Francisco- Carta a Obispo de Nigeria 17-3-15 Paz y Reconciliación

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  • 7/21/2019 Francisco- Carta a Obispo de Nigeria 17-3-15 Paz y Reconciliacin

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    CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

    A LOS OBISPOS DE NIGERIA

    Queridos hermanos en el episcopado,

    Mientras caminamos por este camino cuaresmal hacia la Resurreccin del Seor unidos a toda la Iglesia,deseo expresar a ustedes, queridos arzobispos y obispos de Nigeria, un fraternal saludo, que extiendo a lascomunidades cristianas queridos confiadas a su cuidado pastoral. Tambin me gustara compartir conustedes algunas reflexiones sobre la situacin actual en su pas.

    Nigeria, conocido como el "gigante africano", con sus ms de 160 millones de habitantes, est llamada adesempear un papel fundamental, no slo en frica sino tambin en el mundo en general. En los ltimosaos, se ha experimentado un crecimiento robusto en la esfera econmica y ha reafirmado una vez ms ens mismo en el escenario mundial como un mercado atractivo, debido a sus recursos naturales, as como supotencial comercial. Actualmente, se considera oficialmente la principal economa africana. Tambin se ha

    distinguido como un actor poltico muy comprometido con la resolucin de las situaciones de crisis en elcontinente.

    Al mismo tiempo, el pas ha tenido que enfrentarse a problemas considerables, entre ellos las formas deextremismo y fundamentalismo nuevos y violentos por razones tnicas, sociales y religiosas. Muchosnigerianos han sido asesinados, heridos o mutilados, secuestrados y privados de todo: sus seres queridos,sus tierras, sus medios de subsistencia, su dignidad y sus derechos.Muchos no han podido regresar a sushogares. Los creyentes, tanto cristianos como musulmanes, han experimentado un trgico resultadocomn, a manos de personas que dicen ser religiosos, pero que en vez abusar de la religin, para hacer deella una ideologa por sus propios intereses distorsionadas de la explotacin y el asesinato.

    Me gustara asegurarle a usted ya todos los que sufren de mi cercana. Todos los das me acuerdo de ti enmis oraciones y repito aqu, por su aliento y consuelo, las consoladoras palabras del Seor Jess, quesiempre ha de resonar en nuestros corazones: "La paz os dejo, mi paz os doy "( Jn14:27).

    Paz - como usted sabe tan bien - no es slo la ausencia de conflictos o el resultado de un compromisopoltico o la resignacin fatalista. La paz es para nosotros un don que viene de lo alto; que es el mismoJesucristo, el Prncipe de la Paz, que ha hecho de los dos pueblos uno (cf. Ef2:14). Y slo el hombre o lamujer que atesora la paz de Cristo como una luz que gua y forma de vida puede llegar a ser un pacificador(cf. Mt5, 9).

    Al mismo tiempo, la paz es una tarea diaria, un esfuerzo valiente y autntico para favorecer lareconciliacin, para promover experiencias de compartir, de extender puentes de dilogo, para servir a losms dbiles y los excluidos. En una palabra, la paz consiste en la construccin de una "cultura delencuentro".

    Por eso, deseo expresar aqu mi ms sincero agradecimiento a usted, porque en medio de tantas pruebas ysufrimientos de la Iglesia en Nigeria no deja de ser testigos de la hospitalidad, la misericordia y elperdn. Cmo no recordar a los sacerdotes, religiosos y religiosas, misioneros y catequistas que, a pesarde los sacrificios indecibles, nunca abandon su rebao, pero se mantuvo en su servicio como heraldos

    buenos y fieles del Evangelio? Para ellos, lo ms particularmente, me gustara expresar mi solidaridad, ypara decir: no se cansa de hacer lo que es correcto!

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    Damos gracias al Seor por ellos, como para tantos hombres y mujeres de toda condicin social, cultural yreligiosa, que con gran voluntad de ponerse de pie de manera concreta a toda forma de violencia, y cuyosesfuerzos se dirigen a favorecer un mundo ms seguro y futuro justo para todos. Ofrecen testimonios nosmviles, lo que, como el Papa Benedicto XVI record al final del Snodo para frica, mostrar "el poder delEspritu para transformar los corazones de las vctimas y sus perseguidores y as restablecer la fraternidad"(Africae munus, 20).

    Queridos hermanos en el episcopado, en la perseverancia y sin desanimarse, ir hacia adelante en el caminode la paz (cf. Lc1:79).Acompaar a las vctimas! Ven en ayuda de los pobres! Ensear a lajuventud! Convirtase en promotores de una sociedad ms justa y fraterna!

    Os imparto de corazn la bendicin apostlica, que les pido que se extiende a los sacerdotes, religiosos,misioneros, catequistas, fieles laicos y sobre todo a aquellos miembros que sufren del Cuerpo de Cristo.

    Que la Resurreccin del Seor traer conversin, reconciliacin y paz a todo el pueblo de Nigeria! Osencomiendo a Mara, Reina de frica, y yo pido tambin que recen por m.

    FRANCISCUS PP.

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