Formosa en La Primera Mitad Del Siglo XX

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Formosa en la primera mitad del siglo XX. Progresos, necesidades y reclamos Hugo Humberto Beck IIGHI-Conicet [email protected] Introducción Superada la ardua etapa de la conquista militar y de la colonización inicial, a partir de los primeros años del siglo XX, se aceleró el progreso económico y demográfico del más septentrional de los territorios argentinos. La integración de los dos extremos, oriental y occidental de Formosa, por medio de la vía férrea a Embarcación –verdadera columna vertebral y por años la principal obra pública- dejó disponibles millones de hectáreas en los departamentos centrales. El incentivo de las actividades forestales y agropecuarias atrajo a miles de inmigrantes, que superaron las previsiones del Estado. El gobierno no logró adecuar las condiciones para una correcta colonización y no acompañó debidamente al extraordinario aumento demográfico con los servicios esenciales (seguridad, justicia, educación y salud) a que todo servicio de población se hace acreedor. El objetivo del presente trabajo es reseñar los principales cambios operados en Formosa durante las primeras décadas del siglo XX y los reclamos más frecuentes de los actores sociales. Evolución política institucional Los Territorios Nacionales se organizaron definitivamente sobre la base de las disposiciones de la Ley 1532 sancionada en 1884. El poder ejecutivo estaba a cargo de un gobernador designado por el presidente de la nación con acuerdo del Senado por el término de tres años. Sus múltiples funciones en el ámbito territoriano siempre estuvieron limitadas por las exiguas atribuciones que la ley les asignaba. Esta contradicción se hizo más evidente a medida que se superó la etapa de la conquista militar, pues durante la misma estos funcionarios habían gozado de una autoridad que no se debía tanto al imperio de la ley cuanto por las condiciones en que cumplían sus funciones. Durante las primeras décadas del siglo XX a medida que la realidad social y económica de Formosa se tornaba más compleja, se evidenció con mayor claridad que muy pocas cuestiones estaban bajo su directo control, pues la mayoría de las oficinas dependían directamente de alguno de los ministerios nacionales. El gobernador sólo podía enviar comunicaciones y pedidos al ministro del Interior, de quien dependía, pero en contadas situaciones lograba reunir los datos necesarios para expresar una denuncia fundada. “La falta de atribuciones con que lucha el gobernador, reducido en la práctica al mero papel de comisario pagador de una administración tan inútil como costosa... –escribió en 1906 el gobernador Amado Artaza, agregando luego que una administración “... para no excederse en los gastos debe medir hasta las plumas que utilizan los escribientes o el pienso que consumen los caballos puestos al servicio de la policía, tiene que ser forzosamente estéril, y los gobernadores no dejarán otro rastro, eso en el mejor de los casos, que el de las notas y decretos en cuya redacción empleen todo su tiempo desocupado”. 1 La ley de territorios establecía como autoridades judiciales, al juez Letrado y a jueces de paz. Fueron muy frecuentes los enfrentamientos entre el gobernador y el juez Letrado, pero como este último funcionario sólo podía ser removido por juicio político muchas veces el presidente reemplazaba al gobernador, que en no pocas ocasiones tenía razón en la disputa. Los pueblos que superasen los mil habitantes tenían derecho a elegir un concejo municipal. Hasta la década de 1930 la localidad de Formosa fue la única que gozó de esta autonomía. En 1933 se creó la segunda municipalidad en Pozo del Tigre, y poco tiempo antes de la provincialización, en épocas del peronismo, se agregaron los municipios de Pirané, Las Lomitas y Clorinda. 1 Archivo General de la Nación. Ministerio del Interior, Leg. 5/1907, Expte. Nº 826 F. Memoria del gobernador de Formosa Amado Artaza, correspondiente al año 1906, p. 3

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Formosa en la primera mitad del siglo XX. Progresos, necesidades y reclamos

Hugo Humberto BeckIIGHI-Conicet

[email protected]

Introducción

Superada la ardua etapa de la conquista militar y de la colonización inicial, a partir de losprimeros años del siglo XX, se aceleró el progreso económico y demográfico del más septentrionalde los territorios argentinos. La integración de los dos extremos, oriental y occidental de Formosa,por medio de la vía férrea a Embarcación –verdadera columna vertebral y por años la principal obrapública- dejó disponibles millones de hectáreas en los departamentos centrales.

El incentivo de las actividades forestales y agropecuarias atrajo a miles de inmigrantes, quesuperaron las previsiones del Estado. El gobierno no logró adecuar las condiciones para una correctacolonización y no acompañó debidamente al extraordinario aumento demográfico con los serviciosesenciales (seguridad, justicia, educación y salud) a que todo servicio de población se hace acreedor.

El objetivo del presente trabajo es reseñar los principales cambios operados en Formosadurante las primeras décadas del siglo XX y los reclamos más frecuentes de los actores sociales.

Evolución política institucional

Los Territorios Nacionales se organizaron definitivamente sobre la base de las disposicionesde la Ley 1532 sancionada en 1884. El poder ejecutivo estaba a cargo de un gobernador designadopor el presidente de la nación con acuerdo del Senado por el término de tres años. Sus múltiplesfunciones en el ámbito territoriano siempre estuvieron limitadas por las exiguas atribuciones que laley les asignaba. Esta contradicción se hizo más evidente a medida que se superó la etapa de laconquista militar, pues durante la misma estos funcionarios habían gozado de una autoridad que nose debía tanto al imperio de la ley cuanto por las condiciones en que cumplían sus funciones.Durante las primeras décadas del siglo XX a medida que la realidad social y económica de Formosase tornaba más compleja, se evidenció con mayor claridad que muy pocas cuestiones estaban bajosu directo control, pues la mayoría de las oficinas dependían directamente de alguno de los ministeriosnacionales. El gobernador sólo podía enviar comunicaciones y pedidos al ministro del Interior, dequien dependía, pero en contadas situaciones lograba reunir los datos necesarios para expresar unadenuncia fundada.

“La falta de atribuciones con que lucha el gobernador, reducido en la prácticaal mero papel de comisario pagador de una administración tan inútil comocostosa... –escribió en 1906 el gobernador Amado Artaza, agregando luegoque una administración “... para no excederse en los gastos debe medirhasta las plumas que utilizan los escribientes o el pienso que consumenlos caballos puestos al servicio de la policía, tiene que ser forzosamenteestéril, y los gobernadores no dejarán otro rastro, eso en el mejor de loscasos, que el de las notas y decretos en cuya redacción empleen todo sutiempo desocupado”.1

La ley de territorios establecía como autoridades judiciales, al juez Letrado y a jueces depaz. Fueron muy frecuentes los enfrentamientos entre el gobernador y el juez Letrado, pero comoeste último funcionario sólo podía ser removido por juicio político muchas veces el presidentereemplazaba al gobernador, que en no pocas ocasiones tenía razón en la disputa.

Los pueblos que superasen los mil habitantes tenían derecho a elegir un concejo municipal.Hasta la década de 1930 la localidad de Formosa fue la única que gozó de esta autonomía. En 1933se creó la segunda municipalidad en Pozo del Tigre, y poco tiempo antes de la provincialización, enépocas del peronismo, se agregaron los municipios de Pirané, Las Lomitas y Clorinda.

1 Archivo General de la Nación. Ministerio del Interior, Leg. 5/1907, Expte. Nº 826 F. Memoria del gobernador de FormosaAmado Artaza, correspondiente al año 1906, p. 3

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Las elecciones municipales concitaron el interés de un núcleo de vecinos dando lugar ainteresantes campañas electorales y a frecuentes disputas sobre los resultados de los comicios.2

Sin embargo, algunas circunstancias limitaron el crecimiento cívico que se pretendía con el ejerciciode este derecho político: la población que participaba activamente en el proceso electoral era escasa,durante varios períodos las municipalidades de Formosa y de Pozo del Tigre estuvieron intervenidas,muchas poblaciones del interior no alcanzaban a reunir la cantidad de habitantes para elegirconcejales, y otras que ya superaban los mil habitantes aún no habían sido autorizadas a constituirsu municipalidad. A estos inconvenientes se sumaba un elevado número de pobladores extranjeros,escasamente interesados en la participación política. Es decir, Formosa alcanzó su autonomíaprovincial en 1955 con una escasa experiencia electoral de la mayoría de sus habitantes. Por estarazón, a pesar de haber reunido sobradamente los requisitos exigidos por la ley 1532 (60.000habitantes), el movimiento por la provincialización debió ser impulsado desde el gobierno nacional,al que acompañó un animoso grupo de vecinos.3

Los servicios de seguridad, educación y salud

La conquista definitiva de los territorios chaqueños iniciada en 1870 llegó a su término en1912 cuando el coronel Enrique Rostagno logró llevar las fronteras interiores hasta los límitesseptentrionales de la República ubicados en el río Pilcomayo. Este significativo avance dejó comosaldo positivo la integración de millones de hectáreas hasta entonces bajo dominio exclusivo de losaborígenes. Las tierras ganadas de este modo fueron pronto entregadas a la población blanca ydedicadas a la producción de materias primas. Pioneros provenientes de Europa, de Paraguay y deprovincias vecinas ocuparon lotes e iniciaron las primeras actividades económicas. Sin embargo,como todo territorio recién conquistado, Formosa presentaba notorios problemas de inseguridad.Grupos de aborígenes no reducidos –a menudo dirigidos por “caciques” blancos- atacabanfrecuentemente a pueblos y a establecimientos ganaderos de la frontera. Las denuncias por abigeatoeran numerosas y las respuestas del estado, escasas. Las fuerzas policiales se componían de unreducido número de efectivos, mal remunerados con equipamiento deficiente y medios de movilidad(caballos y mulas) absolutamente insuficientes.4

La expansión colonizadora hacia el centro del territorio y el retiro de las fuerzas militaresprofundizaron esta problemática. La responsabilidad de la protección de la zona avanzada fuetransferida a un cuerpo especial creado en 1917 con el nombre de Regimiento de Gendarmería deLínea, dependiente de la 3ª División del Ejército. El comando de la Unidad fue ubicado inicialmenteen Formosa y trasladado en 1929 a Las Lomitas. Desde este punto, se dirigieron Guardias y Fortinesubicados en cercanías del río Pilcomayo, hasta la disolución del Regimiento en 1938, y su reemplazopor Gendarmería Nacional.5

El extremo oeste formoseño estuvo hasta la tercera década del siglo XX fuera del control delgobernador, quien para visitarla debía bajar hasta San Justo (Santa Fe) y tomar allí el tren hastaEmbarcación (Salta) y continuar luego a lomo de mula varios cientos de kilómetros. Por esta razón,durante algún tiempo la custodia de esta región fue confiada a un cuerpo especial conocido comoPolicía Fronteriza de Chaco y Formosa, que dependía directamente del ministerio del Interior.6

A pesar del esfuerzo de algunos buenos gobernadores –entre quienes puede nombrarse aJuan José Silva (1910-1916) y Juan José Comas (1917-1921)- la expansión de los servicios policiales

2 José Alsina. En Formosa. El padrón y las elecciones municipales de 1902. En: Décimo octavo Encuentro de GeohistoriaRegional. Resistencia, IIGHI-Conicet, 1998, pp. 9-23

3 Emilio Ramón Lugo. Introducción histórica a la provincia de Formosa. Desde el ferrocarril a la provincia 1930-1962.Formosa, Gualamba, 86 pp.

4 Instituto de Historia. Facultad de Humanidades. Universidad Nacional del Nordeste. Memorias de los gobernadores delTerritorio Nacional de Formosa (1885-1899). Resistencia – Corrientes, UNNE, 1979

5 Néstor L. Golpe. Calvario y muerte. Revisión histórica militar. Narraciones fortineras. 1917-1938. Buenos Aires,Artes Gráf. Armada Argentina, 1970.

6 Ministerio del Interior. Memoria del Ministerio del Interior presentada al Honorable Congreso. 1910-1012. BuenosAires, Imp. Juan Alsina, 1912.

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(comisarías, subcomisarías y destacamentos) apenas pudo acompañar el rápido poblamiento deFormosa.7

No obstante, las facilidades que brindaban la geografía con fáciles escondites y sendaspoco conocidas y poblaciones mal custodiadas, sumadas a funcionarios y agentes corruptos, tornabaninfructuosos los intentos por hacer cesar los robos. Los periódicos formoseños y diarios de BuenosAires, informaban frecuentemente sobre los asaltos protagonizados por bandas organizadas decuatreros, que se sospechaba contaban con protección de sectores de los poderes públicos.8

La aparición de Gendarmería Nacional en la década de 1940 significó un aporte esencial ala pacificación y seguridad de este territorio, que se preparaba ya para el logro de su autonomíapolítica.9

El significativo atraso de la educación de los niños y jóvenes argentinos a fines del siglo XIXera manifiestamente mayor en los territorios nacionales alejados del centro geográfico y económicodel país. Conforme la colonización avanzaba sobre tierras nuevas, el Consejo Nacional de Educacióniba creando establecimientos educativos para atender las demandas de los hijos de los esforzadospioneros. Sin embargo, cuando el crecimiento demográfico alcanzó ritmos vertiginosos –como sucedióen Chaco y Formosa entre 1914 y 1947- los servicios educativos se hicieron cada vez más deficitarios.En Formosa, las 37 escuelas existentes en 1920, se elevaron a 65 en 1924 y llegaron a 69 en 1929.Pero, cabe anotar que sólo dos escuelas eran superiores (ciclo primario completo) y se encontrabanen la capital del Territorio, cinco eran elementales (hasta cuarto grado) y el resto eran infantiles (sólolos dos primeros grados). En la práctica significaba que el desgranamiento era casi automático,salvo para el escaso número de niños que accedía a alguna beca para continuar sus estudios enprovincias vecinas.10

Más grave resultaba la falta de edificios propios y adecuados, debiendo en la mayoría de loscasos funcionar en salones alquilados y en condiciones deficientes. “Los edificios en que funcionanlas escuelas del interior del territorio –si tal pueden llamarse a ranchos de adobe- son antihigiénicos,inadecuados y en lamentables condiciones de seguridad”, anotó en su memoria de 1924 el gobernadorJosé Yalour.11

También conspiraron contra el sistema educativo: la dispersión de la población rural, eltraslado de núcleos de población que obligaba a mover de sitio el establecimiento, la escasez demaestros matriculados, el elevado número de aulas a cuyo frente no se designaban maestros, laatención simultánea de varios grados por parte de un mismo docente, la temprana inserción laboralde los niños en las actividades económicas rurales, la despreocupación de muchos padres, elcalendario escolar no ajustado a la zafra azucarera y algodonera, la inexistencia de escuelas especialesde enseñanza agrícola, ganadera y de mueblería, actividades principales de Formosa. La solución aestas deficiencias fue reiteradamente solicitada por diferentes sectores de la sociedad, tales comoinstituciones económicas, gremiales, periodistas y funcionarios públicos.

“La enseñanza es predominantemente teórica y extraña a todoconocimiento adecuado a las necesidades locales. Temas de iniciaciónen las tareas agrícolas, ganaderas, forestales y de industrias domésticasregionales, deberán introducirse en los planes de enseñanza primaria, sino se quiere contribuir indirectamente al éxodo de las familias rurales alas ciudades, lo que constituye una verdadera enormidad en un territoriovirgen como Formosa”, sentenciaba en 1947 el autor de un completo

7 Informe General del Viaje de Inspección efectuado al oeste del Territorio Nacional de Formosa, por el gobernador delmismo Juan José Silva. El original de este interesante relato se encuentra en el Archivo Histórico de Formosa, LibroCopiador de Notas de la Gobernación, año 1916. Existe una publicación realizada por Elsa Aurora de Espinosa.Formosa en los albores del siglo XX. Formosa, Rincón del Arandú, 1996 (anexo)

8 Transcripciones de estas notas periodísticas pueden leerse en la obra de Antonio Heraldo Prieto. Para comprender aFormosa. Una aproximación a la historia provincial. Formosa, 1990, 119 pp.

9 Hacia la década de 1940 la Agrupación Formosa de la Inspección Norte de Gendarmería Nacional se componía de unaJefatura en la capital del territorio y los escuadrones Clorinda, Comandante Fontana, Bajo Paraguay y Lomitas, más unequipo caminero. Formosa. Guía Rebollar, 1947. p. 12

10 Hugo Humberto Beck. Educación y salud en Formosa en los albores del siglo XX. Informe sobre su penosasituación. En: XIX Encuentro de Geohistoria Regional, Universidad Nacional del Nordeste, 1999, pp. 75-86

11 Archivo General de la Nación. Ministerio del Interior, Legajo 62/1924, Expte. 25.824 F.T. Memoria...

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informe sobre este territorio aparecido en la Revista de EconomíaArgentina.12

Recién para la década de 1940 funcionaba en Formosa una Escuela de Artes y Oficios paravarones, y el gobernador reclamaba la puesta en funcionamiento de la Escuela de Manualidadescreada por decreto del año 1936, pero sin concreción efectiva; y también mencionaba la necesidadde crear una Escuela o Chacra experimental agrícola-ganadera en Pirané.13

La salud de los habitantes de Formosa tenía a su favor las condiciones climáticas de laregión y el fuerte sol que actuaban contra la expansión de enfermedades infecciosas importadas.Los servicios eran escasos y se localizaban casi exclusivamente en la ciudad capital y en pocaslocalidades de segundo orden. Los pobladores de las extensas zonas rurales apenas contaban conbotiquines repartidos por la gobernación en algunas alejadas comisarías. La pobreza de muchoshabitantes, el curanderismo, la falta casi absoluta de agua potable (sólo la localidad de Formosatenía agua corriente en muy pocas cuadras, y aún ésta no era potabilizada correctamente). Por todoesto hacia la década de 1930 se habían extendido enfermedades como tuberculosis, lepra, mal dechagas, anginas, conjuntivitis, influenza, sarampión, malaria, tifus, por citar sólo las más comunes.Las recomendaciones de aumentar la provisión de agua potable, y de carnes y otros alimentos encorrecto estado para su consumo, la construcción de desagües y cloacas, la construcción deviviendas y edificios públicos de materiales adecuados y la enseñanza de la higiene popular, noresultaron suficientes, pues finalizando la segunda década del siglo XX, el gobernador Comas, aúnanotaba

“... No obstante el clima benigno, en general, de esta capital y resto delTerritorio, y las medidas que se toman, dentro de los medios posibles, lamortalidad, en proporción al aumento de población, es mayor a la deaños anteriores y tiende a aumentar, en vez de disminuir... debido alambiente en que se vive; pues hay gentes del bajo pueblo, a veces familiasenteras, en tal estado de debilidad por su extrema pobreza, que son fácilpresa para cualquier enfermedad. Además, la ignorancia y en ocasionesel fanatismo, tienen a muchas familias en rebelión contra las másindispensables prescripciones de higiene. De descuidada alimentación,sin reparo alguno, ingieren, de ordinario, aguas no solamente no potables,sino de evidente acción perniciosa para su salud... A todo esto, hay queagregar la extrema restricción de elementos oficiales de asistencia médica,pues la Administración Sanitaria y Asistencia Pública local, cuenta conescasos recursos para cumplir debidamente con las exigencias del pueblo,y poder ejercer una vigilancia más severa...” 14

En 1943 el gobernador Sztyrle informaba al ministerio del Interior que en la capital delterritorio “más de 20.000 habitantes estaban constreñidos a un servicio de desagües insuficiente ya beber agua extraída directamente del río Paraguay, sin filtrar, sometida a una ligera decantaciónque no puede impedir llegue al consumidor sucia y peligrosamente contaminada”, destacando ademásque la situación de las localidades de la línea férrea era aún peor porque allí el agua escaseabadurante los meses de invierno, y se repartía de modo insuficiente por trenes que la llevaban desdeFormosa. El déficit comenzó a solucionarse cuando el servicio de agua potable pasó a ser prestadopor Obras Sanitarias de la Nación.15

Economía y obras públicas

El territorio formoseño estuvo siempre dedicado a la producción de materias primas,especialmente explotación forestal, ganadería y agricultura. Por ese motivo, la distribución y elrégimen legal de las tierras rurales cumplieron un rol de fundamental importancia para la evolución

12 Revista de Economía Argentina, Buenos Aires, tomo XLVI, año XXIX, Nº 344,. Febrero 1947, pp. 54-5713 Archivo General de la Nación. Ministerio del Interior. Memoria del gobernador de Formosa, Conrado Sztyrle.14 Archivo General de la Nación. Ministerio del Interior. Legajo 17/1920, Expte. 4.604 F.T. Memoria del gobernador de

Formosa, teniente coronel Juan José Comas, correspondiente al año 1919.15 Archivo General de la Nación. Ministerio del Interior. Memoria del gobernador de Formosa, Conrado Sztyrle.

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favorable de las mismas. El proceso histórico de la ocupación del espacio se caracterizó por ofrecerdos vías de penetración. Por el oriente se concretó la colonización basada en la ley Avellanedacaracterizada por un temprano poblamiento con inmigrantes europeos y el trazado de coloniasoficiales y privadas y el reparto de grandes extensiones de tierras (un total de 1.300.000 ha) parapocos propietarios. Al mismo tiempo el extremo oeste fue ocupado por ganaderos de origen salteñoquienes en forma espontánea avanzaron con sus rebaños sobre las tierras ricas en pasturas naturales,sin títulos ni permisos de ninguna especie. Esta ganadería extensiva y trashumante posibilitó elpoblamiento de aquella lejana región, pero el desinterés por conservar el suelo de esas tierras “sindueño”, terminó con la invasión de las mismas por plagas como el vinal y las tuscas, lo que sumadoal sobrepastoreo y a la introducción de cabras y ovejas, en pocos años las arruinó casicompletamente.16

El centro de territorio recién fue ocupado a partir de la segunda década del siglo XX conformese tendieron las vías del ferrocarril Formosa-Embarcación. Estas tierras brindaron maderas para laexplotación taninera y para durmientes, luego fueron ocupadas por ganaderos, y en ciertos lugaresfue ganando terreno la agricultura, especialmente desde la década de 1930, con al auge algodonero,que ubicó a Formosa, como el segundo productor argentino, después del Chaco.

La equivocada política de tierras, que repartió rápidamente los mejores lotes orientales sinla exigencia de la colonización y su efectivo poblamiento; el error de haber permitido la destruccióndel suelo en las tierras occidentales; y la cristalización hasta 1960 del régimen de tenencia manteniendocomo fiscales al 80% de las tierras, dejó como saldo un elevadísimo porcentaje de productores encondición de ocupantes (“intrusos”), sin derechos legales sobre la superficie que trabajaban, sinacceso al crédito, y en carácter de minifundistas. La extrema lentitud en la regularización de latenencia de la tierra se debió sobre todo a la distancia que separaba a Formosa de Buenos Aires,sede de la Dirección de Tierras y Colonias. En 1935 el ministro de Agricultura Luis Duhau afirmabaque “no existía tampoco en el territorio, fuera de la capital, hasta 1928, ningún pueblo mensurado, yha influido en el poco desarrollo agrícola...”, reclamaba la mensura de once pueblos del oeste y diezcolonias del centro y oeste del territorio, afirmando que aún existían 3.000.000 de hectáreasinexploradas.17

El minifundio y el número de explotaciones de intrusos se fueron agravando con el tiempoconforme se asentaban nuevos pobladores llegados del Paraguay y de provincias vecinas, y constituyenen el presente un problema de difícil solución.18

La ganadería se afianzó como la principal actividad económica de Formosa. El número debovinos creció sostenidamente hasta los años de la provincialización, colocando a este territoriocon sus dos millones de cabezas en el octavo lugar en el contexto nacional. La injusta distribuciónde las tierras determinó que un reducido número de enormes estancias concentrara la mitad de lasexistencias ganaderas, mientras que un 30% de las mismas se encontraba en cientos de pequeñasexplotaciones fiscales. El destino de las vacas era su exportación en pie al Paraguay, a Bolivia yChile y a las provincias vecinas. Reiteradamente se solicitó la instalación de un frigorífico en Formosa,pero sin éxito. La calidad del ganado se mejoró muy lentamente, pues las dificultades del clima y delas pasturas naturales conspiraron contra la introducción de razas finas. Sólo pudieron hacerlo –tardíamente- los terratenientes de la región oriental. Los esfuerzos del gobierno apuntaron al controlde las pestes que periódicamente atacaban a las vacas. Los ganaderos pequeños, especialmenteaquellos con campos en cercanías del Pilcomayo, evitaban el pago de arrendamientos trasladandosus haciendas al país vecino que les ofrecía mejores condiciones de trato y cuyas tierras aún no se

16 Nos hemos ocupado de esta cuestión en Hugo Humberto Beck. La ocupación del espacio en el oeste chaqueño yformoseño desde la provincialización de los territorios (1950-1983). Resistencia, IIGHI-Conicet, 1992. 122 pp.

17 República Argentina. Ministerio de Agricultura de la Nación. Memoria correspondiente al ejercicio de 1934 presentadaal Congreso de la Nación por el Ministro de Agricultura ingeniero Luis Duhau. Buenos Aires, 1935.

18 De la lectura de los mensajes anuales de los gobernadores formoseños a la Legislatura Provincial desde 1983 hastael presente surge claramente que los parvifundios y el elevado número de “intrusos” es una materia pendiente en laorganización de la tierra rural de Formosa. En las décadas de 1960 y 1970, especialmente durante el gobierno deAugusto Sosa Laprida (1966-1973) la Provincia privatizó aproximadamente dos millones de hectáreas, pero benefi-ciando casi exclusivamente a medianos y grandes ganaderos de la zona y de otras áreas del país, con el propósitode afianzar la actividad ganadera, por entonces en crisis.

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encontraban invadidas por el vinal y las tuscas. Esta situación fue informada a las autoridades por laSociedad Rural de Formosa (entidad creada el 30 de setiembre de 1935) que también propuso lassoluciones para evitar la despoblación de los campos formoseños.19

La agricultura se redujo al principio a la producción de algunos artículos para el consumo;luego se extendieron los cultivos de caña de azúcar para abastecer a las industrias que por algunosaños funcionaron en Formosa y en Misión Laishí. La actividad agrícola recién adquirió volúmenes deimportancia a partir del auge algodonero, que se mantendría como principal cultivo por varias décadas,hasta 1970. No obstante, los parvifundios, el carácter fiscal de las tierras, la falta de capital de lamayoría de los productores (más del 50% eran campesinos paraguayos) y las pautas culturales delos mismos poco proclives a la empresa capitalista, sino más acostumbrados a una economía desubsistencia. También conspiraron contra la modernización de la empresa agropecuaria, la falta decréditos a raíz de la inexistencia de bancos en las zonas de producción; la tardía organizacióncooperativa de los productores; la insuficiencia de las desmotadoras (hasta la década de 1940 sólofuncionaron tres desmotadoras de Bunge y Born y una de Anderson Clayton, a las que se sumaroncuatro estatales) y la inexistencia de fábricas de telas y de aceites de semillas de algodón.

Entre las obras públicas de importancia, el tendido de la red ferroviaria Formosa-Embarcación,es sin duda la de mayor influencia en el progreso del territorio. Iniciada su construcción desdeFormosa al oeste en 1908, la punta de rieles llegó a Las Lomitas en 1915. Allí se detuvieron lasobras, que se reiniciaron recién en 1927 desde ambos extremos concluyéndose esta importantelínea en 1931. Numerosos pueblos nacieron a la vera de las vías al tiempo que las tierras aledañasse valorizaban considerablemente. El avance de la colonización no fue acompañado con otras víasde comunicación y transportes, tales como caminos y vías férreas secundarias, que comunicaran alterritorio con el centro geográfico y económico de la Argentina. Se solicitó, sin éxito, el tendido deotras líneas férreas, que comunicaran a la capital formoseña con Resistencia, a Pirané o GranGuardia con Laguna Blanca y una que desde Comandante Fontana llegara a Presidencia RoqueSáenz Peña. Hasta 1940 los pocos caminos existentes se encontraban sin terminar, se componíande tramos dispersos, que no permitían cerrar circuitos de transporte.

La producción era llevada en tren hasta el puerto de Formosa, y de allí en barco transportadohasta los puertos de provincias vecinas. Pero el propio puerto reclamó estérilmente durante décadaslas obras que le correspondían en mérito al volumen de tráfico (el cuarto a nivel nacional) queentraba y salía por el mismo.

Los escasos caminos que comunicaban a la capital formoseña con el área rural que lacircundaba y con los pueblos vecinos, eran mantenidos con esfuerzos y permanentes solicitudes defondos por parte de los gobernadores y con el auxilio de los propios pobladores organizados enconsorcios camineros. La mayor preocupación era mantener transitables los caminos en épocas delluvias, pues los numerosos cauces de ríos y riachos y la presencia de lagunas y cañadas interrumpíanel tránsito, especialmente de los transportes de cargas. En la década de 1940 fue importante laactividad desarrollada al respecto por el escuadrón caminero de Gendarmería Nacional dirigido porel comandante Donato Pecorelli, cuya acción principal se verificó en la zona central, en los caminosque comunicaron a los pueblos cercanos a los ríos Pilcomayo y Bermejo con la línea férrea.20

Las comunicaciones telegráficas y telefónicas avanzaron con dificultad y su mantenimientosiempre fue un problema de difícil solución. Contribuyeron para ello las oficinas estatales, las fuerzasmilitares, los misioneros franciscanos y algunas fuerzas privadas. Por varias décadas la Oficina deCorreos y Telégrafos de Formosa dependió del Sub-Distrito Telegráfico de Resistencia. En 1925 laslíneas telegráficas alcanzaron en Formosa una extensión de 516 kilómetros, con cuatro oficinastelegráficas nacionales (Formosa, Km. 503 N.B., Km. 642 N.B. y Colonia Aquino) y dos oficinasradiotelegráficas dependientes del ministerio de marina (en Formosa y en Clorinda). Funcionaban 14estafetas nacionales de correo en las localidades del oriente. Toda la región norte y oeste se encontrabahuérfana de servicio telegráfico.21

19 El extenso artículo fue recogido en las páginas de la revista Chaco y Formosa que publicara la Asociación de Fomentode los Territorios Nacionales de Chaco y Formosa. Año XX, Nº 204, enero 1946, pp. 30-31

20 J. Rodríguez Rebollar. Guía de Formosa Rebollar 1950. Tucumán, La Raza, 1950, 170 pp.21 Archivo Histórico de Formosa. Carpeta de resúmenes de Memorias de los Gobernadores de Formosa.

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La demora del gobierno en la construcción de edificios públicos esenciales, tales comomunicipalidades, escuelas, salas de salud, comisarías, lugares para la detención de presos, fortines,puertos sobre los ríos Pilcomayo y Bermejo, entre otros fue criticada en cientos de oportunidadesen artículos periodísticos, en informes de funcionarios, en notas de los pobladores y en solicitudesde diversos organismos económicos y gremiales.

Conclusiones

La organización jurídica de los territorios nacionales por ley 1532 significó un adelantoinstitucional importante. Durante los primeros años de su vigencia, las autoridades territorianasactuaron sin otros inconvenientes que los que presentaba la jurisdicción a cuyo frente se encontra-ban. Más adelante, el progreso puso de manifiesto que las disposiciones legales resultaban insufi-cientes para atender a las nuevas realidades políticas y económicas. Las múltiples funciones quedebía ejercer el gobernador no se adecuaban con las reducidas atribuciones que la ley le reservaba;los conflictos entre el jefe de la administración del territorio y empleados de diferentes organismosdependientes de diversos ministerios nacionales, no encontraban fáciles vías de solución; el apren-dizaje político que los legisladores previeron mediante la elección de concejos municipales fue muyescaso.

Los servicios de seguridad, educación y salud, iniciados con considerable atraso respectode otras jurisdicciones nacionales, se resintieron profundamente a raíz de la “explosión” demográfi-ca que experimentó Formosa entre 1914 y 1947. El elevado número de inmigrantes analfabetos, ladispersión de la población rural y el bajísimo presupuesto oficial destinado a brindar estos derechos,fueron sólo algunos de los factores que mantuvieron vigente el problema.

Tampoco las obras públicas –mensuras de tierras, tendido de vías férreas, caminos, telé-grafos, edificios para oficinas públicas, entre otras- acompañaron al espectacular proceso de ocupa-ción de nuevas tierras y el consecuente incremento de producción.

El injusto reparto de la tierra rural, el descontrol en el manejo de las tierras fiscales, laescasez de créditos y la ausencia de una política agropecuaria y forestal de largo plazo, determina-ron crecimientos ondulantes de la economía formoseña y una in equitativa distribución de la renta,problemas que actualmente preocupan a las autoridades y a organizaciones sociales de esta pro-vincia.