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Copyright © 2016 The New York Times DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2016 Una colaboración con INTERNATIONAL WEEKLY VENTANA Por QUENTIN HARDY SAN FRANCISCO — Hace 27 años, Tim Berners-Lee creó la World Wide Web, o Red informática mundial, como una forma para que los científicos encon- traran información fácilmente. Desde en- tonces se ha convertido en el medio más poderoso del mundo para el conocimien- to, las comunicaciones y el comercio; pe- ro eso no significa que Berners-Lee esté contento con todas las consecuencias. “Controla lo que la gente ve y crea me- canismos para la forma en que la gente interactúa”, dijo de la red actual. “Ha sido grandioso, pero espiar, bloquear sitios, reformular el contenido de la gente, lle- varte a los sitios de internet equivocados, todo eso socava totalmente el espíritu de ayudar a la gente a crear cosas”. Así que el 7 de junio, Berners-Lee se re- unió en San Francisco con otros destaca- dos científicos de la computación —entre ellos Brewster Kahle, director del grupo sin fines de lucro Internet Archive y ac- tivista de internet— para hablar de una nueva era para la Red. Hoy, la Red se ha convertido en un sis- tema que a menudo está sujeto al control de gobiernos y corporaciones. Países como China pueden bloquear ciertas pá- ginas a sus ciudadanos, y servicios en la nube como Amazon Web Services tienen una influencia poderosa. ¿Qué sucedería, plantearon los expertos, si pudieran em- plear tecnologías más nuevas —como el software usado para divisas digitales, o la tecnología peer-to-peer para compar- tir música— para crear una Red más des- centralizada con más privacidad, menos control corporativo y gubernamental y cierto nivel de permanencia y confiabi- lidad? “Historias nacionales, la historia de un país, ahora suceden en la Red”, dijo Vin- ton G. Cerf, otro fundador de la internet y director “evangelizador” de internet en Google. “La gente piensa que hacer que las cosas sean digitales significa que durarán para siempre, pero eso no es cierto hoy”. El proyecto está en sus primeras eta- pas, pero las conversaciones —y el cali- bre de la gente involucrada— subrayan la forma en que el rumbo de la World Wide Web ha despertado una profunda ansie- dad entre algunos tecnólogos. Las reve- laciones de Edward J. Snowden de que la Red ha sido usada por gobiernos para es- piar y la comprensión de que compañías como Amazon, Facebook y Google se han vuelto vigilantes de nuestras vidas digitales se han sumado a las preocupa- ciones. Berners-Lee, Kahle y otros partici- paron de una tormenta de ideas en el evento, llamado Cumbre para una Red Descentralizada, sobre nuevas formas en que las páginas en la Red podrían ser distribuidas sin el control estándar de un servidor web, así como formas de almacenar datos científicos sin tener que pagar cuotas de almacenamiento a compañías como Amazon, Dropbox o Google. Mucha gente confunde los servicios en Continúa en la página 2 ¿Para qué correr si puede dar a una amiga un codazo? INTELIGENCIA El canto de sirena de los tiranos. PÁG. 2 EL MUNDO El hambre los vuelca a las calles. PÁG. 3 CIENCIA Y TECNOLOGÍA Compañías rastrean a los hackers. PÁG. 6 ARTE Y DISEÑO Billy Ray Cyrus se reinventa. PÁG. 8 Padres de la Red quieren devolverle su espíritu Científicos de la computación se reunieron para hablar sobre tecnologías nuevas que fomenten una Red más descentralizada. Alternativas para hacer ejercicio Aaron Carroll escribió el año pasado en The New York Times que la dieta, no el ejercicio, era la clave para bajar de peso. Ahora se arrepiente porque algunos lectores decidieron que el ejercicio no era tan impor- tante después de todo. “Nada podría estar más lejos de la verdad”, escribió Carroll el 21 de junio. “De todas las cosas que los médi- cos podemos recomendar para la salud, pocas brindan tantos benefi- cios como la actividad física”. En 2015, la Academia de Reales Colegios Médicos calificó al ejerci- cio como “la cura milagrosa”. Carroll citó estudios que mues- tran los beneficios del ejercicio para males como la osteoartritis de la rodilla, el dolor de espalda, las enfermedades cardiacas, la diabe- tes, la depresión y el síndrome de fatiga crónica. Dijo que el chiste es encontrar un programa de acondicionamiento físico que sea manejable. El popu- lar régimen P90x fue demasiado intenso para él, y la sesión de Insa- nity también lo agobió. Como mu- chos, creía que se requería mucho ejercicio. Los maratones, el crossfit y el Soul Cycle eran el orden del día. “Todos éstos son mucho más de lo que se necesita hacer para obtener los beneficios”, escribió, indicando que 150 minutos de ejercicio moderado por semana es suficiente siempre y cuando el ritmo cardiaco se eleve a unos 110 a 140 latidos por minuto. “Incluso aspirar las alfombras, cortar el césped o pasear al perro podría ser suficiente”. Si usted no tiene perro, podría probar una guadaña. La Asociación de la Guadaña de Gran Bretaña e Irlanda tiene unos 170 miembros, reportó Jeremy Hastings en The Times, y también hay un creciente interés en Esta- dos Unidos por una herramienta que se mencionó por primera vez en la literatura romana. Hastings emplea una guadaña para cortar el pasto en un terreno que renta a una finca en Islay, Escocia. Lo mantiene en forma y le ayuda a ahorrar dinero, pero también se beneficia del aspecto meditativo del trabajo. “Así que corto, moviendo la cade- ra al ritmo del arco de la oscilación de la guadaña, avanzando gra- dualmente, segando poco a poco la hierba de 30 centímetros de altura y depositándola a mi izquierda”, escribió. “Es una especie de danza. La danza del segador y la hierba”. Si usar una guadaña no es su estilo, quizá el patinaje duro y el contacto corporal del roller derby lo es, sobre todo si es una chica de 8 a 17 años. Gotham Girls Roller Derby, organización femenina en Nueva York, patrocina la liga juvenil de roller derby (competencias de patinaje sobre ruedas). Las pati- nadoras pasan horas practicando las técnicas que permiten que la patinadora principal, o jammer, de un equipo, complete vueltas en la pista ovalada del deporte para anotar puntos. Y practican mane- ras de detener a la jammer del otro equipo. Eso requiere contacto cor- poral, que para algunas chicas es el principal atractivo del deporte. Blossom Bettle, de 12 años, se sentía un poco intimidada al prin- cipio. “Había chicas chocándose de forma agresiva y mujeres patinan- do hacia atrás y haciendo saltos”, dijo Blossom a The Times. “¡Pero ahora me encanta! Me fascina que un momento puedes sacar a tus amigas de la pista con un golpe y tumbarlas al piso y el siguiente nos estamos abrazando y programan- do pijamadas”. TOM BRADY Sus comentarios son bienvenidos en [email protected]. La violencia doméstica suele aparecer en los antecedentes policiales de asesinos masivos El terrorismo nace en casa FOTOGRAFÍAS POR MAURICIO LIMA PARA THE NEW YORK TIMES Por AMANDA TAUB Una de las primeras cosas que supimos sobre Omar Mateen, el hombre que con- sumó la masacre en un centro nocturno de Orlando, fue que su ex esposa dijo que él la había golpeado gravemente hasta que lo abandonó en 2009. Si suena familiar que un hombre que perpetró un tiroteo masivo tuviera un historial de violencia doméstica, hay ra- zón para ello. En febrero, Cedric Ford disparó a 17 personas en su trabajo en Kansas, ma- tando a tres, sólo 90 minutos después de que le entregaron una orden de restric- ción solicitada por su ex novia, quien dijo que el hombre la había sometido a abuso. Y Man Haron Monis, quien se atrincheró con rehenes durante 17 horas en un café en Sydney, Australia, en 2014, episodio que dejó dos personas muertas y cuatro heridas, había aterrorizado a su ex espo- sa. Había amenazado con hacerle daño si lo dejaba y, a la larga, fue acusado de tramar su asesinato. Cuando Everytown for Gun Safety, un grupo a favor del control de armas, ana- lizó datos del FBI sobre tiroteos en ma- sa de 2009 a 2015, encontró que el 57 por ciento de los casos incluía a un cónyuge, ex cónyuge u otro familiar entre las vícti- mas y que el 16 por ciento de los atacantes había sido acusado previamente de vio- lencia doméstica. Los sociólogos no se han puesto de acuerdo sobre una explicación para esta correlación, pero sus investigaciones re- velan notables paralelos entre los facto- res que impulsan los dos fenómenos. ‘Terrorismo íntimo’ La violencia doméstica con frecuencia sigue un patrón en el que el abusador bus- ca controlar todos los aspectos de la vida de una víctima. El alcance y la intención de esto se dan a entender en un nombre que los expertos usan para ello: “terro- rismo íntimo”. “El infractor se embarca en un patrón general de control sobre la víctima: sus finanzas, sus contactos sociales, la ro- pa que viste”, explicó Deborah Epstein, quien dirige la clínica de violencia do- méstica del Centro de Leyes de la Univer- sidad de Georgetown, en Washington. La violencia es el medio del perpetra- dor para imponer ese control y de casti- gar cualquier intento por romperlo. El breve matrimonio de Mateen con Sitora Yusufiy parece encajar en este modelo. Ella ha dicho que él la obligaba a entregarle su sueldo, le prohibía salir de casa excepto para ir a trabajar y le impedía tener contacto con sus padres. Incluso las pequeñas infracciones perci- bidas eran recibidas con una respuesta violenta. “Simplemente llegaba a casa y empe- zaba a golpearme porque no había termi- nado de lavar la ropa o cosas así”, declaró Yusufiy al periódico The Washington Post. Si se lleva esta dinámica de violencia coercitiva a su extremo más horrible, se parece terriblemente a la manera en que el Estado Islámico trata a las mujeres en su autoproclamado califato. El grupo ha creado una enorme in- fraestructura de violación y esclavitud en la que las mujeres son mantenidas co- mo cautivas y son compradas y vendidas por los combatientes. Se trata de violen- cia íntima a escala industrial. Los expertos dicen que la violencia do- méstica con frecuencia es también una forma en la que los abusadores mascu- linos imponen su visión de los “tradicio- nales” roles de género, arraigados en la idea de que los hombres tienen el control sobre las mujeres. Esto tiene similitudes notables con la forma en que el Estado Islámico presen- ta su trato a las mujeres como una herra- mienta de reclutamiento, prometiendo a los hombres jóvenes en el extranjero que su califato les permitirá restaurar las “tradicionales” normas de género del dominio masculino. Entonces parece natural que el Estado Islámico pueda resultar atractivo para hombres que desean ese tipo de control sobre las mujeres en sus vidas, aparte de cualquier atracción ideológica. Nimmi Gowrinathan, profesora visi- tante en el City College de Nueva York quien estudia el rol de la mujer en con- flictos insurgentes y terroristas, dijo que las normas restrictivas sobre el género JASON HENRY PARA THE NEW YORK TIMES Continúa en la página 2 Una mujer de 25 años (arr.) mostrada el año pasado luego de que su captor de ISIS le dio su “certificado de libertad”. Una chica de 15 años (foto superior) que escapó del cautiverio de ISIS.

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Copyright © 2016 The New York Times

DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2016Una colaboración con INTERNATIONAL WEEKLY

VENTANA

Por QUENTIN HARDY

SAN FRANCISCO — Hace 27 años, Tim Berners-Lee creó la World Wide Web, o Red informática mundial, como una forma para que los científicos encon-traran información fácilmente. Desde en-tonces se ha convertido en el medio más poderoso del mundo para el conocimien-to, las comunicaciones y el comercio; pe-ro eso no significa que Berners-Lee esté contento con todas las consecuencias.

“Controla lo que la gente ve y crea me-canismos para la forma en que la gente interactúa”, dijo de la red actual. “Ha sido grandioso, pero espiar, bloquear sitios, reformular el contenido de la gente, lle-varte a los sitios de internet equivocados, todo eso socava totalmente el espíritu de ayudar a la gente a crear cosas”.

Así que el 7 de junio, Berners-Lee se re-unió en San Francisco con otros destaca-dos científicos de la computación —entre ellos Brewster Kahle, director del grupo sin fines de lucro Internet Archive y ac-tivista de internet— para hablar de una nueva era para la Red.

Hoy, la Red se ha convertido en un sis-

tema que a menudo está sujeto al control de gobiernos y corporaciones. Países como China pueden bloquear ciertas pá-ginas a sus ciudadanos, y servicios en la nube como Amazon Web Services tienen una influencia poderosa. ¿Qué sucedería, plantearon los expertos, si pudieran em-plear tecnologías más nuevas —como el software usado para divisas digitales, o la tecnología peer-to-peer para compar-tir música— para crear una Red más des-

centralizada con más privacidad, menos control corporativo y gubernamental y cierto nivel de permanencia y confiabi-lidad?

“Historias nacionales, la historia de un país, ahora suceden en la Red”, dijo Vin-ton G. Cerf, otro fundador de la internet y director “evangelizador” de internet en Google. “La gente piensa que hacer que las cosas sean digitales significa que durarán para siempre, pero eso no es cierto hoy”.

El proyecto está en sus primeras eta-pas, pero las conversaciones —y el cali-bre de la gente involucrada— subrayan la forma en que el rumbo de la World Wide Web ha despertado una profunda ansie-dad entre algunos tecnólogos. Las reve-laciones de Edward J. Snowden de que la Red ha sido usada por gobiernos para es-piar y la comprensión de que compañías como Amazon, Facebook y Google se han vuelto vigilantes de nuestras vidas digitales se han sumado a las preocupa-ciones.

Berners-Lee, Kahle y otros partici-paron de una tormenta de ideas en el evento, llamado Cumbre para una Red Descentralizada, sobre nuevas formas en que las páginas en la Red podrían ser distribuidas sin el control estándar de un servidor web, así como formas de almacenar datos científicos sin tener que pagar cuotas de almacenamiento a compañías como Amazon, Dropbox o Google.

Mucha gente confunde los servicios en

Con tinúa en la página 2

¿Para qué correr si puede dar a una amiga un codazo?

INTELIGENCIA

El canto de sirena de los tiranos. PÁG. 2

EL MUNDO

El hambre los vuelca a las calles. PÁG. 3

CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Compañías rastrean a los hackers. PÁG. 6

ARTE Y DISEÑO

Billy Ray Cyrus se reinventa. PÁG. 8

Padres de la Red quieren devolverle su espírituCientíficos de la computación se reunieron para hablar sobre tecnologías nuevas que fomenten una Red más descentralizada.

Alternativaspara hacer

ejercicioAaron Carroll escribió el año

pasado en The New York Times que la dieta, no el ejercicio, era la clave para bajar de peso. Ahora se arrepiente porque algunos lectores

decidieron que el ejercicio no era tan impor-tante después de todo.

“Nada podría estar más lejos de la verdad”, escribió Carroll el 21 de junio.

“De todas las cosas que los médi-cos podemos recomendar para la salud, pocas brindan tantos benefi-cios como la actividad física”.

En 2015, la Academia de Reales Colegios Médicos calificó al ejerci-cio como “la cura milagrosa”.

Carroll citó estudios que mues-tran los beneficios del ejercicio para males como la osteoartritis de la rodilla, el dolor de espalda, las enfermedades cardiacas, la diabe-tes, la depresión y el síndrome de fatiga crónica.

Dijo que el chiste es encontrar un programa de acondicionamiento físico que sea manejable. El popu-lar régimen P90x fue demasiado intenso para él, y la sesión de Insa-nity también lo agobió. Como mu-chos, creía que se requería mucho ejercicio. Los maratones, el crossfit y el Soul Cycle eran el orden del día.

“Todos éstos son mucho más de lo que se necesita hacer para obtener los beneficios”, escribió, indicando que 150 minutos de ejercicio moderado por semana es suficiente siempre y cuando el ritmo cardiaco se eleve a unos 110 a 140 latidos por minuto. “Incluso aspirar las alfombras, cortar el césped o pasear al perro podría ser suficiente”.

Si usted no tiene perro, podría probar una guadaña.

La Asociación de la Guadaña de Gran Bretaña e Irlanda tiene unos 170 miembros, reportó Jeremy Hastings en The Times, y también

hay un creciente interés en Esta-dos Unidos por una herramienta que se mencionó por primera vez en la literatura romana.

Hastings emplea una guadaña para cortar el pasto en un terreno que renta a una finca en Islay, Escocia. Lo mantiene en forma y le ayuda a ahorrar dinero, pero también se beneficia del aspecto meditativo del trabajo.

“Así que corto, moviendo la cade-ra al ritmo del arco de la oscilación de la guadaña, avanzando gra-dualmente, segando poco a poco la hierba de 30 centímetros de altura y depositándola a mi izquierda”, escribió. “Es una especie de danza. La danza del segador y la hierba”.

Si usar una guadaña no es su estilo, quizá el patinaje duro y el contacto corporal del roller derby lo es, sobre todo si es una chica de 8 a 17 años.

Gotham Girls Roller Derby, organización femenina en Nueva York, patrocina la liga juvenil de roller derby (competencias de patinaje sobre ruedas). Las pati-nadoras pasan horas practicando las técnicas que permiten que la patinadora principal, o jammer, de un equipo, complete vueltas en la pista ovalada del deporte para anotar puntos. Y practican mane-ras de detener a la jammer del otro equipo. Eso requiere contacto cor-poral, que para algunas chicas es el principal atractivo del deporte.

Blossom Bettle, de 12 años, se sentía un poco intimidada al prin-cipio.

“Había chicas chocándose de forma agresiva y mujeres patinan-do hacia atrás y haciendo saltos”, dijo Blossom a The Times. “¡Pero ahora me encanta! Me fascina que un momento puedes sacar a tus amigas de la pista con un golpe y tumbarlas al piso y el siguiente nos estamos abrazando y programan-do pijamadas”. TOM BRADY

Sus comentarios son bienvenidos en [email protected].

La violencia doméstica suele aparecer en los antecedentes policiales de asesinos masivos

El terrorismo nace en casaFOTOGRAFÍAS POR MAURICIO LIMA PARA THE NEW YORK TIMES

Por AMANDA TAUB

Una de las primeras cosas que supimos sobre Omar Mateen, el hombre que con-sumó la masacre en un centro nocturno de Orlando, fue que su ex esposa dijo que él la había golpeado gravemente hasta que lo abandonó en 2009.

Si suena familiar que un hombre que perpetró un tiroteo masivo tuviera un historial de violencia doméstica, hay ra-zón para ello.

En febrero, Cedric Ford disparó a 17 personas en su trabajo en Kansas, ma-tando a tres, sólo 90 minutos después de que le entregaron una orden de restric-ción solicitada por su ex novia, quien dijo que el hombre la había sometido a abuso. Y Man Haron Monis, quien se atrincheró con rehenes durante 17 horas en un café en Sydney, Australia, en 2014, episodio que dejó dos personas muertas y cuatro heridas, había aterrorizado a su ex espo-sa. Había amenazado con hacerle daño si lo dejaba y, a la larga, fue acusado de tramar su asesinato.

Cuando Everytown for Gun Safety, un grupo a favor del control de armas, ana-lizó datos del FBI sobre tiroteos en ma-sa de 2009 a 2015, encontró que el 57 por ciento de los casos incluía a un cónyuge, ex cónyuge u otro familiar entre las vícti-mas y que el 16 por ciento de los atacantes había sido acusado previamente de vio-lencia doméstica.

Los sociólogos no se han puesto de acuerdo sobre una explicación para esta correlación, pero sus investigaciones re-velan notables paralelos entre los facto-res que impulsan los dos fenómenos.

‘Terrorismo íntimo’La violencia doméstica con frecuencia

sigue un patrón en el que el abusador bus-ca controlar todos los aspectos de la vida de una víctima. El alcance y la intención de esto se dan a entender en un nombre que los expertos usan para ello: “terro-rismo íntimo”.

“El infractor se embarca en un patrón general de control sobre la víctima: sus finanzas, sus contactos sociales, la ro-pa que viste”, explicó Deborah Epstein, quien dirige la clínica de violencia do-méstica del Centro de Leyes de la Univer-sidad de Georgetown, en Washington.

La violencia es el medio del perpetra-dor para imponer ese control y de casti-gar cualquier intento por romperlo.

El breve matrimonio de Mateen con Sitora Yusufiy parece encajar en este modelo. Ella ha dicho que él la obligaba a entregarle su sueldo, le prohibía salir de casa excepto para ir a trabajar y le impedía tener contacto con sus padres. Incluso las pequeñas infracciones perci-bidas eran recibidas con una respuesta violenta.

“Simplemente llegaba a casa y empe-zaba a golpearme porque no había termi-nado de lavar la ropa o cosas así”, declaró Yusufiy al periódico The Washington Post.

Si se lleva esta dinámica de violencia coercitiva a su extremo más horrible, se parece terriblemente a la manera en que el Estado Islámico trata a las mujeres en su autoproclamado califato.

El grupo ha creado una enorme in-fraestructura de violación y esclavitud en la que las mujeres son mantenidas co-mo cautivas y son compradas y vendidas por los combatientes. Se trata de violen-cia íntima a escala industrial.

Los expertos dicen que la violencia do-

méstica con frecuencia es también una forma en la que los abusadores mascu-linos imponen su visión de los “tradicio-nales” roles de género, arraigados en la idea de que los hombres tienen el control sobre las mujeres.

Esto tiene similitudes notables con la forma en que el Estado Islámico presen-ta su trato a las mujeres como una herra-mienta de reclutamiento, prometiendo a los hombres jóvenes en el extranjero que su califato les permitirá restaurar las “tradicionales” normas de género del dominio masculino.

Entonces parece natural que el Estado Islámico pueda resultar atractivo para hombres que desean ese tipo de control sobre las mujeres en sus vidas, aparte de cualquier atracción ideológica.

Nimmi Gowrinathan, profesora visi-tante en el City College de Nueva York quien estudia el rol de la mujer en con-flictos insurgentes y terroristas, dijo que las normas restrictivas sobre el género

JASON HENRY PARA THE NEW YORK TIMES

Con tinúa en la página 2

Una mujer de 25 años (arr.) mostrada el año pasado luego de que su captor de ISIS le dio su “certificado de libertad”. Una chica de 15 años (foto superior) que escapó del cautiverio de ISIS.

E L M U N D O

2 DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2016THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

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y la sexualidad podrían ser un factor de “atracción” para las organizaciones te-rroristas, pero que las personas que son atraídas a ellas con frecuencia también son “empujadas” por sus propias actitu-des o deseos preexistentes.

Aprenden violenciaLa Organización de las Naciones Uni-

das estimó que de todas las mujeres que fueron víctimas de homicidios a nivel mundial en 2012, casi la mitad fue ase-

sinada por parejas íntimas o familiares.La violencia doméstica puede ser vista

como un campo de entrenamiento psi-cológico para que alguien como Mateen realice un ataque masivo.

El deseo de un abusador doméstico de imponer, por la fuerza, los supuestos ro-les tradicionales de género a veces tam-bién incluye la sexualidad. Tales abusa-dores, opinan los expertos, podrían ver a la homosexualidad como una amenaza a su masculinidad.

“Se tiene la idea de que lo que significa ser masculino es estar vigilante de tu se-xualidad, e hipervigilante de evitar que alguien te perciba como gay”, expresó Gillian Chadwick, profesora investiga-dora en el Centro de Leyes de la Universi-dad de Georgetown.

Esto hace más fácil entender una apa-rente contradicción: que Mateen atacó un antro gay, Pulse, y que tenía un histo-rial de declaraciones homofóbicas, pero que también había sido visto visitando Pulse y, de acuerdo con algunos reportes

en los medios noticiosos, usaba una app para citas gays.

Chadwick indicó que había toda una categoría de argumentos legales, las lla-madas declaraciones de “pánico gay” y “pánico trans”, en las que los acusados dicen haber recurrido a la violencia por-que estaban muy molestos por ser perci-bidos como gays, o por haber descubier-to que se sentían atraídos a una persona transgénero.

Influencia culturalGowrinathan recomendó no hacer su-

posiciones con base en el hecho de que Mateen había sido un musulmán criado por inmigrantes afganos, y dijo que la violencia doméstica y la homofobia pre-

dominan atravesando las culturas.“Es el resultado de la política cultural

de Estados Unidos, no del Estado Islámi-co”, señaló.

Epstein coincidió. “Hombres en Esta-dos Unidos lanzan ácido al rostro de sus esposas que los han traicionado”, dijo. “Cualquier cosa que uno pudiera encon-trar en el extranjero también sucede aquí”.

línea de internet con la Red, viéndolos como una misma cosa, y sin embargo técnicamente son bastante distintos. Internet es una infraestructura de interconexión, donde dos máquinas dadas pueden comunicarse por una diversidad de caminos, y una red lo-

cal de computadoras pueden conectarse con otras redes.

La Red, por otra parte, es un medio po-pular de acceder a esa red de redes. Pero de-bido a la forma en que se crean, administran y nombran las páginas en la Red, no está to-talmente descentrali-

zada. Si cierto servidor se cae, cierta página en la Red deja de estar dispo-nible. Sistemas de censura como el Gran Cortafuegos de China eliminan el acceso a mucha información para la mayoría de su gente. Al ver direc-ciones de internet, es posible que go-biernos y compañías se den una bue-na idea de quién lee ciertas páginas en la Red.

Los científicos de la computación hablaron sobre cómo las nuevas tec-nologías de pagos podían aumentar el control individual sobre el dinero. Por ejemplo, si la gente adaptara el sistema de libro mayor bajo el cual se usan las divisas digitales, un músico

podría potencialmente tener capaci-dad para vender discos sin interme-diarios como iTunes de Apple. Sitios de noticias podrían ser capaces de tener un sistema de micropagos pa-ra leer un solo artículo, en lugar de depender de anuncios en la Red para generar dinero.

El movimiento para cambiar la for-ma en que está construida la Red, al igual que una sorprendente cantidad de debates sobre tecnología, tiene una dimensión casi religiosa.

Algunos de los participantes son defensores extremos de la privacidad que han creado métodos criptográfi-cos para hacer sitios que no puedan ser censurados. Cerf dijo desconfíar del anonimato absoluto, pero opinaba que las formas en que las divisas digi-tales registran transacciones de for-ma permanente podría usarse para hacer que la Red rinda más cuentas.

Aún así, no todos los involucrados principales coinciden en si la Red ne-cesita descentralizarse o no.

“La Red ya está descentralizada”, dijo Berners-Lee. “El problema es el dominio de un solo motor de bús-queda, una sola red social grande, un solo Twitter para microblogging. No tenemos un problema de tecnología, tenemos un problema social”.

Uno que, quizás, pueda resolverse con más tecnología.

Padres de la Red buscan renovarla

La violencia doméstica se vincula con terrorismo

Harlem guarda cartas no leídas del padre de Obama

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Para usuarios, más privacidad y menos supervisión oficial.

Berners-Lee

KATHRYN SCOTT OSLER/THE DENVER POST, VÍA ASSOCIATED PRESS

Sitora Yusufiy, ex esposa de Omar Mateen, el homicida de Orlando, dijo que a menudo él la golpeaba.

Por RACHEL L. SWARNS

El encargado del archivo tropezó con una carpeta en un montón de cajas en el Centro Schomburg para Investigación de la Cultura Negra en Harlem. Las car-tas amarillentas en su interior databan de hace más de medio siglo, y hacían una crónica de los sueños y dificultades de un joven en Kenia.

Era un oficinista ambicioso e impetuo-so que podía mecanografiar 75 palabras por minuto y traducir del inglés al swahi-li. Sin  embargo, no tenía dinero para asistir a la universidad. Desde Nairobi escribió, suplicando ayuda financiera de universidades y fundaciones del otro la-do del Atlántico.

Sus cartas ayudarían a cambiar el cur-so de la historia estadounidense.

“Ha sido mi atesorada ambición des-de hace mucho tiempo continuar mis estudios en Estados Unidos”, escribió en 1958. Su nombre era Barack Hussein Obama y sus misivas ayudaron a desa-tar un torrente de dinero de becas que lo llevó de Kenia a Estados Unidos. Allí, tu-vo al hijo que se convertiría en el primer presidente de raza negra del país aunque desaparecería de la vida de su hijo unos cuantos años después.

En 2013, el Centro Schomburg invitó al presidente Barack Obama a ver los documentos recién descubiertos, que incluían casi dos docenas de las cartas de su padre, sus certificados de califi-caciones de la Universidad de Hawai y la Universidad de Harvard, y cartas de referencia de profesores, orientadores y partidarios.

El centro aún espera su respuesta.Un funcionario de la Casa Blanca dijo

que el presidente Obama no se había “en-terado de la colección de escritos hasta hace poco”.

El acervo de documentos pinta un re-trato de Barack Obama padre en sus pro-pias palabras, en ocasiones en su puño y letra, al describir sus estudios en Esta-dos Unidos. Sin embargo, también deja al descubierto los albores de la relación fracturada entre padre e hijo.

Como presidente, Obama ha hablado frecuente y abiertamente sobre el va-cío que dejó su padre en su vida. Barack Obama padre se fue de la casa a Kenia en 1964, cuando Obama tenía 3 años y regresó sólo una vez a visitar a su hijo, durante un mes, cuando Obama tenía 10 años. En una entrevista el mes pasado, el presidente dijo que la ausencia de su padre lo había dejado batallando de ado-lescente para dilucidar “qué significaba ser un hombre”.

Obama exploró su sentido de pérdida y anhelo con mayor profundidad en sus memorias, “Los sueños de mi padre”, en las que describe su búsqueda para averi-guar más sobre el hombre que compartía su nombre. Encontró algunas respuestas

en una visita a Kenia cuando tenía veintitan-tos años. “Aún no cono-cía al hombre que había sido mi padre”, escribió. “¿Qué había dado forma a sus ambiciones?”

Fue cuando estudia-ba su licenciatura en la Universidad de Hawai, en 1960, que Barack Obama padre conoció a Ann Dunham, compa-ñera de clases y madre del presidente. Aunque ya tenía esposa y dos hijos en Kenia, se casó con ella al año siguien-te, cuando ella quedó embarazada. Su hijo nació el 4 de agosto de 1961. Pero Barack Oba-ma nunca mencionó a su esposa e hijo nuevos en sus solicitudes de beca.

Sus familiares han descrito a Barack Obama padre como un hombre compli-cado, brillante e imperioso, encantador y soberbio, que empezó a beber fuertemen-te a medida que se frustraban sus sueños de convertirse en uno de los principales economistas gubernamentales. Murió en un accidente automovilístico a los 46 años.

Said Obama, hermano menor de Oba-ma padre, dijo que éste nunca había de-jado de querer al hijo que dejó atrás, al recordar cómo orgullosamente mostra-

ba la fotografía y las calificaciones del joven.

El presidente Obama con frecuencia describe su vida como una saga estadounidense: el as-censo poco probable del hijo de una mujer blanca de Kansas y un hombre de Kenia a la Presidencia. Sin em-bargo, la vidade su pa-dre también fue asom-brosa, llegando desde los caminos polvorien-tos de su aldea rural a los pasillos de Harvard.

De niño, Barack Oba-ma padre cuidaba chi-vos y caminaba descal-zo a la escuela, según la biografía “The Other

Barack”, de Sally H. Jacobs. Era un es-tudiante brillante y soñaba en grande, aunque las oportunidades eran limita-das para las personas de raza negra en Kenia, que aún era una colonia británica. No había terminado la secundaria, ex-plicó en una solicitud de beca, “debido a dificultades financieras en casa”.

Encontró empleo como auditor, admi-nistrador de oficina para una asegurado-ra y oficinista en un programa de alfabe-tización. Se casó y tuvo un hijo. Estaba resuelto a unirse a los jóvenes kenianos que buscaban educación superior en el extranjero mientras los llamados a la

independencia corrían por el continente africano. Sus cartas lo ayudaron a ser aceptado a la Universidad de Hawai.

El 4 de agosto de 1959 voló de Nairobi a Roma y de allí a Nueva York. Un autobús lo trasladó a Los Ángeles donde abordó un vuelo a Hawai. Un año después, cono-ció a Dunham.

Para entonces, Barack Obama padre estaba inmerso en la vida del campus. Era miembro del club de debate y de la Asociación de Estudiantes Internacio-nales y había sido nombrado editor del Boletín de Estudiantes Universitarios.

“La gente aquí me ha hecho sentir co-mo en casa”, escribió añadiendo que “me han pedido que dé varias charlas sobre África y sobre Kenia”. Obtuvo la licencia-tura en economía, con honores, en 3 años.

La mayoría de la gente en el campus ig-noraba que tenía una segunda esposa y que era padre de un pequeño. Para 1962, cuando fue a Harvard para estudiar su postgrado, su familia estadounidense se había desintegrado.

Terminó una maestría en economía de Harvard —no el doctorado que había querido— y regresó a Kenia.

Said Obama dijo a The New York Ti-mes que le gustaría leer los documentos. Para revivir recuerdos, ve su huella ge-nética cada vez que se reúne con el Pre-sidente de Estados Unidos, en su voz y en su caminar.

Los documentos yacen en la Caja 214 de la colección del Fondo Phelps Stokes, en las instalaciones de Schomburg.

PETER MACDIARMID/GETTY IMAGES; ABAJO, OBAMA FOR AMERICA

Cartas escritas por Barack Obama padre revelan que era un hombre ambicioso. Regresó a Estados Unidos una vez para ver a su hijo.

EN LÍNEA: CASADA CON ASESINOHabla Sitora Yusufiy de su pasado con Omar Mateen:nytimes.com Busque ‘Sitora’

INTELIGENCIA/NIKOS KONSTANDARAS

Los tiranos, siempre atractivosATENAS

Los arqueólogos que realizaban una excavación en dos fosas comunes en un cementerio antiguo, en el sitio de la nueva casa de la ópera de Atenas, sugi-rieron en abril que los esqueletos de 80 hombres —36 de ellos sepultados con grilletes de hierro— podrían haber sido simpatizantes de un antiguo héroe de-portivo ateniense que intentó un golpe de estado alrededor del año 632 antes de Cristo. El aspirante a tirano, Cilón, cre-yó que su gloria como campeón olímpico le garantizaría apoyo en su intento por reemplazar a sus compatriotas aristó-cratas. Parece que la gente no estaba lo suficientemente insatisfecha como para unirse a su revuelta, que fue aplastada por los líderes de la iudad.

Este intento de golpe de estado, en los inicios del desarrollo político de Atenas, indica la eterna disputa entre una mi-noría de élite y las masas, que, en este caso, resultó en la primera democracia del mundo más de un siglo después, al-rededor del año 508 a.C.

Aún no se confirma si los restos son de los simpatizantes de Cilón, pero la conjetura es un recordatorio de que la

política es una serie de variaciones de la guerra entre la ambición personal y la necesidad colectiva, a menudo reñidas entre sí, pero también con el potencial de coexistencia creativa.

Hombres poderosos que explotan su fama, proyectan una bravata intran-sigente y manipulan el descontento popular con promesas de trastocar el orden actual siempre han sido parte de la política. No nos debe sorprender que esto suceda en la actualidad, pero eso no significa que no debamos preocuparnos.

Donald J. Trump, Vladimir V. Pu-tin, Recep Tayyip Erdogan y Rodrigo Duterte (el Presidente recientemente electo de Filipinas que promete el exter-minio masivo de “criminales”) tienen algo en común: cada uno basa su poder en el apoyo público. Por más despóticos que sean, nadie puede negar que fueron electos (salvo Trump, hasta la fecha). A diferencia de Cilón, son producto de la democracia, aún mientras socavan sus instituciones y sus normas, como oligarcas o dictadores de épocas prede-mocráticas.

En Europa, las fuerzas moderadas que dominaron la política de ese conti-nente tras la Segunda Guerra Mundial son hechas a un lado por un creciente descontento público, para beneficio de los populistas de la extrema derecha e izquierda.

El colapso del centro y el fortaleci-miento de fuerzas antes marginales de la extrema derecha o de la izquierda radical fueron vistos por primera vez en Grecia tras 2010, cuando el país tuvo que aceptar una austeridad y reformas estrictas a cambio de un rescate finan-ciero internacional. Desde entonces, muchos países europeos se han visto plagados de problemas económicos y reformas impopulares, de temores

generados por una ola de refugiados e inmigrantes y de ataques terroristas de magnitud en Francia y Bélgica.  

La globalización y el sentimiento de pérdida de la soberanía provocan enojo contra las élites locales y extranjeras. Los partidos moderados y la política del consenso sufren mientras prosperan los demagogos.

En un mundo de incertidumbre y furia, los políticos populistas pueden ex-plotar el descontento público para crear amigos y enemigos y dividir a sus paí-ses. Es fácil obtener poder de esta ma-nera, pero es difícil gobernar una nación dividida sin recurrir a la represión. Sin embargo, el autoritarismo sólo puede mantener su dominio cuando marchan bien las cosas, cuando una parte sufi-ciente de la población tiene su interés en la supervivencia del régimen.

La democracia ocurrió no porque la inventó alguien, sino porque el principio de que todos los hombres son iguales y tienen voz y voto equitativo en el gobier-no de su Ciudad-Estado surgió gradual-mente y resultó ser efectivo.

Tras el levantamiento fallido de Ci-lón, a medida que crecía la deuda y el descontento y el Estado necesitaba más personas involucradas en su supervi-vencia, la reforma radical se volvió una prioridad. En el curso de un siglo, la car-ga de deuda de la gente fue eliminada, los deudores ya no podían ser vendidos como esclavos, las viejas unidades sociales fueron reemplazadas por diez grupos nuevos con base en la geogra-fía, no la familia. Todos los ciudadanos varones libres obtuvieron el derecho a votar —y la responsabilidad de servir en instituciones públicas—. Continua-ron las tensiones entre “los pocos” y “los muchos”, pero la democracia resultó ser perdurable en la antigua Atenas e inspiró a las democracias liberales mo-dernas.

Como lo han advertido observadores con el paso de los siglos, la democracia fácilmente puede llevar a la tiranía a medida que hombres despiadados ex-plotan el poder de la turba. Sin embargo, la historia también muestra que la igual-dad ciudadana y las instituciones esta-tales que brindan justicia y controlan el poder ofrecen la mayor posibilidad de estabilidad social, felicidad y poder per-sonal. Los populistas podrán explotar el sistema para obtener poder, pero si lo continúan mermando, destruirán a su país o los destruirá a ellos.

Nikos Konstandaras es director editorial y columnista en el periódico Kathimerini. Envíe sus comentarios a [email protected].

El descontento públicoes fácil de explotarpara lograr el poder.

E L M U N D O

DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2016 3THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Ciudad de México combate la contaminación ambiental

DIARIO DE BUCAREST

Visita guiada deja al público

sacar sus conclusiones

Windsor depende de su puente

El azote del hambre crece en Venezuela

Por NICHOLAS CASEY

CUMANÁ, Venezuela — Como los camiones repartidores están bajo cons-tante ataque, los alimentos de la nación ahora son transportados con guardias armados. Soldados vigilan las panade-

rías. La policía dispara balas de goma a multi-tudes que arremeten contra tiendas de provi-siones, farmacias y car-nicerías. Una niña de 4 años murió por arma de fuego mientras pandi-

llas callejeras peleaban por comida.Venezuela se convulsiona por el ham-

bre. Cientos de personas aquí en la ciu-dad de Cumaná marcharon reciente-mente hacia un supermercado, pidiendo comida a gritos. Abrieron por la fuerza un portón de metal y se metieron. Se apo-deraron de agua, harina, harina de maíz, azúcar, papas, cualquier cosa que podían encontrar, dejando congeladores rotos y repisas derribadas.

En el país con las reservas petroleras más grandes del mundo, más de 50 dis-turbios por alimentos, manifestaciones y saqueos masivos han estallado en la primera mitad de junio. Muchos negocios han sido dejados vacíos o han sido des-trozados. Al menos cinco personas han resultado muertas.

Ésta es la Venezuela que sus líderes prometieron evitar. En 1989, se propa-garon disturbios desde Caracas, la ca-pital, que dejaron a cientos de muertos a manos de las fuerzas de seguridad. El llamado “Caracazo” fue desencadenado por los bajos precios del petróleo, recor-tes en los subsidios y una población re-pentinamente empobrecida.

El acontecimiento se imprimió en la memoria de un futuro presidente, Hugo Chávez, quien dijo que Venezuela necesi-taba una revolución socialista.

Ahora sus sucesores se encuentran en un apuro similar, o quizá incluso peor.

El colapso económico de los últimos años ha dejado a Venezuela incapaz de producir suficiente comida o comprar lo que necesita en el extranjero. Las ciudades han sido militarizadas bajo un decreto de emergencia del presidente Nicolás Maduro, el hombre al que Chá-vez eligió para que continuara con su revolución después de su muerte, hace tres años.

“Si no hay comida, habrá más distur-bios”, dijo Raibelis Henríquez, de 19 años, quien esperó todo el día por pan en Cu-maná, donde al menos 22 negocios fue-ron atacados en un solo día a mediados de junio.

Un impactante 87 por ciento de los ve-nezolanos dice que no tiene dinero para comprar suficiente comida, encontró una reciente evaluación de los estándares de vida realizada por la Universidad Simón Bolívar.

Aproximadamente un 72 por ciento del salario mensual es gastado en alimentos, de acuerdo con un grupo de investigación asociado con la Federación Venezolana de Maestros.

En abril, encontró que una familia ne-cesitaría el equivalente de 16 salarios mínimos para alimentarse apropiada-mente.

Leidy Córdova, de 37 años, y sus cinco hijos, de 1 a 11 años, dijeron que no habían probado alimento desde la hora de la co-mida del día anterior, cuando Córdova preparó un caldo de grasa y pellejo de pollo.

“Mis niños me dicen que tienen ham-bre”, dijo Córdova. “Y todo lo que puedo decirles es que sonrían y se aguanten”.

Los economistas dicen que años de mala administración económica —em-peorada por los bajos precios del petró-leo, la principal fuente de ingresos— han hecho trizas el abastecimiento de ali-mentos.

Los campos de azúcar lucen en barbe-cho. La maquinaria se pudre en las fá-bricas paraestatales. Productos básicos como maíz y arroz, que antes se expor-

taban, ahora deben ser importados y no llegan suficientes.

Mediante decretos de emergencia, Ma-duro colocó la mayoría de la distribución de alimentos en manos de brigadas ciu-dadanas leales a los izquierdistas, medi-da que los críticos dicen es reminiscente del racionamiento alimenticio en Cuba.

Maduro, quien combate una campa-ña para un referéndum para destituirlo, afirmó que era la oposición política la que estaba detrás de los ataques a la tiendas.

“Pagaron a un grupo de criminales, los trajeron en camiones”, dijo recientemen-te en televisión, prometiendo compensar a aquellos que perdieron propiedades.

El gobierno culpa de la escasez a una “guerra económica”, diciendo que los em-presarios adinerados acaparan alimen-

tos y cobran precios exorbitantes, lo que crea escasez artificial para lucrar con la miseria.

Inés Rodríguez no estaba segura si era el hambre o el enojo lo que causaba la zo-zobra. Contó que le clamó a la gente que había llegado para saquear su restauran-te una noche, ofreciéndole todo el pollo y arroz que tenía si dejaban los muebles. Ellos simplemente la empujaron a un la-do, dijo Rodríguez.

“Ahora se junta el hambre con la delin-cuencia”, señaló.

Tres camiones con alimentos y patru-llas armadas pasaron por ahí, cada una con fotos de Chávez y Maduro.

“Finalmente llegan”, dijo Rodríguez. “Se necesitó esta revuelta para que con-siguiéramos algo de comer”.

Por IAN AUSTEN

WINDSOR, Ontario — Es el tipo de paisaje urbano que la mayoría de los ca-nadienses asocia con ciudades estadou-nidenses como Detroit: casas tapiadas, techos quemados, tejas quebradas, pin-tura descascarada y fachadas desmoro-nadas. En algunas viviendas abandona-das, los únicos residentes son zorrillos, mapaches, ratas y gatos salvajes.

Pero esta imagen de deterioro urbano está en Canadá, justo al otro lado de la frontera con Detroit.

En este rincón de Windsor, un barrio llamado Sandwich fue establecido en 1783 y alguna vez fue una terminal del Ferrocarril Subterráneo que llevaba esclavos estadounidenses a la libertad en Canadá. Muchas de sus calles bor-deadas de árboles tenían majestuosas casas del siglo 19.

El área sobre la calle Indian Road era un vecindario próspero , construido principalmente en el siglo pasado y fa-vorecido por profesores de una univer-sidad adyacente.

Pero ahora Indian Road atraviesa un barrio fantasma de más de 100 casas ta-piadas y tres edificios de departamen-tos abandonados con sólo unas cuantas viviendas solitarias ocupadas, resulta-do de una larga batalla entre un empre-sario estadounidense y los gobiernos canadienses a diferentes niveles.

El empresario, Manuel Moroun, de 89 años, es el propietario del único puente

vehicular privado que conecta a Cana-dá y Estados Unidos. Durante años, ha luchado para impedir que el gobierno canadiense construya un puente parale-lo, y ha comprado casas en el área para hacerse de terrenos y edificar su propio segundo puente junto al que ya existe.

La pelea se ha librado con total vigor durante más de 15 años. En abril, una de las muchas batallas legales que ha generado llegó a la Suprema Corte de Canadá.

El resultado para el vecindario alre-dedor de Indian Road ha sido el deterio-ro y la salida constante de la gente.

El Puente Ambassador sobre el Río Detroit tiene 87 años de edad y es el cruce fronterizo más transitado en Nor-teamérica, con 6.3 millones de viajes el año pasado, según la Asociación de Operadores de Fronteras Públicas. Pe-ro la ubicación del puente, que Moroun compró en 1979, no es donde alguien consideraría poner un transitado cruce fronterizo hoy. Del lado canadiense no hay una conexión directa con ninguna

autopista, y la falta de espacio significa que la inspección de tráileres para la aduana e inmigración esté a kilómetros de distancia.

Una autopista recién construida se conectará con el nuevo puente que el gobierno canadiense erigirá en un área industrial a unos 5 kilómetros al oeste del Puente Ambassador.

Sin embargo, Moroun aún no está listo para ceder.

Durante unos 15 años, su Canadian Transit Company gradualmente ad-quirió casas alrededor de Indian Road como parte de un plan para construir un puente de seis carriles junto al Am-bassador, de cuatro carriles, y para ex-pandir la plaza de aduana e inmigración

del lado de Windsor. En anticipación, un acceso al nuevo puente se extiende una cuadra detrás de Indian Road con case-tas de aduana sin usar en un extremo y una rampa con dirección a ningún lado en el otro.

Pero cualquier puente nuevo necesita el visto bueno del Ministro de Trans-porte de Canadá y de la provincia de Ontario; y Drew Dilkins, el alcalde de Windsor, se opone firmemente a la idea.

Debido a que la compañía carece de permiso para construir un puente nue-vo, la ciudad ha negado los permisos de demolición para su grupo de casas y de-partamentos. Los inspectores de la ciu-dad también han ordenado que las casas sean mantenidas en buen estado. Pero la compañía del puente ha ignorado esas órdenes.

La ciudad, que ha declarado que al-gunas de las viviendas tienen valor de patrimonio cultural, ha resistido los argumentos de que las casas deberían ser demolidas porque sus propietarios dejaron que se deterioraran.

Por ELISABETH MALKIN

CIUDAD DE MÉXICO — A fines de los 80, el aire se volvió tan sucio que las aves trinaban una última vez antes de caer sobre la banqueta, con sus pe-queños cuerpos inertes como un triste

testimonio de una de las peores contamina-ciones ambientales del mundo.

Por supuesto, nadie lo había visto suce-der realmente, pero el humor negro de esa

leyenda urbana revelaba un orgullo per-verso por sobrevivir.

Y luego, empezaron a limpiar el smog de la ciudad. El gobierno cerró una re-finería importante y sacó a la industria pesada de la zona. Regulaciones elimi-naron el plomo de la gasolina y crearon incentivos para que la gente comprara autos nuevos más limpios.

Y volvió el canto de las aves.Hasta ahora. La ciudad ha registrado

sólo unos 20 días “limpios” este año. En los demás días, las partículas y el ozono se elevaron sobre el límite gubernamen-tal.

La razón principal es que la contami-nación, simplemente, quedó fuera del radar del público.

“En tanto no se queje la gente y no sea muy visible, el gobierno no le da mucha prioridad”, señaló Mario J. Molina, No-bel de Química y director de un instituto de investigación en la capital mexicana.

Se estancaron las medidas anticon-taminación que pudieron haber hecho una diferencia. Aunque la región pudo reducir los niveles de contaminantes importantes durante buena parte de la década de 2000, aumentaron las partí-culas y el ozono.

En abril, la Comisión Ambiental de la megalópolis bajó el nivel en el que decla-ra una contingencia. De repente, todos hablan de la contaminación.

Cada día se prohíbe que circule un 20

por ciento de los autos de la región. El ozono y las partículas se han elevado tanto que la Comisión Ambiental ha de-clarado ocho contingencias ambienta-les desde marzo, imponiendo reglas que sacan de la circulación un 40 por ciento de los autos.

El problema está en cómo ha evolucio-nado esta megalópolis de más de 20 mi-llones de habitantes. Unos 8.5 millones de personas viven en Ciudad de México, y el resto habita una mancha urbana que abarca todo, desde urbanismos pri-vados hasta barriadas de concreto. Pero los residentes a menudo viven lejos de sus empleos. Tan pronto como cualquier familia se puede dar el lujo de comprar un auto, lo hace.

La ciudad se ha adaptado a un estima-do de 5 millones de autos. Un largo anillo periférico de vías elevadas rodea gran parte de ella antes de extenderse al nor-te, hacia el contiguo Estado de México, donde el transporte público es caótico. Los desarrolladores urbanos erigen rascacielos con docenas de pisos reser-vados para estacionamiento.

Los gobiernos federal y local acaban de anunciar reglas más estrictas de ve-rificación de emisiones vehiculares, que se aplicarán a camiones y autobuses. La ciudad ha prometido instalar sensores nuevos para detectar vehículos “su-cios”, que la policía detendría y retiraría con grúa.

El Jefe de Gobierno también ha pro-puesto medidas contras las emisiones industriales y programas para taxis más limpios, y ya ha iniciado negocia-ciones para limitar los camiones de car-ga a un horario nocturno.

En el centro de verificación vehicular, los conductores debatían qué, o quién, tenía la culpa.

Gerardo Sánchez, de 40 años, quien vende ensaladas a oficinistas, mencionó un culpable favorito.

“Los políticos tienen dos o tres autos de escoltas detrás de ellos”, apuntó.

Por PALKO KARASZ

BUCAREST, Rumania — En los 24 años que Nicolae Ceausescu gobernó Rumania, la mansión donde vivía con su esposa, Elena, estuvo rodeada de herme-tismo.

Ningún ciudadano común y corriente podía acercarse a la villa en el norte de Bucarest. Pero abundaban los rumores sobre su suntuosa decoración: los acce-sorios de baño chapados en oro, los ar-marios repletos de pieles, ropa y zapatos de Elena, y la piscina interior revestida de azulejos.

Después de que los Ceausescu fueron ejecutados por un pelotón de fusilamien-to el 25 de diciembre de 1989, en la más sangrienta de las revoluciones que de-rribaron la Cortina de Hierro en Europa Oriental, la agencia de noticias del Esta-do condenó el “lujo extraordinario” de su hogar. Los rumanos comunes y corrien-tes, que vivían bajo un estricto raciona-miento de alimentos y combustible, se enfurecieron.

En marzo, el gobierno rumano abrió la mansión como museo. Conocida como Palatul Primaverii, o Palacio de la Pri-mavera, la villa tiene 30 habitaciones, casi 5.000 metros cuadrados de espacio y jardines diseñados para invierno y ve-rano.

En un recorrido, el guía, Andrei Stan-cu, compartió historias de los Ceausescu, ninguna política. En la sala de cine con paredes acolchadas, explicó que Nicolae Ceausescu disfrutaba de películas y pro-gramas de televisión estadounidenses. Nos enteramos de que la señora Ceauses-cu usaba sólo pijamas de hombre.

A pocos kilómetros de distancia está la Casa del Pueblo, una fortaleza construi-da por Ceausescu que ahora alberga al Parlamento rumano. Aunque la Casa del Pueblo está abierta a recorridos públi-cos, “Nadie te dice que una cuarta parte de Bucarest fue demolida para esa cosa, que gente murió en esa construcción”, di-jo Radu Preda, presidente ejecutivo del Instituto para la Investigación de Críme-nes Comunistas y la Memoria del Exilio Rumano.

Alexandru Niculae, funcionario en la agencia de gobierno a cargo de la man-sión, dijo que se hace el esfuerzo por man-tener neutrales los recorridos.

“Presentamos la casa y recae en cada uno sacar sus propias conclusiones”, dijo Niculae. “No intentamos ni demonizar a Ceausescu, el hombre o el líder, ni brin-darle coartadas u ofrecer excusas para lo que sucedió”.

Algunos expertos ven eso como una oportunidad perdida.

Preda ha abogado por el estableci-miento de un museo del comunismo. Dijo que esperaba que los recorridos del Pa-lacio de la Primavera y la Casa del Pue-blo evolucionen para describir más de la historia.

“¿Cómo se puede entender la libertad si no se conoce, no se ha visto, lo que sig-nifica su ausencia?”, preguntó.

Meridith Kohut, Ana Venessa Herrero y María Eugenia Díaz contribuyeron reportes.

Prohíben que circulen autos al aumentar ozono y partículas nocivas.

Cada vez hay más saqueos y disturbiospor la desesperación.

Frente a Detroit, el deterioro afecta a una ciudad canadiense.

MERIDITH KOHUT PARA THE NEW YORK TIMES

Bajo un decreto de emergencia, el Presidente de Venezuela dejó la distribución de alimentos en manos de brigadas leales a los izquierdistas. Leidy Córdova, con cuatro de sus cinco hijos, no tiene comida suficiente para darles.

ADRIANA ZEHBRAUSKAS PARA THE NEW YORK TIMES

JOHAN HALLBERG-CAMPBELL PARA THE NEW YORK TIMES

Libran batalla sobre el reemplazo del Puente Ambassador, un puente privado de 87 años de edad.

Muchos de los 20 millones de habitantes de Ciudad de México se mueven en auto. La hora pico.

E L M U N D O

4 DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2016THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Por KEN MAGUIRE

DAKAR, Senegal — Babacar Ndiaye, de 12 años, no conoce a Babe Ruth, indu-dablemente el béisbolista más famoso de todos los tiempos. El jugador favo-rito del chico es Ryoma Ogawa, quien enseña a niños senegaleses a atrapar, lanzar, fildear y batear.

Japón lleva años difundiendo este deporte en la África loca por el fútbol. Ogawa, de 24 años, es el más nuevo en una larga línea de misioneros japoneses del béisbol.

Han ayudado a crear ligas en Burkina Faso y Tanzania, y el gobierno nipón fi-nanció nuevos campos de juego en Gha-na y Uganda. Entrenadores y jugadores importantes de África visitan Japón para entrenar y algunos de ellos se han colocado en equipos allí.

Voluntarios son enviados a todo el mundo por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón, o JICA, por sus siglas en inglés. Afirman que el béisbol, uno de los deportes más queridos de Ja-pón, es gratificante más allá del campo de juego.

“Los niños pueden aprender sobre el espíritu de equipo y las reglas en los

deportes, porque hay reglas en la socie-dad”, explicó Megumi Chiba, coordina-dor voluntario de JICA en Dakar. “Tam-bién podemos contribuir a su salud. Especialmente en Dakar, las escuelas no cuentan con canchas deportivas, así que no tienen posibilidad de practicar deportes en las escuelas”.

Las prácticas de Ogawa se realizan las noches entre semana, en un terreno junto a una base militar en Dakar.

No hay pasto ni montículo del lanza-dor. Hay un árbol grande en el jardín central-izquierdo y motores de avión zumban destrás del muro de concreto en lo profundo del jardín central.

“Tengo que enseñarles lo básico muy lentamente”, precisó Ogawa, un exjar-

dinero de secundaria. “Traen mucha energía, pero todo es nuevo para ellos”.

A veces las prácticas son un gran des-orden de malentendidos lingüísticos y culturales. Ogawa habla algo de fran-cés, pero los jugadores prefieren wolof, un idioma local.

Babacar a duras penas ha dominado el lanzar y atrapar la pelota, pero habla de ser jugador profesional.

“Quiero ir al extranjero”, declaró a través de un intérprete. “Quiero que sea celebrado el nombre de Senegal”.

Ogawa y un voluntario en otra ciu-dad instruyen a 50 niños entre los dos. Desde 1970, más de 235 voluntarios de béisbol han sido enviados al extranjero, señaló JICA. Seis instructores de béis-bol trabajan en cuatro países africanos: Uganda, Zimbabue, Ghana y Senegal.

El acceso al equipamiento es un obs-táculo importante. Los donativos de Estados Unidos, Japón u otros lugares a veces se quedan varados en los puertos africanos por problemas burocráticos.

La seguridad es otro problema. Chiba reveló que JICA decidió no reemplazar a sus voluntarios salientes en Burkina Faso, después de que un ataque terro-rista en Ouagadougou, la capital del país, cobró 30 vidas en enero.

“Donde hay peligro tenemos que de-tenernos”, aseveró Chiba.

En el campo de béisbol en Dakar, con las sonrisas, hay disciplina. Los chicos retiran piedras y basura del campo. “Si no recoges, no puedes jugar”, aseguró Mamadou Bassirou, de 13 años.

EN LÍNEA: CAMPO DE SUEÑOSEn Senegal aprenden un deporte nuevo: nytimes.comBusque ‘Senegal baseball’

La mezcla de refugiados enriquece a la cultura

Instructores japoneses enseñan a jugar béisbol

Los filipinos esperan la llegada de leyes estrictas

La lucha contra ISIS fractura a familias sunitas de IrakPor TIM ARANGO y FALIH HASSAN

FALUYA, Irak — En los días previos al asalto de fuerzas iraquíes a esta ciu-dad, el general de Brigada Hadi Razaij, el principal comandante de la policía sunita en la campaña, se encontraba sentado en una casa abandonada cerca de la línea del frente. Describió a la resistencia que les aguardaba: una fuerza de cientos de jihadistas que tuvieron meses para pre-pararse.

La presencia del general Razaij en el campo de batalla muestra que los sunitas locales combaten para liberar a sus pro-pias comunidades y ha ayudado a calmar los temores de que la batalla por Faluya intensificaría las tensiones sectarias.

Para él, la lucha era personal. Su her-mano está acusado de ser miembro del Estado Islámico (o ISIS) y está en una celda tras ser arrestado en un retén con un auto lleno de explosivos.

En el norte de Irak, Nofal Hammadi, el gobernador en exilio de Mosul, trabaja con Estados Unidos para hacer planes para liberar del Estado Islámico a esa

ciudad. El hermano de Hammadi es un funcionario de ISIS , que ha aparecido en un video en el que juraba su alianza al grupo terrorista y repudiaba a su her-mano.

Mientras la pregunta central de Irak sigue sin respuesta —si la minoría su-nita del país y la mayoría chiita pueden coexistir en un Estado unificado— las experiencias de Razaij, Hammadi y otros añaden un inquietante corolario: no está claro si los divididos sunitas de Irak encontrarán la paz entre sí después de un conflicto que se despliega en la forma de una guerra en el interior de las familias.

Cuando los sunitas iraquíes hablan de combatir al Estado Islámico, se trata de hijos y hermanos, sobrinos y vecinos. “Hoy no necesariamente necesitamos reconciliación entre sunitas y chiitas”, dijo Razaij. “Necesitamos reconciliación entre una secta”.

Salih Ibrahim Sharmoot, un policía de Faluya, combatía a lo largo del borde sur de la ciudad. Dijo que su hermano Muwa-faq se unió al Estado Islámico en 2013.

“Si lo atrapo durante las batallas, lo mataré con mis propias manos porque

es un criminal”, afirmó Sharmoot.Para que Irak esté en paz consigo

mismo tras el fin del Estado Islámico, se requerirá la reconciliación a muchos niveles, particularmente dentro de la comunidad sunita. Esa minoría cayó del poder luego de la invasión liderada por Estados Unidos en 2003 y ha sido testigo de su propia devastación, con millones de sus seguidores desplazados de sus hoga-res a medida que los combates entre las fuerzas del gobierno y el Estado Islámico arrasan áreas dominadas por sunitas.

La última vez que esto sucedió, en 2006 y 2007, se necesitó dinero e influencia es-tadounidenses para pacificar áreas suni-tas entonces bajo el dominio de Al Qaeda en Irak, predecesor del Estado Islámico. Con el llamado Despertar Sunita, se pa-gó a exinsurgentes para que cambiaran

de bando y se aliaran al gobierno.Esta vez, sin Estados Unidos como

mediador, o sin su dinero para comprar lealtad, es probable que se den ajustes de cuentas y venganzas.

Más de una docena de entrevistas con sunitas de áreas donde ISIS ha tenido presencia revelaron el grado en que la organización terrorista ha dividido a las familias.

Describieron un patrón familiar de radicalización para sus parientes —em-pezando con la invasión de 2003 y la in-surgencia sunita que le siguió. Muchos pasaron tiempo en prisiones operadas por Estados Unidos en Irak, donde estu-diaron el Corán y tramaron la jihad. En 2013, cuando las políticas de Nuri Kamal al-Maliki, el ex primer Ministro, llevaron a protestas sunitas por todo el país, había un grupo listo de sunitas agraviados y ra-dicalizados que ISIS pudo explotar.

En la provincia de Diyala, un agricul-tor que pidió ser identificado como Abu Anas dijo que su hermano menor, Hatim, fue persuadido en 2014 por políticos y clé-rigos que pedían el fin del trato injusto a los sunitas por parte del gobierno enca-bezado por chiitas.

“Nunca habría imaginado que mi sen-cillo, ingenuo e irascible hermano se convertiría en un monstruo humano”, expresó Anas, quien se unió a las fuerzas del gobierno para combatir al Estado Is-lámico. Dijo que más tarde había recibido un mensaje de texto de su hermano: “Tú elegiste el camino del infierno, y yo elegí el camino del cielo”.

Miles de combatientes tribales sunitas y policías locales, en parte motivados por la venganza a causa de la devastación que el Estado Islámico ha traído a sus co-munidades, se han unido a las fuerzas de seguridad del gobierno y a milicias chii-tas en la pelea por Faluya.

“Ésta es la última vez que vamos a en-trar a Faluya”, señaló Mouwafak al-Ru-baie, prominente político chiita, quien ha pronosticado una sangrienta batalla en-tre los sunitas después de que la ciudad sea liberada. “No habrá ninguna pacifi-cación. Los sunitas que liberen a Faluya van a gobernar Faluya”.

Dijo que esos hombres estaban más sintonizados con los ritmos tribales tra-dicionales de la vida en Anbar, y que su lealtad a Bagdad podía ser comprada.Omar Al-Jawoshy contribuyó reportes

desde Falluja y Bagdad.

Por FLOYD WHALEY

CIUDAD DE DÁVAO, Filipinas — Los residentes menores de 18 años no tienen permitido estar en la calle sin la com-pañía de un adulto entre las 22:00 y las 5:00. No se vende licor después de la 1:00. Fumar está prohibido en toda la ciudad, salvo en algunas áreas designadas.

¿Ciudad fiestera? Tal vez no, pero mu-chos residentes de la ciudad de Dávao, donde el presidente electo Rodrigo Du-terte ha sido alcalde durante la mayor parte de las últimas dos décadas, dicen que ese no es el punto. Creen que Duter-te, quien comenzará su Mandato el 30 de junio, ha llevado seguridad y calma a una ciudad rodeada por zonas donde abunda la violencia.

En el Parque Magsaysay junto a la costa, unos niños patinan en una pista al aire libre. Parejas jóvenes se sientan en bancas bajo la sombra. Cerca de ahí, policías con armas automáticas hacen patrullajes junto a la orilla del agua, mi-rando con recelo la isla de Samal en la distancia, donde cuatro personas fue-ron secuestradas por rebeldes islámicos en septiembre. Dos rehenes canadienses posteriormente fue-ron decapitados.

“Incluso en la no-che se está bien aquí, es seguro”, dijo Irish Ricaforte, de 19 años, una estudiante uni-versitaria. “Allá no es seguro”, dijo mien-tras señalaba hacia Samal, “eso no es Du-terte”.

Duterte dijo en re-petidas ocasiones en la campaña electo-ral que la ciudad de Dávao era un modelo para las políticas que implementará a nivel nacional como presidente.

En Filipinas, un lugar despreocupado donde fumar, beber y trasnochar son tra-diciones inmemorables, las políticas de Duterte podrían ser difíciles de aceptar. Sin embargo, en Dávao, muchos residen-tes dicen que se sienten orgullosos de la postura del alcalde.

“En Manila existen todos estos deli-tos y problemas”, dijo Patrick Seldar, un estudiante de 20 años, en referencia a la capital. “Aquí no tenemos eso”.

En el Beereaucracy Bar, Nick Lopez, uno de los dueños, dijo que el horario pa-ra cerrar el bar se aplica estrictamente a la 1:00, y los clientes lo aceptan. “No hay peleas en el bar ni gente ebria deambu-lando en las noches”.

Ubicada en la costa de la Isla de Min-danao en el sur de Filipinas, la ciudad de Dávao, con 1.6 millones de habitantes, es un lugar de paz y relativa prosperidad.

Está rodeada por grupos rebeldes

islámicos, separatistas comunistas y pandillas que secuestran para pedir res-cate. En gran parte de Mindanao ocu-rren balaceras con la policía y el ejército, ataques con bomba junto a carreteras y secuestros, pero rara vez se dan en la ciu-dad de Dávao.

Duterte ha sido acusado por la Iglesia Católica y grupos de derechos humanos de valerse de pandillas para asesinar a presuntos delincuentes, drogadictos, niños de la calle y, en algunos casos, per-sonas que habían sido confundidas con alguien más.

Duterte incluso se jactó durante la campaña de haber matado él mismo a delincuentes. Aunque sus comentarios causaron desconcierto en el extranjero, la dureza de la que hace alarde tuvo un efecto diferente en mucha gente de su país, donde los criminales violentos rara vez son condenados y la policía a menudo es corrupta.

Una de las políticas sociales más polé-micas de Duterte puede observarse en una calle limpia e iluminada, donde unas

dos docenas de mujeres jóvenes están paradas frente a la oficina del Banco Cen-tral de Filipinas en la ciudad de Dávao. Las prostitutas caminan por la calle sin temor de ser arrestadas. A diferencia de Manila y la mayor parte de Filipinas, en Dávao no hay proxenetas.

En el abarrotado mercado público de Bankerohan, un canal fétido lleno de aguas negras atraviesa la zona. Tuberías de concreto cubrirán el canal abierto y evitarán que la zona se inunde.

Rthe Origines, de 21 años, quien vende arroz en el mercado, dijo que el proyecto se completaría en menos de seis meses.

“El alcalde dice estará terminado para entonces, así que estará terminado”, dijo Origines, con un sentimiento inusitado en Filipinas, donde la infraestructura en deterioro es la norma.

El optimismo de Origines se extendía a la agenda contra el crimen de Duterte.

“Sólo va a perseguir a los asesinos y narcotraficantes”, dijo Origines. “No tengan miedo”.

Por SOMINI SENGUPTA y RANA F. SWEIS

AMÁN, Jordania — Los encuesta-dores del censo nacional de Jordania hicieron un descubrimiento un poco im-pactante a principios de este año cuando encontraron que casi una tercera parte de los 9.5 millones de residentes del país no es, técnicamente hablando, jordana.

Durante décadas, el país ha absorbido oleadas sucesivas de gente que huye de la guerra y el caos.

Últimamente han sido los sirios, pero antes de ellos llegaron los iraquíes, suda-neses y palestinos, sin mencionar a los de Egipto, y otros de tan lejos como Paquis-tán y Filipinas, quienes han ido a Amán para trabajar.

Han convertido a la alguna vez somno-lienta capital jordana en una improbable y poco reconocida ciudad de refugio para personas expulsadas de sus hogares.

Nunca fue fácil: cientos de miles de palestinos que llegaron tras las guerras

árabes-israelíes de 1948 y 1967 hoy son ciudadanos jordanos, pero algunas de las personas que han llegado en fechas más recientes no lo son.

Algunos jordanos culpan a los sirios que acaban de llegar de causar una baja en los salarios. Otros dicen que los recién llegados han hecho de Amán una mejor ciudad en donde vivir.

“¿Dónde tienes este tipo de mezcla en el mundo árabe?”, dijo Annemarie Jacir, cineasta palestina que se mudó a Amán hace seis años tras periodos en Riad, Ra-mallah y Jerusalén. “Esto es lo que hace que Amán sea especial”.

El debate repite las tensas conversa-ciones que se dan en todo el mundo sobre si se debe integrar a los inmigrantes y cómo hacerlo.

La confitería siria se cuenta entre los nuevos lujos de la capital, y las filas en la tienda Abou Arabi Haider llegan hasta la banqueta los viernes. Omar Awad, de 27

años, artista en mármol de Damasco que se mudó a Amán hace cuatro años, ahora acomoda montañas de baklava y demás repostería siria en el aparador de la tien-da. Ayudó a abrir la dulcería y un café.

“Donde quiera que nos pongan a los sirios, aprenderemos y haremos el tra-bajo”, dijo Award de manera desafiante.

En el sombreado patio de un jardín, en un barrio exclusivo de Amán, Muni-ra Ghanem, de Sudán, sacó su cono para aplicar henna y empezó a pintar el del-gado y desnudo antebrazo de una clienta leal.

Los sudaneses introdujeron la pintura con henna enla moda de las mujeres de Amán, y Ghanem es una de las artistas más codiciadas.

Llegó a Amán hace 20 años con su es-poso. Empezó a trabajar en los salones de belleza de la ciudad, realizando de-pilación con hilo y con cera y finalmente pintando con henna. Incluso después de

que su marido volvió a su país, Ghanem se quedó, criando a sus cuatro hijos sola.

Shadad Dawood, de 27 años, inten-ta posicionarse en la escena de arte de Amán, gran parte de la cual fue construi-da desde cero por exiliados iraquíes co-mo ella que trasplantaron la alta cultura por la que Bagdad alguna vez fue amplia-mente conocida.

Dawood tenía apenas 2 años cuando su familia huyó de la capital iraquí en la víspera de la primera Guerra del Golfo, en 1991. Volvieron brevemente en 2003, justo antes de que la ciu-dad se sumiera en el caos por la invasión encabezada por los estadounidenses.

El negocio de su familia, una fábrica de cosméticos, se expandió a Jordania. Y como

muchos de sus compatriotas, llevaron sus fortunas a Amán.

Regresar no es una opción. “Nunca vol-vería a Irak, incluso si mejoran las cosas algún día”, dijo Dawood. “No lo conozco”.

Dawood considera Amán como su ho-gar. Habla con acento jordano.

“Jordania me dio muchas cosas”, afir-ma. “Estoy a salvo aquí”.

JES AZNAR PARA THE NEW YORK TIMES

En bares en la ciudad de Dávao, a diferencia de otros lugares en Filipinas, se cumple el horario del alcohol.

TARA TODRAS-WHITEHILL PARA THE NEW YORK TIMES

FOTOGRAFÍAS POR JANE HAHN PARA THE NEW YORK TIMES

Temen que haya una ola de venganzas tras la liberación de Faluya.

Ryoma Ogawa, un voluntario nipón, enseña a niños senegaleses las reglas y costumbres del béisbol.

Omar Awad, era artista del mármol en Damasco, Siria, ahora acomoda repostería en Amán, Jordania.

D I N E R O Y N E G O C I O S

DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2016 5THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Por JACK EWING

BERLÍN — Un auto diésel sometido a pruebas por el gobierno alemán emitió 12 veces más de los venenosos óxidos de nitrógeno permitidos. Otro emitió cinco veces más que el límite, y otro seis veces más.

Los autos no fueron producidos por Volkswagen, la compañía centro del es-cándalo generalizado relacionado con emisiones. Eran un Jeep, un sedán de General Motors y un Mercedes-Benz.

Una creciente pila de recientes estu-dios gubernamentales y privados ha de-jado cada vez más claro que Volkswagen difícilmente era la única empresa que burlaba los límites de contaminación. Mientras Volkswagen manipulaba de forma ilegal los resultados de las prue-bas, los otros fabricantes de autos en Eu-ropa simplemente sacaban provecho de una laguna legal que les permite reducir los controles de emisiones siempre que hay un riesgo de daño para el motor.

Esa información ha revelado a los eu-ropeos al verdadero costo ambiental del diésel, con consecuencias de amplio al-cance para la industria automotriz.

“Simplemente es cuestión de quién hace trampa legalmente y quién hace trampa ilegalmente”, dijo Ferdinand Dudenhöffer, profesor en la Universidad de Duisburg-Essen, quien sigue a la in-dustria automotriz. “Todos son malos”.

Un estudio del gobierno británico de unos 40 autos halló que emitieron un promedio de seis veces el límite legal de óxidos de nitrógeno bajo condiciones normales.

“No solo es un fraude; es una agresión física”, dijo Axel Friedrich, ex funciona-rio ambiental en Alemania. Él fue uno de los fundadores del Consejo Internacional sobre el Transporte Limpio, que encargó las pruebas que expusieron la trampa de Volkswagen.

En un intento por controlar el daño, el gobierno alemán ha llevado una propues-ta a la Unión Europea que reduciría, aun-que no cerraría, la laguna legal que per-mite que los fabricantes de autos desacti-ven el control de emisiones para proteger el motor. A los fabricantes de autos se les permitiría aprovechar la excepción sólo si ya hubieran utilizado la mejor tecno-

logía de control de emisiones disponible.Los límites más estrictos sobre las

emisiones de los tubos de escape ele-varán el costo de los autos con motores diésel.

Recientes estudios de los gobiernos alemán y británico no encontraron evi-dencia de que otro fabricante de autos además de Volkswagen hubiera equi-pado los autos con software ilegal con la intención de engañar las pruebas de emi-siones. Los otros fabricantes simplemen-te aprovecharon reglas que les permitían reducir los controles de emisiones para proteger el motor bajo ciertas condicio-nes, como el clima más frío. Los fabrican-tes argumentaron que las temperaturas más bajas podrían causar condensación y acumulación de hollín en un componen-te importante del sistema de control de emisiones, causando que fallara.

En el caso de un Jeep Cherokee vendi-do en Europa por Fiat Chrysler, según el estudio del gobierno alemán, el “clima más frío” significaba temperaturas tan altas como 20 grados centígrados —no precisamente condiciones árticas—.

El Jeep emitía más de 12 veces más óxidos de nitrógeno en carretera que lo permitido, según el estudio alemán. Gra-ziano Delrio, Ministro de Transporte de Italia, dijo que los propios estudios de su gobierno mostraron que los Fiat eran le-gales y que Alemania no tenía por qué afirmar lo contrario.

El estudio también halló que un sedán Insignia fabricado por la unidad Opel de GM emitió más de cinco veces el límite legal de óxido de nitrógeno. Una van de Mercedes registró seis veces arriba del límite.

Más vergüenza podría aguardar a los fabricantes de autos. Están en marcha audiencias en el Parlamento europeo so-bre el diésel. En Alemania, los partidos de Oposición están convocando un comi-té especial que tiene el poder de citar a funcionarios gubernamentales y ejecu-tivos automotrices.

“No sólo se tratará de Volkswagen”, dijo Oliver Krischer, subjefe del Partido Verde en el Parlamento, uno de los par-tidos que pidieron el comité. “También abordará la negligencia de toda la indus-tria automotriz”.

Famosa librería parisina retorna sin ejemplares

Los bancos se alejan del negocio de giros

El diésel da problemas a automotrices en Europa

China vuelve a abrir plantas siderúrgicas

Por MICHAEL SCHUMAN

TANGSHAN, China — Los enormes edificios en color café y blanco de Son-gting Iron & Steel Company estaban si-lenciosos una fría tarde de febrero. Los únicos indicios de vida provenían del pu-ñado de guardias en la puerta del comple-jo, y del desaliñado hombre de mediana edad que salió a gritar a los visitantes de la planta: “¡Lárguense!”.

Alguna vez una de las siderúrgicas más grandes en esta sombría ciudad in-dustrial, Songting había cesado su pro-ducción, víctima de la desaceleración económica de China. Sus trabajadores —muchos no han recibido pago durante meses— fueron despedidos y forzados a arreglárselas por su cuenta, y los moli-nos de acero capaces de producir 5 mi-llones de toneladas al año quedaron en silencio.

Tres meses después, el silencio se inte-rrumpió. Camiones circulaban entre los edificios de Songting, había hileras de autos estacionados afuera y una elevada chimenea expulsaba humo.

Songting ha resucitado de entre los muertos —y eso es una mala noticia para China y la economía global—.

La historia de la siderúrgica ilustra el desafío que enfrenta Beijing para re-estructurar la desacelerada economía china. China necesita eliminar las fábri-cas poco rentables en muchas industrias para llevar a la economía hacia negocios más productivos.

El gobierno nacional ha prometido en repetidas ocasiones que abordará el pro-blema. Tan sólo en la industria del acero, los líderes chinos anunciaron planes este año para reducir la capacidad siderúrgi-ca del país en hasta 150 millones de tone-ladas para 2020, una cantidad que supe-ra a toda la industria en Japón.

Pero como muestra Songting, cerrar incluso las plantas más atribuladas pue-de resultar problemático.

Militantes del Partido Comunista y empresarios en ocasiones mantienen en operación siderúrgicas y otras fábricas indeseadas para conservar la estabili-dad financiera y social. El plan de China dejaría sin trabajo a aproximadamente 500.000 obreros siderúrgicos.

Beijing tiene la esperanza de que los

trabajadores despedidos de las siderúr-gicas excedentes y otras fábricas infla-das encuentren empleo nuevo en secto-res más sanos de la economía, sobre todo en servicios. Pero varios trabajadores de Songting se quejaron de que hay pocos empleos en una región dominada por la atribulada industria pesada. Muchos se vieron pronto en dificultades financieras y algunos incluso recurrieron a protestas públicas; precisamente el tipo de inesta-bilidad social que más temen las autori-dades chinas.

Las inquietudes por el malestar labo-ral, aunadas a preocupaciones de que cerrar fábricas inundará a los grandes

bancos de China con deudas incobrables, han frenado el cierre de fábricas. Un cál-culo arrojó que China cerró de manera permanente menos de un 2 por ciento de su capacidad siderúrgica total el año pa-sado, periodo en el que aproximadamen-te una tercera parte de esa capacidad no fue utilizada.

Songting —que empleaba a unos 6.000 trabajadores, según el sitio en internet del gobierno local— se encontraba entre las siderúrgicas privadas más grandes de la ciudad. Pero con el estancamiento en la construcción de casas nuevas y de infraestructura, los precios del acero se desplomaron y Songting, junto con toda la industria, comenzó a sufrir. Los traba-jadores dicen que dejaron de recibir sus sueldos habituales a principios de 2015. Una sección de la planta estuvo inactiva durante parte del año, y comenzaron los despidos.

Al llegar los trabajadores el 14 de no-viembre, los gerentes les informaron que la fábrica cerraría indefinidamente.

Quince trabajadores subieron a la azotea de un edificio y amenazaron con saltar, dijo un trabajador. Cientos protes-taron afuera de una oficina del gobierno para exigir sus sueldos no pagados.

Desde fines de febrero, algunos traba-jadores comenzaron a recibir llamadas de sus antiguos gerentes para pedirles que regresaran. Parte de la planta ini-ciaría de nuevo la producción.

Los problemas de la industria conti-núan. La firma de calificación crediti-cia Fitch estima que la industria podría estar cargando con casi 600.000 millo-nes de dólares en deuda. La Asociación de Hierro y Acero de China dijo que sus miembros perdieron en conjunto 9.800 millones de dólares el año pasado, en comparación con ganancias conjuntas de 3.400 millones en 2014.

“Incluso sin la acción del gobierno, las condiciones del mercado eliminarán más capacidad”, dijo Rachel Zhang, analista de acero con Morgan Stanley. “Es sólo cuestión de tiempo”.

Por CIARA NUGENT

PARÍS — Gauthier Charrier, estu-diante de diseño gráfico, entró a la nue-va librería parisina y pensó: “¿Dónde están todos los libros?”.

“Vi este espacio abierto y vacío, con sólo un par de banquitos, y me pregun-té: ‘¿Alguien cometió un error aquí?’”, dijo Charrier.

La pronunciada carencia de existen-cias en el interior de la Librairie des Puf, manejada por la editorial University Press of France (Les Puf), no es resul-tado de un error de compra. Hay libros, pero se imprimen bajo demanda, ante los ojos del cliente, en una máquina Ex-presso Book Machine.

La máquina, fabricada por la compa-ñía estadounidense On Demand Books, está instalada en una esquina trasera del establecimiento, zumbando mien-tras convierte los PDF en libros de pas-ta suave. Los clientes emplean tabletas para seleccionar un título —añadiendo sus propias dedicatorias escritas a ma-no, si lo desean— mientras beben café. “Todos los clientes quedan sorprendi-dos”, dijo Alexandre Gaudefroy, direc-tor de la librería.

Desde el punto de vista comercial “no tengo que preocuparme por espacio pa-ra tener existencias”, dijo Gaudefroy. “Ocupamos un espacio que mide menos de 80 metros cuadrados y puedo ofrecer

a los lectores el número de títulos que quiera”.

Están disponibles los 5.000 títulos publicados por Les Puf, así como 3 mi-llones de libros adicionales compilados por On Demand Books.

Es un replanteamiento radical de un establecimiento que abrió sus puertas en 1921. La Librairie des Puf original ocupaba un espacio de múltiples ni-veles y tenía de las universidades cer-canas un público intelectual asiduo.

Durante mucho tiempo fue un símbolo cultural y académico, hasta que cerró debido a rentas al alza y ganancias a la baja.

Entre 2000 y 2014, cerró casi una ter-cera parte de las librerías de París.

El Barrio Latino se encontró entre los más afectados. Para proteger el ca-rácter singular del barrio, el Consejo Citadino de París lo convirtió en el cen-tro de su programa Vital’Quartier, que

compra espacios minoristas y los renta a empresas pequeñas culturalmente significativas a precios muy por deba-jo de los de mercado. Les Puf recibió en arrendamiento uno de esos espacios en la Calle Monsieur-le-Prince, lo que le permitió reabrir sus puertas en marzo.

“Las librerías están empezando a hacer muchas cosas innovadoras y lo-grando que la gente regrese a ellas”, di-jo Nick Brackenbury, uno de los funda-dores de NearSt, una aplicación móvil creada en Londres que está ayudando a que los clientes dejen gradualmente de comprar libros en Amazon.com y los exhorta en su lugar a regresar a sus tiendas locales.

En Londres, Books for Cooks en No-tting Hill ofrece una experiencia sen-sorial al preparar cada mañana una de las muchas recetas de sus libros en una cocina abierta en la parte trasera del local.

En Librairie des Puf, Gaudefroy dijo que ya está pensando abrir en otras ciu-dades francesas.

“Tras unas semanas en el negocio, tenemos una verdadero motivación comercial para hacerlo porque, bue-no, estamos vendiendo muchos libros; muchos más de los que nos habíamos imaginado”, dijo. “Pensamos que ven-deríamos 10, 15 libros diarios, pero ha sido más, como 30 o 40”.

Por ELINOR COMLAY

Durante años, el negocio de transfe-rencias de dinero de Fernando Lopez era un lugar donde los residentes loca-les podían enviar giros a familiares y amigos fuera de EE.UU. Pero ese nego-cio, Interamericana Express, que ma-nejaba muchas de las transferencias a México, se reduce a medida que los ban-cos y reguladores adoptan un punto de vista más estricto respecto a los envíos de dinero transfronterizos.

Las cuentas empresariales de Lopez han sido cerradas varias veces en los últimos años, por tres bancos distintos, a raíz de inquietudes sobre lavado de dinero. Desde que los bancos le dieron la espalda, ha operado su negocio de en-víos de dinero en Atlantic City, Nueva Jersey, como agente de MoneyGram International y Ria Money Transfer, depositando transferencias en cuentas en esas compañías.

Los bancos no ven “con buenos ojos” a un negocio pequeño que realiza transfe-rencias de dinero, indicó Lopez. 

México es el destino más importan-te de envíos de dinero provenientes de EE.UU., de acuerdo con las estimacio-

nes del Banco Mundial. Unos 24.300 millones de dólares fueron enviados allí desde EE.UU. el año pasado, prácti-camente todo el dinero transfronterizo que fluyó a México internacionalmen-te, y casi una quinta parte de todas las remesas enviadas al extranjero desde EE.UU. Pero lo que alguna vez fue visto como una oportunidad de negocios pa-ra los bancos estadounidenses ahora es considerado un riesgo.

Los bancos se rehúsan a hacer nego-cios con compañías de giros, cerrando o congelando sus cuentas a raíz de in-quietudes sobre lavado de dinero y un mayor control regulatorio.

El año pasado, Citigroup acordó pa-gar 140 millones de dólares a regulado-res por no haber implementado salva-guardas contra el lavado de dinero. Citi cerró su unidad Banamex USA, con 500 millones de dólares en activos y sucur-sales en Arizona, California y Texas,

14 años después de que adquirió Banamex, ban-co con sede en Ciudad de México, como una opor-tunidad para atender las necesidades de familias hispanas a ambos lados de la frontera.

Ya que es casi impo-sible que los bancos co-nozcan la identidad del cliente final en un envío de dinero, las compañías

de giros y sus agentes son categoriza-dos como un alto riesgo de lavado de dinero y se les niegan servicios banca-rios.

“Las cuentas pueden ser cerradas por razones muy legítimas, como la sos-pecha de actividad ilícita o que los cuen-tahabientes no hayan establecido los controles adecuados”, explicó Daniel L. Glaser, subsecretario del Tesoro contra financiamiento terrorista.

A los reguladores les inquieta que la gente envíe dinero al otro lado de la frontera, que es más difícil de rastrear.

Varios grupos internacionales están trabajando para ayudar a la industria de transferencias de dinero a tener ac-ceso a los bancos. El Consejo de Esta-bilidad Financiera en Suiza ha estado coordinando esos esfuerzos.

No obstante, a Lopez le preocupa que le cierren sus cuentas en Ria y Money-Gram. “Sería devastador”.

FOTOGRAFÍAS POR NICOLA LONGOBARDI PARA THE NEW YORK TIMES

GORDON WELTERS PARA THE NEW YORK TIMES

Axel Friedrich en su auto, un Fiat 500. Ordenó las pruebas que expusieron la trampa de Volkswagen para ocultar las cifras verdaderas de emisiones.

La fábrica de acero

Songting, en Tangshan, ha vuelto a

funcionar pese al

esfuerzo por alejar a la

economía de la industria

pesada.

MARK MAKELA PARA THE NEW YORK TIMES

Ahora vende libros de pasta suave que imprime bajo demanda.

Tropieza el plan de cerrar las fábricas que no son rentables.

Zhang Tiantian contribuyó investigación desde Beijing.

Fernando Lopez dijo que los bancos frenaron su negocio de giros cuando cerraron sus cuentas.

C I E N C I A Y T E C N O L O G Í A

6 DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2016THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Espionaje de alta tecnología en una computadora vieja.

Trasplantes: van a llegara la cabeza

Los cadáveres tienen mucho que decir a forenses

Las comadrejas son grandes cazadoras

Nuevas firmas contraatacan a los hackersPor NICOLE PERLROTH

BELLEVILLE, Wisconsin — Des-pués de pasar por las granjas lecheras y los campos de maíz, el camino aquí termina por llevarlo a uno a Cate Ma-chine & Welding, una pequeña empresa dirigida por Gene y Lori Cate. Durante 46 años, los Cate han soldado muchas cosas: tanques para fertilizador, partes para aviones caza y moldes para queso.

Y al igual que muchas pequeñas em-presas, tienen una polvorienta compu-tadora vieja funcionando en la oficina administrativa. Sin embargo, en esta se está desarrollando una inusual batalla de espía contra espía: hackers chinos se han apoderado de la máquina.

Los hackers la usan para planear y llevar a cabo ataques. Pero lo que desco-nocen es que una empresa tecnológica de Silicon Valley les está siguiendo la pista aquí, en tiempo real, observando cada uno de sus pasos y, en algunos ca-sos, frustrando sus esfuerzos.

Un día, recientemente, los blancos de los hackers parecían ser una empre-sa de Silicon Valley, un bufete legal en Manhattan, una de las aerolíneas más grandes del mundo y blancos disemina-dos por Tailandia y Malasia.

La actividad llevaba el sello de los hac-kers conocidos como el grupo C0d0s0.

Hasta hace poco, las compañías típi-camente adoptaban una estrategia de-fensiva de tratar de hacer sus redes lo más impermeables como fuera posible. Hoy, los proveedores de inteligencia de amenazas adoptan un enfoque ofensivo. Hacen un seguimiento a los hackers y, por una cuota anual que puede superar el millón de dólares, tratan de detectar

y frustrar los ataques antes de que se realicen.

Gartner, una empresa de investiga-ción de mercados, anticipa que el merca-do alcance a los mil millones de dólares el próximo año, calculados a partir de los 225 millones que movía en 2013.

Muchos ataques dependen de un labe-rinto de computadoras intervenidas, in-cluyendo en tiendas como Cate Machine & Welding. Los hackers han convertido a su servidor, y otros similares, en las plataformas de lanzamiento para sus ataques.

Hace dos años, los Cate recibieron una visita de hombres que les informa-ron que su servidor se había convertido en un conducto para los espías chinos. “¿Son ustedes de la Agencia Nacional

de Seguridad?”, preguntaron los Cate.

De hecho, uno de los hom-bres había trabajado en la Agencia de Seguridad Nacio-nal (NSA) durante años antes de fundar su propia empresa, Area 1, que se concentra en ataques de hackers.

Blake Darché, el director de seguridad en Area 1 y quien había trabajado en la NSA, quería añadir el servidor de los Cate a la red de Area 1 de 50 otras que habían sido vulnera-das por los hackers. Area 1 mo-nitorea la actividad que entra y sale de estas computadoras para poder aprender sobre los métodos de los atacantes y así poder bloquearlos. Los Cate estuvieron de acuerdo y Area

1 pagó el costo de instalación.Poco después de que fuera instala-

do un sensor en el taller de los Cate, se iluminó con ataques. Area 1 empezó a discernir los patrones de un adversario conocido: el grupo C0d0s0.

Area 1 es un participante nuevo en la inteligencia de amenazas, un subsector emergente del negocio de la seguridad, que incluye a compañías como iSight Partners y Recorded Future.

Un puñado de clientes de Area 1 con-firmó que su tecnología había ayudado a contener a atacantes.

En el 80 por ciento de los casos, las víctimas no descubren que han sido vul-neradas hasta que la policía los contacta con sus datos robados, de acuerdo con Verizon, que lleva seguimiento de datos

de violaciones de seguridad informáti-ca.

Los hackers investigan la empresa, revisan datos de empleados en Linke-dIn y escriben correos electrónicos para engañar a los empleados a abrir-los y que hagan click en ligas o archivos adjuntos que intentarán lanzar ataques maliciosos.

Una vez que logran que un blanco ha-ga click, toma tiempo abrirse paso por la red de la víctima para encontrar algo que valga la pena robar. Entonces tie-nen que extraer esos datos de la red. El proceso puede tomar semanas, meses o incluso años y deja una huella digital.

Area 1 vigila en busca de esta acti-vidad y trabaja con firmas como Blue Coat, una empresa de seguridad de in-ternet, para desarrollar software de se-guridad con base a lo que ha descubierto para intentar bloquear ataques.

El modelo de negocios de Area 1 puede presentar dilemas éticos. ¿Qué sucede cuando ve ataques contra empresas im-portantes y agencias gubernamentales que no son clientes de Area 1?

“Nos consideramos algo así como un guardaespaldas, no una fuerza policia-ca que anda por allí diciéndole a todo mundo que es una víctima”, dijo Oren Falkowitz, director ejecutivo de Area 1.

Por NATALIE ANGIER

Al nacer, la comadreja es tan pequeña y liviana como un clip. Recién nacida es-tá excepcionalmente subdesarrollada, con ojos y oídos cerrados que no abrirá hasta cinco o seis semanas después, una edad en que las crías están listas para ser destetadas.

Parece ser que una madre comadreja no tiene opción más que dar a luz a sus crías a medio hornear. Como miembro de los mustélidos —una familia de ma-míferos carnívoros que incluye a los hurones, tejones, visones y caracayús— posee un cuerpo esbelto y alargado, di-señado para perseguir a presas por es-pacios pequeños que la mayoría de los carnívoros no puede acceder.

“No se ven comadrejas gordas”, dice William J. Zielinski, investigador de mustélidos en el Servicio Forestal de Estados Unidos, en California.

Para Zielinski y otros científicos, las comadrejas ejemplifican el genio evo-lucionario y el riesgo a dosis iguales, la unión de rasgos exagerados y frecuen-temente contradictorios para producir un linaje de carnívoros veloces, feroces y avispados que pueden competir con depredadores más grandes, como los grandes gatos y los osos, por su comi-da.

Puede ser desesperante estudiar a los mustélidos. La mayoría son solita-rios huraños, con facilidad se quitan los collares de radio estándar y corren pe-gados al suelo “como pequeños relám-pagos cafés”, como señaló un equipo de investigadores.

Aún así, los investigadores han des-cubierto que el índice metabólico del mustélido promedio no sólo excede al de otros animales carnívoros, sino tam-bién la de su presa roedora.

“El corazón de la comadreja late hasta 400 veces por minuto”, dijo Mark Linne-ll de la Universidad Estatal de Oregon. “Están diseñados para correr a toda velocidad”.

Los grandes gatos consumen el equi-valente de más o menos una tercera parte de su peso cada semana; las co-madrejas tienen que comer una tercera parte o más de su peso cada día.

Las comadrejas también tienen cere-bros grandes en relación con su masa corporal y continuamente afinan sus movimientos durante una cacería, es-trategia que les permite atacar a presas de hasta 10 veces su tamaño.

Los investigadores especulan que la imagen negativa de la comadreja pue-de ser parcialmente culpa de la silueta serpentina del mustélido. O quizás sea su almizcle. La mayoría de las especies de comadrejas se comunican entre sí mediante frecuentes embarradas de un líquido de fuerte olor secretado por sus glándulas anales.

Los entusiastas de los Mustélidos apuntan a la belleza y diversidad de la familia: 60 especies en todos los conti-nentes salvo la Antártida y Australia y

de tamaños desde 55 gramos hasta 32 kilos.

Muchas comadrejas viven en am-bientes fríos, y su delgada complexión las hace perder calor rápidamente. Pa-ra lidiar con el frío sin depender de la grasa como aislamiento, muchas tienen pelajes densos, de los más densos en la naturaleza.

Históricamente, la gente ha codiciado las pieles de los mustélidos: visón, armi-ño, marta cibelina, tomadas de los ani-males en invierno, cuando sus pelajes se vuelven blancos.

Muchos mustélidos pasan tiempo en el agua y una especie, la nutria marina, rara vez pone pie en tierra. Las nutrias marinas también se cuentan entre los únicos mamíferos no primates en em-plear herramientas, pero la mayoría del tiempo sus dientes hacen la tarea.

“Sus dientes son increíbles, como los de ningún otro carnívoro vivo”, dijo Adam Hartstone-Rose, de la Universi-dad de Carolina del Sur.

La mayoría de los mustélidos tienen una dentición más típica de los carnívo-ros, con unos cuantos dientes filosos y rebanadores y pocos molares más pe-queños, que otros animales usan para moler plantas.

Su compacta disposición dental y hocicos cortos los hacen lucir jóvenes y tiernos. También pueden actuar co-mo jóvenes: los mustélidos se cuentan entre los pocos animales que juegan de adultos.

“Brincarán, darán vueltas, cambia-rán de forma y casi casi se pondrán de cabeza”, dijo Roger Powell, profesor en la Universidad Estatal de Carolina del Norte. “Dejan en el polvo a los gatitos”.

Por DIDI KIRSTEN TATLOW

HARBIN, China — Hace seis años, Wang Huanming quedó paralizado del cuello hacia abajo tras resultar lasti-mado cuando practicaba lucha con un amigo. Hoy, espera haber encontrado la respuesta a poder caminar de nuevo: un cuerpo nuevo para su cabeza.

Wang, un empleado retirado de la com-pañía de gas, de 62 años, es uno de varias personas en China que se han ofrecido como voluntarios para un trasplante de cuerpo en la ciudad de Harbin, en el norte de China.

La idea de un trasplante de cuerpo es la clase de concepto que tiene a los exper-tos alrededor del mundo alarmados por el grado al que China pone a prueba los límites éticos y prácticos de la ciencia. Un trasplante así es imposible, al menos por ahora, según médicos y expertos desta-cados, incluidos algunos en China, quie-nes señalan a la dificultad de conectar los nervios en la médula espinal. Un fracaso significaría la muerte del paciente.

Ren Xiaoping, el cirujano ortopédico de la Universidad Médica de Harbin que propone la operación y quien participó en el primer trasplante de mano en Es-tados Unidos en 1999, dijo que no sería disuadido. En una entrevista, Ren dijo que estaba armando un equipo, que ya se estaba realizando investigación y que la operación se efectuaría “cuando estemos listos”.

Su plan: retirar dos cabezas de dos cuerpos, conectar los vasos sanguíneos del cuerpo del donador fallecido y la ca-beza del receptor, insertar una placa de metal para estabilizar el cuello nuevo, bañar las terminaciones nerviosas de la médula espinal en una sustancia tipo pe-gamento para ayudar a la regeneración y suturar la piel.

Destacados expertos médicos han con-denado el plan.

“En opinión de la mayoría, en el mejor de los casos es prematuro y en el peor es insensato”, dijo James L. Bernat, profesor de neurología y medicina en el Dartmouth College, en Hanover, New Hampshire.

Huang Jiefu, ex subsecretario de sa-lud en China, dijo en una entrevista en noviembre que cuando la médula espinal es cortada, las neuronas “no pueden ser reconectadas, así que científicamente es imposible”.

“Éticamente es imposible”, añadió Huang. “¿Cómo puedes colocar la cabe-za de una persona en el cuerpo de otra?”.

Ren no es el único que explora el campo de los trasplantes corporales. En Italia, Sergio Canavero es un partidario des-tacado y los científicos en el Instituto de Biofísica Teórica y Experimental en la Academia de Ciencias de Rusia también están investigando aspectos del procedi-miento.

Ren reconoce que sería increíblemente difícil. Ha experimentado con trasplan-tes de cabeza en ratones, pero sólo han vivido un día. Dijo que también ha empe-zado a practicar en cadáveres humanos.

En medio de las incertidumbres, Wang y su familia se aferran a la esperanza. Durante tres años, su hija Wang Zhi, de 34 años, y su madre le bombearon a mano oxígeno a los pulmones. Ahora, gracias a donativos, tienen una bomba automática. Pero las cuentas médicas han acabado con sus ahorros, dijo Wang.

“No puede vivir y no puede morir”, di-jo. “Un procedimiento médico que suena imposible podría salvarnos”.

Por ERICA GOODE

Los científicos forenses hace mucho tiempo que utilizan cerdos y otros ani-males como sustitutos de humanos para comprender mejor cómo entra el cuerpo en descomposición tras la muerte.

Sin embargo, la labor reciente de un equipo en la Universidad de Tennessee sugiere que los cerdos podrían ser un mal sustituto para los humanos.

El estudio, realizado en el Centro e An-tropología Forense de la Universidad, conocido como la Granja de Cadáveres, comparó los índices de descomposición de cerdos, conejos y humanos durante di-ferentes estaciones del año. Los investi-gadores hallaron que la velocidad en que las tres especies entraban en descompo-sición variaba significativamente, y los cuerpos humanos presentaban mayor variación que los otros animales.

En 1981, el antropólogo forense Wi-

lliam M. Bass fundó la Granja de Cadá-veres porque algunas de sus estimacio-nes habían estado erradas por décadas o más. En un caso, se pidió a Bass que revi-sara restos que habían sido desenterra-dos en nashville en 1976. Él estimó que el hombre llevaba unos cuantos meses muerto. Sin embargo, los restos resulta-ron ser los de un coronel de la Guerra Ci-vil, que había muerto en batalla en 1864.

La investigación en la Granja de Ca-dáveres, encabezada por Dawnie Wolfe Steadman, directora del centro, puso a

prueba la descomposición en 15 cerdos, 15 conejos y 15 cuerpos humanos. Se realizaron tres pruebas de la descompo-sición de cinco cuerpos de cada especie en primavera, verano o invierno, con los cuerpos colocados a la intemperie sobre el piso. Los investigadores monitorea-ron temperatura y humedad y cámaras documentaron actividad carroñera de mapaches u otros animales. La activi-dad de insectos y el grado de descom-posición fueron registrados dos veces al día.

Steadman y sus colegas encontraron que los índices de descomposición dife-rían marcadamente entre las especies y de estación a estación. En primavera y verano, las temporadas pico de los mos-cardones que son atraídos por la carro-ña, la descomposición era más veloz en los cerdos que en los humanos. Sin em-bargo, en invierno, la descomposición

era más rápida en los humanos, princi-palmente como resultado de la actividad de carroñeros como los mapaches, que parecían preferir los restos humanos.

“Todas las áreas de interés en los cer-dos están en el tronco”, dijo Steadman, “mientras que en los humanos todo está

en las extremidades, y eso afecta la activi-dad carroñera”.

Steadman dijo que uno de los hallazgos más impactantes fue el grado al que dife-rían los patrones de descomposición de un cuerpo humano en comparación con otro.

“Todos tenemos dietas distintas, nues-tra composición corporal varía tremen-damente y no es sólo cuestión de peso”, dijo. “Los individuos que tienen mucha grasa experimentan una descomposi-ción más veloz que los individuos sin tan-ta grasa”.

Vanessa Piao contribuyó con investigación.

Chiquitos y feroces, son mucho más voraces de lo que parecen.

Dejan las estaciones y animales carroñeros huella en cadáveres.

OLIVIER MORIN/AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES

Los mustélidos, como esta comadreja ártica, desarrollan pelajes gruesos y blancos en invierno para protegerse.

GILLES SABRIE PARA THE NEW YORK TIMES

Ren Xiaoping alarma con su plan de dar a un paciente otro cuerpo.

MIKE BELLEME PARA THE NEW YORK TIMES

Descubren que humanos y cerdos tienen diferentes índices de descomposición.

LAUREN JUSTICE PARA THE NEW YORK TIMES

Una empresa sigue en tiempo real a hackers mientras éstos trabajan vía un viejo servidor computacional en Wisconsin.

S A L U D Y B I E N E S TA R

DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2016 7THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

La veloz recuperación de un atleta tras cirugía asombra a los médicos.

EMILY BERL PARA THE NEW YORK TIMES

La Universidad McMaster estudió a 25 hombres, comparando rutinas súper cortas con las estándar.

Carencia de analgésicos preocupa a médicos del mundo Por RICK GLADSTONE

Mientras que los estadounidenses en-frentan una epidemia de abuso de medi-camentos de prescripción, gran parte del mundo sufre del problema inverso.

Muchas personas enfermas con una necesidad legítima de medicamentos como oxicodona y otros fármacos no pueden obtenerlos y están sufriendo y muriendo con dolor, de acuerdo con fun-cionarios de salud, médicos y defensores de los derechos de los pacientes.

En Rusia, India y México, muchos mé-dicos se muestran renuentes a recetar estos analgésicos, temerosos de ser en-juiciados o de verse envueltos en otros problemas legales.

En Kenia, los funcionarios de salud acaban de autorizar la producción de morfina, uno de los fármacos más efec-tivos para aliviar el dolor, tras denuncias de que estaba disponible en sólo 7 de los 250 hospitales públicos del país. En Ma-rruecos, el grupo Human Rights Watch reportó en febrero que sólo una pequeña fracción de los médicos tiene permitido recetar analgésicos opioides, que el país identifica como venenos.

Y en la mayoría de los países pobres y de ingresos medios, estos fármacos es-tán restringidos y con frecuencia no es-tán disponibles, aún para pacientes con cáncer terminal, sida o terribles heridas de guerra.

Las razones abarcan la falta de capa-citación médica, regulaciones onerosas, costos, la consigna de eliminar el uso ilegal de drogas y, en algunos países, la aceptación estoica del dolor sin queja. Los expertos afirman que el problema se ha exacerbado por la estigmatización de los fármacos, en parte derivada del te-mor a lo que está sucediendo en Estados Unidos, donde el mal uso de los opioides es una creciente causa de muerte.

Lo que ha reforzado esta opinión ha sido la publicidad en torno a usuarios de alto perfil como Prince, la estrella del pop que murió en abril mientras sus amista-

des buscaban ayuda de un especialista en adicciones para tratar lo que aparen-temente era una dependencia de los anal-gésicos opioides.

Un informe publicado en febrero por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), una agencia de las Naciones Unidas, mostró que la ma-yoría del crecimiento en el uso de analgé-sicos se ha registrado en Norteamérica, Europa Central y Occidental, y Oceanía. Permanece bajo en África, Asia, Centro-américa, el Caribe, Sudamérica y Euro-

pa Oriental y del Sur.“Muchos países de ingresos bajos y

medios continúan sin proporcionar me-dicina analgésica opioide adecuada para el dolor”, dijo el informe.

Stefano Berterame, quien encabeza la sección de control y estimación de estu-pefacientes de la Junta, dijo que los fun-cionarios en muchos de estos países atri-buían la escasez al costo de los fármacos y a la falta de proveedores. También dijo que en algunos países asiáticos el alivio del dolor mediante opioides u otros fár-

macos es un concepto desconocido.La Organización Mundial de la Salud

calculó en abril que 5.500 millones de personas viven en países con “acceso nulo o bajo a medicamentos controlados para el tratamiento de dolor moderado a muy intenso”.

Dingle Spense, oncóloga y especia-lista en medicina paliativa en jamaica, dijo que aunque los opioides están dispo-nibles en su país, la demanda excede la oferta debido a la burocracia.

Aún así, dijo que Jamaica era afortuna-

do en comparación con otros países en la región. Por ejemplo, dijo, los funcionarios en Trinidad rehusaban permitir “el tipo más simple de morfina” para el alivio del dolor. “Parecen estar presas del proble-ma de la fobia a los opiáceos”.

Las cifras de consumo de morfina de la JIFE, dijo, cuentan parte de la histo-ria. En 2013, el promedio global de 139 países era sólo 6.27 miligrmos per cápi-ta. El único país arriba de la media fue Barbados.

Felicia M. Knaul, economista de salud internacional, criticó lo que ella describió como un extendido énfasis exagerado en los riesgos de adicción asociados con los opioides. Aunque el temor a éstos podría ser alimentado por tragedias estadouni-denses como la muerte de Prince, dijo, las regulaciones estrictas también son responsables de la crisis de alivio del do-lor en otras partes.

“No es que no debamos preocuparnos por la adicción”, dijo, pero “básicamente no tenemos ningún acceso en la mayoría de los países del mundo. No pasas de na-da a la situación en Estados Unidos”.

En México, una enmienda en 2009 a su ley de salubridad que requería que los hospitales ofrecieran cuidado palia-tivo a los pacientes con enfermedades terminales fue básicamente ignorada durante años, impulsando a Human Ri-ghts Watch a emitir un reporte incisivo en 2014 afirmando que “decenas de mi-les” de pacientes mexicanos con derecho a alivio del dolor no lo recibían.

“La ironía para un oncólogo pediatra es que es mucho más fácil comprar en la calle que ir a un hospital”, dijo Knaul.

ALEXANDER F. YUAN/ASSOCIATED PRESS

Los opioides están restringidos en muchos países pobres, hasta para pacientes de sida. Un seropositivo en Myanmar.

Las chicas dejan el deporte en la pubertadPor JAN HOFFMAN

¿Por qué no hay más chicas adolescen-tes en los campos deportivos?

La investigación muestra que las ni-ñas empiezan a abandonar los deportes y faltar a las clases de educación física alrededor del inicio de la pubertad, una disminución marcada no reflejada en los adolescentes varones.

Un estudio reciente en la revista The Journal of Adolescent Health halló una ra-zón en común: el desarrollo de los senos, y las actitudes de las jóvenes hacia ellos.

En un sondeo de 2.089 alumnas ingle-sas de 11 a 18 años, casi tres cuartas partes mencionaron al menos una preocupación relacionada con los senos respecto al ejer-cicio y los deportes. Creían que sus pechos eran demasiado grandes o demasiado pequeños, que rebotaban demasiado o quedaban demasiado sujetos en un bra-sier mal ajustado. Empezando por sentir mortificación respecto a desvestirse en los vestidores, también estaban reacias a hacer ejercicio y moverse con abandono.

Los expertos en salud adolescente elo-giaron el estudio por identificar y cuanti-ficar una idea intuitiva.

El reto es qué hacer al respecto. Casi un 90 por ciento de las jóvenes en el estudio dijo querer saber más sobre los senos en general, y casi la mitad quería saber sobre brasier deportivos y los senos específica-mente con respecto a la actividad física.

Joanna Curr, autora principal del es-tudio y profesora de biomecánica en la Universidad de Portsmouth, en Inglate-rra, dijo que el seno en sí tiene poco sos-tén interno, así que cuando el cuerpo de

una joven se mueve, el seno se mueve de manera independiente, y el movimiento aumenta con el tamaño del pecho.

En hasta 72 por ciento de las mujeres que hacen ejercicio, señaló, ese movi-miento es causa de dolor o incomodidad en los senos.

Aunque los programas de deportes y educación física a menudo recomiendan equipo de protección para los jóvenes varones, como conchas protectoras, sus-pensorios y shorts de compresión, las listas comparables para las chicas rara vez recomiendan los brasier deportivos.

Cuando los investigadores pregunta-ron a las jóvenes cómo preferirían recibir información sobre los senos —en un sitio en internet, una APPG, un folleto o una sesión privada con una enfermera— la abrumadora mayoría contestó que que-ría una sesión exclusivamente para chi-cas con una maestra.

¿A qué edad? “La mayoría de ellas dijo que a los 11 años”, indicó Curr.

Andri Castillo, alumna de 17 años de tercer año en la Preparatoria Mather en Chicago, dice que recuerda que cuando tenía alrededor de esa edad, estaba dolo-rosamente consciente del tamaño de sus senos, pues pensaba que ella se desarro-

llaba más despacio que todas las demás.“Sentía que los chicos y las chicas se

burlaban de mí”, dijo. “Tomaba taekwon-do, y me veía en el espejo grande y tra-taba de encontrar maneras de cubrirme y esconderme. Le pregunté a mi papá si podía dejar de ir”.

Tenía una amiga que había sido activa en los deportes. Pero en sexto año de pri-maria, los senos de la chica se desarro-llaron con rapidez. “Finalmente dejó de ir a educación física por completo”, dijo Castillo. Con el tiempo, Castillo cambió de actitud; ahora está en los equipos de polo acuático y nado que representan su escuela. Le adjudica el crédito no sólo a su madre, sino también a un proyecto con sede en Chicago, Girls in the Game, que tiene programas que refuerzan una imagen positiva del cuerpo y la confianza en sí misma, incluyendo atletismo para personas del mismo sexo.

Algunos expertos en la obesidad y el acondicionamiento físico adolescente femenino sugirieron que las jovencitas estarían más cómodas en clases de gim-nasia de un solo sexo. Pero otros dijeron que esa opción también tiene sus desven-tajas.

“No estoy segura de que la preocupa-ción o la vergüenza siempre tenga que ver con los varones”, dijo Elizabeth A. Daniels, profesora asistente de psicolo-gía del desarrollo en la Universidad de Colorado, en Colorado Springs, al notar que las chicas pueden hacerse comenta-rios burlones. “Entonces, ¿cambiamos la estructura de la clase de educación física o abordamos la conducta respetuosa?”.

La incomodidad muy a menudo empieza con el desarrollo de los senos.

Regulaciones y pobreza prolongan el dolor en pacientes terminales.

Un atleta se recupera con el secreto elixir del árnica

Un minuto de ejercicio intenso beneficiaría igual que una hora

Por SCOTT CACCIOLA

OAKLAND, California — Shaun Livingston viajó a Brasil el verano pasado para visitar a Leandro Barbo-sa, su compañero en los Golden State Warriors, equipo de la Asociación Na-cional de Basquetbol. Livingston fue a ver a su amigo y conocer el país, pero también aprovechó la oportunidad pa-ra hurgar en los secretos detrás de la durabilidad de Barbosa.

Barbosa gustosamente compartió con Livingston métodos de entrena-miento que incluían hacer esprints en la arena y correr hacia atrás por una pista de conos de tránsito. Pero luego Barbosa sacó su bebida de recupera-ción favorita: un líquido verde viscoso que vertió de una jarra grande. Esto, dijo Barbosa, era de lo bueno lo mejor: su medicina especial para caballos.

Livingston se sintió convencido de

prácticamente todo lo que le vendió su amigo en el Campo Barbosa. Pero se rehusó a probar la poción mágica de Barbosa.

“No probé todo”, dijo Livingston. “Probé lo suficiente”.

Barbosa, de 33 años, ha continuado siendo productivo para los Warriors, que ganaron el campeonato de la NBA el año pasado y establecieron un récord de victorias esta temporada antes de perder en la ronda final de los desem-pates. Barbosa, uno de los jugadores de más edad en el equipo, aún disfru-ta oír que lo llamen el “Brazilian Blur” (brasileño que pasa volando), un mote que se ganó hace años como uno de los defensores más escurridizos de la liga.

El que Barbosa pudiera recuperar tanta de su velocidad tras someterse a una cirugía de rodilla hace tres años sigue siendo algo así como un misterio

médico, un misterio para todos salvo Barbosa, quien se lo imputa a una vida sana, mucho empeño y un líquido verde elaborado con las hojas de un arbusto sudamericano llamado árnica do mato. Fue recomendado por Alex Evangelis-ta, su entrenador personal.

“Arde al tomártelo”, dijo barbosa. “Como que te sientes mareado si no es-tás acostumbrado. Yo me acostumbré”.

Barbosa dice que a él se lo envían directamente de Brasil como extracto. Lo bebe directo, dos veces al día —una en la mañana y una en la noche—. No es sabroso, dijo. Pero, de hecho, original-mente no era para consumo humano.

“Es una medicina que se le da a los caballos”, dijo Barbosa. “Cuando se lastiman les ayuda a recuperarse rá-pidamente. Por que tienen que correr”.

Barbosa le tiene mucha fe. Dijo que ho ha sufrido ninguna lesión seria des-de que empezó a beber su pócima ama-zónica. Y no cree que sea coincidencia.

“Ahora toda mi familia la bebe”, dijo.Sin embargo, sus intentos por con-

vertir a sus compañeros de equipo a la iglesia de la árnica do mato no han tenido éxito.

“Sabe a ácido”, dijo Harrison Barnes.“Casi vomito”, dijo Festus Ezeli.La árnica do mato, también conoci-

da como lychnophora ericoides, no es la misma que la árnica montana, una planta que crece en las regiones monta-ñosas de Europa y es vendida común-mente como un remedio homeopático sin receta médica para el dolor muscu-lar, los moretones y la inflamación. Son más como primas lejanas.

“Las plantas provienen de la misma familia, pero lo más importante es que contienen sustancias similares, por lo que sus usos son comparables”, dijo Christophe Merville, director de de-sarrollo farmacéutico en Boiron USA, compañía que produce una línea de productos con árnica montana.

Entre esas sustancias similares se cuentan los flavonoides, con sus efec-tos antioxidantes, y los lactones sesqui-terpenes, que son antiinflamatorios.

La árnica do mato, dijo Barbosa, “elimina todo lo malo que tienes en el cuerpo”.

Por GRETCHEN REYNOLDS

Para muchos de nosotros, la pregun-ta más apremiante sobre el ejercicio es: ¿con qué tan poco me las puedo arre-glar? La respuesta, de acuerdo con un nuevo estudio de entrenamiento a inter-valos, podría ser con muy, muy poco.

En este experimento, de hecho, 60 se-gundos de esfuerzo agotador demostra-ron ser tan exitosos para mejorar la sa-lud y la condición física como 45 minutos de ejercicio moderado.

Los investigadores hace tiempo que estudian los beneficios potenciales del entrenamiento de alta intensidad a in-tervalos, un tipo de ejercicio que consiste en una ráfaga de ejercicio breve —esen-cialmente un esprint— pero sumamente extenuante, seguida por ejercicio ligero, como trotar o descansar, y luego una re-petición de esa rutina.

Los atletas dependen de intervalos pa-ra mejorar su velocidad y potencia, pero generalmente como parte de un progra-ma que también incluye sesiones de ejer-cicio prolongadas y menos intensas, tales como correr largas distancias.

Pero, en los últimos años, el ejercitarse exclusivamente a intervalos, descartan-do por completo las sesiones largas de ejercicio, ha intrigado a los investigado-res.

Las sesiones a intervalos pueden ser cortas, lo que hace que sean una bendi-ción para quienes sienten que no tienen tiempo para el ejercicio regular.

Por ello, científicos de la Universidad McMaster, en Hamilton, Canadá, reali-zaron un estudio comparando rutinas súper cortas y con las estándar.

Reclutaron y examinaron a 25 hom-bres jóvenes que no se ejercitaban y los dividieron al azar en tres grupos.

A un grupo se le pidió que no cambiara nada sobre sus actuales rutinas de ejer-cicio prácticamente inexistentes; sería el de control.

Un segundo grupo empezó una típi-ca rutina de ejercicios de resistencia, consistiendo de bicicleta estacionaria a ritmo moderado durante 45 minutos en el laboratorio, con 2 minutos de calenta-miento y 3 de enfriamiento.

Al último grupo se le asignó entrena-miento a intervalos, usando la rutina más abreviada que hasta ahora ha de-mostrado beneficios.

La sesión entera de ejercicio duraba 10 minutos, con sólo 1 minuto de ese tiempo siendo agotador.

Para el final del estudio de 12 semanas, el grupo de resistencia había hecho 27 horas de bicicleta, mientras que el de in-tervalos había hecho 6 horas, con sólo 36 minutos de trabajo arduo.

Sin embargo, cuando los científicos vol-vieron a examinarlos, encontraron que los participantes mostraron ganancias casi idénticas, sin importar si habían com-pletado largas sesiones de ejercicio de re-sistencia o los intervalos cortos y agotado-res. No hubo cambios evidentes en salud

o condición física en el grupo de control.La conclusión: tres meses de ejercicio

concertado de resistencia o de intervalos pueden mejorar notable, y casi idéntica-mente, la condición física y la salud.

¿Es eso razón suficiente para que la gente que hace ejercicio con moderación o nada de ejercicio empiece con entrena-miento a intervalos como su única rutina?

“Depende de quién eres y la razón por la que haces ejercicio”, indicó Martin Gi-bala, profesor de kinesiología en McMas-ter, quien encabezó el estudio.

“Si eres un atleta de élite, entonces obviamente debes incorporar tanto en-trenamiento de resistencia como a inter-valos en un programa general maximiza el desempeño”, afirmó. “Pero si eres al-guien, como yo, que sólo quiere mejorar la salud y la condición física y no tienes 45 minutos o una hora para ejercitarte, nuestros datos muestran que puedes ob-tener grandes beneficios incluso con un solo minuto de ejercicio intenso”.

MARCIO JOSE SANCHEZ/ASSOCIATED PRESS

Leandro Barbosa, jugador de los Golden State Warriors, confía en un remedio preparado con extractos de un arbusto de Brasil, su país natal.

A R T E Y D I S E Ñ O

8 DOMINGO 26 DE JUNIO DE 2016THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY

Una cintaanuncia elfeminismodel director

Manifiesto explora la importancia, y límites, de la libre expresión

Billy Ray Cyrus tiene algo más que una hija famosa

Un museo invita a boxeadores a crear video

A.O.SCOTTENSAYO

Por DOREEN CARVAJAL

BRUSELAS — Después de tres años de recaudación de fondos y renovaciones, los fundadores de un museo de arte en una cervecería transformada en el distri-to de Molenbeek, en Bruselas, planeaban inaugurarlo el 23 de marzo.

Pero el 22 de marzo, terroristas suici-das atacaron el aeropuerto de Bruselas y una estación de trenes, lo que dejó un sal-do de 32 muertos y paralizó una ciudad de por sí impactada por las revelaciones de que algunos de los ataques terroris-tas más mortales en Europa habían sido llevados a cabo por extremistas locales, muchos de Molenbeek.

Funcionarios del Museo Iconoclasta de Arte del Milenio, o MIMA, cancela-ron la inauguración. Se preguntaban si los aficionados al arte se aventurarían a cruzar el canal Charleroi para entrar al vecindario predominantemente musul-mán a ver la llamada “cultura 2.0”, el ar-te de subculturas como tatuaje, graffiti, surfing y skateboarding.

No hacía falta que se preocuparan. Cuando MIMA abrió sus puertas el 15 de abril, las filas serpenteaban a lo largo del muelle, con 4.000 personas ese fin de semana. Y los ataques, dicen los funda-dores, sólo han agudizado la determi-nación del museo de forjar vínculos en Molenbeek.

“Cuando compré esta propiedad hace ocho años, la gente pensaba que este pro-yecto era disparatado porque Molenbeek era una zona peligrosa”, dijo Jean-Paul Pütz, un urbanista. El día de la apertu-ra, lloró cuando vio las filas, contó. “¿Qué tipo de impacto puede tener?”, dijo. “Es sólo un trozo pequeño, un trozo muy mo-desto de esperanza”.

El museo de ladrillo, de cuatro pisos, sirve como ancla para una franja abur-guesada de estudios de artistas, alber-gues juveniles y cafés. Está a unos pasos de distancia de un universo paralelo de carnicerías halal, salones de té y bouti-ques de Medio Oriente donde se levantan voces en árabe, francés y dariya marro-quí y muchas mujeres se cubren con ni-qabs.

La fachada del museo aún está salpica-da con enormes letras de graffiti blanco, amarillo y azul. Se quedarán ahí, dijo Raphaël Cruyt, dueño de una galería de arte contemporáneo y residente de Mo-lenbeek que es uno de los cuatro fundado-res del museo, porque “no borraremos lo que la calle ha dejado ahí con sus propias reglas.

“¿Es arte?”, preguntó. “Lo veo más co-mo una actitud”.

Para atraer a jóvenes del vecindario, de unos 100.000 residentes, los funda-dores del museo han buscado formar alianzas con escuelas y tomado medidas para crear un intercambio cultural con la

cercana Academia de Boxeo de Bruselas.La academia se jacta de haber entre-

nado a cinco campeones nacionales este año, pero durante los últimos cinco tam-bién ha perdido a un puñado de boxeado-res que han ido a combatir en Siria para el Estado Islámico. Un ex miembro, Ah-mad Dahmani, de 26 años, fue arrestado en noviembre en Turquía y encarcelado bajo sospecha de llevar a cabo reconoci-miento para los ataques del 13 de noviem-bre en París.

Cruyt y su esposa Alice van den Abe-ele, junto con Michel de Launoit, un em-prendedor, y su esposa Florence, comen-zaron a desarrollar el proyecto en 2013.

MIMA, cuya construcción costó unos

20 millones de dólares, depende de una red de patrocinadores. “Intentamos crear una estructura para un museo des-de la base”, dijo Cruyt.

En abril, un puñado de boxeadores y entrenadores visitaron una inmensa sala dedicada a una instalación de la ar-tista neoyorquina Maya Hayuk. Largas ventanas con vista al centro de Bruselas fueron pintadas en color rosa y amarillo, y las paredes cubiertas con intensa pin-tura roja y azul en patrones geométricos.

Mohammed Idrissi, un entrenador, hizo una pose tipo “Rocky” y dio un pu-ñetazo en el aire mientras un amigo le to-maba una fotografía. Desde la visita, ha iniciado un proyecto junto con el museo

en el que los boxeadores crearán videos sobre sus vidas y Molenbeek.

Otro entrenador, Tom Flachet, dijo que la visita era un esfuerzo “por abrir las mentes de los boxeadores que tienen muchas ideas falsas sobre museos y el arte en general”. Es crucial fomentar intercambios culturales así para contra-rrestar el aislamiento que puede llevar al extremismo radical, dijo.

Malik M’bai, un boxeador de 27 años, dijo creer que MIMA podía ayudar a mo-dificar la reputación de Molenbeek.

“Con la imagen negativa que Molen-beek tiene ahora, el museo muestra algo bueno”, dijo. “No es sólo lo que vemos en la televisión. Molenbeek tiene otro lado”.

Por JOE COSCARELLI

Rodeado por imágenes de íconos de la música, Billy Ray Cyrus, el actor y can-tante de country, vio un poquito de sí mis-mo reflejado en David Bowie.

“Oye, ese es casi el corte que traigo”, dijo Cyrus, eufórico, una tarde reciente al divisar en una camiseta en una galería neoyorquina el cabello corto de adelante y largo de atrás que lució el fallecido dios del rock en los 70.

“Esto se lo enviaré a Miley”, dijo Cyrus, en referencia a su hija estrella del pop.

Más allá de la apariencia, es posible ver por qué ambos admiran a Bowie, ese incansable camaleón del pop.

Cyrus, aunque nunca ha sido ciento por ciento respetado por su música o cor-te de cabello, ha logrado ampliar, con su carisma rústico y su look distintivo, una trayectoria constantemente en regene-ración que lleva casi 25 años.

Al acoger su aspecto de vaquero afec-tado y ahora su esencia de papá roquero, Cyrus, de 54 años, ha recorrido un cami-no increíble desde “Achy Breaky Heart”, su primer y más grande éxito, de 1992, hasta un variado currículum actoral, in-cluyendo papeles en “Mulholland Drive”, de David Lynch, y “Hannah Montana” de Disney, que convirtió a Miley en una es-trella.

En el trayecto, hubo desvíos al purga-torio de los tabloides y un coqueteo con la irrelevancia.

Aún así, Cyrus tiene suficiente fuerza en el universo de la música country como para protagonizar “Still the King”, una serie original mordaz y autoparódica que se estrenó el 12 de junio en el canal estadounidense CMT.

“Me he reinventado por lo menos un par de veces en mi carrera”, dijo Cyrus, quien en términos generales se ha man-tenido fuera de la vista desde la eman-cipación cultural pos-Disney de Miley. “Pero ¿cómo te reinventas después de ‘Hannah Montana’?”, continuó. “Y en-tonces se me prendió el foco: un imita-dor disfuncional de Elvis que a fuerza de mentiras se mete a la iglesia.

“Se lo conté a Miley y ella dijo, ‘Papá, eso es exactamente lo que necesitas’”, añadió.

“Still the King” presenta a Cyrus, un creador del programa, interpretando una gran exageración de la peor versión de sí mismo: “Burnin’ Vernon”, un diso-luto cantante con un solo éxito que por medio de intrigas se agencia un empleo como predicador y se introduce en la vi-da de la hija adolescente que desconocía tener.

Cyrus, nativo de Kentucky e hijo de un

político, nunca se instaló verdaderamen-te en la industria de la música country. “Soy un cantautor antes y primero que nada” y técnicamente no una estrella efí-mera de un solo éxito, aseguró.

“Some Gave All”, el primer álbum de Cyrus, “tuvo cuatro sencillos de éxito”, insistió.

Pese a su éxito musical inicial, Cyrus vio su límite cuando su tercer álbum en tres años no logró las ventas de los pri-meros dos.

Así inició una de las sagas más extra-ñas de los últimos tiempos en el mundo de las celebridades estadounidenses: Cyrus a base de fuerza de voluntad hizo que su familia (seis hijos Cyrus en total) —y en especial la hija nacida Destiny Ho-pe Cyrus— se convirtiera en un nombre conocido por todos.

Tras una breve aparición en la serie “Mulholland Drive”, Cyrus obtuvo el pro-

tagónico de la serie “Doc”, que se trans-mitió de 2001 a 2014.

Miley Cyrus hizo una aparición como invitada en el programa y para 2006 ha-bía debutado como la estrella meta-pop Hannah Montana en el Disney Channel, con Cyrus como Robby Ray, su padre.

Lo que siguió, junto con más fama y fortuna, fueron años de escrutinio de sus fans (y sus padres) —las atrevidas fotos de Miley en Vanity Fair, el video de ella fumando una pipa de agua con salvia, el perreo— que hoy parece casi anticuado.

La joven disfruta de la relación tran-quila que tiene hoy con su padre. “Me siento afortunada de ser su hija”, dijo.

Él se ríe de cualquier sugerencia de que su continua relevancia se debe sólo su hija.

“No me preocupa”, dijo Cyrus. “Yo es-tuve aquí primero”.

Por TOM RACHMAN

OXFORD, Inglaterra — Tras los asesi-natos en Charlie Hebdo el año pasado, el intelectual público Timothy Garton Ash —en otra época un apuesto corresponsal

extranjero y desde hace mucho un académico en la Universidad de Oxford— hizo un llama-do a las organizaciones noticiosas: publiquen, en conjunto, las caricaturas ofensivas y proclamen de esa forma la vitalidad de la libertad de expre-sión.

“De otro modo el veto del asesino habrá preva-

lecido”, advirtió.Bajo este razonamiento, los asesinos

triunfaron, pues la mayoría de las publi-caciones ignoró esta súplica, para prote-ger a sus empleados del peligro o prote-

ger a sus lectores de la ofensa. En otras partes, abundan distintos problemas de libertad de expresión: campus univer-sitarios en convulsión sobre quién debe opinar y cómo; gigantes de la tecnología que reflexionan sobre cómo controlar (y sacar ganancias) de la avalancha de charlas en línea; gobiernos autoritarios que sofocan la inconformidad digital.

A pesar de torrentes de expresión en línea, la libertad de expresión se encuen-tra a la defensiva, argumenta Garton Ash, y él intenta convocar a la resisten-cia. Ha establecido un sitio multilingüe

en internet para sembrar los pilares de la libertad de expresión en naciones donde es obstaculizada. Viaja por el mundo pa-ra promover sus ideales. Y ha escrito un manifiesto y manual escrupulosamente razonado de 491 páginas, “Free Speech: Ten Principles for a Connected World” (Libertad de expresión: 10 principios para un mundo conectado), que incluye su argumento para desafiar amenazas, su oposición a las leyes contra el discurso del odio y su opinión sobre si la religión del prójimo merece respeto.

Garton Ash, de 60 años y profesor de estudios europeos, no apela a favor de alguna expresión, en ningún lado. El debate sobre la libre expresión, dice, es siempre sobre dónde poner límites. Aboga por poner límites a la expresión que invade la privacidad; se opone a la pornografía infantil; protegería ciertos secretos oficiales, dentro de límites es-trechos.

En muchos sitios, el público se irrita cuando “un británico blanco de Oxford”, dijo, aparece para aconsejarles cómo debería expresarse la sociedad. No obs-tante, Garton Ash repudia la noción de que culturas como la china o el mundo islámico sean fijas “como el hidrógeno, el oxígeno, el granito o algo así”, al afir-mar: “Deberíamos confiar en nuestras creencias y valores, pero también en la apertura a este mundo nuevo y a la con-versación”.

“El don de la expresión”, añadió, “es usado por los primeros humanos casi in-dudablemente para dos propósitos. Uno es pelear mejor entre ellos, porque te puedes organizar en grupos, congregar al pelotón, salir y matar a esos individuos con tus armas de hueso”. El segundo uso de la expresión, dijo, “es evitar la guerra al negociar para resolver conflictos”.

“En esencia, el libro trata también so-bre la guerra y la paz”.

FOTOGRAFÍAS POR CAPUCINE GRANIER-DEFERRE PARA THE NEW YORK TIMES

CLEMENT PASCAL PARA THE NEW YORK TIMES

El director senegalés Ousmane Sembène, descrito como el padre del cine africano, fue un crítico de toda la vida del patriarcado. Un artista abiertamente político —había sido

funcionario sindical y novelista antes de dedicarse al cine— Sembène basó sus ataques contra la opresión colonial y la corrupción postin-

dependencia en un feminismo que podía ser tanto sutil como directo.

“Cuando avanzan las mujeres, avanza la sociedad”, afirmó a fines de su carrera —Sembène murió en 2007— y el sufrimiento y el estoicis-mo de las mujeres figuran en toda su obra.

Su penúltimo largometraje, “Faat-Kiné” (2001), es el retrato de una emprendedora audazmente independiente en Dakar, Senegal, una madre soltera que rechaza las opciones melodramáticas de lástima o vergüenza que habrían sido su destino cinematográfico convencional. La última película de Sembène, la indeleble “Moolaadé” (2004), siguió a un grupo de mujeres en una aldea que tratan de frenar las mutilaciones genitales. La empatía y el radicalismo que animan a esos filmes estuvieron presentes mucho antes, en “Black Girl”, su primer lar-gometraje. 

“Black Girl”, que este año cumple su 50 aniversario, ha sido restaura-da y está siendo lanzada en DVD.  

De 65 minutos de duración, filma-da en un puñado de locaciones, en blanco y negro, con el sonido agre-gado más tarde, la cinta puede ser considerada una obra de arte de fru-galidad. Trabajando con el cinema-tógrafo francés Christian Lacoste y un elenco pequeño y amateur, Sem-bène tuvo el ingenio de convertir las limitaciones materiales en una ventaja artística.  

La trama puede haber sido su-

gerida por un artículo breve en un periódico francés, mostrado en la pantalla casi al final de la cinta. Así, en algunas formas, “Black Girl” es un documental a posteriori. El destino de una persona —una em-pleada doméstica que ha viajado desde Senegal para trabajar como niñera para una familia de clase me-dia en Francia— es utilizado para iluminar cuestiones más grandes de identidad, explotación y despla-zamiento. 

La afinidad de Sembène por el cine italiano posguerra es aparente, aún si probablemente sea más una cuestión de impulsos ideológicos y estéticos compartidos que de in-fluencia.

Su primer cortometraje, “Borom Sarret”, de 18 minutos, que está siendo lanzado junto con “Black Girl”, se siente como una variación concisa sobre el tema de “Ladrón de Bicicletas”, de Vittorio De Sica. Hace una crónica de un día en la vida de un conductor de un carro tirado por caballos en Dakar quien trata de alimentar a su familia y mantener la dignidad ante obstáculos grandes y pequeños.

Su situación no es muy distinta a la de Diouana (Mbissine Thérèse Diop), personaje que da título a “Black Girl”, cuya rutina monótona la lleva a una depresión y algo peor. Pero aunque ambos personajes son representativos de una condición social —la pobreza y la injusticia que brotan en Senegal tras la indepen-dencia; la desigualdad que persiste entre los ciudadanos franceses de raza blanca y sus ex súbditos colo-niales— no dan la impresión de ser unos títeres.

Por el contrario, la fuerza del arte de Sembène yace en su humanismo.

La tarea que “Black Girl” se pro-pone lograr no es sólo destacar los hechos de la vida de Diouana, sino también ratificar su visibilidad, el asegurar que sea vista.

Timothy Garton Ash

JANUS FILMS

La actriz Mbissine Thérèse Diop, en “Black Girl”, del senegalés Ousmane Sembène.

Billy Ray Cyrus tiene un nuevo papel en la televisióny una relación tranquila con su famosa hija.

Un profesor de Oxford opina sobre terrorismo, prensa, tiranía e internet.

El nuevo MIMA, o Museo Iconoclasta de Arte del Milenio, en Bruselas. Instalaciones de Maya Hayuk (sup.) y el dúo artístico Faile.

Hace 50 años, la película “Black Girl” abordó la explotación.