Funciones ejecutivas

¿Qué son las funciones ejecutivas?

Las funciones ejecutivas se han definido como un conjunto de habilidades cognitivas, emocionales y motivacionales, que salen de conexiones y estructuras específicas de los lóbulos frontales. La corteza orbitofrontal, resulta ser la que tiene mayor participación en cuanto a la autorregulación del comportamiento, la interpretación sucesos, toma de decisiones y también en la adquisición y uso de la teoría de la mente o sistema de atribuciones para interpretar las intenciones de lo que piensan las personas. Por otra parte, las áreas dorsolaterales, y algunas estructuras de la corteza del cíngulo, favorecen el desarrollo de la anticipación, el establecimiento de metas, la planificación, inicio de las actividades, la monitorización o control de la ejecución de algunas tareas, organización del proceso y de las conductas, la flexibilidad mental y su organización en el tiempo y en el espacio, para obtener los mejores resultados y así lograr la resolver problemas específicos (Pineda & Trujillo, 2008).

Zelazo y Muller (2002) definen que las funciones ejecutivas como una estructura jerárquica, la cual tiene subfunciones las cuales además tendrían una organización específica para cada una de ellas. A raíz de esta perspectiva, las funciones ejecutivas permiten que sea posible planificar, durante un tiempo suficiente, un pensamiento o una acción que repercute en la ejecución de una conducta.

Clasificación de las funciones ejecutivas

Existen distintas clasificaciones para las funciones ejecutivas, una de ellas está dividida, según Ardila & Ostrosky-Solís (2008) como funciones ejecutivas metacognitivas y funciones ejecutivas emocionales.

Las funciones ejecutivas metacognitivas, se relacionan con la solución de problemas, la planificación, la formación de conceptos, desarrollo e implementación de estrategias, memoria de trabajo, entre otras. En las funciones metacognitivas están implicadas las áreas orbitofrontal y medial frontal (Stuss & Knight, 2002).

Mientras que la coordinación de la cognición y emociones se relacionan con las funciones ejecutivas emocionales, en donde se busca satisfacer las necesidades biológicas de acuerdo a las condiciones de un individuo, siguiendo estrategias socialmente aceptables. La función principal del lóbulo prefrontal es encontrar justificaciones aparentemente aceptables para los impulsos límbicos, los cuales son constituyentes de las funciones ejecutivas emocionales. (Ardila & Ostrosky-Solís, 2008).

Según Chan, Shum, Toulopulou & Chen (2007) clasifican las funciones ejecutivas bajo el criterio de que esté o no implicado el procesamiento emocional, separándose en funciones ejecutivas cálidas y frías. Se entiende como funciones frías las que están relacionadas con la actividad dorsolateral prefrontal, lo cual implica que existe un procesamiento más racional de la información, específicamente información abstracta como es la memoria de trabajo, conceptualización, etc. Por otra parte las funciones calidad implican procesamiento de la información emocional, la cual proviene de la sub corteza representada en el área frontal, en la zona orbital ventral. Las funciones cálidas se relacionan con el ámbito social, por ejemplo el control de impulsos frente a un estímulo, interpretación de señales corporales, tomar decisiones y teoría de la mente.

Funciones fríasMonitoreoInhibiciónSecuenciaciónPlanificaciónFlexibilidad mentalMemoria de trabajoControl atencionalRazonamientoIniciaciónFormación de conceptosFunciones cálidasToma de decisionesControl de impulsosFeedback emocionalEmpatíaTeoría de la mente

Funciones frías

Monitoreo

La evaluación de resultados o también referido como control, corresponde al hábito de mantener un control del rendimiento durante la ejecución de una tarea o la evaluación de ésta una vez finalizada, con el objetivo de cerciorarse de que la meta se haya alcanzado correctamente. Existe otro aspecto llamado “Autocontrol” que se refiere a la conciencia que tiene un individuo respecto a sus conductas y los efectos que provocan estas conductas en las otras personas. Es conocido como un proceso metacognitivo, que varía dependiendo la edad. Este proceso permite autoevaluar y controlar el proceso de planeamiento antes de tomar una decisión final para asegurar que la solución al problema es la más efectiva.

Inhibición

La inhibición repercute en las diferentes funciones ejecutivas. Por ejemplo, la inhibición de la atención protege la pausa creada entre el estímulo y la respuesta inmediata de la interferencia de otras distracciones, internas (pensamientos, emociones, sensaciones) o externas, permitiendo la actuación de las otras funciones ejecutivas. Esa pausa inhibitoria permite así la planificación, el análisis y la elección de la conducta más adecuada y evita que las distracciones nos desvíen del cumplimiento de los objetivos propuestos. La inhibición atencional, además, facilita el funcionamiento de la memoria de trabajo.

Planificación y secuenciación

Se define como planificación la capacidad para identificar y organizar una secuencia de eventos con el propósito de lograr una meta específica. Para esto es necesario plantear un objetivo y determinar cuál es la vía más eficiente para lograrlo a través de una serie de pasos adecuadamente secuenciados.

Flexibilidad mental

Se entiende como la capacidad de poder cambiar o conmutar la atención, en donde es posible hacer transiciones, tolerar y manejar cambios. Flexibilizar en cuando a la resolución de problemas y pasar el foco atencional de un tema a otro cuando sea necesario. Es un proceso mental que depende de la edad, con capacidad limitada para cambiar intermitentemente de una a varias reglas imponiendo a los procesos de inhibición y a la memoria de trabajo demandas adicionales.

Memoria de trabajo

Es un tipo de almacenamiento temporal de capacidad muy limitada y susceptible a distracciones. Es aquella memoria que retiene y manipula la información que es necesaria para finalizar una tarea en curso o para resolver problemas, cuando el estímulo que la originó ya no está presente. La memoria de trabajo sólo recibe y retiene aquellos pocos datos sensoriales que la atención selectiva ha captado como relevantes y útiles para poder realizar la actividad. La capacidad de recordar un número telefónico mientras se disca o retener mentalmente una cifra de 7 dígitos es un ejemplo de la duración, capacidad y funcionamiento de la memoria de trabajo

Control atencional

Corresponde al hábito de mantener un control del rendimiento durante la ejecución de una tarea o la evaluación de ésta una vez finalizada, con el objetivo de cerciorarse de que la meta se haya alcanzado correctamente. Existe otro aspecto llamado “Autocontrol” que se refiere a la conciencia que tiene un individuo respecto a sus conductas y los efectos que provocan estas conductas en las otras personas. Es conocido como un proceso metacognitivo, que varía dependiendo la edad. Este proceso permite autoevaluar y controlar el proceso de planeamiento antes de tomar una decisión final para asegurar que la solución al problema es la más efectiva.

Razonamiento

Habilidades fundamentales de secuenciación y clasificación, razonamiento deductivo, razonamiento inductivo y razonamiento convergente.

Iniciación

Se refiere a la habilidad de iniciar una tarea o actividad sin ser incitado a ello. Esto involucra aspectos tales como la habilidad de generar ideas nuevas, respuestas y/o estrategias para la resolución de problemas de manera independiente.

Formación de conceptos

Es una función ejecutiva que involucra la habilidad para ordenar la información e identificar las ideas principales o aspectos claves en actividades que involucran aprendizaje o el objetivo de comunicar algo ya sea de manera oral o escrita. Mediante esta habilidad se ordenan aspectos del entorno, juegos, trabajos, elementos concretos en donde se debe asegurar que estos elementos están efectivamente disponibles para poder realizar la tarea específica.

Funciones cálidas

Toma de decisiones

Se refiere a la capacidad ilimitada para tomar una decisión ante un problema específico, el cual requiere procesos tales como informar acerca de la decisión, los errores cometidos y los diferentes riesgos que implica tomar cada decisión.

Control de impulsos

Se refiere a la habilidad para resistir impulsos y detener conductas en el momento apropiado. Esto varía y depende de la edad del individuo, utilizándose para inhibir una respuesta prepotente o una respuesta en marcha, la memorización e información irrelevante, la interferencia mediada por recuerdos de eventos previos o interferencia perceptual en forma de distracción. Estas habilidades tienen por función impedir la interferencia de información no pertinente en la memoria de trabajo con una tarea en curso y omitir informaciones previamente pertinentes, pero que resultan ser inútiles o inadecuadas en el contexto actual. Están directamente relacionadas con el rendimiento académico, interacción psicosocial y la autorregulación necesaria en actividades cotidianas.

Feedback emocional

Se entiende por feedback emocional, como la información que viene de un medio y surge como respuesta a una conducta previa, en donde se generan consecuencias afectivoemocionales, suscitando afectos y emociones que sirven de guía para adaptar las conductas a futuro de acuerdo a circunstancias ambientales.

Teoría de la mente y empatía

Se entiende por teoría de la mente (TM), como la habilidad que nos permite comprender, explicar, predecir y manipular el comportamiento propio y el de los demás mediante la atribución de estados mentales, tales como creencias, deseos, emociones e intenciones.