GARCÍA MÁRQUEZ Del cronista al escritor - Revista de la ......GARCÍA MÁRQUEZ Del cronista al...

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GARCÍA MÁRQUEZ Del cronista al escritor Por Norma Klahn * Cantor de la tradicción oral El cronista de " Los funerales de la Ma má Grande" com- prende dos tipos de nar rad ores: el relator que proviene de la tradición oral, aquel que conta- ba sus experiencias o la de los demás en un intento de conser- var viva una cultura por medio de la memoria; y el cronista que recoge dotes de su expe- riencia vivida y los ord ena cro- nológicam ente en forma de na- rrati va. Este relat or-cantor que comprende al cronista se ha ido ausentando poco a poco y está en vías de desaparición en la so- ciedad moderna como ha dis- cutido Walter Ban jarnin. " Es este momento de su desaparición el que capta " Los fu- ner ales " . Muerta la Mamá Grande, él afirma su derecho a conta rnos los eventos basados en su visión. " Algunos de los allí presentes dispusieron de la suficiente clarividencia para comprender que est aban asistiendo al nacimiento de una nue va época. "! Este narrador, como todo cantor de la tradi- ción oral necesita una audiencia y nos seduce para que lo es- cuchemos. Nos contará eventos "inverosímiles" pero "verí- d icos " para que la historia de la Mamá Grande y su reino no per ezcan en el olvido : para que sigan vivos en la memoria, y par a que el mensaje de su historia permanezca intacto a tra- vés de múltiples recuentos. Dentro de esta tradición, está implícito el papel que desempeña la memoria y la repeti- ción. Así, el cantor, que se enfrenta con la difícil tarea de cautivar la atención de un público, de mantener su interés, y de asegurarse de la pervivencia del relato, se veen la necesi- dad de concentrarse en la forma, de acudir a la inventiva, a la imaginación y hasta a la exageración. Lo cotidiano , lo . . . '00 o. o ••• Cuando aparece un texto nuevo de un autor t an céleb re como Gabriel García Márquez, se hace difícil leerlo sin pensar en su obra previa. Sus creden- ciales como autor hicieron posi- ble la venta de más de dos mi- llones de copias en dos meses de su últ imo libro Crónica de una muerte anunciada . Ninguna obra, como dice j auss, se presenta como una absoluta novedad en un espa cio vacío sino que hace recordar al lector (oyente) los horizontes de expectativa y las reglas famili ar es de otros tex- tos, que ent onces pueden va- riar , ser corregidos, cambiar o simplemente repetirse.' Crónica de una muerte anun ciada repite procedimientos técni- cos y temáticos utiliz ad os en obras anteriores: el uso del dis- curso anunciativo, la creación de personajes excéntricos, la incorporación de los sueños y las profecías, el ambiente pue· blerino, la voz comunal, y el papel determinante del destino. Pensamos que el cambio reside más bien en la transforma- ción que sufre la figura del cronista. Desaparece el cronista de Cien años de soledad y de " Los funerales de la M amá Gran- de", y r eaparece con vestimenta moderna, como periodista- investi gador . Tomando en cuenta estas ideas haremos una lectura de Crónica que responde a un estudio del cronista en " Los fune- rales ". Nos concentraremos en la función del narrador como cronista y relator de una serie de hechos , que en estos dos ca- sos definen una tradición y una cultura . Notemos que en ambos casos, al presentar la figura del cronista que asume distintas funciones, el autor j uega con un género que pa rtici- pa tanto de la historiografía como de la literatura. 1. Hans Ulrich Gumbrecht el al ; " La historia literaria como desafío de la ciencia literaria ", La actual ciencia literaria alemana Salamance: Anaya, 1971. • Norma Klahn es profesora de literatura hispánica en Colu mbia Univer- sity. El artículo que publicamos es un frag mento del libro Ensayos críticos so- bre García M árqll e <., en prensa, que próxima mente aparecerá en España. 2. Véase Walter Benjam in, " T he Story reller ", Iluminations Ncw York: Schoken Books, 1978, 83-109. 3. Gabriel García M árq uez, " Los funerales de la Mamá Grande", Los funerales de la Mamá Grande Buenos Aires: Editorial Suda mericana, 1973, p. 146. Todas las citas y las observaciones de la obra provienen de esta edi- ción. 79 _

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GARCÍA MÁRQUEZ

Del cronistaal escritor

Por Norma Klahn *

Cantor de la tradicción oralEl cronista de " Los funeralesde la Ma má Grande" com­prende dos tipos de nar rad ores:el relator que proviene de latradición ora l, aquel que conta­ba sus experiencias o la de losdemás en un intento de conser­var viva una cultura por med iode la memoria ; y el cronistaque recoge dotes de su expe­riencia vivida y los ordena cro­nológicam ente en forma de na­rrati va . Este relat or-cantor quecomprende al cronista se ha idoausentando poco a poco y estáen vías de desaparición en la so­ciedad moderna como ha dis­cutido Walter Banjarnin. "

Es este momento de su desaparición el que capta " Los fu­nerales ". Muerta la Mamá Grande, él afirma su derecho aconta rnos los event os basados en su visión. " Algunos de losallí presentes dispusieron de la suficiente cla rividencia paracomprender que estaban asistiendo al nacimiento de unanue va época. "! Este narrador, como todo cantor de la tradi­ción oral necesita una audiencia y nos seduce para que lo es­cuchemos. Nos contará eventos " inverosímiles" pero " verí­dicos " para que la historia de la Mamá Grande y su reino noperezcan en el olvido : para que sigan vivos en la memoria, ypara que el mensaje de su historia perm anezca intac to a tra­vés de múltiples recuentos. Dentro de esta tradición, estáimplícito el papel qu e desempeña la memoria y la repeti­ción . Así, el cantor, que se enfrenta con la difícil ta rea decautivar la atención de un público, de mantener su interés, yde asegurarse de la pervivencia del relato, se ve en la necesi­dad de concentra rse en la forma , de acud ir a la inventiva, ala imaginación y hasta a la exageración. Lo cotidiano, lo

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Cuando apa rece un textonuevo de un autor tan céleb recomo Ga briel García Márquez,se hace difícil leerlo sin pensaren su obra previa. Sus creden­cia les como autor hicieron posi­ble la venta de más de dos mi­llones de cop ias en dos mesesde su últ imo libro Crónica de unamuerte anunciada. Ninguna obra ,como dice j au ss, se presentacomo una absoluta novedad enun espa cio vacío sino que hacerecord ar al lector (oyente) loshor izontes de expectat iva y lasreglas famili ares de otros tex­tos, qu e entonces pueden va­riar, ser corregidos, cambiar osimplemente repetirse.'

Crónicade una muerte anunciada repite procedimientos técni­cos y temáticos utiliz ad os en obras anteriores : el uso del dis­curso anunciativo, la creación de personajes excéntricos, laincorporación de los sueños y las profecías, el ambiente pue·blerino, la voz comunal, y el papel determinante del destino.Pensamos que el cambio reside más bien en la transforma­ción que sufre la figura del cronista . Desaparece el cronistade Cien años de soledad y de " Los funerales de la Mamá Gran­de" , y reaparece con vestimenta moderna, como periodista­investi gador.

Tomando en cuenta estas ideas haremos una lectura deCrónica que responde a un estudio del cronista en " Los fune­rales ". Nos concentraremos en la función del narrador comocronista y relator de una serie de hechos , que en estos dos ca­sos definen una tradición y una cultura. Notemos que enambos casos, al presentar la figura del cronista que asumedistintas func iones, el autor j uega con un género que pa rtici­pa tanto de la historiografía como de la literatura.

1. Hans Ulrich Gumbrecht el al ; " La histo ria litera ria como desafío de laciencia literaria " , La actual ciencia literaria alemana Sala mance : Anaya, 1971.

• Nor ma Klahn es profesora de literat ura hispán ica en Columbia Univer­sity. El art ículo que pu bl icam os es un fragmento del libro Ensayos críticos so­bre García M árqlle<., en prensa, qu e próxima mente aparecerá en Españ a .

2. Véase Walter Benjam in, " T he Story reller " , Iluminations Ncw York:Schoken Books, 1978, 83-109.

3. Gabriel Garcí a M árq uez, " Los funerales de la M am á Gra nde " , Losfunerales de la Mamá Grande Buenos Aires: Editoria l Suda mericana, 1973,p. 146. Todas las citas y las obse rvaciones de la obra provienen de esta edi­ción .

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probable, no es lo que puede reactivar la memoria sino como, diceJean Franco "lo maravilloso, lo heroico, lo que se desta­

ca de lo diario ."4

Este cronista promete contarnos"la verídica historia", laque se antepone a "aquella que registran los anales históri­cos. Ahora que la nación sacudida por los funerales ha reco­brado el equilibrio es la hora de recostar un taburete a lapuerta de la calle y empezar a contar desde el principio lospormenores de esta conmoción nacional, antes que tengantiempo de llegar los' historiadores."!

El relato hace alusión directa o indirecta a tres modos his­toriográficos, a tres maneras de entender la realidad que sonlos anales, la crónica y la historia. Los anales, el modo másantiguo de registrar eventos, reproduce los acontecimientosen orden cronológico sin atribuirles ningún significado dadala creencia que se producen por ley divina. Los "anales his-

"' tóricos" a los que se refiere el cronista en "Los funerales" re­gistran los eventos sin atribuirles ningún significado que nosea el de su acontecer. No existe una narración en esta formade representación y por ende ninguna historia. En los ana­les, la interpretación quedaría totalmente abierta. El cronis­ta de "Los funerales" insiste en la narración de los hechos, enescribir una crónica que se desprenda de la experiencia vivi­da y así pueda anteponerse a los historiadores, cuyo discur­so emana de la subjetividad de una visión particular.

Según Hayden White, la narratividad tiene que ver conlos temas de ley, legalidad, legitimidad, autoridad: la reali­dad que se presta a ser representada por medio de la narra­ción es la del conflicto entre el deseo y la ley. En los sitiosdonde no existen normas, no puede darse un sujeto ni la cla­se de evento que se presta a la representación narrativa." Elcronista entiende que los distintos eventos funcionan comoparte de un orden legal. En todas estas representaciones dela realidad se hace necesario un sujeto común a todos los re­ferentes. En los anales ese sujeto es Dios, que al no existir enel tiempo no puede funcionar como sujeto de la narración.La clase de sociedad que hace posible el paso de los anales ala crónica es aquella que encuentra un equivalente de la di­vinidad, algún ser sagrado con la autoridad y el poder deDios pero inserto en el tiempo.. La Mamá Grande, ente semi-divino con autoridad y po­der absoluto en el tiempo, sirve como principio organizadorde la cultura captada por el cronista antes de desaparecer.Dice Jean Franco: "Lo que va a morir no solamente es estacultura basada en la alianza de familia, rito y espectáculo,(que valoriza el placer y el juego sobre e! valor de cambio)sino también una forma de poder, el poder que fluye delcuerpo de la persona suprema y por lo tanto del territorio."7

Esta cultura pre-industrial, con una actitud carnavalescahacia la vida se acaba con la desaparición de la MamáGrande que muere virgen y sin herederos. Antes de morirsedice el cronista "se quitó el anillo con el Diamante Mayor yse lo dio a Magdalena, la novicia, a quien correspondía porser la heredera menor". Aquel era el final de una tradición :Magdalena había renunciado a su herencia en favor de laiglesia. Es interesante notar que el poder vuelve indirecta-

4. Jean Franco, " Memoria , narración y repetición: La narrativa hispa­noamericana en la época de la cultura de masas", en David Viñas , AngelRama et. al, Más allá delboom: Literatura y mercado, México: Marcha Edito­res, 1981, p. 111.

5. Garcla Márquez, " Los funerales .. .", p. 127.6. Hayden White, "The Value of Narrativity in the Representation of

Rea1ity", Critical Inquiry, VII, 1 (Autumn, 1980), p. 16.7. Franco , "Memoria, repetición.. .", pp. 114-116 .

mente al espacio divino . Su muerte abre paso al orden'político-social del Estado, a la propiedad privada, al poderabstracto que se dispersa y por su dispersión se paraliza. Enotras palabras, se abre paso al mundo histórico moderno.Muerta la Mamá Grande el Estado toma el poder; su inepti­tud es, según la presenta el cronista, risible y aterradora a lavez: " Se impartieron órdenes para que fuera embalsamadoel cadáver, mientras se encontraban fórmulas, se concilia­ban pareceres o se hacían enmiendas constitucionales quepermitieran al presidente de la república asistir al entie­rro. "8

El cronista tiene conciencia de lo que está sucediendo, yantes de que lleguen "los barrenderos" , antes de que eltiempo altere y borre la memoria, insiste en contar sus expe­riencias para dejar otra versión de los acontecimientos. Sumisión es la de rescatar la cultura percibida como utopíaamenazada por su desaparición, rescatarla desde el testimo­nio colectivo como parte de la historia ."

Como en toda crónica, la narración termina en e! presentedel cronista, y por ende, carece de cierre , pero no así de con­sejo. Aquí se desdobla e! cronista como relator. Aquél , quecomo dice Benjamín, siempre tiene consejo para su públi­co.!? Dice al despedirse: "Sólo faltaba entonces que alguienrecostara un taburete en la puerta para contar esta historia,lección y escarmiento de las generaciones futuras y que nin­guno de los incrédulos del mundo se queden sin conocer lanoticia de la Mamá Grande, que-mañana miércoles vendránlos barrenderos y barrerán la basura de lus funerales , por to­dos los siglos de los siglos. "11

El consejo que se desprende a través de todo el relato es e!de mantenerse siempre "incrédulos" de la histori a oficialque aquí incluye los medios de comunicación. El discursohistórico es el menos objetivo, porque según White tiene cie­rre y presenta un mundo capaz de hablar por sí solo y deasumir la forma de una historia acabada y coherente: "Eneste mundo, la realidad porta la máscara d(' un significado,cuya plenitud y acabamiento sólo podemos imaginar y nun­ca experimentar. "U El discurso de un narrador que testimo­nia lo que ve adquiere una forma abierta y múltiple mientrasque el discurso sin narrador contiene la ideología de una au­toridad ausente y unívoca. Para e! Garc ía Márquez de " Losfunerales " ese discurso es peligroso : la moral impuesta des­de afuera sólo puede beneficiar al Estado; la moral que surgedesde la experiencia de! narrador es para el beneficio delpueblo.

García Márquez al identificarse con el cronista clarivi­dente de! relato motiva al lector a cuestionar, a tomar con­ciencia de su realidad. No es una vuelta al pasado lo quepropone el autor. El pasado es irrecuperable : lo que tene­mos que rescatar de esa cultura ahistórica es la figura delcronista, encarnación de la resistencia dentro de la historia.Los clarividentes cumplen una función doble: hacer ver alpueblo y dejar su testimonio como reto al discurso de la au­toridad.Periodismo y literatura

En Crónica de una muerte anunciada desaparece el cronista de" Los funerales " para dar paso a un cronista que sólo mano

8. Garcla Márquez, "Los funerales ... ", p. 134.9. Véase Victoria F. Chase, " (De) mitificación en Los funerales de la

Mam á Grande " , Texto Crítico, 16-17 (1980 ), pp. 233-24 7.10. Benjamin, p. 86.11. Garcla M árquez, "Los funerales ... ", p. 147.12. White, p. 24.

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tiene víncu los débiles con ese cantor extra-oficial. Este cro­nista represent a má s bien al per iodista cont emporáneo queutiliza los recursos y las convenciones literarias de la ficciónpa ra recrear un evento. Como el cronista de antaño, insisteen descubrir otra verdad, la no oficial. El periodist a­detecti ve encarna la bú squeda romántica de la verdad, bu s­ca descubrir el enigma, la verdad detrás de los hechos . Eneste rela to la palab ra " crónica" alude no sólo al ordena ­mient o de eventos sino al artículo periodístico.

Según Helmut Bonheim, la manera en que empieza unanarración apunta al modo na rrativo que la época considera~ás po~ular. En este texto es aparente, desde la primera pá­g~n~ , la influencia qu e ejerce sobre el discurso el modo perio­dístico, mod o del que participan muchas novelas contempo-

r áneas .' " Se reemplaza al cronista historiador por el perio­dista . El uso de deícti cos, de verbos de acción, el estilo dire c­to y de un habl a presentado indire ctamente (me dijo que .. .)son indica tivos del periodismo y del cuento que pri vilegia alinform ador. El relato mediat izado por un narrador as umeun tono oral , escuchamos el cuento más que visualizarlo; osea la diegesis (na rración) cobra importanci a sobre la mimesis(imitac ión) . El relator se convierte en artesano que logra re­tener a sus oyentes hast a el final de la narración por su vir­tuosidad técnica. Al recoger los testimonios, 27 años des­pués de qu e sucedieron, el relator les da el orden que dict a lamemoria : el de la inversión. Ir hacia un final es meno s im-

13. Véase Helmut Bonheirn, Nartatir M odes Cambridge : D. S. Brewer.19112.

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port ante que captar el final según está implícito en e! pr inci­pio y en los episodios que conducen a ese fin. Por eso lamuerte de Santiago Nasar no es tan importante como los he­chos que la precipita ron.

García Márquez ha dicho en una entrevista que en la cró­nica logró por,primera vez una integración per fecta de! pe­riodismo y I_literatura; y que e! periodismo le ayuda a man­tener un contacto con la realidad que es esencial a la litera­tura ; la literatura le enseña a escribir. "Aprendí", dice "aser periodista leyendo buena literatura."14

Llegó la nota roja

No es de extrañar entonces, en su vocación por ambas disci­plinas, su admiración por Martín Luis Guzmán y el hechode que Muertes históricas, de Guzmán sirviera de modelo na­rrativo en la construcción de Crónica.15 El uso de la letragrande y de los deícticos, el estilo de reportaje, directo y con­ciso, e! detalle precisoy sobre todo el intento logrado de cap­tar con precisión los eventos que precipitaron la muerte deuna persona condenada de antemano. Unos cuantos ejem­plos serán suficientes para notar las afinidades que demues­tran los textos. Las diferencias son muchas más y no insistoahora en ellas porque no consti.tuyen el objeto de 'este tra­bajo.

La primera frase de Muertes históricas como en Crónica, nussitúa de inmediato en el'conflicto y nos anuncia el final: " El5 de mayo por la mañana, la situación política y militar deVenustiano Carranza no tenía remedio. " 16 Carranza sin sa­berlo se encamina hacia la muerte, lo sabe el narrador y losque lo rodean. Desde el principio advertimos el papel que ju- ~garáel destino: "Es decir que tuvo la visión de estar cum­pliendo un destino claro y acariciador a la luz de su ceguera,mientras de hecho inconsciente e implacablemente, camina­ba hacia otro, negro y cruel, que estaba aguardándolo. " 17Termina con el asesinato de Carranza. Los gestos más co­munes, las palabras más triviales, y los eventos aparente­mente rutinarios se magnifican, cobran otra dimensióncuando anteceden el desenlace. La tragedia reside en e! totaldesconocimiento-que las víctimas tienen de su muerte inelu­dible. .En ambos casos, el cronista implícitamente demues­tra que las muertes anunciadas se deben a causas históricaso sociales, es decir, se dan en el ámbito de la " cultura" y node "la natura ".

El cronista de la obra de García Márquez recrea no uncrimen político de una figura importante históricamentesino un crimen pasional de gente pueblerina quesucede enSucre. La historia está basada en un crimen verdadero, y suspersonajes, con los nombres cambiados, responden a indivi­duos de la vida real. El testimonio de estos personajes es re­creado por el cronista que no presencia los eventos que con­dujeron al crimen. Aunque la trama está subordinada a unhecho verificable su recreación proviene de la imaginacióndel autor. El argumento es sencillo: Un hombre es asesinadopor culpa de una joven que , devuelta la noche de su boda,dela ta el nombre del que será victimizado. Nunca se sabe si

14. Francisco Fajardo, "El último opus de Garcla Márquez", La maña­na, Montevideo , mayo lO, 1981.

15. Esta relación me fue indicada por el autor en una conversación reali­zada en la librería Mat:ondo Nueva York, otoño, 1982. Martln Luis Guz­má n, Muerteshist6ricas, México : Compañia General de Ediciones, 1959.

16. Guzmán, p. 33.17. Guzmán , pp. 35-36.

el hombre muerto era verda deramente culpable de la ofénsaque se le imputó. '

Si como dice Umberto Eco cada texto delínea un proyectode su " lector modelo" como componente de una estrategiaestructural, o en otras palabras e! lector no puede usar eltexto como quiere sino como el texto quiere ser usado "(leí­do) ,18 las est rategias textuales de Crónica nos remiten a lasconvenciones de prensa amarilla o nota roja que une la ideade noticia con la de espectáculo, y que de alguna maneraatrae a un público más amplio. El cronista de este best­seller, cuenta con el escandaloso evento para obtener y.rete­ner lectores. Es interesante que los primeros articulas_queaparecieron sobre Crónica fueron de lectores que leyeron laobra como verdad. Estos lectores se concentraron en el cpn- ,tenido : contrastan y comp aran los eventos y sus personajescon sus contrapartes verificables. Explotan lo sensacionalcomo estrategia que provoca una curiosidad extratextúal.Veamos este titular de Interoiu: " La verdadera crónica deuna muerte anunciada : Estuvimos con los protagonistasreales de la novela de Gar cia Márquez. Crénica, elúltimo best­seller de Garda M árquez, está basada en una terr ible y verí­dica historia que sucedió hace treinta años en el pueble­cito de Sucre. El escrito r ha recuperado para la literatura loque ocurrió aquella mañana lluviosa del mes de enero en

• 1 " 19que se gestó una tragedia de amo r, honor, ce osy muerte.Otro titular de la revista ch ilena lloy dice : " Fui testigo delcrimen. Sacó de la tumba al amigo de sus 20 años porque lepenaba " peor que mis constant es dolores de dientes ~ mue­las . .. " y volvió a enterrarlo de un prolongado, agonizante,

, . pero efectivo plumazo." 20 Además de apelar a las masas, es­tos artículos establecen el hecho de que hay dos textos, unoficticio (en el sentido de ordenam iento y r.ecreación imagin~­tiva) y otro verídico , basado en las entrevistas . Como.en el h-

. bro de Guzmán, el texto invita a buscar otras versiones., En un artículo,J.G. Coba Borda, indica que García M ár-

quez entregó el libro a la ed itorial " luego que en una ~eu-

" nión de paisanos oyó las respe ctivas versiones d~ los testl~os ;~

sobrevivientes y comprendió que la suya, la versión de qUien..,no estaba presente pero cuya pr ima boba tampoco se ~Iam~- ,ba Angela Vicario era mejor todavía. "2 1 Esta aclaración ch-.!

, vorcia el texto del referente. . .:\, La denominación de algunos person ajes con sus nombres 7

verdaderos y el atributo de nombres simbólicos a otros es .~

una clave significativa. El autor deliberadamente h~ com<~

' puesto un texto que contie~e un código dobl~ y que mcluye , :~:~' las estrategias para decodificarlo como ambiguas. Aunque'. desdésu aparición el texto se nos muestra como obra de fíe­

: J ::i6i1'y'exige ser leído como tal , el he~ho de b.asars~ en u~ ~e-. 'cho y personajes verificables p:rmlte no solo. ~a Identifica­ción del autor con el narrador sino la elaboració n de un rela-to que aparenta un grado ma~or de ~ea l idad. ,(

El cronista-investigador, a diferencia del relator de LOS

' fu'herales", no se configura como autoridad. Nos confronta­mas con un cronista que no presencia los hechos. RecogeI.osdatos de testigos desde el principio desconfiables : " Muchoscoincidían en el recuerdo de que era una mañana radiante...pero la mayoría estaba de acuerdo en que era un tiempofú-

0 ' 0 :'18. .Umberto Eco. " El lector modelo", en Lector in Fabula, Barce1?na,Editorial Lumen, 1981.

~ 1 9 . Carme1a Rivadeneyra , Inu nnu, Año 6, No. 271 (29 julio-4 agosto,. 1981), pp. 38-40.

.20. HoY (12al8 de agosto de1981 ), pp. 29·38. . .,21. J. G. Cobo Borda, " Crónica de unamu~rl~ anunciada" , la nueva novela

de Garcla Márquez, &0. 234 (abril, 1981), p. 609.

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nebre con un cielo turbio y bajo un den so olor de agua dor­mid a ." 22 El investigador recoge datos qu e contradicen el su­mar io oficial, Los test igos adm iten que no dijeron toda la ver­dad du rante el juicio o que de hecho mintieron. Este datoimportante establece la existencia de dos órdenes legales : eloficial y escrito y el popular y oral. Sin embargo, las contra­diccion es en las declaraciones de los testigos ind ican qu eellos tam bién engañan al narrador. Las declara cion es sonmás bien excusas , pr etext os, disculp as , acusaciones o inven­ciones. Unos buscan eximirse con orgullo cierta culpa bili­dad ind irecta . La narración se complica par a el lector , dad oque el punto de vista en primera persona implica explícita­ment e la subjetividad . El narrador admite haber ocult ad oinformación de Santiago Nasar en cuanto a su relación conMa ría Alejandra." Nos encontramos con un narrador que

tiene el poder de retener, deform ar o incorporar informa­ción. Si el cronista de " los funerales " pretende cierta objeti­vidad en su función de testigo que transcribe los eventos in­mediatamente, el relator de Crónica llega mucho tiempo des­pué s de " los barrenderos " a rescatar la historia de la memo­ria aje na. Al recoger los testimonios, tantos años después, elrelat or les da el orden que dicta la memoria : el de la inver-

22 . Ga br iel Ga rc ía M árqu ez, Crónica de una muerte anunciada Columbia :Edi toria l O vej a Ne gra , 1981, p . 10. T odas las citas y observacion es de laobr a provien en de esta ed ición.

23. Pa ra u na interpretació n qu e acusa a l narrad or de ser el a utor del cri­men v.é~se el artí~u lo de Angel Rama, " Garc ía Márquez entr e la tr a gedi a yla policial o cró nica y pesquisa de la cró nica de una mue rte a nu nciada" enSinNombre, Vol. 12, No . 1 (oct-dec, 1982), 7-27.

sión. Ir hacia un final es menos importante, 'en este caso, quecaptar el final según está implícito en el principio y en losepisodios q ue conducen a ese fin. El investigador busca dar­le inteligibil idad a un acto de violencia que el tiempo no halograd o borra r de la ment e colect iva del pueblo.

Transgresión de los códigos

La narrati va se cierra , se capta el evento en su tota lidad.Los sucesos adquieren sentido como elementos constitutivosde una tr agedia pueblerin a en qu e la fatalidad par ece tenerun pap el decisivo. A través de la obra todas las intuiciones,los sueños y los actos simbólicos anunciado s por el narradoro los testigos se cump len. Se espera que la muerte de la vícti­ma se interprete como ironía del destino. Parec ería unavuelta a la visión qu e se desprende de los anales; los sucesosocurren por razones ahistóricas; no acusan ni defienden unorden legal.

Sin emba rgo son otras las posibilidades del sent ido que sedesprenden del texto . Desde el principio se nos presenta unmundo cuyo s patrones normales de actividades han sidotrastocados. Nada ocurre como debería. Esto es imposiblecua ndo los códigos morales de una sociedad han sido trans­gredidos. Nadie previene la muerte (ni el pueblo, ni la igle­sia, ni la ley), nadie contraviene las leyes que sostienen el sis­tema imperante, para que esa legalidad perdida pueda serrestaurada. La legalidad se establece de nuevo, por mediode los códigos de una moralidad doble. La sociedad afirmalos dict ámenes de la autorida d oficia!. La madre del narra­dor acepta la inevitable muerte. No busca alertar a la vícti­ma sino " prevenir a mi comadre Plácida. No es justo quetodo el mundo sepa que le van a matar el hijo, y que ella seala únic a que no lo sabe. " 24 La novia de Pablo no sólo prestaapoyo a la empresa sino que la incita: " Yo sabía en que an­daban -me dijo- y no sólo esta ba de acuerdo, sino quenunca me hubiera casado con él, si no cumplía como hom­bre. " 25 El párroco " recorda ba la rendi ción como un acto deuna gran dignidad." 26 Además es significativo que lapuerta principal de la casa de Plácida Linero se ha ya repa­rado con fondos públicos.

Nadie cre e en la culpabilidad de Santiago Nasar, ni eljuez que pr esidió el j uicio hacía 27 años ni el cronista ­investigador cuya nue va evidencia exime de nuevo a la vícti­ma . Si Santiago Nasar era culpable o no, su matanza, actosacrificial , era imprescindible para restaurar la armonía enla comunidad. Este acto crimina l, aunque impuesto por lasociedad, se encuentra bajo los designios de la tr agedia siaceptamos que se presenta una situación en donde las posi­bles líneas de acción del protagonista se reducen drástica­mente. Si para Claude Bremond la lógica de los eventos dela narración es una lógica de posibles , en esta novela cort aNasar funciona más bien como paciente y no como agentede sus acciones . Al nivel de la escritura, el discurso anuncia­tivo establece una lógica de impos ibles narrativosY " En unconflicto" , dice T. G. Pavel, " bien equ ilibrado, los dos lado stienen idealmente las mism as oportunidades de ganar, la

24 . Garc ía M árquez, Crónica, p. 34.

25. lbid., p. 84.26. Ibid., p. 67.27. Claude Brem ond . " La lógica de los posib les narrativos" en Análisis

estructural del relato. Roland Bar th es et al. Argent ina: Editoria l Tiem po Con­tem poráne o. 1970.

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victoria le pertenece al que conozca mejor las reglas deljue­go. "28

En esta trama, o en este drama, el protagonista tiene to­das las desventajas. Según René Girard en Vialence and theSa­cred, la sociedad escoge un chivo expiatorio que es por lo ge­neral ún sust ituto, alguien que representa " el otro " . A esavíctima se dirige la violencia que podría de otra manera de­sembocar en un miembro de la comunidad a quien cons­ciente o inconscientemente se desea proteger. El denomina­dor común que determina la eficacia de! sacrificio amorti­gua todas las tensiones internas, los celos, las peleas y las ri­validades contenidas dentro de la comunidad. " 29 El papelque desempeña la comunidad queda explícito en e! texto.Minutos antes de que el sacrificio sangriento se efectúe:

García Márquez por Levine

La gente se dispersaba hacia la plaza en e! mismo sentidoque ellos. Era una multitud apretada, pero EscolásticaCisneros creyó observar que los dos amigos caminaban ene! centro sin dificultad, dentro de un circulo vac ío, porquela gente sabía que Santiago Nasar iba a morir, y no seatrevían a tocarlo ... La gente se había situado en la plazacomo en los días de desfile, todos lo vieron salir, y todoscomprendieron que ya sabía que lo iban a matar, y estaba

28 . Thomas G. Pavel, "T ragedy and the Sacred : Notes Towards a Se­mantic C haracterization ofa Fictional Genre." Poetics 10 (1981), 231.242.

29. Ren éGira rd, Violenaand theSacred Baltimore:Johns Hopkins Univer­sity Press, 1972.

tan azorado que no encont raba el cami no de su casa. so

De repente todo en voz comu nal, voz que en esta obra nocumple la mism a función qu e el coro griego, le gritan direccio­nes contradi ctorias perturbá ndolo aún más. " De todoslados empezaron a gritarle, y Santiago Nasar dio variasvueltas al revés y al derecho, deslumbrado por tantas voces ala vez. " Llega confu so a la puerta principal donde lo espera­ban los hermanos.

De~pu?s del crimen la comunidad se asegura de que nohabra mas matanz,:s. Según Girard, las víctimas escogidaspor la comunidad (Angela supo escoger la víctima) no moti­van otros crímenes. " El Coronel Aponte preocupado por losrumores visitó a los árabes, fam ilia por familia, y al menospor esta vez sacó una conclu sión cor recta . Los encontró per­plejos y tristes con insignias de duelo en sus altares y algu­nos lloraban a gritos sentad os en el suelo, pero ninguno abri­gaba propósitos de vengan za . . . Nadie pensó en una represa­lia de la familia de Plácida Linero." " Los árabes", dice elnarrrador, "constituían una comunidad de inmigrantes pa­cíficos. Eran unidos, laboriosos y católicos. Se casaban entreellos ." Nasar como Bayardo San Roman constituyen " e lotro ". En el pu eblo los rela cionaban por su preocupacióncon el dinero. La madre del narrador ve a Bayardo ser des­confiable y describe sus ojos amarillentos como " ojos deoro " . El pueblo recuerda que Santiago Nasa r sacó la cuentade los gastos de la boda . Comenta el narrador : " Polo Carri­llo, el dueño de la plant a eléctri ca, pensaba que su serenid a dno era de ingenuidad sino de cinismo: "Creía que su plata lohacía intocable, -me dijo. Fau sta L ópez, su mujer comen­tó : como todos los turcos."

El drama de honor español se transforma en un ritualcomplejo y sangriento. Nuestras expecta tivas de leer e! textocomo crónica periodística o novela negra se frustran . Elenigma no se resuelve y nos quedamos con la configuració nde un espacio cuyo sentido trasciend e la pu ra anécdota apa­rentemente trivial.

El cronista, a diferen cia de aquel de "los funerales", no sedistancia de la colectividad lo suficiente para asumir una po­sición crítica y asumir el pap el de desmitificador. En un pri­mer plano se percibe un narrad or qu e forma parte de unacomunidad que defiend e el orden qu e mantiene una socie­dad cerrada y machista . Existe sin em bargo, otro nivel en elque se efectúa la desmitificación de ese mundo anacrónico,de valores cuestionables que representa Sucre, y éste se da alnivel del estilo. A través de la iron ía y el humor negro se des­taca una comunidad cuyos modos de pensar y actuar apare­cen risibles y finalmente hast a grotescos. Se nota un narra­dor que se siente incómodo en ese mu ndo del que participa.El texto configura un narrador ambiguo qu e se exime decargo alguno dado que no está presente cuando ocurren loshechos : ha pasado la noche en un pro stíb ulo, y a otro queaparece más tarde y habla de " una muerte cuyos culpablespodíamos ser todos ."

En Crónica desaparece e! cronista de an ta ño que se esta­blecía como autoridad por su clarividencia; sab iduría que lepermitía dar consejo . El cronista contemporáneo de este tex­to que ha perdido ese sitio privilegiado. En vez de consejonos da información, cargada de significación. El cronista noscomunica, por ejemplo , que el j uez (personaje con quien sesiente indentificado) escribe al margen de un folio: " Dadmeun prejuicio y moveré el mundo. " <>

30. García M árquez , Crónica, p. 134 Y149.

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