Gaspar Noe, Revista THC51, 2012

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“Sobre drogaS, me Siento diplomado”

Por Celeste OrozcoFotos Sub. Coop

Gaspar Noé, ciNeasta y viajero

Entró por la puerta grande del escándalo con Irreversible, donde la violencia y el realismo son inseparables. Pero además de saber de cine, es un experimentado viajero de la conciencia,

tanto que su última película es una extensa visión de DMT. Sobremesa con un hombre que filma la mente

entreV iSta tHC

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Cuando arrancó este siglo, en 2003, e Irreversible se estrenó en la Argentina, se decía que

era una película sólo apta para quie-nes se conmueven con la violencia. Por esa película fue que muchos co-nocimos a Gaspar Noé (que es ar-gentino, aunque vive en Francia). Efectivamente, Irreversible incluye una violación y un asesinato a golpes con un matafuego, filmados en de-talle y con bastante vértigo. La pelí-cula, narrada de atrás para adelante, cierra con esta frase: Le temps detruit tout [“El tiempo destruye todo”].

Pasaron seis años hasta que vol-vimos a saber de él. Y recién hace pocos meses, Noé volvió a la Ar-gentina por dos motivos: primero, para ver a su madre; segundo, para estrenar Enter The Void [“Entrar al vacío”], que había terminado tres años atrás. The Void es un boliche que queda en Tokio, donde trans-curre parte importante de esta his-toria de dos hermanos americanos huérfanos de padre y madre que se juraron fidelidad eterna.

Oscar es dealer. Cuando em-pieza la película, los hermanos conversan sobre la muerte en el monoambiente donde viven, fren-te a The Void, iluminados por los neones verdes, violetas y fucsias del boliche. Al rato, él se da un pipa-zo de DMT, se desdobla, ve formas psicodélicas, pero suena el teléfono y es alguien que le pide un poco. Como puede, encara la odisea de llegar hasta The Void, se toma un ácido, se encuentra con un amigo y comentan El libro tibetano de los Muertos. Entra a El Vacío. Antes de que la policía japonesa le agu-jeree la puerta del baño a balazos, él ve la cara de quien lo traicionó. Cuando el pibe cae sobre esa letri-na mugrienta, pongámosle muerto, recién pasó media hora de pelícu-la. Las dos horas que siguen son su viaje por la muerte.

Habíamos quedado en entrevis-tar a Noé el día del estreno, pero cuando llegamos a la sala, nos ex-plicó que tenía problemas técnicos y, hasta no resolverlos, no podía pensar en otra cosa. En el cine sólo había una copia de la película en dvd, las de alta calidad llegarían desde Estados Unidos días después, así que al momento del estreno, todo parecía indicar que veríamos una copia como la que te comprás en la calle, pero en pantalla gran-de, lo que agrava las cosas.

Noé decidió no presentar la pe-lícula, sí pidió disculpas, explicó la situación y aclaró que era mucho mejor de lo que iban a ver. Sopor-tó en la sala cinco minutos. Salió a las puteadas, preocupado porque la gente se iba a marear, les iba a em-

pezar a doler la cabeza o las visiones de DMT les darían náuseas. “Para verla así, es mejor que la miren en Cuevana”, dijo. Suspendió la entre-vista, se fue a cenar con su padre, el pintor Felipe Noé (varios de sus cuadros, los más psicodélicos, apare-cen en Enter The Void) y a los pocos días volvió a Francia. Un mes des-pués nos avisó que estaba en Argen-tina por muy poco tiempo.

Esta entrevista, aclaraciones me-diantes, se hizo el último domin-go de Pascua, durante la sobremesa familiar de los Noé, en uno de los cuartos de la casa de su hermana, en el barrio porteño de Barracas, sentados a la mesa con varios ador-nos de canutillos que Gaspar com-paró con las visiones de ayahuasca. Su padre nos pidió que hablemos sólo de cine. Fue imposible.

¿Tenés la idea de hacer Enter The Void desde los 19 años? Sí, cuando tenía 19 vi Estados alte-rados, de Ken Russell, y me tomé algunos hongos y algún que otro ácido. Más tarde, me tomé un hon-go y vi en la tele una película de de-tectives de los años 50 que se llama Lady in the lake. Es una película en visión subjetiva y al verla pensé que sería bueno hacer una película don-de se viera lo que yo había visto a la tarde, esas deformaciones de la percepción. De ahí en más, agre-gando lo que leí sobre la vida des-pués de la muerte, sobre budismo tibetano, empecé a inventar una his-toria donde el personaje principal moría y se desdoblaba y se veía a sí mismo, como un fantasma, des-de arriba. Pensé que El libro de los Muertos era una buena estructura para el largometraje. La primera ver-sión ocurría en Argentina, la segun-da en Francia, la tercera la mudé a Nueva York y después, cuando fui a presentar otra película a Tokio, me enamoré de Tokio y pensé que el guión podía tener destino por últi-ma vez ahí. De hecho, cuadra mu-cho más para la película.

¿Cómo fue filmar algo que madu-raste durante 25 años?Fue por etapas. Fui muchas veces

a Japón para escribir el guión. En un momento, un amigo se iba a Perú a probar ayahuasca, me invitó y fui, pensé que sería bueno tener alucinaciones para no copiarlas de otras películas. Hay tantos efectos visuales baratos que representan los trips de marihuana, de LSD, que es mejor indagar un poco.

¿Y cómo fueron tus experiencias con ayahuasca, hongos y ácidos?Alguna buenas, otras malas. Algu-nas son tan intensas que se convier-ten en películas de terror. Pero un trip puede empezar mal y termi-nar bien, o al revés.

Contame alguno. En un momento son muy intensas, pero después, en la memoria, se van desdibujando las experiencias que

tuviste a los 20 años. Cuando te-nés 45 visualmente te queda poco, son sensaciones y hasta los viajes traumatizantes, al cabo de cierto tiempo, te causan risa. Los viajes más visuales fueron con ayahuas-ca. La probé en Francia, cuando no estaba prohibida. Hacerlo en un contexto donde sabés que está prohibido es un poco pesado, si al-guien se pone mal, si los vecinos se quejan… En Perú es legal y lo hacés; y hay mosquitos y hay ara-ñas, cosas así.

¿Qué recordás de la experiencia que tuviste en Perú?Fue en Pucallpa, me tomé un bar-quito y fui a ver a un chamán. Es muy fuerte, mientras la persona que canta te guía por el viaje po-dés sentir que la cabeza te explo-ta en mil pedazos. Las visiones son muy electrónicas, como tubos de neón, como ciudades del futuro, como el interior de un plato vo-lador, como la película Tron, todo negro con rayitas muy coloridas, y tenés formas geométricas, medio inhumanas, casi extraterrestres que son como de historieta japonesa. La experiencia es profunda pero, visualmente, las formas que vie-nen a tu mente parecen muy arti-ficiales, muy puntiagudas. Es una

experiencia aconsejable para aque-llos que se sienten fuertes para vi-virla y en un buen contexto para hacerla. Hay gente a la que le sale el tiro por la culata, si estás en un mal contexto o si estás mal, ya sa-bés... como todas las drogas.

¿Cómo fue el día después?Podés tener imágenes de terror que te persiguen un cierto tiem-po o imágenes de algo que se pa-rece al paraíso, o imágenes de luz o pensamiento inhabituales pero, en todo caso, la ayahuasca no deja re-saca y cuando se corta, baja paula-tinamente. Al día siguiente te sentís muy fresquito. Cuando está corta-da con datura no, porque la datu-ra dura mucha más tiempo, es una planta muy pesada. La mayor parte de la gente que fuma o bebe datura entra en un trip infernal en que ni recordás que estás drogado. Podés hablar con la heladera pensando en que es tu madre. Visto desde afue-ra, la gente hace cosas totalmente ilógicas, pero desde adentro todo te parece muy real.

¿También probaste DMT fumado?Tres veces en mi vida. Dura muy poco, es como el tráiler de una pe-lícula sobre ayahuasca. Podés llegar a ciertos niveles superiores, pero la verdad es que cuando se corta estás re aliviado, porque hay algo extra-terrestre en las percepciones, puede ser fascinante, pero no es agradable. Es como si una fuerza superior hu-biese violado tu mente. En el mejor de los casos, ves imágenes lindísi-mas, coloridas y complejas.

¿Te preguntás de dónde vienen esas imágenes?Yo tomé salvia una sola vez, en Holanda, y me pareció estar en un mundo bidimensional, donde había cosas que giraban, con soni-dos metálicos. Una cosa totalmente mecánica, inhumana, que no tenía nada que ver con el tipo de imáge-nes que tenés en tus sueños o que ves en la vida real. También cuan-do tomás ayahuasca o DMT ves formas que no se parecen a nada que hayas visto. En los peores casos hay gente que se siente como po-seída por alguna forma de vida ex-traterreste, porque tu cerebro deja de pensar y de algún modo deja de ver. Te parece que algo se metió en la cabeza y te están proyectando imágenes de otro mundo.

FILMAR EL TRIP¿Creés que en la película lograste representar bien un viaje?Los viajes de DMT son mucho más raros que lo que se ve en la película, donde aparece una mezcla de lo que

El DMT es como el tráiler de una película sobre ayahuasca. La verdad es que cuando se corta estás re aliviado, hay algo extraterrestre

en las percepciones, puede ser fascinante, pero no es agradable. Es como si una fuerza

superior hubiese violado tu mente.

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se puede ver con hongos, con LSD en altas dosis. Las formas geométri-cas que aparecen en el DMT son más puntiagudas y con una defini-ción más precisa. Como si lo que te-nés en la cabeza tuviera muchos más píxeles que lo que ves con tus ojos.

Si técnicamente se pueden lograr esas imágenes, ¿en qué aspectos la película no lo refleja?Los efectos de la película los hizo una compañía de efectos visuales, que es la mejor que hay en Francia. Yo les hice un montón de gráficos y dibujos como referencia y es cierto que, pese a todo, a que intenté acercarme lo más posible a lo que sería una visión de DMT, la película sigue estando muy lejos de lo que es. El equipo de efec-tos visuales no había tomado este tipo de sustancias, interpretaron lo que yo les dije. Pero para lograr hacer visio-nes de DMT o de ayahuasca y que sean realmente como las que se tienen, tendrían que haber probado.

¿Por qué entre tantos viajes elegis-te contar un mal flash?Mi película no deja de ser algo has-ta infantil, es muy narrativa. Creo que si alguien hace un trip en el mo-mento de la muerte o un viaje post mórtem, si existiese, sería una cosa muy abstracta, más psicótica que lo que es mi película, donde hay mu-

chos diálogos. La realidad de un via-je alucinógeno, si el alma pudiera realmente separarse del cuerpo, se-ría mucho más visual, experimen-tal y trascendental.

¿Por qué seguiste el camino de la narración?Para conseguir el dinero, ese era el compromiso: un largometraje con ac-tores, con efectos especiales, algo que se pueda financiar y que pueda llegar a cierto público. Podría haber hecho una película mucho más barata, pero en ese caso son otros circuitos.

DESDOBLAMIENTOSEl DMT es una sustancia que tam-bién produce nuestro organismo y que se libera en dos momentos: al nacer y al morir. Tu protagonis-ta muere teniendo un viaje de DMT fumado, hace un doble viaje… Hay teorías que dicen que el DMT es lo que te hace soñar, que el cere-bro larga unas gotitas ínfimas cada noche. Y soñar debe tener algún fun-damento, todo lo que hace el cuer-po está ligado a la supervivencia. El protagonista, cuando baja por las es-caleras, dice que se tomó un ácido también. Así que ácido más DMT,

ya tenés la cabeza como un tambor. Más que le pegan un balazo y mue-re, más el miedo, la adrenalina. En los sueños astrales, cuando la gente dice: Me vi desde afuera, me desdo-blé, es porque la parte que está al-rededor de la oreja está anestesiada. Hay tres válvulas ahí que regulan el equilibrio; si las tenés anestesiadas, tenés la sensación de flotar. Como tenés un conocimiento espacial del lugar a dónde estás, recuperás el espa-cio en 3D, como por computadora, pero te vas a visualizar desde afue-ra, flotando sobre vos mismo, por-que ya no hay más gravedad dentro de tu cabeza.

No lo relacionás con algo metafísico. A veces los sueños son divertidos, otras veces misteriosos, otras son pe-sadillas y eso, a veces, poco tiene que ver con los eventos que soñaste. Po-dés soñar con un gatito que está to-mando leche en un platito y es una pesadilla porque hay algo que hace que la situación sea horrible. Al mis-mo tiempo, podes soñar que estás caminando sobre una ciudad vacía porque hubo una explosión atómi-ca y puede ser un sueño muy lindo porque estás tranquilo.

Aunque tuviste muchas experien-cias con drogas, no caíste en el mis-ticismo, sino todo lo contrario. Trato de ser lógico. Es interesan-te ahora ver a mi madre alucinan-do todo el tiempo. Tiene problemas mentales, de epilepsia no convulsi-va, y hace un mes que está en un mal viaje como nunca vi uno. Ahí te das cuenta de que cuando el ce-rebro se descompone suceden cosas que son peores que las peores dro-gas. Son viajes de los que ya no salís. Hay gente que hace trips horribles con marihuana, pero sabés que en algún momento se termina.

¿No fumás marihuana?Yo ya no fumo porque me pongo muy paranoico, dejé cuando tenía 23 años. Hay gente que se tranqui-liza como si fuese opio. A mí no me resulta. Me resulta más el vino o el alcohol. Extrañamente, me intimi-daría menos tomarme un hongo que fumar marihuana.

¿Ya no usás drogas?En este tema me siento diplomado. Si me invitás a una sesión de ayahuas-ca, hoy por hoy, no iría, no siento la necesidad. Sin embargo, hay cosas que no están consideradas drogas que pueden provocar efectos alucinóge-nos también, como el alcohol. Cuan-do tomás mucho alcohol blanco y

GASPAR NOÉ

la cárcel. Completamente autofinanciada, cuenta Noé que durante el rodaje varias veces tuvo que recolectar colas sobran-tes en las latas de fílmico, “puchos” en la jerga, dejando al actor con la ropa chiva-da hasta poder volver a filmar.

2. SOLO CONTRA TODOS (1998)Empieza con un resumen de Carne que nos ubica en tiempo y espacio, con la voz del carnicero en off: pasó cinco años en la cárcel, su hija ya no está, ahora vive con una mujer gorda y embarazada a la que odia y también con su suegra, sólo por la promesa de un dinero para volver a mon-tar su carnicería. Su monólogo interior es constante y demoledor. Algunos carteles con frases completan la deriva de nuestro personaje, que dura hora y media. Uno de ellos dice que “al final la muerte no abre ninguna puerta”.

Para ver online› PROTege MOi (2003): un videoclip censurado de dicho tema de la banda in-glesa Placebo, una orgía de la mente de Gaspar Noé.› evA (2005): un minuto y medio de la modelo checa Eva Herzigova jugan-do en corpiño y bombacha con un ga-tito bebé.

violencia y cuentos verdesGaspar Noé pasó su infancia entre Bue-nos Aires y Nueva York. En 1976, a sus 12 años, sus padres se exiliaron en París. Es-tudió cine en la Louis Lumière High School y filosofía en La Sorbonne. En 1985 volvió a la Argentina para asistir a Pino Solanas en la película El exilio de Gardel y dirigió su primer corto en 35mm, Tintarella di Luna. Después se asoció con la cineasta francesa Lucile Hadzihalilovic (la directo-ra de Innocence) quien editaría el primer mediometraje de Noé (Carne) y también su continuación, Solo contra todos. con el actor de ambas películas, Phillipe Nahon, Noé filmó el corto porno Sodomites y We fuck alone, que forma parte de una serie de otros siete cortos porno compilados en la película Destricted de 2006. Ahora trabaja en una película erótica.

1. CARNe (1991)Una pequeña introducción sobre la car-ne de caballo como alimento. Corte y un caballo chorrea litros de sangre. Acto se-guido, una embarazada comiendo esa carne; después, el parto en primer plano. En ese mismo registro salvaje, la mu-jer abandona a la niña, que se va a criar con su padre carnicero, lo que suscita una serie de episodios que lo llevan a

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máxima pureza

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ENTER ThE vOiD. "Las visiones de ayahuasca son muy electrónicas, como tubos de neón, como ciudades del futuro, como el interior de un plato volador".

cambiás de hemisferio, por ejemplo, cuando estás en Francia y venís a Ar-gentina, a veces la mezcla de cambio de horario y de alcohol te crea un black-out, o podés tener efectos se-cundarios como ver formas geomé-tricas. La falta de sueño te provoca algunos efectos, de repente se te cor-ta la película y no sabés dónde estás, con quién estás, ni quién sos. A veces, también podés tener desdoblamien-tos de imágenes o ver auras.

Después de experimentado tanto, ¿qué fue lo que más te flasheó?Yo no creo mucho en los recuerdos que aparecen al cabo de 30 ó 20 años, en general son falsas memorias que la gente se inventa para justificar com-portamientos del tiempo presente. Pero con ayahuasca tuve algunos re-cuerdos de sensaciones particulares que había tenido a los 10 años; de repente, 30 años más tarde, la sensa-ción exacta, ves la película como si es-tuvieras ahí. Eso me impresionó, hacés un viaje en el tiempo y no decidís cuál es el recuerdo que te golpea.

Al usar sustancias que están en la na-turaleza, ¿estamos más cerca de ser nuestro dios o de seguir el camino que se nos ofrece por esos medios? Esa pregunta es parte de los efectos de lo que consumís. A veces, hay co-sas que te parecen mágicas. Una vez estaba en Perú tomando ayahuasca y me desperté en el lugar donde yo dormía, como un hotelito, en una isla. Tenía el libro de 2001: Odisea del espacio, que es mi película favo-rita. Encima del libro se había pues-to una ranita… y me miraba. Para mí era como un signo, como que la ranita había venido especialmente a traerme un mensaje. Tenés sensacio-nes que vos te inventás, como si el mundo exterior te fuese destinado. Pero, en verdad, es un signo mágico

que sólo funciona para mí. Hay co-sas que después te cansan. Los viajes pueden ser divertidos, pero al cabo de cierto tiempo también relativizás el interés porque algunos determi-nan tu vida; otros, la mayor parte de las veces, no.

¿Y cuál te determinó?Cuando vi 2001: Odisea del espacio, a los 6 años, en un cine, en pantalla grande, sentí que había sido droga-do por la película. Quizás fue eso lo que me llevó a hacer Enter The Void

y lo que decidió que me haya dedi-cado al cine.

MAL TRIPAlguno podría pensar que en Enter the void hay una condena del uso de drogas, ¿qué te llevó a castigar tan-to al protagonista?En Japón hay mucha represión a las drogas, son muchísimo más duros que aquí o en Estados Unidos. Si te para la policía y tenés un poquito de mari-huana en tu pis de las últimas dos se-manas, vas preso o te echan del país. Lo curioso es que hay gente que con-sumió ácido de joven y me dice: “Tu película me dio ganas de tomar más ácido”. Y otra gente, que nunca tomó drogas, me dice: “Qxué suerte que vi tu película, ahora más que nunca no tomaré drogas, porque tengo una vi-

sión más clara de lo que es y la verdad no me interesa”. Es decir que cada uno ve en la película su punto de vista. Es como esa película sobre la Batalla de Argelia, que los milicos utilizaban para enseñar cómo reprimir a los revolu-cionarios y los revolucionarios se las mostraban entre ellos para ver cómo se podían poner bombas en los ba-res. La película no está ni a favor ni en contra de las drogas, pero es cier-to que a este chico que vende mise-rablemente unas piedras de éxtasis, le sale el tiro por la culata.

¿Qué pensás de la prohibición de las drogas?El problema es cuando la penali-zación crea un sistema criminal de gente que comercializa drogas du-ras que, además, son muy truchas; lo que pasa ahora en Francia, por ejem-plo: la gente no consume cocaína, es anfetamina cortada con 20 mil cosas que no saben ni lo qué es, que hacen sangrar la nariz y tienen un millón de efectos secundarios que son peores que los de la cocaína pura. La mari-huana no trae tanto dinero como la cocaína, no es el mismo problema. Pero el cigarrillo es una droga tam-bién y no está prohibido.

No creés en la reencarnación, pero tu película habla sobre eso. Hay gente que hace películas sobre

los platos voladores porque le gusta el mito colectivo, no hace falta creer. Que haya un alma que se puede se-parar de la carne es un mito que está en todas las religiones y, en todo caso, las religiones abusan de ese concepto y de la recompensa que te van a dar en una vida futura, para manejar a la gen-te. Pero, más allá de eso, si funciona es porque la gente necesita como un tranquilizante para no tenerle miedo a la muerte. La frase esa de que la re-ligión es el opio de los pueblos… yo la creo. Pero también hay una nece-sidad de decir que la vida no se corta ahí. La mía es una visión mucho más materialista; es más útil, pero también muy angustiante.

hablando de cosas angustiantes, fil-maste un aborto muy crudamente. ¿Por qué siempre en tus películas hay algo que preferiríamos no ver? Es que así son los abortos en Japón. En el guión, la chica se tomaba una pildorita abortiva, pero me dijeron que allá se hacen a la antigua. Pero no hay un discurso ni a favor ni en contra del aborto. Hay gente que me pregunta por qué hiciste una histo-ria de una hermana y un hermano en vez de hacer una historia de amor. No sé, me pareció que era mejor que haya un dramatismo inicial porque perdieron a sus dos padres.

igual, se sugiere algo incestuoso.La cosa incestuosa, en realidad, no estaba en el guión. Apareció en la fil-mación por ideas de la actriz, Paz de la Huerta. Filmamos esa toma cinco veces sin que el chico huela la bom-bacha de su hermana. Y el actor me pidió por favor que no lo incluya porque tiene dos hermanas y no que-ría que lo vieran en esa imagen. Des-pués, por supuesto, cuando la estaba compaginando, la incluí. ¡Era lo más divertido de la película!

No creo mucho en los recuerdos que aparecen luego de 30 ó 20 años, son falsas memorias

que la gente se inventa para justificar compor-tamientos en el presente. Pero con ayahuasca recordé sensaciones que había tenido a los 10

años, vi la película como si estuviera ahí.