Garcia Cordero Maximiliano La Biblia y El Legado Del Antiguo Oriente

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BIBLIOTECA DB AUTORES CRISTIANOS Declarada de interés nacional 390 ESTA COLECCIÓN SE PUBLICA BAJO LOS AUSPICIOS Y ALTA DIRECCIÓN DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA LA COMISIÓN DE DICHA PONTIFICIA UNIVER- SIDAD ENCARGADA DE LA INMEDIATA RELA- CIÓN CON LA BAC ESTÁ INTEGRADA EN EL AÑO 1977 POR LOS SEÑORES SIGUIENTES: PRESIDENTE : Emmo. y Rvdmo. Sr. Dr. VICENTE ENRIQUE Y TARANCÓN, Cardenal Arzobispo de Madrid-Alcalá y Gran Canciller de la Universidad Pontificia VICEPRESIDENTE: limo. Sr. Dr. FERNANDO SEBASTIÁN AGUILAR, Rector Magnífico VOCALES : Dr. ALFONSO ORTEGA CARMONA, Vicerrector, Decano de la Facultad de Filosofía y Letras y Vicedecano de la Sección de Filología Bíblica Trilingüe; Dr. JUAN LUIS ACEBAL LUJAN, Secretario General; Dr. GABRIEL PÉREZ RODRÍGUEZ, Decano de la Facultad de Teología; Dr. JU- LIO MANZANARES MARIJUÁN, Decano de la Facultad de Derecho Canónico; Dr. MANUEL CAPELO MARTÍNEZ, De- cano de la Facultad de Ciencias Sociales; Dr. SATURNINO ALVAREZ TURIENZO, Vicedecano de la Sección de Filosofía; Dr. JUAN ANTONIO CABEZAS SANDOVAL, Vicedecano de la Sección de Pedagogía; Dr. ENRIQUE FREIJO BALSEBRE, Vi- cedecano de la Sección de Psicología. Sitf'.KETARio: Dr. JUAN SÁNCHEZ SÁNCHEZ, Catedrático de Derecho Canónico. I.A EDITORIAL CATÓLICA, S. A. — APARTADO 466 MADRID MCMLXXVII LA BIBLIA Y EL LEGADO DEL ANTIGUO ORIENTE El entorno cultural de la historia de salvación POR MAXIMILIANO GARCÍA CORDERO CATEDRÁTICO DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA xj.ca.. \ASUS>J¿ASO BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANAS MADRID MCMLXXVII

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LA BIBLIA Y EL LEGADO DEL ANTIGUO ORIENTEnacional

AUTORES CRISTIANOSDeclarada de inters 390 ESTA COLECCIN SE PUBLICA BAJO LOS AUSPICIOS Y ALTA DIRECCIN DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA

El entorno cultural de la historia de salvacinPOR

MAXIMILIANOLA COMISIN DE DICHA PONTIFICIA UNIVERSIDAD ENCARGADA DE LA INMEDIATA RELACIN CON LA BAC EST INTEGRADA EN E L AO 1 9 7 7 POR LOS SEORES S I G U I E N T E S :

GARCA

CORDERO

CATEDRTICO DE LA UNIVERSIDAD P O N T I F I C I A DE SALAMANCA

PRESIDENTE :

Emmo. y Rvdmo. Sr. Dr. VICENTE ENRIQUE Y TARANCN,

Cardenal Arzobispo de Madrid-Alcal y Gran Canciller de la Universidad PontificiaVICEPRESIDENTE: limo. Sr. Dr. FERNANDO SEBASTIN

AGUILAR, RectorVOCALES :

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Dr. A L F O N S O ORTEGA CARMONA,

Decano de la Facultad de Filosofa y Letras y Vicedecano de la Seccin de Filologa Bblica Trilinge; Dr. JUAN LUISACEBAL LUJAN, Secretario General; Dr. GABRIEL PREZ

RODRGUEZ, Decano de la Facultad de Teologa; Dr. J U LIO MANZANARES MARIJUN, Decano de la Facultad de Derecho Cannico; Dr. MANUEL CAPELO MARTNEZ, De-

cano de la Facultad de Ciencias Sociales; Dr. SATURNINO ALVAREZ TURIENZO, Vicedecano de la Seccin de Filosofa;Dr. JUAN ANTONIO CABEZAS SANDOVAL, Vicedecano de la

Seccin de Pedagoga; Dr. ENRIQUE FREIJO BALSEBRE, Vi-

cedecano de la Seccin de Psicologa.Sitf'.KETARio: Dr. JUAN SNCHEZ SNCHEZ, Catedrtico

de Derecho

Cannico. BIBLIOTECA DE A U T O R E SMADRID MCMLXXVII

I.A EDITORIAL CATLICA, S. A. APARTADO 466MADRID MCMLXXVII

CRISTIANAS

\ la memoria de mi maestro P. Rolando de Vaux. O.P.. quien, con sus luminosas lecciones sobre historia bblica en L' Ecole Biblique de Jrusalem, imprimi en mis ilusiones de estudiante el deseo de entregarme de lleno a la investigacin del Libro de los libros.

@ Biblioteca de Autores Cristianos, de EDICA, S. A. Madrid 1977 Coa censura eclesistica Depsito legal M-8302-1977 JSBN 84-220-0809-2 Impreso en Espaa. Printed in Spain

N D I C E

G E N E R A L

Pgs.PRLOGO SIGLAS xv xxi

I.

Los orgenes del mundo y de la humanidad 1. El relato de la creacin; del caos al cosmos a) Poema de la creacin babilnico b) Texto menfltico de la creacin 2. La formacin del hombre Poema babilnico de la creacin Textos sumerios Epopeya de Gilgamesh 3. El paraso Textos sumerios Poema de Gilgamesh Relato de Beroso 4. La formacin de la mujer 5. El rbol de la ciencia del bien y del mal > y el rbol de la vida Poema de Gilgamesh Mito de Adapa Poema de Ene-ba-am 6. El pecado de los primeros padres El 1. 2. 3. 4. 5. 6. diluvio bblico y el diluvio babilnico El diluvio bblico El relato del poema de Gilgamesh Estudio comparativo entre los dos relatos Conclusin Relato de Beroso Versin sumeria del diluvio mesopotmico

3 3 7 11 12 13 14 17 18 20 22 25 26 29 31 33 34 35 41 41 43 46 51 52 53 56 56 59 60 62 65 69 69 69 71 74

II.

III.

La confusin de las lenguas y la dispersin de la h u m a nidad 1. El episodio de la torre de Babel 2. La dispersin de la humanidad a) Los jafetitas '. b) Los camitas c) Los semitas La historia de los patriarcas A) Historicidad de os -relatos patriarcales 1. Eco de la historia patriarcal en la literatura p r o ftica 2. Interpretacin teolgica de la historia 3. Opiniones contrarias a la historicidad de los relatos patriarcales..

IV.

vni

ndice general Pgs. Las diversas tradiciones de los clanes israelitas.... El trasfondo histrico del antiguo Oriente en la poca patriarcal a) Relato de Sinuh b) Textos de execracin 6. Los amorreos Cartas de Mari 7. Los juriitas 8. La invasin de los hicsos Estela de Carnavn 9. La emigracin de Abraham a) De Ur a Jarran b) De Jarran a Canan c) Abraham y el incidente con los cuatro reyes orientales 10. Origen tnico de los patriarcas a) Origen arameo? b) Los hebreos y los jabiru-apiru 11. Datacin de la poca patriarcal B) Las costumbres patriarcales y el fondo consuetudinario-jurdico del antiguo Oriente 1. Clase social de los patriarcas 2. La sociedad patriarcal 3. Las costumbres jurdicas a) El matrimonio b) Derecho de la primogenitura y levirato c) Otros incidentes de la vida patriarcal La religin de los patriarcas a) Monotesmo embrionario o monolatra b) El Dios protector del clan c) Dios personal y providente d) Dios justo y familiar e) Culto sin sacerdocio profesional f) El Shadday-Elyn frente a Baal Conclusin sobre la historicidad de los patriarcas 4. 5. 90 93 96 100 100 102 105 107 ni 113 113 120 13 o 13S 136 139 146 15 1 I51 153 154 156 159 160 163 163 163 164 165 166 166 167 17 o 17 o 176 176 178 178 183 186 19 o 19 l 194 199 3. 4.

ndice general

ix Pgs.

5.

6.

h) La administracin agraria de Jos i) Emigracin del clan de Jacob a Egipto La opresin de los hijos de Israel en Egipto Historia de Moiss a) La juventud de Moiss b) Moiss en el desierto con los madianitas c) El nombre de Yahweh d) El nombre de Yahweh fuera de Israel? e) Explicacin etimolgica del nombre de Yahweh. . . La epopeya del xodo; la liberacin de la servidumbre. . a) Las plagas de Egipto b) La salida de Egipto c) Fecha del xodo d) La ruta del xodo e) El paso del mar Rojo Los portentos del desierto del Sina a) Las codornices y el man b) Los dos milagros del agua c) La Localizacin del Sina

203 210 217 225 227 232 235 238 239 242 242 247 251 260 263 267 267 270 273 279 279 286 290 291 302 311 311 317 333 334 334 335 335 336 336 337 337 338 338 338 338 338 338

Las tradiciones religiosas del Sina 1. 2. 3. La alianza mosaica La alianza mosaica y los contratos de vasallaje del antiguo Oriente La religin mosaica; monotesmo o henotesmo? a) La religin del desierto b) El monotesmo mosaico y la reforma unificadora de Amenofis IV (Himno al SolJ

C)

La legislacin mosaica 1. 2. 3. Consideraciones generales El declogo Confesin del difunto ante Osiris La legislacin mosaica y las legislaciones antiguas orientales A) Consideraciones generales. Diversos cdigos orientales. a) Cdigo deUr-Nammu b) Cdigo deBilalama c) Cdigo deLipit-Ishtar d) Cdigo deHammurabi e) Leyes mecb-asirias f) Leyes hititas g) Leyes neobabilnicas Diversos cdigos legislativos atribuidos a Moiss a) El declogo (Ex 20,2-17: Dt 5,6-21) b) Cdigo dla alianza (Ex 20,22-23,19) c) Declogo ritual (Ex 34,11-26) d) Cdigo deiiteronmico (Dt c. 16-26)

V.

Los israelitas en Egipto 1. 2. Consideraciones generales La historia de Jos a) Consideraciones generales b) L a venta de Jos c) Jos en la casa de Putifar Historia de los dos hermanos d) Jos, intrprete de sueos e) Los sueos del faran Himno al Nilo f) Jos, intendente del reino g) El faran, protector de Jos y los hicsos

B)

ndice general Pdgs. e) Cdigo de santidad (Lev c. 17-26) f) Cdigo sacerdotal Comparacin de la legislacin hebraica con la de los pueblos orientales 1. Consideraciones generales 2. Sinopsis comparativa entre la legislacin hebraica y la de los antiguos cdigos orientales 339 339 339 339 340 352 353 355 359 359 360 362 362 363 364 367 373 373 377 377 379 383 383 391 394 397 400 402 405 408409

ndice general

xi Pdgs.

C)

El culto mosaico 1. 2. 3. El santuario del desierto; la tienda de la reunin Al arca de la alianza Los sacrificios a) El altar b) El sacrificio holocausto c) Sacrificio de comunin d) Sacrificios expiatorios e) Ofrendas f) Origen de los sacrificios 4. El sacerdocio 5. Las antiguas fiestas religiosas a) Pascua-zimos b) La fiesta de las Semanas o de Pentecosts c) La fiesta de las Tiendas o Tabernculos d) La fiesta de la Expiacin La penetracin de los israelitas en Canan 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Camino de la tierra de promisin Situacin poltica de Canan en la segunda mitad del segundo milenio a.C Canan bajo la dominacin egipcia Canan en los tiempos de Tell Amarna Los jabiru-apiru Los textos de El Amarna Cartas de los reyes de Canan al faran Otros textos referentes a los jabir El control de Canan por los egipcios en los siglos xivXIII a.C

h) Ismaelitas i) Edomitas 3) rameos k) Moabitas y ammonitas 13. Situacin social en Canan 14. La religin cananea a) El panten cananeo segn la Biblia b) El dios El c) Baal y Anat d) Reschef. Mot 15. Textos religiosos de Ugarit (Ras Shamra) A) El ciclo de Baah '. . . B) La leyenda de Keret* C) Leyenda de Aghatt D) Poema de Shajar y Shalem E) Leyenda de Nikkah y las KatiraU F) Los nefaimo 16. Influencia de los textos de Ugarit en la religin y literatura hebraica? A) Panten y mitologa de Ugarit B) Culto v ritos C) Las influencias literarias 17. La religin fenicia posterior A) Panten B) Las cosas sagradas a) Lugares de culto b) Personal de los templos c) Los sacrificios d) Sacrificios humanos e) Las fiestas; las 1 Adonas f) La sepultura La conquista de Canan y la instalacin de las tribus. La monarqua 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. La penetracin en Canan El paso del Jordn La toma de Jeric La batalla de Gaban La formacin de la llamada anfictiona de las t r i b u s . . . . La constitucin de la monarqua La divisin del reino; Jud e Israel Expedicin de Asur-nasir-pal III (883-59) La batalla de Qarqar segn el relato de Salmanasar II](858-24)

428 429 429 430 431 433 433 434 434 435 438 438 441 442 444 444 444 445 446 453 456 460 460 464 465 465 466 467 468 469

X.

472 472 474 476 480 482 486 494 496498

10. 11. 12.

Campaa de Setis I (1318-1301) en Canan Campaa de Ramss III en Canan Los pueblos del mar Los filisteos (y otras poblaciones indoeuropeas) Relato de Wen-Amn el egipcio sobre su viaje a Fenicia. Las poblaciones de Canan segn la Biblia .*". a) Cananeos b) Amorreos c) Perezeos d) Jteos o hititas e) Jurritas u horitas e hiwwitas f) Gergueseos g) Qenitas y calebitas

412 413 414 415 419 420 420 422 424 424 425 427 427

Estela de Mesha, rey de Moab Incursin de Salmanasar III hacia Occidente (840 a.C.). . Obelisco de Salmarasar III (840 a.C.) , Expedicin de Adad-Nirari III (810-783) Inscripcin de Zakir de Hammath y de Luath , Estela de Ben-Hadad de Damasco (hacia 860 a . C ) . . . ,

499 501 502 503 503 504

XII

ndice general Pgs. Expedicin de Teglatfalsar III (744-27) contra Siria y Palestina Tributo de Menajem de Israel a Teglatfalsar III (hacia 738 a.C.) Incursin de Teglatfalsar III Otro texto de Teglatfalsar III Inscripcin del palacio de Sargn en Jorsabad Anales de Sargn II Las inscripciones de ostentacin de Sargn II Fragmentos del prisma A, con alusiones a Jud Inscripcin de Nimrud Otra inscripcin de Nimrud El reinado de Ezequas de Jud (727-691) Inscripcin de Silo Texto del prisma exagonal (Taylor) de Senaquerib. . . . Relato de Herodoto Otras menciones de Jud y Ezequas en textos asirios. . . Muerte de Senaquerib (cilindro de Rassam) Reinado de Manases (687-42) Campaa de Asaradn (680-69) en Siria y Palestina (prisma B,54-VI,i) Recepcin del tributo de Palestina y TransJordania por Asaradn Tributo de los reyes de Siria y Palestina a Asurbanipal... Reinado de Josas de Jud (640-609) Texto sobre la cada de Nnive Cada de Nnive (612 a.C.) El fin del reino de Jud Crnica de Babilonia sobre el primer asedio de Jerusaln (598-97 a.C.) Mencin del rey Joaqun de Jud en una lista de prisioneros en Babilonia Racin de Joaqun de Jud en la cautividad Las ostraka de Lakish (del 588 a . C : durante el asedio de Jerusaln) Reorganizacin despus de la destruccin de Jerusaln. . Cada de Babilonia (segn la crnica de Nabnides: 539 a.C.)... Cilindro de Ciro (557-29) sobre la conquista de Babilonia y liberacin de los exiliados Repatriacin de los judos La colonia juda de Elefantina en Egipto Los papiros de Elefantina (s.V a.C.) a) El llamado papiro pascual b) Solicitud de autorizacin para reconstruir el templo de Yahi c) Respuesta de los gobernadores de Jud y de Samara d) Peticin de los judos de Elefantina XI. 505 506 506 507 508 509 509 510 511 511 512 513 515 518 519 521 521 522 523 524 525 527 528 528 530 531 531 535 538 543 544 546 549 551 551 552 553 553

ndice general

xiii Pgs.

Literatura proftico-sapiencial A) Profetismo I. Egipto 1. Cuento proftico del papiro Westcar 2. Lamentaciones y admoniciones de Ypu-wer. . 3. El cuento proftico de Neferty 4. Profecas del Cordero bajo el rey Bochoris (718-12) 5. El orculo del alfarero 6. Crnica demtica II. Mesopotamia 1. Sumer y Babilonia 2. El fenmeno esttico 3. El profetismo en Mari 4. Canan 5. Los extticos de Byblos segn el relato de Ewn-Amon Literatura sapiencial I. Textos egipcios 1. Canto del arpista 2. Canto de la tumba de Nofrihotpu (goce de la vida)... 3. Invitacin a seguir los impulsos del corazn (Papiro Harris) 4. Las penalidades de los oficios manuales 5. Preceptos de Ptah-hotep 6. Instruccin del rey Akhtoi para su hijo MeriKare 7. Instruccin de Amen-em-het 8. Instruccin del prncipe Hor-Defef 9. Instruccin de Ani 10. Instruccin de Amen-em-opet 11. Invitacin a gozar de la vida (inscripcin funeraria de Filae) 12. Dilogo del misntropo con su alma 13. Quejas de un aldeano 14. Cantos amorosos 15. Cantos del pueblo vulgar 16. Confesin de un justo (de la V dinasta, siglo xxv a.C.) 17. Confesin de inocencia del difunto ante Osiris. 18. Oraciones para preservar la existencia 19. Plegaria implorando el perdn de los pecados. . II. Textos mesopotmicos 1. Fbulas acadias 2. Proverbios y consejos acadios 3. Proverbios sumerios 4. Consejos sapienciales 5. Sentencias de Ahiqar 6. El Ahiqar de la Biblia

555 555 557 560 560 563 566 567 568 569 570 571 573 575 576 577 577 577 579 580 581 583 588 589 590 590 592 597 598 600 600 603 604 604 607 607 607 607 S08 610 611 >i2 Ii7

8.

9.

B)

10.

11.

12. 13.

14. 15. 16.

MV

Indi ce general Pgs. 7. 8. 10. El justo doliente Dilogo pesimista entre un afligido y su amigo sobre la miseria humana La regin de los muertos Descenso de Ishtar a los infiernos 620 626 631 631 635 635 636 642 642 643 644 645 646 647 649 650 651 655 655 656 659 660 660 662 668 675 681 682 685 686 686 688693 699 701 703 704

P R O L O G O

XII.

Los documentos del mar Muerto A) Las comunidades religiosas esotricas judaicas 1. Rgimen de la comunidad 2. Creencias religiosas de la secta a) Conciencia de eleccin b) Eleccin gratuita y personal c) Ley de Moiss d) Comunidad de penitencia e) Esperanza de la inmortalidad f) Expectacin mesinica g) Tensin escatolgica h) Concepcin dualista i) El llamado maestro de justicia 3. Otros movimientos religiosos judaicos a) La Comunidad de la Nueva Alianza de Damasco b) Los esenios c) Los terapeutas de Alejandra d) Otras asociaciones judaicas Los 1. 2. 3. 4. escritos de Qumrn y el Nuevo Testamento Juan el Bautista Relaciones de Jesucristo con los esenios Jess y el Maestro de justicia Influencias de Qumrn en la primitiva Iglesia cristiana? 5. Influencia de Qumrn en la organizacin de la primitiva Iglesia? 6. Influencia de Qumrn en los escritos apostlicos?.. a) Dualismo entre carne y espritu b) Dualismo entre la luz y las tinieblas c) Separacin entre cristianos e infieles

B)

NDICE DE AUTORES NDICE ONOMSTICO GENERAL NDICE GEOGRFICO NDICE ONOMSTICO DE DIVINIDADES NDICE IDEOLGICO GENERAL

L A historia bblica se desarrolla dentro de un trasfondo histrico-geogrfico bien determinado en el rea del Prximo Oriente, justamente en una encrucijada geogrfica en la que se dan cita los dos imperios y focos culturales de la antigedad: el mesopotmico y el egipcio. Porque Canan, escenario de la trama bblica, es el punto de unin y el lugar obligado de paso entre Asia y frica, y por ello esa franja geogrfica en el Mediterrneo oriental es de una importancia capital en el trasiego de inquietudes polticas y culturales que surgen a orillas del Nilo y de la llanura mesopotmica. Por eso, la historia bblica, lejos de estar aislada en el contexto de la marcha de las grandes civilizaciones, encuentra su esclarecimiento a la luz de los hallazgos arqueolgicos, que han establecido con bastante nitidez la historia de los pueblos del Creciente Frtil y su entorno cultural. De hecho, muchos de los grandes monarcas y prota^ gonistas de esta encrucijada geogrfica, ahora perfectamente fechados, aparecen mencionados en la Biblia en relacin con sus grandes invasiones. En efecto, hasta hace un siglo no tenamos ms fuentes para conocer la historia del Prximo Oriente que los datos de la Biblia y los relatos legendarios recogidos por los autores griegos, como Herodoto y Jenofonte. Pero ahora, al descifrarse la escritura jeroglfica de Egipto y la cuneiforme de Mesopotamia en sus tres formassumeria, acadia y asira, tenemos medios de recomponer con bastante detalle los avatares de una historia que tiene tanta importancia en el desarrollo de las culturas orientales. Y los nombres de faraones como Sesac, Hofra, Necao y Psamtico que leemos en los textos egipcios aparecen mencionados en los relatos bblicos. Igualmente, los grandes monarcas asiriosTeglatfalasar, Salmanasar, Sarjn, Senaquerib, Asaradn y Asurbanipal, que nos han dejado sus anales de conquistas en el occidente semtico, apareen entrelazados en los relatos bblicos del primer milenio i.C, Bajo este punto de vista, la historicidad de los relatos de la Biblia, al conectar incidentalmente con la historia de los pueblos vecinos a Israel, lejos de ser desmentida, queda confirrrada hasta en sus menores detalles cronolgicos, lo que revela la honestidad y seriedad historiogrfica con que trabajbanlos analistas hebreos.

XVI

Prlogo

Prlogo

XVII

Por otra parte, los hallazgos arqueolgicos ms recientes han dado nuevas luces sobre la prehistoria de Canan, que nos sirve para encuadrar las figuras de la poca patriarcal. Ya en la hoya del Jordn, las excavaciones de Jeric y de Teleilat Gasul nos revelan la presencia de una cultura eneoltica anterior a la invasin semtica en la zona. Otro tanto se ha de decir de las excavaciones de Cisjordania, en las localidades de Siquem, Megiddo, Lakish, que fueron habitadas antes de la invasin amorrea por gentes protocananeas all por el tercer milenio a.C. Ms tarde, en el segundo milenio a.C, se entrecruzan en esta zona influencias semtico-occidentales, egipcias, cretenses y fenicias. Bajo este aspecto, las excavaciones de Ugarit-Ras Shamra, en la lnea fronteriza entre Siria y el Lbano actuales, son de particular inters para conocer el trasfondo religioso del alto Canan con sus cultos a Baal y a El, jefe del panten, nombres que aparecen en los relatos bblicos. Israel surgir de un clan nmada protoarameo que a mediados del segundo milenio a.C. se desplaz desde la Alta Siria hacia el centro del Bajo Canan en busca de pastos con nimo de acercarse al delta egipcio, que en tiempos de sequa era el lugar de refugio de los famlicos beduinos asiticos, como se relata en los textos bblicos y en los egipcios de esta poca. Es en esa trashumancia del clan de Abraham, aparentemente sin relieve histrico, cuando se pone en marcha la llamada historia de salvacin, en cuanto que los autores bblicos ven en l al padre de los creyentes, porque en l seran bendecidas todas las familias de la tierra. Las intervenciones providencialistas del Dios de los patriarcas irn creando la conciencia de eleccin, que los genios religiosos de Israel llevarn a su formulacin ms concreta bajo la idea de una alianza histrica, en la que el mismo Dios se comprometi con la descendencia del gran patriarca. En los relatos patriarcales no encontramos alusiones a personajes histricos controlados por la historiografa del antiguo Oriente, porque los patriarcas eran jeques nmadas sin relieve en el concierto de la historia general de las antiguas culturas. Pero, con todo, sus costumbres se enmarcan perfectamente en el fondo consuetudinario de los pueblos semtico-occidentales. De hecho, los nombres de los patriarcas responden a la onomstica protoaramaica de esta zona geogrfica. Tampoco los relatos sobre la estancia de los hijos de Jacob en Egipto nos citan a los faraones que intervienen en la historia de Jos y de Moiss; pero las incidencias de estos relatos bblicos se explican bien a la luz de los conocimientos que ahora tenemos sobre el

trasfondo histrico del valle del Nilo. Con todo, ya en la estela de Merenptah (el supuesto faran del xodo, del siglo xin a.C.) se menciona a Israel como una agrupacin tnica al lado de localidades cananeas, bien conocidas, como Ascaln, Gezer y Yanuam. La segunda conexin de la historia bblica con la egipcia es con ocasin de la invasin de Sesac o Sheshonq de Egipto sobre la parte meridional de Palestina, hecho que queda mencionado en la Biblia y en la lista de localidades de la zona conquistadas por el faran esculpida en los templos de Luksor. Esta incursin tuvo lugar en el siglo x a.C, poco tiempo despus de Salomn. Y del siglo ix a.C. tenemos la famosa estela de Mesha, rey de Moab, quien relata sus esfuerzos por verse libre del yugo del rey de Israel, Acab, hecho que tambin queda registrado en los anales bblicos. A partir del siglo v m a.C, las conexiones con la historia de Mesopotamia son ms abundantes, ya que en la Biblia se pormenorizan las incidencias de las invasiones de los grandes reyes a partir de Teglatfalasar III hasta Asurbanipal, las que se confirman por los anales reales cuneiformes de la poca. Tenemos el caso clsico del sitio de Jerusaln por Senaquerib a fines del siglo vm a.C, el cual se jacta de haber encerrado a Ezequas en esta ciudad como a pjaro en su jaula, expresin grfica que se esclarece bien a la luz de los relatos bblicos paralelos. En realidad, ya un siglo antes se menciona en los textos cuneiformes a Jeh, rey de Israel, presentando su tributo a Salmanasar III poco despus de la batalla de Qarqar, en 853 a.C. Y en el siglo vm a.C, Menajem, rey de Israel, vuelve a ofrecer tributo a Teglatfalasar III, segn testificacin expresa de los textos asirios; y la casa de Omri, fundadora del reino de Samara, en la primera mitad del siglo ix a.C, es la que aparece mencionada en los textos cuneiformes como la dinasta representativa del reino septentrional de Israel. En 721 a C , despus de haber cado en poder de los asirios la ciudad de Damasco (en 731 a.C), capitula Samara, desapareciendo as el reino septentrional. Por lo que qued slo el minsculo reino de Jud, superviviente por algo ms de una centuria, En los anales de Asaradn (s.vn a.C.) se menciona a Manases, rey de Jud, entre los reyes occidentales que aportaron materiales a las grandes construcciones asiras. Este mismo re de Jud vuelve a ser mencionado en los anales de Asurbanipal entre los reyes vasallos que le ayudaron en su campaa coatra Egipto. Y a finales del siglo vn a.C, despus del colapso a sirio (Nnive fue conquistada en 612 a.C), hacen irrupcin ea la

xvm

Prlogo

Prlogo

XII

zona de Palestina los ejrcitos babilonios, con Nabucodonosor al frente. E n 598 a . C , aqul pone sitio a Jerusaln y depone al rey Joaqun o Jeconas, y, finalmente, e n 586 arrasa la ciudad, que haba vuelto a insurreccionarse, poniendo as fin a la historia del reino d e Jud. L o s incidentes trgicos de este ocaso de la dinasta davdica aparecen pormenorizados e n los relatos bblicos y confirmados, en sus lneas generales, en los textos babilonios. Y la sbita aparicin del nuevo astro conquistador, Ciro, aparece registrada en los textos bblicos y e n las crnicas de Babilonia. Cotejando en distribucin paralela los acontecimientos bblicos y los avatares de la historia del Prximo Oriente segn los textos cuneiformes en el primer milenio a . C , es fcil sorprender las coincidencias entre ambas series de textos y deducir la fundamentacin histrica de los hechos n a rrados e n la Biblia. Antes de esta confrontacin con los textos orientales, se afirmaba alegremente q u e la Biblia estaba formada por u n centn de leyendas sin consistencia histrica alguna; pero resulta que, despus de comparar la informacin bblica con la de la literatura profana, queda como conclusin que la Biblia tena razn. Esto en el campo historiogrfico; asimismo, e n el campo de la literatura, tambin la comparacin de los libros didcticos de la Biblia con los textos sapienciales egipcios y mesopotmicos p r u e b a la originalidad d e stos a u n admitiendo cierta dependencia en determinados textos respecto de la literatura extrabblica. As, ya en el siglo pasado, al descubrirse en la biblioteca d e Asurbanipal el Poema de la creacin y el relato del diluvio babilnico d e la epopeya d e Gilgamesh, se p u d o deducir q u e los autores bblicos trabajaban sobre leyendas mesopotmicas al narrarnos los i n cidentes del paraso y d e los orgenes de la cultura antediluviana. Igualmente, en el campo d e la literatura sapiencial, podemos establecer estudios comparativos entre determinados textos bblicos y otros egipcios, como el Himno a Aton-Ra y el Salmo 104, la Sabidura de Amen-em-opet y el libro de ios Proverbios; y otros d e procedencia mesopotmica, como el poema del Justo doliente y el libro de Job o la sabidura de .\hiqar. Incluso el gnero proftico, t a n peculiar de la Biblia, puede tener antecedentes protoaramaicos y cananeos, si bien en estado embrionario. Este estudio comparativo entre el acervo cultural-histriro-religioso d e la Biblia y las aportaciones culturales y religiosas del antiguo Oriente es fascinante. P o r eso, ya los orientalistas del siglo pasado, al descubrir las nuevas luces aporta-

das por la lingstica, la historia y la arqueologa en t o r n o a l antiguo Oriente, trataron de esclarecer las posibles interferencias y concomitancias entre la Biblia y los textos orientales. As, e n el campo catlico surgi el libro de F . VIGOUROUI, La Bible et les dcouvertes modemes, con u n a finalidad conciliadora marcadamente defensiva y apologtica frente a los ataques despiadados d e ciertos racionalistas, q u e , deslumhrados ante los nuevos hallazgos, quisieron presentar a la Biblii como u n a simple adaptacin de leyendas y mitos orientales, Es la tesis de A . JEREMAS (DerBibel im Lichte des Alten OrientsJ, quien ve en los relatos bblicos u n mero eco de leyendas mesopotmicas. Pero, una vez q u e el estudio sereno de los textos orientales lleg a su estado de madurez, la obsesin c o m paratista se confin a sus debidos lmites, y as, especialistas del campo catlico y del independiente llegaron a puntos dt sustancial convergencia e n la interpretacin de la Biblia a li luz de los textos orientales. Para ello, como labor previa, se publicaron colecciones ms o menos exhaustivas d e los textos orientales, como la de E. DHORME, Textes religieux assyrobabiloniennes (Paris 1909), adems del Cdigo de Hammurab descubierto en Susa en 1903 p o r la misin Morgan e interpretado por V. SCHEIL. M s tarde apareci el famoso libro, de H . GRESSMANN, Altorientalische Texte zum Alten Testameni ( A O T ) , publicado en Berln en 1926. Es la primera gran coleccin al servicio de los biblistas para hacer u n estudio comparativo serio sobre las posibles concomitancias e n t r e lo bblico y lo oriental. Por su parte, el libro de C H . JEAN, Le mi lieu biblique trata de establecer u n estudio comparativo entre la aportacin bblica y la de los textos orientales. E n 1950 apareci la monumental coleccin, de J. B. PRITCHARD, ncient Near Eastern Texts Relating to the Od Testament (ANET),q u e es una superacin d e la obra de H . GRESSMANN, y se ha

convertido en libro clsico imprescindible para todo investigador q u e busque las posibles fuentes extrabblicas d e los textos del Antiguo Testamento. Recientemente se ha iniciadootra coleccin dirigida por L ' C O L E BIBLIQUE DE JRUSAIEM,

titulada Littratures Anciennes du Prche Orient ( L A P O ) , en la q u e colaboran los mejores orientalistas franceses y q u e est en vas de publicacin. Al componer nuestra presente obra, hemos tenido e n cuenta todas estas diversas colecciones, y hemos utilizado, sobre todo, los textos de A N E T , si bien n o e n exclusiva. P o r otra parte, para el estudio comparativo hemos consultado tambin las monografas publicadas bajo el nombre de Cahiers cf'Ar-

XX

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chologie, editados en Neuchtel bajo la direccin de A. PARROT, pues, aunque son de alta divulgacin, la calidad de sus autores es una garanta para el biblista. Tambin los numerosos trabajos de W. F. ALBRIGHT sobre temas palestinenses nos han sido de gran utilidad para estudiar el trasfondo arqueolgico de Canan. Finalmente, hemos de citar para el estudio de la poca patriarcal y mosaica la obra cumbre de nuestro inolvidable maestro R. DE VAUX, Histoire ancienne d'Isra (Paris 1971), que ha quedado inconclusa por el inesperado fallecimiento del autor cuando estaba redactando los dos volmenes siguientes a partir de la poca de los jueces. Su desaparicin ha sido una prdida irreparable para la historiografa bblica del Antiguo Testamento, porque conjugaba magistralmente la vasta erudicin, la sntesis y la claridad expositiva. Desde estas modestas pginas queremos dedicarle un homenaje de reconocimiento y de gratitud, ya que tuvimos la suerte de disfrutar de las primicias de su futuro libro cuando hace ya tres dcadas asistamos a sus lecciones sobre la historia de Israel en la inolvidable cole Biblique de Jrusalem. Espero que estas pginas, sin pretensiones de erudicin exhaustiva, sirvan de ayuda y de orientacin a los que se inician en la fascinante singladura del estudio de la Biblia en sus relaciones con su entorno histrico, cultural y religioso. Salamanca, 24 de diciembre de 1976.

S I G L A S

Armis of Archaeology and Anthropology, issued by the Institute of Archaeology of the University of Liverpool. AAS Les Anales Archologiques de Syria (Damasco). A partir del t.18 (1948), el ttulo es Anales Archologiques rabes Syriennes. AASOR The Annual of the American Schools of Oriental Research (New Haven; cont. despus Cambridge, Mass.). Annual of the Department of Antiquities of Jordn (Ammn). ADAJ Archiv fr Orientforschung (Graz). AfO American Journal of Archaeology (Princeton, N . J.). AJA AJSL The American Journal of Semitic Languages and Literatures (Chicago); cont. de JNES. Alt A. Kleine Schriften. A. Alt, Kleine Schriften zur Geschichte des Volkes Israel: I, 1953; II, 1953; III, 1959 (Mnchen). The American Near East in Pictures Relating to the Od TestaANEP ment, ed. por J. B. PRITCHARD (Princeton 1950). ANET Ancient Near Eastern Texts Relating to the Od Testament, ed. por J. B. PRITCHARD (Princeton 1950). AOT Altorientalische Texte zura Alten Testament, ed. por H . GRESSMANN (Berln 1926). Anatolian Studies (London). AnStud ARAB D. D. LUCKENBILL, Ancient Records of Assyria and Babyloa I-II; Ancient Record of Assyria (Chicago 1926-27). ARE J. H. BREASTED, Ancient Records of Egypt I-V (Chicago 1906-7), ARM Archives Royales de Mari, bajo la direccin de A. PARRO! y G. DOSSIN (Paris 1950). Archiv Orientalni (Praga). ArOr ASAE Anuales du Service des Antiquits de l'gypte (El Cairo). ASTI Annual of the Swedish Theological Institute, Jerusalem (Leiden). ATD Das Alt Testament Deutsch (Gttingen). BASOR Bulletin of the American Schools of Oriental Research (New Haven; cont. despus Cambridge, Mass.). BCH Bulletin de Correspondence Hellnique (Paris). Bi Bblica (Roma). BibArch The Biblical Archeologist (New Haven; cont. despus Cambridge, Mass.). BIES Bulletin of the Israel Expiaration Society (Jerusalem); cont. de BJPES. BIFAO Bulletin de VInstitu Francais d'Archologie Orintale (El Caia). BiOr Bibliotheca Orientalis (Leiden). BJPES Bulletin of the Jewish Palestine Exploration Society (Jerusale); cont. por BIES. BJRL Bulletin of the Rylands Library (Manchester). BKAT Biblischer Kommentar. Altes Testament (Neukirchen-Vluyn). BMBeyr Bulletin du Muse de Beyrouth (Paris). BSA The Annual of the British School of Athens (London). BZ Biblische Zeitschrift (Paderborn).

AAA

XX11

Siglas Beihefte zur Zeitschrift fr die Alttestamentliche Wissenschaft (Berln). The Assyrian Dictionary of the Oriental Institute of the University of Chicago (Chicago). The Cambridge Ancient History. Revised edition. Vol.1-2 (Cambridge 1961). The Catholic Biblical Quarterly (Washington D.C.). Chroniques d'gypte (Bruxelles). Acadmie des Inscriptions des Belles-Lettres. Comptes Rendus (Pars). Dictionnaire de la Bible. Supplment. Ed. L. PIROT-A. ROBERTH . CAZELLES (Pars 1928). J. A. KNUDTZON, Die El-Amarna-Tafeln (Leipzig 1908-15). O. Einleitung in das AT (Tbingen 1964). Kleine Schriften (Tbingen I, 1962; II, 1963; III, 1966; IV, 1968). Estudios Bblicos (Madrid). Ephemerides Theologicae Lovanienses (Gembloux). Evangelische Theologie (Mnchen). The Expository Times (Edimburgh). Handbuch zura Alten Testament (Tbingen). The Harward Theological Review (Cambridge, Mass.). Hebrew Union College Annual (Cincinnati). Israel Exploration Journal (Jerusalem). Journal Asiatique (Paris). Journal of the American Oriental Society (New Haven, Conn.). Jahrbuch des Deutschen Archelogischen Instituts (Berlin). Journal of Biblical Literature (Philadelphia, Pa.). Journal of Cuneiforms Studies (New Haven; cont. despus Cambridge, Mass.). Journal ofEgyptian Archeology (London). Jaarbericht van het voorasiatisch-aegyptisch Genootschap Ex Oriente Lux (Leiden). The Journal of Mlleme Studies (London). The Journal of Jewish Studies (London). Jahrbuch fr Kleinasiatische Forschung (Heidelberg). Journal of Near Eastern Studies (Chicago); cont. de AJSL. Journal of the Palestine Oriental Society (Jerusalem). The Jewish Quarterly Review (Philadelphia, Pa.). Journal of Royal Asiatic Society (London). Journal of Semitic Studies (Manchester). The Journal of Theological Studies (Oxford). H . D O N N E R - W . RLLIG, Kanaandische und Aramische Inschriften I-I1I (Wiesbaden 1962-64). Littrature Ancienne du Prche-Orient. Mitteilngen des Deutschen Archdologischen Institus. Abteilung Kairo (Wiesbaden). Mitteilngen der Deutschen Orient-Gesellschaft (Berlin). Monatschrift fr Geschichte und Wissenschaft des Judentums (Tbingen). Mitteilngen des Institus fr Orientforschung (Berlin). The Museum Journal. The University Museum (Philadelphia, Pa.). Mlanges de l' Universit Saint Joseph (Beyrouth). Mitteilngen der Vorderasiatisch-Aegyptischen Gesellschaft (Leipzig). Nouvelle Revue Thologique (Tournai-Paris). OLZ OrAnt OTS PEFQS PEQ PRU PW QDAP RA RAr RB REA REG REJ RGG RHA RHPR RHR RIDA RLA RSO RSPT RSR SAO

Siglas

xxtll

BZAW CAD CAH CBQ Chrg CRAI DBS EA Eissfeldt EstBib ETL EvTh ExpT HAT HTR HUCA IEJ JA JAOS JfaDAI JBL JCS JEA JEOL JHS JJS JKF JNES JPOS JQR JRAS JSS JTS KAI LAPE MDAI MDOG MGWJ MI MJ MUSJ MVAG NRTft

Orientalische Literaturzeitung (Berlin). Oriens Antiquus (Roma). Oudtestamentische Studin (Leiden). Palestine Exploration Fund. Quarterly Statement (London). Palestine Exploration Quarterly (London); cont. de PEFQS. Le Palais Royal d'Ugarit: II ( C H . VIROLLEADD), III (J. NOUGAYROL), IV (J. NOUGAYROL), V ( C H . VIROLLEAUD) = Mission

Archologique de Ras Shamra VII, VI, IX, XI (Paris 1955-65). PAULY-WISOWA, Realencyclopddie der classischen Altertumswissenschafl (Stuttgart). The Quarterly of the Department of Antiquities in Palestine (Jerusalem). Revue de Assyrologie et d'Archologie Orintale (Paris). Revue Archologique (Pars). Revue Biblique (Paris). Revue des tudes Anciennes (Bordeaux). Revue des tudes Grecques (Paris). Revue des tudes Juives (Paris). Die Religin in Geschichte und Gegenwart (Tbingen; 3. a ed. 19571965).

Remie Hittite et Asianique (Paris). Revue d'Histoire et de Philosophie Religieuses (Paris). Revue de l'Histoire des Religions (Paris). Revue Internationale des Droits de l'Antiquit (Bruxelles). Reallexikon der Assyriologie (Berlin; despus Leipzig 1932). Rivista degli Studi Orientali (Roma). Revue des Sciences Philosophiques et Thologiques (Paris). Recherches de Science Religieuse (Paris). La Sabidura del Antiguo Oriente (seleccin de textos de A N E T ; traducidos al espaol por J. A. G.-LARRAYA, Barcelona 1966). ST Studia Theologica (Oslo). SVT Supplements to Vetus Testamentum (Leiden). TLZ Theologische Literaturzeitung (Leipzig). TR Theologische Revue (Mnster, Westfalien). T h W N T Theologisches Worterbuch zum Neuen Testament, ed. G. KITTELG. FRIEDRICH (Stuttgart 1933). TZ Theologische Zeitschrift (Basel). VD Verbum Domini (Roma). VT Vetus Testamentum (Leiden). WO Die Welt des Orients (Gttingen). W Z K M Wiener Zeitschrift fr die Kunde des Morgenlandes (Wien). ZA Zeitschrift fr Assyriologie und Vorderasiatische Archologie (Berlin). ZAS Zeitschrift fr Agyptische Sprache und Altertumskunde (Berlin), ZAW Zeitschrift fr Alttestamentliche Wissenschaft (Berlin). ZDMG Zeitschrift fr Deutschen Morganlndischen Gesselschaft (Wiesbaden). ZDPV Zeitschrift des Deutschen Paldstine-Vereins (Leipzig; luego Wiesbaden). ZTK Zeitschrift fr Theologie und Kirche (Tbingen).

LA DEL

BIBLIA Y ANTIGUO

EL

LEGADO ORIENTE

I.

LOS

ORGENES DEL MUNDO LA HUMANIDAD

Y DE

r.

E L RELATO DE LA CREACIN: DEL CAOS AL COSMOS

Todos los genios religiosos y filosficos de los diversos pueblos se han planteado el gran interrogante de los orgenes del mundoel kosmos organizadoy del hombre, porque va unido a los grandes enigmas del pensamiento humano: De dnde venimos ? Qu somos y adonde vamos ? La Biblia resuelve estos tres grandes problemas a base de la existencia de u n Dios trascendente nico, que preexiste antes, fuera y sobre todas las cosas 1, y que como tal hace surgir el m u n d o de la nada, que es concebida no tanto como un vaco total (carencia de ser segn nuestros esquemas filosficos), sino como una masa amorfa y catica que es transformada por el mismo Dios en u n proceso ascendente, partiendo de lo ms simple e indiferenciado (el toh wa boh de Gen 1,2) hasta lo ms complejo y perfecto que es el hombre, el cual aparece como remate de la gran pirmide de la creacin. Este relato refleja ya una teologa m u y elaborada, debida a las escuelas sacerdotales posteriores al exilio babilnico: todas las cosas emergen majestuosamente, a partir de esa masa acuosa primitiva, a impulsos del Espritu de Elohim (v.2), que planeaba sobre la faz de las aguas abismales para plasmar los designios ordenadores de la inteligencia divina, que hace todas las cosas en nmero, peso y medida 2 . Esta versin grandiosa de la creacin de todos los seres que no emanan de la divinidad, sino que son expresin de su voluntad, manifestada en la palabra (dixit, et facta sunt, que se plasma sin dificultad en la diversidad de las obras criadas, y que constituye el gran prtico solemne en la actual compilacin bblica, es fruto de una elaboracin teolgica d e siglos a partir de unas tradiciones ms antropomrficas. D e hecho, en la versin que nos da el vahvista del origen del hombre se supone u n principio del cosmos ms en consonancia con las tradiciones folklricas del m u n d o mesopotmico ambiental. En efecto, desde que a mediados del siglo pasado s e descubrieron en la biblioteca de Asurbanipal las grandes epopeyas mitolgicas mesonotmicas (Poema de la creacin, la epopeya1 P. H E I N I S C H , Das Buch Gnesis (Bonn 1930) 96. 2 Sab 11,21.

4

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Orgenes del mundo y de la humanidad

El relato de la creacin

5

de Gilgamesh, con su relato del diluvio, el mito de Adapa y de Etana), surgieron al punto interrogantes sobre las posibles concomitancias e interferencias de estas tradiciones mitolgicas en la literatura bblica. Y los pan-babilonistas plantearon el problema con un radicalismo extremo, viendo en los relatos bblicos un calco servil sobre las composiciones literarias mesopotmicas anteriores. Por su parte, la exgesis catlica reaccion al principio por el otro extremo, negando todo punto de comparacin entre los relatos de la Biblia y los del mundo mesopotmico; pero en algunos casos, como en el del relato del diluvio babilnico, las analogas eran tan manifiestas, que los pioneros de la exgesis crtica catlica de fines del siglo pasado vieron la necesidad de estudiar las posibles concomitancias de los textos bblicos con los asiro-babilnicos sin comprometer el contenido sustancial dogmtico-moral del mensaje de la Biblia. De hecho, la Biblia presenta al antepasado de los hebreos, Abraham, emigrando de la zona mesopotmica hacia la costa siro-fenicio-palestina, y podemos suponer que, juntamente con sus rebaos, llevaba tambin un peso de tradiciones religiosas del trasfondo en que se haba criado. Por otra parte, el exilio babilnico hizo que el alma israelita se abriera a un horizonte cultural en el que pesaban las antiguas tradiciones religiosas. No tiene, pues, nada de inverosmil que un genio religioso superior hebraico haya buscado una sntesis religiosa en consonancia con la tradicin monotesta de su pueblo, pero expresada algunas veces con mdulos literarios y religiosos arcaicos, que son eco de concepciones mtico-religiosas de los pueblos mesopotmicos: sumerios, acadios y asirios. As, pues, podemos suponer que, en tiempos en que en la comunidad religiosa posexlica se reuna el material de tradiciones histricas, legislativas y religiosas del pasado, un genio teolgico sintetizador trat de encontrar la prehistoria del pueblo elegido, y, buscando en las tradiciones mesopotmicas, encontr el modo de relacionar las tradiciones de su pueblo con las de los orgenes de la humanidad trabajando con leyendas mesopotmicas. Por eso, en los once primeros captulos del Gnesis, en los que se nos narra el origen del cosmos, del hombre y de los primeros pasos de la cultura humanadesde un ngulo religioso, encontramos no pocas alusiones a antiguas leyendas, ms o menos mticas, que han sido desenterradas en los hallazgos arqueolgicos de la ltima centuria. .. Por eso, sin dejarse llevar de obsesiones comparatistas panbabilonistas a ultranza, es fcil sorprender trasfondos mtico-

legendarios de procedencia mesopotmica en los relatos bblicos de la creacin, del paraso, del diluvio y de la confusin de las lenguas. Como hemos dicho antes, el primer captulo del Gnesis prtico solemne de la Biblia en el que se ponen las bases religiosas del monotesmo estrictorefleja ya un estadio teolgico muy elaborado, cuando ya se han decantado las antiguas tradiciones religiosas antropomrficas y han sido perfiladas en las escuelas levtico-sacerdotales posteriores al exilio despus de una amplia predicacin moralizante de los profetas. En este captulo, la unidad lgica es clara, y la preocupacin litrgica, transparente. Con todo, en su monoltica estructuracin conceptualpartiendo de lo ms imperfecto e indiferenciado (el caos primitivo) hasta la obra ms perfecta de la creacin, el hombrese transparenta cierto material mitolgico de procedencia mesopotmica. En efecto, el hagigrafo asienta primero la afirmacin de la creacin de los cielos y la tierra, es decir, el armazn general del universo visible en su doble manifestacin: el superior celeste (el firmamento y el mundo sideral) y el inferior terrqueo, al que adscribir todas las complejidades de distincin de continentes y la diversa y mltiple eclosin de la vida en sus diferentes manifestaciones, desde lo ms elemental (el reino vegetal) hasta lo ms complejo (el hombre), pasando por los peces, pjaros y reptiles, en un crescendo ascendente a impulsos de la tendencia de la naturaleza hacia la perfeccin y a la complejidad. Las categoras diferenciales son empricas y segn las estimaciones de la poca, y, por tanto, no han dejuzgarse conforme a los esquemas de la moderna ciencia geolgica, fitolgica, zoolgica y paleoantropolgica. La preocupacin de presentar todo el mundo visible como efecto de la omnipotencia divina, movida por la inteligencia ordenadora y la voluntad omnmoda, fuerza a estructurar la aparicin gradual de los seres segn unas categoras lgicas, en los que se destacan los atributos divinos ms caractersticos del Dios trascendente de la teologa hebraica: omnipotencia, sabidura y bondad, al servicio de sus creaturas, y, sobre todo, del hombre, rey ie la creacin. En la perspectiva lgica del hagigrafo, el primer efecto del acto creador primordial de Elohim fue el armazn general del universo: los cielos y la tierra. Despus se concreta la situacin en que se hallaba la tierra al salir de las manos genesacas de Elohim: estaba confusa y vaca, es decir, en u n etado informe e indiferenciadotoh wa boh, lo que en laver-

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1.

Orgenes del mundo y de la humanidad

El relato de la creacin

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sin griega se traduce bien por chaos, por lo que comentar el sabio diciendo que Dios cre el mundo de la materia informe (E ccupcpou uAns) 3. Gomo el autor sagrado quiere destacar la obra de distincin y de ornamentacin del universo conforme a unos esquemas de la sabidura divina, que aspira al orden, a la finalidad y a la subordinacin jerrquica de seres que van a ser coronados por el ms perfecto de ellos, el hombre, lugarteniente de Dios en la creacin, se solaza en destacar el estado catico e informe de la primera masa terrquea, la cual, adems, aparece flotando en el abismo acuoso del tehm y envuelta en espesas tinieblas. Y todo ello en contraposicin a la luminosidad, distincin y orden del cosmos, que va a describir como reflejo de la sabidura ordenadora del Dios que hace todas las cosas en nmero, peso y medida 4. Ahora bien, al descubrirse los textos mesopotmicos del Poema de la creacin, llamado tambin Enuma elish (cuando en lo alto, las dos primeras palabras del Poema), se han buscado analogas literarias con el relato bblico, y as se ha pretendido dar al texto hebreo un sentido de subordinacin en estado constructo, de la forma siguiente: Al principio, (cuando) Dios cre los cielos y la tierra, la tierra estaba confusa y vaca, y las tinieblas cubran la haz del abismo... (v. 1-2). Pero ni las antiguas versiones ni el estado actual del texto hebreo parecen avalar esta hiptesis bastante rebuscada. Y, de hecho, la versin clsica en sentido absoluto es defendida por autores de la talla de Delitzsch, Wellhausen, Gunkel, Procksch y G. von Rad 5 . En efecto, conforme al esquema creacionista del hagigrafo, la misma masa catica, o la tierra en su estado de confusa y vaca (toh wa boh), es efecto del acto creativo primordial, que tiene por resultado la formacin de los cielos y la tierra: el mundo visible en general. Pero esta concepcin grandiosa, en la que se destaca la trascendencia del Dios creador, se contrapone a las versiones que nos dan las cosmogonas del antiguo Oriente, las cuales son, ante todo, teogonias, es decir, tratan de explicar primero el origen de los dioses a partir de una masa acuosa indiferenciada y abismal, para luego relatar el origen de los seres en general y, finalmente, del hombre. En efecto, en el Poema de la creacin o Enuma elish se habla de dos principios eternos coexistentes: las aguas dulces de los ros (aps) y las aguas saladas marinas (tiamat). De la unin de ambos surge la primera trada sumeria: Anu, dios del cielo; Enlil, dios de la3 Sab 11,18. 4 Sab n , 2 i . 5 G. VON R A D , Daserste Buch Moses ( G t t i n g e n 1952) 36.

tierra, y Ea, dios del mar. Luego surge una lucha entre los dioses descendientes de stos y Tiamat (abismo primordial de aguas saladas: el tehm de Gen 1,2), la madre de la totalidad la creadora de todas las cosas6, porque los dioses jvenes quieren vivir en libertad. Despus de una confrontacin de fuerzas, el representante de los dioses de la nueva ola, Marduk (dios de Babilonia), vence al ejrcito de Tiamat y, despus de matar a esta divinidad primordial, madre de la totalidad, la parte en dos mitades como si fuese un pescado; de una hizo el cielo, y de la otra la tierra.a) Poema de la creacin babilnico7

.

Cuando en lo alto el cielo an no haba sido nombrado y abajo la tierra no tena nombre, del ocano primordial (aps), su progenitor, y de la tumultuosa Tiamat, la madre de todos, las aguas se fundieron en una masa. An no haban sido fijados los caaverales ni se vean los juncales. Cuando ninguno de los dioses haba sido trado a la existencia, ni haban sido designados por sus nombres, ni haban sido fijados sus destinos, entonces fueron creados los dioses en su seno 8 .

La versin sumeria de la creacin es ms prolija, pero est llena de un encantador primitivismo:Cuando, en la montaa del cielo y de la tierra, el dios An hubo creado los anunnaki, porque el nombre de Asnn no haba sido todava compuesto..,, la oveja no exista ni haba nacido el cordero... La cabra no haba parido sus cabritillos... Entonces, el hombre fue trado a la existencia 9.

En otro texto sumero-acadio se da una nueva versin del origen de las cosas, pero siempre dentro del mismo modulo literario:An no haba surgido la caa, ni el rbol haba sido creado, ni el adobe haba sido puesto, ni el molde haba sido fabricad!, ni la casa haba sido construida, ni la ciudad edificada..., pues la totalidad de los pases era agua...Poema de la creacin II 19; en J. B. PRITCHARD, A N E T (Princeton 1950) 6 3 . 7 E n este poema se intenta dramatizar la pugna csmica primordial e n t r e las 1'jerzas desintegradoras del caos y las fuerzas del orden, que tratan d e domearlo para defeder la tierra y hacerla habitable; el protagonista de esta lucha contra el caos es Marduk, dos de Babilonia. N i n g u n a d e las redacciones de este Poema de la creacin es anterior al siglos a . C ; pero se cree q u e son copias de un original de principios del s e g u n d o milenio a . C . 8 T a b l e t a I l.r-9; E. D H O R M E , Choix des textes religieuses assyro-babyloniens; PRITHARD, A N E T 60-61. 9 JACOBSEN, en Journal of Near Eastern Studies (1946) 5; cit. por J. E R R A N D O N E I Edn y paraso ( M a d r i d 1966) 7.6

8

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Orgenes del mundo y de la humanidad

El relato de la creacin instal una de sus mitades, cubriendo con ella el cielo; ech el cerrojo, puso un portero, y le orden que no dejara salir las aguas l l .

9

Entonces, el dios Marduk mont un armazn de caas sobre el mar, cre el polvo y form un bloque con l. Luego cre la humanidad..., la hierba, el caaveral, el bosque 1 0 .

En todos estos fragmentos vemos la estructura literaria de prtasis, parntesis y apdosis. Esta misma artificiosidad literaria parece que la encontramos en el relato de Gen 2,40-7 sobreel origen del hombre:El da en que Yahv-Elohim hizo los cielos y la tierra, antes de que hubiera en la tierra ningn arbusto del campo y antes de que germinara ninguna hierba del campo, porque Yahv-Elohim no haba an hecho llover sobre la tierra ni haba hombre que trabajara el suelo, aunque surga de la tierra una corriente para regar toda la superficie del suelo, model Yahv-Elohim al hombre del polvo de la tierra y le inspir en su rostro un aliento vital, convirtindose as el hombre en persona viviente.

Sigue luego la obra de distincin y ornamentacin sideral:(Marduk) construy una morada para los grandes dioses, instal las estrellas, que son su imagen, los lumasi. Determin el ao y delimit las secciones... Hizo brillar a Sin (la luna) y le confi la noche... y lo determin como cuerpo nocturno para regular los das; cada mes, sin cesar, le da la forma de una corona; al principio del mes, para brillar sobre el pas, t mostrars cuernos para determinar seis das; al sptimo da divide en dos la corona; al da catorce le pone de frente 12 .

Vemos aqu la alusin a las diversas fases de la luna. El texto bblico es ms sobrio respecto del origen del mundo sideral:Dijo Dios: 'Haya luz', y hubo luz; y vio Dios ser buena la luz; y la separ de las tinieblas; y a la luz llam da, y a las tinieblas, noche... Dijo luego Dios: 'Haya firmamento en medio de las aguas que separe unas de otras'; y as fue. E hizo Dios el firmamento, separando aguas de aguas... Dijo luego; 'Jntense en un lugar las aguas de debajo de los cielos y aparezca lo seco'. As se hizo; y se juntaron las aguas de debajo de los cielos en sus lugares, y apareci lo seco; y a lo seco llam Dios tierra, y a la reunin de las aguas, mares... Dijo luego Dios: 'Haya en el firmamento de los cielos lumbreras para separar el da de la noche y servir de seales a estaciones, das y aos; y luzcan en el firmamento de los cielos para alumbrar la tierra; y fue as: ~ ' hizo Dios las dos grandes lumin arias, la mayor, para presidir el da, y la menor, para presidir la no expresin que tiene su paralelo exacto con el Dios de los hebreos qu hallamos en Ex 3,18; 5,3; 7,16 3 9 4 . Con todo, la denominacin de 'ibr (hebreo) pudo surgir espontneamente entre la poblacin cananea para calificar a los nuevos intrusos hebreos, relacionndolossin bases etnogrficas ni histricascon los famosos jabir, que tanto les haban inquietado y que provenan del norte de Siria. En este sentido, el calificativo de 'ibr tendra un sentido despectivo, equivalente a transmontano, extranjero y hostil. Bajo este aspecto poda relacionarse el apelativo 'ibr con el trmino 'eber (del otro lado del ro); as, los advenedizos antepasados de Israel seran saludados como los llegados de allende el ro (Eufrates), como se supone en Jos 24,2. Esto explicara que el trmino 'ibr aparezca raramente en labios de los israelitas. La versin de los LXX se hace eco de esta etimologa cuando traduce 'ibr por TcspT-qs (transente) 3 9 5 .11. DATACIN DE LA POCA PATRIARCAL

N o es fcil encuadrar los relatos de la poca patriarcal en el marco de la historia universal, ya que la Biblia n o nos da ninguna datacin cronolgica precisa en relacin con la historia de los pueblos del antiguo Oriente. Por otra parte, las dataciones que da sobre la edad de los patriarcas 3 9 6 , sobre la estancia de los hebreos en Egipto 3 9 7 , en relacin con la construccin del templo de Salomn 3 9 8 , resultan artificiales y sin consistencia para el historiador. Igualmente, el supuesto punto de contacto de la historia de A b r a h a m con la gran historia de Oriente (el relato de G e n 14 sobre la incursin de los cuatro reyes orientales en el sudeste de TransJordania) no nos sirve para datar la poca del patriarca, ya que, como hemos indicado antes, este extrao relato tiene el aire de u n haggada compuesto en honor de A b r a h a m y de Jerusaln (con la insercin del fragmento relativo a Melkisedec) 3 " o, como sugiere G. von392.393 c f . W . F. ALBRIGHT, e n B A S O R 81 (1941) 20.394

J. B R I G H T , O . C , 1 0 0 - i o r .

G e n 14,13, as se califica a A b r a h a m traduciendo el 'ibr del texto hebreo G e n 12,4; 16,16; 17,1.24; 21,5; 25,7.26; 35,28; 37,2; 40,46; 47,9-28 (son textos del sacerdotal). 3 S e g n Ex 12,40-41 ( d o c u m e n t o P), 430 aos; segn G e n 15,13 (documento El). 400 aos. 398 Segn 1 Re 6,1, el t i e m p o e n t r e la salida d e Egipto y la inauguracin del templo fue de 480 aos (versin deuteronomista). 399 A . L O D S , Histoire de la littrature hbraque et juive 622.396

395

Rad, parece ser una epopeya preisraelita en la que se recoge el eco de una expedicin militar de castigo a esta zona 4 0 . E n efecto, parece ser una insercin tarda para dar una versin pica idealizadora sobre la historia del patriarca, al que s e le presenta cmo vencedor nada menos que de todos los reyes de Oriente. Con todo, como hemos dicho anteriormente, la expedicin militar de los cuatro reyes p u d o tener lugar para asegurar la ruta comercial de las especias que suban por Transjordania procedentes de Arabia del Sur. Por otra parte, sabemos que, en los tiempos de H a m m u r a b i y de Mari, u n rey elamita envi una expedicin a Subartu, cerca de A r m e n i a 4 0 1 , y poco antes, u n elamita llamado K u d u r - M a b u k domin la regin de Babilonia e instal a sus hijos como reyes de Larsa. Y as se titula padre de Amurru o del occidente. Bajo este aspecto, se puede concebir una expedicin combinada de elamitas, amorreos y jurritas hacia TransJordania, que al fin sufri una escaramuza, perdiendo parte de su botn. Y el autor bblico presenta a A b r a h a m como hroe de esta razzia nocturna por la retaguardia. T a m p o c o la mencin de N m 13,22 de que Hebrn fue fundada siete aos antes que Tanis sirve para datar la poca patriarcal. En una estela encontrada en Tanis para celebrar el cuatrocientos aniversario del establecimiento del culto de Seth en esta ciudad, nos lleva al 1730 a.C. (poca de los hiesos). Segn R. de Vaux, la mencin de N m 13,22 tiene por fin exaltar la ciudad de Hebrn, capital primera del reinado de David. Por otra parte, no hay ninguna indicacin en los textos extrabblicos en la que se aluda a las personas de los patriarcas. Por tanto, slo indirectamente, a base de los datos arqueolgicos de la regin, podremos establecer una poca verosmil para datar la historia patriarcal. En efecto, hoy se s u p o n e que la XII dinasta egipcia es de principios del segundo milenio a.C. y que la invasin de los hiesos tuvo lugar a m e d i a d o s del siglo x v n i a . C ; asimismo, que stos fueron expulsados de Egipto a mediados del siglo xvi a . C , inaugurndose as la XVIII dinasta egipcia. Adems, segn la cronologa mesopotmica, a la luz de los ltimos hallazgos arqueolgicos, podemos colocar al rey de Mari, contemporneo de Hammurabi, hacia el siglo x v n i a.C. Ahora bien, en esta poca es cuando tienen lugar los grandes movimientos migratorios, que haban comenzado u n siglo antes desde la Alta Mesopotamia hacia Canan. Por ello, en400 G. V O N R A D , Das erste Buch Kose c.14; O . Eissfeldt considera el fragmento como un midrash (Eindleitung zum A . T. 239). "o Cf. Syria XXI (1938) 122.

148

IV.

La historia de los patriarcas

I

\

Historicidad de los relatos patriarcales

149

esta poca habra que colocar la emigracin de Abraham desde la Alta Siria. Segn los datos bblicos, el patriarca abandon la regin de Jarran cuando tena ya setenta y cinco aos; a los cien aos tuvo un hijo 4 0 2 , es decir, despus de residir veinticinco aos en Canan; por su parte, Isaac tuvo a Jacob cuando tena sesenta a o s 4 0 3 , y ste entr en Egipto cuando tena cien a o s 4 0 4 . Pero ya hemos indicado que estas cifras son convencionales y no nos sirven de apoyo serio para establecer una cronologa cientfica. Para ello necesitamos acudir a los datos arqueolgicos de la regin. Ahora bien, segn los estudios de N . Glueck, en TransJordania hubo un bache cultural desde el 1900 a.C. hasta finales del siglo x i n a.C. Ces la vida sedentaria de modo brusco, y atribuye esto a la invasin de los reyes orientales de que se habla en G e n 14 4 0 5 . Igualmente, en el Negeb hay u n colapso de la vida sedentaria hacia el siglo x i x a . C , despus de dos siglos de densa colonizacin. Y as califica esta poca como la edad de Abraham 4 0 6 , cuando el Negeb estaba casi despoblado. En general, todos los exegetas convienen en que la poca de los patriarcas hay que colocarla entre los siglos x x xvii a.C. 4 0 7 . Segn Fr. Cornelius, la expedicin de G e n 14 iba, en el fondo, contra Egipto, y la invasin de los hicsos sera una continuacin de la misma hacia 1700 a.C. 4 0 8 . Algn autor pone en relacin la emigracin de A b r a h a m a Canan con la de los jurritas hacia 1700 a.C. 4 0 9 . Pero no pocos autores creen que los jurritas no llegaron a Canan antes del 1500 a.C. 4 1 0 . Por su parte, C. H. G o r d o n supone que A b r a h a m es de la poca de Amarna (s.xv a.C.) 4 U . Pero R. de Vaux no se atreve a concretar fechas y cree que la entrada de los patriarcas en Canan habra que ponerla entre los siglos XIX-XVIII a . C , en conexin con las filtraciones pacficas de tribus de procedencia amorrea, como indican los nombres de los patriarcas. E n efecto, el nombre de Abraham encuentra su paralelo en la onomstica mesopotmica de prinG e n 12,4; 21,5. G e n 25,26. G e n 47,9. 405 N . GLUECK, The Oder Side of the Jordn ( C a m b r i d g e 1970) 140. 406 I D . , The Age of Abraham in the Negeb: B i b A r c h 18 (9SS) 2-9; B A S O R rS2 (1958) 20; BibArch 22 (1959, 87-89); The Archaeological History of the Negeb: H U C A 32(1961)11-18. ,, * para el N u e v o Imperio. Vemos, pues, que el redactor bblico de la historia de Tose estaba bien informado de las particularidades de la legislacin151

D I O D O R O D E S I C I L I A , I 73; H E R O D O T O , II 168.

152 EJ texto fue publicado por W . M . P . P E T R I E , Abydos II ( L o n d o n 1903); cf. J. A. W I L SON, en A N E T 212. 153 Cf. D B S II 817. 154 Vase K. S E T H E , Urkunden des alten Reichs I 274-307; P : M O N T E T , O . C , 88.

egipcia y de su sistema de tributacin agraria, bien distinto del de Canan donde resida. L o q u e hace suponer que, a u n q u e redacta su historia en Jerusaln, trabaja sobre tradiciones a n t i guas de procedencia egipcia; al menos, conoce m u y bien las costumbres jurdicas de este pas. D e hecho, sabemos q u e la centralizacin de las tierras en favor del faran se acentu en el Nuevo Imperio (1580-1190) al confiscar el faran los bienes de los nobles que haban colaborado con los invasores hicsos. Por otra parte, sabemos q u e los graneros o almacenes de trigo existan ya en los principios de la historia de Egipto; y se han conservado maquetas de los mismos en miniatura e n los exvotos de las tumbas; y no faltan textos egipcios en los que se habla de distribucin gratuita de trigo, de prstamos de grano de unas ciudades a otras y de exencin de impuestos 1 5 7 . A este propsito comenta R. de Vaux: Aunque esta descripcin del rgimen agrario de Egipto no nos permite precisar ninguna fecha, es exacto en lo esencial: el derecho soberano del faran sobre todo el suelo, la extensin de los dominios de la Corona y de los templos, q u e en conjunto incluan casi la totalidad del suelo, son hechos establecidos... Los israelitas estaban impresionados por esta situacin tan diferente a la de su pas, donde el rgimen comn era el de la propiedad familiar. Y esto explica el inters que le presta el narrador. Si atribuye a Jos medidas que estaban en el origen de este rgimen agrario, es para exaltar a su hroe, que es u n antepasado de su pueblo 1 5 8 . Ya Samuel haba prevenido a su pueblo contra los peligros de la centralizacin que implicaba la institucin monrquica, pues saban que haba de imponer exacciones y tributos desorbitados sobre las tierras y ganados, como lo hacan los reyes cananeos 1 5 9 . Pero en los tiempos del centralismo salomnico haba gran admiracin para todo lo del pas del Nilo, y se trataba de copiar su organizacin centralizadorq. P o r eso se exalta al hroe hebreo de los tiempos patriarcales, al que se consideraba como el organizador de la admirada administracin egipcia. D e hecho, en esta poca en q u e se redactaba la historia de Jos se estaba en camino del estatismo, y es posible que algunos sabios consideraran el rgimen agrcola egipcio como ideal 160 . E n este supuesto, el relato anovelado de la historia de Jos podra reflejar estas tendencias de la corte salomnica, con sus complejos de grandeza y de expansin imperialista.157158

Vase J. VANDIER, O . C , 55-56 n.47.R. D E V A U X , Histoire... R. D E VAUX, O . C , 2 9 1 . 291.

' P. M O N T E T , O . C , 88. 15 J E A X I I I 193; P . M O N T E T , O . C , 68.

15 Cf. 1 Sam 8,11-17.160

210

i V. Los israelitas en Egipto

La historia de Jos

211

Con todo, el redactor conoce bien las costumbres del pas de los faraones, incluso imita las expresiones burocrticas de la corte egipcia. As, la frase todo el pueblo besar (u obedecer) tu boca, de Gen 41,40, aunque es netamente semtica y equivale a la nuestra a tus rdenes, encuentra su paralelo en el ttulo burocrtico de boca superior que se daba a determinados altos funcionarios. As, a un alto funcionario egipcio se le llama en un texto gran boca superior en el pas entero 161; y a l le estaba confiado por el faran el supremo poder. Y la otra frase bblica: de tu boca depender todo mi pueblo, slo por mi trono ser superior a ti (41,40), encuentra su paralelo en la frase que Ramss III (s. XII a.C) dirige a Set-Nekt cuando le da parte de su poder y le otorga la dignidad de boca superior de todas las tierras de Egipto 162 . Por otra parte, la alusin de la entrega del anillo por el faran a Jos es explicable en una poca en que el anillo era el sello de identificacin personal 163 ; por lo que todos los personajes blasonaban de su anillo personal, as como de sus collares de adorno 164 .i) Emigracin del clan de Tacob a Egipto

Como antes hemos consignado, Egipto era considerado como el granero de la antigedad, y en tiempos de escasez las gentes de los pueblos vecinos, como las de Canan, bajaban a proveerse de grano al delta del Nilo. Es lo que hizo Abraham, que tena sus rebaos en la zona fronteriza del Negueb 165 . Y es lo que van a hacer los hijos de Jacob a imperativos de esta situacin similar de escasez de cereales: Qu estis ah mirndoos unos a otros? He odo decir que en Egipto hay trigo. Bajad, pues, all para comprrnoslo, y vivamos y no muramos (42,2). Por lo que bajaron diez de los hermanos de Jos a Egipto a comprar trigo. Llegaron los hijos de Israel con otros que venan tambin a comprar trigo, pues haba hambre en todo el pas de Canan (v.3). Esto era lo que normalmente solan hacer los famlicos beduinos de los secarrales del Negueb; por lo que los egipcios tuvieron que tomar medidas contra las invasiones masivas de estas gentes hambrientas, estableciendo fortines de control y de defensa, como el famoso Muro del prncipe que aparece en la historia de Sinuh 166 . En realidad, la penetracin masiva deCf. BRUGSCH. Recud des monuments pl.66a. Cf. CHABAS, Recherches sur la XII dynastie 14-15. 163 Cf. PIERRET, Salle historique de la galerie gyptienne (1877) 110-19. 164 Cf. EBERS, Zeitschrift der deutschen morgenlndischen Gesellschaft (1877) 462. 165 G e n 12,9. 166 Vase p . 9 6 - 9 9 .162 161

I asiticos comprometa la vida econmica de la regin del Nilo, y, por otra parte, resultaban peligrosos, pues podan, ser espas (v.9) al servicio de los reyezuelos de Canan, que en tiempos de disensiones internas del pas del faran podan sentir tentaciones de penetrar en estas regiones fronterizas del delta oriental, como hicieron los hicsos en el siglo xvn a.C. Precisamente en esta supuesta poca tuvo lugar la emigracin de los hijos de Jacob al pas de los faraones, y es verosmil que los asiticos en estos tiempos fueran bien recibidos por los que detentaban el poder en Egipto, pues eran presuntos colaboradores, como asiticos, frente a cualquier insurreccin de los nativos egipcios. Con todo, ya mucho antes de la dominacin de los hicsos en el pas del Nilo durante la dinasta XIII (s. xviii a.C), muchos asiticos se haban instalado pacficamente y de modo permanente en el delta oriental. As, en una relacin de esta poca aparecen 48 emigrantes asiticos; los hombres aparecen en calidad de criados: cocineros, almacenistas, cerveceros, y las mujeres se dedican a tejer 167. Y los nios tienen nombres netamente egipcios, lo que supone ya un proceso de rpida asimilacin social. No se dice que fueran esclavos de guerra; pudieran ser esclavos vendidos. Tambin aparecen asiticos como trabajadores en las minas de turquesas del Sina 168. Para ilustrar histricamente el desplazamiento de los lijos de Jacob al pas de los faraones, tenemos dos textos egipcios de los siglos xiv y XIII. en los que se habla de la penetracin de asiticos, amparados en la benevolencia de los gobernantes de Egipto. En efecto, un fragmento de los tiempos de las dinastas XVIII y XIX nos dice que, bajo Ejnatn o sus inmediatos sucesores, unos asiticos fshasu) procedentes de una ciudad atacada, saqueada, incendiada y destruida, y descontentos de la situacin en tierras sirio-cananeas, descienden a Egipto pidiendo asilo en los tiempos de Amarna (s. xiv a.C). Dice as el texto:... Asiticos (shasu)... han sido destruidos y su ciudad devastadas incendiada... Sus pases estn en la miseria; viven como cabras, sobre la montaa; sus hijos... diciendo: 'Algunos asiticos que no saben cmo viviihan llegado mendigando residir en los dominios del faranvida, salad y prosperidad!conforme (hicieron) sus padres desde el principio... /hora bien, el faranvida, salud, prosperidad!los confa a vuestras nanos para proteger sus fronteras' 169." ' Cf. P . M O N T E T , L'gypte et a Bible 18. 168 Vase A. GARDINER, The inscriptions of Sinai 112; CERNY, Semites in egyptian ning expedition to Sinai: Archiv Oriantalny V i l (1935) 384-89. 169 T e x t o publicado por W I E D E M A N N , en P S A B X I 4 2 5 ; BERGMANN, en A Z IXXVII 125-27: trad. d e BREASTED, Anc. Rec. III 273: C H . - F . JEAN, Le Milieu Biblique I I (Pars 1923) 325.

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V.

Los israelitas en Egipto

La historia de Jos

213

En otro texto del siglo XIII a.C. (dinasta XIX) se habla de una tribu procedente de Edom que ha hecho acto de presencia en la frontera egipcia, y el oficial de guardia, segn instrucciones recibidas, permite pasar a estos beduinos con sus rebaos para asentarse en la regin del delta como pastores, exactamente como ocurri en el caso del clan de Jacob. He aqu el texto en el que el oficial fronterizo comunica a su superior jerrquico el hecho:Otra comunicacin para mi seor: Acabamos de dejar pasar las tribus beduinas (shasu) de Edom por la fortaleza de Mernptah-Hotep-Hir-Maat vida, salud, prosperidad!, que est en Tjeku, junto a les estanques de Per-Atum (Pi-tom), para que estn sanos y salvos, a? como su ganado, gracias al gran ka del faranvida, salud y prosperidad!, el buen sol de cada pas, en el ao octavo, el da 5 de Seth. Yo los he inscrito sobre una copia en la referencia, en el lugar en que est mi seor, igual que los otros nombres de los das donde la fortaleza de Merenptah-Hotep-Hir-Maat i vida, salud y prosperidad!, que est en Tjeku, puede ser atravesada 1 7 0 .

Por otra parte, tenemos la famosa pintura de Beni-Hasn, en la que aparece un clan familiar de asiticos entrando con sus ganados, mujeres e hijos en el pas de los faraones. Es un clan de 37 personas llamados amu (asiticos), que se presentan al gobernador de Oryx, en el Medio Egipto. Proceden del pas vaco y quieren cambiar el polvo negro (msedmet) por granos. No estn famlicos. Las mujeres llevan mantos de lana de variados colores; los hombres llevan armas y buen calzado: sandalias con correas. Aparecen con ellos dos asnos cargados; los hombres tienen lanzas y arcos; todos tienen la caracterstica barbilla de los semitas; dos llevan una cabra y junto a las mujeres aparece un nio con una lanza. Esta pintura es del tiempo de Amenhemet, del siglo xix a.C, es decir, un siglo antes que Abraham, segn la cronologa aproximada que hemos propuesto anteriormente 171. Ya hemos dicho antes que el prncipe Sinuh, que es de esta misma poca, tuvo que esperar a verificar el control a la sombra de la fortaleza militar egipcia constituida para detener la entrada masiva de los asiticos 172 . El relato bblico dice que los hijos de Tacob se presentaron al mismo Tose para comprar trigo; pero, dado el modo simplificador de presentar los hechos los autores bblicos, podemos suponer que ellos e n realidad se presentaran a los empleados normales encargados de estas transacciones; pero tambin po170 Es el texto del Papiro Anastasi V I s i (Bibliotheca aegypaca VII 76); A . GAIDINER, en J E A X X X I X 7; G H . J E A N , o . a , 325-26; P . M O N T E T , Drama de Avaris 145; A N E T 259; S A O 216; F . M I C H A E L I , Textes de la Bible et VAnexen Orient (Neuchtel 1961) 42. 171 P. M O N T E T , L'gypte et la Bible 12-18: Vase P O S E N E R , Les asiatiques en gypte sous les XII et XIII dynasties: S y r i a X X X I V (1957) 145-63. 172 Vase Sinhue B 240-45 ; L E F B V R E , Romans et cantes 2 1 .

demos suponer que el propio Jos estara al acecho para encontrarse con sus hermanos, ya que supondra que, dada la escasez de alimentos en Canan, habran de bajar a Egipto con los otros procedentes de la misma regin, y as pudo dar rdenes especiales a sus subordinados para que le avisaran de su llegada, preparando de este modo el encuentro personal con ellos. En efecto, el encuentro con los hermanos fue emocionante; ellos, sin reconocerle, le prestaron vasallaje postrados en tierra. Era justamente el cumplimiento de su famoso sueo sobre los haces de gavillas de los hermanos que se inclinaban ante l (37,7) y sobre el sol, la luna y once estrellas que le adoraban (v.8). Por eso acordse Jos de los sueos que les haba contado (42,9), y, como siempre, ve en ello la mano providencial de su Dios, que lo ha dispuesto todo para salvar a su familia en una situacin de miseria, y as lo declarar a los hermanos (45,7). Pero antes quiere probarlos; y as, primero los trat como espas, pero al fin triunf su magnanimidad. Los detalles son pintorescos y llevan el sello de lo imaginativo dentro del desarrollo de una novela perfecta 172 *. Todo se desarrolla para destacar las buenas cualidades de Jos frente a sus hermanos, que haban cometido una accin nefanda contra l, para probar que Dios al fin hace justicia y prueba la virtud de los que permanecen rectos en su presencia. Es, en el fondo, una novela moralizante destinada a las nuevas generaciones israelitas, que deban inspirarse siempre en la conducta ejemplar de sus grandes figuras del pasado.172 * E n G e n 43,26 se dice que los hijos de Jacob presentaron regalos a Jos, como era usual, y se prosternaron en signo d e acatamiento, lo q u e se ilustra con una p i n t u r a q u e se conserva en ei M u s e o Britnico e n la q u e aparecen unos semitas (retenuj sirios trayendo regalos a u n jefe de la dinasta XVIII (s. x v a.C.). Procede de los hipogeos de T e b a s , Es u n grupo de doce personajes, de los q u e tres son retenu o cananeos; unos estn arrodillados y levantan las manos en signo de adoracin y acatamiento; otros estn p r o s t e r n a d o s , dejando los regalos a los pies del dignatario del faran, al q u e imploran clemencia. L o s d e atrs traen jarros y sustancias del pas de origen. Aparece entre ellos u n nio; los h o m b r e s l l e v a s tnicas blancas con rayas horizontales u oblicuas, punteadas en rojo y azul. Algunas tnicas tienen mangas, mientras q u e otras no. Los rostros son tpicamente semticos, a r q u e a d o s de perfil, ojos largos, frente huidiza y elevada, nariz aquilina, labios poco estirados, y el mentn tiene una barba negruzca tupida, cortada e n p u n t a (cf. VIGOROTJX, La Bible et les de'couvertfimoderrtes I 147-48). Y en el relato d e G e n 43 f 32 se dice que en el festn q u e organiz J o s * 1 Sam 31,13; Jdt 16,28. 185 Cf. N m 20,29 (por Aarrf; D t 34,8 ( p o r Moiss). 186 G e n 50,22.

l

218

V.

Los israelitas

en

Egipto

Opresin

de los hijos de Israel

219

rentes madres. Y supone que todos permanecieron en Egipto y salieron juntos bajo la gida del libertador Moiss. Tampoco sabemos cunto tiempo residieron los descendientes de Tacob en el pas de los faraones, pues las cifras que nos dan los textos bblicos son divergentes y convencionales segn los diversos documentos de origen. As, segn Ex 12, 40-51, la estancia de los israelitas en Egipto dur cuatrocientos treinta aos, cifra que en el Pentateuco samaritano y en la versin de los L X X se adscribe tambin a la historia patriarcal. Es la cronologa que se supone en Gal 3,17. Por otra parte, los datos concretos de aos para cada patriarca (Abraham, Isaac y Jacob) suman doscientos quince, que es justamente la mitad de cuatrocientos treinta aos que se consignan en Ex 12, 41-42 para el tiempo en que los israelitas residieron en Egipto. Podemos, pues, suponer que stos estuvieron en el pas de los faraones unos doscientos quince aos (aunque en G e n 15,13 se da la cifra redonda de cuatrocientos aos) y que a la cuarta generacin (dr) habran de volver a Canan, tomando aqu generacin por u n siglo, la edad mxima de la vida h u m a na O. Pero, leyendo con atencin los datos del Pentateuco sobre la estancia de los israelitas en Egipto, no parece que sta haya sido tan larga, pues a Moiss se le presenta como bisnieto d e Lev por su padre m , y el bisnieto de Jud, llamado A m m i n a dab, es el suegro de Aarn 1 9 2 . Por otra parte, segn Jos 7,1, slo hay cuatro generaciones entre Jud y Akn, que interviene en la conquista de Jeric en los tiempos de Josu. N o obstante, para valorar estos datos genealgicos, hay que tener e n cuenta que suelen ser incompletos y se saltan anillos i n t e r m e dios 1 9 3 . Esto quiere decir que no nos sirven como base cronolgica exacta, sino aproximativa. Para mayor confusin hemos de notar que, segn G e n 50,26, cuando muere Jos, a los ciento diez aos de edad, todava viven todos los hijos de Jacob que haban bajado a Egipto. Y e n Ex 1,6 se dice que sobrevino u n faran q u e no haba conocido a Jos, lo que hace suponer u n amplio lapso de tiempo e n t r e su desaparicin y el principio de la opresin de los israelitas. Ahora bien, suponiendo que Jos fue encumbrado a la m s alta magistratura del Estado, despus del faran, en tiempo d e los hicsos, podemos deducir que el faran perseguidor debi d e190 Vase H. H. ROWLEY, From Joseph to Joshua (London 1950) 69; K. A. KITCHEN, Ancient Orient and Od Testament (Chicago 1966) 54-55. 191 Ex 6,16.18-20; Nm 26-57-59i ' 2 Ex 6,23. 193 Vase W. F. ALBRIGHT, TheBiblical Period from Abraham toEzra (New York = Evanston 1963) 10; J. BRIGHT, Historia de Israel (Bilbao 1966) 130.

pertenecer a la dinasta que expuls a los hicsos (XVIII dinasta) o la siguiente (XIX dinasta), y persigui a los asiticos como colaboracionistas de los odiados invasores. E n ese supuesto, entre el siglo x v n a . C (poca en que se supone bajaron los israelitas a Egipto) y el siglo xv (XVIII dinasta) o el siglo XIII (XIX dinasta) hay u n lapso de tiempo que flucta entre dos y cuatro siglos, segn que el faran perseguidor haya sido de la XVIII dinasta o de la XIX dinasta. Segn el esquema convencional de exaltacin de los antepasados, el relator bblico, de un lado, destaca el exiguo n mero de personas del clan de Jacob que se desplaz a Egipto, y, del otro, el pueblo numeroso hebreo que cre problemas a la poltica de los faraones, pues se ponen en boca del faran opresor estas palabras, que han de entenderse a la luz de la hiprbole oriental: Los hijos de Israel forman u n pueblo ms numeroso y ms fuerte que nosotros 1 9 4 , y teme que e n caso de guerra se sumen a los enemigos (v.io), es decir, a los odiados asiticos, que haban expulsado de Egipto. Para que el pueblo de Israel constituyera u n problema serio para los egipcios hay que suponer que eran varios millares, lo que implica que ya llevaban en el pas bastante tiempo despus del asentamiento del minsculo clan jacobita. b) Se inicia luego el relato sobre la opresin sistemtica de los israelitas, que fueron condenados a trabajos forzados en la construccin de las ciudades de Pitom y Ramss, ciudades-almacenes del faran ( v . u ) . E n realidad, los hebreos n o estaban acostumbrados a estos rudos trabajos de la construccin, pues eran tradicionalmente pastores y ganaderos, y, como tales, habituados a la libertad de movimientos, s i n hbitos laborales especializados. El texto bblico no nos da el nombre del faran opresor, como tampoco nos menciona al faran protector de J o s . De hecho, la primera vez que se nombra concretamente a un faran egipcio es en el siglo x a . C , cuando la invasin del territorio de Jud por Sesac o Sheshonq 1 9 5 , despus del reiado de Salomn. Pero como los faraones que establecieron su residencia en el delta despus de la invasin de los hicsos fueron los de la XIX dinasta, se supone comnmente que el faran opresor fue Ramss II (12Q2-25). que se destac por s u megalomana de constructor justamente en esta regin d e l delta oriental, cerca de la tierra de Gosen, donde residan los israelitas, y donde construy una ciudad con el nombre de Pi-Bam194 Ex 1,8. iw Cf. 1 Re 14,25.

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V

Los israelitas en Egipto

Opresin de ios hijos de Israel

221

ss (ciudad de Ramss), que coincide con la del texto bblico (v.n), en la que trabajaron los hebreos. En su obsesin por perpetuar su memoria, lleg a poner su nombre en las construcciones de los faraones anteriores. Por otra parte, para hacer frente a las posibles invasiones de asiticos y para poner la base de una expansin hacia la costa cananeo-siria (creando as una zona de alto dominio frente a las pretensiones expansionistas de los hititas, que presionaban por el norte hasta el tratado que sigui a la batalla de Qades, 1284, que qued en tablas), estableci su corte en la regin oriental del delta, cerca de Avaris, donde los hicsos haban tenido su residencia. En Ex 1,8, al soberano de Egipto se le llama rev, mientras que en el v.11 se le llama faran (par'h), que es la trasliteracin hebrea del egipcio pr-' (gran casa), trmino que primitivamente se aplicaba al palacio real, pero despus designaba a la persona del que en l resida; como el ttulo turco de Sublime Puerta, el cual primero designaba la entrada del palacio real y luego a la persona del sultn de Constantinopla. La primera vez que en un texto egipcio se aplica este ttulo de faran al soberano de Egipto es a Amenois IV Aj-en-Atn (s.xv-xiv a.C), y a partir del siglo x m a.C. (XIX dinasta) se convierte en ttulo honorfico, equivalente a Su Majestad, y as se antepone al nombre del rey; pero esto aparece por primera vez con el faran Ofra (Apries), de la XXII dinasta 196 . c) Los soberanos egipcios tenan junto a la frontera asitica ciudades-almacenes, como base de aprovisionamiento para las expediciones militares por tierras de Canan y de Siria. Una de ellas era Pitom (en egipcio, Pr-'tm: morada de Atn); se supone que radicaba en el wady Tumilat, que es va de comunicacin hacia el istmo de Suez. Se la ha querido identificar con Tell Masjuta, a 16 kilmetros al occidente de la Ismaila actual 197 . En egipcio se la suele llamar Tjeku (Tkw); los romanos la llamaron fiero, la 'Hpdboov TTAIS (ciudad de los hroes) de los griegos. En esta localidad se han encontrado restos claros de construcciones de la poca de Ramss II, segn la opinin del egiptlogo Montet 1 9 8 . Con todo, otros arquelogos han querido localizar la antigua Pitom en Tell Artabi (Rutab), a unos 12 kilmetros al oeste de la localidad anteriormente citada, sobre el mismo wady Tumilat ' " . En este lugar se descubrieron los restos de un templo dedicado a Tum, que196 197198

debi de dar origen al nombre de Pi-tum; tambin se han encontrado construcciones en ladrillo, que se suponen son los almacenes de que habla el texto bblico. En el Papiro Anastasi V (del Imperio Nuevo) parece que se distingue Rutab, que se denomina Pitom, de Heropolis-Masjuta. Por su parte, Herodoto llama a la primera ciudad Tra-roijos (Pitom) 2 0 0 . Por lo que respecta a la_ciudad de Ramss, citada en Ex r, 11 y Gen 47,11 (la tierra de Ramss, otorgada a los hebreos por el faran para sus rebaos), aparece varias veces nombrada en los documentos egipcios 2 0 1 bajo el nombre completo de PiRamss-Miamun da nejtw (la morada de Ramss, amado de Amn, el gran victorioso). La supresin de Pr es normal cuando Pi-Ramss aparece despus de un ttulo o de un nombre divino. Sobre su localizacin no coinciden los arquelogos y se han propuesto varias hiptesis. En efecto, Flinders Petrie la identifica con las ruinas de Tell Artabi; en cambio, Gardiner cree que hay que buscarla en la actual Tell Farana, a unos 40 kilmetros al sudeste de Port Said, junto a la desembocadura del Nilo, en Pelusium; por su parte, Montet supone que ms bien hay que identificarla con Tell San-al-Hagar, donde se encontraron muchas ruinas de antiguos templos de la poca de Ramss. En ese supuesto sera la antigua Avaris, capital de los hicsos, y luego Pi-Ramss, capital de la XIX dinasta, que luego se llamara Tanis a partir de la XXI dinasta, capital del delta. En ese supuesto sera la Soan de la Biblia, donde el Dios de Israel obr prodigios para la liberacin de los hebreos 2 0 2 . Esta hiptesis fue aceptada por Gardiner, retractndose de su opinin anterior 203 . Por su parte, Courayer cree encontrar la Pi-Ramss en Qantir, cerca de Faqus, al sur del Tell ai-San de la hiptesis de Montet 204 . De hecho, all se encontraron algunos azulejos con el nombre de Ramss II. El relator bblico dice que los egipcios sometieron a los hebreos a la elaboracin de ladrillos y adobes para la construcHerodoto, II 156. Vase TEA V 127.170; X 93; Cf. M O N T E T , O . C , 54; I D . , Tanis, Avaris, Pi-Rmss: (1930) 2-28. Sal 78,12. 203 Cf. A. H . GARDINER, Tanis and Pi-Ramesse retractation: Journal of E g y p t i a n Archology 19 (1933) 122-28. 204 B . COURAYER, La rsidence Rameside du Delte et la Ramss biblique: R B 5 3 (1946) 75-98; I D . , Les dieux de Ramss. Les fiis royales de Ramss. Arsaphes de Ramss: R B 6 1 11954) 108-17. Contra la identificacin d e Tanis y Ramss est el c o n t e n i d o de u n texto d e lapoca ramsida q u e las distingue expresamente. Cf. el Onomasticon de Amenope; cf. A . GAPDINER, Ancient Aegyptian Onomstica II (London 1947) n.210.417. Segn R. de V a u x , Cf. H . GRESSMANN, e n A O T (1926) 241.33333

334

Cf.

R. DE V A U X , o . a ,

329.

PRITCHARD, en A N E T 365-67. Cf. A S A E 40 (1940-41) 217. 342 PRITCHARD, en A N E T 416b; cf. A . A L T , Z A W 58 (1940) 159-60. 343 E x 3,14.3

34

Cf.

E. K N I G , o . c ,

142.

242

V.

Los israelitas en Egipto

La epopeya del

xodo

243

v. 12, ha dicho a Moiss: Yo ser contigo, aludiendo a la ayuda que le ha de prestar para liberar a su pueblo de la opresin, del conjunto del contexto se deduce que, adems de la idea de trascendencia y misterio incluida en el nombre de Yahweh, est la de una presencia dinmica, al par que es una respuesta evasiva: Yo soy el que soy. D e este modo, muestra su autonoma e independencia total frente a toda limitacin posible implicada en u n n o m b r e determinado 344 . Al menos, stas parecen ser las interpretaciones de los autores bblicos sobre el misterioso tetragrammaton de Yahweh, n o m b r e aplicado al dios de Israel desde los tiempos mosaicos, cuyo origen y sentido primordial se pierde en la noche de los tiempos. Es lo que viene a proclamar la frase del profeta: Yo soy Yahv, tu Dios, desde el pas de Egipto 345 ; y el prlogo al declogo: Yo soy Yahv, tu Dios, que te sac de la tierra de la servidumbre 3 4 6 . D e este modo, el nombre de Yahweh aparece esencialmente vinculado a la gran epopeya nacional por antonomasia, que dio lugar a la configuracin de las tribus de Jacob como teocracia anfictinica en tensin hacia la ocupacin de la tierra de Canan.

4 '

4

Jer 40,11. Cf. Sal I 3 7 , i s . Cf. Is 13,1-14,23; IS 63,7-64,12; Is 44,28; 45,1-4. Cf. ALBRIGHT, e n BASOR 120 (1950) 22-25. A N E T 307. Cf. A N E T 305S.309-15, Cf. W . F . ALBRIGHT, en B A S O R 120 (1950) 22-25.

542

X.

Conquista de Canetn

Reorganizacin

del reino de Judd

543

bia, al sudeste de Edom 4 1 0 , quiz para favorecer las relaciones comerciales con la pennsula arbiga. Y all permaneci desde el 552 al 545 a.C, dejando los negocios pblicos de Babilonia en manos de su hijo Baltasar (Bel-shar-usur), quien hizo caso omiso de las fiestas de ao nuevo, lo que le enemist con el sacerdocio tradicional. Es en este ambiente de descomposicin y de decadencia del imperio babilnico cuando emerge la nueva estrella militar y poltica de Ciro el Grande, quien haba de otorgar la libertad a los judos exiliados en Mesopotamia, ayudndoles a la reconstruccin de su ciudad y culto. En efecto, despus de la muerte de Cixares, le sucedi su hijo Astiages (585-50 a.C); pero se insurreccion contra l el prncipe de Anshan, Ciro, en el sur del Irn, perteneciente a una familia noble. Y Nabnides de Babilonia ayud a Ciro a independizarse de los medos; as, Ciro logr ocupar Ecbtana, destron a Astiages y anexion a Persia el imperio medo. Luego emprendi campaas fulgurantes contra el oeste. Ante el nuevo peligro, el rey Nabnides de Babilonia firm una alianza defensiva con Amasis, faran de Egipto (569-25), y Creso, rey de Lidia (560-46). Pero en 547-46 Ciro march contra Lidia, atravesando Mesopotamia 411 ; cruz el Halys durante el invierno y atac por sorpresa a Sardes, capital de Lidia; la conquist e incorpor al imperio persa, que as llegaba hasta el mar Egeo. Luego se lanz hacia Afganistn, Hircania y el pas de los partos, llegando por la estepa a Uaxartes. A la luz de estos acontecimientos, los genios profticos de Israel intuyen como cercano el momento de la liberacin; y as, el Trito-Isaas la anuncia como prxima, idealizando el retorno de los exiliados con colores triunfalistas: Yahv es el soberano de la historia que ha llamado a su ungido Ciro para liberar a su pueblo de la esclavitud babilnica 412 ; es la nueva cosa que Yahv va a realizar 413 , renovando las gestas del xodo 414 . Efectivamente, Babilonia era ya una fruta madura a punto de caer: haba perdido el control de Elam (Gutium), cuyo gobernador Gobras (Gubaru) se pas al invasor Ciro; en Babilonia reinaba el pnico 415 . Nabnides concentr todos los dioses de las provincias en Babilonia, lo que para el pueblo significaba que stas haban sido abandonadas a su destino. Y en Opis, junto al Tigris, se dio la batalla decisiva, con lai Cf. W . F . A L B R I G H T , en B A S O R 82 (1941) 14; C . C . T O R R E Y , e n J A O S 73 (1953) 223i " Cf. A N E T 3 0 6 . 412 Cf. Is 40,1-11; 41,1-4; 43,9; 44,24; 45,7; 46,8-1 i s s . 413 Is 42,9; 43,19; 48,6-8. 414 Is 43,16-21; 48,30s; 52,1 is. s Cf. Is 41,1-7; 4 6 , l s .

derrota estrepitosa de Babilonia. Y as, en octubre de 539 a . C , Gobras ocup pacficamente Babilonia sin resistencia alguna; y Nabnides, que haba huido vergonzosamente, fue hecho prisionero. Semanas ms tarde, Ciro entraba en Babilonia, y, al parecer, triunfalmente, por lo que trat con magnanimidad a los dignatarios babilonios. Es lo que se da a entender en la Crnica de Nabnides. En efecto, el ejrcito persa lleg a las puertas de Babilonia en el 16 de tishri (septiembre-octubre) del 539, despus de haber tomado Sippar, adonde haba huido Nabnides. Y la ciudad de Babilonia debi de caer por maniobras de traicin, de lo que se hace eco la leyenda de Baltasar en Dan 5,is.