Gerard Moreno - "Axiomática y Valor: Deleuze y Nancy"

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Ensaoy en el que se estudia, desde el fetixismo de la mercancia de Marx y los movimientos de decodificación y desterritorialización descritos por Deleuze, la construcción de reconocimiento que caracteriza la individuación capitalista.

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El mundo como goce reiterado de s mismo

Resulta, entonces, que lo antiproductivo, aqul lugar que engarzaba la inscripcin con la produccin -bien fuera a posteriori, en el caso del salvaje nmada; bien a priori, en el caso del brbaro dspota-, se ha hecho inmanente al proceso, se ha confundido con los dems flujos en lo que viene a ser la descodificacin capitalista. Ya no es ni anterior ni posterior al proceso de produccin, es a la vez y confundindose con l, de tal modo que este momento de antiproduccin, de goce, se encuentra dentro de la propia produccin: la produccin misma es goce, pero a su vez, el goce mismo es produccin; es ms, en tanto que, segn la baja tendencial, ste nunca es suficiente con relacin a la produccin efectuada, se reinvierte, se reduce a produccin en pos de un goce futuro, el cual, cada vez, se encuentra ms alejado. El goce y la produccin se dan, as, a la vez, pero el lugar del goce se encuentra siempre ms all del momento de produccin. Para que este clculo de insuficiencia pueda llevarse a cabo, los flujos descodificados han tenido que hacerse conmensurables, deben acaecer homogeneizables; no slo se han hecho sincrnicos, sino que tambin son homogneos, comparables, cosa que los engarza en el crculo vicioso de la baja tendencial y la axiomtica capitalista.Esta insatisfaccin, este buscar siempre un goce mayor en el futuro que nos lleva a reintroducir el goce presente en la produccin, fuerza a una constante acumulacin del goce en el proceso productivo; acumulacin de experiencia, de cultura, de conocimiento, de identidad, de moneda, tambin. Tenemos aqu el devenir currculum vtae de la experiencia y el devenir fotografa, vdeo o documento de la memoria.Ahora bien, este momento de improductividad, este lugar en el que se engarzan la produccin y la inscripcin sin corresponderse ni con la suma de ambas ni con ninguna de ellas por separado, es, precisamente, el lugar del valor. Valor que puede ser entendido tanto como el honor derivado del cruce de don y humillacin, en el salvaje; como en tanto que reconocimiento de los servicios prestados al dspota -en cuyo caso, el valor reside siempre en el dspota que es capaz de atribuirlo. Con este ltimo paso, el valor, el momento de improductividad, ya toma, como veamos al comentar el caso de la moneda, un cierto matiz de conmesurabilidad: Unos servicios dados se corresponden con una cantidad de valor establecida, tienen un precio, tal como nos expone Nancy en el texto Vaille que vaille incluido en el libro Le pense derobe al decir que: Mais entre la premire (el valor en tanto que honor) et la seconde (el valor en tanto que precio), il en peut y avoir aucune commune mesure, tout au moins aussi longtemps que personne en songera s'attacher les services du chavalier en lui donnant una terre1Jean-Luc Nancy, Vaille que vaille, incl. Le pense drobe (Pars: Galille, 2001), Pg. 150.

; pero, con todo, este valor conmensurable sigue remitiendo a un valor inconmensurable, un lugar de improduccin separado de la produccin del cual proviene, correspondindose ste, como decamos, con el dspota.Sea como fuere, el caso es que, previamente a la axiomtica capitalista, tenamos dos modos distintos de valor, a saber: un valor conmensurable que regulaba el intercambio bajo la forma de la moneda, por un lado; y un valor inconmensurable que se afirma a s mismo en tanto que dignidad, por el otro. Un valor tan informativo como relativo y un valor tan afirmativo como absoluto, para decirlo con Nancy. Ahora bien, con la inmanentizacin de la antiproduccin con la produccin que se produce en el capitalismo, ambos modos del valor se identifican: el valor deviene a la vez absoluto y relativo; se afirma en s mismo, no remite a un exterior que lo estipule, pero, a su vez, es intercambiable, se afirma como valor de cambio, de este modo, todo el valor queda reducido a informacin, slo se afirma a s mismo en tanto que informacin o circulacin de flujos, es decir, en tanto que produccin. Informacin y produccin que, en tanto que no se consumen ms que en la produccin, no se afirman ms que en la informacin, devienen infinitos, acaecen ese proceso infinito que no hace sino reproducir sin cesar la misma cosa2Hegel, Friedrich W., Lgica, trad. Antonio Zozaya (Madrid: Ed. Ricardo Aguilar, 1973), pg. 151

que Hegel caracterizaba en su Lgica como el mal infinito. Ante este mal infinito en el cual el goce nunca se hace presente, ante esta huida que representa la axiomtica capitalista, Nancy trata de articular la posibilidad de gestar un buen infinito, la verdadera infinitud que, segn Hegel no se aleja a cada actualizacin de la finitud concibindose como la negacin de esta, sino que, afirmndose en cada actualidad, niega y repite la finitud. No se trata, entonces, de una acumulacin infinita de finitudes sino de una finita actualizacin de la infinitud y su repeticin; no la circulacin de una informacin que se incrementa a cada paso en busca de una mayor afirmacin, no de una produccin que tiende al consumo, sino la afirmacin de una informacin que se consume a cada instante; afirmacin de una informacin que se vuelve inconfesable en la medida que nos muestra la inconmensurabilidad de cada uno de aquellos por los que circula, en la medida en que en ella hay sitio para todo el mundo, aunque, eso s, sitio verdadero, el sitio que hace que tenga verdaderamente lugar el ah del ser3Nancy, Jean-Luc, Urbi et Orbi, incl. La creacin del mundo o la mundializacin, trad. Pablo Perera Velamazn (Barcelona: Ed. Paids, 2003), pg. 30.

entendido este tener lugar en tanto que es acaecer propiamente, no es solamente de llegar, como tampoco es . Es acaecer como un propio y acaecer en propiedad en un sujeto. Lo que tiene lugar tiene lugar en un mundo y en razn de este mundo4Ibd., pg. 31.

, no hay medida que pueda equiparar una experiencia con la otra, slo hay una afirmacin compartida; no hay un punto de observacin que permita una objetividad con respecto a lo que en esta afirmacin circula: se dice sin cesar, pero no confiesa su naturaleza, no se vincula a ninguna imagen que d cuenta de lo que afirma y a la que tenga que acercarse a cada paso en un modelo de perfeccin, sino que se articula a cada instante como totalidad (una totalidad producida, situada al lado de las singularidades, por supuesto), como lugar comn de un conjunto de lugares, es decir, de presencias y de disposiciones para posibles tener-lugar que se reactualiza a cada paso segn las presencias y los posibles tener-lugar que lo articulan, no respondiendo a ninguna imagen a representar, no teniendo ms razn de s que s mismo.Esta afirmacin es precisamente la que Nancy vincula con el valor en s que encuentra en Marx denominado como , sin ms. Valor en s que difiere tanto del valor de uso como del valor de cambio. Valor en s que no afirma otra cosa que la humanidad producindose5Ibd., pg. 25

; la capacidad de producirse y de valorarse del hombre por el hombre que se ha hecho evidente con el crecimiento de la comunicacin y del intercambio. Posibilidad que se nos manifestaba ya cuando al analizar el valor de cambio nos encontrbamos con la presuposicin de un reconocimiento a adquirir que siempre se hacia insuficiente; claro que aqu, si bien era una presuposicin que se afirmaba a cada instante, se afirmaba a cada momento como presupuesta segn el ejercicio anterior, segn la lgica de la baja tendencial; presuposicin de la que tena que dar cuenta. Es decir, se daba como representacin, constantemente aplazada, redefinida, pero representacin al fin y al cabo.Tenemos as, un valor absoluto o en s -, sin ms, para decirlo con Marx- situado en el lugar de la antiproduccin, del goce; el cual es, a su vez, el lugar comn de un conjunto de lugares, el mundo que estos configuran. Vemos, a su vez, cmo a partir de la axiomtica capitalista y de la estipulacin inmanente del valor de cambio, este valor sin ms, este mundo, es configurado a cada paso como lugar del sentido, pero, es configurado como presupuesto y a la vez consecuencia de dicho paso, es, por un lado aquello que debe ser representado y aquello que se configura, con la insatisfaccin, como representable en un futuro; est siempre ms ac y ms all del momento de produccin, pero en un ms all y un ms ac que no tiene sentido sino en el momento mismo de produccin, que es generado en este mismo momento, mal que se nos aparezca como presupuesto.Pero lo importante es que bajo la forma-mercanca del valor (que es la forma de la equivalencia general, el dinero) se manifiesta la interconexin de todos en la produccin de lo humano en tanto que tal6Ibd., pg. 19.

; al hacerse inmanente a la produccin, la antiproduccin se muestra como sincrnica a esta: es con la praxis misma, con la produccin que se da, a su vez, el goce, la antipoduccin y si ello nos encierra en el ciclo cerrado del mal infinito es porqu esta improduccin, este lugar comn que se genera al lado de los lugares que lo articulan, es reducido a un lugar ms, se acumula como un lugar ms en camino de encontrar un lugar de sentido, un momento de consumo futuro, sin reparar que ya estamos en l. Se trata, entonces, de bloquear la lgica acumulativa que lo reduce todo a una indiferencia absoluta y de percatarse, en cada acto, de cmo se traba el mundo en l, cmo este remite a un goce del mundo en tanto que tal7Ibd., pg. 51.

, manteniendo separados el goce y la produccin y permitiendo, con ello, que se den de un modo absolutamente sincrnico; concebir todo acto como imprescindible, como constituyente del sentido actual del mundo. Ver como resuena el en el mundo y como el mundo resuena en l, como afecta y como es afectado cada acto, atendiendo, as, a la relacin establecida entre cada acto singular y el lugar comn que articula, relacin que se nos muestra, ahora completamente dinmica. Es por ello que podemos decir con Negri que: en efecto, si la relacin entre singularidad y comunidad (universalidad) no es esttica, sino realmente dinmica, si en esta relacin asistimos a un movimiento continuo entre lo singular que se universaliza y que se singulariza, entonces podremos calificar el afecto como potencia de transformacin, fuerza de autovalorizacin, valor absoluto y goce. Primer paso, segn Nancy, para una transvaloracin de los valores tanto marxista como nietzscheana.