Genoma humano y dignidad humana de Juliana González De la ... · en el siglo XX, empezando con el...

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Genoma humano y dignidad humana es un libro de gran originalidad y actualidad en el que su autora Juliana González Valenzuela reflexiona con el mejor espíritu de fineza sobre los retos e implicaciones que los descu- brimientos más recientes de la genética, particularmen- te los avances del conocimiento del genoma humano y de la biotecnología, plantean a la ética, a la ontología y en general a la filosofía. REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO | 15 Genoma humano y dignidad humana de Juliana González De la materia a la vida y de la vida a la libertad A m b rosio Ve l a s c o Genoma humano y dignidad humana de Juliana González Valenzuela —Premio Nacional de Cien- cias y Artes 2004— es, dice Ambrosio Velasco, una obra de amplio aliento que integra el co- n o c i m i e nto científico con la reflexión ética y ontológica. Abre nuevos horizontes a la filo- s ofía y señala precauciones al desarrollo tec- nocientífico. Por su parte, Gerardo Jiménez Sánchez reflexiona sobre la i m p o rtancia y ac- tualidad de esta obra. He aquí dos enfoques d i f e rentes de este novedoso tema.

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Genoma humano y dignidad humana es un libro de granoriginalidad y actualidad en el que su autora JulianaGonzález Valenzuela reflexiona con el mejor espíritude fineza sobre los retos e implicaciones que los descu-

brimientos más recientes de la genética, part i c u l a r m e n-te los avances del conocimiento del genoma humano yde la biotecnología, plantean a la ética, a la ontologíay en general a la filosofía.

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Genoma humano y dignidad humana de Juliana González

De la materia ala vida y de lavida a lalibertad

A m b rosio Ve l a s c o

Genoma humano y dignidad humana de JulianaGonzález Valenzuela —Premio Nacional de Cien-cias y Artes 2004— es, dice Ambrosio Velasco,una obra de amplio aliento que integra el co-n o c i m i e nto científico con la reflexión ética yontológica. Abre nuevos horizontes a la filo-s ofía y señala precauciones al desarrollo tec-nocientífico. Por su parte, Gerardo JiménezSánchez reflexiona sobre la i m p o rtancia y ac-tualidad de esta obra. He aquí dos enfoquesd i f e rentes de este novedoso tema.

El libro forma parte de un laborioso proyecto filo-sófico que ha desarrollado Juliana Go n z á l ez desde hacevarios años y que ya ha tenido frutos valiosos, como lainstauración del Posgrado de Bioética en la Un i ve r s i d a dNacional Autónoma de México, en la que participanentre otras entidades académicas, la Facultad de Medi-cina y la Facultad de Filosofía y Letras, así como variaspublicaciones especializadas entre las que destaca su li-bro anterior El poder de Eros.

Genoma humano y dignidad humana es sin lugar adudas una obra de amplio aliento que integra el cono-cimiento científico con la reflexión ética y ontológica,abriendo nuevos horizontes a la filosofía y señalandoprecauciones al desarrollo tecnocientífico. En este sen-tido es una obra que ante todo ve al futuro y por elloprecisamente es señera.

La estructura del libro nos lleva desde la exposiciónclara y ampliamente informada de los conceptos fun-damentales de la genética, al planteamiento de los pro-fundos problemas éticos y ontológicos que se derivande los descubrimientos científicos más recientes. Estoscuestionamientos constituyen los contenidos de los tre sprimeros capítulos que conforman la primera parte dellibro que se denomina “La ciencia genómica”. La se-gunda parte de la obra (capítulos cuatro y cinco), quede manera consecuente y complementaria se llama“ Praxis genómica”, se enfoca en analizar filosóficamen-te problemas específicos de las tecnociencias genómi-cas, como la medicina genómica, la clonación humanay la eugenesia.

Con base en la reflexión filosófica sobre la teoría yla tecnología genética, que resultan inseparables en una

ve rdadera tecnociencia, la doctora Go n z á l ez muestra lau rgente pertinencia de integrar el campo de la ética yde la metafísica a las tecnociencias genómicas, apunta-lando así una nueva cultura unificada científica y hu-manística en la que la episteme, la techné y la phrónesis sefunden indisolublemente tanto en los tratamientos delos problemas científicos como en los propiamente filo-sóficos.

En el primer capítulo “El ADN y el Secreto de la Vi-da” Juliana González nos presenta un ameno y claropanorama de los principales desarrollos de la genéticaen el siglo XX, empezando con el descubrimiento de lae s t ructura del A D N, hasta los logros en la decodificacióndel mapa genético, dentro del Proyecto Internacional delGenoma Humano. Desde luego, no se trata solamentede un trabajo de historia de los conceptos genéticos, si-no ante todo de una reflexión filosófica de conceptoscientíficos fundamentales, enfatizando las múltiples sig-nificaciones de los descubrimientos científicos. Así, porejemplo, se destaca el valor estético de la doble hélice delA D N y de cómo su descubrimiento en 1953 fue obratanto de la imaginación cre a t i va como de la observa c i ó ny trabajo arduo en el laboratorio. La asociación entre va-lores estéticos y epistémicos, entre imaginación artísti-ca y rigurosidad metodológica nos recuerda la génesisde la revolución copernicana en pleno Renacimiento.El mismo autor de Las re voluciones de las esferas celestesnos aclara en el prólogo que la hipótesis heliocéntricasurgió sobre todo de una reflexión estética, en el senti-do de que si se ubica al sol en el centro del universo, elsistema del cielo resulta mucho más sencillo y, por esomismo, mucho más bello, además de explicar más fá-

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cilmente los movimientos de los planetas. Esta analo-gía entre la re volución copernicana y la re volución ge-nética nos invita a pensar si no estamos ahora en elumbral de un nuevo renacimiento donde la ciencia, latecnología, el arte y las humanidades se integren ar-m o n i o s a m e n t e .

Por otra parte, se señala la coincidencia entre uni-versalidad y diversidad en la estructura básica de la vida,pues al mismo tiempo que la estructura helicoidal delADN es común a toda forma de vida, la composición es-pecífica de cada escalón de la doble hélice varía en cadaespecie y la particularidad de cada uno de sus elemen-tos cambia en cada individuo. Con ello, se supera la di-cotomía entre universalidad homogénea y diversidadh e t e rogénea, ambas coexisten en la estructura de la vida:

La revolución biológica pone en evidencia, asimismo,que esta universalidad de la estructura molecular del ADN

o del genoma, es continuidad en el espacio y en el tiem-po: abarca a todos los seres vivos de la actualidad y hapervivido desde los más remotos orígenes... Pero el ADN

muestra también —y esto parece tener una significativaresonancia presocrática y heracliteana— que al mismotiempo que es uno y continuo, se diversifica y cambia;que él es también la clave de las diferencias, de la biodi-versidad biológica y, en el caso del hombre, también dela individualidad o unicidad de las personas...(p. 22).

Este doble carácter, universal y diverso le permite a ladoctora González plantear la analogía de la estructuradel ADN con el lenguaje, con el logos (“En el principiofue la palabra, el logos”). Por otra parte, al destacar la di-versidad de las expresiones de la estructura moleculardel A D N, necesariamente se cuestionan y refutan las in-t e rpretaciones deterministas y reduccionistas de la ge-nética. Lejos de reducir la diversidad de la vida y esp e-cialmente la riqueza e historicidad de la vida humana aexplicaciones basadas en estructuras químicas, JulianaGonzález plantea problemas profundos, casi misterio-sos: ¿cómo es posible el doble salto vital de las molécu-las a la vida en general y de ésta a la vida humana? Así ladoble hélice encierra el misterio del doble salto vital:“... de cómo la materia se hace vida sin dejar de ser ma-teria” (p. 24), y cómo la vida “ciertamente, es capaz demeta-morfosis, de transfiguración ontológica: en ellase encierra el prodigio del ‘paso’ de la materia a la vida,y de la vida a la libertad, (...) a la acción consciente, in-tencional y creadora del ser humano, el constructor deun mundo simbólico, ético e histórico, social y cultural.El reino de su intrínseca autonomía y dignidad” (p. 25).

Los problemas éticos y ontológicos que plantea lagenética se aumentan y radicalizan ante el descubrimien-to de la secuencia del genoma humano, descubrimientoque abre nuevos horizontes al dominio tecnológico de la

vida, esto es a la biotecnología que permite contro l a rla vida en general y la vida humana en especial. Y estepoder puede ser tanto salvífico como condenatorio. Po reso Juliana Go n z á l ez re c u r re a la imagen bifronte deJano para representar las potencialidades amenazanteso emancipadoras de la genética. La ambigüedad y am-bivalencia moral, política y cultural de las nuevas tec-nociencias de la vida vuelven más urgentes la reflexiónética y en general filosófica en el desarrollo y aplica-ción de la genética. Por eso con razón Juliana Gonzálezutiliza la expresión “gen-ética”.

El segundo capítulo se denomina pre c i s a m e n t e“ Bioética y gen-ética” y se centra en el análisis de lasrelaciones entre las tecnociencias genéticas y la va l o r a-ción ética. De entrada, estas relaciones hay que recono-cerlas en dos sentidos, el de la influencia de la genéticaen la bioética y, re c í p rocamente, de cómo las orienta-ciones y limitaciones que la bioética podrían racionaly legítimamente proponer una dirección al desarro l l ode la genética. Claro está, este tipo de enfoque tieneque mandar al museo filosófico la famosa pero cues-tionable falacia naturalista, esto es, la supuesta impo-sibilidad de justificar proposiciones normativas a par-tir de enunciados científicos de facto. Al igual quesucede en la epistemología en los enfoques “n a t u r a l i-z a d o s”1 también en el campo de la filosofía moral,

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1 Véase por ejemplo, Larry Laudan, “Epistemología, realismo yevaluación racional de teorías” en Ambrosio Velasco Gómez (coord.),Pro g re s o, pluralismo y racionalidad en la ciencia. Homenaje a Larry Laudan,Facultad de Filosofía y Letras / Instituto de In vestigaciones Fil o s ó f i-c a s , UNAM, México, 1999.

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p a rticularmente en la bioética, se re q u i e re de una éti-ca naturalizada, de una ética científicamente ilustradaen las ciencias de la vida, las cuales a su vez deben estaréticamente orientadas:

Sin lugar a dudas, la bioética constituye un campo privi-legiado de confluencias de las ciencias y las humanidades(...) por el lado del b i o s las ciencias biológicas y biomé-d icas (...) por el lado del ethos (y de la polis), la filosofía,especialmente como filosofía moral o ética (...) se produ-ce así una doble y correlativa aproximación: el campo delb i o s se mueve hacia el e t h o s, tanto como éste al b i o s. . .( p p. 46-47).

Es precisamente este ir y venir entre la ciencia dela vida y la filosofía moral, lo que caracteriza el enfo-que laico de la bioética y en particular de la gen-éti-ca que propone Juliana González. Su compromiso coneste enfoque le lleva a trascender las valoraciones mo-rales previas respecto a los problemas centrales de lagen-ética, valoraciones no sólo de carácter religioso,puesto que esto es comprensible en una ética laica,s ino en general valoraciones morales previamente exis-tentes, de cualquier tipo:

Lo que “una nueva ética para la genómica” necesita es, ami juicio, no proceder partiendo de pautas de valor ya

constituidas, pues lo más determinante es que los hallaz-gos de la nueva biología son de tal alcance y radicalidadque ponen en cuestión las certidumbres básicas en quetradicionalmente se han fincado no sólo nuestros crite-rios morales, utilitaristas o no, sino nuestra idea de la na-turaleza humana y de la propia naturaleza ética del hom-bre. Esto obliga a atender de manera especial al impactoque los descubrimientos en materia genómica puedantener en estos estratos tan básicos como universales, de-sarrollando una bioética filosófica que reflexione sobresus propios fundamentos, que se plantee, en suma, lascuestiones de “a n t ropología filosófica”, o más pre c i s a m e n-te, de ontología del hombre, con el propósito de mostrarel encadenamiento entre lo genómico, lo ético y lo onto-lógico (pp. 49-50).

Como puede verse, Juliana Go n z á l ez propone un diá-logo edificante entre las ciencias de la vida y varias disci-plinas filosóficas como la ontología y la ética. JulianaGo n z á l ez afirma que las ciencias de la vida nos danuna mejor idea del ser humano, de su naturaleza, a par-tir de la cual debe edificarse una concepción antro p o l ó-gica, una ontología más objetiva que sirva de base a losplanteamientos éticos. Pero aquí me parece que habríaque preguntarse si el sustrato científico para una antro-pología filosófica sería suficiente, o más bien tiene queintegrarse dialógicamente también otro tipo de con-

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cepciones estéticas, religiosas, sociológicas, etcétera. Si nnegar la importancia de integrar las ciencias de la vidaa la bioética, mi preocupación estriba en excluir otrostipos de concepciones no científicas del hombre. Contoda seguridad pienso que Juliana González estaría dis-puesta a discutir la pertinencia de la integración de otro stipos de saberes, además del científico y del filosófico,pues reconoce que un rasgo fundamental de su pro p u e s-t a de gen-ética es su carácter falible y revisable:

La bioética filosófica es, en efecto, plural, responde a dis-tintos enfoques y razonamientos, es controversial, ejerceconscientemente la problematicidad y se mantiene abier-ta a la búsqueda, antes que saberse poseedora de re s p u e s t a súnicas y definitivas (p. 51).

Pero, reconocer la pluralidad de enfoques y posicio-nes en el campo de la bioética y su carácter controver-sial no implica admitir un relativismo escéptico, ni negarla legítima aspiración de universalidad. La unive r s a-l ización de los principios éticos, puede alcanzarse porvarias vías. Primeramente a través del diálogo racionale n t re diversas posiciones para conseguir “la unidad y co-munidad interhumanas” (p. 54). De igual importanciaes la apelación a los derechos humanos, cuyo reconoci-miento y respeto constituye un re f e rente común de todabioética, lo mismo que la dignidad humana. Estos dosre f e rentes universales constituyen para Juliana Go n z á l ezlas fuerzas rehumanizantes de la vida, dominada por labiotecnociencia y nos previenen contra las monstruo-sidades morales y políticas que pueden generar.

Desde luego la postulación del diálogo racional yrespetuoso, de los derechos humanos y de la dignidadhumana como vías y principios para la unive r s a l i z a c i ó nde la bioética, no bastan. Como en toda reflexión éticay política, la virtud de la phrónesis se vuelve indispen-s able para la aplicación de estos principios en cada pro-blema concre t o. ¿Cómo han de interpretarse los dere c h o shumanos?, ¿qué acciones cuentan como violaciones alos derechos humanos?, ¿qué significa respetar la digni-dad humana? Éstas son preguntas que no pueden res-ponderse de manera abstracta y general, sino que re q u i e-ren la consideración de los contextos culturales y lassituaciones sociales específicas. A propósito de los dere-

chos y de la dignidad humana, por ejemplo, León Ol i v éen su reciente libro Interculturalismo y justicia social, sepregunta si la práctica de la etnia de los dinka, en el surd e l Sudán africano, de enterrar aún en vida al viejo líderde la comunidad en una pila de estiércol ¿es re a l m e n t euna ofensa grave a la dignidad humana y una violaciónflagrante de los derechos humanos? De acuerdo a la con-cepción de la vida y del mundo de los dinkas, tal prác-tica es una forma de honrar la valía de un hombre ex-cepcional. ¿Es posible aceptar esta concepción de losdinkas para justificar sus propias prácticas?, o más bien¿debemos nosotros juzgarlos como bárbaros y conde-narlos con todo rigor, de manera análoga a como los es-pañoles, salvo admirables excepciones como Las Casasy Alonso de la Veracruz, condenaron de bárbaros y pe-cadores a los pueblos indígenas por practicar el sacrifi-cio humano y la antropofagia? Para resolver estos pro-blemas es necesario integrar los principios éticos conla comprensión de la situación y el contexto específico

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...la doctora González muestra la urgente pertinencia de integrar el campo

de la ética y de la metafísica a las tecnociencias genómicas...

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correspondiente, a fin de poder juzgar prudencialmen-te en cada caso concreto.

Precisamente a problemas específicos en el campo dela bioética se aboca la segunda parte del libro. En t re losp roblemas que se analizan destacan los de la clonaciónhumana y la medicina genómica. En el análisis gen-éti-co de estos problemas, una y otra vez Juliana Go n z á l ezre c u r re al concepto de dignidad humana para re s o l ve rlos dilemas éticos que se plantean. Pe ro, ¿qué podemosentender en términos generales por dignidad humana?

C o n g ruente con su propuesta central de integrarla reflexión filosófica y las ciencias de la vida, JulianaGonzález se aventura a develar las bases genómicas dela dignidad humana.

Primeramente, se destaca la continuidad del hom-bre con todos los demás seres vivos, continuidad de-mostrada por la constitución común que todos tienenen estructuras genéticas de ADN, e inclusive por la enor-me cantidad de genes que el hombre comparte con otro ss e res vivos, por ejemplo en un 98.5% con el chimpancé.En contraste con estas similitudes, hay algunas pocasdiferencias en cierto tipo de genes que son únicamentehumanos y otras muchas diferencias de carácter fun-cional que marcan una distinción cualitativa enorme: laindefinición de lo humano, su carácter aún no acabado.

Después de analizar diferentes reportes de genetistassobre las diferencias funcionales de los genes humanos,nuestra autora concluye:

La constitución genética condiciona al hombre para autoregularse, auto crearse. Le deja un margen de apertura; deposibilidad de ser o de no ser; de ser así o de infinitos mo-dos: hombre - Prometeo, hombre - Hamlet, hombre - Fa u s t o ,hombre-Jano, hombre-Quetzalcóatl, hombre-Centau-ro, Homo-humanus. Sólo el hombre puede ser humano ein-humano; sólo él puede negar su ser o afirmarlo, de ili-mitadas y nunca predeterminadas maneras. “Con tu liber-tad puedes ascender o descender a las formas más bajasde existencia” (Pico della Mirándola). La condición libreabre la eterna alternativa (p. 103).

La condición de libertad, esto es de indeterminado oindefinido, de proyecto por realizarse es el rasgo distinti-vo del hombre, de su dignidad humana. Por ello pre c i s a-mente, para Juliana Go n z á l ez los descubrimientos de lagenómica lejos de vo l ver irre l e vante a la filosofía, la re-claman indispensable. Las ciencias genómicas abren elcamino y llaman a la gen-ética para orientar la p ra x i s h u-mana ante las trascendentales decisiones de la vida; deci-siones que en general enfrentan la disyuntiva entre des-humanización o humanización plena de la vida.

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