Formacion Etno Historica de Mucurubá

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Boletín del Archivo Arquidiocesano de Mérida Archivo Arquidiocesano de Mérida [email protected] ISSN (Versión impresa): 1316-9173 VENEZUELA 2002 Ana Hilda Duque LA FORMACIÓN ETNO-HISTÓRICA DE MUCURUBÁ Boletín del Archivo Arquidiocesano de Mérida, enero-diciembre, año/vol. VIII, número 022 Archivo Arquidiocesano de Mérida Mérida, Venezuela pp. 147-170 Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal Universidad Autónoma del Estado de México http://redalyc.uaemex.mx

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Boletín del Archivo Arquidiocesano de MéridaArchivo Arquidiocesano de Mé[email protected] ISSN (Versión impresa): 1316-9173VENEZUELA

2002Ana Hilda Duque

LA FORMACIÓN ETNO-HISTÓRICA DE MUCURUBÁ Boletín del Archivo Arquidiocesano de Mérida, enero-diciembre, año/vol. VIII, número

022 Archivo Arquidiocesano de Mérida

Mérida, Venezuela pp. 147-170

Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal

Universidad Autónoma del Estado de México

http://redalyc.uaemex.mx

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Arquidiócesis de Mérida. Boletín del Archivo Arquidiocesano de Mérida. Tomo VIII. Nº 22. Enero-Diciembre2002. Mérida-Venezuela. ISSN: 1316-9173.

LA FORMACIÓN ETNO-HISTÓRICA DE MUCURUBÁ

Ana Hilda Duque*

1. LOS ORÍGENESEl Pueblo de Mucurubá se localiza astronómicamente entre los 70º 59' delongitud oeste y los 08º 43' de latitud norte. Geográficamente, está ubicadoen el occidente del país. Es una pequeña localidad del Estado Mérida, alnoreste de la ciudad capital de esta entidad y comunicada con ella por lacarretera trasandina. Se encuentra a 36 Kilómetros de la Ciudad de Mériday a 15 de Mucuchíes. Fue edificado en la ribera derecha del Río Chama, alnorte del Páramo de Mucumpiche. Su altura sobre el nivel del mar es de2.407 metros, en plena Cordillera de los Andes. Tiene una temperatura mediade 16,5ºC y la precipitación media anual es de 1.200 mm1.

En la región andina venezolana existen evidencias arqueológicas de gruposhumanos en el período meso-indio o arcaico (5000-1000 A.C.) al menos enla región de Capacho en el Estado Táchira. Del período neo-indio (500 AC-1500 DC) hay evidencias de restos arqueológicos en la zona de Mucuchíes.A partir del 900 DC la vida sedentaria en los Andes venezolanos está biendocumentada. La época indo-hispana, a partir del contacto entre losaborígenes y europeos se inicia en dicha región a mediados del siglo XVIcon la doble penetración desde El Tocuyo y desde Santafé de Bogotá2.

* Profesora Titular de la Escuela de Historia de la Universidad de Los Andes. Directora delArchivo Arquidiocesano de Mérida-AAM y Jefe del Dpto. de Investigaciones de la Institución.

1 Atlas de Venezuela, p. 329. Marco Aurelio Vila. Aspectos geográficos del Estado Mérida. Pág.193. y Rosa Villegas. Alternativas del Ordenamiento del Espacio Rural, pp. 11-12.

2 Erika Wagner. “La prehistoria de la Cordillera de Mérida (1)”. En, Carlos Schubert-LeonelVivas. El cuaternario de la Cordillera de Mérida. Andes Venezolanos, pp. 271-291.

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Mucurubá está localizado en la zona media-alta entre la zona baja y la altade la cuenca del Chama. En esta cuenca los espacios sagrados por excelenciaeran las lagunas y las montañas. La laguna más sagrada de todas era de laUrao en Lagunillas3.

Lo que conocemos, pues, desde el siglo XVI como pueblo de Mucurubá nofue invención ni fundación de la nada hecha por el europeo invasor. En esosmismos parajes existía ya un asentamiento humano indígena desde hacíamuchos siglos. El espacio humanizado es el espacio integralmentesimbólico, inventado por el hombre, creado por él. El hombre inventael espacio de los dioses, de los espíritus, crea nuevos paisajes, constituyeun espacio social, humano, con pasajes entre éste y el de los espíritus(espacio físico-cósmico-sociomágico-religioso). Este pasaje es el mismohombre, cuyo espacio físico-mental, interior, sirve para establecer la

Vista panorámica de Mucurubá desde la casa de Anita Castillo en la Mesa de Mococón.Mucurubá Estado Mérida-Venezuela 2001. (Foto: Ana Hilda Duque)

3 Jacqueline Clarac de Briceño (Comp.) Mérida a través del tiempo. Los antiguos habitantes ysu eco cultural, p. 58.

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conexión4. El concepto de “fundación” acuñado por la colonia y avaladopor la historiografía positivista resulta un concepto inadecuado no sólo por elcontenido colonialista, sino también porque es un falseamiento de la Historiapara entender en su globalidad el desarrollo de la vida de Mucurubá5 .

Los castellanos primero y las autoridades coloniales lo que hicieron fueconsolidar una población como pueblo de doctrina6, a la usanza hispana enlos mismos lugares y con la gente que habitaba la zona. Observamos también,que las primeras incursiones conquistadoras fueron traumáticas. Estuvieronmarcadas por la violencia, la guerra, la muerte, la dominación y la explotaciónde la fuerza de trabajo, lo que redujo considerablemente la poblaciónautóctona. Se impuso la superioridad técnica y táctica del invasor y ellogeneró aversión hacia los nuevos dueños y resistencia cultural.

Desde los Welsares alemanes, pasando por la expedición de Alonso Pérezde Tolosa desde El Tocuyo (1547), hasta las expediciones venidas dePamplona que culminan con la anexión de los territorios de las Sierras Nevadasa jurisdicción de la Nueva Granada, bajo Juan de Maldonado y Juan RodríguezSuárez (1558), la presencia conquistadora estuvo marcada por la violencia yla destrucción. Ello explica la resistencia y las actitudes posteriores de losprimitivos habitantes ante la dominación española.

En las entrevistas recogidas para el presente trabajo quedan reminiscenciasde ese pasado ancestral indígena. Un informante del pueblo afirma: El pueblodicen mis antepasados que lo fundaron unos religiosos con los indiosde nosotros en la derecha del río ... pues, donde estamos...un sitio muy

4 Citado en, Jacqueline Clarac de Briceño (Comp.) Mérida a través del tiempo. Los antiguoshabitantes y su eco cultural, p. 65. Véase también, Lino Meneses P. y Gladys Gordones R.“Investigaciones arqueológicas en la cuenca alta del Río Chama. Edo. Mérida”, en, BoletínAntropológico 28(1993)62-67.

5 Nelly Velázquez. Población Indígena y Economía. Mérida siglos XVI y XVII, pp.46-51.Véase,Ana Hilda Duque. Padrones y Censos de Mérida (1558-1873), pp. 62-68: surgimiento de loscentros poblados.

6 Lino Gómez Canedo. Las órdenes religiosas en Venezuela (siglos XVI, XVII y XVIII), enCEHILA, Historia General de la Iglesia en América Latina. tomo VII Colombia y Venezuela,p. 230: “Por ‘doctrina’ entiendo aquí la misión primitiva: o sea la que en Venezuela funcionódurante el siglo XVI y primera parte del XVII. El término “misión”, en el sentido que hoy ledamos, fue de uso tardío en América. En la historiografía venezolana, se llaman “misiones”las desarrolladas en regiones alejadas del centro, a partir, a grosso modo, desde mediadosdel siglo XVII, principalmente por misioneros capuchinos, franciscanos y jesuitas”.

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bonito de por aquí es el Páramo de Mucumpiche ... Ud no lo conoce?... para ir allá hay que ir bien calentadito, pues hace mucho frío ... losque sí no le tienen miedo son los musiues, será que de donde son elloshace frío. En Mucurubá siempre es frío, más que Mérida... (chofer deMucurubá). Al referirse a sus costumbres y bailes, se hace alusión a lo quehacían antes de la llegada de los blancos. O se reafirma que esas tradicionespropias son anteriores a la aparición de los españoles.

Los españoles no llegaron a una tierra virgen. Desde hacía muchos sigloshabía grupos instalados en lo que hoy son los pueblos de la Cordillera merideña.Los grupos humanos asentados en nuestra Cordillera de Mérida a lallegada de los españoles tenían probablemente unos quince siglos dehaberse instalado en esta región, por lo menos según nos indican lasfechas obtenidas del trabajo arqueológico realizado en la misma hastael presente7. Al menos desde los inicios de la era cristiana vivían en estastierras indígenas (mayoritariamente de cultura chibcha, y más tarde arawak,según las hipótesis de los estudiosos), con características muy propias decultura, mitología, religión, patrones funerarios, construcción de viviendas,patrones de asentamiento y técnicas agrícolas8.

Hacia el siglo IX las tierras merideñas fueron penetradas probablementepor algunos grupos de cultura arawak, y poco antes de la llegada de losespañoles por otro grupo, posiblemente de etnia caribe. El toponímicoMucurubá, objeto de este trabajo, puede traducirse como Tierra (sagrada)de los antepasados del parentesco (matrilineal) de la ruba (tubérculocultivado en zonas del páramo)9.

Las similitudes culturales y de lengua entre los habitantes de la Cordillera deMérida y de la Sabana de Bogotá eran enormes. Probablemente compartíanla misma influencia político-religiosa del Zipa de Bogotá. El Zipa era el másalto título militar de una nación guerrera, de donde descendía toda una

7 Jacqueline Clarac de Briceño. “Las antiguas etnias de Mérida”. En, Jacqueline Clarac de Briceño(Comp.) Mérida a través del tiempo. Los antiguos habitantes y su eco cultural, p. 25.

8 Belkys Rojas. “Informe etnográfico sobre sitios arquelógicos: zona de Escagüey”. En, BoletínAntropológico 16(1989)17-22: el trabajo etnográfico permitió la ubicación de varios sitios deprobable interés arqueológico en las márgenes de la quebra Estití y en el Páramo de SanFrancisco.

9 Jacqueline Clarac de Briceño. “Las antiguas etnias de Mérida”. En, Jacqueline Clarac de Briceño(Comp.) Mérida a través del tiempo. Los antiguos habitantes y su eco cultural, pp.26-29.

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jerarquía de cacicazgos. En Mérida los más importantes fueron Jamú, en laactual Lagunillas, Mu-ku-chíes para la Sierra del Norte y Mucaria (Acequias)y Aricagua para la Sierra del Sur. A los caciques o principales de Mérida seles pagaba un tributo, costumbre que se conserva siglos después de la llegadade los españoles10.

Estos símbolos serán reconvertidos con la dominación española en losrepresentantes de la organización socioreligiosa imperial: los capitanes,encomenderos y curas misioneros doctrineros. El pago de tributo a loscaciques, tendrá también su equivalente en el pago en trabajo o en especiepropio del sistema encomendero español.

El calendario Mu-ku de los indios de la Cordillera de los Andes era lunar yse dividía en trece meses. Se iniciaba con el solsticio de invierno y estabadedicado al sol. Las grandes fiestas religiosas se realizaban durante esteprimer mes. Bajo el influjo español este tiempo será también el de las grandesfiestas de los aguinaldos, las paraduras del Niño y los bailes de San Benito.Por ello, las fiestas religiosas más importantes, aún en la actualidad, tienenlugar entre los meses de diciembre y febrero. Las fiestas religiosas a la lunase celebraban en un “mes del medio”. Correspondía al mes de mayo en elque se ubica la fiesta de San Isidro, patrono de los agricultores. Otras grandesfiestas se celebraban al fin del período de las lluvias, en octubre, relacionadocon el mito universal del diluvio del principio de los tiempos11.

Es interesante observar la adaptación que hicieron los misioneros en losAndes venezolanos, respetando el ritmo del calendario indígena. Si locomparamos con el calendario religioso del centro del país, este último tienemayor carga en torno al solsticio de verano (fiestas de San Juan)12.

10 Ibidem, pp. 31-41. “A los caciques o “principales” de Mérida se les pagaba un tributo”(p.33). Recuerdo haber leído algo parecido, referido a la población de Santo Domingodurante los años de la guerra de Independencia, pero no he podido ubicar la fuente.

11 Ibidem, pp.42-44.

12 Miguel Angel Perera. La mirada perdida. Etnohistoria y antropología americana del sigloXVI, p. 24: “El clero misional que, al igual que el secular, era de los estamentos más cultosde la sociedad española, al menos el único que en su gran mayoría sabía leer y escribir,acometió a partir del XVI, una buena parte de la obra literaria colonial...la conducta de losprimeros misioneros del siglo XVI, al internarse en una región determinada, era destruirsistemáticamente todos los vestigios de idolatría y paganismo...”.

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La influencia de la cultura arawak que no había tenido tiempo de llegarhasta la parte alta de la cuenca del Chama (Mucurubá, objeto de este estudio)se plegó a la cultura del grupo existente, bien integrada al medio ambiente.Los arawak habrían conservado su lengua, pero se integraron, por lomenos en Mérida, a la cultura chibcha, razón por la cual tal vez losespañoles no los diferenciaron, sino muy superficialmente13.

Mientras que los arawak aprovecharon muchos aspectos de la culturaexistente en la Cordillera, el sistema de encomienda y doctrinas impuestopor los españoles desplazó muchas comunidades en plena producción ydesconoció los lugares sagrados por excelencia, convirtiendo a lo que es hoyla ciudad de Mérida en el centro geopolítico. Esto puede explicar eldescontento de los indígenas y la no cooperación disimulada ante las nuevasnormas impuestas. Por esto podemos considerar que los españoles queconquistaron Mérida tuvieron una menor visión política que los queconquistaron México14.

Analizar la conducta de los españoles y el proceso subsiguiente es una tareacompleja. La primera evidencia que salta a la vista de cualquierobservador medianamente informado de la historia de nuestrocontinente, desde los primeros contactos estables con los europeos, esla enorme diversidad, origen, extracción, formación y propósitos desus actores. En segundo lugar, la neta evolución de su pensamientorespecto a los amerindios entre los siglos XVI y XVIII y, en tercer yúltimo lugar, la constatación, más dramática y sorprendente: la ausenciade preconceptos acerca del poblador americano por parte de algunosde ellos o, por el contrario, la lucidez para la época, demostrada porsus menos respecto al carácter, naturaleza y derecho de sus culturas15.Los primeros europeos que pisan tierras andinas fueron algunos miembrosde la expedición de Ambrosio Alfinger (1533). Llegaron hasta orillas del ríoChama, donde se comieron algunos indígenas, según testimonio de Fray

13 Jacqueline Clarac de Briceño. “Las antiguas etnias de Mérida”. En, Jacqueline Clarac deBriceño (Comp.) Mérida a través del tiempo. Los antiguos habitantes y su eco cultural, p.57.

14 Ibidem, p. 60.

15 Miguel Angel Perera. La mirada perdida. Etnohistoria y antropología americana del sigloXVI, p. 18.

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Pedro Simón. Sobrevivió y quedó en medio de los indios un soldado de nombreFrancisco Martín. Un año después son divisadas las sierras nevadas por lasexpediciones de Jorge Spira y Nicolás Federmann16.

La exploración y conquista del norte del valle del Chama hacia Mucurubá yMucuchíes la realiza Juan de Maldonado con sus hombres. Fueron encuentrosbélicos marcados por la destrucción, la muerte y la violencia. Finalizadaslas exploraciones en la cordillera norte y encomendados sus habitantesaborígenes, comenzarán por un lado una guerra de guerrillas conhuidas constantes de indios encomendados, por el otro una resistenciacultural pasiva que podemos considerar como presente aún en nuestrosdías17.

Casa indígena típica. Reminiscencia del pasado ancestral. Sitio Las Casitas MR-112.Municipio Rangel Estado Mérida. Año 1990. (Col. Museo Arqueológico “Gonzalo RincónGutiérrez”-ULA. Foto: Lic. Antonio Niño).

16 Luis Bastidas. “El encuentro. Itinerario de la conquista española. Resistencia indígena”.En, Jacqueline Clarac de Briceño (Comp.) Mérida a través del tiempo, oc pp.283-284. Véasetambién del mismo autor “La conquista española y la resistencia indígena en el imaginariodel campesino merideño”. En, Boletín Antropológico 29(1993)33-40.

17 Ibidem, p. 305. Véase con interés, una descripción pormenorizada en las pp. 285-305.

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2. LOS ASENTAMIENTOS HUMANOSAunque el fenómeno urbano cuenta en América con dos mil años deexistencia18, la forma como la conocemos es una imposición del procesocolonizador hispano19. Responde a la concepción sociopolítica del imperioespañol. Algunos explican el acto fundacional de la ciudad indiana como laconciencia de creación de un espacio nuevo, sagrado, en el sentido másamplio del término: En la fenomenología de la creación del nuevo espaciose ven así símbolos que se repiten y cuyo origen se remonta a los másantiguos tiempos y a las más distantes civilizaciones; domina en elloslo sacral. Al margen de la cuestión relativa a la adopción por parte dela tradición cristiana, es un hecho que los elementos son los mismos yque la simbología sólo se ha enriquecido. La explicación final, así, dela liturgia fundacional reside en su carácter sagrado, patente de maneraespecial en dos elementos esenciales: la implantación de la fe cristianaen un mundo pagano -notoriamente expresado en las tomas de posesión-y la designación del espacio sagrado por excelencia, la nueva ciudadcristiana y, dentro de ella, el solar de la iglesia, la casa de Dios20.

El poblamiento indígena de los Andes merideños se concentró en la cuencadel río Chama desde Mucuchíes hasta Estanques. Los estudios arqueológicospresentan evidencias de los lazos económicos e ideológicos de lascomunidades del bajo, medio y alto Chama. El crecimiento continuo de lapoblación en diferentes sustratos físicos de las regiones nodales pudodar origen a la agricultura intensiva en un tiempo relativamente breve21.

El proceso de imposición del estilo de vida hispano y el adoctrinamiento en la

18 Francisco de Solano. “El proceso urbano iberoamericano desde sus orígenes hasta los principiosdel siglo XIX”, en, Francisco de Solano (coordinador) Estudios sobre la ciudadiberoamericana, p.729.

19 Los grupos humanos indígenas, incluidos los de nuestros Andes, vivían dispersos en torno apequeñas tribus o grupos consanguíneos, en centros nucleares simples indiferenciados. Véase,Luis Fernando Chaves V. Geografía humana de Venezuela, 278 pp. Ver principalmente launidad 2: antecedentes históricos de la estructuración del espacio socioeconómico venezolano,pp. 57-78. Tulio Febres Cordero. Obras Completas Tomo I, pp. 106-121 y 155.

20 Gabriel Guarda. “Tres reflexiones en torno a la fundación de la ciudad indiana”, en, Franciscode Solano coordinador Estudios sobre la ciudad iberoamericana, p. 95.

21 Andrés Puig Saltarelli. “La humanización del espacio de la Cordillera. Los patrones deasentamiento”. En, Jacqueline Clarac de Briceño (Comp.) Mérida a través del tiempo. Losantiguos habitantes y su eco cultural, p. 68.

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fe católica por parte de los misioneros agustinos comenzó en 1579. Para1597 el poblado indígena hispanizado de Mucurubá estaba aparentementeconsolidado. Es interesante notar que la invasión española no respetó el usode los espacios que tenían los indígenas. El urbanismo engendrado poresta nueva cultura en la Cordillera de Mérida siguió dos criterioscontradictorios entre sí: 1. Aprovechar los asentamientos indìgenas,los cuales permitían el aprovechamiento inmediato del medio ambiente,puesto que tales asentamientos funcionaban con una producciónagrícola ya bien organizada. 2. Crear nuevos centros poblados, a veceslejos de los asentamientos originales de los indígenas22.

Tanto en el período prehispánico como posteriormente hasta hoy es unaconstante la menor carga poblacional de las zonas altas con respecto a lasbajas a lo largo de la cuenca del río Chama. El paso de las zonas secas alas templadas húmedas del Chama parece coincidir con una importantedisminución del tamaño de los asentamientos y con un aumento de ladispersión de la población. Es probable que las parcialidades político-territoriales de este amplio sector de la cordillera estuvieran limitadasen lo económico al estar alejadas de los centros principales deintercambio, siendo en todo caso poblaciones de menor nivel en lajerarquía económico-religiosa de la región23.

3. LA ORGANIZACIÓN ECLESIÁSTICA DE MUCURUBÁEn este nuevo contexto como parte del sistema colonizador surge laorganización eclesiástica. Los llamados pueblos de misión, aquellos cuyapoblación es mayoritariamente indígena, quedan bajo la tutela de los frailes

22 Jacqueline Clarac de Briceño. “Invasión arawak de la cordillera de Mérida. Comparación conla modalidad de la invasión española”. En, Jacqueline Clarac de Briceno (Comp.) Mérida através del tiempo. Los antiguos habitantes y su eco cultural, p. 58.

23 Véase, Andrés Puig Saltarelli. “La humanización del espacio de la Cordillera. Los patrones deasentamiento”. En, Jacqueline Clarac de Briceño (Comp.) Mérida a través del tiempo. Losantiguos habitantes y su eco cultural, p. 73-74. Acerca del sistema de terrazas antiguas oindígenas y su comparación con los sistemas campesino y reciente en la zona de Mucurubápara explicar su uso agrícola, puede verse, Andrés Puig Saltarelli. “Evidencias geográficas dela agricultura intensiva prehispánica en el Valle del Chama”. En, Boletín Antropológico 17(1989)20-21.

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misioneros. Los blancos o españoles son el brazo armado, de apoyo logístico.Viven en los pueblos o ciudades de blancos, donde funciona la burocraciaindiana. Los roces y conflictos entre ambas competencias (civil y eclesiástica)fueron frecuentes, aunque la coordinación fue estrecha y efectiva, dandoorigen al modelo indiano colonizador.

Los misioneros se hacen cargo de la enseñanza religiosa católica y de unaserie de aspectos relativos a la cultura y modos de vida hispanos. El másantiguo de los misioneros de Mucurubá de quien se tiene noticia, es FrayPedro de Soto quien aparece registrado en 159924. La mayor parte de losmisioneros debieron valerse de intérpretes aborígenes para entenderse conla población autóctona. Fueron pocos los que aprendieron bien la lenguanativa aborigen y escribieron catecismos en dicha lengua. Las variantes odialectos diversos urgieron más el aprendizaje del castellano como lenguade intercambio y comunicación. Ello llevó a la paulatina desaparición de laslenguas nativas, cuyo vestigio nos queda en la toponimia25.

Los habitantes que encontraron los españoles a lo largo de la cordillera teníansus cultos y tradiciones religiosas. Los misioneros destruyeronsistemáticamente todos los vestigios de idolatría y paganismo, siendo estala causa de un doble comportamiento por parte del amerindio. Bajo una

24 Fernando Campo del Pozo, Los agustinos en la evangelización de Venezuela, p.74-75: “D.Lope Clavijo, gobernador del Arzobispado en sede vacante, obligado por la carencia desacerdotes clérigos y el desengaño de que éstos se habían llevado al ver penurias de lasdoctrinas, cedió a los agustinos el 4 de septiembre de 1591 las siguientes...otra doctrina enMucuchíes, con los indios de Antón Añez, Antonio de Aranguren, Antonio de Monsalve,Juan Carvajal, capitán Miguel de Trejo, Antonio de Gaviria, capitán Pedro García deGaviria, Mucuruguá (que hoy es Mucurubá), de Juan Sánchez y Doña Isabel de Becerra; yCacute, de Hernán de Alarcón”.

25 Ibidem p. 74-75. En 1579 ya hay noticias de un grupo de población indígena en Mucuruguápues por la carencia de clérigos y las penurias fueron cedidas por el Provisor de Santafe a losmisioneros agustinos. Véase también, Fernando Campo del Pozo. Historia documentada delos Agustinos en Venezuela durante la Epoca Colonial, p. 50: “Cada tribu tenía su dialecto;pero las afinidades y analogías de muchas palabras comunes indican que estos dialectosprocedían de una lengua común, quizá la muisca...Con razón dejó escrito el P. Zamora que“por la variedad de lenguas, que había en estas naciones, padecieron mucho los Religiosos(dominicos), que tenían que valerse de intérpretes”. El éxito del P. Bartolomé Díaz enMucuchíes se debe a que comenzó por aprender el idioma de los indios, cuyo ejemplosiguieron otros muchos Agustinos, que compusieron catecismos para adoctrinarlos. Vertambién, pp. 62-64. Véase también, Luis Bastidas. “La resistencia cultural y lingüística”. En,Jacqueline Clarac de Briceño (Comp.) Mérida a través del tiempo. Los antiguos habitantesy su eco cultural, pp. 345ss: la cetequización en lenguas indígenas: “la resistencia a lacultura española también se hace presente en la lengua”.

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aparente y formal adhesión a la fe cristiana, las creencias de sus mayorespersistieron en ellos con gran fuerza. Esta constatación fue motivo dereflexión entre los misioneros, hasta llegar al convencimiento de quesólo por la vía del conocimiento de las creencias y formas de pensardel indígena harían posible una profuda y real transformación en sureligiosidad. Sin embargo, el daño estaba hecho. Para el indio losmisioneros eran también españoles26.

Los primeros cronistas dieron poca importancia al aspecto religioso indígena.Tenían sus santuarios con las representaciones de sus deidades. Losencargados del culto eran los mojanes, médicos-sacerdotes con un caráctereminentemente sagrado, quien se comunicaba con las deidades como Suhé,Chía o el ser supremo Ches. La cultura tradicional religiosa permaneció yfue objeto de persecución por parte de los misioneros. Otros misionerosinsertaron ritos y danzas aborígenes en los cultos católicos. Los santos yvírgenes católicos iban sustituyendo a los dioses indígenas. Durante elperíodo colonial el culto tradicional comienza a decaer, acercándoseahora ambas religiones hasta amalgamarse como dos metales en elproceso de fundición en el que las deidades de los españoles sonadmitidas, pero sólo una de ellas tendrá valor como deidadindependiente: Cristo27.

Cuando se erige una parroquia se le dota de una advocación o santo bajocuya protección se pone dicha jurisdicción. A esta advocación o santo se lellama patrono28. Del análisis de los libros parroquiales de Mucurubá inferimos

26 Miguel Angel Perera. La mirada perdida. Etnohistoria y antropología americana del sigloXVI, p. 24.

27 Luis Bastidas. “La resistencia cultural y lingüística”. En, Jacqueline Clarac de Briceño (Comp.)Mérida a través del tiempo. Los antiguos habitantes y su eco cultural, p. 342.

28 Es una vieja tradición de la Iglesia el dar a personas, lugares e instituciones un santo custodio.Es una forma de expresar la fe y confianza en la intercesión de la Virgen María, de los santoso de algún misterio de la vida de Jesús de Nazareth.

El derecho canónico distingue entre patrono y titular. Este último es el nombre bajo el cualse identifica, le da nombre o título, en este caso a la parroquia. Generalmente el titular ypatrono suelen ser el mismo, pero no siempre es así. Puede darse el caso en que ni el patrononi el titular sea la devoción más popular por la cual se identifica una iglesia o lugar. Es típicoen Venezuela el caso de una de las céntricas iglesias de Caracas. La parroquia de Santa Ana(titular) es la misma iglesia conocida como la Basílica de Santa Teresa (patrona), y tienecomo devoción popular más arraigada al Nazareno de San Pablo que no es ni el titular ni elpatrono de dicha iglesia.

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que el patrono del curato era San Agatón29. Este buen santo debió gozar decierta predilección por parte de los misioneros agustinos, pues bajo esaadvocación fundaron pueblo y curato en Guásimos (Palmira hoy poblacióndel Estado Táchira) en el siglo XVII30, y “tenían muy bien organizadaslas Cofradías de la Limpia Concepción, de las Benditas Animas y la dela Cinta o Consolación”31. Probablemente en el mundo simbólico de losindígenas Mucurubáes la figura demiúrgica de este santo debió representarpoca cosa. Prefirieron la figura de la Virgen bajo la advocación de laInmaculada Concepción. Los colores blanco y azul, y la figura femeninadebió estar en consonancia con sus tradiciones anteriores. Sin embargo elnombre oficial de San Agatón aparece en los libros parroquiales hastacomienzos del siglo XIX, y posteriormente, de forma esporádica32.

29 “Natural de Palermo (Sicilia). Perteneció a la orden de San Benito; de padres ricos, a cuyamuerte distribuyó entre los pobres sus bienes, retirándose al monasterio de San Hermes, ensu ciudad natal, siendo elevado por el papa a la dignidad sacerdotal en 677. Elegido parasuceder al Papa Dono, fue consagrado en 27 de junio del 678, ocupando el 79º lugar entrelos pontífices romanos...envió cantores a Inglaterra para que enseñasen al clero de aquelpaís el canto romano. Anastasio dice de él que sus muchos milagros le merecieron elnombre de Taumaturgo...Hónranle como santo los griegos y los latinos, y la Iglesia celebrasu fiesta el día 10 de enero”. Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa Calpe, p. 297-298,vocablo Agatón.

30 Ver, Lucas Guillermo Castillo Lara, Raíces pobladoras del Táchira: Táriba, Guásimos(Palmira), Capacho, a partir de la p. 253.

31 Gilberto Santander Ramírez. Historia Eclesiástica del Táchira. Tomo II, p.1098. Pertenecea la tradición católica hispana la popularidad de la advocación a la Inmaculada Concepción.Esto era una cuestión debatida y no admitida por todos los teólogos. Como dogma es recientepues lo proclamó el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854. La difusión de esta devoción sehará más notoria en los reinos de España en el siglo XVIII y en la Iglesia universal a partirde mediados del siglo XIX. Un ejemplo lo tenemos en la misma catedral de Mérida cuyopatrono inicial fue San José hasta que el Rey Carlos III exige que la nueva catedral tenga a laInmaculada Concepción como titular y patrona.

32 En el Auto de Visita Pastoral de Don Santiago Hernández Milanés, practicado por el obispoal Pueblo de Mucurubá el 21 de noviembre de 1803, se encuentra la siguiente disposición:“que el patrón titular de esta Iglesia, San Agatón se coloque en lugar preferente a cualquierotro santo”... “celebrar el día de San Agatón con fiesta de ambos preceptos”. AAM.Sección 45A. Libros parroquiales. Mucurubá. Bautismos Libro 1º (1788-1824), folios 65 al68vto.). La portada del libro segundo de Bautismos de Mucurubá dice: Libro Parroquial deBautismos de esta Santa Iglesia de San Agatón de Mucurubá. AAM. Sección 45A. Librosparroquiales. Mucurubá. Bautismos Libro 2º (1824-1845). Lo cierto es que poco pudieronlos esfuerzos del Obispo Hernández Milanés por devolverle el esplendor a la devoción a SanAgatón. Se impuso la devoción popular que relegó a este santo por la Inmaculada Concepción,tal como se conserva hasta hoy. Desde mediados del siglo XIX todos los libros parroquialesse identifican como del Pueblo de Nuestra Señora de Concepción de Mucurubá. AAM.Sección 45A. Libros parroquiales. Mucurubá. Bautismos Libro 4º (1850-1858).

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4. DATOS DE POBLACIÓN DE MUCURUBÁNo poseemos datos numéricos de la población asentada en el llugar oalrededores de lo que hoy llamamos Mucurubá durante el período anterior ala llegada de los españoles. Pero las evidencias arqueológicas y estudiosrecientes llevan a destacar y reivindicar la importancia del páramo comohábitat del hombre andino33, aunque faltan estudios serios que permitansustentar con datos sólidos esta aseveración para el período prehispánico.El primer dato de población data del 25 de septiembre de 1602, producto delcenso indígena realizado por el Capitán Antonio Beltrán de Guevara. Arrojaun total de 172 indios encomendados, cifra que resulta irrisoria para el lugarsi consideramos que las antiguas terrazas agrícolas de la zona son untestimonio que queda de una población numerosa. Es señal inequívoca deldespoblamiento indígena generado por la conquista y colonización españolas34.Ahora bien, La conquista militar española movió al aborigen aestablecerse en “zonas de refugio” en nuestra cordillera. Dichas zonasse caracterizaron por: 1. Estar ubicadas en lugares casi inaccesibles.2. Se encontraban allí los indígenas que no se dejaron encomendar asícomo los que huyeron posteriormente de la encomienda. 3. Desde estosrefugios se organizaron incursiones contra los españoles tales como:a. Asalto e incendio de ciudades, pueblos y encomiendas. b.Hostigamiento por parte del indígena en las vías de comunicación másimportantes como ríos navegables y caminos reales35.

De los datos de los visitadores del siglo XVII (principalmente Alonso Vásquezde Cisneros(1619-1620) y Juan Modesto de Meler 1655, Diego de Baños ySotomayor 1656) se infiere una disminución significativa y progresiva de lapoblación indígena. Clara señal del maltrato de los encomenderos queocasionaba muertes y huidas a parajes más intrincados y alejados y las nuevasenfermedades traídas por los españoles, a las que no eran resistentes los

33 Erika Wagner. “La prehistoria de la Cordillera de Mérida (1)”. En, Carlos Schubert-LeonelVivas. El cuaternario de la Cordillera de Mérida. Andes Venezolanos, p. 281.

34 Ana Hilda Duque. Padrones y Censos de Mérida (1558-1873), pp. 131-136.

35 Luis Bastidas. “Conquista pacífica y zonas de refugio”. En, Jacqueline Clarac de Briceño(Comp.) Mérida a través del tiempo. Los antiguos habitantes y su eco cultural, p. 309.

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primitivos poblados. Los que quedaron viviendo bajo la nueva situaciónofrecieron una resistencia pasiva que los hizo catalogar como débiles, flojospara el trabajo, etc.36. En la visita realizada por Meler y Sotomayor a laprovincia de Mérida en 1655, se recomienda al indígena abandonarlas hostilidades, respetar a los encomenderos y doctrineros, lo que nosindica que la resistencia se mantenía pero con otras características,como la ya mencionada huida de las encomiendas, el bajo rendimientoen las faenas agrícolas, la práctica de ceremonias religiosas indígenasen sus antiguos santuarios, a escondidas del cura doctrinero omezcladas con las procesiones católicas, y la negativa por parte delindígena a asistir a los oficios religiosos impuestos por los doctrineros37.

Hacia finales del siglos XVII (1692) estaba al frente de la Doctrina deMucurubá el fraile agustino Pedro Baraona. A él se debe que tengamos el

36 En 1602 el Visitador Capitán Antonio Beltrán de Guevara realizó la primera visita al pueblode Mucurubá. El cura doctrinero Fray Luis de Saavedra, en atención al cumplimiento de laReal Cédula del 23 de mayo de 1559, le presentó el inventario de la iglesia. AGN. SecciónTraslados. Colección Ciudades de Venezuela. R. 27, p 127. Véase también, Baltazar EnriquePorras Cardozo. Fondos documentales del Estado Mérida (s. XVI-XX). Diagnósticos einventarios, pp.112-113.

AGN. Sección Traslados. Colección Ciudades de Venezuela. R. 15. p. 139 y R. 16, pp. 39-42. La segunda visita de que se tiene noticia a tierras merideñas, es la del Visitador AlonsoVásquez de Cisneros, entre 1619 y 1620; dejó constancia de la dispersión de los cuarenta ydos naturales que conformaban el pueblo de Mucurubá. Ordenó reducirlos a pueblo y repararla iglesia.

AGN. Sección Traslados. Colección los Andes. T. 12, pp. 1-2. En la Visita a la Provincia deMérida del Oidor y Visitador Juan Modesto de Meler estuvo en el Pueblo de Mucurubá el 22de agosto de 1655. Diego de Baños y Sotomayor, continuador de la Visita por muerte deMeler, en 1656, observó una disminución del cincuenta por ciento de la población indígenade Mucurubá en comparación con el padrón levantado en 1619. Véase, Milagros ContrerasDávila. Aportación al Estudio de las Visitas de Audiencia, pp. 234. AGN. Sección Traslados.Colección los Andes. T. 12, pp. 470-471.

Para los datos de población, véase, Ana Hilda Duque. Padrones y Censos de Mérida (1558-1873), pp. 131-136.

37 Luis Bastidas. “Conquista pacífica y zonas de refugio”. En, Jacqueline Clarac de Briceño(Comp.) Mérida a través del tiempo. Los antiguos habitantes y su eco cultural, p. 330.

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primer libro de la cofradía de la Inmaculada de Mucurubá que analizaremosmás adelante38.

El proceso de mestizaje y aculturación se fue dando paulatinamente, si bienprevalecían los rasgos indígenas. El largo período que va de mediados delXVII –durante el cual la disminución de la población indígena de Mucurubáera significativa- a mediados del XVIII, consolidó el poblado y su procesode aculturación de todo lo cual surgió una nueva realidad cultural mestiza.Los datos suministrados por Basilio Vicente de Oviedo, en 1761, presentauna pirámide invertida con respecto a los datos del siglo anterior: Mucurubácuenta apenas con 50 indios y 100 vecinos39.

Lo anterior se confirma con la información del primer Obispo Fray JuanRamos de Lora (1783-1790), quien solicita al Rey la división de los curatosde Mucuchíes y Mucurubá por el crecimiento de la población. El pueblo dedoctrina pasó a la jurisdicción ordinaria del obispado, lo que es clara muestrade la transformación étnica y cultural del primitivo poblado indígena en pueblomestizo. Sin embargo, los datos de población suministrados por los misionerosagustinos al entregar el curato de Mucurubá a la jurisdicción diocesanaordinaria difieren notablemente. El último censo realizado por los agustinos

38 Con anterioridad había sido prior del convento de Pamplona (1678-1681) y del convento deMérida (1681-1687) recibiendo el título de Maestro en 1684 por sus estudios y serviciosprestados. Durante la visita pastoral realizada por el Doctor Don Diego de Arteaga y Velascoen nombre del Arzobispo de Santafe, el 21 y 22 de marzo de 1697 aparece su nombre. Delbuen hacer y obrar de este buen cura y fraile quedó constancia en esta acta: “Que el reverendoPadre Maestro, fray Pedro Baranoa, su cura, es buen padre, que les administra los santosSacramentos y no se le ha muerto persona sin recibirlos; que los tiene bien instruidos en lasanta fe católica y les enseña la doctrina a todos los indios, grandes y pequeños; que losronda y reprende y castiga cuando hacen algunas cosas malas, como es no ir a misa o noquerer rezar, y no les lleva por sus derechos en entierros, casamientos y bautismos más queaquello que voluntariamente le puedan dar, y no les apremia, ni reprende, ni azota paraque le den ofrendas, ni les quita sus resguardos para sembrarlos, ni criar ganado en ellos,que antes los fomenta y defiende y los trata con mucho amor y caridad. Y que no saben queningún blanco viva en mal estado en este pueblo, sino solo un mozo que llaman JosephCalderón, mestizo, que ese sí habrá más de cuatro o cinco años que vive amancebado conuna guaricha de este pueblo, y aunque la Justicia lo ha desterrado, no por eso deja de venira dicho pueblo a hablar con la india [guaricha]. Y que esto que llevan dicho y declaradoes verdad, so cargo de juramento que fecho tienen en que se afirmaron y ratificaron”.Archivo de la Academia Nacional de la Historia, Caracas “Historia Eclesiástica”, IV, ff 67-71. El original estaba en el Archivo del Palacio Arzobispal de Bogotá, sección párrocos.Citado en, Fernando Campo del Pozo. Cofradía de la Concepción Purísima de Mucurubá(Venezuela), en Archivo Agustiniano. Vol LXXII, número 190 (1988)164.

39 Ana Hilda Duque. Padrones y Censos de Mérida (1558-1873), pp. 131-136.

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en 1786 antes de entregar el curato de Mucurubá a la diócesis arroja unapoblación de 520 indios y 150 españoles. El diezmo era de 254 pesos40.

Pasar a la administración diocesana le confería ipso facto la condición deparroquia canónica. Desaparecía la doctrina cuya razón de ser era el quela población aprendiera a vivir y comportarse como viejos cristianos enexpresión de la época. A partir de 1788 los sacerdotes que se encargan deeste curato usan el título de cura interino, encargado, propio o propietario.

Del siglo XVIII hemos conseguido muy pocos datos etnográficos queenriquezcan este estudio. Sirva esta referencia a la existencia de poblaciónnegra en la Cordillera andina, pese a que la historiografía afirma que fueescasa en la zona. La comprobación de que en los Andes venezolanos síhubo presencia de población africana, a la vez que destruye algunos“mitos historiográficos” como los que negaban tal hecho y los queestimaban que la población aborigen había sido total y mansamenteencomendada; también reveló que la historia escrita en Venezuelaadolece de apoyo investigativo, el cual ha sido muy escaso ysuperficial41.

Mucurubá como toda la región andina sufrió los embates de la Guerra deIndependencia en el primer cuarto del siglo XIX. Su población y su economíase estancaron. En los padrones del tiempo de la gran guerra desaparece ladistinción de indios y blancos42.

El crecimiento de la agricultura en la segunda parte del mismo siglo marcarátambién una consolidación de la pequeña población rural de la zona, aunquelas tierras parameras se ven rezagadas por la carencia de recursos43. Los

40 Baltazar Enrique Porras Cardozo. Fondos documentales del Estado Mérida (s. XVI-XX),pp.112-113. Véase también, Fernando Campo del Pozo. Oc, p. 60. Véase, Fernando Campodel Pozo. Cofradía de la Concepción Purísima de Mucurubá (Venezuela), En ArchivoAgustiniano. Vol LXXII, número 190(1988)165.

41 Miguel Angel Rodríguez Lorenzo. “Introducción y presencia de esclavos de origen africanoen la Cordillera de Mérida”. En, Boletín Antropológico 6(1984)30. Véase, también. FranciscaRangel de Cáceres. “Los descendientes esclavos en Mérida”. En, Boletín Antropológico4(1983)53-58.

42 Ana Hilda Duque. Padrones y Censos de Mérida (1558-1873), pp. 131-136.

43 Pedro Cunill Grau. Geografía del poblamiento venezolano en el siglo XIX. Tomo I, pp. 159-160. Tomo II, pp. 1029-1042.

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diversos datos de población del siglo XIX muestran que Mucurubá apenassobrepasa los 500 habitantes adultos. La natalidad debió ser muy alta duranteeste período, pues la mitad de la población son niños44 .

Falto de caminos adecuados y siendo Mucurubá apenas un pequeño puntoen la geografía entre Mérida y Mucuchíes, es nombrado de paso por losviajeros extranjeros del siglo XIX. Los caminos de recuas, solitarios y azotadospor las ventisqueras daban pie a toda conseja y leyenda. Es símbolo deinsignificancia para los extraños y lugar de refugio de bandoleros, según eldecir de los merideños. Después de un trecho de doce kilómetos (desdeTabay) de camino ancho llegamos al pueblito de Mucurubá que seencuentra ya a 2150 metros de altura. El valle va tomando unafisonomía cada vez más yerma y sombría, apenas suavizada aquí y allápor algunos trigales verdes. En algunos lugares idóneos del río haypequeños molinos de agua, muy primitivos, cuyo ruido me hizo recordarmi patria. Cabalgamos rápidamente hacia el más cercano para pedirun refrigerio. Pero la que vino a atender nuestras llamadas y saludosno fue una bella molinera, sino una india vieja cubierta de mugre,cuya visión nos hizo olvidar nuestros deseos. Poco después llegamos ala pequeña ciudad de Mucuchíes ... En septiembre abandoné con pesarla ciudad de Mérida, que se me había hecho tan querida ... La genteestaba un poco preocupada por mí, porque hacía poco se había fugadode la cárcel un criminal peligroso, y había vuelto al páramo deMucuchíes, teatro de sus antiguos asesinatos, para convertirlo otravez en un lugar inseguro. Algunos viajeros de por aquí habían esperadopara cruzar el páramo conmigo. Seguimos el conocido camino por elvalle del Chama subiendo hasta Mucuchíes...45 .

44 Ana Hilda Duque. Padrones y Censos de Mérida (1558-1873), pp. 131-136. En el censo delGobernador Juan de Dios Picón, de 1832, Mucurubá contiene 403 habitantes todos dedicadosal cultivo del trigo y demás frutos de la tierra fría. El padrón suministrado por el Cura José deJesús Villegas correspondiente al año de 1837 discrimina en vecinos, indígenas y esclavos.Los datos dan un total de 336 vecinos, 292 indígenas, 6 esclavos. El total general asciendea 634 almas. El mismo Cura, veinte años después, en 1857, envía los siguientes datos:casados 136, casadas 136, viudos 8, viudas 65, solteros 200, solteras 203, párvulos 199,párvulas 205. Total 1152. Llama la atención que en dos décadas se duplicó practicamente lapoblación. Los datos oficiales suministrados por el primer censo nacional de población de1873. Para ese entonces Mucurubá tenía 1.351 habitantes.

45 Cristian Anton Göering. Venezuela el más bello país del trópico, pp. 94 y 113. En lo relativoa la abolición de la esclavitud puede verse, Miguel Angel Rodríguez L. “Proceso de liberaciónde los esclavos en Mérida. Objetivos y metodología”. En, Boletín Antropológico 5(1984)25-43.

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Sin embargo en, la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas delsiglo XX aumenta la población. Aunque la natalidad y la mortalidad eranelevadas, las tierras altas eran más salubres que el resto del país y los Andesno estuvieron sometidos tan fuertemente a las guerras y epidemias. Es apartir de 1936 cuando comienza una fuerte disminución de la población en laregión. La baja cotización del café unida a la emigración hacia otras zonasdel país más promisoras especialmente hacia la región del Zulia petrolerocondujeron al estancamiento demográfico y económico de estos bellos pueblosandinos.

En las últimas décadas del siglo XX se observan algunos signos moderadosde recuperación o estabilización demográfica: las mejores condiciones devida, la disminución de la mortalidad y un desarrollo de la agricultura en laque cabalgan juntas las técnicas tradicionales con los adelantos modernos46,la cercanía de Mérida, configuran una nueva estructura poblacional y unproceso de urbanización calcado en los moldes estandarizados impuestospor los planificadores de turno.

Mucurubá, pueblo pequeño, lugar de tránsito en medio de la Cordillera havisto pasar muchas cosas. En la mente de sus gentes existe la persuasión deque todo pasa por Mucurubá “pero no pasa nada”. Así lo relata una ancianade Mococón de 96 años, al preguntársele como era antes el pueblo: ...lomismo que ahora, antes no había aceras ni nada sino cimienticos deladrillo. La carretera no estaba asfaltada, antes eso sí no había, bueno,ahora es que hay carretera. Antes no había eso y eso daba gusto cuandopasó Malavés, cuando pasó Castro. ¿Qué le hicieron a Castro cuandopasó? Nada, él pasó, pasó y pasó y no pasó nada. ¿Pero la gente loconoció? No. ¿No habló con la gente? El no paró en ninguna parte. ¿YEleazar López Contreras también pasó por aquí? Eso sí no lo ví. A Castrosi lo ví cuando pasó con la tropa...

Ana Rosola Parra Rangel, 78 años, de Mucurubá, por su parte nos respondióasí: ¿Recuerda cuando pasó el Presidente Eleazar López Contreras? Sí, meacuerdo regalaba buenos regalos para la gente pobre, traía poncheras,vasos de camas, tendidos, todo eso regaló...

46 Vivas Leonel. Los Andes venezolanos, pp. 140-143.

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Rostro de San Agatón. Iglesia Parroquial de Mucurubá. Mucurubá Edo.Mérida-Venezuela.Foto: Ana Hilda Duque

Inmaculada Concepción de Mucurubápatrona de esta parroquia. Mucurubá Edo.Mérida-Venezuela.Foto: Ana Hilda Duque