Genialidad o Aborto de Procesos
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GENIALIDAD O ABORTO DE PROCESOS Rafael Boada Rivera Psicólogo especialista en pedagogía para el desarrollo del aprendizaje autónomo Todos deseamos que nuestros hijos sean mejores que nosotros y eso está bien, pero se ha
generado en la última década esta cultura sobre niños genios queremos que los infantes
antes de los seis años sepan leer, si una institución educativa un preescolar o jardín infantil
no lo logra es etiquetado de malo o no sirve, en otros casos aplaudimos a estos niños que
antes de los cinco años leen, pero si no lo hacen pensamos que algo mal hay en sus cerebros.
En Finlandia campeones de las pruebas PISA desarrollan la pedagogía Waldorf un modelo
muy diferente al que estamos acostumbrados a ver en los colegios en nuestros países
suramericanos, y una gran diferencia es el proceso lector, ya que inicia a los siete años,
¿Muy tarde? , pues no esta directriz se fundamente en la fisiología humana, se halla en que
los procesos madurativo de muchos órganos vitales terminan a esta edad, según Rudolf
Steiner creador de esta pedagogía, afirma: “Todos sus órganos (el hígado, el corazón, el
estómago, el cerebro…) se desarrollan durante los 7 primeros años”, además los procesos
mágicos mentales de los niños en esta época han pasado ya a procesos mentales más
complejos, la relación mental y física no es nueva y es validad por diferentes estudios de
neurólogos.
Otro aspecto importante que es congruente para afirmar la necesidad de permitir el inicio
de la lectura después del primer septenio es que con el cambio de dientes llega el momento
en que podemos estimular la memoria del niño. Es por eso que en las Escuelas Waldorf los
niños aprenden a leer y a escribir a partir de los 7 años.
¿Pero entonces los niños no leen antes? Entre los tres a seis años los niños codifican y
descodifican, el cerebro no trabaja con letras es con imágenes y esto lo saben muy bien los
chicos pequeños, por eso son capaces de leer un cuento contarlo incluso con el libro al
revés, la razón los pequeños manejan imágenes en sus cerebros y forman sus propias
historias, esta es la forma de enseñar a leer sin letras y estimulas la imaginación, inventiva
y la innovación, tanto padres como maestros a estas edades debemos leerles mucho a los
niños combinándoles con imágenes, además de estimular actividades como el teatro y
títeres donde ellos donde ellos creen sus propias historias y relaten otras.
Si logramos trabajar este tipo de actividades donde la capacidad oral, el poder de la palabra
se desarrolle tendremos niños lectores que gusten de los libros.
Además es muy importante aprovechar la fantasía e imaginación de esta etapa, para el
trabajo lúdico, el juego se convierte en una manera muy efectiva de formar valores y
hábitos, y una de las cualidades fundamentales hoy en día la colectividad, solidaridad y
trabajo en equipo, se hace necesario es esta edad trabajar actividades que permita la
solución de problemas y situaciones complicadas donde los talentos individuales se unan
para hallar diferentes soluciones.
En este punto es fundamental la escucha, la razón el único sentido que trabaja realmente
cuando el bebe está en el vientre de la mama es el oído, muchas instituciones dejan a un
lado la escucha para trabajar lo visual lo cual es un error de procesos, el estímulo del oído
no solo con palabras sino con sonidos diferenciales, permitirá al estudiante de estructuras
mentales importantes y asociaciones en su cerebro, hay otra justificación según el Dr,
Miguel deZubiria en la pedagogía conceptual el primer proceso de la enseñanza es el
escuchar, que de ahí se desprenden las demás etapas del aprendizaje, cuando el niño puede
discernir la palabra y la asocia a una imagen crea un concepto, es por ello que la dicción
clara es muy importante por parte de su maestro o padre, además que se debe permitir a
los infantes crear diálogos y hablar en públicos para mejorar su calidad en el habla y su
expresión oral, en este aspecto se puede utilizar retahílas, trabalenguas y canciones que
mejoren los procesos orales, la memoria y el ritmo.
Todo lo anterior nos debe llevar a repensar y diseñar estrategias pedagógicas y
metodológicas que emulen las buenas practicas exitosas de la pedagogía Waldorf,
utilizando herramientas tan importantes como las expresiones artísticas y la escucha de
relatos, además que el fortalecimiento de los lazos afectivos entre padres e hijos, cuando
se hacen actividades juntos, como leer todos los días un cuento, en lugar de acostarse el
niño con la programación neurolingüística de la novela que esta de moda.