Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

download Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

of 24

Transcript of Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    1/24

    7

    LAS IDEAS POLTICASDE SIMONE WEILSOBRE LA BARBARIEY LA CRISIS DE LACULTURA OCCIDENTALGabriela Hernndez*

    Introduccin

    Estamos en la barbarie. No es laprimera vez que la humanidad se ha hundido en una negra noche delespritu. La historia haba parecido ser de algn modo ese eterno cicloen el que las culturas florecen, alcanzan un auge y luego se sumen enuna decadencia hasta que desaparecen, dejando apenas unos cuantos

    vestigios; pero la cada de una cultura anunciaba la aparicin de unnuevo impulso de vida. A cada expansin suceda un declive, pero allmismo donde sucumba una cultura, o en otra regin del planeta, surgauna lnea ms del desarrollo de la civilizacin que se eriga con nuevosbros vitales. Por el contrario, la decadencia de una cultura nunca habasignificado un declive generalizado de la civilizacin en todos susrdenes; las crisis estaban localizadas y el ocaso de una cultura eracorrelativo del auge de otra. En diversos modos, la capacidad transfor-madora que el hombre posee sobre su propio ser permaneca inafectada.En todas las variaciones histricas, en la serie de cambios, decaden-cias y florecimientos habra que ver que el poder de diversificar la

    * Departamento Acadmico de Estudios Generales, ITAM.

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    2/24

    8

    vida, el poder de ser y transformarse a s mismo permanence en elhombre como un principio inalterado. El hombre es proteico, adquierediversos modos de ser, construye distintas ideas del hombre, en lasque se expresa, por un lado la forma propia que adquiere y laautoconciencia de esa creacin, lo cual conlleva una serie de atributosideales-posibilidades que se proyectan como valores que orientan larealidad del hombre.

    Sin embargo, lo que sucede en nuestros tiempos es algo nunca visto.La era moderna ha significado el desarrollo expansivo de un conjuntode saberes cientficos y del poder tecnolgico que se ha erigido sobrela base de ese saber, por encima de los dems valores de la vida. La

    expansin sin precedentes del poder tecno-cientfico es correlativa delhundimiento de los valores morales, religiosos y aun estticos. Elhombre moderno ha valorado ms el conocimiento y la manipulacinde ese mundo objetivo de pura materialidad, que el mundo de la vidaque lo presupone y lo fundamenta, que el mundo espiritual de la expe-riencia consciente, en sus muy diversos sentidos. Percibimos en elespritu de nuestro tiempo una crisis generalizada en la que no es unacultura la que se encuentra en decadencia, sino toda cultura; pues esadecadencia no se equilibra con algn florecimiento. Pero ello no signi-fica que nuestros tiempos carezcan de fuerza vital. De hecho, nuestra

    crisis no es de escasez y austeridad, sino de sobreabundancia, de exceso,de hybris en ms de un sentido, el hombre est sobrado de vitalidad,pero ha perdido el dominio y el conocimiento de s mismo. Nuestrosmedios son poderossimos, podemos hacerlo todo, no obstante, nosabemos qu hacer, ni cmo ni para qu. Tal parece que lo que haentrado en crisis es la capacidad misma del hombre para formar ytransformar su propio ser, para construir una idea del hombre autnticay diferente de las anteriores.

    El hombre decae en su poder-ser, en su ser proteico; su vida se hauniformado, los valores que antes regan su existencia se han disueltoen la uniformidad de la vida que slo aprecia la objetividad de lo cono-

    cido y manipulado por el poder tecno-cientfico. Esta transformacinse produce en el ser mismo del hombre. Por qu la apertura hacia un

    GABRIELA HERNNDEZ

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    3/24

    9

    conocimiento que por primera vez se alza con objetividad y rigor indis-cutibles es paralelo del hundimiento de los dems valores de la vida?La crisis de la cultura que apenas puede disimularse hoy en da, ha sidoobjeto de innumerables anlisis. La fragmentacin y especializacindel conocimiento, as como la renuncia a las explicaciones totalizadorasparecen ser algunos de sus sntomas ms conocidos. El conocimientose convierte en un saber tecnificado sobre las cosas, sobre las objetivida-des, sobre lo real. Surge entonces la presuncin de que los diversosconocimientos especializados y tecnificados constituyen el nico sabervlido y aun posible, la nica forma para que sea eficaz. La paradojanunca antes vista es el sndrome de la crisis de nuestros tiempos: laexplosin del desarrollo tecno-cientfico y el declive del hombre en loque concierne al saber de su propia existencia, de su propio ser hist-rico y no slo de las cosas del mundo. Es la nueva barbarie que noparece poder ser superada por una nueva oleada de vitalidad que muevaen conjunto las fuerzas vitales y los valores humanos.

    Ahora bien, la barbarie no es el comienzo de la civilizacin, ni puedeser el inicio de su auge. Ella siempre llega despus, con respecto a unestado de cultura anterior que ha perdido el fundamento de su existen-cia. La barbarie es empobrecimiento y degeneracin de las modalidadesde la vida. Es la merma de las potencialidades del ser humano. La

    barbarie es la ruina de un estado de aculturacin; no un estado rudi-mentario, primitivo. Todo comienzo de la civilizacin representa unaeclosin de vitalidad, mientras que la barbarie representa su cada, surecogimiento.

    Pero ahora la barbarie no es la decadencia de una o unas cuantasculturas, es la decadencia de todas, del ser del hombre. La barbarie eracorrelativa con la aculturacin; ahora es forma predominante, quequiere decir el predominio de lo deformado, de lo informe.

    El estado de cultura en el hombre representa una fuerza creadoracapaz de transformar la vida desde s misma. Cultura designaautotransformacin de la vida, pero tambin autoconciencia, expe-

    riencia de s misma, expansin, desarrollo, movimiento por el que lavida no cesa de modificarse para alcanzar formas conscientes ms

    SIMONE WEIL

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    4/24

    10

    plenas y desarrolladas. Pero la transformacin de la vida no es ciega,se apoya en un saber preciso que precede a todo saber terico o cien-tfico. El saber de la vida, un saber sin objeto, un saber que implica elexperimentarse a s misma, que se funda en las intuiciones primariasde lo real, elfactum o, si se quiere, el apriori de una autoconcienciaplena de sentido, que se dirige al mundo y que lo impregna con supresencia, es el fundamento de todo saber de la conciencia y de todaciencia posible. Antes que el saber ideal y objetivo existe un saberesencial, una intuicin fundamental que proviene de la irradiacin dela conciencia que se despliega hacia todo el mundo circundante. Perosi este saber tiende a la formacin, al movimiento, por qu es suscep-tible de detenerse e invertirse? Si es un saber fundamental, cmopuede ser velado o sustituido por un saber secundario, objetivo e idealque reduce el mundo percibido a un conjunto de frmulas ideales quela conciencia misma elabora? Lo que perturba no es que la barbarieexista sino que sea siempre una posibilidad inherente a toda civiliza-cin. Tal parece que es propia de la existencia humana la posibilidadde restringir sus capacidades vitales, de reducir su espectro de expe-riencia y de mutilar los vnculos profundos con la realidad del mundoen torno. Comprender la decadencia propia de nuestra poca es reco-nocer la posibilidad de un declive en la vida, de un decaimiento de la

    vitalidad que ahora afecta a toda cultura. Qu factores intervienen enesta crisis radical y universal? Por qu lo que parece ser el mximologro de la civilizacin: el dominio tcnico de la naturaleza, se producedentro de una crisis generalizada de los valores?

    Las ideas polticas de Simone Weil

    Esbozo biogrfico

    Simone Weil naci en 1909 en Pars; hija de una familia juda de clase

    media su padre era mdico hizo sus estudios superiores en la EscuelaNormal Superior (1925-6), en donde obtuvo la licenciatura en filosofa,

    GABRIELA HERNNDEZ

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    5/24

    11

    y posteriormente comenz a ensear filosofa en los liceos de Le Puy,Auxerre y Roanne. Al mismo tiempo que iniciaba su carrera docenteflorecan sus inquietudes polticas militando en una confederacin desindicatos de filiacin comunista. En 1934 pide permiso para desarro-llar estudios personales, redacta susReflexiones sobre las causas dela libertad y de la opresin social, un texto de aguda crtica al marxismode principios del siglo, un tanto de inspiracin anarquista. Abandonasu carrera acadmica para irse a trabajar durante un ao (1934) comoobrera en la Alsthom y luego en la Renault. En 1936 se enlist en unabrigada internacional para defender a la Repblica Espaola, aunqueno quiso utilizar jams las armas y fungi ms bien como organizado-ra; regres a Francia dos meses despus al sufrir en la guerra espaolauna quemadura accidental en una pierna. Al siguiente ao regres aimpartir clases y comenz a escribirLa condicin obrera.

    Una profunda crisis religiosa, despus de realizar dos viajes a Italiaen 1938, la llev al cristianismo, y posteriormente a estudiar con graninters los textos de distintas religiones, como la hind o la tradicinrfica y pitagrica de la antigua Grecia (lea y traduca del griego).Comienza su inters por los temas de la revelacin, la gracia y la msticacristiana (fruto de estas reflexiones son las notas publicadas en Lagravedad y la gracia). A partir de entonces traba amistad con religiosos

    como el padre Perrin, a quienes cuestiona constantemente para conocerel contenido exacto de la fe cristiana. Sus cuestionamientos a la Iglesiacatlica quedaron plasmados en Carta a un religioso, dirigida al padrePerrin. Como otros pensadores judos, Simone Weil no se convirti alcristianismo mientras su familia fue perseguida por los nazis. En 1942,en plena ocupacin alemana y debido a los problemas por su origenjudo, se embarca para Nueva York con su familia. Ah la contratanpara el servicio interior de relaciones con la resistencia francesa yemprende el viaje hacia Londres. De esta poca es el escritoEl arraigo,preludio a una declaracin de los deberes hacia el ser humano. Endiciembre del mismo ao comienza a trabajar para la resistencia fran-

    cesa. Enferma de tuberculosis y antes de morir, en agosto de 1943,pide a su amiga Simone Deitz la bautice en el hospital.

    SIMONE WEIL

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    6/24

    12

    Los textos de Simone Weil estn expresados con frecuencia en brevesnotas sobre diversos temas, algunos ms desarrollados que otros, perotodos son ms bien esbozos de libros; no public ms que algunosartculos en diversas revistas. Todos sus libros fueron publicados pstu-mamente:La fuente griega,El arraigo,La gravedad y la gracia,Enespera de Dios, Opresin y libertad,La condicin obrera, Carta a unreligioso, son los ms representativos. Para nuestro tema caben desta-car:La condicin obrera, que contiene su diario de fbrica, en el quenarra su experiencia de la gravedad de la condicin trabajadora; yOpresin y libertad,que contiene uno de sus textos ms acabados:Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresin social,en donde expone una crtica al marxismo, as como los elementos deuna teora poltica, en torno al concepto de opresin.

    Simone Weil quiso vivir la experiencia de ser obrera, es decir, laexperiencia de la opresin y la fatiga, renunciando a su labor acadmicaen los liceos. Se podra objetar que por el hecho mismo de ser unamaestra burguesa no podra experimentar autnticamente la condi-cin obrera. No obstante, su diario de fbrica y sus reflexiones sobreel trabajo demuestran lo contrario. A Simone Weil le preocupaba eldolor individual y colectivo, la enajenacin de la persona, la imposi-bilidad de una vida reflexiva en medio del trabajo ms arduo y fati-

    gante. Simone Weil se percataba de que el dolor puede destrozar a loshombres, anulando su espiritualidad y su capacidad de pensamiento.Esta situacin vivida en carne propia la lleva a reflexionar sobre lasposibilidades de la liberacin del trabajo obligatorio y de la explotacin.

    El gran dolor del trabajo manual es que se est obligado a hacerun esfuerzo en horas tan largas, simplemente para existir. Elesclavo es aquel que no se propone ningn bien como objetode sus fatigas sino la simple existencia. [...]Trabajo manual. El tiempo que penetra en el cuerpo. Por eltrabajo el hombre se hace materia, como Cristo por la Eucaris-

    ta. El trabajo es como una muerte. Es necesario pasar por lamuerte. Es necesario ser muerto, sufrir el peso del mundo. El

    GABRIELA HERNNDEZ

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    7/24

    13

    universo pesando sobre los riones de un ser humano. [...] Elpensamiento est obligado a pasar de un instante a otro sinaferrarse al pasado ni al futuro. Es obedecer.1

    Para Simone Weil, la liberacin del obrero es un rescate de su espi-ritualidad por la va religiosa, pero no como camino de nueva enajena-cin, sino como una gua para aceptar el sufrimiento y buscar la alegray el goce de vivir, sin renunciar a una mejor vida libre de opresin.

    Los trabajadores tienen ms necesidad de poesa que de pan.Necesidad de que su vida sea poesa. Necesidad de una luz de

    eternidad. nicamente la religin puede ser la fuente de estapoesa. No es la religin, sino la revolucin el opio del pueblo.La privacin de esta poesa explica todas las formas de desmo-ralizacin.2

    La Ilada o el poema de la fuerza

    El artculo La Iladao el poema de la fuerza fue escrito en 1939-40y estaba a punto de aparecer en laNouvelle Revue Franaisecuandoestall la ofensiva alemana sobre Francia. No pudo publicarse en elPars ocupado. Apareci en Marsella, en los Cahiers du Sud(1940-1)con el seudnimo de Emile Novis.

    Simone Weil posea un amplio conocimiento de la cultura griega:los pitagricos, los rficos, las tradiciones hermticas, Platn (ledodesde las tradiciones rficas y pitagricas), los presocrticos, Homero,etc. De los textos que rene La fuente griega, el anlisis sobre LaIlada y el ensayo sobre el tema de Dios en Platn, son los ms revela-dores de su pensamiento, en el que se mezclan teoras de pura especu-lacin con intuiciones de carcter ms bien religioso. En estos textos

    1Simone Weil,La gravedad y la gracia, p. 248-9.2Ibid.

    SIMONE WEIL

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    8/24

    14

    se muestra la intencin de Simone Weil por hallar una relacin decontinuidad entre las tradiciones ms profundas del espritu helnicoy el cristianismo originario, lo cual es un intento de buscar la raz deuna revelacin primitiva, esencial, que subyace en el espritu de Occi-dente. Simone Weil no descartaba tampoco los vnculos de las grandestradiciones helnica y cristiana con la del hinduismo, que tambinestudi esmeradamente.

    El anlisis deLa Iladaque realiza Simone Weil no es un estudiofilolgico ni literario, es un anlisis ontolgico de la fuerza; de aquelloque hace que cualquier hombre est sometido a una cosa, y de aquello queconvierte en una cosa a cualquier hombre. Se trata de un ensayo deontologa del poder, de anlisis de ese impulso que se cierne sobre loshombres y que los somete a sus designios, tanto a los opresores comoa los oprimidos, tanto a los vencedores como a los vencidos. El almadel hombre ha sido modificada constantemente por sus relaciones conla fuerza, arrastrada y obnubilada por la fuerza de la que cree disponer,sometindose a la presin que desata y padece.

    Simone Weil tiene por objetivo profundizar en el tema del poderpuro, del poder, o ms bien de la fuerza en sus formas ms originariasde manifestacin, sin mediaciones sociales, sin representacin cultural.Simone Weil ve en el poema deLa Iladauna manifestacin originaria

    de la fuerza, una pura expresin de la condicin humana sometida alpoder, un canto a la miseria del hombre.

    Cuando se ejerce hasta el fin [la fuerza], hace del hombre unacosa en el sentido ms literal, pues hace de l un cadver. Habaalguien y, un instante despus, no hay nadie. Es un cuadro queLa Ilada no se cansa de presentar.3

    La fuerza que mata es su manifestacin ms descarada. Mucho msterrible es la que no mata, es decir, la que no mata todava diceSimone Weil. Es la fuerza que amenaza, que conmina y aproxima la

    3La Iladao el poema de la fuerza enLa fuente griega,p. 11.

    GABRIELA HERNNDEZ

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    9/24

    15

    muerte, es la que se mantiene suspendida en la conciencia del hombre,y que lo paraliza. Del poder de aniquilar a un hombre matndolo, quees poca cosa, se desprende otro poder extraordinario que consiste enconvertir en una cosa inerte a un hombre que todava vive. La fuerzaes una sentencia de muerte. Puede aniquilar de inmediato, pero puedetambin ser una lenta e insidiosa, poderosa e inexorable forma de mataral hombre en vida, sometindolo, enajenndolo. Es el poder del some-timiento, de la explotacin, de la enajenacin que media entre doshombres, pero que de ninguna manera pertenece a uno de ellos.

    As pues, la fuerza se expresa en la guerra, en el plemos quegobierna las relaciones entre los hombres, en ese impulso que comodice Herclito es el padre de todas las cosas y el rey de todas, a unoslos hace dioses, a otros los hace hombres, a unos los hace libres, aotros los hace esclavos. Y es precisamente la fuerza que se mani-fiesta en la guerra aquello que cosifica al hombre, aquello que convierteuna contradiccin en una realidad: el espritu, el cuerpo vivo se hacecosa, inerte, impotente, inmovilizado; esto es lo que desgarra al espritu,que es automovimiento, vida, expansin, y que sometido, aniquilado,inmovilizado, est desgarrado, herido de muerte sorda y lentamente.Por ello,La Ilada, segn escribe Simone Weil, es un canto de extra-ordinaria amargura por la miseria humana:

    Tan implacablemente como la fuerza aplasta, as implacable-mente embriaga a quien la posee o cree poseerla. Nadie la poseerealmente. EnLa Iladalos hombres no se dividen en vencidos,esclavos, suplicantes por un lado y en vencedores, amos por elotro; no se encuentra en ella un solo hombre que en algnmomento no se vea obligado a inclinarse ante la fuerza.4

    Simone Weil establece una ecuacin perfecta entre la fuerza, la guerray la muerte. Por la fuerza, la miseria humana se hace efectiva, nadie esfuerte ante la inminencia de la muerte, el hombre es igualadopor la

    4Ibid.,p. 18.

    SIMONE WEIL

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    10/24

    16

    fuerza. En La Ilada todos los personajes quieren parecer fuertes yvalerosos pero la fuerza los muestra en su debilidad esencial. Lahybris, la ira del guerrero se paga con el sometimiento a la fuerza, elpoderoso es vctima de su propio poder, porque ste no le pertenece,es una cosa que est por encima de l y de todos; la fuerza somete atodos y se vuelve contra el que la invoca.

    Hay que advertir que la relacin entre la fuerza y la muerte no surgede una reflexin existencial sobre la inherente mortalidad y finituddel ser humano. La muerte que se cierne por va de la fuerza y laguerra no es natural, no es la finitud esencial del ser humano, no es laimposicin de la naturaleza sobre una de sus criaturas; es la aniquila-cin artificial, es el desgarramiento de la vida por una fuerza que noproviene de la naturaleza, proviene del hombre mismo, pero que lno controla, no dispone y no dirige. EnLa Iladaincluso ni los diosesdirigen y disponen de la fuerza, ellos mismos tambin son someti-dos a su poder. La fuerza y la guerra crean una conciencia distinta dela muerte y de la vida, muestran que la muerte est al acecho, la aproxi-man, la encarnanen la ira del guerrero. La muerte no es prxima poruna reflexin existencial inocua, se vive y se percibe por medio de lafuerza y de la guerra.

    Simone Weil advierte que en La Ilada la guerra es un juego de

    balanza, un movimiento pendular que hace pasar la dicha de la victo-ria y la desgracia de la derrota de un lado al otro y viceversa. SimoneWeil observa en esta peculiaridad del poema homrico una sancin derigor geomtrico que castiga el abuso de la fuerza en quien sobrepa-sa los lmites de su uso. Para Simone Weil esta balanza de la fuerzaconstituye el alma de la epopeya; bajo el nombre de nmesises elresorte en las tragedias de Esquilo y en las doctrinas de los pitagricos,es una idea que reaparece en Scrates y en Platn como base parapensar la unidad entre el hombre y el cosmos. Esta nocin continaSimone Weil se hizo familiar en donde penetr el helenismo, estquiz relacionada con aquella idea del karmade los pueblos orienta-

    les. Pero Occidente ya la ha olvidado. Las ideas de lmite, mesura yequilibrio (nociones esencialmente tico-geomtricas) que deberan

    GABRIELA HERNNDEZ

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    11/24

    17

    determinar la conducta de la vida slo tienen, desde la edad moderna,un empleo servil y utilitario en la tcnica. No somos gemetras msque ante la materia; los griegos fueron primero gemetras en el apren-dizaje de la virtud.5

    Pero el movimiento pendular de la guerra es un estado de enajena-cin, es el estado en el que la muerte siempre est prxima, amenazante.El hombre se acostumbra a vivir en guerra, se enajena en la proximidadde la muerte violenta, se somete a la fuerza, incluso la adora. El hombrellega a no creer que la guerra puede desaparecer, la considera un estadonatural, incluso la proyecta hacia toda la naturaleza. La guerra cosifica,es montona, el hombre se somete a la violencia enajenando su ser.

    La guerra posee un poder de enajenacin prodigioso. Por la guerra,el hombre vuelve a someterse a la implacable necesidad. La relacinentre la muerte y el porvenir no es igual que en los dems hombres.Para los otros la muerte es un lmite impuesto al porvenir, para losguerreros es el porvenir mismo. Que los hombres tengan por porvenirla muerte es algo contrario a la naturaleza; precisamente porque lamuerte es un lmite fijo, preestablecido, desde que se nace y se comienzaa vivir el hombre proyecta fines de vida ganando terreno a la muerte.Pero desde que la guerra hace inminente la posibilidad de muerte encada minuto, el pensamiento se vuelve incapaz de soportar los das

    sin con-vivir con la imagen de la muerte. El espritu en guerra se hun-de en una violencia y monotona cotidianas, pues cada da de tensinen guerra, el alma se mutila un fin vital, una aspiracin existencial.As, la guerra diluye toda idea de fines, hasta los fines de la guerra y laintencin misma de poner fin a la guerra.

    Sin embargo, el alma sometida a la guerra clama por su libera-cin; pero la liberacin misma se le aparece bajo una formatrgica, extrema, bajo la forma de destruccin. Un fin modera-do, razonable, mostrara desnuda ante el pensamiento unadesgracia tan violenta que ni siquiera puede soportarse como

    5Ibid.,p. 22.

    SIMONE WEIL

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    12/24

    18

    recuerdo. El terror, el dolor, el agotamiento, las muertes [...],no puede creerse que todas esas cosas cesen de morder el almasi la embriaguez de la fuerza no las ahoga.6

    sta es, pues, la naturaleza de la fuerza. El poder que posee paratransformar a los hombres en cosas es doble y tiene dos sentidos; petri-fica y aniquila, de diferente forma pero en similar intensidad, a losque la sufren y a los que la detentan.

    Para Simone Weil, la tragedia es la verdadera continuacin de laepopeya. La fuerza aparece siempre implacable para quien la sufre ypara quien la ejerce. A travs deLa Iladase expresa el genio griego

    que muestra, por un lado, la bsqueda del orden, excluyendo todo otrobien, y por otro, la miseria humana, la miseria de un ser divino y huma-no al mismo tiempo. A lo largo de la historia del hombre la miseriahumana ha sido puesta al desnudo en varias ocasiones. Pero lo queLaIladanos muestra es nico: no hay que creer nada al abrigo de lasuerte, no admirar jams la fuerza, no odiar a los enemigos ni despreciara los desgraciados. Occidente mostr, despus de los griegos, la miseriahumana en el amor, mientras que los efectos de la fuerza en la guerradeban estar siempre envueltos de gloria. Occidente convirti el relatooriginal del genio pico en cantares de gesta. Para Simone Weil, El

    Evangelio es la ltima y maravillosa expresin del genio griego, ascomoLa Iladaes la primera.7

    Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresin social.

    La crtica poltica de Simone Weil se concentra en tres polos: La crti-ca a Marx, al socialismo real y a la idea de progreso. Estos temasaparecen enReflexiones sobre las causas de la libertad y de la opre-sin social. Simone Weil critica la confianza de Marx en el progresode las fuerzas productivas que, una vez liberadas, estaran al servicio de

    6Ibid.,p. 29.7Ibid.,p. 38.

    GABRIELA HERNNDEZ

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    13/24

    19

    todos los hombres. Pero la emancipacin no ha sido de los hombres,sino de las fuerzas productivas. Para Simone Weil, la sumisin delobrero no est dada slo en un rgimen determinado de propiedadsino en la produccin industrial misma, que en cuanto aumenta supoder y acelera su desarrollo tcnico, ejerce una mayor presin sobrelos trabajadores y desencadena una disputa por el poder con el afn deapropiarse y controlar las fuerzas productivas; los trabajadores resultanoprimidos ya sea por el capitalismo o por el socialismo tecnocrticos.

    Segn Simone Weil, es la idea del progreso ilimitado lo que le daun carcter mitolgico a las previsiones revolucionarias del marxismo:1) La afirmacin de que la tcnica se desarrolla ilimitadamente es unahiptesis cuya verdad depende de la disponibilidad de energa para taldesarrollo; y aun as, nada asegura que este desarrollo conduzca a laliberacin de los trabajadores. 2) Hasta ahora el desarrollo ilimitadode la tcnica ha conducido a una mayor opresin de los trabajadores ya una presin ms fuerte de los Estados sobre los individuos.

    La opresin parece una constante en la historia de la produccinhumana, depende de la necesidad de producir cada vez ms y de lalucha por el poder. El poder ha aumentado en la medida en que se hadesarrollado la capacidad tcnica de produccin material. Ha aumen-tado la opresin sobre los trabajadores, quienes deben producir cada

    vez ms y ms rpidamente en funcin de la guerra que libran losEstados para mantener el poder. Para Simone Weil la opresin pareceser el precio que una parte de la humanidad ha pagado a cambio de lalibertad y las posibilidades productivas. La opresin se impone sobreel cuerpo y el espritu del hombre. Simone Weil enfatiza que la liber-tad no consiste en la liberacin absoluta de la necesidad material, sinoen la posibilidad de alcanzar un estado de pensamiento personal ylibre. Es precisamente la opresin lo ms contrario al estado espiritualde libertad de pensamiento.

    Simone Weil ve claramente que las condiciones de la liberacin delhombre significaran un mayor equilibrio entre la necesidad natural

    en la forma de opresin material, y la libertad personal como capacidadde desarrollar una vida espiritual mediante el pensamiento reflexivo.

    SIMONE WEIL

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    14/24

    20

    La circunstancia histrica en que Simone Weil escribe sus reflexionesest marcada por el triunfo de los movimientos autoritarios y nacionalis-tas que destruyen la esperanza en la democracia y en la paz mundial.El fascismo estaba en ascenso. En este tiempo histrico de gran desarro-llo tcnico y econmico, Simone Weil denuncia que el trabajo no serealiza con una conciencia orgullosa, sino con un sentimiento angustia-do de poseer un puesto pasajero para ganarse la existencia. El progresotcnico se ha impuesto como una realidad conflictiva, es pujante peroha fracasado en cuanto a los fines que le adjudicaban tanto los marxistascomo los capitalistas, puesto que en lugar de haber logrado el bienestarha trado a las masas la miseria fsica y moral en la que se debaten. Porotro lado, el mismo desarrollo tcnico parece frenarse en el mbitoproductivo y slo expandirse en el mbito militar. La sociedad enterase moviliz por la idea de la revolucin, tanto a favor como en contra,pero en las condiciones polticas que vive Simone Weil, la revolucincomienza a ser ms bien la ilusin de una transformacin radical enfavor del espritu humano. Contra esta ilusin Simone Weil respondecon su crtica a la idea de revolucin y liberacin total de la opresin.

    Por ello, Simone Weil se concentra en una crtica al progresismomarxista. Marx explica el mecanismo de la opresin capitalista; perolo explica tan bien que es difcil imaginar cmo podra dejar de funcio-

    nar. Aparentemente, el marxismo slo apuesta por una transformacinen el rgimen de propiedad de las fuerzas productivas. Pero ms bienparece que mientras haya lucha por el poder y mientras el factor decisivode la victoria sea la produccin industrial, los obreros sern explotadospor un rgimen o por otro. Marx supona que la extensin planetariade la revolucin socialista hara desaparecer la lucha por el poder;pero la revolucin no puede extenderse planetariamente; y aun cuandose hace en unos cuantos pases, no suprime la opresin sino al contrario,la acenta en cada uno por la necesidad de explotar a los trabajadorestemiendo ser ms dbil que los otros. La historia de la Revolucinrusa dice Weil constituye una ilustracin dolorosa de ello.8

    8Cabe recordar que Simone Weil escribe en 1934, cuando las crticas alsocialismo real no son frecuentes entre los propios militantes de izquierda.

    GABRIELA HERNNDEZ

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    15/24

    21

    Simone Weil observa que la fuerza que posee la burguesa para explo-tar y oprimir a los trabajadores radica en los fundamentos de la vidasocial y no puede ser abolida por ninguna transformacin poltica ojurdica. Esta fuerza es el rgimen mismo de produccin tcnico-indus-trial. En este aspecto Marx destaca la subordinacin del trabajador alaparato productivo, el trastocamiento de la relacin entre sujeto y objetoy la enajenacin del trabajo.

    Marx cree que la tcnica actual, una vez liberada de las formas capi-talistas de la economa, podra dar a los hombres tiempo libre parapermitirles un desarrollo armnico. El desarrollo ulterior e ilimitadode la tcnica debe aliviar cada vez ms el peso de la necesidad materialy, en consecuencia, el de la presin social sobre el trabajo necesario,hasta llegar a un estado ideal en el que la produccin ms abundantecostara un insignificante esfuerzo.

    Simone Weil critica la inexactitud de estas ideas:1) Marx no explica por qu las fuerzas productivas tenderan a

    acrecentarse y por qu cuando una institucin social se opone al creci-miento de stas, las fuerzas productivas ganaran la batalla en favor desu autodesarrollo. No es posible que los hombres transformen conscien-temente el estado social para mejorar la situacin econmica; msimposible es que se lo propongan y que lo logren como lo haban

    planeado. Tal parece que existe en la teora marxista una mano invisibleprovidencial en el supuesto desarrollo ilimitado y progreso continuode las fuerzas productivas. 2) Marx establece como una premisa sinfundamento histrico racional que las fuerzas productivas tienden aun desarrollo ilimitado. 3) Esta concepcin desemboca en una doctrinacon aspectos religiosos o mticos en la que se define al proletariadosujeto con una misin cuasi providencial.

    Para Simone Weil, la gran idea de Marx es que en la sociedad, lomismo que en la naturaleza, nada se efecta sino por transformacionesmateriales. Para proponerse una transformacin social hay que conocerlas condiciones materiales que determinan nuestras posibilidades de

    accin. En el dominio social, esas condiciones se definen por la maneraen que el hombre hace frente a las necesidades materiales. Simone

    SIMONE WEIL

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    16/24

    22

    Weil distingue en este problema dos aspectos principales: primero hayque analizar el esquema mismo de la produccin para saber lo quepuede esperarse de ella en el futuro inmediato en cuanto a su rendimien-to; y por otro lado, qu formas de organizacin social y de cultura soncompatibles con l. Conocer pues, los medios tcnicos disponibles ylos fines sociales.

    El progreso tcnico slo puede medirse como mayor coordinacinde esfuerzos y aun as no es predeterminable. Dado que se produce endos direcciones interrelacionadas: a) como ahorro de energa y esfuerzomediante ciertos instrumentos; b) como creacin de nuevas posibili-dades y alcances de la accin humana, lo cual implica que ese nuevopoder puede ser constructivo o destructivo. Simone Weil hace unaobservacin ms respecto a los lmites del progreso tcnico: No tene-mos, sin embargo, ningn medio para darnos cuenta claramente siestamos lejos o cerca del lmite a partir del cual el progreso tcnicodebe transformarse en factor de regresin econmica. Todos estosfactores hacen dudar a Simone Weil de que la tcnica incrementar sudesarrollo en el futuro prximo, un incremento continuo e ilimitadoes inconcebible. Esto es tanto como pretender obtener una mquinade movimiento perpetuo, que producira indefinidamente sin agotarjams su energa.

    La etapa superior del comunismo considerada por Marx comoel ltimo trmino de la evolucin social es, en suma, una utopaabsolutamente anloga a la del movimiento perpetuo.Sin embargo, quiz pueda darse un sentido al ideal revolu-cionario si no en tanto perspectiva posible, al menos en tantolmite terico de transformaciones sociales realizables. Loque pediramos a la revolucin es la abolicin de la opresinsocial. Pero para que esta nocin al menos presente probabi-lidades de tener algn sentido hay que cuidarse de distinguirentre opresin y subordinacin de caprichos individuales a

    un orden social. En tanto haya sociedad, sta encerrar la

    GABRIELA HERNNDEZ

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    17/24

    23

    vida de los individuos en lmites estrechos y les impondr susreglas.9

    Marx vio muy bien que el rgimen actual de produccin, o sea el dela gran industria tecnificada, reduce al obrero a no ser ms que unsimple instrumento en manos de los que la dirigen; es intil esperarque el progreso tcnico pueda, mediante la ejecucin del esfuerzoproductivo, aligerar la doble presin de la necesidad natural y de lasociedad sobre el trabajo humano. Se trata pues de saber si puedeconcebirse una organizacin de la produccin tal que, incluso sin elimi-nar las necesidades naturales y la presin social que resulta de ellas,

    permita a los espritus y a los cuerpos humanos permanecer sin seraplastados bajo la opresin.

    Y si se comprende claramente que la posibilidad de tal modode produccin no es siquiera concebible, al menos se gana elpoder resignarse legtimamente a la opresin, y dejar de creer-se cmplice por el hecho de que no se hace nada eficaz paraimpedirla.10

    Simone Weil funda su teora poltica en la realidad de la opresin yen el desengao acerca de las utopas revolucionarias como solucinradical. La opresin existe en donde la sociedad ha logrado cierto desa-rrollo econmico y en donde ha sido necesaria la divisin del trabajo.La opresin no es una cuestin de privilegios o de injusticia, media enella la presin de la necesidad material y la lucha por el poder. Elpoder implica una especie de fatalidad que pesa tan implacablementesobre los que mandan como sobre los que obedecen. En la medida enque esclaviza a los primeros, por su intermedio, aplasta a los segun-dos. Conservar el poder es, para los poderosos, una necesidad vital,pues es su poder lo que los alimenta. Tienen que conservarlo a la vez

    9Reflexiones sobre las causas de la libertad y de la opresin social,p. 66.10Ibid.,p. 72.

    SIMONE WEIL

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    18/24

    24

    contra los rivales y contra sus inferiores, los que no pueden no tratarde librarse de amos peligrosos; el amo es temible al esclavo por elhecho mismo de que l lo teme y recprocamente. El poder se repro-duce en un crculo vicioso; cualquier poder debe tratar de afirmarseen el interior por medio de xitos exteriores, pues esos xitos le dan asu vez ms fuerza interior.

    Slo se puede romper el crculo del poder mediante la supresin dela desigualdad o constituyendo un poder estable, un poder tal que esta-blezca equilibrio entre los que mandan y los que obedecen.

    As hay, en la esencia misma del poder, una contradiccin

    fundamental que hablando con propiedad le impide existir.Aquellos a quienes se denomina amos, obligados sin cesar areforzar su poder bajo pena de que se lo quiten, persiguen undominio esencialmente imposible de poseer. [...] Sera distintosi un hombre pudiera poseer en s mismo una fuerza superior ala de muchos otros. Pero nunca es el caso, los instrumentosdel poder, armas, oro, mquinas, secretos mgicos o tcnicos,existen siempre fuera del que los dispone y pueden ser toma-dos por otro. As todo poder es inestable.11

    En general, entre los seres humanos las relaciones de dominio ysumisin, por no ser nunca plenamente aceptables, constituyen siempreun desequilibrio sin remedio que se agrava progresivamente. En lasrelaciones sociales, en la medida en que los mtodos de trabajo y de laguerra excluyen la igualdad, parecen hacer pesar la locura sobre loshombres como una fatalidad exterior. Pues por el hecho mismo de queel poder no posee completamente su objeto sino que es una bsquedainterminable, no existen lmites en los esfuerzos que exige.

    De este modo la carrera por el poder esclaviza a todo el mundo,a los poderosos como a los dbiles. Marx lo vio muy bien en

    lo que respecta al rgimen capitalista [...] donde el consumo11Ibid.,p. 84.

    GABRIELA HERNNDEZ

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    19/24

    25

    aparece como un mal necesario que hay que reducir al mnimo,un simple medio para mantener en vida a los que se consagransea como jefes, sea como obreros, al fin supremo. Este fin no esotro que la fabricacin de la maquinaria, es decir de los mediosde produccin. [...] El nico carcter propio de este rgimen esque los instrumentos de la produccin industrial son al mismotiempo las principales armas en la carrera del poder. Perosiempre los procedimientos de la carrera por el poder sometena los hombres, sean cuales fueren, por el mismo vrtigo y seimponen como fines absolutos. [...] El verdadero tema de LaIlada es el poder de la guerra sobre los guerreros, y a travs deellos, sobre todos los seres humanos. Nadie sabe por qu cadauno se sacrifica y sacrifica a los suyos en una guerra asesina ysin objeto...12

    As la lucha por el poder desencadena un proceso de sustitucin defines por medios. Tan pronto aparece la guerra, la riqueza, la tcnica,la produccin, como fines en s mismos a los que se les ofrenda lavida de los seres humanos. El poder es por definicin slo un medio;poseer un poder es ms bien poseer ciertos medios de accin que reba-sen la fuerza individual o colectiva. Pero la persecucin del poder, por

    el mismo hecho de que se hace esencialmente impotentepara lograrsu fin, excluye toda consideracin de los fines y llega por una inver-sin inevitable como compensacin de fuerzas, a ocupar el lugar detodos lo fines, subyugando a todos por igual.

    La historia humana no es ms que la historia de la servidum-bre que hace de los hombres, tanto opresores como oprimidos,el simple juguete de instrumentos de dominacin fabricadospor ellos mismos, y rebaja as a la humanidad viviente a sercosa de cosas inertes. Por eso ya no son los hombres, sinolas cosas las que dan a esta carrera vertiginosa por el poder sus

    12Ibid.,p. 85.

    SIMONE WEIL

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    20/24

    26

    lmites y sus leyes. Los deseos de los hombres son impotentespara regularlos.13

    Nuestra autora advierte que para suprimir la opresin habra queeliminar sus fuentes, abolir todos los monopolios, los armamentos,los secretos tcnicos que dan poder sobre la naturaleza, el dinero, etc-tera. La opresin est en la naturaleza misma de la produccin y lareproduccin de la vida social. Es una ilusin suponer que la opresindejara de ser necesaria mediante el desarrollo de las fuerzas producti-vas. La elevacin del rendimiento del trabajo ser impotente para aliviarel peso de la opresin mientras la estructura social implique el trastoca-

    miento entre fines y medios; mientras la organizacin del trabajo y laguerra den a algunos un poder sobre los dems. Simone Weil consideraque la concepcin marxista segn la cual la existencia social est deter-minada por las relaciones entre el hombre y la naturaleza (la produc-cin), sigue siendo la nica base para todo estudio histrico; pero esasrelaciones deben comprenderse en funcin del problema del poder, enel que los medios de subsistencia constituyen slo un dato. El poderdepende de las condiciones materiales de la vida pero no deja nuncade transformar y organizar esas mismas condiciones.

    Cualquier poder se apoya en instrumentos que tienen un alcance

    determinado; as no se gobierna de la misma manera con caballera yespadas que por medio de aviones y tanques. En segundo lugar, elpoder choca siempre contra los lmites de la facultad de control de losque lo detentan. El poder colectivo o disuelto en la colaboracin consti-tuye en apariencia un medio eficaz de su control; pero en realidadgenera una serie de rivalidades internas y de complicaciones infinitas.El poder colectivo es una ficcin, ste no se comparte, slo se arrebata.Todo poder se esfuerza por mejorar en su propio dominio la producciny control; pero tambin se esfuerza por destruir a sus rivales. Todopoder, por el hecho mismo de ejercerse, extiende hasta el lmite delo posible las relaciones sociales sobre las cuales reposa. As, el poder

    13Ibid.,p. 86.

    GABRIELA HERNNDEZ

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    21/24

    27

    militar multiplica las guerras y el capital comercial multiplica el merca-do mundial.

    No obstante todo poder determinado tiene su lmite, el cual alcan-zara si pudiera extender al mximo sus medios de control, sus recur-sos y su capacidad de autorregulacin; al extender indefinidamente elalcance de sus propios instrumentos tendera a abolir la esencial corre-lacin y diferencia entre el amo y el esclavo. Esto no quiere decir quesea absolutamente imposible la reproduccin ilimitada de un poder,pero al menos hay que concebir que todo poder tiene un lmite despusdel cual choca contra s mismo. El poder no se disuelve por esta contra-diccin interna, pues no le es fcil detenerse, siempre est obligado air cada vez ms lejos rebasando los lmites dentro de los cuales puedeejercerse con efectividad. Tal es la contradiccin interna que todo rgi-men opresor lleva en s, constituida por la oposicin entre sus basesmateriales y el carcter necesariamente ilimitado de la carrera entrelos hombres. Esta lucha desencadena los episodios ms trgicos de lahistoria en los que el poder se extiende ms all de lo que puede contro-lar, engendrando parasitismo, corrupcin, derroche y desorden social.Tratando de mandar ms all de lo que puede obligar, provoca reaccio-nes que no puede prever ni controlar; queriendo extender la explotacinde los oprimidos ms all de lo que permiten los recursos objetivos,

    agota esos mismos recursos. Esta contradiccin en la que el principiode explotacin en vez de ser ms productivo se vuelve cada vez mscostoso parece una constante, a menos que supongamos la posibilidadde disponer de recursos inagotables. La desmesura, la hybrisdel poder,es al mismo tiempo su nica va de permanencia y de agotamiento.

    En qu consiste el lazo que hasta ahora parece unir la opresinsocial y el progreso en las relaciones del hombre con la natura-leza. [...] Pareciera que el hombre no puede aliviar el yugo delas necesidades materiales sin aumentar el de la opresin social,como por el juego de un misterioso equilibrio.14

    14Ibid.,p. 97.

    SIMONE WEIL

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    22/24

    28

    Aunque la humanidad parece haber llegado a disponer de las fuerzasde la naturaleza mediante el poder tcnico, esta victoria no pertenecea los hombres tomados uno a uno. Los miembros de las sociedades,opresores y oprimidos, estn igualmente sometidos a las implacablesexigencias de la lucha por el poder. As, a despecho del progreso, elhombre no ha salido de la condicin servil en la que se encontrabaante las fuerzas ciegas del universo; simplemente el poder que lomantiene de rodillas ha sido transferido de la materia inerte a la sociedadde la gran industria.

    Hay que [...] buscar por qu el hombre ha debido pagar a ese

    precio su dominio sobre la naturaleza, concebir en qu puedeconsistir la situacin menos desdichada para l, es decir aquellaen que estara menos avasallado por la doble dominacin de lanaturaleza y la sociedad, en fin, ver qu caminos pueden llevara tal situacin y qu instrumentos la civilizacin actual podraproporcionar a los hombres de hoy si aspirasen a transformarsu vida en ese sentido.15

    As, el hombre slo escapa en cierta medida a los caprichos de lanecesidad natural sometindose a la cadena interminable de la lucha

    por el poder. Esto nunca es tan verdadero como cuando el hombrealcanza una tcnica bastante avanzada para dominar a las fuerzas de lanaturaleza. De esta manera la humanidad se subordina bajo una nuevaforma que le da el progreso tcnico, a las fuerzas de la naturaleza,como jams lo fue dice Simone Weil en los tiempos primitivos.Hemos tenido, tenemos y tendremos, esta amarga experiencia. [...]Parecera que el hombre nace esclavo y que la servidumbre es su condi-cin propia.

    El diagnstico de Simone Weil acerca de nuestro tiempo no es menosagudo:

    15Ibid.,p. 99.

    GABRIELA HERNNDEZ

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    23/24

    29

    Vivimos en un mundo donde nada es a la medida del hombre;hay una desproporcin monstruosa entre el cuerpo del hombre, elespritu y las cosas que constituyen actualmente los elementosde la vida humana; todo est desequilibrado.16

    El hombre se encuentra ante el mundo tcnico en una situacin peli-grosa. No slo porque podra estallar una guerra mundial o porquepodran explotar plantas generadoras de energa atmica por todaspartes; aun la aniquilacin completa de la Tierra y por tanto de lahumanidad, no son la amenaza ms inmediata o ms evidente; insisti-mos, el verdadero peligro no est en la aniquilacin, sino en la posibi-

    lidad en donde todava opera la libertad humana y en donde, por tanto,debemos decidir una posicin vital en el mundo. Veamos:

    [...] la revolucin de la tcnica que se avecina en la era atmi-ca pudiera fascinar al hombre, hechizarlo, deslumbrarlo ycegarlo de tal modo, que un da el pensar calculador pudierallegar a ser el nicovlido y practicado.17

    Entonces el verdadero peligro consiste en que el hombre extirpe ens mismo lo ms propio: su pensamiento reflexivo y meditativo, suautoconciencia, su autntico modo de habitacin en la Tierra. Hay quesalvaguardar esta facultad esencial del hombre, hay que mantenerdespierto el pensamiento reflexivo. Antes que una mutacin irreversi-ble en la anatoma o en la constitucin gentica humana, el imperiodel mundo tcnico implica un peligro ms esencial y ms oculto, elcual apenas hemos empezado a identificar: el peligro ya latente deque nuestras posibilidades vitales de relacin con el ser se reduzcan; quenuestra constitucin ontolgica se transmute y pierda lo ms esencialy lo que nos ha permitido desarrollarnos como seres sobrenaturales enmedio de la naturaleza. La naturaleza humana no es inmutable y es,

    16Ibid.,p. 129.17Ibid., p. 29.

    SIMONE WEIL

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.

  • 7/22/2019 Gabriela Hernandez Las Ideas Politic as De

    24/24

    30

    por lo dems, histrica, es decir, creada por nosotros mismos; dentrode estas posibilidades de ser hombre, bien puede ocurrir que elijamos,sin ser totalmente conscientes de ello, y por no ser una eleccin volun-taria, elijamos pues, insertarnos sin reflexin ni conciencia en un mundoque, aunque obra nuestra, adquiere autonoma y se autorregula, al cualservimos ya como medios y no controlamos ni dirigimos segn nuestrosfines vitales, porque ya no sabemos cules son stos. Sin pensamiento,sin reflexin y sin arraigo no es posible, en verdad, definir la finalidadde una vida que no puede subsistir sin programa, a menos que se halleperdida en un mundo ajeno slidamente compuesto de una infinidadde medios tcnicos que se convierten en fines absolutos de la existencia.

    GABRIELA HERNNDEZ

    AM Derechos Reservados.

    eproduccin total o parcial de este artculo se podr hacer si el ITAM otorga la autorizacin previamente por escrito.