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2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia y a las fantasías histéricas) materiales inéditos hasta el moraento. Viena , Primavera de 19]]. FREUD . PROLOGO PARA LA EDICION HEBREA * 1930 Estas conferencias fueron pronunciadas en los años 1916 y 1917 ; reflejaban con regular fidelidad el estado en que a la sazón se encontraba la joven ciencia y contenían mucho más de lo que su título denotaba. En efecto, no sólo ofrecían una introducción al psicoanálisis, sino también la mayor parte de su contenido total. Es natural que hoy ya no ocurra lo mismo. En el ínterin, la teoría ha efec- tuado progresos, incorporando fundamentales capítulos, como la división de la personalidad en un yo, un super-yo y un ello ; una fundamental modificación de la teoría de los instintos, nuevos conocimientos sobre el origen de la conciencia y del sentimiento de culpabilidad. Por tanto , las conferencias se han tornado incompletas en grado sumo, y sólo ahora han adquirido realmente el carácter de una mera «introducción». En otro sentido, sin embargo, tampoco hoy se hallan superadas o anticuadas, pues cuanto ellas exponen, salvo pocas modi- ficaciones, se acepta y enséñase todavía en todas las escuelas psicoanalíticas. Al público de habla hebrea, y en especial a la juventud ávida de saber, este libro le presenta el psicoanálisis vestido con el ropaje de aquella antiquísima lengua que por voluntad del pueblo judío ha sido despertada a nueva vida. El autor se imagina perfectamente la ardua labor que el traductor ha debido cumplir para lograrlo, y no necesita reprimir la duda de si Moisés y los profetas habrían encontrado comprensibles estas conferencias hebreas. A sus descendientes empero --entre los cuales él mismo se cuenta- , a quienes el presente libro está destinado, el autor les ruega que, después de las primeras sensaciones de desagrado, no se precipiten a una reacción de rechazo total. El psico- análisis trae tantas cosas nuevas, entre ellas tantas que contradicen las convic- ciones tradicionales y que ofenden los sentimientos más profundamente arrai- gados, que inevitablemente ha de suscitar oposición. Mas si se contiene el juicio definitivo y se deja que actúe sobre uno la totalidad del psicoanálisis, quizá se alcance la convicción de que estas cosas nuevas, tan indeseables, son dignas de saberse y son imprescindi.bles para comprender el alma y la existencia del hombre. Viena, Diciembre de 1930. '" Edición Stybel, Jerusalén, 1930. El prólogo en Publishing Co., Londres, 1950; siendo su primera pu- alemán se halla en la edición londinense de las obras blicación alemana en G. S., 12 (J 934). completas: Gesammelte Wel'k e, tomo XVI, Imago

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al autor a introducir en algunos capiacutetulos de este libro (los referentes a la etiulogiacutea de la angustia y a las fantasiacuteas histeacutericas) materiales ineacuteditos hasta el moraento

Viena Primavera de 19]] FREUD

PROLOGO PARA LA EDICION HEBREA

1930

Estas conferencias fueron pronunciadas en los antildeos 1916 y 1917 reflejaban con regular fidelidad el estado en que a la sazoacuten se encontraba la joven ciencia y conteniacutean mucho maacutes de lo que su tiacutetulo denotaba En efecto no soacutelo ofreciacutean una introduccioacuten al psicoanaacutelisis sino tambieacuten la mayor parte de su contenido total Es natural que hoy ya no ocurra lo mismo En el iacutenterin la teoriacutea ha efecshytuado progresos incorporando fundamentales capiacutetulos como la divisioacuten de la personalidad en un yo un super-yo y un ello una fundamental modificacioacuten de la teoriacutea de los instintos nuevos conocimientos sobre el origen de la conciencia y del sentimiento de culpabilidad Por tanto las conferencias se han tornado incompletas en grado sumo y soacutelo ahora han adquirido realmente el caraacutecter de una mera laquointroduccioacutenraquo En otro sentido sin embargo tampoco hoy se hallan superadas o anticuadas pues cuanto ellas exponen salvo pocas modishyficaciones se acepta y enseacutentildease todaviacutea en todas las escuelas psicoanaliacuteticas

Al puacuteblico de habla hebrea y en especial a la juventud aacutevida de saber este libro le presenta el psicoanaacutelisis vestido con el ropaje de aquella antiquiacutesima lengua que por voluntad del pueblo judiacuteo ha sido despertada a nueva vida El autor se imagina perfectamente la ardua labor que el traductor ha debido cumplir para lograrlo y no necesita reprimir la duda de si Moiseacutes y los profetas habriacutean encontrado comprensibles estas conferencias hebreas A sus descendientes empero --entre los cuales eacutel mismo se cuenta- a quienes el presente libro estaacute destinado el autor les ruega que despueacutes de las primeras sensaciones de criacutetica~y desagrado no se precipiten a una reaccioacuten de rechazo total El psicoshyanaacutelisis trae tantas cosas nuevas entre ellas tantas que contradicen las convicshyciones tradicionales y que ofenden los sentimientos maacutes profundamente arraishygados que inevitablemente ha de suscitar oposicioacuten Mas si se contiene el juicio definitivo y se deja que actuacutee sobre uno la totalidad del psicoanaacutelisis quizaacute se alcance la conviccioacuten de que estas cosas nuevas tan indeseables son dignas de saberse y son imprescindibles para comprender el alma y la existencia del hombre

Viena Diciembre de 1930

Edicioacuten Stybel Jerusa leacuten 1930 El proacutelogo en Publishing Co Londres 1950 siendo su primera pushyalemaacuten se halla en la edicioacuten londinense de las o bras blicacioacuten alemana en G S 12 (J 934) completas Gesammelte Welke tomo XVI Imago

PSI C OANALISIS - INTRODUCCION 2125

PARTE 1

1915 [1916)

LECCION I INTRODUCCION

Sentildeoras y sentildeores

I GNORO cuaacutentos de mis oyentes conoceraacuten -por sus lecturas o simplemente de oiacutedas- las teoriacuteas psicoanaliacuteticas Mas el tiacutetulo dado a esta serie de conferencias laquoLecciones introductorias al psicoanaacutelisisraquo me obliga a conshy

ducirme como si no poseyerais el menor conocimiento sobre esta materia y hushybierais de ser iniciados necesariamente en sus primeros elementos

Debo suponer sin embargo que sabeacuteis que el psicoanaacutelisis constituye un especial tratamiento de los enfermos de neurosis Pero como en seguida os demostrareacute con un ejemplo sus caracteres esenciales son en un todo diferentes de los peculiares a las restantes ramas de la Medicina y a veces resultan por completo opuestos a ellos Generalmente cuando sometemos a un enfermo a una teacutecnica meacutedica desconocida para eacutel procuramos disminuir a sus ojos los inconvenientes de la misma y darle la mayor cantidad posible de seguridades respecto al eacutexito del tratamiento A mi juicio obramos cuerdamente conducieacutenshydonos asiacute pues este proceder aumenta las probabilidades de eacutexito En cambio al someter a un neuroacutetico al tratamiento psicoanaliacutetico procedemos de muy distinta forma pues le enteramos de las dificultades que el meacutetodo presenta de su larga duracioacuten y de los esfuerzos y sacrificios que exige y en lo que respecta al resultado le hacemos saber que no podemos prometerle nada con seguridad y que el eacutexito dependeraacute de su comportamiento su inteligencia su obediencia y su paciente sumisioacuten a los consejos del meacutedico Claro es que esta conducta del meacutedico psicoanaliacutetico obedece a razones de gran peso cuya importancia comprendereacuteis maacutes adelante

Os ruego que no me tomeacuteis a mal el que al principio de mis lecciones observe con vosotros esta misma norma de conducta trataacutendoos como el meacutedico trata al enfermo neuroacutetico que acude a su consulta Mis primeras palabras han de equivaler al consejo de que no vengaacuteis a oiacuterme por segunda vez pues en ellas os sentildealareacute la inevitable imperfeccioacuten de una ensentildeanza del psicoanaacutelisis y las dificultades que se oponen a la formacioacuten de un juicio personal en estas materias

) Os mostrareacute tambieacuten coacutemo la orientacioacuten de vuestra cultura personal y todos los haacutebitos de vuestro pensamiento os han de inclinar en contra del psicoanaacutelisis y cuaacutentas cosas debereacuteis vencer en vosotros mismos para dominar tal hostilidad Naturalmente no puedo predeciros lo que estas conferencias os haraacuten avanzar en la comprensioacuten del psicoanaacutelisis pero siacute puedo en cambio aseguraros que vuestra asistencia a las mismas no ha de capacitaros para emprender una investigacioacuten o un tratamiento psicoanaliacutetico Por otro lado si entre vosotros hubiera alguien que no se considerase satisfecho con adquirir un superficial conocimiento del psicoanaacutelisis y deseara entrar en contacto permanente con eacutel tratariacutea yo de disuadirle de tal propoacutesito advirtieacutendole de los sinsabores que la realizacioacuten del mismo habriacutea de acarrearle En las actuales circunstancias la eleccioacuten de esta rama cientiacutefica supone la renuncia a toda posibilidad de eacutexito universitario y aquel que a ella se dedique praacutecticamente se hallaraacute en medio

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de una sociedad que no comprenderaacute sus aspiraciones y que consideraacutendole con desconfianza y hostilidad desencadenaraacute contra eacutel todos los malos espiacuteritus que abriga en su seno Del nuacutemero de estos malos espiacuteritus podeacuteis formaros una idea soacutelo con observar los hechos a que ha dado lugar la guerra que hoy devasta a Europa

Sin embargo hay siempre personas para las cuales todo nuevo conocimiento posee un invencible atractivo a pesar de los inconvenientes que el estudio del mismo pueda traer consigo Asiacute pues vereacute con gusto retornar a estas aulas a aquellos de vosotros en quienes tal curiosidad cientiacutefica venza toda otra consishyderacioacuten mas de todos modos era un deber miacuteo haceros las advertencias que anteceden sobre las dificultades inherentes al estudio del psicoanaacutelisis

La primera de tales dificultades surge en lo relativo a la ensentildeanza al entrenashymiento en psicoanaacutelisis En la ensentildeanza meacutedica estais acostumbrados a ver directamente aquello de que el profesor os habla en sus lecciones Veis la prepashyracioacuten anatoacutemica el precipitado resultante de una reaccioacuten quiacutemica o la contracshycioacuten de un muacutesculo por el efecto de la excitacioacuten de sus nervios Maacutes tarde se os pone en presencia del enfermo mismo y podeacuteis observar directamente los siacutentomas de su dolencia los productos del proceso morboso y en muchos casos incluso el germen provocador de la enfermedad En las especialidades quiruacutershygicas asistiacutes a las intervenciones curativas e incluso teneacuteis que ensayaros personalshymente en su praacutectica Hasta en la misma Psiquiatriacutea la observacioacuten directa de la conducta del enfermo y de sus gestos palabras y ademanes os proporciona un numeroso acervo de datos que se grabaraacuten profundamente en vuestra memoria De este modo el profesor de Medicina es constantemente un guiacutea y un inteacuterprete que os acompantildea como a traveacutes de un museo mientras vosotros entraacuteis en contacto directo con los objetos y creeacuteis adquirir por la propia percepcioacuten pershysonalla conviccioacuten de la existencia de nuevos hechos

Por desgracia en el psicoanaacutelisis no hallamos ninguna de tales facilidades de estudio El tratamiento psicoanaliacutetico aparece como un intercambio de palabras entre el paciente y el analista El paciente habla relata los acontecimientos de su vida pasada y sus impresiones presentes se queja y confiesa sus deseos y sus emociones El meacutedico escucha intenta dirigir los procesos mentales del enshyfermo le moviliza da a su atencioacuten determinadas direcciones le proporciona esclarecimientos y observa las reacciones de comprensioacuten o rechazo que de esta manera provoca en eacutel Las personas que rodean a tales enfermos y a las cuales soacutelo lo groseramente visible y tangible logra convencer de la bondad de un tratamiento al que consideraraacuten inmejorables si trae consigo efectos teatrales semejantes a los que tanto eacutexito logran al desarrollarse en la pantalla cinemashytograacutefica no prescinden nunca de expresar sus dudas de que por medio de una simple conversacioacuten entre el meacutedico y el enfermo pueda conseguirse alguacuten resultado Naturalmente es este juicio tan ininteligible como falto de loacutegica y los que asiacute piensan son los mismos que aseguran que los siacutentomas del enfermo son simples laquoimaginacionesraquo Las palabras primitivamente formaban parte de la magia y conservan todaviacutea en la actualidad algo de su antiguo poder Por medio de palabras puede un hombre hacer feliz a un semejante o llevarle a la desesperacioacuten por medio de palabras transmite el profesor sus conocimientos a los disciacutepulos y arrastra tras de siacute el orador a sus oyentes determinando sus juicios y decisiones Las palabras provocan afectos emotivos y constituyen el

medio general para la influenciacioacuten reciacuteproca de los hombres No podremos pues despreciar el valor que el empleo de las mismas pueda tener en la psicoterapia

t y asistiriacuteamos con intereacutes en calidad de oyentes a las palabras que transcurren entre el analista y su paciente

Pero tampoco esto nos estaacute permitido La conversacioacuten que constituye el tratamiento psicoanaliacutetico es absolutamente secreta y no tolera la presencia de una tercera persona Puede naturalmente presentarse a los alumnos en el curso de una leccioacuten de Psiquiatriacutea un sujeto neurasteacutenico o histeacuterico el mismo se limitaraacute a comunicar aquellos siacutentomas en los que su dolencia se manifiesta pero nada maacutes Las informaciones imprescindibles para el anaacutelisis no las daraacute maacutes que al meacutedico y esto uacutenicamente en el caso de que sienta por eacutel una particular ligazoacuten emocional El paciente enmudeceraacute en el momento en que al lado del meacutedico surja una tercera persona indiferente Lo que motiva esta conducta es que aquellas informaciones se refieren a lo maacutes iacutentimo de su vida aniacutemica a todo aquello que como persona social independiente tiene que ocultar a los ojos de los demaacutes y aparte de esto a todo aquello que ni siquiera querriacutea conshyfesarse a siacute mismo

Asiacute pues no podreacuteis asistir como oyentes a un tratamiento psicoanaliacutetico y de este modo nunca os seraacute posible conocer el psicoanaacutelisis sino de oiacutedas en el sentido estricto de esta locucioacuten Una tal carencia de informaciones directas ha de colocaros en situacioacuten poco corriente para formar un juicio sobre nuestra disciplina juicio que dadas las circunstancias sentildealadas habraacute de depender del grado de confianza que os merezca aquel que os informa

Suponed por un momento que habeacuteis acudido no a una conferencia sobre Psiquiatriacutea sino a una leccioacuten de Historia y que el conferenciante os habla de

() la vida y de los hechos guerreros de Alejandro Magno iquestQueacute razones tenshy dreacuteis en este caso para creer en la veracidad de su relato A primera vista

la situacioacuten parece auacuten maacutes desfavorable que en la ensentildeanza del psicoanaacutelisis pues el profesor de Historia no tomoacute tampoco parte en las expediciones militares de Alejandro mientras que el psicoanalista os habla por lo menos de cosas en las que eacutel mismo ha desempentildeado un papel Pero en las lecciones de Historia se da una circunstancia que os permite dar fe sin grandes reservas a las palabras del conferenciante Este puede citaros los relatos de antiguos escritores conshytemporaacuteneos a los hechos objeto de su leccioacuten o por lo menos bastante proacuteshyximos a ellos esto es referirse a los libros de Diodoro Plutarco Arriano etceacutetera y puede presentaros asimismo reproducciones de las medallas y estatuas de Alejandro y haceros ver una fotografla del mosaico pompeyano que representa la batalla de Issos Claro es que todos estos documentos no demuestran estrictashymente considerados sino que ya generaciones anteriores creyeron en la existencia de Alejandro y en la realidad de sus hechos heroicos y en esta circunstancia podriacuteais fundar de nuevo una criacutetica esceacuteptica alegando que no todo lo que sobre Alejandro se ha relatado es verosiacutemil ni puede demostrarse detalladamente Sin embargo no puedo admitir que tras de una leccioacuten de este geacutenero salieacuteseis del aula dudando todaviacutea de la realidad de Alejandro Magno Vuestra aceptacioacuten de los hechos expuestos en la conferencia obedeceraacute en este caso a dos principales reflexiones la primera seraacute la de que el conferenciante no tiene motivo alguno para haceros admitir como real algo que eacutel mismo no considera asiacute yen segundo lugar todos los libros de Historia a los que podaacuteis ir en busca de una confirmacioacuten os relataraacuten los hechos aproximadamente en la misma forma Si a continuacioacuten

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de una sociedad que no comprenderaacute sus aspiraciones y que consideraacutendole con desconfianza y hostilidad desencadenaraacute contra eacutel todos los malos espiacuteritus que abriga en su seno Del nuacutemero de estos malos espiacuteritus podeacuteis formaros una idea soacutelo con observar los hechos a que ha dado lugar la guerra que hoy devasta a Europa

Sin embargo hay siempre personas para las cuales todo nuevo conocimiento posee un invencible atractivo a pesar de los inconvenientes que el estudio del mismo pueda traer consigo Asiacute pues vereacute con gusto retornar a estas aulas a aquellos de vosotros en quienes tal curiosidad cientiacutefica venza toda otra consishyderacioacuten mas de todos modos era un deber miacuteo haceros las advertencias que anteceden sobre las dificultades inherentes al estudio del psicoanaacutelisis

La primera de tales dificultades surge en lo relativo a la ensentildeanza al entrenashymiento en psicoanaacutelisis En la ensentildeanza meacutedica estais acostumbrados a ver directamente aquello de que el profesor os habla en sus lecciones Veis la prepashyracioacuten anatoacutemica el precipitado resultante de una reaccioacuten quiacutemica o la contracshycioacuten de un muacutesculo por el efecto de la excitacioacuten de sus nervios Maacutes tarde se os pone en presencia del enfermo mismo y podeacuteis observar directamente los siacutentomas de su dolencia los productos del proceso morboso y en muchos casos incluso el germen provocador de la enfermedad En las especialidades quiruacutershygicas asistiacutes a las intervenciones curativas e incluso teneacuteis que ensayaros personalshymente en su praacutectica Hasta en la misma Psiquiatriacutea la observacioacuten directa de la conducta del enfermo y de sus gestos palabras y ademanes os proporciona un numeroso acervo de datos que se grabaraacuten profundamente en vuestra memoria De este modo el profesor de Medicina es constantemente un guiacutea y un inteacuterprete que os acompantildea como a traveacutes de un museo mientras vosotros entraacuteis en contacto directo con los objetos y creeacuteis adquirir por la propia percepcioacuten pershysonalla conviccioacuten de la existencia de nuevos hechos

Por desgracia en el psicoanaacutelisis no hallamos ninguna de tales facilidades de estudio El tratamiento psicoanaliacutetico aparece como un intercambio de palabras entre el paciente y el analista El paciente habla relata los acontecimientos de su vida pasada y sus impresiones presentes se queja y confiesa sus deseos y sus emociones El meacutedico escucha intenta dirigir los procesos mentales del enshyfermo le moviliza da a su atencioacuten determinadas direcciones le proporciona esclarecimientos y observa las reacciones de comprensioacuten o rechazo que de esta manera provoca en eacutel Las personas que rodean a tales enfermos y a las cuales soacutelo lo groseramente visible y tangible logra convencer de la bondad de un tratamiento al que consideraraacuten inmejorables si trae consigo efectos teatrales semejantes a los que tanto eacutexito logran al desarrollarse en la pantalla cinemashytograacutefica no prescinden nunca de expresar sus dudas de que por medio de una simple conversacioacuten entre el meacutedico y el enfermo pueda conseguirse alguacuten resultado Naturalmente es este juicio tan ininteligible como falto de loacutegica y los que asiacute piensan son los mismos que aseguran que los siacutentomas del enfermo son simples laquoimaginacionesraquo Las palabras primitivamente formaban parte de la magia y conservan todaviacutea en la actualidad algo de su antiguo poder Por medio de palabras puede un hombre hacer feliz a un semejante o llevarle a la desesperacioacuten por medio de palabras transmite el profesor sus conocimientos a los disciacutepulos y arrastra tras de siacute el orador a sus oyentes determinando sus juicios y decisiones Las palabras provocan afectos emotivos y constituyen el

medio general para la influenciacioacuten reciacuteproca de los hombres No podremos pues despreciar el valor que el empleo de las mismas pueda tener en la psicoterapia

t y asistiriacuteamos con intereacutes en calidad de oyentes a las palabras que transcurren entre el analista y su paciente

Pero tampoco esto nos estaacute permitido La conversacioacuten que constituye el tratamiento psicoanaliacutetico es absolutamente secreta y no tolera la presencia de una tercera persona Puede naturalmente presentarse a los alumnos en el curso de una leccioacuten de Psiquiatriacutea un sujeto neurasteacutenico o histeacuterico el mismo se limitaraacute a comunicar aquellos siacutentomas en los que su dolencia se manifiesta pero nada maacutes Las informaciones imprescindibles para el anaacutelisis no las daraacute maacutes que al meacutedico y esto uacutenicamente en el caso de que sienta por eacutel una particular ligazoacuten emocional El paciente enmudeceraacute en el momento en que al lado del meacutedico surja una tercera persona indiferente Lo que motiva esta conducta es que aquellas informaciones se refieren a lo maacutes iacutentimo de su vida aniacutemica a todo aquello que como persona social independiente tiene que ocultar a los ojos de los demaacutes y aparte de esto a todo aquello que ni siquiera querriacutea conshyfesarse a siacute mismo

Asiacute pues no podreacuteis asistir como oyentes a un tratamiento psicoanaliacutetico y de este modo nunca os seraacute posible conocer el psicoanaacutelisis sino de oiacutedas en el sentido estricto de esta locucioacuten Una tal carencia de informaciones directas ha de colocaros en situacioacuten poco corriente para formar un juicio sobre nuestra disciplina juicio que dadas las circunstancias sentildealadas habraacute de depender del grado de confianza que os merezca aquel que os informa

Suponed por un momento que habeacuteis acudido no a una conferencia sobre Psiquiatriacutea sino a una leccioacuten de Historia y que el conferenciante os habla de

() la vida y de los hechos guerreros de Alejandro Magno iquestQueacute razones tenshy dreacuteis en este caso para creer en la veracidad de su relato A primera vista

la situacioacuten parece auacuten maacutes desfavorable que en la ensentildeanza del psicoanaacutelisis pues el profesor de Historia no tomoacute tampoco parte en las expediciones militares de Alejandro mientras que el psicoanalista os habla por lo menos de cosas en las que eacutel mismo ha desempentildeado un papel Pero en las lecciones de Historia se da una circunstancia que os permite dar fe sin grandes reservas a las palabras del conferenciante Este puede citaros los relatos de antiguos escritores conshytemporaacuteneos a los hechos objeto de su leccioacuten o por lo menos bastante proacuteshyximos a ellos esto es referirse a los libros de Diodoro Plutarco Arriano etceacutetera y puede presentaros asimismo reproducciones de las medallas y estatuas de Alejandro y haceros ver una fotografla del mosaico pompeyano que representa la batalla de Issos Claro es que todos estos documentos no demuestran estrictashymente considerados sino que ya generaciones anteriores creyeron en la existencia de Alejandro y en la realidad de sus hechos heroicos y en esta circunstancia podriacuteais fundar de nuevo una criacutetica esceacuteptica alegando que no todo lo que sobre Alejandro se ha relatado es verosiacutemil ni puede demostrarse detalladamente Sin embargo no puedo admitir que tras de una leccioacuten de este geacutenero salieacuteseis del aula dudando todaviacutea de la realidad de Alejandro Magno Vuestra aceptacioacuten de los hechos expuestos en la conferencia obedeceraacute en este caso a dos principales reflexiones la primera seraacute la de que el conferenciante no tiene motivo alguno para haceros admitir como real algo que eacutel mismo no considera asiacute yen segundo lugar todos los libros de Historia a los que podaacuteis ir en busca de una confirmacioacuten os relataraacuten los hechos aproximadamente en la misma forma Si a continuacioacuten

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emprendeacuteis el examen de las fuentes histoacutericas maacutes antiguas debereacuteis tener en cuenta ideacutenticos factores esto es los moacuteviles que han podido guiar a los autores en su exposicioacuten y la concordancia de sus testimonios En el caso de Alejandro el resultado de este examen seraacute seguramente tranquilizable No asiacute cuando se trate de personalidades tales como Moiseacutes o Nimrod Volviendo ahora a las dudas que puedan surgir en vosotros con respecto al grado de confianza merecido por el informante psicoanaliacutetico os indicareacute que maacutes adelante tendreacuteis ocasioacuten de apreciarlas en su justo valor

Me preguntareacuteis ahora -y muy justificadamente por cierto-- coacutemo no existiendo verificacioacuten objetiva del psicoanaacutelisis ni posibilidad alguna de demosshytracioacuten puede hacerse el aprendizaje de nuestra disciplina y llegar a la conviccioacuten de la verdad de sus afirmaciones Este aprendizaje no es en efecto faacutecil y son muy pocos los que han podido aprenderlo correctamente pero naturalmente existen un camino y un meacutetodo posibles El psicoanaacutelisis se aprende en primer lugar por el estudio de la propia personalidad estudio que aunque no es rigurosashymente lo que acostumbramos calificar de autoobservacioacuten se aproxima bastante a este concepto Existe toda una serie de fenoacutemenos aniacutemicos muy frecuentes y generalmente conocidos que una vez iniciados en los principios de la teacutecnica analiacutetica podemos convertir en objetos de interesantes autoanaacutelisis los cuales nos proporcionaraacuten la deseada conviccioacuten de la realidad de los procesos desshycritos por el psicoanaacutelisis y de la verdad de sus afirmaciones Mas los progresos que por este camino pueden realizarse son harto limitados y aquellos que quieran avanzar maacutes raacutepidamente en el estudio de nuestra disciplina lo conseguiraacuten mejor que por ninguacuten otro medio dejaacutendose analizar por un psicoanalista competente De este modo al mismo tiempo que experimentan en su propio ser los efectos del psicoanaacutelisis tendraacuten ocasioacuten de iniciarse en todas las sutilezas de su teacutecnica Claro es que este medio de maacutexima excelencia no puede ser utilizado sino por una sola persona y nunca por una sala completa de alumnos

Auacuten existe para vuestro acceso al psicoanaacutelisis una segunda dificultad pero eacutesta no es ya inherente a la esencia de nuestra disciplina sino que depende exclusivamente de los haacutebitos mentales que habeacuteis adquirido en el estudio de la Medicina Vuestra preparacioacuten meacutedica ha dado a vuestra actividad mental una determinada orientacioacuten que la aleja en gran manera del psicoanaacutelisis Se os ha habituado a fundar en causas anatoacutemicas las funciones orgaacutenicas y sus perturbaciones y a explicarlas desde los puntos de vista quiacutemico y fiacutesico concishybieacutendolas bioloacutegicamente pero nunca ha sido dirigido vuestro intereacutes a la vida psiacutequica en la que sin embargo culmina el funcionamiento de este nuestro organismo tan maravillosamente complicado Resultado de esta preparacioacuten es que desconoceacuteis en absoluto la disciplina mental psicoloacutegica y os habeacuteis acostumbrado a mirarla con desconfianza negaacutendole todo caraacutecter cientiacutefico y abandonaacutendola a los profanos poetas filoacutesofos y miacutesticos Mas con tal conducta estableceacuteis una desventajosa limitacioacuten de vuestra actividad meacutedica pues el enfermo os presentaraacute en primer lugar como sucede en todas las relaciones humanas sufarade psiacutequica y temo que para vuestro castigo os veaacuteis obligados a dejarles a aquellos que con tanto desprecio calificaacuteis de profanos naturalistas y miacutesticos una gran parte del influjo terapeacuteutico que deseariacuteais ejercer

No desconozco la disculpa que puede alegarse para excusar esta laguna de vuestra preparacioacuten Faacuteltanos auacuten aquella ciencia filosoacutefica auxiliar que

PSICOANALISIS -INTRODUCCION 2129

podiacutea ser una importante ayuda para vuestros propoacutesitos meacutedicos Ni la Filoshysofiacutea especulativa ni la Psicologiacutea descriptiva ni la llamada Psicologiacutea expeshyrimental ligada a la Fisiologiacutea de los sentidos se hallan tal y como son ensentildeadas en las universidades en estado de proporcionarnos dato ninguno uacutetil sobre las relaciones entre lo somaacutetico y lo aniacutemico y ofrecernos la clave necesaria para la comprensioacuten de una perturbacioacuten cualquiera de las funciones aniacutemicas Dentro de la Medicina la Psiquiatriacutea se ocupa ciertamente de describir las perturshybaciones psiacutequicas por ella observadas y de reunirlas formando cuadros cliacutenicos mas en sus momentos de sinceridad los mismos psiquiacuteatras dudan de si sus exshyposiciones puramente descriptivas merecen realmente el nombre de ciencia Los siacutentomas que integran estos cuadros cliacutenicos nos son desconocidos en lo que respecta a su origen su mecanismo y su reciacuteproca conexioacuten y no corresponden a ellos ningunas modificaciones visibles del oacutergano anatoacutemico del alma o corresshyponden modificaciones que no nos proporcionan el menor esclarecimiento Tales perturbaciones aniacutemicas no podraacuten ser accesibles a una influencia terashypeacuteutica maacutes que cuando constituyan efectos secundarios de una cualquiera afeccioacuten orgaacutenica

Es eacutesta la laguna que el psicoanaacuteli~is se esfuerza en hacer desaparecer intenshytando dar a la Psiquiatriacutea la base psicoloacutegica de que carece y esperando descubrir el terreno comuacuten que haraacute inteligible la reunioacuten de una perturbacioacuten somaacutetica con una perturbacioacuten aniacutemica Con este objeto tiene que mantenerse libre de toda hipoacutetesis de orden anatoacutemico quiacutemico o fisioloacutegico extrantildeo a su peculiar esencia y no laborar maacutes que con conceptos auxiliares puramente psicoloacutegicos cosa que temo contribuya no poco a hacer que os parezca auacuten maacutes extrantildeo de lo que esperabais

Encontramos por uacuteltimo una tercera dificultad de la que no hareacute responshysable a vuestra posicioacuten personal ni tampoco a vuestra preparacioacuten cientiacutefica Dos afirmaciones del psicoanaacutelisis son principalmente las que causan mayor extrantildeeza y atraen sobre eacutel la desaprobacioacuten general Tropieza una de ellas con un prejuicio intelectual y la otra con un prejuicio esteacutetico y moral No conviene ciertamente despreciar tales prejuicios pues son residuos de pasadas fases muy uacutetiles y hasta necesarias de la evolucioacuten humana y poseen un considerable poder hallaacutendose sostenidos por fuerzas afectivas que hacen en extremo difiacutecil el luchar contra ellos

La primera de tales extrantildeas afirmaciones del psicoanaacutelisis es la de que los procesos psiacutequicos son en siacute mismos inconscientes y que los procesos consshycientes no son sino actos aislados o fracciones de la vida aniacutemica total Recordad con relacioacuten a esto que nos hallamos por el contrario acostumbrados a idenshytificar lo psiacutequico con lo consciente considerando precisamente la conciencia como la caracteriacutestica dejinicional de lo psiacutequico y Psicologiacutea como la ciencia de los contenidos de la conciencia Esta ecuacioacuten nos parece tan natural que creemos hallar un absurdo manifiesto en todo aquello que la contradiga Sin emshybargo el psicoanaacutelisis se ve obligado a oponerse en absoluto a esta identidad de lo psiacutequico y lo consciente Para eacutel lo psiacutequico son procesos de la naturaleza de los sentimientos del pensamiento y de la voluntad y afirma que existen un pensamiento inconsciente y una voluntad inconsciente

Ya con esta definicioacuten y esta afirmacioacuten se enajena el psicoanaacutelisis por adeshylantado la simpatiacutea de todos los partidarios del tiacutemido cientificismo y atrae sobre

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emprendeacuteis el examen de las fuentes histoacutericas maacutes antiguas debereacuteis tener en cuenta ideacutenticos factores esto es los moacuteviles que han podido guiar a los autores en su exposicioacuten y la concordancia de sus testimonios En el caso de Alejandro el resultado de este examen seraacute seguramente tranquilizable No asiacute cuando se trate de personalidades tales como Moiseacutes o Nimrod Volviendo ahora a las dudas que puedan surgir en vosotros con respecto al grado de confianza merecido por el informante psicoanaliacutetico os indicareacute que maacutes adelante tendreacuteis ocasioacuten de apreciarlas en su justo valor

Me preguntareacuteis ahora -y muy justificadamente por cierto-- coacutemo no existiendo verificacioacuten objetiva del psicoanaacutelisis ni posibilidad alguna de demosshytracioacuten puede hacerse el aprendizaje de nuestra disciplina y llegar a la conviccioacuten de la verdad de sus afirmaciones Este aprendizaje no es en efecto faacutecil y son muy pocos los que han podido aprenderlo correctamente pero naturalmente existen un camino y un meacutetodo posibles El psicoanaacutelisis se aprende en primer lugar por el estudio de la propia personalidad estudio que aunque no es rigurosashymente lo que acostumbramos calificar de autoobservacioacuten se aproxima bastante a este concepto Existe toda una serie de fenoacutemenos aniacutemicos muy frecuentes y generalmente conocidos que una vez iniciados en los principios de la teacutecnica analiacutetica podemos convertir en objetos de interesantes autoanaacutelisis los cuales nos proporcionaraacuten la deseada conviccioacuten de la realidad de los procesos desshycritos por el psicoanaacutelisis y de la verdad de sus afirmaciones Mas los progresos que por este camino pueden realizarse son harto limitados y aquellos que quieran avanzar maacutes raacutepidamente en el estudio de nuestra disciplina lo conseguiraacuten mejor que por ninguacuten otro medio dejaacutendose analizar por un psicoanalista competente De este modo al mismo tiempo que experimentan en su propio ser los efectos del psicoanaacutelisis tendraacuten ocasioacuten de iniciarse en todas las sutilezas de su teacutecnica Claro es que este medio de maacutexima excelencia no puede ser utilizado sino por una sola persona y nunca por una sala completa de alumnos

Auacuten existe para vuestro acceso al psicoanaacutelisis una segunda dificultad pero eacutesta no es ya inherente a la esencia de nuestra disciplina sino que depende exclusivamente de los haacutebitos mentales que habeacuteis adquirido en el estudio de la Medicina Vuestra preparacioacuten meacutedica ha dado a vuestra actividad mental una determinada orientacioacuten que la aleja en gran manera del psicoanaacutelisis Se os ha habituado a fundar en causas anatoacutemicas las funciones orgaacutenicas y sus perturbaciones y a explicarlas desde los puntos de vista quiacutemico y fiacutesico concishybieacutendolas bioloacutegicamente pero nunca ha sido dirigido vuestro intereacutes a la vida psiacutequica en la que sin embargo culmina el funcionamiento de este nuestro organismo tan maravillosamente complicado Resultado de esta preparacioacuten es que desconoceacuteis en absoluto la disciplina mental psicoloacutegica y os habeacuteis acostumbrado a mirarla con desconfianza negaacutendole todo caraacutecter cientiacutefico y abandonaacutendola a los profanos poetas filoacutesofos y miacutesticos Mas con tal conducta estableceacuteis una desventajosa limitacioacuten de vuestra actividad meacutedica pues el enfermo os presentaraacute en primer lugar como sucede en todas las relaciones humanas sufarade psiacutequica y temo que para vuestro castigo os veaacuteis obligados a dejarles a aquellos que con tanto desprecio calificaacuteis de profanos naturalistas y miacutesticos una gran parte del influjo terapeacuteutico que deseariacuteais ejercer

No desconozco la disculpa que puede alegarse para excusar esta laguna de vuestra preparacioacuten Faacuteltanos auacuten aquella ciencia filosoacutefica auxiliar que

PSICOANALISIS -INTRODUCCION 2129

podiacutea ser una importante ayuda para vuestros propoacutesitos meacutedicos Ni la Filoshysofiacutea especulativa ni la Psicologiacutea descriptiva ni la llamada Psicologiacutea expeshyrimental ligada a la Fisiologiacutea de los sentidos se hallan tal y como son ensentildeadas en las universidades en estado de proporcionarnos dato ninguno uacutetil sobre las relaciones entre lo somaacutetico y lo aniacutemico y ofrecernos la clave necesaria para la comprensioacuten de una perturbacioacuten cualquiera de las funciones aniacutemicas Dentro de la Medicina la Psiquiatriacutea se ocupa ciertamente de describir las perturshybaciones psiacutequicas por ella observadas y de reunirlas formando cuadros cliacutenicos mas en sus momentos de sinceridad los mismos psiquiacuteatras dudan de si sus exshyposiciones puramente descriptivas merecen realmente el nombre de ciencia Los siacutentomas que integran estos cuadros cliacutenicos nos son desconocidos en lo que respecta a su origen su mecanismo y su reciacuteproca conexioacuten y no corresponden a ellos ningunas modificaciones visibles del oacutergano anatoacutemico del alma o corresshyponden modificaciones que no nos proporcionan el menor esclarecimiento Tales perturbaciones aniacutemicas no podraacuten ser accesibles a una influencia terashypeacuteutica maacutes que cuando constituyan efectos secundarios de una cualquiera afeccioacuten orgaacutenica

Es eacutesta la laguna que el psicoanaacuteli~is se esfuerza en hacer desaparecer intenshytando dar a la Psiquiatriacutea la base psicoloacutegica de que carece y esperando descubrir el terreno comuacuten que haraacute inteligible la reunioacuten de una perturbacioacuten somaacutetica con una perturbacioacuten aniacutemica Con este objeto tiene que mantenerse libre de toda hipoacutetesis de orden anatoacutemico quiacutemico o fisioloacutegico extrantildeo a su peculiar esencia y no laborar maacutes que con conceptos auxiliares puramente psicoloacutegicos cosa que temo contribuya no poco a hacer que os parezca auacuten maacutes extrantildeo de lo que esperabais

Encontramos por uacuteltimo una tercera dificultad de la que no hareacute responshysable a vuestra posicioacuten personal ni tampoco a vuestra preparacioacuten cientiacutefica Dos afirmaciones del psicoanaacutelisis son principalmente las que causan mayor extrantildeeza y atraen sobre eacutel la desaprobacioacuten general Tropieza una de ellas con un prejuicio intelectual y la otra con un prejuicio esteacutetico y moral No conviene ciertamente despreciar tales prejuicios pues son residuos de pasadas fases muy uacutetiles y hasta necesarias de la evolucioacuten humana y poseen un considerable poder hallaacutendose sostenidos por fuerzas afectivas que hacen en extremo difiacutecil el luchar contra ellos

La primera de tales extrantildeas afirmaciones del psicoanaacutelisis es la de que los procesos psiacutequicos son en siacute mismos inconscientes y que los procesos consshycientes no son sino actos aislados o fracciones de la vida aniacutemica total Recordad con relacioacuten a esto que nos hallamos por el contrario acostumbrados a idenshytificar lo psiacutequico con lo consciente considerando precisamente la conciencia como la caracteriacutestica dejinicional de lo psiacutequico y Psicologiacutea como la ciencia de los contenidos de la conciencia Esta ecuacioacuten nos parece tan natural que creemos hallar un absurdo manifiesto en todo aquello que la contradiga Sin emshybargo el psicoanaacutelisis se ve obligado a oponerse en absoluto a esta identidad de lo psiacutequico y lo consciente Para eacutel lo psiacutequico son procesos de la naturaleza de los sentimientos del pensamiento y de la voluntad y afirma que existen un pensamiento inconsciente y una voluntad inconsciente

Ya con esta definicioacuten y esta afirmacioacuten se enajena el psicoanaacutelisis por adeshylantado la simpatiacutea de todos los partidarios del tiacutemido cientificismo y atrae sobre

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siacute la sospecha de no ser sino una fantaacutestica ciencia esoteacuterica ansiosa por construir misterios y pescar en las aguas turbias Naturalmente vosotros no podeacuteis comshyprender auacuten con queacute derecho califico de prejuicio un principio de una naturaleza tan abstracta como el de que laquolo aniacutemico es lo conscienteraquo y no podeacuteis adivinar por queacute caminos se ha podido llegar a la negacioacuten de lo inconsciente -suponienshydo que exista -y queacute ventajas puede proporcionar una tal negacioacuten A primera vista parece por completo ociosa la discusioacuten de si se ha de hacer coincidir lo psiacutequico con lo consciente o por el contrario extender los dominios de lo prishymero maacutes allaacute de los liacutemites de la conciencia no obstante puedo aseguraros que la aceptacioacuten de los procesos psiacutequicos inconscientes inicia en la ciencia una nueva orientacioacuten decisiva

Esta primera afirmacioacuten -un tanto osada- del psicoanaacutelisis posee un iacutentishymo enlace que ni siquiera sospechaacuteis con el segundo de los principios esenciales que el mismo ha deducido de sus investigaciones Contiene este segundo principio la afirmacioacuten de que determinados impulsos instintivos que uacutenicamente pueden ser calificados de sexuales tanto en el amplio sentido de esta palabra como en su sentido estricto desempentildean un papel cuya importancia no ha sido hasta el momento suficientemente reconocida en la causacioacuten de las enfermedades nershyviosas y psiacutequicas y ademaacutes coadyuvan con aportaciones nada despreciables a la geacutenesis de las maacutes altas creaciones culturales artiacutesticas y sociales del espiacuteritu humano

Mi experiencia me ha demostrado que la aversioacuten suscitada por este resultashydo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica constituye la fuente maacutes importante de las resistencias con las que la misma ha tropezado iquestQuereacuteis saber queacute explicacioacuten damos a este hecho Creemos que la cultura ha sido creada obedeciendo al imshypulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfaccioacuten de los instintos y que es de continuo creada de nuevo en gran parte del mismo modo pues cada inshydividuo que entra en la sociedad humana repite en provecho de la colectividad el sacrificio de la satisfaccioacuten de sus instintos Entre las fuerzas instintivas asiacute sacrificadas desempentildean un importantiacutesimo papel los impulsos sexuales los cuales son aquiacute objeto de una sublimacioacuten esto es son desviados de sus fines sexuashyles y dirigidos a fines socialmente maacutes elevados faltos ya de todo caraacutecter sexual Pero esta organizacioacuten resulta harto inestable los instintos sexuales quedan insuficientemente domados y en cada uno de aquellos individuos que han de coadyuvar a la obra civilizadora perdura el peligro de que los instintos sexuales resistan tal trato Por su parte la sociedad cree que el mayor peligro para su labor civilizadora seriacutea la liberacioacuten de los instintos sexuales y el retorno de los mismos a sus fines primitivos y por tanto no gusta de que se le recuerde esta parte un tanto escabrosa de los fundamentos en los que se basa ni muestra inteshyreacutes ninguno en que la energiacutea de los instintos sexuales sea reconocida en toda su importancia y se revele a cada uno de los individuos que constituyen la colectishyvidad social la magnitud de la influencia que sobre sus actos pueda ejercer la vida sexual Por el contrario adopta un meacutetodo de educacioacuten que tiende en general a desviar la atencioacuten de lo referente a la vida sexual Todo esto nos exshyplica por queacute la sociedad se niega a aceptar el resultado antes expuesto de las investigaciones psicoanaliacuteticas y quisiera inutilizarlo declaraacutendolo repulsivo desde el punto de vista esteacutetico condenable desde el punto de vista moral y peligroso por todos conceptos Mas no es con reproches de este geacutenero como se puede destruir un resultado objetivo de un trabajo cientiacutefico Para que una conshy

troversia tenga alguacuten valor habraacute de desarrollarse dentro de los dominios intelecshytuales Ahora bien dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causariacutea displacer aceptar como cierto y esta tendencia encuentra faacutecilmente argumento para rechazar en nombre del intelecshyto aquello sobre lo que recae De esta forma convierte la sociedad lo desagradashyble en equivocado discute las verdades del psicoanaacutelisis con argumentos loacutegicos y objetivos pero que proceden de fuentes emocionales y opone estas objeciones en calidad de prejuicios contra toda tentativa de refutacioacuten

Por nuestra parte podemos afirmar que al formular el principio de que tratamos no hemos tenido en vista finalidad tendenciosa alguna Nuestro uacutenico fin era el de exponer un hecho que creemos haber establecido con toda seguridad al cabo de una cuidadosa labor Creemos pues deber protestar contra la mezcla de tales consideraciones praacutecticas en la labor cientiacutefica y lo haremos desde lueshygo aun antes de investigar si los temores que estas consideraciones tratan de imponernos son o no justificados

Tales son algunas de las dificultades con las que tropezareacuteis si quereacuteis dedicashy ros al estudio del psicoanaacutelisis dificultades que ya son harto considerables para

el principIO de una labor cientiacutefica Si su perspectiva no os asusta podremos conshytinuar estas lecciones

LECCJON JI LOS ACTOS FALLIDOS

Sentildeoras y sentildeores

C OMENZAREMOS esta segunda leccioacuten no con la exposicioacuten de nuevas hipoacutetesis sino con una investigacioacuten eligiendo como objeto de la misma determinashy

dos fenoacutemenos muy frecuentes y conocidos pero insuficient~mente apreciados que no pueden considerarse como producto de un estado patoloacutegico puesto que son observados en toda persona normal Son estos fenoacutemenos aquellos a los que nosotros damos el nombre de funciones fallidas (Fehlleistungen) o actos fallidos (Fehlhandlungen) y que se producen cuando una persona dice una palabra por otra (Versprechen = equivocacioacuten oral) escribe cosa distinta de lo que teniacutea intencioacuten de escribir (Verschreiben = equivocacioacuten en la escritura) lee en un texto impreso o manuscrito algo distinto de lo que en el mismo aparece (Verlesen= =equivocacioacuten en la lectura o falsa lectura) u oye cosa diferente de lo que se dice (Verhoren = falsa audicioacuten) claro es que sin que en este uacuteltimo caso exista una perturbacioacuten orgaacutenica de sus facultades auditivas Otra serie de estos fenoacuteshymenos se basa en el olvido pero no en un olvido duradero sino temporal por ejemplo cuando no podemos dar con un nombre que nos es sin embargo conoshycido y que reconocemos en cuanto otra persona lo pronuncia o logramos hallar por nosotros mismos al cabo de maacutes o menos tiempo o cuando olvidamos llevar a cabo un propoacutesito que luego recordamos y que por tanto soacutelo hemos olvidado durante determinado intervalo En un tercer grupo de estos fenoacutemenos falta este caraacutecter temporal por eje]plo cuando no logramos recordar el lugar en que hemos guardado o colocado un objeto o perdemos algo definitivamente Traacutetase aquiacute de olvidos muy distintos de los que generalmente sufrimos en nuestra vida cotidiana y que nos asombran e irritan en vez de parecernos perfectamente comshyprensibles

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siacute la sospecha de no ser sino una fantaacutestica ciencia esoteacuterica ansiosa por construir misterios y pescar en las aguas turbias Naturalmente vosotros no podeacuteis comshyprender auacuten con queacute derecho califico de prejuicio un principio de una naturaleza tan abstracta como el de que laquolo aniacutemico es lo conscienteraquo y no podeacuteis adivinar por queacute caminos se ha podido llegar a la negacioacuten de lo inconsciente -suponienshydo que exista -y queacute ventajas puede proporcionar una tal negacioacuten A primera vista parece por completo ociosa la discusioacuten de si se ha de hacer coincidir lo psiacutequico con lo consciente o por el contrario extender los dominios de lo prishymero maacutes allaacute de los liacutemites de la conciencia no obstante puedo aseguraros que la aceptacioacuten de los procesos psiacutequicos inconscientes inicia en la ciencia una nueva orientacioacuten decisiva

Esta primera afirmacioacuten -un tanto osada- del psicoanaacutelisis posee un iacutentishymo enlace que ni siquiera sospechaacuteis con el segundo de los principios esenciales que el mismo ha deducido de sus investigaciones Contiene este segundo principio la afirmacioacuten de que determinados impulsos instintivos que uacutenicamente pueden ser calificados de sexuales tanto en el amplio sentido de esta palabra como en su sentido estricto desempentildean un papel cuya importancia no ha sido hasta el momento suficientemente reconocida en la causacioacuten de las enfermedades nershyviosas y psiacutequicas y ademaacutes coadyuvan con aportaciones nada despreciables a la geacutenesis de las maacutes altas creaciones culturales artiacutesticas y sociales del espiacuteritu humano

Mi experiencia me ha demostrado que la aversioacuten suscitada por este resultashydo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica constituye la fuente maacutes importante de las resistencias con las que la misma ha tropezado iquestQuereacuteis saber queacute explicacioacuten damos a este hecho Creemos que la cultura ha sido creada obedeciendo al imshypulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfaccioacuten de los instintos y que es de continuo creada de nuevo en gran parte del mismo modo pues cada inshydividuo que entra en la sociedad humana repite en provecho de la colectividad el sacrificio de la satisfaccioacuten de sus instintos Entre las fuerzas instintivas asiacute sacrificadas desempentildean un importantiacutesimo papel los impulsos sexuales los cuales son aquiacute objeto de una sublimacioacuten esto es son desviados de sus fines sexuashyles y dirigidos a fines socialmente maacutes elevados faltos ya de todo caraacutecter sexual Pero esta organizacioacuten resulta harto inestable los instintos sexuales quedan insuficientemente domados y en cada uno de aquellos individuos que han de coadyuvar a la obra civilizadora perdura el peligro de que los instintos sexuales resistan tal trato Por su parte la sociedad cree que el mayor peligro para su labor civilizadora seriacutea la liberacioacuten de los instintos sexuales y el retorno de los mismos a sus fines primitivos y por tanto no gusta de que se le recuerde esta parte un tanto escabrosa de los fundamentos en los que se basa ni muestra inteshyreacutes ninguno en que la energiacutea de los instintos sexuales sea reconocida en toda su importancia y se revele a cada uno de los individuos que constituyen la colectishyvidad social la magnitud de la influencia que sobre sus actos pueda ejercer la vida sexual Por el contrario adopta un meacutetodo de educacioacuten que tiende en general a desviar la atencioacuten de lo referente a la vida sexual Todo esto nos exshyplica por queacute la sociedad se niega a aceptar el resultado antes expuesto de las investigaciones psicoanaliacuteticas y quisiera inutilizarlo declaraacutendolo repulsivo desde el punto de vista esteacutetico condenable desde el punto de vista moral y peligroso por todos conceptos Mas no es con reproches de este geacutenero como se puede destruir un resultado objetivo de un trabajo cientiacutefico Para que una conshy

troversia tenga alguacuten valor habraacute de desarrollarse dentro de los dominios intelecshytuales Ahora bien dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causariacutea displacer aceptar como cierto y esta tendencia encuentra faacutecilmente argumento para rechazar en nombre del intelecshyto aquello sobre lo que recae De esta forma convierte la sociedad lo desagradashyble en equivocado discute las verdades del psicoanaacutelisis con argumentos loacutegicos y objetivos pero que proceden de fuentes emocionales y opone estas objeciones en calidad de prejuicios contra toda tentativa de refutacioacuten

Por nuestra parte podemos afirmar que al formular el principio de que tratamos no hemos tenido en vista finalidad tendenciosa alguna Nuestro uacutenico fin era el de exponer un hecho que creemos haber establecido con toda seguridad al cabo de una cuidadosa labor Creemos pues deber protestar contra la mezcla de tales consideraciones praacutecticas en la labor cientiacutefica y lo haremos desde lueshygo aun antes de investigar si los temores que estas consideraciones tratan de imponernos son o no justificados

Tales son algunas de las dificultades con las que tropezareacuteis si quereacuteis dedicashy ros al estudio del psicoanaacutelisis dificultades que ya son harto considerables para

el principIO de una labor cientiacutefica Si su perspectiva no os asusta podremos conshytinuar estas lecciones

LECCJON JI LOS ACTOS FALLIDOS

Sentildeoras y sentildeores

C OMENZAREMOS esta segunda leccioacuten no con la exposicioacuten de nuevas hipoacutetesis sino con una investigacioacuten eligiendo como objeto de la misma determinashy

dos fenoacutemenos muy frecuentes y conocidos pero insuficient~mente apreciados que no pueden considerarse como producto de un estado patoloacutegico puesto que son observados en toda persona normal Son estos fenoacutemenos aquellos a los que nosotros damos el nombre de funciones fallidas (Fehlleistungen) o actos fallidos (Fehlhandlungen) y que se producen cuando una persona dice una palabra por otra (Versprechen = equivocacioacuten oral) escribe cosa distinta de lo que teniacutea intencioacuten de escribir (Verschreiben = equivocacioacuten en la escritura) lee en un texto impreso o manuscrito algo distinto de lo que en el mismo aparece (Verlesen= =equivocacioacuten en la lectura o falsa lectura) u oye cosa diferente de lo que se dice (Verhoren = falsa audicioacuten) claro es que sin que en este uacuteltimo caso exista una perturbacioacuten orgaacutenica de sus facultades auditivas Otra serie de estos fenoacuteshymenos se basa en el olvido pero no en un olvido duradero sino temporal por ejemplo cuando no podemos dar con un nombre que nos es sin embargo conoshycido y que reconocemos en cuanto otra persona lo pronuncia o logramos hallar por nosotros mismos al cabo de maacutes o menos tiempo o cuando olvidamos llevar a cabo un propoacutesito que luego recordamos y que por tanto soacutelo hemos olvidado durante determinado intervalo En un tercer grupo de estos fenoacutemenos falta este caraacutecter temporal por eje]plo cuando no logramos recordar el lugar en que hemos guardado o colocado un objeto o perdemos algo definitivamente Traacutetase aquiacute de olvidos muy distintos de los que generalmente sufrimos en nuestra vida cotidiana y que nos asombran e irritan en vez de parecernos perfectamente comshyprensibles

1132 SIGMUND FREUD OBRAS COMPLETAS

A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

PSICOANALISIS LOS A C T O S FAL L IDOS 2133

tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

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A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

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tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

2134 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS

muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

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ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

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(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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lit

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de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

I

2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

1

1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

1I

digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

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vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

2142 S I G Al D -OBRAS CO

cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

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Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

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LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

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lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
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2126 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS PSICOANALISIS -INTRODUCCION 2127

de una sociedad que no comprenderaacute sus aspiraciones y que consideraacutendole con desconfianza y hostilidad desencadenaraacute contra eacutel todos los malos espiacuteritus que abriga en su seno Del nuacutemero de estos malos espiacuteritus podeacuteis formaros una idea soacutelo con observar los hechos a que ha dado lugar la guerra que hoy devasta a Europa

Sin embargo hay siempre personas para las cuales todo nuevo conocimiento posee un invencible atractivo a pesar de los inconvenientes que el estudio del mismo pueda traer consigo Asiacute pues vereacute con gusto retornar a estas aulas a aquellos de vosotros en quienes tal curiosidad cientiacutefica venza toda otra consishyderacioacuten mas de todos modos era un deber miacuteo haceros las advertencias que anteceden sobre las dificultades inherentes al estudio del psicoanaacutelisis

La primera de tales dificultades surge en lo relativo a la ensentildeanza al entrenashymiento en psicoanaacutelisis En la ensentildeanza meacutedica estais acostumbrados a ver directamente aquello de que el profesor os habla en sus lecciones Veis la prepashyracioacuten anatoacutemica el precipitado resultante de una reaccioacuten quiacutemica o la contracshycioacuten de un muacutesculo por el efecto de la excitacioacuten de sus nervios Maacutes tarde se os pone en presencia del enfermo mismo y podeacuteis observar directamente los siacutentomas de su dolencia los productos del proceso morboso y en muchos casos incluso el germen provocador de la enfermedad En las especialidades quiruacutershygicas asistiacutes a las intervenciones curativas e incluso teneacuteis que ensayaros personalshymente en su praacutectica Hasta en la misma Psiquiatriacutea la observacioacuten directa de la conducta del enfermo y de sus gestos palabras y ademanes os proporciona un numeroso acervo de datos que se grabaraacuten profundamente en vuestra memoria De este modo el profesor de Medicina es constantemente un guiacutea y un inteacuterprete que os acompantildea como a traveacutes de un museo mientras vosotros entraacuteis en contacto directo con los objetos y creeacuteis adquirir por la propia percepcioacuten pershysonalla conviccioacuten de la existencia de nuevos hechos

Por desgracia en el psicoanaacutelisis no hallamos ninguna de tales facilidades de estudio El tratamiento psicoanaliacutetico aparece como un intercambio de palabras entre el paciente y el analista El paciente habla relata los acontecimientos de su vida pasada y sus impresiones presentes se queja y confiesa sus deseos y sus emociones El meacutedico escucha intenta dirigir los procesos mentales del enshyfermo le moviliza da a su atencioacuten determinadas direcciones le proporciona esclarecimientos y observa las reacciones de comprensioacuten o rechazo que de esta manera provoca en eacutel Las personas que rodean a tales enfermos y a las cuales soacutelo lo groseramente visible y tangible logra convencer de la bondad de un tratamiento al que consideraraacuten inmejorables si trae consigo efectos teatrales semejantes a los que tanto eacutexito logran al desarrollarse en la pantalla cinemashytograacutefica no prescinden nunca de expresar sus dudas de que por medio de una simple conversacioacuten entre el meacutedico y el enfermo pueda conseguirse alguacuten resultado Naturalmente es este juicio tan ininteligible como falto de loacutegica y los que asiacute piensan son los mismos que aseguran que los siacutentomas del enfermo son simples laquoimaginacionesraquo Las palabras primitivamente formaban parte de la magia y conservan todaviacutea en la actualidad algo de su antiguo poder Por medio de palabras puede un hombre hacer feliz a un semejante o llevarle a la desesperacioacuten por medio de palabras transmite el profesor sus conocimientos a los disciacutepulos y arrastra tras de siacute el orador a sus oyentes determinando sus juicios y decisiones Las palabras provocan afectos emotivos y constituyen el

medio general para la influenciacioacuten reciacuteproca de los hombres No podremos pues despreciar el valor que el empleo de las mismas pueda tener en la psicoterapia

t y asistiriacuteamos con intereacutes en calidad de oyentes a las palabras que transcurren entre el analista y su paciente

Pero tampoco esto nos estaacute permitido La conversacioacuten que constituye el tratamiento psicoanaliacutetico es absolutamente secreta y no tolera la presencia de una tercera persona Puede naturalmente presentarse a los alumnos en el curso de una leccioacuten de Psiquiatriacutea un sujeto neurasteacutenico o histeacuterico el mismo se limitaraacute a comunicar aquellos siacutentomas en los que su dolencia se manifiesta pero nada maacutes Las informaciones imprescindibles para el anaacutelisis no las daraacute maacutes que al meacutedico y esto uacutenicamente en el caso de que sienta por eacutel una particular ligazoacuten emocional El paciente enmudeceraacute en el momento en que al lado del meacutedico surja una tercera persona indiferente Lo que motiva esta conducta es que aquellas informaciones se refieren a lo maacutes iacutentimo de su vida aniacutemica a todo aquello que como persona social independiente tiene que ocultar a los ojos de los demaacutes y aparte de esto a todo aquello que ni siquiera querriacutea conshyfesarse a siacute mismo

Asiacute pues no podreacuteis asistir como oyentes a un tratamiento psicoanaliacutetico y de este modo nunca os seraacute posible conocer el psicoanaacutelisis sino de oiacutedas en el sentido estricto de esta locucioacuten Una tal carencia de informaciones directas ha de colocaros en situacioacuten poco corriente para formar un juicio sobre nuestra disciplina juicio que dadas las circunstancias sentildealadas habraacute de depender del grado de confianza que os merezca aquel que os informa

Suponed por un momento que habeacuteis acudido no a una conferencia sobre Psiquiatriacutea sino a una leccioacuten de Historia y que el conferenciante os habla de

() la vida y de los hechos guerreros de Alejandro Magno iquestQueacute razones tenshy dreacuteis en este caso para creer en la veracidad de su relato A primera vista

la situacioacuten parece auacuten maacutes desfavorable que en la ensentildeanza del psicoanaacutelisis pues el profesor de Historia no tomoacute tampoco parte en las expediciones militares de Alejandro mientras que el psicoanalista os habla por lo menos de cosas en las que eacutel mismo ha desempentildeado un papel Pero en las lecciones de Historia se da una circunstancia que os permite dar fe sin grandes reservas a las palabras del conferenciante Este puede citaros los relatos de antiguos escritores conshytemporaacuteneos a los hechos objeto de su leccioacuten o por lo menos bastante proacuteshyximos a ellos esto es referirse a los libros de Diodoro Plutarco Arriano etceacutetera y puede presentaros asimismo reproducciones de las medallas y estatuas de Alejandro y haceros ver una fotografla del mosaico pompeyano que representa la batalla de Issos Claro es que todos estos documentos no demuestran estrictashymente considerados sino que ya generaciones anteriores creyeron en la existencia de Alejandro y en la realidad de sus hechos heroicos y en esta circunstancia podriacuteais fundar de nuevo una criacutetica esceacuteptica alegando que no todo lo que sobre Alejandro se ha relatado es verosiacutemil ni puede demostrarse detalladamente Sin embargo no puedo admitir que tras de una leccioacuten de este geacutenero salieacuteseis del aula dudando todaviacutea de la realidad de Alejandro Magno Vuestra aceptacioacuten de los hechos expuestos en la conferencia obedeceraacute en este caso a dos principales reflexiones la primera seraacute la de que el conferenciante no tiene motivo alguno para haceros admitir como real algo que eacutel mismo no considera asiacute yen segundo lugar todos los libros de Historia a los que podaacuteis ir en busca de una confirmacioacuten os relataraacuten los hechos aproximadamente en la misma forma Si a continuacioacuten

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de una sociedad que no comprenderaacute sus aspiraciones y que consideraacutendole con desconfianza y hostilidad desencadenaraacute contra eacutel todos los malos espiacuteritus que abriga en su seno Del nuacutemero de estos malos espiacuteritus podeacuteis formaros una idea soacutelo con observar los hechos a que ha dado lugar la guerra que hoy devasta a Europa

Sin embargo hay siempre personas para las cuales todo nuevo conocimiento posee un invencible atractivo a pesar de los inconvenientes que el estudio del mismo pueda traer consigo Asiacute pues vereacute con gusto retornar a estas aulas a aquellos de vosotros en quienes tal curiosidad cientiacutefica venza toda otra consishyderacioacuten mas de todos modos era un deber miacuteo haceros las advertencias que anteceden sobre las dificultades inherentes al estudio del psicoanaacutelisis

La primera de tales dificultades surge en lo relativo a la ensentildeanza al entrenashymiento en psicoanaacutelisis En la ensentildeanza meacutedica estais acostumbrados a ver directamente aquello de que el profesor os habla en sus lecciones Veis la prepashyracioacuten anatoacutemica el precipitado resultante de una reaccioacuten quiacutemica o la contracshycioacuten de un muacutesculo por el efecto de la excitacioacuten de sus nervios Maacutes tarde se os pone en presencia del enfermo mismo y podeacuteis observar directamente los siacutentomas de su dolencia los productos del proceso morboso y en muchos casos incluso el germen provocador de la enfermedad En las especialidades quiruacutershygicas asistiacutes a las intervenciones curativas e incluso teneacuteis que ensayaros personalshymente en su praacutectica Hasta en la misma Psiquiatriacutea la observacioacuten directa de la conducta del enfermo y de sus gestos palabras y ademanes os proporciona un numeroso acervo de datos que se grabaraacuten profundamente en vuestra memoria De este modo el profesor de Medicina es constantemente un guiacutea y un inteacuterprete que os acompantildea como a traveacutes de un museo mientras vosotros entraacuteis en contacto directo con los objetos y creeacuteis adquirir por la propia percepcioacuten pershysonalla conviccioacuten de la existencia de nuevos hechos

Por desgracia en el psicoanaacutelisis no hallamos ninguna de tales facilidades de estudio El tratamiento psicoanaliacutetico aparece como un intercambio de palabras entre el paciente y el analista El paciente habla relata los acontecimientos de su vida pasada y sus impresiones presentes se queja y confiesa sus deseos y sus emociones El meacutedico escucha intenta dirigir los procesos mentales del enshyfermo le moviliza da a su atencioacuten determinadas direcciones le proporciona esclarecimientos y observa las reacciones de comprensioacuten o rechazo que de esta manera provoca en eacutel Las personas que rodean a tales enfermos y a las cuales soacutelo lo groseramente visible y tangible logra convencer de la bondad de un tratamiento al que consideraraacuten inmejorables si trae consigo efectos teatrales semejantes a los que tanto eacutexito logran al desarrollarse en la pantalla cinemashytograacutefica no prescinden nunca de expresar sus dudas de que por medio de una simple conversacioacuten entre el meacutedico y el enfermo pueda conseguirse alguacuten resultado Naturalmente es este juicio tan ininteligible como falto de loacutegica y los que asiacute piensan son los mismos que aseguran que los siacutentomas del enfermo son simples laquoimaginacionesraquo Las palabras primitivamente formaban parte de la magia y conservan todaviacutea en la actualidad algo de su antiguo poder Por medio de palabras puede un hombre hacer feliz a un semejante o llevarle a la desesperacioacuten por medio de palabras transmite el profesor sus conocimientos a los disciacutepulos y arrastra tras de siacute el orador a sus oyentes determinando sus juicios y decisiones Las palabras provocan afectos emotivos y constituyen el

medio general para la influenciacioacuten reciacuteproca de los hombres No podremos pues despreciar el valor que el empleo de las mismas pueda tener en la psicoterapia

t y asistiriacuteamos con intereacutes en calidad de oyentes a las palabras que transcurren entre el analista y su paciente

Pero tampoco esto nos estaacute permitido La conversacioacuten que constituye el tratamiento psicoanaliacutetico es absolutamente secreta y no tolera la presencia de una tercera persona Puede naturalmente presentarse a los alumnos en el curso de una leccioacuten de Psiquiatriacutea un sujeto neurasteacutenico o histeacuterico el mismo se limitaraacute a comunicar aquellos siacutentomas en los que su dolencia se manifiesta pero nada maacutes Las informaciones imprescindibles para el anaacutelisis no las daraacute maacutes que al meacutedico y esto uacutenicamente en el caso de que sienta por eacutel una particular ligazoacuten emocional El paciente enmudeceraacute en el momento en que al lado del meacutedico surja una tercera persona indiferente Lo que motiva esta conducta es que aquellas informaciones se refieren a lo maacutes iacutentimo de su vida aniacutemica a todo aquello que como persona social independiente tiene que ocultar a los ojos de los demaacutes y aparte de esto a todo aquello que ni siquiera querriacutea conshyfesarse a siacute mismo

Asiacute pues no podreacuteis asistir como oyentes a un tratamiento psicoanaliacutetico y de este modo nunca os seraacute posible conocer el psicoanaacutelisis sino de oiacutedas en el sentido estricto de esta locucioacuten Una tal carencia de informaciones directas ha de colocaros en situacioacuten poco corriente para formar un juicio sobre nuestra disciplina juicio que dadas las circunstancias sentildealadas habraacute de depender del grado de confianza que os merezca aquel que os informa

Suponed por un momento que habeacuteis acudido no a una conferencia sobre Psiquiatriacutea sino a una leccioacuten de Historia y que el conferenciante os habla de

() la vida y de los hechos guerreros de Alejandro Magno iquestQueacute razones tenshy dreacuteis en este caso para creer en la veracidad de su relato A primera vista

la situacioacuten parece auacuten maacutes desfavorable que en la ensentildeanza del psicoanaacutelisis pues el profesor de Historia no tomoacute tampoco parte en las expediciones militares de Alejandro mientras que el psicoanalista os habla por lo menos de cosas en las que eacutel mismo ha desempentildeado un papel Pero en las lecciones de Historia se da una circunstancia que os permite dar fe sin grandes reservas a las palabras del conferenciante Este puede citaros los relatos de antiguos escritores conshytemporaacuteneos a los hechos objeto de su leccioacuten o por lo menos bastante proacuteshyximos a ellos esto es referirse a los libros de Diodoro Plutarco Arriano etceacutetera y puede presentaros asimismo reproducciones de las medallas y estatuas de Alejandro y haceros ver una fotografla del mosaico pompeyano que representa la batalla de Issos Claro es que todos estos documentos no demuestran estrictashymente considerados sino que ya generaciones anteriores creyeron en la existencia de Alejandro y en la realidad de sus hechos heroicos y en esta circunstancia podriacuteais fundar de nuevo una criacutetica esceacuteptica alegando que no todo lo que sobre Alejandro se ha relatado es verosiacutemil ni puede demostrarse detalladamente Sin embargo no puedo admitir que tras de una leccioacuten de este geacutenero salieacuteseis del aula dudando todaviacutea de la realidad de Alejandro Magno Vuestra aceptacioacuten de los hechos expuestos en la conferencia obedeceraacute en este caso a dos principales reflexiones la primera seraacute la de que el conferenciante no tiene motivo alguno para haceros admitir como real algo que eacutel mismo no considera asiacute yen segundo lugar todos los libros de Historia a los que podaacuteis ir en busca de una confirmacioacuten os relataraacuten los hechos aproximadamente en la misma forma Si a continuacioacuten

2128 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

emprendeacuteis el examen de las fuentes histoacutericas maacutes antiguas debereacuteis tener en cuenta ideacutenticos factores esto es los moacuteviles que han podido guiar a los autores en su exposicioacuten y la concordancia de sus testimonios En el caso de Alejandro el resultado de este examen seraacute seguramente tranquilizable No asiacute cuando se trate de personalidades tales como Moiseacutes o Nimrod Volviendo ahora a las dudas que puedan surgir en vosotros con respecto al grado de confianza merecido por el informante psicoanaliacutetico os indicareacute que maacutes adelante tendreacuteis ocasioacuten de apreciarlas en su justo valor

Me preguntareacuteis ahora -y muy justificadamente por cierto-- coacutemo no existiendo verificacioacuten objetiva del psicoanaacutelisis ni posibilidad alguna de demosshytracioacuten puede hacerse el aprendizaje de nuestra disciplina y llegar a la conviccioacuten de la verdad de sus afirmaciones Este aprendizaje no es en efecto faacutecil y son muy pocos los que han podido aprenderlo correctamente pero naturalmente existen un camino y un meacutetodo posibles El psicoanaacutelisis se aprende en primer lugar por el estudio de la propia personalidad estudio que aunque no es rigurosashymente lo que acostumbramos calificar de autoobservacioacuten se aproxima bastante a este concepto Existe toda una serie de fenoacutemenos aniacutemicos muy frecuentes y generalmente conocidos que una vez iniciados en los principios de la teacutecnica analiacutetica podemos convertir en objetos de interesantes autoanaacutelisis los cuales nos proporcionaraacuten la deseada conviccioacuten de la realidad de los procesos desshycritos por el psicoanaacutelisis y de la verdad de sus afirmaciones Mas los progresos que por este camino pueden realizarse son harto limitados y aquellos que quieran avanzar maacutes raacutepidamente en el estudio de nuestra disciplina lo conseguiraacuten mejor que por ninguacuten otro medio dejaacutendose analizar por un psicoanalista competente De este modo al mismo tiempo que experimentan en su propio ser los efectos del psicoanaacutelisis tendraacuten ocasioacuten de iniciarse en todas las sutilezas de su teacutecnica Claro es que este medio de maacutexima excelencia no puede ser utilizado sino por una sola persona y nunca por una sala completa de alumnos

Auacuten existe para vuestro acceso al psicoanaacutelisis una segunda dificultad pero eacutesta no es ya inherente a la esencia de nuestra disciplina sino que depende exclusivamente de los haacutebitos mentales que habeacuteis adquirido en el estudio de la Medicina Vuestra preparacioacuten meacutedica ha dado a vuestra actividad mental una determinada orientacioacuten que la aleja en gran manera del psicoanaacutelisis Se os ha habituado a fundar en causas anatoacutemicas las funciones orgaacutenicas y sus perturbaciones y a explicarlas desde los puntos de vista quiacutemico y fiacutesico concishybieacutendolas bioloacutegicamente pero nunca ha sido dirigido vuestro intereacutes a la vida psiacutequica en la que sin embargo culmina el funcionamiento de este nuestro organismo tan maravillosamente complicado Resultado de esta preparacioacuten es que desconoceacuteis en absoluto la disciplina mental psicoloacutegica y os habeacuteis acostumbrado a mirarla con desconfianza negaacutendole todo caraacutecter cientiacutefico y abandonaacutendola a los profanos poetas filoacutesofos y miacutesticos Mas con tal conducta estableceacuteis una desventajosa limitacioacuten de vuestra actividad meacutedica pues el enfermo os presentaraacute en primer lugar como sucede en todas las relaciones humanas sufarade psiacutequica y temo que para vuestro castigo os veaacuteis obligados a dejarles a aquellos que con tanto desprecio calificaacuteis de profanos naturalistas y miacutesticos una gran parte del influjo terapeacuteutico que deseariacuteais ejercer

No desconozco la disculpa que puede alegarse para excusar esta laguna de vuestra preparacioacuten Faacuteltanos auacuten aquella ciencia filosoacutefica auxiliar que

PSICOANALISIS -INTRODUCCION 2129

podiacutea ser una importante ayuda para vuestros propoacutesitos meacutedicos Ni la Filoshysofiacutea especulativa ni la Psicologiacutea descriptiva ni la llamada Psicologiacutea expeshyrimental ligada a la Fisiologiacutea de los sentidos se hallan tal y como son ensentildeadas en las universidades en estado de proporcionarnos dato ninguno uacutetil sobre las relaciones entre lo somaacutetico y lo aniacutemico y ofrecernos la clave necesaria para la comprensioacuten de una perturbacioacuten cualquiera de las funciones aniacutemicas Dentro de la Medicina la Psiquiatriacutea se ocupa ciertamente de describir las perturshybaciones psiacutequicas por ella observadas y de reunirlas formando cuadros cliacutenicos mas en sus momentos de sinceridad los mismos psiquiacuteatras dudan de si sus exshyposiciones puramente descriptivas merecen realmente el nombre de ciencia Los siacutentomas que integran estos cuadros cliacutenicos nos son desconocidos en lo que respecta a su origen su mecanismo y su reciacuteproca conexioacuten y no corresponden a ellos ningunas modificaciones visibles del oacutergano anatoacutemico del alma o corresshyponden modificaciones que no nos proporcionan el menor esclarecimiento Tales perturbaciones aniacutemicas no podraacuten ser accesibles a una influencia terashypeacuteutica maacutes que cuando constituyan efectos secundarios de una cualquiera afeccioacuten orgaacutenica

Es eacutesta la laguna que el psicoanaacuteli~is se esfuerza en hacer desaparecer intenshytando dar a la Psiquiatriacutea la base psicoloacutegica de que carece y esperando descubrir el terreno comuacuten que haraacute inteligible la reunioacuten de una perturbacioacuten somaacutetica con una perturbacioacuten aniacutemica Con este objeto tiene que mantenerse libre de toda hipoacutetesis de orden anatoacutemico quiacutemico o fisioloacutegico extrantildeo a su peculiar esencia y no laborar maacutes que con conceptos auxiliares puramente psicoloacutegicos cosa que temo contribuya no poco a hacer que os parezca auacuten maacutes extrantildeo de lo que esperabais

Encontramos por uacuteltimo una tercera dificultad de la que no hareacute responshysable a vuestra posicioacuten personal ni tampoco a vuestra preparacioacuten cientiacutefica Dos afirmaciones del psicoanaacutelisis son principalmente las que causan mayor extrantildeeza y atraen sobre eacutel la desaprobacioacuten general Tropieza una de ellas con un prejuicio intelectual y la otra con un prejuicio esteacutetico y moral No conviene ciertamente despreciar tales prejuicios pues son residuos de pasadas fases muy uacutetiles y hasta necesarias de la evolucioacuten humana y poseen un considerable poder hallaacutendose sostenidos por fuerzas afectivas que hacen en extremo difiacutecil el luchar contra ellos

La primera de tales extrantildeas afirmaciones del psicoanaacutelisis es la de que los procesos psiacutequicos son en siacute mismos inconscientes y que los procesos consshycientes no son sino actos aislados o fracciones de la vida aniacutemica total Recordad con relacioacuten a esto que nos hallamos por el contrario acostumbrados a idenshytificar lo psiacutequico con lo consciente considerando precisamente la conciencia como la caracteriacutestica dejinicional de lo psiacutequico y Psicologiacutea como la ciencia de los contenidos de la conciencia Esta ecuacioacuten nos parece tan natural que creemos hallar un absurdo manifiesto en todo aquello que la contradiga Sin emshybargo el psicoanaacutelisis se ve obligado a oponerse en absoluto a esta identidad de lo psiacutequico y lo consciente Para eacutel lo psiacutequico son procesos de la naturaleza de los sentimientos del pensamiento y de la voluntad y afirma que existen un pensamiento inconsciente y una voluntad inconsciente

Ya con esta definicioacuten y esta afirmacioacuten se enajena el psicoanaacutelisis por adeshylantado la simpatiacutea de todos los partidarios del tiacutemido cientificismo y atrae sobre

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emprendeacuteis el examen de las fuentes histoacutericas maacutes antiguas debereacuteis tener en cuenta ideacutenticos factores esto es los moacuteviles que han podido guiar a los autores en su exposicioacuten y la concordancia de sus testimonios En el caso de Alejandro el resultado de este examen seraacute seguramente tranquilizable No asiacute cuando se trate de personalidades tales como Moiseacutes o Nimrod Volviendo ahora a las dudas que puedan surgir en vosotros con respecto al grado de confianza merecido por el informante psicoanaliacutetico os indicareacute que maacutes adelante tendreacuteis ocasioacuten de apreciarlas en su justo valor

Me preguntareacuteis ahora -y muy justificadamente por cierto-- coacutemo no existiendo verificacioacuten objetiva del psicoanaacutelisis ni posibilidad alguna de demosshytracioacuten puede hacerse el aprendizaje de nuestra disciplina y llegar a la conviccioacuten de la verdad de sus afirmaciones Este aprendizaje no es en efecto faacutecil y son muy pocos los que han podido aprenderlo correctamente pero naturalmente existen un camino y un meacutetodo posibles El psicoanaacutelisis se aprende en primer lugar por el estudio de la propia personalidad estudio que aunque no es rigurosashymente lo que acostumbramos calificar de autoobservacioacuten se aproxima bastante a este concepto Existe toda una serie de fenoacutemenos aniacutemicos muy frecuentes y generalmente conocidos que una vez iniciados en los principios de la teacutecnica analiacutetica podemos convertir en objetos de interesantes autoanaacutelisis los cuales nos proporcionaraacuten la deseada conviccioacuten de la realidad de los procesos desshycritos por el psicoanaacutelisis y de la verdad de sus afirmaciones Mas los progresos que por este camino pueden realizarse son harto limitados y aquellos que quieran avanzar maacutes raacutepidamente en el estudio de nuestra disciplina lo conseguiraacuten mejor que por ninguacuten otro medio dejaacutendose analizar por un psicoanalista competente De este modo al mismo tiempo que experimentan en su propio ser los efectos del psicoanaacutelisis tendraacuten ocasioacuten de iniciarse en todas las sutilezas de su teacutecnica Claro es que este medio de maacutexima excelencia no puede ser utilizado sino por una sola persona y nunca por una sala completa de alumnos

Auacuten existe para vuestro acceso al psicoanaacutelisis una segunda dificultad pero eacutesta no es ya inherente a la esencia de nuestra disciplina sino que depende exclusivamente de los haacutebitos mentales que habeacuteis adquirido en el estudio de la Medicina Vuestra preparacioacuten meacutedica ha dado a vuestra actividad mental una determinada orientacioacuten que la aleja en gran manera del psicoanaacutelisis Se os ha habituado a fundar en causas anatoacutemicas las funciones orgaacutenicas y sus perturbaciones y a explicarlas desde los puntos de vista quiacutemico y fiacutesico concishybieacutendolas bioloacutegicamente pero nunca ha sido dirigido vuestro intereacutes a la vida psiacutequica en la que sin embargo culmina el funcionamiento de este nuestro organismo tan maravillosamente complicado Resultado de esta preparacioacuten es que desconoceacuteis en absoluto la disciplina mental psicoloacutegica y os habeacuteis acostumbrado a mirarla con desconfianza negaacutendole todo caraacutecter cientiacutefico y abandonaacutendola a los profanos poetas filoacutesofos y miacutesticos Mas con tal conducta estableceacuteis una desventajosa limitacioacuten de vuestra actividad meacutedica pues el enfermo os presentaraacute en primer lugar como sucede en todas las relaciones humanas sufarade psiacutequica y temo que para vuestro castigo os veaacuteis obligados a dejarles a aquellos que con tanto desprecio calificaacuteis de profanos naturalistas y miacutesticos una gran parte del influjo terapeacuteutico que deseariacuteais ejercer

No desconozco la disculpa que puede alegarse para excusar esta laguna de vuestra preparacioacuten Faacuteltanos auacuten aquella ciencia filosoacutefica auxiliar que

PSICOANALISIS -INTRODUCCION 2129

podiacutea ser una importante ayuda para vuestros propoacutesitos meacutedicos Ni la Filoshysofiacutea especulativa ni la Psicologiacutea descriptiva ni la llamada Psicologiacutea expeshyrimental ligada a la Fisiologiacutea de los sentidos se hallan tal y como son ensentildeadas en las universidades en estado de proporcionarnos dato ninguno uacutetil sobre las relaciones entre lo somaacutetico y lo aniacutemico y ofrecernos la clave necesaria para la comprensioacuten de una perturbacioacuten cualquiera de las funciones aniacutemicas Dentro de la Medicina la Psiquiatriacutea se ocupa ciertamente de describir las perturshybaciones psiacutequicas por ella observadas y de reunirlas formando cuadros cliacutenicos mas en sus momentos de sinceridad los mismos psiquiacuteatras dudan de si sus exshyposiciones puramente descriptivas merecen realmente el nombre de ciencia Los siacutentomas que integran estos cuadros cliacutenicos nos son desconocidos en lo que respecta a su origen su mecanismo y su reciacuteproca conexioacuten y no corresponden a ellos ningunas modificaciones visibles del oacutergano anatoacutemico del alma o corresshyponden modificaciones que no nos proporcionan el menor esclarecimiento Tales perturbaciones aniacutemicas no podraacuten ser accesibles a una influencia terashypeacuteutica maacutes que cuando constituyan efectos secundarios de una cualquiera afeccioacuten orgaacutenica

Es eacutesta la laguna que el psicoanaacuteli~is se esfuerza en hacer desaparecer intenshytando dar a la Psiquiatriacutea la base psicoloacutegica de que carece y esperando descubrir el terreno comuacuten que haraacute inteligible la reunioacuten de una perturbacioacuten somaacutetica con una perturbacioacuten aniacutemica Con este objeto tiene que mantenerse libre de toda hipoacutetesis de orden anatoacutemico quiacutemico o fisioloacutegico extrantildeo a su peculiar esencia y no laborar maacutes que con conceptos auxiliares puramente psicoloacutegicos cosa que temo contribuya no poco a hacer que os parezca auacuten maacutes extrantildeo de lo que esperabais

Encontramos por uacuteltimo una tercera dificultad de la que no hareacute responshysable a vuestra posicioacuten personal ni tampoco a vuestra preparacioacuten cientiacutefica Dos afirmaciones del psicoanaacutelisis son principalmente las que causan mayor extrantildeeza y atraen sobre eacutel la desaprobacioacuten general Tropieza una de ellas con un prejuicio intelectual y la otra con un prejuicio esteacutetico y moral No conviene ciertamente despreciar tales prejuicios pues son residuos de pasadas fases muy uacutetiles y hasta necesarias de la evolucioacuten humana y poseen un considerable poder hallaacutendose sostenidos por fuerzas afectivas que hacen en extremo difiacutecil el luchar contra ellos

La primera de tales extrantildeas afirmaciones del psicoanaacutelisis es la de que los procesos psiacutequicos son en siacute mismos inconscientes y que los procesos consshycientes no son sino actos aislados o fracciones de la vida aniacutemica total Recordad con relacioacuten a esto que nos hallamos por el contrario acostumbrados a idenshytificar lo psiacutequico con lo consciente considerando precisamente la conciencia como la caracteriacutestica dejinicional de lo psiacutequico y Psicologiacutea como la ciencia de los contenidos de la conciencia Esta ecuacioacuten nos parece tan natural que creemos hallar un absurdo manifiesto en todo aquello que la contradiga Sin emshybargo el psicoanaacutelisis se ve obligado a oponerse en absoluto a esta identidad de lo psiacutequico y lo consciente Para eacutel lo psiacutequico son procesos de la naturaleza de los sentimientos del pensamiento y de la voluntad y afirma que existen un pensamiento inconsciente y una voluntad inconsciente

Ya con esta definicioacuten y esta afirmacioacuten se enajena el psicoanaacutelisis por adeshylantado la simpatiacutea de todos los partidarios del tiacutemido cientificismo y atrae sobre

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siacute la sospecha de no ser sino una fantaacutestica ciencia esoteacuterica ansiosa por construir misterios y pescar en las aguas turbias Naturalmente vosotros no podeacuteis comshyprender auacuten con queacute derecho califico de prejuicio un principio de una naturaleza tan abstracta como el de que laquolo aniacutemico es lo conscienteraquo y no podeacuteis adivinar por queacute caminos se ha podido llegar a la negacioacuten de lo inconsciente -suponienshydo que exista -y queacute ventajas puede proporcionar una tal negacioacuten A primera vista parece por completo ociosa la discusioacuten de si se ha de hacer coincidir lo psiacutequico con lo consciente o por el contrario extender los dominios de lo prishymero maacutes allaacute de los liacutemites de la conciencia no obstante puedo aseguraros que la aceptacioacuten de los procesos psiacutequicos inconscientes inicia en la ciencia una nueva orientacioacuten decisiva

Esta primera afirmacioacuten -un tanto osada- del psicoanaacutelisis posee un iacutentishymo enlace que ni siquiera sospechaacuteis con el segundo de los principios esenciales que el mismo ha deducido de sus investigaciones Contiene este segundo principio la afirmacioacuten de que determinados impulsos instintivos que uacutenicamente pueden ser calificados de sexuales tanto en el amplio sentido de esta palabra como en su sentido estricto desempentildean un papel cuya importancia no ha sido hasta el momento suficientemente reconocida en la causacioacuten de las enfermedades nershyviosas y psiacutequicas y ademaacutes coadyuvan con aportaciones nada despreciables a la geacutenesis de las maacutes altas creaciones culturales artiacutesticas y sociales del espiacuteritu humano

Mi experiencia me ha demostrado que la aversioacuten suscitada por este resultashydo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica constituye la fuente maacutes importante de las resistencias con las que la misma ha tropezado iquestQuereacuteis saber queacute explicacioacuten damos a este hecho Creemos que la cultura ha sido creada obedeciendo al imshypulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfaccioacuten de los instintos y que es de continuo creada de nuevo en gran parte del mismo modo pues cada inshydividuo que entra en la sociedad humana repite en provecho de la colectividad el sacrificio de la satisfaccioacuten de sus instintos Entre las fuerzas instintivas asiacute sacrificadas desempentildean un importantiacutesimo papel los impulsos sexuales los cuales son aquiacute objeto de una sublimacioacuten esto es son desviados de sus fines sexuashyles y dirigidos a fines socialmente maacutes elevados faltos ya de todo caraacutecter sexual Pero esta organizacioacuten resulta harto inestable los instintos sexuales quedan insuficientemente domados y en cada uno de aquellos individuos que han de coadyuvar a la obra civilizadora perdura el peligro de que los instintos sexuales resistan tal trato Por su parte la sociedad cree que el mayor peligro para su labor civilizadora seriacutea la liberacioacuten de los instintos sexuales y el retorno de los mismos a sus fines primitivos y por tanto no gusta de que se le recuerde esta parte un tanto escabrosa de los fundamentos en los que se basa ni muestra inteshyreacutes ninguno en que la energiacutea de los instintos sexuales sea reconocida en toda su importancia y se revele a cada uno de los individuos que constituyen la colectishyvidad social la magnitud de la influencia que sobre sus actos pueda ejercer la vida sexual Por el contrario adopta un meacutetodo de educacioacuten que tiende en general a desviar la atencioacuten de lo referente a la vida sexual Todo esto nos exshyplica por queacute la sociedad se niega a aceptar el resultado antes expuesto de las investigaciones psicoanaliacuteticas y quisiera inutilizarlo declaraacutendolo repulsivo desde el punto de vista esteacutetico condenable desde el punto de vista moral y peligroso por todos conceptos Mas no es con reproches de este geacutenero como se puede destruir un resultado objetivo de un trabajo cientiacutefico Para que una conshy

troversia tenga alguacuten valor habraacute de desarrollarse dentro de los dominios intelecshytuales Ahora bien dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causariacutea displacer aceptar como cierto y esta tendencia encuentra faacutecilmente argumento para rechazar en nombre del intelecshyto aquello sobre lo que recae De esta forma convierte la sociedad lo desagradashyble en equivocado discute las verdades del psicoanaacutelisis con argumentos loacutegicos y objetivos pero que proceden de fuentes emocionales y opone estas objeciones en calidad de prejuicios contra toda tentativa de refutacioacuten

Por nuestra parte podemos afirmar que al formular el principio de que tratamos no hemos tenido en vista finalidad tendenciosa alguna Nuestro uacutenico fin era el de exponer un hecho que creemos haber establecido con toda seguridad al cabo de una cuidadosa labor Creemos pues deber protestar contra la mezcla de tales consideraciones praacutecticas en la labor cientiacutefica y lo haremos desde lueshygo aun antes de investigar si los temores que estas consideraciones tratan de imponernos son o no justificados

Tales son algunas de las dificultades con las que tropezareacuteis si quereacuteis dedicashy ros al estudio del psicoanaacutelisis dificultades que ya son harto considerables para

el principIO de una labor cientiacutefica Si su perspectiva no os asusta podremos conshytinuar estas lecciones

LECCJON JI LOS ACTOS FALLIDOS

Sentildeoras y sentildeores

C OMENZAREMOS esta segunda leccioacuten no con la exposicioacuten de nuevas hipoacutetesis sino con una investigacioacuten eligiendo como objeto de la misma determinashy

dos fenoacutemenos muy frecuentes y conocidos pero insuficient~mente apreciados que no pueden considerarse como producto de un estado patoloacutegico puesto que son observados en toda persona normal Son estos fenoacutemenos aquellos a los que nosotros damos el nombre de funciones fallidas (Fehlleistungen) o actos fallidos (Fehlhandlungen) y que se producen cuando una persona dice una palabra por otra (Versprechen = equivocacioacuten oral) escribe cosa distinta de lo que teniacutea intencioacuten de escribir (Verschreiben = equivocacioacuten en la escritura) lee en un texto impreso o manuscrito algo distinto de lo que en el mismo aparece (Verlesen= =equivocacioacuten en la lectura o falsa lectura) u oye cosa diferente de lo que se dice (Verhoren = falsa audicioacuten) claro es que sin que en este uacuteltimo caso exista una perturbacioacuten orgaacutenica de sus facultades auditivas Otra serie de estos fenoacuteshymenos se basa en el olvido pero no en un olvido duradero sino temporal por ejemplo cuando no podemos dar con un nombre que nos es sin embargo conoshycido y que reconocemos en cuanto otra persona lo pronuncia o logramos hallar por nosotros mismos al cabo de maacutes o menos tiempo o cuando olvidamos llevar a cabo un propoacutesito que luego recordamos y que por tanto soacutelo hemos olvidado durante determinado intervalo En un tercer grupo de estos fenoacutemenos falta este caraacutecter temporal por eje]plo cuando no logramos recordar el lugar en que hemos guardado o colocado un objeto o perdemos algo definitivamente Traacutetase aquiacute de olvidos muy distintos de los que generalmente sufrimos en nuestra vida cotidiana y que nos asombran e irritan en vez de parecernos perfectamente comshyprensibles

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siacute la sospecha de no ser sino una fantaacutestica ciencia esoteacuterica ansiosa por construir misterios y pescar en las aguas turbias Naturalmente vosotros no podeacuteis comshyprender auacuten con queacute derecho califico de prejuicio un principio de una naturaleza tan abstracta como el de que laquolo aniacutemico es lo conscienteraquo y no podeacuteis adivinar por queacute caminos se ha podido llegar a la negacioacuten de lo inconsciente -suponienshydo que exista -y queacute ventajas puede proporcionar una tal negacioacuten A primera vista parece por completo ociosa la discusioacuten de si se ha de hacer coincidir lo psiacutequico con lo consciente o por el contrario extender los dominios de lo prishymero maacutes allaacute de los liacutemites de la conciencia no obstante puedo aseguraros que la aceptacioacuten de los procesos psiacutequicos inconscientes inicia en la ciencia una nueva orientacioacuten decisiva

Esta primera afirmacioacuten -un tanto osada- del psicoanaacutelisis posee un iacutentishymo enlace que ni siquiera sospechaacuteis con el segundo de los principios esenciales que el mismo ha deducido de sus investigaciones Contiene este segundo principio la afirmacioacuten de que determinados impulsos instintivos que uacutenicamente pueden ser calificados de sexuales tanto en el amplio sentido de esta palabra como en su sentido estricto desempentildean un papel cuya importancia no ha sido hasta el momento suficientemente reconocida en la causacioacuten de las enfermedades nershyviosas y psiacutequicas y ademaacutes coadyuvan con aportaciones nada despreciables a la geacutenesis de las maacutes altas creaciones culturales artiacutesticas y sociales del espiacuteritu humano

Mi experiencia me ha demostrado que la aversioacuten suscitada por este resultashydo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica constituye la fuente maacutes importante de las resistencias con las que la misma ha tropezado iquestQuereacuteis saber queacute explicacioacuten damos a este hecho Creemos que la cultura ha sido creada obedeciendo al imshypulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfaccioacuten de los instintos y que es de continuo creada de nuevo en gran parte del mismo modo pues cada inshydividuo que entra en la sociedad humana repite en provecho de la colectividad el sacrificio de la satisfaccioacuten de sus instintos Entre las fuerzas instintivas asiacute sacrificadas desempentildean un importantiacutesimo papel los impulsos sexuales los cuales son aquiacute objeto de una sublimacioacuten esto es son desviados de sus fines sexuashyles y dirigidos a fines socialmente maacutes elevados faltos ya de todo caraacutecter sexual Pero esta organizacioacuten resulta harto inestable los instintos sexuales quedan insuficientemente domados y en cada uno de aquellos individuos que han de coadyuvar a la obra civilizadora perdura el peligro de que los instintos sexuales resistan tal trato Por su parte la sociedad cree que el mayor peligro para su labor civilizadora seriacutea la liberacioacuten de los instintos sexuales y el retorno de los mismos a sus fines primitivos y por tanto no gusta de que se le recuerde esta parte un tanto escabrosa de los fundamentos en los que se basa ni muestra inteshyreacutes ninguno en que la energiacutea de los instintos sexuales sea reconocida en toda su importancia y se revele a cada uno de los individuos que constituyen la colectishyvidad social la magnitud de la influencia que sobre sus actos pueda ejercer la vida sexual Por el contrario adopta un meacutetodo de educacioacuten que tiende en general a desviar la atencioacuten de lo referente a la vida sexual Todo esto nos exshyplica por queacute la sociedad se niega a aceptar el resultado antes expuesto de las investigaciones psicoanaliacuteticas y quisiera inutilizarlo declaraacutendolo repulsivo desde el punto de vista esteacutetico condenable desde el punto de vista moral y peligroso por todos conceptos Mas no es con reproches de este geacutenero como se puede destruir un resultado objetivo de un trabajo cientiacutefico Para que una conshy

troversia tenga alguacuten valor habraacute de desarrollarse dentro de los dominios intelecshytuales Ahora bien dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causariacutea displacer aceptar como cierto y esta tendencia encuentra faacutecilmente argumento para rechazar en nombre del intelecshyto aquello sobre lo que recae De esta forma convierte la sociedad lo desagradashyble en equivocado discute las verdades del psicoanaacutelisis con argumentos loacutegicos y objetivos pero que proceden de fuentes emocionales y opone estas objeciones en calidad de prejuicios contra toda tentativa de refutacioacuten

Por nuestra parte podemos afirmar que al formular el principio de que tratamos no hemos tenido en vista finalidad tendenciosa alguna Nuestro uacutenico fin era el de exponer un hecho que creemos haber establecido con toda seguridad al cabo de una cuidadosa labor Creemos pues deber protestar contra la mezcla de tales consideraciones praacutecticas en la labor cientiacutefica y lo haremos desde lueshygo aun antes de investigar si los temores que estas consideraciones tratan de imponernos son o no justificados

Tales son algunas de las dificultades con las que tropezareacuteis si quereacuteis dedicashy ros al estudio del psicoanaacutelisis dificultades que ya son harto considerables para

el principIO de una labor cientiacutefica Si su perspectiva no os asusta podremos conshytinuar estas lecciones

LECCJON JI LOS ACTOS FALLIDOS

Sentildeoras y sentildeores

C OMENZAREMOS esta segunda leccioacuten no con la exposicioacuten de nuevas hipoacutetesis sino con una investigacioacuten eligiendo como objeto de la misma determinashy

dos fenoacutemenos muy frecuentes y conocidos pero insuficient~mente apreciados que no pueden considerarse como producto de un estado patoloacutegico puesto que son observados en toda persona normal Son estos fenoacutemenos aquellos a los que nosotros damos el nombre de funciones fallidas (Fehlleistungen) o actos fallidos (Fehlhandlungen) y que se producen cuando una persona dice una palabra por otra (Versprechen = equivocacioacuten oral) escribe cosa distinta de lo que teniacutea intencioacuten de escribir (Verschreiben = equivocacioacuten en la escritura) lee en un texto impreso o manuscrito algo distinto de lo que en el mismo aparece (Verlesen= =equivocacioacuten en la lectura o falsa lectura) u oye cosa diferente de lo que se dice (Verhoren = falsa audicioacuten) claro es que sin que en este uacuteltimo caso exista una perturbacioacuten orgaacutenica de sus facultades auditivas Otra serie de estos fenoacuteshymenos se basa en el olvido pero no en un olvido duradero sino temporal por ejemplo cuando no podemos dar con un nombre que nos es sin embargo conoshycido y que reconocemos en cuanto otra persona lo pronuncia o logramos hallar por nosotros mismos al cabo de maacutes o menos tiempo o cuando olvidamos llevar a cabo un propoacutesito que luego recordamos y que por tanto soacutelo hemos olvidado durante determinado intervalo En un tercer grupo de estos fenoacutemenos falta este caraacutecter temporal por eje]plo cuando no logramos recordar el lugar en que hemos guardado o colocado un objeto o perdemos algo definitivamente Traacutetase aquiacute de olvidos muy distintos de los que generalmente sufrimos en nuestra vida cotidiana y que nos asombran e irritan en vez de parecernos perfectamente comshyprensibles

1132 SIGMUND FREUD OBRAS COMPLETAS

A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

PSICOANALISIS LOS A C T O S FAL L IDOS 2133

tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

1132 SIGMUND FREUD OBRAS COMPLETAS

A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

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tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

2134 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS

muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

2134 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS

muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

1

lit

PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

1

1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

1I

digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

I I~

2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

2142 S I G Al D -OBRAS CO

cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

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LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

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lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
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Page 3: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

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de una sociedad que no comprenderaacute sus aspiraciones y que consideraacutendole con desconfianza y hostilidad desencadenaraacute contra eacutel todos los malos espiacuteritus que abriga en su seno Del nuacutemero de estos malos espiacuteritus podeacuteis formaros una idea soacutelo con observar los hechos a que ha dado lugar la guerra que hoy devasta a Europa

Sin embargo hay siempre personas para las cuales todo nuevo conocimiento posee un invencible atractivo a pesar de los inconvenientes que el estudio del mismo pueda traer consigo Asiacute pues vereacute con gusto retornar a estas aulas a aquellos de vosotros en quienes tal curiosidad cientiacutefica venza toda otra consishyderacioacuten mas de todos modos era un deber miacuteo haceros las advertencias que anteceden sobre las dificultades inherentes al estudio del psicoanaacutelisis

La primera de tales dificultades surge en lo relativo a la ensentildeanza al entrenashymiento en psicoanaacutelisis En la ensentildeanza meacutedica estais acostumbrados a ver directamente aquello de que el profesor os habla en sus lecciones Veis la prepashyracioacuten anatoacutemica el precipitado resultante de una reaccioacuten quiacutemica o la contracshycioacuten de un muacutesculo por el efecto de la excitacioacuten de sus nervios Maacutes tarde se os pone en presencia del enfermo mismo y podeacuteis observar directamente los siacutentomas de su dolencia los productos del proceso morboso y en muchos casos incluso el germen provocador de la enfermedad En las especialidades quiruacutershygicas asistiacutes a las intervenciones curativas e incluso teneacuteis que ensayaros personalshymente en su praacutectica Hasta en la misma Psiquiatriacutea la observacioacuten directa de la conducta del enfermo y de sus gestos palabras y ademanes os proporciona un numeroso acervo de datos que se grabaraacuten profundamente en vuestra memoria De este modo el profesor de Medicina es constantemente un guiacutea y un inteacuterprete que os acompantildea como a traveacutes de un museo mientras vosotros entraacuteis en contacto directo con los objetos y creeacuteis adquirir por la propia percepcioacuten pershysonalla conviccioacuten de la existencia de nuevos hechos

Por desgracia en el psicoanaacutelisis no hallamos ninguna de tales facilidades de estudio El tratamiento psicoanaliacutetico aparece como un intercambio de palabras entre el paciente y el analista El paciente habla relata los acontecimientos de su vida pasada y sus impresiones presentes se queja y confiesa sus deseos y sus emociones El meacutedico escucha intenta dirigir los procesos mentales del enshyfermo le moviliza da a su atencioacuten determinadas direcciones le proporciona esclarecimientos y observa las reacciones de comprensioacuten o rechazo que de esta manera provoca en eacutel Las personas que rodean a tales enfermos y a las cuales soacutelo lo groseramente visible y tangible logra convencer de la bondad de un tratamiento al que consideraraacuten inmejorables si trae consigo efectos teatrales semejantes a los que tanto eacutexito logran al desarrollarse en la pantalla cinemashytograacutefica no prescinden nunca de expresar sus dudas de que por medio de una simple conversacioacuten entre el meacutedico y el enfermo pueda conseguirse alguacuten resultado Naturalmente es este juicio tan ininteligible como falto de loacutegica y los que asiacute piensan son los mismos que aseguran que los siacutentomas del enfermo son simples laquoimaginacionesraquo Las palabras primitivamente formaban parte de la magia y conservan todaviacutea en la actualidad algo de su antiguo poder Por medio de palabras puede un hombre hacer feliz a un semejante o llevarle a la desesperacioacuten por medio de palabras transmite el profesor sus conocimientos a los disciacutepulos y arrastra tras de siacute el orador a sus oyentes determinando sus juicios y decisiones Las palabras provocan afectos emotivos y constituyen el

medio general para la influenciacioacuten reciacuteproca de los hombres No podremos pues despreciar el valor que el empleo de las mismas pueda tener en la psicoterapia

t y asistiriacuteamos con intereacutes en calidad de oyentes a las palabras que transcurren entre el analista y su paciente

Pero tampoco esto nos estaacute permitido La conversacioacuten que constituye el tratamiento psicoanaliacutetico es absolutamente secreta y no tolera la presencia de una tercera persona Puede naturalmente presentarse a los alumnos en el curso de una leccioacuten de Psiquiatriacutea un sujeto neurasteacutenico o histeacuterico el mismo se limitaraacute a comunicar aquellos siacutentomas en los que su dolencia se manifiesta pero nada maacutes Las informaciones imprescindibles para el anaacutelisis no las daraacute maacutes que al meacutedico y esto uacutenicamente en el caso de que sienta por eacutel una particular ligazoacuten emocional El paciente enmudeceraacute en el momento en que al lado del meacutedico surja una tercera persona indiferente Lo que motiva esta conducta es que aquellas informaciones se refieren a lo maacutes iacutentimo de su vida aniacutemica a todo aquello que como persona social independiente tiene que ocultar a los ojos de los demaacutes y aparte de esto a todo aquello que ni siquiera querriacutea conshyfesarse a siacute mismo

Asiacute pues no podreacuteis asistir como oyentes a un tratamiento psicoanaliacutetico y de este modo nunca os seraacute posible conocer el psicoanaacutelisis sino de oiacutedas en el sentido estricto de esta locucioacuten Una tal carencia de informaciones directas ha de colocaros en situacioacuten poco corriente para formar un juicio sobre nuestra disciplina juicio que dadas las circunstancias sentildealadas habraacute de depender del grado de confianza que os merezca aquel que os informa

Suponed por un momento que habeacuteis acudido no a una conferencia sobre Psiquiatriacutea sino a una leccioacuten de Historia y que el conferenciante os habla de

() la vida y de los hechos guerreros de Alejandro Magno iquestQueacute razones tenshy dreacuteis en este caso para creer en la veracidad de su relato A primera vista

la situacioacuten parece auacuten maacutes desfavorable que en la ensentildeanza del psicoanaacutelisis pues el profesor de Historia no tomoacute tampoco parte en las expediciones militares de Alejandro mientras que el psicoanalista os habla por lo menos de cosas en las que eacutel mismo ha desempentildeado un papel Pero en las lecciones de Historia se da una circunstancia que os permite dar fe sin grandes reservas a las palabras del conferenciante Este puede citaros los relatos de antiguos escritores conshytemporaacuteneos a los hechos objeto de su leccioacuten o por lo menos bastante proacuteshyximos a ellos esto es referirse a los libros de Diodoro Plutarco Arriano etceacutetera y puede presentaros asimismo reproducciones de las medallas y estatuas de Alejandro y haceros ver una fotografla del mosaico pompeyano que representa la batalla de Issos Claro es que todos estos documentos no demuestran estrictashymente considerados sino que ya generaciones anteriores creyeron en la existencia de Alejandro y en la realidad de sus hechos heroicos y en esta circunstancia podriacuteais fundar de nuevo una criacutetica esceacuteptica alegando que no todo lo que sobre Alejandro se ha relatado es verosiacutemil ni puede demostrarse detalladamente Sin embargo no puedo admitir que tras de una leccioacuten de este geacutenero salieacuteseis del aula dudando todaviacutea de la realidad de Alejandro Magno Vuestra aceptacioacuten de los hechos expuestos en la conferencia obedeceraacute en este caso a dos principales reflexiones la primera seraacute la de que el conferenciante no tiene motivo alguno para haceros admitir como real algo que eacutel mismo no considera asiacute yen segundo lugar todos los libros de Historia a los que podaacuteis ir en busca de una confirmacioacuten os relataraacuten los hechos aproximadamente en la misma forma Si a continuacioacuten

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emprendeacuteis el examen de las fuentes histoacutericas maacutes antiguas debereacuteis tener en cuenta ideacutenticos factores esto es los moacuteviles que han podido guiar a los autores en su exposicioacuten y la concordancia de sus testimonios En el caso de Alejandro el resultado de este examen seraacute seguramente tranquilizable No asiacute cuando se trate de personalidades tales como Moiseacutes o Nimrod Volviendo ahora a las dudas que puedan surgir en vosotros con respecto al grado de confianza merecido por el informante psicoanaliacutetico os indicareacute que maacutes adelante tendreacuteis ocasioacuten de apreciarlas en su justo valor

Me preguntareacuteis ahora -y muy justificadamente por cierto-- coacutemo no existiendo verificacioacuten objetiva del psicoanaacutelisis ni posibilidad alguna de demosshytracioacuten puede hacerse el aprendizaje de nuestra disciplina y llegar a la conviccioacuten de la verdad de sus afirmaciones Este aprendizaje no es en efecto faacutecil y son muy pocos los que han podido aprenderlo correctamente pero naturalmente existen un camino y un meacutetodo posibles El psicoanaacutelisis se aprende en primer lugar por el estudio de la propia personalidad estudio que aunque no es rigurosashymente lo que acostumbramos calificar de autoobservacioacuten se aproxima bastante a este concepto Existe toda una serie de fenoacutemenos aniacutemicos muy frecuentes y generalmente conocidos que una vez iniciados en los principios de la teacutecnica analiacutetica podemos convertir en objetos de interesantes autoanaacutelisis los cuales nos proporcionaraacuten la deseada conviccioacuten de la realidad de los procesos desshycritos por el psicoanaacutelisis y de la verdad de sus afirmaciones Mas los progresos que por este camino pueden realizarse son harto limitados y aquellos que quieran avanzar maacutes raacutepidamente en el estudio de nuestra disciplina lo conseguiraacuten mejor que por ninguacuten otro medio dejaacutendose analizar por un psicoanalista competente De este modo al mismo tiempo que experimentan en su propio ser los efectos del psicoanaacutelisis tendraacuten ocasioacuten de iniciarse en todas las sutilezas de su teacutecnica Claro es que este medio de maacutexima excelencia no puede ser utilizado sino por una sola persona y nunca por una sala completa de alumnos

Auacuten existe para vuestro acceso al psicoanaacutelisis una segunda dificultad pero eacutesta no es ya inherente a la esencia de nuestra disciplina sino que depende exclusivamente de los haacutebitos mentales que habeacuteis adquirido en el estudio de la Medicina Vuestra preparacioacuten meacutedica ha dado a vuestra actividad mental una determinada orientacioacuten que la aleja en gran manera del psicoanaacutelisis Se os ha habituado a fundar en causas anatoacutemicas las funciones orgaacutenicas y sus perturbaciones y a explicarlas desde los puntos de vista quiacutemico y fiacutesico concishybieacutendolas bioloacutegicamente pero nunca ha sido dirigido vuestro intereacutes a la vida psiacutequica en la que sin embargo culmina el funcionamiento de este nuestro organismo tan maravillosamente complicado Resultado de esta preparacioacuten es que desconoceacuteis en absoluto la disciplina mental psicoloacutegica y os habeacuteis acostumbrado a mirarla con desconfianza negaacutendole todo caraacutecter cientiacutefico y abandonaacutendola a los profanos poetas filoacutesofos y miacutesticos Mas con tal conducta estableceacuteis una desventajosa limitacioacuten de vuestra actividad meacutedica pues el enfermo os presentaraacute en primer lugar como sucede en todas las relaciones humanas sufarade psiacutequica y temo que para vuestro castigo os veaacuteis obligados a dejarles a aquellos que con tanto desprecio calificaacuteis de profanos naturalistas y miacutesticos una gran parte del influjo terapeacuteutico que deseariacuteais ejercer

No desconozco la disculpa que puede alegarse para excusar esta laguna de vuestra preparacioacuten Faacuteltanos auacuten aquella ciencia filosoacutefica auxiliar que

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podiacutea ser una importante ayuda para vuestros propoacutesitos meacutedicos Ni la Filoshysofiacutea especulativa ni la Psicologiacutea descriptiva ni la llamada Psicologiacutea expeshyrimental ligada a la Fisiologiacutea de los sentidos se hallan tal y como son ensentildeadas en las universidades en estado de proporcionarnos dato ninguno uacutetil sobre las relaciones entre lo somaacutetico y lo aniacutemico y ofrecernos la clave necesaria para la comprensioacuten de una perturbacioacuten cualquiera de las funciones aniacutemicas Dentro de la Medicina la Psiquiatriacutea se ocupa ciertamente de describir las perturshybaciones psiacutequicas por ella observadas y de reunirlas formando cuadros cliacutenicos mas en sus momentos de sinceridad los mismos psiquiacuteatras dudan de si sus exshyposiciones puramente descriptivas merecen realmente el nombre de ciencia Los siacutentomas que integran estos cuadros cliacutenicos nos son desconocidos en lo que respecta a su origen su mecanismo y su reciacuteproca conexioacuten y no corresponden a ellos ningunas modificaciones visibles del oacutergano anatoacutemico del alma o corresshyponden modificaciones que no nos proporcionan el menor esclarecimiento Tales perturbaciones aniacutemicas no podraacuten ser accesibles a una influencia terashypeacuteutica maacutes que cuando constituyan efectos secundarios de una cualquiera afeccioacuten orgaacutenica

Es eacutesta la laguna que el psicoanaacuteli~is se esfuerza en hacer desaparecer intenshytando dar a la Psiquiatriacutea la base psicoloacutegica de que carece y esperando descubrir el terreno comuacuten que haraacute inteligible la reunioacuten de una perturbacioacuten somaacutetica con una perturbacioacuten aniacutemica Con este objeto tiene que mantenerse libre de toda hipoacutetesis de orden anatoacutemico quiacutemico o fisioloacutegico extrantildeo a su peculiar esencia y no laborar maacutes que con conceptos auxiliares puramente psicoloacutegicos cosa que temo contribuya no poco a hacer que os parezca auacuten maacutes extrantildeo de lo que esperabais

Encontramos por uacuteltimo una tercera dificultad de la que no hareacute responshysable a vuestra posicioacuten personal ni tampoco a vuestra preparacioacuten cientiacutefica Dos afirmaciones del psicoanaacutelisis son principalmente las que causan mayor extrantildeeza y atraen sobre eacutel la desaprobacioacuten general Tropieza una de ellas con un prejuicio intelectual y la otra con un prejuicio esteacutetico y moral No conviene ciertamente despreciar tales prejuicios pues son residuos de pasadas fases muy uacutetiles y hasta necesarias de la evolucioacuten humana y poseen un considerable poder hallaacutendose sostenidos por fuerzas afectivas que hacen en extremo difiacutecil el luchar contra ellos

La primera de tales extrantildeas afirmaciones del psicoanaacutelisis es la de que los procesos psiacutequicos son en siacute mismos inconscientes y que los procesos consshycientes no son sino actos aislados o fracciones de la vida aniacutemica total Recordad con relacioacuten a esto que nos hallamos por el contrario acostumbrados a idenshytificar lo psiacutequico con lo consciente considerando precisamente la conciencia como la caracteriacutestica dejinicional de lo psiacutequico y Psicologiacutea como la ciencia de los contenidos de la conciencia Esta ecuacioacuten nos parece tan natural que creemos hallar un absurdo manifiesto en todo aquello que la contradiga Sin emshybargo el psicoanaacutelisis se ve obligado a oponerse en absoluto a esta identidad de lo psiacutequico y lo consciente Para eacutel lo psiacutequico son procesos de la naturaleza de los sentimientos del pensamiento y de la voluntad y afirma que existen un pensamiento inconsciente y una voluntad inconsciente

Ya con esta definicioacuten y esta afirmacioacuten se enajena el psicoanaacutelisis por adeshylantado la simpatiacutea de todos los partidarios del tiacutemido cientificismo y atrae sobre

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emprendeacuteis el examen de las fuentes histoacutericas maacutes antiguas debereacuteis tener en cuenta ideacutenticos factores esto es los moacuteviles que han podido guiar a los autores en su exposicioacuten y la concordancia de sus testimonios En el caso de Alejandro el resultado de este examen seraacute seguramente tranquilizable No asiacute cuando se trate de personalidades tales como Moiseacutes o Nimrod Volviendo ahora a las dudas que puedan surgir en vosotros con respecto al grado de confianza merecido por el informante psicoanaliacutetico os indicareacute que maacutes adelante tendreacuteis ocasioacuten de apreciarlas en su justo valor

Me preguntareacuteis ahora -y muy justificadamente por cierto-- coacutemo no existiendo verificacioacuten objetiva del psicoanaacutelisis ni posibilidad alguna de demosshytracioacuten puede hacerse el aprendizaje de nuestra disciplina y llegar a la conviccioacuten de la verdad de sus afirmaciones Este aprendizaje no es en efecto faacutecil y son muy pocos los que han podido aprenderlo correctamente pero naturalmente existen un camino y un meacutetodo posibles El psicoanaacutelisis se aprende en primer lugar por el estudio de la propia personalidad estudio que aunque no es rigurosashymente lo que acostumbramos calificar de autoobservacioacuten se aproxima bastante a este concepto Existe toda una serie de fenoacutemenos aniacutemicos muy frecuentes y generalmente conocidos que una vez iniciados en los principios de la teacutecnica analiacutetica podemos convertir en objetos de interesantes autoanaacutelisis los cuales nos proporcionaraacuten la deseada conviccioacuten de la realidad de los procesos desshycritos por el psicoanaacutelisis y de la verdad de sus afirmaciones Mas los progresos que por este camino pueden realizarse son harto limitados y aquellos que quieran avanzar maacutes raacutepidamente en el estudio de nuestra disciplina lo conseguiraacuten mejor que por ninguacuten otro medio dejaacutendose analizar por un psicoanalista competente De este modo al mismo tiempo que experimentan en su propio ser los efectos del psicoanaacutelisis tendraacuten ocasioacuten de iniciarse en todas las sutilezas de su teacutecnica Claro es que este medio de maacutexima excelencia no puede ser utilizado sino por una sola persona y nunca por una sala completa de alumnos

Auacuten existe para vuestro acceso al psicoanaacutelisis una segunda dificultad pero eacutesta no es ya inherente a la esencia de nuestra disciplina sino que depende exclusivamente de los haacutebitos mentales que habeacuteis adquirido en el estudio de la Medicina Vuestra preparacioacuten meacutedica ha dado a vuestra actividad mental una determinada orientacioacuten que la aleja en gran manera del psicoanaacutelisis Se os ha habituado a fundar en causas anatoacutemicas las funciones orgaacutenicas y sus perturbaciones y a explicarlas desde los puntos de vista quiacutemico y fiacutesico concishybieacutendolas bioloacutegicamente pero nunca ha sido dirigido vuestro intereacutes a la vida psiacutequica en la que sin embargo culmina el funcionamiento de este nuestro organismo tan maravillosamente complicado Resultado de esta preparacioacuten es que desconoceacuteis en absoluto la disciplina mental psicoloacutegica y os habeacuteis acostumbrado a mirarla con desconfianza negaacutendole todo caraacutecter cientiacutefico y abandonaacutendola a los profanos poetas filoacutesofos y miacutesticos Mas con tal conducta estableceacuteis una desventajosa limitacioacuten de vuestra actividad meacutedica pues el enfermo os presentaraacute en primer lugar como sucede en todas las relaciones humanas sufarade psiacutequica y temo que para vuestro castigo os veaacuteis obligados a dejarles a aquellos que con tanto desprecio calificaacuteis de profanos naturalistas y miacutesticos una gran parte del influjo terapeacuteutico que deseariacuteais ejercer

No desconozco la disculpa que puede alegarse para excusar esta laguna de vuestra preparacioacuten Faacuteltanos auacuten aquella ciencia filosoacutefica auxiliar que

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podiacutea ser una importante ayuda para vuestros propoacutesitos meacutedicos Ni la Filoshysofiacutea especulativa ni la Psicologiacutea descriptiva ni la llamada Psicologiacutea expeshyrimental ligada a la Fisiologiacutea de los sentidos se hallan tal y como son ensentildeadas en las universidades en estado de proporcionarnos dato ninguno uacutetil sobre las relaciones entre lo somaacutetico y lo aniacutemico y ofrecernos la clave necesaria para la comprensioacuten de una perturbacioacuten cualquiera de las funciones aniacutemicas Dentro de la Medicina la Psiquiatriacutea se ocupa ciertamente de describir las perturshybaciones psiacutequicas por ella observadas y de reunirlas formando cuadros cliacutenicos mas en sus momentos de sinceridad los mismos psiquiacuteatras dudan de si sus exshyposiciones puramente descriptivas merecen realmente el nombre de ciencia Los siacutentomas que integran estos cuadros cliacutenicos nos son desconocidos en lo que respecta a su origen su mecanismo y su reciacuteproca conexioacuten y no corresponden a ellos ningunas modificaciones visibles del oacutergano anatoacutemico del alma o corresshyponden modificaciones que no nos proporcionan el menor esclarecimiento Tales perturbaciones aniacutemicas no podraacuten ser accesibles a una influencia terashypeacuteutica maacutes que cuando constituyan efectos secundarios de una cualquiera afeccioacuten orgaacutenica

Es eacutesta la laguna que el psicoanaacuteli~is se esfuerza en hacer desaparecer intenshytando dar a la Psiquiatriacutea la base psicoloacutegica de que carece y esperando descubrir el terreno comuacuten que haraacute inteligible la reunioacuten de una perturbacioacuten somaacutetica con una perturbacioacuten aniacutemica Con este objeto tiene que mantenerse libre de toda hipoacutetesis de orden anatoacutemico quiacutemico o fisioloacutegico extrantildeo a su peculiar esencia y no laborar maacutes que con conceptos auxiliares puramente psicoloacutegicos cosa que temo contribuya no poco a hacer que os parezca auacuten maacutes extrantildeo de lo que esperabais

Encontramos por uacuteltimo una tercera dificultad de la que no hareacute responshysable a vuestra posicioacuten personal ni tampoco a vuestra preparacioacuten cientiacutefica Dos afirmaciones del psicoanaacutelisis son principalmente las que causan mayor extrantildeeza y atraen sobre eacutel la desaprobacioacuten general Tropieza una de ellas con un prejuicio intelectual y la otra con un prejuicio esteacutetico y moral No conviene ciertamente despreciar tales prejuicios pues son residuos de pasadas fases muy uacutetiles y hasta necesarias de la evolucioacuten humana y poseen un considerable poder hallaacutendose sostenidos por fuerzas afectivas que hacen en extremo difiacutecil el luchar contra ellos

La primera de tales extrantildeas afirmaciones del psicoanaacutelisis es la de que los procesos psiacutequicos son en siacute mismos inconscientes y que los procesos consshycientes no son sino actos aislados o fracciones de la vida aniacutemica total Recordad con relacioacuten a esto que nos hallamos por el contrario acostumbrados a idenshytificar lo psiacutequico con lo consciente considerando precisamente la conciencia como la caracteriacutestica dejinicional de lo psiacutequico y Psicologiacutea como la ciencia de los contenidos de la conciencia Esta ecuacioacuten nos parece tan natural que creemos hallar un absurdo manifiesto en todo aquello que la contradiga Sin emshybargo el psicoanaacutelisis se ve obligado a oponerse en absoluto a esta identidad de lo psiacutequico y lo consciente Para eacutel lo psiacutequico son procesos de la naturaleza de los sentimientos del pensamiento y de la voluntad y afirma que existen un pensamiento inconsciente y una voluntad inconsciente

Ya con esta definicioacuten y esta afirmacioacuten se enajena el psicoanaacutelisis por adeshylantado la simpatiacutea de todos los partidarios del tiacutemido cientificismo y atrae sobre

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siacute la sospecha de no ser sino una fantaacutestica ciencia esoteacuterica ansiosa por construir misterios y pescar en las aguas turbias Naturalmente vosotros no podeacuteis comshyprender auacuten con queacute derecho califico de prejuicio un principio de una naturaleza tan abstracta como el de que laquolo aniacutemico es lo conscienteraquo y no podeacuteis adivinar por queacute caminos se ha podido llegar a la negacioacuten de lo inconsciente -suponienshydo que exista -y queacute ventajas puede proporcionar una tal negacioacuten A primera vista parece por completo ociosa la discusioacuten de si se ha de hacer coincidir lo psiacutequico con lo consciente o por el contrario extender los dominios de lo prishymero maacutes allaacute de los liacutemites de la conciencia no obstante puedo aseguraros que la aceptacioacuten de los procesos psiacutequicos inconscientes inicia en la ciencia una nueva orientacioacuten decisiva

Esta primera afirmacioacuten -un tanto osada- del psicoanaacutelisis posee un iacutentishymo enlace que ni siquiera sospechaacuteis con el segundo de los principios esenciales que el mismo ha deducido de sus investigaciones Contiene este segundo principio la afirmacioacuten de que determinados impulsos instintivos que uacutenicamente pueden ser calificados de sexuales tanto en el amplio sentido de esta palabra como en su sentido estricto desempentildean un papel cuya importancia no ha sido hasta el momento suficientemente reconocida en la causacioacuten de las enfermedades nershyviosas y psiacutequicas y ademaacutes coadyuvan con aportaciones nada despreciables a la geacutenesis de las maacutes altas creaciones culturales artiacutesticas y sociales del espiacuteritu humano

Mi experiencia me ha demostrado que la aversioacuten suscitada por este resultashydo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica constituye la fuente maacutes importante de las resistencias con las que la misma ha tropezado iquestQuereacuteis saber queacute explicacioacuten damos a este hecho Creemos que la cultura ha sido creada obedeciendo al imshypulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfaccioacuten de los instintos y que es de continuo creada de nuevo en gran parte del mismo modo pues cada inshydividuo que entra en la sociedad humana repite en provecho de la colectividad el sacrificio de la satisfaccioacuten de sus instintos Entre las fuerzas instintivas asiacute sacrificadas desempentildean un importantiacutesimo papel los impulsos sexuales los cuales son aquiacute objeto de una sublimacioacuten esto es son desviados de sus fines sexuashyles y dirigidos a fines socialmente maacutes elevados faltos ya de todo caraacutecter sexual Pero esta organizacioacuten resulta harto inestable los instintos sexuales quedan insuficientemente domados y en cada uno de aquellos individuos que han de coadyuvar a la obra civilizadora perdura el peligro de que los instintos sexuales resistan tal trato Por su parte la sociedad cree que el mayor peligro para su labor civilizadora seriacutea la liberacioacuten de los instintos sexuales y el retorno de los mismos a sus fines primitivos y por tanto no gusta de que se le recuerde esta parte un tanto escabrosa de los fundamentos en los que se basa ni muestra inteshyreacutes ninguno en que la energiacutea de los instintos sexuales sea reconocida en toda su importancia y se revele a cada uno de los individuos que constituyen la colectishyvidad social la magnitud de la influencia que sobre sus actos pueda ejercer la vida sexual Por el contrario adopta un meacutetodo de educacioacuten que tiende en general a desviar la atencioacuten de lo referente a la vida sexual Todo esto nos exshyplica por queacute la sociedad se niega a aceptar el resultado antes expuesto de las investigaciones psicoanaliacuteticas y quisiera inutilizarlo declaraacutendolo repulsivo desde el punto de vista esteacutetico condenable desde el punto de vista moral y peligroso por todos conceptos Mas no es con reproches de este geacutenero como se puede destruir un resultado objetivo de un trabajo cientiacutefico Para que una conshy

troversia tenga alguacuten valor habraacute de desarrollarse dentro de los dominios intelecshytuales Ahora bien dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causariacutea displacer aceptar como cierto y esta tendencia encuentra faacutecilmente argumento para rechazar en nombre del intelecshyto aquello sobre lo que recae De esta forma convierte la sociedad lo desagradashyble en equivocado discute las verdades del psicoanaacutelisis con argumentos loacutegicos y objetivos pero que proceden de fuentes emocionales y opone estas objeciones en calidad de prejuicios contra toda tentativa de refutacioacuten

Por nuestra parte podemos afirmar que al formular el principio de que tratamos no hemos tenido en vista finalidad tendenciosa alguna Nuestro uacutenico fin era el de exponer un hecho que creemos haber establecido con toda seguridad al cabo de una cuidadosa labor Creemos pues deber protestar contra la mezcla de tales consideraciones praacutecticas en la labor cientiacutefica y lo haremos desde lueshygo aun antes de investigar si los temores que estas consideraciones tratan de imponernos son o no justificados

Tales son algunas de las dificultades con las que tropezareacuteis si quereacuteis dedicashy ros al estudio del psicoanaacutelisis dificultades que ya son harto considerables para

el principIO de una labor cientiacutefica Si su perspectiva no os asusta podremos conshytinuar estas lecciones

LECCJON JI LOS ACTOS FALLIDOS

Sentildeoras y sentildeores

C OMENZAREMOS esta segunda leccioacuten no con la exposicioacuten de nuevas hipoacutetesis sino con una investigacioacuten eligiendo como objeto de la misma determinashy

dos fenoacutemenos muy frecuentes y conocidos pero insuficient~mente apreciados que no pueden considerarse como producto de un estado patoloacutegico puesto que son observados en toda persona normal Son estos fenoacutemenos aquellos a los que nosotros damos el nombre de funciones fallidas (Fehlleistungen) o actos fallidos (Fehlhandlungen) y que se producen cuando una persona dice una palabra por otra (Versprechen = equivocacioacuten oral) escribe cosa distinta de lo que teniacutea intencioacuten de escribir (Verschreiben = equivocacioacuten en la escritura) lee en un texto impreso o manuscrito algo distinto de lo que en el mismo aparece (Verlesen= =equivocacioacuten en la lectura o falsa lectura) u oye cosa diferente de lo que se dice (Verhoren = falsa audicioacuten) claro es que sin que en este uacuteltimo caso exista una perturbacioacuten orgaacutenica de sus facultades auditivas Otra serie de estos fenoacuteshymenos se basa en el olvido pero no en un olvido duradero sino temporal por ejemplo cuando no podemos dar con un nombre que nos es sin embargo conoshycido y que reconocemos en cuanto otra persona lo pronuncia o logramos hallar por nosotros mismos al cabo de maacutes o menos tiempo o cuando olvidamos llevar a cabo un propoacutesito que luego recordamos y que por tanto soacutelo hemos olvidado durante determinado intervalo En un tercer grupo de estos fenoacutemenos falta este caraacutecter temporal por eje]plo cuando no logramos recordar el lugar en que hemos guardado o colocado un objeto o perdemos algo definitivamente Traacutetase aquiacute de olvidos muy distintos de los que generalmente sufrimos en nuestra vida cotidiana y que nos asombran e irritan en vez de parecernos perfectamente comshyprensibles

2130 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS PSICOANALISIS-LOS ACTOS FALLIDOS 2131

siacute la sospecha de no ser sino una fantaacutestica ciencia esoteacuterica ansiosa por construir misterios y pescar en las aguas turbias Naturalmente vosotros no podeacuteis comshyprender auacuten con queacute derecho califico de prejuicio un principio de una naturaleza tan abstracta como el de que laquolo aniacutemico es lo conscienteraquo y no podeacuteis adivinar por queacute caminos se ha podido llegar a la negacioacuten de lo inconsciente -suponienshydo que exista -y queacute ventajas puede proporcionar una tal negacioacuten A primera vista parece por completo ociosa la discusioacuten de si se ha de hacer coincidir lo psiacutequico con lo consciente o por el contrario extender los dominios de lo prishymero maacutes allaacute de los liacutemites de la conciencia no obstante puedo aseguraros que la aceptacioacuten de los procesos psiacutequicos inconscientes inicia en la ciencia una nueva orientacioacuten decisiva

Esta primera afirmacioacuten -un tanto osada- del psicoanaacutelisis posee un iacutentishymo enlace que ni siquiera sospechaacuteis con el segundo de los principios esenciales que el mismo ha deducido de sus investigaciones Contiene este segundo principio la afirmacioacuten de que determinados impulsos instintivos que uacutenicamente pueden ser calificados de sexuales tanto en el amplio sentido de esta palabra como en su sentido estricto desempentildean un papel cuya importancia no ha sido hasta el momento suficientemente reconocida en la causacioacuten de las enfermedades nershyviosas y psiacutequicas y ademaacutes coadyuvan con aportaciones nada despreciables a la geacutenesis de las maacutes altas creaciones culturales artiacutesticas y sociales del espiacuteritu humano

Mi experiencia me ha demostrado que la aversioacuten suscitada por este resultashydo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica constituye la fuente maacutes importante de las resistencias con las que la misma ha tropezado iquestQuereacuteis saber queacute explicacioacuten damos a este hecho Creemos que la cultura ha sido creada obedeciendo al imshypulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfaccioacuten de los instintos y que es de continuo creada de nuevo en gran parte del mismo modo pues cada inshydividuo que entra en la sociedad humana repite en provecho de la colectividad el sacrificio de la satisfaccioacuten de sus instintos Entre las fuerzas instintivas asiacute sacrificadas desempentildean un importantiacutesimo papel los impulsos sexuales los cuales son aquiacute objeto de una sublimacioacuten esto es son desviados de sus fines sexuashyles y dirigidos a fines socialmente maacutes elevados faltos ya de todo caraacutecter sexual Pero esta organizacioacuten resulta harto inestable los instintos sexuales quedan insuficientemente domados y en cada uno de aquellos individuos que han de coadyuvar a la obra civilizadora perdura el peligro de que los instintos sexuales resistan tal trato Por su parte la sociedad cree que el mayor peligro para su labor civilizadora seriacutea la liberacioacuten de los instintos sexuales y el retorno de los mismos a sus fines primitivos y por tanto no gusta de que se le recuerde esta parte un tanto escabrosa de los fundamentos en los que se basa ni muestra inteshyreacutes ninguno en que la energiacutea de los instintos sexuales sea reconocida en toda su importancia y se revele a cada uno de los individuos que constituyen la colectishyvidad social la magnitud de la influencia que sobre sus actos pueda ejercer la vida sexual Por el contrario adopta un meacutetodo de educacioacuten que tiende en general a desviar la atencioacuten de lo referente a la vida sexual Todo esto nos exshyplica por queacute la sociedad se niega a aceptar el resultado antes expuesto de las investigaciones psicoanaliacuteticas y quisiera inutilizarlo declaraacutendolo repulsivo desde el punto de vista esteacutetico condenable desde el punto de vista moral y peligroso por todos conceptos Mas no es con reproches de este geacutenero como se puede destruir un resultado objetivo de un trabajo cientiacutefico Para que una conshy

troversia tenga alguacuten valor habraacute de desarrollarse dentro de los dominios intelecshytuales Ahora bien dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causariacutea displacer aceptar como cierto y esta tendencia encuentra faacutecilmente argumento para rechazar en nombre del intelecshyto aquello sobre lo que recae De esta forma convierte la sociedad lo desagradashyble en equivocado discute las verdades del psicoanaacutelisis con argumentos loacutegicos y objetivos pero que proceden de fuentes emocionales y opone estas objeciones en calidad de prejuicios contra toda tentativa de refutacioacuten

Por nuestra parte podemos afirmar que al formular el principio de que tratamos no hemos tenido en vista finalidad tendenciosa alguna Nuestro uacutenico fin era el de exponer un hecho que creemos haber establecido con toda seguridad al cabo de una cuidadosa labor Creemos pues deber protestar contra la mezcla de tales consideraciones praacutecticas en la labor cientiacutefica y lo haremos desde lueshygo aun antes de investigar si los temores que estas consideraciones tratan de imponernos son o no justificados

Tales son algunas de las dificultades con las que tropezareacuteis si quereacuteis dedicashy ros al estudio del psicoanaacutelisis dificultades que ya son harto considerables para

el principIO de una labor cientiacutefica Si su perspectiva no os asusta podremos conshytinuar estas lecciones

LECCJON JI LOS ACTOS FALLIDOS

Sentildeoras y sentildeores

C OMENZAREMOS esta segunda leccioacuten no con la exposicioacuten de nuevas hipoacutetesis sino con una investigacioacuten eligiendo como objeto de la misma determinashy

dos fenoacutemenos muy frecuentes y conocidos pero insuficient~mente apreciados que no pueden considerarse como producto de un estado patoloacutegico puesto que son observados en toda persona normal Son estos fenoacutemenos aquellos a los que nosotros damos el nombre de funciones fallidas (Fehlleistungen) o actos fallidos (Fehlhandlungen) y que se producen cuando una persona dice una palabra por otra (Versprechen = equivocacioacuten oral) escribe cosa distinta de lo que teniacutea intencioacuten de escribir (Verschreiben = equivocacioacuten en la escritura) lee en un texto impreso o manuscrito algo distinto de lo que en el mismo aparece (Verlesen= =equivocacioacuten en la lectura o falsa lectura) u oye cosa diferente de lo que se dice (Verhoren = falsa audicioacuten) claro es que sin que en este uacuteltimo caso exista una perturbacioacuten orgaacutenica de sus facultades auditivas Otra serie de estos fenoacuteshymenos se basa en el olvido pero no en un olvido duradero sino temporal por ejemplo cuando no podemos dar con un nombre que nos es sin embargo conoshycido y que reconocemos en cuanto otra persona lo pronuncia o logramos hallar por nosotros mismos al cabo de maacutes o menos tiempo o cuando olvidamos llevar a cabo un propoacutesito que luego recordamos y que por tanto soacutelo hemos olvidado durante determinado intervalo En un tercer grupo de estos fenoacutemenos falta este caraacutecter temporal por eje]plo cuando no logramos recordar el lugar en que hemos guardado o colocado un objeto o perdemos algo definitivamente Traacutetase aquiacute de olvidos muy distintos de los que generalmente sufrimos en nuestra vida cotidiana y que nos asombran e irritan en vez de parecernos perfectamente comshyprensibles

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A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

PSICOANALISIS LOS A C T O S FAL L IDOS 2133

tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

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A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

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tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

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ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

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ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

1

lit

PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

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vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

I I~

140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

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cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
              • Freud_Leccioacuten04-Actosfallidos3de3
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
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emprendeacuteis el examen de las fuentes histoacutericas maacutes antiguas debereacuteis tener en cuenta ideacutenticos factores esto es los moacuteviles que han podido guiar a los autores en su exposicioacuten y la concordancia de sus testimonios En el caso de Alejandro el resultado de este examen seraacute seguramente tranquilizable No asiacute cuando se trate de personalidades tales como Moiseacutes o Nimrod Volviendo ahora a las dudas que puedan surgir en vosotros con respecto al grado de confianza merecido por el informante psicoanaliacutetico os indicareacute que maacutes adelante tendreacuteis ocasioacuten de apreciarlas en su justo valor

Me preguntareacuteis ahora -y muy justificadamente por cierto-- coacutemo no existiendo verificacioacuten objetiva del psicoanaacutelisis ni posibilidad alguna de demosshytracioacuten puede hacerse el aprendizaje de nuestra disciplina y llegar a la conviccioacuten de la verdad de sus afirmaciones Este aprendizaje no es en efecto faacutecil y son muy pocos los que han podido aprenderlo correctamente pero naturalmente existen un camino y un meacutetodo posibles El psicoanaacutelisis se aprende en primer lugar por el estudio de la propia personalidad estudio que aunque no es rigurosashymente lo que acostumbramos calificar de autoobservacioacuten se aproxima bastante a este concepto Existe toda una serie de fenoacutemenos aniacutemicos muy frecuentes y generalmente conocidos que una vez iniciados en los principios de la teacutecnica analiacutetica podemos convertir en objetos de interesantes autoanaacutelisis los cuales nos proporcionaraacuten la deseada conviccioacuten de la realidad de los procesos desshycritos por el psicoanaacutelisis y de la verdad de sus afirmaciones Mas los progresos que por este camino pueden realizarse son harto limitados y aquellos que quieran avanzar maacutes raacutepidamente en el estudio de nuestra disciplina lo conseguiraacuten mejor que por ninguacuten otro medio dejaacutendose analizar por un psicoanalista competente De este modo al mismo tiempo que experimentan en su propio ser los efectos del psicoanaacutelisis tendraacuten ocasioacuten de iniciarse en todas las sutilezas de su teacutecnica Claro es que este medio de maacutexima excelencia no puede ser utilizado sino por una sola persona y nunca por una sala completa de alumnos

Auacuten existe para vuestro acceso al psicoanaacutelisis una segunda dificultad pero eacutesta no es ya inherente a la esencia de nuestra disciplina sino que depende exclusivamente de los haacutebitos mentales que habeacuteis adquirido en el estudio de la Medicina Vuestra preparacioacuten meacutedica ha dado a vuestra actividad mental una determinada orientacioacuten que la aleja en gran manera del psicoanaacutelisis Se os ha habituado a fundar en causas anatoacutemicas las funciones orgaacutenicas y sus perturbaciones y a explicarlas desde los puntos de vista quiacutemico y fiacutesico concishybieacutendolas bioloacutegicamente pero nunca ha sido dirigido vuestro intereacutes a la vida psiacutequica en la que sin embargo culmina el funcionamiento de este nuestro organismo tan maravillosamente complicado Resultado de esta preparacioacuten es que desconoceacuteis en absoluto la disciplina mental psicoloacutegica y os habeacuteis acostumbrado a mirarla con desconfianza negaacutendole todo caraacutecter cientiacutefico y abandonaacutendola a los profanos poetas filoacutesofos y miacutesticos Mas con tal conducta estableceacuteis una desventajosa limitacioacuten de vuestra actividad meacutedica pues el enfermo os presentaraacute en primer lugar como sucede en todas las relaciones humanas sufarade psiacutequica y temo que para vuestro castigo os veaacuteis obligados a dejarles a aquellos que con tanto desprecio calificaacuteis de profanos naturalistas y miacutesticos una gran parte del influjo terapeacuteutico que deseariacuteais ejercer

No desconozco la disculpa que puede alegarse para excusar esta laguna de vuestra preparacioacuten Faacuteltanos auacuten aquella ciencia filosoacutefica auxiliar que

PSICOANALISIS -INTRODUCCION 2129

podiacutea ser una importante ayuda para vuestros propoacutesitos meacutedicos Ni la Filoshysofiacutea especulativa ni la Psicologiacutea descriptiva ni la llamada Psicologiacutea expeshyrimental ligada a la Fisiologiacutea de los sentidos se hallan tal y como son ensentildeadas en las universidades en estado de proporcionarnos dato ninguno uacutetil sobre las relaciones entre lo somaacutetico y lo aniacutemico y ofrecernos la clave necesaria para la comprensioacuten de una perturbacioacuten cualquiera de las funciones aniacutemicas Dentro de la Medicina la Psiquiatriacutea se ocupa ciertamente de describir las perturshybaciones psiacutequicas por ella observadas y de reunirlas formando cuadros cliacutenicos mas en sus momentos de sinceridad los mismos psiquiacuteatras dudan de si sus exshyposiciones puramente descriptivas merecen realmente el nombre de ciencia Los siacutentomas que integran estos cuadros cliacutenicos nos son desconocidos en lo que respecta a su origen su mecanismo y su reciacuteproca conexioacuten y no corresponden a ellos ningunas modificaciones visibles del oacutergano anatoacutemico del alma o corresshyponden modificaciones que no nos proporcionan el menor esclarecimiento Tales perturbaciones aniacutemicas no podraacuten ser accesibles a una influencia terashypeacuteutica maacutes que cuando constituyan efectos secundarios de una cualquiera afeccioacuten orgaacutenica

Es eacutesta la laguna que el psicoanaacuteli~is se esfuerza en hacer desaparecer intenshytando dar a la Psiquiatriacutea la base psicoloacutegica de que carece y esperando descubrir el terreno comuacuten que haraacute inteligible la reunioacuten de una perturbacioacuten somaacutetica con una perturbacioacuten aniacutemica Con este objeto tiene que mantenerse libre de toda hipoacutetesis de orden anatoacutemico quiacutemico o fisioloacutegico extrantildeo a su peculiar esencia y no laborar maacutes que con conceptos auxiliares puramente psicoloacutegicos cosa que temo contribuya no poco a hacer que os parezca auacuten maacutes extrantildeo de lo que esperabais

Encontramos por uacuteltimo una tercera dificultad de la que no hareacute responshysable a vuestra posicioacuten personal ni tampoco a vuestra preparacioacuten cientiacutefica Dos afirmaciones del psicoanaacutelisis son principalmente las que causan mayor extrantildeeza y atraen sobre eacutel la desaprobacioacuten general Tropieza una de ellas con un prejuicio intelectual y la otra con un prejuicio esteacutetico y moral No conviene ciertamente despreciar tales prejuicios pues son residuos de pasadas fases muy uacutetiles y hasta necesarias de la evolucioacuten humana y poseen un considerable poder hallaacutendose sostenidos por fuerzas afectivas que hacen en extremo difiacutecil el luchar contra ellos

La primera de tales extrantildeas afirmaciones del psicoanaacutelisis es la de que los procesos psiacutequicos son en siacute mismos inconscientes y que los procesos consshycientes no son sino actos aislados o fracciones de la vida aniacutemica total Recordad con relacioacuten a esto que nos hallamos por el contrario acostumbrados a idenshytificar lo psiacutequico con lo consciente considerando precisamente la conciencia como la caracteriacutestica dejinicional de lo psiacutequico y Psicologiacutea como la ciencia de los contenidos de la conciencia Esta ecuacioacuten nos parece tan natural que creemos hallar un absurdo manifiesto en todo aquello que la contradiga Sin emshybargo el psicoanaacutelisis se ve obligado a oponerse en absoluto a esta identidad de lo psiacutequico y lo consciente Para eacutel lo psiacutequico son procesos de la naturaleza de los sentimientos del pensamiento y de la voluntad y afirma que existen un pensamiento inconsciente y una voluntad inconsciente

Ya con esta definicioacuten y esta afirmacioacuten se enajena el psicoanaacutelisis por adeshylantado la simpatiacutea de todos los partidarios del tiacutemido cientificismo y atrae sobre

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emprendeacuteis el examen de las fuentes histoacutericas maacutes antiguas debereacuteis tener en cuenta ideacutenticos factores esto es los moacuteviles que han podido guiar a los autores en su exposicioacuten y la concordancia de sus testimonios En el caso de Alejandro el resultado de este examen seraacute seguramente tranquilizable No asiacute cuando se trate de personalidades tales como Moiseacutes o Nimrod Volviendo ahora a las dudas que puedan surgir en vosotros con respecto al grado de confianza merecido por el informante psicoanaliacutetico os indicareacute que maacutes adelante tendreacuteis ocasioacuten de apreciarlas en su justo valor

Me preguntareacuteis ahora -y muy justificadamente por cierto-- coacutemo no existiendo verificacioacuten objetiva del psicoanaacutelisis ni posibilidad alguna de demosshytracioacuten puede hacerse el aprendizaje de nuestra disciplina y llegar a la conviccioacuten de la verdad de sus afirmaciones Este aprendizaje no es en efecto faacutecil y son muy pocos los que han podido aprenderlo correctamente pero naturalmente existen un camino y un meacutetodo posibles El psicoanaacutelisis se aprende en primer lugar por el estudio de la propia personalidad estudio que aunque no es rigurosashymente lo que acostumbramos calificar de autoobservacioacuten se aproxima bastante a este concepto Existe toda una serie de fenoacutemenos aniacutemicos muy frecuentes y generalmente conocidos que una vez iniciados en los principios de la teacutecnica analiacutetica podemos convertir en objetos de interesantes autoanaacutelisis los cuales nos proporcionaraacuten la deseada conviccioacuten de la realidad de los procesos desshycritos por el psicoanaacutelisis y de la verdad de sus afirmaciones Mas los progresos que por este camino pueden realizarse son harto limitados y aquellos que quieran avanzar maacutes raacutepidamente en el estudio de nuestra disciplina lo conseguiraacuten mejor que por ninguacuten otro medio dejaacutendose analizar por un psicoanalista competente De este modo al mismo tiempo que experimentan en su propio ser los efectos del psicoanaacutelisis tendraacuten ocasioacuten de iniciarse en todas las sutilezas de su teacutecnica Claro es que este medio de maacutexima excelencia no puede ser utilizado sino por una sola persona y nunca por una sala completa de alumnos

Auacuten existe para vuestro acceso al psicoanaacutelisis una segunda dificultad pero eacutesta no es ya inherente a la esencia de nuestra disciplina sino que depende exclusivamente de los haacutebitos mentales que habeacuteis adquirido en el estudio de la Medicina Vuestra preparacioacuten meacutedica ha dado a vuestra actividad mental una determinada orientacioacuten que la aleja en gran manera del psicoanaacutelisis Se os ha habituado a fundar en causas anatoacutemicas las funciones orgaacutenicas y sus perturbaciones y a explicarlas desde los puntos de vista quiacutemico y fiacutesico concishybieacutendolas bioloacutegicamente pero nunca ha sido dirigido vuestro intereacutes a la vida psiacutequica en la que sin embargo culmina el funcionamiento de este nuestro organismo tan maravillosamente complicado Resultado de esta preparacioacuten es que desconoceacuteis en absoluto la disciplina mental psicoloacutegica y os habeacuteis acostumbrado a mirarla con desconfianza negaacutendole todo caraacutecter cientiacutefico y abandonaacutendola a los profanos poetas filoacutesofos y miacutesticos Mas con tal conducta estableceacuteis una desventajosa limitacioacuten de vuestra actividad meacutedica pues el enfermo os presentaraacute en primer lugar como sucede en todas las relaciones humanas sufarade psiacutequica y temo que para vuestro castigo os veaacuteis obligados a dejarles a aquellos que con tanto desprecio calificaacuteis de profanos naturalistas y miacutesticos una gran parte del influjo terapeacuteutico que deseariacuteais ejercer

No desconozco la disculpa que puede alegarse para excusar esta laguna de vuestra preparacioacuten Faacuteltanos auacuten aquella ciencia filosoacutefica auxiliar que

PSICOANALISIS -INTRODUCCION 2129

podiacutea ser una importante ayuda para vuestros propoacutesitos meacutedicos Ni la Filoshysofiacutea especulativa ni la Psicologiacutea descriptiva ni la llamada Psicologiacutea expeshyrimental ligada a la Fisiologiacutea de los sentidos se hallan tal y como son ensentildeadas en las universidades en estado de proporcionarnos dato ninguno uacutetil sobre las relaciones entre lo somaacutetico y lo aniacutemico y ofrecernos la clave necesaria para la comprensioacuten de una perturbacioacuten cualquiera de las funciones aniacutemicas Dentro de la Medicina la Psiquiatriacutea se ocupa ciertamente de describir las perturshybaciones psiacutequicas por ella observadas y de reunirlas formando cuadros cliacutenicos mas en sus momentos de sinceridad los mismos psiquiacuteatras dudan de si sus exshyposiciones puramente descriptivas merecen realmente el nombre de ciencia Los siacutentomas que integran estos cuadros cliacutenicos nos son desconocidos en lo que respecta a su origen su mecanismo y su reciacuteproca conexioacuten y no corresponden a ellos ningunas modificaciones visibles del oacutergano anatoacutemico del alma o corresshyponden modificaciones que no nos proporcionan el menor esclarecimiento Tales perturbaciones aniacutemicas no podraacuten ser accesibles a una influencia terashypeacuteutica maacutes que cuando constituyan efectos secundarios de una cualquiera afeccioacuten orgaacutenica

Es eacutesta la laguna que el psicoanaacuteli~is se esfuerza en hacer desaparecer intenshytando dar a la Psiquiatriacutea la base psicoloacutegica de que carece y esperando descubrir el terreno comuacuten que haraacute inteligible la reunioacuten de una perturbacioacuten somaacutetica con una perturbacioacuten aniacutemica Con este objeto tiene que mantenerse libre de toda hipoacutetesis de orden anatoacutemico quiacutemico o fisioloacutegico extrantildeo a su peculiar esencia y no laborar maacutes que con conceptos auxiliares puramente psicoloacutegicos cosa que temo contribuya no poco a hacer que os parezca auacuten maacutes extrantildeo de lo que esperabais

Encontramos por uacuteltimo una tercera dificultad de la que no hareacute responshysable a vuestra posicioacuten personal ni tampoco a vuestra preparacioacuten cientiacutefica Dos afirmaciones del psicoanaacutelisis son principalmente las que causan mayor extrantildeeza y atraen sobre eacutel la desaprobacioacuten general Tropieza una de ellas con un prejuicio intelectual y la otra con un prejuicio esteacutetico y moral No conviene ciertamente despreciar tales prejuicios pues son residuos de pasadas fases muy uacutetiles y hasta necesarias de la evolucioacuten humana y poseen un considerable poder hallaacutendose sostenidos por fuerzas afectivas que hacen en extremo difiacutecil el luchar contra ellos

La primera de tales extrantildeas afirmaciones del psicoanaacutelisis es la de que los procesos psiacutequicos son en siacute mismos inconscientes y que los procesos consshycientes no son sino actos aislados o fracciones de la vida aniacutemica total Recordad con relacioacuten a esto que nos hallamos por el contrario acostumbrados a idenshytificar lo psiacutequico con lo consciente considerando precisamente la conciencia como la caracteriacutestica dejinicional de lo psiacutequico y Psicologiacutea como la ciencia de los contenidos de la conciencia Esta ecuacioacuten nos parece tan natural que creemos hallar un absurdo manifiesto en todo aquello que la contradiga Sin emshybargo el psicoanaacutelisis se ve obligado a oponerse en absoluto a esta identidad de lo psiacutequico y lo consciente Para eacutel lo psiacutequico son procesos de la naturaleza de los sentimientos del pensamiento y de la voluntad y afirma que existen un pensamiento inconsciente y una voluntad inconsciente

Ya con esta definicioacuten y esta afirmacioacuten se enajena el psicoanaacutelisis por adeshylantado la simpatiacutea de todos los partidarios del tiacutemido cientificismo y atrae sobre

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siacute la sospecha de no ser sino una fantaacutestica ciencia esoteacuterica ansiosa por construir misterios y pescar en las aguas turbias Naturalmente vosotros no podeacuteis comshyprender auacuten con queacute derecho califico de prejuicio un principio de una naturaleza tan abstracta como el de que laquolo aniacutemico es lo conscienteraquo y no podeacuteis adivinar por queacute caminos se ha podido llegar a la negacioacuten de lo inconsciente -suponienshydo que exista -y queacute ventajas puede proporcionar una tal negacioacuten A primera vista parece por completo ociosa la discusioacuten de si se ha de hacer coincidir lo psiacutequico con lo consciente o por el contrario extender los dominios de lo prishymero maacutes allaacute de los liacutemites de la conciencia no obstante puedo aseguraros que la aceptacioacuten de los procesos psiacutequicos inconscientes inicia en la ciencia una nueva orientacioacuten decisiva

Esta primera afirmacioacuten -un tanto osada- del psicoanaacutelisis posee un iacutentishymo enlace que ni siquiera sospechaacuteis con el segundo de los principios esenciales que el mismo ha deducido de sus investigaciones Contiene este segundo principio la afirmacioacuten de que determinados impulsos instintivos que uacutenicamente pueden ser calificados de sexuales tanto en el amplio sentido de esta palabra como en su sentido estricto desempentildean un papel cuya importancia no ha sido hasta el momento suficientemente reconocida en la causacioacuten de las enfermedades nershyviosas y psiacutequicas y ademaacutes coadyuvan con aportaciones nada despreciables a la geacutenesis de las maacutes altas creaciones culturales artiacutesticas y sociales del espiacuteritu humano

Mi experiencia me ha demostrado que la aversioacuten suscitada por este resultashydo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica constituye la fuente maacutes importante de las resistencias con las que la misma ha tropezado iquestQuereacuteis saber queacute explicacioacuten damos a este hecho Creemos que la cultura ha sido creada obedeciendo al imshypulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfaccioacuten de los instintos y que es de continuo creada de nuevo en gran parte del mismo modo pues cada inshydividuo que entra en la sociedad humana repite en provecho de la colectividad el sacrificio de la satisfaccioacuten de sus instintos Entre las fuerzas instintivas asiacute sacrificadas desempentildean un importantiacutesimo papel los impulsos sexuales los cuales son aquiacute objeto de una sublimacioacuten esto es son desviados de sus fines sexuashyles y dirigidos a fines socialmente maacutes elevados faltos ya de todo caraacutecter sexual Pero esta organizacioacuten resulta harto inestable los instintos sexuales quedan insuficientemente domados y en cada uno de aquellos individuos que han de coadyuvar a la obra civilizadora perdura el peligro de que los instintos sexuales resistan tal trato Por su parte la sociedad cree que el mayor peligro para su labor civilizadora seriacutea la liberacioacuten de los instintos sexuales y el retorno de los mismos a sus fines primitivos y por tanto no gusta de que se le recuerde esta parte un tanto escabrosa de los fundamentos en los que se basa ni muestra inteshyreacutes ninguno en que la energiacutea de los instintos sexuales sea reconocida en toda su importancia y se revele a cada uno de los individuos que constituyen la colectishyvidad social la magnitud de la influencia que sobre sus actos pueda ejercer la vida sexual Por el contrario adopta un meacutetodo de educacioacuten que tiende en general a desviar la atencioacuten de lo referente a la vida sexual Todo esto nos exshyplica por queacute la sociedad se niega a aceptar el resultado antes expuesto de las investigaciones psicoanaliacuteticas y quisiera inutilizarlo declaraacutendolo repulsivo desde el punto de vista esteacutetico condenable desde el punto de vista moral y peligroso por todos conceptos Mas no es con reproches de este geacutenero como se puede destruir un resultado objetivo de un trabajo cientiacutefico Para que una conshy

troversia tenga alguacuten valor habraacute de desarrollarse dentro de los dominios intelecshytuales Ahora bien dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causariacutea displacer aceptar como cierto y esta tendencia encuentra faacutecilmente argumento para rechazar en nombre del intelecshyto aquello sobre lo que recae De esta forma convierte la sociedad lo desagradashyble en equivocado discute las verdades del psicoanaacutelisis con argumentos loacutegicos y objetivos pero que proceden de fuentes emocionales y opone estas objeciones en calidad de prejuicios contra toda tentativa de refutacioacuten

Por nuestra parte podemos afirmar que al formular el principio de que tratamos no hemos tenido en vista finalidad tendenciosa alguna Nuestro uacutenico fin era el de exponer un hecho que creemos haber establecido con toda seguridad al cabo de una cuidadosa labor Creemos pues deber protestar contra la mezcla de tales consideraciones praacutecticas en la labor cientiacutefica y lo haremos desde lueshygo aun antes de investigar si los temores que estas consideraciones tratan de imponernos son o no justificados

Tales son algunas de las dificultades con las que tropezareacuteis si quereacuteis dedicashy ros al estudio del psicoanaacutelisis dificultades que ya son harto considerables para

el principIO de una labor cientiacutefica Si su perspectiva no os asusta podremos conshytinuar estas lecciones

LECCJON JI LOS ACTOS FALLIDOS

Sentildeoras y sentildeores

C OMENZAREMOS esta segunda leccioacuten no con la exposicioacuten de nuevas hipoacutetesis sino con una investigacioacuten eligiendo como objeto de la misma determinashy

dos fenoacutemenos muy frecuentes y conocidos pero insuficient~mente apreciados que no pueden considerarse como producto de un estado patoloacutegico puesto que son observados en toda persona normal Son estos fenoacutemenos aquellos a los que nosotros damos el nombre de funciones fallidas (Fehlleistungen) o actos fallidos (Fehlhandlungen) y que se producen cuando una persona dice una palabra por otra (Versprechen = equivocacioacuten oral) escribe cosa distinta de lo que teniacutea intencioacuten de escribir (Verschreiben = equivocacioacuten en la escritura) lee en un texto impreso o manuscrito algo distinto de lo que en el mismo aparece (Verlesen= =equivocacioacuten en la lectura o falsa lectura) u oye cosa diferente de lo que se dice (Verhoren = falsa audicioacuten) claro es que sin que en este uacuteltimo caso exista una perturbacioacuten orgaacutenica de sus facultades auditivas Otra serie de estos fenoacuteshymenos se basa en el olvido pero no en un olvido duradero sino temporal por ejemplo cuando no podemos dar con un nombre que nos es sin embargo conoshycido y que reconocemos en cuanto otra persona lo pronuncia o logramos hallar por nosotros mismos al cabo de maacutes o menos tiempo o cuando olvidamos llevar a cabo un propoacutesito que luego recordamos y que por tanto soacutelo hemos olvidado durante determinado intervalo En un tercer grupo de estos fenoacutemenos falta este caraacutecter temporal por eje]plo cuando no logramos recordar el lugar en que hemos guardado o colocado un objeto o perdemos algo definitivamente Traacutetase aquiacute de olvidos muy distintos de los que generalmente sufrimos en nuestra vida cotidiana y que nos asombran e irritan en vez de parecernos perfectamente comshyprensibles

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siacute la sospecha de no ser sino una fantaacutestica ciencia esoteacuterica ansiosa por construir misterios y pescar en las aguas turbias Naturalmente vosotros no podeacuteis comshyprender auacuten con queacute derecho califico de prejuicio un principio de una naturaleza tan abstracta como el de que laquolo aniacutemico es lo conscienteraquo y no podeacuteis adivinar por queacute caminos se ha podido llegar a la negacioacuten de lo inconsciente -suponienshydo que exista -y queacute ventajas puede proporcionar una tal negacioacuten A primera vista parece por completo ociosa la discusioacuten de si se ha de hacer coincidir lo psiacutequico con lo consciente o por el contrario extender los dominios de lo prishymero maacutes allaacute de los liacutemites de la conciencia no obstante puedo aseguraros que la aceptacioacuten de los procesos psiacutequicos inconscientes inicia en la ciencia una nueva orientacioacuten decisiva

Esta primera afirmacioacuten -un tanto osada- del psicoanaacutelisis posee un iacutentishymo enlace que ni siquiera sospechaacuteis con el segundo de los principios esenciales que el mismo ha deducido de sus investigaciones Contiene este segundo principio la afirmacioacuten de que determinados impulsos instintivos que uacutenicamente pueden ser calificados de sexuales tanto en el amplio sentido de esta palabra como en su sentido estricto desempentildean un papel cuya importancia no ha sido hasta el momento suficientemente reconocida en la causacioacuten de las enfermedades nershyviosas y psiacutequicas y ademaacutes coadyuvan con aportaciones nada despreciables a la geacutenesis de las maacutes altas creaciones culturales artiacutesticas y sociales del espiacuteritu humano

Mi experiencia me ha demostrado que la aversioacuten suscitada por este resultashydo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica constituye la fuente maacutes importante de las resistencias con las que la misma ha tropezado iquestQuereacuteis saber queacute explicacioacuten damos a este hecho Creemos que la cultura ha sido creada obedeciendo al imshypulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfaccioacuten de los instintos y que es de continuo creada de nuevo en gran parte del mismo modo pues cada inshydividuo que entra en la sociedad humana repite en provecho de la colectividad el sacrificio de la satisfaccioacuten de sus instintos Entre las fuerzas instintivas asiacute sacrificadas desempentildean un importantiacutesimo papel los impulsos sexuales los cuales son aquiacute objeto de una sublimacioacuten esto es son desviados de sus fines sexuashyles y dirigidos a fines socialmente maacutes elevados faltos ya de todo caraacutecter sexual Pero esta organizacioacuten resulta harto inestable los instintos sexuales quedan insuficientemente domados y en cada uno de aquellos individuos que han de coadyuvar a la obra civilizadora perdura el peligro de que los instintos sexuales resistan tal trato Por su parte la sociedad cree que el mayor peligro para su labor civilizadora seriacutea la liberacioacuten de los instintos sexuales y el retorno de los mismos a sus fines primitivos y por tanto no gusta de que se le recuerde esta parte un tanto escabrosa de los fundamentos en los que se basa ni muestra inteshyreacutes ninguno en que la energiacutea de los instintos sexuales sea reconocida en toda su importancia y se revele a cada uno de los individuos que constituyen la colectishyvidad social la magnitud de la influencia que sobre sus actos pueda ejercer la vida sexual Por el contrario adopta un meacutetodo de educacioacuten que tiende en general a desviar la atencioacuten de lo referente a la vida sexual Todo esto nos exshyplica por queacute la sociedad se niega a aceptar el resultado antes expuesto de las investigaciones psicoanaliacuteticas y quisiera inutilizarlo declaraacutendolo repulsivo desde el punto de vista esteacutetico condenable desde el punto de vista moral y peligroso por todos conceptos Mas no es con reproches de este geacutenero como se puede destruir un resultado objetivo de un trabajo cientiacutefico Para que una conshy

troversia tenga alguacuten valor habraacute de desarrollarse dentro de los dominios intelecshytuales Ahora bien dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causariacutea displacer aceptar como cierto y esta tendencia encuentra faacutecilmente argumento para rechazar en nombre del intelecshyto aquello sobre lo que recae De esta forma convierte la sociedad lo desagradashyble en equivocado discute las verdades del psicoanaacutelisis con argumentos loacutegicos y objetivos pero que proceden de fuentes emocionales y opone estas objeciones en calidad de prejuicios contra toda tentativa de refutacioacuten

Por nuestra parte podemos afirmar que al formular el principio de que tratamos no hemos tenido en vista finalidad tendenciosa alguna Nuestro uacutenico fin era el de exponer un hecho que creemos haber establecido con toda seguridad al cabo de una cuidadosa labor Creemos pues deber protestar contra la mezcla de tales consideraciones praacutecticas en la labor cientiacutefica y lo haremos desde lueshygo aun antes de investigar si los temores que estas consideraciones tratan de imponernos son o no justificados

Tales son algunas de las dificultades con las que tropezareacuteis si quereacuteis dedicashy ros al estudio del psicoanaacutelisis dificultades que ya son harto considerables para

el principIO de una labor cientiacutefica Si su perspectiva no os asusta podremos conshytinuar estas lecciones

LECCJON JI LOS ACTOS FALLIDOS

Sentildeoras y sentildeores

C OMENZAREMOS esta segunda leccioacuten no con la exposicioacuten de nuevas hipoacutetesis sino con una investigacioacuten eligiendo como objeto de la misma determinashy

dos fenoacutemenos muy frecuentes y conocidos pero insuficient~mente apreciados que no pueden considerarse como producto de un estado patoloacutegico puesto que son observados en toda persona normal Son estos fenoacutemenos aquellos a los que nosotros damos el nombre de funciones fallidas (Fehlleistungen) o actos fallidos (Fehlhandlungen) y que se producen cuando una persona dice una palabra por otra (Versprechen = equivocacioacuten oral) escribe cosa distinta de lo que teniacutea intencioacuten de escribir (Verschreiben = equivocacioacuten en la escritura) lee en un texto impreso o manuscrito algo distinto de lo que en el mismo aparece (Verlesen= =equivocacioacuten en la lectura o falsa lectura) u oye cosa diferente de lo que se dice (Verhoren = falsa audicioacuten) claro es que sin que en este uacuteltimo caso exista una perturbacioacuten orgaacutenica de sus facultades auditivas Otra serie de estos fenoacuteshymenos se basa en el olvido pero no en un olvido duradero sino temporal por ejemplo cuando no podemos dar con un nombre que nos es sin embargo conoshycido y que reconocemos en cuanto otra persona lo pronuncia o logramos hallar por nosotros mismos al cabo de maacutes o menos tiempo o cuando olvidamos llevar a cabo un propoacutesito que luego recordamos y que por tanto soacutelo hemos olvidado durante determinado intervalo En un tercer grupo de estos fenoacutemenos falta este caraacutecter temporal por eje]plo cuando no logramos recordar el lugar en que hemos guardado o colocado un objeto o perdemos algo definitivamente Traacutetase aquiacute de olvidos muy distintos de los que generalmente sufrimos en nuestra vida cotidiana y que nos asombran e irritan en vez de parecernos perfectamente comshyprensibles

1132 SIGMUND FREUD OBRAS COMPLETAS

A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

PSICOANALISIS LOS A C T O S FAL L IDOS 2133

tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

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A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

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tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

2134 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS

muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

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ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

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(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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lit

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de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

I

2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

1

1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

1I

digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

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vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

2142 S I G Al D -OBRAS CO

cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

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Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

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LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

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lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
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2128 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

emprendeacuteis el examen de las fuentes histoacutericas maacutes antiguas debereacuteis tener en cuenta ideacutenticos factores esto es los moacuteviles que han podido guiar a los autores en su exposicioacuten y la concordancia de sus testimonios En el caso de Alejandro el resultado de este examen seraacute seguramente tranquilizable No asiacute cuando se trate de personalidades tales como Moiseacutes o Nimrod Volviendo ahora a las dudas que puedan surgir en vosotros con respecto al grado de confianza merecido por el informante psicoanaliacutetico os indicareacute que maacutes adelante tendreacuteis ocasioacuten de apreciarlas en su justo valor

Me preguntareacuteis ahora -y muy justificadamente por cierto-- coacutemo no existiendo verificacioacuten objetiva del psicoanaacutelisis ni posibilidad alguna de demosshytracioacuten puede hacerse el aprendizaje de nuestra disciplina y llegar a la conviccioacuten de la verdad de sus afirmaciones Este aprendizaje no es en efecto faacutecil y son muy pocos los que han podido aprenderlo correctamente pero naturalmente existen un camino y un meacutetodo posibles El psicoanaacutelisis se aprende en primer lugar por el estudio de la propia personalidad estudio que aunque no es rigurosashymente lo que acostumbramos calificar de autoobservacioacuten se aproxima bastante a este concepto Existe toda una serie de fenoacutemenos aniacutemicos muy frecuentes y generalmente conocidos que una vez iniciados en los principios de la teacutecnica analiacutetica podemos convertir en objetos de interesantes autoanaacutelisis los cuales nos proporcionaraacuten la deseada conviccioacuten de la realidad de los procesos desshycritos por el psicoanaacutelisis y de la verdad de sus afirmaciones Mas los progresos que por este camino pueden realizarse son harto limitados y aquellos que quieran avanzar maacutes raacutepidamente en el estudio de nuestra disciplina lo conseguiraacuten mejor que por ninguacuten otro medio dejaacutendose analizar por un psicoanalista competente De este modo al mismo tiempo que experimentan en su propio ser los efectos del psicoanaacutelisis tendraacuten ocasioacuten de iniciarse en todas las sutilezas de su teacutecnica Claro es que este medio de maacutexima excelencia no puede ser utilizado sino por una sola persona y nunca por una sala completa de alumnos

Auacuten existe para vuestro acceso al psicoanaacutelisis una segunda dificultad pero eacutesta no es ya inherente a la esencia de nuestra disciplina sino que depende exclusivamente de los haacutebitos mentales que habeacuteis adquirido en el estudio de la Medicina Vuestra preparacioacuten meacutedica ha dado a vuestra actividad mental una determinada orientacioacuten que la aleja en gran manera del psicoanaacutelisis Se os ha habituado a fundar en causas anatoacutemicas las funciones orgaacutenicas y sus perturbaciones y a explicarlas desde los puntos de vista quiacutemico y fiacutesico concishybieacutendolas bioloacutegicamente pero nunca ha sido dirigido vuestro intereacutes a la vida psiacutequica en la que sin embargo culmina el funcionamiento de este nuestro organismo tan maravillosamente complicado Resultado de esta preparacioacuten es que desconoceacuteis en absoluto la disciplina mental psicoloacutegica y os habeacuteis acostumbrado a mirarla con desconfianza negaacutendole todo caraacutecter cientiacutefico y abandonaacutendola a los profanos poetas filoacutesofos y miacutesticos Mas con tal conducta estableceacuteis una desventajosa limitacioacuten de vuestra actividad meacutedica pues el enfermo os presentaraacute en primer lugar como sucede en todas las relaciones humanas sufarade psiacutequica y temo que para vuestro castigo os veaacuteis obligados a dejarles a aquellos que con tanto desprecio calificaacuteis de profanos naturalistas y miacutesticos una gran parte del influjo terapeacuteutico que deseariacuteais ejercer

No desconozco la disculpa que puede alegarse para excusar esta laguna de vuestra preparacioacuten Faacuteltanos auacuten aquella ciencia filosoacutefica auxiliar que

PSICOANALISIS -INTRODUCCION 2129

podiacutea ser una importante ayuda para vuestros propoacutesitos meacutedicos Ni la Filoshysofiacutea especulativa ni la Psicologiacutea descriptiva ni la llamada Psicologiacutea expeshyrimental ligada a la Fisiologiacutea de los sentidos se hallan tal y como son ensentildeadas en las universidades en estado de proporcionarnos dato ninguno uacutetil sobre las relaciones entre lo somaacutetico y lo aniacutemico y ofrecernos la clave necesaria para la comprensioacuten de una perturbacioacuten cualquiera de las funciones aniacutemicas Dentro de la Medicina la Psiquiatriacutea se ocupa ciertamente de describir las perturshybaciones psiacutequicas por ella observadas y de reunirlas formando cuadros cliacutenicos mas en sus momentos de sinceridad los mismos psiquiacuteatras dudan de si sus exshyposiciones puramente descriptivas merecen realmente el nombre de ciencia Los siacutentomas que integran estos cuadros cliacutenicos nos son desconocidos en lo que respecta a su origen su mecanismo y su reciacuteproca conexioacuten y no corresponden a ellos ningunas modificaciones visibles del oacutergano anatoacutemico del alma o corresshyponden modificaciones que no nos proporcionan el menor esclarecimiento Tales perturbaciones aniacutemicas no podraacuten ser accesibles a una influencia terashypeacuteutica maacutes que cuando constituyan efectos secundarios de una cualquiera afeccioacuten orgaacutenica

Es eacutesta la laguna que el psicoanaacuteli~is se esfuerza en hacer desaparecer intenshytando dar a la Psiquiatriacutea la base psicoloacutegica de que carece y esperando descubrir el terreno comuacuten que haraacute inteligible la reunioacuten de una perturbacioacuten somaacutetica con una perturbacioacuten aniacutemica Con este objeto tiene que mantenerse libre de toda hipoacutetesis de orden anatoacutemico quiacutemico o fisioloacutegico extrantildeo a su peculiar esencia y no laborar maacutes que con conceptos auxiliares puramente psicoloacutegicos cosa que temo contribuya no poco a hacer que os parezca auacuten maacutes extrantildeo de lo que esperabais

Encontramos por uacuteltimo una tercera dificultad de la que no hareacute responshysable a vuestra posicioacuten personal ni tampoco a vuestra preparacioacuten cientiacutefica Dos afirmaciones del psicoanaacutelisis son principalmente las que causan mayor extrantildeeza y atraen sobre eacutel la desaprobacioacuten general Tropieza una de ellas con un prejuicio intelectual y la otra con un prejuicio esteacutetico y moral No conviene ciertamente despreciar tales prejuicios pues son residuos de pasadas fases muy uacutetiles y hasta necesarias de la evolucioacuten humana y poseen un considerable poder hallaacutendose sostenidos por fuerzas afectivas que hacen en extremo difiacutecil el luchar contra ellos

La primera de tales extrantildeas afirmaciones del psicoanaacutelisis es la de que los procesos psiacutequicos son en siacute mismos inconscientes y que los procesos consshycientes no son sino actos aislados o fracciones de la vida aniacutemica total Recordad con relacioacuten a esto que nos hallamos por el contrario acostumbrados a idenshytificar lo psiacutequico con lo consciente considerando precisamente la conciencia como la caracteriacutestica dejinicional de lo psiacutequico y Psicologiacutea como la ciencia de los contenidos de la conciencia Esta ecuacioacuten nos parece tan natural que creemos hallar un absurdo manifiesto en todo aquello que la contradiga Sin emshybargo el psicoanaacutelisis se ve obligado a oponerse en absoluto a esta identidad de lo psiacutequico y lo consciente Para eacutel lo psiacutequico son procesos de la naturaleza de los sentimientos del pensamiento y de la voluntad y afirma que existen un pensamiento inconsciente y una voluntad inconsciente

Ya con esta definicioacuten y esta afirmacioacuten se enajena el psicoanaacutelisis por adeshylantado la simpatiacutea de todos los partidarios del tiacutemido cientificismo y atrae sobre

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siacute la sospecha de no ser sino una fantaacutestica ciencia esoteacuterica ansiosa por construir misterios y pescar en las aguas turbias Naturalmente vosotros no podeacuteis comshyprender auacuten con queacute derecho califico de prejuicio un principio de una naturaleza tan abstracta como el de que laquolo aniacutemico es lo conscienteraquo y no podeacuteis adivinar por queacute caminos se ha podido llegar a la negacioacuten de lo inconsciente -suponienshydo que exista -y queacute ventajas puede proporcionar una tal negacioacuten A primera vista parece por completo ociosa la discusioacuten de si se ha de hacer coincidir lo psiacutequico con lo consciente o por el contrario extender los dominios de lo prishymero maacutes allaacute de los liacutemites de la conciencia no obstante puedo aseguraros que la aceptacioacuten de los procesos psiacutequicos inconscientes inicia en la ciencia una nueva orientacioacuten decisiva

Esta primera afirmacioacuten -un tanto osada- del psicoanaacutelisis posee un iacutentishymo enlace que ni siquiera sospechaacuteis con el segundo de los principios esenciales que el mismo ha deducido de sus investigaciones Contiene este segundo principio la afirmacioacuten de que determinados impulsos instintivos que uacutenicamente pueden ser calificados de sexuales tanto en el amplio sentido de esta palabra como en su sentido estricto desempentildean un papel cuya importancia no ha sido hasta el momento suficientemente reconocida en la causacioacuten de las enfermedades nershyviosas y psiacutequicas y ademaacutes coadyuvan con aportaciones nada despreciables a la geacutenesis de las maacutes altas creaciones culturales artiacutesticas y sociales del espiacuteritu humano

Mi experiencia me ha demostrado que la aversioacuten suscitada por este resultashydo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica constituye la fuente maacutes importante de las resistencias con las que la misma ha tropezado iquestQuereacuteis saber queacute explicacioacuten damos a este hecho Creemos que la cultura ha sido creada obedeciendo al imshypulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfaccioacuten de los instintos y que es de continuo creada de nuevo en gran parte del mismo modo pues cada inshydividuo que entra en la sociedad humana repite en provecho de la colectividad el sacrificio de la satisfaccioacuten de sus instintos Entre las fuerzas instintivas asiacute sacrificadas desempentildean un importantiacutesimo papel los impulsos sexuales los cuales son aquiacute objeto de una sublimacioacuten esto es son desviados de sus fines sexuashyles y dirigidos a fines socialmente maacutes elevados faltos ya de todo caraacutecter sexual Pero esta organizacioacuten resulta harto inestable los instintos sexuales quedan insuficientemente domados y en cada uno de aquellos individuos que han de coadyuvar a la obra civilizadora perdura el peligro de que los instintos sexuales resistan tal trato Por su parte la sociedad cree que el mayor peligro para su labor civilizadora seriacutea la liberacioacuten de los instintos sexuales y el retorno de los mismos a sus fines primitivos y por tanto no gusta de que se le recuerde esta parte un tanto escabrosa de los fundamentos en los que se basa ni muestra inteshyreacutes ninguno en que la energiacutea de los instintos sexuales sea reconocida en toda su importancia y se revele a cada uno de los individuos que constituyen la colectishyvidad social la magnitud de la influencia que sobre sus actos pueda ejercer la vida sexual Por el contrario adopta un meacutetodo de educacioacuten que tiende en general a desviar la atencioacuten de lo referente a la vida sexual Todo esto nos exshyplica por queacute la sociedad se niega a aceptar el resultado antes expuesto de las investigaciones psicoanaliacuteticas y quisiera inutilizarlo declaraacutendolo repulsivo desde el punto de vista esteacutetico condenable desde el punto de vista moral y peligroso por todos conceptos Mas no es con reproches de este geacutenero como se puede destruir un resultado objetivo de un trabajo cientiacutefico Para que una conshy

troversia tenga alguacuten valor habraacute de desarrollarse dentro de los dominios intelecshytuales Ahora bien dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causariacutea displacer aceptar como cierto y esta tendencia encuentra faacutecilmente argumento para rechazar en nombre del intelecshyto aquello sobre lo que recae De esta forma convierte la sociedad lo desagradashyble en equivocado discute las verdades del psicoanaacutelisis con argumentos loacutegicos y objetivos pero que proceden de fuentes emocionales y opone estas objeciones en calidad de prejuicios contra toda tentativa de refutacioacuten

Por nuestra parte podemos afirmar que al formular el principio de que tratamos no hemos tenido en vista finalidad tendenciosa alguna Nuestro uacutenico fin era el de exponer un hecho que creemos haber establecido con toda seguridad al cabo de una cuidadosa labor Creemos pues deber protestar contra la mezcla de tales consideraciones praacutecticas en la labor cientiacutefica y lo haremos desde lueshygo aun antes de investigar si los temores que estas consideraciones tratan de imponernos son o no justificados

Tales son algunas de las dificultades con las que tropezareacuteis si quereacuteis dedicashy ros al estudio del psicoanaacutelisis dificultades que ya son harto considerables para

el principIO de una labor cientiacutefica Si su perspectiva no os asusta podremos conshytinuar estas lecciones

LECCJON JI LOS ACTOS FALLIDOS

Sentildeoras y sentildeores

C OMENZAREMOS esta segunda leccioacuten no con la exposicioacuten de nuevas hipoacutetesis sino con una investigacioacuten eligiendo como objeto de la misma determinashy

dos fenoacutemenos muy frecuentes y conocidos pero insuficient~mente apreciados que no pueden considerarse como producto de un estado patoloacutegico puesto que son observados en toda persona normal Son estos fenoacutemenos aquellos a los que nosotros damos el nombre de funciones fallidas (Fehlleistungen) o actos fallidos (Fehlhandlungen) y que se producen cuando una persona dice una palabra por otra (Versprechen = equivocacioacuten oral) escribe cosa distinta de lo que teniacutea intencioacuten de escribir (Verschreiben = equivocacioacuten en la escritura) lee en un texto impreso o manuscrito algo distinto de lo que en el mismo aparece (Verlesen= =equivocacioacuten en la lectura o falsa lectura) u oye cosa diferente de lo que se dice (Verhoren = falsa audicioacuten) claro es que sin que en este uacuteltimo caso exista una perturbacioacuten orgaacutenica de sus facultades auditivas Otra serie de estos fenoacuteshymenos se basa en el olvido pero no en un olvido duradero sino temporal por ejemplo cuando no podemos dar con un nombre que nos es sin embargo conoshycido y que reconocemos en cuanto otra persona lo pronuncia o logramos hallar por nosotros mismos al cabo de maacutes o menos tiempo o cuando olvidamos llevar a cabo un propoacutesito que luego recordamos y que por tanto soacutelo hemos olvidado durante determinado intervalo En un tercer grupo de estos fenoacutemenos falta este caraacutecter temporal por eje]plo cuando no logramos recordar el lugar en que hemos guardado o colocado un objeto o perdemos algo definitivamente Traacutetase aquiacute de olvidos muy distintos de los que generalmente sufrimos en nuestra vida cotidiana y que nos asombran e irritan en vez de parecernos perfectamente comshyprensibles

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siacute la sospecha de no ser sino una fantaacutestica ciencia esoteacuterica ansiosa por construir misterios y pescar en las aguas turbias Naturalmente vosotros no podeacuteis comshyprender auacuten con queacute derecho califico de prejuicio un principio de una naturaleza tan abstracta como el de que laquolo aniacutemico es lo conscienteraquo y no podeacuteis adivinar por queacute caminos se ha podido llegar a la negacioacuten de lo inconsciente -suponienshydo que exista -y queacute ventajas puede proporcionar una tal negacioacuten A primera vista parece por completo ociosa la discusioacuten de si se ha de hacer coincidir lo psiacutequico con lo consciente o por el contrario extender los dominios de lo prishymero maacutes allaacute de los liacutemites de la conciencia no obstante puedo aseguraros que la aceptacioacuten de los procesos psiacutequicos inconscientes inicia en la ciencia una nueva orientacioacuten decisiva

Esta primera afirmacioacuten -un tanto osada- del psicoanaacutelisis posee un iacutentishymo enlace que ni siquiera sospechaacuteis con el segundo de los principios esenciales que el mismo ha deducido de sus investigaciones Contiene este segundo principio la afirmacioacuten de que determinados impulsos instintivos que uacutenicamente pueden ser calificados de sexuales tanto en el amplio sentido de esta palabra como en su sentido estricto desempentildean un papel cuya importancia no ha sido hasta el momento suficientemente reconocida en la causacioacuten de las enfermedades nershyviosas y psiacutequicas y ademaacutes coadyuvan con aportaciones nada despreciables a la geacutenesis de las maacutes altas creaciones culturales artiacutesticas y sociales del espiacuteritu humano

Mi experiencia me ha demostrado que la aversioacuten suscitada por este resultashydo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica constituye la fuente maacutes importante de las resistencias con las que la misma ha tropezado iquestQuereacuteis saber queacute explicacioacuten damos a este hecho Creemos que la cultura ha sido creada obedeciendo al imshypulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfaccioacuten de los instintos y que es de continuo creada de nuevo en gran parte del mismo modo pues cada inshydividuo que entra en la sociedad humana repite en provecho de la colectividad el sacrificio de la satisfaccioacuten de sus instintos Entre las fuerzas instintivas asiacute sacrificadas desempentildean un importantiacutesimo papel los impulsos sexuales los cuales son aquiacute objeto de una sublimacioacuten esto es son desviados de sus fines sexuashyles y dirigidos a fines socialmente maacutes elevados faltos ya de todo caraacutecter sexual Pero esta organizacioacuten resulta harto inestable los instintos sexuales quedan insuficientemente domados y en cada uno de aquellos individuos que han de coadyuvar a la obra civilizadora perdura el peligro de que los instintos sexuales resistan tal trato Por su parte la sociedad cree que el mayor peligro para su labor civilizadora seriacutea la liberacioacuten de los instintos sexuales y el retorno de los mismos a sus fines primitivos y por tanto no gusta de que se le recuerde esta parte un tanto escabrosa de los fundamentos en los que se basa ni muestra inteshyreacutes ninguno en que la energiacutea de los instintos sexuales sea reconocida en toda su importancia y se revele a cada uno de los individuos que constituyen la colectishyvidad social la magnitud de la influencia que sobre sus actos pueda ejercer la vida sexual Por el contrario adopta un meacutetodo de educacioacuten que tiende en general a desviar la atencioacuten de lo referente a la vida sexual Todo esto nos exshyplica por queacute la sociedad se niega a aceptar el resultado antes expuesto de las investigaciones psicoanaliacuteticas y quisiera inutilizarlo declaraacutendolo repulsivo desde el punto de vista esteacutetico condenable desde el punto de vista moral y peligroso por todos conceptos Mas no es con reproches de este geacutenero como se puede destruir un resultado objetivo de un trabajo cientiacutefico Para que una conshy

troversia tenga alguacuten valor habraacute de desarrollarse dentro de los dominios intelecshytuales Ahora bien dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causariacutea displacer aceptar como cierto y esta tendencia encuentra faacutecilmente argumento para rechazar en nombre del intelecshyto aquello sobre lo que recae De esta forma convierte la sociedad lo desagradashyble en equivocado discute las verdades del psicoanaacutelisis con argumentos loacutegicos y objetivos pero que proceden de fuentes emocionales y opone estas objeciones en calidad de prejuicios contra toda tentativa de refutacioacuten

Por nuestra parte podemos afirmar que al formular el principio de que tratamos no hemos tenido en vista finalidad tendenciosa alguna Nuestro uacutenico fin era el de exponer un hecho que creemos haber establecido con toda seguridad al cabo de una cuidadosa labor Creemos pues deber protestar contra la mezcla de tales consideraciones praacutecticas en la labor cientiacutefica y lo haremos desde lueshygo aun antes de investigar si los temores que estas consideraciones tratan de imponernos son o no justificados

Tales son algunas de las dificultades con las que tropezareacuteis si quereacuteis dedicashy ros al estudio del psicoanaacutelisis dificultades que ya son harto considerables para

el principIO de una labor cientiacutefica Si su perspectiva no os asusta podremos conshytinuar estas lecciones

LECCJON JI LOS ACTOS FALLIDOS

Sentildeoras y sentildeores

C OMENZAREMOS esta segunda leccioacuten no con la exposicioacuten de nuevas hipoacutetesis sino con una investigacioacuten eligiendo como objeto de la misma determinashy

dos fenoacutemenos muy frecuentes y conocidos pero insuficient~mente apreciados que no pueden considerarse como producto de un estado patoloacutegico puesto que son observados en toda persona normal Son estos fenoacutemenos aquellos a los que nosotros damos el nombre de funciones fallidas (Fehlleistungen) o actos fallidos (Fehlhandlungen) y que se producen cuando una persona dice una palabra por otra (Versprechen = equivocacioacuten oral) escribe cosa distinta de lo que teniacutea intencioacuten de escribir (Verschreiben = equivocacioacuten en la escritura) lee en un texto impreso o manuscrito algo distinto de lo que en el mismo aparece (Verlesen= =equivocacioacuten en la lectura o falsa lectura) u oye cosa diferente de lo que se dice (Verhoren = falsa audicioacuten) claro es que sin que en este uacuteltimo caso exista una perturbacioacuten orgaacutenica de sus facultades auditivas Otra serie de estos fenoacuteshymenos se basa en el olvido pero no en un olvido duradero sino temporal por ejemplo cuando no podemos dar con un nombre que nos es sin embargo conoshycido y que reconocemos en cuanto otra persona lo pronuncia o logramos hallar por nosotros mismos al cabo de maacutes o menos tiempo o cuando olvidamos llevar a cabo un propoacutesito que luego recordamos y que por tanto soacutelo hemos olvidado durante determinado intervalo En un tercer grupo de estos fenoacutemenos falta este caraacutecter temporal por eje]plo cuando no logramos recordar el lugar en que hemos guardado o colocado un objeto o perdemos algo definitivamente Traacutetase aquiacute de olvidos muy distintos de los que generalmente sufrimos en nuestra vida cotidiana y que nos asombran e irritan en vez de parecernos perfectamente comshyprensibles

1132 SIGMUND FREUD OBRAS COMPLETAS

A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

PSICOANALISIS LOS A C T O S FAL L IDOS 2133

tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

1132 SIGMUND FREUD OBRAS COMPLETAS

A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

PSICOANALISIS LOS A C T O S FAL L IDOS 2133

tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

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ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

1

lit

PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

I

21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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lit

PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

I

2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

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vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

2142 S I G Al D -OBRAS CO

cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

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la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

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Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

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peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

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LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

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fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
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2130 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS PSICOANALISIS-LOS ACTOS FALLIDOS 2131

siacute la sospecha de no ser sino una fantaacutestica ciencia esoteacuterica ansiosa por construir misterios y pescar en las aguas turbias Naturalmente vosotros no podeacuteis comshyprender auacuten con queacute derecho califico de prejuicio un principio de una naturaleza tan abstracta como el de que laquolo aniacutemico es lo conscienteraquo y no podeacuteis adivinar por queacute caminos se ha podido llegar a la negacioacuten de lo inconsciente -suponienshydo que exista -y queacute ventajas puede proporcionar una tal negacioacuten A primera vista parece por completo ociosa la discusioacuten de si se ha de hacer coincidir lo psiacutequico con lo consciente o por el contrario extender los dominios de lo prishymero maacutes allaacute de los liacutemites de la conciencia no obstante puedo aseguraros que la aceptacioacuten de los procesos psiacutequicos inconscientes inicia en la ciencia una nueva orientacioacuten decisiva

Esta primera afirmacioacuten -un tanto osada- del psicoanaacutelisis posee un iacutentishymo enlace que ni siquiera sospechaacuteis con el segundo de los principios esenciales que el mismo ha deducido de sus investigaciones Contiene este segundo principio la afirmacioacuten de que determinados impulsos instintivos que uacutenicamente pueden ser calificados de sexuales tanto en el amplio sentido de esta palabra como en su sentido estricto desempentildean un papel cuya importancia no ha sido hasta el momento suficientemente reconocida en la causacioacuten de las enfermedades nershyviosas y psiacutequicas y ademaacutes coadyuvan con aportaciones nada despreciables a la geacutenesis de las maacutes altas creaciones culturales artiacutesticas y sociales del espiacuteritu humano

Mi experiencia me ha demostrado que la aversioacuten suscitada por este resultashydo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica constituye la fuente maacutes importante de las resistencias con las que la misma ha tropezado iquestQuereacuteis saber queacute explicacioacuten damos a este hecho Creemos que la cultura ha sido creada obedeciendo al imshypulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfaccioacuten de los instintos y que es de continuo creada de nuevo en gran parte del mismo modo pues cada inshydividuo que entra en la sociedad humana repite en provecho de la colectividad el sacrificio de la satisfaccioacuten de sus instintos Entre las fuerzas instintivas asiacute sacrificadas desempentildean un importantiacutesimo papel los impulsos sexuales los cuales son aquiacute objeto de una sublimacioacuten esto es son desviados de sus fines sexuashyles y dirigidos a fines socialmente maacutes elevados faltos ya de todo caraacutecter sexual Pero esta organizacioacuten resulta harto inestable los instintos sexuales quedan insuficientemente domados y en cada uno de aquellos individuos que han de coadyuvar a la obra civilizadora perdura el peligro de que los instintos sexuales resistan tal trato Por su parte la sociedad cree que el mayor peligro para su labor civilizadora seriacutea la liberacioacuten de los instintos sexuales y el retorno de los mismos a sus fines primitivos y por tanto no gusta de que se le recuerde esta parte un tanto escabrosa de los fundamentos en los que se basa ni muestra inteshyreacutes ninguno en que la energiacutea de los instintos sexuales sea reconocida en toda su importancia y se revele a cada uno de los individuos que constituyen la colectishyvidad social la magnitud de la influencia que sobre sus actos pueda ejercer la vida sexual Por el contrario adopta un meacutetodo de educacioacuten que tiende en general a desviar la atencioacuten de lo referente a la vida sexual Todo esto nos exshyplica por queacute la sociedad se niega a aceptar el resultado antes expuesto de las investigaciones psicoanaliacuteticas y quisiera inutilizarlo declaraacutendolo repulsivo desde el punto de vista esteacutetico condenable desde el punto de vista moral y peligroso por todos conceptos Mas no es con reproches de este geacutenero como se puede destruir un resultado objetivo de un trabajo cientiacutefico Para que una conshy

troversia tenga alguacuten valor habraacute de desarrollarse dentro de los dominios intelecshytuales Ahora bien dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causariacutea displacer aceptar como cierto y esta tendencia encuentra faacutecilmente argumento para rechazar en nombre del intelecshyto aquello sobre lo que recae De esta forma convierte la sociedad lo desagradashyble en equivocado discute las verdades del psicoanaacutelisis con argumentos loacutegicos y objetivos pero que proceden de fuentes emocionales y opone estas objeciones en calidad de prejuicios contra toda tentativa de refutacioacuten

Por nuestra parte podemos afirmar que al formular el principio de que tratamos no hemos tenido en vista finalidad tendenciosa alguna Nuestro uacutenico fin era el de exponer un hecho que creemos haber establecido con toda seguridad al cabo de una cuidadosa labor Creemos pues deber protestar contra la mezcla de tales consideraciones praacutecticas en la labor cientiacutefica y lo haremos desde lueshygo aun antes de investigar si los temores que estas consideraciones tratan de imponernos son o no justificados

Tales son algunas de las dificultades con las que tropezareacuteis si quereacuteis dedicashy ros al estudio del psicoanaacutelisis dificultades que ya son harto considerables para

el principIO de una labor cientiacutefica Si su perspectiva no os asusta podremos conshytinuar estas lecciones

LECCJON JI LOS ACTOS FALLIDOS

Sentildeoras y sentildeores

C OMENZAREMOS esta segunda leccioacuten no con la exposicioacuten de nuevas hipoacutetesis sino con una investigacioacuten eligiendo como objeto de la misma determinashy

dos fenoacutemenos muy frecuentes y conocidos pero insuficient~mente apreciados que no pueden considerarse como producto de un estado patoloacutegico puesto que son observados en toda persona normal Son estos fenoacutemenos aquellos a los que nosotros damos el nombre de funciones fallidas (Fehlleistungen) o actos fallidos (Fehlhandlungen) y que se producen cuando una persona dice una palabra por otra (Versprechen = equivocacioacuten oral) escribe cosa distinta de lo que teniacutea intencioacuten de escribir (Verschreiben = equivocacioacuten en la escritura) lee en un texto impreso o manuscrito algo distinto de lo que en el mismo aparece (Verlesen= =equivocacioacuten en la lectura o falsa lectura) u oye cosa diferente de lo que se dice (Verhoren = falsa audicioacuten) claro es que sin que en este uacuteltimo caso exista una perturbacioacuten orgaacutenica de sus facultades auditivas Otra serie de estos fenoacuteshymenos se basa en el olvido pero no en un olvido duradero sino temporal por ejemplo cuando no podemos dar con un nombre que nos es sin embargo conoshycido y que reconocemos en cuanto otra persona lo pronuncia o logramos hallar por nosotros mismos al cabo de maacutes o menos tiempo o cuando olvidamos llevar a cabo un propoacutesito que luego recordamos y que por tanto soacutelo hemos olvidado durante determinado intervalo En un tercer grupo de estos fenoacutemenos falta este caraacutecter temporal por eje]plo cuando no logramos recordar el lugar en que hemos guardado o colocado un objeto o perdemos algo definitivamente Traacutetase aquiacute de olvidos muy distintos de los que generalmente sufrimos en nuestra vida cotidiana y que nos asombran e irritan en vez de parecernos perfectamente comshyprensibles

2130 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS PSICOANALISIS-LOS ACTOS FALLIDOS 2131

siacute la sospecha de no ser sino una fantaacutestica ciencia esoteacuterica ansiosa por construir misterios y pescar en las aguas turbias Naturalmente vosotros no podeacuteis comshyprender auacuten con queacute derecho califico de prejuicio un principio de una naturaleza tan abstracta como el de que laquolo aniacutemico es lo conscienteraquo y no podeacuteis adivinar por queacute caminos se ha podido llegar a la negacioacuten de lo inconsciente -suponienshydo que exista -y queacute ventajas puede proporcionar una tal negacioacuten A primera vista parece por completo ociosa la discusioacuten de si se ha de hacer coincidir lo psiacutequico con lo consciente o por el contrario extender los dominios de lo prishymero maacutes allaacute de los liacutemites de la conciencia no obstante puedo aseguraros que la aceptacioacuten de los procesos psiacutequicos inconscientes inicia en la ciencia una nueva orientacioacuten decisiva

Esta primera afirmacioacuten -un tanto osada- del psicoanaacutelisis posee un iacutentishymo enlace que ni siquiera sospechaacuteis con el segundo de los principios esenciales que el mismo ha deducido de sus investigaciones Contiene este segundo principio la afirmacioacuten de que determinados impulsos instintivos que uacutenicamente pueden ser calificados de sexuales tanto en el amplio sentido de esta palabra como en su sentido estricto desempentildean un papel cuya importancia no ha sido hasta el momento suficientemente reconocida en la causacioacuten de las enfermedades nershyviosas y psiacutequicas y ademaacutes coadyuvan con aportaciones nada despreciables a la geacutenesis de las maacutes altas creaciones culturales artiacutesticas y sociales del espiacuteritu humano

Mi experiencia me ha demostrado que la aversioacuten suscitada por este resultashydo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica constituye la fuente maacutes importante de las resistencias con las que la misma ha tropezado iquestQuereacuteis saber queacute explicacioacuten damos a este hecho Creemos que la cultura ha sido creada obedeciendo al imshypulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfaccioacuten de los instintos y que es de continuo creada de nuevo en gran parte del mismo modo pues cada inshydividuo que entra en la sociedad humana repite en provecho de la colectividad el sacrificio de la satisfaccioacuten de sus instintos Entre las fuerzas instintivas asiacute sacrificadas desempentildean un importantiacutesimo papel los impulsos sexuales los cuales son aquiacute objeto de una sublimacioacuten esto es son desviados de sus fines sexuashyles y dirigidos a fines socialmente maacutes elevados faltos ya de todo caraacutecter sexual Pero esta organizacioacuten resulta harto inestable los instintos sexuales quedan insuficientemente domados y en cada uno de aquellos individuos que han de coadyuvar a la obra civilizadora perdura el peligro de que los instintos sexuales resistan tal trato Por su parte la sociedad cree que el mayor peligro para su labor civilizadora seriacutea la liberacioacuten de los instintos sexuales y el retorno de los mismos a sus fines primitivos y por tanto no gusta de que se le recuerde esta parte un tanto escabrosa de los fundamentos en los que se basa ni muestra inteshyreacutes ninguno en que la energiacutea de los instintos sexuales sea reconocida en toda su importancia y se revele a cada uno de los individuos que constituyen la colectishyvidad social la magnitud de la influencia que sobre sus actos pueda ejercer la vida sexual Por el contrario adopta un meacutetodo de educacioacuten que tiende en general a desviar la atencioacuten de lo referente a la vida sexual Todo esto nos exshyplica por queacute la sociedad se niega a aceptar el resultado antes expuesto de las investigaciones psicoanaliacuteticas y quisiera inutilizarlo declaraacutendolo repulsivo desde el punto de vista esteacutetico condenable desde el punto de vista moral y peligroso por todos conceptos Mas no es con reproches de este geacutenero como se puede destruir un resultado objetivo de un trabajo cientiacutefico Para que una conshy

troversia tenga alguacuten valor habraacute de desarrollarse dentro de los dominios intelecshytuales Ahora bien dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causariacutea displacer aceptar como cierto y esta tendencia encuentra faacutecilmente argumento para rechazar en nombre del intelecshyto aquello sobre lo que recae De esta forma convierte la sociedad lo desagradashyble en equivocado discute las verdades del psicoanaacutelisis con argumentos loacutegicos y objetivos pero que proceden de fuentes emocionales y opone estas objeciones en calidad de prejuicios contra toda tentativa de refutacioacuten

Por nuestra parte podemos afirmar que al formular el principio de que tratamos no hemos tenido en vista finalidad tendenciosa alguna Nuestro uacutenico fin era el de exponer un hecho que creemos haber establecido con toda seguridad al cabo de una cuidadosa labor Creemos pues deber protestar contra la mezcla de tales consideraciones praacutecticas en la labor cientiacutefica y lo haremos desde lueshygo aun antes de investigar si los temores que estas consideraciones tratan de imponernos son o no justificados

Tales son algunas de las dificultades con las que tropezareacuteis si quereacuteis dedicashy ros al estudio del psicoanaacutelisis dificultades que ya son harto considerables para

el principIO de una labor cientiacutefica Si su perspectiva no os asusta podremos conshytinuar estas lecciones

LECCJON JI LOS ACTOS FALLIDOS

Sentildeoras y sentildeores

C OMENZAREMOS esta segunda leccioacuten no con la exposicioacuten de nuevas hipoacutetesis sino con una investigacioacuten eligiendo como objeto de la misma determinashy

dos fenoacutemenos muy frecuentes y conocidos pero insuficient~mente apreciados que no pueden considerarse como producto de un estado patoloacutegico puesto que son observados en toda persona normal Son estos fenoacutemenos aquellos a los que nosotros damos el nombre de funciones fallidas (Fehlleistungen) o actos fallidos (Fehlhandlungen) y que se producen cuando una persona dice una palabra por otra (Versprechen = equivocacioacuten oral) escribe cosa distinta de lo que teniacutea intencioacuten de escribir (Verschreiben = equivocacioacuten en la escritura) lee en un texto impreso o manuscrito algo distinto de lo que en el mismo aparece (Verlesen= =equivocacioacuten en la lectura o falsa lectura) u oye cosa diferente de lo que se dice (Verhoren = falsa audicioacuten) claro es que sin que en este uacuteltimo caso exista una perturbacioacuten orgaacutenica de sus facultades auditivas Otra serie de estos fenoacuteshymenos se basa en el olvido pero no en un olvido duradero sino temporal por ejemplo cuando no podemos dar con un nombre que nos es sin embargo conoshycido y que reconocemos en cuanto otra persona lo pronuncia o logramos hallar por nosotros mismos al cabo de maacutes o menos tiempo o cuando olvidamos llevar a cabo un propoacutesito que luego recordamos y que por tanto soacutelo hemos olvidado durante determinado intervalo En un tercer grupo de estos fenoacutemenos falta este caraacutecter temporal por eje]plo cuando no logramos recordar el lugar en que hemos guardado o colocado un objeto o perdemos algo definitivamente Traacutetase aquiacute de olvidos muy distintos de los que generalmente sufrimos en nuestra vida cotidiana y que nos asombran e irritan en vez de parecernos perfectamente comshyprensibles

1132 SIGMUND FREUD OBRAS COMPLETAS

A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

PSICOANALISIS LOS A C T O S FAL L IDOS 2133

tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

1132 SIGMUND FREUD OBRAS COMPLETAS

A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

PSICOANALISIS LOS A C T O S FAL L IDOS 2133

tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

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ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

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(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

1

lit

PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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lit

PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

I

2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

1I

digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

2142 S I G Al D -OBRAS CO

cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

1

PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

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LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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Page 7: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

2130 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS PSICOANALISIS-LOS ACTOS FALLIDOS 2131

siacute la sospecha de no ser sino una fantaacutestica ciencia esoteacuterica ansiosa por construir misterios y pescar en las aguas turbias Naturalmente vosotros no podeacuteis comshyprender auacuten con queacute derecho califico de prejuicio un principio de una naturaleza tan abstracta como el de que laquolo aniacutemico es lo conscienteraquo y no podeacuteis adivinar por queacute caminos se ha podido llegar a la negacioacuten de lo inconsciente -suponienshydo que exista -y queacute ventajas puede proporcionar una tal negacioacuten A primera vista parece por completo ociosa la discusioacuten de si se ha de hacer coincidir lo psiacutequico con lo consciente o por el contrario extender los dominios de lo prishymero maacutes allaacute de los liacutemites de la conciencia no obstante puedo aseguraros que la aceptacioacuten de los procesos psiacutequicos inconscientes inicia en la ciencia una nueva orientacioacuten decisiva

Esta primera afirmacioacuten -un tanto osada- del psicoanaacutelisis posee un iacutentishymo enlace que ni siquiera sospechaacuteis con el segundo de los principios esenciales que el mismo ha deducido de sus investigaciones Contiene este segundo principio la afirmacioacuten de que determinados impulsos instintivos que uacutenicamente pueden ser calificados de sexuales tanto en el amplio sentido de esta palabra como en su sentido estricto desempentildean un papel cuya importancia no ha sido hasta el momento suficientemente reconocida en la causacioacuten de las enfermedades nershyviosas y psiacutequicas y ademaacutes coadyuvan con aportaciones nada despreciables a la geacutenesis de las maacutes altas creaciones culturales artiacutesticas y sociales del espiacuteritu humano

Mi experiencia me ha demostrado que la aversioacuten suscitada por este resultashydo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica constituye la fuente maacutes importante de las resistencias con las que la misma ha tropezado iquestQuereacuteis saber queacute explicacioacuten damos a este hecho Creemos que la cultura ha sido creada obedeciendo al imshypulso de las necesidades vitales y a costa de la satisfaccioacuten de los instintos y que es de continuo creada de nuevo en gran parte del mismo modo pues cada inshydividuo que entra en la sociedad humana repite en provecho de la colectividad el sacrificio de la satisfaccioacuten de sus instintos Entre las fuerzas instintivas asiacute sacrificadas desempentildean un importantiacutesimo papel los impulsos sexuales los cuales son aquiacute objeto de una sublimacioacuten esto es son desviados de sus fines sexuashyles y dirigidos a fines socialmente maacutes elevados faltos ya de todo caraacutecter sexual Pero esta organizacioacuten resulta harto inestable los instintos sexuales quedan insuficientemente domados y en cada uno de aquellos individuos que han de coadyuvar a la obra civilizadora perdura el peligro de que los instintos sexuales resistan tal trato Por su parte la sociedad cree que el mayor peligro para su labor civilizadora seriacutea la liberacioacuten de los instintos sexuales y el retorno de los mismos a sus fines primitivos y por tanto no gusta de que se le recuerde esta parte un tanto escabrosa de los fundamentos en los que se basa ni muestra inteshyreacutes ninguno en que la energiacutea de los instintos sexuales sea reconocida en toda su importancia y se revele a cada uno de los individuos que constituyen la colectishyvidad social la magnitud de la influencia que sobre sus actos pueda ejercer la vida sexual Por el contrario adopta un meacutetodo de educacioacuten que tiende en general a desviar la atencioacuten de lo referente a la vida sexual Todo esto nos exshyplica por queacute la sociedad se niega a aceptar el resultado antes expuesto de las investigaciones psicoanaliacuteticas y quisiera inutilizarlo declaraacutendolo repulsivo desde el punto de vista esteacutetico condenable desde el punto de vista moral y peligroso por todos conceptos Mas no es con reproches de este geacutenero como se puede destruir un resultado objetivo de un trabajo cientiacutefico Para que una conshy

troversia tenga alguacuten valor habraacute de desarrollarse dentro de los dominios intelecshytuales Ahora bien dentro de la naturaleza humana se halla el que nos inclinamos a considerar equivocado lo que nos causariacutea displacer aceptar como cierto y esta tendencia encuentra faacutecilmente argumento para rechazar en nombre del intelecshyto aquello sobre lo que recae De esta forma convierte la sociedad lo desagradashyble en equivocado discute las verdades del psicoanaacutelisis con argumentos loacutegicos y objetivos pero que proceden de fuentes emocionales y opone estas objeciones en calidad de prejuicios contra toda tentativa de refutacioacuten

Por nuestra parte podemos afirmar que al formular el principio de que tratamos no hemos tenido en vista finalidad tendenciosa alguna Nuestro uacutenico fin era el de exponer un hecho que creemos haber establecido con toda seguridad al cabo de una cuidadosa labor Creemos pues deber protestar contra la mezcla de tales consideraciones praacutecticas en la labor cientiacutefica y lo haremos desde lueshygo aun antes de investigar si los temores que estas consideraciones tratan de imponernos son o no justificados

Tales son algunas de las dificultades con las que tropezareacuteis si quereacuteis dedicashy ros al estudio del psicoanaacutelisis dificultades que ya son harto considerables para

el principIO de una labor cientiacutefica Si su perspectiva no os asusta podremos conshytinuar estas lecciones

LECCJON JI LOS ACTOS FALLIDOS

Sentildeoras y sentildeores

C OMENZAREMOS esta segunda leccioacuten no con la exposicioacuten de nuevas hipoacutetesis sino con una investigacioacuten eligiendo como objeto de la misma determinashy

dos fenoacutemenos muy frecuentes y conocidos pero insuficient~mente apreciados que no pueden considerarse como producto de un estado patoloacutegico puesto que son observados en toda persona normal Son estos fenoacutemenos aquellos a los que nosotros damos el nombre de funciones fallidas (Fehlleistungen) o actos fallidos (Fehlhandlungen) y que se producen cuando una persona dice una palabra por otra (Versprechen = equivocacioacuten oral) escribe cosa distinta de lo que teniacutea intencioacuten de escribir (Verschreiben = equivocacioacuten en la escritura) lee en un texto impreso o manuscrito algo distinto de lo que en el mismo aparece (Verlesen= =equivocacioacuten en la lectura o falsa lectura) u oye cosa diferente de lo que se dice (Verhoren = falsa audicioacuten) claro es que sin que en este uacuteltimo caso exista una perturbacioacuten orgaacutenica de sus facultades auditivas Otra serie de estos fenoacuteshymenos se basa en el olvido pero no en un olvido duradero sino temporal por ejemplo cuando no podemos dar con un nombre que nos es sin embargo conoshycido y que reconocemos en cuanto otra persona lo pronuncia o logramos hallar por nosotros mismos al cabo de maacutes o menos tiempo o cuando olvidamos llevar a cabo un propoacutesito que luego recordamos y que por tanto soacutelo hemos olvidado durante determinado intervalo En un tercer grupo de estos fenoacutemenos falta este caraacutecter temporal por eje]plo cuando no logramos recordar el lugar en que hemos guardado o colocado un objeto o perdemos algo definitivamente Traacutetase aquiacute de olvidos muy distintos de los que generalmente sufrimos en nuestra vida cotidiana y que nos asombran e irritan en vez de parecernos perfectamente comshyprensibles

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A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

PSICOANALISIS LOS A C T O S FAL L IDOS 2133

tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

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A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

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tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

2134 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS

muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

2134 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS

muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

1

1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

1I

digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

I I~

2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

2142 S I G Al D -OBRAS CO

cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

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LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

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lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
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Page 8: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

1132 SIGMUND FREUD OBRAS COMPLETAS

A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

PSICOANALISIS LOS A C T O S FAL L IDOS 2133

tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

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A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

PSICOANALISIS LOS A C T O S FAL L IDOS 2133

tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

1

lit

PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

1

1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

1I

digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

2142 S I G Al D -OBRAS CO

cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

1

PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

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cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

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de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
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                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
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Page 9: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

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A estos casos se suma una gran cantidad de pequentildeos fenoacutemenos conocidos bajo diversos nombres y entre ellos determinados errores en los que vuelve a aparecer el caraacutecter temporal como por ejemplo cuando durante alguacuten tiempo nos representamos determinadas cosas de una manera distinta a como antes sabiacuteamos que eran y como tiempo despueacutes confirmaremos que en realidad son

Todos estos pequentildeos accidentes que poseen un iacutentimo parentesco como se nos muestra ya en el hecho de que los nombres con que (en alemaacuten) los calificashymos tienen comuacuten el prefijo ver son en su mayoriacutea insignificantes de corta durashycioacuten y escasa importancia en la vida cotidiana Soacutelo en muy raros casos llega alguno de ellos (por ejemplomiddot la peacuterdida de objetos) a alcanzar alguna trascendencia praacutectica Esta falta de trascendencia hace que no despierten nuestra atencioacuten ni den lugar maacutes que a efectos de muy escasa intensidad

Sobre estos fenoacutemenos versaraacuten varias de las conferencias que ante vosotros me propongo pronunciar aunque estoy seguro de que el solo enunciado de este propoacutesito ha de despertar en vosotros un sentimiento de decepcioacuten laquoExisten - pensareacuteis- asiacute en el extenso mundo exterior como en el maacutes restringido de la vida psiacutequica tantos oscuros problemas y tantas cosas extraordinarias y necesishydades de un esclarecimiento en el campo de las perturbaciones psiacutequicas que parece realmente friacutevolo y caprichoso prodigar el esfuerzo y el intereacutes en tales ni- miedades Si pudierais explicarnos por queacute un hombre cuyos oacuterganos visuales y auditivos aparecen totalmente normales llega a ver en pleno diacutea cosas inexistenshytes o por queacute otros se creen de repente perseguidos por aquellas mismas personas que hasta el momento le inspiraban mayor carintildeo o construyen middot en su pensashymiento con sorprendente ingeniosidad absurdos delirios que un nintildeo hallariacutea desatinados entonces diriacuteamos que el psicoanaacutelisis mereciacutea todo nUestro respeto y atencioacuten Pero si el psicoanaacutelisis no puede hacer otra cosa que investigar por queacute un orador de banquete comete un lapsus linguae por queacute una buena ama de casa no consigue encontrar sus llaves o tantas otras futilidades del mismo geacuteshynero entonces realmente nos parece que hay problemas maacutes interesantes a los que podriacuteamos dedicar nuestro tiempo y nuestro intereacutesraquo

Mas a esto os responderiacutea yo Tened paciencia vuestra criacutetica es totalmente equivocada Cierto es que el psicoanaacutelisis no puede vanagloriarse de no haber dedicado jamaacutes su atencioacuten a nimiedades pues por el contrario los materiales que somete a observacioacuten son en general aquellos sucesos inaparentes que las demaacutes ciencias desprecian consideraacutendolos en absoluto insignificantes Pero iquestno confundireacuteis en vuestra criacutetica la importancia de los problemas con la apashyriencia exterior de los signos en que se manifiestan iquestNo hay acaso cosas imporshytantiacutesimas que en determinadas condiciones y momentos soacutelo se delatan por signos exteriores debiliacutesimos Sin dificultad ninguna podriacutea citaros numerosas situaciones de este geacutenero iquestDe queacute miacutenimos signos deduciacutes los joacutevenes haber conquistado la inclinacioacuten de una muchacha iquestEsperareacuteis acaso una declaracioacuten amorosa o un apasionado abrazo u os bastaraacute desde luego con una simple mirada apenas perceptible para una tercera persona un fugitivo ademaacuten o la prolongacioacuten momentaacutenea de un amistoso apretoacuten de manos Y cuando el magistrado emprende una investigacioacuten criminal iquestnecesita acaso para fijar la personalidad del delincuente encontrar en el lugar del crimen la fotografiacutea y las sentildeas del mismo dejadas por eacutel amablemente para evitar trabajo a la justicia o se contenta con sutiles e imprecisas huellas que sirvan de base a su labor inves-

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tigadora Vemos pues que no tenemos derecho alguno a despreciar los pequentildeos signos y que tomaacutendolos en consideracioacuten pueden servirnos de guiacutea para reashylizar importantes descubrimientos Tambieacuten yo como vosotros soy de la opishynioacuten de que los grandes problemas del mundo y de la ciencia son los que tienen preferente derecho a nuestra atencioacuten pero resulta en general de escasiacutesima utilidad formular el decidido propoacutesito de dedicarnos por entero a la investigashycioacuten de alguno de estos grandes problemas pues en cuanto queremos poner en praacutectica tal decisioacuten hallamos que no sabemos coacutemo orientar los primeros pasos de nuestra labor investigadora En toda labor cientiacutefica es mucho maacutes racional someter a observacioacuten aquello que primeramente encuentra uno bajo sus miradas esto es aquellos objetos cuya investigacioacuten nos resulta faacutecil Si esta primera investigacioacuten se lleva a cabo seriamente sin prejuicio alguno pero tambieacuten sin esperanzas exageradas y si ademaacutes nos acompantildea la suerte puede suceder que merced a la conexioacuten que enlaza todas las cosas entre siacute y claro es que tambieacuten lo pequentildeo con lo grande la labor emprendida con tan modestas pretensiones nos abra un excelente acceso al estudio de los grandes problemas

Con estos argumentos creo haber contestado a vuestras objeciones y conshyseguido al mismo tiempo que no me negueacuteis vuestra atencioacuten durante las ( lecciones que dedique a tratar de los actos fallidos del hombre normal fenoacutemenos tan insignifican tes al parecer

Como primera providencia nos dirigiremos a alguien totalmente extrantildeo al psicoanaacutelisis y le preguntaremos cuaacutel es la explicacioacuten que da a la produccioacuten de estos hechos Seguramente comenzaraacute por respondernos que tales fenoacuteshymenos no merecen esclarecimiento alguno pues se trata uacutenicamente de pequentildeos accidentes casuales Mas iquestqueacute es lo que con esta frase quiere significar iquestQuerraacute acaso afirmar que existen sucesos tan insignificantes que se encuentran fuera del encadenamiento de la fenomenologiacutea universal y que lo mismo hubieran podido no producirse Pero el romper de este modo el determinismo natural aunque sea en un solo punto trastornariacutea toda la concepcioacuten cientiacutefica del mundo (Weltanschauung) Debemos pues hacer ver a quien asiacute nos contesta todo el alcance de su afirmacioacuten y mostrarle que la concepcioacuten religiosa del mundo se conduce maacutes consecuentemente cuando sostiene que un gorrioacuten no cae de un tejado sin una intervencioacuten particular de la voluntad divina Supongo que ante este argumento no intentaraacute ya nuestro amigo deducir la consecuencia loacutegica de su primera respuesta sino que se rectificaraacute diciendo que si eacutel se deshydicara a la investigacioacuten de estos pequentildeos fenoacutemenos acabariacutea por encontrarles una explicacioacuten pues se trata sin duda de pequentildeas desviaciones de la funcioacuten aniacutemica o inexactitudes del mecanismo psiacutequico cuyas condiciones habriacutean de ser faacutecilmente determinables Un sujeto que en general hable correctamente puede muy bien cometer equivocaciones orales en los casos siguientes 1deg cuando se halle ligeramente indispuesto o fatigado 2deg cuando se halle sobreexcitado 3deg cuando se halle excesivamente absorbido por cuestiones diferentes a aquellas a las que sus palabras se refieren Estas afirmaciones pueden ser faacutecilmente confirmadas Las equivocaciones orales se producen con particular frecuencia cuando nos hallamos fatigados cuando padecemos un dolor de cabeza o en las horas quc preceden a una jaqueca En estas mismas circunstancias se proshyduce tambieacuten faacutecilmente el olvido de nombres propios hasta el punto de que

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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

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ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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lit

PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

1

1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

1I

digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

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vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

I I~

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(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

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cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

1

PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
              • Freud_Leccioacuten04-Actosfallidos3de3
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

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muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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lit

PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

1

1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

1I

digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

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vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

I I~

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(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

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cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

1

PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
              • Freud_Leccioacuten04-Actosfallidos3de3
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
Page 11: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

2134 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS

muchas personas reconocen en tal olvido la inminencia de una jaqueca Del mismo modo cuando nos hallamos sobreexcitados confundimos faacutecilmente ya no soacutelo las palabras sino tambieacuten las cosas hacieacutendonos reos de actos de aprehensioacuten erroacutenea y los olvidos de proyectos y otra gran cantidad de actos no intencionados se hacen particularmente frecuentes cuando nos hallamos distraiacutedos esto es cuando nuestra atencioacuten se halla concentrada sobre otra cosa Un conocido ejemplo de tal distraccioacuten nos es ofrecido por aquel profesor del Fliegellde Blaler que olvida su paraguas y se lleva un sombrero que no es suyo porque su pensamiento se halla absorto en los problemas que se propone tratar en un proacuteximo libro Por propia experiencia conocemos todos los casos de olvido de propoacutesitos o promesas motivados por haberse producido despueacutes de concebir los primeros o formular las segundas sucesos que han orientado violentamente nuestra atencioacuten hacia otro lado

Todo esto lo encontramos perfectamente comprensible y nos parece hashyllarse protegido contra cualquier objecioacuten mas por otro lado no presenta a primera vista todo el intereacutes que quizaacute esperaacutebamos Sin embargo examinando maacutes penetrantemente estas explicaciones de los actos fallidos hallaremos que las condiciones que se indican como determinantes de tales fenoacutemenos no son todas de una misma naturaleza La indisposicioacuten y los trastornos circulatorios proporcionan un fundamento fisioloacutegico para la alteracioacuten de las funciones normales pero en cambio la excitacioacuten la fatiga y la distraccioacuten son factores de naturaleza distinta y a los que podriacuteamos calificar de psicofisioloacutegicos Faacutecilshymente podemos construir una teoriacutea de su actuacioacuten La fatiga la distraccioacuten y quizaacute tambieacuten la excitacioacuten general producen una dispersioacuten de la atencioacuten que puede muy bien aminorar hasta hacerla por completo insuficiente la canshytidad de la misma dirigida sobre la funcioacuten de referencia la cual puede entonces quedar faacutecilmente perturbada o ser realizada inexactamente Una ligera indisshyposicioacuten o modificaciones circulatorias del oacutergano nervioso central pueden ejercer ideacutentico efecto influyendo del mismo modo sobre el factor regulador o sea sobre la distribucioacuten de la atencioacuten Tratariacutease pues en todos los casos de efectos consecutivos a perturbaciones de la atencioacuten producidas por causas orgaacutenicas o psiacutequicas

Mas todo esto no parece aportar gran cosa a nuestro intereacutes psicoanaliacutetico Podriacuteamos pues sentirnos inclinados de nuevo a renunciar a nuestra labor pero examinando maacutes penetrantemente tales observaciones nos daremos cuenta de que no todos los caracteres de los actos fallidos pueden explicarse por medio de esta teoriacutea de la atencioacuten Observaremos sobre todo que tales actos y tales olvidos se producen tambieacuten en personas que lejos de hallarse fatigadas distraiacuteshydas o sobreexcitadas se encuentran en estado normal y que solamente a posshyteriori esto es precisamente despueacutes del acto fallido es cuando se atribuye a tales personas una sobreexcitacioacuten que las mismas niegan en absoluto La afirshymacioacuten que pretende que el aumento de atencioacuten asegura la ejecucioacuten adecuada de una funcioacuten y en cambio cuando dicha atencioacuten queda disminuida aparece el peligro de perturbaciones e inexactitudes de todo geacutenero nos parece un tanto simplista Existe un gran nuacutemero de actos que ejecutamos automaacuteticamente o con escasiacutesima atencioacuten circunstancias que en nada perjudican a la maacutes precisa

PSICOANALISIS - LOS A e T o S FALLIDOS 2135

ejecucioacuten de los mismos El paseante que apenas se da cuenta de la aacuteircccioacuten en que marcha no por ello deja de seguir el camino acertado y llega al fin pfCIpuesto sin haberse perdido El pianista ejercitado deja sin pensar en ello que su dedos recorran precisamente las teclas debidas Claro es que puede equivocarse mas si su actividad automaacutetica hubiera de aumentar las probahilidades de error seriacutea natural que fuera el virtuoso cuyo juego ha llegado a ser a consecuencia de un largo ejercicio puramente automaacutetico el maacutes eXJuesto a incurrir en errores Mas por el contrario vemos que muchos actos resultan particularmente acertados cuando no son objeto de una atencioacuten especial y que el error se proshyduce en cambio cuando precisamente nos interesa de una manera particular lograr una perfecta ejecucioacuten esto es cuando no existe desviacioacuten alguna de la atencioacuten En estos casos podriacutea decirse que el error es efecto de la laquoexcitacioacutenraquo pero no comprendemos por queacute esta uacuteltima no habriacutea maacutes bien de intensificar nuestra atencioacuten sobre un acto al cual ligamos tanto intereacutes Cuando en un disshycurso importante o en una negociacioacuten verbal comete alguien un lapsus y dice lo contrario de lo que queriacutea decir cae en un error que no puede explicarse faacutecilmente por la teoriacutea psicofisioloacutegica ni tampoco por la de la atencioacuten

Los actos fallidos se muestran ademaacutes acompantildeados por un sinnuacutemero iexcli de pequentildeos fenoacutemenos secundarios que nos parecen incomprensibles y a los

que las explicaciones intentadas hasta el momento no han conseguido auacuten aproximar a nuestra inteligencia Cuando por ejemplo hemos olvidado temshyporalmente una palabra nos impacientamos e intentamos recordarla sin darnos punto de reposo hasta hallarla iquestPor queacute el sujeto a quien tanto contrariacutea este olvido logra tan raramente a pesar de su intenso deseo dirigir su atencioacuten sobre la palabra que como suele decirse laquotiene en la punta de la lenguaraquo y que reconoce en el acto que otra persona la pronuncia ante eacutel Hay tambieacuten casos en los que los actos fallidos se multiplican se encadenan unos con otros y se reemplazan reciacuteprocamente Olvidamos por primera vez una cita y formamos el decidido propoacutesito de no olvidarla en la ocasioacuten siguiente pero llegada eacutesta nos equivoshycamos al anotar la hora convenida Mientras que por toda clase de rodeos inshytentamos recordar una palabra olvidada huye de nuestra memoria una segunda palabra que nos hubiera podido ayudar a encontrar la primera y mientras nos dedicamos a buscar esta segunda palabra se nos olvida una tercera y asiacute sucesivashymente Anaacutelogos fenoacutemenos suelen producirse en las erratas tipograacuteficas las cuales pueden considerarse como actos fallidos del cajista En una ocasioacuten aparecioacute una de tales erratas persistentes en un perioacutedico socialdemoacutecrata En la croacutenica de cierta solemnidad oficial podiacutea leerse laquoEntre los asistentes se encontraba S A el Kornprinzraquo (en lugar de Kronprinz) Al diacutea siguiente rectificoacute el perioacutedico confeshysando su error anterior y diciendo laquoNosotros queriacuteamos decir naturalmente el Knorprinzraquo En estos casos se echa la culpa generalmente a un diablo juguetoacuten que presidiriacutea los errores tipograacuteficos o al duende de la caja expresiones todas que van maacutes allaacute del alcance de una simple teoriacutea psicofisioloacutegica de la errata de imprenta

Ignoro si os es tambieacuten conocido el hecho de que la equivocacioacuten oral puede Al ser provocada por algo que pudieacuteramos calificar de sugestioacuten A este propoacutesito existe la siguiente aneacutecdota Un actor inexperimentado se encargoacute en una representacioacuten de La doncella de Orleaacutens del importantiacutesimo papel de anunciar al rey que el condestable (Conneacutetable) le devolviacutea su espada (Schwert) Mas durante el ensayo general un bromista se entretuvo en intimidar al novicio actor

Caso del propio Freud relatado por eacutel en Psico- Popu lar 5e manari0 humoriacutestico alemaacuten ( Nora apuntaacutendole en lugar de la frase que teniacutea que decir la siguiente laquoEl confortable patolugiacutea de la vida cOlidiana ( Nota de J N ) del T )

21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

1

lit

PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

1

1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

1I

digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

2142 S I G Al D -OBRAS CO

cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

1

PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

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cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

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de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
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Page 12: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

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(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

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de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

1I

digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

2142 S I G Al D -OBRAS CO

cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

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LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

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lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
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Page 13: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

21-6 SIGMUND FRE U D -- OBRAS COMPLETAS

(Komfortable) devuelve su caballo (Pferd)raquo Naturalmente el pesado bromista consiguioacute un maligno propoacutesito y en la representacioacuten el novel actor pronuncioacute en efecto la frase modificada que le habiacutea sido apuntada en lugar de la que debiacutea decir a pesar de que varias veces se le habiacutea advertido la posibilidad de tal equivocacioacuten o quizaacute precisamente por ello mismo

Todos estos pequentildeos rasgos de los actos fallidos no quedan ciertamente explicados por la teoriacutea antes expuesta de la desviacioacuten de la atencioacuten pero esto no quiere decir que tal teoriacutea sea falsa Para satisfacernos por completo le faltaacute quizaacute alguacuten complemento Pero tambieacuten muchos de los actos fallidos pueden ser considerados desde otros diferentes puntos de vista

De todos los actos fallidos los que maacutes faacutecilmente se prestan a nuestros propoacutesitos explicativos son las equivocaciones orales y las que cometemos en la escritura o la lectura Comenzaremos pues por examinar las primeras y recordaremos ante todo que la uacutenica interrogacioacuten que hasta ahora hemos planteado y resuelto a su respecto era la de saber cuaacutendo y en queacute condiciones se cometiacutean Una vez resuelta esta cuestioacuten habremos de consagrarnos a invesshytigar lo referente a la forma y efectos de la equivocacioacuten oral pues en tanto que no hayamos dilucidado estos problemas y explicado el efecto producido por las equivocaciones orales seguiremos teniendo que considerarla desde el punto de vista psicoloacutegico como fenoacutemenos casuales aunque les hayamos encontrado una explicacioacuten fisioloacutegica Es evidente que cuando cometemos un lapsus puede eacuteste revestir muy diversas formas pues en lugar de la palabra justa podemos pronunciar mil otras inapropiadas o imprimir a dicha palabra innumerables deformaciones De este modo cuando en un caso particular el egimos entre todos estos lapsus posibles uno determinado tenemos que preguntarnos si habraacute razones decisivas que nos impongan tal eleccioacuten o si por el contrario se trataraacute uacutenicamente de un hecho accidental y arbitrario

Dos autores Meringer y Mayer filoacutelogo el primero y psiquiacuteatra el segundo intentaron en 1895 atacar por este lado el problema de las equivocaciones orales y han reunido un gran nuacutemero de ejemplos exponieacutendolos en un principio desde puntos de vista puramente descriptivos Claro es que obrando de este modo no han aportado explicacioacuten ninguna de dicho problema pero siacute nos han indicado el camino que puede conducirnos a tal esclarecimiento Estos autores ordenan las deformaciones que los lapsus imprimen al discurso intenshycional en las categoriacuteas siguientes interversiones anticipaciones ecos fusiones (contaminaCIOnes) y sustituciones Expondreacute aquiacute algunos ejemplos de estos grupos Existe interversioacuten cuando alguien dice laquola Milo de Venuacutesraquo cn lugar de laquola Venus de Miloraquo y anticipacioacuten en la frase laquoSentiacute un pech digo un peso en el pechoraquo Un caso de eco seriacutea el conocido brindis laquoIch fordere sie auf auf das Wohl unseres Chefs ulItzustossenraquo (ltlt Os invito a hllndir (OUjIOssen ) la prosperidad de nuestro jeferaquo en lugar de laquoOs invito a brindar (stossen ) porla prosperidad de nuestro jeferaquo) Estas tres formas de la equivocacioacuten oral no son muy frecuentes siendo mucho maacutes numerosos aquellos otros casos en los que la misma surge por una fusioacuten o contraccioacuten Un ejemplo de esta clase es el de aquel joven que abordoacute a una muchacha en la calle con las palabras laquoSi usted me lo permite sentildeorita deseariacutea acompantildearla (begleilen) gtgt pero en vez de este verbo heKleilen (acompantildear) formoacute uno nuevo (begleitdigen ) compuesto del primero y beeidigen (ofender) En la palabra mixta resultante aparece claramente a maacutes de la idea

1

lit

PSICOA N ALISIS - LO S A C T o S FALLIDOS 2137

de acompantildear la de ofender y creemos desde luego 4ue el galante joven no obtendriacutea con su desafortunada frase un gran eacutexito Como caso de sustitucioacuten citan Meringer y Mayer la siguiente frase laquoMetiendo los preparados en el buzoacuten (briejkasten) raquo en lugar de laquoen el horno de incubacioacutenraquo (bruumltkasten )

El intento de explicacioacuten que los dos autores antes citados creyeron poder deducir de su coleccioacuten de ejemplos me parece por completo insuficiente A su

~ ) juicio los sonidos y las siacutelabas de una palabra poseen valores diferentes y la I inervacioacuten de un elemento poseedor de un valor elevado puede ejercer una

influencia perturbadora sobre las de los elementos de un menor valor Esto no seriacutea estrictamente cierto maacutes que para aquellos casos muy poco frecuentes de anticipaciones yecos pues en las equivocaciones restantes no interviene para nada este hipoteacutetico predominio de unos sonidos sobre otros Los lapsus maacutes corrientes son aquellos en los que se reemplaza una palabra por otra que presentan cierta semejanza con ella y esta semejanza parece suficiente a muchas personas para explicar la equivocacioacuten Asiacute la cometida por un catedraacutetico que al querer decir en su discurso de presentacioacuten laquoNo soy el llamado (Ich bien nicht geeignel ) a hacer el elogio de mi predecesor en esta caacutetedraraquo se equivocoacute y dijo laquoNo estoy inclinado (Ich bin nicht geneigt) etcraquo O la de otro profesor que dijo laquoEn lo que respecta al aparato genital femenino no hemos logrado a pesar de muchas tentaciones perdoacuten tentativas raquo

Pero la equivocacioacuten oral maacutes frecuente y la 4ue mayor impresioacuten produce es aquella que consiste en decir exactamente lo contrario de lo que queriacuteamos

Las relaciones tonales y los efectos de semejanza quedan ya aquiacute muy alejados de toda posible intervencioacuten y en su lugar aparece en el mecanismo de la equishyvocacioacuten la estrecha afinidad existente entre los conceptos opuestos y la proshyximidad de los mismos en la asociacioacuten psicoloacutegica De este geacutenero de equivoshycaciones poseemos ejemplos histoacutericos Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austro-huacutengara que abrioacute un diacutea la sesioacuten con las palabras siguientes laquoSentildeores diputados Hecho el recuento de los presentes y habiendo suficiente nuacutemero se levanta la sesioacutenraquo

Cualquier otra faacutecil asociacioacuten susceptible de surgir inoportunamente en determinadas circunstancias puede producir efectos anaacutelogos a los de la relacioacuten de los contrarios Cueacutentase por ejemplo que en una fiesta celebrada con ocasioacuten de la boda de una hija de Helmholz con el hijo del conocido inventor y gran industrial W Siemens el famoso fisioacutelogo Dubois-Reymond terminoacute su brillante brindis con un viva a la nueva firma industrial laquoSiemens y Haskeraquo tiacutetulo de la sociedad industrial ya existente La equivocacioacuten se explica por la costumbre de referirse a la citada firma industrial popular en Berliacuten

Asiacute pues a las relaciones tonales y a la semejanza de las palabras habremos de antildeadir la influencia de la asociacioacuten de estas uacuteltimas Pero tampoco esto es suficiente Existe toda una serie de casos en los que la explicacioacuten del lapsus observado no puede conseguirse sino teniendo en cuenta la frase que ha sido enunciada o incluso tan soacutelo pensada anteriormente Nos hallaremos por tanto ante un nuevo caso de eco semejante a los citados por Meringer pero la accioacuten perturbadora seriacutea ejercida aquiacute desde una distancia mucho mayor Mas debo confesaros que con todo lo que antecede me parece habernos alejado maacutes que nunca de la comprensioacuten del acto fallido de la equivocacioacuten oral

No creo sin embargo incurrir en error diciendo que los ejemplos de equivoshy

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2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

1I

digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

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vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

2142 S I G Al D -OBRAS CO

cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

1

PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
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          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
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Page 14: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

1

1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

1I

digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

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Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

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digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

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vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

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140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

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cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

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fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

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Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

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peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

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LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

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fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

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lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

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que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

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personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

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cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
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Page 15: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

2138 SIGMUND FREUD -OBRAS COMPLETAS

cacioacuten oral citados en el curso de la investigacioacuten que precede dejan una nueva impresioacuten merecedora de que nos detengamos a examinarlos Hemos investigado en primer lugar las condiciones en las cuales se produce de un modo genaal la equivocacioacuten oral y despueacutes las influencias que determinan tales deformaciones de la palabra pero no hemos examinado auacuten el efecto del lapsus en siacute mismo e independientemente de las circunstancias en que se produce Si por fin nos decidimos a hacerlo asiacute deberemos tener el valor de afirmar que en algunos de los ejemplos citados la deformacioacuten en la que el lapsus consiste presenta un sentido propio Esta afirmacioacuten implica que el efecto de la equivocacioacuten oral tiene quizaacute un derecho a ser considerado como un acto psiacutequico completo con su fin propio y como una manifestacioacuten de contenido y signiilcacioacuten peculiares Hasta aquiacute hemos hablado siempre de actos fallidos pero ahora nos parece ver que tales actos se presentan algunas veces como totalmente correctos soacutelo que sustituyendo a los que esperaacutebamos o nos proponiacuteamos

Este sentido propio del acto fallido aparece erheterminados casos en una manera evidente e irrecusable Si las primeras palabras del presidente de la Caacutemara son para levantar la sesioacuten en lugar de para declararla abierta nuestro conocimiento de las circunstancias en las que esta equivocacioacuten se produjo nos inclinaraacute a atribuir un pleno sentido a este acto fallido El presidente no espera nada bueno de la sesioacuten y le encantariacutea poder levantarla inmediatamente No hallamos pues dificultad ninguna para descubrir el sentido de esta equivoshycacioacuten Anaacutelogamente sencilla resulta la interpretacioacuten de los dos ejemplos que siguen Una sentildeora quiso alabar el sombrero de otra y le preguntoacute en tono admirativo laquoiquestY ha sido usted misma quien ha adornado ese sombreroraquo Mas al pronunciar la palabra adornado (aufgeputzt ) cambioacute la u de la uacuteltima siacutelaba en a formando un verbo relacionado iacutentimamente con la palabra Patzerei (facha) Toda la ciencia del mundo no podraacute impedirnos ver en este lapsus una revelacioacuten del oculto pensamiento de la amable sentildeora laquoEse sombrero es una facharaquo Una casada joven de la que se sabiacutea que ordenaba y mandaba en su casa como jefe supremo me relataba un diacutea que su marido sintieacutendose enfermo habiacutea consuIacuteshytado al meacutedico sobre el reacutegimen alimenticio maacutes conveniente para su curacioacuten y que el meacutedico le habiacutea dicho que no necesitaba observar reacutegimen especial ninguno laquoAsiacute pues -antildeadioacute- puede comer y beber lo que vo quieraraquo Esta equivocacioacuten muestra claramente todo un eneacutergico programa conyugaLiexcl

Si conseguimos demostrar que las equivocaciones orales que presentan un sentido lejos de constituir una excepcioacuten son por el contrario muy freshy

IIiexcl cuentes este sentido del que hasta ahora no habiacuteamos tratado en nuestra invesshyI

tigacioacuten de los actos fallidos vendraacute a constituir el punto maacutes importante de la misma y acapararaacute todo nuestro intereacutes retrayeacutendolo de otros extremos Podreshymos pues dar de lado todos los factores fisioloacutegicos y psicofisioloacutegicos y consashygrarnos a investigaciones puramente psicoloacutegicas sobre el sentido de los actos fallidos esto es sobre su significacioacuten y sus intenciones Con este objeto someshy

11 teremos a observacioacuten desde este punto de vista el mayor acervo posible de material investigable

1

1I

Mas antes de iniciar esta labor quiero invitaros a acompantildearme en una corta I

1I

digresioacuten Maacutes de una vez se han servido diversos poetas de la equivocacioacuten oral y de otros actos fallidos como medios de representacioacuten poeacutetica Este solo hecho

iexclII basta para probarnos que el poeta considera el acto fallido (por ejemplo la equi-

PSI e O 1 N 1 LIS I S - L O S A e T O S FALLIDOS 2139

vocacioacuten oral) como algo pleno de sentido pues lo hace producirse intencionadashymente dado que no podemos pensar que se ha equivocado al escribir su obra y deja luego que su equivocacioacuten en la escritura subsista convirtieacutendose en una equivocacioacuten oral de su personaje Por medio de tales errores quiere el poeta indicarnos alguna cosa que podremos faacutecilmente averiguar pues veremos en seguida si la equivocacioacuten se encamina a hacernos ver que el personaje que la comete se halla distraiacutedo fatigado o amenazado de un ataque de jaqueca Claro es que no deberemos dar un valor exagerado al hecho de que los poetas empleen la equivocacioacuten oral como un acto pleno de sentido pues en realidad podiacutea la misma no tenerlo sino en rariacutesimas excepciones o ser en general una pura casualidad psiacutequica y deber en estos casos su significacioacuten a la exclusiva voluntad del poeta que haciendo uso de un perfecto derecho la espiritualizariacutea daacutendole un sentido determinado para ponerla al servicio de sus fines artiacutesticos Mas sin embargo no nos extrai1ariacutea tampoco que inversamente nos proporcionaran los poetas sobre la equivocacioacuten oral un mayor esclarecimiento que el que pudieacuteramos hallar en los estudios de los filoacutelogos y psiquiacuteatras

Un ejemplo de equivocacioacuten oral lo encontramos en el Wallenstein de Schiacuteller (ltltLos Piccolominiraquo acto primero escena tercera) En la escena preshycedente Max Piacuteccolomini lleno de entusiasmo se ha declarado decidido partishydario del duque anhelando la llegada de la bendita paz cuyos encantos le fueron descubiertos en un viaje en que acompantildeoacute al campamento a la hija de Wallenstein A continuacioacuten comienza la escena quinta laquoQUESTENBERG- iAy de nosotros iquestA esto hemos llegado iquestVamos amigo miacuteo

a dejarle marchar en ese error sin llamarle de nuevo y abrirle los ojos en el acto

OCTAVIO-( Saliendu de projilllda meditacioacuten) Ahora acaba eacutel de ahriacutermelos a miacute y veo maacutes de lo que quisiera ver

QUEsTENBERG-iquestQueacute es ello amigo miacuteo OCTAVlo- iMaldito sea el tal viaje QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestQueacute sucede OCTAvlo-Venid Tengo que perseguir inmediatamente la desdichada pista

Tengo que observarla con mis propios ojos Venid (Quiere hacerle salir) QUESTENBERG-iquestPor queacute iquestDoacutende OCTAVIO-( Apresurado) Hacia ella QUESTENBERG-Hacia OCAVIO-(Corrigieacutendose) Hacia el duque vamosraquo

Octavio queriacutea decir laquoHacia eacutel hacia el duqueraquo Pero comete un lapsus y revela a los espectadores con las palabras laquohacia ellaraquo que ha adivinado cuaacutel es la influencia que hace ansiar la paz al joven guerrero

o Rank ha descubierto en Shakespeare un ejemplo auacuten maacutes impresionante de este mismo geacutenero Haacutellase este ejemplo en El mercader de Venecia y en la ceacutelebra escena en la que el feliz amante debe escoger entre tres cofrecillos que Porcia le presenta Lo mejor seraacute copiar la breve exposicioacuten que Rank hace de este pasaje r

laquoOtro ejemplo de equivocacioacuten oral delicadamente motivado utilizado con gran maestriacutea teacutecnica por un poeta y similar al sentildealado por Freud en el Wallensshytein de Schiller nos ensentildea que los poetas conocen muy bien la significacioacuten y el mecanismc de esta funcioacuten fallida y suponen que tambieacuten los conoce o los comprenderaacute el puacuteblico Este ejemplo lo hallamos en El mercader de Venecia

I I~

140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

2142 S I G Al D -OBRAS CO

cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

1

PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
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Page 16: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

140 S I G M V N D F R E V D - O B R A S e O M P L E T A S

(alo lercro escena segunda) de Shakespeare Porcia obligada por la voluntad padre por marido eacutel aquel pretendientes que acierte escoger

de las tres que le presentadas tenido haila el momento fortuna de qu~ ninguno aquellos amadores que no le eran gratos aCertase en su elec-cioacuten Por fin encuentra en Bassanio el hombre a quien entregariacutea gustosa su amor y entonces teme que salga tambieacuten vencido en la prueba Quisiera decirle

aun sucedHndo asiacute puede estar que ella Ic seguiraacute amando pero Juramento impide este mterior decir poeta a su

afortunado pretendiente laquoQuisiera reteneros aquiacute un mes o dos antes de que aventurarais la eleccioacuten

d que dependo Podriacutea indicaros coacutemo escog~r con acierto Pero si asiacute lo hiciera perjura lo sereacute Por 01 parle podcls obtenerme

sucede hariacuteaiS arrepentirme cual seria pecado haber a mi juramento iMal hayan vuestros ojos Se han hecho dueI10s de mi ser y lo hilll

dividido en dos partes de las cuales la una es vuestra y la otra es vuestra digo miacutea mas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo

Asiacute pue aquello que queriacutea soacutelo indicar ligeramente Bassanio ser algo ln realidad ddliacutea callar absoluto es que ya de la

prueba le amaba y era toda suya deja el poeta con admirable sensibilidad psicoloacutegica que aparezca claramente en la equivocacioacuten y por medio de este artificio consigue calmar tanto la insoportable incertidumbre del amante como

similar tensioacuten del puacuteblico sobre el resultado de etccioacuten Observamos tambieacuten lj ueacute sutileza acaba Porola por conu las dos

mamfestaciones contenidas en su equivocaclon y por suprimir la contradiccioacuten que existe entre ellas dando sin embargo libre curso a la expresioacuten de su promeshysa laquoMas siendo miacutea es vuestra y asiacute soy toda vuestraraquo Con una sutil observa-

ha descubierto tambieacuten ocasionalmente un muy de los eacutelUdios meacutedicos el sentido una funCioacuten CiexclJlida aborraacutendonos trabajo de buscarlo por nuestra cuenta Todos COnOCelS al ingemoso satirice Liacutechlenberg (1732-1799) del que Goethe deciacutea que cada uno de sus chistes escondiacutea un problema Precisamente en un chiste de este autor aparece la solucioacuten del problema

nos pues refirieacutelldose a un en una chistosas satiacutericas que a fuerza haber a Homerq habiacutea acabado por leer

Agamenoacutel1 que encontraba esenIa ante sus ojos la palabra LLngenummen (admitido) Y eacutesta es precisamente toda la teoriacutea de la equivocacioacuten en la lectura

En la proacutexima leccioacuten examinaremos la cuestioacuten de saber si podemos ir de acuerdo con poetas en concepcioacuten de las funciones fallidas

LECCION 111 LOS ACTOS FALLIDOS (Cont)

Sentildeoras y scnons

la leCCioacuten ue antecede hubimos considerar funcioacuten fallIda en siacute e independientemente relacioacuten la funCioacuten iexclntencional por ella

perturbada Obrando asiacute recibimos la impresioacuten de que tales funciones fallidas parecian delatar en determinados casos un sentido propio y nos dijimos que si esto pudiera demostrarse en gran escala habriacutea de resultar para nosotros mucho maacutes IlIteresante la It1veslIacutegacioacuten dicho sentido que la de circuns-tancias en las las funCiones lallidas producen

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

2142 S I G Al D -OBRAS CO

cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

1

PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

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de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
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              • Freud_Leccioacuten04-Actosfallidos3de3
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Page 17: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

PSICOANALISIS L o s AC7()~ F A L I n O S 2141

Ponguacutemonos dc acucrdo una vez muacutes sobrc lo qUeacute cntndmos por el laquosentidoraquo de un procso psiacutequico Con eacutesta palabra nos rdcrimos xclusivamntc a la intencioacuten a que dicho procso sirve y a su posicioacuten dentro d una serie psiacutequica En la mayoria d nuestras investigaciones podemos por tanto sustituir el teacutermino laquosentidoraquo por los d laquointencioacutenraquo o laquotendenciaraquo Asiacute pues la primera interrogacioacuten que al llegar a e~te punto de nuestra labor se nos plantea es la d i esta intencioacuten qu hmos reiacutedo hallar en las funcionlS rallidas no s quizaacute sino una engailosa apariencia de las mismas o una pura imaginacioacuten nuestra

Para comprobarlo continuaremos nuestra investigacioacuten de los casos de equivocacioacuten oral sometiendo a detenido examen un mayor nuacutemero de ejemplos de este geacutenero En esta parte d nuestra labor hemos de encontrar categoriacuteas enteras de casos en los que la intencioacuten o sentido de la equivocacioacuten se muestra con evidente claridad Entre ellos tenemos ante todo aquellos en los que el sujeto expresa todo lo contrario de lo que se proponia Asiacute aquel presidente de la Caacutemara austriaca que queriendo abrir la sesioacuten la dcclaroacute levantada No hay aqui equiacutevoco posible El sentido y la intencioacuten de este error oral son desd luego que lo que el sujeto deseaba realmente era levantar la sesioacuten pues incluso pudieacuteramos alegar que es eacutel mismo quien con sus palabras nos revela su intencioacuten Os ruego que no perturbeacuteis por ahora mi conferencia presentaacutendome la objecioacuten de que sabemos desde luego que no queria cerrar la sesioacuten sino por el contrario abrirla y que el mismo sujeto a quien en esta cuestioacuten tenemos que reconocer como la uacuteltima y maacutes elevada instancia nos confirmariacutea si le interrogaacuteramos que su intencioacuten era la contraria de la que sus palabras revelaron Ademaacutes presentando esta objecioacuten olvidariacuteais que hemos convenido a examinar ante todo la funcioacuten fallida en siacute e independientemente de su relacioacuten con el propoacutesito perturbado relacioacuten que ya investigaremos maacutes adelante y os hariacuteais reos de una falta de loacutegica con la que escamoteariacuteais el problema que precisamente hemos puesto sobre el tapete

En otros casos en los que la equivocacioacuten oral no consiste en decir todo lo contrarIO de lo que se pensaba puede sin embargo surgir del lapsus un sentido antiteacutetico Asiacute en el ejemplo antes citado del catedraacutetico que en su discurso de toma de posesioacuten dijo laquoNo estoy inclinado (geneigl) a hacer el elogio de mi estimado predecesop) queriendo decir laquoNo soy el llamadoraquo (geeignel) laquoinclishynadoraquo pero sin embargo la equivocacioacuten da a la frase un sentido totalmente contrario al que el orador queriacutea manifestar

Podremos hallar tambieacuten numerosos ejemplos en los que el lapsus antildeade al sentido intencional un segundo sentido haciendo que la frase se nos Illuestrl como una contraccioacuten una abreviacioacuten o una condensacioacuten de varias otras Tal es el caso de aquella sentildeora de eneacutergico caraacutecter que al ser interrogada por el dictamen que el meacutedico habiacutea expuesto despueacutes de reconocer a su marido dijo que este uacuteltimo podriacutea sin inconveniente alguno comer y beber lo que ella quisiera lapsus que equivale a la confesioacuten siguiente laquoMi marido podraacute comer y beber lo que eacutel quiera pero eacutel no quiere nunca maacutes que lo que yo le mandoraquo

Las equivocaciones orales se nos muestran con mucha frecuencia como abreshyviaciones de este mismo geacutenero Asiacute un profesor de Anatomiacutea que despueacutes de su leccioacuten sobre la cavidad nasal pregunta a sus oyentes si le han comprendido y tras de recibir una general respuesta afirmativa prosigue diciendo laquoNo lo creo pues las personas que comprenden verdaderamente estas cuestiones rela-

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cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

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Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

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peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

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cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
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                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
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Page 18: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

2142 S I G Al D -OBRAS CO

cionadas con la nasal pueden contarse ciudad de maacutes de habiacutetantes con un solo dedo dedos de una sola abreviada tiene aquiacute quiere decir lo profesor esto es que que una sola persona aquellas cuestiones

Enfrente de grupos casos en los que la funcioacuten falEda muestra pamiddot ten temen te su propio sentido aparecen otros en los que la equivocacioacuten no presenta ninguacuten sentido aparente y que por tanto contradicen nuestras esshyperanzas Cuando alguien destroza equivocaacutendose un nombre propio o yuxshytapone una serie de sonidos desacostumbrados cosa por cierto muy frecuente parece quedar rechazada decisivamente nuestra hipoacutetesis de que todos los actos fallidos poseen un sentido propio Mas un detenido examen de estos ejemplos acaba por demostrarnos que tambieacuten es posible llegar a la comprensioacuten de tales deformaciones y que la diferencia existente entre estos oscuros casos y los que anteriormente hemos expuesto no es ni con mucho tan grande como a primera vista

En una hallaba enfermo quizaacute todaviacutea un sible y llameacute la oiacuter mi pregunta Asiacute pues el encuentro equivocado drumroacute

miacuteo por el estado de su respuesta laquoSiacute esto

daulrI (duraraacute) me sobre su lapsus respondieacutendome

aquello era una IriSle palabras duraraacute y Irisle habiacutea

Otra persona cienos hechos que calificaba (schweinerein) mas no queriendo pronunciar esta palabra dijo laquoEntonces se descubrieron determinados hechos raquo Pero al pronunciar la palabra Vorsfhein que aparece en esta frase se equivocoacute y pronuncioacute Vorschwein palabra nacida de la unioacuten de la que intentaba pronunciar con la que quedaba latente en su penshysamiento 1419

Recordad ahora el caso de aquel joven queriendo pedir a una sentildeora pershymiso para acompantildearla formoacute una palabra mixta compuesta de los verbos acompantildear y ofender (begleilen y beleidigen) De estos ejemplos podeacuteis deducir que tambieacuten tales casos maacutes oscuros de la equivocacioacuten oral pueden explicarse por el encuentro distintos propoacutesitos La diferencia entre ambos ha liamos obedeceria exclusivamente de que la intencioacuten unas veces por completo como en aquellos sujeto dice todo lo contrario

contentarse con deforma a creaciones mixtas que

el secreto de un gran nuacutemao caciones y este punto de vista comprender otros grupos de actos fallidos que hasta el momento nos pareciacutean enigmaacuteticos En la deformacioacuten de nombres no podemos por ejemplo admitir que se trate siempre de una concurrencia de dos nombres a la vez semejantes y diferentes Pero tampoco en estos casos resulta difiacutecil descubrir la segunda

Mcnnger y Mayer 1419 Merlnger y Mayer

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

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Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

1

PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
              • Freud_Leccioacuten04-Actosfallidos3de3
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
Page 19: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

PSI ( e r () F L L

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

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LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

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lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
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Page 20: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

144 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

fallida una es simple patente y la otra no iquestqueacute camino habraacute de seguir para adivinar esta uacuteltima 0 y una vez que creamos haberla adivinado iquestcoacutemo demostrar que no soacutelo es lo maacutes probable sino la uacutenica verdadera

iquestOs queda auacuten algo que preguntar Si no continuareacute yo por mi cuenta esta serie de interrogaciones

Os recordareacute que realmente las funciones fallidas nos interesan poco de por siacute y que si las investigamos es con la esperanza de que su estudio nos proporshycione datos para el conocimiento del psicoanaacutelisis Por tanto la interrogacioacuten que realmente debemos plantearnos es la de cuaacuteles son estos propoacutesitos o tenshydencias que pueden estorbar a otros de tal manera y cuaacuteles las relaciones que existen entre las tendencias perturbadoras y las perturbadas Vemos pues que cuando hemos llegado a resolver el problema que primero nos planteaacutebamos nos hallamos auacuten por completo al principio de nuestra labor

Examinaremos la primera pregunta esto es la de si la explicacioacuten que hemos dado es aplicable a todos los casos de equivocacioacuten oral A mi juicio siacute pues para todo ejemplo de este geacutenero que sometamos al anaacutelisis hallaremos igual solucioacuten Sin embargo no es posible demostrar tampoco que la equivocacioacuten no pueda producirsL sin que en ella intervenga este mecanismo Mas desde el punto de vista teoacuterico esto nos importa bien poco pues las conclusiones que nos proponemos formular concernientes a la introduccioacuten al psicoanaacutelisis permanecen intactas aunque --cosa desde luego inverosiacutemil- escapara una minoriacutea de casos de equivocacioacuten oral a nuestra teoriacutea explicativa A la segunda interrogacioacuten que nos planteamos o sea la de si debemos extender a otras varieshydades de las funciones fallidas los resultados que hemos obtenido al examinar la equivocacioacuten oral contestaremos desde luego en sentido afirmativo Por vosotros mismos os convencereacuteis de mi perfecto derecho a hacerlo asiacute cuando lleguemos al examen de los ejemplos de equivocacioacuten en la escritura actos de aprehensioacuten erroacutenea elC Mas por razones teacutecnicas os propongo que dilatemos esta labor hasta que hayamos profundizado algo maacutes en el problema de las equivocaciones orales

Una vez admitido el mecanismo psiacutequico de las equivocaciones orales que acabamos de describir la cuestioacuten del papel que desempentildean aquellos factores a los cuales han concedido los que en la investigacioacuten de estas materias hubieron de precedernos una primordial importancia o sea las perturbaciones circulatoshyrias la fatiga la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten merece un penetrante examen Habreacuteis de observar que no rechazamos en absoluto la actuacioacuten de estos factores Ademaacutes no es muy frecuente que el psicoanaacutelisis rechace lo que otros investigadores afirman pues generalmente no hace maacutes que agregar nuevas deducciones pero resulta a veces que aquello que antes habiacutea pasado inadvertido y que el psicoanaacutelisis antildeade es precisamente lo maacutes esencial de la cuestioacuten investigada La influencia de las disposiciones fisioloacutegicas resultantes de la indisposicioacuten de los trastornos circulatorios y de los estados de agotamiento sobre la produccioacuten de las equivocaciones orales debe ser reconocida sin reservas Nuestra experiencia personal y cotidiana basta desde luego para hacer evidente tal influencia Mas todo esto no aporta esclarecimiento alguno pues tales estados no constituyen conccioacuten necesaria de la funcioacuten fallida

La equivocacioacuten oral se produce asimismo en plena salud y completa norshymalidad Estos factores somaacuteticos no tendraacuten pues otra significacioacuten que

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

1

PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
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          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
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Page 21: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

J e o AL 15 - s CTO F LID

la de facilitar y favorecer el mecanismo particular de lapsus oral En una obra anlerior he servido para ilustrar relaciones de comparacioacuten reproducrc aquiacute no encuentro otra rnuacutes acertada Supongamos que atravesando en una noche oscura un paraje desierto soy atacado por un ladroacuten que me despoja de mi reloj y mi dinero y supongamos que despueacutes de haber sido robado de esta manera un malhechor cuyo rostro no he podido ver vaya yo presentar una denuncia a comisaria maacutes prOacuteXima diciendo laquo1 soledad y la oscuridad acaban de robarme mis alhajasraquo El comisario podriacutea entonces responderme laquoMe parece que hace ustecj mal en explicar el hecho de

manera tan ultramecamsta mejor scraacute representarnos la situaCioacuten de manera siacutegUlente Protegido por la oscuriacutedad JI favorecido por la soledad un ladroacuten desconocido le ha despojado a usted de los objetos de valor que llevaba encima Lo que a mi juicio importa maacutes en su caso es volver a encontrar al ladroacuten solamente entonces tendremos algunas probabilidades recuperar los objetos robadosraquo

Los factores psicofisioloacutegicos tales como la excitacioacuten la distraccioacuten y los trastornos de la atencioacuten nos prestan muy escasa ayuda para el esclarecimiento

las funciones fallidas pues el problema que estas nos plantean precisa~ mente el de averiguar queacute es lo que en cada caso ha dado ongen a la excitacioacuten y a la particular desviacioacuten de la atencioacuten Por otra parte hemos de reconocer

las influencias tonales semejanzas verbales y las asociaciones corrientes las no dejan de poseer ciella importanciarodos estos factores

facilitan la equivocacioacuten indIcaacutendole el camino que debe seguir Pero el que hallemos ante nosotros un camino iquestquiere acaso decir que hayamos de seguirlo Nada de pues necesario todaviacutea un moacutevil nos decida a emprenderlo

una fuera que nos impulse Tales relaciones y tales semejanas verbales se limitan pues del mismo modo que las disposiciones fisicas a favorecer la equivocacioacuten oral pero no constituyen desde luego una explicacioacuten de la misma Pensad en la enorme de casos nuestro discurso oral se halla perturbado en modo por el de que las palabras que empleamos recuerden otras por asonancia se hallen iacutentimamente ligadas a sus contrarios o por uacuteltimo provoquen asociaciones habituales En rigor podriacuteamos decir

el filoacutesofo Wundl que la oral se produce cuando a consecuencia un agotamiento corporal tendencia a la asociacioacuten vence todas las demaacutes

intenciones del discurso Esta explicacioacuten seriacutea perfecta si no se hallara contrashydicha por la experiencia misma que muestra en una serie de casos la ausencia

factores corporales y en otros la asociaciones susceptibles de favorecer la equivocaciexcloacuten oral

Entre vuestras interrogaciones encuentro particularmente interesante la que se refiere a coacutemo es posible fijar las dos tendencias interferentes No sospeshychuacuteis probablemenle las graves consecuencias esta pregunta tener seguacuten sea la respuesta que a ella se deacute U na de estas tendenCias la perturbada es indudablemente conocida por el sujeto de la funcioacuten fallida Las dudas o vacilaciones no pueden pues nacer maacutes que en lo que se refiere a la otra o sea

la tendenCia penurbadora Ahora bien hemos dicho ya seguramente no lo habeacuteis olVIdado que existe toda una sene de casos en los que esta uacuteltima tenshydencia es igualmente manifiesta y nos es revelada por el efecto de la equivocacioacuten siempre nos atrevamos consideral este efecto independientemente de toda olra circunstancia Recordemos la equivocacioacuten la que el presidente de

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

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fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

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lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
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              • Freud_Leccioacuten04-Actosfallidos3de3
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
Page 22: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

~146 S G M ( N D F R E V D -- O B R A S e o Al P L E T A S

Caacutemara dice todo lo contrario de lo que debiacutea decir es evidente que quiere abrir la sesioacuten pero no lo es menos que le agradariacutea levantarla Es esto hasta ta l punto inequiacutevoco que toda otra interpretacioacuten resultariacutea superflua Mas en otros casos en los que la tendencia perturbadora no hace sino deformar la tendencia primitiva sin manifes tarse ella por su cuenta iquestcoacutemo podremos deshyducirla de la deformacioacuten producida

En una primera serie de casos podemos realizarlo con gran sencillez y segushyridad obrando en la misma forma que para establecer la tendencia perturbada la cual nos es revelada por la misma persona que ha sufrido la equivocacioacuten al rectificar eacutesta y restablecer el sentido verdadero Asiacute en el ejemplo antes citado laquoEsto druraraacute digo duraraacute quizaacute todaviacutea un mesraquo Del mismo modo podremos en este caso hacernos comunicar la tendencia perturbadora interroshygando al sujeto por el motivo de su equivocacioacuten Recordareacuteis sin duda que su respuesta fue la de que habiacutea pensado s imultaacuteneam~ntc que laquoaquello LTa una trisTe historia) quedando asiacute explicada su equivocacioacuten por la interferencia de las palabras laquoduraraacuteraquo) y laquotristeraquo En ot ro ejemplo el del lapsus laquo(Vorschweim) nos manifestoacute el sujeto haber querido decir laquoSchweinereicnraquo (cochineriacutearaquo pero que no queriendo emplear una palabra tan malsonante dirigioacute su di sc ur~o en disti nto sentido Tambieacuten en este caso hemos consegUJ(lo aeterminar la tendencia perturbadora con igual seguridad que la perturbada Vemos pues que en estos ejemplos escogidos intencionadamente por mi entre aquellos cuya comunicacioacuten y solucioacuten se deben a personas ex trantildeas por completo al psicoanaacutelisis ha sido necesaria cierta intervencioacuten para hallar su esclarecimien to Ha habido necesidad de interrogar al sujeto sobre el motivo de la equivocacioacuten y sobre lo que de la misma pensaba pues si no hubiera continuado hablando si n fijarse en su equivomiddot cacioacuten ni tomarse el trabajo de explicarla Pero interrogados hemos visto que la explicaban y precisamente con la primera idea que a su mente acudiacutea Esta pequentildea intervencioacuten y sus resultados es ya psicoanaacutelisis pues constituye el modelo en pequentildeo de la investigacioacuten psicoanaliacutetica que maacutes adelante exponshydremos

Seraacute quizaacute una extrema desconfianza miacutea sospechar que en el momento mismo en que el psicoanaacutelisis surge ante vosotros se afirma simultaacuteneamente vuestra resistencia contra ella mas me figuro ver en vosotros el deseo de objeshytarme que la explicacioacuten dada al lapsus oral por la misma persona que lo ha cometido carece de fuerza probatoria que pensaacuteis que hallaacutendose la misma naturalmente dispues ta a obedecer a la invitacioacuten que le hacemos de explicar su equivocacioacuten nos comunicaraacute la primera cosa que acuda a su imaginacioacuten y que le parezca apropiada para proporciona r el esclarecimiento pedido De este modo nada nos asegura que esta explicacioacuten sea la verdadera dado que a la imaginacioacuten de la persona interrogada hubiera podido acudir igualmente otra idea distin ta tan apropiada si no maacutes para explicar la eq uivocacioacuten cometida

iexclEs curioso el escaso respeto que manifestaacuteis ante Jos hechos psiacutequicos Imaginad que alguno de vosotros habiendo emprendido el anaacutelisis quiacutemico de una sustancia llegara al resultado de que en la composicioacuten de la misma entraba cierto nuacutemero de miligramos de uno de sus elementos constitutivos y dedujera de este resultado determinadas conclusiones iquestCreeacuteis que habraacute alguacuten quiacutemico a l que se le ocurra rechazar estas conclusiones bajo el pretexto de que la sustancia aislada hubiera podido tener igualmente otro peso distinto Lo que sucederaacute es que todos y cada uno se inclinaraacuten ante el hecho de que el

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
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              • Freud_Leccioacuten04-Actosfallidos3de3
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
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Page 23: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

PSICOANALISIS - LOS 4 e T O S FALLIDOS 21 4 7

peso encontrado es el efectivo y tomaraacuten sin vacilacioacuten alguna este hecho como base y punto de partida de ulteriores investigaciones iexclEn cambio cuando nos hallamos en presencia del hecho psiacutequico constituido por una idea determinada surgida en el espiacuteritu de una persona a la que hemos interrogado ya no aplicamos esta regla y decimos que dicha persona hubjera podido tener lo mismo otra idea distinta Poseeacuteis la ilusioacuten de la existencia de una libertad psiacutequica y no quereacuteis renunciar a ella Por mi parte siento mucho ser en esta ocasioacuten totalmente contrario a vuestras opiniones

Es posible que cedaacuteis a mis razones en este punto concreto pero soacutelo para renovar vuestra resistencia a la aceptacioacuten de otros de los que acabo de exponer De este modo continuariacuteais vuestra critica diciendo laquoComprendemos que la teacutecnica especial del psicoanaacutelisis consiste en obtener de las propias palabras del sujeto analizado la solucioacuten de los problemas de que se ocupa Examinemos pues aquel otro ejemplo en el que el orador de un banquete invita a su auditorio a hundir la prosperidad de sujefe En este caso deciacutes que la intencioacuten perturbadora que se opone a la expresioacuten del afectuoso respeto que el orador queria manifestar es de caraacutecter injurioso Pero esto no pasa de ser una interpretacioacuten puramente personal vuestra fundada en observaciones exteriores a la equivocacioacuten Interro w

gad ahora al sujeto y vereacuteis coacutemo no confesaraacute nunca haber tenido tal intencioacuten injuriosa sino que la negaraacute con toda energiacutea iquestPor queacute no abandonar en este caso vuestra indemostrable interpretacioacuten ante la irrefutable negativa del inshyteresadoraquo

Esta vez siacute habeacuteis hallado un argumento consistente Me imagino al orador desconocido como un joven estudioso de brillante porvenir disciacutepulo preferido y auxiliardeaqueljefeencuyo honor seda el banquete Mi insistente interrogatorio sobre si no ha sentido alguna resistencia interior cuando se disponiacutea a invitar a los circunstantes a mostrar su afecto y respeto al festejado le impacienta e irrita hasta hacerle exclamar con indignado acento laquoLe ruego que cese en sus impertinentes preguntas Sus infundadas sospechas pueden causar un grave perjuicio en mi carrera Si he dicho hundir (auJslossen) en lugar de brindar (stossen) es porque ya dos veces en la misma frase habia repetido la preposicioacuten auf Mi equivocacioacuten obedece a lo que Meringer llama un eco y no necesita de otra interpretacioacuten iquestMe entiende usted Pues bastaraquo Mas esta reaccioacuten del sujeto nos parece en extremo violenta y su negativa excesivamente eneacutergica Vemos que no podemos extraer revelacioacuten ninguna del sujeto pero tambieacuten que se manifiesta harto interesado personalmente en que no se halle sentido alguno a su funcioacuten fallida Tambieacuten vosotros pensareacuteis quizaacute que hace mal en mostrarse tan grosero a propoacutesito de una investigacioacuten puramente teoacuterica pero al fin y al cabo -antildeadireacuteis- el interesado tiene que saber mejor que nadie lo que ha querido y lo que no ha querido decir

iquestLo creeacuteis asiacute Pues bien para nosotros esto constituye auacuten un problema Esta vez siacute que creeacuteis poder confundirme faacutecilmente laquoHe aquiacute vuestra

teacutecnica - os oigo decir -- o Cuando una persona que ha sufrido una equivocashycioacuten dice explicaacutendola algo que os conviene declaraacuteis que su testimonio es el supremo y decisivo Mas si lo que dice la persona interrogada no se adapta a vuestros propoacutesitos entonces pretendeacuteis que su explicacioacuten no tiene valor ninshyguno y que no es digna de fe raquo

En realidad es esto 10 que parece deducirse de mis palabras pero puedo preshysentaros un caso anaacutelogo en el que sucede algo igualmente extraordinario

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

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fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

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lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
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          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
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Page 24: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

SIGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

Cuando un acusado confiesa su deli to el juez acepta su confesioacuten no dando en cambio fe ninguna a sus negativas sistema que a pesar de posibles errores hemos de aceptar obligadamente si no queremos hacer im posible toda adminismiddot tracioacuten de justicia

Pero iquestpodemos acaso considerarnos como jueces y ver un reo en la persona que ha sufrido la equivocacioacuten iquestEs que eacutesta consti tuye un delito

Quizaacute no debamos rechazar por compkto esta comparacioacuten Mas ved las profundas diferencias que se revelan en cuanto profundizamos por poco que sea en los problemas tan inocentes a primera vista que surgen de la investigamiddot cioacuten de las funciones fallidas diferencias que no sabemos todaviacutea suprimir Os propondre una transaccioacuten provisi ona l fundada prcC I ~ame l1t ( en esta compamiddot racioacuten con el juez y con el acusado Teneacuteis que concederme que el sentido de un acto fallido no admite la menor duda cuando es el analizado mismo quien lo admite En cambio yo os concedere que la prueba di recta del sent ido sospechado resulta imposible de obtener cuando el analizado rehuacutesa toda informacioacuten o cuando no nos es posible someterle a un interrogatorio En estos casos quedamos reducidos como en los sumarios judiciales a contentarnos con indicios que haraacuten nuestra decisioacuten maacutes o menos ve rosiacutemil seguacuten las circunstancias Por razones praacutecticas el tribunal debe declarar culpable a un acusado aunque no posea como prueba sino simples presunciones Esta necesidad no existe para nosotros pero tampoco debemos renunciar a la utilizacioacuten de indicios parecidos Seriacutea un error creer que una ciencia no se compone sino de tesis rigurosamente demostradas y seriacutea una injusticia exigir que asiacute fuera Tal exigencia es signo de temperamentos que tienen necesidad de autoridad y buscan reemplazar el catemiddot cismo religioso por otro dI orden ciln liacutefico El catecismo de la ciencia no ent rantildea si no muy pocas proposiciones apodiacutecticas La mayor parte de sus afirmaciones presenta solamente ciertos grados de probabilidad y lo propio del espirit u cientifico es precisamente saber contentarse co n estas aproximaciones a la cero tidumbre y poder continuar el trabajo constructor a pesar de la falta de uacuteltimas pruebas

Mas en los casos en que el analizado mismo no puede suministrarnos informiddot macioacuten alguna sobre el sentido de la funcioacuten fallida iquestdoacutende encontraremos los puntos de apoyo necesarios para nuestra interpretacioacuten y los indicios que nos permitan demost rarla Varias son las fuentes que pueden suministraacuternoslo En primer lugar podemos deducirlos por analogiacutea co n otros fe noacutemenos distintos de la funcioacuten fa llida proced imiento que hemos utili zado ya antes de afi rma r que la deformacioacuten de un nombre por equivocacioacute n involunta ria posee el mismo sentido injurioso que el que tendriacutea una deformacioacuten intencional Igualmente podemos hallar los puntos de apoyo y los indicios que precisamos en el conocimiddot miento de la situacioacuten psiacutequica en la que se produce el acto fa llido y en el del caraacutecter de la persona que lo lleva a cabo y de las impresiones que la misma pudo r(cibir antes de rea li za rlo pues dicho acto pudiera muy bien constitui r la reaccioacuten del sujeto a tales impresiones En la mayoria de los casos es tablecemos desde luego nues tra interpretacioacuten de la func ioacuten fallida guiaacutendonos por prin cipios generales y buscamos despueacutes la confirmacioacuten de tal hipoacutetesis interpremiddot tativa por medio de la investigacioacuten de la si tuacioacuten psiacutequica Algunas veces tenemos tambieacuten que esperar para obtener la confirmacioacuten buscada a que se rea licen determinados sucesos que el acto fallido parece anunciarnos

No me seraacute faacutecil aportar muchas pruebas de estas uacuteltimas afirmaciones

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

1

PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

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de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
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Page 25: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

PSI(UAA lf LISIS L U S ero s FALLIDOS

mientras permanezca limitado a los dominios de la quivocacioacuten oral aunque en ellos podamos encontrar tambien algu nos buenos ejemplos El joven qu~ deseando acompanar a una dama se ofrecioacute a efectuar algo entre acuacutempantildearla y ofenderla es ciertamente un timido y de la sentildeora cuyo rla rido podiacutea comer y beber lo que ella quisiera me consta que es una de aqudlas mujeres eneacutergicas que saben mandar en su casa Podemos citar tambieacuten el caso siguiente En una junta general de la asociaci oacuten j(Concordia)l un joven socio pronuncioacute un violento di sc urso de oposicioacuten en el curso del cual in te rpeloacute a los n iembros de la Comisioacuten de gobierno inferior ( AusSthussm itgieder) con el nombre de miembros del Comiteacute de presamos ( VorschussmirglieJer J Hemos de presumir que su oposicioacuten tropezoacute en eacutel con una tendencia pert urbadora relacionada probablemente con una cues tioacuten de preacutestamo Y en efec to supimos poco despueacutes que nues tro orador teniacutea constantes apuros monetarios y acababa de hacer a la sociedad una nueva demanda de este geacutenero La intencioacuten perturbadora se hallariacutea pues fundada en la idea siguiente (( Hariacuteas bien en most rarte moderado en tu discurso de oposicioacuten pues le diriges a personas que pued n concederte o rehushysarte el preacutestamo que has solicitadoraquo

Maacutes adelan te cuando lleguemos a abo rdar el vasto dominio de las restantes funciones fallidas podreacute presentaros una numerosa seleccioacuten de estas pruebas indiciarias

Cuando alguien o lvida o a pesar de todos sus esfuerzos no retiene si no muy dificilmen te un nombre que sin embargo le es fami liar tenemos derecho a suponer que abriga alguacuten resentimiento con el sujeto a que dicho nombre corresponde y que por ta nto no gusta de pensar en el Ved si no en el ejtmplo que sigue la si tuacioacute n psiacutequica en la que el acto fa llido se produjo

((Cierto sentildeor Y se enamoroacute sin se r correspondido de una muchacha que poco tiempo despueacutes contrajo matrimonio con el sentildeor X Aunque Y conoce a X hace ya mucho tiempo y hasta tiene con el relacion es comerciales olvida dI lonlin uo su nombre y cuando quiere escribirle liene que acudir a alguien que se lo recuerde~) Es evidente que Y no quiere saber nada de su feli z rival ttNich gedacht soll seiner Verden)) 14 20

Otro caso Una sentildeora pide a su meacutedico noticias de una amiga comuacuten pero al hacerlo la des igna con su nombre de soltera pues ha olvidado por completo el apellido de su marido Interrogada sobre este o lvido declara que ve con d isgusto el matr imonio de su amiga pues el marido le es profundamente antipaacute tico ] 4 2]

Como maacutes adelante hemos de tra tar lon todo dltalle de los numerosos proshybkmas que susci ta el 91vido de nombres nos consagraremos ahora a examinar lo que por el momento nos interesa maacutes especialmente esto es la si tuacioacuten psiacutequica en la que el o lvido en genera l se produce

El olvido de in tenciones o propoacutesitos puede atribuirse de una manera genera l a la accioacuten de una co rriente cont rar ia que se opone a la rea lizacioacuten de los mismos opinioacuten que no es privativa de los partidarios del psicoanaacutelisis sino que es la que profesa todo el mundo en la vida corrien te aunque luego en teoriacutea se niegue a admi tirla Asi el personaje que para excusarse ante un demandante alega haber o lvidado su pretensioacuten y la promesa que dio de complacerle hallaraacute una completa incredulidad por parte del peticionario el cual pensaraacute siempre

JO Jung(I907) Bnll pYI2)

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PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

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LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

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lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

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que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

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cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

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de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
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Page 26: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

1

PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

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cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

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de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
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Page 27: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

PSI e o A N A LIS I S -- L o S A e T o S FALLIDOS ~ 1 S

psiacutequica actual nos sea desconocida o se muestre inaccesible a nuestra tigacioacuten Nuestra iiexcliexcliacute~rpretacioacuten no poseeriexcl entonces valor que simple hipoacutetesis que ni alln nosotros podemos conceder tancla Pero poiexclaiormente algo q uc muestra acertada un principio nuestra interpretacioacuten hipoteacutetica Una vez me hallaba yo en casa de un matrimonio recieacuten casado y la mujer me contoacute riendo que al diacutea siguiente de su regreso del viaje de novios habiacutea ido a buscar a su hermana soltera para mientras su marido hallaba ocupado en negocios con ella compras como antes de acosturnbraba hacerlo De repente habiacutea visto a un sentildeor por la acera opuesta y llamando la atencioacuten de su hermana le habla dicho laquoMira ahiacute va el senor Lraquo olvidando que el tal era su marido desde haciacutea algunas semanas Al oiacuter esto sentiacute un escalofriacuteo pero por entonces no sospecheacute que pu-diera constituir dato sobre porvenir de coacutenyuges Antildeos despueacutes recordeacute esta pequentildea cuando que el matrimonio habiacutea tenido desdi-chadismlO fin

A Maeder cuenta que una sentildeora que la viacutespera de su boda olvidoacute ir a proshybarse el traje nupcial y soacutelo se acordoacute de que teniacutea que hacerlo a las ocho de la noche cuando ya la modista desesperaba dl poder tener el traje por la maiiana

Maedel una relacion entre este hecho y el divorcio de sentildeora tiempo mi parte conozco a sentildeora actualmente separada de

su mando que aun antes de su divorcio acostumbraba equivocarse y firmar con su nombre de soltera los documentos referentes a la administracioacuten de sus bieshynes Seacute tambieacuten de otras muchas mujeres casadas que en el viaje de novios perdie-

eacutemillo de accideme al que posteriores han dado una Expondreacute por Imo un clarisimo maacutes

que un ceacutelebre alemaacuten el diacutea y hora en debiacutea celebrarse su matrimonio y se encerroacute en su laboratorio en lugar de acudir a la iglesia En este caso el interesado obedecioacute esta advertencia iacutenterior y contentaacutenshydose con una uacutenica tentativa continuoacute soltero hasta su muerte en edad muy avanzada

duda se habraacute ocurrido pensar en todos ejemplos acto fa-llido equivale a las ominao presagios a que los antiguos daban tan gran imporshytancia Y realmente una gran parte de estos presagios no eran maacutes que actos fallidos por ejemplo cuando alguien tropezaba o caiacutea Otros sin embargo teniacutean caraacutecter de suceso y no el de actosubJetlvo pero podeacuteis

hasta qUt punto se difiacutecil dctermmar si suceso pertenece a la o a la de accioacuten disfrazarse rnuchas

veces de suceso pasivo Cualquiera de nosotros que tenga tras de siacute una experiencia algo larga ya de

la vida puede decir que sin duda se hubiera ahorrado muchas desilusiones y muchas doloroSils sorpresas hubiera tenido el valor decisioacuten interpre-tar pequen os fallidos que se producen en las relaciones entre hombres como signos premonItorios de intenciones que no le son reveladas Mas la mayor parte de las veces no nos atrevemos a llevar a cabo tal interpretacioacuten pues teshymemos caer en la supersticioacuten pasando por encima de la ciencia Ademaacutes no todos los prciagios se realizan y comprendaacuteis mejor nuestras teoriacuteas vereacuteis que tampoco es necesaria una completa realizacioacuten_

~154 S I G M U N D F R E U D _ O B R A S e o M P L E T A S

LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

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Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

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cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

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suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

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de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
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LECCION IV LOS ACTOS FAL LIDOS (Con)

Sentildeoras y sentildeores

D E la labor hasta aquiacute realizada podemos deducir que los actos fallidos lienen un sent ido conclusioacuten que tomaremos como base de nuestras subsishy

guientes investigaciones Haremos resaltar una vez maacutes que no afirmam os ni para los fi nes que perseguimos nos es necesario afi rmar que todo acto fallido sea significativo aunque considerariacuteamos muy probable esta hipoacutetesis Pero nos basta con hallar que tal sentido aparece con relativa frecuencia en las diferentes clases de actos fallid os Ademaacutes estas diversas clases ofrecen por lo que resshypecta a este punto de vista grandes diferencias En las equivocaciones ora les escritas etc pueden apa recer casos de motivacioacuten puramente fisioloacutegica cosa en cambio poco probable en aquellas otras variantes de la funcioacuten fallida que se basan en el olvido (olvido de nombres y propoacutesitos imposibilidad de encontrar objetos que uno mismo ha guardado etc) Sin embargo existe un caso de peacutershydida en el que parece no intervenir intencioacuten alguna Los erro res que cometemos en nuestra vida cotidiana no pueden ser juzgados conforme a estos puntos de vista maacutes que hasta cierto liacutemite Os ruego conserveacute is en vuestra memoria estas limi tac iones para recordarlas cuando maacutes adelante expl iquemos coacutemo los actos fa ll idos son actos psiacutequicos resultantes de la in terferencia de dos intenciones

Es eacuteste el primer resultado del psicoanaacutelisis La Psicologiacutea no ha sospeshychado jamaacutes hasta el momento ta les interferencias ni la posibilidad de que las mismas produjeran fenoacutemenos de este geacutenero Asiacute pues el psicoanaacute lisis ha extenshydido considerablemente la amplitud del mundo de los fenoacuteme nos psiacutequicos y ha conquistado para la Psicologiacutea dominios que ante riormente no formaba n parte de ella

Detengaacutemonos todaviacutea unos instantes en la afi rmacioacuten de que los actos fallishydos son laquoactos psiacutequicos)) y veamos si la misma expresa algo maacutes de lo que ya anteriormente dij imos o sea que dichos actos poseen un sentido

A mi juicio no tenemos necesidad ninguna de ampliar el alcance de ta l afi rmacioacuten pues ya nos parece de por siacute ha rto indeterminada y suscept ible de eq uivocadas interpretaciones Todo lo que puede observarse en la vida aniacutemica habraacute de designarse eventualmente con el nombre de fenoacutemeno psiacutequico Mas para fijar de un modo definitivo esta calificacioacuten habremos de investigar si la manifestacioacuten psiacutequica dada es un efecto directo de influencias somaacuteticas orgaacuteshynicas y materiales caso en el cual caeraacute fuera de la invest igacioacuten psicoloacutegica o si por el contrario se deriva directamente de otros procesos aniacutemicos maacutes allaacute de los cuales comienza la ser ie de las influ encias orgaacutenicas A esta uacuteltima circunsshytancia es a la que nos atenemos pa ra calificar a un fenoacutemeno de proceso psiacutequico y por tanto es maacutes apropiado dar a nuestro principio la forma siguiente el fenoacutemeno es significatiVO y posee un sentido entendiendo por sentido un significado una intencioacuten una tendencia y una loca lizacioacuten en un conshytexto psiacutequico continuo

Hay ot ros muchos fenoacutemenos cue se aproximan a los actos fall idos pero a los que no conviene ya esta denominacioacuten y son los que llamamos OCIOS casuales y sinromaacuteticos ( Zujfals-und Symplomhandlungen) Tambieacuten estos actos se muesshytran como los fallidos in motivados y faltQ s de trascendencia apareciendo ademaacutes claramente superfluos Pero lo que en rigor los distingue de los actos

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
              • Freud_Leccioacuten04-Actosfallidos3de3
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
Page 29: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

PSI C OANALISIS - LOS A C T O S FALLIDOS 21 ~~

fallidos propiamente dichos es la ausencia de otra intencioacuten distinta a aquella con la que tropiezan y que por ellos queda perturbada

Se confunden por uacuteltimo con los gestos y movimientos encaminados a la expresioacuten de las emociones A estos actos casuales pertenecen todos aquellos peq uentildeos actos en apariencia carentes de objeto que solemos realizar tales como andar en nuest ros propios vestidos o en determinadas partes del cuerpo juguetear con los objetos que se hallan al alcance de nuest ras manos tararear o silbar automaacuteticamente una melodiacutea etc El psicoanaacutelisis afirma que todos estos actos poseen un sentido y pueden interpretarse del mismo modo que los actos fallidos esto es como pequentildeos indicios reve ladores de otros procesos psiacutequishycos maacutes importantes Habremos pues de concederles la categoriacutea de actos psiacuteq uicos completos

A pesar del intereacutes q ue el examen de esta nueva ampliacioacuten del campo de los fenoacutemenos psiacutequicos no dejariacutea de presentar prefiero no detenerme en eacutel y reanushydar el anaacutelisis de los actos fallidos los cuales nos plantean con mucha mayor precisioacuten los problemas maacutes importantes del psicoanaacutelisis

Entre las interrogaciones que hemos formulado a propoacutesito de las funcioshynes fal lidas las maacutes in te resantes -que por cierto no hemos resuelto auacutenshyson las siguientes hemos dicho que los actos fallidos resultan de la interferencia de dos intenciones diferentes una de las cuales puede ca li ficarse de per turbada y la otra de perturbadora Las in tenciones perturbadas no plantean ninguacute n proshyblema En cam bio por lo que respecta a las perturbadoras quisieacuteramos saber de queacute geacutenero son tales intenciones capaces de perturbar otras y cuaacute l es la relacioacuten que con estas uacuteltimas las enlaza

Permitid que escoja de nuevo la equivocacioacuten oral como representativa de toda la especie de los actos fallidos y que responda en primer lugar a la segunda de las inter rogaciones planteadas

En la equivocacioacuten oral puede haber entre la intencioacuten perturbadora y la perturbada una relacioacuten de contenido y en tal caso la primera contendraacute una contradiccioacuten una rectificacioacuten o un complemento de la segunda pero puede tambieacuten suceder que no exista relacioacuten algu na ent re los contenidos de ambas tendencias y en tonces el problema se hace maacutes oscuro e interesante

Los casos que ya conocemos y otros anaacutelogos nos permiten comprender sin dificultad la primera de estas relaciones

En casi todos los casos en los que la eq uivocacioacuten nos hace decir lo conshytrario de lo que queriacuteamos la intencioacuten perturbadora es en efecto opuesta a la perturbada y el acto fallido representa el conflicto entre las dos tendencias inconciliables Asiacute el sent ido de la equivocacioacuten del pres idente de la Caacutemara puede traducirse en la frase siguiente laquoDeclaro abierta la sesioacuten aunque prefeshyriria suspenderla)) Un diario acusado de haberse vendido a una fraccioacuten poliacutetica se defendioacute en un art iacuteculo que terminaba con las palabras que siguen

laquoNuestros lectores son testigos de que hemos defendido siempre el bien geshyneral de la manera maacutes desinteresada raquo) Pero el redactor a quien se confioacute esta defensa escribioacute laquode la manera maacutes interesadaraquo equivocacioacuten que a mi juicio revela su verdadero pensamiento ((No tengo maacutes remedio que escribi r lo que me hall encargado pero seacute que la ve rdad es muy distintaraquo) Un diputado que se proshyponiacutea declara r la necesidad de decir al emperador toda la verdad si considerashyciones ( ruumlckhat los) advirtioacute en su interior una voz que le aconsejaba no llevar

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

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que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

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cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

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de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
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        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
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Page 30: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

~1~6 S I G M U N O F R E U O - O B R A S e o M P L E T A S

lejos audacia y cometioacute una equivocacioacuten la que laquosin consuieracwnesraquo ( ruumlckhaiiexcllos) quedoacute transformado en laquosin columna venebralraquo (iexcluumlckgralos) o sea laquodoblando el espinazoraquo 1425

En los casos que ya conoceacuteis y que nos producen la impresioacuten de contracshyciones y abrcviacloncs se de rectificaciones agregaciones o eominuaclOnes eOIl las que una segunda tendencia logra manife~tarse al lado de la primera laquoSe han producido hechos (zum Vorschein gekommen) que yo calificariacutea de cochineriacuteas (Schlleinereien) resultado laquozum Vorschllein gekommenraquo laquoLas personas que comprenden estas cuestiones pueden contarse por los dedos una pero no

existe decir verdad maacutes que una persona que las comprendaraquo resultado laquoLas personas que las comprenden pueden ser contadas con un solo dedoraquo O tambieacuten laquoMi marido puede comer y beber lo que eacutel quiera pero como en eacutel mando podraacute comer beber lo yo Como se ve todos estos casos la equivocacioacuten se directamente contenido mismo de la cioacute n perturbada o se halla en conexioacuten con ella

Otro geacutenero de relacioacuten oue descuhrimos entre las dos intenciones interferenshynos un extraacutentildeo Si la mtencioacuten perturbadora no nada que con contenido de la perturbada iquestqueacute origen habremos de atnbuiacuterle y coacutemo

nos explicaremos que surja como perturbacioacuten de otra intencioacuten determinada La observacioacuten -uacutenico medio de hallar respuesta a estas interrogaciones- nos permite darnos cuenta de que perturbacioacuten proviene una serie de ideas que hahiacutea preocupado sujeto poco tiempo antes y que interViene en discurso de esta manera particular independientemente de que haya hallado o no expresioacuten en el mismo Traacutetese pues de un verdadero eco pero que no es producido siempre necesariamente por palabras anteriormente pronunciadas Tampoco falta aquiacute enlace asociativo entre elemento perturbado y perturbador pero en lugar de residir en el contenido es puramente artificial y su constitucioacuten resulta a veces muy forzada

Expondre un eiexclemplo de este geacutenero muy sencillo observado por di-rectamente Durante una excursioacuten los Dolomitas encontreacute dos senoras que vestiacutean trajes de turismo Fui acompantildeaacutendolas un trozo de camino y convershysamos de los placeres y molestias de las excursiones a pie Una de las sentildeoras confesoacute este cJcrcicio su incoacutemodo laquoEs Cierto que no resulta agradable sentll sobre el cuerpo despueacutes de haber estado andando el diacutea entero la blusa y la camisa empapadas en sudoLraquo En medio de esta frase tuvo una pequentildea vacilacioacuten que vencioacute en el acto Luego continuoacute y quiso decir cualldo se llega casa puede cam bla rse de ropa raquo

vez de palabra IltHauseraquo (casa) equivocoacute y pronuncioacute la palabra (calzones) La sentildeora habiacutea tenido claramente el propoacutesito de hacer una maacutes completa enumeracioacuten de las prendas interiores diciendo blusa camisa y panshytalones por razones de conveniencia social habiacutea retenido el uacutelt111O nombre Pero en [rase contenido indepen(hente que a continuacioacuten pronuncioacute se abrioacute paso contra su voluntad la palabra inhibida surgiendo en forma de desshyfiguracioacuten de la palabra Hause

Podernos ahora abordar la interrogacioacuten principal cuyo (xamen herllos

1415 Equivocacioacuten sufrida por el dipulado alemaacuten Lattmann en un discurso que pronuncioacute an(e el Rcichsshy

(n noviernbn de 1908

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
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                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
Page 31: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

PSICOANALISIS -LOS A e T O S FALlIDOS ~ I S 7

eludido por tanto tiempo o sea la de cuaacuteles son las intenciones que se manIshyfiestan de una manera tan extraordinaria como perturbaciones de otras Traacutetase evidentemente de intenciones muy distintas pero en las que intentaremos descushybrir algunos caracteres comunes Si examinamos con este propoacutesito una serie de ejemplos veremos que los mismos pueden dividirse en tres grupos En el prishymero reuniremos aquellos casos en los que la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto de la equivocacioacuten y se le ha revelado ademaacutes con anterioridad a la misma Asiacute en el ejemplo laquoVorschweimgt confiesa el sujeto no soacutelo haber pensado que aquellos hechos mereciacutean ser calificados de laquocochineriacuteasraquo (Schweinereien) sino tambieacuten haber tenido la intencioacuten -que despueacutes reprimioacute-- de manifestar verbalmente tal juicio peyorativo

El segundo grupo comprenderaacute aquellos casos en los que la persona que comete la equivocacioacuten reconoce en la tendencia perturbadora una tendencia personal mas ignora que la misma se hallaba ya en actividad en ella antes de la equivocacioacuten Acepta pues nuestra interpretacioacuten de esta uacuteltima pero no se muestra sorprendida por ella En otros actos fallidos encontraremos ejemplos de esta actitud maacutes faacutecilmente que en las equivocaciones orales Por uacuteltimo el tercer grupo entrantildea aquellos casos en los que el sujeto protesta con energiacutea contra la interpretacioacuten que le sugerimos y no contento con negar la existencia de la intencioacuten perturbadora antes de la equivocacioacuten afirma que tal intencioacuten le es ajena en absoluto Recordad el brindis del joven orador que propone hundir la prosperidad de su jefe y la respuesta un tanto grosera que hube de escuchar cuando reveleacute al equivocado orador su intencioacuten perturbadora Sobre la manera de concebir este caso no hemos podido ponernos todaviacutea de acuerdo Por lo que a miacute concierne la protesta del sujeto de la equivocacioacuten no me inquieta en absoshyluto ni me impide mantener mi interpretacioacuten pero vosotros impresionados por la resistencia del interesado os preguntaacuteis sin duda si no hariacuteamos mejor en renunciar a buscar la interpretacioacuten de los casos de este geacutenero y considerarlos actos puramente fisioloacutegicos en el sentido prepsicoanaliacutetico Sospecho queacute es lo que os lleva a pensar asiacute Mi interpretacioacuten representa la hipoacutetesis de que la persona que habla puede manifestar intenciones que ella misma ignora pero que yo puedo descubrir guiaacutendome por determinados indicios y vacilaacuteis en acepshytar esta suposicioacuten tan singular y tan prentildeada de consecuencias Comprendo vuestras dudas mas he de indicaros que si quereacuteis permanecer consecuentes con vuestra concepcioacuten de los actos fallidos fundada en tan numerosos ejemplos no debeacuteis vacilar en aceptar esta uacuteltima hipoacutetesis por desconcertante que os parezca Si esto es imposible no os queda otro camino que renunciar tambieacuten a la comprensioacuten tan penosamente adquirida de dichos actos

Detengaacutemonos auacuten un instante en lo que enlaza a los tres grupos que acashybamos de establecer esto es en aquello que es comuacuten a los tres mecanismos de la equivocacioacuten oral Afortunadamente nos hallamos en presencia de un hecho irrefutable En los dos primeros grupos la tendencia perturbadora es reconocida por el mismo sujeto y ademaacutes en el primero de ellos dicha tendencia se revela inmediatamente antes de la equivocacioacuten Pero lo mismo en el primer grupo que en el segundo la tendencia de que se trata se encuentra rechazada y como la pershysona que habla se ha decidido a no dejarla surgir en su discurso incurre en la equivoshycacioacuten esto es la tendencia rechazada se manijiesta a pesar del sujeto sea modishyficando la expresioacuten de la intencioacuten por eacutel aceptada sea confundieacutendose COIl ella o tomando su pueso Tal es el mecanismo de la equivocacioacuten oral

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
              • Freud_Leccioacuten04-Actosfallidos3de3
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
Page 32: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

21SH S 1 G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

Mi punto de vista me permite explicar por el mismo mecanismo los casos del tercer grupo Para ello no tendreacute maacutes quc admitir que los tres grupos que hemos establecido se diferencian entre siacute por el distinto grado de repulsa de la intencioacuten perturbadora En el primero esta intencioacuten existe y es percibida por el sujeto antes de hablar siendo entonces cuando se produce la repulsa de la cual la intencioacuten se venga con el lapsus En el segundo la repulsa es maacutes adecuada y la intencioacuten resulta ya imperceptible antes de comenzar el discurso siendo sorshyprendente que una tal represioacuten harto profunda no impida sin embargo a la intencioacuten intervenir en la produccioacuten del lapsus Pero esta circunstancia nos fashycilita en cambio singularmente la explicacioacuten del proceso que se desarrolla en el tercer grupo y nos da valor para admitir que en el acto fallido pueda mashynifestarse una tendencia rechazada desde largo tiempo atraacutes de manera que el sujeto la ignora totalmente y obra con absoluta sinceridad al negar su existencia Pero incluso dejando a un lado el problema relativo al tercer grupo no podeacuteis menos de aceptar la conclusioacuten que se deduce de la observacioacuten de los casos anteriores o sea la de que la supresioacuten de la intencioacuten de decir alguna cosa consshytituye la condicioacuten indispensable de la equivocacioacuten oral

Podemos afirmar ahora que hemos realizado nuevos progresos en la comprenshysioacuten de las funciones fallidas Sabemos no soacutelo que son actos psiacutequicos poseedoshyres de un sentido y una intencioacuten y resultantes de la interferencia de dos intenshyciones diferentes sino tambieacuten que una de estas intenciones tiene que haber sufrido antes del discurso cierta repulsa para poder manifestarse por la pershyturbacioacuten de la otra Antes de llegar a ser perturbadora tiene que haber sido a su vez perturbada Claro es que con esto no logramos todaviacutea una explicacioacuten completa de los fenoacutemenos que calificamos de funciones fallidas pues vemos en el acto surgir otras interrogaciones y presentimos en general que cuanto maacutes avanzamos en nuestra comprensioacuten de tales fenoacutemenos maacutes numerosos seraacuten los problemas que ante nosotros se presentan Podemos preguntar por ejemplo por queacute ha de ser tan complicado el proceso de su geacutenesis Cuando alguien tiene la intencioacuten de rechazar determinada tendencia en lugar de dejarla manifestarse libremente debiacuteamos encontrarnos en presencia de uno de los dos casos siguienshytes o la repulsa queda conseguida y entonces nada de la tendencia perturbadora podraacute surgir al exterior o por el contrario fracasa y entonces la tendencia de que se trate lograraacute manifestarse franca y completamente Pero las funciones fallidas son resultado de transacciones en las que cada una de las dos intenciones se impone en parte y en parte fracasa resultando asiacute que la intencioacuten amenazada no queda suprimida por completo pero tampoco logra -salvo en casos aislashydos- manifestarse sin modificacioacuten alguna Podemos pues suponer que la geacuteshynesis de tales efectos de interferencia o transaccioacuten exige determinadas condicioshynes particulares pero no tenemos la maacutes pequentildea idea de la naturaleza de las mismas ni creo tampoco que un estudio maacutes penetrante y detenido de los actos fallidos logre daacuternosla a conocer A mi juicio ha de sernos de mayor utilidad explorar previamente otras oscuras regiones de la vida psiacutequica pues en las analogiacuteas que esta exploracioacuten nos revele hallaremos valor para formular las hipoacutetesis susceptibles de conducirnos a una explicacioacuten maacutes completa de los actos fallidos Pero auacuten hay otra cosa el laborar guiaacutendose por pequentildeos indicios como aquiacute lo hacemos trae consigo determinados peligros Precisamente existe una enfermedad psiacutequica llamada paranoia combinatoria en la que los pequentildeos indicios son utilizados de una manera ilimitada y claro es que no puede afirmarse

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
              • Freud_Leccioacuten04-Actosfallidos3de3
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
Page 33: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

PSICOANALISIS L o s A C T O S FALLIDOS 2159

que las conclusiones basadas en tales fundamentos presenten una garantia de exactitud De peligros podremos tanto preservarnos salO dando

nuestras observaciones la amplia base posible esto comprobando que las impresiones que hemos recibido en el estudio de los actos fallidos se repiten al investigar otros diversos dominios de la vida aniacutemica

Vamos pues a abandonar aquiacute el anaacutelisis de los actos fallidos Mas quiero previamente una advertencia Conservad en memoria tiacutetulo

modelo el meacutetodo seguido en el estudiO de estos fenoacutemenos que ya revelado vuestros OJOS cuaacuteles las intenclor1tcS de nuestra pSicolo-

giacutea No queremos limitarnos a describir y clasificar los fenoacutemenos queremos tamshybieacuten concebirlos como indicios de un mecanismo que funciona en nuestra alma

como la manifestacioacuten de tendencIas aspiran a fin definido laboran veces en rnisma direccioacuten y otras direcciones opuestas ntentamos

pues formarnos una concepcioacuten dinaacutemica los fenoacutemenos psiacutequicos eoncep-cioacute n en la cual los fenoacutemenos observados pasan a segundo teacutermino ocupando el primero las tendencias de las que se los supone indicios

No avanzaremos maacutes en estudio de actos fallidos pero em-auacuten pida excursioacuten por sus dommios excursioacuten en encon-

traremos cosas que ya conocemos y descubriremos otras nuevas Durante ella nos seguiremos ateniendo a la divisioacuten en tres grupos que hemos establecido al principio de nuestras investigaciones o sea la equivocacioacuten oral y sus sub-

(equivocaCi()n en la escritura en la lectura y falsa au(lcioacuten) 2 olvido sus subdivisiones correspondientes objeto olvidado (nombres propios

palabras extranjeras propoacutesitos e impresiones) 3deg los actos de teacutermino erroacuteneo la imposibilidad de encontrar un objeto que sabemos haber colocado en un lugar determinado y los casos de peacuterdida definitiva Los errores no nos interesan maacutes

tanto cllanto tienen conexioacuten el olvido con los teacuter-

A pesar de haber tratado detenidamente de la equivocacioacuten oral auacuten nos queda algo que antildeadir sobre ella Con esta funcioacuten fallida aparecen enlazados

pequentildeos fenoacutemenos que estaacuten por desprovistos de No se reconocer gustosamente haber una equivocacioacuten

ya veces sucede que no se da uno cuenta de los propios lapsus mientras que rarashymente se nos escapan los de los demaacutes Obseacutervese tambieacuten que la equivocacioacuten oral es hasta cierto punto contagiosa y que no es faacutecil hablar de equivocaciones

cometerlas cuenta Las eqUivocaciones insigni-precisamente Iras de no se proceso psiacutequico

nmguno responden a razones nada difiacuteciles de descubrir Cuando a consecuencia de cualquier perturbacioacuten sobrevenida en el momento de pronunciar una palashybra dada emite alguien brevemente una vocal larga no deja nunca de alargar

cambio la vocal breve cometiendo asiacute un nuevo lapsus destinado compensar primero Del mismo modo cuando pronuncia impropia descuidadamente un diptongo intentaraacute corregirse pronunciando siguiente

como hubiera debido pronunciar el primero cometiendo asiacute una nueva equivoshycacioacuten compensadora Diriacutease que el orador tiende a mostrar a su oyente que

a fondo lengua y no que se le tache de descllidar la pronunciacioacuten segunda deformacioacuten compensadora tiene precisamente

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

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cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
              • Freud_Leccioacuten04-Actosfallidos3de3
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
Page 34: FREUD . I. - psiaudiovisuales.com.ar · 2124 SIGMUND FREUD - OBRAS COMPLETAS al autor a introducir en algunos capítulos de este libro (los referentes a la etiulogía de la angustia

PSI e o A N A L iexcl S j ~ -~ L o S A e 7 o S FALLIDOS 2161

personas humanasraquo Este error extrantildeoacute a los meacutedicos del Instituto de referencia pero no supieron dedueir de eacutel que yo sepa consecuencia Ahora bien iquestno que los medicos hubieran obrado aeerladamente eonslderando error como una confesioacuten e imclando una investigacioacuten que habriacutea evitado tiempo los criminales designios del asesino) iquestNo encontraacuteis que en este caso la ignorancia de nuestra concepcioacuten de las funciones fallidas ha motivado una omisioacuten infinitamente lamentable Por mi parte estoy seguro de que tal equivoca-cioacuten hubiera harto pero aprovechamiento en de confesioacuten con obstaacuteculm de extrerna importancia cosa no senclila como parece La equivocacIacuteoacuten en la escritura constituye un indicio inconshytestable mas no basta por siacute sola para justificar la iniciacioacuten de un proceso crimishynal Cierto es que este lapsu testimonia de que el sujeto abrigaba la idea de infec-tar decidir si se trata de proyecto

una sin alcance Es incluso posible que hombre que ha cometido tal eqUlvocacioacuten al escribir encuentre los mejores argumentos subjetivos para negar semejante fantasiacutea y rechazarla como totalshymente ajena a eacutel Maacutes adelante comprendereacuteis mejor las posibilidades de este geacutenero cuando de la (Herencia que entre la realidad psiacutequica la matenal lodo obsta que se trate este caso un fallido que ulteriormente insospcehadamentc Ilnportancia

En los errores de leClura nos encontramos en presencia de una situacioacuten psiacutequica totalmente diferente a la de las equivocaciones orales o escritas Una de las dos tendencias concurrentes reemplaza(h en este por una cioacuten sensorial circunstancia que hace quizaacute rnenos residente Aquello tenemos que leer no es una emanacioacuten de nuestra vida psiacuteqUica corno lo son las cosas que nos proponemos escribir Por esta razoacuten los errores en la lectura conshysisten casi siempre en una sustitucioacuten completa La palabra que habriacuteamos de queda reemplazada por sin que necesariamente una relacioacuten de contenido entre texto y el del error pues la sustitucioacuten se generalmente en vlrlud de una simple semejanza entre las dos palabras El eJemshyplo de Lichtenberg de leer Agamenoacuten en lugar de engenommen (aceplado) es el mejor de todo este grupo Si se quiere descubrir la tendencia perturbadora causa del debe deja complcl un lado falsamenle leiacutedo e iniciar eXalnen analiacutetico dos interrogaciones I a es la idea que acude al del sUjeto y que se aproxIma maacutes error cometldol 2 iquestEn queacute circunstancias ha sido cometido tal error A veces el conocimiento de la situacioacuten basta para explicar el error Ejemplo Un individuo que experishymcntoacute cierta necesidad natural hallaacutendose paseando por las calles de una ciudad ex primer piSO gran muestra con la cioacuten (C) y tuvo rse de que muestra vi(se en un primer piso antes de observar que lo que en ella debiacutea leerse no era lo que eacutel habiacutea leiacutedo sino Corsethaus (Corseteria) En otros casos la equivocashycioacuten en la lectura precisa por ser independiente del contenido del texto de un penetrante anaacutelisis no podraacute licarse a cabo acertadamente que hallaacuten-dose ejercitado la teacutecnica pSlcoanaliacutetica y teniendo confianza ella Pero la mayoriacutea de las veces es maacutes faacutecil obtener la explicaCIoacuten de un error en la lectura~ Como en el ejemplo antes citado de Lichtenberg la palabra sustituishyda revela sin dificultad el circulo de ideas que constituye la Cuente de la perturba-

2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

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suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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2162 SJGMUND FREUD - OB RAS COMPLETAS

cioacuten En es tos tiempos de guerra por ejemplo solemos leer con frecuencia aq uellos nombres de ciudades y de generales o iexclquellas ex prs iones militares que oiacutemos constantemente cada vez que nos encontramos ante palabras que con eacutestas tienen determinada semejanza Lo que nos interesa y preocu pa nuestro pensamiddot mi~ nto sus tituye asiacute en la lectura a lo que nos es ind ife rente y los refl ejos de nuestras ideas perturban nuest ras nueV1S penepciacuteones

Las equ ivocaciones en la lec tura nos ofrecen tambieacuten a bundantes ejemplos en los que la tendencia perturbadora es despertada por el mismo texto de nuesshytra lectura ecual queda entonces transformado la mayor parte de las veces por dicha tendencia en su contrario Tratase casi siempre en estos casos de textos cuyo contenido nos causa displace r y el anaacutelisis nos revela que debemos hacer responshysable de nuestra equivocacioacuten en su lectura al intenso deseo de rechazar lo que en ellos se afirma

En las falsa s lecturas que mencionamos en primer lugar y que son las mas frecuentes no desempentildean sino un papel muy secundario aquellos dos factores a los que en el mecanismo de las funciones fallidas tuvimos que atribuir maacutexima importancia Nos referimos al conflicto entre dos tendencias y a la repulsa de una de ellas repulsa de la que la misma se resarce por el efecto del acto fallido No es que las equivocaciones en la lectura presen ten caracteres opuestos a los de estos fac tores pero la influencia del contenido ideoloacutegico que conduce al error de lectura es mucho mas patente que la repres ioacuten que dicho contenido hubo de sufrir anteriormente

En las diversas modalidades del acto fallido provocado por el olvido es donde estos dos factores aparecen con mayor precisioacuten El olvido de propoacutesilos es un fen oacutemeno cuya interpretacioacuten no presenta dificultad ninguna hasta el punto de que como ya hemos visto no es rechazada siqu iera por los profanos La tendencia que perturba un propoacutesito consiste siempre en una intencioacuten contraria al mismo esto CS en una volicioacuten opues ta cuya uacuten ica singularidad es la de escoger este medio dis imulado de mani fes tarse en lugar de surgir francamente Pero la exisshytencia de esta volicioacuten contraria es incontestable y a lgunas veces conseguimos ta mbicn descubrir parte de las razones que la obligan a disimularse medio por el cual alcanza siempre con el acto fallido el fin hacia el que tendiacutea mientras que presentaacutendose como una franca contradiccioacuten hubiera sido seguramente rechashyzada Cuando en el in tervalo que separa la concepcioacuten de un propoacutesito de su ejeshycucioacuten se produce un cambio importante de la situacioacuten psiacutequica que hace imposhysible dicha ejecucioacuten no podremos calificar ya de ac[O fallido el olvido del proshypoacutesito dt que se trate Este olvido no nos admira ya pues nos damos cuen ta de que hubiera sido superfluo recordar el propoacutesiio dado que la nueva situacioacuten psiacutequimiddot ca ha hecho imposible su realizac ioacuten El olvido de un proyecto no puede ser conshysiderado como un acto fa llido mas que en los casos en que no podemos creer en un cambio de dicha si tuacioacuten

Los casos de olvido de propoacutesitos son en general tan uniformes y transparenmiddot tes que no presentan ninguacuten intereacutes para nues tra investigacioacuten Sin embargo el es tudio de este acto fallido puede ensentildearnos a lgo nuevo con relacioacuten a dos imshyportan tes cuestiones Hemos dicho que el olvido y por tanto la no ejecucioacuten de un propoacutesito testimonia de una volicioacuten contraria hostil al mismo Esto es cierto pero seguacute n nues tras investigaciones tal volicioacuten cont raria puede ser directa o ind irec ta Para mostrar queacute es lo que entendemos al hablar de voluntad

PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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PSICOANALISIS - LOS A CTOS fALLIDOS ~163

contraria indirec ta expondremos unos cuantos ejemplos Cuando una persona olvida recomendar un protegido suyo a una tercera persona su olvido puede depender de que su protegido le tiene en rea lidad sin cuidado y que por tanto no tiene deseo ninguno de hacer la recomendacioacuten que le ha ce favorecer Esta seraacute po r lo menos la interpretacioacuten q ue el demandante daraacute a l olvido dc su proshytector Pero la si tuacioacuten puede ser mas complicada La relJugnancia a realizar su propoacutesito puede provenir en el pro tector de una causa distinta relacionada no con el demandante sino con aquella persona a la que se )a ce hacer la recoshymendacioacuten Vemos pues que tambieacuten en estos casos tropieza con graves obstaeushylos el aprovechamiento praacutectico de nuestras interpretaciones A pesar de acertar en su in terprctacioacuten del olvido corre el protegido el peligro de caer en una exashygerada desconfianza y most rarse injusto para con su protector Anaacutelogamente cuando alguien olvida una cita a la que prometioacute y se propuso acudir el fundashymento maacutes frecuente de tal olvido debe buscarse en la escasa simpatiacutea que el sujeto siente por la persona con la que ha quedado citado Pero en estos cams puede tambieacuten demostrar el anaacutelisis que la tendencia perturbadora no se refiere a dicha persona si no al lugar en el que la cita debiacutea realizarse lugar que quishysieacuteramos evi tar a causa de un penoso recuerdo a eacutel ligado Otro ejemplo Cuando olvidamos expedir una carta la tendencia perturbadora puede tener su origen en el contenido de la misma pero puede tambieacuten suceder que dicho contenido sea por completo inocente y provenga el olvido de algo que en la ca rta recuerde a otra anterio r que ofrecioacute realmente motivos suficientes y directos para la aparicioacuten de la tendencia perturbadora Podremos decir entonces que la volicioacuten contraria se ha transferido desde la carta anterior en la cual se hallaba justificada a la carta actual en la que no tiene justificacioacuten alguna Vemos asiacute que debemos proceder con gran precaucioacuten y prudencia hasta en las interpretaciones aparentemente maacutes exactas pues aquello que desde el punto de vista psicoloacutegico presenta un solo sigshynificado pucde most rarse susceptible de varias interpretaciones desde el punto de vista praacutectico

Fenoacutemenos como estos que acabamos de describir han de pareceros harto extraordinarios y quizaacute os pregunteacuteis si la voluntad contraria indirecta no immiddot prime al proceso un caraacutecter patoloacutegico Por el contrario puedo aseguraros que este proceso apa rece igualmente en plena y normal salud Mas entendaacutemonos no quisiera que interpretando mal mis palabras las creyerais una confesioacuten de la insufici encia de nuestras interpretaciones analiacuteticas La indicada posibi lidad de muacutelt iples interpre taciones del olvido de propoacutesitos subsiste solamente en tanto que no hemos emprendido el anaacutelisis del caso y mientras nuestras interpretamiddot ciones no se basen sino en hipoacutetesis de orden general Una vez rea li zado el anaacuteshylis is con el auxilio del sujeto vemos siempre con certeza maacutes que suficiente si se trata de una voluntad contraria directa y cuaacutel es la procedencia de la misma

Abordemos ahora otra cuestioacuten diferente Cuando en un gran nuacutemero de casos hemos comprobado que el olvido de un propoacutesito obedece a una voluntad contraria nos sentimos alentados para extender igual solucioacuten a otra se rie de casos en los que la persona analizada en lugar de confirmar la voluntad contraria por nosotros deducida la niega rotundamente Pensad en los numerosos casos en los que se olv ida devolver los libros prcstados y paga r facturas o preacutestamos En estas ci rcunstancias habremos de atrevernos a afirmar al olvidadizo que su in tencioacuten latente es la de conserva r ta les libros o no satisfacer sus deudas Claro es que lo negaraacute indignado pero seguramente no podraacute darnos otra distinta expl i-

~1ntilde4 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
              • Freud_Leccioacuten04-Actosfallidos3de3
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
                • Leccioacuten 04 - Actos fallidos (3 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
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cacioacute n de su olvido Diremos entonces que el sujeto tiene realmente las intenshyciones que le atribuimos pero que no se da cuenta de ellas siendo el olvido lo que a nosotros nos las ha revelado Observareacuteis que llegamos aquiacute a una situashycioacuten en la cua l nos hemos encontrado ya una vez Si queremos dar todo su desshyarrollo loacutegico a nuest ras interpretaciones de los actos fallidos cuya exactitud hemos com probado en tantos casos habremos de admitir obligadamente que existen en el hombre tendencias susceptibles de actuar sin que eacutel se deacute cuenta Pero formuland o este principio nos situamos enrrente de todas las concepciones actualmente en vigor tanto en la vida praacutectica como en la ciencia psicoloacutegica

El olvido de nombres propios y palabras extranjeras puede explicarse igualshymente por una intencioacuten contraria orientada directa o indirectamente contra el nombre o la palabra de referencia Ya en paacuteginas anteriores os he citado varios ejemplos de repugnancia directa a ciertos nombres y palabras Pero en es te geacutenero de olvidos la causacioacuten indirecta es la maacutes rrecuente y no puede ser establecida la mayor parte de las veces sino despueacutes de un minucioso anaacutelisis Asiacute en la actual eacutepoca de guerra durante la cual nos estamos viendo obligados a renunciar a tantas de nuest ras inclinaciones afectivas ha sufrido una gran disshyminucioacuten a causa de las maacutes singulares asociaciones nuestra racultad de recordar nombres propios Recientemente me ha sucedido no poder reproducir el nombre de la inorensiva ciudad morava de Bisenz y el anaacutel isis me demostroacute que no se trataba en absolu to de una host ilidad miacutea contra dicha ciudad y que el olvido era motivado por la semejanza de su nombre con el de l palacio Bisenzi de Orvieto en el que repetidas veces habiacutea yo pasado diacuteas agradabi liacute simos Como motivo de esta tendencia opuesta a l recuerdo de un nombre hallamos aquiacute por vez prishymera un principio que maacutes tarde nos revela raacute toda su enorme importancia para la causacioacuten de siacutentomas neuroacuteticos Traacutetase de la repugnancia de la memoria a evocar recuerdos que se hallan asociados con sensaciones displacientes y cuya evocacioacuten habriacutea de renovar tales sensaciones En esta tendencia a evita r el disshyplacer que pueden causa r los recuerdos u otros actos psiacutequicos en esta fuga psiacuteshyquica ante ~ l displacer hemos de ver el uacutelt imo motivo eficaz no solamiexclnte del olvido de nombres sino tambieacuten en muchas ot ras runciones fallidas tales como las torpezas o actos de teacutermino erroacuteneo los errores etc El olvido de nombres parece quedar particularmente facilitado por factores psicofisioloacutegicos y surge por tanto aun en aque llos casos en los que no interviene ninguacuten motivo de displashycer En aquellos sujetos especialmente incl inados a olvidar los nombres la invesshytigacioacuten analiacutetica nos revela siempre que si determinados nombres escapan a la memoria de los mismos no es tan soacutelo porque les sean desagradables o les reshycuerden sucesos displacientes sino tambieacuten porque pertenecen en su psiq uismo a otros ciclos de asoc iaciones con los cua les se hallan en relacioacuten maacutes est recha Diriacutease que tales nombres so n retenidos por estos ciclos y se niega n a obedecer a otras asociaciones circunstanciales Recordando los art ificios de q ue se sirve la mnemotecnia observareacuteis no sin alguna sorpresa que ciertos nombres quedan olvidados a consecuencia de las mismas asociaciones que se establecen intencioshynadamente para preservarlos del olvido El olvido de nombres propios los cuales poseen naturalmente un distinto valor psiacutequico para cada sujeto constit uye el caso maacutes tiacutepico de este geacutenero Tomad por ejemplo el nombre de Teodoro Para muchos de vosotros no presentaraacute ninguacuten significado particular En cambio para otros se raacute el nombre de su padre de un hermano de un amigo o has ta el

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suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

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de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

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marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
          • Freud_Leccioacuten03-Actosfallidos2de3-1
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada DER
            • Leccioacuten 03 - Actos fallidos (2 de 3) [a doble paacuteg] digitalizacioacuten optimizada IZQ
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PS1COANALfSIS - LOS A e T O S FALLIDOS 2165

suyo propio La experiencia analiacutetica os demostraraacute que los primeros no corren riesgo alguno de olvidar que cierta persona extrantildea a ellos se llama asiacute mientras que los segundos mostraraacuten siempre una tendencia a rehusar a un extrantildeo un nombre que les parece reservado a sus relaciones iacutentimas Teniendo ademaacutes en cuenta que a este obstaacuteculo asociativo puede antildeadirse la accioacuten del principio del displacer y la de un mecanismo indirecto podreacuteis haceros una idea exacta del grado de complicacioacuten que presenta la causacioacuten del olvido temporal de un nombre Mas sin embargo un detenido anaacutelisis puede siempre desembrollar todos los hilos de esta complicada trama

El olvido de impresiones y de sucesos vividos muestra con maacute s claridad y de una manera maacutes exclusiva que el olvido de los nombres la accioacuten de la tendencia que intenta alejar del recuerdo todo aquello que puede sernos desagradable Claro es que este olvido no puede ser incluido entre las funciones fallidas maacutes que en aquellos casos en los que observando a la luz de nuestra experiencia cotidiana nos parece sorprendente e injustificado por ejemplo cuando recae sobre impresiones demasiado recientes o importantes o sobre aquellas otras cuya ausencia determinariacutea una laguna en un conjunto del cual guardamos un recuerdo perfecto Las causas del olvido en general y especialmente del de aquellos suceshysos que como los que vivimos en nuestros primeros antildeos infantiles han tenido que dejar en nosotros una profundiacutesima impresioacuten constituyen un problema de orden totalmente distinto en el que la defensa contra las sensaciones de displashycer desempentildea desde luego cierto papel pero no resulta suficiente para explishycar el fenoacutemeno en su totalidad Lo que desde luego constituye un hecho inshycontestable es que las impresiones displacientes son olvidadas con facilidad Este fenoacutemeno comprobado por numerosos psicoacutelogos causoacute al gran qiexclirYin una impresioacuten tan profunda que se impuso la regla de anotar con particular cuidado las observaciones que pareciacutean desfavorables a su teoriacutea de que como tuvo ocashysioacuten de confirmarlo repetidas veces se resistiacutean a imprimirse en su memoria

Aquellos que oyen hablar por primera vez del olvido corno medio de defensa contra los recuerdos displacientcs raramente dejan de formular la objecioacuten de que conforme a su propia experiencia son maacutes bien los recuerdos desagradashybles (por ejemplo los de ofensas o humillaciones) los que maacutes difiacutecilmente se borran tornando sin cesar contra el imperio de nuestra voluntad y torturaacutendonos de continuo El hecho es exacto pero no asiacute la objecioacuten en eacutel fundada Debemos acostumbrarnos a tener siempre en cuenta pues es algo de capital importancia el hecho de que la vida psiacutequica es un campo de batalla en el que luchan tendencias opuestas o para emplear un lenguaje menos dinaacutemico un compuesto de contrashydicciones y de pares antinoacutemicos De este modo la existencia de una tendencia determinada no excluye la de su contraria En nuest ro psiquismo hay lugar para ambas y de lo que se trata uacutenicamente es de conocer las relaciones que se estashyblecen entre tales tendencias opuestas y los efectos que emanan de cada una de ellas

La peacuterdida de objetos y la imposibilidad de enCOllfrar aquellos que sabemos haber colocado en alguacuten lugar nos interesan particularmente a causa de las muacuteltiples interpretaciones de que son susceptibles como funciones fallidas y de la vashyriedad de tendencias a las cuales obedecen Lo que es comuacuten a todos estos casos es la voluntad de perder diferenciaacutendose unos de otros en la razoacuten y el objeto

2166 S I G M U N D F R E U D - O B R A S e o M P L E T A S

de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

PSICOANALISIS ~LOS A C T O S FALLIDOS 2167

marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

  • Freud_Leccioacuten01-Introduccioacuten-1
    • Leccioacuten 01 - Introduccioacuten [paacuteg impares]
      • Freud_Leccioacuten02-Actosfallidos1de3
        • Leccioacuten 02 - Actos fallidos (1 de 3) [a una paacuteg - der]
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de la peacuterdida Perdemos un objeto cuando el mismo se ha estropeado por el mucho uso cuando pensamos reemplazarlo por otro mejor cuando ha cesado de agradarnos cuando procede de una persona con la cual nos hemos disgustado o cuando nuestras manos en desagradables que

Ideacutenticos fines pueden hechos de rom-un objeto Asimismo en la vida social

hijos ilegiacutetimos y se ve obligado a reconocer mls delicados y sujetos que los legiacuteti-mos resultado necesidad de atribuir taacutectica de los laquofabri-cantes de explica perfectamente Ilegligencia en su cuidado y conservacioacuten de los bien tener igual explicacion que en este caso la de los hijos

Tambieacuten en otras muchas ocasiones se pierden o~jetos que conservan todo su valor con la sola intencioacuten de sacrificar algo a la suerte y evitar de esta manera otra peacuterdida que se teme El anaacutelisis demuestra que esta manera de conjurar la suerte es auacuten muy comuacuten entre nosotros y que por tanto nuestras peacuterdidas constituyen a veces un sacrificio voluntario En otros casos pueden asimismo ser expresioacuten de un desafio o una penitencia Vemos pues que la tendencia a desembarazarnos de un objeto perdieacutendolo puede obedecer a numerosiacutesimas y muy lejanas motivaciones

demaacutes errores utilizamos veces los actos IOlpecas (Vergreifen) para que debiacuteamos

disfraza la intencioacuten una feliz casua-el caso de uno que debiendo en los alrededores se equivocoacute al

cambiar estacioacuten intermedia y le reintegroacute al punto de partida Suele tambieacuten ocurrir que cuando durante curso de un viaje deseamos hacer una parada incompatible con nuestras obligaciones en un punto intermedio perdemos un tren como por casualidad o equivocamos un transbordo error que nos impone la detencioacuten que deseaacutebamos Puedo relataras asimismo el caso de uno de mis enfermos al cual teniacutea yo prohibido que hablara a su querida por teleacutefono y que cada vcz que me telefoneaba pediacutea laquopor errorraquo un nuacutemero equivocado y precisamente el de su querida Otro caso interesante y que reveshylaacutendonos los preliminares del deterioro de un objeto muestra palpablemente una importancia praacutectica es la siguiente observacioacuten de un ingeniero

laquoHace rabajaba yo con varios Escuela Superior experimentos sobre labor de la que

voluntariamente a ocuparnos hubieacutesemos deseado el laboratorio

en compaiacuteliacutea expresoacute eacuteste lo era para eacutel aquel diacutea verse tanto tiempo trahajo en su casa Yo asentia y antildeadiacute en broma a un accidente sucedido anterior Por fortuna es de esperar que maacutequina falle otra vez y tengamos que interrumpir el experimento Asiacute podremos marcharnos pronto En la distribucioacuten del trabajo tocoacute a F regular la vaacutelvula de la prensa esto es ir abrieacutendola con prudencia para dejar pasar poco a poco el liquido presionador desde los acumuladores al cilindro de la prensa hidraacuteulica El director del experimento se hallaba observando el manoacutemetro y cuando eacuteste

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marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

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yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

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marcoacute la presioacuten deseada gritoacute iexclAlto Al oiacuter esta voz de mando cogioacute F la vaacutelvula y le dio vuelta con toda su fuerza hacia la izquierda (todas las vaacutelvulas sin excepcioacuten se cierran hacia la derecha) Esta falsa maniobra hizo que la presioacuten del acumulador actuara dc sobre la prensa cosa para lo clIal no estaba preparada estallar una unioacuten de eacutesta grave para la obligoacute a abandonar el trabajo diacutea y regresar a

Resulta ademaacutes hablando de este

el hecho de que alguacuten recordar las palabras que le

yo recordaba con toda Casos como sospecha de que si las manos

criados se transforman tantas veces en instrumentos destructores de los objetos que poseemos en nuestra casa ello no obedece siempre a una inocente casualidad

De igual manera podemos tambieacuten preguntarnos si es por puro azar por lo que nos hacemos dantildeo a nosotros mismos y ponemos en peligro nuestra pershysonal integridad El anaacutelisis de observaciones de este geacutenero habraacute de darnos la solucioacuten de estas interrogaciones

Con lo que hasta aquiacute hemos dicho sobre las funciones fallidas no queda desde luego agotado el tema auacuten habriacuteamos de investigar y discutir nu-merosos puntos satisfecho si con lo expuesto conseguido haceros antiguas ideas sobre disponeros a aceptar

Por lo demaacutes escruacutepulo en abandonar de las funciones fallidas a un completo esclareeimiento las mismas pues de proporcionarnos la de todos nuestros que nos obligue a limitar vestigaciones recaer uacutenicamente sobre los materiales que las funciones fallidas nos proporcionan El gran valor que los actos fallidos presentan para la consecucioacuten de nuestros fines consiste en que siendo grandemente frecuentes y no teniendo por condicioacuten estado patoloacutegico ninguno todos podemos obsershyvarlos con facilidad en nosotros mismos Para terminar quiero uacutenicamente reshycordaros una de vuestras interrogaciones que he dejado hasta ahora sin resshypuesta Dado que como en numerosos ejemplos hemos podido comprobar la concepcioacuten vulgar de las funciones fallidas se aproxima a veces considerableshymente a la que en estas lecciones hemos expuesto conducieacutendose los hombres en muchas ocasiones el sentido de las mismas considera tan fenoacutemenos como accidentales todo sentido rechazando energiacutea su concepcioacuten

Teneacuteis razoacuten singular y necesitado Mas en lugar de iros exponiendo cuyo encadenamiento dicha explicacioacuten por vosotros y sin que preciseacuteis

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