FSYC - Voluntarios en el frente social

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Cosas de la vida SOCIEDAD DOMINGO 28 24 DE AGOSTO DEL 2014 Conexión a internet: http://www.elperiodico.com Respuesta ciudadana al crecimiento de la pobreza Voluntarios en el frente social Unos 300.000 catalanes dedican parte de su tiempo a ayudar a desfavorecidos GAÉTAN TRILLAT BARCELONA S on cinco habitantes de Bar- celona que no se conocen, con edades, desempeños profesionales y caracteres diferentes. Pero todos ellos están unidos por una misma causa: ayu- dar a los más vulnerables. Daniel, Laura, Mireia, Mayra y Pepe son vo- luntarios en cinco fundaciones que actúan en el tercer sector social. En Catalunya son más de 300.000 quie- nes, como ellos, dedican parte de su tiempo libre en el seno de unas 7.000 entidades que orientan su actividad al servicio de las personas que nece- sitan atención a diario. La cifra es impresionante y se ex- plica en parte por el contexto econó- mico actual. «Es evidente que hubo un auge de solidaridad importan- te con la crisis», afirma la presiden- ta de Entitats Catalanes d’Acció So- cial (ECAS), Teresa Crespo. Así, entre el 2007 y el 2011 aumentó el 23% el número de voluntarios en Catalun- ya, pese a que en el mismo periodo desaparecieron unas 700 organiza- ciones sin ánimo de lucro. El crecimiento de la pobreza y los recortes públicos en el ámbito so- cial se han saldado con la necesidad de contar con más gente para aten- der a las personas en riesgo de exclu- sión. «Sin nuestros voluntarios no Cinco colaboradores de asociaciones explican su vocación desinteresada las experiencias JOSEP GARCIA DANNY CAMINAL DANIEL BALAGUÉ 3 CASAL DELS INFANTS «Estos proyectos son esenciales para los niños» Daniel tiene 29 años y, como un 22% de catalanes, no tiene trabajo. Dispo- ne de un grado superior de técnico en interacción social y desde siem- pre ha querido trabajar con niños. En julio del 2013, después de seis meses sin desarrollar ninguna acti- vidad, decidió hacerse voluntario y empezó a colaborar con el Casal dels Infants de La Mina, en Sant Adrià de Besòs. Al poco tiempo se trasladó al local del Raval, donde dos veces por semana ayuda a los niños más desfa- vorecidos del barrio, compartiendo con ellos actividades lúdicas, sin ol- vidar el refuerzo escolar. «En este momento en el que el ámbito social está tan afectado por la crisis, hay que proteger y ayudar a los seres más vulnerables, como son los niños», explica. Se encarga del grupo de entre 6 y 8 años, el pe- riodo que considera más difícil: «A esas edades les afectan mucho los problemas que pueden tener y les cuesta verbalizarlos». Según Bala- gué, su papel y el de sus colegas es esencial para encargarse de tareas «que no puede asumir totalmen- te el colegio», como enseñar a los niños el respeto y la gestión de las emociones. De hecho, lo que más le gusta es ver que hay evoluciones en el comportamiento de los niños. Resultados que le convencen de la utilidad de los proyectos sociales sin los que «los niños no tendrían la oportunidad de formarse». A nivel personal, ve su experien- cia como una buena formación pa- ra su futuro trabajo. «Me gustaría ser educador, trabajar con niños es lo que me hace más feliz», dice. Su implicación, muy valorada por sus colegas, será sin duda una ventaja a la hora de encontrar empleo. H LAURA PORTUGUÉS 3 FUNDACIÓN SALUD Y COMUNIDAD «Cuando ayudas, recibes tanto como ofreces» Laura Portugués tiene 22 años y una larguísima experiencia como voluntaria. De pequeña ya le gus- taba ayudar a los demás, y con so- lo 17 años trabajó con niños en- fermos. También colaboró en pro- yectos del Banco de Alimentos. Su conciencia social es algo que carac- teriza su personalidad, y se acre- cienta al constatar los efectos de la crisis. «Hacer voluntariado trae mucha riqueza. Cuando ayudas a los demás, recibes tanto como ofre- ces. Te hace feliz ver a la gente sen- tirse mejor por ti», explica. El pasado junio, esta estudiante de Psicología decidió formar par- te de la Fundación Salud y Comu- nidad, que trabaja con colectivos en riesgo de exclusión social, co- mo ancianos, mujeres maltratadas y personas con adicciones, área en la que trabaja Laura. «Ya me intere- sa mucho este tema en el ámbito de mis estudios, pero ahora quería abordarlo desde un punto de vista más social», argumenta. Colabora a diario en el centro de la fundación en L’Hospitalet, des- de las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde. La asociación ofrece terapias de grupo en las que los pacientes no solo trabajan para combatir su dependencia a las sus- tancias sino que también reciben una ayuda más amplia: «Aprender a gestionar emociones, ayudar a la inserción laboral o mejorar las re- laciones familiares». En contacto con cinco profesio- nales y junto a otras cuatro volun- tarias, mira y aprende. Una expe- riencia que le sirve para tener claro su destino laboral al acabar los es- tudios: quiere ser psicóloga social especializada en adicciones. H MIREIA SOLÍS 3 ARRELS «La labor de voluntariado es casi adictiva» En el Raval, uno de los barrios más humildes de la capital catalana, se encuentra la sede de la Fundació Arrels, que desde 1987 se dedica a ayudar a las personas que no tie- nen hogar. Mireia Solis, de 33 años, forma parte del conjunto de unos 300 voluntarios que trabajan para facilitar la vida a los cerca de 3.000 barceloneses que duermen en la calle. Ella no es voluntaria perma- nente, pero cada agosto desde el 2012, va dos tardes por semana a echar un cable en el centro de día. Allí ayuda a los profesionales, unas veces acogiendo a los usua- rios a la entrada, otras veces distri- buyendo ropa y zapatos. Y siempre © El Periódico de Catalunya. Todos los derechos reservados. Esta publicación es para uso exclusivamente personal y se prohíbe su reproducción, distribución, transformación y uso para press-clipping.

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Laura Portugués té 22 anys i una llarguíssima experiència com a voluntària. De petita ja li agradava ajudar els altres, i quan només tenia 17 anys va treballar amb nens malalts. També va col·laborar en projectes del Banc d’Aliments. La seva consciència social és un tret que caracteritza la seva personalitat, i augmenta al constatar els efectes de la crisi. «Fer voluntariat reporta molta riquesa. Quan ajudes els altres, reps tant com el que ofereixes. Et fa feliç veure que la gent se sent millor per tu», diu. El juny passat, aquesta estudiant de Psicologia va decidir formar part de la Fundació Salut i Comunitat, que treballa amb col·lectius en risc d’exclusió social, com avis, dones maltractades i persones amb addiccions, àrea en la qual treballa la Laura. «Ja m’interessa molt aquest tema en l’àmbit dels meus estudis, però ara el volia abordar des d’un punt de vista més social», argumenta.

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Cosas de la vida sociedad

DOMINGO28 24 DE AGOSTO DEL 2014Conexión a internet: http://www.elperiodico.com

Respuesta ciudadana al crecimiento de la pobreza LLL

Voluntarios en el frente social

Unos 300.000 catalanes dedican parte de su tiempo a ayudar a desfavorecidos

GAÉTAN TRILLATBARCELONA

Son cinco habitantes de Bar-celona que no se conocen, con edades, desempeños profesionales y caracteres

diferentes. Pero todos ellos están unidos por una misma causa: ayu-dar a los más vulnerables. Daniel, Laura, Mireia, Mayra y Pepe son vo-luntarios en cinco fundaciones que actúan en el tercer sector social. En Catalunya son más de 300.000 quie-nes, como ellos, dedican parte de su tiempo libre en el seno de unas 7.000 entidades que orientan su actividad al servicio de las personas que nece-sitan atención a diario.

La cifra es impresionante y se ex-plica en parte por el contexto econó-mico actual. «Es evidente que hubo un auge de solidaridad importan-te con la crisis», afirma la presiden-ta de Entitats Catalanes d’Acció So-cial (ECAS), Teresa Crespo. Así, entre el 2007 y el 2011 aumentó el 23% el número de voluntarios en Catalun-ya, pese a que en el mismo periodo desaparecieron unas 700 organiza-ciones sin ánimo de lucro. El crecimiento de la pobreza y los recortes públicos en el ámbito so-cial se han saldado con la necesidad de contar con más gente para aten-der a las personas en riesgo de exclu-sión. «Sin nuestros voluntarios no

Cinco colaboradores de asociaciones explican su vocación desinteresada

las experiencias

JOSEP GARCIA DANNY CAMINAL

daNieL BaLaGUÉ 3 CASAL DELS INFANTS

«Estos proyectos son esenciales para los niños»Daniel tiene 29 años y, como un 22% de catalanes, no tiene trabajo. Dispo-ne de un grado superior de técnico en interacción social y desde siem-pre ha querido trabajar con niños. En julio del 2013, después de seis meses sin desarrollar ninguna acti-vidad, decidió hacerse voluntario y empezó a colaborar con el Casal dels Infants de La Mina, en Sant Adrià de Besòs. Al poco tiempo se trasladó al local del Raval, donde dos veces por semana ayuda a los niños más desfa-vorecidos del barrio, compartiendo con ellos actividades lúdicas, sin ol-vidar el refuerzo escolar. «En este momento en el que el ámbito social está tan afectado por la crisis, hay que proteger y ayudar a los seres más vulnerables, como son los niños», explica. Se encarga del grupo de entre 6 y 8 años, el pe-riodo que considera más difícil: «A

esas edades les afectan mucho los problemas que pueden tener y les cuesta verbalizarlos». Según Bala-gué, su papel y el de sus colegas es esencial para encargarse de tareas «que no puede asumir totalmen-te el colegio», como enseñar a los niños el respeto y la gestión de las emociones. De hecho, lo que más le gusta es ver que hay evoluciones en el comportamiento de los niños. Resultados que le convencen de la utilidad de los proyectos sociales sin los que «los niños no tendrían la oportunidad de formarse». A nivel personal, ve su experien-cia como una buena formación pa-ra su futuro trabajo. «Me gustaría ser educador, trabajar con niños es lo que me hace más feliz», dice. Su implicación, muy valorada por sus colegas, será sin duda una ventaja a la hora de encontrar empleo. H

LaURa PoRTUGUÉs 3 FUNDACIÓN SALUD Y COMUNIDAD

«Cuando ayudas, recibes tanto como ofreces»Laura Portugués tiene 22 años y una larguísima experiencia como voluntaria. De pequeña ya le gus-taba ayudar a los demás, y con so-lo 17 años trabajó con niños en-fermos. También colaboró en pro-yectos del Banco de Alimentos. Su conciencia social es algo que carac-teriza su personalidad, y se acre-cienta al constatar los efectos de la crisis. «Hacer voluntariado trae mucha riqueza. Cuando ayudas a los demás, recibes tanto como ofre-ces. Te hace feliz ver a la gente sen-tirse mejor por ti», explica. El pasado junio, esta estudiante de Psicología decidió formar par-te de la Fundación Salud y Comu-nidad, que trabaja con colectivos en riesgo de exclusión social, co-mo ancianos, mujeres maltratadas y personas con adicciones, área en la que trabaja Laura. «Ya me intere-

sa mucho este tema en el ámbito de mis estudios, pero ahora quería abordarlo desde un punto de vista más social», argumenta. Colabora a diario en el centro de la fundación en L’Hospitalet, des-de las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde. La asociación ofrece terapias de grupo en las que los pacientes no solo trabajan para combatir su dependencia a las sus-tancias sino que también reciben una ayuda más amplia: «Aprender a gestionar emociones, ayudar a la inserción laboral o mejorar las re-laciones familiares». En contacto con cinco profesio-nales y junto a otras cuatro volun-tarias, mira y aprende. Una expe-riencia que le sirve para tener claro su destino laboral al acabar los es-tudios: quiere ser psicóloga social especializada en adicciones. H

MiReia soLÍs 3 ARRELS

«La labor de voluntariado es casi adictiva»En el Raval, uno de los barrios más humildes de la capital catalana, se encuentra la sede de la Fundació Arrels, que desde 1987 se dedica a ayudar a las personas que no tie-nen hogar. Mireia Solis, de 33 años, forma parte del conjunto de unos 300 voluntarios que trabajan para facilitar la vida a los cerca de 3.000 barceloneses que duermen en la calle. Ella no es voluntaria perma-nente, pero cada agosto desde el 2012, va dos tardes por semana a echar un cable en el centro de día. Allí ayuda a los profesionales, unas veces acogiendo a los usua-rios a la entrada, otras veces distri-buyendo ropa y zapatos. Y siempre

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DOMINGO 2924 DE AGOSTO DEL 2014

Respuesta ciudadana al crecimiento de la pobreza LLL

ÉBOLA 3 El paciente asilado en el Clínic no ha contraído el virus r P. 31

VOLCÁN 3 La erupción del Bárdarbunga amenaza el tráfico aéreo r P. 32

podríamos completar de forma in-tegra nuestro trabajo, sobre todo en momentos en los que la situación económica es más vulnerable», con-firma Paola Contreras, coordinado-ra del voluntariado en la Fundación Arrels, que trabaja con personas sin hogar. Según Contreras, las razones ex-presadas por las personas que cola-boran con la entidad han ido cambia-do en estos últimos dos años. «Antes, la mayoría de nuestros voluntarios decían que siempre habían queri-do colaborar, mientras que ahora los motivos responden más a lo que está sucediendo, dicen que quieren hacer algo para contribuir a mitigar

los efectos de la crisis», añade la por-tavoz de Arrels.

FORMACIÓN PROFESIONAL / En paralelo a esta realidad, el fuerte aumento del paro en los últimos cinco años ha hecho que muchos desempleados dispusieran de más tiempo libre, que en algunos casos han invertido en ayudar a los demás. «Cuando una persona está sin trabajo es malo pa-ra su autoestima que pase todo el día en casa. Para el desarrollo personal, se recomienda hacer algún tipo de actividad en la que la persona pueda tener relaciones humanas, y por es-to invitamos a todas las personas sin trabajo a hacerse voluntarias», ex-

plica Crespo. De hecho, entre los vo-luntarios destacan tres grupos: jubi-lados, estudiantes y personas en bús-queda de trabajo. Eso explica que un 64% de ellos dedican cinco horas por semana como mínimo a su entidad. A menudo, son personas interesa-das en el ámbito social y ven el vo-luntariado como un tipo de forma-ción profesional. El problema es que ahora, en el contexto económico actual, las or-ganizaciones sociales apenas incor-poran a trabajadores por falta de re-cursos. Así, el número de personas contratadas por estas entidades se ha quedado prácticamente inamo-vible entre el 2007 y el 2011, entor-

no a 100.000 personas. «Antes, un 70% de las asociaciones del sector social trabajaban con voluntarios, ahora es más bien un 85-90%», co-menta Crespo. Una tendencia que entraña riesgos que hay que evitar, según Crespo, ya que el voluntario «ha de colaborar pero nunca susti-tuir a un profesional que presenta todas las cualificaciones exigidas». Una máxima que no es incompa-tible con la vocación de los cinco vo-luntarios de estas páginas y de otros muchos. Ellos coinciden en que to-dos pueden desempeñar esta acti-vidad ya que no se requiere más ap-titud que estar dispuesto a dedicar parte de su tiempo a los demás. H

Los voluntarios que colaboran con oenegés en Catalunya aumentaron el 23% entre el 2007 y el 2011

las experiencias

RAQUEL GONZÁLEZ RAQUEL GONZÁLEZ ALBERT BERTRAN

MAYRA ANGARITA 3 FUNDACIÓN ADSIS

«La situación que me encontré me afectó mucho»Cuando Mayra llegó de Colombia hace un año para estudiar Psico-lógia, no pensaba encontrar tan-ta pobreza en Barcelona. «La situa-ción aquí me ha afectado mucho.Me sentía inútil y quería hacer al-go», reconoce. Antes de pisar sue-lo catalán, esta colombiana de 28 años tuvo una experiencia como voluntaria. «Trabajé con una fun-dación que se encargaba de niños afectados por el conflicto con los FARC [Fuerzas Armadas Revolucio-narias de Colombia]», explica. Cuando escuchó hablar de la Fundación Adsis, que lleva a cabo programas para jóvenes desfavo-recidos, no dudó en ofrecerse para integrar el equipo de verano. Ma-yra se incorporó en el programa Es-pai Joves, en el Carmel, «un barrio con muchas familias inmigran-tes y con pocos recursos», subraya.

Allí trabajó en julio cuatro veces por semana con jóvenes de 12 a 16 años. Adsis organiza actividades para chicos que no tienen muchas oportunidades de salir del barrio. Ella animaba los talleres de inglés y de cocina. En septiembre, mien-tras piensa si quedarse aquí y bus-car trabajo, volverá a la fundación, esta vez en un ámbito más relacio-nado con su vocación profesional: orientar a jóvenes al acabar los es-tudios obligatorios «para favorecer el autoconocimiento de estos chi-cos, que no confían en ellos», dice. Ella siente sobre todo «gratifica-ción» al ver a esos chavales felices. Ve el voluntariado como un apoyo necesario en esta sociedad e inten-ta promoverlo entre sus amigos, pero no lo logra. «Es que no todo el mundo puede tener la misma sen-sibilidad social», confiesa. H

PEPE ZAPICO3 AMICS DE LA GENT GRAN

«Cualquier persona puede dedicarse a ayudar en esto»Pepe Zapico, de 70 años, ha sido du-rante muchos años el director para España de la empresa estadouni-dense 3M, que comercializa pro-ductos de papelería. Al principio de jubilarse solo soñaba con disfru-tar de tiempo y tranquilidad, pe-ro, convencido por un amigo, lle-gó al voluntariado hace un año y medio. Su asociación, Amics de la Gent Gran, trata de paliar la sole-dad de las personas mayores. «Hace años mi madre se puso muy enfer-ma y la atendí hasta el final, y aho-ra yo también me vuelvo mayor; todo esto hizo que me llamara mu-cho la atención el tema», confiesa. Cada miércoles, Pepe va por la tarde a casa de Jesús, de 93 años, e Irene, de 91, una pareja que cuan-do les visitó por primera vez lleva-ba siete meses sin salir a la calle. El ayuntamiento les envia una perso-

na para la limpieza del piso y su aseo personal, pero no podía ofrecerles lo que quizás necesitan más: un po-co de compañía. «Jesús e Irene no tie-nen familia en Barcelona. Yo estoy aquí para hablarles, y sobre todo es-cucharles», expone. Con el tiempo se estableció una relación de afecto, y cuando habla de sus «abuelos» es difícil creer que solo les conoce desde hace año y me-dio. «Se me ponen los pelos de pun-ta al pensar en la alegría de los tres la tarde que fuimos al Port Olímpic. ¡Ellos no habían vuelto desde el 92!», dice Pepe, emocionado. Con su re-lato espera convencer a más gente a dar el paso hacia el voluntariado. «Mis amigos dicen que quieren ha-cerlo, pero al final nadie lo hace. Y eso que no hace falta ninguna com-petencia particular, todo el mundo vale para esto», concluye. H

tratando de ofrecer, sobre todo, compañía, conversación y entrete-nimiento a aquellas personas que sufren la soledad de la calle. Mireia, que trabaja en una tien-da de ropa mientras estudia la ca-rrera de Trabajo Social, ha llega-do al voluntariado después de mu-chos años dándole vueltas, pero sin dar el paso. «Tenía un amigo que lo era y me aconsejó mirar la web Voluntaris.cat. Allí encontré esta fundación que me llamó la aten-ción», explica. A ella siempre le ha preocupado la problemática de las personas sin hogar. «Cuando era joven me fui a Australia y conocí a bastantes personas que vivían en la calle», dice, tratando de encontrar el origen de su vocación. Si puede combinarlo con sus obligaciones, intentará dedicar más tiempo a la fundación. Sobre todo porque para ella colaborar so-lo le aporta cosas positivas. «El vo-luntariado es casi adictivo, aquí me divierto mucho y al mismo tiempo crezco como persona», explica con una sonrisa de oreja a oreja. H

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Coses de la vida societat

DIUMENGE28 24 D’AGOST DEL 2014Connexió a internet: http://www.elperiodico.cat

Resposta ciutadana al creixement de la pobresa LLL

Voluntaris en el front social

Uns 300.000 catalans dediquen una part del seu temps a ajudar desafavorits

GAÉTAN TRILLATBARCELONA

Són cinc habitants de Bar-celona que no es coneixen, d’edats, dedicació profes-sional i caràcters diferents.

Però tots cinc estan units per una mateixa causa: ajudar els més vulne-rables. El Daniel, la Laura, la Mireia, la Mayra i el Pepe són voluntaris en cinc fundacions que actuen en el ter-cer sector social. A Catalunya són més de 300.000 que, com ells, dedi-quen una part del seu temps lliure en el si d’alguna de les 7.000 entitats que orienten la seva activitat al ser-vei de les persones que necessiten atenció diàriament.

La xifra és impressionant i s’ex-plica en part pel context econòmic actual. «És evident que hi va haver un auge de solidaritat important amb la crisi», afirma la presiden-ta d’Entitats Catalanes d’Acció So-cial (ECAS), Teresa Crespo. Així, en-tre l’any 2007 i el 2011 va augmen-tar el 23% el nombre de voluntaris a Catalunya, malgrat que en el ma-teix període també van desaparèi-xer unes 700 organitzacions sense ànim de lucre. El creixement de la pobresa i les retallades públiques en l’àmbit soci-al s’han saldat amb la necessitat de comptar amb més gent per atendre les persones en risc d’exclusió. «Sen-

Cinc col·laboradors d’associacions expliquen la seva vocació desinteressada

les experiències

JOSEP GARCIA DANNY CAMINAL

DaNieL BaLaGUÉ 3 CASAL DELS INFANTS

«Aquests projectes són essencials per als nens»El Daniel té 29 anys i, com un 22% de catalans, no té feina. Disposa d’un grau superior de tècnic en interac-ció social i des de sempre ha vol-gut treballar amb nens. El juliol del 2013, després de sis mesos sense des-envolupar cap activitat, va decidir fer-se voluntari i va començar a col-laborar amb el Casal dels Infants de la Mina, a Sant Adrià de Besòs. Al cap de poc temps es va traslladar al local del Raval, on dues vegades a la set-mana ajuda els nens més desafavo-rits del barri, compartint amb ells activitats lúdiques, però sense obli-dar el reforç escolar. «En aquest moment en què l’àm-bit social està tan afectat per la cri-si, s’ha de protegir i ajudar els éssers més vulnerables, com els nens», ex-plica. S’encarrega del grup d’entre 6 i 8 anys, el període que considera més difícil: «A aquestes edats els afec-

ten molt els problemes que poden tenir i els costa verbalitzar-los». Se-gons Balagué, el seu paper i el dels seus col·legues és essencial per en-carregar-se de tasques «que no pot assumir totalment el col·legi», com ensenyar als nens el respecte i la gestió de les emocions. De fet, el que li agrada més és veure que hi ha evolucions en el comportament dels nens. Resultats que el conven-cen de la utilitat dels projectes soci-als sense els quals «els nens no tin-drien l’oportunitat de formar-se». A nivell personal, veu la seva ex-periència com una bona formació per a la seva futura dedicació pro-fessional. «M’agradaria ser educa-dor, treballar amb nens és el que em fa més feliç», diu. La seva impli-cació, molt valorada pels seus col-legues, serà sens dubte un avantat-ge a l’hora de trobar feina. H

LaURa PoRtUGUÉs 3 FUNDACIÓ SALUT I COMUNITAT

«Quan ajudes, reps tant com el que ofereixes»Laura Portugués té 22 anys i una llarguíssima experiència com a vo-luntària. De petita ja li agradava ajudar els altres, i quan només te-nia 17 anys va treballar amb nens malalts. També va col·laborar en projectes del Banc d’Aliments. La seva consciència social és un tret que caracteritza la seva persona-litat, i augmenta al constatar els efectes de la crisi. «Fer voluntariat reporta molta riquesa. Quan aju-des els altres, reps tant com el que ofereixes. Et fa feliç veure que la gent se sent millor per tu», diu. El juny passat, aquesta estudi-ant de Psicologia va decidir formar part de la Fundació Salut i Comuni-tat, que treballa amb col·lectius en risc d’exclusió social, com avis, do-nes maltractades i persones amb addiccions, àrea en la qual treba-lla la Laura. «Ja m’interessa molt

aquest tema en l’àmbit dels meus estudis, però ara el volia abordar des d’un punt de vista més social», argumenta. Col·labora diàriament al centre de la fundació a l’Hospitalet, des de les nou del matí fins a les cinc de la tarda. L’associació ofereix teràpi-es de grup en les quals els pacients no només treballen per combatre la seva dependència a les substàn-cies sinó que també reben una aju-da més àmplia: «Aprendre a gestio-nar emocions, ajudar a la inserció laboral o millorar les relacions fa-miliars». En contacte amb cinc professi-onals i juntaments amb quatre vo-luntàries més, mira i aprèn. Una experiència que li serveix per tenir clar el seu destí laboral a l’acabar els estudis: vol ser psicòloga social especialitzada en addiccions. H

MiReia soLÍs 3 ARRELS

«La tasca de voluntariat és gairebé addictiva»Al Raval, un dels barris més humils de la capital catalana, hi ha la seu de la Fundació Arrels, que des del 1987 es dedica a ajudar les perso-nes que no tenen llar. Mireia Solis, de 33 anys, forma part del conjunt d’uns 300 voluntaris que treba-llen per facilitar la vida als gairebé 3.000 barcelonins que dormen al carrer. Ella no és voluntària perma-nent, però cada agost des del 2012, va dues tardes a la setmana a donar un cop de mà al centre de dia. Allà ajuda els professionals, de vegades acollint els usuaris a l’en-trada del centre, altres vegades dis-tribuint roba i sabates. I sempre in-tentant oferir, sobretot, compa-

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DIUMENGE 2924 D’AGOST DEL 2014

Resposta ciutadana al creixement de la pobresa LLL

EBOLA 3 El pacient asilat al Clínic no ha contret el virus r P. 31

VOLCÀ 3 L’erupció del Bárdarbunga amenaça el trànsit aeri r P. 32

se els nostres voluntaris no podrí·em completar de manera integra la nostra feina, sobretot en moments en què la situació econòmica és més vulnerable», confirma Paola Contre·ras, coordinadora del voluntariat a la Fundació Arrels, que treballa amb persones sense llar. Segons Contreras, les raons ex·pressades per les persones que col·laboren amb la seva entitat han anat canviat aquests últims dos anys. «Abans, la majoria dels nostres vo·luntaris deien que sempre havien volgut col·laborar, mentre que ara els motius responen més al que es·tà passant, diuen que volen fer algu·na cosa per contribuir a mitigar els

efectes de la crisi», afegeix la porta·veu d’Arrels.

FORMACIÓ PROFESSIONAL / En paral·lel a aquesta realitat, el fort augment de l’atur els últims cinc anys ha fet que molts desocupats disposessin de més temps lliure, que en alguns ca·sos han invertit a ajudar els altres. «Quan una persona està sense feina no és bo per a la seva autoestima que es passi tot el dia a casa. Per al desen·volupament personal, es recomana fer alguna mena d’activitat en què la persona pugui tenir relacions hu·manes, i per això convidem a totes les persones sense feina a fer·se vo·luntàries», explica Crespo. De fet, en·

tre els voluntaris destaquen tres grups: jubilats, estudiants i perso·nes que estan buscant feina. Això ex·plica que un 64% d’aquests dediquin cinc hores a la setmana com a mí·nim a la seva entitat. Sovint, són per·sones interessades en l’àmbit social i veuen el voluntariat com una me·na de formació professional. El problema és que ara, en el con·text econòmic actual, les organitza·cions socials amb prou feines incor·poren treballadors per falta de re·cursos. Així, el nombre de persones contractades per aquestes entitats s’ha mantingut pràcticament inmò·bil entre els anys 2007 i 2011, a l’en·torn de 100.000 persones. «Abans,

un 70% de les associacions del sector social treballaven amb voluntaris, ara és més aviat un 85·90%», comen·ta Crespo. Una tendència que com·porta riscos que cal evitar, segons Crespo, ja que el voluntari «ha de col·laborar però mai substituir un pro·fessional que presenta totes les qua·lificacions exigides». Una màxima que no és incompa·tible amb la vocació dels cinc volun·taris d’aquestes pàgines i de molts altres. Ells coincideixen que tots po·den portar a terme aquesta activitat ja que no es requereix cap altra apti·tud per fer·la que estar disposat a de·dicar una part del seu temps a les al·tres persones. H

Els voluntaris que col·laboren amb oenagés a Catalunya van augmentar el 23% entre el 2007 i el 2011

les experiències

RAQUEL GONZÁLEZ RAQUEL GONZÁLEZ ALBERT BERTRAN

MAYRA ANGARITA 3 FUNDACIÓ ADSIS

«La situació que vaig trobar aquí em va afectar molt»Quan la Mayra va arribar de Colòmbia fa un any per estudiar Psicologia no pensava trobar tan·ta pobresa a Barcelona. «La situa·ció aquí m’ha afectat molt. Em sen·tia inútil i volia fer alguna cosa», re·coneix. Abans de trepitjar territori català, aquesta colombiana de 28 anys va tenir una experiència com a voluntària. «Vaig treballar amb una fundació que s’encarregava de nens afectats pel conflicte amb les FARC [Forces Armades Revolucio·nàries de Colòmbia]», explica. Quan va sentir parlar de la Fun·dació Adsis, que porta a terme pro·grames per a joves desafavorits, no va dubtar a oferir·se per formar part de l’equip d’estiu. Es va incor·porar al programa Espai Joves, al Carmel, «un barri amb moltes fa·mílies immigrants i amb pocs re·cursos», subratlla. Hi va treballar

durant el mes de juliol quatre dies a la setmana amb joves de 12 a 16 anys. Adsis organitza activitats per a joves que no tenen gaire oportu·nitats de sortir del barri. Ella ani·mava els tallers d’anglès i de cui·na. Al setembre, mentre pensa si es queda aquí i busca feina, torna·rà a la fundació, aquesta vegada en un àmbit més relacionat amb la se·va vocació professional: orientar joves a l’acabar els estudis obliga·toris «per afavorir l’autoconeixe·ment d’aquests nois, que no confi·en en ells», diu. Se sent sobretot «gratificada» al veure aquests nois feliços. Veu el voluntariat com un suport neces·sari en aquesta societat i intenta promoure’l entre els seus amics, però no ho aconsegueix. «És que no tothom pot tenir la mateixa sensi·bilitat social», confessa. H

PEPE ZAPICO3 AMICS DE LA GENT GRAN

«Qualsevol persona es pot dedicar a ajudar en això»Pepe Zapico, de 70 anys, ha estat durant molts anys el director per a Espanya de l’empresa nord·ame·ricana 3M, que comercialitza pro·ductes de papereria. Al principi de jubilar·se només somiava a disfru·tar de temps i tranquil·litat, però, convençut per un amic, va arribar al voluntariat fa un any i mig. La seva associació, Amics de la Gent Gran, intenta pal·liar la soledat de les persones grans. «Fa anys la me·va mare es va posar molt malalta i la vaig atendre fins al final, i ara jo també em faig gran; tot això va fer que em cridés molt l’atenció aquest tema», confessa. Cada dimecres a la tarda, el Pepe va a casa del Jesús, de 93 anys, i de la Irene, de 91, una parella que quan els va visitar per primera vegada fe·ia set mesos que no sortia al carrer. L’ajuntament els envia una perso·

na per a la neteja del pis i per ajudar·los en la seva neteja personal, però no els podia oferir el que potser ne·cessitaven més: una mica de com·panyia. «El Jesús i la Irene no tenen família a Barcelona. Jo sóc aquí per parlar amb ells i, sobretot, per escol·tar·los», exposa. Amb el temps es va anar establint una relació d’afecte, i quan parla dels seus «avis» és difícil creure que només els coneix des de fa un any i mig. «Se’m posen els pèls de pun·ta quan penso en l’alegria que van tenir la tarda que vam anar al Port Olímpic. ¡No hi havien tornat des del 92!», diu el Pepe, emocionat. Amb el seu relat espera convèncer més gent a fer el pas cap al voluntariat. «Els meus amics diuen que el volen fer, però al final no el fa ningú. I això que no cal cap competència particular, tothom val per a això», conclou. H

nyia, conversa i entreteniment a aquelles persones que pateixen la soledat del carrer. La Mireia, que treballa en una botiga de roba mentre estudia la carrera de Treball Social, ha arri·bat al voluntariat després de molts anys de donar·hi voltes, però sen·se fer el pas. «Tenia un amic que n’era i em va aconsellar que mirés la web Voluntaris.cat. Allà vaig tro·bar aquesta fundació que em va cri·dar l’atenció», explica. A ella sem·pre l’ha preocupat la problemàtica de les persones sense casa. «Quan era jove vaig anar a Austràlia i vaig conèixer bastantes persones que vivien al carrer», diu, intentant tro·bar l’origen de la seva vocació. Si ho pot combinar amb les se·ves obligacions, intentarà dedicar més temps a la fundació. Sobre·tot perquè per a ella el fet de col·laborar només li aporta coses posi·tives. «El voluntariat és gairebé ad·dictiu, aquí em diverteixo molt i al mateix temps creixo com a per·sona», explica amb un somriure d’orella a orella. H

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