Gatopardo Ecuador Enero

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18 GATOPARDO www.gatopardo.com AGENDA PÚBLICA En la mesa con Rubén Blades La vida del famoso sonero es como la Santa Trinidad de carne y hueso: cine, música y política han designado el espíritu de su larga biografía. Toda una vaina. por cristhian vera Para un artista inalcanzable, internet es más que un puente. Tu capacidad se traduce en composiciones más sintonizadas con la realidad de nuestra gente, ¿cómo se sostiene esa responsabilidad? No estar dominado por una multinacional o casa disque- ra proporciona la suficiente libertad creativa que permite escoger los temas a desarro- llar. Sobre lo de estar más sintonizado con la realidad, para eso lo único que tienes que hacer es abrir los ojos y no vender tu alma al facilis- mo y la mediocridad. Desde que apareció Metiendo mano! (1977), ¿qué rum- bo tuvo la historia de la salsa? En realidad, lo único que me parece importante destacar sobre la aparición de ese disco es que la canción “Pablo Pueblo” marca un punto y aparte en la temática del género. Hasta ese mo- mento, los grandes nombres de la salsa grababan temas cortos y dirigidos al escape, no a la documentación de la realidad urbana. En los años setenta, en América Latina se desarrollaron modelos de gobernanza hostil con la población, ¿cómo influyó aquello en tu quehacer artístico? Desde mi primer álbum, De Panamá a New York, los conte- nidos de la dictadura y del abuso formaron parte de mi trabajo. Era imposible regis- trar el contexto urbano po- pular en América sin denun- ciar la existencia del totalitarismo. ¿Cuál es el know how para llegar a varias culturas y trascender en el tiempo? Me parece que la lectura, la observación, el análisis, y despo- jarse de prejuicios cuando se examina. El argumento me ayu- da a escribir temas, alejado de las modas y de lo comer- cial. Las canciones no tienen fecha de expiración porque describen situaciones. Pero en nuestra sociedad, por lo general, cuando un país en- frenta a la realidad, la reali- dad pierde. Por eso no deja de sorprenderme que las to- nadas sean bien recibidas, ahora por nuevas generacio- nes. Mucho de tu éxito también se lo debes a Es- tados Unidos, cuyo mode- lo político siempre criti- caste. ¿Cómo lograste cuestionar “desde aden- tro”? Es un lugar complejo, como complicados son todos los países, sus desarrollos y orientación. Mi problema radica en la estupidez o in- justicia de cualquier socie- dad, incluido Estados Uni- dos, pero un país no es sólo el gobierno y sus políticas. Es mucho más que eso. Cuestionar desde adentro, en la época de Reagan, me llevó a ser vetado por más de 15 años. Aunque la situación allá ha cambiado muchísimo desde los ochenta, todavía encontrarás gente que cree que el monseñor Óscar Ar- nulfo Romero era un agente del comunismo internacio- “No es el ser cantautor lo que te excluiría de la actividad política. La estupidez, la mediocridad, la ausencia de ideas y la deshonestidad son lo que te debiera marginar del ejercicio político”.

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AgendA públicA — En la mesa con

Rubén BladesLa vida del famoso sonero es como la Santa Trinidad de carne y hueso: cine, música y política han designado el espíritu de su

larga biografía. Toda una vaina. — por cristhian vera

Para un artista inalcanzable, internet es más que un puente. Tu capacidad se traduce en composiciones más sintonizadas con la realidad de nuestra gente, ¿cómo se sostiene esa responsabilidad? No estar dominado por una multinacional o casa disque-ra proporciona la suficiente libertad creativa que permite escoger los temas a desarro-llar. Sobre lo de estar más sintonizado con la realidad, para eso lo único que tienes que hacer es abrir los ojos y no vender tu alma al facilis-mo y la mediocridad. Desde que apareció Metiendo mano! (1977), ¿qué rum-bo tuvo la historia de la salsa? En realidad, lo único que me parece importante destacar sobre la aparición de ese disco es que la canción “Pablo Pueblo” marca un punto y aparte en la temática del género. Hasta ese mo-mento, los grandes nombres de la salsa grababan temas cortos y dirigidos al escape, no a la documentación de la realidad urbana. En los años setenta, en América Latina se desarrollaron modelos de gobernanza hostil con la población, ¿cómo influyó aquello en tu quehacer artístico? Desde mi primer álbum, De Panamá a New York, los conte-nidos de la dictadura y del abuso formaron parte de mi trabajo. Era imposible regis-trar el contexto urbano po-pular en América sin denun-

ciar la existencia del totalitarismo. ¿Cuál es el know how para llegar a varias culturas y trascender en el tiempo? Me parece que la lectura, la observación, el análisis, y despo-jarse de prejuicios cuando se examina. El argumento me ayu-

da a escribir temas, alejado de las modas y de lo comer-cial. Las canciones no tienen fecha de expiración porque describen situaciones. Pero en nuestra sociedad, por lo general, cuando un país en-frenta a la realidad, la reali-dad pierde. Por eso no deja de sorprenderme que las to-nadas sean bien recibidas, ahora por nuevas generacio-nes. Mucho de tu éxito también se lo debes a Es-tados Unidos, cuyo mode-lo político siempre criti-caste. ¿Cómo lograste cuestionar “desde aden-tro”? Es un lugar complejo, como complicados son todos los países, sus desarrollos y orientación. Mi problema radica en la estupidez o in-justicia de cualquier socie-dad, incluido Estados Uni-dos, pero un país no es sólo el gobierno y sus políticas. Es mucho más que eso. Cuestionar desde adentro, en la época de Reagan, me llevó a ser vetado por más de 15 años. Aunque la situación allá ha cambiado muchísimo desde los ochenta, todavía encontrarás gente que cree que el monseñor Óscar Ar-nulfo Romero era un agente del comunismo internacio-

“No es el ser cantautor lo que te excluiría de la actividad política. La

estupidez, la mediocridad, la ausencia de ideas y la deshonestidad son lo que te debiera marginar del ejercicio político”.

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nal y que considera heroica a una persona identificada con el terrorismo, como Posada Carriles. Esa misma gente insiste en que Barack Obama es un agente musulmán encubierto, que nació en Kenia y quién sabe cuántas absurdas teorías más. ¿Qué te permitió el crossover? Nunca fui un candidato al crossover porque mi posibilidad comercial de ser la Coca-Cola del mundo, versión musical, jamás fue mi objetivo. En todo caso, mi negativa a escribir por modas e incluir la realidad po-lítica en mis temas garantizaba que jamás tendría un lugar en el mainstream, concebido ayer y hoy. Es un reto masificar un

mensaje de cambio social, pero ¿suena bien mercado y

lucha? Nunca lo vi en esos términos tan fríos. Escribo lo que me parece correcto. Ubico el tema desde una perspectiva ciu-dadana, urbana y lo planteo públicamente. Sospecho que tu

talento se siembra en las calles y se cosecha en el estudio,

¿está bien la intuición? El orgullo es la humildad en reposo. La intuición es la emoción informada que te habla en voz baja. El “segundo cerebro” está ubicado en nuestros intestinos. Quizás allí reside la verdadera emoción. El ser consistente en lo que uno considera correcto, en establecer un código de con-ducta y de vida, darle al absurdo una justificación de vida, como diría el honrado Camus, todo eso me parece que informa y construye esa intuición. ¿Qué pasó por tu mente cuando

te presentaste en Chile, en plena dictadura? Chile siem-pre fue un ejemplo cívico mundial, hasta el golpe de 1973. Ese estado de civismo creo que continúa dentro del alma del pue-blo chileno, uno de los más cultos de América. Por eso no me sentí específicamente preocupado por ir allá a cantar “Des-apariciones” en el Estadio Nacional. Mucho aprendizaje y

ejercicio, ¿qué te ayudó a seguirle dando sorpresas a la

gente, como tu propuesta presidencial para Panamá en

1994? Por regla general la gente no participa como candidata en los procesos políticos de sus respectivos países. Te dicen, casi todos, “la política es una mierda”, y la dejan así, al alcance y el usufructo de la mediocridad y la corrupción que critican inútilmente, desde la distancia. El movimiento Papa Egoró te-nía como propósito no glorificar a mi figura, sino demostrar que podíamos, independientemente de los partidos de corte tradicional, crear una respuesta política popular sin apadri-namiento de intereses especiales o ideologías específicas. ¿Cómo califica un cantautor para ser político? No es el ser cantautor lo que te excluiría de la actividad política. La estupi-dez, la mediocridad, la ausencia de ideas y la deshonestidad son lo que te debiera marginar del ejercicio político. Sin em-bargo, no es así. Tengo un título en Derecho y Ciencias Políti-cas de la Universidad de Panamá y una maestría en Derecho de la Universidad de Harvard. Ésos no me salieron de un pa-quete de Corn Flakes. Para mí, el acto de participar en la polí-tica fue un acto en defensa propia. Si no participamos los ho-nestos, la política seguirá siendo definida por los deshonestos, punto. ¿Cuál fue tu verdadera intención de actuar en más

de 30 películas? Creo que he trabajado en unas 36, también en documentales y series de televisión, etcétera. Primero, me

interesaba participar de proyectos en los cuales la responsabi-lidad total no es mía, es compartida. Segundo, el cine me per-mite trabajar con artistas que admiro, pero que no militan en mi campo musical. Y, tercero, me brinda la oportunidad de in-ternacionalizar mi trabajo a un nivel superior al que me propor-ciona la música, y eso me ofrece acceso a lo que llaman el mains-tream, probablemente es a lo que usted se refiere como el crossover. Lo cierto es que mucha gente pondrá más atención a lo que digo si tienen idea de quién soy y por qué hago lo que hago. Se establecen conexiones adicionales que pueden resultar de mucho valor social, especialmente en estos tiempos en que la gente sólo atiende lo que reconoce. Aún a la espera de la li-bertad de Pedro Navaja, ¿de qué se alimentan tus com-posiciones en la actualidad? De lo de siempre: el devenir urbano, en todas sus manifestaciones y dimensiones. Si an-tes la gente “sudaba” a Chanel, ¿cuál es el olor ahora? La gente no sudaba Chanel; algunos transpiraban eso. Ahora el olor es el de la inseguridad. ¿Sigues buscando a la Améri-ca libre, justa y plural? Creo que todos estamos anhelando eso. ¿Qué debemos hacer? Básicamente ser responsables con nosotros, ser solidarios, estudiar, trabajar, no sustentar nuestra felicidad en la infelicidad del otro. ¿Qué te preocu-pa hoy? Nuestra sociedad, a pesar del acceso que hoy existe a la información, podría ser la primera en la historia en des-aparecer por ignorancia. Y no te enojes si te pregunto, ¿hasta cuándo escribirás salsa grandilocuente? No es grandilocuente. Son letras que no se limitan a plantear el es-cape. Si fuese algo falso, simplemente rebuscado para impre-sionar, entonces la clase popular hace rato que la hubiese abandonado y no tendría vigencia hoy. Te dejo con un verso de mi canción “Las calles”. Consulta con Vargas Llosa y pre-gúntale si la imagen literaria planteada es buena, y después consulta en El Callao a la gente si entienden lo que escribí, si se identifican. Dice: “Son páginas estas calles que se encogen con los años, escritas en un idioma que no entienden los ex-traños. Nacimos de muchas madres pero aquí sólo hay her-manos. En mi calle la vida y la muerte bailan, con la cerveza en la mano”.

“Desde mi primer álbum, De Panamá a New York, los

contenidos de la dictadura y del abuso formaron parte de mi trabajo. Era imposible registrar

el contexto urbano popular en América sin denunciar la existencia del totalitarismo”.