poderío no esotra cosa que posibilidad de disponer de al-go, es decir, posibilidad de querer. Querer el poderío significa que-rer querer. Ha de preferirse la fórmula "voluntad de voluntad"porque hace resaltar un aspecto decisivo de la concepción nietas-cheana del ser: que la voluntad quiera sólo querer significa que ellaes puro querer sin algo "querido"; la voluntad está sola, no tieneningún término al cual tender mis allá de si misma. "Voluntad devoluntad" indica la total falta de fundación que caracteriza al ser altérmino de la metafísica. Pero para comprender qué significa real.mente esto hay que reconstruir brevemente (y aquí sólo lo haremosen algunas lineas esenciales) las etapas principales de la historia de

44 Véase O. Pdggeler, Der Denkweg M. Heideggers, ci t., pag 99 y si-guientes y passim.

45 Sobre un anilisis mis detallado de la interpretación heideggeriana deNietzsche y en general de la historia de la metafísica, Me permito remitir aG. Vattimo, Esmere, storia, e linguaggio in Heidegger, Turín, 1963, capitulo

46 Nietzsche, op, cit., volumen II, A . 138.

47 Introducción a la metafísica, traducción citada, pág. 36.

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la metaffsica.4 8 Podemos comenzar esa reconstrucción siguiendo la historia delconcepto de a-létheia, "verdad" (y ya sabemos que es la his-toria no sólo de un concepto, de un hecho "mental"). En la pa-labra griega, la a privativa indica cierto conocimiento del hecho deque la verdad implica una originaria no verdad, que lo que apa-rece en el proyecto se sitúa sobre un fondo que permanece os-curo y que sin embargo interviene radicalmente para constituirlo.Pero ya en el pensamiento griego, ese vínculo originario de revela-ción y de ocultamiento se olvida. En Platón, lo verdadero es la idéa,p sea, el ente visible al intelecto, el ente en cuanto inteligible. Aquílo que cuenta en la verdad es el revelarse, al aparecer en la presenciay se olvida lo oscuro y lo oculto de donde procede el manifestarse.Si lo verdadero es lo "visible" en este sentido, lo que importa es per-cibir bien lo que así se revela: si lo verdadero es la idéa, la verdaddel pensamiento es la ortháte, el ver justo „y reflejar esa rela-ción en la proposición que de tal manera es verdadera por cuantoestá de conformidad con lo que se manifiesta (la verdad como con-formidad, homátosis)4 9 Todas estas implicaciones de las premisas platónicas se desa-rrollan, aunque no de manera lineal, en Aristóteles. Este concibe elser en dos sentidos: como qué cosa ( éi d a s ) , e s d e c i r , c o m o e s e n c i a

y como que (misia), esto es, existencia efectiva. Esta última espara Aristóteles (enérgeta), ser en el acto, y es al acto de existir efec-tivamente a lo que Aristóteles atribuye primariamente e l ser,antes que a la esencia o Mas. Si por un lado, este privilegiarla enérgeia coloca a Aristóteles más proximo at o r i g e n d e l c o n c e p t ode alethela en cuanto a concebir el ser como acto significa pensarlocomo punto de llegada de un proceso y, por consiguiente, como un"llegar de", sin embargo —precisamente porque la enérgela explíci-tamente distinta del éldos, el qué efectivo es pues distinto claque'cosa o esencial—, la concepción aristotélica del ser termina por re-

Aquí me referiré sobre todo „al segundo volumen del Nietzsche op.cit., donde esa histor ia esta reconstruida del modo mis completo y claro.Pero se trata de un discurso al cual Heidegger retoma prácticamente en todossus escritos.

49 Sobre este punto véase, además del Nietzsche, op. cit., vol. I I, F l a ptons Lehre von der Wahreit, Berlín, 1942; 2a. edición, Berna 1947, especial-

mente págs. 41- 2.

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presentar un paso hacia la i d e n t ific a c i ó n c a d a v e z m á s c o m p l e t a d e l

ser con lo que está efectivamente presente°La concepción aristotélica del ser como e s

la que domina toda la edad media que, traduciendo el término grie-go por actualitas y atribuyendo la actualidad ante todo a Dios, acen-túa el hecho de que el ser es presencia efectiva pero al mismo tiem-po también capacidad de fundación, causalidad. Atribuir la causali-dad al ser significa empero colocarlo entre los entes, pues se lo con-cibe como lo que posee de manera tan constitutiva el carácter de lapresencia que puede conferírselo a los demás entes. En la pruebaontológica, Dios es demostrado mediante el hecho de que su esen-cia Misma, en cuanto perfecta, implica la existencia; pero la exis-tencia es justamente la presencia efectiva y a esta presencia totalalude también la idea de eternidad de Dios.

Un primer hito decisivo de todo este proceso es Descartes,que extrae las consecuencias implícitas en la concepción griega delser como idéa (Pidón) y como enérgeia (Aristóteles). Si sóloaquello que está establemente definido en una forma (idea, esdecir visibilidad: el término griego idea tiene la misma raíz delverbo ver) y que está efectivamente -p r e s e n t e ( a c t u a l i d a d ) e s v e r -

dadero, el ser verdadero tiene como carácter fundamental el hechode darse como acierto: el carácter constituyo del ser es la certeza,el carácter perentorio de lo que es indudable. En Descartes es real(es ente) sólo lo que es cierto (aquello de lo que tenemos una ideaclara y distinta). Pero de esta manera, lo que constituye la realidadde la cosa, su ser, es precisamente la certeza indudable que el sujetotiene de ella y que puede adquirir con la aplicación rigurosa del mé-todo.

También la palabra "sujeto", \loe en la filosofía moderna de-signa directamente el yo del hombre; sufre un proceso de transfor-mación y- d e t r ad u cc i ón que es s ig ni fic at iv o en el desarrollo de la

metafísica. La palabra latina subleatum traduce la palabra griegahilpokélmenon acentuando, según Heidegger, el sentido de fun-damento y de base que rige. t o d o s l o s c a r a c t e r es " a c c i d e nt a l e s " ,

todas las propiedades del ente. Pero en Ia filosofía moderna sujeto

513 Esta es una conclusión a la que Heidegger llega ya en-la Introducción* a la metafisica, que en los capftulos I I I y IV analiza el sentido que asume el

término ser sucesivamente en el pensamiento y en la cul tura griega; véasesobre todo la pág. 206 de la traducción italiana citada.

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ya no es más la sustancia de un ente cualquiera (sustancia, subs tan-tie, tiene en latín un significado equivalente), sino que significa ex-clusivamente el yo del hombre; con esta transformación (que no essólo una cuestión de palabras y de modos de pensar), el fundamen-to absoluto e indudable de la realidad es ahora el yo del hombre,ante el cual se debe legitimar el ser de las cosas que es reconocidocorno ser sólo en la medida en que es cierto. La noción de "objeti-vidad", de que tanto uso hace la filosofía moderna, es siemprecorrelativa a la de sujeto: la realidad objetiva es aquella que sJmuestra y se demuestra tal al sujeto; pero entonces lo que la constituye es justamente la certeza que el sujeto tiene de ella.

Que la identificación del ser de las cosas con la certeza que elyo tiene de el no es sólo un fenómeno que corresponde al desarro-llo de cierta mentalidad o una cuestión de puras palabras, sino quees iAn hecho que atañe al ser mismo (es decir, el modo en que el en-te se manifiesta al Dasein y, por consiguiente, el modo en que elente es), es algo que se puede comprender si se piensa en cómo laciencia y la técnica determinan constitutivamente e! rostro delmundo en la edad moderna; no se trata sólo de que el Inambre (acausa de cierta mentalidad que se ha ido desarrollando no se sabecómo) piensa que el ser de las cosas depende de él mismo y se redu-ce a él. La tecnificación del mundo es la realización efectiva de esta"idea". En la medida en que es cada vez más completamente unproducto técnico, el mundo es, en su ser mismo, producto del hom-bre. Desde este punto de vista, la concepción desarrollada en Ser ytiempo de la instrumentalidad como ser de las cosas se revela tam-bién ella —y 'luego volveremos a ocuparnos de este punto— comouna concepción que pertenece a la epoca de la metafísica y de latotal reducción del mundo, al sujeto. El mismo discurso se puedeextender al concepto de objetividad: la idea (que domina la menta-lidad moderna mucho mis de lo que se reconoce) de que la verdadsobre las "cosas" (por lo menos indiscutiblemente sobre el mundode las "cosas", se hace alguna excepción en lo tocante al conoci-miento del hombre, y es éste el sentido de la distinción entre "cien-cias de la naturaleza" y "ciencias del espíritu") es dicha por la cien-cia implica la reducción del ser verdadero a la "objetividad", la cual

ciencia, y, por consiguiente,, es en t i sentido más radical tambiénella un "producto" de una actividad del sujeto.84

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La reOucción cartesiana del ser verdadero (y del verdadero ser)a la certeza del sujeto no es otra 'cosa que una reducción de las co-sas a sí mismo por parte del yo y tiene el carácter de una toma deposesión: la reducción del ser a la certeza es, a la postre, la reduc-ción del ser a la voluntad del sujeto. Los grandes sistemas metafísi-cos del siglo XIX, los sistema de Fichte, de Schelling y sobre todode Hegel, no serían concebibles sin este sujeto animado por la vo-luntad de reducirlo todo a si mismo; la forma misma del "sistema"filosófico, como reducción de lo real a un único principio, sólo po-Iia surgir en esa 6poca del yo concebido como voluntad de reduc-•t,clon de la totalidad del ente a sí mismo." La antigüedad y la edadmedia no nos ofrecen "sistemas" en este sentido: la edad mediaconoce sólo las summae, que son algo completamente diferente porcuanto en ellas falta la reducción rigurosa de lo real a la unidad,reducción que sólo es posible al manifestarse el ser como voluntad.

Esta es en muy grandes rasgos la historia que está en la basede la concepción nietzscheana del ser como voluntad de poderío ovoluntad de voluntad. Esta historia, corno ya dijimos, no es sólo oprincipalmente la historia del desarrollo de ciertas opiniones de fi-lósofos o la historia de la constitutición de cierta mentalidad co-niÚn ; es en primer lugar 'la historia de ciertos modos de revelarse yde ocultarse el ser mismo. Lo cual, entre otras cosas, quiere decirque a este desarrollo filosófico corresponde (como fundado enun desarrollo del modo de ser efectivo del hombre en el mundo: lahistoria de la metafísica es ante todo, como acabamos de ver, histo-ria de palabras, pero tarnbWi es mucho más que eso y no porquelas Palabras expresan o reflejan hechos más vastos y generales',corno inmediatamente (y "metaf ísicatrente") nos vemos llevados apensar. .En ese caso, esos hechos "mlisyastos"y generales" estaríanindependientemente de las palabras, las cuales se limitarían a sersímbolos de ellos, descripciones o tan sólo síntomas o rastros. Enverdad, en las palabras y en la historia de las palabras se anuncianlas líneas constitutivas de la apertura histórica en la cual ya estába-mos lanzados y solamente dentro de la cual se hace posible "todoacontecimiento histórico". De manera que resulta legítimo afirmarque la historia de las palabras aquí reconstruida no sólo no se limi-ta a apresar hechos -y s i t u a c i o n es " m á s v a s t os " q ue el l e n gu a j e, si-

51 Véase Nietzsche, op. cit., vol. II, pig 453,85

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no que esa historia funda (como modos de determinarse aperturashistóricas en las cuales el hombre se encuentra sucesivamente) todoaquello que parecería exterior al lenguaje y más vasto que el len-guaje. Deberemos volver a considerar aún este punto. Pero lo queahora importa ver es que a esta historia de la metafísica como his-toria _de _palabras_ corresponde una variada configuración del modode ser del hombre en el mundo. Ya señalamos que esto se puedecomprender si se piensa hasta qué punto la filosofía fue factor de-terminante en la constitución de las ciencias modernas que a su vez,con la técnica, c o-n s t i t u y e r o n y c o n t in ú a n m o d ifi c a nd o i n ce s an t e-

mente el mundo en el que nos encontrara" es decir, nuestro sermismo en cuanto ser en el mundo.:'

,Precisarnente la tecnic4• ea el fenómeno que expresa, en el

plano del modo de ser del hombre en el mundo, el desplegarse y elctimplimiento 'de la metafísica. A l hecho de darse el ser sólo yacoito voluntad (según lo teorizado por Nietzsche) —que es el modoextremo de ocultarse del ser y que deja aparecer sólo el ente— co-treSponde la técnica moderna que da al mundo esa forma que hoyse .1 1ama "organi zac ión total". Los sistemas metafísicos del siglo

X1X son una forma de '.'organización total" en un nivel todavíateórico; esos sistemas presuponen aún, como toda la metafísica,cierto recuerdo de la diferencia ontológica. En efecto, la metafísicanace como pregunta sobre el ser del ente: en este sentido la metafí-sica advierte la diferencia ontológica aun cuando la olvida de hechoen cuanto Piensa el ser del ente sólo como aquello que todos los en-tes tiene en común, atendiendo al modelo del ente concebido co-mo simple presencia. Aun olvidando el verdadero sentido de la di-ferqncia ontológica, la metafísica concibe sin embargo siempre elso- del ente y sobrevive así hasta que su olvido 'del ser se presentaenmascarado bajo el aspecto de una indagación del ser del ente. Vi-mos cómo el desarrollo de la metafísica la condujo a reducir ei serdel ente a la certeza de la representación y, por consiguiente, a lavoluntad como voluntad del sujeto de reducirlo bado_a si mismo.Sin embargo, hasta los grandes sistemas idealistas del siglo XIX su-ponen aún, como teorías, una remota supervivencia de un recuerdo(aunque esté cada vez más mistificado) de la diferencia ontológica.Esos sistemas, por ejemplo, distinguen siempre de alguna maneraentre una realidad "empírica" y una realidad "verdadera", que cs ladescrita en su teoría, realidad verdadera que tiene una razón de serprecisamente porque no se identifica, o no se identifica todavía,86

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con la realidad en su modo de darse inmediato y cotidiano; pero alo que tienden fundamentalmente esos sistemas es a la organizacióntotal del ente: lo que reconocen como empírico es sólo aquello quen'in se escapa a esa organización total, a la "sistematización" gene-ral de la realidad. Según Heidegger, la técnica da justamente el últi-mo paso en el camino de la eliminación de toda diferencia residualentre realidad "verdadera' y realidad "empírica'. La organizacióntotal realizada Por la técnica Ya no está solamente en la teoría sinoque .se concreta efectivamente domo orden del mundo. Abolida ea-ta.filtinta diferencia, queda también abolido el _último y 'pálido re-cuerdo de la diferencia ontólógica: del ser ya no queda más nada ysólo están los entes. El ser del ente es total y exclusivamente el serimpuesto por la voluntad del hombre productor y •o r g a n i z a d o r .Ya observamos cómo este ser del ente reducido a iriStritmen-talidad técnica corresponde a lo que en Ser y tiempo se reconocíacomo el Modo de darse de las, c o s a s " a n t e t o d o y p o r l a c o r n i l.. . t i % e s

decir, :en:; la trivialidad: c o t i d i a n a d e l a, e x i s t en c i a I n a t it é n t ic a de la

cual' había:partido:la analítica existencial... La legitimidad de un aná-lisis fundado en la trivialidad cotidiana, siempre inauténtiCa; se jus-tificaba por el hecho de que, aun enla inautenticid4 se revelanempero de alguna manera las estructuras de lo auténtico. Por consi-guiente, no hay que pensar (y ahora esto se Manifiesta don clari-dad) que 'la instrumentalidad teconocidan Ser y tiempo como elser verdadero de las cosas sea la última palabra sobre el significadoauténtico del ser :del ente intrainundano, es deck, del 'ente informe.del Dasein. •E l d a r s e l a s c o sa s c on go i r i st r w in t nt o s (que para ser: y

tiempo :estaba relacionado en general con el modo de existir coti-diano del Dasein sin ulterior problengatización) está aquí entera-mente historificado y se revela como el modo de darse,las coma enla época de la metafísica concluida. A esta luz; la legitimidad mis-ma de partir de la trivialidad cotidiana para desarrollar la analíticaexistenciaria viene a encontrar su justificación más radical en la ne-cesidad de pensar hasta el fondo la metafísica para poder salir deella; la razón por la cual la analítica ekistenciaria debe partir de laexistencia cotidiana trivial es la de que todo pensamiento que seconstituye hoy en la fase final de la metafísica debe empero partirsiempre de la metafísica para superarla y salir de ella. Y la metafísi-ca cumplida es, en su sentido mis pleno, la técnica y la instrumen-talización general del mundo.

También otro de los caracteres constitutivos de la existencia

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inauténtica —aquel que más explícitamente la defme como tal, el"se", el man, de la opinión común media aceptada:, no porque seaverdadera, sino porque es común— vuelve a encontrarse ahora co-mo uno de los elementos de la situación de la metafísica entera-mente desplegada que ha llegado al dominio del mundo. El mundometafísico está caracterizado por la dictadura de la "publicidad",no en el sentido de reclame, sino en el sentido de "ser público" ;52corno se recordará, en la existencia inauténtica de Ser;' tiempo, elindividuo está dominado por las opiniones corrientes y al profesar-las sin problematizarlas 5e libera 40 asumir responsabilidades, -es de.cir, no se asume realmente a:s i r i n a n t o c o m o e x i s t e n te , c o mo p r o-

yecto. Ahora bien, aun acerca de este problema la reflexión sobrela historia de la ,trietaffsica lleva a, f u n d a r u l t e r i o r m e n t e l o q u e e n

Ser y tiempo peripartecia sólo en el nivel descriptivo: la opinión co-rrienie puede adquirir el Predominio sólo porque el ente mismo seha hecho "publico", es decir, universalmente Y totalmente penetra-ble. Desaparecida la diferencia ontológica y reducido ei ente a unsistema de universal fundación, a una totalidad de fundantes-funda-dos regida por el Principio de razón suficiente, no queda ya ningúnente realmente "misterioso"; todo es conocido o por lo menosesencialmente cognoscible pon los im é t o d o s r a c i o n a l e s ( d e f u n d a r y

explicar) de la ciencia. En el sistema de la organización total reali-zado -p o r e l s uj et o todo ocupa ahora un lu r bien definido y es un

lugar que coincide totalmente con la función instrumental que lacosa reviste en tal sistema. Ahora bien, la mentalidad corriente esjustamente aquella que conoce la cosa sólo en lo que ésta tiene defuncional, en su instrumentalidad en la vida de todos los días. Enun mundo en el que el ser de la cosa está realmente reducido a'estainstrumentalidad, el conocimiento que tiene de ella la mentalidadcomún, el "se" inauténtico, se convierte también hasta cierto pun-to en el único conocimiento adecuado. La desaparición de la dife-rencia ontológica es pues también la desaparición de toda diferen-cia residual ente la cosa y el conocimiento que se tiene de ella .(yéste es, como se vio, el sentido profundo, por más que no esté to-davía -plenamente realizado, de los sistemas idealistas del sigloXIX). La "publicidad" es algo que pertenece esencialmente al enteen la época de la metafísica cumplida en la medida en que del sercomo tat "ya no queda más nada" y el ser del ente está enteramen-

52 Véase (Jeher den Humanismug op. c i to p á g . 8 .

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te reducido a pertenecer a un sistema instrumental del que, por de-finición, el hombre dispone poi entero.

5. ,Superación de la metafísica?

La tendencia intrínseca de la metafísica (desde su origen) aolvidar et ser y a hacer aparecer en primer plano sólo el ente comotal —tendencia fundada en la conexión esencial de verdad y no ver-dad—, se 'realiza pues de manera perfecta en el mundo de la técnica.Pero al realizar verdaderamente su propia esencia de! olvido, lanie-taffsica alcanza también a su fin en cualtO ya no hay ningún mettiningún "más allá"; el ser del ente' no es ya ni siquiera remotamentealgo que se busque más allá del ente mismo, sino que es su funcio-nar efectivo dentro, d é u n s i s t e ma i n s t r um e n t al i m pu e st o p ar la vo-

luntad del sujeto. 'En esta situación, el pensamiento no es otra cosaque excogitación técnica, instrumento '61 mismo para solucionarproblemas "internos" de la totalidad instrumental del ente e inhe-rentes a su organización cada vez más "racional".

Y precisamente en esta situación de extrema pobreza del pen-sarhiento53 e s c u an d o se ' ha ce t am bi én posible ir más allá de la me-

tafísica y, tal vez, salir del olvido del ser que la caracteriza. En pri-mer lugar, como ya dijimos, la metafísicallede subsistir sólomientras su esencia de olvido esté enmascarada y oculta, es decir,sólo mientras olvide su mismo olvidar. Pero la reducción de la tota-lidad del ente a sistema totalmente organizado y el relativo tin delpensamiento como sobrepasatniento del ente —sobrepasamientoque, sin efectuarlo verdaderamente, la metafísica del pasado inten-tó de continuo para encontrar su piropia razón de ser— hacen queel olvido constitutivo de la metafísica no pueda ya ser olvidado, si-no que ese olvido ocupa el primer plano con toda su dimensión de-terminante. Darse cuenta del olvido lleva a otra pregunta decisivaque en sustancia es aquella formulada (aunque en términos un po-co diferentes) en el párrafo final de Ser y tiempo , donde se pregun-

5'9 La época de la metafísica se puede indicar, para Heidegger, con la

expresión de Hólderlin (Brot und, Wein, VII) , quien llama "darftige Zeit"(tiempo de indigencia) a la edad en que vivimos, en la cual ya no están mislos antiguos dioses y los nuevos dioses no han llegado todavía.

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taba cómo el ser del ente pudo llegar a ser concebido como simplepresencia. Aquí la pregunta se ha hecho más radicalmente históri-ca: ¿cómo fue posible llegar a ese punto de olvido total del ser enque,ahora nos encontramos? De aquí parte la reflexión sobre la me-tafísica como historia; en esa reflexión está ya implícito un "pro-yecto" del sentido del ser que ya no es metafísico. En efecto, resul-ta claro que darse cuenta del olvido implica ya asumir una posiciónque no se encuentra en este olvido. Ver la metafísica como historiay salir de la metafísica comprendiendo el ser de manera diferen-te de como ella lo comprende son la misma cosa. De ahí el signifi-cado no sólo negativo de deStrucción de la ontología, sino tambiénel significado positivo de elaboración de un nuevo "proyecto" delsentido del ser que tiene la reflexión heideggeriana sobre la historiade la metafísica.

En este punto es natural preguntarse en qué medida esta ela-boración de una comprensión del ser, que se lleva a cabo en virtudde una reflexión negativa y positiva sobre toda la historia del pen-samiento occidental, se distingue de otra gran empresa del pensa-miento que a primera vista parece análoga, es decir, el sistema deHegel. Para Heidegger, la reflexión histórica no tiene el sentido deaprehender en la historia del pensamiento el progresivo revelarse deuna verdad, que desde el punto de vista (que Hegel declara haberalcanzado) del sab6r absoluto pueda reconocerse como tal e inte-grada en una perspectiva definitiva. Al método hegeliano de laAufhebung, que conserva y al mismo tiempo supera en la filoso.fía absoluta lo que de verdadero dijo el pensamiento del pasado,Heidegger opone el método del Schritt zuranck, del "paso atrás".'Este método no ha de entenderse como un simple vuelco invertidodel método hegeliano; no se trata de dar un paso atrás en el sentidode remontarse a los orígenes históricos del pbnsarniento, como si lohistórico temporal primeio estuviera más próximo al ser, por locual la historia, para Heidegger, se configuraría sólo como un pro-gresivo alejamiento del, ser. El Schritt zurfick no es un volver atrásen el sentido temporal sino que es un retroceder en el sentido detomar distancia para colocarse en un punto de Vista que permitaver la metafísica como historia, como un proceso de devenir:, en

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54 Véase Identita und Differenz, op. cit., pág. 39 y siguientes.

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cuanto la vemos como historia, la "ponemos en movimiento",55es decir, por un lado, nos sustraemos a su presunta evidencia y,por otro, la vemos en relación con su "de dónde", en relación coneso oscuro de to cual proviene y que constantemente olvida. Preci-samente por esto la visión de la metafísica como historia no es ellogro de la autotransparencia del espíritu absoluto hegeliano. Verla metafísica como historia no significa adueñarse de la totalidad dela verdad, sino más bien significa ver la historia del pensamiento co-mo un proceder de un "origen" que permanece constitutivamenteoscuro y que nunca se "resuelve" en la historia del pensamientomismo. La insistencia de Heidegger en la oscuridad como fondoque el pensamiento olvida puede realmente entenderse como radi-cal oposición a Hegel, para quien el espíritu es el que consuma, re-suelve y disuelve en la .autoconciencia todos sus propios supuestos.Este rechazo de Hegel impide también interpretar el discurso hel-deggeriano como pura inversión del discurso hegeliano, una inver-sión que viera la historia como progresivo alejamiento del ser. Nisiquiera en este caso, el fin de la metafísica podría entenderse sinocomo una toma de conciencia absoluta de tipo hegeliano: seria me-nester, .en efecto, poder decir, en forma de definición, que el ser es-tá esencialmente constituido por un progresivo ocultamiento y quesemejante "definición" sería también la afirmación de que, aun através de la historia del ocultamiento, el ser tiende por fin a reve-larse en lo que es: ocultamiento precisamente de aquello de queempero el pensamiento puede cobrar plena conciencia.

La contraposición del. método del. " p a s o a t r á s " y d e l a

Aufhebung hegeliana tiende precisamente a evitar todos estos equí-vocos. El fin d e l a m e ta f í si c a no puede s ig ni fic ar de ninguna mane-

ra el fin d el o lv id o del ser en el sentido de que el ser termine por

convertirse como tal en objeto de pensamiento explícito. En ese ca-so, el error de la metafísica no haría sino repetirse, ya que redujo elser a ente justamente en cuanto se esforzó por convertirlo en obje-to de teorizaciones y de defmiciones, de insertarlo orginicamenteen la- c on ca tena ci ón del razonamiento de fundación. Ver la metafí-

sica como historia no significa, a la manera hegeliana, descubrir por

55 Véase ¿Qué es la metafísica?, traducción citada, pág. 34; éste es elsentido en el que se interpreta aquel pasaje donde se dice que "filosofía essólo un poner en movimiento la metafísica, con lo cual ella llega a si misma ya sus cometidos explícitamente".

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fin la dirección y el sentido general de su desarrollo; significa, an-tes bien, verla ante todo conm "movimiento", como un "procederde"; significa, pues, ver el sistema del razonamiento de fundacióncomo algo situado dentro de un ámbito que lo trasciende y quea su vez no puede concebirse como fundamento.

Ello no obstante, este problema de distinguir el método hei-deggeriano del hegeliano no se resuelve sino planteando en generalel problema de la posibilidad y del carácter de un pensamiento queya no es metafísico. En efecto, si el pensamiento liberado de la me-tafísica fuera ese pensamiento que recuerda el ser en el sentido deasumirlo. fi n a lm e nt e como c on te ni do temático propio, entonces

verdaderamente Heidegger no se distinguiría sustancialmente deHegel y el Schritt zurück seria sólo un nuevo desfraz, más o menosdisimillado, de la autoconciencia hegeliana. De manera que hay quepreguntarse si es posible, y cómo se define, un pensamiento que va-ya más allá de la metafísica, es decir, si es posible una auténtica su-peración de la metafísica misma.

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IIISer, evento*,lenguaje

1. LQué significa pensar?

La oposición del 'Schiritt zunich y del método hegeliano dela Aulhébung, junto con todo lo que se ha manifestado en la refle-xión sobre la historia de la metafísica, descarta que el problema dela superación de la metafísica pueda entenderse como el problemade hablar por fin de aquello que la metafísica siempre calló, es de-cir, del ser. No tiene sentido sostener que Heidegger se propone en-contrar una "definición" del ser que no esté sujeta al error caracte-rístico de la, metafísica, que concebía el ser según el modelo delente.1 P re te nd er sust itui r el concepto metafísico del ser (funda-

mentalmente, simple presencia) por un "concepto" más adecuadosignificaría aceptar como bueno precisamente uno de los elementoscaracterísticos del error metafísico, esto es, la idea de que el ser esde algún modo un "objeto" del cual el "sujeto" pueda tener unanoción mis o menos apropiada. Primero el análisis de Ser y tiempoy luego la reflexión sobre la historia de la metafísica mostraron quenunca se puede hablar del ser como de un "objeto"; la relación con

* Respecto de esta palabra Manuel Oiasagasti dice: "Heidegger relacio-na a veces Ereignis con el neologismo Er-tlugen, mirar, para subrayar el mo-mento de respectividad, sobre todo a la esencia humana. Por su referencia alo ' propio' escoge Heidegger el vocablo Er-eignis para nombrar aquello queconstituye lo más propio del tiempo y del ser, así como del hombre, del len-guaye, etc. Por ser el momento de 'propiedad' el más importante en el uso deHeidegger, podríamos traducir , sin más, Ereignis como 'propiedad' o 'apro-piación' " . ( Introducción a Heidegger, Revista de Occidente, Madrid, 1967,pág. 171.) Según este autor , tanto "acontecimiento", como "evento", Po-drían mantenerse desprovistas de su sentido de mero "suceso". [T.]

1 Sobre este punto, véase en este volumen la Historia de la crítica, es-pecialmente lo referente a los libros de W. Marx y A. Colombo.

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el ser es, mucho más radicalmente y profundamente constitutivadel propio Dasein del hombre, de manera que en la superación de lametafísica no puede ,tratarse de buscar un nuevo concepto del sersino que ha de buscarse primordialmente un modo nuevo de ejerci-tar el pensamiento mismo, que no se considere ya, frente al ser, co-mo elaboración de conceptos adecuados, es decir, verdaderos en elsentido de "conformidad" con lo "dado".

Es este esfuerzo lo que caracteriza y lo que se puede conside-rar un "tercer momento" del desarrollo de la filbsoffa heideggeria-na después de la analítica existencial de Ser)' tiempo y de la refle-xión sobre la historia de la metafísica, que culmina en la obra sobreNietzsche. No se trata realmente de un tercer período cronológica-mente' distinto, porque se desarrolla, por lo menos al comienzo, pa-ralelamente con el segundo, aun cuando los temas del tercer perío-do se hacen predominantes, sobre todo en las obras posteriores a lasegunda guerra mundial. La dificultad de establecer una rígida pe-riodización cronológica se debe a razones internas relacionadas conel contexto mismo del pensamiento o a razones e x ter n a s . E n e f e c -to, por un lado, la elaboración de un proyecto del sentido del ser"alternativo" del de la metafísica se desarrolla principalmente enlos mismos escritos sobre la historia-de la metafísica o en escritoscontemporáneos a ellos (como por ejemplo, el ensayo sobre el ori-gen de la obra de arte del cual nos ocuparemos luego), y los otrosescritos dedicados especialmente a este tema contienen tambiénellos reelaboraciones de aspectos o problemas de la historia de lametafísica; por otra parte —y esto puede decirse en general tambiénde los escritos heideggerianos posteriores a '1930—, el orden decomposición y el orden de publicación de las obras en general nocoinciden, de suerte que resulta bastante dificil orientarse y discer-nir una línea de desarrollo en el sentido común del término; porlo demás, la categoría de desarrollo es una de aquellas que Hei-degger rechazaría.' A esto hay que agregar el carácter extremada-mente fragmentario de la formulación del pensamiento heideggeria-no que, después de Introducción a la metafísica, Última obra decierta amplitud y organicidad (que en su origen fue un curso uni-versitario como todos los escritos posteriores más amplios y como

2 Un catálogo de los escritos de Heidegger, tanto en el orden cronoló-gico de la publicación como en el orden de la composición, se encontrará enW. 1. Richardson, Heidegger. Rough Phenomenology to Thought, La Haya,1963, pág. 675 y siguientes.

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ya lo eran antes el breve La esencia del fundctrnento y tos más bre-ves aún ¿Qué es la metafísica? y De la esencia de la verdad), se ex-presa por lo común en la forma del ensayo, forma que no es casualsino que revela el carácter constitutivamente "tentativo" de esepensamiento, que, queriendo superar la metafísica, no puede acep-tar la terminología, la gramática, la sintaxis, la propia lógica de lametafísica. La aguda conciencia del carácter problemático de losinstrumentos mismos con que se formula el pensamiento (recuérde-se la afirmación de Heidegger según la cual Ser y tiempo quedó in-terrumpido por insuficiencia del lenguaje) hace imposible esa clari-dad u organicidad de elaboración que siempre se fundan en la admi-sión de una terminología y de una lógica aceptadas y generalmentecompartidas.

Este carácter fragmentario no excluye, sino que supone comosu justificación profunda, un hilo conductor unitario del pensa-miento heideggeriano. El pensamiento se hace "tentativo" y frag-mentario en realidad sólo en el esfuerzo de proseguir la indagacióna la que debía servir de preparación la analítica existencial de Ser y-tiempo. La llamada Kehre, o vuelta o giro, del pensamiento heideg-geriano, que constituyó un problema central de la critica hastahace unos diez años (sobre esta cuestión vease en este voluMen laHistoria de la c r(t i c a ) , y a n o s e m a n i fie s t a . co mo un a ba nd on o de

las posiciones de Ser y tiempo, sino que se revela —como el mismoHeidegger la entiende3— c o m o u n a c o n t i n ua c i ó n y u na p r o f un d i z a-

ción del discurso iniciado en aquella obra. El hecho de que, comose dice en Sobre el humanismo.,4 e l p e n s a m i e n t o s e m u e v a n o e n u n

plano en el cual está exclusivamente el hombre, sino en un planoen el cual está principalmente y ante todo el ser, expresa sencilla-mente el paso que va del análisis preparatorio de Ser y tiempo a laelaboración del problema del sentido del ser al que debía servir a-quella preparación.

A este hilo conductor nos atendremos en nuestra exposiciónde este "tercer momento" del pensamiento heideggeriano renun-ciando a una ilustración puntual de cada una de las obras (lo cualsería imposible por las razones expuestas) y teniendo presente que

3 Sobre la interpretación que el propio Heidegger da del desarrollo desu pensamiento, viese F. W. von Hermann, Die Selbstinterpretation M. Hei-daggers, Meisenheim/Glan, 1964.

4 Ueber den Humanismus, op. cit. pag. 22.

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lo que ahora se trata de esclarecer puede considerarse como la res-puesta al segundo de los problemas que indicaba como programá-ticos el párrafo final de Ser;' tiempo: después de la reconstrucciónde la historia de la metafísica, se trata de ver cómo sea posible unacomprensión no metafísica del ser.

Por todo cuanto se ha dicho hasta ahora, es claro que las doscuestiones no están sencillamente entre sí como pars destruens ypars constryerg de la teoría: la historia de la metafísica, al apro-piarse del ¡atado del pensamiento corno -d e s t i n o p r o p i o y t a m -bién como. posibilidad propia, contiene ye una comprensión "po-sitiva": del ser; Por otra parte, esta comprensión no llega iliquierellegar a Una "definición" del ser Sino que concibe ,01 :s e r s ó l o e ncuanto torna 4 pensar continuamente la esencia misma del pensa-miento. :gza, reflexión sobre el pensamiento puede no ser tan sólouna re fle i.d ó n d e t i po p s ic o ló g ic o o a n tr o po l óg i co , es decir, un sim-

pié discurso sobre el funcionamiento de ciertas facultades del hom-bre, precisamente porque el "proyecto" que guía dicha reflexión(y que ya está presente en la reflexión sobre la historia de la meta-física).es el que nace del fin mismo de la metafísica que lo hace po-sible: el ser ya no es "obvio" (el olvido deja de ser él mismo olvida-do), ya no es .pensado como un ,"objeto" universalmente presente,sino que, respecto de las cosas se manifiesta como el no, como lanegatividad, como la nada del ente. Pero esto implica también quesu relación con el pensamiento ya no pueda definirse como la rela-ción de un objeto. con un sujeto. La reflexión sobre la posibilidadde un pensamiento que tome seriamente, en estos términos, el finde la metafísica, se convierte también en reflexión sobre el ser mis-mo y sobre el modo en que haya de "concebirselo".

Después de Ser y tiempo, el paso decisivo dado por Heideggeren la dirección (que aquí nos interesa) de determinar la esencia delpensamiento y su relación con el ser es el paso atestiguado en laconferencia sobre La esencia de la verdad que, como se vio, permi-tió pensar la historia de la metafísica como historia del ser mismo.Esta tesis, cuyas premisas ya están en Ser y tiempo y en sdproble-matización del concepto de ser, entendido como simple presencia,no representa un puro y simple vuelco del "subjetivismo" de la fi-losofía moderna. No se trata de sustituir una perspectiva en la cualtodo depende del sujeto (la ontología de la voluntad dé voluntad)por una perspectiva en la que todo "dependa",•en cambio, del serentendido sólo como aquello que se contrapone al sujeto. La pre-96

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senda preponderante del objeto es para Heidegger un aspecto taninseparable de la metafísica corno el mismo subjetivismo.' Al sub-jetivismo y al objetivismo metafísicos se contrapone, antes bien, unproyecto del sentido del ser que lo concibe trascendiendo la totali-dad del ente, pero que está también en una relación peculiar con elhombre, la cual constituye, como ha aclarado Ser y tiempo, el Da,el che en el cual las cosas al aparecer llegan al ser. En este "proyec-to" del sentido del ser, el pensamiento en cuanto planteo del pro-blema del ser no es ya ante lodo actividad de la cual el hombre dis-ponga a su arbitrio: la metafísica no es un error de este o de aquelpensador o de todos los pensadores, sino que es primordialmenteun modo de determinarse el ser mismo, lo cual ocurre ciertamenteen la actividad del hombre y de algún modo por obra suya.

Es demasiado fácil observar que este modo de enfocar la rela-ción entre el ser y el hombre presenta una fundamental ambigüe-dad. Por una parte, la metafísica es en primer lugar historia del ser,pero, por otra parte, el hombre no es sólo espectador o actor querecite una parte predeterminada. Atenerse a esa ambigüedad sigui.t'IQ' empero cerrar inmediatamente el discurso y recaer en una col-traposición de tipo metafísico; por un lado el ser, por otro lado elhombre; si la historia de la metafísica es historia del ser no puedeser historia del hombre y viceversa. En vez de plantear las cosas enestos términos que (precisamente a través de la reflexión sobre lametafísica) se revelaron insostenibles, corresponde tratar de pro-fundizar el sentido de esta peculiar relación que liga el ser y el hom-bre. Eso es lo que hace Heidegger de modo particularmente eficaz eincisivo en su ya mencionado Sobre el humanismo, que justamentepor eso constituye uno de los textos fundamentales en el desarrollode su pensamiento.

Es en este escrito donde Heidegger describe la relación entrepensamiento y ser, fundándose en el doble s i g n ific a d o q u e t i e n e e l

genitivo en la expresión "pensamiento del ser".

"El pensamiento es el pensamiento del ser. El genitivosignifica aquí dos cosas. El pensamiento es del ser encuanto, como instituido [ereignet] por el ser, pertene-

e Wase, por ejemplo, el ensayo sobre L'epoca dell' imagtne del mondocontenido en el volumen Sentieri interrottL traducciOn italiana citada, espe-cialmente pág. 99 y siguientes, y todo el escrito sobre el humanismo.

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ce al ser. El pensamiento es igualmente' pensamientodel ser en la medida en que, perteneciendo [gehörend]al ser, le presta oídos [hora" '

Este texto no hace sino esclarecer, con explícita referencia alser, lo que estaba implícito en La esencia de la verdad: a) el pensa-miento es pensamiento del ser en un sentido objetivo, es decir quecomprende al ser; esto es lo que resulta de Ser y tiempo, del escri-to sobre el fundamento y de la prelusión f ribu rguesa-sobre l a m e t a -física. No puede haber comprensión ni conocimientó del ente si nohay previamente una comprensión del ser, lo cual equivale a de-cir que las cosas aparecen en la presencia, es deck, son sólo en laapertura de un proyecto, y quiere decir también que toda verdad&tea presupone la verdad ontológica; b) el pensamiento puedepensar el ser sólo porque es del ser en el sentido subjetivo, es decir,le pertenece. La premisa de esta tesis está en La esencia de la ver-dad, que coloca la libertad en la base de la verdad. Ahora bien, a laluz del escrito sobre el humanismo y de los escritos posteriores, es-ta conexión verdad-libertad se puede entender asi:• el pensamientodel ser como verdad ontológica, como institución del proyecto en-el cual aparecen las cosas, no puede pertenecer al hombre como

producto de éste, porque el mismo hombre (en todo hacer, elegiry producir) presupone ya abierta esa apertura. Elegir y hacertambién pensar, en el sentido en que esto se entiende como unaactividad del hombre, exigen que ya esté abierto un ámbito en elque el hombre se encuentre en relación con los entes y consigo mis-mo. Todo acto -l i b r e d e l h o m br e p r e su p o ne e st a l i be r ta d mis o ri gi -

naria que es el "dejar ser al ente"; no es el hombre quien posee la li-bertad, sino que la libertad posee al hombre. En Ser y tiempo se ha-bía dicho que hay ser sólo en cuanto hay Dasein, es decir, el hom-bre.7 Pe ro esto "no significa que el ser sea un producto del hombre".

Significa en Cambio que

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"sólo en cuanto la iluminación del ser acontece [sichereignet], el ser se entrega [iibereignet] al hombre. Peroque el aht. ( d e l D a se i n ), que la i l um in ac ió n como ver-

6 Ueber den Humanismus, op. cit. pi s .

7 Essere e tempo, traducción citada, pig. 326.

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dad del ser acontezca, eso es decreto del ser mismo".8A la definición del Dasein como proyecto lanzado, definición

dada en Ser y tiempo, ahora hay que agregar y precisar que "el quelanza en el proyecto no 'es el hombre, sino que es el ser mismo".9 Pero en todo esto la ambigliedad de la relación entre ser yhombre parece resolverse sencillamente a favor del ser. Sin embargo,justamente en los pasajes citados de Sobre el humanismo, para ha-blar del ser se introduce un término, el verbo ereignen —acontecer,ocurrir, o también, transitivamente, hacer ocurrir, institUir—, queen los escritos posteriores se hará esencial justamente para describirla relación entre el ser y el hombre y, en cierta medida, habrá dedesignar e l ser mismo.lc! E r e i g n e n , a c o n t e ce r , o c u r ri r ; E r e ig n i s,

evento. El ser ereignet en cuanto "lanza" el proyecto lanzado quees el hombre y acontece di mismo en la medida en que, en dichoproyecto, instituye una apertura en la que el •hombre entra en rela-ción consigo mismo y con los entes, los ordena en un mundo, loshace ser, es decir, los hace aparecer en la presencia.

¿Cómo se puede concebir, más precisamente, este acontecerdel ser? El discurso sobre el evento.se limitará a sustituir una con-cepción del ser como "presencia estable" por una concepción delser entendido como movimiento y devenir91 L a i l u s t r a c i ó n q u eHeidegger da del término Ereignis indica en cambio una direcciónmuy diferente. Como suele hacer (pero sobre la base de una concep-ción precisa del lenguaje, que luego veremos), Heidegger parte aquíde la significación etimológica de la palabra para vincularla conOtras palabras de la misma raíz que le sirven para precisar lo quequiere decir en realidad, desde su punto de vista, las referencias delas palabras no "sirven" para ilustrar el pensamiento, sino que le in-

8 Ueber den HumenismUS, op. cit., pág. 24.

9lbtd.. pig. 25.

" Aun cuando, precisamente porque fuera de la metafísica ya no sepuede dar una "definición" del ser (del tipo: "el ser es esto o aquello"), nose pueda siquiera decir que el ser es evento, Heidegger pone explícitamenteen guardia contra este peligro; véase: Untenvegs zur Sprache, Pfull ingen,1959, pág. 260, nota.

U Esta es la tesis de W. Marx, Heidegger Liad die Tradition, Stuttgart,1961. Sobre esto, véase en este volumen ta "Historia de Ia cr itica",

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dican a éste el camino. El esclarecimiento del concepto de Ereignisse encuentra en la primera parte de Identidad y diferencia. I2 La si-tuación en que se encuentra el hombre en el mundo técnico de lametafísica llegada a su conclusión, situación caracterizada por unarecíproca provocación y. desafío entre el hombre y el ser, no secomprende ,witoese—ta c o 1 c 1 o e ,7 a t e M e n do a l c o n ce p t o de e v en t o" ,

,121;,c41,151L-desulnizekfr:1'

- calitoi; f s e e n e e n-k r—T , , ~ n - e n t r e -, e 1 h o r nb T e y e l -s e r- c om o

aprojigcn setíproca4IgeiP•tift Propio): c,'el:hombre;Jesti ligado (vereigne • t : P o r u 'parte, e s t a e n t r e g a d o ( z u g e e i g n et ] a l

. , , ,boro,.'4r £ 1 eyOfltqeS tiarelatión: de re4PreiCoPebereigneil dee x p Z a p& ó n 4 * dó n p al a br a E r ei g ni s u s a da$ 6 1 .1 M t o' s 0 ifi . ;

1194 , i o n e n t a i y -d e t e r m i n a n t e e n n u e s t r a é p o c a

de la bis*ora del' ,,i i i ! r t 9 h 1 9. ,1 0 , e a p a ra l o s g r i eg o s , el t e rm i no l ág os

o,psa los.••d,nios 01,7tanw:•!If E l m u n d o d e l E r e i g n is e s e l m u nd o d el

fin de •lalneinfi'aiga*:,:eliándo el ser ya no se puede concebir, muno' s i r á p r e,p r e s i n pi a M i t i i pn e d e a p ar e ce r como 6 ye nt ic i Una vez mas, la

justificación ,d 'p l:uso d e l t é r m i no E r e i gn i s no e st á en uta e l ec c ió n o

e l k : # 4 1 0 0 . 4 4 1 4 01, 0 t i v e s i n o , q u e e s t a e n c i e r t o m o do d e l as c o sa s

rnistnalk,PelSeMOss.a t g n i t o -l a s m p l i c i al i o n e s d e r e c o n tl e e r :( r e e d ,

no 6'0140 ,q,zine no l a i n i e t a f t s i c a , l a i p a t a -,bra que aeittiPOrtq párs b a t 4 ü ;6 1' * l i O e i g n i s ' i ' e v e n t o .

M44ernino de la epoca de la rnera4sicaAl'ser Sólo puede con-cebirse como aquello que se apropia del hombre entregándose a él.Esta es uta tesis que resume toda la trayectoria cumplida por Hei-degger desde_Ser y tiempo hasta elNietzsehe ySobre el humanismo.Lo que es ahora acentuado de manera nueva con el término tlebe-. 1V ignOr f es el hecho de que no sólo el hombre no es nunca sin el ser

sino también que el, ser nunca es sin el hombre. En un escrito de1955, Sobre el problema del ser,'' H e i d e g g e r d i r á q u e l a r e l a c i ón

(Bezug) entre el hombre y el ser ha de entenderse a la luz de otrode los significados de la palabra Bezug vinculado con el verbo bezie-

12 Identität und Differenz, op. cit., págs. 9-30.

13 lb id., pág. 24.

1 4I bf d. , pág. 25.

15 Zur Seinsfrage, publicado primero con el ti tulo Ueber "Die Linie",en el volumen Freundschaftl iche Begegnungen, en honor de E. Jünger,Frankfurt, 1955; y luego separadamente, ibid., 1956:

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hen, que significa "procurarse", adquirir algo de que se tiene nece-sidad. EI ser se relaciona con el hombre en cuanto tiene necesidadde éste para acontecer; y el acontecer no 'es un accidente o una pro-piedad del ser sino que es el ser mismo. Ni el hombre ni el ser pue-(len concebirse como "en si" que luego entren en relación;

-"Ilexinio;4emasindo_poco4el4e1,404404~Ctiitndk,

i b l e i l i t t P l s e r ' ,-d e ¡a t r i o s e a t i e t i re s e l fl-a l l i b i t i -

bre,y pasamos por alto as que este . , , entra l mism6- a constituir 'el ,' s e r ' T a m b i én d e l , h o m br e , d e ci m os

siempre,dgrnailado•poeo cuandó, diciendo, it,! ser!., ( n o e l

, , „ . . ,ser -d e l .,1 1O in br e) ; postulamos al horopo,P,OF;11f,MISTO

sólo en un segundo tiempo lo ponemos elikeli4,4s:COn, „ ,'el 's er ' . •- • Pero. tambilin, dechnós' demand

• ,,

,mos,el .s e r -0 1 11 9 n n el l P ,,,9 1 19 9 41 0( 1 04 . ,S o en nf y nos

k e P T 4 t s 119 1 5 1 0 1 11 11 3* * : cu laren

OnenTs,

ffige10074.4ge4tilí, l'fi g 4 n #1

;elit,c!,61.1- * X I e l' e4 ; en r eali 4j ,.»1 en la',g;OPcja. 401

hombre ,; está constitutivamenty;ámtenida la relacióncon lo que (precisamente en virtust ,t 4 r e h i C i ó n q u e

,es un relacionarse en el sentido de tener 'necesidad) esdeterminado Como ser, yi por consiguiente, esta despo-jado,de su pretendido• • • , , r *1 . 9 . 6 .

Y Vvi "

A : t ik ild$ ,de es te .# 1.1 :f 4o tt Pasare se entrevé que la eventualidad

del ser 741104114141:: e"'il u m i n a r l a s a p e r t u r as h i s t ó r ic a s e n q ue el

Dasein-y- l o t e nt e s ueden entrar en relación:- implica necesaria-

mente la eventualidad en el sentido de apropiarse el ser del hombreal entregársele a ék El ser, que ya no es pensado metaffsiearnentecomo presencia, debe entenderse como iluminación; dicha ilumina-ción acontece sólo en el hombre y por el hombre, quien empero nodispone de ella, porque más bien es la iluminación la que disponede él.

No vale la pena recordar que cuando se dice que el Ser ya nopuede concebirse metafísicamente no se entiende esta imposibili-dad como algo que incumbe sólo al pensamiento. Es el ser mismo elque, en la época de la metafísica, se da en la forma de la simplepresencia y del olvido y que hoy se da como evento. El evento no

16 Zur Seinsfrage, op. cit-, Pág. 27. 101

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indica ciertamente una esencia estable del ser válida pata cada unorespecto de sus modos históricos de determinarse.II E l s e r n u n c aes otra cosa que sumodo de darse histórico a los hombres de unadeterminada época,• q u i e n e s :e s t á n : d et e r m i n a do s p or e st e d ar se en

sit esencia. mistria. • entendida ..cbtrio 61 proyecto verlos: c o n s t i t u y e

.....

- . ....••- - -t s tatild efti 'hiStoriCidad' del Ser implica una

Serie s e e ü e n t e i t t 4 e supuestos rite hay' cine sefialar.6 i i y : fi,' d i S i ll o f é l ** * 0 01 i l i t i :o •

hdinbredel • deja r ofl d, l is . e " i e S i s , Heideggerillak'UnIt'etolleepeaSfiltine; en rigor de verdad, Yi no Permite aro-Mar 1411e'él.fkálith es siempre relación con el ser, Más bien el Daseinesta siempre lanzado en un incido hiatorico de aparecer el ser, peroeste modo, puesto tine no es una "propiedad" del 'sir sirio Ve esel Ser, 'se 'd e s i g n a c o n l o s t é r mi n o s que lo d efi ne n en •

las distintas 6064: ; ffi r r is k lágál., : it ik fntad y a h o r a e v e n t o R e s u l t a

claro '4iie!ateudiefidcit larefloll6n*VitiaayinetifisiCk, Heideggerya no puede Pensar é t.• ' • je-i ' L e n e l h n M d O , d o n s t i tu t i v o d el P i as e "' Si -

no en términos históricos No es U n a7C a S i t a i l i d a d e l h e c h o d e q u e ,

mientras en -S e r y t i e i r o de F s l i st a n t i vd-t i i i i t i do ' l le va : di ar tkulo de-

terminado por cuanto es el' correlativo permanente 40 Dasein, enlas obras posteriores nnind0 lleva el artículo indeterminado zor, 4eMódó que hasta ié- lo p O 4 r 0-p e n s A r . e n p l u r a l .1 8: s o y t i em P ó p o -

F, • ,

::!•7No,Se:puede representar el Ser como un concepto universal en el que

entren, los entes individuales: '.'se da ser sólo de vez en vez en los modosvidnaies di determinarse en destino hist6r.lco jOhiAsiF, 1094 ,h4n; l a g enér-

sustatiCialided, objetividad, Inbjetividad, voluntad, v o l ü n t a d d e p o d e -

río, voluntad de voluntadVdenti tat und Differenz, op. cit. pág. 58).

18 Falta todavía un análisis de esta gramática del termino "mundo" enlos varios escritos de Heidegger y hasta en el trabajo, por lo demás muy úti l ,de E. Schbfer, Die Sprache Heideggers, M ' Ungen, 1962. El empleo de Weltcon el ar ticulo indeterminado es notable sobre todo en el ensayo sobre elOrigen de la obra de arte y en la conferencia contemporánea sobre Halderliny la esencia de la poesía; seria interesante ver qué significa el hecho de queen los escritos más recientes, sobre todo en relación con el concepto deGeviert (cuadrado, del que hablaremos mis adelante), el término "m undo"pierde de nuevo en general el artículo indeterminado.

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día aún prestarse a una interpretación de tipo "trascendental": elmundo es la apertura constitutiva del Dasein, así como las formaskantianas a priori son las condiciones trascendentales de toda expe-riencia posible, o bien, si se acentuaba el concepto de Geworfenheitprecisamente en función antikantiaria„Al discursusle_aquella__obra/ladra tambiénIntenderse como, un puro_ y simple,reconocimiento

_ d e-l a-i n su p er a bl e-s i t-u a eK m-h i t tb r iC a7 d e= t cr d qp r oy e ct o co r no z te o rl ;- - - -7-

. zación de un pertenecer al mundo tan radical que arrebatara todasignificación a l a-t r a s c e n d en c i a . d e l D a s ei n r e s pe c t o . de L e nt e: : la mis-

ma esinietiza d ila temporalidad como "acontecer retornante'r.Seprestaba para, entender el Daseln como algo constituido por su CQ11•tinuo volver a caer en el mundo mas allá del cual procuraba proyec-tuse., Que la apertura del ser (esto es, el proyecto dentro del Cilalel. mundo se mis manifiesta) pos esté ya siempre dada puede -querer

decir que el hombre existe salo como 'esa apertura que, por canal-guiente, constituye sweseneia•perinanente (trascendentalismo), obien, quiere decir q ! ; e-l i , 4 P e i t i g a l i 9 c o n s t i t uy e u n a e s e nc i a P e rm a -

nente„deljlOrnbré: y e s ' s i e m p re a l go h i s t ór i c o, que n un ca d ep en de

empero, d e n os o tr o s y que s ign ifica senc il lamente nuestra imposibi:

lidad de trascender los límites dentro de los cuales estarnos de hechocolocados (existencialismo como filosofía del escaque).

En rigor de verdad estas dos tesis pueden hallarse en Ser ytiempo; pero precisamente el hecho de que estén allí les dos y queno se puedan aislar e llo que constituye la dinamica de todo el de-.sarrollo posterior. La .p o s i c i ó n " t r a s e e n de n t a r ' e s n e ga d a y e st a l i-

mitada por el reconocimiento de la Geworfenheit: pero semejantereconocimiento no puede implicar una lisa y llana reducción delproyecto a la circunstancia de que el Dasein pertenezca a un mun-do histórico, puesto Ilue la historia a su vez, como articulación depasado, presente y futuro, se bistorifica sólo partiendo de la tempo-ralidad originaria del Dasein mismo. El problema del origen del pro-yecto que es el Dasein no se resuelve ni negándolo en la interpreta-don trascendental ni refiriéndolo sencillamente a otros "proyectos"(afirmando así la total pertenencia del Dasein a su mundo).

El problema de la síntesis de estas dos perspectivas no es re-suelto en Ser y tiempo porque es el problema mismo frente al cualla obra se detuvo, 61 problema de la temporalidad del ser. Que elloes así está confirmado por el hecho de que los escritos posteriores,los cuales elaboran (a partir del descubrimiento de la metafísicacomo historia del ser) precisamente ese problema, replanteen y pro.

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pongan una solución tambia de aquel otro problema representadopor la idea de proyecto lanzado que realmente no quedaba resueltoen Ser y tiempo. La reflexión sobre la historia de la metafísica, de-sarrollada desde el punto de vistadei fin de la metafísica, nos mos-tró que el ser tiene una historia y que esta no es otra cosa que eleventualizarse histórico suyo en las varias aperturas, en los variosmodos en que dicha historia "determina" el modo de relacionarseel Dasein con el ente y consigo mismo. Su apertura, que coloca alhombre en su propio ald, constituy6ndo10 como proyecto, no essiempre igual, como sería una estructura supratemporal del hombreo del propio ser. Ella acontece "de vez en vez"; pero este acontecerentonces podrá hallarse de alguna manera y ser reconocido. La me-tafísica como descripción de la estructura permanente y necesariadel ser queda sustituida por la "historia" de la metafísica, por la re-flexión y el diálogo sobre las aperturas históricas y con las apertu-ras históricas en las que el ser se ha dado, aperturas en las que se hadeterminado el modo de relacionarse el hombre con el ente.

Precisamente porque estas aperturas no son lo trascendental(una especie de a priori constitutivo de la "razón" como esenciapermanente del hombre) sino que son históricas, el evento es unfleberiegnen, esto es una redpmca apropiación-expropiación dehombre y ser. El hombre encuentra siempre esas aperturas comodadas, por un lado; pero por Otro lado, tambien contribuye a deter-minarlas. Que el hombre pueda contribuir (y ahora se vera cómo) adeterminar la apertura del ser es posible por el hecho de que esaapertura no es una estructura trascendental sino que es un evento,aun en el sentido literal de hecho, de acontecimiento histórico. Lahistoria de la metafísica, cuyas lineas hemos trazado someramente,no es la simple historia de las decisiones arbitrarias de ciertos pensa-dores porque es historia del ser mismo-, así y todo los pensadoresindividuales no fueron simples espectadores, pues con sus decisio-nes la determinaron de alguna manera. La historicidad que —siguien-do el camino iniciado en'Ser y tiempo con el fin de concretar el yoen oposición al trascendentalismo de la misma fenomenología— sereconoció como propia del mismo ser implica que, en su existir his-tórico como proyecto, el hombre no está lanzado en el sentido dedepender total y absolutamente del ser, sino que, mientras el serdispone de el, el propio hombre dispone a su vez del ser.

Como dijimos, esta noción del ser corno evento de apropia-ción-expropiación es el resultado de un proceso de radicalización104

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de la temporalidad e historicidad del Dasein, proceso ya iniciado enSer y tiempo. Pero ese resultado no supone sólo los pasos examina-dos hasta aquí, esto es, la analítica existencial y la reflexión sobrela metafísica como historia del ser sino tambien otro importanteelemento que define de manera determinante las implicaciones yZas consecuencias. Pensar el ser como Ereignis y como Uebereignenpresupone en realidad que sea discernible en la existencia delDasein un modo de ser en el que el Dasein no se limite a "estar den-tro" de una determinada apertura ya abierta, sino que participe dealgtIn modo en el abrirse de ella. Como se recordará, Ser y tiempooponía a la existencia inautentica, en la que el Dasein se encuentraante todo y por lo comfm, una existencia autentica fundada en ladecisión anticipante de Ia muerte; pero continuaba siendo ciertoque, para aquella obra, la autenticidad no constituía una verdaderaalternativa de la inautenticidad, sino que más bien era un "mododiferente de percibir" la inautenticidad misma '.19' E l h e c h o d e q u e

en Ser y tiempo y en los escritos inmediatamente p6steriores el serse de al Dasein sólo como nada, con el correlativo carácter centralde sentimientos como Ira angustia, indica que tampoco la autentici-

, dad, pot lo menos como se la concibe en esas obras, es una relaciónrealmente positiva con el ser; se la ve sólo como una mora del ca-rácter perentorio y válido del mundo. del ente, como "diferencia"que sin embargo sólo se define por su irreductible diversidad res-pecto del ente como -tal. El concepto de historicidad del ser exigeen cambio que sea posible indicar un modo de ser de! Dasein queno consista tan sólo en articular interpretativamente una aperturaya abierta; si la apertura del ser, la verdad ontológica, el proyectoes un'acontecimiento histórico es menester que dicho acontecimien-to se verifique de alón modo en esos hechos que constituyen lahistoria, es decir, las decisiones y las acciones del hombre.

Heidegger encuentra el punto de referencia para descubriruna activiltad del hombre que es no sólo 6ntica (interior al mundodel ente) sino tambien ontológica (determinante, es decir, la aper-tura misma en la cual se presenta el ente) en la obra de arte. Al pro.blema de la ,o b r a d e a r t e e s tá d e di c ad o un e ns ay o (El origen dela

19 Essere e tempo, traducción citada, pág. 284.

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obrade,arte)" que, por ,stusituael6ncTonoh5gica, aunque no sólopor • eso, ocupa una posición -central en el desarrollo7cdepensamien-

lit011ieldeggerlano — f -,i 1 = i 1 e e t o -o ó l p -a t e n d i e r i a o - a,l o s -r e s n i t a d o s -d e - e se - -- -

ensayo se hace posible llegar al concepto de evento y, por consi-guiente, a una determinación "positiva" del ser no metafísica.

Para concebir apropiadamente la obra de arte, Heidegger seve obligado a llevar a cabo Una revisión del concepto de instrumen-to que, como se sabe, constituye ei concepto clave utilizado en Sery tiempo para definir el modo de ser de las cosas, es decir, de losentes diferentes del hombre. Pero una revisión del concepto de ins-trumento s ig n ifica t a m b i dn u n a r e v is i ó n de la n oc ió n misma de

mundo vinculada con aqudl; y más en general significa asumir unpunto de vista que ya no es el de la existencia inaut6ntica, la cualconstituía la base de que partía la analítica existencial para determi-nar las estructuras del Dasein y la relación de 6ste con el ser. Si en-contramos (como encontraremos en la obra de arte) un comporta-miento del hombre que no sea de-yecto (como la inautenticidad dela existencia cotidiana) y que no sea tampoco una pura toma deconciencia de esa "caída", de esa condición de-yecta (como es,para Ser y tiempo, la autenticidad), eso significará que el modo deser primordial y común del Dasein ya no se podrá definir única-mente atendiendo a la inautenticidad; de aquí se seguirá una seriede consecuencias hasta en el modo de concebir el sentido del ser,que, en definitiva, ya no se presentará sólo como la nada del ente,sino más bien, positivamente, como evento.

El concepto con el que Ser y tiempo definía el ser de lascosas intramundanas era el concepto de instrumento. Pero si inten-tamos aplicar este concepto a la obra de arte nos damos cuenta deque resulta insuficiente. O mejor dicho: entre los varios conceptosde cosa que la tradición pone a nuestra disposición, el concepto deinstrumento se nos revela como el menos adecuado, pero sólo por-que implica una concepción de la cosa corno combinación de mate-ria y forma. Como tal, el instrumento implica, por una parte, unadisposición que el hombre le impone con miras a sus propios fines

213 "Der Urspung des Kusnstwerkes", conferencia dada en Friburgo ennoviembre de 1935 y repetida en Zurich en enero de 1936; el texto publicadoluego en Sentieri interrottf (traducción italiana citada, págs. 3-69) es el texto.mis amplio de las tres conferencias con el mismo título dadas en Frankfurten noviembre diciembre de 1936.

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(la forma); por ,otra parte,. una 'consistencia -a u t ó n o m a , l a-m a t e r i a ,

IrLque_precisamente-se-le-impone- la -forma-Con u r te r p r s t a

clon deTconcepto, di, i n s t r u m en t o ,c o m o t é r mi n o m ed i o e nt re c os a

(el consistir :a u t ó n om o d e l e n te a t e st i g ua d o por la m at er ia , que re-

sulta un concepto bastante problemático a la luz de Ser y tiempo),y obra (producto del hombre), se va ya mucho más allá de Ser ytiempo. El pertenecer a un mundo como estar determinado por unafunción y, en consecuencia, por cierto significado, no As ya el únicoelemento constitutivo del ser de la cosa o por lo menos no de ciertotipo de cosas como las obras de arte. e fe c to, la obra de arte está,caracterizada para Heidegger por el hecho de ser "irreductible" aImundo, carácter que los instrumentos no tienen: el hecho de que elinstrumento, por lo menos mientras funciona bien, no atraiga laatención sobre sf es signo de que se resuelve todo en el uso, en elcontexto del mundo al cual pertenece, pues, radicalmente. En cam-bio, la obra de arte se caracteriza precisamente, allnen la experien-cia estética más común, por el hecho de imponerse como digna deatención en cuanto tal. Que la obra de arte no se resuelve, como elinstrumento, en el mundo al cual pertenece, es algo que está confir-mado por la experiencia que continuamente tenemos del deleiteque nos producen las obras de arte, aun del pasado más remoto. Sila obra fuera un instrumento, su comprensión estaría vinculadacon la posibilidad de reconstruir el mundo en ,e1 que nació;sabemos sólo lo que la obra misma nos dice de él. Verdad es que lle-gar a la obra implica siempre ponerse en relación con un mundo.Sin embargo, como ese mundo no puede ser el mundo históricooriginario de la obra de arte' (ya que de hecho en general no lo es,aunque la obra se pueda entender lo mismo), deberemos admitirque la obra de arte lleva consigo su propio inundo, mundo que ellamisma funda e instituye, de manera que para ser comprendida nonecesita ser colocada históricamente en un mundo ambiente. Laobra de arte no expresa ni atestigua un mundo constituido fuera deella o independientemente de ella, sino que se trata de un mundoque ella misma abre y funda.

Esta tesis, a primera vista paradójica, se puede comprender sise tiene en cuenta, por un lado, que la idea de novedad radical de laobra de arte respecto de! mundo existente penetra en varias formastoda la hisforia de la estética, sobre todo la moderna. El ejemplomás evidente es el de !a idea kantiana de genio: el genio artístico,

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dice Kant, no puede explicar conceptualmente su-modo de operaral producir la obra de arte; a travds de 61, es la naturaleza misma laque- d a-t i- reg alarte, lo cual quiere tl-ecir precisamente que la

obra de arteno puede e r referida (en virtud de una concatenaciónracional que la expliqtte) alas -e s t r u c t u r a s d e l m u n d o-e x i s t e n t e ; e n

este sentido, la. obra u n a novedad radical. Por,otro lado, 'aún laexperiencia est6tiOa cottuirireneuentra siempre la obra de arte, noCan» t i n-i b j e-t O7! !-A t i e • -S fi t ie d a.c o 1o d ar en i el mundo junto a los

otros objetos, "sino, a n t e s b i e n c o mo u na 'p e r s pe c t i va g en e ra l del

Mundo::qtie e n t ra : e n,d id lO g o c o n n u e s t r a p e r s p ec t i v a y q ue n os o bl i -

ga a fnodiflearla-,0' p o r l o m e n os a p r o f un d i z ar l a . En t o do : es t o,

'grosso Modo, piensa Heidegger cuando habla de la obra de arte :co-mo fundación de Un mundo. La obra de Arte no s e-p u e d e s i t u a r e nel mundo :sino, q u e e l l a !m i s ma a br e un m un do p or qu e r ep re se nt a

una especie de "proyecto!' sobre la totalidad del ente y en este sen-tido es novedad radical. Por eso se la puede definir como "puestapor obra de la verdad".22 La obra es apertura de la verdad, ami en un sentido mis pro-fundo y radical: no sólo abre e ilumina un mundo al proponersecomo un nuevo modo de ordenar la totalidad del ente, sino que ,además, el abrir e iluminar, hace que se haga presente ese otro as-pecto constitutivo de toda apertura de la verdad que la metafísicaolvida, es decir, la oscuridad y el ocultamiento de que procede todarevelación. En la obra de arte esta realizada la verdad no sólo comorevelación y apertura, sino tambidn como oscuridad y ocultamiento..Esto es lo que Heidegger llama conflicto de mundo y tierra en laobra.23 Ya vimos que la obra de arte se distingue del instrumentoporque, a diferencia de dste, atrae la atención sobre sf, no se resuel-ve en el uso ni con referencia al mundo. Ahora bien, este atraer laatención, este imponerse permanente de la obra en su presencia fí-sica, no se explica sólo por el hecho de que la obra abre un mundoy ofrece así una totalidad comprensible de significaciones, una

21 Véase I. Kant, Ofti ca del giudizio, traducción italiana de A. Gargiu-lo, rev. por V. Verra, Bari, 1970, párrafo 46.

22 Sentieri interrotti , trad. cit., pág. 21 y siguientes. Sobre una ilustra-ción m i s amplia de este concepto, véase G. Vattimo, Poesta e ontología,Milán, 1967.

23 Véase Sentiert interroti, traducción citada, pág. 29 y siguientes.

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perspectiva nueva, y e x p l í c i ta s o b re l a t o t al i d ad del e nt e, sino que

se explica además por el hecho de que, junto con este aspecto declaridad y de significaciÓri explícita, l a o b r a s e p r e s e n t a t a n i b i 6 i i

como :u n a . u l te r io r , re se rv a de S ig te lC aC i6 nq S, que aún-han de descu-

brirse. Sólo porque la obra no se puede penetrar nunca completa-mente en todo su significado (y nosotros aún dándole una interpre-tación tenemos: c o n c i e nc i a , d e e s te c a rá c te r suyo fzle p er ma ne nt e

reserva), ,s ó l o p o r :e s o: l k c on d ic i ón , f ís ica de -la obra da arte (el :cpa

droj,lkeSap.wlas.palabras o los sonidos en la poesía :y Ola música)nunca -es superflua, sino que, antes bien, es objeto de una especiede culto (que degenera en: e l c o m e r c i o d e l a s o b r as d e a r t e). Si l la -

mamos Welt, mundo, a lo que declara explícitamente la obra en lasvarias interpretaciones, la tierra (Erde) en Ja obra será su permanen-te reserva de significaciones que ulteriormente (pero nunca definiti-vamente) siempre podrán hacerse explícitas. La obra, dice Heideg-ger, expone (manifiesta) un mundo y al propio tiempo p r o•d u c e(propone, • antepone) la' -tierra y Ia presenta precisamentecomoaquello que se retrae y se cierra, esto es, como reserva." La exis-tencia misma de la obra como obra está toda ella en el conflicto deestas dos dimensiones; hasta la forma, que tradicionalmente indicael carácter de clara definición de la obra, su visibilidad (en el senti-do griego de idea), se interpreta aquí como el hecho de que la obraestá situada en la "brecha" de este conflicto entre mundo y tierra.25 A travds de este análisis, la obra de arte es como una "cosa"qué no se limita a pertencer a una apertura del mundo, sino queabre e instituye esa apertura misma: la obra no sólo produce uncambio interior al mundo, sino que además modifica la aperturamisma, produce un "cambio del ser" .26 L a o b r a e s p o r c i e r t o p r o -

ducto del hombre, pero al propio tiempo es algo más que eso, yaque el propio artista, lejos de producir arbitrariamente la obra, estásituado con ella y por ella en su apertura histórica. Esto es lo queHeidegger adelanta en los primeros renglones de su ensayo:

"Según el modo común de ver las cosas, la obra nace de• l a actividad y en virtud de la actividad del artista. Pero,

24 Ibtd., pág. 31 y siguientes.Ibed., pág. 48.

26 !bid., pig_ 56.

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Len virtud de qud ,y a partir de qud el 'artista es lo quees? En virtud de'Sii.obra. Que una obra haga honor a unartista significatwefecto: sólo la obra hace del artistaun maestro.4eFirte'.'El-artista es el origen de-la obra yla obra es el d e r artista".27 - •Anúnciase a4uíios catieteres propios del Uebereignen. Que

Heidegger st :PrOPongatto tanto un tratamiento "estético" comoun •discurso - titW*énératsobri'la relación dé hombre 'sf'iser que-da confirtiader ;Por •e l 'h e c h o d e q u e , l l e g ad o a c i er t o p un to del

ensayoi,7'Heideggiit ie refiere tarlibién a otros modos de darse la ver-dad enti:::aCtiVidadvdel hombre:

' " t i n modo esencial en que la verdad se instituye en elente abierto por ella misma es la puesta por -obra de laverdad. Otro modo en que la verdad está presente es laacción que funda un estado. Otro modo aun en que laverdad se manifiesta a la luz es la proximidad de aque-llo que no es simplemente un ente, sino que es el másacabado de los entes. Otro modo en que la verdad seencuentra es el sacrificio esencial.. Otro modo aun onque la verdad acontece es la interrogación del pensa-miento que, como pensamiento del ser, lo nombra ensu dignidad de problema."2'Heidegger no reanudará ya explícitamente este discurso sobre

el alcance ontológico de otras actividades del hombre, además de ladel arte, salvo en lo que se refiere al pensamiento en su proximidada la poesta.293. Evento y Lenguaje

Si el análisis de la obra de arte lleva pues a Heidegger a ver elacontecimiento concreto de la apertura histórica del ser en un ha-cer del hombre y sobre esta base se hace posible la concepción del

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27 Ibid., pág. 3.

28 'bid., pág. 46.

29 Véase Unterwegs zur Sprache, op. cit., pig. 202 y passim.

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evento como Efebereignen (recíproca apropiación-expropiación dehombre y ser); el mismo ensayo sobre el origen de la obra de arte yla conferencia sobre Ildiderlin y la esencia de la poesfa, que es con-temporá'nea de aqudl," contienen tarritddri Otro elemento decisivoque sirve para definir más precisamente la noción- d e e v e n t o y p a r adiscernir sus implicaciones. En efecto, 'el ensayo sobre la obra de ar-te no se limita a definir la obra como puesta por obra de la verdady como apertma de un mundo, sino que tambidn indica que en lapoesía (Dichtuni) está la esencia de todas las artes. "Todo • arte,como advenimiento de la verdad, es en su esencia mistna poesia.7',31Tambidn en este caso, Heidegger llega al concepto de poesía comoesencia de las artes guiado por la palabra: la obra, como -puesta-porobra de la verdad, y, por lo tanto, como apertura del erite'en,sii t o -talidad, no proviene del ente sino que proviene de la fiada del ente;la obra es novedad radical, es decir, creación. Crear, inventar, imagi-nar, excogitar etuno de los significados del verbo alemán dichten,del. cual deriva la palabra Dichtung, poesía. Dichtung es pues antetódó creación, institución de algo nuevo : "La-verdad como ilumina;ción y ocultamiento del ente se da en cuanto es gedichtet, expresa-da como poesía".32 Pero la poesía así concebida, como esencia inventiva de todaslas artes, ¿tiene algo que ver con la poesía como arte de la palabra?Para Heidegger, el hecho de que Dichtung designe ante todo la poe-sía como arte específica de la palabra no es casual, sino que alude auna conexión profunda. Lo cierto es que "la obra de arte linguisti-ca, la poesía en et sentido estricto del tdrmino, tiene una posiciónpeculiar en el conjunto de las artes"." Esto significa, como lo atla-ra tambidn la conferencia sobre Hólderlin, que la novedad radicaldel arte puede darse sólo o principalmente en la palabra. Ya en Sery tiempo, como se recordará, el lenguaje ocupaba una posición pe.

Heliderlin und das Wesen de Dichtung, conferencia dada en Roma el2 de abr i l de 1936; luego incluida en v a Eriduterungen z u HaderlinsDichtung, Frankftir t, 1944; 2a. ed. aumentada, ibid., 1951. Sobre la significa-•ción de H61derlin en la meditación heideggeriana, vase O. Póggelet, DerDenkweg M. Heideggers, op. cit., pág. 215 y siguientes.

31 Senilen i interroti, trad. citada, op. cit. pig. 56-

32 p i g . 56.

33 fide!. , pág. 57.

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cufiar por cuanto, como signo, hacia manifiesta la estructura onto-lógica misma de la mundanidal Ahora el lenguaje aparece como elmodo mismo de abrirse la apertura de] ser. En el mismo año en quenacía el ensayo sobre la obra de arte, la Introducción a la metaft'si-ca se proponía reconstruir la historia más remota (por lo menos enla cultura europea) de la palabra ser afirmando explícitamente queesa historia no es la historia de una simple palabra sino que deter-mina y define el horizonte de la existencia histórica del hombre ensus relaciones con el ente.

No resulta dificil ver que esta concepción del lenguaje, enten-dido como lugar del abrirse del ser, empalma con aquella concep-ción del ser entendido como luz, que vimos implícita en Ser y tiem-po y en todas las obras posteriores. Los entes son en la medida enque se sitúan en el proyecto que es el, Dasein mismo. Pero el pro-yecto, que ahora se manifiesta no como una constitución trascen-dental de la esencia hombre, ¿,cómo se define, cómo está concreta-mente consthuido ? Resulta claro que Heidegger no lo concibe pri-mordialmente como un modo de determinación de la sensibilidad,como algo delineado originariamente en el nivel de la percepción;aun el modo en que percibimos físicamente las cosas esta condicio-nado por algo m-ás profundo, por esa precomprensión del ser que seda, ante todo (aunque no exclusivamente), en el pensamiento. Aho-ra bien, esta precomprension se concreta de hecho en un lenguaje,en un mundo de palabras y de reglas gramaticales y sintácticas. Elproyecto dentro del cual las cosas cobran ser es pues un hecho lin-güístico: "Donde no hay lenguaje, no hay apertura del ente... Ellenguaje, a] nombrar el ente, por primera vez lo hace llegar a la pa-labra y a la aparici6n". 34

Puesto que la apertura del mundo se da ante todo y funda-mentalmente en el lenguaje, es en el lenguaje donde se verifica todaverdadera innovación ontológica, todo cambio del ser: "el lenguajemismo es poesía en un sentido esencial". E s t o significa tambiénque el lenguaje es poesía (creación, apertura, innovación ontológi-ca) sólo en su sentido esencial: no todo hablar es creación, puestoque por to común el hablar ha declinado a mero instrumento decomunicación que se limita a articular y a desarrollar desde el inte-

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34 !bid_

35 ! b i d , pág. 58.

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nor la apertura ya abierta. Pero en el lenguaje esencial se instituyenlos mundos históricos en los que el Dasein y el ente se relacionanentre sí en los varios modos de 3a presencia humana en el mundo(conocimiento, acción): la poesía es así "el fondo que rige la histo-ria", como dice Heidegger en su conferencia sobre Hólderlin.36 De manera que el lenguaje es la sede, el lugar en que aconteceel ser como abrirse de las aperturas históricas en las que está lanza-do el Dasein, y Heidegger concibe la estructura del Ereignis según elmodelo de la relación del hombre con el lenguaje. Por un lado, co-mo se dice también en la conferencia sobre H61derhn, es el lenguajeel "que rige nuestro Dasein"; nosotros dependemos de él: "El len-guaje no es un instrumento que esté a nuestra disposición, sino quees ese evento que dispone de la suprema posibilidad del ser delhombre"' 1 Pero, por Otra parte, precisamente el mismo escritotoma de Hbiderlin la caracterización del hombre como un Gesprach,como un diálogo.38 L a p a l a b ra q u e ' !n o m br a a l os d i os e s" es s iem -

pre respuesta al llamado de los dioses.39 Esta estructura dialogurstica del habla humana adquirirá cadavez mayor relieve en los escritos posteriores, sobre todo en los ensa-yos reunidos en el volumen En camino hacia el lenguale:w q u e e ssin duda la más significativa y característica de las obras recientesde Heidegger. En ella, Heidegger desarrolla ampliamente las impli-caciones del nexo lenguaje-evento. La tesis, ya enunciada en Sobreel humanismo, de que el lenguaje es "la casa del ser"41 q u e d a a c l a -rada ed el sentido de que "el lenguaje es la custodia de la presenciatesto es, del ser de las cosas como darse en la presencia], el modode darse el evento" .49• , i ) t i e t i e n e d e c o mú n e l l e n gu a j e con la es-

tructura de apropiación-expropiación del evento? El lenguaje es

36 Ertalderungen.zu Höiderlins Dichtung, Frankfurt, 0 6 33, p á g . 3 9 .37 ' bid., pág. 35.

38 Ibid., pág. 36.38 Ibi d.

, p ág . 37.

40 Unterwegs zur Sprache, op. ci t., que mine escritos compuestos en-tre 1950 y 1959.

41 Ueber den Humanismus, op. cit., pág. 5,

42 Unterwegs zur Sprache, op. ci t., pig. 267.

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esencialmente algo de que disponemos y que sin embargo, en otravertiente, dispone de nosotros, nos es entregado en cuanto lo habla-mos, pero se apropia de nosotros en cuanto, con sus estructuras,delimita desde el comienzo el campo de nuestra posible experienciadel mundo. Sólo en el lenguaje las cosas se nos pueden manifestar ysólo en el modo en que el lenguaje las hace aparecer. "Es la palabralo que procura el ser a la cosa"." Esto significa que todo hablarconcreto presupone que el lenguaje haya ya abierto el mundo y quetambien a nosotros nos haya colocado en di. Toda problematiza-ción del lenguaje (y con mayor razón todo uso concreto, ontico,del lenguaje) presupone que éste nos haya ya hablado." El lengua-je es ante todo, y más originariamente que una facultad de la quedisponemos, un "dirigirse a nosotros" (Zuspruch) sin el cual no po-dríamos hablar." Si esto significa que el habla es ante todo y fun-damentalmente un escuchar, no quiere decir, sin embargo, que elhombre sea un oyente pasivo; el lenguaje no es accidentalmenteZuspruch; en ese dirigirse a nosotros consiste su esencia misma. Ellenguaje "tiene necesidad del habla humana y no es empero puroproducto de nuestra actividad lingufstica"." El lenguaje es anun-cio, llamado, mensaje y usa al hombre como pertinente "menza-ierc,-.47

Este modo de precisar el concepto de evento con referenciaal lenguaje no representa sólo una ilustración de ese concepto; envirtud de dicha ilustración se hace inequívocamente claro que ha-blar de historia del ser no significa limitar o excluir la iniciativa delhombre. Alin cuando Heidegger dice que "el lenguaje es monOlogo,esto es, que es sólo et lenguaje el que habla y habla él solo ", 4-8 estono puede entenderse en el sentido de que el hombre no sea actor ysea mero espectador de la historia. Si bien esta interpretación equí-voca puede surgir cuando se habla de historia del ser porque el ser

114

43 lbfd., pág. 164.

44 Véase ibid.,pig. 175.45 V é a s e

/b i d . , p á gs . 1 80 -1 .

46 I b a , pág. 256.

47 véase Hi ta, pág. 155,

48 "bid., pág. 265.

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tiende a concebirse todavía metafísicamente como "objeto" contra-puesto al "sujeto", decir que el evento del ser se da en el lenguajehace imposible pensar su historia en los tdrminos de semejante"objetividad". El lenguaje no se da sino en el habla del Dasein; ysin embargo es cierto que ese hablar encuentra ya d efin i d a s s u s p o -sibilidades y sus contornos en el leriguaje mismo, aunque no comouna estructura rígida que lo constriña, sino como un llamado alcual responde. Ala luz del carácter lingüístico que corresponde a laapertura de la verdad, el evento del ser se manifiesta como unidadde llamado y respuesta.

"La presencia [el ser de las cosas] es, como presencia,un presentarse de vez en vez al ser del hombre, en cuan-to es un llamado [Geheiss ••= orden] que de vez en vez sedirige al hombre. El ser del hombre es, como tal, oyen-te porque está sometido al llamado que lo llama, a lapresencia. Esto siempre identico, esta copertenencia[Zusammengehören] de llamada y escuha, ¿será pues'el ser'?" 49

Este texto resume de algún modo todo el itinerario que reco-rrió Heidegger despuds de Ser y tiempo: el estado-de-yecto se hareconocido como un ser siempre respuesta a un llamado; y este lla-mado es tal en un sentido literal, por cuanto es un hecho del len-guaje. El lenguaje es la sede del evento del ser.

4. La hermenéutica como pensamiento del ser

Si el llamado al que responde el Dasein es siempre ("de vezen vez") histórico, Je podrá decir que la relación con el ser se re-suelve en la relación con ese lenguaje que, históricamente, nos en .contramos poseyendo y por el cual somos "poseídos" (de confor-midad con la estructura del evento), esto es, al pertenecer al inundohistórico-cultural en el que ya estamos lanzados? En el pasaje quecitamos poco antes, además de acentuarse ese "de vez en vez", hayotra expresión en la cual (y esto ocurre en varios Otros escritos re-cientes) Heidegger se detiene; se trata del concepto de lo id6ntico,lo mismo, das Selbe Que los dos aspectos, la historicidad concreta

49 Zur Seinsfmge, op. cit., pág. 28.

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del llamado y la identidad, estén relacionados precisamente en elmismo período es una indicación importante para descartar queHeidegger piense la relación con el ser como puro y simple hechode pertenecer históricamente a una época (lo cual seria una posi-ción de historicismo integral), o bien lo contrario, como una rela-ción con algo que está "más allá" de la historia y permanece idénti-co en las vicisitudes de variación de ésta. El Selbe

"es algo común que recorre todo el destino del ser des-de el principio al fin. Sin embargo, resulta difícil decircómo ese carácter común haya de concebirse ya que noes una generalidad que valga en todos los casos, ni unaley que establezca la necesidad de un proceso en el sen-,tido dialéctico del término"."

El Selbe no es lo que llama y que, en las varias formas históri-cas de su llamar, nos habla; el Selbe es antes bien la unidad de lla-mado y respuesta, lo cual excluye la concepción metafísica, que love como generalidad o ley dialéctica necesaria, y la concepción his-toricista que identifica el llamado con la historia, con el lenguajehistórico que nos, encontramos hablando; éste, a su vez, no es otracosa que la respuesta que otra humanidad histórica dio al llamadoque le estaba dirigido. Es pues cierto que la existencia histórica essiempre respuesta a un llamado que de hecho se concreta en lo queel pasado nos transmite; la palabra a la que nosotros al hablar res-pondemos es la palabra del pasado. Pero este diálogo es posible gra-cias a un diálogo mis profundo, que es aquel en el que toda huma-nidad histórica responde a un llamado que no es histórico, porque,antes bien, es él mismo el que hace posible toda historia. El diálogoque funda la historia, que somos nosotros mismos, según las pala-bras de Hdlderlin, no es un diálogo con el ser entendido como lla-mado; es más bien el mismo darse del ser como unidad de llamadoy respuesta.

Entre los problemas que esta concepción heideggeriana de loidéntico plantea al intérprete ( y en primerlugar al propio Heideg-ger), mis claras se manifiestan algunas implicacicines que la nociónde evento del ser (como evento lingüístico que se da en la ,unidadde llamado y respuesta) tiene en lo tocante al significado mismo del

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Identiti ft und Differenz, op. cit., pig, 60.

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pensamiento (en el sentido en que éste implica también cierto pro-yecto del sentido del ser). Una vez puesto de manifiesto que el even-to del ser acontece en primer lugar y fundamentalmente en eilen-guaje, el pensamiento que quiera salir de la metafísica deberá colo-car el lenguaje en el centro de su atención; ya no podrá considerar-lo, como ocurre en la metafísica, un instrumento para comunicaro para manipular el ente ya abierto en la simple p r e-s e n c i a , s i n o q u edeberá reconocer que es el lenguaje lo que "procura el ser a la cosa".El pensamiento ya no será un ir a las cosas mismas mediante el len-guaje entendido como instrumento; a las cosas mismas se llegará,según el lema fenomenológico, sólo en el lenguaje y reflexionandosobre el lenguaje. En camino hacia el lenguaje, el título que, comodijimos, Heidegger dio a una colección de sus escritos recientes so-bre este tema, puede servir como guía para definir la fase en que haculminado hasta ahora su filosofía. La reflexión sobre el lenguajeno es una reflexión sobre la relación de lenguaje y realidad, ni sobrela propiedad o impropiedad del lenguaje para describir las cosas, nies una reflexión sobre un "aspecto" del Dasein del hombre. Aten-diendo a las premisas que hemos visto hasta ahora, dicha reflexiónes la forma eminente de la experiencia de la realidad misma. Si esen el lenguaje donde se abre la apertura del mundo, si es el lenguajelo que da el ser a las cosas, el verdadero modo de ir "a las cosas mis-mas" será ir a la palabra. Esto ha de entenderse en su sentido másliteral: las cosas no son fundamentalmente cosas por estar presentesen el "mundo exterior", sino que lo son en la palabra que las nom-bra originariamente y las hace accesibles hasta en la presencia tern-'poroespacial.

Es éste el sentido del nada fácil concepto heideggeriano deGeviert. elaborado precisamente en un ensayo sobre la .n o c i ó n d e

51'cosa y desarrollado en los escirtos sobre el lenguaje. El términoGeviert se puede traducir como "cuadrado" o "cuadratura". Aten-diendo a este concepto, el ser cosa de la cosa no es ni la simple pre-sencia de que habla la metafísica, ni tampoco la instrumentalidadteorizada en Ser y tiempo, que partía del modo inauténtico delexistir cotidiano. Desde el punto de vista alcanzado ahora, aun lainstrumentalidad, basándose en la cual Ser y tiempo definía el ser

51 Das Ding, en el volumen Vottr tike und Aufsdtze, op. cit. pkgs. /63-185 ( es el texto de una conferencia de 1950).

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de las cosas, es sólo el comienzo de un discurso que debe conduciral descubrimiento del autentico modo de ser de las cosas, esto es,al descubrimiento de su modo de darse en un mundo que ya noestá dominado por la metafísica. El ser de las cosas ya no es lainstrumentalidad de estas; "las cosas hacen morar junto a sí la cua-dratura de los cuatro. Ese hacer morar recolectante es el ser cosasde las cosas".52 L o s " c u a tr o " q ue c o ns t i tu y en la c ua dr a tu ra son,

como dice Heidegger en un lenguaje que debe ciertamente a su fa-miliaridad con 116Iderlin, la tierra y el cielo, mortales y divinos. Es-tas palabras poeticas se sustraen a una clarificación cabal y concep-tual; pero el hecho de que sean palabras poeticas ahora ya no puedesignificar-un m e no r p es o t e ór i co , ya que es en la poesía donde se da

la verdad „„en su sentido más radical. Considerando otra página deHeidegger,14 l o s c u a tr o s e p ue de n e nt en de r como " di re cc io ne s" o

puntos cardinales. No son entes intramunclanos, sino que, antesbien, son dimensiones de la apertura del mundo en que están losentes intramundanos.

Que se trata de dimensiones (no como medidas, sino comodirecciones constitutivas en las cuales el mundo se extiende) quedaconfirmado por la propuesta, que formula Heidegger en el ensayo.Sobre el problema del ser, de escribir la palabra ser, Sein, cubiertapor una tachadura en forma de cruz, a s í : . La tachadura debeindicar no sólo que el ser del que estamos hablando no es el ser dela metafísica, sino, sobre todo, debe subrayar el hecho de que el ser

es el evento que se abre en las cuatro direcciones del Geviert.Pero, ¿que significa, más precisamente, que el ser de las cosasse resuelve en su recolectante hacer morar junto a sí a los cuatro dela cuadratura? Ya hemos indicado que ese ser no puede identificar-se con un modo de darse las cosas en la presencia tempomespacial.Si están dadas en la presencia temporoespacial, las cosas correspon-den siempre a una apertura, son interiores a ella y tienen un signifi-cado, es decir, ser, sólo con referencia a las otras cosas; son, en su-ma, instrumentos_ Sólo la obra de arte, según vimos, no se limita aarticular una apertura ya abierta, sino que funda la apertura y eneste fundas hace que se haga presente no sólo la verdad como mun-

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52 Unterwegs zur Sprache, op. cit., pig. 22.

53 Véase I b a , pág. 215.

54 WaseZur Seinsfrage, op. cit., pág. 31.

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do, sino también la no verdad, la reserva oscura, la tierra. Pero laobra de arte se reveló en su esencia como poesía. No es pues casualque el concepto de Geviert se formule en términos "poéticos". Lascosas son cosas, en el sentido del recoteetante hacer morar, sólo enel lenguaje, el cual es esencialmente poesía. En este sentido ha deentenderse la afirmación según la cual es la palabra lo que be-dingt,"hace cosa", a la cosa (Ding)."' No sólo el darse de la cosa comosimple presencia es un modo de ser derivado, vinculado con unamentalidad objetivante que a su vez es sólo un modo histórico dedeterminarse la "instrumentalización" que el Dasein siempre lleva acabo frente a las cosas; sino que tampoco la instrurnentalidad es elverdadero modo de ser de las cosas; éstas se dan como instrumentossólo en la esfera de la existencia inauténtica y de la condición, •"caída" de la época metafísica. Simple presencia e instrumentali-dad son, pues, sólo modos de ser derivados y "de-yectos" de la cosa.Esto se manifiesta ante todo en la imposibilidad de pensar sobre es-tas bases el ser cosa de la obra de arte y, en virtud de la reflexiónsobre el carácter lingüístico de la apertura del ser, esa imposibilidadse extiende a todo tipo de entes intramundanos_ La cosa es realmen-te cosa sólo en cuanto "hace morar junto a sf" tierra y cielo, mor-tales y divinos; pero la cosa lo hace así no en cuanto presencia tern-paroespaciat, sino que lo hace en la palabra poética. De manera queni siquiera el "hacer morar" ha de entenderse con referencia a lasimple presencia, como un "evocar" O un "hacer venir a la mente"psicológico; mis bien, si se quiere un ejemplo positivo de este mo-do de ser de la cosa en la palabra, habría que pensar en el gusto hei-deggeriano por la etimología, que es justamente una manera de re-montarse (a través de las vicisitudes y las conexiones de las palabras)a esas dimensiones auténticas, ontológicas de la cosa nombrada. Elsentido de esta doctrina heideggeriani, tal como se ha enunciadohasta ahora, puede resumirse del modo siguiente: el ser de las cosasno es ni su simple presencia temporoespacial, ni su instrumentali-dad ; antes bien, al reflexionar precisamente sobre la instrumentali-dad y sus límites nos vemos llevados a reconocer que las cosas soncimas sólo en cuanto, independientemente de articular desde el in-terior una apertura histórica ya abierta, intervienen de algún modopara determinarla y fundarla. Pero, como lo muestra el descubri-miento del conflicto entre mundo y tierra, conflicto constitutivo

55 Véase Unterwegs' zur Sprache, op. cit., pág. 232.

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de la obra de arte, las cosas pueden abrir y fundar la apertura t'elmundo en cuanto, hacen que_se-haga presente no sólo et ente intra-Lmundanci,. Sino tamb n e s conStitutivas-del-evento- delser (eso .q u e el e r i sa y t• O br e. ; el or igen de' la obrade 'arte llamaba la

tierra); es •deeir, en Cuanto-se d a n e n l a p r o x i m i da d d e l s e r m i s mo ,

corno lo que funda y abre toda apertura histórica y corno lo que nose reduce a ,t a l e s a p e r tu r a s . A ho r a b ie n, las cosas pueden ser de este

•¡nodo no ; e t i ' l a s p re s e n c i a, -t e mp o ro e s p a c i a l , s i n o e n e l l e n g u a j e; y

más precisamente, enrel lenguaje poético, lo cual no quiere decir ne-cesariamente el lenguaje de la poesía, sino que se trata del lenguajeen su 'f u e rz a o r ig in ar i a y c readora. - - •

La experiencia a la que la fil o s o f í a e n t o d a s u h i s t o r ia s i e m pr e

quiso remitirse como a su fundamento y a su Jegítimación no pue-de pues- e n te n de r se de n inguna manera como un encontrar las coSas

en el tiempo y el espacio, o por lo menos no primordialmente así, si-no como un escuchar el lenguaje. El pensamiento es fundamental-Mente una escucha del lenguaje en su originaria condición poética,esto es, en su fuerza de fundición y de creación; por eso, el elementoen el cual se desarrolla nuestra existencia es la proximidad de pensar ypoetizar.s 6 Corno .escucha del lenguaje,' el pensamiento es hemrlenOtica.Es éste un término que, aunque Heidegger lo emplee cada vez me-nos después de Ser y tiempo, puede considerarse como una de laspalabras guías de todo su pensarniento.5-7 E l t é r m i n o t i e n e q u e V e r

con el origen teológico de la especulación heideggeriana ;5 8 p e r o s ó -lo con la manifestación del carácter lingüístico del evento del ser,la hermenéutica llega a asumir su vasta y originaria significación on.tologica. La tradición filosófica (sobre todo a partir de Sehleirma.eher a quien se une Dilthey) utilizó este término para designar ladoctrina de la interpretación, primero sólo de determinados "tex-tos" básicos (la Sagrada Escritura, las leyes, la literatura clásica) yluego, justamente a partir de Schleiermacher, para designar la inter-pretación de todo discurso escrito o hablado, de todo producto lin-güístico. Ahora 'bien, puesto que el ser de las cosas y del Dasein

56 Véase fb id. , pág. 189.

51 Véase lo que Heidegger dice a este respecto en cl diálogo referido enUnterwegs zur Sprache, op. cit., pig, 95 y siguientes_

58 Véase Unterwegs zur Sprache, op_ cit., pág. 96.

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mismo es tal ante todo en el lenguaje, y como, por otro lado, laexistencia es_ constitutivamente relación con el .ser, hermenduticaes decir, interpretación-, e n c u e n t r o c o n e,1 l e n g u a j-e-)-e s l a e x i st e n ci a

misma en su dimensión más autdritica.• -Con esta' radical ex-tensión, el signifiCadó mismo del concepto

de interpretación y de hermen6utica se modifica profundamente,En una perspectiva en la que el lenguaje es sólo instrumento paraanalizar y comunicar una "realidad" constituida fuera e indepen-dienteinente del lenguaje, interpretación no puede querer decir otracosa -q u e r em on ta rs e del signo a la significación, de la palabra a la

"cosa" que ella designa. Pero si el lenguaje, lejos de ser puro instru-mento de información, es aquello que da el ser a las cosas, ¡s'I I se-rá el objetivo y cuáles serán las reglas de la interpretación? Es decir,¿cómo se escucha autdriticamente el lenguaje?

En sus escritos recientes, Heidegger elabora un concepto dehermendittica que se prOpone oponerse como modo de pensar au-tdnticó 'al pensamiento metafísico dominado por el principio de ra-zón suficiente." El pensamiento metafísico reconoce corno entesólo aquello de lo que puede darse razón, aquello de lo que se pue-de indicar el fundamento, el G n d pero ese fundamento vale encuanto es reconocido por el sujeto; el principio de razón suficientees principlum "reddendae" rationis.613 P e r o u n a v e z q u e t o d o e l e l i -

te quedó 'organizado dentro de la cadena de la fundación y una vezque todo se ha convertido en Grund, todo queda reducido al poderdel sujeto, el cual a • su vez ya no tiene un verdadero piso (Boden,suelo, terreno), un fondo en que apoyarse del cual, como humUstodavía fecundo (cómo "reserva" en el sentido de la tierra de laobra de arte), pueda aún brotar historia.

"El hacer valer. total de la enunciación de la supuestarazón suficiente amenaza arrebatar al hombre toda po-sibilidad de poseer una patria y le sustrae el suelo única-mente en el cual puede darse algo nativo, es decir,aquello de lo que hasta ahora nació y creció toda gran

59 En Der Satz vom Grund, Pfullingen, 1957, que reproduce el textode un curso universitario de 1955-56, Heidegger vuelve a tratar este principioformulado por Leibniz y su significación después de haberto hecho en La e-sencia del fundamento, que es del año 1929.

69 Véase Der Satz vorn Grund, op. cit., pgg. 47.

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época de la humanidad, todo espíritu fundador de mun-dos, toda caracterización histórica de la esencia delhombre".61

El pensamiento metafísico dominado por el principlum red-dendae rationts es el pensamiento de la declaración explícita total(recuérdese la "publicidad" como constitutiva de la época metafísi-ca); pero ese declarar explícito, como ahora sabemos por la refle-xión sobre la historia de la metafísica, lejos de hacerlo todo real-mente explícito, precisamente para poder ser total, olvida lo quenunca puede reducirse a fundamento: el ser que trasciende todaconcatenación y explicación: de fundación interior al ente.

A este pensamiento de lo explícito, Heidegger opone ahora eIpensamiento hermenéutico como escucha del lenguaje en su esenciade lenguaje poético (esto es, de todo lenguaje en su fuerza de aper-tura y de fundación). Esta escucha, que no puede ser ni el remontar-se a la cosa significada ni —que viene a ser lo mismo— la declaraciónexplícita total que olvida lo oscuro de lo que procede toda apertura,debe abrirse para acoger el ser cosa de la cosa: a n la escucha, paraser auténtica, debe dejar ser junto a la cosa la cuadratura de los cua-tro. Este modo de interpretar la palabra es lo que Heidegger llamaErZrterung.62 E s t e t é r mi n o s i g ni fi c a, en su a ce pc ió n c or ri en te , dis-

cusión, pero Heidegger se apoya en la raíz (Ort = lugar) para subra-yar el hecho de que la verdadera escucha es aquella que no se limita atomar nota de lo que se dice explícitamente en un discurso, sinoque coloca (por eso traduciremos el término por "colocación") lodicho en el "lugar" en que resuena, es decir, en lo no dicho, de locual procede lo que se dice que es regido por lo no dicho:

%Qué otra cosa es leer sino recoger [recolectar, cose-char, y también aquí se presta el vocablo alemdn que

61 1170., pág. 60.

62 Sobre el concepto de ErÓrterung, véase especialmente Unterwegs zurSprache, op. ci t., pág. 37 y siguientes; acerca de la distinción de este concep-to respecto de la Erkidrung (explicación), propia del pensamiento metafísico,y respecto de l a Er lduterung (ilustración, dilucidación) fenomenológica,véanse las páginas de O. P6ggeler, Der Denkweg Al. Heideggers, op, cit., pág.282 y siguientes; y también G. Vattimo, Essere, atora e linguaggio, op. cit.,especialmente pág. 181, donde se retoma y discute la interpretación de Pi5gge-1et-.

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análogo a l del latín donde legere significa tambiénrecolectar], recogerse en la recolección de lo que per-manece no dicho en lo que se dice?"63Lo dicho y totalmente explícito queda encerrado en el cerco

del Grund; en efecto, una vez explícito está agotado porque ya nole queda más "nada que decir". Sólo si, en lo que se dice y se da co-mo explícito, está también presente (como' la tierra en la obra dearte) algo implícito que permanece como tal; sólo en ese caso la pa-labra del pasado nos habla todavía verdaderamente; sólo en esecaso, como también decimos en el lenguaje corriente, esa palabratiene algo "que decirnos". La hermenéutica en la que piensa Heideg-ger es aquella capaz de interpretar la palabra sin agotarla, respetán-dola en su naturaleza de permanente reserva.

También en este sentido hay que entender la insistencia deHeidegger en conceptos tales como el de sileficio y el de escucharel silencio. El llamado a que responde el hablar del hombre es, enin esencia más profunda, silencio. ° El hablar auténtico puede en-tenderse, él mismo, pues, como "el simple callar en el silencio".65Estas expresiones que parecen alpdir al predominio de una ontolo-gía negativa en el último Heidegger, cambian empero de sentido sise la S considera atendiendo al concento de lo no dicho como reser-va permanente, en diálogo con la cual el Dasein se realiza comohistórico ser en el mundo. El rechazo de la declarapion explícita to-tal y el consiguiente esfuerzo para construir una hermenéutica de laescucha no han de considerarse como un gratuito salto a la "místi-ca", pues corresponden simplemente al reconocimiento de que elllamado al que respondemOs debe dejarse valer como llamado, co-mo una llamada dirigida a nosotros pero que en su origen es autó-noma de nosotros. La metafísica, como se recordará, fue reconoci-da en i 2 ué e s l a m e ta l Y si c a ? como c on na t ur a li z ad a con el Dasein

mismo del hombre; en cuanto ser en el mundo, en cuanto proyectoel hombre trasciende constitutivamente al ente y por eso plantea elproblema de su ser. Este "instinto" metafísico, que la metafísica de

63 Es un pasaje de una carta dirigida a E. Staiger en 1950, reproducidaen E. Staiger, Die Kunst der Interpretation, Zurich, 1955 (este pasaje estáen la pág. 48).

64 Véase Unterwegs zur Sprache, op. cit., pág. 216.

66 /bid., pig. 152.

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hecho traiciona, es lo que remite a l hombre metti tit philsikdmás allá de los entes, en la dirección de una alteridad radical. Elpensamiento metafísico, al reducirlo todo al esquema de la funda-ción racional, no deja subsistir ninguna alteridad; éste es el sentidode la desaparición del Boden, del suelo, del fondo. El sistema de lafundación esti todo sustentado por el sujeto que reconoce la vali-dez de los fundamentos. En la metafísica toda desplegada, corno seve en Hegel antes que en Nietzsche, el sujeto ya no encuentra otracosa que a sí mismo. En contraposición a este resultado nihilista, elpensamiento, como "hermenéutica cdocante", se propone justa-mente en primer lugar dejar que lo otro sea lo otro. El llamado esalgo que trasciende las respuestas que sucesivamente se dan y sóloesto arantiza que la historia continúe corno historia, que nuestraexistencia de "mortales" (así se llama Da se in en el Geviert),es decir, de mortales abiertos al futuro (en Serf.' tiempo es la anti-cipación de la muerte lo que abre verdaderamente el futuro), puedaser verdadero proyecto. De suerte que el pensamiento hermenduti-co es el único que realmente puede satisfacer la exigencia de "alter--dad" que movía a la metafísica misma.

La "negatividad" que, en los escritos inmediatamente poste-riores a Ser y tiempo, caracterizaba al ser frente al ente, se manifies-ta desde este punto de vista como una connotación todavía vincula-da con el pensamiento metafísico. El ser aparece como la nada sólosi se lo considera desde el punto de vista del ente, sólo si se lo con-cibe atendiendo al ente como criterio del ser y de la verdad. Lo quees negatividad para la mentalidad que aún no está liberada de lametafísica, por más que ahora advierta su fin, se presenta en cam-bio esclarecido como la "reserva" o, como también dice Heidegger,la condición escatológica del ser .66 E l p r o b l e m a q u e h a b í a p l a n t e a-

do Ser y tiempo y que había quedado sin resolver, el problema dela temporalidad del ser, encuentra ahora un principio de soluciónen el descubrimiento del concepto de época aplicado al ser y comofundamento de la historia: hay historia, es decir, hay "épocas" encuanto la epokhe, la suspensión, la reserva, caracteriza al sermismo.67 L a h i st o ri a ex is te porque el ser es siempre algo que

ha de acontecer, un anuncio, un futuro que (así como la muer-

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66 Véase Sentieri interrotti, traducción citada, pág. 305.

67 !bid,. pág. 314.

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te abría al Dasein en Ser)' tiempo) abre la historia impidiendo todapetrificación en posibilidades individuales, en realizaciones logradas.

El hecho de que, en el propio Heidegget, se encuentren fre-cuentemente expresiones y formulaciones (como todas aquellasque insisten en el silencio) que hacen pensar en una "ontología ne-gativa", indica sólo la dificultad que encuentra el pensamiento parallegar a concebir una relación con el ser no "metafísica". El fin dela metafísica no es una operación "teórica" que pueda realizarsecon el reconocimiento de un error y la adopción de una doctrinamás adecuada. El olvido del ser no es un hecho que atañe sólo elpensamiento, sino que determina todo el modo de ser del hombreen el mundo; metafísica es no sólo ei pensamiento racional de lafundación, sino también toda la existencia inauténtica en la cual elhombre concibe las cosas y se concibe a sí mismo sólo en términosde instrumentalidad y en la cual está sometido a la dictadura de la"publicidad" y, podríamos decir, de la cultura de masas. El sentidode la. tesis ,h e i d e gg e r i a na d e q ue la m e ta f ís i ca es h is to ri a del ser es

también éste : la superación de la metafísica no puede ser nunca só-lo una operación del pensamiento, pues se trata de una mudanzamucho más vasta y radical del modo de ser del hombre en ei mun-do, mudanza de la cual el pensamento es sólo un 'aspecto (y ni si-quiera el principal, ya que también él debe aguardar a que el ser sele dirija de un nuevo modo)." El insistir en la escuha del lenguajeno puede ser pues entendido como una profesión de "idealismo"en el sentido más trivial del término, como creer que la historia sehaga ante todo con ideas y con palabras. Quien afirma esto, diríaHeidegger, lo hace siempre dentro de una perspectiva metafísicaque ve las "ideas" y las "palabras" como algo a lo que se contrapo-ne el ser concreto de las cosas y que pretende afirmar, contra estecarácter concreto, la llamada fuerza del "espíritu". Todo esto (yhay que hacerlo notar a causa de los equívocos que la misma termi-nología de Heidegger puede hacer surgir y ha hecho surgir) estámuy lejos de la intención heideggeriana. El lenguaje, que es el lugarverdadero del evento del ser, no es el lenguaje como "hecho espiri-tual", contrapuesto al carácter material y concreto de las cosas;esto es todavía metafísica. Que Heidegger, por la dificultad mismade formular un pensamiento "ultrametaffsico", no to defina clara-mente en esta su esencia alternativa, no autoriza a rebajar la inter-

68 Wase, por ejemplo, Was heisst Denken?, op, cit., pág. 34.

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pretación, sin más ni más, sobre la concepción del ser y de la reali-dad que hemos heredado de la metafísica.

De manera que desde el punto de vista de la metafísica, la on-tología heideggeriana es una ontología negativa, y toda interpreta-ción de ella en un sentido apofántico sólo atestigua la permanente pre-sencia de prejuicios metafísicos. Por otra parte, la posibilidad decomprender realmente el proyecto heideggeriano del sentido "nometafísico" del ser —posibilidad que incumbe a Heidegger mismoantes que a sus intétpretes— no es algo que se construye o se desa-rrolla con un simple ejercicio del pensamiento, sino que depende deun cambio del ser mismo como apertura histórica del ser en elmundo en el que el hombre está arrojado. Mientras que el ser se de sóloen el olvido metafísico, el hombre puede existir únicamente en lainautenticidad; pero, viceversa y con la misma legitimidad, mientrasel hombre exista en la forma de la inautenticidad, e! pensamientono puede esperar ir verdaderamente más allá de la metafísica. Laexistencia inauténtica no es la tinica posibilidad del hombre.° Q u eel pensamiento pueda sólo "preparar" la superación quiere decirque esa superación es un hecho global que no puede realizarse tini-cmnente en el nivel de las "ideas". Pero, desde este punto de vista,la meditación sobre cl lenguaje y sobre la poesía, en la cual Heideg-ger concentró su atención en los escritos más tardíos, no poseeningún título para pretender un mayor radicalismo respecto decualquier forma de empello histórico: eso era lo que se señala-ba vigorosamente en las páginas de El origen de la obra de arte, dondese habla de los varios modos de darse la verdad. En realidad, Hei-degger no desarrolló esa indicación dada allí, y preguntarse por quéno lo hizo puede ser un modo de iniciar el diálogo con este pensa-miento que, en su esencia más profunda, todavía está en marcha.

69 En este sentido se interpreta el pasaje de una Ilota del ya mencionadoensayo sobre «La epoca de la imagen del mundo», en Caminos del bosque (pág. 97de la versión italiana): "El hombre no puede desvincularse de este destino de suesencia moderna ni puede suspenderlo mediante una decisión soberana. Pero, ensu meditación preparatoria, el hombre puede comprender que el estar sujeto a lahumanidad no fue ni será la única posibilidad de la esencia futurativa del hombrehistórico".

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